el purgatorio en galicia

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El Purgatorio en Galicia El origen de la creencia cristiana en la existencia de un lugar intermedio entre Cielo e Infierno puede rastrearse en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento (Macabeos II, 12, 43-46; Hebreos 11, 35) como en el Nuevo (Mateo 12, 32; Lucas 12, 58-59…). También los Padres de la Iglesia (San Agustín, San Gregorio Magno, etc.) hacen referencia al papel de las oraciones de los vivos en la Salvación, así como a la purificación (refrigerium) de las Almas en el Seno de Abraham antes de su ingreso en el Paraíso. Sin embargo, como ha demostrado Jaques Le Goff, la idea del Purgatorio apareció tardíamente en la cristiandad occidental, al menos si nos referimos al mismo como un tercer lugar entre el Cielo y el Infierno destinado a una determinada categoría de seres humanos, pecadores pero veniales, y no a una noción difusa de estadios y/o fuegos purificadores en un momento posterior a la muerte aplicable a todo difunto. Le Goff fijó la aparición del sustantivo purgatorium en la documentación hacia 1170-80, aunque reconoce que antes de esa fecha existe toda una larga historia de imágenes y alusiones al mismo. En Galicia, tierra de Purgatorio más que de Infierno como luego veremos, hay testimonios documentales muy antiguos que se refieren al primero, aunque en ellos no se utilice la voz purgatorium. El más antiguo, de finales del siglo XI, se encuentra en el denominado Chronicon Iriense, narración histórica en latín de ambiente compostelano en la que se relatan las visiones que la reina Godo (noble gallega casada con el rey leonés Sancho Ordóñez) tuvo tras la muerte por envenenamiento de su esposo en el año 929. Doña Godo, viuda y retirada como monja en el monasterio de Castrelo do Miño, reza por su marido muerto y éste se le aparece, según el Chronicon, en dos ocasiones. En la primera lo hace encadenado por dos demonios y le dice: "Me estás ayudando" y, a continuación, "Persevera". Tras cuarenta días de ayunos y oraciones, Sancho se le presenta por segunda vez, ahora vestido de blanco y liberado del poder del diablo, contándole detalles sobre el Cielo y el Infierno y dejando en sus manos, cuando ella intenta abrazarlo, un trozo de su pelliza que, milagrosamente, coincidió con el que desde ese momento le faltaba al manto de

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El Purgatorio en Galicia

El origen de la creencia cristiana en la existencia de un lugar intermedio entre Cielo e Infierno puede rastrearse en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento (Macabeos II, 12, 43-46; Hebreos 11, 35) como en el Nuevo (Mateo 12, 32; Lucas 12, 58-59…). También los Padres de la Iglesia (San Agustín, San Gregorio Magno, etc.) hacen referencia al papel de las oraciones de los vivos en la Salvación, así como a la purificación (refrigerium) de las Almas en el Seno de Abraham antes de su ingreso en el Paraíso.

Sin embargo, como ha demostrado Jaques Le Goff, la idea del Purgatorio apareció tardíamente en la cristiandad occidental, al menos si nos referimos al mismo como un tercer lugar entre el Cielo y el Infierno destinado a una determinada categoría de seres humanos, pecadores pero veniales, y no a una noción difusa de estadios y/o fuegos purificadores en un momento posterior a la muerte aplicable a todo difunto. Le Goff fijó la aparición del sustantivo purgatorium en la documentación hacia 1170-80, aunque reconoce que antes de esa fecha existe toda una larga historia de imágenes y alusiones al mismo.

En Galicia, tierra de Purgatorio más que de Infierno como luego veremos, hay testimonios documentales muy antiguos que se refieren al primero, aunque en ellos no se utilice la voz purgatorium. El más antiguo, de finales del siglo XI, se encuentra en el denominado Chronicon Iriense, narración histórica en latín de ambiente compostelano en la que se relatan las visiones que la reina Godo (noble gallega casada con el rey leonés Sancho Ordóñez) tuvo tras la muerte por envenenamiento de su esposo en el año 929.

Doña Godo, viuda y retirada como monja en el monasterio de Castrelo do Miño, reza por su marido muerto y éste se le aparece, según el Chronicon, en dos ocasiones. En la primera lo hace encadenado por dos demonios y le dice: "Me estás ayudando" y, a continuación, "Persevera". Tras cuarenta días de ayunos y oraciones, Sancho se le presenta por segunda vez, ahora vestido de blanco y liberado del poder del diablo, contándole detalles sobre el Cielo y el Infierno y dejando en sus manos, cuando ella intenta abrazarlo, un trozo de su pelliza que, milagrosamente, coincidió con el que desde ese momento le faltaba al manto de piel del rey que doña Godo había depositado, tras el fallecimiento del monarca, en el monasterio de Ribas de Sil1.

