el miedo a lo otro en la piel frÍa novela albert …

14
[57] a piel fría, primera novela de Albert Sánchez Piñol (Barcelona, 1965), fue publi- cada en el año 2002 en Catalán; su prime- ra edición en Español le ganó la aclamación del público (miles de ejemplares vendidos y traducciones a 24 idiomas) así como el Premio Ojo Crítico de Narrativa 2003 en- tregado por la Radio Nacional de España. Esta novela constituye la primera parte de una trilogía de la cual ya se ha publicado también la segunda: Pandora en el Congo (2005). A pesar de ser independientes, las tres novelas compartirán, como lo ha ex- presado en alguna ocasión su autor, una preocupación en torno a las problemáticas relaciones del ser humano con la alteridad, una ambientación “escénica” y un elemen- to fantástico (marino en la primera, pro- veniente de las entrañas de la tierra en la segunda, y llegado del cielo en la tercera). La anécdota básica de La piel fría es muy sencilla: en una isla perdida en el océano antártico dos hombres encerrados en un faro se defienden, noche tras noche, del asedio al que lo someten unas criaturas submarinas. Una de esas criaturas, pero de sexo femenino, vive con ellos y desem- peña un papel determinante en las rela- ciones entre los dos hombres así como entre éstos y las criaturas de las profun- didades; el final de la novela es circular, comienza y termina con la llegada de un nuevo habitante a la isla quien ocupará el lugar de uno de los anteriores. A pesar de esta aparente sencillez, la novela posee una estructura compleja y permite una gran ri- queza de interpretaciones. No obstante tener toda la apariencia de una novela de terror tradicional, su filiación genérica no es tan clara una vez que el lector se aden- tra en ella, asimismo es posible observar una evolución en cuanto al tipo de miedo que se maneja de acuerdo al también cam- biante tipo de amenaza al que se enfrentan los personajes a lo largo de la novela. EL MIEDO Un joven irlandés, decepcionado por el rumbo que tomó la revolución en su país, decide abandonar todo contacto con el mundo; para ello acepta un puesto como oficial atmosférico en una isla desierta L Francisco Aragón * EL MIEDO A LO OTROEN LA PIEL FRÍA, NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. *

Upload: others

Post on 26-Jul-2022

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

[57]

a piel fría, primera novela de AlbertSánchez Piñol (Barcelona, 1965), fue publi-cada en el año 2002 en Catalán; su prime-ra edición en Español le ganó la aclamacióndel público (miles de ejemplares vendidosy traducciones a 24 idiomas) así como elPremio Ojo Crítico de Narrativa 2003 en-tregado por la Radio Nacional de España.Esta novela constituye la primera parte deuna trilogía de la cual ya se ha publicadotambién la segunda: Pandora en el Congo(2005). A pesar de ser independientes, lastres novelas compartirán, como lo ha ex-presado en alguna ocasión su autor, unapreocupación en torno a las problemáticasrelaciones del ser humano con la alteridad,una ambientación “escénica” y un elemen-to fantástico (marino en la primera, pro-veniente de las entrañas de la tierra en lasegunda, y llegado del cielo en la tercera).

La anécdota básica de La piel fría es muysencilla: en una isla perdida en el océanoantártico dos hombres encerrados en unfaro se defienden, noche tras noche, delasedio al que lo someten unas criaturassubmarinas. Una de esas criaturas, perode sexo femenino, vive con ellos y desem-

peña un papel determinante en las rela-ciones entre los dos hombres así comoentre éstos y las criaturas de las profun-didades; el final de la novela es circular,comienza y termina con la llegada de unnuevo habitante a la isla quien ocupará ellugar de uno de los anteriores. A pesar deesta aparente sencillez, la novela posee unaestructura compleja y permite una gran ri-queza de interpretaciones. No obstantetener toda la apariencia de una novela deterror tradicional, su filiación genérica noes tan clara una vez que el lector se aden-tra en ella, asimismo es posible observaruna evolución en cuanto al tipo de miedoque se maneja de acuerdo al también cam-biante tipo de amenaza al que se enfrentanlos personajes a lo largo de la novela.

EL MIEDO

Un joven irlandés, decepcionado por elrumbo que tomó la revolución en su país,decide abandonar todo contacto con elmundo; para ello acepta un puesto comooficial atmosférico en una isla desierta

L

Francisco Aragón*

EL MIEDO A “LO OTRO” EN LA PIEL FRÍA,NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.*

Page 2: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

58 FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER

FRANCISCO ARAGÓN

próxima a la Antártida. La isla, apenas “unamaceta perdida en el océano menos fre-cuentado del planeta”,1 se presenta comoel último bastión de la humanidad frenteal desierto helado. Solo, en una modestacabaña cercana a la playa, mientras elbarco que lo ha llevado hasta allí se pierdeen el horizonte, el joven aguarda la oscu-ridad de su primera noche polar.

Esa noche, mientras reflexiona sobre losmotivos de su autoexilio, comienza a es-cuchar ruidos extraños en el exterior, comoel sonido de grandes goterones de lluviasobre la arena; intrigado, dirige su miradaa la puerta de la cabaña:

entonces vi aquello. Lo vi. La locura meha robado los ojos, recuerdo que pensé.En la parte inferior de la puerta había unaespecie de gatera. Un agujero redondosobre el cual descansaba una pequeñatrampilla móvil. El brazo entraba por alláadentro. Un brazo entero, desnudo, lar-guísimo. Con movimientos de epilépti-co, buscaba algo por el interior. ¿Tal vezel pomo? No era un brazo humano. Apesar de que el quinqué y el fuego no meofrecían una luz demasiado intensa, enel codo podían apreciarse tres huesos,muy pequeños y más puntiagudos que losnuestros. Ni un gramo de grasa, muscu-latura pura, piel de tiburón. Pero lo peorde todo era la mano. Los dedos estabanunidos por una membrana que casi lle-gaba hasta las uñas. (51)

Estos son algunos de los sucesos con losque inicia la novela La piel fría, obra fre-cuentemente relacionada con los relatosde H. P. Lovecraft en tanto a que comparte

con estos una vocación de historia de terrory presenta una amenaza manifiesta deseres más allá de la naturaleza humana,inexplicables y terribles.

