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8/3/2019 El sello importa? El rol partidario de los ejecutivos nacionales y provinciales a la luz de las listas peronistas disident

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EL SELLO IMPORTA? EL ROL PARTIDARIO DE LOSEJECUTIVOS NACIONALES Y PROVINCIALES A LA LUZDE LAS LISTAS PERONISTAS DISIDENTES (1989 2009)*

por Facundo Gabriel Galvn**

Introduccin

El estudio de sectores internos de los partidos que se presentan a laselecciones generales utilizando listas disidentes, es decir, con sellos no oficiales,ha cobrado particular relevancia en la poltica argentina desde el ao 2003. Dehecho, se ha vuelto cada vez ms frecuente en los medios de comunicacin lareferencia a facciones o lderes disidentes de diversas fuerzas polticas que seencuentran separados, o dispuestos a alejarse, de su partido de origen. Entre

ellos podemos mencionar los casos del ARI disidente, el PRO disidente y de laUCR disidente1. Sin embargo, entre 1983 y 2007 el peronismo ha sido elpartido que protagoniz el mayor nmero de disidencias electorales por cargosnacionales. De hecho ha habido ms de un centenar de listas disidentes confor-madas por dirigentes del PJ durante el perodo mencionado (Galvn 2009).Otro dato relevante de ste fenmeno radica en su notable incremento: la cifrade listas peronistas no oficiales se triplic entre 2003 y 2007.

* El autor agradece por sus valiosos comentarios y aportes a Ana Mara Mustapic, JavierZelaznik, Lucas Gonzlez, Santiago Alles, Ignacio Labaqui, Sonia Ramella y JorgeMangonnet. Una versin preliminar de este trabajo ha sido presentada en el V Congreso dela Asociacin Latinoamericana de Ciencia Poltica, ALACIP, 28 al 30 de julio de 2010,Buenos Aires.

** Profesor de ciencia poltica en la Universidad Catlica Argentina (UCA), becario doctoral delConicet, Argentina. E-mail: [email protected].

1 La denominacin de ARI disidente fue otorgada a un grupo de diputados que se escindi delbloque oficial del partido de Elisa Carri en noviembre de 2007. Como PRO disidente seconoce a una faccin que surgi en febrero de 2009 encabezada por legisladores provinciales yconcejales. Mientras que radicales disidentes hace referencia, principalmente, a los dirigentes

provinciales de la UCR amnistiados por la Convencin Nacional de su partido en octubre de2008 tras su participacin en las listas de otras fuerzas polticas.

POSTData16, N1,Abril/2011, ISSN 1515-209X, (pgs. 63-84)


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tura ha hecho algunos aportes interesantes acerca de tres problemticas que seencuentran vinculadas a nuestro tema: el control del sello oficial, el proceso denominacin de candidaturas y los agentes que acercan recursos organizativos a

las listas de candidatos.En primer lugar, cabe referirse a lo expuesto por Mainwaring y Shugart(2002) quienes, en su trabajo clsico sobre presidencialismos latinoamericanosidentificaron tres determinantes institucionales de la disciplina partidaria: i)control de la seleccin de candidatos, ii) control del orden en la lista partidariay iii) el reparto de los votos entre los candidatos del partido. Para los autores, unpartido en el que sus dirigentes tengan la capacidad de elegir los candidatos, deubicarlos en un orden especfico de la lista y, adems, en el cual la estructura dela boleta en la eleccin general fuera bloqueada (Nohlen 1998), sera un partidocon factores institucionales altamente favorables para la produccin de discipli-na partidaria. En la misma lnea de Mainwaring y Shugart, Mark Jones (2002)destac que cuando un presidente de la Nacin ocupa simultneamente la jefa-tura de su partido, l mismo pasa a contar con dos importantes poderes paralograr disciplina partidaria: i) el poder intervenir los distritos dscolos y ii) elcontrol del sello partidario. Sin embargo, el autor tambin ha aclarado que elsegundo atributo, de vital relevancia para este trabajo, incrementa su capacidadde generar disciplina partidaria en la medida en que las etiquetas oficiales de los

partidos fueran electoralmente relevantes, es decir, solamente si tales sellos im-portan a los votantes.Otro aporte se desprende de un trabajo de Ana Mara Mustapic (2000),

en el cual investiga problemas vinculados a la produccin de la disciplina parti-daria legislativa. La autora destaca que los liderazgos partidarios en Argentinadependen de su capacidad de acceso a recursos organizativos, ya que tales recur-sos les permiten asignar incentivos selectivos a sus miembros para incitarlos aacompaar sus proyectos. En funcin de ello, afirma que los lderes en puestosejecutivos y legislativos claves obtienen ventajas considerables para dotar de in-

centivos a los diputados y senadores. Asimismo, la autora seala que el sistemade partidos argentinos no genera lealtades nicas ni automticas hacia el presi-dente, ni siquiera por parte de los legisladores de su mismo color poltico, yaque los liderazgos nacionales descansan en liderazgos provinciales que, a su vez,se basan en liderazgos locales. Todo esto deviene en un complejo sistema demltiples lealtades en el interior de los partidos. Este anlisis capta nuestrointers a la hora de analizar el rol de los lderes nacionales y provinciales que sevuelven patrocinadores de listas disidentes.

