el modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

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EL MODELO BIG FIVE DE ANALISIS PSICOLOGICO Y LOS RIESGOS LABORALES: Enfoque General y análisis sobre la Capacidad de Concentración Juan Gosálvez Lara Director de VIPSCAN Predicting Behaviour En el último artículo nos propusimos descifrar algunas de las claves para comprender mejor la relación entre la personalidad humana y los comportamientos más típicamente asociados a los riesgos laborales. Concretamente, en estas líneas ofrecemos una aproximación al modelo de personalidad Big Five (BF), uno de los más ampliamente aceptados por la comunidad científica internacional y quizá el de mayor vigencia para describir la estructura de la personalidad, comprender la diversidad individual, y por tanto para explicar de manera eficaz las diferentes tendencias de comportamiento de riesgo dentro del entorno de trabajo. El modelo BF tiene una sólida base ideológica sustentada en la investigación experimental y demuestra ser uno de los más consistentes desde el punto de vista científico. La razón de este amplio consenso es que se han obtenido soluciones de cinco factores con independencia del país, instrumento de medida utilizado y persona evaluada (Matthews y Deary, 1998; Brody y Ehrlichman, 2000). Estos estudios revelan una base biológica consustancial al ser humano como especie, ya apuntada cuando hablamos del modelo PEN, la cual es muy estable y libre de influencias culturales. Los cinco factores, rasgos o dimensiones BF (utilizaremos indistintamente estos términos en aras a facilitar la comprensión) están estrechamente relacionados con los tres superfactores enunciados por Eysenk y que fueron descritos en nuestro último artículo (Psicoticismo, Extroversión y Neuroticismo). Tal y como se refleja en la figura 1, las dimensiones E y N se mantienen constantes con respecto al modelo PEN, mientras que las dimensiones de Cordialidad (C) y Responsabilidad (R) representan dos nuevos factores que aparecen en escena con una correlación inversa al polo del Psicoticismo y que sugieren por tanto una dependencia del mismo sistema fisiológico que aquél. Por otra parte, en el modelo BF aparece un tercer factor, denominado Apertura Mental (A) que correlaciona psicométricamente con la Extroversión.

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Page 1: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

EL MODELO BIG FIVE DE ANALISIS PSICOLOGICO Y LOS RIESGOS

LABORALES: Enfoque General y análisis sobre la Capacidad de Concentración

Juan Gosálvez Lara – Director de VIPSCAN Predicting Behaviour

En el último artículo nos propusimos descifrar algunas de las claves para comprender

mejor la relación entre la personalidad humana y los comportamientos más típicamente asociados a

los riesgos laborales. Concretamente, en estas líneas ofrecemos una aproximación al modelo de

personalidad Big Five (BF), uno de los más ampliamente aceptados por la comunidad científica

internacional y quizá el de mayor vigencia para describir la estructura de la personalidad,

comprender la diversidad individual, y por tanto para explicar de manera eficaz las diferentes

tendencias de comportamiento de riesgo dentro del entorno de trabajo.

El modelo BF tiene una sólida base ideológica sustentada en la investigación experimental

y demuestra ser uno de los más consistentes desde el punto de vista científico. La razón de este

amplio consenso es que se han obtenido soluciones de cinco factores con independencia del país,

instrumento de medida utilizado y persona evaluada (Matthews y Deary, 1998; Brody y

Ehrlichman, 2000).

Estos estudios revelan una base biológica consustancial al ser humano como especie, ya

apuntada cuando hablamos del modelo PEN, la cual es muy estable y libre de influencias

culturales. Los cinco factores, rasgos o dimensiones BF (utilizaremos indistintamente estos

términos en aras a facilitar la comprensión) están estrechamente relacionados con los tres

superfactores enunciados por Eysenk y que fueron descritos en nuestro último artículo

(Psicoticismo, Extroversión y Neuroticismo). Tal y como se refleja en la figura 1, las dimensiones

E y N se mantienen constantes con respecto al modelo PEN, mientras que las dimensiones de

Cordialidad (C) y Responsabilidad (R) representan dos nuevos factores que aparecen en escena con

una correlación inversa al polo del Psicoticismo y que sugieren por tanto una dependencia del

mismo sistema fisiológico que aquél. Por otra parte, en el modelo BF aparece un tercer factor,

denominado Apertura Mental (A) que correlaciona psicométricamente con la Extroversión.

