el mundo, san juan, p. r. — domingo 30 de octubre de...

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v \ EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. DOMINGO 30 DE OCTUBRE DE 1938. Importando avispas del Brasil para acabar con las changas portorriqueñas ~ Por GEORGE N. WOLCOTT —— (El autor del presente traba- jo ei entomólogo de la Esta- ción Experimental Agrícola da Rio Piedra*). Por muchos añoi, laa siembras da tabaco en Puerto Rico han sufrido los ataques del insecto llamado la "changa". Su nombre científico es Bcapteritcu» rtcinue Scudder, y aunque no es de Puerto Rico, por ser aqui tan abundante y dañino se 1* conoce en el exterior como la changa o grillotalpa portorriqueña. (Fig. 1). La changa abunda más en terre- nos arenosos, los cuales puede per- forar ron facilidad, sirviéndose de sus patas delanteras en forma de palas. En tiempo seco permanece a cierta profundidad, pero cuando llueve, sube hasta la superficie del terreno, donde hace galerías como un topo para buscar los tallos tier- nos de las plantas cuyo Interior de- vora. La changa no se limita a de- vastar las siembras de tabaco: si causa tanto dafto en esos cultivos es simplemente porque los terrenos sueltos y arenosos propios para ta- baco son también favorables para le. changa. Cuando esos terrenos se siembran de cafia. la changa ataca sus retonos con Igual avider. En ciertas localidades, la abundancia de changas hace imposible lo nue de otro modo podría ser lucrativa siembra de hortaliza*. Se puede combatir con éxito la changa usando dos sistemas de siembra. Desde hace mucho tiempo. los cosecheros de tabaco averigua- ron, que. rodeando las raices y ta- llo de la matlta de tabaco al ser trasplantada con una hoja de ma- mey. Mammea americana L... se evi- taba el daño de la changa. Los co- secheros de cana averiguaron que si donde abunda la chunca, en lu- gar d* depositar en el terreno la semilla de cana en forma horizon- tal, clavaban la punta de la semi- lla dejando el resto por fuera, la parte enterrada producá raices y la que quedaba fuera del terreno pro- ducía tallos, los cuales no podía al- canzar, para destruirlos, la changa. Ciertas legumbres se pueden sem- brar protegiéndolas en la misma forma que el tabaco; otras no pue- den cultivarse en terrenos de chan- ga. Hay que subrayar que esos sis- temas de cultivo solamente evitan que las changas dañen las plantas: pero no reducen la abundancia de los perjudiciales Insectos y por lo tanto tienen que ser repetidos Inde- finidamente. Además, aunque se adaptan a las pequeñas siembras, las siembras en gran escala rápi- damente agotan la cantidad dispo- nible de hojas de mamey. La chanca puede destruirse re- gando una mezcla de harina de tri- go y verde París en una zanlita en circulo en el terreno alrededor de cada mata de tabaco trasplantada. La mezcla contiene de veinte a cin- cuenta veces más harina que verde París. Esa mezcla puede usarse también en otras siembras regán- dola humedecida en pelotitas por el terreno ante* de sembrar. I-as chan- gas prefieren la harina de trigo a los tallos de las plantas y mueren envenenadas. A pesar de lo costoso, el remedio se usa extensamente en Puerto Rico, ya que permite conse- guir siembras de tabaco uniformes. Ningún otro método es tan satis- factorio. Algunos fabricantes de pa- r»l de aluminio nos han sometido muestras para ver si podía el alu- minio en planchas muy finas subs- tiulr las hojas de mamey: pero la changa las perfora con facilidad y el aluminio tiene además la desventa- ja de que no se pudre como la hoja de mamey cuando ya la mata de tabaco está fuerte y dura y no ne- cesita protección. Tampoco ha sido posible mejorar la fórmula en la mezcla de harina de trigo y verde París. En realidad la única dificul- tad está en lo costoso de los mate- riales y la mano de obra. Muchas veces se ha dicho que si la changa abunda es debido a la es- casez de enemigos que la sombaten y se ha señalado la utilidad de los pájaros.. Pero para devorar la chan- ga se necesitan aves de tamaño re- lativamente grande, cuya presencia en las reglones densamente pobla- das donde se cultiva el tabaco no podría operarse a menos que operá- ramos el milagro da cambiar la honda, la flacha, la piedra y la des- trución da nidos por la actitud cul- ta que se predica y se pone en leyes pero no se hace cumplir. Las iguanas, Ameiva enaul Cope, que podrían combatir algo las chan- gas, son también perseguidas y ma- tadas por chiquillos, perros y gatos. El sapo ha logrado multiplicarse Aunque el parásito de la changa no fuera encontrado en Cuba, no quiere decir que no pudiera, encon- trase en otra parte del mundo. Hay varias clases de changas y se co- nocen varios parásitos. Quizá al más conocido es Larra! utontntié Rohwer. parásito del Qryllotalpa africana P. B. El grillotalpa o chan- ga africana se habla Introducido en glo Imparta], poseía copia de un tra- bajo dal señor don F. 7. Williams sobra sus primaras Investigaciones en busca del parásito de la changa dal Hawai!. En dicho trabajo, sa informa con lujo da detallas y mag- nificas Ilustraciones, la presencia da Larra americana Saussure, el pa- rásito de la changa da Puerto Ri- co, en loa alrededores de Belem, El parásito de la changa. "Barra americana", Sauaeure. aumentado cin- co vece* el tamaño natural. (Dibujo de F. Saeta ir.) a pesar de la gran matanza a que está siempre expuesto. Los residuos de alas y carapachos de caculos que pueden observarse en los excremen- tos del sapo son evidencia de los caculos devorados por estos útiles animales, pero el sapo no puede capturar más que las changas que salen a la superficie del terreno y éstas son pocas. Los residuos de changas encontrados en excremen- tos de sapos desde hace algunos años indican que constituyen sola- mente el 2.4 por ciento del volumen de Insectos devorados, lo cual es una proporción Insignificante. Re- cientemente, investigaciones subsi- guientes comprueban que la canti- dad de changas comidas por los sapos no ha aumentado. La falta de enemigos de la chan- ga no excluye por completo las es- peranzas de combatirla por medios naturales. Este insecto, como ya hemos dicho, no es portorriqueño. Muchos de los viejos cosecheros de tabaco recuerdan los tiempos en que no habla changas en las siem- bras. Según el relato tradicional, la changa llego a Puerto Rico en gua- no traído de! Perú y se multiplicó a raíz de un ciclón que destruyó la mayoría de los pájaros. El natura- lista Ledru en sus escritos sobre Puerto Rico no menciona la chan- ga, y Busck hace notar, que el doc- tor Agustín Sjtahl le informó que "era un insecto comparativamente nuevo en Puerto Rico, ya que él re- cordaba la época en que no lo ha- bla". La multiplicación de la chan- ga en Puerto Rico sin duda se de- be a que llegó a la Isla sin el factor