Sin embargo, la literatura mencionada anteriormente concentra su inte-rs en los mecanismos que se utilizan para generar la disciplina en los partidos

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que se presentan con listas oficiales, mientras que ni las facciones disidentes nilos partidos que ellas conforman reciben su atencin. Es decir que contamos conuna gran literatura concentrada en describir o explicar los factores que favorecen

a la disciplina sobre aquellos dirigentes que deciden permanecer en las listas quellevan el sello partidario oficial, pero carecemos de informacin sobre las din-micas disciplinarias que generan las facciones de esos mismos partidos, que cuen-tan con el apoyo de dirigentes en cargos ejecutivos (de orden nacional y/o pro-vincial) y que deciden abandonar las listas oficiales. Precisamente, con el objeti-vo de colaborar con una construccin terica que nos permita analizar las listasdisidentes, a continuacin nos ocuparemos de la literatura que se concentra enel plano organizativo de los partidos polticos argentinos.

Angelo Panebianco (1988) es un referente ineludible a la hora de analizarlas dinmicas internas de los partidos polticos. El mencionado autor ha sido unode los primeros en destacar que una funcin clave de toda organizacin partidariaradica en la distribucin de incentivos selectivos, mediante los cuales el partidomoldea las carreras partidarias de sus miembros. En su aplicacin del modelo dePanebianco al caso del PJ argentino, Levitsky (2005) afirma que cuando el repartode los recursos materiales y organizativos del partido (incentivos selectivos) quedaen manos de un gobernador provincial, la competencia interna en ese distritodesparece y los procesos de nominacin quedan en manos de un pequeo grupo

de dirigentes alineados con el caudillo local. En cambio, en los distritos en los queel PJ provincial se encuentra en la oposicin, la distribucin de incentivos selecti-vos se produce a travs de diferentes redes de patronazgo, las cuales emergen desdefuncionarios ubicados en distintos cargos pblicos ministros, legisladores na-cionales o provinciales, lderes sindicales, etc. hacia las distintas facciones deldistrito. Dicha situacin deviene, segn el autor, en que aquellos distritos gober-nados por partidos opositores al PJ poseen un nivel de competencia interna mselevado, llegando a constituirse sistemas relativamente estables de competenciainterfaccional en muchos de ellos. De modo que el planteo de Levitsky sugiere que

el proceso de nominacin y armado de las listas en aquellas provincias con gober-nadores del PJ queda moldeado por la voluntad de los dirigentes al frente de loscargos ejecutivos provinciales, mientras que en los distritos con gobernadores noperonistas se abren ms espacios para la competencia intrapartidaria. En estetrabajo, en cambio, creemos que con ese argumento no alcanzamos a comprendercasos tales como las listas disidentes impulsadas en 1991 por el Gobernador deSantiago del Estero y en 2005 por el Gobernador de La Rioja. Los candidatos alegisladores nacionales afines a los mencionados gobernadores peronistas tuvieron

que ser nominados en boletas con sellos disidentes, que enfrentaban a las listas delPJ oficial de sus propios distritos.

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En un trabajo ms reciente Marcelo Leiras (2006) ha postulado que losdirigentes en cargos ejecutivos intendentes o gobernadores poseen un altogrado de autonoma en la distribucin de recursos organizativos, los cuales se

encuentran exentos de las regulaciones de su partido (tanto en el PJ como en otrasfuerzas polticas). Precisamente ese control de recursos en sus jurisdicciones es elque induce a que los oficialismos se conviertan en jugadores clave del sistema. Demodo que ese control de su territorio puede verse potenciado en la arena partidariaen funcin del nmero de votos que se cuentan en sus distritos. Siguiendo estalgica, Leiras postula que los intendentes del conurbano bonaerense pueden dar-se, ocasionalmente, el lujo de desafiar el poder del gobernador, una accin prohi-bitiva para los dems actores. Si bien el autor no se ocupa de manera central delfenmeno disidente, su argumento deja abierta la puerta para la comprensin delas mltiples estrategias para desafiar el poder de la cpula partidaria que llevan acabo los gobernadores o intendentes peronistas. Asimismo, profundizando su l-nea de investigacin, podemos observar que los desafos intrapartidarios no nece-sariamente se dan en direccin ascendente. Es decir, de intendentes a gobernado-res o de los gobernadores al presidente, sino que tambin pueden darse en formainversa, tales como los casos de apoyo presidencial a listas disidentes provincialescon el objetivo de desafiar el poder partidario del gobernador. Ejemplos de estaltima dinmica los brindan las listas para legisladores nacionales del Frente para

la Victoria de San Luis en 2005 y de Crdoba en 2009.En un trabajo ms reciente, Jones y Hwang (2007) han destacado quelos jefes provinciales del peronismo fueron los agentes clave durante el procesode nominacin en el PJ, y en particular al momento de conformar las listas paracargos legislativos de orden nacional. Como hemos visto en los prrafos anterio-res, esa lnea argumental se encuentra en coincidencia con los anlisis de Levitsky(2005) y Leiras (2006). De hecho todos estos autores coinciden en que, dentrodel esquema organizativo del PJ, son sus cpulas provinciales las que constitu-yen el eje central del partido. En ese mismo sentido se manifiestan Calvo y

Murillo (2008) al analizar la administracin del patronazgo poltico provincial.Si bien el trabajo de investigacin de estos autores no se focaliza en temas vincu-lados al comportamiento disidente, ellos sostienen que la distribucin de em-pleos pblicos ha sido uno de los mecanismos utilizados por los gobernadoresargentinos para disciplinar a las facciones internas en los partidos polticos. Po-demos afirmar entonces que todos estos trabajos asumen que los recursosorganizativos manejados por los gobernadores se traducen en un elevado nivelde poder partidario en el interior de sus fuerzas polticas.

