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Tomás Gorria Ortega En los dos primeros números de la revista Hora de España, dirigi- da por Manuel Altolaguirre des- de la redacción de la valenciana calle Avellanas y auspiciada por el gobierno de la Segunda Repú- blica, se produjo un pequeño, aunque apasionado debate entre Ramón Gaya (ilustrador de la misma) y Josep Renau, afamado cartelista y responsable de la Di- rección de Bellas Artes del go- bierno republicano. En la prime- ra entrega de Hora de España (páginas 54-56), Gaya, se dirige a Renau en su artículo «Carta de un pintor a un cartelista» y se queja de la excesiva frialdad en los trabajos de los cartelistas re- públicanos: «La misión del cartel dentro de la guerra no es anun- ciar, sino decir, decir cosas, cosas emocionadas, emocionadas más que emocionantes. Por eso hasta los mejores cartelistas se han equi- vocado ahora; se han equivocado porque nunca se les pidió más que eficacia, cálculo, inteligencia». Renau le respondió en el si- guiente número de Hora de Es- paña (febrero de 1937, páginas 57 a 60): «El cartelista tiene im- puesta en su función social una fi- nalidad distinta a la puramente emocional del artista libre. El car- telista es el artista de la libertad disciplinada, de la libertad con- dicionada a exigencias objetivas, es decir, exteriores a su voluntad individual. Tiene la misión espe- cífica —frecuentemente fuera de su voluntad electiva— de plante- ar o resolver en el ánimo de las masas problemas de lógica con- creta». Ramón Gaya, replicó en el siguiente número de la publi- cación, concluyendo una polé- mica que incluía cuestiones como la conveniencia estética de utilizar el aerógrafo o las tintas planas. Un debate que Renau en- riqueció con su obra La función social del cartel, editado en 1937 y reeditado en 1976 por Fernan- do Torres, en el que se reafirma en sus tesis, obviamente inspira- dos en los postulados marxistas de lo que se denominó «realismo socialista». Este debate, en el que posible- mente puedan extraerse conclu- siones de ambas posiciones, ha sido recurrente en la más re- ciente historia del arte (y tuvo su máximo exponente durante los años sesenta-setenta con el de- bate de la literatura comprometi- da) es el que también subyace en la muestra Re-Nau, (significativo y ocurrente nombre), que ha sido organizada por la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana, y que esta enmarca- da en los actos del centenario del artista. En ella, quince de los más relevantes diseñadores gráficos valencianos reinterpretan la obra de Renau, en la que cobra una es- pecial importancia la reflexión sobre su función social y política. Homenaje gráfico Quizás sea por la herencia de Renau y el resto de los artistas gráficos republicanos (no pode- mos olvidarnos de Monleón, o Ar- turo Ballester), pero los diseña- dores gráficos valencianos siem- pre se han caracterizado por una fuerte implicación con la realidad que les envuelve. No hablamos de oídas; hace unos años, el autor de estas líneas coordinó un trabajo gráfico de denuncia medioam- biental para el que pidió colabo- ración de muchos de los diseña- dores que colaboran en esta muestra. La respuesta fue unáni- me, desinteresada y de calidad. Imagino que el trabajo de los comisarios de esta muestra, los también diseñadores y partici- pantes de la misma, Dídac Ba- llester e Ibán Ramón (autor este último del catálogo y de la ima- gen gráfica del Centenario de Re- nau) ha sido especialmente gra- to, moviendose en un terreno que no les es ajeno y contando con la colaboración de sus com- pañeros. Sus propias palabras son significativas: «En el caso concreto de los grafistas valencia- nos de hoy, encontramos muchos casos de profesionales comprome- tidos con la sociedad actual, al- gunos de los cuáles están presen- tes en esta muestra. Sus trabajos se han centrado en denunciar de- sastres medioambientales como el del Prestige o la destrucción de la huerta valenciana a causa de la especulación inmobiliaria; tam- bién han apoyado organizaciones no gubernamentales, de solidari- dad o de pensamiento crítico, o mediante sus obras han denun- ciado la pobreza, la violencia con- tra las mujeres, las desigualdades sociales o la exclusión social de los colectivos minoritarios». Papel y tijeras Posiblemente, la obra de Jo- sep Renau, si la hubiera realiza- do en nuestros días, hubiera sido distinta, sobretodo porque su tra- bajo estaba muy ligado a los ade- lantos técnicos en las artes grá- ficas, un terreno en el que la in- formática ha cambiado radical- mente los métodos de trabajo. Quizás por ello, los organizado- res de la muestra enviaron a los participantes unas tijeras, una barra de goma adhesiva, un pe- riódico actual y unos textos de Renau; a partir de aquí, según Ramón, «cada uno hizo su crea- ción para evidenciar que hay fuer- tes puntos de unión entre su obra y el trabajo de los diseñadores ac- tuales, no sólo desde el punto de vista formal, sino también en el de las ideas». Por lo demás, la muestra re- sulta interesante por la calidad de los trabajos de diseñadores ya consagrados (Paco Bascuñán, Pepe Gimeno, Nacho Nebot...) o los de los más jóvenes, como la del propio Dídac Ballester, posi- blemente la intervención más ori- ginal, en la que introduce ele- mentos como el vídeo e internet, posibilitando una actualización continua de la propia obra con textos de diarios digitales. Una muestra (que puede con- templarse hasta el 6 de enero en La Nau) de visita recomendada, como toda la dedicada a Josep Re- nau en su centenario; un artista valenciano de renombre interna- cional, convertido, para bien o para mal, en el paradigma del ar- tista comprometido, y quizás por ello olvidado por las diversas ad- ministraciones valencianas. La función social del diseño 1 Levante EL MERCANTIL VALENCIANO Viernes, 2 de noviembre de 2007 PARTICIPANTES. Imágenes de Juan Nava y Jaume Marco (1), Paco Bascuñán (2), Daniel Nebot (3), Boke Bazán (4) y Juan Martínez (5). Además, participan en la muestra «Re-Nau»: Sebastián Alós, Xavi Calvo y Raúl Climent, Canya, Kike Correcher, Javier Gimeno, Pepe Gimeno, MacDiego, Ramón Pérez Colomer, Dídac Ballester e Ibán Ramón. En Diario de un mal año, J. M. Coetzee indaga en la na- turaleza del ser humano a través de las vivencias de un viejo escritor (pág. 5). Narrativa posdata pd Suplemento Cultural Quince artistas gráficos valencianos reinterpretan la obra de Josep Renau 1 3 4 5 2 ❙❙❙ El debate entre Renau y Gaya subyace en la muestra de La Nau

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Page 1: EL MERCANTIL VALENCIANO 1 pd - Levante-EMV...2007/11/09  · tra las mujeres, las desigualdades sociales o la exclusión social de los colectivos minoritarios». Papel y tijeras Posiblemente,

Tomás Gorria OrtegaEn los dos primeros números dela revista Hora de España, dirigi-da por Manuel Altolaguirre des-de la redacción de la valencianacalle Avellanas y auspiciada porel gobierno de la Segunda Repú-blica, se produjo un pequeño,aunque apasionado debate entreRamón Gaya (ilustrador de lamisma) y Josep Renau, afamadocartelista y responsable de la Di-rección de Bellas Artes del go-bierno republicano. En la prime-ra entrega de Hora de España(páginas 54-56), Gaya, se dirige aRenau en su artículo «Carta deun pintor a un cartelista» y sequeja de la excesiva frialdad enlos trabajos de los cartelistas re-públicanos: «La misión del carteldentro de la guerra no es anun-ciar, sino decir, decir cosas, cosasemocionadas, emocionadas másque emocionantes. Por eso hastalos mejores cartelistas se han equi-vocado ahora; se han equivocadoporque nunca se les pidió más queeficacia, cálculo, inteligencia».

Renau le respondió en el si-guiente número de Hora de Es-paña (febrero de 1937, páginas57 a 60): «El cartelista tiene im-puesta en su función social una fi-nalidad distinta a la puramenteemocional del artista libre. El car-telista es el artista de la libertaddisciplinada, de la libertad con-dicionada a exigencias objetivas,es decir, exteriores a su voluntadindividual. Tiene la misión espe-cífica —frecuentemente fuera desu voluntad electiva— de plante-ar o resolver en el ánimo de lasmasas problemas de lógica con-creta». Ramón Gaya, replicó enel siguiente número de la publi-cación, concluyendo una polé-mica que incluía cuestionescomo la conveniencia estética deutilizar el aerógrafo o las tintasplanas. Un debate que Renau en-riqueció con su obra La funciónsocial del cartel, editado en 1937y reeditado en 1976 por Fernan-do Torres, en el que se reafirmaen sus tesis, obviamente inspira-dos en los postulados marxistasde lo que se denominó «realismosocialista».

Este debate, en el que posible-mente puedan extraerse conclu-siones de ambas posiciones, hasido recurrente en la más re-ciente historia del arte (y tuvo sumáximo exponente durante losaños sesenta-setenta con el de-bate de la literatura comprometi-da) es el que también subyace enla muestra Re-Nau, (significativo

y ocurrente nombre), que ha sidoorganizada por la Asociación deDiseñadores de la ComunidadValenciana, y que esta enmarca-da en los actos del centenario delartista. En ella, quince de los másrelevantes diseñadores gráficosvalencianos reinterpretan la obrade Renau, en la que cobra una es-pecial importancia la reflexiónsobre su función social y política.

Homenaje gráficoQuizás sea por la herencia de

Renau y el resto de los artistasgráficos republicanos (no pode-mos olvidarnos de Monleón, o Ar-turo Ballester), pero los diseña-dores gráficos valencianos siem-pre se han caracterizado por unafuerte implicación con la realidadque les envuelve. No hablamos deoídas; hace unos años, el autor deestas líneas coordinó un trabajográfico de denuncia medioam-biental para el que pidió colabo-ración de muchos de los diseña-dores que colaboran en estamuestra. La respuesta fue unáni-me, desinteresada y de calidad.

