el método de la igualdad - jacques rancière
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COLECCIÓN
CL VES
Dirigida por Hugo Vezzetti
Jacques Ranciere
LMÉTODO
DE L IGU LD D
CONVERS CIONES
CON L URENT JE NPIERRE
y DORK Z BUNY N
Ediciones Nueva Visión
Buenos ires
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Jacques Ranciére
l
método de la igualdad. Conversaciones con Laurent
Jeanpierre y Dork Zabunyan - 1
8
ed. - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, 256 p.; 20x13 cm. (Claves)
ISBN 978-950-602-653-0
Traducción de Pablo Betesh
1. Filosofía 1. Betesh, Pablo, trad. 11 Titulo.
CDD 190
Título del original en francés:
La methode de l égalité
© ÉditionsBayard, 2012
Cet ouvrage, publié dans
le
cadre du Programrn d aide a
a
publication
Vi
ctoria Ocampo,
a
bénéficié du soutien de l Institut r n ~ i s d Argentine.
ta
obra, publicadaen el marco del Programa de ayuda a la pub licación
Vi ctoria Ocampo, cuenta con el apoyo del Institut
f r n ~ i s
d Argentine
raducción de Pablo Betesh
N978-
95
0-602-653-0
Toda
reproducción total o parcial de esta
obra por cualquier sistema
-incluyendo
el
fotocopiado- que no haya sido expresamente
autorizada por el editor constituye una infrac
ción a los derechos del autor y será reprimida
con penas de hasta seis años de prisión (art.
62 de la ley 11 .723 yart. 172 del Código Penal) .
V2
0l
/
1P )11
:(\1
' jone NuevaVisiÓnSAIC. Tucumán3748,(l189)Buenos
Air s, 1 plilli I Al' entina. Queda hecho el depósito que marca la ley
1] .723 .
Impr
n la Argentina/ Printed in Argentina
PRÓLO O
Entre l
os
fil ós
ofos
franceses de
su
generación, sin dudaJacques
Rancic re
es
uno de los que,
en
los
últimos
años, han otorgado
gran cantidad de
entrevistas con interlocutores surgidos
de
iversos muy variados . En este
hecho
singular hay algo más que
l a
me ra
casualidad
. Como bien lo explica Ranciere
aquí
, la
ntrev ista, q ue
no
se la debe confundir con un
trabajo
de inves
I
i ación, a l que s iempre
puede
llegar a causarle un
cortocircuito
O red uc irlo co n simplificaciones, representa una herramienta
nncla
desp rec iable del «método de la igualdad» que le da título a
s te
libr
o y
que eligió
el
filósofo
, y
que este último defiende
¡ l
e
an
able mente desde los años
1970. La actividad de
pensar
no e m
enos
efe
ctiva
en una
entrevista
que en un libro
escrito
,
una de l
as
características
del
método
que nos
ocupa
es la de
plant
ea
r
qu
e «
no hay
un
lugar
propio para
el
pensamiento. El
pe n a
miento está
trabajando por
todas
partes».1
No
obstante
110
,
¿ po r
qué
agregar un
nuevo
libro
de
conversaciones a las
a
ex iste
nt
es, muchas de las cuales ya
han
sido reunidas
en
fo r
ma
de libro?2
I lay dos objetivosque,aquí , hanservido deguíaanuestrorumbo .
I
Tal como lo afirma Ranciére en la inte
rv
ención que sirvió de conclus ión al
Culoquio ded i
ca
do a su obra y que tuvo lu gar en Cerisy en 2005 , una intervención
qu e e n las actas qu e se publicaron
al
añ ó s iguiente llevó por titulo «E l método de
lu
I
lw ldad
».
Véase
La ?hiloso
phi
e déplacée - Aulour de Jacqlles Ranciére
I II U encc CO l1U y Patrice Vcrmeren (dir. ), Lyo n, Horlieu, 2006, p. 519.
, ;, 1 lanl pis pOli / les gens Jaligués. E
nl/
eliens, Paris, Éditions Am sterd am,
,lOOt)
.
7
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Esta larga entrevista construida en cuatro etapas, en primer
lu
gar
, debía
pennitir servirde
introducción
al pensamiento
de
un
teórico actual copiosamente leído y c
ome
ntado.
De lo
que se
trataba era de especifi car el origen,
la
función y
la
definición de
ciertas
nocioneso
de algunas consigna
s e
l reparto de lo sensible,
e ldisenso, el maestro ignorante,
el
desacuerdo,
la
parte de los sin
parte, etc.) que a veces dan lugar a que ciertos lectores las reto
men de manera automática para usos que no han sido previamente
cuestionados.
Más
allá de esas fórmulas que ya se han vuelto
rutinarias, le
hemo
s pedido a Jacques Ranciere que nos diera
precisiones acerca de varios puntos, con la intención de profun
dizar
o
echar
luz sobre algunos elementos de su pensamiento.
Este propósit o setopaba con nuestra segund a meta, que consistía
en restituir la unidad del proyec to filosófico de Ranciere , que un
malentendido
te
naz
casi siempre persiste en
querer
escindirlo en
un momento dellominado «político», seguido de un momento cal i-
ficado de
«es
tético». A partir de su tesis ,
aNuit des prolétaires
(1981
),J
toda
laobradel
filósofo francés,
porel
contrario,
hacon-
sistido en poner en tela de juicio esta oposición,
como
todas las
delimitaciones
a priori
de
campos
de competencia fijos, y en
trabajar sobre los r
eg
ímenes de interferencia y las circulaciones
entre
maneras
de ver y de pensar, maneras de asociarse y de lu
cha
r : así es
cómo
también se define un método de la i
gua
ldad que
halla su consistencia en un a reconfiguración de los territorio s y
las capacidades y en la alteración del sentido de las palabras y
de las
cosas que
de ello se desprende. Si bien la
obra
es unitaria
en cuanto a su perspectiva y a su
método
, ha tenido y tiene
todavía inflexiones, momento
s
reanudaciones, de los que también
erá se tratará en las páginas que siguen.
La primera parte del libro (<<Génesis») retoma la elaboración
de u pr yecto intelectual a través de la formación de Ranciere
(nacid o n 1940) y de sus trabajos de
juventud
. E l primer texto
púb
li
co e n cido que firma es una contribuci ón a
Lire Le
Capilal,
que c ordinó Lou is Althusser
4
y que se editó en 1965.
8
, La l/
O
he de los proletarios. Tinta Limón, Buenos Aires. 20 10.
,
Para
II ('r ( ( l a l , Siglo XXI, México. 1969 .
1974,
la
publicación de
a Lefon d Althusser
5
sanciona una
ruptura metodológica y política, manifiesta desde 1969, con el
lósofo marxista de la calle Ulm .
6
En
1980, Ranciere defendió su
tes is bajo la dirección de Jean-Toussaint Desanti, denominada
La
fo rmalion de la pensée ouvriere en France: le prolétaire el
SOI double [La formación del pensamíento obrero en Francia: el
proletario y su doble]
que
,
al
año sigu ¡ente se publicó bajo el título
de La noche de los
prol
etarios. Los problemas que organizan
el conjunto de su pensamiento parecen haberse cristalizado en
ese momento. También han surgido de
la
s lecciones que Ranciere
ex trajo de
lo
s acontecimientos de Mayo del 68 y del
nuevo
diagnóstico que se desprende
de
ello con respecto a la tarea de
los inte lectua les
ya
la medida de sus saberes y discursos.
La segund a parte (<<Líneas»)
pone
a prueba la h ipótes
is
de una
unidad de la obra al
proponer
recorridos de lecturas internas por
la
s investigac iones de Ranciere.
No
se trata tanto de resumir, de
repetir ese pensamiento y sus principales categorías,
ni
de dibujar
us contornos y sus compartimentos,
como
de buscar pasajes,
diversas circulaciones subterráneas, tal como Ranciere invita a ha
cerlo en otros escenarios. Lo cual a veces implica hacer una
exposición de la obra con los problemas clásicos de
la
filosotla . La
enunciación filosófica recibe una muy particular atención, lo que
re
presenta una manera de suscitar, con
re
specto a la obra misma de
Ranciere, un conjunto de cuestiones que ésta ha planteado a otros
productores de discursos autorizados. Másque una filosotla general,
lo
que hemos intentado es, por
lo
tanto, aprehender un estilo teórico.
El siguiente
momento
de nuestra conversación (<<Umbrales»)
cons iste en confrontar su obra con las de otros pensadores del
mis
mo
período y someterla ya sea a algunas de las objeciones
recurrentes de
la que
es objeto, ya a nuevas interrogaciones crí
ticas . Las potencialidades de proximidad y diferenciación entre
la obra
de Ranciere y otras grandes obras de su época son
nume-
rosas y, sin duda, en el futuro no faltarán investigadores que
; La lección de A Ilhl/sser.
Ed ito
ri
al Galerna, Buenos Aires, 1975 .
La calle Ulm. en París, es donde se encuentra
emplazada
la Escue la Nor mal
Superior, conoc
id
a también como Esc uela de la ca lle U
IIll
(N . del
T. .
9
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trabaja rán en ellas de manera más sistemática o más precisa. Por
nu
estra parte, hemos puesto nuestro empeño en limitar las
re rerencias a los autores y, más bien, en subrayar, sin hacer
atribuciones, algunos malentendidos, controversias o diferendos.
os
hallamos aquÍ en los bordes del macizo conceptual de
Ranciere.
La última parte de nuestra conversación <<Presentes») apunt a
a proyectar este pensamiento hacia laactualidad y lo posible. Los
temas abordados son diversos. La relación que el filósofo
mantiene con ellos no podría ser del orden del peritaje o de la cien-
cia. Se trata entonces
de
aislar
un
tipo de mirada sobre
la
época
haciendo referencia a algunas cuestiones inevitables para las
prácticas contemporáneas de
la
emancipación. Esa mirada ob-
serva en pal1icu laresto: la m ultip I c idad de presentes que atraviesan
el momento actual. Por muy coherente y unitario que sea, el pro-
yecto intelectual de Ranciere se vuelve a reactivar por esta
discordancia de los tiempos.
Estos cuatro momentos de nuestra conversación esbozan una
lectura posible del libro. Pero para
un
enfoque teórico que desde
un
comienzo se ubicó del lado del «rechazo
al
pensamiento
jerárquico», nada sería más apropiado como recorrerlo siguien-
do
otras direcciones.
10
D.Z
Primera parte
GÉN SIS
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I
NF NCI
y JUVEN
TUD
Empecemos con sus años de formación y sobre los primeros
materiales de construcción de su pens miento hasta la
publicación de La Noche de los proletarios: archivos del sueño
obrero
1981). Dígallos en primer lugar qué recuerdos
guarda del período que precedió a su ingreso a la Escuela
Normal Superior. Quiérase o no nos encontramos en Fran-
cia donde esos años de clases
pr
eparatorias y de concursos
a menudo perduran como elementos importantes en las
trayectorias intelectuales.
¿
Tal vez que a usted también le
evoca algo ?
Llegué a la Escuela
Normal
de
una manera
un
tanto «auto-
mática» aunque
hubiera
que
concursar
y
ser admitido
. A los
doce
años quería
ser arqueólogo.
Me
dijeron
que
para eso tenía
que
preparar
el ingreso a la
Escuela Normal
que
tenía
que es-
tu
diar
latín y griego, de
manera que
seguÍ una
modalidad
latín-
gr
iego. El interés
por l
arqueología se
me pasó
, pero seguÍ el
impulso: era un buen alumno en letras,
así
que seguí el camino
supuestamente real. A fin de
cuentas
no viví los años de pre-
paración como
algo
especialmente traumatizante
,
salvo por
ser ios problemas de salud, sino más
bien
como una experiencia
un poco extraña. Contábamos con una cantidad realmente
increíble
de
malos
profesores.
Por primera
vez,
descubrí que l
3
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ill
Hde la
jerarquía
profesoral no tenía ninguna relación con el
Jl ive l de competencia o de capacidad pedagógica . Tam bién
desc ubrí esas extrañas leyes de los
exámenes
y los
concursos
,
a
saber
, su
carácter
de ritual , a la
vez de
entron ización y de
humillación. Me acuerdo de esa eminencia de
la
Sorbona que
me
interrumpió en la
primer
a frase para
decirme «Señor
, su
clase
es
un ejemplo exacto de lo que es una mala explicación», tras lo cual
obtuve mi certificado
con
la mención «Bien». Lo cual forma
parte de mi experienci a, que sólo desempeñó
algún
papel mucho
tiempo m ás tarde . Puesto que , una vez que ingresé a la Escuela
Normal
Superior, a pesar de todo
pude
adaptarme con bastante
fac ilidad a lpersonaje del que ha concursado con
mucha
dificultad
y qu e po
día hablar
,
por
lo
tanto,
en
nombre del saber
,
de
la
c ienc ia. Se puede
decir
que
había
cierta
contradicción entre
mi
experiencia de estudiante que concursaba y daba
exámenes,
co
nfrontado a todo lo que eso tenía
como
tramoya de integración
y de humillación y luego, más tarde , mi adhesión sin mayores
in c
onv
enientes a la lucha althusseriana de la ciencia contra la
ideo log ía.
¿ Usted jú al colegio secundario en París?
Sí, me fui
de
Argel a los dos año s de edad. Viví en
Marse
lla entre
1942 y 1945 . Luego pasé toda mi infancia en París, más exac
tame
nt
e en la Puerta de Champerret, lo cual cumplió cierto papel
puesto que
era
la
frontera
entre
varios
mundos . En la Puerta ha
bía
una
parte de lazona que todavía
no
estaba destruida del todo ;
y
de
spués es
taba
, a la izquierda ,
Neuilly,
la
ciudad burguesa
y, a
la de r
ec
ha, L evallois, que
por
ese entonces todavía era una ciu
dad o
br
era. Yo estudié
en Neuill
y, pero
en
el colegio había pocos
chi
cos
de Neuilly porque ahí iba todo el
suburbio noroeste
, en el
qu e sc
in
c luían, por ende , suburbios que
eran
todavía muy
p pul are .. Pasé mi infa ncia
en
una atmósfera muy del tipo de
la
IV Repú blica.
Co
n eso me estoy refiriendo a una atmósfera de
los día po ter iores a la guerra , de racionamiento , cortes de
e lec tric id ad, apago ncs y huelgas (en esos días, íbamos al colegio
en un cami ' n militar) y en un universo social que todavía estaba
4
extraordinariamente mezclado. En Neuilly había concejales
co munistas. La gente
que
iba al Pasteur, al colegio del suburbio
elega
nt
e por excelencia, venía de todas partes . Y
en
los partidos
de fútbol, en la isla de
Puteaux
, que era una zona totalmente
diferente, pasábamos , de una
semana
a la otra , de los estudiantes
de Janson de Sailly1 a los equipos de los centros de aprendizaje.
8
Viv í en ese universo
que
era al
mismo
tiempo conflictivo y
mezclado, cuyo recuerdo tenn inó se-pultado por las tr iv ia I dades
de los Trente Glorieuses
y el baby-boom.
10
C ierta conciencia católica vagamente
progresista filtraba
mi experiencia . Yo formaba parte de la Juventud Estudiante
Cristiana lEC) y a Marx lo conocí
primero porque
el ca
pe ll án
del
colegio
me
mostró
un libro que estaba leyendo con
ad miración , la obra de Calvez sobre
Marx
La p ensé e de
Karl Marx, 1956).11 Lo
cual
quiere decir
que
me sentí
atraído
por
Marx por todos los temas
con que
el althusserismo
des
pués arrasó , sobre
todo
por la
crítica
de la alienación. También
des
cubrí
a Marx
gracias
a Sartre , pues mi primer acercamien
to a la filosofía fue a través de las novelas y las obras de tesis
de Sartre. Lo
había leído
antes de entrar al
último año
del
ba
ch illerato como escritor filosófico. Era la época en
que
to
davía se daban los grandes debates filosóficos
acerca
de la
ex istencia, su absurdidad , el compromiso, etc . De
lleno
, la
épo
ca
de Sartre-Camus, si les parece . Mi primera lectura filo
só fica
fue El existencialis1l1o es
un
humanismo. Cuando
ll
egué a la clase de filosofía y tuve que soportar los cursos
so
bre
la atención,
la
percepción,
la
memoria, etc. me sentí
co
mpletamente desesperado . Felizmente, al
año
siguiente,
en
7
Co
legio secundario (liceo) más grande de Parí s, ubicado en el barrio más
rcsidcncial (N . del T .)
, Ce ntre d ·apprentissage . escuelas de forma ción profes ional para obreros y
empleados calificados que funcionaron hasta
1960 (N.
del
T.) .
,
Tr
e
nt
e Glorieuses
Treinta gl ori osos [a fi os ] ), nombre que se le da al
pe ríodo qu e va de
1945
a
1973 y
se conoce CO
Ill O
la edad de oro del capitalismo
. del ,T .).
1
Baby-boom.
nombre con que se des igna la ex plo s ió n de natali
da
d que
sig
ui
ó
al
té rmino de la Segunda Guerra Mund ial h asta
m ~ i o
de los año s
1960
N del T
Je an-Yves Calvez,
El pensamiento de
Ka
rl Marx,
Taurus, Madrid . 9
M .
15
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en Henri IV
11
seguí
los
cursos
de filosofía de
Étienne Borne.
Eso
fue
para
m í una revelación, el descubrim iento
de
lo
s
«grandes
filósofos» y al mismo tiempo de una manera muy
apa
sionada.
Por casualidad, para
una
exposición
que
tenía
que
hacer sobre
la distinción
entre
el
cuerpo
y el
alma
en
Descartes
,
me
lancé sin pensarlo dos
veces
a las
Meditaciones
a las
Obje-
ciones
a las
Respuestas a las Objeciones .
Mi cultura filosófica,
como mi cultura en general, siempre ha sido una cultura construida
de agolpes, local , localizable, puntual, nunca enciclopédica, que se
formó casi siempre ya sea
junto
a la enseñanza, ya sea a partir de
trabajos específicos que tuve que hacer en el marco escolar, pero a
los que enseguida les di
una
extensión diferente.
¿Lograba conciliar ambas cosas? Pues efectivamente tenía
que pasar el concurso ...
Al principio, no entendí de qué se trataba: cuando uno estaba en
Henri IV nos hacían creer que éramos los mejores, que los demás
era n
un
os changarines, unos miserables. Resultado: una hecatombe
en
el
concurso. Al ent
rar
a Luis-Ie-Grand, en donde los profesores
eran muy grises, en donde los alumnos tenían también en su mayoría
un
aspecto gris, entendí que el problema era en primer lugar llegar
a traducir cua lquier trozo de
Homero
de manera improvisada. Para
e l oral de gr iego, había que preparar un texto y después venía la
pr
eg
un ta a quemarropa en la
quete
daban diez líneas de
Homeroque
había que traducir ahí nomás. Entendí que las grandes cuestiones
filosóficas y literarias eran una cosa, pero que
la
preparación para
el concurso era una
gimnasia
exacta y que había que hacerla. A
pesa r de todo la hice, y aparentemente me acuerdo de ella, mientras
que todas esas personas que en la actualidad hacen ardientes diser
t
ac
iones acerca de la enseñanza republicana y los grandes temas -
baña r e n la cultura humanista, aprender a pensar, adquirir un
espíritu críti
co-se
han olvidado de que, al igual que
yo
, concursaron
12
N Ú l b r ~
co n qu e se designa en argo t francés el primer año de estudi os
literanos, postcnor al bachillcrato. para ingresar a la Escuela Normal Superior (N
del T.).
l
Licl o
I l ln IV. un o dc los más prestigiosos de París. do
nde se
preparan los
alumn
os
para ingresar a la Escue la Norm al (N . del T. .
Liceo de Parls, de p r ~ s t i g i o similar al de J-lenri IV (N . del T. .
16
sobre la base de una cultura de multicopias (puesto que, por ese
O[ nces, el programa de historia era policopias) o fichas acerca del
sentido de todas las partículas g
ri
egas, y lo que por ese entonces se
llamaba el pequeño Latín y el pequeño Griego, es decir, el en
I
rcnamiento cotidiano para poder traducir cualquier texto de manera
ill1provtsada.
Antes de en trar en la «fortalezOJ de la Escuela Normal tal
vez
tengamos que volver sobre la cuestión
de
su ambiente
fa miliar al que ha hecho referencia rápidamente. ¿Era
un
medio en que las personas ya habían hecho una carrera
docente o universitaria?
No, mi familia no tenía nada que
ver
con
el
medio académico y
universitario . Mi padre había empezado a estudiar alemán, que
aba ndonó para hacer una carrera prefectoral , pero lo mataron en
Francia
enjunio
de 1940. Nunca lo conocí. Y mi
madre
era emplea
da pública. Mi padre había sido empleado público, mi tío era
emplea
do
público, mi madre había entrado en la administración
pública cuando tuvo que salira trabajar.
Notuve
para nada un origen
vinculado al medio académico o universitario.
¿Su padre murió en combale?
S
í.
en
juni
o de 1940, justo antes del armisticio. Mi
madre
nunca
vo
lvió a
casarse
. Tenía fuerza
suficiente como para criar
ella
so
la
a
tres
hijos. Viví en un
ambiente
protector, unido y cálido,
Yo
era un
hijo
sin
padre
, pero
nunca
fui un
chico
infeliz. Mi
único
sufr imiento fue el ingreso al
colegio secundario, porque
había
vivido, tanto en
casa como en
la
escuela primaria,
en un universo
en
esencia femenino
, El
descubrimiento
del
mundo masculino
fue el traumatismo principal de
mijuventud.
Usted hizo mención a Argel. Ahora bien antes de ingresar
a la Escuela Normal ocurrió la guerra de Argelia. ignificó
algo para usted?
Digamos
que
tenía
como
una
doble
conciencia
con respecto a
17
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Arge lia. Viví rodeado de objetos y documentos que provenían de
Arge lia, libros taljetas postales con paisajes de Argelia coloreados:
la
rada de Boug ie toda rosada, Chréa toda azul, Timgad de color
humo ... En ese sentido, tenía una visión de Argelia como de una
e s p e c ~ e
de país de ensueño. Por otra palie,
~ i v í
la guerra
de
Argeha a continuación de la guerra de lndochina , en momentos
en que
me
despert aba a la vida política. Pero no la viví
como
un
nativo
de
Argel.
La
viví como
unjoven
de esa
época que
leía el
semanario L Express, entre la admirac ión por Mendes
France
y
la repugnancia con respecto a Guy Mollet. Pasteur estaba bas-
tante politizado hacia la
derecha
; me ac uerdo
haber
visto pasar
en la clase panfletos
extremadamente
vio lentos
que
llamaban a
defender
la civilización occidental y cristiana.
Debo
decirqueyo
fluctuaba un poco, pero el tipo de
ambiente católico
que frecuen
taba era más bien progres ista.
Más tarde, cua ndo entré en la Escue la Normal era la época
de
OAS
. Organización
Armada
Secreta) y de las
grandes
manifestacIOnes contra aquélla . Desde ese
punto
de vista, el año
1961- 1962 resultó fundamental. Una de las
primeras marchas
tr
as
las raz ia s contra los árabes salió de la Escuela Normal
éramo.s una s decenas de personas, unos cent
enares
que s a l i m o ~
a manifestar por el bulevar Montparnasse , al día siguiente o dos
días después. Antes, yo no pertenecía a
ningún
grupo político.
Me encontraba en diversos
movimientos
de
juventud
católicos,
pero que no eran políticos, aunque tuvieran cierta sensibilidad
~ u e era más bien de izquierda . A parti r del momento en que uno
mgresabaa la Escuela, había una agitación pernlanente, asambleas
ge
nerales. Las personas
que
organizaban
esas
asam bleas
eran
co munistas que lanzaban la consigna,
despué
s nosotros las se
o no las
seguíamos
. Ésa es mi
experiencia
, que
no
es tab a liga da al hecho de que haya nacido en Argel , excepto que
Argel ia se vo lvió independiente, me
pregunté por
qué no
Ir
para a
ll
á:
in
c
lu
so, había comp letado una so l icitud para p,artir a
Arge l co mo profesor, pero era en 1965 .
8
FORMACiÓN
( liando ingresó a la Escuela Normal Superior, el destino
de
(/rque ó
logo
y a
se h ll b detrás
de
usted
,
pero ¿
la
orientación hacia la .filosofia
y
estaba decidida ?
No, no lo tenía decidido. Llegué hasta
primer
año de la Escuela
Norma l Superior sin saber si iba a hacer literatu ra o filoso fía. Me
había inscrito en letras, había ido a
ver
a Althusser quien no puso
ll1ucho entusiasmo en a lentarme a seguir filosofía . Vacilé mucho
y, en segundo año, me tiré a la pileta , había que tomar
una
de-
e is ión y opté por filosofía. Íbamos a la Sorbona para inscribimos
y para dar los
exámenes.
De lo contrario, no metíamos un pie ni
de cas ualidad,
con
una excepció n: si uno era
estudiante
de letras,
iba a las
clases
de filología, puesto que se trata de algo que no se
puede inventar, y lleva mucho
tiempo
si uno quiere aprenderla
arreglándoselas sin los profesores. En primer año, cuando
todavía era
estudiante
de letras, seguí los cursos del certificado
de gramáticay de filología, pero en cambio no
íbamos
casi
nunca
a las clases de
fi
losofía en la Sorbona. En la ENS tampoco había
c lases. Era la
época
en que no había
cuerpo
docente . Solamente
es taban los «caimanes», 5 Althusser, que estaba o
que
no estaba
ahí, que ya casi no dictaba clases pero que invitaba a la gente a
seg uir los cursos, seminarios a los que
no
estábamos
ob
ligados
[ as istir. Tuve muy pocas clases
de enseñanza
filosófica en la
Sorbo na y también
muy
pocas en la ENS. No hice tanta filoso
na en la escuela,
salvo
el año de la oposición a cátedra.
Se
trata también
de
una época que cuenta con figuras que se
hallan a veces
pr
esentes
en
la frontera
de
la .filosofia, como
a
taille y Blanchot. ¿Estaba aIlanto
de
los
debates literarios?
Para nada.
No
sé cuándo fue que me enteré de la existencia de
nlanc
hot
y de Bataille, pero pienso que ya era catedrático. Exa
ge ro un
poquito , pero estaba
completamente
fuera de mi uni
vcrso. Una vez más , mi horizonte , a los diecisiete años, eran
11
Cai o : en la jerga de la Esc uela Normal se llama así a distintas formas de
I csponsables de estudios N . del T.)
9
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 10/129
Sil · y eve
ntu a lme
nt
e l s
que
é l
mencionaba,
las
gra nde
s
li
ura
s n
ove
l
esca de
l
os
años 1930, como
Faulkn
er o
Dos
Pa sos.
Ta m
bién
hablaba
, a
decir verdad, de
Blanchot
y
de
Ba
taill e,
pero
de bí
saltearme esos capítu
los.
Por otra parte
,
mi
universo era Rilke
,
porque
la
primera cla
se
de
filosofía que
escuché
fue
un
curso de JeanWahl
sobre
Rilke.
Se
trataba
de
la clase
pública
de
la
Sorbona que yo escuchaba por
la
radio
cuando
vo
lvía del
colegio. Sa
lvo
eso
, sabía
que existía algo
que
se conocía como
e l
nouveau roman que
había leído
un
poco
.
Conocía
al
Barthes
de Mitologías.
Mi
cultura
,
cu a
nd
o
tenía
veinte años
,
era una cultura moderni
sta
que eventualme
nt
e
ya
podía decirs
e que
era estructuralista, pero digamos
que me
reconocía más ge
ne
ralmente
en un a
cultura que podría llamarse
«va
n
gua
rdi
sta»,
incluso
si
era vanguardista
para
mí
,
sin que
forzosamente
lo
fuera
en
un
plano
hi
stó
ric o.
Mis
referencia
s
eran el nouveau roman la nouvelle vague ci nem
atográfica
, los
conciertos
del
Domaine musica/
6
y la
pintura
abstracta
.
Para
d
ec
irlo
en
pocas
palabra
s, la
modernidad
de
l
os años 1950-1960
ex c luye nd o l
os
legados del
surrea li
smo,
que no formaban
n
ada
p
arte de
mi
universo
.
n filosofia ¿reconoce algunos maestros como Hippolyte
Canguilhem Alquié? Pues to que todavía estaban vivos.
A
Hippolyte
lo
conocimos como director de
la
Escue la
,
pero ha
bía
dejado
de
cumplir un papel como filósofo
,
como maestro.
Estaba Althusser
, pero
no era
un
profeso
r. Nos
inspiraba más
por su
conversación
o ciertos textos que
por sus enseñanz a
s.
Había personas
que Althusser in
vitaba.
Me
acuerdo de
a l
gunas
co nferenc
i
as
de Serres que
eran
más bien
brillantes.
También
me ac
u
erdo de
Fo
ucault
,
que vino para anunciar
un
seminario
p
ero que nunca volv
ió pa ra
darlo.
Por
1 tanto no
,
en ese período
se g
uí Illuy
pocas clases
de
filosofía
.
En segundo año, arranqué
co
n un traba
jo
s
obre
e l joven Marx.
Me parece qu
e a
partir del
lloment
en
qu
e e l
egí hacer filosofía, decidí hacer ese diploma
de estud
i s sup e
riore
s
so bre
la
idea
crítica en eljoven
Marx.
Fui
\ . Sociedad de concie rtos fundada en 1954 por Pierre Boulez (N. del T.).
20
il ve
r a
Ricoe
ur
,
que
Ille
preg untó
si
no
prefería trabajar sobre
la
.d ienac ión o el
fetich
iSlllo. Le
respondí que no
,
que
q uería
hacer
1111 trabajo sobre la
ide a
crítica.
Yo no
quería hacer
un
trabajo sobre
un
tema filosófico sino
b r e una práctica del pensamiento. Leí
mucho al joven Marx.
mpecé
mi
carrera
fil
os ófica haciendo una exposición sobre
el
t
x
to
de
Marx
acerca
de la ley
so
bre el
robo
de leña,
era
el in
vie rno
de 1961-1962.
Era
bastante raro porque
, un
tiempo antes,
hahía
ido a
v e ~ l o
a
Althusser, que me dijo
:
«E scuche, no puedo
\aran
tiza
rle
que
vaya
a
tener
éxito en
filosofía
,
pero
si
quiere
hacer
la,
hágala».
Luego
arrancó con ese seminario sobre
Marx,
n fines del
año
1961 , me
parece
,
yo hice esa exposición sobre
el
lObo
de leña
y, al
final de la exposición
,
Althusser vino
a
verme
para
deci
rm e
que
iba
aaprobar sin
inconveniente
las
oposiciones
a
la cá tedra
,
que no iba
a
tener ninguna dificultad
en
filoso f
ía .
Durante dos años
me
dediqué
exclusivamente a
ese trabajo
.
Al
t l l
iSlllo
tiempo
,
estaba estudiando
la
licenciatura
en
psicología
,
co
n la p
sico
logía
socia
l, la
psicología
del
niño
, etc ., lo
que
imp
lica
ba
cierta cantidad de trabajos
prácticos.
Dado que quería
trabaj
ar sobre
l
as cuestiones de
la
ideología
y
de
la
representación
,
se
me
oc
urrió
que podía resultar
interesante ava
n
za
r en
esa
dirección.
Pero
no me
sirvi ó
de
nada
.
Estudié
muy poco de
historia
de
la filosofia,
no
había
ningún
mot
ivo
para hacerlo
,
una
vez obtenido
el
certificadodehistoriade
la
filosofia de la Sorbona, excepto
que
eventualmente te interesa ra tal
filósofo, si un
curso
o un seminario te
despertaba
interés . Sólo
des
pués
del seg undo
año de
la
preparatoria
a la
EscuelaNomlal em
pecé a trabajar
o
a
volver
a
trabajar-la
historia
de
la filosofia
para
e l año
de
la oposición.
Me acuerdo
del
principio
del
año de
la
opo
. ición en que Cangui lh
em erapre
sidente del tribunal. De
pronto
, ese
curso
so
bre hi storia
de
las
ciencias
, al
que
concurrían
por
lo general
cinco o seis personas,
Balibar
,
Macherey
y
dos
o
tres
má s
,
de
ahí
en
ade lante
,
se completó
.
Todo
el
mundo estaba
ahí.
Canguilhem
dij o
que
no habí
a
que hacerse ilusiones
,
que no había
nada
que
hace
r,
queo sa
bí
amos
hi
storia
de
la
filosofía
o
no
la
sabíamos.
Me
dije a mí mismo : «
bu
eno, no, no sé historia de la filo so fía ,
pero
a
fi;l
de año sabr
é
1
que
h
ay que
saber».
Me pa sé todo
el
año
le-
2
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 11/129
lIdo ti
J ant y, a /in de año, era capaz de responder a cualquier
pregunta deta
ll
ada sobre Kant.
L EER L PITAL
Usted hacía referencia aljoven
Marx,
a su proyecto de DES
7
pero ¿en ese entonces ya se hablaba del «joven Marx»? ¿No
es un t focto
de la reconstrucción althusseriana eso de hacer
una distinción entre el «joven» y el «viejo» Marx?
El texto de Althusser sobre eljo ven Marx data de 1961 y respondía
au n número de una revista marxistaOltodoxaque le estaba dedicado
yjustamentepretendíavolver a apoderarse de ese
~ o v e n
Marx» que
despeltaba
el
interés de los teólogos, tras haber atraído a los social
demócratas. Por
lo
tanto, no sé si sehablabadel v e n Marx
»,
pero
ya había una valorización de todos los textos del
joven
Marx, sobre
todo los Manuscritos de
1844.
Emen particular el caso de los libros
que me habían introducido a Marx, libros escritos por jesuitas, los
padres Ca lvezyBigo, que hacían que esos textos sobre laalienac ión
se volvieran la base misma del marxismo. Por ende, e ljoven Marx
existía, pero fue Althusser el que dij
o:
no, no es el verdadero Marx.
En la
Escuela Normal Superior nos burlábamos de la alienación
criticábamos aLefebvre, a Morin o qué seyo, pero sin haberlos leído:
El universo de las tradiciones de izquierda del
mar
xismo me era
desconocido por completo, puesto que circulaban
por
circuitos que
no eran los nuestros.
Por
lo tanto, e
mpecé
mi
DES
en la frontera entre dos uni
versos de pensamiento, puesto que, por un lado, me encontraba
después
detodo
en elenvión de cielto entusiasmo que despertaban
lo
te
xtos deljoven
Marx
, con todo
lo
que habíade lírico en textos
como Introducción a la .filosofia del derecho de Hegel que
Co rre pondía bastante a la idea
que
yo tenía de esa época , a
la
filoso
fí
a que sa le de sí misma y se convierte en vida , en
mundo
.
Contaba ent nce todavía con menos razones para
pasar
mucho
tiempo estudiando
hi
storia de la filosofía, en la medida en que
17 Diploma de Estudios Superiores.
22
t Ilía
la
impresión de estar entrando en un pensamiento que
lllarcaba el fin de la fil osofía. Con ese impulso es que comencé
.\ trabajar sobre el joven Marx. Entre tanto; ese impulso se
I
,¡;
ti licó a través de Althusser, a través de la crítica del «joven
Marx». Mi diploma se convirtió en un texto que debía probar
la
l , istencia del «corte epistemológico» . La tercera parte se
o¡;upaba de
La ideología alemana y Ricoeur
me dijo que era
IIl a
ver
dadera
pena: esas dos primeras partes deslumbrantes,
y
IlIego esa tercera parte que repetía a la par de Marx:
« ~ r t m o s
el los hechos, es un hecho, etc .
».
Esta caída en el ul1lverso de
los hechos le parecía como algo realmente gris. ,
1964-1965,
en momentos
en
que el seminario
de
Althusser
lrala sobre la lectura
de El capital,
usted lleva a cabo una
("(pos
ición acerca del concepto de «crítica» en Marx.
¿CÓ-
1 10
es que Althusser decide publicar esos intercambios?
PI/esto que no se publicaron los demás seminarios.
S
L
en 1964 hubo ese proyecto de seminario sobre
El capital.
Althuss
er
había dicho que
la
filosofia de Marx se encontraba en
un
estado práctico en El capital pero que todavía era necesario
desenterrarla, fommlarla teóricamente. Era
un
poco
<<Ric Rhodus
hic salta» había que decidirse a extraer esta filosofía de El capIlal.
Yo no est: vetan vinculadoal núcleo que pensó en ese seminario, en
su papel; etc. Pero me tocaba
la
tarea de mostrar el «corte
e ~ i s -
temolóaico». En tanto que especialista en el joven Marx, me hablan
encarg do que mostrara la diferencia entre el joven y .el viejo. Se
trataba de una tarea estratégica,puesto que, si no hubiese empezado,
no habría habido nada. Nadie sabía lo que se iba a poder encontrar
en
El Capital
para despejar y extraer
como
filosofía. Lo que yo
extraje no era necesariamente lo que había que desenterrar, pero
alguien tenía que tirarse a la pileta,
lo
cual era una locura total.
La tarea de resumir los Manuscritos de
1844
y mostrar por
qué no eran científicos era relativamente fácil , pero t r r
cómo
El capital
lo
cambiaba
todo era algo
mucho mas com-
plicado. Primero había que leer
El capital que yo
nunca h.abía
leído. Conocía, como todo el mundo, elprimer capítulo del pnmer
23
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 12/129
I I}1 0 , y eso era todo.
Me
metí de lleno, di mi
primera exposición
y n rmalmente
tendría
que
haber dado la
siguiente tal vez una
semana
más tarde. Fui a
ver
a
Althusser
para decirle que
todavía
me faltaba leer dos
librosdeEI
capital que era imposible
extraer
de ellos la racionali dad filosófica en tan poco tiempo.
Pero
para
mí fue al fin y al
cabo
un proceso
completamente
loco, en el que
desembuchaba
a
medida que
lo iba descubriendo, sin ninguna
perspectiva,
excepto
la
de tener
presente el
seminario
sobre el
estructuralismo que había tenido lugar dos
años
antes, en 1962-
1963, en
que todo
había estallado con varias
exposiciones sobre
Lacan. Los años anteriores, apenas si había
hecho
una exposición
sobre La
ideología alemana
en el marco del
seminario sobre
el
estructuralismo, pero
no
había expuesto
sobre
Lacan
ni
sobre
ninguno de
los
grandes
estructuralistas. Los
que expusieron
sobre
Lacan fueron, primero, Michel TOIi, y luego Jacques-Alain
Miller. Estaba atrapado en esa necesidad de lograr una sÚltesis a
toda marcha entre lo que leía de Marx y
lo
que ya estaba en boga
en esa época, lo que circulaba en nuestras mentes después del
seminario sobre el estructuralismo. Hablé cuatro veces, porque no
terminaba nunca.
Por ese entonces,
la
publicaci ón no era para
nada
un tem a que
se tratara, en un
comienzo
estaba previsto como un
seminario
y
luego se
convirtió
en una serie de
exposiciones
públicas, lo que
desencadenó que se retiraran algunas personas que querían que
fuera un seminario,
como
Miller. A finales
de ese
año,
Robert
Linhart
me
dijo que
quería
que mi texto se
volviera
un fascículo
para la formación
teórica
,
pues
era la
época
en
que
en el
círculo
de
la
calle Ulm se discutía
mucho
y se
ocupaba de
organizar
la
formación
teórica para
los militantes de
la UEC (Unión
de los
studiantes
Comunistas). Todavía
no se
hablaba de
publicar.
ólo me enteré
de
que se iba a convertir en un libro mucho más
tarde . bso formaba parte de
la
estrategia teórico-política de
Althusser
, en la que
yo
no estaba para nada incluido.
¿Se hicieron retoques o los textos se publicaron tal como
estaban
?
24
t b por lo menos el mío.
I
li
S textos se publicaron tal como
es
a
.,
I C da Cllal
Ithusserno corrigió mi texto para la e
dlclOnong
ma
Él a . era
.. su
texto. que se
publicó
tal c o ~ o
era. mIo.
: 1 I ' ~ ~ e n t e
oral.
lo
no
s i ? n i f i c a b ~ ~ i n g u n r r ~ ~ ~ ~ ~ ~ l ~ ~ ~ a
~ : ~
l' lIrso de formaclOn
teonca
que I a a s
I b
ll
iticopias a los
militantes
.
e s p u é ~
s.e conv.lrtlo un I ro.
-;
1
que ge
nte como yo haya tenido
11lJerencla en e proceso.
. , 1968
cuando sacaron su texto
de
' ' 8 lo que ocurrlO en
(' l
e e
d
.
. ,
de
Para
leer El capital ?
¿Se vio impulsado a
(/
ree
IClOn " . ?
.
fiue
algo que ocurrió ante sus narices.
reacc
IOnar
o
. d 1967
Althussernos
escribió diciéndonos que iba
A comIenzos e
d
d'
.,
que
era
necesario compendiarla,'\ haber una segun a e
IClon
,
..
1
' ero ue al mismo
tiempo íbamos
a aprovechar para corregn os
p q " d' haberse hecho, para retocar los
errores
teoncos
que pu l e r o ~ l . . . las
palies
un
textos etc. Entonces,
retome
mI texto y supnml .
ta nto inaenuas de joven estructuralista que e s c u b r ~ E/:apllal
Volví abtrabajar
u c h o
sobre ese texto, se lo a n d e a aspero,
y unos días
má
s
tarde
recibo una carta que decta que, i ~ l a l ~ ~ I ~ t
or razones de
tamaño, habían decidido
que la segun a e IClon
r í a como
la
edición
inglesa que
ya
había sido u l ~ l c ~ d ~ y
~ : :
ólo
conservaba
los textos
de Althusser
y de a I al.
so
Nuncajamás hubo
ningún
comentario
sobre el fondo.de
. . , O b de haberlo
comentado
entre ellos, pela y
cuestton . e en , I D b d
haber
pen-
estaba
completamente
afuera del clrcu o. e en.
,.
ue ciertos textos
no
eran
lo
que
se
necesita
. a t e o n c ~ y
sad? q I bl d y el mío
con
su aspecto estructural1sta
Pol1tlcamente
la
an
o
I'd d E se
b
l
·
había
perdido realmente actua
la.
n e
un tanto e ICOSO, ya . . d" Althusser fue
mome
nto
no me
dijeron nada.
Lo
UI1lCO que
me IJO
, e habían decidido
que
sólo estarían esos dos textos.
queeraasl ,q u b n bledo no
Yo no
hice ningún comentario, me importa a un pocoud ' .
dl
gamos porque
espues
d
ada
No
estaba muy contento
que ' . b
d ~ ~ d o había trabajado
dos
meses
en él,
cuando
enc.lma e s ~ a a
saliendo de una
conmoción
cerebral, p ero en un sentido ca:,
a ba
al' el
hecho de ya
no estar vinculado a
ese
asun
?
alebra PI 973
cuando seto
mó
ladeclslon
verdadero
choque tuvo
uga en ,
de
volver
a publicar la totalidad de los textos.
25
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 13/129
1
\ t l /IIO/l//'/I O
I
/I
(jite
ustedpublica ese artículo hostil en
Les
'
,.
' 111pS m dernes
...
IR
'
que era el
prólogo que yo
había escrito y
que
habían
censurado. Le había
mandado
el texto a
Maspero,
que lo había
empezado
a trabajar porque recibí mi manuscrito con indi
c a c i O J ~ e s
acerca
de
la presentación, y luego un día llega el
a n ~ I I l C de a p.
esar
del
acuerdo
inicial Con respecto a
ese
p r ~ l o g o
hablan
u r g ~ d o
nuevos problemas y que,en consecuencia,
se
Iba a volvera
publrcar
la
primera edición tal cual era, sin ningún
cambio
. No me
acuerdo muy
bien
cómo
fue que envié
ese
texto
a L e ~
Temps modernes. André Gorz
lo recibió y logró que se
publrcara.
¿ y el proyecto de La
les;on d
A
lthusser
l 9
(1974) toma cuerpo
en ese momento?
No.
Tomó cuerpo cuando
se publicó la Réponse ¿, John Lewis
20
el
e ~ h o
de que
un
texto tan
malo produjera un
efecto semejante
era s ll1tom a de algo.
Me
dije que,
aparentemente
, todo volvía a
ser
co
m
.
o
antes;
había
una apariencia de
torcimiento
, pero que en
sustancIa no sólo era idénticosino incluso regresivo ydenegatorio
Con
respecto a lo
que
había ocurrido, es decir a los efectos
políticos .del althusserismo.
Me
pareció que
tenia
que
meter la
pata, dec,,:
e ~ a c t a m e n t e ,
desde
mi punto de vista,
por
supuesto,
lo
que habla SIdo el althusserismo, cuáles
habí
an sido sus efectos,
lo que representaba la
supuesta
«conversión» de
Althusser
a la
política en
1973.
.i hablamos del efecto de
Para leer
El
Capital,
había sido
pro/lindamente
ambivalente.
Por un lado, tuvo
como
conse
cuencia p ner cierto orden,
puesto
que todas la
s
tendencias un
lanto disidentes,
todos
los interrogantes en todos los sentidos de
,
. M ) d ~ ~ l l 1 p l ) i pour une réedition de L/re le Capilal [«Manual de
In
slru
cc
loncs .para una rccdición de
Para leer El Cap/t ,1 1 L T
d
n s mps
1111)
em es. n
128
. novicmbre de 197 3. pp. 788-807.
, / La lecc/(jl/ de tlltlll/sser. Galerna. Buenos Ai res. 1975
2 Louis I \ l l h u ~ Para l/na critica de la próclica t e ó r i c ~ / Respl/esta a Jo/m
Lell is.
Siglo
XX I
c d l l o r c Buenos Aires. 1974.
26
1"lllIlll
habían sufrido una frenada brusca. pues
l t h u s s e r a ~ r m a b a
'1 1
lodo eso era ideología, cháchara, que lo que
n e c e s l ~ a ~ a m o s
• 1,1
t
'ne
ia
. Dicha ciencia
había
sido puesta en practIca al
1
'
io
de la
ortodox
ia comunista. Dicho lo cual, lo
segundo
l\ftl 1 \n era cierto : esa
autonomía
de la teoría
que
había pra
I I.\fllad Althusser le había entregado el
marxismo
más o
menos
.1 IlltlO el mundo. Bueno, no a todo el
mundo
, pero en
todo caso
,
.1 g 'ntc que no formaba parte del aparato del partido.
Se ha?ía
II
'ado a lgo así
como
un paJtido
de
la teoría M.
arx
-un
partIdo
tl
,1sentido amplio,
por supuesto
, no organlzaclOnal-.
De
hecho
el althusserismo era a la
vez completamente
do rmático y sometía, a l fin y al cabo, a toda ~ l I l a i.dea clásica
t
I
movimie
nto obrero, de su dirección, de su CIenCIa, et c. y , al
111
i
motiempo,
había creado un objeto no identificado, la
teoría
de
Marx, con
todo
lo que eso implicaba, el gesto
de
arrebatarles a
Marx a quienes eran sus depositarios, una
manera
de
s a c ~ r
la
teoría
de Marx
del patrimonio de los partidos
c o m u l l l ~ t a s
autorizados y permitir
extraer de
ello
todas
las c o n s e c : l ~ n c l a s .
hn
1968
ocurrió ese
dob
le efecto, al principio
con
la CritIca del
mov imiento
como
pequeñoburgués
y luego,
después de
todo.
mayo de
1968 marcó
a la mayoría de los a l t h u s s e r i a n o ~ , p ~ r a
algunos
de
manera definitiva y para
otros
de un
modo r o v l s o r ~ o .
En
todo caso. se dio
lu
gar a un efecto de ruptura
con
todo el
SIS-
tema de adherencias, en
cuyo seno funcionaba
el
marxismo. Con
el
marxismo
se podía hacer
cualquier
cosa.
l t h u s s ~ r
y su
corrie
nte ,
de
spués de todo. produjeron
esa
u p t l ~ r a ,
que
l z ~
que
otras personas hayan podido apoderarse del
a r x l s m Q y t r ~ b a J a r l o
seg
ún
una
modalidad que ya
no era
la
de
los
g r u ~ u s c u l o s
tradicionales.
De
pronto, se creaba
como
una autondad del
marxismo
que escapaba al sistema partidario ,
l ~ c l u i d o s
t o ~ o sus
apéndices
, las diferentes
variedades
de
trotskismo
y
que
se yo
qué
más
...
27
~ - - - - - - - -
- - - - - - 1 . . . . . . . ~
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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R L CIÓN
CON EL
O
MPROMISO
O
M
UN
ISTA
Dado que lo ha mencionado antes con respecto al ambiente
althusseriano de la NS, ¿usted formaba parte del círculo
de la calle Ulm o de la U úón de Estudiantes Comunistas?
Entré en el CÍrcu lo
de
Ulm en 1963 :
se trataba de
un momento
de
r e s t : u ~ t l l r a c i ó La g.uerra
de
Argelia había
terminado,
y se
habla Ido el vIeJo
equIpo que
todavía
era
muy
duro
en cuanto a
las posiciones del partido.
Se trataba
de personas como
Jean
Pierre
Osier,
que luego se convirtió en un especialista
del
pensamiento
judío
e hindú, pero que por ese entonces todavía se
mostraba muy
severo
en
cuanto
a la
dialéctica de
la
naturaleza
.
Luego hubo gente como Roge r Establet: era el hombre que en las
asambleas generales resultaba más convincente.
El CÍrculo de
c a ~ ó
lue
go
en ,
manos de
mi
generación, que no sabía muy
bIen que hacer con el.
Fue
en ese momento cuando nos
pusimos
un
poco marcha
, Miller, Milner, Linharty
yo, para
hacer algo
con ese
CIrculo.
Ese
algo
estaba necesariamente asociado con
la em pres a alth usser iana: digamo s que se
trataba
de
luchar
co ntra la ideología espontánea de los estudiantes, con tra Clarl é
21
que era
el ~ r g n o del c ~ m u n i s m o
estudiantil
new look un poco
co
ntestatano,
July
escnbía
ahí artículos sobre
el GolfDrouot 22
int:r pre
taba
los síntomas del «romanticismo » de la
juventud.
Entr
amos
realmente en la UEC a partir del texto
de
Althusser
obl:e los r o ~ e m ~ s de los estudiantes,23
que más
tarde yo critiqué.
n el defendla la Idea de
que
es necesario impul
sar
la formación
teórica, la lucha contra las ideologías que pervierten el pensamiento
y Ico m bate de los estudiantes. Estuve bastante activo en
ese
terna
inclu o fui yo quien de alguna manera or iginó los Cuaderno;
morxistas-Ien;n;sta
s, incluido el título, pues había quienes querían
Cla
6
Clandad,
periódico de la Uni ón de Es tudiantes Comunista s (UEC¡
de 1956 a 1
9Ii N
del 1 .) .
Golf-J)rouot, primera discoteca de
mú
sica rock de París fundada en 1961
N
de l
T
.
P r o b l étudlants», en La . Vollvel/e Crillq/le. 152, enero de 1964,
pp
.
80- 111 .
28
llamarlos Cuadernos marxistas para dar cuenta del anclaje teó rico,
II¡icntras que otros querían
Cuadernos leninistas
para subrayar
quesetrataba de política militante. y opropuseCuadernos marxistas
Il l1in istas lo que era puramente una fónnula de compromiso ,
que
IIlÚS tarde se convirtió en un
em b
lema militante todavía
más
fueJte
que «leninista» durante el período maoísta . En el primer número es
cribí e lartículo «Sobre elconcepto pseudomarxista
de
alienación» y,
cn e l número tres, un aJtículo sobre el concepto de relaciones de
producción. Creo que ésa fue mi contribución a los Cuadernos
marxistas-leninistas además
de
mi contribución a la dinámica mis
ma
de
la cuestión. Para
mí
, debía tratarse de una suerte de boletín,
pero se volvió un órgano que
empezó
a intere-sar a la gente. Los
estudiantes lo
compraban
.
Además,
el
PCF
(Partido
Comunista
Francés) y sus incondicionales en el
senode
la UEC vieron que podía
haber a l
go
bueno para ellos, puesto que atacaba la dirección de la
UEC,
de
C/art
é,
lo
que
entonces se denominaba la «tendencia
italiana». Un número especia l de una revista comunista retomó los
textos del
primer
número de l
os Cuadernos marxistas-leninistas
viendo en ellos la señalde una renovación del pensam iento marxista ,
de un pensamiento
que
se ubicaba contra el eclecticismo
de
la
di rección estudiantil
de
la época. Pero, al fin y al cabo, lo
hacía
un
grupito de personas
que
peJtenecía a un am biente bastante lim itado,
co
n vínculos personales bastante fuertes,
como
los
que pude
entablarcon
Millery
Milneren algún
mom
ento, o bien con lazos de
camaradería con la gente con la que había estudiado en la prepa
ratoria y con laque luego había convivido en
la
ENS, como Balibar.
Después de todo, se
trataba
de gente qllevivía
en
la q l l e se veía
ahí
todos
los días,
en
el
marco de
las actividades militantes u otras.
En consecuencia , era algo típicamente de la Escuela NOImal, incluso
si de vez en
cuando
había algunas unidades en el exterior.
En esa épo
ca,
¿no era inoportuno estar tan íntimarnente
vinculado al destino del Partido Comunista? ¿ l antiesta
nilismo
por
end
e,
no se había extendido hasta sus rangos?
¿O a otros rangos en /a ENS que habrían podido atacarlos
sobre esa bas
e,
destacando el hecho de que eran jó venes
intelectuales del partido?
29
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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I l l · ~
10
' (lIlI , 1 '
/l<Jer
que
en
1960. Sta
lin
no
le
impoliaba
linda a adle . El h ri.wnte
no
era para nada la URSS. Eran a la
ve/. [ dos I movimientos en lo que se denominaba el Tercer
Mundo, era Cuba, la ideade una revolución del sol y de
la
sonrisa .
Era toda la eb ullición del Partido Comunista italiano, era Frantz
Fa.no n, alque Sa.lire le escribió el prólogo,y luego vino Althusser,
la Idea del marXIsmo como el pensamiento que estabade acuerdo
con
o d o
lo que era nuevo: el estructuralismo, Foucault, Lacan.
Te mamos en mente la idea de que un nuevo mundo se había
puesto en marcha , que se tenía que crear un nuevo marxismo y
que sería el pensamiento de ese nuevo mundo en marcha. Con
la l RSS no t e n Í a n : realmente nada que hacer. Después vino
y la adheslOn al maoísmo, pero éramos en esencia
marXIstas con la idea de que había que hacerlo todo, que nos
tocaba nosotros recrear el marxismo. Esta ba la tradición obre
ra. elulllverso obrero
y
movim iento obrero pero. por otra parte,
para no otros, el marxIsmo como teoría todavía no existía en
F r a ~ c Apenas si estábamos enterados de que existían
SOClO Sl ne
ou
b a r b a r i
e ~ 4
o Argument.\ . 5 El trotskismo existía
en la o
rb
ona, no en la ENS. El maoísmo
fue
una ideología de
la
Esc
uela y el trotskismo, para decirlo en pocas palabras una
Id
eología de los estudiantes de la Sorbona. '
todo caso, por ese entonces
se
r un estudiante comunista no
tellJa .nada de deshonroso. Por el contrario, era más bien una fonna
de anstocracia.
En
cuanto
al
pru1ido mis
mo.
mucho no
lo
conocí.
u a n d o e s t a ~ a e n el colegio secundario,durante un año,el secretario
del
PC dIJo a fin de año que debía abonar los sellos porque había
de
cublerto yo
eJ:a
comunista. Los pagué, fue
la
única acción
q ~ , e hIce, dIJe ~ u e a la fundación Thiers,26 que no sabía a qué
u l a debla Ir. Me II1dlCOuna célula de ban-io, diciéndome que no me
?pr nada, que no me iban a molestar. A pe sa r de todo,
eXI ha la Idea de que el PC era una cuestión de obreros.
14
So( w
/i,
\ /IIO o r rie,
organización revolucionaria france
sa
de orientación
ll1arxlSla anllcslallnlsta . dirigida por Corne lius Casto
ri
ad is y Claude Lefort Se
l l a ~ ~ ell aC
ll
vld ad entre 1949
y 19
67 ( . del T.). .
g l l n ' : ~ I O . • evlsla
de
. li losofia políti ca fundada en 1956 , enlre otro
s.
por
Bartlles } I'dgar Monn. DeJO de publicarse en 1962 (N . del T.).
o
FundaCón creada cn 1893 que alberga en París a l
os
estudiantes más brillantes
de
francia durnntc ailos (N . de l T .
30
I ,11/1/1
lile su
primer
año de enseiianza, tras la oposición en
/ , ,/te lIra de .filosofía? ¿Lo
p só
con el recuerdo en mente
le
\ 1.\
{l/ios
decepcionantes en el col
eg
io
secu
ndario?
I
11
,l ' • durante un año en
ell
iceo Carnot. Viví ese año como una
I 11
,l lore,
no
tenía mucha idea de filo sofía y no sabía nada de
'
jóvenes que conformaban
un
universo comple-tamente
dlll
I clllede lmío. Tenían intereses, incluidos los intereses culturales
Il 111 ieos, que eran totalmente di stintos . Era un universo que
no
Ir
11101 nada que ver con el que en cierta medida no s habíamos
I l L I rada
en la
Escuela Normal. Llegaba con mi certeza
dlhlls. eriana de poseer« a ciencia»y descubría que, en realidad,
1111
sa
bía demasiado.
En
consecuencia, me
vi
obligado a volver a
d la m smas clases desastrosas que había presenciado cuando
11,1 Joven, pues no tenía tiempo para preparar al go mejor. Me
.Iha cuenta al mismo
ti
empo de que
no
tenía el menor
I Il llocim iento real del mundo en elqu e vivía. Esta experiencia fue
IIllpol1ante
para mímás adelante, durante Mayo de168. La gente
I/ C llevó a cabo Mayo del 68 era un poco como la gente con la
<I C tuve que vérmelas cuando enseñaba en el colegio, que en el
londo no comprendía, como ellos tampoco entendían demasiado
lo
que les decía, inclu so si había quienes estaban contentos,
porque el rigor teórico marxista , a pesar de todo, a algunos les
'ustaba . En verdad, viví ese año con el sentimiento de que la
ciencia como emblema y como posición es una cosa. pero qu e la
Icalidad del saber es algo completamente di stinto.
M
AYODEL
68, VINC ENNES,
IZQU
IERDA
PROLET AR IA
¿
Qué hizo durante Mayo
del 68?
No hice dema siado en el 68. De hecho, el año anterior había
sufrido un se rio accid ente y lu ego una enfermedad grave, y vivía
un poco al marge n del mundo. Estaba entre la fundación Thiers.
que era una suerte de oasis, y el campo. No tenía vínculos con
ni
ngún grupo militante . Cuando vi qu e se venía el comienzo de
3 I
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 16/129
MH
o dc168, no cntendía
muy
bien io que estaba pasando, aparte
del hecho de que se trataba de consignas «ideológicas»,
para
nada «científicas». Estaba
en el ca mp o , cerca
de
París, tenía una
especie de doble conciencia .
Cua
ndo volvía del campo, al salir
del
túnel
de Saint-Cloud, se veía en la otra
ori
IIa
del río
Sena una
gran fábrica con banderas rojas, y me ponía muy contente:> ver
esas banderas
rojas .
Pero
al comienzo,
no quería
decir que
era
un pruticipante o mi litante, no construí ninguna
barricada
, no estuve
en las grandes manifestaciones, lo viví como una sorpresa e intenté
aferranne a lo que me pru·ecía impOltante de verdad, a saber, por
supuesto, lo que estaba
pasando
en las fábricas.
Cuando la
Sorbona
volvió a abrir sus puertas,
cuando
se vio que llegaban obreros mili
t a n t . e ~
y toda suerte de
personas
a la
Sorbona
,
me
dije
que
había algo
pOSitiVO , el encuentro entre estudiantes y obreros. Una
de
las
escasas cosas que hice en 1968 fueron unas discusiones
en la
entrada de las fábricas o algunos encuentros
en
las fábricas. Ese
movimiento
iba comp letamente en sentido
contrario
tanto con
respecto a lmarxismoque habíamos aprendidocomoel que habíamos
enseñado . Es por eso
que sobre
todo me comprometí
con
lo
que
me
parecía importante, es
decir
, e l encuentro con los obreros.
n los meses posteriores y los dos
o
tres
aFlOS
siguientes usted
vuelve a rnenudo sobre el acontecimiento y ese factor sorpresa.
Después de
fodo
hay una interpretación o un análisis del
acontecimiento que no es exclusivamente negativo ...
Hay
varias etapas
.
En primer
lugar,
una interpretación negativa
,
porque para
nosotros se
trataba
de
una revuelta pequeñoburguesa
.
Luego ocurrió esa adhesión positiva a ese universo en
que
las
cosas se liberalizaban s obre todo con ese vínculo particular
estudiante-obrero
y
con esa posibilidad de acceso
libre a
esa cla-
e
obrera
que hasta entonces
era,
al fin y al
cabo
, la cuestión del
paliido. Y en un tercer momento
tuvo
lu crar la creación
de
. . b
VlI1cennes
...
7
II1cluso si los
editicios
todavía
no estaban
el
De-
p a l i ~ m e n t o de Filosotla
ya
existía. A partir de 1968 , hubo
reunIOnes para
tratar
el
programa
del
Departamento
, y la
27 Universidad
de
París 8. actualmente en e l suburbio de Saint-Dcnis
(N
. del T.) .
32
,
1
\ IIl stión consistía en saber, en el léxico
de
la
época
, si íbamos a
dI Idr
o no que la burguesía se aprovechara de
nosotros.
Era
la
I ,dabra que se
usaba en
ese
entonces para
designar al
enemigo.
1IIIho reuniones preparatori as para la
creación
del Departamento
dI
Filoso
fía,
en
una
de la
s cuales
Foucault
le había
pedido
a
1I.t1ibar
que
hiciera un
programa.
y
ese programa estaba
du
; ididamente orientado hacia la epistemología. Yo dije que no
.l lrata
ba para nada
de
es o , que era reaccionario. Balibar era el
Illlico que
formaba parte
del PC en
ese equipo.
Una
de
las clases
qlle había previsto se llamaba «Filosofía del trabajo». Algunos de
IHISOtrOS fuimos los que saltamos para preguntar
«¿qué
es eso de
l ilosofia del
trabajo?»
y él respondió: «sí, sí, Filosofia del trabajo;
Illsi to».
De
pronto
,
me
dije
que
no se soportaba
má s
,
que había
llegado tarde con respecto al acontecim iento, pero que cuanto más
v ~ l l l z a
más creía
en Mayo del 68. Fue a partir de
ese
momento
\landa empecé a
elaborar la
reflexión que llevó a
ese
texto sobre
la teoría
de
la ideología de 1969 y
más
a tarde a La lección de
Ilfhusser.
Me dediqué
a considerar por c
ompleto
a la inversa
todo
lo que había participado hasta entonces : la
luchade
la ciencia contra
la ideología, la teoría del corte. Fue a partir de esa confrontación
\I1ic
ial
como realmente
puse en cuestión el althusserismo, el
famoso
texto s
obre
los
problemas
de los estudiantes y todo el recorrido
que
se había
hecho
antes.
De todos modos
, nunca estuve
asociado
de
manera muy cercana a la
empresa
althusseriana. Fui reclutado para
el se
minario
en tanto especialista del «corte», pero nunca participé
de
los encuentros del círculo cercano-círculo Spinoza u otras cosas
por
el estilo-
nunca
.
La última
vez que
había visto
a
Althusser
ha
bía sido en 1967.
En 1969, me
encontraba
realmente en el medio de los
m ilitantes maoístas, no tenía relación con
los
antiguos
al thu sserianos, salvo los que se
habían
vuelto maoístas.
De mi
ge neración o
de
la posterior, Miller y Milner se habían vuelto
ma oístas, Badiou
se
había convertido a su manera, porque su
pa
rtido de origen no era
el comunista
sino
el
PSU
(Partido
Socialista Unificado) . Había gente que era simpatizante, como
Franyois Regnault, pero la gran
militante
maoísta
en
París
VlIl
fue
Judith Miller.
La
agitación militante de
Vincennes era cl
cco
33
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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ti· . 1<1 l
n
bata lla e
ntr
e e l PCF para el cual Vincennes era la
u l l l ' v e r modelo
, su universidad y, en frente, los izquierdistas
qu e dec lan «Destruyamos la Universidad». Los
estud
i
antes
fueron los
que me
llevaron hacia la Izq uierda Proletaria. A
com
i
enzos de año tenía
una mezcla de
estudiantes
del
PCF
p o r ~ u e
después de
todo ,
se
trataba
de
teoría
marxista
, y
de es-
t u d J a n t e ~ de lo que empezaba a denominarse la Izquierda
Proletana. Pero
para
la Izquierda
Pro
letaria, lo impoltante se
daba
en
t ~ o lugar
, en las fábricas,
111
ientras
que
a la Un iversid ad
se la
cons
ideraba C0l110 una
«base
de retaguardia ».
términos generales,
en
Vincennes hubo poca
s impli
cacIOnes respecto a la idea de una pedagogía revolucionaria
o nueva, o Impoltante no era eso . O si no, si estaba la
idea de
una
pedagogla nueva,
se hallaba
del lado del PCF
de
una uni
versidad
nu
eva
q.ue
estaba cerca de
los saberes
renovados antes que
una
ul1lversldad pedagógica nueva. Se trataba
de
una
universidad
que p o d ~ í a decir que era nueva
en el
sentido de que había todo
10 Il11phcaba
presentar
algo chic : lingüistas o literarios estruc
t u r ~ l r s t a s filósofos althusserianos
,
psicoana li
stas lac
anianos
socIólo
gos o u r d e u s i a n ~ s y
también estaban todas
esas e r s o n a
del PCF
que hablan sufndo
en su carrera y
que por
fin tenían un
cargo
. Por un l
ado
,
estaba
esta un iversidad ren
ova
da ,
por
el otro,
toda la
ge
nte para la
~ u e
la univers idad era un
lugar
de
pasaje
o
u n a . b ~ s . ~ de
retagua.rd la,
pero
para
la
cual lo principal
era rom per
la
~ I v l s l o n
del trabaJO, la separación intelectuale
s/manu
a les.
Pero
la I
dea de que
una
masa de obreros
iba a
entrar
como estudia
ntes
a
París
VIII resultó ser
completam
ente
falsa
. Me acuerdo
de
que
, a l
principio
,
había
una gran
expectativa con
los
cursos
n
ct
urnos,
pero
no se veía
que
a
esos cursos
llegaran
mucho
s
ob
.r ro
s. No
hubo un
verdadero público
estudiantil
nuevo
.
Los
prrmeros años tuvimos a los
estudiantes
un
tanto
radicales
de
la
orbona, siguieron nuestros
cur
sos. Luego, cuando el Depalta
mento de.Fdosofía perdió su habi litación, al cabo
de
apenas un año,
lo e tu Ilantes que querían segu ir sus estudios abandonaron París
VIII yenlonce loquetuv imos fueron principalmentemilitantes.No
los
b a l 1 l o
a daJ exámenes.
Como
resu ltado, el
PCF
nos
denunCIo y no quitaron nuestro diploma.
34
1
1111
• lo estu
diantes
había
mucha gen
te a la
que
habían
• llildll de us países. como
por ejemplo chilenos,
bra sileños,
111111
"liS latinoamericano s, que pasaron por París VlII. Hubo una
1
11, 111,1
i)n
más
bien
militante
,
diferente
de lo
que se
vio a fines
d
111'0
años 1990 en París VIII , cuando el
Departamento de
1 d,l .ul ía recup
eró
sus dip lom as y se vieron/legarestud ian-tes de
I.ulll s los rincones del mundo para alcanzar un diploma en e l
11 ",11
lamento
de
Fo ucault,
Del
euze o L
yo
tard. Un
diploma que
1 IIIIan
hacer
que
diera
sus
frutos
alcanzando cargos
en
sus
1, ,p ctivos países, lo
que
era
inimaginable
en los afias 1970.
(
h/(
:formas adquirieron sus enseñanzas a comienzos de la
IIII/\
en idad
de
Vincennes? ¿En qué consistía su contenido?
1
se trataba de epistemología, como acaba de afirmarlo,
/" '111 / de todas formas daba clases sobre l marxismo, según
,,//I/I eCe
en los archivos?
I 1primer año di un
curso sobre La Ideología alemana,
pero esa
I
.I
se se co nvirtió
cada
vez
más en
una
crítica de
la teoría
de
la
Ilh:ología de
Althusser
,
que dese mbocó
en el te
xto de
1969
sobre
11e
ría
de
la
ideología
28
.
D
es pués
de
eso
di
cla
ses
que
trataban
ubre
la
historia del
movimi
ento
comunista, sobre la URSS
. Se
I1 ata de una época en
que
descubrí esos
textos
que
pertenecían
.\
una tradición crítica
que habíamos
ig
norado
,
como
los textos
de
( astoriadis. Intentaba volver a
pen
s
ar
la historia
de
la URSS
para
sacar
adelante
una
crítica
del leninismo. Había
un
l ~ a b e z n t o del tipo «teoría m r x i t a - I e n i n i s t
a ) ~ .
Pero en
I
ca lidad
era
un
trabajo crítico en
el
que retomaba todas
las
cuestio
nes
de la
clase
de «relaciones de producción y de poder
en URSS», con una programac ión que era un poco una mezcla
de
Socialismo
o
barbarie
y
maoí
smo.
i. No pensó nunca en abandonar esa universidad? A .fin de
cuentas, hizo toda su «carrera» ahí. ¿Para usted
es
taba
/l/uy claro que debía permanecer allí?
