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el porvenir económico

del arquitecto

ricardo vergés-escuín

unesco

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© UNESCO, 1980.

Difusión t

División da loa Asentamientos Humanos y del Hedió Ambiente Socio-cultural. 1, rue de Mlollis, 75015, Parla, Francia, tal. 33 (1) 577 1610.

Unión Internacional de loa Arquitectos 1, rue d'Ulm, 75005, Parla, Francia, tal. 33 (1) 325 5945.

Université de Montréal, Etudes Supérieures en Aménagement, C.P. 6128, Suce. A, Montreal, B3C 3J7, Que., Canadá. tel. 1 (514) 343 6724.

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I N D I C E

iâai

INTRODUCCIÓN

Cap. 1. FUNDAMENTOS DEL ANÁLISIS PROFESIONAL 9

Cap. 2. ARQUITECTURA Y EDIFICACIÓN : ANÁLISIS A LARGO PLAZO 17

Cap. 3. ARQUITECTURA Y EDIFICACIÓN : ANÁLISIS A CORTO PLAZO 25

Cap. 4. PROSPECTIVA DE LA INVERSION INMOBILIARIA 37

Cap. 5. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE INMOBILIARIO 45

Cap. 6. PARQUE INMOBILIARIO Y NIVEL DE. LA. RENTA 59

Cap. 7. PREVISIONES DE INVERSION INMOBILIARIA 69

Cap. 8. PREVISIONES DE DEMANDA DE ARQUITECTOS 79

Cap. 9. PLANIFICACIÓN DE LA OFERTA : "LAISSER-FAIRE" Q

BIEN RESTRICCIÓN 91

Cap. 10. PLANIFICACIÓN DE LA DEMANDA : AMPLIACIÓN O BIEN

DIVERSIFICACION 103

Cap. 11. SECTORES DEL MARCO INMOBILIARIO 111

Cap. 12. CONDICIONES DE LA DIVERSIFICACION 121

CONCLUSION 131

ANEXO ESTADÍSTICO 135

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L I S T A D E F I G U R A S

Pagina

Fig. 1. Conceptos de oferta y de demanda de arquitectos. 12

Fig. 2. Oferta y demanda de arquitectos en Quebec. 14

Fig. 3. Empleo de arquitectos en Estados Unidos en función de la inversión inmobiliaria. 1880-1970. 21

Fig. 4. Empleo de arquitectos en Canadá en función de la inversión inmobiliaria. 1881-1971. 21

Fig. 5. Representación y características de las regresiones lineales sectoriales del modelo PACC. Estados Unidos, 1953-1973. 31

Fig. 6. Curvas sectoriales de los proyectos de arquitectura y de las predicciones realizadas con ayuda del modelo PACC. Estados Unidos, 1953-1973. 32

Fig. 7. Parte de los contratos de construcción que han sido objeto de proyectos de arquitectura en Estados Unidos, 1951-1976. En dólares corrientes. 3 4

Fig. 8. Demanda de arquitectos. Estados Unidos, 1950-1975. 35

Fig. 9. Estructura del modelo de la inversión inmobiliaria. 41

Fig. 10. Volumen del parque inmobiliario residencial disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 50

Fig. 11. Volumen del parque inmobiliario no residencial disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 50

Fig. 12. Volumen del parque inmobiliario no residencial disponible por habitante. Canada, 1875-1975. En dólares 1961. 50

Fig. 13. Volumen del parque inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante. Estados unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 54

Fig. 14. Volumen del parque inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 54

Fig. 15. Volumen del parque inmobiliario de servicios disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 54

Fig. 16. Volumen del parque inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961. 55

Fig. 17. Volumen del parque inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961. 55

Fig. 18. Volumen del parque inmobiliario de servicios disponible por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961. 55

Fig. 19. Evolución relativa de los sectores del parque inmobiliario. Estados Unidos, '1875-1975. 56

Fig. 20. Evolución relativa de los sectores del parque inmobiliario. Canadá, 1875-1975. 56

Fig. 21. Volumen del parque residencial disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 63

Fig. 22. Volumen del parque inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante, en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 64

ii

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Fig. 23. Volumen del parque Inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante, en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 64

Fig. 24. Volumen del parque inmobiliario de servicios disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 64

Fig. 25. volumen del parque inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante, en relación con la renta por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961. 65

Fig. 26. Volumen del parque inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante, en relación con la renta por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961. 65

Fig. 27. Volumen del parque inmobiliario de servicios disponible por habitante, en relación con la renta por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961. 65

Fig. 28. Inversión inmobiliaria residencial. Estados Unidos, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1958. 75

Fig. 29. Inversión inmobiliaria agrícola no residencial. Estados Unidos, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1958. 76

Fig. 30. Inversión inmobiliaria industrial y comercial. Estados Unidos, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1958. 76

Fig. 31. Inversión inmobiliaria de servicios. Estados Unidos, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1958. 76

Fig. 32. Inversión inmobiliaria agrícola no residencial. Canadá, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1961. 77

Fig. 33. Inversión inmobiliaria industrial y comercial. Canadá, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1961. 77

Fig.' 34. Inversión inmobiliaria de servicios. Canadá, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1961. 77

Fig. 35. Títulos profesionales de arquitecto otorgados. Inmigración de arquitectos. Estados Unidos, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a 1987. 85

Fig. 36. Títulos profesionales de arquitecto otorgados. Inmigración de arquitectos. Canadá, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a 1987. 85

Fig. 37. Oferta y demanda de arquitectos. Estados Unidos, 1950-1975. Proyecciones de 1976 a 1987. 86

Fig. 38. Oferta y demanda de arquitectos. Canadá, 1951-1975. Proyecciones de 1976 a 1987. 87

lit

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T A B L A S

Página

Tab. 1. Tasa de crecimiento de los efectivos universitarios en arquitectura y en el conjunto de todas las disciplinas. Estados Unidos y Canadá, 1965-1975 y 1968-1975. 98

Tab. 2. Empleo de arquitectos por sectores de actividad económica. Estados Unidos, 1960 y 1970. 107

Tab. 3. Sectores de inversion, de producción y de uso del parque inmobiliario. 114

Tab. 4. Inversiones inmobiliarias efectuadas por los sectores de actividad económica según el tipo de edificio. Canadá, 1975. En decenas de millones de dólares. 115

Tab. 5. Volumen de negocios indirectos ocasionados por un gasto de cien millones de dólares de obras en los diferentes sectores de actividad según el tipo de edificio. Quebec, 1970. En millones de dólares. 117

Tab. 6. Efectos directos y indirectos de las inversiones inmobiliarias sobre el volumen de negocios de los sectores de actividad económica según el tipo de edificio. Canadá, 1975. En millones de dólares. 118

Tab. 7. Volumen del parque inmobiliario disponible según los sectores de actividad económica y el tipo de edificio. Canadá, 1975. En centenas de millones de dólares. 119

Tab. 8. Ejemplos de programas "menores" de enseñanza con respecto a la diversificación de la actividad arquitectónica. 128

iv

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A N E X O E S T A D Í S T I C O

Pagina

Tab. Al. Arquitectos activos en los despachos y en el conjunto de las actividades económicas, los años de censo. Inversión inmobiliaria con incidencia arquitectónica, los años siguientes-de los censos. Estados Unidos, 1870-1871 a 1970-1971. Canadá, 1881-1882 a 1971-1972. 137

Tab. A2. Estructura sectorial de los proyectos de arquitectura. Estados Unidos, 1950-1973. 138

Tab. A3. Contratos de construcción inmobiliaria. Estados Unidos, 1951-1976. En millones de dólares. 139

Tab. A4. Estructura sectorial de los contratos de construcción inmobiliaria (excepto vivienda unifamiliar). Estados Unidos, 1951-1976. 140

Tab. A5. Estructura sectorial de los proyectos de arquitectura (excepto vivienda unifamiliar y planeamiento de comunidades). Estados Unidos, 1953-1973. 140

Tab. A6. Población. Estados Unidos, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En millares de habitantes. 141

Tab. A7. Población. Canadá, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En millares de habitantes. 141

Tab. A8. Volumen del parque inmobiliario disponible por habitante según el tipo de edificio. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958. 142

Tab. A9. Volumen del parque inmobiliario disponible por habitante según el tipo de edificio. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961. 143

Tab. A10. Renta y renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En dólares corrientes y en dólares 1958. 144

Tab. All. Renta y renta por habitante. Canadá, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En dólares corrientes y en dólares 1961. 144

Tab. A12. Tendencias de la inversión inmobiliaria según el tipo de edificio. Estados Unidos. Retroproyecciones de 1955 a 1976. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1958. 145

Tab. Al3. Tendencias de la inversión inmobiliaria según el tipo de edificio. Canadá. Retroproyecciones de 1962 a 1976. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1961. 145

Tab. A14. Demanda de arquitectos. Estados Unidos, 1950-1975.. Proyecciones de 1976 a 1987. 1 4 6

Tab. A15. Demanda de arquitectos. Canadá, 1951-1975. Proyecciones de 1976 a 1987. 146

Tab. A16. Títulos profesionales de arquitecto otorgados. Inmigración de arquitectos. Estados Unidos, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a 1987. 147

Tab. A17. Títulos profesionales de arquitecto otorgados. Inmigración de arquitectos. Canadá, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a 1987. 147

Tab. A18. Oferta potencial da arquitectos. Estados Unidos, 1950-1975. Proyecciones de 1976 a 1987. 143

Tab. A19. Oferta potencial de arquitectos. Canadá, 1951-1975. Proyecciones de 1976 a 1987. 148

V

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INTRODUCCIÓN

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PREÁMBULO

Hace algunos anos apareció un libro un poco desconcertante. Su titulo era "La. aiquLtectuia. e.n tia.n¿¿c¿6n" y su autor no era otro que Constantinos Doxiadis (1). Esta obra, que fué saludada por la critica como "cortadora de una diferente visión

de la realidad", anunciaba en efecto un tipo de análisis al que nosotros, los

arquitectos, no estábamos habituados. Doxiadis proponía comparar la evolución de

los efectivos de la profesión con la de la población y la de la economía en todas

partes donde ésto fuera cosible.

Al establecer determinadas correlaciones entre la arquitectura y las variables

demográficas y económicas, Doxiadis mostraba que la evolución de la profesión

podía y debía ser seauida y analizada con ayuda de instrumentos estadísticos de

carácter muy objetivo, más bien que a través de discursos subjetivos a los cuales,

es necesario decirlo, paradójicamente sucumbía él mismo en determinados pasajes de

su libro. Pero ésto no era más que la contrapartida del ardor y del dinamismo bien

conocidos del creador de "Ek¿&t¿c¿ ...".

Sus conclusiones, ni que decir tiene, eran pesimistas en cuanto al presente de

entonces, es decir, del comienzo de los años 60, y optimistas en cuanto al futuro,

ésto es, en cuanto a nuestro presente ... Hay que decir que deslumhrados por el

ritmo desenfrenado del crecimiento de oost-querra, puede ser que no hayamos

comprendido suficientemente el sentido condicional de la confianza que Doxiadis

depositaba en el futuro de la profesión. Pues obtenía una lección de las estadís­

ticas presentadas en su obra : que la presencia del Arquitecto era débil en el

ámbito de la construcción. Preconizaba, pues, una evolución, o mejor todavía, una

diversificaciôn del papel del Arquitecto, que debía afirmar y desarrollar su

participación en la creación de un medio ambiente a escala "ecuménica".

SITUACIÓN DE LA PROFESIÓN

¿ Cual es esta situación en el día de hoy ? Es innegable que la crisis que

atraviesa actualmente la profesión en todo el mundo ha puesto brutalmente sobre la

mesa toda la problemática de su propio porvenir. Se plantean abiertamente, cada

vez más, cuestiones punzantes, no solamente por el profesional que intenta

comprender su propia situación, sino también por los representantes de la

profesión.

¿ Qué ocurrirá con el Arquitecto ? ¿ Es necesario abrir la profesión ? Pero, ¿ es

ya el momento para ello ? ¿ Bastará ésto para colocar a los jóvenes ? ¿ En el

fondo, los servicios del Arquitecto son todavía deseados por la sociedad ? ¿ No

serla mejor garantizar a través de una legislación adecuada un flujo parmanente de

solicitud de servicios arquitectónicos ?

¿ Pero cómo responder a estas preguntas ? o, en otros términos ¿ en qué basar el

enunciado de las políticas consecuentes ? ¿ Cómo adoptar las adecuadas políticas

profesionales, universitarias, de formación permanente, etc, sin hacer referencia

3

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a análisis objetivos de la situación ?

EL ANÁLISIS PROFESIONAL

Al mismo tiempo se experimenta la necesidad de un mejor conocimiento de la

profesión y de su contexto. Asi, a partir de Doxiadis y del llorado Duccio Turin

(2), se ha desarrollado una nueva tendencia de análisis profesional, tendencia a

la que han contribuido notablemente Robert Gutman (3), Philip Langley (4) y algunos

otros (5).

Nosotros trabajamos desde hace algunos años en la Universidad de Montreal dentro

de esta tendencia, rodeados por un grupo de estudiantes del grado de maestría, con

el objetivo de desarrollar métodos de análisis específicos. Ciertamente, nuestras

investigaciones contemplan los temas más vastos del ámbito de la construcción,

pero después se verá todo el interés que estos temas presentan para el análisis de

la evolución de la profesión de arquitecto.

ARQUITECTURA Y MARCO INMOBILIARIO.•.

Se puede decir que el marco inmobiliario es a la arquitectura lo que el ámbito de

la salud es a la medicina. Estamos persuadidos de que lo que se manifiesta a

través de la crisis de la profesiOn de arquitecto es en realidad una crisis más

profunda que afecta toda la producción del marco inmobiliario. Esta crisis resulta

de un cambio del comportamiento social con respecto a la construcción y no de una

simple fluctuaciCn coyuntura1.

Esta es la tesis que nos proponemos desarrollar en el presente informe. Su

verificación podría acarrear consecuencias considerables para el porvenir de la

profesiGn, tanto en los países ya industrializados como en los que intentan llegar

a serlo.

... EN LOS PAÍSES INDUSTRIALIZADOS

¿ Cómo hemos llegado a la conclusión de que la actual crisis del ámbito de la

construcción tiene raices más profundas que la simple repercusión de una crisis

económica, cuya gravedad, hay que decirlo, sobrepasa claramente la de las

anteriores ? A través de observaciones realizadas en países industrializados, se

ha podido constatar que a partir de un cierto nivel de desarrollo económico, se

produce una disminución de la producción en el ámbito de la construcción. Parece

como si la sociedad se considerara satisfecha de su patrimonio inmobiliario y que,

más que continuar ampliándolo sin cesar, prefiriera mejorarlo y hacerlo quizás más

humano. En otros términos, ocurre también como si el paso de la fase de crecimien­

to industrial a la fase denominada post-industrial (6), llevara consigo la

transiciOn de una actividad de pA.odu.cci.6n hacia una actividad de conithvcLcitin del marco inmobiliario. La prueba de ello es que este cambio, del que la crisis

del medio ambiente es uno de sus aspectos más significativos, ha comenzado

justamente a manifestarse a partir del final de los años 60, es decir, bastante

antes del comienzo de la actual crisis econOmica.

No hay que extrañarse de todo esto, pues bajo otros aspectos, han tenido lugar en

el mismo periodo otros cambios también importantes conectados con lo anterior, por

ejemplo el tema de la concentración urbana. Para convencerse de ello basta releer

4

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el informe Kahn publicado en 1967. Puede observarse hasta qué punto han sido

desmentidas por los hechos las tendencias macro-urbanísticas (7). ¿ Quién podría

soñar hace apenas diez años en la inversión de las tendencias migratorias hacia

las ciudades, en la detención de su crecimiento o incluso en la disminución de su

actividad económica ?

De cualquier modo, se adivinan los efectos considerables que la evolución social

referente al ámbito de la construcción puede tener sobre la profesión de

arquitecto. En efecto, el Arquitecto de los tiempos modernos ha vivido siempre de

y pala, la producción del marco inmobiliario. Su formación, sus competencias, sus estatutos, fueron fijados a partir del amanecer de la era industrial en función de

las necesidades cuantitativas de una sociedad cuyo crecimiento, tanto demográfico

como económico, exigía la construcción rápida de un parque inmobiliario cada vez

más amplio.

En consecuencia, el cambio hacia una sociedad que ya no está condicionada por el

contexto expansionista y crue, por el contrario, se encuentra bien dispuesta a

considerar los valores de conservación, de mejora del ámbito de vida, de economía

de los recursos energéticos, supone por parte del Arquitecto una mutación para la

que evidentemente, no está preparado. Porque, simultáneamente, necesita hacer

frente a una reducción del encargo tanto público como privado, y además ha de

tener en cuenta una modificación de la propia naturaleza de dicho encargo, así

como enfrentarse a una crítica social a menudo violenta, a la vista de su obra

anterior ...

El ünico camino que parece abrise al Arquitecto es el que fué suyo en otro tiempo

y al que no debería haber renunciado nunca, a saber, su plena participación en los

procesos económicos y sociales relativos al ámbito de la construcción. Hoy, tal

participación resultará efectiva solamente a través de una diversificación de sus

actividades. En otros términos, es preciso que el Arquitecto descubra v ocupe

nuevos reductos de actividad en los que su contribución se manifieste socialmente

util y económicamente viable.

Pero una estrategia de diversificación no puede improvisarse sin riesgo de nuevas

y definitivas frustaciones. Esta estrategia debe ser pensada de manera realista,

es decir, partiendo de la observación objetiva de la realidad.

Este informe se ha preparado para clarificar esta realidad y para ayudar a los

representantes de la profesión en los países industrializados a adoptar políticas

consecuentes. Así, proponemos nuestra reflexión a nuestros colegas arquitectos y

también a los estudiantes de arquitectura de estos países.

... Y EN LOS PAÍSES EN VÍAS DE INDUSTRIALIZACIÓN

Ha de hacerse notar que el cambio social referente al ámbito de la construcción no

parece limitarse a los países ya industrializados, sino que parece extenderse

igualmente a los países en vías de industrialización. Así, de la misma forma que

estos países no han esperado para tratar de alcanzar, por ejemplo, los beneficios

de los avances sanitarios de los países industrializados, procuran igualmente

integrarse desde ahora en los arranques culturales de la crisis actual del medio

ambiente.

5

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No obstante, estos países se hallan actualmente en vías de industrialización y

ésto se produce en condiciones mucho más difíciles que las que tuvieron que

padecer, hace un siglo, los países hoy industrializados. En efecto, sus Droblemas

son nuevos en la medida en aue el crecimiento demográfico precede al crecimiento

económico y no lo acompaña, como ocurrió mas o menos en la Europa del siglo XIX,

o en la América de los comienzos del XX.(8). Además, la incidencia de las crisis

enqendradas por las economías avanzadas, repercute de manera dramática sobre

aquellas, mucho más frágiles, de los países en cuestión.

Por tanto, ¿ cómo dirigir, en los actuales países en vías de desarrollo, sus

recursos hacia objetivos de protección del medio ambiente y de conservación del

marco inmobiliario existente, teniendo en cuenta que estos recursos son ya

netamente insuficientes para hacer frente a las exigencias de la carrera entre el

crecimiento demográfico y el desarrollo ?

Es, pues, muy difícil prever cuales serán los efectos de la toma de conciencia de

los problemas del medio ambiente sobre la producción y la conservación del marco

inmobiliario en los países en vías de industrialización. Todo lo más, puede

adelantarse que estos efectos serán beneficiosos en la misma medida en que

precisamente la carrera entre necesidades y recursos termine con ventaja de éstos

Últimos.

Será también muy difícil de estimar, sobre todo en los países en que, como en los

de América latina, la arquitectura está profundamente enraizada, qué influencia

tendrá el incierto contexto de la producción, todavía insuficiente, del marco

inmobiliario sobre el ejercicio de la profesión.

Lo que si es sabido, es que la profesión está plenamente implicada en el proceso

de desarrollo, como lo testimonia el propio tema del XIIIQ Congreso de la Unión

Internacional de Arquitectos. Ahora bien, ¿ el numero y el perfil de competencia

de los arquitectos son los adecuados para las necesidades de los países en vías de

industrialización ? Esta es una pregunta a la que no cabria responder más gue caso

por caso y esto dentro del conocimiento de datos concretos, tanto en cuanto afecta

a la demanda de servicios arquitectónicos, cuanto en lo que respecta a los efecti­

vos de los arquitectos y de los futuros arquitectos. Es de desear, pues, gue en el

proceso de orientación y de desarrollo de la profesión en estos países se dé

prioridad a la obtención de estos datos.

Esto no significa, sin embargo, que el presente informe ofrezca menos interés para

nuestros colegas de los países en vías de industrialización, antes al contrario.

En efecto, para desempeñar plenamente su papel, la profesión deberá abordar, en

estos países, tipos de práctica profesional que les sean propios, es decir, que

hasta ahora hayan sido prácticamente inexistentes, puesto que por definición, los

problemas al respecto ya no son los mismos...

No obstante, hay que reconocer que estos modelos de práctica profesional deberán

tender, primeramente, a asegurar la contribución del Arquitecto a la fase de

reabsorción de cualquier forma de sub-desarrollo, y en segundo lugar, a garantizar

la plena insersión económica y social de la profesión, una vez alcanzada una

situación de madurez económica y demográfica como la que existe en los países más

adelantados.

6

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Así pues, el conocimiento de lo que ha ocurrido a este respecto en los países ya

industrializados, puede servir de enseñanza para aquellos que tratan de llegar a

serlo. Se ha demostrado que la simple persecución de los objetivos de crecimiento

no constituye, para la profesión de arquitecto, una garantía de plena integración

económica y social. En efecto, terminada la industrialización y reducido el ritmo

de crecimiento, el Arquitecto parece encontrarse infrautilizado y además, imposi­

bilitado de participar en otras tareas que correspondan a las nuevas necesidades

sociales en relación con el marco inmobiliario.

Puede ser que el modelo de ejercicio profesional que ha prevalecido, casi con muy

pocas excepciones, en los países industrializados sea precisamente el modelo que

los países en vías de industrialización deberían esforzarse en evitar...

Por lo tanto, este informe se dirige igualmente a nuestros colegas y a los estu­

diantes de arquitectura de estos países. Y no porque contenga alguna receta para

resolver problemas que ellos solos podrán solucionar. Pero estamos persuadidos de

que la descripción del escenario tradicional del desarrollo de la profesión cara

al crecimiento económico, tal como se ha desarrollado en los países ya industria­

lizados, les permitirá obtener enseñanzas extremadamente provechosas en sus

esfuerzos para renovar el planteamiento de su propio porvenir.

CONTENIDO DEL INFORME

Después de un primer capítulo dedicado a la metodoloqla general de la oferta y la

demanda de servicios arquitectónicos, los capítulos 2 y 3 estudiarán la correlación

a largo y corto plazo entre la demanda de servicios arquitectónicos y la construc­

ción inmobiliaria.

Los capítulos 3 al 6 estudiarán, para ciertos países, la evolución de la construc­

ción o más exactamente de las inversiones inmobiliarias, remontándose hasta las

"variables independientes" que son la población, su nivel de renta y sus

preferencias de consumo. Por otra parte, en el capítulo 7, plantearemos alqunas

previsiones de las inversiones inmobiliarias en función de determinadas hipótesis

de las mencionadas variables.

En el capítulo 8 se medirán las repercusiones de las previsiones de la inversión

inmobiliaria sobre la demanda de servicios arquitectónicos. Esta demanda será

confrontada después con la oferta presente y futura en los países considerados.

Por último, en los capítulos 9 a 12 se presentarán las diferentes Ópticas posibles

frente al problema de la desviación creciente entre la oferta y la demanda. En

particular, la Óptica de la diversificación se desarrollará con base de un esquema

económico que plantea a la vez su potencialidad y sus límites.

Como se ha podido ya apreciar, el presente informe describe un trabajo de

naturaleza científica. No se trata, pues, de consideraciones personales ni de una

exposición ideológica, y menos aún, de una de esas interminables listas de

recomendaciones que sería necesario poner en práctica para que todo se arregle...

Los instrumentos de análisis que hemos utilizado, ponen en evidencia disciplinas

especificas que corresponden a la naturaleza de los fenómenos estudiados. Pueden

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parecer complejas al lector no avisado. Nos hemos esforzado en hacerlas comprensi­

bles, y si no llegan a serlo, nosotros seremos los responsables. No obstante, la

acogida que nuestras Ideas han recibido entre nuestros estudiantes de la Universi­

dad de Montreal, asî como entre los ámbitos profesionales de diferentes países, nos

han hecho pensar en la pertinencia y en la utilidad de nuestra contribución.

AGRADECIMIENTOS

Deseamos expresar nuestro agradecimiento a los distintos organismos y personas

gracias a los cuales ha podido ver la luz este trabajo. En primer lugar, al

Secretario General de la U.I.A., Michel Weill, quien nos encargó la elaboración

de este informe, y cuya idea sobre la ampliación del papel social del Arquitecto

ha sido para nosotros la referencia más estimulante. Después, al Canada Council,

por la concesión de una bolsa de trabajo libre, y a la Universidad de Montreal,

que nos ha concedido un asueto sabático, así como un apoyo logístico del que nos

hemos beneficiado. Por último, la producción y la edición del presente informe se

ha beneficiado de la ayuda de la U.N.E.S.C.O., ya sea por medio de la U.I.A., ya

sea por el intermediario de su Comisión del ejercicio de la profesión para Europa.

Queremos expresar a los dirigentes de los dichos organismos, en particular de la

División de los asentamientos humanos y del medio ambiente socio-cultural de la

U.N.E.S.C.O., nuestro sumo agradecimiento.

En el nivel de la realización de investigaciones, debemos agradecer a Marc Harvey,

cuya competencia, eficacia y espíritu critico han permitido llevar a cabo un

programa de trabajo extremadamente arduo. Por otra parte, hemos obtenido una gran

utilidad de los comentarios de numerosos coleqas v amigos, especialmente de Claude

Schnaidt, de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y de Andre

Corboz, Colin H. Davidson y Ron F. Williams de la Universidad de Montreal.

La traducción al castellano ha sido realizada por nuestro colega y amigo Rafael

Alfonso Corral, Secretario Técnico del Consejo Superior de los Colegios de

Arquitectos de España, al cual expresamos nuestra más viva gratitud.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. C.A. Doxladis, Arquitectura en transición, Ariel, Barcelona, 1963.

2. D . Turin, The Construction Industry : Ite Economie Significance and its Role in Development, O.C.E.R.G., Londres, 1969.

3. R. Gutman, B. Westergaard, Architecture among the Professions, Univ. of Princeton, 1975.

4. P. Langley, Le métier d'architecte en Architecture d'Aujourd'hui, ns 170, Nov./Die. 1973.

5. Pensamos en la larga lista de autores de encuestas socio-económicas efectuadas recientemente sobre la profesión en muchos países, aunque los resultados de estas encuestas raramente hayan constituido el objeto de un acercamiento con las variables económicas exSgenas susceptibles de proporcionarles todo su sentido. Por el contrario, debemos excluir de esta corriente a todas las investigaciones realizadas a través de entrevistas de arquitectos, pues astas manifiestan más bien un análisis psico-sociológico o ideológico del razonamiento antes que una observación objetiva.

6. La cuestión de las fases del crecimiento económico se expone más adelante, en el informe. En suma, la fase denominada post-industrial es la que se inicia actual­mente en la mayoría de los países de la O.C.D.E. y en los países socialistas más avanzados.

7. H. Kahn, A.J. Wienner, El año 2000, Revista de Occidente, Madrid, 1969. 8. j. p. Rioux, La Révolution industrielle. Seuil, Paris, 1971.

8

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CAPITULO I

FUNDAMENTOS DEL ANÁLISIS PROFESIONAL

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OFERTA Y DEMANDA DE SERVICIOS ARQUITECTÓNICOS

En la introducción se insistía sobre el asoecto determinante de la evolución de la

demanda de servicios arquitectónicos. Sin embarao, la inserción de la profesión en

la .actividad económica es el resultado de una confrontación entre la demanda de

servicios arquitectónicos anunciada por un conjunto de clientes y de usuarios, por

un lado, y por otro, por la oferta de servicios presentada por el conjunto de los

arquitectos en activo. Por lo tanto, la comprensión histórica de la inserción de

la profesión en la actividad económica no puede alcanzarse más que a través del

estudio conjunto del aspecto oferta y del aspecto demanda.

Además, la oferta de servicios arquitectónicos atraviesa hoy una situación critica

como consecuencia del enorme número de alumnos en las escuelas de arquitectura de

la mayoría de los países. Y uno se pregunta, con razón, que' destino cabrá dar más

adelante a una reserva humana de esta envergadura (1).

Por todo ello, después de haber descrito la evolución de la demanda, el informe

abordará los aspectos de la oferta de servicios arquitectónicos, tanto bajo sus

aspectos cuantitativos como bajo sus aspectos cualitativos. No es, pues, inútil,

exponer desde el principio las bases utilizadas en tal tipo de análisis.

LOS ELEMENTOS DEL ANÁLISIS PROFESIONAL

Desde el punto de vista económico, un arquitecto es un prestatario de servicios

arquitectónicos cerca de los solicitantes de dichos servicios.

Este enunciado, en aoariencia simple, oculta temibles dificultades que es necesa­

rio, sin embargo, superar si se quiere lleaar hasta un grado operacional de medida.

En efecto ¿ Qué es exactamente un arquitecto ? ¿ Qué es la oferta de servicios

arquitectónicos ? ¿ En qué consiste la demanda de estos servicios ?

Para responder a estas preguntas se han elaborado una serie de conceptos que

permiten medir estos fenómenos.

Hemos adoptado une definición puramente económica : es arquitecto quien quiera que realiza un trabajo de arquitecto en el sentido que establecen las clasificaciones de las profesiones (2). No hay que confundir esta definician con las definiciones legales destinadas a preservar el titulo de arquitecto para aquellos que ejercen esta profesión con carácter liberal.

Por otra parte, y parafraseando a vermot-Gauchy (3), se puede decir que "la reserva (de arquitectos) se asemeja a un depósito cuyo nivel de equilibrio se eleva a medida que aumentan las necesidades de la economía, pero cuyo nivel efectivo se sitúa generalmente más abajo (situación deficitaria) o más arriba (situación de superávit o de excedente)".

Esta analogía permite poner en evidencia el mecanismo de la oferta y la demanda, mecanismo que resulta ser tributario de cuatro factores principales :

- el contenido del depósito en un momento dado : es el colectivo de arquitectos en actividad, en un momento considerado como punto de partida (oferta "inicial");

- el caudal de alimentación : nuevos arquitectos que inciden sobre el mercado de trabajo proveniendo de los centros de enseñanza o bien de otros países;

- la "evaporación" (reducción) del colectivo por mortalidad y por jubilación o retiro profesional;

- la alteración o modificación más o menos continua de la altura del dique que representa la variación de la demanda de arquitectos.

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El juego relativo entre estos cuatro factores puede dar lugar a un determinado número de situaciones típicas. Si este incremento se detiene, la profesión desaparecerá. Si el caudal compensa las perdidas producidas por mortalidad y jubilación, la profesión se estancará. Si el caudal es tal que su nivel se mantiene por debajo de la demanda, existirá un défiait (como ocurre con ciertas profesiones manuales desvalorizadas en relación con los empleos terciarios). Si el caudal queda nivelado seqún la demanda prevista, existirá un equilibrio (profesiones limitadas según un determinado cupo). Por ultimo, si el caudal es demasiado alto o elevado, existirá un excedente, y éste podrá ser decreciente, estacionario o creciente.

Parece que esta ultima situación es la que prevalece en el terreno de la arquitectura, puesto que el caudal de alimentación (en concreto, la enseñanza) es demasiado potente en relación con la demanda. El excedente se inclina por tanto hacia depósitos de reserva (paro), hacia otros sectores de la economía (cambio de profesión), o hacia otros países (emigración).

Esta conceptualización queda sintetizada como sigue :

nuevos titulados

inmigración

OFERTA INICIA!.

OFERTA POTENCIAL

JÉ-OFERTA REAL

ifc EMPLEO

mortalidad jubilación

EXCEDENTE BRUTO

^ emigración

EXCEDENTE NETO

:>

cambio de profesión

paro

Fig. 1 : Conceptos de oferta y de demanda de arquitectos.

OFERTA POTENCIAL DE ARQUITECTOS

Como es fácil de observar, existen varios niveles de oferta. La oferta potencial representa el volumen de arquitectos activos que existiría en el mercado de trabajo si ninguno de ellos hubiera dejado el país o la profesión, todo ello a partir de una fecha considerada como punto de partida del cálculo. Por el contrario, la oferta real representa el numero de arquitectos capaces de actuar como tales en un momento determina­do, que se hallen presentes tanto si tienen otros empleos, como si a fortiori, se hallan en paro.

La oferta potencial de arquitectos puede ser medida gracias al modelo reovreivo, clásico de Correa y Tinbergen (4), que expone el efectivo potencial en un año t dado, en función de las nuevas aportaciones al colectivo y de los jubilados o retirados naturalmente.

E t = (1 - A) E-t-i + nt

en que E representa el colectivo o efectivo buscado, X la tasa o proporción de desaparición por mortalidad o jubilación y n el caudal proveniente de las instituciones de enseñanza más el acceso por inmigración.

De hecho, este modelo ha de aplicarse separadamente a cada uno de los flujos constituti­vos de la oferta, a saber, la oferta inicial, los nuevos titulados y la inmigración. Los datos sobre la oferta inicial - número, estructura seqún edad, sexo, situación, etc.- son proporcionados generalmente por los censos. Los datos sobre los nuevos titulados y sobre

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los efectivos universitarios deben ser recopilados y obtenidos a través de las instituciones de enseñanza. Por último, los datos sobre la inmigración provienen de los servicios administrativos correspondientes. El cálculo demográfico que sirve para aplicar A, se efectúa con ayuda de los diagramas de Lexis (5). La oferta potencial resulta por último de la suma de los tres flujos en cuestión.

En definitiva, se puede considerar la oferta potencial de arquitectos en el mercado de trabajo como un sistema autónomo alimentado por fuentes perfectamente medibles o mensurables, aunque difícilmente previsibles. En efecto, en ausencia de estructuras apropiadas de fijación de un cupo, es prácticamente imposible prever cuál será la demanda futura de inscripción en las instituciones de enseñanza y aún menos cuál será el flujo de entrada de arquitectos inmigrantes titulados por escuelas extranjeras.

DEMANDA DE ARQUITECTOS

A falta de una observación directa sobre el empleo en el campo de la arquitectura, es necesario elaborar estimaciones siguiendo metodologías tributarias del material disponible en cada país. Por regla general, los censos nos informan sobre el número de arquitectos que trabajan, que se hallan en activo, ya sea en los estudios profesionales privados, o en otras situaciones. Como estos últimos representan una pequeña proporción del total (del 15 al 30% según los países) (6), y no se dispone de los datos correspondientes más que cada 10 años, es importante insistir sobre el estudio de la demanda anual que resulta de las necesidades de las oficinas de arquitecto.

Asi, en el caso de los Estados Unidos, hemos puesto a punto el modelo PACC, que permite medir la demanda de arquitectos en los estudios o despachos, a partir de la estructura de la construcción inmobiliaria. Por otra parte, este modelo se utiliza también en los capítulos 3 y 8 del presente informe. Pero se pueden utilizar otras aproximaciones. Por ejemplo en Francia, los arquitectos, cotizan a una mutualidad de seguros que cubre la responsabilidad legal. El importe de las primas aportadas es función de los trabajos efectuados. En consecuencia, teniendo en cuenta los ajustes necesarios, se dispone de una base de evaluación casi directa de la demanda, a partir del importe de los trabajos realizados.

AJUSTE DE LA OFERTA A LA DEMANDA

Una vez determinadas la oferta potencial y la demanda de arquitectos, se puede analizar la naturaleza de las desviaciones o diferencias entre una y otra. Estas desviaciones pueden ser positivas (excedente) o negativas (déficit). Pero se sabe ya por experiencia adquirida que la existencia de excedente es la que refleja cada vez más el contexto actual de la profesión en la mayoría de los países. Por tanto, nos podemos limitar al análisis del excedente.

En la práctica, la diferencia de excedente entre la oferta y la demanda de arquitectos se resuelve por el paro, el cambio de profesión (que comprende la vuelta a iniciar otros estudios) y la emigración. Cada uno de estos flujos debe medirse con ayuda de un modelo "recursivo", como el ya expuesto para la oferta.

Los instrumentos de análisis de la oferta y de la demanda de arquitectos han sido

desarrollados con ocasión de una investigación efectuada en Montreal desde 1973 a

1976 (7). Permiten sintetizar la actividad profesional de los arquitectos en forma de

reserva de efectivos, tanto en el sentido retrospectivo, como en el sentido previsio-

nal. A titulo de ejemplo, se puede considerar la figura 2, como representativa de la

evolución de la oferta y la demanda en Quebec entre 1951 y 1974, con previsiones

hasta 1983 :

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19S1 1961 1971 1981

Fig. 2 : Oferta y demanda de arquitectos en Quebec

Se puede observar hasta qué punto este tipo de representación permite dar fe de

fenómenos tales como el enorme crecimiento de la oferta a partir de la mitad de los

años 60. Después, de como la demanda tiende a estabilizarse a pesar de las fluctua­

ciones coyunturales. La gráfica permite, en consecuencia, medir la amplitud del

excedente bruto y su reabsorción bajo forma de flujo migratorio, en este caso, hacia

otras provincias canadienses, los Estados Unidos o también a otros países. Por ultimo,

una representación semejante permite explicar el hecho de que en ciertos momentos,

como con ocasión de los Juegos Olímpicos de 1976, haya podido existir una falta de

arquitectos, al haber abandonado una buena parte de ellos el país con anterioridad,

alejados por la penuria de trabajo que siguió a la Exposición Universal de 1967.

Este es un ejemplo instructivo del tipo de análisis de la situación de la profesión

que es posible efectuar con ayuda de los instrumentos y de los métodos mencionados.