Imagino que el trabajo de loscomisarios de esta muestra, lostambién diseñadores y partici-

pantes de la misma, Dídac Ba-llester e Ibán Ramón (autor esteúltimo del catálogo y de la ima-gen gráfica del Centenario de Re-nau) ha sido especialmente gra-to, moviendose en un terrenoque no les es ajeno y contandocon la colaboración de sus com-pañeros. Sus propias palabrasson significativas: «En el casoconcreto de los grafistas valencia-nos de hoy, encontramos muchoscasos de profesionales comprome-tidos con la sociedad actual, al-gunos de los cuáles están presen-tes en esta muestra. Sus trabajosse han centrado en denunciar de-sastres medioambientales como eldel Prestige o la destrucción de lahuerta valenciana a causa de laespeculación inmobiliaria; tam-bién han apoyado organizacionesno gubernamentales, de solidari-

dad o de pensamiento crítico, omediante sus obras han denun-ciado la pobreza, la violencia con-tra las mujeres, las desigualdadessociales o la exclusión social de loscolectivos minoritarios».

Papel y tijerasPosiblemente, la obra de Jo-

sep Renau, si la hubiera realiza-do en nuestros días, hubiera sidodistinta, sobretodo porque su tra-bajo estaba muy ligado a los ade-lantos técnicos en las artes grá-ficas, un terreno en el que la in-formática ha cambiado radical-mente los métodos de trabajo.Quizás por ello, los organizado-

res de la muestra enviaron a losparticipantes unas tijeras, unabarra de goma adhesiva, un pe-riódico actual y unos textos deRenau; a partir de aquí, segúnRamón, «cada uno hizo su crea-ción para evidenciar que hay fuer-tes puntos de unión entre su obray el trabajo de los diseñadores ac-tuales, no sólo desde el punto devista formal, sino también en el delas ideas».

Por lo demás, la muestra re-sulta interesante por la calidad delos trabajos de diseñadores yaconsagrados (Paco Bascuñán,Pepe Gimeno, Nacho Nebot...) olos de los más jóvenes, como la

del propio Dídac Ballester, posi-blemente la intervención más ori-ginal, en la que introduce ele-mentos como el vídeo e internet,posibilitando una actualizacióncontinua de la propia obra contextos de diarios digitales.

Una muestra (que puede con-templarse hasta el 6 de enero enLa Nau) de visita recomendada,como toda la dedicada a Josep Re-nau en su centenario; un artistavalenciano de renombre interna-cional, convertido, para bien opara mal, en el paradigma del ar-tista comprometido, y quizás porello olvidado por las diversas ad-ministraciones valencianas.

La función social del diseño

1Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 2 de noviembre de 2007

PARTICIPANTES. Imágenes de Juan Nava y Jaume Marco (1), Paco Bascuñán (2), Daniel Nebot (3), Boke Bazán (4) yJuan Martínez (5). Además, participan en la muestra «Re-Nau»: Sebastián Alós, Xavi Calvo y Raúl Climent, Canya, KikeCorrecher, Javier Gimeno, Pepe Gimeno, MacDiego, Ramón Pérez Colomer, Dídac Ballester e Ibán Ramón.

En Diario de un mal año, J.M. Coetzee indaga en la na-turaleza del ser humano através de las vivencias de unviejo escritor (pág. 5).

Narrativa

p o s d a t apdSuplemento Cultural

Quince artistas gráficos valencianosreinterpretan la obra de Josep Renau

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El debate entreRenau y Gayasubyace en lamuestra de La Nau

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Antoni GómezL’erudició en Roberto Calasso(Florència, 1941) és una capaci-tat intel·lectual que va molt mésenllà de la citació de fonts o au-tors, del comentari acadèmic méso menys previsible; l’erudició ésen el seu cas un singular mètodede coneixement que es presentaen forma d’estudi minuciós, inci-siu, intel·ligent, perspicaç. Fins itot és un autor una mica punyent,cal rellegir, oxigenar la lectura,reprendre-la de bell nou amb in-terés i entusiasme. Una vegadacaptat, el raonament és conver-teix en un gaudi immens per l’as-túcia expositiva, per l’honesta sa-viesa; en definitiva, per la seua cla-rivident capacitat de sorprendre.En les pàgines inicials del primerassaig dels dotze que conformenel llibre, un recull d’articles i con-ferències datades entre juny del1991 i octubre del 2001, apareixencomentaris basats en textos ho-mèrics, en Hesíode, Filòstrat, Plu-tarc, Fonterose, Norman Dou-glas, George Dumézil,Plató…Tot plegat, un llistat d’au-tors des de clàssics fins els ac-tuals que ens donen la talla d’unescriptor sagaç i cultíssim ques’ha d’assaborir amb la serenitatque demanen les bones lectures.Calasso cita les fonts però hom nose n’adona en una primera lectu-ra. És a dir, no hi ha espai per a laimpostura acadèmica, el seu estilés personal i conviu perfectamentamb la precisió erudita.

Assagista, editor i teòric de l’e-dició, magnífic l’article titulat«L’edició com a gènere literari»,la intel·ligència de Roberto Ca-lasso sobrevola les lletres italia-nes. El seu prestigi també. El seupaper com a editor d’Adelphi, la

mítica editorial italiana, l’ha con-sagrat com un dels grans de leslletres europees. A Espanya s’ha-via publicat a Anagrama La lite-ratura y los dioses, un llibre polè-mic que recopila diverses lliçonsdictades a Oxford i mostra l’he-terodòxia dels seus planteja-ments crítics, plantejaments en

els quals s’ha d’incloure necessà-riament un exhaustiu coneixe-ment de l’hinduisme, les llegen-des antigues i els mites clàssics.Elements presents en obres comKa, La ruina de Kasch y Las bodasde Cadmio y Harmonía. Cal afe-gir la traducció castellana d’a-quest llibre, La locura que vienede las ninfas y otros ensayos, a l’e-ditorial Sexto Piso.

Quaderns Crema ha publicatla traducció al català d’Ana Ca-sassas, una exquisida joia que re-comane encaridament. Vaja perdavant que no és un autor fàcil, elcamí del plaer és ascètic, però laseua mirada és penetrant i esti-mula la reflexió. I sorprén, tambésorprén pel seu poder nimfolèp-tic. En realitat, el tema del llibreés la possessió com a coneixe-ment, un fet que en l’actualitat potconsiderar-se fins i tot patològicperò d’extraordinària importàn-cia política i religiosa a l’antigaGrècia a través del santuari deDelfos i el seus misteris. Algú s’haplantejat d’on provenen les forcesmentals que ens llancen a la follia,l’embriac o el deler eròtic?

Això no era qualsevol fadesa al’antiguitat, segons conta, i en larelació entre la serp, la nimfa i lafont del santuari de Delfos tro-

bem l’origen d’aquella forma deconeixement superior basat en lapossessió o nimfolèpsia, és a dir,en el fet de sentir-nos, presos,captivats per les nimfes, posseï-dores d’un saber usurpat perApol·lo, casus belli de tots els con-flictes posteriors. «A aquests és-sers de vida llarguíssima, tot i queno eterna, la humanitat els deumoltes coses», diu l’autor. «Els déusvan començar a fer incursions a laterra més atrets per elles que no paspels humans. I primer els déus, idesprés els humans, que imiten elsdéus, van reconéixer que els cos deles nimfes era el lloc d’un coneixe-ment terrible, perquè era salvadori funest alhora: el coneixement através de la possessió». És el cas dela «nimfeta» Lolita, de Nabokov,sobre la qual Calasso opina que lacrítica no ha considerat el fet quela noieta «tingués una natura nohumana, sinó de nimfa i, per tant,demoníaca».

L’assagista italià és un gran ci-nèfil. I en aquest apartat es con-verteix també en un agut esquar-terador de seqüències, escenes isignificats audiovisuals de granarrelam simbòlic/metafísic. Enl’assaig «El Plató de la ment» fauna lectura vedàntica de la gran

pel·lícula de Hitchcock La finestraindiscreta. Original, sens dubte.Calasso descriu el significat d’a-questa obra mestra, la metafísicade la qual va fascinar Truffaut,Chabrol i Rohmer, com un procésmental conduït a través de mitjansvisuals, utilitzant les pròpies pa-raules del realitzador anglés. A fide comptes, arriba a la conclusióque el veritable art no es deixapertorbar pels seus significats.

I més cinema encara. Amb Elguant de Gilda diu que la formadel cinema és la que més s’acostaa «l’essència d’allò que es manifes-ta avui dia: i què es manifesta? Elfetitxisme total». Extraordinaril’assaig sobre el músic avant-guardista John Cage i també elque fa referència a l’escriptor deviatges Bruce Chatwin. L’estançade Franz Kafka al sanatori natu-rista i nudista de Jungborn, a Ale-manya, és un altre dels textos col-pidors pel seu precís sentit frag-mentari i, alhora, el seu poder il·lu-minador sobre la psique de l’es-criptor txec. O aquell que contal’atracció que va experimentar per«la petita Tschissik», una actriu deteatre jiddisch, que estava consi-derat una variant de l’opereta.

Honestament, he de dir queallò més important d’aquestaobreta de Calasso és que malgratla profunditat dels comentaris nodesprén en cap moment flaire afalsa erudició ni resulta preten-siosa. Ans al contrari, l’autor ita-lià sap enganxar el lector amb lapenetrant subtilesa de les argu-mentacions que utilitza i les seuesreflexions, de vegades empasti-fades amb una finíssima ironia,són sorprenents i estimulen l’a-gudesa. Com una possessió queve de les nimfes.