¡ «Pour l11émoire : sur la théorie
de
1 idéologie», rctomado en La Ler;on
d
Al
lhusser [La leCCIón de A
husser
,
ob. cit.), París, Ga
llil11
a
rd
, co l. «
Id
ées»,
1974. pp . 227-277_ reedición La Fabrique. 201 L p. 2 13-2 54.
35
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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N" l' l
d
1111 01 l J ll ncia, pero hubo un período que fue bastante
apaS ionante. Des pués, ya no fue posible irse de ahí. Cuando en
los años 1980-1990
me
presenté en el
CNRS29 yen la
EHESS, JO
me topé con
grandes
obstáculos . Lo mismo ocurrió con 'el
CNU.
De hecho, obtuve
un
cargo de
profesaren la
universidad
con el títu
lo
de la com isión arte/estética y nunca con el título de
la
comisión de filosofía. De todas maneras , gente como yo ,
incluso si uno lo anhelaba , no podía
tener la
esperanza de irse a
otra parte . Al principio , no pensábamos en eso. Existía un
sentimiento de formar parte de un colectivo político. No había
realmente una dirección pedagógica del
Departamento
y
la
Asamblea General estudiantes-profesores era soberana . Por lo
demás , cada profesor hacía lo que le venía en gana y, por otra
parte, así siguieron
siendo
la
s c
osas
.
Alrededorde
1974 hubo un
choque entre nosotros , los profesores adscriptos y los titulares
(Chatelet, Deleuze, Lyotard)
por
una Oscura historia
de
profesores
asoc iados, lu ego de la cual nos desinteresamos de los asuntos del
departamento. Durante mucho tie mpo,quien lodiri giófue Frans:ois
Chatelet. Los llamaba porteléfono a Deleuzey a Lyotard para saber
lo que pensaban, luego nos llamaba a nosotros y nos decía, bueno,
esto es lo que hay que hacer, ¿están de acuerdo? Nos parecía bien .
De todas maneras, nos importaba
un
bledo. Pero después que
tenninóel período m ilitanteytras la mudanzaaSaint-Denis , losaños
1980 fueron bastante deprimentes. Prácticamente no quedaban
estudiantes en el DepaJtamento, excepto los oyentes que ven ían del
exterior para escuchar a DeJeuze y a Lyotard.
¿ uáles eran
por
ese entonces sus compromisos políticos?
¿Participó, aunque fuera tangencia/mente , en el Grupo
n,formación Prisión (GfP) que crearon Michel Foucau/I y
a r
as?
Entre 1969 Y 1972 milité en la Izquierda Proletaria, sobre todo
co mo militante de base que va a la entrada de las fábricas ya los
36
'o, NRS. Centro NaCiona l de Inv esti gación Científica.
," Ell E S. Esc uel a de A
ll
os Est
ud
ios en Ciencias Soc iales .
" CNU. Co nsej o
NaCIO
nal de las Univers idade
s.
I 111/11 Illneros a distribuir panfletos, pegarcaJte les de madrugada,
1I
11\
1'''1 lar diversas cla ses de o
bj
etos y partic ipar en las acciones
,
1
Ilvas . Se tra
taba
de una militancia de base, pero en una
I \Ill1ación que era muy chica y en
la
que, por lo tanto,
la
base
1 lid 'aba con stantemente con
la
cúspide. Tras lo cual me
1/llllIlré afectado a un grupo que estaba
encargado
más
1 l Illcamente de losvíncu loscon los prisionerosyde
la
preparación
1, 1,1
procesos políticos. Es en ese momento que se puso en marcha
1\ dlllúmica que creó el GIP .
1-1 prob lema era
que
las
personalidades que
lo componían
no
1/11
'sariamente se hallaban disponibles como para ir a investigar
Id Istribuir
panfletos
a la
entrada
de las prisiones. Era necesario
, 11':11
un
núcleo propiamente militante . Le dije a Daniel Defert
'1m m¡m ujer, Danielle, después de haber tenido un hijo, se
lIl'lll1tra badesconectada del trabajo militante y estaba disponible.
I IIl'ron Daniel Defert , ella y algunas otras personas las que
1lIl' lcron,junto aFoucault, el grueso del trabajo militante del GIP .
,
)
pu de dar una mano algunas veces, pues desde hacía a lgún
I1 mpo
ya
tenía
cierta práctica en
la
relación con los prisioneros.
Por otra parte, en el marco del trabajo 111 ilitante -pero ésa fue la
Jan d
iferencia-
dirigí ese número de Tiempos modernos
de
1972, que se denominaba «Neofascismo y democracia» , que era
IIIl
poc o como el manifiesto teórico-político de la Izquierda
Proletaria , en el que estaba en particular la entrevista entre
FOllcault y Benny Levy . Ésas son mis actividades militantes en
la Izquierda Proletaria, pero el GIP no soy yo.
¡Es
as actividades militantes le llevaban tiempo?
í, llevaban mucho tiempo, pero entre 1969 y 1972 no me
ocu paba
para nada
de la filo sofía, sólo
me ocupé
de ella en
determinados momentos de mi vida. Lo fundamenta lde mi vida,
al margen de
ocuparme
de mi hijo, estaba dedicado al trabajo
mi litante. En un sentido, el trabajo en los archivos
tomó
el relevo
de l trabajo militante. Llegado un momento , me encontré por
fuera de
toda
militancia, con la clara perspectiva de
que
no iba
a encontrar
nada
satisfactorio por
esa
vía.
37
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BI FU
RCACIONES
¿
Eso est b relacionado con un tr b jo de escritur
paralela? ¿Cómo se disponia la enseFíanza aFío Iras
aFío
cada semestre? ¿Lo conectaba con una exploración con la
perspectiva de que terminara en un libro o se Irataba de un
paréntesis en el trabajo
de
escritura?
En realidad, lo fundamental para
mí
no era la enseñanza ni la
escritura, sino la investigación.
Me
desinteresé bastante rapidamente
de la tarea pedagógica en Paris VIII. En los años 1972-1973,
lo
que
me
interesó fue
sumirme
en los archivos obreros. En consecuencia
la
enseñanza
era para mí algo bastante secundario. En aquella
época, el año universitario empezaba a fines de noviembre y se
temúnaba a comienzos de mayo. Era totalmentediferente.Teníamos
libertad en nuestros horarios. Muy rápidamente, a paJiir del año
1972-1973, lo que resultaba importante no era necesariamente
escribir una tesis, pues to que no tenía
la menor
idea de
lo
que iba a
hacer, sino ese trabajo de investigación en los archivos obreros,
guiado
por
la idea deque
el68
nos había mostrado que había mucha
distancia entre el marxismoque habíamos aprendido,el quehabíamos
enseñado y,
por
otra palie, la realidad del mundo obrero. Había que
verlo con
mayor
detenimiento.
En
los
años 1972-1973,
por
lo
tanto
,
empecé
a ir
todos
los
días
a la
biblioteca. Empecé por la
del
Museo Social. Lo dirigía
una
persona
formidable , Colette Chambelland,
que era
la hija
de
un
militante sindicalista
revolucionario.
Fue la persona-hubo po
cas
-
que enseguida
me recibió
y
me alentó,
y a la
que
le
gustaba
lo
qu e yo hacía.
Peroel
Museo Social tiene fondos muy limitados .
n lo que se refiere a los folletos y periódicos , trabajé
mucho
en
la Biblio teca Nacional y, más tarde, en diferentes archivos: los
Archivo
s Nacionales , el Fondo Sansimoniano del
Arsenal
, el
Fondo Gauny de Saint-Denis , etc .
Tras
el fin del período propia
mente militant
e
dentro de
la
Izquierda Proletaria
,
en que la
actividad militante había tomado la delantera con respecto a
todas las
demá
s
me
precipité a hacer ese trabajo sin
saber
demasiado
al
principio hacia
dónde
estaba yendo
,
con la
idea
3 8
111
'1 IIua
qu
e tenía en
ese
entonces
de que
iba a encontrar la
1 Idadera» clase obrera, la «verdadera» palabra obrera, el «ver
I
IIll
I » )
mov
im
ientoobrero,el «verdadero» socialismo obrero, todo
, '1
lino podía imaginar y esperar de verdadero. Lo cua
Ime
llevó
hll r
un horario enteramente detenninado por ese trabajo.
\ lica del althusserismo se había desarrollado justo
,l/llt S en diversas direcciones. Aparecen ahí varias .figuras
/ la autoridaden nombre del saber: la figura del crítico
I t l I /(/I aulorizado o del intelectual de partido la .figura del
11/0 y luego esa figura del vocero que confisca la palabra.
I
)
tienden un poco esas .figuras a confundirse entre
si
en
l/l/a
única carga en su trabajo de esa época?
ICI1S0 que
la crítica del
vocero
es coyuntural y que no
cons
tituye el
punto
más importante.
Si
usted toma
la
famosa
nlllversación de
Foucault con
Deleuze, 32
se
advierte con cla
dad que
lo
que resulta importante no es
simplemente
el
hecho
d 'que los prisioneros
mismos
hablen y
que ya no haya
voceros
que hablen
por
ellos
,
sino más bien
el
hecho de
que
habla gente
que
no hablaba
y
que esa gente que no hablaba posee una teoría
iobre la
prisión
. En el
fondo
, lo
importante es
la
recusación de
la
divis ión
entre
el
conjunto de pr
á
cticas
y
de discursos sociales que
itarían dentro
de
la ideología y,
por
el otro lado, de la ciencia .
Loque
dice
Foucaulten
ese texto, según
mi
punto de vista, es que
una teoría de la prisión siempre es una teoría
de
la prisión,
ya
sea
que la emita un prisionero o
unjurista.
No
hay jerarquía
entre los
disc ursos, y el
hecho
de que hable gente que no hablaba adquiere
im
po
rtancia con respecto
a eso.
Muy
rápidamente advertimos
los
límites de
la
crítica
del
voce
ro, de la
exigencia
de autenticidad , que sólo hablan de
verdad los
que están autorizados
para ello.
Por
esos años
ya
se
adv ertía el
doble
aspecto:
por
un lado, el
cuestionamiento
de
qu ienes hablaban
en nombre
de la ciencia, que hablaban
en
'2
«Les intell ectllels et le pOllv
oir». entrevi
sta de M .
FOll
calllt con G . Delell ze,
en
L A re,
49 , 1972,
pp
. 3
-10
[«Los
intelectuale
s
y
el poder. Entrevi s
ta Michel
Foucault-Gil1es
Deleuze»
.
en Foucaull. Michel
:
Microfisica del poder Madrid
, La
Piqueta , 1992,
pp
.
83-9
3).
<
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nombre de una división en dos de l universo del discurso , pero
también,
por
otro lado,
algo que
estaba
muy
presente por
ese
entonces, a saber, la tiranía de lo auténtico.
De
todas maneras
el PC siempre había
contado con
l
os
dos registros:
por
un
lado
la ciencia; por el otro, las personas que son «verdaderos» o r e ~
ros. En
1968,
para hacer que la gente se callara, existía una
fórmula expeditiva que consistía en decir: «
Andá
y decilo en la
fábrica». En ese sentido, la crítica del vocero tuvo aspectos
regresivos como el hecho de preguntar «desde dónde» se hablaba,
que eraun poco la interrogación decisiva de aquellos años.
Noesque
la
pregunta no tenga validez. Pero después de todo, lo importante en
el «desdedónde hablás» no consiste en saber lo que hacen tus padres
para ganarse la vida, sino desde qué universo de palabra, desde que
división de la palabra estás hablando. Lo importante para m í ha sido
el cuestionamiento de esa división del mundo entre los sujetos de la
ciencia y los sujetos que son objeto de la ciencia.
Ni althusserismo ni izquierdismo, tal parece ser
su
posición,
pues es también un potencial pecado de izquierda ese culto
a la autenticidad
o
a la
p l br
verdadera contra una
p l br confiscada.
El doblete comunista al que acabo de hacer referencia fue reco
gido de manera diferente en los años que siguieron al
68,
los
trotskistas que tomaron para sí la ciencia y la conciencia de la
van?uardia, los maoístas que tomaron para sí la auten-ticidad, en el
sentidode
que«
los que lo dijeron son los obreros». Para m hubo dos
s p e ~ t o s
que marcaron mi búsqueda posterior: en primer lugar,
quena encontrar una palabra que había sido realmente la palabra que
se había intercambiado, que se había pronunciado en las luchas
obreras, los textos obreros, los man ifiestos. Pero muy pronto, en un
egundo momento, fue impOltante quitarle a esa palabra obrera las
asignaciones identitariasdel obrero auténtico, del que está ustif icado
como para hablar, que expresa su clase, su ser, su ethos.
A comienzos de los anos 1970, el horizonte que parecería
animarlo, en efecto, es la cuestión de la autonomía de la
cultura obrera y, con ella, la búsqueda de la autenticidad de
40
1//11/ ¡Jalabra «verdadera». Pero después de
1975 d
la
11I1/l/'l'.I'ió
n que lo que más le interesa son ante todo los
1'/IIMemas de circulación, de pasajes de fronteras como, los
'1
describió con respecto a los anos 1940-1950 en la
I'/I,'/ ,a de Champerret cuando era niño y adolescente. Se
(1IIt
de situaciones de heterogeneidad que son capaces de
1 lIvocar
un
desprendimiento de
sí
mismo, una
form
de
'/ ,I/dentiftcación que poco a poco le va pareciendo a uno
/1/11' es el objeto más interesante a ser analizado. Se llega así
/ 11 impresión de que su trabajo oscila entonces de manera
,I,·/ ,it;va desde el problema de la identidad obrera hacia
un
/l1(t'rés
por las formas de desubjetivación.
I n efecto. Para mí , hay tres elementos.
Por
un lado, está la
ílica de la teoría de la ideología, de cierto estatuto o de una po
leión de la ciencia. La búsqueda de una palabra
obrera
que no
IIIl
:ra laquehabía transmitido la tradición marxista
no es
sólo una
hllsqueda de la autenticidad.
La
idea es la
de saber
lo que se dijo
almente, lo
que verdaderamente
circuló en la palabra,
cómo
se
l ollstituyeron los discursos, las nociones, las
esperanzas,
los
proyectos. No se trata, por lo tanto, simplemente de encontrar a
los verd
aderos
obreros, sino también de
encontrar
la verdadera
dinámica de constitución de cierto universo
común obrero
.
Con
l ste
primer
objetivo había un blanco:
acabar de
una
vez con
la
Icsis
de
la ciencia importada, con esa idea
de
la práctica social
que necesariamente produce ilusiones y la ciencia que se encuentra
ahí para corregirlas, sin que nunca se sepa de dónde viene la ciencia,
cómo se produjo, cómo escapa ella
misma
de la necesidad socialde
la
ilusión. Ése fue el primer elemento importante.
El
segundo elemento
es que, desde
que empecé
a
trabajar
en
los
tex
tos obreros de los años
1830-1840, quedé impresionado
por la dimensión que
podemos llamar performativa de
esos
textos; en lugar de una afim1ación identitaria, había toda una
retórica, todo un
juego
sobre las identidades,
sobre
la identidad
que el
otro
percibe.
Me topaba
con eso
como
con
una
sorpresa.
Pues se
trataba
de la
época
en que
estábamos
a la
búsqueda
de
larevueltasalvaje y de una voz obrera que aparecía de entrada como
4
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la 01rao laopuesta a lapalabraoficial del movimiento obrero, una voz
que nacía auténticamente de
la
fábrica, del barrio, de un universo
obrero sustancial. En lugar de ello, descubría a personas extrema
damente educadas, un poco fOnl1ales, que pensaban . Lo que file
importante para mí fue verme confron tado a esos textos que dicen
en cierta medida : «Hablamos como seres humanos pensantes, no
como
fuerza de los poderosos brazos obreros» . Ése fue el segundo
momento importante .Todos esos textosdecían«No somosrebeldes»
y obligaban a llevar a cabo una lectura mucho más compleja y no
identitaria de
la
palabra obrera.
El tercer elemento importante fue -por el contrario- ese
estallido de entusiasmo, en los años 1974-1975,
por
la
cultura
popular
, el artesanado, las fiesta s populares, el
momento
del
Cheval d orgueil de
Pierre-Jakez Hélias 33 de
Montaillou,
v;//age occitan, de Le Roy Ladurie 34 y luego también de
toda
una figuración cinematográfica,
como
Le Juge et l Assass
in
[El
juez y el asesino] (1976), de
Tavernier
o,
más
tarde, La
Communion solenelle [La comunión solemne] (1977), de René
Féret. Fue un poquito
como el
fin del izquierdismo militante duro,
se dio pie al entusiasmo
por la
fiesta, el recurso a toda una visión
de
la
cultura popular, la idea de que si el izquierdismo había
fallado , se
debíaa
que era autoritario, que su autoritarismo estaba
vinculado
a
una
negación de las verdaderas tradiciones del ser
popular, de la cultura popular, de la fiesta popular, de la palabra
popular. Ocurrió ese gran movimiento, que también coincidió con
un
momento
de visibilidad de la «nueva historia», es decir, la
representación de un pueblo cuyas manifestaciones se arraigaban
en la región, en los
modos de
ser, en los gestos del oficio.
Es
precisamente
el
momento
en
que empecé
a trabajar en los
archivos
sansimonia
nos yen el
Fondo
Gauny. de pronto, se me
vienen encima esos textos
de
obreros que
ya no
quieren ser
obrero que no tienen nada que ver con la cultura obrera
tradicional, las fiestas populares, sino que se quieren apoderar de lo
que ha
ta
ese momento era
la
palabra del otro, el privilegio del otro.
Pierrc-.Iakc
l.
lI é
li
as ( 19 14-1995): periodista, escritor folkl orista en lengua
francesa brct
na
Su obra más importante,
Le
Cheval d
o
rglleil [El caballo de
orgu
l lolun
relato de su infancia. lo convierte en una celebridad nacional (N . del T.) .
Montadloll . aldea occuana, de 129-1 a
/324
, Madrid , Taurus, 1988 .
42
\
partirde ese momento 10 que ~ r a
mí fue importante ha sido
1 1 \ : rítica de todo identitarismo , la Idea de que no se trata de
la
.
Ideo logía obrera contra la ideología burguesa, la cultura o p u l a l
IIl11tra
la cultura erudita, sino de que todos los ~ e n o m e n ~ s
l l p rtantes
como
deflagradores del conflicto ideológl,co y SOCial
1111 acontecim ientos que ocurren en la f r ~ n t e r a fenomenos de
h:1I rcras que se ven y se transgreden, pasajes
de
un lado al otro .
N L A NO CHE DE LOS PROLETARIOS
( ómo lograba ubicarse en medio
de
ese cúmulo, c u a ~ d o
n alidad usted no cuenta con una formación de hIstoriador.
HII
sus primeros textos se concentra mucho en torno
1848
l después trabajó un poco antes en el tiempo.
~ C o n o
se
organizan esas elecciones de ? e r í ~ d o s ;oca/¡zaclOn de
S S
fuen tes, su aprendizaje hIstOrIográfIco .
\
principio, mi proyecto,
después
de todo, era un, proyecto
bastante
monumental
que habría partido ongenes del
Il\ovimiento obrero
para
llega r hasta la constltuClOn del PCF. La
Idea era paItir del momento del encuentro desacuel:do- entre
Marx y el
pensamiento
político obrero .
MI
Idea articulaba en
torno a los Manuscritos de
1844.
En resunlldas , cuentas ,
mientras
Marx redactaba esos textos
inaugurales,
¿q
ue
es
lo que
estaba
pasando
en 1844 del lado obrero?
¿Qué
era lo que
Marx
percibía qué
era
lo que
no
advertía? S l e m p r ~ se
t r a t ~ b a
de la
idea de no
remontar
se a los
orígenes
de los
ongenes S1l10
a los
oríO enes
del diferend o del disenso .
'
. y
de las condiciones de posibilidad del discurso de Marx?
l.
Sí, en efecto, aquello que en la práctica obrera j u s t f i ~ a b a
discurso de
Marx
y lo
que
, en ese discurso o en
pr
,actlca,
ela
impermeable para Marx, lo que el m a ~ x i s m o VIO mas o menos
obliO'ado a reprimir.
Mi
idea era partir de ahl, a t r ~ v e s a r toda la
h i s t ~
r i a del sindicalismo revolucionario, del
n a r q l l l s m ~ ,
hasta
co
mienzos
del
comunismo
.
Trabajé
en una gran cantidad de dl-
4
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rece iones
como
por ejemplo en los expedientes de los insuraentes
de
junio
de
1848,
sin
que
nunca haya hecho algo con bellos .
En
trevisté a exmilitantes comunistas, personas que eran de la
época de la fundación del Partido
Comunista
. Finalmente me
concentré
en ese
período
de los
años 1830-1850.
Pero no seguí ningún
consejo
de historiador, mis relaciones
con los historiadores nunca fueron
muy
buenas
...
salvo una
persona que fue muy cordial
conmigo,
Michelle Perrot, que
realmente recibió mi trabajo, lo defendi ó y o dio a conocer,
pero
que no
me proporcionó
pistas puesto
que
ella no había
estudiado
ese período
. Los historiadores, después de todo, son bastante
cuadrados en cuanto al
hecho
de
ser
especialistas en talo cual
p e r o d ~ . Al comienzo, los primeros textos , las primeras
mdlcaclOnes las recibí de Alain Faure, con quien escribí
a
Parole ouvriere [ a palabra obrera),
que era estudiante de
historia. Alain
Faure
fue quien más o
menos
estableció mi
primera bibliografía. Un día, en
1972,
lo encontré a
la
entrada de
mi clase, pero era
un
día
de huelga
, así que no había clases.
Fuimos a
comer juntos y nos hicimos am igos .
Después
de eso, diría
que me
dejé
guiar
bastante sistemá
ticamente
por
los vínculos que me
ofrecíael
material m ismo, una
fuente que llevaba a otra, el diccionario de
lean
Maí tron
que me
llevaba a tal fuente
que
seguía para
ver
si me conducía a
alao
o
a
nada
. ~ r t í en sentido co ntrario al trabajo de historiador,
~ ú n
elcual
pnmero
se establece la bibliografía de las obras generales,
luego, una
vez que
se
obtiene
el marco del
conjunto
, uno
va
a ver
las publicaciones, los detalles.
No, para
nada, me lancé de lleno.
Partí
de
un montón de pistas un
poco
dispersas
que me
habían
lle
gado
de derecha y de izquierda.
Pasé
mucho tiempo
en los archivos, pero el
elemento
deci
sivo para mi
método provino
del
hecho de
h
aber
trabajado en la
antigua Biblioteca Nacional, es
decir
, en un lugar en que
todo
se
hallaba
concentrado
y en el que, mientras uno esperaba que te
entregaran el
opúsculo de
Grignon sobre
lahuelga
de los obreros
sast
res, acabas un
volumen Budé
de algún
autor
de latín
vulaar
b
un
volumcn
del diccionario
de
patrología o un
volumen de
un
tratado de derecho . También pude construir La noche de los
44
,uld(/,.ios
porque
me
hallaba en esta no especialidad absoluta
t 1 1 posibil idad siempre presente de
establecer
una transversal
IIlll lIll opúsculo obrero y datos terarios.j urídicos o religiosos.
I t 1 t 1 ' 1 ~ volvió factib le este libro era la posibilidad de co nstruir una
11¡; dc intriga simbólica desconectada de
cualquier
cronología
11 1 .. lodo pasaje de causa a efecto según la modalid ad tradicional
di lo s historiadores. Cuando
elogio
la
autodidaxia
no es
IlIlplcmente a p3l1ir de una visión
desde
las alturas, para mí se
1I IIú de una
manera
de trabajar.
Por
supuesto, aprendí
un
IIlontón de cosas de
memoria
en el colegio secundario, las decli
Iltl i(mes griegas y el sentido de todas las partículas. Pero todos
l s puntos fuertes
de
mi trabajo están ligados a
una búsqueda
jl n
s
ona
l en la que aprendía las cosas
sumergiéndome
en una
I\lateria
desconocida
, con una fuente
que
llevaba a otra y los
Il lieves que se construían poco a
poco
a través
de
un tanteo .
Aunque ignorara su
nombre
, ya se trataba del
método
Jacotot:
aprender algo y relac ionar todo el resto con eso.
trabajo fue bien recibido por la institución universita-
, . / O ¿Cómo se desarrolló la defensa de
su
tesis ?
( on la institución uno hace referencia a varias cosas.
No
tu-ve
prob lemas para proponerlo
como tema
de tesis, no los tuve con
.Jcan-
Toussaint
Desanti, que era quien se
suponía
que debía
dirigirme pero que
me
dio
vía
libre y no se
entrometió
en vistas
é
sa
ber
lo que
yo
estaba
haciendo
. Al
margen de
eso, el
día
del
tribunal, hubo quienes abrían un poco los ojos como pl.atos, y hubo
un historiador, Maurice
Agulhon,
que se sintió
obligado
a actuar
co
mo
verdadero historiador, serio, que no
deja
que cualquier
gracioso se
ocupe
de esas historias
obreras
y maltrate la gran
trad ición repu b Iicana soc ial francesa.
Luego vino
el trato con las
co rporaciones. Para la publ icación tuvo l ugar la relación con los
historiadores que estaban en el poder en la edición. La editorial
Gallimard no lo quería,
excepto que
lo
convirtiera
en una
recopilación de archivos; la editorial Le Seuil lo aceptaba con
tantas restricciones y con una cara de
asco
tal
que
acabé por
ret irarlo. y
cuando mucho tiempo más
tarde
me
enfrenté con lo s
45
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 23/129
I
s fI del onsejo Nacional de las U ' .
pregunta fue: «Señor Ranciere ' 1 nlversldades, la primera
Se trataba de un trabajo ue a ; . ~ ~ u a e ~ su corpus filosófico?».
p ~ r
los historiadores
no hfstori:
s
; losofos ?O era filosofía y
nmguna corporación como tal ace
,1
a un O V ~ I
q ~ l e ~
finalmente,
leyeron y lo apreciaron
el'
p.to.
H l ~ b o
mdlvlduos que lo
efecto fue diferido incl ' p o clon c l e r ~ o tIempo de latencia. ' El
, uso
en
e extranjero La g t .
por él ahora tras
habel
I
'd
I'b . en e se mteresa
, el o I ros mucho n ' t d
apariencia filosófica más
cl
' 1as al' lOS pero de
pronto, la gente advierte a s ~ c a C0l110 La
Mésentente .
35
De
ciertos libros que están m á ~ u e
¡ese.
es edl trabajo que subyace a
re aClOna os
Con
una tesis.
El horizonte de expectativa de 1980
de la historia
del
movimiento b , desde
el punto
de vista
, o
rero
o
de la
c
t d 1
pensamiento de la emanc '
. ,
ues Ion e
bloqueos disciplinarios lpac:on, y más. allá de los simples
, ya el a un hOrizonte atascado .
..
Era un horizonte que estaba atascad .
lado, estaba el comienzo
d o
or partIda doble. Por un
contra toda la tradición e v o ~
a.
gran.ofensiva de Frans:ois Furet
d ' uCIOnanayobrera Porelo tr h b'
un IScurso neomarxista p d . o, a la
(CentrodeEstudios delnveUslt? y .uro entre personas del CÉRES
, IgacIOnesydeEducac S . l'
que, en t0l110 a Jean-Pierre Ch ' IOn OCIa Ista)
del PS (Partido Socialista) P e v e n ~ m e n t armaban la ideología
de esas historias. Por el o t r ~ un ado, ya ,no se quería hablar
lo
que llamaban
Con
ese
te'
' . o que
se
quena era teoría ,
en
fin,
rmlllo...
NACIMIENTO
DE
UN MÉTODO:
MANERAS DE LE
ER
y ESCRIBIR
Usted acaba de d '
. eClr que su manera de trab' d b
17am /llar entre
1972
y
1981
d Ojar, e uscar, en
de I s proletarios,
era erran;e ;oarntela gestación de
La noche
) . . 01.1
a parte en texto
J
perlouu,
IIIsisl
e en la idea u
'
s e ese
historiadores, sino que la - : e ; e s t ~ solo destmada a los
m len
o
esta al discurso sobre la
46
H El desacuerdo P /
o /
/i
ca
y fi
losofia ,
Buenos Aires Nueva V· .
. ISlon.
996
,
1/
1 /11 I/ e se sustenía en el althusserismo- de que la búsqueda
1//
( I/II,w /idad en las ciencias humanas reproduce una
I I
1 11 representacional comparable a la que puede existir en
, 1", lI/ca,
y que divide a los representantes y a los repre
/lI,r/II.\' U ambición consiste en construir
un
discurso en el
11,11
1,1 armado de la intriga no esté gobernado
por
ese tipo de
'/'I\f /Iwlogía en el que prima la búsqueda de causas, es decir,
II/ tI lI.1 f
ed,
la representación de las causas
por
los efectos. De
/11//10, la tonalidad estética le resulta una alternativa posible
I 11/1 dllda deseable en el discurso de las ciencias sociales.
1 '/1'(1 lIsted ya era una idea clara en esos momentos?
I
11
la
i
de
a de
la
relación de causa y efecto hay muchas cosas,
,,
10
i se piensa en el tipo de racionalidad que es común a la
1 rlctica de la historia y a toda una tradición política, incluida la
Il'vo lucionaria, el modelo causal clásico no implica solamente
111 búsqueda de la causa de
un
efecto; siempre es una manera de
Iden
tificar la relación causa-efecto en una relac ión de ni
ve
l a
Ilive
l.
Se trata, por lo tanto,
de
un principio jerárquico. Hay un
lIlu
ndo de causas y un mundo
de
efectos.
Lo
que pasa
en
esta
dramaturgia de causas y efectos es que, cuanto má s subimos ha
cia
la superfic ie, hacia lo que
la
gente hace y dice, más nos alejamos
de lacausaoriginaly menos sentido tiene. El historiadorn0l111al que
ten
ía
que vérselas con mi material buscaba cuáles eran
las
ca
usa
s
pro fundas que sostenían talo cual discurso.Elmodelo
de
la historia
era el modelo Labrousse: lo económico, luego lo social, después lo
po lítico y fmalmente lo ideológico. Es algo que sigue
~ t n d o
muy
presente.
Si
se
fijan
en
la bibliografía
del
movimiento obrero
de
Noiriel (Les Ouvriers dans la sociétéfrom;:aise, x7f-xX, 1986 [Los
obreros en la sociedad francesa, siglos XIX y
xx))
y buscan La
noche de los proletarios, lo
encontrarán en la sección «problemas
culturales y religiosos
de
los obreros» . ..
Así es como
se
enseñaba historia, con silabeos del estilo: las
«causas de la revolución».Para cada revolución había una causa
estructura l: la crisis económica. Sin embargo, ahora lo sabemos,
ninguna crisis económica condujo a una revolución. Una revo
lución es
un
proceso de palabra, de manifestación, todavía hoy
47
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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se lo ve, a pe
ar
de todos los payasos que dieen que no hay
revolución en
Túnez porque
no hay proyecto revolucionario
como si un
proyecto revolucionario
hubiese
hecho
alauna
v e ~
una revolución. Siempre es posible r o v e e r c o n d i c i o n e ~ que van
a ser las condiciones de concomitancia, pero lo que pasó en 1848
tiene que ver mucho más con lo que pasó en 1830 que con
la
crisis
de
1847. 1ncluso
hay revolucione
s que van en sentido contrario.
Tomen
lo que decían los obreros después de 1830. Antes, los
negocios andaban bien, luego vino
la
revolución fue genial el
pueblo estaba en la calle y tomó el poder, y despl:és los obre;'os
se quedaron sin trabajo. Lo cual quiere decir que esos obreros
eran s ~ r e s dobles, son trabajadores que perdieron su empleo o
sus clrentes y son el pueblo que triunfó, y al que más tarde le
r o ~ r o n
.
Ia
victoria.
Hay que
advertir con claridad que un
actor
social
siempre
es una multiplicidad de actores sociales . Por
supuesto,
la
búsqueda de causas puede establecer correlaciones
pero en el fondo ,
la
cuestión que sigue siendo central es la
saber de qué creen ser capaces las personas. Es a partir de
ese
punto?e vista como, poco a
poco
, fui llevado aseguiru n principio
de no Jerarquía . Es ese principio e l que más tarde se resumió en
la idea del «reparto de lo sensible»; no hay un universo material
y un universo intelectual en una relación jerárquica que even
tualmente se podría invertir.
Hay
una relación real entre un
universo sensibleyel sentido que se le puede dar. En una palabra,
se trata de un asunto de intriga que se debe constituir.
. donde s u ~ ~ e la importancia, evidente, de la escritura, que
fija
cierta
relaclOn entre un sentido y otro. De allí
proviene
mi
elección, que
por
ese entonces fue fundamentalmente intuitiva:
no empa lmar una escena de palabra con una escena llamada real
que haría las veces de fundamento o que esas palabras reflejarían
o expresarían, sino intentar conectar una escena de palabra a
toda
la
s ram ificaciones que ella misma se da o que se le pueden
acoplar egL
II1
intrigas
que
ya no son intriaas
de
causalidad
entre
b
n,lv el.e ,
ni i q : l i
e r a sim
plemente
intrigas de antes y de
después
en
term lilas hl
tonc
as. Es un poco lo que dije una
veza
propósito de
prolelarius el hec ho de que comprendí
la
cuestión proletaria el
día en que me di de bruces con ese texto de Aula
Gelio
en que
48
plica que proletarius es un viejo término del latín jurídico
IIl1lplctumente fuera de uso que quiere decir: el que hace hijos.
11
1 'ontré mucho después de La noche e los proletarios.
1 , 1II i pesarde todo, siempre funcioné de
esa
manera, rompiendo
d'l veces la
jerarquización
causal para hacer emerger un
V 'I'SO sensible inestable: por un lado, tomé los textos obreros
111 1110 cua lquier otra clase de textos, para estudiarlos en su
¡
lira y en su resultado, y no como expresiones de otra cosa.
I
trataba de un universo incompleto que había que mantener
1II Illllpleto para expresar el estilo de
vida
cuya obra
-no
sólo la
pi
esión- era
esa
palabra. Por otro lado, se trataba de extender
11
\
ramificaciones para ver lo
que
es
propiamente
simbólico en
1 In experienc ia, no en el sentido de «símbolo de», sino en el
¡'lit ido de reparto de lo sensible, del lugar que uno ocupa en un
len
sensible que , al
mismo
tiempo,
es
un orden de división de
Imi lugares y de las posibilidade s. Había entonces que poner esas
palabras en relación con
escenarios
y resultados textuales que
normalmente pertenecen a otros registros, a mundos que
o lIpuestamente no tenían relación con la
cultura
obrera.
En el armado de la intriga de La noche e los proletarios hay
lIluchas referencias relativas a la ópera que son prácticamente
Invisibles, pero que permiten marcar
un
momento importante. Es
así como concebí
lahistoriadel
estallido de
lacomunidad
icariana
de Cabet en torno a dos óperas
contemporáneas
de Verdi, Las
vísperas sicilianas y Simón Boccanegra. En 1856, los obreros
icarianos destituyeron de la presidencia de la Comunidad a su
«padre», Cabet. Este asunto del padre es muy i m p o r ~ a n t e en esa
época.
Era
central en el
sansimonismo.
Un
año
antes de la
des titución de Cabet por parte de sus hijos rebeldes, se presentó
en París la
primera
versión de Las vísperas sicilianas.
Ahora
bien, el libretista de Las vísperas sicilianas era Duveyrier, un
ex «padre» sansimoniano, y hay un momento en Las vísperas
sicilianas en que el gobernador Montfort le ofrece a su hijo
rebelde perdonar a los conjurados si acepta llamarlo «padre».
Dos años
más
tarde se presenta la primera versión de Simón
Boccanegra en la
que
hay otro asunto de paternidad sobre un
fondo de lucha de clases, y el final en que el joven Gabrie le
49
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Adorno
canta el fin de los tiempos felices del amor (Come
passó veloce
/
I ora dellielo amare) mientras su suegro se
está muriendo. Eso
me
perm itió marcar
ese momento
histórico:
el fin de las
historias
de amor
entre obreros
y
utopistas
burgueses. No
sé si
realmente contesté
su
pregunta
,
pero pa
ra mí la cuestión de la causal idad es una
cuestión
dejerarquía:
en la
lógica causal dominante, hay
un
orden subterráneo que
determina
lo
que será posible percibir
y
pensar. Con
e l
armado
estético
de
la intriga , la cuestión de lo
perceptible
y de
lo pensable es
siempre
un asunto de superficie, una manera
de
recortar esa superficie.
En una forma de armado de la intriga semejante, ¿resulta
factible detallar o más bien tejer
en
torno a una palabra el
conjunto de «e scenas» inducidas o de «escenas» corre-
lacionadas con una
escena
de observación, sin
jerar-
qui
za
rlas? ¿Acaso la escritura no nos obliga de una u otra
manera, aunque sólo sea debido a su estructura sintáctica,
por la gramática, a introducir una causa donde no lo
pretendemos, con los «pues», los «porque» y los «luego»?
En a noche de los proletarios hay un mínimo de «Iuegos»
- los cuales,
cuando aparecen,
casi
siempre
están
puestos
a
co
ntr
aco
rriente
,
puesto que
se los emplea
para refutar
una
conclusión
(<<no
tiene nada que ver,
luego . .. »)-.
Evité
istemáticamente
las relaciones
de tipo
jerárquico, al
tiempo
que la construcción del libro se
hizo fundamentalmente
a
partir de equivalencias y
desplazamientos
: un
texto
citado, un
comentario en forma de
paráfrasis
que lo
desplaza
y qu e inicia
un
movimiento hacia
otra
escena; muchas frases nominales
en Icomentario , una
suerte
de estilo indirecto libre que busca
- en su
modesto
nivel-, a la
manera
de
Flaubert,
«desenroscan>
los
párrafo
s para que
puedan deslizarse unos sobre
otros.
Desde
luego, no se trata de un
principio formal
de fluidez, es
un
principio
de e
critura igualitaria:
s
uprimir lajerarquía entre
el discurso que explica y el
que
es
explicado, provocar
una
sensación de
estar
ante una
textura común
de
experiencia
y
de refle
xió n
sobre
la
experiencia que atraviesa
las
fronteras
50
1
;
;
1 1 1 disciplinasy lajerarquía de los
discursos
. Se trata de un
I \llhklll3
cas
i
sintáctico
. . .
IlIego
está
el problema del armado de
la
I J 1 t n g ~ L.a noche
, /11.1
l"o
letarios de h echo 311iculaba dos
I a s ~ :
de IJ1tnga. Hay
1111
IlI\lriga
detipo
un poco hegeliano: una dlvlsIOn en,tres partes,
111110
un
círculo
de
círculos, en donde se pasa
de
lo
mas
abstracto
11 :p eriencia tipo del obrero, confrontado. a su identidad
1
h
l mátiea- a lo más concreto - las formulacIOnes y las expe-
111 licias del grupo como
tal-
, pasando por la mediación d ~ 1
1 111 IIcntro con el otro, en este caso, el encuentro con los san
Sl
-
1lllllll(\nos. Y luego había una suerte de
esquema
biográfico: ~ : g í
1I11,llIltriga un poc03l1ificial que sería la historia de unageneracIOI1.
, ( lllé
les pasa a esas personas que, en 1830, han visto el sol y
.Ilan de mantenerse fieles a ese sol?
Por
supuesto, se
trata
de
1111 1 intr iga que es ideal, incluso si tengo un p e r s o n ~ j e -Gauny-
1\
' viv ió todo
eso
y cuyos archivos tengo la ventaja de poseer,
tll de los años 1830 hasta los años 1880; en todo caso, se trata
1
'ci amente de un tipo de estructura. que intenta ver lo que está
juego ahí adentro, cómo va a definn' a esas e r s ~ n a s tal
Ilpode sujeto, de actor,
ycómo
se
puedeconstnnr
la U1teh?lb.lhdad
tll'
una serie de fenómenos, de situaciones, de acontecImIentos
''1wre
nteme
nte disparatados
como
pertenecientes a ~ I a m i s ~
11l1Va.
Lo
cual
habría
podido tener otras prolongaCIOnes
mas.
( 'on los
archivos
icarianos de l
os
Estados
Unidos que he podido
l'onsultar sólo después del fin de la tesis,
junté
una cantidad de
deme
ntas como
para conformar la materia de un libro que no
escribiré
nunca
y que en resumen habría sido:
¿cómo h a c ~
un
obrero
comunista
francés
para convertirse
en un
granjero
lemóc rata norteamericano? Habría sido una segunda parte,
pero no la habrá.
Vo lvamos a
su
relación con los archivos, que se puede
encontrar en sus ofros trabajos, como en La Chair des mots
(19
98)
[La carne
de las
palabras].
En
el
capítulo s o ~ r e
Rimbaud, en donde ust
ed
habla de su manera de desc:,blr
el siglo, dice que no parte de una sistematicidad histÓrica y
enumera cierta cantidad de documentos que tal vez fu eron
5 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 26/129
de
Rimbaud
y gracias a los cuales
pudo
escribir
su
siglo. Es
un enfoque que se
podría
hallar en su man era de trabajar,
sea
cual
fuere el ámbito que se considere, cercano a lo que
Walter Benjamin describe en
Desembalo mi biblioteca.
Para.mí lo importanteen esemomento era intentar definir un tiempo
un Siglo un conjunto de condiciones de una ma-nera inmanente.
Después de todo mi pregunta es siempre: «¿Qué es lo que se puede
percibir qué es lo que permite ver tal cosa qué es lo que hace que
tal palabra tal frase adquieran sentido obtengan un valor simbólico
de asignación o de emancipación?». Está ligada
al
hecho de que
siempre trabajé en los márgenes eventualmente recogiendo las
sobras las caídas con
la
idea de que lo que define las condiciones
del pensamiento y de la escritura nunca es e l tiempo y la situación
tal como los describe el discurso dominante . Hay una textura
sensib e de la experienciaque es necesario hallary que sólose puede
encontra reliminandoporcompleto las jerarquías entre los niveles del
saber de lo político de lo socia1 de lo intelectual de lo popular. Diría
que se trata de cosas que se pueden sentir vagabundeando un poco
al azar tras haber sacudido un montón de papeles y consultado los
almanaques los pequeños compendios de los inventores locos los
pequeños vodeviles bobos.
En el fondo
laqu
e traté
de hacer fuede combinar
dos cosas.
Una
es la transversalidad: creo que la s cosas impoliantes para el
pensamiento llegan a puntos de convergencia allí donde los
t ~ r i t o r i o s se pierden
cuando
-en ténninos concretos- el poeta
RlIke se encuentra con
la joven
obrera
Marthe
Hennebert o
bien cuando
-en
términos imaginarios- intento hacer resonar
la
experienciade Emma Bovary en la de los militantes obreros o la de
las ceremonias sansimonianas en los poemas en prosa de Mallarnlé.
El otro rasgo es la precisión. Es una cual idad que generó en mí una
práctica constante de jardinero. Con las plantas uno no puede ser
impreciso . Hice lo mismo con los textos. Aprendí más que otros lo
que era la textura sensible de un tiempo y por lo tanto comprendí
cuáles eran los actos y las palab ras que en ese tiempo podían
p ~ o v o c r un consenso o una ruptura. Lo cual me perm ite ver
por
ejemplo que tal formulación de Mallalmé en la que otros ven una
52
1I
d
1I11<;ór
ica radical la tomó prestada tal cual a Banville o a
p
r ende a sustituir el proceso de alteraciones
1 1ll.lb l
<;s
al de rupturas declaradas.
1// \//
JJ'ú
tica de ese entonces, lino tiene la impresión de que
/¡,
1\
¡m
ras flotantes
antes
que una ausencia de fronteras-
/11. Nosofia y arle. Parece surgir en su trabajo una ausencia
l mrqllía entre registros de investigación y de discurso.
obab le en la práctica aunque en determinados casos tu-ve
I j l l I<;pr
imirla . Si se considera el texto de Para leer El Capital
I I l lCltO textos en los que debo explicar en una conferencia lo
'I L'
<;s
la policía y la política o el régimen estético del arte me
I III II<;n tro un poquito acorralado obligado a producir un discurso
1011 referencias que resulten admisibles. Cada tanto debido a
'1 C la gente lo exige es necesario hacer «teoría» tal como la
1 olllprenden es decir partir del concepto desarrollarel concepto
01110 en
El
desacuerdo. E incluso en ese caso también intenté
lIldarme con rodeos puesto
que
hay varias escenas : los plebeyos
1
el
monte Aventino los sastres que están de huelga en París.
pesar de todo lo que a mí me resulta importante son todos los
Ic
xtos en que pude desplegar una intriga narrativa en los que se
IlItenta hacer que se sienta una textura de experiencia sensible.
lJsted hace referencia a algo que empezó a volverse efectivo en
I
.a
noche de los proletarios y que sig uió a lo largo de todo el
Irabajo sobre la literatura y e l cine.
Hay otra línea de sus investigaciones de los
aFios
1970
que
aparece en filigrana en los textos que preceden y que acom-
pa
ñan
La noche de los proletari os .
Se trata de una interrogación
acerca de las modalidades de lectura, considerada también
en la crítica del althusserismo. Usted
se
plantea la pregunta
sobre cómo leer un texto. En efecto, la crítica del althusserismo
también
pasa por
una crítica de las modalidades de lectura
internalista de los textos filosóficos como los de Marx,
pero
también por una crítica
del
FOllcault de Las palabras y las
cosas. De hecho, usted hizo referencia a la dimensión «per-
formativa»
de los
textos obreros que descubría
en los
53
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 27/129
archivos; en suma. de su apego a sus efectos, más todavía
que a sus contenidos. Al hablar del principio del proyecto
que terminó por dar La noche de los proletarios , también dijo
que la meta había sido ver cuáles eran las
fu
entes de Marx
Esos intereses manifiestos
por
la per ormativídad, por el
carácter pragmático del discurso, ¿pueden constituir la
p rt
e más íntima o el principio de un método?
De
1
que no cabe duda es de que no tenía ningún método, en el
sentido de un protocolo
de
lectura. Para mí , el único método que
vale es el de saber si una palabra de pronto da
la
talla, la reso
nancia con respecto a otra. De la performatividad, de todo eso,
no tenía la
menor
idea .
y
cuando ahora hablo
del
tema
, no es en
relación con una teoría lingüística. Es para marcar
la
manera en
que esta palabra constituye una escena. En todo caso, durante
los años
1970
no leí ningún libro de filosofía, ningún texto de
lingüística o de método . Estaba completamente sumergido en mi
corpus , sin ningún interés por todos los debates teóricos de
filosofía o en las
humanidades. Fue
luego
de terminar
La noche
de los
prol
etarios que ,
por
diversas razones, sentí la necesidad
de situar lo que había hecho con respecto a cierto número de
referencias. Pero en esa
ép
oca no
contaba
con más
método
que
mirar, ver lo que me parec ía interesante como descubrimiento ,
como tipo de conexiones entre mis descubrimientos.
Para volver a
la
pregunta acerca de la lectura internalista,
creo que mi método siempre
combinó
la lectura inmanente que
busca el tipo
de
relación entre un sentido y otro, lo que constituye
la textura
de
un texto,
con
la
de
las
aproximaciones
salvajes
que
buscan captar su alcance haciendo resonar un texto en otro,
por
fuera de toda cuestión de saber si una persona leyó o no a otra
persona. Si
tomamos
a
Marx
, mi problema no es lo que Marx
leyó. Pienso que leyó
muy pocas pub
licaciones obreras de la
época.
No
pienso que Marx haya leído todo lo que yo leí. Leyó
algunos trabajos sobre el
comunismo
, luego los informes de los
inspectores de las fábricas, pero en cuanto a la literatura
propiamente obrera, pienso que leyó muy poco, y m iproblema no
consistía en saber
1
que Marx leyó y cómo lo transformó, sino
54
I I I IUI ' puede acentuar lo que dice Marxhaciendo que resuenen
,111 voce que en el fondo hablan de lo
mismo
que habla él.
1 1Il
s é e es e l problema de método fundamental:
determinar
1111
111.1110 común del pensam iento.
El
protoco
1
«ciencia e ideología»
1111
l nracteriza al althusserismo y a una gran parte del marxismo
11
armado para
mostrar que los eruditos y los ignorantes no
1.111 hablando de lo mismo; e incluso si hay textos obreros que
'1"" ntemente hablan de
1
mismo, dicen que no es así pues en
1110'1 se trata de la ideología, de lo vivido que se está expresando,
1I '/Ilpiria, mientras que en Marx, son los conceptos.
Siempre
la
la idea de que los conceptos constituyen un mundo absolu-
1.II\lente autónomo y que, en consecuencia, incluso si el
concepto
Ill
'
le
por
d
esgracia
el mismo
nombre
que la realidad
empírica
o
'1
el
discurso de la ideología , s
in
embargo, se halla por completo
' '1l11rte . De allí proviene la idea althusseriana de la «lucha de
liases en la teoría»: si en
un
momento dado Marx , en las páginas
de El capital dedicadas al fetichismo, hace uso de
temas
«humanistas» como la transparencia de las relaciones sociales ,
habría que ver en ellas
la
persistencia de una suerte de enemigo
d\. clase
escondido
en las palabras
mismas
y que
sería
necesario
desa loja
r.
Por mi parte, pienso más simplemente que eso adquiere
sentido a partir de todo un universo
compartido de
palabras y
prácticas en
que
la transparencia de las relaciones sociales, los
intercambios entre productores, el mundo de los productores
1 bres, son
temas
que existen en una gran cantidad de textos y de
proyectos de asociaciones obreras. Es un universo a partir del
cual es posible comprender lo que
Marx
dice. Caso cQntrario, si
uno se
encierra
en la
ideade
que la
ciencia es
un
discurso
aparte,
al m
ismo tiempo uno
se ve obligado a
buscar
las razones
de
su
co ntaminación,
ya
sea en los avances de la ciencia m isma, ya sea
enco
ntrándolas
en el arrebatamiento nunca
terminado
de la
cie
ncia
con respecto a la ideología.
Mi idea
consistía
en que hay resonancias,
cosas que
es posible
comprender y sentir a partir de esas resonancias; no es necesario
saber si los obreros han leído a Jacotot, si Marx leyó tal publi
ca
ción
sansimonianao
qué sé yo. Hay significantes que circulan,
que cristalizan experienciashistóricas, situaciones, movimientos ,
55
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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proyectos,
toda
clase de cosas. Nuevamente, allí se sale de un
régimen estricto de causalidad, se obtiene una circulación de
palabras de imágenes
,
de
significantes ,
de frases de
significaciones . Mi problema no consistía en decir: «Marx es-
cribió eso porque un año antes hubo tal texto en tal periód ico de
trabajadores» . Aunque también
sea
posible hacerlo. Susan
Buck-Moss
hizo de este modo todo un trabajo sobre la dialéctica
hegeliana del amo y el esclavo siguiendo estrictamente los
témli
nos de los debates en torno a la revolución en Santo
Domingo
en
los periódicos alemanes . Yo nunca hice algo semejante.
Como
mucho,
pude
pensar en hacerlo, pero no
me
alcanzaba el tiempo.
Para lo
que me
interesaba, poner en cuestión una
modalidad
de
lectura,
me
alcanzaba con hacer
lo
que hice.
Uno
poco
lo
que
decía Foucault, ya que de
él
se trata: «oír el rugido de la batalla».
Pensar que
una teoría es algo que no se articula con otras teorías
o con ideologías a las que critica, sino con todo un universo de
discursos. Es lo que había pensado, un tanto a continuación de
Foucault,
como
el pensam iento efectivo. El pensam iento se lleva
a
cabo
en toda una serie de instituciones, de reglamentos , de
estrategias sociales, de discursos polémicos. y una «teoría» es
algo
que
hay que pensar
como
una organización particular de
elementos de ese conjunto .
¿
Cuáles son las condiciones de escritura que usted pri-
vilegia? ¿ s
cribe en
un
lugar cerrado o prefiere trabajar
en el campo? ¿En qué tiempo con qué clima? ¿Esas cosas
son importantes para usted?
Escribo preferentemente a la mañana y a veces hasta la mitad
de la tarde.
Me
gusta la luz del día, una mesa que dé a una
ventana
con una vista hacia el cielo y árboles ,
si
fuera posible. Hay ciertos
libros que escribí en buena medida afuera,
pero era
antes de la
aparición de la computadora . Al margen de lo cual, la escritura
está siempre
liga
da a un trabajo de investigación.
Hubo un
momento
de mi vida en que adopté la costumbre de ir
todos
los
días hábiles a la biblioteca o a los archivos. Iba todos los días,
incluso cuando no tenía una meta precisa,
un poco como
dice el
56
lI\easta Pedro Costa: «Iba todos los días a Fontainhas con mi
.\lnarita DV,
como
quien va al trabajo». Efectivamente, al cabo
dl
cie rto
ti
e
mpo
, adopté la costum bre de ir todos los días al tra-
hit lO,
durante
mucho
tiempo iba todos los días la biblioteca o a
lo
s
.lIchivos, y sigo trabajando todos los días.
Lo
importante para mí
es poder
descubrir siempre algo, leer
. go que no había leído, releer, descubrir , que las cosas so-
hre algan, que de pronto se
empalmen
con otra
cosa
, que tracen
IIna
pista, que hagan resonar una armonía . importante es
darme todos los días la posibilidad de
descubnr
algo nuevo, con
la
idea de que el pensam iento son cosas enunciadas, escritas, q.ue
stán ahí,
que nunca
están en la cabeza sino siemp re en tránSIto
sobre las páginas,
que
esperan
ser
transportadas a otro lugar y
a ser fo
rmuladas
de
otra manera
. Se trata de
un
punto absoluto
en
mi
trabajo , estar siempre cerca de
un
corpus, ya sea
un
texto,
una pe lícula o una obra .
Nunca
pude trabajar como se hace en
historia o en las ciencias sociales, en donde se reúnen los datos
y después de
eso
se los procesa. Me es imposible hacerlo: Mi
man
er
a de
trabajar
no consiste en juntar datos que despues se
procesarán , sino lograr alcanzar cierto nivel de intensidad . Hay
algo
que
sobresale ,
como
diría el otro, «que fuerza a pensar» .
Tener siempre una especie de
corpus
que uno no esperaba. Hay
un
dinamismo
de
pensamiento si
uno corre c o n s t a n t e m e n t ~ ,el
rieSGOde verse sorprendido por el material, por una provocaclOn
que bviene de otro lugar. Siempre t r b j ~ una relación
com
plica
daentre
por un lado, ese proceso
penodlco
de ponerme ante
unaposible sorpresa y, porel otro, las exigencias que
me
llegaron de
ot
ro
lugar. Pedidos a los que he respondido, incluso
h a b l ~
sobre
cuestiones acerca de las cuales todavía no sabía nada, con la Idea de
que iba a ser necesario que me sumergiera en algo durante tres
semanas, un mes, dos meses, para poder responder a eso.
Lo
c ~ l quiere decir también
que me
veo continuamente
obligado a volver a ese punto de intensidad o de momento pro-
minente. Si escribo sobre cine, de ningún modo lo puedo
hacer
si no reveo cada
vez
las películas y los planos de los que estoy
hablando, y si no tengo que integrar de manera o n ~ t a n t e
cosa
s
que no
había
integrado.
Todo
el
tiempo
estoy deshaCIendo la tela
57
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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y volviéndo a hacerla. Es un poco mi manera de trabajar : tener una
e:pecie de sedimentación, lo que hace que, después de todo, en
c l e ~ o s ~ o m e n ~ o s haya relámpagos, cosas que aparecen . De pronto,
se d.lbuja un paIsaje y uno puede intentar trazarlo. Es lo que puedo
decir acerca de mi trabajo, de manera un tanto ideal, porque a pesar
de todo a menudo estoy sometido a ciertas·obligaciones que no son
en todos los casos coerciones que me hagan pensar.
M I
CH
EL
FOU CAULT
Usted habló de su relación con Foucaull en ese período de
los años
9
7
0.
¿Siguió los cursos que dictaba en el Co/lege
de France ?
~ g u í algunos de sus cursos , pero no tanto, pues no tenía tiempo.
DIcho lo cual tuve toda cIase de oportunidades de cruzar lo que
hacía Foucaulten esa época , tanto desde el punto de vista político
como teórico. También
por
esos años debí estar más o menos
asociado al seminario que Foucaultdabaen el College de France .
En un momento se suponía que nuestro grupo, que luego dio Les
Révo ltes l
og
iques,36
era más o men os uno de los grupos asocia
dos al seminario de Foucault en e l Co llege de
France
incluso si
en realidad , era totalmente autónomo. ' ,
Sí,
Foucault
fue importante para mí, porque de pronto, con él,
la
filosofía sa lía por comp leto de los libros de filosofía de la
institución filosófica. Se trata de a lgo que yo no habí: com
prendido en la
época de
la
Historia de la locura.
No entendía
muy bi en a dónde quería IJegar. Cuando se
puso
a retomar la
cuestión del enci erro en torno a las prisiones , toda la época en que
e lab?: aba Vil5,ilar y
cas tigar,
se me apareció con claridad y se
volvlO pa
ra mI un
poco un modelo. Ocuparse del pensamiento allí
donde
de verdad está operando . Él lo ve
operando
en las téc
nicas de pod er. Por mi parte, también quería ver operando al
pensamiento e n las prácticas de quienes resisten a l poder, en las
. ,
Les Révoltes loglqlles (Las revueltas lógIcas). co
lect
iv
o intelec tu
al
que
di
o
oflgen a la
revi
sta del mismo n o m r ~ y
que
se publicó entre
19
75 y 198 1 (N . del T.) .
58
111 , tct icas polém icas, en las luchas. Es un poco lo que sinteticé en
I ' Iextito que se llama «La Pen sée
d ai Il
eurs» 37 Ese pensamiento
dI
otra parte -de una parte que no sea en las instituciones del
pl'tls3miento-es a la vez el pen samiento tal como
se
lleva a cabo
1
1110
instrum entos de
dominaci
ón, pero tambi én el pensamiento
1 11 como se lleva a cabo en formas de lucha, de palabras de lu
cha
.
I 'ila deses-tratificación de los disc ursos, que
no
pude advert ir en
1 1 época de Las palabras y las cosas pero sí por completo en
1 1
poca de
Vigilar y castigar
o en la conversación con
Deleuze
d ' 1972 en L A re, de laque yahemos hablado,fue para m í un modelo
1 -; 'nc ial, incluso si no 1 advertí de inmediato. Era lo que podía
desper1ar mi sensibilidad, sobre todo a través de esa historia de la
)lalabrade los prisioneros.Los prisioneros tienen una palabra, saben
tllUy bien lo que es la prisión, tienen teorías sobre la cárcel. Se trata
'mpre de
la
idea de que no se trae la ciencia del exterior, sino que
I,IS producciones teóricas se hallan por todas partes. Un discurso
~ l l r e la ex
plotación es siempre
un
discurso sobre la explotación. Al
Illismo tiempo, está la idea de distintos planos. De esa manera es
l nl11oy opo
díasentim1ecercade Foucau
lt
en esa época: esarelación
de proximidad entre militancia y trabajo teórico, y
alm
ismo tiempo,
)l0r fuera de todo pensamiento que implique la aplicación de una
leoría en una práctica.
Luego llegó el momento en que todo el mundo recuperó a
Foucault, e l reflujo izquierdi sta en donde aparecía como el pen
sador de las tecnologías de poder. Foucault se convertía en el
pensador de las razones por las cuales los obreros siempre serían
las víctimas de las tecnologías de
poder
, todo e l mundo estaría
sie
mpre
encarcelado, controlado.
Esta
idea de las disciplinas un
poquito sa lió de
la
gente del
CERFl
(Centro de Estud ios, de
Investigac iones y de Formación
Institucionales
, 1967-1987) en
lomo
a Guattari, en,
por ejemp
lo,
Le Petit Travailleur iI?fa-
ligable.
38
Se trataba de una lectura que , incluso si se vinculaba
con un discurso que prete ndía ser má s o menos libertario, era ,
«La Pc ns
ée
d'ailleurs» (El pensami ento
de
otra parte].
en
Critique. «La
phllosophie malgré toul», n° 369. febrero de 1978, pp . 242-245 .
Le Pelil Travallleur infa tIgable (El peqlleílo Irabajado r incansable] ,
de
/l
lurnrd.
L.
y Zy
1be
rman_ P
.
Paris_ Éd itions Recherches, 1976 .
59
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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después de todo, discurso
como
abrazo de oso. Son personas
que.tomaron
al
pIe de la letra el panópti co,
que pensaban
que en
el. s glo se habían puesto en marcha redes omnipotentes de
v l ~ t l a n c l a
I?esarrollaron la idea de que la resistencia no es nunca
~ a s ~ u e r e S l S t e n ~ i ~ a un dispositivo y que
eademás
está siempre
m c l u l d ~
por
antIcIpado. Los dos aspectos
dominantes
de la
recepclOn de. ~ o u c a u l t en los años 1975 eran, por un lado,
toda
esa e l a b o ~ a c l O n sobre las disciplinas, las tecnologías de
poder
,
todo un dIscurso sobre la manera según la cual los individuos
estaban por
e ~ o ~ ~ t e r m i n a d o s
y controlados, y el segúndo
a s p e c ~ o
fue la,apropl
aclOn como
discurso global sobre el dominio
que hIzo de el Glucksmann y lo que entonces se denominó
la
«nueva filosofía».
Fue
n t o c ~ s cuando llevé acabo esa entrevista con Foucault
que se pubhco en Les Révoltes logiques, 39 para
mí
se trataba de
un p e d l de clarificación que le hacía a Foucault, pues acababa
de
escnb
lr un artículo ditirámbico sobre es Maftrespenseurs 40
de Glucksmann.' que se editó en
1977
Eran
ocho
preguntas
teadas p ~ ~ escnto, a las que debía responder del mismo modo.
RespondlO cuatro y las otras cuatro las dejó en blanco.
Debió ver
q ~ l e esas cua?,o preguntas o
lí
an un poco a azufre y,
por
lo tanto,
s o l o r e s ~ o n d l o
a las otras cuatro. Las preguntas omitidas apuntaban
todas mas
amenos
a la «nueva filosofía» y le
preguntaban si
esas
personas tenían o no razón en hacer una reivind
ica
ción de su
~ e r ~ o n a El hecho de que no haya respondido era una
manera
de
mdlcar que ya e taba en otra palie , y más tarde se lo vio muy
e
mbar
,
ca?o
en toda la política-ficción glucksmaniana.
La
ultima
vezque
lovi a Foucault, que
realmente
habl é con él
fue c,uando a b ~ s c r sus respuestas, y
esa mañana
sólo
hablo del peligro roJo. ~ u e j u s t o después de la toma del poder por
parte de los procomul1Istas en Etiopía. Su gran preocupación en
ese entonces era la expansión del
comunismo
en África. Era
un
'" «Po llvo irs et stratég ies» [«Poderes y es trateo ias» ) entrevista de J R ' .
con M Fouca It .
R I I
. . o ' , . anclere
. , l , en evo les oglques n° 4 Invierno de 1977 89 97 d ' d
en M
FOl
a ItD " . p. - , ree Ita o
1
'. IC l ,
li
S el ec
nl
s 111, París, Gallimard, col. «Bibliotheques des sciences
llImalnes», 1994 , pp . 41 8-428 . .
4
Existe
edición
en
ca
stell ano: L
Barcelona, 1978 . os maeslros pensadores. Editorial Anagrama,
60
tll l\l \\ \. nto un tanto
decepcionante.
Después,
con Danielle
I l llbimos ese texto acerca de la leyenda de los intelectuales, en
¡ 1
lit\.
traté de limar lo
más
posible las asperezas , pero a pesar
.11
Iodo, ése fue el fin de toda relación entre Foucault y
YO.
41
11/
( sa entrevista con Foucault, usted también teme la idea
/1
l e
la temática de la anicrofísica del poden> atestigüe
/1/111
for
ma de reanudación
por
parte de la filosofia de
/1/lIcficas y de discursos ordinarios. Le reprocha el hecho
l/¡
l e su filoso.fia retoma con la mano derecha lo que deja
I
1// la mano izquierda.
1 la fórmula que utilicé para resumir las cosas en «El pen
.\\1\
iento de otra parte» .
Ya
en la conversación con Deleuze de
1
1
)72 me había impactado ese doble discurso . Por un lado,
hlllcau lt insistía
en
el hecho de que el poder está acá, ahí o allá,
dc.,
que hay
que
salir de las cuestiones de causa y
designar
\llancas, que las relaciones de poder están siempre localizadas.
U pro
blema
consiste entonces en identificarlas, designarlas por
nombre. Y, al
mismo tiempo
, estaba ese gran resbalón que
d
\. c
ía: el gran
enigma
actual es el poder: quién posee el poder, no
. sabe, etc . Para mí
era
un subibaja asombroso. Por un lado, la
d\. s ignación precisa de las operaciones de poder era una manera
d\. salir por
completo
del discurso filosófico sobre cosas tales
'omo el
deseo
de servidumbre, que en ese entonces preocupaba
lIIuc
ho, de todos esoS grandes discursos sobre la libertad y la
serv idumbre.
Y,
por otro lado, de pronto , uno ve e s ~ extraña
afirmación según la cual el
poder es
el gran enigma, no se sabe
dónde está ni en qué consiste.
Uno
ve entonces recrearse un
privilegio del pensamiento, el único que puede tratar lo
que
constituye un enigma para todo el mundo. Por un lado,
Foucault
dice
que
los prisioneros saben muy bien dónde se halla el poder.
Por el otro, dice
que
nadie lo sabe.. . Lo cual tuvo como
consecuencia esos discursos totalmente abstractos sobre el
«
La
légende des philosophes (les intellectu els e t la traversée du gauchisme)>>,
con D. Ranciere. en Révolles logiques. número especial , «Les lauriers de mai Oll
les chemin s du pouvoir (1968-1978 )>> , febrero de 1978, pp. 7-25 . reeditad o en
Jacques Rancie re . Les Sce 1 es du peuple. Horlieu. 2003. pp. 285-3 10 .
61
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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poder y la ideade Glucksmann
según
la cual el poderes e l poder
de
una teoría
que moldea
el
encierro
de
la humanidad
.
L S RÉVOLTES LOG/QVES
y
EL REFLUJO DE MAYO
¿Les Révoltes logiques intervino en ese alejamiento con
respecto a Foucaul(? ¿Cómo se armó la revista?
Al comienzo
surgió
de
mis cursos
en Vincennes. Había
estado
bastante
tiempo explicando porqué
el leninismo
no estaba
bien,
y
pasé
a
trabajar-de segunda mano- sobre la
URSS. En el
mo
mento
en
que me puse
a
hacer
el trabajo
de la
investigación
histórica, lancé un
curso en París-
VIlI
sobre
las
voces
y las
prác
ticas obreras, no
recuerdo muy
bien
cómo
se llamaba.
No atrajo
a
mucho público
,
no
erarealmente el
problema
de lagente en
ese
momento
. Pero
le interesó
a
lean
Borreil,
que
dictaba un
curso
en e l aula de al lado y
se
unió a mí. Vino
Genevieve
Fraisse a
qui en le interesaba
porque estaba trabajando sobre la
historia del
fem inismo y
no
tenía un
punto
de
contacto
académico . Tambié n
vinieron dos o tres
personas,
entre las cuales estaba Alain Faure.
Después
de eso, lean
Borreil
invitó a un
núcleo de
estudiantes
que él
había
tenido en el segundo año de la preparatoria en
Reims.
Así
se
formó
e l
primer
núcleo, que
se
llamó
«Centro
de
Investigaciones sobre
las
deologías de
la
Revuelta»
. Al igual
que para
los
Cuadernos marxistas-Ienillistas ,
mi
idea
era
s
implemente
hacer un pequeño boletín
que publicara trabajos de
inve
ti
gaci ón. Pero
ahí
otra
vez
las
cosas se
dieron de una
manera diferente .De hecho, se convÍltió en otra cosa, en una revista
qu e, en
un momento determinado , tuvo un impacto bastante
fu
erte. El prim ernúmero, en 1975, intervenía en ese momento de
hundimiento de toda una serie de
enfoques de
izquierda, el
a cens e pect
ac ularde
Jos conceptos de disciplina, de tecnología
de poder, de cultura popular, de fiestas
populares
, o todas las
demá
fo rm as de liquidación teórica, para
decirlo
en
pocas
palabra
.
Al
re p
ec
to,
una
revista
como Les Révoltes logiques
62
'1'111 '
'
l
como un
sobresalto
o una salida, con. investigaciones
111
11111
'
(\
que , al
mismo tiempo, estaban
vlllculadas a I ~ s
1111, 1111
'ac ionesdel movimiento m ilitantede losaños.1970. Des,pues
¡
tildo, ha bía algo que surgía de los análisis trotskIstas, m a o ~ s t a s
111
'1Ilburg
ui
s
tasotodo laque
ullopodíaimaginarse.Alprmclp,otu-
'11 1
'rlo éxito.
I I pri mer número tuvo una
tirada
de dos mil
quinientos
l' IIlplares, que se vendieron muy á p i d m e n t ~ Tras lo cual hu
I
1
IIlIa
curva
descendente que
también
estaba
hgada al
~ e c h o
de
1111 110
existía una estructura
como para hacer
revista . Era
1111.1 especie de bricolaje,
algo
un poco.
x t r a n o : . no
era una
, 1
ladera re
vista
ni un
verdadero grupomlhtante,
111
tampoco
un
I IIl1lrntorio de investigación, sino
una constelación amistosa
de
lit
lonas
que se encontraban. Nos reuníamos mi c ~ s a en la
,11
.II,ún otro y tal o cual de nosotros
exponía
sus \I1vestl,gaclOnes,
'1
cven
tualmente daban lugar
a un
a r t í ~ ~ J 1 o en Les Revoltes
1·/I/lIe,,' . Lo cual resultaba dificil de c o ~ c l h a r con I? que habla
\
11
'Ita cada vez
más la
lógica de las reVistas, es deCIr, los numeras
h
lI\áticos en los que se encargan artículos en función del tema.
