el papel de la identidad local en el desarrollo rural

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1 EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO PROGRAMA REGIONAL DE ACCIONES INNOVADORAS

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Una pequeña reflexión sobre el papel de la identidad en el desarrollo rural. Este trabajo se enmarcó ne un proyecto desarrollado por Fundación CajaRioja que se planteó reflexionar sobre el patrimonio como eje de desarrollo

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1EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

PROGRAMA REGIONAL DE ACCIONES INNOVADORAS

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EL PAPEL DE LAIDENTIDAD EN EL

DESARROLLO

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EL PAPEL DE LAIDENTIDAD EN EL

DESARROLLO

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Coordinación, textos y gráficos:

Julio Grande

Fotografía:

Julio Grande, Archivo Dinatur, Rafael López-Monné y Carlos Fuentes

Diseño gráfico y maquetación:

Roberto Nalda

© Fundación Caja Rioja

I.S.B.N.: 84-89740-62-3

D.L.: LR-428-2004

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1. INTRODUCCIÓN .......................................................................................................9

2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO...................................................................152.1 Sobre el concepto de cultura......................................................................172.2 ¿Qué es la identidad?.................................................................................192.3 El patrimonio..............................................................................................23

3. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO RURAL ..................................353.1 El desarrollo rural: problema económico o cultural ....................................373.2 ¿Existe lo rural? ..........................................................................................393.3 Hacia procesos de desarrollo rural basados en la identidad.........................52

4. BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................61

ÍNDICE

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1.INTRODUCCIÓN 9

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El Gobierno de La Rioja en colaboración con diferentes instituciones públicas y priva-das, puso en marcha el Programa Regional de Acciones Innovadoras dentro del eje deidentidad con el nombre de Tierra y pilotado por la Fundación Caja Rioja, que ha traba-jado en la puesta en valor del patrimonio como exponente de la identidad regional,aspecto fundamental a la hora de estructurar una estrategia general de desarrollo terri-torial.

Identidad y patrimonio son dos conceptos que aparecen cada vez con más frecuenciacuando se aborda el problema del desarrollo territorial; sin embargo en muchas ocasio-nes el discurso no deja de ser más que el mero planteamiento superficial de un problemacomplejo que no suele ser abordado con la suficiente profundidad. El programa PRAI pre-tendía precisamente considerar al patrimonio como el eje fundamental de la estrategiaterritorial y romper en parte con su vinculación exclusiva con el hecho turístico.

Diversas ideas e iniciativas se han puesto en marcha a lo largo del desarrollo del pro-grama PRAI Tierra. Iniciativas que podríamos considerar modestas desde el punto de vis-ta material, pero que sin embargo han conseguido importantes impactos sociales. Quizásel principal valor haya sido el de poder generar nuevas dinámicas. No se ha tratado portanto de desarrollar un programa que terminara en sí mismo, sino más bien todo lo con-trario. Se ha intentado que a partir de aquí se generen motores de actividad que operenel territorio desde una óptica y con unos criterios distintos, en los que identidad y patri-monio alcancen el protagonismo que les otorga su importancia como elementos básicosdel desarrollo.

No se trataba de hacer simplemente algunas acciones aisladas. Se quería poner enmarcha intervenciones demostrativas que pusieran de manifiesto que podemos buscarnuevas formas de intervención en el patrimonio con nuevos enfoques.

Desde el principio queríamos que el proyecto tuviera un planteamiento innovador. Einnovador fue incluso desde el perfil de los socios que se embarcaron en la aventura. Noes sencillo encontrar proyectos en que la cooperación entre entidades públicas y entida-des privadas tan diversas se haya podido producir de una manera tan fluida. Esto era unriesgo al principio, no teníamos una idea clara de cómo podría resultar la experiencia. Sinembargo éramos conscientes de la necesidad de encontrar puentes de colaboración, tan-to en las formulaciones teóricas como en las ejecuciones materiales, entre administracio-nes públicas y entidades privadas, en nuestro caso además de muy distinta condición:administración regional, administración local, entidades sin ánimo de lucro, asociacionesculturales, sociedades mercantiles o congregaciones religiosas.

Trabajar todos con los mismos criterios y los mismos parámetros ha sido a la postre unproceso más sencillo de lo que en un principio habíamos pensado. Quizá porque cuandonos sentamos a trabajar seriamente sobre estos conceptos, los puntos de proximidad eran

1. INTRODUCCIÓN

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mayores de los que podríamos suponer. Quizá también porque el trabajo realizado en elseminario permanente del patrimonio haya aportado un importante grado de participa-ción y diálogo entre las partes implicadas. Esta iniciativa podríamos considerarla comouna de las más exitosas del programa. En el seminario se han dado cita asociaciones,administraciones, ayuntamientos, técnicos e investigadores entre los que se ha abierto unmás que fructífero debate. Las experiencias y conclusiones de estos encuentros han sidosin duda fundamentales para poder centrar las líneas de trabajo y las diferentes actuacio-nes del proyecto. También han servido de base para concretar algunas de las ideas quese exponen en este trabajo.

También es innovador por el propio perfil de los proyectos desarrollados. Muchas ideassonaron extrañas en un principio. Eran acciones que normalmente nunca se habían plan-teado, bien porque los argumentos no se habían utilizado en proyectos de desarrollo,bien porque nunca se había hecho desde esos organismos. Así acciones cómo lasdesarrolladas por las distintas administraciones locales han constituido una auténticanovedad en el panorama regional. Hubiera sido difícil imaginar, sin la aportación de esteproyecto, que ayuntamientos tan pequeños hubieran dedicado sus esfuerzos humanos ypresupuestarios para la rehabilitación del patrimonio etnográfico menor. Sin embargo nosólo se abordaron las acciones previstas en el programa, sino que se ha generado unaauténtica dinámica de actuación en estas corporaciones. El ejemplo además ha cundidoy algunas entidades vecinas han iniciado procesos similares, consiguiendo un efectodemostrativo importante.

Por último ha sido también innovador en algunas de las soluciones planteadas ante losproblemas que se pretendían resolver, como el hecho de utilizar nuevas tecnologías apli-cadas en patrimonio de manera un tanto original. Es singular, por ejemplo, el caso de lautilización de energía solar para resolver un problema de recuperación de un espaciomonumental, resolviendo una dificultad previa fundamental para la localidad pero inde-pendiente del problema patrimonial planteado; al final se trata de aplicar la imaginaciónutilizando todos los recursos que tenemos a nuestra mano, independientemente de que,al menos un principio, no parezca que puedan ser de utilidad. Algo parecido nos ha suce-dido con la rehabilitación del lavadero de Arnedillo.

O el trabajo de georeferenciación del patrimonio inmueble riojano desarrollado duran-te el proyecto. Esta nueva herramienta brinda una excelente oportunidad para conocer elpatrimonio regional pero, sobre todo, esperamos que sea una excelente instrumento parasu conservación. El hecho de disponer de una herramienta de acceso público de todo elpatrimonio conocido facilita las decisiones a la hora de la planificación territorial, al poderacceder a esta información hasta ahora dispersa en diferentes instituciones y publicacio-nes, buena parte de ellas de difícil acceso o consulta, y permite integrar el patrimonio enunos procesos de los que hasta ahora quedaba en parte marginado, cuando no muchasveces olvidado, simplemente por desconocimento.

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Y todo ello sobre la base de la recuperación del patrimonio como símbolo de identi-dad regional como elemento fundamental del desarrollo.

Parece existir un consenso general sobre el hecho de que en la época de la globaliza-ción, las identidades y particularidades de los territorios pueden convertirse en un ele-mento fundamental desde el punto de vista de la competitividad. Esto ha hecho que enlos últimos tiempos se haya vuelto la mirada hacia el tema identitario, otorgándo un espe-cial protagonismo a aspectos que hasta hace apenas un puñado de años estaban reser-vados a un pequeño grupo de especialistas.

Sin embargo es probable que, además de este simple efecto de diferenciación podrí-amos decir comercial, patrimonio e identidad puedan alcanzar un papel mucho másimportante dentro de las estructuras regionales. Es precisamente esta reflexión la quehemos querido plantear en este proyecto, también en el plano teórico. Goethe decía quela mejor práctica es una buena teoría.

Las páginas que siguen no pretenden ser un tratado sobre estos dos conceptos.Probablemente no sería éste el lugar ni nosotros las personas apropiadas para poder rea-lizar el análisis profundo de los mismos.

Simplemente el documento pretende plasmar nuestra reflexión. El objetivo es queestas páginas sirvan para abrir nuevas perspectivas en la órbita del desarrollo territorial.Queremos contribuir no con soluciones geniales, sino simplemente aportando elementospara nuevos debates.

Pensamos que es precisamente del debate de donde pueden salir las pautas innova-doras que sean capaces de encaminarnos correctamente en el complejo proceso de labúsqueda del futuro para nuestras comunidades. Este es sin duda un camino continuo,interminable.

Es necesario que estemos en una permanente tensión buscando soluciones creativasque nos permitan consolidar los procesos. Es precisamente aquí donde pensamos que laidentidad territorial y la adecuada gestión del patrimonio pueden jugar un papel funda-mental.

Las páginas que siguen están destinadas fundamentalmente a aquellos agentes dedesarrollo que, como en el caso de La Rioja, se encuentran empeñados en el compromi-so de buscar alternativas para unos territorios sumidos en ocasiones en importantes cri-sis. Pretende trasladar nuestras opiniones, pero también nuestras dudas. No es un rece-tario, es una herramienta que esperamos nos invite a reflexionar sobre algunos proble-mas.

1. INTRODUCCIÓN

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2.CULTURA,IDENTIDAD,PATRIMONIO2.1. SOBRE EL CONCEPTO DE CULTURA2.2. ¿QUÉ ES LA IDENTIDAD?2.3. EL PATRIMONIO

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En este capítulo queremos abordar algunas ideas que pueden servir de base para orga-nizar la estrategia que se ha desarrollado durante este proyecto. No es un manual teóri-co, es simplemente la plasmación de algunas de las reflexiones que hemos ido desarro-llando a lo largo del mismo. Queremos exponer de una forma sencilla y clara algunas delas referencias teóricas que nos han servido de ayuda a la hora de formular nuestras estra-tegias.

Es fundamentalmente la búsqueda del papel que el patrimonio y la identidad culturalpuede jugar en el desarrollo lo que nos ha movido a realizar este pequeño ejercicio inte-lectual. No es pues una aportación novedosa desde un punto de vista científico, sino unaherramienta para todos aquellos agentes que quieren sustentar de forma importante susestrategias de desarrollo en estos pilares.