limitante de sus parásitos o ene- migos naturales. La búsqueda de dichos enemigos en el exterior po- dría dar la clave para la lucha con- tra la changa en Puerto Rico. El establecimiento de la Junta de Comisionados de Agricultura en 1911 hizo posible la primera tenta- tiva para buscar enemigos de la changa. En Cuba, el señor don Pa- tricio Cardln, entomólogo de la Es- tación Experimental de Santiago de las Vegas, habla informado la existencia de un parásito especifi- co de la changa. El autor, emplea- do en aquella fecha por la Junta, fué enviado a Cuba: pero se encon- tró con que el insecto que Cardin creyó al principio ser un parásito de la changa, por haberlo encon- trado en el terreno en forma que lo parecía, resultó ser en realidad un parásito, no de la changa, sino de otro insecto que también vive en la tierra, el gusano blanco. AMI NO HAY NADA QUE ME HAGA ENGORDAR. NO IMPORTA .10 QUE COMA NO: TU ESTAS DEMASIADO DELGADO. PORQUE NO PRUEBAS LA EMULSlCftsI DE SCOTT? A MI ME HIZO GANAR PESO CUANDO ESTABA 1K)R QUE TÚ. Loa que adelgazan fácilmente deben detener «te desgaste físico. Si no lo detienen, pierden reeiatencia y ae exponen a la toa y otras enfer- medades pulmonares. La Emulsión de Scott. de sabor agradable y cuatro veces más fácil de digerir que el aceite de bacalao común o que emulsiones ds imita- ción, ayuda a fortalecer y robustecer, a ganar reeiatencia y vitalidad. Si necesita fortificarse ¿por qué no adquiere una botella de Emulsión de Scott ahora mismo? Le hará bien. EMULSIOKOTT Para ea aretaotlsn IM frasees tleraa aa raUeva la fassaea aaefea eeJ amasar M* «i ««tata*. 84 M tUw« «aa marca na «• BtnulaMn 4* Sean. Actptt esto el areáMte legitima, tetase «Me tueetltaie. el Hawaii y se habla convertido en una plaga de la cafta de azúcar has- ta que el entomólogo señor don C. E. Pemberton llevó al Hawaii el parásito desde las Islas Filipinas. Desgraciadamente, el parásito que tan buenos resultados habia dado en el Hawaii, no podia traerse a Puerto Rico por ser nuestra chan- ga distinta de la de aquellas is- las. Los parásitos de una clase de changa no atacan ninguna otra. El sitio lógico donde buscar un parásito es uno semejante en cuan- to a clima al nuestro; pero donde la plaga que en nuestro país abun- da, escasea debido, al parecer, al parásito mismo. Se volvió a pensar en Cuba, puesto que aparentaba reunir todas las condiciones, cuan- do se recibió Información del actual entomólogo, seftor don S. C. Bru- ner, según la cual, el seftor don J. A. G. Rehn. de la Phlladelphia Acá- demy of Natural Sciences, recono- cida autoridad en la materia, ha- bia resuelto que en Cuba solamen- te se encuentra el Grillotalpa he~ xadactyla *Perty y no el Scapterla- eut ricintu Scudder, que es la chan- ga de Puerto Rico. No se tiene informes de que la changa haya sido encontrada en Jamaica y los informes sobre Hai- y Santo Domingo son dudosos. Poca Información hay sobre las An- tillas Menores, pero en Trinidad, el ciudad del distrito da Para en Bra- sil. El parásito (Fig. 2), según lo ha- bla descrito el seftor Williams, ea una avispa como de una pulgada de largo, negra con el abdomen ro- jo. Tan pronto el autor pudo visi- tar los alrededores de la ciudad, en- contró loa parásitos deseados ali- mentándose de las flores de una planta silvestre identificada por el seftor don José I. Otero, de la Esta- ción Experimental de Rio Piedras, como Borreria verticillata Meyer. Una vez encontrado el parásito, la dificultad era hacerlo llegar vi- vo a Puerto Rico. Ya Williams ha- bla informado que no vivían en cautividad más de un dia o dos y como el viaje en aeroplano se tar- da tres días, se anticipaba la muer- te de la mayor parte de los que se enviaran. Dos semanas más tarde, ei autor salla de regreso a Puerto R'co con 78 parásitos en una jaula provista de arena húmeda, para conservar la humedad, y lores de Borreria para alimento de loa insec- tos. Saliendo de madrugada en avión de Belem. los parásitos llega- ion a Puerto Rico al dia siguiente p«>r la tarda y fueron puestos en li- bertad inmediatamente en un sitio donde podían encontrar abundancia de changas. Por desgracia, la se- quía de tres meses que a poco se inició puede haber sido un gran obs- una jaula más grande, pero los pa- rásitos llegaban en las mismas con- diciones lamentables. Se probó entonces mantener la jaula'con los parásitos recolectados por la mañana bien húmeda duran- te tarde y la noche o alojarla en una nevera eléctrica, pero sin nin- guna mejoría. Sin embargo, al alo- jarla en una nevera de modelo an- tiguo, refrigerada con bloques da hielo, aa consiguió que permanecie- ran todos los parásitos vivos. En adelanta, todos los parásitos captu- rados fueron alojados en dicha ne- vera hasta llevarlos al avión. Dea- graciadamente, cuando pudo dallar- se solución para el problema de mantener vivos los parásitos, se ter- minó la eatación de las Huelas y con e)la la oportunidad de recolec- tarlos. El seftor Williams, en su trabajo informa que el parásito de la chan- ca se encuentra también en el Ecuador. Pero debido a lo corta que es la vida de los parásitos enjaula- dos, no sobrevivían el viaje desde allí hasta Puerto Rico en mejores condiciones aue desde el Brasil, ya que el Ecuador está más lejos. Pa- ra ver si el parásito podía encon- trarse en alguna otra localidad más cercana a Puerto Rico, el autor ae detuvo en la Guayana Holandesa en su viaje de retorno en junio de 19M. Efectlvamente.cerca de Para- maribo, en "Charlesburgstraat" se vieron alimentándose según su cos- tumbre, en las flores de Hyptia, aunque no en tantr. abundancia co- mo »n el Brasil. Continuando el via- je, el autor se detuvo luego en Geor- getown. Guayana Inglesa, donde aa encontró la changa, pero -no el pa- rásito. Sa llegó por lo tanto a ta conclusión de que si del Brasil no lograha hacer llegar a Puerto Ri- co una cantidad de parásitos vivos suficientemente grande para asegu- rar su aclimatación, se podría In- tentar obtenerlos en la Guayana Holandesa. Durante el afto 1937, el autor vol- vió al Brasil en los meses de ene- ro y febrero envió a Puerto Rico en diferentes ocaalones un total de 288 parásitos. Desgraciadamente so- lo 33 de ellos llegaron vivos, sin que se pudiera reducir la alta mor- tandad manteniendo las jaulas hú- medas durante la travesía, evitan- do ponerlas al sol, cubriéndolas pa- ra ponerlas a salvo del "Fllt" en el avión al llegar a Puerto Rico, etc . . . El poco éxito obtenido en el afto 1937 durante los únicos meses en que es posible recolectar los pará- sitos en el Brasil hizo necesaria la búsqueda en otras regiones. Ya aa sabia que era posible encontrarlos en la Guayana Holandesa, pero ade- más de que allí no son abundantes, los sitios donde pueden recolectarse quedan tan distantes del aeropuer- to de Paramaribo que no es posible