De entrada era algo un
tanto contradictorio, pues no
el
tll ano de un grupo mil itante que
habría tenido
I í n e a . p o l J ~ ~ c a
'1m i ustrar y
defender
ni el
r g ~ o
de un g r ~ l p o de I l . e s t J g ~ c l ~ n ,
1"le
éra
mos
investigadores
f i c l O n a d o ~ , 111 una
revista
d l t o r ~ ~ 1
I
I{ sica.
Las publicaciones fueron muy Irregulares, segun. tuvle-
1.11110S o no material y según
hubiera
o no
gente que
trabajara en
· IIa . A fin de
cuentas
,
dependía
enormemente de mí. El
año
en
que esc ribí mi tesis, salió un solo número.
(
lIá
era el fiormato de los artículos publicados en Les
l
,
Révo ltes logiques ?
Usted afirmaba qu
e,
cada tanto, exponwn
1111 tema. Algunos textos están ligados a lo s t b ~ en
hoga en esos momentos, son los
c m b i ~ s
l d e o l o g ~ a de
la
época. Y luego hay otros que son mas hlstoncos y, tIenen
qlle ver con la historia del movimiento
o b r ~ r o
¿ o m ~ se
organizaban los índices, los centros de mteres, los tIpOS
de
investigación?
6 3
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Por un lado, dependíamos de los trabajos de unos y otros, y en
consecuencia
había que construir el
número
a
partir
de lo que
teníamos a disposición . Y hubo un número
como
el de Mayo del
68 que
fue
completamente
distinto
puesto
que se
creó
de una
pieza,
como
una investigación sobre lo
que
ocurrió en 1968 diez
años más tarde. Fue un número atípico. Prácticamente todos los
demás números se hicieron de aquí y de allá con lo que unos y
otros podían aportar. Yo estaba trabajando en la historia obrera.
Al principio, lean Borreil quería trabajar
sobre
cuestiones vincu
ladas a los movimientos occitanos pero, al final hizo
otra
cosa.
Genevieve Fra
isse trabajaba
acerca
del
feminismo;
Arlette
Farge, sobre sus propios objetos, en la frontera de una búsqueda
feministay una investigación en
tomo
a las formas de lasensibilidad
popular. Estaba el grupo de Patrice Vemleren y Stéphane Douailler,
que trabajaba m ayomlente sobre la historiade la institución filosófica
lo que no les impidió llevar a cabo al pasar un texto b s t n t ~
importante sobre la cuestión del trabajo infantil. En ci elta medida, en
tanto que profesores de escuelas nomlales, era como una extensión
del campo de sus competencias. Había propuestas que venían del
exterior, que aceptábamos o no, con gente que, de vez en cuando,
se agregaba de este modo al núcleo inicial.
Usted empleó varias veces la expresión de «decadencia de la
izquierda», «alteración de la izquierda» o «hundimiento de la
izquierda» para describir la situación de la crítica socia en
torno al año
19
75.
¿A
qué se refiere con eso exactamente?
Hay
varias
cosas
. La
evolución
y la
decadencia
del
movimiento
maoísta son una primera cuestión . La
segunda
es la desa
parición en
bloque
de la
dinámica
militante
autónoma que había
creado 1968. Los años 1968-1970 son años en los que el movi
miento de izquierda no se limita simplemente a las organi
zaciones . Hay una
dinám
icá global
determinada por
la consigna:
«no es más
que
el principio, sigamos el
combate»,
que fue muy
fuerte hasta los
años
1972-1973 .
Alrededor
de 1974-1975 se
siente el refluj o: hay organizaciones
que
se disuelven,
como
la
Izq ui erda Proletaria, y otras que reafirman su pennanencia. Los
64
I l lp
1 0
lrotskistas por definición no se disuelven nunca. Sobre todo
11111< 1 en ese momento la espectacular escalada de los viejos
I 1IIIII11S sca lada a la que pertenecía el retomo del althusserismo-
1 • Imomento
enque
se pone en marcha ladinámicadenominada
I
IIIIIUI
de la Izquierda, COH su poder recuperador.
I lambién el
momento
Deleuze-Guattari , el
momento,
en
1 17
• de El Anti Edipo. El
efecto
Anti Edipo fue muy fuerte en
1 l j)( ea, la ruptura con el
modelo
militante
de
izquierda,
1011 IIldicado con el modelo del padre. Fue muy fuerte como
11'I"ulación izquierdista de la izquierda . Tal
vez no
funcionaba de
I
1 IlIanera en el espíritu de los guattaristas, que conformaban
l k'mento militante, pues Deleuze nunca adoptó la figura de un
IlllllllInte político. El
grupo que
estaba
alrededor de
Guattari
era
II qlle tenía una práctica militante, sobre todo en torno a la
I 111 t ó n de la institución psiquiátrica. Pero, a pesar de todo, El
1 1 Hdipo fue percibido de
manera
masiva
como
el fin del arca-
1
II\ )
patriarcal militante ,
como
la liberación del deseo y de la
1It
-; lu . Fue un mar de fondo del que actualmente uno ya no se da
I m'lIta, pero
que
tuvo un papel muy importante en los años 1972-
11 /4 en el ambiente estudiantil universitario de izquierda. El
1 pecto liquidador fue mucho más fuerte que el aspecto radical,
I 1\ lodo caso en cuanto a la percepción de la gente. Se vieron
Ilmecer
cosas como
el deseo, etc.
Es
el
momento en que
se
pudo
11 ' onstituir la visión retrospectiva del68 como
la
revuelta de los
Illvenes porel
amor
libre. Pues
para muchas personas
,
«máquina
dl'se ante»
quería decir
sexo en libertad, la fiesta y
compañía
.Era
poco a la manera de lerry Rubin, se lo percibía mas.ivamente
d
esa manera. Era
un
contrasentido
total con
respecto
a la
I 'nificación de
esa
noción , pero funcionó así de
manera
masiva.
han
también los tiempos en que la
gente se
iba a la zona de
Ardecha , gente que se divertía, hacía fiestas , yo qué sé. A una
<;ca la menor, también lo vivimos en Vincennes.
Recuerdo una
discusión a
propósito de
unos créditos
que habíamos recibido
.
la propuesta de
comprar
una
fotocopiadora-instrumento
militante por excelencia-peroahí nomás alguien dijo que eso
era
's tar chapado a la antigua: mucho
mejor
sería un bar. Lyotard
dijo: «¿ Por qué no? ¡Es una buena idea ».
65
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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También ocurrió ese gran delirio con las
máquinas
de poder.
Por un lado, las
máquinas
de poder, por el otro, las máquinas
deseantes. Es verdad que, al respecto,
hubo dos
acontecimientos
un tanto movilizadores : el asunto de la fábrica Li
p
42 y luego la
revolución de los claveles en P0l1ugal. Se
puede
decir que fue la
movi zación de ese momento
lo
que indujo Les Révoltes logiques,
porque, en cierta medida,
Les Révoltes logiques
estaba
n
completamente
de acuerdo con Lip, con la idea de un tipo de
palabra, de acción, de organización obrera que,
justamente,
la
lucha presente
ya
no separaba de la organización del futuro, la
propaganda
o la acción militante de la apropiación de los medios
de producción . El
momento
de la fábrica Lip fue el
momento
en
que
se liquidó la Izquierda Proletaria y el
momento
que sostuvo
la posibilidad de una empresa
como
la de Les Révoltes logiques.
Uno
tenía la impresión de sostener
por
fin
esa
tradición obrera
autónoma que
sehabíaabierto
camino a través de las asociaciones
obreras del siglo xlxy el sindicalismo revolucionario. Era un poco
un
segundo
aliento de la izquierda. En
Les Révoltes logiques,
ese segundo
aliento se vinculó con cierta figura del
movimie
nto
fem inista.
Por
ese entonces , ese movimiento tenía un efecto
muy
ambiva
lente.
De manera
parcia1 su desarro 110 sostuvo e
tema
de
la liquidación de la militancia, que fue siempre masculina y
patriarcal.
Pero
al
mismo
tiempo, participó
en
una movilización
por
otros objetivos, otras consignas; eran otras formas de
lucha
contra otras formas de opresión y de
dominación
que llegaban al
primer
plano. Les Révoltes logiques fue un instrumento
que
corres-pondía
a ese momento.
Tras
lo cual se dio el último desmoronamiento: por un lado,
toda
la
moda
de la «nueva filosofía» que vino detrás de la
moda
deleuziana;
por
el otro, el ascenso espectacular del PS. Por un
lado, la liquidación del marxismo y, por el otro, el
neomarxismo
imaginario,
que
fue algo fuerte . Si lee los textos de los partidarios
de Jean-Pierre Chevtmement de la época, en cierta medida
., Entre principios de los años 1970
y
hasta mediados de 1976 se desarrolló
en la fáb ri ca de r
elojes
Lip un plan de
lucha
de los tr abajadores
que
m
ovilizó
a
decenas de mil
es
de personas en Francia
y
en toda Europa
y
que m
arcó
el inicio
de la autogcstión ob rer a (N . del T .l .
66
than
mucho
más
a la izquierda que nosotros. Eran marxistas
1111Hlo. eguían el linaje proletario mucho
más
que nosotros.
CINE, FICCiÓN DE IZQU IERDA
Y MEMORIA POPULAR
/11
, SOS mismos años, en 1976 le hacen una entrevista sobre
1 /
l/IIagen fraterna» para Cahiers
du Cinéma.
43
¿La revista
1 / ,'¡¡l/lactó a partir de sus textos de Les Révoltes logiques o
1
/J/Iés
de La
lección de Althusser?
Habían entrevistado a
I (l1/( {/ult un par de años antes, tras haber tomado cana-
1I/1/('lIto
de Yo, Pierre Riviere, que provocó que algunos
1, ,1(/
'Iores salieran del período Mao. ¿Su encuentro con
, \,' ombiente también se llevó a cabo en torno a un trabajo
f/ 'se proyecto, que estaba en boga en ese entonces, de una
/'I' ra nueva de la intelectualidad?
deseo de encontrarse
conmigo
estaba ligado a La
lección de
1IIIIIIsser que les había despertado interés .
Cuando
nos pusimos
111
contacto,
Les Révoltes logiques
no existía todavía . Pero
hían que estaba trabajando en la historia obrera. Por lo tanto,
l t · invitaron por intermedio de Dominique Villain, que estaba
I uiendo mis
cursos
ese afio. Lo que les interesaba, aparen
Il'llIente, eran dos cosas:
por
un lado, La lección de Althusser
lo que se podía extraer de ese texto para reevaluar su período
Illarxista dogmático y, en
segundo
término, las temáticas de la
Illcmoria popular. A
Foucault
lo habían entrevistado en el marco
dc la crítica de la
moda
retro.
Pero
la
crítica de lo retro tenía su
1.ldo pos itivo, la idea de la
memoria
popular. Querían que se
hablara de ese tema.
Por
el protocolo,
como
ellos ignoraban por
l'omp leto mi relación personal con el cine,
me
hicieron vercie l1a
cant idad de películas que eran filmes militantes o bien filmes de
I/.quierda,
como
Fortini Cani y Lecciones de historia de los
L' image fraternelle »
1976). entrevista
r
ea
li
zada
por S.
Daney
y S .
Ioub lana, reeditada en Et tallt pIS pou/ les gensjatigués [Y tanto peo / po/ lo gente
, t/l/sada]
París, Ams terdam.
2009
, pp . 15-32 .
67
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Straub,
Milestones de
Kramer ,
quíyen otro lugar
de Godard,
la película sobre la huelga de la imprenta Darboy, ése era el
corpus. Pienso que fui yo quien amplió la reflexión más allá de
las películas que me presentaban y que, para decirlo en pocas
palabras, se hallaban dentro de la tradición brechtiana, tomando
por tema la ficción de izquierda que podían ilustrar en esa época
películas como El juez y el asesino, de Tavernier o los filmes
que
presentaban
obreros
atípicos, como Boj Al final no hablé
mucho de los Straub, que para ellos eran la gran referencia
positiva,
un poco más de Godard
.
Por
el
contrario
, arranqué con
Milestones porque, a partir de esa historia de la tribu izq uierdista
norteamericana, era
posible
referirse a toda una tradición del cine
estadounidense, con su
anclajehistóricoy
su ficción tipo, ilustrada
sobretodoporelwestern,
la
historiad el individuo quetern1ina por
adherir
a
una simbólica
colectiva.
Me parecía
interesante
oponer
ese
tipo de ficción
genealógica
a la ficción francesa, con su
relación con un pueblo que está desde siempre ahí, dado en su
familiaridad. Escon respec to a esa cuestión que fui desarrolla ndo
esa
crítica de la ficción de izquierda
como
ficción de acento
familiar ya oponer cierta ficción de la leyenda de la identidad a
la ficción «sociológica» de la identidad, la ficción que está ahí
para que se reconozcan los tipos sociales.
¿Se trataba de una crítica de la identificación del tipo
brechtiano?
Era un poco diferente. Si se quiere, se podría decir que era
brechtiano. En esos
momentos
,
también
estaba escribiendo un
texto sobre Brecht que fue publ icado mucho después enPolitique
de la littérafure,44 pero que data de la misma época.
45
Esta
crítica de la identidad también estaba ligada a esa situación un
tanto penosa en la que Les Révoltes logiques se pensaba como
una revista para la
memoria
popular. Ese
concepto
de
memoria
popular, muy en bogaen esos años,
figurabaen
el texto manifiesto
., Existe
edición
en castellano : Política de lo litera tura , Buenos Aires .
Ediciones del Zorzal. 20 11 .
45 «Le gai savoim. en Bertoll Brecht.
Ca
hias de I f-Ierne. 3
5/1
, 1979, pp . 219-236.
68
i ¡,es Révoltes logiques
que yo no había escrito y
con
el que
1111
mc sentía para nada cómodo. En esa entrevista con Les
I ti/l/as du Cinéma se siente la distancia que marco con res-
1 ( lo a esa noción de
memoria popular
ya la manera con que la
111
peccionaba esa famosa ficción de izquierda . Un poco fui yo
'1 1 n desp lazó el centro de la discusión con respecto a lo que
I ,pcraban al hablar de los tipos de ficción, de representaciones
ionales entre el
modelo
norteam erican o y el
modelo
francés.
IJ1t1icé la iconografíade la revolución de 1848 para marcar cómo
1 1
Ilceión de izqu ierda se hab ía fundado en el
olvido
de la memo-
11.1
de los vencidos, y cómo, de manera más amplia, la izquierda
111
lúrica se
había
alimentado de la apropiación de los que, por
IIlla parte, había fusilado. Para mí, se trató
de
una
entrevista
11 11 portante porque cristalizó una cantidad de temas. Pienso que
I
vez fue una de las primeras intervenciones que relacionaron
1IIIIas esas
problemáticas
de la historia, de la
memoria,
con lo
'1 C precis
amente se ponía en marcha como constitución de
111111 ricción de izquierda, de una doxa
de izquierda, de
una
IIl1eva
ideología de izquierda, todo eso que
iba
a sostener el
1I111lerran
dismo al buscar apoderarse
de toda
la
memoria
IIhrera y popular.
Para ello, había movilizado una memoria del cine que se
1I lI1ontabaen mí a veinte años antes. Con el cine ocurre lomismo
11 con el resto. Hay
cosas por
las que sentí interés en momentos
IIllly diferentes de mi vida. Descubrí el cine cuando estaba en
q . ~ u n d año de la preparatoria, pue s tenía un vecino que era un
IIpasionado del cine y me explicó que el
verdadero
cine no
lan
An
tonioni, Bergman
,
todos
los
nombres culturalmente
h· .ílimos, no, que había que ir a ver Esther y el rey o La
hll/alla de Maratón , que ése era el verdadero cine . Ese cine
Itl
pasaba
n en salas
como
la
sala
Mac Mahon o en
cineclubs
101110 el
Ciné Qua
Non o el Nickelodéon. Ésa fue mi iniciación
,'11
el cine.
También
era la época de la Nouvelle Vague , de una
lelació
n más o menos ambigua entre la Nouvelle
Vague
y
Inda la gran tradición hollywoodense . Conocí el cine por fuera
ti
' toda iniciación en el
arte,
en la historia del
arte,
como un
hinque que de entrada
cra
polémico : la
idea
de que e l
69
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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verdadero cine eran Minnelli , Walsh o Antony Mann y no l
as
cosas que estaban
de
moda entre los
burgueses cultos
.
Después, por
supuesto, fui muchoa
l Cinemateca
, sobretodo
a Chaillot.
46
Habían cerrado Ulm por renovaciones y luego,
después de haberlo renovado, lo dejaron para ir a Chaillot. Fue
un período cinéfi lo bastante intenso, entre 1960 y 1968 fui mucho
al cine . Absorbí todos los grandes del western , de la comed ia
musical o del cine negro, agregando a algunos europeos co mo
RosselJini tras el impacto de Europa 51, los cineastas de la
No
u-
velle Vague y Mizoguchi . Después del 68 , hubo un período en
que no fui prácticamente nunca . El pedido de Les ahiers du
éma
inició un
nuevo
tipo de interés. Después , cada cinco o
die z años,
me
llamaban
por
un
tema
en particular: la visita a l
pueblo, la escuela, la historia, hasta el día en que Antoine De
Baecque me pidió que hiciera una crónica regular. Vinieron
todos esos años en los cuales escribía algo cada dos meses. En
esa época iba muy seguido al
cine
y veía lo que se estrenaba, lo
que no sucede para nada ahora.
Es un poco siempre lo mismo , es decir, que mis intereses po r
la filosofía, el cine o tal tipo de arte son siempre por períodos de
intensa implicación persona l, no es para nada una línea de
acumulación continua . Son cosas que alimentaron mi discurso,
del mismo modo que la fil osofía. No es que un día enuncié que
el cine y la filosofía eran dos pensamientos del mismo tipo, sino
que fue así que se construyeron para mí territorios , caminos,
investigaciones.
4 . Entre 1955 1963 , la Cinemat
eca
Nacional fun cionó en la
ca
lle Ulm . Luego
se mud ó al Pa lac Io de Chaillol. en e l distrito XVI de P
ar
ís. donde funcionó has ta
1
997
N . de l T )
70
egunda parte
LÍNE S
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 36/129
HE R
ENCIA SINGULARIDAD
1,,/c .I de en trar en su edificio filosófico , queriamos
1
/
1'1 .lInta
rle
si
usted lo inscribiría hoy en una tradición de
1 historia del pensamiento.
¿Reco
noce
alguna
ascel7-
1
licia? Deleuze habla a
propósito
de sí mismo de un
Il//fI;e Spinoza Nietzsche: Foucault reconoce su deuda
, 11/'
Nietzsche y Heidegger . En usted no
parece
existir esa
/ /I'indicación de una línea en la que usted se si tuaría.
l tI vez que vuelve a aparecer Schiller, también Flaubert,
I"'/'() eso constituye más bien una linea quebrada ..
No pienso que exista verdaderamente una inscripción de mi
I bajo en una tradición
de pensamiento
específico. A pesar de
l\ldo, mi trayectoria
ha
sido un poquito diferente a las demás .Viví
t
uno
s
años
en los que le
había
dicho adiós
a la filosofía y, en
l Illlsecuenc ia,
ya
no tenía
que ocuparme de formar
parte de una
Iladición filosófica, tenía la impresión de estar haciendo un
Ilabajo
por
completo diferente.
Ése es
un punto. Otro punto es
'lile ciertas personas en un
momento dado
han influido en mí,
onas en
cuyo
linaje
me puedo
reconocer.
Creo
que hay
vnrios estratos: hay filósofos
que
conoCÍ y
de
los
que
puedo decir
que in fluyeron en mí en
cierta época, como
Sartre
cuando
yo
I nía diecisiete años, Althusserc lland o tenía veinticinco, FOllcalllt
l' lIando tenía treinta.
Podría hacer
un inventario de lo que les
73
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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debo: a Sartre, la separación con respecto a las explicaciones
psicológicasy sociológicas; a Althusser, cierto
cuestionamiento
de
la
idea de i s t o ~ i a , cierta idea de la multiplicidad de tiempos a
la
que, en un sentIdo, tengo
la
impresión de haber sido más fie l
que propio Althusser. A Foucault, una actitud que ya no
consIste en preguntarse
qué había que
pensar o sobre qué
descansaba el pensamiento, sino lo que hacía que tal cosa fuera
pensable, que tal enunciado se pudiera fom1lJlar,De
él
retuve
la
idea
s e ~ ú ~ la cual
q,ue
i.nteresaba era
el
pensamiento aplicado a las
practJcas,a las s t J t u ~ ~ o n e s el pensamientoquepaJticipadel paisaje
de lo
que es., Y t a ~ b l e n ret.uve de él cielta disyunción entre
lo
que
se llama teona y practIca, la Ideade que lasarticulaciones no se llevan
a cabo sobre modalidad de una teoría
que
se aplica, de un saber
so-bre
la
socIedad que va a transformarse en acción sobre la
sociedad, sino mucho más bajo la tornlade encuentrosentre fomlas
de i s c l ~ r s o s y prácticas que se elaboran en diferentes lugares. Ésas
son las mfluencias filosóficas que se pueden establecer.
P o ~ otra parte, en mi método hay cosas que vienen más bien
de la
hteratura: cierta atención a lo que
es posible denominar
to
dos los microacontecimientos, una manera de relacionar la
cuestión del acontecimiento, de lo que está pasando, con una
t r a n s f o r m ~ c i ó n en el paisaje de lo sensible. Eso es algo que debo
m ~ h o mas a Flaubert, a Conrad o a Virginia Woolf que a un
fiI,osofo como Del euze. De la literatura me viene todo lo que en
mI caso p u ~ o despertarme la atención por la manera con que los
acon.teclmlentos son ante
todo transformaciones
de lo que se
percIbe y de lo que resulta pensable, pero también
me
viene de
la
conjunción que pude establecer entre
formas de narración
literaria lo que d e s ~ u b r i trabajando en el archivo obrero. Hay
una c ~ n t l d a d .de conjuncIones específicas de m i trabajo, como
haber
Ido a mIrar las correspondencias entre obreros ten iendo en
la c a b e z ~ un f ~ a s e o que me venía de Flaubert o de Virgin ia
Woolf, l e r . t a s f o r m ~ l a s q u e podían provenirdeRilkey, luego, po r
otro lado, l e ~ a cantIdad de fomllJiaciones filosóficas que podían
estar en los dlalogos de Platón. Se elaboró todo un núcleo en una
relación un t ~ n t o c o m p l ~ j a , por completo singulary no compartida,
entre enunCIados filosoficos,
enuncia
dos literarios
yesos
enu n-
74
lid, 1., que me caían encima y que provenían del archivo obrero.
1 I
I S
una
segunda capa
.
1" tercera capa
la
conformarían las referencias filosóficas o
1 1IIIeos que intervinieron en
un
momento dado . Usted hablaba
1 1 hlller y del
momento
en que la lectura de las Cartas sobre
· ,,( ación estética del hombre de pronto vino a coincidir con
1111111 ' yo había aprendido del archivo obrero para pensar en una
III"formación
de
las formas de
la
experiencia sensible que rom
IlIll:t co n todos los discursos sobre la ideología o el desconoci-
\ \ lito,
la
reproducción y la distilición que , en definitiva, hacían
pll '1 punto
de
vista de los habitantes del
mundo
inteligible
H
,Im
n provecho de los desgraciados prisioneros de la «caverna»
dI lo
sensible, También está el hecho de que, en un
momento
.1 1I1\l , pude reconocerme en cierto tipo de enfoque, decirme que,
di pués de todo, lo
que
yo hacía tenía
que ver con
la crítica en
1111
l ntido kantiano, en el sentido de «cómo es posible», sólo que
\ .1110 es cómoes posible desde el punto
devistadel
conocimiento
I 11
e
neral, sino:
cómo
es que eso pudo ser
pensable
y
cómo
ese
111 11 <; m iento pudo desplazarse, cómo ese modo de percepción se
I'lIdo
desplazar
históricamente.
También hubo
un
momento
en
'1 l'
me reconocí dentro de una filiación hegeliana, en el sentido
I 11 que Hegel es para mí el ejemplo del filósofo para el cual la
111 's tión del
proceso
del
pensamiento no
se
distingue de
la
1 's tión de su objeto y de su resultado.
Por muy
lejos que
me
I IIcuentre de ese universo especulativo, queda algo que para mí
1
fundamental, a saber, que el pensamiento no se separa de
Iljll
c llo en lo
que está
trabajando , que
está
presente en lo
dado
cn la
tJ
'a
nsformación
de su propio dado, y
no en
él
hecho
de
1'
lIunciar una tesis
en
general sobre el
mundo
o la
historia
, el
i cho de que pensamiento se transforme de manera continua
llln sus objetos. Puedo
reconocer una
suerte de deuda con
Marx
1'11 cl hecho de estar pensando siempre desde el punto de vista de la
dIvisión, de pensar que algo dado o algo supuestamente dado es
Icmpre algo que descansa en realidad en una división de datos.
Pero nada de todo eso conforma una tradición. Esta línea
qllcbra
da
de
aproximaciones marca más
bien una separación
l O
I1
respecto a la
idea
de que uno pertenece a
una
escuela, con
75
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maestros que transmiten algo. Eso no quiere decir en lo más mí
nimo que pienso que soy alguien que se inventó a sí mismo, sin
maestro, no, para nada. Es todo lo contrario: pienso que soy
alguien
que
tuvo veinte, treinta o cien maestros y no un único
maestro. Pues ésa es, después de todo,
la
imagen normal de
la
transmisión del pensamiento: uno tiene un maestro y luego a su
vez se convierte en un maestr o. Para mí,
la
función del maestro
es ser quien propone, en un
momento
dado, un objeto singular, un
paisaje un tanto misterioso, una
pregunta
que se nos viene
encima y ante la cual hay que reaccionar. En el fondo , maestro
es todo lo que nos provoca y, eventualmente, todo lo que nos va
soplando
resp,\estas con respecto a la provocación. Esta doble
función de provocarnos y soplarnos respuestas pasa por una
gran cantidad
de
textos,
que
pueden ir
desde
plegarias de niños
hasta Kant y Hegel y por toda clase de encuentros que ofrecen
personas tanto como textos. A pesar de todo, es posible decir que
la lectura
de
Gauny y de
Jacotot
ha sido más importante para
mí
que
la
de Heidegger o
la
de Lacan.
En
realidad no planteábamos únicamente la cuestión de la
deuda sino también la de la originalidad en filosofía.
¿Cuáles son en ese ámbito de acNvidad las condiciones de
lo nuevo? Es un problema sobre el que volveremos para
otras esferas prácticas. Lo que no quita que haya filósofos
que necesitan inventarse l/na tradición para tomar impulso
también para otorgarse alguna grandeza. Quien se da como
maestro a Platón
o
como clave
de
su propio pensamiento se
apoya en varios milenios. ¿Acaso toda filosofia no se inven
ta l/na tradición sean cuales fueren las influencias efectivas
o las deudas que haya contraído?
Yo no necesito inventarme una tradición pasada, excepto,
fortuitamente , una tradición histórico-política que sería
una
tradición de emancipación. Y si hablo en términos de deuda es
también precisamente
por
el
hecho
de que una historia
singular
-nueva
o no , no soy yo quien vaya a
decirlo-
se hace, según mi
punto de vista, a partir de una gran cantidad de encuentros, de
provocaciones, que hacen que, en un momento dado, algo que no
76
istía en otra parte aparezca. Es un poco lo que una vez dije en
ln
deba
te en el
Colegio
de Filosofía sobre El Desacuerdo -con
Hadiou que
me
reprochaba
que
le
había robado
conceptos a la
(lrganización poI ítica de la que él fornlaba
parte-cuando
subrayé
I hecho
de que
la cuestión que se
hallaba
en el corazón del libro
'ra saber cómo conciliar a G
auny
47 con
Jacotot
y que , respecto
de esa cuestión, puedo
decir que soy
realmente la primera
persona en el mundo que se la planteó alguna vez .No se me podía
llegar la paternidad de esa clase de cuestión. Efectivamente, las
cuestiones
que me
planteé están ligadas a la singularidad de ha
ber estado durante
mucho tiempo
a la vez inmerso en el archivo
obrero, con,
ocasionalmente
por detrás, cierta cantidad de
referencias filosóficas o de estribillos literarios para abordarlas.
Cuando digo estribillo no es simplemente una metáfora, está
vinculado a toda
una
imagen del
pensam
iento. En
el
pensam iento
tamb ién hay
cosas
así, frases que nos construyen y con las que
uno elabora algo que se pone en contacto con otras frases que
vie-nen de otras partes . Poco a poco, a partir de esos estribillos
embriagadores, se construye cierta forma de inteligibilidad de un
ámbito, ya sea la política, la literatura, el cine o qué sé yo.
SISTEMA
TICIDAD
AN TISIST
EMÁ
TICA
Para esta entrevista buscamos la idea de una deslimitación
de
su trabajo que a menudo se lo ha separado en un apartado
estético y
un
apartado político. Usted rechaza ese corte. l
co
nsiderar el proceso que anima La
noche de los proletarios,
usted afirma por ejemplo que
es
más estético que político. 48 El
examen del movimiento obrero
de
los años 1830-1848
en
efecto se establece en ese libro en función de categorías duales
que atañen a
un
ejercicio
de las
facultades sensibles: visibilidad
o invisibilidad de los individuos capacidad para tomar la
pa
labra o supuesta incapacidad
para
hacer uso de ella
41 Cf. Ranciere, J .. Louis-Gabriel Gauny: le philosophe plébéien [Louis
Gabriel Gauny: el fi lósofo plebeyo ]. Presses Universitaires de Vincennes, 985 .
«From Politics l Aeslhetics?». en Aestheties. Polities. Philosophy M.
Robson (dir.). Edimburgo, Edinburgh University Press, 2005 , pp . 13-25.
77
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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indeterminación de la acción o por el contrario anticipación
de
sus efectos el
e.
Sin duda esa unidad que se desprende
de
su trabajo está abierla y
es
inestable. Pero también se la puede
encontrar a través
de
una exigencia constante de orden topo-
gráfico con una constelación
de
términos que se refieren
en
sus escri
tos
a los lugares a
lo
que usted llama
los
«sitios» las
«escenas» etc. Antes de avanzar un poco más en este proceso
tenemos que preguntarle si acepta esta imagen contraintuitiva
del sistema para describir su trabajo.
Si
tal fuera el caso
¿estaría de acuerdo con que esa sistematicidad se pueda
pensar a través de un escalonamiento de la filosojia bastante
clásico
en
el que se encontrarían una ontología una moral
una política una estética etc.? Se trata de una pregunta desde
luego provocadora pues acaba de explicarnos que no ha
construido su proyecto filosófico en función de esos recortes
escolares
que
sin embargo existían cuando usted se formó
en
filosofía.
Si es posible hablar de sistematicidad, es en el sentido de que
necesariamente hay ciertas preocupaciones
que
permanecen
constantes en mi proceso, hay prácticas que son constantes en
mi trabajo, que se trate de política, de literatura o de cine. En
cambio, no hablaría de sistematicidad en el sentido de que
existiría la construcción de
un
escalonamiento,
como
el árbol
cartesiano, con una primera filosofía, y luego
un
tronco, ramas, etc.
Nunca busqué una construcción semejante. Ni siquiera se
me
ocurrió la idea de hacer una teoría de la política. En diversas
ocasiones se
me
pidió que
hablara
de política, pero nunca tuve
la
intención de hacer una teoría de la política,
como
tampoco de ha
cer
una teoría del arte .
Lo
que traté de
hacer
de
manera
bastante
sistemática es delimitar cierta cantidad de puntos, de lugares a
partir de los cuales podían distribuirse
cosas
que se podrían
llamar política o teoría de la política, arte o teoría del arte.
No
podía partir del fundamento y
deducir
de él las diversas conse
cuencias en los distintos sectores en
que la
filosofía misma en el
fondo es
como
una pregunta:
¿qué
es lo que hace que
un
discurso
sea considerado
como
filosófico o no sea considerado
como
tal?
78
I hay una sistematicidad, es
también
una sistematicidad
t istcmática, no en el sentido de una búsqueda sistemática del
t rden sino en el sentido de una búsqueda acerca de las forolas
dl
di tribución a partir de las cuales algo como
un
sistema resulta
pensable
-por lo
tanto, acerca de lo que necesariamente precede y
n l
lld
iciona toda voluntad de sistema-.
Lo
que está en cuestión no es la idea
misma
de sistema sino
idea de sis
tema
filosófico
como
determinación de los elemen
los básicos de las cosas y los conocimientos. Detrás de la
Inscinación por la idea de
un
siste
ma
filosófico se halla el viejo
lIeño pitagórico de
un mundo
organizado
por la
ley del
número
.
Pero
para
mí, la «ley del número» es ante todo la legislación que
distingue entre las maneras de
contar
y de
hacer
bulto:
49
la
itmé
tica democrática o la
geome
tría divina de Platón. Y es
precisa
mente esa
distinción la que está en
juego cuando
se
delinen ámbitos de competencia
que
se
denominan
filosofía,
política, arte, ciencia, literatura u otros. Mi proceso consiste en
principio en pensar las condiciones que vuelven posibles esas
Identi ficaciones yesos recortes de territorios. Lo cual no quiere
decir partir de una fórmula de
primera
racionalidad de la que se
deducirían las demás
como
otras tantas formas de transforolación
o de especificación, sino partir de cierta cantidad de escenas en
que resu Ita posible ver en la práctica, definir y verificar los actos,
las disposiciones, las elecciones a partir de las cuales se producen
las distribuciones que permiten que actividades de pensamiento
o
desempeños
de la palabra o de las
manos
se denominen
filosofía, literatura, arte o incluso sean distinguidas
como
filosofía
o sofística, arte
popular
o gran arte, expresión y pensamiento.
Estos recortes de territorios no surgen de la naturaleza de las
cosas o de la historia del Ser. No hay
nada
en la naturaleza de
las cosas
que
funde
la
existencia de una región del ser de
no
minada
arte.
Hay
sistemas de razones
que
prohíben o permiten
ligarel ejercicio de una habilidad técnica que sirve de medio para
una realización particular, con una actividad que tiene en sí
misma su propio fin .
No
hay
una esencia
de lo
común que
funde
49 En francés. ¡aire nombre. hacer bulto, literalmente es «hacer número» (N.
del T. .
79
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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la existencia de la política sino una divi sión de lo común en dos
lógicas contradictorias. Lo que me resulta interesante es llevar
lo más lejos posible el examen de la manera en que se llevan a
cabo
los repartos y los montajes de racionalidades que los es-
tructuran. La búsqueda del sistema,
por
el contrario, supone
reducir esos montajes a algunos elementos simples. A pal1ir de
lo cual
la
cruz de todo sistema es siempre el empalme. uando
se pretende que todo derive de una misma organización de prin-
cipios, o bien uno se ve obligado a atenerse a generalidades
bastante vacías sobre los diferentes ámbitos, o bien hay
toda una
serie de lógicas paralelas o transversales que en realidad están
ahí para llenar los agujeros. Es lo que habían intentado señalar
con respecto a Badiou, a saber, que para deducir un pensamiento
del arte del sistema de Badiou hay que aceptar los postulados del
modernismo, que no es nada más que
una
ideología particular del
arte en el siglo xx . Hay que aceptar toda una serie de formas de
reajuste entre una teoría general con sus conceptos , «ser»,
«acontecimiento», «sustracción», y lugares comunes admitidos
sobre el arte de l siglo xx o la modernidad . Yo siempre procedí a
la inversa, partiendo de escenas en que se puede verificar todo,
por lo menos donde es posible seguir una organización, por
ejemplo, la organización de una protesta política, o de la escritura
de un libro,
la
organización de cierta escena del arte, o bien seguir,
como lo hice en La noche de los proletarios, los trayectos a
través de los cuales se construye la idea de
un
colectivo prole-
tario. Parto de ahí, de un conjunto de escenas en que aparece
siempre la misma cuestión de las fronteras, de los puntos de
distribución, y los construyo
como
lo que eventualmente permite
interrogar lo que pueden querer decir cosas tales como, por
ejemplo, el pensamiento, la literatura, la política, la estética.
En La hair des mots [La carne de las palabras], usted afirma
con respecto a Deleuze que un
pensamiento
s vuelve
interesante allí donde es disfuncionaf.51J En los años 1960
existía toda una tradición filosófica que estaba inspirada en
5 «[L]a fuerza de todo pen
sa
miento fuerte reside también en su capacidad para
di sponer su propia aporla. el punto en que ya no pasa». en Lo Choir des mots. París.
Galilée, 1998. p. 203.
80
l(//aifle, en Blanchot, en la que la relación entre
saber
y
lO saber s vuelve muy importante, con la idea de que es
/l1'cesario alcanzar un límite del saber para
que
el
/1( /1Samie
nlo encuentre una neces idad de avanzar,
para
/11) le sea menester ir más lejos en sus investigacion
es.
I Sus propias búsquedas s desarrollan en relación con
I .I OS mamen/os en que
el pensami
ento se alasca? Pues,
IIIversamente, tenemos la impresión de que la crítica que
IIs/ed puede hacer de ciertas filosofías críticas de los
mios 1960-1970 es también la de los sistemas demasiado
IIceit
ados
.
o tengo nada en contra de que las cosas estén aceitadas.
Digamos que,
por
diversas razones, adquirí una capacidad de
ver, en los pensam ientos que pretenden ser sistemáticos, el pun to
en que se atascan, el punto en que hay que hacer como si girara,
incluso cuando no
da
vueltas,
como
si
la
materia que se utiliza
fuera la materia adecuada, cuando no lo es. El problema no es
del orden de la resistencia de lo real con respecto
al
concepto:
ocurre que la heterogeneidad de formas de racionalidad que se
aplica en talo cual forma de práctica no se deja reducir a la
uni dad. Resulta necesario, entonces, utilizar esos sistemas de
intervención lateral a los que hacía referencia hace un rato.
Dicho lo cual, para mí, la aue nada se le resista. Hay ejemplos
de pensamientos a los que
nada
se le opone. Sin querer entrar en
ningu
na
polémica, pienso que Jean Baudri lIard qu edará
como
el
ejemplo tipo
de
un pensamiento al que nada pue.de oponer
resistencia, es
una
dialéctica que caerá siempre bien parada y
que podrá absorberlo todo. Por el contrario, resulta claro que
existen pensamientos sistemát icos en los quees posible localizar,
a pesar de todo; el punto en que se atascan, como por ejemplo los
puntos de su
Estética en que Hegel intenta desesperadamente
arreglárselas para que todo quede bien, desde cualquier ley de la
física hasta cualquier obra de arte, incluido el momen to en que
dice, a propósito de la música , que para pasar de los principios
generales a las formas concretas en que se realizan, se requieren
conocimientos técnicos que él no posee, pero no por eso deja de
8
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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eslabonarlos.
51
Hay un momento en que Deleuze, entre otros
textos en Crítica yclfnica para probarel carácter absolutamen te
material de la literatura, transforma una «voz de bajo» mencionada
por el texto en una voz de bajo que resuena en el texto.
52
Para
que uno tenga algo que hacer con un pensamiento, éste debe
tener puntos en los que se atasque, en los que se mida con algo
que no pueda absorber. No resulta casual que uno de los textos
en torno al cual no dejé de construir mi reflexión haya sido la
Crítica de ¡afacultadde juzgar
con esa estructura inverosím il
en la que la «analítica de lo sublime»
desborda
por completo e l
objeto que le es propio
y de la que se
supone que
abarca
desarrollos que no tienen nada que ver con ella, puesto que Kan t
retoma
allí toda la
problemática
de las
Bellas
Artes
que
las dos
analíticas arruinaron de antemano.
Diríaque, en cierta medida, es lo que me ha empujado siempre
a trabajar, el hecho de que no anduviera
la
cosa. En este sent ido,
lo
más
significativo ha sido mi trabajo sobre la literatura.
Durante
años, me alimentaba la idea de que algo se
jugaba
en la relación
literatura-escritura que resultaba fundamental para pensar la
política,
la
subversión, la emancipación.Tenía la idea de que algo
se jugaba y, al
mismo tiempo
, buscaba desesperadamente
ese
algo en una definición del ac to literario o de la cosa literaria un
poco a la manera de Blanchot o qué sé yo , aunque nunca h ~ y a
tenido una afinidad particular con él. A partir del concepto
general de «Iiteraridad» que había elaborado, buscaba pensar la
literatura en general
como
un acto que era en sí
mismo
un acto
de subversión con respecto al orden establecido . Durante años,
tropecé,
intenté diversos
caminos
, hasta que en un
mome
nto
dado
pude construir un
concepto
histórico del
surgimiento de
la
literatura como régimen histórico del arte de la escritura. Lo que
al mismo tiempo no resolvía mi problema inicial, puesto que,
precisamente
, no había una esencia del acto literario que
pud
iera
establecer un vínculo entre lo que estaba implicado en los
conceptos de escritura y de literaridad y la política como
11 Hegel. Cours d
lhélique. trad . J-P. Lcfebvre y V. von Schenck. Aubicr
1997.
13
. p 125 .
52
Deleuze,
Crilique el c/¡/lIqu
e Pa
rí
s. Édition s
de
Minuit, 199 3, p. 94.
82
I1l vers ión del «reparto de lo sensible». No conseguí llegar a
Illda mientras anduve buscando que todo funcionara , mientras
hl1..,caba un tanto desesperadamente en las obras de los Padres
.11'
la Ig les ia un concepto de escritura que permitiera establecer
Il víncu lo entre la escritur a y la política. El díaen que acepté que
IlIdllllO co ncordaba, que hay un hiato entre la literaridad, en tanto
111l
concepto de la capacidad de cualquier persona de apoderarse
dl'lns palabras, y la literatura
como
régimen histórico del arte de
1 1 escritura, pude construir una inteligibi lidad de lo que la
ItIL'ratura
pudo querer decir
como
régimen
histórico.
y también
]Il1de pensar las relaciones entre literatura y democracia , al
111'1I1pO que manteníá un hiato entre el concepto de literaridad, en
11
1110
que
concepto
del
ser hablante
político, y la existencia de la
lill'ra tura c0l 10
ese
régimen histórico, con todas las estrategias
que e tej en para
acordar
o
desavenir
las palabras y las
cosas
.
1
siempre
avancé
con cosas que me ofrecían resistencia.
De la misma manera, había alTancado para hacer una suerte de
~ t o r i a del pensamiento y de la práctica de losobreros y me choqué
11111
el hecho de que algo completamente heterogéneo con respecto
j lo que estaba buscando atravesaba esa historia. Estaba la nece-
Idad de tomar nota de ello, es decir, no sólo hacer algo con eso o
·
tablecercompromisos-Io que , según mi entender, es lo que hacen
lempre los autores de sistemas: no encajan muy bien pero consiguen
hallar
un
empalme-, sino intentar mantener la inspiración del
onjunto y las diferentes fonnas de inteligibilidad que se pueden
llnstruir sin que ello constituya un sistema homogéneo. Hay que
'cptar que cosas que remiten a un mismo horizonte -;-como, por
l'jemplo, la igualdad políti cay la igualdad
estética-no
se acomoden.
I,s un poco por eso que construí esa bipolaridad entre política de la
'stética y estética de la política, para decir que es posible definir un
IlIgar o un territorio sobre los cuales se encuentran las formas
ensibles que constituyen
la
política y las fomlas de transfolTnación
de lo sensible que constituyen el alie, sin que no obstante se pueda
definir una globalidad si stemática de
la
relación entre ambas. Pero
debo agregar que este proceso que de
ja
a los
si
stemas de razones
librados a su respectiva heterogeneidad no tiene nada que ver con
una
dramaturgia
del límite absoluto, de lo imposible, etc .
83
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Si
hubiera que insistir acerca
de
la sistematicidad
de
su
trabajo, desde luego habría que volver sobre
lo
que usted
denomina en varios de sus textos la «revolución estética»,
lIna expresión que permite relacionar diversos Irozos de sus
investigaciones. 3 Se trata ante todo de una categoría que
se emplaza históricamente, que no se conecta necesariamente
con la de «modernidad» sino que, en lodo caso, cubre estos
dos últimos siglos y funciona como una fuerza que trabaja
lo que más tarde usted l/anza la «policía» y, digámoslo, lo
social. Pero es también
un
concepto cuya pertinencia es casi
ontológica, en el sentido de que la «revolución estéticQ» se
podría definir como el poder genérico de distribución o de
reconfiguración de los seres y las acciones.
Cabe hacer, de todos modos, una distinción entre dos niveles de
generalidad. Está lo que sería el hilo conductor general, que pasaría
por la idea de literaridad,
la
manera con que
la
palabra se apodera
de los cuerpos: se trata de algo un tanto transhistórico
-respecto
de
lo
cual muestro en
Les Mots de histoire
[Las
palabras de la
historia]
o
La carne de las palabras
que puede pasar tanto por los
monjes de Egipto, por Don Quijote, por la Revolución Francesa, por
los autodidactas y por la
novela-
. Está
la
idea de esas fuerzas de
transformación que están en
juego
en
el
corazón de la experienc
ia
sensible y que redistribuyen
la
relación entre las capacidades y las
incapacidades: los signos que se descifran, los paisajes
que
se
imprimen
, las palabras que ponen en
marcha -hacia
la so l
edad
o hacia la unión- las verdades que uno vive en su carne, los soles
que
uno
ve surgir
sobre tiempos nuevos ..
Todo eso conforma
en mi
trabajo
una suerte de trasfondo general.
luego está lo que llamé más precisamente «revolución
estética», la puesta en
marcha
, que es posible fechar histó-
ricamente
, de un conjunto
de
regímenes de presentación e
interpretación qu e con llevan una transformación bastante radica 1
de las forma s de inteligibil idad de
lo
que se denom ina arte y que,
al
mismo tiempo
conlleva toda una serie de
consecuencias
en
cuanto a la distribución de competencias, pero también en cuanto
«From Politi cs to Aestheti cs?». ar t citado.
84
a las maneras de pensar en qué consiste la comunidad. La revolución
estética es a
la
vez
un
conjunto de transformaciones muy profundas
en las modalidades de visibilidad, de circulación,de nominación,de
inteligibilidad de las obras y de constitución o designación de una
fo
rma nueva de experiencia. Lo cual toma en cuenta también toda
u
na
serie de efectos de transformación de los mundos vividos y, por
lo
tanto, de
la
distribución entre
lo
que son capaces y lo que son
incapaces de hacer las personas, quién es incapaz y quién, capaz; y
también,
la
refonnulación de toda una serie de pensamientos y de
utopías de
la
comunidad. En ese preciso momento es en efecto
posib
le
pensar en una revo 1 ción en
el
sentido de una
r n ~ f o r m c i ó ~
de la distribución
misma
de lo sensible. También, en ese preciso
momento
el
concepto de revolución estética funciona como
un
concepto
polémico con
respecto al
concepto de
modernidad .
PRIVILEGIAR EL ESPACIO,
VO
LV
ER A PENSAR EL
TI
EMPO
En
su trabqjo, la dimensión espacial prevalece en apariencia
por encima de la dimensión temporal. De ello da testimonio
en
s
us
libros la recurrencia de términos que se relacionan
c:on
el espacio lugar de la efracción, sitio de los sin-part
e
escenas del pueblo-, sin contar las operaciones que
le
están
asociadas: «distribució11» de las posiciones, «desplaza
miento» de líneas, «pasaje» o desaparición de fronteras,
«desencuadre» de un personaje en la fábula de unq pelfcula,
elc. El estudio de una configuración espacial y de las fuerzas
que
la ocupan,
ya
sea que concierne a la historia real o al
examen
de
una obra de arte- acompaña casi todos sus textos.
Partamos muy sencillamentedel papel
que
pueden
cumpliren
mi
trabajo la noción
de espacio
o las
metáforas
espaciales . Ese
papel es esencialmente
polémico
con respecto a otros usos ya
cstablecidos de la metáfora espacial en la filosofía y, en térm inos
más globales, en laconcepción del pensamiento, del conocimiento,
cn la relación del
conocimiento
con la ilusión. A
pesar
de todo,
85
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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lo que he podido elaborar en torno a
esas
cuestiones de espacio
es , primero, una crítica de la noción
de
ideología o, má
exactamente, una manera de dar un paso hacia atrás, pues, tal
como
ya lo he explicado, la noción de ideología en el corpu
marxista
, y más particularmente en el
endurecimiento
que había
hechodeellaAlthusser, era una noción eminentementetopográfica
que
define una incapacidad para
comprender
ligada a una
incapacidad para
ver
, ella
misma
ligada,
de
una manera muy
platónica,
al hecho de que uno se halla en un espacio. Está esa
especie
de círculo del
que
he
hablado
a
menudo
, que dice que la
gente
está dominada
porque no
comprende
las leyes de la
dominación, y no las puede comprender porque el sitio en el que
se
encuentra
hace que la
gente
no las
puede
percibir.
Yo
seg
uí
el proceso de
dar
un paso atrás.
Me
dije: en lugar de hablar en
términos de visión correcta o incorrecta, hablemos en término
de lugar.
No
digamos la gente está ahí
porque
no comprende por
qué
está ahí. Digamos: la
gente
está
ahí simplemente
porque está
ahí . El hecho de estar ahí conlleva cierto saber acerca de lo que
significa estar ahí. Pero esta asignación
de
un lugar no tiene que
ver con una estructura de ilusión .
Estaba
esa reflexión sobre la
metáfora espacial y ese rechazo a la metáfora óptica que sc
asociaba con ella.
Con respecto a
Kant
, la relación en un sentido es analógica,
desde
luego se trata
de
formas a priori
de
la experiencia , pero
por
supuesto, el e spacio del
que
se trata en esas fornlas
a priori
de
la distribución de los cuerpos en sociedad y
de
las capacidade
atribuidas a esos cuerpos, de entrada es su propia metáfora. En
consecuencia
, hablar de
espacio implica hablar
de un lugar quc
puede
ser
completamente
material , pero
que
al mismo tiempo
simboliza una disposición, una distribución, un conjunto de
relaciones . Se trata del
primer elemento
importante en la noción
de espacio que se vincula con una
doble distancia
con respecto
a
la
cuestión del
tiempo
. Esta
cuestión
del tiempo es esencia l, y
sobre ella podremos volver más adelante, no
pornada
uno de mis
libros lleva por título La noche de los proletarios.
Queda
claro que lo que se podría
denominar un
privilegio del
espacio está ligado a dos cosas. En
primer
lugar, se trata de repr
i
86
1
ir las cuestiones del origen, no pensar en el origen del
pen am iento, del
conocim
iento, de
la
política, sino definir esce
l as
- la noción de escena es central y también atañe a una
Iac
ión entre espacio y
t iempo-a
partir de las
cuales
uno ve que
las cosas se distribuyen, con la idea de que el origen es en sí
ism
o siempre una especie de escena. Antes que buscar
la
escena
primitiva, se puede encontrar en diversas escenas cuá les son los
l Icmentos esenciales que producen la distribución. Ése es el primer
punto que concierne a la cuestión del espacio-tiempo.
El segundo punto es que el papel clásico del tiempo es el de
ser un
operador
de prohibición. Trabajé durante
mucho
tiempo
/1 los textos
de Feuerbach
en quien está esta fórmula ,
de cuando
hace la crítica
de
Hegel
como
filósofo del
tiempo
, el
tiempo es
lo
que excluye. mientras que el e spacio es lo que instaura una ca
e istencia . Sin
embargo
, no me convertí en un
adepto
de
1-cuerbach, no
abogo por
una filosofía de la convivialidad . Lo que
/1 cada caso me interesaba - y, en especia1 en la
medida
en que
lodas las formas de prohibición. de proscripción, de prescripción,
pasan siempre por la idea de que «no es tiempo todavía», «ya
pasó el tiempo» o «nunca fue el
tiempo»-
es
que
el
tiempo
siempre
funciona como
la coartada
de
la prohibición. Se dice:
ya
110 es posible, lo fue en un
momento
pero
ahora ya
no lo es o
sólo
es posible
que tuviera
lugar en ese momento. Yo
busqué
reem
plaz
ar
eso
por
el espacio, en el sentido en que el
espacio
es algo
como un medio de distribución , pero también de
coexistencia
.
En
alguna
medida, ello invita a otro
pensamiento
del tiem-po;
hay que
pasar por cierta
idea de la topología,
de
la disposició n, de
la distribución de los posibles, para
eventualmente volver
a
pens
ar
el
tiempo como
coexistencia. Lo que el
tiempo
niega de
manera
clásica es
la coexistencia.
Por supuesto
, se
supone que
el espacio
es
la forma de la coexistencia , lo que implica que
para
pens
ar
el
tiempo como
coexistencia, de algún
modo
hay que
metaforizarlo y, a menudo de manera espacial.
Ahora bien el tiempo no siempre fue pensado como operador
de
prohibición puede estar cargado con una promesa incluso
ha fun cionado más bien como un molar de promesa
CO/1tinua
.
87
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Por supuesto, es un poco más complicado. Ya partí de do
figuras de prohibición características: está la fórmula platónica
del obrero que debe estar en su lugar porque el trabajo no espera.
Dicho en otros términos, el tiempo es el que ordena los lugares
y el tiempo es en sí mismo un principio de división: están los que
tienen
tiempo
y los que no
lo
tienen. Y luego están todas esas
figuras de prohibición vinculadas a los temas del fin contra los que
he batallado: de
la
s utopías, de la historia, de
la
política, de las
imágenes. En el discurso del fin , se invoca el tiempo para decir: ya
no es posible, no es posible y, finalmente, era una ilusión creer que
era posi ble . Pensé en todos esos discursos del fin y lo que per
miten comprender, a saber, que el discurso de la promesa era
siempre también un discurso de) aplazami ento de
)a
promesa.
luego la nostalgia, la pérdida o la melancolía.
Digamos el resentimiento . Pero el resentimiento con respecto a
las promesas falaces es la última forma que adopta una dialéctica
inherente a la promesa misma. El tiempo de la promesa es por
lo general también un tiempo del aplazamiento de la promesa , o
un tiempo que dice que no va a ocurrir así, que sólo va a ocurrir
si se acepta que ahora no es posible. Sin remontamos a la
cuestión de la relación de la Iglesia con el fin de los tiempos, si
se piensa en toda la cues
ti
ón de la promesa revolucionaria,
cuando se la sistemati
zó
, cu
ando
se le dio una forma teórica, lo
fue bajo es ta forma : hay promesa para aqueJlos que no están
apurados, para los que no creen que el futuro ya está acá.
La
idea
del progreso es también la idea de
que
el pro
greso debe ser
orde
nado, que ante todo es una manera de recuperar el atraso y que,
para recuperar el atraso, es necesario que los avanzados se
ocupen de que los atrasados avancen, pero no demasiado rápido.
Es la demostración que retomé de Jacotot. Pero es tam bién toda
la experiencia del marxismo:
la
necesidad de esperar, contra
todas las impaciencias, que se hayan reunido las condiciones
gracias al desarrollo de las fuerzas productivas , pero también la
idea de que ese desarrollo mismo se la pasa creando nuevos
atrasados que van a constituirse en frenos del progreso, etc . Está
88
1 t ia léctica de la promesa y el momento en que, i n a l m e ~ t e lo
'1 \
domina es la idea de que la promesa misma era mentIrosa.
P ~ r o también detrás de la dialéctica del progreso y del atraso,
1.1 la oposición entre los que viven en
el
tiempo del c o n o c i : n i e n ~ o
1\ la acción y los queviven en el tiempo sufrido de la
u p ~ r
~ n c l a
1 1
rcpetición.Quizáhayaexagerado lafunción de la prohlblclon del
H mpo para marcar laoposición entre pensamientos que s t a ~ l e c e n
I
la lín
ea de reparto entre
lo
posible y lo imposible y p e n s a m l e n t ~ s
d la topografia de los posibles. Está claro que se a t a de defimr
I .1Il\cterísticas generales del tiempo y del espacIO,
S I l ~
formas d.e
Il parto de lo sensible. En la idea del «reparto de lo senslb.le» .precl-
.1I11Cnte se haIla el vínculo entre la realidad de un espacIo-tiempo
vivido
por
ejemplo, la jornada de trabajo- y símbol? de una
\ nndición. Desde este punto de vista,
el
pensamIento del tIempo es
Illla
lmente central en mi trabajo, pero se trata del pensamiento del
como división entre temporalidades antagónicas, ante el
pensamiento del tiempo como tiempo de la promesa o de su
.Iplazamiento.
el paso a un costado que usted llevó a cabo a. p a ~ t i r una
( ()//ce
pción sociológica o bien marxista de la
«d
l
s-trlbucTOn
.de
los lugares» que no lo ~ f a c í a apareció lo que es pOSIble
denominar el elemento de l ubic
uo.
Si se siguen las escenas del
¡me blo y los recorridos de los proletarios que usted ha estudiado,
casi siempre están atravesando lino barrera o pasando
u . ~ a
/¡ onte
ra: siempre acá y en otra parte. El tema de la
evaSlOn
mental vuelve también muchas veces en La noche dé los prole
tarios
y
és
es, sin
dud
alguna,
un
de
sus primer s
L once
ptualizaciones de la posibilid d de d ~ s b a r a t a r
un ~ a r
asignado por otros en la sociedad. En ese /¡bro ~ D Y . una cntIca
de las concepciones panópticas del poder que InSlsten mucho
en ese gesto que asigna el dispositivo p anóptico, en su
visibilización. Pero usted dice que, en realidad, sIempre hay
algo que no es visible, que
es también lo m ~ s importante: esta
posibilidad de evasión o
de
existir en vanos lugares. ¿Esta
capacidad l/bicua no viene a descansar o a vol
ve
r a lanzar la
c l
es
tión de los
lll
gares que cada uno ocupa en la sociedad?
89
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 45/129
En realidad el carácter «ubicuo» es mucho más
apropiado
para
el libreto que critico. A pesar de todo mi trabajo sobre todo La
noche de los proletarios no se construyó en esa época de la
hegemonía sino de la importancia preponderante que había
adoptado cierta interpretación del pensamiento de Foucau lt
como el
pensamiento
de la disciplina de tecnologías que ponen
al cuerpo en su lugar con
todo
un pensamiento del poder como
que parece tener a todos los humanos bajo su mirada y no só lo
es
capaz
de verlos a todos al mismo tiempo sino hacer de tal
modo que ellos interioricen su sumisión. Ése era el dispositivo
panóptico tal como se lo mencionaba en los años 1975 :hay un ojo
central que te está viendo por todas partes a donde vayas. No
sólo te mantiene en tu lugar sino que predispone loque podés
ver
y cómo lo podés ver. Una
vez
más es el modelo que defendía
Althusser: el pensamiento del dispositivo óptico que
produce
en
los sometidos no sólo ilusiones ópticas sino toda una incorporación
de las razones del poder. Pasé mucho tiempo polemizando contra
esta visión aunque no haya
habido
una
polémica
directa con
Foucault.
Por un lado trabajé sobre otros archivos del poder
-sobre
todo los de la vigilancia de teatros y cafés-concerts- para mos
trar que el poder
controlaba
bastante mal lo que
pensaba
controlar. Per o en el análisis de la emancipación también mostré
que el problema no consistía en escapar a las garras de una
suerte de
monstruo
tentacular sino en concebir la posibilidad de
llevar una vida distinta a la que se estaba llevando .
De
a llí
proviene un papel dado precisamente a otra«óptica» otro
tipode
relación
entre lugar
y mirada:
l
insistencia sobre
todo
en
a
noche de los proletarios sobre
l
posibilidad de desplazar el
propio
cuerpo
y l propia mirada : echar un vistazo a
través
de la
ventana tomar posesión de l perspectiva la mirada circular de
la prisión l investigación del obrero de l construcción que viene
a inspeccionara su manera la prisión celular. .. Lo cual se vincu la
con la práctica quecambia lo s horarios o su modo de interiorización.
Antes que una postura ubicua se trata de l afirmación de que
cada lugar puede prestarse a la reconfiguración de los lugares.
Siempre intenté decir que un ser del que se supone que se
90
halla fijo en un lugar en realidad siempre estaba participando
en varios
mundos
lo cual
conformaba
una
posición
polémica
contra esa teoría asfixiante
de
las disciplinas aunque también
se
trata
ba de una
posición teórica más global contra
todas las
formas de teorías identitarias.
De
lo
que
se trataba era de de-
cir que lo que define los posibles para los individuos y los
gr upos Ilunca
es
la
relación entre
una
cultura propia
una
identidad
propia
y las
formas
de
identificación
del
poder
que
e tá en cuestión
sino
el
hecho
de
que
una identidad se
co nstruye a partirde ulla gran cantidad de identidades ligadas
a l gran cantidad de lugares que los individuos pueden
oc upar la multiplicidad de sus pertenencias de las formas
pos
ibles de experiencia.
EXCEDENTE o ACONTECIMIENTO
Sus escritos del mismo modo que rechazan el sistema
resisten al estilo ontológico; en ellos asistimos a la desiden-
tfficación de los seres; observamos la insistencia de entidades
«mixtas» inseparables de capacidades inéditas que pueden
su rgir en cualquier lado y en cualquier momento ;
contemplamos en ellos una inestabilidad de las posiciones
sea cual fuere el grado de endurecimiento de los lugar
es
ocupados
en
la sociedad etc. Una filosofía como la suya
mues
tra
singularidades indeterminadas
capaces
de
reconfigurarse de otra manera y de construir una escena
que desplaza la evidencia sensible. Su universo se distingue
así con claridad de la ontología deleuziana que absolutiza
según su opinión el concepto de diferencia al punto que
hace que le falte la enorme cantidad de rupturas o de
intervalos de la que se supone que debe dar cuenta. La
ontología que a pesar de todo se le podría adjudicar sería
por lo tanto más bien la de un excedente o del exceso
consigo términos que por otra parte aparecen en sus
primeros escritos con sus equivalentes. «Pueblo» escribe
usted por ejemplo «es el suplernento que distinglle a
l
9
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 46/129
población de ella misma al suspender las lógicas de la
dominación legítima.
Todo
depende
de
lo
que
se comprenda
por
ontología. Si por
ontología
se
entiende una teoría
del
ser en tanto que ser,
o del
ser
del ente, está
claro
que
nunca
me ocupé
de eso,
pues
no sé
nada
al respecto y no poseo ningún medio para saber lo que es el ser
en tanto
que
ser.
Por
lo general, no me
intereso
más
que
por las
cosas
de
las
que tengo
los
medios para
saber
de
ellas, por las
cosas sobre las que puedo establecer
una
hipótesis y
verificarla.
Si volvemos a la cuestión
del
excedente, nunca me ocupé por
hacer
una
teoría
del
excedente que sería una teoría del ser
como
lo que conlleva el suplemento, el excedente, el-una-además, o
una
teoría
del infinito.
Me
centré en una cantidad
de procesos,
de
maneras
de
pensar esos
procesos;
siempre busqué
construir
formas de racionalidad aplicadas
a
conjuntos de casos que ponen
en un primer plano algo como un exceso. El exceso no
como
un
exceso que
sería
de alguna manera inmanente
al ser, o un
exceso
sobre el ser. Toda
vez
que he pensado el exceso ha sido siempre
una
relación
entre dos cosas. Por ejemplo, en torno a la cuestión
de
los
nombres de
la
historia
, hablé
de
un exceso
de
las palabras
con respecto
a los cuerpos que
pueden designar,
exceso
por
e l
cual
los
cuerpos pueden apoderarse de
las
palabras para hacer
cosas
en
exceso con respecto
a lo
que se espera de
ellos.
En
las
«Tesis sobre
la
política» construí mi reflexión en torno
a
ese
incomprensible
séptimo
«título
para gobernar» que
Platón ve que
se
agrega
a los
criterios
normales
de legitimidad del poder.
En cierta medida, el
exceso está
siempre
ligado
a una
dua
lidad, a una
diferencia,
se
trata siempre
de
una
no-concordancia.
El
exceso
no
es
un
poder
ontológico
excesivo, destructor. Hay
exceso
en
l medida en
que
es posible decir que
hay
multi
plicidades
, conjuntos
que
no se corresponden entre sí. Entre la
multiplicidad de
nombres y la
multiplicidad de
cuerpos no
hay
concordancia, y la política es
posible
a causa
de esta
no
concordancia
, como la
literatura
es una manera de
tratar esta
no -
54
ux
bords dll poliriqlle
París, Ga llimard, col. «Fol io», 2004.
p
234 [En
los
bordes de
lo
polírico.
u enos Aires, La Cebra. 2007 .
92
l:onc
ordanc ia
.
Es
un
poco
lo
que había elaborado
en Política de
a
literatura
en torno
al
desacuerdo
y al malentendido
como
diferentes maneras de
tratar
el exceso de palabras
con
respecto
a los cuer
pos
y, al
mismo tiempo
, el
exceso porel cual
los
cuerpos
pue
den
apoderarse de las
palabras para
hacer que
signifiquen
otra cosa y sustraerse
de
s u propio destino . Si cabe llamar a eso
una ontología, no tengo la menor idea.
Por lo
general,
más bien
pensé
en algo
como
una poética
ge neral, un
pensamiento
general
sobre
las
múltiples
maneras
con
que es posible hacer que funcione ese
intervalo,
esa no-con
cor
dancia entre las multiplicidades. Del mismo
modo
, siempre
insi stí
en
el hecho
de que una ontología
en
cierta medida es
sie mpre un poema, nunca es el discurso que dice la verdad sobre
la
difere
ncia, el
exceso,
el
excedente, sino una
manera de cons
truir algo
como
una metáfora, una alegoría
de esta
distribución.
A
partir de eso es que
intenté
decir que es posible tener
una
ontología
del
arte, de la literatura, pero se tratade ontologías que ,
de
alguna manera, se construyen
en la
práctica. La
literatura
co
nstruye
su
propia ontología
y, en
consecuencia,
es
pe
rfectamente posible
hacer una
ontología de
los
seres
literarios,
si
uno quiere, pero siempre con
la
idea de que una ontología es
un discurso de
circunstancia.
Es
otra manera de
tejer vínculos o
construir puentes entre diversos regímenes.
En el fondo,
toda
la
cuestión consiste en saber
si
se piensa que
es necesario construir un sistema de razones que articule todas
las
racionalidades juntas
.
Lo
cual
no me parece que sea menester.
I Iay algunas personas que pueden tener la necesidad dt: construir
u
na
ontología, un gran poema que va a permitir construir la
re lación
entre diferentes regímenes de racionalidades
para
ho
m
ogene
izarlas. Puesto
que
no siento la necesidad de
homogeneizar
,
puesto que pienso que, a pesar de todo , avanzamos en la com
p
rensió
n
de
un sistema
de racionalidad
en
la medida
en
que no
b
uscamos
a
cualquier precio relacionarlo con otro,
no me
es
menester construir una
ontología en
tanto
que
tal, si bien no
pr
ohíbo anadie que construya
mi
ontología. Sé de alguien que
, al
res
pecto, hace mucho tiempo, había
hecho una
exposición que
es taba
muy
bien
construida.
Pero nunca
dio
la
versión
escrita .
93
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 47/129
Volvamos a las
singul rid des
y a los momentos que
corresponden a las escenas que usted estudia. En varios
lugares insiste en el hecho de que su atención se dirigió
h ci la «multiplicid d de micro contecimientos» que
tr nsform n la percepción que podemos tener de las
coordenadas, a la vez sensibles y simbólicas, en las que se
mueven nuestros cuerpos y se despliegan nuestras existencias.
Sin embargo, tenemos la impresión de que usted no utiliza
mucho ese término de « acontecimiento» . ¿Aceptaría que se
diga que usted privilegia, en lugar del uso del concep
to
de
acontecimiento, tan preciado en su generación f i l o s ~ f i c a la
plasti cidad de una descripción local?
No
estoy seguro de que el concepto de acontecImIento sea
interesaQte
como
forma global de inteligibilidad. Pretende
introducir una ruptura en la cadena causal, pero se mantiene en
la lógica jerárquica. El acontecim iento, en la lógica cien-tificista,
erael efecto de superficie. En la filosofía del acontecimiento,
por
el contrario, se convierte en el golpe que viene de arriba. E l
modelo del acontecimiento es la conversión: San Pablo arrojado
debajo de su caballo.
La
noción del acontecimiento impone cierto
esquema
de identificación, construye algo como especialistas,
personas que saben identificar lo
que
es un
acontecimiento
y
aquello
que
no loes . Para mí, la posibilidad de
que
una acción, un
paseo
por
la calle, una mirada por la ventana, la proyección de
una película, personas
que
salen a
la
avenida, a un espectáculo,
sea un acontecim iento, es una posibilidad que no
es
posible axio
mati
zar
a partir de una axiomática del acontecimiento. Intento
identi ftcar en
toda
una serie de situaciones
cómo
se produce una
alteración.
Contra
los pensadores del Otro, de la alteridad, del
acontecimiento, de la trascendencia, siempre traté de
pensar
las
alteraciones de potencia aleatoria. En una
pequeña
escena de un
relato cualquiera como los que utilicé en La noche de los
proletarios,
en la que se puede decir que pasa algo, es posible
localizar algunas cositas. Pero ese «pasa algo» no dice nada
sobre
la
potencia, sobre la extensión de ese algo .
Siempre
es
posible analizar una situación pequeña o gr ande en térm inos de
94
aconteci miento . Según mi opinión, eso quiere decir que uno
localiza
por
donde pasa la alteración. Esta pequeña escena en la
jorna
da
de trabaj o de
Gauny
en
que
está mirando por la ventana
puede definir un
acontecimiento
. Pero en mi texto es
un
acontecimiento que intenta calificar lo
que
en cierta medida dice
Ga uny.