En nuestra opinión, el proceso de incorporación del patrimonio y la identidad a losesquemas de desarrollo territorial es todavía un hecho incipiente. A pesar de ser un pun-to recurrente en muchos discursos de los programas de desarrollo, en la práctica estasituación se ve frecuentemente limitada a la utilización del patrimonio en algunos pocossectores como el turismo. Sin embargo las oportunidades que el patrimonio cultural brin-da al desarrollo son en nuestra opinión mucho más amplias. Hay que buscar nuevas víasde trabajo e innovar a la hora de la formulación de los modelos y las estrategias. Pero entodo caso, y para alcanzar buenos resultados, es imprescindible que revisemos y amplie-mos nuestros horizontes teóricos, labor que, quizá por el agobio que nos impone el tra-bajo cotidiano, dejamos relegada en muchas ocasiones a un segundo plano.

Es éste pues un trabajo de recopilación de algunas de las ideas que para nosotros hansido útiles a la hora de organizar nuestro proyecto. Es más, de alguna manera esta refle-xión teórica ha sido una parte esencial del mismo.

2.1. SOBRE EL CONCEPTO DE CULTURA

La definición del concepto de cultura es un debate abierto en la comunidad científicadesde hace ya mucho tiempo. Son innumerables las obras que desde diferentes perspec-tivas han abordado el complejo problema del significado de la cultura en la sociedad.Incluso algunos autores han llegado afirmar que la historia del término cultura es la his-toria de un proceso progresivo de confusión.

2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

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No vamos aquí a hacer una revisión crítica de la complejidad del concepto1, simple-mente vamos a tratar de hacer una aproximación a su significado que pueda servir dealguna ayuda a aquellos que se acercan por primera vez a este tema. Vamos a partir de laconocida definición de Taylor quien, en 1871, exponía que la cultura “en su sentido etno-gráfico amplio, es ese todo complejo que comprende conocimientos, creencias, arte,moral, derecho, costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por elhombre en tanto que miembros de la sociedad. La condición de la cultura en las diversassociedades de la humanidad, en la medida en que pueden ser investigada según princi-pios generales, constituyen un tema apto para el estudio de las leyes del pensamiento yla acción humana”, en una de las definiciones que se toman aún hoy como referencia.

Es decir, entendemos la cultura como las manifestaciones de la forma de vida de unasociedad concreta, de un grupo social que opera mediante un sistema ordenado de com-portamiento. Compuesta de costumbres y hábitos sociales, pero también de artefactos yutensilios, de sistemas de valores, de creencias.

Malinowsky nos plantea que la cultura es también una herencia social, aquello que setrasmite de una generación a la siguiente. En este sentido cultura sería aquello que apren-demos en cuanto miembros de una sociedad y que además nos permite ser parte de lamisma.

La cultura en definitiva es aquello que adquirimos en el proceso de socialización, poresta razón una sociedad tiende a ser similar a lo largo de generaciones consecutivas. “Enparte, esta continuidad en los estilos de vida se mantiene gracias al proceso conocidocomo endoculturación. La endoculturación es una experiencia de aprendizaje parcialmen-te consciente y parcialmente inconsciente a través de la cual la generación de más edadinvita, induce y obliga a la generación más joven a adoptar los modos de pensamiento ycomportarse tradicionales”. (HARRIS, 2000). Es decir la cultura nos viene dada, aunqueesto no quiere decir que sea inmutable. La cultura evoluciona, se desarrolla a lo largo delos tiempos y las generaciones. El corpus cultural es cambiante, aunque, al menos hastaahora, los procesos de transformación eran relativamente lentos.

Es innegable que en las sociedades actuales, en la era de la globalización, el concep-to de enculturación tiene limitaciones. Por un lado resulta evidente que no se producenprocesos de replicación idéntica de una generación a la siguiente. Esto es debido funda-

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1 El debate sobre el concepto de cultura es una constante que además parece incrementarse en los últimos tiem-pos. La era de la globalización ha incorporado nuevas coordenadas en el debate. Son muchos los autores que hanrevisado su significado desde la coyuntura de la posmodernidad y de los nuevos procesos que se están desarrollan-do en el proceso de la globalización. Aquí sólo presentamos una visión de algunas definciones clásicas de la cultu-ra que permitan aproximarse al discurso de la identidad, el patrimonio y el desarrollo, y no una revisión de todaslas corrientes que, en cualquier caso, desarrollan importantísimas aportaciones a la cuestión y entre las que pode-mos destacar las de Harris, Bueno, Rabadán o Picó sólo por citar algunos.

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2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

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mentalmente a la aparición de nuevos procesos de socialización que transforman demanera importante los sistemas tradicionales de aprendizaje, lo que genera como resul-tado la difusión de pautas culturales ajenas a la realidad de las sociedades receptoras.

Cambio en los procesos de aprendizaje y en el contenido de lo aprendido. -“Hastahace poco tiempo, los adultos podían decir: “¿sabes una cosa? Yo he sido joven y tú nun-ca ha sido viejo”. Pero los jóvenes de hoy pueden responder: “tú nunca has sido jovenen el mundo en el que yo soy joven y jamás podrá serlo”-. Hoy, súbitamente, en razónde que todos los pueblos del mundo forman parte de una red intercomunicación conbases electrónicas, los jóvenes de todos los países comparten un tipo de experiencia queninguno de sus mayores tuvo o tendrá jamás. A la inversa, la vieja generación nunca verárepetida en la vida de los jóvenes su propia experiencia singular de cambio emergente yescalonado” (MEAD, 1980).

El debate sobre la evolución de la sociedad globalizada obligará a plantear nuevasreflexiones sobre el concepto y el papel de la cultura en este nuevo contexto. No obstan-te para nuestro objetivo nos es suficiente mantener las referencias expuestas sobre la ideade cultura, aún dejando constancia de la necesidad de continuar nuestro estudio sobre eldesarrollo de las nuevas investigaciones que irán sin duda abriendo nuevos horizontes.

La idea de cultura nos conduce casi de una forma irremediable al concepto de identi-dad. Los grupos sociales no son exactamente iguales entre sí, la cultura es lo común algrupo, pero también lo que le diferencia de otro. Es aquí precisamente de donde parte elconcepto de identidad.

2.2. ¿QUÉ ES LA IDENTIDAD?

Como hemos dicho repetidas veces, la idea de identidad es una constante en los escri-tos sobre desarrollo territorial. Continuamente aparecen en la bibliografía referencias a“la puesta en valor del identidad”, “la identidad como valor añadido”,” las ventajas com-petitivas del identidad en el mundo de la globalización”,...

Sin embargo en estos mismos foros se aborda escasamente el problema conceptual dela misma. No deja de ser chocante la escasa atención que se presta en el ámbito deldesarrollo rural a la definición de un concepto que, sin embargo, parece jugar un papelfundamental en las estrategias planteadas.

“La identidad consiste esencialmente en la búsqueda de la idea de continuidad de losgrupos sociales a través de las discontinuidades, los cruces y los cambios de rumbo, enforma de una confrontación dialéctica constante entre el bagaje sociocultural simbólicoidentificado por el grupo como genuino y las circunstancias globales objetivas que enmar-

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EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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IDENTIDAD

PATRIMONIO

CULTURATodo lo queaprendemos

y producimos ensociedad

Los elementos quenos diferencian de

otras culturas

Representaciónsimbólica de nuestra

realidad

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2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

21Sin duda la muerte es uno de los momentos fundamentales en nuestra existencia. El culto y los ritos de difuntosson realidades vivas en todas las sociedades. A pesar de esa universalidad del culto a los muertos y al recuerdo denuestros antepasados, cada lugar y cada cultura los ha manifestado de una forma particular. En la fotografía fácilmente reconocemos la cultura y casi el lugar del cementerio. Sus particularidades son muynotorias; nos definen de forma clara que esa sociedad es una concreta.(Irlanda)

can, constriñen o delimitan la reproducción del propio grupo. Esta confrontación dialéc-tica es la que marca el rumbo y el ritmo en la elaboración constante que el grupo socialhace de su propia imagen, así como de su papel en el contexto societario más amplio”(PUJADAS, J. citado por PRATS, Ll, 1997).

La identidad es una construcción social que dota a los grupos sociales de una perdu-rabilidad en el tiempo. Hay que hacer notar el interés que tienen los procesos de conti-nuidad en los grupos, a pesar que la atención de los análisis se suele fijar solo en los cam-bios (PRATS, 1997), ya que es en la combinación de ambos en la que se sustentan las

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sociedades. Es pues tan importante conocer que es lo que varía como lo que se mantie-ne y su porqué. En todo caso, la identidad se recrea de manera continua, es un hechodinámico, ni fijo ni inamovible. Existe siempre, al igual que sucede con la cultura, un pro-ceso de supervivencia, de permanencia; pero junto a él existe también una renovación porla que el grupo social, aún reconociendo sus propios elementos diferenciadores, crea oasimila nuevas características que garanticen su supervivencia.

Consagración del pasado y adaptación son dos elementos básicos en el concepto deidentidad. No estamos pues hablando de una estructura inalterable, sino de un proceso.

En la era de la globalización este elemento de continuidad temporal presenta algunospuntos débiles. Es innegable que no existe un proceso lineal único y propio de cada gru-po social, sino que un mismo colectivo se ve asaltado por procesos que alteran y modifi-can esa situación desde el exterior. Un ejemplo de ello es la presión de los medios de comu-nicación sobre las colectividades que diseñan y difunden nuevos modelos que poco o nadatienen que ver con los grupos sociales que los reciben. Pero también por lo que podríamosdenominar el encumbramiento de lo efímero. Nuestra sociedad parece vivir sólo para larealidad del instante. Parece que en el hoy no tendrá ninguna importancia el mañana; sóloel presente, y en especial el presente inmediato, parece tener valor y sentido.

Esta dinámica atenta en una manera importante al concepto de la identidad y de lapermanencia. Si vivimos en un continuo cambio, ¿qué sentido tiene la continuidad?, ¿quéde lo que existe hoy, tendrá valor mañana?

Por otro lado la existencia de una identidad necesita de la existencia del otro. “La con-ciencia del yo se hace posible, se adquiere y se conoce en la alteridad, por el reconocimien-to del otro” (LISON, C., 1997). Un grupo único y aislado no tendría conciencia de identi-dad, simplemente no le haría falta. Este mismo argumento lo podríamos utilizar si al finaltodas las sociedades sufrieron un proceso de convergencia que llevara a una sociedad uni-forme y global. Para la propia reafirmación identitaria hace falta la contraposición2.

Pero, ¿podemos seguir hablando de identidad en la época de la globalización?, ¿quéimportancia tiene en los procesos de desarrollo?

A pesar del triunfo, al menos aparente, de la idea de mundialización, parece crecer tam-bién de forma paralela una reivindicación de la cultura a nivel nacional, regional y local. Esposible que este proceso venga marcado por un efecto de rebote del péndulo. Sumidos enuna desorientación social motivada por esta globalización, buscamos en nuestro gruposocial inmediato las referencias que nos permitan estabilizar la dinámica social.

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2 Esta contraposición no significa necesariamente enfrentamiento, sino diferencia.