recogerlos y enviarlos por avión el mismo dia. Sa proyectó por lo tan- cual abunda la changa ea la qua más sa paraca en Puerto Rico a la región de donde vienen los parásitos en al Brasil. Abunda allí la Borré- ria y la Hypti» atrorubint, cuyas floras lea sirven da alimento. El tiempo, en cuanto a la lluvia du- rante esa época del afto, fué muy parecido al del Brasil. En Brasil cala la lluvia temprano por la tar- con excepción de los dos primeros, incluyó un número da changas pa- rasitarias, con huevos o larvas, an las jaulas con los parásitos adul- tos. En forma de huevos y largas, lla- garon vivos a Puerto Rico 95 pa- rásitos, da los rusias 79 ruaron lle- vados al campo. Pero el resultado extraordinariamente notable obte- La changa o grillotalpa portorriqueña. "Scapteriscus vuinua", Scudder aumentado cinco vecea el tamaño natural. (Dibujo de F. Seta Jr.) de. En Puerto Rico llovía casi to- das las noches o temprano por la mañana, permitiendo al sol brillar a medio dia. En esas condiciones, excepcionalmente favorablea para los parásitos son un factor muy im- portante para el éxito de la acli- matación. » Mientras el seftor Martorell esta- ba en el Brasil, dedicó parte del tiempo disponible a obtener huevos y larvas del parásito siguiendo las recomendaciones dadas por el seftor Williams. Poniendo una avispa con Larva o gusano del parásito chupando loa Jugoe del cuerpo de la changa, aumentado seis vaeea el tamaño natural. (Dibujo de F. Saín Jr.) autor habla recolectado un núme- táculo para la aclimatación da los ro de ejemplares en 1912 que eran sin duda Idénticos a los de Puerto Rico. A pesar de la escasa información de que podia disponer el autor pa- ra salir en busca del paráaito de la changa, gracias a la confianza^que desde el principio tuvo en el proyec- to el seftor don Francisco López Do- mínguez, director en aquel tiempo de la Estación Experimental de Rio Piedras, el autor pudo comenzar sus exploraciones, y gracias a su inalterable cooperación fué posible continuarlas hasta culminar dos aftos más tarde en lo que prometa ser un éxito lisonjero. Al Iniciar sus exploraciones, el autor pasó el mes de enero de 1938 en Trinidad, donde, por mediación de Sir Geoffrey Evans, jefe del Im- perial College of Tropical Agricul- ture, le fué brindado alojamiento en dicha institución para llevar a cabo los estudios e investigaciones. Pero no se encontró ningún pará- sito de la changa. En realidad, sa llegó a la conclusión de qua la es- casez de la changr an Trinidad no se debía a otro factor que a la na- turaleza del terreno. La changa ne- cesita terrenos sueltos» y arenosos al descubierto. Gran parta de la isla de Trinidad está cubie-*a por salva virgen o por plantaciones bajo som- brr de cacao y café. Los terrenos sembrados da cafta de azúcar aan arcillas compactas en las cuales no prospera la changa. Pero en las pe- I quenas extensiones de terrenos are- posos al descubierto, talas como la savannah en Puerto da España, al campus y la.finca dal Colegio Im- perial y el Orange Grove Esteta, la changa es generalmente más abun- dante que an Puerto Rico. Por fortuna, sin embargo, la esta- ! dia an Trinidad sirvió oara averi- guar dónde encontrar al paráaito de le changa y como podía recolec- tarse. El doctor A. M. Adamson, parásitos. La segunda expedición al Brasil en busca de más parásitos de la changa se efectuó en el mes de ma- yo. Para esa fecha ya las lluvias torrenciales hablan dejado de caer por las mañanas, cayendo después de medio dia, lo cual es Indispen- sable para poder recolectar los pa- rásitos. Estos insectos tienen cos- tumbres muy marcadas, a las que hay que ajustarse para poder re- colectarlos. Por las mañanas, an- dan por la tierra buscando changas para depositar en ellas sus huevos, ya tve las larvas o crias del pará- sito r.o tienen otro alimento que los ]ugoa del cuerpo de la changa que chupan hasta matarla. Entrada la mañana, callente el sol y seca la vegetación, los parásitos vuelan a las flores, para libar el néctar que es su alimento. Tan pronto co- mo enfría al sol o si antes se nubla el cielo o llueve, los parásitos se esconden y no vuelven a las flo- res hasta bien entrada la mañana del siguiente dia. Para recolectar los parásitos, hay qua atraparlos con una redecilla como las de coger mariposas, cuan- do se posan sobra las flores de la Borraría o la Hyptis atrorubtn Poit (identificada por al seftor Otero) de la cual también gustan mucho. En esta segunda expedición dal mes de mayo los parásitos podían recolectarse en abundar da; pero resultó más difícil mantenerloa vi- vos en. cautividad que en el mes da febrero. Capturados por la mañana casi ninguno pasaba con vida da la noche, apareciendo muertos al dia siguiente. También sa hacia más difícil hacer los embarques a Puerto Rico por avión. Debido al mal tiempo que en esa época hace más difícil la travesía da Chile a la Argentina a través da los Andes, ai Itinerario se retrasó dos días an tres ocasionas. Por asas dreunstan- que habla anteriormente actuado ce- cías en loa embarques de 70 a 80 mo entomólogo en el Hawaii y qua desempeña actualmente al cargo,de Rector en Entomología ea el Cola- parásitos en cada Jaula, llegaban vivos uno o dos solamente. Para remediar tal situación, se probó to, buscarlos en Venezuela. En el mes de abril, nada pudo encontrar- se an las cercanías de los aeropuer- tos de Cariplto y Guanta. Pero en al mes da agosto, el seftor don Luis F. Martorell, de la Estación Expe- rimental de Rio Piedras, pudo en- contrar algunos ejemplares en las cercanías de Cariplto. Es posible que en aftos de mayor precipitación pluvial que el 1936-37, el parásito pueda encontrarse en mayor abun- dancia en Cariplto. Para investigar más detenida- mente las posibilidades de obtener el parásito en Haiti donde la chan- ga de Puerto Rico es sumamente es- casa, el autor visitó dicha isla du- rante doa semanas en los meses de noviembre y diciembre de 1937. Se encontraron muy pocas changas, y se llegó a la conclusión, después de recorrer las regiones más pro- picias para la changa, que si este insecto no abunda en Halt! no es porque hay allí un parásito que la destruye, sino porque son muy es- casos los terrenos arenosos y suel- tos que son los únicos en que pue- de abundar dicho Insecto. Puesto qua era imposible conse- guir el parásito en abundancia en ninguna otra localidad, se hicieron planes para volver si Brasil en 1938 y perfeccionar el sistema de reco- lectar, enjaular y enviar los pará- sitos hasta conseguir que llegaran vivos en cantidades suficientemente grandes. El seftor don Luis F. Mar- torell, se trasladó al Brasil a me- diados de enero. En los pocos dias qua estuvo allí, manos da un mes, logró hacer seis embarques de pa- rásitos y traer el último embarque consigo al-regresar. El número de parásitos qua