En algunas de las más famosas historiasde Lovecraft, así como en buena parte delos relatos de terror en general, el miedosurge a partir de la toma de conciencia porparte de los personajes de que el mundocotidiano no es lo que parece sino sólo unenmascaramiento de la realidad, la cualse rige por otras leyes ajenas y mucho másantiguas que la humanidad misma, lascuales permiten la existencia de seres hu-manos sólo por excepción, sólo como unacontingencia pues el destino de los hom-bres está sellado en las manos de los ver-daderos regidores del universo.

En un inicio, el protagonista de la novelade Piñol parte de una serie de confianzasrespecto al funcionamiento del mundo ytodo lo que puede esperar de él, inclusoestando en una isla desierta; sin embargo,nada en su experiencia anterior podíaprepararlo para ver un brazo no humanotratando violentamente de abrir la puertade su cabaña. Lo que no encuentra refe-rente conocido provoca en él una perple-jidad que rápidamente se desata en terror:

Al desconcierto le sucedió una ola depánico. Grité de espanto al mismo tiem-po que saltaba de la silla. Al oírme, unconjunto de voces me replicaron. Esta-ban por todas partes. Rodeaban la casay gritaban con tonos insólitos, una mez-cla de bramidos de hipopótamo y chilli-dos de hiena. Tenía tanto miedo que mipropio terror no me resultaba creíble”.(52)

Una raza de seres de forma humana perocon características de pez y de reptilemerge del mar para atacar directamente

Albert Sánchez Piñol (2005) La piel fría, Barcelo-na, Edhasa, p. 23. Cito siempre por esta edición yconsigno las páginas en el cuerpo del trabajo.

1

Page 3: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER 59

EL MIEDO A “LO OTRO” EN LA PIEL FRÍA, NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

la cabaña del protagonista, sin embargoéste logra sobrevivir a ese primer ataquegracias a que a su terror inicial sobreponela necesidad de luchar por su vida. Al dar-se cuenta de que los seres que pensó sur-gidos de una pesadilla o directamente delas regiones de la locura sentían dolor alser golpeados, sangraban al ser cortados ypodían ser mantenidos a raya por un hom-bre atrincherado en una cabaña de made-ra, la percepción de la amenaza sufre uncambio de grado, el miedo metafísico(preternatural de acuerdo con Lovecraft)se transforma en miedo físico:

El miedo físico o emocional tendría quever con la amenaza física y la muerte.[…] Se trata de una impresión experi-mentada por los personajes que tambiénse comunica –emocionalmente– al lectoro espectador, y que es producto de lo quesucede en el nivel más superficial, el delas acciones. Un ejemplo sencillo: un vam-piro da miedo porque mata. En este ni-vel no habría diferencia alguna entre unvampiro y un serial killer por ejemplo.2

En muchos de los textos tradicionales deterror el descubrimiento terrorífico consti-tuye la epifanía del relato, pues una vezretirada la venda de los ojos no hay res-titución de un estado inicial de confianza.En La piel fría el protagonista descubre unanueva raza de seres imposibles sobre latierra, pero en lugar de decretar que apartir de ello las certezas que se tienen so-bre el mundo se colapsan, lo que hace estratar de integrar esos nuevos seres almundo conocido. Esta operación se facilitaen parte gracias a que las criaturas no apa-recieron en plena ciudad de Dublín (o en

cualquier otro centro de civilización), sinoen el último extremo del mundo en dondesu improbabilidad de ser se relativiza:“Tenía un millar de monstruos en contra.Pero en realidad ellos no eran enemigosmíos, del mismo modo que los terremo-tos no son enemigos de los edificios, sim-plemente son”(73).

Para el protagonista, y tras la impresióninicial, el monstruo deja de ser sobrenatu-ral para volverse natural. Natural en cuantoa que para él simplemente se trata de se-res dentro del mundo, su propio mundo,a los que simplemente no había tenido laocasión de conocer. Sucede pues, un tipode degradación del estatus ontológico delmonstruo, aún constituye una amenazaferoz para la integridad física de los hom-bres, pero ya no atenta contra su concep-ción de mundo ni contra su salud mental.En este sentido se produce un distancia-miento de la novela con el género de terror,pues dentro de la poética de los relatos deterror, los de Lovecraft, por ejemplo, nohay reconciliación posible entre el huma-no y la otredad a la que se ve enfrentado.

A partir de este giro, la novela se moverásobre los ejes de la relación del protago-nista con “los otros”, pero ya no entendi-dos como una otredad metafísica absolu-ta, sino como el tipo de otros con los que,por necesidad, hay que pactar la vida apesar de todas las diferencias. A partir deeste punto también, hay que decirlo, lanovela de Piñol comienza a causar interésy deja de provocar miedo.

IDENTIDAD-ALTERIDAD

Antropólogo, especialista en pueblos ycivilizaciones africanas, Albert SánchezPiñol posiblemente buscó construir en La

David Roas, “Hacia una teoría sobre el miedo y lofantástico”, en Semiosis, p. 108.

2

Page 4: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

60 FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER

FRANCISCO ARAGÓN

piel fría, una alegoría que le permitiera pro-poner una reflexión en torno a las rela-ciones humanas llevadas al límite en unescenario primigenio. Desde este punto devista y partiendo de lo expuesto arriba encuanto a la “degradación” del estatus dealteridad del monstruo, es posible realizaruna lectura de la novela atendiendo a laevolución de la convivencia entre las dos“especies” de la isla.

Todorov en su ensayo sobre la conquistade América ha discutido la gama de rela-ciones posibles entre dos culturas radical-mente distintas que se encuentran y se venobligadas a convivir. Para el crítico, el gru-po hegemónico puede mirar al otro comoigual a él (igualdad) o como diferente aél (diferencia), ambas posturas puedenigualmente derivar en un trato injusto ha-cia el otro.