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Parece que la fuerza de estas identidades es capaz de sobrevivir a este empuje de uni-formidad universal: debajo de esta aparente derrota de las culturas particulares sobreviveescondida la llama de la identidad.

Así los territorios, y muy especialmente los rurales, se esfuerzan por buscar su propioespacio particular y característico. Búsqueda de una realidad común que sirva de puntode engarce para un esfuerzo compartido del desarrollo de la colectividad.

Así es la propia realidad inmediata y próxima, pero claramente definida como diferen-te, desde donde se construye la opción de futuro. Nos movemos pues marcados por unatriple influencia: la de un pasado que nos sirve de soporte y referente histórico; la de unpresente que nos obliga a innovar y desarrollar nuevas alternativas desde nuestra realidadpara asegurar la supervivencia como grupo; y, por último, la de un futuro hacia el quetenemos que encaminarnos asumiendo nuestra responsabilidad individual y colectiva y lasrelaciones de nuestro grupo social con el resto.

Por otra parte la diversidad es una ventaja competitiva. Hace de nuestras especificida-des algo identificable, distinguible por el otro. Los elementos más significativos de nues-tra cultura se convierten en una distinción exclusiva, en una marca.

Los territorios se sumergen así en el esfuerzo de salvaguarda y reconstrucción de supropia identidad. El patrimonio cultural alcanza desde esta perspectiva un nuevo signifi-cado.

2.3. EL PATRIMONIO

El concepto de patrimonio está sufriendo una importante revisión en los últimos tiem-pos. Desde las ideas que vinculaban al patrimonio de un forma directa e inmediata conla propiedad y la herencia hemos pasado a un amplio debate que busca tratar de preci-sar que papel juega al patrimonio en la sociedad del siglo XXI.

La ley de patrimonio histórico español establece que “integran el patrimonio históricoespañol los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico,arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo el patri-monio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como lossitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico histórico o antropológico”.Una definición quizás excesivamente enumerativa, pero que nos marca una tendencia devincular de manera exclusiva el patrimonio con lo que podríamos considerar un valor deespecialidad. Un elemento es patrimonio por una cualidad que es evaluada por un gru-po minoritario de especialistas.

2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

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El Consejo de Europa por su parte, define el patrimonio como todo testimonio de cual-quier naturaleza capaz de iluminar el pasado de la humanidad. Esta definición nos apor-ta un enfoque nuevo en el que ya no es una cualidad del elemento el que le otorga sucondición patrimonial, sino su relación con un proceso. Es decir el contexto, su capacidadde contribuir al conocimiento histórico, aparece como el aspecto determinante.

En los últimos tiempos parece que avanza con fuerza el concepto de patrimonio cul-tural entendido como “el conjunto de bienes que, como consecuencia de un proceso dedesarrollo y acumulación, una sociedad considera como valores que deben ser protegi-dos, difundidos y conservados como expresión de su propia cultura”. (CAMPILLO, R.1998). Se desprenden de aquí dos aspectos novedosos que interesa remarcar. El hechode la necesidad de la intervención sobre los mismos para garantizar una supervivencia ysu vinculación con la identidad. De este último aspecto podemos también concluir quelos elementos patrimoniales son específicos de cada cultura y, por tanto, variables de unaa otra realidad social. En cualquier caso esta definición mantiene una clara connotaciónhistórica.

Prats nos hace una aportación a nuestro entender fundamental, al considerar que el fac-tor determinante del patrimonio es “su carácter simbólico, su capacidad para representarsimbólicamente una identidad. Esto es lo que explica el cómo y el porqué se movilizanrecursos para conservarlo y exponerlo”. (1997).

Nuevo concepto que viene a transformar, al menos en parte, lo expuesto hasta aquí.Esto implica que sean las sociedades las responsables de otorgar la categoría patrimonial.No es ya pues un pequeño colectivo de especialistas el que determina esta condición, sinola asunción de ser referente simbólico por parte de conjunto social. Esto no quiere decir quepequeños grupos no puedan activar elementos patrimoniales lanzándolos al colectivosocial, pero para su conservación debe existir una aceptación por parte de un amplio con-junto de la sociedad3.

El patrimonio es una construcción social, lo que nos recuerda que el atributo de “patri-monial“ no forma parte de la naturaleza de los elementos que consideramos como tal, sinoque es una categoría artificialmente activada en un momento determinado, con un objeti-vo y unos fines concretos, y que puede ser cambiante en el transcurso del tiempo.

EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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3 Es más, podríamos decir que en la mayoría de los casos, como nos recuerda el citado autor, es un colectivo redu-cido, en general relacionado con el poder político y religioso o los colectivos académicos o científicos, el que impul-sa o decelera la carrera de determinados significantes hacia la meta de su consagración como elementos patrimo-niales. Pero, por un lado, esto no es siempre así, existiendo la posibilidad que los procesos de activación se desen-cadenan a partir de diferentes subgrupos sociales y, por otro, que hace falta al final que esta activación inducidasea aceptada por el conjunto de la sociedad.

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2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

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Tenemos que acostumbrarnos a contemplar el patrimonio con nuevos ojos. Es sin duda importante el valor artísti-co e histórico que tiene mucho de nuestro patrimonio material, pero, asociado a esto, encontramos también unimportante valor inmaterial y simbólico. Sin embargo en muchas ocasiones este patrimonio inmaterial no recibe laatención que se merece. Arrinconado y olvidando va desapareciendo poco a poco de la memoria colectiva de nues-tra sociedad. Es importante sin embargo, que hagamos un esfuerzo por salvaguardar una parte fundamental denuestro patrimonio cultural. La tarea no es sencilla, pero sin duda merece el esfuerzo que permite transmitir a lasfuturas generaciones este importante legado. (Exvoto en Enciso, Villoslada de Cameros. La Rioja, España)

El patrimonio es por tanto aquélla parte visible de la identidad de una sociedad, aquelloque identificamos colectivamente como representativo, asumiendo un importante papelcomo elemento de cohesión social, permitiendo además que otros grupos nos identifiquen.

Esto le otorga al patrimonio un valor de existencia fundamental. Se convierten así enun elemento imprescindible para la buena marcha de la convivencia y, por tanto, deldesarrollo. La sociedad necesita de la existencia del patrimonio, no podría sobrevivir sin él.

Esta es su primera función y no su utilización para fines económicos o empresariales.En los últimos tiempos estamos asistiendo, quizás con demasiada frecuencia, a la justifi-cación del valor cultural de un determinado elemento en función de la capacidad de pro-ducir economía que presenta. Es más, parece que es obligado que todo bien patrimonialgenere movimiento económico, realzando de forma importante los bienes que encajanen este perfil e incluso condicionando las intervenciones a los datos de la cuenta de resul-tados que pudieran conseguir sus órganos de gestión.

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En nuestra opinión esto no es correcto. Es innegable que una buena parte del patri-monio puede ser soporte de actividades económicas. Es cierto también que en algunasocasiones son precisamente estas actividades económicas las que provocan la activacióno reactivación de un determinado elemento.

Pero estas realidades no alteran esa primigenia función simbólica del patrimonio queen muchas ocasiones va más allá4. Es preciso pues establecer un equilibrio entre lo quehemos venido en denominar valor de existencia y el valor de uso del patrimonio.

Y en muchas ocasiones este valor de uso del patrimonio queda reducido simplemen-te a su papel como elemento de soporte de la actividad turística. Es evidente que el papelque el patrimonio está adquiriendo en la industria del ocio, incluida la turística, seencuentra en una fase de plena expansión. Esto ha llegado a un punto en el que enmuchas ocasiones se llega a confundir la gestión del patrimonio con la gestión turísticadel mismo. Volveremos después sobre el tema.

En todo caso parece evidente que es necesario encontrar un planteamiento que conciliela utilización del patrimonio con su papel social, compatibilizando todas las funciones yracionalizando los procesos de intervención. Por un lado no podemos renunciar a la opor-tunidad que el patrimonio nos ofrece de cara a la puesta en marcha de iniciativas turísticaso de otro tipo. Sin duda el turismo es una oportunidad importante y, en especial los territo-

EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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Valor de uso Valor deexistencia

PATRIMONIOIndustriacultural

Turismo

Marcaterritorial

Su papelcomo

elemento decohesión

social

4 Esto no quiere decir que el patrimonio utilizado como soporte de alguna actividad económica no pueda jugareste papel. Es más, en algunas ocasiones es precisamente este uso mercantil el que le hace asumir un valor socialy simbólico. Pero no es menos cierto que, en otras muchas ocasiones, esto no es así sino más bien todo lo contra-rio, la supeditación al resultado económico hace desaparecer el valor de cara a las comunidades de origen.

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2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

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Las antiguas técnicas artesanales van desapareciendo bajo la presión de la mecanización, consecuencia de las nue-vas demandas de los mercados y las nuevas necesidades sociales. Las antiguas técnicas artesanas dejaron paso alas primeras mecanizaciones y éstas, hoy en fase también de desaparición, sucumben ante los nuevos avances tec-nológicos, aunque en algunas latitudes siguen teniendo una clara utilidad.Sin embargo es posible encontrar un nuevo papel a estas técnicas y a estos productos. Oportunidades diversas paraproductos que son en sí mismo un importante legado cultural. Es posible que la utilidad prioritaria que condicio-nó su origen se halla transformado, pero no es menos cierto que, en la lógica evolución de las colectividades huma-nas, podamos encontrar un nuevo sentido a este bagaje cultural que, además de contribuir a su salvaguarda, pue-da jugar un interesante papel en la revitalización rural.(Artesanía textil, Seclantás, Argentina y fábrica textil en Enciso, La Rioja, España).

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EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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La conservación del patrimonio monumental se ha convertido en una de las prioridades de las sociedades contem-poráneas. La tarea es compleja, son muchos los bienes que merecen ser transmitidos a generaciones futuras.Normas y reglamentos se amontonan tratando de asegurar su cuidado y conservación, pero sin duda es la volun-tad de todos la mejor garantía para asegurar su supervivencia. Sin esta sensibilidad colectiva será difícil el éxito dela operación.(S.M. de la Piscina. San Vicente de la Sonsierra, La Rioja, España - Castillo de Arnedillo, La Rioja, España)

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rios de interior y las pequeñas comunidades rurales, el activo patrimonial puede jugar unpapel definitivo a la hora de buscar alternativas de futuro para los territorios.

Pero el turismo no es la solución de todos los problemas, ni todo puede estar supedita-do al hecho turístico. Y es innegable que la actividad turística genera una serie de impactosambientales y, aunque a veces parece olvidarse, sociales importantes.

Por otro lado la rentabilidad real que se puede obtener a partir de la puesta en valor dealgunos elementos patrimoniales es reducida comparada con el riesgo que entraña. En otrasocasiones debe ser limitada para garantizar la supervivencia del bien no sólo desde el pun-to de vista material, sino también desde la perspectiva de su valor simbólico5.

