el método de la igualdad - jacques rancière

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COLECCIÓN

CL VES

Dirigida por Hugo Vezzetti

Jacques Ranciere

LMÉTODO

DE L IGU LD D

CONVERS CIONES

CON L URENT JE NPIERRE

y DORK Z BUNY N

Ediciones Nueva Visión

Buenos ires

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Jacques Ranciére

l

método de la igualdad. Conversaciones con Laurent

Jeanpierre y Dork Zabunyan - 1

8

ed. - Ciudad Autónoma de

Buenos Aires, 256 p.; 20x13 cm. (Claves)

ISBN 978-950-602-653-0

Traducción de Pablo Betesh

1. Filosofía 1. Betesh, Pablo, trad. 11 Titulo.

CDD 190

Título del original en francés:

La methode de l égalité

© ÉditionsBayard, 2012

Cet ouvrage, publié dans

le

cadre du Programrn d aide a

a

publication

Vi

ctoria Ocampo,

a

bénéficié du soutien de l Institut r n ~ i s d Argentine.

ta

obra, publicadaen el marco del Programa de ayuda a la pub licación

Vi ctoria Ocampo, cuenta con el apoyo del Institut

f r n ~ i s

d Argentine

raducción de Pablo Betesh

N978-

95

0-602-653-0

Toda

reproducción total o parcial de esta

obra por cualquier sistema

-incluyendo

el

fotocopiado- que no haya sido expresamente

autorizada por el editor constituye una infrac

ción a los derechos del autor y será reprimida

con penas de hasta seis años de prisión (art.

62 de la ley 11 .723 yart. 172 del Código Penal) .

V2

0l

/

1P )11

 :(\1

' jone NuevaVisiÓnSAIC. Tucumán3748,(l189)Buenos

Air s, 1 plilli I Al' entina. Queda hecho el depósito que marca la ley

1] .723 .

Impr

n la Argentina/ Printed in Argentina

PRÓLO O

Entre l

os

fil ós

ofos

franceses de

su

generación, sin dudaJacques

Rancic re

es

uno de los que,

en

los

últimos

años, han otorgado

gran cantidad de

entrevistas con interlocutores surgidos

de

iversos muy variados . En este

hecho

singular hay algo más que

l a

me ra

casualidad

. Como bien lo explica Ranciere

aquí

, la

ntrev ista, q ue

no

se la debe confundir con un

trabajo

de inves

I

i ación, a l que s iempre

puede

llegar a causarle un

cortocircuito

O red uc irlo co n simplificaciones, representa una herramienta

nncla

desp rec iable del «método de la igualdad» que le da título a

s te

libr

o y

que eligió

el

filósofo

, y

que este último defiende

¡ l

e

an

able mente desde los años

1970. La actividad de

pensar

no e m

enos

efe

ctiva

en una

entrevista

que en un libro

escrito

,

una de l

as

características

del

método

que nos

ocupa

es la de

plant

ea

r

qu

e «

no hay

un

lugar

propio para

el

pensamiento. El

pe n a

miento está

trabajando por

todas

partes».1

No

obstante

110

,

¿ po r

qué

agregar un

nuevo

libro

de

conversaciones a las

a

ex iste

nt

es, muchas de las cuales ya

han

sido reunidas

en

fo r

ma

de libro?2

I lay dos objetivosque,aquí , hanservido deguíaanuestrorumbo .

I

Tal como lo afirma Ranciére en la inte

rv

ención que sirvió de conclus ión al

Culoquio ded i

ca

do a su obra y que tuvo lu gar en Cerisy en 2005 , una intervención

qu e e n las actas qu e se publicaron

al

añ ó s iguiente llevó por titulo «E l método de

lu

I

lw ldad

».

Véase

La ?hiloso

phi

e déplacée - Aulour de Jacqlles Ranciére 

I II U encc CO l1U y Patrice Vcrmeren (dir. ), Lyo n, Horlieu, 2006, p. 519.

, ;, 1 lanl pis pOli / les gens Jaligués. E

nl/

eliens, Paris, Éditions Am sterd am,

,lOOt)

.

7

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Esta larga entrevista construida en cuatro etapas, en primer

lu

gar

, debía

pennitir servirde

introducción

al pensamiento

de

un

teórico actual copiosamente leído y c

ome

ntado.

De lo

que se

trataba era de especifi car el origen,

la

función y

la

definición de

ciertas

nocioneso

de algunas consigna

s e

l reparto de lo sensible,

e ldisenso, el maestro ignorante,

el

desacuerdo,

la

parte de los sin

parte, etc.) que a veces dan lugar a que ciertos lectores las reto

men de manera automática para usos que no han sido previamente

cuestionados.

Más

allá de esas fórmulas que ya se han vuelto

rutinarias, le

hemo

s pedido a Jacques Ranciere que nos diera

precisiones acerca de varios puntos, con la intención de profun

dizar

o

echar

luz sobre algunos elementos de su pensamiento.

Este propósit o setopaba con nuestra segund a meta, que consistía

en restituir la unidad del proyec to filosófico de Ranciere , que un

malentendido

te

naz

casi siempre persiste en

querer

escindirlo en

un momento dellominado «político», seguido de un momento cal i-

ficado de

«es

tético». A partir de su tesis ,

aNuit des prolétaires

(1981

),J

toda

laobradel

filósofo francés,

porel

contrario,

hacon-

sistido en poner en tela de juicio esta oposición,

como

todas las

delimitaciones

a priori

de

campos

de competencia fijos, y en

trabajar sobre los r

eg

ímenes de interferencia y las circulaciones

entre

maneras

de ver y de pensar, maneras de asociarse y de lu

cha

r : así es

cómo

también se define un método de la i

gua

ldad que

halla su consistencia en un a reconfiguración de los territorio s y

las capacidades y en la alteración del sentido de las palabras y

de las

cosas que

de ello se desprende. Si bien la

obra

es unitaria

en cuanto a su perspectiva y a su

método

, ha tenido y tiene

todavía inflexiones, momento

s

reanudaciones, de los que también

erá se tratará en las páginas que siguen.

La primera parte del libro (<<Génesis») retoma la elaboración

de u pr yecto intelectual a través de la formación de Ranciere

(nacid o n 1940) y de sus trabajos de

juventud

. E l primer texto

púb

li

co e n cido que firma es una contribuci ón a

Lire Le

Capilal,

que c ordinó Lou is Althusser

4

y que se editó en 1965.

8

, La l/

O

he de los proletarios. Tinta Limón, Buenos Aires. 20 10.

,

Para

II ('r ( ( l  a l , Siglo XXI, México. 1969 .

1974,

la

publicación de

a Lefon d Althusser

5

sanciona una

ruptura metodológica y política, manifiesta desde 1969, con el

lósofo marxista de la calle Ulm .

6

En

1980, Ranciere defendió su

tes is bajo la dirección de Jean-Toussaint Desanti, denominada

La

fo rmalion de la pensée ouvriere en France: le prolétaire el

SOI double [La formación del pensamíento obrero en Francia: el

proletario y su doble]

que

,

al

año sigu ¡ente se publicó bajo el título

de La noche de los

prol

etarios. Los problemas que organizan

el conjunto de su pensamiento parecen haberse cristalizado en

ese momento. También han surgido de

la

s lecciones que Ranciere

ex trajo de

lo

s acontecimientos de Mayo del 68 y del

nuevo

diagnóstico que se desprende

de

ello con respecto a la tarea de

los inte lectua les

ya

la medida de sus saberes y discursos.

La segund a parte (<<Líneas»)

pone

a prueba la h ipótes

is

de una

unidad de la obra al

proponer

recorridos de lecturas internas por

la

s investigac iones de Ranciere.

No

se trata tanto de resumir, de

repetir ese pensamiento y sus principales categorías,

ni

de dibujar

us contornos y sus compartimentos,

como

de buscar pasajes,

diversas circulaciones subterráneas, tal como Ranciere invita a ha

cerlo en otros escenarios. Lo cual a veces implica hacer una

exposición de la obra con los problemas clásicos de

la

filosotla . La

enunciación filosófica recibe una muy particular atención, lo que

re

presenta una manera de suscitar, con

re

specto a la obra misma de

Ranciere, un conjunto de cuestiones que ésta ha planteado a otros

productores de discursos autorizados. Másque una filosotla general,

lo

que hemos intentado es, por

lo

tanto, aprehender un estilo teórico.

El siguiente

momento

de nuestra conversación (<<Umbrales»)

cons iste en confrontar su obra con las de otros pensadores del

mis

mo

período y someterla ya sea a algunas de las objeciones

recurrentes de

la que

es objeto, ya a nuevas interrogaciones crí

ticas . Las potencialidades de proximidad y diferenciación entre

la obra

de Ranciere y otras grandes obras de su época son

nume-

rosas y, sin duda, en el futuro no faltarán investigadores que

; La lección de A Ilhl/sser.

Ed ito

ri

al Galerna, Buenos Aires, 1975 .

La calle Ulm. en París, es donde se encuentra

emplazada

la Escue la Nor mal

Superior, conoc

id

a también como Esc uela de la ca lle U

IIll

(N . del

T. .

9

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trabaja rán en ellas de manera más sistemática o más precisa. Por

nu

estra parte, hemos puesto nuestro empeño en limitar las

re rerencias a los autores y, más bien, en subrayar, sin hacer

atribuciones, algunos malentendidos, controversias o diferendos.

os

hallamos aquÍ en los bordes del macizo conceptual de

Ranciere.

La última parte de nuestra conversación <<Presentes») apunt a

a proyectar este pensamiento hacia laactualidad y lo posible. Los

temas abordados son diversos. La relación que el filósofo

mantiene con ellos no podría ser del orden del peritaje o de la cien-

cia. Se trata entonces

de

aislar

un

tipo de mirada sobre

la

época

haciendo referencia a algunas cuestiones inevitables para las

prácticas contemporáneas de

la

emancipación. Esa mirada ob-

serva en pal1icu laresto: la m ultip I c idad de presentes que atraviesan

el momento actual. Por muy coherente y unitario que sea, el pro-

yecto intelectual de Ranciere se vuelve a reactivar por esta

discordancia de los tiempos.

Estos cuatro momentos de nuestra conversación esbozan una

lectura posible del libro. Pero para

un

enfoque teórico que desde

un

comienzo se ubicó del lado del «rechazo

al

pensamiento

jerárquico», nada sería más apropiado como recorrerlo siguien-

do

otras direcciones.

10

D.Z

Primera parte

GÉN SIS

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I

NF NCI

y JUVEN

TUD

Empecemos con sus años de formación y sobre los primeros

materiales de construcción de su pens miento hasta la

publicación de La Noche de los proletarios: archivos del sueño

obrero

1981). Dígallos  en primer lugar  qué recuerdos

guarda del período que precedió a su ingreso a la Escuela

Normal Superior. Quiérase o no  nos encontramos en Fran-

cia donde esos años de clases

pr

eparatorias y de concursos

a menudo perduran como elementos importantes en las

trayectorias intelectuales.

¿

Tal vez que a usted también le

evoca algo ?

Llegué a la Escuela

Normal

de

una manera

un

tanto «auto-

mática» aunque

hubiera

que

concursar

y

ser admitido

. A los

doce

años quería

ser arqueólogo.

Me

dijeron

que

para eso tenía

que

preparar

el ingreso a la

Escuela Normal

que

tenía

que es-

tu

diar

latín y griego, de

manera que

seguÍ una

modalidad

latín-

gr

iego. El interés

por l

arqueología se

me pasó

, pero seguÍ el

impulso: era un buen alumno en letras,

así

que seguí el camino

supuestamente real. A fin de

cuentas

no viví los años de pre-

paración como

algo

especialmente traumatizante

,

salvo por

ser ios problemas de salud, sino más

bien

como una experiencia

un poco extraña. Contábamos con una cantidad realmente

increíble

de

malos

profesores.

Por primera

vez,

descubrí que l

3

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ill

Hde la

jerarquía

profesoral no tenía ninguna relación con el

Jl ive l de competencia o de capacidad pedagógica . Tam bién

desc ubrí esas extrañas leyes de los

exámenes

y los

concursos

,

a

saber

, su

carácter

de ritual , a la

vez de

entron ización y de

humillación. Me acuerdo de esa eminencia de

la

Sorbona que

me

interrumpió en la

primer

a frase para

decirme «Señor

, su

clase

es

un ejemplo exacto de lo que es una mala explicación», tras lo cual

obtuve mi certificado

con

la mención «Bien». Lo cual forma

parte de mi experienci a, que sólo desempeñó

algún

papel mucho

tiempo m ás tarde . Puesto que , una vez que ingresé a la Escuela

Normal

Superior, a pesar de todo

pude

adaptarme con bastante

fac ilidad a lpersonaje del que ha concursado con

mucha

dificultad

y qu e po

día hablar

,

por

lo

tanto,

en

nombre del saber

,

de

la

c ienc ia. Se puede

decir

que

había

cierta

contradicción entre

mi

experiencia de estudiante que concursaba y daba

exámenes,

co

nfrontado a todo lo que eso tenía

como

tramoya de integración

y de humillación y luego, más tarde , mi adhesión sin mayores

in c

onv

enientes a la lucha althusseriana de la ciencia contra la

ideo log ía.

¿ Usted jú al colegio secundario en París?

Sí, me fui

de

Argel a los dos año s de edad. Viví en

Marse

lla entre

1942 y 1945 . Luego pasé toda mi infancia en París, más exac

tame

nt

e en la Puerta de Champerret, lo cual cumplió cierto papel

puesto que

era

la

frontera

entre

varios

mundos . En la Puerta ha

bía

una

parte de lazona que todavía

no

estaba destruida del todo ;

y

de

spués es

taba

, a la izquierda ,

Neuilly,

la

ciudad burguesa

y, a

la de r

ec

ha, L evallois, que

por

ese entonces todavía era una ciu

dad o

br

era. Yo estudié

en Neuill

y, pero

en

el colegio había pocos

chi

cos

de Neuilly porque ahí iba todo el

suburbio noroeste

, en el

qu e sc

in

c luían, por ende , suburbios que

eran

todavía muy

p pul are .. Pasé mi infa ncia

en

una atmósfera muy del tipo de

la

IV Repú blica.

Co

n eso me estoy refiriendo a una atmósfera de

los día po ter iores a la guerra , de racionamiento , cortes de

e lec tric id ad, apago ncs y huelgas (en esos días, íbamos al colegio

en un cami ' n militar) y en un universo social que todavía estaba

4

extraordinariamente mezclado. En Neuilly había concejales

co munistas. La gente

que

iba al Pasteur, al colegio del suburbio

elega

nt

e por excelencia, venía de todas partes . Y

en

los partidos

de fútbol, en la isla de

Puteaux

, que era una zona totalmente

diferente, pasábamos , de una

semana

a la otra , de los estudiantes

de Janson de Sailly1 a los equipos de los centros de aprendizaje.

8

Viv í en ese universo

que

era al

mismo

tiempo conflictivo y

mezclado, cuyo recuerdo tenn inó se-pultado por las tr iv ia I dades

de los Trente Glorieuses

 

y el baby-boom.

10

C ierta conciencia católica vagamente

progresista filtraba

mi experiencia . Yo formaba parte de la Juventud Estudiante

Cristiana lEC) y a Marx lo conocí

primero porque

el ca

pe ll án

del

colegio

me

mostró

un libro que estaba leyendo con

ad miración , la obra de Calvez sobre

Marx

La p ensé e de

Karl Marx, 1956).11 Lo

cual

quiere decir

que

me sentí

atraído

por

Marx por todos los temas

con que

el althusserismo

des

pués arrasó , sobre

todo

por la

crítica

de la alienación. También

des

cubrí

a Marx

gracias

a Sartre , pues mi primer acercamien

to a la filosofía fue a través de las novelas y las obras de tesis

de Sartre. Lo

había leído

antes de entrar al

último año

del

ba

ch illerato como escritor filosófico. Era la época en

que

to

davía se daban los grandes debates filosóficos

acerca

de la

ex istencia, su absurdidad , el compromiso, etc . De

lleno

, la

épo

ca

de Sartre-Camus, si les parece . Mi primera lectura filo

só fica

fue El existencialis1l1o es

un

humanismo. Cuando

ll

egué a la clase de filosofía y tuve que soportar los cursos

so

bre

la atención,

la

percepción,

la

memoria, etc.  me sentí

co

mpletamente desesperado . Felizmente, al

año

siguiente,

en

7

Co

legio secundario (liceo) más grande de Parí s, ubicado en el barrio más

rcsidcncial (N . del T .)

, Ce ntre d ·apprentissage . escuelas de forma ción profes ional para obreros y

empleados calificados que funcionaron hasta

1960 (N.

del

T.) .

,

Tr

e

nt

e Glorieuses

Treinta gl ori osos [a fi os ] ), nombre que se le da al

pe ríodo qu e va de

1945

a

1973 y

se conoce CO

Ill O

la edad de oro del capitalismo

. del ,T .).

1

Baby-boom.

nombre con que se des igna la ex plo s ió n de natali

da

d que

sig

ui

ó

al

té rmino de la Segunda Guerra Mund ial h asta

m ~ i o

de los año s

1960

N del T

Je an-Yves Calvez,

El pensamiento de

Ka

rl Marx,

Taurus, Madrid . 9

M .

15

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en Henri IV

 11

seguí

los

cursos

de filosofía de

Étienne Borne.

Eso

fue

para

m í una revelación, el descubrim iento

de

lo

s

«grandes

filósofos» y al mismo tiempo de una manera muy

apa

sionada.

Por casualidad, para

una

exposición

que

tenía

que

hacer sobre

la distinción

entre

el

cuerpo

y el

alma

en

Descartes

,

me

lancé sin pensarlo dos

veces

a las

Meditaciones

a las

Obje-

ciones

a las

Respuestas a las Objeciones .

Mi cultura filosófica,

como mi cultura en general, siempre ha sido una cultura construida

de agolpes, local , localizable, puntual, nunca enciclopédica, que se

formó casi siempre ya sea

junto

a la enseñanza, ya sea a partir de

trabajos específicos que tuve que hacer en el marco escolar, pero a

los que enseguida les di

una

extensión diferente.

¿Lograba conciliar ambas cosas? Pues efectivamente tenía

que pasar el concurso ...

Al principio, no entendí de qué se trataba: cuando uno estaba en

Henri IV nos hacían creer que éramos los mejores, que los demás

era n

un

os changarines, unos miserables. Resultado: una hecatombe

en

el

concurso. Al ent

rar

a Luis-Ie-Grand, en donde los profesores

eran muy grises, en donde los alumnos tenían también en su mayoría

un

aspecto gris, entendí que el problema era en primer lugar llegar

a traducir cua lquier trozo de

Homero

de manera improvisada. Para

e l oral de gr iego, había que preparar un texto y después venía la

pr

eg

un ta a quemarropa en la

quete

daban diez líneas de

Homeroque

había que traducir ahí nomás. Entendí que las grandes cuestiones

filosóficas y literarias eran una cosa, pero que

la

preparación para

el concurso era una

gimnasia

exacta y que había que hacerla. A

pesa r de todo la hice, y aparentemente me acuerdo de ella, mientras

que todas esas personas que en la actualidad hacen ardientes diser

t

ac

iones acerca de la enseñanza republicana y los grandes temas -

baña r e n la cultura humanista, aprender a pensar, adquirir un

espíritu críti

co-se

han olvidado de que, al igual que

yo

, concursaron

12

N Ú l b r ~

co n qu e se designa en argo t francés el primer año de estudi os

literanos, postcnor al bachillcrato. para ingresar a la Escuela Normal Superior (N

del T.).

l

Licl o

I l ln IV. un o dc los más prestigiosos de París. do

nde se

preparan los

alumn

os

para ingresar a la Escue la Norm al (N . del T. .

Liceo de Parls, de p r ~ s t i g i o similar al de J-lenri IV (N . del T. .

16

sobre la base de una cultura de multicopias (puesto que, por ese

O[ nces, el programa de historia era policopias) o fichas acerca del

sentido de todas las partículas g

ri

egas, y lo que por ese entonces se

llamaba el pequeño Latín y el pequeño Griego, es decir, el en

I

rcnamiento cotidiano para poder traducir cualquier texto de manera

ill1provtsada.

Antes de en trar en la «fortalezOJ de la Escuela Normal tal

vez

tengamos que volver sobre la cuestión

de

su ambiente

fa miliar al que ha hecho referencia rápidamente. ¿Era

un

medio en que las personas ya habían hecho una carrera

docente o universitaria?

No, mi familia no tenía nada que

ver

con

el

medio académico y

universitario . Mi padre había empezado a estudiar alemán, que

aba ndonó para hacer una carrera prefectoral , pero lo mataron en

Francia

enjunio

de 1940. Nunca lo conocí. Y mi

madre

era emplea

da pública. Mi padre había sido empleado público, mi tío era

emplea

do

público, mi madre había entrado en la administración

pública cuando tuvo que salira trabajar.

Notuve

para nada un origen

vinculado al medio académico o universitario.

¿Su padre murió en combale?

S

í.

en

juni

o de 1940, justo antes del armisticio. Mi

madre

nunca

vo

lvió a

casarse

. Tenía fuerza

suficiente como para criar

ella

so

la

a

tres

hijos. Viví en un

ambiente

protector, unido y cálido,

Yo

era un

hijo

sin

padre

, pero

nunca

fui un

chico

infeliz. Mi

único

sufr imiento fue el ingreso al

colegio secundario, porque

había

vivido, tanto en

casa como en

la

escuela primaria,

en un universo

en

esencia femenino

, El

descubrimiento

del

mundo masculino

fue el traumatismo principal de

mijuventud.

Usted hizo mención a Argel. Ahora bien  antes de ingresar

a la Escuela Normal  ocurrió la guerra de Argelia. ignificó

algo para usted?

Digamos

que

tenía

como

una

doble

conciencia

con respecto a

17

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Arge lia. Viví rodeado de objetos y documentos que provenían de

Arge lia, libros taljetas postales con paisajes de Argelia coloreados:

la

rada de Boug ie toda rosada, Chréa toda azul, Timgad de color

humo ... En ese sentido, tenía una visión de Argelia como de una

e s p e c ~ e

de país de ensueño. Por otra palie,

~ i v í

la guerra

de

Argeha a continuación de la guerra de lndochina , en momentos

en que

me

despert aba a la vida política. Pero no la viví

como

un

nativo

de

Argel.

La

viví como

unjoven

de esa

época que

leía el

semanario L Express, entre la admirac ión por Mendes

France

y

la repugnancia con respecto a Guy Mollet. Pasteur estaba bas-

tante politizado hacia la

derecha

; me ac uerdo

haber

visto pasar

en la clase panfletos

extremadamente

vio lentos

que

llamaban a

defender

la civilización occidental y cristiana.

Debo

decirqueyo

fluctuaba un poco, pero el tipo de

ambiente católico

que frecuen

taba era más bien progres ista.

Más tarde, cua ndo entré en la Escue la Normal era la época

de

OAS

. Organización

Armada

Secreta) y de las

grandes

manifestacIOnes contra aquélla . Desde ese

punto

de vista, el año

1961- 1962 resultó fundamental. Una de las

primeras marchas

tr

as

las raz ia s contra los árabes salió de la Escuela Normal

éramo.s una s decenas de personas, unos cent

enares

que s a l i m o ~

a manifestar por el bulevar Montparnasse , al día siguiente o dos

días después. Antes, yo no pertenecía a

ningún

grupo político.

Me encontraba en diversos

movimientos

de

juventud

católicos,

pero que no eran políticos, aunque tuvieran cierta sensibilidad

~ u e era más bien de izquierda . A parti r del momento en que uno

mgresabaa la Escuela, había una agitación pernlanente, asambleas

ge

nerales. Las personas

que

organizaban

esas

asam bleas

eran

co munistas que lanzaban la consigna,

despué

s nosotros las se

o no las

seguíamos

. Ésa es mi

experiencia

, que

no

es tab a liga da al hecho de que haya nacido en Argel , excepto que

Argel ia se vo lvió independiente, me

pregunté por

qué no

Ir

para a

ll

á:

in

c

lu

so, había comp letado una so l icitud para p,artir a

Arge l co mo profesor, pero era en 1965 .

8

FORMACiÓN

( liando ingresó a la Escuela Normal Superior, el destino

de

(/rque ó

logo

y a

se h ll b detrás

de

usted

,

pero ¿

la

orientación hacia la .filosofia

y

estaba decidida ?

No, no lo tenía decidido. Llegué hasta

primer

año de la Escuela

Norma l Superior sin saber si iba a hacer literatu ra o filoso fía. Me

había inscrito en letras, había ido a

ver

a Althusser quien no puso

ll1ucho entusiasmo en a lentarme a seguir filosofía . Vacilé mucho

y, en segundo año, me tiré a la pileta , había que tomar

una

de-

e is ión y opté por filosofía. Íbamos a la Sorbona para inscribimos

y para dar los

exámenes.

De lo contrario, no metíamos un pie ni

de cas ualidad,

con

una excepció n: si uno era

estudiante

de letras,

iba a las

clases

de filología, puesto que se trata de algo que no se

puede inventar, y lleva mucho

tiempo

si uno quiere aprenderla

arreglándoselas sin los profesores. En primer año, cuando

todavía era

estudiante

de letras, seguí los cursos del certificado

de gramáticay de filología, pero en cambio no

íbamos

casi

nunca

a las clases de

fi

losofía en la Sorbona. En la ENS tampoco había

c lases. Era la

época

en que no había

cuerpo

docente . Solamente

es taban los «caimanes», 5 Althusser, que estaba o

que

no estaba

ahí, que ya casi no dictaba clases pero que invitaba a la gente a

seg uir los cursos, seminarios a los que

no

estábamos

ob

ligados

[ as istir. Tuve muy pocas clases

de enseñanza

filosófica en la

Sorbo na y también

muy

pocas en la ENS. No hice tanta filoso

na en la escuela,

salvo

el año de la oposición a cátedra.

Se

trata también

de

una época que cuenta con figuras que se

hallan a veces

pr

esentes

en

la frontera

de

la .filosofia, como

a

taille y Blanchot. ¿Estaba aIlanto

de

los

debates literarios?

Para nada.

No

sé cuándo fue que me enteré de la existencia de

nlanc

hot

y de Bataille, pero pienso que ya era catedrático. Exa

ge ro un

poquito , pero estaba

completamente

fuera de mi uni

vcrso. Una vez más , mi horizonte , a los diecisiete años, eran

11

Cai o : en la jerga de la Esc uela Normal se llama así a distintas formas de

I csponsables de estudios N . del T.)

9

Page 10: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Sil   · y eve

ntu a lme

nt

e l s

que

é l

mencionaba,

las

gra nde

s

li

ura

s n

ove

l

esca de

l

os

años 1930, como

Faulkn

er o

Dos

Pa sos.

Ta m

bién

hablaba

, a

decir verdad, de

Blanchot

y

de

Ba

taill e,

pero

de bí

saltearme esos capítu

los.

Por otra parte

,

mi

universo era Rilke

,

porque

la

primera cla

se

de

filosofía que

escuché

fue

un

curso de JeanWahl

sobre

Rilke.

Se

trataba

de

la clase

pública

de

la

Sorbona que yo escuchaba por

la

radio

cuando

vo

lvía del

colegio. Sa

lvo

eso

, sabía

que existía algo

que

se conocía como

e l

nouveau roman  que

había leído

un

poco

.

Conocía

al

Barthes

de Mitologías.

Mi

cultura

,

cu a

nd

o

tenía

veinte años

,

era una cultura moderni

sta

que eventualme

nt

e

ya

podía decirs

e que

era estructuralista, pero digamos

que me

reconocía más ge

ne

ralmente

en un a

cultura que podría llamarse

«va

n

gua

rdi

sta»,

incluso

si

era vanguardista

para

,

sin que

forzosamente

lo

fuera

en

un

plano

hi

stó

ric o.

Mis

referencia

s

eran el nouveau roman  la nouvelle vague ci nem

atográfica

, los

conciertos

del

Domaine musica/

 6

y la

pintura

abstracta

.

Para

d

ec

irlo

en

pocas

palabra

s, la

modernidad

de

l

os años 1950-1960

ex c luye nd o l

os

legados del

surrea li

smo,

que no formaban

n

ada

p

arte de

mi

universo

.

n filosofia ¿reconoce algunos maestros como Hippolyte 

Canguilhem Alquié? Pues to que todavía estaban vivos.

A

Hippolyte

lo

conocimos como director de

la

Escue la

,

pero ha

bía

dejado

de

cumplir un papel como filósofo

,

como maestro.

Estaba Althusser

, pero

no era

un

profeso

r. Nos

inspiraba más

por su

conversación

o ciertos textos que

por sus enseñanz a

s.

Había personas

que Althusser in

vitaba.

Me

acuerdo de

a l

gunas

co nferenc

i

as

de Serres que

eran

más bien

brillantes.

También

me ac

u

erdo de

Fo

ucault

,

que vino para anunciar

un

seminario

p

ero que nunca volv

ió pa ra

darlo.

Por

1 tanto no

,

en ese período

se g

uí Illuy

pocas clases

de

filosofía

.

En segundo año, arranqué

co

n un traba

jo

s

obre

e l joven Marx.

Me parece qu

e a

partir del

lloment

en

qu

e e l

egí hacer filosofía, decidí hacer ese diploma

de estud

i s sup e

riore

s

so bre

la

idea

crítica en eljoven

Marx.

Fui

\ . Sociedad de concie rtos fundada en 1954 por Pierre Boulez (N. del T.).

20

il ve

r a

Ricoe

ur

,

que

Ille

preg untó

si

no

prefería trabajar sobre

la

.d ienac ión o el

fetich

iSlllo. Le

respondí que no

,

que

q uería

hacer

1111 trabajo sobre la

ide a

crítica.

Yo no

quería hacer

un

trabajo sobre

un

tema filosófico sino

b r e una práctica del pensamiento. Leí

mucho al joven Marx.

mpecé

mi

carrera

fil

os ófica haciendo una exposición sobre

el

t

x

to

de

Marx

acerca

de la ley

so

bre el

robo

de leña,

era

el in

vie rno

de 1961-1962.

Era

bastante raro porque

, un

tiempo antes,

hahía

ido a

v e ~ l o

a

Althusser, que me dijo

:

«E scuche, no puedo

\aran

tiza

rle

que

vaya

a

tener

éxito en

filosofía

,

pero

si

quiere

hacer

la,

hágala».

Luego

arrancó con ese seminario sobre

Marx,

n fines del

año

1961 , me

parece

,

yo hice esa exposición sobre

el

lObo

de leña

y, al

final de la exposición

,

Althusser vino

a

verme

para

deci

rm e

que

iba

aaprobar sin

inconveniente

las

oposiciones

a

la cá tedra

,

que no iba

a

tener ninguna dificultad

en

filoso f

ía .

Durante dos años

me

dediqué

exclusivamente a

ese trabajo

.

Al

t l l

iSlllo

tiempo

,

estaba estudiando

la

licenciatura

en

psicología

,

co

n la p

sico

logía

socia

l, la

psicología

del

niño

, etc ., lo

que

imp

lica

ba

cierta cantidad de trabajos

prácticos.

Dado que quería

trabaj

ar sobre

l

as cuestiones de

la

ideología

y

de

la

representación

,

se

me

oc

urrió

que podía resultar

interesante ava

n

za

r en

esa

dirección.

Pero

no me

sirvi ó

de

nada

.

Estudié

muy poco de

historia

de

la filosofia,

no

había

ningún

mot

ivo

para hacerlo

,

una

vez obtenido

el

certificadodehistoriade

la

filosofia de la Sorbona, excepto

que

eventualmente te interesa ra tal

filósofo, si un

curso

o un seminario te

despertaba

interés . Sólo

des

pués

del seg undo

año de

la

preparatoria

a la

EscuelaNomlal em

pecé a trabajar

o

a

volver

a

trabajar-la

historia

de

la filosofia

para

e l año

de

la oposición.

Me acuerdo

del

principio

del

año de

la

opo

. ición en que Cangui lh

em erapre

sidente del tribunal. De

pronto

, ese

curso

so

bre hi storia

de

las

ciencias

, al

que

concurrían

por

lo general

cinco o seis personas,

Balibar

,

Macherey

y

dos

o

tres

má s

,

de

ahí

en

ade lante

,

se completó

.

Todo

el

mundo estaba

ahí.

Canguilhem

dij o

que

no habí

a

que hacerse ilusiones

,

que no había

nada

que

hace

r,

queo sa

amos

hi

storia

de

la

filosofía

o

no

la

sabíamos.

Me

dije a mí mismo : «

bu

eno, no, no sé historia de la filo so fía ,

pero

a

fi;l

de año sabr

é

1

que

h

ay que

saber».

Me pa sé todo

el

año

le-

2  

Page 11: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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  lIdo ti

J ant y, a /in de año, era capaz de responder a cualquier

pregunta deta

ll

ada sobre Kant.

L EER L PITAL

Usted hacía referencia aljoven

Marx,

a su proyecto de DES 

7

pero ¿en ese entonces ya se hablaba del «joven Marx»? ¿No

es un t focto

de la reconstrucción althusseriana eso de hacer

una distinción entre el «joven» y el «viejo» Marx?

El texto de Althusser sobre eljo ven Marx data de 1961 y respondía

au n número de una revista marxistaOltodoxaque le estaba dedicado

yjustamentepretendíavolver a apoderarse de ese

~ o v e n

Marx» que

despeltaba

el

interés de los teólogos, tras haber atraído a los social

demócratas. Por

lo

tanto, no sé si sehablabadel v e n Marx

»,

pero

ya había una valorización de todos los textos del

joven

Marx, sobre

todo los Manuscritos de

1844.

Emen particular el caso de los libros

que me habían introducido a Marx, libros escritos por jesuitas, los

padres Ca lvezyBigo, que hacían que esos textos sobre laalienac ión

se volvieran la base misma del marxismo. Por ende, e ljoven Marx

existía, pero fue Althusser el que dij

o:

no, no es el verdadero Marx.

En la

Escuela Normal Superior nos burlábamos de la alienación

criticábamos aLefebvre, a Morin o qué seyo, pero sin haberlos leído:

El universo de las tradiciones de izquierda del

mar

xismo me era

desconocido por completo, puesto que circulaban

por

circuitos que

no eran los nuestros.

Por

lo tanto, e

mpecé

mi

DES

en la frontera entre dos uni

versos de pensamiento, puesto que, por un lado, me encontraba

después

detodo

en elenvión de cielto entusiasmo que despertaban

lo

te

xtos deljoven

Marx

, con todo

lo

que habíade lírico en textos

como Introducción a la .filosofia del derecho de Hegel que

Co rre pondía bastante a la idea

que

yo tenía de esa época , a

la

filoso

a que sa le de sí misma y se convierte en vida , en

mundo

.

Contaba ent nce todavía con menos razones para

pasar

mucho

tiempo estudiando

hi

storia de la filosofía, en la medida en que

17 Diploma de Estudios Superiores.

22

t Ilía

la

impresión de estar entrando en un pensamiento que

lllarcaba el fin de la fil osofía. Con ese impulso es que comencé

.\ trabajar sobre el joven Marx. Entre tanto; ese impulso se

I

,¡;

ti licó a través de Althusser, a través de la crítica del «joven

Marx». Mi diploma se convirtió en un texto que debía probar

la

l , istencia del «corte epistemológico» . La tercera parte se

o¡;upaba de

La ideología alemana y Ricoeur

me dijo que era

IIl a

ver

dadera

pena: esas dos primeras partes deslumbrantes,

y

IlIego esa tercera parte que repetía a la par de Marx:

« ~ r t m o s

el los hechos, es un hecho, etc .

».

Esta caída en el ul1lverso de

los hechos le parecía como algo realmente gris. ,

1964-1965,

en momentos

en

que el seminario

de

Althusser

lrala sobre la lectura

de El capital,

usted lleva a cabo una

("(pos

ición acerca del concepto de «crítica» en Marx.

¿CÓ-

1 10

es que Althusser decide publicar esos intercambios?

PI/esto que no se publicaron los demás seminarios.

S

L

en 1964 hubo ese proyecto de seminario sobre

El capital.

Althuss

er

había dicho que

la

filosofia de Marx se encontraba en

un

estado práctico en El capital pero que todavía era necesario

desenterrarla, fommlarla teóricamente. Era

un

poco

<<Ric Rhodus 

hic salta» había que decidirse a extraer esta filosofía de El capIlal.

Yo no est: vetan vinculadoal núcleo que pensó en ese seminario, en

su papel; etc. Pero me tocaba

la

tarea de mostrar el «corte

e ~ i s -

temolóaico». En tanto que especialista en el joven Marx, me hablan

encarg do que mostrara la diferencia entre el joven y .el viejo. Se

trataba de una tarea estratégica,puesto que, si no hubiese empezado,

no habría habido nada. Nadie sabía lo que se iba a poder encontrar

en

El Capital

para despejar y extraer

como

filosofía. Lo que yo

extraje no era necesariamente lo que había que desenterrar, pero

alguien tenía que tirarse a la pileta,

lo

cual era una locura total.

La tarea de resumir los Manuscritos de

1844

y mostrar por

qué no eran científicos era relativamente fácil , pero t r r

cómo

El capital

lo

cambiaba

todo era algo

mucho mas com-

plicado. Primero había que leer

El capital que yo

nunca h.abía

leído. Conocía, como todo el mundo, elprimer capítulo del pnmer

23

Page 12: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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I I}1 0 , y eso era todo.

Me

metí de lleno, di mi

primera exposición

y n rmalmente

tendría

que

haber dado la

siguiente tal vez una

semana

más tarde. Fui a

ver

a

Althusser

para decirle que

todavía

me faltaba leer dos

librosdeEI

capital que era imposible

extraer

de ellos la racionali dad filosófica en tan poco tiempo.

Pero

para

mí fue al fin y al

cabo

un proceso

completamente

loco, en el que

desembuchaba

a

medida que

lo iba descubriendo, sin ninguna

perspectiva,

excepto

la

de tener

presente el

seminario

sobre el

estructuralismo que había tenido lugar dos

años

antes, en 1962-

1963, en

que todo

había estallado con varias

exposiciones sobre

Lacan. Los años anteriores, apenas si había

hecho

una exposición

sobre La

ideología alemana

en el marco del

seminario sobre

el

estructuralismo, pero

no

había expuesto

sobre

Lacan

ni

sobre

ninguno de

los

grandes

estructuralistas. Los

que expusieron

sobre

Lacan fueron, primero, Michel TOIi, y luego Jacques-Alain

Miller. Estaba atrapado en esa necesidad de lograr una sÚltesis a

toda marcha entre lo que leía de Marx y

lo

que ya estaba en boga

en esa época, lo que circulaba en nuestras mentes después del

seminario sobre el estructuralismo. Hablé cuatro veces, porque no

terminaba nunca.

Por ese entonces,

la

publicaci ón no era para

nada

un tem a que

se tratara, en un

comienzo

estaba previsto como un

seminario

y

luego se

convirtió

en una serie de

exposiciones

públicas, lo que

desencadenó que se retiraran algunas personas que querían que

fuera un seminario,

como

Miller. A finales

de ese

año,

Robert

Linhart

me

dijo que

quería

que mi texto se

volviera

un fascículo

para la formación

teórica

,

pues

era la

época

en

que

en el

círculo

de

la

calle Ulm se discutía

mucho

y se

ocupaba de

organizar

la

formación

teórica para

los militantes de

la UEC (Unión

de los

studiantes

Comunistas). Todavía

no se

hablaba de

publicar.

ólo me enteré

de

que se iba a convertir en un libro mucho más

tarde . bso formaba parte de

la

estrategia teórico-política de

Althusser

, en la que

yo

no estaba para nada incluido.

¿Se hicieron retoques o los textos se publicaron tal como

estaban

?

24

t b por lo menos el mío.

I

li

S textos se publicaron tal como

es

a

.,

I C da Cllal

Ithusserno corrigió mi texto para la e

dlclOnong

ma

Él a . era

.. su

texto. que se

publicó

tal c o ~ o

era. mIo.

: 1 I ' ~ ~ e n t e

oral.

lo

no

s i ? n i f i c a b ~ ~ i n g u n r r ~ ~ ~ ~ ~ ~ l ~ ~ ~ a

~ : ~

l' lIrso de formaclOn

teonca

que I a a s

I b

ll

iticopias a los

militantes

.

e s p u é ~

s.e conv.lrtlo un I ro.

-;

que ge

nte como yo haya tenido

11lJerencla en e proceso.

. , 1968

cuando sacaron su texto

de

' ' 8 lo que ocurrlO en

(' l

e e

d

.

. ,

de

Para

leer El capital ?

¿Se vio impulsado a

(/

ree

IClOn " . ?

.

fiue

algo que ocurrió ante sus narices.

reacc

IOnar

o

. d 1967

Althussernos

escribió diciéndonos que iba

A comIenzos e

d

d'

.,

que

era

necesario compendiarla,'\ haber una segun a e

IClon

,

..

1

' ero ue al mismo

tiempo íbamos

a aprovechar para corregn os

p q " d' haberse hecho, para retocar los

errores

teoncos

que pu l e r o ~ l . . . las

palies

un

textos etc. Entonces,

retome

mI texto y supnml .

ta nto inaenuas de joven estructuralista que e s c u b r ~ E/:apllal

Volví abtrabajar

u c h o

sobre ese texto, se lo a n d e a aspero,

y unos días

s

tarde

recibo una carta que decta que, i ~ l a l ~ ~ I ~ t

or razones de

tamaño, habían decidido

que la segun a e IClon

r í a como

la

edición

inglesa que

ya

había sido u l ~ l c ~ d ~ y

~ : :

ólo

conservaba

los textos

de Althusser

y de a I al.

so

Nuncajamás hubo

ningún

comentario

sobre el fondo.de

. . , O b de haberlo

comentado

entre ellos, pela y

cuestton . e en , I D b d

haber

pen-

estaba

completamente

afuera del clrcu o. e en.

,.

ue ciertos textos

no

eran

lo

que

se

necesita

. a t e o n c ~ y

sad? q I bl d y el mío

con

su aspecto estructural1sta

Pol1tlcamente

la

an

o

I'd d E se

b

l

·

había

perdido realmente actua

la.

n e

un tanto e ICOSO, ya . . d" Althusser fue

mome

nto

no me

dijeron nada.

Lo

UI1lCO que

me IJO

, e habían decidido

que

sólo estarían esos dos textos.

queeraasl ,q u b n bledo no

Yo no

hice ningún comentario, me importa a un pocoud ' .

dl

gamos porque

espues

d

ada

No

estaba muy contento

que ' . b

d ~ ~ d o había trabajado

dos

meses

en él,

cuando

enc.lma e s ~ a a

saliendo de una

conmoción

cerebral, p ero en un sentido ca:,

a ba

al' el

hecho de ya

no estar vinculado a

ese

asun

?

alebra PI 973

cuando seto

ladeclslon

verdadero

choque tuvo

uga en ,

de

volver

a publicar la totalidad de los textos.

25

Page 13: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 13/129

1

\ t l /IIO/l//'/I O

I

/I

(jite

ustedpublica ese artículo hostil en

Les

'

,.

' 111pS m dernes

...

IR

'

que era el

prólogo que yo

había escrito y

que

habían

censurado. Le había

mandado

el texto a

Maspero,

que lo había

empezado

a trabajar porque recibí mi manuscrito con indi

c a c i O J ~ e s

acerca

de

la presentación, y luego un día llega el

a n ~ I I l C de a p.

esar

del

acuerdo

inicial Con respecto a

ese

p r ~ l o g o

hablan

u r g ~ d o

nuevos problemas y que,en consecuencia,

se

Iba  a volvera

publrcar

la

primera edición tal cual era, sin ningún

cambio

. No me

acuerdo muy

bien

cómo

fue que envié

ese

texto

a L e ~

Temps modernes. André Gorz

lo recibió y logró que se

publrcara.

¿ y el proyecto de La

les;on d

 A

lthusser

l 9

(1974) toma cuerpo

en ese momento?

No.

Tomó cuerpo cuando

se publicó la Réponse ¿, John Lewis

20

el

e ~ h o

de que

un

texto tan

malo produjera un

efecto semejante

era s ll1tom a de algo.

Me

dije que,

aparentemente

, todo volvía a

ser

co

m

.

o

antes;

había

una apariencia de

torcimiento

, pero que en

sustancIa no sólo era idénticosino incluso regresivo ydenegatorio

Con

respecto a lo

que

había ocurrido, es decir a los efectos

políticos .del althusserismo.

Me

pareció que

tenia

que

meter la

pata, dec,,:

e ~ a c t a m e n t e ,

desde

mi punto de vista,

por

supuesto,

lo

que habla SIdo el althusserismo, cuáles

habí

an sido sus efectos,

lo que representaba la

supuesta

«conversión» de

Althusser

a la

política en

1973.

.i hablamos del efecto de

Para leer

El

Capital,

había sido

pro/lindamente

ambivalente.

Por un lado, tuvo

como

conse

cuencia p ner cierto orden,

puesto

que todas la

s

tendencias un

lanto disidentes,

todos

los interrogantes en todos los sentidos de

,

. M ) d ~ ~ l l 1 p l ) i pour une réedition de L/re le Capilal [«Manual de

In

slru

cc

loncs .para una rccdición de

Para leer El Cap/t ,1 1 L T

d

n s mps

1111)

em es. n

128

. novicmbre de 197 3. pp. 788-807.

, / La lecc/(jl/ de tlltlll/sser. Galerna. Buenos Ai res. 1975

2 Louis I \ l l h u ~ Para l/na critica de la próclica t e ó r i c ~ / Respl/esta a Jo/m

Lell is.

Siglo

XX I

c d l l o r c Buenos Aires. 1974.

26

1"lllIlll

habían sufrido una frenada brusca. pues

l t h u s s e r a ~ r m a b a

'1 1

lodo eso era ideología, cháchara, que lo que

n e c e s l ~ a ~ a m o s

• 1,1

t

'ne

ia

. Dicha ciencia

había

sido puesta en practIca al

1

'

io

de la

ortodox

ia comunista. Dicho lo cual, lo

segundo

l\ftl 1 \n era cierto : esa

autonomía

de la teoría

que

había pra

I I.\fllad Althusser le había entregado el

marxismo

más o

menos

.1 IlltlO el mundo. Bueno, no a todo el

mundo

, pero en

todo caso

,

.1 g 'ntc que no formaba parte del aparato del partido.

Se ha?ía

II

'ado a lgo así

como

un paJtido

de

la teoría M.

arx

-un

partIdo

tl

,1sentido amplio,

por supuesto

, no organlzaclOnal-.

De

hecho

el althusserismo era a la

vez completamente

do rmático y sometía, a l fin y al cabo, a toda ~ l I l a i.dea clásica

t

I

movimie

nto obrero, de su dirección, de su CIenCIa, et c. y , al

111

i

motiempo,

había creado un objeto no identificado, la

teoría

de

Marx, con

todo

lo que eso implicaba, el gesto

de

arrebatarles a

Marx a quienes eran sus depositarios, una

manera

de

s a c ~ r

la

teoría

de Marx

del patrimonio de los partidos

c o m u l l l ~ t a s

autorizados y permitir

extraer de

ello

todas

las c o n s e c : l ~ n c l a s .

hn

1968

ocurrió ese

dob

le efecto, al principio

con

la CritIca del

mov imiento

como

pequeñoburgués

y luego,

después de

todo.

mayo de

1968 marcó

a la mayoría de los a l t h u s s e r i a n o ~ , p ~ r a

algunos

de

manera definitiva y para

otros

de un

modo r o v l s o r ~ o .

En

todo caso. se dio

lu

gar a un efecto de ruptura

con

todo el

SIS-

tema de adherencias, en

cuyo seno funcionaba

el

marxismo. Con

el

marxismo

se podía hacer

cualquier

cosa.

l t h u s s ~ r

y su

corrie

nte ,

de

spués de todo. produjeron

esa

u p t l ~ r a ,

que

l z ~

que

otras personas hayan podido apoderarse del

a r x l s m Q y t r ~ b a J a r l o

seg

ún

una

modalidad que ya

no era

la

de

los

g r u ~ u s c u l o s

tradicionales.

De

pronto, se creaba

como

una autondad del

marxismo

que escapaba al sistema partidario ,

l ~ c l u i d o s

t o ~ o sus

apéndices

, las diferentes

variedades

de

trotskismo

y

que

se yo

qué

más

...

27

~ - - - - - - - -  

- - - - - - 1 . . . . . . . ~

Page 14: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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R L CIÓN

CON EL

O

MPROMISO

O

M

UN

ISTA

Dado que lo ha mencionado antes con respecto al ambiente

althusseriano de la NS, ¿usted formaba parte del círculo

de la calle Ulm o de la U úón de Estudiantes Comunistas?

Entré en el CÍrcu lo

de

Ulm en 1963 :

se trataba de

un momento

de

r e s t : u ~ t l l r a c i ó La g.uerra

de

Argelia había

terminado,

y se

habla Ido el vIeJo

equIpo que

todavía

era

muy

duro

en cuanto a

las posiciones del partido.

Se trataba

de personas como

Jean

Pierre

Osier,

que luego se convirtió en un especialista

del

pensamiento

judío

e hindú, pero que por ese entonces todavía se

mostraba muy

severo

en

cuanto

a la

dialéctica de

la

naturaleza

.

Luego hubo gente como Roge r Establet: era el hombre que en las

asambleas generales resultaba más convincente.

El CÍrculo de

c a ~ ó

lue

go

en ,

manos de

mi

generación, que no sabía muy

bIen que hacer con el.

Fue

en ese momento cuando nos

pusimos

un

poco marcha

, Miller, Milner, Linharty

yo, para

hacer algo

con ese

CIrculo.

Ese

algo

estaba necesariamente asociado con

la em pres a alth usser iana: digamo s que se

trataba

de

luchar

co ntra la ideología espontánea de los estudiantes, con tra Clarl é

21

que era

el ~ r g n o del c ~ m u n i s m o

estudiantil

new look un poco

co

ntestatano,

July

escnbía

ahí artículos sobre

el GolfDrouot 22

int:r pre

taba

los síntomas del «romanticismo » de la

juventud.

Entr

amos

realmente en la UEC a partir del texto

de

Althusser

obl:e los r o ~ e m ~ s de los estudiantes,23

que más

tarde yo critiqué.

n el defendla la Idea de

que

es necesario impul

sar

la formación

teórica, la lucha contra las ideologías que pervierten el pensamiento

y Ico m bate de los estudiantes. Estuve bastante activo en

ese

terna

inclu o fui yo quien de alguna manera or iginó los Cuaderno;

morxistas-Ien;n;sta

s, incluido el título, pues había quienes querían

Cla

  6

Clandad,

periódico de la Uni ón de Es tudiantes Comunista s (UEC¡

de 1956 a 1

9Ii N

del 1 .) .

Golf-J)rouot, primera discoteca de

sica rock de París fundada en 1961

N

de l

T

.

P r o b l étudlants», en La . Vollvel/e Crillq/le. 152, enero de 1964,

pp

.

80- 111 .

28

llamarlos Cuadernos marxistas para dar cuenta del anclaje teó rico,

II¡icntras que otros querían

Cuadernos leninistas

para subrayar

quesetrataba de política militante. y opropuseCuadernos marxistas

Il l1in istas lo que era puramente una fónnula de compromiso ,

que

IIlÚS tarde se convirtió en un

em b

lema militante todavía

más

fueJte

que «leninista» durante el período maoísta . En el primer número es

cribí e lartículo «Sobre elconcepto pseudomarxista

de

alienación» y,

cn e l número tres, un aJtículo sobre el concepto de relaciones de

producción. Creo que ésa fue mi contribución a los Cuadernos

marxistas-leninistas  además

de

mi contribución a la dinámica mis

ma

de

la cuestión. Para

, debía tratarse de una suerte de boletín,

pero se volvió un órgano que

empezó

a intere-sar a la gente. Los

estudiantes lo

compraban

.

Además,

el

PCF

(Partido

Comunista

Francés) y sus incondicionales en el

senode

la UEC vieron que podía

haber a l

go

bueno para ellos, puesto que atacaba la dirección de la

UEC,

de

C/art

é,

lo

que

entonces se denominaba la «tendencia

italiana». Un número especia l de una revista comunista retomó los

textos del

primer

número de l

os Cuadernos marxistas-leninistas

viendo en ellos la señalde una renovación del pensam iento marxista ,

de un pensamiento

que

se ubicaba contra el eclecticismo

de

la

di rección estudiantil

de

la época. Pero, al fin y al cabo, lo

hacía

un

grupito de personas

que

peJtenecía a un am biente bastante lim itado,

co

n vínculos personales bastante fuertes,

como

los

que pude

entablarcon

Millery

Milneren algún

mom

ento, o bien con lazos de

camaradería con la gente con la que había estudiado en la prepa

ratoria y con laque luego había convivido en

la

ENS, como Balibar.

Después de todo, se

trataba

de gente qllevivía

en

la q l l e se veía

ahí

todos

los días,

en

el

marco de

las actividades militantes u otras.

En consecuencia , era algo típicamente de la Escuela NOImal, incluso

si de vez en

cuando

había algunas unidades en el exterior.

En esa épo

ca,

¿no era inoportuno estar tan íntimarnente

vinculado al destino del Partido Comunista? ¿ l antiesta

nilismo 

por

end

e,

no se había extendido hasta sus rangos?

¿O a otros rangos en /a ENS que habrían podido atacarlos

sobre esa bas

e,

destacando el hecho de que eran jó venes

intelectuales del partido?

29

Page 15: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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I   l l · ~

10

' (lIlI , 1 '

/l<Jer

que

en

1960. Sta

lin

no

le

impoliaba

linda a adle . El h ri.wnte

no

era para nada la URSS. Eran a la

ve/. [ dos I movimientos en lo que se denominaba el Tercer

Mundo, era Cuba, la ideade una revolución del sol y de

la

sonrisa .

Era toda la eb ullición del Partido Comunista italiano, era Frantz

Fa.no n, alque Sa.lire le escribió el prólogo,y luego vino Althusser,

la Idea del marXIsmo como el pensamiento que estabade acuerdo

con

o d o

lo que era nuevo: el estructuralismo, Foucault, Lacan.

Te mamos en mente la idea de que un nuevo mundo se había

puesto en marcha , que se tenía que crear un nuevo marxismo y

que sería el pensamiento de ese nuevo mundo en marcha. Con

la l RSS no t e n Í a n : realmente nada que hacer. Después vino

y la adheslOn al maoísmo, pero éramos en esencia

marXIstas con la idea de que había que hacerlo todo, que nos

tocaba nosotros recrear el marxismo. Esta ba la tradición obre

ra. elulllverso obrero

y

movim iento obrero pero. por otra parte,

para no otros, el marxIsmo como teoría todavía no existía en

F r a ~ c Apenas si estábamos enterados de que existían

SOClO   Sl ne

ou

b a r b a r i

e ~ 4

o Argument.\ .   5 El trotskismo existía

en la o

rb

ona, no en la ENS. El maoísmo

fue

una ideología de

la

Esc

uela y el trotskismo, para decirlo en pocas palabras una

Id

eología de los estudiantes de la Sorbona. '

todo caso, por ese entonces

se

r un estudiante comunista no

tellJa .nada de deshonroso. Por el contrario, era más bien una fonna

de anstocracia.

En

cuanto

al

pru1ido mis

mo.

mucho no

lo

conocí.

u a n d o e s t a ~ a e n el colegio secundario,durante un año,el secretario

del

PC dIJo a fin de año que debía abonar los sellos porque había

de

cublerto yo

eJ:a

comunista. Los pagué, fue

la

única acción

q ~ , e hIce, dIJe ~ u e a la fundación Thiers,26 que no sabía a qué

u l a debla Ir. Me II1dlCOuna célula de ban-io, diciéndome que no me

?pr nada, que no me iban a molestar. A pe sa r de todo,

eXI ha la Idea de que el PC era una cuestión de obreros.

14

So( w

/i,

\ /IIO o r rie,

organización revolucionaria france

sa

de orientación

ll1arxlSla anllcslallnlsta . dirigida por Corne lius Casto

ri

ad is y Claude Lefort Se

l l a ~ ~ ell aC

ll

vld ad entre 1949

y 19

67 ( . del T.). .

g l l n ' : ~ I O . • evlsla

de

. li losofia políti ca fundada en 1956 , enlre otro

s.

por

Bartlles } I'dgar Monn. DeJO de publicarse en 1962 (N . del T.).

o

FundaCón creada cn 1893 que alberga en París a l

os

estudiantes más brillantes

de

francia durnntc ailos (N . de l T .

30

I ,11/1/1

lile su

primer

año de enseiianza, tras la oposición en

/ , ,/te lIra de .filosofía? ¿Lo

p só

con el recuerdo en mente

le

\ 1.\

{l/ios

decepcionantes en el col

eg

io

secu

ndario?

I

11

,l '   • durante un año en

ell

iceo Carnot. Viví ese año como una

I 11

,l lore,

no

tenía mucha idea de filo sofía y no sabía nada de

'

jóvenes que conformaban

un

universo comple-tamente

dlll

I clllede lmío. Tenían intereses, incluidos los intereses culturales

Il 111 ieos, que eran totalmente di stintos . Era un universo que

no

Ir

11101 nada que ver con el que en cierta medida no s habíamos

I l L I rada

en la

Escuela Normal. Llegaba con mi certeza

dlhlls. eriana de poseer« a ciencia»y descubría que, en realidad,

1111

sa

bía demasiado.

En

consecuencia, me

vi

obligado a volver a

d la m smas clases desastrosas que había presenciado cuando

11,1 Joven, pues no tenía tiempo para preparar al go mejor. Me

.Iha cuenta al mismo

ti

empo de que

no

tenía el menor

I Il llocim iento real del mundo en elqu e vivía. Esta experiencia fue

IIllpol1ante

para mímás adelante, durante Mayo de168. La gente

I/ C llevó a cabo Mayo del 68 era un poco como la gente con la

<I C tuve que vérmelas cuando enseñaba en el colegio, que en el

londo no comprendía, como ellos tampoco entendían demasiado

lo

que les decía, inclu so si había quienes estaban contentos,

porque el rigor teórico marxista , a pesar de todo, a algunos les

'ustaba . En verdad, viví ese año con el sentimiento de que la

ciencia como emblema y como posición es una cosa. pero qu e la

Icalidad del saber es algo completamente di stinto.

M

AYODEL

68, VINC ENNES,

IZQU

IERDA

PROLET AR IA

¿

Qué hizo durante Mayo

del 68?

No hice dema siado en el 68. De hecho, el año anterior había

sufrido un se rio accid ente y lu ego una enfermedad grave, y vivía

un poco al marge n del mundo. Estaba entre la fundación Thiers.

que era una suerte de oasis, y el campo. No tenía vínculos con

ni

ngún grupo militante . Cuando vi qu e se venía el comienzo de

3 I

Page 16: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 16/129

MH

o dc168, no cntendía

muy

bien io que estaba pasando, aparte

del hecho de que se trataba de consignas «ideológicas»,

para

nada «científicas». Estaba

en el ca mp o , cerca

de

París, tenía una

especie de doble conciencia .

Cua

ndo volvía del campo, al salir

del

túnel

de Saint-Cloud, se veía en la otra

ori

IIa

del río

Sena una

gran fábrica con banderas rojas, y me ponía muy contente:> ver

esas banderas

rojas .

Pero

al comienzo,

no quería

decir que

era

un pruticipante o mi litante, no construí ninguna

barricada

, no estuve

en las grandes manifestaciones, lo viví como una sorpresa e intenté

aferranne a lo que me pru·ecía impOltante de verdad, a saber, por

supuesto, lo que estaba

pasando

en las fábricas.

Cuando la

Sorbona

volvió a abrir sus puertas,

cuando

se vio que llegaban obreros mili

t a n t . e ~

y toda suerte de

personas

a la

Sorbona

,

me

dije

que

había algo

pOSitiVO , el encuentro entre estudiantes y obreros. Una

de

las

escasas cosas que hice en 1968 fueron unas discusiones

en la

entrada de las fábricas o algunos encuentros

en

las fábricas. Ese

movimiento

iba comp letamente en sentido

contrario

tanto con

respecto a lmarxismoque habíamos aprendidocomoel que habíamos

enseñado . Es por eso

que sobre

todo me comprometí

con

lo

que

me

parecía importante, es

decir

, e l encuentro con los obreros.

n los meses posteriores y los dos

o

tres

aFlOS

siguientes  usted

vuelve a rnenudo sobre el acontecimiento y ese factor sorpresa.

Después de

fodo

  hay una interpretación o un análisis del

acontecimiento que no es exclusivamente negativo ...

Hay

varias etapas

.

En primer

lugar,

una interpretación negativa

,

porque para

nosotros se

trataba

de

una revuelta pequeñoburguesa

.

Luego ocurrió esa adhesión positiva a ese universo en

que

las

cosas se liberalizaban s obre todo con ese vínculo particular

estudiante-obrero

y

con esa posibilidad de acceso

libre a

esa cla-

e

obrera

que hasta entonces

era,

al fin y al

cabo

, la cuestión del

paliido. Y en un tercer momento

tuvo

lu crar la creación

de

. . b

VlI1cennes

...

7

II1cluso si los

editicios

todavía

no estaban

el

De-

p a l i ~ m e n t o de Filosotla

ya

existía. A partir de 1968 , hubo

reunIOnes para

tratar

el

programa

del

Departamento

, y la

27 Universidad

de

París 8. actualmente en e l suburbio de Saint-Dcnis

(N

. del T.) .

32

,

1

\ IIl stión consistía en saber, en el léxico

de

la

época

, si íbamos a

dI Idr

o no que la burguesía se aprovechara de

nosotros.

Era

la

I ,dabra que se

usaba en

ese

entonces para

designar al

enemigo.

1IIIho reuniones preparatori as para la

creación

del Departamento

dI

 

Filoso

fía,

en

una

de la

s cuales

Foucault

le había

pedido

a

1I.t1ibar

que

hiciera un

programa.

y

ese programa estaba

du

; ididamente orientado hacia la epistemología. Yo dije que no

.l lrata

ba para nada

de

es o , que era reaccionario. Balibar era el

Illlico que

formaba parte

del PC en

ese equipo.

Una

de

las clases

qlle había previsto se llamaba «Filosofía del trabajo». Algunos de

IHISOtrOS fuimos los que saltamos para preguntar

«¿qué

es eso de

l ilosofia del

trabajo?»

y él respondió: «sí, sí, Filosofia del trabajo;

Illsi to».

De

pronto

,

me

dije

que

no se soportaba

má s

,

que había

llegado tarde con respecto al acontecim iento, pero que cuanto más

v ~ l l l z a

más creía

en Mayo del 68. Fue a partir de

ese

momento

\landa empecé a

elaborar la

reflexión que llevó a

ese

texto sobre

la teoría

de

la ideología de 1969 y

más

a tarde a La lección de

Ilfhusser.

Me dediqué

a considerar por c

ompleto

a la inversa

todo

lo que había participado hasta entonces : la

luchade

la ciencia contra

la ideología, la teoría del corte. Fue a partir de esa confrontación

\I1ic

ial

como realmente

puse en cuestión el althusserismo, el

famoso

texto s

obre

los

problemas

de los estudiantes y todo el recorrido

que

se había

hecho

antes.

De todos modos

, nunca estuve

asociado

de

manera muy cercana a la

empresa

althusseriana. Fui reclutado para

el se

minario

en tanto especialista del «corte», pero nunca participé

de

los encuentros del círculo cercano-círculo Spinoza u otras cosas

por

el estilo-

nunca

.

La última

vez que

había visto

a

Althusser

ha

bía sido en 1967.

En 1969, me

encontraba

realmente en el medio de los

m ilitantes maoístas, no tenía relación con

los

antiguos

al thu sserianos, salvo los que se

habían

vuelto maoístas.

De mi

ge neración o

de

la posterior, Miller y Milner se habían vuelto

ma oístas, Badiou

se

había convertido a su manera, porque su

pa

rtido de origen no era

el comunista

sino

el

PSU

(Partido

Socialista Unificado) . Había gente que era simpatizante, como

Franyois Regnault, pero la gran

militante

maoísta

en

París

VlIl

fue

Judith Miller.

La

agitación militante de

Vincennes era cl

cco

33

Page 17: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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ti· . 1<1 l

n

bata lla e

ntr

e e l PCF para el cual Vincennes era la

u l l l ' v e r modelo

, su universidad y, en frente, los izquierdistas

qu e dec lan «Destruyamos la Universidad». Los

estud

i

antes

fueron los

que me

llevaron hacia la Izq uierda Proletaria. A

com

i

enzos de año tenía

una mezcla de

estudiantes

del

PCF

p o r ~ u e

después de

todo ,

se

trataba

de

teoría

marxista

, y

de es-

t u d J a n t e ~ de lo que empezaba a denominarse la Izquierda

Proletana. Pero

para

la Izquierda

Pro

letaria, lo impoltante se 

daba

en

t ~ o lugar

, en las fábricas,

111

ientras

que

a la Un iversid ad

se la

cons

ideraba C0l110 una

«base

de retaguardia ».

términos generales,

en

Vincennes hubo poca

s impli

cacIOnes respecto a la idea de una pedagogía revolucionaria

o nueva, o Impoltante no era eso . O si no, si estaba la

idea de

una

pedagogla nueva,

se hallaba

del lado del PCF  

de

una uni

versidad

nu

eva

q.ue

estaba cerca de

los saberes

renovados antes que

una

ul1lversldad pedagógica nueva. Se trataba

de

una

universidad

que p o d ~ í a decir que era nueva

en el

sentido de que había todo

10 Il11phcaba

presentar

algo chic : lingüistas o literarios estruc

t u r ~ l r s t a s filósofos althusserianos

,

psicoana li

stas lac

anianos

socIólo

gos o u r d e u s i a n ~ s y

también estaban todas

esas e r s o n a

del PCF

que hablan sufndo

en su carrera y

que por

fin tenían un

cargo

. Por un l

ado

,

estaba

esta un iversidad ren

ova

da ,

por

el otro,

toda la

ge

nte para la

~ u e

la univers idad era un

lugar

de

pasaje

o

u n a . b ~ s . ~ de

retagua.rd la,

pero

para

la

cual lo principal

era rom per

la

~ I v l s l o n

del trabaJO, la separación intelectuale

s/manu

a les.

Pero

la I

dea de que

una

masa de obreros

iba a

entrar

como estudia

ntes

a

París

VIII resultó ser

completam

ente

falsa

. Me acuerdo

de

que

, a l

principio

,

había

una gran

expectativa con

los

cursos

n

ct

urnos,

pero

no se veía

que

a

esos cursos

llegaran

mucho

s

ob

.r ro

s. No

hubo un

verdadero público

estudiantil

nuevo

.

Los

prrmeros años tuvimos a los

estudiantes

un

tanto

radicales

de

la

orbona, siguieron nuestros

cur

sos. Luego, cuando el Depalta

mento de.Fdosofía perdió su habi litación, al cabo

de

apenas un año,

lo e tu Ilantes que querían segu ir sus estudios abandonaron París

VIII yenlonce loquetuv imos fueron principalmentemilitantes.No

los

b a l 1 l o

a daJ exámenes.

Como

resu ltado, el

PCF

nos

denunCIo y no quitaron nuestro diploma.

34

1

1111

• lo estu

diantes

había

mucha gen

te a la

que

habían

• llildll de us países. como

por ejemplo chilenos,

bra sileños,

111111

"liS latinoamericano s, que pasaron por París VlII. Hubo una

1

11, 111,1

i)n

más

bien

militante

,

diferente

de lo

que se

vio a fines

d

111'0

años 1990 en París VIII , cuando el

Departamento de

1 d,l .ul ía recup

eró

sus dip lom as y se vieron/legarestud ian-tes de

I.ulll s los rincones del mundo para alcanzar un diploma en e l

11 ",11

lamento

de

Fo ucault,

Del

euze o L

yo

tard. Un

diploma que

1 IIIIan

hacer

que

diera

sus

frutos

alcanzando cargos

en

sus

1, ,p ctivos países, lo

que

era

inimaginable

en los afias 1970.

(

h/(

:formas adquirieron sus enseñanzas a comienzos de la

IIII/\

 en idad

de

Vincennes? ¿En qué consistía su contenido?

1

se trataba de epistemología, como acaba de afirmarlo,

/" '111 / de todas formas daba clases sobre l marxismo, según

,,//I/I eCe

en los archivos?

I 1primer año di un

curso sobre La Ideología alemana,

pero esa

I

.I

se se co nvirtió

cada

vez

más en

una

crítica de

la teoría

de

la

Ilh:ología de

Althusser

,

que dese mbocó

en el te

xto de

1969

sobre

11e

ría

de

la

ideología

28

.

D

es pués

de

eso

di

cla

ses

que

trataban

ubre

la

historia del

movimi

ento

comunista, sobre la URSS

. Se

I1 ata de una época en

que

descubrí esos

textos

que

pertenecían

.\

una tradición crítica

que habíamos

ig

norado

,

como

los textos

de

(  astoriadis. Intentaba volver a

pen

s

ar

la historia

de

la URSS

para

sacar

adelante

una

crítica

del leninismo. Había

un

l ~ a b e z n t o del tipo «teoría m r x i t a - I e n i n i s t

a ) ~ .

Pero en

I

ca lidad

era

un

trabajo crítico en

el

que retomaba todas

las

cuestio

nes

de la

clase

de «relaciones de producción y de poder

en URSS», con una programac ión que era un poco una mezcla

de

Socialismo

o

barbarie

y

maoí

smo.

i. No pensó nunca en abandonar esa universidad? A .fin de

cuentas, hizo toda su «carrera» ahí. ¿Para usted

es

taba

/l/uy claro que debía permanecer allí?

¡ «Pour l11émoire : sur la théorie

de

1 idéologie», rctomado en La Ler;on

d  

Al

lhusser [La leCCIón de A

  husser

,

ob. cit.), París, Ga

llil11

a

rd

, co l. «

Id

ées»,

1974. pp . 227-277_ reedición La Fabrique. 201 L p. 2 13-2 54.

