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El Phantom "chileno" de Murnau El regreso del hombre que olvidó a su madre Este 26 de octubre, en conmemoración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, la Cineteca Nacional de Chile estrenó una nueva copia de Phantom (1922) de F.W. Murnau. El sorprendente hallazgo y restauración de este clásico melodrama del maestro alemán fue realizado por la misma Cineteca en estrecha colaboración con la Filmoteca Española. Se trata, nada menos, que del rescate de la única copia original existente en el mundo. Por Christian Maldonado En estos tiempos, ver en una sala de cine la exhibición de una vieja película muda con música interpretada en vivo, a la antigua usanza de su época, más que una excentricidad es un verdadero privilegio. Mejor aún, si la película en cuestión es un film del maestro alemán F.W. Murnau que hasta hace pocos años atrás se encontraba mundialmente perdida, la ocasión es más que significativa: es una celebración. Phantom, rodada en pleno apogeo del expresionismo alemán y estrenada originalmente en 1922, estuvo desaparecida por casi 80 años hasta que en 2002 se encontró en Moscú un negativo original de la versión europea que fue recuperado por la Fundación Murnau de Alemania. Luego, en 2005, tras un dificultoso trabajo de reconstitución a partir de este viejo negativo encontrado, se reestrenó la película, lo que significó un suceso importante para la memoria histórica del cine mundial por lo que fue prontamente editada en formato DVD en Europa y Estados Unidos.

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Artículo para la revista digital de cine MABUSE referente al estreno de la copia restaurada de PHANTOM (1922) de F.W. Murnau

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Page 1: El Phantom de F.W. Murnau

El Phantom "chileno" de Murnau El regreso del hombre que olvidó a su madre Este 26 de octubre, en conmemoración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, la Cineteca Nacional de Chile estrenó una nueva copia de Phantom (1922) de F.W. Murnau. El sorprendente hallazgo y restauración de este clásico melodrama del maestro alemán fue realizado por la misma Cineteca en estrecha colaboración con la Filmoteca Española. Se trata, nada menos, que del rescate de la única copia original existente en el mundo.

Por Christian Maldonado

En estos tiempos, ver en una sala de cine la exhibición de una vieja película muda con música interpretada en vivo, a la antigua usanza de su época, más que una excentricidad es un verdadero privilegio. Mejor aún, si la película en cuestión es un film del maestro alemán F.W. Murnau que hasta hace pocos años atrás se encontraba mundialmente perdida, la ocasión es más que significativa: es una celebración.

Phantom, rodada en pleno apogeo del expresionismo alemán y estrenada originalmente en 1922, estuvo desaparecida por casi 80 años hasta que en 2002 se encontró en Moscú un negativo original de la versión europea que fue recuperado por la Fundación Murnau de Alemania. Luego, en 2005, tras un dificultoso trabajo de reconstitución a partir de este viejo negativo encontrado, se reestrenó la película, lo que significó un suceso importante para la memoria histórica del cine mundial por lo que fue prontamente editada en formato DVD en Europa y Estados Unidos.

Fotograma con el título latino de Phantom(gentileza de la Cineteca Nacional de Chile)

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Sin embargo, la versión de Phantom que la Cineteca chilena acaba de estrenar (más bien reestrenar con 85 años de desfase) transita por un carril paralelo. La historia de este feliz rescate es más o menos la siguiente: A fines de los años 20, llega a los cines de Iquique –que en aquel entonces vivía un apogeo económico producto de la explotación del salitre natural (lo que convertía a la ciudad nortina en una estación privilegiada del circuito cinematográfico chileno)-, una copia de Phantom, ridículamente titulada como El hombre que olvidó a su madre que fue el nombre asignado desde su origen para su comercialización en Latinoamérica. Como muchas películas alemanas de la época, Phantom fue distribuida en Chile por Guillermo Pajkuric, un hombre nacido en las salitreras quien, deslumbrado por el cine desde niño, terminó trabajando como "cojo" y distribuidor, particularmente en el Cine Imperio de Iquique.

Casi un siglo después, en julio de 2007, un descendiente de la familia Pajkuric se acerca a la Cineteca Nacional para hacer entrega de un montón de latas viejas y oxidadas de una película sin identificación alguna. La donación consistía específicamente en 14 rollos de película en 35mm de material de nitrato. Para sorpresa de Gabriel Cea, encargado del archivo de la Cineteca Nacional de Chile, el material se encontraba en muy buenas condiciones a pesar de haber estado guardado sin ninguna protección en el closet de una casa por cerca de 90 años. Pero la sorpresa fue mayor cuando tras de dos semanas de investigación, Cea descubre lo que tenía entre manos: de los 14 rollos, 9 pertenecían a la película Phantom, en su versión íntegra, conservando incluso los teñidos de color originales y sus rótulos en castellano. Los 5 rollos restantes correspondían a otro hallazgo importante: una copia incompleta de Algol: Tragödie der Macht, una cinta de ciencia ficción de 1920 del alemán Hans Werckmeister, protagonizada por el gran Emil Jannings, cuya trama contempla a un ser extraterrestre que entrega superpoderes a un humano para poder dominar el mundo. Se dice que Algol... fue nada menos que la inspiración para que Thea von Harbour concibiese la célebre Metropolis (1927) de Fritz Lang. En su investigación, Cea también descubrió que la copia de Phantom tuvo que llegó a la Cineteca corresponde a la que se exhibió en un estreno previo en Iquique en 1926, ya que el estreno oficial se realizó en la misma ciudad pero en 1928.

