el río colorado

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El río Colorado Víctor Fairén Cuestiones 1 y 2. No ofrecen dificultades. Junio de 1995 y de 2001 fuero, respectivamente los meses de mayor y menor espesor de nieve, y, claramente, son datos puntuales y de eventual interés meteorológico peo no climático. Los promedios de mayo en los períodos 1969-88 y 1989-2009 fueron, respectivamente, de 109 de 93. Claramente, la nieve acumulada durante el mes de mayo ha disminuido en el segundo período. Analizando la Figura 6 vemos que, con la excepción de junio, todos los demás meses tienen un comportamiento “parecido” al de mayo. Las anomalías en junio son claras y son datos que deberían descartarse por la simple razón de que junio, por razones obvias, es un mes nada significativo para hablar de espesor de nieve. Dicho esto, en la figura y en la tabla se observa que los años del 87al 92 fueron de alto déficit, al igual que el 94. A partir de 1998 vuele a haber déficit, acusado en 2002 y 2004. Es natural que 1989-2008 esté por debajo de 1968-88 habida cuenta de los buenos espesores en los años 70 y principios de los 80. He trazado dos rectas negras para guiar el ojo sobre la Figura 6, descartando el mes de junio. Cuestión 3. En la Figura 7 tenemos varios períodos, claramente visibles, de sequía prolongada. He numerado los más relevantes por orden cronológico. Por lo que sabemos de climas históricos, llama la atención la número 3 ̶ bastante acusada y duradera, por cierto ̶ durante gran parte del siglo XII. Coincide con el parte álgida del Período Cálido Medieval. Durante aquella época el suroeste norteamericano sufrió repetidas y prolongadas sequías que llevaron al ocaso, entre otras consecuencias, de la cultura Anasazi. Para quien quiera saber algo más, está el libro de Brian Fagan, The Great Warming: Climate Change and the Rise and Fall of Civilizations (2010), en el que se dedican un par de capítulos al tema de forma divulgativa. Desde el punto de vista climático, la alternancia de períodos secos y húmedos en esa región viene condicionada por las condiciones en el océano Pacífico y, en especial, por la compleja interacción entre la ENSO y la Pacific decadal oscillation.

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cambio climatico

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  • El ro Colorado

    Vctor Fairn

    Cuestiones 1 y 2. No ofrecen dificultades. Junio de 1995 y de 2001 fuero, respectivamente los meses de mayor y menor espesor de nieve, y, claramente, son datos puntuales y de eventual inters meteorolgico peo no climtico. Los promedios de mayo en los perodos 1969-88 y 1989-2009 fueron, respectivamente, de 109 de 93. Claramente, la nieve acumulada durante el mes de mayo ha disminuido en el segundo perodo.

    Analizando la Figura 6 vemos que, con la excepcin de junio, todos los dems meses tienen un comportamiento parecido al de mayo. Las anomalas en junio son claras y son datos que deberan descartarse por la simple razn de que junio, por razones obvias, es un mes nada significativo para hablar de espesor de nieve. Dicho esto, en la figura y en la tabla se observa que los aos del 87al 92 fueron de alto dficit, al igual que el 94. A partir de 1998 vuele a haber dficit, acusado en 2002 y 2004. Es natural que 1989-2008 est por debajo de 1968-88 habida cuenta de los buenos espesores en los aos 70 y principios de los 80.

    He trazado dos rectas negras para guiar el ojo sobre la Figura 6, descartando el mes de junio.

    Cuestin 3. En la Figura 7 tenemos varios perodos, claramente visibles, de sequa prolongada. He numerado los ms relevantes por orden cronolgico. Por lo que sabemos de climas histricos, llama la atencin la nmero 3 bastante acusada y duradera, por cierto durante

    gran parte del siglo XII. Coincide con el parte lgida del Perodo Clido Medieval. Durante aquella poca el suroeste norteamericano sufri repetidas y prolongadas sequas que llevaron al ocaso, entre otras consecuencias, de la cultura Anasazi. Para quien quiera saber algo ms, est el libro de Brian Fagan, The Great Warming: Climate Change and the Rise and Fall of Civilizations (2010), en el que se dedican un par de captulos al tema de forma divulgativa. Desde el punto de vista climtico, la alternancia de perodos secos y hmedos en esa regin viene condicionada por las condiciones en el ocano Pacfico y, en especial, por la compleja interaccin entre la ENSO y la Pacific decadal oscillation.