el seftor Martorell logró- recoger fué crecido, si ae to- ma en consideración que las condi- ciones dal tiempo eran muy desfa- vorables. Afortunadamente, l§s con-' dictónos del tiempo fueron muy fa- vorables an Puerto Rico a la llega- de de. los parásjtoa, les cuelas fue- ce . meatos *n libertad media ho- ra después ea la reglón de Sabana Llana. Esa regida arenoso en la una changa en un tubo de cristal sacudiéndolos un poco de modo que rueden juntos, se logra la deposi- ción del huevo. Para depositar el huevo, el parásito paraliza primero la changa con las picadas de su aguijón. El huevo lo deposita luego sobre le parte ventral del cuerpo de la changa. El huevo incuba adheri- do a la changa, sin que por lo regu- lar los movimientos de ésta al re- ponerse de las picadas de la avispa, logren desalojarlo. Del huevo sale una larva o gusano que clava sus mandíbulas en la piel de la changa chupando los jugos de su cuerpo hasta matarla (Fig. 3). La larva se convierte entonces en crisálida, de la cual sale el parásito adulto, o sea la avispa negra de vientre rojo. En todos los embarques de pará- sitos hechos por el seftor Martorell, nido al incluir changas dentro de la* jaulas en que viajaban los pa- rásitos, fué reducir grandemente la mortandad de éstos. En los dos em- barques primeros hechos por el se- ftor Martorell en los cuales venían solamente parásitos adultos, no lle- vivo más que uno a Puerto Ri- co. En loa subsiguientes acompa- ñados de changas, llegaron vivos 11 en el primero, 18 en el segun- do y 9 en el tercero. En el último, traído personalmente por el seftor Martorell, a pesar de haberse re- trasado el avión un dia en Trinidad, llegaron 7 parásitos vivos. El gran éxito obtenido Incluyendo changas en las jaulas con los pa- rásitos demostró que la presencia de éstas prolonga la vida de aque- llos. Se decidió, naturalmente, ha- cer todos los embarques futuros en esa forma, ya que parece ser la so- lución del problema y la clave para hacer llegar los parásitos vivos des- de el Brasil a* Puerto Rico El total de parásitos adultos en- viados por el seftor Martorell este afto llegó a 81, de los cuales 35 lle- garon muertes y 48 vivos. II ee compara con los 283 enviados el afto pesado, de los cuales solamente 28 llegaron vivos, se verá la superiori- dad del nuevo sistema de embarque. SI asta afto sa recogieron menos pa- rásitos en el Brasil fué debido a condiciones climatéricas desfavora- b'es. El qua llegaran vivos en nú- mero mayor fué debldff enteramen- te a que Iban changas dentro da las jaulas. El éxito resalta más cuando sa toma en cuenta que con- siderando solamente los embarques an qua los parásitos venían acom- pañados de changas, de 59 enviados, 4" llegaron vivos. En mayo del 1938. el autor visitó da nuevo al Brasil y envió pará- sitos adultos a Puerto Rico acom- pañado» por changas parasitarias en la misma forma en que las ha- bla enviado con tanto éxito *T se- ñor Martorell tres meses antes. Pa- ra alimentos de los parásitos adul- tos sa pintaron las paredes Interio- res de la Jaula da cartón con una mezcla de azúcar pulverizada y agua. El por ciento de parásitos adultos que llegaban vivoe a Puer- to Rico aumentó gradualmente da 71 por ciento en el primer embar- que, (cinco parásitos) a 94 por dan- to en el embarque «nal. En asta último embarque, 144 parásitos lle- garon vivos. Las changas parasltadas viajaron con más éxito cuando se aislaba cada una en una latlta. Puestas te- das juntas, muchas morían estro- peadas por laa otras. El seftor Mar- torell sa ocupó de recibir los em- barques en Puerto Rico y da soltar en el campo Inmediatamente les changas parasltadas. Tamben, si- guiendo el procedimiento para obta* ner huevos del parásito en cautivi- dad, se obtuvieron 375 deposiciones en changas portorriqueftas qua fue- ron llevadas luego al campo con las 174 recibidas del Brasil; el total de changas parasitarias que sa lleva- ron al campo fué de 550. Las changas parasltadas y los pa- rásitos adultos se soltaron en Isabe- la, en la reglón de Malezas, y ea Rio Piedras en la región da Sabana Llana. El total de parásitos adul- tos que llegaron vivos fué de 373, cantidad mayor que todas las envia- das anteriormente. De ellos. 235 fueron soltados en Rio Piedras, y 57 en Isabela. El tiempo fué enteramente favo- rable a la llegada de loa paré si tas» tanto en Rio Piedras como en Isa- hela. En su forma larval, y da cri- sálida, el parásito no es tan exigen- . te ya que si sobreviene la sequía, puede permanecer inactivo en al te- rreno hasta que vuelva la lluvia. Por lo tanto, al traer al mismo tiempo adultos y changas paraslta- das, se disminuye el riesgo a causa del tiempo. Varios factores hicieron del via- je al Brasil el más productivo. Mu- cho sa- habia aprendido, natural* mente, en los anteriores viajes, aa- - pecialmente el descubrimiento de . cómo hacer llegar los adultos vivos a Puerto Rico, incluyendo changas parasltadas con ellos en las Jaulas. El tiempo en el Brasil fué también muy favorable para la recolección asi como también en Puerto Rico para poner los insectos en libertad en el campo. Lo favorable dal tiem- po fué un afortunado accidente que hasta cierto punto se podie espe- rar en esa época del afto. Pero el gran número de avispas que se re- cogió en el Brasil y el gran por ciento de ellas qua llegó vivo a Puerto Rico, lo cual permitió para- sitar un número considerable de changas portorriqueftas an el labo- ratorio, fueron cosas nuevas que dieron a la última expedición un éxito extraordinario. ENTRE AMIGAS —¿Y cómo sabes que ese seftor es un domador de víboras? —Muy sencillo; he visto cómo te mira fijamente 1 cuando te har/» la corta. (Famina) Mátelos r mosquitos UNDERWOODS (RECONSTRUIDAS) OPORTUNIDAD QUE NO VOLVERÁ EFICACES Y ECONÓMICAS ALGO EXCEPCIONAL Si la lata no Meno I sol da dito, na es rLIT UNDERWOODS SELECTAS Ahora durante una corte temporada usted podrá comprar una o mea de esta* famosas máqnlnaa por» menea del 75% del precio a que originalmente se vendieron. VÉALAS T OBSEBVE EL CONTRASTE Y VENTAJAS ECONÓMICAS Estas son las máquinas que coavienen a su negocio siendo como son iguales qua laa demás y sobre todo por un ros- to muy reducido en verdad. GARANTÍA Se da la misma ge- ranfla y servido me- cánico gratis que se ofrece en estos cases. NOTA:— Nos quedan de estas máquinas algunas ligeramente re- tocadas an su esmalte y lustre con igual garantía da servido a* predoa que fluctúan deade S32.50 en adelanta. También ofrecemos MAQUINAS UNDERWOOD PORTABLES completamente nuevas a precios 110 y 115 00 menos de su valor. ' : VISÍTENOS SEGUIDO APROVÉCHESE BLANCO fir COMPAÑÍA Salvador Brau Nom. 71 San Juan, P. R.' 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    EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. — DOMINGO 30 DE OCTUBRE DE 1938.

