el masaje de las diferentes regiones corporales

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Q 101 masaje de las diferentes regiones corporales 97 EL MASAJE DE LAS DIFERENTES REGIONES CORPORALES Masaje de la espalda En la espalda existen tres mu sculos que se deben someter a masa je : el erector del tronco (0 mtiscul os de los cana les vert ebr ales), el dorsal ancho \' el trap ecio. Las figuras 138, 139 Y 140 mues t ran sus limites topcgraficos. Para el masaje de la espa lda, el paciente se en- cu en tra en decub ito prono, con los brazos ex te n- didos hacia delante. Si la camilla de masaje no dispon e de un a ranur a 0 espa cio par a la na riz, la fren te se apoyara sob re una a lmohad illa cilindri- ca. Para re la jar la mu scul atu ra de las piernas, es tas se apoyara n, a la al tura de los em peines de los pies, sobre un sopor te fir me (saco de arena). A vec es, en paciente s con lordosis lumbar acen- tuada, puede resultar favorab le el compens ar di- cha curvatura de l raqu is si tua ndo o tro saco de are na bajo el abd omen. Pa ra el rnasaje de la mi tad derech a de la es- palda, el mas ajista se coloca a la izquie rda del F IG. 137. Colocacion para pacie nte, y a la dere ch a para el ma saje de la mitad el masaje de la espalda. iz qu ierda . FIG. 138. Mu scu lo r ic . 139 . Mu scu lo F IG. 140 . Mu scu lo erector de l tronco. dorsa l an ch o . trapccio.

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Page 1: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

Q

101 masaje de las diferentes regiones corporales 97

EL MASAJE DE LAS DIFERENTES REGIONES CORPORALES

Masaje de la espalda

En la es pa lda exi sten tr es mu scu los que se deben someter a masa je : el er ecto r de l tron co (0 m tisculos de los canales vertebr ales), el do rsal an cho \' el trap ecio . Las figuras 138 , 139 Y 140 mues tran sus limi tes topc gra ficos.

Para el masaje de la espa lda, el pacien te se en­cu en tra en decub ito prono, co n los brazos ex ten­didos hacia de lan te . Si la cam illa de masaje no dispone de un a ranura 0 espa cio para la na riz , la fren te se apoyara sob re una almohad illa cil ind ri­ca. Para re lajar la mu sculatu ra de las piernas, es tas se apoyara n , a la altura de los em peines de lo s pi es, sobre un sopor te fir me (saco de are na). A veces, en pacientes con lordosis lumb ar acen­tuada , puede res ulta r favorab le el compensar di­cha curvatura de l raqu is situa ndo o tro saco de arena bajo el abdomen .

Pa ra el rnasaje de la mi tad derech a de la es­palda, el masajista se coloca a la izq uierda del F IG. 137. Coloca cion par a pacient e, y a la derech a para el ma saje de la mitad el m asaje de la esp alda . iz qu ierda .

FIG. 138. Mu scu lo r ic . 139 . Mu scu lo F IG. 140 . Mu scu lo erector de l tronco . dorsa l an ch o . tr apcc io.

Page 2: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

98 Tecnica del rnasaje de los 6rganos del rnovirniento

El masaje de la espalda se inici a con el aca ricia miento de tcda la region do rsa l. Para esto se coJocan arnbas ma­nos, apoyando sobr e la superficie dor­sal de los dedos, en paralelo por en­cima de l sacro , de manera que la linea de las apofisis espinosas quede entre ambas manos. Haciendo acariciamien­

141 to con los nudillos, se trata todo el erector del tronco, siguiendolo hacia arriba, hasta la nu ca, donde las ma­nos se vuelven y retornan al sacra rea­lizando acariciamien to con la mano abierta; aquf las manos vuelven a la posicion de acaric iamiento con los nu­dillos y sigu en lateralmente el curso

142 de la cre sta iliaca , por su parte supe­rior , hasta la espina iliaca anterior y supe rior, volvi end o al punto de orig en en aca riciamien to a ma no abier ta. Se repite en tonces el acariciamiento con los nud illos hacia arri ba . A todo mo­vimi ento desde la nu ca hacia abajo Ie sigu e un o later al, qu e se realiza cad a vez un traves de mano mas arri­

143 ba que el anterio r . En esta forma, man­teniendo la secu encia arriba - abajo­a los lado s - vuelta a origen , se reali za el acariciami ento de toda la espa lda , con movimientos en abanico.

F IG S. 14 1 a 145. Serie de aca riciarnien to 144 de tod a la espald a. Se ha lIegado ap roxima­

darnent e a la zona media de Ja espa Jda .

FIGS. 141 y 142. Acariciam ien to con los nud illos ha r ia ar riba . FIG. 143. Acar iciam ient o hacia abajo con 18 rna no plana . FIG. 144. Acariciami ent o con los nu dill os hacia los lados. FIG. 145. Acariciarniento can la mana pla­

145 na volviendo al orig en .

Page 3: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

99 ,

E! masaje de las diferentes regiones corporales

Una vez realizado en la maner a de scrita el acariciamiento de toda Ia esp ald a, se pa sa al masaje unilateral, subdividido segun los tres musculos nombrados. Cada uno de los musculos se tratar a con acariciamien to y ama sa­mien to. Las maniob ras adic iona les de fri ccion y ma saje de fascias subc uta­neas se intercalan en el tra tamiento solo en func ion de la necesidad.

Se ini cia el masaje por el erector 146

del t ronco, que comienza con el aca­riciamien to co n los nudillos, hacia arri­ba y ha cia abajo (claramen te v isible en las figuras 146 a 149).

A cont inuacion se procede al am a­samiento . Dad a la disposicion profun­da de las fibras del erector y la fascia firm e que 10 recubre, esta indicado el am asamiento con las pu ntas de los de­dos. Com o el acariciarniento, se pro­cede hacia arr iba y hacia abajo, per­ 147

pendi cularrnente a la direccion de las fibra s, Las figuras 150 a 157 y 158 a 165 muestr an el cur so del amasa­miento en la zona media de la esp ald a .

148

FIGS . 146 a 149. Serie de acariciamient o can los nudi llos sabre el erector del tronco. 149

Page 4: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

154 153

.'

155 152 I

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156151

--.,

157 150

FIGS. 150 a 153. Seri e de amasamiento con FIGS. 154 a 157. Seri e de amasamiento can las puntas de los dedos del erector del tron­ las puntas de los dedos del ere ctor del tron ­co , en la parte media de la espalda. El co, descendiendo. La secuencia de image­ma saje se de spl az a haci a a rriba, par 10 que nes es de a rr iba hacia a bajo. la secuencia de las irnagenes es de a bajo hacia arriba .

Page 5: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

El masaje de las diferentes regiones corporales 10~

158

159

160

161

Frcs. 158 a ]61. Variante del masaje del erector del tronco, en angulo recto al curso de las fibras.

162

163

164

165

FIGS. 162 a 165. Variante del masaje de la espalda en sentido lateral, en angulo recto al curso de las fibras. Vision del ma­sajista.

Page 6: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

102 Tecnica del masaje de los 6rganos del movimiento

FIG. 166. Acariciamie nto con los nudillos.

FIG. 167. Ama samien to co n las pu nt as de los dedos sob re el dorsal ancho .

FIGs. 168 Y 169. Am as amiento con las dos manos de 1a pared po steri or ax ilar.