Cuando se aborda el trabajo de gestión del patrimonio desde una óptica turística pare-ce necesario, cuando no imprescindible, el prestar una especial atención a las técnicas deinterpretación que utilizaremos para transmitir el significado de los objetos y hechos alvisitante. En general, la interpretación es una herramienta deficientemente utilizada ennuestro país. Si en realidad lo que otorga valor de atractivo a un elemento es “lo querepresenta“ es preciso que utilicemos una técnica de traducción que permita la compren-sibilidad al visitante foráneo, ajeno a las referencias culturales de nuestra zona. Esto esalgo que va más allá de un mero proceso de información. Se trata de conseguir que elotro pueda sentir nuestra realidad, por tanto estamos hablando de algo más próximo alafecto que al simple conocimiento.

Para ello y en nuestra opinión, es mucho más interesante aportar al visitante narracio-nes que facilitarle datos. Historias que de alguna manera le permiten establecer unacorrelación entre nuestra realidad y su realidad, facilitando de esta manera la compren-sión de las similitudes y las diferencias. En gran medida ésta es una de las claves del éxi-to de la visita.

Es preciso medir también el grado de transformación que la puesta en uso turístico vaa generar sobre un bien patrimonial. Existen elementos que permiten una compatibilidadmáxima con el desarrollo del actividad turística; sus funciones se ven escasamente modi-ficadas y su capacidad de carga permite compaginar los usos. En otras ocasiones, lo másfrecuente, es necesario realizar algún tipo de adaptación al bien además de la accióninterpretativa. Marcar el límite admisible de uso no es siempre tarea fácil.

2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

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5 Son muchos los ejemplos que podríamos citar, pero quizá convenga destacar algunas fiestas o rituales de carác-ter íntimo que son descontextualizados completamente por la presencia abrumadora de visitantes que sólo buscanel tipismo del hecho. Por otro lado la eficacia real de su aportación al producto turístico es relativa dada la limita-ción temporal en las que se mueve. Este caso de las fiestas, o de algunas de ellas, es uno de los ejemplos más cla-ros en los que la sobreexplotación turística genera más inconvenientes que ventajas, pero no es el único.

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Por último, como hemos comentado anteriormente, en ocasiones es precisamente laactividad turística la que consigue replantear el valor de un elemento patrimonial que per-manecía olvidado. Sería necesario plantearse si en realidad estamos ante activaciones decarácter identitario o exclusivamente “turística y comercial, para lo cual, los referentes oactivados y los significados concedidos no responden ya a los diversos nosotros del noso-tros que pueden representar las distintas versiones ideológicas de la identidad, sino al (sinlos) nosotros de los otros, es decir, a la imagen externa, y a menudo estereotipada que setiene de nuestra identidad (de los protagonistas) desde los centros emisores de turismo.Incluso, siempre desde la perspectiva de los protagonistas, podríamos decir que algunasactivaciones se centran en facetas del ellos de los otros, en la medida en que los visitan-tes acuden más a contemplar y “vivir” aspectos de su propio pasado... que no de la iden-tidad o del pasado de los autóctonos” (PRATS,1997,p.42).

Pero el valor de uso del patrimonio no queda limitado en el hecho turístico. Sus posi-bilidades son más amplias y es necesario optar por una postura creativa a la hora dedesarrollar iniciativas que mejoren la situación social de los territorios. El patrimonio pue-de generar respuestas nuevas en el contexto de esta nueva realidad.

EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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La vitivinicultura es sin duda uno de las claves de identidad de la sociedad riojana. Desde antiguo el cultivo de lavid y la elaboración de mostos han sido actividades arraigadas en la tierra. El vino en La Rioja, más allá de un pro-ducto, se ha convertido en un símbolo de identidad.Muchos son los testimonios de este pasado. Algunos, como los lagares rupestres cayeron en el olvido hasta hacemuy poco tiempo, en el que ha aparecido un nuevo sentimiento de la población local hacia ellos. Un deseo de des-cubrirlos, de conservarlos, de enseñarlos como referentes de ese pasado del todavía hoy somos herederos.(Recreación del pisado de la uva en un lagar rupestre, Ábalos, La Rioja, España)

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Sin duda este es un proceso que necesita tiempo, inteligencia, dedicación, bases teóri-cas y técnicas, pero sobre todo, un proceso de participación en el diseño de los programas.

Establecer bases sólidas para la participación del conjunto social es un principio funda-mental a la hora de replantear estrategias de desarrollo, pero más aún cuando éstas seapoyan en aspectos patrimoniales. En definitiva estamos hablando de dinámicas socialesque necesitan de la participación de la sociedad cuando se trata de operar sus valores,entre los que el patrimonio es uno de los fundamentales.

Así podemos entender nuevas iniciativas en las que el patrimonio se convierte, ademásde en un elemento de cohesión social, en una herramienta de gestión del territorio. Estecriterio de gestión del territorio visto desde la dimensión patrimonial, nos puede permitiralcanzar unos objetivos imposibles mediante otros planteamientos.

Buen ejemplo de ello es la puesta en marcha de iniciativas de lo que podríamos deno-minar marcas territoriales que pretenden, mediante la puesta en valor de un elementopatrimonial representativo de todo el territorio, amparar la totalidad del mismo mejoran-do la imagen competitiva del destino y sus productos6.

Se trata en definitiva de generar un imagen colectiva a partir de la bondad de un ele-mento patrimonial. Esto quizá sea más frecuente de lo que podríamos suponer y surgeen muchas ocasiones de forma un tanto espontánea, de manera que las sociedades veci-nas suelen reconocer una colectividad por un rasgo propio que generalizan en el análisisdel colectivo. Los suizos son precisos, por ejemplo; o los alemanes, trabajadores. Ésteprestigio, que en el fondo se sustenta sobre un rasgo cultural, genera sin duda ventajascompetitivas que pueden jugar un papel fundamental en el desarrollo económico de losterritorios.

Por último, no podemos olvidar que existe un importante sector laboral y económicocada vez más solicitado y todavía con importante margen de crecimiento, como es el deaquellas profesiones vinculadas directamente con el trabajo y la gestión patrimonial.

La cada vez mayor demanda por parte de la sociedad de acciones directamente rela-cionadas con la cultura y con el patrimonio exige la existencia de un cada vez mayornúmero de empresas y técnicos que se hagan cargo de la gestión y las intervencionessobre el patrimonio. Profesionales que intervengan en el ámbito del estudio, la conserva-ción, la restauración y la interpretación.

2. CULTURA, IDENTIDAD, PATRIMONIO

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6 Buen ejemplo de este caso podría ser el País Cátaro en Francia, que a partir de un elemento patrimonial arraiga-do en la población local ha generado una estrategia global de gestión del territorio y de sus producciones. EnEspaña, aunque con proyectos menos ambiciosos hasta el momento, se han puesto en marcha algunas iniciativassimilares en actualidad en fase de desarrollo.

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EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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La despoblación ha golpeado duramente el mundo rural. Son muchos los pueblos que se han visto abandonadospor sus habitantes quedando sus edificios como mudos testigos de un pasado que poco a poco se va olvidando.Sin embargo la tristeza que produce pasear por las calles desiertas de las poblaciones abandonadas se compensacon la esperanza de las nuevas oportunidades que el desarrollo rural está generando para muchos de estos terri-torios. No olvidar la memoria es sin duda una de las claves fundamentales para conseguir el éxito en este difícilproceso de la salvaguarda de la realidad rural. (Despoblado en el valle del Cidacos, La Rioja, España)

Muchas de sus actividades eran hasta ahora feudo exclusivo de las administracionespúblicas, pero poco a poco ha ido emergiendo un sector privado cada día más activo.Apostar por su desarrollo, invertir en tecnología y conocimiento e incentivar este nuevoyacimiento de empleo es una oportunidad nada desdeñable. Una nueva posibilidad queel patrimonio ofrece y que no debe ser minusvalorada.

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3.EL PAPEL DE LAIDENTIDAD EN ELDESARROLLORURAL3.1. EL DESARROLLO RURAL: PROBLEMA

ECONÓMICO O CULTURAL3.2. ¿EXISTE LO RURAL?3.3. HACIA PROCESOS DE DESARROLLO

RURAL BASADOS EN LA IDENTIDAD.

35

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3.1. EL DESARROLLO RURAL: PROBLEMA ECONÓMICO O CULTURAL

Quizá sea en el medio rural donde podamos ejemplarizar de una manera más eviden-te el papel de la identidad y del patrimonio cultural como elemento fundamental para elfuturo y para el desarrollo. Un concepto de identidad que podemos abordar referido amuy diversos aspectos, pero que en el caso del medio rural en estos momentos hace refe-rencia a su propia existencia como espacio y diferenciado.

Es precisamente esta diferenciación que en principio al menos parece muy evidente, laque provoca que planteemos estrategias diferentes para el medio rural. Elementos pecu-liares que hacen necesarias políticas específicas.

Son muchos los programas de desarrollo rural que se han venido poniendo en marchaen los últimos años. Estos programas han partido del hecho de considerar al medio ruralcomo un territorio económicamente débil y que ha permanecido históricamente al mar-gen de los procesos de modernización y desarrollo, llegando a una cierta situación deatraso económico y productivo.

Así todos los programas han ido dirigidos fundamentalmente a reorientar esta situa-ción y generar nuevas dinámicas y estrategias que permitieran mejorar la competitividadde las actividades rurales, diversificarlas y alcanzar una posición que podríamos definircomo más próspera.

Esta estrategia se basa en que el único problema con el que había que luchar era estanecesaria mejora económica. Y, como mucho, una cierta mejora de algunos servicios (vol-veremos sobre esto más adelante). En la medida que esta prosperidad se fuera consoli-dando, se iría produciendo una mejora general de las formas de vida del medio rural yuna estabilización de su población y su dinámica social.

Es evidente que en muchos aspectos estos programas han conseguido un notable éxi-to. La situación del medio rural ha experimentado un sensible cambio en los últimos años,alcanzando unos niveles de bienestar no soñados hace unas décadas. Algunos indicado-res parecen claros en este sentido. Quizá llame poderosamente la atención el hecho deque el medio rural ha pasado de ser excedentario a ser deficitario en lo que a mano deobra se refiere. Aunque se sigue dando el aparente contrasentido de que la poblaciónlocal refiere continuamente el hecho de que en el medio rural no hay oportunidades.

Las comunicaciones, los niveles asistenciales, las nuevas tecnologías, la modernizaciónde las actividades primarias, las infraestructuras de servicios y un largo etcétera son unarealidad cada vez más habitual en el medio rural. La mejoría está siendo rápida y, aunqueen algunos servicios no se alcancen los niveles de las ciudades, la realidad del medio ruralempieza a ser muy diferentes de las existentes hace tan solo un par de generaciones.

3. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO RURAL

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Sin embargo el éxodo rural no se ha detenido. Es cierto que el proceso se ha ralenti-zado, quizá porque empieza a no quedar nadie para marcharse, pero la sangría hacia laciudad continúa y cada vez son menos los jóvenes que mantienen su residencia habitualen el medio rural de origen.