No obstante, Gabriel Cea recién tomó verdadera conciencia de la magnitud mundial del hallazgo cuando, un par de meses después, en el Festival de Cine Recobrado de Valparaíso, toma contacto con Camille Blot-Wellens, una restauradora europea archivista francesa que trabajó para la Fundación Murnau en el proceso de recuperación del negativo europeo de Phantom. Cea se entera que tras haber rastreado todos los archivos y cinetecas del mundo, los europeos nunca lograron encontrar siquiera un rastro de alguna copia de Phantom. Por lo tanto, la única copia original de la película existente en el mundo, es la que está en nuestra cineteca. Como dijimos antes, se trata de una versión que está completa, en muy buen estado de conservación y, algo muy importante, contiene los teñidos de colores originales realizados en Alemania, información que no estaba presente en el negativo europeo encontrado en Moscú en 2002. Luego de la emoción causada por este descubrimiento, Cea continúo trabajando en la copia de Phantom y gestionó la una colaboración con el español Luciano Berriatúa, quien es el más importante restaurador e investigador de la obra de Murnau a nivel mundial, lo que finalmente se tradujo en un convenio con la Filmoteca Española para restaurar el film, ya que la complejidad del trabajo y sus altos costos eran imposibles de ser absorbidos por la Cineteca Nacional. La restauración duró tres años, finalizando en octubre de 2010.

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La misma toma pero filmada con dos ángulos de cámara "ligeramente" distintos de una copia alemana (izq.) y de la copia chilena (der.).

Nótese que el encuadre de la versión chilena es más interesante y rico en grises que su "gemela" germana (gentileza Cineteca Nacional de Chile).

En el sistema industrial de producción de la UFA, la más grande productora de cine de Berlín durante la época muda, cuando se rodaba una película, era común que se filmaran varios negativos a la vez por medio de distintas cámaras dispuestas más o menos en la misma posición con (supuestamente) pocas diferencias de ángulos y óptica. La cámara principal lograba el negativo que se imprimía para la distribución y consumo interno alemán. Las cámaras secundarias lograban negativos alternativos para copias de exportación a otros lugares del mundo como Latinoamérica. Así se agregaban rótulos en inglés, francés, italiano, ruso o español, dependiendo del país al que se distribuía el filme. Si bien los diversos negativos son parecidos, no son exactamente iguales. Las diferencias de ángulo y encuadre en el fotograma pueden ser significativas, lo que sólo se puede advertir hasta cotejar las distintas versiones. Incluso muchas veces estas diferencias afectan el metraje, ya que, utilizando un criterio que hoy nos es difícil de dilucidar, se suprimían ciertas escenas en algunas copias y en otras no. A este respecto, el caso más emblemático es Fausto (1926), obra capital del mismísimo F.W. Murnau, del cual se han llegado a encontrar hasta cinco negativos distintos. Este procedimiento de filmar varios negativos le permitía a la UFA tener resguardos por si alguno de estos se llegaba a deteriorar o destruir como era habitual que sucediese al realizarle sucesivas copias. Asimismo, esta política de distribución y colonización cultural implicaba también que se inventaran títulos distintos para las distintas áreas geográficas de exportación, títulos que muchas veces no tenían nada que ver con el asunto central de la película. Por ejemplo, el título que se asignó a Phantom en España fue El beso de la fama. Pero para constatar que la pésima reputación española en la retitulación de las películas es una tradición de larguísima data, los distribuidores hispanos cambiaron el título por El nuevo Fantomas, una espuria estrategia comercial para colgarse del célebre criminal psicópata literario-cinematográfico francés Fantômas, que protagonizara una serie de cinco exitosas películas, dirigidas por Louis Feuillade, entre 1913 y 1915.

La copia "iquiqueña" ciertamente corresponde a un negativo destinado a para explotación en Latinoamérica, con los títulos e intertítulos originales en castellano –con varias faltas de ortografía y de redacción, por cierto- elaborados en su origen. El trabajo de la Cineteca Nacional y la Filmoteca Española contempló, entre muchas soluciones, restaurar algunos intertítulos perdidos y los filtros de colores. La función de éstos últimos era, principalmente, diferenciar las escenas diurnas de las nocturnas, las interiores de las exteriores, resaltar algunos decorados y destacar expresivamente algunas situaciones dramáticas importantes. Por ejemplo, se solía usar el color azul para teñir las escenas correspondientes a exteriores nocturnos y el color violeta para las escenas dramáticas.

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Fotogramas originales coloreados de la copia chilena de Phantom. Los colores utilizados fueron el rojo, amarillo, rosa, naranja, violeta, azul y blanco y negro.