Estos instrumentos y estos métodos están disponibles actualmente y pueden ser

aplicados a cualquier país en que se disponga de datos suficientes. Por lo tanto, la

profesión deberla, en cada país, conceder una prioridad a la preparación de series

de los datos pertinentes.

HACIA UN MODELO DE CRECIMIENTO DE LA PROFESIÓN DE ARQUITECTO

Al contarse con medios para determinar la cantidad de los diferentes flujos de oferta

y de demanda de arquitectos, deberla ser posible trazar de nuevo la historia

cuantitativa de la profesión de arquitecto. Pero hay más aun. Hemos dicho ya que la

demanda de arquitectos es función de una serie de variables de naturaleza demográfica

y económica. Ahora bien, como la evolución histórica de estas variables es conocida,

deberla ser posible volver a trazar el modelo de crecimiento de la profesión de

arquitecto en relación con el crecimiento demográfico y económico. Este modelo

expresarla las relaciones existentes entre estos crecimientos respectivos, lo que

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constituye el primer objeto de nuestro trabajo.

Por lo tanto, los dos próximos capítulos del presente informe se dedicarán a la

construcción de un modelo de crecimiento de la profesión de arquitecto.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. Es muy instructivo a este respecto el estudio, ya antiguo, de Philip Langley. En él se comparan los efectivos de estudiantes con los efectivos de la profesión de arquitecto en varios países. Por regla general, parece haber tantos estudiantes en las escuelas como profesionales existen fuera de ellas. En determinados países hay hasta tres veces más, como ocurre en Italia y puede ser en México. Le metier d'architecte, en Architecture d'Aujourd'hui, na 170, nov./dic. 1973.

2. Cta8Ífioaoi6n internacional uniforme de las ocupaciones, O.I.T., Ginebra 1969.

3. M. Vermot-Gauchy, Offre et demande d'ingénieurs en Textes choisis en économie de l'éducation, UNESCO, Paris, 1968.

4. H. Correa, J. Tinbergen, Quantitative Adaptation of 'Education to Accelerated Growth en Kyklos, vol. XV, 1962, pág. 772 y siguientes.

5. R. Pressât, Introducción a la demografía, Ariel, Barcelona, 1977.

6. Excepto en el Reino Unido, donde los arquitectos que trabajan fuera de los estudios representan el 50% del total. Sin embargo, en esta proporción figuran las oficinas gubernamentales y las de las nuevas ciudades.

7. R. Vergès-Escuin, Les architectes dans l'activité économique, étude méthodologique pour le Québec de 1951 à 19BZ, Université de Montréal, 1976.

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CAPITULO 2

ARQUITECTURA Y EDIFICACIÓN

ANÁLISIS A LARGO PLAZO

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KIFOTESIS SOBRE LA RELACIÓN ENTRE LA ACTIVIDAD ARQUITECTÓNICA

Y LA ACTIVIDAD DE LA EDIFICACIÓN

El arquitecto suministra tradicionalitiente servicios que contribuyen a la creación del

ámbito construido. La demanda de tales servicios depende evidentemente de la importan­

cia de los trabajos de la edificación. Si la actividad de esta se halla en una fase de

expansión, los arquitectos verán crecer el volumen de los encargos que les son

encomendados por los sectores público y privado. Si, por el contrario, la actividad de

la edificación se encuentra en una fase de recesión, los arquitectos se enfrentarán

también con una reducción en la demanda de sus servicios.

La demanda instantánea de servicios arquitectónicos se relaciona, pues, con la

coyuntura de la construcción. Por tanto, la evolución cuantitativa de la demanda de

servicios arquitectónicos deberla poder explicarse también por la evolución histórica

de la inversión inmobiliaria.

Conviene, pues, verificar esta hipótesis. En efecto, si ésto fuera asi, la inversión

inmobiliaria sería efectivamente la variable explicativa preponderante, si no exclusi­

va, de la actividad arquitectónica. Estaremos entonces en posesión de la clave que

permite prever, bajo determinadas condiciones y partiendo de supuestas previsiones de

inversión existentes, el futuro de la demanda de servicios arquitectónicos.

CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS

Sin embargo, si el enunciado de tal hipótesis parece simple, su verificación lo es

mucho menos. Pues para obtener conclusiones significativas, serla necesario disponer

de datos referidos a un,amplio periodo referentes a los dos términos de la comparación

- demanda de servicios arquitectónicos e inversión inmobiliaria - . Ahora bien, en el

estado actual de la investigación histórica en materia de estadísticas económicas, no

es posible utilizar con fiabilidad más que los casos de los países de América del

Norte, a saber, los Estados Unidos y el Canadá. Además deben adoptarse ciertas

precauciones metodológicas, como se indica en los puntos siguientes :

El primer término de la comparación se refiere a la demanda de servicios arquitectónicos. Para los países en cuestión, los datos disponibles más aproximados sobre la demanda son los que se refieren al empleo de los arquitectos; datos que provienen de los censos decenales americanos (de los años que terminan en la cifra cero) y canadienses (de los años que terminan en la cifra 1).

Pero, ¿ es sinónimo el empleo de arquitectos de la demanda de servicios arquitectónicos ? Esta pregunta nos lleva a dos tipos de consideraciones. La primera es la cuestión de la productividad, siempre tan difícil de medir. En efecto : ¿ produce hoy el arquitecto más que ayer ? ¿ Y en qué consiste su producto ? I Cómo medirlo ? i En superficie o en volumen de construcción ? ¿ En términos de coste de la edificación ? I En términos de ingresos medios del arquitecto, como lo sostiene la teoría de la remuneración de la productividad marginal de los factores de producción ? Hay en todo ello una dificultad que se agrava por la escasez de datos cuantitativos. Por lo tanto, estamos obligados a adoptar momentáneamente hipótesis de trabajo, y entre ellas, la menos arriesgada es admitir que los beneficios de la productividad de los arquitectos activos son análogos a aquellos de la rama de los "que prestan servicios a las empresas", es decir, muy débiles, si no son nulos . . . (1).

Tal hipótesis de trabajo supone en la práctica asimilar la demanda de servicios arquitectó­nicos a la demanda de arquitectos. En efecto, si la media de los arquitectos produce en la práctica siempre el mismo volumen de servicios, todo aumento o disminución de la demanda de

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servicios arquitectónicos representará un aumento o disminución proporcional de la demanda de arquitectos.

Se debe considerar también la cuestión del déficit eventual de arquitectos. En efecto, se sabe que en materia de mano de obra, el empleo se fija en el más bajo nivel de la oferta o de la demanda. Si hay más oferta que demanda, el empleo se fija en el nivel de esta última y el excedente queda representado aproximadamente por el paro. Si por el contrario, hay menos oferta que demanda, el empleo se fija en el nivel de la primera y existe un déficit. Por ditimo, hay situación de equilibrio cuando oferta y demanda se encuentran en el mismo nivel.

Ahora bien, en ninguno de los censos que han tenido lugar en América del Norte a partir de 1950 ha aparecido un paro significativo entre los arquitectos. Asi pues, o bien existía una situación de equilibrio, o bien habla un déficit de arquitectos. Demostramos en el capitulo 3 que la situación de equilibrio parece haber prevalecido hasta la mitad de los años 60, mientras que el periodo 1970-1971, habría sido momentáneamente deficitario. No obstante, en este último caso, el déficit no parece haber revestido grandes proporciones.

Por el momento, digamos que un excedente del 10% de arquitectos habría bastado con amplitud para cubrir el crecimiento de la demanda (2).

También, en relación con los datos de los censos americanos, el empleo de los arquitectos figura desde 1940 en cuadros que cruzan las profesiones con las ramas de la actividad económica (3) (4). Se ha llegado a saber en particular cuantos arquitectos de cada uno de estos grupos se encontraban fuera o dentro de las oficinas de los arquitectos en los años de cada censo.

La segunda parte de la comparación que queremos establecer es la inversión inmobiliaria. Esta se distingue de la actividad de la edificación en su conjunto por el hecho de que no comprende las obras normales de reparación aunque si engloba, por el contrario, las grandes reparaciones destinadas a prolongar la vida de los edificios más allá de su periodo normal de vida, y también las obras de mejora, que suponen por tanto una transformación estructural y/o funcional. Las obras denominadas de reconversión o de rehabilitación, en consecuencia, forman parte, evidentemente, de la inversión inmobiliaria.

En los estudios económicos de carácter nacional, la inversión inmobiliaria se designa por t-1 término : "Formación bruta del capital inmobiliario" (FBCI) y debe ser analizada en moneda constante, de manera que puedan eliminarse los efectos de la inflación. Esta inversión comprende, no solamente las sumas pagadas a las empresas de construcción, sino también los honorarios de los arquitectos, ingenieros, topógrafos, etc.. asi como los gastos de promoción y de salida al mercado de los inmuebles (pero no el coste del terreno) (5).

Las inversiones inmobiliarias se efectúan en diferentes sectores : residencial, comercial, industrial, de educación, salud pública, religión, edificios públicos, etc.. Pero, todos estos sectores inmobiliarios, no tienen la misma incidencia sobre la actividad arquitectó-

' nica. En efecto, algunos de ellos llevan consigo habitualmente, pero no obligatoriamente, la intervención del arquitecto, mientras que en otros casos la olvidan casi siempre. Fs preciso para poder llevar a efecto correctamente esta comparación, excluir los sectores inmobilia­rios que no tienen una incidencia significativa sobre la demanda de servicios arquitectónicos. Nuestros trabajos precedentes (6) demuestran que en América del Norte es aconsejable excluir esencialmente el sector agrícola y el sector de la vivienda unifamiliar (casas individuales, gemelas, en fila, "duplex") (7).

Por último, en cuanto a la cronología de la comparación, la demanda de arquitectos y la inversión inmobiliaria deben ser comparados con un año de diferencia, ya que este retraso representa aproximadamente el periodo que transcurre entre la preparación de los planos y presupuestos y la ejecución de los contratos por las empresas constructoras (8).

EL CASO DE LOS ESTADOS UNIDOS Y DEL CANADA

Teniendo en cuenta las especificaciones metodológicas precedentes, se ha llevado a

cabo el anSlisis sobre las dos series de los datos siguientes que figuran en el cuadr

A-l del anexo estadístico :

- Empleo de arquitectos en los despachos u oficinas y en el conjunto de las activida­

des económicas en los Estados Unidos y en el Canadá según los censos decenales

respectivos.

- Inversión inmobiliaria de incidencia arquitectónica en los Estados Unidos y en el

Canadá en los años que siguen a los censos.

El instrumento de comparación es, por tanto, el gráfico de dispersión sobre el cual

se ha aplicado el análisis de regresión.

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40 000--

30 000

20 000

arquitectos empleados en el año z

70/71 /

y /

V 60/6Í.

O'

,$70/71 9/

/ 'Í50/61

30/31 • \ 50/51

¡1. /40/.4Í 20/2,1. i 10/llv. /

10 «"fw/V

todas las actividades: A » 1.41 II + 3508

a R 2 - .9877

oficinas o despachos: A J - 1.22 II - 1654

R 2 - .9947

inversión inmobiliaria millones de $1958 año z + 1 -1 1 >

20 30 40

Fig. .4. Empleo de arquitectos en Estados Unidos en función de la inversión inmobiliaria. 1880-1970.

4 000-(- arquitectos empleados en el año z

3 000--

2 000-

61/62 V

61/62

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todas las actividades: A - 1.04 II + 385 a R 2» QQÍQ

oficinas o despachos: Aj- 0.81 II - 9

R*-.9880

inversión inmobiliaria millones de $1961 año z + 1 ,

Fig. 4. Empleo de arquitectos en Canadá en función de la inversión inmobiliaria. 1881-1971.

21

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RESOLTADOS

Las figuras anteriores ponen en evidencia la linealidad casi perfecta del conjunto de

los puntos entre la época de 1940 y la de 1970, y esto es asi tanto para los arquitec­

tos que trabajan en las oficinas o despachos privados, como para el conjunto de todos

ellos. En efecto, los coeficientes de correlación obtenidos entre el er-pleo de

arquitectos y la inversión inmobiliaria, tanto en los Estados Unidos como en Canadá,

son muy elevados, superiores en todos los casos a 0,99. Por tanto, como las rectas

pasan cerca del origen, se puede concluir que existe una proporcionalidad pura y

simple entre las dos variables aunque, como ya se ha indicado antes, los puntos de

los años 70 se encuentran un poco más abajo del lugar donde deberían estar situados

si no hubiera habido deficit.

En definitiva, se puede admitir que, por lo menos durante los tres ültiiros decenios

en que el crecimiento económico ha tenido su ritmo más fuerte, la demanda de

arquitectos en America del Norte ha quedado perfectamente explicada por la inversión

inmobiliaria. Esto viene a confirmar pues la hipótesis emitida en el comienzo del

capitulo.

En cuanto a los datos de antes de la guerra, es difícil obtener conclusiones. Dejando a un lado el hecho de que la fiabilidad de los datos disminuye en los años lejanos, existe el hecho de que los censos de los años 10, 20 y 30 se efectuaron todos ellos, tanto en Estados Unidos como en el Canadá, en vísperas e incluso en pleno hueco de otras tantas crisis económicas. Ahora bien, las estadísticas demuestran que estas crisis aminoraron grandemente la actividad de la construcción. ¿ Qué ocurrió para que el número de arquitectos activos se mantuviera tan elevado ? Probablemente, este hecho se produjo porque en aquellos momentos muchos arquitectos tenían empleos de otra índole, pero a pesar de todo se identificaron como tales ante la consulta de los agentes del censo.

Por ello, las "nubes" de puntos que corresponden a estos años se encuentran claramente desplazadas hacia arriba en los diagramas y pierden, en consecuencia, su significado.

CONCLUSION

¿ Puede ser sostenida por todos los países la tesis según la cual la inversión

inmobiliaria es la variable explicativa de la demanda de servicios arquitectónicos, o

por el contrario, debe reservarse únicamente a los países en los que ha podido ser

verificada ? En términos estrictamente científicos debe ser adoptada esta segunda

posición. Sin embargo, estamos persuadidos de que cuando se hayan elaborados las

series estadísticas históricas indispensables, la tesis en cuestión podrá ser verifica­

da para la mayoría de los países actualmente industrializados. En efecto, lo que

sabemos, por una parte, del crecimiento económico en general - y de la construcción

en particular - y, por otra parte, de las formas de ejercicio de la profesión en

dichos países, nos permite creer que la demanda de servicios arquitectónicos ha

evolucionado en ellos de manera análoga a como lo ha hecho en America del Norte.

Las cosas pueden suceder de diferente forma en los países en vías de industrializa­

ción, especialmente en los de América Latina, donde su economía, relativamente joven,

se conjuga con una tradición arquitectónica muy antigua. Es muy probable que la

"densidad" profesional sea, en estos países, muy diferente de la que existía, por

ejemplo, en los Estados Unidos en el tiempo en que su renta real por habitante

alcanzaba el mismo nivel que el de los países latino-americanos de hoy en día.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. El concepto de productividad que se ha utilizado aquí no es otra cosa que el cociente entre la producción total en valor real realizada por los arquitectos y el número de ellos que han participado en dicha producción. Bajo esta óptica, importa poco el estatuto

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de dichos arquitectos, o, si se quiere, el grado de concentración de los encargos. Por ejemplo, es lo mismo que un conjunto de diez edificios haya sido realizado por un estudio de diez arquitectos o por diez arquitectos independientes. En otros términos, el concepto de producción por persona empleada debe ser utilizado únicamente para medir la productividad media de los arquitectos y no para medir fenómenos tales como la concentración de los encargos o la "socialización" de la prestación de servicios.

2. La validez del concepto de producción real por arquitecto está basada evidentemente en la representatividad del valor de dicha producción. Este no puede ser medido más que a través de los honorarios percibidos, una vez convertidos en moneda constante. Ahora bien, el montante de estos honorarios puede ser sometido a la ley de la oferta y la demanda a pesar de la existencia de tarifas profesionales. El problema se plantea particularmente para el periodo 1960-1970. En efecto, la existencia de un deficit importante en 1970 podría hacer pensar en un aumento "inflacionista" en. relación con los honorarios de I960. No obstante, como se muestra en el capitulo siguiente, ésto no parece haber sido confirmado por los hechos. Evidentemente, ha ocurrido una de estas dos cosas, o bien la productividad habla bajado en 1970 (menos producción equilibrada por más honorarios), o bien permaneció estable (tanta producción, tantos honorarios). Es precisamente la segunda hipótesis la que hemos adoptado.

3. Para los Estados Unidos, Population Census 1940, The Labor Forcet Occupational Characteris­tics, tab. 18; PC 1950, vol. IV, part. I, cap. C, tab. 2; PC I960, PC (2) 7 C, tab. 2» PC 1970, PC (2) 7 C, tab. 8.

4. Para el Canadá, Recensement du Canada 1941, vol. VII, tab. 21; RC 1951, vol. IV, tab. 23; RC 1961, bol. SL 2, tab. 3; RC 1971 : datos suministrados directamente por Statistique Canada.

5. Para Estados Unidos, ver Department of Commerce,Value of New Construction Put in Place3 1947 to 1974, Wash., 1975, pág. 139-142. Para el Canadá ver Statistique Canada, La construction au Canada, Ottawa, anual, capitulo sobre las definiciones.

6. R. Vergès-Escuin, Les architectes dans l'activité économique, Université de Montréal, 1976, pág. 88-90.

7. Es preciso entender todo ésto según los datos estadísticos y no según el impacto cultural de las casas individuales realizadas tanto en América del Norte como en otros lugares por los mejores arquitectos. Por otra parte, se está obligado a pasar por alto la participación indirecta de los arquitectos en el habitat americano de masas, participación que es difundi­da en forma de planos en grandes series por casas especializadas. En efecto, estos planos no comprometen la responsabilidad del arquitecto, el cual, por lo demás, no recibe otra remuneración que aquella pagada por los editores de los planos como consecuencia de la elaboración de los originales. Volviendo a las estadísticas, hemos estimado que en los Estados Unidos, solamente el 3% de las viviendas individuales son proyectadas directamente por los arquitectos.

8. The Year of Reckoning, en Progressive Architecture, nov. 1970, pág. 29-32.

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CAPITULO 3

ARQUITECTURA Y EDIFICACIÓN

ANÁLISIS A CORTO PLAZO

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DEMANDA DE SERVICIOS ARQUITECTÓNICOS SEGÚN EL TIPO DE EDIFICIOS

En el capitulo precedente se ha expuesto que en America del Norte, la evolución de la

demanda de servicios arquitectónicos, o simplemente la demanda de arquitectos, es una

consecuencia de la evolución de la inversión inmobiliaria. En efecto, a partir del

comienzo de los aros 40, es decir, con la iniciación del mayor periodo de crecimiento

económico de todos los tiempos, el número de arquitectos en ejercicio ha evolucionado

proporcionalmente a la inversión inmobiliaria no agrícola y no unifamiliar medida en

dólares constantes. Y como ya se ha mencionado, es muy probable que pudiera hacerse

también una constatación semejante en la mayoría de los países industrializados si se

dispusiera de informaciones adecuadas.

Sin embargo, los edificios, aun aquellos que no tienen un carácter agrícola o

unifamiliar, no han sido todos realizados por arquitectos. Algunos tipos de edificios

necesiban habitualmente su intervención "completa", tales como las viviendas

colectivas, las escuelas, los hospitales. Otros, por el contrario, exigen servicios

arquitectónicos, ya parciales, tales como las fábricas o almacenes, ya totales, pero

únicamente a partir de un determinado tamaño del edificio, por ejemplo, las tiendas y

comercios.

La relación estudiada en el capitulo precedente entre el número de arquitectos en

ejercicio y la inversión inmobiliaria es la resultante de este estado de cosas, estado

de cosas cuya profundización requiere un examen por sectores. Por otra parte, el

resultado de este examen es el que permitirá matizar nuestra primera apreciación.

Tomemos un ejemplo. Si una inversión global y fija determinada, se encamina con

carácter prioritario hacia la construcción de escuelas y hospitales que son, como lo

veremos después, sectores con gran incidencia arquitectónica, el encargo dirigido a

los arquitectos será más alto que si esa prioridad se orientara hacia edificios de una

menor incidencia arquitectónica, tales como las fábricas y otras instalaciones

industriales.

En otros términos, un volumen de inversión análogo puede muy bien traducirse por

niveles de demandasde servicios arquitectónicos sustancialmente diferentes. No

obstante, a largo plazo, la estructura sectorial de la construcción ha permanecido

relativamente estable en América del Norte, aunque a corto plazo ha podido variar en

gran medida de un año a otro. De aquí se deduce la linealidad de la relación a largo

plazo estudiada en el capitulo precedente. Sin embargo, un estudio sectorial a corto

plazo mostrarla las desviaciones anuales de la demanda de arquitectos con referencia

a la tendencia lineal, y estas desviaciones son debidas, como acabamos de explicar, a

las variaciones estructurales de la construcción de un año a otro.

Por tanto, se presenta en este capitulo un estudio sectorial a corto plazo. A

diferencia del estudio presentado en el capitulo precedente, éste tiene como objeto

resaltar la incidencia, año por año y sector por sector, de la actividad de la

construcción sobre la demanda de servicios arquitectónicos. Este estudio ha sido

realizado para los Estados Unidos, único país que dispone en un periodo suficiente­

mente largo de estadísticas anuales por sectores sobre la inversión inmobiliaria y a

la vez sobre la actividad de los despachos de arquitectos. Por el contrario, los

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Estados Unidos no disponen, sobre el empleo de arquitectos fuera de los despachos,

nada mas que de datos decenales obtenidos de los censos. Por ello dicho estudio ha

debido limitarse a la incidencia sectorial de la actividad de la construcción sobre

los despachos de arquitectos solamente y no, como lo habríamos deseado, sobre el

conjunto de los arquitectos en activo, cualquiera que haya sido la actividad económica

a la que estén inscritos.

El estudio en cuestiSn permite comparar primeramente la estructura sectorial de los

proyectos efectuados por los despachos de los arquitectos americanos con la estructu­

ra sectorial del conjunto de la construcción inmobiliaria.

En segundo lugar, una vez establecida esta comparación, en forma de modelos

économetrieos, resulta posible deducir anualmente, y para cada sector, el valor

máximo de los proyectos de construcción preparados por los despachos.

En tercer lugar, a partir del valor citado y con ayuda de determinadas hipótesis de

productividad, el estudio permite establecer la demanda anual de arquitectos en los

despachos, siempre segün los diferentes sectores.

FUENTES

La revista PfLogA.&¿i¿v& kH.c.hi.te.ctu.Ke. (P.A. ) ha efectuado una encuesta cada año entre

1951 y 1973, sobre la estructura de los proyectos realizados por los despachos de

arquitectos en los Estados Unidos.

La importancia de los medios utilizados y la proporción de respuestas relativamente elevada que ha obtenido esta encuesta hace de ella la única fuente fiable de información sobre la evolución del conjunto de encargos recibido por los despachos americanos de arquitectura. Los resultados globales de la encuesta figuran en el cuadro A2 del anexo estadístico.

La clasificación utilizada por la encuesta de P.A. exigía una decisión en cuanto a las fuentes a emplear en el campo de la construcción. En efecto, tínicamente las series de los contratos publicadas anualmente por la F.N. Vodgo. VJLvJLi>Â.on de UCLCGKOLUJ Iniolmoitlon Sy¿te.m¿ Co. presentan una clasificación semejante a la de la encuesta de P.A. Hay que resaltar que los contratos de construcción inmobiliaria representan la Única parte de la inversión de este carácter que revierte a la industria de la construcción. No incluyen ni la parte de obra eventualmente realizada por el propio cliente, ni los honorarios de arquitectos e ingenieros, ni los gastos de promoción o de salida en el mercado, ni tampoco el coste del terreno. Estoes muy conveniente para nuestro intento ya que los honorarios de los arquitectos están habitualmente calculados en función del montante de las obras confiadas a las empresas contratistas. Estos datos figuran en el cuadro A3 del anexo estadístico.

Con el fin de hacerlos homogéneos con los de Processive Aróhiteatwee los datos Dodge han sido primeramente transformados en porcentajes. Estos datos figuran en el cuadro A4 del anexo estadístico.

Los datos de la encuesta P . A . suministrados para todos los años a partir de 1951, han consistido en el reparto sectorial en porcentajes de los proyectos efectuados por el conjunto de las oficinas que han contestado. Estos datos representan la parte proporcional del volumen de los trabajos de construcción que habrían debido ser efectuados normalmente el año siguiente a la encuesta. Desgraciadamente, el volumen total que se esperaba para estos trabajos no ha sido suministrado más que en algunos años bastante recientes y aun ésto para los únicos despachos que formaban parte del muestreo de los que han contestado.

Se ha dicho, sin embargo, que este muestreo fué de dimensión y penetración considerables.

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En definitiva, la encuesta P.A. proporciona datos significativos solamente en cuanto al nivel del reparto de los proyectos. Asi, en relación con el cuadro A2, se puede estimar que en 1964, por ejemplo, y sobre el conjunto de trabajos de construcción realizados en dicho año y que fueron objeto en 1963 de proyectos de arquitectura estudiados por el conjunto de las oficinas que contestaron, el 2,2% se refería a trabajos de viviendas individuales, el 16,4% a viviendas colectivas, el 14,3% eran edificios comerciales, el 7% edificios industriales, etc.. Hay que hacer notar que esta estructura no está sincronizada con la de la construcción inmobiliaria a nivel de la realidad, pero si lo está, por el contrario, a nivel de la presentación de datos, lo que nos ha evitado el ocuparnos de problemas de desfase en el tiempo.

Como consecuencia del examen de estos datos ha habido que resolver une serie de problemas. Problemas de errores debidos al muestreo. Problemas referentes a la validez de los años iniciales de la encuesta, asi como de determinadas cifras en los años sucesivos. Problemas, por último, debidos al cambio de clasificación que se produjo en 1969. Todo ésto es objeto de un subcapltulo en la obra de referencia al cual reenviamos al lector (1).

Después de haber resuelto estos problemas se efectuó una primera confrontación de las dos series, sector por sector. Inmediatamente aparecieron algunas dificultades, sobre todo en cuanto al sector vivienda uni familiar.

Es un fenómeno bien conocido que este sector se escapa en buena parte al trabajo del arquitecto. Desde el punto de vista econométrico, este fenómeno puede medirse por la fuerte desproporción entre la parte que este sector ocupa en los proyectos de arquitectura en los Estados Unidos, es decir, el 25 ó el 50% contra el 3 ó el 4%, aproximadamente. Por otra parte, los estudios de correlación que hemos efectuado inmediatamente entre las dos variables no han proporcionado ningún resultado significativo.

Esto no tendría apenas importancia si los diferentes sectores fueran independientes unos de otros (por ejemplo, si hubieran sido medidos en valor nominal y no en porcentajes) y si, por otra parte, el sector vivienda imifamiliar en la construcción hubiera sido débil y/o constante. Ahora bien, éste no es el caso, y en consecuencia, el mantenimiento de este sector en el modelo habría tergiversado el cálculo influenciando fuertemente a los demás sectores de los contratos de construcción sin contrapartida para los proyectos de arquitectura (2).

Apareció otra dificultad como consecuencia del hecho de que, según nuestras estimaciones, aproximadamente los dos tercios del sector de los proyectos de arquitectura de planeamiento de comunidades aparecidos a partir de 1968, en la encuesta P.A., no llegaron con seguridad a ser realizados a nivel de contratos de construcción en los Estados Unidos.

Teniendo en cuenta estas dificultades, el estudio retuvo únicamente un conjunto de sectores considerados significativos, es decir, suprimiendo el sector vivienda unifamiliar y el de planeamiento de comunidades. Como este conjunto debía representar necesariamente el 100% tanto en cuanto a los proyectos de arquitectura como en cuanto a los contratos de construcción, se tuvo que efectuar una transformación numérica que llevó a los resultados expuestos en el cuadro A5 que figura en el anexo estadístico. Estos son los resultados que han sido reflejados como datos "Y", ó variables dependientes, mientras que los contratos de construcción, bajo forma de porcentajes, (cuadro A4) han constituido los datos "X" ó variables independientes.

EL MODELO PACC

Con ayuda de estos datos hemos construido el modelo econométrico PACC (P.A. :

proyectos de arquitectura / C.C. : contratos de construcción). El objetivo inmediato del

modelo PACC consistía en medir cómo evoluciona el porcentaje de un sector determinado

en relación con el conjunto de los proyectos de arquitectura cuando el porcentaje del

sector homólogo de los contratos se modifica en relación con el conjunto de los

contratos de construcción. Esto merece ser aclarado más ampliamente.

Diversos estudios muestran que en los Estados Unidos la mayor parte de las obras se ejecutan en el año que sigue a la preparación de los proyectos de arquitectura correspon­dientes. En consecuencia, era necesario estudiar la correlación entre los proyectos de arquitectura (PA) en un año t y los contratos de construcción (CC) en un año t + 1. Pero como acabamos de ver que este desfase se hallaba implícitamente contenido en la presentación de los datos, ha sido suficiente utilizarlos tal como los hemos conocido.

De otro lado, el estudio de dicha correlación presentaba ciertas dificultades implícitas debido a que se trataba de correlación entre porcentajes y no entre valores nominales, lo cual no es un procedimiento habituel en calculo estadístico o mas bien econométrico.

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(100,100)

10 20 30 40

Con el modelo PACC se trataba de determinar la función que relacionaba, para cada sector i, los proyectos de arquitectura (PA) y los contratos de construcción (CC) o sea PA¿ = f (CC¿). ¿ Cual era la naturaleza de estas funciones ? El análisis matemático ha permitido establecer que tenían una naturaleza hiperbólica, que debían pasar siempre por los puntos (0,0) y (100, 100) y que su eje debfa ser la recta Y. = -X" + 100. Además la suma de todos los puntos sectoriales correspondientes a un año debía ser igual a 100, tanto para los contratos de construcción (X) como para los proyectos de arquitectura (Y).

¿ Cómo determinar los parámetros de la función para cada sector i ? Evidentemente por la técnica de los mínimos cuadrados (o regresiones) que permite determinar los parámetros de la función más representativa del conjunto de los puntos observa­dos. Sin embargo, por razones de simplicidad operacional, y cada vez que esto es posible, se simula la función buscada por una simple recta. Asi, para un sector i determinado se deberla poder establecer una función lineal

PA± = b (CC±) + a + t

tal que representa bajo reserva de los errores estadísti­cos f, el conjunto de las observaciones PA¿/CCi durante el conjunto de los anos t.

PACC se ha representado pues, como un modelo de ecuaciones lineales simultáneas. Su representación bajo forma de diagrama de dispersión era fácil a partir del hecho -debido al azar- de que las nubes de puntos correspondientes a los diferentes sectores observados no se interferían prácticamente ( figura ns 5) .

Cada observación se obtuvo llevando a las abscisas el porcentaje de los contratos de construcción del cuadro A4 para un año t en un sector i determinado, y a las ordenadas el porcentaje de los proyectos de arquitectura del cuadro A5 para los mismos año y sector.

El cálculo de los parámetros y de otras características estadísticas del modelo se pudo efectuar gracias a la subrutina Multiple Régression de S . P . S . S . (3), y los principales resultados estadísticos de la simulación quedaron reflejados en la figura 5.

De estos resultados se obtienen varias conclusiones. En primer lugar, la combinación de los parámetros (constantes a y pendientes b) , hace que las rectas de regresión de los cuatro últimos sectores se sitúen irás arriba gue las de los tres sectores precedentes. Esto significa que los cuatro sectores en cuestión requieren en mayor medida los servicios del arquitecto. En los Estados Unidos, los sectores de mayor incidencia arquitectónica son los sectores ¿n¿t¿tu.c¿ona.te.¿ u vu.bli.coi ; por el contra­rio, los sectores lndaitila.1. come.n.cia.1 u di vív¿e.nda. cotíctiMO. tienen una incidencia arquitectónica media, mientras que la v¿vÁ.e.nda. u.ni.f,amÁ.t¿a>L tiene una incidencia arquitectónica dëbil e incluso casi nula.

Por otra parte, los tests estadísticos (T de Student) sobre las constantes a demuestran que estas, en el conjunto, no son significativamente diferentes de 0. En otros términos, ocurre como si las rectas de regresión pasaran en la práctica por el origen. Esto significa que cuando un sector de obras de construcción se desarrolla mucho en detrimento de otros sectores, se constata una variación relativa práctica­mente proporcional en el sector correspondiente de los proyectos de arquitectura.

Por último, se puede considerar que los coeficientes de correlación obtenidos son satisfactorios, sobre todo si se tiene en cuenta el hecho de que las dos series de datos han sido recogidas por organiSITOS absolutamente independientes y con

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procediirientos y iredios muy distintos. A corto plazo, la variación de la estructura

sectorial de los contratos de construcción explica la p>ayor parte de la variación de

la estructura sectorial de los proyectos de arquitectura.

proyectos de arquitectir: porcentages sectoriales

sectores

vivienda colectiva comercial industrial educación sanidad religión

- edif. pûbl. y recr.

constante a

1.35678 -4.99299

.17369 5.78336

-2.95828 1.50934 5.29842

pendiente b

.69010 1.06897

.62498

.87594 2.07733 .69592

1.16854

Student

UD .82423

-.72559 .14345

2.52860 -.87383 3.00725

.20078

correlaciór R

.93609

.63695

.85101

.86685

.67329

.79042

.71550

Fig. 5. Representación y características de las regresiones lineales sectorialer del modelo PACC. Estados unidos, 1953-1973.

UTILIZACIÓN PROYECTIVA DEL MODELO

Las conclusiones que preceden no agotan las posibilidades del modelo PACC. En efecto,

este modelo permite, por su propia estructura, efectuar "predicciones".

Las "predicciones" obtenidas a partir de un modelo pueden ser retrospectivas o prospectivas. Las primeras sirven fundamentalmente para validar el modelo, pero pueden ser utilizadas igualmente para llenar ciertas lagunas estadísticas. En cuanto a las predicciones prospectivas, permiten efectuar proyecciones de la variable dependiente a partir de proyecciones existentes de la variable independiente. En los dos casos se obtiene una predicción aplicando a esta última la función de regresión que constituye el modelo. Asi,

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en el modelo PACC, une predicción de PA para un año t y un sector i determinados, se calculará con ayuda de los parámetros a¿ y bi y quedará ajustada con ayuda de las variables aleatoriasesegún las prescripciones de la obra de referencia (4).

En resumen se llega a PAit = ai + bi CCit + fi» ecuación cuya utilidad puede ser explicada por un ejemplo. Admitamos que en un año t la parte de CC¿, es decir del sector i, por ejemplo los edificios de enseñanza, representen el 15% de los contratos de construcción. Admitamos igualmente que los parámetros a y b del sector i considerado sean 5,80 y 0,87. Se puede calcular entonces P A i t = 5,80 + 0,87 (15) + e i f lo que nos dará P A i t = 18,85 + e±. Por tanto, salvo los errores estadísticos fj, es posible conocer la parte que corresponde a los edificios de enseñanza en el conjunto del importe de los proyectos preparados en este año t por los despachos de arquitectos. Si t es un año ya pasado, es posible entonces comparar el valor de PAit calculado de esta forma o "predicho" con estas observaciones gracias a la encuesta de PA. En resumen, si los dos tipos de valores coinciden sensible­mente, ésto significa que el "modelo" es válido...

El gráfico 6 anexo muestra los resultados, concluyentes en nuestro criterio, del test

retrospectivo de PACC. Estos resultados garantizan al mismo tiempo el valor

prospectivo del modelo siempre que se cuente con proyecciones válidas en materia de

contratos de construcción.

100*.

19S6 1961 1966 1971

Fig. 6. Curvas sectoriales de los proyectos de arquitectura y de las predicciones realizadas con ayuda del modelo PACC. Estados Unidos, 1953-1973.

PROYECTOS DE ARQUITECTURA Y CONTRATOS DE CONSTRUCCIÓN

Pero el modelo PACC ofrece otras posibilidades. Porgue hasta aquí, se ha tratado

solamente de estructura sectorial tanto para los proyectos como para los contratos de

construcción. A falta de datos sobre el valor de uno de los dos campos -los proyectos

de arquitectura- el modelo PACC se ha limitado, a priori, en efecto, a comparar

Únicamente su estructura.

Pero ¿ no es posible, conociendo la estructura de los dos términos y el valor de uno

de ellos -a saber, los contratos de construcción- deducir "a posteriori", el valor del

otro término, es decir, de los proyectos de arquitectura ? Bajo ciertas condiciones

e hipótesis, la respuesta puede ser afirmativa.

La hipótesis fundamental sobre esta materia es que en cada sector el valor global del conjunto de los proyectos estudiados en los estudios de arquitectos de un año t no deberla sobrepasar el valor del conjunto de los contratos de construcción efectuados en el año t + 1 (todo ésto, bien entendido, considerando precios constantes).

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Se puede admitir en efecto, que si se confía a los arquitectos el estudio del 20, del 30, del 50 o del 80% de los edificios de un sector determinado, lógicamente no pueden sobrepa­sar el 100%, a menos de trabajar en el vacio...

Sin embargo, puede ocurrir muy bien que una determinada proporción de los edificios estudiados no sean realizados en el año siguiente. En este caso, es preciso emitir una hipótesis subsidiaria según la cual el reparto sectorial de los proyectos estudiados sea análogo al de los proyectos realizados. Esto es lo que resulta de la encuesta de Progressive Architecture (5) donde la puesta al día o la interrupción o la no continuación de los proyectos no parece afectar muy particularmente a un sector inmobiliario más que a otro.

PARTE DE LA A R Q U I T E C T U R A EN LA C O N S T R U C C I Ó N

Así pues, si se admite que en uno o varios sectores el valor de los proyectos de arquitectura puede alcanzar el de los contratos de construcción, pero no sobrepasarlo, es posible, por un análisis lógico, determinar el valor máximo de los proyectos preparados por los estudios de los arquitectos. Este análisis puede expresarse de manera algebraica, o aún mejor, de manera gráfica (6).

