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http://www.unperiodico.unal.edu.co [email protected] Bogotá D.C. No. 155, domingo 13 de mayo de 2012 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Pág. 18 Con una deforestación que, según datos oficiales, ya abarca el 40% del territorio, este departamento sobre el Pacífico colombiano sigue siendo apetecido por las multinacionales madereras. Uno de los casos más polé- micos lo protagonizan una firma canadiense y un abo- gado ambientalista. En el trasfondo está la preservación de una de las ecorregiones más diversas del planeta. Árboles del Chocó entre la lucha de David y Goliat 23 Las economías de Luis Camnitzer Cultura Mecánico virtual para lanchas patrulleras Ciencia 20 Ciénagas del Cesar desaparecerán en un siglo Agua 14 Educación 3 Treinta años estancados en desarrollo humano Pág. 13 Investigadores colombianos demostraron que los tratamientos utilizados para erra- dicar la bacteria responsable de la úlcera gástrica no funcionan en el país. Por esto, desarrollaron una prueba molecular que permite establecer, en cuatro horas, si el microorganismo es sensible o no a los principales antibióticos recetados. Terapias contra Helicobacter pylori, ineficientes en Colombia El profesor William Otero realiza una endoscopia para detectar enfermedades gástricas, uno de los males que más afectan a la población colombiana. Foto: Andrés Felipe Castaño/Unimedios

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Page 1: El profesor William Otero realiza una endoscopia para ... · Terapias contra Helicobacter pylori, ineficientes en Colombia El profesor William Otero realiza una endoscopia para detectar

http://www.unperiodico.unal.edu.co • [email protected]á D.C. No. 155, domingo 13 de mayo de 2012

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

Pág. 18

Con una deforestación que, según datos oficiales, ya abarca el 40% del territorio, este departamento sobre el Pacífico colombiano sigue siendo apetecido por las multinacionales madereras. Uno de los casos más polé-micos lo protagonizan una firma canadiense y un abo-gado ambientalista. En el trasfondo está la preservación de una de las ecorregiones más diversas del planeta.

Árboles del Chocóentre la lucha de David y Goliat

23Laseconomíasde Luis Camnitzer

CulturaMecánico virtualpara lanchas patrulleras

Ciencia20Ciénagas del Cesardesapareceránen un siglo

Agua14Educación3Treinta añosestancadosen desarrollo humano

Pág. 13

Investigadores colombianos demostraron que los tratamientos utilizados para erra-dicar la bacteria responsable de la úlcera gástrica no funcionan en el país. Por esto, desarrollaron una prueba molecular que permite establecer, en cuatro horas, si el microorganismo es sensible o no a los principales antibióticos recetados.

Terapias contra Helicobacter pylori,ineficientes en Colombia

El profesor William Otero realiza una endoscopia para detectar enfermedades gástricas, uno de los males que más afectan a la población colombiana.

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Director: Juan Manuel Tejeiro SarmientoCoordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño GuzmánDiagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Sandra Uribe Pérez � Fernando Gaspar Dueñas

Gestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico

Página Web: http://www.unperiodico.unal.edu.co Versión Internet: UNDigital Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 - 316 5000 extensión: 18384 / Fax: 316 5232 Edificio Uriel Gutiérrez Carrera 45 Nº 26-85, piso 5º. ISNN1657-0987

Recursos de regalías para CyT, en manos equivocadas

La idea del Gobierno de dejar en manos de Planeación Na-cional el manejo de los recursos para el desarrollo de los proyectos en ciencia y tecnología es una mala señal que se le envía a la comunidad técnico-científica. Se debería crear una comisión especializada que se encargue de estructurar una agenda con rigor académico.

Sergio Hernando Lopera Castro,Profesor asociado de la Facultad de Minas

Universidad Nacional de Colombia en Medellín

Desde los antiguos griegos, la explotación de un recurso natural ha dado lugar al pago de una contra-prestación para el Estado. Ellos co-braban un canon de arrendamiento de una veinticuatroava (1/24) parte del producto obtenido de la explo-tación minera.

En Colombia está estipulado en el Artículo 360 de la Constitu-ción Política de 1991 y en la Ley 141 de 1994, que creó el Fondo Nacional de Regalías y la Comisión Nacional de Regalías, los cuales regularon el derecho del Estado a percibir contribuciones por la explotación de recursos naturales no renovables.

La historia económica del sec-tor minero–energético colombia-no, desde la época de la conquista española, permite constatar que las actividades extractivas han te-nido un papel importante en tér-minos macroeconómicos, parti-cularmente en dos niveles: en la apertura de los mercados y en la consecución de empréstitos para desarrollar proyectos de infraes-tructura específicos que favorez-can la inversión extranjera.

Hoy, el Gobierno nacional ha expuesto explícitamente que el crecimiento económico será im-pulsado por este sector. La hipó-tesis es la necesidad de atraer in-versión extranjera para apalancar el crecimiento y el desarrollo. La Gráfica 1 muestra cómo esta ha evolucionado en el sector mine-ro–energético en Colombia desde 2002 hasta 2011.

Puede observarse que, duran-te la administración Uribe, la in-versión externa en hidrocarburos pasó de 480 millones de dólares, en 2002, a 3.000 millones de dó-lares, aproximadamente, en 2009. Y en lo que va de la era Santos ha llegado alrededor de los 8.000 mi-llones de dólares.

El actual Gobierno, para ra-tificar que el sector minero–ener-gético es una de las cinco locomo-toras del desarrollo, ha efectuado una reforma al Sistema General de Regalías, con el propósito de opti-mizar la inversión de los recursos percibidos y garantizar un mayor grado de equidad entre los dife-rentes municipios y departamen-tos. Esta apunta a organizar las inversiones a través de la creación de siete fondos (véase la Tabla 1).

Nación

Tabla 1. Fondos creados para distribuirlos recursos provenientes de las regalías

Tipo de fondoPorcentaje

(%)

Ciencia y tecnología 10

Ahorro pensional y territorial 10

Ahorro y estabilización 28

Asignaciones directas 10

Fondo de compensación regional 24

Fondo de desarrollo regional 16

Fiscalización de exploracióny explotación de yacimientos

2

De buenas intenciones…

Es evidente que esta nueva ley constituye un avance con respecto a la anterior, dado que los recur-sos financieros están distribuidos transparentemente por una asig-nación porcentual. Además, por primera vez, se contempla el tema de la financiación de la ciencia y la tecnología (CyT), así como la fiscalización de la exploración y la explotación de hidrocarburos.

Podría decirse que la ley es bien intencionada porque exige un cambio de mentalidad, de manera que los Gobiernos departamenta-les dejen de pensar que los recur-sos financieros provenientes de las regalías les pertenecen únicamen-te a las regiones productoras.

Además, va a exigir que los po-líticos locales sean creativos en la preparación de proyectos. De este modo, modifica el uso que se le venía dando a estos dineros, los cuales han servido para cubrir gas-tos del Estado y financiar grupos políticos locales en las zonas de extracción.

Sin embargo, parece ser que el Gobierno mata al tigre y se asusta con el cuero, puesto que ha deja-do la reglamentación de la ley en manos del Congreso. Y es evidente que tratará de hacer ajustes que le permitan acceder, sin mayores controles, a dichos dineros.

Por esto, se requiere avan-zar hacia una nueva visión que considere el agotamiento de los recursos naturales no renovables, para garantizar la equidad inter-generacional. El porcentaje de las regalías que se propone invertir en CyT debe verse como la posibili-dad de incentivar el uso de nuevas tecnologías y el fortalecimiento de las capacidades de investigación e innovación nacionales.

Aunque las generaciones fu-turas no cuenten con el recurso, dispondrán de capacidades para explotar otros o usar los tradicio-nales con mayor eficiencia. Por esta razón, esta locomotora debe des-tinar los recursos financieros de las regalías al fortalecimiento de la capacidad institucional del Estado en lo que respecta a la ciencia.

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2000 2005 2010 20150

Inversiónhidrocarburos

Inversión totalsector mineroenergético

Gráfica 1. Inversión extranjera en Colombia 2002-2011

Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Minas y Energía, el Ministerio de Hacienday el Banco de la República.

Y como ente de control, es vital que el Estado cuente con técnicos de alto nivel que comprendan no solo las tecnologías más modernas para extracción de recursos mine-rales y energéticos, sino también asuntos como la geopolítica de recursos naturales, la evaluación de impactos ambientales, sociales y económicos, así como todas las disciplinas, de tal forma que la ex-plotación se haga con los procedi-mientos pertinentes y se alcancen dignos niveles de desarrollo.

Idoneidad

Por estas razones, la apuesta en CyT debe asumirla un ente con vocación. La idea del Gobierno de dejar esta iniciativa en manos de Planeación Nacional, cuyo campo de acción no es el desarrollo de ca-pacidades científicas, es una mala señal para la comunidad técnico–científica.

Sería clave crear una comisión que se encargue de estructurar una agenda de investigación nacional, la cual, con criterios de rigor aca-démico y pertinencia, asigne di-chos recursos. A Colciencias –que debería elevarse a nivel ministe-rial– le correspondería liderar esta comisión y, en ella, tener asiento las universidades del país y el sec-tor gremial.

El fortalecimiento de la investi-gación de las áreas estratégicas del país no puede terminar en manos de políticos o de empresas privadas o públicas, que tienen el músculo financiero para sumarse a la inicia-tiva del Gobierno.

De no tomar decisiones a tiem-po, la política de CyT se convertirá en una fuente de conflicto. Hay que buscar los mecanismos para que el sector privado también haga una apuesta del mismo orden que el Estado. Si las empresas privadas y públicas se suman, estaríamos hablando de unos 1.000 millones de dólares, que equivaldrían a una inversión en investigación, desa-rrollo e innovación del orden del 0,3% del PIB.

Brasil invierte 1,1% del PIB y que Estados Unidos y otros paí-ses desarrollados están por en-cima del 2%. Avanzar hacia este objetivo permitirá enfrentar los retos que plantean el agotamiento de los recursos no renovables, la presión sobre el medioambiente, el cambio climático, la interna-cionalización de la economía y la construcción de una verdadera sociedad democrática, lo que im-plica equidad social y desarrollo integral en el contexto de seres humanos relacionados armónica-mente con la naturaleza.

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Treinta años estancadosen desarrollo humano

Los datos del PNUD son fehacientes: en las últimas tres décadas, Colombia solo incrementó el promedio de escola-ridad de su población en tres años, y mantiene una amplia brecha con respecto al ingreso nacional bruto de países desarrollados. Incluso, está por debajo de buena parte de las naciones de América Latina.

Susana Hernández Niño,Profesora asistente

Universidad Nacional de Colombia en Manizales

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece que la educación de un país es la base para construir una sociedad más justa y sostenible. Tiene un papel central en la reduc-ción de la pobreza, el mejoramien-to de las condiciones de vida de las personas y el desarrollo humano.

Según esto, si una sociedad se caracteriza por la pobreza y pre-senta grandes inequidades, dis-criminación y exclusión, está en el camino equivocado del desarrollo sostenible. Y si un sistema edu-cativo reproduce ese mismo es-quema, contribuye a aumentar las diferencias sociales y económicas, por tanto se desvía del camino del progreso equitativo y razonable.

Desarrollo sostenible “implica la expansión de las libertades y capacidades fundamentales de las actuales generaciones, mientras realizamos esfuerzos razonables para evitar el riesgo de compro-meter, gravemente, las de las fu-turas”, dice el PNUD. Las socieda-des sostenibles están basadas en la creencia de que cada persona tiene derecho a aprender, está en capacidad de contribuir y tiene el compromiso de asegurar que todos los demás compartan el be-neficio de la prosperidad social.

Desde 1990, el Comité Coor-dinador del PNUD publica cada año un informe, con el objetivo de poner a las personas, en especial a las más desfavorecidas y vulne-rables, en el centro de atención de las naciones y evaluar a largo plazo el bienestar humano.

El informe es una importan-te herramienta para conocer el progreso social alcanzado por los países. Para ello, se estableció un escalafón que incluye a 187 na-ciones, clasificadas con base en el índice compuesto de desarrollo humano (IDH), el cual sintetiza el promedio de los avances de un país en tres dimensiones básicas: vida larga y saludable, educación (conocimientos) e ingresos (nivel de vida digno).

Debido a que se evaluaron 187 países, se organizaron cuatro grupos, que no podían tener la misma cantidad de naciones, así: los grupos de IDH muy alto, alto y mediano comprenden cada uno 47 países, mientras que el de bajo IDH abarca 46.

Como todo promedio, el IDH puede encubrir inequidades en la distribución de desarrollo huma-no en la población a nivel de un país. Por eso, a partir del año 2010, el informe empezó a determinar el IDH–D (índice de desarrollo hu-mano ajustado por inequidad). En el informe del año 2011, se estimó el IDH-D de 134 países.

El IDH–D es “el nivel real de desarrollo humano” de un país. El IDH será igual al IDH–D si no hay inequidad entre las personas. Cuanto mayor sea la inequidad, menor será el valor de IDH–D y, por consiguiente, mayor la brecha con el IDH.

Asimismo, el Informe PNUD 2011 estableció el coeficiente de Gini de los países, que, normal-mente, se utiliza para medir la in-equidad de ingresos en una socie-dad. Es un número entre 0 y 100, donde 0 corresponde a la perfecta equidad (todos tienen los mismos ingresos) y 100, a la perfecta in-equidad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).

Adicionalmente, el informe

Educación

determinó los índices de inequi-dad de género (IDG) de 146 países y los índices de pobreza multidi-mensional (IPM) de 109 países, entre otros indicadores de desa-rrollo humano.

Resultados 2011

Noruega, con 0,890, lidera la lista de los diez primeros países con mejores IDH e IDH–D, entre los 187 países evaluados. Por tan-to, tiene los promedios más altos en años de vida esperados al na-cer, en años de educación recibida y en ingreso nacional bruto (INB) per cápita de sus ciudadanos.

En esta nación escandinava el promedio de vida esperado es de 81,1 años; el promedio de educa-ción recibida por la población es de 12,6 años y el INB per cápita de sus ciudadanos es de 47.557 dólares.

En otro rango está Colombia, cuyo IDH es alto (igual a 0,710), pero está por debajo del valor pro-medio de 0,741 de México y Brasil y del valor promedio de 0,731 de los países de América Latina y el Caribe. Asimismo, el promedio de 73,7 años de vida esperado para los colombianos, los 7,3 años pro-medio de educación recibida y el INB per cápita de 8.315 dólares están por debajo de los respectivos valores promedio de los países de región.

Las cifras del PNUD también revelan que el nivel real de de-sarrollo humano de Colombia es de 0,479, valor que está por de-bajo del promedio de 0,590 de los países con IDH–D alto (incluso del valor promedio de 0,480 de los países con IDH–D medio), del valor promedio de 0,540 de los países de América Latina y el Ca-ribe y del promedio mundial total de 0,525.

Esto se debe, principalmente, a la pérdida de 53,9 % en desarrollo humano por inequidad de ingresos entre su población. Este alto por-centaje de pérdida de desigualdad, comparado con otros países de la región, indica que nuestro país es el más inequitativo de América Latina en este segmento.

La inequidad de ingresos en-tre la población colombiana tam-bién quedó establecida por el alto valor (58,5) del coeficiente de Gini. Según este, Colombia es el cuarto país del mundo más inequitativo en ingresos, después de Comoras, Haití y Angola. Los más equitati-vos en son Suecia y Noruega, con Coeficiente Gini de 25 y 25,8, res-pectivamente.

En cuanto a la tendencia del IDH de Colombia, en el periodo 1980–2011, se evidencia que el avance es progresivo, pero muy bajo. En treinta y un años, solo se ha incrementado en tres años el promedio de educación recibi-

da por su población. Durante este mismo periodo, el INB per cápita del país ha mantenido la amplia brecha con respecto al de los paí-ses con IDH muy alto.

Con base en los resultados del Informe PNUD 2011, no sorprende que se pueda concluir la existencia de una estrecha relación entre los indicadores IDH, IDH–D, coefi-ciente de Gini, IDG e IPM, por un lado, y el nivel de educación y los porcentajes de población educada de un país, por otro.

Individuos mejor educados son la base para lograr socieda-des más equitativas y justas, con índices de desarrollo humano rea-les. Colombia, en pleno siglo XXI, presenta un indignante rezago en los años promedio de educación recibida por sus habitantes y en el porcentaje de población educada.

En el 2011, aproximadamente, el 52% de los colombianos de 25 años o más no había completado ni siquiera la educación media. Si las políticas sociales y económicas del país buscan verdaderamente superar los indicadores y estadís-ticas de desarrollo humano esta-blecidos para el país, requieren rectificar el camino equivocado, situando a los niños, adolescentes y jóvenes, principalmente, y a los más pobres y vulnerables –sobre todo a su educación– en el centro de atención del Estado.

Garantizar la educación primaria, secundaria y universitaria es una tarea pendiente para el Estado colombiano. Escenas como esta no deberían existir.

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Valor agregado,reto del agro frente a TLC

El agrícola es uno de los sectores que tendrán más presión para responder a las exigencias de los nuevos tratados de libre comercio. Invertir en el pequeño agricultor, desarro-llar productos de origen y aliarse con la ciencia y la tecno-logía es fundamental para no anegar el camino.

John Fabio Acuña C.,Profesor asociado

Departamento de Ingeniería Civil y AgrícolaUniversidad Nacional de Colombia

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimenta-ción y la Agricultura (FAO)1, para el año 2030 se requerirá un aumento del 40% de la producción mundial de alimentos, que se obtendría mediante incrementos producti-vos por unidad de área y un au-mento de las tierras dedicadas a la siembra.

El crecimiento de la pobla-ción, la globalización del sector agrícola y alimentario, el precio de los combustibles, la deman-da de mayor calidad e inocuidad de los comestibles y la distorsión del sistema mundial de comercio agrícola, especialmente en países desarrollados (causada por sub-sidios y restricciones al mercado internacional) están configurando un nuevo contexto mundial.

A esto se suma el cambio cli-mático, el incremento de la de-manda de carne en las economías emergentes (China e India) y la producción masiva de biocombus-tibles. Lo anterior reduce paulati-namente la obtención de produc-tos rurales y agudiza problemas como “la escasez de alimentos, el descontrol de los precios de los granos y el pánico en los merca-dos, lo que generaliza el hambre en muchos países del África y el Sur de Asia”2.

Las ventajas comparativas de unos países, unidas a las necesi-dades de consumo de otros, ha-cen necesario regular la oferta y la demanda del mercado. Por esta razón se establecen los TLC co-mo políticas de comercio interna-cional. Esta situación global debe mirarse como una gran oportuni-dad para el sector agropecuario de Colombia, debido a las futuras e inevitables demandas mundiales de alimentos.

Las dudas

Para entender por qué un tra-tado de libre comercio es impor-tante, hay que remitirse al Grupo de Cairns, creado (en 1986) para lograr la liberación del comercio mundial de los productos agríco-las.

Colombia es miembro y fun-dador de este grupo, junto con 19 países3 que tienen como principal objetivo desmontar los subsidios y beneficios que mantienen la Unión Europea, con su política agrícola común4, y los Estados Unidos, con su programa de fomento a las ex-portaciones5.

