el renacimiento en la arquitectura y la pintura

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El Renacimiento. Principales características aplicadas a la arquitectura y pintura. Arquitectura: Iglesia del Santo Spirito Pintura: El nacimiento de Venus

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El Renacimiento. Principales características aplicadas a la arquitectura y pintura.

Arquitectura: Iglesia del Santo Spirito Pintura: El nacimiento de Venus

Sin renunciar a todo aquello que conlleva la mentalidad cristiana, el hombre del Renacimiento vuelve los ojos a la Antigüedad

grecolatina, puesto que ve en ella la encarnación de una serie de ideales que no se reconocen en la Edad Media. Se considera que en

la Antigüedad, el hombre y la búsqueda racional de la verdad eran los ejes fundamentales en torno a los que giraba todo. Estos dos

aspectos son precisamente los que se desea rescatar para colocar al ser humano en el centro de la Creación, lugar que fue ocupado

por Dios a los largo de toda la Edad Media. Por este motivo, se inicia un exhaustivo estudio de todos los ámbitos culturales del

pasado grecolatino lo que implica el análisis de la arquitectura, los tratados, la mitología y la literatura. Comienza un nuevo método

de estudio y análisis de la realidad que se basa en la observación, la formulación de una ley y su comprobación.

Generalidades

Los italianos del siglo XIV creían que el arte, la ciencia y la cultura habían florecido en la época clási­ca, que todas esas cosas

habían sido casi destruidas por los bárbaros del norte y que a ellos les correspondía reavivar el glorioso pasado trayéndolo a una

nueva época.

Analizaremos las características de esta época mediante su visualización en dos ejemplos de la arquitectura y la pintura:

Iglesia del Santo Spirito, Brunelleschi El nacimiento de Venus, Boticcelli

Pero sería enteramente equivocado, no obstante, imaginar que este estudio del arte griego y romano originó el Renacimiento. Más bien

fue al contrario. Los artistas que vivían en torno a Brunelleschi suspiraban tan apasionadamente por un renacer del arte que se

volvieron hacia la naturaleza, la ciencia y las reliquias de la antigüedad para conseguir sus nuevos propósito.

Fue llamado "inventor y gobernador de la cúpula mayor".

La consideración y el nuevo el papel del arquitecto en una

obra fue también consolidado por Brunelleschi, pues todo

estuvo bajo su dirección abriendo el camino del

arquitecto/tracista, cuya consideración intelectual le aleja del

artesano que trabaja con las manos. 

Iglesia del Santo Spirito de Florencia

En 1436 Brunelleschi realizó una maqueta en madera del proyecto y en 1444, dos años antes de su muerte, comenzaron las obras de

la iglesia. Su construcción se paralizó tras su muerte en 1446 y fue reanudada en 1452 por Antonio Manetti, discípulo y biógrafo de

Brunelleschi, Giovanni da Giaole y Salvi d’Andrea. En 1470 un incendio destruyó el convento agustiniano del siglo XIII que se

situaba al lado de las obras de la iglesia del Santo Spirito, quedando las obras de la misma gravemente afectadas. Cuando las obras

se retomaron se introdujeron variaciones al modelo original de Brunelleschi. Las obras concluyeron en 1487, 40 años después de la

muerte de Brunelleschi.

Si bien Brunelleschi debió su formación a la cultura

científica florentina, no es menos cierto que fue uno de los

hombres que más contribuyó a crear la imagen de Florencia

como Nueva Roma, como cuna del nuevo arte que estaba

surgiendo.

La vinculación que existía entonces entre dos profesiones que hoy diferenciamos, como son las de ingeniero y arquitecto, se pone de

manifiesto en el hecho de que Brunelleschi, además de ocuparse de obras de fortificación, hiciera relojes e ingenios para transportar

materiales a la obra.

Brunelleschi no sólo fue el iniciador de la arquitectura del Renacimiento. Se cree que a él se le debe otro importante descubrimiento

en el terreno del arte,que ha dominado también el de los siglos subsiguientes: la perspectiva, pero no basada en la intuición, sino

que llegó a conocer las leyes matemáticas por las cuales los objetos disminuyen de tamaño a medida que se alejan de nosotros.

Utiliza el bicromatismo para enfatizar esa perfección geométrica

del diseño que tanto debe a la perspectiva.

En la arquitectura renacentista italiana, dentro de la tipología de edificios civiles, encontramos el palacio y la villa. En el ámbito

religiosos, se seguirán construyendo interesantes templos con planta de cruz latina que recrean el esquema basilical como en este

caso, en donde la capacidad de Brunelleschi para integrar la tradición en la nueva arquitectura que ya demostró en la cúpula de la

Catedral de Santa María del Fiori.