Consideremos para un año cualquiera, por ejemplo, 1965, el valor de las obras de construcción (que figuran en el cuadro A 3 ) . Como al mismo tiempo el cuadro A4 facilita la distribución en porcentaje de los mismos contratos, es posible, fijando una escala monetaria, construir un histograms que exprese a la vez los valores y los porcentajes sectoriales de los contratos (Figura A ) .

escala CC en $ eacalai FA en X eieala CC y PA en $

Para el mismo año 1965, el cuadro A5 facilita para los proyectos de arquitectura preparados en 1964, los porcentajes sectoriales únicamente. Estos porcentajes pueden ser expresados por una cualquiera de las gráficas de una familia de histogramas. Pero como el valor de los proyectos no es conocido, es imposible fijar "a priori" une escala monetaria para dicho valor, es decir, efectuar una elección entre estas gráficas (Figura B ) .

Ahora bien, si por hipótesis ningún sector de los proyectos debe sobrepasar en valor el sector correspondiente de las obras, basta con sobreponer las dos gráficas y elegir el trazado más elevado de los proyectos de arquitectura que no sobrepase en punto alguno el de los contratos de construcción. Al mismo tiempo, la escala monetaria de estos últimos revela inmediatamente el valor máximo de los.proyectos, sector por sector (Figura C ) .

Es posible, pues, conocer, por lo menos, el valor máximo de los proyectos preparados por los despachos. Pero yendo más lejos aún, los sectores en los que se hace cada ano en el histograms el contacto entre proyectos y contratos son siempre los sectores ¿anidad 6 el de ed¿¿¿c<¿o¿ público¿. Ahora bien, salvo para los proyectos de muy escasa entidad, estos sectores solicitan siempre en America del Norte los servicios de los arquitectos. Por lo tanto, el valor máximo y el valor probable tienden a coincidir.

Esto queda probado además por las estadísticas fiscales americanas que facilitan, entre 1967 y 1972, el conjunto de honorarios percibidos por los despachos de los arquitectos. Estos honorarios representan entre el 5,50 y el 6% del valor de los proyectos calculados como se ha indicado. Ahora bien, no solamente son posibles estas apreciaciones o tasaciones, sino que resultan al mismo tiempo muy verosímiles (7).

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Siendo posible ya hablar del valor de los proyectos, es fácil distribuir este valor

en función de los porcentajes determinados cada aro con la ayuda del modelo PACC, de

donde se obtiene inmediatamente el valor anual de los proyectos, sector por sector.

La figura 7 que sigue, expresa, en la zona sombreada, la parte de las obras de

construcción que han sido objeto de proyectos de arquitectura, entre 1951 y 1973,

calculada segün nuestro método.

/ millones de dólares

70 000--

60 000-_

10 000

vivienda individual

ial

industrial

educación

anidad reiiRÍón

edit, pûbl. y recr.

1951 1956 1961 1966 1971 1976

Fig. 7. Farte de los contratos de construcción que han sido objeto de proyectos de arquitectura en Estados Unidos, 1951-1976. En afilares corrientes.

PROYECTOS DE ARQUITECTURA Y DEMANDA DE ARQUITECTOS

Vayamos aún más lejos. ¿ Qué potencial de eirpleo representa para los arquitectos P1

valor de los proyectos de arquitectura asi determinados ? Para conocer esto es

necesario saber qué volumen de proyectos puede aceptarse como promedio de encaraos

por un arquitecto, lo que podemos calcular aproximadamente.

En efecto, en el capítulo precedente se ha estimado el número de arquitectos

empleados en los despachos de arquitectura en los años 1950, 1960 y 1970. Por otra

parte acabamos de calcular el valor de los proyectos que se han llevado a efecto en

estos años y que han sido llevados a la practica en los años 1951, 1961 y 1971

respectivamente. Basta pues transformar primeramente este valor en valor real (es

decir, en dólares constantes), y dividirlo por el número de arquitectos ocupados en

su preparación en los estudios para obtener inmediatamente la capacidad media de

producción de cada uno de ellos en los años correspondientes.

Un cálculo de este tipo permite observar que esta capacidad medida en dólares

constantes ha permanecido estable entre 1950 y 1960 y ha aumentado repentinamente

en el 13% entre 1960 y 1970, y esto ha ocurrido tanto en los Estados Unidos como en

el Canadá (en este caso el cálculo se ha efectuado, bien entendido, para los años

terminados en 1). Como no existe medio de verificación antes de 1960, adoptaremos

de buen grado la hipótesis de una productividad constante para el periodo 1950 -

1960.

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For el contrario, la hipótesis de la productividad creciente a partir de 1960, es

difícilmente sostenible. En efecto, si ocurriera ësto, es también seguro que los

ingresos de los arquitectos serian igualmente crecientes. A este respecto, los

censos americanos y canadienses facilitan para 1960 y 1970 y para 1961 y 1971

respectivamente, los ingresos ya de carácter medio ya de carácter de mediana de los

arquitectos. Una vez expresados en dólares constantes los ingresos, se constata que

no han evolucionado prácticamente durante el decenio (8).

Por cuanto antecede, hemos llegado a adoptar una hipótesis de producción real por

arquitecto de carácter constante. Fn el caso de los Estados Unidos, tal hipótesis

peririte establecer la curva siguiente de la demanda de arquitectos.

40 000--

30 000.-

A número de arquitectos

1950 TÍ '55 Ti 60 Tí 65 1970 ¡I75

Fig. 8. Demanda de arquitectos. Estados Unidos. 1950-1975.

CONCLUSION

Como consecuencia del estudio presentado en este capitulo se obtienen numerosas

observaciones.

En primer lugar, como ya hemos señalado, determinados sectores inmobiliarios

tienen una fuerte incidencia arquitectónica. Otros la tienen de carácter medio.

Por último, otros no la tienen en absoluto. "Grosso modo", en América del Norte,

el arquitecto participa en los diferentes sectores de la construcción inmobiliaria

en las siguientes proporciones :

vivienda colectiva

comercial y oficinas

industrial

enseñanza

sanidad

religión

edificios públicos, recreativos

CONJUNTO no agrícola

CONJUNTO TOTAL y no

y varios

unifamiliar

40 á 45%

50%

35%

70 á 80%

95%

60 á 70%

100%

55 á 60%

35 á 40%

Este estado de cosas parece ser general en los países ya industrializados puesto

que en muchos de ellos, han aparecido recientemente legislaciones que tienden a

"recuperar" ciertos sectores en donde la demanda del arquitecto parecía más bien débil.

35

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Por otra parte, las variaciones estructurales de la actividad de la construcción

tienen una incidencia que no se puede olvidar en relación con la demanda de

arquitectos. En consecuencia, todo estudio sobre la demanda de arquitectos debe

tener en cuenta la evolución sectorial de la demanda de edificios.

Por ultimo, la actividad arquitectónica viene influida de manera preponderante y

hasta exclusiva, por el nivel de la actividad de la construcción. En consecuencia,

la evolución futura de la demanda de arquitectos - al menos en su forma tradicional

dependerá de la evolución futura de la construcción de edificios. Por lo tanto, los

capítulos subsiguientes serán dedicados al estudio de la evolución futura de la

inversión inmobiliaria.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. R. Vergès-Escuin. Les architectes dans l'activité économique, Université de Montréal, 1976, pág. 81-83.

2. Consideremos, por ejemplo 1954 y 1969. El cuadro A3 demuestra que la parte residencial familiar en los contratos de construcción en los Estados Unidos ha pasado, durante este periodo, del 50 al 25%. Al mismo tiempo el cuadro A2 indica que en estos años, la parte de residencias individuales en los proyectos de arquitectura era del 4 y del 2% respectivamente. Si se considera ahora el conjunto de los otros sectores, se debe admitir que han pasado del 50 al 75% para los contratos de construcción y del 96 al 98% para los proyectos de arquitectura. Refiriéndonos al crecimiento relativo, estos sectores han aumentado pues el 50% en los contratos de construcción contra el 2% solamente en los proyectos de arquitectura. Tales desviaciones habrían hecho imprac­ticable todo modelo de regresión, y por ello se ha excluido del modelo PACC el sector residencial unifamiliar.

3. H.H. Nic, D.H. Bent, C. Hadlai Hull, Statistical Package for Social Sciences, MacGraw-Hill, N.Y., 1970.

4. R. Vergès-Escuin, Les architectes dans l'activité économique. En las páginas 97-113 de este estudio se han discutido la estructura del modelo y sus resultados, en particular los tests del coeficiente de correlación, los tests de significación, los tests de autocorrelación de los errores, el empleo de variables ficticias para los años 63-64 en los sectores vivienda colectiva y enseñanza y, por último, los mecanismos de ajuste de las sumas de predicciones al 100% por disociación de las variables aleatorias. Todas estas cuestiones resultan de los métodos econométricos expuestos en los manuales clásicos, por ejemplo, R.J. Nicholson, Econometria y problemas económicos, Oikos-tau, Barcelona, 1976.

5. The Year of Reckoning, en Progressive Architecture, Nov. 1970, pág. 29-32.

6. R. Vergès-Escuin, Les architectes dans l'activité économique, pág. 128-13-1.

7. U.S. Treasury Department, Statistics of Income, Business Income Tax Returns, anual. Para los años 1967 a 1971, los ingresos profesionales son facilitados para los arquitectos-patronos y asociados que trabajan bajo la forma "liberal" pero no en forma de sociedad. Esta laguna puede ser corregida gracias a los Census of Selected Services Industries de 1967 y de 1972. Según estos últimos, en 1967, los ingresos de todos los arquitectos alcanzarían el mismo orden que los declarados por vía fiscal por los patronos y asociados "liberales" : en aquel momento no existía casi ninguna sociedad de arquitectos. Por el contrario, en el censo de 1972, los ingresos de las sociedades de arquitectos representaban una parte muy apreciable en el conjunto de los honorarios percibidos por los trabajos hechos en los Estados Unidos. Estos honorarios representaban entonces el 5,95% del monto total de los trabajos calculados según nuestro método, mientras que en 1971, los honorarios declarados al fisco por los patronos independientes y por los asociados liberales alcanzaban apenas el 4,80% del valor de los proyectos calculado siempre de la misma forma.

8. Las fuentes sobre los ingresos de los arquitectos son para los Estados Unidos, Population Census I960, PC (2) 7A, tab. 29,- PC 1970, PC (2) 7C, tab. 16 y PC (2) 7A, tab. 1. Para el Canadá son el censo de 1971 bol. 4.1-2, tab. 34 y el censo de 1971, bol. 3.6-7. Por otra parte los coeficientes de corrección de la inflación son los que se han ponderado según la construcción inmobiliaria que tiene incidencia arquitectó­nica en los años que siguen a los censos.

36

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CAPITULO 4

PROSPECTIVA DE LA INVERSION INMOBILIARIA

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LA INVERSION INMOBILIARIA

El capítulo precedente ha establecido clarairente que en su forma actual,, el

porvenir de la profesión de arquitecto está ligado al futuro de la construcción

inmobiliaria. Por lo tanto, será necesario de aquí en adelante investigar este

futuro o más precisamente las proyecciones de la inversión inmobiliaria.

¿ Que es la inversión inmobiliaria ? Sencillamente el volumen de los recursos

consagrados por un país al incremento y a la reposición de su capital inmobilia­

rio (1).

¿ porqué estudiar la inversión inmobiliaria antes que los contratos de construcción ? Simplemente por razones de disponibilidad de datos. En efecto, todo el material estadístico necesario para los proyectos de construcción ha sido elaborado con relación a la inversión inmobiliaria. Pero esto no tiene une gran importancia puesto que las realidades que corresponden a estos dos conceptos evolucionan paralelamente.

Los contratos de construcción representan la casi totalidad del valor de las obras. Cuando un propietario desea construir, o bien confia las obras a una empresa con la que suscribe un contrato, o bien las realiza por si mismo. Asi, los contratos representan en América del Norte entre el 90 y el 95% de toda la construcción inmobiliaria de nueva planta.

Pero esta nueva construcción inmobiliaria no constituye a su vez más que una parte de la inversión inmobiliaria. Esta comprende igualmente el coste de los servicios técnicos tales como arquitectos, ingenieros topógrafos, etc..., asi como los costes de promoción y de salida en el mercado. Por el contrario, en cuanto a la contabilidad nacional, y en forma diferente de la contabilidad de empresas, la inversión inmobiliaria no comprende el coste de los terrenos pero si las obras necesarios para su ordenación.

En definitiva, como los costes ajenos a la construcción comprendidos en la inversión se calculan en general en función del valor del contrato de obras, se puede estimar que dichos contratos e inversión inmobiliaria evolucionan de la misma forma (2).

Un género diferente de consideraciones se impone a propósito de la naturaleza de las obras de construcción. En efecto, estas obras pueden ser destinadas a construir un edifi­cio para el que se prevé una duración media de vida útil de L años. Evidentemente, este edificio necesitará a lo largo de su vida útil obras normales de mantenimiento. Pero este mantenimiento representa la contrapartida del "consumo" normal del edificio, y en consecuencia, no debe ser contabilizado en concepto de "inversión". No ocurre asi si las obras están destinadas, ya a mejorar el nivel inicial del inmueble, ya a transformar sus disposiciones de origen, ya a prolongar su vida útil más allá de los L años teóricos. En estos casos, se tiene necesidad de verdaderas inversiones que el estadístico ha de esforzarse en contabilizar como tales, a pesar de las dificultades técnicas que puedan existir para hacerlo (3).

Por último, como la inversión inmobiliaria sirve para la formaaiân y la reposición del capital inmobiliario, no será inútil recordar la diferencia entre inversión bruta e inversión neta. Imaginemos un edificio que ha llegado al final de su vida útil. Su reposición o reproducción tal como es costaría R, pero en su lugar se construirá casi siempre un edificio mucho mayor y más moderno, cuyo coste B será mucho más alto que R. Se considerará entonces que la inversión bruta B resulta ser la suma de una inversión de reposición R más la inversión neta N que será igual a la diferencia B - R. Aunque se actúe asi de forma contable ficticia, conviene llamar la atención sobre el mecanismo real que este procedimiento evoca y que se ha denominado muy a menudo "renovación urbana"...

¿ Disponemos de buenas previsiones de inversión inmobiliaria ? La respuesta es

negativa por el momento y esto como consecuencia, ante todo, de las orientaciones

que ha tomado la literatura económica sobre el particular (4). De hecho, la

mayoría de los estudios proyectivos se plantean a muy corto plazo y se concentran

consecuentemente sobre problemas cíclicos y coyunturales, aplazando los problemas

tendenciales o a largo plazo que nos interesan especialmente.

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Hemos tenido que poner en evidencia los resultados de las investigaciones que

nosotros mismos hemos orientado hacia el tema general de la producción y de la

gestión del parque inmobiliario. El presente capitulo constituye una presentación

de estas investigaciones.

HACIA UN MODELO DE LA INVERSION INMOBILIARIA

La inversión inmobiliaria es como un flujo o caudal. Gracias a este caudal, se

constituye una reserva : la reserva o capital inmobiliario que llamaremos simple­

mente parque inmobiliario. El parque inmobiliario ofrece a la población el cuadro

indispensable para las funciones de producción y de consumo de otros bienes y

servicios. El volumen y la calidad de este cuadro dependerán, pues, primeramente,

del volumen de la población, en segundo lugar, del nivel de sus recursos, y por

Ultimo, de factores ligados al comportamiento social con respecto al ámbito

inmobiliario.

Asi, una población numerosa dispondrá - o deberla disponer normalmente - de un

parque inmobiliario más amplio que una población más restringida. Igualmente, una

población rica dispondrá con toda seguridad de un parque inmobiliario cuyo nivel

será superior al de una población pobre. En fin, según el avance del proceso de

industrialización y de la evolución social y cultural, el parque inmobiliario

llegará a tener en un mismo país diferencias estructurales profundas de una época

a otra.

Lo que hay que estudiar en primer lugar, es la evolución de la relación entre la

población, sus recursos, y su evolución económica y social por una parte, y por

otra su parque inmobiliario. Hasta que no se hayan determinado asi las tendencias

de la relación población-parque inmobiliario no será posible obtener las de la

inversión inmobiliaria propiamente dicha. En otros términos, consideramos a esta

última como la variable dependiente del parque inmobiliario, el cual a su vez

depende de la población, de su renta y ce sus preferencias de consumo.

Pero cualquiera que sea el carácter más o menos- -continuo del crecimiento de la población y de sus recursos, el parque inmobiliario no se constituye de manera continua, sino a golpes. En efecto, la inversión inmobiliaria está sometida a toda una serie de ciclos superpuestos cuyos periodo y amplitud han sido objeto de múltiples trabajos menos teóricos que empíricos. Al conocerse mal los orígenes de estoa ciclos, los economistas se con­tentan a menudo con medir el fenómeno. Asi, se admite que la inversión inmobiliaria fluctúa alre­dedor de la tendencia general siguiendo tres ciclos de frecuencia y amplitud diferente : son los ciclos "Kuznets" (18 á 20 años), "largos" (6 á 11 años)y "cortas" o de negocios (2 5 4 años) (5).

Ha de hacerse notar que a medida que el periodo de los ciclos se va haciendo mayor,

se aprecia más un cierto sincronismo entre los ciclos de la inversión inmobiliaria

y los ciclos económicos generales. Asi se plantea la cuestión de saber si la propia

tendencia general no queda sometida también a las grandes fases del crecimiento o

ciclos de tipo "Kondratief" (que tienen alrededor de 40 á 60 años de periodo).

Esta pregunta es muy importante y trataremos de resolverla en los capítulos

siguientes.

De cuanto antecede es posible estructurar un modelo que define la inversión

inmobiliaria a partir de la cadena de variables explicativas mencionadas, a saber :

40

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la población, su renta, sus preferencias de consumo y, por ültiiro, las fluctua­

ciones cíclicas. El primer eslabón de esta cadena es, como ya hemos visto, la

relación de dependencia entre inversión y parque inmobiliario, relación que se

analiza en términos de crecimiento cíclico neto y de reposición del parque

inmobiliario citado. El segundo eslabón es la función de proporcionalidad que une-

ai volumen del parque inmobiliario y al volumen de la población, siendo esta

función reducible gracias al concepto de parque inmobiliario disponible por

habitante. Por último, el eslabón final es la función que une al parque inmobilia­

rio por habitante y a la renta considerados igualmente por habitante. Fsta función

es bastante compleja, como veremos más adelante, y expresa la preferencia social

por la disponibilidad de espacio inmobiliario.

Se puede asi bosquejar un "modelo" de las variables independientes (o explicativas)

de la inversión inmobiliaria. En este modelo las flechas indican el sentido de la

dependencia, mientras que los términos en itálica indican la naturaleza de las

funciones de dependencia.

INVERSION INMOBILIARIA

I crecimiento neto reposición ciclos

PARQUE INMOBILIARIO

crecimiento neto migraciones internas

preferencias sobre la disponibilidad de

espacio inmobiliario

POBLACIÓN RENTA POR HABITANTE

Flg. 9. Estructura del modelo de la inversión inmobiliaria.

El interés de este modelo es triple. Para empezar, permite comprender la estructura

profunda de la relación entre el parque inmobiliario y la sociedad que en €1

evoluciona. Después, este modelo hace posible la descripción retrospectiva de la

evolución de esta relación. Por último, permite elaborar proyecciones en las

condiciones probabilistas habituales del parque inmobiliario en si, y por

derivación, de la inversión inmobiliaria.

Evidentemente, la posibilidad de explotar el modelo propuesto depende de la

existencia de datos a través de un periodo suficientemente largo. Ahora bien, hemos

evocado ya el hecho de que los Estados Unidos y el Canadá son, si no los únicos que

disponen de tales datos, por lo menos, los primeros en haber establecido y después

mejorado las series estadísticas correspondientes. Por ello, el estudio que sigue

se referirá solamente a estos dos países.

El estudio retrospectivo del parque y de la inversión inmobiliaria en América del

Norte, es no sólo uno de los raros casos posibles, sino uno de los más interesan­

tes. En efecto, este país pasó en cien años de un nivel apenas diferente del de

nuestros actuales países en vías de industrialización a un nivel que muchos

consideran ya como el de la era "post-industrial". En otros términos, con

diferencias culturales próximas o inmediatas, el estudio retrospectivo americano

representa la evolución del parque inmobiliario coexistente con el desarrollo

industrial en los países de libre empresa que tienen un crecimiento normal

(E.U.) o rápido (Canadá).

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Un estudio de este tipo abre perspectivas nuevas a nuesl.ro conocínicnto del

proceso histórico de producción del marco inmobiliario, De allí su interés, no

solamente para los países desarrollados, sino también para lo.s eme se hallan en

pleno esfuerzo de industrialización. Estos países podrían obtener «rancies

beneficios de la experiencia de los que han alcanzado, con independenri -i de éxitos

o fracasos, un parque inmobiliario de alto nivel.

En la práctica, nuestro estudio permite bosquejar un esquema du] or001 miento del

parque inmobiliario. Este esquema utilizará el modelo de las etapas iVl creoiii.icn-

to que ha servido ya para caracterizar al desarrollo econórico (f) tanto cono al

desarrollo urbano de tipo industrial (7).

Utilizará, por otra parte, una estructura trisectorial de la producción ¿omi la dr

Colin Clark (8), puesto que los sectores inmobiliarios pueden ser r-^anrimadns

aproximadamente de la misma forma que los sectores de producción econón.ica.

En definitiva, el esquema que tratamos de construir intentará n-spnn'ifi * la

pregunta : ¿ existen en el crecimiento del parque inmobiliario t_>\ cipas caracteriza

das por el desarrollo diferencial relativo de los sectores "iirii.'arjc._, secundario y

terciario" ? o bien ¿ se aplica la ley de los tres sectores de _l_a nú si'a forra al

parque del capital inmobiliario que a la masa de población activa oar.i la t-.uo se

creó inicialmente esta teoría ? (9).

NOTAS Y REFERENCIAS

1. Aunque en términos de contabilidad nacional se utiliza ].i o.-piiv-u'n "formación bruin del capital inmobiliario" (FBCI) , hemos preferido utilizar cl ti'iiiiiiiu inversión inmobiliaria por claridad de exposición.

2. Todas estas cuestiones son debatidas en los manuales metoilfilógicos de la? cuantas nacionales o en el capitulo "definiciones" que acompaña generalmen te a los boletines estadísticos referentes a la construcción en cada país. Por ejemplo, para los l'stadop Unidos, Departamento de Comercio, Value of New Const vwi ñ'it l'ut in l'/a.; , 10 .Y f.' 111',' , Washington, 1975, pág. 139-141.

3. Naciones Unidas. Recomendaciones internacionales pava la.: ntln.Hal /.in: •/.' lu construcción, Serie M, ne 47.

4. Si se atiende únicamente a la literatura americana, se pueden distinguir tres grandes corrientes. En primer lugar, la de los ciclos de larga duración : P.iggleman (íy.V-t), Newmann (1935), Long (1940), Colean & Newcomb (1952), Blank (1951), Kuznets (1961), Abramovitz (1964) Ver a este respecto llistcrioal Statistics of the Unite.I States, Colonial Times to 1970, Wash. 1975 o R.E. Lipsey, D. Preston, Soui'c- Pool: of Statistics Relating to Construction, N.B.E.R., N.Y., 1966. Fl análisis espectral ha abordado recientemente este tema gracias a Aldeman, Howrey y sobre todo a Cargill, Construction Activity and Secular Change in thr United States, an Applied Economics, 1971, pág. 85-97.

Una segunda corriente ha quedado centrada sobre el tema de la elasticidad de la demanda de vivienda y los ciclos de corta duración. Ver los autores de Study of Mortgage Credit (1958) asi como a Grebler (1959), Guttentag (1961), L.B. Smith (1972) y otros. Figura una síntesis de esta corriente en A. d'Amours y L. Nadeau, L'êronomi.e de l'habitation : une revue de la littérature, en L'actualité économique, abril-junio 1974.

Por ultimo, la tercera se ha ocupado del parque de capital inmobiliario. Greblez, Blank & Winnick (1956), Firestone (1951, Canadá), Hood & Scott (1957, Canadá), Kuznets (1961), etc. Has tarde estos estudios han sido perfeccionados : J.C. Musgrave, Fixed Non-residential Business and Residential Capital in the United States, 1925-1975, B.E.A., Wash., 1975. P. Koumanakos, Alternative Estimates of Non-residential Capital in Canada, Statistics Canada, Ottawa, 1975.

5. Se han utilizado diversos instrumentos para estudiar estos problemas. C.W.J. Granger, Analyse spectrale des séries temporell-es en économie, Dunod, Paris, 1969; G.E.P. Box, G.N. Jenkins, Time Series Analysis, Forecasting and Conti-ol, Holden Day, 1970. Para

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una visión general sobre el problema de los ciclos económicos, ver a A. Hansen, Bn8-L}<e38 Cyalee and National Income, Norton N.Y., 1964.

6. Para la teoría correspondiente ver los trabajos clásicos de Kuznets y sobre todo los de w.w. Rostov, La economía del despegue hacia et crecimiento autosoateniao, Alianza Editorial, Madrid, 1967.

7. Ver particularmente W.R. Thompson, Un prefacio a la economía urbana, Gustavo Gili, Barcelona, 1971; J. Gibbs, The Evolution of Population Concentration en Economic Gcogvaphy, 1963 y también K.E. Boulding, The Death of the City,en O. Handlin, J. Bur chard, Tlie Historical and the City, H.I.T. Press, 1963.

8. C Clark, Las condiciones del progreso económico, Alianza Editorial, Madrid, 1967.

9. J. Fourastié, La gran esperanza del siglo XX, Luis Miracle, Barcelona, 1956.

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CAPITULO 5

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL

PAPOUF INMCBILIAPIO

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PREÁMBULO METODOLÓGICO

Y.f.ct* un siqlo los Estados Unidos contaban con 45 millones de habitantes y se

lenefi ciaban entonces de un parque innobiliario evaluado en 30 000 irillones de

dólares de la época. Koy, cuentan con 215 rilíones de habitantes y con un parque

.inmobiliario evaluado en J billones de dólares de hoy i Es evidente que por muy

inpresionaiites que sean estas informaciones son difícilmente comprensibles hasta

n<> conocer lo que verdaderamente representar, nientras permanezcan imponderadas y

heterogéneas.

l's preciso, pues, en prirrer luqar, definir los conceptos a evaluar. Después hay

qui- jjondtü ar ol instrumento de medida cconór i c.i que es la moneda, la cual se

tisera ja a una roela graduada que cambia de lainaí'O real todos los días. . . For

fil timo, es necesario representar de la manera ras homogénea posible, los fenómenos

.i.sT r.fididos.

i-'t- cuanto concierne a los teras a evaluar, hay que definir primero la población y

después el parque inmobiliario. Fn cuanto a la población, no hay problemas en

perioral : la mayoría de los países industrializados disponen de buenos censos que

proporcionan desde hace por lo menos un si alo su evolución demográfica.

DKMNICIOrJ DLL PARQUE INMOBILIARIO

No ocurre lo mismo en el caso del parque inmobiliario. Fn efecto, ¿ cómo puede

definirse éste ? Invidentemente de muchas formas, segur la finalidad perseguida. Un

historiador o un conservador utilizarán criterios de edad, de estilo, e t c . . Un

perito en producción de energía escogerá el volumen construido y su grado de

dispersión. Un sociólogo contará el número de viviendas y sus dotaciones en

función de sus ocupantes, y asi sucesivamente... Fara el presente estudio, conviere

utilizar el valor físico medido por el valor de reposición, tal como se utiliza en

las cuentas nacionales... y por las compañías de seguros.

Más exactamente, es preciso utilizar el concepto de "reserva bruta de capital inmobilia­rio conservado normalmente". En efecto, la reserva neta se caracteriza por el hecho de que tiene en cuenta la depreciación, ya sea por envejecimiento, ya sea por obsolescencia, mientras que la reserva bruta no la considera. La reserva neta sirve por tanto para medir la "productividad" del capital inmobiliario, mientras que la reserva bruta mide el valor físico o de reposición en relación con la vida útil de los inmuebles conservados normalmente.

¿ Cómo efectuar la evaluación del parque inmobiliario, termino con el que designamos a la reserva bruta inmobiliaria ? Un primer método consistiría en medir directamente los espacios existentes y establecer su valor de reposición, procediento*a realizar estima­ciones de coste de construcción, como si se tratara de proyectos a realizar. Es evidente que, por preciso que sea este método, es demasiado pesado en su aplicación. Por ello, han hecho su aparición desde hace un cuarto de siglo otros métodos, más aleatorios puede ser, pero también más manejables. Se trata de métodos contables y en particular del que se denomina del inventario perpetuo (1).

El método del inventario perpetuo consiste en calcular la reserva de un año t a partir de la reserva del año precedente t-1, añadiendo y eliminando respectivamente lo que ha sido construido y lo que ha desaparecido en dicho año t. Se basa en el hecho de que el parque inmobiliario no es otra cosa que el conjunto de las construcciones inmobiliarias no desaparecidas.

47

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flujo en el año tj •

reserva en el año t

El método plantea, sin embargo, algunos problemas. En principio, es preciso disponer de una medición directa en un año inicial "cero". Después hay que disponer de estadísti­cas sobre la inversión inmobiliaria entre 0 y t. Por último, se necesita igualmente disponer de estadísticas sobre las desapariciones.

reserva en el año ti Para la estimación de estos datos en un año

inicial, datos que, naturalmente, jamás se hallan disponibles, existe una ficción contable que permite salvar esta dificultad. En efecto, si se estima que como media, tal tipo de edifi­cación subsiste durante 30 años, basta acumular

] las inversiones correspondientes al sector con­siderado durante los 30 años que preceden a aquél que se quiere designar como inicial. Este método se justifica por la hipótesis misma

de que la primera desaparición, o sea la que corresponde a la inversión de t = -30, tendrá lugar únicamente en el año t = -30 + 30 + 1 = 1, o sea, en el año que sigue al año "cero" considerado como inicial.

1

edificios .retirados en el año

Se puede abordar ya la cuestión de las cifras sobre las inversiones inmobiliarias. Loque acaba de ser expuesto sobre el año "cero" demuestra que, para aplicar el método conside­rando como año inicial el 1875, se necesita disponer de series que se remonten mucho más lejos. Ahora bien, en el estado actual de la investigación estadística retrospectiva, solamente los Estados Unidos disponen de un material de tal extensión.

Las series estadísticas americanas sobre la inversión inmobiliaria han sido objeto de numerosas revisiones. Recientemente, el B.E.R. (Bureau of Economic Research) del Department of Commerce ha realizado todavía, bajo la dirección de J.C. Musgrave, el estudio citado en la nota (2). Sin embargo, este estudio no alcanza a los sectores inmobiliarios realizados por las diferentes dependencias del Gobierno. En fin, aunque las reservas brutas inmobiliarias hayan sido calculadas, considera como fecha inicial a 1925, lo que es una fecha muy tardía para nuestro propósito.

Por tanto, hemos debido revisar y completar el conjunto de datos estadísticos con ayuda de fuentes apropiadas y según hipótesis subsidiarias justificadas en una reciente publicación (3).

Un trabajo análogo ha sido efectuado bajo nuestra dirección para el Canadá, a partir de un estudio de Statistique Canada (4). Nos hemos limitado en este caso al estudio de los sectores no residenciales (5). Al igual que para los Estados Unidos, los resultados obtenidos exigen una presentación demasiado voluminosa para ser unidos al presente informe. Se hallan suficientemente disponibles en el marco de las publicaciones citadas en (3) y (5). No obstante, estas series quedan representadas en las figuras 28 a 34 del capitulo 7.

Falta abordar, por último, el problema de las desapariciones. Las causas de estas son múltiples : demoliciones, siniestros, abandonos por deterioro, etc.. Las medidas estadísticas demuestran que las desapariciones se efectúan como promedio después de L años de vida útil de los edificios. Únicamente, ocurre que no se producen todas en el mismo momento. En realidad, pocos inmuebles desaparecen al comienzo de su existencia y más a medida en que se aproxima el

Al final, al no quedar más que pocos inmuebles en pié, la tasa de desaparición se hasta confundirse con 0 después de 2L. En resumen, la curva que define la historia reserva inmobiliaria RI creada en un año tQ es la que aparece en la figura anexa.

0 4J

a

flu

jo

' 0 1^ L 2L ->

año L. reduce de una

Esta curva ha sido definida por Winfrey en los Estados Unidos (6). Como por otra parte, se dispone tanto en los Estados Unidos (2), como en el Canadá (4) de los períodos medios de vida útil según los tipos de edificios, se cuenta con todos los elementos necesarios para el cálculo de la reserva bruta o parque inmobiliario en estos países.

LOS INDICES DE PRECIOS

Hemos indicado al comienzo del capitulo, que es necesario tener en cuenta las

variaciones monetarias. Un dfilar de 1875 no tiene nada que ver con un dólar de

1975... Esta dificultad es, naturalmente, superable gracias a la utilización de

coeficientes correctores de la inflación que no son otra cosa que los índices de

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precios divididos por 100 y referidos al año de partida. Hemos utilizado, pues,

las misir as series de precios que los estudios mencionados en (2) y en (4), es

decir, coeficientes con base 1 en 1958 para los Estados Unidos y en 1961 para el

Canadá.

PARQUE INMOBILIARIO POR HABITANTE

Falta la presentación de los resultados. EstS claro que el mejor concepto que

representa el nivel del parque inmobiliario en relación con la población es

precisamente el de parque inmobiliario por habitante. Más exactamente hemos

utilizado el concepto de valor en moneda constante, es decir, de volumen económico

del parque inmobiliario disponible por habitante según los sectores (7).

Los datos sobre la población figuran en los cuadros A6 y A7 del anexo estadístico,

mientras que los cuadros A8 y A9 del mismo anexo proporcionan los resultados del

parque inmobiliario. Las figuras 10 a 12 que siguen representan estos resultados

de conjunto agrupados en sectores residencial (Estados Unidos solamente) y no

residencial.

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US RESIDENTIAL 1-FRH1 2-1-4 IMIT8 3-5* UNITS 4WUBLIC HOUSIW 6-HOBIL HONES B-NON HOUSE-KEEPIND

1*5 in

Fig. 10. Volumen del parque inmobiliario residencial disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dolares 1958.

US NON RESIDENTIAL l^flGRICULTUML 2-IND. RND COmi. 3-SERVICES

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B-^-^^J^

I8IE >KS IMS lut 19II I9S 1936 IMS MES I9E5

3

2

,1 1175

Fig. 11. Volumen del parque inmobiliario no residencial disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En afilares 1958.

CANADA NON RESIDENTIAL 1-flGRlCULTURffl.

2-iND. w o conn 3«SERVICES

19» IS3S 1915 1975

Fig. 12. Volumen del parque inmobiliario no residencial disponible por habitante. Canadá, 1875-1975. En afilares 1961.

50

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EL SECTOR RESIDENCIAL EN LOS ESTADOS UNIDOS

Se obtienen numerosas conclusiones de las figuras precedentes. En primer lugar, en los Estados Unidos, el parque residencial representaba, hace un siglo, cerca de los cinco sextos de todo el parque inirobiliarlo. Hoy no representa más que los dos tercios. Se puede decir que el proceso de industrialización de un país pasa por un desarrollo diferencial mas rápido que el del parque inmobiliario no residencial, el cual puede ser considerado, en mayor parte, como capital productivo.

Por otra parte, se puede constatar la preponderancia del parque residencial unifamiliar en la forma de vida americana, preponderancia amenazada apenas por el desarrollo de la vivienda colectiva de mas de cinco viviendas, a partir de la última guerra. Consiste este fenóir.eno en una situación típicamente americana, de la que se buscarla en vano un equivalente en otros países industrializados, y que contradice, sin duda, la imagen de rascacielos que mucha gente tienen del urbanis­mo americano.

Por último, contendría eliminar del parque residencial las residencias secundarias. Desgraciadamente las cifras de que se dispone son parciales (8). No obstante, indican en primer lugar que el porcentaje de residencias secundarias entre el total de las viviendas ha pasado del 2,85% en 1967 al ¿,55% en 1970, y después ha disminuido al ¿,18% en 1975. Por otro lado, el valor medio de las residencias secundarias, (comprendido el valor del terreno) habría sido en 1967 aproximadamen­te la mitad del de todas las residencias. En definitiva, convendría lógicamente disminuir la reserva aproximadamente en el 1,50% en 1965, el 2,30% en 1970 y el 2,10% en 1975, interpolando para los años intermedios y después colocar la diferencia en un lugar separado en otra parte, roas cerca de los edificios de esparcimiento.

EL PARQUE INMOBILIARIO NO RESIDENCIAL

Y LA TEORÍA DE LOS TRES SECTORES

Entremos ahora a estudiar el parque no residencial. Los resultados que preceden

deben ser subagrupados de manera que permitan responder a la pregunta enunciada

al final del capitulo precedente referente a la aplicabilidad de la ley de los

tres sectores a la evolución del parque inmobiliario. Conviene en todo caso

recordar brevemente los fundamentos de esta ley.

La teorCa de los tres sectores agrupa las ramas de la actividad económica según la contabilidad nacional, en sector primario, (agricultura, bosques, pesca) sector secundario (manufacturas) y sector terciario, que comprende todo el resto... (comercio, transportes, finanzas, servicios personales e institucionales, como sanidad, educación, etc.. . , servicios para la empresa, administración publica).

Apoyándose en observaciones históricas realizadas según esta clasificación, la ley de los tres sectores enuncia que en el momento en que un país se desarrolla económicamente, se produce una transformación de la estructura de la producción que lleva consigo :

- un trasvase relativo de población activa del sector primario hacia el sector secundario durante la fase denominada de despegue.

- un trasvase relativo de población activa del sector secundario hacia el sector terciario durante la fase de madurez.

- una estabilización relativa de la estructura de la población activa durante la fase denominada de consumo de masa.

Aún con numerosas variantes, la ley de los tres sectores describe uno de los fenómenos más incontestables que acompañan al desarrollo económico. A este respecto, esta ley ha

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sido objeto de múltiples estudios pero ha sido aplicada sobre todo hasta aquí al caso particular de la mano de obra (9).

lOOZ-r mano de obra

5<tt-

sociedad de ibundancia

periodo pre-ind y«- crecimiento industrial ¡jeríodo post-ind.

