el millonario instantaneo mark fisher

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EL MILLONARIO INSTANTÁNEO Un millonario revela cómo Conseguir espectacular Triunfo financiero URANO

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  • EL MILLONARIO

    INSTANTNEO

    Un millonario revela cmo Conseguir espectacular

    Triunfo financiero

    URANO

  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    Por qu algunos logran convertirse en millonarios mientras otros slo suean con llegar a conseguirlo algn da? Es que un millonario trabaja el doble que el resto de los mortales? O es ms inteligente o ha recibido una mejor educacin? Para ser millonario es importante creer que existe un secreto. Esta es la primera enseanza que recibe el joven protagonista de esta historia cuando, en busca de la riqueza, visita a un viejo millonario que se dedica al cultivo de las rosas. Una de las caractersticas del secreto es su misma simplicidad, otra es la profunda conviccin de que su conocimiento llevar inevitablemente a la posesin de la riqueza. Pero esto no es suficiente y la felicidad y la armona interior tambin formarn parte del proceso. A partir de su encuentro con el Millonario Instantneo, el joven comprende por qu, a pesar de sus esfuerzos, ha obtenido resultados tan mediocres en su vida, y se da cuenta de cmo tiene que enfocarla en el futuro para que eso cambie. El lector tambin podr hacer el mismo camino y aprender el secreto y las tcnicas que revela el viejo millonario a todo aquel que quiera cambiar su situacin financiera y alcanzar adems el equilibrio interior. Despus de todo, lo que verdaderamente le ha importado en su vida ha sido poder demostrar a los hombres de poca fe el extraordinario poder de nuestras facultades mentales.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    EL MILLONARIO INSTANTNEO

    EDICIONES URANO

    Argentina - Chile - Colombia - Espaa

    Mxico - Venezuela Reservados todos los derechos. Este libro no puede reproducirse ni parcial ni totalmente, en cualquier forma que sea, electrnica o mecnica, mediante fotocopia, mimegrafo o cualquier sistema multicopista, ni/o por cualquier sistema de grabacin en disco o cinta de ordenador, sin autorizacin escrita del editor original. Ttulo original: THE INSTANT MILLONAIRE Editor original: Sidgwick & Jackson, London Traduccin: Alberto Coscarelli 1988 by Agence littraire d'Amrique 1989 by EDICIONES URANO, S. A. Aribau, 142, pral. - 08036 Barcelona [email protected] ISBN: 84-86344-79-4 Depsito legal: B-26.205-99 Fotocomposicin: Equitema Buenos Aires 60 08036 Barcelona Impreso por Puresa, S. A. Girona, 206 - 08203 Sabadell (Barcelona) Impreso en Espaa - Printed in Spain

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    INDICE Captulo 1 En el que el joven consulta a un pariente rico................... 9 Captulo 2 En el que el joven conoce a un anciano jardinero.............13 Captulo 3 En el que el joven aprende a valorar las oportunidades y a correr riesgos........................................................20 Captulo 4 En el que el joven se encuentra prisionero ......................28 Captulo 5 En el que el joven aprende a tener fe.............................30 Captulo 6 En el que el joven aprende a concentrarse en una meta ...34 Captulo 7 En el que el joven aprende el valor de la autoimagen .......39 Captulo 8 En el que el joven descubre el poder de las palabras ........45 Captulo 9 En el que al joven se le muestra por primera vez el corazn de la rosa ...................................................51 Captulo 10 En el que el joven aprende a dominar su mente inconsciente ............................................................54 Captulo 11 En el que el joven y su mentor discuten cifras y frmulas .................................................................58 Captulo 12 En el que el joven aprende acerca de la felicidad y la vida ...................................................................65 Captulo 13 En el que el joven aprende a expresar sus deseos en la vida ..................................................................74 Captulo 14 En el que el joven descubre los secretos del jardn...........78 Capitulo 15 En el que el joven y el anciano se embarcan en viajes diferentes .....................................................90 Eplogo ...................................................................95

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    CAPITULO 1

    En el que el joven consulta a un pariente rico

    Haba una vez un joven Brillante que quera hacerse rico. Haba sufrido ya una

    buena cantidad de desilusiones y fracasos, esto no se poda negar, pero, sin embargo, todava confiaba en su buena suerte.

    Mientras aguardaba que la fortuna le sonriera, trabajaba como ayudante de un

    director de cuentas en una agencia de publicidad de segunda fila. Estaba mal pagado y, desde haca tiempo, encontraba que su trabajo le ofreca muy pocas satisfacciones. Y ya haba perdido todo entusiasmo.

    Soaba con hacer otra cosa. Tal vez escribir una novela que le hiciera rico y

    famoso, acabando as, de una vez por todas, con sus problemas financieros. Pero, no era su ambicin, digamos, poco realista? Tena de verdad la tcnica suficiente y el talento necesario para escribir un libro que fuera un xito de ventas, o llenara las pginas en blanco con las pesimistas reflexiones que le dictaba su amargura?

    Su trabajo se haba transformado en una pesadilla diaria desde haca ya ms de

    un ao. Apenas si poda soportar al jefe, que se pasaba gran parte de las maanas leyendo el peridico y escribiendo memorndums antes de desaparecer para ir a disfrutar de un almuerzo de tres horas. Adems, su jefe haba perfeccionado el arte de cambiar de opinin y no cesaba de dar rdenes contradictorias, algo que no contribua a mejorar la situacin.

    Tal vez, si slo se hubiera tratado de su jefe... pero, desgraciadamente, estaba

    rodeado de colegas que tambin estaban hartos de lo que estaban haciendo. Parecan haber abandonado cualquier ambicin, haber renunciado por completo

    a cualquier mejora. No se atreva a mencionar a ninguno de ellos sus fantasas de abandonarlo todo y convertirse en escritor. Saba que pensaran que se trataba de una broma. Se encontraba apartado del mundo como si estuviera en un pas extranjero y fuera incapaz de hablar el idioma local.

    Cada lunes por la maana, se preguntaba cmo demonios hara para sobrevivir

    una semana ms en la oficina. Se senta completamente ajeno a las carpetas que se apilaban sobre su escritorio, a las necesidades de sus clientes que clamaban por vender sus cigarrillos, sus coches, sus cervezas...

    Seis meses antes, haba escrito una carta de dimisin, y haba entrado una

    docena de veces en la oficina del jefe con la carta quemndole en el bolsillo, pero jams haba conseguido reunir el valor necesario para seguir adelante. Resultaba curioso porque, tres o cuatro aos antes, no hubiera vacilado ni por un instante. Pero en ese momento no pareca tener claro lo que deba hacer. Algo le estaba reteniendo, una especie de fuerza, o era simplemente cobarda? Pareca haber perdido el valor que, en el pasado, siempre le haba permitido conseguir lo que deseaba.

    Tal vez el hecho de haber ido dejando transcurrir el tiempo a la espera de que

    apareciera el momento oportuno, intentando buscar excusas para no pasar a la accin, preguntndose si alguna vez conseguira triunfar, se haba convertido en un perpetuo soador...

    Se deba su parlisis al hecho de que estaba cargado de deudas? O era

    simplemente porque haba comenzado a envejecer (un proceso que,

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    inevitablemente, se pone en marcha en el instante en que renuncias a tu visin de futuro)?

    A decir verdad, no tena la menor idea de cul era el problema. Y entonces un

    da, en el que se senta particularmente frustrado, pens de pronto en un to suyo que daba la casualidad de que era millonario. Su to poda, tal vez, estar en condiciones de ofrecerle algn buen consejo o, mejor an, prestarle un poco de dinero.

    Su to, que era conocido como una persona amistosa y de buen corazn, accedi

    de inmediato a recibirle pero se neg, de manera rotunda, a prestarle suma de dinero alguna, alegando que con ello no le hara ningn favor.

    -Qu edad tienes? -le pregunt, despus de haber escuchado el relato de sus

    cuitas. -Treinta y dos -susurr con timidez el joven. Saba muy bien que la pregunta de

    su to estaba cargada de reproches. -Sabas que, cuando tena veintitrs, John Paul Getty ya haba conseguido su

    primer milln? Y que yo, cuando tena tu misma edad, tena medio milln? As que cmo es posible que, con la edad que tienes, te veas forzado a pedir dinero prestado?

    -No lo s. Trabajo como un esclavo, algunas veces ms de cincuenta horas a la

    semana. -De verdad crees que el trabajar esforzadamente es lo que hace rica a la gente? -Yo... yo creo que s... bueno, al menos, es lo que me ensearon a creer. -Cunto dinero ganas al ao... 15.000 libras? -S, ms o menos, sa es la cantidad -contest el joven. -Crees que alguien que gana 150.000 libras trabaja diez veces ms horas a la

    semana que t? Desde luego que no! Sera fsicamente imposible: no hay ms que 168 horas en una semana. As que, si esta persona gana diez veces ms que t, sin trabajar ms de lo que trabajas t, entonces tiene que estar haciendo algo muy diferente de lo tuyo. Debe de ser poseedor de un secreto del cual t ni siquiera has odo hablar.

    -Supongo que as es. -Tienes suerte de haber comprendido por lo menos esto. La mayora de la gente

    ni siquiera llega tan lejos. Estn demasiado ocupados tratando de ganarse la vida como para detenerse y pensar en cmo se podran liberar de sus problemas de dinero. La mayora de la gente ni siquiera gasta una hora de su tiempo tratando de imaginar cmo podran hacerse ricos y de preguntarse por qu nunca han conseguido hacerlo.

    El joven tuvo que admitir que, a pesar de sus grandes ambiciones y sus sueos

    de ganar una fortuna, tampoco se haba detenido a pensar realmente en su situacin. Todo pareca distraerle, impidiendo que se enfrentara con esta tarea que, a todas luces, era de fundamental importancia.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    El to del joven permaneci en silencio por unos instantes, despus mir a su sobrino fijamente a los ojos mientras en sus labios se formaba una sonrisa amable aunque un tanto irnica. Dijo:

    -Escucha, he decidido ayudarte. Te enviar al hombre que me ayud a

    convertirme en millonario de un da para el otro, o como mnimo a conseguir la mentalidad de un millonario. Pero dime, de verdad quieres hacerte rico?

    -Ms que nada en el mundo. -Este es el primer requisito. El principal. Pero no es suficiente. Tambin necesitas

    saber cmo. El joven se encogi ligeramente de hombros, indicando que estaba de acuerdo. Entonces, su to le dijo: -El Millonario Instantneo vive en F. Sabes dnde est? -S, pero nunca he estado all. -Por qu no lo intentas? Ve a verle. Tal vez est dispuesto a revelarte su

    secreto. Vive en una casa fantstica, la ms bonita de toda la ciudad. No tendrs ninguna dificultad para encontrarla.

    -Por qu no me revelas t el secreto aqu y ahora? Entonces, no tendra que

    tomarme la molestia de ir hasta all. -Simplemente porque no tengo el derecho a hacerlo. Cuando el Millonario

    Instantneo me lo confi, lo primero que hizo fue hacerme prometer que jams se lo revelara a nadie. Sin embargo, s me dijo que poda decirle a cualquiera dnde lo haba aprendido.

