el ámbar y el larimar joyería moderna se vale de las tendencias y la creatividad para crear nuevas...

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Una parece encapsular un fragmento de la era antigua, mientras la otra, evoca las profundidades del mar. Con sólo verlas, muestran la evolución de nuestra historia, por lo que son en la actualidad tesoros de la joyería local. EL ÁMBAR Y EL LARIMAR REP ORT AJE JOYAS ESPLENDOR DE NUESTRAS PIEDRAS ENDéMICAS illones de años atrás, la evolución de la naturaleza creó dos materiales que se convirtieron gemas de identidad y representación de suelo dominicano. Su hermosura y exóticos matices de color, así como los cortes de sus piezas, hicieron que se conocieran a través del mundo, mostrando en cada segmento o joya elaborada, una pieza irre- petible. El ámbar y el larimar caracterizan a la orfebrería y joyería local, en las que estas piedras son más que un adorno estético: son símbolos de misticismo y encanto. El ámbar es una gema producida de forma natural por una resina vegetal fosilizada. Su nombre nace de una palabra árabe que significa “lo que flota en el mar”, ya que sus primeros fragmen- tos se encontraron en el mar, donde apareció el ámbar gris. Este material mucoso es producido por diversos tipos de árboles que utilizan dicha resina como protección contra los insectos y enfermedades; cuando la corteza del árbol es herida por alguna bacteria o animal, éste desprende dicho bálsamo para curarse y es allí donde quedan atrapados seres vivos, gotas de agua, residuos de la madera, y otras inclusiones que luego le da- rán atractivo y rareza a la pieza. Su proceso de estructuración es largo; requiere mantener durante millones de años contacto con el aire y la tierra para luego recoger el ámbar de los ríos, el mar, o de las excavacio- nes mineras. texto Indhira Legreaux fotomontaje Laura Olivo fotos Fuente externa REP ORT AJE JOYAS Sus encantos transforman a cada joya en una obra de arte

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Page 1: El ámbar y El larimar joyería moderna se vale de las tendencias y la creatividad para crear nuevas obras de arte; pero lo que prevalecerá es la calidad y el

Una parece encapsular un fragmento de la era antigua, mientras la otra, evoca

las profundidades del mar. Con sólo verlas, muestran la evolución de nuestra

historia, por lo que son en la actualidad tesoros de la joyería local.

El ámbar y El larimar

RepoRtajejoyas

e s p l e n d o r d e n u e s t r a s

p i e d r a s e n d é m i c a s

illones de años atrás, la

evolución de la naturaleza

creó dos materiales que

se convirtieron gemas de

identidad y representación

de suelo dominicano.

Su hermosura y

exóticos matices

de color, así como los cortes de sus

piezas, hicieron que se conocieran a

través del mundo, mostrando en cada

segmento o joya elaborada, una pieza irre-

petible. El ámbar y el larimar caracterizan a

la orfebrería y joyería local, en las que estas

piedras son más que un adorno estético:

son símbolos de misticismo y encanto.

El ámbar es una gema producida de forma

natural por una resina vegetal fosilizada. Su

nombre nace de una palabra árabe

que significa “lo que flota en el

mar”, ya que sus primeros fragmen-

tos se encontraron en el mar, donde

apareció el ámbar gris. Este material

mucoso es producido por diversos

tipos de árboles que utilizan dicha resina

como protección contra los insectos y

enfermedades; cuando la corteza del árbol

es herida por alguna bacteria o animal,

éste desprende dicho bálsamo para

curarse y es allí donde quedan

atrapados seres vivos, gotas de

agua, residuos de la madera, y otras

inclusiones que luego le da-

rán atractivo y rareza

a la pieza. Su proceso

de estructuración es

largo; requiere mantener

durante millones de años

contacto con el aire y la

tierra para luego recoger

el ámbar de los ríos, el

mar, o de las excavacio-

nes mineras.

Mtexto Indhira Legreauxfotomontaje Laura Olivo

fotos Fuente externa

RepoRtajejoyas

Sus encantos transforman a cada joya en una obra de arte

Page 2: El ámbar y El larimar joyería moderna se vale de las tendencias y la creatividad para crear nuevas obras de arte; pero lo que prevalecerá es la calidad y el

rón envió a uno de sus caballeros por esta

piedra, obteniendo cientos de libras para su

utilización en Roma. Tras algunas épocas,

en el 1283 d. C., los caballeros teutones se

designaron como gobernadores de Prusia,

así como propietarios de todas las fuentes y

manufacturas del ámbar. Para este período,

que duró durante los siguientes 500 años, el

ámbar tomó una connotación religiosa, pues

la realización de sartas para rosarios fue su

uso más popular.