Sin embargo, el fenómeno fundamental que aparece en el comienzo de la evolución

descrita por la ley de los tres sectores es la transformación relativa de la

producción de bienes y de servicios a lo largo del desarrollo económico.

Ahora bien, esta producción de bienes y de servicios, resulta de la acción del

conjunto de los factores de producción, factores que no se limitan solamente a la

mano de obra o población activa sino que comprenden también el capital, es decir,

las máquinas y los utensilios, las obras de ingeniería civil y los edificios. En

consecuencia ¿ no serla posible verificar la ley de los tres sectores para el

capital, y para el capital inmobiliario en particular, COITO se ha hecho para la

población activa ?

Para responder a esta cuestión hemos efectuado un reagrupaniento del parnue

inmobiliario no residencial en tres sectores : ag/iicola, ¿nduitnial y coiven.cA.at

y de ¿e.iv¿c¿o¿.

Ahora bien, como puede verse, y iruy aproximadamente, esta clasificación, no es

exactamente la misma que la de Colin Clark.

Las razones de ello son puramente metodológicas. En efecto, la mano de obra está clasificada al mismo tiempo en categorías profesionales (por ejemplo, agricultores, "administrativos", operarios, etc...) y por ramas de actividad económica (agricultura, industria, transportes, e t c . ) . Por tanto, es posible diferenciar la mano de obra según el tipo de empresa y distinguir, por ejemplo, los mecánicos que trabajan en "Dow Chemical" de los químicos que lo hacen en "General Motors"—

Por el contrario, la clasificación funcional existe solamente para los sectores inmobiliarios. Determinados sectores no plantean problemas, como por ejemplo las fábricas, las granjas o las universidades, que quedan claramente clasificadas en los sectores primario, secundario y terciario respectivamente.

Por el contrario, otros sectores, como ocurre con las oficinas, presentan una cierta ambigüedad. En efecto, hay oficinas ocupadas por sociedades industriales, otras por sociedades comerciales, y otras, por ultimo, por sociedades prestatarias de servicios, sin que sea posible diferenciar estos tipos diferentes de actividad.

En definitiva, y teniendo en cuenta problemas de desigual recorte entre Estados Unidos y el Canadá, la reagrupación que hemos adoptado para los sectores inmobiliarios es la siguiente :

AGRÍCOLA NO RESIDENCIAL

- granjas

INDUSTRIAL Y COMERCIAL

- fábricas

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- comercios, hoteles, restaurantes - oficinas privadas, almacenes - otros edificios industriales y comerciales

SERVICIOS

- iglesias - hospitales y otras instituciones - escuelas y universidades - esparcimiento - recreo - oficinas de la administración pública - otros edificios (10).

Las figuras 13 S 18 que siguen muestran los resultados de la reagrupacifin en

cuanto al volumen del parque inmobiliario disponible por habitante en afilares 1958

(Estados Unidos) y 1961 (Canadá).

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US RGRICULTURE

Hit I9SS 1MB M S

Fig. 13. Volumen del parque Inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958.

US IND. AND C0MM l-PRIVRTE IWUSTRIRL 2-PUBLIC INDUSTRIAL 3-PRIYRTE STORES ANO HOTELS 4.PRIVHTE OFFICES BNO HHSO.

iu MU iias iw

Fig. 14. Volumen del parque inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958.

US SERVICES I-RELIGION Z-HEPLTH 3-PUBL1C OFFICES 4-EOUCBTION B-RECREHTION 6-HJSCELLfWEOUB

Fig. 15. Volumen del parque inmobiliario de Férvidos disponible por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958.

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CRNFIDR AGRICULTURE

—i— I M S

—t 187» IBB 1BBS 19» IOS L9SS U K

Fig. lb. Volumen del parque inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante. Canadá, 1875-1975. En adiares 1961.

CRNRDfl IND. RND COMM l-FACTORIES 2-PRIVRTE OFFICES RND MHS. 3«ST0RES .HOTELS RND RESr. 4-OTHER IND. RND COMM. BLDOS

—i 1 1 1 1045 1355 IMS 197» ISIÍ 192S

Fig. 17. Volumen del parque inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961.

•00

CflNRDR SERVICES I-RELIGION 2-EDUCRTION 3-HEH.TH

6-niECELLf)NE0US

IBM IS6S 1015 IOS 1095 1045 19S5 1965 10»

Fig. 18. Volumen del parque inmobiliario de servicios disponible por habitante. Canadá, 1875-1975. En afilares 1961.

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Hemos calculado después la evolución relativa de los sectores enunciados del

parque Inmobiliario para los Estados Unidos y para el CanadS. Fsta cálculo ha

consistido evidentemente en dividir para cada aro el valor de cada uno de los tres

sectores por el valor de su conjunto.

1875 1885 1895 1905 1915 1925 1935 1945 1955 1965 1975

Flg. 19. Evolución relativa de los sectores del parque inmobiliario. Estados Unidos, 1875-1975.

industrial y comercial

1875 1885 1895 1905 1915 1925 1935 1945 1955 1965 1975

Fig. 20. Evolución relativa de los sectores del parque inmobiliario. Canadá, 1875-1975.

Evidentemente estas figuras demuestran que la ley de los tres sectores se aplica

tanto a la evolución del parque inmobiliario como a la evolución de la población

activa. En otros términos :

en el comienzo del periodo de crecimiento industrial, hay una preponderancia del

parque inmobiliario agrícola.

durante la fase de madurez, la parte del parque inmobiliario industrial y

comercial crece mientras que la del parque agrícola disminuye.

en el umbral de la fase de consumo de masa, la parte del parque inmobiliario

industrial y comercial se estabiliza en un nivel del 50 al 60% del total. La

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proporción del parque agrícola disminuye rápidamente mientras que la del parque

inmobiliario de servicios acelera su crecimiento.

- en la fase de consumo de masa, el sector agrícola se estabiliza alrededor del 5

o del 6%. Durante este tiempo, el sector industrial y comercial, comienza a

descender y es alcanzado, e incluso sobrepasado, por el sector de servicios.

¿ Cual sera la evolución futura en los países que, como los Estados Unidos y el

Canadá, están en el umbral del periodo post-industrial ? Es muy difícil responder

a esta pregunta. Sin embargo; el paralelismo observado entre 1960 y 1975 en los

Estados Unidos entre el crecimiento del parque industrial y comercial por una

parte y el aumento del parque de servicios por otra, nos permiten pensar en una

estabilización de estos sectores. En otras palabras, estimamos probable que la

suma de estos dos sectores oscile durante una o dos décadas todavía entre el 45 y

el 50% del parque inmobiliario no residencial total.

CONCLUSION

Si se contemplan'ahora las figuras 10, 11 y 12, se puede observar que el nivel del

parque inmobiliario por habitante no ha cesado de incrementarse en el conjunto,

excepto durante el periodo de la Gran Crisis de los anos 30. Ahora bien, durante

los 100 años observados, los ingresos reales por habitante han sufrido también una

evolución análoga. Como se sabe, por otra parte, que el parque inmobiliario estS

constituido por la capitalización de una parte de los recursos representados por

los ingresos, hay que preguntarse si el aumento de los ingresos reales por

habitante explica el aumento del parque inmobiliario disponible por habitante. Y

si esto es asi, ¿ cuál es la función que enlaza precisamente el parque inmobilia­

rio con los ingresos ? El capitulo siguiente tratará de aportar una respuesta a

este tipo de preguntas.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. R.w. Goldsmith, A Perpetual Inventory of National Wealth, N.B.E.R., N.Y., 1951.

2. J.C. Husgrave, Fixed Non-residential Business and Residential Capital in the united States, 1925-1975, B.E.A., wash., 1975.

3. R. Verges-Escuin, Historical Evolution of U.S. Building Capital Stock vs. Income, 1875-1975, University of Montreal, 1977.

4. P. Koumanakos, Alternative Estimates of Non-residential Capital in Canada, Statistics Canada, Ottawa, 1975.

5. R. Vergès-Escuin, Evolution historique du stock de capital immobilier non résidentiel par rapport au revenu au Canada, 1875-1975, Université de Montréal, 1977.

6. S.R. Winfrey, Statistical Analysis of Industrial "Property Retirement, I.E.E.S., bol. 125, pág. 104 y siguientes. Una simulación polinomial de esta curva ha sido construida por E. Schiff, Gross Stock Estimated from Past Installations, en Review of Economics and Statistics, XL, Mayo 1958, pág. 176.

7. Este concepto se utiliza generalmente. Ver por ejemplo D. Achour, Méthodes d'évalua­tion du stock immobilier dans les séries temporelles, en L'actualité économique, Enero-Marzo 1972, pág. 703-717. No obstante, este concepto no pone de manifiesto los problemas migratorios. En efecto, consideremos una población de volumen determinado que va a instalarse en otro lugar en el mismo país. EstS claro que la reserva inmobiliaria, tal como ha sido calculada por este método, corre el riesgo de encontrarse duplicada después de haberse construido en el nuevo lugar el equivalente de lo que fue abandonado en el antiguo. Entonces, el nivel del parque inmobiliario por habitante puede ser sobrevalorado en relación con la realidad vivida por el habitante en cuestión. Con toda seguridad este género de situaciones queda hasta aquf como marginal. Sin embargo, con el fenómeno de la desconcentración urbana se corre el

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peligro de no abordar este problema. Será necesario entonces tener en cuenta la población bruta desplazada y no, como hasta ahora, la población neta.

8. U.S. Census of Housing, 1970 vol. I, Bousing Characteristics for States Cities and Countriest U.S. Bureau of the Census, Annual Housing Survey, Part C, Financial Characteristics of the Housing Inventory.

9. Para la teoría de los tres sectores, ver C. Clark, Las condiciones del progreso económico, Alianza Editorial, Madrid, 1967. La aplicación al trasvase de mano de obra, con todas sus implicaciones sobre el plano de la productividad, ha sido hecha por J. Fourastié, La gran esperanza del siglo XX, Luis Miracle, Barcelona, 1956. Una aplicación critica de la ley de los tres sectores al crecimiento urbano, figura en M.A. Prost, La hiérarchie des villes, Gauthier-Villars, Paris, 1965, pág. 42-4?.

10. Este sector residual tiene contenidos un poco diferentes según que se trate de Estados Unidos o del Canadá, por la razón de que, en este último país, agrupa un conjunto de sub-sectores, que forman parte de otros sectores en los Estados Unidos, o bien, que caen bajo el ámbito de la ley sobre la confidencialidad de las informaciones estadísticas.

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CAPITULO 6

PARQUE INMOBILIARIO Y

NIVEL DE LA RENTA

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RENTA NACIONAL Y PARQUE INMOBILIARIO

Es evidente que el nivel de la renta nacional incide sobre el nivel del parque

inmobiliario. Fn un país poco desarrollado la debilidad de la renta se traducirá

siempre en un parque inmobiliario insuficiente y de poca calidad. Por el contrario,

un pals rico gozará de un volumen y de una calidad de los edificios muy envidia­

bles. En efecto, ya se ha señalado, en primer lugar, que el parque inmobiliario

está constituido por la acumulación, ano tras año, de las inversiones inmobilia­

rias, y en segundo lugar, que las cantidades necesarias para estas inversiones se

obtienen de la renta del pals. Por consiguiente, el nivel de las inversiones se

deriva del nivel de la renta, y el nivel del parque inmobiliario se deriva del

nivel de las inversiones.

No es extraño pues, que al periodo de gran crecimiento de la renta nacional por

habitante que ha conocido América del Norte desde hace un siglo, haya correspondi­

do un periodo de gran crecimiento del parque inmobiliario disponible por habitante.

Sin embargo, la formación del parque inmobiliario se ha hecho en un principio,

tanto en los Estados Unidos y en el Canadá como en otros países, en condiciones

dramáticas. En efecto, cuando un país comienza su proceso de desarrollo, dispone

por definición, de una renta nacional débil. Ahora bien, de esta renta, apenas

suficiente para asegurar la simple supervivencia, hay que detraer los capitales

necesarios para la industrialización. En efecto, esta capitalización, que adauiere

la forma de una reserva de construcciones, y también de máquinas, de equipamientos

y de infraestructuras, permite el incremento de la producción, y por consiguiente,

de la renta nacional.

Se comprenden pues las difíciles decisiones que tuvieron que adoptarse en su día

en los países hoy industrializados. Se comprenden aún mejor las dificultades de

muchos países que se esfuerzan también en acceder a un cierto nivel de industria­

lización y que ven desembocar todos sus esfuerzos de capitalización en aumentos de

la producción neutralizados inmediatamente por el aumento demográfico o por la

evasión de los beneficios.

De cualquier forma, el parque inmobiliario constituye una parte muy importante del

capital de un país. Sin embargo, su constitución no se produce en forma automática

á partir de una determinada elevación del nivel de la renta. Fl capital inmobilia­

rio se crea a través de cierta propensión o preferencia que moviliza efectivamente

una parte más o menos importante de la renta hacia la inversión en cuestión. Ahora

bien, esta preferencia varia no sólo de un sector inmobiliario a otro, sino también

según el nivel alcanzado por la renta en si. En otros términos, el valor del parque

inmobiliario disponible, ya sea en conjunto o sectorialmente, no es automáticamente

proporcional al nivel de la renta. Este capitulo se propone abordar esta variación,

o si se prefiere, la evolución de la preferencia para la disponibilidad del marco

construido.

Para ésto recordaremos que el capitulo anterior mostraba, para América del Norte,

series cronológicas por habitante y en moneda constante, del parque inmobiliario

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según los distintos sectores. El análisis que aquí se propone consiste en estudiar

la evolución de esta misir.a variable, pero ahora, en rplación con la renta nacional

por habitante.

En su presentación, el análisis en cuestión se aproxima al de la Ley de Engel (1). Sin embargo difiere de aquél en que las dos variables se consideran independientemente; y en la Ley de Engel, las variables dependientes, a saber, los sectores de consumo, represen­tan el uso que se hace de la variable independiente, en este, caso, la renta disponible.

Aunque muy sencilla en su principio, esta parte del estudio presenta dificultades importantes. La primera no procede de los datos - por una vez no es el caso - ya que las series históricas de la renta nacional existen tanto en los Estados Unidos como en el Canadá y están reproducidas en los cuadros A10 y All del anexo estadístico.

Dicha dificultad es más bien conceptual. Proviene del hecho de que se quiere comparar una reserva (el parque inmobiliario) con un flujo (la renta). El problema es saber cuál de las dos variables depende de la otra : ¿ Es el crecimiento de la renta el que permite la creación del parque por medio de la inversión inmobiliaria, o es más bien la existencia de este parque el que, conjuntamente con otras formas del capital y otros factores de producción permite el crecimiento de la renta ? Podemos siempre referirnos, para contestar a esta pregunta, a las grandes teorías del crecimiento económico (2).

De hecho esta dificultad no ha impedido hacer comparaciones de esta índole, por ejemplo, a propósito de las célebres "ratios" capital-producción evocados por Kuznets. Sin embargo, no utilizaremos aquí, ni la renta como factor de capitalización, ni el capital inmobiliario como factor, entre otros, de la producción, y en consecuencia de la renta (3). Utilizaremos éstos, y sobre todo la renta por habitante, únicamente como indicador del nivel alcanzado por un país dentro de su crecimiento económico. Desde este momento, adoptaremos en el análisis de la relación capital inmobiliario-renta nacional, un criterio de concomitancia y no de causalidad.

Una vez salvada la primera dificultad, debemos abordar una segunda referente al método de lectura del análisis en cuestión. En efecto, un observador no advertido podría considerar como "desviación estadística" lo que proviene, en realidad, de la propia naturaleza de las variables consideradas.

Tomemos un ejemplo. Si se compara la renta con las inversiones, se puede observar cierta relación lineal entre las observaciones periódicas, asi como en el gráfico marginal. Si la renta disminuye o aumenta, las inversiones tienden igualmente a disminuir o a aumentar, evidentemente, con un cierto "tiempo de respuesta" lo que da a la "nube de puntos" una configuración típica en forma de lazada aplastada.

inversion •

/ y

renta

reserva

" 5 ^ /

. ' •

renta

Pero si se compara la renta con las reservas se obtiene una configuración totalmente distinta. En efecto, cuando la renta empieza a disminuir, el "tiempo de respuesta" hace que las inversiones sigan aumentando algo; y por consiguiente la reserva aumenta también. Pero si la renta sigue disminiyendo, entonces las inversiones se reducen hasta el punto de que la reserva no puede mantener el nivel ya alcanzado. Esto produce una configuración en lazada horizontal característica de las crisis tales como la de los alios 30, ó en menor grado, de la que está empezando en estos años.. .

Las figuras 21 a 27 que a continuación ofrecernos nos muestran, siempre para América del Norte y dentro de los grupos Ktildznclal, agfitcota, ¿ndu.itKA.at y comzKcJLat y de ie.KvA.cioi, la evolución del parque inmobiliario disponible por habitante en relación con la renta nacional, igualmente por habitante, todo ello en moneda constante. Los datos sobre la renta figuran en los cuadros A10 y All del anexo estadístico.

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US RESIDENTIAL 1-FflRM 2-1-4 UNITS 3-54 UNITS 4-PUBLIC HOUSIND G-HOBIL HOMES 6-NON HOUSE-KEEPING

IBta in 1MCOK PER nr-OSB)

Fig. 21. Volumen del parque residencial disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En afilares 1958.

63

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US AGRICULTURE

• H» JBB IB» 2090 IB» 3000 INCOME PER m p . 1*58)

Fig. 22. Volumen del parque inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante, en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En afilares 1958.

US IND. AND C0MM. 1»FRIVATE INDUSTRIAL Z-PUBL1C INDUSTRIAL W R I V M E STORES RND HOTELS 4-PRIVflTE OFFICES RND HHSO.

"ST -v-I00B INCOME PER CnP.{*58)

Fig. 23. Volumen del parque inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En dolares 1958.

US SERVICES t-RELIGION 2-HEflLTH 3«PU8LIC OFFICES 4-EDUCflTION 6-RECREHT10N 6-HISCELLRNEOUS

INCOME PER CHP.lt.58)

Fig. 24. volumen del parque inmobiliario de servicios disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1975. En afilares 1958.

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NO CRNRDn AGRICULTURE

INCOHt PER CflP.(«61)

Fig. 25. Volumen del parque inmobiliario agrícola no residencial disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Canadá, 1875-1375. En dólares 1961.

CRNRDFI IND- RND COMM-l«FACTORIES 2«flUVHTE OFFICES RND MH6-3-STDRE5.HOTELS RfO REST. 4>0THER INO. R M CONI. BLDBS

«COME PER CBP-USl) ïfc 3»

Fig. 26. Volumen del parque inmobiliario industrial y comercial disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961.

«M

CRNRDR SERVICES 1«RELIDI0N Z-EDUCflTION 3-HEHLTH «•RECREATION B-PUBLIC B-niECELLnNEOUB

MCOHE PER CRP.(t81)

Fig. 27. Volumen del parque inmobiliario de servicios disponible por habitante en relación con la renta por habitante. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961.

55

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PARQUE INMOBILIARIO DISPONIBLE POR HABITANTE Y RENTA POR HABITANTE

Las figuras anteriores nos ofrecen una gran enseñanza. Se observará de entrada que

la crisis de los años 30 ha detenido prácticamente el aumento de todos los sectores

del parque inmobiliario hasta el final de la guerra. Únicamente el parque

industrial ha conocido un impulso notable, y esto fue debido a que se beneficia,

desde 1940, del esfuerzo de la producción de armamento.

Se observará también que la depresión de 1930 fué precedida de otra crisis en los años 20. Esta crisis fué en el Canadá casi tan violenta como la más célebre de los años 30. En efecto, las inversiones inmobiliarias hablan disminuido allí considerablemente, con excepción, precisamente, de las industriales... y las de construcción de iglesias !

Estas observaciones preliminares nos conducen a abrir un paréntesis sobre el problema general de los ciclos del crecimiento económico. Suscribimos de buen grado la vieja tesis de Schumpeter (4) según la cual el crecimiento económico no se produce de forma continuada sino según ciclos llamados de Kondratieff, de unos 40 a 60 años de duración. Hay que insistir en que se trata en este caso de ciclos más cortos, mencionados en el capitulo 4, aunque los ciclos Kuznets de 18 á 20 años entran más bien en la categoría de los ciclos de crecimiento que en la de los ciclos de los negocios. De todos modos ¿ cuál es la causa de los grandes ciclos del crecimiento ?

Para Schumpeter, el crecimiento en s£ se produce de forma preponderante por la innovación tecnológica (tesis ampliamente compartida por Kuznets, Denison, Fourastié y otros muchos economistas...).

Ahora bien, las innovaciones no surgen con fluidez, sino "en racimos" y tanto más en virtud de que pueden producirse retrasos importantes entre las ideaciones y sus realizaciones. Las grandes fases del crecimiento se deberían pues, en gran parte, a la aparición de generaciones sucesivas de innovaciones. De forma reciproca, las grandes crisis procederían del limite del potencial productivo de las generaciones de innovaciones. >.

De esta forma, "grosso-modo", las innovaciones en las actividades agrícolas y de extracción habrían producido el crecimiento que permitió en los Estados Unidos "el arranque" antes de la Guerra de Secesión. Después, la racionalización y la mecanización industriales tuvieron como efecto la gran fase de crecimiento, que tuvo lugar precisamen­te entre 1880 y 1930. Por último, los progresos de la sistematización y de la automatiza­ción en todos los campos han sido origen del crecimiento de la post-guerra. Entre estas fases de crecimiento, las grandes crisis habrían puntualizado el limite de las genera­ciones tecnológicas precedentes al suscitar, como resultado de las exigencias de la guerra, las generaciones tecnológicas siguientes... (5).

Para Hansen - partiendo de un punto de vista complementario específicamente capitalista -los ciclos del crecimiento se deben a la sucesión de periodos de acumulación de reservas de capital y de periodos de explotación de dichas reservas (6). La experiencia vivida a través de ciertos juegos de simulación urbana como CLUG, ilustra maravillosamente este mecanismo (7). En una primera etapa los inversionistas ingresan, y acumulan los recursos; en una segunda etapa se construye con ayuda de estos recursos, en una tercera etapa se obtienen ingresos que se acumulan a su vez; en una cuarta etapa, se construye de nuevo, y asi se continúa según un ritmo cíclico espontáneo aceptablemente regular.

Pero tenemos que volver al objetivo del capitulo, que es él de comparar el creci­

miento del parque inmobiliario en relación con el de la renta, y con más precisión,

poner en evidencia la evolución de la preferencia por la disponibilidad del marco

inmobiliario a lo largo del crecimiento.

Formulemos ahora la hipótesis de que dicha preferencia haya sido siempre constante.

En este caso, el parque inmobiliario habría aumentado siempre en proporción con el

nivel de la renta (excepto, claro está, durante los periodos de crisis, como se ha

señalado anteriormente.

Por consiguiente, según esta hipótesis, el parque inmobiliario por habitante habría

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aumentado según una recta que pasa por el origen y que se interrumpe precisamente

por "lazadas horizontales" correspondientes a los periodos de crisis.

/fi Ahora bien, ésto no es exactamente lo que se observa. En

parque . efecto, el análisis de los distintos sectores del parque • • ••• a* '••••av* inmobiliario muestra tres categorías de variación

.•••.. .•*' sintetizadas de la manera siguiente. Primero, el •• ...¿*

.•*' aspecto general de las curvas varia considerablemente de

i"p:" un sector a otro. Segundo, en cada sector la pendiente

•'* general, o si se prefiere la "tangente" de la' curva,

> varia mucho de una fase a otra. Tercero, en el interior de cada fase, se aprecian variaciones notorias de la curva en forma de sinusoides

de período más o menos variable.

EstS claro que las preferencias sobre la disponibilidad del parque inmobiliario

obedecen a funciones muy complejas. Pueden aparecer fenómenos de saturación, como

ocurre, por ejemplo, en el parque inmobiliario industrial o con los edificios

religiosos.

Sin embargo, estas saturaciones pueden desaparecer de repente y permitir asi una

nueva fase de crecimiento, como en el caso de los comercios a partir de la mitad

de los años 60, cuando "super-mercados" han venido a sustituir a las tiendas

tradicionales.

Existen también fenómenos de abandono, como ocurre en el caso del sector agrario.

No obstante, movimientos sociales como pueden ser la toma de conciencia de los

problemas del medio ambiente y de la "alienación urbana", pueden modificar algo

esta tendencia. Y asi sucesivamente...

HACIA UNA MODELIZACIÓN DE LAS PREFERENCIAS DEL CONSUMO

EN EL MARCO INMOBILIARIO

Hasta ahora, y que nosotros sepamos, no se ha intentado ninguna "modelizacion" de

las funciones de las preferencias sobre la disponibilidad del marco inmobiliario.

Sin embargo se adivina el interés de este paso ya que permitirla sintetizar nada

menos que el comportamiento social global en materia del marco inmobiliario. A

partir de esta síntesis, deberla ser posible analizar las tendencias del parque

inmobiliario, con todo el interés tanto histórico como preventivo que ésto

ofrece. Por otra parte, poner en evidencia estas tendencias permitirla obtener las

de la formación de dicho parque, a saber : las tendencias de las inversiones

inmobiliarias. Retrospectivamente, con esta derivación se lograrla el famoso

"trend", a partir del cual podrían estudiarse los ciclos largos y cortos (ver

capítulo 4). En un futuro, dispondríamos de un utensilio extremadamente preciso

para la prevision a largo plazo.

Podemos fácilmente hacernos una idea del contenido de una modelizacifin de este

tipo. En una primera etapa habría que establecer toda una gama de las funciones

del consumo (8). Después se eligirían aquellas que se asemejasen más a la

evolución de cada sector del parque inmobiliario. Si fuese necesario, se combina­

rían varias funciones de una misma familia para simular los efectos de detención

y de nuevo arranque.-Por fin, gracias a la técnica de las regresiones no lineales,

se determinarían los parámetros óptimos de las funciones, es decir, los modelos

investigados. De todos modos, no hay que ocultar la dificultad de tal empresa.

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En efecto, el camino prospectivo, puede rápidamente degenerar en un ejercicio

ficticio, incluso tecnocrático. Toda la filosofía del método está aquí implícita y

no se pueden ignorar las recientes aportaciones al problema (9). Lo misiro ocurre,

de una forma mas particular, con los problemas de discontinuidad o de ruptura.

Estos no se pueden reducir al camino "modelizador" de tipo économetrico. Desde ese

momento, las grandes crisis en particular y todas las formas de inflexión del

comportamiento social en general, serian objeto de conceptualismos necesariamente

complejos (10)... Teniendo en cuenta estas dificultades hemos intentado una

modelizaciôn a escala reducida que permite, sin embargo, dentro de ciertas condi­

ciones explicitadas por hipótesis de trabajo, "visualizar" un futuro probable del

parque y de la inversión inmobiliarias. Estas previsiones serán presentadas en el

próximo capitulo.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. D. Perthelj Engel'a Law Revisited, en Revue internationale de statistique, agosto 1975, p. 211-218.

2. Ver, en particular, W.W. Rostow, The Procese of Economie Growth, Oxford, 1953» S. Kuznets, Towards a Theory of Economie Growth, en R. Lekachman, National Policy of Economic Welfare at Home and Abroad, Doubleday, N.Y., 1955; J.A. Schumpeter, Teoria del desenvolvimiento económico, Fondo de cultura económica, México, 1976.

3. Esta aproximación es la de las funciones de producción de Cobb-Douglas; R.H. Solow, La teoria del crecimiento, una exposición, Fondo de cultura económica, México, 1976.

4. J.A. Schumpeter, Business Cycles, MacGraw-Hill, N.Y., 1939.

5. Conviene recordar que la correlación innovación-crecimiento sólo tiene sentido a largo plazo, aunque algunos pretendan demostrar que ésto es cierto también a corto plazo. Asi J. Schmookler, Inventions and Economie Growth, Harvard Univ. Press, 1966, quiso demostrar que existe una correlación entre la actividad de la industria de la construcción y el número de patentes de esta industria.

IB40 I8S0 I860 010 «80 1890 1900 I9K) 1920. 1930 1940 1950

Sin embargo, pueden hacerse tres criticas a este estudio. La primera se refiere a los datos, ya que las patentes consideradas son las formalizadas únicamente por la industria privada. Ahora bien, al menos durante estas últimas décadas, la mayoría de las innovaciones han sido financiadas por el gobierno americano. La segunda se refiere a la representación. Nos preguntamos cómo ha podido Schmookler trazar el "trend" que sive de eje 0. En efecto, nuestro estudio muestra la dificultad de tal empresa y el largo camino que hemos debido seguir para responder a este problema. La tercera es la critica más importante, y se refiere al sentido de la causalidad. En efecto, el proce­dimiento de registro de una patente es muy costoso si se quiere que sea eficaz. ¿ No se puede entonces pensar que precisamente cuando "la construcción marcha" se registra un mayor número de patentes porque el dinero esté ahí para hacerlo ? ¿ Cómo explicar si no el desfase entre los ciclos de actividad y los de los registros a mediados del último siglo e incluso justamente antes de la crisis de 1930 ? De todas formas, no se puede creer que los inventores dejen de pensar cada siete años...

6. A. Hansen, Business Cycles and National Income, Norton, N.Y., 1964.

7. Se trata del juego bien conocido de Allan G. Feldt, Community Land Use Game, MacMillan, Toronto, 1972,' que proponemos a los estudiantes de "maestría" de Nontreal.

8. Ver toda una serie de funciones de este tipo en F.H. Nicosia, La decisión del consumi­dor y sus implicaciones en marketing y publicidad, Gustavo Gili, Barcelona, 1970.

9. E. Morih, La Méthode, Seuil, Paris, 1977.

10. René Thorn, Stabilité structurelle et morphogenèse, W.A. Benjamin, Mass., 1972.

6JB

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CAPITULO 7

PREVISIONES DE INVERSION INMOBILIARIA

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El presente capitulo marca un giro en nuestro planteamiento. En efecto, hasta

ahora el análisis retrospectivo se remontaba desde los "efectos", es decir, la

demanda de servicios arquitectónicos, hasta las "causas últimas", es decir, el

volumen de la población, su renta y su preferencia sobre la disponibilidad del

marco inmobiliario.

El objetivo del análisis realizado en los capítulos 5 y 6 era pues el de

identificar y medir los lazos existentes entre estas distintas variables, partien­

do de las más dependientes hasta las mSs independientes. ¿ No serla ahora posible

efectuar "el viaje de retorno" partiendo de las variables más independientes, de

la población y de su renta, para llegar a "predicciones" de la variable dependien­

te que es la futura demanda de los servicios arquitectónicos ? Y ésto, una vez más,

a través de la malla intermedia de la inversión inmobiliaria.

Sin duda este paso es posible, incluso en dos direcciones, es decir, retrospectiva­

mente, para someter a prueba el modelo y, prospectivamente, para obtener

previsiones sobre la demanda de arquitectos. En el primer caso no se presenta

ningún problema importante, ya que el objetivo es comparar la demanda vaticinada

con la demanda observada durante un periodo de 15 ó 20 años.

En el caso de las previsiones futuras, conviene precisar los limites del estudio,

pues de no ser asi se correrla el riesgo de abandonar el campo de la investigación

por el de la adivinación. En primer lugar, cualesquiera que sean los resultados de

tal simulación sólo serán significativos en la medida en que las previsiones de

las variables independientes que son la población y la renta sean exactas. Después,

estos mismos resultados sólo serSn valederos si los lazos que unen las distintas

variables no sufren modificaciones importantes en el futuro. En otros términos, si

la preferencia por la disponibilidad del marco inmobiliario por una parte, y la

relación entre la estructura de la demanda de servicios arquitectónicos y la de la

inversión inmobiliaria por otra se mantienen igual que en el pasado. Por fin, se

debe tener en cuenta de que se trata aquí de realizar un análisis de tipo

"tendencial" que no comprende las fluctuaciones de los ciclos, en particular de los

llamados "largos" (6-11 años) (1). Por consiguiente, se pueden esperar a corto

plazo variaciones importantes entre las previsiones tendenciales y la realidad

aunque todas las condiciones anteriormente citadas se realicen por otro lado.

RETROPROYECCIONES DE LA INVERSION INMOBILIARIA

Ya hemos descrito en el capitulo 5 cómo se puede calcular el volumen del parque

inmobiliario partiendo de las inversiones acumuladas desde 2L años antes (siendo L

la longitud media de vida estadísticamente medida para el tipo de edificio

considerado) según la función de desaparición Winfrey S3. Permutando los términos

de la ecuación, se puede también determinar el valor de las inversiones cuando se

conoce el valor del parque y la función de desaparición.

Para someter a prueba el modelo preventivo ha bastado con efectuar dicho cálculo

"al revés" partiendo, no del parque observado, sino del parque "modelo".

Efectivamente, como podíamos modelar el parque disponible por habitante, bastaba

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con multiplicar cada "predicción" por el volumen de

páreme / hab. J&jS'' población para obtener el valor "previsto" del parque

total. Y partiendo de ese punto, sólo se necesitaba

comparar las inversiones calculadas con las inversiones

observadas durante el periodo "modelo". Para los

Estados Unidos este periodo se fijó entre 1954 y 1976,

mientras que para el Canadá se considera de 1961 a 1975.

Se han elegido estos periodos en función de criterios renta / hab.

de continuidad e isomorfismo evocados a continuación.

Este tipo de modelos se inspira de aquellos dichos del ajuste de la reserva, elaborados por Muth para la previsión de la demanda de viviendas (2). La superioridad de estos modelos sobre los de extrapolación pura y simple y también sobre aquellos de previsión -directa de la inversión a partir de toda especie de variables, está claramente estable­cida. Pero los modelos que presentamos aquí, no pretenden poseer el carácter explicativo de los modelos recientes de ajuste de la reserva (3). Para esto, serla necesario introducir en ellos numerosas subvariables demográficas, económicas e incluso políticas que se hallan fuera de alcance del estudio presente.

Sin embargo, nuestros modelos caracterizan ampliamente las preferencias históricas con respecto al marco inmobiliario. En este sentido, son perfectamente utilizables para fines previsionales siempre y cuando se tenga en cuenta el carácter aproximativo de los resultados.

El modelo se presenta en forma lineal, siendo parque/hab. = b (renta/hab.) + a + e, en que a y b son los parámetros de regresión y e el termino aleatorio. Asi pues, cuando se conocen a y b, se puede determinar, con más o menos c, el valor del parque por habitante para cualquier valor de la renta por habitante.

En un primer momento se han tenido que determinar los parámetros a y b con ayuda de la técnica de las regresiones lineales. Esto se ha hecho comparando la renta/hab. con el parque/hab. durante el periodo considerado. En segundo lugar, ha sido necesario calcular el mismo parque/hab., pero ahora partiendo de la ecuación obtenida. Hay que precisar que, en este caso, .se han utilizado datos del parque/hab. revisados por la técnica de las "medias móviles" de 5 años, con el fin de reducir la incidencia de los ciclos "cortos". En filtimo lugar, las "predicciones" obtenidas se han multiplicado por la población para obtener las "predicciones" del parque inmobiliario total.

Una vez obtenida esta reserva total, sólo quedaba por efectuar el cálculo "a la inversa" anteriormente citado, para determinar las previsiones tendenciales de la inversión inmobiliaria del sector considerado.

Los resultados de estas retroproyecciones figuran en los cuadros Al2 y A13 del

anexo estadístico.

PROYECCIONES DE LA INVERSION INMOBILIARIA...

El mismo procedimiento permite efectuar proyecciones de la inversión inmobiliaria. Sin embargo, ha sido necesario efectuar con antelación previsiones de población y de renta por habitante hasta el año horizonte, que se ha fijado de forma arbitra­ria en 1988.

. . . PARTIENDO DE LAS PROYECCIONES DE LA POBLACIÓN...

En materia de población, heiros adoptado las previsiones permanentes efectuadas por organismos oficiales competentes. En Estados Unidos, la Oficina del Censo (4) estima que la población llegará, en 1990, a los 240 millones. Basta actuar por interpolación para prever que el crecimiento anual será de 1,7 millones de personas.

En el Canadá, las proyecciones de base han sido efectuadas por Statistique Canada (5). En este estudio, cuatro combinaciones hipotéticas suministraban cuatro clases

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de previsiones. Para 1990, estas previsiones eran las siguientes. A = 29,7

millones, B = 27,6 millones, C y D 26,3 millones. El censo de 1976 indica una

población de 22,7 millones y una simple extrapolación desde 1971 que pase por 1976

muestra que la realidad puede situarse en 1990 entre las hipótesis B y C - D. Baños

adoptado pues 27 millones para el año 1990 o, como equivalente, un crecimiento

anual de unos 0,285 millones de personas.

Todas estas precisiones figuran en los cuadros A6 y A7 del anexo estadístico.

... Y DE LA RENTA POR HABITANTE

El problema de los ingresos es más peliagudo. En efecto, la crisis que atraviesa

hoy día la economía mundial hace que los oráculos permanezcan en silencio... Sin

embargo, se empieza a compartir ampliamente una opinión, que consiste en que la

crisis actual no es una crisis coyuntural como las otras, sino un verdadero

periodo de mutación que exigirá un largo reajuste. Sus causas serian múltiples,

como lo eran en 1929, aunque se puede esperar una mayor resistencia de los

engranajes económicos actuales comparándolos con los que prevalecían en los tiempos

de la gran crisis.

Entre estas causas, figura, inexcusablemente, el trasvase de los recursos hacia

los países exportadores de energía y de materias primas. Cuentan también los costes

de las políticas de medio ambiente y los de las políticas sociales, mucho más

elevados que antaño. Y como, por regla general, el consumo es mucho más estable

que las inversiones, estas últimas se ven disminuidas. Por último el carácter

terciario de los empleos hace que el trabajo sea mucho menos productivo ahora que

cuando se derivaba de actividades de tipo industrial. En otros términos, las

fuentes que han alimentado el periodo de crecimiento de la post-guerra .parecen

agotarse. De ahí resulta una crisis que, si no es de retroceso como la de los

años 30, si es de menor aumento.