  • Por lo cierto, aprovecho la ocasin para mostrar una evidencia de sequa en el suroeste norteamericano por medio de una muestra dendrocronolgica. La foto superior nos descubre 150 aos en la vida de un abeto a travs de sus anillos. Fjense en los que hay entre 1550 y 1610 (aprox.), ms estrechos que los dems, lo cual indica sequa. Si miramos la Figura 7, enseguida identificamos esta sequa como la marcada con el nmero 7.

    En cuanto a la Figura 8, identificamos varios perodos de sequa. Uno claro es el transcurrido durante la dcada de los aos 30 del pasado siglo. Es el perodo llamado Dust Bowl, una de las mayores sequas que se recuerdan y que afect especialmente al centro y tambin al oeste de Norteamrica. Tambin resalta la sequa de principios de este siglo (2000-04), una de las ms intensas registradas. Pueden leer ms sobre ella en

  • http://oregonstate.edu/ua/ncs/archives/2012/jul/chronic-2000-04-drought-worst-800-years-may-be-%E2%80%9Cnew-normal%E2%80%9D

    Cuestin 4.

    He sealado durante el perodo solicitado los intervalos significativos de dficit o supervit, numerndolos, correspondientemente, en ambas figuras. Se observa que este paralelismo indica una correlacin entre el caudal anual y el espesor de nieve, lo que es de esperar a la vista de que la nieve es la principal fuente de agua del ro.

    Perodos (aprox): 1975-77 (1); 1982-86 (2); 1987-92 (3); 1992-99 (4); 2000-04 (5).

  • Cuestin 5. Comparemos, primero, las reservas de los dos embalses entre s. A partir de 1963 el primer ao para el lago Mead tenemos que descontar el perodo transitorio de llenado de ste (1 ao aprox.). Distinguimos:

    1- Desde mediados de los 60 hasta mediados de los 80, un llenado progresivo de ambos hasta alcanzar plena capacidad.

    2- A partir de principios de los 80, el lago Mead va perdiendo capacidad mientras que el Powell guarda su capacidad mxima (con fluctuaciones estacionales) hasta bien entrados los 80.

    3- Hay un incremento en ambos en los 90, ms pronunciado y duradero en el Powell, seguido de un descenso en ambos al principio de los 2000, seguido de una recuperacin, ms sostenida en el Powell que en el Mead

    Veamos ahora lo que nos dice la Figura 8. Recordemos que es el caudal medido en Lees Ferry, casi al pie de la presa Powell (http://en.wikipedia.org/wiki/Lee%27s_Ferry), luego la compararemos con el nivel del embalse Powell.

    1- En la primera mitad de la dcada de los 80, el embalse Powell est casi al mximo de su capacidad, desembalsa agua y el caudal en Lees Ferry (aguas abajo) es alto. Disminuye el nivel de Powell a partir de 1987 y as lo hace el agua desembalsada.

    2- A partir de 1992, vuelve a subir el nivel de Powell y, correspondientemente, el agua desembalsada y el caudal del ro.

    3- A partir de 1998-99, el nivel de Powell vuelve a disminuir y lo acompaa en esta disminucin el agua desembalsada.

    4- Se invierte la tendencia a partir de 2004. Suben Powell y el caudal en Lees Ferry, aunque en menor grado a como lo hicieron en las dos dcadas finales del siglo anterior.

    Queda claro que el nivel del lago Powell y el caudal en Lees Ferry estn correlacionados.

    Veamos el embalse Mead. Ya veamos que Mead segua, slo muy aproximadamente, la tendencia de las variaciones de Powell. Fijmonos, por ejemplo, los aos a partir de 1980. Siguen unos aos en que Powell est prcticamente lleno y el caudal es de los mayores del siglo XX. Qu le pasa a Mead mientras tanto? Pues que disminuye su nivel. Tendr un tmido rebrote a finales de los 90 para despus seguir su cada.

    Si Powell y su desembalse siguen historias paralelas, la razn por la cual Mead no se acompasa habremos de encontrarla en la regulacin de Mead, es decir, en el agua extrada. Simplemente, Mead suelta agua a un ritmo distinto a la que recibe porque regula todo el consumo humano aguas abajo, mientras que Powell no es ms que un embalse auxiliar de regulacin del propio Mead.

    Cuestin 6. Esta cuestin es relativamente simple y slo demanda un poco capacidad de observacin. Adems, las propias fotos dan las pistas. Por ejemplo, Saddle Island y Black Island dejan de serlo en 2003. La Lake Mead Marina y Hemenway Harbor quedan a seco y Rock Island gana tamao.

