el silencio

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Historia de México El silenc io del grito Tlatelolco, 1968 Pamela Vizcayno Soulé 11 de Junio de 2014

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El silencio del ciego

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Page 1: El Silencio

Historia de México

El silencio del grito

Tlatelolco, 1968

Pamela Vizcayno Soulé11 de Junio de 2014

Page 2: El Silencio

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EL SILENCIO DEL GRITO

La matanza de Tlatelolco ocurrió el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas

en el Barrio de Tlatelolco, Ciudad de México. Fue una represión militar organizada por el

gobierno mexicano contra grupos estudiantiles, críticos del sistema político que encabezaba

el Partido Revolucionario Institucional.

Nunca se ha podido establecer la cantidad de muertos exacta: algunos hablan de centenas

(más de 300 personas), pero casi todas las fuentes de Gobierno reportan una estimación de

entre 40 y 50. Decenas de personas resultaron heridas y hubo varios arrestados. Los datos,

como siempre, falseados. La estadística como justificación de un mal gobierno, camuflaje

de la ineptitud de una burocracia arcaica. En su momento la policía declaró más de 100

muertos. Sin embargo, el gobierno mexicano nunca ha revelado el número total de muertos,

a pesar de que se sabe que fue contabilizado, y se cree que nunca se revelará.

La masacre ocurrió durante la noche, los soldados allanaron largos edificios, repletos de

apartamentos, colocándose por las azoteas para así focalizar mejor a quienes estaban en la

plaza. Varios testigos aseguraron que los cuerpos fueron sacados en camiones de basura. La

explicación oficial del incidente fue que provocadores armados, ubicados en los edificios

que rodeaban la plaza, iniciaron el tiroteo y las fuerzas de seguridad respondieron en

defensa propia disparando a tales francotiradores. Los medios de difusión de todo el mundo

publicaron la noticia, hablaban de un choque sangriento entre los estudiantes y tropas del

gobierno, no obstante los medios sociales acallaron la situación. También se hallaron 445

heridos. Ningún estudiante portaba armas, los policías metralletas y hasta tanquetas.

Veintinueve años después de esta masacre, en octubre de 1997, el congreso mexicano

formó un comité para investigar la masacre de Tlatelolco. El comité tomó testimonio a

varios testigos y activistas políticos involucrados, incluyendo al ex presidente de México

Luis Echeverría Álvarez (quien en teoría en aquella época era Secretario de Gobernación).

Echeverría admitió que los estudiantes estaban desarmados y también sugirió que la acción

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militar fue planificada anticipadamente para destruir o debilitar el movimiento estudiantil.

En octubre de 2003 (35 años más tarde de la masacre), el National Security Archive de la

Universidad George Washington publicó documentos de la CIA, el Pentágono, el

Departamento de Estado, el FBI y la Casa Blanca. Después se declaró que el Pentágono

había enviado al país más instructores en lucha antisubversiva, armas, municiones,

material para control de protestas y equipo sofisticado de comunicación militar. Entre julio

y octubre los numerosos agentes de la CIA que se encontraban en el país reportaban casi

diariamente los hechos que ocurrían dentro de la comunidad universitaria y del gobierno.

Seis días antes de la masacre, el Secretario de Gobernación Echeverría y el director de la

oficina mexicana de Seguridad Federal Fernando Gutiérrez Barrios, dijeron a varios agentes

de la CIA que la "situación se controlaría brevemente". Según la CIA, el gobierno

mexicano "arregló" con el líder estudiantil Sócrates Campos Lemus una acusación contra

dirigentes políticos disidentes de apoyar económica y logísticamente el movimiento.

Fue una retahíla de presiones, se argumenta que fue la presión por los juegos olímpicos,

mentira. Eran tiempos de convulsión, no sólo aquí, en México sino en todo el mundo. En

París tiraban a dar, América se pintaba de azul y el oriente de rojo. Una lucha constante por

el ser y para el ser, un grito constante y un “no nos vamos a callar”. En mi opinión, siempre

se ha actuado sin mesura, con total intransigencia, sobre todo en los gobiernos autoritarios

del viejo PRI (inclusive del nuevo PRI). ¿Hasta cuándo vamos a dejar que se repita?

¿Acaso la historia está hecha para ser repetida? Yo creo que no. Basta con cerrar un poco

los ojos para sumergirse en aquellos fantasmas, la plaza sigue viva, aquellos jóvenes no

murieron. Viven y viven más que nunca. Frente a cada injusticia, frente a toda mentira,

frente a todo rechazo, frente a la humillación, la negación y el cinismo se levanta el rostro

acribillado de quien no tuvo más alternativa que la de soñar.