el proyecto “confort” permite que los ancianos se sientan más cómodos

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> INSPIRAR EL CAMBIO 50 Nursing. 2011, Volumen 29, Número 4 El proyecto “Confort” permite que los ancianos se sientan más cómodos Tina Weitzel, MA, RN-BC, y el grupo PICHE en el Memorial Medical Center en Springfield (Illinois) en la respuesta vasoconstrictora comporta una disminución en las habilidades para mantener el calor corporal en ambientes más fríos 1 . Los investigadores compararon ancianos con adultos más jóvenes y midieron la respuesta de cada grupo a la disminución de la temperatura ambiente de la habitación. La temperatura corporal central permaneció estable en los sujetos jóvenes, mientras que los ancianos experimentaron una reducción progresiva de la temperatura corporal 2 . Otras investigaciones afirmaron que disminuyendo la temperatura de la piel un mínimo, 0,4 °C, disminuye el insomnio 3 . Los ancianos hospitalizados normalmente padecen enfermedades crónicas que contribuyen a tener problemas termorreguladores. Los ancianos desnutridos tienen menos grasa subcutánea, lo que comporta que tengan menos posibilidad de mantener el calor. Los trastornos como el hipotiroidismo y la hipoglucemia pueden afectar a los temblores, y la inmovilidad asociada con situaciones tales como el accidente cerebrovascular, la artritis y la enfermedad de Parkinson puede comportar una disminución de la producción de calor. Los medicamentos para el dolor, la depresión o la ansiedad pueden disminuir la respuesta de temblor o actuar como vasodilatadores, aumentando la sensación de frío 4 . Los ancianos necesitan más ropa cuando el termostato no se puede regular, así como ropa de cama que mantenga el aire caliente junto a su cuerpo. MIENTRAS LA SRA. ROSA M., de 82 años, estuvo hospitalizada por neumonía, se quejó a menudo de frío. Una noche comentó a la enfermera que no podía irse a dormir debido al frío que tenía. Su habitación estaba a 23 °C, pero la Sra. Rosa M. continuaba sin estar a gusto a pesar de las tres mantas que la cubrían. La enfermera, para que se relajara y pudiera dormir, le dio un sedante de los que no requieren prescripción médica. Durante la noche la Sra. Rosa M. se levantó para ir al baño, se sintió mareada y confusa, de manera que se cayó al levantarse de la cama. El grupo Professionals Improving Care for Health System Elders (PICHE) de nuestro hospital aseguró que tener frío es un factor de riesgo en ancianos como la Sra. Rosa M. Cuestionamos por qué los ancianos hospitalizados han de ir vestidos con ropa de manga corta y batas abiertas por la espalda. La cantidad y el tipo de ropa seleccionada para los ancianos probablemente estén relacionados con los cambios en la termorregulación, lo que provoca que ellos tengan frío en ambientes donde la gente más joven se sentiría bien. Los profesionales de enfermería del grupo PICHE decidieron investigar este aspecto. Leer El primer paso fue revisar los informes publicados para poder comprender mejor los cambios fisiológicos que contribuyen a que los ancianos tengan frío. Descubrimos que su respuesta al frío se ve afectada por una disminución de sus habilidades para producir y conservar el calor. Los cambios en el centro de regulación de la temperatura, relacionados con la edad, en el hipotálamo, así como una disminución

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Page 1: El proyecto “Confort” permite que los ancianos se sientan más cómodos

> INSPIRAR EL CAMBIO

50 Nursing. 2011, Volumen 29, Número 4

El proyecto “Confort” permite que los ancianos se sientan más cómodosTina Weitzel, MA, RN-BC, y el grupo PICHE en el Memorial Medical Center en Springfield (Illinois)

en la respuesta vasoconstrictora comporta una disminución en las habilidades para mantener el calor corporal en ambientes más fríos1. Los investigadores compararon ancianos con adultos más jóvenes y midieron la respuesta de cada grupo a la disminución de la temperatura ambiente de la habitación.

La temperatura corporal central permaneció estable en los sujetos jóvenes, mientras que los ancianos experimentaron una reducción progresiva de la temperatura corporal2. Otras investigaciones afirmaron que disminuyendo la temperatura de la piel un mínimo, 0,4 °C, disminuye el insomnio3.