Lamentablemente, el avance no ha sido significativo, y la alter-nativa, a corto plazo, ha sido ne-gociar de forma directa con estos países, para tener acceso a un mer-cado externo evaluando las priori-dades de nuestro país, como la creación de nuevos empleos bien remunerados y estables, la distri-bución de la riqueza y el equilibrio entre las regiones y sus diversas

Coyuntura

provincias rurales6.Se debe pensar que el Gobier-

no logrará estos objetivos a largo plazo. Sin embargo, los tratados con los diferentes países se con-tinúan firmando y los plazos de implementación son reducidos. En este contexto, surgen preocu-paciones sobre el efecto real que tendrán los TLC, especialmente en materia de generación de empleo y de oportunidades para sectores como la agricultura, que, se sabe, es altamente protegida en los Es-tados Unidos.

Identificar y caracterizar el reto para el sector agropecuario colombiano frente a los TLC re-quiere de diversas visiones, ya que es un tema tan complejo como variado, debido a que cada cadena productiva tiene sus propios pro-blemas. No obstante, al analizar la información encontrada, se puede apreciar que existen temas comu-nes que pueden ser la línea base de una rápida adaptación del agro colombiano.

Cadenas productivas

Colombia tiene una superfi-cie total de 114.174.800 hectáreas (ha). El terreno de posible voca-ción agrícola es de aproximada-mente 10.000.000 ha, pero se uti-lizan solo 3.869.311 ha. De estas, 1.354.258 corresponden a cultivos

transitorios y 2.515.052, a perma-nentes. El sector aporta el 12,47% del PIB total (2006) y genera 2,3 millones de empleos. Con algunas excepciones, presenta lento creci-miento de los rendimientos, aun-que los factores productivos son abundantes: maíz (4,6 t/ha frente a 9,3 en EE. UU.), banano (34,4 t/ha frente a 52,5 en Centroaméri-ca), hortalizas (16 t/ha frente a 25 en Chile)7.

Podría afirmarse que el for-talecimiento de los pequeños productores debe ser el objetivo principal, el cual requiere verse como el punto crítico del reto. Es necesario establecer medidas de corto plazo para fortalecer sus ca-denas productivas, con el fin de incrementar la competitividad y cumplir con las exigencias de los mercados internacionales y las po-líticas de Estado sobre los TLC.

Para vincularlos efectivamen-te a los mercados internacionales, es necesario trabajar en el fomento de la asociatividad y reconocer que la competencia ya no es la finca de al lado sino naciones como China y Brasil o países de Centroamérica o África. Es vital fomentar entre los pequeños productores el flujo de información y el acceso a las nue-vas tecnologías, que mejorarán sus procesos y, en últimas, sus niveles de ingreso.

Un ejemplo de éxito ha sido

el café, que se mantiene en los mercados internacionales por el esfuerzo conjunto del Estado, el sector privado, las universidades, los centros de investigación y los pequeños productores. Cualquier avance o desarrollo es conocido y aplicado por una gran mayoría que vende su producto a un ente encargado de la comercialización en el exterior.

Esto no se lograría si cada pe-queño productor intentara sacar del país su café de forma inde-pendiente. Primero se reconoce la marca Café de Colombia que el café de Antioquia, del Viejo Caldas o de cualquier zona productora del país.

Adaptación

Lo primero que hay que estu-diar son las diferentes exigencias de los TLC en relación con calidad, productividad, sanidad, trazabili-dad, presentación, volúmenes y frecuencias de despacho. Cada país tiene tendencias de consumo diferentes y el productor debe es-tar en capacidad de dar respuesta a estas condiciones de mercado, adaptando su producción al país o a los países de consumo.

A manera de ejemplo, en el bloque de Tratado de Libre Co-mercio de América del Norte (Naf-ta), mientras Canadá incrementa

Los campesinos tendrán que avanzar en calidad, trazabilidad, presentación y frecuencia de despacho.

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5Coyuntura

el consumo de frutas y hortalizas en fresco, así como el de produc-tos orgánicos, México no muestra interés en este tipo de productos provenientes de Colombia, debi-do a que los adquiere de países vecinos. En cambio, sí estaría inte-resado en frutas tropicales en con-serva o pulpas de fruta empacadas al vacío, mermeladas y conservas. Estados Unidos no es el único des-tino de exportación, aunque sea el más apetecido.

En segundo lugar, deben adaptarse y desarrollar tecnolo-gías que optimicen los procesos de cosecha y poscosecha de los pro-ductos agrícolas, que sean de bajo costo y fácil acceso; sobre todo, desarrolladas con las comunida-des, para que efectivamente sean usadas por ellas mismas.

Este es un tema en el que deben trabajar las universidades, pues cuentan con profesionales en disciplinas como ingeniería, er-gonomía, diseño y psicología, que pueden converger en resultados útiles para la comunidad.

Logros de este tipo se pueden apreciar en las flores producidas en Colombia, para las cuales se utilizan estructuras de invernade-ro desarrolladas localmente, cuyos costos son inferiores a los de las usadas en Holanda, único país por encima en niveles de exportación de este producto.

CyT, aliadas

La necesidad de exportar pro-ductos con mayor valor agregado a los países con los que se tienen TLC debe impulsar y promover el desa-rrollo tecnológico, la investigación y la estructuración de procesos, de acuerdo con los protocolos que garanticen el mantenimiento o mejoramiento de la calidad de las mercancías agrícolas. Asimismo, es prioritario el desarrollo de me-joras en cada uno de los eslabones de la cadena de valor.

Para esto, se debe reconocer que el sector agrícola puede ser proveedor de productos procesa-dos como snacks, galletas, merme-ladas o encurtidos, cuya vida útil es mayor que el producto en fresco y que son requeridos en países co-mo México o Estados Unidos, con quienes hay muy buenas opciones comerciales.

Además, es urgente cono-cer los suelos donde se producen sus cultivos, con el fin de aplicar los nutrientes apropiados en las medidas justas; así como realizar actividades de medición y segui-miento, con miras a mantener los niveles de trazabilidad exigidos por los mercados internacionales. También, optimizar los procesos de cosecha, a través del uso de utensilios y herramientas que dis-minuyan las lesiones por malas posturas, para mejorar tiempos y movimientos en el proceso.

Se requiere desarrollar y uti-lizar empaques y embalajes que alarguen la vida poscosecha de los productos en fresco, para llevarlos por vía marítima, lo que reduce costos y los hace más competiti-vos (algunos grupos de investiga-ción de la Universidad Nacional de Colombia ya han obtenido re-sultados, como el de Tecnología en Invernaderos y Agroplasticultura, en asocio con el de Poscosecha de Productos Agrícolas y con las Facultades de Artes, Agronomía y Ciencias).

Todo esto debe ir acompa-ñado de paquetes tecnológicos y diseño de logos de recordación, de denominación de origen y mar-

ca región, entre otros. Estos son algunos de los retos en los que el Gobierno colombiano debe traba-jar, con el apoyo de las universida-des y siempre con la participación activa de la comunidad, que, en últimas, será la beneficiaria y, al mismo tiempo, la responsable de “un parte de éxito” en las negocia-ciones internacionales de nuestros productos agrícolas.

Frente a lo anterior, vale la pena resaltar la importancia de utilizar de manera adecuada los recursos del Estado destinados a investigación, de integrar las po-líticas oficiales (Plan Nacional de Desarrollo, Conpes, Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación –Ley 1286

de 2009–), y de constituir sinergias con la entidad que ha sido desig-nada para canalizarlos (Corpoica).

Las instituciones de educación superior cuentan con el recurso humano y las capacidades para es-tudiar de forma interdisciplinaria los diversos problemas del sector frente a los TLC y, por ende, para ofrecer soluciones integrales.

Por su parte, los centros na-cionales de investigación especia-lizada (Cenicafé, Cenipalma…) cuentan con la experiencia del día a día en sus cultivos; y el sector privado, con la visión de negocio. Al integrar a los diversos actores y sus visiones, son las cadenas las favorecidas y, al final, se da un

“gana–gana” de todos y, por tanto, del país.

1OECD, FAO, “Agricultural Outlook 2009-2018”, http://www.fao.org/es/esc/en/highlight_599.html. 2Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), 2008. 3Véase http://www.cairnsgroup.org/. 4Véase http://ec.europa.eu/agriculture/in-dex_es.htm. 5Véase http://ideas.repec.org/p/ags/iatrwp/51142.html. 6Véase http://www.minagricultura.gov.co/archivos/El%20Agro%20Colombiano%20Frente%20al%20TLC.pdf. 7Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), 2008.

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Para vincular el agro nacional a los mercados internacionales es necesario trabajar en el fomento de la aso-ciatividad y reconocer que la competencia es global.

Colombia, por su posición geográfica, tiene ventajas competitivas para afrontar el mercado internacional.

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6 Educación

“Calidad académicay autonomía responsable”

Bajo esta premisa, el pasado 2 de mayo, el profesor Ignacio Mantilla Prada tomó posesión como rector de la Universi-dad Nacional de Colombia para el periodo 2012-2015, ante el Consejo Superior Universitario (CSU) y la ministra de Edu-cación, María Fernanda Campo. Este fue su discurso.

Ignacio Mantilla Prada,Rector

Universidad Nacional de Colombia

Creo que la educación públi-ca, única opción para muchos co-lombianos, debe ser el más eficaz instrumento de equidad social en un país tan desigual como el nues-tro. Me identifico personalmente como hijo del sistema público de educación y pondré toda mi volun-tad en aportar a su mejoramiento, ejerciendo mi liderazgo en la Uni-versidad, para que esta sea motor (el motor de la locomotora) en la construcción de una nueva ley de educación superior. Para ilustrar el compromiso personal con la edu-cación pública me permito hacer un recorrido sumario por el proce-so de mi formación profesional.

El camino de mi educación y formación personal lo he recorrido, desde la escuela primaria, a tra-vés de la educación pública y bajo una especial influencia inicial de mi familia, una familia de maes-tros caracterizada por su indecli-nable vocación docente, a la que hoy también quiero agradecer. La educación básica y media la recibí, principalmente, en el Departamen-to de Santander.

Ingresé a la Universidad Nacio-nal e inicié mis estudios de matemá-tico en medio de permanentes cie-rres y padeciendo la programación anormal de semestres académicos. Eran estas, épocas difíciles para aquellos estudiantes poco amigos del uso de la retórica asambleísta que se respiraba en el ambiente es-tudiantil. Cuando finalmente pare-cía que disfrutábamos el ritmo nor-mal del estudio continuo y regular, la toma de la sede de una embajada vecina retrasó un semestre más mi graduación.

Inmediatamente terminé el pregrado, inicié mis estudios de Maestría en Matemáticas. Antes de concluirlos, tuve la oportunidad de vincularme como instructor asis-tente de la Universidad. Bajo la di-rección del profesor Yu Takeuchi realicé mi tesis de maestría y par-ticipé en mi primer proyecto de investigación.

Alcancé así el nivel máximo de formación académica que, en ese entonces, ofrecía el país. Como docente, la mejor opción en ese momento era dedicarme a ense-ñar matemáticas para estudiantes de ingeniería o matemáticas. Era como haber aprendido a cazar dra-gones y, al no encontrar dragones para cazar, enseñar a otros a cazar dragones.

Aparece entonces en mi cami-no un dragón: la oportunidad de aplicar a una de las ocho becas para realizar estudios doctorales ofreci-das por el Servicio Alemán de In-tercambio Académico (DAAD). Fui seleccionado para ser beneficiario de una de ellas para estudiar en la Universidad de Mainz. Viajé con mi esposa Liliana, también matemá-tica. Teníamos una sola beca para los dos, pero nos motivaba el firme propósito de estudiar ambos.

Por recomendación del profe-sor Peter Paul Konder, quien había trabajado algunos años en Colom-bia, iniciamos estudios en diferen-tes áreas de Matemática Aplicada que no tenían desarrollo alguno en nuestro país; ella bajo la direc-ción del profesor Wolfgang Bühler y yo, dirigido por el profesor Börsch-Supan. En 1991 recibimos nuestros títulos de doctor: Liliana en Proba-bilidad y yo, en Análisis Numéri-co. El DAAD podrá afirmar que, en nuestro caso, financió un verdadero combo académico: con una beca

promovió dos nuevos doctores.Posteriormente complementé

mi formación académica en Alema-nia, cuando en uso de un año sabá-tico realicé estudios posdoctorales, desarrollé proyectos de investiga-ción conjuntos con investigadores alemanes y conocí las discusiones sobre las reformas que se introduci-rían en el sólido y conservador siste-ma universitario alemán, originadas en el proceso de Bolonia que Europa había iniciado en 1989 y que, aún hoy, son tema de permanente re-flexión universitaria y referente para nosotros.

Con estas palabras iniciales solo quiero evidenciar el enorme compromiso personal que para mí representa trabajar para mejorar el sistema de educación superior, es-pecialmente el público. Comparto las palabras de Alberto Lleras Ca-margo, quien afirmó en 1947, que “hay que abrir a todo colombiano una esperanza cierta, una oportu-nidad operable, una expectativa le-gítima. Eso hacen las escuelas”.

Universidad pública y estatal

Tanto la nueva ley de educa-ción superior como la dirección de la Universidad deberán tener como referencia la concepción de uni-versidad pública y estatal que el General Santander, desde la Vice-presidencia de la Gran Colombia, materializó con la creación de la Universidad Central de la Repúbli-ca, con sedes en Caracas, Quito y

Bogotá. Esta fue la primera expre-sión jurídico-institucional de uni-versidad pública, la cual comenzó a funcionar hacia 1830.

Esa institución es la génesis de la Universidad que tendré oportu-nidad de dirigir a partir del día de hoy. Digo génesis, porque hacia los años 50 del mismo siglo, la sede de Bogotá de esta primera Universidad Central fue clausurada.

Pero en 1864, José María Sam-per presentó al Congreso un proyec-to de ley para la creación de lo que llamó Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia, man-teniendo el espíritu de universidad pública propuesto por Santander, quien ya en 1826 había afirmado: “Sin un buen sistema de educación pública y enseñanza nacional no puede difundirse la moral pública y todos los conocimientos útiles que hacen prosperar a los pueblos”.

El 22 de septiembre de 1867, en el Gobierno de Manuel María Santos Acosta, el Congreso expide la Ley 66 con la cual se crea la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia. En los bienes entrega-dos para su funcionamiento, tales como el Observatorio Astronómico, vecino del Claustro de San Agustín y administrado actualmente por la Universidad Nacional, comenzaron a funcionar las facultades de Artes y Oficios, Derecho, Medicina, Cien-cias Naturales y Filosofía.

La recién fundada Universidad contó con 335 estudiantes prove-nientes de varias regiones del país y 45 profesores. Se designó como

primer rector al Dr. Ezequiel Ro-jas, quien por quebrantos de salud decidió no aceptar; en su reem-plazo fue nombrado el Dr. Manuel Ancízar. La Universidad creció en reputación, número de alumnos, competencia y profundidad en las enseñanzas hasta consolidarse co-mo alma máter de la educación superior colombiana.

En la presidencia de Alfonso López Pumarejo se expidió la Ley Orgánica de la Universidad (Ley 68 de 1935), con la cual el Gobierno emprendió la construcción de la ciudad universitaria para reunir las escuelas y crear nuevas facultades. En 1936 se incorporó la Escuela de Minas de Medellín y, dos años más tarde, la Escuela de Agricultura Tro-pical de Medellín.

Los antecedentes de la Sede Manizales se remontan a 1946, cuando el gobernador José Jaramillo Montoya y el rector Gerardo Molina promueven su creación. La Sede Palmira se originó con la incorpo-ración a la Universidad Nacional, en 1964, de la Escuela Superior de Agricultura Tropical. La creación de las sedes de frontera en Leticia, San Andrés, Arauca y Tumaco se da en la década de los 90, durante la rectoría del profesor Guillermo Páramo.

La Universidad Nacional, en las últimas décadas, no ha sido ajena a las reformas. En 1964, el profesor José Félix Patiño asumió la Recto-ría de la Universidad en medio de una profunda crisis: la Universi-dad no generaba credibilidad en la sociedad, vivía en continua pugna

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Vicerrector GeneralProfesor Jorge Iván BulaFacultad de Ciencias Económicas

Vicerrectora de la Sede BogotáProfesora María Clemencia VargasFacultad de Odontología

Vicerrector de la Sede MedellínProfesor Carlos SalazarFacultad de Ciencias Agrarias

Vicerrector de Investigacióny ExtensiónProfesor Alexánder Gómez Facultad de Ingeniería

Vicerrector de la Sede ManizalesProfesor Germán Albeiro CastañoFacultad de Administración

Vicerrector de la Sede PalmiraProfesor Raúl MadriñánFacultad de Ingenieríay Administración

Secretaria GeneralProfesora Catalina RamírezFacultad de Ciencias

interna y con una amplia fragmen-tación institucional. La Universidad contaba con algo menos de 8.000 estudiantes, 27 facultades y 32 ca-rreras.

La reforma llevada a cabo, con el lema “Integración como meca-nismo para el desarrollo”, permitió agrupar todas sus carreras en 12 facultades pertenecientes a las 4 sedes y se creó el Consejo Superior como máximo órgano de gobierno. (Hoy, el Doctor Patiño es uno de sus honorables miembros). La llama-da “Reforma Patiño” representó un salto sustancial para la Universidad y sirvió de guía para las demás uni-versidades del país.

Durante las rectorías de los pro-fesores Antanas Mockus, Guillermo Páramo, Marco Palacios y Moisés Wasserman se llevaron a cabo im-portantes reformas académicas que le imprimen a la actual Universidad Nacional un carácter académico moderno y flexible. Sabré aprender de los esfuerzos y experiencias del pasado, para entender la situación que hoy en día vive la Universidad y enfrentar los problemas que la aquejan.

El reto de la cobertura

En las reformas académicas mencionadas, un tema de perma-nente discusión, tanto interna co-mo externa, ha sido sin duda la cobertura, que hoy llega a 40.000 estudiantes de pregrado y 8.000 de posgrado, de los cuales 1.000 son estudiantes de doctorado; la planta docente hoy la constituyen cerca de 3.000 profesores. Ha habido im-portantes iniciativas para aumentar aún más la cobertura, pero cuidan-do siempre la calidad académica, sin caer en la tentación de la virtua-lidad total y con la conciencia plena de saber que la tecnología no nos ahorra tiempo o recursos, solo los reparte de otra manera.

Y es que, según las condicio-nes de cobertura, la evolución de la mayor parte de los sistemas de educación superior en el mundo puede caracterizarse formalmente mediante tres etapas, como lo hizo mediante múltiples análisis el pro-fesor Martin Trow de la Universidad de California desde la década del 70:

Una primera etapa, cuando las tasas de cobertura son meno-res al 15% de las personas en edad de ingresar a la universidad; bajo estas condiciones se considera la educación universitaria como un privilegio.

La segunda etapa se caracteri-za por el aumento de la demanda de estudiantes que quieren ingresar a la educación superior. Internacio-nalmente, se ha identificado esta etapa como la masificación de la educación universitaria, y se estima que se presenta cuando se alcanzan tasas de cobertura nacionales entre el 15% y el 50% del grupo de edad en condiciones de ingresar a la uni-versidad. En esta etapa se identifica la educación universitaria como un derecho, para aquellos que cumplen ciertos criterios de preparación.