Al considerar al otro como diferente, esdecir, como no a la altura de uno mismo,la discriminación aparece como justa y losargumentos de ella son las diferenciasmismas observadas en el otro, las cualesse presentan como insalvables. En este casola segregación y la crueldad se justificanpues no se atenta contra nada que valga lapena preservar pues nada se tiene en co-mún con ello. En el caso de que se consi-dere al otro igual a uno, se corre el ries-go de negarle por completo una identidadpropia y tratarlo bajo las propias normas yexpectativas, las cuales operan necesa-riamente en su contra, a pesar de las bue-nas intenciones, debido a que le son ajenasy a que le son impuestas.3

Esquemáticamente la novela funcionacomo un desarrollo de esta problemática,los hombres-pez se constituyen en laotredad insoslayable, los dos hombres en

la isla conforman una identidad humanapero dividida en sus posturas en cuanto altrato que se debe dar al otro: para Batís ladiferencia con los otros es total; como unnuevo Colón bautiza lo que ve desde supostura de descubridor y llama carasapo aesos seres nuevos para él, a pesar de queson los habitantes originales de la isla. ParaBatís el mejor carasapo es el muerto, e in-cluso la criatura que le sirve de compañíay desahogo sexual es tratada con la cruel-dad que se usaría para un perro.

El carácter amenazante, positivamentemortal que nunca deja de tener esta alte-ridad marina impide que (como sucedióen la isla de Santo Domingo por ejem-plo), se pudiera proceder a una simpledominación “pacífica” del otro. Debido aesto, el joven irlandés oscila entre lasposturas de igualdad y diferencia, pues nole resulta tan sencillo tratar de comprendera quien al mismo tiempo trata de destro-zarlo entre sus garras. No obstante, las ideasy sentimientos del protagonista en cuan-to a “ellos” sufren un proceso de evolucióna lo largo de la novela.

Todorov encuentra que las relacionescon la alteridad se conducen principal-mente en torno a tres ejes, un eje axiológi-co, un eje epistemológico, y uno praxeo-lógico,4 es decir, en qué grado se llega aapreciar al otro, qué tanto se le llega a co-nocer y por último en qué medida y enqué aspectos se aproxima el uno a la vidadel otro y es capaz de ponerse en su lugar.Amar, conocer, identificarse, para el teóri-co eslavo un término no implica al otro nisus relaciones son de interdependenciani de necesidad por lo que se puede co-nocer y admirar al otro sin llegar a invo-lucrarse con él, como fue el caso de Her-

Cfr. Todorov, La conquista de América, p. 157.3 Ibidem, p. 195.4

Page 5: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER 61

EL MIEDO A “LO OTRO” EN LA PIEL FRÍA, NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

nán Cortés, gran descifrador de la culturao, para decirlo correctamente, de las de-bilidades de la civilización azteca.

La postura de Batís es bastante com-prensible en una primera ojeada, él ya vi-vía en la isla antes (por lo menos un añoantes) de la llegada del joven irlandés, setrata de un sobreviviente, pero también deun señor de esta tierra que nadie más que-rría pero a la cual él se negó a abandonarcuando tuvo la oportunidad; ha aprendidoa dominar a los carasapos con crueldad ydesprecio durante la noche y durante eldía él, en su exilio, se erige como un diospara su propio mundo; así lo sugiere la ins-cripción tallada en una roca de la fuente:

BATÍS CAFFÓ VIVE AQUÍ.BATÍS CAFFÓ HIZO ESTA FUENTE.BATÍS CAFFÓ ESCRIBIÓ ESTO.BATÍS CAFÓ SABE DEFENDERSE.BATÍS CAFFÓ TIENE AQUELLO QUEQUIERE Y SÓLO QUIERE AQUELLOQUE TIENE.BATÍS CAFFÓ ES BATÍS CAFFÓ Y BATÍSCAFFÓ ES BATÍS CAFFÓ. (47)

Es tal la construcción de su identidad, ta-les las relaciones para con la alteridad; lallegada de alguien que es “como él”, esdecir, un hombre, constituye una compli-cación mayor en tanto que para tratarlotiene que modificar las relaciones esque-máticas de dominación que había esta-blecido con los seres diferentes.

A largo de la novela se insinúa que esmuy posible que tanto Batís como el jo-ven irlandés hayan aceptado viajar a esaisla remota por motivos similares (escapar,refugiarse, etcétera), sin embargo, el pro-tagonista es también el narrador y es suhistoria la que conocemos y por la cual sa-bemos que el protagonista busca estable-

cer a toda costa una distancia entre él yBatís Caffó, demostrar que no son iguales,al tiempo que busca acercarse, comu-nicarse, con los otros, en un intento depactar una tregua o la definitiva paz.

Sin confesarlo, el joven irlandés se creemejor persona (más humano) que el primi-tivo Batís. En su juventud el protagonistacreció y fue formado bajo dos importan-tes influjos: el nacionalismo irlandés, delcual obtuvo su odio por el imperio britá-nico, el desprecio por sus lógicas de do-minación e hipocresía, así como el amoral heroísmo que implica la rebeldía, únicaética válida para alcanzar los sueños. Elsegundo influjo lo constituye una forma-ción en los valores de tolerancia la cual leinculcara su tutor, y que consiste básica-mente en anteponer por sobre la lógica dela dominación una lógica de la compren-sión, pues nada en el mundo es contin-gente y todo tiene su derecho a existir puestodo desempeña un papel en este mundo.

De esta manera luchan en su mente elimpulso rebelde accionado por el odioy la conciencia de que existe otra vía, lade la comunicación, para resolver conflic-tos. Sin embargo, ante la inminencia de lalucha de independencia en Irlanda deci-de que no hay espacio para razonar conel enemigo y opta por la resistencia ciegadirigida por un supuesto heroísmo:

Como buenos irlandeses, después de ca-da derrota nos dedicábamos a preparar,con entusiasmo, la siguiente derrota. Y sinembargo fue esta insistencia de termitaslo que acabó robándole el aliento alenemigo (40).