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E N P

E A N -C -R

Figura 1: Los signos negativos en –C y –R indican una relación negativa con P. Es decir, a mayores puntuaciones en Psicoticismo, menores puntuaciones en Cordialidad y Responsabilidad.

¿Cómo se interpretan los nuevos factores de este modelo? ¿Qué es la cordialidad y la

responsabilidad? ¿Qué se entiende por apertura mental?

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Extroversión

Apertura mental

EstabilidadEmocional

AfabilidadResponsabilidad

Cordialidad (C)

La persona cordial típica es agradable con los demás. Se preocupa por sus necesidades y porque estos se encuentren a

gusto. No trata de imponer sus ideas y conducta. Se muestra modesta con respecto a sus propias acciones y tiende a confiar en el otro. La sinceridad también le define, aunque puede retraerse de contar la verdad si cree que podría herir a

alguien. Le encanta el contacto con la gente y sentirse rodeado de las personas a las que quiere. En este sentido, esta diomensión se relaciona con extraversión. Una persona alta en extraversión y cordialidad entabla fácilmente relaciones

con un alto grado de implicación personal. Aunque las connotaciones del término cordialidad hacen referencia a ciertos aspectos relacionados con la buena educación, esta dimensión de personalidad refleja una capacidad mucho más central

en las relaciones humanas, sobre todo de carácter personal, como es el manejo de emociones. La persona cordial percibe e interpreta adecuadamente tanto sus propias emociones como las del otro. Es una persona empática, capaz de resonar

emocionalmente con los demás.

En el polo opuesto tendríamos una persona fría y egocéntrica. No le preocupa lo que le pueda pasar a la gente que le rodea y al mundo en general. Es una persona sin escrúpulos capaz de manipular a los demás para conseguir lo que

quiere. Si es necesario empleará la violencia, puesto que es incapaz de percibir el dolor que provoca, y además, éste le

resultará indiferente. Igualmente, todo obstáculo que se interponga en su camino, tanto personas como normas sociales, será interpretado como agresivo y, por tanto, respondido de un modo hostil.

Page 3: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

Responsabilidad (R)

Las personas con una puntuación alta en responsabilidad son ordenadas y planificadoras. Son reflexivas y le dan

bastantes vueltas a las cosas antes de tomar una decisión. Tienen mucho respeto por las normas sociales y en general por las obligaciones contraídas en el trabajo o con otras personas. Tienen un sentido del deber muy pronunciado, de tal

manera que pueden llegar a sentirse muy mal si no cumplen con algo que consideran una obligación suya. En general son capaces de controlar sus impulsos de manera exitosa. También tienden a ser activas, asertivas y resisten bien las

situaciones estresantes, aunque estas características no definen principalmente a una persona responsable.

Esta dimensión de personalidad se interpreta como el polo opuesto a la impulsividad. Así una persona poco responsable tiene poca capacidad para controlar sus impulsos, es irreflexiva, y no experimenta ningún remordimiento de conciencia

si ha sido incapaz de cumplir con un deber. Esta polaridad impulsivo/controlado, explica su pequeña, pero consistente relación con el rasgo de Neuroticismo. Recuérdese que este último indica el grado de facilidad para controlar los propios

estados emocionales. No obstante, la relación negativa entre ambas dimensiones no es muy fuerte, lo que permite la

existencia de personas con alto nivel de neuroticismo y responsabilidad, simultáneamente. Dichas personas son propensas a padecer trastornos de tipo obsesivo.

Apertura (O)

Las personas altas en apertura se definen como liberales, anchos de miras, creativos y tolerantes. Tienden a la fantasía

y a tener pensamientos y emociones “no ortodoxos”. Se salen de los caminos marcados por los demás para generar nuevas vías. Igualmente, gustan de las manifestaciones artísticas en todos sus vehículos. Pintura, escultura, escritura,

arquitectura, etc. No les disgustan en absoluto las ideas y los valores nuevos (incluso les encantan las posiciones extremas, opuestas a los convencionalismos sociales), frente a las ideas conservadoras y tradicionales. Les encanta

probar nuevas cosas y viajar. En este sentido, son buscadores de sensaciones, aunque no es esta su principal característica. Este apetito por nuevas fuentes de estimulación explica la relación entre este rasgo y Extroversión. Como

describen Costa, McRae y Zuckerman, el prototipo de persona alta en apertura, se aproximaría bastante al de hippie.

