EL SAPO DE PIEDRA

A cinco kilómetros de Monzón se encuentra Orgo Tancuy, lugar donde se aprecia un enorme sapo de piedra que mira y vigila a los pobladores de Maravillas, Caunarapa, Uchucchaca y otros lugares aledaños.

La gente de estos lugares cuenta que el sapo gigante fue enviado por el dios sol para que proteja las cosechas y los sembríos de la hoja de coca y le encomendó destruir a los malvados y asaltantes que pululan cual plagas en estas zonas. Las personas que cometían abusos eran castigados, bien el sapo arrasaba con las propiedades, plantaciones y cosechas, bien los postraba en la cama con una enfermedad terminal.

Su rigurosidad y crueldad aterrorizada a las personas de la zona, quienes asustados y con el fin que no lo atacara empezaron a regalar al cerro Orgo Tancuy, coca, caramelos, aguardiente, entre otros productos. Fue tanto el miedo que los buenos y los malos se unieron para protegerse unos a otros.

Viendo este hecho el sapo se sintió mas poderoso y pensó que podía enfrentarse al dios Inti (sol), quiso ser venerado como un dios. El inti al enterarse de los abusos que hacia el sapo gigante, monto en cólera y ordeno a Izazi, ser mágico de la selva, conocido entre los aldeanos como emisario y vengador del dios Inti, este con la rapidez de un rayo convirtió al gigantesco batracio en un sapo de piedra.

Aun hoy al pasar por Orgo Tancuy se puede contemplar al gigantesco batracio con un semblante colérico como si quisiera aplicar su justicia implacable y vengarse de Izazi y del dios Inti.