    Al joven, todo esto le pareci tan sorprendente como complicado. Pero tambin despert su curiosidad.

    -Ests seguro de que no me puedes decir nada ms? -Completamente seguro. Lo que s puedo hacer es recomendarte muy

    calurosamente al Millonario Instantneo. Y sin decir nada ms, su to sac de uno de los cajones de su escritorio de roble

    macizo, una elegante hoja de papel de carta, cogi su pluma y, rpidamente, escribi unas cuantas lneas. Luego, dobl la carta, la guard en un sobre que sell y, con una sonrisa en los labios, se la entreg a su sobrino.

    -Aqu tienes tu presentacin -dijo-. Y aqu tienes la direccin del millonario. Una

    ltima cosa. Debes prometerme que no leers esta carta. Si lo haces, probablemente ya no te ser de utilidad... Pero, si llegas a abrirla, a pesar de mi advertencia, y todava deseas que te pueda servir, entonces tendrs que simular que no la has abierto. Pero cmo puedes deshacer lo que est hecho?

    El joven no tena ni la ms remota idea acerca de lo que deca su to, pero no

    quiso preguntar. Su pariente siempre haba tenido la reputacin de ser un excntrico. Y, despus de todo, el hombre le estaba haciendo un favor. As que decidi no insistir sobre el tema. Le dio las gracias y se march.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    CAPITULO 2

    En el que el joven conoce a un anciano jardinero

    Aquella misma tarde, el joven march a toda prisa a F. Le resultara muy difcil

    conseguir llegar a conocer al Millonario Instantneo? Estara dispuesto a recibir a un visitante inesperado y a revelarle su mtodo secreto para hacerse rico?

    A punto estaba de llegar a la casa del millonario, cuando el joven fue incapaz de

    seguir resistindose a la curiosidad y, a pesar de las palabras de advertencia de su to, abri la carta que su pariente tan bondadosamente haba escrito para l. Boquiabierto, se pregunt si no habra alguna equivocacin o si su to haba querido gastarle una broma: -la carta no era ms que una hoja de papel en blanco!

    Disgustado, estuvo a punto de desprenderse de ella, pero ahora se encontraba a

    la vista de la casa del millonario y vio que haba un guardia de seguridad, que probablemente le vera si arrojaba el papel. De acuerdo con su cargo el guardia tena una expresin impenetrable, sin el menor atisbo de una sonrisa. De hecho, pareca tan impenetrable como la cerrada fortaleza que deba proteger.

    -Qu puedo hacer por usted? -le pregunt el guardia, con voz tajante.

    -Quisiera conocer al Millonario Instantneo... -Tiene usted una cita? -No, pero... -Bueno, entonces, tiene usted una carta de presentacin? -pregunt el guardia.

    Desde luego que tena una, pero no haba nada escrito en ella! No le cost mucho al joven pensar en una estrategia que poda sacarle de esta situacin. Sac a medias la carta del bolsillo y, rpidamente, la volvi a ocultar. Sin embargo, el guardia no se dio por satisfecho.

    -Podra ver la carta, por favor?

    El joven estaba ahora en un aprieto. Pens: Si le doy la carta pensar que estoy tratando de engaarle. Pero, si no lo hago, tampoco me permitir pasar.

    Se enfrentaba a lo que pareca un dilema imposible de resolver. Entonces, record las palabras de su to que, en su momento, no haba

    entendido: Si abres la carta, entonces tendrs que simular que no la has abierto. No era sta la nica cosa que le quedaba por hacer? Le entreg la carta al

    guardia que, por decir algo, digamos que la ley. Su rostro permaneci totalmente inexpresivo.

    -Muy bien -dijo, devolvindole la carta al joven-. Ya puede usted pasar. El guardia le condujo entonces hasta la puerta de entrada de la lujosa casa de

    estilo Tudor donde viva el millonario. Un mayordomo, impecablemente vestido, le abri la puerta.

    -Qu desea el seor? -pregunt.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    -Quiero ver al Millonario Instantneo. -Est ocupado y no puede recibirle en este preciso momento. Tenga la bondad

    de esperarle en el jardn. El mayordomo acompa entonces al joven hasta la entrada de un jardn que

    tena el aspecto ms propio de un parque. En el medio haba un estanque. El joven pase por unos momentos, admirando los hermosos rboles. Mientras lo haca, vio a un jardinero que aparentaba tener unos setenta aos. Estaba inclinado sobre un rosal que estaba podando, y un sombrero de paja de amplias alas ocultaba sus ojos. Cuando el joven se acerc, el jardinero interrumpi su trabajo para darle la bienvenida. Le sonri. Sus ojos azules eran brillantes y alegres y de una edad tan indefinida como el cielo.

    -Para qu ha venido usted aqu? -pregunt al joven con una voz clida y

    amistosa. -He venido a conocer al Millonario Instantneo. -Ah, ya veo. Y con qu intencin, si no le importa que se lo pregunte? -Bueno, yo...yo simplemente quiero pedirle su consejo... -Obviamente... El jardinero pareca estar a punto de volver a ocuparse de su rosal cuando lo

    pens mejor y pregunt al joven: -Vaya, por cierto por casualidad no tendran un billete de cinco? -Un billete de cinco? -exclam el joven, sonrojndose-. Pero si eso es... pero si

    es todo lo que tengo, cinco libras. -Perfecto, es justo lo que necesito. A pesar de que al parecer estaba pidiendo limosna, el jardinero mantena una

    actitud muy digna. Sus maneras denotaban una gracia y un encanto excepcionales. -De verdad que me agradara poder drselas -replic el joven- pero el problema

    es que no me quedar dinero para poder volver a casa. -Tiene usted la intencin de volver hoy mismo a su casa? -No... quiero decir, no lo s -respondi el joven, que ahora estaba bastante

    confuso-. No quiero marcharme sin haber visto antes al Millonario Instantneo. -Pero si usted no necesita hoy este dinero, por qu se muestra tan reacio a

    prestrmelo? Tal vez tampoco podra necesitarlo maana. Quin sabe? Ya podra usted ser millonario.

    Este razonamiento no le pareci del todo lgico al joven, pero careca de las

    fuerzas necesarias para plantear nuevas objeciones. As que, cuando el jardinero repiti su pedido, le entreg el dinero. En el rostro del jardinero apareci una sonrisa.

    -La mayora de la gente tiene miedo a pedir las cosas y, cuando finalmente se

    deciden a hacerlo, entonces no insisten lo suficiente. Esto es un error.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    En aquel momento, el mayordomo se present en el jardn y habl, dirigindose

    al anciano, con un tono de voz muy respetuoso. -Seor, podra usted darme por favor cinco libras? El cocinero se marcha hoy e

    insiste en que se le pague el dinero que le debemos. Me faltan cinco libras. El jardinero sonri. Meti la mano en uno de sus bolsillos y sac un grueso fajo

    de billetes. Deba de tener miles de libras, con todos esos billetes de veinte y cincuenta que el joven alcanz a ver. El jardinero cogi el billete de cinco libras que el joven haba aceptado prestarle a regaadientes y se lo entreg al mayordomo, que le dio las gracias, hizo una reverencia un tanto obsequiosa y rpidamente desapareci en el interior de la casa.

    El joven estaba indignado. Cmo era posible que el jardinero tuviera la cara

    dura de apropiarse de las ltimas cinco libras que le quedaban en el mundo cuando l tena los bolsillos rebosantes de billetes?

    -Por qu me ha pedido usted las cinco libras? -murmur el joven, haciendo lo

    imposible para ocultar la furia que senta-. Usted no las necesitaba! -Claro que las necesitaba. Fjese. No tengo ni un solo billete de cinco libras -

    explic, mientras le enseaba el grueso fajo de billetes-. No pensara usted que le iba a dar un billete de cincuenta libras, verdad?

    -Por qu demonios lleva usted tanto dinero encima? -Es mi dinero de bolsillo -replic el jardinero-. Siempre llevo 10.000 libras

    conmigo para algn caso de emergencia. -10.000 libras? -tartamude el joven, sorprendidsimo.

    De pronto, todo se le hizo muy claro: el mayordomo tan corts, la increble cantidad de dinero de bolsillo...

    -Usted es el Millonario Instantneo, verdad? -Por el momento -contest el jardinero-. Me alegra de que haya venido. Pero

    dgame, quin le enva?

    -Mi to, Mr. MacLuckie. -Ah, s. Ahora le recuerdo. Vino a verme hace ya muchos aos. Era un

    pensador muy original, como todos los hombres que se hacen a s mismos, por cierto. Pero dgame, cmo es que usted todava no es rico? Se ha planteado alguna vez con seriedad esta pregunta?

    -De verdad que no. -Entonces, tal vez es la primera cosa que debera hacer. Si usted quiere, puede

    pensar en voz alta delante mo. Yo intentar seguir el hilo de sus razonamientos. El joven hizo unos dbiles intentos pero, finalmente, renunci al esfuerzo. -Ya veo -dijo el millonario-. No est usted acostumbrado a pensar en voz alta.

    Sabe usted que hay muchsimos jvenes de su misma edad que ya son ricos? Algunos de ellos incluso ya son millonarios. Otros estn a punto de conseguir su

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    primer milln. Y saba usted que Aristteles Onassis tena veintisis aos de edad y dispona de 350.000 libras en el banco, cuando dej Amrica del Sur y vino a Inglaterra, donde soaba con montar su imperio naviero?

    -Slo veintisis? -pregunt el joven. -As es. Y cuando comenz nicamente dispona de 250 libras. No tena un ttulo

    universitario ni oficio alguno y, desde luego, tampoco tena contactos... Pero ya es hora de ir a comer -coment el anciano-. Le agradaba acompaarme?

    -Con mucho gusto. Gracias. El joven sigui al Millonario Instantneo que, a pesar de su edad, todava

    caminaba con ritmo airoso. Entraron en la casa y fueron hasta el comedor donde la mesa ya estaba preparada para dos.

    -Por favor, sintese -le invit el Millonario Instantneo. Le seal la cabecera de la mesa, el lugar generalmente reservado al anfitrin.

    l, por su parte, se sent a la derecha de su joven invitado, directamente en frente de un hermoso reloj de arena que tena grabada la siguiente inscripcin: EL TIEMPO ES ORO. El mayordomo se present con una botella de vino y llen las copas.

    -Bebamos por su primer milln -dijo el millonario, levantando su copa. El bebi un sorbo, el nico que tom durante toda la velada. Tambin comi con

    mucha frugalidad: tan slo unos pocos bocados de un delicioso filete de salmn. -Le agrada lo que hace para ganarse la vida? -le pregunt el millonario al joven. -Supongo que s. -Asegrese de estar convencido de ello. Todos los millonarios que he conocido,

    y he conocido a unos cuantos en el transcurso de los aos, amaban sus ocupaciones. Para ellos, trabajar se haba convertido casi en una actividad de recreo, tan agradable como un pasatiempo. Es por lo que la mayora de los ricos muy pocas veces se toman vacaciones. Por qu tienen que privarse de algo que les gusta tanto? Hacerlo no sera ms que mortificarse. Y sta tambin es la razn por la cual ellos continan trabajando an despus de hacerse varias veces millonarios... Por cierto, que si bien disfrutar con el trabajo que se hace es absolutamente imprescindible, no es suficiente. Para hacerse rico, tiene que conocer el secreto. Dgame, al menos cree que este secreto existe?