Es cierto también que existe un pequeño, muy pequeño, proceso de reimplantaciónhacia el medio rural. Es éste sin duda un proceso nuevo ante el que habrá que mantener-se atento, pero en el momento actual la realidad social que presenta es terriblementereducida.

Es innegable también la aparición del fenómeno de la inmigración, situación tambiénnueva que necesita de estudios detallados que nos permitan conocer la realidad del pro-ceso más allá de los meros números estadísticos que, en todo caso, necesitan series máslargas para que podamos obtener conclusiones fidedignas.

EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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El medio rural ha sido también innovador. Algunos de los elementos culturales que hoy nos parecen superviven-cias del pasado más remoto, fueron soluciones aplicadas en un momento dado para resolver un problema con-creto. Modelos que generaron auténticos procesos de cambio en las sociedad que los alumbró. Y modelos que puedenser base para sistemas similares que pueden mantener su vigencia en la actualidad. Las brañas asturianas serían unbuen ejemplo de cómo tratar de aprovechar de forma natural los recursos. Su sistema ganadero particular, al igualque sucede con otras actividades en el medio rural, lejos de ser un mero sistema sectorial, se convirtió en un autén-tico hecho cultural, soporte de una sociedad diferenciada.(Braña de Sousa. Somiedo, Asturias, España.)

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Sin embargo, y a pesar de estas nuevas situaciones, parece claro que algo no ha teni-do el éxito apetecido en estos procesos de desarrollo rural. Y esta causa hay que buscar-la de alguna manera en algo que trasciende más allá de las simples oportunidades labo-rales.

3.2. ¿EXISTE LO RURAL?

Lo primero que nos salta a la mente es si realmente en el mundo de la globalizacióndel siglo XXI podemos seguir hablando de lo rural como algo diferente. Es de suponerque si hablamos de lo rural, es porque suponemos que es diferente a lo urbano. Si plan-teamos que se hacen necesarios programas específicos para el medio rural, es porqueintuimos al menos que las actuaciones planteadas en otras realidades sociales, económi-cas y/o territoriales no son eficaces a la hora de buscar soluciones a los problemas de estemedio rural.

Pero ¿existe realmente un medio rural como tal?, y si existe, ¿cuál es su realidad?. Dichode otra manera, ¿podemos decir sin genero de dudas que existe una clara identidad de lorural? Y si es así ¿cuáles son las características fundamentales de esa diferencia?

Y aunque esta pregunta pueda parecer de respuesta evidente, la realidad se nos anto-ja más complicada.

Porque hasta hace poco identificábamos una sociedad rural con una sociedad agraria.Así nos lo manifiestan muchos de los trabajos clásicos de geografía rural que, en granmedida podrían ser considerados en realidad estudios de geografía agraria7. El paisajerural “se diferencia de otros tipos de paisajes por que en el territorio que ocupa sedesarrolla una actividad rural, esto es, básicamente agrícola, ganadera o forestal” (AYU-GA, F (Dir), 2001. pg 3. El destacado es nuestro).

La vinculación al sector primario parece haber sido el referente fundamental para con-siderar pues a un territorio como rural. La agricultura ha sido un factor determinante enel desarrollo socioeconómico de nuestro mundo europeo, incluso a pesar de la ya secu-lar tenencia a la urbanización.

Buena prueba de la importancia que se le ha atribuido al sector primario es el plantea-miento de apoyo de las instituciones europeas a la agricultura casi desde sus primerosmomentos. La Política Agraria Común (PAC) no es otra cosa que la concreción de un apo-yo a un sector considerado como estratégico para Europa, ya desde los tiempos del Actade Roma.

3. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO RURAL

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7 Ver por ejemplo los trabajos de Pierre George o Fernando Molinero en este sentido.

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Sin embargo en estos momentos la realidad actual se ha modificado sensiblemente yel sector agrario y la PAC, tras sucesivas reformas, han puesto sobre la mesa un nuevoescenario del sector primario en nuestro entorno inmediato. Realmente podemos consi-derar que la preocupación por el desarrollo y el mundo rural en general viene de la manode una serie de cambios en la estrategia de la política agraria comunitaria que, hace yaalgunos años, ha abierto una profunda crisis en el sector agrario (TIO, C.1992).

Quizá ésto no sea más que aplicar un modelo de reconversión del estilo del impuestoen algunas actividades y de las que en España hemos tenido significativos ejemplos. Entodo caso, si el rasgo agrario es el definitorio del mundo rural y se pierde, ¿se pierde elmedio rural?, ¿se transforma?, ¿hacia qué? Si ya no es ésto lo que define al medio rural¿qué es?

Por otro lado parece evidente que los espacios que hasta ahora aparecían como rura-les-agrarios están sufriendo una transformación hacia otros sectores productivos que dealguna manera encuadran su situación económica, como es la industria del ocio. Así cadavez más vemos como parece subyacer en muchos ámbitos la idea de que nuestro espa-cio rural no es más que una especie de reservorio de terreno destinado al entretenimien-to de la sociedad urbana.

Esta terciarización hacia el mundo del entretenimiento, turístico o no, hace perder enparte ese valor estratégico que comentábamos antes. O, al menos lo sustituye de mane-ra importante. En todo caso parece que el turismo surge como una de las alternativas másclaras para esta reconversión.

No deja de ser curioso que los elementos fundamentales de atractivo de este mediorural sea su paisaje, dibujado por siglos de una actividad que desaparece o, al menos, dis-minuye y se transforma de una forma drástica condicionando un dudoso proceso de con-tinuidad; y una cultura llamada tradicional que muere, si es que no está ya enterrada,como consecuencia de la evolución y de la modernidad. Dudoso futuro del recurso fun-damental.

Al medio rural y a sus habitantes se les otorga un nuevo papel de cuidadores del medioambiente, por muy tópica y manida que pueda parecer la expresión. Una especie de granjardín que necesita para su mantenimiento de un mínimo de población asentada que sededique a su cuidado y conservación.

Otra vez nos vemos ante nuevas paradojas como el hecho del cambio producido sobrela valoración del papel de los agricultores y ganaderos respecto a su relación con el medioambiente. Hace no muchos años eran tenidos como unos de los grandes responsables deldeterioro de muchos de nuestros entornos rurales, imponiendo un criterio productivistaal desarrollo natural de la naturaleza. Algunas de sus prácticas han sido duramente criti-

EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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cadas probablemente con una buena dosis de merecimiento. Pero por otro lado la des-aparición de las actividades tradicionales conllevará la transformación de un medio quees consecuencia de la presencia del hombre.

El medio rural se va convirtiendo también de forma paulatina, en reservorio de terre-no urbanizable. El afán constructivo, tanto de primeras como de segundas residencias, vapoco a poco inundando los pueblos de edificaciones que transforman no sólo el paisaje,sino también las propias estructuras sociales de las localidades. Por poner un ejemplo,cada vez es más frecuente encontrar alcaldes que residen temporalmente en las localida-des regidas. Es también significativo la influencia que estas segundas residencias tienen ala hora de tomar las decisiones sobre las necesidades de servicios e infraestructuras muni-cipales o en elementos como la programación y cambio de las fiestas. Al final quedapatente la penetración de otros modos de vida ajenos en la cotidianeidad del medio rural.

Para continuar con la lista de elementos que poco a poco van haciendo desapareceresa identidad que hasta hace poco veíamos tan clara, podemos continuar con la implan-tación de un sistema legislativo general que considera poco o nada las especificidades delmedio rural. Los antiguos ordenamientos singulares que regulaban muchos de los aspec-

3. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO RURAL

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Algunas construcciones populares llegan a formar parte indisoluble del paisaje. Elementos complejos en su senci-llez que atesoran el esfuerzo y el conocimiento de generaciones pasadas. Muchos de ellos se han convertido ensímbolos de los territorios en los que se desarrollaron; más allá de la función para la que nacieron se han conver-tido en auténticas referencias de la identidad local. Su importancia no estaría en su valor material, sino en lo querepresentan. Hombre, cultura y paisaje se funden así en una única realidad como en el caso de los guardaviñas.(Guardaviñas, San Vicente de la Sonsierra, La Rioja, España).

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tos de la vida rural en nuestro país van siendo paulatinamente aparcados, aunque esta-ría por ver si realmente no son eficaces en nuestros días o podrían representar un impor-tante papel en la realidad actual con unos pequeños cambios.

Parecería razonable que si estamos ante realidades diferentes, el ordenamiento jurídi-co fuera de alguna manera también diferente o contemplara de forma clara estas espe-cificidades. De nuevo nos encontramos con algunas sorpresas. Por poner un ejemplo, laganadería trashumante, paradigma de aprovechamiento racional de los recursos natura-les y modelo de gestión sostenible, no encuentra acomodo en las actuales legislacionesque no contemplan de ninguna manera las especificidades de este particular sistema pas-toril, a pesar de considerarlo como un modelo casi ideal. Es evidente en cualquier casoque la ganadería trashumante tiene algunos problemas para seguir desarrollándose demanera similar a como se estructuró durante siglos. Pero no es menos cierto que hayexplotaciones ganaderas que se han adaptado a los nuevos tiempos y han conseguido unbuen equilibrio con ganaderías que resultan rentables.

Algo parecido podríamos decir de la gestión de comunales, sistema organizativo quees tenido en ocasiones como una supervivencia del pasado, en el supuesto que en todoslos casos existen mejores sistemas de gestión. En primer lugar habría que considerar laveracidad de estas afirmaciones8, valorando realmente la vigencia de algunos sistemascomunales que, por otra parte, no son más que soluciones históricas a problemas con-cretos y no necesariamente atávicas reminiscencias como en ocasiones parece interpre-tarse de algunos comentarios.

Pero además no está tan claro que el mantenimiento de estos sistemas sea tan perju-dicial para el territorio. Si comparamos las laderas norte y sur del extremo occidental delIbérico podremos descubrir algunos datos interesantes. En dos territorios en condicionesgeográficas similares y dedicados a actividades pecuarias comparables como son la Sierrade Cameros y la tierra de Pinares de Soria encontramos una evolución demográfica com-pletamente diferente. No debemos caer en conclusiones simplistas, al menos mientras nohayamos realizado análisis más detallados, pero está claro que el mantenimiento de algu-nos sistemas comunales no han sido perjudiciales, sino más bien todo lo contrario, paralos territorios sorianos como podemos ver en las gráficas comparativas de la evolución dela población durante el siglo XX.

Pero quizá sea la transformación radical de los procesos de socialización lo que hainfluido de una manera más importante en esta pérdida de la identidad de lo rural. Lasocialización, como proceso que permite el aprender aquellos rasgos fundamentales denuestra cultura, en la práctica está transmitiendo los modelos de otra forma cultural, lo

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8 En este sentido son de gran interés los trabajos de Carlos Jiménez sobre la gestión de comunales. O algunas delas recomendaciones planteadas de la tesis doctoral de Carlos Oficialdegui, de próxima presentación.