En resumen, tanto la literatura preocupada por el manejo de los recur-sos organizativos al interior del partido como aquella abocada a indagar sobre



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la produccin de disciplina han coincidido en un punto central: el hecho deque un partido se encuentre en el poder a nivel nacional o provincial, y queconsecuentemente controle recursos de patronazgo, lo convierte en un factor

clave para explicar el armado de poder partidario. Pero otro dato que se des-prende de estos trabajos es que ese control de recursos afecta la dinmica de lacompetencia interna de las facciones, sobre todo a la hora de conformar laslistas de candidatos.

Sin embargo, el hecho de que los trabajos anteriores hayan analizadoexclusivamente la distribucin de recursos organizativos al interior de las listasque portan el sello oficial del partido hace que persistan algunos interrogantes.Entre ellos se destaca el poco inters por determinar cul ha sido el rol jugadopor los sellos disidentes en la puja por los recursos partidarios. Otro tema desuma relevancia, y tambin poco estudiado, guarda relacin con el surgimientode listas avaladas por presidentes o gobernadores del mismo partido en numero-sas elecciones generales. Es por ello que esperamos que este escrito ayude aresponder algunas de esas cuestiones, sobre todo al observar la dinmica quepresentaron las disidencias electorales peronistas durante las presidencias deCarlos Menem, Nstor Kirchner y Cristina Fernndez.

En sntesis, a raz de las diversas posturas revisadas en este apartado res-pecto de los procesos y agentes que intervienen en la organizacin electoral y en

la produccin de disciplina partidaria en los partidos argentinos en general peroms especficamente en el PJ, hemos elaborado una seleccin de cuatro enuncia-dos que resumen sus argumentos principales:

I El presidente influye sobre las carreras polticas de los dirigentes de sucolor poltico, dado que controla el sello oficial del partido.

II El PJ es fuerte a nivel provincial y poco estructurado en el planonacional. De modo que en las provincias gobernadas por el peronismo, no habrotro agente con capacidad suficiente como para desafiar al gobernador en la pujapor los recursos partidarios en su distrito.

III Dado el carcter distrital de los comicios para las bancas legislativasnacionales, el principal agente encargado de la nominacin partidaria para esoscargos, en las provincias gobernadas por el peronismo, es el gobernador.

IV Es ms probable que al momento de confeccionarse las listas delegisladores nacionales, exista competencia en el PJ en las provincias noperonistas que en las peronistas.

En este trabajo argumentamos que a la luz del estudio de las listas disi-dentes, es posible replantear esos cuatro enunciados, ligados al rol desempeado

tanto por el presidente de la Nacin como por los gobernadores de origenperonista. Es por ello que a continuacin, y a la luz de la evidencia emprica



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aportada por las disidencias electorales, hemos redactado nuevamente esas cua-tro afirmaciones:

I Pese a que el presidente puede ser el lder de su partido en el orden

nacional, tal condicin no le garantiza el control del sello oficial en todos losdistritos. Sin embargo, en aquellos distritos que se oponen a su liderazgo, elpresidente cuenta con la posibilidad de patrocinar listas disidentes para impul-sar a sus candidatos por afuera de las listas oficiales.

II Pese a que el PJ est fuertemente poco estructurado en el plano nacio-nal y fuertemente organizado a nivel provincial, existen al menos dos agentescapaces de desafiar el poder partidario de un gobernador en su distrito: i) elpresidente de la Nacin y ii) otros gobernadores.

III Si bien el poder partidario de los gobernadores peronistas es relevan-te para el armado de las listas de legisladores nacionales, dicho poder disminuyecuando no se encuentra alineado con un presidente de su mismo partido. Estoes as porque desde el ejecutivo nacional pueden patrocinarse listas disidentes.

IV Las listas disidentes pueden ser concebidas como un indicador decompetencia intrapartidaria trasladada a las elecciones generales, de hecho mu-chas de ellas contaron con el apoyo de lderes peronistas en cargos ejecutivosnacionales o provinciales que las han utilizado para mejorar su posicin en el PJoficial. Sin embargo, este tipo de competencia en el interior del peronismo se

dio con mayor frecuencia en los distritos gobernados por el PJ, mientras queslo un tercio de los casos ocurri en provincias en las cuales el PJ era opositor.Esto sugiere que el hecho de que el gobernador sea peronista no implica ladisminucin de la competencia entre las diversas facciones de su distrito.