Por el contrario, la persona baja en apertura se puede describir como esencialmente conservadora, sin gustos artísticos pronunciados, y con una tendencia a seguir los caminos ya marcados. También suele ser más religiosa. Le cuesta

encontrar nuevas vías para hacer frente a los problemas y no ven con buenos ojos las ideas que pueden provocar cambios profundos, especialmente si son radicales. En definitiva, se encuentra a gusto con su actual situación (aunque sea

negativa) y no le gusta especialmente el cambio. Diríamos que es todo lo contrario a un revolucionario.

Tomado de Manuel de Juan Espinosa y Luis Francisco García Rodríguez, 2004

Cabe mencionar que el análisis experimental está demostrando la existencia de sub-factores

dependientes de estos cinco grandes rasgos principales, y que correlacionan entre sí matizando las

tendencias generales de comportamiento definidas por cada uno de ellos. El lector ha de saber que

las posibilidades de profundizar son muy amplias en este siguiente nivel de análisis, pero que por el

momento nos centraremos en abordar la descripción de los factores de nivel superior y en cómo

distintas combinaciones de estos rasgos principales pueden originar pautas de comportamiento

favorecedoras o protectoras del riesgo.

Antes que nada, de cara a ilustrar la solidez del modelo BF como sostén de posteriores

argumentaciones en cuanto a las relaciones entre estos rasgos y los comportamientos asociados al

riesgo laboral, me parece necesario que nos detengamos por un momento en algunas

consideraciones relativas a los criterios científicos que determinan la aceptación de unos y otros

postulados en cuanto a la investigación experimental de la personalidad humana.

Page 4: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

Si mantenemos que existe una base biológica de la personalidad, los rasgos BF deberían

representar disposiciones estables de comportamiento y dicha estabilidad debería reflejarse en tres

vertientes:

a) En primer lugar, los rasgos deberían presentar una consistencia situacional en un amplio

abanico de situaciones. Es decir, no cabe hablar de “neuroticismo ante el abandono de la

novia”, de “psicoticismo ante un insulto”, de “apertura mental ante la opción de pedir grillos

fritos en un restaurante exótico”, de “extroversión en una fiesta” o de “responsabilidad ante un

trabajo de última hora”, etc. Los rasgos tendrán consistencia situacional siempre que influyan

en la conducta final de todas las situaciones en las que el rasgo sea relevante. Por ejemplo, en

las anteriores situaciones, sin duda se pondrán en juego unos rasgos con más relevancia que

otros; esto es, el neuroticismo por ejemplo ante el grado de facilidad para mantener un estado

positivo frente a un desamor, la Cordialidad incidirá en la tendencia a dar una respuesta más o

menos agresiva frente a un insulto, la Apertura mental condicionará nuestro nivel de curiosidad

ante la posibilidad de probar un nuevo plato extravagante, la Extroversión será determinante en

la capacidad para aguantar en la fiesta pasándolo bien, la Responsabilidad condicionará el acto

de decisión de quedarnos sin dormir para terminar el trabajo urgente… Pero cualquiera de

ellos, para ser considerados rasgos situacionalmente consistentes deberán manifestar su

influencia no únicamente sobre estas situaciones, sino también sobre cualquier otra en la que se

pongan en juego los mecanismos característicos de cada rasgo.