Sigue a continuacion el masaje del miisculo dor sal ancho. El tratamiento se inicia con el acariciamiento con los nudiIlos, apoy ando la mano en la zon a de las apofisis espinosas de las verte­bras lumbares y rnoviendola, hacia arriba y afu era, en dir eccion a la axi­la, siguiendo el curso de las fibras del rmiscul o. Aproximadamente en la par­te media de la linea axilar, la mano se vuelve rod ando sobre la superficie dorsal de los dedos, y regresa al punto de origen en acariciamiento con la rnano abierta . En funci on de la talla del paciente, esta maniobra se repite un a 0 dos veces, apoy ando la mano en cada repeticion algo mas arriba, en direccion craneal, hasta que en el ul­timo paso alcanza el borde superior del musculo dorsal ancho . Este ultimo pase no vuelve al punto de orig en, sino que, vuelt a ya la mano a la po­sicion de apo yo palmar en el bord e infer ior del hueco axil ar , se continua como acariciamiento con una sola man o abarcando la pared po ster ior de la axila hasta la insercion del rmisculo en el brazo. De igual manera, es decir, en varios pases cada vez mas altos , se trata el dorsal anch o por medio de amasamiento con las puntas de los de­dos. EI ultimo pase, que alcanza la pared posterior de la axila, se convi er­te alli en amasamiento con las dos ma­nos y pro sigue hasta la insercion del rmisculo. Las figuras 166 a 169 mues­tr an las maniobras, y ref erimos al lec­tor a las figuras 97 a 116 en la sec­cion tecn ica del libra.

Page 7: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

103 EI masaje de las °diferentes regiones corporales

EI masaje del rmisculo trapecio debe tener en cuen ta las tres direcciones de las fibr as de este musculo. En funci6n de la direcci6n de las fibra s, el aca ri­ciamie nto con los nudillos se hace en tre s pases: el primero desde las vert e­br as dorsales inferiores , oblicuamente hac ia arri ba hasta la espina de la esca­pu la, y de nuevo al punto de origen; el segundo desde la column a dors al medi a hacia el hombro , y de nuevo al pun to de origen; y el tercero desde el hom­bro, subiendo por la cara dorsal de l cuello , hasta la nuca . AI acaric iamiento Ie sigue el amasamiento, igualmente en tres pas es. Las porciones inferior y media del musculo se tratan con amasamien to con las pu ntas de los dedos, y la superior, Iaci l de ab arcar en pac ientes de cons tituci6n atletica, permite el amasamiento a dos ma nos, que debe segu ir, al igual que el acariciamiento , el trayecto desde el hombro hasta la nuca (vease la figura 278) .

170 173

171 174

172 175

FIGS. 170 a 172. Acariciamient o nudillos sobre la porcio n cer vical pecio .

con del

los tra­

FIGS. 173 no s de la

a 175. Am asami en to a dos rna­porcion ce rvical del trap ecio .

Page 8: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

104 Tecnica del rnasaje de los organos de l movimiento

Como ya se cornento en el capitulo sobre elemen tos basicos del ma saje , cad a una de las diferentes maniobras se rep ite varias veces y al men os cinco veces en ca da zo na. Las tecnicas de acariciamiento constituyen la tr ansicion a la serie sigu iente. Las alteraciones gelos icas requieren de fri cciones intercal ad as entre las maniobras de am asamiento, a fin de ser eliminadas par completo.

Una vez concluido el tratamiento de un lado de la espa lda , el masaj ist a cambia su posicion al lado opuesto y trata de igual manera el o tro lado de Ia espalda . Para conc luir el masaj e de la esp alda se practica nu evamen te el aca­ri ciami ento de toda la region, tal como se hi zo para ini cia r el tra tamien to.

Masaje del area posterior de! cuello

EI m asaje del ar ea po sterior del cuello debe ab arcar la porcion cervical del tra pecio y la porcion ce rvica l del erector del tronco . Es necesario el trat arni ento con cienzudo de las inserciones musculares en la nuca con am asamiento con las puntas de los ded os y friccion, ya qu e a menudo se ap recian aqui altera­ciones gelosicas .

Masaje de la region del hombro

El relieve del hom bro 10 deterrnina el miisculo deltoid es. Sin embargo, no nos ajust a riamos a la sign ificacion del masaje en el tr ata miento de las alter a­ciones del movimiento en la extremidad superior si, al hablar del masaje de la regio n del hombro , mencionasemos so lo el deltoides. EI amplio radio de mo­vimiento de nu estro or gano de p rehension, de l brazo, se hace po sible gracias a la disposici on rnovil de la cin tura esca pu lar . Y es ta cin tura se m ueve por medio de m useulos que van des de el tronco ha cia la escapula : el elevad or de la esc apula y el ro mboides van des de la columna ve r tebral al borde medial de la escapula, donde tambien se inser ta el serrato ma yor, -p rocedente es te de la pa red toracica later al. En la ca ra anterior del torax se ori gina el pectora l men or, qu e di scu rre haci a arriba y af ue ra y se in ser ta en la apofisis coracoides. En la car a do rsal, la capa muscula r profunda se ve cubierta pOl' el tr apecio , qu e parti endo de la columna ve rteb ra l alca nza la esp ina de Ia escapula, el acromion y la epifisis distal de la clavic ula .

Desd e el tronco al b razo pasan po r Ia par te dorsal el musculo dorsal ancho, proced en te de las vertebras lumbare s y del hueso ilia co, y el redondo mayor, que se le asocia pa rt iendo del an gulo inferior de la escapula . En el aspecto ven tr al se en cuentra el pectoral ma yor, que desde sus inserciones en la va ina de los rectos, el esternon y la porcion proximal de la clav icula, alcanza la porcion su perior del humero,

Adern as de los mii scu los qu e pasan del tron co a la escapula y de los q ue pasan del tro nco al brazo , en la zon a de l hom bro se enc uentran musculos qu e pasan des de la pro pia cintura escapular al brazo . Se trat a del sup raespinoso ,

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1:1 masaje de las di ferentes regiones corporales -lOS

del infraespinoso, del redondo menor, del sub escapul ar, y por fin del propio deltoides, qu e deterrnina el rel ieve del hombro .

Todos estos rmisculos debe n incluirse en el traramient o en las alteraciones funciona les del hombro. El masaje de l trapecio y de l dorsal ancho se ha co­mentado ya al exp licar el masaje de la espald a. EI romboides se alcanzara mediante amasamiento profu ndo con las puntas de los dedos, entre el borde med ial de la escapula y las ap6fi sis espinosas de la columna toracica . A men udo se aprecian en el alt er aciones gel6sic as, que requ ieren la ap licac ion de fr icci6n.

EI romboides tiene su antagonista en el musculo serrato mayor . Para el masaje de este ultimo es necesario colocar al paciente en decubito

lateral. EI brazo se dispone hor izon talmente haci a delante , con el antebrazo flexionado en angulo recto y la mana reposando delante de la car a sobre la cam illa de ma saje. De esta manera, el musculo queda re lajado y puede tra­tars e med ian te acariciamie nto con los nud illos en dir eccion hacia la escapula y amasarniento con las pun tas de los dedos.

Page 10: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

106 Tecnica del masaje de los 6rganos del movimiento

FIG. 176. Mu sculo pecto ral mayor ( jIado izquierdo! ).

FIGs. 177 a 179. Am asam iento con las pun­tas de los dedo s del pectoral mayor, en ang ulo rect o al cu rso de las fibra s.

La figu ra 176 nos ilustra la situa­ci6n del pectoral mayor, por debajo del cual se encuentra el pectoral .me­nor . Al proceder a l ma sa je (lei pec to­ral Izquierdo es necesario record ar que esta re gi6n esta conectada a la me ta­mera ca rdiaca , Las experiencias del tratamiento segmenta l 0 meta rner ico han demostra do qu e un 6r gano fun­cionalmente al terado puede ser influi­do ter apeuticarnente desde la super­ficie corporal, pero que tarnbien un organo qu e tie nde a la alteraci6n pue­de sufrir efectos pato16gico s clesde el exter ior. Este hec ho debe tene rse siern­p re en cuenta en el masaje de la reg ion pectoral.