Poco tiempo después, sin embargo, elprotagonista pudo constatar lo relativo deeste tipo de victorias:

Page 6: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

62 FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER

FRANCISCO ARAGÓN

He dicho que hubo un día feliz y sólouno. Muy pronto se me apareció unmundo desolador. Nuestros dirigentesgobernaban con un despotismo simétri-co al de los ingleses. Estas revelacionesno estallan de golpe, nos negamos a acep-tarlas y se imponen lentamente. Pero endefinitiva ¿qué diferencia había entre elpalacio de Buckingham y las reunionesdel nuevo gobierno? Ejercían el podercon criterios tan prácticos, despóticos einhumanos como los de cualquier gene-ral inglés. No hacían más que mantenerel orden que tanto habían repudiado. Pa-ra ellos Irlanda no era la finalidad, erael argumento para alcanzar el gobierno.Pero aquí topábamos con una grave con-tradicción: Tom, el sacrificio de Tom, detodos los Tom. (41)

Aquí el protagonista se topa con la realidadhistórica pero es incapaz sin embargo decomprender la paradoja que ésta le plan-tea: ¿cómo los altos ideales y el honestosacrificio se pueden convertir en lo mismoque intentaban combatir?

Ya en la isla las circunstancias lo ponenen el bando opuesto, pues ahora es élquien, gracias a sus ventajas militares (losdos fusiles y el faro), tiene poder sobre lavida de los otros cuyo territorio ademásocupa arbitrariamente. Se ve a sí en el pa-pel de tirano y se ve igualado en esto conBatís a quien, como dijimos, despreciaprofundamente. Ante esto se activa en élsu educación de tolerancia (adormecidadurante la revolución en su país) y surge eldeseo de tratar de conocer al otro en lu-gar de sólo eliminarlo, superar la miopevisión de Batís, ser mejor que él, invertir lalógica del imperio, en fin darle voz al otro.

El proceso de identificación del prota-gonista con los otros comienza observan-do a la prisionera de Batís, en quien, si no

encuentra inteligencia sí halla belleza y unapasividad que desacredita la violencia delos varones de su especie. Más importanteresulta aún la inmersión que hace en elmar para rescatar los cartuchos de dinamitade un antiguo naufragio; contra todos sustemores, bajo el mar no encuentra a losatléticos hombres tiburón sino sólo a suscrías, las cuales se muestran juguetonas yconfiadas mientras nadan a su lado, indife-rentes de su papel como depredadores,ignorantes de su condición de presas; conello la especie gana, ante sus ojos, una di-mensión extra como seres vivos que superaal fin el simple papel de asesinos rabiosos.

De la admiración y el nuevo conoci-miento, surge en el joven irlandés la curio-sidad por tratar de comunicarse, aunque,debido a que su espécimen capturado nobrinda mucha ayuda para comprender sulengua, decide hacerlo de modo simbóli-co, dejando en la arena de la playa un rifledescargado, ofrenda a la cual respondenlos seres marinos mandando a la playa asus crías en un gesto que el protagonistainterpreta de este modo:

Fuese como fuese, no había que ser ungenio para establecer una correspon-dencia entre la escopeta clavada en laarena y la aparición de los niños. Detrásde todo aquello, ¿se escondía la men-talidad de unos grandes estrategas o deunos irresponsables absolutos? Y sinembargo si querían manifestarnos subuena voluntad ¿de qué medios dis-ponían? A los fusiles que habíamos uti-lizado nosotros, ellos siempre habíanopuesto cuerpos desnudos. Yo habíapedido una tregua con una escopetainofensiva, y ellos nos respondían concuerpos inofensivos. ¿Era una lógicaperversa o la más perfecta? (231)

Page 7: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER 63

EL MIEDO A “LO OTRO” EN LA PIEL FRÍA, NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

Durante el tiempo en que los niños visi-taban el faro, los ataques nocturnos sesuspendieron, dándole la razón al prota-gonista de que sus esfuerzos por comu-nicarse daban resultados, incluso unapequeña cría adopta libremente el farocomo su hogar y al joven irlandés comocompañero de juegos. Los tres aspectosseñalados por Todorov: amar, conocer eidentificarse parecen ser abordados demanera satisfactoria y conducir a una co-municación real con lo diferente. Sin em-bargo, al mismo tiempo que el protagonis-ta se acerca a los otros se aleja de Batís, altiempo en que comprende más a los di-ferentes deja de comprender a su igual.5Como un moderno padre Las Casas, el pro-tagonista toma partido por los seres que élconsidera oprimidos y que hasta entonceshabía masacrado decididamente, y decla-ra su enemigo personal a la única perso-na como él en la isla. Esta nueva falta decomprensión ocasiona que Batís rompie-ra, de manera absurda, la tregua estable-cida con las criaturas marinas y precipitaraasí su trágico desenlace.

¿Cómo pudo equivocarse de esa formauna persona tan evolucionada como seconsideraba así mismo el protagonista? Talvez tenga que ver precisamente con su ma-nera de pensar: “si bien es indiscutible queel prejuicio de superioridad constituye unobstáculo en la vía del conocimiento,también hay que admitir que el prejuiciode igualdad es un obstáculo todavía ma-yor, pues consiste en identificar pura ysimplemente al otro con el propio ‘ideal

del yo’ (o con el propio yo)”;6 el riesgo másgrande de la postura igualitarista es latentación de juzgar al otro desde nuestropropio horizonte de expectativas, ponerpalabras nuestras en su boca, pensamien-tos nuestros en su cabeza. Esta circunstan-cia puede apreciarse como una fatalidadpuesto que no es posible despojarnos denuestras propias estructuras de pensa-miento; sin embargo aún queda la posi-bilidad de ponerse en el lugar del otro paratratar de ver el mundo ahora desde suparticular perspectiva.