Con el pasar de los años, la piedra retomó

su origen comercial y la estética se ante-

puso a lo religioso y a lo místico, por lo que

en la actualidad se conserva como

aproximadamente 30,000 años tras su

descubrimiento en Hannover, Alemania.

Historiadores afirman que en la antigüedad

esta pieza era utilizada como talismán de

protección divina o remedio medicinal, ya

que se consideraba que tenía propiedades

mágicas por su origen misterioso. Según

la creencia de los primeros períodos

de su hallazgo, el portador de la gema

estaba protegido de cualquier daño y,

posteriormente, los griegos descubrieron

sus propiedades eléctricas (estas razones

motivaron su comercialización).

A partir del año 3,000 a. C., los fenicios ya

la intercambiaban como mercancía vital

con los pueblos bálticos; de allí tuvo paso

a la Europa Meridional donde había rutas

de comercio con otras zonas europeas,

hasta llegar al lejano Oriente.

“El oro del norte”, como fue conocido en al-

gunas zonas europeas antes de Cristo, tomó

popularidad y mayor expansión cerca del

año 58, cuando el emperador romano Ne-

Esta resina es considerada como la única

piedra preciosa de origen vegetal. En la Re-

pública Dominicana, así como en Nicaragua

y Colombia, se da por una leguminosa lla-

mada Hymenaea courbaril conocida como

“Algarrobo”, y en México como “Guapinol”;

en países europeos como España, Francia,

Lituania, Rusia, Letonia, Polonia y Alemania,

el ámbar se forma a través de la resina del

Pinus succinifera, dando piezas distintas a

las de América en su color y estructura.

Aunque estas se generan de manera

sustancial en 20 países del mundo, cada

zona produce un ámbar distinto, donde se

destacan el ámbar azul de nuestro país y el

ámbar rojo de Chiapas, México.

Fragmentos de su historia

El ámbar es la piedra más antigua trabaja-

da por el hombre. Se registra desde hace

Saxfex Cxxilia Pobx na mhoxca y de lxs pjp Saxfex Cxxilia Pobx na mhoxca y de lx lkjo oxca y de lxs pj

RepoRtajejoyas

La Cámara de Ámbar, del Palacio de Catalina de Tsárskoye Seló, es uno de los tesoros que invitan a conocer a la Federación Rusa.

El origen místico de esta gema en la antiguedad hizo que se considerara con poderes curativos y de protección

una gema de ornamentación que exalta la

belleza. Su paleta de color es tan diversa y

exquisita, que juega desde el amarillo (tono

más conocido) pasando por los naranjas,

rojos, blancos, café, verde azulado, hasta

llegar al negro o musgo.

Dentro de los países con mayor explo-

tación minera de ámbar se encuentra

República Dominicana, México, y la región

báltica de Europa oriental. En esta última

zona se encuentra uno de los lugares más

fascinantes de esta piedra: la Cámara de

ámbar del Palacio de Catalina de Tsárskoye

Seló (cerca de San Petersburgo), lujosa

habitación creada en ámbar que data del

período comprendido entre 1701 y 1709,

en Prusia. Dicha obra fue un regalo de

Federico Guillermo I de Prusia al zar Pedro

I el Grande de Rusia, a fin de estrechar

las relaciones diplomáticas entre ambas

naciones. En la actualidad, constituye uno

de los espacios más renombrados de toda

la Federación Rusa.

Un ámbar exótico

El ámbar dominicano es uno los más pecu-

liares y distinguidos de todos los tipos que

existen alrededor del mundo. Su gran varie-

dad de colores, tamaños y formas lo con-

vierten en el más deseado. En la provincia

de Puerto Plata se da la mayor producción

de toda la isla en la zona de “Costámbar” o

“Costa del ámbar”. Otros territorios mineros

de gran valor se encuentran en Santiago y

algunos terrenos cercanos a Bayaguana.

La República Dominicana es muy renom-

brada por los científicos y coleccionistas de

gemas, por las raras inclusiones de escor-

piones, lagartos y ranas en ámbar, cuales

fueron escasamente halladas alrededor del

mundo. Además, en el país permanece la

piedra de este tipo más grande del mundo,

que pesa 8 kilogramos, superando así el

que se conocía del Museo Imperial de Ber-

lín, que tiene un peso de 6,36 kilogramos.

Su gran auge y producción en el país per-

mitió la realización de museos dedicados

a las variedades que aparecen. En Puerto

Plata se encuentra uno de los museos más

completos del ámbar. En Santo Domingo,

en el “Mundo del ámbar”, permanece una

interesante representación de las investiga-

ciones y variedades de la piedra preciosa.

