el magnificat

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza C C a a n n t t o o i i n n d d i i v v i i d d u u a a l l d d e e a a l l a a b b a a n n z z a a L L c c . . 1 1 : : 4 4 6 6 - - 5 5 5 5 Elías Roselló Díaz

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Page 1: El Magnificat

Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza

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Elías Roselló Díaz

Page 2: El Magnificat

Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza

Bosquejo General

Introducción ………………………………………………………………….. Pág. 1

El Magnificat: Canto individual de alabanza. Lc. 1:46-55

1. Análisis de la forma ………………..………………………... Pág. 2

1.1 Estructura y género .……………………………..………… Pág. 2

1.2 Análisis gramatical ……………………………………..…. Pág. 3

1.3 Origen y composición ……………………………….…... Pág. 4

2. Análisis del contenido ……..……………........................…………. Pág. 7

2.1 Contexto inmediato …………..……………………….…... Pág. 7

2.2 Antecedentes veterotestamentarios …….…….…... Pág. 7

2.3 Temas teológicos ………………………..…..……………... Pág. 9

Conclusión …………………………………………………………………….. Pág. 13

Page 3: El Magnificat

Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.1 de 13

Introducción

Pocos pasajes destacan tanto, como el Magnificat, por la belleza de su composición,

así como por la profundidad de su contenido. Aparece insertado en la narración lucana de

la infancia de Jesús como un elemento que, en principio, parece no aportar aspectos

relevantes a dicha narración. Se presenta como un himno fuertemente enraizado en el AT

(Antiguo Testamento), alabanza de los hechos poderosos de Dios respecto a su pueblo;

cuya expresión máxima es el Salvador.

El presente trabajo exegético pretende realizar una aproximación a las principales

características de este hermoso himno, lleno de matices y elementos enriquecedores. Para

lograrlo, se realizará un doble análisis, primeramente respecto a las formas: su estructura,

género, recursos gramaticales, origen y composición. En segundo lugar se abordará el

análisis del contenido: el contexto inmediato en el que se encuentra inserto, las influencias

veterotestamentarias de la composición y, las ideas teológicas en él reflejadas.

A través de esta exploración se pretende resaltar las intenciones lucanas, sus

propósitos y el efecto que, presumiblemente, el canto provocó entre la comunidad de sus

primeros lectores.

No es la intención de la presente exégesis el desentrañar las diferentes polémicas y

divergencias respecto a numerosos aspectos del Magnificat. Por ello, no se detendrá largo

tiempo en opiniones y controversias. Si acaso, se mencionarán los principales puntos de

vista respecto a cualquier desacuerdo, decantándose por la postura que, en función del

estudio realizado, arroje un mayor consenso entre los diferentes autores.

Finalmente, se espera aportar luz y enseñanza respecto a un himno que, de no ser

por su ubicación en las Escrituras, bien podría pasar por ser un salmo veterotestamentario;

y que, sin lugar a dudas, ocupa el lugar que el Señor quiso, proveyendo los matices

necesarios para el entendimiento pleno de la completa obra salvífica de Dios en Cristo.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.2 de 13

El Magnificat: Canto individual de alabanza. Lc. 1:46-55

1. Análisis de la forma

1.1 Estructura y género

Existe cierta unanimidad a la hora de calificar esta perícopa como un canto, un salmo.

Para Raymond Brown, de los cánticos que aparecen en Lucas, éste es “el más poético de

los cuatro.”1 Y subraya su condición como himno de alabanza.

2 Por su parte, Bovon aclara

también su carácter de individual: “la oración de María es un himno, más exactamente una

alabanza individual.”3 Y en esta misma línea se manifiestan otros autores como Xavier

Pikaza4 y J. Schmid.