Un recull d’assaigs de Roberto Calasso

La possessió queve de les nimfes

2 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 2 de noviembre de 2007

PENSAMENT

Ana GimenoMai s’ha trobat proves documen-tals que Joanot Martorell, l’autorde Tirant lo Blanc, viatjara a la ca-pital de Bizanci, Constantinoble,però tampoc ningú no ha pogutnegar la possibilitat d’este viatge.Més de 500 anys després de laseua primera edició, el Tirant loBlanc continua estimulant la in-vestigació literària i obrint caminsa noves immersions en la cultura,la llengua i el patrimoni de la tar-dor de l’Edat Mitjana. En paper ia través de la xarxa d’Internet, l’o-bra de Martorell continua viva. Elprofessor de literatura espanyolade la Universitat de València, Ra-fael Beltrán, amb el seu treball Ti-rant lo Blanc, de Joanot Martorell,(Editorial Síntesis) tracta de pre-sentar la novel·la de cavalleries deMartorell a un públic ampli i faci-litar a qualsevol interessat una mi-llor comprensió d’aquesta obramajor de la literatura catalana delsegle XV. Beltrán destaca i analit-za la profunditat simbòlica i la co-herència psicològica dels prota-gonistes i pretén posar l’atenciódel lector sobre les diferents di-mensions del text: d’una banda labiografia militar, d’altra, el llibre

de cavalleries, el text realista i do-cumental, la narració d’amors,d’espectacles, de contes i de pa-raules declamades i en acció. Bel-trán incorpora una secció biblio-gràfica, amb referències a dife-rents traduccions i estudis i, a mésd’un glossari, l’obra pota un índexnominal en el que s’explica qui ésqui a la novel·la i un anàlisi de ladifusió del llibre al llarg de la seuahistòria des que va ser indultat perCervantes en Don Quixot de laManxa al considerar-lo «el mejorlibro del mundo».

La «web» literària ParnaseoEls estudis sobre Tirant lo

Blancno cessen. La Universitat deValència li dedica una publicaciópròpia a l’obra, amb un consell deredacció valencià i amb un comitéassessor internacional, en la seuaweb literària denominada Parna-seo (http://parnaseo.uv.es/ti-rant.htm). És el butlletí informa-tiu i bibliogràfic de literatura decavalleries Tirant, dirigit per Ra-fael Beltrán. Esta iniciativa té elseu origen al 1998 en un projected’informació, actualització i co-municació científiques al voltantde la novel·la de cavalleries va-

lenciana i de la tradició prosísticad’història i ficció catalana, hispà-nica i romànica en general. Al but-lletí Tirant es publica articles es-pecialitzats i ressenyes, es dónanotícia d’estudis, miscel·lànies,monografies, altres articles o tra-duccions importants, així com in-formació d’actes i espectacles. Lapublicació digital manté al dia l’ac-tualització bibliogràfica de l’obravalenciana (ampliada a Curial eGüelfa) i la seua secció de textospermet fer enllaços amb llibres re-lacionats, publicats electrònica-ment. La publicació accepta tre-balls i informació, en qualsevolllengua romànica i en anglés i per-met conéixer per tant tot allò queels investigadors del Tirant loBlanc aporten.

En el número 9 de Tirant, l’úl-tim publicat, quatre investigadorsvalencians incideixen en el temadel realisme de la novel·la de Joa-not Martorell i la seua captació fi-del de la realitat grega. Potser nohi ha constatació documental del’estada de l’autor a Constantino-ble, però almenys sembla que hihaguera estat. Arran d’esta per-cepció, els quatre investigadorshan aprofundit en els detalls des

de la història de l’art i des delcamp filològic hel·lenista. RafaelBeltrán estudia extensament al-gunes de les que qualifica com a«vertaderes fotografies i quadresdels espais quotidians europeuspresents en la novel·la cavalleres-ca: espais militars i cortesans, es-tratagemes, geografies, vestits, di-vises, ornaments, històries, perso-natges i noms..., molts detalls hisón mostrats sovint amb una mi-nuciositat i fidelitat que gairebésempre confirmen els testimonis,les cròniques i els documents de l’è-poca». Des del departamentd’Història de l’Art de la Universi-tat de València, Teresa Izquierdoanalitza la presència dels espaisde Constantinoble a la novel·la iestudia a fons l’arquitectura querecrea Martorell del Sagrat Palauo Gran Palau Imperial (on hui s’al-ça el Top-Capí, a Istambul). El Pa-lau era ja un conjunt d’edifica-cions en ruïnes a l’època de Mar-torell però este demostra una vo-luntat de recuperar-lo com a sím-bol de magnificència, tractant deressuscitar la vitalitat dels seusàmbits, públics i privats.

Per la seua banda, el professorde Filologia grega de la Universi-

tat de València, Jordi Redondo,«demostra, tot partint de la pre-sència de colònies catalanes aConstantinoble, que l’ús que Mar-torell fa, als capítols grecs, de to-pònims habituals com ara “mer-cat” i “església”, no es corresponamb les accepcions naturals delsmots, sinó amb unes molt específi-ques que coincideixen amb les delsmots grecs que aleshores s’hi feienservir», assenyala el director delbutlletí. Per a Redondo, aquestsusos lingüístics només els podiamanllevar Martorell al grec bi-zantí i per tant l’autor depenia deltext d’un informant que no nomésconeixia la pràctica lingüística bi-zantina, sinó que a més en feia unús natural.

Per últim, al número 9 de lapublicació Tirant, Emili Salesdedica un article a la fortuna del’ús de Constantinoble com amotiu literari, associat als viat-ges i la conquesta, dins els lli-bres de la nissaga d’Amadís deGaula.

El que és clar és que Tirant loBlanc s’hi diferencia notablementde la tradició literària més comú,gràcies a la plasmació extraordi-nàriament fidel de la realitat, enaquest cas de Constantinoble. Nosabem si esta realitat va ser vis-cuda o llegida per Joanot Marto-rell però, fora com fos, cinc seglesdesprés continua despertant l’in-terés i obrint pas al coneixementmés enllà de la literatura.

Un llibre i una publicació electrònica actualitzen les investigacions sobre la novel·la

Noves aportacions al «Tirant»

CLÀSSIC

Roberto CalassoLa follia que ve de les nimfesTraducció d’Anna CasassasQuaderns Crema, Barcelona, 2007

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El tema del llibre ésaquella forma deconeixementsuperior basat en la«nimfolèpsia»

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J. RicartAcostumats a la bellesa melòdi-ca i rica en imatges complaentsd’una poesia pasteuritzada (i enel pitjor dels casos edulcorada),s’agraeïx, de tant en tant, llibresagosarats i irreverents comaquest. Parlem del nou treball deJ. C. González i Pujalte (Mataró,1963) la trajectòria del qual hemseguit de prop des d’aquestesplanes amb els seus volums an-teriors Tants caps, tants barrets iLa distribució de la sal. L’autorsegueix fidel a la seua estètica(molt semblant a la de Luis Ve-lázquez) que ha mantingut i des-envolupat al llarg dels deu re-culls publicats; amb l’única par-ticularitat d’haver incrementat elseu regust pel «feisme» i cert es-cepticisme existencial.

Repèl es un llibre unitari d’unsquaranta poemes, que com elseu nom indica està escrit «a re-vou». L’autor defuig de la bellesatradicional i sentimentaloide ibusca eixa altra bellesa que ens

envolta, de vegades, revulsiva.Per això, no es estrany que elsseus escenaris preferents i pre-ferits siguen paisatges de la pos-tindustrialització: factories, ca-rreteres, solars etc., «barri obrer/ una plaça, un supermercat, /un edifici atronitat (…) / hormi-gonera / un casc, una pala / elmirall trencat / d’un cotxet de nenabandonat / en un contenidor! /elcos d’un ca».

I és que com ja assenyalarem,de vegades els poemes de Pujal-te estan més a prop de la instan-tània fotogràfica i del bodegó ba-rroc, que no pas del vers líric.Moltíssimes peces del llibre s’ar-ticulen com a enumeracions caò-tiques d’objectes que retractenescenaris sense cap empremta oactivitat humana. D’aquesta ma-nera obliqua aconsegueix crearatmosferes clasutrofòbiques i, devegades, surrealistes que posenen evidència el buit que deixa en-rere la nostra vida: «Caixes api-lonades, margarides sense saba /

motocicletes rovellades / sabatesabandonades / clavegueram».

A rau d’açò, es podria titllar decert objectivisme (descripcions,enumeracions) però semprehem de tenir en compte la foca-lització a través dels elementsenquadrats i del filtre que pro-porcionen els adjectius. Al cos-tat d’aquesta tècnica fotogràfica,l’autor utilitza deliberadamentun prosaisme narratiu que con-trasta de ple amb la contundèn-cia i brevetat dels seu versos; peraltra banda la ironia en títols comReconciliació de Cèfal i Procris,la paròdia de temes emblemàticsEt in arcadia ego (referit-se a lamort) o de quadres com Le de-jéuner sur l’herbe, al mateixtemps que ridiculitza l’estèticakitch com al poema titulat Un bellocell que desxifra el desconegut auna bella parella d’enamorats.

Des d’un punt de vista temà-tic el poeta cerca una altra belle-sa enmig de la vida quotidiana«al mig de l’asfalt les barnilles /

doblegades per l’edat d’un vell /paraigües, uns guant de làtex / iuna taca de sang». En altres re-corre a embellir gongorinamentla vulgaritat mitjançant símilspictòrics: «Teranyina sense pes, /com un àngel extraviat de Rafael»o «una rentadora girant / voltes

vellíssimes /en un cel de Carrac-ci». En altres composicions re-acciona contra una poesia ro-màntica i carrinclona: «Tot senti-ment és només / dissimetría d’uncor / que com un bacallà estès /obert amb un excés de sal a poc apoc / es desfà en fils transparent/ torna a l’aigua del mar»; men-tre que en unes altres qüestionala suposada utilitat de l’art clàs-sic: «Estàtues de marbre / a les es-combraries, / com una bellesa /abandonada per un amant / ambel cor en clau de revolta».