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GRAFICAS DE POBLACIÓN

Laguna de CamerosBrieva de Cameros Villoslada de Cameros

Torrecilla en Cameros Ortigosa de Cameros

Viniegra de Arriba Serie 7

0

200

400

600

800

1.000

1.200

1.400

1.600

1900

1.800

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001

Duruelo de la Sierra Molinos de Duero

Covaleda NavalenoVinuesa

0

500

1.000

1.500

1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001

2.000

2.500

3. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO RURAL

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que pone al medio rural en una clara posición de desventaja. En definitiva construimosuna sociedad sobre modelos que podemos considerar urbanos o, al menos, no rurales.

Este proceso establece una crisis social de consecuencias absolutas para nuestro mediorural. Si aprendemos sólo las ventajas del medio urbano, terminaremos perteneciendo aun modelo urbano; incluso terminaremos urbanizando lo rural.

Los sistemas de enculturación se han realizado en el medio rural fundamentalmentemediante la palabra y en el seno de la familia: “las sociedades rurales tradicionales seenculturaban, básicamente, por medio de la palabra, su contenido era la tradición y elagente primordial la familia, y dentro de ella los ancianos. En esto se basaba la estabili-dad y la continuidad de estas comunidades” (GARCIA, A. 2004; p. 79).

La ruptura de este proceso es probablemente la causa del desequilibrio producido enlas sociedades rurales occidentales. Este protagonismo en la transmisión de las formas devida se ha visto sustituido por dos elementos que han transformado de forma fundamen-tal los procesos de socialización: la escuela y los medios de comunicación.

Una escuela que, aunque se encuentre en el medio rural, es una escuela diseñada pory para el medio urbano; y unos medios de comunicación que sin duda son los principalesagentes difusores de la globalización. En cualquier caso ninguno de estos agentes dedicauna especial atención a difundir o desarrollar el medio rural. Sus mensajes sin embargocalan de forma profunda en la población joven de nuestro pueblos que ven como elmodelo, la forma de vida, las necesidades que permanentemente se les plantean, perte-necen a un mundo que muestra profundas diferencias con la sociedad rural.

Y así, poco a poco, se van asumiendo determinados modelos frente a los que el mediorural no es competitivo, lo que termina provocando una competencia que hace que éstepierda la batalla. El medio rural presentará siempre desventajas para que se instalen losmodelos urbanos.

Pero es posible que el medio rural tenga otras realidades, ni mejores ni peores, quemarquen una diferencia y que ésta pueda generar un modelo de sociedad amable paradeterminados grupos sociales. En nuestra opinión la clave está en tener claro si real-mente existen diferencias sustanciales entre una y otra forma de vida. Es decir, si laruralidad existe como tal, como algo distinto o, lo que es lo mismo, si posee una iden-tidad propia.

Planteado así el debate, el problema real del medio rural en el ámbito de la EuropaOccidental, no es básicamente económico sino cultural: “la causa fundamental de latransformación, crisis, y proceso de desaparición de las comunidades rurales hay que bus-carla en el capital reproductivo y no tanto en el productivo, como se suele hacer con fre-

EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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LA DESVITALIZACIÓN RURAL

Renuncia

Subempleo

Éxodo juvenil

Disminución yenvejecimientode la población

Desmotivación,apatía

Baja cualificación

Falta de liderazgo

Dejación política

Desinterés por lavida comunitaria

Mala gestión delos recursos

Pérdida delsentimiento

de pertenencia

Vachón, 2001

3. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO RURAL

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cuencia” entendiendo que por capital reproductivo nos estamos refiriendo a dos concep-tos “la reproducción o vida biológica y la enculturación o reproducción social”(GARCIA,A, 2004, p. 38).Y es esta reproducción social uno de los factores claves para el futuro delmedio rural. No podemos entender el desarrollo rural sin atender de forma prioritaria aeste problema, un problema de claro orden cultural.

Nos enfrentamos pues con un nuevo enfoque a la hora de plantear el futuro del mediorural en el que los factores economicistas, si bien no desaparecen, sí pasan a un segun-do plano.

Si analizamos detenidamente veremos que en el ciclo definido por Vachón (2001)como el ciclo de desvitalización rural, hemos intervenido de forma importante sobre dife-rentes problemas de los marcados.

Sin embargo se ha trabajado escasamente a nuestro entender en un aspecto que nosparece fundamental como es el de “la progresiva desaparición del sentimiento de perte-nencia a una colectividad… [siendo cada vez menos] los sentimientos que se compartencon los miembros de la colectividad, sobre todo en lo que respecta al futuro” (VACHÓN,2001, p. 71).

Es en este punto del debate donde el planteamiento de la identidad aparece con unatrascendencia fundamental y donde el patrimonio puede jugar su verdadero papel en eldesarrollo.

En primer lugar tendríamos que considerar que es a día de hoy el medio rural. En unasociedad en permanente cambio, es preciso redefinir, cuando no reinventar que es laruralidad y que papel puede desarrollar en el mundo que nos rodea. Estamos ante unanueva sociedad en la que “ya nada volverá a ser como ayer” (VACHÓN, 2001). Pero estono es un proceso nuevo en la historia. Antes existieron otros modelos que cambiaron ylos grupos sociales se adaptaron a esa nueva realidad manteniendo parte de sus caracte-rísticas o, simplemente fueron sin más integrados en los modelos emergentes.

Si en el cruce permanente de culturas, si en la convivencia continua con otros colecti-vos, somos capaces de encontrar nuestra especificidad, aquellos rasgos que nos hacendiferentes, en definitiva nuestra identidad, entonces habremos hallado el sentido a esarealidad.

Llegados aquí, volvamos a la pregunta inicial: ¿existen elementos diferenciadores cla-ros entre las sociedades rurales y las urbanas en la era de la globalización?. Nosotros pen-samos que sí. De la misma manera que creemos que para que esto sea así se tienen quefavorecer algunos elementos que quizá en la actualidad se han relegado a la marginali-dad o, simplemente, se han olvidado. En todo caso conviene destacar que el concepto de

EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO

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ruralidad no está exento de un cierto componente subjetivo, tanto en lo que se refiere asu delimitación espacial como a su valoración.

Así para unos el medio rural será sinónimo de espacio atrasado o en fase de regresión,mientras que para otros significará un ideal de vida. O simplemente una referencia máso menos idílica donde ir de vacaciones.

De igual manera puede existir una gradación en el concepto de ruralidad. Lo que paraunos puede ser claramente urbano, para otros puede ser claramente rural, dependiendode la óptica del observador.

Por último también se puede valorar el concepto por la propia consideración de losagentes implicados, el como yo me veo. Pueden así darse situaciones contrapuestas enlas que el habitante de una determinada zona sienta su realidad como rural, mientras quelos ajenos la vean como urbana o viceversa9.

Dos son las diferencias fundamentales que, a nuestro entender, pueden determinaresa marca particular del medio rural. Por un lado su vinculación al territorio. El compo-nente espacial es un elemento fundamental a la hora de poder establecer ese conceptode lo rural.

Dentro de este concepto debemos a su vez, hacer constar dos elementos. De una par-te el concepto de vinculación vital de la población al territorio. Así entendido, el espaciorural es, además del soporte residencial, soporte de los recursos fundamentales de unporcentaje significativo de la población. Esto incluye lógicamente a la agricultura y laganadería, pero no exclusivamente. Nos referimos también a actividades como la silvicul-tura o a otras relacionadas con la naturaleza o las comunicaciones.

También a otras actividades alternativas como el caso del turismo que necesita de unterritorio conservado, recurso fundamental y base del producto que se comercializa. Esasí el paisaje, más todavía si le ponemos el calificativo de cultural, una parte definitiva delturismo rural.

El otro carácter a destacar relacionado con el territorio es lo que podríamos denomi-nar carácter extensivo. Extensivo en lo que se refiere al uso agrario, pero también al com-ponente edificado o al poblacional. Es decir una diseminación general en el territorio enel que no existen grandes concentraciones ni productivas ni poblacionales.

3. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD EN EL DESARROLLO RURAL

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9 La visión emic o etic, desde el punto de vista del agente o desde el punto de vista del de fuera que desde luegono tienen porque ser coincidentes.

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Y esto también incluye en lo que se refiere a componentes agrarios. Por poner unejemplo ¿son territorios rurales las grandes concentraciones de cultivo bajo plástico?

El segundo pilar sobre el que intentamos sustentar una definición de medio rural comoespacio diferenciado es el de marcado carácter social y viene condicionado por un siste-ma de apoyo colectivo, de identidad asumida, compartida y participada.

En parte ésto es consecuencia de lo anterior. Si el territorio común es el recurso fun-damental de todos, es necesario el compromiso de todos, de una manera solidaria, parapoder garantizar el futuro.

En parte por los modos de vida y por la limitación de servicios10 que condicionan unadependencia vecinal diferente a la existente en el medio urbano, en el que la estructuraadministrativo-política y el hecho de la concentración cubre de manera diferente las nece-sidades.

Esta combinación compleja de factores es la que encuadra la realidad de lo rural; unarealidad que, manteniendo esta diferencia evidente con el contexto urbano, se esfuerzapor adaptarse para la supervivencia no tanto ya económica sino de realidad social dife-renciada.

Pero para que esta supervivencia sea real se tienen que dar algunas condiciones quela faciliten. Y aquí de nuevo aparece con fuerza el concepto de patrimonio como mani-festación aprensible de esa realidad, pero también como referente cultural que sirve debase a la cohesión social y de elemento de partida en la búsqueda de las adaptacionesnecesarias.

Es aquí donde el patrimonio alcanza su auténtico valor de existencia.

Así se puede considerar que además de buscar soluciones de desarrollo económico (ymuy especialmente superado un punto de supervivencia material como es el caso denuestras colectividades rurales) hemos de arbitrar otra serie de medidas que permitancimentar de forma sólida el futuro del medio rural.

Es éste el papel que el patrimonio debe jugar en los procesos de desarrollo rural y noel de simple elemento de atractivo turístico o de referencia nostálgica. El patrimonio se

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10 Este déficit de servicios bien podría ser considerado como otra de las características del medio rural ya que laescasez y dispersión de la población condiciona y condicionará una red de servicios necesariamente distinta a la delmedio urbano.

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La fiesta es un momento diferente, un momento en el que el cotidiano trabajo se detiene para dar paso a un tiem-po de holganza y diversión. Es el momento para celebrar determinados ritos, para generar algunos ambientes espe-ciales. Pero es sobre todo un fenómeno cultural que organiza un sistema de relaciones sociales. Es un exponentede la vitalidad de la colectividad.Hoy las fiestas rurales, que antaño aglutinaban a los vecinos, han sufrido un importante proceso de cambio y, enmuchas casos, de desaparición. Pero sobre todo cada vez son más iguales, más globales, más urbanas.Desaparecen los elementos significativos, mudan de fecha condicionados por el imperativo de los residentes en lasciudades, se olvida el origen. Un elemento más de la identidad de nuestros territorios rurales que se diluye.(Fiesta de San Sebastián. Enciso, La Rioja, España)

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convierte en el protagonista del proceso y la cultura tradicional11 (o los testimonios que deellas conservamos transformados o no) en un soporte fundamental de futuro.