EI pectora l mayor se trabaja si­guiendo el curso de sus fibra s, desd e el estern6n hacia el b raze , mediante acariciamien to con los nudillos. Se ex­cluira del trata miento la zona marn i­lar. Por Ia dis pos ici6 n en plan o de las fibras rnusculares se emplea tarnbien aqui el amasarniento co n la s puntas de los dedos . En caso de con st itu cion atletica, es po sible abarcar el rmisculo, co mo en el cas o del dorsal ancho , en la pared anterior de la axil a COn el amas amiento a dos man os, tratandolo en direcci6n h aci a su inserci6n en el brazo .

Una vez tratados ade cuadamente los grandes m usculo s supe rfic iales, pa­sa remos al masaje de los mtisculos pe­q uefios y profundos que pasan desde la esc apu la al brazo . Para el m asa­jista a un no experi mentado y en fase de aprendizaje es imp ortante orienta r­se sob re la pos icion de la escapula con la ayuda de sus bordes 6seo s palpables . La fricci6n sobre los bo rdes 6seos sa­lientes es dolorosa, y carece de efectos en el ma saje muscular.

Page 11: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

107 EJ masaje de las diferentes reg iones corporales

Para el masaje de los mu sculos pequefios de la escapula , el paciente debe encontrarse en deciibito prono, con el brazo del lado a tratar en angulac ion lateral de 90 grades, y el coda flexionado y la mana apoyada sabre la camilla jun to a la cabeza .

La figura 180 esquernatiza Ia sit uacion de la escapula cuando el paciente se encuentra en esta posicion. Desde el borde medial de la escapu la pra cticamos ahara acari ciamiento can los nudillos, primero par encima y luego par deba jo de la espina , en direccion al angulo ar­ticular. Can igual direccion sigue despues el amasamiento pro funda can las puntas de los dedos.

El rmisculo subescapular es de dificil acce­so. EI masajista se situa en el lado a trata r y eleva, ca n el paciente en deciibito , la esca pula hacia atras ca n la mana mas proxima a la cabeza (es decir , la derecha al trata r el lado derecho), mientras que, simultaneamente, los dedos de la otra mana se deslizan bajo el an­gulo escapular inferior, «cargando» en cierto modo la escapula sabre los dedos. En esta po­sicion se puede someter a masaje el musculo subescapular, con pequefios movimie ntos cir­culares de los dedos. Las maniobras ideberan avanzar hacia arr iba , a 10 largo del borde me­dia l de la escap ula , hasta donde esto sea po­sible.

A veces resulta mas corncdo tra tar el museu­10 subescapular can el pacien te en posi cion se­den te. Al tratar el Iado de recho, mie ntras el pacient e deja que su braze cuelgu e inert e, con la mana puesta sobre el muslo , la mano dere­cha del masajista empuja la cintura escapu lar hacia atras .

F IG. 180. Limitcs de: 18 cscapula.

FIG. 18 1. Friccion del subcsca­pu lar co n el pacient e e n decubito .

F IG. 182. F ricc io n del subesca­p ular con el pacicnte sentad o.

Page 12: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

108 Tecniea del masaje de los organos del movimiento

FIG. 183. Limites de las tres porciones del delto ides .

FIG. 184. Acariciarn iento con una mana del del toides con fijac i6n de la cin tura escapu lar.

FIG. 185. Ama sam iento con las puntas de los dedos de un a porcion de l deltoides,

Tratamos seguidamente e1 rmisculo deltoides. Este musculo presenta tres por­ciones: la ante rior, que se origina en 1a porcion extern a de la clavicula ; 1a inter­media , qu e se origi na en el acromi on. y la posterior, que se orig ina en la espi na escapular. Para re1ajar eI musculo para el masaje e1 brazo debe apoyarse en ab­duccio n a 60 grados . Esto puede hacerse en un a silla con brazo ajustable , sobre el que se apoyara el antebrazo , con el codo flexionado. Se procede primero al acari­ciamiento. Si el musculo es pequefio, co­mo es el caso en nifios, puede abarcar­se con el acariciamiento con una sola mano. Los de1toides de mayo r tamafio, especialmente los de los adultos museu­Iosos, deben tratarse en dos pases, mien­tras la mano libre del masajista fija desde arriba la cint ura escap ular. El acaricia­miento se inicia en la insercion del museu­10 en la cres ta del toidea del hurne ro, y progresa hacia arriba hasta su linea de insercion en la cintura escapular. La figu­ra 184 muestra el acariciarniento con un a sola mano con fi jacion sirnul tanea de la cintura escapular .

Tr as eI acariciamiento se procede al ama samient o. Un deltoides pequefio deb il puede tratarse con amasamiento con una sola mano . Los deltoi des mayo­res y de desarrollo mas robusto se tratan mejor con amasamien to con las puntas de los dedo s en tres pases que se corr es­ponden con las tres porciones descritas del rmisculo (representadas en la figu­ra 183) . Para el amasamiento de la por­cion anterior, e1masajista se coloca detras del pacient e ; para el de Ia porci6n pos­

0

Page 13: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

EOl rnasaje de las diferentes regiones corporales

teri or se coloca de lante. La porcion inter­me dia p uede tr atarse tanto desde dela nte como desde det ras. Como el aca ricia ­miento, e l ama samiento avanza desde la cres ta deltoidea del htimero hacia la linea de ori gen del musculo, T anto en Ia If­nea de origen como en Ia insercion distal se enc uen tran a me nudo alteracion es ge­los icas q ue es necesario tratar mediante fricciones, La s limitaciones del movim ien­to de la artic ulacion escapulohurneral se asocian a menudo a distensiones y con ­tracturas del dorsal an cho y del pectoral mayor. En ta l caso , las paredes ante rior j posterior de la ax ila , formad as por los citados mii sculos, se notan acortadas y rf­gid as . Para su relajacion empleamos la Hamada dil ataci6n ax ilar . £1 masaj ista se coloc a al lad o de l paciente, cuyo b razo esta apoyado en abd uccion como para el masaje de l deltoides, y enga ncha una ma ne bajo el reborde axilar poster ior y otra bajo el anterior . Desde esta posicion , am bas ma nos ejercen simultaneamente t raccion , con 10 que se consigue la dila­tac ion y relaj ami ento de los mu sculo s que forma n los pliegues axilares.

FIG. 186. Colocacio n de las manos pa ra Ia diiat acion axi lar .

f IG. 187. Fase de traccion de la di­la tacion axilar .

Page 14: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

110 Tecnica del masaje de los 6rganos del movimiento

Masaje del brazo

FIG. 188. Acaric iamiento can una mana de l biceps bra quia l.

FIGs . 189 y 190. Amasamien to con una mana de l bic eps braquia l.

En el brazo encontramos dos grupos mu scul ares: en la cara anter ior el biceps braquial y el cor acobraqu ial, y en la ca ra posterior el triceps. Para el ma saje de los rmiscul os del brazo el paciente se encue n­tra sentado con el br azo en elev acion an­terolateral sos tenido sobre el brazo de la silla; resulta pr actice para estos tip os de masaje el d isponer de una silla con bra­zos de altura variable. EI ma sajista se coloca a un lad o del pacient e.

EI masaje se inici a po r los mu sculos flexores. EI masaj ista coge el brazo con su mano izquierda, de ma nera qu e el codo repose en la palma de su mano, con el pul gar aba rca ndo el epic6ndilo y los de­dos sob re la epitr6 clea . La mano der echa, activa , aba rca la porcion inferior del bi­ceps de manera que los dedos se en cuen­tren en los sur cos bicipitale s, el pul gar en el ex terno y los restantes dedos, apo­yad os unos contra otros, en el interno.

De sde esta posici on de partida, el mtiscul o se trat a con acari ciamie nto con un a sola mano , sigui endo el cu rso de las fib ras hast a el hu eco axilar . Cuando el pul gar alcanza el delt oides, sigue adela n­te por su borde h asta encontrarse con los ot ros cu atro dedos en la parte supe rior del paquete mus cul ar flexor. En es te punto la mano se flexiona en direccion palmar y se eleva separa ndose de los rmiscul os.