El protagonista, en su afán por com-prender a los otros, trató simplemente dehumanizarlos, interpretó mal los signospresentes en sus acciones: del mismo mo-do que confundió en un inicio el acto deretirar inmediatamente a los heridos enbatalla con un repugnante frenesí caníbal,más tarde atribuyó a un fervor patriótico(su propio fervor patriótico) el asedio sui-cida al faro a pesar de que la lógica le de-cía que ese miserable pedazo de tierra novalía la pena tantas muertes.

Igualmente, en cuanto pudo identifi-carse (encontrarse a él mismo) con el ladode los oprimidos declaró la guerra al tira-no Batís, sin dedicarle apenas ni un minutode la tolerancia y disposición que dedicóa la causa de los otros, olvidó nuevamentela instrucción de su tutor y cometió losmismos errores sin tomar en cuenta que sino hay comunicación, si no se resuelvenlos conflictos, la caída de un tirano siempretrae el riesgo de la imposición de unonuevo, lugar que él mismo heredó juntocon el título de su antecesor: Batís Caffó,en el angustiante final circular de la novela.

En esto se observa un proceso de aculturación yabsorción de parte de la otredad, del cual sonejemplos muy conocidos el caso de fray Bartolo-mé de las Casas con los americanos y el de Ale-jandro con los persas.

5

Todorov, op. cit., p. 177.6

Page 8: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

64 FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER

FRANCISCO ARAGÓN

LA SIRENA

Como arriba he dicho, el protagonista tie-ne muy acentuada la tendencia a deducirconclusiones sobre los demás imponiendocomo argumentos sus propias estructurasmentales, así podemos verlo convencidode que sus análisis frenológicos en la cria-tura son suficientes para conocer su tem-peramento, así también, cuando intentacomprender el lenguaje de la criaturadurante su canto (único momento en quevocaliza) le sucede nuevamente lo que aColón, deduce equivalencias fonéticas consu propia lengua y cultura creyendo sacaren claro por lo menos dos vocablos: “Ci-tauca”, nombre genérico de los seresmarinos y “Aneris”, nombre de la criaturaprisionera de Batís. Menos inverosímil quepensar que el autor realmente tratara deesconder los significados escribiendo laspalabras al revés, me parece que el prota-gonista simplemente apela a su enciclo-pedia personal para relacionar significan-tes.7 Menos rebuscado me parece elnombre “Triángulo” con el cual el protago-nista bautiza a su citauca adoptivo sim-plemente porque tenía una forma querecordaba vagamente un triángulo, en unaposible alusión a Robinson Crusoe quienllama “Viernes” al nativo que llegó a vivircon él precisamente en ese día.

Sin embargo, la referencia a la sirenano es casual sino central en el desarrollode la novela, ya que en torno a ella se cons-truye una segunda línea argumental deresonancias más profundas.

Ensimismados, si se puede decir así, conel discurso político egocentrista del narra-dor pasan de largo en una primera lecturaindicios que van construyendo la impor-tancia que tiene Aneris en el relato. El des-precio, crueldad y desinterés con que am-bos hombres la tratan, hacen pensar en elladurante mucho tiempo de lectura comoen el objeto de un botín, en un derechodel conquistador, en un sirviente o en unamascota. Más tarde cuando el protago-nista (y con él también el lector) decideabanderar la causa citauca, Aneris da laimpresión de ser una especie de Malinchedesertora de su pueblo que incluso tienenla vileza de alertar, mediante su canto, alos hombres de que se aproxima un nuevoataque citauca.

Por estas razones, el momento en quese produce la epifanía central de la novelatoma desprevenido por completo tanto alprotagonista como al lector: decidido a darel paso definitivo en su proceso de comu-nicación con “los otros”, el protagonistase ubica de espaldas al faro, desarmado ya merced de los citauca que se acercan,sin embargo y ante su total asombro, lascriaturas marinas lo ignoran y pasan delargo dirigiéndose, como siempre, hacia alfaro. Estupefacto, en ese momento el pro-tagonista da la vuelta y por primera y únicavez sale de él mismo para ver por los ojosde los otros (grado máximo del acerca-miento praxeológico), ve lo que ellos ven:

Me había dado cuenta de que ya no erael centro de las atenciones de los citauca.Giré el cuello. Detrás de mí, en el balcón,aparecía la figura de Aneris. Los citaucala miraban a ella, no a mí. Podía oler laansiedad impotente ante lo que estabasucediendo. Quizá creyese que los víncu-los con que me había unido a ella no eran

En la literatura española existe un antecedente deluso de estos nombres invertidos en el relato “Losaltillos de Brumal”, de la escritora Cristina Fer-nández Cubas, la protagonista Adriana cree re-cibir el llamado de un mundo oculto y mágicoque se dirige a ella por el nombre de Anairda.

7

Page 9: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER 65

EL MIEDO A “LO OTRO” EN LA PIEL FRÍA, NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

lo bastante sólidos, que la entregaría alos citauca. Se equivocaba claro (265).

Y entonces por primera vez comprende:la guerra no es por la isla, no es por la patria:

Lo único que podían querer de mí era loúnico que no podía darles. Y fuesen cua-les fuesen los conflictos entre Aneris yellos, yo nunca podría resolverlos. Mehubiera gustado decirles que incluso mivida era negociable. Pero una vida sinAneris, nunca (265).

El arquetipo cultural de las sirenas tienerasgos muy definidos y una presencia cons-tante en el arte. Su apariencia, mitad hu-mana, mitad animal (ya sea ave, pez oserpiente) las han hecho reconocibles fá-cilmente, pues incluso en el caso de Aneris,quien no posee algo tan evidente comouna cola, el hecho de que sea un pez hu-manoide o un humano piciforme es unequivalente literal.