35

Page 18: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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N" l' l

d

1111 01 l J ll ncia, pero hubo un período que fue bastante

apaS ionante. Des pués, ya no fue posible irse de ahí. Cuando en

los años 1980-1990

me

presenté en el

CNRS29 yen la

EHESS, JO

me topé con

grandes

obstáculos . Lo mismo ocurrió con 'el

CNU.

 

De hecho, obtuve

un

cargo de

profesaren la

universidad

con el títu

lo

de la com isión arte/estética y nunca con el título de

la

comisión de filosofía. De todas maneras , gente como yo ,

incluso si uno lo anhelaba , no podía

tener la

esperanza de irse a

otra parte . Al principio , no pensábamos en eso. Existía un

sentimiento de formar parte de un colectivo político. No había

realmente una dirección pedagógica del

Departamento

y

la

Asamblea General estudiantes-profesores era soberana . Por lo

demás , cada profesor hacía lo que le venía en gana y, por otra

parte, así siguieron

siendo

la

s c

osas

.

Alrededorde

1974 hubo un

choque entre nosotros , los profesores adscriptos y los titulares

(Chatelet, Deleuze, Lyotard)

por

una Oscura historia

de

profesores

asoc iados, lu ego de la cual nos desinteresamos de los asuntos del

departamento. Durante mucho tie mpo,quien lodiri giófue Frans:ois

Chatelet. Los llamaba porteléfono a Deleuzey a Lyotard para saber

lo que pensaban, luego nos llamaba a nosotros y nos decía, bueno,

esto es lo que hay que hacer, ¿están de acuerdo? Nos parecía bien .

De todas maneras, nos importaba

un

bledo. Pero después que

tenninóel período m ilitanteytras la mudanzaaSaint-Denis , losaños

1980 fueron bastante deprimentes. Prácticamente no quedaban

estudiantes en el DepaJtamento, excepto los oyentes que ven ían del

exterior para escuchar a DeJeuze y a Lyotard.

¿ uáles eran

por

ese entonces sus compromisos políticos?

¿Participó, aunque fuera tangencia/mente , en el Grupo

n,formación Prisión (GfP) que crearon Michel Foucau/I y

a r

as?

Entre 1969 Y 1972 milité en la Izquierda Proletaria, sobre todo

co mo militante de base que va a la entrada de las fábricas ya los

36

'o, NRS. Centro NaCiona l de Inv esti gación Científica.

," Ell E S. Esc uel a de A

ll

os Est

ud

ios en Ciencias Soc iales .

" CNU. Co nsej o

NaCIO

nal de las Univers idade

s.

I 111/11 Illneros a distribuir panfletos, pegarcaJte les de madrugada,

1I

11\

1'''1 lar diversas cla ses de o

bj

etos y partic ipar en las acciones

,

1

Ilvas . Se tra

taba

de una militancia de base, pero en una

I \Ill1ación que era muy chica y en

la

que, por lo tanto,

la

base

1 lid 'aba con stantemente con

la

cúspide. Tras lo cual me

1/llllIlré afectado a un grupo que estaba

encargado

más

1 l Illcamente de losvíncu loscon los prisionerosyde

la

preparación

1, 1,1

procesos políticos. Es en ese momento que se puso en marcha

1\ dlllúmica que creó el GIP .

1-1 prob lema era

que

las

personalidades que

lo componían

no

1/11

'sariamente se hallaban disponibles como para ir a investigar

Id Istribuir

panfletos

a la

entrada

de las prisiones. Era necesario

, 11':11

un

núcleo propiamente militante . Le dije a Daniel Defert

'1m m¡m ujer, Danielle, después de haber tenido un hijo, se

lIl'lll1tra badesconectada del trabajo militante y estaba disponible.

I IIl'ron Daniel Defert , ella y algunas otras personas las que

1lIl' lcron,junto aFoucault, el grueso del trabajo militante del GIP .

,

)

pu de dar una mano algunas veces, pues desde hacía a lgún

I1 mpo

ya

tenía

cierta práctica en

la

relación con los prisioneros.

Por otra parte, en el marco del trabajo 111 ilitante -pero ésa fue la

Jan d

iferencia-

dirigí ese número de Tiempos modernos

de

1972, que se denominaba «Neofascismo y democracia» , que era

IIIl

poc o como el manifiesto teórico-político de la Izquierda

Proletaria , en el que estaba en particular la entrevista entre

FOllcault y Benny Levy . Ésas son mis actividades militantes en

la Izquierda Proletaria, pero el GIP no soy yo.

¡Es

as actividades militantes le llevaban tiempo?

í, llevaban mucho tiempo, pero entre 1969 y 1972 no me

ocu paba

para nada

de la filo sofía, sólo

me ocupé

de ella en

determinados momentos de mi vida. Lo fundamenta lde mi vida,

al margen de

ocuparme

de mi hijo, estaba dedicado al trabajo

mi litante. En un sentido, el trabajo en los archivos

tomó

el relevo

de l trabajo militante. Llegado un momento , me encontré por

fuera de

toda

militancia, con la clara perspectiva de

que

no iba

a encontrar

nada

satisfactorio por

esa

vía.

37

Page 19: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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BI FU

RCACIONES

¿

Eso est b relacionado con un tr b jo de escritur

paralela? ¿Cómo se disponia la enseFíanza aFío Iras

aFío

 

cada semestre? ¿Lo conectaba con una exploración con la

perspectiva de que terminara en un libro o se Irataba de un

paréntesis en el trabajo

de

escritura?

En realidad, lo fundamental para

no era la enseñanza ni la

escritura, sino la investigación.

Me

desinteresé bastante rapidamente

de la tarea pedagógica en Paris VIII. En los años 1972-1973,

lo

que

me

interesó fue

sumirme

en los archivos obreros. En consecuencia

la

enseñanza

era para mí algo bastante secundario. En aquella

época, el año universitario empezaba a fines de noviembre y se

temúnaba a comienzos de mayo. Era totalmentediferente.Teníamos

libertad en nuestros horarios. Muy rápidamente, a paJiir del año

1972-1973, lo que resultaba importante no era necesariamente

escribir una tesis, pues to que no tenía

la menor

idea de

lo

que iba a

hacer, sino ese trabajo de investigación en los archivos obreros,

guiado

por

la idea deque

el68

nos había mostrado que había mucha

distancia entre el marxismoque habíamos aprendido,el quehabíamos

enseñado y,

por

otra palie, la realidad del mundo obrero. Había que

verlo con

mayor

detenimiento.

En

los

años 1972-1973,

por

lo

tanto

,

empecé

a ir

todos

los

días

a la

biblioteca. Empecé por la

del

Museo Social. Lo dirigía

una

persona

formidable , Colette Chambelland,

que era

la hija

de

un

militante sindicalista

revolucionario.

Fue la persona-hubo po

cas

-

que enseguida

me recibió

y

me alentó,

y a la

que

le

gustaba

lo

qu e yo hacía.

Peroel

Museo Social tiene fondos muy limitados .

n lo que se refiere a los folletos y periódicos , trabajé

mucho

en

la Biblio teca Nacional y, más tarde, en diferentes archivos: los

Archivo

s Nacionales , el Fondo Sansimoniano del

Arsenal

, el

Fondo Gauny de Saint-Denis , etc .

Tras

el fin del período propia

mente militant

e

dentro de

la

Izquierda Proletaria

,

en que la

actividad militante había tomado la delantera con respecto a

todas las

demá

s

me

precipité a hacer ese trabajo sin

saber

demasiado

al

principio hacia

dónde

estaba yendo

,

con la

idea

3 8

111

'1 IIua

qu

e tenía en

ese

entonces

de que

iba a encontrar la

1 Idadera» clase obrera, la «verdadera» palabra obrera, el «ver

I

IIll

I » )

mov

im

ientoobrero,el «verdadero» socialismo obrero, todo

, '1

lino podía imaginar y esperar de verdadero. Lo cua

Ime

llevó

hll r

un horario enteramente detenninado por ese trabajo.

\ lica del althusserismo se había desarrollado justo

,l/llt S en diversas direcciones. Aparecen ahí varias .figuras

/ la autoridaden nombre del saber: la figura del crítico

I t l I /(/I aulorizado o del intelectual de partido la .figura del

11/0 y luego esa figura del vocero que confisca la palabra.

I

)

tienden un poco esas .figuras a confundirse entre

si

en

l/l/a

única carga en su trabajo de esa época?

ICI1S0 que

la crítica del

vocero

es coyuntural y que no

cons

tituye el

punto

más importante.

Si

usted toma

la

famosa

nlllversación de

Foucault con

Deleuze, 32

se

advierte con cla

  dad que

lo

que resulta importante no es

simplemente

el

hecho

d 'que los prisioneros

mismos

hablen y

que ya no haya

voceros

que hablen

por

ellos

,

sino más bien

el

hecho de

que

habla gente

que

no hablaba

y

que esa gente que no hablaba posee una teoría

iobre la

prisión

. En el

fondo

, lo

importante es

la

recusación de

la

divis ión

entre

el

conjunto de pr

á

cticas

y

de discursos sociales que

itarían dentro

de

la ideología y,

por

el otro lado, de la ciencia .

Loque

dice

Foucaulten

ese texto, según

mi

punto de vista, es que

una teoría de la prisión siempre es una teoría

de

la prisión,

ya

sea

que la emita un prisionero o

unjurista.

No

hay jerarquía

entre los

disc ursos, y el

hecho

de que hable gente que no hablaba adquiere

im

po

rtancia con respecto

a eso.

Muy

rápidamente advertimos

los

límites de

la

crítica

del

voce

ro, de la

exigencia

de autenticidad , que sólo hablan de

verdad los

que están autorizados

para ello.

Por

esos años

ya

se

adv ertía el

doble

aspecto:

por

un lado, el

cuestionamiento

de

qu ienes hablaban

en nombre

de la ciencia, que hablaban

en

'2

«Les intell ectllels et le pOllv

oir». entrevi

sta de M .

FOll

calllt con G . Delell ze,

en

L A re,

49 , 1972,

pp

. 3

-10

[«Los

intelectuale

s

y

el poder. Entrevi s

ta Michel

Foucault-Gil1es

Deleuze»

.

en Foucaull. Michel

:

Microfisica del poder  Madrid

, La

Piqueta , 1992,

pp

.

83-9

3).

<

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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nombre de una división en dos de l universo del discurso , pero

también,

por

otro lado,

algo que

estaba

muy

presente por

ese

entonces, a saber, la tiranía de lo auténtico.

De

todas maneras

el PC siempre había

contado con

l

os

dos registros:

por

un

lado

la ciencia; por el otro, las personas que son «verdaderos» o r e ~

ros. En

1968,

para hacer que la gente se callara, existía una

fórmula expeditiva que consistía en decir: «

Andá

y decilo en la

fábrica». En ese sentido, la crítica del vocero tuvo aspectos

regresivos como el hecho de preguntar «desde dónde» se hablaba,

que eraun poco la interrogación decisiva de aquellos años.

Noesque

la

pregunta no tenga validez. Pero después de todo, lo importante en

el «desdedónde hablás» no consiste en saber lo que hacen tus padres

para ganarse la vida, sino desde qué universo de palabra, desde que

división de la palabra estás hablando. Lo importante para m í ha sido

el cuestionamiento de esa división del mundo entre los sujetos de la

ciencia y los sujetos que son objeto de la ciencia.

Ni althusserismo ni izquierdismo, tal parece ser

su

posición,

pues es también un potencial pecado de izquierda ese culto

a la autenticidad

o

a la

p l br

verdadera contra una

p l br confiscada.

El doblete comunista al que acabo de hacer referencia fue reco

gido de manera diferente en los años que siguieron al

68,

los

trotskistas que tomaron para sí la ciencia y la conciencia de la

van?uardia, los maoístas que tomaron para sí la auten-ticidad, en el

sentidode

que«

los que lo dijeron son los obreros». Para m hubo dos

s p e ~ t o s

que marcaron mi búsqueda posterior: en primer lugar,

quena encontrar una palabra que había sido realmente la palabra que

se había intercambiado, que se había pronunciado en las luchas

obreras, los textos obreros, los man ifiestos. Pero muy pronto, en un

egundo momento, fue impOltante quitarle a esa palabra obrera las

asignaciones identitariasdel obrero auténtico, del que está ustif icado

como para hablar, que expresa su clase, su ser, su ethos.

A comienzos de los anos 1970, el horizonte que parecería

animarlo, en efecto, es la cuestión de la autonomía de la

cultura obrera y, con ella, la búsqueda de la autenticidad de

40

1//11/ ¡Jalabra «verdadera». Pero después de

1975 d

la

11I1/l/'l'.I'ió

n que lo que más le interesa son ante todo los

1'/IIMemas de circulación, de pasajes de fronteras como, los

'1

describió con respecto a los anos 1940-1950 en la

I'/I,'/ ,a de Champerret cuando era niño y adolescente. Se

(1IIt

de situaciones de heterogeneidad que son capaces de

1 lIvocar

un

desprendimiento de

mismo, una

form

de

'/ ,I/dentiftcación que poco a poco le va pareciendo a uno

/1/11' es el objeto más interesante a ser analizado. Se llega así

/ 11 impresión de que su trabajo oscila entonces de manera

,I,·/ ,it;va desde el problema de la identidad obrera hacia

un

/l1(t'rés

por las formas de desubjetivación.

I  n efecto. Para mí , hay tres elementos.

Por

un lado, está la

ílica de la teoría de la ideología, de cierto estatuto o de una po

leión de la ciencia. La búsqueda de una palabra

obrera

que no

IIIl

:ra laquehabía transmitido la tradición marxista

no es

sólo una

hllsqueda de la autenticidad.

La

idea es la

de saber

lo que se dijo

almente, lo

que verdaderamente

circuló en la palabra,

cómo

se

l ollstituyeron los discursos, las nociones, las

esperanzas,

los

proyectos. No se trata, por lo tanto, simplemente de encontrar a

los verd

aderos

obreros, sino también de

encontrar

la verdadera

dinámica de constitución de cierto universo

común obrero

.

Con

l ste

primer

objetivo había un blanco:

acabar de

una

vez con

la

Icsis

de

la ciencia importada, con esa idea

de

la práctica social

que necesariamente produce ilusiones y la ciencia que se encuentra

ahí para corregirlas, sin que nunca se sepa de dónde viene la ciencia,

cómo se produjo, cómo escapa ella

misma

de la necesidad socialde

la

ilusión. Ése fue el primer elemento importante.

El

segundo elemento

es que, desde

que empecé

a

trabajar

en

los

tex

tos obreros de los años

1830-1840, quedé impresionado

por la dimensión que

podemos llamar performativa de

esos

textos; en lugar de una afim1ación identitaria, había toda una

retórica, todo un

juego

sobre las identidades,

sobre

la identidad

que el

otro

percibe.

Me topaba

con eso

como

con

una

sorpresa.

Pues se

trataba

de la

época

en que

estábamos

a la

búsqueda

de

larevueltasalvaje y de una voz obrera que aparecía de entrada como

4

Page 21: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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la 01rao laopuesta a lapalabraoficial del movimiento obrero, una voz

que nacía auténticamente de

la

fábrica, del barrio, de un universo

obrero sustancial. En lugar de ello, descubría a personas extrema

damente educadas, un poco fOnl1ales, que pensaban . Lo que file

importante para mí fue verme confron tado a esos textos que dicen

en cierta medida : «Hablamos como seres humanos pensantes, no

como

fuerza de los poderosos brazos obreros» . Ése fue el segundo

momento importante .Todos esos textosdecían«No somosrebeldes»

y obligaban a llevar a cabo una lectura mucho más compleja y no

identitaria de

la

palabra obrera.

El tercer elemento importante fue -por el contrario- ese

estallido de entusiasmo, en los años 1974-1975,

por

la

cultura

popular

, el artesanado, las fiesta s populares, el

momento

del

Cheval d  orgueil de

Pierre-Jakez Hélias  33 de

Montaillou,

v;//age occitan, de Le Roy Ladurie  34 y luego también de

toda

una figuración cinematográfica,

como

Le Juge et l Assass

in

[El

juez y el asesino] (1976), de

Tavernier

o,

más

tarde, La

Communion solenelle [La comunión solemne] (1977), de René

Féret. Fue un poquito

como el

fin del izquierdismo militante duro,

se dio pie al entusiasmo

por la

fiesta, el recurso a toda una visión

de

la

cultura popular, la idea de que si el izquierdismo había

fallado , se

debíaa

que era autoritario, que su autoritarismo estaba

vinculado

a

una

negación de las verdaderas tradiciones del ser

popular, de la cultura popular, de la fiesta popular, de la palabra

popular. Ocurrió ese gran movimiento, que también coincidió con

un

momento

de visibilidad de la «nueva historia», es decir, la

representación de un pueblo cuyas manifestaciones se arraigaban

en la región, en los

modos de

ser, en los gestos del oficio.

Es

precisamente

el

momento

en

que empecé

a trabajar en los

archivos

sansimonia

nos yen el

Fondo

Gauny. de pronto, se me

vienen encima esos textos

de

obreros que

ya no

quieren ser

obrero que no tienen nada que ver con la cultura obrera

tradicional, las fiestas populares, sino que se quieren apoderar de lo

que ha

ta

ese momento era

la

palabra del otro, el privilegio del otro.

Pierrc-.Iakc

l.

lI é

li

as ( 19 14-1995): periodista, escritor folkl orista en lengua

francesa brct

na

Su obra más importante,

Le

Cheval d

o

rglleil [El caballo de

orgu

l lolun

relato de su infancia. lo convierte en una celebridad nacional (N . del T.) .

Montadloll . aldea occuana, de 129-1 a

/324

, Madrid , Taurus, 1988 .

42

\

partirde ese momento 10 que ~ r a

mí fue importante ha sido

1 1 \ : rítica de todo identitarismo , la Idea de que no se trata de

la

.

Ideo logía obrera contra la ideología burguesa, la cultura o p u l a l

IIl11tra

la cultura erudita, sino de que todos los ~ e n o m e n ~ s

l l p rtantes

como

deflagradores del conflicto ideológl,co y SOCial

1111 acontecim ientos que ocurren en la f r ~ n t e r a fenomenos de

h:1I rcras que se ven y se transgreden, pasajes

de

un lado al otro .

N L A NO CHE DE LOS PROLETARIOS

( ómo lograba ubicarse en medio

de

ese cúmulo, c u a ~ d o

n alidad usted no cuenta con una formación de hIstoriador.

HII

sus primeros textos se concentra mucho en torno

1848

l   después trabajó un poco antes en el tiempo.

~ C o n o

se

organizan esas elecciones de ? e r í ~ d o s ;oca/¡zaclOn de

S S

fuen tes, su aprendizaje hIstOrIográfIco .

\

principio, mi proyecto,

después

de todo, era un, proyecto

bastante

monumental

que habría partido ongenes del

Il\ovimiento obrero

para

llega r hasta la constltuClOn del PCF. La

Idea era paItir del momento del encuentro desacuel:do- entre

Marx y el

pensamiento

político obrero .

MI

Idea articulaba en

torno a los Manuscritos de

1844.

En resunlldas , cuentas ,

mientras

Marx redactaba esos textos

inaugurales,

¿q

ue

es

lo que

estaba

pasando

en 1844 del lado obrero?

¿Qué

era lo que

Marx

percibía qué

era

lo que

no

advertía? S l e m p r ~ se

t r a t ~ b a

de la

idea de no

remontar

se a los

orígenes

de los

ongenes S1l10

a los

oríO enes

del diferend o del disenso .

'

. y

de las condiciones de posibilidad del discurso de Marx?

l.

Sí, en efecto, aquello que en la práctica obrera j u s t f i ~ a b a

discurso de

Marx

y lo

que

, en ese discurso o en

pr

,actlca,

ela

impermeable para Marx, lo que el m a ~ x i s m o VIO mas o menos

obliO'ado a reprimir.

Mi

idea era partir de ahl, a t r ~ v e s a r toda la

h i s t ~

r i a del sindicalismo revolucionario, del

n a r q l l l s m ~ ,

hasta

co

mienzos

del

comunismo

.

Trabajé

en una gran cantidad de dl-

4

Page 22: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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rece iones

como

por ejemplo en los expedientes de los insuraentes

de

junio

de

1848,

sin

que

nunca haya hecho algo con bellos .

En

trevisté a exmilitantes comunistas, personas que eran de la

época de la fundación del Partido

Comunista

. Finalmente me

concentré

en ese

período

de los

años 1830-1850.

Pero no seguí ningún

consejo

de historiador, mis relaciones

con los historiadores nunca fueron

muy

buenas

...

salvo una

persona que fue muy cordial

conmigo,

Michelle Perrot, que

realmente recibió mi trabajo, lo defendi ó y o dio a conocer,

pero

que no

me proporcionó

pistas puesto

que

ella no había

estudiado

ese período

. Los historiadores, después de todo, son bastante

cuadrados en cuanto al

hecho

de

ser

especialistas en talo cual

p e r o d ~ . Al comienzo, los primeros textos , las primeras

mdlcaclOnes las recibí de Alain Faure, con quien escribí

a

Parole ouvriere [ a palabra obrera),

que era estudiante de

historia. Alain

Faure

fue quien más o

menos

estableció mi

primera bibliografía. Un día, en

1972,

lo encontré a

la

entrada de

mi clase, pero era

un

día

de huelga

, así que no había clases.

Fuimos a

comer juntos y nos hicimos am igos .

Después

de eso, diría

que me

dejé

guiar

bastante sistemá

ticamente

por

los vínculos que me

ofrecíael

material m ismo, una

fuente que llevaba a otra, el diccionario de

lean

Maí tron

que me

llevaba a tal fuente

que

seguía para

ver

si me conducía a

alao

o

a

nada

. ~ r t í en sentido co ntrario al trabajo de historiador,

~ ú n

elcual

pnmero

se establece la bibliografía de las obras generales,

luego, una

vez que

se

obtiene

el marco del

conjunto

, uno

va

a ver

las publicaciones, los detalles.

No, para

nada, me lancé de lleno.

Partí

de

un montón de pistas un

poco

dispersas

que me

habían

lle

gado

de derecha y de izquierda.

Pasé

mucho tiempo

en los archivos, pero el

elemento

deci

sivo para mi

método provino

del

hecho de

h

aber

trabajado en la

antigua Biblioteca Nacional, es

decir

, en un lugar en que

todo

se

hallaba

concentrado

y en el que, mientras uno esperaba que te

entregaran el

opúsculo de

Grignon sobre

lahuelga

de los obreros

sast

res, acabas un

volumen Budé

de algún

autor

de latín

vulaar

b

un

volumcn

del diccionario

de

patrología o un

volumen de

un

tratado de derecho . También pude construir La noche de los

44

,uld(/,.ios

porque

me

hallaba en esta no especialidad absoluta

t 1 1 posibil idad siempre presente de

establecer

una transversal

IIlll  lIll opúsculo obrero y datos terarios.j urídicos o religiosos.

I t 1 t 1 ' 1 ~ volvió factib le este libro era la posibilidad de co nstruir una

11¡; dc intriga simbólica desconectada de

cualquier

cronología

11 1 .. lodo pasaje de causa a efecto según la modalid ad tradicional

di lo s historiadores. Cuando

elogio

la

autodidaxia

no es

IlIlplcmente a p3l1ir de una visión

desde

las alturas, para mí se

1I IIú de una

manera

de trabajar.

Por

supuesto, aprendí

un

IIlontón de cosas de

memoria

en el colegio secundario, las decli

Iltl i(mes griegas y el sentido de todas las partículas. Pero todos

l s puntos fuertes

de

mi trabajo están ligados a

una búsqueda

jl n

s

ona

l en la que aprendía las cosas

sumergiéndome

en una

I\lateria

desconocida

, con una fuente

que

llevaba a otra y los

Il  lieves que se construían poco a

poco

a través

de

un tanteo .

Aunque ignorara su

nombre

, ya se trataba del

método

Jacotot:

aprender algo y relac ionar todo el resto con eso.

trabajo fue bien recibido por la institución universita-

, . / O ¿Cómo se desarrolló la defensa de

su

tesis ?

(  on la institución uno hace referencia a varias cosas.

No

tu-ve

prob lemas para proponerlo

como tema

de tesis, no los tuve con

.Jcan-

Toussaint

Desanti, que era quien se

suponía

que debía

dirigirme pero que

me

dio

vía

libre y no se

entrometió

en vistas

é

sa

ber

lo que

yo

estaba

haciendo

. Al

margen de

eso, el

día

del

tribunal, hubo quienes abrían un poco los ojos como pl.atos, y hubo

un historiador, Maurice

Agulhon,

que se sintió

obligado

a actuar

co

mo

verdadero historiador, serio, que no

deja

que cualquier

gracioso se

ocupe

de esas historias

obreras

y maltrate la gran

trad ición repu b Iicana soc ial francesa.

Luego vino

el trato con las

co rporaciones. Para la publ icación tuvo l ugar la relación con los

historiadores que estaban en el poder en la edición. La editorial

Gallimard no lo quería,

excepto que

lo

convirtiera

en una

recopilación de archivos; la editorial Le Seuil lo aceptaba con

tantas restricciones y con una cara de

asco

tal

que

acabé por

ret irarlo. y

cuando mucho tiempo más

tarde

me

enfrenté con lo s

45

Page 23: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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I

s fI del onsejo Nacional de las U ' .

pregunta fue: «Señor Ranciere ' 1 nlversldades, la primera

Se trataba de un trabajo ue a ; . ~ ~ u a e ~ su corpus filosófico?».

p ~ r

los historiadores

no hfstori:

s

; losofos ?O era filosofía y

nmguna corporación como tal ace

,1

a un O V ~ I

q ~ l e ~

finalmente,

leyeron y lo apreciaron

el'

p.to.

H l ~ b o

mdlvlduos que lo

efecto fue diferido incl ' p o clon c l e r ~ o tIempo de latencia. ' El

, uso

en

e extranjero La g t .

por él ahora tras

habel

I

'd

I'b . en e se mteresa

, el o I ros mucho n ' t d

apariencia filosófica más

cl

' 1as al' lOS pero de

pronto, la gente advierte a s ~ c a C0l110 La

Mésentente .

35

De

ciertos libros que están m á ~ u e

¡ese.

es edl trabajo que subyace a

re aClOna os

Con

una tesis.

El horizonte de expectativa de 1980

de la historia

del

movimiento b , desde

el punto

de vista

, o

rero

o

de la

c

t d 1

pensamiento de la emanc '

. ,

ues Ion e

bloqueos disciplinarios lpac:on, y más. allá de los simples

, ya el a un hOrizonte atascado .

..

Era un horizonte que estaba atascad .

lado, estaba el comienzo

d o

or partIda doble. Por un

contra toda la tradición e v o ~

a.

gran.ofensiva de Frans:ois Furet

d ' uCIOnanayobrera Porelo tr h b'

un IScurso neomarxista p d . o, a la

(CentrodeEstudios delnveUslt? y .uro entre personas del CÉRES

, IgacIOnesydeEducac S . l'

que, en t0l110 a Jean-Pierre Ch ' IOn OCIa Ista)

del PS (Partido Socialista) P e v e n ~ m e n t armaban la ideología

de esas historias. Por el o t r ~ un ado, ya ,no se quería hablar

lo

que llamaban

Con

ese

te'

' . o que

se

quena era teoría ,

en

fin,

rmlllo...

NACIMIENTO

DE

UN MÉTODO:

MANERAS DE LE

ER

y ESCRIBIR

Usted acaba de d '

. eClr que su manera de trab' d b

17am /llar entre

1972

y

1981

d Ojar, e uscar, en

de I s proletarios,

era erran;e ;oarntela gestación de

La noche

) . . 01.1

a parte en texto

J

perlouu,

IIIsisl

e en la idea u

'

s e ese

historiadores, sino que la - : e ; e s t ~ solo destmada a los

m len

o

esta al discurso sobre la

46

H El desacuerdo P /

o /

/i

ca

y fi

losofia ,

Buenos Aires Nueva V· .

. ISlon.

996

,

1/

1 /11 I/ e se sustenía en el althusserismo- de que la búsqueda

1//

( I/II,w /idad en las ciencias humanas reproduce una

I I

1 11 representacional comparable a la que puede existir en

, 1", lI/ca,

y que divide a los representantes y a los repre

  /lI,r/II.\' U ambición consiste en construir

un

discurso en el

11,11

1,1 armado de la intriga no esté gobernado

por

ese tipo de

'/'I\f /Iwlogía en el que prima la búsqueda de causas, es decir,

II/ tI lI.1 f

ed,

la representación de las causas

por

los efectos. De

/11//10, la tonalidad estética le resulta una alternativa posible

I 11/1 dllda deseable en el discurso de las ciencias sociales.

1 '/1'(1 lIsted ya era una idea clara en esos momentos?

I

11

la

i

de

a de

la

relación de causa y efecto hay muchas cosas,

,,

10

i se piensa en el tipo de racionalidad que es común a la

1 rlctica de la historia y a toda una tradición política, incluida la

Il'vo lucionaria, el modelo causal clásico no implica solamente

111 búsqueda de la causa de

un

efecto; siempre es una manera de

Iden

tificar la relación causa-efecto en una relac ión de ni

ve

l a

Ilive

l.

Se trata, por lo tanto,

de

un principio jerárquico. Hay un

lIlu

ndo de causas y un mundo

de

efectos.

Lo

que pasa

en

esta

dramaturgia de causas y efectos es que, cuanto má s subimos ha

cia

la superfic ie, hacia lo que

la

gente hace y dice, más nos alejamos

de lacausaoriginaly menos sentido tiene. El historiadorn0l111al que

ten

ía

que vérselas con mi material buscaba cuáles eran

las

ca

usa

s

pro fundas que sostenían talo cual discurso.Elmodelo

de

la historia

era el modelo Labrousse: lo económico, luego lo social, después lo

po lítico y fmalmente lo ideológico. Es algo que sigue

~ t n d o

muy

presente.

Si

se

fijan

en

la bibliografía

del

movimiento obrero

de

Noiriel (Les Ouvriers dans la sociétéfrom;:aise, x7f-xX, 1986 [Los

obreros en la sociedad francesa, siglos XIX y

xx))

y buscan La

noche de los proletarios, lo

encontrarán en la sección «problemas

culturales y religiosos

de

los obreros» . ..

Así es como

se

enseñaba historia, con silabeos del estilo: las

«causas de la revolución».Para cada revolución había una causa

estructura l: la crisis económica. Sin embargo, ahora lo sabemos,

ninguna crisis económica condujo a una revolución. Una revo

lución es

un

proceso de palabra, de manifestación, todavía hoy

47

Page 24: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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se lo ve, a pe

ar

de todos los payasos que dieen que no hay

revolución en

Túnez porque

no hay proyecto revolucionario

como si un

proyecto revolucionario

hubiese

hecho

alauna

v e ~

una revolución. Siempre es posible r o v e e r c o n d i c i o n e ~ que van

a ser las condiciones de concomitancia, pero lo que pasó en 1848

tiene que ver mucho más con lo que pasó en 1830 que con

la

crisis

de

1847. 1ncluso

hay revolucione

s que van en sentido contrario.

Tomen

lo que decían los obreros después de 1830. Antes, los

negocios andaban bien, luego vino

la

revolución fue genial el

pueblo estaba en la calle y tomó el poder, y despl:és los obre;'os

se quedaron sin trabajo. Lo cual quiere decir que esos obreros

eran s ~ r e s dobles, son trabajadores que perdieron su empleo o

sus clrentes y son el pueblo que triunfó, y al que más tarde le

r o ~ r o n

.

Ia

victoria.

Hay que

advertir con claridad que un

actor

social

siempre

es una multiplicidad de actores sociales . Por

supuesto,

la

búsqueda de causas puede establecer correlaciones

pero en el fondo ,

la

cuestión que sigue siendo central es la

saber de qué creen ser capaces las personas. Es a partir de

ese

punto?e vista como, poco a

poco

, fui llevado aseguiru n principio

de no Jerarquía . Es ese principio e l que más tarde se resumió en

la idea del «reparto de lo sensible»; no hay un universo material

y un universo intelectual en una relación jerárquica que even

tualmente se podría invertir.

Hay

una relación real entre un

universo sensibleyel sentido que se le puede dar. En una palabra,

se trata de un asunto de intriga que se debe constituir.

. donde s u ~ ~ e la importancia, evidente, de la escritura, que

fija

cierta

relaclOn entre un sentido y otro. De allí

proviene

mi

elección, que

por

ese entonces fue fundamentalmente intuitiva:

no empa lmar una escena de palabra con una escena llamada real

que haría las veces de fundamento o que esas palabras reflejarían

o expresarían, sino intentar conectar una escena de palabra a

toda

la

s ram ificaciones que ella misma se da o que se le pueden

acoplar egL

II1

intrigas

que

ya no son intriaas

de

causalidad

entre

b

n,lv el.e ,

ni i q : l i

  e r a sim

plemente

intrigas de antes y de

después

en

term lilas hl

tonc

as. Es un poco lo que dije una

veza

propósito de

prolelarius el hec ho de que comprendí

la

cuestión proletaria el

día en que me di de bruces con ese texto de Aula

Gelio

en que

48

plica que proletarius es un viejo término del latín jurídico

IIl1lplctumente fuera de uso que quiere decir: el que hace hijos.

11

1 'ontré mucho después de La noche e los proletarios.

1 , 1II i pesarde todo, siempre funcioné de

esa

manera, rompiendo

d'l veces la

jerarquización

causal para hacer emerger un

V 'I'SO sensible inestable: por un lado, tomé los textos obreros

111 1110 cua lquier otra clase de textos, para estudiarlos en su

¡

lira y en su resultado, y no como expresiones de otra cosa.

I

trataba de un universo incompleto que había que mantener

1II Illllpleto para expresar el estilo de

vida

cuya obra

-no

sólo la

pi

esión- era

esa

palabra. Por otro lado, se trataba de extender

11

\

ramificaciones para ver lo

que

es

propiamente

simbólico en

1 In experienc ia, no en el sentido de «símbolo de», sino en el

¡'lit ido de reparto de lo sensible, del lugar que uno ocupa en un

len

sensible que , al

mismo

tiempo,

es

un orden de división de

Imi lugares y de las posibilidade s. Había entonces que poner esas

palabras en relación con

escenarios

y resultados textuales que

normalmente pertenecen a otros registros, a mundos que

o lIpuestamente no tenían relación con la

cultura

obrera.

En el armado de la intriga de La noche e los proletarios hay

lIluchas referencias relativas a la ópera que son prácticamente

Invisibles, pero que permiten marcar

un

momento importante. Es

así como concebí

lahistoriadel

estallido de

lacomunidad

icariana

de Cabet en torno a dos óperas

contemporáneas

de Verdi, Las

vísperas sicilianas y Simón Boccanegra. En 1856, los obreros

icarianos destituyeron de la presidencia de la Comunidad a su

«padre», Cabet. Este asunto del padre es muy i m p o r ~ a n t e en esa

época.

Era

central en el

sansimonismo.

Un

año

antes de la

des titución de Cabet por parte de sus hijos rebeldes, se presentó

en París la

primera

versión de Las vísperas sicilianas.

Ahora

bien, el libretista de Las vísperas sicilianas era Duveyrier, un

ex «padre» sansimoniano, y hay un momento en Las vísperas

sicilianas en que el gobernador Montfort le ofrece a su hijo

rebelde perdonar a los conjurados si acepta llamarlo «padre».

Dos años

más

tarde se presenta la primera versión de Simón

Boccanegra  en la

que

hay otro asunto de paternidad sobre un

fondo de lucha de clases, y el final en que el joven Gabrie le

49

Page 25: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Adorno

canta el fin de los tiempos felices del amor (Come

passó veloce

/

I ora dellielo amare) mientras su suegro se

está muriendo. Eso

me

perm itió marcar

ese momento

histórico:

el fin de las

historias

de amor

entre obreros

y

utopistas

burgueses. No

sé si

realmente contesté

su

pregunta

,

pero pa

ra mí la cuestión de la causal idad es una

cuestión

dejerarquía:

en la

lógica causal dominante, hay

un

orden subterráneo que

determina

lo

que será posible percibir

y

pensar. Con

e l

armado

estético

de

la intriga , la cuestión de lo

perceptible

y de

lo pensable es

siempre

un asunto de superficie, una manera

de

recortar esa superficie.

En una forma de armado de la intriga semejante, ¿resulta

factible detallar o más bien tejer

en

torno a una palabra el

conjunto de «e scenas» inducidas o de «escenas» corre-

lacionadas con una

escena

de observación, sin

jerar-

qui

za

rlas? ¿Acaso la escritura no nos obliga de una u otra

manera, aunque sólo sea debido a su estructura sintáctica,

por la gramática, a introducir una causa donde no lo

pretendemos, con los «pues», los «porque» y los «luego»?

En a noche de los proletarios hay un mínimo de «Iuegos»

- los cuales,

cuando aparecen,

casi

siempre

están

puestos

a

co

ntr

aco

rriente

,

puesto que

se los emplea

para refutar

una

conclusión

(<<no

tiene nada que ver,

luego . .. »)-.

Evité

istemáticamente

las relaciones

de tipo

jerárquico, al

tiempo

que la construcción del libro se

hizo fundamentalmente

a

partir de equivalencias y

desplazamientos

: un

texto

citado, un

comentario en forma de

paráfrasis

que lo

desplaza

y qu e inicia

un

movimiento hacia

otra

escena; muchas frases nominales

en Icomentario , una

suerte

de estilo indirecto libre que busca

- en su

modesto

nivel-, a la

manera

de

Flaubert,

«desenroscan>

los

párrafo

s para que

puedan deslizarse unos sobre

otros.

Desde

luego, no se trata de un

principio formal

de fluidez, es

un

principio

de e

critura igualitaria:

s

uprimir lajerarquía entre

el discurso que explica y el

que

es

explicado, provocar

una

sensación de

estar

ante una

textura común

de

experiencia

y

de refle

xió n

sobre

la

experiencia que atraviesa

las

fronteras

50

1

;

;

1 1 1 disciplinasy lajerarquía de los

discursos

. Se trata de un

I \llhklll3

cas

i

sintáctico

. . .

IlIego

está

el problema del armado de

la

I J 1 t n g ~ L.a noche

, /11.1

l"o

letarios de h echo 311iculaba dos

I a s ~ :

de IJ1tnga. Hay

1111

IlI\lriga

detipo

un poco hegeliano: una dlvlsIOn en,tres partes,

111110

un

círculo

de

círculos, en donde se pasa

de

lo

mas

abstracto

11 :p eriencia tipo del obrero, confrontado. a su identidad

1

h

l mátiea- a lo más concreto - las formulacIOnes y las expe-

111 licias del grupo como

tal-

, pasando por la mediación d ~ 1

1 111 IIcntro con el otro, en este caso, el encuentro con los san

Sl

-

1lllllll(\nos. Y luego había una suerte de

esquema

biográfico: ~ : g í

1I11,llIltriga un poc03l1ificial que sería la historia de unageneracIOI1.

, ( lllé

les pasa a esas personas que, en 1830, han visto el sol y

.Ilan de mantenerse fieles a ese sol?

Por

supuesto, se

trata

de

1111 1 intr iga que es ideal, incluso si tengo un p e r s o n ~ j e -Gauny-

1\

' viv ió todo

eso

y cuyos archivos tengo la ventaja de poseer,

tll de los años 1830 hasta los años 1880; en todo caso, se trata

1

 

'ci amente de un tipo de estructura. que intenta ver lo que está

juego ahí adentro, cómo va a definn' a esas e r s ~ n a s tal

Ilpode sujeto, de actor,

ycómo

se

puedeconstnnr

la U1teh?lb.lhdad

tll'

una serie de fenómenos, de situaciones, de acontecImIentos

''1wre

nteme

nte disparatados

como

pertenecientes a ~ I a m i s ~

11l1Va.

Lo

cual

habría

podido tener otras prolongaCIOnes

mas.

( 'on los

archivos

icarianos de l

os

Estados

Unidos que he podido

l'onsultar sólo después del fin de la tesis,

junté

una cantidad de

deme

ntas como

para conformar la materia de un libro que no

escribiré

nunca

y que en resumen habría sido:

¿cómo h a c ~

un

obrero

comunista

francés

para convertirse

en un

granjero

lemóc rata norteamericano? Habría sido una segunda parte,

pero no la habrá.

Vo lvamos a

su

relación con los archivos, que se puede

encontrar en sus ofros trabajos, como en La Chair des mots

(19

98)

[La carne

de las

palabras].

En

el

capítulo s o ~ r e

Rimbaud, en donde ust

ed

habla de su manera de desc:,blr

el siglo, dice que no parte de una sistematicidad histÓrica y

enumera cierta cantidad de documentos que tal vez fu eron

5 1

Page 26: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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de

Rimbaud

y gracias a los cuales

pudo

escribir

su

siglo. Es

un enfoque que se

podría

hallar en su man era de trabajar,

sea

cual

fuere el ámbito que se considere, cercano a lo que

Walter Benjamin describe en

Desembalo mi biblioteca.

Para.mí  lo importanteen esemomento era intentar definir un tiempo

un Siglo un conjunto de condiciones de una ma-nera inmanente.

Después de todo mi pregunta es siempre: «¿Qué es lo que se puede

percibir  qué es lo que permite ver tal cosa  qué es lo que hace que

tal palabra  tal frase adquieran sentido obtengan un valor simbólico

de asignación o de emancipación?». Está ligada

al

hecho de que

siempre trabajé en los márgenes  eventualmente recogiendo las

sobras las caídas con

la

idea de que lo que define las condiciones

del pensamiento y de la escritura nunca es e l tiempo y la situación

tal como los describe el discurso dominante . Hay una textura

sensib e de la experienciaque es necesario hallary que sólose puede

encontra reliminandoporcompleto las jerarquías entre los niveles del

saber de lo político  de lo socia1 de lo intelectual de lo popular. Diría

que se trata de cosas que se pueden sentir vagabundeando un poco

al azar  tras haber sacudido un montón de papeles y consultado los

almanaques los pequeños compendios de los inventores locos los

pequeños vodeviles bobos.

En el fondo

laqu

e traté

de hacer fuede combinar

dos cosas.

Una

es la transversalidad: creo que la s cosas impoliantes para el

pensamiento llegan a puntos de convergencia allí donde los

t ~ r i t o r i o s se pierden

cuando

-en ténninos concretos- el poeta

RlIke se encuentra con

la joven

obrera

Marthe

Hennebert o

bien cuando

-en

términos imaginarios- intento hacer resonar

la

experienciade Emma Bovary en la de los militantes obreros o la de

las ceremonias sansimonianas en los poemas en prosa de Mallarnlé.

El otro rasgo es la precisión. Es una cual idad que generó en mí una

práctica constante de jardinero. Con las plantas uno no puede ser

impreciso . Hice lo mismo con los textos. Aprendí  más que otros  lo

que era la textura sensible de un tiempo y por lo tanto comprendí

cuáles eran los actos y las palab ras que en ese tiempo   podían

p ~ o v o c r un consenso o una ruptura. Lo cual me perm ite ver

por

ejemplo que tal formulación de Mallalmé en la que otros ven una

52

1I

d

1I11<;ór

ica radical   la tomó prestada tal cual a Banville o a

p

r ende   a sustituir el proceso de alteraciones

1 1ll.lb l

<;s

al de rupturas declaradas.

1// \//

JJ'ú

tica de ese entonces, lino tiene la impresión de que

/¡,

1\

¡m

ras flotantes

antes

que una ausencia de fronteras-

/11. Nosofia y arle. Parece surgir en su trabajo una ausencia

l mrqllía entre registros de investigación y de discurso.

obab le en la práctica aunque en determinados casos tu-ve

I j l l I<;pr

imirla . Si se considera el texto de Para leer El Capital

I I l lCltO textos en los que debo explicar en una conferencia lo

'I L'

<;s

la policía y la política o el régimen estético del arte me

I III II<;n tro un poquito acorralado obligado a producir un discurso

1011 referencias que resulten admisibles. Cada tanto debido a

'1 C la gente lo exige es necesario hacer «teoría» tal como la

1 olllprenden  es decir partir del concepto desarrollarel concepto

01110 en

El

desacuerdo. E incluso en ese caso también intenté

lIldarme con rodeos  puesto

que

hay varias escenas : los plebeyos

1

el

monte Aventino los sastres que están de huelga en París.

pesar de todo lo que a mí me resulta importante son todos los

Ic

xtos en que pude desplegar una intriga narrativa en los que se

IlItenta hacer que se sienta una textura de experiencia sensible.

lJsted hace referencia a algo que empezó a volverse efectivo en

I

.a

noche de los proletarios y que sig uió a lo largo de todo el

Irabajo sobre la literatura y e l cine.

Hay otra línea de sus investigaciones de los

aFios

1970

que

aparece en filigrana en los textos que preceden y que acom-

pa

ñan

La noche de los proletari os .

Se trata de una interrogación

acerca de las modalidades de lectura, considerada también

en la crítica del althusserismo. Usted

se

plantea la pregunta

sobre cómo leer un texto. En efecto, la crítica del althusserismo

también

pasa por

una crítica de las modalidades de lectura

internalista de los textos filosóficos como los de Marx,

pero

también por una crítica

del

FOllcault de Las palabras y las

cosas. De hecho, usted hizo referencia a la dimensión «per-

formativa»

de los

textos obreros que descubría

en los

53

Page 27: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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archivos; en suma. de su apego a sus efectos, más todavía

que a sus contenidos. Al hablar del principio del proyecto

que terminó por dar La noche de los proletarios , también dijo

que la meta había sido ver cuáles eran las

fu

entes de Marx

Esos intereses manifiestos

por

la per ormativídad, por el

carácter pragmático del discurso, ¿pueden constituir la

p rt

e más íntima o el principio de un método?

De

1

que no cabe duda es de que no tenía ningún método, en el

sentido de un protocolo

de

lectura. Para mí , el único método que

vale es el de saber si una palabra de pronto da

la

talla, la reso

nancia con respecto a otra. De la performatividad, de todo eso,

no tenía la

menor

idea .

y

cuando ahora hablo

del

tema

, no es en

relación con una teoría lingüística. Es para marcar

la

manera en

que esta palabra constituye una escena. En todo caso, durante

los años

1970

no leí ningún libro de filosofía, ningún texto de

lingüística o de método . Estaba completamente sumergido en mi

corpus , sin ningún interés por todos los debates teóricos de

filosofía o en las

humanidades. Fue

luego

de terminar

La noche

de los

prol

etarios que ,

por

diversas razones, sentí la necesidad

de situar lo que había hecho con respecto a cierto número de

referencias. Pero en esa

ép

oca no

contaba

con más

método

que

mirar, ver lo que me parec ía interesante como descubrimiento ,

como tipo de conexiones entre mis descubrimientos.

Para volver a

la

pregunta acerca de la lectura internalista,

creo que mi método siempre

combinó

la lectura inmanente que

busca el tipo

de

relación entre un sentido y otro, lo que constituye

la textura

de

un texto,

con

la

de

las

aproximaciones

salvajes

que

buscan captar su alcance haciendo resonar un texto en otro,

por

fuera de toda cuestión de saber si una persona leyó o no a otra

persona. Si

tomamos

a

Marx

, mi problema no es lo que Marx

leyó. Pienso que leyó

muy pocas pub

licaciones obreras de la

época.

No

pienso que Marx haya leído todo lo que yo leí. Leyó

algunos trabajos sobre el

comunismo

, luego los informes de los

inspectores de las fábricas, pero en cuanto a la literatura

propiamente obrera, pienso que leyó muy poco, y m iproblema no

consistía en saber

1

que Marx leyó y cómo lo transformó, sino

54

I I I IUI ' puede acentuar lo que dice Marxhaciendo que resuenen

,111 voce que en el fondo hablan de lo

mismo

que habla él.

1 1Il

s é e es e l problema de método fundamental:

determinar

1111

111.1110 común del pensam iento.

El

protoco

1

«ciencia e ideología»

1111

l nracteriza al althusserismo y a una gran parte del marxismo

11

armado para

mostrar que los eruditos y los ignorantes no

1.111 hablando de lo mismo; e incluso si hay textos obreros que

'1"" ntemente hablan de

1

mismo, dicen que no es así pues en

1110'1 se trata de la ideología, de lo vivido que se está expresando,

1I '/Ilpiria, mientras que en Marx, son los conceptos.

Siempre

la

la idea de que los conceptos constituyen un mundo absolu-

1.II\lente autónomo y que, en consecuencia, incluso si el

concepto

Ill

'

 le

por

d

esgracia

el mismo

nombre

que la realidad

empírica

o

'1

el

discurso de la ideología , s

in

embargo, se halla por completo

' '1l11rte . De allí proviene la idea althusseriana de la «lucha de

liases en la teoría»: si en

un

momento dado Marx , en las páginas

de El capital dedicadas al fetichismo, hace uso de

temas

«humanistas» como la transparencia de las relaciones sociales ,

habría que ver en ellas

la

persistencia de una suerte de enemigo

d\. clase

escondido

en las palabras

mismas

y que

sería

necesario

desa loja

r.

Por mi parte, pienso más simplemente que eso adquiere

sentido a partir de todo un universo

compartido de

palabras y

prácticas en

que

la transparencia de las relaciones sociales, los

intercambios entre productores, el mundo de los productores

1 bres, son

temas

que existen en una gran cantidad de textos y de

proyectos de asociaciones obreras. Es un universo a partir del

cual es posible comprender lo que

Marx

dice. Caso cQntrario, si

uno se

encierra

en la

ideade

que la

ciencia es

un

discurso

aparte,

al m

ismo tiempo uno

se ve obligado a

buscar

las razones

de

su

co ntaminación,

ya

sea en los avances de la ciencia m isma, ya sea

enco

ntrándolas

en el arrebatamiento nunca

terminado

de la

cie

ncia

con respecto a la ideología.

Mi idea

consistía

en que hay resonancias,

cosas que

es posible

comprender y sentir a partir de esas resonancias; no es necesario

saber si los obreros han leído a Jacotot, si Marx leyó tal publi

ca

ción

sansimonianao

qué sé yo. Hay significantes que circulan,

que cristalizan experienciashistóricas, situaciones, movimientos ,

55

Page 28: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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proyectos,

toda

clase de cosas. Nuevamente, allí se sale de un

régimen estricto de causalidad, se obtiene una circulación de

palabras de imágenes

,

de

significantes ,

de frases de

significaciones . Mi problema no consistía en decir: «Marx es-

cribió eso porque un año antes hubo tal texto en tal periód ico de

trabajadores» . Aunque también

sea

posible hacerlo. Susan

Buck-Moss

hizo de este modo todo un trabajo sobre la dialéctica

hegeliana del amo y el esclavo siguiendo estrictamente los

témli

nos de los debates en torno a la revolución en Santo

Domingo

en

los periódicos alemanes . Yo nunca hice algo semejante.

Como

mucho,

pude

pensar en hacerlo, pero no

me

alcanzaba el tiempo.

Para lo

que me

interesaba, poner en cuestión una

modalidad

de

lectura,

me

alcanzaba con hacer

lo

que hice.

Uno

poco

lo

que

decía Foucault, ya que de

él

se trata: «oír el rugido de la batalla».

Pensar que

una teoría es algo que no se articula con otras teorías

o con ideologías a las que critica, sino con todo un universo de

discursos. Es lo que había pensado, un tanto a continuación de

Foucault,

como

el pensam iento efectivo. El pensam iento se lleva

a

cabo

en toda una serie de instituciones, de reglamentos , de

estrategias sociales, de discursos polémicos. y una «teoría» es

algo

que

hay que pensar

como

una organización particular de

elementos de ese conjunto .

¿

Cuáles son las condiciones de escritura que usted pri-

vilegia? ¿  s

cribe en

un

lugar cerrado o prefiere trabajar

en el campo? ¿En qué tiempo  con qué clima? ¿Esas cosas

son importantes para usted?

Escribo preferentemente a la mañana y a veces hasta la mitad

de la tarde.

Me

gusta la luz del día, una mesa que dé a una

ventana

con una vista hacia el cielo y árboles ,

si

fuera posible. Hay ciertos

libros que escribí en buena medida afuera,

pero era

antes de la

aparición de la computadora . Al margen de lo cual, la escritura

está siempre

liga

da a un trabajo de investigación.

Hubo un

momento

de mi vida en que adopté la costumbre de ir

todos

los

días hábiles a la biblioteca o a los archivos. Iba todos los días,

incluso cuando no tenía una meta precisa,

un poco como

dice el

56

lI\easta Pedro Costa: «Iba todos los días a Fontainhas con mi

.\lnarita DV,

como

quien va al trabajo». Efectivamente, al cabo

dl

cie rto

ti

e

mpo

, adopté la costum bre de ir todos los días al tra-

hit lO,

durante

mucho

tiempo iba todos los días la biblioteca o a

lo

s

.lIchivos, y sigo trabajando todos los días.

Lo

importante para mí

es poder

descubrir siempre algo, leer

.  go que no había leído, releer, descubrir , que las cosas so-

hre algan, que de pronto se

empalmen

con otra

cosa

, que tracen

IIna

pista, que hagan resonar una armonía . importante es

darme todos los días la posibilidad de

descubnr

algo nuevo, con

la

idea de que el pensam iento son cosas enunciadas, escritas, q.ue

stán ahí,

que nunca

están en la cabeza sino siemp re en tránSIto

sobre las páginas,

que

esperan

ser

transportadas a otro lugar y

a ser fo

rmuladas

de

otra manera

. Se trata de

un

punto absoluto

en

mi

trabajo , estar siempre cerca de

un

corpus, ya sea

un

texto,

una pe lícula o una obra .

Nunca

pude trabajar como se hace en

historia o en las ciencias sociales, en donde se reúnen los datos

y después de

eso

se los procesa. Me es imposible hacerlo: Mi

man

er

a de

trabajar

no consiste en juntar datos que despues se

procesarán , sino lograr alcanzar cierto nivel de intensidad . Hay

algo

que

sobresale ,

como

diría el otro, «que fuerza a pensar» .

Tener siempre una especie de

corpus

que uno no esperaba. Hay

un

dinamismo

de

pensamiento si

uno corre c o n s t a n t e m e n t ~ ,el

rieSGOde verse sorprendido por el material, por una provocaclOn

que bviene de otro lugar. Siempre t r b j ~ una relación

com

plica

daentre

por un lado, ese proceso

penodlco

de ponerme ante

unaposible sorpresa y, porel otro, las exigencias que

me

llegaron de

ot

ro

lugar. Pedidos a los que he respondido, incluso

h a b l ~

sobre

cuestiones acerca de las cuales todavía no sabía nada, con la Idea de

que iba a ser necesario que me sumergiera en algo durante tres

semanas, un mes, dos meses, para poder responder a eso.

Lo

c ~ l quiere decir también

que me

veo continuamente

obligado a volver a ese punto de intensidad o de momento pro-

minente. Si escribo sobre cine, de ningún modo lo puedo

hacer

si no reveo cada

vez

las películas y los planos de los que estoy

hablando, y si no tengo que integrar de manera o n ~ t a n t e

cosa

s

que no

había

integrado.

Todo

el

tiempo

estoy deshaCIendo la tela

57

Page 29: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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y volviéndo a hacerla. Es un poco mi manera de trabajar : tener una

e:pecie de sedimentación, lo que hace que, después de todo, en

c l e ~ o s ~ o m e n ~ o s haya relámpagos, cosas que aparecen . De pronto,

se d.lbuja un paIsaje y uno puede intentar trazarlo. Es lo que puedo

decir acerca de mi trabajo, de manera un tanto ideal, porque a pesar

de todo a menudo estoy sometido a ciertas·obligaciones que no son

en todos los casos coerciones que me hagan pensar.

M I

CH

EL

FOU CAULT

Usted habló de su relación con Foucaull en ese período de

los años

9

7

0.

¿Siguió los cursos que dictaba en el Co/lege

de France ?

~ g u í algunos de sus cursos , pero no tanto, pues no tenía tiempo.

DIcho lo cual tuve toda cIase de oportunidades de cruzar lo que

hacía Foucaulten esa época , tanto desde el punto de vista político

como teórico. También

por

esos años debí estar más o menos

asociado al seminario que Foucaultdabaen el College de France .

En un momento se suponía que nuestro grupo, que luego dio Les

Révo ltes l

og

iques,36

era más o men os uno de los grupos asocia

dos al seminario de Foucault en e l Co llege de

France

incluso si

en realidad , era totalmente autónomo. ' ,

Sí,

Foucault

fue importante para mí, porque de pronto, con él,

la

filosofía sa lía por comp leto de los libros de filosofía de la

institución filosófica. Se trata de a lgo que yo no habí: com

prendido en la

época de

la

Historia de la locura.

No entendía

muy bi en a dónde quería IJegar. Cuando se

puso

a retomar la

cuestión del enci erro en torno a las prisiones , toda la época en que

e lab?: aba Vil5,ilar y

cas tigar,

se me apareció con claridad y se

volvlO pa

ra mI un

poco un modelo. Ocuparse del pensamiento allí

donde

de verdad está operando . Él lo ve

operando

en las téc

nicas de pod er. Por mi parte, también quería ver operando al

pensamiento e n las prácticas de quienes resisten a l poder, en las

. ,

Les Révoltes loglqlles (Las revueltas lógIcas). co

lect

iv

o intelec tu

al

que

di

o

oflgen a la

revi

sta del mismo n o m r ~ y

que

se publicó entre

19

75 y 198 1 (N . del T.) .

58

111 , tct icas polém icas, en las luchas. Es un poco lo que sinteticé en

I ' Iextito que se llama «La Pen sée

d ai Il

eurs»  37 Ese pensamiento

dI

otra parte -de una parte que no sea en las instituciones del

pl'tls3miento-es a la vez el pen samiento tal como

se

lleva a cabo

1

1110

instrum entos de

dominaci

ón, pero tambi én el pensamiento

1 11 como se lleva a cabo en formas de lucha, de palabras de lu

cha

.

I 'ila deses-tratificación de los disc ursos, que

no

pude advert ir en

1 1 época de Las palabras y las cosas pero sí por completo en

1 1

poca de

Vigilar y castigar

o en la conversación con

Deleuze

d ' 1972 en L A re, de laque yahemos hablado,fue para m í un modelo

1 -; 'nc ial, incluso si no 1 advertí de inmediato. Era lo que podía

desper1ar mi sensibilidad, sobre todo a través de esa historia de la

)lalabrade los prisioneros.Los prisioneros tienen una palabra, saben

tllUy bien lo que es la prisión, tienen teorías sobre la cárcel. Se trata

'mpre de

la

idea de que no se trae la ciencia del exterior, sino que

I,IS producciones teóricas se hallan por todas partes. Un discurso

~ l l r e la ex

plotación es siempre

un

discurso sobre la explotación. Al

Illismo tiempo, está la idea de distintos planos. De esa manera es

l nl11oy opo

díasentim1ecercade Foucau

lt

en esa época: esarelación

de proximidad entre militancia y trabajo teórico, y

alm

ismo tiempo,

)l0r fuera de todo pensamiento que implique la aplicación de una

leoría en una práctica.

Luego llegó el momento en que todo el mundo recuperó a

Foucault, e l reflujo izquierdi sta en donde aparecía como el pen

sador de las tecnologías de poder. Foucault se convertía en el

pensador de las razones por las cuales los obreros siempre serían

las víctimas de las tecnologías de

poder

, todo e l mundo estaría

sie

mpre

encarcelado, controlado.

Esta

idea de las disciplinas un

poquito sa lió de

la

gente del

CERFl

(Centro de Estud ios, de

Investigac iones y de Formación

Institucionales

, 1967-1987) en

lomo

a Guattari, en,

por ejemp

lo,

Le Petit Travailleur iI?fa-

ligable.

38

Se trataba de una lectura que , incluso si se vinculaba

con un discurso que prete ndía ser má s o menos libertario, era ,

«La Pc ns

ée

d'ailleurs» (El pensami ento

de

otra parte].

en

Critique. «La

phllosophie malgré toul», n° 369. febrero de 1978, pp . 242-245 .

Le Pelil Travallleur infa tIgable (El peqlleílo Irabajado r incansable] ,

de

/l

lurnrd.

L.

y Zy

1be

rman_ P

.

Paris_ Éd itions Recherches, 1976 .

59

Page 30: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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después de todo, discurso

como

abrazo de oso. Son personas

que.tomaron

al

pIe de la letra el panópti co,

que pensaban

que en

el. s glo se habían puesto en marcha redes omnipotentes de

v l ~ t l a n c l a

I?esarrollaron la idea de que la resistencia no es nunca

~ a s ~ u e r e S l S t e n ~ i ~ a un dispositivo y que

eademás

está siempre

m c l u l d ~

por

antIcIpado. Los dos aspectos

dominantes

de la

recepclOn de. ~ o u c a u l t en los años 1975 eran, por un lado,

toda

esa e l a b o ~ a c l O n sobre las disciplinas, las tecnologías de

poder

,

todo un dIscurso sobre la manera según la cual los individuos

estaban por

e ~ o ~ ~ t e r m i n a d o s

y controlados, y el segúndo

a s p e c ~ o

fue la,apropl

aclOn como

discurso global sobre el dominio

que hIzo de el Glucksmann y lo que entonces se denominó

la

«nueva filosofía».

Fue

n t o c ~ s cuando llevé acabo esa entrevista con Foucault

que se pubhco en Les Révoltes logiques, 39 para

se trataba de

un p e d l de clarificación que le hacía a Foucault, pues acababa

de

escnb

lr un artículo ditirámbico sobre es Maftrespenseurs 40

de Glucksmann.' que se editó en

1977

Eran

ocho

preguntas

teadas p ~ ~ escnto, a las que debía responder del mismo modo.

RespondlO cuatro y las otras cuatro las dejó en blanco.

Debió ver

q ~ l e esas cua?,o preguntas o

an un poco a azufre y,

por

lo tanto,

s o l o r e s ~ o n d l o

a las otras cuatro. Las preguntas omitidas apuntaban

todas mas

amenos

a la «nueva filosofía» y le

preguntaban si

esas

personas tenían o no razón en hacer una reivind

ica

ción de su

~ e r ~ o n a El hecho de que no haya respondido era una

manera

de

mdlcar que ya e taba en otra palie , y más tarde se lo vio muy

e

mbar

,

ca?o

en toda la política-ficción glucksmaniana.

La

ultima

vezque

lovi a Foucault, que

realmente

habl é con él

fue c,uando a b ~ s c r sus respuestas, y

esa mañana

sólo

hablo del peligro roJo. ~ u e j u s t o después de la toma del poder por

parte de los procomul1Istas en Etiopía. Su gran preocupación en

ese entonces era la expansión del

comunismo

en África. Era

un

'" «Po llvo irs et stratég ies» [«Poderes y es trateo ias» ) entrevista de J R ' .

con M Fouca It .

R  I I

. . o ' , . anclere

. , l , en evo les oglques n° 4 Invierno de 1977 89 97 d ' d

en M

FOl

a ItD " . p. - , ree Ita o

1

'. IC l ,

li

S el ec

nl

s 111, París, Gallimard, col. «Bibliotheques des sciences

llImalnes», 1994 , pp . 41 8-428 . .

4

Existe

edición

en

ca

stell ano: L

Barcelona, 1978 . os maeslros pensadores. Editorial Anagrama,

60

tll l\l \\ \. nto un tanto

decepcionante.

Después,

con Danielle

I l llbimos ese texto acerca de la leyenda de los intelectuales, en

¡ 1

lit\.

traté de limar lo

más

posible las asperezas , pero a pesar

.11

Iodo, ése fue el fin de toda relación entre Foucault y

YO.

41

11/

( sa entrevista con Foucault, usted también teme la idea

/1

l  e

la temática de la anicrofísica del poden> atestigüe

/1/111

for

ma de reanudación

por

parte de la filosofia de

/1/lIcficas y de discursos ordinarios. Le reprocha el hecho

l/¡

l  e su filoso.fia retoma con la mano derecha lo que deja

I

1// la mano izquierda.

1 la fórmula que utilicé para resumir las cosas en «El pen

.\\1\

iento de otra parte» .

Ya

en la conversación con Deleuze de

1

1

)72 me había impactado ese doble discurso . Por un lado,

hlllcau lt insistía

en

el hecho de que el poder está acá, ahí o allá,

dc.,

que hay

que

salir de las cuestiones de causa y

designar

\llancas, que las relaciones de poder están siempre localizadas.

U pro

blema

consiste entonces en identificarlas, designarlas por

nombre. Y, al

mismo tiempo

, estaba ese gran resbalón que

d

\. c

ía: el gran

enigma

actual es el poder: quién posee el poder, no

. sabe, etc . Para mí

era

un subibaja asombroso. Por un lado, la

d\. s ignación precisa de las operaciones de poder era una manera

d\. salir por

completo

del discurso filosófico sobre cosas tales

'omo el

deseo

de servidumbre, que en ese entonces preocupaba

lIIuc

ho, de todos esoS grandes discursos sobre la libertad y la

serv idumbre.

Y,

por otro lado, de pronto , uno ve e s ~ extraña

afirmación según la cual el

poder es

el gran enigma, no se sabe

dónde está ni en qué consiste.

Uno

ve entonces recrearse un

privilegio del pensamiento, el único que puede tratar lo

que

constituye un enigma para todo el mundo. Por un lado,

Foucault

dice

que

los prisioneros saben muy bien dónde se halla el poder.

Por el otro, dice

que

nadie lo sabe.. . Lo cual tuvo como

consecuencia esos discursos totalmente abstractos sobre el

«

La

légende des philosophes (les intellectu els e t la traversée du gauchisme)>>,

con D. Ranciere. en Révolles logiques. número especial , «Les lauriers de mai Oll

les chemin s du pouvoir (1968-1978 )>> , febrero de 1978, pp. 7-25 . reeditad o en

Jacques Rancie re . Les Sce  1 es du peuple. Horlieu. 2003. pp. 285-3 10 .

61

Page 31: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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poder y la ideade Glucksmann

según

la cual el poderes e l poder

de

una teoría

que moldea

el

encierro

de

la humanidad

.

L S RÉVOLTES LOG/QVES

y

EL REFLUJO DE MAYO

¿Les Révoltes logiques intervino en ese alejamiento con

respecto a Foucaul(? ¿Cómo se armó la revista?

Al comienzo

surgió

de

mis cursos

en Vincennes. Había

estado

bastante

tiempo explicando porqué

el leninismo

no estaba

bien,

y

pasé

a

trabajar-de segunda mano- sobre la

URSS. En el

mo

mento

en

que me puse

a

hacer

el trabajo

de la

investigación

histórica, lancé un

curso en París-

VIlI

sobre

las

voces

y las

prác

ticas obreras, no

recuerdo muy

bien

cómo

se llamaba.

No atrajo

a

mucho público

,

no

erarealmente el

problema

de lagente en

ese

momento

. Pero

le interesó

a

lean

Borreil,

que

dictaba un

curso

en e l aula de al lado y

se

unió a mí. Vino

Genevieve

Fraisse a

qui en le interesaba

porque estaba trabajando sobre la

historia del

fem inismo y

no

tenía un

punto

de

contacto

académico . Tambié n

vinieron dos o tres

personas,

entre las cuales estaba Alain Faure.

Después

de eso, lean

Borreil

invitó a un

núcleo de

estudiantes

que él

había

tenido en el segundo año de la preparatoria en

Reims.

Así

se

formó

e l

primer

núcleo, que

se

llamó

«Centro

de

Investigaciones sobre

las

deologías de

la

Revuelta»

. Al igual

que para

los

Cuadernos marxistas-Ienillistas ,

mi

idea

era

s

implemente

hacer un pequeño boletín

que publicara trabajos de

inve

ti

gaci ón. Pero

ahí

otra

vez

las

cosas se

dieron de una

manera diferente .De hecho, se convÍltió en otra cosa, en una revista

qu e, en

un momento determinado , tuvo un impacto bastante

fu

erte. El prim ernúmero, en 1975, intervenía en ese momento de

hundimiento de toda una serie de

enfoques de

izquierda, el

a cens e pect

ac ularde

Jos conceptos de disciplina, de tecnología

de poder, de cultura popular, de fiestas

populares

, o todas las

demá

fo rm as de liquidación teórica, para

decirlo

en

pocas

palabra

.

Al

re p

ec

to,

una

revista

como Les Révoltes logiques

62

'1'111 '

'

l

como un

sobresalto

o una salida, con. investigaciones

111

11111

'

(\

que , al

mismo tiempo, estaban

vlllculadas a I ~ s

1111, 1111

'ac ionesdel movimiento m ilitantede losaños.1970. Des,pues

¡

tildo, ha bía algo que surgía de los análisis trotskIstas, m a o ~ s t a s

111

'1Ilburg

ui

s

tasotodo laque

ullopodíaimaginarse.Alprmclp,otu-

'11 1

'rlo éxito.

I I pri mer número tuvo una

tirada

de dos mil

quinientos

l' IIlplares, que se vendieron muy á p i d m e n t ~ Tras lo cual hu

I

1

IIlIa

curva

descendente que

también

estaba

hgada al

~ e c h o

de

1111 110

existía una estructura

como para hacer

revista . Era

1111.1 especie de bricolaje,

algo

un poco.

x t r a n o : . no

era una

, 1

ladera re

vista

ni un

verdadero grupomlhtante,

111

tampoco

un

I IIl1lrntorio de investigación, sino

una constelación amistosa

de

lit

lonas

que se encontraban. Nos reuníamos mi c ~ s a en la

,11

.II,ún otro y tal o cual de nosotros

exponía

sus \I1vestl,gaclOnes,

'1

cven

tualmente daban lugar

a un

a r t í ~ ~ J 1 o en Les Revoltes

1·/I/lIe,,' . Lo cual resultaba dificil de c o ~ c l h a r con I? que habla

\

11

'Ita cada vez

más la

lógica de las reVistas, es deCIr, los numeras

h

lI\áticos en los que se encargan artículos en función del tema.