Tanmateix, un dels trets queel desmarquen de reculls ante-riors de Pujalte és el pas de lafina ironia cap a un escepticismemés agut i desenganyat; espe-cialment quan reflexiona sobrel’emprenta que ens deixa el pasdel temps —«el temps brutal quebrutalment / passa i fa florir, tanmascle / tan gallard, tan insul-tant / aquestes paraules / comuna bleda en un magatzem / decoses fantasmes»— o quan s’inte-rroga sobre el possible sentit dela vida: «Hem vingut només peraixò / després hem marxat dei-xant / la resta de l’espai en blanc,/ un nyigui-nyogui de silenci /com una bavalla d’infant».

La deriva cap a l’escepticisme de González i Pujalte

Versos a contrapèl

LLIBRES

J. C. González i PujalteRepèlIX Premi Gorgos de PoesiaBrosquil, València, 2007

Eduard Ramírez-Quina és la idea central d’«El po-ema és sobrer?»-El títol és temàtic, reflecteixd’una banda la necessitat d’ex-pressar-me per mitjà de l’art id’una altra la necessitat de viu-re la vida quotidiana, i la lluitaper descobrir quina de les duesopcions té sentit... Tampoc ésque hi haja una resolució final aaquest plantejament, però hiapareix la dialèctica.-Aquesta lluita constant al poe-mari, potser serveix per definirquina mena de poesia li interessa?-Sí, era una cosa que em ronda-va pel cap. Contrastar-me ambun tipus de poesia que no m’a-

grada, la de la paraula per la pa-raula, que s’alimenta únicamentde paraules boniques perquè so-nen molt bé... El poemari l’he feten un moment que tinc una edaten la que m’és igual si agradariao no el que escrivia. Estava deci-dida a fer una cosa totalment per-sonal, i tenia clar què volia dir.-I què busca transmetre amb lapoesia?-El model d’escriure per escriu-re, del poeta allunyat del carrer,em sembla molt buit. Cal pren-dre part en el dia a dia de la nos-tra cultura i de la nostra socie-tat. I més en el nostre cas dellengua minoritària i minoritza-da, de cultura en perill que en-verinen paisatgísticament i hu-manament. Pensava que estavabé lluitar amb la poesia contratot això. Però d’altra banda con-siderava que la poesia aïlladaera inútil per a aconseguir la su-pervivència.-No la considerarà tan inútil, si hafet el llibre...-Clar, ací està la paradoxa. El jopoètic d’El poema és sobrer creuque cal que l’acció cívica i l’ex-pressió artística es retroalimen-ten. Viure una vida sense refle-xió i sense art no seria del tot hu-mana, i tancar-se en una torred’ivori tampoc tindria sentit.

-La seua és una poesia que cridaa la implicació en els problemesde l’entorn?-Em fa ràbia l’actitud de quei-xar-nos en converses amistosesi en acabant no fer res més quecontinuar igual. Reivindique lapràctica, i no només dir. Si fé-rem més cas de les coses queens ofereix la quotidianitat, pot-ser podríem ser més feliços,sense tanta ànsia. A més, unacultura és una cosmovisió quees perd si no la practiques, i do-nar contingut a la poesia és unaforma d’estimar-la.-Vosté té experiència com a críti-

ca i divulgadora cultural, però nohavia publicat cap llibre encara.Què ha canviat?-Jo he escrit sempre, però dub-tava, i després la vida se’t tira da-munt. Diguem que ara he ma-durat una visió del món, i de fados anys reprenc la poesia, ambel descobriment que em retra-tava molt bé. Tinc dos xiquetsque necessiten molta part delmeu temps, i la poesia s’adaptaal temps fragmentari i curt quetinc. El treball amb les paraulesés un plaer indescriptible, quanno ets conscient ni de tu mateixperquè et concentres en elles,

en la seua musicalitat... Em sapgreu no poder transmetre a totala gent aquesta emoció creativai estètica.-Què l’ha dut a decidir la seua triaformal?-Vaig trobar una mètrica amb laque em trobava molt còmoda ivaig pensar: un problema menys.Si ja sé com han de ser els poe-mes puc pensar en el contingut,treballar el lèxic, trenar els sím-bols, que reapareguen, que estransformen, etc. Així sentia mésllibertat interna. He triat els ver-sos alexandrins, que són moltagraïts i permeten diversos es-quemes i imatges, i en uns pocspoemes els decasíl·labs. Quanfas vers lliure és molt més difícildestriar el gra de la palla.-El vocabulari també dóna cohe-rència a l’univers representat.Com ha treballat el lèxic?-Hi ha paraules quotidianes, decasa, algunes antigues que per-den ús. Per a mi ha sigut un granplaer recuperar-les quan lessentia al carrer o al mercat delpoble. També n’hi ha provinentsde la lectura, perquè alimentenla fantasia i tot forma part del jocinconscient de buscar paraules.Ho he treballat perquè algunesparaules tornen a estar a l’abastunides al contingut, amb la in-tenció de promoure una culturamés de carrer i menys de mu-seu, no podem limitar-nos a es-devenir un parc temàtic.-Supose que rebre el premi Ciutatde València deu haver suposat unfort incentiu?-En part els premis són un reco-neixement una mica gratuït.Però m’ha permés publicar, enpoesia no hi ha més via, i a mésen Bromera, que fa molta pro-moció. El que em fa il·lusió ésveure que altres persones l’hanllegit i han tingut la seua expe-riència amb el llibre, això etdóna ganes de tornar a escriure.

«El model d’escriure per escriure, delpoeta allunyat del carrer, em sembla buit»■ «El poema és sobrer», premi Ciutat de Va-lència 2006, és el primer poemari de Maite Insa;en aquest llibre, l’autora mostra la vitalitat d’u-na veu actual que modernitza la pròpia tradiciói destil·la un patriotisme cívic i quotidià.

Maite InsaENTREVISTA ESCRIPTORA

L’AUTORA. Maite Insa (Barcelona, 1971).ARXIU M. I.

pd 3Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 2 de noviembre de 2007

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«He triat elsalexandrins, que sónmolt agraïts; quanfas vers lliure és moltmés difícil destriar elgra de la palla»

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Reinhard KaiserHijos de reyesAlba, Barcelona, 2007

El amor en-tre RudolfKaufmann,un geólogoalemán ju-dío, y la tu-rista suecaIngeborgMagnysson;los jóvenesse conocie-ron en Bolonia en 1935 y su ro-mance se vio interrumpido porla Segunda Guerra Mundial. Apartir de las cartas que se cru-zaron entre 1935 y 1941, R. Kai-ser reconstruye su historia.

ANAQUEL

Ferran TorrentL’any de l’embotitColumna, Barcelona, 2007

La reedicióde la novel·laque Torrentva publicarl’any 1992. Apartir del casd’un exhibi-cionista queespanta lesdones gransde València,un seguit d’esdeveniments po-sen a prova la capacitat del pe-riodista Barrera i l’ambició delcomissari Tordera. Una sàtiraque mostra la cara corrupta dela societat contemporània.

Bénédicte ManierCuando las mujeres hayandesaparecidoCátedra / PUV, Madrid, 2007

En Asia haycien millo-nes menosde mujeresque de hom-bres, debidoal infantici-dio sistemá-tico de niñasen la India,China yotros estados. Manier analiza lasituación actual de las mujeresen Asia, y las consecuencias so-ciales que esta brecha demo-gráfica tendrá en el futuro.

Palle YourgrauUn mundo sin tiempoTusquets, Barcelona, 2007

Albert Eins-tein y KurtGödel man-tuvieron unaestrecha yfecundaamistad du-rante años,sobre todocuando, hu-yendo delnazismo, se reencontraron alotro lado del Atlántico, en el Ins-tituto de Estudios Avanzados dePrinceton. Este libro analiza di-cha relación y el «legado olvida-do» de ambos científicos.

Géza CsáthCuentos que acaban malTrad. de B. Borosi y M. ValdeolmillosEl Nadir, Valencia, 2007

Andrés PauDesde hace algún tiempo —seríainteresante precisar el momentoy también el porqué— los edito-res españoles se están interesan-do por las literaturas producidasen los países del extinto imperioaustrohúngaro y otros más orien-tales, eslavos. Y es, o debería ser,motivo de jolgorio y alegría paralos amantes de la literatura. Por-que —tal vez sea o tal vez no el li-bro que dio el pistoletazo de sali-da y sacudió las conciencias máspredispuestas— desde que apa-reció la nueva y extraordinariatraducción El mundo de ayer deStefan Zweig, la labor editorial es-pañola ha fijado por fin la miradaen el centro y oriente de Europa.Y, sin ser maximalistas, las litera-turas consideradas como occi-dentales —incluidas la nortea-mericana y la hispanoamerica-na— resisten a duras penas losembates. A los imprescindiblesZagajewski, Feuchtwanger, Da-nilo Kis, Klaus Mann, JosephRoth o Sándor Márai se han idouniendo poco a poco y casi siem-pre a través de pequeñas edito-riales, otros nombres, incom-

prensiblemente desconocidos delos lectores atentos.

Tal es el caso de Géza Csáth,seudónimo de Jószef Brenner, unpsiquiatra y musicólogo de arrai-gada reputación en el Budapest delos años previos al desmorona-miento —ay— del Imperio aus-trohúngaro. Los dieciocho relatosque publica ahora El Nadir sondieciocho pequeñas obras maes-tras en la indagación del mal. Eselado oscuro, ese renglón torcido,esa indesmayable capacidad deforjar y maquinar maldades —yregodearnos en ello, por supues-to— que tenemos los seres hu-manos: hasta los más tontos o sim-ples o analfabetos o niños o res-petables padres de familia. Csáthvivió con fervor los años en que elpsicoanálisis estaba à la page, ysus relatos abren vías de búsque-da y desentrañamiento por entrelos intersticios más ocultos denuestras mentes. Tan sólo la lec-tura de los títulos de algunos delos relatos puede sugerirnos ya elalcance moral de éstos: El silencionegro, Matricidio, Opio, Homici-dio, Fantasías de un bachiller oTrepov en la mesa de disección sonbuena muestra de ello.