La segunda característica más recono-cible de las sirenas es su canto, el cual yadesde Homero está relacionado al encan-tamiento, a la seducción que conlleva a laperdición de los hombres, al naufragio delos barcos y las vidas, y que en la EdadMedia es identificado con la incitación alpecado y por lo tanto con una manera dearriesgar la eterna salvación.8

Tras la anagnórisis espectacular que citéhace unos momentos surge para el lectoruna hipótesis sombría que el texto nuncaconfirma del todo pero que podría resultaresclarecedora: ¿qué tal si los extrañoscantos que entona Aneris desde el faro noson una señal de alarma para los hombressino una invocación para los citauca?, ¿quétal si su frenesí combativo (a todas luces

absurdo) es resultado de un estado deencantamiento cruel? Por otro lado, si bienno vemos que el canto de Aneris afectedirectamente a los hombres de la isla, sinembargo sabemos de un naufragio ante-rior, sin contar que el simple hecho de lle-gar a esa isla, aunque en apariencia seaun acto voluntario, es producto de dejarseconducir por el destino hasta un fin incierto.

Desde esta perspectiva, la figura deAneris crece en importancia, la novelaabandona su interés antropológico y re-toma su misterio inicial.

Con la progresiva instauración del cris-tianismo en Europa, la figura de la sirenase asimila a la de las hadas en cuanto aque son entidades numinosas indepen-dientes pero siempre solícitas de reve-rencia humana, y que habitan en un mun-do encantado (subterráneo, subacuático,evanescente) inevitablemente relaciona-do con el mundo de los muertos. Para al-gunos críticos, entre ellos Claude Lecou-teux, las hadas se constituyen como undoble psíquico del hombre que eligencomo amante, la parte espiritual sin la cualéste no puede estar completo.9

Los matrimonios hierofánicos o melu-sinos, es decir, entre un ser maravilloso yun humano generalmente tienen el valorpositivo de un don; para el caballero delos textos medievales, por ejemplo, unaunión de este tipo constituye la cima desu perfeccionamiento, el final de su bús-queda pues significa su ingreso al reinoperfecto de las hadas. Sin embargo, dicho

Cfr. Edouard Brasey, Sirenas y ondinas, p. 52.8

Cfr. Claude Lecouteux, Hadas, brujas y hombreslobo en la Edad Media, p. 83. Asimismo EdouardBrasey señala que en algunos relatos y tradicio-nes la finalidad que persigue el hada al hacerseamar por un hombre es adquirir el alma inmortalque “nos envidian y que tan cruelmente les fal-ta”, Brasey, op. cit., p. 203.

9

Page 10: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

66 FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER

FRANCISCO ARAGÓN

ingreso puede tratarse de sólo un eufe-mismo para designar “el otro lado”, es decirel reino de la muerte10 con lo que el donse torna por lo menos ambiguo.

Ulises no llega a la roca de Calipso sinouna vez que ha naufragado y muerto en elmar; es la diosa, la diosa-hada Calipsoquien lo recupera de la muerte para queesté con ella, vivo con una vida distinta,en un reino otro al cual nadie tiene accesoni puede salir si no es con la voluntad deCalipso. La isla en la que se desarrollan losacontecimientos de la novela está confi-gurada para que simbólicamente remita aeste tipo de espacios maravillosos de latradición: se trata de una isla sin nombre,evanescente: “—Su isla. Fíjese allí, en elúltimo horizonte –me dijo el capitán. Nosupe verla. Sólo aquel mar frío, como siem-pre, taponado por nubes distantes”(9). Laisla se abre al mundo, o aparece, sólo unavez al año (plazo tradicional en los romanscaballerescos con temática maravillosa)periodo que dura el contrato del oficialatmosférico, y permanece inaccesible elresto del tiempo. Se nos dice que se en-cuentra en el sur, en la frontera del desier-to más grande de la tierra; se conocen suscoordenadas específicas, de hecho en elmapa se encuentra justo en la intersecciónde las líneas de paralelo y meridiano, esdecir, en una encrucijada con toda la car-ga esotérica que ello implica, sin embargoen el mapa las mismas líneas cubren eldibujo de la diminuta isla, por lo que nue-vamente se puede decir que la isla está yno está, es y no es en el mundo real.11

Lo más revelador en este aspecto es quede un modo equivalente a Ulises, el pro-tagonista de la novela, antes de entrar a laisla, se declara muerto, muerto para elmundo, muerta toda esperanza y aunqueel personaje lo diga en sentido figurado,pasando ciertos límites ya no hay dife-rencia. Lo que se delimita entonces, clara-mente, es un espacio feérico, característi-co de la literatura maravillosa, un mundoque funciona con leyes autónomas y quecolinda sin intervenir con el mundo normalregido por las leyes deducidas por la razón.

Ahora bien, si la puerta de este mundomonstruoso está abierta al menos una vezal año ¿qué impide que el Batís Caffó enturno tome el barco que lleva a su reem-plazo y abandone la isla y todos sus ho-rrores de pesadilla? La sirena, poca cosa.

En comparación con la gran Calipso,Aneris se ve tan ínfima, tan insignificantey vulnerable que cuesta trabajo imaginarlacomo el motor que hace girar este mundo:

No era como los otros monstruos. Lamembrana, más corta, casi no llegaba ala primera articulación. Dio un grito depánico. Aquello fue suficiente para que[la] azotase sin piedad, que no se mepregunten los motivos” (82).

Sin embargo, es evidente que ella poseeun modo de conocimiento que fascina(encanta) a los hombres de ambas espe-cies al grado de hacerlos pelear a muertepor ella:

Pero a los hombres no siempre les es da-do conocer la pasión más extrema. Aun-que deseen el deseo, aunque sospe-chen que existe en algún lugar, cercano oremoto, millones de hombres han vivi-do y han muerto, vivirán y morirán, sindescubrir al ser que esconde esa facul-

Lecouteux, op. cit., p. 81.Nadie además de los directamente afectados enel drama de la isla saben o sabrán del terrorexistente en ella, por lo que las leyes de fun-cionamiento de realidad se conservan intactas enel exterior.