En el siguiente apartado pondremos a prueba los cuatro enunciados re-cin expuestos. Esperamos que mediante el anlisis de los casos de disidenciasocurridos en elecciones generales por cargos legislativos nacionales, convocadaspor presidentes peronistas entre 1989 y 2009, podamos realizar aportes novedososen el debate en torno a las dinmicas intrapartidarias del PJ.

Listas disidentes peronistas entre 1989 y 2009

En primer lugar, en este apartado nos proponemos brindar una perspec-tiva descriptiva respecto del fenmeno peronista disidente entre 1983 y 2009,con el objetivo de presentar adecuadamente los casos aqu identificados comolistas disidentes. Luego, haremos un anlisis ms profundo de las disidencias

peronistas que tuvieron lugar en elecciones generales, por cargos legislativosnacionales, bajo presidencias del PJ. De modo que abordaremos todos los casos



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ocurridos durante los mandatos de Carlos Menem (1989-1995 y 1995-1999),Eduardo Duhalde (2002-2003), Nstor Kirchner (2003-2007) y la primeramitad del gobierno de Cristina Fernndez de Kirchner (2007-2009). En tercer

lugar, analizaremos cuntas listas disidentes recibieron el patrocinio de algngobernador o presidente de origen peronista en el mismo perodo. Por ltimo,analizaremos el color poltico de los gobernadores en aquellos distritos en losque tuvieron lugar las disidencias en esos mismos aos.

Para tomar una nocin adecuada de las dimensiones del fenmeno di-sidente podemos observar que desde las elecciones que culminaron con eltriunfo de Ral Alfonsn en 1983 hasta el ao 2009 se han detectado un totalde 146 listas conformadas por peronistas disidentes para competir por cargosnacionales (ver Grfico 1). Se destaca en el mismo que 116 casos fueron delistas presentadas para diputados, un dato que no sorprende dado que conla excepcin de la Capital Federal entre 1983 y 1999 los senadores nacio-nales eran elegidos por las legislaturas provinciales. El grfico tambin eviden-cia que desde el 2001, momento en el cual los senadores nacionales comenza-ron a ser escogidos por el voto popular, se produjo un notable incremento delas listas disidentes para ese cargo, los cuales representan un 20 por ciento delos casos.

Otro punto que debe ser aclarado antes de avanzar se vincula a los

distritos en funcin de los cuales se eligen los cargos legislativos nacionales enla Argentina. Al coincidir esos distritos con los lmites provinciales, sucedeque en muchas ocasiones las listas disidentes para esos cargos obedecen a al-gn tipo de puja en el interior del PJ provincial. En la mayora de los casos serepite la siguiente dinmica: una lista peronista alineada al gobernador, tam-bin del PJ, se enfrenta en las elecciones generales a otra lista peronista enfren-tada al ejecutivo provincial. Sin embargo, asumir que todas las disidenciaselectorales remiten a ese tipo de proceso nos forzara a concebir a todas lasdisidencias como fenmenos meramente distritales. Tal interpretacin puede

ser rpidamente descartada observando el Grfico 1, dado que en los perodos1985-1987, 1991-1993 y 2005-2009 se observan concentraciones de listasdisidentes, las cuales no responden exclusivamente a problemas del PJ provin-cial sino que obedecen a tendencias disidentes que sobrepasan el mbito local.Esos tres perodos se corresponden con las listas disidentes de los renovadoresen los aos ochenta, del FREDEJUSO y del Frente Grande durante los aosdel menemismo y de los sectores peronistas aliados, o enfrentados, alkirchnerismo post 2003.

Otro indicador que nos permite medir la relevancia de las listas disiden-tes se obtiene al analizar cuntos de sus candidatos lograron acceder a cargos



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legislativos de orden nacional (ver Grfico 2). En el perodo 1983-2009, casi uncentenar de peronistas disidentes fueron elegidos para formar parte de la Cma-ra Baja. Por otra parte, fueron 14 los senadores nacionales elegidos en listas con

sellos peronistas disidentes. Se destaca en el cuadro la gran cantidad de senado-res y diputados que lograron ser electos durante el ao 2005, una fecha queprobablemente haya sido una de las coyunturas crticas ms relevantes que atra-ves el PJ contemporneo. Cabe recordar que ese ao el liderazgo partidario deNstor Kirchner se puso a prueba con el de poderosos lderes peronistas provin-ciales. Ligado a este punto se destaca en el Grfico 2 que, si bien las de 2005 y2009 eran elecciones intermedias y se elegan 127 bancas (frente a las 130 queentran en juego en los comicios concurrentes con las presidenciales), en amboscasos los disidentes alcanzaron mayores cantidades de escaos en la Cmara Bajarespecto de 2003 y 2007. Especficamente obtuvieron 22 bancas en 2005 y 24en 2009.