    -S, lo creo. -Bien, ste es el primer paso. La mayora de la gente no lo cree. Adems, ni

    siquiera creen que pueden hacerse ricos. Y tienen razn. Nadie que piense que no puede hacerse rico, llegar a conseguirlo. Tiene que comenzar por creer que puede hacerlo, y despus anhelarlo apasionadamente. Pero debo aadir que mucha gente, la mayora de hecho, no estn preparados para aceptar este secreto, incluso si se les revela en trminos muy simples. En realidad, su mayor limitacin es su propia falta de imaginacin. Esta es, en el fondo, la razn por la cual el verdadero secreto de la riqueza es el secreto mejor guardado del mundo. Es un poco como la carta robada en el cuento de Edgar Allan Poe -prosigui el Millonario Instantneo-. Lo recuerda usted? Es aqul sobre una carta que la polica buscaba en la casa de alguien y que no podan encontrar porque, en vez de estar oculta en algn lugar, estaba colocada en un sitio que nadie poda imaginar: a plena vista! Este relato es una excelente ilustracin de uno de los principios de Emerson. Lo que impidi a la

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    polica encontrar la carta fue su falta de imaginacin, o, si lo prefiere, sus ideas preconcebidas. No esperaban encontrarla all, as que nunca le pudieron poner las manos encima.

    El joven escuchaba atentamente al millonario. Nadie le haba hablado jams antes de esta manera y senta una profunda curiosidad. Arda por descubrir cul era el secreto. De cualquier manera, una cosa era bien cierta; incluso si el millonario no conoca el secreto, haba sido un genio a la hora de montar la escena. Ms que nada, saba cmo explicar las cosas de una forma sencilla y clara, a menos que todo no fuera ms que un acto de ilusionismo magnficamente realizado.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    CAPITULO 3

    En el que el joven aprende a valorar las

    oportunidades y a correr riesgos

    Ahora, despus de todo lo que ha escuchado, cunto dinero estara usted dispuesto a pagar para conseguir el secreto de la riqueza?

    La pregunta del millonario pill al joven por sorpresa. Respondi: -Aun en el caso de que yo estuviera dispuesto a pagar para conseguirlo, no

    tengo ni un penique. Por lo tanto, es una pregunta difcil de responder. -Pero, si usted tuviera el dinero, cunto estara dispuesto a pagar? -insisti el

    millonario y, despus, aadi rpidamente-: Diga una cifra, la primera que le venga a la cabeza.

    Ahora el joven tena ms excusas para evadir la pregunta. El millonario le estaba

    pidiendo una respuesta muy concreta y l no poda fallarle a su anfitrin. -No lo s -contest-. Cien libras ... ? El millonario rompi en carcajadas; era la primera vez que el joven le escuchaba

    rer. Era una risa muy particular, clara y cristalina. -Slo cien libras? En realidad no cree que exista, verdad?

    Si lo creyera, no hay duda de que estara dispuesto a pagar mucho ms. Vamos,

    le dar una segunda oportunidad. Diga otra cifra; esto no es un juego sino un asunto muy serio.

    El joven comenz a pensar. Hara cualquier cosa en el mundo para que el

    millonario no se volviera a rer. Pero tampoco quera mencionar una cifra que le pudiera comprometer.

    -No me importa participar en este juego -dijo-. Pero recuerde que no tengo ni un

    penique. -No se preocupe por ello. -Pero sin dinero, tengo las manos atadas -replic el joven, un tanto sorprendido. -Vaya por Dios! -exclam el millonario-. Tenemos un largo camino por delante!

    Desde los tiempos ms remotos, los ricos han estado utilizando el dinero de los dems para amasar sus fortunas. Nadie que se tome esto en serio ha necesitado jams del dinero para hacer dinero. Me refiero al dinero propio. Adems, usted, de llevar encima su talonario de cheques...

    Al joven le hubiera gustado poderle responder que no. Sin embargo, por esas

    ironas del destino, aquella misma maana haba metido el talonario de cheques en el bolsillo. Vaya Dios a saber por qu, dado que tena exactamente 2,28 libras en la cuenta. Por cierto que no era suficiente para permitirse despilfarros. El joven no se lo hubiera pensado dos veces antes de responder con una mentira, pero el millonario tena una mirada muy penetrante, en apariencia capaz de escrutar hasta

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    el ltimo rincn de su mente. Casi como si estuviera confesando uno de sus ms ntimos y terribles secretos, el joven se oy a s mismo responder tartamudeando:

    -S, s, lo he trado. En este momento, se descubri a s mismo sacando el talonario de su bolsillo, de

    la misma manera en que lo hubiera hecho un robot obedeciendo las rdenes de su amo, a pesar de que, por un momento, le atraves por la mente la idea de rebelarse. Se senta dominado por aquel hombre, como alguien que hubiera cado en las manos de un hipnotizador. Sin embargo, no tena miedo del millonario, que irradiaba buena voluntad, aunque sus maneras eran un tanto irnicas.

    -Excelente -replic el millonario-. Ahora ya est convencido de que no hay

    problema alguno? Quit el capuchn de una elegante pluma y se la alcanz al joven. -Escriba la cantidad que ha pensado y firme el cheque. -Pero es que no s qu

    cantidad escribir. -Est bien. Escriba, digamos unas... 10.000 libras. El millonario pronunci esta cifra con toda tranquilidad, sin la menor seal de

    arrogancia. El joven, en cambio, casi se cay de espaldas de la impresin. Aqu no caba ms que una sola explicacin: el millonario se estaba divirtiendo a su costa... a menos que simplemente fuera un brillante estafador.

    -Diez mil libras! -exclam el joven. Usted debe de estar de guasa. -Si lo prefiere, escriba 20.000 libras -replic el

    millonario con tanta calma que el joven ya no saba si le hablaba en serio o si se estaba burlando.

    -Incluso las 10.000 libras me parecen demasiado. De todas maneras, usted no podra cobrar el cheque porque no hay fondos. Y, por mi parte, lo nico que conseguira es que el director del banco se enfadara conmigo pensando que me he vuelto loco o algo parecido. Y tendra toda la razn!

    -Esta es exactamente la manera en que consegu el negocio ms grande de toda mi vida. Firm un cheque por 100.000 libras y despus tuve que echar a correr como un desaforado para conseguir el dinero con que cubrirlo. Pero, si no hubiera extendido el cheque en aquel lugar y en aquel momento, hubiera perdido una excelente oportunidad. Aquella fue una de mis primeras lecciones importantes en cuestiones de negocios -prosigui el anciano-. Las personas que pierden el tiempo esperando las condiciones perfectas para que todo encaje, jams consiguen hacer nada. El momento ideal para la accin es AHORA! Y otra leccin que esta pequea ancdota le puede ensear es sta: si usted quiere triunfar en la vida, tiene que estar bien seguro de que no tiene ms alternativas. Tiene que sentir que est contra las cuerdas. Las personas que vacilan y se niegan a correr riesgos con el pretexto de que no tienen todos los elementos en su mano, jams llegan a ninguna parte. La razn es simple. Cuando te han cerrado todas las puertas y no tienes salida debes poner en juego todos tus recursos interiores. Y, en este punto, quieres que algo suceda con todas las fibras de tu corazn. As que por qu duda ahora, joven? Pngase contra las cuerdas. Escriba este cheque de 10.000 libras para m.

    El joven extendi el cheque; escribi lentamente primero las cifras y luego las

    palabras. Pero, cuando lleg el momento de firmarlo, descubri que no lo poda hacer.

    -Nunca he extendido un cheque por semejante cantidad en toda mi vida.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    -Si usted quiere convertirse en millonario, tendr que empezar a hacerlo algn da. Tiene que acostumbrarse a firmar cheques por sumas mucho ms grandes que sta. Este es slo el comienzo.

    Aun as, el joven segua sin poder firmarlo en ese preciso momento. Todo

    ocurra tan deprisa. Estaba a punto de entregarle un cheque por 10.000 libras a un hombre al que acababa de conocer y que le ofreca a cambio un secreto ms que dudoso.

    -Qu es lo que le impide firmar? -pregunt el millonario-. Todo es relativo

    bajo el sol. En menos de nada, esta cantidad le parecer irrisoria. -No se trata de la cantidad -susurr el joven que, a estas alturas, a duras

    penas si saba lo que deca. -Bueno, entonces, de qu se trata? El joven estaba a punto de responderle cuando el millonario le interrumpi:

    -Yo s que no puede firmarlo. En realidad, usted no cree que mi secreto le

    convertir en millonario. Si usted estuviera absolutamente convencido firmara en seguida.

    Para asegurarse de que poda convencerle, o mejor dicho, para ilustrar sus

    palabras con mayor claridad, el millonario aadi: -Si usted realmente estuviera seguro de que este secreto le ayudara a ganar

    50.000 libras en menos de un ao, sin tener que trabajar ms de lo que trabaja ahora, e incluso trabajando menos, firmara el cheque?

    -Claro est que lo firmara -manifest el joven, al no quedarle otra opcin-.

    Tendra una ganancia de 40.000 libras. -Pues entonces, frmelo. Yo le garantizo formalmente que usted podr ganar

    dicha cantidad.

    -Estara usted dispuesto a ponerlo por escrito? Una vez ms, el millonario se ech a rer. Exclam: -Me agrada usted, joven. Est dispuesto a cubrirse las espaldas. A menudo, esta

    es una medida muy prudente. Incluso si usted est completamente seguro de sus recursos, esto no significa que tenga que confiar en la primera persona que se le cruce por el camino.

    Luego, se puso de pie, rebusc en uno de los cajones del escritorio y sac un

    formulario impreso que, a buen seguro, ya haba utilizado en ocasiones similares. Esto no le cay bien al joven. Es que el anciano haba hecho un negocio de su secreto? Se lo venda a cualquiera que se presentara a la puerta de su casa pretendiendo ganar dinero a espuertas?

    El millonario escribi la garanta y se la entreg al joven. Este le ech una rpida

    ojeada y, al parecer, qued satisfecho con lo que haba ledo. Entonces, el anciano cambi de opinin.

    -Se me ocurre otra idea -dijo-. Qu le parece si hacemos una apuesta?

    15

  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    Sac una moneda del bolsillo y comenz a arrojarla por el aire recogindola en la palma de la mano.

    -Juguemos a cara o cruz. Si pierdo, le dar las 10.000 libras en efectivo que

    tengo en el bolsillo. Si gano, usted me dar el cheque. En cualquier caso, nos olvidaremos de la garanta.