Aplicando sus conocimientos de óptica y matemáticas demostró la correspondencia existente entre la visión del ojo humano y el

nuevo sistema de representación basado en la perspectiva.

Los edificios se cubren con cúpulas

o bóvedas de cañón decoradas con

casetones.

Los principales elementos decorativos son los grutescos, candelieri, guirnaldas, putti, figuras de

origen mitológico y fantástico, medallones, etc. que introducen una nota de fantasía en los

edificios renacentistas, caracterizados por la rigurosa aplicación de la matemática y la

geometría en un claro intento por conseguir la perfección encarnada por el ideal clásico.

La columna, al modo clásico, adquiere una importancia de primer orden y, a la vez que se

respetan sus proporciones, su altura resulta aumentada mediante la inclusión de un

fragmento de entablamento sobre el capitel. El tipo de arco empleado de una manera

generalizada es el de medio punto, el mismo que encontramos en las construcciones

romanas.

También la luz en la arquitectura

de Brunelleschi es nueva con

respecto a lo anterior, pues se trata

de una luz racional, limpia y

blanca. En el caso de Santo Spirito

contribuye a crear una sensación de

unidad espacial, ya que es la luz

de la nave central la que ilumina

toda la iglesia.

La luz en la nueva arquitectura religiosa del Quattrocento

ya no será un factor que genere percepciones espaciales

ajenas a la realidad terrena del hombre -tal como ocurría

con las luces coloreadas de las vidrieras de las catedrales-

sino todo lo contrario: la luz ahora permite al ojo del

hombre medir el edificio, esa arquitectura hecha a su

medida.

Esa idea del hombre como centro del universo, que está

presente en toda la cultura y el pensamiento renacentistas,

tuvo una de sus manifestaciones en la nueva arquitectura

religiosa, pues hasta el espacio sagrado, con sus

proporciones y su luz racional, se hizo a la medida del

hombre.

La construcción de Santo Spirito se basó en las

dimensiones humanas.

Comparación de la horizontalidad de las iglesias

renacentistas vs. la verticalidad de las iglesias góticas.

El nacimiento de Venus

El Nacimiento de Venus es una de las obras más famosas de Botticelli. Fue pintada para un miembro de la familia Médici, para

decorar uno de sus palacios de ocio en el campo. El tema mitológico era habitual en estos emplazamientos campestres, surgiendo

imágenes como la Primavera o Venus y Marte. Venus es la diosa del amor y su nacimiento se debe a los genitales del dios Urano,

cortados por su hijo Cronos y arrojados al mar. El momento que presenta el artista es la llegada de la diosa, tras su nacimiento, a la

isla de Citera, empujada por el viento como describe Homero, quien sirvió de fuente literaria para la obra de Botticelli. Venus aparece

en el centro de la composición sobre una enorme concha; sus largos cabellos rubios cubren sus partes íntimas mientras que con su

brazo derecho trata de taparse el pecho, repitiendo una postura típica en las estatuas romanas de las Venus Púdicas. La figura

blanquecina se acompaña de Céfiro, el dios del viento, junto a Aura, la diosa de la brisa, enlazados ambos personajes en un estrecho

abrazo. En la zona terrestre encontramos a una de las Horas, las diosas de las estaciones, en concreto de la primavera, ya que lleva su

manto decorado con motivos florales. La Hora espera a la diosa para arroparla con un manto también floreado; las rosas caen junto a

Venus ya que la tradición dice que surgieron con ella.

Autor: Sandro Botticelli, 1484

Técnica: Temple sobre lienzo

Tamaño: 278,5 cm × 172,5 cm

Localización: Galería Uffizi, Florencia

Durante el Renacimiento, el arte de la pintura conoce una importante evolución que tiene su punto de partida en la obra de

Giotto. Las peculiaridades de cada autor dificultan en sobremanera establecer los elementos definitorios de la pintura

renacentista, sin embargo se pueden señalar algunos aspectos comunes:

Técnicamente, Botticelli ha conseguido una figura magnífica aunque el modelado es algo

duro, reforzando los contornos con una línea oscura, como si se tratara de una estatua

clásica. De esta manera, el artista toma como referencia la Antigüedad a la hora de

realizar sus trabajos. Los ropajes se pegan a los cuerpos, destacando todos y cada uno de

los pliegues y los detalles. El resultado es un mayor realismo.

El cuerpo humano se convierte en una de las grandes preocupaciones de la plástica renacentista, como también lo había sido en el

mundo grecorromano. El conocimiento de la anatomía permitió la representación del cuerpo con mayor corrección y detallismo. Se

analiza desde todos los puntos de vista posibles y se emplea frecuentemente el escorzo. Se introducen la naturaliza y la arquitectura

dentro del cuadro como fondo en el que se desarrollan las escenas que se representan.