Puede
tratarse solamente
de
eso pero en
un
acontecim iento
como
el de personas que salen en masa a la calle,
el acontecimiento
puede
consistir en varias cosas: en una trans
formación de la visibi lidad de esas personas, una transformación
del
poder
al que se oponen. El a contecimient o puede consistir en
la afirmación «notenemos miedo» y, a partir del momento en que
se afirma que no
tenemos
miedo, no tenemos miedo.
Lo
que
define un estado es toda una serie de alteraciones de relaciones.
Un estado se define
por
todo un sistema identificador:
estamos
acá, eso quiere decir: esto
es
lo
que vemos
, lo
que
escuchamos,
de lo que
somos
capaces. Hay un acontecimiento
cuando
hay
IIna transformación significativa de uno de esos elementos. Se
puede
pensar
en lo
que pudo ocurrir
con la «primavera árabe» .
n cierta
medida
, se trata del acontecimi ento de constitución de
una multitud
que
no sabía
que
era una multitud .
Un
estado de las cosas es
siempre
un paisaje de
lo
posible, y
existen alteraciones de ese paisaje de lo posible. Una
vez
más,
esas alteraciones ocurren por e l hecho de que ese paisaje
mismo
es sie
mpre
heterogéneo. En
consecuencia
, lo posible que no está
en los brazos puede estar en la mirada, el
que
no está en la mirada
puede estar
en
la cabeza,
lo
posible
que
no está en el taller puede
estar en
la
calle. Es
eso
lo
que
me interesa, a saber, las posi
bilidades de reconfiguración
de
un
campo
de posibles .
Lo
que
pone distancia con
respecto
a todas las teorías del
acon-
tecimiento
que
son teorías de la trascendenci a o, con respecto a
las teorías
como lade Foucault
, que intentan delimitar, sistemati
I:ar lo que es posible
pensar
, decir, concebir (pienso en el
Foucault de
La arqueología del saber .
A pesar de todo, lo que
construí
era
a la vez en referencia y
como
reacción a FoucauJt;
quería decir que en un
mundo
dado de experiencia, hay diversas
maneras de sistematizar
esta experiencia
porque preci samc ntc
ese
mundo
está hecho de varios
mundos
, de varias líneas de t -
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 48/129
poralidad, de varias líneas de posibles.
Lo
cual tiene consecuencias
en ,
la
.manera
de pensar
la ruptura política
tanto como
la ruptura
artlstlca.
Es una
puntualización
importante
, pues
todo
e l
vocabulario que usted emplea - «ruptura» . «efracciór/ ,
«distancia» puede llevar a creer que la escena disensual
remite después de todo a un acontecimiento irreductible.
Se trata de un comen/ario que se puede leer con cierta
frecuencia. Lo cual también
plantea
la cuestión del lugar
del p ensamiento con respecto a los acontecimientos. Nos
gustaría ubicar
el
suyo sobre la base de una expres iólI
q,ue aparece en diferentes partes, como
por
ejemplo en el
Mulo de un texto que
usted
escribió sobre Serge Daney:
«El que viene
despu
és »55 Foucault también había
sistematizado esa
noción
,
Deleuze
también, e incluso
Derrida. Es un tropo filosófico
del post
68 ¿Cómo obra
en usted esta posición del filósofo
con
respecto al
acontecimiento? ¿Acaso /a filosofía no se halla siempre
en un perpetuo estado de aplazamiento ?
Pues
, en
definitiva, su posición es que no es posible decir el
acontecimiento, que no resulta posible anticipar/o.
Llegar después
, en el
texto
que usted cita
que
tenía que
ver
con
Serge Daney
, es la
po
sición del crítico.
Lo que me
interesa
co
n
p ~ t o
a .
Ia posici
ón del crítico
-en
fin,
en
los
tiempos
en
que
todavla
eXl stla algo por el
estilo
,
pues
la
crítica
ya casi no existe
es en
qué medida
e l
régimen est
ético
correspondería
a una trans
formación de
la
función crítica. El crítico
ya no es
el
que compara
la
obra
con una
norma
, el que
dice
si
está
bien
hecho
o si está mal
lo cual
quier
e
decir también que
ya
no
es el
representante
de
público preconstituido al
que
se dirige la
obra
y
que dice
si la
dirección ha sido o
no
la correcta.
En
un texto
que
quedó só lo
como una conferenc ia, es
tudié
esta
transformación
de la crítica
representativa en crítica
estética
: el crítico
ya
no es el que
dice
5;
«Celui qui vient apré s - Les antinomies de la pensée critique » [El que viene
después - Las antlllo
mla
S del pen
samiento
critico] , en Trafic n° 37, primavera
del 2001. pp . 142- J 50.
96
1II
quc la o
bra debe ser
sino lo
que
la
obra es
. El
crítico es
quien
.1
a identificar lo que está pasando.
Pero a l
mismo tiempo, ¿qué
quiere
decir
identificar lo
que está
p.lsando en
una
obra, en una
situación? Quiere decir construir
el
Illllndo sensible al que
pertenece
esta
obra
o que vuelve posible
I l ;lctO. Es
también
lo que
quiere
decir la lógica del suplemento .
I
m
eje
mplo
, con frecuencia he insistido en el
hecho
de
que
el
I es elarte de lo visible que es ampliamente invisible, que está
Iwcho por lo que se dice a su respecto. El
que
llega
después
es
I
I que to
ma
una decisión
sobre
lo
que
pasó.
Según mi punto
de
1 la, no se trata de una decisión del estilo: «epa, el acontecimiento
h,l causado
impresión»,
en que se organiza una especie
de
11IIlceso
de
desarrollo de lo
que
el
acontecimiento ha hecho
11Ilsible.No
, el crítico-o el filósofo, o cualquier otro nombre que
.lIlopte quien ejerce esta función
de actuar
como suplemento- es
I I que d ice: he
aquí
la alteración
que
tuvo
lugar
, y acá está el
IIllIndo sensible, el sens orio al
que pertenece esta
alteración . No
di
o
pa
ra nada
que
ése
sea necesariamente
el
trabajo
del filó-
lIt),
es
la manera
en que
comprendo
el
hecho
de
llegar des
]lllés. Se intenta localizar, en un
sistema
de
posibles
, lo que llegó
pMa
des
plazarlo
y, al
mismo tiempo
,
construir
el
nuevo orden
de
In pos ible o el
nuevo
sensori o al que pertenece esta obra, o este
lIcio,
si se piensa en política. .
bsto puede parecerse
a
otros procedimientos
,
excepto que no
l
trata de
ser
la lechuza de
Minerva
, y tampoco se trata de ser
l
mno un nomoteta
del
acontecimiento
.
Precisamente, diría que
l'se tra
bajo
, tal
como
lo
pude hacer
,
esa
manera de
circular entre
.Iconte
cimientos históricos
,
ficciones, la historia de las
II ansformaciones de ciertos textos, la
historia
de los
aconte
t.:llnientos literarios, artísticos, o de
pequeñas
historias
como
las
que se
cuentan
en
La noche de los
prol
etarios,
era
una manera
lit: distribuir esa función del que llega después . Se puede definir
'
omo una
especie de
permanencia
de) llegar
después
, una
l'
onsta
ncia del llegar después
que consiste
en el
hecho
de intentar
'onsta
ntemente marcar
los
mundos posibles que se construyen
l n el
lugar
en
donde
están,
que
tal
vez se
han
deshecho
entre
t.:<lda circunstancia.
97
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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DEFINICIÓN DE UNA ESC ENA
Usted dijo que las jilosofias del acontecimiento han creado
especialistas en la identificación de los acontecimientos. Este
problema de la identificación también es posible planteárselo
a propósito de las «escenas» de las que se habló desde el
principio
de
estas entrevistas que constituyen la materia i-
ma de su pensamiento. Dado que el término ha sido retomado
en numerosas ocasiones sin que
se
lo df :fina de nuevo nuestra
pregunta cruda es ésta: ¿en qué se reconoce una escena?
¿Cómo se la identifica? ¿Cómo describir l
eer,
aprehender l/na
escena y cómo identificar
lo
que pasa
en
ella?
Hablemos
en
primer
lugar del sentido de la escena
como pues
ta en práctica de un método .
El método que
seguí en mi trabajo
consiste en
elegir
una singularidad
cuyas condiciones de
posibilidad se intentan reconstruir a partir de una exploración de
todas las redes de significaciones que se tejen
alrededor de
el l
a
Es
la
aplicación del «método Jacotot» :
«aprenderalgoyrelaciona
r
todo lo demás»
un
método que yo apliqué de
manera
instintiva
incluso antes de haber leído a Jacotot. En cierta medida es e l
método de
los «ignorantes» a la inversa del
método
que en
primer
lugar se proporciona un
conjunto
de
determinaciones
generales que funcion an
como causas
e i ustra
sus
efectos a
través de cierta cantidad de
casos concretos
. En la escena las
condiciones
son inmanentes a su efectuación.
Lo
cual quiere
decir también que la escena
tal
como yo
la
concibo es
esencialmente antijerárquica. El «o bjeto»
es
lo que nos indica
cómo podemos
hablar de él
cómo podemos
tratarlo.
Dicho lo cual la escena siempre se
construye tanto
como se
la identifica . Si tomo el relato que
Gauny hace de
la jornada de
trabajo puedo identificar que ahí están los
elementos
de una
escena no tanto a
causa
de su manera de
describir
una jornada
laboral tipo - una suerte de
microcosmos- sino por la
manera a
partir de la cual l
os
ritmos del
tiempo
se asocian con
poderes
de
sometimiento
o de liberación. En este punto
parecería
que en
cierta medida
una escena encierra otra . Se
puede conectar
con
Platón y con esa famosa historia del trabajo
que
no
espera
.
98
Yo identifico
una
escena en cuanto a que
construye
una
diferencia en una situación y al
mismo
tiempo crea una ho
mogeneidad transversal con respecto a la
jerarquía
de los
t
iscursos ya las
contextualizaciones
históricas. De esta
manera
encuentro una escena potencial en
una
carta que Gauny envía a
suam igo «sacerdo te» sansimonian o; en la que le dice: «no podré
verte
mañana porque
el
tiempo
no me pertenece pero si a
eso
de las dos de la tarde estás cerca de la Bolsa
podremos vernos
I:o
mo dos
sombras
al borde de los infiernos» . En esas líneas
que
se prese
rvaron
milagrosamente identifico una posible
escena
porq ue la descri pción factual d e una situación es
de
inmediato la
cm blematización
de esa
situación y que ésta se abra a otras
cscenas: está a la
vez
Dante
que
está presente de
manera
cxplícita
asociado
a la Bolsa
como
está asociado a la fábrica en
J I
capital
y luego Platón
que
lo está para mí
de
un
modo
implícito.
Obtengo
una escena sobre la distribución de los
humanos en función de
la
posesión o de la ausencia de tiempo.
La escena es una entidad teórica propi a a lo que
denomino
un
método
de
la igualdad porque destruye
al
mismo
tiempo
las
jera
rquías entre los niveles de realidad y de discurso y los mé
tod os habituales para juzgar el carácter significativo de los
fenómenos.
La escena
es el encuentro directo entre lo
más
pa rticular y lo universal. En este sentido es el opuesto
exacto
de
la generalidad estadística.
Imaginemos
que
tenemos
enfrente
una investigación sobre la
conciencia
del
tiempo
en los obreros
de diferentes
edades
y oficios.
Lo que
en
ella desaparecería
es
la posibilidad de vincular directamente el tiempo
como
experiencia
vivida y el
tiempo como
estructura simbólica en la experi encia de
un individuo cuyo universal supuestamente no entra
enjuego.
Es
la a puesta igualitaria. Por supuesto la escena sólo existe en el
cas o de que yo le dé
vida
a través
de
la escritura.
Ocurre de una manera
diferente
cuando
la
escena
ya
está
constituida. Si tomamos
lafamosahistoriade
la secesión aventina
o
btengo
una
escena porque esta
historia
ha
sido reescrita
nume
rosas veces. Tito Livio
cuenta
la
escena
a la manera de un
histo
riador
antiguo
transformándola
en apólogo. Este
apólogo
va le
de
inmediato
como
descripción y legitimación
de
unaje-
99
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 50/129
rarquía social. Ba llanche en 1829 la reescribe de una manera
totalmente diferente no dando vuelta la relación entre lo
tém1inos sino inscribiendo al apólogo en el núcleo de toda una
dramaturgia que se construye en tomo a la pregunta «¿hablan o
no hablan los plebeyos?» lo cual para mí tiene de inmediato una
doble con
ex
ión primero co n Aristóteles; con
la
oposición entre
lógos yfoné, pero también hay otra conexión inmediata pues el
texto sepublica en 1829 y en 1930 el pueblo de Par ís sale a lacalle
en
tom
o a la cuestión de la libertad de prensa . Lo que puede ser
puesto
enjuego
es una cuestión de intens idad o de maximización
de significaciones de la multiplicidad de escenas de registros de
discursos que pueden interveniry también de la capacidad de una
transversal que hace
que
la hi
stor
ia concreta sea a la
vez
materia
para una escritura litera ria y materia para una moral filosófica
que sea posible de inmediato hacer que se encuentren el discurso
del filósofo con el discurso del que por definici ón no puede
filosofar a saber el obrero .
Construyo la escena como una maquinita en
la
que se pueden
condensar el máximo de sig nificaciones en tomo a la cuestión
central que es el reparto de lo sensible . A partir de eso la cons-
truyo la entronizo como escena en función de su capacidad para
interrogar todos los conceptos o los discursos todas las ficciones
que tratan las mismas cuestiones a saber qué relación hay entre
el hecho de tener
tiempo
o no tener tiempo y el hecho de poder
pensar o no poder pensar.
¿En qué se distingue la escena de una alegoría?
La alegoría se construye para ilustrar una idea mientras que la
escena es ante todo un encuentro. ncontré puntos que son
como puntos de lo real en que se encuentra en
juego
todo un
sistema de relaciones simbólicas que son también como un en-
cuentro un choque entre diversos registros de discursos Está
ese núcleo real del encuentro que yo elaboro a mi manera lo cual
es
bastante diferente de una alegoría. En la alegoría está la idea
y su ilustración .
En
una escena el pensamiento y la imagen ya
no se distinguen. Si se piensa en
la
escritura del Maestro
ignorante, con esa mezc la sistemát ica de voces lo que según mi
1
punto de vista puede
que
con stituya la fuerza de mi texto es
prec isamente que resulta casi impos ible separar el relato del
comentar io separar lo que se prese nta como el relato de algo real
de
la
reflexión acerca de esa rea lidad o de una ficción que yo
habría podido inventar
por
completo.
Lo
que constituye para mí
la escena es esa complejidad de niveles de significación y esa
transversal entre los niveles de discurso.
Hse tema de los encuentros, y en particular de los encuentros
alU
dos, le interesa desde La noche de los proletarios. En
lec /o, a nosotros nos
par
ece que lo que constituye una
escena
es
también un encuentro que
guarda
algo de
Incumplido, de inacabado, que no llega a término.
Sí en fin tal vezese día se encontraron; lo que dice simplemente
es que no tiene mucho tiempo . Por supuesto esa cita empírica
de
Ga
uny y su amigo sansimoniano tiene que reubicarse en la
cuestión más amplia de la cita fallida entre obreros y utopistas .
El fondo de la cuestión consiste en saber qué se entiende por cita
fa
llida. Es una cita en que el sentido y el efecto del encuentro no
son necesariamente lo que se había previsto. Si tomamos a
/loche de los proletarios,
hay toda una serie de citas fallidas
entre utopistas y obreros que se puede volver a encontrar en
lomo a 1968 en los de los izquierdistas con los obreros que
intentan reclutar. Pero por otro lado no se trata de citas fall idas
la ape rtura de un espacio efectivo
y
luego el mantenimiento de
la latencia de lo incumplido de ese encuentro.
Que
la ~ i t
sea
a
la
vez
fallida y no fallida es
también
lo
que
permite
tener
una
relación con el acontecimiento con la historia que no es la del
resentimiento . Si la cita tiene éxito entonces termina en re-
sent imiento. Si es fallida
termina
en
una
constatación de-
cepc ionada de que no tuvo lugar si la cita es a la vez fallida y
ex itosa quiere decir que su poder persiste .
No
s gustaría prolongar la cuestión de la «escena» como
categoría central
de
su filosofía en fimción de otro término que
vuelve de manera rec urrente
en
sus libros: el discurso, o más
1 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 51/129
bien la palabra la materia prill/o
de
las construcciones
de
escenas. s el uso
de
la palabra v todo lo que usted afirma a
propósito de la escena del Aventino sobre el pasaje del ruido
a la palabra. Tomemos ahora como ejemplo lo que pasó el
Francia en 2005 con las revueltas en
los
suburbios pues se les
ha podido reprochar a esas explosiones el hecho
de
no tener
un discurso. Se instaló una denigración que decía para
retomar su terminología que por
un
lado se habían quedado
en el «ruido» que
por
otro son movimientos de guerrilla
urbana. l escucharlo al leer sus textos es posible preguntarse
si esos acontecimientos como otros del mismo orden deben ser
considerados como escenas
en
que fallan el relato y la palabra.
Pienso que el poder del acontecimiento está ligado a pesar de
todo al poder de las palabras que tienen la capacidad de cali-
ficarlo. Un acontecimiento político es una modificación de l
manera en que puede decirse una situac ión y en el reparto de las
capacidades de decirla . Una vez más, las pa labras también da n
un futuro compartido a la escena que se construye. Pienso que
una escena muda es una escena
que no
construye un tiempo
compartible y un espacio compartible, y pienso que es el caso de
lo
que pasó en 2005 . Fui atacado con mucha violencia porque
había dicho que «los amotinadores no han hablado» .
Ahora
bien,
hay muchas maneras de entender ese «no han hablado». La más
corriente piensa que son iletrados y que lo único que quieren es
romper todo. La seg unda pretende valorizar, dice: en realidad,
hablaron en su lenguaje mudo, que es, en sí mismo una protesta
en contr a del lenguaje de ustedes. Es la lógica del Comité Invisi-
ble. Según mi opinión, esta supuesta valorización consiste en
decir: tanto mejor
si
no hablan la lengua de las palabras, de esa
manera es posible interpretar lo que dicen sin decirlo. En efecto,
todas las personas que dijeron «ustedes son prejuiciosos, ellos
hablaron sin hablar, hablaron rompiendo, quemando» podían decir
eso pues ya sabían el sentido de lo que estaba pasando. En lo
personal , siempre luchéen contra de cierto gusto de los intelectuales
por las personas que no hablan, pues resulta posible construir su
discurso, es posible sostener el discurso que no sostienen, decir el
102
sentido
-que
ellos mismos ignoran-de lo que están haciendo, y así
sucesivamente. Desde ese punto de vista, sigo estando convencido
de que el poder de una escena, es decir, la potencia de un des-
plazam iento de las posiciones sensibles, está siempre ligado l hecho
de que el ruido se convierte en palabra. A veces, l palabra puede
ser mín ima, pero pienso que debe estar presente.
Lo que me había
impactado en 2005 es que los manifestante s
hayan recogido y, a la
vez
, rechazado las palabras de Sarkozy,
las palabras del político, únicamente como la marca de una
estigmatización contra la que estaban luchando; las rechazaron,
no buscaron retomarlas, afirmarlas positivamente que «la
gentuza», de acuerdo, eran ellos, como dice la canción: «Es la
gentuza. Y bien Ahí estoy».
En
el pasado, muchos movimientos
revolucionarios partieron de esta manera, por una capacidad de
trastornar, a veces bajo la forma del malentendido, las cali-
ficac iones
que
la gente de arriba imponía a l gente de abajo. Lo
que me impactó de eso
es
la relación que mantuvieron
personas
que hablan y que pueden calificar y personas que van a
manifestarse con violencia contra l manera con que se las
califica, sin pensar que en las palabras del adversario hay algo
que pueden retomar, para ellos y para todos .
¿Qué tipo de escritura o qué tipo de descripción ordena una
escena? ¿Y tiene que ser necesariamente un relato? Pues
parecería que vinculado con el motivo de la escena también
hay en su filosofía ese tema del relato. Y .finalmente un
relato es algo muy simple; para constituir uno se necesitan
dos cosas: un sujeto y acontecimientos. Si se necesitan un
sujeto y acontecimientos eso quiere decir que probablemente
haya en su trabajo algo como una teoría del sujeto que
estaría relacionada con la cuestión de la palabra del
nombre del lugar de la enunciación.
Yo pienso que hay diversas maneras de describir una escena. En
un
sentido, la escena puede no contarse, puede permanecer en
cie rta
medida
ella
misma
latente . Si, por ejemplo tomo el
encuentro en torno a la Bolsa, en cierta medida se menciona un
hecho, pero la escena global de donde de algún modo sale ese
103
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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hecho me la guardo
para
mí. El
curso
de lo
que
se
cuenta
no cs
el relato de
la escena
sino lo que me
permite
a
mí coordinar
s
hechos
que pongo juntos. La escena
puede perfectamente
man
tenerse latente
como
el principio de inteligibilidad por detrás de
la escritura,
que no
se
escribe
tal cual.
La
escena
se puede
contar
,
puede tener una
voz, en ese
momento
hay
que
inventa
rl
e
un narrador, es necesario inventar un modo de narración.
Los modos de narración
pueden
diferir. La escena del
mo
nte
Avey
en El desacuerdo,
porque
, en un caso, lo
que
se
va
a
tratar
deponeren primerplano es la manera que adopta el
senador
pa ra
ser capaz
de
hablarle
a la
gente que
, para las
personas de
su
casta, no habla. Jacotot dice todo el tiempo que la emancipació n
no es
el
método de
los
pobres
sino el
método
de
todos
.
Lo que
se
describe
en
E maestro
ignorante,
por
lo tanto, es
la manera por
la cual el
que
es supuestamente erudito
accede por
fin a otro
modo
de la palabra . De lo que se trata es del poder que uno se
otorga al suponer que el otro te entiende. La cuestión se pone en
escena de manera diferente en
El desacuerdo ,
en donde de lo
que se trata es, para hablar con
mayor
propiedad, de la fuerza
por medio
de la cual logran
hacerse
escuchar los
que se
reunieron en el
monte Aventino.
Se puede
decir que
se trata
de
la misma escena , pero en un caso está pue sta del lado del
pensamiento del lenguaje compartido y de la potencia que ello
conlleva , del pensamiento como algo que pertenece a
todos;
en
el
otro
caso, lo
que
se
puso en
escena es el poder de
efracción
política de los
que
logran
hacerse
reconocer como
actores
de
una
situación en la
que no son
actores. En cada caso, la
escena
es la
constitución
de una potencia
subjetiva: la
potencia
de un
sujeto
le
ga
l En uno y otro
caso esta potencia
se constituye
mediante
el
ejercicio de un disenso: el interlocutor le presta una capacidad de
hablar a quien no se esperaba que hablara, o bien afirma esa
capacidad que se le estaba negando. La primera escena es
la
de la
emancipación intelectual en el sentido que
le
da Jacotot: se adopta
la presuposición de la igualdady se laverifica;
la
segunda es política:
se verifica la igualdad que el otro nos está negando. En los dos casos,
la
función del sujeto es la de una enunciación que re )construye un
reparto de lo sensible En cierta medida, lo que se halla en el corazón
104
dc la subjetivación son los modos de implicación. La
u b j e t i v ~ c i ó n
es
la alteración de
un
campo de experiencia que se caracteriza por
cierta distribución de las capacidades.
LA SUBJETIVACIÓN
EN PALABRAS
Sin embargo,
en
esas escenas o en esos relatos que usted ha
cosechado y construido hay algo que surge, una palabra. que
precede las posibilidades de subjetivación: no son los sUjetos
quienes se hallan
en
el origen de la palabra sino que una
pa
-
labra es la que los constituye. También nos parece que esas
palabras son
de
diversas clas
es
no sé si es
por
efecto
de
.la
investigación misma
o
si hay efectivamente
p a r ~
u s ~ e d
var :os
conceptos de palabra, varias economías o mas blen.
vanas
efec tividades de la palabra. En La noche de los proletarios,
por
e
jem
plo,
ya
aparece la «palabra muda»; la «palabra errante»
está en alguna parte; la «palabra obrera» sobresale o c o n t r ~ l a
el conjunto. ¿Hay varios tipos de palabra que correspondenan
a distintas clases de efracción
o
de subjetivación?
Ante todo está la subjetivación en el sentido de quien
toma
la
pa labra, es decir, el ejercicio de
una
capacidad q u e . ~ o se r e c o ~
na cía
en
nombre
de un sujeto
que no
lo es.
La
efraccIOn
que
esta
ah í
en juego
es
la
refutación
práctica
de
la oposición e - r á r ~ u
ica
en
tre la palabra
argumentada
y
la voz
ruidosa .
Pero
este mIsmo
tomar la palabra pasa
por
el hecho de que
está
la .palabra a
dis posición, en
forma
de
«carta errante»
y
ya
es
una forma
d:
ef
racción la de
apoderarse de una palabra que no te esta
des
tinada
. Es la cuestión que
se
desarrolla en Les Mots de
I histoire [Las palabras de /a historia]:
está esa
tensión ~ a c ~ a
del
hechode
que la novedad revolucionaria pasa
por
la aproplaclo:-J
de
palabras que
son antiguas, palabras de la
tradición r e t ó ~ i c a
Fraseando esta palabra sin edad
escomoel
pueblo o
el
proletariado
to
ma la
palabra
. Lo que
conlleva dos
reacciones . Está la
valoración de la palabra
viviente en contra
de esa palabra
muerta «muda»
de los oradores
republicanos. y
luego está el
105
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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recurso a otra palabra muda: la puesta en escena del escritor
republicano Michelet, que suprime esas palabras «retóricas»
mudas para sustituirlas por una palabra muda
que
habla de
verdad, la palabra de la s cosas mismas, que hace callar.a .esos
habladores porque habla mej or que ellos, con mayor autentJcldad.
¿
Una especie de confiscación de la palabra?
No se trata exactamente de una confiscación de la palabra
sino de una nuevajerarquización que dice que la verdadera
palabra
es
la que
no
habla , la que se
inscribe
allí donde
nadie
habla
, sobre las cosas sobre el territorio . La gente se ensañó
mu
cho
con la
palabra
retórica de los oradores republicanos
como
si
fuera
la
marca
, la
huella
del
muerto sobre
el
vivo.
Piensen en Marx
yen
su juicio sobre la Revolución
Fra
ncesa
como una nueva puesta en escena de una antigüedad
imaginaria.
Ahora
bien
, lo
importante
consi
ste en
que el
pasaje político del muti smo a la palabra se lleva .a cabo
mediante palabras
que no
so n las nuestras , que
ya
eXlsten, y
el acto subversivo radica en la apropiación de
esa
palabra.
En
La
noche de los proletarios muestro otra forma de apro
piación, la de una palabra que no es una que tiene una intención
pública, la palabra poética o la palabra nov.e\esc.a. Se ~ a t a de un
régimen de palabra que es
un
régimen de desldentlficacJOn . Es algo
distinto a la apropiación retórica de las palabras, mediante la cual se
declaró trad iciona
lm
ente la política . En este caso, se toma prestada
una palabra que causa efecto, pues es la palabra de una experiencia
que no es la tuya, o la palabra a la que no tenés acceso. Al o:ismo
tiempo, allí se encuentran también las mismas contraestrategJas: se
ha dicho que esa poesía que leían y que ellos mismos escribían era
una poesía pasada de moda, superada, y opusieron a esa palabra
tomada prestada la auténtica voz popular. Eso ya es el a r ? u ~ e n t o
del
kitsch.
Pero ahí nuevamente,
lo
que cuenta es la aproplaclon de
una
pa
labra que perm ite decir de otro modo la experienciapersonal,
subjet
ivar
la experiencia cotidiana, frasearla en una lenguaqueya no
es la lengua de lo cotidiano, del trabajo. . . ,
Hay de esta manera varios niveles, varias formas de apropJaclon
de la «carta errante»: se retoma la palabra retórica de la afirmación
6
colectiva o bien
la
palabra poética a través de la cual se puede
redescribir la experiencia. Y en ambos casos, está la valoración de
la
palabra muda que viene a retomar y a aniquilar esas fonnas de
efi acc ión. Se trata de una tensión entre diversas modalidades de la
palabra.
FACUL TADES o POSIBILIDADES
Cuando usted habla de «competencias» o
de
«capacidades»
de
cada cual la filosofia acostumbra a pensar en términos de
~ f a c u l t a d e s » . ¿Cómo se podría ca lificar este uso de las
facultades
de
ver de habl
ar,
de pensar
etc.
que usted mo-
viliza en sus descripciones topográficas de escenas del pueblo
y.
más allá en la política de las artes
y de
la literatura? Acá
hay
otro proble
ma
también ligado a Kant: usted no se refiere a la
analítica de lo sublime de la tercera
Crítica,
la que hasta
nuestros días inspiró a numerosos pensadores
en
el ámbito
es
té
tico.
Us ted prefiere la analítica de lo bello a partir de la
lectura que Schiller propone en sus Cartas sobre la educación
estética del hombre.
56
Hay
allí un nudo conceptual que nos
parece muy interesant
e:
pensar la ruptura
en
la distribución de
lugares y de partes sin recaer
en
el paradigma del golpe que
supuestamente la ha producido.
Nunca me he planteado la cuestión de una teorÍade las facultades.
Entre los pensadores del siglo xx, hay uno que lo ha uno
1 que lo ha llevado
realmente
a cabo, que ha intentado
relacionar su reflexión con Kant, con toda la problemática de lo
trascendental , y es Deleuze. Pienso que el hecho de tomar ese
istema de referencia adoptada de Kant ha sido para Deleuze un
j ,
«El libre acue
rd o
del entendimiento y la imaginación [en lo que consiste
el
ju icio estético kantiano) es ya, en si mis
mo
, un desacuerdo o un
di
senso. No
necesario ir a buscar en la experiencia sublime de la gran-deza, de la potencia
)
el mi
edo, el
de
sacuerdo del pensamiento y lo
se
nsible. o
el jue go de
atracción
y
repulsión que funda la radicalidad moderna del arte
»,
en
Malaise dans / esthétique
Paris.
Ga
lilée. 2004 , p. 13 1
[Malestar en la estética
Buenos Aires. Capital
Intelectua
l.
20 I
1.
p. 93) .
1 7
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 54/129
camino pero que no era algo absolutamente necesario. Ha sido
un medio cómodo para conceptual zarlo y para decir lo. Pero es
menester ver con claridad que
la
teoría de las facultades es algo
de loqueel conjun to de mi generación se hallaba un tanto alejada .
La cuestión de las facultades se había transformado en cuestión
de regímenes de pensabilidad. Era el efecto estructuralista la
preocupación ya no consiste en saber
cómo
es necesario que una
facu Itad nombrada «entendim iento» concu erda con una facu tad
denominada «imaginación» ya no implica ocuparse tanto por la
relación entre
lo
inteligibley lo sensible sino por
la
manera en que
lo
percibido se puede construir como productor de cierta forma
de inteligibilidad. Se interesan
por
la manera en que conjuntos de
hechos se nos dan como hechos y de cuyos regímenes de
interpre-tación son capace s de subsumir esos hechos. Está ese
balanceo de las facultades a las estructuras con respecto
al
cua l
Deleuze es
un
poco una especie de sobreviviente. En Deleuze se
da ese increíble aITaigam iento en
la
filosofía universitaria francesa
que es algo bastante sorprendente para la gente que llegó a
Escuela Normal en los años 1960-1962 en el momento en que
se sintió liberada de todas
esas
historias incluyendo la
fenomenología y se interesaba por los problemas de presentación
y de interpretación de los hechos y ya no en la cuestión de saber
cómo una con-ciencia iba a arreglárselas ante el mundo.
Por mi parte nunca pensé en términos de facultades sino en
términos de posibilidades de que se perciban las cosas de ta l o
cual manera por personas situadas en talo cua l posición. Todo
mi trabajo se construyó en torno a todos los tópicos de la ilusión
del de conocimiento se trate de Althusser Bourdieu u otros. No
tengo motivos para hablar en términos de facultades tengo
motivo para hablar en términos de recorte de lo perceptible de
lo pensable y de los regímenes de concordancia y de no
concordancia entre lo que resulta perceptible para personas que
se hallan situadas acá o allá y también de la manera mpor la cual
sus propios discursos o sus propias manifestaciones son visible
o invisibles son palabra o ruido. Con respecto a ello es que pude
sentir interés por binomio Kant-Schiller en términos de
redistribución de posibi lidades de exp eriencia en tanto que
1
8
aquéllas son de inmediato categorías jerárquicas. distribuciones
de lugares que se pueden ocupar en sistemas jerarquizados.
En consecuencia no empecé con la cuestión de saber cómo
podían concordar el entendimiento y la imaginación según un
régimen de normalidad o de exceso sino más exactamente con
la
cuestión de la reconfiguración global de un campo de fenó
menos que escapan a la distribución jerárquica de las formas de
vida. Lo que me interesó en el asunto de Kant y Schiller es que
la suspensión estética es ante todo la suspensión de un régimen
jerárquico ya no se trata ni del caso del entendimiento que
determina la sensibilidad
ni
del caso de la revuelta anárquica de
la sensación en contra del entendimiento. Esto se puede traducir
de inmediato en términos políticos se trata del caso de la
manifestación de una diferencia en lo sensible
que
no se puede
reabsorber ni como un exceso de una facultad ni como un
desajuste de las facultades entre sí.
Eso es lo que me interesó y es por esa razón que volví a leer
a Kanta través de Schiller tras haber caído por casualidad en las
artas
so re
f educación estética
del hom re
en una
estantería de una librería de usados. En eso una vez más hay en
mi recorrido toda una parte relacionada con el azar y el
autodidactismo practicado que no es
una
simple celebración
teórica. De allí en más lo que resultó central para mí es la
categoría de juego en Kant y en Schiller en tanto induce a la
existencia de una categorí a de la experiencia sensible que
ya
no
está sometida a una distribución
jerárquica
sino que por el
contrario remite a una capacidad de humanidad a un horizonte
de humanidad que
ya
no está dividido. Juzgu é entonces que lo
que
generaba consenso era la analítica de lo bello: es la teoría del
juego
libre de Schiller el concepto de una experiencia estéti ca en
tanto que experiencia suspensiva con respecto a las maneras
normales es decir jerárquicas cuya experiencia sensible se
organiza. Lo que para mí fue central es una condensación
expresa entre Kant y Schiller la mirada por la ventada de Gauny
el texto de Baudelaire sobre Pierre Dupont y los obreros que
saben «gozarde la belleza de los palacios y de los parques» todas
esas formas de reconfiguración de la experiencia de
lo
que
un
1 9
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ser del que se supone que
se
encuentra del lado
malo
de la
barrera es capaz de percibir de experimentar de decir de l
lenguaje
que se
supone que puede utilizar. En
cierta
medida lo
disensua l
se
sitúa
ante
todo ahí. En un
sentido
lo
que
ha sido
eficaz para todas las utopías estéticas
que
han
funcionado
sobre
todo a
comienzos
del siglo xx es en efecto la analítica de lo be llo
la
educación estética
de la
humanidad
la idea de la comunidad
estética . Éste es mi
punto fundamental.
Con respecto a lo cual la estética de lo sublime fonna parte de lo
que
se podría
denominar
la reinterpretación de
la
«revo-lución
estética» en el inte rior del modernismo tardío. A pesar de todo si se
toman
los análisis de Lyotard acerca de lo sublime
ya
suponen el
momento
Adorno-Greenberg
es decir el
momento
en que se
liquidan todas esas historias de la
comunidad
estética de todas esas
voluntades de construir
la
comunidad como un asunto de vínculos
sensibles entre mo-vimientos y miradas un poco a la manera de
Dziga Vértov. Pero es también la época en la que se liquidan todas
las formas de apropiación estética salvaje que a limentaron la
emancipación obrera o la democracia en un sentido amplio. Si se
piensa en lo que fue el período de
Clement
Greenberg en el célebre
texto que se publicó en Parlisan Review después de todo se trataba
de una manera de decir que toda la catástrofe provino de los pobres
del hecho de que los pobres quisieron tener una cultura.
¿
Usted está pensando en
«
Vanguardia y kitsch» ?
Sí en «Vanguru·diay kitsch» . Al fin y al
cabo
se trata de un
texto
que promueve
la idea
de
que
la
catástrofe para
el
arte
y se
sobreentiende la catástrofe totalitaria que se
relaciona
co
n
aquella se
debe
al hecho de que se creó esa cultura para los
pobres y que poco a poco la gran cultura se contaminó se
pervirtió
por esta apropiación
de la
experiencia estética por
parte
de los
pobres
. Está ese
momento
muy fuerte en que se da una
doble cancelación. Para Adorno es más
comp
licado pero
«Vanguardia y kitsch» es el primero de los grandes man i-fiestos
que desmontó
todo
el fin del siglo X X
diciendo que
habían
caí
do
en
la
trampa
de los
pobres
y
que
es
por eso que todo anduvo ma
l
e trata de una completa re interpretación de la revolución
artística
de
su relación
más
o
menos
clara o
confusa
con la
revo lución política y social. Al fin y al cabo es el zócalo .
Luego se
va a
construir
la
idea de que
la
verdadera estética
es la estética de lo sublime que en cierta
medida
es una estética
de la
que
uno
puede estar seguro que
los
pobres nunca podrán
robárnosla para
decirlo
una vez
más
en
pocas
palabras .
Pienso
que hay una filiación
muy estrechaentre
el
momento «Vanguardia
y kitsch» lo
que
se
podría denominar toda
la elaboración
frankfurtiana de los
perjuicios
de la
cultura
popular
la
defensa
del gran
arte como
el
único arte que todavía
sea el
refugio
de la
ubversión y la estética de lo sublime. Se
advierte
bien en qué
quedó
a fin de
cuentas
a
través
de la
idea
de
que
sólo el arte
autén ticamente
subversivo
es el
arte
que logra hacer una ruptura
total con
todas
las
formas
en las
que
la
gente
ordinaria se
puede
apropiar del arte y de la
cultura con
la redefinición de la
modernidad
artística como
el shock de lo sublime.
Fi
nalmente
lo
que
resu lta
significativo en
Lyotard es
que
la
declaración
según
la cual lo sublime es el principio del alte
moderno sigue siendo un asunto especulativo. S i ustedes recuerdan
la
manera en que
procedió Lyotard:
esa
declaración surge a
continuación de un
discurso
un
tanto
insípido y bastante
cercano
a la sociología a
la manera
de
Bourdieu en que
deCÍa
que
para
ese
público
mezclado
del fin del siglo xVIlI-lo que retrocede
muy
lejos
el
arg
umento de Greenberg- ya no
podía
haber ninguna norma
so bre el gusto artístico .
En
consecuencia afirma la analítica de
lo bello
es una enorme broma
que
intenta
poner
orden
allí donde
ya
no
puede haberlo
debido
a
que cualquier
persona
puede tene
r
acceso al arte.
Quedaese refugio que
es el
refugio
de lo sublime
pero en
cierta medida
en los textos de
Lyotard
no hay ninguna
obra o
ruptura
artística
que llegue
a ilustrar eso. Ninguna inter
pretación
de
lo que pudo llegar a pasar en la historia del arte
entre
finales del siglo XVIII y comienzos del siglo xx viene nunca a
Ilustrar esa
especie
de eficacia de lo
sublime
como la ley del arte.
Se trata
realmente
de
una
reinterpretación tardía de la historia de
la «revo lución estética» y de la utopía estética. En
cierta medida
110
es una teoría del rute que dé cuentas de sus transformaciones .
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Por supuesto, como trasfondo está todo el trabajo que Lyotard
hab ía llevado a cabo en Discours, Figure
57
y todo su conocimiento
acerca del arte pero, a pesar de todo, la declaración de I
heterogéneo radical no busca fundarse
sob
re la base de una
historia o de un a contrahistor ia de la modernidad. Surge com
una reelaboración de la visión ya constituida del modernismo
retrospectivo. Lyotard apela a
Kant
para proporcionarle un
fundamento filosófico a lo que queda en Greenberg o en lo
frankfurtianos interpretado en los télminosde la historia marxista .
Lo sublime da la fórmula de una separac ión rad ical que inva lida
toda la tradición estética fundada en la analítica de lo bello.
Detrás de la cuestión de las facultades, está esta postulación
de que lo nuevo no puede provenir más que en la forma dcl
exceso radical , del pasaje al más allá, algo común a Deleuze y a
Lyotard, aunque saquen de ello consecuencias opuestas. En lo
que a mí respecta, siempre intenté pensar
la
alteridad como
alteración y la facultad
como
una capacidad definida en el seno
de una distribución polémica de posib les.
¿REVOLUCIÓN ESTÉTICA
REVOLUCiÓN DEMocRA
TICA
Hemos hablado de lo que usted llama la «revoluc ión es tética»
¿Hay una identificación o una simple conjunción h
is
tórica
entre esa revolución estética y algo que no es una categoría
en
usted, pero que otros teóricos
de lo
político llamaría
1
revolución democrática, entendida como la revolución
política y social consecutiva a la Revolución Francesa? ¿Se
trata del mis.mo fenómeno o
de
dos líneas paralelas?
Digamos en principio que la noción de «revo
lu
ción estética» es
una noción compleja. Le falta lo que le es propio a toda revolución
política que se puede realmente identificar como tal , a saber, quc
en ciertas circunstancias e l pueblo sale a la calle y derriba el
poder. En cuanto a la «revolución estética», estamos más bien en
el orden de una gran transformación de formas de la experienc
ia
Discurso. Figura,
Barcelona. Ed. Gustavo Gili . 1979.
2
(IIIC, al mismo tiempo, no presenta ninguna circunstanciaepifánica.
,
la
noc ión de revolución democrática, por su parte, está tensada
I utre dos ideas: la revolución política que se efectúa en nombre
dcl poder del pueblo y la noción mucho más amplia de una
II.lnsformación de las formas de vida que implicael debilitamiento
el las formas de organización jerárquica de los mundos vividos.
I
c
allí en más, la «revolución estética» adopta toda una serie de
I rnificac iones que se relacionan de di stintas maneras con una
<ocvolución democrática» de extensión variable .
lay nue vos modos de percepción , de perceptibilidad de las
losas
que se denominan arte y experiencia estética que pueden
1 •
in
ir instituciones específicas, pero tam bién promover diferentes
IlIodos de vida, grandes utopías de la transformación social,
111
uchas cuestiones di ferentes. La revolución estética es algo que
Pllcde dar pie a
lo
s sueños de una «Iglesia estética» a la manera
el 110Iderlin y el proyecto de una revolución de las formas
l nsibles opuesta a la mecánica del Estado como en el Primer
¡lrograma sistemático del idealismo alemán. Lo cual puede
IlIndar la idea soviética en tanto que constitución de un nuevo
wllsorio, como ocurre en num erosos artistas soviéticos. Pero
lilmbién puede designar la autonomía de una esfera es-tética
qllC, por su parte, se va a conver tir en una parte de la gestión del
lmjunto de la sociedad; designa también toda una se rie de
Io
111
as de transformación de los m un dos vividos : esas «revueltas
110 polít icas» contra las formas de asfixia de las capacidades
Impuestas por la distribución de las formas de vida que menciona
Cha rlotte Bronte en Jane Eyre; pero también todas las fOlmas
ti
i fusas de apropiación de
modos
de percepción estética por
parte de la gente humi Ide, gente simple o sin historia. Todas esas
ttansformaciones de los mundos vividos están acompañadas por
Imllsformaciones en los modos de interpretación.
Está en el corazón de la novela del siglo
XIX:
no sólo la abo
lición de lajerarquía de los s
uj
etos, sino también la relación con
las nuevas capacidades de la gente del pueblo. Pero está también
11 elcentro de la pintura, si se piensa en todas las relaciones entre
las nuevas fonnas de pintura y los nuevos pasatiempos del pueblo
a fines del siglo
XIX,
pero también en todas las relaciones entre
1 13
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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las transfonnaciones de la pintura y las transfonnaciones de todas
las fonnas de difusión, el afiche, el periódico,etc . Lo cual confonna
un conjunto de vínculos entre las transfonllaciones del alie y las
transfonnaciones de la jerarquía de las f n11as de vida. ¿Acaso eso
define una edad? Esa noción presenta dos inconvenientes: uno es el
riesgo de identificar la distinción de los regímenes con una evolución
histórica. El
atraes
que lanoción de«edad democrática» impone una
visión de la democracia como estado de la sociedad, la famosa
«igualdad de condiciones» que se menciona para encubrir la
violencia de la desigualdad y de la lucha por la igualdad.
E S
CRITUR
FILOSÓFICA
y
DISCURSO ORDINARIO
En
El desacuerdo hay un violento pasaje contra la .ftlosofia
analítica y el proyecto que consiste en depurar la lengua
filosófica en evitar el malentendido posible entre las palabras
o en todo caso la multiplicidad de sentidos. Su filosofia no
se puede basar en
la
idea de una exterioridad de
la
lengua
filosófica. Antes que a otros escritores o p ensadores es a usted
a quien cabe plantearle la cuestión de la i erencia entre
órdenes del discurso: ¿observa que hay una
i
erencia entre
la lengua que usted emplea y la lengua común? ¿Cómo resuelve
el problema de la naturaleza especifica o especializada
de la
palabra filosófica sabiendo que si uno lo sigue a usted hasta
el final debería haber una suerte de indistinción entre aquélla
y las demás palabras? Se trata
de un
asunto
de
método y
de
exigencias impuestas a la
es
critura
No
se trata de una cuestión de
lengua
sino
de
estilo.
La
lengua
que hablamos, que hablan los filósofos,
puede tener
cierta
5 «U
na anti gua
cord
ur a hoy particularm e
nt
e es tim a
da
deplora
que
se enti enda
mal porqu e las
pa
la
br
as inter
cambi
adas son
equív
o
ca
s . Y recl a
ma qu
e. al
menos
allí
donde
estén en
ju
ego lo
verd
adero . el
bien
y lo
ju
sto , se trate de
atribuir
a
cada
palabra
un sentido bien definido que la s
epare
de las
dem
ás. abandonando las
no d
es
ignan ninguna
pr
opiedad d e finida o las que no
pueden
escapar a la c
onfuslon
homonímica»
,
en
El desacue
r
o
Bueno
s
ire
s, Nueva Visión, 1996, pp. 8-9 .
4
tel.
cantidad de palabras específicas , pero sigue siendo la lengua de
todos, que utiliza las
mismas
formas de ligazón , de sinta x is , de
predicación. Cuando se habla de lengua, en este caso , quiere
decir de hecho una formade escritura o una fonna de enunciación .
No
tengo una idea detinida acerca de lo que debe ser la lengua
fi
losófica en general. Es fácil advertir que la lengua filosófica
aba
rca un
espectro absolutamente inmenso y al fin y al
cabo
sie
mpre
está ante nosotros el
ejemplo
platónico, la
rapidez
con la
que resulta posible
pasar
de la lengua común, de sus objetos, de
sus preocupaciones ordinarias , de sus maneras de expresarse,
de interrogar y de
responder
, a los abismos vertiginosos que
abren ciertas palabras
que
,
por otra
parte, son las más ordinarias
de la lengua, las que funcionan en la medida en que consiguen
hace
rse olvidar
,
como
el
verbo
ser.
Platón saca de ello
for
maciones
vertiginosas ,
como
«to 011tOS on» en El sofista. A
pesar de todo, lo
que
constituye la fuerza de una lengua es esa
pos ibilidad de bajar rodando a toda velocidad de lo m ás trivial a
lo
más enigmático.
Puede haber
maneras muy diferentes de
bajar: ese pasaje de Platón que va de
lo
más insensible a
lo
más
ensible y de
lo
más prosaico a
lo
más oscuro; la
manera que
tiene
Flaubert, dentro de una textura estilísticamente homogénea, que
de pronto adopta sin que uno se dé cuenta los pensamient os del
otro en su propio texto.
Hay
una gran cantidad de maneras.
Toda
escritura un tanto fuerte es una escritura capaz de recorrer las
mayores distancias sin decir que las está recorriendo . En lo que
a mí respecta, el
problema
siempre ha sido no declarar las
transiciones, no declarar «hasta acá estuve contando algo y
ahora
voy
a explicar el sentido de lo que conté», o bien:
«estábamos en el ámbito del ejemplo empírico y ahora vamos a
reflexionar acerca de lo que nos ofrece este ejemplo empírico»,
o bien «estábamos en las palabras de todos y ahora vamos a
pasar a las palabras de la filosofía».
En términos generales, he seguido el principio de introdu
cirme en los discursos de los otros; no voy a emplear conceptos
de filosofía en general,
vaya
emplearlos en tanto definen algo
como una lengua de
Kant
, una lengua de Platón, una lengua de
Ilegel. En la medida en que ellos también son configuracion
5
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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acontecimentales. Deall í en más, en lamedidademisposibilidades,
trato de construir un plan de indistinción en el que se pueda pasar
de lo que parece ser un relato a lo que parece ser un comentario,
o bien pasar de palabras que son las de los fi lósofos a las palabras
de todo el mundo. Utilicé muchas veces los momentos en que los
fi
lósofos se convierten en narradores y ellos mismos proporcionan
este intermediario entre las formas de discurso. Por supuesto,
esas formas de narración pueden ser más o menos ricas. n
Platón están los mitos, en la
Estética
de Hegel las descripciones.
En Kant, tuve que contentarme con ese mínimo elemento
narrativo que constituye la discusión sobre la manera de describir
un palacio en el segundo párrafo de la
Crítica del juicio.
Alcanza como para establecer un vínculo con la ventana de l
carpintero en lo de
Gauny
o esas menciones a parques y palacios
en l
canto de los obreros
de Pierre Dupont y el comentario
que hace de él Baudelaire.
Lo importante consiste siempre en poder construir cierta
forma de homogeneidad entre las secuencias, de tal manera que
si se produce un desplazamiento, ha de ser precisamente un
desplazamiento de pensamiento y no simplemente el paso de un
léxico a otro o de un tipo de preocupación a otro. Siempre intenté
definir objetos comunes.Si tomamos
mi
trabajo sobre la literatura,
intento definir
lo
que puede haber de común como preocupación
en Hegel
yen
Flaubert o, si se prefiere, en Hegel y en Balzac,
para tomar una separac ión radical, porque Flaubert tiene alguna
mínima idea de lo que Hegel significa, lo que no parece
serel
caso
de Balzac. Y, sin embargo, Balzac, al rehacer mitológicamente
el decorado de la vida cotidiana burguesa, parece proporcionar
una contradicción a la descripción hegeliana de un mundo que se
ha vuelto prosaico. Lo que resulta imp0l1ante es llegar a definir
objetos comunes del pensamiento, a describir esos objetos del
pensamiento de una manera que muestre que los comparten
personas que se supone que son especialistas de diversos campos
del pensamiento o de distintas formas de discurso y de escritura.
Pero usted fu e llevado a escribir libros más demostrativos
ya sea por encargo por actividad pedagógica o por gusto
6
por la polél1úca. ¿Cómo arlicula el relato la narración esta
idea de recorrer los espacios más extensos sin decirlo sin
declarar las transiciones con al mismo tiempo la exigencia
tórica o demostrativa que es también una de las moda-
lidades del ejercicio del pensamiento?
Para mí , a pesar de todo, el pensamiento está ligado a esa capa-
cidad de deshacer las fronteras, que pasa fundamentalmente por
un trabajo de escritura. En este sentido, la escritura es un trabajo
teórico, puesto que se trata de encontrar la forma, los modos de
enunciación y de ligazón que llevan a cabo esta liberalización y
constituyen esta escena del pensamiento compm1ido. Desde
luego, los libros demostrati vos corresponden con mayor exactitud
a lo que habitualmente se
denomina
pensamiento. Pero para mí,
se tratamás bien de libros teóricos, es decir, de libros hechos para
vo
lvera
llevar el trabajo de desplazamiento sobre el terreno reco-
nocido como el de la teoría. Hay una especie de inversión, los
libros que se suponen que son más poéticos, descriptivos, son
para mí los verdaderos libros teóricos, mientras que otros textos
que adoptan el modo demostrativo lo llevan a cabo porque res-
ponden a demandas específicas por ejemplo, una intervención
a un coloquio sobre la pregunta «¿Qué es la política?» y también
porque originariamente fueron pronunciados en inglés y se
someten a ese modelo, a la
vez
debido al contexto y a mi menor
capacidad parajugar con los registros de discursos heterogéneos
en una lengua extranjera.
En cierta medida, siempre tengo dificultades por adoptar lo
que parece ser para la gente el modo normal del pensamiento y
que para mí es un modo de comunicar los resultados del pen-
samiento,
un modo
de confrontación con cierta cantidad de
posiciones instituidas.
Quizá
, el trabajo del pensamiento consis ta
menos en demostrar como en hacer que se muevan los puntos
de referencia a partir de los cuales se operan las demostraciones.
En el centro de l desacuerdo está la cuestión de la diferencia
que se insinúa entre entender y entender, entre comprender y
co
mprender. Y, para ello, ese libro demostrativo se tuvo que
construir en torno a cierta cantidad de escenas de palabra, ya sea
7
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que se trate de escenas de palabra como el apólogo del Aventino, e l
manifiesto de
los
obreros sastres o, de manera más indirecta, la
argumentación del revisionista Rassinier, de la que intento mostrar
que el carácter escandaloso se basa en que da vuelta contra la
realidad histórica una lógica de la sospecha que comparten
ampliamente los historiadores escrupu lososy los políticos realistas.
En ese momento se produce un entrelazamiento entre escenas de
palabras heterogéneas. y es ese entrelazamiento lo que pemlite
definir una intriga teórica. De esta manera, en la última parte de El
desacuerdo se opera
un
trenzado entre cosas que en principio no
se encuentran: el discurso del consenso, laargumentaciónrevisionista,
la
historia de las mentalidades,
la
escena de lo humanitario .
Por
otra parte,
junto
a esas estrategias de escritura, están los
momentos en que es posible trazar algo así como un balance.
Durante dos o tres años escribí unas tesis , algo
que
habría sido
imposible antes y que sería imposible volver a hacer otra vez.
Como las once tesis sobre la política que term inaron siendo diez.
Es algo que pude hacer en determinado momento ; al mismo
tiempo, esas tesis están construidas, después de todo, en torno a
una serie de escenas.
Pero
la posibilidad de transformar el
pensam iento por escenas en el pensamiento por tesis es una
posibilidad que urge en mí de manera puntual, y no es lo más
importante que tiene el
pensamiento
, según mi opinión.
En el fondo, este proceso de la escritura se inscribe en
un
linaje
de pensadores que han propuesto una crítica del comentario
en general, como Blanchot, Foucault
o
Deleuze, de manera
diftrente según cada caso. Ellos han rechazado la repetición
de una
palabra preexistente por parte del
comentario.
Podríamos
prolongar
la reflexión sobre la lengua y la
epistemología filosóficas a partir de una cuestión que se
encadena con nuestra discusión sobre el estilo, el relato, la
narración. ¿Es posible hablar de entidades como «conceptos»
en su trabajo? A fin de Cllen tas, uno tiene la sensación de que
son accesorios en sus operaciones de pensamiento. Desde el
comienzo de esta entrevista, estamos haciendo liSO de lo que
creemos que son algunos de sus conceptos, términos recurrentes
118
1111 se pueden atribuir a su trabajo, que en todo caso lo son
\ 1 , I ~ t Í los comentaristas
y
que se aceptan en la discusión como
¡ I tlos de su obra. Es el caso de «escena
»,
de «palabra
»,
de
..
/(
',
wcuerdo». Es posible hacer una lista con bastante facilidad,
'/
manera tal que cabe preguntarse: ¿cuál es el estatus de esos
(,'/ minos?
No sé muy bien qué es
lo
que se entiende por concepto. El
lérm ino puede querer decir varias cosas. Tomemos ante todo un
aso simple . En
l
desacuerdo, «arquipolítica», «parapolítica»
«metapo lítica» puede n ser considerados como conceptos en la
medida en que con ello se definen, a partir de cierto número de
I
asgos distintivos, tres tipos de operaciones filosóficas sobre la
política que pueden servir para clasificar la multiplicidad de
formas de lo que se llama filosofía política y a llevarlos a algunos
modelos fundamentales. «Desacuerdo»
ya
se presenta como un
caso más complicado: es menos el concepto de «la política» que
el concepto del tipo de racionalidad al que pertenece la política,
más precisamente, del tipo de negatividad que allí está enjuego.
Es una noción que, al
mismo
tiempo, entabla una relación muy
parti
cular
con la lengua. Según mi opinión, logra formular del
modo más preciso el nudo polémico entre los diferentes sentidos
de «entender» (percibir,59comprender, ponerse de acuerdo que
resume la dimensión sensible y conflictiva de la comunidad
política-tal como ya estaba fonnuladaen la Políticade Aristóteles-
. Pero esta fórmula resulta intraducible en la mayoría de las
leng
uas.
y
para poder comunicarla
en inglés,
tuve que
ree
mplazarla por
un término latino: dissensus, un
término
que
pierde el poder de comprensión propio de las palabras reales,
en benefic io de la posibilidad de obtener una defin ición funcional.
Se puede decir que «escena» es un concepto, puesto que
designa una operación esencial en mi trabajo y una operación
que
se puede relacionar con una noción central para definir el objeto
de mis investigaciones, el del «reparto de lo sensible». Se puede
) El verbo francés
enlendre
es m
ás
polisémico
que entender;
su primera acepción
equivale a oír. Por su parte, mésenlenle es lo que en
la
obra
de
Ranciére
se
tradu
ce
habitualmente por «desacuerdo»
N.
del T.) .
9
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decir que «reparto de lo sensible» constituye una noción operatoria
puesto que pennite analizar lo que constituye una situación o una
acción como política o incluso lo que confOlmael alcance de un text
literario. Se podría decir que La
noche de los proletarios
es un:l
ilustración de ese concepto. Pero yo no tenía la menor idea de es
concepto cuando escribí ese ·Iibro. Construí el tipo de intriga
discursiva que me parecía que mi objeto me estaba ordenando,y fue
só
lo
quince o veinte años más tarde cuando, a través de ese ténnino,
form alicé el terreno sobre el cual me esmeraba en llevar la narración
hi stórica, la argumentación filosófica o la operación literaria.Por lo
tanto, también es posible decir que se trata simplemente de un
nombre que resume lamanera con que trato e interpreto situaciones,
textos, nociones.
Es
una noción que dice lo que hago, qué tipo de
universoconstruye
lo
que hago,quétipode racionalidadcompromete.
El «concepto» designa entonces un operador de desplazamiento, la
apertura de un campo de pensamiento. En este sentido, prefiero
pensar en témlinos de procesos de conceptualización, de intriga
teórica o de construcción de
un
paisaje conceptual. Es por ello
también que dije que los conceptos no eran esas «herramientas» de
las que se habla en
la
entrevista de Deleuze y Foucault a
la
que
hicimos mención antes, sino más bien puntosde referencia o incluso
de trazados que al
mismo tiempo relacionan puntos separados y
constituyen un territorio.Lo que se podrían llamar mis conceptos, y
es desde luego cierto para muchos otros, son modalidades de una
misma operación fundamental. Yo no pienso que losconceptos sean
como
nociones que se articulan unas con otras para constituir un
sistema;son nombres que designan un modo de enfoque, un método,
quedesignan unterreno del pensamiento,que proponen orientaciones
sobre el terreno. Nociones como «reparto de lo sensible» son
nocionesque proponen modos de inteligibilidad del mundoyque, al
m ismotiempo,no hacen más que describir
lo
que hago. Eso es lo que
puede ser para mí
un
concepto.
Al abordar el estilo o la lengua .filosófica también estamos
considerando el oficio de filósofo. Nos gustaría volver a ello
porque esta cuestión del oficio de la capacidad atraviesa una
buena
part
e de
su
obra. Sin embargo
al
comienzo si se con-
12
\¡r/I rel que
La
noche de los proletarios es un comienzo ill1pv
r u
t ,
,
I
( sta
tuto del oficio p arece ambivalente. Por
un
lado uno n o
, \ lÍ 1i
camente el oficio es decir que uno siempre es algo mas
ti//( su oficio. Por el otro la calificación en oficios se conser:a
, ()/1
bastante insistencia en ese libro
pues
resulta operatIva
I ora el periodo que se estudia. Lo cual corresponde la lengua
dI
ese tie
mpo
y
tambi
én se dice algo
del
estIlo de las
Iwrsonalidades a través del o.ficio de zapatero o de sastre.
¡.
Us
ted p iensa que
t a m b i e
xiste
un ~ f i c i o f i l 0 5 ~ ~ f i
¿Qué es
lo que lo distingue o delmuta como tIpO de prac
ti
ca.
La
noc ión de oficio
es ambigua
.
Hay una
profesión inscrita en la
lI s titución , yo
he
ejercido
ese
oficio o esa r o f e s ~ ó n de la que,
pesar
de
todo , nadie
sabe muy b i ~ n
en qué c o n s l ~ t e y para que
sirve. Lo cual
también quiere
deCIr que aproveche del h e ~ h o de
que, en la confusión
de
cierta época, se p o ~ í a
usa
a,1 máXImo el
hecho de que nadie sabía
realmente
en
que
conslstla. ~ s o tam-
bién quiere decir que m i trabajo de investigadores un trabajO que ha
estado muy separado de mi oficio como docente de filosofía,
prácticamente no enseñé nada de lo que se h a l l ~ en La
noche de los
proletarios
o en
El
ma
estro ignorante.
EXIste un pr.oceso de
investioación que desembocó en mis textos, en las nocIones que
formé, que pudo dar cuenta de cerca o de lejos de
la
manera con
que pude ejercer una función de profesor de fílosofía, en la que
intenté hacer que los alumnos leyeran a Platón, a Aristóteles o a
Hegel. Hice que leyeran los textos .que todos los d e m ~ s hacen leer,
de vez en cuando con ciertas inqUIetudes que eran mlas, y pasaba
el tiempo releyendo esos textos para volver a
p r e ~ d e r l o s
y
luego,
por lo demás, en cierta medida informé a los estudIantes
c e r c ~ e
las investigaciones que estaba haciendo. Pero
~ u n c ~
les ensene a
mis estudiantes una fílosofía que podría haber SIdo
mI
fílosofía .
Mi trabajo filosófico se sitúa ampliamente del lado
de
algo que
no se puede
enseñar
, una manera
de c i r ~ u l a r
.entre los textos de
filosofía el archivo
obrero
, los textos literarIOS, y sacar conse-
cuencia; de ello. Lo cual
supone
un proceso solitario en el que
uno
se
otorga tiempo
para sí m ismo, y en el que uno es totaln:ente
independiente de los
efectos
que produjo o que
va
a prodUCIr. En
12 \
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 61/129
ciertamedidase trata , por lo tanto, de una conducta de aficionado
se dirige también a aficionados,
por ejemplo
, a lectores
l
libros antes que a estudiantes que se encuentran comprometid s
en lo que se denomina una formación . La fábrica de la que usted
habla no sólo define
un
oficio sino una
práctica
que vuelve a
poner
en cuestión tanto las atribuciones de los oficios
como
la
relación entre el hombre de oficio y el aficionado.
LA FILOSOFÍA
EN
EFECTOS
Profundicemos la cuestión de los efectos del discurso i l o s ~ f i c o
Usted ha rechazado que se identifique el concepto con la
herramienta, la idea de inspiración foucaultiana o deleuziana
de la filosofia como «caja de herramientas
».
El concepto o el
discurso .filosófico, según afirma usted, no sirven para actuar.
el mejor de los casos, proporcionan «un plano del terreno»,
«lmeas entre tal y cual punto»,
un
«territorio» -describir, es
decir, trazar,
dibujar de nuevo
la
cartografia -. Si
la
imagen
de
la caja
de
herramientas lo incomoda, ¿no
es
porque implica
una anticipación de los efectos del concepto
en
lo
real,
cuan
do
tanto para una obra como para un discurso no se puede prever
nada, según su opinión, acerca
de
sus posibles usos? Ahora
bien, la idea de un efec
to
parece servir siempre de base
en
una
construcción conceptual, incluso cuando se toma el partido de
no nombrar ese efecto.
En la cuestión de
lo
s efectos
hay
dos temas. Está el efecto
inmanente
al
trabajo mismo, tal
como
se lleva a cabo en sus
propias formas . y está el efecto
que
se anticipa de parte de quien
es el destinatario del trabajo. Esta anticipación supone en sí
misma
cierta idea de la capacidad de ese destinatario. y allí es
donde se encuentra esa tradición
contra
la que no he dejado de
luchar: la tradición de cierto tipo de vínculo entre el pensam iento
y la política , la idea del trabajo del pensamiento como desengaño.
Es ese esquema que piensa que la gente vive en la ignorancia,
que hay que sacarla de su ignorancia y mostrarle lo que no ve
toda una lógica en la que la acción dependería de un a toma
2
I
nnciencia que se le daría a
la
gente con respecto a cuestiones
'1 C no podría ver.
on respecto a esto, me apliqué a hacer dos cosas. La pri
l cra fue la de concentrarme en mi trabajo s in
preocupanne
por
In
que
haría
el lector y, sobre todo, sin presuponer que fuera
IIlcapaz. La segunda, que en cierta
medida
está relacionada con
la
primera, fue la de dar un paso hacia atrás y plantearme más
precisamente cuestiones relativas a esos esquemas mismos, a
lodos los grandes
esquemas
explicativos, los
que
explican
por
qué la gente
es víctima
de una ilusión o en qué consiste la
modernidad . Antes de afirmar que la gente vive en una ilusión o
110 es necesario saber qué entiende usted con ilusión, qué tipo de
relación construye al hablar de una ilusión. Antes de
saber
si
realmente Mallanné Schonberg, Mondrian o Malévich dirigen la
revolución en el
mundo
del arte, ¿q ué es la revolución en el
mundo del arte?
¿Qué
es
lo
representativo, lo no representativo,
lo figurativo, lo no figurativo, qué cosa es
la
abstracción?
Lo que traté de hacer es
un
poco la arqueología o la genea
logía de esos
mismos
sistemas explicativos que están detrás de
todas las teorías sobre la toma de conciencia, la
conciencia
de
c lase, la ideología, su desengaño. Intenté pensar cuál era la
escenificación, el tipo de distribución de lo sensible que se hallaba
detrás de la construcción de todas esas teorías del engaño y el
desengaño. O bien intenté ver cuál era la mutación de los regí
menes de interpretación de la experiencia en todos esos discursos
sobre la revolución artística, el pasaje de la representación a la
no-representación o a lo irrepresentable.
Poco
a
poco
,
me
vi
reconstruyendo
todo
un paisaje de lo que se
denomina
la
modernidad que casi no se corresponde con el paisaje que se
admite habitualmente , y que se corresponde todavía menos en la
medida
en que el paisaje que se admite es, en gran parte, un pai
saje reconstituido y retrospectivo . Las grandes modalidades de
inteligibilidaddel arte y de la política en laactualidad son produc
tos del resentimiento. Por un lado, las razones por las que habrá
una revolución se convirtieron en las razones por las que resulta
imposible creer en ella y, por el otro, los discursos sobre la
modemidad
y, en consecuencia, sobre la posmodernidad , on el
121
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 62/129
personas que han querido
darportenninado
lo que ha sido el sueño
o el proyecto de un arte que esté de acuerdo con la modernidad. M
vi forzado a reaccionar a la política de esos discursos antes de qu
verificara su falsedad por el trabajo genealógico.
Al mismo tiempo, denunciar a los otros no es lo que me inte
resa,
Lo
que
me importaes
llegar
acielia
inteligibilidad de
lo
que
se dice bajo el nombre de emancipación, bajo el nombre d
estética, de literatura. Resultanecesariamentepolémico, pero en
el fondo
lo que me
interesa no es el aspecto polémico. Lo que me
importa,
cuando
estoy trabajando en la manera en
que
Vértov
filma una película, sobre la emancipación obrera, por ejemplo, e
intentar entrar en el tenor de una experiencia, en la manera en
que
se conceptual iza cierto tipo de percepción y produce efectos
para sí misma. En alguna medida, el trabajo
que
intenté
hacer
apunta a la constitución de una cantidad de formas, de objetos y
de
regímenes
de pensamiento, Está también el hecho de que
puede servir a otras personas para repensar su trabajo, algo que
la gente hace en contadas ocasiones cuando se trata de política,
y que lo hace de buena gana cuando se trata de literatura, de arte
o de estética. Tal vez no valga la pena meterse acá en esas
cue stiones. El punto fundamental , para
volver al tema
inicia l,
con iste en eparar dos cosas : el efecto de desplazamiento tal
como
efectivamente se produce en los libros que he escrito, de
modo tal que lo puedo controlar, y la manera en que los
demás
podrán percibirlo y extraer de ellos tal lección o iniciación.
L RESTO LE CORRESPONDE A USTED
Continuemos por este camino.
En los bordes de
lo
político
concluye con unas tesis, como las que en su época enunciaron
Marx o Be
njami11.
Si nos remontamos más atrás en la historia
de l filosofia, en el.final de la
Ética IV
de Spinoza está la parte
que concierne a la servidumbre humana y en la que está
insertado un apéndice con capítulos que no son tesis, sino que
sirven como medio para memorizar todo
lo
que se ha planteado
previamente, con vis/as a cierto uso, a cierta aplicación futura.