De entrada era algo un

tanto contradictorio, pues no

el

tll ano de un grupo mil itante que

habría tenido

I í n e a . p o l J ~ ~ c a

'1m  i ustrar y

defender

ni el

r g ~ o

de un g r ~ l p o de I l . e s t J g ~ c l ~ n ,

1"le

éra

mos

investigadores

f i c l O n a d o ~ , 111 una

revista

d l t o r ~ ~ 1

I

I{ sica.

Las publicaciones fueron muy Irregulares, segun. tuvle-

1.11110S o no material y según

hubiera

o no

gente que

trabajara en

· IIa . A fin de

cuentas

,

dependía

enormemente de mí. El

año

en

que esc ribí mi tesis, salió un solo número.

(

lIá

  era el fiormato de los artículos publicados en Les

l

,

Révo ltes logiques ?

Usted afirmaba qu

e,

cada tanto, exponwn

1111 tema. Algunos textos están ligados a lo s t b ~ en

hoga en esos momentos, son los

c m b i ~ s

l d e o l o g ~ a de

la

época. Y luego hay otros que son mas hlstoncos y, tIenen

qlle ver con la historia del movimiento

o b r ~ r o

¿ o m ~ se

organizaban los índices, los centros de mteres, los tIpOS

de

investigación?

6 3

Page 32: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Por un lado, dependíamos de los trabajos de unos y otros, y en

consecuencia

había que construir el

número

a

partir

de lo que

teníamos a disposición . Y hubo un número

como

el de Mayo del

68 que

fue

completamente

distinto

puesto

que se

creó

de una

pieza,

como

una investigación sobre lo

que

ocurrió en 1968 diez

años más tarde. Fue un número atípico. Prácticamente todos los

demás números se hicieron de aquí y de allá con lo que unos y

otros podían aportar. Yo estaba trabajando en la historia obrera.

Al principio, lean Borreil quería trabajar

sobre

cuestiones vincu

ladas a los movimientos occitanos pero, al final hizo

otra

cosa.

Genevieve Fra

isse trabajaba

acerca

del

feminismo;

Arlette

Farge, sobre sus propios objetos, en la frontera de una búsqueda

feministay una investigación en

tomo

a las formas de lasensibilidad

popular. Estaba el grupo de Patrice Vemleren y Stéphane Douailler,

que trabajaba m ayomlente sobre la historiade la institución filosófica

lo que no les impidió llevar a cabo al pasar un texto b s t n t ~

importante sobre la cuestión del trabajo infantil. En ci elta medida, en

tanto que profesores de escuelas nomlales, era como una extensión

del campo de sus competencias. Había propuestas que venían del

exterior, que aceptábamos o no, con gente que, de vez en cuando,

se agregaba de este modo al núcleo inicial.

Usted empleó varias veces la expresión de «decadencia de la

izquierda», «alteración de la izquierda» o «hundimiento de la

izquierda» para describir la situación de la crítica socia en

torno al año

19

75.

¿A

qué se refiere con eso exactamente?

Hay

varias

cosas

. La

evolución

y la

decadencia

del

movimiento

maoísta son una primera cuestión . La

segunda

es la desa

parición en

bloque

de la

dinámica

militante

autónoma que había

creado 1968. Los años 1968-1970 son años en los que el movi

miento de izquierda no se limita simplemente a las organi

zaciones . Hay una

dinám

icá global

determinada por

la consigna:

«no es más

que

el principio, sigamos el

combate»,

que fue muy

fuerte hasta los

años

1972-1973 .

Alrededor

de 1974-1975 se

siente el refluj o: hay organizaciones

que

se disuelven,

como

la

Izq ui erda Proletaria, y otras que reafirman su pennanencia. Los

64

I l lp

1 0

lrotskistas por definición no se disuelven nunca. Sobre todo

11111< 1 en ese momento la espectacular escalada de los viejos

I 1IIIII11S sca lada a la que pertenecía el retomo del althusserismo-

1 • Imomento

enque

se pone en marcha ladinámicadenominada

I

IIIIIUI

de la Izquierda, COH su poder recuperador.

I lambién el

momento

Deleuze-Guattari , el

momento,

en

1 17

• de El Anti Edipo. El

efecto

Anti Edipo fue muy fuerte en

1 l j)( ea, la ruptura con el

modelo

militante

de

izquierda,

1011 IIldicado con el modelo del padre. Fue muy fuerte como

11'I"ulación izquierdista de la izquierda . Tal

vez no

funcionaba de

I

1 IlIanera en el espíritu de los guattaristas, que conformaban

l k'mento militante, pues Deleuze nunca adoptó la figura de un

IlllllllInte político. El

grupo que

estaba

alrededor de

Guattari

era

II qlle tenía una práctica militante, sobre todo en torno a la

I 111 t ó n de la institución psiquiátrica. Pero, a pesar de todo, El

1 1 Hdipo fue percibido de

manera

masiva

como

el fin del arca-

1

II\ )

patriarcal militante ,

como

la liberación del deseo y de la

1It

 -; lu . Fue un mar de fondo del que actualmente uno ya no se da

I m'lIta, pero

que

tuvo un papel muy importante en los años 1972-

11 /4 en el ambiente estudiantil universitario de izquierda. El

1 pecto liquidador fue mucho más fuerte que el aspecto radical,

I 1\ lodo caso en cuanto a la percepción de la gente. Se vieron

Ilmecer

cosas como

el deseo, etc.

Es

el

momento en que

se

pudo

11 ' onstituir la visión retrospectiva del68 como

la

revuelta de los

Illvenes porel

amor

libre. Pues

para muchas personas

,

«máquina

dl'se ante»

quería decir

sexo en libertad, la fiesta y

compañía

.Era

poco a la manera de lerry Rubin, se lo percibía mas.ivamente

d

esa manera. Era

un

contrasentido

total con

respecto

a la

I 'nificación de

esa

noción , pero funcionó así de

manera

masiva.

han

también los tiempos en que la

gente se

iba a la zona de

Ardecha , gente que se divertía, hacía fiestas , yo qué sé. A una

<;ca la menor, también lo vivimos en Vincennes.

Recuerdo una

discusión a

propósito de

unos créditos

que habíamos recibido

.

la propuesta de

comprar

una

fotocopiadora-instrumento

militante por excelencia-peroahí nomás alguien dijo que eso

era

's tar chapado a la antigua: mucho

mejor

sería un bar. Lyotard

dijo: «¿ Por qué no? ¡Es una buena idea ».

65

Page 33: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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También ocurrió ese gran delirio con las

máquinas

de poder.

Por un lado, las

máquinas

de poder, por el otro, las máquinas

deseantes. Es verdad que, al respecto,

hubo dos

acontecimientos

un tanto movilizadores : el asunto de la fábrica Li

p

42 y luego la

revolución de los claveles en P0l1ugal. Se

puede

decir que fue la

movi zación de ese momento

lo

que indujo Les Révoltes logiques,

porque, en cierta medida,

Les Révoltes logiques

estaba

n

completamente

de acuerdo con Lip, con la idea de un tipo de

palabra, de acción, de organización obrera que,

justamente,

la

lucha presente

ya

no separaba de la organización del futuro, la

propaganda

o la acción militante de la apropiación de los medios

de producción . El

momento

de la fábrica Lip fue el

momento

en

que

se liquidó la Izquierda Proletaria y el

momento

que sostuvo

la posibilidad de una empresa

como

la de Les Révoltes logiques.

Uno

tenía la impresión de sostener

por

fin

esa

tradición obrera

autónoma que

sehabíaabierto

camino a través de las asociaciones

obreras del siglo xlxy el sindicalismo revolucionario. Era un poco

un

segundo

aliento de la izquierda. En

Les Révoltes logiques,

ese segundo

aliento se vinculó con cierta figura del

movimie

nto

fem inista.

Por

ese entonces , ese movimiento tenía un efecto

muy

ambiva

lente.

De manera

parcia1 su desarro 110 sostuvo e

tema

de

la liquidación de la militancia, que fue siempre masculina y

patriarcal.

Pero

al

mismo

tiempo, participó

en

una movilización

por

otros objetivos, otras consignas; eran otras formas de

lucha

contra otras formas de opresión y de

dominación

que llegaban al

primer

plano. Les Révoltes logiques fue un instrumento

que

corres-pondía

a ese momento.

Tras

lo cual se dio el último desmoronamiento: por un lado,

toda

la

moda

de la «nueva filosofía» que vino detrás de la

moda

deleuziana;

por

el otro, el ascenso espectacular del PS. Por un

lado, la liquidación del marxismo y, por el otro, el

neomarxismo

imaginario,

que

fue algo fuerte . Si lee los textos de los partidarios

de Jean-Pierre Chevtmement de la época, en cierta medida

., Entre principios de los años 1970

y

hasta mediados de 1976 se desarrolló

en la fáb ri ca de r

elojes

Lip un plan de

lucha

de los tr abajadores

que

m

ovilizó

a

decenas de mil

es

de personas en Francia

y

en toda Europa

y

que m

arcó

el inicio

de la autogcstión ob rer a (N . del T .l .

66

than

mucho

más

a la izquierda que nosotros. Eran marxistas

1111Hlo. eguían el linaje proletario mucho

más

que nosotros.

CINE, FICCiÓN DE IZQU IERDA

Y MEMORIA POPULAR

/11

, SOS mismos años, en 1976 le hacen una entrevista sobre

1 /

l/IIagen fraterna» para Cahiers

du Cinéma.

43

¿La revista

1 / ,'¡¡l/lactó a partir de sus textos de Les Révoltes logiques o

1

/J/Iés

de La

lección de Althusser?

Habían entrevistado a

I (l1/( {/ult un par de años antes, tras haber tomado cana-

 

1I/1/('lIto

de Yo, Pierre Riviere, que provocó que algunos

1, ,1(/

'Iores salieran del período Mao. ¿Su encuentro con

, \,' ombiente también se llevó a cabo en torno a un trabajo

f/ 'se proyecto, que estaba en boga en ese entonces, de una

/'I' ra nueva de la intelectualidad?

deseo de encontrarse

conmigo

estaba ligado a La

lección de

1IIIIIIsser que les había despertado interés .

Cuando

nos pusimos

111

contacto,

Les Révoltes logiques

no existía todavía . Pero

hían que estaba trabajando en la historia obrera. Por lo tanto,

l t · invitaron por intermedio de Dominique Villain, que estaba

I uiendo mis

cursos

ese afio. Lo que les interesaba, aparen

Il'llIente, eran dos cosas:

por

un lado, La lección de Althusser

lo que se podía extraer de ese texto para reevaluar su período

Illarxista dogmático y, en

segundo

término, las temáticas de la

Illcmoria popular. A

Foucault

lo habían entrevistado en el marco

dc la crítica de la

moda

retro.

Pero

la

crítica de lo retro tenía su

1.ldo pos itivo, la idea de la

memoria

popular. Querían que se

hablara de ese tema.

Por

el protocolo,

como

ellos ignoraban por

l'omp leto mi relación personal con el cine,

me

hicieron vercie l1a

cant idad de películas que eran filmes militantes o bien filmes de

I/.quierda,

como

Fortini Cani y Lecciones de historia de los

L' image fraternelle »

1976). entrevista

r

ea

li

zada

por S.

Daney

y S .

Ioub lana, reeditada en Et tallt pIS pou/ les gensjatigués [Y tanto peo / po/ lo gente

, t/l/sada]

París, Ams terdam.

2009

, pp . 15-32 .

67

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Straub,

Milestones de

Kramer ,

quíyen otro lugar

de Godard,

la película sobre la huelga de la imprenta Darboy, ése era el

corpus. Pienso que fui yo quien amplió la reflexión más allá de

las películas que me presentaban y que, para decirlo en pocas

palabras, se hallaban dentro de la tradición brechtiana, tomando

por tema la ficción de izquierda que podían ilustrar en esa época

películas como El juez y el asesino, de Tavernier o los filmes

que

presentaban

obreros

atípicos, como Boj Al final no hablé

mucho de los Straub, que para ellos eran la gran referencia

positiva,

un poco más de Godard

.

Por

el

contrario

, arranqué con

Milestones porque, a partir de esa historia de la tribu izq uierdista

norteamericana, era

posible

referirse a toda una tradición del cine

estadounidense, con su

anclajehistóricoy

su ficción tipo, ilustrada

sobretodoporelwestern,

la

historiad el individuo quetern1ina por

adherir

a

una simbólica

colectiva.

Me parecía

interesante

oponer

ese

tipo de ficción

genealógica

a la ficción francesa, con su

relación con un pueblo que está desde siempre ahí, dado en su

familiaridad. Escon respec to a esa cuestión que fui desarrolla ndo

esa

crítica de la ficción de izquierda

como

ficción de acento

familiar ya oponer cierta ficción de la leyenda de la identidad a

la ficción «sociológica» de la identidad, la ficción que está ahí

para que se reconozcan los tipos sociales.

¿Se trataba de una crítica de la identificación del tipo

brechtiano?

Era un poco diferente. Si se quiere, se podría decir que era

brechtiano. En esos

momentos

,

también

estaba escribiendo un

texto sobre Brecht que fue publ icado mucho después enPolitique

de la littérafure,44 pero que data de la misma época.

45

Esta

crítica de la identidad también estaba ligada a esa situación un

tanto penosa en la que Les Révoltes logiques se pensaba como

una revista para la

memoria

popular. Ese

concepto

de

memoria

popular, muy en bogaen esos años,

figurabaen

el texto manifiesto

., Existe

edición

en castellano : Política de lo litera tura , Buenos Aires .

Ediciones del Zorzal. 20 11 .

45 «Le gai savoim. en Bertoll Brecht.

Ca

hias de I f-Ierne. 3

5/1

, 1979, pp . 219-236.

68

i ¡,es Révoltes logiques

que yo no había escrito y

con

el que

1111

mc sentía para nada cómodo. En esa entrevista con Les

I ti/l/as du Cinéma se siente la distancia que marco con res-

1 ( lo a esa noción de

memoria popular

ya la manera con que la

111

peccionaba esa famosa ficción de izquierda . Un poco fui yo

'1 1 n desp lazó el centro de la discusión con respecto a lo que

I ,pcraban al hablar de los tipos de ficción, de representaciones

ionales entre el

modelo

norteam erican o y el

modelo

francés.

IJ1t1icé la iconografíade la revolución de 1848 para marcar cómo

1 1

Ilceión de izqu ierda se hab ía fundado en el

olvido

de la memo-

11.1

de los vencidos, y cómo, de manera más amplia, la izquierda

111

lúrica se

había

alimentado de la apropiación de los que, por

IIlla parte, había fusilado. Para mí, se trató

de

una

entrevista

11 11 portante porque cristalizó una cantidad de temas. Pienso que

I

vez fue una de las primeras intervenciones que relacionaron

1IIIIas esas

problemáticas

de la historia, de la

memoria,

con lo

'1 C precis

amente se ponía en marcha como constitución de

111111 ricción de izquierda, de una doxa

de izquierda, de

una

IIl1eva

ideología de izquierda, todo eso que

iba

a sostener el

1I111lerran

dismo al buscar apoderarse

de toda

la

memoria

IIhrera y popular.

Para ello, había movilizado una memoria del cine que se

1I lI1ontabaen mí a veinte años antes. Con el cine ocurre lomismo

11 con el resto. Hay

cosas por

las que sentí interés en momentos

IIllly diferentes de mi vida. Descubrí el cine cuando estaba en

q . ~ u n d año de la preparatoria, pue s tenía un vecino que era un

IIpasionado del cine y me explicó que el

verdadero

cine no

lan

An

tonioni, Bergman

,

todos

los

nombres culturalmente

h· .ílimos, no, que había que ir a ver Esther y el rey o La

hll/alla de Maratón , que ése era el verdadero cine . Ese cine

Itl

pasaba

n en salas

como

la

sala

Mac Mahon o en

cineclubs

101110 el

Ciné Qua

Non o el Nickelodéon. Ésa fue mi iniciación

,'11

el cine.

También

era la época de la Nouvelle Vague , de una

lelació

n más o menos ambigua entre la Nouvelle

Vague

y

Inda la gran tradición hollywoodense . Conocí el cine por fuera

ti

' toda iniciación en el

arte,

en la historia del

arte,

como un

hinque que de entrada

cra

polémico : la

idea

de que e l

69

Page 35: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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verdadero cine eran Minnelli , Walsh o Antony Mann y no l

as

cosas que estaban

de

moda entre los

burgueses cultos

.

Después, por

supuesto, fui muchoa

l Cinemateca

, sobretodo

a Chaillot.

46

Habían cerrado Ulm por renovaciones y luego,

después de haberlo renovado, lo dejaron para ir a Chaillot. Fue

un período cinéfi lo bastante intenso, entre 1960 y 1968 fui mucho

al cine . Absorbí todos los grandes del western , de la comed ia

musical o del cine negro, agregando a algunos europeos co mo

RosselJini tras el impacto de Europa 51, los cineastas de la

No

u-

velle Vague y Mizoguchi . Después del 68 , hubo un período en

que no fui prácticamente nunca . El pedido de Les ahiers du

éma

inició un

nuevo

tipo de interés. Después , cada cinco o

die z años,

me

llamaban

por

un

tema

en particular: la visita a l

pueblo, la escuela, la historia, hasta el día en que Antoine De

Baecque me pidió que hiciera una crónica regular. Vinieron

todos esos años en los cuales escribía algo cada dos meses. En

esa época iba muy seguido al

cine

y veía lo que se estrenaba, lo

que no sucede para nada ahora.

Es un poco siempre lo mismo , es decir, que mis intereses po r

la filosofía, el cine o tal tipo de arte son siempre por períodos de

intensa implicación persona l, no es para nada una línea de

acumulación continua . Son cosas que alimentaron mi discurso,

del mismo modo que la fil osofía. No es que un día enuncié que

el cine y la filosofía eran dos pensamientos del mismo tipo, sino

que fue así que se construyeron para mí territorios , caminos,

investigaciones.

4 . Entre 1955 1963 , la Cinemat

eca

Nacional fun cionó en la

ca

lle Ulm . Luego

se mud ó al Pa lac Io de Chaillol. en e l distrito XVI de P

ar

ís. donde funcionó has ta

1

997

N . de l T )

70

egunda parte

LÍNE S

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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HE R

ENCIA SINGULARIDAD

1,,/c .I de en trar en su edificio filosófico , queriamos

1

 

/

1'1 .lInta

rle

si

usted lo inscribiría hoy en una tradición de

1 historia del pensamiento.

¿Reco

noce

alguna

ascel7-

 1

licia? Deleuze habla a

propósito

de sí mismo de un

Il//fI;e Spinoza Nietzsche: Foucault reconoce su deuda

, 11/'

Nietzsche y Heidegger . En usted no

parece

existir esa

/ /I'indicación de una línea en la que usted se si tuaría.

l tI vez que vuelve a aparecer Schiller, también Flaubert,

I"'/'() eso constituye más bien una linea quebrada ..

No pienso que exista verdaderamente una inscripción de mi

I bajo en una tradición

de pensamiento

específico. A pesar de

l\ldo, mi trayectoria

ha

sido un poquito diferente a las demás .Viví

t

uno

s

años

en los que le

había

dicho adiós

a la filosofía y, en

l Illlsecuenc ia,

ya

no tenía

que ocuparme de formar

parte de una

Iladición filosófica, tenía la impresión de estar haciendo un

Ilabajo

por

completo diferente.

Ése es

un punto. Otro punto es

'lile ciertas personas en un

momento dado

han influido en mí,

onas en

cuyo

linaje

me puedo

reconocer.

Creo

que hay

vnrios estratos: hay filósofos

que

conoCÍ y

de

los

que

puedo decir

que in fluyeron en mí en

cierta época, como

Sartre

cuando

yo

I nía diecisiete años, Althusserc lland o tenía veinticinco, FOllcalllt

l' lIando tenía treinta.

Podría hacer

un inventario de lo que les

73

Page 37: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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debo: a Sartre, la separación con respecto a las explicaciones

psicológicasy sociológicas; a Althusser, cierto

cuestionamiento

de

la

idea de i s t o ~   i a , cierta idea de la multiplicidad de tiempos a

la

que, en un sentIdo, tengo

la

impresión de haber sido más fie l

que propio Althusser. A Foucault, una actitud que ya no

consIste en preguntarse

qué había que

pensar o sobre qué

descansaba el pensamiento, sino lo que hacía que tal cosa fuera

pensable, que tal enunciado se pudiera fom1lJlar,De

él

retuve

la

idea

s e ~ ú ~ la cual

q,ue

i.nteresaba era

el

pensamiento aplicado a las

practJcas,a las s t J t u ~ ~ o n e s el pensamientoquepaJticipadel paisaje

de lo

que es., Y t a ~ b l e n ret.uve de él cielta disyunción entre

lo

que

se llama teona y practIca, la Ideade que lasarticulaciones no se llevan

a cabo sobre modalidad de una teoría

que

se aplica, de un saber

so-bre

la

socIedad que va a transformarse en acción sobre la

sociedad, sino mucho más bajo la tornlade encuentrosentre fomlas

de i s c l ~ r s o s y prácticas que se elaboran en diferentes lugares. Ésas

son las mfluencias filosóficas que se pueden establecer.

P o ~ otra parte, en mi método hay cosas que vienen más bien

de la

hteratura: cierta atención a lo que

es posible denominar

to

dos los microacontecimientos, una manera de relacionar la

cuestión del acontecimiento, de lo que está pasando, con una

t r a n s f o r m ~ c i ó n en el paisaje de lo sensible. Eso es algo que debo

m ~ h o mas a Flaubert, a Conrad o a Virginia Woolf que a un

fiI,osofo como Del euze. De la literatura me viene todo lo que en

mI caso p u ~ o despertarme la atención por la manera con que los

acon.teclmlentos son ante

todo transformaciones

de lo que se

percIbe y de lo que resulta pensable, pero también

me

viene de

la

conjunción que pude establecer entre

formas de narración

literaria lo que d e s ~ u b r i trabajando en el archivo obrero. Hay

una c ~ n t l d a d .de conjuncIones específicas de m i trabajo, como

haber

Ido a mIrar las correspondencias entre obreros ten iendo en

la c a b e z ~ un f ~ a s e o que me venía de Flaubert o de Virgin ia

Woolf, l e r . t a s f o r m ~ l a s q u e podían provenirdeRilkey, luego, po r

otro lado, l e ~ a cantIdad de fomllJiaciones filosóficas que podían

estar en los dlalogos de Platón. Se elaboró todo un núcleo en una

relación un t ~ n t o c o m p l ~ j a , por completo singulary no compartida,

entre enunCIados filosoficos,

enuncia

dos literarios

yesos

enu n-

74

lid, 1., que me caían encima y que provenían del archivo obrero.

1 I

I S

una

segunda capa

.

1" tercera capa

la

conformarían las referencias filosóficas o

1 1IIIeos que intervinieron en

un

momento dado . Usted hablaba

1 1 hlller y del

momento

en que la lectura de las Cartas sobre

· ,,( ación estética del hombre de pronto vino a coincidir con

1111111 ' yo había aprendido del archivo obrero para pensar en una

III"formación

de

las formas de

la

experiencia sensible que rom

IlIll:t co n todos los discursos sobre la ideología o el desconoci-

  \ \ lito,

la

reproducción y la distilición que , en definitiva, hacían

pll '1 punto

de

vista de los habitantes del

mundo

inteligible

H

,Im

n provecho de los desgraciados prisioneros de la «caverna»

dI lo

sensible, También está el hecho de que, en un

momento

.1 1I1\l , pude reconocerme en cierto tipo de enfoque, decirme que,

di pués de todo, lo

que

yo hacía tenía

que ver con

la crítica en

1111

l ntido kantiano, en el sentido de «cómo es posible», sólo que

\ .1110 es cómoes posible desde el punto

devistadel

conocimiento

I 11

e

neral, sino:

cómo

es que eso pudo ser

pensable

y

cómo

ese

111 11 <; m iento pudo desplazarse, cómo ese modo de percepción se

I'lIdo

desplazar

históricamente.

También hubo

un

momento

en

'1 l'

me reconocí dentro de una filiación hegeliana, en el sentido

I 11 que Hegel es para mí el ejemplo del filósofo para el cual la

111 's tión del

proceso

del

pensamiento no

se

distingue de

la

1  's tión de su objeto y de su resultado.

Por muy

lejos que

me

I IIcuentre de ese universo especulativo, queda algo que para mí

1

fundamental, a saber, que el pensamiento no se separa de

Iljll

c llo en lo

que está

trabajando , que

está

presente en lo

dado

cn la

tJ

'a

nsformación

de su propio dado, y

no en

él

hecho

de

1'

lIunciar una tesis

en

general sobre el

mundo

o la

historia

, el

i cho de que pensamiento se transforme de manera continua

llln sus objetos. Puedo

reconocer una

suerte de deuda con

Marx

1'11 cl hecho de estar pensando siempre desde el punto de vista de la

dIvisión, de pensar que algo dado o algo supuestamente dado es

Icmpre algo que descansa en realidad en una división de datos.

Pero nada de todo eso conforma una tradición. Esta línea

qllcbra

da

de

aproximaciones marca más

bien una separación

l O

I1

respecto a la

idea

de que uno pertenece a

una

escuela, con

75

Page 38: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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maestros que transmiten algo. Eso no quiere decir en lo más mí

nimo que pienso que soy alguien que se inventó a sí mismo, sin

maestro, no, para nada. Es todo lo contrario: pienso que soy

alguien

que

tuvo veinte, treinta o cien maestros y no un único

maestro. Pues ésa es, después de todo,

la

imagen normal de

la

transmisión del pensamiento: uno tiene un maestro y luego a su

vez se convierte en un maestr o. Para mí,

la

función del maestro

es ser quien propone, en un

momento

dado, un objeto singular, un

paisaje un tanto misterioso, una

pregunta

que se nos viene

encima y ante la cual hay que reaccionar. En el fondo , maestro

es todo lo que nos provoca y, eventualmente, todo lo que nos va

soplando

resp,\estas con respecto a la provocación. Esta doble

función de provocarnos y soplarnos respuestas pasa por una

gran cantidad

de

textos,

que

pueden ir

desde

plegarias de niños

hasta Kant y Hegel y por toda clase de encuentros que ofrecen

personas tanto como textos. A pesar de todo, es posible decir que

la lectura

de

Gauny y de

Jacotot

ha sido más importante para

que

la

de Heidegger o

la

de Lacan.

En

realidad  no planteábamos únicamente la cuestión de la

deuda  sino también la de la originalidad en filosofía.

¿Cuáles son en ese ámbito de acNvidad las condiciones de

lo nuevo? Es un problema sobre el que volveremos para

otras esferas prácticas. Lo que no quita que haya filósofos

que necesitan inventarse l/na tradición para tomar impulso 

también para otorgarse alguna grandeza. Quien se da como

maestro a Platón

o

como clave

de

su propio pensamiento se

apoya en varios milenios. ¿Acaso toda filosofia no se inven

ta l/na tradición  sean cuales fueren las influencias efectivas

o las deudas que haya contraído?

Yo no necesito inventarme una tradición pasada, excepto,

fortuitamente , una tradición histórico-política que sería

una

tradición de emancipación. Y si hablo en términos de deuda es

también precisamente

por

el

hecho

de que una historia

singular

-nueva

o no , no soy yo quien vaya a

decirlo-

se hace, según mi

punto de vista, a partir de una gran cantidad de encuentros, de

provocaciones, que hacen que, en un momento dado, algo que no

76

istía en otra parte aparezca. Es un poco lo que una vez dije en

ln

deba

te en el

Colegio

de Filosofía sobre El Desacuerdo -con

Hadiou que

me

reprochaba

que

le

había robado

conceptos a la

(lrganización poI ítica de la que él fornlaba

parte-cuando

subrayé

I hecho

de que

la cuestión que se

hallaba

en el corazón del libro

'ra saber cómo conciliar a G

auny

47 con

Jacotot

y que , respecto

de esa cuestión, puedo

decir que soy

realmente la primera

persona en el mundo que se la planteó alguna vez .No se me podía

llegar la paternidad de esa clase de cuestión. Efectivamente, las

cuestiones

que me

planteé están ligadas a la singularidad de ha

ber estado durante

mucho tiempo

a la vez inmerso en el archivo

obrero, con,

ocasionalmente

por detrás, cierta cantidad de

referencias filosóficas o de estribillos literarios para abordarlas.

Cuando digo estribillo no es simplemente una metáfora, está

vinculado a toda

una

imagen del

pensam

iento. En

el

pensam iento

tamb ién hay

cosas

así, frases que nos construyen y con las que

uno elabora algo que se pone en contacto con otras frases que

vie-nen de otras partes . Poco a poco, a partir de esos estribillos

embriagadores, se construye cierta forma de inteligibilidad de un

ámbito, ya sea la política, la literatura, el cine o qué sé yo.

SISTEMA

TICIDAD

AN TISIST

EMÁ

TICA

Para esta entrevista  buscamos la idea de una deslimitación

de

su trabajo  que a menudo se lo ha separado en un apartado

estético y

un

apartado político. Usted rechaza ese corte. l

co

nsiderar el proceso que anima La

noche de los proletarios,

usted afirma por ejemplo  que

es

más estético que político. 48 El

examen del movimiento obrero

de

los años 1830-1848 

en

efecto se establece en ese libro en función de categorías duales

que atañen a

un

ejercicio

de las

facultades sensibles: visibilidad

o invisibilidad de los individuos capacidad para tomar la

pa

labra o supuesta incapacidad

para

hacer uso de ella

41 Cf. Ranciere, J .. Louis-Gabriel Gauny: le philosophe plébéien [Louis

Gabriel Gauny: el fi lósofo plebeyo ]. Presses Universitaires de Vincennes, 985 .

«From Politics l Aeslhetics?». en Aestheties. Polities. Philosophy  M.

Robson (dir.). Edimburgo, Edinburgh University Press, 2005 , pp . 13-25.

77

Page 39: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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indeterminación de la acción o por el contrario anticipación

de

sus efectos el

e.

Sin duda  esa unidad que se desprende

de

su trabajo está abierla y

es

inestable. Pero también se la puede

encontrar a través

de

una exigencia constante de orden topo-

gráfico con una constelación

de

términos que se refieren

en

sus escri

tos

a los lugares  a

lo

que usted llama

los

«sitios» las

«escenas» etc. Antes de avanzar un poco más en este proceso

tenemos que preguntarle si acepta esta imagen contraintuitiva

del sistema para describir su trabajo.

Si

tal fuera el caso

¿estaría de acuerdo con que esa sistematicidad se pueda

pensar a través de un escalonamiento de la filosojia bastante

clásico

en

el que se encontrarían una ontología una moral

una política una estética etc.? Se trata de una pregunta desde

luego provocadora  pues acaba de explicarnos que no ha

construido su proyecto filosófico en función de esos recortes

escolares

que

sin embargo  existían cuando usted se formó

en

filosofía.

Si es posible hablar de sistematicidad, es en el sentido de que

necesariamente hay ciertas preocupaciones

que

permanecen

constantes en mi proceso, hay prácticas que son constantes en

mi trabajo, que se trate de política, de literatura o de cine. En

cambio, no hablaría de sistematicidad en el sentido de que

existiría la construcción de

un

escalonamiento,

como

el árbol

cartesiano, con una primera filosofía, y luego

un

tronco, ramas, etc.

Nunca busqué una construcción semejante. Ni siquiera se

me

ocurrió la idea de hacer una teoría de la política. En diversas

ocasiones se

me

pidió que

hablara

de política, pero nunca tuve

la

intención de hacer una teoría de la política,

como

tampoco de ha

cer

una teoría del arte .

Lo

que traté de

hacer

de

manera

bastante

sistemática es delimitar cierta cantidad de puntos, de lugares a

partir de los cuales podían distribuirse

cosas

que se podrían

llamar política o teoría de la política, arte o teoría del arte.

No

podía partir del fundamento y

deducir

de él las diversas conse

cuencias en los distintos sectores en

que la

filosofía misma en el

fondo es

como

una pregunta:

¿qué

es lo que hace que

un

discurso

sea considerado

como

filosófico o no sea considerado

como

tal?

78

I hay una sistematicidad, es

también

una sistematicidad

t istcmática, no en el sentido de una búsqueda sistemática del

t rden sino en el sentido de una búsqueda acerca de las forolas

dl

di tribución a partir de las cuales algo como

un

sistema resulta

pensable

-por lo

tanto, acerca de lo que necesariamente precede y

n l

lld

iciona toda voluntad de sistema-.

Lo

que está en cuestión no es la idea

misma

de sistema sino

idea de sis

tema

filosófico

como

determinación de los elemen

los básicos de las cosas y los conocimientos. Detrás de la

Inscinación por la idea de

un

siste

ma

filosófico se halla el viejo

lIeño pitagórico de

un mundo

organizado

por la

ley del

número

.

Pero

para

mí, la «ley del número» es ante todo la legislación que

distingue entre las maneras de

contar

y de

hacer

bulto:

49

la

itmé

tica democrática o la

geome

tría divina de Platón. Y es

precisa

mente esa

distinción la que está en

juego cuando

se

delinen ámbitos de competencia

que

se

denominan

filosofía,

política, arte, ciencia, literatura u otros. Mi proceso consiste en

principio en pensar las condiciones que vuelven posibles esas

Identi ficaciones yesos recortes de territorios. Lo cual no quiere

decir partir de una fórmula de

primera

racionalidad de la que se

deducirían las demás

como

otras tantas formas de transforolación

o de especificación, sino partir de cierta cantidad de escenas en

que resu Ita posible ver en la práctica, definir y verificar los actos,

las disposiciones, las elecciones a partir de las cuales se producen

las distribuciones que permiten que actividades de pensamiento

o

desempeños

de la palabra o de las

manos

se denominen

filosofía, literatura, arte o incluso sean distinguidas

como

filosofía

o sofística, arte

popular

o gran arte, expresión y pensamiento.

Estos recortes de territorios no surgen de la naturaleza de las

cosas o de la historia del Ser. No hay

nada

en la naturaleza de

las cosas

que

funde

la

existencia de una región del ser de

no

minada

arte.

Hay

sistemas de razones

que

prohíben o permiten

ligarel ejercicio de una habilidad técnica que sirve de medio para

una realización particular, con una actividad que tiene en sí

misma su propio fin .

No

hay

una esencia

de lo

común que

funde

49 En francés. ¡aire nombre. hacer bulto, literalmente es «hacer número» (N.

del T. .

79

Page 40: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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la existencia de la política sino una divi sión de lo común en dos

lógicas contradictorias. Lo que me resulta interesante es llevar

lo más lejos posible el examen de la manera en que se llevan a

cabo

los repartos y los montajes de racionalidades que los es-

tructuran. La búsqueda del sistema,

por

el contrario, supone

reducir esos montajes a algunos elementos simples. A pal1ir de

lo cual

la

cruz de todo sistema es siempre el empalme. uando

se pretende que todo derive de una misma organización de prin-

cipios, o bien uno se ve obligado a atenerse a generalidades

bastante vacías sobre los diferentes ámbitos, o bien hay

toda una

serie de lógicas paralelas o transversales que en realidad están

ahí para llenar los agujeros. Es lo que habían intentado señalar

con respecto a Badiou, a saber, que para deducir un pensamiento

del arte del sistema de Badiou hay que aceptar los postulados del

modernismo, que no es nada más que

una

ideología particular del

arte en el siglo xx . Hay que aceptar toda una serie de formas de

reajuste entre una teoría general con sus conceptos , «ser»,

«acontecimiento», «sustracción», y lugares comunes admitidos

sobre el arte de l siglo xx o la modernidad . Yo siempre procedí a

la inversa, partiendo de escenas en que se puede verificar todo,

por lo menos donde es posible seguir una organización, por

ejemplo, la organización de una protesta política, o de la escritura

de un libro,

la

organización de cierta escena del arte, o bien seguir,

como lo hice en La noche de los proletarios, los trayectos a

través de los cuales se construye la idea de

un

colectivo prole-

tario. Parto de ahí, de un conjunto de escenas en que aparece

siempre la misma cuestión de las fronteras, de los puntos de

distribución, y los construyo

como

lo que eventualmente permite

interrogar lo que pueden querer decir cosas tales como, por

ejemplo, el pensamiento, la literatura, la política, la estética.

En La hair des mots [La carne de las palabras], usted afirma

con respecto a Deleuze que un

pensamiento

s vuelve

interesante allí donde es disfuncionaf.51J En los años 1960

existía toda una tradición filosófica que estaba inspirada en

5 «[L]a fuerza de todo pen

sa

miento fuerte reside también en su capacidad para

di sponer su propia aporla. el punto en que ya no pasa». en Lo Choir des mots. París.

Galilée, 1998. p. 203.

80

l(//aifle, en Blanchot, en la que la relación entre

saber

y

lO saber s vuelve muy importante, con la idea de que es

/l1'cesario alcanzar un límite del saber para

que

el

/1( /1Samie

nlo encuentre una neces idad de avanzar,

para

/11) le sea menester ir más lejos en sus investigacion

es.

I Sus propias búsquedas s desarrollan en relación con

I .I OS mamen/os en que

el pensami

ento se alasca? Pues,

IIIversamente, tenemos la impresión de que la crítica que

IIs/ed puede hacer de ciertas filosofías críticas de los

mios 1960-1970 es también la de los sistemas demasiado

IIceit

ados

.

o tengo nada en contra de que las cosas estén aceitadas.

Digamos que,

por

diversas razones, adquirí una capacidad de

ver, en los pensam ientos que pretenden ser sistemáticos, el pun to

en que se atascan, el punto en que hay que hacer como si girara,

incluso cuando no

da

vueltas,

como

si

la

materia que se utiliza

fuera la materia adecuada, cuando no lo es. El problema no es

del orden de la resistencia de lo real con respecto

al

concepto:

ocurre que la heterogeneidad de formas de racionalidad que se

aplica en talo cual forma de práctica no se deja reducir a la

uni dad. Resulta necesario, entonces, utilizar esos sistemas de

intervención lateral a los que hacía referencia hace un rato.

Dicho lo cual, para mí, la aue nada se le resista. Hay ejemplos

de pensamientos a los que

nada

se le opone. Sin querer entrar en

ningu

na

polémica, pienso que Jean Baudri lIard qu edará

como

el

ejemplo tipo

de

un pensamiento al que nada pue.de oponer

resistencia, es

una

dialéctica que caerá siempre bien parada y

que podrá absorberlo todo. Por el contrario, resulta claro que

existen pensamientos sistemát icos en los quees posible localizar,

a pesar de todo; el punto en que se atascan, como por ejemplo los

puntos de su

Estética en que Hegel intenta desesperadamente

arreglárselas para que todo quede bien, desde cualquier ley de la

física hasta cualquier obra de arte, incluido el momen to en que

dice, a propósito de la música , que para pasar de los principios

generales a las formas concretas en que se realizan, se requieren

conocimientos técnicos que él no posee, pero no por eso deja de

8

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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eslabonarlos.

51

Hay un momento en que Deleuze, entre otros

textos en Crítica yclfnica  para probarel carácter absolutamen te

material de la literatura, transforma una «voz de bajo» mencionada

por el texto en una voz de bajo que resuena en el texto.

52

Para

que uno tenga algo que hacer con un pensamiento, éste debe

tener puntos en los que se atasque, en los que se mida con algo

que no pueda absorber. No resulta casual que uno de los textos

en torno al cual no dejé de construir mi reflexión haya sido la

Crítica de ¡afacultadde juzgar 

con esa estructura inverosím il

en la que la «analítica de lo sublime»

desborda

por completo e l

objeto que le es propio

y de la que se

supone que

abarca

desarrollos que no tienen nada que ver con ella, puesto que Kan t

retoma

allí toda la

problemática

de las

Bellas

Artes

que

las dos

analíticas arruinaron de antemano.

Diríaque, en cierta medida, es lo que me ha empujado siempre

a trabajar, el hecho de que no anduviera

la

cosa. En este sent ido,

lo

más

significativo ha sido mi trabajo sobre la literatura.

Durante

años, me alimentaba la idea de que algo se

jugaba

en la relación

literatura-escritura que resultaba fundamental para pensar la

política,

la

subversión, la emancipación.Tenía la idea de que algo

se jugaba y, al

mismo tiempo

, buscaba desesperadamente

ese

algo en una definición del ac to literario o de la cosa literaria un

poco a la manera de Blanchot o qué sé yo , aunque nunca h ~ y a

tenido una afinidad particular con él. A partir del concepto

general de «Iiteraridad» que había elaborado, buscaba pensar la

literatura en general

como

un acto que era en sí

mismo

un acto

de subversión con respecto al orden establecido . Durante años,

tropecé,

intenté diversos

caminos

, hasta que en un

mome

nto

dado

pude construir un

concepto

histórico del

surgimiento de

la

literatura como régimen histórico del arte de la escritura. Lo que

al mismo tiempo no resolvía mi problema inicial, puesto que,

precisamente

, no había una esencia del acto literario que

pud

iera

establecer un vínculo entre lo que estaba implicado en los

conceptos de escritura y de literaridad y la política como

11 Hegel. Cours d

 

lhélique. trad . J-P. Lcfebvre y V. von Schenck. Aubicr

1997.

13

. p 125 .

52

Deleuze,

Crilique el c/¡/lIqu

e Pa

s. Édition s

de

Minuit, 199 3, p. 94.

82

I1l vers ión del «reparto de lo sensible». No conseguí llegar a

Illda mientras anduve buscando que todo funcionara , mientras

hl1..,caba un tanto desesperadamente en las obras de los Padres

.11'

la Ig les ia un concepto de escritura que permitiera establecer

Il víncu lo entre la escritur a y la política. El díaen que acepté que

IlIdllllO co ncordaba, que hay un hiato entre la literaridad, en tanto

111l

concepto de la capacidad de cualquier persona de apoderarse

dl'lns palabras, y la literatura

como

régimen histórico del arte de

1 1 escritura, pude construir una inteligibi lidad de lo que la

ItIL'ratura

pudo querer decir

como

régimen

histórico.

y también

]Il1de pensar las relaciones entre literatura y democracia , al

111'1I1pO que manteníá un hiato entre el concepto de literaridad, en

11

1110

que

concepto

del

ser hablante

político, y la existencia de la

lill'ra tura c0l 10

ese

régimen histórico, con todas las estrategias

que e tej en para

acordar

o

desavenir

las palabras y las

cosas

.

1

siempre

avancé

con cosas que me ofrecían resistencia.

De la misma manera, había alTancado para hacer una suerte de

~ t o r i a del pensamiento y de la práctica de losobreros y me choqué

11111

el hecho de que algo completamente heterogéneo con respecto

j   lo que estaba buscando atravesaba esa historia. Estaba la nece-

Idad de tomar nota de ello, es decir, no sólo hacer algo con eso o

·

tablecercompromisos-Io que , según mi entender, es lo que hacen

lempre los autores de sistemas: no encajan muy bien pero consiguen

hallar

un

empalme-, sino intentar mantener la inspiración del

onjunto y las diferentes fonnas de inteligibilidad que se pueden

llnstruir sin que ello constituya un sistema homogéneo. Hay que

'cptar que cosas que remiten a un mismo horizonte -;-como, por

l'jemplo, la igualdad políti cay la igualdad

estética-no

se acomoden.

I,s un poco por eso que construí esa bipolaridad entre política de la

'stética y estética de la política, para decir que es posible definir un

IlIgar o un territorio sobre los cuales se encuentran las formas

ensibles que constituyen

la

política y las fomlas de transfolTnación

de lo sensible que constituyen el alie, sin que no obstante se pueda

definir una globalidad si stemática de

la

relación entre ambas. Pero

debo agregar que este proceso que de

ja

a los

si

stemas de razones

librados a su respectiva heterogeneidad no tiene nada que ver con

una

dramaturgia

del límite absoluto, de lo imposible, etc .

83

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Si

hubiera que insistir acerca

de

la sistematicidad

de

su

trabajo, desde luego habría que volver sobre

lo

que usted

denomina en varios de sus textos la «revolución estética»,

lIna expresión que permite relacionar diversos Irozos de sus

investigaciones. 3 Se trata ante todo de una categoría que

se emplaza históricamente, que no se conecta necesariamente

con la de «modernidad» sino que, en lodo caso, cubre estos

dos últimos siglos y funciona como una fuerza que trabaja

lo que más tarde usted l/anza la «policía» y, digámoslo, lo

social. Pero es también

un

concepto cuya pertinencia es casi

ontológica, en el sentido de que la «revolución estéticQ» se

podría definir como el poder genérico de distribución o de

reconfiguración de los seres y las acciones.

Cabe hacer, de todos modos, una distinción entre dos niveles de

generalidad. Está lo que sería el hilo conductor general, que pasaría

por la idea de literaridad,

la

manera con que

la

palabra se apodera

de los cuerpos: se trata de algo un tanto transhistórico

-respecto

de

lo

cual muestro en

Les Mots de histoire

[Las

palabras de la

historia]

o

La carne de las palabras

que puede pasar tanto por los

monjes de Egipto, por Don Quijote, por la Revolución Francesa, por

los autodidactas y por la

novela-

. Está

la

idea de esas fuerzas de

transformación que están en

juego

en

el

corazón de la experienc

ia

sensible y que redistribuyen

la

relación entre las capacidades y las

incapacidades: los signos que se descifran, los paisajes

que

se

imprimen

, las palabras que ponen en

marcha -hacia

la so l

edad

o hacia la unión- las verdades que uno vive en su carne, los soles

que

uno

ve surgir

sobre tiempos nuevos ..

Todo eso conforma

en mi

trabajo

una suerte de trasfondo general.

luego está lo que llamé más precisamente «revolución

estética», la puesta en

marcha

, que es posible fechar histó-

ricamente

, de un conjunto

de

regímenes de presentación e

interpretación qu e con llevan una transformación bastante radica 1

de las forma s de inteligibil idad de

lo

que se denom ina arte y que,

al

mismo tiempo

conlleva toda una serie de

consecuencias

en

cuanto a la distribución de competencias, pero también en cuanto

«From Politi cs to Aestheti cs?». ar t citado.

84

a las maneras de pensar en qué consiste la comunidad. La revolución

estética es a

la

vez

un

conjunto de transformaciones muy profundas

en las modalidades de visibilidad, de circulación,de nominación,de

inteligibilidad de las obras y de constitución o designación de una

fo

rma nueva de experiencia. Lo cual toma en cuenta también toda

u

na

serie de efectos de transformación de los mundos vividos y, por

lo

tanto, de

la

distribución entre

lo

que son capaces y lo que son

incapaces de hacer las personas, quién es incapaz y quién, capaz; y

también,

la

refonnulación de toda una serie de pensamientos y de

utopías de

la

comunidad. En ese preciso momento es en efecto

posib

le

pensar en una revo 1 ción en

el

sentido de una

r n ~ f o r m c i ó ~

de la distribución

misma

de lo sensible. También, en ese preciso

momento

el

concepto de revolución estética funciona como

un

concepto

polémico con

respecto al

concepto de

modernidad .

PRIVILEGIAR EL ESPACIO,

VO

LV

ER A PENSAR EL

TI

EMPO

En

su trabqjo, la dimensión espacial prevalece en apariencia

por encima de la dimensión temporal. De ello da testimonio

en

s

us

libros la recurrencia de términos que se relacionan

c:on

el espacio lugar de la efracción, sitio de los sin-part

e

escenas del pueblo-, sin contar las operaciones que

le

están

asociadas: «distribució11» de las posiciones, «desplaza

miento» de líneas, «pasaje» o desaparición de fronteras,

«desencuadre» de un personaje en la fábula de unq pelfcula,

elc. El estudio de una configuración espacial y de las fuerzas

que

la ocupan,

ya

sea que concierne a la historia real o al

examen

de

una obra de arte- acompaña casi todos sus textos.

Partamos muy sencillamentedel papel

que

pueden

cumpliren

mi

trabajo la noción

de espacio

o las

metáforas

espaciales . Ese

papel es esencialmente

polémico

con respecto a otros usos ya

cstablecidos de la metáfora espacial en la filosofía y, en térm inos

más globales, en laconcepción del pensamiento, del conocimiento,

cn la relación del

conocimiento

con la ilusión. A

pesar

de todo,

85

Page 43: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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lo que he podido elaborar en torno a

esas

cuestiones de espacio

es , primero, una crítica de la noción

de

ideología o, má

exactamente, una manera de dar un paso hacia atrás, pues, tal

como

ya lo he explicado, la noción de ideología en el corpu

marxista

, y más particularmente en el

endurecimiento

que había

hechodeellaAlthusser, era una noción eminentementetopográfica

que

define una incapacidad para

comprender

ligada a una

incapacidad para

ver

, ella

misma

ligada,

de

una manera muy

platónica,

al hecho de que uno se halla en un espacio. Está esa

especie

de círculo del

que

he

hablado

a

menudo

, que dice que la

gente

está dominada

porque no

comprende

las leyes de la

dominación, y no las puede comprender porque el sitio en el que

se

encuentra

hace que la

gente

no las

puede

percibir.

Yo

seg

el proceso de

dar

un paso atrás.

Me

dije: en lugar de hablar en

términos de visión correcta o incorrecta, hablemos en término

de lugar.

No

digamos la gente está ahí

porque

no comprende por

qué

está ahí. Digamos: la

gente

está

ahí simplemente

porque está

ahí . El hecho de estar ahí conlleva cierto saber acerca de lo que

significa estar ahí. Pero esta asignación

de

un lugar no tiene que

ver con una estructura de ilusión .

Estaba

esa reflexión sobre la

metáfora espacial y ese rechazo a la metáfora óptica que sc

asociaba con ella.

Con respecto a

Kant

, la relación en un sentido es analógica,

desde

luego se trata

de

formas a priori

de

la experiencia , pero

por

supuesto, el e spacio del

que

se trata en esas fornlas

a priori

de

la distribución de los cuerpos en sociedad y

de

las capacidade

atribuidas a esos cuerpos, de entrada es su propia metáfora. En

consecuencia

, hablar de

espacio implica hablar

de un lugar quc

puede

ser

completamente

material , pero

que

al mismo tiempo

simboliza una disposición, una distribución, un conjunto de

relaciones . Se trata del

primer elemento

importante en la noción

de espacio que se vincula con una

doble distancia

con respecto

a

la

cuestión del

tiempo

. Esta

cuestión

del tiempo es esencia l, y

sobre ella podremos volver más adelante, no

pornada

uno de mis

libros lleva por título La noche de los proletarios.

Queda

claro que lo que se podría

denominar un

privilegio del

espacio está ligado a dos cosas. En

primer

lugar, se trata de repr

i

86

1

ir las cuestiones del origen, no pensar en el origen del

pen am iento, del

conocim

iento, de

la

política, sino definir esce

l as

- la noción de escena es central y también atañe a una

Iac

ión entre espacio y

t iempo-a

partir de las

cuales

uno ve que

las cosas se distribuyen, con la idea de que el origen es en sí

ism

o siempre una especie de escena. Antes que buscar

la

escena

primitiva, se puede encontrar en diversas escenas cuá les son los

l Icmentos esenciales que producen la distribución. Ése es el primer

punto que concierne a la cuestión del espacio-tiempo.

El segundo punto es que el papel clásico del tiempo es el de

ser un

operador

de prohibición. Trabajé durante

mucho

tiempo

/1 los textos

de Feuerbach

en quien está esta fórmula ,

de cuando

hace la crítica

de

Hegel

como

filósofo del

tiempo

, el

tiempo es

lo

que excluye. mientras que el e spacio es lo que instaura una ca

e istencia . Sin

embargo

, no me convertí en un

adepto

de

1-cuerbach, no

abogo por

una filosofía de la convivialidad . Lo que

/1 cada caso me interesaba - y, en especia1 en la

medida

en que

lodas las formas de prohibición. de proscripción, de prescripción,

pasan siempre por la idea de que «no es tiempo todavía», «ya

pasó el tiempo» o «nunca fue el

tiempo»-

es

que

el

tiempo

siempre

funciona como

la coartada

de

la prohibición. Se dice:

ya

110 es posible, lo fue en un

momento

pero

ahora ya

no lo es o

sólo

es posible

que tuviera

lugar en ese momento. Yo

busqué

reem

plaz

ar

eso

por

el espacio, en el sentido en que el

espacio

es algo

como un medio de distribución , pero también de

coexistencia

.

En

alguna

medida, ello invita a otro

pensamiento

del tiem-po;

hay que

pasar por cierta

idea de la topología,

de

la disposició n, de

la distribución de los posibles, para

eventualmente volver

a

pens

ar

el

tiempo como

coexistencia. Lo que el

tiempo

niega de

manera

clásica es

la coexistencia.

Por supuesto

, se

supone que

el espacio

es

la forma de la coexistencia , lo que implica que

para

pens

ar

el

tiempo como

coexistencia, de algún

modo

hay que

metaforizarlo y, a menudo de manera espacial.

Ahora bien el tiempo no siempre fue pensado como operador

de

prohibición  puede estar cargado con una promesa  incluso

ha fun cionado más bien como un molar de promesa

CO/1tinua

.

87

Page 44: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Por supuesto, es un poco más complicado. Ya partí de do

figuras de prohibición características: está la fórmula platónica

del obrero que debe estar en su lugar porque el trabajo no espera.

Dicho en otros términos, el tiempo es el que ordena los lugares

y el tiempo es en sí mismo un principio de división: están los que

tienen

tiempo

y los que no

lo

tienen. Y luego están todas esas

figuras de prohibición vinculadas a los temas del fin contra los que

he batallado: de

la

s utopías, de la historia, de

la

política, de las

imágenes. En el discurso del fin , se invoca el tiempo para decir: ya

no es posible, no es posible y, finalmente, era una ilusión creer que

era posi ble . Pensé en todos esos discursos del fin y lo que per

miten comprender, a saber, que el discurso de la promesa era

siempre también un discurso de) aplazami ento de

)a

promesa.

luego la nostalgia, la pérdida o la melancolía.

Digamos el resentimiento . Pero el resentimiento con respecto a

las promesas falaces es la última forma que adopta una dialéctica

inherente a la promesa misma. El tiempo de la promesa es por

lo general también un tiempo del aplazamiento de la promesa , o

un tiempo que dice que no va a ocurrir así, que sólo va a ocurrir

si se acepta que ahora no es posible. Sin remontamos a la

cuestión de la relación de la Iglesia con el fin de los tiempos, si

se piensa en toda la cues

ti

ón de la promesa revolucionaria,

cuando se la sistemati

, cu

ando

se le dio una forma teórica, lo

fue bajo es ta forma : hay promesa para aqueJlos que no están

apurados, para los que no creen que el futuro ya está acá.

La

idea

del progreso es también la idea de

que

el pro

greso debe ser

orde

nado, que ante todo es una manera de recuperar el atraso y que,

para recuperar el atraso, es necesario que los avanzados se

ocupen de que los atrasados avancen, pero no demasiado rápido.

Es la demostración que retomé de Jacotot. Pero es tam bién toda

la experiencia del marxismo:

la

necesidad de esperar, contra

todas las impaciencias, que se hayan reunido las condiciones

gracias al desarrollo de las fuerzas productivas , pero también la

idea de que ese desarrollo mismo se la pasa creando nuevos

atrasados que van a constituirse en frenos del progreso, etc . Está

88

1 t ia léctica de la promesa y el momento en que, i n a l m e ~ t e lo

'1 \

  domina es la idea de que la promesa misma era mentIrosa.

P ~ r o también detrás de la dialéctica del progreso y del atraso,

1.1 la oposición entre los que viven en

el

tiempo del c o n o c i : n i e n ~ o

1\ la acción y los queviven en el tiempo sufrido de la

u p ~ r

  ~ n c l a

1 1

rcpetición.Quizáhayaexagerado lafunción de la prohlblclon del

H mpo para marcar laoposición entre pensamientos que s t a ~ l e c e n

I

la lín

ea de reparto entre

lo

posible y lo imposible y p e n s a m l e n t ~ s

d la topografia de los posibles. Está claro que se a t a de defimr

I .1Il\cterísticas generales del tiempo y del espacIO,

S I l ~

formas d.e

Il parto de lo sensible. En la idea del «reparto de lo senslb.le» .precl-

.1I11Cnte se haIla el vínculo entre la realidad de un espacIo-tiempo

vivido

por

ejemplo, la jornada de trabajo- y símbol? de una

\ nndición. Desde este punto de vista,

el

pensamIento del tIempo es

Illla

lmente central en mi trabajo, pero se trata del pensamiento del

como división entre temporalidades antagónicas, ante el

pensamiento del tiempo como tiempo de la promesa o de su

.Iplazamiento.

el paso a un costado que usted llevó a cabo a. p a ~ t i r una

( ()//ce

pción sociológica o bien marxista de la

«d

l

s-trlbucTOn

.de

los lugares» que no lo ~ f a c í a apareció lo que es pOSIble

denominar el elemento de l ubic

uo.

Si se siguen las escenas del

¡me blo y los recorridos de los proletarios que usted ha estudiado,

casi siempre están atravesando lino barrera o pasando

u . ~ a

/¡ onte

ra: siempre acá y en otra parte. El tema de la

evaSlOn

mental vuelve también muchas veces en La noche dé los prole

tarios

y

és

es, sin

dud

alguna,

un

de

sus primer s

L once

ptualizaciones de la posibilid  d de d ~ s b a r a t a r

un ~ a r

asignado por otros en la sociedad. En ese /¡bro ~ D Y . una cntIca

de las concepciones panópticas del poder que InSlsten mucho

en ese gesto que asigna el dispositivo p anóptico, en su

visibilización. Pero usted dice que, en realidad, sIempre hay

algo que no es visible, que

es también lo m ~ s importante: esta

posibilidad de evasión o

de

existir en vanos lugares. ¿Esta

capacidad l/bicua no viene a descansar o a vol

ve

r a lanzar la

c l

es

tión de los

lll

gares que cada uno ocupa en la sociedad?

89

Page 45: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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En realidad el carácter «ubicuo» es mucho más

apropiado

para

el libreto que critico. A pesar de todo mi trabajo sobre todo La

noche de los proletarios no se construyó en esa época de la

hegemonía sino de la importancia preponderante que había

adoptado cierta interpretación del pensamiento de Foucau lt

como el

pensamiento

de la disciplina  de tecnologías que ponen

al cuerpo en su lugar con

todo

un pensamiento del poder como

que parece tener a todos los humanos bajo su mirada y no só lo

es

capaz

de verlos a todos al mismo tiempo sino hacer de tal

modo que ellos interioricen su sumisión. Ése era el dispositivo

panóptico tal como se lo mencionaba en los años 1975 :hay un ojo

central que te está viendo por todas partes a donde vayas. No

sólo te mantiene en tu lugar sino que predispone loque podés

ver

y cómo lo podés ver. Una

vez

más es el modelo que defendía

Althusser: el pensamiento del dispositivo óptico que

produce

en

los sometidos no sólo ilusiones ópticas sino toda una incorporación

de las razones del poder. Pasé mucho tiempo polemizando contra

esta visión  aunque no haya

habido

una

polémica

directa con

Foucault.

Por un lado trabajé sobre otros archivos del poder

-sobre

todo los de la vigilancia de teatros y cafés-concerts- para mos

trar que el poder

controlaba

bastante mal lo que

pensaba

controlar. Per o en el análisis de la emancipación también mostré

que el problema no consistía en escapar a las garras de una

suerte de

monstruo

tentacular sino en concebir la posibilidad de

llevar una vida distinta a la que se estaba llevando .

De

a llí

proviene un papel dado precisamente a otra«óptica» otro

tipode

relación

entre lugar

y mirada:

l

insistencia sobre

todo

en

a

noche de los proletarios  sobre

l

posibilidad de desplazar el

propio

cuerpo

y l propia mirada : echar un vistazo a

través

de la

ventana tomar posesión de l perspectiva la mirada circular de

la prisión  l investigación del obrero de l construcción que viene

a inspeccionara su manera la prisión celular. .. Lo cual se vincu la

con la práctica quecambia lo s horarios o su modo de interiorización.

Antes que una postura ubicua se trata de l afirmación de que

cada lugar puede prestarse a la reconfiguración de los lugares.

Siempre intenté decir que un ser del que se supone que se

90

halla fijo en un lugar en realidad siempre estaba participando

en varios

mundos

  lo cual

conformaba

una

posición

polémica

contra esa teoría asfixiante

de

las disciplinas aunque también

se

trata

ba de una

posición teórica más global contra

todas las

formas de teorías identitarias.

De

lo

que

se trataba era de de-

cir que lo que define los posibles para los individuos y los

gr upos Ilunca

es

la

relación entre

una

cultura propia

  una

identidad

propia

y las

formas

de

identificación

del

poder

que

e tá en cuestión

sino

el

hecho

de

que

una identidad se

co nstruye a partirde ulla gran cantidad de identidades ligadas

a l gran cantidad de lugares que los individuos pueden

oc upar la multiplicidad de sus pertenencias  de las formas

pos

ibles de experiencia.

EXCEDENTE o ACONTECIMIENTO

Sus escritos del mismo modo que rechazan el sistema 

resisten al estilo ontológico; en ellos  asistimos a la desiden-

tfficación de los seres; observamos la insistencia de entidades

«mixtas» inseparables de capacidades inéditas que pueden

su rgir en cualquier lado y en cualquier momento ;

contemplamos en ellos una inestabilidad de las posiciones

sea cual fuere el grado de endurecimiento de los lugar

es

ocupados

en

la sociedad etc. Una filosofía como la suya

mues

tra

singularidades indeterminadas  

capaces

de

reconfigurarse de otra manera y de construir una escena

que desplaza la evidencia sensible. Su universo se distingue

así con claridad de la ontología deleuziana que absolutiza 

según su opinión el concepto de diferencia al punto que

hace que le falte la enorme cantidad de rupturas o de

intervalos de la que se supone que debe dar cuenta. La

ontología que  a pesar de todo  se le podría adjudicar sería

por lo tanto más bien la de un excedente o del exceso

consigo  términos que  por otra parte  aparecen en sus

primeros escritos con sus equivalentes. «Pueblo» escribe

usted por ejemplo «es el suplernento que distinglle a

l

9  

Page 46: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 46/129

población de ella misma al suspender las lógicas de la

dominación legítima.

Todo

depende

de

lo

que

se comprenda

por

ontología. Si por

ontología

se

entiende una teoría

del

ser en tanto que ser,

o del

ser

del ente, está

claro

que

nunca

me ocupé

de eso,

pues

no sé

nada

al respecto y no poseo ningún medio para saber lo que es el ser

en tanto

que

ser.

Por

lo general, no me

intereso

más

que

por las

cosas

de

las

que tengo

los

medios para

saber

de

ellas, por las

cosas sobre las que puedo establecer

una

hipótesis y

verificarla.

Si volvemos a la cuestión

del

excedente, nunca me ocupé por

hacer

una

teoría

del

excedente que sería una teoría del ser

como

lo que conlleva el suplemento, el excedente, el-una-además, o

una

teoría

del infinito.

Me

centré en una cantidad

de procesos,

de

maneras

de

pensar esos

procesos;

siempre busqué

construir

formas de racionalidad aplicadas

a

conjuntos de casos que ponen

en un primer plano algo como un exceso. El exceso no

como

un

exceso que

sería

de alguna manera inmanente

al ser, o un

exceso

sobre el ser. Toda

vez

que he pensado el exceso ha sido siempre

una

relación

entre dos cosas. Por ejemplo, en torno a la cuestión

de

los

nombres de

la

historia

, hablé

de

un exceso

de

las palabras

con respecto

a los cuerpos que

pueden designar,

exceso

por

e l

cual

los

cuerpos pueden apoderarse de

las

palabras para hacer

cosas

en

exceso con respecto

a lo

que se espera de

ellos.

En

las

«Tesis sobre

la

política» construí mi reflexión en torno

a

ese

incomprensible

séptimo

«título

para gobernar» que

Platón ve que

se

agrega

a los

criterios

normales

de legitimidad del poder.

En cierta medida, el

exceso está

siempre

ligado

a una

dua

lidad, a una

diferencia,

se

trata siempre

de

una

no-concordancia.

El

exceso

no

es

un

poder

ontológico

excesivo, destructor. Hay

exceso

en

l medida en

que

es posible decir que

hay

multi

plicidades

, conjuntos

que

no se corresponden entre sí. Entre la

multiplicidad de

nombres y la

multiplicidad de

cuerpos no

hay

concordancia, y la política es

posible

a causa

de esta

no

concordancia

, como la

literatura

es una manera de

tratar esta

no -

54

ux

bords dll poliriqlle

París, Ga llimard, col. «Fol io», 2004.

234 [En

los

bordes de

lo

polírico.

u enos Aires, La Cebra. 2007 .

92

l:onc

ordanc ia

.

Es

un

poco

lo

que había elaborado

en Política de

a

literatura

en torno

al

desacuerdo

y al malentendido

como

diferentes maneras de

tratar

el exceso de palabras

con

respecto

a los cuer

pos

y, al

mismo tiempo

, el

exceso porel cual

los

cuerpos

pue

den

apoderarse de las

palabras para

hacer que

signifiquen

otra cosa y sustraerse

de

 s u propio destino . Si cabe llamar a eso

una ontología, no tengo la menor idea.

Por lo

general,

más bien

pensé

en algo

como

una poética

ge neral, un

pensamiento

general

sobre

las

múltiples

maneras

con

que es posible hacer que funcione ese

intervalo,

esa no-con

cor

dancia entre las multiplicidades. Del mismo

modo

, siempre

insi stí

en

el hecho

de que una ontología

en

cierta medida es

sie mpre un poema, nunca es el discurso que dice la verdad sobre

la

difere

ncia, el

exceso,

el

excedente, sino una

manera de cons

truir algo

como

una metáfora, una alegoría

de esta

distribución.

A

partir de eso es que

intenté

decir que es posible tener

una

ontología

del

arte, de la literatura, pero se tratade ontologías que ,

de

alguna manera, se construyen

en la

práctica. La

literatura

co

nstruye

su

propia ontología

y, en

consecuencia,

es

pe

rfectamente posible

hacer una

ontología de

los

seres

literarios,

si

uno quiere, pero siempre con

la

idea de que una ontología es

un discurso de

circunstancia.

Es

otra manera de

tejer vínculos o

construir puentes entre diversos regímenes.

En el fondo,

toda

la

cuestión consiste en saber

si

se piensa que

es necesario construir un sistema de razones que articule todas

las

racionalidades juntas

.

Lo

cual

no me parece que sea menester.

I Iay algunas personas que pueden tener la necesidad dt: construir

u

na

ontología, un gran poema que va a permitir construir la

re lación

entre diferentes regímenes de racionalidades

para

ho

m

ogene

izarlas. Puesto

que

no siento la necesidad de

homogeneizar

,

puesto que pienso que, a pesar de todo , avanzamos en la com

p

rensió

n

de

un sistema

de racionalidad

en

la medida

en

que no

b

uscamos

a

cualquier precio relacionarlo con otro,

no me

es

menester construir una

ontología en

tanto

que

tal, si bien no

pr

ohíbo anadie que construya

mi

ontología. Sé de alguien que

, al

res

pecto, hace mucho tiempo, había

hecho una

exposición que

es taba

muy

bien

construida.

Pero nunca

dio

la

versión

escrita .

93

Page 47: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Volvamos a las

singul rid des

y a los momentos que

corresponden a las escenas que usted estudia. En varios

lugares insiste en el hecho de que su atención se dirigió

h ci la «multiplicid d de micro contecimientos» que

tr nsform n la percepción que podemos tener de las

coordenadas, a la vez sensibles y simbólicas, en las que se

mueven nuestros cuerpos y se despliegan nuestras existencias.

Sin embargo, tenemos la impresión de que usted no utiliza

mucho ese término de « acontecimiento» . ¿Aceptaría que se

diga que usted privilegia, en lugar del uso del concep

to

de

acontecimiento, tan preciado en su generación f i l o s ~ f i c a la

plasti cidad de una descripción local?

No

estoy seguro de que el concepto de acontecImIento sea

interesaQte

como

forma global de inteligibilidad. Pretende

introducir una ruptura en la cadena causal, pero se mantiene en

la lógica jerárquica. El acontecim iento, en la lógica cien-tificista,

erael efecto de superficie. En la filosofía del acontecimiento,

por

el contrario, se convierte en el golpe que viene de arriba. E l

modelo del acontecimiento es la conversión: San Pablo arrojado

debajo de su caballo.

La

noción del acontecimiento impone cierto

esquema

de identificación, construye algo como especialistas,

personas que saben identificar lo

que

es un

acontecimiento

y

aquello

que

no loes . Para mí, la posibilidad de

que

una acción, un

paseo

por

la calle, una mirada por la ventana, la proyección de

una película, personas

que

salen a

la

avenida, a un espectáculo,

sea un acontecim iento, es una posibilidad que no

es

posible axio

mati

zar

a partir de una axiomática del acontecimiento. Intento

identi ftcar en

toda

una serie de situaciones

cómo

se produce una

alteración.

Contra

los pensadores del Otro, de la alteridad, del

acontecimiento, de la trascendencia, siempre traté de

pensar

las

alteraciones de potencia aleatoria. En una

pequeña

escena de un

relato cualquiera como los que utilicé en La noche de los

proletarios,

en la que se puede decir que pasa algo, es posible

localizar algunas cositas. Pero ese «pasa algo» no dice nada

sobre

la

potencia, sobre la extensión de ese algo .

Siempre

es

posible analizar una situación pequeña o gr ande en térm inos de

94

aconteci miento . Según mi opinión, eso quiere decir que uno

localiza

por

donde pasa la alteración. Esta pequeña escena en la

jorna

da

de trabaj o de

Gauny

en

que

está mirando por la ventana

puede definir un

acontecimiento

. Pero en mi texto es

un

acontecimiento que intenta calificar lo

que

en cierta medida dice

Ga uny.