El relato, recogido también en la Crónica Najerense (siglo XII), es el primer testimonio gallego de la creencia en el Purgatorio al que seguiría cronológicamente, ahora en el terreno de la imagen, la representación del arco izquierdo del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela (c. 1188), si bien en este caso, muchos estudiosos sostienen en la actualidad que no se trata del Purgatorio, como tradicionalmente se había venido afirmando en la historiografía, sino del Limbo de los Justos, los cuales son liberados por Cristo antes de su resurrección corporal (anástasis).

En siglos posteriores son numerosos los documentos literarios y plásticos sobre el asunto, en paralelo con lo que sucede en el resto de España y de Europa, pero probablemente los más interesantes son los que encontramos a partir del siglo XVI. Ante el rechazo de los protestantes de la idea del Purgatorio, considerado invención papal, la contrarreforma católica insiste como es sabido en el papel intercesor de la Virgen y los Santos y en la utilidad de las oraciones,

1 Texto latino y traducción castellana en DÍAZ y DÍAZ (1985), pp. 63 ss.

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limosnas, misas y sufragios de los vivos para liberar a los fallecidos de los sufrimientos del Purgatorio.

Estas ideas contrarreformistas calaron hondo en la mentalidad popular gallega hasta el punto de que, según Castelao, acabaron por diluir y casi hacer desaparecer la noción del castigo eterno. En la sociedad campesina de Galicia de los siglos XVI-XIX, tal pena solo es aplicable al pecador contumaz. El resto, arrepentidos o no, pueden salvarse gracias a las oraciones de sus familiares, amigos y vecinos, y de las Misas de Ánimas que actúan mediante la intercesión de la Virgen y de los Santos (en Galicia, especialmente Santiago y San Francisco).

La creencia popular en la Santa Compaña, procesión nocturna de almas en pena que vaga por los caminos (también conocida como Estadea), es un reflejo de esa idea, lo mismo que las representaciones de la Virgen del Carmen o San Francisco rescatando a las Almas del Purgatorio que aparecen en numerosos cruceiros y petos de ánimas gallegos; María izándolos colgados de su escapulario y San Francisco del cordón de su hábito.

Capillas y petos de ánimas

"Un alma tienes y no más, si la pierdes qué harás...".

Inscripción en el peto de Famelaga (Cotobade, Pontevedra)

Son muy numerosas en las iglesias de Galicia y el norte de Portugal las Capillas de Ánimas y también los templos específicamente dedicados a ellas, en su mayoría pequeñas capillas rurales pero en algunos casos monumentales edificios como la famosa Capilla General de Ánimas de Santiago de Compostela, obra neoclásica del arquitecto gallego Miguel Ferro Caaveiro retocada por el académico Ventura Rodríguez y consagrada en 1784.

Son también abundantísimos, se conservan varios centenares, los denominados Petos de Ánimas (en Portugal Alminhas). Son éstos pequeñas construcciones de piedra, obra de artistas populares (canteiros en la terminología del país), consistentes en un edículo o un retablo con un relieve escultórico que representa a las Almas del Purgatorio, una hucha o cepillo para las limosnas (peto en gallego) y, generalmente, una repisa para las ofrendas, ya que es frecuente que se depositen en ellos no solo monedas sino también flores y productos agrícolas (casi siempre mazorcas de maíz) y velas encendidas.

Los casos más antiguos conservados son del siglo XVI, aunque la mayoría corresponden a los siglos XVIII y XIX. Se sitúan casi siempre al borde de los caminos y preferentemente en encrucijadas, plazas o puentes, en ocasiones adosados a un cruceiro. Construidos por el voto de un particular o, en la mayoría de los casos, a iniciativa de una cofradía de ánimas, la recaudación se destinaba a pagar Misas de Ánimas por los difuntos. En la actualidad, muchos están en desuso pero en algunos lugares se mantiene entre los mayores la costumbre de rezar un responso al pasar por delante, y se siguen depositando limosnas y ofrendas agrícolas en los mismos y encendiendo velas ante ellos, especialmente en el Día de Difuntos o de Todos los Santos.

Desde el punto de vista artístico, la mayor parte son versiones populares de los estilos barroco y neoclásico. Se construyen en la piedra granítica del país; suelen estar, o lo estuvieron, policromados, y representan a las almiñas entre llamas, orantes pero no

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sufrientes. Es frecuente que entre las ánimas aparezcan obispos, frailes y reyes, en alusión al carácter igualatorio de la muerte, y, en la parte superior de la escena, Cristo crucificado, San Miguel y/o la Virgen y Santos mediadores, siendo lo más frecuente la presencia de la Virgen del Carmen y San Francisco .