    Importando avispas del Brasil para acabar con las changas portorriqueñas ~ Por GEORGE N. WOLCOTT ——

    (El autor del presente traba- jo ei entomólogo de la Esta- ción Experimental Agrícola da Rio Piedra*).

    Por muchos añoi, laa siembras da tabaco en Puerto Rico han sufrido los ataques del insecto llamado la "changa". Su nombre científico es Bcapteritcu» rtcinue Scudder, y aunque no es de Puerto Rico, por ser aqui tan abundante y dañino se 1* conoce en el exterior como la changa o grillotalpa portorriqueña. (Fig. 1).

    La changa abunda más en terre- nos arenosos, los cuales puede per- forar ron facilidad, sirviéndose de sus patas delanteras en forma de palas. En tiempo seco permanece a cierta profundidad, pero cuando llueve, sube hasta la superficie del terreno, donde hace galerías como un topo para buscar los tallos tier- nos de las plantas cuyo Interior de- vora. La changa no se limita a de- vastar las siembras de tabaco: si causa tanto dafto en esos cultivos es simplemente porque los terrenos sueltos y arenosos propios para ta- baco son también favorables para le. changa. Cuando esos terrenos se siembran de cafia. la changa ataca sus retonos con Igual avider. En ciertas localidades, la abundancia de changas hace imposible lo nue de otro modo podría ser lucrativa siembra de hortaliza*.

    Se puede combatir con éxito la changa usando dos sistemas de siembra. Desde hace mucho tiempo. los cosecheros de tabaco averigua- ron, que. rodeando las raices y ta- llo de la matlta de tabaco al ser trasplantada con una hoja de ma- mey. Mammea americana L... se evi- taba el daño de la changa. Los co- secheros de cana averiguaron que si donde abunda la chunca, en lu- gar d* depositar en el terreno la semilla de cana en forma horizon- tal, clavaban la punta de la semi- lla dejando el resto por fuera, la parte enterrada producá raices y la que quedaba fuera del terreno pro- ducía tallos, los cuales no podía al- canzar, para destruirlos, la changa. Ciertas legumbres se pueden sem- brar protegiéndolas en la misma forma que el tabaco; otras no pue- den cultivarse en terrenos de chan- ga. Hay que subrayar que esos sis- temas de cultivo solamente evitan que las changas dañen las plantas: pero no reducen la abundancia de los perjudiciales Insectos y por lo tanto tienen que ser repetidos Inde- finidamente. Además, aunque se adaptan a las pequeñas siembras, las siembras en gran escala rápi- damente agotan la cantidad dispo- nible de hojas de mamey.

    La chanca puede destruirse re- gando una mezcla de harina de tri- go y verde París en una zanlita en circulo en el terreno alrededor de cada mata de tabaco trasplantada. La mezcla contiene de veinte a cin- cuenta veces más harina que verde París. Esa mezcla puede usarse también en otras siembras regán- dola humedecida en pelotitas por el terreno ante* de sembrar. I-as chan- gas prefieren la harina de trigo a los tallos de las plantas y mueren envenenadas. A pesar de lo costoso, el remedio se usa extensamente en Puerto Rico, ya que permite conse- guir siembras de tabaco uniformes. Ningún otro método es tan satis- factorio. Algunos fabricantes de pa- r»l de aluminio nos han sometido muestras para ver si podía el alu- minio en planchas muy finas subs- tiulr las hojas de mamey: pero la changa las perfora con facilidad y el aluminio tiene además la desventa- ja de que no se pudre como la hoja de mamey cuando ya la mata de tabaco está fuerte y dura y no ne- cesita protección. Tampoco ha sido posible mejorar la fórmula en la mezcla de harina de trigo y verde París. En realidad la única dificul- tad está en lo costoso de los mate- riales y la mano de obra.

    Muchas veces se ha dicho que si la changa abunda es debido a la es- casez de enemigos que la sombaten y se ha señalado la utilidad de los pájaros.. Pero para devorar la chan- ga se necesitan aves de tamaño re- lativamente grande, cuya presencia en las reglones densamente pobla- das donde se cultiva el tabaco no podría operarse a menos que operá-

    ramos el milagro da cambiar la honda, la flacha, la piedra y la des- trución da nidos por la actitud cul- ta que se predica y se pone en leyes pero no se hace cumplir.

    Las iguanas, Ameiva enaul Cope, que podrían combatir algo las chan- gas, son también perseguidas y ma- tadas por chiquillos, perros y gatos.

    El sapo ha logrado multiplicarse

    Aunque el parásito de la changa no fuera encontrado en Cuba, no quiere decir que no pudiera, encon- trase en otra parte del mundo. Hay varias clases de changas y se co- nocen varios parásitos. Quizá al más conocido es Larra! utontntié Rohwer. parásito del Qryllotalpa africana P. B. El grillotalpa o chan- ga africana se habla Introducido en

    glo Imparta], poseía copia de un tra- bajo dal señor don F. 7. Williams sobra sus primaras Investigaciones en busca del parásito de la changa dal Hawai!. En dicho trabajo, sa informa con lujo da detallas y mag- nificas Ilustraciones, la presencia da Larra americana Saussure, el pa- rásito de la changa da Puerto Ri- co, en loa alrededores de Belem,

    El parásito de la changa. "Barra americana", Sauaeure. aumentado cin- co vece* el tamaño natural. — (Dibujo de F. Saeta ir.)

    a pesar de la gran matanza a que está siempre expuesto. Los residuos de alas y carapachos de caculos que pueden observarse en los excremen- tos del sapo son evidencia de los caculos devorados por estos útiles animales, pero el sapo no puede capturar más que las changas que salen a la superficie del terreno y éstas son pocas. Los residuos de changas encontrados en excremen- tos de sapos desde hace algunos años indican que constituyen sola- mente el 2.4 por ciento del volumen de Insectos devorados, lo cual es una proporción Insignificante. Re- cientemente, investigaciones subsi- guientes comprueban que la canti- dad de changas comidas por los sapos no ha aumentado.