En la tercera etapa se cubren tasas de cobertura mayores al 50% y la sociedad pasa a considerar la educación universitaria como una obligación. Esta etapa se caracteri-za por buscar universalizar la edu-cación superior.

Cada una de estas etapas de-termina características especiales para diversos tipos de universida-des. Así, las instituciones de élite buscan formar el carácter y el espí-ritu de sus estudiantes, como, por ejemplo, lo propuso Wilhelm von

Humboldt a comienzos del siglo XIX para el sistema educativo uni-versitario alemán.

Al masificarse el acceso a la educación superior, las universida-des también deben brindar forma-ción para las profesiones o para el trabajo, que es una educación mucho más técnica. Este tipo de universidades son necesarias para mantener las condiciones tecnoló-gicas actuales y, con ello, nuestro estándar de vida y la misma civili-zación en el planeta. En este senti-do preparan, principalmente, a las élites técnicas y económicas de las naciones.

Finalmente, las universidades con acceso universal se dedican a preparar a gran parte de la pobla-ción para adaptarla a los rápidos cambios sociales y tecnológicos. En el país coexisten hoy estos tres tipos de universidades.

La Universidad que necesita el país

La Universidad Nacional pre-senta, actualmente, una mezcla de algunos elementos que caracteri-zan a las universidades de élite co-mo el estar físicamente separadas de su entorno y tener un examen propio de acceso, lo que le permite seleccionar muy buenos estudian-tes. También tiene características del tipo de universidades que ofre-cen programas académicos para las profesiones, con un aumento con-siderable de la cobertura.

Este hecho indica que en su historia reciente, la Universidad ha incrementado continuamente los cupos y programas académicos sin hacer grandes modificaciones en su infraestructura o en su planta docente. Este proceso ha llevado a aumentar la cantidad de estudian-tes por profesor, a recurrir al apoyo de estudiantes de posgrado para cubrir las actividades docentes de pregrado y a incrementar conside-rablemente la nómina temporal de funcionarios administrativos, entre otros.

La coyuntura actual es muy im-portante porque definirá el rum-bo de la Universidad Nacional de Colombia. Ampliar la cobertura sin contar con la capacidad para atender a los nuevos estudiantes tendería a convertirnos en una universidad de acceso universal, en detrimento de la calidad académica. El camino que la última administración, liderada por el profesor Wasserman, ha traza-do para la Universidad Nacional de Colombia es el de transformarse en una Universidad de investigación.

En este sentido, es preciso men-cionar los resultados del proceso de Bolonia, que estandarizó el sistema educativo europeo para facilitar los intercambios académicos, facilitó el reconocimiento de títulos, aumentó la confianza recíproca entre insti-tuciones y, así mismo, estructuró el sistema universitario para entregar un primer título certificando la for-mación de profesionales (que es el Bachelor). De esta forma el sistema europeo ha tendido a emular el sis-tema universitario de los Estados Unidos. Ese enfoque tiene sus ven-tajas.

Sin embargo, considero que la Universidad Nacional debe in-centivar la formación integral de ciudadanos y no exclusivamente de profesionales. Esto quiere decir que nuestra Universidad buscará formar ciudadanos con carácter, es decir, personas que puedan ar-gumentar, dudar metódicamente, ofrecer soluciones para mejorar continuamente lo que enfrentan y, así, abordar prontamente la inves-

tigación autónoma o la solución autónoma de problemas. Este sería nuestro propio camino educativo, que no es el de Bolonia ni el de los Estados Unidos.

Necesitamos una Universidad que responda a las condiciones propias del sistema de educación colombiano y sea reconocida inter-nacionalmente por su perfil investi-gativo; una Universidad preparada para ofrecer las respuestas a las preguntas que aún no nos hemos formulado y, no menos importan-te, una Universidad que vuelva su mirada hacia la formación prima-

Equipo directivo que tomó posesiónpara el periodo 2012-2015

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Director encargado de UnimediosProfesorJuan Manuel Tejeiro SarmientoFacultad de Ciencias

Directora de la Oficina de Relacio-nes Internacionales e Interinstitu-cionales (ORI)Profesora Catalina ArévaloFacultad de Ciencias

Directora jurídicaNancy Stella Cruz Gallego

ria y secundaria, porque la educa-ción debe ser considerada como un sistema integral. Como decía Karl Popper, “no existen disciplinas ni áreas de aprendizaje o indagación: solamente existen problemas y la urgencia de resolverlos”.

La actitud crítica requiere la promoción permanente dentro del sistema educativo de los valores de la autonomía y la responsabilidad. Estos valores deben permear nues-tro sistema educativo por completo. Son estas características importan-tes las que deberán discutirse nece-sariamente como parte del proceso de construcción de una nueva ley de educación superior para el país.

Con esto en mente, formulé mi propuesta: Calidad académi-ca y autonomía responsable, que me servirá como guía durante la rectoría 2012-2015 y me permite mencionar los mayores problemas y retos que la Universidad enfrenta actualmente.

Calidad académica

En primer lugar, la Universidad debe, ante todo, fortalecer la calidad académica de sus programas. Para ello, es preciso realizar los ajustes necesarios a la reforma académica realizada en el 2009. El fortaleci-miento académico debe involucrar la promoción activa de la autono-mía como valor fundamental del sistema educativo. La autonomía permite construir un sistema cen-trado en los estudiantes, es decir, en los procesos de aprendizaje en contraste con aquellos sistemas con énfasis en los procesos de en-señanza.

La autonomía le permite al es-tudiante asumir conscientemente la responsabilidad directa en su proceso de aprendizaje. El conoci-miento se aborda entonces de una manera crítica y activa y no de una manera pasiva, es decir, los estu-diantes pueden realizar discusiones civilizadas y dudar de lo establecido y de los criterios de autoridad en el conocimiento. La responsabilidad es un complemento implícito y ne-cesario en un proceso educativo autónomo.

Por otra parte, sin necesidad de construir en Colombia un sis-tema educativo centrado en la au-tonomía como valor central en los procesos de aprendizaje, podemos hacer un esfuerzo institucional en el nivel universitario para promo-verla efectivamente.

Permítanme mencionar, en es-te sentido, un sistema novedoso y audaz que ha implementado la Uni-versidad Nacional de Colombia, que le otorga a cada estudiante un cupo de créditos académicos para que lo utilice en el desarrollo de su carrera con un elevado nivel de autonomía. Este sistema promueve la responsa-bilidad del estudiante y le confiere autonomía para trazarse la ruta de formación dentro de la Universidad, al tiempo que le permite un amplio nivel de flexibilidad en ese proceso formativo, lo que incentiva un enfo-que interdisciplinario.

Este proceso, ya implementa-do, necesita de algunos ajustes; la Universidad debe cumplir institu-cionalmente una función de apo-yo y acompañamiento para lograr que los estudiantes “aprendan a aprender” y establezcan efectiva-mente una ruta de formación para la construcción autónoma del co-nocimiento, acorde con sus intere-ses y capacidades, que optimice el desarrollo de sus cursos, trabajos y tesis de grado, como el centro de su proceso de aprendizaje. Así, los estudiantes utilizarán mejor los

recursos puestos a disposición por la Universidad y lograrán una ade-cuada conexión con la oferta de soluciones a las necesidades y pro-blemas.

El Sistema de Acompañamien-to Estudiantil será parte del bien-estar integral que la Universidad ofrecerá a sus estudiantes; este promoverá, al mismo tiempo, las capacidades de emprendimiento, propenderá por vincular a los es-tudiantes –desde los primeros se-mestres– a las labores académicas a través de monitorías y aumentará la posibilidad de movilidad acadé-mica sin desatender los programas actuales.

Sin dar la espalda a la edu-cación media, y con el ánimo de contribuir a su mejoramiento, se fortalecerán los exitosos programas de posgrado, de reciente creación, orientados al mejoramiento de la formación de los maestros de edu-cación básica y media; así mismo, reconociendo la brecha entre la educación media pública y privada, pondré a consideración del Consejo Superior un programa de admisión especial para los mejores bachille-res de colegios públicos.

Infraestructura y patrimonio

En segundo lugar, es inevita-ble abordar el tema de la situación crítica de la infraestructura y patri-monio que enfrenta la Universidad Nacional de Colombia. Sin un ade-cuado soporte de infraestructura no es posible que la Universidad conserve o fortalezca la calidad académica de sus programas y, me-nos aún, que pueda aumentar la cobertura. Tenemos una situación especialmente delicada en la Sede Bogotá: varias de sus edificaciones se encuentran en avanzado estado de deterioro, al punto que algunas han debido ser evacuadas y clau-suradas.

No se ha logrado poner en fun-cionamiento el Hospital Universi-tario, lo que ha repercutido enor-memente en la calidad y reputación de este “patrimonio académico” de nuestra Universidad. Con relación a esta situación hago un llamado urgente al Gobierno Nacional, para que apoye la aprobación de una partida presupuestal especial que nos permita modernizar la infraes-tructura de la Universidad Nacio-nal, con la seguridad de que este esfuerzo redundará en la calidad académica y en la presencia de la Universidad Nacional en la vida de

la nación. Sin este apoyo cualquier esfuerzo será insuficiente.

Gestión administrativa

El tercer y último punto prin-cipal de mi propuesta está relacio-nado con la gestión administrativa. Como lo indicó el informe de la eva-luación internacional realizada a la Universidad por la Asociación de Universidades Europeas a través de su Programa de Evaluación Institu-cional, enfrentamos una “burocra-cia dice el informe casi paralizante y antieconómica”. En este campo deberemos emprender una ambi-ciosa reforma administrativa, con un gran salto, porque un abismo no se supera con pequeños saltos; ne-cesitamos una gestión administra-tiva que nos permita hacer efectiva la autonomía universitaria hasta las unidades académicas básicas.

El objetivo fundamental es que el nivel central de la Universidad se dedique a formular la política académica y a controlar su ejecu-ción mientras las sedes, facultades y unidades académicas básicas se dedican a ejecutar con eficiencia. Esto es lo que he expresado como centralización académica y descen-tralización administrativa. El valor fundamental en este proceso debe ser la confianza, que nos permitirá establecer una estructura adminis-trativa mucho más eficiente.

Los tres puntos señalados an-teriormente son el eje de mi pro-grama. Confío en el decidido apoyo del Gobierno nacional y en el em-peño de la ministra María Fernanda Campo para ayudarnos a fortalecer el más importante centro de edu-cación superior pública del país. Compartimos los mismos objeti-vos, cuando afirma usted que “[…] la principal locomotora que tiene un país para salir adelante, supe-rar la pobreza, reducir las grandes brechas de inequidad, para poder formar unos seres humanos que puedan ser competentes y compe-titivos en un entorno globalizado, es la educación de calidad”.

El compromiso es construir nación

Durante el proceso que antece-dió a mi designación, los aspirantes hemos coincidido en el diagnóstico de los principales problemas que padece la Universidad Nacional, que también representan las ma-yores inquietudes de la comunidad universitaria, algunas de las cuales deben manifestarse en los deba-

tes nacionales. Reitero entonces la invitación pública que he hecho a toda la comunidad académica pa-ra mantener discusiones abiertas y constructivas, ante procesos como la formulación del nuevo proyecto de ley de educación superior.

La Universidad, en muchos as-pectos es una imagen a escala del país y le debe a la sociedad colom-biana su existencia; tiene, por eso mismo, el deber y la responsabilidad de servir de modelo y ejemplo en el debate de las ideas y de las posicio-nes contrarias a través de la discu-sión crítica y civilizada. Esta actitud crítica deberá permitirnos promo-ver la autonomía universitaria de manera responsable con el país y sus necesidades.

Como lo manifesté en mi pro-grama para el proceso de designa-ción de rector, la Universidad Na-cional de Colombia mantendrá su independencia y no entregará su autonomía a intereses privados o políticos internos o externos. De-bo reafirmar, en todo caso, que no caeré en la inacción por buscar consensos imposibles. Los desen-cuentros podrán ser frecuentes, pe-ro estoy preparado: más de 30 años de vinculación a la Universidad me imponen el compromiso de velar sin claudicaciones por el interés de la Institución.

A los escépticos les anuncio que esta será una Rectoría que evi-tará la exposición de ideas menores revestidas con palabras mayores (que es la mejor definición de de-magogia) y superará el diagnósti-co y la documentación de nuestras debilidades para pasar a la acción. Será una Rectoría tolerante, pero no indiferente; necesitaré el apoyo de-cidido, real y efectivo, de la comu-nidad universitaria y del Gobierno Nacional, de lo contrario mi gestión será como un intento por sanar una fractura retocando la radiografía.

Permítanme cerrar estas pa-labras citando a Alberto Lleras Ca-margo, cuando al recibir el grado honoris causa en Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes dijo: “En mi opinión no existe catálogo de prioridades en las necesidades de la República, con ser tan varia-das e intensas. Por sobre todas las exigencias está esta de la educa-ción, antes que los caminos, que las armas, que los hospitales, que la técnica, que la comida, que la higiene y la casa, porque todas las formas de desarrollo de un país han de subordinarse al hecho absoluto de que no puede hoy haber, como sí las hubo en la antigüedad, naciones grandes sumidas en la ignorancia”.

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9Educación

María Fernanda Campo,Ministra de Educación Nacional

Ser Rector de la Universidad Nacional de Colombia no es solo liderar el desarrollo académico de una Institución, sino que es un compromiso constante con el pro-greso del país que implica el traba-jo continuo y articulado con todos los demás actores del sistema de educación.

Tenemos claros los ejes que guían nuestra política educativa; le corresponde al Rector alinear sus esfuerzos con planes estratégicos que le permitan a la Universidad liderar e impulsar la educación su-perior que requiere nuestro país.

Calidad y pertinencia

Para mejorar la calidad, el nue-vo Rector recibe una Universidad con la acreditación institucional de alta calidad por 10 años, con el 96% de los programas de pregrado acreditados, con el reconocimien-to de la Asociación Europea de Universidades y con estudiantes que sobresalen todos los años en las pruebas Saber Pro.

Sin embargo, el camino por recorrer es todavía muy largo. El trabajo en la academia es conti-nuo, los planes de mejoramiento institucionales y de programas no dan espera. Es necesario seguir consolidando la reforma académi-ca en los 94 programas de pregra-do y los 343 de posgrados, robus-teciendo la reforma estudiantil y asegurando que los más de 6 mil estudiantes que se gradúan anual-mente sean profesionales exitosos y con todo el reconocimiento de nuestra sociedad.

Con relación a nuestra política de disminuir las brechas en acceso y permanencia entre regiones y poblaciones diversas, la Univer-sidad Nacional es buen ejemplo de regionalización de la educa-ción superior a través de sus ocho sedes. El Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica entre las sedes es una fuente de motivación para los jóvenes en las regiones fronterizas que necesitan de tanto desarrollo.

Bienestar e investigación

Adicionalmente, gracias a sus programas especiales para aten-der población diversa, afrodescen-

“Un compromiso constantecon el progreso del país”

Así definió la ministra de Educación Nacional, María Fer-nanda Campo, lo que significa ser Rector de la Universidad Nacional de Colombia. En su discurso, durante la ceremonia de posesión del profesor Ignacio Mantilla como rector para el periodo 2012-2015, destacó el liderazgo de la Institución en el sistema de educación superior del país y enumeró al-gunos de sus principales retos.

Bienvenida del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,al nuevo rector de la Universidad Nacional de Colombia, Ignacio Mantilla.

La Universidad Nacional es un tesoro para los colombianos, un campus pluralista e inclu-yente, que a lo largo de estos 145 años les ha brindado opor-tunidades a tantos jóvenes. Hoy, le debemos toda nuestra grati-tud al saliente rector, el doctor Moisés Wasserman, por haber consolidado la investigación y la calidad académica en esta ins-titución. Son casi 40.000 diplo-mas los que ha firmado el doctor Wasserman, como constancia de los ciudadanos que, a través de una formación integral de cali-

dad, contribuyen hoy al desarro-llo de nuestro país.

El doctor Ignacio Mantilla recibe en buen momento un gran patrimonio nacional, con impor-tantes desafíos por delante. El país puede estar tranquilo con su elección, realizada por el Consejo Superior en el marco de un pro-ceso transparente y autónomo, como siempre lo han sabido ha-cer en esta Universidad.

La educación de calidad es un propósito común y estamos en obligación de unir esfuerzos alrededor de este objetivo. Sé

que la Universidad Nacional –por su prestigio, seriedad y buen juicio– seguirá contribuyendo a la construcción de espacios de diálogo y consenso. Lo cual permitirá que más colombianos tengan oportunidades de forma-ción y que más jóvenes sean re-conocidos por su talento. Somos conscientes de que, para ello, es necesario apoyar aún más a las universidades públicas. Por eso, este año se distribuirán, ade-más de los 2,2 billones de pesos, 150.000 millones de pesos adi-cionales, tanto para fortalecer

su funcionamiento e inversión como para robustecer su base presupuestal.

A partir de hoy, el rector Man-tilla se pone al frente de un verda-dero “templo del saber”, que a todos nos enorgullece. Sé que se-guirá cosechando generaciones de ciudadanos bien preparados, listos para contribuir al progreso y a la prosperidad de todos los colombianos.

¡Muchas felicitaciones y mu-chos éxitos, y cuente con el apoyo y acompañamiento permanente del Gobierno nacional!

dientes, indígenas, discapacitados y mejores bachilleres de munici-pios pobres, la Universidad Nacio-nal es un ejemplo de equidad para las otras universidades del país.

No obstante estos avances, es necesario continuar mejorando las pertinencia de los programas y acercarse más a los sectores socia-les y productivos en las diferentes regiones del país. Y es prioritario, también, fortalecer el Sistema de Bienestar Universitario con el fin de asegurar las condiciones básicas que necesitan los estudiantes para un mejor desempeño académico y poder así disminuir el riesgo de la deserción y asegurar la termina-ción de sus estudios en el tiempo establecido en cada carrera.

Sin lugar a dudas, para educar con pertinencia e incorporar in-novación en la educación, la Uni-versidad Nacional hoy es el reflejo de varios años de trabajo continuo construyendo una Universidad de investigación, con un 36% de docentes de su cuerpo profesoral con nivel doctoral, con 487 grupos de investigación reconocidos por Colciencias y con el 31% de pro-gramas de doctorado del país.

Pero el camino sigue siendo cuesta arriba, se debe ampliar la consecución de recursos exter-nos para la investigación e inno-vación y fortalecer el Fondo de Investigación. Trabajar las diferen-tes modalidades de la extensión universitaria, seguir interactuando en los comités Universidad-Em-presa-Estado de tal forma que a partir del conocimiento se gene-ren empresas y se creen verdade-ros procesos de innovación para el desarrollo del país.

Gestionando la excelencia

Finalmente, con el propósito de fortalecer la gestión para ser modelo de eficiencia y transparen-cia, es claro que en una Institución tan compleja como la Universidad Nacional de Colombia, cualquier indicador no es suficiente y los resultados de un Sistema de Mejor Gestión no son inmediatos.

Sin embargo, la Universidad debe seguir trabajando firme y fuertemente en su estructura or-ganizacional inter e intra sedes, en sus procesos de planeación acadé-mica y financiera, en el análisis de sus actividades académicas, admi-nistrativas y presupuestales y en la formalización de los procesos y procedimientos de cada una de sus áreas. Todo esto con el fin de convertirse en el mejor ejemplo de

eficiencia y transparencia para el Sistema Universitario Estatal.