Existe también una versión portátil de estos petos. Son los denominados esmoleiros das ánimas [limosneros de las almas], huchas o boetas de madera (a veces de hoja de lata pintada) que se situaban en el interior de las iglesias para recoger las limosnas de los fieles destinadas a las misas de difuntos. Tabaoda Chivite y Lisón Tolosana mencionan así mismo casos de cajones situados en la puerta de las iglesias en los que los feligreses depositaban centeno "para as ánimas", y también ofrendas similares de vino y grano en los cementerios que recogían los párrocos.

Oraciones y responsos

Las ofrendas de vino y comida a los muertos enraízan probablemente con antiquísimas costumbres paganas (la panspermia romana, a su vez de origen neolítico) y por ese motivo la Iglesia y los monarcas medievales intentaron, con no demasiado éxito, eliminarlas y sustituirlas por oraciones y limosnas en dinero (las Partidas de Alfonso X el Sabio en el siglo XIII prohíben, por ejemplo, "poner manteles con comida a los difuntos" (Ley XCVIII, Título IV), costumbre que, a pesar de ello, está documentada en Galicia hasta principios del siglo XX en la cena de Navidad o en la comida del día de Todos los Santos, y se mantiene todavía entre los romeros que acuden al santuario de San Andrés de Teixido (Cedeira, A Coruña), los cuales suelen disponer durante la comida campestre un plato con viandas para los difuntos de la familia).

Por lo que respecta a las oraciones y rogativas por las almas del purgatorio, los sínodos gallegos del siglo XVII establecen la obligación de constituir en todas las iglesias una Cofradía de Ánimas2 cuya función era recaudar las limosnas y mantener las Misas de Ánimas que generalmente tenían lugar todos los lunes3 y terminaban con procesión y tres responsos. Especial era la Procesión das Ánimas del día de Difuntos, con el sacerdote cubierto de capa negra acompañado de todos los feligreses cantando responsos y bendiciendo las tumbas del cementerio parroquial, en la Galicia rural siempre pegado al templo.

También era frecuente en las parroquias gallegas que diariamente, después del tañido de la campana que señalaba al anochecer la oración del Ave María, las campanas volvieran a sonar avisando de la oración por las ánimas del Purgatorio, circunstancia que establece una asociación entre la Virgen y los difuntos, por su papel como mediadora.

2 Véanse, por ejemplo, las Constituciones Sinodales del Obispado de Lugo hechas por el Sr. D. Diego Vela siendo obispo del..., Imprenta de Juan Gonçalez, Madrid, 1632, p. 95. La función de estas cofradías, documentadas desde el siglo XVII, era "Proporcionar pronto alivio y eterno descanso á las benditas Animas del Purgatorio por medio de oraciones, sufragios y obras de misericordia", según se afirma en los Estatutos de la cofradía de ánimas compostelana.3 En algunos lugares (Berducido, Pontevedra) están documentadas procesiones de ánimas todos los domingos después de la misa, con responsos y tañido de campanas (véase LISÓN TOLOSANA (1971), p. 117), y en otros antes de la misa mayor el párroco salía al presbiterio con alba y estola y cantaba o rezaba los responsos que los feligreses le pedían para sus difuntos (véase RISCO (1979), p. 688).

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TEXTO SINODAL de OURENSE:

Constituciones Sinodales del Obispado de Orense compiladas hechas y publicadas por su señoría ilustrísma D. Pedro Ruiz de Valdivieso, Imp. De la Viuda de Agustín Balboa, Madrid, 1622, Libro III, Título XIII, Const. 10, pp. 102-103

Constitución décima

Que después de tañido a la Oración, o Ave María, se haga señal con la campana para que todos rezen por las ánimas.

"Las animas que están detenidas en el Purgatorio son socorridas y aliviadas en sus penas con las oraciones de los fieles, obra muy agradable en los ojos de Dios nuestro Señor, que la recibe en la satisfacción de la deuda por que ellas padecen, hasta averse satisfecho. Por tanto mandamos, que en todo este nuestro Obispado después de aver tañido a la Oración del Ave María, los sacristanes de cada Yglesia, o la persona a cuyo cargo fuere, haga señal con la campana para que el pueblo ruegue por las animas de Purgatorio, y lo cumplan, so pena de dos reales por cada vez que dexare de tañer, y los Curas encarguen la dicha Oración a sus feligreses, y les avisen que quando se tañere la dicha campana, es para el dicho efecto".