Pero, ¡ojo!, no estamos hablan-do de literatura fantástica o de te-rror, mucho menos de literaturatruculenta, ni siquiera gótica. Es-tamos hablando de una literaturaque tiene las agallas de asomarsea lugares —precipicios— poco onada recomendables, pero queexisten, y tal vez incluso dentro denosotros mismos. Sin caer en laingenuidad del marqués de Sade—tan en boga por otra parte du-rante aquellos años—, una inge-nuidad que consistía en escribirtodo aquello que se le ocurría yque, por otra parte se le ocurre acasi todo el mundo aunque nadielo reconoce, Géza Csáth filtra y fil-tra hasta conseguir una soluciónquímicamente pura, sugerentehasta el escalofrío, violenta, cru-

da… Y también lírica. El embele-so de los hermanos casi adoles-centes al descubrir el placer quesienten mientras torturan a una jo-ven es sobrecogedor. «Un pensa-miento atravesó su cerebro: ¿porqué todo lo que es bonito, magnífi-co y excitante en la vida es, a su vez,horrible, inexplicable y sangrien-to?». Y añadimos nosotros: eso,¿por qué?

Complicado asunto el de lamente humana y más si se trata deuna mente privilegiada en cuantoa inteligencia y sensibilidad, puesla inteligencia y la sensibilidad porseparado no sirven, ni han servi-do nunca ni jamás servirán en elproceso de creación literaria. Unamente como la de Géza Csáth,trastornada por su adicción a lamorfina —por cierto, ¿por qué alos artistas se les llama morfinó-manos y el resto de los adictos sonsimples yonquies?—, una enfer-medad que le llevó a estrangulara su mujer y suicidarse más tarde.¿Qué pasaría por su cabeza en eseminuto crítico, el minuto en el queno hay vuelta atrás?

En el texto titulado Opio, sub-titulado Del buzón de correos de unneurólogo, el narrador —un álterego indiscutible de Csáth—, nocae en la autocompasión o en lainfinita necesidad de ser perdo-nados que muestran la mayoríade los adictos. Más bien al con-trario: el neurólogo narrador deOpioes un yonqui —perdón, mor-finómano— que está orgulloso de

serlo, un poco, y salvando todaslas distancias, a la manera del vie-jo Borroughs que aparece enDrugstore cowboy. Tras denomi-nar su adicción como «el triste y se-rio placer», añade: «El placer hacedesaparecer los contornos y las in-sensateces. Nos libera de los grille-tes del espacio y, parando el segun-dero del traqueteante tiempo, noseleva sobre tibias olas a las alturasde la existencia». La declaraciónde principios, lírica y emotiva, vio-lenta incluso en su desprecio ha-cia las personas «normales» con-cluye, desafiante: «Quienes noquieran pagar ese precio, quienesno deseen veinte millones de añosde eternidad, dejémosles que vivancien años y que se multipliquen ensus descendientes».

Si desean pasar un «mal rato»,lean este libro. Por favor, seanadultos y distánciense lo necesa-rio, aunque tampoco mucho. Seantambién jóvenes y sientan el mis-mo entusiasmo que siente estemédico musicólogo y adicto a losopiáceos en la exhibición de susfantasmas más ocultos. Porque elpudor, la vergüenza y los prejui-cios son, para Csáth, las más feasmuestras de la peor de las vulga-ridades: el adocenamiento con-formista y burgués. Ahora que —desgraciadamente— casi nadanos escandaliza aunque sea «real»y vulgar y asqueroso, no estaría demás que nos asaltara un pequeñorepeluzno en nuestro interior trasla lectura de estos cuentos. Si lasguerras, los atentados o las viola-ciones que atestan los telediariosno lo hacen, concedámosle el ho-nor a Csáth, que se asesinó a los32 años en 1919 y que era de lamisma quinta que Stefan Zweig oJoseph Roth, otros dos asesinosde sí mismos. ¿Qué más —apartedel teatro que dejó y estrenó— ha-bría escrito? ¿Qué habría sentidoal toparse con la revolución rusa,el nazismo, las vanguardias…? ¿Yla bomba atómica?

Dieciocho relatos de Géza Csáth que indagan en el mal

Oscura como la carne

Alícia ToledoLa interpretació del crimés una deles novel·les de més èxit d’aquestsúltims mesos, amb 700.000 exem-plars venuts a Anglaterra i un mi-lió en tota Europa. Es tracta de laprimera obra de ficció del norda-mericà Jed Rubenfeld, un experten temes jurídics, format a Prin-ceton i Harvard, amb un elegantaspecte de patrici.

La interpretació del crim (pu-blicada en castellà per Anagra-ma), porta fins a les últimes con-seqüències aquesta sensació quees treu de la lectura dels casos clí-nics de Sigmund Freud com si,en el fons, s’estigués desvetllantun misteri gairebé policiac. La re-solució del(s) misteri(s) no és,però, ni de bon tros, l’únic interésd’aquest best-seller, diríem, «cul-te». Rubenfeld barreja psicoanà-

lisi i thriller. Com a teló de fonscol·loca el Nova York de principisdel segle XX, amb els seus pecatsi corrupteles. I al centre de totaixò, la literaturització de la visi-ta que Freud, Jung i Ferenczi vanfer a la ciutat dels gratacels cap al1909, una visita que és rigurosa-ment real, així com moltes de lesconverses i les vicissituds ques’hi narren, inclosa la conspiraciócontra Freud d’una capa influentde la medicina dels EUA. De fet,s’intenta respondre a una pre-gunta que encara avui en dia noha obtingut resposta: què li vaocòrrer a Freud en la seua únicavisita als Estats Units? Per què vatitllar els nordamericans de «sal-vatges» i va deixar entendre quealguna cosa traumàtica li va suc-ceir en aquest viatge?. El retratde Sigmund Freud és fascinant i

atractiu. També ho és, però entermes diametralment oposats,el del seu deixeble Carl GustavJung que apareix sovint ridiculit-zat, retratat com un racista petu-lant. Al centre de la novel·la hi hael crim —l’escanyament rituald’una dóna en un exclusiu blocd’apartaments de Nova York— iles sessions de psicoanàlisi a lesque un metge americà, seguidorde Freud, sotmet una jove amnè-sica que té la clau del crim. Amés, Rubenfeld afegeix una cu-riosa interpretació del cèlebremonòleg «Ser o no ser» de Sha-kespeare.

Ens les havem, doncs, amb unahistòria captivadora sobre la psi-coanàlisi i el Nova York de princi-pis del segle XX. Això sí, sense clit-xés lingüístics i, encara menys,sense l’excès de sentimentalismei de previsibilitat tan sovintejatsper l’anomenada «literatura d’en-treteniment». I això que el seu au-tor ja ha venut els drets cinema-togràfics a la Warner.

4 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 2 de noviembre de 2007

LIBROS

El «best-seller» culte de Jed Rubenfeld

Freud entre gratacels

Jed RubenfeldLa interpretació del crimTrad. al català d’Albert TorrescasanaEdicions 62, Barcelona, 2007La interpretación del asesinatoTrad. al castellà de Jesús ZulaikaAnagrama, Barcelona, 2007

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Trastornado por suadicción a la morfina,el autor estranguló asu mujer y más tardese suicidó

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J. M. CoetzeeDiario de un mal añoTraducción al castellano de Jordi FiblaMondadori, Barcelona, 2007Diari d’un mal anyTraducción al catalán de Dolors UdinaEdicions 62, Barcelona, 2007

Manuel ArranzTodos los libros de Coetzee tie-nen algo que ver, de una forma uotra, con sus circunstancias vi-tales, con su experiencia perso-nal, con los avatares de su vida.Hipótesis bastante plausible,como es fácil comprender. ¿Nosucede además lo mismo con to-dos los escritores? Pues no. Enabsoluto. Sólo con aquellos paralos que la literatura es algo másque literatura. Una forma de es-tar en el mundo, y de interveniren él, aunque se tengan seriasdudas sobre la eficacia de esto úl-timo. Cada vez son menos los es-critores que piensan así. Los es-critores que no ven un negocioen la literatura. Mejor dicho, quelo ven, ¡y quién no lo ve!, peroque no se prestan a él. Y eso quehay una forma sutil de hacer esejuego, que consiste en denun-ciarlo con una mano, mientras seaceptan sus dádivas con la otra.Ya conocen la sentencia bíblica:que tu mano derecha no se en-tere de lo que hace la izquierda.

Coetzee es sudafricano. Nacióen Ciudad del Cabo en 1940, y

sus primeras novelas hablan desu Sudáfrica natal. Muy joven to-davía se fue a estudiar a Inglate-rra, como relata en su segundolibro autobiográfico. Es profesorde literatura, traductor y críticoliterario, y enx sus novelas abun-dan los profesores de literatura,los traductores y los críticos. En2003 le concedieron el premioNobel, y a raíz de ello ha dadoconferencias por todo el mundo.También en sus novelas abun-dan los conferenciantes. Es ve-getariano, defensor de los dere-chos de los animales, y gran ad-mirador de la literatura rusa, enparticular de Tolstói y de Dos-toievski, y todo eso también apa-rece en sus novelas. Actualmen-te reside en Australia, y precisa-mente el protagonista de esta úl-tima novela es un escritor, algomayor que él, que reside en Aus-tralia, cuyas iniciales son J. C.También los protagonistas de lasdos novelas anteriores residíanen Australia.

Y ahora hablemos de su últi-ma novela. A partir de ElisabethCostello, Coetzee da un giro ensu literatura. Sus novelas empie-zan a ser el tema de sus novelas,y sus personajes empiezan a via-jar de una novela a otra. Elisa-beth Costello aparece en Hom-bre lento, e incluso también tieneuna aparición fugaz en este Dia-rio de un mal año, en el que Co-etzee ha alcanzado, desde mipunto de vista, una de sus cotasmás altas, gracias también a unaoriginal estructura narrativa,casi musical diría yo, que va com-binando distintos planos y líneasargumentales. Toda una proezaque sólo un virtuoso como Coet-zee podía llevar a buen puerto.

