el poderoso cerebro de los pajaros
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EL PODEROSO CEREBRO DE LOS
PAJAROS.
Cuando era chico, Femando Nottebohm pasaba sus vacaciones en el
campo familiar, principal diversión era escuchar el canto de los pájaros y
tratar de descubrir a qué ave pertenecía cada sonido “Y si escuchaba un
canto nuevo, sentía gran curiosidad por saber quién era el recién llegado”,
recuerda hoy, a los 49 años, instalado en su laboratorio de la Universidad
de Rockefeller, en los Estados Unidos.
En esas largas tardes seguía cada trino hasta encontrar quién lo emitía y
poco a poco agregaba nuevos cantos a una colección que no cesaba de
crecer.
“Creo que es así como se forma un naturalista—dice Nottebohm-, cuando
se siente la alegría de explorar e investigar todo siempre esperando algo
nuevo.” Desde su actual puesto de director del Centro de investigaciones
Ecológicas y Etnológicas, en la mencionada Universidad, se muestra
satisfecho de haber seguido aquellos cantos por los más diversos senderos
hasta desembocar en importantes descubrimientos biológicos. De las
sendas campestres pasó a los caminos neuronales y llego a descubrir
centros del cerebro que comandan el canto de las aves.
LA NEUROGENESIS
Pero las sendas siguieron abriéndole y Nottebohm y sus colaboradores
hallaron que los cerebros de las aves presentan diferencias entre los
sexos. Y, también, hicieron un descubrimiento mayor; el cerebro de un
pájaro adulto puede regenerar sus células nerviosas, una propiedad de la
que carece el cerebro de los mamíferos, incluido el hombre. En el sexto
mes de gestación, el ser humano ya posee todas las neuronas de su
cerebro. En cambio, algunas aves, ya adultas, pueden generar hasta 20 mil
neuronas en un solo dia, durante.
EL CEREBRO DEL MACHO
POSEE UNA ZONA DE
CONTROL DEL CANTO
CUATROL VECES MÁS
GRANDE QUE LA DE LAS
HEMBRAS.
El periodo de apareamiento. “Pienso que de todas las casas con las que
nos topamos en nuestro trabajo-Reflexiona Nottebohm- la más
revolucionaria es esta de que la neurogénesis, el nacimiento de nuevas
neuronas, puede continuar en cerebros adultos complejos. Porque el
dogma era que, simplemente, esto no ocurría”,
Dedicado a la búsqueda de factores moleculares que controlan la
neurogénesis en las aves, el investigador argentino espera que el
descubrimiento de tales disparadores genéticos pueda permitir la
inducción de un proceso similar en los mamíferos.
“Por ahora, todo está en un plano especulativo-señala- pero podría
abrirnos las puertas para procesos naturales de reparación o
rejuvenecimiento cerebrales, lo cual tendría gran valor clínico,”
La incursión de Nottebohm por los caminos que conducirían al desarrollo
del cerebro humano lo lleva bastante lejos de sus preocupaciones
originales.
“Al principio, yo solo estaba interesado en el comportamiento y la
evolución de los pájaros. Pero esto me llevo a tantas sorpresas…
Muchas más de las que un científico tendría derecho a esperar.”
Cuando tenía 17años, leyó el libro de charles Darwin. El viaje del Beagle.
La apasionante narración del naturalista inglés impulsó por las aves en
profundo interés profesional.
“Darwin resultó mágico—recuerda no sólo por lo que escribió sino
también por su estilo, por la vibración que imprimía a todo lo que trataba.
Hizo que la zoología me resultara la forma de vida más romántica que se
pudiese imaginar.”
Atrapado en el dilema de su vocación por la ornitología y la presión
familiar para que se dedicara a las tareas del campo.
Nottebohm finalmente aceptó la propuesta de sus padres de costearte
propuesta de sus padres de costearle estudios de agronomía en la
Universidad de Nebraska, en los Estados Unidos.
Allí pasé el año1.959-rememorapero el ambiente intelectual era
extremadamente chato. Por suelte, alguien me habló muy elogiosamente
de la Universidad de California. Así que decidí ir a Berkeley para
convertirme en naturalista.”
Peter Mailer, una de las principales autoridades mundiales en el estudio
de la comunicación cocal en las aves y monos, fue profesor suyo.
Su personalidad, la frescura con la que hablaba de la evolución, me
cautivaron – dice Nottebohm- Como Darwin, Marler combinaba un
profundo conocimiento del comportamiento animal con incisivas
intuiciones sobre su valor adaptativo. Había estudiado en la Universidad
inglesa de Cambridge, en cuyo chtist´s College se había formado Darwin, y
el evolucionismo era para él algo muy vivo.”
SORPRESAS
Bajo la dirección de Marler, dedicó sus estudios de postgrado a las aves,
con un proyecto en el cual, mediante fotografía estroboscópica,
examinaba las vibraciones que ocurren en la membrana de la siringe (o
caja vocal) de un pájaro mientras éste canta. A partir de entonces.