Al acariciamien to Ie sigue el am asa­m iento con un a sola man o, en igual di­reccion , com o se mu estra en las figuras 189 y 190.

Page 15: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

111 EI masaje de las diferen tes regiones corporales

T ras el masaj e de los flexores se pasa al de la muscul atura extenso ra, es decir, del triceps. Ahara es la mana derecha del masajista la que suj eta el coda del pa­ciente, con el pulgar sobre la epitr6clea y los dedos sobre el epic6n dilo . £1 ante­b razo del pac iente reposa sobre el an­tebrazo de l masaj ista . La mano izqu ierda , ahora activa , se adap ta al triceps en la cara posterior del bra zo , justo po r en­cim a del codo. Los dedos avan za n ahora par el surco bicip ital medial y el pulgar FIG. 191. Acariciamiento can una man a par el lateral hacia arriba, abarcando en­ del triceps. tre sf el vientre del mus culo . £ 1 pulgar sigue luego el bo rde posterior del del toi­des, hasta enc ontrarse can los dedos en la ex tremidad superior del tri ceps. Re­petida varias veces la maniob ra de aca­ric iamiento, se p rocede al amasamiento con una sola mano del tri ceps, en igual direcci 6n y desde su inserci6n distal a su origen, conclu yendo el masaje con una rep etici6n del acariciamiento .

FIGS. 192 Y 193. Amasamiento con un a mano de l tricep s.

Page 16: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

11'? Fecnica del masaje de los 6rgan os del movlmie nto

Masaje del antebr azo

Como en el brazo, en el antebrazo los Ilexores y extensores estrin separados, y de­ben tratarse sepa radarn ente . .Los grupos muscu lares estrin rodeados per vain as co­nectivas que los delimitan entre sf. Los ex­

194 tensores tiene n su origen en el ep icondilo humeral, los flexores en 1a epitroclea .

Para eI tratamient o del antebrazo, el pa­ciente, sentado, coloca eI brazo en elevacion anterior con el coda apoyado sobre una al­mohadilla dispuesta sobre las rodillas del masajista, que esta a su vez sentado sobre Ja camilla de masaje . El grupo extensor del antebrazo derecho se trata con la mane de­recha del masajista , que sostien e can su rnano izqu ierda la mufieca del paciente, su­jetandola en 1a pinza formada po r eI pulgar y el indice (fig. 194),

P<1 1'a el acariciamiento ca n una sola rnano del grupo ex tensor se aplica Ja mano derecha justa par encima de 18 mufieca y se la hace ava nzar hacia ei codo; el pu lgar se dcsliza sabre la a rista cubital, y los cledos per el surco entre ios grupos extensor y flexor. Al alcanzar el final del grupo museu ­Jar la mana rasa a flexion palmar y se eleva separandose de 105 musculos. Al acaricia­miento Ie sigue , en iguaI direc cion , el arna­samiento con una sola mano.

FIGS . 194 a 198. Serie de acari ciamiento con una mane del anteb razo, vista segun el observa do r.

195

196

Page 17: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

113 EI masaje de las diferentes regiones corporales

El tratamiento del grupo flexor se hace, como el del extensor, con aca­riciamiento y amasamiento con una sola mano, en este caso la derecha.

El masajista, sentado 0 en pie de­lante y ligeramente hacia un lado del paciente, sujeta por su cara dorsal la mufieca del paciente, cuyo braze esta extendido hacia delante y lateralrnen­te, con el codo en semiflexi6n apoy ado sobre el brazo de la silla. Las figuras 199 a 203 muestran el masaje del gru­po flexor antebraquial.

Ei acariciamiento y el amasarnien­to con una soia mano se describen de­talladamente en 1a secci6n tecnica del libro, a 1a que remitimos a1lector.

201

FIG. 199. Fijacion de la mana para el masaje de los flexores del antebrazo.

FIGS. 200 Y 201. Acariciamiento can una mana de los flexores.

FIGS. 202 Y 203. Amasamiento can una mana de los flexores del antebrazo. 203

Page 18: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

I

114 ,ecnica del masaje de los organ as de l movimiento

Masaje de la mano

EI masaje de 1a mano puede hacerse necesario cuando , despues U,; una inrno­vilizacion pro longada (por ejemplo, a cau­sa de una fractura del radio 0 de una lesion de la propi a mane), se ha produ­cido rigidez de las articulaciones de la mana y los dedos y reduccion de la cir­culacion sanguinea.

En la mano deben someterse a masa­je, ademas de los muscu los de las emi­FIG. 204. Acariciami ent o del dorso de nencias tenar e hip otenar, los interoseos los dedos, del metacarpo, cuya funcion es 1a separa­cion de los dedos.

EI masajista se sienta ante el paciente, y coloca la man o a tratar sabre sus 1'0 ­

dilla s. Se trabaj a inicialmente sobre el dorso de la mano. EI acariciamiento se realiza con el pu lgar , descl e la falang dis­tal hasta la art iculacion metacarpofalan­gica, y se puede fijar el dedo sujetandolo por la falange distal can la mano libre. Los dedos primero a tercero se trabaja n con el pulgar derecho, sostenien do la mano can la izquierda del masajista : se­

FIG. 205. Acariciamiento de los in ter­guidamen te se tra tan de igual manera las oseos. regiones laterales derecha e izqu ierda de cada dedo. Se alcanza un mayor efecto estimulante sabre la perfusion cutanea con el acar iciamiento circular , en el que las yemas de los pul gares describen mo­vimientos circula res analogos a los de la fr iccion. Sigue el masaje de la zona me­tacarpiana, practicando el acariciarniento en los espacios in teroseos can la yema del pul gar.

FI G. 206. Acariciami ento cir cular de los in teroseos,

1

Page 19: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

115 · El masaje de las diferentes regiones corporales

En es te caso, la mano lib re fija los metacarpi anos sujetandolos por sus epi­fisis di stales. Puede tambien efec tuarse, con amb os pulgares, un acariciam iento «pulgar sob re pulga r», analogo al mano sobre mano .

Se proced e segui damente al masaje de los rmisculos int eroseos par medi a de aca ­riciamien to ci rcu lar, en el que el dedo media , describ ien do pequefios cfrcu los, trata cad a uno de los espacios interoseo s desde las ar tic ulaciones rnetacarpofalan­ FIG. 207. Acariciamiento can los nudi­gicas hacia la mufieca, lias de la palm a de la mana.

Sigu e el masaje de la regio n pal mar , qu e el paciente vue lve ahora hacia arr i­ba. Se ini cia ca n un acariciamiento can los nudillos, fijando la man a del paciente con la man o libre del masajist a dispuesta bajo ella. Seguida mente, y con el pulgar , se tratan las caras palmares de los dedos con acariciami ento circular, como se h izo can sus caras do rsales. Los mu scul os de las eminen cias ten ar e hipotenar se tra­tan intensamen te con amasa miento con las puntas de los dedos. EI masaje con­cluye ca n un nu evo aca ricia miento con FIG. 208. Amasamiento can la punta los nudillos. de los dedos de la eminen cia tenar.

Los rmisculos interoseos pu ed en tra­tarse tarnbien sujetando entre el pulgar y los de dos de las manos dos metacarpi a­no s ad yacen tes y desplazandolos uno res­pecto a otro , hacia arrib a y hacia aba jo .

FIG. 209. Amasamiento can la punta de los dedos de la eminencia hipotenar.

