el poder como herencia del imperio

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8/19/2019 El Poder Como Herencia Del Imperio http://slidepdf.com/reader/full/el-poder-como-herencia-del-imperio 1/6  Universidad Pedagógica Nacional Unidad 151, Toluca Especialización y Maestría en Enseñanza de las Humanidades (Lengua, Literatura e Historia) Historia y Literatura coloniales Profesor: Doctor Edgar Castañeda Crisolis Alumna: Lic. Dalia González Linares Trabajo final El poder como una herencia del I mperi o Durante la congregación de la sociedad en civilizaciones, la organización de Estados y Gobiernos, la gente, como seres humanos buscan en todo momento formar parte de dichas organizaciones, se sienten necesarios y de igual forma desean combatir ciertas formas de injusticia o bien acrecentar lo que ya tienen o poseen, claro ejemplo es la idea imperialista que se tenía en la España de León-Castilla. Como menciona Dante (1308), uno los fundamentos últimos de los imperios y de la autoridad que radica en estos y en la propia sociabilidad humana, es alcanzar la felicidad,  pero no pudiendo lograr este objetivo por sí mismos, necesita entonces asociarse con otros seres humanos, formando así, pueblos, ciudades o reinos. (Cerezo, 1985) De esta premisa de Dante planteada en El derecho de gentes, obra de Alonso de la Veracruz, surge la problemática que a continuación se trata, y es que al formar estas organizaciones sociales se crean al mismo tiempo formas de poder, como la imposición del imperio, que pareciera por elección divina, pero hay interés que se manejan <<por debajo de la mesa>> es decir, hay fines en común y por tal motivo se imponen. De la representación de los imperios ecuménicos, retomamos una idea más cercana a nuestra forma de vida en México, durante la época prehispánica en México la población se regía por Señoríos representados por un Tlatoani, en esta persona convergían dos formas de  poder, por un lado representaba al gobierno y al mismo tiempo era representante del Estado; a pesar de haber pasado casi 500 años desde la conquista de los Españoles, de haber pasado una lucha de independencia de España, una revolución armada y la caída de 2 imperios, México en la actualidad sigue teniendo la representación de un Tlatoani, esta figura se expresa el día de hoy en el Presidente Constitucional del país, que más que una república es

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Universidad Pedagógica Nacional Unidad 151, Toluca

Especialización y Maestría en Enseñanza de las Humanidades

(Lengua, Literatura e Historia)

Historia y Literatura coloniales

Profesor: Doctor Edgar Castañeda Crisolis

Alumna: Lic. Dalia González Linares

Trabajo final

El poder como una herencia del Imperi o

Durante la congregación de la sociedad en civilizaciones, la organización de Estados y

Gobiernos, la gente, como seres humanos buscan en todo momento formar parte de dichas

organizaciones, se sienten necesarios y de igual forma desean combatir ciertas formas de

injusticia o bien acrecentar lo que ya tienen o poseen, claro ejemplo es la idea imperialista

que se tenía en la España de León-Castilla.

Como menciona Dante (1308), uno los fundamentos últimos de los imperios y de la

autoridad que radica en estos y en la propia sociabilidad humana, es alcanzar la felicidad,

 pero no pudiendo lograr este objetivo por sí mismos, necesita entonces asociarse con otros

seres humanos, formando así, pueblos, ciudades o reinos. (Cerezo, 1985)

De esta premisa de Dante planteada en El derecho de gentes, obra de Alonso de la

Veracruz, surge la problemática que a continuación se trata, y es que al formar estas

organizaciones sociales se crean al mismo tiempo formas de poder, como la imposición del

imperio, que pareciera por elección divina, pero hay interés que se manejan <<por debajo de

la mesa>> es decir, hay fines en común y por tal motivo se imponen.

De la representación de los imperios ecuménicos, retomamos una idea más cercana a

nuestra forma de vida en México, durante la época prehispánica en México la población se

regía por Señoríos representados por un Tlatoani, en esta persona convergían dos formas de

 poder, por un lado representaba al gobierno y al mismo tiempo era representante del Estado;

a pesar de haber pasado casi 500 años desde la conquista de los Españoles, de haber pasado

una lucha de independencia de España, una revolución armada y la caída de 2 imperios,

México en la actualidad sigue teniendo la representación de un Tlatoani, esta figura se

expresa el día de hoy en el Presidente Constitucional del país, que más que una república es

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la imagen misma de un gobierno dictatorial al residir las dos formas anteriores de poder en

la misma persona.

De esta idea del imperio germánico-romano, nuestra sociedad acepta como base de la

 justicia que en este se imparte la idea del derecho romano, pero con la finalidad no de

 proteger, sino más bien de <<ajusticiar>> es decir de poner en práctica el prestigio, la

autoridad, la sapiencia, y el poder político con el que la gente se mueve desde la fundación

de este hasta lo que hoy en día se entiende por derecho.