Nottebohm se dedicó a investigar otros aspectos del canto de las aves,
entre ellos los descubrimientos del biólogo inglés W.H. Thorpe. Este
mostró que los pájaros machos- que son los que cantan en la mayoría de
las especies- aprenden a emitir sus trinos escuchando a los adultos, y que
esto o cure antes de que los pichones alcancen la madurez sexual.
Posteriormente, otro ex alumno de martes, Masakazu Konishi, mostró
experimentalmente que si un pájaro cantor era dejado sordo después de
su aprendizaje, podía seguir cantando sin disminución de la variedad de
sus trinos.
En 1965, Nottebohm decidió poner a prueba la hipótesis de Konishi. Y fue
entonces cuando se encontró con la primera sorpresa.
La sirige está dividida en dos partes, cada una de las cuales puede
actuar como fuente de sonido independiente. Para bloquear las
sensaciones que experimenta un pájaro cuando canta, Nottebohm cortó
que conecta uno de los lados de la siringe con el cerebro. “Me di cuenta
entonces dice- que no era lo mismo des inervar la mitad derecha que la
izquierda. En el primer caso, el canto seguía normal en cambio si
desnervaba la mitad izquierda, las consecuencias eran tremendas: ya no
había producción de canto normal.”
Hasta ese momento, el predominio de una parte del cerebro sobre
en relación a determinadas funciones corporales sólo había sido
observado en el hombre. Nottebohm recuerda que “estaba realmente
sorprendido por este descubrimiento.
Teníamos en los pájaros una habilidad aprendida, el canto que se
presentaba lateralizada. El paralelo con él había humana y el predominio
hemisférico aparecía como un aspecto muy tentador,” Y lo fue tanto que a
partir de ese momento quedo decidida la orientación que iban a seguir sus
investigaciones.
Fue entonces cuando entraron en escena los canarios. Ejemplo de
especie canora por excelencia, sirvieron a Nottebohm para estudiar paso a
paso la etapa del “subcanto” de la aves un decisivo periodo del
aprendizaje de la comunicación entre las aves que Darwin comparó con la
fase del balbuceo en los bebés humanos. El canto estable del pájaro sólo
es alcanzado cuando el individuo alcanza la madurez sexual.
Hacia 1971, Nottebohm decidió que para continuar avanzando era
imprescindible disponer de un atáis anatómico del cerebro de un atáis
anatómico del cerebro de un pájaro cantor. Trabajó en ello durante 5 años
y, durante esa tarea se encontró con otra sorpresa: los cerebros de
machos y hembras contra lo que enseñaban hasta ahora, retan
diferentes.” A mediados de la década de 1970- señala Nottebohm- los
anatomistas no se preocupaban por indicar el sexual cual pertenecía un
cerebro de cualquier especie animal representado en una lamina.
La diferencia cerebral entre los sexos no era un dato
apreciable.”Contra ese prejuicio, Nottebohm y el neurobiólogo Arthur
Amo id, descubrieron que el cerebro del canario macho posee una zona de
control del cerebro de las hembras. “Ahora que lo sabemos – dice –
parece obvio que el canario macho, que canta melodías tan complicadas,
deba tener un centro cerebral más importante que las hembras, pero
entonces esto iba en contra del dogma de que, los cerebros de machos y
hembras eran iguales.”
Pero la sorpresa máxima vendría después. El tamaño de las áreas de
de control del canto no solo difería entre los sexos; según la estación del
año, el volumen del área variaba notablemente en los machos.
Aumentaba en primavera y disminuía al terminar el verano. La explicación
de este fenómeno que no se había observado hasta entonces en animales
superiores era ésta: cuando, en primavera, los canarios machos preparan
su repertorio “estable de trinos para seducir a las hembras, aumenta la
cantidad de células cerebrales. Al finalizar el varano, los machos vuelven a
un periodo de canto “plástico” y el cerebro se achica.
Estos cambios estacionarios del comportamiento y el correlativo
crecimiento del cerebro de los canarios están influidos, según las
investigaciones de Nottebohm y sus colaboradores, por la hormona sexual
masculina testosterona. Los niveles de ésta dependen de la exposición
a la luz diurna, y como en primavera y verano los días son más largos, el
nivel aumenta.
Hembras inyectadas con testosterona mostraron un aumento del
área cerebral de control del canto y emitieron sonidos similares a los de
los machos.
La primera explicación para el aumento del cerebro de los canarios
fue conservadora. Se pensó que era resultado del crecimiento de fibras
neuronales preexistentes. La formación de nuevas neuronas estaba por
principio. Pero los hechos se impusieron: los experimentos con
marcadores radiactivos mostraron que, efectivamente, se generaban
células nerviosas nuevas.
Tomado de archivo.