En efecto, si se observa el porcentaje medio de aumento de la renta nacional real

por habitante en los Fstados Unidos, se aprecia que desde 1967, se sitúa alrededor

del 1,25%, mientras que era del 2% aproximadamente, durante los treinta años que

siguieron a la guerra (6). En el Canadá, el fuerte aumento continuó hasta más

tarde, pero se ha comprobado su carácter artificial dado que los índices de los

años 1972-1974 han sido el resultado de una política monetaria y presupuestaria

tremendamente expansionista (7). En todos los casos, se observa que, a partir de

1974, el porcentaje medio de aumento de la renta por habitante en el Canadá se

aproxima mucho al de los Estados Unidos.

En definitiva, ¿ qué porcentaje se debe elegir ? No creemos en un restablecimiento

completo del crecimiento, ni a medio ni a largo plazo. Por el contrario, comparti­

mos la idea de que los mecanismos de reajuste del nuevo medio ambiente económico y

político van a aportar a plazo medio una mejora moderada del ritmo del crecimiento.

Por eso hemos adoptado finalmente un porcentaje medio fijo de crecimiento del 1,5%

anual para la renta nacional por habitante, partiendo de su valor en 1976, tanto

en los Estados Unidos como en el Canadá. Todas estas previsiones figuran en los

cuadros A10 y All.

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LA PREFERENCIA POR LA DISPONIBILIDAD DEL MARCO INMOBILIARIO

El análisis efectuado en el capitulo 6 pone en evidencia ciertas tendencias recientes de la preferencia por la disponibilidad del narco inmobiliario. De esta forma, en los Estados Unidos, la mayoría de los sectores muestran desde 1954 cierta relación lineal entre el parque inmobiliario disponible con el nivel de la renta. Es cierto que se han producido estos últimos años variaciones bastante bruscas, en particular en los sectores residencial, comercial y hospitalario. Sin embargo, estas variaciones son esencialmente tributarias de las fluctuaciones señaladas de la renta, variaciones que aparecen más acentuadas que antes debido al fuerte crecimiento de dichos sectores.

Serla pues imprudente analizar las tendencias del parque inmobiliario sin un retroceso suficiente en cuanto a los años. Por ejemplo, una regresión entre 1965 y 1976 reflejarla mejor lo ocurrido durante estos años en el sector comiic¿o¿ y holt lili que una regresión entre 1954 y 1976. Por el contrario, es muy probable que la tendencia a largo plazo prevaleciera sobre la de corto plazo, como lo deja entrever ya el decaimiento de 1976. En este caso, un modelo "corto" correrla el riesgo de poder ser impugnado.

Como lo que acaba de decirse puede aplicarse perfectamente al conjunto de los sectores de los Estados Unidos, hemos optado por un modelo de tipo lineal, sector

por sector, realizado según la técnica expuesta anteriormente al hablar de las retroproyecciones.

En el Canadá se imponía el mismo proceso, salvo que el periodo de tendencia lineal

parece haber empezado más tarde que en los Estados Unidos, es decir en 1961.

Hay que señalar sin embargo dos excepciones al procedimiento general.

En primer lugar, en los Estados Unidos las inversiones inmobiliarias industriales públi­cas se han estabilizado desde 1956 al nivel de unos 400 millones de dólares 1958. Este es pues el valor que se adoptará ulteriormente.

Por otra parte, en el Canadá, el coste exorbitante de las instalaciones olímpicas ha hecho que el valor del parque inmobiliario recreativo se ha visto brutalmente realizado a partir de 1975. Pero estas instalaciones sólo serán utilizadas por un núcleo de población muy restringido, mientras que las otras regiones desearán ver mejorar su parque disponible como ocurría anteriormente. Es muy probable pues que la "pendiente" de crecimiento del parque recreativo por habitante sea la misma después que antes de 1976. Únicamente hay que hacer notar que partirá de más arriba.

Una vez efectuadas las "predicciones" del parque por habitante para el periodo 1976-1988 a partir de las proyecciones de la renta por habitante, y con la ayuda de los modelos de regresión elaborados para las retroproyecciones, hemos calculado el parque total para el mismo periodo de la misma forma, es decir, multiplicando dichas predicciones por las previsiones de población. Una vez halladas las previsiones disponibles del parque total se han deducido por el mismo procedimiento las previsiones de la inversión inmobiliaria.

PREVISIONES DE LA INVERSION INMOBILIARIA

Los resultados obtenidos, tanto a nivel de las proyecciones del parque como al de las proyecciones de la inversión inmobiliaria, figuran en los cuadros Al2 y A13 del anexo estadístico. Las figuras 28 a 34 que a continuación se ofrecen represen­tan el valor observado desde 1875 a 1975, y las proyecciones 1976-1988, de la inversión inmobiliaria, según los sectores, en dólares constantes.

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US RESIDENTIAL

Fig. 28. Inversión inmobiliaria residencial. Estados Unidos, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dolares 1958.

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US RGRICULTURE

Fig. 29. Inversión inmobiliaria agrícola no residencial. Estados Unidos, 1977 a 1988. En millones de dolares 1958.

US IND- AND C0MM l-PRIVRTE INDUSTRIAL Z-PUBL1C INDUSTRIA. 9>PRIVRTE STORES AND HOTELS 4«PRIVRTE OFFICES RNO HHSO.

Fig. 30. Inversión inmobiliaria industrial y comercial. Estados Unidos, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1958.

Fig. 31. Inversión inmobiliaria de servicios. Estados Unidos, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1958.

J€

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CflNnon AGRICULTURE

MR

Fig. 32. Inversión inmobiliaria agrícola no residencial. Canadá, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1961.

it» las

Fig. 33. Inversión inmobiliaria industrial y comercial. Canadá, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 19611

CRNRDn SERVICES IRRELIGION 2-EDUCflTION 3«HEH.TH 4-RECREflTION 6-PUBLIC OFFICES B-niECELLnNE0U6

Fig. 34. Inversión inmobiliaria de servicios. Canadá, 1875-1975. Proyecciones de 1977 a 1988. En millones de dólares 1961.

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CONCLUSION

Se imponen varias observaciones sobre las anteriores proyecciones de inversión. Se

puede observar que las proyecciones futuras parecen ser ligeramente optimistas en

relación con la situación que ha prevalecido estos últimos anos. Esto se deriva de

que por las razones expuestas anteriormente, hemos previsto un porcentaje de

aumento de la renta por habitante un poco ro£s elevado que el que prevalece desde

1967.

Por otra parte, la discontinuidad entre las retroproyecciones y las proyecciones

proviene de que éstas últimas han sido realizadas a partir del parque inmobiliario

real hasta 1975 y no a partir del que hubiera resultado de las inversiones prévis^

tas por simulación. ¿ Cuáles serSn los efectos de estas previsiones de inversión

inmobiliaria sobre la profesión de arquitecto, suponiendo que se verifique su

orden de magnitud ? Esto es lo que examinaremos en el siguiente capítulo.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. Veremos más adelante que se puede despreciar el impacto de los ciclos "cortos" (2-4 años) gracias a técnicas particulares.

2. R.F. Muth, The Demand for Non-Farm Housing, in A.C. Harberger, The Demand for Durable Goods, Univ. of Chicago Press, 1960.

3. D. Val let, L'investissement en logement des ménages, in Annales de l'I.N.S.E.E. , na 24, oct.-dec. 1976, pág. 77-115.

4. U.S. Bureau of the Census, Current Population Reports, no 522, página 25.

5. Statistique Canada, Projections démographiques pour le Canada et les Provinces, 1972-2001, Ottawa, Junio 1974.

6. Cálculo efectuado con la ayuda del método de las regresiones exponenciales. B.P. Pesek, Economie Growth and its Measurement, en Economic Growth and Cultural Change, vol. ix, ns 3, abril 1961, pág. 295-315.

7. Conseil économique du Canada, Objectifs économiques et indicateurs sociaux, Ottawa, 1974, pág. 18-52.

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CAPITULO 8

PREVISIONES DE DEMANDA DE ARQUITECTOS

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PREVISIONES DE INVERSION INMOBILIARIA

Y PREVISIONES DE DEMANDA DE ARQUITECTOS

La lección que se obtiene del capitulo anterior es, que en definitiva, el nivel de

la inversión inmobiliaria depende del crecimiento demográfico, del aumento de la

renta nacional y de la preferencia por la disponibilidad del marco inmobiliario.

Hemos visto, en particular, que esta función de preferencia podía tomar la forma

de una ecuación lineal que expresaba el valor del parque disponible por habitante

en funcifin de la renta también por habitante. De hecho, cada ecuación lineal

integra, en el seno de un sector inmobiliario determinado, el crecimiento neto del

parque inmobiliario y la sustitución del ya existente. A la larga, en una sociedad

estancada tanto desde el punto de vista demográfico como económico, sólo la función

de sustitución del parque existente asegurarla la supervivencia de la actividad de

la construcción.

Se comprende pues la sensibilidad extrema de la inversión inmobiliaria en las

disminuciones y en las aceleraciones del crecimiento en todas sus formas. Asi,

incluso en la hipótesis de un mantenimiento de los lazos estructurales entre la

inversión inmobiliaria y la economía, tal como ha sucedido en América del Norte

desde mediados y a finales de los años 60, nos vemos obligados a considerar un

nivel relativamente modesto de la actividad de la construcción; y esto en razón de

la deceleración a que está sometida esta región - como muchas otras regiones del

mundo - en materia de población y de renta. Este es, en todo caso, el resultado de

las simulaciones efectuadas en el capitulo anterior.

DEMANDA QUE PROVIENE DE LOS DESPACHOS DE ARQUITECTO

Volveremos ahora sobre las consecuencias que este estado de cosas acarrea a la

profesión de arquitecto. Es fácil evaluar estas consecuencias ya que se han podido

determinar en los capítulos 2 y 3 las relaciones estructurales que existen entre

la inversión inmobiliaria y la actividad de los despachos de arquitecto. Basta, en

efecto, con aplicar el modelo PACC a las proyecciones de inversión elaboradas en

el capitulo anterior, para disponer las correspondientes previsiones en lo

concerniente a la demanda de servicios arquitectónicos en las oficinas

profesionales.

Sin embargo, como se ha hecho con respecto a las previsiones de inversión,

conviene recordar que las previsiones de demanda de servicios arquitectónicos no

serSn valederas más que, primero, en la medida en que las proyecciones de

inversión se realicen en las condiciones enumeradas en el anterior capitulo, y

segundo, en tanto en que la relación entre inversión .inmobiliaria y actividad

arquitectónica sea, en el futuro, análoga a la que el modelo PACC haya podido

medir en el pasado. Sin embargo, estamos seguros de que si hay una desviación

elevada entre la previsión y la realidad, ésto se deberá muy probablemente a un

porcentaje de crecimiento de la renta por habitante más alto o más bajo del

previsto. En este caso convendrá corregir consecuentemente las previsiones que, de

todos modos, seguirán siendo tendenciales, ya que no tienen en cuenta las

fluctuaciones cíclicas.

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La aplicación del modelo PACC en las proyecciones de inversión para deducir previsiones de demanda de arquitectos no presentan, en principio, más dificultad que las que se han discutido en el capitulo 3. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la clasificación de la inversión inmobiliaria utilizada no es exactamente la misma que la de los contratos Dodge utilizada por el modelo. Además, el valor de la inversión es más alto que el de los contratos de construcción, como se ha demostrado en el capitulo 4, puesto que éstos últimos excluyen los gastos ligados a la preparación de los proyectos.

Por tanto, ha sido necesario derivar el valor previsto de los contratos a partir de las previsiones de las inversiones, realizando primero una nueva clasificación de los datos, y aplicando, después, coeficientes reductores calculados a partir de las observaciones recientes de la relación contratos-inversiones.

Una vez realizadas estas operaciones, las previsiones de construcción han sido transfor­madas en porcentajes e introducidas en el modelo PACC. Los resultados porcentuales del valor de los proyectos estudiados por las oficinas de arquitecto han dado lugar inmediatamente al cálculo del valor máximo de construcción efectuado por dichas oficinas, de acuerdo con el procedimiento descrito en el capitulo 3.

¿ Cuántos arquitectos serian entonces necesarios para realizar dicho valor óptimo ? Esta pregunta nos remite al tema de la productividad, ya evocado en el capitulo 3. Está claro que en el actual estado de los conocimientos sobre el tema, es imposible adoptar para el futuro otra hipótesis que no sea la de la productividad constante.

Por tanto, hemos establecido nuestras previsiones sobre la demanda a partir, precisamente, de esta hipótesis.

Los resultados obtenidos gracias a esta simulación figuran en los cuadros A14 y

A15. Representan la previsión de demanda de arquitectos en los despachos

profesionales, demanda que es consecuencia de las obras de construcción proyecta­

das en el capitulo anterior.

DEMANDA EXTERIOR A LOS DESPACHOS

Sin embargo, estas previsiones de demanda deben completarse con la demanda que

proviene de otros sectores económicos diferentes de los despachos de arquitecto (1).

Para efectuar previsiones sobre la demanda exterior a los despachos sólo dispone­

mos de la extrapolación pura y simple. Aunque no es exacto, este método permite

que podamos hacernos una idea de este tipo de demanda.

El indicador de la demanda exterior a los despachos es evidentemente, la variación de la masa de arquitectos que trabajan como tales en lugares que no sean los dichos despachos. Para ello hemos utilizado las tablas de los censos relativas a las profesiones según las industrias (2). Estas tablas facilitan el numero de arquitectos que trabajan en las industrias manufactureras, en la industria de la construcción, en la administración publica, en la promoción inmobiliaria, en diferentes instituciones, e t c . , además de los despachos profesionales.

En los Estados Unidos, el numero de arquitectos que trabaja fuera de los despachos profesionales representaba en 1940 y 1950 aproximadamente un 45% de todos los arquitectos en activo (3). Ahora bien, este porcentaje ha bajado al 20% en 1960 y 1970. Se podría pensar en un grave error estadístico, pero el hecho de que tal fenómeno se haya observado también en el Canadá nos impide dudar de que no se haya producido efectivamente.

Sin embargo, en 1970 se observaba una débil reactivación de los empleos fuera de los despachos. En efecto, si los empleos de arquitecto en cada industria hubieran aumentado entre I960 y 1970 proporcionalmente a la construcción inmobiliaria en $ constantes, se habrían observado en 1970 alrededor de 35 700 arquitectos trabajando en los despachos y 8 500 fuera de ellos. De hecho se ha comprobado que habla 34 500 y 12 500 respectivamente. La "diversificación" ha probablemente producido, pues, unos 4 000 empleos suplementarios, de los cuales 1 200 lo habrán sido en detrimento de los despachos.

Por lo que respecta al Canadá, se observa que la demanda exterior a los despachos está en recesión, ya que entre 1961 y 1971 los arquitectos que trabajan fuera de ellos han pasado del 34% al 30% del conjunto de los arquitectos en activo.

Se aprecia que en los Estados Unidos el numero de arquitectos requerido para las

actividades exteriores a los despachos aumentará en mayor proporción que como lo

82

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hace el número de arquitectos que trabajan dentro de ellos. Más exactamente, la

demanda "exterior a los despachos" (ED) en un año t en relación con la demanda

proveniente de los despachos (D) estará determinada por la siguiente ecuación, que

se deriva de las cifras citadas.

EDt = 0,35 Dt + 280 (t-1970)

En esta ecuación el coeficiente 0,35 resulta de la relación entre los arquitectos

"fuera" y "dentro" de los despachos observado en 1970, mientras que el numero 280

representa el aumento desproporcional neto anual de los empleos "exteriores"

durante el periodo 1960-1970.

De la misma manera, en el Canadá, la extrapolación de los empleos "exteriores" se

expresara con la fórmula

EDt = 0,425 Dt - 23 (t-1970)

TERCERA DEMANDA

AdemSs de los dos tipos de demanda estudiados, existe una tercera, de menor

importancia, pero que no se puede ignorar. Se trata de la masa de empleos

desempeñados por arquitectos, pero con otras actividades en el sentido de los

censos. Son esencialmente profesores de escuelas de arquitectura identificados

como profesores de universidad o bien altos funcionarios que ocupan cargos

directivos en servicios ministeriales o municipales. A falta de datos precisos a

este respecto hemos evaluado estimativamente esta tercera demanda en un 5% del

volumen global de la demanda de los despachos y de la exterior a ellos.

DEMANDA TOTAL

El conjunto de la demanda total proviene evidentemente de la suma de las demandas

procedentes de los despachos de la exterior a ellos y de la tercera demanda. Los

resultados, tanto retrospectivos como proyectivos, figuran en el anexo estadístico,

cuadros Al4 y A15 y están representados en las figuras 37 y 38.

OFERTA DE ARQUITECTOS

Frente a la demanda de arquitectos, existe una oferta. El capitulo 1 enumeraba sus

distintos niveles. Está claro que en definitiva solo cuenta la oferta real, es

decir la que se expresa de forma activa, ya sea por la ocupación, ya sea por

búsqueda de un empleo de arquitecto. De hecho la oferta real es casi imposible de

precisar ya que las informaciones sobre el numero de arquitectos en busca de empleo

son casi inexistentes. Debemos pues fijarnos en la oferta potencial.

Recordemos que la oferta potencial representa el volumen de arquitectos en edad de

ejercer, que estarían en el mercado de trabajo si ninguno de ellos hubiera

abandonado el país o la profesión y ësto a partir de una fecha considerada como

punto de partida del cálculo. A pesar de sus debilidades, la noción de oferta

potencial ofrece una visión bastante pertinente de los eventuales movimientos

deficitarios o excedentarios. Además, su actualidad puede ser constantemente acen­

tuada por el cambio del año-origen. En efecto, las fechas de los censos permiten

"hacer el inventario" y ajustar la curva de la oferta al nivel real medido mas

recientemente. Asi, por ejemplo, la diferencia entre la oferta base en 1950 y la

83

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oferta base en 1960, representa las partidas y abandonos contabilizados en el

decenio considerado.

Recordemos también que la oferta potencial es el

resultado de la suma de varios flujos gue son la

oferta inicial, los nuevos titulados y la inmigración

de arquitectos. Para poder sumar estos flujos hay que

disponer de buenas series estadísticas sobre cada uno

de ellos, lo que no ha sido siempre posible.

Por lo que se refiere a la oferta inicial, henos optado por los efectivos reseñados en los primeros censos de la post-guerra, es decir en 1950 en los Estados Unidos y en 1951 en el Canadá. Se ha discutido la pertinencia de la elección de 1951, en lo que se refiere a Quebec, en la obra de referencia (4). Los argumentos evocados en favor de la elección del comienzo de los años 50 como año origen del estudio de la oferta, parecen conservar todo su peso, tanto en el caso de los Estados Unidos, como en el del Canadá.

Por lo que se refiere a los nuevos titulados, los datos proceden de serles elaboradas a partir de diversas fuentes (5). La metodología y los resultados han dado lugar a artícu­los que Be publicaran próximamente (6). Las principales series figuran en el anexo estadístico, cuadros Al6 y A17, y están representadas en las figuras 35 y 36.

Por último las series relativas a la inmigración se han obtenido de los servicios oficiales pertinentes (7). Figuran también en el anexo estadístico, cuadros A16 y A17, y están representadas igualmente en las figuras 35 y 36.

La elaboración de las proyecciones de oferta plantea problemas mucho más serios. Pero estos problemas no aparecen a nivel de la oferta inicial, ya que basta con proseguir el cálculo hasta el año adoptado como horizonte. En cuanto a las proyecciones de inmigración, sólo pueden ser arbitrarias. Hemos adoptado una cuota permanente muy próxima a la relativamente baja de estos últimos años, o sea que entran anualmente 350 arquitectos en los Estados Unidos y 100 en el Canadá. Hay que señalar que tales proyecciones son bastante conservadoras e ignoran las altas y bajas bien conocidas de los flujos migrato­rios, sobre todo en lo que se refiere al Canadá (figura 36).

Quedan por establecer las previsiones de los titulados, mucho más importantes y delicadas que las anteriores. El conocimiento bastante escaso de los flujos de estudiantes a través de las instituciones nos obliga a adoptar métodos aproximados, tales como la relación entre los que comienzan sus estudios en un determinado año y los títulos otorgados n años después. Este es el método" utilizado en el caso de los Estados Unidos, ya que conocemos "grosso modo" las admisiones en el primer año de estudios y los títulos profesionales otorgados. Este método ofrece sin embargo, varias dificultades procedentes de la indefinición de los matriculados en el primer año, de los títulos expedidos e incluso de la duración de los estudios.

La primera dificultad proviene del hecho de que los cuestionarios del A.C.S.A., que es la fuente principal de este tipo de datos, han evolucionado con los años. Era pues bastante difícil saber si en algunos años los matriculados en el primer año lo han sido únicamente en estudios puros de la profesión de arquitecto o si se han incluido también los matriculados en el primer año de programas no estrictamente profesionales, y en particular en programas "pre-arquitectura" de nivel "colegial". Esta dificultad ha sido casi paliada gracias al descuento de los matriculados programa por programa, en los años ambiguos.

Aparece otra dificultad por el hecho de que en los Estados Unidos el titulo profesional "acreditado" puede ser un bachiller profesional (B. Arch.) de 5 ó incluso de 6 años, o una maestría profesional (H. Arch.) después de un bachillerato no profesional que a menudo sólo ha durado 4 años. Se tendría pues que averiguar si no se ha procedido a un doble descuento en el caso en que los estudiantes han obtenido uno u otro de estos títulos. En la práctica parece bastante raro ya que los poseedores de un B. Arch, tienen mayor tendencia a inscribirse, llegado el caso, en cursos de maestría no profesional.

La última dificultad proviene de que se desconoce totalmente la duración media de los estudios. Esta duración es, sea dicho de paso, muy difícil de conceptuar ya que deberla descontar los casos de renuncia, los cuales por cierto nunca pueden considerarse definitivos. Por otra parte, estos abandonos constituyen un "flujo de salida" distinto del de los titulados. Todo esto hace que sea imposible prácticamente calcular de forma objetiva la duración media de los estudios. Por el contrario, es posible hacer frente a la dificultad adoptando una duración virtual n que es la que ofrece la mejor correlación entre el volumen de primeros matriculados durante el año t y el volumen de titulados durante el año t-t-n. En los Estados Unidos, la duración virtual óptima es de 8 años (8). En efecto, una regresión lineal entre los matriculados H en el primer año profesional

/^ efectivos

inmigración

nuevos titulados

oferta inicial >t

84

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desde 1953 a 1967 y los títulos profesionales T expedidos entre 1961 y 1975 alcanza una correlación de R2 = 0,943. En este caso, el volumen de titulados obedece a la siguiente función

Tt = 0,4665 M ^ e + 280

Como se conoce el número de matriculados en primer año hasta 1976, tal ecuación nos ha permitido calcular la salida de titulados hasta 1984. A partir de entonces, hemos adoptado un flujo de números matriculados que se estabilizarla alrededor de 9 000 hacia 1978 (contra 8 385 en 1976), permitiéndonos prever unos 4 480 titulados por año hacia el año horizonte (contra 3 430 en 1975 y excepcionalmente 4 170 en 1976).

Es bien cierto que esta metodología sólo puede dejarnos insatisfechos, ya que no tiene en cuenta los efectos de reducción o ampliación de la duración media de los estudios que conoce constantemente todo sistema universitario de enseñanza. La figura 35 hace pensar, en efecto, que últimamente, la tendencia ha sido la de acortar la duración media de los estudios, o lo que es lo mismo, la disminución de las renuncias. Esto hubiera provocado un aumento brutal del número de titulados. Si se prosiguiera esta tendencia habría que "cambiar el modelo" lo que inflarla las previsiones, aunque se desinflasen más tarde por una ampliación eventual de los estudios o un recrudecimiento de las renuncias.

5 000 -

4 000 -

3 000 •-

2 000 -P

1 000

número de arquitectos

— nuevos titulados

— • — inmigrantes

——— proyecciones ->X-

ia ~A 1951 55 60 1965 1970 1975 1980 1985

Fig. 35. Títulos profesionales de arquitectos otorgados. Inmigración de arquitectos. Estados Unidos, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a 1987.

En lo que se refiere al Canadá, han surgido dificultades del mismo tipo en cuanto al establecimiento de proyecciones de los futuros titulados. Esta vez, el problema ha consistido en la carencia de datos relativos a los matriculados en primer año, y se ha tenido que utilizar un modelo en el cual el número de titulados es una función de los efectivos E inscritos n/2 años antes. En este caso, la duración virtual óptima serla también de 8 años, con una correlación R2 = 0,741. La ecuación serlaTt = 0,1714 Et-4+2,0.

Las previsiones de efectivos entre 1977 y 1984 han sido establecidas suponiendo una estabilización de unos 2 500 estudiantes a partir de 1978 (contra 2 380 en 1975) y estas previsiones son también muy conservadoras.

500 •

400 --

300

200

100

numero de arquitectos

— — • nuevos titulados

— * — inmigrantes

proyecciones /\

*v'

1975 1951 1955 1960 1965 1970 1980 1985

Fig. 36. Títulos profesionales de arquitectos otorgados. Inmigración de arquitectos. Canadá, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a 1987.

85

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Ya se trate de retroproyecciones o proyecciones, todos los datos en cuestión han

sido acumulados - salvo, claro está, los de la oferta inicial - y después

actualizados por el método demográfico clásico del diagrama de Lexis (9). Para

aplicar este método, basta con conocer la estructura de edad de la población

considerada y el porcentaje de mortalidad según la edad. Por lo que se refiere a

la estructura de edad de la oferta inicial, no hemos tenido ninguna dificultad,

ya que es conocida. Por el contrario, para la estructura de edad de los nuevos

titulados y de los inmigrantes, hemos adoptado hipótesis relativamente poco

aventuradas, discutidas en el capitulo 3 de la obra de referencia (4). Por fin los

porcentajes de mortalidad adoptados han sido los de la población masculina en

América del Norte.

Por fin, la confrontación de la oferta y la demanda se ha hecho de forma gráfica a

partir de los resultados de conjunto tabulados en el anexo estadístico A14-15 y

A18-19. Hay que observar que la oferta potencial ha sido representada sobre las

bases 1950, 1960 y 1970 (1951, 1961 y 1971 para el Canadá) mientras que la demanda

ha sido descompuesta en demandas de despachos, exterior a los despachos y tercera

demanda.

110 000

100 000 -

90 000 -

80 000 •-

70 000 -

60 000--

50 000--

40 000 J.

30 000

20 000 íí-

10 000 ~

número da arquitectos

>£ < *

%?

oferta potencial (baie 1950)-

( " I960)-

( " 1970) .

^

• ^

-íí' , < • > '

s&>

demanda de loa deapaehoa

demanda exterior a loa deapaehoa,

tercera demanda

1980 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1985

Fig. 37 . Oferta y demanda de arquitectos. Estados Unidos, 1950-1975. Proyecciones de 1976 a 1987.

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13 000

12 000 ..

11 000 ..

:o ooo _

9 000 -.

8 000 ..

7 000

6 000 ..

5 000 ..

4 000 ..

3 000

2 000

1 000 JC

número de arquitectos

oferta potencial (base I9SI).

" " ( " I960-

( " 1971).

// y •y /

demanda de loa despachos

demanda exterior a loa despachos'

tercera demanda

1951 1956 1961 1966 1971 1976 1981 1986

Fig. 38. Oferta y demanda de arquitectos. Canadá, 1951-1975.

Proyecciones de 1976 a 1987.

Estos gráficos constituyen pues el objetivo de nuestra tarea. Para interpretarlos

correctamente hemos de formular varias precisiones.

Primero conviene insistir en la naturaleza relativa de la oferta potencial. La

diferencia entre dos ofertas de base diferente representa la "huida" de arquitec­

tos, ya sea por la vía de la inmigración o por el abandono puro y simple de la

profesión. Observaremos que esta huida es muy fuerte en el Canadá, sobre todo en

los años 70. Se trata de un fenómeno muy conocido que no es exclusivo de los

arquitectos (10). En efecto, una proporción importante de mano de obra, sobre todo

de alto nivel, abandona el Canadá unos años después de haberse Instalado. Su nuevo

destino es, a menudo, pero no siempre, los Estados Unidos.

Pero las precisiones más importantes se refieren a las hipótesis sobre las cuales

se han basado nuestras proyecciones. Estas hipótesis han sido expuestas y

desarrolladas en los lugares apropiados a todo lo largo del estudio. Sin embargo

no es Inútil recordar las principales, ya que de todos modos, nuestras prediccio­

nes sólo se realizarán cuando el conjunto de estas hipótesis se verifique en el

futuro. Claro está que la esperanza matemática de que todas estas hipótesis se

verifiquen a la vez es casi nula, pero ésto es característico de todas las

proyecciones económicas o demográficas. Su objetivo no es predecir el futuro en

el sentido absoluto del término, sino más bien describir un porvenir posible entre

otros muchos que resultarían de la modificación de las hipótesis en cuestión.

En lo que se refiere a la demanda de arquitectos, nuestras proyecciones se

realizarán únicamente si :

B7

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1. Las tendencias más recientes en materia de volumen de población continúan, a

razón de un aumento anual neto de 1,7 millones de personas en los Estados

Unidos y de 0,285 millones en el Canadá.

2. El porcentaje de aumento de la renta nacional real per capita alcanza, tanto en

los Estados Unidos como en el Canadá, una media del 1,5% por año.

3. La preferencia por la disponibilidad del marco inmobiliario sigue siendo en

cada sector la misma que la observada entre 1954 y 1976 en los Estados Unidos y

entre 1961 y 1975 en el Canadá.

4. La relación entre inversión inmobiliaria y producción arquitectónica sigue

siendo la misma de antaño, o sea que la estructura del modelo PACC continúa

representando dicha relación en el futuro.

5. La productividad de los arquitectos permanece estacionaria.

Sin embargo la importancia relativa de estas hipótesis es muy variable. Depende de

su mayor o menor incidencia sobre las previsiones de demanda o de su probabilidad

de cambio. En la práctica, pensamos que la variable más "variable" es la de la

renta, la cual tiene por otra parte una incidencia extremadamente grande sobre la

inversión inmobiliaria y, en consecuencia, sobre la demanda de arquitectos. De

esta manera, en un plazo medio y con menores variaciones de las otras variables

menos importantes, la demanda de arquitectos tenderá a evolucionar como lo haga la

tasa de crecimiento de la renta nacional real.

En cuanto a la oferta de arquitectos, parece seguramente más previsible que la

demanda, ya que se presenta como una reserva cuyas proyecciones de contenido

tienen una gran parte de conocido. Sin embargo, podrían aparecer variaciones

relativamente menores en relación con nuestras previsiones si la afluencia de

titulados y de inmigración fuese en el futuro muy distinta de la prevista en el

estudio. Pero la probabilidad de que existan grandes diferencias en lo que

respecta a los titulados es muy débil. En cambio si es mayor en materia de

inmigración, aunque la importancia de este flujo es pequeña en el conjunto de la

oferta.

Pasemos ahora a los comentarios de fondo sobre las perspectivas de oferta y

demanda. Está claro que, tanto en los Estados Unidos como en el Canadá, existe un

desfase muy importante entre la una y la otra. De hecho a mediados de los años 60,

el reajuste de la una a la otra se ha realizado mal que bien, pero dentro de un

margen aceptable. Ahora bien, desde principio de los años 70 - y salvo tal vez el

año 1974 en el Canadá, debido a la preparación de los Juegos Olímpicos y de otros

proyectos "inducidos" - todo transcurre como si asistiéramos a una deceleración

brutal del ritmo de crecimiento de la demanda de arquitectos. Justamente en ese

preciso momento llega al mercado del trabajo, el frente de la oleada de nuevos

titulados, oleada que se estima muy larga si se tiene en cuenta el aumento

incesante de los efectivos en las escuelas de arquitectura.

Claro está que tal situación no es exclusiva de América del Norte. No se limita

tampoco a los países industrializados. Todos sabemos que este problema es un

problema universal. En nuestra opinión es, incluso, el problema fundamental que

la profesión de arquitecto deberá afrontar y resolver en casi todas partes

durantes los años 80.

88

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NOTAS Y REFERENCIAS

1. Se trata de la demanda procedente del interior del pals, siendo despreciable la demanda procedente del exterior. As£, en 1972 el Censué of Selected Services Industries indica en su publicación sobre Architectural Engineering and Land-Surveying Services, que sâlo 204 firmas de arquitectos sobre 10 179 hablan percibido honorarios por trabajos realizados fuera de los Estados Unidos. Su importe representaba únicamente el 0,6% de la masa total de honorarios percibidos por el conjunto de los estudios.

2. U.S. Population Census 1940. The Labor Force Occupational Characteristics, tab. 18; U.S.P.C. 1950, Vol. IV, Part I, Cap. C. tab. 2; U.S.P.C. 1960 PC (2) 7C, tab. 2; U.S.P.C. 1970, PC (2)- 7C, tab. 8.

3. Ver la nota 1 del anexo estadístico.

4. R. Vergès-Escuin Les architectes dans l'activité économique, Université de Montréal, 1976, cap. 2.3.

5. Para los Estados Unidos las principales fuentes son las estadísticas de la Association of Collegiate Schools of Architecture (A.C.S.A.), las relaciones de la revista Higher Education sustituida estos últimos años por la publicación Earned Degrees Conferred, editada por el Center for Education Statistics y los datos procedentes de varias obras y artículos como los de F.H. Bosworth, R.C. Jones, A Study of Architectural Schools, Schriver's, N.Y., 1932; W.A. Taylor, Architectural Education en Higher Education, oct. 1953 y Z.C. Bannister, Architectural Enrollments, 1954, en Journal of the A.I.A. , agosto 1955.

Para el Canada los datos proceden en gran parte del Dominion Bureau of Statistics, Annual Survey of Education in Canada. Desde 1949 esta publicación se ha llamado Survey of Higher Education. Algunos datos han sido sacados de las estadísticas del A.C.S.A., que cubren también el Canadá. Por fin, algunos otros datos, entre los más recientes, se han obtenido directamente de las instituciones docentes.

6. R. Verges-Escuin, Enrollment and Degrees in the American Schools of Architecture, University of Montreal. 1978. R. Vergès-Escuin, Effectifs et grades décernés dans les écoles d'architecture du Canada, Université de Montréal, 1978.

7. U.S. Department of Justice, Inmigration and Naturalisation Service, Immigrants Admitted as "Professional, Technical and Kindred Workers, Washington, anual. Ministère de la Main-d'oeuvre et de l'Immigration, Immigration, Ottawa, anual.

8. Hay que observar que tal duración virtual es seguramente superior a la duración media real. Esta diferencia puede explicarse perfectamente con la ayuda de un gráfico de inventario perpetuo, con motivo de la existencia de abandonos a lo largo de los estudios.

9. R. Pressât, Introducción a la demografía, Ariel, Barcelona, 1977.

10. G.W. Bertram, Apport de l'éducation à la croissance économique. Conseil Economique du Canada, 1966, apéndice B-9.

89

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CAPITULO 9

PLANIFICACIÓN DE LA OFERTA ¡

"LAISSER FAIRE" O BIEN RESTRICCIÓN

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EL CAMBIO SOCIAL Y LA DEMANDA DE ARQUITECTOS

Se ha demostrado que el nivel de la actividad arquitectónica es tributario del

crecimiento. Crecimiento demográfico por una parte, crecimiento económico por

otra. Simplificando, se puede decir que la historia cuantitativa de la profesión

se relaciona con la evolución de los porcentajes de crecimiento de la población y

de los ingresos. De esta forma se explica el extraordinario nivel que ha alcanzado

la actividad de los despachos de arquitecto en América del Norte durante los 20

últimos años de crecimiento galopante. Asi se explica también la calda brutal de

actividad que padece la profesión desde que reina la presente crisis.

El porvenir no parece reservar demasiadas sorpresas, ya que se sabe que la crisis

actual es más estructural que coyuntural. Es decir, que las sociedades occidenta­

les sufren una mutación con vistas a adaptarse a las condiciones de un crecimiento

reducido. Uno de los primeros sectores que sufre los efectos de esta mutación es

el sector inmobiliario. Estos efectos, de origen demo-económico, se unen a los de

origen cultural ligados a la crisis del medio ambiente.

En consecuencia, existe un verdadero cambio social con respecto al ámbito de la

construcción. Ya se trate de los teóricos, de los que toman decisiones o de los

simples usuarios de lo urbano, sus planteamientos son totalmente distintos de los

de hace 20 años. Conceptos tales como la reconversión, la rehabilitación, la

reanimación y la conservación han venido a reemplazar a los de urbanismo vertical,

ciudad del futuro, arquitectura maquinista, de los que muchos de nosotros éramos

antaño ardientes defensores.

LA "RECONVERSION" DEL MARCO INMOBILIARIO

Y LA DEMANDA DE ARQUITECTOS

Este cambio social lleva consigo un cambio de la actuación en el ámbito de la

construcción. Tomemos el ejemplo de la reconversión, de la rehabilitación o de la

conservación. ¿ No pueden estos nuevos tipo de actividad sustituir a las formas

más clásicas de actuación ? La respuesta será negativa, sin lugar a dudas, si se

espera que estas actividades proporcionen una nueva demanda adicional de la

construcción y por consiguiente un aumento de la demanda de los servicios

arquitectónicos. Por el contrario, la respuesta puede ser positiva si se espera de

ellas un cambio cualitativo de los encargos hechos a los contratistas y a los

arquitectos.

Las nuevas formas de actuación del tipo reconversión, admitiendo que no obedezcan

Únicamente a una moda pasajera (1), no están en condiciones de realzar la demanda

global al mismo nivel que tenia antes de la crisis. Porque esta demanda global,

tal y como ha sido evaluada en los anteriores capítulos, incluye ya en si los

trabajos de reconversión. En efecto, la variable explicativa de la actividad

arquitectónica, tal y como está integrada en el modelo PACC, es la inversión

inmobiliaria, o para ser más exactos, el volumen de los contratos de construcción.