Estamos seguros de que todas estas acciones se verán reflejadas a nivel internacional en un mejor posicionamiento de la Universidad Nacional en los diferentes esce-narios, pero ante todo serán una fuente muy valiosa para nuestro proceso de diálogo sobre la educa-ción superior porque alimentarán la discusión con argumentos só-lidos que enriquecerán el debate público.

En fin, la principal Institución académica del país debe ser en este diálogo, el espacio en don-de germinen las ideas para dar solución a los grandes problemas de inequidad social que enfrenta-mos en nuestro país y en donde la educación superior incluyente, con equidad y de calidad, juega un papel fundamental.

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Hallan microalgasque devoran contaminantes

Chlorella vulgaris es un pequeño y prodigioso organismo que absorbe los residuos sólidos de las aguas impuras. Biólogos e ingenieros comprobaron que puede eliminar entre un 20% y un 30% del material indeseable de un litro de líquido. Esta podría ser una solución viable y económica de descontami-nación hídrica para fábricas y pequeñas localidades.

Fernando García Ardila,Unimedios

El profundo universo de las al-gas y sus prolíficas virtudes son el objeto de estudio de un grupo de investigadores que no ha parado de sumergirse, desde hace cinco años, en los secretos de este singu-lar organismo. Ahora descubrieron lo que puede hacer la diminuta Chlorella vulgaris, una variedad propia de aguas dulces.

Este espécimen verde, de for-ma esférica, mide entre 2 y 10 micras (milésimas de milímetro) y tiene una capacidad enorme para atraer grasas y aceites inmersos en aguas residuales. Para el caso del estudio, se utilizaron las aguas procedentes de una empresa de cebos, que son tratadas con di-ferentes técnicas físico–químicas para luego devolverlas al medio.

Esta microalga se halla en ríos, lagos, humedales e incluso en suelos húmedos. Una de las razones para utilizarla es su fá-cil adaptación y supervivencia en fuentes hídricas con altos grados de contaminación. Además, tiene la capacidad de consumir materia orgánica.

El biólogo Luis Carlos Mon-tenegro y el ingeniero químico Rubén Darío Godoy, de la Uni-versidad Nacional de Colombia, y Alejandro Herrera, ingeniero quí-mico de la Universidad de Amé-rica, pudieron comprobar en el Laboratorio de Cultivos de Algas que, en un litro de agua con cebo, las microalgas “devoran” entre el 20% y el 30% de este.

En primer lugar, se tuvieron que identificar las condiciones adecuadas para su cultivo. Luego se efectuó la toma de muestras y su caracterización (demanda quí-mica de oxígeno –DQO–, oxígeno disuelto, aceites, grasas y pH) an-tes del tratamiento.

Posteriormente, se llevaron a cabo experimentos que incluyeron dos factores: disolución de grasas y pretratamiento. Gracias a estos, se determinó qué concentración máxima de materia oleaginosa po-dían degradar las algas y si estas trabajan mejor solas o en compa-ñía de otros microorganismos.

“Introdujimos las algas en botellas llenas de agua cargada de grasa, con buenas condiciones de luz y temperatura; esperamos ocho días y observamos que el contenido de cebo disminuía os-tensiblemente”, recuerda Monte-negro, experto en esta variedad de seres vivos que, aunque parecen plantas, no lo son.

El estudio determinó que la unión de microalgas y microorga-nismos (como bacterias y hongos) redunda en una remoción de con-taminantes orgánicos más eficien-te. Según el biólogo, la microalga se encarga de hacer fotosíntesis y producir oxígeno, el cual es consu-mido por otras bacterias que tam-bién degradan la materia orgánica presente en estos desechos.

De esta manera, la disminu-ción de la demanda química de oxígeno, para estos tratamientos, se registró entre el 35% y el 76%, con respecto al comienzo del pro-ceso: “Una medición que muestra la reducción de materia orgánica presente en los líquidos contami-nados”.

En cuanto a las grasas y acei-tes, estos se reducen hasta 80%. Y, adicionalmente, se presenta una oxigenación hasta diez veces ma-yor que al comienzo de estos pro-cedimientos.

Las algas ayudan a disminuir el contenido de materia orgánica (aceites y grasas), y son más efectivas cuando trabajan en asocio con hongos y bacterias.

“El siguiente paso es em-plear las algas en tan-ques de oxidación de empresas y trabajar di-rectamente ahí, para es-calar el proyecto”, dice biólogo Luis Carlos Mon-tenegro.

Innovación

Complemento estratégico

Los científicos destacan que trabajar con C. vulgaris tiene ven-tajas enormes para la preserva-ción del medioambiente, así como para las compañías colombianas que producen desechos, pues su utilización abaratará los costos de tratamiento por el hecho de ser un organismo de fácil consecución y aplicación.

Los expertos aseguran que, en la actualidad, las técnicas para tratar el agua no son del todo efi-cientes, porque son sistemas muy básicos que dejan contaminantes; por ejemplo, las lagunas de sedi-mentación y oxidación no tienen la capacidad de disminuir las con-centraciones de materia orgánica y metales pesados (cromo, cadmio, plomo).

El profesor Montenegro acla-

ra que el tratamiento desarrolla-do por la UN complementará los usados comúnmente por las em-presas para refinar la purificación del agua. Consistiría en la insta-lación de una piscina tratada con microalgas y microorganismos. Lo más interesante es que este mé-todo se adaptaría a municipios y veredas con plantas de tratamiento deficientes o inexistentes.

“En estos lugares las aguas re-siduales están contaminadas prin-cipalmente con materia orgánica. Es un proceso extremadamente económico y fácil de llevar a cabo, para liberar agua más limpia a los ríos”, asegura.

Potencial

La rica biodiversidad con la que cuenta Colombia incluye a las fuentes hídricas, cuya oferta su-perficial alcanza los 71.800 m3 al año, a ella se suman las reservas de

aguas subterráneas, que se extien-den por 5.848 km2. Estos lugares pueden constituirse en el hábitat de la benéfica Chlorella vulgaris.

Se estima, además, que la de-manda hídrica total en el país es de 35.877 mm2 anuales, de los cuales el 54% va al sector agrícola; el 19%, al sector energético; el 7%, a la ac-tividad doméstica; el 7%, a la acuí-cola; el 6%, a la pecuaria; el 4%, a la industrial; y el 1,4%, al sector de servicios. Dichas esferas necesitan métodos de descontaminación de las aguas.

Tras el proceso de absorción del material residual, las micro-al-gas no sufren daño, ya que perma-necen vivas. De manera que existe la posibilidad de reutilizarlas en la producción de combustibles, pig-mentos, antioxidantes (para evitar enfermedades) y alimento para pe-ces. ¡Unas pequeñas pero efectivas máquinas naturales!

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Con tecnología nacional tratarán cáncer de pielAna María Escobar Jiménez,

Unimedios

De todos los tipos de cáncer, el de piel es el más común. Según la Organización Mundial de la Sa-lud, al año se detectan entre 2 y 3 millones de nuevos casos y se esti-ma que 12 millones de personas lo padecen.

Felipe Jaramillo Ayerbe, direc-tor del posgrado y del grupo de investigación en Dermatología de la Universidad de Caldas, asegu-ra que el principal culpable es el deterioro de la capa de ozono y la consecuente exposición a los rayos ultravioleta.

Las más afectadas son las per-sonas de tez blanca, para quienes es la enfermedad maligna más fre-cuente. En Colombia, el perfil epi-demiológico muestra que se tripli-caron los registros por cada 1.000 pacientes: de 6 en el 2003, se pasó a 17 en el 2005, de acuerdo con el informe del Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta, uno de los estudios de referencia nacional.

La búsqueda de tratamientos para este mal empezó a comien-zos del siglo XX, con el uso de la radioterapia. En los años veinte, con el surgimiento de la oncología, se exploraron otras técnicas, como la quimioterapia, que evolucionó hacia 1940 gracias al uso del gas mostaza (agente activo de armas químicas militares), que eliminaba las células cancerígenas.

A pesar de ser un procedi-miento efectivo, la quimioterapia tiene efectos secundarios muy ad-versos, debidos a su alcance sis-témico (es capaz de llegar a otros órganos del cuerpo), a su tenden-cia a destruir todas las células y a que ataca la médula ósea, lo que causa mielosupresión: una baja producción de células sanguíneas que reduce las defensas del cuerpo (inmunosupresión) y, por tanto, lo hace vulnerable a infecciones.

Igualmente, produce muco-sitis (inflamación de las membra-nas del conducto gastrointestinal), deteriora el folículo piloso, lo que conlleva a la alopecia (caída del cabello), y provoca vómito, náu-seas, diarrea, llagas en la boca, cansancio y anemia.

Un mejor tratamiento

En la búsqueda de tratamien-tos menos agresivos, ingenieros de la Universidad Nacional de Co-lombia en Manizales y dermató-logos de la Universidad de Cal-das articularon sus saberes, con la colaboración del oncólogo Juan Paulo Cardona.

Fue así como el profesor Jorge Hernán Estrada de la UN fue selec-cionado para fabricar un electro-porador, un equipo de alta tecno-logía que permite efectuar un tra-tamiento localizado denominado electroquimioterapia, pero que, por sus costos, aún no se utiliza en América Latina (en Europa, donde ha sido exitoso, cuesta el equiva-lente a 120 millones de pesos).

“La técnica hace que la qui-mioterapia sea más efectiva, y co-mo el medicamento se aplica de manera local, se requieren dosis in-feriores y se ocasionan menos efec-tos colaterales. Por tanto, minimiza el daño hecho al paciente”, explica

Se han observado mejorías en el tratamiento del cáncer de piel desde su primera aplicación.

El electroporador, un sofisticado equipo que se usa en Europa para tratar tumores malignos, ahora se-rá fabricado en Colombia gracias al trabajo conjunto entre las universidades de Caldas y Nacional. El mo-delo permitirá mayor seguridad en los tratamientos y reducirá los costos para los pacientes.

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el doctor Wilson Galvis Franco, del grupo de Dermatología.

Como una picadura

La electroquimioterapia con-siste en inyectar el medicamento directamente sobre el tumor. Para ello, se ubican los electrodos (con-ductores eléctricos utilizados para hacer contacto con un material no metálico) en la zona afectada, bien sea sujetándolos con peque-ñas pinzas o tenazas, bien intro-duciendo agujas si la lesión es más interna. A continuación, se aplican los impulsos eléctricos, que ayu-dan a que la medicina ingrese más fácil y se absorba mejor.

Esto sucede porque la electri-cidad dilata los poros de las mem-branas de las células cancerosas. Como consecuencia, el medica-mento entra en una proporción mayor y las mata solo a ellas.

El equipo consta de un ge-

nerador de pulsos eléctricos, que están hechos de electrones (par-tículas subatómicas que rodean el núcleo del átomo). Estos entran al tejido y polarizan el tumor, es decir, hacen que aumente el nú-mero de poros en la membrana plasmática celular (que envuelve el citoplasma de la célula).

“El dispositivo produce pul-sos eléctricos con voltajes muy al-tos, entre 100 y 1.300 voltios. Pero con tiempos muy cortos de expo-sición, entre 100 microsegundos y 100 milisegundos (un microse-gundo es la millonésima parte de un segundo; un milisegundo es la milésima fracción de un segundo). Se aplican uno o dos pulsos que, aunque son elevados, no alcanzan a producir dolor, debido a que su duración es muy corta; es como una pequeña picadura”, afirma el ingeniero de la UN.

La electroporación es un pro-cedimiento utilizado en ingeniería

celular y genética. Además, es una alternativa para personas que no hayan respondido a tratamientos convencionales, como la extirpa-ción por vía quirúrgica, la quimiote-rapia tradicional o la radioterapia.

Innovación

Si bien, el equipo conserva las características del modelo eu-ropeo, Estrada agregó desarrollos propios. Es el caso del sistema de electrodos, los cuales deben ser adquiridos por cada paciente y desechados luego del uso, a un cos-to alto que ronda los 1.400 euros (3 millones 300 mil pesos, aproxi-madamente). El ingeniero utilizó nuevos materiales (en proceso de patente) que se prevé reducirán ostensiblemente el precio.

Asimismo, mejoró los siste-mas de seguridad, haciendo que la conexión de los electrodos a la red eléctrica se efectúe por medio de un campo magnético que dis-minuye el riesgo de electrocución del paciente.

“Es muy importante conocer y dominar la tecnología, porque en la medida que usemos el equi-po podremos introducir innova-ciones”, destaca Estrada. Los in-vestigadores dicen que, hasta el momento, ni la tecnología ni los procedimientos se han desarrolla-do en Latinoamérica, por lo cual el electroporador de la UN es pione-ro en la región.

Lo anterior llevó a la firma brasileña Inventta a seleccionar al grupo de profesionales de la Sede Manizales para apoyar una potencial comercialización del producto, dadas las ventajas tec-nológicas y de costos. Una prueba más de que la ciencia y tecnología nacional puede competir con los grandes del mundo.

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Fallas cerebralesse verán en 3D

Expertos en eléctrica y auto-matización localizarán y “di-bujarán”, con mayor exactitud y calidad, los problemas neu-ronales, gracias al desarrollo de algoritmos que transforman señales eléctricas en imágenes. El procedimiento evitará ciru-gías innecesarias y funcionará de manera similar a un sistema de posicionamiento satelital.

Harrison Rentería,Unimedios

La precisión en medicina es una cuestión de vida o muerte; más aún si se trata de problemas en el cerebro, órgano en el que es necesario saber con exactitud dónde y cómo se originan las fallas neuronales.

En la actualidad, la electro-encefalografía (EEG) es el método usado con mayor frecuencia para conocer la actividad eléctrica de este poderoso y entramado “pro-cesador” natural, que ejecuta las funciones especializadas de nues-tra vida diaria.

El problema, según coinciden los miembros del Grupo de Auto-mática de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín (Gaunal), es que con dicho procedimien-to no se puede extraer suficien-te información sobre lo que pasa dentro de la intrigante “cabina de pilotaje” que es el cerebro.

Lo que hace la EEG es captar las señales de las neuronas a través de electrodos dispuestos sobre el cuero cabelludo del paciente. Los datos son trasferidos a una máqui-na que, luego del respectivo proce-samiento computacional, impri-me unas curvas de movimiento, similares a las de los sismógrafos para detectar temblores de tierra.

Si bien la técnica es útil, tiene bastantes limitaciones debido a que algunas señales son casi in-descifrables para los especialistas, en la medida en que indican que algo anda mal, pero no precisan ni qué ni dónde.

Una “foto” con señales

Los expertos de la UN dise-ñaron un método que aprovecha los reportes de la EEG y los trans-forma en imágenes detalladas, en tercera dimensión (3D), de la zona del cerebro en crisis.

Para entender mejor cómo funciona la conversión de las se-ñales en figuras inteligibles, José David López, investigador princi-pal del proyecto, pone como ejem-plo la forma en que se detecta la actividad sísmica.

“Cuando hay un temblor, di-versos sensores instalados en la superficie alrededor de la Tierra se activan y cada uno mide una potencia de energía diferente, lo que hace posible triangular la ubi-cación original, de la misma forma como lo hacen los sistemas de po-sicionamiento satelital”, explica.

De manera similar se apro-vechan y analizan las señales de energía de las neuronas, obteni-das mediante el encefalograma, con el fin de determinar la anchu-ra, la longitud y la profundidad de las ondas emitidas. Para ello se acude a fórmulas matemáticas y algoritmos especializados, que permiten reconstruir en imágenes 3D la actividad cerebral en el sitio afectado.

Se trata de una técnica nove-dosa, que les permite a los médi-cos saber cómo proceder clínica-mente.

El director del Gaunal, Jairo Espinosa, especifica que con el electroencefalograma se adquie-re la intensidad eléctrica mientras las neuronas trabajan, pero esa señal es material en bruto, “como un ruido”, que se debe descifrar. El trabajo de los ingenieros de la UN consiste en encontrar la cohe-rencia entre ese conjunto de fre-cuencias y localizar la región que provoca la actividad anormal en ese momento.

Una vez se tienen las imáge-nes es posible detectar problemas diversos (como Parkinson, lesiones en la médula espinal, derrames y falencias auditivas), así como re-velar el comportamiento cerebral para hacer estudios de drogas y de la epilepsia.

El reto es concretar el método preciso con un software médico que tome las “fotos” del comporta-miento tridimensional del cerebro. El proyecto cuenta con el acompa-ñamiento de centros de neuro-imágenes de Inglaterra y Bélgica que han desarrollado técnicas pa-ra problemas de este tipo.

Los expertos agregan que el objetivo es aprovechar un poder computacional mucho mayor que el de la actualidad, con algoritmos que se encarguen de hacer la re-construcción del lugar deseado,

Las señales que se obtienen tradicionalmente con el electroencefalo-grama son algunas veces indescifrables incluso para los médicos.

para que luego el computador to-me esa información y la organice en forma de datos.

Ellos también están incursio-nando en la ubicación de focos epilépticos o regiones de la corteza cerebral responsables de las crisis. “De allí surgen enfermedades cró-nicas, dado que se manifiestan con ataques recurrentes de descargas eléctricas, excesivas o breves, de grupos de células”, explican.

López, que es experto en au-tomatización, resalta: “no hay que estar dentro del cerebro para medir su actividad eléctrica y magnética, sino que lo medimos desde afuera y elaboramos imágenes que cual-quiera pueda entender. Queremos ser lo menos invasivos posible”.

Beneficio

de alto impacto

Según datos de la organiza-ción Mundial de la Salud (OMS), en el planeta hay aproximada-mente 50 millones de personas con epilepsia. Lo preocupante es que de esta enfermedad derivan diversas alteraciones físicas que llevan a problemas psicosociales, por lo cual es necesaria una de-tección óptima y oportuna de los males.

El doctor Gareth R. Barnes, del Centro de Neuroimágenes de la University College London, se-ñala que cada vez más neurólogos están siendo entrenados en estas técnicas, que ahorran tiempo y

dinero al determinar patologías y procedimientos.

El experto británico resalta que el procedimiento desarrollado en la UN no es invasivo; por ende, se pueden evitar cirugías innece-sarias: por ejemplo, cuando se eli-ge dónde poner las mallas de EEG intracraneales, en casos de epilep-sia se pueden ubicar sin necesidad de remover gran parte del cráneo. Así, se evitará la remoción amplia de regiones del cerebro y solo se extraerá el foco afectado.

Sobre este aspecto, un infor-me de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS), de España, explica que cuando se de-tecta un foco epiléptico este “de-be estar localizado en una región cuya exéresis (escisión quirúrgica de una parte inútil o perjudicial) no tenga como consecuencia un déficit neurológico y neuropsico-lógico responsable de incapacidad o de alterar la vida cotidiana del paciente”. Pues uno de los riesgos con las operaciones es remover neuronas sanas que mantienen funciones benéficas.

El estudio de identificación de señales que desarrolla el Grupo de Automática, desde hace tres años, se adelanta en asociación con el Hospitalito Infantil de Manizales y el Instituto de Epilepsia y Parkin-son del Eje Cafetero, que efectúan operaciones para remover lesiones epilépticas. Estos serán potencia-les implementadores del impor-tante adelanto científico de la UN en Medellín.