Bibliografía:

BURGOA FERNÁNDEZ, Juan José, "El patrimonio etnográfico y el arte popular: cruceros y petos de ánimas de los municipios de Moeche y San Sadurniño", Anuario Brigantino, (2000), nº 23, pp. 477-493. [http://anuariobrigantino.betanzos.net/Ab2000PDF/2000_477_494.pdf]

CASTELAO, Alfonso Daniel R., As cruces de pedra na Galiza, Xunta de Galicia-Galaxia, Vigo, 1984 [1º ed. Buenos Aires 1950].

CASA MARTÍNEZ, Carlos de la, "La idea del purgatorio y Bernardo de Claraval", Cistercium: Revista cisterciense, nº 223, (2001), pp. 343-356.

DÍAZ y DÍAZ, Manuel C., Visiones del Más Allá en Galicia durante la Edad Media, Bibliófilos Gallegos, Biblioteca de Galicia XXIV, Santiago, 1985.

FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA NÚÑEZ, Estanislao, Cruces e cruceiros de ánimas de Galicia, Asociación Galega para a Cultura e a Ecoloxía, Vigo 1996.

FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA NÚÑEZ, Estanislao, Esmoleiros e petos de ánimas da provincia da Coruña, Ir Indo Edicións, Vigo, 1998.

GONZÁLEZ COUGIL, Ramiro, Galicia. La religiosidad gallega ordenada a una liturgia inculturada, Diputación Provincial, Ourense, 1986.

HAINDL UGARTE, Mª Luisa, "La idea del Purgatorio" [disponible en internet en: http://edadmedia.cl/wordpress/wp-content/uploads/2011/04/LaIdeadelPurgatorio.pdf].

LE GOFF, Jaques, El nacimiento del purgatorio, Taurus, Madrid, 1981.

LISÓN TOLOSANA, Carmelo, Antropología cultural de Galicia, Madrid, Siglo XXI, 1971.

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MENOR CURRÁS, Manuel, "Los 'Petos de Ánimas' de la provincia de Orense", Revista de Folklore, Fundación Joaquín Díaz, nº 25 (1983), pp. 6-15. [disponible en internet en: http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=221].

SANTA CATALINA DE GÉNOVA, Trattato del Purgatorio, en Libro de la Vita mirabile et Dottrina de la Beata Caterinetta da Genova, nel quale si contiene una utile et catholica dimostratione et dichiaratione del Purgatorio, 1551 [Ms., c. 1521]. [Disponible traducción castellana en internet: http://www.gratisdate.org/nuevas/purgatorio/].

RISCO, Vicente, "Etnografía: cultura espiritual", en OTERO PEDRAYO (Dir.) Historia de Galiza, Akal, Madrid, 1979, vol. I, pp. 255-762 [1ª ed., Nós, Buenos Aires, 1962].

RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Eladio, "Ánimas", en Diccionario enciclopédico gallego-castellano, Vigo, Galaxia, 1958, Volumen 1, p. 176.

TABOADA CHIVITE, Jesús, Etnografía galega. Cultura espiritual, Galaxia, Vigo, 1972, pp. 151-153.

Algunos Petos de Ánimas analizados por Julio Fernández Pintos:

http://www.oocities.org/xufp/famelga1.html

http://www.oocities.org/xufp/cortellas.html

http://www.oocities.org/xufp/peto_Rexenxo.htm

http://www.oocities.org/xufp/peto_Sampaio.htm

Otros ejemplares catalogados:

http://patrimoniogalego.net/index.php/37870/2013/03/peto-de-animas-de-san-andres-de-cedeira/

http://patrimoniogalego.net/index.php/34677/2013/02/peto-de-animas-das-eiras/

http://patrimoniogalego.net/index.php/11703/2011/12/peto-de-san-xoan-do-monte/

http://patrimoniogalego.net/index.php/5571/2011/09/peto-de-animas-de-ourantes/

http://patrimoniogalego.net/index.php/12101/2012/01/peto-de-animas-de-louredo/

http://patrimoniogalego.net/index.php/14233/2012/02/peto-de-animas-de-prado-de-canda/

http://patrimoniogalego.net/index.php/25476/2012/09/peto-vilaboa/

http://patrimoniogalego.net/index.php/38791/2013/03/peto-de-animas-en-san-martino-de-vilaboa-i/

http://patrimoniogalego.net/index.php/40407/2013/04/peto-de-animas-da-cal/

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Páginas sobre petos

P etos de ánimas de la provincia de Pontevedra

Petos de ánimas de Vigo

Últimos petos de ánimas y nuevos petos (Vigo etnográfico)

Petos de ánimas de la Limia Baixa

Petos de Parada do Sil

Peto de Caritel (Pontecaldelas)

Petos de Maceda (Ourense)

Fotos:

http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Wayside_shrines_in_Galicia_(Spain)