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Masaje de la region lumbar

La region lumbar se abarca y trata tarnbien en todo masaje de la espalda. Sin embargo, a men udo se observan alteraciones pat ologicas que afec tan exclu­sivamente a la region lumb ar, por 10 que parece justificado expIicar separada­men te su masaje. La musculatura lumbar, que comprende la porcion lum bar del erec tor del tronco y eI rmisculo cuadrado lumbar, esta recub ierta por la resis tente estructura de la fascia lumbodorsal. Con el fin de poder alcanzar la muscul atura profunda con las manipu laciones del masa je, es recomendable, si existe hiperlordosis, compensarla situ ando un saco de arena bajo el abdo­men. El ma sajista se coloca en el lado opuesto al qu e se ha de tratar, como para eI masaje de la espa lda . El tra bajo se inicia con acariciam iento con los nudiIIos, en el qu e es necesa rio ejercer un a fuerte presion a causa del espesor de la fascia. Tanto el acariciamiento como el amasamiento con las puntas de los dedos que Ie sigue respetan el curso de las fibra s de la musculatura lumbar; sin embargo, para el amasa miento deben colocarse los dedos formando un angulo recto con la direccion de las fibras, y trabajar al mismo ritm o que en el amas amiento con las dos manos . El cuadr ado lumbar se abarca mejor si se emplean para el amasamiento todos los dedos , trac cionando el rmisculo hacia el pulgar.

j

j

1

FIG. 211. Amasamiento a dos manos de 1a region lum bar.

FIG. 210. Amasamien to con la pu n ta de los ded os de la region lumbar.

La region lumbar muestra a menudo alteraciones gelosicas in tensas , POl' 10 que no es posible alcanzar palpatoriamente la musc ula tura , En estos casos es necesario recurrir prim ero al masaje de las capas super ficiales para conseguir su relajaci6n . Se emplea para este fin nu evament e el amas amiento con las pu n­tas de los dedos, pero muy superficialmente y con el pulgar apoyado en plano, an te el cua l deb e rodar el pIiegue cut aneo, pu ede tarnbien efectuarse este «rcdamiento» de las diferentes capa s tisul ares con la ayuda de todos los dedos. Los dedos aba rcan un pliegue de p iel del area lumbar latera l y 10 llevan hacia el pulgar colocado sobre la lfnea de las ap6fisis espinosas, y los pulgares dejan desIizar este pliegue por debajo de sf mismos mientras se desplazan lateral­men te. Esta forma de masaje, que se describe tamb ien como «tecnica de tejido conec tivo en superficie», consigue un aum ento de la perfu sion , eliminaci6n de residuos y relajaci6n del tejido subcutaneo y de sus capas de deslizamiento , con 10 que se pu ede despues rea lizar el masa je muscular. Sob re los cordones contractura les y las gelosis de la musculatura lumb ar se apli can vibraciones, y sobre las gelosis masaje fascial y fricc iones.

Page 21: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

117 EI masaje de las diferentes regiones corporales

Masaje de la region coxal

En esta reg i6n se en cuentran los musculos ghi teos . Para comprender la direccion de las manipulaciones del ma saj e es necesario recordar los trayectos de estos musculos, Las fibras del gluteo mayor tienen un trayecto oblicuo, de sde la cara posterior del ilfaco y el borde lateral del sacra hacia fuera y ab ajo hasta alcan zar la porcion iliotibial de la fasci a del musl o y la tuberosidad glu tea del femur. Los gliiteos medio y men or tienen un tra yecto ma s ver tical, desde la cara externa del ilfaco h acia abajo, hasta el trocanter mayor femoral. A los ghiteos menores se adapta por delante el vien tre fus iforme del musculo ten sor de la fa scia lat a, qu e surge de la espina ilfaca anterior y superior y se inserta en el tracto ili otibial.

Respecto a la colocacion del pa ­ciente, remitimos al lector a la figu­ra 136.

El ma saji sta esta en pie en el lad o opuesto a la zon a a tr atar, y se inclina hacia deiante por en cima de la cami­lla hasta poder abarcar con comodi­dad , con la mano , el trocanter mayor . El acariciamien to se hace entonces en tres pa ses, haci a arriba, siguiendo la direccion de las fibra s. El primer pas e (figura 212) se dirige verticalmente hacia arriba, a 1a cr esta ilfaca, con el 21 2

dedo mefiique deslizandose por el bor­de anter ior del tens or de la fas cia lata hasta alc anzar la espina ilfac a ante­r ior sup er ior. El segundo pase (figu­ra 213) se diri ge oblicuamente hacia arriba y concluye en la mitad medial de la cre sta ilfaca. Finalmente, el ter­ 213

cero (fig. 214) se dirige al borde lat e­ral del sacro, con el pulgar siguiendo el pli egue gluteo-femoral hasta alcan­zar el coccix.

FIGS. 212 a 214. Tres pases del acancia­mient o con una mana de los ghit eos. 214

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118 Tecnica del masaje de los 6rganos del movimiento I lCada pa se se inicia por debajo del

trocanter mayor, adaptando firmemen­te la mana a la piel con el pul gar se­parad o y siguiendo entonces en las di recciones men cionadas.

Con tinu amos entonces con el ama­sam iento, asimismo en tres series, y emplea ndo a ca usa de la gran masa mu scul ar el amasamiento ados man os. Es frecu en te encontrar en la musc ula­tur a glutea miogelo sis ju stam en te por

215

deb ajo de la cresta iliaca, fen6menos qu e hay que resolver por medio de fri cciones ; estas se intercalan en tr e dos ma niobras de amasamiento,con 10 que se perciben como menos do­lorosas .

216

217

FIGS. 215 a 218. Primer pase del acaricia­218 miento can una man a de los gluteos.

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119 EI masaje de las dlferentes regiones corporales

219

220

FIGs. 219 a 221. Amas am iento a nos de los glu teos en tres pas es.

FIG. 219. Primer pa se. FIG. 220. Segundo pas e. FIG. 221. Terc er pas e.

dos ma­

221

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120 Tecnica del masaje de los 6rganos del movimiento

FI G. 222. Acariciamiento con una mano del ten sor de la fa scia lat a.

F IG. 223. Acarici ami ent o con los nudi­lIos sobre el tracto iliot ibial.

FIG. 224. Masaje de) tejido conect ivo sobre el tracto iliotibial.

FIG. 225. Amasamiento con las puntas de los ded os del tensor de la fa scia lata.

Apar te los gluteos, en la regi6n coxal es necesario someter a masaje el rmisculo tenso r de la fascia lata. Se coloca al pa­ciente de lado, con la zona a tratar haci a arriba . Es recomend able sostener la pier­na por medio de un saco de arena coloca­do entre las rodillas 0 entre los tobillo s. EI masajista se coloca a espaldas del paci ent e, e inici a el tratamiento con aca­rici amiento . Esta manipulacion deb e al­canzar no solo el vientre muscular, sino la totalidad del tr acto iliotibial de la fas­cia del mu slo, por 10 que se extenders desd e la cab eza del perone hasta la es­pina iliaca ant erior y superior. EI masa­jista coloca su mano derecha de tal ma­ner a qu e los dedos, partiendo del borde lateral de la rot ula , pasen al lado del t ro­canter mayor pa ra llegar hasta la espina iliac a, mientras que el pul gar parte de la cara posterior de la cabeza del pe ron e y pasa por detras del trocanter mayor, par a llegar hasta la cresta iliaca. A causa de la gran fuerza de la fa scia, aplic amo s adicionalmente acariciamiento con los nu­dillo s.

Ocasionalment e, la presencia de al­tera ciones ge16sicas del tejido cone ctivo en la zona de las «bandas de general» (fascia lata y tejid os vecino s) ha ec nece­sari a la aplic acion de un aca riciamiento ma s energico, qu e aplicamos en la mc da­lidad de masaj e de fasci as subcutaneas sobre el tracto ilio tibial. A este masaje le sigue el amasamiento del vientre muscu­lar del tensor de la fascia lata, preferi ­blem ente aplicando amasamiento con las puntas de los dedo s. En los casos con alt eraciones gelosicas extensas e impor­tantes, todo el tracto iliotibial se somete a amasamiento del mismo modo que el propio musculo.