Sólo la música nos permite asis-tir al desarrollo de varios temasa la vez. Melodías, codas, varia-ciones, se imbrican, dialogan en-tre sí, mezclan sus voces. Algoasí hace Coetzee en su Diario deun mal año, sólo que aquí los te-mas y las melodías son sus opi-

niones sobre la democracia, so-bre el terrorismo, sobre Al Qae-da, sobre Guantánamo, sobreBush y Blair, sobre la pornogra-fía, sobre el sexo, sobre la formade escribir novelas, sobre la ma-tanza de animales, sobre África,sobre Australia, sobre el senti-

miento de envejecer, o sobre lamúsica. Y los efectos que consi-gue yuxtaponiendo ante nues-tros ojos todas esas líneas argu-mentales son particularmenteeficaces. Porque no sólo estamosleyendo una opinión contunden-te sobre, por ejemplo, la matan-za de animales, uno de sus temasrecurrentes, sino que a la vez le-emos sobre los anhelos de un es-critor senil, o las fantasías se-xuales de una pequeña secreta-ria filipina improvisada. Y todotiene que ver, todo está relacio-nado, todo nos afecta, todo avan-za sin solución de continuidadhacia el final. Los textos se re-plican como los virus, buscan,como los virus, un anfitrión. Pro-liferan como los virus.

En Diario de un mal año, comoen algunos de sus libros anterio-res, pero ya sin necesidad de per-sonajes interpuestos, Coetzee seenfrenta consigo mismo, con elhombre que ha llegado a ser, conel escritor que ha llegado a ser, ya la vez que reflexiona sobre loque ha hecho con su vida, refle-xiona sobre lo que no ha hechocon ella. Su satisfacción es relati-va. Y yo no dudaría de su sinceri-dad. No escribe pensando en ellector, escribe, como todo autén-tico escritor, pensando en sí mis-mo. Pero él duda de su autentici-dad, duda de la autenticidad decualquier escritor. A fin de cuen-tas un escritor no es más que unhombre que escribe. Quizás tam-bién un hombre que está solo. Es-pléndido libro, una vez más, éstede Coetzee. Para leer, para pen-sar, incluso para pasar el rato.Tres actividades estas que tienenmucho en común. Tanto que has-ta puede que sean la misma.

W. G. SebaldCampo SantoEdición de Sven MayerTraducción de Miguel SáenzAnagrama, Barcelona, 2007

M. A.Estos tres términos, no exacta-mente sinónimos sino más biencomplementarios, podrían tam-bién resumir el objetivo de los li-bros de W. G. Sebald, en el caso,naturalmente, de que la literatu-ra tuviera algún objetivo asigna-ble. Sebald es un claro ejemplo deque no basta con saber escribirbien. Que hay que tener algo quedecir, o algo que contar, ya sea so-bre una visita a un museo napo-leónico en Ajaccio, sobre el ce-menterio de Piana, o sobre el bos-que de Bavella, hoy reducido auna caricatura de lo que al pare-cer fue. O incluso sobre una sim-ple fotografía, enviada por una

amiga, de una puerta que cierrael patio de una escuela. Pero, ¿tra-tan realmente los relatos de Se-bald sobre un museo, un cemen-terio, un bosque o una puerta?

Hay determinados temas delos que no se puede hablar en de-terminados términos. Por ejem-plo, no se puede describir la des-trucción como si se estuvieradescribiendo un atardecer. Tam-poco se puede hablar de los su-pervivientes entre los escombroscomo si se estuviera hablando deociosos paseantes dominicales.Ni se puede hablar de una ciudadasolada como si se estuviera ha-blando de una ciudad de vaca-ciones. En uno de los ensayos dela segunda parte de este libro, enque Sebald reflexiona sobre untema que le obsesionaba y sobreel que finalmente escribió un im-presionante libro, dice: «El in-tento de describir literariamente

catástrofes colectivas, cuando pue-de reivindicar validez, rompe ne-cesariamente la forma de la fic-ción novelesca, que se debe a la vi-sión burguesa del mundo». Y nosólo el intento de describir ca-tástrofes colectivas, sino inclusoel intento de describir catástro-fes personales.

Campo Santo se compone decuatro cortos textos narrativos,que al parecer iban a formar par-te de un libro, proyectado y aban-donado luego, sobre Córcega; ycompletado con un conjunto detrece ensayos críticos sobre sustemas y autores favoritos, quesuelen ser los autores que han ha-blado sobre esos mismos temas.Temas que giran en torno al mun-do que surgió tras la segundaguerra, el mundo en el que crecióSebald y su generación, el mun-do en el que se gestó el mundo enel que vivimos hoy. Pero será a

partir de los años noventa, comoapunta Sven Mayer, a quien de-bemos esta edición, años en losque empieza a escribir sus nove-las, todas ellas soberbias a mi jui-cio, cuando Sebald se muestre yadueño de un lenguaje sin com-plejos y sin resentimientos. Ni no-velas, ni ensayos, ni libros de via-je, ni indagaciones, ni biografía,sino todo ello a la vez. Para Sebaldel libro es algo así como el crisolde la memoria.

«Recordar, conservar y preser-var era importante sólo en la épo-ca en que la densidad de pobla-ción era escasa, los objetos que fa-bricábamos raros y había espacioen abundancia». Con esta frasede Pierre Bertaux termina Se-bald el relato Campo Santo queda título a este libro. Hoy que lapoblación ha crecido desmesu-radamente, que fabricamos ob-jetos a un ritmo frenético y ape-nas nos queda espacio para res-pirar, cuanto antes olvidemos ymás cosas destruyamos, mejor.¿O hay otra salida?

Con una original estructura, casi musical, que combina distintas líneas argumentales,Coetzee reflexiona en su nueva novela sobre la democracia, el terrorismo, la pornografíao la matanza de animales, a la vez que indaga en las miserias y virtudes del ser humano.

Opiniones y anhelos de un escritor senil

Recordar, conservar y preservar

pd 5Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 2 de noviembre de 2007

LIBROSLa selección de la semana

PREMIO NOBEL. J. M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940).

LEVANTE-EMV

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Joan Verdú

LA sensación de la temporada, lagigantesca broma de la tempo-rada, será sin duda la exposi-

ción de peinados (que no de pelos)en las salas del IVAM.

Esta chica —dejadla sola— al fi-nal va a conseguir hundir el museo.Señores gobernantes que gobier-nan desde el Gobierno valenciano:que se lo hunde, eh, que se lo hun-de pero de verdad, siempre y cuan-do el objetivo no fuera hundirlo, quenunca se sabe, y si fuera así lo estáhaciendo de maravilla.

El buque insignia se hunde.Exposición de peluquería. C3.

Tocado.Exposición de Ramón de Soto.

D3. Hundido.Mientras Consuelo reorganiza

sus fuerzas en la cuadrícula de caraa otro destino que dinamitar, denmela mano y vamos a visitar la sinparexposición de peluquería que rayatan alto en el nivel de exigencia y lo-gros del gran arte.

Lo primero que nos llama la aten-ción es que las obras estén inspira-das en peinados del siglo XVIII, pa-rece lo menos adecuado para un mu-seo de arte contemporáneo. Creoque casi hubiera sido más propiotraer a Giger aquí y haber llevadolos peinados a una de esas ferias me-dievales que ponen ahora todo elrato en las plazas de los pueblos.

Nos hace pensar también la visi-ta a la exposición en que segura-mente no fue tan mala idea cortar-les la cabeza a todas las señoras queportaban peinados semejantes, yestá bien empleado el verbo: esas ca-belleras no se llevaban, se portaban.A mí que quien quiera llevar tan es-túpido peinado lo lleve (lo porte) nome parece mal (no me parece nibien, ni mal) pero pretender colar-nos que es una obra de arte, quéquieres que te diga Consuelo.

De todos modos está claro que elIVAM es campo abonado para se-mejantes mamarrachadas, quiénsino su directora es la primera en lu-cir un estrambótico peinado conuna estructura diseñada por Cala-trava por lo menos y que para el finde semana muda por una barracacon un vergel a su alrededor, y esque amigos, estamos en la tierra delas flores de la luz y del amor y se-guro que Consuelo añade: «Porqueyo lo valgo».

A estas alturas ya habrán empe-zado a sospechar que no me gustanada la exposición de la experienciacapilar y no porque no crea queobras de arte también pueden serotras cosas: el Ikebana (arreglo flo-ral) es una de las bellas artes en Ja-pón, y para mi hay piezas de Balen-ciaga que son obras de arte (ojo, deBalenciaga, no de cualquier maja-dero), pero es que comenzamos asíy acabaremos llevando al museo ex-posiciones de manicura (oye, que sehacen en ese campo mariconadasmuy chulas).

Y así, en palabras de la Conse-llera de Cultura, estas «exposicio-nes rompedoras» son como lo pro-pio de este centro. Pues espera aque Consuelo lo dinamite y verasque rompedor.

¿Cuál es la conclusión que sacode todo este tinglado? ¿Cómo debeser el pelo? Pues el pelo, mejorseco que grasiento, pero lo peor esque tenga caspa.

Lorenzo BonechiCentre del CarmeCoherencias y conciencias grabadas

Christian Parra-DuhaldeCreador incansable que in-cursionó en diversos géne-ros —pintura, escultura, di-seño—, prematuramentedesaparecido en un momen-to de gran actividad que tan-to daba cuenta de los intere-ses de las vanguardias con-temporáneas como se enrai-zaba en la tradición figurati-va italiana, Lorenzo Bonechi(Figlini, Valdarno. Florencia,1955 - 1994) destacó sobre-manera por su interés en di-vulgar el arte a través de supopularización en la forma deobra seriada encarnada en elgénero del grabado con es-pecial querencia entre la vas-tedad técnica de su produc-ción general.

