el otoño, como metáfora del coraje, la esperanza y la despedida

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El otoo, como metfora del coraje, la esperanza y la despedida

Por Ps. Mara Vernica Lopez Romorini

M.P. 4640

rea de Aprendizaje y Desarrollo Organizacional

IRICE-CONICET

Cunta sabidura hay en la naturaleza! pienso cada vez que admiro sus procesos, cada uno de sus ciclos, los cuales, de manera sincronizada, transcurren con cada estacin del ao. Quisiera centrarme hoy en el Otoo, un tiempo en el que las hojas de los rboles comienzan a dorarse, y de manera casi mgica, la madre naturaleza nos invita a un tiempo de relajacin, silencio y descanso. Para las tradiciones celtas, el otoo, denominado por ellos Mabon en honor a la reina celta de las hadas, representa la festividad de las cosechas, el tiempo de reconocer y valorar lo recogido durante la siembra, alimentos que luego constituirn el nutriente que alimentar durante el periodo invernal. El otoo, implica un periodo para reciclar y soltar, un momento de renovacin, de dejar ir, una oportunidad de desapego de todas las cosas que ya no son de utilidad en este instante de su fluir, de su transcurrir. Ahora bien, ese soltar, al modo de morir, implica evolutivamente luego un tiempo de renacimiento, renovacin y recreacin natural, una nueva oportunidad para renacer, un momento de florecer de dar vida a nuevos brotes.

Ahora bien, si prestamos atencin, veremos como de manera armnica e incuestionable los rboles nos van mostrando da a da este movimiento, este suceder. Ellos no se cuestionan ni se preguntan si deben dejar o no caer sus hojas, de manera sabia simplemente las sueltan, las liberan mediante un proceso natural de desprendimiento y transformacin; sus ramas van quedando desprovistas de contenido, quedan al descubierto, casi denudas, de esta manera, la imagen total del rbol se va transformando lentamente en un proceso que llevar hacia el cierre de un ciclo. Ese movimiento no implica simplemente la perdida de algo, sino que es un momento de preparacin para la despedida y la reflexin de las cosas que ya no nos sirven y al mismo tiempo nos anuncia el inicio de un nuevo ciclo, de un nuevo tiempo, un nuevo comienzo.

Tomando esta maravillosa metfora de la naturalezapreguntmonos Y si pensamos este proceso natural aplicado a nuestra propia vida?

Podemos pensar esto aplicado a nuestras propias emociones, a nuestro mundo interior, a nuestra salud emocional?

Que maravilloso sera pensar en nuestra vida y en cada situacin que se presenta en ella de modo cclico y natural, con tanto desapego y sin cuestionarnos tanto. Qu sano sera para nuestra salud emocional vivir estos procesos de desapego de ese modo! si cada situacin de compromiso emocional, cada enojo, tristeza, o cada temor pudiera ser desprendido de nuestro propio corazn como las hojas de un rbol, liberado al transcurrir de la vida, de los hechos que se presentan a cada instante sin cuestionarlos. Si pudiramos soltar de manera sencilla y simple el dolor de una prdida, la tristeza de lo que ya no est o no sucede como antes, el final del ciclo de una relacin afectiva o el temor a la carencia de algo.

Solemos aferrarnos con nuestros pensamientos a lo que no funciona en nosotros mismos, a lo que tom vuelo de nuestra vida, a los seres queridos que ya no estn, a los objetos materiales a situaciones con las cuales nos obstinamos sean de una manera, a viejos pensamientos, viejas creencias, viejos modos de proceder y de actuar, y sin darnos cuenta al hacer esto nos estamos aferrando a ellas mas y eso genera malestar, incomodidad sufrimiento y dolor; vivimos pensando que, solo si tenemos ese objeto que queremos o si esa persona est presente en nuestra vida o slo si tenemos esto o aquello o nicamente si hacemos esto o aquello seremos felices; de este modo, nos pasamos la vida quejndonos o reprochando por aquello que nos falta, nuestra mente est programada para ello y se aferra a esas falsas creencias, nos habituamos a pensar de ese modo y vamos generando una caparazn que nos va llenando de enojos, miedos, quejas, malestar, nos distancia de nuestro sentir genuino, de nuestro entorno y nos vuelve infelices. Desconociendo que tal vez al no permitirnos fluir, soltar, impedimos el nacimiento de nuevos retoos en nuestra vida, a nosotros mismos como as tambin a quienes forman parte de nuestra vida cotidiana. Con el pasar del tiempo esta situacin va resintiendo nuestro interior, el cuerpo comienza a guardar en su memoria emocional estas frustraciones, esos dolores y se enferma. Y si aceptamos que ser felices no es un ideal?, sino que depende bsicamente de una manera de pensar y de posicionarnos ante lo que nos sucede, es decir que tiene que ver con el modo en que calificamos las cosas que nos ocurren cotidianamente. Esta reflexin nos lleva a considerar que el hecho de ser conscientes de esto nos permite estar atentos a lo que hacemos con lo que no tenemos del modo que queremos o con quienes no estn presentes en nuestra vida. La consciencia hace que tengamos la posibilidad de evaluar lo que estamos haciendo y permitirnos decidir quedarnos aferrado o no a ese pensamiento potenciador del malestar. Recordemos queridos amigos que muchas de las situaciones, experiencias, vivencias, etapas, crisis, momentos que forman parte y conforman nuestra vida constituyen un transcurrir, un proceso, y como tales implican y comprometen un tiempo interior de maduracin; transcurrido el mismo es necesario aceptar el cumplimiento de ese acontecer, de ese ciclo y acompaar el cierre del mismo. El bien-estar o el mal-estar, la felicidad o infelicidad dependen de nuestra manera de apreciar y calificar aquello que estamos viviendo, estn en ntima y completa relacin con el punto de vista del observador. Somos autores, creadores y responsables de cada momento, de cada oportunidad asumida o no para soltar, dejar partir, para luego dar lugar a lo nuevo, al florecer, resurgir y continuar abriendo y transitando nuevos ciclos.