Puede

tratarse solamente

de

eso pero en

un

acontecim iento

como

el de personas que salen en masa a la calle,

el acontecimiento

puede

consistir en varias cosas: en una trans

formación de la visibi lidad de esas personas, una transformación

del

poder

al que se oponen. El a contecimient o puede consistir en

la afirmación «notenemos miedo» y, a partir del momento en que

se afirma que no

tenemos

miedo, no tenemos miedo.

Lo

que

define un estado es toda una serie de alteraciones de relaciones.

Un estado se define

por

todo un sistema identificador:

estamos

acá, eso quiere decir: esto

es

lo

que vemos

, lo

que

escuchamos,

de lo que

somos

capaces. Hay un acontecimiento

cuando

hay

IIna transformación significativa de uno de esos elementos. Se

puede

pensar

en lo

que pudo ocurrir

con la «primavera árabe» .

n cierta

medida

, se trata del acontecimi ento de constitución de

una multitud

que

no sabía

que

era una multitud .

Un

estado de las cosas es

siempre

un paisaje de

lo

posible, y

existen alteraciones de ese paisaje de lo posible. Una

vez

más,

esas alteraciones ocurren por e l hecho de que ese paisaje

mismo

es sie

mpre

heterogéneo. En

consecuencia

, lo posible que no está

en los brazos puede estar en la mirada, el

que

no está en la mirada

puede estar

en

la cabeza,

lo

posible

que

no está en el taller puede

estar en

la

calle. Es

eso

lo

que

me interesa, a saber, las posi

bilidades de reconfiguración

de

un

campo

de posibles .

Lo

que

pone distancia con

respecto

a todas las teorías del

acon-

tecimiento

que

son teorías de la trascendenci a o, con respecto a

las teorías

como lade Foucault

, que intentan delimitar, sistemati

I:ar lo que es posible

pensar

, decir, concebir (pienso en el

Foucault de

La arqueología del saber .

A pesar de todo, lo que

construí

era

a la vez en referencia y

como

reacción a FoucauJt;

quería decir que en un

mundo

dado de experiencia, hay diversas

maneras de sistematizar

esta experiencia

porque preci samc ntc

ese

mundo

está hecho de varios

mundos

, de varias líneas de t -

Page 48: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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poralidad, de varias líneas de posibles.

Lo

cual tiene consecuencias

en ,

la

.manera

de pensar

la ruptura política

tanto como

la ruptura

artlstlca.

Es una

puntualización

importante

, pues

todo

e l

vocabulario que usted emplea - «ruptura» . «efracciór/ ,

«distancia» puede llevar a creer que la escena disensual

remite después de todo a un acontecimiento irreductible.

Se trata de un comen/ario que se puede leer con cierta

frecuencia. Lo cual también

plantea

la cuestión del lugar

del p ensamiento con respecto a los acontecimientos. Nos

gustaría ubicar

el

suyo sobre la base de una expres iólI

q,ue aparece en diferentes partes, como

por

ejemplo en el

Mulo de un texto que

usted

escribió sobre Serge Daney:

«El que viene

despu

és »55 Foucault también había

sistematizado esa

noción

,

Deleuze

también, e incluso

Derrida. Es un tropo filosófico

del post

68 ¿Cómo obra

en usted esta posición del filósofo

con

respecto al

acontecimiento? ¿Acaso /a filosofía no se halla siempre

en un perpetuo estado de aplazamiento ?

Pues

, en

definitiva, su posición es que no es posible decir el

acontecimiento, que no resulta posible anticipar/o.

Llegar después

, en el

texto

que usted cita

que

tenía que

ver

con

Serge Daney

, es la

po

sición del crítico.

Lo que me

interesa

co

n

p ~ t o

a .

Ia posici

ón del crítico

-en

fin,

en

los

tiempos

en

que

todavla

eXl stla algo por el

estilo

,

pues

la

crítica

ya casi no existe

es en

qué medida

e l

régimen est

ético

correspondería

a una trans

formación de

la

función crítica. El crítico

ya no es

el

que compara

la

obra

con una

norma

, el que

dice

si

está

bien

hecho

o si está mal

lo cual

quier

e

decir también que

ya

no

es el

representante

de

público preconstituido al

que

se dirige la

obra

y

que dice

si la

dirección ha sido o

no

la correcta.

En

un texto

que

quedó só lo

como una conferenc ia, es

tudié

esta

transformación

de la crítica

representativa en crítica

estética

: el crítico

ya

no es el que

dice

5;

«Celui qui vient apré s - Les antinomies de la pensée critique » [El que viene

después - Las antlllo

mla

S del pen

samiento

critico] , en Trafic n° 37, primavera

del 2001. pp . 142- J 50.

96

1II

quc la o

bra debe ser

sino lo

que

la

obra es

. El

crítico es

quien

.1

a identificar lo que está pasando.

Pero a l

mismo tiempo, ¿qué

quiere

decir

identificar lo

que está

p.lsando en

una

obra, en una

situación? Quiere decir construir

el

Illllndo sensible al que

pertenece

esta

obra

o que vuelve posible

I l ;lctO. Es

también

lo que

quiere

decir la lógica del suplemento .

I

 m

eje

mplo

, con frecuencia he insistido en el

hecho

de

que

el

I es elarte de lo visible que es ampliamente invisible, que está

Iwcho por lo que se dice a su respecto. El

que

llega

después

es

I

I que to

ma

una decisión

sobre

lo

que

pasó.

Según mi punto

de

1 la, no se trata de una decisión del estilo: «epa, el acontecimiento

h,l causado

impresión»,

en que se organiza una especie

de

11IIlceso

de

desarrollo de lo

que

el

acontecimiento ha hecho

11Ilsible.No

, el crítico-o el filósofo, o cualquier otro nombre que

.lIlopte quien ejerce esta función

de actuar

como suplemento- es

I I que d ice: he

aquí

la alteración

que

tuvo

lugar

, y acá está el

IIllIndo sensible, el sens orio al

que pertenece esta

alteración . No

di

o

pa

ra nada

que

ése

sea necesariamente

el

trabajo

del filó-

 lIt),

es

la manera

en que

comprendo

el

hecho

de

llegar des

]lllés. Se intenta localizar, en un

sistema

de

posibles

, lo que llegó

pMa

des

plazarlo

y, al

mismo tiempo

,

construir

el

nuevo orden

de

In pos ible o el

nuevo

sensori o al que pertenece esta obra, o este

lIcio,

si se piensa en política. .

bsto puede parecerse

a

otros procedimientos

,

excepto que no

l

trata de

ser

la lechuza de

Minerva

, y tampoco se trata de ser

l

mno un nomoteta

del

acontecimiento

.

Precisamente, diría que

l'se tra

bajo

, tal

como

lo

pude hacer

,

esa

manera de

circular entre

.Iconte

cimientos históricos

,

ficciones, la historia de las

II ansformaciones de ciertos textos, la

historia

de los

aconte

t.:llnientos literarios, artísticos, o de

pequeñas

historias

como

las

que se

cuentan

en

La noche de los

prol

etarios,

era

una manera

lit: distribuir esa función del que llega después . Se puede definir

'

omo una

especie de

permanencia

de) llegar

después

, una

l'

onsta

ncia del llegar después

que consiste

en el

hecho

de intentar

'onsta

ntemente marcar

los

mundos posibles que se construyen

l n el

lugar

en

donde

están,

que

tal

vez se

han

deshecho

entre

t.:<lda circunstancia.

97

Page 49: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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DEFINICIÓN DE UNA ESC ENA

Usted dijo que las jilosofias del acontecimiento han creado

especialistas en la identificación de los acontecimientos. Este

problema de la identificación también es posible planteárselo

a propósito de las «escenas» de las que se habló desde el

principio

de

estas entrevistas que constituyen la materia i-

ma de su pensamiento. Dado que el término ha sido retomado

en numerosas ocasiones sin que

se

lo df :fina de nuevo nuestra

pregunta cruda es ésta: ¿en qué se reconoce una escena?

¿Cómo se la identifica? ¿Cómo describir l

eer,

aprehender l/na

escena y cómo identificar

lo

que pasa

en

ella?

Hablemos

en

primer

lugar del sentido de la escena

como pues

ta en práctica de un método .

El método que

seguí en mi trabajo

consiste en

elegir

una singularidad

cuyas condiciones de

posibilidad se intentan reconstruir a partir de una exploración de

todas las redes de significaciones que se tejen

alrededor de

el l

a

Es

la

aplicación del «método Jacotot» :

«aprenderalgoyrelaciona

r

todo lo demás»

un

método que yo apliqué de

manera

instintiva

incluso antes de haber leído a Jacotot. En cierta medida  es e l

método de

los «ignorantes»  a la inversa del

método

que en

primer

lugar se proporciona un

conjunto

de

determinaciones

generales que funcion an

como causas

e i ustra

sus

efectos a

través de cierta cantidad de

casos concretos

. En la escena las

condiciones

son inmanentes a su efectuación.

Lo

cual quiere

decir también que la escena

  tal

como yo

la

concibo es

esencialmente antijerárquica. El «o bjeto»

es

lo que nos indica

cómo podemos

hablar de él  

cómo podemos

tratarlo.

Dicho lo cual la escena siempre se

construye tanto

como se

la identifica . Si tomo el relato que

Gauny hace de

la jornada de

trabajo  puedo identificar que ahí están los

elementos

de una

escena  no tanto a

causa

de su manera de

describir

una jornada

laboral tipo - una suerte de

microcosmos- sino por la

manera a

partir de la cual l

os

ritmos del

tiempo

se asocian con

poderes

de

sometimiento

o de liberación. En este punto 

parecería

que en

cierta medida

  una escena encierra otra . Se

puede conectar

con

Platón y con esa famosa historia del trabajo

que

no

espera

.

98

Yo identifico

una

escena en cuanto a que

construye

una

diferencia en una situación y al

mismo

tiempo  crea una ho

mogeneidad transversal con respecto a la

jerarquía

de los

t

iscursos ya las

contextualizaciones

históricas. De esta

manera

 

encuentro una escena potencial en

una

carta que Gauny envía a

suam igo «sacerdo te» sansimonian o; en la que le dice: «no podré

verte

mañana porque

el

tiempo

no me pertenece  pero  si a

eso

de las dos de la tarde estás cerca de la Bolsa

podremos vernos

I:o

mo dos

sombras

al borde de los infiernos» . En esas líneas

que

se prese

rvaron

milagrosamente identifico una posible

escena

porq ue la descri pción factual d e una situación es

de

inmediato la

cm blematización

de esa

situación y que ésta se abra a otras

cscenas: está a la

vez

Dante

que

está presente de

manera

cxplícita  

asociado

a la Bolsa

como

está asociado a la fábrica en

J I

capital 

y luego Platón 

que

lo está para mí

de

un

modo

implícito.

Obtengo

una escena sobre la distribución de los

humanos en función de

la

posesión o de la ausencia de tiempo.

La escena es una entidad teórica propi a a lo que

denomino

un

método

de

la igualdad porque destruye

al

mismo

tiempo

las

jera

rquías entre los niveles de realidad y de discurso y los mé

tod os habituales para juzgar el carácter significativo de los

fenómenos.

La escena

es el encuentro directo entre lo

más

pa rticular y lo universal. En este sentido es el opuesto

exacto

de

la generalidad estadística.

Imaginemos

que

tenemos

enfrente

una investigación sobre la

conciencia

del

tiempo

en los obreros

de diferentes

edades

y oficios.

Lo que

en

ella desaparecería

es

la posibilidad de vincular directamente el tiempo

como

experiencia

vivida y el

tiempo como

estructura simbólica en la experi encia de

un individuo cuyo universal supuestamente no entra

enjuego.

Es

la a puesta igualitaria. Por supuesto la escena sólo existe en el

cas o de que yo le dé

vida

a través

de

la escritura.

Ocurre de una manera

diferente

cuando

la

escena

ya

está

constituida. Si tomamos

lafamosahistoriade

la secesión aventina 

o

btengo

una

escena porque esta

historia

ha

sido reescrita

nume

rosas veces. Tito Livio

cuenta

la

escena

a la manera de un

histo

riador

antiguo

transformándola

en apólogo. Este

apólogo

va le

de

inmediato

como

descripción y legitimación

de

unaje-

99

Page 50: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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rarquía social. Ba llanche  en 1829  la reescribe de una manera

totalmente diferente no dando vuelta la relación entre lo 

tém1inos  sino inscribiendo al apólogo en el núcleo de toda una

dramaturgia que se construye en tomo a la pregunta «¿hablan o

no hablan los plebeyos?» lo cual para mí tiene de inmediato una

doble con

ex

ión  primero co n Aristóteles; con

la

oposición entre

lógos yfoné, pero también hay otra conexión inmediata  pues el

texto sepublica en 1829 y en 1930 el pueblo de Par ís sale a lacalle

en

tom

o a la cuestión de la libertad de prensa . Lo que puede ser

puesto

enjuego

es una cuestión de intens idad o de maximización

de significaciones de la multiplicidad de escenas  de registros de

discursos que pueden interveniry también de la capacidad de una

transversal  que hace

que

la hi

stor

ia concreta sea a la

vez

materia

para una escritura litera ria y materia para una moral filosófica

que sea posible de inmediato hacer que se encuentren el discurso

del filósofo con el discurso del que por definici ón  no puede

filosofar a saber  el obrero .

Construyo la escena como una maquinita en

la

que se pueden

condensar el máximo de sig nificaciones en tomo a la cuestión

central  que es el reparto de lo sensible . A partir de eso la cons-

truyo la entronizo como escena en función de su capacidad para

interrogar todos los conceptos o los discursos todas las ficciones

que tratan las mismas cuestiones a saber qué relación hay entre

el hecho de tener

tiempo

o no tener tiempo y el hecho de poder

pensar o no poder pensar.

¿En qué se distingue la escena de una alegoría?

La alegoría se construye para ilustrar una idea mientras que la

escena es ante todo un encuentro. ncontré puntos que son

como puntos de lo real   en que se encuentra en

juego

todo un

sistema de relaciones simbólicas que son también como un en-

cuentro un choque entre diversos registros de discursos Está

ese núcleo real del encuentro que yo elaboro a mi manera lo cual

es

bastante diferente de una alegoría. En la alegoría está la idea

y su ilustración .

En

una escena  el pensamiento y la imagen ya

no se distinguen. Si se piensa en

la

escritura del Maestro

ignorante, con esa mezc la sistemát ica de voces lo que según mi

1

punto de vista puede

que

con stituya la fuerza de mi texto es

prec isamente que resulta casi impos ible separar el relato del

comentar io  separar lo que se prese nta como el relato de algo real

de

la

reflexión acerca de esa rea lidad o de una ficción que yo

habría podido inventar

por

completo.

Lo

que constituye para mí

la escena es esa complejidad de niveles de significación y esa

transversal entre los niveles de discurso.

Hse tema de los encuentros, y en particular de los encuentros

alU

dos, le interesa desde La noche de los proletarios. En

lec /o, a nosotros nos

par

ece que lo que constituye una

escena

es

también un encuentro que

guarda

algo de

Incumplido, de inacabado, que no llega a término.

Sí en fin tal vezese día se encontraron; lo que dice simplemente

es que no tiene mucho tiempo . Por supuesto esa cita empírica

de

Ga

uny y su amigo sansimoniano tiene que reubicarse en la

cuestión más amplia de la cita fallida entre obreros y utopistas .

El fondo de la cuestión consiste en saber qué se entiende por cita

fa

llida. Es una cita en que el sentido y el efecto del encuentro no

son necesariamente lo que se había previsto. Si tomamos a

/loche de los proletarios,

hay toda una serie de citas fallidas

entre utopistas y obreros  que se puede volver a encontrar en

lomo a 1968 en los de los izquierdistas con los obreros que

intentan reclutar. Pero por otro lado  no se trata de citas fall idas 

la ape rtura de un espacio efectivo

y

luego el mantenimiento de

la latencia  de lo incumplido de ese encuentro.

Que

la ~ i t

sea

a

la

vez

fallida y no fallida es

también

lo

que

permite

tener

una

relación con el acontecimiento  con la historia que no es la del

resentimiento . Si la cita tiene éxito entonces termina en re-

sent imiento. Si es fallida 

termina

en

una

constatación de-

cepc ionada de que no tuvo lugar  si la cita es a la vez fallida y

ex itosa  quiere decir que su poder persiste .

No

s gustaría prolongar la cuestión de la «escena» como

categoría central

de

su filosofía en fimción de otro término que

vuelve de manera rec urrente

en

sus libros: el discurso, o más

1 1

Page 51: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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bien la palabra la materia prill/o

de

las construcciones

de

escenas. s el uso

de

la palabra v todo lo que usted afirma a

propósito de la escena del Aventino sobre el pasaje del ruido

a la palabra. Tomemos ahora como ejemplo lo que pasó el

Francia en 2005  con las revueltas en

los

suburbios pues se les

ha podido reprochar a esas explosiones el hecho

de

no tener

un discurso. Se instaló una denigración que decía para

retomar su terminología que por

un

lado se habían quedado

en el «ruido» que

por

otro son movimientos de guerrilla

urbana. l escucharlo al leer sus textos es posible preguntarse

si esos acontecimientos como otros del mismo orden deben ser

considerados como escenas

en

que fallan el relato y la palabra.

Pienso que el poder del acontecimiento está ligado a pesar de

todo al poder de las palabras que tienen la capacidad de cali-

ficarlo. Un acontecimiento político es una modificación de l

manera en que puede decirse una situac ión y en el reparto de las

capacidades de decirla . Una vez más, las pa labras también da n

un futuro compartido a la escena que se construye. Pienso que

una escena muda es una escena

que no

construye un tiempo

compartible y un espacio compartible, y pienso que es el caso de

lo

que pasó en 2005 . Fui atacado con mucha violencia porque

había dicho que «los amotinadores no han hablado» .

Ahora

bien,

hay muchas maneras de entender ese «no han hablado». La más

corriente piensa que son iletrados y que lo único que quieren es

romper todo. La seg unda pretende valorizar, dice: en realidad,

hablaron en su lenguaje mudo, que es, en sí mismo una protesta

en contr a del lenguaje de ustedes. Es la lógica del Comité Invisi-

ble. Según mi opinión, esta supuesta valorización consiste en

decir: tanto mejor

si

no hablan la lengua de las palabras, de esa

manera es posible interpretar lo que dicen sin decirlo. En efecto,

todas las personas que dijeron «ustedes son prejuiciosos, ellos

hablaron sin hablar, hablaron rompiendo, quemando» podían decir

eso pues ya sabían el sentido de lo que estaba pasando. En lo

personal , siempre luchéen contra de cierto gusto de los intelectuales

por las personas que no hablan, pues resulta posible construir su

discurso, es posible sostener el discurso que no sostienen, decir el

102

sentido

-que

ellos mismos ignoran-de lo que están haciendo, y así

sucesivamente. Desde ese punto de vista, sigo estando convencido

de que el poder de una escena, es decir, la potencia de un des-

plazam iento de las posiciones sensibles, está siempre ligado l hecho

de que el ruido se convierte en palabra. A veces, l palabra puede

ser mín ima, pero pienso que debe estar presente.

Lo que me había

impactado en 2005 es que los manifestante s

hayan recogido y, a la

vez

, rechazado las palabras de Sarkozy,

las palabras del político, únicamente como la marca de una

estigmatización contra la que estaban luchando; las rechazaron,

no buscaron retomarlas, afirmarlas positivamente que «la

gentuza», de acuerdo, eran ellos, como dice la canción: «Es la

gentuza. Y bien Ahí estoy».

En

el pasado, muchos movimientos

revolucionarios partieron de esta manera, por una capacidad de

trastornar, a veces bajo la forma del malentendido, las cali-

ficac iones

que

la gente de arriba imponía a l gente de abajo. Lo

que me impactó de eso

es

la relación que mantuvieron

personas

que hablan y que pueden calificar y personas que van a

manifestarse con violencia contra l manera con que se las

califica, sin pensar que en las palabras del adversario hay algo

que pueden retomar, para ellos y para todos .

¿Qué tipo de escritura o qué tipo de descripción ordena una

escena? ¿Y tiene que ser necesariamente un relato? Pues

parecería que vinculado con el motivo de la escena también

hay en su filosofía ese tema del relato. Y .finalmente un

relato es algo muy simple; para constituir uno se necesitan

dos cosas: un sujeto y acontecimientos. Si se necesitan un

sujeto y acontecimientos eso quiere decir que probablemente

haya en su trabajo algo como una teoría del sujeto que

estaría relacionada con la cuestión de la palabra del

nombre del lugar de la enunciación.

Yo pienso que hay diversas maneras de describir una escena. En

un

sentido, la escena puede no contarse, puede permanecer en

cie rta

medida

ella

misma

latente . Si, por ejemplo tomo el

encuentro en torno a la Bolsa, en cierta medida se menciona un

hecho, pero la escena global de donde de algún modo sale ese

103

Page 52: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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hecho me la guardo

para

mí. El

curso

de lo

que

se

cuenta

no cs

el relato de

la escena

sino lo que me

permite

a

mí coordinar

s

hechos

que pongo juntos. La escena

puede perfectamente

man

tenerse latente

como

el principio de inteligibilidad por detrás de

la escritura,

que no

se

escribe

tal cual.

La

escena

se puede

contar

,

puede tener una

voz, en ese

momento

hay

que

inventa

rl

e

un narrador, es necesario inventar un modo de narración.

Los modos de narración

pueden

diferir. La escena del

mo

nte

Avey

en El desacuerdo,

porque

, en un caso, lo

que

se

va

a

tratar

deponeren primerplano es la manera que adopta el

senador

pa ra

ser capaz

de

hablarle

a la

gente que

, para las

personas de

su

casta, no habla. Jacotot dice todo el tiempo que la emancipació n

no es

el

método de

los

pobres

sino el

método

de

todos

.

Lo que

se

describe

en

E maestro

ignorante,

por

lo tanto, es

la manera por

la cual el

que

es supuestamente erudito

accede por

fin a otro

modo

de la palabra . De lo que se trata es del poder que uno se

otorga al suponer que el otro te entiende. La cuestión se pone en

escena de manera diferente en

El desacuerdo ,

en donde de lo

que se trata es, para hablar con

mayor

propiedad, de la fuerza

por medio

de la cual logran

hacerse

escuchar los

que se

reunieron en el

monte Aventino.

Se puede

decir que

se trata

de

la misma escena , pero en un caso está pue sta del lado del

pensamiento del lenguaje compartido y de la potencia que ello

conlleva , del pensamiento como algo que pertenece a

todos;

en

el

otro

caso, lo

que

se

puso en

escena es el poder de

efracción

política de los

que

logran

hacerse

reconocer como

actores

de

una

situación en la

que no son

actores. En cada caso, la

escena

es la

constitución

de una potencia

subjetiva: la

potencia

de un

sujeto

le

ga

l En uno y otro

caso esta potencia

se constituye

mediante

el

ejercicio de un disenso: el interlocutor le presta una capacidad de

hablar a quien no se esperaba que hablara, o bien afirma esa

capacidad que se le estaba negando. La primera escena es

la

de la

emancipación intelectual en el sentido que

le

da Jacotot: se adopta

la presuposición de la igualdady se laverifica;

la

segunda es política:

se verifica la igualdad que el otro nos está negando. En los dos casos,

la

función del sujeto es la de una enunciación que re )construye un

reparto de lo sensible En cierta medida, lo que se halla en el corazón

104

dc la subjetivación son los modos de implicación. La

u b j e t i v ~ c i ó n

es

la alteración de

un

campo de experiencia que se caracteriza por

cierta distribución de las capacidades.

LA SUBJETIVACIÓN

EN PALABRAS

Sin embargo,

en

esas escenas o en esos relatos que usted ha

cosechado y construido hay algo que surge, una palabra. que

precede las posibilidades de subjetivación: no son los sUjetos

quienes se hallan

en

el origen de la palabra sino que una

pa

-

labra es la que los constituye. También nos parece que esas

palabras son

de

diversas clas

es

no sé si es

por

efecto

de

.la

investigación misma

o

si hay efectivamente

p a r ~

u s ~ e d

var :os

conceptos de palabra, varias economías o mas blen.

vanas

efec tividades de la palabra. En La noche de los proletarios,

por

e

jem

plo,

ya

aparece la «palabra muda»; la «palabra errante»

está en alguna parte; la «palabra obrera» sobresale o c o n t r ~ l a

el conjunto. ¿Hay varios tipos de palabra que correspondenan

a distintas clases de efracción

o

de subjetivación?

Ante todo está la subjetivación en el sentido de quien

toma

la

pa labra, es decir, el ejercicio de

una

capacidad q u e . ~ o se r e c o ~

na cía

en

nombre

de un sujeto

que no

lo es.

La

efraccIOn

que

esta

ah í

en juego

es

la

refutación

práctica

de

la oposición e - r á r ~ u

ica

en

tre la palabra

argumentada

y

la voz

ruidosa .

Pero

este mIsmo

tomar la palabra pasa

por

el hecho de que

está

la .palabra a

dis posición, en

forma

de

«carta errante»

y

ya

es

una forma

d:

ef

racción la de

apoderarse de una palabra que no te esta

des

tinada

. Es la cuestión que

se

desarrolla en Les Mots de

I histoire [Las palabras de /a historia]:

está esa

tensión ~ a c ~ a

del

hechode

que la novedad revolucionaria pasa

por

la aproplaclo:-J

de

palabras que

son antiguas, palabras de la

tradición r e t ó ~ i c a

Fraseando esta palabra sin edad

escomoel

pueblo o

el

proletariado

to

ma la

palabra

. Lo que

conlleva dos

reacciones . Está la

valoración de la palabra

viviente en contra

de esa palabra

muerta «muda»

de los oradores

republicanos. y

luego está el

105

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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recurso a otra palabra muda: la puesta en escena del escritor

republicano Michelet, que suprime esas palabras «retóricas»

mudas para sustituirlas por una palabra muda

que

habla de

verdad, la palabra de la s cosas mismas, que hace callar.a .esos

habladores porque habla mej or que ellos, con mayor autentJcldad.

¿

Una especie de confiscación de la palabra?

No se trata exactamente de una confiscación de la palabra

sino de una nuevajerarquización que dice que la verdadera

palabra

es

la que

no

habla , la que se

inscribe

allí donde

nadie

habla

, sobre las cosas sobre el territorio . La gente se ensañó

mu

cho

con la

palabra

retórica de los oradores republicanos

como

si

fuera

la

marca

, la

huella

del

muerto sobre

el

vivo.

Piensen en Marx

yen

su juicio sobre la Revolución

Fra

ncesa

como una nueva puesta en escena de una antigüedad

imaginaria.

Ahora

bien

, lo

importante

consi

ste en

que el

pasaje político del muti smo a la palabra se lleva .a cabo

mediante palabras

que no

so n las nuestras , que

ya

eXlsten, y

el acto subversivo radica en la apropiación de

esa

palabra.

En

La

noche de los proletarios muestro otra forma de apro

piación, la de una palabra que no es una que tiene una intención

pública, la palabra poética o la palabra nov.e\esc.a. Se ~ a t a de un

régimen de palabra que es

un

régimen de desldentlficacJOn . Es algo

distinto a la apropiación retórica de las palabras, mediante la cual se

declaró trad iciona

lm

ente la política . En este caso, se toma prestada

una palabra que causa efecto, pues es la palabra de una experiencia

que no es la tuya, o la palabra a la que no tenés acceso. Al o:ismo

tiempo, allí se encuentran también las mismas contraestrategJas: se

ha dicho que esa poesía que leían y que ellos mismos escribían era

una poesía pasada de moda, superada, y opusieron a esa palabra

tomada prestada la auténtica voz popular. Eso ya es el a r ? u ~ e n t o

del

kitsch.

Pero ahí nuevamente,

lo

que cuenta es la aproplaclon de

una

pa

labra que perm ite decir de otro modo la experienciapersonal,

subjet

ivar

la experiencia cotidiana, frasearla en una lenguaqueya no

es la lengua de lo cotidiano, del trabajo. . . ,

Hay de esta manera varios niveles, varias formas de apropJaclon

de la «carta errante»: se retoma la palabra retórica de la afirmación

6

colectiva o bien

la

palabra poética a través de la cual se puede

redescribir la experiencia. Y en ambos casos, está la valoración de

la

palabra muda que viene a retomar y a aniquilar esas fonnas de

efi acc ión. Se trata de una tensión entre diversas modalidades de la

palabra.

FACUL TADES o POSIBILIDADES

Cuando usted habla de «competencias» o

de

«capacidades»

de

cada cual  la filosofia acostumbra a pensar en términos de

~ f a c u l t a d e s » . ¿Cómo se podría ca lificar este uso de las

facultades

de

ver  de habl

ar,

de pensar

etc.

que usted mo-

viliza en sus descripciones topográficas de escenas del pueblo

y.

más allá  en la política de las artes

y de

la literatura? Acá

hay

otro proble

ma

  también ligado a Kant: usted no se refiere a la

analítica de lo sublime de la tercera

Crítica,

la que hasta

nuestros días inspiró a numerosos pensadores

en

el ámbito

es

tico.

Us ted prefiere la analítica de lo bello a partir de la

lectura que Schiller propone en sus Cartas sobre la educación

estética del hombre.

56

Hay

allí un nudo conceptual que nos

parece muy interesant

e:

pensar la ruptura

en

la distribución de

lugares y de partes sin recaer

en

el paradigma del golpe que

supuestamente la ha producido.

Nunca me he planteado la cuestión de una teorÍade las facultades.

Entre los pensadores del siglo xx, hay uno que lo ha uno

1 que lo ha llevado

realmente

a cabo, que ha intentado

relacionar su reflexión con Kant, con toda la problemática de lo

trascendental , y es Deleuze. Pienso que el hecho de tomar ese

istema de referencia adoptada de Kant ha sido para Deleuze un

j ,

«El libre acue

rd o

del entendimiento y la imaginación [en lo que consiste

el

ju icio estético kantiano) es ya, en si mis

mo

, un desacuerdo o un

di

senso. No

necesario ir a buscar en la experiencia sublime de la gran-deza, de la potencia

)

el mi

edo, el

de

sacuerdo del pensamiento y lo

se

nsible. o

el jue go de

atracción

y

repulsión que funda la radicalidad moderna del arte

»,

en

Malaise dans / esthétique  

Paris.

Ga

lilée. 2004 , p. 13 1

[Malestar en la estética 

Buenos Aires. Capital

Intelectua

l.

20 I

1.

p. 93) .

1 7

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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camino pero que no era algo absolutamente necesario. Ha sido

un medio cómodo para conceptual zarlo y para decir lo. Pero es

menester ver con claridad que

la

teoría de las facultades es algo

de loqueel conjun to de mi generación se hallaba un tanto alejada .

La cuestión de las facultades se había transformado en cuestión

de regímenes de pensabilidad. Era el efecto estructuralista la

preocupación ya no consiste en saber

cómo

es necesario que una

facu Itad nombrada «entendim iento» concu erda con una facu tad

denominada «imaginación» ya no implica ocuparse tanto por la

relación entre

lo

inteligibley lo sensible sino por

la

manera en que

lo

percibido se puede construir como productor de cierta forma

de inteligibilidad. Se interesan

por

la manera en que conjuntos de

hechos se nos dan como hechos y de cuyos regímenes de

interpre-tación son capace s de subsumir esos hechos. Está ese

balanceo de las facultades a las estructuras con respecto

al

cua l

Deleuze es

un

poco una especie de sobreviviente. En Deleuze se

da ese increíble aITaigam iento en

la

filosofía universitaria francesa

que es algo bastante sorprendente para la gente que llegó a

Escuela Normal en los años 1960-1962 en el momento en que

se sintió liberada de todas

esas

historias incluyendo la

fenomenología y se interesaba por los problemas de presentación

y de interpretación de los hechos y ya no en la cuestión de saber

cómo una con-ciencia iba a arreglárselas ante el mundo.

Por mi parte nunca pensé en términos de facultades sino en

términos de posibilidades de que se perciban las cosas de ta l o

cual manera por personas situadas en talo cua l posición. Todo

mi trabajo se construyó en torno a todos los tópicos de la ilusión

del de conocimiento se trate de Althusser Bourdieu u otros. No

tengo motivos para hablar en términos de facultades tengo

motivo para hablar en términos de recorte de lo perceptible de

lo pensable y de los regímenes de concordancia y de no

concordancia entre lo que resulta perceptible para personas que

se hallan situadas acá o allá y también de la manera mpor la cual

sus propios discursos o sus propias manifestaciones son visible

o invisibles son palabra o ruido. Con respecto a ello es que pude

sentir interés por binomio Kant-Schiller en términos de

redistribución de posibi lidades de exp eriencia en tanto que

1

  8

aquéllas son de inmediato categorías jerárquicas. distribuciones

de lugares que se pueden ocupar en sistemas jerarquizados.

En consecuencia no empecé con la cuestión de saber cómo

podían concordar el entendimiento y la imaginación según un

régimen de normalidad o de exceso sino más exactamente con

la

cuestión de la reconfiguración global de un campo de fenó

menos que escapan a la distribución jerárquica de las formas de

vida. Lo que me interesó en el asunto de Kant y Schiller es que

la suspensión estética es ante todo la suspensión de un régimen

jerárquico ya no se trata ni del caso del entendimiento que

determina la sensibilidad

ni

del caso de la revuelta anárquica de

la sensación en contra del entendimiento. Esto se puede traducir

de inmediato en términos políticos se trata del caso de la

manifestación de una diferencia en lo sensible

que

no se puede

reabsorber ni como un exceso de una facultad ni como un

desajuste de las facultades entre sí.

Eso es lo que me interesó y es por esa razón que volví a leer

a Kanta través de Schiller tras haber caído por casualidad en las

artas

so re

f educación estética

del hom re

en una

estantería de una librería de usados. En eso una vez más hay en

mi recorrido toda una parte relacionada con el azar y el

autodidactismo practicado que no es

una

simple celebración

teórica. De allí en más lo que resultó central para mí es la

categoría de juego en Kant y en Schiller en tanto induce a la

existencia de una categorí a de la experiencia sensible que

ya

no

está sometida a una distribución

jerárquica

sino que por el

contrario remite a una capacidad de humanidad a un horizonte

de humanidad que

ya

no está dividido. Juzgu é entonces que lo

que

generaba consenso era la analítica de lo bello: es la teoría del

juego

libre de Schiller el concepto de una experiencia estéti ca en

tanto que experiencia suspensiva con respecto a las maneras

normales es decir jerárquicas cuya experiencia sensible se

organiza. Lo que para mí fue central es una condensación

expresa entre Kant y Schiller la mirada por la ventada de Gauny

el texto de Baudelaire sobre Pierre Dupont y los obreros que

saben «gozarde la belleza de los palacios y de los parques» todas

esas formas de reconfiguración de la experiencia de

lo

que

un

1 9

Page 55: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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ser del que se supone que

se

encuentra del lado

malo

de la

barrera es capaz de percibir de experimentar de decir de l

lenguaje

que se

supone que puede utilizar. En

cierta

medida lo

disensua l

se

sitúa

ante

todo ahí. En un

sentido

  lo

que

ha sido

eficaz para todas las utopías estéticas

que

han

funcionado

sobre

todo a

comienzos

del siglo xx es en efecto la analítica de lo be llo

la

educación estética

de la

humanidad

la idea de la comunidad

estética . Éste es mi

punto fundamental.

Con respecto a lo cual la estética de lo sublime fonna parte de lo

que

se podría

denominar

la reinterpretación de

la

«revo-lución

estética» en el inte rior del modernismo tardío. A pesar de todo si se

toman

los análisis de Lyotard acerca de lo sublime

ya

suponen el

momento

Adorno-Greenberg

  es decir  el

momento

en que se

liquidan todas esas historias de la

comunidad

estética  de todas esas

voluntades de construir

la

comunidad como un asunto de vínculos

sensibles entre mo-vimientos y miradas un poco a la manera de

Dziga Vértov. Pero es también la época en la que se liquidan todas

las formas de apropiación estética salvaje que a limentaron la

emancipación obrera o la democracia en un sentido amplio. Si se

piensa en lo que fue el período de

Clement

Greenberg en el célebre

texto que se publicó en Parlisan Review  después de todo se trataba

de una manera de decir que toda la catástrofe provino de los pobres

del hecho de que los pobres quisieron tener una cultura.

¿

Usted está pensando en

«

Vanguardia y kitsch» ?

Sí en «Vanguru·diay kitsch» . Al fin y al

cabo

se trata de un

texto

que promueve

la idea

de

que

la

catástrofe para

el

arte

y se

sobreentiende la catástrofe totalitaria que se

relaciona

co

n

aquella se

debe

al hecho de que se creó esa cultura para los

pobres y que poco a poco la gran cultura se contaminó se

pervirtió

por esta apropiación

de la

experiencia estética por

parte

de los

pobres

. Está ese

momento

muy fuerte en que se da una

doble cancelación. Para Adorno es más

comp

licado pero

«Vanguardia y kitsch» es el primero de los grandes man i-fiestos

que desmontó

todo

el fin del siglo X X

diciendo que

habían

caí

do

en

la

trampa

de los

pobres

y

que

es

por eso que todo anduvo ma

l

e trata de una completa re interpretación de la revolución

artística

de

su relación

más

o

menos

clara o

confusa

con la

revo lución política y social. Al fin y al cabo es el zócalo .

Luego se

va a

construir

la

idea de que

la

verdadera estética

es la estética de lo sublime   que en cierta

medida

es una estética

de la

que

uno

puede estar seguro que

los

pobres nunca podrán

robárnosla para

decirlo

una vez

más

en

pocas

palabras .

Pienso

que hay una filiación

muy estrechaentre

el

momento «Vanguardia

y kitsch» lo

que

se

podría denominar toda

la elaboración

frankfurtiana de los

perjuicios

de la

cultura

popular

la

defensa

del gran

arte como

el

único arte que todavía

sea el

refugio

de la

ubversión y la estética de lo sublime. Se

advierte

bien en qué

quedó

a fin de

cuentas

a

través

de la

idea

de

que

sólo el arte

autén ticamente

subversivo

es el

arte

que logra hacer una ruptura

total con

todas

las

formas

en las

que

la

gente

ordinaria se

puede

apropiar del arte y de la

cultura con

la redefinición de la

modernidad

artística como

el shock de lo sublime.

Fi

nalmente

lo

que

resu lta

significativo en

Lyotard es

que

la

declaración

según

la cual lo sublime es el principio del alte

moderno sigue siendo un asunto especulativo. S i ustedes recuerdan

la

manera en que

procedió Lyotard:

esa

declaración surge a

continuación de un

discurso

un

tanto

insípido y bastante

cercano

a la sociología a

la manera

de

Bourdieu en que

deCÍa

que

para

ese

público

mezclado

del fin del siglo xVIlI-lo que retrocede

muy

lejos

el

arg

umento de Greenberg- ya no

podía

haber ninguna norma

so bre el gusto artístico .

En

consecuencia afirma la analítica de

lo bello

es una enorme broma

que

intenta

poner

orden

allí donde

ya

no

puede haberlo

 

debido

a

que cualquier

persona

puede tene

r

acceso al arte.

Quedaese refugio que

es el

refugio

de lo sublime

pero en

cierta medida

en los textos de

Lyotard

no hay ninguna

obra o

ruptura

artística

que llegue

a ilustrar eso. Ninguna inter

pretación

de

lo que pudo llegar a pasar en la historia del arte

entre

finales del siglo XVIII y comienzos del siglo xx viene nunca a

Ilustrar esa

especie

de eficacia de lo

sublime

como la ley del arte.

Se trata

realmente

de

una

reinterpretación tardía de la historia de

la «revo lución estética» y de la utopía estética. En

cierta medida

110

es una teoría del rute que dé cuentas de sus transformaciones .

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Por supuesto, como trasfondo está todo el trabajo que Lyotard

hab ía llevado a cabo en Discours, Figure

57

y todo su conocimiento

acerca del arte pero, a pesar de todo, la declaración de I

heterogéneo radical no busca fundarse

sob

re la base de una

historia o de un a contrahistor ia de la modernidad. Surge com

una reelaboración de la visión ya constituida del modernismo

retrospectivo. Lyotard apela a

Kant

para proporcionarle un

fundamento filosófico a lo que queda en Greenberg o en lo

frankfurtianos interpretado en los télminosde la historia marxista .

Lo sublime da la fórmula de una separac ión rad ical que inva lida

toda la tradición estética fundada en la analítica de lo bello.

Detrás de la cuestión de las facultades, está esta postulación

de que lo nuevo no puede provenir más que en la forma dcl

exceso radical , del pasaje al más allá, algo común a Deleuze y a

Lyotard, aunque saquen de ello consecuencias opuestas. En lo

que a mí respecta, siempre intenté pensar

la

alteridad como

alteración y la facultad

como

una capacidad definida en el seno

de una distribución polémica de posib les.

¿REVOLUCIÓN ESTÉTICA

REVOLUCiÓN DEMocRA

TICA

Hemos hablado de lo que usted llama la «revoluc ión es tética»

¿Hay una identificación o una simple conjunción h

is

tórica

entre esa revolución estética y algo que no es una categoría

en

usted, pero que otros teóricos

de lo

político llamaría

 1

revolución democrática, entendida como la revolución

política y social consecutiva a la Revolución Francesa? ¿Se

trata del mis.mo fenómeno o

de

dos líneas paralelas?

Digamos en principio que la noción de «revo

lu

ción estética» es

una noción compleja. Le falta lo que le es propio a toda revolución

política que se puede realmente identificar como tal , a saber, quc

en ciertas circunstancias e l pueblo sale a la calle y derriba el

poder. En cuanto a la «revolución estética», estamos más bien en

el orden de una gran transformación de formas de la experienc

ia

Discurso. Figura,

Barcelona. Ed. Gustavo Gili . 1979.

2

(IIIC, al mismo tiempo, no presenta ninguna circunstanciaepifánica.

,

la

noc ión de revolución democrática, por su parte, está tensada

I utre dos ideas: la revolución política que se efectúa en nombre

dcl poder del pueblo y la noción mucho más amplia de una

II.lnsformación de las formas de vida que implicael debilitamiento

el las formas de organización jerárquica de los mundos vividos.

I

c

allí en más, la «revolución estética» adopta toda una serie de

I rnificac iones que se relacionan de di stintas maneras con una

<ocvolución democrática» de extensión variable .

lay nue vos modos de percepción , de perceptibilidad de las

losas

que se denominan arte y experiencia estética que pueden

1 •

in

ir instituciones específicas, pero tam bién promover diferentes

IlIodos de vida, grandes utopías de la transformación social,

111

uchas cuestiones di ferentes. La revolución estética es algo que

Pllcde dar pie a

lo

s sueños de una «Iglesia estética» a la manera

el 110Iderlin y el proyecto de una revolución de las formas

l nsibles opuesta a la mecánica del Estado como en el Primer

¡lrograma sistemático del idealismo alemán. Lo cual puede

IlIndar la idea soviética en tanto que constitución de un nuevo

wllsorio, como ocurre en num erosos artistas soviéticos. Pero

lilmbién puede designar la autonomía de una esfera es-tética

qllC, por su parte, se va a conver tir en una parte de la gestión del

lmjunto de la sociedad; designa también toda una se rie de

Io

111

as de transformación de los m un dos vividos : esas «revueltas

110 polít icas» contra las formas de asfixia de las capacidades

Impuestas por la distribución de las formas de vida que menciona

Cha rlotte Bronte en Jane Eyre; pero también todas las fOlmas

ti

i fusas de apropiación de

modos

de percepción estética por

parte de la gente humi Ide, gente simple o sin historia. Todas esas

ttansformaciones de los mundos vividos están acompañadas por

Imllsformaciones en los modos de interpretación.

Está en el corazón de la novela del siglo

XIX:

no sólo la abo

lición de lajerarquía de los s

uj

etos, sino también la relación con

las nuevas capacidades de la gente del pueblo. Pero está también

11 elcentro de la pintura, si se piensa en todas las relaciones entre

las nuevas fonnas de pintura y los nuevos pasatiempos del pueblo

a fines del siglo

XIX,

pero también en todas las relaciones entre

1 13

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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las transfonnaciones de la pintura y las transfonnaciones de todas

las fonnas de difusión, el afiche, el periódico,etc . Lo cual confonna

un conjunto de vínculos entre las transfonllaciones del alie y las

transfonnaciones de la jerarquía de las f n11as de vida. ¿Acaso eso

define una edad? Esa noción presenta dos inconvenientes: uno es el

riesgo de identificar la distinción de los regímenes con una evolución  

histórica. El

atraes

que lanoción de«edad democrática» impone una

visión de la democracia como estado de la sociedad, la famosa

«igualdad de condiciones» que se menciona para encubrir la

violencia de la desigualdad y de la lucha por la igualdad.

E S

CRITUR

FILOSÓFICA

y

DISCURSO ORDINARIO

En

El desacuerdo hay un violento pasaje contra la .ftlosofia

analítica y el proyecto que consiste en depurar la lengua

filosófica en evitar el malentendido posible entre las palabras

o en todo caso la multiplicidad de sentidos. Su filosofia no

se puede basar en

la

idea de una exterioridad de

la

lengua

filosófica. Antes que a otros escritores o p ensadores es a usted

a quien cabe plantearle la cuestión de la i erencia entre

órdenes del discurso: ¿observa que hay una

i

erencia entre

la lengua que usted emplea y la lengua común? ¿Cómo resuelve

el problema de la naturaleza especifica o especializada

de la

palabra filosófica  sabiendo que  si uno lo sigue a usted hasta

el final  debería haber una suerte de indistinción entre aquélla

y las demás palabras? Se trata

de un

asunto

de

método y

de

exigencias impuestas a la

es

critura

No

se trata de una cuestión de

lengua

sino

de

estilo.

La

lengua

que hablamos, que hablan los filósofos,

puede tener

cierta

5  «U

na anti gua

cord

ur a hoy particularm e

nt

e es tim a

da

deplora

que

se enti enda

mal porqu e las

pa

la

br

as inter

cambi

adas son

equív

o

ca

s . Y recl a

ma qu

e. al

menos

allí

donde

estén en

ju

ego lo

verd

adero . el

bien

y lo

ju

sto , se trate de

atribuir

a

cada

palabra

un sentido bien definido que la s

epare

de las

dem

ás. abandonando las

no d

es

ignan ninguna

pr

opiedad d e finida o las que no

pueden

escapar a la c

onfuslon

homonímica»

,

en

El desacue

r

Bueno

s

ire

s, Nueva Visión, 1996, pp. 8-9 .

4

tel.

cantidad de palabras específicas , pero sigue siendo la lengua de

todos, que utiliza las

mismas

formas de ligazón , de sinta x is , de

predicación. Cuando se habla de lengua, en este caso , quiere

decir de hecho una formade escritura o una fonna de enunciación .

No

tengo una idea detinida acerca de lo que debe ser la lengua

fi

losófica en general. Es fácil advertir que la lengua filosófica

aba

rca un

espectro absolutamente inmenso y al fin y al

cabo

sie

mpre

está ante nosotros el

ejemplo

platónico, la

rapidez

con la

que resulta posible

pasar

de la lengua común, de sus objetos, de

sus preocupaciones ordinarias , de sus maneras de expresarse,

de interrogar y de

responder

, a los abismos vertiginosos que

abren ciertas palabras

que

,

por otra

parte, son las más ordinarias

de la lengua, las que funcionan en la medida en que consiguen

hace

rse olvidar

,

como

el

verbo

ser.

Platón saca de ello

for

maciones

vertiginosas ,

como

«to 011tOS on» en El sofista. A

pesar de todo, lo

que

constituye la fuerza de una lengua es esa

pos ibilidad de bajar rodando a toda velocidad de lo m ás trivial a

lo

más enigmático.

Puede haber

maneras muy diferentes de

bajar: ese pasaje de Platón que va de

lo

más insensible a

lo

más

ensible y de

lo

más prosaico a

lo

más oscuro; la

manera que

tiene

Flaubert, dentro de una textura estilísticamente homogénea, que

de pronto adopta sin que uno se dé cuenta los pensamient os del

otro en su propio texto.

Hay

una gran cantidad de maneras.

Toda

escritura un tanto fuerte es una escritura capaz de recorrer las

mayores distancias sin decir que las está recorriendo . En lo que

a mí respecta, el

problema

siempre ha sido no declarar las

transiciones, no declarar «hasta acá estuve contando algo y

ahora

voy

a explicar el sentido de lo que conté», o bien:

«estábamos en el ámbito del ejemplo empírico y ahora vamos a

reflexionar acerca de lo que nos ofrece este ejemplo empírico»,

o bien «estábamos en las palabras de todos y ahora vamos a

pasar a las palabras de la filosofía».

En términos generales, he seguido el principio de introdu

cirme en los discursos de los otros; no voy a emplear conceptos

de filosofía en general,

vaya

emplearlos en tanto definen algo

como una lengua de

Kant

, una lengua de Platón, una lengua de

Ilegel. En la medida en que ellos también son configuracion

5

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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acontecimentales. Deall í en más, en lamedidademisposibilidades,

trato de construir un plan de indistinción en el que se pueda pasar

de lo que parece ser un relato a lo que parece ser un comentario,

o bien pasar de palabras que son las de los fi lósofos a las palabras

de todo el mundo. Utilicé muchas veces los momentos en que los

fi

lósofos se convierten en narradores y ellos mismos proporcionan

este intermediario entre las formas de discurso. Por supuesto,

esas formas de narración pueden ser más o menos ricas. n

Platón están los mitos, en la

Estética

de Hegel las descripciones.

En Kant, tuve que contentarme con ese mínimo elemento

narrativo que constituye la discusión sobre la manera de describir

un palacio en el segundo párrafo de la

Crítica del juicio.

Alcanza como para establecer un vínculo con la ventana de l

carpintero en lo de

Gauny

o esas menciones a parques y palacios

en l

canto de los obreros

de Pierre Dupont y el comentario

que hace de él Baudelaire.

Lo importante consiste siempre en poder construir cierta

forma de homogeneidad entre las secuencias, de tal manera que

si se produce un desplazamiento, ha de ser precisamente un

desplazamiento de pensamiento y no simplemente el paso de un

léxico a otro o de un tipo de preocupación a otro. Siempre intenté

definir objetos comunes.Si tomamos

mi

trabajo sobre la literatura,

intento definir

lo

que puede haber de común como preocupación

en Hegel

yen

Flaubert o, si se prefiere, en Hegel y en Balzac,

para tomar una separac ión radical, porque Flaubert tiene alguna

mínima idea de lo que Hegel significa, lo que no parece

serel

caso

de Balzac. Y, sin embargo, Balzac, al rehacer mitológicamente

el decorado de la vida cotidiana burguesa, parece proporcionar

una contradicción a la descripción hegeliana de un mundo que se

ha vuelto prosaico. Lo que resulta imp0l1ante es llegar a definir

objetos comunes del pensamiento, a describir esos objetos del

pensamiento de una manera que muestre que los comparten

personas que se supone que son especialistas de diversos campos

del pensamiento o de distintas formas de discurso y de escritura.

Pero usted fu e llevado a escribir libros más demostrativos

ya sea por encargo por actividad pedagógica o por gusto

6

por la polél1úca. ¿Cómo arlicula el relato la narración esta

idea de recorrer los espacios más extensos sin decirlo  sin

declarar las transiciones con al mismo tiempo la exigencia

tórica o demostrativa que es también una de las moda-

lidades del ejercicio del pensamiento?

Para mí , a pesar de todo, el pensamiento está ligado a esa capa-

cidad de deshacer las fronteras, que pasa fundamentalmente por

un trabajo de escritura. En este sentido, la escritura es un trabajo

teórico, puesto que se trata de encontrar la forma, los modos de

enunciación y de ligazón que llevan a cabo esta liberalización y

constituyen esta escena del pensamiento compm1ido. Desde

luego, los libros demostrati vos corresponden con mayor exactitud

a lo que habitualmente se

denomina

pensamiento. Pero para mí,

se tratamás bien de libros teóricos, es decir, de libros hechos para

vo

lvera

llevar el trabajo de desplazamiento sobre el terreno reco-

nocido como el de la teoría. Hay una especie de inversión, los

libros que se suponen que son más poéticos, descriptivos, son

para mí los verdaderos libros teóricos, mientras que otros textos

que adoptan el modo demostrativo lo llevan a cabo porque res-

ponden a demandas específicas por ejemplo, una intervención

a un coloquio sobre la pregunta «¿Qué es la política?» y también

porque originariamente fueron pronunciados en inglés y se

someten a ese modelo, a la

vez

debido al contexto y a mi menor

capacidad parajugar con los registros de discursos heterogéneos

en una lengua extranjera.

En cierta medida, siempre tengo dificultades por adoptar lo

que parece ser para la gente el modo normal del pensamiento y

que para mí es un modo de comunicar los resultados del pen-

samiento,

un modo

de confrontación con cierta cantidad de

posiciones instituidas.

Quizá

, el trabajo del pensamiento consis ta

menos en demostrar como en hacer que se muevan los puntos

de referencia a partir de los cuales se operan las demostraciones.

En el centro de l desacuerdo está la cuestión de la diferencia

que se insinúa entre entender y entender, entre comprender y

co

mprender. Y, para ello, ese libro demostrativo se tuvo que

construir en torno a cierta cantidad de escenas de palabra, ya sea

7

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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que se trate de escenas de palabra como el apólogo del Aventino, e l

manifiesto de

los

obreros sastres o, de manera más indirecta, la

argumentación del revisionista Rassinier, de la que intento mostrar

que el carácter escandaloso se basa en que da vuelta contra la

realidad histórica una lógica de la sospecha que comparten

ampliamente los historiadores escrupu lososy los políticos realistas.

En ese momento se produce un entrelazamiento entre escenas de

palabras heterogéneas. y es ese entrelazamiento lo que pemlite

definir una intriga teórica. De esta manera, en la última parte de El

desacuerdo se opera

un

trenzado entre cosas que en principio no

se encuentran: el discurso del consenso, laargumentaciónrevisionista,

la

historia de las mentalidades,

la

escena de lo humanitario .

Por

otra parte,

junto

a esas estrategias de escritura, están los

momentos en que es posible trazar algo así como un balance.

Durante dos o tres años escribí unas tesis , algo

que

habría sido

imposible antes y que sería imposible volver a hacer otra vez.

Como las once tesis sobre la política que term inaron siendo diez.

Es algo que pude hacer en determinado momento ; al mismo

tiempo, esas tesis están construidas, después de todo, en torno a

una serie de escenas.

Pero

la posibilidad de transformar el

pensam iento por escenas en el pensamiento por tesis es una

posibilidad que urge en mí de manera puntual, y no es lo más

importante que tiene el

pensamiento

, según mi opinión.

En el fondo, este proceso de la escritura se inscribe en

un

linaje

de pensadores que han propuesto una crítica del comentario

en general, como Blanchot, Foucault

o

Deleuze, de manera

diftrente según cada caso. Ellos han rechazado la repetición

de una

palabra preexistente por parte del

comentario.

Podríamos

prolongar

la reflexión sobre la lengua y la

epistemología filosóficas a partir de una cuestión que se

encadena con nuestra discusión sobre el estilo, el relato, la

narración. ¿Es posible hablar de entidades como «conceptos»

en su trabajo? A fin de Cllen tas, uno tiene la sensación de que

son accesorios en sus operaciones de pensamiento. Desde el

comienzo de esta entrevista, estamos haciendo liSO de lo que

creemos que son algunos de sus conceptos, términos recurrentes

118

1111 se pueden atribuir a su trabajo, que en todo caso lo son

\ 1 , I ~ t Í los comentaristas

y

que se aceptan en la discusión como

¡ I tlos de su obra. Es el caso de «escena

»,

de «palabra

»,

de

..

/(

',

wcuerdo». Es posible hacer una lista con bastante facilidad,

'/

manera tal que cabe preguntarse: ¿cuál es el estatus de esos

(,'/ minos?

No sé muy bien qué es

lo

que se entiende por concepto. El

lérm ino puede querer decir varias cosas. Tomemos ante todo un

aso simple . En

l

desacuerdo, «arquipolítica», «parapolítica»

«metapo lítica» puede n ser considerados como conceptos en la

medida en que con ello se definen, a partir de cierto número de

I

asgos distintivos, tres tipos de operaciones filosóficas sobre la

política que pueden servir para clasificar la multiplicidad de

formas de lo que se llama filosofía política y a llevarlos a algunos

modelos fundamentales. «Desacuerdo»

ya

se presenta como un

caso más complicado: es menos el concepto de «la política» que

el concepto del tipo de racionalidad al que pertenece la política,

más precisamente, del tipo de negatividad que allí está enjuego.

Es una noción que, al

mismo

tiempo, entabla una relación muy

parti

cular

con la lengua. Según mi opinión, logra formular del

modo más preciso el nudo polémico entre los diferentes sentidos

de «entender» (percibir,59comprender, ponerse de acuerdo que

resume la dimensión sensible y conflictiva de la comunidad

política-tal como ya estaba fonnuladaen la Políticade Aristóteles-

. Pero esta fórmula resulta intraducible en la mayoría de las

leng

uas.

y

para poder comunicarla

en inglés,

tuve que

ree

mplazarla por

un término latino: dissensus, un

término

que

pierde el poder de comprensión propio de las palabras reales,

en benefic io de la posibilidad de obtener una defin ición funcional.

Se puede decir que «escena» es un concepto, puesto que

designa una operación esencial en mi trabajo y una operación

que

se puede relacionar con una noción central para definir el objeto

de mis investigaciones, el del «reparto de lo sensible». Se puede

) El verbo francés

enlendre

es m

ás

polisémico

que entender;

su primera acepción

equivale a oír. Por su parte, mésenlenle es lo que en

la

obra

de

Ranciére

se

tradu

ce

habitualmente por «desacuerdo»

N.

del T.) .

9

Page 60: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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decir que «reparto de lo sensible» constituye una noción operatoria

puesto que pennite analizar lo que constituye una situación o una

acción como política o incluso lo que confOlmael alcance de un text

literario. Se podría decir que La

noche de los proletarios

es un:l

ilustración de ese concepto. Pero yo no tenía la menor idea de es

concepto cuando escribí ese ·Iibro. Construí el tipo de intriga

discursiva que me parecía que mi objeto me estaba ordenando,y fue

lo

quince o veinte años más tarde cuando, a través de ese ténnino,

form alicé el terreno sobre el cual me esmeraba en llevar la narración

hi stórica, la argumentación filosófica o la operación literaria.Por lo

tanto, también es posible decir que se trata simplemente de un

nombre que resume lamanera con que trato e interpreto situaciones,

textos, nociones.

Es

una noción que dice lo que hago, qué tipo de

universoconstruye

lo

que hago,quétipode racionalidadcompromete.

El «concepto» designa entonces un operador de desplazamiento, la

apertura de un campo de pensamiento. En este sentido, prefiero

pensar en témlinos de procesos de conceptualización, de intriga

teórica o de construcción de

un

paisaje conceptual. Es por ello

también que dije que los conceptos no eran esas «herramientas» de

las que se habla en

la

entrevista de Deleuze y Foucault a

la

que

hicimos mención antes, sino más bien puntosde referencia o incluso

de trazados que al

mismo tiempo relacionan puntos separados y

constituyen un territorio.Lo que se podrían llamar mis conceptos, y

es desde luego cierto para muchos otros, son modalidades de una

misma operación fundamental. Yo no pienso que losconceptos sean

como

nociones que se articulan unas con otras para constituir un

sistema;son nombres que designan un modo de enfoque, un método,

quedesignan unterreno del pensamiento,que proponen orientaciones

sobre el terreno. Nociones como «reparto de lo sensible» son

nocionesque proponen modos de inteligibilidad del mundoyque, al

m ismotiempo,no hacen más que describir

lo

que hago. Eso es lo que

puede ser para mí

un

concepto.

Al abordar el estilo o la lengua .filosófica también estamos

considerando el oficio de filósofo. Nos gustaría volver a ello

porque esta cuestión del oficio  de la capacidad atraviesa una

buena

part

e de

su

obra. Sin embargo

al

comienzo  si se con-

12

\¡r/I rel que

La

noche de los proletarios es un comienzo ill1pv

r u

t  ,

,

I

( sta

tuto del oficio p arece ambivalente. Por

un

lado  uno n o

,  \ lÍ 1i

camente el oficio  es decir que uno siempre es algo mas

ti//( su oficio. Por el otro  la calificación en oficios se conser:a

, ()/1

bastante insistencia en ese libro

pues

resulta operatIva

I ora el periodo que se estudia. Lo cual corresponde la lengua

dI

ese tie

mpo

  y

tambi

én se dice algo

del

estIlo de las

Iwrsonalidades a través del o.ficio de zapatero o de sastre.

¡.

Us

ted p iensa que

t a m b i e

xiste

un ~ f i c i o f i l 0 5 ~ ~ f i

¿Qué es

lo que lo distingue o delmuta como tIpO de prac

ti

ca.

La

noc ión de oficio

es ambigua

.

Hay una

profesión inscrita en la

lI s titución , yo

he

ejercido

ese

oficio o esa r o f e s ~ ó n de la que,

pesar

de

todo , nadie

sabe muy b i ~ n

en qué c o n s l ~ t e y para que

sirve. Lo cual

también quiere

deCIr que aproveche del h e ~ h o de

que, en la confusión

de

cierta época, se p o ~ í a

usa

a,1 máXImo el

hecho de que nadie sabía

realmente

en

que

conslstla. ~ s o tam-

bién quiere decir que m i trabajo de investigadores un trabajO que ha

estado muy separado de mi oficio como docente de filosofía,

prácticamente no enseñé nada de lo que se h a l l ~ en La

noche de los

proletarios

o en

El

ma

estro ignorante.

EXIste un pr.oceso de

investioación que desembocó en mis textos, en las nocIones que

formé, que pudo dar cuenta de cerca o de lejos de

la

manera con

que pude ejercer una función de profesor de fílosofía, en la que

intenté hacer que los alumnos leyeran a Platón, a Aristóteles o a

Hegel. Hice que leyeran los textos .que todos los d e m ~ s hacen leer,

de vez en cuando con ciertas inqUIetudes que eran mlas, y pasaba

el tiempo releyendo esos textos para volver a

p r e ~ d e r l o s

y

luego,

por lo demás, en cierta medida informé a los estudIantes

c e r c ~ e

las investigaciones que estaba haciendo. Pero

~ u n c ~

les ensene a

mis estudiantes una fílosofía que podría haber SIdo

mI

fílosofía .

Mi trabajo filosófico se sitúa ampliamente del lado

de

algo que

no se puede

enseñar

, una manera

de c i r ~ u l a r

.entre los textos de

filosofía el archivo

obrero

, los textos literarIOS, y sacar conse-

cuencia; de ello. Lo cual

supone

un proceso solitario en el que

uno

se

otorga tiempo

para sí m ismo, y en el que uno es totaln:ente

independiente de los

efectos

que produjo o que

va

a prodUCIr. En

12 \

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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ciertamedidase trata , por lo tanto, de una conducta de aficionado

se dirige también a aficionados,

por ejemplo

, a lectores

l

libros antes que a estudiantes que se encuentran comprometid s

en lo que se denomina una formación . La fábrica de la que usted

habla no sólo define

un

oficio sino una

práctica

que vuelve a

poner

en cuestión tanto las atribuciones de los oficios

como

la

relación entre el hombre de oficio y el aficionado.

LA FILOSOFÍA

EN

EFECTOS

Profundicemos la cuestión de los efectos del discurso i l o s ~ f i c o

Usted ha rechazado que se identifique el concepto con la

herramienta, la idea de inspiración foucaultiana o deleuziana

de la filosofia como «caja de herramientas

».

El concepto o el

discurso .filosófico, según afirma usted, no sirven para actuar.

el mejor de los casos, proporcionan «un plano del terreno»,

«lmeas entre tal y cual punto»,

un

«territorio» -describir, es

decir, trazar,

dibujar de nuevo

la

cartografia -. Si

la

imagen

de

la caja

de

herramientas lo incomoda, ¿no

es

porque implica

una anticipación de los efectos del concepto

en

lo

real,

cuan

do

tanto para una obra como para un discurso no se puede prever

nada, según su opinión, acerca

de

sus posibles usos? Ahora

bien, la idea de un efec

to

parece servir siempre de base

en

una

construcción conceptual, incluso cuando se toma el partido de

no nombrar ese efecto.

En la cuestión de

lo

s efectos

hay

dos temas. Está el efecto

inmanente

al

trabajo mismo, tal

como

se lleva a cabo en sus

propias formas . y está el efecto

que

se anticipa de parte de quien

es el destinatario del trabajo. Esta anticipación supone en sí

misma

cierta idea de la capacidad de ese destinatario. y allí es

donde se encuentra esa tradición

contra

la que no he dejado de

luchar: la tradición de cierto tipo de vínculo entre el pensam iento

y la política , la idea del trabajo del pensamiento como desengaño.

Es ese esquema que piensa que la gente vive en la ignorancia,

que hay que sacarla de su ignorancia y mostrarle lo que no ve

toda una lógica en la que la acción dependería de un a toma

2

I

nnciencia que se le daría a

la

gente con respecto a cuestiones

'1 C no podría ver.

on respecto a esto, me apliqué a hacer dos cosas. La pri

 l cra fue la de concentrarme en mi trabajo s in

preocupanne

por

In

que

haría

el lector y, sobre todo, sin presuponer que fuera

IIlcapaz. La segunda, que en cierta

medida

está relacionada con

la

primera, fue la de dar un paso hacia atrás y plantearme más

precisamente cuestiones relativas a esos esquemas mismos, a

lodos los grandes

esquemas

explicativos, los

que

explican

por

qué la gente

es víctima

de una ilusión o en qué consiste la

modernidad . Antes de afirmar que la gente vive en una ilusión o

110 es necesario saber qué entiende usted con ilusión, qué tipo de

relación construye al hablar de una ilusión. Antes de

saber

si

realmente Mallanné Schonberg, Mondrian o Malévich dirigen la

revolución en el

mundo

del arte, ¿q ué es la revolución en el

mundo del arte?

¿Qué

es

lo

representativo, lo no representativo,

lo figurativo, lo no figurativo, qué cosa es

la

abstracción?

Lo que traté de hacer es

un

poco la arqueología o la genea

logía de esos

mismos

sistemas explicativos que están detrás de

todas las teorías sobre la toma de conciencia, la

conciencia

de

c lase, la ideología, su desengaño. Intenté pensar cuál era la

escenificación, el tipo de distribución de lo sensible que se hallaba

detrás de la construcción de todas esas teorías del engaño y el

desengaño. O bien intenté ver cuál era la mutación de los regí

menes de interpretación de la experiencia en todos esos discursos

sobre la revolución artística, el pasaje de la representación a la

no-representación o a lo irrepresentable.

Poco

a

poco

,

me

vi

reconstruyendo

todo

un paisaje de lo que se

denomina

la

modernidad que casi no se corresponde con el paisaje que se

admite habitualmente , y que se corresponde todavía menos en la

medida

en que el paisaje que se admite es, en gran parte, un pai

saje reconstituido y retrospectivo . Las grandes modalidades de

inteligibilidaddel arte y de la política en laactualidad son produc

tos del resentimiento. Por un lado, las razones por las que habrá

una revolución se convirtieron en las razones por las que resulta

imposible creer en ella y, por el otro, los discursos sobre la

modemidad

y, en consecuencia, sobre la posmodernidad , on el

121

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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personas que han querido

darportenninado

lo que ha sido el sueño

o el proyecto de un arte que esté de acuerdo con la modernidad. M

vi forzado a reaccionar a la política de esos discursos antes de qu

verificara su falsedad por el trabajo genealógico.

Al mismo tiempo, denunciar a los otros no es lo que me inte

resa,

Lo

que

me importaes

llegar

acielia

inteligibilidad de

lo

que

se dice bajo el nombre de emancipación, bajo el nombre d

estética, de literatura. Resultanecesariamentepolémico, pero en

el fondo

lo que me

interesa no es el aspecto polémico. Lo que me

importa,

cuando

estoy trabajando en la manera en

que

Vértov

filma una película, sobre la emancipación obrera, por ejemplo, e

intentar entrar en el tenor de una experiencia, en la manera en

que

se conceptual iza cierto tipo de percepción y produce efectos

para sí misma. En alguna medida, el trabajo

que

intenté

hacer

apunta a la constitución de una cantidad de formas, de objetos y

de

regímenes

de pensamiento, Está también el hecho de que

puede servir a otras personas para repensar su trabajo, algo que

la gente hace en contadas ocasiones cuando se trata de política,

y que lo hace de buena gana cuando se trata de literatura, de arte

o de estética. Tal vez no valga la pena meterse acá en esas

cue stiones. El punto fundamental , para

volver al tema

inicia l,

con iste en eparar dos cosas : el efecto de desplazamiento tal

como

efectivamente se produce en los libros que he escrito, de

modo tal que lo puedo controlar, y la manera en que los

demás

podrán percibirlo y extraer de ellos tal lección o iniciación.

L RESTO LE CORRESPONDE A USTED

Continuemos por este camino.

En los bordes de

lo

político

concluye con unas tesis, como las que en su época enunciaron

Marx o Be

njami11.

Si nos remontamos más atrás en la historia

de l filosofia, en el.final de la

Ética IV

de Spinoza está la parte

que concierne a la servidumbre humana y en la que está

insertado un apéndice con capítulos que no son tesis, sino que

sirven como medio para memorizar todo

lo

que se ha planteado

previamente, con vis/as a cierto uso, a cierta aplicación futura.

24

I

I,(/r/ir de esos ejemplos, cabe preguntarse por el estatuto de

ti

'IIIIOS

tes is de Sllftlosofia. ¿Ellas también se deben memorizar

1 /plicar? También nos gustaría confrontar esta idea de tes is

, el término de «principio» que vuelve en sus textos, sobre

l do

en

torno al «principio de igualdad».

) altamos de las tesis. Dos o tres veces en mi vida me pasó que

IInmara a unos textos «tes is» , Están esas tesis sobre la po-I ítica.