Page 25: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

121 EI masaje de las diferentes regiones corporales

Masaje del muslo

En el musIc se encuentran varios grupos m uscula re s de gran tarnafio, que deben ser tratad os separadamente. En el aspecto anterior esta el potente ext en ­so r de la pi erna, 0 cuadrfceps femoral , al qu e en su porcion su pe rior se su per­pone el sartorio. EI relieve del aspecto medial del muslo esta determinado por el grupo de los aduc tores . En el aspe cto do rsa l se enc ue ntran los rruisculos qu e d iscurren sobre dos art iculaciones , y que so n flexores en la ro dilla y ext en­so res en la cadera: lat eralmente el biceps fem oral, medialmente el semitendi­noso y el sem imemb ra noso .

Para el rnasaje del cuadrfceps , el paciente deb e estar sen tado con la pi erna estirada sobre la camilla de m asaje. D e es ta man era se consigue una basculacion ante rior de la pelvis y co n ella la rel aj acion del cuad riceps, al ac erca rse entre sf origen e inserc ion del recto an ter io r, uno de los cua tro va stos eel bi articular) del cu adrfceps. El m asajista se sien ta del lade a tratar.

227

FIGS. 226 a 228. Amasamiento ados rna­nos del cuadrfceps. 228

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122 Tecniea del masaje de los 6rganos del movimiento I l

FIGs. 229 y 230. Acarici amiento con una mano del gru po de los aductores.

FIGS. 231 y 232. Amas arnien to ados manos del grupo de los aductores.

El masa je del cuad riceps , qu e com­p rende acar iciamiento a dos manos y amasamien to a dos ma nos , se ha ilustrado de ta llad amen te enla secci6n tecnica (figu­ras 15 a 26 y 60 a 63).

La posici6n del paciente para el ma­saje de los aductores es la de decubito su­pi no, y el mas ajista esta en pie en el lad o qu e se ha de trata r. La rodilla se co loca en sem iflexi6n, con la ayuda de un saco de are na que la sostie ne. EI aca riciamie n­to con una sola mano se inicia a la altura de la rodi lla. EI pul gar se coloca sobre el borde media l de la r6t ula y los dedos en el lado in terno de la articulac i6n, en el h ueco popliteo: de esta manera la mano pu ede aba rcar todo el grup o adu ctor en el acariciamiento . Al final del movimien­to, el pulgar alcanza ap roximadamente el punto medio de l p liegue inguinal, y los dedo s el borde inferi or de la sinfisis pu­bia na, desde don de siguen el pliegue in­guinal hasta uni rse al pulgar, con 10 que termina el mov imiento . Las figuras 229 y 230 muestran el desa rrollo del acaricia­miento con un a sola mano. Para poder realizar el amasamiento ados ma nos sin esf uerzo, el masa jista, qu e par a el acari­ciamiento se enco ntra ba de pie junto al paciente y mira ndo hacia el, se coloca ahora frente al mus lo para incli narse so­bre el y agarrar as! el gru po muscu lar . Como el acariciamien to, el amasamiento ava nza desde la cara int erna de la rodilla hacia el pubis; las manos del masajista no deben nunca de ja r escapar la masa mu scul ar . Esta mani ob ra se ilustra en las figur as 23 1 y 232.

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123 EI masaje de las diferentes regiones corporales

Para el masaje de la reg i6n dorsal del mu slo, el paciente se co loca en deciib ito prono. Se coloca un saco de arena baj o los tobillos, para que Ja serniflexion de la rod illa re laje la muscul atura . Los gru­pos flexores, formados por el biceps fe­moral lateralme nte y el semitend inoso y el sem imembranoso medialmente, estan sep ar ados por un surco que se extiende , desde el hueco popliteo ha cia arriba, por el cen tro del mu slo. En es te pli egue 0

surco se en cuentra el nerv io cia tico . En correspondencia con esta situ aci6n, los mu seulos se trat an por separado. El bi ­ceps femoral, de posici6n lat er al , se trata desde el lado opuesto . En el acariciarnien­to con un a sola mano , el pu lgar derecho recorre el su rco intermedi o desde el hu e­co popliteo hacia arri ba, mientras que los dedos se de sp lazan siguiendo una lfn ea qu e va desd e la cabeza del perone ha sta el bo rde posterior del trocanter mayor. EI amasamiento a dos ma nos sigue al acar i­ciamie n to , reali zandose en la misma di­recci6n . Las figuras 233 a 23 6 muestra n estas maniob ras vistas por el masajista. Para el tr at amiento del grupo flexor me­dia l, formado por el semimem branoso y el semitendinoso, el masajista se coloca en el lado a tratar. EI aca riciam ien to so­br e la pierna der echa se hace con la man a izquierda; en este caso el pulgar sigue nuevarnente la linea media, y los dedos siguen el borde ' posteri or de los aduct o­res ha sta el pub is. Al concluir el movi­miento, el pulgar se Ileva sigui endo el pli egue glu teo-femo ra l a re un irse con los dedos. El amasamiento a dos ma nos de este grupo se hace en igual direccion,

FIG. 233 . Aca riciamiento con una mana del b leeps femor al.

FIG. 234. Amasamiento ados manos del b iceps fem oral.

/

FIG. 235. Acariciamiento con un a ma no del sem itend inoso y el semimembranoso.

FIG. 236. Amasami ento a dos ma nos del semitendinoso y del semimemb ra­no so .

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124 Tecnlca del masaje de los 6rganos del movimiento

237

238

, 239

, 240

241

En los nifios, y en los adultos con mus los delgados, toda la mus­culat ura del muslo puede trat arse simultanearnente con las dos ma­nos. EI masajista fija entonces el muslo del pac iente, que flexiona cadera y rodilla, apoyando la ro­dilla contra su pro pio pecho. Abar­ca entonces con ambas manos, una medial y una lateral , todo el muslo, y lleva a cabo el masaje en la for­ma que muestran las figuras 237 a 241. Las dos manos tienen, en este caso , siempre la misma fase de traba jo, y se alternan rftmicament e la elevacion de la masa muscular con las palm as y las eminencias hi­potenares y la compr esion con las eminencias tenares. EI movimiento del masa je progresa desde 1& rodi­lla hacia la articulacion coxal.

FIGS. 237 a 241. Serie de amasamiento sincro no de toda la rnusculatura del mus lo.

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125 EI masaje de las diferentes regiones corporales

Masaje de la pierna

En la pi ern a tenemos qu e someter a masaje tres grupos musculares:

1) Grupo extensor : tibi al anterior , extensor largo de los dedos y extensor largo del primer dedo.

2) Grupo peroneo : peroneo largo y peroneo corto. 3) Grupo flexor: triceps sural (form ado por los gemelo s 0 gastrocnemios

y el soleo) en la capa superficial, y tibial posterior, flexor largo de los dedos y flexor largo del primer dedo en la capa pro fund a.

EI masaje se apli cara por separado a cada uno de los tres grupos . Para el masaje de la pierna, el paciente se encuentra en deciibit o supino.

EI masajista se sienta al lado de la extremidad a tratar , e inicia el masaje por los musculos extensores . Se apli ca el acariciamiento con los nudillos , qu e al­canza desde la zona interm aleol ar del dor so del pie hasta la cabeza del perone . Se procede a continu aci6n al amasamiento con las punt as de los dedo s, ya des­cri ta en la seccion tecn ica e ilust rada en las figuras 76 a 79 . El arnas amie n to se repite unas diez veces.

Una vez concluido el tratamient o de los extensores, se trata de igual ma­nera , con acariciami ento con los nudillos y amasami ento con las puntas de los dedo s, la musculatura del grupo peroneo.