De esta idea imperialista que los españoles como conquistadores de una nueva tierra

trajeron a nuestro país, a nuestra gente, de esa idea ecuménica de poseer todo cuento estuviera

a su alcance o todo cuanto existiera en la tierra, de esta visión de conquistadores y

conquistados, de la implantación de un Imperio con Maximiliano, de la idea a la que se

aferraron por poseer y ejercer el poder sobre la nación Mexicana, de las formas de gobiernos

y monarquías que muchos quisieron imponer, de las múltiples visiones que en México se

vieron como sueños a alcanzar, no quedo nada, más que la manipulación del poder.

Como lo menciona Alonso de la Veracruz en su tratado de dominio infidelium et iusto

bello ¿Qué razones tenía España para invadir e imponer sobre México? Que razones se tenían

 justificables e injustificables, que motivos tenían para legar en nuestra gente esa horrible

sensación de querer dominar cuanto hay en nuestra vida, de ser egoístas, y de estas razones

que seguimos sin ver claramente nacen todas esas violentas formas de poseer, tal y como los

conquistadores violentamente nos quitaron cuanto poseíamos.

De las ideas antes expuestas, transpolaré el legado español, que es mucho, porque

además se ha mezclado con ideas propias de México en una forma que a mi parecer es

 bastante interesante, y para ejemplificarlo hare uso del sistema educativo actual, esta herencia

de la raza humana es el poder como fuerza.

En el trato que se da a cada sujeto dentro de un mundo social o institución, existen

diversas formas de capital, como lo menciona Bourdieu (2007) el capital económico, cultural,

social, etc., estos capitales son la principal fuente de poder dentro de la institución, por lo

tanto, es menester describir la problemática que representan dentro del mundo social a tratar.

El capital económico es una forma de poder que ejerce cualquier sujeto sobre otro, la

manera en la que está respaldado monetariamente le confiere fuerza que le permite al mismo

tiempo imponerse sobre sus pares y sobre aquellos que considera que no están a su mismo

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nivel, el sujeto por lo tanto se confiere asimismo un grado de superioridad y es esta nueva

 posición la que permite que ejerza su fuerza de forma violenta1, tanto física como

emocionalmente frente al otro, este hecho lo encontramos de igual forma en los imperios, el

que más recurso económico tenia, lograba acrecentar su riqueza, en la escuela (que es la

institución que manejaremos a partir de ahora, estos capitales dan posicionamiento, prestigio

y poder de influencia y manipulación).

 No solo el capital económico es una fuente de poder, el posicionamiento dentro de un

campo cultural o mundo social distinto en formas de saberes, conocimientos, cultura general

y específicamente en cuanto a distinción y clase social obtenidas mediante el grado

académico, son una causa más de poder frente al otro, un motivo más de imposición de

fuerzas y voluntades y en diversos momentos una forma de violencia.

En las instituciones de educación básica, media superior y superior estas dos formas

de poder que otorga el capital económico y cultural son usadas y deformadas de tal forma

que resultan ser armas usadas por el profesorado (que podría representar a la figura del

conquistador) en contra del alumnado (que entonces representa a la figura del conquistado),

llegando en ocasiones a ser incluso un acto de venganza que se ve reflejado en el sistema de

evaluación y en los resultados parcialmente verídicos obtenidos.

El estudiante en numerosos momentos de su formación académica comenzando desde

el nivel básico es consciente de que el profesor es el portador principal del poder dentro del

aula, cualquier objeción que el alumno haga a la catedra del profesor, este último en uso de

la fuerza otorgada por el Estado y por el poder del que es poseedor puede afectar su

calificación en respectiva materia e incluso podría significar en términos mayores su

expulsión del programa educativo.

Los estudiantes de los distintos niveles educativos ven en el sistema de evaluación

usado por el profesor como anteriormente se ha dicho, una forma de venganza pues, <<el

maestro es el maestro y él manda>>, esta aseveración es muy empleada entre los educandos,

es por ello que con la adquisición de experiencia por parte de estos y a través de su avance

dentro de la institución llamada `educación´ comprenden que el profesor es quien tiene la

autoridad por fuerza y poder y ellos deben asumir el rol de sujetos menores. En este sentido

“los educadores ocupan un papel activo: son los encargados de transmitir información a los

1 Violencia Simbólica (Bourdieu y Passeron, 1981)

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estudiantes de forma acrítica” (Martínez 2014, p.31), tienen el poder de decidir por los

alumnos, ellos deciden que conocimiento es aplicable y que conocimiento o saber no lo es,

son los educadores quienes tienen el papel de perpetuar lo que el sistema demande. Son los

educadores quienes deciden qué libro de texto se va a usar, que horario se habrá de trabajar

o que forma de evaluación se tendrá.

“El profesor debe imponerse al estudiante, debe ejercer la autoridad que le delega el

Estado” (Martínez 2014, p.31), de esta forma de imposición y del poder del que ahora es

dueño surge la inhibición de las capacidades del alumno, es decir, no se le permite ser libre,

se le imponen los saberes que debe adquirir, los estándares que debe cumplir, las

competencias y objetivos específicos que debe obtener.