No estamos planteando la supervivencia de formas de vida antigua, ancladas para siem-pre en un bucolismo virgiliano que niega el progreso y la evolución. No, estamos hablan-do de plantear una proyección de futuro que partan de la realidad preexistente: “… hayque analizar el sistema rural para descubrir las fuerzas conservadoras que alimentan elsatatu quo y descubrir las fuerzas progresistas, para de este modo crear condiciones quepermitan el cambio elaborando programas que encajen en el panorama local y no violen-ten necesariamente formas preexistentes”. No se trata de oponerse al cambio sino inten-tar que éste “se haga desarrollando los aspectos válidos de la propia cultura que se quie-re cambiar” (FOSTER; 1964. citado por GARCIA, A, 2004, p. 76).

El partir de un profundo conocimiento de nuestra cultura tradicional y nuestro patrimo-nio etnográfico presenta además la ventaja de facilitarnos una información de base sobrela que poder asentar nuevos modelos y propuestas. Este descubrimiento previo de las cla-ves de la sociedad podrá sin duda facilitar los procesos de intervención. Esto, por otra par-te, no es ninguna novedad. No tenemos más que recordar el papel desempeñado poralgunos de los primeros antropólogos y sus estudios sobre las culturas.

Pero también el hecho de poder plantear nuevas propuestas a partir de soluciones tra-dicionales adaptadas. Insistiendo en la idea de Foster, son muchos los elementos de unacultura rural tradicional que pueden ser todavía válidos sufriendo un proceso de adapta-ción en el grado de intensidad necesaria.

En todo caso esta adaptación de soluciones específicas a realidades específicas es ennuestra opinión una de las claves del éxito. En la actualidad sin embargo existe quizá unaexcesiva tendencia a generalizar los modelos de desarrollo olvidando en el fondo, y pormucho que aparezca el concepto de endógeno o identidad en los preámbulos de los pla-nes, la concreta realidad local.

Tres elementos influyen de forma clara en este proceso: la generalización de los pro-cesos de normalización, los condicionantes de los modelos administrativos de los progra-mas y la distancia de los centros de planificación de la realidad territorial. Estos tres fac-tores se imbrican de forma importante, tejiendo una malla compleja en la que cada deci-sión está en buena parte condicionada por cada uno de estos tres factores.

La tendencia globalizadora imperante implanta sistemáticamente un modelo de norma-lización general. Los modelos de calidad tan en boga, surgidos a partir del desarrollo deprocesos industriales, son un buen ejemplo de ello. Sin embargo, de forma paralela y un

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11 Concepto de tradicional que siempre hay que tomar con una cierta prudencia.

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tanto chocante, surge el elemento diferenciador o exclusivo como un valor añadido inclu-so en los procesos productivos, aunque su influencia en muchos de los procesos sea másbien reducida . En cualquier caso este proceso de estandarización es una moda que impo-ne su ley en todos los ámbitos, influyendo también en los procesos de desarrollo rural.

Los condicionantes administrativos y de gestión están provocando también una impor-tante limitación a la hora de plantear adecuadamente los procesos de desarrollo rural. Larigidez de las normativas que niegan o ignoran muchas realidades que, a la larga, son fun-damentales en los procesos, condiciona de forma fundamental la buena marcha demuchas de las iniciativas que, al menos en teoría, tienen el desarrollo endógeno como unode sus objetivos. Así la herramienta, el medio, adquiere un mayor protagonismo que elpropio fin, consumiendo un mayor volumen de energía, encorsetando los planteamientosmás innovadores y desplazando en la práctica a los objetivos finales.

Por otro lado la presión del cumplimiento de plazos genera también una nueva limita-ción en la buena marcha de los programas. No hay tiempo para poder alcanzar un cono-cimiento real de los entornos sociales y no se realizan buenas investigaciones que son sus-tituidas por unos planes estratégicos que en muchas ocasiones adolecen del defecto deestandarización comentado anteriormente. Es evidente que hay que ponerle referenciastemporales a los procesos, pero es necesaria la profunda conciencia de que se trata de unacarrera de fondo, de un proceso siempre inacabado en el que debemos ir incrementandopermanentemente nuestro conocimiento de la realidad que nos rodea. Y esto necesitatiempo y estudio.

En la misma línea opera la situación de los técnicos responsables de los programas conperfiles cada vez más administrativos y dedicados cada vez más a misiones de tramitacióny gestión, relegando el trabajo de campo a un segundo lugar. Esta situación genera un sin-número de problemas entre los que destacaremos el distanciamiento de la propia realidadsobre la que se quiere intervenir.

Por último comentar el alejamiento de los centros de decisión de las realidades concre-tas sobre las que se interviene. Son entidades ajenas, muchas veces con intereses no coin-cidentes, cuando no contapuestos, las que terminan diseñando los itinerarios y procedi-mientos del desarrollo de una realidad tan diferente a la suya, como es el medio rural. Enmuchas ocasiones empeñadas en buscar soluciones generales a realidades no coinciden-tes muchas veces entre sí12.

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12 En este sentido cabe mencionar la existencia de modelos basados en gran medida en la implantación mayor omenor de procesos urbanos que en los últimos tiempos parecen estar generalizándose al menos en nuestro país.Modelos del tipo de territorio-ciudad, ciudad difusa, determinados análisis geográficos funcionalistas, etcétera, quepodemos considerar que en realidad lo que plantean es precisamente una negación de la diferenciación rural-urba-no. Nuevos modelos que, de una u otra manera o con mayor o menor intensidad, niegan esa dualidad para plan-tear modelos únicos de desarrollo.

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3.3. HACIA PROCESOS DE DESARROLLO RURAL BASADOS EN EL CONCEPTO DEIDENTIDAD

Si estamos convencidos del hecho de la diferenciación, del valor de la identidad comoelemento fundamental de la sociedad rural y el soporte de la misma en estas especifici-dades propias y características, tendremos que reconocer que los marcos reguladores deesta realidad deberían de alguna manera reconocer estas peculiaridades que, lejos de serprocesos anecdóticos o nostálgicos, son la propia base de la realidad rural.

Se trataría pues de dos cuestiones, por un lado si estamos de acuerdo en el protago-nismo del concepto de territorio en el marco de lo rural y por otro, si consideramos eldesarrollo endógeno como el camino apropiado. Si es así, tendremos que cerrar el silo-gismo con la afirmación que es necesario la capacidad de gestión del propio territorio porparte de la población local para alcanzar el éxito.

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La arquitectura popular es sin duda uno de los elementos que mejor simbolizan la identidad de un medio rural. Setrata de elementos particulares, claramente diferenciados de unas zonas a otras condicionados por el clima, losmateriales disponibles o la actividad principal de un territorio. Son elementos que se adaptan al paisaje, que se fun-den en el como una imagen única e inseparable. Algunas localidades han hecho un importante esfuerzo por seguir manteniendo esa nota de identidad y conservanbuena parte de este patrimonio. En otras muchas la presión de la construcción ha provocado su notable reducción,arrinconada por las construcciones de nueva planta, en gran medida estandarizadas.En sus inicios el turismo rural abogó claramente por una estrategia de recuperación de este ingente patrimonio cul-tural en vías de abandono. Hoy esta tendencia, al menos en parte, se ha suavizado y asistimos a la aceptación denuevas construcciones o rehabilitaciones poco cuidadosas y afortunadas. (Alto Cidacos, La Rioja, España)

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El territorio, según este esquema, se presenta como el principal recurso de la sociedadrural por las razones que fueron comentadas anteriormente. Si el desarrollo endógenose basa en la asunción compartida y responsable por parte de los propios actores socia-les de su futuro y éste depende del espacio, es también innegable el reconocer la nece-sidad de trasladar a estos agentes el derecho de la gestión o, al menos, de participaciónen la misma. Esto no es una novedad, en el medio rural ha sucedido desde hace muchí-simo tiempo.

Sin embargo nuestra experiencia nos demuestra que esta situación está lejos de la rea-lidad. Más aún, se encuentra en un proceso inverso, en el que las sociedades rurales estánen un proceso cada vez mayor de exclusión en lo que respecta a la toma de decisiones ygestión de su propia realidad territorial. Quizá sea precisamente ahora, cuando tantohablamos de desarrollo endógeno, cuando los habitantes del medio rural han empezadoa perder este protagonismo.

Sin duda es difícil encontrar el equilibrio entre las garantías necesarias para cubrir lasnecesidades que el conjunto de la sociedad (rural o urbana) demanda de los territorios yla apropiada respuesta a las necesidades exclusivamente rurales que, como elemento fun-damental, condicionan su propia identidad. Pero el debate es inevitable si verdaderamen-te queremos mantener esta sociedad rural.

Hasta donde estamos dispuestos a abrir el proceso de participación social para darcabida a las opiniones de la población rural es una de las claves de futuro. Iniciativas comola agenda 21 pueden ser un buen comienzo, pero es preciso que las conclusiones y losresultados de los debates fructifiquen en modelos y acciones concretas.

Por otro lado se hace necesario plantear la necesidad de medidas legales específicasque sean capaces de dar soluciones reales y justas a la situación específica del mediorural. ¿No es posible adaptar determinadas normas a otras coordenadas? Esto tampocoes ninguna novedad histórica. No se trata de privilegios como en algunas ocasiones se hadicho, sino de ajustes ordenados a las diferentes realidades.

Se hace necesario también revisar los planteamientos de desarrollo desde un enfoquesistémico. Este es otro concepto largamente comentado, pero escasamente desarrollado.Las intervenciones en un elemento afectarán de forma clara e inevitable a todo el con-junto; esto es aplicable a acciones económicas, educativas, sociales, asistenciales o decualquier otra índole:

“La satisfacción de las necesidades abarca todos los aspectos de la actividad humana.Por ello, las iniciativas de creación de empleo o las acciones comunitarias no puedenrealizarse sin una evaluación previa de sus efectos sobre la sociedad, el medio ambien-te y la cultura.

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Las instituciones y organismos que compartimentan actividades perjudican el creci-miento de sus comunidades” (VACHÓN 2001).

Justo lo contrario de lo que sucede en la actualidad. Cada vez son más los departa-mentos que operan de forma más o menos independiente en cada uno de los aspectosdel medio rural, en demasiadas ocasiones sin una coordinación adecuada ni la participa-ción local necesaria. Ni siquiera los ayuntamientos tienen en muchas ocasiones una capa-cidad real de intervención.