Así pues, la utilidad de un rasgo vendrá determinada por su capacidad para predecir numerosas

conductas en distintas situaciones, y la utilidad del modelo en su conjunto, por su capacidad

para predecir cualquier tipo de conducta en la globalidad de situaciones. La manera en la que

los científicos demuestran que un rasgo es consistente, es correlacionar la conducta en

situaciones diferentes donde influya dicho rasgo. Sin duda, no todas las situaciones demandan

por igual cada uno de los rasgos de personalidad mencionados. Por ejemplo, ¿Se expresarían

las personas realmente conforme a su nivel verdadero de extroversión durante un acto

religioso? ¿Mostrarían su nivel real de neuroticismo durante una sesión se yoga? Desde luego

que no. La solidez de los rasgos definidos en el modelo BF se ha caracterizado por cubrir el

mayor muestreo de situaciones en las que los distintos rasgos han de verse implicados.

También la solidez situacional del modelo se ve avalada por estudios que recogen el mayor

muestreo de comportamientos ante la misma situación en diferentes momentos o días, con el

fin de garantizar que se están midiendo efectivamente no estados mentales transitorios sino

rasgos de comportamiento consistentes intra-persona, por decirlo de algún modo.

b) En segundo lugar, además de la demostrada consistencia situacional del modelo para múltiples

situaciones y momentos, los estudios verifican la estabilidad temporal de los rasgos BF. Esto

Page 5: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

es de suma importancia de cara a acreditar la relevancia de su base biológica. Por un lado, las

investigaciones al respecto (Hindley y Giuganino, 1982; Costa y McRae, 1977) revelan

idénticas estructura de la personalidad en segmentos de la población de distintas edades. No se

trata pues de un hecho aislado que podemos encontrar en adultos, o en jóvenes, o en mayores

de determinada edad, sino que se evidencia por igual en cualquier grupo de edad.

Asimismo otro grupo de investigaciones longitudinales (Costa y McRae, 1988; Sanderman y

Ranchor, 1994; Conley, 1984) han ido encaminadas a estudiar los posibles cambios

individuales en los rasgos de una persona a lo largo de su vida. Las conclusiones revelan que

las personas sí cambiamos a lo largo de nuestra vida en los niveles de los rasgos, pero estos

cambios presentan una curva idéntica para todos los varones por un lado, y para todas las

hembras por otro. Por ejemplo, si una mujer a la edad de 18 años obtuvo puntuaciones en el

rasgo neuroticismo por encima del 90% de las mujeres de su edad, mantendrá esa posición

relativa también a los 70 años, aunque con toda seguridad su nivel de neuroticismo en términos

absolutos habrá decrecido.

De igual modo que en el ejemplo anterior, sabemos que cada rasgo BF presenta una curva

característica que refleja la evolución común a todos los individuos del mismo género en el

nivel del rasgo y en función de las distintas edades, lo que no impide que cada individuo se

mantenga siempre en la misma posición en relación con su grupo de género y edad. En la

figura 2, se muestra a modo de ejemplo la evolución de la variable extroversión en hombres y

mujeres.

14

3

2

1

0

-1

-2

-3

7 10 12 14 16 19 29 39 49 59 69

Edad

Hombre Mujer

EXTROVERSION

Figura 2: Se pueden observar las diferencias entre géneros en la evolución de la variable Extroversión, las mujeres presentan el pico máximo al inicio de la adolescencia, mientras que los varones lo experimentan algo más tarde. El descenso en éstos es más acusado, continuo y progresivo mientras que las mujeres presentan un ascenso en la madurez.

Page 6: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

c) En tercer lugar, distintos estudios se han centrado en demostrar la universalidad o

transculturalidad de los rasgos (McRae y Costa, 1983). No pretendemos demostrar que un

islandés es más o menos extrovertido que un italiano o un español. Simplemente, que cuando

hablamos de extraversión, o de cualquier otro rasgo podemos afirmar que no tiene

connotaciones diferentes en un país o en otro. Muchas veces, se ha afirmado gratuitamente que

esto no es así, sin embargo, los estudios científicos han demostrado que la estructura se

mantiene en distintas culturas, o lo que es lo mismo, que los rasgos presentan la misma

identidad. Así, en países tan dispares culturalmente como China, Israel o Portugal se encuentran

índices de semejanza factorial generalmente superiores al 90% en los cinco rasgos BF. Los

resultados, indican además, la nula incidencia del estatus social, lo que correspondería pensar

por su base biológica. Tan sólo parecen influir de manera determinante en las diferencias

individuales las variables de edad y sexo, tal y como ya hemos apuntado (Manuel de Juan

Espinosa y Luis Francisco García Rodríguez, 2004.)