  • Cuestin 7. La figura 14 no es ms que una grfica histrica oferta-demanda y su proyeccin a futuro. Hemos visto cmo, a partir de finales de la dcada de los 80, las precipitaciones tienden a disminuir. As se refleja en la grfica. Mientras, la demanda (curva roja) aumenta linealmente, habiendo sobrepasado la oferta a principios del presente siglo. Recordando, de la cuestin 5, que la demanda a lo largo del curso del ro se satisface, bsicamente, a partir del lago Mead (los grandes acueductos y canales de extraccin de agua se hallan aguas abajo lneas en rojo en la Figura 9), no son de extraar tanto el comportamiento del nivel del lago Mead como las conclusiones que hemos extrado en la cuestin 5. El primero que sufre el aumento de la demanda es el lago Mead, mientras que el Powell lo hace en el caso en que las precipitaciones disminuyan. Si las proyecciones de la Figura 14 son fiables, la intervencin en la cuenca del Colorado para hacerla sostenible, tendr que hacerse en la demanda porque la oferta, con sus variaciones decadales, no podr seguir a aquella.

    Cuestin 8.

    1) Los datos histricos de nieve acumulada de la Figura 6 son claramente insuficientes para responder a la pregunta. Para hablar de cambio climtico actual necesitaramos una perspectiva temporal que la serie de la Figura 6 no ofrece. Intercalada dentro de la perspectiva de un perodo bastante ms amplio, de 100-200 aos, por ejemplo, podra llegar a mostrar una tendencia marcada y distintiva que nos permitiese hablar de cambio en un sentido climtico. Aun as, tendramos que llegar a probar que ese cambio no es estrictamente natural. Porque la cuenca del Colorado, como prueba la Figura 7, ha sufrido variaciones naturales de envergadura en los ltimos 1.200 aos, y los datos instrumentales de los ltimos 100 aos (lnea roja en Figura 7) estn dentro de esa misma tnica. No se puede excluir el origen natural, ni tampoco probar una eventual influencia humana. Lo mismo ocurre con la Figura 6: nada hace descartar que no estemos ante variaciones naturales. El calentamiento global es incuestionable pero las consecuencias climticas en la actualidad no estn claras; entre otras, eventuales variaciones en el nivel de precipitaciones.

    2) Las proyecciones del IPCC , reflejadas en la Tabla 2, muestran unos datos poco concluyentes. Cojamos la proyeccin anual para 2035. La distribucin generada por los 42 modelos tiene una cota mnima de -4% (4% disminucin de precipitaciones con respecto a la actualidad) y una cota mxima de 6%. Pero lo importante es que el 75% de las proyecciones caen por debajo del 3%, una cantidad nada significativa. Mejoran, aparentemente, las cifras para los aos 2065 y 2100 pero, en realidad, lo nico que ocurre es que aumenta la dispersin de proyecciones (indeterminacin). En definitiva, para el ao 2015, dentro de 20 aos, se esperan cambios poco significativos en cuanto a precipitaciones.

    3) Por lo poco que hemos visto aqu, la respuesta es inequvoca: la cuenca del Colorado necesita decisiones urgente si se desea hacerla sostenible. Incluso en el caso favorable de mantener un nivel de precipitaciones como el actual, el crecimiento de la extraccin de agua es inasumible (incluyendo las numerosas prdidas por evaporacin, en el transporte, etc.). En 2009 el Departamento de Interior de los EEUU financi un estudio sobre riesgos y mitigaciones en la cuenca del Colorado (http://www.usbr.gov/lc/region/programs/crbstudy.html). Entre otros, ese estudio

  • compara los costes de diversos tipos de intervencin. La Figura siguiente ofrece un resumen grfico.

    Los costes de cada medida estn evaluados miles de dlares por unidad de volumen de agua afectada ao (volumen medido en acre-pie= 1.234 m3). Para entenderlo, cojamos por ejemplo una medida (la ms cara) que consiste en cubrir todos los canales construidos en la cuenca para controlar la evaporacin. Vendra a costar unos 15.000$ por cada acre-pie ao. Si vamos a la Figura 8 vemos que un valor medio aceptable para el caudal anual del ro son 15 millones acre-pies. Multiplicamos los 15.000$ por esa cantidad y nos sale 225.000 millones de dlares cada ao!

    La medida de cubrir los canales es un tanto disparatada pero existen otras ms baratas, como indica el grfico. Por ejemplo, la reutilizacin de aguas depuradas. Coste: menos de 2.000$ por acre-pie ao, unos 32.000 millones de dlares cada ao unos 800 dlares por habitante. O mucho ms baratas como la conservacin de agua dedicada a la agricultura o la adecuada gestin de bosques.

    Concluyo recordando cul es la enseanza de este ejercicio: cuando oigan hablar de una sequa y restricciones de agua en California o en el suroeste de EEUU, no salten enseguida diciendo que es culpa del cambio climtico.

    El ro Colorado