(gentileza Cineteca Nacional de Chile)

Phantom fue realizada por Murnau inmediatamente después de Nosferatu, y puede confundir por su título haciendo pensar que se trata de una película con argumento de características fantásticas. Sin embargo, el guión de la mismísima Thea Von Harbour, basado en una novela del Premio Nobel de Literatura alemán de 1912 Gerhard Hauptmann, es un melodrama sobre Lorenz, un ingenuo y humilde funcionario público con aspiraciones literarias y poéticas, que se enamora perdidamente de Veronika, una joven de clase alta que se le aparece de manera casi mágica, conduciendo un carruaje blanco, y que el chico apenas conoce. El título original hace referencia más bien a las ensoñaciones del protagonista, a sus fantasmas internos que emergen en situaciones de fuerte expresividad emocional las que Murnau filma con el lirismo que le es característico. El nombre también alude al hecho de que el protagonista termina satisfaciendo de manera patética su deseo de conquistar a la mujer, involucrándose con una chica vulgar y arribista, pero que físicamente es idéntica a su idolatrada Veronika. De esta forma se expresa el juego de dualidad, el clásico arquetipo del doble, ya que Lorenz termina perdiendo la cabeza y entregándose al deseo por una chica que en realidad es sólo un mero reflejo de la original, la encarnación posible y tosca de la auténtica, una figura inalcanzable, un sueño, una imagen, un fantasma. En su aventura romántica por tratar de alcanzar lo imposible, Lorenz cae en un descenso moral, extravía su candidez y se entrega a la locura, relegando descuidando su trabajo, sus amistades, su hogar y a su madre, una anciana que enferma gravemente. De ahí entonces el título asignado para el matriarcal público latino (El hombre que olvidó a su madre), aunque en el argumento general, ésta sea una trama claramente secundaria. Inevitablemente, Phantom recuerda a Vertigo (1958), la obra maestra de Alfred Hitchcock, en la cual un atribulado James Stewart cae rendido frente a la misteriosa belleza de una distinguida mujer, obsesión que lo conduce a un espiral de desgracia hasta que intenta reemplazarla tras su supuesta muerte con una ordinaria

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chica que conoce en la calle, quien resulta ser idéntica a la original. La similitud es tan notoria que es más que probable que Hitchcock -confeso admirador de Murnau- haya tenido consciente o inconscientemente a Phantom como referencia.

Anuncio publicado en La Patria de Iquique el viernes18 de junio de 1926

(Gentileza Cineteca Nacional de Chile)

Lorenz, encarnado por la estrella de cine Alfred Abel, quien fuera posteriormente protagonista de Metropolis de Fritz Lang, y tuviera un rol secundario en Mabuse (1922), representa el espíritu romántico que caracteriza la cultura alemana de fines del siglo XIX y comienzos del XX. sensibilidad de la cual Murnau es un insigne heredero y deudor.

Su longitud de nueve rollos, que en la práctica divide el filme en nueve actos, es singular para una película muda. En su afán novelesco, Phantom tiene una duración inusual de aproximadamente 120 minutos. El dominio narrativo de Murnau es el que consigue que su larga extensión mantenga el interés del espectador. La película transita por el melodrama con características de realismo social, pero sin duda es en sus intentos expresivos en donde se vislumbra de mejor manera el talento de Murnau. Los momentos visuales que reflejan el mundo interior de Lorenz, las visiones de pesadilla, las alucinaciones, los ensueños románticos son finalmente los que quedan en la memoria. La utilización de los decorados y los trucajes técnicos son, como no, resultados de una verdadera ingeniería que resultan sorprendentes y realzan el espíritu trágico y desbordado de la obra. Pero, sin duda, donde el talento de Murnau logra mayor despliegue es en las escenas expresionistas que ilustran la sicología e interioridad de Lorenz. Aquella escena en la cual los edificios se desplazan y amenazan venirse encima sobre el afligido protagonista resulta efectiva y fascinante aún en estos días y, sin duda, fue el origen de un recurso expresivo que se ha venido repitiendo hasta hoy.

La proyección de Phantom este 26 de octubre en la Cineteca Nacional contó con un complemento de lujo: la participación del alemán Gunther Buchwald. Gracias a la colaboración del Goethe Institute, Buchwald, un especialista en la musicalización de

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películas mudas alemanas (y en particular de la filmografía de Murnau), acompañó en vivo, tocando piano y violín al mismo tiempo, las desventuras del desdichado Lorenz.

Afiche original de Algol: Tragödie der Macht

Finalmente, no nos olvidemos del film Algol: Tragödie der Macht, cuya restauración se está trabajando en colaboración con el Museo del Cine de Munich y el Goethe Institute. La copia entregada a la Cineteca Nacional, aunque incompleta, también es única en el mundo. Los negativos originales se encuentran en un archivo de Moscú, y los alemanes tienen una copia en blanco y negro de mala calidad y sin teñidos, pero completa. Ahora, gracias a esta colaboración, se tiene una versión definitiva a partir de los cinco rollos encontrados en Chile. La Cineteca Nacional está planeando un estreno con música en vivo para enero de 2012. Las sorpresas continúan.