24
I
I,(/r/ir de esos ejemplos, cabe preguntarse por el estatuto de
ti
'IIIIOS
tes is de Sllftlosofia. ¿Ellas también se deben memorizar
1 /plicar? También nos gustaría confrontar esta idea de tes is
, el término de «principio» que vuelve en sus textos, sobre
l do
en
torno al «principio de igualdad».
) altamos de las tesis. Dos o tres veces en mi vida me pasó que
IInmara a unos textos «tes is» , Están esas tesis sobre la po-I ítica.
I
J
poco para la m isma
época había
publicado, en la forma de un
011
lículo humorístico, reglas para el desarrollo del racismo en
Francia.
60
Un poco después-pero nunca las
publiqué-
, para una
conferencia, redacté ocho tesis sobre la modernidad artística.
,
uál
es
la función de una tesis?
Primero
ocurre algo
como
un
arrebato personal
-me
parece, no sé muy
bien-
que hace que,
en
un momento dado
, cierta cantidad de cosas en torno a las
cuales usted
anda dando
vueltas para formularlas le caen a uno
enc ima en la
forma
de un conjunto de enunciados posibles.
Pero
no es ni un cuaderno de notas ni una fonnulación académica
distanciada de los resultados de un trabajo. Las tesis resumen
cosas extraídas de lo
que
uno pudo
haber
escrito durante todo
un
per íodo de investigación, pero tam bién pertenecen a
un
proceso
polém ico específico, también son una forma de levantar revuelo.
Esas tesis sobre la política se elaboraron para una conferencia
en Italia, pero también están en la repercusión de los aconte
cimientos de 1995: las huelgas de otoño y la gran apoteosis de
todo el movimiento intelectual del «retorno de la política» que
desembocó en el apoyo más débil a la ofensiva gubernamental
en contra de las jubilaciones.
Por
medio de la
CFDT
6
y de los
intelectuales de izquierda, el pensamiento arendtiano de la
pureza
política se convertía en el pensamiento gubernamental.
Por lo tanto, mis tesis también eran una manera de
marcarel
final
de un recorrido, una manera de decir: todas esas historias acerca
, «Sept régles pour aider a a diffusion des idées racistes en France» [«S iete reglas
para contribuir con la difusión de las ideas racistas en Francia»], en
Le Monde,
21
de
marzo de 1997, reeditado en Mamen/s po/¡tiqlles, Lux/La Fabrique, 2009, pp. 71-75
[M
amen/os políticos.
Buenos Aires, Capital Intelectual. 20 IO p. 60] .
CFDT,
Confe
der
ación
Francesa Democrá ti ca
del
Trabajo , primera
confederación de trabajadores
en cuanto
a la cant
id
ad de af iliados (N . del T )
12 i
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 63/129
del retorno de la política, de la pureza de la política, la política
contra
lo
social,
la
beatificación de
la
pareja Arendt/Leo Strauss,
miren al final lo que quieren decir.
Era
una manera de decir algo
del estilo de
«hay
que
terminar con todo
eso» . En cierto sentido,
no es para nada mi manera, pues la mía, por el contrario,
ha
sido
siempre una manera desarrollada. Pero también , mi estrateg
ia
sobre la política siempre ha sido la de decir: «Esto es lo que tengo
para decir, y punto final. Acerca de la política , esto es lo que cabe
deciry no hay más nada que decir». Excepto que la gente siempre
te pide que vuelvas sobre el punto final. ..
Las tesis no son enunciados de principio, llegado el caso
resumen de manera polémica lo que se pueden considerar como
principios de inteligibilidad de la política: lo
que
no quiere
de-
cir principios de la política en el sentido en que el axioma
igualitario es un principio de la política . Las tesis sobre la política
no son un desarrollo del axioma igualitario, ni siquiera sé si el
térm ino «igualdad» figura en ellas. Las tesis sobre la política son
una especie de travesía de la inteligibilidad de la política, una
travesía polémica para cortar en dos las nociones que son
supuestamente básicas a partir
de
los
enunciados
mismos de la
filosofía política. Fueron escritas bajo el efecto de la lectura de
ese pequeño texto de Hannah
Arendt
que se acababa de
traducir, ¿
Qué es
politi
ca?
En cierta medida son un comentario
de lectura y no el producto de una voluntad de explicar lo que es
la política de de u principio y hasta sus consecuencias. En el
fondo, no se trata de una exposición que va de los principios a las
consecuencias, s ino de una operación tajante que va a intentar
atravesar el
campo
a
toda
velocidad para reconfigurar
por
completo
su inteligibilidad. En la práctica de las tesis hay una
función de aceleración. En un momento dado, se da la sensación
de que es posible volver a atravesarlo todo, desde ese pequeño
pasaje de Homero en que aparece la palabra «demos» hasta los
discursos contemporáneos acerca del fin o del retorno de la
política, para decir: «He aquí cómo se puede pensar toda
la
inteligibilidad de la política a partir de una división radical de los
que supuestamente son los principios de la política».
26
A través de esta elucidación acerca de las formas de enunciación
de su .filosofta también nos pregUl1lábamos en qué medida
algunos de sus enunciados de sus principios algunas de sus
tesis -poco importa acá el término que le otorguemos- se
podían prolongar por usted o por otros en máximas prácticas.
Pero nos parecía que la cuestión de la construcción de un
conjunto de máximas prácticas por un lado era una empresa
filosófica legítima
y
por el otro era l/na cuestión que queda
abierta en
su
obra. Es algo ante o cual usted se resiste y al
mismo tiempo que usted podría nombrar entre sus deseos.
La cuestión
de
las
máximas
prácticas resulta
complicada
Una
máxima
no es
exactamente
un
enunciado
que tiene
por destino
una forma de aplicación. Mi trabajo se basa en máximas per-
sonales
que
pueden adoptar la forma de un
enunciado
tético, pero
se
puede hacer una generalización al respecto con lo
que
digo a
propósito de la política, que en el fondo, el problema es la
opos
ición entre dos
mundos
.
Todo
lo que he
podido producir
en
tanto que teoría siempre ha estado también orientado por el
pensamiento de una separación entre un cuerpo de pensamiento
y la idea de que habría prácticas, formas de aplicación que se
deducirían de
ese
pensamiento. En un sentido, podría retomar
para mí la máxima que le había prestado a Mizoguchi al final del
texto que sirvió de prefacio a Les écar/s du cinéma.
62
La
película de Mizoguchi que se refirió a la injusticia, a la esclavitud,
a la liberación colectiva e individual parece estar diciéndole al
espectador: «He aquí 1 que yo puedo hacer con las apariencias
con que
dispongo, el resto le corresponde a usted».
Creo
que «el
resto le corresponde a usted» es una máxima esencial de mi
trabajo. Precisamente, de la descripción de un mundo no se
extrae ninguna consecuencia acerca de
1
que hay que hacer
sino simplemente la cuestión de
1
que se prefiere hacer partiendo
de
la
base de
esa descripción.
62
«El mi s
mo
cine que dice en nombre de lo s rebelados
El
mañana no s per-
tenece seJla la asimismo. que no puede ofrecer otros mañanas que no sean los
suyos propios.
Es
lo que nos
ue
stra Mizoguchi en otra
de
s
us
película s» , en
l
intendente Sansho
(1954). en
Les Écorts d cinema
París,
La
Fabrique.
20
I I
p.
2
l
[Las distancias del cine
Pontevedra, El Llago ediciones,
20
l
2.
jJ
221
27
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 64/129
Una máxima es algo que tiene
por
destino definir
cierta
actitud. El sentido global de
lo
que he hecho es que
no
existe una
necesidad y
un
conocimiento de la necesidad que funda la
acción. Lo que se da
como la
ley del
mund
o es una ley que resulta
de cierto número de relaciones de formas de dominación de
opciones. La doble máxima sería: primero «e l estado de las
cosas
no es necesario»
es
posible
reemplazar
la descripci ón del
mundo
en términos de necesidad
por
una descripción en
témlinos
de posibles; segundo esta descripción no le dice a usted
lo que
tiene que hacer sino que simplemente le dice: de ahí en más le
toca a usted saber
lo
que quiere . Detrás de esta redisposición de
la
relación entre conocimiento y acción
por
supuesto
está
la
máxima que
sostiene
la
búsqueda
misma
la
máxima
igualitaria
que
en el fondo funciona según la manera de las
máximas
kantianas
como
forma de universalización d e las condiciones
mismas
de una práctica. ¿Qué es
lo que
hago en tanto que
investigador? Yo apuesto por la igualdad lo cual quiere decir
m u c ~ s
cosas a la vez. Apuesto que no estoy buscando lo incog-
nOSCIble
que no estoy frente a
lo
incognoscible
lo
incomprensible
lo sublime etc. Cuando vaya hablar de arte de política de eman-
cipación de literatura me coloco ante configuraciones cuyas
formas de articulación se pueden estudiar
eso
exige trabajar
supon e que uno vaya todos los días a trabajar ya
hemos
hablado
de eso.
Me
impuse
como
regla práctica trabajar todos los días
ir a
la
biblioteca aprende r algo escribir etc. Para mí se trata de
una máxima igua litari a. Para decirlo de una manera
un
tanto
caricaturesca la máxima igualitaria dice
que
salir es un poco
cansador que
lo
mejor es quedarme en casa
echar
un vistazo a
los diarios mirar la tele ver hasta qué punto la gente puede ser
imbécil y decirse: qué inteligente que soy puesto
que
los
demás
son unos imbéciles . La opción de la máxima también
es
eso:
¿acaso
uno es inteligente porque los
demás
son imbéciles o se
es
inteli gente porque los otros lo son? Es una máxima de tipo
kantiano: ¿apuesto a que la capacidad de
pensamiento
que
me
otorgo es
la
capacidad de pensamiento de todos o
mi
pen-
samient o se debe disting uir por el
mero hecho
de que los demás
son estúpidos? Es por eso también que le di tanta importancia a
128
la cuestión del cansancio es decir fundamentalmente de la pereza.
Uno va todos los días a trabajar como todo el mundo porque uno
piensa que
el
pensamiento les peltenece a todos porque uno piensa
que
el
mundonoes
un
gran incognoscible que hay
un
enorme pedazo
del mundo en que vivimos que se puede conocer que resulta posible
comprender
un
pococómo se formó
si
uno setoma la molestia. Todo
este conjunto va a oponerse a la actitud del intelectual que sabe por
qué los demás son estúpidos lo que
en
pocas palabras es la
definición nomla
I
del intelectual.
Hay
una
máxima que es
una
elección
inicial y
que produce
un
tipo de análisis que al fin y al cabo dice : «he aquí lo que
se puede decir acerca de la manera
que funciona
lo
que llama-
mos política arte literatura
etc.». De
allí en
más
la
cuestión
co nsiste
en
saber cuál es
el
tipo
de
máxima que quiere aplicar
el lector.
Para
la política eso quiere
decir:
si no
hay
una
revo-
lución mundial no
es
porque no ha madurado el momento sino
porque se plantea la cuestión de saber qué es lo que quieren quie-
nes quieren que cambien las
cosas
qué
es
lo que quieren los
que quieren acabar con
la injusticia. Es la
cuestión
de los
mun-
dos que uno ve
como posibles
de
la
capacidad que uno
se da
para transformar
el
mundo de
una
manera que
se
ajuste
a lo
que uno considera
como de
seab
le .
Fundamentalmente
al
principio
hay una
máxima
igualitaria
que
posee cierta cantidad
de consecuencias que
se
encuentran al final
incluida bajo
la
forma
frustrante lo cual conlleva que cuando la gente le
pregunta
lo
que hay que hacer
uno
le
responde que son ellos
los
que tienen que saber
lo
que quieren hacer
.
LA
RISA
DE
UN
PENSAMIENTO
La actualización
e
la dimensión polémica
e
las situaciones
también se puede considerar a partir
e
su manejo del humor
un punto que con demasiada frecuencia los comentaristas
tienen a menos. Se podría vincular
es
a risa con una concepción
.filosófica que habla del humor en el pensamiento como vinculado
129
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 65/129
a su dimensión conflictiva ¿Se trata de algo importante paro
usted?
Sí, evidentemente se trata de una dimensión presente y homogén a
con respecto a otras cuestiones a las que hice referencia hac .
un rato acerca de borrar
la
distancia entre los niveles de discurs .
Si mi texto es polémico, lo que trato es de integrar la posición
contra la cual estoy polemizando sin caer en la forma de la
denuncia y, al mismo tiempo, es necesario marcar bien la
diferencia. La cuestión del humor es la cuestión de la diferencia
mín ima que crea un desnivel y que tiene sentido. En principio, hay
humor allí donde se describe algo no natural como
si
lo fuera. E
fácil advertir que esas cuestiones de 1 natural y
lo
no natura l
tienen una larga historia, pensemos en Brecht. Se trata siempre
de lograr que se sienta que algo no anda bien sin tener que decir:
esto es
1
que está bien, esto es
1
que está mal , esto es
lo
verdadero, esto es 1 falso . Volvemos a encontrar la cuestión de
los efectos. El
humor
espera un auditor, un lector, un espectador
cuya adhesión
supone
que no se le dé el trabajo todo masticado.
Trato de construir un discurso que esté hecho de desniveles
mínimos porque, más allá, todo desnivel es un efecto de dominio
y designa
lo que
constituye el discurso verdadero contra el
discurso falso ,
la
ilusión, el discurso engañoso. También es una
manera de deshacer la posición del erudito. Es posibl e que en mi
juventud hayan influido en mí Sartre y su crítica del espíritu serio;
por desgracia, el estilo de Sartre no escapa mucho al espíritu
ser io. Pienso que hay algo que forma parte del carácter un tanto
probabilista del discurso que uno sostiene. Se trata de producir
un discurso que no se despreocupa de la idea de una verdad y
que, al mismo tiempo, no dice la verdad.
Pienso que hay todo un sistema de desn iveles m ínimos , de una
distancia no demasiado grande con respecto a lo que se dice, eso
forma parte del placer que uno puede obtener al escribir, porque
es necesario que escribir produzca un mínimo de placer. Lo cual
no es siempre así cuando uno debe resp onder un encargo. Lo que
vuelve interesante el hecho de
hablarde
un texto es
la
posibilidad
de encontrar allí una distancia interna .
e
allí en más, todavía
130
q1leda la cuestión de saber cómo tratar la distancia interna. Uno
l cae encima
como
un animal , diciendo «esto es lo que hay
d Irás», «ésa es la razón por la cual resulta contradictorio o
Ildículo». O bien uno adopta una estrategia de sugestión, lo cual
11 es lo mismo que la sospecha . Entramos en una problemática
dl la poética de Mallarmé: sugerir en lugar de nombrar, s ~ g r i r
n lugar de denunciar, llamar al lector o al oyente a trabajar de
cierta manera. Hacer reír. Pero hay risas y risas. Está la risa
sarcástica del resentimiento. Y está la risa de los que pudieron
atravesar cierta experiencia histórica y aprender a valorar lo que
quieren decir las palabras, pero sin resentimiento .
13 1
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Tercera
parte
UMBR LES
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DESENGAÑO y
DECONSTRUCCIÓN
Su proceder se puede interpretar como aquel que en los años
1970, tiene
por
punto de partida una «crítica de la crítica»
ciertas formas de revelación o de desengaño que leproporcionan
al teórico una posición saliente y le garantizan un poder sobre
su objeto tanto como sobre e/lector. A numerosos comentaristas
de su obra sin embargo les gustaría clasificarlo junto con lo
que los angloestadounidenses o los alemanes denominan las
teorías críticas. Y es cierto que en su trabajo usted se entreg
a
con regularidad a un replanteo virulento
de
las posiciones
de
ciertos filósofos o intelectuales a un desmontaje de los falsos
problemas acerca de la democracia por ejemplo o sobre mu-
has otras cuestiones.
6
¿En qué medida ese desmontaje difiere
de una forma sofisticada o insinuada de desengaño? Puesto
que usted también revela algo que no era necesariamente
visible o perceptible antes de haber leído sus trabajós. En ese
contexto
hay
una
fórmula
de lo que resulta conveniente
deshacerse que se reitera en su obra con bastante frecuencia:
el
«consensOJ ,
las «banalidades del consenso
».
aunque su
proceso no sea idéntico a la «revelación» que el marxismo
practicó históricamente y que usted critica en Le Philosophe et
ses pauvres 64 ¿
en
qué medida eso no lo ubicaría a
su
vez en una
posición saliente con respecto a sus lectores?
'
La Haine de la démocrafi
e, Parí
s. La
Fabrique 2005
64
El
filósofo)
sus pobres
Los Polvorines Universidad Nacional de
Genera
l
Sarmiento
2 13
1
35
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Vamos a tratar de partir del papel que cumple la noción dc
consenso . ¿Qué quiere decir la noción de consenso? Designa
una organización estable de la relación entre uno y otro sentido,
entre
lo
que es dado y lo que es pensable, una especie d
organización de
lo
posible. La cuestión no es mostrar lo quc
esconde, sino aislar los elementos de es·a organización. Si sc
toman las Chroniques des temps consensuels
6
en varia
oportunidades se trata de intentar localizar una cantidad de
puntos en que podemos decir que el consenso se expresa, y punto
en que se topa con su contradicción, con sus imposibilidades, con
su ridiculez, o bien la lucha abierta. Si tomamos el primer texto
que abre las Crónicas de los tiempos consensuales que se
ocupaba de las huelgas de 1995 <<La
cabezayel
vientre»), según
mi opinión, toma
un
tanto a contrapié la lógica del desengaño que
dice «usted se imagina que lo que está pasando es esto, pero en
realidad eso es lo que está pasando por debajo». Estacrítica está
diciéndole a la gente que son todos unos imbéciles porque creen
que está
pasando
algo y no saben que no está pasando nada o que
lo
que está pasando ocurre en otro lugar. Una vez más, así e
cómo funcionan los trucos a la manera de Baudrillard: usted cree
que hubo una guerra y yo puedo asegurarle que no hubo ninguna
guerra. Es s iempre la lógica de alguien que tradujo El capital
que ha sido
un
marxista erudito, que en
un
momento dado hace
funcionar al vacío
un
mecanismo de descubrimiento del fondo
real de las cosas, incluso si ese fondo ya no tiene consistencia.
Ahora bien, ¿qué es lo que yo intenté hacer en el texto sobre las
huelgas de 1995? Precisamente, escenif icar el orden del consenso
como
el orden en que
hay
una inteligencia que sabe y gente
que no sabe .
Así
es
como construía
la escena Juppé :
66
ustedes
son buena gente , son
corajudos
, ustedes trabajan , tienen un
montón de
problemas
, se preocupan
por
el futuro y salen a la
calle , pero yo voy a explicarles por qué no es posible hacer las
cosas de otra manera que
como
1 estamos haciendo. El
consenso es realmente la articulación de dos cosas: la puesta
en
escena
que
muestra
que
existe una
necesidad, que las
(,;
Jacques Ranciere . Chroniques des lemps consenslfels París. Seuil , 2005.
Primer ministro de Francia bajo la presidencia de Chirac (N. del T
.
13 6
osa s son así; y, en segundo
lu
gar , la idea de que hay cierta
cnte que es capaz de comprender por qué las cosas son así
otra
gente
que no
es capaz
de
comprender
lo .
¿
Qué es
lo que
yo
hago al respecto?
Intervengo
en relación
con la escena en
que
un tipo dice que va a explicar y destaco
lo
que la perturba, el hecho de que la gente responda que no
va le la pena que le
expliquen, porque
ya
entendió
a la per
fección, pero con toda
evidencia
lo que
comprendió
no es lo
mismo.
Intervengo
a
partir
del
momento
en que una instancia
ya ha intercedido con la crítica del consenso y ha mostrado
que lo que está en juego no consiste en comprender o no
comprender sino en dos mundos sensibles que se enfrentan.
En ese momento, se da una especie de desmontaje de la
escena oficial que los que piensan que saben han construido.
A los que conocen el
fondo
de las cosas les opongo la verdad
de las cosas, una escena en que no existe la verdad de las
co sas sino dos mundos que se enfrentan y que se puede ubicar
en el enfrentamiento m ismo.
No
es más que una primera forma
de respuesta, pero en ese momento la crítica es mucho más una
deconstrucción del dominio, mientras que el desenga ño habitual
es una lógica del dominio.
Si se consideran todos los textos que escribí en relación con
el racismo, se trata de lograr que se vea de otra manera
lo
que
a llí está
enjuego.
No sostengo un discurso marxista que afirma
que el racismo es un síntoma superficial que cubre algo más
profundo. Tomo las cosas de una manera muy diferente. Existe
una explicación oficial-consensual-del racismo: son los pobres
blanquitos
que
se ven superados por el progreso y se las agarran
con los inmigrantes. Yo digo simplemente
que
hay que iry mirar
un poco las legislaciones, las leyes, los decretos, las medidas
gubernamentales . y veremos
que
se define a través de ellos una
figura administrativa clean
7
del racismo
que
vuelve ridículo ese
discurso que
repite
indefinidamente la gente que piensa que
es
de izquierda, de extrema izquierda, de izquierda radicalizada,
etc . acerca del racismo como una especie de furor popular.
Intento deconstruir la alianza Hortefeux/Marx/Gustave Le
67 «Limpial> .
En
inglés en el
ori
g
inal
N. del
T.).
l 7
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 69/129
80n
68
que une el pensamiento «de izquierda» con el raci smo del
Estado. Incluso las medidas que adoptan nuestros gobiernos se
piensan como una concesión a sentimientos populares racistas
que
se concibieron a partir de la psicología de las ma sas pero el
racism o no es un
tema
de la psicolog ía de las masas. Se lo puede
constatar de manera muy simple. No se trata de desengañar. .
P?r supuesto se puede afirmar que hay una verdad instalada
ofiCIal y que no se trata de eso. A partir del momento en que
dicen que no se trata de eso en efecto están practicando una
especie de deconstrucción crítica pero esta deconstrucción
siempre pretende volver al mundo del
que se
supone
que
es
unívoco que es un mundo de la necesidad hacia la equivocidad
hacia el enfrentamiento hacia la elección. Al
mismo
tiempo lo
remiten a formas de inteligencia que ya no son formas de
manifestación de inteligencia de los
que
saben los
que
ven el
fon?o
o ven más lejos que los demás.
Lo
cual también quiere
deCIr que no me hago muchas ilusiones acerca del alcance de ese
tipo de crítica o de intervención.
Lo
que intento es desestabilizar
una opinión intelectual dominante que cree que es de izquierda
cuando en realidad es enteramente reaccionaria. Eso no produce
sino efectos limitad os. Una vez más hay
que
tener bien en
cuenta que no soy a lguien que interviene en la escena pública de
manera espontánea deliberada.
Cuando usted habla de las huelgas de 1995 o bien en
un
texto
como «El filósofo
en
el cuarto de baño» muestra a pesar
de
todo algo que no era visible, devela algo.
69
¿Cómo denominar
a ese tipo de intervenciones si no se trata del desengaño?
6. Brice Hortefeux ministro de Inmigración durante el gobierno de Fillon bajo
la presidencia de Sarkozy N del T. ,
. , Como ejemplo de este procedimiento : «[Esta «fi losofía en la vida»] se
Inscnbe SIn problemas en la gran cantidad de recomendaciones que. en centenares
de revistas y programas especia lizados nos hac en los médicos psicólogos
hIgIenIstas. nutricionistas y demás para enseñarnos a cuidar nuestro propio yo
y
a vIv Ir armól1lcamente la vida a diario. Pero entonces la pregunta vuelve a cobrar
actualidad: ¿realmente necesitamos una filosofía que no nos dice nada que no sea
el refrán mediático del diario cuidado de
sP»
«La filosofía en el cuarto de bailo»
en Chroniques des lemps consensuels [Crónicas de los tiempos consensuales] :
Pans. Sellll co l. «La IIbrame du
XXI
e
s c i l ~ c
p. 124
138
Pienso que se lo
puede pensar
en términos de disenso a saber
que una organización de
lo
visible se encuentra perturbada o una
organ ización de la relación entre lo perceptible y lo pensable
entre lo perceptible y lo decible . Se trata de producir un despla-
zam iento en la visibilidad y al mismo tiempo a pesar de todo un
desp lazamiento que cua Iquiera puede ver en fin un desp lazam iento
que no presupone ninguna posic ión particular.
Notengo
ninguna
razón especial para tener claridad específica en materia de
in migración sobre el tema de los gitanos de las luchas sociales.
Ta l vez tenga una mirada particular para ver lo que se inmoviliza
en una máquina explicativa y eve ntualmente para llegar a
deshacer los elementos de un rompecabezas y reconstruirlo de
manera diferente. Tal vez se trate del trabajo de una operación
poé tica en su distancia con respecto a una operación erudita. Se
trata de desatar la relación entre una operación poética
-vo
lver
visible lo quena lo era-y una operación eruditaque pretende revelar
10 invisible que 10visible estaba escondiendo. Analizar las cosas en
términos de reparto de
lo
sensible es decir que no existe
lo
sensible
y
lo
inteligible sino siempre una a rticulación de
lo
sensible y de su
sentido que se puede transfol1nar separando y recomponiendo y
por lo tanto sin cambiar de nivel.
CONSENSO y ESTUPIDEZ
Ese desmontaje al que hace referencia es también una in-
tervención que a veces resulta un tanto violenta se advierte
que lo exasperan ciertas manifestaciones de lo que se puede
llamar una forma de «estupidez» que Flaubert advertía
y
manifestaba quizá más que en sus libros
en
su correspon-
dencia.
¿A
dhiere usted a esa fórmula
de
Nietzsche a m
en
udo
citada acerca de que ~ f i l o s o f a r es nocivo para la estupidez ?
¿
Qué posición adoptaría con respecto a esta exigencia? El
problema de la
es
tupidez sería:
có
mo ser nocivo sin caer
necesariamente en una postura condescendiente en relación
con sus manifestaciones co ncretas; allí está sin duda la
piedra
de
toque
de
toda .filosofia que la
torna
p r objeto.
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 70/129
Cuando Nietzsche dice eso, cuando Flaubert se deja lel' 1/
en su correspondencia, no es en contra de los seres estúpidll\
en particular sino en contra de un estado del pensamie llto
o de lo p ensable en una época dada, de lo que la gente
11
o
no ve. s casi un problema metafisico. ¿Usted se ubicaríll
en esa estirpe de pensadores?
Si hablamos de ser nocivo para la estupidez, hay que partir d 1
hecho de que la estupidez no es una propiedad de los ser s
estúpidos. Con lo que yo podría identificar el concepto de c -
tupidez es, con el concepto de consenso, el estado regulado d
las relaciones entre lo perceptible y lo pensable. Teniendo bicn
presente en la mente que también hay que pensar la estupidez a
partir de la inteligencia. La estupidez es algo que construyen
constantemente personas que gastan muchas capacidades para
llegar a decir todas las estupideces que se oyen todos los días,
desde las formas básicas en la televisión hasta las intervencione
de los pensadores eminentes en las columnas «debates e ideas»
de los periódicos para intelectualoides. Se advierte con claridad
que hay todo un trabajo, una inteligencia. Es un temajacotista
muy poderoso,
la
estupidez se produce por un trabajo de inteli
gencia. unque no sea de la misma manera, se gasta tanta
inteligencia para decir imbecilidades
como
para decir cosas
sensatas. Causar daño a la estupidez quiere decir resultar nocivo
para el consenso, peljudicar un trabajo que trama la totalidad de
este mundo de lo perceptible y lo pensable. Lo cual también
quiere decir que , para mí, no hay identidad de quién debería
perjudicar la estupidez, pienso que muchos filósofos, de hecho,
no le cau-san absolutamente ningún daño.
Pero también hay que considerar que la estupidez se des
dobla. Usted mencionaba a Flaubert. En él se encuentran dos
estupideces, la del consenso, del discurso de acuerdo con las
normas, del discurso del consejero regional en los comicios
agrícolas, los clisés acerca de la evolución de la sociedad, de las
clases sociales, de las virtudes del trabajo, del progreso, etc. Se
trata de una estupidez instituida, constituida, y luego hay otra
estupidez que consiste en deshacer toda esa trama de relaciones
entre un sentido y otro . Cuando Flaubert dice que las obras
14
IIlHcstr
as son estúpidas, define otra estupidez que consiste en el
hecho de haber sido dada sin tener nada para decir. Lo cua l
puede desembocar en
una
decisión radical: dado
que
el.sentido
S estúpido, destruyamos todo lo que produce sentIdo. En
e nsecuencia, se va a oponer una estupidez del arte, a saber, la
dcc isión de no producir sentido, interpretación ni efecto de
interpretación, a la estupidez en el sentido del. consens o.
E trabajo que puedo proponemle hacer se sostiene entre esas dos
estupideces, entre la estupidez en el sentido del c o n s ~ ~ l s o y la
estupidez en
el
sentido de la deserción radica.l, la
e l e c ~ l ? n ~ o r
,el
contrasentido, por no decir nada, po r hablar sm transmltrr
nU1gun
mensaje, sin interpretar nada, sin elegir. Pienso entre la
estupidez consensual y la estupidez como a ~ ~ b r a h ~ b l t a d a por un
mutismo radical, se puede definir otra operaclOn mtenta
o l ~ ~ r
a disponer la relación de lo perceptible con su s e n t J d ~ . Eso.tamb.len
quiere decir que tal vez haya que contar con la estupIdez t e r ~ n a o
artística paradeconst ruir la estupidez co?sensual s ~ n t J d o es
que digo que también se trata de una mtervenclo.n poetlca. Para
deconstruir laestupidez consensual, hay que tener sIemprepresente
el horizonte de esa otra estupidez. Una vez más, para mí son
operaciones que resultan siempre aleatorias y que, por ello mismo,
no definen ninguna competencia específica. En pocas palabras, se
puede decir que es la manera mediante lacual utilicé pers,onalmente
una cal ificación de
fi
lósofo que no todo
el
mundo reconOCla como ta 1
y que consiste en deshacer las disposiciones de sentido existentes.
CONJUR R
EL
DOMINIO
En los años 1970 usted les reprochaba a Althusser y a sus
seguidores el haber construido una teoría que descrfbía y
analizaba las luchas sociales
y
políticas tal como debenan ser
y no como eran en realidad. Desde El desacuerdo en ~ ~ e l a n t e
¿su exigente concepción de lo que define la polltlca. con
respecto a lo que usted llama «la policía» no corre el
n e s g ~
de caer bajo el fuego de una crítica c o m p a ~ a b l e
l ~ e f i l 7 r
de manera rigurosa y restrictiva lo que atane a la polztlca y
lo que se le escapa, ¿no está definiendo una norma de
14 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 71/129
politización ante la cual las luchas efectivas y las personas
que participan
en
esas luchas (en particular, quienes lo hall
leído a usted) tienden a medirse? En su aspecto positivo,
esta observación plantea Ofras dos preguntas. En primer
lugar, ¿cómo se refiere usted a las luchas actuales o a las
formas ·de conflictividad social que existen en estos mo-
mentos?
En
su pensamiento político, parecería que hay dos
opciones compuestas. ¿Se trata de localizar hogares que estén
más inclinados que otros afm,orecer un avance
de lo
que usted
denomina la «causa de la igualdad»? ¿O bien se trata de
identificar «escenas»
de
cambio brusco de repartos y
de
redistribución de los lugares establecidos? ¿Son
lo
mismo? En
segundo lugar, puesto que ha seguido con mucha atención los
efectos retóricos y políticos de los pensamientos de los que
usted ha sido contemporáneo como por ejemplo, el de Althusser
o el de Bourdieu), ¿qué piensa de los efectos de su propio
pensamiento en los militantes, por
un
lado y, p r el otro,
en
el
público del arte o del cine? La primera pregunta, p r lo tanto,
es ésta:
¿
cómo mantener interés p r todo
lo
que queda al
margen de su definición relativamente restrictiva de la polftica?
La segunda pregunta:
¿
qué piensa de los efectos de su propio
pensamiento y de su propia retórica?
Ante
todo el reproche que le hice a Althusser
no era
exac-tamente
ése
...
no le reproché el
haberdefinidounapolítica
tal
como
debía ser
y el haberse desinteresado
por la
política tal
como
era más bien le
reproché el
haber
suscrito a la política tal
como era
para reservarse
una
política para él la lucha de clases en la teoría. Le reproché que
haya
convalidado el reparto entre
laconductamaterial
de la lucha de
clases sometida al monopolio del Partido Comunista Francés y la
lucha de clases
en la
teoría
que
se confiaba a los intelectuales. Dicho
en otrostém1inos le reproché cielto arreglo del tipo: «yo les dejo que
conduzcan al proletariado y ustedes dejan que
me ocupe
de la
teoría» para decirlo
muy
rápidamente.
De acuerdo, pero la dicotomía entre las luchas tal como se las
sueña y las luchas tal como
son,
sin embargo, es muy corriente
42
1'
la operación crítica. Llevó a muchos revolucionarios o
(l'líricos a deplorar que la historia no estuviera a
la
altura
de
l s esperanzas que se habían sembrado.
\ Jna
vez más diría
que
la
altura
de
las
esperanzas
la
definen
los
movimientos históricos. Hubo
una
cantidad de movimien tos que
definiero
n
esperanzas de liberación de emancipación
de
poder
del
pueblo de
comunismo. Para mí la cuestión
no
consiste
en
seña
lar si una
determinada situación políticaestáo no
a la altura.
La
cuestión reside
en
saber
si se
puede señalar una heterogeneidad
dentro de esas situaciones.
El
operador «política/policía»
no
es
ese ncialmente importante para mí siempre he dicho que
la
oposi
ción está
todo
el
tiempo
mezclada
n u n ~
pura
aunq
ue
después de todo cubre
cierta
cantidad de
chvaJes. En
una
lucha dada de
lo
que se trata
¿es
de
un
reajuste de las
partes
o
de
la
aparición de una instancia
que excede el
reajuste
de las
partes? ¿Se
trata
de la búsqueda de
ta
lo cual objetivo
es.pecífico
o consiste
en que
la gente afirme que posee
una
capacIdad
que
es
competencia
de
todos? Pienso
que en
cualquier
situación es
posible definir esa distancia.
Tomemos
la
relación
entre las
huelgas
de 1995 y las del20 1O
En
las
huelaas de
1995
existía
la
posibilidad de que cierto espacio
de un conflicto dado pudiera identificarse con un espacio público
popular
lo que ocurrió cuando
de pronto
todo el ~ u n d o se puso
a
marchar
y las
personas que
iban
caminando debIdo
a
la huelga
fueron
a
manifestar con
las
personas que
los
obligaban
a ir
cam
inando. Ahí
se
pone enjuego
una
reorganización
.
del
espacio
político a partir de
un
conflicto específico
que
adopta una figura
concreta
. Si se
las compara
con la
manera en que en
un
momento dado
las
huelgas
del otoño
de 20
lOse concentraron
en
la cuestión de las refinerías se advierte que ahí se trata de un
modelo estratégico. Se pone en juego una fuerza de presión de
la
que
se
dispone frente
al
adversario pero
eso
q u i ~ ~ l
a
separarse de formas de acción que se basan
en
la afirmaclOn de
una competencia de
todos o
de
formas
de unión entre
los
que
hacen
huelga y los
que reciben
el
nombre de usuarios
.
En toda
situación
existen
criterios de diferenciación internos: ¿quién
3
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 72/129
conduce el movimiento, qué es lo que lo guía, qué tipo de modelo
de enfrentamiento con el enemigo predomina? Pienso que
existen aIternativas que son internas a las luchas, que se plantean
y que se reflejan en resultados, en
la
capacidad de ampliación, de
movilización que
crea
un conflicto.
N unca me ocupé de maneradirectade decir
si
tal movim iento era
bueno o malo por equis razón. Por el contrario, intenté responder a
los que explicaban por qué motivo no estaba bien. En 1995, en el
momento de la gran ofensiva intelectual contra los huelauistas
b
intenté desmontar el argumento que defendía la totalidad de cierta
izquierda intelectual cuando denunciaba en nombre de Marx y de
HannahArendt ese movimiento retrógrado de trabajadores aferrados
a sus privilegios arcaicos. De paso: el diario Le Monde no publicó
mi texto. Una vez más, siempre intento reflexionar sobre las
alternativas inmanentes a las situaciones, a los movimientos.
Usted sigue con atención las posiciones de enunciación de
los autores que critica ¿
a
historia de la recepción de sus
obras
l
permite tener cierta reflexividad sobre esas cues-
tiones
n
lo que concierne a su trabajo?
Digamos en principio, para volver un poco atrás, que a los que
criticaba no les reprochaba tanto el no preocuparse de los efec
tos de sus discursos. Sobre todo, les reprochaba que hablaran
dentro de una escenificación predeterm inada de las causas y los
efectos. En Althusser, es una fórmula del tipo «si les dicen eso
a los proletarios, entonces los van a engañar, los van adesarmam;
en Bourdieu , es: «El desinterés estético es un truco para ilusionar
a los pequeñob urgueses que ignoran las determinaciones que los
guían y para humillar a los proletarios, cuyos gustos siempre son
interesados ».
De allí
en más,
por supuesto determinan
el
efecto
de su
propio
discurso dentro de la escenificación de los
efectos: si se denuncia la producción del efecto
de
ilusión, se
está del lado de los
que producen
la
lucidez
.
De entrada me
ubico por fuera de esa
puesta en
escena.
Pero
queda el otro problema, que es el de los efectos del
modo
de enunciación, como,
por
ejemplo,
la
producción de discípulos
que van a repetir lo que usted diga. pesar de todo, mi manera
144
dominante de escribir es una manera en que el
método
está tan
enrollado con la descripción, con el objeto, que es muy difícil
extraer conceptos mayores o cuadros de análisis que se puedan
aplicar con facilidad. Hay algo que está ligado a mi propio modo
de pensar y de escribir, lo cual hace que sea
más
difícil servirse
de lo que escribo como de un corpus para recitar o un método de
análisis extrapolable.
Tengo
un modo de intervención que no se
deja sistematizar con facilidad. Más bien, a laque lagente se pue
de
as
ir es a cierta palabra que puede convertirse en una suerte de
shibboleth como «reparto de
lo
sensible».
Queda
perfectamente
claro que el «reparto de
lo
sensible» circu a en los cuatro confines
del mundo, en fin, no
por
todas partes, pero
por
lo menos en el
mun do de los curadores de exposiciones
con
efectos
relativamente incontrolables si se aísla una noción para lograr
que lo recubra todo.
No
me he ocupado especialmente en ser útil
o nocivo para los curadores, aunque hayan sido muy útiles para
la
difusión de mis.escritos. Siempre traté de no tener discípulos,
de no crear una escuela. Si lo hubiera intentado, de todas
maneras no habría funcionado, porque las condiciones para que
eso funcione
conectamente
no estaban reun idas . Siempre intenté
dirigirme a cualquiera, a los estudiantes, a los lectores. Yo les
hab lo a los lectores, nunca le hablo a un auditorio determinado,
dejé de tener una palabra pública el día en que salí de la
enseñanza.
No
mantuve un seminario para reunir a mi alrededor
un núcleo de discípulos o algo por el estilo. Funda-mentalmen te,
les hablo a personas que están sentadas en frente de mí o que van
a leerme de
una manera
que no es la prescrita
por
la manera de
escribir, por una puesta en escena de los efectos. Conservo la
profunda convicción de que el dominio de los efectos es una
ilusión que no puedo compartir. Pienso que lo que dije produce
efectos que puedo controlar, verificar, y luego hay otros efectos
que son incontrolables.
No
me voy a preocupar
por
saber
si
tal
artista que me envía un
DVD
con un video y me dice que es mi
pensamiento lo ha respetado. Diría que
hay
un aspecto en que la
gente hace lo que quiere con lo que usted le ofrece, eso es una
primera
cuestión.
Pero tengo, sin embargo, algunos objetivos, el de deconstruir
4 5
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 73/129
P?siciones, dañar ciertos consensos; al respecto, puedo seguir
cIertos efectos que son relativamente controlables. Por ejemplo,
la penetración de la idea de la igualdad de la inteligencia, la idea
de la i?ualdad como punto de partida, todo lo que se podría
denommar el aspecto
jacotista
de mi pensamiento y 1 que eso
pw?uce en tanto que efecto, es algo que
más
o
menos
puedo
v e r ~ f i c a r Produce efectos tanto en el ámbito de la política
mIlItante como en el del discurso teórico o el de la práctica
artística. Pienso que produje los efectos que pretendía, en e l
sentido de decirles a las personas que no estaban
obligadas
a
pensar
de esta manera o de otra. Hace un rato, parecía que
estaba tratando los efectos que produje en el medio artístico
como un asunto un
tanto
ridículo,
pero pienso
que, a pesar de
todo, he
ayudado
a
muchas personas
a comprender que no
estaban obligadas a buscar desesperadamente
cómo
pensar lo
que hacían según
modelos
tomados de Benjamin, de Derrida o
de otros. Del mismo modo, pienso que, en el ámbito político,
ayudé a la gente a advertir que el significante «democracia»
P?,día tener otras virtudes, otras acepciones además de la acep
Clan normalmente aceptada en los ambientes denominados
r d i ~ l i z d o s a saber, que es simplemente el sistema, la ideología,
el d.Iscurso que recubre a la dominación de la burguesía y del
capItal. Hay un efecto de conjunto con respecto al discurso crí
tico, con respecto a las posiciones de dominio que tiene lucrar
. b
porque mtento que tenga lugar y, a la vez, porque mi manera de
escrib ir impide que se lo pueda transformar en otra clase de
dominio. Puedo distinguirlo a partir de los libros que la gente lee
o que puede utilizar. Cuando la gente lee sólo
l
desacuerdo, es
algo que a mí me resulta un tanto inquietante, porque están
buscando una teoría de la política
para
ap licarla. A paItir de l
momento en que se ponen a leer Courts voyages au pays du
peuple
70
o La noche e los proletarios, lo que está en
juego
es
el cambio de posición con respecto a la búsqueda de una buena
t e o r í ~ de la política, y algo se ha progresado. Desde este punto
de VIsta, me pone contento que el libro más traducido sea El
maestro ignorante , un libro aparentemente inverosímil
o
Breves viajes al pa ís del pueblo, Buenos Aires,
Nueva
Vi sión , 1991
46
intempestivo , a propósito del cual en Francia al principio la gente
se preguntaba por qué lo había escrito, qué sentido tenía haberlo
hec ho. Que esté traducido al japonés o al coreano o que ahora
se esté traduciendo al árabe y a un montón de otras lenguas,
significa que, a pesar de todo, los efectos que puedo anhelar se
producen correctamente.
SITUAR EL INCONSC IENTE
Puesto que se trata e negarse a adoptar posiciones e
dominio, hablemos de la categoría e inconsciente que no
está ausente en su obra. Hay un libro que hace uso e esta
categoría en el título, en una conferencia que usted dio a
psicoanalistas, pero pronto afirma que va a proponer una
lectura oblicua e Freud: lo que le interesa es la convocatoria
del material artístico en la elaboración del freudismo.
7/
Eso
no basta para agotar el tema. Lo que a veces resulta posible
llamar la hipótesis del inconsciente ¿ le parece interesante o
simplemente válida, verificada, verificable? Ciertos vínculos,
en todo caso, se podrían establecer entre
partes
de su
pensamiento y la tradición psicoanalítica, en particular su
desarrollo lacaniano. Estamos pensando en el tratamiento
de la relación con el saber. Sobre todo, hay una reflexión
en esa corriente acerca e la posición del psicoanalista, que
en sus términos se piensa como una forma e la «maestría
ignorante». Para Lacan, en efecto, el analista no sabe
nada, es sólo «supuesto saben>
para
el anallzante.
La
relación analista-analizante representa de este modo un
tipo de transición o e relación que tal vez no era muy
diferente de la que
puede
instaurar Jacotot.
71 «Las tiguras literarias y artísticas que [Freud] elige no me interesan en la medida
en que remitirían a la novela anal itica del Fundador. Lo que me resulta importante
es saber a qué están sirviendo con
lo
que pretenden probar y qué es lo que se les permite
hacer con esa prueba. Ahora bien. en la gran mayoría
de
los casos. esas figuras s irven
para esto: hay
un
sentido en lo que parece no haber ninguno. un enigma en
lo
que parece
caer de su propio peso, una carga de pen
san1
iento en lo que parece ser
un
detalle
anodino, en L inconscient esrhétique, París. Galilée, 2001. pp. 10-11 [ l inconSCIen te
es
tético, Buenos Aires, Del Estante, 2005] .
47
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 74/129
El
psicoanáli sis y
ellacanismo
los conocí un poco en el con-texto
de los años 1960: el contexto althusero-Iacaniano el contexto
estructura lista es decir que en ese entonces el psicoanálisis era
una teoría de la determinación
por
la
estructura de desfiles de l
significante. En esa
época
no era para nada una teoría del
maestro ignorante sino
mucho
más una teoría que remitía a
pesar de todo a un saber bastante masivo sobre el hecho de que
la gente es ignorante y no sabe que es ignorante . El psicoanálisis
que conocí al principio
era
un psicoanálisis del desconocimiento
que se ajustaba a la teoría de la ideología.
El
segundo aspecto es que
siempre me sentí más interesado por las emergencias que por los
sustratos por lo tanto por
lo que hace que se mueva
un
paisaje
sensible y no por 1 que está detrás. Me interesa lo que produce una
modificación de
la
mirada y no lo que queda para interpreta
r.
Siempre estuve
atento a los
desplazamientos
y no a las
interpretaciones. Lo cual quiere decir que
lo
que me
ha
ocupado no
es el sueño como tejido para interpretar sino la ensoñación como
momento de interrupción de cierto curso de la experiencia sensibl
e.
En
un
sentido sidigo queen principio me interesé por la emergencia
y
la
ensoñación más que por el sustrato por el sueño y por
lo
que
revela se puede afimlar que
en
cierta medida me interesaba más e l
consciente que
el
inconsciente .
Interesarse
por
lo que se produce en el
campo
de lo per
ceptible y de
lo
pensable eventualmente también quiere decir
tomar la
decisión de no interesarse por las razones por las que
uno se interesa.
Por
supuesto lo decía
hace
un rato en mi
manera
de ocuparme por las historias de correspondencias entre
obreros
por
los relatos de paseos por el campo las descripciones
del paisaje que se ve
por
la ventana del taller
por
el enc uentro
fallido en la plaza de la
olsacomo
en las puertas de los infierno s
entre un obrero y
un
apóstol burgués hay desde luego todo
un
conjunto de razones no sabidas que habría que analizar. Pero en
cierta medida no
tengo
interés en analizarlas. Retomé un poco
esa actitud que expresó Rilke en su época cuando decía: «s i me
dejo analizar dejo de escribir». Lo que resulta impo rtante en lo
que no sabe de usted mismo es también lo que puede prod ucir en
la percepción lo que puede producir en el pensamiento . Esos
148
tipos de encuentros
un
tanto extraños que organicé entre pequeñas
narraciones y los papeles de un obrero Platón la literatura esa
maquinita que construí
como
efecto de lo que no conocía acer ca
de mí mismo me parece más interesante que el hecho de saberlo.
En cierta forma hay para
mí
un consentimiento por el no saber
y por lo que el no saber produce
como
efecto
de
saber antes que
un interés
por
toda
una
dimensión de
la
elucidación. Siempre
pensé en términos de producción antes que de revelación es un
punto bastante importante que
me
distingue de otras personas de
mi generación que fueron a analizarse y se convirtieron en
analistas lacanianos.
Ése
es un punto.
El otro aspecto de la cuestión
por
supuesto el que apareció
más
tarde para mí es que
hay
una posición del analista que se
puede asimilar a
la
posición del maestro ignorante. Queda bien
en claro que a l maestro ignorante primero lo leyeron y
apreciaron ciertos analistas o psiquiatras gente que pertenecía
a ese mundo y para nada profesores ya hemos hablado de eso.
Existe una sensación de parentesco que todavía no tenía al
escribir
l maestro ignorante por
las razones que ya he
mencionado es decir que al principio había considerado el
lacanismo
como
una teoría del saber acerca de lo que las
personas no sabían
como una
forma de maestría que no era en
lo más mín imo ignorante. En el fondo esto comprende la cuestión
de la distancia que existe entre el psicoanálisis como sistema
global de interpretación del mundo y lo que se puede dar en la
sesión psicoanalítica en
esa
relación de individuo a individuo que
marca
la exper iencia analítica. AIl es posible decir
pasa
algo
entre
el
analista y el analizante que puede tener alguna relación con
lo que cuenta Jacotot sobre la disociación entre efecto de maestría
y efecto de saber. Eso es 1 que provocó
el
interés de algunos
analistas por
l maestro ignorante
y la falta de interés por
El
inconsciente estético. Es un libro que yo había escrito para
psicoanalistas pero hasta donde yo sé ningún psicoanalista jamás
hizo
un
comentario.
¿Q
ué es lo que eso está indicando según
mi
opinión? Está indicando que hay que hacer una disociación entre
lo
que pasa en el acto ps icoaJlalítico y la manera según lacual funciona
la
teoría analítica misma en tanto que interpretación global.
11 9
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Incluso si existe esta dimensión
muy
importante de la maestría
ignorante en algunos tipos de práctica de análisis, no quita que lo
que
vuelve una y otra vez
como
discurso global interpretativo, a
pesar de todo, es algo que para mí resulta
más
de la teoría embru
tecedora que de un pensamiento de emancipac ión. En un plano
individual, el psicoanálisis puede funcionar como maestro
ignorante, pero cuando se convierte en una suerte de analista de
las sociedades, de inmediato es, a
pesar
de todo, el que tiene un
saber global sobre la ignorancia, sobre lo que la gente imagina
que es, sobre lo que la sociedad es, etc. Recientemente estaba
releyendo el capítulo del Libro 17 de E/ Seminario de Lacan
acerca de «los cuatro discursos».72 Me dije a mí mismo: resulta
bastante extraordinario que esta historia de «los cuatro discursos»
se
haya
elaborado en 1969, que
haya
partido
de la
idea de
que
el
saber es la parte del esclavo, que finalmente haya concluido en
el discurso capitalista, después de todo hay algo muy poderoso
en ello. Ahí mismo , busco en Google «los cuatro discursos» y veo
un comentario que remite a un análisis de la sociedad de
consumo, y advierto que ese texto realmente increíble sirve para
alimentar un discurso bastante trivial que, en efecto, sostienen
muchos psicoanalistas acerca de ese tema: el capitalismo es
igual a
la
democracia, es igual al
consumo
y asÍ.
Igual a pérdida de orden simbólico.
Sí, tal cual. Existe esa dualidad. Está ese punto de encuentro que
resulta sorprendente y que
yo
personalmente había olvi-dado
porque, después de 1969, dejé de concurrir al seminario de
Lacan.
Cuando
leí ese
volumen de El Seminario,
tras haber
escrito
E/maestro ignorante,
había subrayado todos esos pa
sajes, los volví a descubrir hace poco tiempo. Veo que esos
temas que pude considerar, en torno a Aristóteles, del esclavo,
del saber del esclavo, de la cuestión de saber si el esclavo habla
o no, el Lacan de 1969 en cierta medida ya los estaba tocando.
En ese entonces no lo sabía,
no
le presté atención, a ese punto
72 Le Séminaire - Livre XVII L envers de la psychanalyse.
Parí
s
Seuil , 1998
[El
Seminario
-
Libro
17 -
El reverso del psicoanálisis, Barcelona, Paidós Ibérica, 1992 .
150
llegué por mis propios caminos. No sé si Lacan habría con
seg uido que yo avanzara en esa época , tal vez no, porque no era
lo que yo estaba buscando en ese momento. Pienso que es
necesario
pasar por
el propio trayecto para llegar al m ismo punto:
«D
ijo
todo
eso en 1969, ¿para qué tanto esfuerzo?» Pero, al
mismo tiempo, s·i
nohubiesehechoeseesfuerzo
laque sedijoen
1969 no
me
diría nada. Está ese aspecto de
proximidad
que
resulta muy fuerte. A partir del momento en que los analistas se
convierten en intérpretes de las sociedades, ponen todo al
servicio
de
un discurso que hace coincidir un
posmarxismo
un
tanto cansado sobre las visiones del individualismo democrático
con una visión de viejo sabio pascaliano que dice que los hombres
siempre estarán en medio de una ilusión creyendo que podrán
sa
lir de ella, y así sucesivamente.
Us ted acaba de oponer «una búsqueda de emergencia»
orientada hacia la ensoñación a una «búsqueda de sustrato»
que estaría orientada hacia el inconsciente. A este último,
para usted, no habría que situarlo en ese segundo plano o
en esa capa geológica subterránea que vendrfa a gobernar
las capas superiores o fenoménicas. Contrariamente a la
tradición psicoanalítica, a usted le interesa
lo
perceptible y
no lo que lo causa. Pero hay muchos psicoanalistas o
teóricos que sostienen que el inconsciente ya está siempre
en lo perceptible, que sólo es activo o detectable directamente
con lo percibido antes que
en
los bastidores de lo vivido. Los
lapsus son emergencias: nuestro percibido puede resbalar
yesos
resbalones constituyen precisamente
lo
que
le
interesa
a usted, ¿no es verdad? Parecería que utiliza una noción del
inconsciente que implica una metafísica dualista.
Es posible. En el fondo, la cuestión consiste en lo que se hace con
«in», con el prefijo negativo. En efecto, veo claramente que no
resulta imperativo remitir la teoría del incon sciente a una especie
de teoría de capas, etc. A pesar de todo, la cues-tión es un tanto
la de lo nuevo, el tema de lo que sucede
cuando
lo
no-sabido
,
I
no-conocido está funcionando en las transformaciones de I ¡
15 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 76/129
es perceptible y de lo que es cognoscible. ¿Estamos atentos a
la
transformación de
lo
perceptible y de
lo
pensable o a fin de cuentas
a lo que le prestamos atención es
al
hecho de que la operación
transformadora es en sí misma una operación que no sabe del todo
lo que está haciendo? En cierta medida eso es lo que me interesa
y que muy pronto acarrea esas divergencias
en
el nivel de la moral
del uso del inconsciente. Uno se interesa por lo que la gente hace o
bien por el hecho de que no saben
lo
que hacen.
PR OLETAR
IO
S AYER Y HOY
Con el objeto de confrontar su trabajo con otros cues-
tionamientos conexos como lo que acabamos de hacer con
una parte del psicoanálisis volvamos a
La noche de los
proletarios.
Muchos de sus l
ec
tores han intentado encontrar
en ese libro las claves de lectura de la situación histórica del
socialismo o de la lucha de clases después del siglo XIX.
¿Usted mismo continuó preguntándose
por
ejemplo cómo
la noche o el tiempo libre de los obreros se organizan en un
período posterior
¿En la actualidad algunos inves-
tigador
es
hacen ese trabajo inspirándose en
lo
que usted
llevó a cabo? Pues el riesgo que corre su obra
fal
vez es el
de caer
en
la nostalgia. Cl/ando
por
ejemplo
le
plantean la
cuestión de saber lo que
es
el «principio de igualdad» con
frecuencia usted responde haciendo referencia a ese trabajo
sobre los años 1830. ¿No hay allí en cierta forma un gusto
excesivo por el pasado que pondría a prueba La
noche de los
proletarios?
Hay varias maneras de responder a esa pregunta.
Digamos
ante
todo que
La noche de los proletarios
es una obra que se
transformó en la escritura. Al principio me había largado con un
gran proyecto histórico que debía llegar por lo
menos
hasta el
nacimiento del Partido Comunista Francés con las transforma-
ciones del pensamiento ob rero.
De
pronto se convirtió en otra
cosa a saber una secuencia situada históricamente y entonces
lo
importante se volvió que esa
secuencia
era la producción de
52
una figura del ser obrero de la emancipación obrera que estaba
por completo distanciada con respecto a las formas tradicion ales
y que de hecho se hallaba distanciada del uso
nOffi al
del pasado
el pasado
que
explica el presente o como punto de referencia a
partir del cual se miden las transformaciones. En
La noche de
los proletarios
en cierta medida hay ·
un
pasado que no pasa
lo
cua l no quiere decir que esté siempre presente. Ese pasado no
pasa en el sentido de una relación del pasado con el presente una
manera de utilizar el
pasado
que no sirve
como
se dice
para
com prender el presente sino más bien para desestabilizarlo para
despojarlo de su evidencia.
Mi
problema realmente nunca
fue el de
ver si
se podían
encontrar en el pasado los medios que permitan comprender el
presente. No era
más
bien algo
como un
universo sensible
construido a partir de un
momento
del pasado que volvía a
poner
en cuestión
toda
una serie de cosas que afectan tanto al
pensamiento de la causalidad histórica como al pensamiento de
la emancipación de la transformación social. Fundamentalment e
pienso
que
no tiene sentido saber
si
se
lo
puede rehacer en la
actualidad por un lado porque las condiciones históricas son
diferentes porque la cuestión del autodidactisl11o en
183
no
puede estar cargada de energía de la misma manera porque la
relación entre la afirmación social y la transgresión de un reparto
intelectual no puede funcionar del mismo modo. Pienso
que
se
trata de un momento históric o que volví fluctuante que al mismo
tiempo
deshace toda
una organización una jerarquización de lo
sensible y del pensamiento . No pienso que en estos momentos
haya
gente
que
esté
tratando
de hacer lo mismo tal vez haya
gente que ha pensado que podía hacerlo que podría intentar
hacerlo con los precarios los cognitarios qué sé yo. No se trata
de nostalgia por el pasado sino de cambiar la relación del pre-
sente con el pasado
eso
es lo que quería deci r con
lo
de un pasado
que no pasa un pasado que vuelve a poner en el corazón del
presente una especie de exigencia radical. Se trata de esta
búsqueda de una revolución sensible integral que quiero mant ener
en el horizonte del presente sin buscar saber si funciona así entre
los precarios.
5 3
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Esto tiene que ver,
por otra
parte, con lo que ya trataba de decir
la otra vez.
Cuando
venía
de
trabajar en La noche de los pro-
letarios la gente me decía que no era así, que mis obreros era n
artesanos, que no eran auténticos obreros:
la
clase trabajadora
organizada, la fábrica, las masas obreras, el sindicalismo. Ahora
bien ,
se
advierte con facilidad que la historia poco a
poco
se va
acercando cada vez más a mis artesanos que al modelo de
la
fábrica. En la actua lidad , nos encontramos ante todas esas
fonnas de retorno a un tipo de trabajo artesanal, de trabajo a
domicilio, de pequeña explotación, de trabajo fami liar, detrabajo
infantil. En el seno
mismo
del capitalismo actual se tiende a volver
a farolas que se parecen a las que mencioné. Las utilizaciones del
tiempo en el capitalismo actual también suelen acercarse a esa
alternancia del trabajo y la desocupación, a la intemlitencia, a todas
las farolas de mezcla de temporalidades, de actividades y al mismo
tiempo, de condiciones. Pero no pretendo decir que lo que afirmé es
actua1 simplemente trato de decir que, de todos modos, hemos sal do
de la idea de que se trata de
un
pasado superado por partida doble,
puesto que en
la
actualidad estamos más allá del fordismo. Uno
advielte sin dificultad que esa instancia sobre
el
«posfordismo»
intenta esconder
el
hecho de que, en los tiempos que corren, no
estamos simplemente delante, sino también detrás del fordismo.
Para concluir,
a noche de los proletarios
se trad
uj
o al hindi
hace dos años; me invitaron a hablar del libro en Delhi, ocasión en
la
que me pidieron discutir con un grupo de personas que también
trabajaba en las fábricas durante el día y que se reunía por la noche.
Se trataba de un grupo que se parecía un poco a los escritores obre
ros a los que hacía mención; hicieron una antología colectiva
organizada en torno
al
diario del tío de unode ellos, un diariode la vida
cotidiana que dice «un día hice esto y
al
día siguiente esto otro», y
luego «everything else is ordinary».73 Hay un tipo de uso de
la
escritura
como
medida de la relación de lo ordinario con lo
extraordinario, dentro de un reparto de los tiempos entre el trabajo
y la escritura, que responde a
La noche
de
los proletarios. El
colectivo artístico que dio inicio a
la
traducción de La noche de los
71 «todo lo demás es ordinari o». En inglés en el o rig in al N . del T . .
54
proletarios y que organizó el encuentro con esas personas se sirvió
de ese trabajo para una película que llevaba por título Strikes
at
time
74
que se presentó en la exposición «París-De lhi-Bombay». Es
una película construida en torno a ese reparto de los tiem-pos y
concluye con un fragmento de una cita de una caJta de Gauny que
yo había publicado: «Ya no le tengo fe
al
tiempo.» Está esa relación
entre el tiempo como vector de fe histórica y el tiempo como
operador de
un
reparto.
En
cielia medida, yo también hablaba de
«strikes at time» . Esta presencia del pasa-do en el presente no es
simplemente una suerte de horizonte, es posible que se actualice
también en países que son al mismotiempodel tercermundoypaíses
capitalistas avanzados que integran todas las formas precapitalistas
o protocapitalistas del trabajo.
Lo cual no quita que los personajes centrales de
La
noche de los
proletarios sean figuras excepcional
es en
el mundo obrero y en
los oficios de la época Los sociólogos le reprochan no haber
puesto en cuestión el hecho
de
que usted entró en ese mundo a
través de la aristocracia obrera y que rnagnificó figuras
excepcionales que no son representativas de
lo que podía ser
el mundo obrero
de
ese período. De pronto no se examina
la
operación
de
universalización cuya matriz en el resto
de
su
obra pudieron ser esas figuras. ¿Qué piensa de esas críticas?
¿ Cuestionan la base empírica más central de su edificio
f i l o s ~ f i c o
En
la pregunta
hay
varias cuestiones.
nte
todo, está él
tema
de
saber
de qué estamos hablando.
Por
supuesto,
estoy
ha-blando
de
excepciones.
Cuando
se está
hablando
de lo
que
acontece,
cuando
de
pronto
surgen
significantes colectivos como
«proletario», «obrero», «movimiento obrero», «emancipación»,
«república de los trabajadores». forzosamente
estamos
hablando
de una excepción. La
norma
consiste en
que
la gente permanezca
en su lu
gar
y que todo siga igual.
Todo
lo
que
hace
época
en la
historiade
lah um anidad funciona a pesardetodo bajoel principio
de que al
go
está ocurriendo, que
la
gen te se larga a habl ar. Yo
74
Hile /gas en el l mp o
5
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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trabajo a partir de quienes hablan . Si hablamos de la «palabra
obrera», estamos hablando a partir de gente que habla. Parece
una perogrullada. Sin embargo, va contra cierto método científico
que quiere que, cuando se está hablando de la palabra obrera, se
hable de quienes no hablan. Es siempre el viejo principio aris
totélico, a saber, que hay que construir la democracia con los que
no van a la asamblea, porque esos al
menos
no estarán ahí para
molestarte. Los historiadores
lo
han retomado
por
su cuenta: hay
que hacer
hablar sobre todo a los que no hablan. Es una estra
tegia que les sirve tanto a los líderes políticos
como
a los
historiadores y sociólogos, decir la palabra
que
cuenta es decir
la palabra de
la
gente que no habla . Partí del
hecho
de que
si
ocurre algo, es por excepción y que uno se ocupa de la excepción.
Si hablamos de
la
palabra, hablamos de la gente que habla,
lo
cual
también quiere decir que se toma esa palabra como palabra, no se
trata simplemente de la expresión de una manera de
Ser
sino de una
producción específica: «mis» obreroshacen literatura,
ya
sea buena
o mala, filosofía, ya sea profunda o superflua -el problema no es ése-.
o que importa es saber si son creaciones de lengua de la misma
naturaleza que
las
demás. Hablan por excepción, por efracción.
Hay que hablar entonces de las condiciones de esa efracción,
de la manera en que ocurrió a través de las experiencias que se
pueden aprehender y singularizar.
Por
supuesto,
eso
quie-bra
una cantidad de esquemas, según los cuales lo que la gente dice
no es más que
la
expresión de lo
que
está
pasando por
debajo, en
otra parte.
De
pronto,
la
gente va a interpretar
eso
en términos
completamente fantásticos, del tipo: «¡Ah , claro, pero ésos
no
son obreros como los demás, es la aristocracia obrera». Con lo
cual, te traen ideas bastante locas acerca del grado de cal ificación
que representa
talo
cual oficio. Te dicen: ese movimiento es de
sastres, ahora bien, los sastres constituyen la aristocracia obrera.
No los sastres eran unos pobres tipos,
era
el tipo de oficio que
hacía la gente que no tenía ninguna calificación. Creen que va
todo unto: complej idad del trabajo, rem uneración, bagajecuItural.
Es una idea loca, con respecto a la cual hay que recordar que los
esclavos de la antigi.iedad con frecuencia sabían mucho más que
sus amos y que, en consecuencia, el nivel de saber, de calificación,
156
son cosas que de ninguna manera constituyen el signo de un
estatus social elevado .
Volviendo a lo que hice, partí de una palabra que expresa un
cambio, de
personas que
salen del universo sensible en el que
deberían vivir, porque si «obrero» define una suerte de posición
subjetiva simbólica y no solamente una condición social, eso
necesariamente
pasa por
operaciones de corte
por medio
de las
cua
les un significante
como
«proletario» ya no va a
querer
decir
pobre infeliz, sino
que
va a significar una posición con respecto
al orden simbólico que estructura una sociedad. Ese tipo de
operac ión fue para mí la matriz de un pensamiento del acon
tec imiento como una relación entre mundos posibles.
Del mismo modo en que llevé a cabo una división de la figura
de l obrero, del trabajador, se me ocurrió pensar que se trata
también de una división que genera que haya política. Las
condiciones que supuestamente deben definir la calidad de sujeto
político en realidad están cortadas en dos por una líneade división.
También pude plantear aquello de que tenemos arte a partir del
momento
en que ya no existe cierto tipo de división entre artes
liberales y artes mecánicas, lo que también equivale a decir que
se tiene arte a partir del momento en
queya
no se puede distinguir
al arte del no-arte,
cuando
ya no es posible distinguir lo
que
perteneceal arte de lo
que
no le pertenece.A partir de excepciones
que producen el cambio, hice esas operaciones que consisten en
un nuevo significante, una nuevaconfiguración de la experiencia.
De
una sociedad siempre resulta posible
proporcionar
cortes,
estadísticas, y así sucesivamente, pero si se
considerá
la idea
m isma de sociedad
como
un significante construido, lo
que
inte
resa es la gente
cuya
palabra construye los significantes
«sociedad», «social», «socialismos», etc. Lo cual fue para mí una
matriz, una operación de pensamiento personal que necesita
sistemáticamente que se encuentren formas y niveles de dis
cursos que supuestamente son por completo heterogéneos unos
con respecto a los otros.
No
hay empiría de un lado y teoría del
otro.
Lo que
hay es un
modo
de percepción de la experiencia a
partir del cual se construye cierta forma de inteligibilidad de la
experiencia de lo que causa un corte en la experiencia. Una vez
157
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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más, eso quiere decir también que se construye cierto 0d ti ·
pensamiento
, de escritura, en donde las transformaciones
ti
·1
pensamiento siempre
son transformaciones de lo
pensab
le.
cierta medida, lo que ocurre en el nivel de las experiencia qu '
describo también es lo que sucede en
el
nivel de mi escritura. no
no parte de
un
punto de partida en
el
que de lo que se trata es de d c i
lo que es la política, sino que uno se sume en un universo el
.
estructuras significantes e intenta ver emerger de ello cie11a línea
divisoria a partir de la cual se podrá marcar
el
relieve de la política .
IGUALDAD /
DESIGUALDADES
Usted afirma en varias ocasiones que la desigualdad no es
«pensable» más que sobre la base de
lo
que denomina «la
igualdad de las inteligencias».
-5 En
efecto, usted muestra
que las desigualdades se viven y se conocen tanto por
quienes las denuncian
de
manera erudita como por quienes
las viven de manera directa, y que no tiene interés político
explicar cosas que la gente ya conoce. Pero usted también
dice que la desigualdad no es «posible» más que sobre la
base de «la igualdad de las inteligencias». Esta últimafrase
nos resulta mucho más difícil
de
captar.
La fórmula «la de sigualdad no es posible más que sobre la base
de la igualdad» es
ciertamente
ambigua. Es muy posible que yo
haya podido decir algo por el esti lo. De hecho, la desiguald ad no
puede funcionar más que
por
la igualdad, pero eso no quiere decir
que la igua
ld
ad funde
la
desi
gua
ldad en general.
La
desigualdad
es muy capaz de autorizarse a sí misma, sin pedir que se la funde.
y
no es la igua ldad la que
va
a
producir
la
dominación
, sigu iendo
7
«La igualdad de las inteligenc ias es el vínculo común del gé nero humano,
la
condic i
ón
nece
sa
ria y suficiente para
que una
sociedad
de
hom-bres exista. ( .. )
Es cierto que
no
sabemos que l
os
hombres sean iguales.
Dec im os
qu e
qui:::á
lo son.
Es
nue
stra
op in ión
e intentamos. con quienes lo creen, corno nosotros,
co
mprobarla.
Pero sabe
rnos
que este qui:::á es eso
mi
smo por lo cual
una
sociedad
de
hombres
es posible». en Le MaUre ignoran/o Cinq ler;ons s r / émanclpa/iol1 il1tellectuelle,
París. 10/18. 2004. pp . 123-124 [El
ma
es /ro ignorante. Cinco leccion
es
sobre
la eman
cipación
in/elec/ual. Barcelona. Editorial Lae
rt
cs. 2003, p. 42).