Tras las anteriores consideraciones, confiamos que el lector quede suficientemente

convencido de que la naturaleza biológica es capaz de explicar las tendencias individuales del

comportamiento humano, y de que éste puede ser más predecible de lo que pensábamos hasta ahora

a partir de los modelos (PEN/BF).

Aterrizando sobre el campo más concreto de la prevención de los riesgos laborales, nuestra

pretensión en última instancia ha de ser evitar los resultados derivados de los accidentes e

incidentes. Cuando nos preguntamos acerca del factor humano, el ideal de cualquier profesional en

la materia sería pretender que el máximo número de las decisiones humanas a lo largo del proceso

de gestión del riesgo, ya sea en labores de planificación, de ejecución o de mantenimiento, fuesen

las más correctas para minimizar tanto como sea posible la gravedad y la frecuencia del riesgo.

Partiendo de la premisa de que tales decisiones son en última instancia comportamientos, y de que

como tales emanan de una estructura biológica de la personalidad propia, diferencial, exclusiva y

conocida o medible en cada individuo, muchos de nuestros esfuerzos han de ir encaminados a

establecer el perfil de rasgos de personalidad que ofrezcan a los trabajadores una mayor protección

biológica frente a la posibilidad de desarrollar los comportamientos implicados en cada tipo de

riesgo asociado a su entorno de trabajo, así como detectar el ajuste entre las características de la

personalidad del trabajador y los riesgos laborales que hay en el puesto y entorno de trabajo con el

antedicho fin de eliminar o reducir los riesgos laborales a que el trabajador se encuentre expuesto,

fin primordial de nuestra legislación en prevención de riesgos laborales.

¿Sería posible establecer unos umbrales comunes de mínimos-máximos, es decir, algo así

como un perfil BF común que nos garantizase una cierta “profilaxis” en cuanto a la probabilidad de

comportamientos favorecedores del riesgo en los distintos contextos laborales?

Page 7: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

La respuesta es sí, aunque no debemos olvidar que cuanto mayor sea la pretensión de

generalizar, menor será la exactitud de la predicción en situaciones concretas, ya que un adecuado

análisis del factor humano ha de ser inseparable del contexto laboral, que será el que matice en

última instancia unas u otras demandas concretas de comportamiento. Dicho esto, me aventuraré en

la sana tentativa de tratar de perfilar algunos de los más típicos comportamientos de riesgo a partir

de los rasgos BF que según mi criterio darán lugar con mayor probabilidad a una ejecución o

evitación efectiva de aquéllos.

El primer comportamiento en el que centraremos nuestra atención en el presente artículo es

el referido a las pérdidas de atención o concentración que pueden desembocar en situaciones de

riesgo. Pensemos por ejemplo en los contextos de trabajo de un conductor de ruta nocturna de

transporte de mercancías por carretera y en el de un operario que se encuentra en una línea de

máquinas envasadoras. Digamos que la combinación perfecta de rasgos BF implicados para

favorecer la exigencia de mantener de forma sostenida un adecuado nivel de atención y

concentración tendrá matices diferenciales en ambos contextos, aunque quizá si somos algo más

tolerantes en el análisis, cabría hablar también de un perfil BF común que minimizará los errores de

concentración en ambos casos.

Antes de entrar en la generalización de rasgos comunes, afiancemos el concepto de que

existen matices diferenciales dependientes en cada caso. Para el ejemplo nos serviremos del rasgo

de Apertura (O) ¿Cómo afectaría a la probabilidad de error de concentración el hecho de que el

ocupante en ambos puestos tuviese una alta puntuación en este rasgo?