Ahora bien, tanto el uno como el otro, incluyen las obras de reconversión

93

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destinadas a los cambios de función o a la prolongación de la vida de los

inmuebles más allá de "su esperanza de vida en su nacimiento".

Por el contrario, el aumento relativo de las obras de reconversión en relación con

la demanda arquitectónica, lleva consigo una modificación cualitativa de ésta. Si

de ahora en adelante una parte importante de los proyectos realizados por los

despachos de arquitecto se refiere a trabajos sobre "lo existente" (2) está claro

que las competencias de los arquitectos llamados a trabajar sobre tales proyectos

deberían también evolucionar en consecuencia.

En espera de abordar la cuestión de la "reconversión humana" necesaria para la

"reconversión física", serla imprudente esperar de esta última un milagro que

permitiera reabsorber el formidable excedente de arquitectos presentes o futuros

en el mercado de trabajo, y éste es el auténtico problema qué hay que resolver.

EL ABISMO ENTRE LA DEMANDA Y LA OFERTA

DE SERVICIOS ARQUITECTÓNICOS

La diferencia, que aumenta, entre la demanda que disminuye y la oferta que se

amplia, constituye el mayor problema de la profesión de arquitecto en el día de

hoy. Esta diferencia sólo podría resolverse mediante una de las siguiente

acciones : aumentar la demanda Ó reducir la oferta. Por lo que respecta a la

primera, hemos visto que es ilusorio esperar un restablecimiento de la demanda

tradicional, incluida la reconversión. Por lo que respecta a la segunda, los

efectivos estén ahí, ya en el mercado de trabajo, ya en las instituciones

universitarias : admitiendo incluso una deceleración progresiva del aumento de los

efectivos de estudiantes como el que hemos previsto en el capitulo anterior,

tenemos excedentes masivos y crecientes a medio e incluso a largo plazo.

Asi, la planificación de los recursos humanos en arquitectura sólo puede concebir­

se a muy largo plazo (3). Sin embargo, incluso la propia idea de la planificación

de los recursos humanos, y sobre todo de la planificación universitaria, plantea

problemas que deben ser abordados precisamente bajo la Óptica del campo

arquitectónico.

PRINCIPIOS Y PROBLEMAS DE LA PLANIFICACIÓN UNIVERSITARIA

Hemos podido observar en el anterior capitulo que., en el pasado, la confrontación

en el mercado del trabajo de la oferta y de la demanda de arquitectos se saldó

gracias a un reajuste de signo alternativamente positivo y negativo. Si recordamos

que la oferta es el resultado de la suma de la oferta inicial (01), de los nuevos

titulados (T) y de la inmigración (INM), y si se denomina a la demanda tradicional

DEMT, y al déficit o excedente AJUSTE, se obtiene :

01 + T + INM = DEMT ± AJUSTE

Se ha podido observar últimamente, que el AJUSTE es positivo y cada vez mes alto,

lo que plantea enormes problemas. En consecuencia toda planificación pretenderé

necesariamente anular el AJUSTE, ó en otros términos, tenderá a que el primer

término de la ecuación se aproxime hacia DEMT. Ademes, como 01 se asemeja más a

una constante que a una variable propiamente dicha, se puede escribir el postulado

fundamental del sistema de planificación profesional buscado :

T + INM » DEMT

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En un sistema de planificación, las variables de la oferta resultan ser

dependientes de la demanda. Este enunciado plantea dos problemas. El primero es de

naturaleza politico-social. En efecto, ¿ en que principio puede basarse la

decisión de hacer tender la oferta hacia la demanda ?

La economía clásica de la enseñanza ha intentado responder a esta cuestión a causa

de la necesidad social de rentabilizar las inversiones (4). La enseñanza es una de

ellas. Esto implica en efecto la existencia de costes directos - cada vez más

altos por cierto - más los costes indirectos analizados como una perdida de

ganancia durante el tiempo en que el estudiante deja de contribuir a la producción

(5). La "tasa de rendimiento" (6) llega a ser positiva cuando los ingresos

directos e indirectos suplementarios que proporciona el incremento del nivel de la

enseñanza sobrepasan el conjunto de los costes de la misma. La demostración

realizada por Edward Denison (7) de que la enseñanza y la investigación científica

han sido, con mucho, los principales factores del formidable crecimiento económico

de los Estados Unidos, ha conferido a esta tesis un carácter dogmático.

Sin embargo, la inflación de los efectivos universitarios y la aparición del

"desempleo instruido", hacen dudar del carácter exclusivo del papel económico de

la educación. Aparecen, en consecuencia, otras opciones, como la del papel del

consumo cultural (8) que tiende a extenderse más allá de la mera enseñanza

"general", como lo sugiere Milton Friedman, para englobar de esa"forma una gran

parte de la enseñanza "técnica".

En definitiva, podría admitirse que el sistema de enseñanza pudiera proporcionar

dos tipos de efectivos : unos que utilizan su titulo como un instrumento de

inserción en el mercado del trabajo, y otros que consideran la adquisición de

conocimientos como un objetivo en si mismo. Los primeros constituirían la

"inversión productiva" definida por la economía clásica de la educación; los

segundos responderían más bien a un perfil de "consumo cultural de enseñanza".

Hay que hacer notar que estos dos perfiles coexisten ya más o menos, incluso en el

seno de los programas universitarios llamados profesionales. Pero ha de tenerse en

cuenta que la mayoría de las veces, los "consumidores" basculan hacia la óptica de

los "inversores" a medida que se aproxima el final de los estudios y que se plantea

el problema de saber de qué vivirán mañana...' (9).

Es evidente que la clarificación del papel de la enseñanza dependerá del resultado

de un debate que se desarrolla al nivel de toda la sociedad... e incluso del

contribuyente ! Es probable que la planificación universitaria llegue a integrar

los dos perfiles : no vemos, hoy por hoy, la necesidad de una universidad

limitada estrictamente en función de las necesidades económicas ni, por el

contrario, de un sistema de enseñanza superior que oscilara "libremente" y no

tuviera en cuenta dichas necesidades, como ocurre en el caso de la arquitectura.

Pero se plantea otro problema, y éste en términos prospectivos. El enunciado

fundamental de la planificación universitaria supone que se conoce la demanda.

Ahora bien, lo único que conocemos, aproximadamente, es la demanda denominada

tradicional.

¿ Pero quién nos dice que no existen otras necesidades, otras formas de demanda ?

¿ La mutación en curso de la actitud social frente al ámbito construido, no estará

haciendo surgir nuevas necesidades susceptibles de expresarse bajo la forma de

demanda no tradicional de servicios arquitectónicos ?¿ En-el caso limite, no habrán

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sido ignoradas algunas necesidades latentes por los arquitectos ? Al estar estos

demasiado acaparados por las necesidades de la producción galopante, o sumergidos

en exceso en la ideología implícita del crecimiento, quizás no hayan fijado su

atención en una demanda real pero no explicita, no tradicional y, por añadidura,

no solvente.

Admitamos por el momento que la respuesta a estas preguntas sea que si. Esto

significarla simplemente que existe, al menos potencialmente, una demanda no

tradicional : DEMNT, de servicios arquitectónicos. En otros términos, el postulado

fundamental de la planificación universitaria se convertirla en :

T + INM • DEMT + DEMNT

LA OPTICA DEL "LAISSER-FAIRE"

Todo esto nos lleva a considerar varias opticas posibles en cuanto a la

planificación universitaria. La primera, la del "laisser-faire", no rechaza ninguna

forma de oferta o de demanda. Esta Óptica postula que existe efectivamente una

"mano invisible" por medio de la cual la sociedad ajusta sus propios mecanismos,

incluidos los de un rechazo eventual del excedente de titulados...

La óptica del "laisser-faire" es, en la práctica, la que prevalece hoy en día : en

la mayoría de los países, el acceso a los estudios de arquitectura está limitado

como máximo por la capacidad de los candidatos, pero en ningún caso por su numero.

Por otra parte, de nada servirla ocultar que los responsables de las instituciones

universitarias se han dedicado a menudo, y apresuradamente, a aumentar los

efectivos, ya que precisamente es a partir de los efectivos como se determina

frecuentemente el presupuesto y, en consecuencia, el poder.

Dentro de esta óptica, no merece la pena distinguir entre los perfiles "inversión"

y "consumo" del colectivo estudiantil. Del mismo modo, no hay por que preocuparse

de hacer surgir las necesidades potenciales en lo que se refiere al ámbito de la

construcción para reactivar una demanda languideciente. La única limitación que

puede pesar sobre la Óptica del "laisser-faire" es la de los recursos, ya que sea

cual sea el perfil del efectivo, la enseñanza cuesta muy cara al contribuyente.

Por tanto, podemos preguntarnos hasta cuándo aceptará éste asumir el coste de un

sistema de enseñanza semejante. Es muy probable que este momento coincida con el

de una toma de conciencia del problema social y económico que representa para un

pals formar un excedente de titulados tan inútiles como frustrados. Por otra parte,

por la via de sus repercusiones sobre el sistema presupuestario de las universida­

des, la presente crisis económica se encarga de amenazar la política universitaria

del "laisser-faire" en muchos países.

LA OPTICA DE LA RESTRICCIÓN

En el sentido más amplio, la restricción es una decisión administrativa de limitar

el acceso a una profesión. Esta limitación puede aplicarse a una sola o a las dos

fuentes de alimentación de la oferta, a saber, a la inmigración y a los nuevos

titulados. Por lo que se refiere a la segunda fuente, la limitación puede

ejercerse a su vez en el acceso a los estudios (concurso de ingreso), en el

transcurso de los mismos (curso de convalidación, exámenes), en el ingreso en la

profesión (exámenes profesionales, co-optación, etc...), o más o menos en todas

partes a la vez.

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Dejando de lado el problema, por otra parte difícil y delicado, de la restricción

de la inmigración - problema que en America del Norte adquiere proporciones

importantes - vamos a concentrarnos en la Optica de la restricción universitaria.

Podemos observar que cuando existe la restricción universitaria, ésta tiende cada

vez m£s a aplicarse al principio de los estudios, de manera que se permita a los

candidatos rechazados la más amplia posibilidad de elegir otra carrera.

El problema del número se plantea, por otra parte, en el acceso a los estudios,

porque, cOmo se ha evaluado en el capitulo anterior, un porcentaje importante de

los estudiantes inscritos en primer año no llegarán a obtener el tituló (10). No

es menos cierto que el número de títulos otorgados por el sistema universitario es

aún demasiado alto con relaciOn a la capacidad de absorciOn del mercado de

trabajo (11).

La idea de la restricción se apoya sobre esta constatación. Sin embargo, la

restricción puede tener un carácter absoluto o relativo. Absoluto, si pretende

ajustar el cupo de titulados a la demanda tal y como está prevista. En este caso,

sOlo serla justificable si se aplicara al conjunto de las disciplinas, y ésto, a

partir de una decisión ampliamente democrática tendente a acabar, desde sus raices,

con todo tipo de desempleo intelectual.

Por el contrario, la restricción será relativa si tiende a reducir los efectivos

universitarios de arquitectura a proporciones semejantes a las que predominan en

el conjunto de todas las disciplinas. En otros términos, la restricción relativa

en arquitectura sOlo se justificarla si se cumple la siguiente condiciOn :

0Ao U+ioajt 0Co (l+iocjt >

DAo (l+iuAjt DC 0 (l+iucJt

en que OAQ y D A Q representan la oferta y la demanda en arquitectura en un año

inicial, 0 C o y D C 0 son la oferta y la demanda en el conjunto de las disciplinas en

el mismo año inicial, e i es el porcentaje de aumento propio de cada una de estas

cuatro variables.

El problema que se plantea entonces es saber si dicha condiciOn se realiza

efectivamente. Desgraciadamente es muy difícil contestar con exactitud a esta

cuestiOn, ya que no disponemos de datos suficientes ni para la oferta, ni para la

demanda, en el conjunto de todas las disciplinas. Pero si puede obtenerse une

respuesta aproximada comparando en primer lugar el porcentaje de aumento de los

efectivos universitarios en arquitectura con el del conjunto de las disciplinas.

EL AUMENTO COMPARADO DE LOS EFECTIVOS EN ARQUITECTURA

Hemos efectuado este cálculo a partir de los datos sobre los efectivos universitarios de los Estados Unidos y del Canadá, para los periodos 1965-1976 y 1968-1976.

Este cálculo ha planteado algunos problemas en cuanto'a la elección de los datos y de los periodos. Para los Estados Unidos salo se dispone, para el conjunto de las disciplinas (12), de los datos sobre los efectivos universitarios "subgraâuaâos" y "postgraâuados" en conjunto.

Estos datos existen, por una parte, para el conjunto de los niveles de tipo licencia (bachelor) y maestría (master), y por otra parte para el conjunto de todos los niveles. Para poder comparar con la arquitectura hemos considerado esta Ultima posibilidad. Por lo demás, en el nivel de la arquitectura, los datos proceden del A.C.S .A. (13), e incluyen, para los últimos alios, los efectivos en "pre-architectural". Esto nos ha

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llevado a considerar los efectivos en arquitectura, "pre-architectural" incluido, contando con los niveles "subgraduados" y "post-graduados" habiendo obtenido o no títulos acreditados por el N.A.A.B. (14).

Para el Canadá, hemos considerado los datos relativos al primer ciclo, que corresponde al nivel de la formación profesional, tanto para el conjunto de las disciplinas como para la arquitectura (15).

Los resultados del cuadro que a continuación se ofrece son impresionantes. Para

todos los periodos estudiados, tanto en los Estados Unidos COITO en el Canadá, los

porcentajes de aumento de los efectivos en arquitectura son muy superiores a los

del conjunto de todas las disciplinas (16). El número de estudiantes aumenta pues

relativamente más deprisa en las escuelas de arquitectura. Asi, desde 1968, el

numero de inscritos en las escuelas de arquitectura americanas ha sufrido un

aumento del 10,2% contra el 5,2% para el conjunto de las disciplinas. Hay que

señalar también que cuanto más reciente es el periodo, más se acentúa la diferencia.

periodo

1968-75

1965-75

Estados Unidos

efectivos arquitectura todo nivel

10.2%

8.2*

efectivos universidad todo nivel

5.2%

6.0%

Canadá

efectivos arquitectura primer nivel

5.2%

7.4%

efectivos universidad primer nivel

4.5%

5.6%

Tab. 1. Tasa de crecimiento de los efectivos universitarios en arquitectura y en el conjunto de todas las disciplinas. Estados Unidos y Canadá, 1965-1975 y 1968-1975.

Si volvemos ahora a la condición enunciada por la desigualdad antes expuesta,

podemos estar seguros de que se realiza también para los numeradores, ya que la

demanda de arquitectos crece mucho mSs despacio que la demanda en el conjunto de

las disciplinas. En efecto, la primera depende de las inversiones inmobiliarias,

mientras que la segunda depende del conjunto de los gastos, ya sean de inversión

o de consumo. Ahora bien, es un hecho conocido que las inversiones son mucho más

sensibles a la coyuntura que el consumo, es decir, que en un periodo de crisis,

aquellas tienden a disminuir mucho más deprisa que los gastos de consumo. En

consecuencia el porcentaje de aumento iDA es seguramente inferior a iDC, lo que

acentúa la desigualdad y refuerza la condición fundamental de una restricción

especifica de los estudios de arquitectura.

PERFILES DE MOTIVACIÓN

Falta por averiguar qué razones impulsan a tantos jóvenes hacia la arquitectura.

Ya que, aparentemente, parece como si los hijos de nuestras sociedades altamente

industrializadas vieran en la arquitectura amplias oportunidades de acción sobre

el medio ambiente y el ámbito de la construcción, cuando, por el contrario, los

actuales cambios económicos y sociales de estas mismas sociedades producen el

efecto de reducir, precisamente, dichas oportunidades. Además, la afluencia hacia

los estudios de arquitectura sigue aumentando, mientras la critica social del

papel y de la pretérita producción arquitectónica está en pleno apogeo.

Tenemos una gran falta de información a este respecto. Desde luego, se han hecho

algunos estudios sobre la motivación del efectivo estudiantil (17), pero aparte

de que estos estudios se refieren a conjuntos de población excesivamente restrin­

gidos, proporcionan informaciones difícilmente interpretables para llegar a una

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teorización de los perfiles contemporáneos de la motivación en la arquitectura.

Debido a Ésto tenemos que abandonar el campo de los hechos por el de las

conjeturas. En nuestra opinión, el aumento diferencial más fuerte de la oferta en

arquitectura tendría como fuente la crisis del medio ambiente. Para apoyar esta

tesis, nos basamos en nuestra larga experiencia del medio universitario de Quebec.

En efecto, antes de mediados de los años 60, se puede decir que el grueso del

efectivo estaba constituido por estudiantes cuyos objetivos eran netamente

profesionales, de ahí un predominio del perfil "need for achievement" (18) a

menudo coloreado por motivaciones artísticas.

Tras la ola contestataria que ha sacudido las universidades americanas hacia

finales de los años 60, el perfil de motivación se ha diversificado hasta el punto

de hacer muy difícil la labor del profesorado. Por una parte se observa siempre

una base "achievement", que recobra repentinamente terreno en América del Norte.

Por otra parte, se constata la presencia de un buen número de estudiantes de perfil

"afiliación", según McClelland, cuyos objetivos están situados más hacia el campo

de la comunicación, de lo "vivido", fácilmente contestatarios, pero que también se

dejan seducir fácilmente por el clima "cool" del que determinados profesores se

complacen en rodearse.

¿ Por qué han elegido estos estudiantes la arquitectura en lugar de otras

disciplinas más fundadas en las relaciones interpersonales ? Tal vez para

sustraerse a la "verborrea" en la que tienen fama de haber caldo algunas ciencias

sociales... Tal vez, también, para dar a sus aspiraciones un soporte concreto y

material que pensaban encontrar, con razón o sin ella, en los estudios de

arquitectura...

Por último, se encuentra en los efectivos estudiantiles un perfil nuevo, surgido

directamente y según toda apariencia, de la crisis del medio ambiente. El estudian­

te que responde a este perfil ostenta aspiraciones netamente científicas, que

pretende satisfacer trabajando por un medio ambiente mejor. Construye generadores

eólicos, intenta reutilizar materiales tradicionales, y concibe habitats "mínimos".

Por otra parte, tiene una visión más bien "low" de la sociedad, a medio camino

entre lo bucólico y las relaciones humanas no opresivas y no ideológicas de un

futuro "post-industrial". En este sentido, se aproxima un poco al perfil

"distanciado" de Kenniston (19).

¿ Por qué han escogido estos estudiantes la arquitectura en lugar de disciplinas

tales como la ingeniería mecánica o industrial, con las que hubieran adquirido más

instrumentos para actuar al nivel del medio ambiente ? Probablemente porque la

arquitectura, sin razón o con ella, parecía ofrecerles el anclaje "humano"

implícito en sus aspiraciones, anclaje que los estudios de ingeniería tienen fama,

más o menos certera, de ignorar.

Por supuesto, todos estos perfiles son variables. Algunos de ellos se vuelven

marginales de súbito al antojo de las luchas entre los "leaderships". Otros

•terminan por marcar con su huella el estilo de las instituciones. Esta es una de

las grandes dificultades actuales de la labor del profesorado de arquitectura, ya

que, en definitiva, la única compensación verdadera del oficio es encontrar entre

el colectivo estudiantil una respuesta favorable al mensaje transmitido. Se

comprende entonces que la búsqueda de esta compensación conduzca directamente al

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"cambio de chaqueta" al antojo de la evolución de las corrientes ideológicas o

psicológicas.

Se comprende, sobre todo, la dificultad de una política cualquiera de restricción

en los estudios de arquitectura. Primeramente se necesitarla disponer de un

conocimiento de la motivación estudiantil mucho más sistemático y extenso que las

consideraciones que hemos ofrecido a titulo de simple experiencia personal. Pero

después ¿ que perfiles habría que favorecer y en detrimento de qué otros ? Pe la

respuesta a esta pregunta puede depender el estilo de la actuación arquitectónica

del futuro. Por consiguiente, dicha respuesta no puede darse por la vía tecnocrS-

tica, sino únicamente por la vía política.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. i Qué quedará de los actuales movimientos surgidos de la crisis del medio ambiente ? Hemos discutido este punto en un articulo, R. Vergès-Escuin, Les concepts d'environ­nement, an Architecture-Concept, ns 322, marzo-abril 1974, a propósito de un libro de T. Haldonado, Ambiente humano y ideología, Nueva Visión, Buenos Aires, 1972. De todas maneras, el cauce actual de la "moda" de la reconversión y de la restauración le deja a uno un poco escéptico en cuanto a la profundidad del movimiento. Como ha dicho Claude Schnaidt, hay demasiadas aspiraciones insatisfechas, demasiado descontento respecto del modo de vida urbano, demasiadas injusticias y desarraigos provocadas por la separación ciudad - campo, para poder pensar que el "reciclage" de la ciudad pueda ser el milagroso remedio. La ciudad museográfica no resuelve estos problemas, al contrario, puede añadir otros cuando llegue el momento de hacer cuentas... Seria inútil, sin embargo, negar la existencia del movimiento y despreciar las implicacio­nes de un cambio social tan real con respecto al marco inmobiliario.

2. La gran mayoría de las oficinas americanas de arquitectura han hecho tal tipo de trabajo. Conservation in the context of change, en Architectural Record, die. 1974, pág. 85-87.

3. Plazos excesivamente largos para la obtención de los primeros efectos son propios a toda planificación universitaria. Estos plazos comprenden el análisis de los proble­mas, el enunciado de las soluciones, la adopción de políticas, la puesta en práctica de programas, el tiempo de escolarización, la inserción en el mercado del trabajo, el plazo de obtención de los efectos descontados y finalmente su medida... generalmente diez o quince años...

4. A. Page, L'économie de l'éducation, P.U.F., Paris, 1971, pág. 10-15.

5. Th. W. Schultz, Valor económico de la educación, Edición Hispano-Americana, 1968, México.

6. M. Blaug, Economía de la educación, Tecnos, Madrid, 1972.

7. E.F. Denison, The Sources of Economic Growth in the U.S., Comunittee for Economic Development, N.Y., 1962.

8. H.R. Bowen, The Manpower vs. the Free-Choice Principle, en University Affairs, Ottawa, enero 1974.

9. Ver por ejemplo A. Farine, Les diplômés de l'Université de Montréal sur le marché du travail, C.R.D.E., Université de Montréal, 1974, pág. 3.

10. El rendimiento del sistema de enseñanza profesional de arquitectura en Estados Unidos es de alrededor 0,45, es decir que al término de la duración virtual de los estudios, solamente el 45% de los matriculados en primer año obtendrán efectivamente su diploma.

11. The Carnegie Commission on Higher Education, College Graduates and Jobs, McGraw-Hill, N.Y., 1973.

12. U.S. National Center for Education, Poet Secondary Fall Enrollments, Washington, anual.

13. Association of Collegiate Schools of Architecture* Enrollments and Statistics, Washington, anual.

14. National Architectural Accrediting Board.

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15. Statistique Canada, Inscriptions d'automne dans les universités et collèges, Ottawa, anual.

16. calculados por los mínimos cuadrados, B. Pesek, Economie Growth and its Measurement, en Economic Growth and Cultural Change, vol. IX, na 3, abril 1961, pág. 295-315.

17. Ver por ejemplo P.E. Honot, Motivations et aspirations des étudiants architectes, Ecole Polytechnique Fédérale, Lausana, 1973; B.H. Nelson, The Decision to Study Architecture : A Sociological Study,en Journal of Architectural Education, pág. 83-89.

18. D. McClelland, La sociedad ambiciosa, Guadarrama, Madrid, 1971.

19. K. Kenniston, The Vncommited, Harcourt. Brace and World, N.Y., i960.

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CAPITULO 10

PLANIFICACIÓN DE LA DEMANDA :

AMPLIACIÓN O BIEN DI VERSIFICACIÓN

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PLANIFICACIÓN DE LA DEMANDA DE ARQUITECTOS

Hasto aquí la perspectiva de una planificación universitaria ha sido examinada bajo

el solo ángulo de la oferta de titulados y esto en función de una demanda

"tradicional" de servicios de arquitectura. Y se ha visto que si nos atenemos a la

perspectiva económica clásica de la educación considerada como una inversión, la

situación excedentaria actual conducirla inexorablemente hacia la óptica de

restringir el acceso a los estudios de arquitectura. En otros términos, hemos

considerado que la desigualdad entre la oferta y la demanda podría reducirse

gracias a la disminución de la primera.

Pero, ¿ no sería posible actuar sobre el segundo termino de dicha desigualdad

esforzándose en aumentar la demanda ? Para responder a esta pregunta debemos

examinar paso a paso la eventualidad, ya sea de una extensión de la demanda

"tradicional", ya sea de la emergencia de una demanda "no-tradicional".

EXTENSION DE LA DEMANDA TRADICIONAL

Hemos visto en el capitulo 3 que, al menos en América del Norte, los arquitectos

están lejos de participar en todos los. proyectos de construcción.¿No serla posible

de recuperar al menos ciertos sub-sectores que escapan hoy día a la profesión ? Si

esto fuera posible, una parte importante del excedente de arquitectos debería

desaparecer.

Para discutir de este punto, parece útil mencionar los esfuerzos que ciertos países

han hecho recientemente es este sentido, particularmente el Quebec y Francia. En

los dos casos, se promulgó una ley obligando a recurrir al arquitecto para (casi)

todo proyecto de nuevo edificio. Es necesario decir que en los dos países, el

legislador rehusó dar un carácter absoluto a esta obligación y estableció umbrales

de aplicación, ya sea de costo, ya sea de dimensión. Asi, en Quebec, la nueva ley

promulgada sobre la base de la doctrina de la seguridad pública, dispensa de

recurrir a un arquitecto en el caso de obras de menos de $ 100 000 siempre y cuando

no estén bajo la rúbrica de los edificios públicos (1). Un tal umbral excluye de

la ley todo el sector de la vivienda individual. Excluye también una buena parte

del sector comercial, en la cual la distribución de proyectos según el valor

muestra una gran gama de obras de pequeño coste destinadas a mejorar los locales

ya existentes.' Excluye, en fin, un porcentaje importante de proyectos de reconver­

sión en todos los sectores.

Por otro lado, una gran parte de las construcciones de tipo industrial pueden ser

hechas por los ingenieros que, en Quebec, se benefician de una ley paralela a la

de los arquitectos. En fin, al sector vivienda de tamaño intermediario muy popular

en Canadá, se le presenta el dilema de situarse ya sea fuera de la ley, ya sea

fuera del mercado. En efecto, dotado con una gran competencia con respecto a la

casa individual, dicho sector no puede permitirse un aumento de los costos del

orden de 6 a 10% correspondiente a los honorarios de arquitecto. Y como la ley no

ha previsto medios de control ni sanciones suficientemente importantes, es fácil

de adivinar lo que los constructores de "duplex" y otras formas de vivienda urbana

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intermediaria están interesados en hacer. Finalmente, la nueva ley quebeguense

sobre los arquitectos no aparece como un medio eficaz de aumentar substancialmente

la demanda tradicional de los servicios de arquitectura.

Examinemos ahora el caso de Francia. La nueva ley francesa sobre la arquitectura,

basada sobre una doctrina relativamente reciente del Ínteres público de la

arquitectura, instaura igualmente un umbral, dimensional esta vez. Fl recurso al

arquitecto se establece para toda construcción de más de 250 o 300 m2 (2). Aún

aquí, este umbral ahorra la intervención arquitectural en la mayor parte de la

vivienda individual no obstante el "filtro" de los consejos departamentales de

arquitectura encargados de vigilar que todos los proyectos presenten característi­

cas arquitectónicas aceptables. El umbral dimensional ahorra igualmente la

intervención del arquitecto en una gran parte de las nuevas construcciones no

residenciales. Las condiciones impuestas por la ley se asemejan a las del Quebec,

pero es difícil de precisar más en tanto que la ley, y aquella paralela sobre la

ingeniería, no haya alcanzado su régimen normal.

Sin embargo, la ley francesa sobre la arquitectura ha hecho aparecer, de una

manera inesperada, uno de los aspectos más interesantes de la práctica

extra-arquitectural. En efecto, la nueva ley ha previsto que los no-arquitectos

pudiesen ejercer a igual titulo que los actuales miembros de la profesión, a

condición de ser admitidos en esta por una comisión apropiada. Y de golpe, se

asiste a la emergencia de una masa considerable de demandas de admisión en la

profesión, apoyadas sobre expedientes profesionales pertinentes. El examen de los

dichos expedientes parece indicar que son precisamente estos siete mil postulantes

que ejercen el oficio de arquitecto en el ámbito de la construcción que escapa

tradicionalmente a los diez mil arquitectos oficialmente reconocidos en Francia...

A través esta situación, el problema de la ampliación de la demanda tradicional

aparece bien diferente. Todo parece indicar que se trata menos de conquistar un

nuevo mercado que de integrar los practicantes que lo poseen ya. Es necesario

decir que este mercado fuá hasta ahora olvidado por los arquitectos "oficiales",

demasiado ocupados por los proyectos de gran envargadura. Y es necesario agregar

que los practicantes desprovistos de diploma o de acreditación que se encargaron

de este mercado, a menudo ingrato, actuaron frecuentemente con acierto, puesto

que muchos de entre ellos ingresarán sin duda en la profesión.

En definitiva y en tanto que la evolución relativa de la ley francesa sobre la

arquitectura se continue en el sentido indicado anteriormente, opinamos que la

ampliación de la demanda tradicional no podrá realizarse más que el precio de un

aumento equivalente al de la oferta... lo cual deja intacto el problema del actual

excedente de los efectivos.

LA OPTICA DE LA DIVERSIFICACION

El problema de la diversificación puede ser planteado como sigue : ¿ existe una

necesidad virtual de arquitectos en ciertos sectores y niveles del ámbito de la

construcción donde no han estado presentes anteriormente ? En otros términos ¿ hay

demanda potencial de servicios de arquitectura "no-tradicionales" ? Si es asi,

¿ es que esta demanda puede ser solvente, es decir dispuesta a remunerar en su

justo valor los servicios en cuestión ? En definitiva, ¿ existe en la ámbito de

la construcción nuevas aperturas de actuación arquitectónica socialmente Otiles y

económicamente viables ?

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Numerosos trabajos se realizaron para intentar responder a estas preguntas (3).

Pero estos trabajos se referieron esencialmente a programas de formación orienta­

dos hacia la diversificación de aptitudes, en particular en America del Norte

donde esta tendencia se manifesto desde muy hace tiempo. En efecto, con la

bendición de la American Institute of Architects hacia el final de los anos 50,

numerosos esfuerzos fueron hechos por los establecimientos de enseñanza de

arquitectura en vista de diversificar sus programas.

¿ Cuales fueron los resultados obtenidos ? Para estimarlos hemos utilizado un

instrumento preciso que es el índice de diversificación (4). Este Índice mide la

evolución de los empleos de arquitectura en cada actividad económica (manufacturas,

transporte, comercio, administración pública, servicios a las empresas, etc..) y

€sto, en relación a la evolución de la inversión inmobiliaria con incidencia

arquitectónica en valor real, tal como la nemas definido en el capitulo 2. Asi,

considerando que el valor real de dicha inversión inmobiliaria aumentó en un 48%

entre 1961 y 1971, se deberían encontrar incrementos análogos del empleo de

arquitectos en los diferentes sectores de actividad. De hecho, hallamos en 1970

incrementos sectoriales superiores al 48%, lo que se traduce por una ganancia

bruta de alrededor de 4 000 nuevos empleos. Sin embargo 1 600 de estos nuevos

empleos, fueron creados en detrimento de los despachos de arquitecto, lo cual nos

da una ganancia neta de 2 400. La tabla 2, mas abajo, dS los detalles del cálculo

a partir de los datos del cuadro Al del anexo estadístico y de los datos de los

censos americanos (5).

actividades

agricultura

minas

manufacturas

construcción

transportes, comunicaciones y suministros publ.

comercio

financias, seguros e inmuebles

servicios (excepto despachos arquit.)

despachos arquit.

educación

administración

varioB

TOTAL

arquitectos en I960

numero

102

628

1 380

244

287

366

893

24 313

510

1 223

40

29 986

Z

.3

2.1

4.6

.8

1.0

1.2

3.0

81.1

1.7

4.1

.1

100

previsionei de empleo para 1970

numero

151

932

2 047

362

426

543

1 325

36 070

757

1 841

59

44 486

arquitectos en 1970

número

268

55

1 506

2 343

719

698

792

1 755

34 460

1 089

3 245

46 930

Z

.6

.1

3.0

5.0

1.5

1.5

1.7

3.7

73.5

2.3

6.9

100

empleo su­plementario en 1970

isteéro

117

55

574

296

357

272

249

430

-1 610

332

1 431

-59

2 444

Z

.3

.1

.9

.4

.7

.5

.5

.7

-7.6

.6

2.8

-.1

5.5

Tab. 2. Empleo de arquitectos por Bectores de actividad económica. Estados Unidos, 1960 y 1970.

Podemos notar la pequenez de las ganancias debidas a la diversificación, del orden

del 5% en diez años. Por otro lado, las cuatro quintas partes de les arquitectos

trabajaban en las oficinas profesionales. En definitiva, y con algunas excepciones,

la profesión permanece dentro de su marco tradicional. Los esfuerzos realizados al

107

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nivel de la oferta no parecen haber desarrollado hasta aguí una Incidencia mayor

sobre la evolución de la demanda de arquitectos.

Dado que la experiencia americana no puedo ayudarnos en el sentido de la diversifi-

caciOn, quizás podamos al menos sacar una lección de dichas estadísticas ? Formule­

mos la hipótesis de que el problema de la diversificación haya sido abordado

solamente de manera parcial. De hecho, los precursores en este dominio fueron,

primero, poco escuchados y, enseguida, demadiado absorvidos por el aspecto de la

obiKta. de nuevo* ¿e.Jiv¿e.¿o¿. En todo caso, olvidaron el aspecto capital de la demanda pote.nc.lat de. talei ¿o.)i\)¿clo¿. Pues se ha visto que si han habido nuevas aptitudes, estas no han correspondido a las esperanzas de la demanda potencial que

sin duda alguna existe.

Hemos dejado voluntariamente de lado el problema de la definición de la demanda

de servicios arquitectónicos diversificados. Y es que tal definición requiere un

cuerpo conceptual relativamente complejo. De hecho ¿ qué papel puede desempeñar un

arquitecto, y en que sectores o niveles de la actividad económica ? Si fuera

posible responder a esta pregunta enumerando el conjunto de todas las tareas

posibles, serla suficiente de sustraer de este conjunto las tareas que correspon­

den a la llamada demanda tradicional para encontrar enseguida en el resto de dicha

enumeración, las funciones que el arquitecto no realiza. Es al interior de este

resto que se podrían identificar las eventuales actividades no-tradicionales, es

decir la diversificación.

Desgraciadamente las cosas no son tan simples, pues lo que llámanos hoy en día la

actividad tradicional del arquitecto, no es mSs que un resto de lo que podía

realizar ayer. Dicha actividad tradicional es mucho menos tradicional de lo que

pensamos. Ella misma es una consecuencia directa de la cristalización de los usos

cortesanos del siglo XVII (6). Por otra parte, el arquitecto no ha cesado de

restringir cada día más su status, al separarse sucesivamente del ingeniero, del

contratista, del fabricante de materiales, del promotor y de otros participantes

con los cuales podía, en otros tiempos y si se daba el caso, indentificarse.

EátS claro que la evolución elitista de la profesión de arquitecto a lo largo de

tres siglos le ha hecho perder una buena parte de la función que hubiera podido

ejercer sobre la producción del marco inmobiliario a lo largo del crecimiento

industrial. Hoy día, todos reconocemos que en materia de construcción, las

decisiones importantes son tomadas mucho antes que el arquitecto intervenga.

Además cuando interviene es prácticamente a nivel del diseño y de la ejecución del

proyecto, pero raramente en las operaciones que, en el vasto campo de la

producción, son anteriores o posteriores al proyecto propiamente tal. En fin, la

gestión del patrimonio inmobiliario tampoco utiliza con provecho los servicios del

arquitecto, en razón de su formación destinada para realizar sólo proyectos de

nuevas construcciones.

La diversificación de la actividad arquitectural tendra lugar cuando se comprenda

que el arquitecto tiene vocación para actuar en todas las actividades que,

directamente o indirectamente, estén relacionadas con el marco inmobiliario. Ahora

bien, estas actividades van desde la decisión de la inversión inmobiliaria hasta

la gestión del patrimonio resultante, pasando, por supuesto, por su producción

propiamente dicha.

108

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Es necesario sin embargo distinguir diversificacion y especialización. En efecto,

la diversificacion representa la capacidad del arquitecto de intervenir con los

conocimientos que le son propios en el conjunto de sectores y de niveles donde se

decide, se produce, y se administra el marco inmobiliario. La diversificacion no

tiene otras implicaciones sobre el plan del saber que la de adquirir un mínimo de

conocimientos sobre el ámbito en el cual se proyecta intervenir. La especialización,

por el contrario, implica una transformación de la estructura del saber puesto que

consiste en un estrechamiento del campo de conocimientos a fin de profundizar una

disciplina particular.

En definitiva, la diversificacion está centrada sobre el ámbito en el se quiere

actuar, mientras que la especializacifin está centrada sobre la función que se

quiere allí ejercer.

Los dos conceptos no son contradictorios, y lo que es más, la intervención en los

medios "no-tradicionales" determinará progresivamente ciertos perfiles de

especializacifin que le serán propios. Por ejemplo, la intervención de arquitectos

al nivel de proyectos de inversión traerá, para ellos, la necesidad de profundizar

sus conocimientos en materia de análisis financiero y de estudio del mercado. En

lo opuesto, la intervención de arquitectos a nivel de comités de ciudadanos

implicará la adquisición de ciertos conocimientos en ciencias sociales. Y asi

sucesivamente...