Presentados en conjuntopor primera vez, la serie detreinta grabados que el artis-ta realizó entre 1983 y 1991constituye un considerableesfuerzo historiográfico quecontempla una exhaustivapesquisa entre coleccionesparticulares y fondos institu-cionales como es el de la TateModern Gallery. Esfuerzotanto más complejo dada la ju-ventud con la que le sorpren-dió su desaparición. Escru-puloso al máximo, la muestradel Centro del Carmen dacuenta de un inusitado rigorque contemplaba el estudioanatomista en el modelado enarcilla, dibujístico y pictóricode las figuras que luego gra-baría tanto calcográfica, seri-gráfica o litográficamente.Mientras, intentaba conjugarpensamiento y emoción re-sistiéndose a las modas.

En el maremágnum esté-tico que identificó los alboresde la década de los ochenta,embriagado el arte de la tras-gresión informalista, de unincipiente subjetivismo con-ceptual y de la búsqueda denuevos formatos narrativos,

Bonechi opta por una revi-sión histórica que le asocia anombres anteriores comoPaolo Ucello, aunque tam-bién le adscribe a las ideasNovecentistas identificadascon Morandi y su rescate dela figuración simbolista exen-ta de subtextualidades psico-logistas revisionistas y cues-tionadoras de la tradición.Pero su obra, pretendiéndo-lo o no, profundiza en la con-dición humana en el rescatede la cotidianidad y su re-frendo cultural cual búsque-da de señas de identidad queno se eximen ni de la lecturacaracterológica ni de aspec-tos etnológicos atinentes a susociedad.

La exposición, dispuestaen el Centro del Carmen, nospresenta a un creador que dela línea hace leit motiv; así,sus grabados parecen intere-sados en la «historia de lasimágenes» —como afirmanlos comisarios—, de su pro-

ceso formal cual registro dela propia crónica del arte en-tendida como necesidad másque como vanidad, en parti-cular en imágenes influidaspor relatos de la antigüedadcomo bien expresan escenasrelacionadas con los rolesatribuidos a hombres y muje-res (recurrentes composicio-nes compuestas por tríadas—al modo de Las tres Gra-cias— y de seres humanos re-presentados cual semidiosesejecutando enigmáticas mi-siones), ello, en ocasiones,con vocación estatuaria deacuerdo con una escenifica-ción contextualizada (últimaetapa) paisajista y cromática.Imágenes que hablan de lasmás básicas cuestiones de lahumanidad que no son otracosa que el registro de lo quenos hace vivir, amén de lasabiertas interpretaciones te-rreno del espectador.

De su estilística destacaun interés por la textura am-

biental: en su dibujar nos aso-ma a un mundo tejido de mis-terios cuyo seguimiento dicerazón con aquellos mitosarraigados en el inconscien-te colectivo: el paisaje, ca-rente de personalidad con-trastada actúa de referenteuniversal presto a la identifi-cación sin localismos. Su ma-nera de perfilar personajes,entre el esquematismo im-personalista y la preguntaque invocan, nos hablan deuna emocionalidad extrañapara su tiempo y juventud.De lo dicho se extrae unapersonalidad segura de supulsión. El hecho asumido deque el arte plantea preguntassin, necesariamente, ofrecerrespuestas… El hecho deque el artista debe seguir susimpulsos sin cuestionarsesus consecuencias. El jovenBonechi lo hizo. Y esta mues-tra, diseñada sin complejoscontemporalizables, es cabalexpresión de ello.

VERSUS OMNIA

Tomando el pelo

6 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 2 de noviembre de 2007

ARTE

Juan CamposCuando el joven ChristopherDuncan recibe la noticia de lamuerte de su padre, su vida daun completo giro. Heredero, derepente, de la empresa RailKing, un imperio dedicado a lafabricación de ferrocarriles,Christopher deberá decidir quéhacer con su empresa mientraslos recuerdos de su pasado seagolpan en su mente.

Este sencillo argumento sir-ve al dibujante argentino Feli-ciano G. Zecchin (Buenos Ai-res, 1975) para construir un re-lato de corte intimista en el queseguimos a su personaje prin-cipal en un momento crucial desu vida. Christopher poco o

nada había querido saber has-ta ese momento de los nego-cios de su padre y había goza-do, a veces a su pesar, de losprivilegios de ser el hijo del jefede una empresa que daba tra-bajo prácticamente a todos loshabitantes de una pequeña ciu-dad hasta que decidió sustituiroperarios por máquinas provo-cando un despido masivo deaquellos.

El relato alterna el tiempopresente, en el que el protago-nista intenta resolver el dilemade qué postura tomar respectoa la fábrica, con los recuerdosque constantemente planeanen su memoria. Unos flash-backs en que el autor altera los

colores de sus acuarelas y enlos que vemos al joven Chris-topher vivir su primer amor, sudifícil convivencia con su padrey sus relaciones con los niñosde su edad. Finalmente, toma-rá la decisión de dar un cambiode rumbo a su empresa en unadirección más acorde con susideas y con el bien del pueblo.

Se trata pues de un relatoquizás poco original en su ar-gumento (no es la primera vezque vemos al heredero de unaempresa negándose a seguirlos pasos del hombre que lacreó de la nada) y hasta previ-sible en su resolución, pero esla elección del tono de la his-toria, su falta de pretensiones,su casi apabullante sencillez,así como su estupenda elec-ción cromática, las que con-vierten Rail King en una pro-puesta a la que vale la pena de-dicar nuestra atención.

El sentido del color en Feliciano C. Zecchin

Una historia de herencias

CÓMIC

Feliciano G. ZecchinRail KingEdicions de Ponent, Alacant, 2007

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IVAM. Centre Julio González

Rosa UlpianoLa concepción de es-pacio e infinitud en laliteratura tan abogadapor Borges y tan ilus-tremente descrita ensu cuento La Bibliote-ca —«Si un eterno via-jero la atravesara encualquier dirección,comprobaría al cabode los siglos que losmismos volúmenes serepiten en el mismodesorden (que repeti-do, sería un orden: elOrden)», en Ficcio-nes— ha reconducidoal Arte por movedizose inexorables sende-ros. Está temáticamística, de esplendo-res y arquetipos ci-mentados bajo con-cepciones poéticas ymatemáticas, donde laestructura metafóricadel lenguaje concluyebajo la genialidad delescritor, se introducepor universos mate-riales y espaciales que se po-drían extrapolar perfectamentea espacios físicos a modo de unaexploración del infinito comolos que nos presenta en el IVAMel escultor Andreu Alfaro (Va-lencia, 1929).

Y es que, irreductiblemente,cuando analizamos la obra deAlfaro entramos en una contro-versia sobre el infinito extrapo-lado en las diferentes percep-ciones sobre el universo. Porejemplo, en la serie del artistaGeneratrices, la escultura setransforma en una estructura demovimiento rotatorio en el es-pacio, un viaje por el infinito re-pleto de ingravidez, elegancia y

luminosidad. En esta serie ob-servamos una constante refe-rencia a la tesis pitagórica deNietzsche y a la concepción deinfinitud a través de la matemá-tica tan cercana al artista. Comoen aquella biblioteca borgianailimitada y periódica de la quehablaba al principio. No obstan-te, a lo largo de toda su produc-ción se valora esa insistencia

unas veces de forma tímida yotras más rotunda de la concep-ción matemática en torno altiempo-espacio a través de lo tri-dimensional. La línea y el dibu-jo transportan al artista no sóloa un universo de relatos e histo-rias contemporáneas, sino tam-bién a un conocimiento de la for-ma que a través del estudio delos materiales utiliza impeca-

blemente para narrárnoslas.Piezas de hojalata y alambre convarillas y planchas laminadas deuso industrial, con las que An-dreu Alfaro compone sutiles ydinámicas formas geométricascomo su Afrodita (1984), Figu-ras en movimiento (1984), Lao-

conte III (1995) o in-tervenciones públi-cas como las Olas deacero (2003) delPuerto de Barcelo-na.

Desde sus prime-ras esculturas de1958 en la obra de Al-faro se evidencia unaclara deuda con laexperimentaciónformal de raigambreconstructivista queen ese momento sehacía en Europa. En1959 se integra en elGrupo Parpalló, con-tribuyendo a su reo-rientación ideológi-ca hacia un arte ana-lítico que entoncesse denominó norma-tivismo. Pero esteímpetu de investiga-ción lo llevaría a fi-nales de los setentahacía una segundafase de investigaciónretornando a proble-mas básicos como lavoluminosidad y ro-bustez de la materiae introduciendootros nuevos, comola figuración, a partirde reflexiones sobregrandes motivos cul-turales (el cuerpohumano, el Barroco,la figura de Goethe,el tiempo y la memo-

ria, los kuroi), a la vez que seproduce un cambio de materialhacia elementos más tradicio-nales como la caliza o el mármol.Pero a pesar, de esta pesadez in-herente del material no dejamosde observar siempre esa tenuee infinita línea que se muestra tí-midamente, y que el artista ma-neja como siempre con una su-blime e imperiosa sutileza.

Universos materiales y espaciales

Andreu Alfaro

Galería Punto

R. U.El antropólogo norteamerica-no posmoderno J. Clif ford através del ensayo El surgi-miento de la antropología pos-moderna indaga en torno a loslugares comunes de la culturay de la identidad social. Es de-cir, los espacios más frecuen-tes y reutilizados por el indivi-duo para desplazarse a travésde la vida publica, manifestán-dose de este modo en múltiplesy claras realidades, mediantelos que se reconduciría por «laidentidad colectiva como unproceso inventivo discontinuo,a menudo híbrido (…). Al in-tervenir en un mundo interco-nectado, uno es siempre en di-versos grados “inauténtico”:atrapado entre culturas, impli-cado en otras».

Si aplicamos estos concep-tos a obras plásticas y al Arte,nos adentraríamos por un pro-ceso en torno al mestizaje ar-

tístico y a la noción de hibri-dación en la posmodernidadque bien podría aportarnosconceptualmente debatesrespecto a ideologías, cultu-ras y luchas artísticas inhe-rentes a conceptos propiosde ciertos poderes cultura-les. No obstante, de igualmodo también se interco-nectaría con ese otro lugarcomún que concierne a laforma de entender la auten-ticidad, la hibridación, o elmestizaje, siendo todos ellosmuy exitosos en el terrenoaplicado del arte.