Los ancianos hospitalizados normalmente padecen enfermedades crónicas que contribuyen a tener

problemas termorreguladores. Los ancianos desnutridos tienen menos grasa subcutánea, lo que comporta que tengan menos posibilidad de mantener el calor. Los trastornos como el hipotiroidismo y la hipoglucemia pueden afectar a los temblores, y la inmovilidad asociada con situaciones tales como el accidente cerebrovascular, la artritis y la enfermedad de Parkinson puede comportar una disminución de la producción de calor.

Los medicamentos para el dolor, la depresión o la ansiedad pueden disminuir la respuesta de temblor o actuar como vasodilatadores, aumentando la sensación de frío4. Los ancianos necesitan más ropa cuando el termostato no se puede regular, así como ropa de cama que mantenga el aire caliente junto a su cuerpo.

MIENTRAS LA SRA. ROSA M., de 82 años, estuvo hospitalizada por neumonía, se quejó a menudo de frío. Una noche comentó a la enfermera que no podía irse a dormir debido al frío que tenía. Su habitación estaba a 23 °C, pero la Sra. Rosa M. continuaba sin estar a gusto a pesar de las tres mantas que la cubrían.

La enfermera, para que se relajara y pudiera dormir, le dio un sedante de los que no requieren prescripción médica. Durante la noche la Sra. Rosa M. se levantó para ir al baño, se sintió mareada y confusa, de manera que se cayó al levantarse de la cama.

El grupo Professionals Improving Care for Health System Elders (PICHE) de nuestro hospital aseguró que tener frío es un factor de riesgo en ancianos como la Sra. Rosa M. Cuestionamos por qué los ancianos hospitalizados han de ir vestidos con ropa de manga corta y batas abiertas por la espalda.

La cantidad y el tipo de ropa seleccionada para los ancianos probablemente estén relacionados con los cambios en la termorregulación, lo que provoca que ellos tengan frío en ambientes donde la gente más joven se sentiría bien. Los profesionales de enfermería del grupo PICHE decidieron investigar este aspecto.

LeerEl primer paso fue revisar los informes publicados para poder comprender mejor los cambios fisiológicos que contribuyen a que los ancianos tengan frío. Descubrimos que su respuesta al frío se ve afectada por una disminución de sus habilidades para producir y conservar el calor.

Los cambios en el centro de regulación de la temperatura, relacionados con la edad, en el hipotálamo, así como una disminución

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Nursing. 2011, Abril 51

Introducir el proyecto “Confort”El grupo PICHE decidió comprobar si los ancianos estaban mejor con ropas más cálidas, por lo que empezaron con camisas de manga larga y cuello alto. Decidieron evaluar la efectividad del proyecto “Confort” en estudio con pacientes mujeres de 75 años o mayores de una unidad médica, donde decían tener frío y donde no dormían y se mostraban inquietas.

A las mujeres que cumplían este criterio se les ofreció una prenda de abrigo. Para los pacientes que llevaban una vía intravenosa la prenda era abierta por detrás para ser fácil de poner y de quitar y facilitar el cambio de los dispositivos y de los vendajes.

Decidimos recoger sistemáticamente datos para que el PICHE los analizara. Los profesionales de enfermería que participaron y que documentaron todas sus observaciones asistieron a una sesión educativa de 2 h que incluía la oportunidad de practicar tomando apuntes mientras veían un vídeo interactivo con un paciente. A los profesionales de enfermería se les entrevistó antes y después de la intervención para que:

Describieran al paciente y su entorno. Tuvieran en cuenta todas las acciones,

gestos y comportamientos no verbales. Establecieran la temperatura de

la habitación y el número de mantas de la cama.

Al documentar la situación, los profesionales de enfermería pudieron incluir sus sentimientos, ideas e impresiones sobre sus observaciones. Los datos fueron revisados por el grupo PICHE.

Resultados reconfortantesEvaluamos los resultados en función de las primeras 5 mujeres pacientes que consideramos que se sentirían mejor con una camiseta de manga larga y cuello alto. Inmediatamente después de ponerse la camiseta, efectivamente afirmaron que se sentían mucho mejor. Una de las pacientes padecía demencia y afirmó que se sentía como en casa. Los pacientes del estudio tenían de 75 a 89 años, las camas disponían de 2 a 4 mantas, y la temperatura de la habitación era de 23,2 a 25 °C.

