el sábado en la universidad

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El sábado en la universidad (DAVID G. CHACÓN A.) Dios prometió nunca abandonamos, y él cumple su palabra. Una de las experiencias que confirmó la dirección de Dios en mi vida ocurrió cuando estudiaba en la universidad. Ingresé en la carrera de Ingeniería en Sistemas y, gracias a Dios, aprobé todos los cursos en el primer ciclo universitario. Al acercarse el segundo, tuve que lidiar con la presencia de un curso, Dibujo Técnico, que siempre se dictó en sábado. Cómo adventista de nacimiento, desde niño recibí la instrucción de guardar cuidadosamente el día del Señor, yeso quedó atesorado en mí hasta el día de hoy. Oré al Señor, rogándole que me diera una solución y permitiera ablandar el corazón de los profesores con el fin de que me permitieran no matricularme en ese curso, o llevado en otro horario. En el proceso de matriculación, le dije a la profesora consejera: -Soy adventista, y no llevaré ese curso en día sábado. Para ella, mi decisión era utópica y me dijo: -David, entiendo que seas adventista; sin embargo, nada malo haces al estudiar en sábado. ¿Crees que Dios no te podrá comprender? ¡Esto es para tu bien! Si esto te hiciera ganar algún dinero para tu provecho personal, consideraría que esto estaría mal, pero no ganarás ni un centavo. Así que, hacer esto no es malo. Resuelto a cumplir con el mandato de Dios, salí ratificando mi decisión de no asistir a clases en sábado. Busqué al profesor del curso y le dije: - Profesor, soy adventista del séptimo día y guardo el sábado. Por consiguiente, no llevaré el curso que usted dicta en sábado. Él me interrumpió y me dijo, en tono sarcástico: -¡Yo también soy adventista! Recuerdo sus palabras increpantes con el objetivo de disuadirme, haciéndome notar que perdería un curso necesario para mi carrera. Además, alegó que el curso requería tiempo y no podían dejarse trabajos para que se los entregara otro día. Dejé el curso para más adelante, me matriculé en los otros, y el ciclo concluyó. Mis compañeros me decían: -¡Estás perdiendo un curso! ¡Qué tonto! ¿Acaso es malo estudiar en sábado? En realidad, únicamente un cristiano puede entender el significado de guardar el sábado. No hice caso de esos comentarios. Cada fin de semestre me arrodillaba ante Dios y, con lágrimas, le rogaba que me diera una solución. Pero pasaban los ciclos de estudio y el curso seguía dictándose en sábado, como hasta hoy. Cada consejero tiene la obligación de revisar la carga de estudios de los alumnos, para que estos no e salteen asignaturas. Sin embargo, como ya había pasado tanto tiempo, a mí ni me consideraban eso, pues sobrentendían que ya había aprobado el curso.

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Page 1: El sábado en la universidad

El sábado en la universidad

(DAVID G. CHACÓN A.)

Dios prometió nunca abandonamos, y él cumple su palabra.

Una de las experiencias que confirmó la dirección de Dios en mi vida ocurrió cuando

estudiaba en la universidad. Ingresé en la carrera de Ingeniería en Sistemas y, gracias a Dios,

aprobé todos los cursos en el primer ciclo universitario. Al acercarse el segundo, tuve que lidiar

con la presencia de un curso, Dibujo Técnico, que siempre se dictó en sábado. Cómo adventista

de nacimiento, desde niño recibí la instrucción de guardar cuidadosamente el día del Señor, yeso

quedó atesorado en mí hasta el día de hoy. Oré al Señor, rogándole que me diera una solución y

permitiera ablandar el corazón de los profesores con el fin de que me permitieran no

matricularme en ese curso, o llevado en otro horario.

En el proceso de matriculación, le dije a la profesora consejera: -Soy adventista, y no

llevaré ese curso en día sábado.

Para ella, mi decisión era utópica y me dijo: -David, entiendo que seas adventista; sin

embargo, nada malo haces al estudiar en sábado. ¿Crees que Dios no te podrá comprender? ¡Esto

es para tu bien! Si esto te hiciera ganar algún dinero para tu provecho personal, consideraría que

esto estaría mal, pero no ganarás ni un centavo. Así que, hacer esto no es malo.

Resuelto a cumplir con el mandato de Dios, salí ratificando mi decisión de no asistir a

clases en sábado.

Busqué al profesor del curso y le dije: - Profesor, soy adventista del séptimo día y guardo

el sábado. Por consiguiente, no llevaré el curso que usted dicta en sábado.

Él me interrumpió y me dijo, en tono sarcástico: -¡Yo también soy adventista!

Recuerdo sus palabras increpantes con el objetivo de disuadirme, haciéndome notar que

perdería un curso necesario para mi carrera. Además, alegó que el curso requería tiempo y no

podían dejarse trabajos para que se los entregara otro día.

Dejé el curso para más adelante, me matriculé en los otros, y el ciclo concluyó. Mis

compañeros me decían: -¡Estás perdiendo un curso! ¡Qué tonto! ¿Acaso es malo estudiar en

sábado?

En realidad, únicamente un cristiano puede entender el significado de guardar el sábado.

No hice caso de esos comentarios.

Cada fin de semestre me arrodillaba ante Dios y, con lágrimas, le rogaba que me diera una

solución. Pero pasaban los ciclos de estudio y el curso seguía dictándose en sábado, como hasta

hoy. Cada consejero tiene la obligación de revisar la carga de estudios de los alumnos, para que

estos no e salteen asignaturas. Sin embargo, como ya había pasado tanto tiempo, a mí ni me

consideraban eso, pues sobrentendían que ya había aprobado el curso.

Page 2: El sábado en la universidad

A finales del sexto ciclo, la Universidad estableció un sistema de matrículas más ordenado

e informaron los cursos que se dictarían al siguiente, con el horario correspondiente. Allí llegó la

respuesta de Dios. Cada vez que me matriculaba, lo primero que hacía era buscar el horario de

ese curso, y siempre era en sábado. Pero ese día, al observar el horario, salté de emoción y dije:

"¡Gracias, Dios mío!" El curso se dictaría el martes por la tarde. Sin dudado, me inscribí. Lleno

de felicidad, fui a mi casa y, al pie de mi cama, agradecí a Dios por lo que había hecho.

Al comenzar el nuevo ciclo, fui uno de los primeros en asistir a esa asignatura; pero

parecía que yo era el único, pues nadie llegaba, ni siquiera el profesor. Temiendo que se hubiera

cambiado el horario nuevamente al sábado, fui a la Facultad y me enteré de que, gracias a Dios,

se había cambiado del martes al jueves.

Dios cambió el horario de ese curso por sus hijos, pues yo no era el único que tenía ese

problema. Cuando llegué a clases, encontré a una hermana de la iglesia sentada en ese salón.

Si enfrentas problemas para guardar el sábado, nunca dudes de Dios. Si crees que, bajo las

circunstancias, has hecho todo lo posible para evitar sacrificar el sábado, confía en Dios; él tiene

una salida para tu problema. Además, no creas que eres el único que ruega a Dios por soluciones.

Así como en los tiempos de Elías, existen "siete mil" personas que no doblaron sus rodillas

frente al dios de este mundo y son fieles al verdadero Dios.

- DAVID CHACÓN A. es miembro de la iglesia de Pardo, Cusco, Rep. del Perú. Se le puede ese a: [email protected]

- Fuente: REVISTA ADVENTISTA – MAYO 2008