De acuerdo con nuestra definición, las personas altas en apertura se definen como más

tendentes a la fantasía y más inclinados a probar nuevas cosas. Aunque ninguno de los puestos de

trabajo anteriores serían probablemente los ideales para alguien con esta característica, es posible

que el puesto de conductor sea algo menos exigente que el de operario en cuanto a la posibilidad de

dar rienda suelta a la imaginación y probar nuevas cosas, sin que por ello necesariamente haya una

consecuencia inmediata de error. Al tratarse de un contexto más libre para dar rienda suelta a la

imaginación y romper la monotonía de la carretera o hacer cosas nuevas tales como poner la radio,

modificar la ruta habitual, cambiar cada cierto tiempo la decoración del entorno, etc., el ocupante

puede satisfacer mejor esa necesidad psíquica. Es decir, sus oportunidades de satisfacción cognitiva

y de ser “él mismo” en el puesto sin consecuencias desagradables, serán mayores. Se encontrará de

algún modo más cómodo realizando esta labor que la correspondiente a la línea de envasado,

situación que sería inversa si tuviese una puntuación muy baja en este rasgo. Pensamos por tanto

que la probabilidad de errores de concentración será menor (obviando cualquier consideración

acerca de la gravedad de las consecuencias de una única distracción, que podría ser mayor en el

puesto de conductor.)

Page 8: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

Posiblemente un bajo nivel de apertura (O) ayudaría a mantener el nivel de concentración

requerida con menor esfuerzo en el puesto de operario de máquina, al ser un trabajo más restrictivo

en cuanto a las posibilidades de elaborar fantasías o probar cosas nuevas, que es precisamente lo

que necesita psíquicamente evitar una persona con baja apertura. Sin pretender crear ninguna

polémica ni hacer una tesis al respecto, valga el sencillo ejemplo para ilustrar cómo el mismo rasgo

puede ser relevante en ambos contextos pero afectar de manera sutilmente diferente a la

probabilidad de errores de atención. Siendo rigurosos, este análisis nos llevaría a la elaboración de

perfiles BF diferentes. Esto es, en un caso (el conductor) el nivel máximo en el rasgo podría ser

superior, mientras que el nivel mínimo en el rasgo debería ser menor en el puesto de operario dado

que tendría un marco más limitado para elaborar fantasías o disfrutar de cambios en su rutina. Si

tratamos de generalizar un perfil en dicho rasgo común para ambos puestos que ofrezca algunas

garantías profilácticas frente a los errores de concentración, diríamos que probablemente en ambos

casos un bajo nivel de apertura (O) ayudaría a los ocupantes a mantener el nivel de concentración

requerida con menos esfuerzo y que en ninguno de los dos casos el nivel máximo debería ser

demasiado elevado.

Nos centraremos ahora en el rasgo Extroversión (E). Como hemos dicho, las puntuaciones

altas en extroversión definen personas dinámicas y buscadoras de estimulación (entre otras

características). Un alto dinamismo crea en el individuo la necesidad psíquica de mantener todo el

tiempo posible ocupado en la realización de innumerables actividades, lo que aumentará la

posibilidad de distracciones sobre todo en tareas rutinarias o que requieran una concentración

sostenida. Por otro lado, una alta necesidad de búsqueda de estimulación implica una necesidad

psíquica de buscar activamente estimulación externa para mantener un nivel óptimo de activación

cortical, ya sea a través de la creación de ambientes intensos o mediante la vivencia directa o

indirecta de situaciones emocionantes. Esta necesidad de estimulación podría ser satisfecha en

puestos en los que sea necesario realizar tareas diversas, que mantendrían al trabajador en un nivel

de actividad mental óptimo. Podría tender a distraerse si éstas son rutinarias, y es probable que se

sienta muy estimulada si tiene que afrontar situaciones imprevistas que le saquen de la monotonía.

El trabajo en grupo y en entornos cambiantes le favorecerá un nivel de atención alto y, por tanto,

disminuirá la probabilidad de ocurrencia de despistes. Estas reflexiones lógicamente se invertirían

para las personas bajas en extroversión, las cuales a priori y al margen de otros rasgos, tendrán una

menor dificultad para sostener la atención debido a una menor necesidad psíquica de dinamismo y

búsqueda de estimulación.