A esto contribuyen muchos factores entre los que podemos destacar:

• La escasez de recursos humanos en las corporaciones locales de pequeñas dimen-sión. Probablemente esta es una de las principales deficiencias. Es imprescindible quelos ayuntamientos cuenten con el personal suficientemente cualificado para poderasumir la dura y complicada tarea que tiene por delante. Sin embargo las plantillas delos ayuntamientos pequeños son francamente exiguas, con el agravante de que esademás en el capítulo de personal donde más dificultades encuentran para poderincrementar su gasto.

• La voluntariedad de las corporaciones. La inmensa mayoría de alcaldes y conce-jales de las pequeñas poblaciones trabajan asumiendo una gran responsabilidad, perocon carácter voluntario. Esto como es obvio, genera también unas importantes limita-ciones ya que las posibilidades de dedicación de estas personas tiene fuertes condicio-nantes. En honor a la verdad y para ser justos hay que manifestar que, en la mayoríade los casos, el esfuerzo realizado por los representantes públicos de las corporacioneslocales es el principal activo con el que cuentan.

• La escasez de recursos financieros. Los presupuestos ordinarios de los ayunta-mientos son muy reducidos, teniendo que estar permanentemente pendientes de lassubvenciones que se reciben y de las convocatorias que se anuncian, con lo que laposibilidad de planificar verdaderamente el futuro es muy complicada.

• El escaso peso político que tienen los ayuntamientos pequeños. Como consecuen-cia de ello, su presencia en algunos foros que resultan fundamentales para la toma dedecisiones que afectan de forma importante al futuro del medio rural, es muy escasa.

• La desmotivación general de la población. Ésta se traduce de una forma muyhabitual en una escasa participación en todos los elementos de la vida local. El vecinopierde buena parte de la vinculación con la localidad, asumiendo nuevamente unmodelo urbano, en el que su implicación sobre la realidad que los rodea es mucho máslejana y pasiva.

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• La presión de los habitantes de las segundas residencias. Su efecto es muy dispar.En algunas ocasiones se convierten en auténticos agentes dinamizadores de la reali-dad territorial. Se implican de una forma importante en la conservación del patrimo-nio y en la salvaguarda de las tradiciones, en un intento real y desinteresado de ayu-dar y colaborar con el desarrollo de territorio. Sin embargo en otras éste proceso escompletamente distinto. Los visitantes temporales se convierten en un auténtico pro-blema para la gestión municipal y el desarrollo.

Esta fragmentación de la gestión sobre los diferentes aspectos que configuran el mun-do rural perjudican notablemente a los habitantes locales, a los que además cada vezcuesta más trabajo tener una mínima presencia en unas estructuras que les desbordan.

En cualquier caso habrá que buscar el punto de equilibrio para que se pueda vertebraruna adecuada coordinación en la gestión del territorio, devolviendo a los residentes en elmismo al menos una parte del control del mismo.

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Sin duda muchas de las actividades tradicionales han perdido hoy ya gran parte del protagonismo y la utilidad quetuvieron en el pasado. La elaboración del carbón vegetal no tiene ya en los pueblos serranos la importancia de otrostiempos, aunque convendría destacar que el consumo del carbón vegetal no ha desaparecido del todo y sigue sien-do un producto demandado para ciertos usos, algunos muchos más modernos de los que nos podía parecer.Sin embargo ha adquirido ahora un cierto carácter simbólico en algunas localidades que rememoran esta actividadcomo manifestación de su propia realidad. En definitiva buscamos en un referente de nuestro pasado, ya desapa-recido en la práctica pero elevado a una nueva categoría en la actualidad, un elemento social común que sirva denexo de unión entre todos los elementos de una sociedad y entre éstos con el pasado.(Recreando la elaboración de carbón vegetal, Ledesma de la Cogolla, La Rioja, España)

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Además de este planteamiento basado en el principio de que una parte fundamentalde la identidad rural es su vinculación al espacio y que por tanto necesita medidas ad hocy una mayor participación de la población para poder asentar las bases de su futuro, esnecesario abordar otras cuestiones, como el problema de la salvaguarda del patrimoniorural.

Hay que potenciar los símbolos patrimoniales como pilares básicos de la dinámicasocial. A esto se le presta poca atención. Sin embargo es un elemento fundamental paraafianzar el sentimiento de pertenencia de los habitantes a su entorno social.

Potenciar estos referentes culturales significa en primer lugar conocerlos. Esto obliga adesarrollar importantes trabajos de investigación que permitan analizar, profundizar y, sillega el caso, salvaguardar aquellos elementos culturales que han tenido un especial sig-nificado en la vida de nuestras áreas rurales. Este es un trabajo que necesita tiempo, per-sonal cualificado, dedicación y, desde luego, cierto presupuesto. En muchas ocasiones seconsidera que invertir en investigación cultural es gastar dinero, sin embargo tenemosque empezar a considerar que si entendemos la identidad como factor fundamental parael desarrollo, es necesario que conozcamos de forma adecuada estos elementos.

Hemos comentado además que muchas de estas peculiaridades tienen un especial sig-nificación a la hora de poder analizar y evaluar cuáles puede ser los resultados de lasacciones que se vayan a poner en marcha. No todas las intervenciones que se proponenson aceptadas de la misma manera. En ocasiones topan con la incomprensión cuando nocon el rechazo de determinados grupos. Un mejor conocimiento de sus estructuras par-ticulares ayudaría sin duda a cimentar más sólidamente muchas de estas iniciativas.

Pero además hacen falta determinados símbolos que sirvan de enganche a la socie-dad, elementos con los que todo mundo se siente identificado y que permitan generaresa cohesión social tan imprescindible para la supervivencia del futuro del medio rural.Necesitamos mantener ese vínculo con el pasado que garantice la continuidad hacia elfuturo de nuestro grupo social. Y esto se hace conservando nuestro patrimonio materialy nuestro patrimonio inmaterial. Arquitectura, iglesias, ermitas, fiestas, cuentos y un sinfin de elementos que permiten identificarnos en la colectividad. Sin duda tenemos la obli-gación de conservar nuestro pasado como testimonio pero también como una herramien-ta útil para construir el futuro.

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En la estrategia Leader13 para el desarrollo rural, aspectos como la cultura y la identi-dad, la preservación de los bienes culturales o la valorización de la imagen del territorio tie-nen una importancia fundamental. Sin embargo, en la práctica, en muchas ocasiones nose presta a estos elementos la atención que se merecen.

Con frecuencia el patrimonio y el paisaje se vinculan exclusivamente con el hecho turís-tico. Sin ninguna duda el turismo es un factor fundamental en las nuevas propuestas dedesarrollo rural y, si también es cierto que el patrimonio y el paisaje constituyen los princi-pales elementos para trabajar este desarrollo turístico, no es menos cierto que equipararpatrimonio con turismo no deja de ser una simplificación que no se debe admitir.

La gestión del patrimonio no es solamente gestión turística. Y el valor del patrimoniono es, ni con mucho, exclusivamente el valor turístico.

Es innegable que el turismo ha alcanzado un protagonismo muy importante en los últi-mos tiempos. Probablemente este protagonismo siga incrementándose en un futuro inme-diato hasta alcanzar un papel determinante en las economías locales. Es por ello precisoprestar una atención especial a esta actividad.

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LOS RETOS DE LAS ZONAS RURALES

Reforzar la cultura y laidentidad del territorio

Preservar y gestionar losrecursos patrimoniales

Crear actividades yacceder a los mercados

Sacar provecho de losavances tecnólogicos

Equilibrar las migracionesy garantizar la inserciónsocio-profesional

Combinar conocimientostécnicos, competencias yempleo

Valorizar la imagendel territorio

Movilizar a lapoblación

13 La iniciativa Comunitaria Leader es más una metodología de intervención que un programa financiero. Aunqueen muchas ocasiones se opere exclusivamente como si se tratara de un programa de ayudas, es importante preci-sar que su objetivo prioritario es más el de generar nuevas e innovadoras dinámicas en los territorios, que repartirsubvenciones. Pieza clave de esta estrategia Leader es precisamente la de potenciar el desarrollo endógeno con unenfoque de abajo a arriba, y el basar los principios de intervención en elementos como la identidad y el patrimo-nio local.

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El turismo es una posibilidad de diversificación económica para el medio rural, perotenemos que ser conscientes de que no es nada más que eso. No quiere esto decir quesu papel no sea importante en la estrategia de futuro de los espacios rurales, ni que nomerezca la debida atención. Sería ingenuo, además de falso, no asumir que el ocio va aser en el futuro inmediato, tal vez lo sea ya en muchas zonas, un sector estratégico tam-bién en el mundo rural. Pero hay que asumir al mismo tiempo que no deber ser el pivo-te exclusivo sobre el que apoye toda nuestra estrategia ni el componente único de usodel territorio.

El turismo cumple diferentes papeles: es un motor económico, incrementa las ventaslocales, estimula la comercialización de los productos locales, implanta nuevas actividadesen el territorio, en definitiva, genera todo un sistema diversificador de la economía; estambién un vehículo cultural, la presencia de turistas en el medio rural amplia la capaci-dad de relación social de sus habitantes; es un vehículo de formación, favorece la auto-estima; propicia la conservación del patrimonio local, puede contribuir a reforzar la iden-tidad, etcétera.

Pero es también una actividad que genera impactos. El turismo no es una actividadinocua, más bien todo lo contrario. El nivel de degradación que puede generar en unespacio sensible como es el espacio rural, es verdaderamente significativo. Puede gene-rar alteraciones medioambientales, paisajísticas, sociales y culturales, que en ocasionespueden llegar a ser irreversibles.

En todo caso, y en referencia al tema que nos ocupa, es importante no confundir eltodo con la parte. El patrimonio juega un papel importante en el mundo del turismo que,a su vez, va poco a poco ganando protagonismo en la realidad rural. Pero este no es sufin principal, ni debe condicionarse su existencia a sus posibilidades de uso por parte dela industria del ocio.

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Las sociedades intentan mantener vivo su pasado y trasmitirlo a las generaciones futuras. Es la forma de cohesio-nar un grupo y garantizar su supervivencia frente a otros colectivos. Alguna sociedades han recreado los espaciosde vida tradicional como espacios de ocio, de entretenimiento cultural, como en el caso de los parques etnográfi-cos. Cuidados espacios en lo que, documentados con el máximo rigor, se muestran al público los modos de vidade sociedades rurales hoy prácticamente desaparecidas. Parques para aprender, para recordar o, simplemente, parapasear.También recursos turísticos, pero ni exclusivamente eso ni, en muchos casos, su objetivo principal. Son espacios de la memoria, donde tratamos de encontrarnos con nuestro pasado.(Parque etnográfico de Bounraty, Irlanda)

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A continuación presentamos una pequeña bibliografía. Se ha procurado presentarobras de referencia específicas sobre los temas abordados, fáciles de encontrar y consul-tar, en la que se combinan algunos textos clásicos, con otros recientes. La intención espoder facilitar el camino para profundizar en los conceptos apuntados en las páginasanteriores.

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