10

11

Page 11: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER 67

EL MIEDO A “LO OTRO” EN LA PIEL FRÍA, NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

tad, en ella tan natural y tan simple. Ellahacía que a través del placer fueraconsciente de mi cuerpo, separándolo demi, destruyendo cualquier relación entremi persona y mi placer, que podía perci-bir como si fuera algo vivo. Pero todo seacaba, y cuando matamos el placer tuvela sensación, más allá del placer, de ha-ber alcanzado una de las cimas de laexperiencia humana (153).

No se trata simplemente de lubricidad, setrata de una sabiduría que no tienen quever con los objetos ni con el hacer, unconocimiento trascendental expresado consólo el cuerpo, la simple fuerza de vivir sinnecesidad de un motivo o un sentido.

En el cuento “El profesor y la sirena” deTomasi de Lampedusa, el célebre y vene-rable helenista Rosario La Ciura relata aun periodista de su confianza cómo du-rante su juventud tuvo un encuentro mara-villoso ni más ni menos que con la sirenaLigeia. En su relato el profesor La Ciuraexpone cómo, gracias a sus conocimien-tos de griego antiguo, pudo entablar unacomunicación elemental con la sirena. Endicha conversación queda claro que Ligeiaes quien escoge al joven profesor comoamante (así como a muchos otros a lo lar-go de los tiempos) simplemente porque leatrae, simplemente porque no se priva denada que desee. Así mismo La Ciura rela-ta cómo la forma de amar de la sirenaconsistía en una mezcla simultánea de pa-sión animal y divina imposible de descri-bir y sin equivalente con el simple amorhumano. Esta experiencia imposibilita alprofesor para amar a ninguna otra a pesarde sobrevivir muchos años más a ese fu-gaz encuentro, y lo condena a vivir cadadía pensando en el momento en que vol-vería a reunirse con su amante en el mar.

Tal reunión, como ya se ha dicho, encubrela idea de la muerte.

La sirena de La piel fría posee algunosrasgos que recuerdan al personaje de Lam-pedusa,12 principalmente en la manera enque el autor de la novela describe lo inau-dito y excepcional del sexo con este ser;sin embargo para el caso de Aneris las tin-tas están cargadas hacia los aspectossombríos de este maridaje melusino. Pormomentos incluso Aneris da la impresiónde ser en realidad una versión degradaday siniestra del mito, sobre todo por el as-pecto de circularidad que tiene la novela,la previsible idea de que los aconteci-mientos que narra el protagonista ya sehan escenificado antes de su llegada y deque continuarán sucediendo después,cada vez que un recién llegado caiga en elencanto y luche por apropiarse del títulodel único Batís Caffó de la isla; esa ideaangustiante acaba con el romanticismo deltema de la dama feérica en busca de sucaballero predestinado, pues ninguno delos amantes de Aneris tiene destino si nole pertenece una vida y una muerte pro-pia;13 tal vez la sirena Ligeia haya tenido a

Las similitudes más notables entre ambos per-sonajes, por otro lado muy distintos, tienen quever con los rasgos que resaltan en los dos textos laparte animal de la sirena. Sin entrar en com-paraciones detalladas sólo señalo de paso lasimilitud del pasaje en que La Ciura describe elmodo en que Ligeia captura un pez y con todanaturalidad se lo come de inmediato, a den-telladas, enfrente de su amante, con una des-cripción similar que hace el joven irlandés cuandove a Aneris pescar entre las piedras de la costa:“Pescaba cangrejos con una facilidad insultante[…] A veces, antes de lanzar un cangrejo a la cesta,la mascota le arrancaba una pata y se la zampa-ba entera” (121).Hay que señalar, sin embargo, que es una carac-terística recurrente en los romans caballerescosmedievales el que los amantes de hadas deben

12

13

Page 12: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

68 FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER

FRANCISCO ARAGÓN

través de su larga vida cientos de amantespero si para ella el profesor La Ciura fueuno más, para él su encuentro con el hadafue trascendental y definió por completosu vida. En La piel fría el protagonista noda a conocer su nombre y su compañerosólo lleva el título ridículo de Batís Caffó,ninguno de los dos comprende la magnitudo la naturaleza de lo que les está pasando,es obvio que son básicamente figuras in-tercambiables en un drama grotesco.

La función que los seres humanos de-sempeñan en dicho drama es el de aman-tes-guardianes aunque no tengan plenaconciencia de ello. Más difícil resultacomprender el hecho de que Aneris tengael poder para hacer morir a los seres de supropio mundo submarino. A pesar de queen la novela nunca se afirma claramente,parece obvio que es Aneris quien obliga asalir del agua a los citauca guerreros (todosvarones), quienes nunca atacan sin el pre-cedente del canto funesto. Tal vez la per-cepción del protagonista de que Anerishabla una especie de idioma humano pe-ro invertido recobre sentido si pensamosen que esta es la manera en la que se venlas palabras reflejadas por un espejo, deeste modo, si el mar es la superficie de unespejo que divide dos mundos, entoncesal salir Aneris de su mundo y refugiarse enel faro (único eje vertical de la isla) estátransgrediendo también las leyes de sumundo y se convierte a su vez en una si-rena para su propia especie. Si bien, comose comentó arriba, los humanos tuvieron

que morir para poder ingresar a la isla, tam-bién los citaucas se enfrentan cotidiana-mente a la muerte por tratar de alcanzar asu sirena. Para el helenista Rosario La Ciura,personaje del cuento de Lampedussa, lareunión trascendental con la sirena se lle-vará a cabo en las profundidades del mar,el reino otro que los humanos esperan;para los humanos de la isla esa reunión nose dará nunca porque la sirena ha renun-ciado a ese reino; para los citaucas, launión trascendental con la diosa que díatras día los llama les está igualmente veda-da, obstruido el paso por dos monstruossanguinarios que la custodian por siempre.Indiferente a ambos mundos, Aneris seentretiene en perpetuar el eterno espec-táculo de la destrucción.