    El joven se tom su tiempo para pensar en esta proposicin tan poco corriente.

    No era una mala idea. De hecho, resultaba tan atractiva que se pregunt cul sera el motivo que tena el anciano para proponerla. Le pareca demasiado buena para ser honesta.

    -El nico problema -dijo- es el que ya le he dicho. En el banco slo tengo calderilla. Si te diera este cheque, usted no podra cobrarlo.

    -Eso no es problema -afirm el millonario-. No tengo prisa. Estoy dispuesto a

    esperar hasta la prxima vez que nos veamos. Por qu no le pone fecha de aqu a un ao?

    -Est bien. Bajo estas condiciones, acepto la apuesta. Ahora, haba llegado a la conclusin de que, en el peor de los casos, tendra todo

    un ao por delante para cambiar de banco, cerrar su cuenta o, simplemente, ordenar que no pagaran el cheque. Tendra que haberlo pensado antes. No tena nada que perder. Y, con esta nueva oferta del millonario, hasta podra llegar a ganar 10000 libras en unos segundos, sin haber tenido que trabajar para nada.

    No pudo evitar una sonrisa de satisfaccin que pas fugazmente por sus labios.

    Se sinti culpable, y dese que el millonario no se hubiera dado cuenta aunque pareca un personaje al que no se le escapa nada. En aquel preciso momento, el millonario le pidi una pequea aclaracin que confirm, en el acto, las dudas del joven.

    -Slo un pequeo detalle. En el caso de que usted pierda la apuesta, me

    gustara que jurara solemnemente que har honor a este cheque. El joven se sonroj. Este viejo es ms astuto que un zorro, pens. El millonario

    pareca leer en sus pensamientos como en un libro abierto. El joven le dio su palabra, pero en el momento en que el millonario estaba a punto de arrojar la moneda, l le interrumpi bruscamente

    -Me permite ver la moneda? pregunt. El millonario sonri y respondi: -Ya no me cabe ninguna duda. En realidad, joven, usted me cae bien. Es cauto.

    Esto le ayudar a evitar muchos errores pero asegrese que no le haga perder un montn de buenas oportunidades.

    Entonces el millonario le lanz amablemente la moneda. Tan pronto como el

    joven la hubo examinado con todo cuidado por los dos lados, el millonario le pidi que escogiera.

    -Cruz -pidi el joven. El Millonario Instantneo arroj la moneda al aire. El corazn del joven comenz

    a latirle a toda prisa! Esta era la primera vez que tena la oportunidad de ganar 10.000 libras, una cantidad nada despreciable por cierto! Mientras miraba cmo la

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    moneda daba vueltas en el aire, su ansiedad fue en aumento. La moneda rod sobre la mesa y, por fin, se qued quieta.

    -Cara! -anunci el millonario, alegremente, aunque de inmediato agreg con

    simpata-: Lo siento. Era difcil saber si lo deca con sinceridad o por pura cortesa. El joven decidi entonces firmar el cheque. Pero aun as no pudo dejar de

    temblar un poco mientras lo haca. Probablemente, llegara el da en el que estara acostumbrado a firmar cheques tan grandes como ste, pero, de momento, se senta bastante raro. Le entreg el cheque al millonario, quien lo examin rpidamente, para despus doblarlo y guardrselo en el bolsillo.

    -Y ahora -dijo el joven-, puedo saber el secreto? -Desde luego -replic el millonario-. Tiene usted un trozo de papel? Se lo dar

    por escrito. De esta manera, no se le olvidar. Al joven le cost trabajo digerir estas palabras. El millonario no pretendera

    decirle que una sola hoja de papel bastaba para contener todo el secreto, especialmente cuando era un secreto que acababa de comprar por 10.000 libras!

    -Lo siento. No llevo ningn papel. El millonario hizo que el corazn le diera otra vez un vuelco cuando le pregunt: -Pero no traa una carta de presentacin cuando lleg aqu? Las personas que

    me envi su to a lo largo de los aos siempre traan una carta. El joven todava conservaba la carta. La sac de su bolsillo, pensando que el

    anciano no pareca olvidarse del menor detalle. Se la entreg, observando cuidadosamente el rostro del hombre cuando ste la

    abri. Pero el millonario no pareci sorprenderse en lo ms mnimo cuando vio que estaba en blanco. Tom su pluma, se apoy sobre la mesa y estaba a punto de comenzar a escribir algo, cuando levant la cabeza y le pidi al joven que fuera a buscar al mayordomo.

    -Le encontrar usted en la cocina, al final del pasillo que est all -le explic el

    anciano. Cuando el joven regres en compaa del mayordomo, el millonario estaba

    cerrando el sobre. Sonrea y pareca estar muy satisfecho consigo mismo. -Nuestro joven invitado pasar la noche con nosotros -le dijo al mayordomo.

    Podra acompaarle a su habitacin, por favor? -Despus le estrech la mano como si estuviera cerrando uno de los ms importantes tratos que hubiera hecho en toda su vida.

    -La nica cosa que quiero pedirle que haga es que espere hasta estar a solas en

    su habitacin antes de abrir el sobre y leer el secreto... Ah, y hay otra condicin ms. Antes de que pueda usted leer lo que he escrito, tiene que prometerme que dedicar parte de su vida a compartir este secreto con otras personas menos afortunadas que usted. Si est de acuerdo, usted ser la ltima a la que transmitir el secreto directamente. Mi trabajo se habr acabado. Entonces, podr ocuparme del cuidado de mis rosas en un jardn mucho ms grande. Si usted no est dispuesto a compartir este secreto -dijo, por ltimo-todava est a tiempo de

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    echarse atrs. Pero entonces, desde luego, no podr usted abrir el sobre. Yo le devolver su cheque. Y usted podr marcharse a su casa en cuanto lo desee y continuar con el tipo de vida que ha venido llevando hasta el presente.

    Ahora que, por fin, tena en sus manos la carta que contena el famoso secreto,

    no haba fuerza en el mundo que se la hiciera devolver. Su curiosidad era ms fuerte que nunca.

    -Lo prometo -replic.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    CAPTULO 4

    En el que el joven se encuentra prisionero

    Muy pronto se encontr completamente solo en su habitacin; era tan lujosa que

    no pudo menos que revisarla de arriba a abajo. Al parecer, se haba olvidado por completo de la preciosa carta que le haba costado tanto. Se acerc a la nica ventana que haba en el cuarto, y que estaba a gran altura del suelo, y mir el parque. Poda ver hasta el jardn donde haba atisbado, por primera vez, al millonario que cuidaba de sus rosas con tanto cario.

    Haba cado la noche, pero la luna llena cubra todo con un manto fosforescente.

    El joven arda ahora de impaciencia. Por fin iba a descubrir el secreto para hacer fortuna que le haba eludido durante tantos aos.

    Abri el sobre, despleg la carta y se dispuso a leerla. Y lo hubiera hecho de no

    haber sido que la hoja de papel que tena ante sus ojos estaba completamente en blanco! Le dio la vuelta. Tampoco haba ni el ms mnimo trazo! Haba sido tan tonto como para dejarse estafar por el anciano. Le haba entregado un cheque por una cifra que le haca dar vueltas la cabeza a cambio de un secreto que no exista!

    Sin embargo, el millonario se haba mostrado siempre como una persona muy

    correcta en casi todo. Incluso l haba comenzado a sentir un cierto aprecio por este anciano que pareca ser tan honesto. El joven comprendi que tendra que haber sido ms cuidadoso, que haba algo de cierto en el dicho de que la gente honrada nunca se hace rica.

    Se vio forzado a admitir que careca de sentido comercial y, probablemente, sta

    era la razn por la que haba cado en la trampa del anciano. Le invadi un sentimiento de rebelin, y, en un ataque de rabia, rompi la carta

    en dos pedazos y los arroj sobre la gruesa y suave alfombra. Su nico consuelo era que hacer el ridculo no mataba a nadie; de lo contrario, no hubiese dado un centavo por su vida.

    Qu poda hacer? Haba algo irreal en todo ese asunto. Se haba dejado llevar a

    una trampa muy bien preparada. Slo le quedaba una alternativa: escapar tan rpido como fuera posible. Tal vez tambin su vida estuviese en peligro. Tena que tomar una decisin y tomarla deprisa. No deseaba tener que pasar la noche en ese lugar.

    Lo ms aconsejable sera escabullirse tan silenciosamente pudiera. Camin de

    puntillas hasta la puerta y, lentamente, hizo girar el picaporte. Maldicin! La puerta estaba cerrada con llave desde fuera. Era un prisionero. La ventana era la nica salida que quedaba. Corri hasta ella. La abri con toda facilidad pero el problema era que estaba a unos diez metros del suelo. Si saltaba, con toda seguridad, se partira el cuello. Era mejor pensar en otro camino para la fuga. Ahora la nica esperanza que le quedaba era llamar al mayordomo. Qu otra cosa poda hacer? Desaparecer silenciosamente en medio de la noche era algo que ahora estaba fuera de su alcance.

    Tir del cordn de la campanilla y esper. Nadie se present.

    Volvi a llamar. Nada.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    En la casa reinaba el ms absoluto silencio. Todo el mundo deba estar durmiendo. Tal vez la campanilla no funcionaba. En este caso, lo nico que le quedaba era gritar. Pero esto no lo poda hacer de ninguna de las maneras. Qu sucedera si el millonario estuviera actuando de buena fe, a pesar de que a todas luces pareca lo contrario? El joven quedara como un tonto, despertando a todo el mundo en mitad de la noche.

    Finalmente, decidi que le convena dormir. Sin embargo, no le result tan fcil.

    Los episodios del da desfilaban sin cesar ante sus ojos. A pesar de todos los argumentos que imagin, haba poco que pudiera hacer para vencer la sensacin de ridculo que le embargaba. La hoja de papel en blanco que haba comprado por 10.000 libras continuaba flotando ante sus ojos como si se estuviera burlando de l. Por fortuna, el sueo le libr de esta pesadilla que soaba despierto. Comenz a soar con un extrao que le insista una y otra vez para que firmara un grueso documento de la mayor importancia como si le fuera la vida en ello. El protestaba con vehemencia. Tena que tratarse de un error: el documento estaba completamente en blanco.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    CAPTULO 5

    En el que el joven aprende a tener fe

    A la maana siguiente, el joven se senta como si le hubiera pasado un camin

    por encima. Como una ltima irona, la brisa que entraba por la ventana abierta haba levantado la carta infame y haba reunido, como por arte de magia, los dos trozos de papel al pie de la cama. Fue la primera cosa que vio cuando, por la maana, abri los ojos y, una vez ms, se sinti invadido por la furia. Haba dormido sin quitarse la ropa y ahora sus prendas estaban completamente arrugadas, pero no le dio la menor importancia. Slo pensaba en una cosa: buscar al anciano, devolverle su secreto y conseguir que le devolviera el cheque. El joven se contempl en el espejo el tiempo suficiente para darse cuenta de que tena un aspecto horrible. Esto slo sirvi para aumentar an ms su determinacin.