Los dos grficos presentados muestran la relevancia del fenmeno disi-dente para la poltica nacional, tanto por la gran cantidad de listas presentadas(Grfico 1), como por la gran cantidad de disidentes que resultaron electos paracargos legislativos nacionales (Grfico 2). Es por ello en que insistimos en queno deja de llamar la atencin el hecho de que an sean escasos los trabajos que seabocan a estudiar este comportamiento en forma sistemtica, es decir, abordan-

do todos los perodos en los que se produjeron disidencias.A partir de estas precisiones retomemos el punto de central que abordaeste trabajo, el cual radica en analizar el rol que tuvieron gobernadores y presi-dentes de origen peronista en relacin a las disidencias. En este sentido, presen-tamos en el Grfico 3 los casos de listas peronistas disidentes que obtuvieron elaval del ejecutivo nacional o de ejecutivos provinciales (de origen peronista)durante el perodo 1991-2009. La tarea de identificar listas patrocinadas hasido compleja e implic algunas decisiones metodolgicas que deben ser aclara-das. En primer lugar, hemos considerado como listas patrocinadas aquellas en

las cuales un presidente o un gobernador participaron de sus campaas electo-rales, o bien enviaron funcionarios de su gobierno a colaborar en sus actos.Tambin hemos considerado aquellos casos en los que se presentaron listas conun sello electoral especficamente creado por un patrocinador para alentar a suscandidatos en otros distritos. Por ltimo, tambin incorporamos aquellos casosen los cuales el principal referente de la lista disidente declar a la prensa haberrecibido el apoyo del patrocinador, ms all de no haber contado con su presen-cia o la de sus funcionarios durante la etapa preelectoral.

Si bien Carlos Menem asumi la presidencia en 1989 hemos tomadocomo primera eleccin la de 1991 en el Grfico 3, dado que fueron los primeros



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comicios organizados bajo su gobierno. Durante sus dos mandatos se identifica-ron cuatro disidencias con patrocinadores. Dos casos tuvieron origen en la listadisidente Frente de la Corriente Renovadora, conformada por el gobernador

peronista de Santiago del Estero, Csar Iturre. Bsicamente los renovadoressantiagueos alineados con el ejecutivo provincial tuvieron que competir encontra del PJ oficial provincial, liderado por Carlos Jurez. Esta disidencia sealeja de la dinmica que nos sugiere la literatura que alude al gobernador como

jefe indiscutido del partido en su territorio, dado que justamente han sido loscandidatos de Iturre, el gobernador, quienes tuvieron que ir por afuera del PJ enlas elecciones generales. Otra de estas disidencias fue la que tuvo lugar en 1991,apoyada por el gobernador de Catamarca Ramn Saadi (afuera de sus funcio-nes). La lista disidente denominada Movimiento de Afirmacin Popular ob-tuvo el reconocimiento de la Justicia Electoral apenas cuatro meses despus de laintervencin federal que desplaz a Saadi del poder provincial (Galvn 2010).Por ltimo, la nica lista disidente que cont con cierto apoyo del presidenteMenem fue una presentada en San Juan en el ao 1993. Esa boleta fue encabe-zada por el gobernador Jorge Escobar, quien se encontraba suspendido de sucargo al momento de la disidencia. Su lista, denominada Frente de la Esperan-za, le gan al PJ oficial liderado por Juan Carlos Rojas, su vicegobernador.Segn se desprende de algunos anlisis, Escobar se encontraba fuertemente ali-

neado a las polticas econmicas del gobierno nacional de Carlos Menem y, enparticular, era uno de los dirigentes ms cercanos a su entonces ministro deEconoma Domingo Cavallo (Adrogu 1995).

De manera que los cuatro casos recin analizados nos dejan algunos pun-tos de inters: a) en los casos de Santiago del Estero y Catamarca el PJ oficial seencontraba alineado con el presidente de la Nacin, b) En San Juan y Catamarcalas listas disidentes fueron avaladas por gobernadores que acababan de ser des-plazados, c) en San Juan y Santiago del Estero las disidencias emergieron de unconflicto intrapartidario entre un gobernador peronista y una faccin opositora

que dominaba el partido y d) en Santiago del Estero en 1993 se dio el nicocaso en el que una lista disidente patrocinada por un gobernador peronista fuederrotada por la boleta de los candidatos del PJ oficial no alineados al ejecutivoprovincial.

A diferencia de lo ocurrido durante los mandatos presidenciales de Menem,las disidencias peronistas cobraron un notable incremento desde el ao 2003.

Ya hemos sealado que las disidencias se multiplicaron durante los mandatos deNstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernndez de Kirchner (2007-2009)

(ver Tabla 1). En esos dos perodos se dio ms del 60 por ciento del total de laslistas disidentes que fueron presentadas entre 1983 y 2009.



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Adems de su notable incremento, las disidencias del perodo que co-mienza en 2003 se vieron acompaadas de otra caracterstica particular: el apo-yo presidencial (ver Grfico 3). Sin dudas, el caso que ms trascendi fue el de