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Terapias contra

Helicobacter pylori,ineficientes en Colombia

Investigadores colombianos demostraron que los trata-mientos para erradicar la bacteria responsable de la úlcera gástrica no funcionan en el país. Por esto, desarrollaron una prueba molecular que permite establecer, en cuatro horas, si el microorganismo es sensible o no a los principales anti-bióticos recetados.

Daniela Perfetti R.,Unimedios

La triple terapia, tratamiento que se recomienda en el mundo para matar a la bacteria Helicobac-ter pylori, una de las principales responsables de las úlceras gástri-cas, no sirve en Colombia.

A esta conclusión llegaron profesores de la Facultad de Medi-cina de la Universidad Nacional de Colombia, del Grupo de Enferme-dades Infecciosas de la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universi-dad Javeriana y del Baylor College of Medicine de Estados Unidos.

Por sus hallazgos, los expertos ganaron en 2011 el Premio Na-cional de Gastroenterología José Antonio Jácome Valderrama y el Premio Max Meyer de Endoscopia Digestiva.

Después de realizar un ensa-yo clínico con 240 pacientes, los investigadores encontraron que la eficacia de este tratamiento, que incluye amoxicilina, claritromici-na o levofloxacina, es del 70%. Pe-ro en el contexto internacional se establece que los tratamientos de erradicación de la infección, para ser considerados efectivos, deben tener una eficacia igual o mayor al 85%.

“En el país, cada día son me-nos efectivos y eficaces los antibió-ticos que se usan contra este mal. Asimismo, las terapias recomen-dadas durante los últimos veinte años en el mundo no sirven para tratar el H. pylori”, explica William Otero, internista, gastroenterólogo y epidemiólogo de la Universidad Nacional de Colombia.

Los expertos también demos-traron que la tasa de resistencia de la población colombiana a estos medicamentos es del 16%, una de las más altas del planeta. Y desta-caron que el 80% de los habitantes del país son portadores del agente infeccioso.

Por estas razones, no son efi-caces los antibióticos para erra-dicar el microbio que produce úlceras, cáncer, linfomas y otras enfermedades en el estómago.

Prueba a la colombiana

A partir de los resultados del ensayo clínico, los científicos tra-bajaron en pruebas moleculares y desarrollaron una que permite diagnosticar la resistencia de la bacteria a los antimicrobianos.

Para ello, hacen una biopsia del estómago del paciente. Esta prueba diagnóstica del tejido les permite establecer si el H. pylori es sensible o no a los antibióticos e identificar su grado de resistencia. Además, cuesta la cuarta parte del examen tradicional.

“Nuestra prueba permite co-nocer a qué es resistente la bac-teria tan solo cuatro horas des-pués de extraerse el ADN. Con la información, el médico toma una decisión sobre los antibióticos que utilizará para su erradicación”, pre-cisa la doctora Alba Trespalacios, profesora del Departamento y la Especialización de Microbiología de la Universidad Javeriana.

El diagnóstico convencional implica cultivar el germen y espe-rar dos o tres semanas para que el resultado sea positivo. Por tratar-se de un microrganismo de difícil mantenimiento, en la actualidad no es viable para los laboratorios clínicos efectuar este tipo de pro-cedimientos. En Colombia, por ejemplo, ningún laboratorio hace de manera rutinaria el cultivo ni el

La doctora Alba Trespalacios sostiene un cultivo de H. pylori, con el cual se llevan a cabo los estudios para mejorar el tratamiento de la enfermedad que produce este parásito.

examen microbiológico para de-terminar la vulnerabilidad del H. pylori a los antibióticos (denomi-nada prueba antibiograma).

“El procedimiento desarrolla-do por nosotros permite identifi-car las mutaciones de la bacteria ante la presencia de los tres anti-bióticos. Y, si en la biopsia no se encuentran alteraciones, el mé-dico puede definir con prontitud el tratamiento, qué medicamentos recetar y tener una probabilidad del 98% de matar al microbio”, manifiesta Otero. En un futuro cer-cano, los investigadores esperan desarrollar una prueba comercial.

También se pudo determinar que una de las causas de la re-sistencia de las bacterias colom-bianas es una variación en la se-cuencia de su ADN, diferente a la reportada en otros países, lo que imposibilita el uso de prue-bas moleculares desarrolladas en el exterior.

Además, encontraron en es-ta bacteria una mutación que no es frecuente en otros lugares del mundo y, curiosamente, es la más

común en Colombia. Esta es otra de las motivaciones para diseñar un análisis hecho a la medida de la realidad clínica colombiana.

La necesidad de investigar

Con estos avances, los expertos esperan educar a los médicos del país y contribuir a que la enferme-dad se maneje como infecciosa. “Por falta de información y de estudios, los médicos colombianos formu-lan de manera empírica los medica-mentos para erradicar la infección. Presumen que, como los antibióti-cos funcionan en otros países, aquí también; con un agravante: no hay un proceso de verificación acerca de si el paciente se curó o no”, dice el docente de la UN.

Trespalacios agrega que, en medicina, es común seguir unas guías internacionales para tratar a los pacientes; pero en el caso colombiano, la bacteria tiene me-canismos de resistencia distintos y no se pueden implementar de-

sarrollos hechos en otros lugares. La doctora resalta la urgencia de investigar sobre el H. pylori en el país y en América Latina, para conocer la situación actual de la infección en la región, en donde tiene una prevalencia alrededor del 80% (mientras que en la pobla-ción mundial es del 50%).

En promedio, las personas se infectan a la edad de diez años y la mayor parte del tiempo es asin-tomática. Solo el 10% de los infec-tados desarrollan alguna patología grave, como ulceras gástricas, cán-cer o linfoma.

“El objetivo es seguir investi-gando y evaluar otras terapias para encontrar las que funcionan aquí. También, combatir la bacteria que causa, en algunos casos, cán-cer gástrico, la segunda causa de muerte en el país. Si se logra tratar bien al paciente, con las terapias y medicamentos adecuados, a lar-go plazo habría un impacto muy grande en la salud pública, porque sería una medida de control del carcinoma gástrico”, concluyen los investigadores.

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Ciénagas del Cesardesaparecerán en un siglo

Los procesos erosivos de las cuencas, la invasión de po-bladores y la mala ejecución de obras de ingeniería han ocasionado inundaciones, afectación de la biota y graves problemas sociales para las poblaciones cercanas a estos inmensos humedales en el norte de Colombia. Según espe-cialistas, algunos tendrían tan solo 100 o 150 años más de vida útil.

Carlos Javier Cuervo O.,Unimedios

El extenso sistema de ciéna-gas del Departamento del Cesar comprende desde el humedal El Congo –en el municipio de San Martín–, hasta el Costillas, munici-pio de Pelaya –la zona más al nor-te–. Todos están interconectados por sistemas fluviales y dependen de los ríos Lebrija y Magdalena.

Las cuencas de estas ciénagas son gigantescas cubetas que reci-ben las descargas de material só-lido (sedimentos) que arrastra los ríos, producto de los fenómenos naturales (viento y lluvias), así co-mo de la actividad humana (gana-dería y cultivos). Mientras existan altas dinámicas hidráulicas, pro-ducto de las anteriores acciones, las cuencas se llenarán de mate-riales más gruesos rápidamente, lo que preocupa a los expertos.

Por otra parte, una serie de malas obras hidráulicas –por ejemplo, canales y tuberías inade-cuadas– y el mal manejo de las cuencas (como las del Lebrija y el Magdalena, que aportan gran can-tidad de sedimentos), provocan el rápido llenado de los lechos, que no tienen forma de evacuar esos materiales y se convierten así en una gran piscina de inundación, especialmente las ciénagas de Jun-cal y Vaquero, en el municipio de Gamarra, y la de El Congo.

Asimismo, existen grandes diferencias en los procesos de colmatación (acumulación de se-dimentos) entre las ciénagas del norte y las del sur, pues estas úl-timas presentan un desgaste más acelerado que, sumado a la falta de sistemas eficientes de drenaje, hace presagiar el peor final para ellas.

Intervención y erosión

Según Alexis Jaramillo, geó-logo y profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la Univer-sidad Nacional de Colombia, en zonas como Gamarra no solo se ejecutaron obras hidráulicas mal diseñadas, sino que se han llevado a cabo acciones de dragado sin hacer una buena evaluación del territorio, lo que ha causado múl-tiples problemas, entre ellos las constantes inundaciones.

Asimismo, los procesos de lle-nado de las cuencas se alteraron por la intervención de pobladores de la zona y por la erosión que ocurre en la vertiente occidental de la Cordillera Oriental, a causa de la deforestación.

“Los habitantes han acabado con gran parte de la vegetación. Por eso, el material que se erosio-na automáticamente corre hacia el río Lebrija y a todo el sistema hi-dráulico que alimenta las ciénagas del sur del Cesar. A su alta carga sedimentaria se suma, además, la del río Magdalena, y el problema se multiplica tres o cuatro veces más”, asegura el geólogo.

La tasa de sedimentación pro-medio de una ciénaga en el Caribe puede ser de 0,1 a 0,2 cm por año, en cuanto a materiales arcillosos; pero la situación es tan alarmante en las ciénagas del sur del Cesar que se han estimado tasas de 3 cm por año. Incluso hay sectores en los que se conocen procesos de colmatación hasta de un metro por año.

Así pues, existen casos extre-madamente preocupantes que in-volucran a poblaciones cercanas,

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como ocurre con Juncal y Vaquero y, especialmente, con El Congo, en donde la actividad humana y la exagerada tasa de sedimentación por año inevitablemente la lleva-rán a su desaparición en cuestión de veinte años, según los cálculos.

Sin planificación

El Decreto 1729 de 2002 obliga a la ordenación de las cuencas y a la ejecución de planes ambienta-les de manejo racional para la pro-tección del recurso hídrico y del territorio. Sin embargo, la norma no se cumple.

El Gobierno ha permitido la ejecución de obras civiles que fa-cilitan los procesos de colmata-ción, entre ellas la construcción de ferrocarriles que servían para transportar el carbón y que no eran compatibles con las dinámi-cas de los sistemas hidráulicos que allí funcionan. Las líneas férreas y los diques produjeron grandes lagunas y piscinas sedimentarias, por la falta de planificación en los diseños.

Por otra parte, existe el proble-ma de la intervención del hombre, porque en épocas de sequía las ciénagas son invadidas por cam-pesinos y terratenientes que apro-

vechan su estado para el pastoreo. En Gamarra y otras poblaciones del Caribe, el Gobierno invierte permanentemente en la restaura-ción de las viviendas, a pesar de las reiteradas inundaciones. Sin pensar que la solución está, según los especialistas, en la reubicación de los pobladores.

Buscan solución

Un año y medio atrás, un gru-po de investigadores de la UN, li-derado por el profesor del Institu-to de Ciencias Naturales Orlando Rangel, en asocio con Corpocesar, analizó las características de la zo-na en cuanto a biota, geología, geomorfología y evolución de las ciénagas.

Asimismo, estudió los proce-sos geológicos naturales que die-ron origen a las ciénagas, con el fin de entender su maduración (sus tasas de sedimentación) y colma-tación (la velocidad con la que se llenan). Entre los problemas más graves, se identificaron las vías fé-rreas y las carreteras mal ubica-das, tuberías que no respetaron los drenajes y deficientes diseños hidráulicos.

“Gamarra está bajo el agua porque a las ciénagas de El Congo,

Juncal y Vaquero les entran tres partes de agua y solamente una se evacúa. Además, a ellas ingresan entre 100 mil y 140 mil toneladas de sedimentos al año, una carga muy alta. Asimismo, presentan un problema muy grave, en cuanto a procesos de colmatación, e in-cluso, en algunos tramos, el agua alcanza a tapar completamente las casas, lo que ocasiona un proble-ma social muy complicado”, afir-ma.

Varias ciénagas del Cesar se están llenando al año hasta 3 cm y su periodo de vida se reduce os-tensiblemente. “Hablamos de un periodo de existencia máxima de 100 o 150 años. Esto es muy gra-ve porque hay comunidades que viven de la pesca en esos sitios”, concluye Jaramillo.

Estos ecosistemas están prác-ticamente destinados a desapare-cer. Por ello, se requiere la inme-diata participación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Soste-nible, “para salvar otras ciénagas del departamento, como Morales, Costilla y Zapatosa, en las que los problemas ambientales no revisten máxima gravedad”, como lo asegu-ra el biólogo Orlando Rangel, direc-tor del grupo de investigación.

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arObras civiles mal diseñadas, como esta, afectan gravemente a las ciénagas del norte del país.

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Fernando García Ardila,Unimedios

El objetivo: hallar malaria aviar en las cumbres de las mon-tañas. El resultado, cuatro géneros de parásitos: Leucocytozoon, Hae-moproteus, Plasmodium y Trypa-nosoma. Los portadores: 783 pe-queñas aves atrapadas en redes de niebla. La novedad: tener el primer inventario de estas carac-terísticas en la cuenca alta del río Otún (Risaralda).

Y… la sorpresa: la presencia de Leucocytozoon a 3.900 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), ¡toda una noticia entre los biólo-gos! y la posibilidad de encontrar nuevas especies de estos micro-bios –no descritas por la ciencia en esos parajes–, algo que está en proceso de confirmación.

“Lo que se va a hacer, median-te análisis moleculares, es analizar el ADN del insecto transmisor y determinar si hay diferencias en las secuencias”, explica Angie Daniela González, investigadora del Depar-tamento de Biología de la Universi-dad Nacional de Colombia.

Los datos atestiguan un estu-dio de dos años. Por eso, para re-ferirse a este trabajo, es necesario seguir las huellas de los investiga-dores del Grupo de Hemoparásitos Aviares de la UN, que exploraron alturas que van desde los 2.100 m.s.n.m., hasta rozar casi los 4.000 m; desde el bosque andino y su-bandino (abajo, en la vereda El Cedral) hasta el sector del páramo (en el Parque Nacional Natural Los Nevados).

Radiografía del ecosistema

⇥ La cuenca del río Otún es un territorio dinámico con una variedad de condiciones geográficas y ecosistémicas que van desde los nevados hasta los bosques andinos y zonas de piedemonte, pasando por los páramos. Esto fa-vorece una gran biodiversidad, sostiene Rafael Gutiérrez, del Grupo de Hemoparásitos Aviares de la UN.

⇥ El paisaje de los sitios explorados en el proyecto (El Cedral, Parque Ucumarí, vereda El Bosque, la Laguna del Otún) es resultado tanto de la colonización antioque-ña, en la parte baja, hasta aproximadamente los 2.600 m.s.n.m., como de la colonización cundiboyacense y to-limense, en la parte alta, desde los 3.000 m hasta la zona baja de los nevados, alrededor de los 4.200 m.

⇥ La Laguna del Otún es refugio y sitio de reproducción y anidación de diferentes especies de aves residentes, algunas de ellas con problemas de conservación, como el pato andino y el periquito de los nevados, endémico de la Cordillera Central. Es también lugar de paso para especies migratorias, como el águila pescadora o la rei-nita amarilla.

Estos parásitos son transmiti-dos por insectos; para que ocu-rra la infección deben coexistir el hospedero (ave), el vector (insecto) y el parásito.

Reportan malaria aviara 3.900 m de altura

Aves vulnerables

Es necesario precisar que los hemoparásitos se agrupan, comúnmente, en la categoría de malaria aviar. La infección aguda producida por estos puede gene-rar anemia, hipertrofia de hígado y bazo; así como cambios en los periodos de canto, disminución de la movilidad, pérdida de ape-tito e incluso la muerte del ave. Y si ella supera la fase aguda, igual permanece con infección cróni-ca; González aclara que este tipo de enfermedad es específica de estos animales y no infecta a los humanos.

El muestreo hecho en el Otún corresponde a 68 especies de pája-ros, pertenecientes a la Cordillera Central, entre las que se destacan la Anisognathus lacrymosus (tan-

gara de montaña), la Hemispingus superciliaris (cejiblanco) y la Zo-notrichia capensis (copetón).

Lo anterior se traduce en una línea base de investigación, con la que ni siquiera se contaba, y en un inventario de biodiversidad tanto de aves como de los parásitos que las infectan.

Nubia Estela Matta, directora del grupo, indica que la Laguna del Otún fue escogida porque se trata de un ecosistema de frágil conservación que está incluido en el Convenio Ramsar, el cual aboga por el mantenimiento y el uso ra-cional de los humedales mediante acciones locales, regionales y na-cionales, gracias a la cooperación internacional.

Es de gran importancia por la presencia de aves nativas y mi-gratorias. “Este hábitat debe estar

caracterizado en todos los senti-dos: los patógenos, los hospederos y los vectores; porque si se llegara a establecer un foco de infección, la información obtenida sería im-portante para su manejo y con-trol”, resalta la bióloga.

Labor a corto plazo

De acuerdo con Matta, “esta es una investigación sui géneris”, pues, en la medida que hay dife-rencias en temperatura, vegeta-ción y altura, cambia la riqueza de aves y sus vectores.

“Uno de los hallazgos impor-tantes, en efecto, ha sido descubrir el Leucocytozoon en ciertos tipos de voladores, pero al descender hasta los 2.100 m.s.n.m., la riqueza y la abundancia de aves fue cambian-do, al igual que la diversidad de hemoparásitos que las infectan”, expresa. El sitio más biodiverso, en todos los sentidos, se ubica en el Parque Natural Regional Ucumarí, a 2.400 m (Risaralda).

Con este trabajo de investi-gación se logra demostrar la gran capacidad de adaptación de los parásitos. Sin embargo, las in-fecciones estuvieron asociadas a ciertas especies de emplumados. “Pareciera que existe algo en su sistema inmune que les permite infectarse y mantener la infección en bajos niveles, sin que el ave muera”, explica Matta. La profe-sional agrega que es una fortuna contar con un país tan biodiverso, pues el potencial de nuevos ha-llazgos en todos los pisos térmicos es inmenso.

Es la primera vez que se ha-lla el parásito Leucocytozoon en alturas de páramo, lo que evidencia su capacidad de adaptación. El registro ha-ce parte de una exhaustiva investigación que exploró terrenos entre los 2.100 y 3.900 m.s.n.m. para encon-trar pájaros infectados por microbios de este tipo.

Ecología

Trogon personatus

Anisognathus flavinucha

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Ilegalidad minera,problema social y de criminalidad

Se calcula que, al año, en un negocio minero se usan 35 ki-logramos de mercurio, se vierten 330 galones de aceites usados y se introducen en el ambiente entre 2.000 y 3.000 toneladas de sedimentos. El Estado debe jugar un papel ac-tivo y coercitivo para velar por los intereses de la natura-leza y las poblaciones.

Antonio Romero Hernández,Profesor e investigador de la Facultad de Minas

Universidad Nacional de Colombia en Medellín

El futuro pasa por la diversi-ficación de actividades económi-cas en un mercado cada vez más de libre comercio, pero en el que las respuestas se ofrecen a escala local. En la mayoría de los casos, la adaptación entrañará una des-aparición de áreas tradicionales y la sustitución por otras, lo que traerá la necesidad de reconvertir los recursos humanos.