    La falta de enemigos de la chan- ga no excluye por completo las es- peranzas de combatirla por medios naturales. Este insecto, como ya hemos dicho, no es portorriqueño. Muchos de los viejos cosecheros de tabaco recuerdan los tiempos en que no habla changas en las siem- bras. Según el relato tradicional, la changa llego a Puerto Rico en gua- no traído de! Perú y se multiplicó a raíz de un ciclón que destruyó la mayoría de los pájaros. El natura- lista Ledru en sus escritos sobre Puerto Rico no menciona la chan- ga, y Busck hace notar, que el doc- tor Agustín Sjtahl le informó que "era un insecto comparativamente nuevo en Puerto Rico, ya que él re- cordaba la época en que no lo ha- bla". La multiplicación de la chan- ga en Puerto Rico sin duda se de- be a que llegó a la Isla sin el factor limitante de sus parásitos o ene- migos naturales. La búsqueda de dichos enemigos en el exterior po- dría dar la clave para la lucha con- tra la changa en Puerto Rico.

    El establecimiento de la Junta de Comisionados de Agricultura en 1911 hizo posible la primera tenta- tiva para buscar enemigos de la changa. En Cuba, el señor don Pa- tricio Cardln, entomólogo de la Es- tación Experimental de Santiago de las Vegas, habla informado la existencia de un parásito especifi- co de la changa. El autor, emplea- do en aquella fecha por la Junta, fué enviado a Cuba: pero se encon- tró con que el insecto que Cardin creyó al principio ser un parásito de la changa, por haberlo encon- trado en el terreno en forma que lo parecía, resultó ser en realidad un parásito, no de la changa, sino de otro insecto que también vive en la tierra, el gusano blanco.

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    el Hawaii y se habla convertido en una plaga de la cafta de azúcar has- ta que el entomólogo señor don C. E. Pemberton llevó al Hawaii el parásito desde las Islas Filipinas. Desgraciadamente, el parásito que tan buenos resultados habia dado en el Hawaii, no podia traerse a Puerto Rico por ser nuestra chan- ga distinta de la de aquellas is- las. Los parásitos de una clase de changa no atacan ninguna otra.

    El sitio lógico donde buscar un parásito es uno semejante en cuan- to a clima al nuestro; pero donde la plaga que en nuestro país abun- da, escasea debido, al parecer, al parásito mismo. Se volvió a pensar en Cuba, puesto que aparentaba reunir todas las condiciones, cuan- do se recibió Información del actual entomólogo, seftor don S. C. Bru- ner, según la cual, el seftor don J. A. G. Rehn. de la Phlladelphia Acá- demy of Natural Sciences, recono- cida autoridad en la materia, ha- bia resuelto que en Cuba solamen- te se encuentra el Grillotalpa he~ xadactyla *Perty y no el Scapterla- eut ricintu Scudder, que es la chan- ga de Puerto Rico.

    No se tiene informes de que la changa haya sido encontrada en Jamaica y los informes sobre Hai- tí y Santo Domingo son dudosos. Poca Información hay sobre las An- tillas Menores, pero en Trinidad, el

    ciudad del distrito da Para en Bra- sil.

    El parásito (Fig. 2), según lo ha- bla descrito el seftor Williams, ea una avispa como de una pulgada de largo, negra con el abdomen ro- jo. Tan pronto el autor pudo visi- tar los alrededores de la ciudad, en- contró loa parásitos deseados ali- mentándose de las flores de una planta silvestre identificada por el seftor don José I. Otero, de la Esta- ción Experimental de Rio Piedras, como Borreria verticillata Meyer.

    Una vez encontrado el parásito, la dificultad era hacerlo llegar vi- vo a Puerto Rico. Ya Williams ha- bla informado que no vivían en cautividad más de un dia o dos y como el viaje en aeroplano se tar- da tres días, se anticipaba la muer- te de la mayor parte de los que se enviaran. Dos semanas más tarde, ei autor salla de regreso a Puerto R'co con 78 parásitos en una jaula provista de arena húmeda, para conservar la humedad, y lores de Borreria para alimento de loa insec- tos. Saliendo de madrugada en avión de Belem. los parásitos llega- ion a Puerto Rico al dia siguiente p«>r la tarda y fueron puestos en li- bertad inmediatamente en un sitio donde podían encontrar abundancia de changas. Por desgracia, la se- quía de tres meses que a poco se inició puede haber sido un gran obs-

    una jaula más grande, pero los pa- rásitos llegaban en las mismas con- diciones lamentables.

    Se probó entonces mantener la jaula'con los parásitos recolectados por la mañana bien húmeda duran- te lá tarde y la noche o alojarla en una nevera eléctrica, pero sin nin- guna mejoría. Sin embargo, al alo- jarla en una nevera de modelo an- tiguo, refrigerada con bloques da hielo, aa consiguió que permanecie- ran todos los parásitos vivos. En adelanta, todos los parásitos captu- rados fueron alojados en dicha ne- vera hasta llevarlos al avión. Dea- graciadamente, cuando pudo dallar- se solución para el problema de mantener vivos los parásitos, se ter- minó la eatación de las Huelas y con e)la la oportunidad de recolec- tarlos.

    El seftor Williams, en su trabajo informa que el parásito de la chan- ca se encuentra también en el Ecuador. Pero debido a lo corta que es la vida de los parásitos enjaula- dos, no sobrevivían el viaje desde allí hasta Puerto Rico en mejores condiciones aue desde el Brasil, ya que el Ecuador está más lejos. Pa- ra ver si el parásito podía encon- trarse en alguna otra localidad más cercana a Puerto Rico, el autor ae detuvo en la Guayana Holandesa en su viaje de retorno en junio de 19M. Efectlvamente.cerca de Para- maribo, en "Charlesburgstraat" se vieron alimentándose según su cos- tumbre, en las flores de Hyptia, aunque no en tantr. abundancia co- mo »n el Brasil. Continuando el via- je, el autor se detuvo luego en Geor- getown. Guayana Inglesa, donde aa encontró la changa, pero -no el pa- rásito. Sa llegó por lo tanto a ta conclusión de que si del Brasil no s» lograha hacer llegar a Puerto Ri- co una cantidad de parásitos vivos suficientemente grande para asegu- rar su aclimatación, se podría In- tentar obtenerlos en la Guayana Holandesa.