Después de esta intervención, los profesionales de enfermería afirmaron que los comportamientos eran no verbales. Las notas incluían palabras como sonreír, tranquilidad y dormir. Nos dimos cuenta de que cuando se les ofrecía a las mujeres ancianas una camiseta de manga larga normalmente no la querían, pero si a la camiseta la llamábamos blusa, sí la aceptaban.

La historia personal de una de las pacientes demostró la efectividad de nuestro proyecto. Se trataba de una paciente de 88 años que comentó que tenía frío y estaba cansada pero que no podía dormirse. Se tapó con dos mantas,

y la habitación estaba a 25 °C. Durante el primer período de observación la enfermera notó que la paciente estaba constantemente inquieta, pero una vez se puso la camiseta de manga larga y cuello alto, la paciente se durmió enseguida.

Este proyecto indica que una simple intervención puede mejorar el estado de los ancianos. El grupo PICHE decidió pedir más camisetas de manga larga y cuello alto y extender el proyecto a otras unidades. Las camisetas se guardaban en las unidades de enfermería. Los profesionales de enfermería podían adaptar las camisetas para, por ejemplo, poner los dispositivos intravenosos, cortándolas donde hiciera falta. La ropa se podía desechar cuando estaba sucia o bien cuando daban el alta a la paciente.

Colocamos una caja de recogida cerca de la cafetería y solicitamos donaciones en el boletín de noticias del hospital: la caja se llenó rápidamente. A medida que íbamos agotando las camisetas las volvíamos a solicitar a través del boletín, y la verdad es que no tuvimos problemas para obtenerlas.

Comprender las implicacionesTener frío puede empeorar el dolor de aquellos pacientes que padecen artritis o cualquier otra enfermedad musculoesquelética. Los pacientes que se están recuperando de una operación quirúrgica también agradecen llevar ropa de manga larga, porque disminuye la tensión muscular.

Los ancianos duermen mejor si no tienen frío. Los profesionales de enfermería deben asegurarse de que los pacientes tienen suficiente ropa de cama, ya que las habitaciones, los pasillos y las áreas de diagnóstico del hospital normalmente son fríos.

En un estudio previo en nuestro hospital también se probaron mantas eléctricas para mejorar el nivel de comodidad de los ancianos5. La ropa de manga larga puede ser una simple intervención adicional para mejorar el calor.

Florence Nightingale escribió que las enfermeras debían proporcionar comodidad y bienestar a través de un adecuado uso de “aire fresco, luz, calor, limpieza, tranquilidad, y la adecuada selección y administración de las dietas”6. Proporcionar bienestar y que el paciente se sienta cómodo en enfermería siempre ha sido una prioridad. N

BIBLIOGRAFÍA

1. Talley HC, Talley CH. AANA Journal course. Update for nurse anesthetists. Evaluation of older adults. AANA J. 2009;77(6):451-460.

2. Degroot DW, Kenney WL. Impaired defense of core temperature in aged humans during mild cold stress. Am J Physiol Regul Integr Comp Physiol. 2007;292(1):R103-R108.

3. Raymann RJ, Swaab DF, Van Someren EJ. Skin deep: enhanced sleep depth by cutaneous temperature manipulation. Brain. 2008;131(Pt 2):500-513.

4. Halter J, Ouslander J, Tinetti M, et al., eds. Hazzard’s Geriatric Medicine and Gerontology. 6th ed. Chicago, IL: McGraw-Hill; 2009.

5. Robinson S, Benton G. Warmed blankets: an intervention to promote comfort for elderly hospitalized patients. Geriatr Nurs. 2002;23(6):320-323.

6. Nightingale F. Notes on Nursing: What It Is and What It Is Not. London, England: Harrison and Sons; 1860.

El grupo PICHE, del Memorial Medical Center en Springfield (Illinois), está formado por Tina Weitzel, coordinadora, y Mary Barnes, MS, BSN, RN, CCRN; Tammy Berry, BS, RN; Sandra Mercer, RN, DipN, CEN, TNS; Teresa Foster, BS, RN; Charlene Vollmer, BSN, RN-BC; Laurie Allen, BS, RN, Dee Plunkett, BS, RN; Lisa Friedrich, MSN, RN-BC; Geri Kirbride, MSN, RN, CCRN; Lois Taft, DNSc, RN, y Sherry Robinson, PhD, GCNS-BC.

Los profesionales de enfermería han de asegurase de

que los ancianos dispongan de suficiente ropa de cama

para abrigarse, pues las habitaciones del hospital

suelen ser frías.