Las técnicas empleadas son el fresco, y el óleo, que hasta el siglo XV eran

absolutamente desconocidos ya que se empleaba el temple. Ese mismo siglo los

venecianos introducen otro gran invento: el lienzo. La técnica, en este caso es temple

sobre lienzo, lo que le permite trabajar el detallismo.

Composición en forma de triángulo, simétrica y dinámica. Predomina la línea sobre el

color, emplea una línea oscura que refuerza los contornos, como si se tratara de una

escultura clásica. Utiliza colores claros y suaves como sinónimo de pureza.

La representación del cuerpo

Este cuadro de Botticelli representa, no una leyenda cristiana, sino un mito clásico. Los poetas griegos y romanos fueron

conocidos a lo largo de todo el medievo, pero solamente en la época del Renacimiento, cuando los italianos trataron de

recuperar la primitiva gloria de Roma, tales mitos se hicieron populares entre la gente instruida. Para ésta, la mitología de los

tan admirados griegos y latinos era algo más que un alegre y delicioso cuento de hadas diríamos que esas libertades que

Botticelli se tomó con la naturaleza, con objeto de conseguir una silueta graciosa, realzan la belleza y la armonía del dibujo, ya

que hacen más intensa la impresión de un ser infinitamente tierno y delicado conducido a nuestras playas como un don del cielo

Desde los tiempos de la Roma clásica no se había vuelto a representar a esta diosa pagana desnuda y de tales dimensiones. El

desnudo femenino, considerado pecaminoso en el arte medieval cristiano, se recupera en el Renacimiento como símbolo de

inmaterialidad. Esta Venus no representa el amor carnal o el placer sensual sino que, con su postura y sus facciones finas, se

acerca más al ideal de inteligencia pura o saber supremo. Venus sustituye a la Virgen, expresando una fascinación hacia la

mitología, común a muchos artistas del Renacimiento.

Los temas son tanto religiosos como profanos de pendiendo siempre del comitente. Los encargos civiles se decantan por los

temas mitológicos, alegóricos e históricos. Son particularmente interesante las obras de orden mitológico y a menudo de gran

complejidad.

Los temas de representación

La figura de Venus, cuya postura se inspira en las Venus púdicas, muestra el ideal de belleza femenino de la época, con una

piel blanca con tonalidades ligeramente amarillas y rosáceas y una larguísima cabellera pelirroja que se mueve por efecto del

viento, ilustrando fielmente lo que ya defendiera Alberti en su tratado De pintura: " Deseo (...) que los cabellos (...) se

enrosquen como si fueran a anudarse, que ondulen en el aire imitando las llamas, que tan pronto se escurran como serpientes

por debajo de los otros cabellos como que se levanten por todos lados".

Encargada esta obra por Lorenzo de Pier

Francesco, muestra el interés resucitado por la

mitología clásica entre los humanistas. Nos

encontramos ante una obra que requería una

formación en mitología clásica para ser

correctamente interpretada buscándose con la

ejecución de éstas, además del deleite en su

contemplación, el ejercicio intelectual que

requería su visión correcta. Asimismo, hay que

interpretar esta obra dentro de la corriente

neoplatónica presente en los círculos humanísticos

de la época, según el cual. la obra representaría

la unión perfecta entre belleza, amor y verdad,

cualidades todas encarnadas en la diosa Venus.

La perspectiva es la gran conquista del pintor renacentista, que descubre la posibilidad de representar en un plano, es decir en

un elemento bidimensional, una tercera dimensión: la profundidad. En un primer momento este efecto se consigue a través de

la perspectiva lineal; luego llegará la perspectiva aérea. La primera es característica del Quattrocento. Si bien el cuadro no

tiene mucha perspectiva, es a través del mar y la vegetación que el autor consigue dar esa sensación de profundidad dentro

del cuadro.

La luz por lo general es conceptual, no podemos adivinar la procedencia ni el foco que la genera e ilumina todo el espacio por

igual. En el siglo xvi surge la idea de la luz dirigida que ilumina selectivamente; en este caso la luz es cenital y representativa,

destaca la zona central del cuadro, donde se encuentra Venus, y podemos ver que la zona derecha de la escena está un poco

más oscura.

La perspectiva

La luz

http://arteinternacional.blogspot.com.uy/

www.artehistoria.com

Gombrich, E.H; La Historia del Arte, Ed. Diana, Mexico, 1995

www.uv.es/mahiques/ENCICLOPEDIA/BRUNELLESCHI/SantoSpirito.pdf

Gallego Raquel, La historia del Arte, Ed. Editex, Madrid, 2009

https://es.wikipedia.org/wiki/El_nacimiento_de_Venus_(Botticelli)

Referencias

Realizado por María Pascale - 2016