    Durante el afto 1937, el autor vol- vió al Brasil en los meses de ene- ro y febrero envió a Puerto Rico en diferentes ocaalones un total de 288 parásitos. Desgraciadamente so- lo 33 de ellos llegaron vivos, sin que se pudiera reducir la alta mor- tandad manteniendo las jaulas hú- medas durante la travesía, evitan- do ponerlas al sol, cubriéndolas pa- ra ponerlas a salvo del "Fllt" en el avión al llegar a Puerto Rico, etc . . .

    El poco éxito obtenido en el afto 1937 durante los únicos meses en que es posible recolectar los pará- sitos en el Brasil hizo necesaria la búsqueda en otras regiones. Ya aa sabia que era posible encontrarlos en la Guayana Holandesa, pero ade- más de que allí no son abundantes, los sitios donde pueden recolectarse quedan tan distantes del aeropuer- to de Paramaribo que no es posible recogerlos y enviarlos por avión el mismo dia. Sa proyectó por lo tan-

    cual abunda la changa ea la qua más sa paraca en Puerto Rico a la región de donde vienen los parásitos en al Brasil. Abunda allí la Borré- ria y la Hypti» atrorubint, cuyas floras lea sirven da alimento. El tiempo, en cuanto a la lluvia du- rante esa época del afto, fué muy parecido al del Brasil. En Brasil cala la lluvia temprano por la tar-

    con excepción de los dos primeros, incluyó un número da changas pa- rasitarias, con huevos o larvas, an las jaulas con los parásitos adul- tos.

    En forma de huevos y largas, lla- garon vivos a Puerto Rico 95 pa- rásitos, da los rusias 79 ruaron lle- vados al campo. Pero el resultado extraordinariamente notable obte-

    La changa o grillotalpa portorriqueña. "Scapteriscus vuinua", Scudder aumentado cinco vecea el tamaño natural. (Dibujo de F. Seta Jr.)

    de. En Puerto Rico llovía casi to- das las noches o temprano por la mañana, permitiendo al sol brillar a medio dia. En esas condiciones, excepcionalmente favorablea para los parásitos son un factor muy im- portante para el éxito de la acli- matación. »

    Mientras el seftor Martorell esta- ba en el Brasil, dedicó parte del tiempo disponible a obtener huevos y larvas del parásito siguiendo las recomendaciones dadas por el seftor Williams. Poniendo una avispa con

    Larva o gusano del parásito chupando loa Jugoe del cuerpo de la changa, aumentado seis vaeea el tamaño natural. (Dibujo de F. Saín Jr.)

    autor habla recolectado un núme- táculo para la aclimatación da los ro de ejemplares en 1912 que eran sin duda Idénticos a los de Puerto Rico.

    A pesar de la escasa información de que podia disponer el autor pa- ra salir en busca del paráaito de la changa, gracias a la confianza^que desde el principio tuvo en el proyec- to el seftor don Francisco López Do- mínguez, director en aquel tiempo de la Estación Experimental de Rio Piedras, el autor pudo comenzar sus exploraciones, y gracias a su inalterable cooperación fué posible continuarlas hasta culminar dos aftos más tarde en lo que prometa ser un éxito lisonjero.

    Al Iniciar sus exploraciones, el autor pasó el mes de enero de 1938 en Trinidad, donde, por mediación de Sir Geoffrey Evans, jefe del Im- perial College of Tropical Agricul- ture, le fué brindado alojamiento en dicha institución para llevar a cabo los estudios e investigaciones. Pero no se encontró ningún pará- sito de la changa. En realidad, sa llegó a la conclusión de qua la es- casez de la changr an Trinidad no se debía a otro factor que a la na- turaleza del terreno. La changa ne- cesita terrenos sueltos» y arenosos al descubierto. Gran parta de la isla de Trinidad está cubie-*a por salva virgen o por plantaciones bajo som- brr de cacao y café. Los terrenos sembrados da cafta de azúcar aan arcillas compactas en las cuales no prospera la changa. Pero en las pe-

    I quenas extensiones de terrenos are- posos al descubierto, talas como la savannah en Puerto da España, al campus y la.finca dal Colegio Im- perial y el Orange Grove Esteta, la changa es generalmente más abun- dante que an Puerto Rico.

    Por fortuna, sin embargo, la esta- ! dia an Trinidad sirvió oara averi- guar dónde encontrar al paráaito de le changa y como podía recolec- tarse. El doctor A. M. Adamson,

    parásitos. La segunda expedición al Brasil

    en busca de más parásitos de la changa se efectuó en el mes de ma- yo. Para esa fecha ya las lluvias torrenciales hablan dejado de caer por las mañanas, cayendo después de medio dia, lo cual es Indispen- sable para poder recolectar los pa- rásitos. Estos insectos tienen cos- tumbres muy marcadas, a las que hay que ajustarse para poder re- colectarlos. Por las mañanas, an- dan por la tierra buscando changas para depositar en ellas sus huevos, ya tve las larvas o crias del pará- sito r.o tienen otro alimento que los ]ugoa del cuerpo de la changa que chupan hasta matarla. Entrada la mañana, callente el sol y seca la vegetación, los parásitos vuelan a las flores, para libar el néctar que es su alimento. Tan pronto co- mo enfría al sol o si antes se nubla el cielo o llueve, los parásitos se esconden y no vuelven a las flo- res hasta bien entrada la mañana del siguiente dia.

    Para recolectar los parásitos, hay qua atraparlos con una redecilla como las de coger mariposas, cuan- do se posan sobra las flores de la Borraría o la Hyptis atrorubtn Poit (identificada por al seftor Otero) de la cual también gustan mucho.

    En esta segunda expedición dal mes de mayo los parásitos podían recolectarse en abundar da; pero resultó más difícil mantenerloa vi- vos en. cautividad que en el mes da febrero. Capturados por la mañana casi ninguno pasaba con vida da la noche, apareciendo muertos al dia siguiente. También sa hacia más difícil hacer los embarques a Puerto Rico por avión. Debido al mal tiempo que en esa época hace más difícil la travesía da Chile a la Argentina a través da los Andes, ai Itinerario se retrasó dos días an tres ocasionas. Por asas dreunstan-

    que habla anteriormente actuado ce- cías en loa embarques de 70 a 80 mo entomólogo en el Hawaii y qua desempeña actualmente al cargo,de Rector en Entomología ea el Cola-

    parásitos en cada Jaula, llegaban vivos uno o dos solamente. Para remediar tal situación, se probó

    to, buscarlos en Venezuela. En el mes de abril, nada pudo encontrar- se an las cercanías de los aeropuer- tos de Cariplto y Guanta. Pero en al mes da agosto, el seftor don Luis F. Martorell, de la Estación Expe- rimental de Rio Piedras, pudo en- contrar algunos ejemplares en las cercanías de Cariplto. Es posible que en aftos de mayor precipitación pluvial que el 1936-37, el parásito pueda encontrarse en mayor abun- dancia en Cariplto.