I

J

poco para la m isma

época había

publicado, en la forma de un

011

lículo humorístico, reglas para el desarrollo del racismo en

Francia.

60

Un poco después-pero nunca las

publiqué-

, para una

conferencia, redacté ocho tesis sobre la modernidad artística.

,

uál

es

la función de una tesis?

Primero

ocurre algo

como

un

arrebato personal

-me

parece, no sé muy

bien-

que hace que,

en

un momento dado

, cierta cantidad de cosas en torno a las

cuales usted

anda dando

vueltas para formularlas le caen a uno

enc ima en la

forma

de un conjunto de enunciados posibles.

Pero

no es ni un cuaderno de notas ni una fonnulación académica

distanciada de los resultados de un trabajo. Las tesis resumen

cosas extraídas de lo

que

uno pudo

haber

escrito durante todo

un

per íodo de investigación, pero tam bién pertenecen a

un

proceso

polém ico específico, también son una forma de levantar revuelo.

Esas tesis sobre la política se elaboraron para una conferencia

en Italia, pero también están en la repercusión de los aconte

cimientos de 1995: las huelgas de otoño y la gran apoteosis de

todo el movimiento intelectual del «retorno de la política» que

desembocó en el apoyo más débil a la ofensiva gubernamental

en contra de las jubilaciones.

Por

medio de la

CFDT

y de los

intelectuales de izquierda, el pensamiento arendtiano de la

pureza

política se convertía en el pensamiento gubernamental.

Por lo tanto, mis tesis también eran una manera de

marcarel

final

de un recorrido, una manera de decir: todas esas historias acerca

,  «Sept régles pour aider a a diffusion des idées racistes en France» [«S iete reglas

para contribuir con la difusión de las ideas racistas en Francia»], en

Le Monde,

21

de

marzo de 1997, reeditado en Mamen/s po/¡tiqlles, Lux/La Fabrique, 2009, pp. 71-75

[M

amen/os políticos.

Buenos Aires, Capital Intelectual. 20 IO  p. 60] .

CFDT,

Confe

der

ación

Francesa Democrá ti ca

del

Trabajo , primera

confederación de trabajadores

en cuanto

a la cant

id

ad de af iliados (N . del T )

12 i

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 63/129

del retorno de la política, de la pureza de la política, la política

contra

lo

social,

la

beatificación de

la

pareja Arendt/Leo Strauss,

miren al final lo que quieren decir.

Era

una manera de decir algo

del estilo de

«hay

que

terminar con todo

eso» . En cierto sentido,

no es para nada mi manera, pues la mía, por el contrario,

ha

sido

siempre una manera desarrollada. Pero también , mi estrateg

ia

sobre la política siempre ha sido la de decir: «Esto es lo que tengo

para decir, y punto final. Acerca de la política , esto es lo que cabe

deciry no hay más nada que decir». Excepto que la gente siempre

te pide que vuelvas sobre el punto final. ..

Las tesis no son enunciados de principio, llegado el caso

resumen de manera polémica lo que se pueden considerar como

principios de inteligibilidad de la política: lo

que

no quiere

de-

cir principios de la política en el sentido en que el axioma

igualitario es un principio de la política . Las tesis sobre la política

no son un desarrollo del axioma igualitario, ni siquiera sé si el

térm ino «igualdad» figura en ellas. Las tesis sobre la política son

una especie de travesía de la inteligibilidad de la política, una

travesía polémica para cortar en dos las nociones que son

supuestamente básicas a partir

de

los

enunciados

mismos de la

filosofía política. Fueron escritas bajo el efecto de la lectura de

ese pequeño texto de Hannah

Arendt

que se acababa de

traducir, ¿

Qué es

politi

ca?

En cierta medida son un comentario

de lectura y no el producto de una voluntad de explicar lo que es

la política de de u principio y hasta sus consecuencias. En el

fondo, no se trata de una exposición que va de los principios a las

consecuencias, s ino de una operación tajante que va a intentar

atravesar el

campo

a

toda

velocidad para reconfigurar

por

completo

su inteligibilidad. En la práctica de las tesis hay una

función de aceleración. En un momento dado, se da la sensación

de que es posible volver a atravesarlo todo, desde ese pequeño

pasaje de Homero en que aparece la palabra «demos» hasta los

discursos contemporáneos acerca del fin o del retorno de la

política, para decir: «He aquí cómo se puede pensar toda

la

inteligibilidad de la política a partir de una división radical de los

que supuestamente son los principios de la política».

26

A través de esta elucidación acerca de las formas de enunciación

de su .filosofta también nos pregUl1lábamos en qué medida

algunos de sus enunciados de sus principios  algunas de sus

tesis -poco importa acá el término que le otorguemos- se

podían prolongar por usted o por otros en máximas prácticas.

Pero nos parecía que la cuestión de la construcción de un

conjunto de máximas prácticas  por un lado era una empresa

filosófica legítima

por el otro  era l/na cuestión que queda

abierta en

su

obra. Es algo ante o cual usted se resiste y al

mismo tiempo  que usted podría nombrar entre sus deseos.

La cuestión

de

las

máximas

prácticas resulta

complicada

Una

máxima

no es

exactamente

un

enunciado

que tiene

por destino

una forma de aplicación. Mi trabajo se basa en máximas per-

sonales

que

pueden adoptar la forma de un

enunciado

tético, pero

se

puede hacer una generalización al respecto con lo

que

digo a

propósito de la política, que en el fondo, el problema es la

opos

ición entre dos

mundos

.

Todo

lo que he

podido producir

en

tanto que teoría siempre ha estado también orientado por el

pensamiento de una separación entre un cuerpo de pensamiento

y la idea de que habría prácticas, formas de aplicación que se

deducirían de

ese

pensamiento. En un sentido, podría retomar

para mí la máxima que le había prestado a Mizoguchi al final del

texto que sirvió de prefacio a Les écar/s du cinéma.

62

La

película de Mizoguchi que se refirió a la injusticia, a la esclavitud,

a la liberación colectiva e individual parece estar diciéndole al

espectador: «He aquí 1 que yo puedo hacer con las apariencias

con que

dispongo, el resto le corresponde a usted».

Creo

que «el

resto le corresponde a usted» es una máxima esencial de mi

trabajo. Precisamente, de la descripción de un mundo no se

extrae ninguna consecuencia acerca de

1

que hay que hacer

sino simplemente la cuestión de

1

que se prefiere hacer partiendo

de

la

base de

esa descripción.

62

«El mi s

mo

cine que dice en nombre de lo s rebelados

El

mañana no s per-

tenece  seJla la asimismo. que no puede ofrecer otros mañanas que no sean los

suyos propios.

Es

lo que nos

ue

stra Mizoguchi en otra

de

s

us

película s» , en

l

intendente Sansho

(1954). en

Les Écorts d cinema 

París,

La

Fabrique.

20

I I

p.

2

l

[Las distancias del cine 

Pontevedra, El Llago ediciones,

20

l

2.

jJ

221

27

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Una máxima es algo que tiene

por

destino definir

cierta

actitud. El sentido global de

lo

que he hecho es que

no

existe una

necesidad y

un

conocimiento de la necesidad que funda la

acción. Lo que se da

como la

ley del

mund

o es una ley que resulta

de cierto número de relaciones de formas de dominación de

opciones. La doble máxima sería: primero «e l estado de las

cosas

no es necesario»

es

posible

reemplazar

la descripci ón del

mundo

en términos de necesidad

por

una descripción en

témlinos

de posibles; segundo esta descripción no le dice a usted

lo que

tiene que hacer sino que simplemente le dice: de ahí en más le

toca a usted saber

lo

que quiere . Detrás de esta redisposición de

la

relación entre conocimiento y acción 

por

supuesto

está

la

máxima que

sostiene

la

búsqueda

misma

  la

máxima

igualitaria

que

en el fondo funciona según la manera de las

máximas

kantianas

como

forma de universalización d e las condiciones

mismas

de una práctica. ¿Qué es

lo que

hago en tanto que

investigador? Yo apuesto por la igualdad  lo cual quiere decir

m u c ~ s

cosas a la vez. Apuesto que no estoy buscando lo incog-

nOSCIble

que no estoy frente a

lo

incognoscible 

lo

incomprensible 

lo sublime etc. Cuando vaya hablar de arte de política  de eman-

cipación de literatura  me coloco ante configuraciones cuyas

formas de articulación se pueden estudiar

eso

exige trabajar 

supon e que uno vaya todos los días a trabajar  ya

hemos

hablado

de eso.

Me

impuse

como

regla práctica trabajar todos los días

ir a

la

biblioteca aprende r algo escribir etc. Para mí  se trata de

una máxima igua litari a. Para decirlo de una manera

un

tanto

caricaturesca  la máxima igualitaria dice

que

salir es un poco

cansador  que

lo

mejor es quedarme en casa 

echar

un vistazo a

los diarios  mirar la tele  ver hasta qué punto la gente puede ser

imbécil   y decirse: qué inteligente que soy puesto

que

los

demás

son unos imbéciles . La opción de la máxima también

es

eso:

¿acaso

uno es inteligente porque los

demás

son imbéciles o se

es

inteli gente porque los otros lo son? Es una máxima de tipo

kantiano: ¿apuesto a que la capacidad de

pensamiento

que

me

otorgo es

la

capacidad de pensamiento de todos o

mi

pen-

samient o se debe disting uir por el

mero hecho

de que los demás

son estúpidos? Es por eso también que le di tanta importancia a

128

la cuestión del cansancio es decir  fundamentalmente de la pereza.

Uno va todos los días a trabajar como todo el mundo porque uno

piensa que

el

pensamiento les peltenece a todos  porque uno piensa

que

el

mundonoes

un

gran incognoscible que hay

un

enorme pedazo

del mundo en que vivimos que se puede conocer que resulta posible

comprender

un

pococómo se formó

si

uno setoma la molestia. Todo

este conjunto va a oponerse a la actitud del intelectual que sabe por

qué los demás son estúpidos lo que

en

pocas palabras  es la

definición nomla

I

del intelectual.

Hay

una

máxima que es

una

elección

inicial y

que produce

un

tipo de análisis que al fin y al cabo dice : «he aquí lo que

se puede decir acerca de la manera

que funciona

lo

que llama-

mos política arte literatura

 

etc.». De

allí en

más

  la

cuestión

co nsiste

en

saber cuál es

el

tipo

de

máxima que quiere aplicar

el lector.

Para

la política  eso quiere

decir:

si no

hay

una

revo-

lución mundial no

es

porque no ha madurado el momento sino

porque se plantea la cuestión de saber qué es lo que quieren quie-

nes quieren que cambien las

cosas

qué

es

lo que quieren los

que quieren acabar con

la injusticia. Es la

cuestión

de los

mun-

dos que uno ve

como posibles  

de

la

capacidad que uno

se da

para transformar

el

mundo de

una

manera que

se

ajuste

a lo

que uno considera

como de

seab

le .

Fundamentalmente

al

principio

hay una

máxima

igualitaria

que

posee cierta cantidad

de consecuencias que

se

encuentran al final  

incluida bajo

la

forma

frustrante lo cual conlleva que   cuando la gente le

pregunta

lo

que hay que hacer

 

uno

le

responde que son ellos

los

que tienen que saber

lo

que quieren hacer

.

LA

RISA

DE

UN

PENSAMIENTO

La actualización

e

la dimensión polémica

e

las situaciones

también se puede considerar a partir

e

su manejo del humor

un punto que con demasiada frecuencia los comentaristas

tienen a menos. Se podría vincular

es

a risa con una concepción

.filosófica que habla del humor en el pensamiento como vinculado

129

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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a su dimensión conflictiva  ¿Se trata de algo importante paro

usted?

Sí, evidentemente se trata de una dimensión presente y homogén a

con respecto a otras cuestiones a las que hice referencia hac .

un rato acerca de borrar

la

distancia entre los niveles de discurs .

Si mi texto es polémico, lo que trato es de integrar la posición

contra la cual estoy polemizando sin caer en la forma de la

denuncia y, al mismo tiempo, es necesario marcar bien la

diferencia. La cuestión del humor es la cuestión de la diferencia

mín ima que crea un desnivel y que tiene sentido. En principio, hay

humor allí donde se describe algo no natural como

si

lo fuera. E

fácil advertir que esas cuestiones de 1 natural y

lo

no natura l

tienen una larga historia, pensemos en Brecht. Se trata siempre

de lograr que se sienta que algo no anda bien sin tener que decir:

esto es

1

que está bien, esto es

1

que está mal , esto es

lo

verdadero, esto es 1 falso . Volvemos a encontrar la cuestión de

los efectos. El

humor

espera un auditor, un lector, un espectador

cuya adhesión

supone

que no se le dé el trabajo todo masticado.

Trato de construir un discurso que esté hecho de desniveles

mínimos porque, más allá, todo desnivel es un efecto de dominio

y designa

lo que

constituye el discurso verdadero contra el

discurso falso ,

la

ilusión, el discurso engañoso. También es una

manera de deshacer la posición del erudito. Es posibl e que en mi

juventud hayan influido en mí Sartre y su crítica del espíritu serio;

por desgracia, el estilo de Sartre no escapa mucho al espíritu

ser io. Pienso que hay algo que forma parte del carácter un tanto

probabilista del discurso que uno sostiene. Se trata de producir

un discurso que no se despreocupa de la idea de una verdad y

que, al mismo tiempo, no dice la verdad.

Pienso que hay todo un sistema de desn iveles m ínimos , de una

distancia no demasiado grande con respecto a lo que se dice, eso

forma parte del placer que uno puede obtener al escribir, porque

es necesario que escribir produzca un mínimo de placer. Lo cual

no es siempre así cuando uno debe resp onder un encargo. Lo que

vuelve interesante el hecho de

hablarde

un texto es

la

posibilidad

de encontrar allí una distancia interna .

e

allí en más, todavía

130

q1leda la cuestión de saber cómo tratar la distancia interna. Uno

l   cae encima

como

un animal , diciendo «esto es lo que hay

d Irás», «ésa es la razón por la cual resulta contradictorio o

Ildículo». O bien uno adopta una estrategia de sugestión, lo cual

11 es lo mismo que la sospecha . Entramos en una problemática

dl la poética de Mallarmé: sugerir en lugar de nombrar, s ~ g r i r

n lugar de denunciar, llamar al lector o al oyente a trabajar de

cierta manera. Hacer reír. Pero hay risas y risas. Está la risa

sarcástica del resentimiento. Y está la risa de los que pudieron

atravesar cierta experiencia histórica y aprender a valorar lo que

quieren decir las palabras, pero sin resentimiento .

13 1

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Tercera

parte

UMBR LES

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DESENGAÑO y

DECONSTRUCCIÓN

Su proceder se puede interpretar como aquel que  en los años

1970, tiene

por

punto de partida una «crítica de la crítica»

ciertas formas de revelación o de desengaño que leproporcionan

al teórico una posición saliente y le garantizan un poder sobre

su objeto tanto como sobre e/lector. A numerosos comentaristas

de su obra sin embargo les gustaría clasificarlo junto con lo

que los angloestadounidenses o los alemanes denominan las

teorías críticas. Y es cierto que en su trabajo usted se entreg

a

con regularidad a un replanteo virulento

de

las posiciones

de

ciertos filósofos o intelectuales a un desmontaje de los falsos

problemas acerca de la democracia por ejemplo o sobre mu-

has otras cuestiones.

6

¿En qué medida ese desmontaje difiere

de una forma sofisticada o insinuada de desengaño? Puesto

que usted también revela algo que no era necesariamente

visible o perceptible antes de haber leído sus trabajós. En ese

contexto

hay

una

fórmula

de lo que resulta conveniente

deshacerse que se reitera en su obra con bastante frecuencia:

el

«consensOJ ,

las «banalidades del consenso

».

aunque su

proceso no sea idéntico a la «revelación» que el marxismo

practicó históricamente y que usted critica en Le Philosophe et

ses pauvres 64 ¿

en

qué medida eso no lo ubicaría a

su

vez en una

posición saliente con respecto a sus lectores?

'

La Haine de la démocrafi

e, Parí

s. La

Fabrique  2005  

64

El

filósofo)

sus pobres 

Los Polvorines Universidad Nacional de

Genera

l

Sarmiento

  2 13  

1

35

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Vamos a tratar de partir del papel que cumple la noción dc

consenso . ¿Qué quiere decir la noción de consenso? Designa

una organización estable de la relación entre uno y otro sentido,

entre

lo

que es dado y lo que es pensable, una especie d

organización de

lo

posible. La cuestión no es mostrar lo quc

esconde, sino aislar los elementos de es·a organización. Si sc

toman las Chroniques des temps consensuels

6

en varia

oportunidades se trata de intentar localizar una cantidad de

puntos en que podemos decir que el consenso se expresa, y punto

en que se topa con su contradicción, con sus imposibilidades, con

su ridiculez, o bien la lucha abierta. Si tomamos el primer texto

que abre las Crónicas de los tiempos consensuales   que se

ocupaba de las huelgas de 1995 <<La

cabezayel

vientre»), según

mi opinión, toma

un

tanto a contrapié la lógica del desengaño que

dice «usted se imagina que lo que está pasando es esto, pero en

realidad eso es lo que está pasando por debajo». Estacrítica está

diciéndole a la gente que son todos unos imbéciles porque creen

que está

pasando

algo y no saben que no está pasando nada o que

lo

que está pasando ocurre en otro lugar. Una vez más, así e

cómo funcionan los trucos a la manera de Baudrillard: usted cree

que hubo una guerra y yo puedo asegurarle que no hubo ninguna

guerra. Es s iempre la lógica de alguien que tradujo El capital

que ha sido

un

marxista erudito, que en

un

momento dado hace

funcionar al vacío

un

mecanismo de descubrimiento del fondo

real de las cosas, incluso si ese fondo ya no tiene consistencia.

Ahora bien, ¿qué es lo que yo intenté hacer en el texto sobre las

huelgas de 1995? Precisamente, escenif icar el orden del consenso

como

el orden en que

hay

una inteligencia que sabe y gente

que no sabe .

Así

es

como construía

la escena Juppé :

66

ustedes

son buena gente , son

corajudos

, ustedes trabajan , tienen un

montón de

problemas

, se preocupan

por

el futuro y salen a la

calle , pero yo voy a explicarles por qué no es posible hacer las

cosas de otra manera que

como

1 estamos haciendo. El

consenso es realmente la articulación de dos cosas: la puesta

en

escena

que

muestra

que

existe una

necesidad, que las

(,;

Jacques Ranciere . Chroniques des lemps consenslfels París. Seuil , 2005.

Primer ministro de Francia bajo la presidencia de Chirac (N. del T

.

13 6

osa s son así; y, en segundo

lu

gar , la idea de que hay cierta

cnte que es capaz de comprender por qué las cosas son así

otra

gente

que no

es capaz

de

comprender

lo .

¿

Qué es

lo que

yo

hago al respecto?

Intervengo

en relación

con la escena en

que

un tipo dice que va a explicar y destaco

lo

que la perturba, el hecho de que la gente responda que no

va le la pena que le

expliquen, porque

ya

entendió

a la per

fección, pero con toda

evidencia

lo que

comprendió

no es lo

mismo.

Intervengo

a

partir

del

momento

en que una instancia

ya ha intercedido con la crítica del consenso y ha mostrado

que lo que está en juego no consiste en comprender o no

comprender sino en dos mundos sensibles que se enfrentan.

En ese momento, se da una especie de desmontaje de la

escena oficial que los que piensan que saben han construido.

A los que conocen el

fondo

de las cosas les opongo la verdad

de las cosas, una escena en que no existe la verdad de las

co sas sino dos mundos que se enfrentan y que se puede ubicar

en el enfrentamiento m ismo.

No

es más que una primera forma

de respuesta, pero en ese momento la crítica es mucho más una

deconstrucción del dominio, mientras que el desenga ño habitual

es una lógica del dominio.

Si se consideran todos los textos que escribí en relación con

el racismo, se trata de lograr que se vea de otra manera

lo

que

a llí está

enjuego.

No sostengo un discurso marxista que afirma

que el racismo es un síntoma superficial que cubre algo más

profundo. Tomo las cosas de una manera muy diferente. Existe

una explicación oficial-consensual-del racismo: son los pobres

blanquitos

que

se ven superados por el progreso y se las agarran

con los inmigrantes. Yo digo simplemente

que

hay que iry mirar

un poco las legislaciones, las leyes, los decretos, las medidas

gubernamentales . y veremos

que

se define a través de ellos una

figura administrativa clean

  7

del racismo

que

vuelve ridículo ese

discurso que

repite

indefinidamente la gente que piensa que

es

de izquierda, de extrema izquierda, de izquierda radicalizada,

etc . acerca del racismo como una especie de furor popular.

Intento deconstruir la alianza Hortefeux/Marx/Gustave Le

67 «Limpial> .

En

inglés en el

ori

g

inal

N. del

T.).

l 7

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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80n

68

que une el pensamiento «de izquierda» con el raci smo del

Estado. Incluso las medidas que adoptan nuestros gobiernos se

piensan como una concesión a sentimientos populares racistas

que

se concibieron a partir de la psicología de las ma sas   pero el

racism o no es un

tema

de la psicolog ía de las masas. Se lo puede

constatar de manera muy simple. No se trata de desengañar. .

P?r supuesto se puede afirmar que hay una verdad instalada

ofiCIal y que no se trata de eso. A partir del momento en que

dicen que no se trata de eso en efecto  están practicando una

especie de deconstrucción crítica pero esta deconstrucción

siempre pretende volver al mundo del

que se

supone

que

es

unívoco  que es un mundo de la necesidad  hacia la equivocidad

hacia el enfrentamiento  hacia la elección. Al

mismo

tiempo lo

remiten a formas de inteligencia que ya no son formas de

manifestación de inteligencia de los

que

saben los

que

ven el

fon?o

o ven más lejos que los demás.

Lo

cual también quiere

deCIr que no me hago muchas ilusiones acerca del alcance de ese

tipo de crítica o de intervención.

Lo

que intento es desestabilizar

una opinión intelectual dominante que cree que es de izquierda

cuando en realidad es enteramente reaccionaria. Eso no produce

sino efectos limitad os. Una vez más hay

que

tener bien en

cuenta que no soy a lguien que interviene en la escena pública de

manera espontánea deliberada.

Cuando usted habla de las huelgas de 1995 o bien  en

un

texto

como «El filósofo

en

el cuarto de baño»  muestra a pesar

de

todo algo que no era visible, devela algo.

69

¿Cómo denominar

a ese tipo de intervenciones si no se trata del desengaño?

6. Brice Hortefeux  ministro de Inmigración durante el gobierno de Fillon bajo

la presidencia de Sarkozy N   del T. ,

. , Como ejemplo de este procedimiento : «[Esta «fi losofía en la vida»] se

Inscnbe SIn problemas en la gran cantidad de recomendaciones que. en centenares

de revistas y programas especia lizados  nos hac en los médicos psicólogos

hIgIenIstas. nutricionistas y demás para enseñarnos a cuidar nuestro propio yo

y

a vIv Ir armól1lcamente la vida a diario. Pero entonces la pregunta vuelve a cobrar

actualidad: ¿realmente necesitamos una filosofía que no nos dice nada que no sea

el refrán mediático del diario cuidado de

sP»

«La filosofía en el cuarto de bailo»

en Chroniques des lemps consensuels [Crónicas de los tiempos consensuales] :

Pans. Sellll co l. «La IIbrame du

XXI

e

s c i l ~ c

p. 124 

138

Pienso que se lo

puede pensar

en términos de disenso  a saber 

que una organización de

lo

visible se encuentra perturbada o una

organ ización de la relación entre lo perceptible y lo pensable

entre lo perceptible y lo decible . Se trata de producir un despla-

zam iento en la visibilidad y al mismo tiempo a pesar de todo  un

desp lazamiento que cua Iquiera puede ver  en fin  un desp lazam iento

que no presupone ninguna posic ión particular.

Notengo

ninguna

razón especial para tener claridad específica en materia de

in migración sobre el tema de los gitanos de las luchas sociales.

Ta l vez tenga una mirada particular para ver lo que se inmoviliza

en una máquina explicativa y eve ntualmente para llegar a

deshacer los elementos de un rompecabezas y reconstruirlo de

manera diferente. Tal vez se trate del trabajo de una operación

poé tica en su distancia con respecto a una operación erudita. Se

trata de desatar la relación entre una operación poética

-vo

lver

visible lo quena lo era-y una operación eruditaque pretende revelar

10 invisible que 10visible estaba escondiendo. Analizar las cosas en

términos de reparto de

lo

sensible es decir que no existe

lo

sensible

y

lo

inteligible sino siempre una a rticulación de

lo

sensible y de su

sentido que se puede transfol1nar separando y recomponiendo   y

por lo tanto sin cambiar de nivel.

CONSENSO y ESTUPIDEZ

Ese desmontaje al que hace referencia es también una in-

tervención que a veces resulta un tanto violenta se advierte

que lo exasperan ciertas manifestaciones de lo que se puede

llamar una forma de «estupidez» que Flaubert advertía

y

manifestaba  quizá más que en sus libros 

en

su correspon-

dencia.

¿A

dhiere usted a esa fórmula

de

Nietzsche a m

en

udo

citada acerca de que ~ f i l o s o f a r es nocivo para la estupidez  ?

¿

Qué posición adoptaría con respecto a esta exigencia? El

problema de la

es

tupidez sería:

mo ser nocivo  sin caer

necesariamente en una postura condescendiente en relación

con sus manifestaciones co ncretas; allí está sin duda la

piedra

de

toque

de

toda .filosofia que la

torna

p r objeto.

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Cuando Nietzsche dice eso, cuando Flaubert se deja lel' 1/

en su correspondencia, no es en contra de los seres estúpidll\

en particular sino en contra de un estado del pensamie llto

o de lo p ensable en una época dada, de lo que la gente

11  

o

no ve. s casi un problema metafisico. ¿Usted se ubicaríll

en esa estirpe de pensadores?

Si hablamos de ser nocivo para la estupidez, hay que partir d 1

hecho de que la estupidez no es una propiedad de los ser s

estúpidos. Con lo que yo podría identificar el concepto de c -

tupidez es, con el concepto de consenso, el estado regulado d

las relaciones entre lo perceptible y lo pensable. Teniendo bicn

presente en la mente que también hay que pensar la estupidez a

partir de la inteligencia. La estupidez es algo que construyen

constantemente personas que gastan muchas capacidades para

llegar a decir todas las estupideces que se oyen todos los días,

desde las formas básicas en la televisión hasta las intervencione

de los pensadores eminentes en las columnas «debates e ideas»

de los periódicos para intelectualoides. Se advierte con claridad

que hay todo un trabajo, una inteligencia. Es un temajacotista

muy poderoso,

la

estupidez se produce por un trabajo de inteli

gencia. unque no sea de la misma manera, se gasta tanta

inteligencia para decir imbecilidades

como

para decir cosas

sensatas. Causar daño a la estupidez quiere decir resultar nocivo

para el consenso, peljudicar un trabajo que trama la totalidad de

este mundo de lo perceptible y lo pensable. Lo cual también

quiere decir que , para mí, no hay identidad de quién debería

perjudicar la estupidez, pienso que muchos filósofos, de hecho,

no le cau-san absolutamente ningún daño.

Pero también hay que considerar que la estupidez se des

dobla. Usted mencionaba a Flaubert. En él se encuentran dos

estupideces, la del consenso, del discurso de acuerdo con las

normas, del discurso del consejero regional en los comicios

agrícolas, los clisés acerca de la evolución de la sociedad, de las

clases sociales, de las virtudes del trabajo, del progreso, etc. Se

trata de una estupidez instituida, constituida, y luego hay otra

estupidez que consiste en deshacer toda esa trama de relaciones

entre un sentido y otro . Cuando Flaubert dice que las obras

14

IIlHcstr

as son estúpidas, define otra estupidez que consiste en el

hecho de haber sido dada sin tener nada para decir. Lo cua l

puede desembocar en

una

decisión radical: dado

que

el.sentido

S estúpido, destruyamos todo lo que produce sentIdo. En

e nsecuencia, se va a oponer una estupidez del arte, a saber, la

dcc isión de no producir sentido, interpretación ni efecto de

interpretación, a la estupidez en el sentido del. consens o.

E trabajo que puedo proponemle hacer se sostiene entre esas dos

estupideces, entre la estupidez en el sentido del c o n s ~ ~ l s o y la

estupidez en

el

sentido de la deserción radica.l, la

e l e c ~ l ? n ~ o r

,el

contrasentido, por no decir nada, po r hablar sm transmltrr

nU1gun

mensaje, sin interpretar nada, sin elegir. Pienso entre la

estupidez consensual y la estupidez como a ~ ~ b r a h ~ b l t a d a por un

mutismo radical, se puede definir otra operaclOn mtenta

o l ~ ~ r

a disponer la relación de lo perceptible con su s e n t J d ~ . Eso.tamb.len

quiere decir que tal vez haya que contar con la estupIdez t e r ~ n a o

artística paradeconst ruir la estupidez co?sensual s ~ n t J d o es

que digo que también se trata de una mtervenclo.n poetlca. Para

deconstruir laestupidez consensual, hay que tener sIemprepresente

el horizonte de esa otra estupidez. Una vez más, para mí son

operaciones que resultan siempre aleatorias y que, por ello mismo,

no definen ninguna competencia específica. En pocas palabras, se

puede decir que es la manera mediante lacual utilicé pers,onalmente

una cal ificación de

fi

lósofo que no todo

el

mundo reconOCla como ta 1

y que consiste en deshacer las disposiciones de sentido existentes.

CONJUR R

EL

DOMINIO

En los años 1970 usted les reprochaba a Althusser y a sus

seguidores el haber construido una teoría que descrfbía y

analizaba las luchas sociales

y

políticas tal como debenan ser

y no como eran en realidad. Desde El desacuerdo en ~ ~ e l a n t e

¿su exigente concepción de lo que define la polltlca. con

respecto a lo que usted llama «la policía» no corre el

n e s g ~

de caer bajo el fuego de una crítica c o m p a ~ a b l e

l ~ e f i l 7 r

de manera rigurosa y restrictiva lo que atane a la polztlca y

lo que se le escapa, ¿no está definiendo una norma de

14 1

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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politización ante la cual las luchas efectivas y las personas

que participan

en

esas luchas (en particular, quienes lo hall

leído a usted) tienden a medirse? En su aspecto positivo,

esta observación plantea Ofras dos preguntas. En primer

lugar, ¿cómo se refiere usted a las luchas actuales o a las

formas ·de conflictividad social que existen en estos mo-

mentos?

En

su pensamiento político, parecería que hay dos

opciones compuestas. ¿Se trata de localizar hogares que estén

más inclinados que otros afm,orecer un avance

de lo

que usted

denomina la «causa de la igualdad»? ¿O bien se trata de

identificar «escenas»

de

cambio brusco de repartos y

de

redistribución de los lugares establecidos? ¿Son

lo

mismo? En

segundo lugar, puesto que ha seguido con mucha atención los

efectos retóricos y políticos de los pensamientos de los que

usted ha sido contemporáneo como por ejemplo, el de Althusser

o el de Bourdieu), ¿qué piensa de los efectos de su propio

pensamiento en los militantes, por

un

lado y, p r el otro,

en

el

público del arte o del cine? La primera pregunta, p r lo tanto,

es ésta:

¿

cómo mantener interés p r todo

lo

que queda al

margen de su definición relativamente restrictiva de la polftica?

La segunda pregunta:

¿

qué piensa de los efectos de su propio

pensamiento y de su propia retórica?

Ante

todo el reproche que le hice a Althusser

no era

exac-tamente

ése

...

no le reproché el

haberdefinidounapolítica

tal

como

debía ser

y el haberse desinteresado

por la

política tal

como

era más bien le

reproché el

haber

suscrito a la política tal

como era

para reservarse

una

política para él la lucha de clases en la teoría. Le reproché que

haya

convalidado el reparto entre

laconductamaterial

de la lucha de

clases sometida al monopolio del Partido Comunista Francés   y la

lucha de clases

en la

teoría

que

se confiaba a los intelectuales. Dicho

en otrostém1inos le reproché cielto arreglo del tipo: «yo les dejo que

conduzcan al proletariado y ustedes dejan que

me ocupe

de la

teoría»   para decirlo

muy

rápidamente.

De acuerdo, pero la dicotomía entre las luchas tal como se las

sueña y las luchas tal como

son,

sin embargo, es muy corriente

42

1'

la operación crítica. Llevó a muchos revolucionarios o

(l'líricos a deplorar que la historia no estuviera a

la

altura

de

l s esperanzas que se habían sembrado.

\ Jna

vez más diría

que

la

altura

de

las

esperanzas

la

definen

los

movimientos históricos. Hubo

una

cantidad de movimien tos que

definiero

n

esperanzas de liberación de emancipación

 

de

poder

del

pueblo de

comunismo. Para mí la cuestión

no

consiste

en

seña

lar si una

determinada situación políticaestáo no

a la altura.

La

cuestión reside

en

saber

si se

puede señalar una heterogeneidad

dentro de esas situaciones.

El

operador «política/policía»

no

es

ese ncialmente importante para mí siempre he dicho que

la

oposi

ción está

todo

el

tiempo

mezclada

n u n ~

pura

aunq

ue

después de todo cubre

cierta

cantidad de

chvaJes. En

una

lucha dada de

lo

que se trata

¿es

de

un

reajuste de las

partes

o

de

la

aparición de una instancia

que excede el

reajuste

de las

partes? ¿Se

trata

de la búsqueda de

ta

lo cual objetivo

es.pecífico

o consiste

en que

la gente afirme que posee

una

capacIdad

que

es

competencia

de

todos? Pienso

que en

cualquier

situación es

posible definir esa distancia.

Tomemos

la

relación

entre las

huelgas

de 1995 y las del20 1O

En

las

huelaas de

1995

existía

la

posibilidad de que cierto espacio

de un conflicto dado pudiera identificarse con un espacio público

popular

lo que ocurrió cuando

de pronto

todo el ~ u n d o se puso

a

marchar

y las

personas que

iban

caminando debIdo

a

la huelga

fueron

a

manifestar con

las

personas que

los

obligaban

a ir

cam

inando. Ahí

se

pone enjuego

una

reorganización

.

del

espacio

político a partir de

un

conflicto específico

que

adopta una figura

concreta

. Si se

las compara

con la

manera en que en

un

momento dado

las

huelgas

del otoño

de 20

lOse concentraron

en

la cuestión de las refinerías se advierte que ahí se trata de un

modelo estratégico. Se pone en juego una fuerza de presión de

la

que

se

dispone frente

al

adversario pero

eso

q u i ~ ~ l

a

separarse de formas de acción que se basan

en

la afirmaclOn de

una competencia de

todos o

de

formas

de unión entre

los

que

hacen

huelga y los

que reciben

el

nombre de usuarios

.

En toda

situación

existen

criterios de diferenciación internos: ¿quién

3

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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conduce el movimiento, qué es lo que lo guía, qué tipo de modelo

de enfrentamiento con el enemigo predomina? Pienso que

existen aIternativas que son internas a las luchas, que se plantean

y que se reflejan en resultados, en

la

capacidad de ampliación, de

movilización que

crea

un conflicto.

N unca me ocupé de maneradirectade decir

si

tal movim iento era

bueno o malo por equis razón. Por el contrario, intenté responder a

los que explicaban por qué motivo no estaba bien. En 1995, en el

momento de la gran ofensiva intelectual contra los huelauistas

b

intenté desmontar el argumento que defendía la totalidad de cierta

izquierda intelectual cuando denunciaba en nombre de Marx y de

HannahArendt ese movimiento retrógrado de trabajadores aferrados

a sus privilegios arcaicos. De paso: el diario Le Monde no publicó

mi texto. Una vez más, siempre intento reflexionar sobre las

alternativas inmanentes a las situaciones, a los movimientos.

Usted sigue con atención las posiciones de enunciación de

los autores que critica ¿

  a

historia de la recepción de sus

obras

l

permite tener cierta reflexividad sobre esas cues-

tiones

n

lo que concierne a su trabajo?

Digamos en principio, para volver un poco atrás, que a los que

criticaba no les reprochaba tanto el no preocuparse de los efec

tos de sus discursos. Sobre todo, les reprochaba que hablaran

dentro de una escenificación predeterm inada de las causas y los

efectos. En Althusser, es una fórmula del tipo «si les dicen eso

a los proletarios, entonces los van a engañar, los van adesarmam;

en Bourdieu , es: «El desinterés estético es un truco para ilusionar

a los pequeñob urgueses que ignoran las determinaciones que los

guían y para humillar a los proletarios, cuyos gustos siempre son

interesados ».

De allí

en más,

por supuesto determinan

el

efecto

de su

propio

discurso dentro de la escenificación de los

efectos: si se denuncia la producción del efecto

de

ilusión, se

está del lado de los

que producen

la

lucidez

.

De entrada me

ubico por fuera de esa

puesta en

escena.

Pero

queda el otro problema, que es el de los efectos del

modo

de enunciación, como,

por

ejemplo,

la

producción de discípulos

que van a repetir lo que usted diga. pesar de todo, mi manera

144

dominante de escribir es una manera en que el

método

está tan

enrollado con la descripción, con el objeto, que es muy difícil

extraer conceptos mayores o cuadros de análisis que se puedan

aplicar con facilidad. Hay algo que está ligado a mi propio modo

de pensar y de escribir, lo cual hace que sea

más

difícil servirse

de lo que escribo como de un corpus para recitar o un método de

análisis extrapolable.

Tengo

un modo de intervención que no se

deja sistematizar con facilidad. Más bien, a laque lagente se pue

de

as

ir es a cierta palabra que puede convertirse en una suerte de

shibboleth como «reparto de

lo

sensible».

Queda

perfectamente

claro que el «reparto de

lo

sensible» circu a en los cuatro confines

del mundo, en fin, no

por

todas partes, pero

por

lo menos en el

mun do de los curadores de exposiciones

con

efectos

relativamente incontrolables si se aísla una noción para lograr

que lo recubra todo.

No

me he ocupado especialmente en ser útil

o nocivo para los curadores, aunque hayan sido muy útiles para

la

difusión de mis.escritos. Siempre traté de no tener discípulos,

de no crear una escuela. Si lo hubiera intentado, de todas

maneras no habría funcionado, porque las condiciones para que

eso funcione

conectamente

no estaban reun idas . Siempre intenté

dirigirme a cualquiera, a los estudiantes, a los lectores. Yo les

hab lo a los lectores, nunca le hablo a un auditorio determinado,

dejé de tener una palabra pública el día en que salí de la

enseñanza.

No

mantuve un seminario para reunir a mi alrededor

un núcleo de discípulos o algo por el estilo. Funda-mentalmen te,

les hablo a personas que están sentadas en frente de mí o que van

a leerme de

una manera

que no es la prescrita

por

la manera de

escribir, por una puesta en escena de los efectos. Conservo la

profunda convicción de que el dominio de los efectos es una

ilusión que no puedo compartir. Pienso que lo que dije produce

efectos que puedo controlar, verificar, y luego hay otros efectos

que son incontrolables.

No

me voy a preocupar

por

saber

si

tal

artista que me envía un

DVD

con un video y me dice que es mi

pensamiento lo ha respetado. Diría que

hay

un aspecto en que la

gente hace lo que quiere con lo que usted le ofrece, eso es una

primera

cuestión.

Pero tengo, sin embargo, algunos objetivos, el de deconstruir

4 5

Page 73: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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P?siciones, dañar ciertos consensos; al respecto, puedo seguir

cIertos efectos que son relativamente controlables. Por ejemplo,

la penetración de la idea de la igualdad de la inteligencia, la idea

de la i?ualdad como punto de partida, todo lo que se podría

denommar el aspecto

jacotista

de mi pensamiento y 1 que eso

pw?uce en tanto que efecto, es algo que

más

o

menos

puedo

v e r ~ f i c a r Produce efectos tanto en el ámbito de la política

mIlItante como en el del discurso teórico o el de la práctica

artística. Pienso que produje los efectos que pretendía, en e l

sentido de decirles a las  personas que no estaban

obligadas

a

pensar

de esta manera o de otra. Hace un rato, parecía que

estaba tratando los efectos que produje en el medio artístico

como un asunto un

tanto

ridículo,

pero pienso

que, a pesar de

todo, he

ayudado

a

muchas personas

a comprender que no

estaban obligadas a buscar desesperadamente

cómo

pensar lo

que hacían según

modelos

tomados de Benjamin, de Derrida o

de otros. Del mismo modo, pienso que, en el ámbito político,

ayudé a la gente a advertir que el significante «democracia»

P?,día tener otras virtudes, otras acepciones además de la acep

Clan normalmente aceptada en los ambientes denominados

r d i ~ l i z d o s a saber, que es simplemente el sistema, la ideología,

el d.Iscurso que recubre a la dominación de la burguesía y del

capItal. Hay un efecto de conjunto con respecto al discurso crí

tico, con respecto a las posiciones de dominio que tiene lucrar

. b

porque mtento que tenga lugar y, a la vez, porque mi manera de

escrib ir impide que se lo pueda transformar en otra clase de

dominio. Puedo distinguirlo a partir de los libros que la gente lee

o que puede utilizar. Cuando la gente lee sólo

l

desacuerdo, es

algo que a mí me resulta un tanto inquietante, porque están

buscando una teoría de la política

para

ap licarla. A paItir de l

momento en que se ponen a leer Courts voyages au pays du

peuple

70

o La noche e los proletarios, lo que está en

juego

es

el cambio de posición con respecto a la búsqueda de una buena

t e o r í ~ de la política, y algo se ha progresado. Desde este punto

de VIsta, me pone contento que el libro más traducido sea El

maestro ignorante , un libro aparentemente inverosímil

o

Breves viajes al pa ís del pueblo, Buenos Aires,

Nueva

Vi sión , 1991

46

intempestivo , a propósito del cual en Francia al principio la gente

se preguntaba por qué lo había escrito, qué sentido tenía haberlo

hec ho. Que esté traducido al japonés o al coreano o que ahora

se esté traduciendo al árabe y a un montón de otras lenguas,

significa que, a pesar de todo, los efectos que puedo anhelar se

producen correctamente.

SITUAR EL INCONSC IENTE

Puesto que se trata e negarse a adoptar posiciones e

dominio, hablemos de la categoría e inconsciente que no

está ausente en su obra. Hay un libro que hace uso e esta

categoría en el título, en una conferencia que usted dio a

psicoanalistas, pero pronto afirma que va a proponer una

lectura oblicua e Freud: lo que le interesa es la convocatoria

del material artístico en la elaboración del freudismo.

7/

Eso

no basta para agotar el tema. Lo que a veces resulta posible

llamar la hipótesis del inconsciente ¿ le parece interesante o

simplemente válida, verificada, verificable? Ciertos vínculos,

en todo caso, se podrían establecer entre

partes

de su

pensamiento y la tradición psicoanalítica, en particular su

desarrollo lacaniano. Estamos pensando en el tratamiento

de la relación con el saber. Sobre todo, hay una reflexión

en esa corriente acerca e la posición del psicoanalista, que

en sus términos se piensa como una forma e la «maestría

ignorante». Para Lacan, en efecto, el analista no sabe

nada, es sólo «supuesto saben>

para

el anallzante.

La

relación analista-analizante representa de este modo un

tipo de transición o e relación que tal vez no era muy

diferente de la que

puede

instaurar Jacotot.

71 «Las tiguras literarias y artísticas que [Freud] elige no me interesan en la medida

en que remitirían a la novela anal itica del Fundador. Lo que me resulta importante

es saber a qué están sirviendo con

lo

que pretenden probar y qué es lo que se les permite

hacer con esa prueba. Ahora bien. en la gran mayoría

de

los casos. esas figuras s irven

para esto: hay

un

sentido en lo que parece no haber ninguno. un enigma en

lo

que parece

caer de su propio peso, una carga de pen

san1

iento en lo que parece ser

un

detalle

anodino, en L inconscient esrhétique, París. Galilée, 2001. pp. 10-11 [ l inconSCIen te

es

tético, Buenos Aires, Del Estante, 2005] .

47

Page 74: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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El

psicoanáli sis y

ellacanismo

los conocí un poco en el con-texto

de los años 1960: el contexto althusero-Iacaniano  el contexto

estructura lista  es decir que en ese entonces el psicoanálisis era

una teoría de la determinación

por

la

estructura de desfiles de l

significante. En esa

época

  no era para nada una teoría del

maestro ignorante  sino

mucho

más una teoría que remitía a

pesar de todo a un saber bastante masivo sobre el hecho de que

la gente es ignorante y no sabe que es ignorante . El psicoanálisis

que conocí al principio

era

un psicoanálisis del desconocimiento

que se ajustaba a la teoría de la ideología.

El

segundo aspecto es que

siempre me sentí más interesado por las emergencias que por los

sustratos por lo tanto por

lo que hace que se mueva

un

paisaje

sensible y no por 1 que está detrás. Me interesa lo que produce una

modificación de

la

mirada y no lo que queda para interpreta

r.

Siempre estuve

atento a los

desplazamientos

y no a las

interpretaciones. Lo cual quiere decir que

lo

que me

ha

ocupado no

es el sueño como tejido para interpretar sino la ensoñación como

momento de interrupción de cierto curso de la experiencia sensibl

e.

En

un

sentido sidigo queen principio me interesé por la emergencia

y

la

ensoñación más que por el sustrato por el sueño y por

lo

que

revela  se puede afimlar que

en

cierta medida me interesaba más e l

consciente que

el

inconsciente .

Interesarse

por

lo que se produce en el

campo

de lo per

ceptible y de

lo

pensable eventualmente también quiere decir

tomar la

decisión de no interesarse por las razones por las que

uno se interesa.

Por

supuesto lo decía

hace

un rato en mi

manera

de ocuparme por las historias de correspondencias entre

obreros

por

los relatos de paseos por el campo las descripciones

del paisaje que se ve

por

la ventana del taller

por

el enc uentro

fallido en la plaza de la

olsacomo

en las puertas de los infierno s

entre un obrero y

un

apóstol burgués hay desde luego todo

un

conjunto de razones no sabidas que habría que analizar. Pero en

cierta medida no

tengo

interés en analizarlas. Retomé un poco

esa actitud que expresó Rilke en su época cuando decía: «s i me

dejo analizar  dejo de escribir». Lo que resulta impo rtante en lo

que no sabe de usted mismo es también lo que puede prod ucir en

la percepción  lo que puede producir en el pensamiento . Esos

148

tipos de encuentros

un

tanto extraños que organicé entre pequeñas

narraciones y los papeles de un obrero Platón   la literatura esa

maquinita que construí 

como

efecto de lo que no conocía acer ca

de mí mismo me parece más interesante que el hecho de saberlo.

En cierta forma  hay para

un consentimiento por el no saber

y por lo que el no saber produce

como

efecto

de

saber antes que

un interés

por

toda

una

dimensión de

la

elucidación. Siempre

pensé en términos de producción antes que de revelación es un

punto bastante importante que

me

distingue de otras personas de

mi generación que fueron a analizarse y se convirtieron en

analistas lacanianos.

Ése

es un punto.

El otro aspecto de la cuestión

por

supuesto el que apareció

más

tarde para mí  es que

hay

una posición del analista que se

puede asimilar a

la

posición del maestro ignorante. Queda bien

en claro que a l maestro ignorante primero lo leyeron y

apreciaron ciertos analistas o psiquiatras gente que pertenecía

a ese mundo y para nada profesores ya hemos hablado de eso.

Existe una sensación de parentesco que todavía no tenía al

escribir

l maestro ignorante por

las razones que ya he

mencionado es decir que al principio había considerado el

lacanismo

como

una teoría del saber acerca de lo que las

personas no sabían

como una

forma de maestría que no era en

lo más mín imo ignorante. En el fondo esto comprende la cuestión

de la distancia que existe entre el psicoanálisis como sistema

global de interpretación del mundo y lo que se puede dar en la

sesión psicoanalítica en

esa

relación de individuo a individuo que

marca

la exper iencia analítica. AIl es posible decir

pasa

algo

entre

el

analista y el analizante que puede tener alguna relación con

lo que cuenta Jacotot sobre la disociación entre efecto de maestría

y efecto de saber. Eso es 1 que provocó

el

interés de algunos

analistas por

l maestro ignorante

y la falta de interés por

El

inconsciente estético. Es un libro que yo había escrito para

psicoanalistas pero hasta donde yo sé  ningún psicoanalista jamás

hizo

un

comentario.

¿Q

ué es lo que eso está indicando según

mi

opinión? Está indicando que hay que hacer una disociación entre

lo

que pasa en el acto ps icoaJlalítico y la manera según lacual funciona

la

teoría analítica misma en tanto que interpretación global.

11 9

Page 75: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Incluso si existe esta dimensión

muy

importante de la maestría

ignorante en algunos tipos de práctica de análisis, no quita que lo

que

vuelve una y otra vez

como

discurso global interpretativo, a

pesar de todo, es algo que para mí resulta

más

de la teoría embru

tecedora que de un pensamiento de emancipac ión. En un plano

individual, el psicoanálisis puede funcionar como maestro

ignorante, pero cuando se convierte en una suerte de analista de

las sociedades, de inmediato es, a

pesar

de todo, el que tiene un

saber global sobre la ignorancia, sobre lo que la gente imagina

que es, sobre lo que la sociedad es, etc. Recientemente estaba

releyendo el capítulo del Libro 17 de E/ Seminario de Lacan

acerca de «los cuatro discursos».72 Me dije a mí mismo: resulta

bastante extraordinario que esta historia de «los cuatro discursos»

se

haya

elaborado en 1969, que

haya

partido

de la

idea de

que

el

saber es la parte del esclavo, que finalmente haya concluido en

el discurso capitalista, después de todo hay algo muy poderoso

en ello. Ahí mismo , busco en Google «los cuatro discursos» y veo

un comentario que remite a un análisis de la sociedad de

consumo, y advierto que ese texto realmente increíble sirve para

alimentar un discurso bastante trivial que, en efecto, sostienen

muchos psicoanalistas acerca de ese tema: el capitalismo es

igual a

la

democracia, es igual al

consumo

y asÍ.

Igual a pérdida de orden simbólico.

Sí, tal cual. Existe esa dualidad. Está ese punto de encuentro que

resulta sorprendente y que

yo

personalmente había olvi-dado

porque, después de 1969, dejé de concurrir al seminario de

Lacan.

Cuando

leí ese

volumen de El Seminario,

tras haber

escrito

E/maestro ignorante,

había subrayado todos esos pa

sajes, los volví a descubrir hace poco tiempo. Veo que esos

temas que pude considerar, en torno a Aristóteles, del esclavo,

del saber del esclavo, de la cuestión de saber si el esclavo habla

o no, el Lacan de 1969 en cierta medida ya los estaba tocando.

En ese entonces no lo sabía,

no

le presté atención, a ese punto

72 Le Séminaire - Livre XVII L envers de la psychanalyse.

Parí

s

Seuil , 1998

[El

Seminario

-

Libro

17 -

El reverso del psicoanálisis, Barcelona, Paidós Ibérica, 1992 .

150

llegué por mis propios caminos. No sé si Lacan habría con

seg uido que yo avanzara en esa época , tal vez no, porque no era

lo que yo estaba buscando en ese momento. Pienso que es

necesario

pasar por

el propio trayecto para llegar al m ismo punto:

«D

ijo

todo

eso en 1969, ¿para qué tanto esfuerzo?» Pero, al

mismo tiempo, s·i

nohubiesehechoeseesfuerzo

laque sedijoen

1969 no

me

diría nada. Está ese aspecto de

proximidad

que

resulta muy fuerte. A partir del momento en que los analistas se

convierten en intérpretes de las sociedades, ponen todo al

servicio

de

un discurso que hace coincidir un

posmarxismo

un

tanto cansado sobre las visiones del individualismo democrático

con una visión de viejo sabio pascaliano que dice que los hombres

siempre estarán en medio de una ilusión creyendo que podrán

sa

lir de ella, y así sucesivamente.

Us ted acaba de oponer «una búsqueda de emergencia»

orientada hacia la ensoñación a una «búsqueda de sustrato»

que estaría orientada hacia el inconsciente. A este último,

para usted, no habría que situarlo en ese segundo plano o

en esa capa geológica subterránea que vendrfa a gobernar

las capas superiores o fenoménicas. Contrariamente a la

tradición psicoanalítica, a usted le interesa

lo

perceptible y

no lo que lo causa. Pero hay muchos psicoanalistas o

teóricos que sostienen que el inconsciente ya está siempre

en lo perceptible, que sólo es activo o detectable directamente

con lo percibido antes que

en

los bastidores de lo vivido. Los

lapsus son emergencias: nuestro percibido puede resbalar

yesos

resbalones constituyen precisamente

lo

que

le

interesa

a usted, ¿no es verdad? Parecería que utiliza una noción del

inconsciente que implica una metafísica dualista.

Es posible. En el fondo, la cuestión consiste en lo que se hace con

«in», con el prefijo negativo. En efecto, veo claramente que no

resulta imperativo remitir la teoría del incon sciente a una especie

de teoría de capas, etc. A pesar de todo, la cues-tión es un tanto

la de lo nuevo, el tema de lo que sucede

cuando

lo

no-sabido

,

I

no-conocido está funcionando en las transformaciones de I ¡

15 1

Page 76: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 76/129

es perceptible y de lo que es cognoscible. ¿Estamos atentos a

la

transformación de

lo

perceptible y de

lo

pensable o a fin de cuentas

a lo que le prestamos atención es

al

hecho de que la operación

transformadora es en sí misma una operación que no sabe del todo

lo que está haciendo? En cierta medida  eso es lo que me interesa 

y que muy pronto acarrea esas divergencias

en

el nivel de la moral

del uso del inconsciente. Uno se interesa por lo que la gente hace o

bien por el hecho de que no saben

lo

que hacen.

PR OLETAR

IO

S AYER Y HOY

Con el objeto de confrontar su trabajo con otros cues-

tionamientos conexos como lo que acabamos de hacer con

una parte del psicoanálisis  volvamos a

La noche de los

proletarios.

Muchos de sus l

ec

tores han intentado encontrar

en ese libro las claves de lectura de la situación histórica del

socialismo o de la lucha de clases después del siglo XIX.

¿Usted mismo continuó preguntándose

por

ejemplo cómo

la noche o el tiempo libre de los obreros se organizan en un

período posterior

¿En la actualidad algunos inves-

tigador

es

hacen ese trabajo inspirándose en

lo

que usted

llevó a cabo? Pues el riesgo que corre su obra

fal

vez es el

de caer

en

la nostalgia. Cl/ando

por

ejemplo

le

plantean la

cuestión de saber lo que

es

el «principio de igualdad»  con

frecuencia usted responde haciendo referencia a ese trabajo

sobre los años 1830. ¿No hay allí en cierta forma un gusto

excesivo por el pasado que pondría a prueba La

noche de los

proletarios?

Hay varias maneras de responder a esa pregunta.

Digamos

ante

todo que

La noche de los proletarios

es una obra que se

transformó en la escritura. Al principio me había largado con un

gran proyecto histórico que debía llegar por lo

menos

hasta el

nacimiento del Partido Comunista Francés con las transforma-

ciones del pensamiento ob rero.

De

pronto  se convirtió en otra

cosa a saber una secuencia situada históricamente y entonces

lo

importante se volvió que esa

secuencia

era la producción de

52

una figura del ser obrero de la emancipación obrera que estaba

por completo distanciada con respecto a las formas tradicion ales

y que de hecho  se hallaba distanciada del uso

nOffi al

del pasado

el pasado

que

explica el presente  o como punto de referencia a

partir del cual se miden las transformaciones. En

La noche de

los proletarios

en cierta medida hay ·

un

pasado que no pasa

lo

cua l no quiere decir que esté siempre presente. Ese pasado no

pasa en el sentido de una relación del pasado con el presente una

manera de utilizar el

pasado

que no sirve

como

se dice

para

com prender el presente  sino más bien para desestabilizarlo para

despojarlo de su evidencia.

Mi

problema realmente nunca

fue el de

ver si

se podían

encontrar en el pasado los medios que permitan comprender el

presente. No era

más

bien algo

como un

universo sensible

construido a partir de un

momento

del pasado que volvía a

poner

en cuestión

toda

una serie de cosas que afectan tanto al

pensamiento de la causalidad histórica como al pensamiento de

la emancipación de la transformación social. Fundamentalment e

pienso

que

no tiene sentido saber

si

se

lo

puede rehacer en la

actualidad  por un lado porque las condiciones históricas son

diferentes porque la cuestión del autodidactisl11o en

183

no

puede estar cargada de energía de la misma manera porque la

relación entre la afirmación social y la transgresión de un reparto

intelectual no puede funcionar del mismo modo. Pienso

que

se

trata de un momento históric o que volví fluctuante que al mismo

tiempo

deshace toda

una organización una jerarquización de lo

sensible y del pensamiento . No pienso que en estos momentos

haya

gente

que

esté

tratando

de hacer lo mismo tal vez haya

gente que ha pensado que podía hacerlo  que podría intentar

hacerlo con los precarios  los cognitarios qué sé yo. No se trata

de nostalgia por el pasado  sino de cambiar la relación del pre-

sente con el pasado 

eso

es lo que quería deci r con

lo

de un pasado

que no pasa un pasado que vuelve a poner en el corazón del

presente una especie de exigencia radical. Se trata de esta

búsqueda de una revolución sensible integral que quiero mant ener

en el horizonte del presente sin buscar saber si funciona así entre

los precarios.

5 3

Page 77: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Esto tiene que ver,

por otra

parte, con lo que ya trataba de decir

la otra vez.

Cuando

venía

de

trabajar en La noche de los pro-

letarios la gente me decía que no era así, que mis obreros era n

artesanos, que no eran auténticos obreros:

la

clase trabajadora

organizada, la fábrica, las masas obreras, el sindicalismo. Ahora

bien ,

se

advierte con facilidad que la historia poco a

poco

se va

acercando cada vez más a mis artesanos que al modelo de

la

fábrica. En la actua lidad , nos encontramos ante todas esas

fonnas de retorno a un tipo de trabajo artesanal, de trabajo a

domicilio, de pequeña explotación, de trabajo fami liar, detrabajo

infantil. En el seno

mismo

del capitalismo actual se tiende a volver

a farolas que se parecen a las que mencioné. Las utilizaciones del

tiempo en el capitalismo actual también suelen acercarse a esa

alternancia del trabajo y la desocupación, a la intemlitencia, a todas

las farolas de mezcla de temporalidades, de actividades y al mismo

tiempo, de condiciones. Pero no pretendo decir que lo que afirmé es

actua1 simplemente trato de decir que, de todos modos, hemos sal do

de la idea de que se trata de

un

pasado superado por partida doble,

puesto que en

la

actualidad estamos más allá del fordismo. Uno

advielte sin dificultad que esa instancia sobre

el

«posfordismo»

intenta esconder

el

hecho de que, en los tiempos que corren, no

estamos simplemente delante, sino también detrás del fordismo.

Para concluir,

a noche de los proletarios

se trad

uj

o al hindi

hace dos años; me invitaron a hablar del libro en Delhi, ocasión en

la

que me pidieron discutir con un grupo de personas que también

trabajaba en las fábricas durante el día y que se reunía por la noche.

Se trataba de un grupo que se parecía un poco a los escritores obre

ros a los que hacía mención; hicieron una antología colectiva

organizada en torno

al

diario del tío de unode ellos, un diariode la vida

cotidiana que dice «un día hice esto y

al

día siguiente esto otro», y

luego «everything else is ordinary».73 Hay un tipo de uso de

la

escritura

como

medida de la relación de lo ordinario con lo

extraordinario, dentro de un reparto de los tiempos entre el trabajo

y la escritura, que responde a

La noche

de

los proletarios. El

colectivo artístico que dio inicio a

la

traducción de La noche de los

71 «todo lo demás es ordinari o». En inglés en el o rig in al N . del T . .

54

proletarios y que organizó el encuentro con esas personas se sirvió

de ese trabajo para una película que llevaba por título Strikes

at

time

74

que se presentó en la exposición «París-De lhi-Bombay». Es

una película construida en torno a ese reparto de los tiem-pos y

concluye con un fragmento de una cita de una caJta de Gauny que

yo había publicado: «Ya no le tengo fe

al

tiempo.» Está esa relación

entre el tiempo como vector de fe histórica y el tiempo como

operador de

un

reparto.

En

cielia medida, yo también hablaba de

«strikes at time» . Esta presencia del pasa-do en el presente no es

simplemente una suerte de horizonte, es posible que se actualice

también en países que son al mismotiempodel tercermundoypaíses

capitalistas avanzados que integran todas las formas precapitalistas

o protocapitalistas del trabajo.

Lo cual no quita que los personajes centrales de

La

noche de los

proletarios sean figuras excepcional

es en

el mundo obrero y en

los oficios de la época Los sociólogos le reprochan no haber

puesto en cuestión el hecho

de

que usted entró en ese mundo a

través de la aristocracia obrera y que rnagnificó figuras

excepcionales que no son representativas de

lo que podía ser

el mundo obrero

de

ese período. De pronto no se examina

la

operación

de

universalización cuya matriz en el resto

de

su

obra pudieron ser esas figuras. ¿Qué piensa de esas críticas?

¿ Cuestionan la base empírica más central de su edificio

f i l o s ~ f i c o

En

la pregunta

hay

varias cuestiones.

nte

todo, está él

tema

de

saber

de qué estamos hablando.

Por

supuesto,

estoy

ha-blando

de

excepciones.

Cuando

se está

hablando

de lo

que

acontece,

cuando

de

pronto

surgen

significantes colectivos como

«proletario», «obrero», «movimiento obrero», «emancipación»,

«república de los trabajadores». forzosamente

estamos

hablando

de una excepción. La

norma

consiste en

que

la gente permanezca

en su lu

gar

y que todo siga igual.

Todo

lo

que

hace

época

en la

historiade

lah um anidad funciona a pesardetodo bajoel principio

de que al

go

está ocurriendo, que

la

gen te se larga a habl ar. Yo

74

Hile /gas en el l mp o

5

Page 78: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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trabajo a partir de quienes hablan . Si hablamos de la «palabra

obrera», estamos hablando a partir de gente que habla. Parece

una perogrullada. Sin embargo, va contra cierto método científico

que quiere que, cuando se está hablando de la palabra obrera, se

hable de quienes no hablan. Es siempre el viejo principio aris

totélico, a saber, que hay que construir la democracia con los que

no van a la asamblea, porque esos al

menos

no estarán ahí para

molestarte. Los historiadores

lo

han retomado

por

su cuenta: hay

que hacer

hablar sobre todo a los que no hablan. Es una estra

tegia que les sirve tanto a los líderes políticos

como

a los

historiadores y sociólogos, decir la palabra

que

cuenta es decir

la palabra de

la

gente que no habla . Partí del

hecho

de que

si

ocurre algo, es por excepción y que uno se ocupa de la excepción.

Si hablamos de

la

palabra, hablamos de la gente que habla,

lo

cual

también quiere decir que se toma esa palabra como palabra, no se

trata simplemente de la expresión de una manera de

Ser

sino de una

producción específica: «mis» obreroshacen literatura,

ya

sea buena

o mala, filosofía, ya sea profunda o superflua -el problema no es ése-.

o que importa es saber si son creaciones de lengua de la misma

naturaleza que

las

demás. Hablan por excepción, por efracción.

Hay que hablar entonces de las condiciones de esa efracción,

de la manera en que ocurrió a través de las experiencias que se

pueden aprehender y singularizar.

Por

supuesto,

eso

quie-bra

una cantidad de esquemas, según los cuales lo que la gente dice

no es más que

la

expresión de lo

que

está

pasando por

debajo, en

otra parte.

De

pronto,

la

gente va a interpretar

eso

en términos

completamente fantásticos, del tipo: «¡Ah , claro, pero ésos

no

son obreros como los demás, es la aristocracia obrera». Con lo

cual, te traen ideas bastante locas acerca del grado de cal ificación

que representa

talo

cual oficio. Te dicen: ese movimiento es de

sastres, ahora bien, los sastres constituyen la aristocracia obrera.

No los sastres eran unos pobres tipos,

era

el tipo de oficio que

hacía la gente que no tenía ninguna calificación. Creen que va

todo unto: complej idad del trabajo, rem uneración, bagajecuItural.

Es una idea loca, con respecto a la cual hay que recordar que los

esclavos de la antigi.iedad con frecuencia sabían mucho más que

sus amos y que, en consecuencia, el nivel de saber, de calificación,

156

son cosas que de ninguna manera constituyen el signo de un

estatus social elevado .

Volviendo a lo que hice, partí de una palabra que expresa un

cambio, de

personas que

salen del universo sensible en el que

deberían vivir, porque si «obrero» define una suerte de posición

subjetiva simbólica y no solamente una condición social, eso

necesariamente

pasa por

operaciones de corte

por medio

de las

cua

les un significante

como

«proletario» ya no va a

querer

decir

pobre infeliz, sino

que

va a significar una posición con respecto

al orden simbólico que estructura una sociedad. Ese tipo de

operac ión fue para mí la matriz de un pensamiento del acon

tec imiento como una relación entre mundos posibles.

Del mismo modo en que llevé a cabo una división de la figura

de l obrero, del trabajador, se me ocurrió pensar que se trata

también de una división que genera que haya política. Las

condiciones que supuestamente deben definir la calidad de sujeto

político en realidad están cortadas en dos por una líneade división.

También pude plantear aquello de que tenemos arte a partir del

momento

en que ya no existe cierto tipo de división entre artes

liberales y artes mecánicas, lo que también equivale a decir que

se tiene arte a partir del momento en

queya

no se puede distinguir

al arte del no-arte,

cuando

ya no es posible distinguir lo

que

perteneceal arte de lo

que

no le pertenece.A partir de excepciones

que producen el cambio, hice esas operaciones que consisten en

un nuevo significante, una nuevaconfiguración de la experiencia.

De

una sociedad siempre resulta posible

proporcionar

cortes,

estadísticas, y así sucesivamente, pero si se

considerá

la idea

m isma de sociedad

como

un significante construido, lo

que

inte

resa es la gente

cuya

palabra construye los significantes

«sociedad», «social», «socialismos», etc. Lo cual fue para mí una

matriz, una operación de pensamiento personal que necesita

sistemáticamente que se encuentren formas y niveles de dis

cursos que supuestamente son por completo heterogéneos unos

con respecto a los otros.

No

hay empiría de un lado y teoría del

otro.

Lo que

hay es un

modo

de percepción de la experiencia a

partir del cual se construye cierta forma de inteligibilidad de la

experiencia de lo que causa un corte en la experiencia. Una vez

157

Page 79: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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más, eso quiere decir también que se construye cierto 0d ti ·

pensamiento

, de escritura, en donde las transformaciones

ti

·1

pensamiento siempre

son transformaciones de lo

pensab

le.

cierta medida, lo que ocurre en el nivel de las experiencia qu '

describo también es lo que sucede en

el

nivel de mi escritura. no

no parte de

un

punto de partida en

el

que de lo que se trata es de d c i

lo que es la política, sino que uno se sume en un universo el

.

estructuras significantes e intenta ver emerger de ello cie11a línea

divisoria a partir de la cual se podrá marcar

el

relieve de la política .

IGUALDAD /

DESIGUALDADES

Usted afirma en varias ocasiones que la desigualdad no es

«pensable» más que sobre la base de

lo

que denomina «la

igualdad de las inteligencias».

-5 En

efecto, usted muestra

que las desigualdades se viven y se conocen tanto por

quienes las denuncian

de

manera erudita como por quienes

las viven de manera directa, y que no tiene interés político

explicar cosas que la gente ya conoce. Pero usted también

dice que la desigualdad no es «posible» más que sobre la

base de «la igualdad de las inteligencias». Esta últimafrase

nos resulta mucho más difícil

de

captar.

La fórmula «la de sigualdad no es posible más que sobre la base

de la igualdad» es

ciertamente

ambigua. Es muy posible que yo

haya podido decir algo por el esti lo. De hecho, la desiguald ad no

puede funcionar más que

por

la igualdad, pero eso no quiere decir

que la igua

ld

ad funde

la

desi

gua

ldad en general.

La

desigualdad

es muy capaz de autorizarse a sí misma, sin pedir que se la funde.

y

no es la igua ldad la que

va

a

producir

la

dominación

, sigu iendo

7

«La igualdad de las inteligenc ias es el vínculo común del gé nero humano,

la

condic i

ón

nece

sa

ria y suficiente para

que una

sociedad

de

hom-bres exista. ( .. )

Es cierto que

no

sabemos que l

os

hombres sean iguales.

Dec im os

qu e

qui:::á

lo son.

Es

nue

stra

op in ión

e intentamos. con quienes lo creen, corno nosotros,

co

mprobarla.

Pero sabe

rnos

que este qui:::á es eso

mi

smo por lo cual

una

sociedad

de

hombres

es posible». en Le MaUre ignoran/o Cinq ler;ons s  r / émanclpa/iol1 il1tellectuelle,

París. 10/18. 2004. pp . 123-124 [El

ma

es /ro ignorante. Cinco leccion

es

sobre

la eman

cipación

in/elec/ual. Barcelona. Editorial Lae

rt

cs. 2003, p. 42).

158

In lógica que se conoce bien, a saber, que la igualdad conduce al

dt:spotismo. ¡Famoso asunto No eso quiere decir que de todas

maneras se necesita toda

una

serie de

relaciones

igualitarias

para que funcione la desi gualdad, hace falta que la gente haga lo

que se le pide, y para eso es necesario que comprenda lo que se

I está pidiendo, y que comprenda que le conviene aceptarlo . No

funciona simplemente con la sumisión del desigual, sino

quetoda

desigualdad funciona con la cooperación del desigual. Es un poco

lo

que

para

estaba

en el centro de la

problemática

de la

emancipación igualitaria : hay

momento

s en que resulta posible

lograr que oscile

la

articulación de la igualdad y la desigualdad,

presente en toda situación, en

provecho

de la igualdad . Pienso

que, en efecto, hay que corregir la fórmula. No es la igualdad

la

que funda la desigualdad,

sino que

la desigualdad no puede

funcionar sola.

