el naipe en mi mesa

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EL NAIPE EN MI MESA Por LLAULLI, Adrián Alfredo Brillante y fraterno NAIPE caluroso, delicado arte, te deslizas en mis manos como el agua corre en mis sentidos En las NOCHES, y con festejos nos acompañas gritos y delirios, risas y llanto exiges por quien gane en tus trucos mágicos. CALIDEZ de amistad y reto nos embriagas, como si un tumulto acongojara nuestra alma, existencia cálida de juego das. Con o sin FAMILIA creas un aire tuerto, no ves tiempo o lugar, y como deidad de triunfo exclamas alabarte en mi mesa.

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Creación de poema

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Page 1: EL NAIPE EN MI MESA

EL NAIPE EN MI MESAPor LLAULLI, Adrián Alfredo

Brillante y fraterno NAIPE caluroso,delicado arte,

te deslizas en mis manoscomo el agua corre en mis sentidos

En las NOCHES, y con festejos nos acompañasgritos y delirios,

risas y llanto exigespor quien gane en tus trucos mágicos.

CALIDEZ de amistad y reto nos embriagas,como si un tumulto

acongojara nuestra alma,existencia cálida de juego das.

Con o sin FAMILIA creas un aire tuerto,no ves tiempo o lugar,

y como deidad de triunfoexclamas alabarte en mi mesa.

Page 2: EL NAIPE EN MI MESA

LA FIESTA DEL HUACOPor LLAULLI, Tapia

Adrián Alfredo

El Huaco saltaba, tomando un ritmo místico, como si intentara espantar algo mal, algo diabólico. Con unos cuernos empuñados en sus manos, de algún pobre venado, se dispone a sacarle el cuco a alguna hermosa guambra latacungueña. Dibujando la silueta de la mujer, la toca con los cuernos de cabeza a pies chocando con sus áreas prominentes, espantando al ser que intenta poseer el espíritu de la desdichada.

- ¡Ilinizas!, ¡Cotopaxi!, ¡Chimborazo!, ¡Carihuairzo!...Gritaban, él y sus compañeros, manteniendo, o intentando mantener sus articulaciones extasiadas por las Puntas que habían tomado en todo el trayecto de su lucha contra los malos espíritus de las mujeres que habían sido acechadas por el Cuco.

- ¡Ilinizas!, ¡Chimborazo!, ¡Tungurahua!...Al mismo ritmo y son, seguían gritando los Chamanes, llamados así por nuestro antepasados, para invocar los poderes de los dioses gigantes que gobiernan nuestras tierras para que expulsen al maldito ser atormenta a la torturada.

- ¡Cotopaxi!, ¡Tungurahua!, ¡Ilinizas!, ¡Chimborazo!...Volvían a gritar los Huacos ebrios, consumidos en una orgía de misticismo y excitación.

- ¡Shfff!Una gran bocanada de trago y babas salían del hocico de uno de los chamanes borrachos que animaban la secta para espantar al maligno, hacia la silueta de la hermosa chica. Extasiada y embriagada por el desenfreno de la escena, la muchacha es inconsciente del acto asquiento para su cuerpo pero refrescante para su alma.