FIG. 242. Limites de los extensores de la pierna.

FIG. 243. Limites de los pe roneos.

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126 Tecnica del masaje de los 6rganos del movimiento I

244 245 246

FI GS. 244 a 246. Acariciarniento can un a man a de la pa rd on medial de la mus culatu ra sur al.

Resulta adec uado efectuar el masaje del gr upo flexor separandolo en por­cion interna y por cion externa , y tratando al mismo tiempo, en cada mitad , las capas superficial y profunda . Pa ra este fin, el pacient e, aun en dectibito, flexion a su rodilla en aproximadament e 90 grados, y apoya el pie sobre la ca­mill a de masaje. El masajista elimina la tension mus cular act iva nece sari a para mantener esta posicion fijando el pie del pa ciente con su p ropio muslo y fijand o la rodilla con su mana libre.

Se procede primero al acariciamient o con un a mana de la porcion medial, con un movimie nto que llega desde el tend on de Aquiles hasta el hueco po­pl iteo : al fina l del movimierito, la mana pasa a flexion dorsal, con 10 que las puntas del pulgar y de los dedos se acercan y contimia n el acariciamiento hacia el origen del gastrocnemio en el muslo. La porcion medi al se trata seguida­mente, en igual direccion, mediante ama samiento con una sola mano, repitien­dose esta maniobra varias veces. A continuacion se trata de la misma manera la po rcion lateral, fijando una vez mas la rodi lla de l pacien te con la mana libre del masajista .

En pa cientes de constitucion no exces ivamente musculosa se puede tratar al mismo tiempo toda 1a region sural. El paciente se coloca en decubito prono, y un saco de arena bajo los empeines eleva ligerament e y sost iene sus pies. Despu es de un aca riciamien to mana sobre mano, la reg ion sura l se somete a am asami ent o a dos mano s; esta maniobra debe iniciarse en la zon a del tendon de Aqui les con amasamiento con la punta de los dedo s, a causa de su redu­cido perimetro , pasando a la modalidad de dos mano s en la zon a de los vien­tre s museu lares del triceps sural. Estas maniobras se ilus tran en las figuras 250 a 253.

Page 31: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

, EI masaje de las diferentes regiones corporales 127

247 248 249

FIGS. 247 a 249. Amasamie nto mana de la porci6n medi al de la tura sur al.

FIGS. 250 a 253. Amasamient o nos de la mu scul atura masajista . La rodilla deb e es tar , si sibl e, angu lada.

251

252

250

con una mu scula­

ados ma­sura l, visto segiin el

es po -253

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Tecniea del masaje de los 6rganos del movimiento 128

Deseam os comentar aqui aun el tip o de masaje-aca riciamiento qu e emp lea mos en las alteraciones del retorno venoso de la pier­na. El paciente se coloca en decubito pr ono , con los pie s sostenidos por un saco de arena . El masajis ta se coloca a los pies de la ca­milla de masaje, y procede al acariciamie n to de la regi6n sur al 0 de todo el miembro in­

258 ferior con movimientos alternos de ambas manos. Esta modalidad de aca ricia mien to deb e ser ligera, y hacers e sin presi6n .

Se coloca pri mero la mana de rec ha en la zona del tend6n de Aquiles y se neva hacia arriba sobre la reg i6n sura l; por en­cima de la zona media de la regi6n, la mana se desliza la teral mente y se leva nta de la pie l, volviendo al lugar de or igen . Mien tra s la mano derecha vue lve arras, la izq uierda

257 ini cia el mismo movimi en to pa rti endo desde e1 tend6n de Aquiles, pa ra desplazarse la­ter alm ente y elevarse al alcanzar la porcion medi a de la regi6n. De esta manera, las ma­nos se suceden al ternativame nt e una a otra . Cad a movim ient o se alarga aproxima da men­te un a anchura de mana mas ar riba qu e el anterior, co n 10 qu e en aproximadamente cinco pases se ha com pletado el tratamien to

256 de la regi6n su ra l y se ha llegado aprox ima­dam ente hasta la mitad de l muslo ; en tonces se in icia el p roceso nu evamente en el ten­d6n de Aqui les.

Si s6lo se ha ordenado la practic a de acariciamiento , este se llevara a cabo du­rante unos 10 minutos, en la fo rma descrita .

255

F IGS . 254 a 258. Masaje-acariciarnient o de la pan­tor rilla derecha . La secuencia de imageries es de abajo hacia ar riba. Los dedos deb en esta r cerra­

254 dos y apoyados unos en otros.

Page 33: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

129 EI masaje de las diferentes regiones corporales

Masaje del pie

£1 masaj e del pie se plantea de manera analoga al de la ma no . Asi, tenemos el dorso del pie, con los rmisculos interoseos, luego los dedos, y finalmente la planta del pie con las eminencias bajo los meta ­tarsianos primero y quin to.

Para el masaje del pie, el paciente se encuentra en deciib ito sup ino sobre la camill a de masaje, rela­jado, y el masajista se encuen tra de pie ante los pies de la cami lla. Se inicia el masaje con el acaricia­miento del dors o del pie , que abarca tambien los dedos. Para esto, el pie derecho se fija en angulo recto respecto al rnuslo y pierna con la mano derecha, cuya palma se encuentra bajo los dedos y las cabezas distales de los metatarsianos. La mano izquierda se adapta a la supe rficie interna del dorso del pie . £ 1 acariciamiento se practica desde la superficie dorsal de los dedo s sobre el an tepie, abarcando los maleo­los, y concluye como acariciami ento con la palm a de la mano en la pierna. Una vez reali zado varias veces este acar iciamie nto, se trata cada dedo por separado . £1 dedo sobre el qu e se trabaja se fija con la mano libre, sujetandolo por Sll falange dis tal. Cada dedo se somete primero a acaric iamierito con la yema del pul gar, y seguidamente a acariciamiento circular.

Se trat a, por tant o, de las mismas maniobras que se han descrito ya para el tratamient o de los dedos de las manos .

FIG. 259. Fijacion del pie para el acar iciamie n­to del dorso del mismo.

FIG. 260. Acaric iamien ­to del dorso del pie.

FIG. 261. Aca riciamien­to de los dedos del pic; con las manos en igual posicion se hace el aca­riciamiento circ ular.

Page 34: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

130 Tecniea del rnasaje de los organos del rnovirniento

FIG. 262. Fijaci6n del pie para el acariciamien­to de los espa cios int er­6seo s.

FIG. 263. Acariciam ien­to pulgar sobre pulgar de los espacios inter 6seos .

FIG. 264. Acariciamien­to circular de los int er­6seos.

Para el acariciamiento de los espacios inter6seos se ap lica la tecnica de pu lgar sob re pulgar, mientras los dedo s de ambas manos fijan el pie por su cara plantar. El acariciamiento circ ular sub siguiente de los espacios inter6 seos se hace con el dedo med io, mientras la mano libre fija el me tatars iano junto al cua l se trabaja sujetandolo po r su cabeza distal. Los rnusculos interoseos pueden tarnbien tratarse desp la­zando uno respecto al otro dos huesos metatarsianos contiguos.

En la planta del pie, el masaj e se inicia con un aca riciamien to con los nudillos . Al tr atar el pie de­recho, la ma no izquierda de l masaj ista se adapta al dorso del pie como para el masaje de esta zona, pero pe rrnanece inmovil y suministr a el apoyo para la de­recha , qu e efec tua el acarici amien to con los nud illos. Seguidamen te se practica un acariciamiento mas in­tenso de los musculos plant a res desde la articu laci6n meta tarsofalangica hacia el tal6n , emplean do el pul­gar, mien tras la mano izquierda fija el pie. En igual pos ici6n se realiza despues la fricci6n de la zona , en la que el pu lgar desc ribe pequefios circulos dirig idos hacia el borde externo del pie .