Ahora bien la igualdad se define sobre un felón de fondo de

desigualdades que cambian en el curso de la historia. Hace un

rato

usted hacía referencia al hecho

de

que la apuesta

de la

autodidaxia no es la misma en la actualidad que en 1830. Al

decir eso de manera implícita afirmaba que la cuestión de la

división entre

lo

manual y

lo

intelectual tal vez no tiene el mismo

peso que tenía en el pasado y que los materiales mismos de

construcción

de las

desigualdades

no

son idénticos

en

diferentes

períodos históricos. El problema de la igualdad se plantea en

consecuencia, sobre un telón

de

fondo

de

una historicidad

de

las desigualdades. No sería posible ignorarlo por cqmpleto,

incluso cuando se trata de postular la igualdad ante todo.

¿Cómo se articula en el fondo la causa de la igualdad con el

estudio

de

las desigualdades?

Por

supuesto, no

tengo

nad a en contra del

estudio

de las

desigualdades y de su forma de tra

nsformación

histórica. Pe-ro

el punto esencial en la historicidad de las f0n11aS de la desigualdad

es que se prestan

más

o menos a la construcción de escenas de

la igualdad.El punto fundamental para mí es ése: el carácterafir

mativo

de la igualdad y la construcción de una escena de

verificación de la igualdad . Se trata de algo que, según mi opin ión,

59

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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establece un corte radical con quienes dicen que primero hay qu .

estudiar

la

forma históricamente específica de la desigualdad y p r

lo tanto comprender

la

lógica del sistema para poder elaborar

estrategias que estén hechas a su medida. Lo que sigue siendo

absolutamente cierto es

qt la

construcción de escenas de la

igualdad es dependiente de lo que

le

ofrecen las formas existente

de la desigualdad. Se adviette con claridad que lo que vuelve la

coyuntura presente tan dolorosa

por

la causa de la igualdad no es

como afirman algunos que todoel mundo esté tan feliz y tan colmado

de bienes de consumo que ya no hay motivo o energía para la

revuelta. Lo que en la actualidad está en cuestión es la existencia de

lugares en que se encuentran la igualdad y la desigualdad. Es algo

que ha sido muy fuerte en

tomo

al lugar obrero en

tomo

a una

relación de fuerzas que se podría organizar en ese lugar. También

pudo haber sido muy intenso en ciertos momentos con respecto al

sistema educativo. AJlOra

bien hoy se advierte con claridad que hay

un estallido de los lugares de la dominación lo que hace que esas

escenas de encuentro tiendan a reducirse cada vez más.

En cierta medida  toda la lucha de clases tal como la lleva

adelante lac1ase dominante es una lucha que busca sistemáticamente

que queden deshabitados todos los lugares del encuentro.

El

hecho

de que las empresas hagan que se construya en un país que no es

el país en que se encuentra la sociedad o el hecho de que una masa

de decisiones llamadas políticas  estatales o gubernamentales se

tomen en no-lugares del tipo de las instituciones europeas   por no

hablar de todas las instancias de encuentro de las grandes potencias

estatales y económicas hace que en última instancia

ya

no haya

lugares no sólo en que las personas se encuentren fisicamente sino

tampoco en que se midan las competencias.

¿Qué

podía ocurrir en

una huelgacon toma en una negociaciónde un conflicto obrero?

No

se trataba simplemente de una relación de fuerzas en

un

lugar  era

también la oposición de una competencia con otra. Queda claro que

incluso ese encuentro de competencias o de inteligencias ya no tiene

razón de ser cuando se da una deserción de los

lu

gares en que la

inteligencia del capital podía confundirse con la inteligencia del

trabajo. Es también lo que está enjuego en todo el desmantelamiento

de los sistemas de servicio público  de las instituciones sociales. En

16

todos esos campos la tendencia a privatizar los servicios públicos o

aestatizarel sistema previsional también quieredecirque losámbitos

en que las potencias se enfrentan van a existir cada vez menos.

Lo cual ha

favorecido la

aparición

de

tres tipos de figuras

de

conflicto, el conflicto enteramente localizado como el

RESF Réseau Éducation Sans Frontieres)  16 l:na orga-

nización que se

ocupa

de la defensa de

los sin

papeles

en

torno

a la

cuestión de

la

escuela

  o bien las

fórmulas de demostración

sim bólica del tipo

de

Seattle y

de

Génova, el momento en que

mu ndo oficial y un contramundo se enfrentan durante una

semana o bien las fomlas presentes del tipo de la ocupación de

plazas un lugar en que el poder del pueblo y el poder estatal

eventualmente se encuentran pero también un lugar en que la

inteligencia y el coraje del pueblo todavía se pueden manifestar. Hay

que tener necesariamente en cuenta la cuestión del lugar que el

estado actual de la distribución de las desigualdades

da al

conflicto

y al mismo tiempo a la afirmación de un poder igualitario.

La

diferenciación de desigualdades siempre tiende más o menos a

impedir que se afirme un poder de

la

igualdad en tanto que tal.

Lo cual coincide con otra cuestión.

En

diversas oportunidades

usted expresó su irritación hacia los pensa-mientos que

ven

poder por todas partes un

es

tallido de formas

de

poder como

en las tradiciones inspiradas

en

Foucault. Debido a esta

distancia que adoptó con respecto a esa metqfisica del poder

que estaba muy presente en los años 19

70

y que puede adquirir

form s

variadas se le puede reprochar

hoy

que haya

descuidado en su trabqjo las relaciones

de

fuerza

o

en lodo

caso haberlas minimizado. Simplificando un poco se dirá que

su postulado

de

«la competencia

de

cualquiera» está dolado

de

una fuerza intrínseca

en

todo lugar

yen

todo tiempo  que esa

capacidad no se enfrenta con las relaciones

de

fuerza. La

qfirmación de la igualdad tendría  en su trabajo como un

poder que y es siempre autónomo de reconfiguración de

lugares y de sujetos que sería independiente de las relacion

es

de fuerza que le preexisten.

J . Red Educación Sin Fronteras.

16 1

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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En El desacuerdo, dije que

la

«policía» en cierta medida

le

otorga

sus lugares y sus objetos a

la

política. La configuración del orden

policial define los posibles de la política. El orden policial es ante todo

un orden que busca con bastante sistematicidad impedir que se den

esos encuentros. Existen varias maneras una es tirar sobre la

multitud y otra esdejarque

la

plaza pública seael único lugar en que

pueda haber una visibilidad de un poder colectivo

LA

DISPOSICIÓN E LO COMÚN

Lo hemos señalado, postular la igualdad es ~ f i r m r la

«competencia de cualquiera». De esta manera, usted concibe

la competencia o las capacidades de un modo absoluto

antes que gradual o relacional. Nos parece que esta manera

de pensar se distingue claramente de otra concepción de la

emancipación que también se desarrolló a partir de los

aFíos

970 dentro de una tradición que podríamos calificar de

spin ozista, que construía de una forma totalmente distinta

ese concepto de «competencia». En ese marco, la cuestión

de la emancipación no consiste en reconocer una competencia

absoluta de todos o de cada lino sino más bien competencias

diferenciadas y especificas. La apuesta del pensamiento

político consiste, de allí en más,

en

concebir la composición

de esas diferentes aptitudes la disposición de poderes de

acción, la forma de esa disposición. ¿Cómo se ubica con

respecto a esos procesos? l concebir a la competencia de

manera absoluta,

¿

no s está usted privando de una reflexión

sobre el crecimiento de poder? En nombre de

la

igualdad

de

principio, ¿no se v obligado a separar el problema individual

y colectivo de la extensión de posibles

en

cada cual?

Partamos de

la

idea de una competencia de cualquiera. Eso no

quiere decir que cualquiera es competente como para hacer

cualquier cosa o que simplemente es competente en general. La

competencia de cualquiera abarca dos ideas que están estre

chamente vinculadas y que sin embargo son diferentes. La

primera es la idea de las condiciones de

la

política: para que haya

162

política y no sólo poder es necesaTio que una competencia para

gobernar sea una competencia sin especificidad que no peltenez

ca

a

un

sujeto específIco. Hay política en ese sentido cuando hay

un

poder de cualquiera. La segunda idea es la de

la

igualdad de las

inteligencias que retomé de Jacotot. Eso no quiere decir que todos

sean igual de competentes en todo sino que hay una distribución

d iferenciada de las fOlmas de

im pI icancia de una intel igencia que es

la

misma para todo el mundo. Siempre es posible encontrar o

construir situaciones en que se va a verificar una igualdad de las

intel igencias.

Lo que es muy importante para mí 110 es no el hecho de defi-nir

la competencia de manera clásica. En el corazón de la idea de

competencia a pesar de todo está la idea de que una competencia

es la otra cara de una incompetencia. Si somos competentes es

porque todos los demás son incompetentes para decirlo muy

rápidamente en particular en lo que concierne a la competencia

política tal como

la

piensan nuestros gobernantes que es

la

incom

petencia de la mayoría. Afirmar que usted tiene una competencia

formidable para hacer cosas prácticas quiere decir que posee una

incapacidad total para las cosas teóricas políticas y que en

consecuencia no tiene que interesarse por ellas. Desplacé

la

relación insistiendo en el hecho de que una competenci a siempre es

doble: es a la vez una habilidad un saberhacer  una capacidad espe

cífica y siempre al mismo tiempo es la presunción de una relación

entre competencia e incompetencia. Lo fundamental es eso. Detrás

de toda competencia específica puesta en marcha en la práctica

siempre hay una suposición una elección en cuanto a la relación

entre competencia e incompetencia.

No

tengo nada en contra de

la

idea de una disposición de

competencias diferenciadas pero tengo mucho en contra de la idea

de que se constituya una escena de lo común por una reu-nión de

esas competencias. Pienso en la tesis de «el intelectual específico»

que se formula en la entrevista de Deleuze y Foucault de 1972 de

la que ya hemos hablado en diversas oportun idades y que era sobre

todo idea de Foucault aunque los fundamentos teóricos eran más

bien deleuzianos. Foucault pensaba que en lugar del viejo sujeto de

la política definido en télminos de clases de obreros de pueblo iba

163

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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a haber competencias específicas. En

tomo

a

la

prisión se re

ún

en

juristas, médicos, prisioneros, guardiacárceles, vigilantes, asistentes

sociales, cada uno apOltando su saber. Se puede pensar en todo I

que, por otra parte, se ha desarrollado sobre el tema del reparto d

los saberes. Todo eso está muy bien, pero nunca definió una escena

. política. Creo que

la

idea de la nueva política por los «intelectua le.

específicos» no ha tenido futuro. A pesar de todo, los «intelectuale

específicos»alosquesedirigíaFoucault,paradecirlomuybrevement

e

se convirtieron en los intelectuales tipos de la CFDT que acabaron

en lo que se vio en 1995. Eso no quiere decir que fuera n má

estúpidos o peores que los demás, sino que de todas maneras hay un

momento en que los intelectuales que se dicen «específicos» se

encuentran en una situación en que deciden que

la

inteligenc ia

política es

la

de los gobiernos o

la

de los huelguistas.

Que todo el tiempo estén en marcha competencias heterogénea

en la constitución de una escena política de lo común es algo

perfectamente cierto. Que esa escena se constituye por una com-

binación organ izada de competencias, no lo creo así. Los movimientos

políticos y sociales siempre han sido hechos en gran parte por

personas que eventualmente eran médicos, juristas, profesare

,

asistentes sociales, trabajadores sociales más o menos confi ontados

con situaciones concretas y que implicaban sus saberes en formas

de motivaciones concretas, pero no es esa combinación la que define

por sí misma una nueva escena de lo común.

No pensábamos en el discurso sobre el ascenso de los

«intelectuales específicos». Más bien estábamos pensando

en los discursos de Deleuze y de Guattari sobre las «dispo-

siciones colectivas de enunciación» y el pensamiento crítico

que en Francia se vinculó desde los afias 1970 a las diversas

formas de

lo

común y de los colectivos como lugares de una

actualización de la práctic polític emancipatoria. Es

prob ble

que

se tr te

de

un reflexión vincul d

históricamente a la idea de que la apuesta de los colectivos

es ante todo la de permitir a los individuos que lleven a buen

término lo que no eran capaces de hacer antes de ser

proyectados en la d i ~ p o s i c i ó n de hacer más de lo que

64

pueden solos o en grupos de pertenencia impuestos hereda-

dos  como la familia el medio militante

o

el ambiente

profes ional. no tiene la impresión de que su razonamiento

se hace p r una competencia dada como si la posibilidad

de cumplir el propio deseo

o

de seguir una inclinación fuera

para usted a fin de cuentas algo secundario cuando se trata

de

definir la emancipación o la política. Es una paradoja.

No, se puede pensar ese incremento de competencias en términos

de disposición colectiva de enunciación, pero en el fondo no sé muy

bien qué se entiende con disposición colectiva de enunciación. Hay

toda una serie de formas que pertenecieron a los movimientos

obreros, políticos, revolucionarios del pasado que se pueden conside-

rarcomo disposiciones específicas de enunciación.Constantemente

eve que unaprácticami litante era una práctica

quena

sólo producía

incrementos de saber y de competencias, sino también inten-

sificacionesen términos de deseo.En cierta medida, podr ía decir que

se trata de lo que siempre afilmé de otro modo, a saber, que los

grandes movimien tos de emancipación han sido movimientos en el

presente, de incremento de las competencias, tal vez tanto y más

todavía que movimientos destinados a preparar otro futuro. En un

sentido, en eso consiste

La noche de los proletarios .

Se trata de

gente que se vuelve capaz de hacer lo que no era capaz, que logran

hacer una abertura en la pared de lo posible. Al agruparse según las

diversas modalidades, incrementan esa competencia y se largan a

vivir de manera más intensa, lo que incluye toda suelte de

enriquec imientos. Tal vez no haya que pensar en un nuevo tipo de

militante, de intelectual, es algo que

ha

sido fundamental en todo

movimiento igualitario, de emancipación.

Se entiende

que un

movimiento

igualitario no

es

un

mo-

vimi

ento

de personas que están

preocupadas

en todo momento

por el h

ec

ho de llevar a cabo la igualdad. Un movim iento igua-

litario es un movim iento de personas que ponen en común su

deseo de vivir otra vida, para decirlo en los términos más

clásicos. Siempre dije que la igualdad era unadinám icay

no

una

meta. La gente no se junta para llevar a

cabo

la igua ldad, lleva

a

cabo

cierto tipo de

igua

ldad juntándose.

165

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Pero hablar de disposición o bien de asociación  si uno

vue/vl

al léxico socialista del siglo XIX, también implica poner en el

centro de la reflexión lo que en el universo marxista o libertariu

de los años 1960-1970 se llamaba la «cuestión de la organi

zación» la constitución de reglas

de

funcionamiento colectivu

que permitan ese incremento de las capacidades. Por su parte

usted dice que la emancipación tiene lugar a partir del mamen

u

en

que hay una escena de

lo

común que

en

el fondo no

es

necesario pensar en esas reglas de vida común. La historia

de

las reglas de vida común o la historia

de

los

commons

77

proporcionan otros archivos para pensar las modalidades

extremadamente diversas de lo que usted llama el «reparto de

lo

sensible». Este último punto no lleva, p r otra parte hacia

otra fricción con lo que en la actualidad se reivindica de

Deleuze y  sobre todo, de FOllcault en torno al trabajo sobre sí,

a la relación consigo a las «técnicas de sí». Usted hizo

referencia al «método de la igualdad» como un método colectivo

que también se puede poner en marcha en las relaciones

pedagógicas. ¿Pero también

se

puede pensar ese «método de

la igualdad» como una manera determinada de vincularse

consigo mismo,

con

su propio deseo  

con la

concepción que se

tenga de las propias capacidades? ¿No hay también un

momento individual y subjetivo del «método de la igualdad»?

En

un

sentido, yo empecé por ahí, por

la

economía cenobítica de

Gauny, es decir, del trabajador emancipado

como

trabajador que

se estipula una regla de vida determinada con ese cálculo del

presupuesto. Cada artículo del presupuesto del «cenobita» se

piensa en términos del incremento de libertad que puede producir.

Gauny dice que no es necesario gastar plata para el planchado

porque, a fin de cuentas, una camisa sin planchar forma parte de l

hombre libre, que, en sí misma es

un

indicador de un rechazo, de

una rebelión.

El

rebelde no necesita una camisa planchada, pero

en cambio,

le

asigna mucha importancia a los zapatos, porque el

obrero rebelde debe caminar mucho. Calcula absolutamente

todo con la idea de saber en qué medida un gasto en dinero se

77 Comida colectiva. En inglés

en

el original N . del T. .

66

rc

flejaen una ganancia de libertad. Es algo quehasido fundamental

y que se encuentra siempre un poquito allí donde

la

gente que no

tiene mucho para gastar se plantea la cuestión de su pre-

supuesto. En ese diario íntimo de un obrero hindú al que hacía

alusión, uno ve que se menciona cuánto se gasta para tal cosa.

Eso también indica a qué cosas uno les otorga valor. Es uno de los

elementos de las reglas de vida que siempre ha sido importante. Es

sabido hasta qué punto el movimiento anarquista obrero ha podido

estar vinculado a toda una serie de movimientos naturistas, gim-

násticos. Pienso que hay toda una tradición del trabajo sobre sí como

parte integrante de

un

trabajo de emancipación que intenté exhibir

con respecto a todas las dimensiones colectivas.

En cierta medida, la debilidad de mi trabajo no consistiría en

el hecho de

haber

sacrificado la subjetivación individual

por

la

subjetivación colectiva, seríamás bien

lo

contrario, haber pensado

la emancipación a partir de esas formas de transformación de sí

con las que

me

topé en mi trabajo sobre el archivo. Pero un

trabajo sobre sí es fundamental en toda tratativa de igualdad.

Dicho

lo

cual, hay que ver con detenimiento a qué nos referimos

con el trabajo sobre sí.

No

soy muy fanático de todos los temas

del cuidado de sÍ, cosas

por

el estilo no me interesan mucho que

digamos, más bien se trata de qué tipo de cuerpo se va

construyendo, qué tipo de actitud, de vida cotidiana.

¿Por qué le desagrada esta temática del «cuidado de sí»

como condición de la emancipación o como elemento primero

de la política? ¿Se debe a que implica un individualismo?

Me

«desagrada» . . . es mucho decir. Lo que no me gusta es la

reflexividad, si se

piensa que el «cuidado de sí» en el sentido de

construirse un sí en el que uno se va a mirar. En esos textos

hindúes a los que hacía referencia, hay toda una discusión sobre

el hecho de que hay que pasar de la cuestión del «who» a la

cuestión del «where». Lo importante es construir el espacio en

donde uno está antes que

de

construir quien uno

es

Personalmente, siempre pensé, es mi viejo trasfondo sartreano,

que ante todo uno es lo que hace. Antes de definir el tipo de sí

que se quiere adoptar, uno se da cosas para hacer.

67

Page 84: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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DESlDENTIFICACIÓN

y

SUBJETIVACIÓN

En efecto a partir de

La noche de los proletarios

usted insiste en

la «des dentificación» como criterio fundamental de ubicación

política. ¿No se corre el riesgo de caer en una contradicción

entre esta exigencia de desidentijicación como condición de la

subjetivación política y una exigencia paralela en su trabajo 

de «simbolización» de lo común: la necesidad de constituir un

espacio de equivalencias entre situaciones locales que se

pueden vivir o pensar como heterogéneas para que tenga lugar

la política?7RA veces da la impresión de que usted deplora una

simbolización imposible. En cierta medida  se junta entonces

c?n un

d i s ~ ~ r s o

de qflicción que da a entender que y no hay

slmbobzaclOn colectzva fuerte hoy en día mientras que hubo

una hasta fines de los años 1970. Saber si usted adhiere

realmente a es aflicción es desde luego una

cuest

ión

signijicativa pero el punto más importante sigue siendo esa

tensión entre por un lado  la exigencia

de

«des

id

enfijicació71»

y por el otro la exigencia de simbolización que tanto una

como la otra atraviesan su pensamiento de las condiciones de

lo político. En su trabajo hay algo as i como un doble movimiento.

Digamos

ante todo que l

os

dos términos no se oponen. La

s u b j ~ t i v ~ i ó n política es una

opera

ción simbólica con respecto a

una IdentIdad constituida.

Por

lo tanto, todavía se trata de una

forma de simbolización. Ésta se construye sobre la basede cierta

consistencia social

que

trabaja

desde

el interior. Si se

piensa

en

lo

que se denominó el movimiento obrero o proletariado, se

advierte .con facilidad que se tiene un solo nombre para dos

cosas:

pnmero

, la existencia de una

masa

de

gente

perteneciente

a una misma co ndi ción que ya está

comprendida

en

una

7  «He inSistido en el hecho de que lo que se denominó «movi miento obrero»

era ante todo un movimiento de subjetivación. un trabajo de simbolización: para

e

ll

o, es necesa rio que personas que pertenecen a UIl grupo social más o menos

firme,mente definido sean capaces de intervenir sobre la cuestión de las divisiones

slmbolicas de la SOCiedad». en

«Xenofobia

y políticID (2000), entrcvista rea l zada

por Y. Sintomer, reed itada en l /an/

pis

pOllr les gens

f lig ll

és ob. cit.. p. 20 l .

68

sim bol ización del orden colectivo; seg undo, la desidentificación,

que transforma el sentido mismo de la simbolización al hacer de

ello yana la designación de

una

identidad colectiva sino la de una

capacidad colectiva para construir un nuevo común. Allí siempre

hubo algo así

como

una contradicción objetiva: no hay desi

dentificación sin identidad, no hay pasaje al otro lado sin la

posibilidad de simbolizar cierta cantidad de rasgos comunes

compartidos sobre la base de una comunidad de vida. Una

co

munidad

de

vida

quiere

decir que

las

personas comparten

una

mis ma condición, un universo sensible, un tiempo y un espacio,

un universo de palabra.

Está claro que siempre hubo esa tensión entre la manifestación

del sujeto militante y la existencia de una comunidad de vida a la que

se trata de transformar, pero que es también un elemento que

permite que se dé la comunidad, que

la

gente se pueda reunir, que

pueda decir «basta», que ocupe las calles, las fábricas, y que se

imponga

como

una potencia colectiva material. Según mi punto de

vista, la subjetivación es la operación simbólica que separa a una

comunidad de su identidad. Aun así, para que se divida, esa

comunidadprimerotiene que existir. Se lopuedecompararcon otras

tres maneras de pensar la subjetivación en la actualidad: está

la

que

da poco valor a la simbolización porque piensa que a comunidad

subjetiva se da por el proceso mismo. Es la visión que yo llamaría

vitalista, representada por Toni Negri. Está la que, por

el

contrario,

piensa en la simbolización como potencia de convocatoriaque lleva

el nombre, es decir, en definitiva, la idea. Es el sentido de la

revalorización del nombre «obrero» que hace mucho tiempo

preconizaba Alain Badiou y la del nombre «comunista» en la

actualidad. Finalmente, está

la

que piensa en

la

comunidad

no

como

división sino como composición. Es la idea de la hegemonía que

retoman Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Son otras tantas

maneras de vérselas con la tensión entre el grup o y

el

nom breoPero,

a pesar de todo, las subjetivaciones se dan sobre la base de la unión

de personas que poseen una relación común con las situaciones, ya

se trate de tunecinos que se ven privados del poder y de los medios

de producción, ya se trate de los obreros que luchan contra

un

sistema de explotación, qué sé yo.

69

-

Page 85: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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POLÍTiCA E iNSTiTUCIONES

T e n e ~ o s

presente que, en El desacuerdo usted define la

polztlca como «institución de una parLe de los sin-parte».

Ese campo de la política es, de este modo, uno en los que al

.fin y l cabo encontró una manera de hacer filosofia que era

proba-blemente más tradicional que la que concierne a las

cuestiones estéticas. ¿Por qué tradicional? Porque usted

acepta el principio de la definición de esencia que estructuró

g r a ~ parte de pe.nsamiento político. ¿Por qué aceptó seguir

juego, alll mTSlno donde su pensamiento lo llevaba a

znventar otra manera de enunciar las cuestiones políticas?

e g ~ ~ d a pregunt tiene que ver con l p l br

«znstltuclOn». Usted á firma la politfca como «institución de

una parte de los sin-parte». Se lo ha cuestionado mucho

d ~ b i ~ o a la «parte de los sin-parte», pero menos sobre el

~ e n ~ z n o

«institución». ¿Es posible pensar la política sin

I 1 1 s t z t ~ c l o n ?

y

es necesario pens r la institución, ¿no

h brw .que defil1l.rla un poco más? ¿Acaso no hay un

p ~ n s a m l e n t o propIO de la institución (uno piensa en los

diversos análisis institucionales o en ciertas teorias sociales

y políticas)

~ u e p o ~ r í a

constituir un desarrollo de su trabajo?

En

un

sentrdo mas amplio: ¿es posible concebir la eman

Cipación sin instituciones, o cuáles serian las instituciones

de la emancipación?

P ~ r t a m o s de lo siguiente. En

ninguna

parte de El desacuerdo

d ~ c e : la p o í t ~ es la  institución de una part e de los sin-parte. Se

dice: hay

O h ~ I C . ~

alh donde hay tal institución.

Es

importante no

hay una definlclon de la política hay una suerte de narración de

«c u 

a?do

hay política»  de «allí

donde

se puede decir que hay

p ~ l ~ t l c a » .

Una

vez

más  El desacuerdo se

presenta como

una

c n t l ~ a

de la filosofí 

a

política lo cual equivale a decir

muy

p r e c l s a m e n t ~

l ~ n a

cntlca

de una definición de la política a partir

de

una defimclon del ser humano de

la

comunidad del vínculo

  m ~ n o

etc. Incluso en El desacuerdo, un libro que se cuela al

maXJnlO en las exigencias de lo que se considera que es la teoría

17

incluso ahí la cuestión del

«qué

es eso que» se remite a la

cuestión de saber cuáles son las condiciones en las que se puede

afi

rmar

que

existe algo del orden de la política.

Lo

que resulta

significativo es que esas condiciones son lasdeunadivisión.

Loque

enunciaEldesacuerdo es que sólohay política por división de

lo

que

es dado como la esencia de la política. Aristóteles define la política

a partir de la capacidad humana del lenguaje. Ahora bien  la políti

ca se va a encontrar únicamentedividiendo esa capacidad haciendo

queaparezcauna distancia unadivisión en

el

seno de esa definición.

Del m ismo modo  si uno parte de Platón  uno va a encontrar q ue só1

hay política a partir del

momento

en que uno se inclina hacia el

resto

hacia

el último término de la lista hacia lo

que

no entra en

los títulos

para

gobernar.

Esto es importante y se

vincula

con

1

que decía hace un rato

a saber que en materia de política

me

la pasé diciendo: esto es

lo que según mi punto de vista se puede decir sobre la política

si

uno

se ciñe

hablar

de la política de manera diferente que en los

términos de la filosofía política de manera diferente que en los

términos de una definición simple de lo que es la política a partir

de una propiedad política.

El desacuerdo

dice que no hay

propiedad que genere que haya política; hay política

por

una

división de la propiedad que se supone que debe generar que

haya

política. Creo que se trata de algo fundamental que hace

que en un sentido

yo

entre en el juego de los que quieren una

definición de

la

política  pero entro en ese

juego

perturbándolo 

porque

digo: lo que ustedes llaman política es algo que acaba en

una contradicción; lo que ustedes proc laman

como

el

retomo

de

la política en realidad es su desaparición. En consecuencia su

definición de 10propio de lapolíticase muerde

lacola yelloobliga

a

pensar la

política en la forma de lo que viene a perturbar lo que

se

da como

forma normal de unión

humana

y del gobierno de los

hombres.

Está

ese carácter esencial

para

mi definición de

la

política. Lo

que

se define es una tensión entre dos lógicas. Eso

con respecto al

primer

punto.

En cuanto al segundo  cuando es cuestión de institución de una

parte de los sin-parte  está claro que «institución» en ese sentido

quiere decir emergencia forma de declaración de manifestació n

17 1

Page 86: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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de una parte de los sin-parte. Es

la

institución en el sentido

declaro, manifiesto; por medio de esta aparición, algo apa r

ee 1  

un

espacio

públicoy

construye

un

espacio público específico .

I (1

que también quiere decir que se plantea

la

cuestión de

lo

que

denomina la institucionalización de la institución, con toda   la

objeciones que no paran de sumarse: lo que hay no es so lame nl •

espontaneidad, también es necesaria la organ ización, todos esa

triquiñuelas que son conocidas y que son a la vez absolutamCnl ¡

irrefutables y totalmente carentes de interés. Una vez

Il1ÚS

organización hay siempre y por todas partes. No hay necesidad

de to-marse el trabajo de andar pregonándola. La única cue tió  

es: ¿qué es lo que se organiza?

¿Porqué?

Y, por lo tanto, ¿cómo

Lo que dije simplemente es que si debe haber instituciones de la

política, deben ser instituciones de la política en

lo

que ésta tien

de específico, de propiamente anárquico,

al

contrario de todo lo

que concluye de las formas naturales o sociales de autoridad en

las formas de gobierno. Sí, es posible decir que es necesario qu

la

po lítica se proporcione sus propias instituciones:

partido,

escuelas, periódicos, universidades, cooperativas, teniendo en

cuenta también que para que eso tenga sentido, deben ser

instituciones de

la

política. Teniendo en cuenta, por otra parte,

que la política no existe nunca en su estado puro. Si

la

política

quiere decir que existe algo

como

el poder del pueblo, que es e l

poder de cualquiera, si ese poder tiene una especificidad, de be

haber

in

stituciones de las que no necesariamente se espera que

representen la política en su estado puro, sino que, en todo caso,

sean diferentes en su

modo

de existencia, en su finalidad, en su

estructura, de 1 que son las instituciones del Estado.

Está claro que lo que conocemos

como

partidos políticos son

instituciones del Estado, que lo que hemos podido conocer

por

otra parte,

como

partidos revolucionarios, eran instituciones de

comp.romiso entre el partido como institución del Estado que

permIte tener eventualmente escaños, si no es en el Congreso,

por lo

en el Parlamento Europeo o en las regiones, y luego

el partIdo como embrión de otro Estado. Si el «partido político»

tiene un sentido, debe tener el sentido de una firma de unión un

modo de enunciación que sea específico. Sus formas de en un-

  72

ciación, de declaración, de acc ión, deben poseer una forma de

tcmporalidad, un tipo de objetivos que sean diferentes de los

se definen a partir de los calendarios del Estado o de los

medIOS

de comunicación. En este sentido, una institución política es una

institución que tiene por meta el incremento del poder de

cualquiera. Está claro que hay pocas posibilidades , pocas z o n e ~

de que lo que la guíe sea la esperanza de alcanzar una secretana

de Estado en un gobierno de izquierda.

Hay

instituciones cuya

meta es ésa. En el sistema que conocemos,

hay

personas que se

presentan como candidatos con

la

idea de que,

por

supuesto, no

llegarán a ser presidentes, pero que tal vez podrán arañar algunos

escaños como diputados, que les dejarán una secretaría de

Estado de la educación superior, a falta de alcanzar el ministerio

de

Educación.

Sin

duda, en

mismas

son

metas respetables

,

digo

simplemente

que una institución

propiamente

o l í t i c ~ no

tiene

por meta

eso , sino

desarrollar

un

poder de

cualqUiera

con respecto a todo lo que se

negocia

sobre ese

modo como

participación

en el

poder

estatal.

No estoy

en

contra

de las

ins

tituciones

,

estoy

en

contra

del

discurso

imbécil

«espon

ta

neidad-organización

».

Estoy

en

contra

de

todo

lo

que viene

a

rebajar

la idea de

una institución

de

la

libertad y de la

igualdad con la

idea

de institució n en

eljuego

estatal, tal

como

es

definido.

EL LUGAR DE LO SOC IAL

En su concepción del cambio histórico hay un elemento

que brilla

por

su ausencia: la sociedad, las clases sociales,

la composición

e

clases sociales. Explicar la historia a

través de lo social

o

con lo social, sin embargo, es una de

las modalidades corrientes de análisis de la historia,

en

particular en las tradiciones de pens miento d ~ n d e

lIs-ted proviene. Esta ausencia elocuente nos mClla a

preguntarle cuál es la consistencia de lo que

en

general

se denomina «lo socia » en su propio trabajo. ¿No tiene

ningún valor, en el sentido en que lo social sería una

173

Page 87: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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invención de

lo

que usted llama la «policía», 9 lino suerte

de

ficción de una relación que para usted siempre resulta disonante,

diferente o carente de existencia? Hay

un

segundo aspecto de

la cuestión: se

pue

e dec

ir

que el lugar que ocupa

lo

social e

l/

otros pensadores, desde

La

noche de los proletarios usted ha

alojado el poder de la imaginación. SigLdó aquí el hilo de las

Cartas sobre la educación estética del 110mbre de Schiller y jOfjÓ

la idea de que la po tencia de recorifjguración por parte de la

imaginación sería el molor principal de las transjor-maciones

históricas, en política tanto como en arte. ¿Cómo

si

túa

exactamente este poder

de

la ;,naginación con respecto al peso

de

lo

social al que a menudo se recurre para pensar la historia?

Yo siempre rechacé

la

explicación por lo social  en el sentido de la

explicación por la base  por

laque

está debajo  ese pensarescalonado

en que los cambios en

la

sociedad van a expl icar los cambios en la

política en

la

ideología todo ese sistema de explicación que va a

buscaren las transformaciones de

la

composición social las razones

del cambio o la manera de organizar el cambio. Creo que ustedes no

pueden darse cuenta  en su generación  del peso que pudo adquirir

en cierto momento ese di scurso que se con sideraba supuestamente

inspirado

por

el marxismo  en el que se buscaba saber qué cla-se

subclase qué elemento de clase en función de su ser de clase

posición de clase o actitud de clase  podía ser un aliado del

proletariado en

la

lucha revolucionaria. Era algo que estaba muy

presente arraigado en una cultura escolar.

Es

lo que recordaba

antes a propósito de las causas de las revoluciones  que siempre

debían ser crisis económicas. Existe una tradición muy fuerte según

la cual lo que aparece en escena se debe explicar por algo que se

sitúa

por

debajo de

la

escena  lo que tenía

por

consecuencia esos

discursos inverosím iles que se encontraban en

la

Francia de los años

1970 para saber qué fracción o subfracción de talo cual tipo de

79 «Genera

lm

ente se deno

min

a

po

lítica

al

conjunto de l

os

procesos mediante

lo

s

cuales se efectüa n la agregaci

ón

el consentimiento de l

as

colectividades la

orga

ni

zación

de

l

os po

deres 

la

d

is

tribución

de

los

lu

gares y

fun

ciones y l

os

de le

gitimación de esta

di

s

tri

bución. P

rop

ongo dar o

tr

o nombre a esta

di

stribución y

al sIstema de estas legitimac iones. Propongo llamarlo policía.» En El desacuer o

ob. cil p. 4

3

174

burguesía podía ser el aliado de los

p : o l e t a r i ~ s .

Hay que

t e n e r . ~ n

mente esa tradición que era extraordinanamente Importante.Tamblen

hay que tener presente algo que es menos caricatural 

~ e r o

que .a

pesar de todo sigue siendo para mí un punto de

d l v e r g ~ n c l a

fun

damental. asaber la búsquedade

la

figura COITecta del proletanado.

Dice

n: eI r ~ l e t r i d o no es

como

era antes  pero f i g ~ r s nuevas

que cumplen el mismopapel: en la tradición obren sta Italiana  este

modo se tendría al obrero metropolitano  al obrero precariO al

trabaj;dorcognitario o qué sé yo que o r f i ~ sería la figura c.orrecta.

No vaya decir que ante todo lo que pnma

es

el trabajo

de

la

imaginación y

que

lo social no

es

nada . Pero.

hay

que

~ o l v e r

a

pensar

lo social 

ya

no

en

términos

de

compacidad

s t r a t ~ f i ~ a d a

sino más bien en

términos

de escenas de lugares

confhctlvos.

¿E

n

qué

consiste lo social para

mí?

Es el luga r

donde

se

p e r

de

manera constante

un conflicto de

competencias

.

Lo

socJaI es

el lugar en

que

opera

la cuestión: ¿el

hecho

de que los obreros

quieran

ganar más es

o no es un asun.to privado? e l l u g ~ en

que se

plantea

la cuestión de saber SI

talo

cual dlsgregaclOn o

sufrimiento

que

vive

la gente

es un asunto

pu-ramente

e r s O J ~ ~ I

privado o si

es una

cuestión pública que

exige

una a cclOn

colectiva. Lo social

es

el lugar en que se

anuda

la cuestlon del

reparto

es

lo

que

traté

de

decir en

mis «Diez

t ~ ~ i s sob re. la

polític3»  8°

Noexiste lopolíticocomo

lugar de laacclon colectiva

y lo social

como

esfera

oscura

de

i n t ~ r e s e s

según la

manera

de

Arendt.

No

lo social es el lugar

mismo

en que se plantea la

cuestión de lo que es social y de lo que es político 

de

lo

que

es

privado

del orden

de

lo individual de

la vida

oscura y de lo que

corresponde

al orden de la

escena

pública y 

por

lo tanto d.e una

competencia

pública.

Lo

dije en

El d e s a c ~ / ~ r d o 10 s ~ c l a l

varias

cosas

a la vez

es

la instancia

metapohtlca

de exphcaclOn

de

lo político  también puede ser el objeto de una

t o p í a

o i?cluso

de

filosofías de la

compacidad

del

cuerpo

socJaI   del vll1culo

social. Pero lo social es también el lugar del conflicto pem1anente

ellugaren

que lo político

siemprepuedevolvera

surgir  mediante

un

trabajo

de reconfiguración de datos  que se

puede

llamar un

trabajo

de imaginación.

8 En los bor es de lo político ob. cit.  pp. 22 3-254.

175

Page 88: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Esa imaginación no es una facultad particular. Se puede

encontrar en marcha en cualquier parte, se halla presente dc

manera potencial en cada uno de esos conflictos que se de

nominan sociales, como puesta en escena de la pregunta: «¿es

algo privado o no, invita a un simple reajuste de las partes o a la

emergencia de una parte de los -sin-parte, de una dimensión

propiamente política?». Lo cual nos remite a la cuestión de l

presente, de las emergencias en el presente. Un conflicto socia l

es o no es el lugar de emergencia de un sujeto político.

Hay

que

abandonar la idea de lo social en términos de composición.

Al mismo tiempo, queda claro que la lucha de clases

-lIa

mémosla así,

para

no complic ar demasiado las cosas- también

produce transforma ciones radicales de composición social, que

del

mismo

modo son operadores de politización o de des

politización. Si se piensa en la desindustrialización, algunas

personas piensan que es efecto de las transformaciones técnicas,

que

ya

no quedan obreros

en

ningún lado y que los robots lo hacen

todo. Tal vez ya no sea el caso en la actualidad: con las películas

sobre

Bombay

y compañía, la gente entiende que estamos más

bien en la época del

sweating system,

del trabajito a domicilio,

más bien que en la época en que los robots hacen todo. Lo que

es seguro es que ya no podemos identificar «la parte de los sin

parte» con una clase de personas que salen masivamente de las

fábricas de automóviles o de las fábricas metalúrgicas.

Pero

eso

no es simple consecuencia de una recomposición de clases que

se habría producido

por

una recomposición automática que

produjo la técnica. Las fábricas grandes y las minas siguen

existiendo en otros lugares.

La

des industrialización de los países

industrializados no es simplemente una necesidad técnica. Es

una operación de lucha de clases llevada adelante por la clase

dominante .

Hay

un vínculo muy fuerte entre las fomlas de domi

nación económica y política y lo que se puede constituir

como

figura identificable de «la parte de los sin-parte». Lo cual trae

como

consecuencia que en la actualidad se observe lo que ha

habido en todos los movimientos recientes: la manifestación en

las calles de algo del estilo del pueblo en

genc10I1

el pueblo sin una

identidad particular, simplemente la multitud

Je lo

s que no tienen

176

miedo de salir. En la plaza Tahrir o en la Puerta del Sol

simplemente se reúne gente. Siempre resulta factible explicar, y

probab lemente sea cierto, que en las manifestaciones de los

indignados hay cierto tipo de personaje social: informáticos,

porque hay tantos informáticos que necesariamente tiene que

haber; egresados sin un empleo que corresponda a su diploma,

temporarios del espectáculo.

Queda

del

todo

claro que la

destrucción del tejido industTial económico y la inflación de

un

sector «intelectual» precario producen formas estalladas de

identidad; pero precisamente, no se van a recomponer bajo la

forma unitaria de : «nosotros, los cognitarios, somos la fuerza

nueva». Por el momento, esas identidades estalladas no se re

componen más que bajo la forma de gente que

está

en la calle,

los «indignados»; el nombre es la ausencia de nombre, la au

sencia de un identificador que sea suficiente para ponerle un

nombre de sujeto que corresponda a un grupo social que resulte

aunque más no sea un poco consistente.

NOVEDAD E HISTORICIDAD

Nos gustaría abordar ahora su concepción de la historia a

partir del problema de

lo

nuevo. Es posible considerar que

su pensamiento mantiene del humor estructuralista una pre-

dilección por

los

cambios

de

larga duración, el postulado

de

una relativa excepcionalidad de

las

transformaciones del

lado

de

la

política y

de

los momentos

de

transición entre

lo

que usted

llama

los

«regímenes del

arte».

Situémonos precisamente

en

ese punto particular de su obra cuando usted hace referencia,

en

El reparto de lo sensible, Malestar en la estética

o incluso

en

Aisthesis,

al cambio de esos «regímenes de identificación del

arte. i/ ¿Cómo considera esas metamorfosis de «régimen»,

Por «régimen de identificación de las artes» hay que comprender cómo

«percibimos cosas muy diversas

por

sus técnicas de producción y sus des-tinos

como

pertenecientes en

común al

arte . No se trata de la «recepción» de las obras

de arte . Se trata del tejido de experiencia sens ible dentro del cual ellas se producen .

Nos referimos a condiciones completamcntc materiales -lugares de representación

y exposición. formas de circulación y reproducci ón- pero también a [ .) catc-

 

Page 89: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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  sí como las fuerzas que las provocan? A p rtir de este

ejemplo ¿puede decirnos de qué modo piens lo nuevo y a

p rtir de qué se lo puede reconocer?

Partamos de los regímenes. Siempre insistí en el hecho de que

tienen una historicidad y que, al mismo tiempo, no defi-nen

un

corte de la humanidad en edades. Los tres regímenes del arte n

son tres edades de la humanidad. Se los puede historizar, puesto

que, por ejemplo, no hallamos nada en el teatro griego que

corresponda a lo que yo llamo una lógica estética. Es posib le

decir que existen modos de percepción, de conceptualización de

la experiencia estética, que son propiamente modernos. Pero esa

historicidad no se puede definir bajo la forma de un corte radica l.

Sobre todo, insistí en el hecho de que, para mí, el «régimen

estético» es un régimen inclusivo en la medida en que funciona

de manera masiva por reciclaje y re interpretación, lo que quiere

decir que las obras que pertenecen a otros regímenes adquieren

su lugar, eventualmente modificadas, alteradas. Se puede decir,

al mismo tiempo, que

un

régimen en sí no es histórico, que los

regímenes pueden coexistir y que, a la vez, hay cierta histo

ricidad en su emergencia.

También subrayé el hecho de que el «régimen estético» es un

régimen inestable. Por un lado, es estable en la medida en que

puede acogerlo todo pero, al mismo tiempo, es un régimen

inestable

en

lamedidaen que suprimió toda normaespecíficaque

permite decir «esto es arte, esto no es arte». Define una suerte

de consistencia propia de una esfera estética y, al mismo tiempo,

no define ninguna regla que permita distinguir lo que es y lo que

no es en el arte.

La

consistencia

de

la esfera estética,

por

lo tanto,

se ve de entrada amenazada de ambos lados, capturada entre

la

norma representativa y la tentación ética. Este dilema se juega

de alguna manera desde el anunc io m ismo de lo nuevo. Pensemos

godas que las identifican. esquemas de pensamiento que las clasifican y las

interpretan . Esas condiciones hacen posible que palabras , formas, movimientos

y

ritmos se sientan

y

se piensen como arte» . en

Aislhesis. Scenes du régime

esthélique

de

r rt . Galilée , col.

«La

philosophie en effet». 2012, p.

10

[Aislhesis.

Escenas del régimen estético del orle  Buenos Aires. Manantial , 2013. p.

101

.

78

en todo lo que ya está en juego en la crítica del «reglmen

representativo» de Rousseau y en la crítica que Schiller lleva a

cabo de esa crítica.

Si

se resumen un poco las cosas, Rousseau

dem uestra en un texto precisamente fechado, la Carta a

D A lembert que el «régimen representativo» es contradictorio:

pretende poseer un efecto de moralización externo, al tiempo que

produce un efecto de placer definido de manera intrínseca.

Pretende definir

al

mismo tiempo

un

placer y una lección

intrínseca. En un sentido, es una primera aparición de lo nuevo.

De pronto, alguien dice «el rey está desnudo», ese régimen es

contradictorio. Pero lo que propone como remedio es una

definición estrictamente ética de la fiesta colectiva que debe

reemplazar la representación.

Luego viene Schiller, que responde que, desde luego, no hay

que espe rar a que el teatro les enseñe a las jovencitas a proteger

su virtud, ni que enseñe nada que sea del orden del compor tamiento

mora Por el contrario, es posib e esperar una formade afinam iento

específico de la sensibilidad que consiste precisamente en tener

la capacidad de no verse más obligado a definir una elección

entre el placery la moral, de no verse más obligado a esperar una

tendencia específica producida por

la

representación. Define, de

esta manera una transformación del modo mismo de la

sensibilidad en lugarde los efectos, más o menos contradictorios,

de placer sensible y de aprendizaje intelectual o moral. Pero al

mismo tiempo, define de nuevo una frontera inestable entre la

esfera estética y la esfera ética, puesto que esta transf ormación

del modo mismo de la sensibilidad se piensa como eleI 1ento de

una transfoffilación posible de la humanidad, como la promesa de

una forma de comunidad que la política no puede llevar a cabo.

La definición de una especificidad estética se encuentra de en

trada al borde de

un

cam bio hacia una nueva forma de «régi -men

ético». Y en diversos momentos importantes del régimen estético

se verá que vuelve la declaración de una forma de desaparición

del arte en la vida que aparece como una forma constitutiva,

como un telas inmanente al «régimen estético» mismo.

De este modo, se pueden distinguir momentos o aconteci

mientos que causan escándalo, que producen una ruptura de

79

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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cierto consenso. Dicho lo cual el paso de una dominación del

«régimen representativo» a una dominación del «régimen es

tético» es un proceso que se extiende por lo menos a lo largo d

un siglo y que funciona fundamentalmente en un mod

retrospectivo. Intenté decirlo en mis trabajos sobre literatura. Sc

pueden examinar los momentos en que el término «literatura»

cambia de sentido sin

que

por ello se haya tematizado en alguna

oportunidad ese cambio de sentido . Si uno considera el

Curso de

literatura

de

La Harpe

entre los años 1780 y 1800 es posible

decir que el sentido del término ha cambiado entre el pr incipio y

el fin del Curso. Pero de ese cambio no hay nada que se haya

conceptual izado o siquiera mencionado. Y si tomamos

un

punto

de referencia institucional nos damos cuenta de que en el

Catálogo de la Librería fue recién en los años 1850 cuando la

sección «Literatura» vino después de la sección «Bellas Letras».

Hay que

esperar

hasta los años 1850 para que en el Catálogo de

la Librería la sección «Literatura» venga después d e la secció n

«Bellas Letras».

La posibilidad de ubicarde manera objetiva lo

nuevo

existe en

la medida en que un régimen dominante define criterios de

aceptabilidad sobre la base de una normatividad reconocida. Si

hay artes poéticas constituidas  si hay reglas académicas de la

pintura si hay instituciones que encarnan la normatividad de

la pintura como los Salones durante el siglo XIX entonces se

puede decir: esto no resulta aceptable para el Salón

para

la

Academia. Lo cual por lo tanto  se va a producir en otros luga

res en instancias independientes se creará

un

Salón de Rechazados

y luego un Salón de Independientes  que van a señalar que algo se

produce que ya no corresponde a lo que

la

lógicaacadémica todavía

dominante denomina pintura. Se da lugar entonces a una novedad

que es una cuestión de identidad y

no

simplemente de gusto:

lo

que

laescuela impresionistaproduce masivamente como pintura tiene la

apariencia la textura de lo que con anterioridad toda una tradición

pictórica consideraba como esbozos preparatorios  como bocetos.

Hasta 1914 en Francia a institución Salón es

un

punto de referencia

que permite decir que algo es inaceptable y por lo tanto loca-lizar

la diferencia de lo nuevo .

180

Porel contrario un «régimen estético» acabad o es un régimen

en el que ya no existe ninguna normatividad de ese tipo. Si usted

compara los escándalos

que

produjeron JeffKoons o Murakami

en el palacio de Versailles con los escándalos de los Salones del

siglo XIX hay algo que resu Ita fundamen-talmente diferente. Ya

no es posible decir que algo es inaceptable porque no entra dentro

de los criterios reconocidos del arte; se dice simplemente que

acá eso está fuera de lugar. Y los que lo dicen serán realistas o

católicos reaccionarios . Hay un momento en que lo nuevo -ya

sea que uno lo exalte o bien que lo

rechace-

ya no se puede

definir en referencia a un criterio objetivo. Ya no puede ser más

que del orden del acontecimiento individual de una obra de un

libro de una película lo

que

hace que se vuelva muy difícil decir

que se va a definir un nuevo régimen. En el fondo a pesar de la

doxa dominante es muy poco habitual

ver

que lo nuevo se

convierta en acontecimiento en tanto que nuevo.

En la política hay formas de novedad acontecimental que

imponen un ritmo acelerado una nueva temporalidad. n el arte

lo nuevo con frecuencia es un asunto de declaración retrospectiva.

¿Quién advirtió en su momento una ruptura histórica en la

Fuente

de Duchamp en la

época

en

que

Stieglitz intentaba

introduciren 10sEstados Unidos a Rodin a Cezanne o a Picasso?

No es el mismo nuevo que se vaa individual izar y analizar treinta

años más tarde cuarenta años más tarde incluidas aquellas

obras que causaron más o menos escándalo .

Usted insistió en el hecho de que los momentos de ruptura

de

la historia no se pueden identtficar de manera clara que

existen síntomas como el que acaba de describir con el

«síntoma Rousseaw> Ahora bien  usted calificó ese síntoma

ousseau diciendo

que

el filósofo ginebrino estaba

expresando entonces las «contradicciones» del régimen del

arte

anterior

  es decir de la

configuración

histórica

precedente. ¿Se halla aquí la idea más general que usted se

hace del cambio histórico: alojado  ante todo  en las

contradicciones inmanentes

de

un «régimen»?

Page 91: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Hay que ver

lo

que se designa con el tél111ino contradicción. L

(JIU

Rousseau afinna como contradictorio es una lógica de comprom 1

que se puso en marcha en el siglo XV

ll

entre cieJio tipo de exigcn

político-social y una exigencia ético-religiosa.Porun lado,en

el

i

¡

\

XV

 

en Francia se había dado cierta legalidad del espectá lI

0

contemporánea de una fijaci ón de la lengua . Esta legitimidad d 1

espectáculo se constituyó a partir de una relación tensa entre UIl

I

nonnatividad de arriba y la formación de

un

público que se va

definir en los ténn inos subjetivos del gusto y del placer. Se dio c:

  :I

constitución de una doble

le

gitimidad que esposible llamar poi ítica

estética, ligada a

la

instauración de cierto tipo de poder real

qll .

coincidió con todo lo que, por otra parte, se sabe acerca de la

domesticación de la aristocracia, y en particular una domesticaci

del gust

o,

una legalización del gusto .

y luego, por otra parte, ha habido el compromiso entre la '

exigencias propias de esa lega I dad y las

normas

morales hosti I .

al teatro que decretó

la

Ig lesia . Lo

que

denuncia R

ous

-seau c.

ese

compromiso por

el cual el teatro, en tanto que forma dc

legitimidad político-estética ligada a la monarquía, al mismo

tiempo se tenía que justificar con respecto a

un

a norma ética

anexada de manera masiva

por

parte de la Iglesia. Roussea u, tal

vez en tanto que

ciudadano

de Ginebra, de un país en el que ,

precisamente, nohabía teatro y,

por lo

tanto, tampoco compromiso,

mete el dedo en la llaga diciendo : ese asunto suyo, católico

inconsistentes, no camina . Pero esta puesta al desnudo de la

contradicción de la lógica representativa no es más que un

elemento dentro de todas las transfom1aciones que ocurren en

la

sociedad, en

la

opinión pública, en el funcionamiento del poder

real

en

el siglo XVII . Se trata de un

elemento

sintomático que

causa sensación.

Las cosas ocurren en un nivel mucho más global a fines del

siglo XV

IIJ

, con la constitución de los

museos

y

la

manera a partir

de

la

cual la s obras pictóricas, esculturales, se descuelgan de su

función antigua. Lo cua l

empieza

antes de

la

Revolución. Se

opera una des le

ga

lización de ese gusto que legalizó la monarquía

francesa . Pero,

por

supuesto , la Revolución lo aceleró y, sobre

todo

, los saque os de obras de arte que llevaron a

cabo

los

82

ejérc itos revolucionario

s.

De pronto, se lleva n todas las

obras

pictóricas de todas partes a París, las di ferencias ?e

g ~ n e r o

se

confunden

y toda la

legitimidad

del gusto plctonco

que

reg

lamentaba

la

Academ

ia de pintura se

encue

.n,tra

por o m p l ~ ~ o

cues

tionada

debido a esas mezclas. La cuestlOn

de la

relaclon

entre ese

rompimiento

y la función educadora de las artes se da

a gran escala. Consideremos los debates que tuvieron lugar en

el

momento en

que llegaron al Louvre todas las cajas de lo que

los ejé

rcitos

revolucionarios habían

saqueado

al extranjero.

Los

co nservadores

se dicen : es extraordinario, todos los tesoros del

patrimonio de la libertad que pertenecían a los reyes, de a.hora en

más

les

pertenecen

a la nac ión republicana. Abren las cajas, ven

retra

tos de soberanos

escenas mitológicas más

o

menos

escabrosas, toneladas de cuadros religiosos, y se preguntan: en

todo eso, ¿en dónde está la libertad, qué vamos a poder

~ e r

c ~ n

eso

paraeducaral

pueblo republicano? Es el tesoro del

patnmomo

de la libertad

humana

pero no son

más

que historias de reyes, de

cortesanos

, de sacerdotes, de mujeres

desnudas

, de

cortesanas

,

de orgías.

La

solución a la que llegan consiste en decir l ~ e no s.e

trata del

contenido

de los cuadros sino que lo que

podra

InstrUIr

al

pueblo

es el modo según el cua l se exhiben , su disposición

espacial. Se llega con claridad a un momento en que. una

coy untura bélica hace que la legalidad pictórica ya no funCIOne,

con el

resultado

paradójico de que , al querer alcanzar, con todas

las

obras saqueadas

, una educación del pueblo republica?o,

necesariamente van a verse obligados a borrar el contel11do

mismo

de los

cuadros

y a darle un nuevo poder al espacio

mismo

de

exposición.

. ,

En cierta medida , la famosa mirada desinteresada es

tamblen

el resultado de una contradicción interna de otra clase. Ya no se

trata

de un tipo que dice que el sistema ya no funciona, son las

personas que se encargan de

volver

a e ~ p o ~ l e r de.dar una nueva

legitimidad

a las obras mediante la vlSlblhdad mIsma. Al verse

incapaces

de hacerlo , inventan el museo del futuro

en

el que la

gente ya no sabrá quién es quién ,

si

lo que está pasan.do en la tela

es o no moral ni qué lección puede dar.

No

se trata sImplemente

de un

asunto

intelectual , adopta un aspecto material muy

1

83

Page 92: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 92/129

considerable. Son

cosas

que resultan insuficientes para

tratar

 

como lo

mencionaba

antes

con

Lyotard  diciendo que en

laépocn

de los .Salones el

gusto

cambia que

ya

no hay legitimidad.

pone

enjuego

algo mucho más masivo

  a saber el

hecho de

qu .

de allí en

más

el

pueblo

es el

que

se

supone que

es el

sujeto

d

I

arte. La cuestión consiste en saber

qué

modo de existencia se I

da

a

ese

pueblo

que

es el sujeto del arte a través de lo

que

se va

a

exponer

y se le va a presentar.

¿Cómo vamos

a

presenta

r a l

pueblo un

patrimonio

del que de

ahora

en más es el sujeto? A ll í

tenemos

el

ejemplo de

una contradicción activa.

Pero precisamente las contradicciones de un

sistema

n

provocan que explote. Un sistema se apoya en las contradic-

ciones.

Lo

que eso produce en

términos históricos son

acondic

io

namientos.

En

el caso

que nos

ocupa no una nueva

pintura

sino

una nueva mirada

sobre

la pintura vinculada a un

nuevo

modo dc

exponerla.

De

un

acomodamiento

a otro se

puede ver cómo

opera

una revolución lenta.

¿ l camb  o se debe pensar de manera diferente en los órdenes

politico y estético ¿Hay que imaginar historicidades o modos

de historicidad diferentes según los tipos de actividad humana 

Estaba

tratando de mostrar

que uno de los

elementos

del cambio

histórico de un «régimen» del arte está relacionado con una

aceleración propiamentepolítica con sus consecuenci as militares.

Pero

insisto mucho en el hecho de que eso no va a cambiar

demasiado la práctica pictórica misma y que no lo va a hacer

sino

muy lentamente en la interpretación .

Hay

un

momento

en

que

se

pone

enjuego

esa

oscilación puesto que el

pueblo

se convierte

en

el sujeto del arte

algo que empieza

antes

de laRevolución con

todas las problemáticas del siglo XVIII. El que escribe la

Odisea

es el

pueblo

griego no

Homero

dice Vico: la poesía es la

expre-

sión del pueblo.

Con

Winckelmann es la libertad

griega

que

encarna

en las

estatuas

y

ya

no la habilidad de los escultores. Una

vez

más  allí se

encuentra

toda una serie de

elementos

y

de

acele

radores que

producen determinados

efectos

que

no se

piensan

no se

tematizan

ni se transforman en una

nueva

forma

de

visibilidad

de

manera inmediata. En el

ámbito

del arte   los

184

regí

menes de percepción cambian

lentamente Lo u ~ 1 nos lleva

a la cuestión

de

los

regímenes

diferentes de

hlstoncldad

.

Creo

que hay que

dar

vuelta un

poco

la

~ r ~ ~ q u í a

habitual de

las temporalidades.

Se admite

y ésa es la V I S I O ~ consensual de

las cosas

que

la política es un

asunto

lar.go

ahento u e ~

se la

asimila

al ejercicio

de virtudes de

CIenCIa

de

prudenCIa 

de

previsión que son el

privilegio de gente

que sabe que posee esas

virtudes.

Por

el contrario se

piensa

que el arte es el

campo donde

las cosas van

muy

rápido pues se supone que es el ámbito

audacia de la

imaginación

la espontaneidad. Es

VISlon

consensual

normal

que

opone

a los gobernantes que tIenen una

mirada

que apunta

hacia

lo lejos yesos

bufones

públicos o esos

espíritus iluminados y

entusiastas que

se hallan en el terreno de

la

emergencia rápida

  del

riesgo que

 

por

otra parte  no es

muy

grave

puesto que no va a cambiar r e a l m ~ ~ ~ e el

mundo

.

Ahora

bien  hay

que

invertir

por

completo

esa

VlSlOn.

¿Cómo

sabemos que hay política? Lo sabemos en tanto que

poder de una instancia denominada pueblo  porque hay mo-mentos

de aceleración vertiginosos en los que  de pronto nada es

c ~ m o

antes. Se da la constitución de una escena política en que se advlelte

toda una transfom1ación cuasi instantánea de

1

visible de 1

pensable

detodoel

universo de

1

posible.Algo que era impensable

en junio de 1789  a saber que una Asambleaju.zgue  a un rey lo

condene a muerte  es pensable tres años y medIO mas tarde. SI se

piensa en 1 que pasó en 1968  se advierte que la políticanos u e s t r

momentos en que todo el orden normal de lo visible de lo deCIble de

lo pensable  se encuentra dado vuelta.

No

es lo

que

funciona

en

el

mundo

del arte . Un

cuadro

v

a

a volver a pensar doscientos años más

t a r d e

la .gente

dlra

a

com ienzos del siglo XIX:

Frans

Hals es extraordmano s e . u ~ o de

la pincelada que

resulta

totalmente moderno el

color

n T ~ z l a n o .

Lo

nuevo

  de esta manera   queda comprendido en las loglcas de

retrospección de interpretación . Hay cierta idea del pueblo

que

va a

toda velocidad

en política

entre

1789 y 1794  Y

puede

advertir

el

tiempo

que

lleva cuando

se trata del arte. SI

t o ~

la

manera

a partir de la cual en el siglo XIX se crea una dIstancIa

con respecto a la tradición

académica

es algo que ocurre al

18

Page 93: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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principio

por

el hecho de que  de allí en adelante los estudianf

ya no estudian solamente en la Academia sino que van a

museos ven que no es así como han pintado los grandes pintare .

del ~ a s a ~ o y que se crea de ese modo toda una serie de di

tanclas l ~ c u l a d a s al hecho de

que

se va a Oponer

lo

que pudierOIl

hacer Velazquez Hals Rembrandt  Tiziano; a lo que se ensel1a

en la.Academia. Por supuesto hay momentos en que se pued .

localizar una aceleración en los cambios. Si usted toma

la

seri .

Composiciones de Kandinsky se advierte con exactitud

c?mo se pasa de una figuración que rem ite a ciertos tipos de ima-

gmena popular rusa tradicional a algo de lo que se puede afirmar

que se .trata de un ensamblaje puramente abstracto de colore.

Es p o s l b l ~ ubicar esas transformaciones pero no son ellas la

q ~ e . constituyen el cam bio

de

régimen. Se producen dentro de un

reglmen de percepción en el cual antes de

que

Kandinsky pasc

de las escenas coloreadas inspiradas en las ilustraciones populare

r u ~ a s a algo puramente abstracto se dio todo el trabajo de

la

mirada y de la crítica que volvió a ver

ya

pensar de otra manera

las obras figurativas del pasado para desprender de ello

componentes pictóricos abstractos.

Incluso .cuando los «regímenes del arte» no se podrían

confundIr con las edades

de

la Historia, se puede subrayar

de

n u ~ v o

el hecho de que los camb

io

s

de

esos «regímenes»

han

Sido

poco numerosos en la historia. Del mismo modo

con frecuencia se ha deducido

de

su filosofía el enunciad;

segun el cual la política es bastante escasa. ¿Cómo se

analiza.el p,:esente ~ m a vez que uno adopta esa concepción

de la hlsto,:za? ¿Que se puede hacer con el presente y

en

el

presente S se conoce la escasez del cambio?

¿

Qué se va a

bu c.ar

en

él? Se trata a la vez de problemas

de

método

teonco y de orientación práctica

en

la historia.

Volveremos a hablar sobre este desgraciado asunto de la

esca:e.z. Se

me.

10 atribuyó en el sentido que le da Badiou y todos

los vieJOs

manmtas

que oponen la espontaneidad a la organización

se lanzaro n sobre eso  es algo a lo que vuelven todo el tiempo. A

fin de cuentas no me siento satisfecho con esa formulación. La

política existe en función de momentos que son momentos de

excepción. Eso no quiere decir que la política empezó el 27 de

julio de 1830 y terminó e129 sino que digamos qu.e

h a ~ t o d a

dinámica de la esperanza republicana  de la emanclpaclOn

SOCial,

etc. que se puede relacionar con el efecto que produce una

secuencia extremadamente corta y excepcional. La política ·

existe porque hay momentos en que sucede lo que no debería

suceder.

De

pronto los poderes normales están deslegitimados

lo que ocurre en lacalle no es lo que normalmente pasa en la calle

ya no tienen una consideración habitual sobre las instancias del

poder ni sobre los que se hallan a nuestro alrededor en la calle.

Lo que es importante para mí en principio es eso a saber que hay

momentos

en que la política en tanto

que

conflicto de dos

reCTímenes sensibles se manifiesta de una manera brutal en el

c a ~ b i o de todos los modos de visibilidad de todos los tipos de

relaciones que existían. Es algo que sucede de manera más o

menos durable es lo que nos tocó viviren 1968.Con o s t e r i o r i d ~ d

se

puede

decir que fue

un

ataque de locura que pasa y se

termma

enseguida. Poco importa. Hay momentos en queninguna erarquía

en plaza parece ya como legítima. Que tres semanas un mes o

dos meses después se restablezcan y triunfen es una cosa lo cual

no impide que haya habido un momento político fuerte en qu.e ~ n o

se dice de pronto que no hay motivo por

el

cual todas las activida-

des se trate de la gestión de los asuntos comunes de las empresas

de las administraciones funcionen según esa división  ese orden

jerárquico.En ciertas ocasiones aparece de pronto una instanciaque

se llamapueblo un sujeto del poder que ya no es aquel con que uno

acostum braba a tener trato

-la

gente que vota cada cinco afias para

elegir a su jefe- hay una forma sensible de existencia de esa

instancia. Hay política porque periódicamente aparece eso.

En todo presente la cuestión consiste en intentar discemir ese

modo de reaparición. Laconstitución de un espectáculo inédito una

ocupación inédita de los lugares  para mí es más importante que

saber el grado de idoneidad de las consignas de las ideas hacen

que la gente se reúna en la calle .Si se consideran las x p r e s l O n e s de

los indignados en Madrid por ejemplo se puede decu : no son muy

fueltes lo que quieren es apenas tener dirigentes menos

COITUpto

1117

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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y más re petuosos del pueblo que los eligió, no es nada del otro

mundo; pero al mismo tiempo, para mí, es más importante que un

gancho puesto sobre la vía del tren de alta velocidad. ¿Por qué?

Porque ~ p a r e c e una instancia que se llama pueblo y que dice:

« D ~ s ~ u e s de todo, ,omos nosotros a quienes corresponde pensar,

d ~ c l d m > . Es lacuestlOn central, que resulta posible hallar incluso baj

ciertas o r m a ~ un tanto extrañas para nosotros, como los islandesc ,

que se comulllcaban porema il para que ellos mismos cambiaran

su

C o n s t i t u c ~ ó n . Como decía en ese momento, se puede decir que

es reformista, pero

la

Idea de que la gente escriba ella misma su

Constituc.ión tiene a go .que me parece más impOliante que los

g r a n d e s d

l s c u : s o

s r a ~ l . c a l l z a d o s t a l e s c o m o l o s q u e s e d e j a n e s c u c h a r

en los coloqlllos polltlcos

en

nuestros países.

El

elemento

fundamental.en cada presente

es

saber lo

que

despierta, en ese presente, la Idea de una capaci dad común bajo

forma de una acción práctica. e pronto, la

gente

se instala y

dice

q ~ e

no se mueve nadie más de ahí. Puede tener un alcance

muy diferente; está claro que

cuando

es en Túnez, en Egipto,

c u a n ~ o

h ~ y

armas enfrente, adquiere formas dife-rentes que en

~ a . d n d o mcluso en Tel Aviv, en Santiago. La gente sale a la calle

diCiendo que es el pueblo, y lo manifiesta hallándose en

donde

no

d ~ b e r í a constituyéndose en

un

colectivo pueblo

completamente

diferente del colectivo pueblo que los gobernantes administra

n

Volvamos a lo que usted denomina el «régimen estético

de

las

artes». Es posible albergar la impresión

de

que se trata para

t:sted del último «régimen del

arte».

¿La historia se detiene con

el? Usted

de hecho

lo dijo: se trata de

un

régimen que uno

p ~ e ~ e ~ a l i f i c a r de

inestable  pues confunde los crüerios

de

dlStznclOn entre el arte y el no-arte. El arte actual se caracteriza

de

esta

m a n ~ ~ a

por una tendencia a la indistinción que

t i e n ~

un

lado

pOSitiVO

pero que también

es

una

de

las razones por

las

c t ~ a l e s

el arte puede perder todo alcance crítico  como usted

lo

senala

en

Malestar en

la

estética.

82

La indistinción en la

" «[Lo

s]

~ r o c e d i m i e n t o s de de slegitimación transferidos de un registro crítico

a un registro ludlco se convierten . en última instancia. en indiscernibles de aquellos

que son producidos por

el

poder y

lo

s medios de comunicación, o por las formas

de presentación de la mercancía misma», en Sobre políticas estéticas 

Mu

scu d 'Art

188

creaclOn del arte contempo-ráneo tiene

por

lo tanto  dos

rostros. Lo que pl nte la siguiente cuestión: ¿en qllé

condiciones la indistinción cambia de signo en las

prá

cticas

artísticas contemporáneas y de ser positiva

por

el hecho

de

ser inclusiva se transforma en fuente de confusión  en

simple replicación del mundo circundante? ¿Ese cambio

de

régimen constituye

un

motor del régimen del arte actual?

La crítica que yo hacía era sobre dos aspectos y se las agarraba con

dos formas de indistinción. La primera era la del arte crítico, en que

la diferencia crítica se borra de sí misma. Lo que todavía pretendía

tener una función de comprensión, de formación de una conciencia,

de detemlinación de una energía militante, simplemente mostraba

que no l evabaan ngún lado.Según mi opin ión, ahí se encuentra una

versión de la crítica de Rousseau. El artista instaló acá imágenes

publicitarias, ahí un billar, una calesita, un metegol gigante o una

cab ina con sonidos disco e imágenes de mangas, para denunciar

el

consumo del entertainment.