    Se pas los dedos por los cabellos un par de veces y se dirigi a la puerta

    recordando, en ese instante, que durante la noche haba estado cerrada con llave y que, tal vez, todava era un prisionero. Pero ya no lo era. Sali furioso y se encamin hacia el comedor.

    Encontr al Millonario Instantneo sentado tranquilamente a la mesa, vestido

    con las mismas prendas que llevaba el da anterior; el atuendo de jardinero era sencillo y limpio pero, aunque resultara sorprendente, estaba rado. Su gran sombrero puntiagudo y de alas anchas, que bien poda ser el de una bruja excepto que era de paja, estaba sobre la mesa delante de l. El millonario se dedicaba a lanzar una moneda al aire y contaba. Haba llegado hasta ocho.

    -Nueve -murmur, sin apartar la mirada de la moneda-. Diez. Pero no lleg hasta once sino que exclam: Maldicin!. Levant la cabeza

    mientras recoga la moneda. -Jams he conseguido sobrepasar los diez -coment-Saco cruz diez veces

    seguidas y entonces, invariablemente, sale cara en la tirada once, a pesar de que siempre lanzo de la misma manera.

    Un pensamiento cruz como un relmpago por la mente del joven. Se dio

    cuenta en el acto que la noche anterior le haban engaado por partida doble. No haba tenido oportunidad de ganar la apuesta eligiera lo que eligiera.

    -Mi padre, que era un mago, siempre consegua llegar a las quince -le explic

    el millonario-. Yo no hered su talento.

    El joven pidi ver la moneda. Despus de que el millonario se la entregara alegremente, comenz a tirarla sobre la mesa.

    Cara. Cruz. Cara. Cruz. Era obvio que no era una moneda trucada, a menos que tuviera un mecanismo secreto que se le hubiera pasado por alto.

    -No hubo nada deshonesto en nuestra apuesta de ayer -dijo el millonario-.

    Simplemente, hice una demostracin de mi habilidad manejando dinero. Adems, no es la primera vez que la gente ha llegado a la misma conclusin. Confunden habilidad con deshonestidad.

    El joven no supo qu responder a esta observacin. Entonces, record para qu

    haba venido a buscar al hombre. Agit la carta en el aire y la lanz sobre la mesa.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    -Hizo usted una excelente faena al estafarme, seor. Consigui con toda facilidad una buena suma: 10.000 libras por un trozo de papel en blanco.

    -No est en blanco. Es el secreto de la fortuna -le corrigi el millonario. El joven, que esperaba que el millonario le pidiera disculpas por este lamentable

    malentendido, replic: -Bueno, tendr que darme una explicacin. Me ha tomado usted por un idiota? -Un idiota? Desde luego que no. A usted simplemente le falta perspicacia. Es

    bastante normal. Su mente todava es joven e inmadura. -Puede que tenga usted razn, pero por cierto que soy capaz de reconocer una

    hoja de papel en blanco cuando veo una, y el hecho es que usted me ha jugado una mala pasada.

    -No s qu ms quiere usted. Le asegur que podra llegar a ser muy rico con

    slo este trozo de papel. Esto fue todo lo que necesit para convertirme en el millonario instantneo en aquel entonces cuando... Pero, dado que no tengo mucho tiempo, y muy pronto tengo que volver a ocuparme de mis queridas rosas, le ayudar. Esccheme con atencin, porque tan pronto como aplique este secreto con xito, tendr que explicrselo a otros. Una vez que usted se haya librado a s mismo de los grilletes de la pobreza, tendr que ensear el camino a todos aquellos todava atados de pies y manos. Puedo pedirle que repita la promesa que me hizo ayer?

    No haba duda alguna, el millonario era el hombre ms extraordinariamente

    persuasivo que haba conocido en toda su vida! Tan slo haca unos pocos minutos, el joven estaba dispuesto a mal decirle con toda la locuacidad que nicamente poseen los jvenes, y ahora prcticamente estaba comiendo de la palma de su mano!

    La idea de negarse al pedido del millonario ni siquiera le pas por la cabeza. Una

    vez ms, repiti su solemne juramento. El rostro del millonario se ilumin con una sonrisa, una sonrisa tan extraa como la que haba aparecido en sus labios el da anterior cuando el joven lo haba visto por primera vez.

    -Estoy dispuesto a revelarle a usted el secreto, dado que no ha sido capaz de

    descubrirlo por s mismo. Debo advertirle una vez ms que probablemente le parecer demasiado fcil para ser cierto. Pero no permita que la simplicidad le engae. Cada vez que comience a dudar, recuerde a Mozart. El verdadero genio reside en la simplicidad. Dado que usted todava es joven, tender a tener dudas en los inicios. Con el tiempo, a medida que la riqueza se sienta atrada magnticamente hacia usted de la forma ms inesperada, entonces comenzar a comprender.

    -Ser sincero con usted -dijo el joven-. Esto es exactamente lo que estaba

    esperando con todo mi corazn: comprender. -Pues mucho mejor. La fe sigue rpidamente a la autntica comprensin. Una

    vez que haya comprendido el secreto, entonces sabr por qu usted cree en l. Pero, al principio, a pesar de su simplicidad, este secreto le resultar tan sorprendente que ser incapaz de comprenderlo, o siquiera creerlo, por lo que hace al caso. As que le estoy pidiendo a usted que haga un pequeo acto de fe. Es un poco como un escptico que intenta relacionarse con Dios. Si Dios existe, usted lo

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    habr ganado todo debido a su fe. Si no existe, tampoco ha perdido nada. Esto mismo se aplica para el secreto.

    CAPITULO 6

    En el que el joven aprende a concentrarse en una meta

    -Tiene amplia libertad para formularme cualquier pregunta que se le ocurra -dijo

    el millonario-. Ser un placer para m poder contestarlas. Muy pronto, usted ya no podr hacerlo, y dado que nuestro tiempo juntos es limitado no lo desperdiciemos en discusiones ftiles. Tiene usted un trozo de papel?

    -Aqu est. -De verdad quiere usted hacerse rico? -Por cierto que s. Muy bien. Entonces, escriba la cantidad de dinero que desea y cunto tiempo se

    asigna a s mismo para conseguirla. Este es el misterioso secreto de la fortuna. El joven pens que, una vez ms, el Millonario Instantneo le estaba tomando el

    pelo. Pregunt: -De verdad cree usted que el dinero comenzar a lloverme del cielo slo porque

    yo escriba un par de nmeros sobre un papel? -S, lo creo -fue todo lo que el millonario consider que deba decir-. Su reaccin

    no me sorprende en lo ms mnimo. Le advert que el secreto sera muy simple y, sin embargo, usted todava est sorprendido... Permtame que aada otro punto antes de que intente aclarar un poco ms las cosas. Todos los millonarios que he conocido me han confesado que se hicieron ricos en el momento en que se fijaron una cantidad y un tiempo lmite para conseguirla.

    -Lo lamento pero sigo sin entenderle. Qu bien me puede reportar que yo escriba una cifra y una fecha?

    -Si usted no sabe adnde quiere ir, lo ms probable es que jams consiga llegar

    a ninguna parte. -Tal vez, pero esto me parece a m como un toque de magia. -Pero si es exactamente eso: el secreto mgico de un objetivo cuantificado.

    Consideremos el problema desde otro ngulo. Supongamos que est usted intentando conseguir un empleo. Da todos los pasos necesarios y, finalmente, le citan para una entrevista. Poco despus, le dicen que est entre los candidatos. Luego, le anuncian que el trabajo es suyo y que ganar un montn de dinero. Cul sera su reaccin? Para empezar, se sentira muy satisfecho consigo mismo. Ser elegido entre docenas, tal vez centenares, de candidatos. Qu proeza! Y dado que los empleos estn ms bien escasos y usted lleva tres meses sin trabajar, o tal vez ya tiene un empleo, pero desde hace un ao lo aborrece, piensa que sta ha sido una racha de buena suerte. Pero, una vez que se le ha pasado la euforia inicial, cul ser su siguiente reaccin?

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    -Bueno, me gustara saber cundo comenzar en mi nuevo empleo. Despus, querr saber exactamente qu queran decir cuando hablaron de un montn de dinero. Como todas las cosas son relativas en este mundo material, tratar de descubrir exactamente el monto del salario que me van a pagar y de saber los beneficios que me ofrecern.

    -Me ha quitado usted las palabras de la boca. Si, por ejemplo, le pregunta a su

    nuevo jefe qu quera decir cuando hablaba de un montn de dinero, y todo lo que hace es afirmar que, en efecto, usted ganar una buena cantidad, no habr avanzado mucho ms, no es cierto? Y lo que es peor, usted probablemente comenzar a plantearse dudas acerca de su honradez. El hecho de que se niegue a decir una cifra exacta significar que acaso oculta que hay algo un poco turbio en todo ese asunto o que su salario no ser tan generoso como le haban dicho. De la misma manera, si rehsa decirle la fecha precisa en que se supone que usted comenzar a trabajar, tampoco se sentir muy feliz, no es as? Usted intentar que se defina.

    -Supongo que lo hara -asinti el joven, sin ver fallo alguno en los

    planteamientos del anciano. -Y si, a pesar de su insistencia, usted sigue sin conseguir los detalles que desea

    entonces podra darse el caso de que decidiera no esperar ms, renunciar al empleo y comenzar a buscar en otra parte. De hecho, estara plenamente justificado si lo hiciera.

    -Tiene usted toda la razn. El empleador o bien me estara tanteando o sera

    simplemente un estafador. Tendra que admitir que, lo mirara como lo mirara, este empleo deja mucho que desear.

    El millonario pareca tan satisfecho como lo hubiera estado Scrates despus de

    haber tenido una sesin especialmente ardua de preguntas y respuestas con sus discpulos. Hizo una pausa antes de proseguir, y sin abandonar su sonrisa un tanto burlona pero bien intencionada, dijo:

    -Hace unos momentos, las preguntas que le formulaba a su imaginario

    empleador tenan como objetivo conseguir unos datos concretos. No es as? El solo hecho de saber que iba a ganar un montn de dinero no era suficiente. Usted tambin quera saber cunto ganara. Saber que haba conseguido el empleo, tampoco le satisfaca. Usted tambin quera saber la fecha exacta en que comenzara a trabajar. Adems, probablemente usted deseaba que todo esto quedara reflejado por escrito porque un contrato da respaldo a un acuerdo verbal. Desde luego, la palabra de una persona debera ser suficiente. Pero las palabras se las lleva el viento, y la letra permanece. Lo mismo ocurre en la vida. La mayora de la gente no se da cuenta, o al menos la gente que no triunfa, que la vida nos da exactamente aquello que le pedimos. Lo primero que se debe hacer, sin embargo, es pedir exactamente lo que queremos. Si su pedido es confuso, aquello que recibir tambin ser poco claro. Si usted pide el mnimo, recibir el mnimo. Y no debe sorprenderse si esto es lo que recibe. Despus de todo, es lo que ha pedido.