Adernas de l .tratarniento de la regi6n plant ar, las eminencias bajo los metatarsianos pr imero y quin to se someten a mas aje por separado. El paciente co­loca su pierna en rotaci6n ex terna , de modo que el bor de extern o del pie rep ose sobre la camilla de ma­saje . El masajista se sienta del lado de la ext remid ad a tratar, sob re la camilla , y vuelve su espalda al pa­ciente. En esta posici6n tiene el p ie ante sf, y puede tra tarlo con las dos manos. ·

En esta pos icion, se somete a amasamient o con las puntas de los dedos la emine ncia del primer me­tatar siano y luego el bord e in terno del pie; seguida­ment e el masajista levanta el tobillo derecho cogien­dolo por debajo ca n su mano izquierda, y 10 coloca sabre su regazo. Con esto, el borde externo del pie

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131 EI masaje de las diferentes regiones corporales

se sepa ra del apoyo de la camilla, y se hace accesible al masaje. Se reali za primero el aca riciamiento de la eminencia del quinto metatarsia ­no y del bo rd e extern o del pie con el pu lgar, para tratar lue go la mus­culatura par medio de fricciones. T ambien pu ede realizarse un ama­samiento del borde ext erno del pie, 265

trat andolo en tre el pulgar y la fa­lan ge proxim al del Indice,

£1 acariciamiento del dorso del pie se hace como sigue: la mano izquierda, 0 ambas man os altern a­tiv arnente, se apoyan sobr e la su­perfi cie dorsal del pie en plano so­bre la base del dedo ma yor , mi en­tras los pul gares, ap oyados en tod a 266

su extension, tratan la superficie plantar (1 a yema del pul gar rec or re ap roximadamente el eje longitudi­nal del pie), y luego, evitando los sali entes de los maleolos, las manos recorren pie y pierna ha sta la ro­dill a, efectu ando aca ri ciamie nto so­bre el tibial anterior y el ext ensor de los dedos . 267

FIG. 265. Acariciamien to ca n los nud i­110s de la planta del pie.

'_FIG. 266. Acar iciamiento can el pulgar de la planta del pie; en igual posici6n 268

se pr actica la fricci6n de la planta del pie.

FIG. 267. Amasamiento can las puntas de los dedos del bord e interno del pie y de la eminencia del primer metatar­siano.

FIG. 268. Acar iciamiento del bord e ex­terno del pie.

FIG. 269. Acariciamiento de todo el pie. 269

Page 36: El Masaje de Las Diferentes Regiones Corporales

132 Tecnlca del masaje de los 6rganos del movimiento

Masaje del pecho

EI m asaj e de lo s rmisculos dorsales toracicos, del pectoral m ayor y del se­rr ato mayor se ha discutido ya al t ratar el masaje de otras reg iones corporal es. Los nuisculos intercostales son los qu e mueve n la pr opia caj a tor acica d ur an te la respiracion . Para su m asaje, el paciente se coloca en decubito supino. EI masaji sta se coloca en pie en e l lad o opuesto a la zona a tr a tar, coloca los dedos segundo a quinto, ligeramente separados, junto al esternon y ca da uno en un espa cio intercostal , y realiza co n ellos un aca riciamien to hacia el costad o. EI movimiento termina don de qu eda obs taculizado por los mu sculos dorsales supe rficia les. Cada nuevo pase se ini cia una vez ma s junto al esternon, perc un espacio intercostal mas abajo, repitiendose la op eracion ha sta h aber tratado todos los esp acios in tercostales. Seguidamente se continua el tratamiento con fricciones en forma de pequefios movimientos circulares del Indi ce, con despl a­zamiento de la pi el , qu e progresan tambien des de el bo rde es ternal hacia lo s lad os.

Masaje del abdomen

EI masaj e del abdomen infl uye sobre la mu sculatura de la pared abdomi­na l y es timula nervios del area esplacnica, po r 10 que pu ede modificar el to no intestinal. Po r esta raz6n , el ma saje abdominal deb e realizarse con especial cuidado. Nunca se efectua ra despues de la s comidas, y es necesario que se proced a antes del masaje al va cia mien to del intestino y .especia lmente de la vejiga.

Para el ma saj e del abdomen, el paciente se encuentra en decubito sup ino sobre la camilla, co n la cab ecera liger arnen te ele vad a y las caderas y rodillas en semiflexion. EI masajista se co loca esencia lmente al lado derecho del pa­ciente. El masaje abdo mina l deb e pl an earse con cui dad o , y concretarnent e en la secu encia «cub ierta s abdomina les - muscul atura abd ominal ».

. Primerarnente, es necesa rio preparar en cierto modo las cubiertas abdorni­nales para las ma nipulaciones que seguiran . En todo paciente q ue se some te a mas aje por primera vez, la cubierta abdominal se contrae de tal ma nera al simple tacto , qu e resulta luego imposible penetrar a la p rofundidad . Esta ten­sion se resue lve del rnejor modo por medio de aca riciarniento circular . Las dos manos, apoya da s en plano sob re la piel , descr iben cir culos peq uefios que se ap rox iman, la izqu ierda en sen tido horar io y la der echa en antihora rio. Es e l m ismo movirniento descrito en la seccion tecnica como ac aricia miento ados manos. En e l movimiento de vuelta , los cfrculos son rnenores y el ritmo de

I

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133 EI masaje de las diferentes regiones corporales

movimiento mas rapido. El acaricia­miento se inicia ju sto por encima de la sfnfisis y ava nza en sentido horario por Ia superficie del abd omen , siguien ­do par tanto el tra yecto del int estino gru eso. Hay que prestar atenci6n a que en el acari ciamiento del abdomen el pul gar se apoye contra el indice, y no, como en el mas aje de las extremida­

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des, ocupe un a posici6n separada . Una vez vencida con este aca riciamiento la contracci6n refleja defensiva de las cu­bier tas abdominales, puede emp ezar el masaje de la musculatura abdominal. La totalidad de la pared abdomina l se tr ata con pases paralelos de acari cia­miento: las manos, colocadas parale­ 271

las una a otra, se despl azan tr ansver­. salmente sobre el abdomen, un a al lado de ot ra y en sen tidos inversos, as­cendiendo desde la sfnfisis ha sta el re­bord e costal. Las figuras 270 a 273 mu estran esta mani ob ra . De es te mod o se abarcan todos los rnuscul os abdo­minales, y especialmente los mtisculos pIanos, qu e en otros casos escapan al 272

masaje : el transverso, el obli cuo ma­yor y el oblicuo menor.

FIGS. 270 a 273. . Acariciamiento en para­lela de los rnusculo s del abdomen. 273

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134 Tecnlca del masaje de los organos del movimiento

El rmisculo recto anterior del ab­domen es Iacilmente accesible al ama­samiento, en contras te con los ya ci­tado s. Empleamos una modalidad de amasamiento can las puntas de los de­dos, en la qu e tam an parte todos los dedos. Las manos deben apoyarse, sin embargo, en plano sabre el abdomen,

274 si se desea abarcar solo el recto an­terior. Si se colocan derna siado verti­ca lmente, se trat ara tarnbien el intes­tino delgado con el masaje.

El masaje debe avanzar desde la insercion del rmisculo en el pubis ha­cia arriba, basta el esternon. En suje­tos musculosos se puede tratar par se­parado la mitad derecha y la mitad iz­

275 qu ierda del musculo . Las figuras 274 a 277 ilustran el amasamiento con las puntas de los dedos del recto anterior del abdomen.

Una vez tratada de esta manera la pared abdominal , se pu eden apli car , si es necesario, tecnica s de masa je que sur ten efec to sabre el tona intes tinal.

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FIGS. 274 a 277. Amasamiento can las pun­tas de los dedos del recto anterior del ab­

277 domen.