Los maestros son los responsables de “dar forma a una pedagogía basada en premios

y castigos, tomando como referencia el rendimiento escolar ” (Martínez 2014, p.31), solo

quien logra con el cumplimiento de los estándares y objetivos es quien tiene la oportunidad

de exentar un examen por ejemplo.

Hoy a pesar de que en los discursos permean los relacionados a las nuevas formas de

enseñanza, a la visión basada en competencias, donde cada alumno con la ayuda del docente

se vuelve actor de su propio conocimiento, se torna en discursos sin eco, en realidad las

escuelas no dejan de considerar al “estudiante [como] un ser pasivo, un simple receptor de

información, un objeto dócil sometido al régimen disciplinario de la escuela. (Martínez 2014,

 p.31), el estudiante es de esta forma porque irremediablemente debe adaptarse al sistema y

acatar lo que éste demande, si no lo cumpliera de esta forma, simplemente seria suspendido

o expulsado y los estudiantes no arriesgan tanto su futuro escolar o personal.

Tomando en cuenta que el Estado es el principal benefactor de la educación y que los

 profesores y directivos obtienen su poder de la representación del Estado, el alumno queda

en un segundo plano, restándole importancia a sus pensamientos, juicios, análisis y

aportaciones que pueda hacer a su nación y que al mismo tiempo beneficiarían a el Estado,

 pero, dentro de esta forma de represión existe una contrariedad aún más significante.

 No solo hay problemas entre alumnos, maestros y directivos, y no solo se enfrentan

estos tres agentes entre sí, dentro de la institución (háblese de cualquier nivel educativo) sino

que tienen en cierto grado conflictos con aceptar el rol que se les impone dentro del sistema,

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el Estado por su parte tiene la forma exacta de imponerse, utiliza diversos medios y el preciso

es la acción pedagógica que se encuentra en manos de los profesores.

La acción pedagógica es una violencia simbólica en dos sentidos: por las relaciones

de fuerza en las que se fundamenta y por la inclusión y exclusión arbitraria de lassignificaciones que inculca. La acción pedagógica es una violencia simbólica, ya que

la fuerza en la que se fundamenta proviene de la fuerza entre los grupos que componenuna formación social. La acción pedagógica responde a los intereses del grupo que

detenta el poder de Estado. (Martínez 2014, p. 54-55)

Habiéndonos remitido ya a el comienzo de las problemáticas y “reconociendo el papel

clave del poder y del control, podemos encuadrar el origen de los conflictos en la institución

escolar” (Xesús, 1997) y precisamente en estas instituciones es donde los alumnos,

 profesores y demás integrantes del sistema educativo pasan la mayor parte del tiempo.

Durante el surgimiento de estos conflictos se encuentra inmersa la violencia simbólica

que se encuentra legitimada por la fuerza que ejerce la Autoridad Pedagógica y por lo tanto,

Todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra imponer

significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en

que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente

simbólica, a esas relaciones de fuerza (Bourdieu y Passeron, 1981 p. 44).

Pero, la violencia simbólica no es la única forma de poder, tampoco lo es los diversos

capitales que se plantearon anteriormente, hay más formas y todas estas son heredadas en

cualquier momento de nuestra historia, bien pues, conviene realizar ciertos análisis, y

 plantear con los resultados de estos una forma en la que como nación podamos emancipar

nuestro pensamiento y no continuar con las visiones de <<nos conquistaron y nos quitaron

todo cuento teníamos>>.

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Bibliografía

  Prometeo Cerezo de Diego (1985).  Alonso de la Veracruz y el derecho de

 gentes. México: Porrúa.

 

Bourdieu, P. (1980 2007). “Los modos de dominación”. E n: El sentido práctico.

 pp. 195-216. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

  Martínez, R. (2014). Pedagogía Tradicional y Pedagogía Crítica. México: Doble

Hélice Ediciones-Instituto Latinoamericano de Pedagogía Crítica.

  Xesús, R.J. (septiembre-diciembre 1997). El lugar de conflicto en la organización

escolar . En Micropolitica en la educación Revista Iberoamericana en Educación.

15. Recuperado de http://www.rieoei.org/oeivirt/rie15a02.htm 

 

Bourdieu, P. y Passeron, J.C. (1981). La reproducción. Elementos para una teoría

del sistema de enseñanza. Barcelona, España: Editorial Laia.

  Bowles, S. y Gintis, H. (1981). La instrucción escolar en la América capitalista.

México: Siglo XXI.

  Foucault, M. (1979). Microfísica del poder . España: La Piqueta

  Foucault, M. (1996). Curso del 7 de enero, Curso del 14 de enero. En: Microfísica

del poder. pp. 125-152. Madrid: Ediciones la Piqueta.