En cuanto al rasgo Neuroticismo (N), unas puntuaciones altas definen personas en general

con mayores dificultades para controlar sus impulsos, también más caprichosas e impulsivas que la

mayoría, que pueden sucumbir fácilmente a las tentaciones, que les cuesta controlar sus deseos y

que suelen arrepentirse o sentirse culpables sin que ello sea de gran ayuda para dejar de hacerlo la

próxima vez. Esta menor resistencia al deseo, frecuentemente es una importante fuente de

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distracciones y de comportamientos inconscientes a veces temerarios que desembocan en riesgos

excesivos o innecesarios. Por el contrario, bajas puntuaciones en este rasgo a priori (y como

siempre sin tener en cuenta otros factores) actuarían como protección del trabajador en cuanto a

errores de concentración se refiere.

En relación con los rasgos dependientes de la estructura fisiológica encargada del

Psicoticismo, nos parece de sumo interés la posible relación entre la capacidad para el

mantenimiento de la atención y el rasgo de Responsabilidad (R). Sin menospreciar la influencia

que pueda tener la dimensión Cordialidad (C), pensamos que el rasgo Responsabilidad tendría más

relevancia, dentro del ejercicio de reflexión que nos ocupa de la elaboración de un perfil genérico

BF.

Una persona con alta puntuación en Responsabilidad, manifiesta una clara necesidad

psíquica a ser tenaz en lo que emprenda, con un alto afán de superación y firmeza en sus

propósitos, sin escatimar esfuerzos para hacer las cosas bien y poder conseguir así las metas que se

propone. Aquél conductor y operario, en el caso de presentar altas puntuaciones en (R) serían quizá

del tipo de persona que podría convertir fácilmente los aburridos kilómetros recorridos sin

accidente o el número de líneas de envases fabricadas sin error, en objetivos y logros de superación

personal. Por el contrario, las personas con baja puntuación en este rasgo, al no estar tan

“necesitados” psíquicamente de ser perseverantes, necesitarían una dosis mayor de motivación

extrínseca para evitar la discontinuidad en la actividad de concentración.

Después de este análisis un tanto simplista pero quizá clarificador, el perfil común BF

relevante al comportamiento de mantenimiento de la atención y concentración podría quedar más o

menos de la siguiente forma:

0

20

40

60

80

100

AP

ER

TU

RA

ME

NT

AL

(O)

EX

TR

OV

ER

SIO

N (E

)

NE

UR

OT

ICIS

MO

(EE

)

RE

SP

ON

SA

BIL

IDA

D (R

)

CO

RD

IAL

IDA

D (C

)

Percentil Máximo

Percentil Mínimo

Page 10: El modelo big five de análisis psicológico y los riesgos laborales

Figura 3: Perfil aproximado de niveles ideales de percentil de los rasgos de personalidad BF implicados en la capacidad

genérica de mantenimiento de la atención/concentración. Las cifras son meramente ilustrativas y no tienen otro objeto

que ilustrar los ejemplos anteriores en los grandes tramos alto-medio-bajo

No hemos pretendido descubrir exhaustivamente todas las claves psicológicas de la

capacidad para mantener la atención/concentración. En primer lugar porque como ya hemos

comentado, cada contexto matizará enormemente las demandas y por tanto la relevancia de unos u

otros rasgos. Además, siendo rigurosos, deberíamos haber descendido en el nivel de estudio hasta

sub-factores BF y los cruces o interacciones particulares más relevantes y que podrían cambiar la

lectura global del perfil. En tercer lugar, porque bajo este comportamiento subyacen factores ajenos

a la personalidad y que están relacionados con determinadas capacidades perceptivas,

intelectuales, cognitivas o con estados de vulnerabilidad psicopatológica, cuyo análisis queda fuera

del alcance de esta sencilla exposición.

En definitiva, como conclusión y como preámbulo de siguientes entregas, diremos que la

comunidad científica sostiene que los modelos PEN y BF tienen una base biológica demostrada y

la suficiente solidez científica como para permitirnos apresar y medir la diversidad individual,

perfilar las distintas situaciones de riesgo a partir de los rasgos BF y predecir por tanto el ajuste

psíquico de cada persona a su contexto de riesgo laboral de forma fiable, todo lo cual resulta de

indudable valor para la gestión de la prevención de riesgos. En sucesivos artículos, trataremos de

perfilar otras tendencias de comportamiento favorecedoras del riesgo tales como por ejemplo la

intolerancia al estrés, la rebeldía hacia el cumplimiento de normas o la percepción deficiente de

exposición al riesgo.