En este caso, Juanjo Gabiña –experto español en desarrollo sostenible– recomienda adaptar las actividades tradicionales de los tres sectores clásicos a las exigen-cias actuales y preparar las con-diciones para facilitar la implan-tación de las nuevas tecnologías, actividades y servicios.

En el sector primario es ne-cesario evaluar las potencialidades reales. Colombia tiene un mundo preparado para su agricultura, ga-nadería, pesca y turismo, pero en especial para la minería. En esta lí-nea debe hacerse más que exportar materias primas: se deben instaurar cadenas que lleven a la manufactu-ra, pues nuestro desarrollo minero va más allá del oro y el carbón.

El atraso de la minería na-cional enfrenta el reto de grandes cambios en todos los campos: eco-nómico, científico, ambiental y so-ciocultural. El uso de alta tecnolo-gía sostenible, el empleo de mano de obra calificada y la producción y gestión del conocimiento acom-pañarán el camino de entrada a los procesos para valorizar los mi-nerales, penetrar y mantener los mercados, comercializarlos y ma-nufacturarlos. Pero esto pasa por la formalización y normalización de la actividad extractiva.

Las piedras y los minerales preciosos, los minerales de las in-dustrias del hábitat, del agro, de la tecnología y de la energía serán el objeto de la economía en los próxi-mos años. La explotación adecua-da de ellos y la construcción de infraestructura garantizarán el de-sarrollo económico del país.

En especial, Colombia logrará su inserción en las veinte prime-ras economías del mundo de la mano de la industrialización de minerales, procedentes o no de nuestro subsuelo. La mineralurgia o industria de minerales es la llave del desarrollo; la siderurgia y la re-finación contribuirán a lograrlo.

Ilegalidad

A partir de los años ochenta, los Estados dueños de los recursos perdieron el protagonismo, pues renunciaron a captar una parte de la renta minera y la cambiaron por el impacto de la inversión privada sobre el desarrollo.

La sostenibilidad de este mo-delo requiere un mayor control y normalización por parte del Esta-do. Se requiere la conciencia del “Estado minateniente” que maxi-miza la recaudación, pero que, so-bre todo y en mayor importancia, fortalece la producción industrial, fomenta la competitividad de sus territorios y garantiza los caminos del desarrollo económico como complemento del crecimiento.

Para el Estado, derrotar la ile-galidad es un reto de inicio. Como premisa, es necesario hacer la di-ferencia entre informales e ilega-les. Para los primeros, su ilegalidad está basada en la pobreza. Para los segundos, está ligada a sus críme-nes. A estos, y no a los primeros,

La minería ilegal es uno de los grandes retos que debe afrontar el Estado colombiano.

Minería

como dijo el Ministro de Minas, hay que "darles el mismo trata-miento que al narcotráfico".

Según escribió Daniel Sam-per en una de sus columnas, la supuesta ilegalidad de quienes ha-cen minería por supervivencia, “es la misma en la que sobreviven mi-llones de colombianos honestos cuyo delito es, básicamente, ser pobres: también son ‘ilegales’ los que venden frutas en los semáfo-ros, los que cuidan autos, los que exhiben merengones en las carre-teras, los que reciclan basura, los que ofrecen dulces en un carrito, los que cantan en los cafés...”.

La criminalidad minera se encuentra, especialmente, en la extracción de oro aluvial que tie-ne lugar en regiones como Cauca, Chocó, Antioquia, Bolívar, Guainía y Vaupés. Esta contagió a la autori-dad minera, o viceversa (pruebas de esto son los recientes hallazgos de las autoridades de control); e incluso es tolerada por miembros de la policía y por algunos frentes militares (los casos de Istmina y Dagua son escalofriantes).

Panorama crítico

Desde mediados de los años ochenta, mineros del bajo Cauca antioqueño fueron desplazados por diferentes razones, entre ellas

la violencia. Se trasladaron al Cho-có y a la costa caucana y estable-cieron una actividad extractiva ile-gal de oro y platino, explotaciones no técnicas hechas con retroexca-vadoras y otras máquinas de gran capacidad.

Este tipo de operación furtiva se convierte en uno de los facto-res de crisis social y de deterioro ambiental y del orden público. Se-gún Darío Cújar, de la Corporación Autónoma Regional para el Desa-rrollo Sostenible del Chocó (Code-chocó), se calcula que, al año, por entable (negocio), la destrucción del suelo y la tala de bosques es del orden de 3 a 4 hectáreas; se usan 35 kilogramos de mercurio; se vierten 330 galones de aceites usados; y se introducen en el am-biente entre 2.000 y 3.000 tonela-das de sedimentos.

Esta actividad tiene impactos ambientales que le son inherentes, pero que se tornan aun más seve-ros por la ilegalidad y se convier-ten en crímenes contra el medio natural, los territorios, la econo-mía y la población.

Hoy más que nunca se tiene claro que estas actividades ilega-les, las cuales incluyen el lava-do de activos, son asunto que le compete a la Fiscalía y a la Policía. No obstante, se diferencian dos situaciones: la de los barequeros

nativos de la región, para quienes la minería es una actividad para el sustento diario, y la de los ilegales a gran escala, que no pertenecen a la región y cometen sus agre-siones en alianza con los actores armados.

Incluir la minería en la eco-nomía es imprescindible para el Estado, propietario de los recursos minerales. Y resolver los conflictos del territorio con una política de industrialización que se plantee metas claras es un imperativo para el Plan Nacional de Desarrollo y el Plan Colombia 2030.

Parte de la solución del proble-ma es la participación ciudadana. Las consultas no deben ser una burla a las comunidades. Y, además de los grupos étnicos, se debe in-cluir a los campesinos. Igualmente, se debe fortalecer la capacidad del Estado para garantizar una minería responsable, tanto la formal como la de barequeo y la artesanal.

No se puede ser permisivo ni con los nacionales ni con las mul-tinacionales. Las poblaciones no deben sentirse en peligro por las actividades mineras y los territo-rios no deben ser vulnerados. Hoy, el país se ha alejado de la situación de veinte años atrás, cuando ca-si ninguna actividad minera legal cumplía con el medioambiente y con las comunidades.

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Acciones concretaspara la seguridad bajo tierra

La identificación de la explosividad del carbón, la medición de las emi-siones de gas metano y el control de las atmósferas en los socavones son acciones sencillas que se deben im-plementar en la minería a pequeña escala, para reducir las repetitivas tragedias que ocurren por cuenta de esta industria.

Gimena Ruiz Pérez,Unimedios

Ni el llanto ni las frases de consuelo ni la solidaridad de ve-cinos y amigos calman el dolor de quienes han visto desaparecer a sus seres queridos en las minas. La ilegalidad y la falta de con-trol, planeación y seguridad en las operaciones bajo tierra provocan incontables afectaciones ambien-tales y sociales.

Por eso, expertos de la Uni-versidad Nacional de Colombia en Medellín y de distintos organismos nacionales buscan evitar tragedias, como la ocurrida a comienzos de marzo pasado en la excavación El Desespero, en Angelópolis (Antio-quia), en donde murieron nueve personas. Para lograrlo, se estu-dian varias medidas, cuyo fin es mejorar las condiciones de protec-ción e implementar una cultura de la prevención.

Jorge Martín Molina, docente de la Facultad de Minas, indica que las principales causas de los accidentes, emergencias y fatali-dades en la extracción subterrá-nea están asociadas a derrumbes, explosiones de metano y de pol-vo de carbón, manipulación de explosivos, operación electrome-cánica, deficiencia de oxígeno e incendios.

En 2011, por estas causas, se registraron en Colombia 127 muertes. Y en lo corrido del año van 39 –de estas, 16 en suelo an-tioqueño y 16 durante el periodo marzo-mayo–, según los reportes más recientes de las autoridades.

Otro hecho para reflexionar es que la minería informal apor-ta solo el 3% de la producción anual de carbón del país –que es de aproximadamente 90 millones de toneladas–, pero causa el 95% de los accidentes del sector.

“Es una actividad de subsis-tencia, porque no hay otras fuen-tes de empleo en muchas regiones. Además, los involucrados carecen de conocimiento detallado sobre los yacimientos, las labores de pla-neación y la tecnología apropiada”, precisa el investigador.

Soluciones

Ante el desalentador panora-ma y con el propósito de contri-buir al desarrollo de propuestas que atiendan el problema, en la UN en Medellín se adelantan tres proyectos.

El primero tiene que ver con la explosividad del polvo de car-bón, para lo cual se han realizado muestreos en diferentes minas. El objetivo es caracterizar cada uno de los carbones y determinar las pausas técnicas que deben tener en cuenta los mineros para preve-nir y neutralizar una explosión de este tipo.

Para esto, se cotejaron las ca-racterísticas explosivas de los car-bones nacionales con las de mues-tras de Polonia, República Checa, Alemania y Estados Unidos. Y se encontró que los nuestros son al-tamente explosivos. Por eso, los investigadores trabajan, con el Mi-nisterio de Minas y Energía y con

Se calcula que en Antioquia unas 30 mil hectáreas han sido degradadas por la minería irresponsable.

Ingeominas, en el ajuste de las exigencias mínimas para la pre-vención de catástrofes.

El segundo se orienta a la ca-racterización de los mantos de car-bón, para determinar el contenido de gas metano que encapsulan. Con sorpresa, se halló que, en la cuenca carbonífera de Amagá (An-tioquia), estos son inferiores a los 2 m3 por tonelada, mientras que en países como Ucrania, Polonia y Alemania son superiores a 10 m3.

El resultado planteó un nuevo interrogante. Si el gas no está allí, ¿dónde? Según Molina, existe la posibilidad de que no se encuen-tre uniformemente distribuido a lo largo y ancho de los mantos, sino en bolsas que se forman dentro de estos, o asociado a estructuras geológicas, como las fallas. Esta última es la hipótesis sobre el ac-cidente ocurrido en la mina San

Fernando de Amagá, donde 73 mi-neros perdieron la vida en 2010.

El tercero plantea un monito-reo continuo de las atmósferas de las minas, debido a que no hay un proceso de medición sistemático en la actualidad. Los científicos encontraron que la mayor emi-sión de metano se asocia con el momento en el que se producen las detonaciones para extraer el mineral, puesto que el gas que está dentro del manto de carbón se libera.

Se determinó que las mayores posibilidades de registrar una ex-plosión no controlada, a causa de las altas concentraciones del gas, se dan entre uno y cuatro minu-tos después de la detonación que hacen los mineros. Ahora se sabe que durante ese tiempo es mejor no prender equipos mecánicos ni eléctricos, porque podría haber

una tragedia. Es mejor esperar a que se disipen las concentraciones de metano.

Los retos

Jorge Martín Molina dice que, a pesar de la situación de inseguri-dad, la minería ilegal seguirá exis-tiendo, debido a las condiciones socioeconómicas de unas 300 mil personas que ejercen la actividad y no tienen otra forma de susten-to. Adicionalmente, se evidencia la debilidad del aparato estatal, tanto nacional como local, para estable-cer controles efectivos sobre la ex-tracción de los recursos minerales a pequeña escala.

“Las condiciones sociales, de salud ocupacional y de seguridad industrial de estas personas son muy precarias. Cuando se trata de una explotación organizada, los empleados tienen altos estánda-res de calidad, lo que crea una diferencia abismal con el resto del sector”, sostiene el docente.

Según el ingeniero de minas y metalurgia Jaime Martínez Polo, la minería industrial en Colombia atraviesa una situación caótica. “El Estado es omiso y permisivo, el empresariado tiene intereses par-ticulares, la organización gremial está fraccionada y la academia se muestra dispersa y con muy poco contacto entre sí. A esto se suma que los currículos están alejados de la realidad extractiva del país, así como de los estamentos guber-namentales que rigen la actividad, de los gremios y de los producto-res”.

Martínez Polo sugiere fusio-nar las minerías micro, pequeña y mediana en una sola categoría; crear el banco minero, con una parte de las regalías, para financiar la industria; formar profesionales aptos para desempeñar labores mineras; y crear institutos de in-vestigación en las ramas que se requieran.

Fedor Pumarejo, funcionario del Ministerio de Minas y Energía, manifiesta que la clave está en crear una cultura de la prevención, para disminuir los índices de acci-dentalidad e incrementar los con-troles de fiscalización minera.

Finalmente, el profesor Mar-tín Molina concluye: “Es necesario formar ingenieros competentes en diseño minero, en estabilidad del macizo rocoso y en seguridad mi-nera; que tengan capacidades para trabajar con los empresarios que creen poco en el tema, al igual que con trabajadores que tienen una cultura de la inseguridad; y que, además, puedan conversar con el sector minero oficial”.

Actualmente, instituciones del sector público y privado (co-mo Ingeominas, la Agencia Nacio-nal Minera, la División de Minas del Ministerio de Minas y Energía, Asominchi, Asocarbón, Asomine-ros y Fudoc, entre otras) contem-plan implementar en sus políticas de seguridad minera las solucio-nes propuestas por la Universidad Nacional de Colombia.

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Carlos Fernando Álvarez C.,Unimedios

Una acción popular, inter-puesta por el abogado ambienta-lista Juan Ceballos, busca detener la explotación comercial de 44.596 hectáreas (ha) de bosque, entre Bahía Solano y Juradó (Chocó), en manos de la compañía canadiense Prima Colombia Hardwood Inc. En juego está la conservación de una de las zonas más biodiversas del país y del mundo.

Y es que un sobrevuelo sobre ese “mar verde”, que es la selva chocoana, acrecentó los temores de investigadores y expertos am-bientales de la Universidad Nacio-nal de Colombia: los otrora espesos bosques de la región desaparecen a una escala abrumadora. En los márgenes del río Atrato, entre San Juan y Quibdó, aparecen enormes cráteres en medio de la riqueza de uno de los departamentos más sorprendentes del país.

El biólogo Gonzalo Andrade no deja de expresar su desconsue-lo ante lo que constató desde las alturas: el patrimonio hídrico y de especies de fauna y flora, del que el país se ufana, pierde la batalla frente al hombre y la explotación, legal e ilegal, de sus recursos tanto mineros como naturales no reno-vables (como la madera). Y el rit-mo es trepidante.

Andrade, que es profesor aso-ciado de la UN, señala que la cifra del Instituto de Hidrología, Me-teorología y Estudios Ambientales (Ideam) es de 310.000 ha de bos-ques talados cada año en Colom-bia, entre páramos y selvas.

Medioambiente

Árboles del Chocóentre la lucha de David y Goliat

Con una deforestación que, según datos oficiales, ya abarca el 40% del territorio, este departamento sobre el Pacífico colombiano sigue siendo apetecido por las multinacionales madereras. Uno de los casos más polémicos lo protagonizan una firma canadiense y un abogado ambientalista. En el trasfondo está la preservación de una de las ecorregiones más diversas del planeta.

Árboles del Chocóentre la lucha de David y Goliat

Afirma que, con comproba-ciones satelitales, como las rea-lizadas por el Instituto de Cien-cias Naturales –donde labora–, se ha constatado lo consignado en múltiples documentos e investi-gaciones (como las del profesor Orlando Rangel) que calculan que el 40% de toda la superficie cho-coana ya fue deforestada.

Dudas y temores

Por eso, cualquier tipo de usu-fructo de la naturaleza, en grandes dimensiones, pone en alerta a los expertos. En el caso de Bahía So-lano, se trata de una lucha entre David y Goliat.

El primero, encarnado en la figura de Ceballos, un joven defen-sor antioqueño que, para preservar las selvas chocoanas, ha recurrido tanto a los tribunales como a ac-ciones extremas (ha hecho huelgas de hambre y se ha amarrado a un árbol durante tres días). Sin em-bargo, es señalado de buscar be-neficios económicos propios, algo que él desmiente.

El segundo, representado por una multinacional maderera que, según Ceballos, a través de cabildeo ha llegado a las altas esferas del po-der colombiano para poder ejecu-tar sus proyectos. Como evidencia de esto, acude a las imágenes de un encuentro de golf en el que están juntos el presidente Juan Manuel Santos y el billonario Frank Giustra1 –señalado de ser uno de los dueños de la compañía y de muchos otros negocios, como el minero a gran escala y el petrolero–.

Desde Vancouver (Canadá),

el presidente de Prima Colombia Hardwood, Harold Hayes, asegura: “Giustra puede ser un accionista más (como puede serlo cualquier otra persona interesada en invertir en la empresa o como cualquiera que pueda ser dueña de empresas listadas en la bolsa), pero ni es chairman (presidente) ni desem-peña ningún tipo de representa-ción de la empresa”.

A la firma canadiense también se la señala de cambiarse de razón social en Colombia, para, supues-tamente, evadir responsabilidades fiscales, a lo que Hayes responde: “Prima Colombia Hardwood Inc. es una empresa listada en la bolsa de valores de Toronto y, por lo tan-to, cuenta con un amplio número de accionistas. Prima Colombia Hardwood es la empresa matriz de Prima Colombia Hardwood CI-SAS (filial para Colombia, antes llamada REM Forests Products). REM International CISA cambió su nombre para reflejar el de la com-pañía matriz a finales de 2011”.

El conflicto

¿Cómo llega la canadiense a Chocó? Para responder a este inte-rrogante es necesario remontarse a la Constitución de 1991 y a la Ley 70 de 1993, que “les reconoce a las comunidades afrodescendientes el derecho de propiedad colectiva de tierras baldías en las zonas ru-rales ribereñas del Pacífico”.

Basados en esto, habitantes de Bahía Solano decidieron con-formar el grupo comunitario Los Delfines (6 mil personas de 18 co-munidades) y suscribir el acuerdo

de explotación con Prima Colom-bia Inc. y su filial en el país, en ese entonces REM Forests Products. La iniciativa contó con el aval de la Corporación Autónoma Regional del Chocó (Codechocó), mediante Resolución 2293 del 2006.

Sergio Gallego, representante de la empresa en Colombia, dice que el proyecto produce benefi-cios para la gente, como la gene-ración de 120 empleos directos, que favorecen a 1.500 familias; la adquisición de bienes y servicios, avaluados en 30.000 dólares men-suales; y el pago de la madera, calculado en 10 dólares por cada metro cúbico.

Aquí es donde Ceballos dice que hay una enorme desigualdad: “La comunidad no gana nada: ¿120 empleos por solo unos años a cambio de sus tierras? Además, estos ancestrales árboles son ven-didos en Europa, ya procesados, a 4.000 dólares el metro cúbico. Es evidente el desequilibrio”.

Harold Hayes responde: “Des-conozco de dónde ha sacado esos 4.000 dólares, pero esa cifra está muy alejada de la realidad. El pre-cio del tipo de madera que hay en el Chocó fluctúa debido a muchas variables y sus precios oscilan en-tre 200 y 400 dólares por metro cúbico (puede consultarse la base de datos de la Organización In-ternacional de Maderas Tropicales para una perspectiva más realista sobre los precios en el mercado internacional). Además, los gastos de operación son costosos: el valor de una hora de vuelo de helicópte-ro es de 2.000 dólares”.

Las denuncias de la comuni-

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En un sobrevuelo por las márgenes del río Atrato se descubrió la tala in-discriminada que sufre la selva chocoana por parte de los proyectos mineros y de la tala legal e ilegal de bosques.

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dad, que no está de acuerdo con el proyecto, quedaron consignadas en actas de las reuniones adelan-tadas por Codechocó –como la del 3 de marzo de 2010– y tuvieron eco en el concepto técnico emitido por la Corporación el 19 de marzo de ese mismo año.