¿ Pero cuales son exactamente esos sectores en los cuales el arquitecto podría

actuar ? Es este problema que abordaremos en el capitulo siguiente.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. Loi des architectes, Quebec, 1974, art. 16.

2. Loi ns 77/8 du 3 janvier 1977 our l'architecture, art. 3, en Journal Officiel de la République Française, 4 enero 1977.

3. Ver por ejemplo, D. Hunt Jr., Comprehensive Architectural Practice, en Journal of American Institute of Architects, junio 1962, pig. 77-86; c. Doxiadis, Arquitectura en transición, Ariel, Barcelona, 1963. R. Geddes, R. Spring, A Study of Education in Environmental Design, informe para la A.I.A., Princeton, 1967. También, a pesar de su esoterismo, Architects Aspects en Architectural Design, julio 1976, pág. 268-295.

4. R. vergès-Escuin, Enseignement de l'architecture et marché du travail, en La revue canadienne de l'enseignement supérieur, vol. vll-3, 1977, pSg. 33-34.

5. U.S. Population Census 1960, PC (2), FC, tab. 2 (datos aumentados en un It : ver PC-U.S. Sumary, PC (1) ID, tab. 202); U.S.P.C. 1970, PC (2) FC, tab. 8 (datos corregidos, ver nota (1) del anexo estadístico).

6. G. Hinvielle, Histoire et condition juridique de la profession d'architecte. Imprimerie de l'Université de Bordeaux, 1921.

10?

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CAPITULO 11

SECTORES DEL MARCO INMOBILIARIO

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I Es posible trazar el "mapa económico" de los campos potenciales de actuación arquitectónica diversificada ? El análisis económico interindustrial permite

responder afirmativamente a esta pregunta.

En efecto, ¿ de que naturaleza son las actividades que concierne el marco

inmobiliario ? Estas son del orden de la decision, de la producción y del uso. Las

primeras tienen lugar en los sectores de la inversión, las segundas se efectúan en

los sectores de la producción, las terceras en fin, se desarrollan en los sectores

de consumo. Ahora bien, en cada uno de estos sectores, la contabilidad nacional

ofrece un arsenal casi completo de información que permite - conocer su estructura y

su nivel relativo.

Además, los tres conjuntos de sectores en cuestión pueden ser descritos con la

ayuda de las mismas variables o unidades : por un lado las ramas de actividad

económica, por otro los flujos o los stocks en valor nominal o real.

Los sectores de la inversión pueden representarse de un lado por el valor y de

otro por la naturaleza de las inversiones inmobiliarias efectuadas por las

diferentes actividades económicas (a las cuales se agrega tradicionalmente la

vivienda). En cuanto a los sectores de la producción, serán descritos por los

flujos de las cifras de negocios correspondientes a la participación de cada una

de ellos en la producción de tal tipo de edificios. En fin, las diferentes ramas

de actividad económica utilizan los edificios asi financiados y producidos, para

sus propias necesidades. En ese caso, se representa el valor del parque disponible

por cada una de dichas ramas. La tabla siguiente sintetiza todas estas variables.

113

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rainas de la actividad económica

agricultura

silvicultura

minas, canteras

manufacturas

construcción

transporte, comuni­caciones y servicios públicos

comercio

finanza, seguro e inmobiliaria

servicios a la empre­sa, servicios comer­ciales y servicios personales

instituciones

administración pública

diversos

sectores de inversion

agricultura

silvicultura

minas, canteras

manufacturas

contratistas de obras

servidos públicos

comercio (excepto servicios comerciales)

finanza, seguro e inmobiliaria (excepto vivienda)

servicios a la empre­sa, servicios comer­ciales y servicios personales

instituciones

admini stración publica

vivienda

sectores de producción

~

madera de aserradero

materias primas

materiales de construc­ción excepto madera de aserradero y hormigón "In situ"

contratistas y empre­sas especializadas

transporte, comunica­ciones, energfa, agua, etc...

comercio de materiales de construcción

servicios financieros y seguros para la cons­trucción, promoción inmobiliaria

servicios técnicos : arquitectos, ingenie­ros , topógrafos, etc. servicios administra­tivos : contables, tasadores, administradores, etc.

permisos y control

obras hechas por el propietario

sectores de uso y consumo

haciendas

--

edificios mineros

fábricas y talleres

fábricas y talleres

estaciones, aeropuertos, empalmes, silos, etc..

comercios almacenes

despachos y oficinas

hoteles restaurantes edificios recreativos despachos almacenes garages etc...

escuelas, universidades hospitales, e t c .

despachos, edificios públicos, etc...

vivienda

Tab. 3. Sectores de inversión, de producción y de uso del parque inmobiliario.

LOS SECTORES DE LA INVERSION

Cada empresa produce bienes y servicios con la ayuda de un capital. Una buena

parte de este, está constituido por los edificios. Asi, toda empresa se propone

desarrollar su capital inmobiliario de manera de asegurar su propia expansión.

Para ello, la empresa establece anualmente un plan de inversiones y busca los

recursos financieros para realizarlos. La empresa deduce en consecuencia sobre sus

propios ingresos (autofinanciamiento) o bien pide prestado a fuentes exteriores

los recursos necesarios (emisión de acciones o de obligaciones, préstamos, etc... ). Por

otro lado, la empresa elige el punto geográfico donde materializar sus inversiones

(localización), prepara su descripción funcional (programación) y, lo más

corriente, confia a expertos exteriores (arquitectos, ingenieros, etc..) el

diseño y la definición física de las construcciones. Al final, la empresa firma

un contrato con una empresa de construcción para la realización final.

Anotemos de paso que a menudo las empresas aseguran su propia expansión alquilando

114

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a otras los espacios que les son necesarios. Esta solución trae sus ventajas y sus

inconvenientes : ella simplifica la gestión de la empresa, la cual tiene como

vocación primera la producción; por el contrario, ella no aporta ningún aumento al

activo de la empresa, cuya segunda vocación es la acumulación de capital... De

todas maneras, sabemos que una buena parte de los espacios de comercio y de

oficinas resultan de las inversiones hechas por sociedades que no utilizan más que

una cierta parte de ellos y que arriendan el resto. Son en particular sociedades

bancarias, de seguros u otras (fondos de pensiones, etc..) que disponen del

capital financiero necesario .a este tipo de operaciones.

Sea lo que sea, vemos que los factores determinantes de la construcción se sitúan

a nivel de la inversión. En efecto es por la elección de la inversión en tal o

tal tipo de inmueble, por su localización y por su programación que se determinan

en mayor parte sus características y su modo de inserción en el marco inmobiliario.

Dicho marco no es otra cosa más, al final, que la acumulación de los resultados de

estas actividades.

sectores

-¿¿¿cultura, pesca y silvicultura

minas

manufacturas

construcción

transportes, comunic. suministros públicos comercio, financias, seguros e inmuebles

servicios comerciales

escuelas

universidades

religión

sanidad

otras instituciones

gobierno federal

gobierno provincial y municipal

vivienda

agri

granjas

!BH&

indust.

edif. mineros

fabricas

WÍ&

comercial

almacenes

oficinas

garages

edif. suminis­

tros públicos

tiendas

-

hoteles

edificios de

recreación

ül

institucional

escuelas

universidades

iglesias

hospitales

otros edificios

inst itueionales

vivienda

vivienda individu

If

, vivienda colectivi

m jiíjÉj

var

otros edificios

Tab. 4. Inversiones inmobiliarias efectuadas por loa sectores de actividad económica según el tipo de edificio. Canadá, 1975. En decena* de millones de dSlares.

115

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¿ Pero guien invierte y en que ? En algunos países la contabilidad de las

inversiones se efectúa bajo doble entrada : los sectores de actividad económica y

los tipos de edificio. Este es en particular el caso de Canadá (1). El cuadro

precedente permite visualizar la importancia relativa de las inversiones según su

naturaleza, efectuadas en este país en 1975. Cada punto representa diez millones

de dólares.

Este cuadro permite constatar que la mayor parte de los sectores efectuSn las

inversiones inmobiliarias que le son especificas : granjas para la agricultura,

fábricas para las manufacturas, comercios para el comercio, etc.. Sin embargo,

debemos observar ciertos sectores tales como "finanzas, seguros e inmobiliarias"

que inviertan en varios tipos de construcciones : parques industriales, centros

comerciales, edificios de oficinas, estacionamientos, etc.. Finalmente hay el

estado (federal en Canada) y las "colectividades locales" (provincial y municipal

en Canadá) que hacen un poco de todo...

LOS SECTORES DE PRODUCCIÓN

Imaginemos que el inversionista haya pasado a través de todo el proceso preparato­

rio - sobre el cual volveremos después - y que firme un contrato con una empresa

general de construcción para realizar un edificio (2). A medida que las obras

avanzan, el inversionista o su mandatario recibe de la empresa las facturas

correspondientes hasta el término del contrato.

Pero los efectos del mercado no se limitan a la empresa general, ya que por el

juego del consumo intermediario y de la adquisición de servicios, los efectos

indirectos del contrato de construcción repercuten sobre un conjunto de sectores

situados "más abajo" de la empresa. Asi, la empresa general pone en la obra puer­

tas que compró al manufacturero. Este, a su vez, obtuvo el contrachapado a través

del fabricante de productos de madera, el cual compró dicha madera al aserradero,

el cual se aprovisionó en el forestal, etc..

Los efectos indirectos se miden gracias a la contabilidad interindustrial. Algunas

de estas estimaciones han sido hechas para 1970 bajo forma de cifras de negocios,

consideradas en el conjunto de las actividades, para un contrato de construcción

de 100 millones de dólares y para diferentes tipos de edificios (3).

116

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sectores

agricultura» pesca y silvicultura

minas y canteras

manufactura madera

" metal

" cimiento

otras manufacturas

construcción (sin ingresos directos)

transportes, comunic, suministros públicos

comercio

financia, seguros e inmobiliaria

servicios a la empresa

otros servicios

TOTAL

viviendas individúale!

2.7

.9

14.1

9.7

5.5

8.9

.5

5.9

2.4

1.5

1.4

3.0

56.0

viviendas colectivas

1.3

.7

6.9

12.1

8.4

8.6

.5

4.9

2.2

2.1

3.4

2.6

53.7

fábricas

.2

3.1

1.9

13.1

9.9

6.1

.6

5.2

2.2

.7

.4

2.1

45.5

almacenes

.3

1.5

1.1

13.2

5.9

9.9

.4

3.5

1.2

.8

.4

.8

39.0

oficinas

.4

1.3

2.2

13.7

11.7

10.3

.6

5.0

2.8

.9

.5

3.2

52.6

Tab. 5. Volumen de negocios indirectos ocasionados por un gasto de cien millones de dólares de obras en los diferentes sectores de actividad según el tipo de edificio. Quebec, 1970. En millones de adiares.

Sin embargo, antes de firmar el contrato de construcción, el inversionista debe

pasar por un proceso preparatorio que implica la participación directa de

diferentes sectores de actividad situados, esta vez, "más arriba" del contratista.

Por otra parte, la diferencia entre el valor de las inversiones y el valor de los

contratos de construcción representa el costo de esta participación y ésto sin

tener en cuenta el terreno.

Precediendo al contrato de construcción encontramos la intervención de los

siguientes sectores :

- Servicios de análisis ("feasibility studies", programación...)

- Servicios jurídicos (notarios, expertos...)

- Servicios financieros (préstamos, hipotecas, seguros...)

- Servicios técnicos (arquitectos, ingenieros, topógrafos...)

- Servicios publicitarios y otros.

Es necesario añadir que ciertas actividades correspondientes a estos sectores son

a menudo desempeñadas por el inversionista mismo. Además, algunas de estas

actividades tienen lugar al mismo tiempo que se toma la decisión de invertir, de

la cual son los eslabones.

En Estados Unidos, el costo directo del conjunto de estas operaciones representa

por término medio el 20% sobre el valor de los contratos, aunque este porcentaje

puede variar entre 10 y 30% según los sectores (4). Desgraciadamente, no dispone­

mos de los efectos indirectos inducidos por estos gastos. Sin embargo, creemos

117

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que estos efectos deben ser del orden de un tercio de los efectos directos y deben

repercutir esencialmente sobre el conjunto de los sectores de servicios de

comunicaciones y de administración pública (permisos). En otros términos, un

contrato de 100 millones implica, solamente para los sectores situados "más

arriba", una participación directa con una cifra de negocios adicional de 20

millones, mas los efectos indirectos del orden de 6 millones (sin comprender el

costo del terreno).

Al aplicar estos resultados e hipótesis a los valores de la construcción en

Canadá en 1975 para los sectores considerados obtendremos la tabla siguiente en

millones de dólares.

sectores

agricultural pesca y silvicultura

minas y canteras

manufactura madera

" metal

" -cimiento

otras manufacturas

construcción

transportes, comunic. suministros públicos

comercio

financia, seguros e inmobiliaria

servicios a la empresa

otros servicios

administración pública

TOTAL

agri

granjas

9

3

50

32

19

30

340

25

8

17

75

20

3

631

indust. edif. mineros

3

5

. 3

20

15

9

152

9

3

7

33

9

2

270

fabricas

18

28

16

117

88

54

895

58

20

45

197

54

10

1600

comercial

almacenes

6

10

5

40

30

18

300

20

7

15

66

18

3

538

oficinas

52

17

28

178

152

133

1297

84

36

65

285

78

1

Ï418

garages

2

4

3

17

12

8

127

4

3

6

28

8

3

223

edif. suminis­

tros públicos

6

10

6

41

30

19

309

21

6

15

68

18

5

552

tiendas

15

7

6

65

29

48

490

24

5

25

108

29

2

856

hoteles

6

3

3

26

12

20

201

10

2

10

44

12

7

353

edificios de

recreación

22

11

8

97

43

72

738

37

9

37

162

44

7

1287

institucional

escuelas

27

9

15

93

80

70

683

45

19

34

150

41

1

1273

universidades

5

i-i

3

19

16

14

136

9

4

7

30

8

-

253

iglesias

1

-

-

3

3

2

23

-

-

-

5

1

3

38

hospitales

12

L

7

45

39

34

330

22

8

16

73

20

2

613

otros edificios

institucionales

7

2

4

23

19

17

165

10

5

8

36

10

38

308

rivienda

vivienda

individu

48

27

260

457

317

325

»78l

264

83

189

832

227

33

>848

vivienda colectivc

90

30

465

320

181

294

3304

247

80

165

727

198

4

ÍI34

va£

otros edificios

10

5

8

49

42

37

357

23

10

18

78

21

662

•tab. 6. Efectos directos y indirectos de las inversiones inmobiliarias sobre el volumen de negocios de los sectores de actividad económica ¡según el tipo de edificio. Canadá, 1975. En millones de dólares.

LOS SECTORES DE USO DEL MARCO INMOBILIARIO

Una vez terminados los edificios, estos sirven a las funciones de producción y de

consumo. Es ésta la función capital del marco inmobiliario. Es pues importante

conocer de que está compuesto dicho parque inmobiliario y saber quién asegura su

gestión.

En lo que concierne a la composición del parque, las tablas A8 y A9 del anexo

118

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estadístico ofrecen, bajo cierta forma, los datos apropiados. No obstante, elegire­

mos preferentemente el valor total del parque inmobiliario en 1975 y en dólares

corrientes en CanadS. En otros términos retendremos lo que habría costado en 1975

reemplazar tal cual el conjunto de viviendas, comercios, fábricas, hospitales,

etc.. existentes en el CanadS ese aro.

sectores

agricultura, pesca y silvicultura

minas

manufacturas

construcción

transportes, comuni­caciones y suminis. comercio, financias, seguros e inmuebles

servicios comerciales

escuelas

universidades

religión

sanidad

otras instituciones

gobierno

vivienda

.agri

granjas

il

indust.

edif. mineros

mm

fabricas

1

comercial

almacenes

HUUU

oficinas

MI

BJttJU

garages

edif. suminis­

tros públicos

tiendas

hoteles

edificios de

recreación

institucional v

escuelas

19 Ü M

universidades

ÏÏ8È

iglesias

BBBPI

hospitales

il

otros edificios

institucionales

1 ni

! »

: i ! 1

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Tab. 7. Volumen del parque inmobiliario disponible Begun los sectores de actividad económica y el tipo de edificio. Canadá, 1975. En centenas de millones de adiares.

En lo que se refiere al valor de reemplazo de tal parque inmobiliario, las cuentas

nacionales del stock de capital dSn anualmente su evaluación en afilares corrientes

y por ramas de la actividad (5). No es difícil, a partir de esas dos fuentes,

reconstruir un cuadro cruzado donde figura el valor de los diferentes sectores

funcionales del parque inmobiliario según los sectores de actividad económica. En

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este cuadro no se ha tenido en cuenta las transacciones intersectoriales que han

podido producirse después de la construcción propiamente dicha. Cada punto

representa cien millones de afilares corrientes.

ACTIVIDAD ECONÓMICA DE LA CONSTRUCCIÓN

Todo lo que acaba de ser expuesto muestra que la actividad económica relativa a la

construcción es muy amplia y diversificada. Ella implica el empleo de una cantidad

de recursos que es probablemente la más importante de toda la economía de un país.

Por otro lado, la producción y gestión del parque implica también, directamente o

indirectamente, un volumen de mano de obra que representa cerca de un quinto de la

población activa. En fin, hemos podido observar que prácticamente todos los

sectores de la economía están implicados, a títulos y niveles diversos, en las

actividades de la producción y del uso del marco inmobiliario.

Tal aproximación analítica de la actividad económica relativa a la construcción

ofrece para la profesión de arquitecto un gran interés. Fn efecto, es en el seno

de esta actividad que la profesión deberá descubrir lo que es, en cierta manera,

la condición de su desarrollo y de su supervivencia; ya que las diferentes

actividades que hemos identificado anteriormente constituyen los reservas

potenciales donde deberán ser buscadas los nuevos campos de actividad arquitectó­

nica socialmente útiles y económicamente viables de lo que hablábamos en el

capitulo 10.

Para participar de manera más extensa en la actividad relativa al ámbito de la

construcción, el arquitecto posee ciertas ventajas. Sin embargo existen ciertas

condiciones para que la diversificación anhelada se concretize. El ultimo capitulo

examinará cuales son estas ventajas y cuales son dichas condiciones.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. Statistique Canada, La construction au Canada, Ottawa, anual.

2. De hecho, la empresa contratista no es generalmente otra cosa que un grupo de empresas especializadas subcontratistas.

3. Bureau de la statistique du Québec, Le système de comptabilité économique du Québec, vol. IV, tab. 6.2.13, pâg. 385-387. Se ha preferido esta referencia a la de Canadá en razón de su descomposición en tipos de inmuebles. Por otro lado, es necesario no confundir efectos indirectos y valor añadido. En efecto, la suma de los efectos directos e indirectos en un contrato de 100 millones es más bien 140 o 150 millones, que corresponden a la suma de las cifras de negocios de los sectores participantes. No obstante, la suma de los valores añadidos, no es más que 100 millones, puesto que cada empresa calcula su propio VA descontando de su cifra de negocios los suministros y servicios que compró a otros participantes bajo la rubrica "consumo intermediario". Asi por ejemplo, el valor añadido del propio contratista, no sera más que de 50 a 60 millones, es decir, su cifra de negocios de 100 millones, menos los suministros de ¿0 o 50 millones que le han sido facturados durante la producción.

4. Disponemos de bien pocos elementos para calcular el valor de los gastos de inversión hechos antes del contrato de construcción. En Estados Unidos, una aproximación de este valor se puede obtener sustrayendo el valor de los contratos Dodge, de las inversiones inmobiliarias (ver notas (1), (2) y (3) del capitulo 4). Sin embargo, para obtener el valor de toda la construcción, el valor de los contratos de constru­cción debe ser corregido, ya que ellos no incluyen las obras efectuados directamente por el inversionista (como es el caso de ciertas industrias o ciertas administraciones equipadas para hacerlo) ni tampoco, las obras efectuadas personalmente por les propietarios de las viviendas. Estas obras "self made" representan aproximadamente un 10% de incremento sobre valor de los contratos.

5. Statistique Canada, Flux et stocks de capital fixe, Ottawa, anual.

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CAPITULO 12

CONDICIONES DE LA DIVERSIFICACION

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El capitulo anterior describía los diferentes sectores y niveles de la actividad

de decisión, de producción y de gestión del marco inmobiliario. Se puede constatar

tanto la multiplicidad de dichos sectores y niveles como su importancia económica.

Esto se ha puesto de manifiesto a propósito de Canadá, país que hemos elejido como

ejemplo en razón de la calidad de su arsenal estadístico. Pero está claro que esto

es válido para la mayoría de los países industrializados o en vía de serlo (1).

Asi las inversiones inmobiliarias representan, ellas solas, más del 40% del

conjunto de todas las inversiones y cerca del 10% del gasto nacional bruto. En

cuanto a la producción propiamente dicha, el sector inmobiliario representa más

del 8% del producto nacional bruto. En fin, el parque inmobiliario constituye más

de un cuarto del valor bruto de todo el capital fijo (es decir del conjunto de

inmuebles, obras de ingeniería, máquinas, herramientas y otros equipamientos) y

la provisión para compensar el consumo de un tal capital inmobiliario representa

cerca del 2% del gasto nacional bruto.

Un campo de actividad tan vasto exige un volumen de mano de obra considerable.

Podemos decir que, directa o indirectamente, un trabajador sobre ocho o sobre diez

trabaja en la producción o en la gestión del marco inmobiliario. En este volumen

de mano de obra se encuentran más o menos todos los oficios y todas las profesiones

actuando en todos los niveles de la jerarquía productiva, desde el simple operario

hasta el "P.D.G." pasando por el técnico, el ingeniero y otros profesionales

"altamente calificados".

En este universo, el arquitecto dispone de una calificación priviligiada puesto

que se beneficia de una formación de nivel universitario. Sus estudios le preparan

- al menos en teoría si miramos los programas de los cursos dados por la mayor

parte de las instituciones de enseñanza de arquitectura en todos los continentes -

a abordar los diferentes problemas estéticos, funcionales, técnicos, sociales o

culturales que plantea el marco inmobiliario.

Ahora bien, por increíble que esto parezca, el arquitecto es uno de los

profesionales que participa menos en el conjunto de las actividades relativas al

marco inmobiliario. Basta considerar, para convencerse, los datos dados por la

tabla 2 (cap. 10). En efecto, en Estados Unidos, como en Canadá o en otras partes

salvo quizás en Reino Unido (2), las tres cuartas partes de los arquitectos se

encuentran trabajando en el sector de "servicios a las empresas", es decir en las

oficinas de arquitecto. Ahora bien, la actividad de las oficinas contribuye

solamente alrededor del cinco por ciento de más o menos la mitad de la producción

de la construcción y no toca, por supuesto, ni la decisión de invertir ni la

gestión del marco inmobiliario.

Para contribuir especifica y substancialmente a la evolución actual, el arquitecto

debe diversificar su papel de manera de estar presente en los diferentes sectores

y niveles de decisión, de producción y de gestión del marco inmobiliario. Pero

hemos visto en el capitulo 10, que no es suficiente el quererlo para que la

diversificación se realice : la experiencia americana esta ahí para probar lo que

precede.

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La âiversificaciân en arquitectura no se harS itiâs que al precio de un cambio

estructural de la profesión misma. No será posible, en efecto, alcanzar un objetivo

tan vasto y ambicioso a menos que nuevas condiciones sean reunidas. Fstas

condiciones se referirán a la evaluación de nuevos mercados de acción, a los nuevos

perfiles de competencia y, en fin, al estatuto de dichos perfiles.

A LA BÚSQUEDA DE NUEVOS MERCADOS

El hecho de haber identificado en el capitulo anterior los diferentes sectores de

decisión, de producción y de gestión del marco inmobiliario no significa, al mismo

tiempo, que dichos mercados estén "esperando" la futura actuación de los

arquitectos. En primer lugar, algunos de esos sectores no sabrán que hacer con

profesionales tan calificados, por ejemplo, los sectores de minas y canteras...

Seguidamente, otros sectores están demasiado dispersos y los mercados que podrían

ofrecerse al arquitecto son insignificantes, por ejemplo el sector de inversión

agrícola. Finalmente, algunos sectores que presentan las características apropia­

das para una intervención arquitectónica, constituyen un mercado acaparado por

otros "competidores", como por ejemplo los ingenieros industriales o de puentes,

canales y caminos...

Es bastante difícil evaluar cuantos arquitectos podrían desarrollar una actividad

socialmente útil y económicamente factible en cada uno de los niveles y sectores

relativos puestos en evidencia en el capitulo anterior. Pero la dificultad de tal

evolución no debe constituir un obstáculo insuperable. Otros productores de bienes

o de servicios han tenido éxito frente a tales problemas, al poner a punto las

técnicas de análisis prospectivo que se han mostrado por lo menos fructíferas si

no infalibles. La profesión debe tomar prestadas estas técnicas para realizar los

análisis de mercado permitiendo primero, orientar a los jóvenes arquitectos hacia

los sectores más prometedores, y enseguida, llenar progresivamente los huecos

resultantes de la débil intervención arquitectónica.

¿ Cómo efectuar estos análisis del mercado ? ¿ Cómo descubrir nuevas oportunidades

para la actividad arquitectónica ? Desde nuestro punto de vista, las técnicas

sugeridas por las "tecnologías sociales" (3) ofrecen el soporte analítico más

adecuado. Estas técnicas ponen en contacto los diferentes grupos "que deciden",

cuyo trabajo permite desarrollar las "zonas de consenso" y reducir las "zonas de

conflicto". El material acumulado fomenta una acción constructiva, lo que a

nuestro modo de ver es superior a los resultados obtenidos por los métodos

prospectivos clásicos, practicados por los expertos "que no deciden" y que no

llegan a convencer, al fin de cuentas, a los detentores del poder... Es decir que

la prospección de nuevos mercados de la actividad arquitectónica no puede ser

hecha más que por cada país, incluso por cada región. Es decir, además, que la

conquista de estos mercados deberá ser hecha en un régimen de plena competencia

por el hecho de que 1) - las personas que tomarán la decisión sopesarán el por y

el contra de la intervención arquitectónica propuesta, 2) - compararán las

ventajas y desventajas con los resultados de la intervención de otros

profesionales, 3) - en el caso extremo, deberán llegar a cambiar su imagen

tradicional - y en ciertos casos desfavorables - del arquitecto...

Por el contrario, serla injusto ignorar ciertas contribuciones que la profesión

parece ser la única capaz de hacer en muchos campos, sin que se presenten

forzosamente bajo forma de planos y presupuestos... En efecto, muchos responsables

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estSn dispuestos - olvidando si fuera necesario los excesos un poco folklóricos de

algunos de nuestros colegas - a reconocer su capacidad imaginativa irremplazable.

Como dice Alonso (4) a propósito de la acción planificatriz, "muy a menudo es esta

capacidad imaginativa la que permite engendrar la articulación física indispensa­

ble al universo de dificultades formuladas por los no-architectos (sociólogos,

economistas, geógrafos, etc...)".

Por otra parte, y siempre según Alonso, el arquitecto estS acostumbrado a efectuar

proyecciones sobre la vida útil de 20, 30 o 50 años, mientras que los otros

participantes limitan las suyas al corto o medio plazo que se admite habitualmente

en el mundo de los conocimientos económicos y sociales. Es este un aspecto que

tomará cada vez más importancia en una sociedad orientada hacia la conservación

del patrimonio mobiliario.

Finalmente, debido al carácter "cultural" de su formación, los arquitectos estSn

mejor preparados que nadie para integrar los valores ligados a la calidad de la

vida. Asi pues, los esfuerzos efectuados por los gobiernos y ciertos organismos

como la U.N.E.S.C.O. en favor de {oKma.c¿6n de qu¿enz¿ de.cA.de.». (5), deberían dar a estos una mayor sensibilidad con respecto a los valores defendidos por la profesión.

Sea lo que sea, estamos persuadidos que existen posibilidades reales de interven­

ción en muchos de los sectores y niveles identificados. Y esto sin caer

necesariamente en los excesos de la fabricación artificial de "necesidades",

justamente denunciados por Illich (6). Citemos algunos ejemplos al nivel de los

sectores de intervención.

- Consejo para la inversión industrial o comercial con respecto a todo lo que

atañe a la elección de lasinmobilizaciones, a su localización, su programación,

a la elección de los consultantes y a la negociación de los contratos con las

empresas de obras.

- Promoción inmobiliaria privada, destinada a la venta o al arriendo de espacios

residenciales, comerciales o industriales : "feasibility studies", programación,

coordinación de proyectos, etc..

- Preparación de las inversiones colectivas en el seno de las administraciones

públicas o para-públicas. Evaluación de las necesidades, programación de edifi­

cios públicos, escolares, universitarios, hospitalarios, etc..

Al nivel de los sectores de producción y fuera de las oficinas de arquitecto :

- Empresa tradicional de construcción (7) : negocio de contratos de obras, gestión

de la empresa, gestión de las obras, etc..

- Empresa de construcción industrializada : poner al día nuevos procedimientos :

diseño, prototipos, patentes, gestión de las operaciones experimentales o

corrientes, "monitores" de arquitectos de operación y otros participantes, etc..

- Manufactura de materiales y de componentes de la construcción : investigación,

desarrollo, patentes, producción y difusión de productos, etc..

- Financiamiento y seguro de las operaciones inmobiliarias, análisis de programas

y proyectos, control, etc..

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- Control público de las operaciones inmobiliarias : comisiones administrativas,

permisos, control de obras, etc..

En fin, a nivel de los sectores de consumo y de gestión de la construcción :

- Gestión del espacio en el seno de las empresas industriales y comerciales :

destino, transformación, acondicionamiento, mantenimiento, etc..

- Gestión del espacio en el seno de las administraciones públicas y para-públicas :

Ídem...

- Conservación del patrimonio nacional.

- Acondicionamiento y rehabilitación de edificios antiguos.

- Animación popular : "advocacy-planning" (8) organización de movimientos urbanos

en materia de renovación de la vivienda, etc..

- Mejora y defensa de la vivienda marginal : "slums", suburbios, chabolas, etc..

Asi, la primera condición para que la diversificación se realice es la de tener un

buen conocimiento del potencial de actuación arquitectónica ofrecida por cada

sector y nivel de inversión, de producción y de gestión del marco inmobiliario.

LA FORMACIÓN DIVERSIFICADA

La experiencia prueba que uno de los mayores obstáculos en la actuación de

arquitectos en los ámbitos no-tradicionales es el desconocimiento de dichos

ámbitos. En efecto, como los programas de enseñanza son generalmente orientados

hacia la formación de arquitectos tradicionales, resulta que éstos no conocen

prácticamente otro medio que el tradicional, es decir la oficina de arquitectos.

Ahora bien, es corriente afirmar que un conocimiento mínimo de las estructuras, de

las características y del funcionamiento del ámbito en que se espera trabajar, es

la condición preliminar para lograrlo. Entonces ¿ cómo dar a los que desearían

entrar en los sectores y niveles de actividades no tradicionales, un conocimiento

mínimo de dichos sectores y niveles ? Evidentemente por medio de una formación

apropiada.

Esto nos lleva al espinoso problema de la orientación de la enseñanza para los

futuros arquitectos. Pero como los actuales titulados, sobre todo los más jóvenes,

están igualmente afectados por este problema, esto nos dirige, al mismo tiempo,

hacia al problema de la formación permanente.

¿ Es que la formación actual del arquitecto puede ser una base válida para la

diversificación ? Es tanto más difícil de responder a esta pregunta, cuanto que

existe por todas partes un gran descontento con respecto a dicha formación,

incluso si muy pocas personas están en la medida de enunciar sobre ella una

critica coherente y constructiva (9).

En efecto, hemos ya señalado que la diversificación no implica, al comienzo,

ninguna transformación de la estructura del conocimiento específicamente

arquitectónico. La diversificación postula la posibilidad de aplicar este

conocimiento ni más ni menos que en el estado en que se encuentra, pero en un

mayor número de ámbitos. Y si el conocimiento en cuestión se muestra subdesarro-

11ado en relación a otras disciplinas, será necesario antes que nada, acelerar el

desarrollo de dicho conocimiento arquitectónico y de su transmisión didáctica.

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Pero ësto no es suficiente, ya que el problema es organizar una estructura de

enseñanza de la arquitectura que proporcione a los que lo desean, el conocimiento

de los sectores no tradicionales de actividad además de la formación "normal" de

todo arquitecto. Paralelamente, será necesario proporcionar el mismo conocimiento

de los ámbitos no tradicionales a los jóvenes arquitectos que estén interesados.

A partir de nuestra experiencia de la enseñanza universitaria hemos formulado una

proposición de estructura que creemos idónea. Esta estS basada sobre el concepto

generalmente admitido de programas mayoKib y me.no/iii. Es "mayor" todo programa de enseñanza de una duración tal que proporciona cantidad de conocimientos requeridos

para dar una calificación de nivel "profesional" en una disciplina dada. Es "menor"

todo programa que ofrece un complemento de conocimientos distintos a los del

"mayor", y esto dentro del volumen-tiempo requerido por el grado postulado.

Asi, es corrientemente admitido en el sistema universitario americano obtener una

licencia exigiendo., por ejemplo,, cuatro años de estudio de los cuales tres sobre un

tema mayor y uno sobre un tema menor. En este caso la sigla del titulado es la del

mayor con mención del menor, por ejemplo B.Scw.ro. (Bachelor of Sciences with

minor).

Lo que proponemos es de crear el diploma de arquitectura con menor, este diploma

deberá ser reconocido, por supuesto, a igual titulo que el diploma de arquitecto

tradicional (volveremos más tarde sobre el problema del reconocimiento). El "mayor"

otorgaría los conocimientos específicos necesarios a todo arquitecto. El "menor"

otorgarla los conocimientos específicos del ámbito en el cual se desearla actuar.

¿ Qué implicaciones tendría tal sistema sobre la estructura universitaria ?

La creación de un menor implicarla aparentemente la reducción de los estudios pro­

piamente de arquitectura. De hecho esto no es exacto, puesto que en la enseñanza

tradicional se dan ya, la mayor parte del tiempo, un cierto numero de cursos

destinados a otogar al estudiante un cierto conocimiento del contexto de la oficina

de arquitecto : cursos sobre la práctica profesional, sobre los códigos y reglamen­

tos, incluso sobre las características socio-profesionales de los clientes y

usuarios, etc..

Ahora bien, si excluimos estos cursos que podrían muy bien constituir un "menor en

práctica tradicional", quedarla un conjunto de conocimientos los cuales, podados

un poco de los inevitables dobles empleos y materias no pertinentes, constituirían

ni más ni menos que un "mayor en arquitectura"...

Otro aspecto que podríamos hacer valer contra la aparente reducción de los estudios

en arquitectura es ese tan clásico de la "maduración del estudiante". Es cierto que

siendo un conocimiento de síntesis, la arquitectura exige un cierto nivel de

madurez mental. ¿ Pero el hecho de hacer una parte de los estudios en arquitectura

sobre un tema tan pertinente como el ámbito en el cual se cuenta trabajar ensegui­

da, no serla ya un factor de maduración más importante que el de insistir sobre

una disciplina que corre el riesgo de no poder estar practicada tal cual más tarde ?

Queda por ver en que podrían consistir los temas menores y quien deberla tomarlos

a cargo. Los programas menores destinados a otorgar un conocimiento de los ámbitos

no tradicionales deben ser tomados en cargo por los departamentos universitarios

apropiados. En efecto no servirla de nada confiar estos programas a las mismas

escuelas de arquitectura - a excepción evidentemente del caso particular de la

práctica tradicional - puesto que las escuelas no poseen los recursos humanos

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necesarios para las enseñanzas de esto tipo. Por el contrario, las escuelas de

arquitectura deberían administrar conjuntamente con los departamentos implicados

los programas menores en cuestión para garantizar la correcta adecación a sus

propios objetivos. Asi, se podría visualizar desde ahora toda una serie de

programas menores, administrados por diferentes instituciones universitarias y que

suministrarían el conocimiento de los ámbitos donde el arquitecto desearla

intervenir.

menor

administración industrial y comercial

administración inmobiliaria

administración publica

ingeniería de obras

"advocacy"

institución

escuelas de altos estudios comercia­les (AEC)

AEC o estudios in­mobiliarios

escuelas de admi­nistración pública

AEC o ingeniería

ciencias sociales " políticas

trabajo social

sectores de actividad

inversión inmob. ind. y com. manufactura de materiales gestión inmobil. ind. y com.

promoción inmobiliaria financias y seguros

inversión inmobiliaria públ. permisos y control gestión inmuebles públicos

gestión de las obras indus trialización

rehabilitación "advocacy planning" vivienda marginal

Tab. 8. Ejemplos de programas "menores" de enseñanza con respecto a la diversificación de la actividad arquitectónica.

Bien entendido, se podrían ofrecer también estos programas a los arquitectos

deseosos de dirigirse hacia las actividades no tradicionales y ésto por el

canal de la formación permanente. En este caso los programas deberían ser ofreci­

dos bajo la forma de cursos de noche o de verano, de seminarios intensivos, por

correspondencia, etc..

Los programas menores deberían estar elaborados a partir de referencias bien

sólidas. De hecho, una buena parte de la investigación reciente en materia de

intervención en el marco inmobiliario ofrece un material completamente apropiado.

Podemos mirar en lo que concierne a "1'advocacy-planning", las referencias

recopiladas en las bibliografías citadas en (8). Para la intervención en el seno

de la administración pública están los trabajos de Bolán, sin contar los de Arrow

y muchos otros (10). Para la intervención en materia de promoción inmobiliaria,

podemos referirnos ventajosamente a Farrell (11) y así sucesivamente.

En definitiva, las estructuras académicas y el material didáctico existen ya para

ofrecer el soporte a una acción que tienda a la formación diversificada. Pero

queremos indicar que nuestra proposición no es la única posible. Sin embargo le

vemos la ventaja de no exigir recursos adicionales ni transformaciones estructura­

les importantes. Le vemos sobre todo la ventaja de existir, de manera que suscite

un debate sobre los cambios indispensables de la Óptica implícita en la enseñanza

actual de la arquitectura.