    El millonario se asegur de que el joven entenda el hilo de su razonamiento, antes de proseguir:

    -Cualquier pedido que usted haga debe estar formulado de la misma manera. Sobre todo, debe ser absolutamente preciso. En lo que a la riqueza se refiere, debemos establecer una cantidad y una fecha lmite para conseguirla. Qu hace la gente por lo general? incluso aquellos que quieren dinero en abundancia, todos cometen el mismo error. Si quiere una prueba convincente, simplemente

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    pregntele a cualquiera exactamente qu cantidad de dinero desea ganar el ao prximo. Pdale que responda inmediatamente. Si esta persona est realmente en el camino del xito, si realmente sabe adnde va, y si no le importa confiar en usted, estar en condiciones de responderle de inmediato. Sin embargo, nueve de cada diez personas sern incapaces de contestar a esta pregunta tan simple con claridad. Este es el error ms comn. La vida quiere saber exactamente qu espera de ella. Si usted no pide nada tampoco conseguir nada.

    -Ahora hagamos esta misma prueba con usted -continu el anciano-. Me ha

    dicho que quiere hacerse rico. -As es. -Podra decirme entonces cunto deseara ganar el ao prximo?

    El joven descubri, de repente, que no saba qu contestar. No haba tenido problemas en seguir los razonamientos del anciano. De hecho, estaba de acuerdo con l de todo corazn. Y, no obstante tena que admitir que perteneca a esa inmensa mayora de gente que deseaba hacerse rica pero que no saba, en realidad, cunto deseaba ganar. Se sinti avergonzado y enrojeci.

    -No lo s -se vio forzado a admitir-. Pero creo que acabo de comprender uno de mis errores, tal vez el error fundamental.

    -Por cierto que es un error grave. Intentaremos corregirlo. Vamos. Escriba la

    cantidad que ha pensado. -De verdad que no tengo ni la menor idea -murmur el joven. -Y, sin embargo, es tan fcil. Escriba la cantidad que le gustara ganar a partir de

    hoy hasta la misma fecha del ao que viene. Ya s qu haremos. Tmese unos minutos para pensarlo. Cuando se acabe el tiempo, usted tendr que escribir una cantidad. En cuanto a la fecha lmite, digamos un ao a partir de ahora. As que en lo nico que debe pensar es en la cantidad. Adelante, el tiempo vuela!

    Mientras deca estas palabras, cogi el dorado reloj de arena que estaba sobre la mesa y le dio la vuelta.

    El joven rpidamente entr en el juego, si se lo poda llamar as, dado que sta era la primera vez que tena que pensar con tanta concentracin en toda su vida. Todo tipo de cifras absurdas le pasaban incontroladamente por la cabeza. El tiempo se acababa. Cuando cay el ltimo grano de arena, todava no se haba decidido por una cifra determinada.

    -Bien -dijo el millonario, que no haba apartado su mirada del reloj de arena ni por un instante-. Cul es la cifra que ha pensado?

    El joven escribi la cifra que le pareci que estaba ms a su alcance. Con dedos

    temblorosos anot cada uno de los nmeros. -3O.OOO libras! -exclam el millonario-. Es muy poco, pero, de todas maneras,

    es un principio. Hubiera preferido que fueran 300.000 libras. Tendr que trabajar mucho antes de llegar a convertirse en un millonario instantneo. Pero ya lo ver. Este trabajo no es tan cansado como la mayora de la gente se lo imagina. Sin embargo, es el ms importante que habr hecho en toda su vida, no importa la clase de ocupacin que acabe escogiendo. Se llama trabajar sobre uno mismo.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    CAPITULO 7

    En el que el joven aprende el valor

    de la autoimagen

    El joven no haba desayunado y el desgaste emocional que haba sufrido durante la noche anterior haba aumentado su apetito. De improviso, entr el mayordomo, cargado con una bandeja cae caf y croissants, y el joven desayun mientras continuaba la leccin. Esta prosigui de la siguiente manera:

    -Voy a formularle una serie de preguntas dijo el Millonario Instantneo- para

    ayudarle a que comprenda lo que le ocurri durante su minuto de reflexin, que, para usted, seguramente ha sido muy corto.

    -Efectivamente, s. -La primera observacin que debe hacer es que la cantidad que ha escrito sobre

    este trozo de papel significa mucho ms de lo que usted piensa. De hecho, esta cantidad representa casi hasta el ltimo penique lo que usted piensa que vale. A sus ojos, quiera usted admitirlo voluntariamente o no, usted vale 30.000 libras al ao. Ni un penique ms ni un penique menos.

    -No veo por qu lo dice -observ el joven-. El hecho de que yo haya escogido

    esta cantidad en particular significa que pienso con claridad y que tengo los pies bien puestos en el suelo. No veo cmo podra ganar ms en estos momentos. Despus de todo, no tengo un ttulo, el balance de mi cuenta en el banco es prcticamente cero y no tengo trabajo.

    -Su forma de pensar es vlida, no lo dudo, y la respeto. El nico problema es

    que esta actitud es la causa de su actual situacin. Las circunstancias externas en realidad no tienen mucha importancia. Tngalo siempre muy en cuenta: todos los hechos de su vida, sean emocionales, sociales o profesionales, son el reflejo de sus pensamientos. Pero, como su mente todava no est formada, no puede comprender este principio. Su mente contina aceptando la ilusin un tanto generalizada de que los factores externos juegan un papel en determinar cmo ser su vida, cuando en realidad todo en la vida es una cuestinale actitud. La vida es exactamente tal cual nosotros la representamos. Todo lo que le ocurre, le sucede debido a sus pensamientos. De manera que, si usted quiere cambiar su vida, debe comenzar por cambiar sus pensamientos. No dudo que usted lo considera todo un tanto trivial. Muchos individuos racionales niegan obstinadamente este principio.

    Al darse cuenta de que el joven estaba pendiente de cada una de sus palabras,

    el millonario aadi rpidamente: -Todos aquellos que consiguieron grandes cosas en la vida, no importa en qu

    campo, siempre han ignorado las objeciones planteadas por los pensadores racionales y los intelectuales. No importa lo que digan, sus pensamientos son en esencia materialistas. No dejan de discutir y razonar sobre todas las cosas. Pero, si lo miramos bien, sus discusiones son bastante estriles.

    Sin embargo -continu- no debe usted creer que estoy en contra de la

    inteligencia. Muy al contrario. La lgica y el razonamiento son necesarios para conseguir el xito. Pero no suficientes. Deben ser instrumentos y fieles sirvientes, nada ms. Sin embargo, en la mayora de los casos, se convierten en obstculos en el camino de los grandes logros, que son creados slo por aquellos que tienen fe en

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    los poderes de la mente. Estas personas de xito jams permiten que las circunstancias les preocupen demasiado, y esto atrae la fortuna hacia ellos, de una forma casi milagrosa. Si se fija con atencin, ver que las circunstancias que tuvieron que afrontar en el pasado los grandes triunfadores no eran diferentes a las que deban hacer frente sus contemporneos. A menudo, por cierto, estas circunstancias eran incluso ms difciles, pero esta situacin simplemente les llev a buscar an ms profundamente en sus recursos interiores. Todos estos triunfadores crean firmemente que conseguiran grandes logros. Todos aquellos que se hicieron ricos estaban profundamente convencidos de que se haran ricos. Y es por esto que triunfaron.

    -Pero volvamos a nuestro trozo de papel -concluy el anciano- y responda a

    esta pregunta. Esta cifra de 30.000 libras que escribi no es, con toda seguridad, la primera cantidad que le pas por la cabeza, verdad?

    -Tiene usted razn, no lo fue. -Entonces cul era? -No se lo podra decir Mi cabeza estaba llena de cifras. -Por ejemplo? -Bueno, 50.000 libras. -Y por qu no la escribi? -No lo s. Supongo que me pareci que estaba totalmente fuera de mi

    alcance. -Lo seguir estando hasta que usted crea que puede conseguirla. Dado que ha

    comenzado con slo 30.000 libras, tenemos una tarea urgente por delante; de lo contrario le llevar muchsimo tiempo convertirse en millonario. As que escriba la cifra ms alta que a usted le parece que pueda conseguir.

    El joven te obedeci. Tras un instante de reflexin, escribi 40.000 libras.

    -Felicitaciones -respondi el Millonario Instantneo de inmediato-. Acaba de ganar usted 10.000 libras en unos segundos. No est mal, eh?

    -Pero todava no las he ganado.

    -Es como si lo hubiera hecho. Ha dado un gran paso. Ha aumentado su

    autoimagen al considerar que podra ganar 40.000 libras en lugar de 30.000. No es un enorme avance, pero de todas maneras es un adelanto. Despus de todo, Roma no se construy en un da. Dentro de usted hay una ciudad oscura, una especie de Roma, y ciertamente lo mismo les ocurre a todos los seres humanos. Por asombroso que parezca, esta ciudad es exactamente como usted se la imagina. Es sorprendentemente flexible. El tamao de su ciudad depende de la circunferencia exacta que usted le asigne. Poca gente sabe que esta ciudad interior existe. Los lmites que usted le fija son conocidos comnmente como su autoimagen. Al aumentar la cifra que usted ha escrito, ha puesto en movimiento el proceso de expansin de los lmites de su ciudad. Su Roma interior ha crecido al mismo tiempo. Todos los sabios pensadores han dicho durante siglos que la mayor limitacin que el hombre puede imponerse a s mismo, y en consecuencia el obstculo ms grande a su triunfo, es mental. Ample sus lmites mentales y usted

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    ampliar su vida. Las condiciones de su vida habrn cambiado como por arte de magia. Esto se lo, juro muy solemnemente.

    -Pero cmo puede descubrir cules son mis limitaciones mentales? -pregunt el

    joven-. Todo esto me parece admisible pero, al mismo tiempo, bastante abstracto. -Acabo de explicarle cmo encontrar los lmites que encierran su mente y

    corresponden a su propia imagen -contest el millonario-. Usted lo ha traducido a trminos concretos cuando escribi esa cifra. Es fascinante ver lo fcil que resulta descubrir lo que cada individuo piensa realmente de s mismo. Cada vez que alguien realiza este ejercicio, una sola cifra revela inmediatamente su verdadera autoimagen. Se ve enfrentado con sus limitaciones mentales, que correspondern exactamente a los lmites que encontrar en la vida. La vida se inclinar ante los lmites que l se ha fijado a s mismo, sea o no consciente de este hecho. La parte trgica es que las personas que generalmente fracasan son las menos conscientes de estos principios clave del xito y la fortuna. Por el contrario, los individuos de xito son conscientes de este fenmeno y han hecho todo lo posible para trabajar en su autoimagen, Al principio -prosigui-, la forma ms fcil para conseguirlo es coger una hoja de papel en blanco y escribir cada vez cantidades ms grandes. En cualquier caso, una cosa est bien clara. No podr hacerse rico si no est convencido de que puede hacerlo. La imagen que usted crea de s mismo debe corresponder a la de una persona que puede hacerse rica. As que vamos a realizar otra vez nuestro pequeo ejercicio. Esta vez escriba una cifra ms arriesgada.