Una interpretación psicoanalítica tal veznos revelaría que Aneris representa uno delos miedos atávicos de los hombres, el te-mor a ser enajenado por la persona ama-da, miedo a ser dominado mediante elsexo, es decir a la castración pero tambiéna la pérdida del control y por tanto de laidentidad. Aneris surge de las aguas comoun terror antiguo emerge de nuestro sub-consciente. Pero su característica más terri-ble sin embargo es precisamente su indife-rencia, esa piel fría que le da título al libro,su mirada vacía, de azul indescriptible,inexpresiva, ni humillada cuando cual-quiera de los hombres descarga a golpessus frustraciones en ella, ni agradecida des-pués de recibir ternezas y atenciones; mor-bosamente indiferente a la masacre de loscitauca, ajena a cualquier sentimiento deculpa por su infidelidad entre los hombres,no le interesa ni siquiera aprender la len-gua de los conquistadores; no deja el faroporque le pertenece y son los hombres (susprotectores, sus sacerdotes) los que ascien-den uno tras otro la escalera de caracol,

pelear al servicio de su dama hasta ser reem-plazados por otro. Así por ejemplo Yvain, en Elcaballero del león de Chrétien de Troyes, amantesde un ser mágico no son capaces de asumirla porcompleto pues no se han podido deshacer del tododel prejuicio de pertenecer a un mundo distinto.

Page 13: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER 69

EL MIEDO A “LO OTRO” EN LA PIEL FRÍA, NOVELA DE ALBERT SÁNCHEZ PIÑOL

en el interior del faro, que conduce a com-partir su lecho en el piso superior.

Aneris no necesita inteligencia, no ne-cesita hablar, sólo necesita ser, ser es podery no se compara a ninguno de los seresque la rodean, es un monstruo para losparámetros humanos y citaucas, una diosasiniestra de sangre y placer que puede vi-vir por siempre así, seduciendo a los hom-bres que por su incomprensión del mundohan naufragado.

El monstruo vuelve al final de la nove-la, la alteridad absoluta, incomprensible,silenciosa.

CONCLUSIONES

La novela que inicia como una clásica his-toria de terror sufre a lo largo de su tramauna evolución de la naturaleza del mons-truo y por lo tanto una variación en cuantoal efecto que este produce. En un inicio loinesperado de la aparición de los mons-truos acuáticos produce un terror de tipometafísico pues los seres monstruosos nopertenecen al mundo natural, sin embargo,muy pronto los monstruos, a base de im-ponerse sobre la realidad del protagonis-ta, logran ampliar su definición de lo realhasta lograr ser incluidos en ella; la figuradel monstruo sufre entonces una degra-dación: pierde su estatus sobrenatural paraconvertirse en un monstruo natural comoresultado de esto el miedo que producese transforma en un miedo físico, es decirmiedo al daño corporal.

Al hacerse cotidiana la amenaza, elmiedo se degrada una vez más y da lugara la desesperación y a la angustia, senti-mientos si no menos demoledores al me-nos ajenos al género en el cual el lectorhabía puesto sus expectativas iniciales. Al

tener que hacer un cambio de expectativasgenéricas el lector nuevamente baja laguardia y es sorprendido por un cambiofinal en la naturaleza del monstruo: elmonstruo, de hecho, no es quien se creíasino (en un sentimiento semejante a loUnheimliche) el ser con el cual el prota-gonista había estado cohabitando placen-teramente: la sirena.

A pesar de que no representa una ame-naza directa contra la integridad física delos personajes, la sirena constituye unaalteridad absoluta pues su naturaleza esnuminosa, es decir, se trata de una diosapresentada bajo el arquetipo literario delhada. Ante un ser de tales característicasla voluntad del ser inferior se reduce ahonrar y obedecer aunque sea inconscien-temente tal y como sucede en la novela. Adiferencia del miedo representado en eltexto y declarado por el personaje en laprimera parte, esta segunda aparición delmonstruo no suscita en los personajes unmiedo tan abiertamente expuesto, susreacciones son de estupefacción, de azora-miento, y de abandono a una fatalidadcuyas causas no terminan de comprender.

La novela juega a lo largo de sus páginascon una alteridad domesticada mientraslas acciones encubren a un ser auténtica-mente sobrenatural. Pocos personajes decuento de terror estuvieron así de cercade lo absolutamente otro

BIBLIOGRAFÍA

Brasey, Édouard (2001) Sirenas y ondinas.El universo feérico III, trad. Esteve Se-rra, Barcelona, Olañeta.

Chrétien de Troyes (1984) El caballero delleón, ed. Marie-José Lamerchand, Ma-drid, Siruela.

Page 14: EL MIEDO A LO OTRO EN LA PIEL FRÍA NOVELA ALBERT …

70 FUENTES HUMANÍSTICAS 35 DOSSIER

FRANCISCO ARAGÓN

Fernández Cubas, Cristina (1988) Mi her-mana Elva y Los altillos de Brumal, Bar-celona, Tusquets.

Homero (1993) La Odisea, trad. de JoséManuel Pabón, Madrid, Gredos.

Lecoteaux, Claude (2005) Hadas, brujas,y hombres lobo en la Edad Media. His-toria del doble, trad. Placido de Prada,Barcelona, Olañeta.

Lovecraft, H. P. (1995) El horror sobre-natural en la literatura, trad. MelitónBustamante, México, Fontamara.

Roas, David, “Hacia una teoría sobre elmiedo y lo fantástico”, en Semiosis,tercera época, vol. II, núm. 3, enero-julio 2006, pp. 95-116.

Sánchez Piñol, Albert (2005) La piel fría,trad. Claudia Ortego Sanmartín, Bar-celona, Edhasa.

Tomasi de Lampedusa, Giuseppe (1990)El profesor y la sirena y otros relatos, trad.Adriana Malagrida, Barcelona, Noguer.

Tororov, Tzvetan (1987) La conquista deAmérica. La cuestión del otro, trad. FloraBotton Burla, México, Siglo XXI.