Cristina Fernndez de Kirchner en 2005, quin encabez la lista disidente de-nominada Frente para la Victoria. Con esa boleta se enfrent al frente electoralavalado por el PJ oficial, encabezado por Hilda Gonzlez de Duhalde, quienreciba el apoyo de su esposo Eduardo Duhalde, ex presidente y lder del PJbonaerense. El conflicto intrapartidario vivido por el peronismo durante 2005devino, como se ha observado en el Grfico 2, en que aquellos comicios hanarrojado la mayor cantidad de legisladores nacionales peronistas electos median-te listas disidentes. En total fueron treinta las bancas obtenidas por dirigentes

justicialistas en listas con sellos no oficiales.En la eleccin general de 2007 se contabilizaron 28 listas disidentes

patrocinadas, la mitad de ellas fueron avaladas por el presidente Kirchner, mien-tras que el resto recibi el apoyo de distintos gobernadores. Entre ellos se hadestacado el gobernador de San Luis, Alberto Rodrguez Sa, quien en 2007encabez una frmula presidencial disidente bajo la etiqueta Frente Justicia,Unin y Libertad la cual tuvo su correlato en distintas boletas de legisladoresnacionales provinciales. Ese mismo dirigente, en 2009, tambin acompa dis-tintos emprendimientos electorales para cargos legislativos nacionales bajo la

etiqueta electoral Es posible.El ltimo punto que abordaremos en este apartado tambin correspondeal perodo 1991-2009. Es aquel referido al color partidario del gobernador queconvoc a las elecciones generales por cargos legislativos nacionales en las cuales sepresentaron listas de peronistas disidentes. Como se observa en la Tabla 1, dostercios de los casos de listas disidentes fueron presentados en distritos en los cualesel gobernador era de origen peronista, mientras que slo el tercio restante se dio enlos distritos gobernados por otras fuerzas no peronistas. La categora otros abar-ca a los comicios convocados bajo gobiernos de partidos nacionales como la UCR,

de partidos provinciales como el MPN y de las intervenciones federales.Por ltimo, cabe destacar otro dato presentado en la Tabla 1, respecto de la

incidencia del color partidario del gobernador en el incremento de la competenciaintrapartidaria disidente. No hubo ninguna presidencia peronista durante la cualla cantidad de listas disidentes, en distritos no peronistas, superara a las presen-tadas en los distritos peronistas. nicamente la presidencia de Duhalde muestrauna cifra en la cual se empata en dos casos en cada una de las categoras.

En resumen, la evidencia deja entrever que las listas disidentes pueden

contar con el patrocinio de gobernadores o presidentes. Tambin se ha observa-do que la cantidad de las mismas no disminuye cuando el gobernador es peronista



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y que el presidente de la Nacin no siempre cuenta con el sello partidario oficialpara impulsar a sus candidatos. A continuacin, a partir de un estudio msdetallado respecto de las listas peronistas disidentes presentadas a las elecciones

de 2009, aportaremos otra perspectiva que nos ayuda a comprender la relevan-cia que cobran estos armados partidarios no oficiales.

Roles subnacionales, polticas nacionales:las elecciones de 2009

Los datos presentados en el apartado anterior nos permiten vislumbraralgunas dinmicas no contempladas en la literatura tradicional respecto del rolde los ejecutivos nacionales y provinciales en el armado de la poltica partidaria.Hasta el momento la mayora de los trabajos sobre el tema se concentraron enlos partidos polticos presentados a elecciones bajo una etiqueta oficial, perocomo hemos visto el fenmeno de los sellos disidentes ha cobrado un importan-te crecimiento en estos ltimos aos.

Pero no slo debe entenderse ese incremento en funcin del nmero delistas disidentes, sino que para comprender mejor el crecimiento de este fenmenotambin deben tomarse en cuenta las trayectorias polticas de aquellos dirigentes

que deciden volcarse a este tipo de estrategias. En este sentido la eleccin del ao2009 constituy uno de los eventos que evidencian la envergadura de muchos delos candidatos postulados mediante listas peronistas disidentes.

La participacin electoral en listas disidentes de dirigentes justicialistasque, en su momento, alcanzaron posiciones destacadas de gobierno dentro delPJ, constituye un fuerte indicador de la importancia que ha adquirido esta estra-tegia. No es un dato menor que en 2009 hubiera nueve ex gobernadores o exvicegobernadores provinciales participando como candidatos a legisladores na-cionales en ese tipo de listas (ver Tabla 2). La mitad de ellos pudo acceder al

cargo que aspiraba. Tambin en esa misma eleccin se postularon a senadoresnacionales al menos dos funcionarios que al momento de los comicios eranintendentes o ex intendentes del PJ, situacin que se dio en los distritos de LaPampa y Crdoba, sin embargo ninguno de ellos obtuvo cargos2.

De cara a las elecciones nacionales de 2011, el ex presidente EduardoDuhalde ha asegurado que posiblemente se postule como candidato presidencialpor afuera del PJ3. De concretarse esa situacin, se convertira en el segundo

2 Cabe aclarar que si bien Eduardo Accastello no gan la banca de senador nacional por Crdobaa la que se postulaba, su fuerza partidaria disidente obtuvo una banca a diputado nacional.



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candidato disidente del peronismo que, en su momento, logr alcanzar la presi-dencia de la Nacin4. El punto central de todo esto radica en que la crecientevocacin de ex gobernadores y ex vicegobernadores peronistas por apelar a este

tipo de estrategias implica un crecimiento tanto cuantitativo como cualitativo delfenmeno disidente. Los casos de Ramn Puerta (Misiones), Carlos Reutemann(Sante Fe) y Walter Wayar (Salta) evidencian la relevante trayectoria partidaria quemuestran los candidatos de estas formaciones partidarias. En los aos de los reno-vadores y del Frente Grande la estrategia disidente estaba reservada, en su mayo-ra, a dirigentes de segunda lnea que iban en ascenso en sus carreras polticas.Pareciera que dicha tendencia se ha revertido luego de la llegada de Nstor Kirchneral poder, y tambin puede afirmarse que las trayectorias partidarias de los disiden-tes, en la actualidad, son mucho ms relevantes que dcadas atrs.