    El joven pens por unos instantes y luego, sin controlar su inquietud, escribi

    60.000 libras, confesando, inmediatamente, que ste era el mximo que poda tener esperanzas de ganar.

    -Tal vez sea el mximo que tenga esperanzas de ganar, pero de ninguna manera

    es el mximo que usted puede ganar. Esta es una cifra bastante modesta. Algunas personas la ganan en un mes, otras en una semana, incluso en un da, cada da del ao. En cualquier caso, permtame que le felicite. Ha hecho usted un progreso asombroso, ha doblado su autoimagen y extendido considerablemente sus lmites mentales. No tanto como yo hubiera deseado, pero no deseo apresurarle. Tiene que comenzar por fijarse un objetivo que usted considere atrevido, pero al mismo tiempo razonable. De otra manera, le resultara demasiado difcil creer en ello. El secreto de una meta es que debe ser al mismo tiempo ambiciosa y estar a su alcance. Jams lo olvide cuando finalmente tenga que fijarse una meta. Por otro lado, no olvide tambin que la mayora de la gente es sumamente conservadora. Tienen miedo de que sus limitaciones mentales se rompan. Las han convertido en una especie de hbito. Estn acostumbrados a llevar una existencia mediocre y no quieren ms. Estn convencidos de que as es la vida. Estn demasiado asustados para soar. Usted no debe tener miedo de ampliar sus lmites mentales. Con el simple hecho de escribir una serie de cantidades cada vez ms grandes, es asombroso lo que puede conseguir en una hora. Por ejemplo, fjese en usted mismo. Ha conseguido doblar su objetivo en cuestin de minutos. Ms tarde -prosigui-, cuando est a solas en su cuarto, haga el siguiente ejercicio. Sintese en la intimidad de su dormitorio y escriba el curso de su destino financiero. Esta es la manera de hacerlo. Escriba: dentro de seis aos, a partir de hoy, me convertir en millonario. Esta es la aplicacin prctica de m secreto para convertirse en millonario instantneo. Probablemente no estar de acuerdo con el hecho de que tendr que esperar seis largos aos para convertirse en millonario. Lo comprendo, pero slo le llevar un segundo girar la llave secreta que le asegurar su destino financiero y su fortuna. En cuanto a m, a pesar de que comenc con 10.000 libras que me prest un viejo millonario, me cost exactamente cinco aos y nueve meses hacer mi primer milln. A partir de entonces, he prosperado utilizando la misma frmula cada vez. Esta frmula siempre ha hecho que muchas personas se

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    burlaran, y esto no va a cambiar. Sin embargo, aquellos que se rieron no son ricos!

    El joven mova la cabeza, pensativo. En realidad, no saba qu decir. Estaba convencido a medias. Pero todo eso le resultaba demasiado fcil.

    -Como resulta obvio -continu el Millonario Instantneo- es vlida slo para

    aquellos que quieran convertirse en millonarios. Despus de todo, no todo el mundo tiene esta ambicin. Y sta es precisamente la belleza de este secreto. Vale a la perfeccin para cualquier tipo de sueo, desde los ms modestos a los ms extravagantes. Le puede hacer ganar 5.000 libras extras al ao o doblarle los ingresos anuales, algo que, por cierto, es completamente factible. As que, si no le importa, vaya y pase un rato en su habitacin mientras yo vuelvo a mis preciosas rosas, y escriba la frase que le he dicho: dentro de seis aos a partir de hoy, me convertir en millonario. Por lo tanto, ser millonario el... y escriba usted el da, el mes y el ao. Asegrese de que toma nota de cualquier cosa que se le pase por la mente, no importa lo que sea. Encontrar unas cuantas hojas de papel en el escritorio. Recuerde una cosa: mientras no se acostumbre a la idea de que se convertir en millonario, mientras que esto no sea una parte integral de su vida, y por lo tanto de sus pensamientos ms ntimos, nada podr ayudarle a convertirse en millonario. Ahora vaya y reflexione sobre mi frmula, que se convertir en el principio que te guiar durante los primeros seis aos.

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    CAPITULO 8

    En el que el joven descubre el poder de las palabras

    Una hora ms tarde, el mayordomo vino a buscar al joven, que no se haba dado cuenta del paso del tiempo, tan enfrascado estaba con el ejercicio que el excntrico millonario le haba propuesto.

    El mayordomo le explic que el millonario le esperaba en el jardn, y acompa

    al joven hasta all, sin decir nada ms. Su anfitrin estaba sentado en el mismo banco donde le haba conocido el primer da, y se dedicaba a contemplar una rosa recin cortada. Levant la cabeza cuando escuch que el joven se aproximaba. Pareca estar en xtasis, y una gentil sonrisa iluminaba su rostro.

    -Y bien, qu tal ha ido? -pregunt-. El ejercicio le ha dado resultado? -S, lo ha dado. Pero tengo un montn de preguntas que formularle. -Para eso estoy aqu -replic y le invit a que se sentara a su lado. -Lo que en particular me preocupa -manifest el joven - es que no puedo

    entender de ninguna manera cmo puedo convertirme en millonario a partir de hoy, aunque escriba esta frase loca y medite sobre ella. Mi pregunta es: cmo puedo convencerme a m mismo de que me convertir en millonario? Ni siquiera s en qu quiero trabajar. Y, adems, todava me siento demasiado joven para pretender convertirme en millonario.

    -Esto no representa ningn obstculo. Muchsimas personas se han hecho ricas

    cuando eran mucho ms jvenes que usted. La edad no es una barrera. El principal obstculo es desconocer el secreto, y cuando lo conoces, no aplicarlo. En realidad, hay un nico medio para conseguirlo. Y es el mismo que utiliz para persuadirse a s mismo de que no podra convertirse en millonario a pesar de que lo deseaba. Durante los prximos das o en unas pocas semanas, como mximo, usted desarrollar la personalidad de un millonario instantneo. Como es lgico, le costar algn tiempo desmontar todo aquello que ha levantado durante aos. El secreto reside en las palabras, combinadas con las imgenes, que es la forma particular que tienen los pensamientos de expresarse a s mismos. Cada pensamiento que tiene tiende a manifestarse en su vida de una manera u otra. Cuanto ms fuerte sea el carcter de una persona, ms poderosos sern sus pensamientos y ms rpidamente tendern a convertirse en realidad, formando as las circunstancias de su vida. Esto, indudablemente, inspir a Herclito su sabia mxima: El carcter es igual al destino. El deseo es lo que mejor apoya sus pensamientos. Cuanto ms apasionado sea su deseo, ms rpidamente aparecer en su vida la cosa que desea. La forma de hacerse rico es desearlo fervientemente. En cada aspecto de la vida, la sinceridad y el fervor son los ingredientes necesarios para el xito.

    -Todo esto est muy bien y deseo con toda sinceridad hacerme rico -replic el

    joven-. He hecho todo lo que estaba a mi alcance para conseguirlo. Pero nada ha dado resultado.

    -El deseo ardiente es necesario, pero no suficiente. Lo que le falta es fe. Usted

    debe creer que se convertir en millonario. -Cmo puedo conseguir esa fe?

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    -He ledo muchsimos libros sobre ese tema. Y lo que mi propio maestro me ense corresponde a las conclusiones a las que se llega en ellos. La nica manera de tener fe es a travs de la repeticin de las palabras. Las palabras tienen un impacto extraordinario en nuestra vida interior y exterior. La mayora de las personas desconocen totalmente este principio o no lo utilizan... Perdn, retiro esto ltimo, utilizan el poder de las palabras, pero en general en detrimento propio. Las palabras son omnipotentes.

    -No es mi deseo contradecirle -dijo el joven- pero creo que est usted

    exagerando. No puedo entender cmo las palabras pueden ayudarme a convertirme en millonario. Pueden tener una cierta importancia, pero estar de acuerdo conmigo en que ser slo relativa.

    El Millonario Instantneo no respondi a las objeciones del joven. Estaba

    ensimismado en sus pensamientos. Despus, dijo: -En el escritorio de su habitacin, he dejado un viejo folleto que explica esta

    teora de una forma muy clara. Por favor, vaya y bsquelo. Es muy breve. Lalo y vuelva a reunirse conmigo. Continuaremos nuestra discusin ms tarde. Si le apetece disponer de mayor intimidad cierre la puerta de su dormitorio.

    El joven hizo lo que le pedan. Volvi a su habitacin, cerr la puerta y comenz

    a buscar el folleto en el escritorio. No haba folleto alguno. Sin embargo, encontr una carta que, al parecer, estaba dirigida a l, aunque su nombre no estaba escrito en el sobre. En cambio, en letras muy claras pona: CARTA A UN JOVEN MILLONARIO.

    La abri. La carta tena una sola palabra en tinta roja: ADIS. Estaba firmada: El

    Millonario Instantneo. El corazn del joven comenz a agitarse en su pecho, y en aquel momento, oy

    un sonido. Se dio la vuelta y vio una computadora que no haba visto antes. Alguien deba haberla puesto all durante su ausencia. La impresora estaba funcionando. Se acerc a la mquina y comenz a leer el texto. Era una sola frase que se repeta una y otra vez:

    LE QUEDA UNA HORA DE VIDA LE QUEDA UNA HORA DE VIDA LE QUEDA UNA HORA DE VIDA LE QUEDA UNA HORA DE VIDA

    Si se trataba de una broma, era de muy mal gusto. Sin embargo, tena que

    tratarse de una broma. Por qu querra verle muerto el Millonario Instantneo? El joven no le haba hecho nada. Pero todo era tan extrao en ese lugar. Tal vez el millonario era un loco, que ocultaba sus tendencias asesinas tras un manto de falsa bondad.

    El joven estaba sumamente confundido. Slo tena una cosa clara: se tratara o

    no de una broma, no estaba dispuesto a correr riesgos. Se iba a escapar, se olvidara del cheque, del secreto y de las teoras mgicas que el millonario haba empleado para engaar a su ingenuo visitante.

    Dej caer la carta al suelo y fue hasta la puerta, pero estaba cerrada con llave.

    Le sobrecogi el pnico. Comenz a tirar furiosamente del picaporte, tratando de forzar la puerta, pero sin ningn resultado. Esta vez, el millonario haba ido demasiado lejos.

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    El joven fue preso de la ms completa desesperacin. Corri hasta la ventana y vio al millonario trabajando en su jardn, Sin detenerse a considerar si lo que haca tena el menor sentido, comenz a gritar con toda la fuerza de sus pulmones. Nadie le respondi. Grit todava con ms fuerza. Una vez ms, nadie le respondi. Es que el millonario se haba vuelto sordo? No pareca haber tenido problemas para escucharle cuando estaban juntos. Entonces el mayordomo apareci en el jardn. El joven le llam con gritos histricos. Pero era como si estuviera clamando en el vaco.