El entonces subdirector de Desarrollo Sostenible de la enti-dad, Fernelix Valencia Chaverra, solicitó la caducidad definitiva de la licencia expedida a Los Delfi-nes, por incumplimiento en los requerimientos ambientales, y pi-dió abrir procesos contra el gru-po comunitario y la multinacional REM.

En el expediente A03-02-01-0406-107, se afirma haber com-probado la tala de árboles sin los permisos respectivos, los cuales se pudrieron en la selva; por esta razón se solicitó “liquidar definiti-vamente el proyecto”.

No obstante el concepto téc-nico desfavorable, Codechocó mantuvo la autorización y la am-pliación de la cota de explotación que había otorgado ese mismo año. Por esta decisión, el Ministe-rio de Medio Ambiente y Desarro-llo Sostenible intervino en el caso, mediante la Resolución 0896 del 18 de mayo de 2011.

En declaraciones a UN Perió-dico, el ministro Frank Pearl ase-gura que su despacho “ha iniciado investigaciones sobre las posibles irregularidades que pudieron ocu-rrir en la primera etapa de este aprovechamiento. El expediente se encuentra en estudio y la Auto-ridad Nacional de Licencias Am-bientales impondrá, de ser nece-sario, las sanciones apropiadas”.

Amenazas

Por lo pronto, el proyecto está detenido y, según el presidente de Prima Colombia Hardwood CISAS, se respetará la decisión de Minam-biente: “Desde hace varios meses no estamos realizando ningún tipo de operación en la zona, a pesar de que algunas personas –buscando su propio interés– están insinuan-do lo contrario”.

Y agrega: “la empresa se creó bajo el más estricto respeto de la legislación colombiana y conti-nuará operando en el más absolu-to respeto de la ley. El compromiso de la compañía es el de convertirse en un aliado del desarrollo en el Chocó y en Colombia. Y eso pasa, en primer lugar, por cumplir con todas las obligaciones legales e impositivas del país”.

No obstante, el debate sigue sobre la mesa. Aunque la mul-tinacional cumpla con todos los requisitos legales, ¿por qué ofrecer el Chocó para vender sus recursos naturales? ¿Esa es la clase de desa-rrollo que necesitan las comunida-des afrodescendientes e indígenas de la región? ¿El Gobierno se toma en serio los riesgos de deforesta-ción que atraviesan departamen-tos como Chocó?

Si se tienen en cuenta los da-tos oficiales, según los cuales el 40% de la superficie de Chocó está deforestada, un ejercicio matemá-tico permite concluir que 25.833 ha son destruidas cada mes, 861 cada día, 35,8 cada hora y 0,6 cada segundo.

De acuerdo con el documen-to de conclusiones de la Agenda del Conocimiento sobre Biodiver-sidad de la Universidad Nacional de Colombia, suministrado por el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA), “Colombia se encuentra en el octavo lugar dentro de los

países con mayor deforestación en el mundo, problema exacerbado por el tráfico ilegal de madera, que constituye el tercer rubro de ilíci-tos en el territorio nacional”.

Y según la ONG internacional World Wild Found (WWF), “la tala ilegal en el mundo, representa en-tre el 20 y el 40% de la producción de madera de cada año”. El estu-dio del Banco Mundial “Fortaleci-miento de la gobernabilidad y apli-cación de la legislación forestal”, citado por la WWF y publicado en Washington, afirma que el cálculo alcanza el 42% anual en Colombia.

Lo cierto es que el actual es-quema de explotación de recursos naturales no renovables mantiene bajo permanente amenaza a eco-sistemas ricos en flora, fauna y poblaciones ancestrales.

Para Orlando Rangel, doctor en Biología de la Universidad de Ámsterdam y profesor asociado al Instituto de Ciencias Naturales de la UN, la zona andina y la del Cho-có son los dos ecosistemas de ma-yor riqueza, pero su frontera verde retrocede cada vez más.

“La biota paramuna de Colom-bia (que incluye a la presente en las tres cordilleras) es rica y variada, su flora representa el 12% del total de especies del país (26.500); especí-ficamente, la de la región andina alcanza el 29% (11.000). En fauna, tiene el 14% de mamíferos del total nacional y el 8% de aves”, afirma Rangel, en su estudio “La biodiver-sidad de Colombia”.

Agrega que en los 131.246 km2 de superficie chocoana exis-ten 4.525 especies vegetales, entre ellas 342 familias y géneros de ru-biáceas, 250 de orquídeas y 225 de melastomatáceas. Además, 1.297 especies tetrápodas (entre las que se encuentran los lagartos), 778 de aves, 139 de anfibios, 192 de ma-míferos y 188 de reptiles.

También existen “formaciones estuarinas en zonas de influencia de agua marina y de río, como los manglares Rhizophora mangle y los árboles Mora megistosperma. Asimismo, franjas fluviolacustres y comunidades de plantas flotantes como Eicchornia crassipes (cono-cida como jacinto de agua)”, entre

muchas especies únicas que po-drían verse amenazadas por talas legales o ilegales.

El profesor Andrade señala que, desde hace cincuenta años, la deforestación ha ganado velo-cidad. “Entre 1900 y 1962 las cifras llegaron a 6 millones de hectáreas, y entre 1963 y 1998, a 11,5 millones. La pérdida de cobertura boscosa fue del 36%. Un caso específico es el de la Amazonia colombiana, en donde se calcula que existen 38 clases de coberturas vegetales. Entre 2002 y 2007 se perdieron cerca de 7.000 km2 de selva, es de-cir, 1.465 km2 por año. Hace cinco años se mantenía el 85% de los bosques”, resalta el biólogo.

La minería, la tala descontro-lada de árboles, la pobreza, el nar-cotráfico y la actitud negligente de las autoridades regionales y nacio-nales seguramente agudizarán la sostenibilidad ambiental de esta formidable ecorregión colombiana.

1http://www.colombia-championship.com/tag/imagenes

La riqueza en fauna y flora está siendo arrasada por las retroexcavadoras mineras y las sierras de la tala legal e ilegal de madera en el Chocó.

El precio de la madera del Chocó fluctúa debido a muchas variables y sus precios oscilan entre 200 y 400 dóla-res por m3, según datos de la Organización Internacional de Maderas Tropicales.

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Mecánico virtual para lanchas patrulleras

El análisis de señales de vibración, para obtener un diagnóstico ágil y más preciso de las fallas de vehículos navales, es una metodología novedosa que ingenieros colombianos implementan en em-barcaciones de la Armada Nacional de Colombia.

Ana María Escobar Jiménez,Unimedios

Para la Armada Nacional de Colombia (ARC) ya es una realidad contar con un mecánico virtual, gracias al adelanto tecnológico de ingenieros de la Universidad Na-cional de Colombia en Manizales y profesionales de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP).

Ellos participaron en una con-vocatoria de Colciencias para di-señar un sistema que hace posible identificar, cuantificar y localizar fallas en el sistema de generación de movimiento de las lanchas pa-trulleras, como parte del proyecto de Desarrollo Marítimo, Naval y Fluvial, de la institución militar.

El método evita que estos ve-hículos deban salir de servicio por daños inesperados. Por el contra-rio, mejora el sistema de manteni-miento, la programación de las re-paraciones y la administración de los recursos y de los repuestos de bodega, lo que agiliza el funciona-miento de la Unidad de Ingeniería Naval de la ARC.

Este equipo, que puede ase-mejarse a un mecánico virtual, es un sistema de mantenimiento predictivo que determina el estado de una máquina en operación, a través de la medición y análisis de vibraciones mecánicas y de imá-genes termográficas (de calor), que diagnostican daños en toda la línea de propulsión de las lanchas.

Tras las señales

Así como la tos, las alergias, los dolores y demás síntomas son signos de que el cuerpo está en-fermo, en las máquinas es posi-ble establecer su “estado de salud” mediante la decodificación y aná-lisis de las vibraciones mecánicas producidas en los aparatos por una oscilación repetitiva.

A la hora de captar las se-ñales de vibración, es importante hacerlo en diferentes condiciones de movimiento de la lancha, para contar con un completo banco de datos de las vibraciones de la na-ve: se inicia en velocidad mínima y se incrementa paulatinamente; asimismo, se realizan maniobras de giro, reversa y con el motor sin embragar, entre otras acciones.

Las señales tienen como ca-racterística que no son estaciona-rias (no conservan medidas esta-dísticas en el tiempo) y están su-jetas a cambios constantes debido a las variaciones de la velocidad y del oleaje; además dependen de si el vehículo está en mar abierto o en bahía.

A todo motor

El procedimiento consta de tres fases: detección, cuantifica-ción (gravedad o nivel de severi-dad) y localización del daño.

Primero se toman muestras de las vibraciones tanto en la línea del propulsor (que acelera el vehí-culo) como en la caja de reducción (que regula las velocidades). Estas se procesan por medio de técni-cas computacionales de análisis de tiempo y frecuencia, desarro-lladas especialmente en la Sede Manizales.

Después, se hace un diagnós-tico para determinar de manera inmediata en qué lugar de la má-quina se presenta una vibración excesiva, lo que indica una posible avería.

“El diagnóstico instantáneo y en caliente es una de las principa-les ventajas del sistema. Un mecá- Este sistema también puede emplearse en otros vehículos, como carros y motos, e incluso en compresores y turbinas.

nico no puede revisar la nave en marcha, pues es necesario pararla y, si él palpa o escucha que puede haber algún daño, se debe des-armar para verificar qué sucede. En cambio, con nuestra técnica se efectúa la revisión con el vehícu-lo en funcionamiento”, dice Óscar Cardona Morales, integrante del grupo de Control y Procesamiento Digital de Señales de la Sede Mani-zales, gestor del proyecto.

Lo más importante es que el software elabora un completo y detallado reporte. De manera que quien lo revise no tiene que ser un experto en vibraciones mecánicas, pues el sistema indica con preci-sión dónde mirar y ofrece una guía de los pasos a seguir: si es un pro-blema de lubricación, de ciclo de vida útil, de fuga de líquidos…

La programación

Esta innovación tiene dos etapas. La primera incluye el hardware encargado de la adquisi-ción de los datos. Este se compone de varios sensores que captan las vibraciones, se adhieren al propul-sor y a la caja de reducción, así co-mo a las líneas de babor y estribor

(lados izquierdo y derecho del bo-te, respectivamente). Para lo cual fue necesario desarrollar un deta-llado protocolo de instalación.

La segunda corresponde al software que determina cómo se procesa y mide la información. “Las señales pasan a un compu-tador que tiene incorporadas unas tarjetas lectoras muy resistentes a las fuertes condiciones ambien-tales de aire, humedad, salinidad y temperaturas extremas”, indica Cardona.

Para mayor seguridad, se in-cluye un sistema de administra-ción remota por medio de una ta-bleta digital que controla al com-putador y le permite al operario ubicarse en el lugar más cómodo de la lancha para visualizar, en tiempo real, lo que está ocurrien-do en el momento de hacer la medición.

Una vez capturadas las seña-les, se procede a estimar la diná-mica de la lancha para establecer a qué parte del motor se asocia determinada frecuencia. Así, habrá una correspondiente a los roda-mientos, otra para el movimiento del pistón, otra para el eje y así, sucesivamente, con cada pieza.

Estos registros se descompo-nen en tiempo/frecuencia para sa-ber cómo se comporta cada una de las partes de la embarcación, encontrar los puntos físicos y me-cánicos críticos, las fallas localiza-das y así efectuar una reparación o un mantenimiento mucho más rápido.

El proyecto contó con el apo-yo del Laboratorio de Vibraciones Mecánicas de la Universidad Tec-nológica de Pereira, en el que se establecieron los lugares donde se debían instalar los sensores y el tipo de respuesta que suministra-ban.

De otro lado, el laboratorio desarrolló un banco de pruebas de vibraciones que permitió desa-rrollar los respectivos algoritmos que fueron la base de análisis. Con estos, se hicieron los ensayos en las lanchas y se afinó el componente mecánico.

El proyecto de Óscar Cardona, resultado de la Maestría en Inge-niería (Línea de Automatización Industrial), es muestra de cómo los saberes de la academia pueden solucionar problemas puntuales de la sociedad y ahorrar costos, en este caso, al Estado.

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Descubren el "olor" de la guayaba

El olor de la guayaba, evocado por Gabo, dejó de ser solo una metáfora del Caribe para convertirse, a través de un análisis químico instrumental y sensorial, en la decodificación de los componentes volátiles que constitu-yen el aroma natural de esta fruta, así como de otras muy comunes en la geografía y el paladar colombianos.

Sandra Uribe Pérez,Unimedios

Desde que, en 2004, Linda Buck y Richard Axel ganaron el Premio Nobel de Fisiología o Me-dicina por su descubrimiento so-bre “los receptores olfativos y la organización del sistema olfativo”, entendemos mejor la lógica sub-yacente a este enigmático sentido, así como los “telegramas quími-cos” que llegan a nuestro cerebro a través de la nariz.

Aunque muchos subutiliza-mos el olfato, hay quienes consi-guen un alto nivel de detección de los olores, tanto en la ficción (como Jean–Baptiste Grenouille, protagonista de El perfume) como en la realidad, bien sea por una cualidad sensorial especial, por el simple placer evocativo o porque se han ejercitado para ello (aro-mistas, catadores de vino y quími-cos del aroma).

En el Grupo de Aditivos Na-turales de Aroma y Color (Ganac) del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Co-lombia –dirigido por la profesora Coralia Osorio– oler es un asunto de todos los días desde hace siete años. Así es como un equipo de expertos se prepara para desentra-ñar los secretos de los aromas.

Osorio explica esto a través de una analogía entre las notas mu-sicales y los compuestos volátiles: tanto el orden y duración como la infinidad y diferente proporción hacen que se produzcan, respecti-vamente, las "melodías" y las "no-tas" características de los aromas.

Entre las "notas" más comu-nes se pueden mencionar la verde (hojas maceradas o hierba), la lác-tea, la frutal, la floral, la azufrada (que en alta concentración se aso-cia al sudor), la acaramelada, la fresca y la especiada (condimen-tos). El entrenamiento consiste en detectar los aromas en diferentes concentraciones, teniendo como base compuestos de referencia. Para ello, las sustancias aromáticas se diluyen en agua, por separado o mezcladas, se huelen y se descri-ben en términos reconocidos en este campo.

Pero los resultados no serían confiables si solo se utilizara la percepción sensorial. Esta debe complementarse y validarse con el análisis instrumental propuesto por el profesor Peter Schieberle (de la Universidad Tecnológica de Múnich en Alemania), líder de este nuevo enfoque de la Química de Aromas y con quien la UN ha tra-bajado gracias a la cooperación in-ternacional y a la financiación del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán).

La decodificación

Para sus investigaciones, de-sarrolladas con frutas tropicales, el Ganac utiliza el proceso de micro-encapsulación por spray–drying (secado por aspersión con aire ca-liente), que sirve para proteger el

Exóticas y promisorias

La exportación de frutas tropicales –renglón importante de la economía colombiana– se puede convertir en un as bajo la manga de cara al TLC con EE. UU., dado que los mercados internacionales buscan nuevos y exóticos sabores disponibles en diferentes épo-cas del año. El Ganac optó por su estudio, teniendo en cuenta que su objetivo macro es apoyar las cadenas productivas del país, por lo que ya se han desarrollado proyectos conjuntos con el Ministe-rio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Los investigadores ahora pueden detectar la "huella digital" de los aro-mas frutales del Trópico.

Microencapsulados de mora y guayaba con aroma, color y sabor.

Ciencia y tecnología

principio activo de estos alimen-tos (aromas, sabor y/o pigmentos) o para liberarlo de manera con-trolada.

Igualmente, trabajan con equi-pos de cromatografía de gases aco-plada a espectrometría de masas y a olfatometría, que les ayudan a averiguar cuáles son los compo-nentes químicos responsables de esas propiedades sensoriales.

Primero, se hace un extracto del cual se separan las sustancias volátiles (con la ayuda de la cro-matografía de gases); una vez ais-ladas, se huelen y se describen;

luego se identifican y cuantifican únicamente los compuestos olfa-tivamente activos (aquellos que están en una concentración ma-yor al valor que detecta la nariz humana).

Finalmente, se contrastan las tres respuestas obtenidas (la cromatográfica, la sensorial y la espectral) con sustancias de refe-rencia previamente identificadas por el grupo. El trabajo analítico se valida a través de la comprobación olfativa y, al recombinar las sus-tancias, la mezcla debe reproducir el aroma original.

Sin embargo, no es un proce-dimiento fácil, pues las sustancias volátiles se pierden fácilmente o tienen tan bajas concentraciones que a veces el equipo no las detec-ta, aunque el ser humano sí.

Los resultados

Precisamente, en 2007, el gru-po comenzó un proyecto sobre la guayaba, a través del cual lo-gró explicar las sustancias respon-sables de su aroma y color para encapsularlas. Aunque esta fruta se consigue en muchas partes del mundo y ha sido estudiada ante-riormente, nadie había identifi-cado cuáles son los compuestos verdaderamente responsables del olor de la guayaba, aquellos que le dan la "nota" característica.

La responsable de lograrlo fue la profesora Diana Sinuco, inte-grante del grupo, que desarrolló la investigación como parte de su tesis doctoral en Química1: se trata de unas sustancias azufradas re-portadas por primera vez con esta técnica. Más aún, las investigacio-nes también permitieron descifrar las señales inequívocas del aroma de la uchuva2.

Aunque actualmente se traba-ja con guayaba y mora de Castilla (perecederas y con problemas fito-sanitarios por resolver), a mediano plazo se está pensando en el lulo, el tomate de árbol y la uchuva (las dos últimas se exportan y tienen un mercado posicionado).

El objetivo es obtener la fór-mula exacta para aplicarla en pro-ductos con valor agregado y apro-vechar sus propiedades funciona-les para la industria alimenticia, farmacéutica y cosmética. En el caso de la guayaba, los desarrollos y la caracterización de los pro-ductos ya están listos y a la espera de una alianza estratégica con la industria alimenticia para su co-mercialización.

Los fines del trabajo investiga-tivo también son ecológicos, pues una de sus aplicaciones puede ser de gran trascendencia para el con-trol de plagas. Se trata del estudio de la relación de componentes vo-látiles en la atracción o repulsión de insectos, en particular del picu-do de la guayaba, insecto que ha diezmado los cultivos en la hoya del río Suárez (entre los departa-mentos de Boyacá y Santander).

Como se observa, la "huella digital" de los aromas es una alter-nativa para competir a nivel mun-dial. Esperemos que la industria colombiana no desaproveche su buen sentido del olfato.

1Sinuco, D., "Estudio químico del aroma de la guayaba (Psidium guajava L., genoti-pos regional roja y regional blanca) prove-niente de la hoya del río Suárez", Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2009. 2Gutiérrez, D., Sinuco, D., Osorio, C., “Caracterización de los compuestos voláti-les activos olfativamente en uchuva (Physa-lis peruviana L.)”. Rev. Colomb. Quím., 2010, 39(3): 389-399.