En una organizacin partidaria de tanta relevancia en la arena polticanacional como lo es el PJ, estos indicadores constituyen un fuerte llamado deatencin respecto del rol que juegan sus propios presidentes y gobernadoresquienes, como hemos visto, muchas veces conforman listas para enfrentar a lasde su propio partido de origen, sino tambin respecto del tipo de roles o trayec-torias partidarias que el PJ brinda a quienes accedieron anteriormente a funcio-nes de relevancia en las listas que llevaban su sello oficial.

De producirse en los prximos comicios un incremento de esta atpica

situacin que implica el abandono de las listas oficiales del PJ por parte dedirigentes de gran relevancia, como aquellos que en su momento alcanzarongobernaciones, para intentar proseguir con sus carreras partidarias por afueradel PJ, el partido podra comprometer el futuro en su propia organizacin dedirigentes de primer rango.

Conclusiones

Las disidencias electorales peronistas muestran una serie de caractersticasespecficas que nos ayudan a repensar algunos de los postulados tradicionales so-bre el rol de los ejecutivos nacionales y provinciales en la organizacin partidaria.De hecho en este trabajo hemos presentado la capacidad que tienen tanto lospresidentes como los gobernadores de origen peronista para impulsar listas disi-dentes en aquellos distritos en los que carecen de influencia sobre el PJ oficial.

3 Ver pgina web lapoliticaonline del 30 de abril de 2010.4

El primer ex presidente de la Nacin en ser candidato disidente peronista fue RamnPuerta.



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Si bien existe abundante evidencia para sostener a la literatura que hacehincapi en el papel jugado por los gobernadores como jefes provinciales delpartido, sobre todo para el caso del PJ argentino, aqu hemos mostrado que

existen importantes excepciones a algunos de sus postulados. A raz de los casosanalizados, hallamos situaciones en las cuales los propios gobernadores peronistastuvieron que renunciar al sello oficial del partido para impulsar a sus candidatospor afuera del mismo. Asimismo, encontramos que muchas veces la jefatura queejercan los gobernadores sobre su partido, al momento de armar las listas, eradiscutida, precaria o nula, y por ende se vieron obligados a competir en laselecciones generales contra sus propios opositores partidarios internos.

En segundo lugar, hemos mostrado que pese a ser jugadores importantesde la arena partidaria provincial, los gobernadores no son los nicos actores quepesan durante el proceso de conformacin de listas y candidaturas en el PJ en losrespectivos distritos. Tanto el presidente de la Nacin como otros gobernadorespueden encontrarse interesados en desarrollar armados polticos disidentes conel objetivo de desafiar el poder partidario de un ejecutivo provincial.

Tambin abordamos el problema del control del sello oficial del partido,una potestad que la literatura referida a los presidencialismos latinoamericanos engeneral, y al caso argentino en particular, le suele otorgar al presidente de la Na-cin. Sin embargo, los casos de disidencias analizados evidencian que el ejecutivo

nacional no necesariamente controla en todos los distritos el sello oficial de supartido. Al carecer de ese control los presidentes pueden alentar la conformacinde listas disidentes para postular a sus candidatos ms afines en cada provincia.

Otro postulado puesto a prueba fue aqul que sugiere que la competen-cia intrapartidaria del PJ se incrementa en aquellos distritos provinciales en losque el peronismo se encuentra en la oposicin y disminuye en aquellos en losque ocupa el puesto del oficialismo. A la luz de lo observado en el caso de lasdisidencias electorales ha sido posible determinar que, en un sentido contrarioal de esa afirmacin, las listas peronistas en competencia en elecciones generales

se incrementaron en aquellos distritos controlados por el peronismo. De hechoapenas un tercio de las listas disidentes analizadas, bajo presidencias peronistas,tuvieron lugar en provincias en las que el PJ se encontraba en la oposicin.

Asimismo hemos indagado sobre el incremento de dirigentes con des-tacadas carreras partidarias en listas disidentes en los ltimos comicios. En lasdos primeras dcadas posteriores a la transicin democrtica las disidencias nohaban sido la primera opcin estratgica de las facciones disconformes con lacpula del PJ oficial local, y la mayora de sus candidatos tenan trayectorias y

roles secundarios en el partido. En cambio tras la llegada de Nstor Kirchner ala presidencia de la Nacin se ha desatado una dinmica que impact en las



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disidencias tanto en forma cuantitativa se triplicaron las disidencias desde2003 como cualitativa: algunos ex gobernadores y hasta un ex Presidenteperonista, que quedaron fuera de las listas oficiales del PJ, se postularon por

afuera en el perodo 2003-2009.Cabe resaltar tambin que hemos encontrado algunas respuestas tentati-vas a la pregunta que lanzamos al inicio de este escrito. Efectivamente el selloimporta en el caso del PJ argentino, e importa a un punto tal que sus dirigentesson capaces de alentar listas por afuera del partido para desafiarlo y, de ser posi-ble, llegar a presidirlo o, al menos, controlarlo. Los casos de Antonio Cafiero(1988) y Nstor Kirchner (2008) nos muestran dos dirigentes que, tras alentardisidencias, presidieron el PJ nacional. Asimismo, es preciso sealar que dada lagran cantidad de legisladores nacionales peronistas que alcanzaron sus bancastras concurrir a los comicios con listas disidentes, para la ciudadana en general,y para los votantes en particular, claramente el sello no siempre importa.