    Qu clase de horrible pesadilla estaba teniendo? No era posible que los dos se

    hubieran vuelto sordos. Volvi a llamar. Apareci otro sirviente, unos pocos pasos atrs del mayordomo. El tampoco pareci escuchar en absoluto los gritos de ayuda del prisionero. El joven se desesperaba ms y ms, a medida que pasaban los minutos. Este, sin lugar a dudas, era un insidioso y bien pensado plan, y l haba cado directamente en manos del enemigo.

    Volvi a pensar en la posibilidad de escapar a travs de la ventana como haba

    hecho la primera vez que lo haban encerrado. Pero esto an pareca demasiado arriesgado. Se rompera la crisma. De pronto, vio el telfono. Vaya idiota que era! Cmo es que no lo haba pensado antes? A quin llamara? A la polica? Qu pasara si en realidad todo estaba bien y ellos le acusaban de ser un mentiroso?

    Marc el nmero de informacin. La telefonista tena una voz muy extraa, pero

    cuando le dijo que quera comunicarse con la comisara de polica ms cercana, le dio el nmero. Lo marc rpidamente, pero escuch la seal de ocupado. Qu sonido tan desagradable! Volvi a marcar. Todava ocupado. Ciertamente, ste no era su da. Lo intent una vez ms. De repente, se dio cuenta de que el nmero que estaba marcando lo tena delante de sus ojos, no porque l lo hubiera anotado, sino porque corresponda al telfono que estaba utilizando. Estaba llamando a su propia habitacin. Le haban engaado!

    Una vez ms intent forzar la puerta, pero sus esfuerzos fueron intiles. As que volvi a la ventana. Entonces, vio a un hombre que se acercaba a la casa. Iba vestido con una amplia capa negra y un gran sombrero de alas anchas. El joven estaba casi sofocado por el terror. Podra tratarse de un asesino a sueldo que vena a matarme? Estaba atrapado como una rata. Iba a morir. No tena forma de escapar.

    Muy pronto, pudo escuchar unos pasos que se acercaban lentamente a la puerta. Estaba en lo cierto. Finalmente, haba llegado su hora. Se apart de la puerta, buscando a izquierda y derecha algo con qu defenderse. Escuch cmo giraba la llave en la cerradura. Se movi el picaporte y se abri la puerta. All, de pie en el umbral haba una sombra deformada y oscura, que rpidamente se transform en la figura de un hombre. En un primer momento, ste no dijo ni palabra. Simplemente, permaneci all, inmvil, como una estatua. De pronto, meti una mano en el bolsillo. El joven pens que iba a sacar un arma. En cambio, el inquietante y misterioso desconocido sac una carta. Al mismo tiempo, levant el ala de su sombrero y el joven, completamente hipnotizado, esperando sin aliento lo peor, vio la cara del millonario que resplandeca de malicia.

    -Ha olvidado usted su carta en el jardn -dijo el Millonario Instantneo, cuyo

    disfraz ahora le pareca muy divertido al joven, superados ya sus temores-. Ha encontrado el folleto del que le habl? -No, no lo he encontrado. En cambio encontr esto -replic el joven, ahora ya

    completamente tranquilizado por el amistoso tono de voz del anciano.

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  • MARK FISHER EL MILLONARIO INSTANTNEO

    Se agach y recogi la carta del suelo.

    -Cul es el significado de toda esta grotesca farsa que acaba de interpretar? -quiso saber el joven-. Podra demandarlo si... -Pero... si no son ms que palabras, unas pocas palabras escritas sobre un trozo

    de papel. De verdad que me llevara ante los tribunales por un insignificante trozo de papel? No me haba dicho usted que no crea en el poder de las palabras? Mire usted el estado en que se encuentra...

    El joven comprendi de pronto a qu se refera el millonario. -Yo slo quera darle una rpida leccin. La experiencia ensea mucho mejor que

    la mera teora. Para decirlo en pocas palabras, la experiencia es vida. No era sta la filosofa de Goethe? Gris es el color de la teora; verde el color del rbol de la vida. Comprende ahora el poder que tienen las palabras? -prosigui el anciano-. Y otra cosa: su poder es tan grande que ni siquiera necesitan ser verdad para que tengan efecto sobre la gente. Le aseguro que en ningn momento he tenido ninguna intencin criminal contra usted.

    -Cmo iba yo a saberlo? -exclam el joven, que se iba tranquilizando poco a

    poco. -Podra haber empleado su cabeza para pensar un poco. Por qu demonios

    hubiera querido yo matarle? Usted jams me ha hecho ningn dao. E, incluso si me lo hubiese hecho, jams hubiera deseado tomarme la venganza. Todo lo que deseo es ser libre de cuidar mi rosaleda, que es slo un plido reflejo del hermoso jardn que me aguarda. Usted tendra que haber confiado en su sentido lgico. Sin embargo, se ha dado cuenta de la poca fuerza que tiene la lgica en una situacin como sta? Cuando usted nos llamaba desde la ventana del dormitorio, y nosotros simulbamos no orle, usted estaba realmente desesperado. El error que cometi no fue leer la amenaza, que era pura invencin, sino crersela. Al hacerlo, obedeci instintivamente a una de las grandes leyes que gobiernan la mente humana. Cuando la imaginacin y la lgica estn en conflicto, la imaginacin invariablemente es la que triunfa. Su gran equivocacin fue desesperarse por una amenaza que ni siquiera estaba dirigida a usted.

    El millonario se acerc entonces a la impresora, la detuvo y arranc la hoja de

    papel. Se la ense al joven, que se qued pasmado al comprender que la amenaza no tena nada que ver con l. Al comienzo de la pgina estaba escrito un nombre: GEORGE STEVENS. El joven se sinti avergonzado. Se haba dejado llevar por la desesperacin a causa de algo que slo era fruto de su imaginacin.

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    CAPITULO 9

    En el que al joven se le muestra por primera vez

    el corazn de la rosa

    -Hoy ha aprendido usted muchas cosas importantes -dijo el millonario al joven-. Y no slo las ha comprendido con su cabeza sino tambin con su corazn. Ahora ya sabe que las palabras pueden afectar profundamente nuestras vidas, lo queramos o no. Usted ni siquiera era el blanco de las amenazas que imprima la computadora, y, sin embargo, sufri, innecesariamente, un susto de muerte... Pero, de hecho, no podemos decir que fue innecesario porque aprendi usted una valiosa leccin. Un pensamiento, aun cuando sea falso, puede afectarnos si creemos que es verdadero. Pero cuando aprendemos a distinguir el valor de un pensamiento, el valor que le damos, nuestra mente recobra o mantiene la calma. En realidad, era su mente la que daba significado a la amenaza, porque de haber estado escrita en una lengua extranjera que usted no comprendiera, entonces no le habra prestado ni la ms mnima atencin.

    Para dar tiempo a que el joven captara el significado de sus palabras, el

    millonario hizo una pausa. Despus prosigui: -En el futuro, cada vez que se encuentre cara a cara con un problema, y el

    camino hacia la fortuna est plagado de obstculos, recuerde esta amenaza. Dgase a s mismo que el problema al que se enfrenta tiene tan poco que ver con usted como ocurra con la amenaza. Esto le puede parecer un tanto excesivo, dado que usted es el nico que tiene que enfrentarse con el problema. Simplemente asegrese que la ansiedad que genera recaiga sobre los hombros de otro. Apntelo en otra direccin. No s si soy lo bastante claro. Quiero decir que jams debe permitir que un problema tenga tanta importancia ante sus ojos que le traumatice. En el momento en que usted alcance este punto, y le aseguro que no es fcil, dominar una tcnica infalible y ser capaz de satisfacer todos sus sueos. Sin embargo, permtame que le haga una advertencia. El viaje ser largo y muy arduo antes de que usted consiga dominarla. Pero no renuncie jams. Se lo prometo, el esfuerzo valdr la pena, puede ser que un da llegue a comprender que ste es el fin ltimo de la vida. El resto no tiene importancia.

    Despus de expresarle este mensaje, el millonario permaneci en silencio.

    Pareca estar absorto en sus pensamientos. La tristeza llenaba sus ojos. No obstante, aadi unas cuantas palabras ms, como si fueran una conclusin de todo lo que haba dicho hasta el momento. Seal:

    -La vida puede ser un jardn de rosas o el infierno en la tierra, de acuerdo con su

    estado de nimo. Piense en las rosas. Pirdase en el corazn de una rosa cada vez que se presente un problema. Y recuerde que la amenaza iba dirigida a algn otro. Si usted lo desea, los problemas siempre estarn dirigidos a algn otro.

    Puso un nfasis particular en las siguientes palabras: -La mayora de las personas no puede comprender lo que acabo de decir. Ellas

    creen que no es ms que un puro y vulgar optimismo. Pero es mucho ms profundo que todo eso. Es uno de los mayores principios de la mente. Para aquellos que son incapaces de ver el mal, el mal no existe. El mundo no es sino el reflejo del ser interior. Las condiciones de su vida no son sino la imagen reflejada de su vida interior. Si usted no tiene debilidades, nada que atraiga los problemas o al mal, entonces el mal no puede tocarle, ni el peligro amenazarle. Reafirme constantemente el principio de que el mal no existe, y concntrese en el corazn de

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    la rosa. Aqu encontrar usted la verdad y la intuicin que necesitar para que le gue a travs de la vida. Tambin encontrar algo que es muy escaso en la tierra: el amor por cualquier cosa que haga, y el amor por los dems. Este es el doble secreto de la autntica riqueza.

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    CAPITULO 10

    En el que el joven aprende a dominar su mente inconsciente

    Despus de este largo y sincero parlamento, el anciano millonario pareci exhausto, y permaneci en silencio durante varios minutos. Despus continu, pronunciando con cuidado cada palabra.

    -Esta es la razn por la cual la frmula que le he dado es tan poderosa. Incluso

    si al principio usted cree que es muy poco probable que llegue a convertirse en millonario, usted ser capaz de convertirse en uno de ellos. Simplemente haga con la frmula lo mismo que hizo con la carta. Acepte lo que dice como la verdad, porque el secreto ms grande de todos los logros est en la creencia. Si usted tiene fe en que es capaz de conseguir algo, lo conseguir.

    -Mi nico problema es creer que me podr convertir en millonario de aqu a cinco

    aos. En el caso de la carta, me dej engaar, perd la cabeza. Pero esta frmula es un asunto completamente diferente.

    -Incluso en el caso de que no crea usted en la frmula, sta comenzar a actuar

    sobre usted. Cuanto mas a internaliza, ms poderosa se hace. La ventaja es que no es a su mente racional o consciente a la que tiene que convencer. Recuerde la amenaza. A usted le pareci absurda y con razn. Pero, por as decirlo, era ms fuerte que usted. Parte de usted, su imaginacin, la acept como real. Y la imaginacin es lo que algunos llaman la mente inconsciente. Es la parte oculta de su mente, y mucho ms poderosa que su parte visible. Es la que gua toda su vida. Podra pasarme horas hablndole de la teora del inconsciente. Pero tendr bastante con saber que el inconsciente es extremadamente susceptible al poder de las palabras. Ahora ya sabe por qu encuentra tantas dificultades para c