83

Llega

el

crítico que dice: usted

simplemente puso un billar ahí, imágenes acá, una calesita por ahí,

una peliculita y algunos sonidos disco yeso es todo lo que hizo.No

produjoningunadenuncia.

Existe

una segunda

forma de indistinción que interviene

cuando

la obra de arte se da de nuevo como una forma de inter

vención social. Es la historia de ese artista cubano que restaura

la casa de una vieja pareja en un barrio pobre y muestra esa

intervención en un video que se exhibe en un museo. No vaya

volver

a ese ejemplo

puesto

que ya lo

comenté

much;¡s

veces

.

Decía

que

ahí había un vuelco de lo artístico en lo ético, que se

puede establecer un paralelismo con un vuelco de lo político en

lo ético, que por otra parte

es

masivo en toda la política de las

intervenciones humanitarias, toda la ideología humanitaria. En

esa

época, simplemente indiqué de qué manera toda una lógica,

la del arte crítico, terminaba por dar vueltas en círculos y, en

consecuencia se hallaba desprovist a de todo lo que constituía su

Contemporani de Barcelona y Servei de Publicacions de la Universitat Autónoma

de Barcelona, Bellaterra, 2005 .

" «Entretenimiento

»

En

in

glés en el orig inal N . del T. .

18

9

Page 95: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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legitimación en una lógica representativa a saber que se

producía virtud causando placer. Por otra parte  examiné los

callejones sin salida de esa voluntad de volver a hacer del arte

una intervención social que ella m isma era un reciclaje caricatura I

de algo que había sido mucho más fuerte  que había sido el

proyecto de transformar las formas del arte en formas de una vida

nueva sobre todo en la Rusia posterior a 1917. Con eso no estaba

para nada anunciando un fin del «régimen estético» del arte.

Para mí se trata de un régimen que puede absorberlo todo en

su contenido y que

al

mismo tiempo  en su forma siempre está

en la cuerda floja  sobre el filo de la navaja. Es normal que el arte

en el «régimen estético» para no convertirse en un simple

juego

de mesa  siempre esté al borde de volver a caer en alguna versión

de una lógica representativa o de una lógica francamente ética.

La diferencia entre

El malestar en la estética

y

El espectador

emancipado consiste en

que

en el

primer

caso intenté sobre todo

desmontar esa lógica

que

hacía que de nuevo convergieran la

política y la estética en una indistinción ética y en El espectador

emancipado

traté de mostrar que

lo

que se interpretaba masiva-

mente en términos éticos se podía interpretar en términos

estéticos. Es un poco el sentido de

lo

que hice acerca de las

in.stalaciones de Alfredo Jaar sobre Ruanda o las fotos de Soph ie

Rlstelhueber de las barreras en las rutas palestinas. Se trata de

obras que se anexan fácilmente debido a su tema  en esa

configuración que domina la gran sombra de Lanzmann: el arte

del desastre de la catástrofe de lo irrepresentable. Traté de

decir que cuando un artista guarda fotos de la masacre de Ruan-

da en cajas eso no implica que nos hallemos dentro de

lo

irre-

presentable. En efecto 

lo

que

va a

poner

sobre

la

caja de

la

foto

es el nombre y la histori a de la persona . De pronto 

vaa

desplazar

la

cuestión:

ya

no se trata de lo que resulta o no representable

lo

que se puede mostrar para que se vea o no  sino qué tipo de

relación supone entre lo visible y lo decible  qué estatuto le da a

la víctima del genocidio y a las maneras a partir de las cuales

puede ser sujeto de una obra de arte.

En el primer caso traté de discutir la lógica de lo irrepre-

sentable y  en el segundo caso que ya había iniciado a propósito

19

de Shoah quise mostrar que ciertas obras catalogadas como

pertenecientes a un arte de

lo

irrepresentable que remiten a una

especie de absoluto ético se podían pensar de otra manera 

dentro de una lógica estética en la que no se trata de sustraer lo

visible sino de reconfigurar las relaciones entre lo visible y lo

decible. No estamos obligados a ente rrar la imagen de la víctima

del genocidio simplemente podemos exponerla de otro modo.

Se trata de una decisión artística y no una tendencia inmanente

al «régimen estético». Y se trata también de mi parte de una

decisión teórica que consiste en desplazar las formas de inter-

pretación dominantes COIl respecto a tales obras.

Concretamente lo que digo no es que el «régimen estético»

sea el último no tengo la menor idea

me

parece

que

se pueden

distinguir tres grandes tipos de funcionamiento y lo que domina

en la actualidad es una lógica que corresponde

al

tercer tipo de

funcionamiento aun más en la medida en que se trata de ulla

lógica inclusiva contrariamente a las otras dos a 1 que hay que

sumarle al mismo tiempo el hecho de que la inclusión puede

implicar trivia lización y que la lucha contra esta última siempre

se dirige hacia la restauración de las otras lógicas. Es una

cuestión de Iím ites no hay com ienzo

ni

fin sino

Iím

ites inmanentes.

DISPERS IÓN DE LAS IMÁGENES:

¿OTRO R  GIMEN DEL ARTE

Quedémonos en la cuestión de lo nuevo pero a partir. del cine

y de la imagen. A veces usted se define como un «trabajador

de la homonimia»: toma un término y despliega las prácticas y

las diversas asociaciones que abarca. Usted ha llevado a cabo

ese trabajo que consiste en poner sobre la mesa el cine que es

a la vez  tal como usted lo muestra un arte  un divertimiento

pero también cada vez más el cine expuesto en los museos o

en los espectáculos

en

vivo Sin embargo 1111 tiene la sensación

con ese ejemplo de que la especificidad de t lo cual modo de

experiencia del cine no tiene much importancia en su

pensamiento sobre esta práctica.

191

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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in

tomar posición acerca de si existe una experiencia del cinc

irreductible relacionada con la sa l , está claro que hay

un

vínculo

muy estrecho entre tres cosas: l película en tanto que forma

artística, la película como forma de divertimento, y

un

lugar

específico, la sala de cine,

ya sea que

se le

otorgue

o no un

estatuto teórico . El cine, en un sentido, es el arte

que

h

conservado su dispositivo esencial, incluso si la película en 11

actualidad es digital y si la proyección también se está vol-viendo

digital, lo que constituye otro

problema

. El cine ha conservado I

dispositivo, e incluso

si

el DVDy l televisión son los soportes en I S

que vemos cada vez más películas, a pesar de todo hay una

especificidad del cine con respecto a m uchas artes.

En

la actua

I

dad,

la sala oscuratiende a convertirse, como

lo

dije una vez, en unrefugio

de la especificidad del arte, mientras que el museo se vuelve

elluaar

de l indistinción de las artes. Es un punto que hay que tene/ en

cuenta y que remite a algo: en el cine hay una realidad temporal

a s o l u ~ a m e n t e fundamental de clausura temporal de la película, qu

sIgue SIendo algo extremadamente importante

incluso

si estam s

lejos de noventa minutos canónicos, con una distensión temporal

que en cIertas ocasiones es considerable-.

La

estructura

divertimiento es l que impuso cierto tipo de clausura y que produje

una forma de constancia artística.

Aliado

de esa, hay toda cIase de exposición del cine. Es una

fórm.ula que abarca realidades muy diversas, el uso de pro

yeccIOnes sobre los escenarios de teatro que es cada vez má,

masivo y

que

, a veces, puede

constar

de la proyección d

extractos de películas. Es una utilización de algo que pertenece

a un arte en otro arte

que

, a fin de cuentas,

tiende

a lo

in

_

trumental.

También está

la presencia de la imagen móvil en lo

museos, que puede

ser

por lo

menos

de tres clases diferentes . En

primer lugar, es l presencia del videoarte, que es masivamente

una presencia de una forma de arte que ante todo es un arte del

e.spacio. Hubo un

tiempo

en que el videoarte se

pudo

pensar

ligado a su medio específico, todo lo que analiza Raymond

B ~ l l o u r

cierta época de las películas de Tierry Kuntzel , de Bill

V O ~ a en que se

pensaba

que existía una especificidad del pincel

lumlllOso que debía producir un tipo de obra, de desarrollo de la

192

imagen móvil específico. Y luego está lo que pasó, a saber, que el

videoarte es cada vez más algo como un arte del fresco o un arte

escultural. En los museos, el videoarte se expone cada vez más en

varias pantallas, en toda una serie de monitores que dan una

dimensión escultural. Se convierte en un alte del espacio, ya no del

tiempo, aún más en la medi daen que no es común que el espectador

esté presente durante toda la exhibición. No me refiero a la película

de Christian Marclay en Venecia, una película sobre el tiempo que

dura 24 horas, pero incluso cuando l película dura diez m inutos, es

muy poco habitual que el espectador se quede hasta el final,dadoque

todavía quedan algunas decenas de otras obras de video a las que

echar una mirada en l exposición.El dispositivo video, por lo tanto,

con frecuencia va a ser en principio espacial. Por otra parte , es algo

que es independiente del soporte utilizado . Hay una cantidad de

películas que pasan en espacios de los museos, en espacios de

ex

posición y quepuedenserde35 milímetros. La película de James

Co leman que se presentó en Kassel en 2007, Retake with ev  ence,

una película que gira en

tomo

a

l

figura de Edipo, era en 35

milímetros proyectadasobre una gran pantalla en unajaula delimi

tada. Uno está en el espacio del museo, hay un vidrio tras el cual el

espectador percibe lo que está pasando en l pantalla y, si así

lo

desea, puede entrar por las puertas laterales en el espacio y se

sentaráen el piso o permanecerá de pie.Hay todo un dispositivo que,

sea cual fuere el soporte de la película, hará algo que en principio

ocupa un espacIo.

Por otra parte, en los

museos

hay instalaciones hechas por

cineastas

que

por lo general no son tan interesantes como sus

pe-

lículas. Pienso,

por

ejemplo, en las instalaciones que Chantal

Akerman pudo hacer a partir de sus películas, sobre todo de la

pelícu la D Est.

Una

cola de gente que esper a un m icro durante

toda

la duración de una película tiene

un

significado que el artista

tal vez

piensa

trasponer teniendo múltiples pantallas que captan

momentos

diferentes de

esa espera

de la multitud .

Pero

para mí

la tensión d e la imagen es más fuerte en el dispositivo temporal

de la pelícu la que lo

que

puede

ser

desplegada en el dispositivo

de esas pantallas que funcionan un poco como barreras en torno

a las cuales

va

a girar el espectador. No

me

estoy refiriendo a

193

Page 97: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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l exposición

Godard, que para

mí era el

ejemplo

tipo

de

l

distancia considerable

de

la

manera

en

que

alguien

que pudo

pensar

y practicar

con

la fuerza

que sabemos

  el

cine como

un

arte del collage de la superposición, se

ensarta

por completo

cuando le dan un

espacio

para

acondicionar

y

debe

utilizar los

gadgets

ya clásicos del arte

de

las instalaciones

para amueblarlo

con su idea del cine. Es el segundo tipo de

presencia

del cine

en

el

museo

  el

cineasta

que se

vuelve

instalador.

Existe un tercer tipo a saber

que

el museo tenga un auditorio

en el

que

pasan

películas que no

se dan en las salas  o se dan en

muy pocas oportunidades.

Escribí

acerca de las

películas

de Béla

Tarr para la retrospectiva de Beaubourg,

encontré

esas películas

en

una retrospectiva

en el

Moma Museum

of

Modern Art,

Nueva York)

hace unos diez años. En cierta medida, la presencia

del

cine

por fuera de la sala

incluidaen

espacios

como

el

museo,

está dividida en por lo menos, tres formas: una   de la que se

puede decir que

el

museo ofrece

la sala allí

donde

el

mercado no

la ofrece 

yel

museo funcionaentonces

como lugarde

legitimación

artística. En

los

otros

dos

casos

  el museo se

abre

a obras

fun-

dadas

en

la imagen móvil pero en

l

que

esta

última

se conviel1e

en el elemento de un

dispositivo

espacial. Es

sabido

que muchos

videoartistas son al principio artistas plásticos pintores escultores

algunos vienen

de la danza  otros están

vinculados con

la

performance.

Hay que pensar en efecto que se trata de un

esta

llido: bajo el

mismo nombre

de arte y con el

mismo

soporte,

tenemos

 

en última

instancia  la distancia

que plantea Lessing

entre un arte del tiempo y un arte del espacio.

Nuestra pregunta acerca de la declinación del cine remite

al hecho de que Serge Daney define lo «pos moderno» a

comienzos de los años 1980 como una multiplicación de

soportes de la imagen. Decíamos hace un rato que usted se

oponía a la idea de una edad del arte o de la imagen. Pero

¿cuál

es

según su opinión, el sign ftcado

de

ese estallido,

de esa multiplicación de los soportes? ¿Se pueden reabsorber

en lo que usted llama de manera más amplia el «régimen

estético» de las artes que y hemos mencionado en varias

94

oportunidades? ¿O bien habría que integrar esta dispersión

contemporánea de las imágenes en una reflexión acerca de

un nuevo tipo de visibilidad y tal vez de régimen

de

las artes

que vendría a anunciar

o

a anticipar la experiencia ftlmica

estallada, cuyas dimensiones usted acaba de recordar?

Se pueden definir perfectamente elementos de periodización con la

salvedadde que no son forzosamente concordantes. Y no confirman

necesariamente los esquemas que se esperan.

Queda

claro por

antonomasia que el corte del cine sonoro no tiene el sentido que

algunos lehan dado.Darle

l

palabra

l

cine lepermitiódarleun papel

al silencio.Sobretodo lo liberó del modelo del lenguaje de signos de

l pantom ima  de toda una serie de indexaciones de la imagen sobre

la palabra que fueron

muy

poderosas entre el fin del siglo XVlll y los

años 1930. En un sentido liberó la imagen y el movimiento de la

necesidad de ser un lenguaje.

Es

evidente

por

otra parte

que

la

transformación

del material

también juega:

si

podemos entrar

en

cualquier

lugar con una

camarita

 

como Pedro Costa

en

Fontainhas una

villa

miseria

de

Lisboa)  ya

no

estamos

en

una oposición entre el cine de estudio

y el cine de lo real.

También queda

claro

que

con la

steadycam,

Béla Tarrya no se ve obligado a

elegir

entre lacámara al hombro

y la

máquina

grande, y

que puede

inventar nuevas

maneras

de

variar el

movimiento

y la interrupción en

torno

a los cuerpos .

Existe toda una serie

de transformaciones que

definen las

posibilida des de la

imagen

en distintos niveles. El teléfono celular

al principio fue un

representado. En

tanto

que

tal  

permitió

producir

formas

de emoción

inéditas

como ese

«i love u»

yese

«delete»

que

  en

Be with me

de

Eric Khoo, ocupan la

totalidad de

una

pantalla

para anunciar el fin

de

un amor.

Ahora

sirve

para

hacer películas. Hay toda

una

serie de estratos de integración del

video  

de la

imagen

electrónica,

si uno

piensa

en Brian de

Palma

y la manera con que retrata en Redacted, en una película que no

deja de

ser

un filme

de

ficción  

imágenes documentales que

circularon en internet 

pero también

le da a la imagen cine-

matográfica

el aspecto de una pantalla de computadora . Todo

eso

seguramente

cumple un

papel

  puesto

que

la

técnica

ya no

9

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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ju ega tanto en el sentido de un perfeccionamiento como de una

dispersión y una desjerarquización de los tipos de imágenes, de lo

público y lo privado, del arte y de la circulación de infonnaciones y

mensajes. En este sentido, antes que marcar la muerte de la imagen,

confinnaría la capacidad de acogida del régimen estético.

Hay que integrar también la cuestión de los lugares. Está claro

que

la

desaparición de los cines de balTio define una periodización

del cine que hay que tener en cuenta, que corresponde a

un

tipo de

fonnateo, pues el multiplex es un instrumento de fOlmateo de

películas, un arte que no se decidíaentrearte y divertimiento, un lugar

que sirve para

ha

cer una selección. También es

la entrada del cine

al museo, la cinemateca que se convierte en

un

lugar de exposición,

toda una serie de transfonnaciones extremadamente importantes,

entre las cua les está esta difusión, esta dispersión de la imagen móvi l

Lo que resulta difícil , lo

que

no

me

es posible, es encontrar

un

modo de concordancia entre todas esas transformaciones, si uno

quiere evit

ar

ca

er

en los esquemas: triunfo o muerte de la imagen,

estetización o anestetización, etc . Para decidir que

un

instrumento

nuevo es un giro decisivo en la historia de las imágenes, hay que

tomarse un tiempo para mir ar las imágenes que produce durante

un período suficientemente largo.

L AS CULTURAS POPULARES

Las culturas populares están presentes en sus

in

vestigaciones

pero casi siempre a través de los artistas. Por ejemplo 

escribió un texto en

La

Fable cinématographique

84

sobre la

televisión a partir de Fritz Lang o bien una reflexión sobre

el «entertainment» con V

in

ce

nt

e Minnelli en

Las distancias

de l c ine.

¿Ese trato no corre el peligro de

prol

ongar una

oposición en/re lo alto y

lo

bajo

lo

noble y

lo

vil que por

otra par/e usted critica? ¿Qué relación mantiene c

on la

televisión o la varieté

de

las que habla en algunas ocasion

es?

' La

fábula

clllel1lalográfica.

eflex

iones sobre la f icc ión en el eme 

Barce lona, Pa idós , 2005.

96

En una época trabajé mucho sobre cuestiones que pelienecen a

lo

que se llama

la

cultura popular, toda

la

cuestión de

la

poesía obrera,

de la canción en el siglo

XVIll,

el teatro, siempre con la idea que

me

parecía importante y que consistíaen pensar las fonnasdeapropiación

cultural que rompían las barreras, en lugar de interesarme por un

campo denominado «cultura populan>. Al principio trabajé en una

posición crítica con respecto a

un

reparto según el cual el pueblo tiene

su cultura. Ahora bien, todo empieza con el hecho de que hay

personas del pueblo que no quieren tener la cultura del pueblo.

e

todos modos, lo que siempre me interesó fue de manera masiva las

cuestiones de fronteras, ya sea que gente que en principio estaba

destinada a la cultura popular quiera otra cultura, ya sea que una

cultura denominada noble se fonne integrando elementos de una

cultura lIamadapopular, lapantomima,e\circo, lacanción, lamúsica

populary otros,como tuvo

lu

gar dentro del «régimen estético» de las

artes a través de una serie de formas y de procesos.

Hay un segundo punto : escribo acerca de

dos

clases de co-

sas , acerca de los tipos de experiencias significativas con res-

pecto a la cuestión del reparto, y escribo sobre lo

que amo

. Elijo

obras

que me han impactado por su fuerza intrínseca y que al

mismo

tiempo muestran

al

go con respecto al reparto de lo

sensible . Es el caso, de hecho, de

Madame Bovary más

que de

Los misterios de París 

y de las películas de

Pedro

Costa

más

que de

las series televisiva

s En

el

mundo

de los «media studies»

y de los «film studies», apenas uno sale de Francia se le vienen

a uno

encima

preguntándole p or qué habla usted de Minnelli, de

Fritz Lang

, y

por

qué

no escribió

nada

sobre Th

e

Wir

e. La

cantidad de gente

que

trabaja sobre

The

Wire

en el

mundo

germánico

y anglosajón es absolutamente fenomenal. Está esta

idea

muy poderosa

que indica que si uno es de izquierda y se

interesa por la política, hay que trabajar sobre las cosas etiquetadas

como

«cultura popular» y que

toda

obra que se sostiene

por

misma

en lugar de ser simplemente

un

elemento estadístico o

sintomático es «elitista

»

Pero lo que

me

interesa son las

cue

stiones de fronteras e intentar transmitir en otro lenguaje

cierto tipo de emoción que

puedo experimentar

ante obras que

también

juegan

con esta frontera .

9

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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. Lo que me interesa en Flaubert es ese momento en que la

t e ~ a t u ~ ~ se vue.lve autónoma y se convierte en intérprete de la

aspuaclOn que tiene

la

gente de pueblo de adquirir otra cultura,

otro mundo sensible que no sea el que les está destinado. Creo

q ~ l e hay una tendencia a confundir dos cosas completamente

dIferentes,

la

oposición de la cultura legítima y la cultura no

legítima, por un lado, y la jerarquía interna vinculada con e l

afinamiento de la sensación, por el otro. En todos los ámbitos

culturales, altos y bajos, se sabe perfectamente que, a partir del

momento en que una práctica produce un refinamiento de la

sensación, hay cosas que ya no se pueden escuchar o no se pue

den

~ e r .

cual se produce tanto para la gente a la que le gustan

las hlstonetas o el hip-hop como para

la

gente a la que le gusta

la música llamad a culta o el arte de los museos. En las formas de

cultura llamadas populares existen de hecho grados de

apreciación que están completamente jerarquizados. Alguien

que forma parte de la cultura de los museos, de la música culta

o de Ias películas supuestamente artísticas puede pensar que el

rap sIempre es rapo Para alguien que vive en el universo del rap,

algunas formas de rap son malas, inaudibles, insoportables. Es

absolutamente necesario distinguir de verdad esto. Dentro de

toda apreciación de alguna forma cultural o artística, el nivel de

competencia estética es independiente del ca rácter alto o bajo en

una escala general.

. Acabo de consagrar quince días, tres semanas, a escribir un

IJbro sobre Béla Tarr, y tuve que hacer una interrupción para ir

a ver la última de Lars van Trier Melancholia). Cuando uno ha

pasado algunas semanas sobre Béla Tarr, no puede

ver

una de

Lars van Trier y, sin embargo, Lars van Trier es un autor

canónico, consagrado. Es una exigencia que funciona en el nivel

sensible, hay cosas en todos los ámbitos que ya no se soportan.

Hay gente cuyo refinamiento en las culturas denominadas

popu.lares es infinitamente superior a

la

gente que va a escuchar

concIertos de música clásica o que va a la bienal de Venecia.

Uno puede. interesarse por todas las formas, pero hay que

rechazar la Idea de que uno deba hacerlo . ¿Por qué obligarse a

leer o a ver cosas que no se pueden soportar? Sobre todo, hay

198

que separar las

jerarquías

estéticas que produce la experiencia

estética de toda clasificación de formas de arte en términos de

alto y de bajo.

La pregunta no apuntaba necesariamente a defender las

«culturas populares» pero

en

un sentido se encuentra con el

problema de

lo

nuevo que y hemos planteado. ¿Percibe usted

lo nuevo en una forma que no es la e un autor canónico?

El problema es, muy simplemente, que la noción de «autor

canónico» no define ninguna especificidad.Una clasificación no

es una identidad. Y la idea de lo «nuevo» es en sí misma pro

blemática. El placerestético siempre es más o menos una mezcla

de reconocimiento y de sorpresa. Hay melodías muy simples que

lo

tocan a uno en una canción de varieté o en

un

aria de ópera

porque uno tiene la impresión de haberlas escuchado antes

porque se conecta con otras sensaciones con ciertos momen-

tos de nuestra vida. Es un timbre de clarinete o de

trompa

en

Mozart o

coros

de Verdi que traen recuerdos de canciones de

colonias de vacaciones. Es el efecto

«Fra

n

c;o

is le Champi»

que describe Proust. Y hay

moment

os en que,

porel

contrario ,

uno tiene la sensación de

que

nunca se filmó un cuerpo o un

lugar con esa luz, ese tipo de movimiento , esa velocidad .. .

puede ser el principio de Miss Oyu de Mizoguchi el diálogo

de Mouchette y el cazador en Mouchette, la llegada de

cam-

pesinos a la

casaquinta

vacía en Satantango ...

Pero también está claro que la posibilidad de sentir lo nuevo

y de acogerlo

está ella misma

ligada a toda una práctica de

inmersión que lo hace a uno tolerante o intolerante hacia un

espectáculo. Y

esa

práctica es también una práctica que vincu

la, sin que uno piense en ello, la sensación que se experimenta

ante las formas nuevas con los recuerdos de la infancia. También

te tienen que haber apasionado las novelas por veinte centavos

de niños infelices y haber

sentido nostalgia por las casas

abandonadas, yeso se tuvo que mezclar con Bresson, Mizoguch i

y muchos más para apreciar «es téticame nte» la novedad de

Satantango.

Es

por

eso que tod as esas

hi

storias sobre el arte

11 1

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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elitista y el arte popular son tan estúpidas y tan falsas.

Por supuesto, también se trata de una cuestión de sinestesia

personal. Y o me pasé l vida releyendo los mismos libros. Por un

lado, eso hizo que l mayorí a de los libros semevolviera ilegible

lo cual es

un

modo de decir, porque al mismo tiempo me perm itió

leer muy rápido y finalmente advertir muy velozmente lo que

podía convertir los en síntomas interesantes). Po r el contrario, sin

duda me permitió ver como obras de arte muchas películas que,

para la opinión dominante, son obras de puro consumo popular y

de sentirme sensiblemente emocionado por películas que, para

esa misma opinión, son aburridos ejercicios para intelectuales.

a cuestión reside en los usos del tiempo que le permiten a uno

tomarse todo el tiempo necesario para

lo

que es capaz de

enriquecer

l

propia capacidad sensible y, a

l

inversa, el tiempo

suficiente como para

comprender

cómo se hacen ciertas cosas

y síntoma de qué son.

200

uarta parte

PR S NT S

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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CARTOGRAFÍA DE LOS POSIBLES

Usted afirma en diversos textos que su tarea consiste en

establecer una cartogl-afia del presente. Aclara que se trata

más bien de una «cartografia de los posibles». Esa expresión

acarrea dos cuestiones. a primera tiene que ver con la

met4fora cartogl-áfica misma. Se podría defender una tesis

histórica que consistiría en decir que

en

un período de retroceso

de la crítica o bien

en

las posturas de «crítica de la crítica»

como la suya el pensamiento a menudo define su tarea

por

medio

de

la operación cartográfica. Lo cual representó un

tropo del pensamiento de los años 1970 y es una imagen que

lIsted retoma que presupone una desorientación que por otra

parte tal vez habría que df ;finir o poner en discusión.

a

primera cuestión consistiría en saber si la operación cartográfica

misma o la met4fora de la cartografia no plantean ul1.problema

de diferencial de posiciones entre el que habla y aquello de

lo

que es cuestión  de lo que se cartograjia. Y sería algo que en

parte contravendría su pensamiento. ¿ a metáfora de la

cartografia no plantea desde ese punto de vista un problema

con respecto al conjunto de su desarrollo? a segunda cuestión

toca a la

df ;finición

de lo posible que se menciona varias veces

en su .filosofia. Usted hace mención por momentos al «sistema

de los posibles»  dice que la política es lo que puede hacer que

cambie ese «sistema de los posibles». ¿El «sistema de los

lugares» y el «sistema de los posibles» son exactamente lo

2 3

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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misil/o? ¿Cómo dar

lIlIa

vlIelta alrededor de los posibles de una

época cómo trazar la línea entre lo posible y lo impoúble que-

dando establecido  tal como lo enuncia muy pronto en su

trabajo  que

lo

posible no

es

tan sólo la imaginación utópica o

desenfrenada que llevaría a construir

e ~ p c i o s

simplemente

irreales?

Podríamos empezar con lomás simple, que sería decirqueel ténnino

«posible» se emplea en mis textos con diversos grados de rigor y no

necesariamente según un sentido único que remitiría a una teoría de

lo posible. Sin embargo, tengo para decir dos cosas. Por lo general,

«posible», tal como lo empleo, no se opone a real, y «posible» se

opone menos a «imposible» que a «necesario». Dicho en otros

ténninos, «posible» no define algo én espera de actualización, sino

más bien una manera de pensa r lo que es. Me gusta retomar

la

frase

de Aristóteles que dice que lo es real en todo caso es posible. Cuando

hablo de posibles, son siempre posibles que se efectuaron, que se

actualizaron, y la cuestión en el fondo es el estatuto de esa actualidad.

En este sentido, «posible» se opone a «necesario». Pero am bos son

modalidades de lo real, son maneras de conceptualizarlo. Lo

necesario es lo real que no podría no serlo. «Posible» es lo que podría

no ser, lo que no es

la

consecuencia de

un

encadenamiento de

circunstancias que lo precedían y que lo predetenninaban. Al mismo

tiempo, es lo que mantiene abierto el espacio de otro tipo de

conexiones, que las ofrece lo necesario. i se piensa en tém1inos

políticos, es posible establecerunadivisión entre lo que sepuede pen

sar en ténn inos de lo necesario y lo que se puede pensar en ténn inos

de lo que existe como emergencia de un posible,

la

emergencia de

algo que podía no ser. Lo que quiere decir también la emergencia de

una escena, de una actualidad, de un acontecimiento que se puede

pensar como perteneciente a otra distribución de lo sensible, a otro

sistema

de coexistencia diferente del sistema

normal del

encadenamiento de razones.

«Posib

le

» para mí no entra nunca en

la

categoríade la imaginación,

en

el

sentido en que sería lo que precede a lo real.

Lo

posible no es

la utopía, en el sentido de lo que se halla en espera de actualización.

Sino que es un real, una existencia que no está prefonnada en sus

204

condiciones, que está en exceso con respecto a sus condiciones y

que, al mismo tiempo, define algocomo otro mundo posible. Dicho

en otros ténninos, algunos acontecimientos del mundo se pueden

remitir a otro tipo de conexiones que no sean las nom1ales. Los

fenómenos de revuelta, desde Mayo de 1968 hasta la «primavera

árabe», los diferentes movimientos de ese tipo definen posibles que

aparecieron en situaciones que no estaban hechas para acogerlos.

e pronto, parece que puede existir un mundo sin jerarquía, fonnas

de pr esencia popular, agrupaciones que se mantengan al margen

con respecto a las lógicas dominantes. Puede surgir toda una serie

de fonnas de vínculos, de apariciones, de manifestaciones, de

solidaridad. Existen pequei íos segmentos de otros mundos posibles

que se dan en una actualidad detenninada. En el fondo, toda la

cuestión consiste en saber en

cada

oportunidad si se interpretan las

cosas según una lógica de lo necesario o según una lógica de lo

posible, sisepiensaen una emergencia del tipo insurreccional según

el modo del efecto de sus causas o según el modo de algo que no se

había anticipado. La cuestión consiste en saber, por ejemplo,

si

se

piensa que lo que pasó en 1968 es un fenómeno de moda ligado

al

comportamiento de lajuventud, del consumo, a todo lo que se cuenta

sobre los Treinta Gloriosos y com pañía, que por otra parte no fueron

tan gloriosos como se cuenta, o

si

se piensa que es una emergencia

singular que delinea otra historia de esos mismos años. Volver a

defini r un

un iversode los posibles es, afin de cuentas, volver a poner

lo posible en

lo

real, restar lo necesario. Es una cuestión de

repercusión, de interpretación de las emergencias.

Lo cual me lleva a la cartografia. Lo importante no consiste en la

idea de hacer el mapa en el sentido de delinear los con-tomos del

territorio y sus divisiones, sino de oponer un modelo de distribución

y de coexistenciaa os modelos de exclusión fijados porcierta visión

del tiempo.

Ya

hice mención a esos años de juventud que pasé

estudiando a Feuerbach. Tiene esas fónnulas sobre

el

tiempo que

excluye y el espacio como medio de la coexistencia. En cierta

medida, pennanecí fiel a ellas o, más bien,

encontré esta

idea de

otra manera: pensar la actualidad

no como la consecuencia

de un

encadenamiento

temporal, no pensar que lo

que

es

expresa

lo

que va a venir, sino pensar que es un modo diferente de

205

Page 103: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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presencia. Existen varios modos de presencia, diverso s tipos de

presentaci ones sensibles en un mismo tiempo. Lo que para mí es

importante

no

es la idea de hacer una cartografía. En la

entrevista de F oucault y Deleuze, ese

tema

del nuevo cartógrafo

no me

despertaba

un entusiasmo particular. Es más bien del lado

de una crítica de la necesidad histórica como se sostiene este

pensamiento de cartografía o de topografía. Lo esencial es la

idea de

que

siempre hay muchos presentes en el presente,

muchos

tiempos en

un

tiempo.

FIGUR S DEL PRESENTE,

MODALIDADES DE L «POLICÍ »

En su trabajo existe una tensión entre, por un lado, la

elaboración, la construcción de sus categorías de pensamiento

y,

por

otro lado, el hecho de que desde

La lección de Althusser

o Las revueltas lógicas,

ustedestámuy vinculado con la coyuntura,

con los debates ideológicos del presente. Es

por

ello que, si se

lee

su

obra desprendiéndola de esas discusiones públicas

situadas, uno tiene la impresión de que ofrece, más allá de las

categorías recurrentes, ciertas caracterizaciones del presente

que resultan cambiantes según los libros.

Si,

por ejemplo, se

toma la cuestión política, y en particular la cues tión democrática,

hemos identificado cierta cantidad de nociones sucesivas que

describen lo que sería la edad contemporánea de lo que usted

llama la «policía)), o

cierto

estado

de la

democracia

contemporánea usted hace referencia a la «democracia

consensuah, a la «posdemocraciG)), a la «epistemocracia»),

pero

también a la «oligarquía   . Por otra parte, habla de

«desimbolizaciól1)) del orden social. Dicho en otros términos,

hay un conjunto de categorías que, desde lue-go, a veces

evocan problemas o dificultades un tanto diferentes, pero que

se encuentran en cada caso para intentar calificar la «policíG

present

e.

Lo cual provoca en primer lugar una cues-tión de

compatibilidad nocional y correlativamente plantea el problema

de las metamorfosis de lo que usted llama la «policía  en su

pensamiento político. ¿Cómo caltficar a da policíG)) en el

206

presente, cómo determinar los rasgos más caracterfsticos y

cómo distinguirlos de una policía de los años 1930 o de los

Treinta Glo;iosos a los que hizo mención hace un rato? Son,

por

lo tanto, las dos partes de la cuestión: compatibilidad interna

de esas calificaciones sucesivas de la «policíG contemporánea;

problema de la historicidad de los tipos de «policíG)) y las

maneras de distinguirlos.

Partamos del hecho de que tiene toda la razón

al

hablar de

«calificación». Las calificaciones siempre son diferenciaciones.

Hablar de «posdemocracia» no consiste en definir un concepto de

la democraciaen laedad del«post», sinoen una manera de desplazar

lo que es el presente manifiesto de la democracia. Empecé aemplear

esa expresión en tomo a los años 1990 como. una n:anera de

responder a la pregunta: ¿qué es

lo

que en la actualIdad

X l s ~ : c o ~ o

sistema de operaciones de poder de modos de representaclon baJO

el nombrede democracia? Llamarla«posdemocracia», «democracia

consensual» o cualquier otro nombre es ante todo una manera de

crear una escisión en la noción. Por aquel entonces era una manera

de salir del reparto habitual, a saber: o bien se cree en la demo-cracia

parlamentaria y en los valores democráticos de I

a

lib:e expresión, o

bien se cree que todo eso no es más que la apanencla que esconde

la explotación, etc. Hay un juego de a l i f i c a c i o n e ~ ~ u e en cada a s ~

intenta romper o quebrar la clausura de una noclon tal como esta

dada en la opinión, incluida en la opinión de los que insisten en

criticarla o denunciarla. Ése es el primer punto:

un

nombre es un

operador de desplazamiento, y las lógicasde e . s p l a z a m i e n t ~ obligan

a seguir las recomposiciones de la lógica dommante: por

J e ~ l p l o

a

ver cómo aquélla pasa de la oposición d e m o c r a c i ~ t o t a l I t a n s . m o a

ese discurso esquizofrénico que opone la democracia a ella l s ~ a

El segundo punto concierne a la noción de

l i c í a » ~ ~ u e

ne en mí una doble inflexión.

Por

un lado, es una noclOn dIfe

rencial para decir que lo que llamamos lo político o política

abarca, de hecho, ciertos tipos de prácticas, de operacIOnes, de

sistemas de representaciones que no son homogéneos, que es

propiamente el encuentro entre lógicas heterogéneas. un

primer

momento,

que

respondía a una pregunta que daba titulo

207

Page 104: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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a un coloquio en 1991 «¿Qué es lo político?».

El

segundo

momento que pertenece a la madurez de mi propio trabajo

intenta construir los conceptos de «policía» y de política en

térnúnos de «reparto de lo sensible». En ese segundo momento

me esforcé en definir la policía

como

un modo de simbolización

del orden común y no como el aparato del Estado las prácticas

gubernamentales o el disciplinamiento de los cuerpos. Entonces

opuse una organización saturada del orden sensible que pone las

cosas y los seres en común según una lógica de los lugares y de

las identidades a una lógica que viene a desunirla

al

oponer ese

suplemento

esa

«parte de los sin-parte» que no tiene lugar ahí.

Desde ese punto de vista estructural se define una heterogeneidad

radical mientras que desde el punto de vista del análisis y la

reconfi-guración polémica del presente siempre se tratan ciertas

formas de composición de su relación. Lo cual crea una tensión

en el uso del término que autoriza las simplificaciones de los que

piensan que llamo «policía» al apara to de Estado y política a 1

que lo pone en tela de juicio. Sería una manera un tanto boba de

plantearyresolverlos problemas. Siempre existe una complejidad

entre una deconstrucción de la escena política tal como está dada

y

el

hecho de plantea rconceptosque pueden servir de operadores

para definir lo que pasa en un momento dado  una coyuntura de

lo que se denomina

como

la política.

No

está la «policía» de un

lado que maquina los asuntos y la política que le responde desde

enfrente .

Hay

cierto juego dentro del cual se definen las

operaciones estatales pero también toda la construcción mediática

del mundo común en el que esas operaciones ocurren y luego

están las formas que cuestionan

esa

lógica.

Dicho lo cual si uno trata de pensar la historia de

la

«policía»

para

ser más exacto de

la

disposición presente de la relación

política /policía - el concepto de consenso puede ser un concepto

global. Intenté definir el consenso partiendo de una noción de la

opinión

común

de fines de los años 1980  en

el

tiempo del

gobierno de Rocard cuando circulaba la idea de que en ese

momento se iba a definir

un

consenso nacional. Era también

la

época de la última liquidación del programa socialista de los

orígenes el momento en que

el

proceso ideológico que había sido

208

el mitterrandismo  ese matrimonio confonnado por una ideología

de izquierda blanda y de derecha reaccionaria dura logró una

fusión que definió para decirlo en pocas palabras   la ideología

E 5prif de los años 1990. Partí del ténnino «consenso» que

caracterizaba esa coyuntura  al momento en que uno se da cuenta

deque

lo

que quieren los socialistas y loquequiereel

RPRnoes

muy

diferente que remite a análisis comunes y a programas de fonnas

de gobierno sin demasiadas diferencias. Intenté hacer algo como

el

concepto de una relación específica entre la política y

la

«policía».

Definirnuestraépocacomo

la del consenso  según mi opinión

quiere decir dos cosas. En primer lugar designa una cantidad de

prácticas estatales y la constitución de una relación entre las

prácticas gubernamentales y las fornlas de gobierno internacional

y supranacional vinculadas a su vez a las instituciones financieras.

Se puede decir que el consenso consiste en la construcción de

este mundo globalmente común y esencialmente estructurado

por la ley del mercado y del lucro  la construcción de

fonnas

de

relaciones entre

el

Estado y las instituciones supraestatales

formas de relaciones entre

instituciones supraestatales

e

instituciones financieras internacionales que definen la parte que

le

corresponde

al

Estado y

la

manera con que los gobiernos de

los Estados transmiten en sus respectivas naciones las conse

cuencias del orden global   a saber

la

destrucción de los sistemas

de solidaridad de protección de seguridad social laprecarización 

la liquidación o la privatización de lo que formaba parte del

ámbito común cuando es rentable. El consenso es ante todo  esa

redistribución de lo común en términos de relaciones entre los

pueblos y los gobiernos es la construcción de una lógica mundial

global de la dominación que nunca habíarealmente existido. Se

puede decir que Europa es cierto capitalismo que nunca había

existido antes. Esa reconstrucción de lo que constituye el espacio

común para los pueblos singulares en ese espacio global y el

conjunto de las operaciones gubernamentales que producen esa

reconfiguración confonna un primer aspecto.

En segundo lugar  en términos de «reparto de lo sensible» el

consenso

al

mismo tiempo es también una configuración sensible

209

Page 105: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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del

mundo común

como un mundo de lo necesario y como el

mundo de

una necesidad

que escapa

al

poder de

los

que

viven en

el seno de esa necesidad. Si el consenso es en un sentido ese

conjunto

de

operaciones gubernamentales

a las

que hacía

referencia

también

es la

construcción

de las

evidencias de

l

mundo sensible

dentro de las cuales

esas operaciones pueden

efectuar se sin mayores problemas  en

particular

esa

construcción

intelectual

mediática

  a la

que han colaborado

los intelectuales

los historiadores los sociólogos los filósofos universitarios l o ~

periodistas de la televisión y los periódicos. Es a c o n s t r u c c i ó ~ de

e s ~ e mundo e n

el

que estamos

frente a la

necesidad

en el

que no

eXIste

10

posIble no hay elección salvo únicamente la de la de

mejor manera de

administrar

la

necesidad.

Lo cual

también

q ~ i e r e

? ecir la

c o n s ~ r u c c i ó n

de un mundo común en que la

dImensIOn del conflIcto

se reemplaza esencialmente por

la

relación del conocimiento con la ignorancia.Del consenso fornla

parte

esa

construcción del

sistema global

de información del

saber

con:o

~ n a especie de triunfo de la lógica pedagógica del

embrutecImIento en que cada

acontecimiento cada cosa que

ocurre se debe presentar como algo que se tiene que

interpretar.

Intenté

describir

ese sistema de información

diciendo que no se

trata

en lo

más mínimo

de

ahogar

a la

gente

bajo un

chorro

de

imágenes

sino por el contrario de presentarles cada cosa

que

pasa como algo que

les robaron

algo

a lo

que no tienen

acceso

que hay que

explicarles «descifrarles» 

según

la

expresión que

se

convirtió

ahora

en la

expresión

fetiche.

El consenso es la puesta en marcha progresiva de esa práctica

gubernamental

e intergubernamental y de esa

representación

del

mundo común que

aumenta

la opacidad de los que

participan

en

ella a la

vez

la necesidad

de

un

gobierno de expertos

y la

necesIdad

de estar constantemente en posesión

de las

claves de

lo

que

está pasando. Es lo

que se

puede

definir

como el

corazón

de la lógica actual de la policía con el hecho de

que

esta lógica

ac tual

construye márgenes

extremadamente

importantes

y

rechaza a toda una serie de

poblaciones

  de

movimientos

de

poblaciones

 

fonnas

de resistencia

que se

ven

cada

vez

más mar-

ginalizadas.

En

cierta medida  el

orden

policial se

construye cada

21

vez más como

algo

a lo que no existe respuesta colectiva con

respecto a lo cual por lo tanto sólo

pueden

tener lu

gar

des-

plazamientos y

desviaciones

individuales. El

orden

policial

se

construye

como lo

que ya no

tiene frente a sí

mismo

instancias

conflictivas

legítimas en el sentid o de legitimadas porel análisis

de las situaciones son sólo actos erráti cos enfeI111izos crim inales

y otros.

Laculminación

del orden policial

consiste

en el

hecho de

que todo

lo

que no está tomado

en el

sistema

se

convierte

en un

asunto de marginalidad  de migración de patología  de delincuencia

de

terrorismo

  y así

sucesivamente.

Al mismo

tiempo

el orden

consensual

se

ve obligado

a dotarse de

instrumentos

de policía

reforzados para controlar los márgenes y las filtraciones

que

necesariamente no deja de

crear.

En lo que acaba de decir se advierte con nitidez el vínculo entre

el consenso la epistemocracia  la desimbolización del orden

social n todo caso la ausencia de un trabajo de sim-

bolización que quizá permitiría a esas filtraciones  a esos

márgenes  a esas salidas individuales constituir

un

otro común-

. ¿Eso también signtfica que en esas calificaciones o carac-

terizaciones del presente hay un encadenamiento histórico?

¿O

que antes que nada son estratégicas que sirven para

romper un lugar común del momento que a usted le parece

nocivo para la inteligencia del presente? De manera tal que

quizá no todas las caltficaciones tengan

la

misma consistencia

Entre esas calificaciones

  algunas tienen

una

función

polémica

que

se

define

por

la configuración

de lo

dado que

se

busca

po-

ner en cuestión. Se trata de

escindir una

noción común  de

trabajarla desde

el interior. Otras definen un

aspecto

del

pro-

ceso. Si uno

habla

de

«epistemocracia» se

advierte con claridad

que

se

está definiendo

uno

de

los

aspectos

del

proceso

  a

saber

 

la

creciente

legitimación de formas de gobierno por parte de la

ciencia incluidas en

esta

situación absurdaen

que todo

el

mundo

ve

bien que a

pesar

de todo se están

obedeciendo normas

llamadas científicas que por otra parte  uno constata que son

inoperantes y

que

 

eventualmente

las manipulan los estafadores

2 11

Page 106: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Todo

el

mundo

advierte claramente que Sarkozy no sabía nada

de economía que descansaba en verdades económicas que hace

diez años se creía

que

eran eternas y que se desmoronaron que

luchaba por mantener una nota que daban las agencias integradas

por

financistas

que

eran ellos mismos muy corruptos. La «epis

temocracia» designa esta representación del

poder que

resulta

imprescindible

para

su funcionamient o  y no la efectividad de

un

gobierno de la ciencia según el modelo platónico o tal

como

todavía

lo sueñan algunos tecnócratas .

La «policía» en cierta medida también se puede contrastar

con esta escala de derechos igualdades y tratos otorgados.

veces usted dice

es

algo que surge de sus textos- que de

alguna forma hay buenas y malas edades de la policía. De

modo que deberían existir criterios que permitieran decir si

una policía

s

más

o

menos favorable para la población que

otra ¿no es cierto?

Sí pero una

vez

más hay

que

evitar sustancializar la policí a y la

política. Existe

un

estado de relaciones entre policía y política un

estado de progresión de la política  que hace que

tengamos

una

organización de las condiciones de vida mejor que otra. Existen

criterios

muy

simples se

puede

pensar en

la

corrupción. Se sabe

que

hay Estados en los que no es posible tener nada sin pagarle

al agente de policía al funcionario afectado  etc. El hecho de vivir

en Estados en los que la administración básicamente no está

corrompida de

manera

sistemática es extremadamente impor

tante.

Pero eso

no define una policía «buena».

Define

un

estado

favorable de las relaciones entre lógicas contradictorias un

sistema de obli-gaciones para las prácticas gubernamentales.

Saber si la reacción normal

cuando

la gente sale a la calle es

disparar contra ella o por el contrario evitar tirar es un criterio

que

permite distinguir el estado de esas relaciones.

Uno

se

acuerda de esa ley universitaria que debieron enterrar en 1986

cuando las manifestaciones hostiles tuvieron por saldo

un

muerto.

Me

acuerdo cuando

una vez fui a llevar

un

petitorio

al

Eliseo en

la época de Chirac . Entramos

por

una puertita de un costado

2 2

subimos

vimos

a alguien del gabinete

poco

importa a quién

vimos

y lo que pasó con el petitorio .Pero

es

un

clyerio

importante

saber que se puede no estar asustado ante la Idea de entrar en

la sede del gobierno supremo de la nación.

Una vez

más no es

posible disociar un estado de la policía de un estado de la

capacidad política.

RUPTUR S   REVOLUCIONES

REVUELTAS

Se habló mucho de revoluciones

en

lo que respecta a los

acontecimientos de 2011 en una parte del mundo árabe. La

elección de las palabras de la ruptura histórica contiene

una apuesta intrínsecamente política. ¿Qué término. es el

que por su parte  usted privilegia? En diversas opor.tumdades

habla de

«capacidad colectiva» para tratar de dehmztar esa

clase

de

movimientos. Da la impresión de que FOllcault

prefiere el término

de

«sublevación»

al

de .«revolución».

Por su lado  Deleuze intenta romper con la dea

de

que la

revolución estaría

asociada con una representación

te leo lógica y es por ello que privilegia la noción de «devenir

revolucionario».

n

verdad no

tengo

para ofrecer un

buen término que

designe

lo que después de todo constituye

la marca

de la ruptura en el

presente y sobre todo a partir de la

p r i m a v e r a á r a b e ~ . No

tengo

nada en contra del término revolución

pero

es Importante

deshacer el vínculo entre las revoluciones y

la

revolución   entre

los acontecimientos las coyunturas revolucionarias y larevolución

como

el cumplimiento de una necesidad histórica el paso radical

de un

modo

de producción a otro según el

modo

marxista. En la

historia

moderna

se conocieron revoluciones que duraron tres

días algunos meses algunos años

. En qué consiste una revolución según mi entender? Es el

m o ~ n n t o en que todo

un

orden de lo visible de lo pensable  de

lo posible  se encuentra brutalmente despachado y reem-plazado .

Si se piensa en el sentido concreto de la palabra en el ll und

2 11

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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moderno se convirtió en

el

momento en que todo el universo se

puso a dar vueltas en sentido contrario cuando el sentido primero

era el retorno al punto de partida. Tras haber trabajado mucho

sobre 1830 1848  1871 sostengo que es posible hablar de

revol ución allí donde se da

la

interrupción brutal de todo un orden

simbólico dado y en donde aparecen como posibles cosas que

eran absolutamente impensables y un actor popular que no tenía

lugar en la escena anterior. El acontecimiento de palabra es la

manera con que este actor se nombra al apoderarse de nuevo de

esas palabras en exceso que son «libertad» «igualdad» u otras.

Lo que ocurrió en Túnez y Egipto es algo por el estilo. Hay que

rechazar el argumento que sostiene: eso no provocó ni el

derrocamiento del poder del Estado ni el fin del capitalismo

por

lo tanto no se trataba de una revolución. El argumento también

se aplica a muchas revoluciones del pasado. La gente dice que

la interrupción no alcanza que hay que organizarse en la

duración para alcanzar la revolución final y definitiva. Pero una

revolución es una secuencia de tiempo en la que las relaciones

de autoridad y toda la construcción del mundo sensible y

pensable en el que vivimos se encuentran

b r u t l m ~ n t e

tras

tornadas. Lo cual se extiende más o menos a lo largo del tiempo 

pero es posible denom inar revolución a todo proceso de ese tipo.

La

sublevación designa el hecho de que la gente se mueve pero

no señala ese proceso importante de transformación de

la

escena

de lo posible.Hay quepodercalificarde nuevo como revolución los

trastornos sobre cierta secuencia temporal de las relaciones de

autoridad incluso de representación de lo que pone a

la

gente dentro

de una comunidad con consecuencias a corto medio o largo plazo

que resultan extremadamente diferentes.

Foucaull dice en algún lado al respecto que el papel del

intelectual «en la actualidad debe ser el de restablecer en

cuanto a la imagen de la revolución la misma tasa de desea-

bilidad que la que existía en el siglo XIX». ¿Cuál es el papel

que cumple usted por su p rt

e?

¿Qué piensa de las inter-

venciones

en

artículos de opinión en la prensa?

214

Yo no hablaría de un papel del intelectual  me referiría a mi papel

en tanto que investigador y escritor. Lo que atraviesa todos mis es

critos después de todo es mantener la deseabilidad de esos

estados de subversión global de las relaciones de autoridad y de

todos los sistemas de representación que vuelven aceptables

normales o ineluctables esas relaciones de autoridad.

No

si

se

trata de un trabajo de intelectual. Desde hace treinta años he

intentado

mantener

abierto el espacio de pensamiento

-10

que

equivale a decir también el espacio de ~ o t e n ~ i a a f ~ c t i : a de

deseabilidad de

todo

10

que he comprendi do baJo el termmo de

emancipación. En ciertas circunstancias dadas ese trabajo se

puede

resumiren forma de artículos de opinión. Per? la o n d ~ i ó ~

de un artículo de opinión es después de todo  la de mterveI1lr

al1l

donde es posible hacer algo. Escribir un artículo de opinión para

decirles a los tunecinos «lo que ustedes hacen está realmente muy

bien» no es algoque seade

mi

agrado. Escribir un artículo de opinión

con respecto a algo que puede pasar que concierne a los

indocumentados a los gitanos algo cercano sobre lo cual yo tengo

una postura 

la

posibilidad de proponer otro modo de

i ~ i b i l i d a d . s í .

En realidad para mí existen dos tipos de trabajo y de 111

tervención: hay trabajos que buscan constituir como un tejido

sensible de la posibilidad de un mundo distinto  e intervenciones

que intentan reescribir una situación. En el fondo está .ese

trabajo en dos partes. Está la tentativa de romper tanto en el

~ v e l

del análisis conceptual supuestamente teórico como en el mvel

del señalamiento de las consignas policiales presentes las

nociones comunesque casi siempre comparten tanto los partidarios

del orden como los que creen cuestionarlo. Pero esas intervenciones

se despliegan sobre un fondo determinado el del trabajo que

construye ese tejido sensible que pernlite pensar que esa gente que

habla de emancipación es razonable y propone cosas deseables.

Nos gustaria captar con más claridad cómo concibe ust

ed

los efectos de los procesos de subjetivación politica. ¿Se los

puede diferenciar en función de los beneficios que conllevaJl

dicho en otros términos  más allá del hecho de que

1 1

,, =

redefinen repartos o divisiones de lo social: efectos en

/

;r

l  i

Page 108: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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minos de derecho, de bienestar, de desigualdades ,

por

ejemplo? ¿Considera usted que es importante procurarse

criterios de efectividad de la subjetivación politica, incluso

si esos criterios no aparecen en El

desacuerdo

ni en los textos

más canónicos de su pensamiento político?

Haya

mi entender un criterio fundamental para medir

la

efectividad de la actividad política y es cuando esta última crea

ampl ía y perm ite la instituciona 1 zac ión de las condic iones mismas

de su propio ejercicio. Lo cual quiere decir que la efectividad en

principio siempre posee un carácter subjetivo: es el incremento

de potencia del sujeto político en tanto que tal. Dicho lo cual este

incremento de potencia se manifiesta también en la reordenación

de la relación de fuerzas tal como se inscribe en las instituciones

estatales y en las sociales. Si un movimiento político una suble

vación o una revolución

política como

se laquiera

llamar tiene

por resultado la capacidad de

la

gente de reunirse y de manifestar

y elecciones en las que no se atiborran las urnas de manera

sistemática es siempre un efecto incluso si está incluido dentro

de un sistema electoral en el que

el

pueblo da su aval a una oli

garquía. Es bien sabido que todos los derechos están limitados

por la posibilidad material de sacar partido de ellos pero el

principal derecho es el de ser un actor político sin miedo. El hecho

de poder salir a la calle teniendo en mente que el riesgo más

probable no es que me disparen sino que tal vez me empujen un

poco y

me

detengan es algo

muy

importante.

Más

allá del

aspecto puramente material

la

creación de las condiciones que

permiten que

sea

posible una presencia del pueblo en tanto que

tal diferente del pueblo encarnado en

el

Estado es un criteriO

fundamental de la efectividad política. También existen los

criterios de lo que

el

combate político produce en términos de

igualdad en las formas de vida. Se advierte claramente en la

actualidad con

el

emprendimiento europeo

por

destruir todo lo

que exi stía como tej ido com

ún

de sol dari dad: e 1hecho de que los

pobres puedan ir a los mismos hospitales que los ricos la igualdad

en las formas de vida para

la

educación los cuidados los

transportes etc. es algo que entra directamente en los efectos

216

medibles del combate político y por desgracia es algo que tam

bién entra directamente en los efectos medibles de la derrota de

lo político.

No

comparto para nada el discurso de esa g ~ t que

dice que todo esto no es más que una trampa que

S

hubo

derechos sociales una seguridad social

era

únicamente para

reclutara la clase obreray aniquilar la resistencia. Esos discursos

carecen de interés y  al fin y al cabo apoyan la ofensiva

oligárquica presente.

Por

el contrario

s i e . ~ p r e h ~ l b o

una

correlación entre esas extensiones de un tejIdo de Igualdad

relativa y una extensión de las formas de ejercicio de la

capacidad de cualquiera que sea. Los efectos del combate

político se advierten tanto en ese incremento u b j e t i ~ o com.o en

las condiciones de igualdad de derechos

como

tamblen en cIerta

cantidad de condiciones mínimas requeridas para existir.

¿UN

NUEVO INTERNACIONALISMO?

l final de El

desacuerdo

usted hace referencia a la «policía»

mundial. y cuando habla de esta «policía» mundial, en la que

la humanidad juega

un

papel importante, usted rechaza la idea

de que exista en su sentido una política mundial.

«El

~ n u n d o

puede ensancharse. En cuanto a lo universal

de

la polrtlca, no

se ensancha.

»R

La política tal como la comprende, por lo

tanto, no puede tener al mundo por escala ni

por

medio

originario, lo que sin embargo a veces es uno

de

los presupuestos

del internacionalismo en diversas formas. En el marxismo o en

el nuevo internacionalismo, a menudo está presente la idea de

una humanidad común originaria,

y

de lo que se trataría es de

volver a encontrarla al final del proceso histórico. Eso le

otorga un entusiasmo bastante importante a la mundialización

contemporánea como fenómeno que por fin le da su verdadera

medida o su escala al proceso de emancipación. Sin entrar en

ese telas la cuestión consiste en saber cómo interpretar la

constitución, a pesar de todo, de las escenas políticas que son

posnacionales , que pueden ser supranacionales en las

instituciones , trasnacionales a través de los movimientos

8;

El desacuerdo.

ob. cit..

pp

  172-1 73.

2   7

Page 109: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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sociales. ¿Cómo se pueden integrar en su concepción de las

relaciones entre policía y política  por ejemplo esos espacios

de lucha que están constituyéndose desde hace unos treinta

aí1 s

o en todo caso reconstituyéndose tras l ocaso del

internacionalismo obrero y el fin de la guerra fría?

Ahí hay dos cosas: la cuestión de la subjetivación política y

la

del

horizonte de

humanidad

que se vincu la con ella <<La tierra sólo

pertenece a los hombres»). Partamos de la idea que podría

conectarlas,

la

del internacionalismo. La Internacional obrera,

antes de convertirse en un simple instrumento del Estado soviético

y del

poder

estalinista, al principio era ante todo una conjunción

de movimientos sociales

que

eran nacionales . Un movimiento

nacional no es un movimiento nacionalista. Es un movimiento

que , a partir de grupos sociales efectivos en una coyuntura de

lucha de clases definida, es

capaz

de construir formas de univer

salización de las situaciones.

Esa

relación de

lo

local con la

capacidad de universalización que autoriza es muy importante,

según

mi

punto de vista, en

la

definición de

lo

político. Esos

procesos de universalización se desarrollaron frente a Estados

nacionales

que

, acá y allá, hacían que se aplicara a su escala

cierto orden de

la

dominación.

En la

actualidad se advierte con

claridad que no existe

un

internacionalismo de ese tipo.

Por

el

contrario, existe una internacional capitalista perfectamente bien

organizada para

imponer

su ley . Las estructuras supranacionales

que

existen hoy,

empezando

por lo que se conoce como Europa,

son sus creaciones y sus instrumentos,

Por un

lado, imponen sus

leyes a los pueblos

por

intermedio de los Estados.

Por

el otro,

hacen que las condiciones del

combate

se vuelvan más difíciles

puesto que son un enemigo ausente, frente al cual resulta muy

complicado construir esos procesos de univer-salización de lo

local que se construían frente a un Estado o frente a una patronal.

Esa pé

rdida

no se ve

compensada por

los movimientos anti

mundializacióny las manifestaciones como las de Seattle, Génova

u otras. Esos movimi entos dicen que, puesto que la escena

es

mundial , hay

que actuar

mundialmente. Pero esta acción es

fundamentalmente una acción simbólica que se

la

s agarra con

los órganos del gobierno mundial en los lugares donde se reúnen

2 18

periódicamente y no allí donde producen sus,efectosd.edesn:ucción

de empleos y del tejido social en talo cual pals. Y al mismo tiempo,

esos órganos no son los que van a hacer impera.r

el ~ ~ e n

en nuestros

Estados y nuestras sociedades. Con esta

d l s t n b u c l ~ n

de las tareas,

hay escisión entre las luchas que tienen lugar en un mvel o c a ~ esas

acciones simbólicas globales que tienden a ser la

accJOn

de

especialistas de lo internacional. .

La

distancia entre eso y un horizonte de

humamdad

eman

cipada

queda

bien marcada

por

el hecho de

que

la

c u e ~ t i ó n

humana

en la actualidad es también un asunto de especialistas .

Con

las ONG tenemos una serie entera de organizaciones que

se sitúan directamente en el punto de sufrimiento del orden

m und ial,

que

están en todos lo s puntos

donde

este orden m

n d i a l

define una cuestión in tolerable más radical que otra: los refugiados,

los hambrientos, los perseguidos.

No me encuentro

entre los que

dicen que

no

es más que caridad y no

es

política, lo que parece

realmente demasiado simple. Es sabido que

muy

a

menudo

los

militantes de las ON G son de los que, en el terreno, luchan contra

las potencias del gobierno mundial , ayudan

aque

haya una toma

de conciencia y una forma de organización de la gente

que

víctima acá y allá. Con los movimien tos

que

intentan repercutir

su acción, del tipo

Avaaz

, se advierte con clarida.d que

h ~ y

un

esfuerzo por constituir unasuerte de opinión pú blica mternacJOnal,

capaz

de hacer valer su peso con r e s ~ e c ~ o a lo que p u ~ estar

ocurriendo de intolerable en Siria, en Afnca o en otros paises . Es

impOJ1ante en la redefinición de las formas de

s e n s i b i

l i d a ~

cuanto

a lo político, en la constitución de un nuevo. es,pmtu

internacional; pero,a

pesarde

todo, ninguno de esos

o v l m l ~ n t o s

tiene lacapacidad de constituir una singularidad en

l 1 l v e r ~ a h d a d

De hecho el filósofo que llamó a

una nueva

InternacIOnal, a

saber

De:rida

lo hizo sobre un trasfondo de humanida d sufriente

y

no

de h u m l ~ i d d en

devenir

. y es también el que d e s ~ n i ó de

manera

rotunda la política, identificada con la soberama, a

figura del otro, ese huésped que uno acog: pero,del que tamblen

se

es

rehén.

86

En una palabra, para él esta el

mismo

, que es del

O

En francés,

hóle.

que , co

rn

o el caslcllano «huésped» , al ud .: tanto al que

hospeda como al hospedado

N

. del T. .

219

Page 110: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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orden del suje.to soberano  y el que es radicalmente otro que es

el

u m a ~ o

habitado por

la

potenciade

lo

inhumano.Lo cual equiva le

a e x c l ~ l ~ r la figura misma del sujeto político como potencia de

alteraclOn del orden identitario. Según

mi

puntode vista sóloatravé

de la reconstitución movimientos sociales que luchan acá y allá

en formas de agrupaciones concretas contra enemigos igualmente

c o n ~ r e t o s es como resulta posible esperar reconstituir un auténtico

sentJdo de la emancipación humana.

UERPOS

MIGRANTES

CUERPOS SUFRIENTES

~ o n frecuencia le insisten

en

que se pronuncie acerca de los

mdocumentados. Hace poco también mencionó la suerte de

los gitanos en Euro?a. Foucault hablaba de los boat people

87

co" o U 1 ~ «presagIO del futuro». ¿ Qué lugar ocupan los

flU OS

mlgratorlOS en su trabajo?

o d e m ~ ~

tratar de s ~ l i r a ~ o t e diciendo que me gustaría separar

la cuestJon los flUJOS migratorios de cierto pathos que sería el

de la huma111dad condenada a la condición de refugiada la idea

de el hombre contemporá neo es el hombre del campamento.

EXiste un pathos a propósito de los refugiados del habitante del

c ~ m p a m e n t o como significante de la existencia contemporáne a.

l e n s ~

que hay

que

volver

al hecho

de que los emigrantes en la

actualIdad son principio personas que se desplazan para

o b ~ e n e r

los mediOS para alcanzar

una mejor

vida.

Por

supuesto

eXisten fenómenos diferentes la gente que está hacinada en l o ~

campamentos después de una masacre los desplazamientos

forzad?s de poblaciones. Pero hay que partir del hecho de que

los m l g ~ a n t e s son personas que se mueven como en el mercado

de trabaJO para tratar de ir a los lugares en que pie nsan que

p ~ l e d ~ n ganar su s u s ~ e n t o llevar a su familia organizar un

c l r c u ~ ~ o para

~ v J a r

dmero. Hay que evitar poner

de

entrada la

cuestIon del emIgrante en una condición ontológica 

como

tam bién

87 Balseros. En inglés en l origin l N . del T.l

220

en una escena de reparto político. En ciertamedida  los emigrantes

buscan superar las fronteras se van a encontrar con esta doble

lógica del sistema a la que hacíamos referencia hace un rato: a

saber que para que los capitales circulen en i b e r t a ~ es necesa no

por el contrario evitar que los hombres lo hagan hbremente. Por

un lado se le dice a la gente que si quiere mantene r el empleo 

lo p u e d ~ hacer  a condición que acepte ir a trabajar a Malas ia o

a China; por el otro hay

que

detener en las fronteras a la gente que

no viene de Malas ia ni de hina sino de Kurdistán   de Etiopía de

Ghana o de algún otro país de Áfric a o de Medio Oriente. Hay

ahí algo como un encuentro brutal entre

lasola

posibilidad de vivir

y el orden internacional tal como está estructurado. .

Incluso en los lugares donde se necesitan inmigrantes pn -

mero

de todo hay

que

controlar.

Yo veía

hace

poco

la película de

Sylvian George (Qu 'ils reposent en r é v o l t e ) sobre la jungla

de Calais en la que se advierte claramente que se trata .una

situación que no se llega a constituir po Iíticamente. La actividad

de apoyo siempre está un tanto en entredicho pues esa gente

s e

encuentra ahí ante todo  de paso. Lo que buscan en toda SI-

tuación incluidas las relaciones con la policía  con las rejas que

los detienen  es cómo hacer para pasar.

No

están ahí como

sujetos políticos . Es una situación diferente a la

de

la g ~ n t e ~ u e

trabaja en Francia o en otros países desde hace cmco diez anos

a la que no se le otorgan documentos. Ahí nos hallamos una

situación propiamen te política a saber personas que s t a n a la

vez incluidas Y excluidas

y

que en la forma de diferentes

movimientos

de indocumentados que

hemos

visto pueden sub-

jetivar esa relación entre la exclusión y la inclusión. Se ve bien

en

la tensión que existe entre

1

que pasa

en las fronteras y lo que

sucede en el centro  este descuartizamie nto del espacio político

en que el emigrante es dos cosas al mismo tiempo. Es s i m ~ l ~ m e n t e

un emigrante que tiene que vérselas con

un orden

p o h c J a ~ que

bloquea

lo

s pasos

y

es un sujeto político en potencia a ~ a r t l r del

momento en que exige poder vivir allí donde e e n c u e n t r a a l l ~ u a l . q u e

vive todo el mundo. Esta tensión resulta extremadamente difiCil de

resolver y es ahí en donde uno se da cuenta de que no contamos con

88

Que descansen en revuelta.

22 \

Page 111: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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i n t e r n ~ c i li

smo en e1 entido en que lo que concierne a los fltuos

mlgratonos se repaJte de manera constante entre una escena en la

que enfrentan policía e individuos y una escena propiamente

política de afirmación de una parte de los sin-parte. .

Desde ese

punto

de vista

el

derecho

al

voto de los extranjeros

resulta

fundamental

para la reconfiguración de la escena.

efecto es fundamental

para

la inclusión de

esa

parte

de

los

sm-parte en una universalidad política más vasta. Resulta cier

tamente criminal

de

parte de la izquierda oficial haber

mostrado

siempre

tanta

pusilanimidad con

respecto

a

ese problema

 

haber

aceptado el

argumento

abyecto según el cual los franceses no

eran capaces de comprenderlo.

Uno

puede

ver

con claridad lo

que implica esa antipolítica que practican los partidos llamados

políticos

que

consiste en

excluir o

que constituye

precisamente

la

posi?i.lida? 

mismade n a e ~ c e n a

política.

No

es para

decir que

la

p a ~ l c l p a c O n

de los extranjeros en

la

elección municipal va a

cambiar mucho

las cosas

ése

no es el proble ma sino

que

se

encuentra en el

plano de

la reconfiguración del espacio

común

la idea misma de identidad de lo

que

implica ser francés se;

Ciudadano de un país. Lo

que

vincula ambas cosas es la

constitución global de una pertenencia limitada.

Para

alcanzar

una escena polític a ideal habría que lleg

ar avincularvarias

cosas:

los derechos de los emigrantes los de los inmigrantes  los de los

que se instalaron acá y luego la cuestión de la precarización

g ~ n e r a l

del nivel de vida.

Algunos conocen

la precariedad del

IlIvel económico que puede ir desde los oficios más básicos

hasta problema

de todos esos posdoctorandos de

Europa que

a los

tremtao cuarenta

años no tienen trabajo .

Hay

una

condición

general de precariedad que

va

desde la marginalidad

económica

a la

imposibilidad misma de moverse pasando

por

la

negación

de derechos . esa

precariedad global

probable

sea en la ac

tualidad

el

fundamento de una subjetivación

posible

 

es

lo que puede resultar lo

más

fácilmente univer

salizable

pero   al mismo tiempo  

es

lo que

se

mantuvo en

compartimentos

separados. Existe entonces

un

abanico que

va desde esas agrupaciones

de

diplomados

sin

empleo de

los

222

que

la

gente

dirá

enseguida

qu e no

so

n

más que movimientos

de

burgueses-bohemios

de

pequeños burgueses que

están

en

la onda   y

luego está

la situación

de

esos emigrantes que se

queman las yemas de los dedos para volverse in identificab les

para las

policías europeas.