Es probable que el hecho de que este tipo de listas haya crecido tanto ennmero como en relevancia se vincule al tipo de apoyos que las mismas reciben de distintos gobernadores o del propio presidente y a las trayectorias partidariasde los dirigentes que ltimamente se han decidido a participar mediante estaestrategia electoral. Esto ltimo se concatena a los desprendimientos partidarios,relativamente exitosos, que sufri la UCR. De hecho algunos de sus ms encum-

brados dirigentes decidieron conformar partidos propios (tales como el ARI, Re-crear o GEN). Sin embargo, no termina de quedar claro por qu los peronistasgeneralmente retornan a las listas oficiales mientras que los radicales escindidoscontinan en sus propios espacios, y tampoco se termina de entender por qu losgobernadores de la UCR (ni sus presidentes) han alentado este tipo de listas.Quedarn estas cuestiones planteadas como agendas de investigacin.

Como corolario podemos afirmar que si bien los dirigentes peronistashan mostrado una tendencia creciente a candidatearse por afuera de su partido,los dirigentes disidentes con trayectorias ms destacadas emprendieron la disi-

dencia con el objetivo de lograr el liderazgo del PJ oficial, a nivel nacional oprovincial. De hecho, ms all de alguna excepcin, los peronistas disidentes secuidan a la hora de mostrar rechazos explcitos hacia los smbolos oficiales delpartido, es ms, cuando las listas disidentes intentaron tomar prestados esosconos fue la Justicia Electoral la que tuvo que prohibirles su utilizacin. Locierto es que al tratarse de una dinmica cada vez ms relevante para el PJ oficial,persiste el interrogante sobre por qu la misma an no ha captado una granatencin por parte de la literatura que indaga sobre los partidos polticos, y en

particular sobre sus dilemas organizativos internos.



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Resumen

Este artculo analiza el rol de los presidentes ygobernadores peronistas en el armado de laslistas disidentes para competir en contra delPartido Justicialista (PJ) oficial en elecciones le-gislativas nacionales. Gran parte de la literaturainteresada en estudiar las caractersticasorganizativas del PJ afirma que los gobernado-res son los agentes ms importantes en el arma-do de listas de legisladores nacionales y que su

competencia intrapartidaria disminuye en losdistritos peronistas. Sin embargo, a partir de laevidencia emprica extrada del estudio siste-mtico de las disidencias creemos que esos pos-tulados dejan interrogantes. La evidencia aqupresentada revela que el presidente tambin

juega un rol en el armado de esas listas, y que lasdisidencias son ms frecuentes en los distritosperonistas que en los no peronistas.

Palabras clave

partidos polticos organizacin partidaria Partido Justicialista gobernadores Argentina

Abstract

This article analyzes the role of peronistpresidents and governors in the formation ofdissident peronist lists competing against thePartido Justicialista (PJ) official structure innational legislative elections. Much of the

literature analyzing the PJ organizationalfeatures argues that peronist governors are themajor political actors assembling of candidateslists for congressional elections and that intra-party competition within the PJ decreases in

peronist districts. However, empirical evidencefrom the systematic study of peronist dissidenceindicates that these proposals do not tell theentire story. The evidence hereby presentedreveals that the president also plays a role in

designing legislative tickets challenging thepower of either governors or provincial partybosses, and that dissidence is more frequent indistricts run by peronist governors than inprovinces ruled by other parties.

Key words

political parties party organization Partido Justicialista governors Argentina



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GRFICO 1Listas peronistas disidentes presentadas para presidente, senador o

diputado nacional (1983-2009)

Fuente: Elaboracin propia en base a datos de la Direccin Nacional Electoral, Ministerio

del Interior.



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GRFICO 2Dirigentes peronistas electos para los cargos de diputados y senadores

nacionales mediante listas disidentes (1983-2009)

Fuente: Elaboracin propia en base a datos de la Direccin Nacional Electoral, Ministeriodel Interior.

GRFICO 3Listas peronistas disidentes, patrocinadas por un presidente o gobernador(1991-2009)

Fuente: Elaboracin propia en base a datos de la Direccin Nacional Electoral y a fuentesperiodsticas del perodo 1991-2009.



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TABLA 1Listas peronistas disidentes para cargos legislativos nacionales, durante

Presidencias del PJ, segn el color poltico del Gobernador del distrito en

el que ocurri la disidencia (1991-2009)


TABLA 2Candidatos a legisladores nacionales y legisladores nacionales electos, que

concurrieron mediante listas peronistas disidentes en 2009 y que,previamente, fueron gobernadores o vicegobernadores por listas del PJ oficial



¿el sello importa? el rol partidario de los ejecutivos nacionales y provinciales a la luz de las...

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