Sea lo que fuera, la segunda condición para que la diversificación se realice es

la de otorgar a los estudiantes y arquitectos interesados, la formación que les

permita actuar en los diferentes sectores y niveles de inversión, de producción y

de gestion del marco inmobiliario.

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EL STATUS DEL ARQUITECTO

Hemos visto que desde el Gran Siglo el arquitecto ha dejado progresivamente los

campos de actividad que hacían anteriormente parte de sus atribuciones. Y lo que

es mSs, el arquitecto ha "quemado sus naves" al otorgarse un status estrictamente

liberal que le impide, en la mayor parte de los países, el ser asalariado de nadie

más que de otros arquitectos o, en todo caso, de las administraciones públicas.

La reinserción en los sectores y niveles de actividad que fueron antes suyos,

exige que el arquitecto retroceda un poco del status liberal que SI mismo se

impuso. En efecto, la actividad diversificada exige a su turno una diversificaciOn

de la definición de tareas y una diversificaciOn de los status.

¿ Cómo conciliar esta exigencia con lo que está en el corazón de la institución

profesional, a saber la salvaguardia de la ëtica y la garantía de la competencia

con respecto a la sociedad ? Pero plantear el problema en estos términos, es

olvidar que la institución profesional desempeña igualmente un papel sociológico

importante. Desde el punto de vista estrictamente legal, solo los patrones de

oficina tienen necesidad de ser miembros de los collegios y otras corporaciones

profesionales. Ahora bien, los patrones constituyen en muchos países apenas un

tercio de los efectivos.

Sin embargo la casi totalidad de los arquitectos tienden a formar parte de estas

instituciones, a pesar de que la mayoría de entre ellos son arquitectos asalaria­

dos sometidos al derecho de trabajo y no al derecho profesional. Y es que,

asalariados o no, los arquitectos desean a identificarse como tales y sólo la

adhesión a tales instituciones se lo permite.

c No habría pues una manera de distinguir entre la función social y la función

legal de las instituciones profesionales ? Uno de los medios más simples serla el

distinguir entre el simple ingreso y la "licencia de práctica" como se hace ya en

algunos países. Asi, todo titulado o equivalente, fuera cual fuera su categoría

profesional (patrón, asalariado, benévolo, inactivo, e t c . ) , tendría acceso al

titulo de arquitecto... y continuarla pagando su cotización.

Pero a aquellos que trabajasen para clientes privados o públicos en el marco de

contratos de prestaciones de servicios, la institución profesional darla licencias

de práctica a la vista de las garantías habituales de ética y de competencia. Y lo

que es más, estas mismas licencias podrían ser diversificadas de manera que

garantizasen a la sociedad frente a la acción de los arquitectos que ejerciesen a

titulo liberal en varios sectores de actividad. Asi la institución profesional

podría exigir que uno de sus miembros o su equipo completara su formación con la

ayuda de un programa menor apropiado, antes de concederle una licencia en tal o

cual forma de práctica. Esto tendría, de paso, la ventaja de frenar la versatili­

dad excesiva o la improvisación frente a una eventual diversificaciOn de pedidos.

En todo caso, la distinción entre el derecho a llevar el titulo de arquitecto y el

derecho a ejercer a titulo liberal, abrirla grandes las puertas a la diversifica­

ción de la profesión.

Los arquitectos tendrían asi la libertad de escoger su status, no ya en función de

una legislación impuesta e inadaptada, sino en función de las necesidades

inherentes a su actividad efectiva. Pues la tercera condición para que la

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diversificación se realice es la de otorgar a los arquitectos Interesados, un

status legal que les permita integrarse efectivamente en los diferentes sectores

y niveles de inversion, de produccifin y de gestion del marco inmobiliario.

NOTAS Y REFERENCIAS

1. D. Turin, The Construction Industry : Ita Economie Significance and Its Role in Development, U.C.E.R.G., Londres, 1969.

2. Ver, Le métier d'architecte in Architecture d'aujourd'hui, ne 170, nov.-dic. 1973.

3. El sujeto es muy amplio : se puede consultar I. Hudson, A Bibliography on the "Delphi Technique", C.P.L. Exchange Bibliography, ne 652, Monticello (U.S.A.), 1974. R.H. Martin, The Future of Consensus-Formation Technology Utilisation in a normative Governmental 'Planning Support System Environment, C.P.L. Exchange Bibliography, no 1061, Monticello (U.S.A.), 1976.

4. W. Alonso, Beyond the Interdisciplinary Approach to Planning, International Symposium on the Regional Development, Tokyo, Sept. 1968.

5. U.N.E.S.C.O. - U.N.E.P., Human Settlement Managers Training Program.

6. I. Illich, Le chômage créateur, Seuil, Paris, 1977.

7. Antiguamente el arquitecto era esencialmente un contratista como lo prueba el significado mismo de su nombre "arkhi-tektôn : yo ordeno al obrero"... La distinción entre arquitecto y contratista es relativamente reciente; apenas existia en el momento de la redacción del código-civil francés (ver G. Minvielle, Histoire et condition juridique de la profession d'architecte, Imprimerie de l'Université de Bordeaux, 1921) lo que creó, entre otras, la confusión de la "responsabilidad solida­ria y conjunta" del arquitecto y del contratista. Después de la ultima guerra, la separación entre arquitectos y contratistas, se efectuó tanto en Francia como en América del Norte. De este hecho, un gran número de arquitectos que trabajaban en calidad de contratistas debieron abandonar la profesión de arquitecto, lo cual representó para ésta, una disminución considerable tanto de sus efectivos como de su campo de acción.

8. Sobre este movimiento, que comenzó en América del Norte, existe una vasta bibliogra­fía : D.F. Hazzioti, Advocacy Planning : A Selected Bibliography, C.P.L. Exchange Bibliography, ne 323, Monticello, U.S.A., 1972» A. Corso, The Urban Planner is inside Advocate, C.P.L. Exchange Bibliography, ns 1218, Monticello, U.S.A., 1977.

9. Una critica profunda de la enseñanza actual fué hecha por C. Schnaidt, Communication au Colloque de la S.A.D.G. sur l'enseignement de l'architecture, Paris, mayo, 1978.

10. Por ejemplo R. Bolán, Emerging Views of Planning en Journal of the American Institute of Planners, julio 1967, pág. 233-245. Para la problemática fundamental del poder público ver K.H. Arrow, Elección social y valores individuales, Instituto de estudios fiscales, Madrid, 1971. En fin, podemos referirnos a los trabajos de Churchman y del "grupo de Berkeley" (Rittel, Protzen y otros) que tocan tanto el poder público como al advocacy-planning.

11. P. Farrell, Architect as developer en Progressive Architecture, mayo, 1970.

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CONCLUSION

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Desde el alba de la revolución industrial, la profesión de arquitecto se encontró

viviendo de y pana el crecimiento del marco inmobiliario. Su trayectoria se explica pues por la evolución de las variables económicas y demográficas. Además,

el sistema de educación en arquitectura se orientó de manera preponderante hacia

la formación de prestatarios de servicios de tipo tradicional. Todo esto, unido a

la estructura exclusivamente liberal de la profesión, ha impedido a ésta el tomar

una parte determinante en los procesos de decisión, de producción y de gestión del

marco inmobiliario.

Hoy día la profesión de arquitectura está en crisis, ya que el crecimiento demo-

económico es de marcha lenta y esto probablemente sin esperanza de reactivación

espectacular. Pero al mismo tiempo, la construcción también está en crisis, puesto

que la crisis del medio ambiente ha traído a primer plano preocupaciones sociales

sobre el problema de la calidad de la vida especialmente en el contexto urbano.

La crisis de la profesión de arquitecto se presenta como una crisis de recursos no

empleados. La crisis de la construcción, se presenta como una crisis de necesida­

des emergentes. Es probable que dirigiendo estos recursos hacia estas necesidades

se puedan reabsorver las dos crisis. Hemos demostrado que es por medio de la

diversificación de la actividad arquitectónica que tal objetivo puede ser

alcanzado.

Pero tal gestión no es simple puesto que ella toca factores estructurales de

carácter económico. Por lo tanto el problema debe ser abordado en toda su

complejidad y con coherencia. Para ello proponemos :

- La identificación de las nuevas necesidades en materia de marco inmobiliario

y esto a través del análisis del potencial de actuación arquitectónica ofrecida

por los diferentes sectores y niveles de decisión, de producción y de gestión de

dicho marco.

- La formación diversificada destinada a otorgar a los estudiantes y a los

titulados en arquitectura un conocimiento adecuado de los ámbitos en los cuales

serán llamados a trabajar.

- La diversiflcación del status profesional de manera de permitir al arquitecto

integrarse en dichos ámbitos.

La crisis de la profesión de arquitecto no es especifica a los países ya

industrializados. Hemos mencionado en la introducción los problemas que ella tiene

que afrontar en los países que están actualmente en pleno cauce de industrializa­

ción.

En estos países, los arquitectos son a veces muy numerosos y lo serán más aún

cuando al esfuerzo actual de formación universitaria haya producido todos sus

frutos. Pero en algunas regiones cono las de América Latina, las estructuras

económicas son tan jóvenes como las estructuras universitarias y profesionales.

Entonces, ¿porqué no encauzar desde ahora una diversiflcación de la actividad

arquitectónica ?

133

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Esto tendría la gran ventaja de asegurar a la profesión en esos países, una

inserción en los procesos de decisión y de producción mucho mas profundo que la

que ha prevalecido en los países hoy día industrializados. Además, una vez logrado

el nivel post-industrial, la profesión se ahorrarla quizás una crisis, como la que

ella atraviesa hoy día en los países industrializados...

Es ésta, a nuestro modo de ver, la gran lección que los países en vía de

industrialización pueden sacar de la experiencia vivida por sus predecesores. Por

supuesto, somos conscientes de los problemas de recursos que se plantean a los

responsables universitarios y profesionales de los países de America Latina o de

otros lugares. Sin embargo, nos parece que el despegue de la diversificación no

requiere a penas más recursos que aquellos que-son ya utilizados en la aplicación

de políticas universitarias y profesionales actuales.

Terminamos el presente informe por una citación del que ha sido durante ocho años

el gran animador de la Unión Internacional de Arquitectos, Michel Weill y sin el

cual este informe no existiría quizás :

"... es necesario suscitar la indispensable evolución de una profesión

profundamente perturbada. En la mayor parte de los países los arquitectos son

mal o insuficientemente utilizados porgue han estado mal preparados para sus

futuras actividades, pero también porque las obras son aún concebidas princi­

palmente sin tener demasiada cuenta de los aspectos sociales y culturales.

A pesar de esta grave crisis, el número de estudiantes en arquitectura es

creciente. Son más de 600 000 en el mundo; 100 000 más que la totalidad de

los arquitectos en ejercicio. Estos jóvenes se dirigen hacia la arquitectura

y el urbanismo porque adivinan las inmensas necesidades de la mayoría de los

hombres y mujeres que viven en el mundo, porque saben que los arquitectos

deben estar presentes en los sectores y niveles de decisión donde, actualmen­

te, son poco numerosos cuando no ausentes..."

134

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ANEXO ESTADÍSTICO

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año

1870

1880

1890

1900

1910

1920

1930

1940

1950

1960

1970

arquitectos emplea­dos en el affo z (1)

despachos

10 120

12 280

24 313

34 460

total

2 040

3 375

8 070

10 600

17 250

18 600

22 100

17 740

20 780

29 986

46 930

inversiSn inmobi­liaria en z+I (2,

(millones $1958)

1 024

933

2 835

3 193

5 067

5 694

6 419

9 945

11 566

20 230

30 013

aSo

1881

1891

1901

1911

1921

1931

1941

1951

1961

1971

arquitectos emplea­dos en el aflo z (3)

despachos

602

1 085

1 954

2 840

total

349

580

590

1 332

1 169

1 298

1 202

1.740

2 940

4 045

inversiSn inmobi' liaria en z+I (4!

(millones $1961)

81

66

186

606

274

199

832

1 309

2 347

3.582

Tab. Al. Arquitectos activos en los despachos y en el conjunto de las actividades económicas, los años de censo. Inversión inmobiliaria con Incidencia arquitectónica, los años siguientes de los censos. Estados Unidos, 1870-1871 a 1970-1971. Canadá, 1881-1882 a 1971-1972.

137

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Vivienda (privada)

individual 1

colectiva (baja)f

colectiva (alta)l

Diaeao urbano y 1 vivienda publica '

Comercial

baja densidad 1

alta densidad j

Industrial

Edificios públicos

Defensa

Religion

Educación

Sanidad

Recreacifin

Diversos

1950

25.5

13.5

9.0

14.5

-1.5

19.0

17.0

--

1951

23.0

6.S

18.0

5.0

15.0

1.5

17.0

14.0

--

1952

14.0

14.0

12.0

5.0

22.0

4.0

20.0

6.0

-3.0

1953

5.0

9.5

15.0

13.5

7.6 11.5

6.0

25.0

6.0

-1.5

1954

3.8

10.0

19.2

11.3

11.9

4.0

4.6

26.6

7.4

-1.2

1955

4.0

10.0

18.0

12.0

9.0

9.0

5.0

25.0

7.0

-1.0

1956

3.7

11.3

16.5

17.0

12.4

-5.7

22.0

7.5

-3.9

1957

2.7

9.1

23.0

12.1

11.6

-4.9

20.7

10.7

-5.2

1958

2.1

9.1

18.5

14.0

16.0

-4.3

23.1

9.2

-3.7

1959

3.1

16.1

1.5

19.3

7.5

9.5

2.1

3.4

17.5

7.3

2.2

10.5

1960

2.1

14.. 8

1.0

23.6

9.1

10.0

3.1

5.6

18.S

8.2

1.5

2.5

1961

8.0

21.4

0.7

19.6

5.6

10.1

2.9

4.3

17.5

6.3

2.3

1.3

1962

1.6

15.7

4.2

16.0

7.6

10.3

5.6

4.3

21.1

11.4

1.9

0.3

1963

1.9

14.9

2.3

18.3

4.8

8.0

6.0

3.7

24.4

13.2

1.8

0.7

1964

2.2

16.4

2.0

14.3

7.0

9.7

2.9

4.6

24.6

14.3

1.5

0.5

1965

1.7

10.8

7.2

2.3

8.4

9.1

9.0

6.7

3.1

3.1

23.8

10.8

1.9

2.1

1966

2.6

6.0

7.2

2.5

8.3

6.6

6.0

10.5

3.0

6.0

25.2

11.2

1.7

3.2

1967

1.5

7.7

6.0

3.3

6.9

10.4

11.6

7.2

2.6

2.2

21.5

12.1

1.2

5.8

19C8

2.4

5.¿

9.7

7.4

3.3

20.1

5.5

3.0

14.1

3.8

11.4

9.0

1.7

3.2

Vivienda (privada)

individual

colectiva (baja)

colectiva (alta)

Diseño urbano y vivienda pdblica

Comercial

baja densidad

alta densidad

Industrial

Educación

Sanidad

1969

2.0

9.6

6.4

6.7

9.8

11.6

S.7

3.3

5.2

1970

1.4

8.7

4.4

5.5

7.7

17.3

3.7

3.5

7.0

1971

1.4

9.9

7.4

7.9

9.5

10.1

3.6

3.3

8.0

1972

2.1

9.8

6.0

17.0

10.5

8.0

3.3

1.9

6.6

1973

3.7

14.6

4.3

6.4

11.4

6.8

6.3

2.0

5.6

Federal

oficinas

sanidad

defensa

diversos

Estados y municip.

oficinas

educación

sanidad

diversos

Planificación com.

Otros edificios

1969

1.3

2.3

1.0

0.5

3.3

16.2

1.9

1.2

3.9

8.1

1970

1.7

2.1

0.4

1.0

3.3

13.3

3.2

2.6

6.4

6.8

1971

1.3

1.6

0.5

0.5

2.7

14.8

4.3

3.5

S.6

4.1

1972

0.9

0.6

0.4

1.3

1.6

8.3

2.4

1.5 12.0

5.8

1973

0.6

1.2

2.5

0.8

1.3

10.9

4.8

1.5 8.4

6.B

Tab. A2. Estructura sectorial de los proyectos de arquitectura. Estados Unidos, 1950-1973.

138

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sectores

Vivienda

individual

colectiva

Comercial

Industrial

Institucional

educación

sanidad

religión

Edif. públicos

Recreación

Otros edificiot

total

sectores

Vivienda

individual

colectiva

Comercial

Industrial

Institucional

educación

sanidad

religión

Edif. públicos

Recreación

Otros edificioi

total

1951

6 405

1 200

915

2 883

1 335

581

291

158

136

515

14 427

1964

12 586

7 979

4 572

2.970

3 554

1 625

814

789

599

598

36.086

1952

6 656

1 307

979

2 558

1 472

444

318

233

153

538

14 657

1965

13 799

7 649

5 457

3,064

4 164

1 515

783

842

800

596

38 469

1953

6 942

898

1.489

2 051

1 720

434

385

203

222

452

14.796

1966

11 730

6 097

5 835

3 623

4 939

1 721

825

939

855

656

37 .220

1954

8 410

934

1 816

1 274

2.063

519

486

249

252

452

16 455

1967

13 518

7.637

6 080

3 701

5 216

1 873

793

959

834

683

41 294

1955

9 965

1 107

2 359

1 878

2 134

475

551

301

270

530

19 570

1968

14 481

10 357

7 645

3 768

5,347

2,114

778

1 112

954

795

47 351

1956

11 429

1 433

3 140

2 381

2 883

678

681

428

422

595

24,062

1969

13 868

11 765

9 789

3.915

5 543

2 817

674

1 154

1 116

944

51 582

1957

10 972

2 067

3 267

2 168

2 936

870

699

470

429

455

24 333

1970

13 785

11 052

9 056

3 664

5 253

2 811

575

1,007

1 137

952

49.292

1958

11 904

2 792

3 197

1.400

2 907

879

746

655

500

664

25,644

1971

19 197

15.517

9 610

2.619

5 649

3 188

603

1 493

1 296

1 131

60 303

1959

13 806

3.344

3 496

1 880

2 666

865

799

605

601

. 474

28 536

1972

23 586

19 296

11,369

3 005

4 760

3 516

640

1 490

1.237

1.003

69.902

1960

11 752

3 725

3 725

2 114

3 005

832

789

679

631

464

27 344

1973

23 270

20.370

13,040

4,775

5 121

3 325

708

2 025

1 527

1 240

75 401

1961

11.673

4 450

3.797

1.814

3 015

' 985

805

671

623

403

28 236

1974

22. 075

11 536

11 751

5 595

6.334

3 818

Js 633

76 063

1962

12 050

5 989

4 216

2,086

3 060

1,079

811

677

704

377

31:049

1975

23 935

7 430

9 233

6 834

5.876

3.680

6 024

68 942

1963

12. 732

7.770

4.445

2 274

3 314

1 485

755

964

648

493

34,880

1976

32 .899

10 752

10 437

4 058

4.980

4.590

5 979

73 695

Tab. A3. Contratos de construcción inmobiliaria. Estados Unidos, 1951-1976. En millones de dólares.

139

Page 127: El Porvenir económico del arquitecto; Human …unesdoc.unesco.org/images/0003/000398/039899so.pdf · Empleo de arquitectos en Estados Unidos en función de la inversión inmobiliaria

sectores

viviendas colee

comercial

induatrial

educación

sanidad

religión

edif. pfibl.y rec,

1951

14.96

11.41

35.94

16.64

7.24

3.73

10.08

1952

16.33

12.23

31.97

18.40

5.55

3.96

11.56

1953

11.43

18.96

26.11

21.90

5.53

4.90

11.17

1954

11.61

22.57

15.84

25.65

6.45

6.04

11.84

1955

11.52

24.56

19.55

22.22

4.94

5.74

11.47

1956

11.34

24.84

18.83

22.81

5.36

5.39

11.43

1957

15.47

24.45

16.23

21.98

6.51

5.23

10.13

1958

20.32

23.27

10.19

21.15

6.40

5.43

13.24

1959

22.70

23.73

12.76

18.10

5.88

5.42

11.41

1960

21.50

23.89

13.56

19.27

5.34

5.06

11.38

1961

26.87

22.92

10.95

18.20

5.95

4.86

10.25

1962

31.52

22.19

10.98

16.10

5.70

4.26

9.25

1963

35.08

20.07

10.27

14.97

6.70

3.41

9.50

total 100.00 LOO.00 LOO.00100.00100.00100.00 LOO. 00 LOO. 00 LOO. 00 LOO. 00 LOO.00100.00100.00

sectores 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976

viviendas colee.

comercial

induatrial

educación

sanidad

religión

edif. pábl.y rec

33.95

19.46

12.64

15.13

6.91

3.46

8.45

30.76

21.94

12.32

16.73

6.09

3.15

9.00

23.92

22.89

14.21

19.38

6.75

3.24

9.61

27.49

21.89

13.33

18.78

6.75

2.85

8.91

31.51

23.26

11.46

16.27

6.43

2.37

8.70

31.19

25.96

10.38

14.70

7.47

1.78

8.52

31.13

25.50

10.32

14.79

7.92

1.62

8.72

37.75

23.38

6.37

13.74

7.75

1.47

9.54

41.66

24.55

6.49

10.28

7.59

1.38

8.05

39.08

25.01

9.16

9.82

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1.36

9.19

24.80

26.60

12.70

14.40

8.70

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11.10

18.40

23.80

17.60

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26.36

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9.95

12.21

11.26

1.84

12.80

total 100.00100.00 LOO .00100.00 LOO .00 LOO .00 LOO .00 100.00100.00 LOO.00100.00 LOO.00100.OC

Tab. A4. Estructura sectorial de los contratos de construcción inmobiliaria (excepto vivienda unifamiliar). Estados Unidos, 1951-1976.

sectores 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963

viviendas colee.

comercial

industrial

educación

sanidad

religión

edif. pfibl.y rec

10.00

15.79

14.21

26.3.1

6.32

6.32

21.05

10.39

19.96

11.75

27.65

7.69

4.78

17.78

10.42

18.75

12.50

26.04

7.29

5.21

19.79

11.74

17.13

13.50

26.99

7.79

5.92

16.93

9.35

23.64

12.43

21.27

11.00

5.04

17.27

14.30

18.90

9.29

23.60

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4.39

20.12

18.16

19.92

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21.37

8.56

4.54

19.71

16.14

24.11

9.29

18.90

8.37

5.72

17.47

24.02

21.31

6.09

19.02

6.85

4.67

18.04

20.22

16.26

7.72

21.45

11.58

4.37

18.40

17.53

18.66

4.89

24.88

13.45

3.77

16.82

total LOO.00 LOO. 00 LOO. 00 LOO. 00 LOO. 00 LOO. 00 LC0.00LOO.00LOO.00LOO.00 LOO.00

sectores 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974

viviendas colee.

comercial

industrial

educación

sanidad

religión

edif. pfibl.y rec

18.81

14.62

7.16

25.16

14.62

4.70

14.93

20.65

17.80

9.16

24.21

10.99

3.15

14.04

16.12

15.30

6.16

25.87

11.50

6.16

18.89

17.26

17.56

11.78

21.84

12.28

2.23

17.05

22.95

23.98

5.63

21.93

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3.89

12.40

23.80

22.43

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20.45

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2.83

14.68

19.73

26.51

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17.82

13.04

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16.54

26.56

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19.07

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20.58

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14.22

12.79

2.59

15.55

total LOO .00100.01 100.0C 100.0 DO II 00.0C100.00100.00100.00 LOO.00100.00 1100.00H

Tab. A5. Estructura sectorial de los proyectos de arquitectura (excepto vivienda unifamiliar y planeamiento de comunidades). Estados Unidos, 1953-1973.

140

Page 128: El Porvenir económico del arquitecto; Human …unesdoc.unesco.org/images/0003/000398/039899so.pdf · Empleo de arquitectos en Estados Unidos en función de la inversión inmobiliaria

alto

1B75 1876 1877 l878 1879 1880 1881 1882 1883 188<* iBBs 188o jRB7 1889 1B84 1890 1891 1R92 f*»23

1R94 189a 1896 1897 1898 1899

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1900 1901 1902 1903 1904 1905 1906 1907 1908 1909 191'u 1911 1912 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 1921 1922 1923 192»

población

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151684 34287 56954 39565 62391 63275

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1975

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1983 1984 1985

1986 1987 1988

población

213540

215140 216810 218510 220210 221910 223610 225310 227010 228710 230410

232110 233810 235510

Tab. A6. Población. Estados Unidos, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En millares de habitantes.

año

1875 1876 1877 1878 1B74 138U 1881 1882 1883 1884 1885 188o 1887 188a 1884 i 890 1891 1892 1893 1R94 1893 189o 1897 1898 1899

población

3954 4009 4064 4120 4185 4255 4325 4375 4430 4487 4537 4580 4626 4678 4729 4779 4B33 4883 4931 4979 5026 5074 5122

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población

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afio

1950 951 952 953 954 955

1956 957 95H 959 960 961 962 963 964 965 966 9 6 ' 968 969 970 971 972 973

1974

población

13712 14009 144S9 14845

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afio

1975 1976

1977 1978 1979

1980 1981 1982

1983 1984 1985

1986 1987 1988

población

22800 22993

23279 23566 23852 24138 24425 24711

24997 252B3 25570

25856 26142 26428

Tab. A7. Población. Canadá, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En millares de habitantes.

141

Page 129: El Porvenir económico del arquitecto; Human …unesdoc.unesco.org/images/0003/000398/039899so.pdf · Empleo de arquitectos en Estados Unidos en función de la inversión inmobiliaria

Tab. A8. Volumen del parque inmobiliario disponible por habitante según

el tipo de edificio. Estados Unidos, 1875-1975. En dólares 1958.

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Tab. A9. Volumen del parque Inmobiliario disponible por habitante según

el tipo de edificio. Canadá, 1875-1975. En dólares 1961.

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renta/hab. $1958

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Tab. AlO. Renta y renta por habitante. Estados Unidos, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En dólares corrientes y en afilares 1958.

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renta •aliones $61

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renta/hab. $1961

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Tab. All. Renta y renta por habitante. Canadá, 1875-1977. Proyecciones de 1978 a 1988. En adiares corrientes y en adiares 1961.

144

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año

1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968

despacho!

12 12 12 13 16 19 19 21 22 23 24 27 30 30 32 32 33 39 39

280 772 695 974 071 568 171 791 485 657 313 061 589 513 217 815 256 550 209

fuera de despacho!

8 500 8 217 7 935 7 652 7 369 7 086 6 804 6 521 6 238 5 956 5 673 6 312 6 950 7 589 8 228 8 866 9 505 10 144 10 783

tercera demanda

1 039 1 049 1 032 1 081 1 172 1 333 1 299 1 416 1 436 1 481 1 499 1 669 1 877 1 905 2 022 2 084 2 138 2 485 2 500

total

21 22 21 22 24 27 27 29 30 31 31 35 39 40 42 43 44 52 52

819 038 662 707 612 987 274 728 159 094 485 042 416 007 467 765 899 179 492

año

1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987

lespachos

36 265 38 943 39 057 40 268 40 485 32 005 29 985 35 156 36 065 36 996 37 953 38 933 39 939 40 971 42 030 43 116 44 230 45 373 46 546

fuera de lespachos

11 421 12 060 12 114 12 168 12 222 12 276 12 330 12 384 13 172 13 960 14 748 15 536 16 324 17 112 17 500 18 688 19 476 20 264 21 051

tercera demanda

2 384 2 550 2 559 2 622 2 635 2 214 2 116 2 377 2 462 2 548 2 635 2 723" 2 813 2 904 . 2 996 3 090 3 185 3 282 3 379

total

50 070 53 553 53 730 55 058 55 342 46 495 44 431 49 917 51 699 53 504 55 336 57 192 59 076 60 987 62 926 64 894 66 891 68 919 70 976

Tab. A14. Demanda de arquitectos. Estados Unidos, 1950-1975. Proyecciones de 1976 a 1967.

año

1951 .

1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973

despacho!

1 085 -

1 955 2 250 2 426 2 670 2 834 2 705 2 962 3 049 3 018 3 256 2 840 2 958 3 139

fuera de despachos

665 -985

1 058 1 102 1 163 1 203 1 171 1 235 1 257 1 249 1 308 1 205 1 234 1 288

tercera demanda

87 -147 165 176 192 202 194 210 215 213 228 202 210 221

total

1,827 -

3 087 3 473 3 704 4 025 4 239 4 070 4 407 4 521 4 480 4 792 4 247 4 402 4 648

año

1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 19S7

lespachoi

3 514 3 163 2 925 2 997 3 070 3 146 3 223 3.302 3 383 3 467 3 552 3 639 3 728 3 820

fuera de despachos

1 424 1 252 1 128 1 136 1 144 1 153 1 163 1 173 1 185 1 197 1 210 1 224 1 239 1.256

tercera demanda

247 221 203 207 211 215 219 224 228 233 238 243 248 254

total

5 185 4 636 4 256 4 340 4 425 4 514 4 605 4 699 4 796 4 897 5 000 5 106 5 215 5 330

Tab. A15. Demanda de arquitectos. Canadá, 1951-1975. Proyecciones de 1976 a 1987.

14fi

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afio

1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969

nuevos titulados

2265 1964 1801 1450 1435 1275 1360 1535 1730 1875 1640 1641 1851 1852 1998 2514 2634 2585 2533

inmi­grantes

14 7

265 237 251 205 229 245 283 326 278 287 446 644 575

ano

1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987

nuevos titulados

2658 278S 2821 3070 3330 3426 4174 — 3788 4169 3750 3860 3970 4080 4190 4340 4420 4480

inmi­grantes

775 756 726 500 404 459 383 350 350 350 350 350 350 350 350 350 350 350

Tab. A16. Títulos profesionales de arquitecto otorgados. Inmigración de arquitectos. Estados Unidos, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a 1987.

f

año

1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969

nuevos titulados

171 145 98 91 94 97 90 101 88 99 93 119 96 111 118 139 137 203 195

inmi­grantes

211 382 128 107 78 31 65 79 94 210 355 432 275 154

afio

1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987

nuevos titulados

259 218 191 205

"267 327 350 330 364 392 410 422 430 430 430 430 430 430

inmi­grantes

138 111 112 90 175 218 150 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Tab. Al7. Títulos profesionales de arquitecto otorgados. Inmigración de arquitectos. Canadá, 1951-1976. Proyecciones de 1977 a. 1987.

147

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aflo

19S0 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968

oferta inicial

22 060 22 054 22 048 22 042 22 036 20 030 19 571 19 112 18 653 18 194 17 736 17 263 16 791 16 319 15 847 15 376 14 780 14 184 13 589

nuevos titulados

0 2 263 4 223 6 028 7 466 8 897

10 159 11 516 13 028 14 744 16 606 18 211 19 817 21 633 23 451 25 415 27 849 30 403 32 908

Lnmigrantei

14 21 286 523 774 979

1 204 1 445 1 724 2 010 2 321 2 591 2 014 2 642

oferta potencia

22 060 24 317 26 271 28 070 29 502 28 941 29 751 30 914 32 204 33 712 35 321 36 678 38 053 39 676 41 308 43 112 45 220 46 601 49 139

año

1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987

oferta inicial

12 993 12 398 11 833 11 268 10 703 10 138 9 574 9 036 8 498 7 960 7 422 6 883 6 169 S 454 4 739 4 024 3 309 2 574 1 839

nuevos titulados

35 362 37 940 40 605 43 308 46 260 49 472 52 893 57 402 60 068 62 846 65 741 68 754 71 895 75 277 78 912 82 801 86 838 90 887 94 975

inmigrantes

4 201 4 939 5 661 6 331 6 775 7 123 7 526 7 824 8 090 8 355 8 620 8 886 9 110 9 334 9 598 9 822 10 045 10 142 10 239

oferta potencial

52 556 55 277 58 099 60 907 54 738 66 733 69 993 74 262 76 656 79 161 81 783 84 523 87 174 90 065 93 249 96 647 100 192 103 603 107 053

Tab. A18. Oferta potencial de arquitectos. Estados Unidos, 1950-1975. Proyecciones de 1976 a 1987.

aflo '

1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968

oferta inicial

1 830 1 796 1 763 .1 729 1 695 1 662 1 624 1 586 1 548 1 510 1 471 1 432 1 393 1 354 1 315 1 275 1 225 1 176

nuevos titulados

0 145 243 333 426 523 613 713 801 899 991

1 108 1 202 1 311 1 427 1 563 1 695 1 893

inmigrante!

0 30 80 180 330 541 923

1 050 1 156 1 233 1 261 1 325 1 400 1 491 1 698 2 049 í 469 2 733

oferta potencial

1 830 1 971 2 086 2 242 2 451 2 726 3 160 3 349 3 505 3 642 3 723 3 865 3 995 4 156 4 440 4 887 5 389 5 802

año

1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987

oferta inicial

1 127 1 078 1 028 981 934 887 840 794 748 704 657 615 571 512 452 393 333 274 183

nuevos titulados

2 082 2 336 2 547 2 729 2 924 3 182 3 499 3 840 4 152 4 498 4 872 5 264 5 668 6 069 6 469 6 870 7 270 7 671 8 061

inmigrante!

2 876 3 004 3 104 3 194 3 262 3 413 3 609 3 737 3 801 3 865 3 929 3 993 4 058 4 107 4 158 4 208 4 359 4 309 4 307

oferta ' potencial

6 085 6 418 6 679 6 906 7 120 7 482 7 948 8 371 8 701 9 067 9 458 9 872 10 297 10 688 11 079 11 471 11 962 12 254 12 551

Tab. A19. Oferta potencial de arquitectos. Canadá, 1951-1975. Proyecciones de 1976 a 1987.

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V

NOTAS Y REFERENCIAS

1. Para los años anteriores a 1940, ver los diferentes Census of Population, vol. I (1870, 1880), vol. II, part. 2 (1890, 1900), vol. IV (1910 a 1930). Para los anos posteriores a 1930, ver capítulo 8, nota (2). Los datos de los cuatro últimos censos tuvieron que rectificarse. En efecto, los Classified Index of Occupations and Industries editados en cada censo indican que, excepto en 1960, la rúbrica "arquitectos" ha englobado siempre aquellas de "landscape architects" y de "naval architects". Esto nos obligó a sustraer un cierto número de arquitectos los años 1940, 1950 y 1970. Este número fue calculado gracias a los datos de l'American Society of Landscape Architects y a los de los arquitectos trabajando en los astilleros en fecha de los mismos censos.

2. R. Verges-Escuin, Historical Evolution of U.S. Building Capital Stoàk vs. Income, 1875-1975, University of Montreal, 1977.

3. Para los años anteriores a 1941, ver los diferentes Recensements du Canada, vol. 2 (1881-1891), vol. IV (1901), vol. VI (1911), vol. IV (1921), vol. VII (1931). El número de arquitectos trabajando en los despachos en 1941, 1951 y 1961 fué rectifica­do con la aplicación del cociente "despachos/conjunto de los servicios" en 1971.

4. R. Vergès-Escuin, Evolution historique du stock de capital immobilier non résidentiel par rapport au revenu au Canada, 1875-1975, Université de Montréal, 1977. Las inversiones en vivienda colectiva fueron obtenidas en la S.C.H.L., Statistiques du logement, Ottawa, anual.

5. Artículos anuales en la sección News Report de la revista Progressive Architecture desde 1951. De 1951 a 1957, numero de enero. De 1957 a 1971, número de noviembre. De 1971 a 1973, número de diciembre.

6. F.N. Dodge Division, McGraw-Hill information Systems co. en Statistical Abstracts of the U.S.A., anual. Ver también U.S. Department of Commerce, Bureau of the Census, Construction Review, Washington, mensual. La distribución de la vivienda en unifami­liar y colectiva se efectuó como la de los comienzos de obras de dichos sectores.

7. Estas datos provienen del U.S. Bureau of the Census y son divulgadas a través de numerosas publicaciones. Por ejemplo, Long Term Economic Growth, 1860-1970, Wash. 1973, pág. 222. Para los años recientes ver el boletín Current Population Reports.

8. Los datos hasta 1901 fueron interpolados entre los años de censo. Para el periodo posterior a 1901, Statistique Canada produce su boletín anual Population estimative du Canada par province con revisiones recientes.

9. R.F. Martin, national Income in the United States, 1799-1938, N.I.C.B., N.Y. 1936; Department of Commerce, The National Income and Product Accounts of the United States, 1929-1965, en Survey of Current Business, julio 1965. Idem para 1946-1974, enero 1976, parte II.

10. O.J. Firestone, Canada's Economic Development, 1867-1925, Bowes & Bowes, Londres, 1958; Statistique Canada, Comptes nationaux de revenu et dépense. Révision historique, 1926-1971, Ottawa, 1972.

11. Para los diplomas otorgados ver R. Verges-Escuin, Enrollment and Degrees in the American Schools of Architecture, University of Montreal, 1978; R. Vergès-Escuin, Effectifs et grades décernés dans les écoles d'architecture du Canada, université de Montréal, 1978. Para la inmigración ver U.S. Department of Justice, Immigration and Naturalisation Service, Immigrants Admitted as Professional, Technical and Kindred Workers, Washington, anual; Ministère de la Main-d'oeuvre et de l'Immigration, Immigration, Ottawa, anual.

149

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Ricardo V E R G E S ESCUIN nació en Barcelona en 1936. Cursó sus estudios de arquitectura y de economía en París hasta 1966, mientras ejercía profesionalmente en la Entreprise Fougerolle de Travaux Publics y luego en el despacho Vidal & Jenkins. Desde hace doce años reside en Canadá, ocupando una cátedra en la Universidad de Montreal. Sus investiga­ciones se refieren principalmente a la economía del parque inmobiliario y a la economía de la profesión de arquitecto. En razón del notorio interés de la U . N . E . S . C . O . y de la U.I.A. por estas cuestiones, el autor fué encargado en 1977 de elaborar un informe sobre la evolución de la profesión de arquitecto en relación con el desarrollo económico. Es así que se realizó, gracias también al asueto sabático otorgado por la Universidad de Montreal y por el Conseil des Arts du Canada, EL PORVENIR ECONÓMICO DEL ARQUITECTO.