158
In lógica que se conoce bien, a saber, que la igualdad conduce al
dt:spotismo. ¡Famoso asunto No eso quiere decir que de todas
maneras se necesita toda
una
serie de
relaciones
igualitarias
para que funcione la desi gualdad, hace falta que la gente haga lo
que se le pide, y para eso es necesario que comprenda lo que se
I está pidiendo, y que comprenda que le conviene aceptarlo . No
funciona simplemente con la sumisión del desigual, sino
quetoda
desigualdad funciona con la cooperación del desigual. Es un poco
lo
que
para
mí
estaba
en el centro de la
problemática
de la
emancipación igualitaria : hay
momento
s en que resulta posible
lograr que oscile
la
articulación de la igualdad y la desigualdad,
presente en toda situación, en
provecho
de la igualdad . Pienso
que, en efecto, hay que corregir la fórmula. No es la igualdad
la
que funda la desigualdad,
sino que
la desigualdad no puede
funcionar sola.
Ahora bien la igualdad se define sobre un felón de fondo de
desigualdades que cambian en el curso de la historia. Hace un
rato
usted hacía referencia al hecho
de
que la apuesta
de la
autodidaxia no es la misma en la actualidad que en 1830. Al
decir eso de manera implícita afirmaba que la cuestión de la
división entre
lo
manual y
lo
intelectual tal vez no tiene el mismo
peso que tenía en el pasado y que los materiales mismos de
construcción
de las
desigualdades
no
son idénticos
en
diferentes
períodos históricos. El problema de la igualdad se plantea en
consecuencia, sobre un telón
de
fondo
de
una historicidad
de
las desigualdades. No sería posible ignorarlo por cqmpleto,
incluso cuando se trata de postular la igualdad ante todo.
¿Cómo se articula en el fondo la causa de la igualdad con el
estudio
de
las desigualdades?
Por
supuesto, no
tengo
nad a en contra del
estudio
de las
desigualdades y de su forma de tra
nsformación
histórica. Pe-ro
el punto esencial en la historicidad de las f0n11aS de la desigualdad
es que se prestan
más
o menos a la construcción de escenas de
la igualdad.El punto fundamental para mí es ése: el carácterafir
mativo
de la igualdad y la construcción de una escena de
verificación de la igualdad . Se trata de algo que, según mi opin ión,
59
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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establece un corte radical con quienes dicen que primero hay qu .
estudiar
la
forma históricamente específica de la desigualdad y p r
lo tanto comprender
la
lógica del sistema para poder elaborar
estrategias que estén hechas a su medida. Lo que sigue siendo
absolutamente cierto es
qt la
construcción de escenas de la
igualdad es dependiente de lo que
le
ofrecen las formas existente
de la desigualdad. Se adviette con claridad que lo que vuelve la
coyuntura presente tan dolorosa
por
la causa de la igualdad no es
como afirman algunos que todoel mundo esté tan feliz y tan colmado
de bienes de consumo que ya no hay motivo o energía para la
revuelta. Lo que en la actualidad está en cuestión es la existencia de
lugares en que se encuentran la igualdad y la desigualdad. Es algo
que ha sido muy fuerte en
tomo
al lugar obrero en
tomo
a una
relación de fuerzas que se podría organizar en ese lugar. También
pudo haber sido muy intenso en ciertos momentos con respecto al
sistema educativo. AJlOra
bien hoy se advierte con claridad que hay
un estallido de los lugares de la dominación lo que hace que esas
escenas de encuentro tiendan a reducirse cada vez más.
En cierta medida toda la lucha de clases tal como la lleva
adelante lac1ase dominante es una lucha que busca sistemáticamente
que queden deshabitados todos los lugares del encuentro.
El
hecho
de que las empresas hagan que se construya en un país que no es
el país en que se encuentra la sociedad o el hecho de que una masa
de decisiones llamadas políticas estatales o gubernamentales se
tomen en no-lugares del tipo de las instituciones europeas por no
hablar de todas las instancias de encuentro de las grandes potencias
estatales y económicas hace que en última instancia
ya
no haya
lugares no sólo en que las personas se encuentren fisicamente sino
tampoco en que se midan las competencias.
¿Qué
podía ocurrir en
una huelgacon toma en una negociaciónde un conflicto obrero?
No
se trataba simplemente de una relación de fuerzas en
un
lugar era
también la oposición de una competencia con otra. Queda claro que
incluso ese encuentro de competencias o de inteligencias ya no tiene
razón de ser cuando se da una deserción de los
lu
gares en que la
inteligencia del capital podía confundirse con la inteligencia del
trabajo. Es también lo que está enjuego en todo el desmantelamiento
de los sistemas de servicio público de las instituciones sociales. En
16
todos esos campos la tendencia a privatizar los servicios públicos o
aestatizarel sistema previsional también quieredecirque losámbitos
en que las potencias se enfrentan van a existir cada vez menos.
Lo cual ha
favorecido la
aparición
de
tres tipos de figuras
de
conflicto, el conflicto enteramente localizado como el
RESF Réseau Éducation Sans Frontieres) 16 l:na orga-
nización que se
ocupa
de la defensa de
los sin
papeles
en
torno
a la
cuestión de
la
escuela
o bien las
fórmulas de demostración
sim bólica del tipo
de
Seattle y
de
Génova, el momento en que
mu ndo oficial y un contramundo se enfrentan durante una
semana o bien las fomlas presentes del tipo de la ocupación de
plazas un lugar en que el poder del pueblo y el poder estatal
eventualmente se encuentran pero también un lugar en que la
inteligencia y el coraje del pueblo todavía se pueden manifestar. Hay
que tener necesariamente en cuenta la cuestión del lugar que el
estado actual de la distribución de las desigualdades
da al
conflicto
y al mismo tiempo a la afirmación de un poder igualitario.
La
diferenciación de desigualdades siempre tiende más o menos a
impedir que se afirme un poder de
la
igualdad en tanto que tal.
Lo cual coincide con otra cuestión.
En
diversas oportunidades
usted expresó su irritación hacia los pensa-mientos que
ven
poder por todas partes un
es
tallido de formas
de
poder como
en las tradiciones inspiradas
en
Foucault. Debido a esta
distancia que adoptó con respecto a esa metqfisica del poder
que estaba muy presente en los años 19
70
y que puede adquirir
form s
variadas se le puede reprochar
hoy
que haya
descuidado en su trabqjo las relaciones
de
fuerza
o
en lodo
caso haberlas minimizado. Simplificando un poco se dirá que
su postulado
de
«la competencia
de
cualquiera» está dolado
de
una fuerza intrínseca
en
todo lugar
yen
todo tiempo que esa
capacidad no se enfrenta con las relaciones
de
fuerza. La
qfirmación de la igualdad tendría en su trabajo como un
poder que y es siempre autónomo de reconfiguración de
lugares y de sujetos que sería independiente de las relacion
es
de fuerza que le preexisten.
J . Red Educación Sin Fronteras.
16 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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En El desacuerdo, dije que
la
«policía» en cierta medida
le
otorga
sus lugares y sus objetos a
la
política. La configuración del orden
policial define los posibles de la política. El orden policial es ante todo
un orden que busca con bastante sistematicidad impedir que se den
esos encuentros. Existen varias maneras una es tirar sobre la
multitud y otra esdejarque
la
plaza pública seael único lugar en que
pueda haber una visibilidad de un poder colectivo
LA
DISPOSICIÓN E LO COMÚN
Lo hemos señalado, postular la igualdad es ~ f i r m r la
«competencia de cualquiera». De esta manera, usted concibe
la competencia o las capacidades de un modo absoluto
antes que gradual o relacional. Nos parece que esta manera
de pensar se distingue claramente de otra concepción de la
emancipación que también se desarrolló a partir de los
aFíos
970 dentro de una tradición que podríamos calificar de
spin ozista, que construía de una forma totalmente distinta
ese concepto de «competencia». En ese marco, la cuestión
de la emancipación no consiste en reconocer una competencia
absoluta de todos o de cada lino sino más bien competencias
diferenciadas y especificas. La apuesta del pensamiento
político consiste, de allí en más,
en
concebir la composición
de esas diferentes aptitudes la disposición de poderes de
acción, la forma de esa disposición. ¿Cómo se ubica con
respecto a esos procesos? l concebir a la competencia de
manera absoluta,
¿
no s está usted privando de una reflexión
sobre el crecimiento de poder? En nombre de
la
igualdad
de
principio, ¿no se v obligado a separar el problema individual
y colectivo de la extensión de posibles
en
cada cual?
Partamos de
la
idea de una competencia de cualquiera. Eso no
quiere decir que cualquiera es competente como para hacer
cualquier cosa o que simplemente es competente en general. La
competencia de cualquiera abarca dos ideas que están estre
chamente vinculadas y que sin embargo son diferentes. La
primera es la idea de las condiciones de
la
política: para que haya
162
política y no sólo poder es necesaTio que una competencia para
gobernar sea una competencia sin especificidad que no peltenez
ca
a
un
sujeto específIco. Hay política en ese sentido cuando hay
un
poder de cualquiera. La segunda idea es la de
la
igualdad de las
inteligencias que retomé de Jacotot. Eso no quiere decir que todos
sean igual de competentes en todo sino que hay una distribución
d iferenciada de las fOlmas de
im pI icancia de una intel igencia que es
la
misma para todo el mundo. Siempre es posible encontrar o
construir situaciones en que se va a verificar una igualdad de las
intel igencias.
Lo que es muy importante para mí 110 es no el hecho de defi-nir
la competencia de manera clásica. En el corazón de la idea de
competencia a pesar de todo está la idea de que una competencia
es la otra cara de una incompetencia. Si somos competentes es
porque todos los demás son incompetentes para decirlo muy
rápidamente en particular en lo que concierne a la competencia
política tal como
la
piensan nuestros gobernantes que es
la
incom
petencia de la mayoría. Afirmar que usted tiene una competencia
formidable para hacer cosas prácticas quiere decir que posee una
incapacidad total para las cosas teóricas políticas y que en
consecuencia no tiene que interesarse por ellas. Desplacé
la
relación insistiendo en el hecho de que una competenci a siempre es
doble: es a la vez una habilidad un saberhacer una capacidad espe
cífica y siempre al mismo tiempo es la presunción de una relación
entre competencia e incompetencia. Lo fundamental es eso. Detrás
de toda competencia específica puesta en marcha en la práctica
siempre hay una suposición una elección en cuanto a la relación
entre competencia e incompetencia.
No
tengo nada en contra de
la
idea de una disposición de
competencias diferenciadas pero tengo mucho en contra de la idea
de que se constituya una escena de lo común por una reu-nión de
esas competencias. Pienso en la tesis de «el intelectual específico»
que se formula en la entrevista de Deleuze y Foucault de 1972 de
la que ya hemos hablado en diversas oportun idades y que era sobre
todo idea de Foucault aunque los fundamentos teóricos eran más
bien deleuzianos. Foucault pensaba que en lugar del viejo sujeto de
la política definido en télminos de clases de obreros de pueblo iba
163
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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a haber competencias específicas. En
tomo
a
la
prisión se re
ún
en
juristas, médicos, prisioneros, guardiacárceles, vigilantes, asistentes
sociales, cada uno apOltando su saber. Se puede pensar en todo I
que, por otra parte, se ha desarrollado sobre el tema del reparto d
los saberes. Todo eso está muy bien, pero nunca definió una escena
. política. Creo que
la
idea de la nueva política por los «intelectua le.
específicos» no ha tenido futuro. A pesar de todo, los «intelectuale
específicos»alosquesedirigíaFoucault,paradecirlomuybrevement
e
se convirtieron en los intelectuales tipos de la CFDT que acabaron
en lo que se vio en 1995. Eso no quiere decir que fuera n má
estúpidos o peores que los demás, sino que de todas maneras hay un
momento en que los intelectuales que se dicen «específicos» se
encuentran en una situación en que deciden que
la
inteligenc ia
política es
la
de los gobiernos o
la
de los huelguistas.
Que todo el tiempo estén en marcha competencias heterogénea
en la constitución de una escena política de lo común es algo
perfectamente cierto. Que esa escena se constituye por una com-
binación organ izada de competencias, no lo creo así. Los movimientos
políticos y sociales siempre han sido hechos en gran parte por
personas que eventualmente eran médicos, juristas, profesare
,
asistentes sociales, trabajadores sociales más o menos confi ontados
con situaciones concretas y que implicaban sus saberes en formas
de motivaciones concretas, pero no es esa combinación la que define
por sí misma una nueva escena de lo común.
No pensábamos en el discurso sobre el ascenso de los
«intelectuales específicos». Más bien estábamos pensando
en los discursos de Deleuze y de Guattari sobre las «dispo-
siciones colectivas de enunciación» y el pensamiento crítico
que en Francia se vinculó desde los afias 1970 a las diversas
formas de
lo
común y de los colectivos como lugares de una
actualización de la práctic polític emancipatoria. Es
prob ble
que
se tr te
de
un reflexión vincul d
históricamente a la idea de que la apuesta de los colectivos
es ante todo la de permitir a los individuos que lleven a buen
término lo que no eran capaces de hacer antes de ser
proyectados en la d i ~ p o s i c i ó n de hacer más de lo que
64
pueden solos o en grupos de pertenencia impuestos hereda-
dos como la familia el medio militante
o
el ambiente
profes ional. no tiene la impresión de que su razonamiento
se hace p r una competencia dada como si la posibilidad
de cumplir el propio deseo
o
de seguir una inclinación fuera
para usted a fin de cuentas algo secundario cuando se trata
de
definir la emancipación o la política. Es una paradoja.
No, se puede pensar ese incremento de competencias en términos
de disposición colectiva de enunciación, pero en el fondo no sé muy
bien qué se entiende con disposición colectiva de enunciación. Hay
toda una serie de formas que pertenecieron a los movimientos
obreros, políticos, revolucionarios del pasado que se pueden conside-
rarcomo disposiciones específicas de enunciación.Constantemente
eve que unaprácticami litante era una práctica
quena
sólo producía
incrementos de saber y de competencias, sino también inten-
sificacionesen términos de deseo.En cierta medida, podr ía decir que
se trata de lo que siempre afilmé de otro modo, a saber, que los
grandes movimien tos de emancipación han sido movimientos en el
presente, de incremento de las competencias, tal vez tanto y más
todavía que movimientos destinados a preparar otro futuro. En un
sentido, en eso consiste
La noche de los proletarios .
Se trata de
gente que se vuelve capaz de hacer lo que no era capaz, que logran
hacer una abertura en la pared de lo posible. Al agruparse según las
diversas modalidades, incrementan esa competencia y se largan a
vivir de manera más intensa, lo que incluye toda suelte de
enriquec imientos. Tal vez no haya que pensar en un nuevo tipo de
militante, de intelectual, es algo que
ha
sido fundamental en todo
movimiento igualitario, de emancipación.
Se entiende
que un
movimiento
igualitario no
es
un
mo-
vimi
ento
de personas que están
preocupadas
en todo momento
por el h
ec
ho de llevar a cabo la igualdad. Un movim iento igua-
litario es un movim iento de personas que ponen en común su
deseo de vivir otra vida, para decirlo en los términos más
clásicos. Siempre dije que la igualdad era unadinám icay
no
una
meta. La gente no se junta para llevar a
cabo
la igua ldad, lleva
a
cabo
cierto tipo de
igua
ldad juntándose.
165
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Pero hablar de disposición o bien de asociación si uno
vue/vl
al léxico socialista del siglo XIX, también implica poner en el
centro de la reflexión lo que en el universo marxista o libertariu
de los años 1960-1970 se llamaba la «cuestión de la organi
zación» la constitución de reglas
de
funcionamiento colectivu
que permitan ese incremento de las capacidades. Por su parte
usted dice que la emancipación tiene lugar a partir del mamen
u
en
que hay una escena de
lo
común que
en
el fondo no
es
necesario pensar en esas reglas de vida común. La historia
de
las reglas de vida común o la historia
de
los
commons
77
proporcionan otros archivos para pensar las modalidades
extremadamente diversas de lo que usted llama el «reparto de
lo
sensible». Este último punto no lleva, p r otra parte hacia
otra fricción con lo que en la actualidad se reivindica de
Deleuze y sobre todo, de FOllcault en torno al trabajo sobre sí,
a la relación consigo a las «técnicas de sí». Usted hizo
referencia al «método de la igualdad» como un método colectivo
que también se puede poner en marcha en las relaciones
pedagógicas. ¿Pero también
se
puede pensar ese «método de
la igualdad» como una manera determinada de vincularse
consigo mismo,
con
su propio deseo
con la
concepción que se
tenga de las propias capacidades? ¿No hay también un
momento individual y subjetivo del «método de la igualdad»?
En
un
sentido, yo empecé por ahí, por
la
economía cenobítica de
Gauny, es decir, del trabajador emancipado
como
trabajador que
se estipula una regla de vida determinada con ese cálculo del
presupuesto. Cada artículo del presupuesto del «cenobita» se
piensa en términos del incremento de libertad que puede producir.
Gauny dice que no es necesario gastar plata para el planchado
porque, a fin de cuentas, una camisa sin planchar forma parte de l
hombre libre, que, en sí misma es
un
indicador de un rechazo, de
una rebelión.
El
rebelde no necesita una camisa planchada, pero
en cambio,
le
asigna mucha importancia a los zapatos, porque el
obrero rebelde debe caminar mucho. Calcula absolutamente
todo con la idea de saber en qué medida un gasto en dinero se
77 Comida colectiva. En inglés
en
el original N . del T. .
66
rc
flejaen una ganancia de libertad. Es algo quehasido fundamental
y que se encuentra siempre un poquito allí donde
la
gente que no
tiene mucho para gastar se plantea la cuestión de su pre-
supuesto. En ese diario íntimo de un obrero hindú al que hacía
alusión, uno ve que se menciona cuánto se gasta para tal cosa.
Eso también indica a qué cosas uno les otorga valor. Es uno de los
elementos de las reglas de vida que siempre ha sido importante. Es
sabido hasta qué punto el movimiento anarquista obrero ha podido
estar vinculado a toda una serie de movimientos naturistas, gim-
násticos. Pienso que hay toda una tradición del trabajo sobre sí como
parte integrante de
un
trabajo de emancipación que intenté exhibir
con respecto a todas las dimensiones colectivas.
En cierta medida, la debilidad de mi trabajo no consistiría en
el hecho de
haber
sacrificado la subjetivación individual
por
la
subjetivación colectiva, seríamás bien
lo
contrario, haber pensado
la emancipación a partir de esas formas de transformación de sí
con las que
me
topé en mi trabajo sobre el archivo. Pero un
trabajo sobre sí es fundamental en toda tratativa de igualdad.
Dicho
lo
cual, hay que ver con detenimiento a qué nos referimos
con el trabajo sobre sí.
No
soy muy fanático de todos los temas
del cuidado de sÍ, cosas
por
el estilo no me interesan mucho que
digamos, más bien se trata de qué tipo de cuerpo se va
construyendo, qué tipo de actitud, de vida cotidiana.
¿Por qué le desagrada esta temática del «cuidado de sí»
como condición de la emancipación o como elemento primero
de la política? ¿Se debe a que implica un individualismo?
Me
«desagrada» . . . es mucho decir. Lo que no me gusta es la
reflexividad, si se
piensa que el «cuidado de sí» en el sentido de
construirse un sí en el que uno se va a mirar. En esos textos
hindúes a los que hacía referencia, hay toda una discusión sobre
el hecho de que hay que pasar de la cuestión del «who» a la
cuestión del «where». Lo importante es construir el espacio en
donde uno está antes que
de
construir quien uno
es
Personalmente, siempre pensé, es mi viejo trasfondo sartreano,
que ante todo uno es lo que hace. Antes de definir el tipo de sí
que se quiere adoptar, uno se da cosas para hacer.
67
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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DESlDENTIFICACIÓN
y
SUBJETIVACIÓN
En efecto a partir de
La noche de los proletarios
usted insiste en
la «des dentificación» como criterio fundamental de ubicación
política. ¿No se corre el riesgo de caer en una contradicción
entre esta exigencia de desidentijicación como condición de la
subjetivación política y una exigencia paralela en su trabajo
de «simbolización» de lo común: la necesidad de constituir un
espacio de equivalencias entre situaciones locales que se
pueden vivir o pensar como heterogéneas para que tenga lugar
la política?7RA veces da la impresión de que usted deplora una
simbolización imposible. En cierta medida se junta entonces
c?n un
d i s ~ ~ r s o
de qflicción que da a entender que y no hay
slmbobzaclOn colectzva fuerte hoy en día mientras que hubo
una hasta fines de los años 1970. Saber si usted adhiere
realmente a es aflicción es desde luego una
cuest
ión
signijicativa pero el punto más importante sigue siendo esa
tensión entre por un lado la exigencia
de
«des
id
enfijicació71»
y por el otro la exigencia de simbolización que tanto una
como la otra atraviesan su pensamiento de las condiciones de
lo político. En su trabajo hay algo as i como un doble movimiento.
Digamos
ante todo que l
os
dos términos no se oponen. La
s u b j ~ t i v ~ i ó n política es una
opera
ción simbólica con respecto a
una IdentIdad constituida.
Por
lo tanto, todavía se trata de una
forma de simbolización. Ésta se construye sobre la basede cierta
consistencia social
que
trabaja
desde
el interior. Si se
piensa
en
lo
que se denominó el movimiento obrero o proletariado, se
advierte .con facilidad que se tiene un solo nombre para dos
cosas:
pnmero
, la existencia de una
masa
de
gente
perteneciente
a una misma co ndi ción que ya está
comprendida
en
una
7 «He inSistido en el hecho de que lo que se denominó «movi miento obrero»
era ante todo un movimiento de subjetivación. un trabajo de simbolización: para
e
ll
o, es necesa rio que personas que pertenecen a UIl grupo social más o menos
firme,mente definido sean capaces de intervenir sobre la cuestión de las divisiones
slmbolicas de la SOCiedad». en
«Xenofobia
y políticID (2000), entrcvista rea l zada
por Y. Sintomer, reed itada en l /an/
pis
pOllr les gens
f lig ll
és ob. cit.. p. 20 l .
68
sim bol ización del orden colectivo; seg undo, la desidentificación,
que transforma el sentido mismo de la simbolización al hacer de
ello yana la designación de
una
identidad colectiva sino la de una
capacidad colectiva para construir un nuevo común. Allí siempre
hubo algo así
como
una contradicción objetiva: no hay desi
dentificación sin identidad, no hay pasaje al otro lado sin la
posibilidad de simbolizar cierta cantidad de rasgos comunes
compartidos sobre la base de una comunidad de vida. Una
co
munidad
de
vida
quiere
decir que
las
personas comparten
una
mis ma condición, un universo sensible, un tiempo y un espacio,
un universo de palabra.
Está claro que siempre hubo esa tensión entre la manifestación
del sujeto militante y la existencia de una comunidad de vida a la que
se trata de transformar, pero que es también un elemento que
permite que se dé la comunidad, que
la
gente se pueda reunir, que
pueda decir «basta», que ocupe las calles, las fábricas, y que se
imponga
como
una potencia colectiva material. Según mi punto de
vista, la subjetivación es la operación simbólica que separa a una
comunidad de su identidad. Aun así, para que se divida, esa
comunidadprimerotiene que existir. Se lopuedecompararcon otras
tres maneras de pensar la subjetivación en la actualidad: está
la
que
da poco valor a la simbolización porque piensa que a comunidad
subjetiva se da por el proceso mismo. Es la visión que yo llamaría
vitalista, representada por Toni Negri. Está la que, por
el
contrario,
piensa en la simbolización como potencia de convocatoriaque lleva
el nombre, es decir, en definitiva, la idea. Es el sentido de la
revalorización del nombre «obrero» que hace mucho tiempo
preconizaba Alain Badiou y la del nombre «comunista» en la
actualidad. Finalmente, está
la
que piensa en
la
comunidad
no
como
división sino como composición. Es la idea de la hegemonía que
retoman Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Son otras tantas
maneras de vérselas con la tensión entre el grup o y
el
nom breoPero,
a pesar de todo, las subjetivaciones se dan sobre la base de la unión
de personas que poseen una relación común con las situaciones, ya
se trate de tunecinos que se ven privados del poder y de los medios
de producción, ya se trate de los obreros que luchan contra
un
sistema de explotación, qué sé yo.
69
-
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POLÍTiCA E iNSTiTUCIONES
T e n e ~ o s
presente que, en El desacuerdo usted define la
polztlca como «institución de una parLe de los sin-parte».
Ese campo de la política es, de este modo, uno en los que al
.fin y l cabo encontró una manera de hacer filosofia que era
proba-blemente más tradicional que la que concierne a las
cuestiones estéticas. ¿Por qué tradicional? Porque usted
acepta el principio de la definición de esencia que estructuró
g r a ~ parte de pe.nsamiento político. ¿Por qué aceptó seguir
juego, alll mTSlno donde su pensamiento lo llevaba a
znventar otra manera de enunciar las cuestiones políticas?
e g ~ ~ d a pregunt tiene que ver con l p l br
«znstltuclOn». Usted á firma la politfca como «institución de
una parte de los sin-parte». Se lo ha cuestionado mucho
d ~ b i ~ o a la «parte de los sin-parte», pero menos sobre el
~ e n ~ z n o
«institución». ¿Es posible pensar la política sin
I 1 1 s t z t ~ c l o n ?
y
es necesario pens r la institución, ¿no
h brw .que defil1l.rla un poco más? ¿Acaso no hay un
p ~ n s a m l e n t o propIO de la institución (uno piensa en los
diversos análisis institucionales o en ciertas teorias sociales
y políticas)
~ u e p o ~ r í a
constituir un desarrollo de su trabajo?
En
un
sentrdo mas amplio: ¿es posible concebir la eman
Cipación sin instituciones, o cuáles serian las instituciones
de la emancipación?
P ~ r t a m o s de lo siguiente. En
ninguna
parte de El desacuerdo
d ~ c e : la p o í t ~ es la institución de una part e de los sin-parte. Se
dice: hay
O h ~ I C . ~
alh donde hay tal institución.
Es
importante no
hay una definlclon de la política hay una suerte de narración de
«c u
a?do
hay política» de «allí
donde
se puede decir que hay
p ~ l ~ t l c a » .
Una
vez
más El desacuerdo se
presenta como
una
c n t l ~ a
de la filosofí
a
política lo cual equivale a decir
muy
p r e c l s a m e n t ~
l ~ n a
cntlca
de una definición de la política a partir
de
una defimclon del ser humano de
la
comunidad del vínculo
m ~ n o
etc. Incluso en El desacuerdo, un libro que se cuela al
maXJnlO en las exigencias de lo que se considera que es la teoría
17
incluso ahí la cuestión del
«qué
es eso que» se remite a la
cuestión de saber cuáles son las condiciones en las que se puede
afi
rmar
que
existe algo del orden de la política.
Lo
que resulta
significativo es que esas condiciones son lasdeunadivisión.
Loque
enunciaEldesacuerdo es que sólohay política por división de
lo
que
es dado como la esencia de la política. Aristóteles define la política
a partir de la capacidad humana del lenguaje. Ahora bien la políti
ca se va a encontrar únicamentedividiendo esa capacidad haciendo
queaparezcauna distancia unadivisión en
el
seno de esa definición.
Del m ismo modo si uno parte de Platón uno va a encontrar q ue só1
hay política a partir del
momento
en que uno se inclina hacia el
resto
hacia
el último término de la lista hacia lo
que
no entra en
los títulos
para
gobernar.
Esto es importante y se
vincula
con
1
que decía hace un rato
a saber que en materia de política
me
la pasé diciendo: esto es
lo que según mi punto de vista se puede decir sobre la política
si
uno
se ciñe
hablar
de la política de manera diferente que en los
términos de la filosofía política de manera diferente que en los
términos de una definición simple de lo que es la política a partir
de una propiedad política.
El desacuerdo
dice que no hay
propiedad que genere que haya política; hay política
por
una
división de la propiedad que se supone que debe generar que
haya
política. Creo que se trata de algo fundamental que hace
que en un sentido
yo
entre en el juego de los que quieren una
definición de
la
política pero entro en ese
juego
perturbándolo
porque
digo: lo que ustedes llaman política es algo que acaba en
una contradicción; lo que ustedes proc laman
como
el
retomo
de
la política en realidad es su desaparición. En consecuencia su
definición de 10propio de lapolíticase muerde
lacola yelloobliga
a
pensar la
política en la forma de lo que viene a perturbar lo que
se
da como
forma normal de unión
humana
y del gobierno de los
hombres.
Está
ese carácter esencial
para
mi definición de
la
política. Lo
que
se define es una tensión entre dos lógicas. Eso
con respecto al
primer
punto.
En cuanto al segundo cuando es cuestión de institución de una
parte de los sin-parte está claro que «institución» en ese sentido
quiere decir emergencia forma de declaración de manifestació n
17 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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de una parte de los sin-parte. Es
la
institución en el sentido
d¡
declaro, manifiesto; por medio de esta aparición, algo apa r
ee 1
un
espacio
públicoy
construye
un
espacio público específico .
I (1
que también quiere decir que se plantea
la
cuestión de
lo
que
denomina la institucionalización de la institución, con toda la
objeciones que no paran de sumarse: lo que hay no es so lame nl •
espontaneidad, también es necesaria la organ ización, todos esa
triquiñuelas que son conocidas y que son a la vez absolutamCnl ¡
irrefutables y totalmente carentes de interés. Una vez
Il1ÚS
organización hay siempre y por todas partes. No hay necesidad
de to-marse el trabajo de andar pregonándola. La única cue tió
es: ¿qué es lo que se organiza?
¿Porqué?
Y, por lo tanto, ¿cómo
Lo que dije simplemente es que si debe haber instituciones de la
política, deben ser instituciones de la política en
lo
que ésta tien
de específico, de propiamente anárquico,
al
contrario de todo lo
que concluye de las formas naturales o sociales de autoridad en
las formas de gobierno. Sí, es posible decir que es necesario qu
la
po lítica se proporcione sus propias instituciones:
partido,
escuelas, periódicos, universidades, cooperativas, teniendo en
cuenta también que para que eso tenga sentido, deben ser
instituciones de
la
política. Teniendo en cuenta, por otra parte,
que la política no existe nunca en su estado puro. Si
la
política
quiere decir que existe algo
como
el poder del pueblo, que es e l
poder de cualquiera, si ese poder tiene una especificidad, de be
haber
in
stituciones de las que no necesariamente se espera que
representen la política en su estado puro, sino que, en todo caso,
sean diferentes en su
modo
de existencia, en su finalidad, en su
estructura, de 1 que son las instituciones del Estado.
Está claro que lo que conocemos
como
partidos políticos son
instituciones del Estado, que lo que hemos podido conocer
por
otra parte,
como
partidos revolucionarios, eran instituciones de
comp.romiso entre el partido como institución del Estado que
permIte tener eventualmente escaños, si no es en el Congreso,
por lo
en el Parlamento Europeo o en las regiones, y luego
el partIdo como embrión de otro Estado. Si el «partido político»
tiene un sentido, debe tener el sentido de una firma de unión un
modo de enunciación que sea específico. Sus formas de en un-
72
ciación, de declaración, de acc ión, deben poseer una forma de
tcmporalidad, un tipo de objetivos que sean diferentes de los
se definen a partir de los calendarios del Estado o de los
medIOS
de comunicación. En este sentido, una institución política es una
institución que tiene por meta el incremento del poder de
cualquiera. Está claro que hay pocas posibilidades , pocas z o n e ~
de que lo que la guíe sea la esperanza de alcanzar una secretana
de Estado en un gobierno de izquierda.
Hay
instituciones cuya
meta es ésa. En el sistema que conocemos,
hay
personas que se
presentan como candidatos con
la
idea de que,
por
supuesto, no
llegarán a ser presidentes, pero que tal vez podrán arañar algunos
escaños como diputados, que les dejarán una secretaría de
Estado de la educación superior, a falta de alcanzar el ministerio
de
Educación.
Sin
duda, en
sí
mismas
son
metas respetables
,
digo
simplemente
que una institución
propiamente
o l í t i c ~ no
tiene
por meta
eso , sino
desarrollar
un
poder de
cualqUiera
con respecto a todo lo que se
negocia
sobre ese
modo como
participación
en el
poder
estatal.
No estoy
en
contra
de las
ins
tituciones
,
estoy
en
contra
del
discurso
imbécil
«espon
ta
neidad-organización
».
Estoy
en
contra
de
todo
lo
que viene
a
rebajar
la idea de
una institución
de
la
libertad y de la
igualdad con la
idea
de institució n en
eljuego
estatal, tal
como
es
tá
definido.
EL LUGAR DE LO SOC IAL
En su concepción del cambio histórico hay un elemento
que brilla
por
su ausencia: la sociedad, las clases sociales,
la composición
e
clases sociales. Explicar la historia a
través de lo social
o
con lo social, sin embargo, es una de
las modalidades corrientes de análisis de la historia,
en
particular en las tradiciones de pens miento d ~ n d e
lIs-ted proviene. Esta ausencia elocuente nos mClla a
preguntarle cuál es la consistencia de lo que
en
general
se denomina «lo socia » en su propio trabajo. ¿No tiene
ningún valor, en el sentido en que lo social sería una
173
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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invención de
lo
que usted llama la «policía», 9 lino suerte
de
ficción de una relación que para usted siempre resulta disonante,
diferente o carente de existencia? Hay
un
segundo aspecto de
la cuestión: se
pue
e dec
ir
que el lugar que ocupa
lo
social e
l/
otros pensadores, desde
La
noche de los proletarios usted ha
alojado el poder de la imaginación. SigLdó aquí el hilo de las
Cartas sobre la educación estética del 110mbre de Schiller y jOfjÓ
la idea de que la po tencia de recorifjguración por parte de la
imaginación sería el molor principal de las transjor-maciones
históricas, en política tanto como en arte. ¿Cómo
si
túa
exactamente este poder
de
la ;,naginación con respecto al peso
de
lo
social al que a menudo se recurre para pensar la historia?
Yo siempre rechacé
la
explicación por lo social en el sentido de la
explicación por la base por
laque
está debajo ese pensarescalonado
en que los cambios en
la
sociedad van a expl icar los cambios en la
política en
la
ideología todo ese sistema de explicación que va a
buscaren las transformaciones de
la
composición social las razones
del cambio o la manera de organizar el cambio. Creo que ustedes no
pueden darse cuenta en su generación del peso que pudo adquirir
en cierto momento ese di scurso que se con sideraba supuestamente
inspirado
por
el marxismo en el que se buscaba saber qué cla-se
subclase qué elemento de clase en función de su ser de clase
posición de clase o actitud de clase podía ser un aliado del
proletariado en
la
lucha revolucionaria. Era algo que estaba muy
presente arraigado en una cultura escolar.
Es
lo que recordaba
antes a propósito de las causas de las revoluciones que siempre
debían ser crisis económicas. Existe una tradición muy fuerte según
la cual lo que aparece en escena se debe explicar por algo que se
sitúa
por
debajo de
la
escena lo que tenía
por
consecuencia esos
discursos inverosím iles que se encontraban en
la
Francia de los años
1970 para saber qué fracción o subfracción de talo cual tipo de
79 «Genera
lm
ente se deno
min
a
po
lítica
al
conjunto de l
os
procesos mediante
lo
s
cuales se efectüa n la agregaci
ón
el consentimiento de l
as
colectividades la
orga
ni
zación
de
l
os po
deres
la
d
is
tribución
de
los
lu
gares y
fun
ciones y l
os
de le
gitimación de esta
di
s
tri
bución. P
rop
ongo dar o
tr
o nombre a esta
di
stribución y
al sIstema de estas legitimac iones. Propongo llamarlo policía.» En El desacuer o
ob. cil p. 4
3
174
burguesía podía ser el aliado de los
p : o l e t a r i ~ s .
Hay que
t e n e r . ~ n
mente esa tradición que era extraordinanamente Importante.Tamblen
hay que tener presente algo que es menos caricatural
~ e r o
que .a
pesar de todo sigue siendo para mí un punto de
d l v e r g ~ n c l a
fun
damental. asaber la búsquedade
la
figura COITecta del proletanado.
Dice
n: eI r ~ l e t r i d o no es
como
era antes pero f i g ~ r s nuevas
que cumplen el mismopapel: en la tradición obren sta Italiana este
modo se tendría al obrero metropolitano al obrero precariO al
trabaj;dorcognitario o qué sé yo que o r f i ~ sería la figura c.orrecta.
No vaya decir que ante todo lo que pnma
es
el trabajo
de
la
imaginación y
que
lo social no
es
nada . Pero.
hay
que
~ o l v e r
a
pensar
lo social
ya
no
en
términos
de
compacidad
s t r a t ~ f i ~ a d a
sino más bien en
términos
de escenas de lugares
confhctlvos.
¿E
n
qué
consiste lo social para
mí?
Es el luga r
donde
se
p e r
de
manera constante
un conflicto de
competencias
.
Lo
socJaI es
el lugar en
que
opera
la cuestión: ¿el
hecho
de que los obreros
quieran
ganar más es
o no es un asun.to privado? e l l u g ~ en
que se
plantea
la cuestión de saber SI
talo
cual dlsgregaclOn o
sufrimiento
que
vive
la gente
es un asunto
pu-ramente
e r s O J ~ ~ I
privado o si
es una
cuestión pública que
exige
una a cclOn
colectiva. Lo social
es
el lugar en que se
anuda
la cuestlon del
reparto
es
lo
que
traté
de
decir en
mis «Diez
t ~ ~ i s sob re. la
polític3» 8°
Noexiste lopolíticocomo
lugar de laacclon colectiva
y lo social
como
esfera
oscura
de
i n t ~ r e s e s
según la
manera
de
Arendt.
No
lo social es el lugar
mismo
en que se plantea la
cuestión de lo que es social y de lo que es político
de
lo
que
es
privado
del orden
de
lo individual de
la vida
oscura y de lo que
corresponde
al orden de la
escena
pública y
por
lo tanto d.e una
competencia
pública.
Lo
dije en
El d e s a c ~ / ~ r d o 10 s ~ c l a l
varias
cosas
a la vez
es
la instancia
metapohtlca
de exphcaclOn
de
lo político también puede ser el objeto de una
t o p í a
o i?cluso
de
filosofías de la
compacidad
del
cuerpo
socJaI del vll1culo
social. Pero lo social es también el lugar del conflicto pem1anente
ellugaren
que lo político
siemprepuedevolvera
surgir mediante
un
trabajo
de reconfiguración de datos que se
puede
llamar un
trabajo
de imaginación.
8 En los bor es de lo político ob. cit. pp. 22 3-254.
175
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Esa imaginación no es una facultad particular. Se puede
encontrar en marcha en cualquier parte, se halla presente dc
manera potencial en cada uno de esos conflictos que se de
nominan sociales, como puesta en escena de la pregunta: «¿es
algo privado o no, invita a un simple reajuste de las partes o a la
emergencia de una parte de los -sin-parte, de una dimensión
propiamente política?». Lo cual nos remite a la cuestión de l
presente, de las emergencias en el presente. Un conflicto socia l
es o no es el lugar de emergencia de un sujeto político.
Hay
que
abandonar la idea de lo social en términos de composición.
Al mismo tiempo, queda claro que la lucha de clases
-lIa
mémosla así,
para
no complic ar demasiado las cosas- también
produce transforma ciones radicales de composición social, que
del
mismo
modo son operadores de politización o de des
politización. Si se piensa en la desindustrialización, algunas
personas piensan que es efecto de las transformaciones técnicas,
que
ya
no quedan obreros
en
ningún lado y que los robots lo hacen
todo. Tal vez ya no sea el caso en la actualidad: con las películas
sobre
Bombay
y compañía, la gente entiende que estamos más
bien en la época del
sweating system,
del trabajito a domicilio,
más bien que en la época en que los robots hacen todo. Lo que
es seguro es que ya no podemos identificar «la parte de los sin
parte» con una clase de personas que salen masivamente de las
fábricas de automóviles o de las fábricas metalúrgicas.
Pero
eso
no es simple consecuencia de una recomposición de clases que
se habría producido
por
una recomposición automática que
produjo la técnica. Las fábricas grandes y las minas siguen
existiendo en otros lugares.
La
des industrialización de los países
industrializados no es simplemente una necesidad técnica. Es
una operación de lucha de clases llevada adelante por la clase
dominante .
Hay
un vínculo muy fuerte entre las fomlas de domi
nación económica y política y lo que se puede constituir
como
figura identificable de «la parte de los sin-parte». Lo cual trae
como
consecuencia que en la actualidad se observe lo que ha
habido en todos los movimientos recientes: la manifestación en
las calles de algo del estilo del pueblo en
genc10I1
el pueblo sin una
identidad particular, simplemente la multitud
Je lo
s que no tienen
176
miedo de salir. En la plaza Tahrir o en la Puerta del Sol
simplemente se reúne gente. Siempre resulta factible explicar, y
probab lemente sea cierto, que en las manifestaciones de los
indignados hay cierto tipo de personaje social: informáticos,
porque hay tantos informáticos que necesariamente tiene que
haber; egresados sin un empleo que corresponda a su diploma,
temporarios del espectáculo.
Queda
del
todo
claro que la
destrucción del tejido industTial económico y la inflación de
un
sector «intelectual» precario producen formas estalladas de
identidad; pero precisamente, no se van a recomponer bajo la
forma unitaria de : «nosotros, los cognitarios, somos la fuerza
nueva». Por el momento, esas identidades estalladas no se re
componen más que bajo la forma de gente que
está
en la calle,
los «indignados»; el nombre es la ausencia de nombre, la au
sencia de un identificador que sea suficiente para ponerle un
nombre de sujeto que corresponda a un grupo social que resulte
aunque más no sea un poco consistente.
NOVEDAD E HISTORICIDAD
Nos gustaría abordar ahora su concepción de la historia a
partir del problema de
lo
nuevo. Es posible considerar que
su pensamiento mantiene del humor estructuralista una pre-
dilección por
los
cambios
de
larga duración, el postulado
de
una relativa excepcionalidad de
las
transformaciones del
lado
de
la
política y
de
los momentos
de
transición entre
lo
que usted
llama
los
«regímenes del
arte».
Situémonos precisamente
en
ese punto particular de su obra cuando usted hace referencia,
en
El reparto de lo sensible, Malestar en la estética
o incluso
en
Aisthesis,
al cambio de esos «regímenes de identificación del
arte. i/ ¿Cómo considera esas metamorfosis de «régimen»,
Por «régimen de identificación de las artes» hay que comprender cómo
«percibimos cosas muy diversas
por
sus técnicas de producción y sus des-tinos
como
pertenecientes en
común al
arte . No se trata de la «recepción» de las obras
de arte . Se trata del tejido de experiencia sens ible dentro del cual ellas se producen .
Nos referimos a condiciones completamcntc materiales -lugares de representación
y exposición. formas de circulación y reproducci ón- pero también a [ .) catc-
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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sí como las fuerzas que las provocan? A p rtir de este
ejemplo ¿puede decirnos de qué modo piens lo nuevo y a
p rtir de qué se lo puede reconocer?
Partamos de los regímenes. Siempre insistí en el hecho de que
tienen una historicidad y que, al mismo tiempo, no defi-nen
un
corte de la humanidad en edades. Los tres regímenes del arte n
son tres edades de la humanidad. Se los puede historizar, puesto
que, por ejemplo, no hallamos nada en el teatro griego que
corresponda a lo que yo llamo una lógica estética. Es posib le
decir que existen modos de percepción, de conceptualización de
la experiencia estética, que son propiamente modernos. Pero esa
historicidad no se puede definir bajo la forma de un corte radica l.
Sobre todo, insistí en el hecho de que, para mí, el «régimen
estético» es un régimen inclusivo en la medida en que funciona
de manera masiva por reciclaje y re interpretación, lo que quiere
decir que las obras que pertenecen a otros regímenes adquieren
su lugar, eventualmente modificadas, alteradas. Se puede decir,
al mismo tiempo, que
un
régimen en sí no es histórico, que los
regímenes pueden coexistir y que, a la vez, hay cierta histo
ricidad en su emergencia.
También subrayé el hecho de que el «régimen estético» es un
régimen inestable. Por un lado, es estable en la medida en que
puede acogerlo todo pero, al mismo tiempo, es un régimen
inestable
en
lamedidaen que suprimió toda normaespecíficaque
permite decir «esto es arte, esto no es arte». Define una suerte
de consistencia propia de una esfera estética y, al mismo tiempo,
no define ninguna regla que permita distinguir lo que es y lo que
no es en el arte.
La
consistencia
de
la esfera estética,
por
lo tanto,
se ve de entrada amenazada de ambos lados, capturada entre
la
norma representativa y la tentación ética. Este dilema se juega
de alguna manera desde el anunc io m ismo de lo nuevo. Pensemos
godas que las identifican. esquemas de pensamiento que las clasifican y las
interpretan . Esas condiciones hacen posible que palabras , formas, movimientos
y
ritmos se sientan
y
se piensen como arte» . en
Aislhesis. Scenes du régime
esthélique
de
r rt . Galilée , col.
«La
philosophie en effet». 2012, p.
10
[Aislhesis.
Escenas del régimen estético del orle Buenos Aires. Manantial , 2013. p.
101
.
78
en todo lo que ya está en juego en la crítica del «reglmen
representativo» de Rousseau y en la crítica que Schiller lleva a
cabo de esa crítica.
Si
se resumen un poco las cosas, Rousseau
dem uestra en un texto precisamente fechado, la Carta a
D A lembert que el «régimen representativo» es contradictorio:
pretende poseer un efecto de moralización externo, al tiempo que
produce un efecto de placer definido de manera intrínseca.
Pretende definir
al
mismo tiempo
un
placer y una lección
intrínseca. En un sentido, es una primera aparición de lo nuevo.
De pronto, alguien dice «el rey está desnudo», ese régimen es
contradictorio. Pero lo que propone como remedio es una
definición estrictamente ética de la fiesta colectiva que debe
reemplazar la representación.
Luego viene Schiller, que responde que, desde luego, no hay
que espe rar a que el teatro les enseñe a las jovencitas a proteger
su virtud, ni que enseñe nada que sea del orden del compor tamiento
mora Por el contrario, es posib e esperar una formade afinam iento
específico de la sensibilidad que consiste precisamente en tener
la capacidad de no verse más obligado a definir una elección
entre el placery la moral, de no verse más obligado a esperar una
tendencia específica producida por
la
representación. Define, de
esta manera una transformación del modo mismo de la
sensibilidad en lugarde los efectos, más o menos contradictorios,
de placer sensible y de aprendizaje intelectual o moral. Pero al
mismo tiempo, define de nuevo una frontera inestable entre la
esfera estética y la esfera ética, puesto que esta transf ormación
del modo mismo de la sensibilidad se piensa como eleI 1ento de
una transfoffilación posible de la humanidad, como la promesa de
una forma de comunidad que la política no puede llevar a cabo.
La definición de una especificidad estética se encuentra de en
trada al borde de
un
cam bio hacia una nueva forma de «régi -men
ético». Y en diversos momentos importantes del régimen estético
se verá que vuelve la declaración de una forma de desaparición
del arte en la vida que aparece como una forma constitutiva,
como un telas inmanente al «régimen estético» mismo.
De este modo, se pueden distinguir momentos o aconteci
mientos que causan escándalo, que producen una ruptura de
79
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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cierto consenso. Dicho lo cual el paso de una dominación del
«régimen representativo» a una dominación del «régimen es
tético» es un proceso que se extiende por lo menos a lo largo d
un siglo y que funciona fundamentalmente en un mod
retrospectivo. Intenté decirlo en mis trabajos sobre literatura. Sc
pueden examinar los momentos en que el término «literatura»
cambia de sentido sin
que
por ello se haya tematizado en alguna
oportunidad ese cambio de sentido . Si uno considera el
Curso de
literatura
de
La Harpe
entre los años 1780 y 1800 es posible
decir que el sentido del término ha cambiado entre el pr incipio y
el fin del Curso. Pero de ese cambio no hay nada que se haya
conceptual izado o siquiera mencionado. Y si tomamos
un
punto
de referencia institucional nos damos cuenta de que en el
Catálogo de la Librería fue recién en los años 1850 cuando la
sección «Literatura» vino después de la sección «Bellas Letras».
Hay que
esperar
hasta los años 1850 para que en el Catálogo de
la Librería la sección «Literatura» venga después d e la secció n
«Bellas Letras».
La posibilidad de ubicarde manera objetiva lo
nuevo
existe en
la medida en que un régimen dominante define criterios de
aceptabilidad sobre la base de una normatividad reconocida. Si
hay artes poéticas constituidas si hay reglas académicas de la
pintura si hay instituciones que encarnan la normatividad de
la pintura como los Salones durante el siglo XIX entonces se
puede decir: esto no resulta aceptable para el Salón
para
la
Academia. Lo cual por lo tanto se va a producir en otros luga
res en instancias independientes se creará
un
Salón de Rechazados
y luego un Salón de Independientes que van a señalar que algo se
produce que ya no corresponde a lo que
la
lógicaacadémica todavía
dominante denomina pintura. Se da lugar entonces a una novedad
que es una cuestión de identidad y
no
simplemente de gusto:
lo
que
laescuela impresionistaproduce masivamente como pintura tiene la
apariencia la textura de lo que con anterioridad toda una tradición
pictórica consideraba como esbozos preparatorios como bocetos.
Hasta 1914 en Francia a institución Salón es
un
punto de referencia
que permite decir que algo es inaceptable y por lo tanto loca-lizar
la diferencia de lo nuevo .
180
Porel contrario un «régimen estético» acabad o es un régimen
en el que ya no existe ninguna normatividad de ese tipo. Si usted
compara los escándalos
que
produjeron JeffKoons o Murakami
en el palacio de Versailles con los escándalos de los Salones del
siglo XIX hay algo que resu Ita fundamen-talmente diferente. Ya
no es posible decir que algo es inaceptable porque no entra dentro
de los criterios reconocidos del arte; se dice simplemente que
acá eso está fuera de lugar. Y los que lo dicen serán realistas o
católicos reaccionarios . Hay un momento en que lo nuevo -ya
sea que uno lo exalte o bien que lo
rechace-
ya no se puede
definir en referencia a un criterio objetivo. Ya no puede ser más
que del orden del acontecimiento individual de una obra de un
libro de una película lo
que
hace que se vuelva muy difícil decir
que se va a definir un nuevo régimen. En el fondo a pesar de la
doxa dominante es muy poco habitual
ver
que lo nuevo se
convierta en acontecimiento en tanto que nuevo.
En la política hay formas de novedad acontecimental que
imponen un ritmo acelerado una nueva temporalidad. n el arte
lo nuevo con frecuencia es un asunto de declaración retrospectiva.
¿Quién advirtió en su momento una ruptura histórica en la
Fuente
de Duchamp en la
época
en
que
Stieglitz intentaba
introduciren 10sEstados Unidos a Rodin a Cezanne o a Picasso?
No es el mismo nuevo que se vaa individual izar y analizar treinta
años más tarde cuarenta años más tarde incluidas aquellas
obras que causaron más o menos escándalo .
Usted insistió en el hecho de que los momentos de ruptura
de
la historia no se pueden identtficar de manera clara que
existen síntomas como el que acaba de describir con el
«síntoma Rousseaw> Ahora bien usted calificó ese síntoma
ousseau diciendo
que
el filósofo ginebrino estaba
expresando entonces las «contradicciones» del régimen del
arte
anterior
es decir de la
configuración
histórica
precedente. ¿Se halla aquí la idea más general que usted se
hace del cambio histórico: alojado ante todo en las
contradicciones inmanentes
de
un «régimen»?
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Hay que ver
lo
que se designa con el tél111ino contradicción. L
(JIU
Rousseau afinna como contradictorio es una lógica de comprom 1
que se puso en marcha en el siglo XV
ll
entre cieJio tipo de exigcn
político-social y una exigencia ético-religiosa.Porun lado,en
el
i
¡
\
XV
en Francia se había dado cierta legalidad del espectá lI
0
contemporánea de una fijaci ón de la lengua . Esta legitimidad d 1
espectáculo se constituyó a partir de una relación tensa entre UIl
I
nonnatividad de arriba y la formación de
un
público que se va
:¡
definir en los ténn inos subjetivos del gusto y del placer. Se dio c:
:I
constitución de una doble
le
gitimidad que esposible llamar poi ítica
estética, ligada a
la
instauración de cierto tipo de poder real
qll .
coincidió con todo lo que, por otra parte, se sabe acerca de la
domesticación de la aristocracia, y en particular una domesticaci
del gust
o,
una legalización del gusto .
y luego, por otra parte, ha habido el compromiso entre la '
exigencias propias de esa lega I dad y las
normas
morales hosti I .
al teatro que decretó
la
Ig lesia . Lo
que
denuncia R
ous
-seau c.
ese
compromiso por
el cual el teatro, en tanto que forma dc
legitimidad político-estética ligada a la monarquía, al mismo
tiempo se tenía que justificar con respecto a
un
a norma ética
anexada de manera masiva
por
parte de la Iglesia. Roussea u, tal
vez en tanto que
ciudadano
de Ginebra, de un país en el que ,
precisamente, nohabía teatro y,
por lo
tanto, tampoco compromiso,
mete el dedo en la llaga diciendo : ese asunto suyo, católico
inconsistentes, no camina . Pero esta puesta al desnudo de la
contradicción de la lógica representativa no es más que un
elemento dentro de todas las transfom1aciones que ocurren en
la
sociedad, en
la
opinión pública, en el funcionamiento del poder
real
en
el siglo XVII . Se trata de un
elemento
sintomático que
causa sensación.
Las cosas ocurren en un nivel mucho más global a fines del
siglo XV
IIJ
, con la constitución de los
museos
y
la
manera a partir
de
la
cual la s obras pictóricas, esculturales, se descuelgan de su
función antigua. Lo cua l
empieza
antes de
la
Revolución. Se
opera una des le
ga
lización de ese gusto que legalizó la monarquía
francesa . Pero,
por
supuesto , la Revolución lo aceleró y, sobre
todo
, los saque os de obras de arte que llevaron a
cabo
los
82
ejérc itos revolucionario
s.
De pronto, se lleva n todas las
obras
pictóricas de todas partes a París, las di ferencias ?e
g ~ n e r o
se
confunden
y toda la
legitimidad
del gusto plctonco
que
reg
lamentaba
la
Academ
ia de pintura se
encue
.n,tra
por o m p l ~ ~ o
cues
tionada
debido a esas mezclas. La cuestlOn
de la
relaclon
entre ese
rompimiento
y la función educadora de las artes se da
a gran escala. Consideremos los debates que tuvieron lugar en
el
momento en
que llegaron al Louvre todas las cajas de lo que
los ejé
rcitos
revolucionarios habían
saqueado
al extranjero.
Los
co nservadores
se dicen : es extraordinario, todos los tesoros del
patrimonio de la libertad que pertenecían a los reyes, de a.hora en
más
les
pertenecen
a la nac ión republicana. Abren las cajas, ven
retra
tos de soberanos
escenas mitológicas más
o
menos
escabrosas, toneladas de cuadros religiosos, y se preguntan: en
todo eso, ¿en dónde está la libertad, qué vamos a poder
~ e r
c ~ n
eso
paraeducaral
pueblo republicano? Es el tesoro del
patnmomo
de la libertad
humana
pero no son
más
que historias de reyes, de
cortesanos
, de sacerdotes, de mujeres
desnudas
, de
cortesanas
,
de orgías.
La
solución a la que llegan consiste en decir l ~ e no s.e
trata del
contenido
de los cuadros sino que lo que
podra
InstrUIr
al
pueblo
es el modo según el cua l se exhiben , su disposición
espacial. Se llega con claridad a un momento en que. una
coy untura bélica hace que la legalidad pictórica ya no funCIOne,
con el
resultado
paradójico de que , al querer alcanzar, con todas
las
obras saqueadas
, una educación del pueblo republica?o,
necesariamente van a verse obligados a borrar el contel11do
mismo
de los
cuadros
y a darle un nuevo poder al espacio
mismo
de
exposición.
. ,
En cierta medida , la famosa mirada desinteresada es
tamblen
el resultado de una contradicción interna de otra clase. Ya no se
trata
de un tipo que dice que el sistema ya no funciona, son las
personas que se encargan de
volver
a e ~ p o ~ l e r de.dar una nueva
legitimidad
a las obras mediante la vlSlblhdad mIsma. Al verse
incapaces
de hacerlo , inventan el museo del futuro
en
el que la
gente ya no sabrá quién es quién ,
si
lo que está pasan.do en la tela
es o no moral ni qué lección puede dar.
No
se trata sImplemente
de un
asunto
intelectual , adopta un aspecto material muy
1
83
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 92/129
considerable. Son
cosas
que resultan insuficientes para
tratar
como lo
mencionaba
antes
con
Lyotard diciendo que en
laépocn
de los .Salones el
gusto
cambia que
ya
no hay legitimidad.
pone
enjuego
algo mucho más masivo
a saber el
hecho de
qu .
de allí en
más
el
pueblo
es el
que
se
supone que
es el
sujeto
d
I
arte. La cuestión consiste en saber
qué
modo de existencia se I
da
a
ese
pueblo
que
es el sujeto del arte a través de lo
que
se va
a
exponer
y se le va a presentar.
¿Cómo vamos
a
presenta
r a l
pueblo un
patrimonio
del que de
ahora
en más es el sujeto? A ll í
tenemos
el
ejemplo de
una contradicción activa.
Pero precisamente las contradicciones de un
sistema
n
provocan que explote. Un sistema se apoya en las contradic-
ciones.
Lo
que eso produce en
términos históricos son
acondic
io
namientos.
En
el caso
que nos
ocupa no una nueva
pintura
sino
una nueva mirada
sobre
la pintura vinculada a un
nuevo
modo dc
exponerla.
De
un
acomodamiento
a otro se
puede ver cómo
opera
una revolución lenta.
¿ l camb o se debe pensar de manera diferente en los órdenes
politico y estético ¿Hay que imaginar historicidades o modos
de historicidad diferentes según los tipos de actividad humana
Estaba
tratando de mostrar
que uno de los
elementos
del cambio
histórico de un «régimen» del arte está relacionado con una
aceleración propiamentepolítica con sus consecuenci as militares.
Pero
insisto mucho en el hecho de que eso no va a cambiar
demasiado la práctica pictórica misma y que no lo va a hacer
sino
muy lentamente en la interpretación .
Hay
un
momento
en
que
se
pone
enjuego
esa
oscilación puesto que el
pueblo
se convierte
en
el sujeto del arte
algo que empieza
antes
de laRevolución con
todas las problemáticas del siglo XVIII. El que escribe la
Odisea
es el
pueblo
griego no
Homero
dice Vico: la poesía es la
expre-
sión del pueblo.
Con
Winckelmann es la libertad
griega
que
encarna
en las
estatuas
y
ya
no la habilidad de los escultores. Una
vez
más allí se
encuentra
toda una serie de
elementos
y
de
acele
radores que
producen determinados
efectos
que
no se
piensan
no se
tematizan
ni se transforman en una
nueva
forma
de
visibilidad
de
manera inmediata. En el
ámbito
del arte los
184
regí
menes de percepción cambian
lentamente Lo u ~ 1 nos lleva
a la cuestión
de
los
regímenes
diferentes de
hlstoncldad
.
Creo
que hay que
dar
vuelta un
poco
la
~ r ~ ~ q u í a
habitual de
las temporalidades.
Se admite
y ésa es la V I S I O ~ consensual de
las cosas
que
la política es un
asunto
lar.go
ahento u e ~
se la
asimila
al ejercicio
de virtudes de
CIenCIa
de
prudenCIa
de
previsión que son el
privilegio de gente
que sabe que posee esas
virtudes.
Por
el contrario se
piensa
que el arte es el
campo donde
las cosas van
muy
rápido pues se supone que es el ámbito
audacia de la
imaginación
la espontaneidad. Es
VISlon
consensual
normal
que
opone
a los gobernantes que tIenen una
mirada
que apunta
hacia
lo lejos yesos
bufones
públicos o esos
espíritus iluminados y
entusiastas que
se hallan en el terreno de
la
emergencia rápida
del
riesgo que
por
otra parte no es
muy
grave
puesto que no va a cambiar r e a l m ~ ~ ~ e el
mundo
.
Ahora
bien hay
que
invertir
por
completo
esa
VlSlOn.
¿Cómo
sabemos que hay política? Lo sabemos en tanto que
poder de una instancia denominada pueblo porque hay mo-mentos
de aceleración vertiginosos en los que de pronto nada es
c ~ m o
antes. Se da la constitución de una escena política en que se advlelte
toda una transfom1ación cuasi instantánea de
1
visible de 1
pensable
detodoel
universo de
1
posible.Algo que era impensable
en junio de 1789 a saber que una Asambleaju.zgue a un rey lo
condene a muerte es pensable tres años y medIO mas tarde. SI se
piensa en 1 que pasó en 1968 se advierte que la políticanos u e s t r
momentos en que todo el orden normal de lo visible de lo deCIble de
lo pensable se encuentra dado vuelta.
No
es lo
que
funciona
en
el
mundo
del arte . Un
cuadro
v
a
a volver a pensar doscientos años más
t a r d e
la .gente
dlra
a
com ienzos del siglo XIX:
Frans
Hals es extraordmano s e . u ~ o de
la pincelada que
resulta
totalmente moderno el
color
n T ~ z l a n o .
Lo
nuevo
de esta manera queda comprendido en las loglcas de
retrospección de interpretación . Hay cierta idea del pueblo
que
va a
toda velocidad
en política
entre
1789 y 1794 Y
puede
advertir
el
tiempo
que
lleva cuando
se trata del arte. SI
t o ~
la
manera
a partir de la cual en el siglo XIX se crea una dIstancIa
con respecto a la tradición
académica
es algo que ocurre al
18
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 93/129
principio
por
el hecho de que de allí en adelante los estudianf
ya no estudian solamente en la Academia sino que van a
museos ven que no es así como han pintado los grandes pintare .
del ~ a s a ~ o y que se crea de ese modo toda una serie de di
tanclas l ~ c u l a d a s al hecho de
que
se va a Oponer
lo
que pudierOIl
hacer Velazquez Hals Rembrandt Tiziano; a lo que se ensel1a
en la.Academia. Por supuesto hay momentos en que se pued .
localizar una aceleración en los cambios. Si usted toma
la
seri .
Composiciones de Kandinsky se advierte con exactitud
c?mo se pasa de una figuración que rem ite a ciertos tipos de ima-
gmena popular rusa tradicional a algo de lo que se puede afirmar
que se .trata de un ensamblaje puramente abstracto de colore.
Es p o s l b l ~ ubicar esas transformaciones pero no son ellas la
q ~ e . constituyen el cam bio
de
régimen. Se producen dentro de un
reglmen de percepción en el cual antes de
que
Kandinsky pasc
de las escenas coloreadas inspiradas en las ilustraciones populare
r u ~ a s a algo puramente abstracto se dio todo el trabajo de
la
mirada y de la crítica que volvió a ver
ya
pensar de otra manera
las obras figurativas del pasado para desprender de ello
componentes pictóricos abstractos.
Incluso .cuando los «regímenes del arte» no se podrían
confundIr con las edades
de
la Historia, se puede subrayar
de
n u ~ v o
el hecho de que los camb
io
s
de
esos «regímenes»
han
Sido
poco numerosos en la historia. Del mismo modo
con frecuencia se ha deducido
de
su filosofía el enunciad;
segun el cual la política es bastante escasa. ¿Cómo se
analiza.el p,:esente ~ m a vez que uno adopta esa concepción
de la hlsto,:za? ¿Que se puede hacer con el presente y
en
el
presente S se conoce la escasez del cambio?
¿
Qué se va a
bu c.ar
en
él? Se trata a la vez de problemas
de
método
teonco y de orientación práctica
en
la historia.
Volveremos a hablar sobre este desgraciado asunto de la
esca:e.z. Se
me.
10 atribuyó en el sentido que le da Badiou y todos
los vieJOs
manmtas
que oponen la espontaneidad a la organización
se lanzaro n sobre eso es algo a lo que vuelven todo el tiempo. A
fin de cuentas no me siento satisfecho con esa formulación. La
política existe en función de momentos que son momentos de
excepción. Eso no quiere decir que la política empezó el 27 de
julio de 1830 y terminó e129 sino que digamos qu.e
h a ~ t o d a
dinámica de la esperanza republicana de la emanclpaclOn
SOCial,
etc. que se puede relacionar con el efecto que produce una
secuencia extremadamente corta y excepcional. La política ·
existe porque hay momentos en que sucede lo que no debería
suceder.
De
pronto los poderes normales están deslegitimados
lo que ocurre en lacalle no es lo que normalmente pasa en la calle
ya no tienen una consideración habitual sobre las instancias del
poder ni sobre los que se hallan a nuestro alrededor en la calle.
Lo que es importante para mí en principio es eso a saber que hay
momentos
en que la política en tanto
que
conflicto de dos
reCTímenes sensibles se manifiesta de una manera brutal en el
c a ~ b i o de todos los modos de visibilidad de todos los tipos de
relaciones que existían. Es algo que sucede de manera más o
menos durable es lo que nos tocó viviren 1968.Con o s t e r i o r i d ~ d
se
puede
decir que fue
un
ataque de locura que pasa y se
termma
enseguida. Poco importa. Hay momentos en queninguna erarquía
en plaza parece ya como legítima. Que tres semanas un mes o
dos meses después se restablezcan y triunfen es una cosa lo cual
no impide que haya habido un momento político fuerte en qu.e ~ n o
se dice de pronto que no hay motivo por
el
cual todas las activida-
des se trate de la gestión de los asuntos comunes de las empresas
de las administraciones funcionen según esa división ese orden
jerárquico.En ciertas ocasiones aparece de pronto una instanciaque
se llamapueblo un sujeto del poder que ya no es aquel con que uno
acostum braba a tener trato
-la
gente que vota cada cinco afias para
elegir a su jefe- hay una forma sensible de existencia de esa
instancia. Hay política porque periódicamente aparece eso.
En todo presente la cuestión consiste en intentar discemir ese
modo de reaparición. Laconstitución de un espectáculo inédito una
ocupación inédita de los lugares para mí es más importante que
saber el grado de idoneidad de las consignas de las ideas hacen
que la gente se reúna en la calle .Si se consideran las x p r e s l O n e s de
los indignados en Madrid por ejemplo se puede decu : no son muy
fueltes lo que quieren es apenas tener dirigentes menos
COITUpto
1117
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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y más re petuosos del pueblo que los eligió, no es nada del otro
mundo; pero al mismo tiempo, para mí, es más importante que un
gancho puesto sobre la vía del tren de alta velocidad. ¿Por qué?
Porque ~ p a r e c e una instancia que se llama pueblo y que dice:
« D ~ s ~ u e s de todo, ,omos nosotros a quienes corresponde pensar,
d ~ c l d m > . Es lacuestlOn central, que resulta posible hallar incluso baj
ciertas o r m a ~ un tanto extrañas para nosotros, como los islandesc ,
que se comulllcaban porema il para que ellos mismos cambiaran
su
C o n s t i t u c ~ ó n . Como decía en ese momento, se puede decir que
es reformista, pero
la
Idea de que la gente escriba ella misma su
Constituc.ión tiene a go .que me parece más impOliante que los
g r a n d e s d
l s c u : s o
s r a ~ l . c a l l z a d o s t a l e s c o m o l o s q u e s e d e j a n e s c u c h a r
en los coloqlllos polltlcos
en
nuestros países.
El
elemento
fundamental.en cada presente
es
saber lo
que
despierta, en ese presente, la Idea de una capaci dad común bajo
forma de una acción práctica. e pronto, la
gente
se instala y
dice
q ~ e
no se mueve nadie más de ahí. Puede tener un alcance
muy diferente; está claro que
cuando
es en Túnez, en Egipto,
c u a n ~ o
h ~ y
armas enfrente, adquiere formas dife-rentes que en
~ a . d n d o mcluso en Tel Aviv, en Santiago. La gente sale a la calle
diCiendo que es el pueblo, y lo manifiesta hallándose en
donde
no
d ~ b e r í a constituyéndose en
un
colectivo pueblo
completamente
diferente del colectivo pueblo que los gobernantes administra
n
Volvamos a lo que usted denomina el «régimen estético
de
las
artes». Es posible albergar la impresión
de
que se trata para
t:sted del último «régimen del
arte».
¿La historia se detiene con
el? Usted
de hecho
lo dijo: se trata de
un
régimen que uno
p ~ e ~ e ~ a l i f i c a r de
inestable pues confunde los crüerios
de
dlStznclOn entre el arte y el no-arte. El arte actual se caracteriza
de
esta
m a n ~ ~ a
por una tendencia a la indistinción que
t i e n ~
un
lado
pOSitiVO
pero que también
es
una
de
las razones por
las
c t ~ a l e s
el arte puede perder todo alcance crítico como usted
lo
senala
en
Malestar en
la
estética.
82
La indistinción en la
" «[Lo
s]
~ r o c e d i m i e n t o s de de slegitimación transferidos de un registro crítico
a un registro ludlco se convierten . en última instancia. en indiscernibles de aquellos
que son producidos por
el
poder y
lo
s medios de comunicación, o por las formas
de presentación de la mercancía misma», en Sobre políticas estéticas
Mu
scu d 'Art
188
creaclOn del arte contempo-ráneo tiene
por
lo tanto dos
rostros. Lo que pl nte la siguiente cuestión: ¿en qllé
condiciones la indistinción cambia de signo en las
prá
cticas
artísticas contemporáneas y de ser positiva
por
el hecho
de
ser inclusiva se transforma en fuente de confusión en
simple replicación del mundo circundante? ¿Ese cambio
de
régimen constituye
un
motor del régimen del arte actual?