    Para investigar más detenida- mente las posibilidades de obtener el parásito en Haiti donde la chan- ga de Puerto Rico es sumamente es- casa, el autor visitó dicha isla du- rante doa semanas en los meses de noviembre y diciembre de 1937. Se encontraron muy pocas changas, y se llegó a la conclusión, después de recorrer las regiones más pro- picias para la changa, que si este insecto no abunda en Halt! no es porque hay allí un parásito que la destruye, sino porque son muy es- casos los terrenos arenosos y suel- tos que son los únicos en que pue- de abundar dicho Insecto.

    Puesto qua era imposible conse- guir el parásito en abundancia en ninguna otra localidad, se hicieron planes para volver si Brasil en 1938 y perfeccionar el sistema de reco- lectar, enjaular y enviar los pará- sitos hasta conseguir que llegaran vivos en cantidades suficientemente grandes. El seftor don Luis F. Mar- torell, se trasladó al Brasil a me- diados de enero. En los pocos dias qua estuvo allí, manos da un mes, logró hacer seis embarques de pa- rásitos y traer el último embarque consigo al-regresar. El número de parásitos qua el seftor Martorell logró- recoger fué crecido, si ae to- ma en consideración que las condi- ciones dal tiempo eran muy desfa- vorables. Afortunadamente, l§s con-' dictónos del tiempo fueron muy fa- vorables an Puerto Rico a la llega- de de. los parásjtoa, les cuelas fue- ce . meatos *n libertad media ho- ra después ea la reglón de Sabana Llana. Esa regida arenoso en la

    una changa en un tubo de cristal sacudiéndolos un poco de modo que rueden juntos, se logra la deposi- ción del huevo. Para depositar el huevo, el parásito paraliza primero la changa con las picadas de su aguijón. El huevo lo deposita luego sobre le parte ventral del cuerpo de la changa. El huevo incuba adheri- do a la changa, sin que por lo regu- lar los movimientos de ésta al re- ponerse de las picadas de la avispa, logren desalojarlo. Del huevo sale una larva o gusano que clava sus mandíbulas en la piel de la changa chupando los jugos de su cuerpo hasta matarla (Fig. 3). La larva se convierte entonces en crisálida, de la cual sale el parásito adulto, o sea la avispa negra de vientre rojo.

    En todos los embarques de pará- sitos hechos por el seftor Martorell,

    nido al incluir changas dentro de la* jaulas en que viajaban los pa- rásitos, fué reducir grandemente la mortandad de éstos. En los dos em- barques primeros hechos por el se- ftor Martorell en los cuales venían solamente parásitos adultos, no lle- gó vivo más que uno a Puerto Ri- co. En loa subsiguientes acompa- ñados de changas, llegaron vivos 11 en el primero, 18 en el segun- do y 9 en el tercero. En el último, traído personalmente por el seftor Martorell, a pesar de haberse re- trasado el avión un dia en Trinidad, llegaron 7 parásitos vivos.

    El gran éxito obtenido Incluyendo changas en las jaulas con los pa- rásitos demostró que la presencia de éstas prolonga la vida de aque- llos. Se decidió, naturalmente, ha- cer todos los embarques futuros en esa forma, ya que parece ser la so- lución del problema y la clave para hacer llegar los parásitos vivos des- de el Brasil a* Puerto Rico

    El total de parásitos adultos en- viados por el seftor Martorell este afto llegó a 81, de los cuales 35 lle-

    garon muertes y 48 vivos. II ee compara con los 283 enviados el afto pesado, de los cuales solamente 28 llegaron vivos, se verá la superiori- dad del nuevo sistema de embarque. SI asta afto sa recogieron menos pa- rásitos en el Brasil fué debido a condiciones climatéricas desfavora- b'es. El qua llegaran vivos en nú- mero mayor fué debldff enteramen- te a que Iban changas dentro da las jaulas. El éxito resalta más cuando sa toma en cuenta que con- siderando solamente los embarques an qua los parásitos venían acom- pañados de changas, de 59 enviados, 4" llegaron vivos.

    En mayo del 1938. el autor visitó da nuevo al Brasil y envió pará- sitos adultos a Puerto Rico acom- pañado» por changas parasitarias en la misma forma en que las ha- bla enviado con tanto éxito *T se- ñor Martorell tres meses antes. Pa- ra alimentos de los parásitos adul- tos sa pintaron las paredes Interio- res de la Jaula da cartón con una mezcla de azúcar pulverizada y agua. El por ciento de parásitos adultos que llegaban vivoe a Puer- to Rico aumentó gradualmente da 71 por ciento en el primer embar- que, (cinco parásitos) a 94 por dan- to en el embarque «nal. En asta último embarque, 144 parásitos lle- garon vivos.

    Las changas parasltadas viajaron con más éxito cuando se aislaba cada una en una latlta. Puestas te- das juntas, muchas morían estro- peadas por laa otras. El seftor Mar- torell sa ocupó de recibir los em- barques en Puerto Rico y da soltar en el campo Inmediatamente les changas parasltadas. Tamben, si- guiendo el procedimiento para obta* ner huevos del parásito en cautivi- dad, se obtuvieron 375 deposiciones en changas portorriqueftas qua fue- ron llevadas luego al campo con las ■ 174 recibidas del Brasil; el total de changas parasitarias que sa lleva- ron al campo fué de 550.

    Las changas parasltadas y los pa- rásitos adultos se soltaron en Isabe- la, en la reglón de Malezas, y ea Rio Piedras en la región da Sabana Llana. El total de parásitos adul- tos que llegaron vivos fué de 373, cantidad mayor que todas las envia- das anteriormente. De ellos. 235 fueron soltados en Rio Piedras, y 57 en Isabela.

    El tiempo fué enteramente favo- rable a la llegada de loa paré si tas» tanto en Rio Piedras como en Isa- hela. En su forma larval, y da cri- sálida, el parásito no es tan exigen- . te ya que si sobreviene la sequía, puede permanecer inactivo en al te- rreno hasta que vuelva la lluvia. Por lo tanto, al traer al mismo tiempo adultos y changas paraslta- das, se disminuye el riesgo a causa del tiempo.

    Varios factores hicieron del via- je al Brasil el más productivo. Mu- cho sa- habia aprendido, natural* mente, en los anteriores viajes, aa- - pecialmente el descubrimiento de . cómo hacer llegar los adultos vivos a Puerto Rico, incluyendo changas parasltadas con ellos en las Jaulas. El tiempo en el Brasil fué también muy favorable para la recolección asi como también en Puerto Rico para poner los insectos en libertad en el campo. Lo favorable dal tiem- po fué un afortunado accidente que hasta cierto punto se podie espe- rar en esa época del afto. Pero el gran número de avispas que se re- cogió en el Brasil y el gran por ciento de ellas qua llegó vivo a Puerto Rico, lo cual permitió para- sitar un número considerable de changas portorriqueftas an el labo- ratorio, fueron cosas nuevas que dieron a la última expedición un éxito extraordinario.

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