HUMANOS

NO HUMANOS :

ECOLOGÍA POLÍTICA

La ecologia polftica se convirtió en tma tradición de pensamiento

que se fortaleció extensamente se desarrolló y se complicó. Nos

parece que se podria volver a leer con las herramientas conceptuales

que propone tal vez por medio de jQrzar

lO

poco las cosas con lo

que sin duda usted no estará de acuerdo. El antiespecismo  ln1a

parte de la ecologia proftmda

a

la que se podria agregar el

pensamiento ecológico

de

nmo Latozff en tomo a la idea de que

se podria hacer hablar a los «no humanos» en

zm

«parlmilento

de

objetos»-  utiliza de mm1era implícita un criterio de lo político

semejante al suyo. Después de lodo  se trata de configurar de nuevo

las part

es

y las partidas hacer que se vean sujetos y objetos que no

se

ven,

como los animales y veces incluso

lo

s objetos qllefonnan

parte de la vida cotidiana:

en

pocas palabras hacer

hablen lo

que

no sería más que n/ido. No obstmlte  nos parece que esta posible

extensión plantea una dificultad En E;fecto,

su

definición de lo

político implica casi siempre la idea del lenguaje de Ln a animalidad

política definida como «animalidad literaria»   de modo que, sin

duda  no otorgaría la posibilidad de la subjetivación política a «no

hummlos

».

¿Cómo evalúa esta tensión esta compatibilidad

zm

tmlto escindida entre el modo de pensamiento de

zma

parte de la

ecologia política radical y su propio pensamiento?

Hay

para mí un pun to de escisión

decisivo

.

La

política siempre

se definió en términos de polémica sobre lo humano   sobre la

distribución de los grupos humanos   de la

capacidad

que se les

reconoce sobre la capacidad de

palabra

que

se les otorga.

Desde

mi punto de vista la política

siempre

se planteó en

tomo

a estas preguntas: ¿esos

humanos

son

realmente humanos

 

223

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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pertenecen a

la

humanidad, son semihumanos o falsamente

humanos? Esa gente que hace ruido con la boca, ¿habla o no

~ a b l a

define siempre dentro de una relación políticade cues

tlOnamlento de un reparto dado entre

humanos

a partir de

la

capacidad de los humanos no contados de hace; ellos mismos

que cuenten al declamar su pertenencia y su capacidad. Pienso.

que no hay política sin posibilidad de una subjetivación de «la

parte de los sin-parte». La subjetivación pasa por una declaración

qU,e e c ~ n f i g u r a el reparto entre los humanos . ¿Qué es lo que hay

alfa de eso? Por supuesto, existe un pensamiento de

la

Igualdad que va más allá de

la

escena política de redistribución

de las capacida des reconocidas o afirmadas de los humanos una

preocupación de la igualdad

que

dice

que todos

los

;ivos

m e r e ~ e n igualdad de consideración, o que dice de manera

negativa que toda buena comunidad humana es una comunidad

que se

pone

límites, que declara

que no

es

capaz

de

hacer

cualquier cosa y de hacerlo mal.

Una

vez

hecha esta aclaración,

queda toda

una serie de

problemas que conciernen a las fábulas de La Fontaine:

¿qué

es

lo

se va a representar, a los lobos o más bien a los

corderos?

Son

conocidas todas las peleas en torno a la diversidad bioló  ica a

b

b

sa er, que resulta muy simpático

volver

a

poner

lobos en

nuestras montañas pero

que

para los corderos es

mucho menos

simpático y que, por otra parte, los que hablan en nombre de las

ovejas son los pastores. Es así

como caemos esencialmente

en

el problema: los representa ntes de los

anima

les de la naturaleza

de ~ i e r r a de las cosas serán siempre h u m n ~ s lo cual q u i e r ~

decIr mtereses humanos. Si los pastores o los

ganaderos

tuvieran

otro oficio, no le darían tanta importancia a la preservaciónde los

corderos, lo que constituye

un primer

problema.

. s e g ~ n d o es que la idea de que los lobos son útiles para

la

blOdlversldad y que la biodiversidad es úti l para la salud del

planeta es la idea de personas que se las dan de especialistas de

la v i s i ó ~ g lobal , poseedores de un saber del que carece la gente

que esta encerrada en su relación con la tierra y con su ganado.

Incluso si hay tensiones dentro de la nebulosa eco-lÓGica de

antemano lo ecológico nos lleva hacia cie lio modelo de la I ~ i c a

4

en tanto que defensora de los intereses

comunes

con ayuda de

la ciencia. Se halla la idea de que , para que haya poI tica, es

necesaria una adm inistración del planeta, de los recursos naturales,

que

es algo

que no

lo puede

hacer

cualquiera. Existe una tens ión

dentro de la ecología entre lo que se podría

denominar

un punto

de igua litarismo radical y

un

punto de tecnocracia y de

va

lidación

dada al gobierno de los eruditos. Me dirán que existe una eco logía

radical que es muy diferente, pero a pesar de todo está presente

esa complejidad

muy

intensa entre la eco logía y el gobierno de

la

ciencia, con todo

lo

que eso impl ica. Eldiscurso ecológico más

extendido es el que afirma que los pobres no saben calentarse,

vestirse, construir casas ni

proteger

su entorno, y

que

son ellos

los

que

están arruinando el planeta. Pienso que no

podemos

definir, en tanto que humanos, una subjetivación de los no

humanos o si no, vamos a darle necesariamente a cierta gente

la capacidad de representar las cosas. Cuando Latour dice

«representamos a los humanos, así como representamos las

cosas», la diferencia, después de todo, consiste en que los

humanos

pueden

poner

en

cuest

ión a los que los repre-sentan,

como

los indignados de Madrid , que dicen «ustedes no nos

representan».

Nunca

las cosas, lo s lobos ni los corderos, podrán

destituir a los

humanos

de la representación que les han otorgado.

Esta cuestión de la representación que usted acaba de

plantear tampoco está ausente en el universo puro de los

humanos: siempre están presentes el problema de l dele-

gación  el de la función del vocero  el del poder o el de las

asimetrías

de

capacidades que conllevan.

Está la cuestión de lo que vuelve posible la política en tér-rninos

generales. Se trata de la posibilidad de una autodecla-rac ión de

la capacidad de un cualquiera.

Esta

autodeclaración es, después

de todo, lo

que

da en última instancia una legi-timidad posible a

todas las formas de representación. Allí donde esta capacidad

está ausente, la representación m isma se vuelve mucho más du

dosa. El argumento empírico segün el cual las cosas nunca van a

lle ar

a derrotar en las elecciones a los representante pucd  

'

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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parecer insignificante, pero remite a algo más esencial, que es la

presuposición de unacapacidad compartida que se puedeman ifestar

en voz propia.

Podemos estar de acuerdo con lo que dice sobre la ecologia

en cuanto a su tendencia a ir ·hacia

un

gobierno de la

ciencia. Pero tambi

én

existe una tendencia de democracia

radical en esa corriente de pensamiento tanto en me

Naess como en Isabelle Stengers. En esos ejemplos hay una

idea común con su pensamiento que es que una autoridad

fundada en la ciencia sigue siendo problemática ...

La democratización de la ciencia incluye dos cosas, la idea de

que el laboratorio está en todas partes y que

la

ciencia se com

parte pero, una vez más, está destinada a los humanos. En el

centro de la democratización de la ciencia se halla

la

idea de que

enfermos y médicos comparten una capacidad. En este caso,

una vez más y, a pesar de todo, seguimos estando dentro de la

capacidad humana La democratización de la ciencia se

define por la capacidad humana para pensar y hablar y, en el caso

en que se extiende hacia los animales, lo hace

en

tanto que objeto de

solicitud y no como instancia que lo va a interrumpir a uno.

UN MUNDO DESREALlZADO:

¿CÓMO INFORMARSE?

En El espectador emancipado usted sostiene una tesis fiterte que

toma a contramarcha la idea -presente en diferentes formas

en

Vir ilio o

en

Baudrillard-

de un

reguero indistinto

de

imágen

es

que acarrearía una desrealización del mundo. No se sufre

según afirma usted de un reguero demasiado lleno de imágenes

sino que por el contrario nos hallamos frente a estrategias de

sustracción de informaciones que seleccionan ordenan y

eliminan «todo

lo

que podría exceder la simp

le

ilustración

redundante de su

signtficacióm>.

I? A través de este paso a un

O

Le Speclaleur émancipé La Fabrique, 2008. p.

106.

226

lado con respecto al discurso anfi mediático dominante  ¿qué

protocolos propone  no para descifrar la información sino

para orientarse para informarse

en

medio

de

esta multiplicación

de imágenes o

de

datos que transitan por la pantalla por la

prensa escrita y por internet?

No poseo una estrategia específica con respecto a la infor

mación. Está lo que recogemos en internet. Están las infor

maciones que nos vienen de derecha y de izquierda, pues es

conocida la gente que está más especialmente yincu lada a lo que

puede estar pasando en las manifestaciones de la plaza Tahrir,

o bien en un movimiento de ocupación de una universidad o de

un capitolio en un Estado norteamericano, lo que puede estar

pasando en una frontera o lo que acaba de pasar en un suburbio

londinense. Existe toda una serie de infor-maciones que pasan

por repetidoras militantes, todos conocemos personas que están

vinculadas con una toma, con un grupo de indocumentados,

personasque tienen alguna relación, por la Cimade

90

o la RESF,

con la situación de los indocumentados, con las zonas de

retención, con las expulsiones por

la

fuerza. Casi todos conocemos

a alguien que viene de Palestina, de un país del Magreb, que trae

sus propios elementos e informaciones. También es sabido que

hay muchos artistas que, en los últimos diez años, nos han

proporcionado informaciones de orden político. La primera vez

que oí hablar del proceso norteamericano de «extraordinary

renditioll»

92

fue en una conferenc ia performance de Walid Raad

en Beirut. Nunca antes había oído hablar de eso. L,os artistas

andan un poco por todas partes sobre el terreno, en modos más

o menos militantes, documentales o, más sofisticados, para

describirnos de otra manera las situaciones que por otra parte

son objeto de

un

encuadre mediático o para hablarnos de

situaciones que terminan por fuera de ese encuadre.

Uno intenta circu lar a través de esos canales, sabiendo que la

información nos llega, a pesar de todo, siempre filtrada, a través

La Cimade es una asociación ecuménica francesa de ayuda a los evacuados,

de origen protestante N. del T.).

JI Red Educación sin Fronteras .

n

«Rendición extraord inaria». En inglés en el original N. del T.).

227

Page 114: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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de portavoces. En You Tube se ven personas que hablan desde

la plaza Tahrir o desde cualquier otra plaza, sin que se pueda

realmente medir el peso de esas personas,

lo

que re-presentan,

la sinceridad de

lo

que dicen , para quiénes hablan. Hay toda una

serie de elementos que nos permiten hacer que explote un poco

el corsé de la infornlaci ón tal como viene limitada y sobreinter

pretada desde el principio, pero resulta difícil tener una buena

estrategia, y nuestros informadores también nos proporcionan al

mismo tiempo su propio análisis, que puede ser marxista, negrista,

agambeniano, incluso a veces rancieriano. La cuestión consiste

en

saber lo que nosotros mismos buscamos hacer con esa

infornlación. Sabemos que, en definitiva, no es nunca en la

totalidad de informacionesy su verificación exhaustiva en lo que

se basa

unjuicio

político. Lo cual pasa

por

configuraciones de

la

situación sobre las que, de todas maneras, hay que decidirse,

para ver en Ben Ali o en Assad a un defensor de la laicidad y de

los derechos de las mujeres

oa

un tirano sanguinario, y en los que

se reúnen en las calles contra ellos, acombatientes de

la

libertad,

a islamistas, a pobres tipos manipulados, etcétera.

No es casual que usted haga mención a la mediación de los

artistas que operan una transformación de información y

una crítica de la manera en que nos llega ...

Se ve con claridad que lo que nos ofrecen los artistas no se trata

de una información rectificada sino de modos de re-presentación

sensible que rompen los marcos mismos de la representación.

Me

referí en varias oportunidades, con respecto a lo que con

cierne a Medio Oriente,

al

papel importante de los artistas, que

se ocuparon de quebrar la imagen de las víctimas, como en el

Líbano con las ficciones y los archivos falsos del Atlas Group, las

películas de Joana Had jithomas y Jalil Khoreige que desplazan

la perspectiva al hablar de la desaparición

-de

personas, de

lugares, de las mismas imágenes-en lugar de presentar imágenes

de lo s horrores de la guerra, las performances de Lina Saleh y

Rabih Mroué, que nos muestran cómo también resulta posible

reírse de la situación, y muchos otros

...

En esas operacione s de

reconfiguración, lo importante consiste en hacer ver cosas que

228

no se veían, desplazar

la

manera con que los cuerpos están

presentes y son p r ~ s e n t d o s ante nosotros, cuya potencia o

impotencia están puestas en escena.

H E

CHOS

POLICIALES, VIDAS ANODINAS ,

INVESTIGACiÓN

Dado que tratamos cuestiones de información y de actualidad

mencionemos el hecho policial  acerca del cual ha desarrollado

diversas reflexiones. Usted afirma que con el hecho policial «la

causalidad se metió en el universo de la vida anodina»

 93

En

Aisthesis,

está ese capítulo sobre Stendhal y

Rojo y negro,

en el

que menciona la manera en que Stendhal trabajaba a través de

la Gaceta de los Tribunalespara tratar de captar «la inteligencia

y

la energía peligrosas de los hijos del pueblo». ¿El hecho

policia l contemporáneo despierta su sensibilidad a pesar de la

cobertura mediática bastante temible que parece quitarle la

potencia que usted le otorga?

¿

Trabaja para encontrar esa

energía o esa inteligencia de las vidas anodinas?

Pienso que la gloriadel hecho policial ha quedado atrás.

En

efec-to

había hablado del hecho policial, pues

la

revista Vertigo me

interrogó para

un número especial. Lo cual me permitió pen-sar

en la explosión del hecho policial vinculado a ese doble fenómeno

de aparición de esas energías a la vez intelectuales y afectivas

del pueblo y, al mismo tiempo, de rupturas de lo:; lazos de

causalidad tradicional. Analicé el momento de la aparición del

«hecho policial»

como

ese momento en que el pueblo se vuelve

presente, tanto en la fornla de crímenes espantosos, aspiraciones

inverosímiles, actos incomprensibles, el momento en que

la

gente

del pueblo se muestra capaz de hacer cualquier cosa. La Gaceta

de los Tribunales

aparece en 1827. Es una forma de populari

zación de los procesos muy diferente de la 1 teraturade endechas

. «Poétiqlle dll fait divers» [«P

ti ca del hec ho diferent

] (2004 , entrevista

realizada por H  AlIbron y

C

Ne yrat, reedit ada

en l lanl pis pour les gensfaligués 

ob . ci\. , p. 66 .

' 4 «Le ciel

du

plébéiell» [«El c iclo del

pl

ebeyo» ], en i

slhesis  

ob . cil.. p . 66 .

229

Page 115: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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y de cuartillas. No sé si el propio Stendhalla leía con asiduidad, pero

l

historia del crimen de Julien Sorel que aparece tres afias después

se construyó, en efecto, mezclando dos hechos policiales. En una

oportun idaddije que era posible establecer un vínculo entre Madame

Bovary y la creación de la Internacional de los trabajadores

como

dos maneras en las que el acontecimiento de palabra entraba en l

vidapopular. Hay un vínculomucho más directo en Stendhal con ese

momento de aparición del pueblo que se marca con la revoluc ión de

1830, pero también con

esa

atención nueva puesta en las energías

populares gastadas en el registro del crimen. Lo que resulta

interesante en l Gaceta de los Tribunales es que en ella se ad-

vierte un tratamiento doble del pueblo: hay reseñas de hechos

policiales que tocan los conflictos y desvíos de la vida cotidiana, en

las que se nos muestra a unos pobres idiotas que llegan, que no saben

hablar y que no entienden nada de lo que les está pasando; y luego

están esos crímenes complejos, bien maquinados, que conciernen a

personas del pueblo, ya no en

l

fornla del pueblerino ridículo de

comedia, sino en la forma de la intrusión de ese ser peligroso que, de

ahora en más, es capaz de hacer cualquier cosa. Hay una época de

esplendor de los hechos policiales, que es también la época de es-

plendor de las revoluciones y de la novela.

Por supuesto, ya

no

nos hallamos dentro de

ese paradigma

fuerte, más bien en otraetapa

de

l

hecho

policial

que

empezó cin-

cuenta

años

después de

Stendhal. Si uno piensa en Rojo y negro

para

mí su igual

en

l

os

años 1880 ser ía Maupassant, sobre

todo

a pequeña Roque la violación de la niña por parte del

honorable notable del pueblo, el momento en que el hecho policial

que significaba

una

energía

peligrosa de la

gente

del

pueblo

empieza

a

implicar

otra cosa, una animalidad, una

inhumanidad

que conlleva esta civilización que cree en el progreso,

ese barniz

de civilización

que cubre

a la bestia bruta. Es el

hecho

policial

de

la

época de

Nietzsche y de Lombroso.

Hay como

dos tradiciones del hecho policial, una tradición en

términos

de capacidad popular

y otra en términos

de animalidad

que vela.

Hay

un

momento

en que la función sintomática del

hecho

policial va a variary aadoptarvalores diferentes. El

hecho

policial se interpreta siempre comouna enfemledadde lacivilización,

23

pero esta última puede ser la promoción de los hijos del pueblo o

simplemente

el

mal que vela siempre detrás del orden normal de las

cosas. El hecho policia se vaa convert ir así en el instrumento de una

patologización.Unoadvielte con claridad que en laactualidad, lo que

constituye lo esencial del hecho policial son sobre todo crímenes

·sexuales yen particular hi storias de pedófilos. En mijuventud , en los

años 1950, el hecho policial tipo se denominaba «crimen pasional»:

eran maridos o mujeres celosos que mataban

l

amante, locual daba

lugar a grandes debates oratorios en los tribunales en lo criminal. En

l

actualidad,

el

hecho policial fundamental es una violación de un

chico o de una nena. El crim inal se

ha

convertido de manera masiva

en un enfermo. Eso quiere dec ir que l vida anodina no tiene mucho

espacio para la invención. Desde la época de Maupassant, todos los

doctores, psiquiatras, psicoanalistas, educadores, se lanzaron encima.

A partir del momento en que

l

vida anodina se mueve, ni bien deja

de ser anodina, de antemano se la interpreta, se l medica.

Esto coincide con ciertas cosas que deCÍamos hace un rato, a

saber, que estamos en universos en que la desobediencia adopta la

fomlad el desvío, la desviación individual, el ten orismo, lacrim inali-

dad y, muy especialmente la criminalidad residual que no se puede

extinguir, pues es bien sabido que si hay crímenes para los que las

formas de reeducación y las estrategias penales no sirvieron nunca

para nada, son precisamente los crimenes sexuales. El hecho de que

sea lo que aparece siempre en el primer plano es como el signo de

una desaparición de la subversión popular detrás de la simple

enfermedad incurable de lacivilización.

El siglo

XIX

al que usted hace referencia cuando el hecho

policial se vuelve importante es también la primera época de

la novela policial. Detrás del hecho policial y la novela policial

se encuentra la investigación. ¿Cuál es la estructura de la

novela policial? ¿Qué es lo que nos permite ver con claridad

en el hecho policial? Es la investigación que 

por

otra parte

también es la virtud que usted les otorgó hace un rato a los

artistas cuando desmontan la información.

Si

insistimos acá

sobre este tema e la investigación es para volver a la cuestión

de la subjetivación política y para introducir un debate más

amplio. Hay algunos i l ó s ~ o s estamos pensando en este caso

23 1

Page 116: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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en

Dewey que

ven

la democracia como una ampliación

de

la

práctica de la investigación mientras que hay otros que si-

guiendo a Marx piensan en la emancipación como l/na

participación en investigaciones colectivas. Habrfa un vínculo 

por

1

tanto  entre la revolución democrática la elucidación

del sentido

común

que también es

un

tema recurrente en su

pensamiento 

i

una práctica

de

la investigación. ¿Cómo sitúa

ese

vínculo? También tenemos

en

mente otro

lema

que no está

tan

lejos

el discurso

de

Foucault sobre la parresia y el «decir

verdadero» . En este caso la subjetivación política consistiría

en

decirle la verdad al poder. Son elementos que no se movi-

lizan de manera inmediata en la definición que da de la política

o de la democracia  pero se advierte que afirmar

la

igualdad

tal vez no sea un asunto de figuración sino también

de

«decir

verdadero» y de investigación. ¿Cómo situaría esas prácticas?

Partamos del hecho de que la investigación designa cosas

totalmente diferentes. La investigación en la tradición de la

nove la policial se opone a la lógica del hecho policial  pues la no

v ~ l policial ha sido la gran operación de salvaguarda de la

causalidad en la

época

de la

literatura.

La investigación poli

cial ficcional ha sido esa

reracionalización,

sobreraciona-

lización, algo que va

contra

la lógica novelesca e incluso

contra las lógicas patológicas que

mencionaba

antes. En un

sentido, Dostoievski marca de antemano la ruina de la in

vestigación policial. Porfirio no investiga, espera que el re

sultado de la enfermedad del criminal lo lleve hasta el

criminal. La racionalidad del

hecho

policial,

por

lo tanto, es

completamente diferente

de esa

racionalidad

que

va a

desarrollar la novela policial y

por

la que sienten nostalgia

personas como Henry James o Borges. Lo que usted designa

como

investigación es algo muy distinto algo como el desarrollo

de un

peritaje

militante popular. Eso

forma parte

de la

democracia  la constitución de

todo

un espacio de

peritaje que

es un contraperitaje con respecto a los

aparatos expertos

del

poder y los aparatos científicos alistados por los poderes .

Nunca sentí

mucho

entusiasmo

por

esa inflación del tema de

laparresia. No me parece que realmente forme parte de los aportes

232

fundamentales de Foucault Comprendo que haya ne-cesitado en

algún momento reapoderarse de la cuestión de

la

verdad sin duda

con el sentimiento de que la tradición nietzscheana de la que era más

o menos heredero 

le

había hecho daño. No tengo nada en contra de

que se reconcentren en la verdad pero no creo mucho en esa

transferencia en virtud política de la verdad de Diógenes ante

Alejandro. También está el hecho de que el «decir verdadero» se

convirtió en la consigna de la derecha tanto como de la izquierda: el

retomo de la lucidez ver las cosas de frente  es decir en definitiva 

verlas según la lógica del poder y la de la economía oficial   la del

consenso s obre« lo que hay». Pero sobre todo no se «dice» la verdad

«al poder». Se desalTollan formas de investigaciones de información

de saber que van a reconfigurar la situación con respecto a la

configuración de las cosas que impone. El poder no trata con la

verdad trata con toda una serie de maneras de construir las

s i t u c i ~ n e s

que van a definirfomlas del «decirverdadero» lo que no

quiere decir que la verdad sea relativa

..

En definitiva la cuestión

siempre consiste en saber dónde se trama el saber y cómo circula

cómo constituye un tejido común y una forma de construcción del

mundo común.

La

investigación apunta a ampliar

el

campode lo que

pertenece a una situación y a la vez también el mundo de los que son

aptos para hablar de ella para aportar su saber.

ARTES DE VIDA PRECARlAS

POPULARES

Continuemos con las «vidas anodinas» desde el punto de

vista de lo que usted llama en el último capítulo

de

Aisthesis

«el arte de vivir» «W1 arte más allá del arte» que se une al

horizonte de las vanguardias históricas. Usted dice de ese

punto de vista que también se puede leer Aisthesis como un

equivalentea La noche de los proletarios.

95

¿Cómo se manifiesta

en la actualidad este arte de vivir popular? ¿Cuáles son los

testimonios

de

ese arte a su alrededor?

s «La rupture  c est de ces ser de vivre dans

le

monde de

l ennemi»

[«La r l l p t u ~

consiste en dejar de vivir en el mundo del enemigo»]. entrevista realizada

por

E.

Loret  en

Libéralion 

7 de nov iembre de 2011 .

Page 117: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Hay algo innegable,

La noche e los proletarios

hab laba del

descubrimiento de un arte de vivir o de un estilo de vida como

elemento importante en la dinámica de la emancipación obrera.

Ese capítulo de

Aisthesis

hace referencia a cierto desgarro de

James Agee ante el hecho de que el arte de vivir que puede

descubrir en el hábit at, la vestimenta o los gestos de los aparceros

de Alabama son algo de lo que no tienen

la

posibilidad de

apropiarse como de una potencia que les es propia. No tengo

mucho que dec ir acerca de lo que sería en

la

actualidad el arte

de vivir de los que ocupan la plaza de los artesanos de

La noche

de los proletarios o de los aparceros de la Norteamérica pro

funda. Para decir algo de ello habría que trabajar en la forma de

la

investigación y yo ya no cuento ni con el dinamismo ni con la

edad para

volver

a encontrar formas de investigación que

puedan tener la misma intensidad y la misma significación para

mí que La noche de los proletarios

Por lo tanto, me vaya limitar a dos consideraciones empíri-cas

que tienen que ver con esa condición de precariedad de la que

hablábamos y que atraviesa los niveles de la cu ltura. En tanto que

profesor, he conocido a muchas personas que son un poco

como

esos estudiantes de porvida personas que en laactualidad viven

en varios universos, el universo de los estudios, el de un trabajo

remunerado que puede ser de vigilante, de carpintero o de

jardinero,y la participación en un universo de prácticas artísticas.

Hay un montón de vidas que se desarrollan entre d iversos

mundos, que se construyen artes de vivir en la precariedad de

una condición y a la vez en el lujo del pensam iento .Una vez más ,

hace poco estaba en Bruselas , en donde me encontraba con un

amigo

-el

traductor croata del

Maestro ignoran

f

que venía

de Zagreb, en donde vive de trabajitos en

la

radio o de cosas por

el estilo.Lo primero que hizo

al

llegara Bruselas fue ir a

comprar

Aisthesis porque no lo conseguía en Zagreb. Vive con muy poco,

pero su lujo consiste en poder acondicionar esa relación entre

una vida completamente precaria y una concentración en los

cuestiones del pensamiento. Tradujo no sé cuántos textos míos

que no se publicaron, se siente feliz por haberlos traducido; no

hace ningún esfuerzo por valorarlos. Es algo que tamb ién

234

advier to en el mund o de los músic os que rodea a mi hijo: intentan

construirse un arte de vivir hecho de un considerable cuidado

económico , de ri gor absolu to en el trabajo , remunerado o no, que

eligieron hacer, con el deseo de vivir bien. Lo cual también se ve

reflejado en formas de reparto , de solidaridad, de sociabilidad

que son bastante diferentes de las formas de sociabilidad que

podían existir entre los marxistas de mi generación . Se teje algo

del estilo de políticas de la vida, formas de equivalentes modernos

de esas economías cenobíticas de las que hablé a través de

Gauny.Todavía me acuerdo de ese estudiante «badiouista» que,

en medio de una huelga en París VIII relacionada con problemas

de aumento de los derechos universitarios, interrumpió de manera

exaspera da a los que daban argumento s a favor de la lucha, para

decir : «El problema no es la plata, es hacer filosofía. Y o tengo

esto para vivir y no era mucho que digamos), pero no me

interesa. Lo que me importa es hacer filosofía».

Están esas artes de vivir que puedo percibir en mi entorno y ,

a la vez, esas artes de vivir que se hallan presente s en el un i-verso

llamado popular y que se nos vuelven sensibles a través de los

artistas. Pienso en Pedro Costa, al que ya hice mención . i uno

mira la manera con que se encarifia con esos inmigrantes o esos

drogadictos arrepentidos que al principio sigue hasta las villas

miseria y luego en los depaltament os impecables en los que se

los

ha

a lojado de nuevo, se ve bien que

busca

capturar una

capacidad de la gente que vive en la miseria, en la precariedad,

incluida la precariedad psicológica, la capacidad de decir su

historia, de encontrar formas de expresión pa ra estar un poco a

la altura de su destino. Hace un rato hablábamos de la pelícu la

de Sylvain George sobre Calais, de esas personas que pasan

años en la ruta sufriendo las peores brutalidades, miserias,

humillaciones. Esas personas son capa ces de hacer todo lo que

realizan, de razonar acerc a de su destino, de pensar lo que hacen

con respecto a lo que podrán dar

como

vida a sus hermanitos o

a sus hijos. Quem arse las yema s de los dedos para no tener más

huellas digitales identificables también forma parte de un arte de

vivir para sí en el orden policial, pero también de preparar una vida

mejor para los que vendrán después .Esto es lo que puedo decir hoy,

235

Page 118: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 118/129

que tiene más quevercon la percepción impresionis tade

lo

que pude

veren

mi

entorno

en

los últimos veinte años y de

lo

quenas restituyen

algunos rutistas que intentan capturar la capacidad de pensar de

hablar de vivir que pertenecen a las personas que en principio son

las más

sufJ ientes

y

las

más miserables.

Alcanzamos acá un plano de su pensamiento que ya habíamos

abordado, un piso ético cuyo estatuto en su construcción de

conjunto no nos parece del todo claro. Se lo ve venir desde

la cuestión del arte, pero esta dimensión ética tiene, según

su punto de vista, una ambivalencia política. No estamos

pensando en este caso en lo que, en algunos de sus textos,

usted deno-mina el «giro ético de la política o el «giro ético

de la estética». Este aspecto ético parece tener

en

usted una

significación doble. Puede actuar como un obstáculo para

la subjetivación política o bien

jugar

como una condición

de aquélla, como acaba de señalarlo con respecto a la

precariedad. Hemos hablado un rato antes de la parresia.

Ahora bien, no se trata únicamente de la cuestión del

discurso y del «decir verdadero» en la parresia  sino que

también está la del «coraje de la verdad». Foucault muestra

mayor interés

por

la preparación ética o

por

los ejercicios

espirituales que vuelven posible el «decir verdadero» ¿No

hay que pensar, del mismo modo, lo que debería ser, lo que

podría

ser

una preparación para la subjetivación política

tal como usted la comprende? No dependería simplemente

de un trabajo de simbolización, de figuración o incluso

de investigación,

ya

mencionado, sino también de esas

«artes de vida».

a posibilidad

de

una subjetivación

política depende de ese trabajo sobre

el

ethos. Desde ese

punto de vista, cabe preguntarse

si

los precarios a los

que usted hace referencia no s hallan en una situación

comparable a la de unafigura histórica queya resulta conocida,

la de la bohemia artística y literaria del siglo

XIX

cuyo ethos

antiburgués no dejó mucho

en

el plano político.

Pienso que el tipo de actitud de la que estaba hablando  que está

236

ligada a la condición precaria y a

la

vez a una carga ética y

militante no tiene nada que ver con

la bohemia

del siglo xix.

No

es algo que implique una suerte de provocación a los burgueses.

uando

uno enseña filosofía durante m ucho tiempo a personas

que saben que no podrán hacer nada con ella en términos

profes ionales uno advierte en ellos una voluntad de vivir digna

y solidariamente manteniéndose tanto cuanto sea posible

independientes de las condiciones que nos impone el orden

dominante. Es

muy

diferente de la bohemia de los años 1830-

1840. Se parece más a lo que pude advertir en las formas de

la

emancipación obrera.

La

emancipación es en principio la construcción de cierto tipo

de independencia que pasa por estrategias de subsistencia un

ejemplo de ello es

la

economía cenobítica otro son los colectivos

militantes que recuperan alimentos por los circuitos campesinos.

Existen maneras de restringirse de vivir de a varios toda una

serie de conductas que definen formas de sustracción con

respecto a las restricciones económicas y a las coerciones

ideológicas del orden dominante. Por supuesto  esas condiciones

son muy a menudo especies de precondicionesde la subjetivación

política pero ésa tam bién es la ambigüedad de la emancipación.

Ésta es siempre también una manera de vivir de un modo

diferente en el mundo tal como es. En cierta forma dentro de

esos procesos de emancipación obrera del siglo XIX tal como los

pude estudiar siempre está presente la posibilidad de contentarse

con la emancipación presente

porel

hecho de que es posible vivir

de un modo diferente al que prescribe el sistema. Las condiciones

que nos hacen aptos para luchar contra un sistema son las

mismas que nos vuelven aptos para sostenerlo para apoyarlo.

Aquí es donde se sitúa

la

complejidad de la ética y de lo político

que me interesa y no en esas visiones en que la política se vuelve

a pensar como un

asunto de cyborgs de espectros o de muertos.. .

237

Page 119: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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REPARTO DE

LO

SENSIBLE

y

ARTE CONTEMPORÁNEO

Hablemos ahora del o de los presentes a través de la manera

con que usted los caracteriza. Nos hemos detenido en una frase

que se encuentra al principio del

Reparto de lo sensible

en la que

señala una forma de transmisión histórica  de relevo entre el

terreno estético y

l

terreno político. Dice: «el terreno estético

es

hoy en dio el lugar donde se produce una batalla que ayer

apuntaba a las promesas

de

la emancipación y a las ilusiones

y desilusiones de la historia »9f> Nos gustaria invitarlo a

extender esta frase  con el objeto

de

captar por qué opone ahí

un

«hoy en día» y un «ayer». ¿Por qué afirma que es en la

estética donde se continúa algo que era del orden de la

emancipación y de las promesas no cumplidas de la historia

en

el siglo

XIX

¿Eso significa

lo

que nos parecería incompatible

con otros enunciados de su obra- que habría una suerte

de

«relevo» de

lo

político por parte de la estética?

La fórmula crea

tal

vez

un equívoco. Ese texto

de

fines de los

años

1990 no se

refería

en lo más mínimo a

una

suerte de visión

global

de

la

modernidad

  de

la

relación

entre

revolución estética

y política. Se vinculaba con una coyuntura mucho más específica.

No

se enlazaba con

la

historia de la revolución y de

la

emancipación

sino con

una

historia

mucho

más localizada que

es

la

de

la

liquidación

de

la edad revolucionaria tal

como

se la

cantaba

en

los

años

1980/1990.

Decía

simplemente que los discursos sobre

el arte su posexiste ncia su fin su «complot» que florecían en

nuestro país en aquellos años  eran

la

repetición de lo

que

se

había

escuchado

en el plano político diez años antes 

con

toda la

declaración

de caducidad

del marxismo 

de

las utopías 

de

la

política de la historia   de todo lo que había querido

dar

un sentido

emancipador al

movimiento

histórico etc. Lo

que

se podía

constatar

en

las polémicas

acerca

del «fin del arte» a fines de los

años 1990

era

una prolongación de ese

lamento

o

de

ese ataque.

96 Le Partage

du

sensible. Esthétique et politique. París La Fabrique

2000 p. 8.

238

Sepasabade

la

denunciade la herencia de los «maestrospensadores»

los padres del totalitarismo estilo Glucksmann a la denuncia de

la

complicidad de las vanguardias pictóricas con el mismo totalitarismo

de Jean Clair o

al

«complot del arte» de Baudrillard.

No

implicaba

todo un análisis de las relaciones de conjunto entre revolución

estética y revolución política solamente la relación entre dos

declaraciones de liquidación de esa revolución.

Dicho

1 cual  incluso

desde

este

punto

de vista

esa

frase no

era exacta.

Hace

poco

mientras volvía

a trabajar sobre la

historia

de

las transformaciones del

paradigma modernista

sobre

el plano

puramente

estético

me

di

cuenta de

que

Greenberg

es

un pionero

con

respecto a todo el discurso político contemporáneo

sobre

la

democracia

consumista.

Es

el

primero

en

decir

que

1

que amenaza

al

gran

arte y a la revolución es

la

cultura popular

la cultura nacida del consumo   del hecho de

que

los hijos de los

campesinos

y de los obreros que se

han

vuelto pequeñoburgueses

quieren tener su propia cultura. En

cierta

forma todo el discurs o

sobre la

democracia

consumista el individualismo de

masa

Greenberg

y

Adorno

de

otra

manera lo sostienen

mucho

antes

que los

émulos

de Baudrillard de Debord o de Christopher Lasch

de los años 1980.

En

el arte contemporáneo  en particular en los curadores. una

parte de los usos de su trabajo lleva a una absolutización de la

categoría

de

«disenso».

Se

trata entonces de anticipar

de

ma

nera aplicada cuáles son las obras que serán capaces de crear

«disenso» para estar de acuerdo con su diagnóstico sobre el

arte actual. Lo cual constituye un contrasentido con respecto

al principio de indeterminación que usted propone. Del mismo

modo 

lo

que usted llama «reparto de lo sensible»

de

inmediato

se conecta junto con la distancia la ruptura  cuando usted

trabaja del mismo modo el elemento estereotipado del lugar

común del consenso. Tal como

lo

recordó acá  el consenso

es

un

«reparto de

lo

sensible» establecido.

Uno

tiene

la

sensación 

por

lo

tanto

de

que «repartir lo sensible» se convierte en una

consigna

por

demás

curiosa

en

el

mundo del arle

contemporáneo.

2 9

Page 120: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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Me costaría

mucho

responderle  pues

para toda

l gente que lee

l

reparto de lo sensible,

que lo cita y que lo usa   lo que en

tiende

verdaderamente

de

eso me

es relativamente oscuro.

Pienso que hay varias interpretaciones posibles. Hay cierto

lirismo de lo sensible  a veces

una convergencia

entre ello y una

formación

marcada

por la fenomenología ·que es bastante

agobiante en

algunos

de esos ambientes. A vec es está la idea de

que de todas maneras  l

política

está en lo sensible y de que por

lo tanto  el arte

directamente

hace política.

Hay

que decir que

ya

no controlo muy bien las lecturas  las interpretaciones ni sus

efectos pues

todo

el

tiempo estoy recibiendo

cartas de

personas

que organizan bienales que

según

me dicen  se concibieron

según mi principio y que por eso debo ir. Dado que no puedo ir

a todas partes  no lo puedo saber.Hay mil maneras de interpretarlo

ya sea en el sentido de que

de

todas

maneras

  se hace política

ya

sea en el de que de nuevo queda probado que el arte tiene una

tarea política  lo que equivale a decir que es posible retomarla en

las formas tradicionales del arte crítico o activista .

A veces también se transmite el mensaje   a pesar de todo según

el cual hay que volver a pensar

l

idea del arte al servicio de

l

política

y a l vez

lade

los dispositivos que se supone que producen efectos

políticos. El principiode indeterminación del que ustedhablabano es

un

principio de indiferencia. Significa el esfuerzo de los directores y

de los curadores por construir recorridos espaciales que sean

simplemente como historias posibles  y que dejan al espectador l

posibilidad de construir a partir de eso su propiahistoria. Después de

todo tengo

l

impresión de que es algo que resulta visible para

algunos de los que me han leído o escuchado .

Es

lo que advierto en

el trabajodeManoel Borja-Villel sobre su concepción del espacio del

museo del que es director el Reina Sofia de Madrid. Lo volví a ver

otra vez en el Moderna Musee t de Estocolmo  cuyo director  Daniel

Bimbaum  que también fue

el

curador de una bienal de Venecia

pensada bajo

el

título de «Fare Mondi»  busca volver a poner en

cuestión las políticas y las pedagogías espectaculares de los museos

para abrir un espaciodeposibles que seofreceparauna recomposici ón

de los espacios y a una relectura de las historias   dejándole al

espectador su parte.

24

Sin querer darme demasiada importancia  tengo la impresión de

haber logrado transmitir algo . Una de las cuestiones para las que el

tema del «reparto de lo sensible» ha servido en esos ambientes 

después de todo  es para salir un poco del ex tintor del estilo «de todas

maneras el arte es el mercado  por lo tanto  no hay nada que hacer;

o bien:

el

arte es

lo

que

l

institución declara como arte  por

lo

tanto 

es cualquier cosa» un discurso macizo  abrumador.

El reparto

de

lo sensible contribuyó a darle a la gente una capacidad de pensar

espacios que yana están predeterminados por una relación dada  im

placable entre el arte  la institución y el mercado. Resulta importante

volver a darle algo de juego a esa relación entre el arte  el mercado

y l política decir que  sea cual fuere todo lo que es posible saber

sobre las instituciones y el mercado   a pesar de todo en la actualidad

se pueden proponer maneras diferentes de construir mundos. Al

mismo tiempo  es algo que se debe hacer de manera un tanto

modesta. Se trata de algo que algunos entienden   a pesar de todas

las coerciones que por otra parte sufren el hecho de que todas esas

instituciones deben crecer según las leyes del mercado y a la vez

asegurarse en lo que respecta a los poderes públicos y a la opinión

intelectual mediante todo un sistema de legitimaciones  sobre la

oposición radical de la cultura al mercado. Está claro que

esa

gente

vive en un universo de coerciones bastante densas y que sus

posibilidades de

juego

son limitadas.

No

me parece para nada falto

de interés el haber llegado  a pesar de todo  a construir un poco de

espacio libre en ese

juego

regulado un tanto más de la cuenta.

Por

otra parte como es sabido existe una gran cantidad de artistas y de

curadores que sólo piensan en una cosa tener un filósofo que su

puestamente esté de moda para incluir en su catálogo.Y un curador

o un director en busca de legitimidad lo encontrarán siempre ya

sea

en Ranciere  en Didi-Huberman  Virilio o algún otro. Defenderse

ante esos efectos secundarios es un asunto de índole individual.

L

FUTURO DEL SOCIALISMO

¿Le parece que el término «socialismo» tal como

lo

enriqueció

y revisitó en sus primeros trabajos, tiene alguna sign ficación

hoy en día? ¿Esa significación podría estar recargada

si l

-

24 1

Page 121: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 121/129

- -

 

bólicamente? Si tal es el caso  entonces como redefinirlo cómo

reapropiárselo? Y

si se

trata

de

eso ¿el «principio

de

igualdad»

alcanza para definir ese socialismo?

¿O

habría que agregarle

algunas cláusulas suplementarias que vendrían y sea a de

clinar ese principio

--es

un poco por eso que hace

un

rato

hablábamos

de

máximas prácticas-  ya sea 

por

el contrario a

completarlo según los sectores de actividad o bien habría que

proveerse también de otras consignas provenientes de la larga

historia del socialismo  como la de «asociación» que despertó

su interés  o la de la abolición de la propiedad privada?

Hay varias maneras de entender lo que resulta fundamental en

la idea socialista. En el sentido más global se puede decir que la

idea del socialismo es la de un mundo que no tiene por principio

organizador el interés privado. Como por otra parte se sabe que

el interés privado no es como se dice el interés detodo el mundo

sino el de un pequeño grupo de individuos eso equivale a decir

que la idea del socialismo es la de un mundo que no está es

tructurado por el principio de la búsqueda del lucro máximo para

el capital. Lo cual según mi opinión incluye dos cosas. La idea

del socialismo po r un lado  es la idea de un mundo en que los

bienes

comunes

que todo el

mundo

necesita para la subsistencia

son como máximo la propiedad de la comunidad y con un uso que

está en relación con el interés.de la mayoría.

Es

un mundo en que

el agua la tierra los medios de producc ión la educación la salud

los transportes las comunicaciones están lo más se puede al

servicio de la mayoría. Lo cual también quiere decir y a pesar

de todo la experiencia

lo

ha demostrado la propiedad de la

mayoría. Es un primerprincipio que se nos vuelve perceptible en

contrario por lo que hemos conocido desde hace unos veinte o

treinta años es decir por la manera con que todo lo que se con

sideraba como la propiedad de la mayoría se fue privatizando del

todo cada vez más y sometiendo a una lógica del lucro. La

segunda cuestión que está en el centro del socialismo sería la idea

de la asociación es decir que lo que es común esté lo más posible

administrado en farolas que son las del ejercicio de un poder de

cualquiera o de un poder de la mayoría. El socialismo define así

un

tejido social en el que tanto las formas de producción industrial

242

como

toda una serie de formas económicas y formas de vida que

conciernen a

l

educación lasalud lacomunicación se administran

en el mejor de los casos en forma asociativa y democrática . En

la idea del socialismo de alguna manera está presente la idea de

propiedad común de lo que es necesario para todos y en segundo

lugar la idea de un ejercicio óptimo de una capacidad de

cualquiera en formas asociativas.

Se

lo

puede concebir con expectativas de mínima o de máxi-ma 

puede ir desde una visión máxima de la sociedad enteramente sin

clasesenmanosde los productores  etc. auna visión mínimaun poco

como se la conoció el sistema de lo que se llamó de modo maligno

y para destruirlo «Estado benefactOr» lo que de hecho quiere decir

«tejido social igualitario»

lo

quedespués de todo noescompletamente

lo mismo.

Laque

se puede lIamar«socialismo» es ese doble aspecto

de propiedad común de lo que concierne a l mayoría y de

participación de l mayoría en la gestión de esa propiedad común.

Es algo que conserva suactualidad incluidohoyen día en que vemos

todo eso alejarse un poco como ese barco del que habla Winckelmann

al final de su Historia del arte y que lleva lejos una figura amada de

la comunidad .Pero sigue siendo algo que tiene un sentido. Dicho lo

cual por otra parte hay que advertir con claridad que «socialista» es

también

el

nombre genérico de los que de diversas maneras no

dejaron de traicionar loqueestabacontenido en l ideadesocialismo.

Es-tamos en esta confluencia en que la palabra «socialismo» toda

vía puede definir cierto pensamiento fuelte en cuanto a la posesión

común y a la capacidad común y

l

mismo tiempo defme una

configuración propia de un político que es lade las e r ~ o n s que no

existieron más que para traicionar indefmidamente

lo

que contenía

la idea de socialismo.

ECONOMíA

POLíTICA

En distintos momentos de su obra  con Gauny  del que

y

hemos hablado 

usted

hace mención a la idea de una

«contra-economía». Esta contraeconomía se detalla y luego

se capta de inmediato en el principio iguahtario. En aIro

lugar criticó la idea estratégica de suspenso o de bloqlleo

11

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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de la economía en las luchas sociales y políticas. También

afirmó que lo que ocurre actualmente es el desmoronamiento

de un sistema y que entrevé formas nuevas de organización

del mundo económico.

97

¿Cómo articula la dimensión econó-

mica con su concepción de la política? ¿ Todas las cuestiones

económicas se reabsorben en la igualdad?

Hay que

partir del

hecho

de que la

economía

en la edad

moderna

siempre

quiso decir varias cosas a la vez.

Designa

el sector de

la producción

de

los

medios

de existencia pero, al mismo

tiempo

,

la economía siempre

remitió

a cierta

idea

del

mundo

de las

jerarquías. Si la gente dice, por ejemplo: «usted está hablando de

política,

no

de economía» se ve muy bien que

eso no quiere decir

que a usted

no

le interesan lo suficiente los mecanismos

económicos sino que le importa la superfic ie y no la

profundidad.

«Economía»

se

convirtió

en

el nombre de la causa

última

la

última

instancia, lo

que

habría

que cambiar

para que algo cambie.

está claro que cuando la gente dice

que

si no se toca la

economía

nada

va

a

cambiar

quieren

decir que no

se

toca

la

causa última, nada va a cambiar. Como están

más

o menos

tranquilos por el hecho

de

que nunca se

alcanzará

la causa última,

podrán desarrollar su discurso de denuncia advitam aeternam. La

primacía de la economía, en este sentido, es también

laetemidad

de

la dominación. Es un discurso sobre la economía que coincide con

el que

mencionaba

hace un rato y que consiste en decir que

democracia, capitalismo, economía y consumo, son lo mismo. La

economía es entonces laespeciede estadode civi izaciónnietzscheana

del «último

hombre»

en la quevivimos. Y está am

biénla

manera

que

quiere remplazar la

economía

por la ecología, diciendo que detrás de

los medios de producción y de existencia está la Tierra, y que de

ahora en más es en el plano de la Tierra como hay que plantear las

J7

«El debate sob

re

la economía financiera la economía real es desde

lu

ego

insuficiente. pero da cuenta del hecho de que cierta figura de la economía, la que se

identificaba con la totalidad de la evolución de las socie-dades, justamente se está

desbandando.

El

beneficio de la crisis financiera justamente consiste en liberarnos de

la «economía» como realidad unívoca y

le

y ineluctab le». en «Construire les lieux du

politique» [«Construir los lugares de lo político») (2009). entrevista realizada por e

Sobo/

publicado en

El 10 11

pis

pour

les gens jOligllés  ob cit. . p. 674.

244

cuestiones. En

todos

esos casos, la idea de la economía está

asociada a una idea del conocim iento de la necesidad.

Aquello contra lo que

yo

reacciono es ante todo contra la

posición de la economía como esa

causa

última a

la que

habría

que

alcanzar pero

que nunca

se tocará . También me opongo a

identificar lo

económico

con lo

político

en

la forma

de

mu

chedumbres concebidas como esa especie de subjetividad globa l

queal mismotiempoes

de

inmediatoeconómicaypolítica. ¿Qué

es lo que

queda

entonces?

Queda

ese hecho denso

de

que

ya

no

es

posible decir en la actualidad que la economía

es

el mundo

de

la verdad

situado

por debajo de la política . La ley económica y

la ley política tienen tendencia a identificarse .

Se ve

bien

que

la

cuestión ya

no consiste

en saber si el gobierno debe o no aceptar

la libre

competencia puesto que

el

gobierno no

la acepta, la

impone . Ayer

estaban esas famosas «leyes

de

hierro

» de la

economía con las que los gobiernos debían transigir o a las que

debían remediar. Pero

hoy

en díase constitucionaliza cierta cantidad

de esas leyes económicas. Hay una compl ejidad a un punto todavía

inédito

de

la dominación política y económica. Marx decía que los

gobernantes eran los agentes de negocio s del capital. Pero lo que en

la época hacían los gobiernos por el capital consistía sobre todo en

hacerrespetarel orden bajo una forma policial en el sentido estricto,

aimpedirquealgocambie.

En

laactualidad, los

gobiemoshacen más

que impedir que algo cambie, imponen algunos dogmas económicos

como si se tratara de la mismísima ley. Estamos en una situación en

que ladominación de lo estatal y de lo económico se confunde, tiende

a convertirse en lo mismo. Y tenemos ese doble juego en que , al

mismo tiempo,nuestros gobiernos dan esta fusión como lanecesidad

a la que se someten .

Es una manera de

afirmar

para

todos la

impotencia, la incapacidad.

Nuestros

gobiernos se vuelven los

agentes que producen las condicion es de incapacidad general, aun

más en la medida en que las contrafuerzas económic as del pasado,

como las grandes organizaciones sindicales, han sido reducidas.

¿Qué es lo que

queda

entonces? Queda una pregunta cen

tral:

¿es posible

hacer

algo

o no se

puede hacer

nada y cuáles

son las

formas

a

través

de las cuales se puede hacer

algo? y

queda

una

evidencia más

fue11e

que

nunca:

la

cuestión eco-

 1

Page 123: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 123/129

nómica

no

se puede

separar

de l

cuestión

de

la reafirmación

de

una

capacidad, de un poder de cua lquiera en todos los niveles.

No

se la puede

separar

de la idea de

que

el poder de

cualquiera se

debe poder

ejercer tanto en el niv el de lo

que

se supone que son

las cuestiones de orden ecológico

como

en el nivel del trabajo y

de sus formas de organizació n o de la manifestación en el espacio

público. Por un lado se

puede decir

que el

paso

previo a

toda

acción

sobre

la

economía

es

la

restitución de un poder

efectivo

del pueblo. Por el otro, está claro que un poder de esa naturaleza

supone él

mismo una

capacidad de actuación en

todos

los lugares

en que la dominación económicaestáenjuego en fornlade lucha

pública

contra la transfOlmación de las leyes de la ciencia

económica

oficial en leyes del Estado como en forma de

resistencia a

nuevas maneras

de

explotación

laboral o en

forma

de creación de tipos alternativos de organización

económica.

Se

advierte con claridad que no hay democracia ni socialismo sin

formas de organización económica que en el espacio en que se

pueden insertar sean también formas de ejerc icio del poder de todos.

Por

desgracia, no es posible por el momento

decir mucho

al

respecto, salvo que hay que

volver

a

pensar

la cuestión de lo

económico

a partir de esta

complejidad que

al día de

hoy

se halla

absolutamente en el punto

máximo

del

poder

estatal y del poder

económico que

impone como paso previo una reconstitución

igualmente global de un

poder popular que

ya no distinga 10

económico de lo político. Al

día

de hoy

ya

no es posible afirmar

algo del estilo:

tomemos

las fábricas y luego el resto seguirá,

porque a las fábricas se las suprimió, las

mandaron

a otros países.

Nos

encontramos

en

una situación inédita que probablemente

exige lo que se decía antes,

l

creación de

unanuevalnternacional

pero

a largo plazo. En cierta medida, uno se dice que tal

vez

haya

que

esperar

una confluencia entre los

movimientos

de quienes

acá

se les quita el trabajo, y los

que

se ven

obligados

a vivir en

otro lugar debido a las condiciones

de

la producción fabril.

Por

el

momento

, nos hallamos en un

momento

en

que

realmente no

es posible hacer mucho en

ténninos

de predicción y de predicación .

Todo

lo que se

puede hacer

es

reafirmar

esa distancia global del

poder

popular

con respecto al poder económico-estatal global.

246

ENTREVISTA DIÁLOGO

Usted otorgó muchas entrevistas a personas muy diferentes,

para diversos soportes escritos -revistas militan/es más o

menos confidenciales, publicaciones de gran dijúsión, libros

conformados

por

entrevistas

como

el que estamos

preparando

acá

o ¿Cómo se organiza su trabajo escrito,

por un

lado, y esta carga importante en la oralidad? ¿La

entrevista tiene una virtud especial, independientemente

e

su relación con la escritura, con la construcción de

pensamiento? Una virtud que sería diferente e la de otras

formas

e

interlocución, como la que usted trabajó a través

de la figura

e

Jacotot, pero también la del diálogo en tanto

constituye una figura cardinal de la filosofia.

Partamos primero

del

hecho

empírico de que durante

mucho

tiempo

no di entrevistas porque nadie

me

las pedía, en

con

secuencia durante

mucho

tiempo no tuve que

compartir

mi

tiempo

entre la escritura y la entrevista. Dicho lo cual, una

de

las

paradojas de

la

situación es

que

el

momento en que

me

empezaron

a

pedir muchos

reportajes fue

después

de

l

publi-cación de un

libro

que

al

principio

no era sino un reportaje, a saber,

El

reparto

e

lo sensible .

Es

un primer punto. El reportaje no es una figura

constante

en mi trabajo, sino que, a partir del momento en

que

adquirí cierta notoriedad por buenas o

por

malas razones,

vi

que

se me venía encima una serie de pedidos.

En cuanto

al primer

punto al principio para

el rep0l1aje no

está

iQcluido en e l

trabajo .

Acaban

de preguntarle a uno

que

retraduzca lo que ha

sido construido en

el

binomio

investigación-escritura en una

fomla

que permite inscribir

el

propio trabajo en el espacio normal

de la transmisión del saber, de l transmisión de la información

o incluso, con

mayor

claridad, del debate de opiniones. Hay todo

un ejercicio de transfonnación que tiene ese aspecto negativo qu

consiste en transformar en proposiciones generales ese trabajo de

investigación que siempre consiste en un trabajo de relación entre

1

pensamiento y lo que el pensam iento piensa,

lo

pensable. De pronto,

le

piden a uno que explique el propio pensamiento sacándolo d Sil

17

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7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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relación directa con lo que busca pensar  aquello sobre lo que se

apoya. Se cone el riesgo considerable de transfonnarse en el propio

vulgarizador en

el

propio periodista.

Por

otra parte 

por

supuesto está el hecho de que

si

usted

escribe si no se contenta con estudiar y con transcribir para

usted lo que está investigando  si publica algo  en cierta medida 

siente

como

legítimo el hecho de que la gente

le

pida cuentas con

respecto a lo que ha publicado. Incluso si a veces implica un

enomle gasto de energía me parece nonnal responder

al

pedido de

las personas que intentan aneglárselas con

lo

que usted dijo  con

lo

que yo dije con esa complejidad pemlanente entre

lo

que se supone

que es del orden del pensamiento y

lo

que aparece como que es del

orden de la descripción de la nanación de

la

empiria.

Hay un tercer aspecto  y es que el ejercicio de la traducción

puede producir él mismo efectos de pensamiento de diferente

manera.

Hay

momentos en que la fórmula de

la

entrevista puede

llevarlo a cierta cantidad de formulaciones en torno a las cuales

usted estaba dando vueltas. El ejemplo de la entrevista lograda

ha sido el que dio lugar al

Reparto de

lo

sensible;

había

preguntas muy cortas a partir de las cuales pude operar una

síntesis de aquello en torno a lo cua lestaba dando vueltas. Luego

la dificultad consiste en que

la

gente le

va

a pedir una entrevista

con respecto a eso   va a pedirle que retome que vulgarice lo que

ya dijo en esa entrevista que se convirtió en un libro. Pero está

el hecho de que lo lIevaa formularalgunas cosas que permanecían

no formuladas yeso puede llevarlo a pensar lo que no estaba

pensando

para

responder a una provocación .

n

las entrevistas

quevuelvoa

leer a veces me digo:«m irá

lo

que dijiste»

meolvidé

.de

lo

que había dicho. Lo cual quiere decir que algo se produjo de

lo que de antemano no tenía el dominio  que no era previsible

como

la respuesta que Jacques Ranciere hace a las preguntas

que le plantean sobre su estética o su política. A veces tiene esa

bondad que consiste esencialmente en

una

virtud de provocar.

La buena entrevista es aquella en la que de pronto usted dice

cosas que no estaban previstas que no sólo son nuevas que

todavía no se dijeron pero que no se habrían dicho si no hubiese

habido ese tipo de provocación específico. Está el trabajo de

248

escrituraque responde a cierta provocación a la manera con que

nos provocan los objetos de investigación. stá el tipo de

escritura que produce eso y  luego  tal vez está esa provocación

que nos viene de vuelta de

lo

que ustedes han escrito.

La noción de «diálogo» plantea otro problema. No creo en las

virtudes del diálogo en forma de: acá hay un pensador ahí hay

otro van a debatir entre ellos yeso va a

dar

algo. Mi idea es que

primero son siempre las obras las que dialogan y no las personas;

en consecuencia la respuesta a lo que otro tiene para decirle 

la

hace en forma escrita. Lo cual quiere decir que el diálogo

siempre llega después.

i me plantean preguntas  es unaentrevista;

pero si en

la

entrevista hay un objeto que es más especialmente

de ustedes que da cuenta de un interés específico independiente  

entonces puede cumplir el papel de provocador y acarrear ese

punto posterior del diálogo .El diálogo no es para

míjamás lo

que

parece ser a saber algo

como

la fulguración del encuentro del

intercam bio vivo.

No

  el diálogo es siempre algo que llega con el

tiempo con el desfase; es el diálogo de o bra con ob ra y no de

gente con gente de personas con personas; y luego está este

caso: el diálogo que aparece

como

oculto en la entrevista y en el

que uno intenta insertarse a posteriori en la reelaboración. Pues

la respuesta que se

da

primero en la entrevista tiene siempre  en

fin casi siempre  algo que es del orden de la protección. Uno da

la respuesta que lo protege . Después de eso tal vez en el

momento  pero por lo general después aparece esa dimensión

del diálogo en el sentido de algo que se dijo a lo que uno no

respondió y que es necesario responder.

De

vez

en

cuando toma

la

palabra

en la radio

Lo hemos visto

por lo menos una vez en la televisión ¿Esas condiciones

externas

de /a

palabra se piensan en función

de lo

que usted

anhela decir? Pues

uno se

dirige también siempre

de

manera

virtual a un público que difiere según cada una de esas

ocasiones

La

pregunta tiene varios niveles. Digamos primero que no soy

dueño de lo s lugares en lo s que se me pide que hable  desde el

249

Page 125: El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière

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anfiteatro solemne al local cheap de ciertos espacios de arie

contemporáneo del pupitre de los conferencistas anglosajones a

los sillones para debate dis tendido . Lo que hago es adaptarme

eso es todo. Lo cual remite l hecho de que  si tengo una pala

bra pública muy pocas veces es por iniciativa propia . Mis

intervenciones -orales o

escritas-

en el espacio público  del tipo

artículo sobre laactual idad o palabras en la radio en l televisión

de vez en cuando en conferencias  debates mesas redondas

discusiones  

l

mayoría de las veces son cosas que me pidieron

y muy rara vezesalgoen dondeyotomo l iniciativa. Mi iniciativa

consiste en tomar l

plumay

encontrara alguien que mepublique

cuando siento que hay algo para decir que nadie por diversos

motivos podrá decir. Cuando tengo la sensación de un consenso

intelectual que va a ganar la partida porque nadie responde aello

porque la gente tiene miedo de romperse

l

cara al responder

porque no tienen ganas de responder  entonces es posible que

decida intervenir  como fue el caso para El odio a la democracia

en el que tuve que tomar una decisión puesto que aparentemente

nadie tenía suficiente fuerzas o ganas como para decir ciertas

cosas. Pensé que yo podía decirlas y las dije. Es así como

también intervine por propia iniciativa en torno a cuestiones

relativas l racismo  a la extrema derecha etc. porque nadie

quería hablar de eso   pero porque me parecía que las reacciones

aceptaban los

presupuestos

del adversario. Pero esas

intervenciones voluntarias no abundan. La mayor ía de lasveces

son pedidos externos e intento ubicarme con respecto al pedido

y eventualmente rechazar la posición del filósofo que viene a

hablar con políticos con periodistas   etc. o bien del que viene a

evaluar l situación en tanto que experto a exponer según las

prerrogativas propias a su función lo que la filosofía tiene para

decir sobre talo cual tema. Con respecto a esta cuestión mi

segundo principio es prácticamente no ocuparme de saber a

quién le estoy hablando. Adopté ese principio bastante pronto.

¿Con respecto a los periodistas que lo interrogan o con

respecto a

un

público?

25

Con respecto a un público; con los periodistas es un poco

diferente. Intento aplicar el principio de igua ld ad de las in

teligencias a saber que en cierta

medida

  todo el

mundo es

capaz

de

comprender

algo de lo que estoy diciendo y de hac

er

algo con

ello . Esta capacidad que uno puede suponer que los otros poseen

es independiente delnivel ·cultural que se supone que tienen. Si

me invita una asociación que or-ganiza debates culturales en un

pueblito de provincia  diré lo mismo que en una universidad

supuestamentepres-tigiosa. Pienso que la cuestión fundamental

consiste en saber si tengo algo para decir o no y entonces tratar

de decirlo de la mejor manera posible. Lo que un público

determinado siente siempre es si la persona tiene algo o

no

tiene

nada par

a decir. En el primero de los casos se tomará su

tiempo

para pensar en ello. El asunto es más complicado cuando usted

tiene que tratar con periodistas. En nuestra sociedad el periodista

se convirtió en la figura del pedagogo embrutecedor. Es el

pedagogo supremo

que

  ni bien lo ve llegar a uno comienza a

estremecerse diciéndole: «Sa be  usted no está entre intelec

tualoide etc . No debe hablar demasiado  hay que emplear

palabras muy simple » Es una actitud que está ligada a la fun

ción . Es lo mismo si la función la cumplen estudiantes de la

Escuela Normal   ca ted ráticos de l universidad  etc. Es el

princip io mismo de la fun ción suponer que nos estamos dirigiendo

a imbéciles .Tengo por princ ipio decir que no medirijo a imbéciles

sino a seres que tienen la mima inteligencia que yo decir lo que

tengo para decir  yeso e t do . Por lo general  siempre rechacé

los debate

radiof

ónico o te levisivos en que uno

seencuentraahí

para

cumplir

un papel   asumir una posición:

cumplir

el papel de

izquierdista debatiendo on Finkie lkraut  con Gauchet o qué sé

yo. Una vez m encontré en un a situación en la que había dos

tipos de extrema dercclw cn el set que me habían asignado;

entonces no entré cn el sc t si no en e l momento en que me inter

pelaban  dije

I

que tcn í qllc decir de un tirón y después me callé.

Por lo tan/o, a pi .wr

di

lodo es/ablece algún control sobre

las condicione.\ .

25 1

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Hay

un

control de las condiciones en

lo

que respecta a los medios

de comunicación

pero

es algo que concierne sobre todo a cierto

tipo de confrontaciones en radio o televisi ón en

donde

hay que

cumplir el papel del filósofo el del izquierdista   etc. pero es

relativamente limitado. En esos casos intento controlar las

condiciones.

¿Es

p r

usted una oportunidad de reformular de otra

manera su propio pensamiento? Cuando hablamos de

condiciones son

por

supuesto las condiciones externas con

los periodistas las mediaciones técnicas pero también eran

las condiciones eventuales e invención e una palabra que

funcionara de manera distinta que

en

los libros o

en

los

artículos como en las entrevistas ...

Una obligación

que

tengo conm igo mismo y a laque no siem-pre

logro ser fiel   es la de no aburrirme . A pesar de todo a

menudo

me

piden que hable de cosas sobre las que he hablado mucho

sobre las que he escrito mucho y existen fenómenos de

saturación que son extremadamente ame-nazantes. Por lo tanto

intento captar el término la pregunta que me permitirárefonTIular

?e otro

modo

parano aburrirme

yo

mismo. Es una exigencia muy

Imp0l1ante a la

que

no siempre puedo responder. La

forma

de la

discusión en la librería tiene esa ventaja: resulta extraor

dinariamente

difícil

dar

una conferencia diferente de otra

conferencia es mucho más fácil cuando no hay ningún papel

ante los ojos

ninguna

forma obligada de encontrar una obertura

para decir las cosas de otra manera y para desplazar el propio

decir.

Para mí

es algo esencial sin lo cual uno acaba reventando.

5

íNDI E

Prólogo ................................................................................. 7

Primera parte

GÉNESIS

Infancia y juventud ............................................................... 13

Formación ......... ............................... ............   ...................   9

Leer

El capital ........................................................ ............. 22

Relación con el

compromiso

comunista ................................ 28

Mayo del 68 Vincennes

izquierda proletaria ...... ..................... ......................... ......

31

Bifurcaciones .... .... ..... .............................. ... ..................... ..... 38

En La noche e los proletarios .......... .... ......... .......... ....... . 43

Nacimie nto de un método:

maneras de leer y escribir ...............................................

46

Michel Foucault .................................................................... 58

Les révoltes logiques el reflujo de

Mayo

......................... 62

Cine ficción de izquierda

y memoria popular .........................................................  

67

Segunda parte

LíNEAS

Herencia y singularidad ............................ .................. ........  

73

Sistematicidad antisistemática .............................................. 77

Privilegiar el espacio 

volver a pensar el tiempo ................................................. 85

253

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Excedente o acontecimiento .............. ............... .................... 91

Definición de una escena .....................................................

98

La subjet ivación en palabras ......................   .......................

105

Facu Itades o posibi lidades ........   ...................... .......... ......... 107

¿Revolución estética 

r ~ v o l u i democrática? ........... ..................................... 112

Escritura filosófica y discurso ordinario ............................. 114

La filosofía en efectos ........................................................ 122

El r ~ s t o

le

corresponde a usted .......................................... 124

La risa de un pensamiento .................................................. 129

Tercera parte

UMBRALES

Desengaño y deconstrucción ..............................................

135

o n ~ e n s o

y estupidez ......................................................... 139

C o

njurar.el dominio ....... ... ....... ... .... ..... ......... .............. .........

141

Sltuare1mconsciente ..........................................................

147

Proletarios   ayer y hoy ........................................................ 152

Igualdad / desigualdades ............................................. ....... 158

La disposición de lo común ................................................. 162

Desidentificación y subjetivación .......................................

168

Política e instituciones ............................................ ... 170

Ell

ugar de lo sOcIal ..................... ........................ ........   ......

173

Novedad e historicidad ............ .... .............. .......... .......... . 177

Dispersión de las imágenes:

¿otro régimen del arte? ..........   ... ...... ..... .................... 191

Las culturas populares ........................................................ 196

Cuarta parte

PRESENTES

Cartografia de los posi bles ............................   .................... 203

Figuras del presente 

modalidadesdela«policía» ........................................... 206

Rupturas  revoluciones   revueltas ......................   ............... 213

¿U n nuevo internacionali smo? .......   ...........   .................. 217

Cuerpos migrantes cuerpos sufrientes .............................. 220

Hum anos no humanos: ecología política ............................ 223

254

Un mundo desrcalizad :

¿cómo informarse? .............................   ............ ....... .  . 226

Hechos policiales vidas anodinas investigación ................ 229

Artes de vida precarias y populares .............   .................... 233

Reparto de lo sensible y arte contemporáneo .... .... ............ 238

El futuro del socia lismo .............. ............... ............... .... ..... 241

Economía política ................................................................ 243

Entrevista y diálogo ................. ................ ....................

 

..... 247

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  r

Este

libro se terminó de

imprimir

en el mes de bril de 2014 

en

rtes Gráficas Color Efe

Paso 92   Avellaneda

Provincia de Buenos Aires República Argent ina.

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  Se trata de reprimir las cuestiones del origen, no pensar en el

origen del pensamiento, del conocimieto, de la política, sino

definir escenas a partir de las cuales

uno ve que las cosas se

distribuyen, con la idea de que

el

origén es en sí mismo siempre

una especie d.:: escena."

Jacques Ranciere

Esta larga conversación con Jacques Ranciere, a la que en este

caso nos invitan Laurent Jeanpierre y Dork Zabunyan, responde

a esa exigencia. ~ o ceder de entrada a la tentación de la lineali

dad o de la causalidad, hacer qUe 'emerjan las escenas, los

momentos que C0nstruyen

un

recorrido intelectual. La elabo

ración del proyecto filosófico, los años de f('rmación, la ruptura

metodológica

y

política con LouisJ\lthusser, las lecciones de

m3.yo

del 68 sobre la tarea que les ircumbe a 1 <;; intelectuales.

Luego, la unidad de la obra, que casi siempre se la separa entre

poHtica y estética, los pasajes, las circul::-clone<;; subterráneas

entre los texto.' y las categorías, el 'estilo de un pensamiento.

Luego, la confrontación con las obras de o'l'os

p ~ n s a ~ o r e s

las

c o n t r o v ~ r s i a s a \ eces los ma lcntendidos.

Finalménte, la mirada sobre

la

época, la multiplicidad de presen