La crítica que yo hacía era sobre dos aspectos y se las agarraba con
dos formas de indistinción. La primera era la del arte crítico, en que
la diferencia crítica se borra de sí misma. Lo que todavía pretendía
tener una función de comprensión, de formación de una conciencia,
de detemlinación de una energía militante, simplemente mostraba
que no l evabaan ngún lado.Según mi opin ión, ahí se encuentra una
versión de la crítica de Rousseau. El artista instaló acá imágenes
publicitarias, ahí un billar, una calesita, un metegol gigante o una
cab ina con sonidos disco e imágenes de mangas, para denunciar
el
consumo del entertainment.
83
Llega
el
crítico que dice: usted
simplemente puso un billar ahí, imágenes acá, una calesita por ahí,
una peliculita y algunos sonidos disco yeso es todo lo que hizo.No
produjoningunadenuncia.
Existe
una segunda
forma de indistinción que interviene
cuando
la obra de arte se da de nuevo como una forma de inter
vención social. Es la historia de ese artista cubano que restaura
la casa de una vieja pareja en un barrio pobre y muestra esa
intervención en un video que se exhibe en un museo. No vaya
volver
a ese ejemplo
puesto
que ya lo
comenté
much;¡s
veces
.
Decía
que
ahí había un vuelco de lo artístico en lo ético, que se
puede establecer un paralelismo con un vuelco de lo político en
lo ético, que por otra parte
es
masivo en toda la política de las
intervenciones humanitarias, toda la ideología humanitaria. En
esa
época, simplemente indiqué de qué manera toda una lógica,
la del arte crítico, terminaba por dar vueltas en círculos y, en
consecuencia se hallaba desprovist a de todo lo que constituía su
Contemporani de Barcelona y Servei de Publicacions de la Universitat Autónoma
de Barcelona, Bellaterra, 2005 .
" «Entretenimiento
»
En
in
glés en el orig inal N . del T. .
18
9
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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legitimación en una lógica representativa a saber que se
producía virtud causando placer. Por otra parte examiné los
callejones sin salida de esa voluntad de volver a hacer del arte
una intervención social que ella m isma era un reciclaje caricatura I
de algo que había sido mucho más fuerte que había sido el
proyecto de transformar las formas del arte en formas de una vida
nueva sobre todo en la Rusia posterior a 1917. Con eso no estaba
para nada anunciando un fin del «régimen estético» del arte.
Para mí se trata de un régimen que puede absorberlo todo en
su contenido y que
al
mismo tiempo en su forma siempre está
en la cuerda floja sobre el filo de la navaja. Es normal que el arte
en el «régimen estético» para no convertirse en un simple
juego
de mesa siempre esté al borde de volver a caer en alguna versión
de una lógica representativa o de una lógica francamente ética.
La diferencia entre
El malestar en la estética
y
El espectador
emancipado consiste en
que
en el
primer
caso intenté sobre todo
desmontar esa lógica
que
hacía que de nuevo convergieran la
política y la estética en una indistinción ética y en El espectador
emancipado
traté de mostrar que
lo
que se interpretaba masiva-
mente en términos éticos se podía interpretar en términos
estéticos. Es un poco el sentido de
lo
que hice acerca de las
in.stalaciones de Alfredo Jaar sobre Ruanda o las fotos de Soph ie
Rlstelhueber de las barreras en las rutas palestinas. Se trata de
obras que se anexan fácilmente debido a su tema en esa
configuración que domina la gran sombra de Lanzmann: el arte
del desastre de la catástrofe de lo irrepresentable. Traté de
decir que cuando un artista guarda fotos de la masacre de Ruan-
da en cajas eso no implica que nos hallemos dentro de
lo
irre-
presentable. En efecto
lo
que
va a
poner
sobre
la
caja de
la
foto
es el nombre y la histori a de la persona . De pronto
vaa
desplazar
la
cuestión:
ya
no se trata de lo que resulta o no representable
lo
que se puede mostrar para que se vea o no sino qué tipo de
relación supone entre lo visible y lo decible qué estatuto le da a
la víctima del genocidio y a las maneras a partir de las cuales
puede ser sujeto de una obra de arte.
En el primer caso traté de discutir la lógica de lo irrepre-
sentable y en el segundo caso que ya había iniciado a propósito
19
de Shoah quise mostrar que ciertas obras catalogadas como
pertenecientes a un arte de
lo
irrepresentable que remiten a una
especie de absoluto ético se podían pensar de otra manera
dentro de una lógica estética en la que no se trata de sustraer lo
visible sino de reconfigurar las relaciones entre lo visible y lo
decible. No estamos obligados a ente rrar la imagen de la víctima
del genocidio simplemente podemos exponerla de otro modo.
Se trata de una decisión artística y no una tendencia inmanente
al «régimen estético». Y se trata también de mi parte de una
decisión teórica que consiste en desplazar las formas de inter-
pretación dominantes COIl respecto a tales obras.
Concretamente lo que digo no es que el «régimen estético»
sea el último no tengo la menor idea
me
parece
que
se pueden
distinguir tres grandes tipos de funcionamiento y lo que domina
en la actualidad es una lógica que corresponde
al
tercer tipo de
funcionamiento aun más en la medida en que se trata de ulla
lógica inclusiva contrariamente a las otras dos a 1 que hay que
sumarle al mismo tiempo el hecho de que la inclusión puede
implicar trivia lización y que la lucha contra esta última siempre
se dirige hacia la restauración de las otras lógicas. Es una
cuestión de Iím ites no hay com ienzo
ni
fin sino
Iím
ites inmanentes.
DISPERS IÓN DE LAS IMÁGENES:
¿OTRO R GIMEN DEL ARTE
Quedémonos en la cuestión de lo nuevo pero a partir. del cine
y de la imagen. A veces usted se define como un «trabajador
de la homonimia»: toma un término y despliega las prácticas y
las diversas asociaciones que abarca. Usted ha llevado a cabo
ese trabajo que consiste en poner sobre la mesa el cine que es
a la vez tal como usted lo muestra un arte un divertimiento
pero también cada vez más el cine expuesto en los museos o
en los espectáculos
en
vivo Sin embargo 1111 tiene la sensación
con ese ejemplo de que la especificidad de t lo cual modo de
experiencia del cine no tiene much importancia en su
pensamiento sobre esta práctica.
191
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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in
tomar posición acerca de si existe una experiencia del cinc
irreductible relacionada con la sa l , está claro que hay
un
vínculo
muy estrecho entre tres cosas: l película en tanto que forma
artística, la película como forma de divertimento, y
un
lugar
específico, la sala de cine,
ya sea que
se le
otorgue
o no un
estatuto teórico . El cine, en un sentido, es el arte
que
h
conservado su dispositivo esencial, incluso si la película en 11
actualidad es digital y si la proyección también se está vol-viendo
digital, lo que constituye otro
problema
. El cine ha conservado I
dispositivo, e incluso
si
el DVDy l televisión son los soportes en I S
que vemos cada vez más películas, a pesar de todo hay una
especificidad del cine con respecto a m uchas artes.
En
la actua
I
dad,
la sala oscuratiende a convertirse, como
lo
dije una vez, en unrefugio
de la especificidad del arte, mientras que el museo se vuelve
elluaar
de l indistinción de las artes. Es un punto que hay que tene/ en
cuenta y que remite a algo: en el cine hay una realidad temporal
a s o l u ~ a m e n t e fundamental de clausura temporal de la película, qu
sIgue SIendo algo extremadamente importante
incluso
si estam s
lejos de noventa minutos canónicos, con una distensión temporal
que en cIertas ocasiones es considerable-.
La
estructura
divertimiento es l que impuso cierto tipo de clausura y que produje
una forma de constancia artística.
Aliado
de esa, hay toda cIase de exposición del cine. Es una
fórm.ula que abarca realidades muy diversas, el uso de pro
yeccIOnes sobre los escenarios de teatro que es cada vez má,
masivo y
que
, a veces, puede
constar
de la proyección d
extractos de películas. Es una utilización de algo que pertenece
a un arte en otro arte
que
, a fin de cuentas,
tiende
a lo
in
_
trumental.
También está
la presencia de la imagen móvil en lo
museos, que puede
ser
por lo
menos
de tres clases diferentes . En
primer lugar, es l presencia del videoarte, que es masivamente
una presencia de una forma de arte que ante todo es un arte del
e.spacio. Hubo un
tiempo
en que el videoarte se
pudo
pensar
ligado a su medio específico, todo lo que analiza Raymond
B ~ l l o u r
cierta época de las películas de Tierry Kuntzel , de Bill
V O ~ a en que se
pensaba
que existía una especificidad del pincel
lumlllOso que debía producir un tipo de obra, de desarrollo de la
192
imagen móvil específico. Y luego está lo que pasó, a saber, que el
videoarte es cada vez más algo como un arte del fresco o un arte
escultural. En los museos, el videoarte se expone cada vez más en
varias pantallas, en toda una serie de monitores que dan una
dimensión escultural. Se convierte en un alte del espacio, ya no del
tiempo, aún más en la medi daen que no es común que el espectador
esté presente durante toda la exhibición. No me refiero a la película
de Christian Marclay en Venecia, una película sobre el tiempo que
dura 24 horas, pero incluso cuando l película dura diez m inutos, es
muy poco habitual que el espectador se quede hasta el final,dadoque
todavía quedan algunas decenas de otras obras de video a las que
echar una mirada en l exposición.El dispositivo video, por lo tanto,
con frecuencia va a ser en principio espacial. Por otra parte , es algo
que es independiente del soporte utilizado . Hay una cantidad de
películas que pasan en espacios de los museos, en espacios de
ex
posición y quepuedenserde35 milímetros. La película de James
Co leman que se presentó en Kassel en 2007, Retake with ev ence,
una película que gira en
tomo
a
l
figura de Edipo, era en 35
milímetros proyectadasobre una gran pantalla en unajaula delimi
tada. Uno está en el espacio del museo, hay un vidrio tras el cual el
espectador percibe lo que está pasando en l pantalla y, si así
lo
desea, puede entrar por las puertas laterales en el espacio y se
sentaráen el piso o permanecerá de pie.Hay todo un dispositivo que,
sea cual fuere el soporte de la película, hará algo que en principio
ocupa un espacIo.
Por otra parte, en los
museos
hay instalaciones hechas por
cineastas
que
por lo general no son tan interesantes como sus
pe-
lículas. Pienso,
por
ejemplo, en las instalaciones que Chantal
Akerman pudo hacer a partir de sus películas, sobre todo de la
pelícu la D Est.
Una
cola de gente que esper a un m icro durante
toda
la duración de una película tiene
un
significado que el artista
tal vez
piensa
trasponer teniendo múltiples pantallas que captan
momentos
diferentes de
esa espera
de la multitud .
Pero
para mí
la tensión d e la imagen es más fuerte en el dispositivo temporal
de la pelícu la que lo
que
puede
ser
desplegada en el dispositivo
de esas pantallas que funcionan un poco como barreras en torno
a las cuales
va
a girar el espectador. No
me
estoy refiriendo a
193
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 97/129
l exposición
Godard, que para
mí era el
ejemplo
tipo
de
l
distancia considerable
de
la
manera
en
que
alguien
que pudo
pensar
y practicar
con
la fuerza
que sabemos
el
cine como
un
arte del collage de la superposición, se
ensarta
por completo
cuando le dan un
espacio
para
acondicionar
y
debe
utilizar los
gadgets
ya clásicos del arte
de
las instalaciones
para amueblarlo
con su idea del cine. Es el segundo tipo de
presencia
del cine
en
el
museo
el
cineasta
que se
vuelve
instalador.
Existe un tercer tipo a saber
que
el museo tenga un auditorio
en el
que
pasan
películas que no
se dan en las salas o se dan en
muy pocas oportunidades.
Escribí
acerca de las
películas
de Béla
Tarr para la retrospectiva de Beaubourg,
encontré
esas películas
en
una retrospectiva
en el
Moma Museum
of
Modern Art,
Nueva York)
hace unos diez años. En cierta medida, la presencia
del
cine
por fuera de la sala
incluidaen
espacios
como
el
museo,
está dividida en por lo menos, tres formas: una de la que se
puede decir que
el
museo ofrece
la sala allí
donde
el
mercado no
la ofrece
yel
museo funcionaentonces
como lugarde
legitimación
artística. En
los
otros
dos
casos
el museo se
abre
a obras
fun-
dadas
en
la imagen móvil pero en
l
que
esta
última
se conviel1e
en el elemento de un
dispositivo
espacial. Es
sabido
que muchos
videoartistas son al principio artistas plásticos pintores escultores
algunos vienen
de la danza otros están
vinculados con
la
performance.
Hay que pensar en efecto que se trata de un
esta
llido: bajo el
mismo nombre
de arte y con el
mismo
soporte,
tenemos
en última
instancia la distancia
que plantea Lessing
entre un arte del tiempo y un arte del espacio.
Nuestra pregunta acerca de la declinación del cine remite
al hecho de que Serge Daney define lo «pos moderno» a
comienzos de los años 1980 como una multiplicación de
soportes de la imagen. Decíamos hace un rato que usted se
oponía a la idea de una edad del arte o de la imagen. Pero
¿cuál
es
según su opinión, el sign ftcado
de
ese estallido,
de esa multiplicación de los soportes? ¿Se pueden reabsorber
en lo que usted llama de manera más amplia el «régimen
estético» de las artes que y hemos mencionado en varias
94
oportunidades? ¿O bien habría que integrar esta dispersión
contemporánea de las imágenes en una reflexión acerca de
un nuevo tipo de visibilidad y tal vez de régimen
de
las artes
que vendría a anunciar
o
a anticipar la experiencia ftlmica
estallada, cuyas dimensiones usted acaba de recordar?
Se pueden definir perfectamente elementos de periodización con la
salvedadde que no son forzosamente concordantes. Y no confirman
necesariamente los esquemas que se esperan.
Queda
claro por
antonomasia que el corte del cine sonoro no tiene el sentido que
algunos lehan dado.Darle
l
palabra
l
cine lepermitiódarleun papel
al silencio.Sobretodo lo liberó del modelo del lenguaje de signos de
l pantom ima de toda una serie de indexaciones de la imagen sobre
la palabra que fueron
muy
poderosas entre el fin del siglo XVlll y los
años 1930. En un sentido liberó la imagen y el movimiento de la
necesidad de ser un lenguaje.
Es
evidente
por
otra parte
que
la
transformación
del material
también juega:
si
podemos entrar
en
cualquier
lugar con una
camarita
como Pedro Costa
en
Fontainhas una
villa
miseria
de
Lisboa) ya
no
estamos
en
una oposición entre el cine de estudio
y el cine de lo real.
También queda
claro
que
con la
steadycam,
Béla Tarrya no se ve obligado a
elegir
entre lacámara al hombro
y la
máquina
grande, y
que puede
inventar nuevas
maneras
de
variar el
movimiento
y la interrupción en
torno
a los cuerpos .
Existe toda una serie
de transformaciones que
definen las
posibilida des de la
imagen
en distintos niveles. El teléfono celular
al principio fue un
representado. En
tanto
que
tal
permitió
producir
formas
de emoción
inéditas
como ese
«i love u»
yese
«delete»
que
en
Be with me
de
Eric Khoo, ocupan la
totalidad de
una
pantalla
para anunciar el fin
de
un amor.
Ahora
sirve
para
hacer películas. Hay toda
una
serie de estratos de integración del
video
de la
imagen
electrónica,
si uno
piensa
en Brian de
Palma
y la manera con que retrata en Redacted, en una película que no
deja de
ser
un filme
de
ficción
imágenes documentales que
circularon en internet
pero también
le da a la imagen cine-
matográfica
el aspecto de una pantalla de computadora . Todo
eso
seguramente
cumple un
papel
puesto
que
la
técnica
ya no
9
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 98/129
ju ega tanto en el sentido de un perfeccionamiento como de una
dispersión y una desjerarquización de los tipos de imágenes, de lo
público y lo privado, del arte y de la circulación de infonnaciones y
mensajes. En este sentido, antes que marcar la muerte de la imagen,
confinnaría la capacidad de acogida del régimen estético.
Hay que integrar también la cuestión de los lugares. Está claro
que
la
desaparición de los cines de balTio define una periodización
del cine que hay que tener en cuenta, que corresponde a
un
tipo de
fonnateo, pues el multiplex es un instrumento de fOlmateo de
películas, un arte que no se decidíaentrearte y divertimiento, un lugar
que sirve para
ha
cer una selección. También es
tá
la entrada del cine
al museo, la cinemateca que se convierte en
un
lugar de exposición,
toda una serie de transfonnaciones extremadamente importantes,
entre las cua les está esta difusión, esta dispersión de la imagen móvi l
Lo que resulta difícil , lo
que
no
me
es posible, es encontrar
un
modo de concordancia entre todas esas transformaciones, si uno
quiere evit
ar
ca
er
en los esquemas: triunfo o muerte de la imagen,
estetización o anestetización, etc . Para decidir que
un
instrumento
nuevo es un giro decisivo en la historia de las imágenes, hay que
tomarse un tiempo para mir ar las imágenes que produce durante
un período suficientemente largo.
L AS CULTURAS POPULARES
Las culturas populares están presentes en sus
in
vestigaciones
pero casi siempre a través de los artistas. Por ejemplo
escribió un texto en
La
Fable cinématographique
84
sobre la
televisión a partir de Fritz Lang o bien una reflexión sobre
el «entertainment» con V
in
ce
nt
e Minnelli en
Las distancias
de l c ine.
¿Ese trato no corre el peligro de
prol
ongar una
oposición en/re lo alto y
lo
bajo
lo
noble y
lo
vil que por
otra par/e usted critica? ¿Qué relación mantiene c
on la
televisión o la varieté
de
las que habla en algunas ocasion
es?
' La
fábula
clllel1lalográfica.
eflex
iones sobre la f icc ión en el eme
Barce lona, Pa idós , 2005.
96
En una época trabajé mucho sobre cuestiones que pelienecen a
lo
que se llama
la
cultura popular, toda
la
cuestión de
la
poesía obrera,
de la canción en el siglo
XVIll,
el teatro, siempre con la idea que
me
parecía importante y que consistíaen pensar las fonnasdeapropiación
cultural que rompían las barreras, en lugar de interesarme por un
campo denominado «cultura populan>. Al principio trabajé en una
posición crítica con respecto a
un
reparto según el cual el pueblo tiene
su cultura. Ahora bien, todo empieza con el hecho de que hay
personas del pueblo que no quieren tener la cultura del pueblo.
e
todos modos, lo que siempre me interesó fue de manera masiva las
cuestiones de fronteras, ya sea que gente que en principio estaba
destinada a la cultura popular quiera otra cultura, ya sea que una
cultura denominada noble se fonne integrando elementos de una
cultura lIamadapopular, lapantomima,e\circo, lacanción, lamúsica
populary otros,como tuvo
lu
gar dentro del «régimen estético» de las
artes a través de una serie de formas y de procesos.
Hay un segundo punto : escribo acerca de
dos
clases de co-
sas , acerca de los tipos de experiencias significativas con res-
pecto a la cuestión del reparto, y escribo sobre lo
que amo
. Elijo
obras
que me han impactado por su fuerza intrínseca y que al
mismo
tiempo muestran
al
go con respecto al reparto de lo
sensible . Es el caso, de hecho, de
Madame Bovary más
que de
Los misterios de París
y de las películas de
Pedro
Costa
más
que de
las series televisiva
s En
el
mundo
de los «media studies»
y de los «film studies», apenas uno sale de Francia se le vienen
a uno
encima
preguntándole p or qué habla usted de Minnelli, de
Fritz Lang
, y
por
qué
no escribió
nada
sobre Th
e
Wir
e. La
cantidad de gente
que
trabaja sobre
The
Wire
en el
mundo
germánico
y anglosajón es absolutamente fenomenal. Está esta
idea
muy poderosa
que indica que si uno es de izquierda y se
interesa por la política, hay que trabajar sobre las cosas etiquetadas
como
«cultura popular» y que
toda
obra que se sostiene
por
sí
misma
en lugar de ser simplemente
un
elemento estadístico o
sintomático es «elitista
»
Pero lo que
me
interesa son las
cue
stiones de fronteras e intentar transmitir en otro lenguaje
cierto tipo de emoción que
puedo experimentar
ante obras que
también
juegan
con esta frontera .
9
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 99/129
. Lo que me interesa en Flaubert es ese momento en que la
t e ~ a t u ~ ~ se vue.lve autónoma y se convierte en intérprete de la
aspuaclOn que tiene
la
gente de pueblo de adquirir otra cultura,
otro mundo sensible que no sea el que les está destinado. Creo
q ~ l e hay una tendencia a confundir dos cosas completamente
dIferentes,
la
oposición de la cultura legítima y la cultura no
legítima, por un lado, y la jerarquía interna vinculada con e l
afinamiento de la sensación, por el otro. En todos los ámbitos
culturales, altos y bajos, se sabe perfectamente que, a partir del
momento en que una práctica produce un refinamiento de la
sensación, hay cosas que ya no se pueden escuchar o no se pue
den
~ e r .
cual se produce tanto para la gente a la que le gustan
las hlstonetas o el hip-hop como para
la
gente a la que le gusta
la música llamad a culta o el arte de los museos. En las formas de
cultura llamadas populares existen de hecho grados de
apreciación que están completamente jerarquizados. Alguien
que forma parte de la cultura de los museos, de la música culta
o de Ias películas supuestamente artísticas puede pensar que el
rap sIempre es rapo Para alguien que vive en el universo del rap,
algunas formas de rap son malas, inaudibles, insoportables. Es
absolutamente necesario distinguir de verdad esto. Dentro de
toda apreciación de alguna forma cultural o artística, el nivel de
competencia estética es independiente del ca rácter alto o bajo en
una escala general.
. Acabo de consagrar quince días, tres semanas, a escribir un
IJbro sobre Béla Tarr, y tuve que hacer una interrupción para ir
a ver la última de Lars van Trier Melancholia). Cuando uno ha
pasado algunas semanas sobre Béla Tarr, no puede
ver
una de
Lars van Trier y, sin embargo, Lars van Trier es un autor
canónico, consagrado. Es una exigencia que funciona en el nivel
sensible, hay cosas en todos los ámbitos que ya no se soportan.
Hay gente cuyo refinamiento en las culturas denominadas
popu.lares es infinitamente superior a
la
gente que va a escuchar
concIertos de música clásica o que va a la bienal de Venecia.
Uno puede. interesarse por todas las formas, pero hay que
rechazar la Idea de que uno deba hacerlo . ¿Por qué obligarse a
leer o a ver cosas que no se pueden soportar? Sobre todo, hay
198
que separar las
jerarquías
estéticas que produce la experiencia
estética de toda clasificación de formas de arte en términos de
alto y de bajo.
La pregunta no apuntaba necesariamente a defender las
«culturas populares» pero
en
un sentido se encuentra con el
problema de
lo
nuevo que y hemos planteado. ¿Percibe usted
lo nuevo en una forma que no es la e un autor canónico?
El problema es, muy simplemente, que la noción de «autor
canónico» no define ninguna especificidad.Una clasificación no
es una identidad. Y la idea de lo «nuevo» es en sí misma pro
blemática. El placerestético siempre es más o menos una mezcla
de reconocimiento y de sorpresa. Hay melodías muy simples que
lo
tocan a uno en una canción de varieté o en
un
aria de ópera
porque uno tiene la impresión de haberlas escuchado antes
porque se conecta con otras sensaciones con ciertos momen-
tos de nuestra vida. Es un timbre de clarinete o de
trompa
en
Mozart o
coros
de Verdi que traen recuerdos de canciones de
colonias de vacaciones. Es el efecto
«Fra
n
c;o
is le Champi»
que describe Proust. Y hay
moment
os en que,
porel
contrario ,
uno tiene la sensación de
que
nunca se filmó un cuerpo o un
lugar con esa luz, ese tipo de movimiento , esa velocidad .. .
puede ser el principio de Miss Oyu de Mizoguchi el diálogo
de Mouchette y el cazador en Mouchette, la llegada de
cam-
pesinos a la
casaquinta
vacía en Satantango ...
Pero también está claro que la posibilidad de sentir lo nuevo
y de acogerlo
está ella misma
ligada a toda una práctica de
inmersión que lo hace a uno tolerante o intolerante hacia un
espectáculo. Y
esa
práctica es también una práctica que vincu
la, sin que uno piense en ello, la sensación que se experimenta
ante las formas nuevas con los recuerdos de la infancia. También
te tienen que haber apasionado las novelas por veinte centavos
de niños infelices y haber
sentido nostalgia por las casas
abandonadas, yeso se tuvo que mezclar con Bresson, Mizoguch i
y muchos más para apreciar «es téticame nte» la novedad de
Satantango.
Es
por
eso que tod as esas
hi
storias sobre el arte
11 1
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elitista y el arte popular son tan estúpidas y tan falsas.
Por supuesto, también se trata de una cuestión de sinestesia
personal. Y o me pasé l vida releyendo los mismos libros. Por un
lado, eso hizo que l mayorí a de los libros semevolviera ilegible
lo cual es
un
modo de decir, porque al mismo tiempo me perm itió
leer muy rápido y finalmente advertir muy velozmente lo que
podía convertir los en síntomas interesantes). Po r el contrario, sin
duda me permitió ver como obras de arte muchas películas que,
para la opinión dominante, son obras de puro consumo popular y
de sentirme sensiblemente emocionado por películas que, para
esa misma opinión, son aburridos ejercicios para intelectuales.
a cuestión reside en los usos del tiempo que le permiten a uno
tomarse todo el tiempo necesario para
lo
que es capaz de
enriquecer
l
propia capacidad sensible y, a
l
inversa, el tiempo
suficiente como para
comprender
cómo se hacen ciertas cosas
y síntoma de qué son.
200
uarta parte
PR S NT S
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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CARTOGRAFÍA DE LOS POSIBLES
Usted afirma en diversos textos que su tarea consiste en
establecer una cartogl-afia del presente. Aclara que se trata
más bien de una «cartografia de los posibles». Esa expresión
acarrea dos cuestiones. a primera tiene que ver con la
met4fora cartogl-áfica misma. Se podría defender una tesis
histórica que consistiría en decir que
en
un período de retroceso
de la crítica o bien
en
las posturas de «crítica de la crítica»
como la suya el pensamiento a menudo define su tarea
por
medio
de
la operación cartográfica. Lo cual representó un
tropo del pensamiento de los años 1970 y es una imagen que
lIsted retoma que presupone una desorientación que por otra
parte tal vez habría que df ;finir o poner en discusión.
a
primera cuestión consistiría en saber si la operación cartográfica
misma o la met4fora de la cartografia no plantean ul1.problema
de diferencial de posiciones entre el que habla y aquello de
lo
que es cuestión de lo que se cartograjia. Y sería algo que en
parte contravendría su pensamiento. ¿ a metáfora de la
cartografia no plantea desde ese punto de vista un problema
con respecto al conjunto de su desarrollo? a segunda cuestión
toca a la
df ;finición
de lo posible que se menciona varias veces
en su .filosofia. Usted hace mención por momentos al «sistema
de los posibles» dice que la política es lo que puede hacer que
cambie ese «sistema de los posibles». ¿El «sistema de los
lugares» y el «sistema de los posibles» son exactamente lo
2 3
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misil/o? ¿Cómo dar
lIlIa
vlIelta alrededor de los posibles de una
época cómo trazar la línea entre lo posible y lo impoúble que-
dando establecido tal como lo enuncia muy pronto en su
trabajo que
lo
posible no
es
tan sólo la imaginación utópica o
desenfrenada que llevaría a construir
e ~ p c i o s
simplemente
irreales?
Podríamos empezar con lomás simple, que sería decirqueel ténnino
«posible» se emplea en mis textos con diversos grados de rigor y no
necesariamente según un sentido único que remitiría a una teoría de
lo posible. Sin embargo, tengo para decir dos cosas. Por lo general,
«posible», tal como lo empleo, no se opone a real, y «posible» se
opone menos a «imposible» que a «necesario». Dicho en otros
ténninos, «posible» no define algo én espera de actualización, sino
más bien una manera de pensa r lo que es. Me gusta retomar
la
frase
de Aristóteles que dice que lo es real en todo caso es posible. Cuando
hablo de posibles, son siempre posibles que se efectuaron, que se
actualizaron, y la cuestión en el fondo es el estatuto de esa actualidad.
En este sentido, «posible» se opone a «necesario». Pero am bos son
modalidades de lo real, son maneras de conceptualizarlo. Lo
necesario es lo real que no podría no serlo. «Posible» es lo que podría
no ser, lo que no es
la
consecuencia de
un
encadenamiento de
circunstancias que lo precedían y que lo predetenninaban. Al mismo
tiempo, es lo que mantiene abierto el espacio de otro tipo de
conexiones, que las ofrece lo necesario. i se piensa en tém1inos
políticos, es posible establecerunadivisión entre lo que sepuede pen
sar en ténn inos de lo necesario y lo que se puede pensar en ténn inos
de lo que existe como emergencia de un posible,
la
emergencia de
algo que podía no ser. Lo que quiere decir también la emergencia de
una escena, de una actualidad, de un acontecimiento que se puede
pensar como perteneciente a otra distribución de lo sensible, a otro
sistema
de coexistencia diferente del sistema
normal del
encadenamiento de razones.
«Posib
le
» para mí no entra nunca en
la
categoríade la imaginación,
en
el
sentido en que sería lo que precede a lo real.
Lo
posible no es
la utopía, en el sentido de lo que se halla en espera de actualización.
Sino que es un real, una existencia que no está prefonnada en sus
204
condiciones, que está en exceso con respecto a sus condiciones y
que, al mismo tiempo, define algocomo otro mundo posible. Dicho
en otros ténninos, algunos acontecimientos del mundo se pueden
remitir a otro tipo de conexiones que no sean las nom1ales. Los
fenómenos de revuelta, desde Mayo de 1968 hasta la «primavera
árabe», los diferentes movimientos de ese tipo definen posibles que
aparecieron en situaciones que no estaban hechas para acogerlos.
e pronto, parece que puede existir un mundo sin jerarquía, fonnas
de pr esencia popular, agrupaciones que se mantengan al margen
con respecto a las lógicas dominantes. Puede surgir toda una serie
de fonnas de vínculos, de apariciones, de manifestaciones, de
solidaridad. Existen pequei íos segmentos de otros mundos posibles
que se dan en una actualidad detenninada. En el fondo, toda la
cuestión consiste en saber en
cada
oportunidad si se interpretan las
cosas según una lógica de lo necesario o según una lógica de lo
posible, sisepiensaen una emergencia del tipo insurreccional según
el modo del efecto de sus causas o según el modo de algo que no se
había anticipado. La cuestión consiste en saber, por ejemplo,
si
se
piensa que lo que pasó en 1968 es un fenómeno de moda ligado
al
comportamiento de lajuventud, del consumo, a todo lo que se cuenta
sobre los Treinta Gloriosos y com pañía, que por otra parte no fueron
tan gloriosos como se cuenta, o
si
se piensa que es una emergencia
singular que delinea otra historia de esos mismos años. Volver a
defini r un
un iversode los posibles es, afin de cuentas, volver a poner
lo posible en
lo
real, restar lo necesario. Es una cuestión de
repercusión, de interpretación de las emergencias.
Lo cual me lleva a la cartografia. Lo importante no consiste en la
idea de hacer el mapa en el sentido de delinear los con-tomos del
territorio y sus divisiones, sino de oponer un modelo de distribución
y de coexistenciaa os modelos de exclusión fijados porcierta visión
del tiempo.
Ya
hice mención a esos años de juventud que pasé
estudiando a Feuerbach. Tiene esas fónnulas sobre
el
tiempo que
excluye y el espacio como medio de la coexistencia. En cierta
medida, pennanecí fiel a ellas o, más bien,
encontré esta
idea de
otra manera: pensar la actualidad
no como la consecuencia
de un
encadenamiento
temporal, no pensar que lo
que
es
expresa
lo
que va a venir, sino pensar que es un modo diferente de
205
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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presencia. Existen varios modos de presencia, diverso s tipos de
presentaci ones sensibles en un mismo tiempo. Lo que para mí es
importante
no
es la idea de hacer una cartografía. En la
entrevista de F oucault y Deleuze, ese
tema
del nuevo cartógrafo
no me
despertaba
un entusiasmo particular. Es más bien del lado
de una crítica de la necesidad histórica como se sostiene este
pensamiento de cartografía o de topografía. Lo esencial es la
idea de
que
siempre hay muchos presentes en el presente,
muchos
tiempos en
un
tiempo.
FIGUR S DEL PRESENTE,
MODALIDADES DE L «POLICÍ »
En su trabajo existe una tensión entre, por un lado, la
elaboración, la construcción de sus categorías de pensamiento
y,
por
otro lado, el hecho de que desde
La lección de Althusser
o Las revueltas lógicas,
ustedestámuy vinculado con la coyuntura,
con los debates ideológicos del presente. Es
por
ello que, si se
lee
su
obra desprendiéndola de esas discusiones públicas
situadas, uno tiene la impresión de que ofrece, más allá de las
categorías recurrentes, ciertas caracterizaciones del presente
que resultan cambiantes según los libros.
Si,
por ejemplo, se
toma la cuestión política, y en particular la cues tión democrática,
hemos identificado cierta cantidad de nociones sucesivas que
describen lo que sería la edad contemporánea de lo que usted
llama la «policía)), o
cierto
estado
de la
democracia
contemporánea usted hace referencia a la «democracia
consensuah, a la «posdemocraciG)), a la «epistemocracia»),
pero
también a la «oligarquía . Por otra parte, habla de
«desimbolizaciól1)) del orden social. Dicho en otros términos,
hay un conjunto de categorías que, desde lue-go, a veces
evocan problemas o dificultades un tanto diferentes, pero que
se encuentran en cada caso para intentar calificar la «policíG
present
e.
Lo cual provoca en primer lugar una cues-tión de
compatibilidad nocional y correlativamente plantea el problema
de las metamorfosis de lo que usted llama la «policía en su
pensamiento político. ¿Cómo caltficar a da policíG)) en el
206
presente, cómo determinar los rasgos más caracterfsticos y
cómo distinguirlos de una policía de los años 1930 o de los
Treinta Glo;iosos a los que hizo mención hace un rato? Son,
por
lo tanto, las dos partes de la cuestión: compatibilidad interna
de esas calificaciones sucesivas de la «policíG contemporánea;
problema de la historicidad de los tipos de «policíG)) y las
maneras de distinguirlos.
Partamos del hecho de que tiene toda la razón
al
hablar de
«calificación». Las calificaciones siempre son diferenciaciones.
Hablar de «posdemocracia» no consiste en definir un concepto de
la democraciaen laedad del«post», sinoen una manera de desplazar
lo que es el presente manifiesto de la democracia. Empecé aemplear
esa expresión en tomo a los años 1990 como. una n:anera de
responder a la pregunta: ¿qué es
lo
que en la actualIdad
X l s ~ : c o ~ o
sistema de operaciones de poder de modos de representaclon baJO
el nombrede democracia? Llamarla«posdemocracia», «democracia
consensual» o cualquier otro nombre es ante todo una manera de
crear una escisión en la noción. Por aquel entonces era una manera
de salir del reparto habitual, a saber: o bien se cree en la demo-cracia
parlamentaria y en los valores democráticos de I
a
lib:e expresión, o
bien se cree que todo eso no es más que la apanencla que esconde
la explotación, etc. Hay un juego de a l i f i c a c i o n e ~ ~ u e en cada a s ~
intenta romper o quebrar la clausura de una noclon tal como esta
dada en la opinión, incluida en la opinión de los que insisten en
criticarla o denunciarla. Ése es el primer punto:
un
nombre es un
operador de desplazamiento, y las lógicasde e . s p l a z a m i e n t ~ obligan
a seguir las recomposiciones de la lógica dommante: por
J e ~ l p l o
a
ver cómo aquélla pasa de la oposición d e m o c r a c i ~ t o t a l I t a n s . m o a
ese discurso esquizofrénico que opone la democracia a ella l s ~ a
El segundo punto concierne a la noción de
l i c í a » ~ ~ u e
ne en mí una doble inflexión.
Por
un lado, es una noclOn dIfe
rencial para decir que lo que llamamos lo político o política
abarca, de hecho, ciertos tipos de prácticas, de operacIOnes, de
sistemas de representaciones que no son homogéneos, que es
propiamente el encuentro entre lógicas heterogéneas. un
primer
momento,
que
respondía a una pregunta que daba titulo
207
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 104/129
a un coloquio en 1991 «¿Qué es lo político?».
El
segundo
momento que pertenece a la madurez de mi propio trabajo
intenta construir los conceptos de «policía» y de política en
térnúnos de «reparto de lo sensible». En ese segundo momento
me esforcé en definir la policía
como
un modo de simbolización
del orden común y no como el aparato del Estado las prácticas
gubernamentales o el disciplinamiento de los cuerpos. Entonces
opuse una organización saturada del orden sensible que pone las
cosas y los seres en común según una lógica de los lugares y de
las identidades a una lógica que viene a desunirla
al
oponer ese
suplemento
esa
«parte de los sin-parte» que no tiene lugar ahí.
Desde ese punto de vista estructural se define una heterogeneidad
radical mientras que desde el punto de vista del análisis y la
reconfi-guración polémica del presente siempre se tratan ciertas
formas de composición de su relación. Lo cual crea una tensión
en el uso del término que autoriza las simplificaciones de los que
piensan que llamo «policía» al apara to de Estado y política a 1
que lo pone en tela de juicio. Sería una manera un tanto boba de
plantearyresolverlos problemas. Siempre existe una complejidad
entre una deconstrucción de la escena política tal como está dada
y
el
hecho de plantea rconceptosque pueden servir de operadores
para definir lo que pasa en un momento dado una coyuntura de
lo que se denomina
como
la política.
No
está la «policía» de un
lado que maquina los asuntos y la política que le responde desde
enfrente .
Hay
cierto juego dentro del cual se definen las
operaciones estatales pero también toda la construcción mediática
del mundo común en el que esas operaciones ocurren y luego
están las formas que cuestionan
esa
lógica.
Dicho lo cual si uno trata de pensar la historia de
la
«policía»
para
ser más exacto de
la
disposición presente de la relación
política /policía - el concepto de consenso puede ser un concepto
global. Intenté definir el consenso partiendo de una noción de la
opinión
común
de fines de los años 1980 en
el
tiempo del
gobierno de Rocard cuando circulaba la idea de que en ese
momento se iba a definir
un
consenso nacional. Era también
la
época de la última liquidación del programa socialista de los
orígenes el momento en que
el
proceso ideológico que había sido
208
el mitterrandismo ese matrimonio confonnado por una ideología
de izquierda blanda y de derecha reaccionaria dura logró una
fusión que definió para decirlo en pocas palabras la ideología
E 5prif de los años 1990. Partí del ténnino «consenso» que
caracterizaba esa coyuntura al momento en que uno se da cuenta
deque
lo
que quieren los socialistas y loquequiereel
RPRnoes
muy
diferente que remite a análisis comunes y a programas de fonnas
de gobierno sin demasiadas diferencias. Intenté hacer algo como
el
concepto de una relación específica entre la política y
la
«policía».
Definirnuestraépocacomo
la del consenso según mi opinión
quiere decir dos cosas. En primer lugar designa una cantidad de
prácticas estatales y la constitución de una relación entre las
prácticas gubernamentales y las fornlas de gobierno internacional
y supranacional vinculadas a su vez a las instituciones financieras.
Se puede decir que el consenso consiste en la construcción de
este mundo globalmente común y esencialmente estructurado
por la ley del mercado y del lucro la construcción de
fonnas
de
relaciones entre
el
Estado y las instituciones supraestatales
formas de relaciones entre
instituciones supraestatales
e
instituciones financieras internacionales que definen la parte que
le
corresponde
al
Estado y
la
manera con que los gobiernos de
los Estados transmiten en sus respectivas naciones las conse
cuencias del orden global a saber
la
destrucción de los sistemas
de solidaridad de protección de seguridad social laprecarización
la liquidación o la privatización de lo que formaba parte del
ámbito común cuando es rentable. El consenso es ante todo esa
redistribución de lo común en términos de relaciones entre los
pueblos y los gobiernos es la construcción de una lógica mundial
global de la dominación que nunca habíarealmente existido. Se
puede decir que Europa es cierto capitalismo que nunca había
existido antes. Esa reconstrucción de lo que constituye el espacio
común para los pueblos singulares en ese espacio global y el
conjunto de las operaciones gubernamentales que producen esa
reconfiguración confonna un primer aspecto.
En segundo lugar en términos de «reparto de lo sensible» el
consenso
al
mismo tiempo es también una configuración sensible
209
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 105/129
del
mundo común
como un mundo de lo necesario y como el
mundo de
una necesidad
que escapa
al
poder de
los
que
viven en
el seno de esa necesidad. Si el consenso es en un sentido ese
conjunto
de
operaciones gubernamentales
a las
que hacía
referencia
también
es la
construcción
de las
evidencias de
l
mundo sensible
dentro de las cuales
esas operaciones pueden
efectuar se sin mayores problemas en
particular
esa
construcción
intelectual
mediática
a la
que han colaborado
los intelectuales
los historiadores los sociólogos los filósofos universitarios l o ~
periodistas de la televisión y los periódicos. Es a c o n s t r u c c i ó ~ de
e s ~ e mundo e n
el
que estamos
frente a la
necesidad
en el
que no
eXIste
10
posIble no hay elección salvo únicamente la de la de
mejor manera de
administrar
la
necesidad.
Lo cual
también
q ~ i e r e
? ecir la
c o n s ~ r u c c i ó n
de un mundo común en que la
dImensIOn del conflIcto
se reemplaza esencialmente por
la
relación del conocimiento con la ignorancia.Del consenso fornla
parte
esa
construcción del
sistema global
de información del
saber
con:o
~ n a especie de triunfo de la lógica pedagógica del
embrutecImIento en que cada
acontecimiento cada cosa que
ocurre se debe presentar como algo que se tiene que
interpretar.
Intenté
describir
ese sistema de información
diciendo que no se
trata
en lo
más mínimo
de
ahogar
a la
gente
bajo un
chorro
de
imágenes
sino por el contrario de presentarles cada cosa
que
pasa como algo que
les robaron
algo
a lo
que no tienen
acceso
que hay que
explicarles «descifrarles»
según
la
expresión que
se
convirtió
ahora
en la
expresión
fetiche.
El consenso es la puesta en marcha progresiva de esa práctica
gubernamental
e intergubernamental y de esa
representación
del
mundo común que
aumenta
la opacidad de los que
participan
en
ella a la
vez
la necesidad
de
un
gobierno de expertos
y la
necesIdad
de estar constantemente en posesión
de las
claves de
lo
que
está pasando. Es lo
que se
puede
definir
como el
corazón
de la lógica actual de la policía con el hecho de
que
esta lógica
ac tual
construye márgenes
extremadamente
importantes
y
rechaza a toda una serie de
poblaciones
de
movimientos
de
poblaciones
fonnas
de resistencia
que se
ven
cada
vez
más mar-
ginalizadas.
En
cierta medida el
orden
policial se
construye cada
21
vez más como
algo
a lo que no existe respuesta colectiva con
respecto a lo cual por lo tanto sólo
pueden
tener lu
gar
des-
plazamientos y
desviaciones
individuales. El
orden
policial
se
construye
como lo
que ya no
tiene frente a sí
mismo
instancias
conflictivas
legítimas en el sentid o de legitimadas porel análisis
de las situaciones son sólo actos erráti cos enfeI111izos crim inales
y otros.
Laculminación
del orden policial
consiste
en el
hecho de
que todo
lo
que no está tomado
en el
sistema
se
convierte
en un
asunto de marginalidad de migración de patología de delincuencia
de
terrorismo
y así
sucesivamente.
Al mismo
tiempo
el orden
consensual
se
ve obligado
a dotarse de
instrumentos
de policía
reforzados para controlar los márgenes y las filtraciones
que
necesariamente no deja de
crear.
En lo que acaba de decir se advierte con nitidez el vínculo entre
el consenso la epistemocracia la desimbolización del orden
social n todo caso la ausencia de un trabajo de sim-
bolización que quizá permitiría a esas filtraciones a esos
márgenes a esas salidas individuales constituir
un
otro común-
. ¿Eso también signtfica que en esas calificaciones o carac-
terizaciones del presente hay un encadenamiento histórico?
¿O
que antes que nada son estratégicas que sirven para
romper un lugar común del momento que a usted le parece
nocivo para la inteligencia del presente? De manera tal que
quizá no todas las caltficaciones tengan
la
misma consistencia
Entre esas calificaciones
algunas tienen
una
función
polémica
que
se
define
por
la configuración
de lo
dado que
se
busca
po-
ner en cuestión. Se trata de
escindir una
noción común de
trabajarla desde
el interior. Otras definen un
aspecto
del
pro-
ceso. Si uno
habla
de
«epistemocracia» se
advierte con claridad
que
se
está definiendo
uno
de
los
aspectos
del
proceso
a
saber
la
creciente
legitimación de formas de gobierno por parte de la
ciencia incluidas en
esta
situación absurdaen
que todo
el
mundo
ve
bien que a
pesar
de todo se están
obedeciendo normas
llamadas científicas que por otra parte uno constata que son
inoperantes y
que
eventualmente
las manipulan los estafadores
2 11
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Todo
el
mundo
advierte claramente que Sarkozy no sabía nada
de economía que descansaba en verdades económicas que hace
diez años se creía
que
eran eternas y que se desmoronaron que
luchaba por mantener una nota que daban las agencias integradas
por
financistas
que
eran ellos mismos muy corruptos. La «epis
temocracia» designa esta representación del
poder que
resulta
imprescindible
para
su funcionamient o y no la efectividad de
un
gobierno de la ciencia según el modelo platónico o tal
como
todavía
lo sueñan algunos tecnócratas .
La «policía» en cierta medida también se puede contrastar
con esta escala de derechos igualdades y tratos otorgados.
veces usted dice
es
algo que surge de sus textos- que de
alguna forma hay buenas y malas edades de la policía. De
modo que deberían existir criterios que permitieran decir si
una policía
s
más
o
menos favorable para la población que
otra ¿no es cierto?
Sí pero una
vez
más hay
que
evitar sustancializar la policí a y la
política. Existe
un
estado de relaciones entre policía y política un
estado de progresión de la política que hace que
tengamos
una
organización de las condiciones de vida mejor que otra. Existen
criterios
muy
simples se
puede
pensar en
la
corrupción. Se sabe
que
hay Estados en los que no es posible tener nada sin pagarle
al agente de policía al funcionario afectado etc. El hecho de vivir
en Estados en los que la administración básicamente no está
corrompida de
manera
sistemática es extremadamente impor
tante.
Pero eso
no define una policía «buena».
Define
un
estado
favorable de las relaciones entre lógicas contradictorias un
sistema de obli-gaciones para las prácticas gubernamentales.
Saber si la reacción normal
cuando
la gente sale a la calle es
disparar contra ella o por el contrario evitar tirar es un criterio
que
permite distinguir el estado de esas relaciones.
Uno
se
acuerda de esa ley universitaria que debieron enterrar en 1986
cuando las manifestaciones hostiles tuvieron por saldo
un
muerto.
Me
acuerdo cuando
una vez fui a llevar
un
petitorio
al
Eliseo en
la época de Chirac . Entramos
por
una puertita de un costado
2 2
subimos
vimos
a alguien del gabinete
poco
importa a quién
vimos
y lo que pasó con el petitorio .Pero
es
un
clyerio
importante
saber que se puede no estar asustado ante la Idea de entrar en
la sede del gobierno supremo de la nación.
Una vez
más no es
posible disociar un estado de la policía de un estado de la
capacidad política.
RUPTUR S REVOLUCIONES
REVUELTAS
Se habló mucho de revoluciones
en
lo que respecta a los
acontecimientos de 2011 en una parte del mundo árabe. La
elección de las palabras de la ruptura histórica contiene
una apuesta intrínsecamente política. ¿Qué término. es el
que por su parte usted privilegia? En diversas opor.tumdades
habla de
«capacidad colectiva» para tratar de dehmztar esa
clase
de
movimientos. Da la impresión de que FOllcault
prefiere el término
de
«sublevación»
al
de .«revolución».
Por su lado Deleuze intenta romper con la dea
de
que la
revolución estaría
asociada con una representación
te leo lógica y es por ello que privilegia la noción de «devenir
revolucionario».
n
verdad no
tengo
para ofrecer un
buen término que
designe
lo que después de todo constituye
la marca
de la ruptura en el
presente y sobre todo a partir de la
p r i m a v e r a á r a b e ~ . No
tengo
nada en contra del término revolución
pero
es Importante
deshacer el vínculo entre las revoluciones y
la
revolución entre
los acontecimientos las coyunturas revolucionarias y larevolución
como
el cumplimiento de una necesidad histórica el paso radical
de un
modo
de producción a otro según el
modo
marxista. En la
historia
moderna
se conocieron revoluciones que duraron tres
días algunos meses algunos años
. En qué consiste una revolución según mi entender? Es el
m o ~ n n t o en que todo
un
orden de lo visible de lo pensable de
lo posible se encuentra brutalmente despachado y reem-plazado .
Si se piensa en el sentido concreto de la palabra en el ll und
2 11
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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moderno se convirtió en
el
momento en que todo el universo se
puso a dar vueltas en sentido contrario cuando el sentido primero
era el retorno al punto de partida. Tras haber trabajado mucho
sobre 1830 1848 1871 sostengo que es posible hablar de
revol ución allí donde se da
la
interrupción brutal de todo un orden
simbólico dado y en donde aparecen como posibles cosas que
eran absolutamente impensables y un actor popular que no tenía
lugar en la escena anterior. El acontecimiento de palabra es la
manera con que este actor se nombra al apoderarse de nuevo de
esas palabras en exceso que son «libertad» «igualdad» u otras.
Lo que ocurrió en Túnez y Egipto es algo por el estilo. Hay que
rechazar el argumento que sostiene: eso no provocó ni el
derrocamiento del poder del Estado ni el fin del capitalismo
por
lo tanto no se trataba de una revolución. El argumento también
se aplica a muchas revoluciones del pasado. La gente dice que
la interrupción no alcanza que hay que organizarse en la
duración para alcanzar la revolución final y definitiva. Pero una
revolución es una secuencia de tiempo en la que las relaciones
de autoridad y toda la construcción del mundo sensible y
pensable en el que vivimos se encuentran
b r u t l m ~ n t e
tras
tornadas. Lo cual se extiende más o menos a lo largo del tiempo
pero es posible denom inar revolución a todo proceso de ese tipo.
La
sublevación designa el hecho de que la gente se mueve pero
no señala ese proceso importante de transformación de
la
escena
de lo posible.Hay quepodercalificarde nuevo como revolución los
trastornos sobre cierta secuencia temporal de las relaciones de
autoridad incluso de representación de lo que pone a
la
gente dentro
de una comunidad con consecuencias a corto medio o largo plazo
que resultan extremadamente diferentes.
Foucaull dice en algún lado al respecto que el papel del
intelectual «en la actualidad debe ser el de restablecer en
cuanto a la imagen de la revolución la misma tasa de desea-
bilidad que la que existía en el siglo XIX». ¿Cuál es el papel
que cumple usted por su p rt
e?
¿Qué piensa de las inter-
venciones
en
artículos de opinión en la prensa?
214
Yo no hablaría de un papel del intelectual me referiría a mi papel
en tanto que investigador y escritor. Lo que atraviesa todos mis es
critos después de todo es mantener la deseabilidad de esos
estados de subversión global de las relaciones de autoridad y de
todos los sistemas de representación que vuelven aceptables
normales o ineluctables esas relaciones de autoridad.
No
sé
si
se
trata de un trabajo de intelectual. Desde hace treinta años he
intentado
mantener
abierto el espacio de pensamiento
-10
que
equivale a decir también el espacio de ~ o t e n ~ i a a f ~ c t i : a de
deseabilidad de
todo
10
que he comprendi do baJo el termmo de
emancipación. En ciertas circunstancias dadas ese trabajo se
puede
resumiren forma de artículos de opinión. Per? la o n d ~ i ó ~
de un artículo de opinión es después de todo la de mterveI1lr
al1l
donde es posible hacer algo. Escribir un artículo de opinión para
decirles a los tunecinos «lo que ustedes hacen está realmente muy
bien» no es algoque seade
mi
agrado. Escribir un artículo de opinión
con respecto a algo que puede pasar que concierne a los
indocumentados a los gitanos algo cercano sobre lo cual yo tengo
una postura
la
posibilidad de proponer otro modo de
i ~ i b i l i d a d . s í .
En realidad para mí existen dos tipos de trabajo y de 111
tervención: hay trabajos que buscan constituir como un tejido
sensible de la posibilidad de un mundo distinto e intervenciones
que intentan reescribir una situación. En el fondo está .ese
trabajo en dos partes. Está la tentativa de romper tanto en el
~ v e l
del análisis conceptual supuestamente teórico como en el mvel
del señalamiento de las consignas policiales presentes las
nociones comunesque casi siempre comparten tanto los partidarios
del orden como los que creen cuestionarlo. Pero esas intervenciones
se despliegan sobre un fondo determinado el del trabajo que
construye ese tejido sensible que pernlite pensar que esa gente que
habla de emancipación es razonable y propone cosas deseables.
Nos gustaria captar con más claridad cómo concibe ust
ed
los efectos de los procesos de subjetivación politica. ¿Se los
puede diferenciar en función de los beneficios que conllevaJl
dicho en otros términos más allá del hecho de que
1 1
,, =
redefinen repartos o divisiones de lo social: efectos en
/
;r
l i
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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minos de derecho, de bienestar, de desigualdades ,
por
ejemplo? ¿Considera usted que es importante procurarse
criterios de efectividad de la subjetivación politica, incluso
si esos criterios no aparecen en El
desacuerdo
ni en los textos
más canónicos de su pensamiento político?
Haya
mi entender un criterio fundamental para medir
la
efectividad de la actividad política y es cuando esta última crea
ampl ía y perm ite la instituciona 1 zac ión de las condic iones mismas
de su propio ejercicio. Lo cual quiere decir que la efectividad en
principio siempre posee un carácter subjetivo: es el incremento
de potencia del sujeto político en tanto que tal. Dicho lo cual este
incremento de potencia se manifiesta también en la reordenación
de la relación de fuerzas tal como se inscribe en las instituciones
estatales y en las sociales. Si un movimiento político una suble
vación o una revolución
política como
se laquiera
llamar tiene
por resultado la capacidad de
la
gente de reunirse y de manifestar
y elecciones en las que no se atiborran las urnas de manera
sistemática es siempre un efecto incluso si está incluido dentro
de un sistema electoral en el que
el
pueblo da su aval a una oli
garquía. Es bien sabido que todos los derechos están limitados
por la posibilidad material de sacar partido de ellos pero el
principal derecho es el de ser un actor político sin miedo. El hecho
de poder salir a la calle teniendo en mente que el riesgo más
probable no es que me disparen sino que tal vez me empujen un
poco y
me
detengan es algo
muy
importante.
Más
allá del
aspecto puramente material
la
creación de las condiciones que
permiten que
sea
posible una presencia del pueblo en tanto que
tal diferente del pueblo encarnado en
el
Estado es un criteriO
fundamental de la efectividad política. También existen los
criterios de lo que
el
combate político produce en términos de
igualdad en las formas de vida. Se advierte claramente en la
actualidad con
el
emprendimiento europeo
por
destruir todo lo
que exi stía como tej ido com
ún
de sol dari dad: e 1hecho de que los
pobres puedan ir a los mismos hospitales que los ricos la igualdad
en las formas de vida para
la
educación los cuidados los
transportes etc. es algo que entra directamente en los efectos
216
medibles del combate político y por desgracia es algo que tam
bién entra directamente en los efectos medibles de la derrota de
lo político.
No
comparto para nada el discurso de esa g ~ t que
dice que todo esto no es más que una trampa que
S
hubo
derechos sociales una seguridad social
era
únicamente para
reclutara la clase obreray aniquilar la resistencia. Esos discursos
carecen de interés y al fin y al cabo apoyan la ofensiva
oligárquica presente.
Por
el contrario
s i e . ~ p r e h ~ l b o
una
correlación entre esas extensiones de un tejIdo de Igualdad
relativa y una extensión de las formas de ejercicio de la
capacidad de cualquiera que sea. Los efectos del combate
político se advierten tanto en ese incremento u b j e t i ~ o com.o en
las condiciones de igualdad de derechos
como
tamblen en cIerta
cantidad de condiciones mínimas requeridas para existir.
¿UN
NUEVO INTERNACIONALISMO?
l final de El
desacuerdo
usted hace referencia a la «policía»
mundial. y cuando habla de esta «policía» mundial, en la que
la humanidad juega
un
papel importante, usted rechaza la idea
de que exista en su sentido una política mundial.
«El
~ n u n d o
puede ensancharse. En cuanto a lo universal
de
la polrtlca, no
se ensancha.
»R
La política tal como la comprende, por lo
tanto, no puede tener al mundo por escala ni
por
medio
originario, lo que sin embargo a veces es uno
de
los presupuestos
del internacionalismo en diversas formas. En el marxismo o en
el nuevo internacionalismo, a menudo está presente la idea de
una humanidad común originaria,
y
de lo que se trataría es de
volver a encontrarla al final del proceso histórico. Eso le
otorga un entusiasmo bastante importante a la mundialización
contemporánea como fenómeno que por fin le da su verdadera
medida o su escala al proceso de emancipación. Sin entrar en
ese telas la cuestión consiste en saber cómo interpretar la
constitución, a pesar de todo, de las escenas políticas que son
posnacionales , que pueden ser supranacionales en las
instituciones , trasnacionales a través de los movimientos
8;
El desacuerdo.
ob. cit..
pp
172-1 73.
2 7
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sociales. ¿Cómo se pueden integrar en su concepción de las
relaciones entre policía y política por ejemplo esos espacios
de lucha que están constituyéndose desde hace unos treinta
aí1 s
o en todo caso reconstituyéndose tras l ocaso del
internacionalismo obrero y el fin de la guerra fría?
Ahí hay dos cosas: la cuestión de la subjetivación política y
la
del
horizonte de
humanidad
que se vincu la con ella <<La tierra sólo
pertenece a los hombres»). Partamos de la idea que podría
conectarlas,
la
del internacionalismo. La Internacional obrera,
antes de convertirse en un simple instrumento del Estado soviético
y del
poder
estalinista, al principio era ante todo una conjunción
de movimientos sociales
que
eran nacionales . Un movimiento
nacional no es un movimiento nacionalista. Es un movimiento
que , a partir de grupos sociales efectivos en una coyuntura de
lucha de clases definida, es
capaz
de construir formas de univer
salización de las situaciones.
Esa
relación de
lo
local con la
capacidad de universalización que autoriza es muy importante,
según
mi
punto de vista, en
la
definición de
lo
político. Esos
procesos de universalización se desarrollaron frente a Estados
nacionales
que
, acá y allá, hacían que se aplicara a su escala
cierto orden de
la
dominación.
En la
actualidad se advierte con
claridad que no existe
un
internacionalismo de ese tipo.
Por
el
contrario, existe una internacional capitalista perfectamente bien
organizada para
imponer
su ley . Las estructuras supranacionales
que
existen hoy,
empezando
por lo que se conoce como Europa,
son sus creaciones y sus instrumentos,
Por un
lado, imponen sus
leyes a los pueblos
por
intermedio de los Estados.
Por
el otro,
hacen que las condiciones del
combate
se vuelvan más difíciles
puesto que son un enemigo ausente, frente al cual resulta muy
complicado construir esos procesos de univer-salización de lo
local que se construían frente a un Estado o frente a una patronal.
Esa pé
rdida
no se ve
compensada por
los movimientos anti
mundializacióny las manifestaciones como las de Seattle, Génova
u otras. Esos movimi entos dicen que, puesto que la escena
es
mundial , hay
que actuar
mundialmente. Pero esta acción es
fundamentalmente una acción simbólica que se
la
s agarra con
los órganos del gobierno mundial en los lugares donde se reúnen
2 18
periódicamente y no allí donde producen sus,efectosd.edesn:ucción
de empleos y del tejido social en talo cual pals. Y al mismo tiempo,
esos órganos no son los que van a hacer impera.r
el ~ ~ e n
en nuestros
Estados y nuestras sociedades. Con esta
d l s t n b u c l ~ n
de las tareas,
hay escisión entre las luchas que tienen lugar en un mvel o c a ~ esas
acciones simbólicas globales que tienden a ser la
accJOn
de
especialistas de lo internacional. .
La
distancia entre eso y un horizonte de
humamdad
eman
cipada
queda
bien marcada
por
el hecho de
que
la
c u e ~ t i ó n
humana
en la actualidad es también un asunto de especialistas .
Con
las ONG tenemos una serie entera de organizaciones que
se sitúan directamente en el punto de sufrimiento del orden
m und ial,
que
están en todos lo s puntos
donde
este orden m
n d i a l
define una cuestión in tolerable más radical que otra: los refugiados,
los hambrientos, los perseguidos.
No me encuentro
entre los que
dicen que
no
es más que caridad y no
es
política, lo que parece
realmente demasiado simple. Es sabido que
muy
a
menudo
los
militantes de las ON G son de los que, en el terreno, luchan contra
las potencias del gobierno mundial , ayudan
aque
haya una toma
de conciencia y una forma de organización de la gente
que
víctima acá y allá. Con los movimien tos
que
intentan repercutir
su acción, del tipo
Avaaz
, se advierte con clarida.d que
h ~ y
un
esfuerzo por constituir unasuerte de opinión pú blica mternacJOnal,
capaz
de hacer valer su peso con r e s ~ e c ~ o a lo que p u ~ estar
ocurriendo de intolerable en Siria, en Afnca o en otros paises . Es
impOJ1ante en la redefinición de las formas de
s e n s i b i
l i d a ~
cuanto
a lo político, en la constitución de un nuevo. es,pmtu
internacional; pero,a
pesarde
todo, ninguno de esos
o v l m l ~ n t o s
tiene lacapacidad de constituir una singularidad en
l 1 l v e r ~ a h d a d
De hecho el filósofo que llamó a
una nueva
InternacIOnal, a
saber
De:rida
lo hizo sobre un trasfondo de humanida d sufriente
y
no
de h u m l ~ i d d en
devenir
. y es también el que d e s ~ n i ó de
manera
rotunda la política, identificada con la soberama, a
figura del otro, ese huésped que uno acog: pero,del que tamblen
se
es
rehén.
86
En una palabra, para él esta el
mismo
, que es del
O
En francés,
hóle.
que , co
rn
o el caslcllano «huésped» , al ud .: tanto al que
hospeda como al hospedado
N
. del T. .
219
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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orden del suje.to soberano y el que es radicalmente otro que es
el
u m a ~ o
habitado por
la
potenciade
lo
inhumano.Lo cual equiva le
a e x c l ~ l ~ r la figura misma del sujeto político como potencia de
alteraclOn del orden identitario. Según
mi
puntode vista sóloatravé
de la reconstitución movimientos sociales que luchan acá y allá
en formas de agrupaciones concretas contra enemigos igualmente
c o n ~ r e t o s es como resulta posible esperar reconstituir un auténtico
sentJdo de la emancipación humana.
UERPOS
MIGRANTES
CUERPOS SUFRIENTES
~ o n frecuencia le insisten
en
que se pronuncie acerca de los
mdocumentados. Hace poco también mencionó la suerte de
los gitanos en Euro?a. Foucault hablaba de los boat people
87
co" o U 1 ~ «presagIO del futuro». ¿ Qué lugar ocupan los
flU OS
mlgratorlOS en su trabajo?
o d e m ~ ~
tratar de s ~ l i r a ~ o t e diciendo que me gustaría separar
la cuestJon los flUJOS migratorios de cierto pathos que sería el
de la huma111dad condenada a la condición de refugiada la idea
de el hombre contemporá neo es el hombre del campamento.
EXiste un pathos a propósito de los refugiados del habitante del
c ~ m p a m e n t o como significante de la existencia contemporáne a.
l e n s ~
que hay
que
volver
al hecho
de que los emigrantes en la
actualIdad son principio personas que se desplazan para
o b ~ e n e r
los mediOS para alcanzar
una mejor
vida.
Por
supuesto
eXisten fenómenos diferentes la gente que está hacinada en l o ~
campamentos después de una masacre los desplazamientos
forzad?s de poblaciones. Pero hay que partir del hecho de que
los m l g ~ a n t e s son personas que se mueven como en el mercado
de trabaJO para tratar de ir a los lugares en que pie nsan que
p ~ l e d ~ n ganar su s u s ~ e n t o llevar a su familia organizar un
c l r c u ~ ~ o para
~ v J a r
dmero. Hay que evitar poner
de
entrada la
cuestIon del emIgrante en una condición ontológica
como
tam bién
87 Balseros. En inglés en l origin l N . del T.l
220
en una escena de reparto político. En ciertamedida los emigrantes
buscan superar las fronteras se van a encontrar con esta doble
lógica del sistema a la que hacíamos referencia hace un rato: a
saber que para que los capitales circulen en i b e r t a ~ es necesa no
por el contrario evitar que los hombres lo hagan hbremente. Por
un lado se le dice a la gente que si quiere mantene r el empleo
lo p u e d ~ hacer a condición que acepte ir a trabajar a Malas ia o
a China; por el otro hay
que
detener en las fronteras a la gente que
no viene de Malas ia ni de hina sino de Kurdistán de Etiopía de
Ghana o de algún otro país de Áfric a o de Medio Oriente. Hay
ahí algo como un encuentro brutal entre
lasola
posibilidad de vivir
y el orden internacional tal como está estructurado. .
Incluso en los lugares donde se necesitan inmigrantes pn -
mero
de todo hay
que
controlar.
Yo veía
hace
poco
la película de
Sylvian George (Qu 'ils reposent en r é v o l t e ) sobre la jungla
de Calais en la que se advierte claramente que se trata .una
situación que no se llega a constituir po Iíticamente. La actividad
de apoyo siempre está un tanto en entredicho pues esa gente
s e
encuentra ahí ante todo de paso. Lo que buscan en toda SI-
tuación incluidas las relaciones con la policía con las rejas que
los detienen es cómo hacer para pasar.
No
están ahí como
sujetos políticos . Es una situación diferente a la
de
la g ~ n t e ~ u e
trabaja en Francia o en otros países desde hace cmco diez anos
a la que no se le otorgan documentos. Ahí nos hallamos una
situación propiamen te política a saber personas que s t a n a la
vez incluidas Y excluidas
y
que en la forma de diferentes
movimientos
de indocumentados que
hemos
visto pueden sub-
jetivar esa relación entre la exclusión y la inclusión. Se ve bien
en
la tensión que existe entre
1
que pasa
en las fronteras y lo que
sucede en el centro este descuartizamie nto del espacio político
en que el emigrante es dos cosas al mismo tiempo. Es s i m ~ l ~ m e n t e
un emigrante que tiene que vérselas con
un orden
p o h c J a ~ que
bloquea
lo
s pasos
y
es un sujeto político en potencia a ~ a r t l r del
momento en que exige poder vivir allí donde e e n c u e n t r a a l l ~ u a l . q u e
vive todo el mundo. Esta tensión resulta extremadamente difiCil de
resolver y es ahí en donde uno se da cuenta de que no contamos con
88
Que descansen en revuelta.
22 \
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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i n t e r n ~ c i li
smo en e1 entido en que lo que concierne a los fltuos
mlgratonos se repaJte de manera constante entre una escena en la
que enfrentan policía e individuos y una escena propiamente
política de afirmación de una parte de los sin-parte. .
Desde ese
punto
de vista
el
derecho
al
voto de los extranjeros
resulta
fundamental
para la reconfiguración de la escena.
efecto es fundamental
para
la inclusión de
esa
parte
de
los
sm-parte en una universalidad política más vasta. Resulta cier
tamente criminal
de
parte de la izquierda oficial haber
mostrado
siempre
tanta
pusilanimidad con
respecto
a
ese problema
haber
aceptado el
argumento
abyecto según el cual los franceses no
eran capaces de comprenderlo.
Uno
puede
ver
con claridad lo
que implica esa antipolítica que practican los partidos llamados
políticos
que
consiste en
excluir o
que constituye
precisamente
la
posi?i.lida?
mismade n a e ~ c e n a
política.
No
es para
decir que
la
p a ~ l c l p a c O n
de los extranjeros en
la
elección municipal va a
cambiar mucho
las cosas
ése
no es el proble ma sino
que
se
encuentra en el
plano de
la reconfiguración del espacio
común
la idea misma de identidad de lo
que
implica ser francés se;
Ciudadano de un país. Lo
que
vincula ambas cosas es la
constitución global de una pertenencia limitada.
Para
alcanzar
una escena polític a ideal habría que lleg
ar avincularvarias
cosas:
los derechos de los emigrantes los de los inmigrantes los de los
que se instalaron acá y luego la cuestión de la precarización
g ~ n e r a l
del nivel de vida.
Algunos conocen
la precariedad del
IlIvel económico que puede ir desde los oficios más básicos
hasta problema
de todos esos posdoctorandos de
Europa que
a los
tremtao cuarenta
años no tienen trabajo .
Hay
una
condición
general de precariedad que
va
desde la marginalidad
económica
a la
imposibilidad misma de moverse pasando
por
la
negación
de derechos . esa
precariedad global
probable
sea en la ac
tualidad
el
fundamento de una subjetivación
posible
es
lo que puede resultar lo
más
fácilmente univer
salizable
pero al mismo tiempo
es
lo que
se
mantuvo en
compartimentos
separados. Existe entonces
un
abanico que
va desde esas agrupaciones
de
diplomados
sin
empleo de
los
222
que
la
gente
dirá
enseguida
qu e no
so
n
más que movimientos
de
burgueses-bohemios
de
pequeños burgueses que
están
en
la onda y
luego está
la situación
de
esos emigrantes que se
queman las yemas de los dedos para volverse in identificab les
para las
policías europeas.