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Ignorancia y sobreexplotacióngolpean la riqueza pesquera

Privilegiado con dos mares y con cerca de dos mil especies de peces, Colombia se encamina a perder su riqueza ictio-lógica por la falta de una política estricta de explotación. Empoderar al ciudadano para que exija el origen y la téc-nica de captura del pescado que consume es el objetivo de un proyecto entre la Fundación MarViva y la Universidad Nacional de Colombia.

Carlos Fernando Álvarez C.,Unimedios

La excesiva explotación de las especies de peces en mares y ríos colombianos están cerrándole al país posibilidades de desarrollo, de soberanía alimentaria y hasta de información, algo que se ve re-flejado en el desconocimiento que tiene el ciudadano promedio sobre la clase de pescado que come.

Así lo indica Juan Manuel Díaz, experto ictiólogo de la Universidad Nacional de Colombia, que asegura que los comensales deberían exigir información sobre las técnicas, mé-todos, zonas y especies capturadas en la pesca marina.

Él es el director científico de un proyecto que acaba de lanzar la Fundación MarViva, en alianza con la Universidad, para que los colombianos sean más conscien-tes de la riqueza ictiológica del país y, de paso, para que el Go-bierno nacional sea más proacti-vo a la hora de regular (defender, preservar, incentivar y sancionar, entre otras tareas) los procesos y acciones que ocurren a diario en la pesca industrial y artesanal.

En Colombia existen cerca de 2 mil especies de peces (1.100 en el Caribe y 900 en el Pacífico) y unas 1.500 en agua dulce. Según el Ministerio de Agricultura y la Au-toridad Pesquera Nacional (ahora Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca –Aunap–), de ese número se consideran comestibles alrede-dor de 40 a 50 especies marinas, agrupadas genéricamente bajo nombres como pargo, mero, róba-lo, mojarra, atún, corvina, cherna, sábalo, etc.

No obstante, hay otro sinnú-mero de ejemplares que no se con-sumen porque son muy pequeños, viven en aguas muy profundas, son escasos, tienen carne de mal sabor o hasta venenosa o casi ca-recen de ella, como los caballitos de mar.

Ojo crítico

“Conciencia ambiental, ese es el mensaje para todos los involucra-dos en la cadena, desde el pescador hasta el consumidor final. Además, que los colombianos sepan si lo que comen en el restaurante espe-cializado es un pez que figura en el Libro rojo de peces marinos de Colombia”, manifiesta Díaz.

“Allí aparecen, en distintas ca-tegorías de amenaza, varios tiburo-nes, que son comercializados como tollo, tiburón o “filete de mar”, sin especificar la especie. Asimismo, se encuentran el róbalo del Caribe (Centropomus undecimalis), el me-ro (Epinephelus itajara, que vive en el Caribe y en el Pacífico y es una de las carnes gourmet del mar), dos de las chernas del Caribe (Epinephelus striatus y Mycteroperca cidi, vendi-das como mero), varios pargos y dos atunes del Caribe, entre otros”, declara.

Para lograr esa responsabili-dad, los colombianos deben saber que la sobreexplotación lleva al consumo de especies que no han alcanzado su madurez sexual, lo

Sociedad

cual compromete su reproduc-ción. El caso típico es el del pargo rojo, que se vende en los restau-rantes. Lo llaman “platero” porque cabe con cabeza y cola dentro de la bandeja que es de 36 centíme-tros de largo.

En Colombia no existen tra-tados sobre talla de madurez para muchos recursos pesqueros, solo para unas cuantas especies. Según estudios no actualizados de 2008, la talla de un pez capturado es de 45 cm. “Nos estamos comiendo los bebés del mar”, afirma el ictió-logo.

En el mundo, según estadísti-cas de la Organización de las Na-ciones Unidas para la Alimenta-ción y la Agricultura (FAO), dos mil millones de personas –la tercera parte de la humanidad– consu-men pescado como parte central de su dieta diaria. La ingesta ha aumentado especialmente en los últimos doce años, y no menos de 500 millones de personas se sos-tienen económicamente, directa o indirectamente, de la pesca.

Pero ese aumento también ha incrementado el uso de técnicas depredadoras: las redes de arras-tre industrial aran el fondo ma-rino, acaban con especies como el camarón de aguas someras en Colombia, llevan lo que les sirve a la bodega del barco y desechan lo que no se vende. En las redes camaroneras quedan atrapadas esponjas, corales, gusanos, erizos, moluscos, cangrejos y tortugas. La

proporción entre captura objetivo y descarte puede oscilar entre una tercera (1/3) y una quinceava par-te (1/15), dependiendo del tipo de red y de la profundidad.

Ahora, la confiabilidad de las estadísticas colombianas recae to-talmente en los datos que otorgan los capitanes de los barcos, que tienen las bodegas llenas, pero no se sabe de qué. Ellos les entregan información parcial a los peritos del Instituto Colombiano de Desa-rrollo Rural (Incoder), en la que so-lo incluyen las toneladas de pargo tomado, pero no de dónde lo cap-turaron o cuántas faenas de pesca hicieron o si se desviaron por el camino o adelantaron transaccio-nes en alta mar. Los verificadores ni siquiera revisan las naves para comprobar los datos.

“La institucionalidad de la pesca en Colombia siempre ha si-do un desastre. Funcionaba mejor cuando existía el Inderena; que luego pasó a ser el Instituto Nacio-nal de Pesca y Acuicultura (Inpa), al que también transformaron y pasó a manos del ICA; y de allí, al Incoder. Y, ahora, crearon una dependencia llamada la Aunap en diciembre de 2011, aún en interi-nidad”, afirma.

Comer pescado

En líneas generales, el colom-biano es muy mal consumidor de pescado. “Últimamente el gasto es de 4,5 kg per cápita al año, compa-

rado con España u otras naciones, donde es de 20 kg, de acuerdo con cifras de la FAO”, revela Díaz.

El experto indica que los par-gos, sierras, corvinas, dorados (es-pecie migratoria que se comparte con Panamá, Costa Rica y Ecua-dor) y merluzas son los especíme-nes que pueden ser explotados y consumidos sin problema en el país, debido a que se reproducen y reponen rápidamente.

Se debe evitar el consumo de especies bajo algún nivel de ame-naza o catalogadas como sobreex-plotadas (por ejemplo, el pez es-pada y el pez loro), o que estén en veda o provengan de áreas mari-nas de protección y conservación: atún y salmón, en determinadas épocas, y pez vela, rayas, marlín y tiburón.

Menciona la necesidad de empezar a dar pasos para emu-lar a otros países que tienen una cultura y una educación para con-sumir pescado, como Inglaterra, en donde los expendios exhiben tablas con información relaciona-da con qué consumir, según la temporada, cómo fue capturado el pez, cuál es la talla media de madurez y qué tan responsable es el pescador.

“Trabajamos a mediano plazo en establecer un estándar y un sello para marcar los empaques, con el fin de que la persona pueda elegir a los que cumplan con los estándares ambientales y de res-ponsabilidad social”, puntualiza.

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Los 1.200 ríos y los dos mares del país son una fuente de riqueza desprotegida y mal explotada.

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Las economías

La utilización del texto y la palabra son cruciales en la obra del artista urugua-yo. Su creación, cuarenta años atrás, hizo visible lo que fuera un horizon-te no tan lejano en donde el valor de cambio del conocimiento y el fetiche en torno a las mercancías amenaza-rían con querer gobernar las lógicas del sentido social, tal cual es hoy.

María Belén Sáez de Ibarra,Directora Nacional de Divulgación Cultural

Universidad Nacional de Colombia

La Colección Daros Latino-américa, de Zúrich, en colabora-ción con la Universidad Nacional de Colombia, exhiben en el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia la muestra del artista uruguayo Luis Camnitzer, en lo que resulta ser la exhibición más comprensiva y aguda que se haya hecho sobre el artista.

La curaduría, compuesta por unas setenta piezas que abarcan sus trabajos a partir de los años sesenta hasta fechas más recien-tes, es una selección que, a través de la fina mirada de los curadores, Hans Herzog y Katrin Steffen, se enfoca en lo más simple y contun-dente del trabajo conceptual de Camnitzer.

Se entiende aquí el arte con-ceptual como una de las vanguar-dias históricas del siglo XX. El con-ceptualismo se piensa como uno de los “ismos” históricos con una grandísima influencia sobre buena parte del arte que hoy se produce en cualquiera de los medios ex-presivos de la contemporaneidad, incluso de aquellos que escapan al todavía disciplinar campo del arte, y llega a incidir en las lógicas de producción simbólica de la socie-dad actual.

¿Qué caracteriza al arte con-ceptual de Luis Camnitzer? La utilización del texto y la palabra son cruciales en su obra. Así que, para utilizar un vocablo que pu-diera dar cuenta de sus más pu-ras intenciones, uno tendría que escribir con un lápiz en un papel: “economía”; quizá “distribución”; también “pensamiento”.

A él tal vez no le gustarían por ser demasiado literales. Sin em-bargo, ellas cuentan con un grado de ambigüedad para integrar una formulación alrededor del actual capitalismo avanzado en las so-ciedades del conocimiento. Y de hecho es así. Esta suerte de postu-lados de Camnitzer, con una fuer-za casi ética, son, en mi modesto entender, una forma de presagio de las lógicas de producción y dis-tribución de estas sociedades del conocimiento (quizá buena parte del arte conceptual funciona en este sentido).

Palabra o texto

Su obra, cuarenta años atrás, sin duda hizo visible lo que fuera un horizonte no tan lejano en don-de el valor de cambio del conoci-miento y el fetiche en torno a las mercancías amenazarían con que-rer gobernar las lógicas del sentido social, tal cual es hoy.

Sus composiciones descansan en la más económica de las pro-ducciones artísticas, en cuanto a la utilización de medios físicos y recursos en dinero, así como, por supuesto, en gasto de energía y cantidad de trabajo. Esta es la más austera estrategia para la comu-nicación de una idea, una que es ambigua y se posa en las grietas de una realidad que se ofrece inesta-ble, inasible, ambivalente, incierta y dispuesta al cambio.

Es mediante esta estrategia como Camnitzer quisiera entre-garnos a quienes manipulamos es-tas piezas la tarea de modelar un pensamiento, a partir de la ambi-güedad de una imagen que puede ser, en sí misma, una palabra o un texto. Entregar al otro el poder de elaborar el significado y de sentir-se parte del juego de la fijación, de

La exposición de Luis Camnitzer es organizada por la Colección Daros La-tinoamérica, en colaboración con la Universidad Nacional de Colombia.

La muestra se exhibe en el Museo de Arte de la Universidad Nacional hasta el 30 de junio, de martes a sábado, de 10:00 a.m. a 7:00 p.m.

de Luis Camnitzer

Cultura

la determinación de una realidad siempre lista a ser desestabilizada en su verdadera naturaleza, vulne-rable en cuanto a su consistencia.

El ideal para Camnitzer se-ría que se pudiera entender su trabajo como un intento de com-prender que el ser político de una idea sería, para él, precisamente, la distribución del poder mediante la capacidad de formularla y de circularla. La producción de un pensamiento puede estar en ma-nos de todos, aun de aquellos que no posean un capital intelectual ni económico ni político ni social.

Así, las obras conceptuales de Luis Camnitzer serían potencial-mente pensamiento en distribu-ción, pura pulsión de circulación no controlada, y no un objeto para contemplar, consumir o estructu-rar un campo social –el campo del arte– en la economía del valor de cambio del conocimiento.

Serían más bien estas obras, producto del escaso trabajo de Luis Camnitzer, el puro deseo de que se pudiera aprender lo frágil que es el sistema de las ideas apa-rentemente establecidas, incluso institucionalizadas; lo eficiente

puede llegar a ser una estrategia de comunicación basada en la au-sencia de capitales; y que el ego y la firma no son más que un impedimento para incidir en los destinos de lo que consideramos valioso y con sentido.

Capacidad de acción

Lo ideal sería un mundo en que el arte y los artistas no fueran necesarios, ha dicho Camnitzer. Por supuesto, también se anticipó, a su manera, a un mundo que ya hemos mencionado, el de “las so-ciedades del conocimiento”, en las que se ha modificado la función antropológica de los artistas y su arte.

La producción de lo simbó-lico ha dejado de ser un asunto primordialmente reservado a lo artístico o religioso y aislado de la economía, para pasar a ser una forma de producción capitalista y, al mismo tiempo, su bien más importante. Los objetos de la eco-nomía actual no son netamente físicos ni materiales ni circulan exclusivamente en el sistema de los mercados mercantiles, su cir-culación es cada vez más fluida y accesible a todos.

Pero, además, los trabajadores de estas sociedades del conoci-miento dejaron de ser los produc-tores de las mercancías necesarias para la suplencia material. Aho-ra, ciertos trabajadores tienen un rango de acción muy específico de estas sociedades, que es preci-samente el de la producción de lo simbólico. Un ejemplo sería lo que José Luis Brea llamara las indus-trias de la identidad.

Podría decirse que estamos ante el mundo ideal de Camnitzer, en donde los artistas y el arte en su especificidad se diluyen en esta nueva categoría de trabajadores/productores. “Los trabajadores del conocimiento” no solo distribuyen y procesan pensamiento, informa-ción y software, también afectos e intensidades.

El trabajo es intelectual y afec-tivo. Se configuran conceptos y también efectos que movilizan nuestra capacidad de acción: “el tamaño (digamos) de nuestra vi-da síquica, su densidad, fluidez y consistencia”, según dice Brea. Nuestra última capacidad de obrar en pos de nuestras ideas y deseos.

Todo ello reclama una capa-cidad crítica para que el cono-cimiento sea pensamiento hecho acción. Solo una diferencia crítica del trabajo en la producción de lo simbólico –o, como lo llama el mismo Camnitzer, “una dimensión ética del trabajo [del artista]”–, po-drá diferenciar a una sociedad del conocimiento de otras sociedades.

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Electroquímica física e interfacialAutor: Marco Fidel SuárezFacultad de CienciasUniversidad Nacional de Colombia

A pesar de que existen muchos libros de electroquímica, algunos de ellos muy completos y profun-dos, el autor considera que falta un texto básico que trate a la elec-troquímica más desde el punto de vista de la ciencia de superficies asistida con simulaciones digitales que desde la perspectiva de la quí-mica analítica o de la electroquí-mica aplicada.

Temas tales como la nuclea-ción, la teoría de la transferencia de

carga, los electrodos cristalinos y la espectroscopia de impedancia elec-troquímica generalmente se relegan a libros especializados o se conside-ran temas avanzados en el campo de la electroquímica. Uno de los objetivos es mostrar que estas áreas son fundamentales y que, a juicio del autor, son el pilar epistemológi-co para comprender las aplicaciones electroanalíticas y tecnológicas de los sistemas electroquímicos.

La publicación no pretende

ser completamente original, pues compila información de otros au-tores, pero sí presenta un porcen-taje considerable de información que es producto del trabajo de in-vestigación del mismo autor y de estudiantes del grupo que lidera. Se busca hacer del documento una herramienta útil para alumnos que se enfrentan por primera vez al estudio de la electroquímica, con independencia de su nivel de pre-paración académica.

Revista Pensamiento Jurídico, n.º 31Autor: Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y SocialesUniversidad Nacional de Colombia

La reforma o, con más preci-sión, la sustitución de la Ley 30 de 1992 (Ley de Educación Superior) ha provocado en Colombia un am-plio debate, en el que han partici-pado estudiantes, representantes del Gobierno, rectores de univer-sidades públicas y privadas, algu-nos profesores universitarios y pe-riodistas de diferentes medios. La socialización de los dos primeros proyectos sustitutivos presentados por el Ministerio de Educación, para recoger opiniones dentro de la sociedad civil, estuvo animada por las críticas mayoritarias a la creación de las instituciones con

ánimo de lucro y al desconoci-miento de la educación superior como un derecho.

En consecuencia, el Gobierno aplazó temporalmente la propuesta de crear instituciones con ánimo de lucro, pues consideró que la socie-dad colombiana todavía no estaba preparada para asumir una discu-sión de este tipo, e incluyó, al menos retóricamente, el derecho a la edu-cación superior como uno de sus principios, al lado de la definición contradictoria, como un bien públi-co basado en el mérito y la vocación y un servicio público inherente a la finalidad social del Estado.

Las modificaciones introduci-das en el tercer proyecto, que ya fue radicado en el Congreso de la República para que surta to-dos los trámites necesarios antes de convertirse en ley, no despeja-ron las dudas sobre la naturaleza mercantil de la educación superior que se pretende impulsar ni sobre los mecanismos efectivos para ga-rantizar la realización del derecho a la educación superior. En esta edición de la revista Pensamiento Jurídico, los artículos invitan a dar una mirada profunda sobre este vital tema nacional.

Sustratos, manejo del clima, automatizacióny control en sistemas de cultivo sin sueloAutor: Facultad de AgronomíaUniversidad Nacional de Colombia

Este libro es uno de los pro-ductos de los proyectos de inves-tigación financiados por Colcien-cias y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR). Los proyectos, concluidos con éxito, se desarrollaron mediante alianzas entre entidades del Estado (SENA, Colciencias, MADR, Facultad de Agronomía y Departamento de In-geniería Civil Agrícola de la Facul-tad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá) y el gremio (Asocolflores y Ceni-flores), y contaron con el apoyo de

empresas privadas que le sirven al sector floricultor colombiano.

En la obra se incluyen con-tribuciones de los profesores José Miguel Guzmán P., Pedro Florián Martínez y Dolors Roca, investi-gadores españoles de renombre internacional en horticultura in-tensiva. Asimismo, se presentan trabajos de investigación desarro-llados en el área experimental de los proyectos y aportes del sector empresarial local.

Se abordan temas sobre ma-teriales, propiedades y manejo de

sustratos hortícolas, así como so-bre las características del control climático en invernaderos de plás-tico. También se profundiza en las particularidades de la reutilización de aguas residuales para riego. Del mismo modo, para cultivos de flo-res de corte en invernadero, se consideran aspectos de costos de producción, evapotranspiración en plantas de rosa, modelos de cultivo y modelos fenológicos en clavel, así como de automatización y control en el reciclaje de drenajes de cultivos en sustratos.

Acerca de la competencia comunicativaAutor: D. H. HymesFacultad de Ciencias HumanasInstituto de Investigaciones en EducaciónUniversidad Nacional de Colombia

Este texto representa un hito en el desarrollo de la lingüística. En él se plantea que la abstracción propuesta por Noam Chomsky, de un hablan-te–oyente ideal en una comunidad lingüística homogénea, como objeto de estudio de la lingüística, deja por fuera factores socioculturales esen-ciales del fenómeno del lenguaje, que son vitales para la comprensión teórica y la aplicación práctica de la lingüística.

Se objeta la disyuntiva choms-kiana de competencia y actuación y se propone el concepto de com-petencia comunicativa, que es di-námica y diferencial. El argumento central es que la vida social afecta no solo la actuación externa, sino también la competencia interna. Por lo tanto, los factores sociales deben ser incluidos dentro de la concepción del fenómeno del len-guaje. Se plantean cuatro criterios

sociolingüísticos para la definición de la competencia comunicativa.

Los Cuadernos del Seminario de Educación, en donde se pre-senta este documento, tienen el propósito de mostrar las posicio-nes de investigadores nacionales e internacionales en el campo de la educación. Esto con el fin de propi-ciar la interacción y la interlocución crítica, tan necesaria para asignarle sentido a la investigación.

Reseñas