La artista coreano-nortea-mericana recientemente ga-lardonada en New York conel premio de la Pollock-Kras-ner, Debbie Han (USA, 1969)

se debate a través de su tra-bajo por esos terrenos del co-nocimiento. Con una obra demarcado carácter híbrido lo-gra fusionar en su trabajotanto la cultura oriental y elclasicismo occidental al mis-mo tiempo. En su serie de Ve-nus, Debbie Han recrea unaimagen disímil y apartada ala tradicional Venus de Milo,dotándola de unos nuevosrasgos faciales bien asiáticoso africanos, sugiriendo así unnuevo significado, que con-duce al espectador a una re-flexión que implica la visiónde «una mezcla de culturasdistintas, que da origen a unanueva», como indica la pro-pia autora. Mediante estacombinación, Han consigue

impregnar su quehacer plásticocon acentos de concepción hu-manística, lo que le lleva a ob-servaciones sociológicas, queplasma estableciendo metáfo-ras de amplia sugerencia.

La galería Punto presentaesta serie de heterotopías so-bre impresión fotográfica, enlas que esculpe estas bellas Ve-nus realizadas con la tradicio-nal técnica cerámica coreana ycon la que elabora con anterio-ridad el busto de la diosa. Asílogra reducir axiomáticamentesu concepto de belleza ideal, enun mestizaje cultural en el queconjuga al unísono lo clásicocon lo contemporáneo, logran-do ampliar su perspectiva ar-tística hacia esta concepciónantropológica posmoderna deinauténtico atrapado en la di-versidad cultural, alejando deeste modo al arte en general yal individuo en particular decualquier arquetipo de supre-sión o marginalización inhe-rente a la sociedad y la cultura.

Fusión del clasicismo oriental y occidental

Debbie Han

ARTE

7pdLevante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 2 de noviembre de 2007

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Se exhiben obrascomo «Afrodita»,«Figura enmovimiento» y«Laoconte», sutiles ydinámicas formasgeométricas delescultor

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● Madame de Staël, una de lasfiguras más fascinantes de la Eu-ropa napoleónica, escribió susmemorias en Diez años de des-tierro, texto que Lumen publicaíntegro por primera vez en cas-tellano. Escritas durante el des-tierro que Napoleón impuso aMadame de Staël, este libro au-tobiográfico registra los vaive-nes sociales, políticos y militaresde Francia y de gran parte de Eu-ropa durante el ascenso y domi-nio de Napoleón. La autora, ins-talada en Coppet, viajó a menu-do a Alemania para visitar a Go-ethe y trasladó allí su famoso sa-lón, por donde pasaron grandes

personalidades de la época,como Madame Récamier, Ben-jamin Constant o Mathieu deMontmorency. Diez años de des-tierro es, además, una confesióníntima y un retrato detallista ypersonal de personajes y acon-tecimientos del siglo XVIII.

● «Mi vida es un triángulo de al-cohol, Gitanes y mujeres», decla-raba desafiante Serge Gains-bourg. El músico, compositor,cantante, escritor, pintor, cine-asta y actor, referencia estéticade toda una generación fue per-seguido por la prensa rosa y cen-surado por la opinión pública:

las radios prohibieron divulgarsus discos y sus intervencionestelevisivas. Hijo de inmigrantesrusos, devoto de Boris Vian y di-sidente de mayo del 68, Gains-bourg fue pareja de Jane Birkin,su musa e intérprete favorita.Reservoir Books publica SergeGainsbourg, la biografía que deeste icono de la música france-sa ha escrito la periodista musi-cal Sylvie Simmons.

N.º 608, AÑO XV / 2-XI-2007Coordinadora: Arantxa Bea Arte: Juan Lagardera. Música: José Ricardo Seguí

Josep Ballester

EL meu pelegrinatge és llargi gens senzill d’assumir. Herecorregut molts dels psi-

quiàtrics d’Itàlia, fins i tot algunsno poc importants d’Europa. Ésclar, la meua estada no ha estatmai de cortesia. No m’agradàgens l’Asile des Hommes Alié-nés de Tournay, la veritat, llevatdel darrer manicomi, no men’ha satisfet cap. Fan aqueixaolor estranya, pestilenta, inso-frible d’aquests establiments. Iaixò que ho intenten dissimularde cadascuna de les manerespossibles. De seguida, però, hodetecte. És una flaire ben ca-racterística com si fos d’un altremón. Pudor a espectre, no amort, sinó a criatura enganxadaa través dels anys als murs. Elsofriment tatuat a la paret.

La hipocondria des de benmenut, per no dir sempre, formapart de la meua pell, ara i adésem submergesc en aquell oceàsense vorera ni cap taula on aga-far-me. A poc a poc s’accentua.Algunes crisis nervioses, mol-tes manies i un desig inassoliblede fugir com presa que l’acacen.No he pogut remeiar-ho de capde les maneres. Quan escricfuig de mi, també d’allò que es-cric i del mateix fet d’escriure.Córrec per no sentir el pes quem’asfixia. Per això he caminattant o és a l’inrevés. No ho sében bé. O he somiat. La nit s’a-dorm, s’adorm amb la tendratristesa.

Sols en una època vaig trobaraquell cel infinit que no conta-minava l’ombra de cap Déu,però va ser durant un curt espaide temps. Vaig caminar peraquelles sendes entre vegeta-cions i muntanyes artificials. Undesert de pedra. L’horitzó i el celtot eren un. Una ratlla pintada en

els ulls encesos en fer-sede nit. Furtius com el des-ig. Encesos ulls furtius.

Sé que el meu compor-tament és i ha estat el d’unboig, ho sé i punt. Les cri-sis són dures, sóc el quimés les patesc i cada ve-gada han estat més sovin-tejades. N’estic segur quealgú, sempre hi ha unalgú, un crític o un histo-riador explicarà la meuaescriptura com a conse-qüència de la malaltia opitjor, reivindicarà la folliacom una qualitat creado-ra. Què en deuen saber depatiments? I de poesia?No puc impedir-ho, peròno en tenen ni idea. S’in-venten unes teories benembolicades. És clar,s’han de donar importàn-cia. La qüestió, almenysaixí ho crec, és bastantmés senzilla. En un mo-ment determinat un co-mença a caure per un pen-ya-segat sense parets nifons i després és quasi im-possible eixir d’aquell fo-rat. Recorde molt bé laprimera crisi, si es pot diraixí, va ser quan a penesacabava de fer quinzeanys, estudiava a Faenza.Després vingué la visita,tres anys més tard, al’hospital psiquiàtric d’I-mola. Quan vaig llegir lesbajanades de l’informe,allò que més em va doldrevan ser aquelles paraulesd’«un’impulsività brutale, mor-bosa, in famiglia e especialmentcon la mamma». Així es va ini-ciar la cosa i ja no he pogut atu-rar la caiguda.

He tingut un amor, però vadurar ben poc. Fou intens i des-tructiu. M’acusaren que la mal-tractava, ella també ho feia. Ensnecessitàvem, però no hi podí-em estar junts. Sibilla Aleramoaquest és el seu nom. Hauria po-gut transformar-se en la meuasalvació, tanmateix, ara crecque això no era possible. El tur-

ment filtra l’ànima com ho fa l’ai-gua en la roca. I el soll queda permolt que vulgues fugir. Vaig ron-dar per França, per Suïssa, perRússia i per l’estimada Argenti-na. A la fi no em va servir per acalmar el desassossec. Nomésen algun moment vaig pressen-tir la calma. Un miratge. He deconfessar que el descobrimentde Nietzsche ha estat la llumque ha guiat el meu pelegrinat-ge. L’estime com Déu. Déu pot

ser substituït, Nietzsche, no.És el timó que em fa navegar perles aigües del coneixement. Po-den ser tempestuoses, però nohe pogut triar. Aquells que finsara més han estimat l’ésser

humà, igual com passa ambmi, sempre han estat elsque pitjor m’han tractat:m’exigien l’impossible,com tots els amants. I la cre-ació és una amant que sol-seix, amb lentitud, silent.No sé qui té les cartes, lesmoltes, que he escrit. Vanser pensades per desprésde llegir-les, ser cremades.Sols em val el foc. La cendraque serem i som. Hi ha algúque puga resistir un verti-gen com un goteig perma-nent? Una vegada vaig serescriptor, però vaig haverde deixar-ho, no podia re-sistir escriure’m. Anotar-me a mi mateix. Fatigat,sentia el núvol que es perfàamb el vòmit del silenci.

Aquest home, un talDino Campana, fa gaire-bé vint anys que és reclòsal psiquiàtric del CastelPulci. Ell no ho sap, peròaquell llibre que un dia vaeditar en una impremta delseu poble nadiu i pagat grà-cies a la col·lecta d’amics,Cants òrfics, es convertiràal llarg del pas del temps enun dels símbols de la mo-dernitat poètica italiana;encara que de complicadasituació en el cànon, nave-ga molt millor pels margesd’aquestes aigües no sem-pre tranquil·les. Ara no elpreocupen aquestes coses,o almenys no ho sembla.Recorda i anota en un qua-

dern, ben brut i esgavellat, ope-racions matemàtiques, dibui-xos, cançons populars en di-verses llengües, somnis, algu-na fórmula química, tot senseordre i escrit en tots els sentits.Un atzucac? L’única barana onagafar-se. Un laberint sense capeixida transcrita en una lletrade puça. I sap molt bé que undia la crescuda se’ns endurà acadascun de nosaltres, però tében present aquells encesosulls furtius, anni ed anni edanni fondevano nella dolcezzatrionfale del ricordo.

pd Suplemento Cultural posdata

ESCRITS CORSARIS

La follia

8 ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 2 de noviembre de 2007

pd

DELICATESSEN

POETA. Dino Campana vist per Tullio Pericoli al seu llibre «Retratos».

EDITORIAL SIRUELA

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«Cants òrfics» esconvertiria en undels símbols dela modernitatpòetica italiana