HUMANOS
NO HUMANOS :
ECOLOGÍA POLÍTICA
La ecologia polftica se convirtió en tma tradición de pensamiento
que se fortaleció extensamente se desarrolló y se complicó. Nos
parece que se podria volver a leer con las herramientas conceptuales
que propone tal vez por medio de jQrzar
lO
poco las cosas con lo
que sin duda usted no estará de acuerdo. El antiespecismo ln1a
parte de la ecologia proftmda
a
la que se podria agregar el
pensamiento ecológico
de
nmo Latozff en tomo a la idea de que
se podria hacer hablar a los «no humanos» en
zm
«parlmilento
de
objetos»- utiliza de mm1era implícita un criterio de lo político
semejante al suyo. Después de lodo se trata de configurar de nuevo
las part
es
y las partidas hacer que se vean sujetos y objetos que no
se
ven,
como los animales y veces incluso
lo
s objetos qllefonnan
parte de la vida cotidiana:
en
pocas palabras hacer
hablen lo
que
no sería más que n/ido. No obstmlte nos parece que esta posible
extensión plantea una dificultad En E;fecto,
su
definición de lo
político implica casi siempre la idea del lenguaje de Ln a animalidad
política definida como «animalidad literaria» de modo que, sin
duda no otorgaría la posibilidad de la subjetivación política a «no
hummlos
».
¿Cómo evalúa esta tensión esta compatibilidad
zm
tmlto escindida entre el modo de pensamiento de
zma
parte de la
ecologia política radical y su propio pensamiento?
Hay
para mí un pun to de escisión
decisivo
.
La
política siempre
se definió en términos de polémica sobre lo humano sobre la
distribución de los grupos humanos de la
capacidad
que se les
reconoce sobre la capacidad de
palabra
que
se les otorga.
Desde
mi punto de vista la política
siempre
se planteó en
tomo
a estas preguntas: ¿esos
humanos
son
realmente humanos
223
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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pertenecen a
la
humanidad, son semihumanos o falsamente
humanos? Esa gente que hace ruido con la boca, ¿habla o no
~ a b l a
define siempre dentro de una relación políticade cues
tlOnamlento de un reparto dado entre
humanos
a partir de
la
capacidad de los humanos no contados de hace; ellos mismos
que cuenten al declamar su pertenencia y su capacidad. Pienso.
que no hay política sin posibilidad de una subjetivación de «la
parte de los sin-parte». La subjetivación pasa por una declaración
qU,e e c ~ n f i g u r a el reparto entre los humanos . ¿Qué es lo que hay
alfa de eso? Por supuesto, existe un pensamiento de
la
Igualdad que va más allá de
la
escena política de redistribución
de las capacida des reconocidas o afirmadas de los humanos una
preocupación de la igualdad
que
dice
que todos
los
;ivos
m e r e ~ e n igualdad de consideración, o que dice de manera
negativa que toda buena comunidad humana es una comunidad
que se
pone
límites, que declara
que no
es
capaz
de
hacer
cualquier cosa y de hacerlo mal.
Una
vez
hecha esta aclaración,
queda toda
una serie de
problemas que conciernen a las fábulas de La Fontaine:
¿qué
es
lo
se va a representar, a los lobos o más bien a los
corderos?
Son
conocidas todas las peleas en torno a la diversidad bioló ica a
b
b
sa er, que resulta muy simpático
volver
a
poner
lobos en
nuestras montañas pero
que
para los corderos es
mucho menos
simpático y que, por otra parte, los que hablan en nombre de las
ovejas son los pastores. Es así
como caemos esencialmente
en
el problema: los representa ntes de los
anima
les de la naturaleza
de ~ i e r r a de las cosas serán siempre h u m n ~ s lo cual q u i e r ~
decIr mtereses humanos. Si los pastores o los
ganaderos
tuvieran
otro oficio, no le darían tanta importancia a la preservaciónde los
corderos, lo que constituye
un primer
problema.
. s e g ~ n d o es que la idea de que los lobos son útiles para
la
blOdlversldad y que la biodiversidad es úti l para la salud del
planeta es la idea de personas que se las dan de especialistas de
la v i s i ó ~ g lobal , poseedores de un saber del que carece la gente
que esta encerrada en su relación con la tierra y con su ganado.
Incluso si hay tensiones dentro de la nebulosa eco-lÓGica de
antemano lo ecológico nos lleva hacia cie lio modelo de la I ~ i c a
4
en tanto que defensora de los intereses
comunes
con ayuda de
la ciencia. Se halla la idea de que , para que haya poI tica, es
necesaria una adm inistración del planeta, de los recursos naturales,
que
es algo
que no
lo puede
hacer
cualquiera. Existe una tens ión
dentro de la ecología entre lo que se podría
denominar
un punto
de igua litarismo radical y
un
punto de tecnocracia y de
va
lidación
dada al gobierno de los eruditos. Me dirán que existe una eco logía
radical que es muy diferente, pero a pesar de todo está presente
esa complejidad
muy
intensa entre la eco logía y el gobierno de
la
ciencia, con todo
lo
que eso impl ica. Eldiscurso ecológico más
extendido es el que afirma que los pobres no saben calentarse,
vestirse, construir casas ni
proteger
su entorno, y
que
son ellos
los
que
están arruinando el planeta. Pienso que no
podemos
definir, en tanto que humanos, una subjetivación de los no
humanos o si no, vamos a darle necesariamente a cierta gente
la capacidad de representar las cosas. Cuando Latour dice
«representamos a los humanos, así como representamos las
cosas», la diferencia, después de todo, consiste en que los
humanos
pueden
poner
en
cuest
ión a los que los repre-sentan,
como
los indignados de Madrid , que dicen «ustedes no nos
representan».
Nunca
las cosas, lo s lobos ni los corderos, podrán
destituir a los
humanos
de la representación que les han otorgado.
Esta cuestión de la representación que usted acaba de
plantear tampoco está ausente en el universo puro de los
humanos: siempre están presentes el problema de l dele-
gación el de la función del vocero el del poder o el de las
asimetrías
de
capacidades que conllevan.
Está la cuestión de lo que vuelve posible la política en tér-rninos
generales. Se trata de la posibilidad de una autodecla-rac ión de
la capacidad de un cualquiera.
Esta
autodeclaración es, después
de todo, lo
que
da en última instancia una legi-timidad posible a
todas las formas de representación. Allí donde esta capacidad
está ausente, la representación m isma se vuelve mucho más du
dosa. El argumento empírico segün el cual las cosas nunca van a
lle ar
a derrotar en las elecciones a los representante pucd
'
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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parecer insignificante, pero remite a algo más esencial, que es la
presuposición de unacapacidad compartida que se puedeman ifestar
en voz propia.
Podemos estar de acuerdo con lo que dice sobre la ecologia
en cuanto a su tendencia a ir ·hacia
un
gobierno de la
ciencia. Pero tambi
én
existe una tendencia de democracia
radical en esa corriente de pensamiento tanto en me
Naess como en Isabelle Stengers. En esos ejemplos hay una
idea común con su pensamiento que es que una autoridad
fundada en la ciencia sigue siendo problemática ...
La democratización de la ciencia incluye dos cosas, la idea de
que el laboratorio está en todas partes y que
la
ciencia se com
parte pero, una vez más, está destinada a los humanos. En el
centro de la democratización de la ciencia se halla
la
idea de que
enfermos y médicos comparten una capacidad. En este caso,
una vez más y, a pesar de todo, seguimos estando dentro de la
capacidad humana La democratización de la ciencia se
define por la capacidad humana para pensar y hablar y, en el caso
en que se extiende hacia los animales, lo hace
en
tanto que objeto de
solicitud y no como instancia que lo va a interrumpir a uno.
UN MUNDO DESREALlZADO:
¿CÓMO INFORMARSE?
En El espectador emancipado usted sostiene una tesis fiterte que
toma a contramarcha la idea -presente en diferentes formas
en
Vir ilio o
en
Baudrillard-
de un
reguero indistinto
de
imágen
es
que acarrearía una desrealización del mundo. No se sufre
según afirma usted de un reguero demasiado lleno de imágenes
sino que por el contrario nos hallamos frente a estrategias de
sustracción de informaciones que seleccionan ordenan y
eliminan «todo
lo
que podría exceder la simp
le
ilustración
redundante de su
signtficacióm>.
I? A través de este paso a un
O
Le Speclaleur émancipé La Fabrique, 2008. p.
106.
226
lado con respecto al discurso anfi mediático dominante ¿qué
protocolos propone no para descifrar la información sino
para orientarse para informarse
en
medio
de
esta multiplicación
de imágenes o
de
datos que transitan por la pantalla por la
prensa escrita y por internet?
No poseo una estrategia específica con respecto a la infor
mación. Está lo que recogemos en internet. Están las infor
maciones que nos vienen de derecha y de izquierda, pues es
conocida la gente que está más especialmente yincu lada a lo que
puede estar pasando en las manifestaciones de la plaza Tahrir,
o bien en un movimiento de ocupación de una universidad o de
un capitolio en un Estado norteamericano, lo que puede estar
pasando en una frontera o lo que acaba de pasar en un suburbio
londinense. Existe toda una serie de infor-maciones que pasan
por repetidoras militantes, todos conocemos personas que están
vinculadas con una toma, con un grupo de indocumentados,
personasque tienen alguna relación, por la Cimade
90
o la RESF,
con la situación de los indocumentados, con las zonas de
retención, con las expulsiones por
la
fuerza. Casi todos conocemos
a alguien que viene de Palestina, de un país del Magreb, que trae
sus propios elementos e informaciones. También es sabido que
hay muchos artistas que, en los últimos diez años, nos han
proporcionado informaciones de orden político. La primera vez
que oí hablar del proceso norteamericano de «extraordinary
renditioll»
92
fue en una conferenc ia performance de Walid Raad
en Beirut. Nunca antes había oído hablar de eso. L,os artistas
andan un poco por todas partes sobre el terreno, en modos más
o menos militantes, documentales o, más sofisticados, para
describirnos de otra manera las situaciones que por otra parte
son objeto de
un
encuadre mediático o para hablarnos de
situaciones que terminan por fuera de ese encuadre.
Uno intenta circu lar a través de esos canales, sabiendo que la
información nos llega, a pesar de todo, siempre filtrada, a través
La Cimade es una asociación ecuménica francesa de ayuda a los evacuados,
de origen protestante N. del T.).
JI Red Educación sin Fronteras .
n
«Rendición extraord inaria». En inglés en el original N. del T.).
227
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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de portavoces. En You Tube se ven personas que hablan desde
la plaza Tahrir o desde cualquier otra plaza, sin que se pueda
realmente medir el peso de esas personas,
lo
que re-presentan,
la sinceridad de
lo
que dicen , para quiénes hablan. Hay toda una
serie de elementos que nos permiten hacer que explote un poco
el corsé de la infornlaci ón tal como viene limitada y sobreinter
pretada desde el principio, pero resulta difícil tener una buena
estrategia, y nuestros informadores también nos proporcionan al
mismo tiempo su propio análisis, que puede ser marxista, negrista,
agambeniano, incluso a veces rancieriano. La cuestión consiste
en
saber lo que nosotros mismos buscamos hacer con esa
infornlación. Sabemos que, en definitiva, no es nunca en la
totalidad de informacionesy su verificación exhaustiva en lo que
se basa
unjuicio
político. Lo cual pasa
por
configuraciones de
la
situación sobre las que, de todas maneras, hay que decidirse,
para ver en Ben Ali o en Assad a un defensor de la laicidad y de
los derechos de las mujeres
oa
un tirano sanguinario, y en los que
se reúnen en las calles contra ellos, acombatientes de
la
libertad,
a islamistas, a pobres tipos manipulados, etcétera.
No es casual que usted haga mención a la mediación de los
artistas que operan una transformación de información y
una crítica de la manera en que nos llega ...
Se ve con claridad que lo que nos ofrecen los artistas no se trata
de una información rectificada sino de modos de re-presentación
sensible que rompen los marcos mismos de la representación.
Me
referí en varias oportunidades, con respecto a lo que con
cierne a Medio Oriente,
al
papel importante de los artistas, que
se ocuparon de quebrar la imagen de las víctimas, como en el
Líbano con las ficciones y los archivos falsos del Atlas Group, las
películas de Joana Had jithomas y Jalil Khoreige que desplazan
la perspectiva al hablar de la desaparición
-de
personas, de
lugares, de las mismas imágenes-en lugar de presentar imágenes
de lo s horrores de la guerra, las performances de Lina Saleh y
Rabih Mroué, que nos muestran cómo también resulta posible
reírse de la situación, y muchos otros
...
En esas operacione s de
reconfiguración, lo importante consiste en hacer ver cosas que
228
no se veían, desplazar
la
manera con que los cuerpos están
presentes y son p r ~ s e n t d o s ante nosotros, cuya potencia o
impotencia están puestas en escena.
H E
CHOS
POLICIALES, VIDAS ANODINAS ,
INVESTIGACiÓN
Dado que tratamos cuestiones de información y de actualidad
mencionemos el hecho policial acerca del cual ha desarrollado
diversas reflexiones. Usted afirma que con el hecho policial «la
causalidad se metió en el universo de la vida anodina»
93
En
Aisthesis,
está ese capítulo sobre Stendhal y
Rojo y negro,
en el
que menciona la manera en que Stendhal trabajaba a través de
la Gaceta de los Tribunalespara tratar de captar «la inteligencia
y
la energía peligrosas de los hijos del pueblo». ¿El hecho
policia l contemporáneo despierta su sensibilidad a pesar de la
cobertura mediática bastante temible que parece quitarle la
potencia que usted le otorga?
¿
Trabaja para encontrar esa
energía o esa inteligencia de las vidas anodinas?
Pienso que la gloriadel hecho policial ha quedado atrás.
En
efec-to
había hablado del hecho policial, pues
la
revista Vertigo me
interrogó para
un número especial. Lo cual me permitió pen-sar
en la explosión del hecho policial vinculado a ese doble fenómeno
de aparición de esas energías a la vez intelectuales y afectivas
del pueblo y, al mismo tiempo, de rupturas de lo:; lazos de
causalidad tradicional. Analicé el momento de la aparición del
«hecho policial»
como
ese momento en que el pueblo se vuelve
presente, tanto en la fornla de crímenes espantosos, aspiraciones
inverosímiles, actos incomprensibles, el momento en que
la
gente
del pueblo se muestra capaz de hacer cualquier cosa. La Gaceta
de los Tribunales
aparece en 1827. Es una forma de populari
zación de los procesos muy diferente de la 1 teraturade endechas
. «Poétiqlle dll fait divers» [«P
oé
ti ca del hec ho diferent
e»
] (2004 , entrevista
realizada por H AlIbron y
C
Ne yrat, reedit ada
en l lanl pis pour les gensfaligués
ob . ci\. , p. 66 .
' 4 «Le ciel
du
plébéiell» [«El c iclo del
pl
ebeyo» ], en i
slhesis
ob . cil.. p . 66 .
229
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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y de cuartillas. No sé si el propio Stendhalla leía con asiduidad, pero
l
historia del crimen de Julien Sorel que aparece tres afias después
se construyó, en efecto, mezclando dos hechos policiales. En una
oportun idaddije que era posible establecer un vínculo entre Madame
Bovary y la creación de la Internacional de los trabajadores
como
dos maneras en las que el acontecimiento de palabra entraba en l
vidapopular. Hay un vínculomucho más directo en Stendhal con ese
momento de aparición del pueblo que se marca con la revoluc ión de
1830, pero también con
esa
atención nueva puesta en las energías
populares gastadas en el registro del crimen. Lo que resulta
interesante en l Gaceta de los Tribunales es que en ella se ad-
vierte un tratamiento doble del pueblo: hay reseñas de hechos
policiales que tocan los conflictos y desvíos de la vida cotidiana, en
las que se nos muestra a unos pobres idiotas que llegan, que no saben
hablar y que no entienden nada de lo que les está pasando; y luego
están esos crímenes complejos, bien maquinados, que conciernen a
personas del pueblo, ya no en
l
fornla del pueblerino ridículo de
comedia, sino en la forma de la intrusión de ese ser peligroso que, de
ahora en más, es capaz de hacer cualquier cosa. Hay una época de
esplendor de los hechos policiales, que es también la época de es-
plendor de las revoluciones y de la novela.
Por supuesto, ya
no
nos hallamos dentro de
ese paradigma
fuerte, más bien en otraetapa
de
l
hecho
policial
que
empezó cin-
cuenta
años
después de
Stendhal. Si uno piensa en Rojo y negro
para
mí su igual
en
l
os
años 1880 ser ía Maupassant, sobre
todo
a pequeña Roque la violación de la niña por parte del
honorable notable del pueblo, el momento en que el hecho policial
que significaba
una
energía
peligrosa de la
gente
del
pueblo
empieza
a
implicar
otra cosa, una animalidad, una
inhumanidad
que conlleva esta civilización que cree en el progreso,
ese barniz
de civilización
que cubre
a la bestia bruta. Es el
hecho
policial
de
la
época de
Nietzsche y de Lombroso.
Hay como
dos tradiciones del hecho policial, una tradición en
términos
de capacidad popular
y otra en términos
de animalidad
que vela.
Hay
un
momento
en que la función sintomática del
hecho
policial va a variary aadoptarvalores diferentes. El
hecho
policial se interpreta siempre comouna enfemledadde lacivilización,
23
pero esta última puede ser la promoción de los hijos del pueblo o
simplemente
el
mal que vela siempre detrás del orden normal de las
cosas. El hecho policia se vaa convert ir así en el instrumento de una
patologización.Unoadvielte con claridad que en laactualidad, lo que
constituye lo esencial del hecho policial son sobre todo crímenes
·sexuales yen particular hi storias de pedófilos. En mijuventud , en los
años 1950, el hecho policial tipo se denominaba «crimen pasional»:
eran maridos o mujeres celosos que mataban
l
amante, locual daba
lugar a grandes debates oratorios en los tribunales en lo criminal. En
l
actualidad,
el
hecho policial fundamental es una violación de un
chico o de una nena. El crim inal se
ha
convertido de manera masiva
en un enfermo. Eso quiere dec ir que l vida anodina no tiene mucho
espacio para la invención. Desde la época de Maupassant, todos los
doctores, psiquiatras, psicoanalistas, educadores, se lanzaron encima.
A partir del momento en que
l
vida anodina se mueve, ni bien deja
de ser anodina, de antemano se la interpreta, se l medica.
Esto coincide con ciertas cosas que deCÍamos hace un rato, a
saber, que estamos en universos en que la desobediencia adopta la
fomlad el desvío, la desviación individual, el ten orismo, lacrim inali-
dad y, muy especialmente la criminalidad residual que no se puede
extinguir, pues es bien sabido que si hay crímenes para los que las
formas de reeducación y las estrategias penales no sirvieron nunca
para nada, son precisamente los crimenes sexuales. El hecho de que
sea lo que aparece siempre en el primer plano es como el signo de
una desaparición de la subversión popular detrás de la simple
enfermedad incurable de lacivilización.
El siglo
XIX
al que usted hace referencia cuando el hecho
policial se vuelve importante es también la primera época de
la novela policial. Detrás del hecho policial y la novela policial
se encuentra la investigación. ¿Cuál es la estructura de la
novela policial? ¿Qué es lo que nos permite ver con claridad
en el hecho policial? Es la investigación que
por
otra parte
también es la virtud que usted les otorgó hace un rato a los
artistas cuando desmontan la información.
Si
insistimos acá
sobre este tema e la investigación es para volver a la cuestión
de la subjetivación política y para introducir un debate más
amplio. Hay algunos i l ó s ~ o s estamos pensando en este caso
23 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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en
Dewey que
ven
la democracia como una ampliación
de
la
práctica de la investigación mientras que hay otros que si-
guiendo a Marx piensan en la emancipación como l/na
participación en investigaciones colectivas. Habrfa un vínculo
por
1
tanto entre la revolución democrática la elucidación
del sentido
común
que también es
un
tema recurrente en su
pensamiento
i
una práctica
de
la investigación. ¿Cómo sitúa
ese
vínculo? También tenemos
en
mente otro
lema
que no está
tan
lejos
el discurso
de
Foucault sobre la parresia y el «decir
verdadero» . En este caso la subjetivación política consistiría
en
decirle la verdad al poder. Son elementos que no se movi-
lizan de manera inmediata en la definición que da de la política
o de la democracia pero se advierte que afirmar
la
igualdad
tal vez no sea un asunto de figuración sino también
de
«decir
verdadero» y de investigación. ¿Cómo situaría esas prácticas?
Partamos del hecho de que la investigación designa cosas
totalmente diferentes. La investigación en la tradición de la
nove la policial se opone a la lógica del hecho policial pues la no
v ~ l policial ha sido la gran operación de salvaguarda de la
causalidad en la
época
de la
literatura.
La investigación poli
cial ficcional ha sido esa
reracionalización,
sobreraciona-
lización, algo que va
contra
la lógica novelesca e incluso
contra las lógicas patológicas que
mencionaba
antes. En un
sentido, Dostoievski marca de antemano la ruina de la in
vestigación policial. Porfirio no investiga, espera que el re
sultado de la enfermedad del criminal lo lleve hasta el
criminal. La racionalidad del
hecho
policial,
por
lo tanto, es
completamente diferente
de esa
racionalidad
que
va a
desarrollar la novela policial y
por
la que sienten nostalgia
personas como Henry James o Borges. Lo que usted designa
como
investigación es algo muy distinto algo como el desarrollo
de un
peritaje
militante popular. Eso
forma parte
de la
democracia la constitución de
todo
un espacio de
peritaje que
es un contraperitaje con respecto a los
aparatos expertos
del
poder y los aparatos científicos alistados por los poderes .
Nunca sentí
mucho
entusiasmo
por
esa inflación del tema de
laparresia. No me parece que realmente forme parte de los aportes
232
fundamentales de Foucault Comprendo que haya ne-cesitado en
algún momento reapoderarse de la cuestión de
la
verdad sin duda
con el sentimiento de que la tradición nietzscheana de la que era más
o menos heredero
le
había hecho daño. No tengo nada en contra de
que se reconcentren en la verdad pero no creo mucho en esa
transferencia en virtud política de la verdad de Diógenes ante
Alejandro. También está el hecho de que el «decir verdadero» se
convirtió en la consigna de la derecha tanto como de la izquierda: el
retomo de la lucidez ver las cosas de frente es decir en definitiva
verlas según la lógica del poder y la de la economía oficial la del
consenso s obre« lo que hay». Pero sobre todo no se «dice» la verdad
«al poder». Se desalTollan formas de investigaciones de información
de saber que van a reconfigurar la situación con respecto a la
configuración de las cosas que impone. El poder no trata con la
verdad trata con toda una serie de maneras de construir las
s i t u c i ~ n e s
que van a definirfomlas del «decirverdadero» lo que no
quiere decir que la verdad sea relativa
..
En definitiva la cuestión
siempre consiste en saber dónde se trama el saber y cómo circula
cómo constituye un tejido común y una forma de construcción del
mundo común.
La
investigación apunta a ampliar
el
campode lo que
pertenece a una situación y a la vez también el mundo de los que son
aptos para hablar de ella para aportar su saber.
ARTES DE VIDA PRECARlAS
POPULARES
Continuemos con las «vidas anodinas» desde el punto de
vista de lo que usted llama en el último capítulo
de
Aisthesis
«el arte de vivir» «W1 arte más allá del arte» que se une al
horizonte de las vanguardias históricas. Usted dice de ese
punto de vista que también se puede leer Aisthesis como un
equivalentea La noche de los proletarios.
95
¿Cómo se manifiesta
en la actualidad este arte de vivir popular? ¿Cuáles son los
testimonios
de
ese arte a su alrededor?
s «La rupture c est de ces ser de vivre dans
le
monde de
l ennemi»
[«La r l l p t u ~
consiste en dejar de vivir en el mundo del enemigo»]. entrevista realizada
por
E.
Loret en
Libéralion
7 de nov iembre de 2011 .
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
http://slidepdf.com/reader/full/el-metodo-de-la-igualdad-jacques-ranciere 117/129
Hay algo innegable,
La noche e los proletarios
hab laba del
descubrimiento de un arte de vivir o de un estilo de vida como
elemento importante en la dinámica de la emancipación obrera.
Ese capítulo de
Aisthesis
hace referencia a cierto desgarro de
James Agee ante el hecho de que el arte de vivir que puede
descubrir en el hábit at, la vestimenta o los gestos de los aparceros
de Alabama son algo de lo que no tienen
la
posibilidad de
apropiarse como de una potencia que les es propia. No tengo
mucho que dec ir acerca de lo que sería en
la
actualidad el arte
de vivir de los que ocupan la plaza de los artesanos de
La noche
de los proletarios o de los aparceros de la Norteamérica pro
funda. Para decir algo de ello habría que trabajar en la forma de
la
investigación y yo ya no cuento ni con el dinamismo ni con la
edad para
volver
a encontrar formas de investigación que
puedan tener la misma intensidad y la misma significación para
mí que La noche de los proletarios
Por lo tanto, me vaya limitar a dos consideraciones empíri-cas
que tienen que ver con esa condición de precariedad de la que
hablábamos y que atraviesa los niveles de la cu ltura. En tanto que
profesor, he conocido a muchas personas que son un poco
como
esos estudiantes de porvida personas que en laactualidad viven
en varios universos, el universo de los estudios, el de un trabajo
remunerado que puede ser de vigilante, de carpintero o de
jardinero,y la participación en un universo de prácticas artísticas.
Hay un montón de vidas que se desarrollan entre d iversos
mundos, que se construyen artes de vivir en la precariedad de
una condición y a la vez en el lujo del pensam iento .Una vez más ,
hace poco estaba en Bruselas , en donde me encontraba con un
amigo
-el
traductor croata del
Maestro ignoran
f
que venía
de Zagreb, en donde vive de trabajitos en
la
radio o de cosas por
el estilo.Lo primero que hizo
al
llegara Bruselas fue ir a
comprar
Aisthesis porque no lo conseguía en Zagreb. Vive con muy poco,
pero su lujo consiste en poder acondicionar esa relación entre
una vida completamente precaria y una concentración en los
cuestiones del pensamiento. Tradujo no sé cuántos textos míos
que no se publicaron, se siente feliz por haberlos traducido; no
hace ningún esfuerzo por valorarlos. Es algo que tamb ién
234
advier to en el mund o de los músic os que rodea a mi hijo: intentan
construirse un arte de vivir hecho de un considerable cuidado
económico , de ri gor absolu to en el trabajo , remunerado o no, que
eligieron hacer, con el deseo de vivir bien. Lo cual también se ve
reflejado en formas de reparto , de solidaridad, de sociabilidad
que son bastante diferentes de las formas de sociabilidad que
podían existir entre los marxistas de mi generación . Se teje algo
del estilo de políticas de la vida, formas de equivalentes modernos
de esas economías cenobíticas de las que hablé a través de
Gauny.Todavía me acuerdo de ese estudiante «badiouista» que,
en medio de una huelga en París VIII relacionada con problemas
de aumento de los derechos universitarios, interrumpió de manera
exaspera da a los que daban argumento s a favor de la lucha, para
decir : «El problema no es la plata, es hacer filosofía. Y o tengo
esto para vivir y no era mucho que digamos), pero no me
interesa. Lo que me importa es hacer filosofía».
Están esas artes de vivir que puedo percibir en mi entorno y ,
a la vez, esas artes de vivir que se hallan presente s en el un i-verso
llamado popular y que se nos vuelven sensibles a través de los
artistas. Pienso en Pedro Costa, al que ya hice mención . i uno
mira la manera con que se encarifia con esos inmigrantes o esos
drogadictos arrepentidos que al principio sigue hasta las villas
miseria y luego en los depaltament os impecables en los que se
los
ha
a lojado de nuevo, se ve bien que
busca
capturar una
capacidad de la gente que vive en la miseria, en la precariedad,
incluida la precariedad psicológica, la capacidad de decir su
historia, de encontrar formas de expresión pa ra estar un poco a
la altura de su destino. Hace un rato hablábamos de la pelícu la
de Sylvain George sobre Calais, de esas personas que pasan
años en la ruta sufriendo las peores brutalidades, miserias,
humillaciones. Esas personas son capa ces de hacer todo lo que
realizan, de razonar acerc a de su destino, de pensar lo que hacen
con respecto a lo que podrán dar
como
vida a sus hermanitos o
a sus hijos. Quem arse las yema s de los dedos para no tener más
huellas digitales identificables también forma parte de un arte de
vivir para sí en el orden policial, pero también de preparar una vida
mejor para los que vendrán después .Esto es lo que puedo decir hoy,
235
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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que tiene más quevercon la percepción impresionis tade
lo
que pude
veren
mi
entorno
en
los últimos veinte años y de
lo
quenas restituyen
algunos rutistas que intentan capturar la capacidad de pensar de
hablar de vivir que pertenecen a las personas que en principio son
las más
sufJ ientes
y
las
más miserables.
Alcanzamos acá un plano de su pensamiento que ya habíamos
abordado, un piso ético cuyo estatuto en su construcción de
conjunto no nos parece del todo claro. Se lo ve venir desde
la cuestión del arte, pero esta dimensión ética tiene, según
su punto de vista, una ambivalencia política. No estamos
pensando en este caso en lo que, en algunos de sus textos,
usted deno-mina el «giro ético de la política o el «giro ético
de la estética». Este aspecto ético parece tener
en
usted una
significación doble. Puede actuar como un obstáculo para
la subjetivación política o bien
jugar
como una condición
de aquélla, como acaba de señalarlo con respecto a la
precariedad. Hemos hablado un rato antes de la parresia.
Ahora bien, no se trata únicamente de la cuestión del
discurso y del «decir verdadero» en la parresia sino que
también está la del «coraje de la verdad». Foucault muestra
mayor interés
por
la preparación ética o
por
los ejercicios
espirituales que vuelven posible el «decir verdadero» ¿No
hay que pensar, del mismo modo, lo que debería ser, lo que
podría
ser
una preparación para la subjetivación política
tal como usted la comprende? No dependería simplemente
de un trabajo de simbolización, de figuración o incluso
de investigación,
ya
mencionado, sino también de esas
«artes de vida».
a posibilidad
de
una subjetivación
política depende de ese trabajo sobre
el
ethos. Desde ese
punto de vista, cabe preguntarse
si
los precarios a los
que usted hace referencia no s hallan en una situación
comparable a la de unafigura histórica queya resulta conocida,
la de la bohemia artística y literaria del siglo
XIX
cuyo ethos
antiburgués no dejó mucho
en
el plano político.
Pienso que el tipo de actitud de la que estaba hablando que está
236
ligada a la condición precaria y a
la
vez a una carga ética y
militante no tiene nada que ver con
la bohemia
del siglo xix.
No
es algo que implique una suerte de provocación a los burgueses.
uando
uno enseña filosofía durante m ucho tiempo a personas
que saben que no podrán hacer nada con ella en términos
profes ionales uno advierte en ellos una voluntad de vivir digna
y solidariamente manteniéndose tanto cuanto sea posible
independientes de las condiciones que nos impone el orden
dominante. Es
muy
diferente de la bohemia de los años 1830-
1840. Se parece más a lo que pude advertir en las formas de
la
emancipación obrera.
La
emancipación es en principio la construcción de cierto tipo
de independencia que pasa por estrategias de subsistencia un
ejemplo de ello es
la
economía cenobítica otro son los colectivos
militantes que recuperan alimentos por los circuitos campesinos.
Existen maneras de restringirse de vivir de a varios toda una
serie de conductas que definen formas de sustracción con
respecto a las restricciones económicas y a las coerciones
ideológicas del orden dominante. Por supuesto esas condiciones
son muy a menudo especies de precondicionesde la subjetivación
política pero ésa tam bién es la ambigüedad de la emancipación.
Ésta es siempre también una manera de vivir de un modo
diferente en el mundo tal como es. En cierta forma dentro de
esos procesos de emancipación obrera del siglo XIX tal como los
pude estudiar siempre está presente la posibilidad de contentarse
con la emancipación presente
porel
hecho de que es posible vivir
de un modo diferente al que prescribe el sistema. Las condiciones
que nos hacen aptos para luchar contra un sistema son las
mismas que nos vuelven aptos para sostenerlo para apoyarlo.
Aquí es donde se sitúa
la
complejidad de la ética y de lo político
que me interesa y no en esas visiones en que la política se vuelve
a pensar como un
asunto de cyborgs de espectros o de muertos.. .
237
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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REPARTO DE
LO
SENSIBLE
y
ARTE CONTEMPORÁNEO
Hablemos ahora del o de los presentes a través de la manera
con que usted los caracteriza. Nos hemos detenido en una frase
que se encuentra al principio del
Reparto de lo sensible
en la que
señala una forma de transmisión histórica de relevo entre el
terreno estético y
l
terreno político. Dice: «el terreno estético
es
hoy en dio el lugar donde se produce una batalla que ayer
apuntaba a las promesas
de
la emancipación y a las ilusiones
y desilusiones de la historia »9f> Nos gustaria invitarlo a
extender esta frase con el objeto
de
captar por qué opone ahí
un
«hoy en día» y un «ayer». ¿Por qué afirma que es en la
estética donde se continúa algo que era del orden de la
emancipación y de las promesas no cumplidas de la historia
en
el siglo
XIX
¿Eso significa
lo
que nos parecería incompatible
con otros enunciados de su obra- que habría una suerte
de
«relevo» de
lo
político por parte de la estética?
La fórmula crea
tal
vez
un equívoco. Ese texto
de
fines de los
años
1990 no se
refería
en lo más mínimo a
una
suerte de visión
global
de
la
modernidad
de
la
relación
entre
revolución estética
y política. Se vinculaba con una coyuntura mucho más específica.
No
se enlazaba con
la
historia de la revolución y de
la
emancipación
sino con
una
historia
mucho
más localizada que
es
la
de
la
liquidación
de
la edad revolucionaria tal
como
se la
cantaba
en
los
años
1980/1990.
Decía
simplemente que los discursos sobre
el arte su posexiste ncia su fin su «complot» que florecían en
nuestro país en aquellos años eran
la
repetición de lo
que
se
había
escuchado
en el plano político diez años antes
con
toda la
declaración
de caducidad
del marxismo
de
las utopías
de
la
política de la historia de todo lo que había querido
dar
un sentido
emancipador al
movimiento
histórico etc. Lo
que
se podía
constatar
en
las polémicas
acerca
del «fin del arte» a fines de los
años 1990
era
una prolongación de ese
lamento
o
de
ese ataque.
96 Le Partage
du
sensible. Esthétique et politique. París La Fabrique
2000 p. 8.
238
Sepasabade
la
denunciade la herencia de los «maestrospensadores»
los padres del totalitarismo estilo Glucksmann a la denuncia de
la
complicidad de las vanguardias pictóricas con el mismo totalitarismo
de Jean Clair o
al
«complot del arte» de Baudrillard.
No
implicaba
todo un análisis de las relaciones de conjunto entre revolución
estética y revolución política solamente la relación entre dos
declaraciones de liquidación de esa revolución.
Dicho
1 cual incluso
desde
este
punto
de vista
esa
frase no
era exacta.
Hace
poco
mientras volvía
a trabajar sobre la
historia
de
las transformaciones del
paradigma modernista
sobre
el plano
puramente
estético
me
di
cuenta de
que
Greenberg
es
un pionero
con
respecto a todo el discurso político contemporáneo
sobre
la
democracia
consumista.
Es
el
primero
en
decir
que
1
que amenaza
al
gran
arte y a la revolución es
la
cultura popular
la cultura nacida del consumo del hecho de
que
los hijos de los
campesinos
y de los obreros que se
han
vuelto pequeñoburgueses
quieren tener su propia cultura. En
cierta
forma todo el discurs o
sobre la
democracia
consumista el individualismo de
masa
Greenberg
y
Adorno
de
otra
manera lo sostienen
mucho
antes
que los
émulos
de Baudrillard de Debord o de Christopher Lasch
de los años 1980.
En
el arte contemporáneo en particular en los curadores. una
parte de los usos de su trabajo lleva a una absolutización de la
categoría
de
«disenso».
Se
trata entonces de anticipar
de
ma
nera aplicada cuáles son las obras que serán capaces de crear
«disenso» para estar de acuerdo con su diagnóstico sobre el
arte actual. Lo cual constituye un contrasentido con respecto
al principio de indeterminación que usted propone. Del mismo
modo
lo
que usted llama «reparto de lo sensible»
de
inmediato
se conecta junto con la distancia la ruptura cuando usted
trabaja del mismo modo el elemento estereotipado del lugar
común del consenso. Tal como
lo
recordó acá el consenso
es
un
«reparto de
lo
sensible» establecido.
Uno
tiene
la
sensación
por
lo
tanto
de
que «repartir lo sensible» se convierte en una
consigna
por
demás
curiosa
en
el
mundo del arle
contemporáneo.
2 9
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Me costaría
mucho
responderle pues
para toda
l gente que lee
l
reparto de lo sensible,
que lo cita y que lo usa lo que en
tiende
verdaderamente
de
eso me
es relativamente oscuro.
Pienso que hay varias interpretaciones posibles. Hay cierto
lirismo de lo sensible a veces
una convergencia
entre ello y una
formación
marcada
por la fenomenología ·que es bastante
agobiante en
algunos
de esos ambientes. A vec es está la idea de
que de todas maneras l
política
está en lo sensible y de que por
lo tanto el arte
directamente
hace política.
Hay
que decir que
ya
no controlo muy bien las lecturas las interpretaciones ni sus
efectos pues
todo
el
tiempo estoy recibiendo
cartas de
personas
que organizan bienales que
según
me dicen se concibieron
según mi principio y que por eso debo ir. Dado que no puedo ir
a todas partes no lo puedo saber.Hay mil maneras de interpretarlo
ya sea en el sentido de que
de
todas
maneras
se hace política
ya
sea en el de que de nuevo queda probado que el arte tiene una
tarea política lo que equivale a decir que es posible retomarla en
las formas tradicionales del arte crítico o activista .
A veces también se transmite el mensaje a pesar de todo según
el cual hay que volver a pensar
l
idea del arte al servicio de
l
política
y a l vez
lade
los dispositivos que se supone que producen efectos
políticos. El principiode indeterminación del que ustedhablabano es
un
principio de indiferencia. Significa el esfuerzo de los directores y
de los curadores por construir recorridos espaciales que sean
simplemente como historias posibles y que dejan al espectador l
posibilidad de construir a partir de eso su propiahistoria. Después de
todo tengo
l
impresión de que es algo que resulta visible para
algunos de los que me han leído o escuchado .
Es
lo que advierto en
el trabajodeManoel Borja-Villel sobre su concepción del espacio del
museo del que es director el Reina Sofia de Madrid. Lo volví a ver
otra vez en el Moderna Musee t de Estocolmo cuyo director Daniel
Bimbaum que también fue
el
curador de una bienal de Venecia
pensada bajo
el
título de «Fare Mondi» busca volver a poner en
cuestión las políticas y las pedagogías espectaculares de los museos
para abrir un espaciodeposibles que seofreceparauna recomposici ón
de los espacios y a una relectura de las historias dejándole al
espectador su parte.
24
Sin querer darme demasiada importancia tengo la impresión de
haber logrado transmitir algo . Una de las cuestiones para las que el
tema del «reparto de lo sensible» ha servido en esos ambientes
después de todo es para salir un poco del ex tintor del estilo «de todas
maneras el arte es el mercado por lo tanto no hay nada que hacer;
o bien:
el
arte es
lo
que
l
institución declara como arte por
lo
tanto
es cualquier cosa» un discurso macizo abrumador.
El reparto
de
lo sensible contribuyó a darle a la gente una capacidad de pensar
espacios que yana están predeterminados por una relación dada im
placable entre el arte la institución y el mercado. Resulta importante
volver a darle algo de juego a esa relación entre el arte el mercado
y l política decir que sea cual fuere todo lo que es posible saber
sobre las instituciones y el mercado a pesar de todo en la actualidad
se pueden proponer maneras diferentes de construir mundos. Al
mismo tiempo es algo que se debe hacer de manera un tanto
modesta. Se trata de algo que algunos entienden a pesar de todas
las coerciones que por otra parte sufren el hecho de que todas esas
instituciones deben crecer según las leyes del mercado y a la vez
asegurarse en lo que respecta a los poderes públicos y a la opinión
intelectual mediante todo un sistema de legitimaciones sobre la
oposición radical de la cultura al mercado. Está claro que
esa
gente
vive en un universo de coerciones bastante densas y que sus
posibilidades de
juego
son limitadas.
No
me parece para nada falto
de interés el haber llegado a pesar de todo a construir un poco de
espacio libre en ese
juego
regulado un tanto más de la cuenta.
Por
otra parte como es sabido existe una gran cantidad de artistas y de
curadores que sólo piensan en una cosa tener un filósofo que su
puestamente esté de moda para incluir en su catálogo.Y un curador
o un director en busca de legitimidad lo encontrarán siempre ya
sea
en Ranciere en Didi-Huberman Virilio o algún otro. Defenderse
ante esos efectos secundarios es un asunto de índole individual.
L
FUTURO DEL SOCIALISMO
¿Le parece que el término «socialismo» tal como
lo
enriqueció
y revisitó en sus primeros trabajos, tiene alguna sign ficación
hoy en día? ¿Esa significación podría estar recargada
si l
-
24 1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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- -
bólicamente? Si tal es el caso entonces como redefinirlo cómo
reapropiárselo? Y
si se
trata
de
eso ¿el «principio
de
igualdad»
alcanza para definir ese socialismo?
¿O
habría que agregarle
algunas cláusulas suplementarias que vendrían y sea a de
clinar ese principio
--es
un poco por eso que hace
un
rato
hablábamos
de
máximas prácticas- ya sea
por
el contrario a
completarlo según los sectores de actividad o bien habría que
proveerse también de otras consignas provenientes de la larga
historia del socialismo como la de «asociación» que despertó
su interés o la de la abolición de la propiedad privada?
Hay varias maneras de entender lo que resulta fundamental en
la idea socialista. En el sentido más global se puede decir que la
idea del socialismo es la de un mundo que no tiene por principio
organizador el interés privado. Como por otra parte se sabe que
el interés privado no es como se dice el interés detodo el mundo
sino el de un pequeño grupo de individuos eso equivale a decir
que la idea del socialismo es la de un mundo que no está es
tructurado por el principio de la búsqueda del lucro máximo para
el capital. Lo cual según mi opinión incluye dos cosas. La idea
del socialismo po r un lado es la idea de un mundo en que los
bienes
comunes
que todo el
mundo
necesita para la subsistencia
son como máximo la propiedad de la comunidad y con un uso que
está en relación con el interés.de la mayoría.
Es
un mundo en que
el agua la tierra los medios de producc ión la educación la salud
los transportes las comunicaciones están lo más se puede al
servicio de la mayoría. Lo cual también quiere decir y a pesar
de todo la experiencia
lo
ha demostrado la propiedad de la
mayoría. Es un primerprincipio que se nos vuelve perceptible en
contrario por lo que hemos conocido desde hace unos veinte o
treinta años es decir por la manera con que todo lo que se con
sideraba como la propiedad de la mayoría se fue privatizando del
todo cada vez más y sometiendo a una lógica del lucro. La
segunda cuestión que está en el centro del socialismo sería la idea
de la asociación es decir que lo que es común esté lo más posible
administrado en farolas que son las del ejercicio de un poder de
cualquiera o de un poder de la mayoría. El socialismo define así
un
tejido social en el que tanto las formas de producción industrial
242
como
toda una serie de formas económicas y formas de vida que
conciernen a
l
educación lasalud lacomunicación se administran
en el mejor de los casos en forma asociativa y democrática . En
la idea del socialismo de alguna manera está presente la idea de
propiedad común de lo que es necesario para todos y en segundo
lugar la idea de un ejercicio óptimo de una capacidad de
cualquiera en formas asociativas.
Se
lo
puede concebir con expectativas de mínima o de máxi-ma
puede ir desde una visión máxima de la sociedad enteramente sin
clasesenmanosde los productores etc. auna visión mínimaun poco
como se la conoció el sistema de lo que se llamó de modo maligno
y para destruirlo «Estado benefactOr» lo que de hecho quiere decir
«tejido social igualitario»
lo
quedespués de todo noescompletamente
lo mismo.
Laque
se puede lIamar«socialismo» es ese doble aspecto
de propiedad común de lo que concierne a l mayoría y de
participación de l mayoría en la gestión de esa propiedad común.
Es algo que conserva suactualidad incluidohoyen día en que vemos
todo eso alejarse un poco como ese barco del que habla Winckelmann
al final de su Historia del arte y que lleva lejos una figura amada de
la comunidad .Pero sigue siendo algo que tiene un sentido. Dicho lo
cual por otra parte hay que advertir con claridad que «socialista» es
también
el
nombre genérico de los que de diversas maneras no
dejaron de traicionar loqueestabacontenido en l ideadesocialismo.
Es-tamos en esta confluencia en que la palabra «socialismo» toda
vía puede definir cierto pensamiento fuelte en cuanto a la posesión
común y a la capacidad común y
l
mismo tiempo defme una
configuración propia de un político que es lade las e r ~ o n s que no
existieron más que para traicionar indefmidamente
lo
que contenía
la idea de socialismo.
ECONOMíA
POLíTICA
En distintos momentos de su obra con Gauny del que
y
hemos hablado
usted
hace mención a la idea de una
«contra-economía». Esta contraeconomía se detalla y luego
se capta de inmediato en el principio iguahtario. En aIro
lugar criticó la idea estratégica de suspenso o de bloqlleo
11
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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de la economía en las luchas sociales y políticas. También
afirmó que lo que ocurre actualmente es el desmoronamiento
de un sistema y que entrevé formas nuevas de organización
del mundo económico.
97
¿Cómo articula la dimensión econó-
mica con su concepción de la política? ¿ Todas las cuestiones
económicas se reabsorben en la igualdad?
Hay que
partir del
hecho
de que la
economía
en la edad
moderna
siempre
quiso decir varias cosas a la vez.
Designa
el sector de
la producción
de
los
medios
de existencia pero, al mismo
tiempo
,
la economía siempre
remitió
a cierta
idea
del
mundo
de las
jerarquías. Si la gente dice, por ejemplo: «usted está hablando de
política,
no
de economía» se ve muy bien que
eso no quiere decir
que a usted
no
le interesan lo suficiente los mecanismos
económicos sino que le importa la superfic ie y no la
profundidad.
«Economía»
se
convirtió
en
el nombre de la causa
última
la
última
instancia, lo
que
habría
que cambiar
para que algo cambie.
está claro que cuando la gente dice
que
si no se toca la
economía
nada
va
a
cambiar
quieren
decir que no
se
toca
la
causa última, nada va a cambiar. Como están
más
o menos
tranquilos por el hecho
de
que nunca se
alcanzará
la causa última,
podrán desarrollar su discurso de denuncia advitam aeternam. La
primacía de la economía, en este sentido, es también
laetemidad
de
la dominación. Es un discurso sobre la economía que coincide con
el que
mencionaba
hace un rato y que consiste en decir que
democracia, capitalismo, economía y consumo, son lo mismo. La
economía es entonces laespeciede estadode civi izaciónnietzscheana
del «último
hombre»
en la quevivimos. Y está am
biénla
manera
que
quiere remplazar la
economía
por la ecología, diciendo que detrás de
los medios de producción y de existencia está la Tierra, y que de
ahora en más es en el plano de la Tierra como hay que plantear las
J7
«El debate sob
re
la economía financiera la economía real es desde
lu
ego
insuficiente. pero da cuenta del hecho de que cierta figura de la economía, la que se
identificaba con la totalidad de la evolución de las socie-dades, justamente se está
desbandando.
El
beneficio de la crisis financiera justamente consiste en liberarnos de
la «economía» como realidad unívoca y
le
y ineluctab le». en «Construire les lieux du
politique» [«Construir los lugares de lo político») (2009). entrevista realizada por e
Sobo/
publicado en
El 10 11
pis
pour
les gens jOligllés ob cit. . p. 674.
244
cuestiones. En
todos
esos casos, la idea de la economía está
asociada a una idea del conocim iento de la necesidad.
Aquello contra lo que
yo
reacciono es ante todo contra la
posición de la economía como esa
causa
última a
la que
habría
que
alcanzar pero
que nunca
se tocará . También me opongo a
identificar lo
económico
con lo
político
en
la forma
de
mu
chedumbres concebidas como esa especie de subjetividad globa l
queal mismotiempoes
de
inmediatoeconómicaypolítica. ¿Qué
es lo que
queda
entonces?
Queda
ese hecho denso
de
que
ya
no
es
posible decir en la actualidad que la economía
es
el mundo
de
la verdad
situado
por debajo de la política . La ley económica y
la ley política tienen tendencia a identificarse .
Se ve
bien
que
la
cuestión ya
no consiste
en saber si el gobierno debe o no aceptar
la libre
competencia puesto que
el
gobierno no
la acepta, la
impone . Ayer
estaban esas famosas «leyes
de
hierro
» de la
economía con las que los gobiernos debían transigir o a las que
debían remediar. Pero
hoy
en díase constitucionaliza cierta cantidad
de esas leyes económicas. Hay una compl ejidad a un punto todavía
inédito
de
la dominación política y económica. Marx decía que los
gobernantes eran los agentes de negocio s del capital. Pero lo que en
la época hacían los gobiernos por el capital consistía sobre todo en
hacerrespetarel orden bajo una forma policial en el sentido estricto,
aimpedirquealgocambie.
En
laactualidad, los
gobiemoshacen más
que impedir que algo cambie, imponen algunos dogmas económicos
como si se tratara de la mismísima ley. Estamos en una situación en
que ladominación de lo estatal y de lo económico se confunde, tiende
a convertirse en lo mismo. Y tenemos ese doble juego en que , al
mismo tiempo,nuestros gobiernos dan esta fusión como lanecesidad
a la que se someten .
Es una manera de
afirmar
para
todos la
impotencia, la incapacidad.
Nuestros
gobiernos se vuelven los
agentes que producen las condicion es de incapacidad general, aun
más en la medida en que las contrafuerzas económic as del pasado,
como las grandes organizaciones sindicales, han sido reducidas.
¿Qué es lo que
queda
entonces? Queda una pregunta cen
tral:
¿es posible
hacer
algo
o no se
puede hacer
nada y cuáles
son las
formas
a
través
de las cuales se puede hacer
algo? y
queda
una
evidencia más
fue11e
que
nunca:
la
cuestión eco-
1
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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nómica
no
se puede
separar
de l
cuestión
de
la reafirmación
de
una
capacidad, de un poder de cua lquiera en todos los niveles.
No
se la puede
separar
de la idea de
que
el poder de
cualquiera se
debe poder
ejercer tanto en el niv el de lo
que
se supone que son
las cuestiones de orden ecológico
como
en el nivel del trabajo y
de sus formas de organizació n o de la manifestación en el espacio
público. Por un lado se
puede decir
que el
paso
previo a
toda
acción
sobre
la
economía
es
la
restitución de un poder
efectivo
del pueblo. Por el otro, está claro que un poder de esa naturaleza
supone él
mismo una
capacidad de actuación en
todos
los lugares
en que la dominación económicaestáenjuego en fornlade lucha
pública
contra la transfOlmación de las leyes de la ciencia
económica
oficial en leyes del Estado como en forma de
resistencia a
nuevas maneras
de
explotación
laboral o en
forma
de creación de tipos alternativos de organización
económica.
Se
advierte con claridad que no hay democracia ni socialismo sin
formas de organización económica que en el espacio en que se
pueden insertar sean también formas de ejerc icio del poder de todos.
Por
desgracia, no es posible por el momento
decir mucho
al
respecto, salvo que hay que
volver
a
pensar
la cuestión de lo
económico
a partir de esta
complejidad que
al día de
hoy
se halla
absolutamente en el punto
máximo
del
poder
estatal y del poder
económico que
impone como paso previo una reconstitución
igualmente global de un
poder popular que
ya no distinga 10
económico de lo político. Al
día
de hoy
ya
no es posible afirmar
algo del estilo:
tomemos
las fábricas y luego el resto seguirá,
porque a las fábricas se las suprimió, las
mandaron
a otros países.
Nos
encontramos
en
una situación inédita que probablemente
exige lo que se decía antes,
l
creación de
unanuevalnternacional
pero
a largo plazo. En cierta medida, uno se dice que tal
vez
haya
que
esperar
una confluencia entre los
movimientos
de quienes
acá
se les quita el trabajo, y los
que
se ven
obligados
a vivir en
otro lugar debido a las condiciones
de
la producción fabril.
Por
el
momento
, nos hallamos en un
momento
en
que
realmente no
es posible hacer mucho en
ténninos
de predicción y de predicación .
Todo
lo que se
puede hacer
es
reafirmar
esa distancia global del
poder
popular
con respecto al poder económico-estatal global.
246
ENTREVISTA DIÁLOGO
Usted otorgó muchas entrevistas a personas muy diferentes,
para diversos soportes escritos -revistas militan/es más o
menos confidenciales, publicaciones de gran dijúsión, libros
conformados
por
entrevistas
como
el que estamos
preparando
acá
o ¿Cómo se organiza su trabajo escrito,
por un
lado, y esta carga importante en la oralidad? ¿La
entrevista tiene una virtud especial, independientemente
e
su relación con la escritura, con la construcción de
pensamiento? Una virtud que sería diferente e la de otras
formas
e
interlocución, como la que usted trabajó a través
de la figura
e
Jacotot, pero también la del diálogo en tanto
constituye una figura cardinal de la filosofia.
Partamos primero
del
hecho
empírico de que durante
mucho
tiempo
no di entrevistas porque nadie
me
las pedía, en
con
secuencia durante
mucho
tiempo no tuve que
compartir
mi
tiempo
entre la escritura y la entrevista. Dicho lo cual, una
de
las
paradojas de
la
situación es
que
el
momento en que
me
empezaron
a
pedir muchos
reportajes fue
después
de
l
publi-cación de un
libro
que
al
principio
no era sino un reportaje, a saber,
El
reparto
e
lo sensible .
Es
un primer punto. El reportaje no es una figura
constante
en mi trabajo, sino que, a partir del momento en
que
adquirí cierta notoriedad por buenas o
por
malas razones,
vi
que
se me venía encima una serie de pedidos.
En cuanto
al primer
punto al principio para
mí
el rep0l1aje no
está
iQcluido en e l
trabajo .
Acaban
de preguntarle a uno
que
retraduzca lo que ha
sido construido en
el
binomio
investigación-escritura en una
fomla
que permite inscribir
el
propio trabajo en el espacio normal
de la transmisión del saber, de l transmisión de la información
o incluso, con
mayor
claridad, del debate de opiniones. Hay todo
un ejercicio de transfonnación que tiene ese aspecto negativo qu
consiste en transformar en proposiciones generales ese trabajo de
investigación que siempre consiste en un trabajo de relación entre
1
pensamiento y lo que el pensam iento piensa,
lo
pensable. De pronto,
le
piden a uno que explique el propio pensamiento sacándolo d Sil
17
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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relación directa con lo que busca pensar aquello sobre lo que se
apoya. Se cone el riesgo considerable de transfonnarse en el propio
vulgarizador en
el
propio periodista.
Por
otra parte
por
supuesto está el hecho de que
si
usted
escribe si no se contenta con estudiar y con transcribir para
usted lo que está investigando si publica algo en cierta medida
siente
como
legítimo el hecho de que la gente
le
pida cuentas con
respecto a lo que ha publicado. Incluso si a veces implica un
enomle gasto de energía me parece nonnal responder
al
pedido de
las personas que intentan aneglárselas con
lo
que usted dijo con
lo
que yo dije con esa complejidad pemlanente entre
lo
que se supone
que es del orden del pensamiento y
lo
que aparece como que es del
orden de la descripción de la nanación de
la
empiria.
Hay un tercer aspecto y es que el ejercicio de la traducción
puede producir él mismo efectos de pensamiento de diferente
manera.
Hay
momentos en que la fórmula de
la
entrevista puede
llevarlo a cierta cantidad de formulaciones en torno a las cuales
usted estaba dando vueltas. El ejemplo de la entrevista lograda
ha sido el que dio lugar al
Reparto de
lo
sensible;
había
preguntas muy cortas a partir de las cuales pude operar una
síntesis de aquello en torno a lo cua lestaba dando vueltas. Luego
la dificultad consiste en que
la
gente le
va
a pedir una entrevista
con respecto a eso va a pedirle que retome que vulgarice lo que
ya dijo en esa entrevista que se convirtió en un libro. Pero está
el hecho de que lo lIevaa formularalgunas cosas que permanecían
no formuladas yeso puede llevarlo a pensar lo que no estaba
pensando
para
responder a una provocación .
n
las entrevistas
quevuelvoa
leer a veces me digo:«m irá
lo
que dijiste»
meolvidé
.de
lo
que había dicho. Lo cual quiere decir que algo se produjo de
lo que de antemano no tenía el dominio que no era previsible
como
la respuesta que Jacques Ranciere hace a las preguntas
que le plantean sobre su estética o su política. A veces tiene esa
bondad que consiste esencialmente en
una
virtud de provocar.
La buena entrevista es aquella en la que de pronto usted dice
cosas que no estaban previstas que no sólo son nuevas que
todavía no se dijeron pero que no se habrían dicho si no hubiese
habido ese tipo de provocación específico. Está el trabajo de
248
escrituraque responde a cierta provocación a la manera con que
nos provocan los objetos de investigación. stá el tipo de
escritura que produce eso y luego tal vez está esa provocación
que nos viene de vuelta de
lo
que ustedes han escrito.
La noción de «diálogo» plantea otro problema. No creo en las
virtudes del diálogo en forma de: acá hay un pensador ahí hay
otro van a debatir entre ellos yeso va a
dar
algo. Mi idea es que
primero son siempre las obras las que dialogan y no las personas;
en consecuencia la respuesta a lo que otro tiene para decirle
la
hace en forma escrita. Lo cual quiere decir que el diálogo
siempre llega después.
i me plantean preguntas es unaentrevista;
pero si en
la
entrevista hay un objeto que es más especialmente
de ustedes que da cuenta de un interés específico independiente
entonces puede cumplir el papel de provocador y acarrear ese
punto posterior del diálogo .El diálogo no es para
míjamás lo
que
parece ser a saber algo
como
la fulguración del encuentro del
intercam bio vivo.
No
el diálogo es siempre algo que llega con el
tiempo con el desfase; es el diálogo de o bra con ob ra y no de
gente con gente de personas con personas; y luego está este
caso: el diálogo que aparece
como
oculto en la entrevista y en el
que uno intenta insertarse a posteriori en la reelaboración. Pues
la respuesta que se
da
primero en la entrevista tiene siempre en
fin casi siempre algo que es del orden de la protección. Uno da
la respuesta que lo protege . Después de eso tal vez en el
momento pero por lo general después aparece esa dimensión
del diálogo en el sentido de algo que se dijo a lo que uno no
respondió y que es necesario responder.
De
vez
en
cuando toma
la
palabra
en la radio
Lo hemos visto
por lo menos una vez en la televisión ¿Esas condiciones
externas
de /a
palabra se piensan en función
de lo
que usted
anhela decir? Pues
uno se
dirige también siempre
de
manera
virtual a un público que difiere según cada una de esas
ocasiones
La
pregunta tiene varios niveles. Digamos primero que no soy
dueño de lo s lugares en lo s que se me pide que hable desde el
249
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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anfiteatro solemne al local cheap de ciertos espacios de arie
contemporáneo del pupitre de los conferencistas anglosajones a
los sillones para debate dis tendido . Lo que hago es adaptarme
eso es todo. Lo cual remite l hecho de que si tengo una pala
bra pública muy pocas veces es por iniciativa propia . Mis
intervenciones -orales o
escritas-
en el espacio público del tipo
artículo sobre laactual idad o palabras en la radio en l televisión
de vez en cuando en conferencias debates mesas redondas
discusiones
l
mayoría de las veces son cosas que me pidieron
y muy rara vezesalgoen dondeyotomo l iniciativa. Mi iniciativa
consiste en tomar l
plumay
encontrara alguien que mepublique
cuando siento que hay algo para decir que nadie por diversos
motivos podrá decir. Cuando tengo la sensación de un consenso
intelectual que va a ganar la partida porque nadie responde aello
porque la gente tiene miedo de romperse
l
cara al responder
porque no tienen ganas de responder entonces es posible que
decida intervenir como fue el caso para El odio a la democracia
en el que tuve que tomar una decisión puesto que aparentemente
nadie tenía suficiente fuerzas o ganas como para decir ciertas
cosas. Pensé que yo podía decirlas y las dije. Es así como
también intervine por propia iniciativa en torno a cuestiones
relativas l racismo a la extrema derecha etc. porque nadie
quería hablar de eso pero porque me parecía que las reacciones
aceptaban los
presupuestos
del adversario. Pero esas
intervenciones voluntarias no abundan. La mayor ía de lasveces
son pedidos externos e intento ubicarme con respecto al pedido
y eventualmente rechazar la posición del filósofo que viene a
hablar con políticos con periodistas etc. o bien del que viene a
evaluar l situación en tanto que experto a exponer según las
prerrogativas propias a su función lo que la filosofía tiene para
decir sobre talo cual tema. Con respecto a esta cuestión mi
segundo principio es prácticamente no ocuparme de saber a
quién le estoy hablando. Adopté ese principio bastante pronto.
¿Con respecto a los periodistas que lo interrogan o con
respecto a
un
público?
25
Con respecto a un público; con los periodistas es un poco
diferente. Intento aplicar el principio de igua ld ad de las in
teligencias a saber que en cierta
medida
todo el
mundo es
capaz
de
comprender
algo de lo que estoy diciendo y de hac
er
algo con
ello . Esta capacidad que uno puede suponer que los otros poseen
es independiente delnivel ·cultural que se supone que tienen. Si
me invita una asociación que or-ganiza debates culturales en un
pueblito de provincia diré lo mismo que en una universidad
supuestamentepres-tigiosa. Pienso que la cuestión fundamental
consiste en saber si tengo algo para decir o no y entonces tratar
de decirlo de la mejor manera posible. Lo que un público
determinado siente siempre es si la persona tiene algo o
no
tiene
nada par
a decir. En el primero de los casos se tomará su
tiempo
para pensar en ello. El asunto es más complicado cuando usted
tiene que tratar con periodistas. En nuestra sociedad el periodista
se convirtió en la figura del pedagogo embrutecedor. Es el
pedagogo supremo
que
ni bien lo ve llegar a uno comienza a
estremecerse diciéndole: «Sa be usted no está entre intelec
tualoide etc . No debe hablar demasiado hay que emplear
palabras muy simple » Es una actitud que está ligada a la fun
ción . Es lo mismo si la función la cumplen estudiantes de la
Escuela Normal ca ted ráticos de l universidad etc. Es el
princip io mismo de la fun ción suponer que nos estamos dirigiendo
a imbéciles .Tengo por princ ipio decir que no medirijo a imbéciles
sino a seres que tienen la mima inteligencia que yo decir lo que
tengo para decir yeso e t do . Por lo general siempre rechacé
los debate
radiof
ónico o te levisivos en que uno
seencuentraahí
para
cumplir
un papel asumir una posición:
cumplir
el papel de
izquierdista debatiendo on Finkie lkraut con Gauchet o qué sé
yo. Una vez m encontré en un a situación en la que había dos
tipos de extrema dercclw cn el set que me habían asignado;
entonces no entré cn el sc t si no en e l momento en que me inter
pelaban dije
I
que tcn í qllc decir de un tirón y después me callé.
Por lo tan/o, a pi .wr
di
lodo es/ablece algún control sobre
las condicione.\ .
25 1
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Hay
un
control de las condiciones en
lo
que respecta a los medios
de comunicación
pero
es algo que concierne sobre todo a cierto
tipo de confrontaciones en radio o televisi ón en
donde
hay que
cumplir el papel del filósofo el del izquierdista etc. pero es
relativamente limitado. En esos casos intento controlar las
condiciones.
¿Es
p r
usted una oportunidad de reformular de otra
manera su propio pensamiento? Cuando hablamos de
condiciones son
por
supuesto las condiciones externas con
los periodistas las mediaciones técnicas pero también eran
las condiciones eventuales e invención e una palabra que
funcionara de manera distinta que
en
los libros o
en
los
artículos como en las entrevistas ...
Una obligación
que
tengo conm igo mismo y a laque no siem-pre
logro ser fiel es la de no aburrirme . A pesar de todo a
menudo
me
piden que hable de cosas sobre las que he hablado mucho
sobre las que he escrito mucho y existen fenómenos de
saturación que son extremadamente ame-nazantes. Por lo tanto
intento captar el término la pregunta que me permitirárefonTIular
?e otro
modo
parano aburrirme
yo
mismo. Es una exigencia muy
Imp0l1ante a la
que
no siempre puedo responder. La
forma
de la
discusión en la librería tiene esa ventaja: resulta extraor
dinariamente
difícil
dar
una conferencia diferente de otra
conferencia es mucho más fácil cuando no hay ningún papel
ante los ojos
ninguna
forma obligada de encontrar una obertura
para decir las cosas de otra manera y para desplazar el propio
decir.
Para mí
es algo esencial sin lo cual uno acaba reventando.
5
íNDI E
Prólogo ................................................................................. 7
Primera parte
GÉNESIS
Infancia y juventud ............................................................... 13
Formación ......... ............................... ............ ................... 9
Leer
El capital ........................................................ ............. 22
Relación con el
compromiso
comunista ................................ 28
Mayo del 68 Vincennes
izquierda proletaria ...... ..................... ......................... ......
31
Bifurcaciones .... .... ..... .............................. ... ..................... ..... 38
En La noche e los proletarios .......... .... ......... .......... ....... . 43
Nacimie nto de un método:
maneras de leer y escribir ...............................................
46
Michel Foucault .................................................................... 58
Les révoltes logiques el reflujo de
Mayo
......................... 62
Cine ficción de izquierda
y memoria popular .........................................................
67
Segunda parte
LíNEAS
Herencia y singularidad ............................ .................. ........
73
Sistematicidad antisistemática .............................................. 77
Privilegiar el espacio
volver a pensar el tiempo ................................................. 85
253
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Excedente o acontecimiento .............. ............... .................... 91
Definición de una escena .....................................................
98
La subjet ivación en palabras ...................... .......................
105
Facu Itades o posibi lidades ........ ...................... .......... ......... 107
¿Revolución estética
r ~ v o l u i democrática? ........... ..................................... 112
Escritura filosófica y discurso ordinario ............................. 114
La filosofía en efectos ........................................................ 122
El r ~ s t o
le
corresponde a usted .......................................... 124
La risa de un pensamiento .................................................. 129
Tercera parte
UMBRALES
Desengaño y deconstrucción ..............................................
135
o n ~ e n s o
y estupidez ......................................................... 139
C o
njurar.el dominio ....... ... ....... ... .... ..... ......... .............. .........
141
Sltuare1mconsciente ..........................................................
147
Proletarios ayer y hoy ........................................................ 152
Igualdad / desigualdades ............................................. ....... 158
La disposición de lo común ................................................. 162
Desidentificación y subjetivación .......................................
168
Política e instituciones ............................................ ... 170
Ell
ugar de lo sOcIal ..................... ........................ ........ ......
173
Novedad e historicidad ............ .... .............. .......... .......... . 177
Dispersión de las imágenes:
¿otro régimen del arte? .......... ... ...... ..... .................... 191
Las culturas populares ........................................................ 196
Cuarta parte
PRESENTES
Cartografia de los posi bles ............................ .................... 203
Figuras del presente
modalidadesdela«policía» ........................................... 206
Rupturas revoluciones revueltas ...................... ............... 213
¿U n nuevo internacionali smo? ....... ........... .................. 217
Cuerpos migrantes cuerpos sufrientes .............................. 220
Hum anos no humanos: ecología política ............................ 223
254
Un mundo desrcalizad :
¿cómo informarse? ............................. ............ ....... . . 226
Hechos policiales vidas anodinas investigación ................ 229
Artes de vida precarias y populares ............. .................... 233
Reparto de lo sensible y arte contemporáneo .... .... ............ 238
El futuro del socia lismo .............. ............... ............... .... ..... 241
Economía política ................................................................ 243
Entrevista y diálogo ................. ................ ....................
..... 247
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r
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rtes Gráficas Color Efe
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Provincia de Buenos Aires República Argent ina.
7/24/2019 El Método de La Igualdad - Jacques Rancière
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Se trata de reprimir las cuestiones del origen, no pensar en el
origen del pensamiento, del conocimieto, de la política, sino
definir escenas a partir de las cuales
uno ve que las cosas se
distribuyen, con la idea de que
el
origén es en sí mismo siempre
una especie d.:: escena."
Jacques Ranciere
Esta larga conversación con Jacques Ranciere, a la que en este
caso nos invitan Laurent Jeanpierre y Dork Zabunyan, responde
a esa exigencia. ~ o ceder de entrada a la tentación de la lineali
dad o de la causalidad, hacer qUe 'emerjan las escenas, los
momentos que C0nstruyen
un
recorrido intelectual. La elabo
ración del proyecto filosófico, los años de f('rmación, la ruptura
metodológica
y
política con LouisJ\lthusser, las lecciones de
m3.yo
del 68 sobre la tarea que les ircumbe a 1 <;; intelectuales.
Luego, la unidad de la obra, que casi siempre se la separa entre
poHtica y estética, los pasajes, las circul::-clone<;; subterráneas
entre los texto.' y las categorías, el 'estilo de un pensamiento.
Luego, la confrontación con las obras de o'l'os
p ~ n s a ~ o r e s
las
c o n t r o v ~ r s i a s a \ eces los ma lcntendidos.
Finalménte, la mirada sobre
la
época, la multiplicidad de presen