Una gema con sello dominicano

Otra de nuestras piedras que ponen el alto

a la orfebrería local es el larimar. Aunque el

ámbar siempre ha tenido mayor acogida, la

producción de esta pectolita azulada es la

única que se produce de manera exclu-

siva en territorio dominicano. Su origen

surge con la formación de la isla, la cual

emergió de la profundidad del mar y los

roces de rocas volcánicas hace 100

RepoRtajejoyas

En noviembre del 1916 se descubrió el larimar en nuestro país, convirtiéndose en la única piedra netamente criolla

Un espacio para nuestras joyas

Obtener una piedra genuina y

única es imprescindible para los

amantes de las joyas. Por esto,

en el país se encuentran algunos

negocios que ofrecen lo más selecto

de la industria local. Una de estas

tiendas es la de “Joyas Criollas” ,

dedicada al trabajo de las piedras y

materiales de producción nacional,

donde ámbar prima ante cualquier

selección, nos cuenta Beulah Valette,

propietaria de esta tienda joyera.

Esta empresa de joyas, fundada

por Noel Valette en 1979, conserva

la pieza de ámbar más grande del

mundo, así como una colección de

diversos tipos de ámbar y larimar

de la República Dominicana. Con el

tiempo, han transformado diseños

y detalles de perfección para un

público más selecto pues, tal como

enfatiza Beulah Valette, el mercado

nacional ha ido evolucionando

la percepción, la valoración y el

gusto por las joyas elaboradas con

las piedras nacionales, por lo que

se necesita trabajar cada detalle y

superar las expectativas del nuevo

consumidor.

La joyería moderna se vale de las

tendencias y la creatividad para

crear nuevas obras de arte; pero lo

que prevalecerá es la calidad y el

gusto exiquisito por los detalles.

Page 3: El ámbar y El larimar joyería moderna se vale de las tendencias y la creatividad para crear nuevas obras de arte; pero lo que prevalecerá es la calidad y el

esta piedra semipreciosa tan peculiar.

Estas pequeñas rocas fueron arrastradas

por el océano hasta el Río Bahoruco donde

encontraron algunos fragmentos, pero

luego descubrieron que su origen provenía

de lo que posteriormente se convirtió en

la mina “Los Chupaderos”, lugar donde se

encontró por primera vez.

Para los amantes de las joyas, el larimar no

sólo se aprecia por su belleza, sino también

por su calidad. Su pureza y perfección

depende de su coloración, ya que mien-

tras más blanca es la piedra, menor es su

calidad; si el color se enriquece tomando

un azul volcánico, su propiedad es óptima.

Algunas suelen tomar un tono verdoso, pero

regularmente no son muy comerciales; y

los de pequeños rasgos rojizos que tienen

otras, evidencian su contacto con el hierro.

El contraste entre la plata y el larimar

hacen a cada creación de los joyeros

piezas dignas de admirar, por lo que ya es

característico la unión de esos materiales

en la producción de joyas criollas. Todos los

gift shop en zonas turísticas y lugares donde

se producen ofrecen al mercado local e

internacional su mejor producto, exaltándola

como una prenda de identidad nacional.

Tanto el larimar como el ámbar son piedras

cargadas de colorido y atractivo, piezas que

cobran sentido sin importar el atuendo que

se lleve puesto. Su apreciación como joya

parece tomar identidad propia y, al usarlas,

pueden hacerse eco de la sofisticación y

elegancia que busca la mujer de nuestra

era. ¿Te animas a usarla?

millones de años; en esta se constituyeron

pequeñas rocas con brillo y color que se

denominaron pectolitas. Cabe destacar

que aunque existen diversos tipos de

pectolitas alrededor del mundo, el larimar

es único en su clase.

Los datos históricos de las autoridades mi-

neras de la nación revelan que el 22 de no-

viembre de 1916 se descubrió la preciosa

roca azul en Barahona gracias al sacerdote

Miguel Domingo Fuertes, párroco de del

pueblo en dicha época. Tan pronto fue en-

contrada, se solicitaron los permisos para

explotar la mina. Sin embargo, fue negado

por no conocerse alguna otra piedra pare-

cida. Tras 58 años de su descubrimiento,

la pectolita reapareció en una playa de

Barahona, donde Norman Rilling y Miguel

Méndez, voluntarios de Cuerpo de Paz,

dieron a conocer la novedad del pueblo: su

“Roca Azul”, como la denominaron inicial-

mente los moradores de la zona. El nombre

con el que se conoce en la actualidad

se debe a unos de sus re-descubridores,

quien fusionó el nombre de su hija, Larissa,

con el mar para dar origen al nombre de

El trabajo delicado y creativo del orfebre es el que hará que la piedra tome o pierda su valor intrínseco

Rp

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