5 En este sentido, Pikaza aclara que aunque es individual, no hay que

olvidar que “acaba engrandeciendo a Dios por lo que hace en el conjunto de los hombres.”6

Por lo tanto, se puede concluir que el Magnificat “tiene las características del himno

individual de alabanza y las del comunitario.”7

Aunque no existe un acuerdo tácito respecto a su estructura, parece claro que la misma

obedece a un esquema definido de los “himnos de alabanza”. En este sentido, tanto

Brown,8 como Fitzmyer

9 coinciden al señalar la existencia de tres partes diferenciadas:

sección introductoria (46b-47), el cuerpo del himno (48-53), y una conclusión (54-55). Y

aunque Bovon observa dos partes de tres estrofas cada una (46b-50 y 51-55)10

; de cara al

presente trabajo se opta por el orden señalado por Brown y Fitzmyer al considerarlo como

clásico del género.

1 Raymond E. Brown, El nacimiento del Mesías (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1982), p.

369. 2 Ibid, p. 372.

3 Francois Bovon, El Evangelio Según San Lucas. Vol. I (Salamanca: Sígueme, 1995), p.

120. 4 Xavier Pikaza, “Engrandece mi alma al Señor”. Biblia y Fe. Revista de Teología Bíblica.

(Madrid: Escuela Bíblica Fermín Caballero, nº 27 vol. IX, septiembre-diciembre 1983), p. 238. 5 Josef Schmid, El Evangelio según San Lucas (Barcelona: Ed. Herder, 1981), p. 78.

6 Pikaza, p. 238.

7 Brown, p. 371.

8 Ibid, p. 370.

9 Joseph A. Fitzmyer, El Evangelio Según San Lucas. Tomo II (Madrid: Ediciones

Critiandad, 1987), p. 138. 10

Bovon, p. 124.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.3 de 13

Respecto al cuerpo del canto (48-53), este describe los motivos de la alabanza,

presentando una división bipartita:

Primera parte: vv. 49-50. Se destaca el uso de la primera persona del singular. “Los

motivos de alabanza que se enumeran comprenden los atributos de Dios (fuerza, santidad,

misericordia).”11

Segunda parte: vv. 51-53. La perspectiva aquí es la de los anawin o pobres de Israel.

“En particular escenifica Lc el tema de la inversión, donde los ricos y poderosos quedan

frustrados, mientras son engrandecidos los pobres y humildes.”12

Como se verá a

continuación, en esta sección abunda el uso de verbos en aoristo.

1.2 Análisis gramatical

La estrofa definida por los vv. 51-53 contiene seis verbos, todos ellos en aoristo. Para

Algunos autores, como J. Schmid, hay que interpretarlos en tiempo presente, “en el sentido

del perfecto hebreo, en expresión de lo que Dios hace de manera habitual.”13

Y por lo

tanto, Dios está realizando continuamente actos de poder a favor de los pobres y oprimidos.

Según esta opinión, el aoristo utilizado es de tipo gnómico, (posición defendida por

Fitzmyer),14

o también de tipo profético: “María predice lo que realizará el niño que va a

nacer.”15

La cuestión verbal es sumamente importante para conocer el propósito del himno, de

tal forma que Bovon plantea la cuestión: “¿es este himno una alabanza a Dios por la ayuda

ya concedida o una profecía velada de la salvación que ha de venir?”16

La esperanza

manifestada y su conclusión han conducido a autores como Gunkel a afirmar que estamos

11

Brown, p. 370. 12

J. Reumann, y otros, María en el Nuevo Testamento (Salamanca: Sígueme, 1982), p. 141.

13 Schmid, p. 80.

14 Fitzmyer aclara el uso de este tipo de aoristos como “descriptivos de una tendencia de

Dios a invertir las situaciones que el ser humano crea descaradamente con vistas a su propio bienestar individual.” (p. 140).

15 Brown, p. 377.

16 Bovon, p. 123.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.4 de 13

ante “un himno escatológico que termina en tono de cumplimiento de promesa.”17

En este sentido, Brown opina que “los aoristos se refieren a una acción concreta del

pasado: la salvación realizada por la muerte y resurrección de Jesús.”18

Estaríamos, por

tanto, ante un himno compuesto por una comunidad primitiva cristiana que conoce la

salvación de Jesús y canta la salvación ya efectuada.

Otro aspecto gramatical destacado es la abundante utilización del paralelismo poético:

“46b/47, 51a/51b, 52a/52b, 53a/53b y quizá 55a/55b.”19

Entre ellos, caben destacar

diferentes tipos: sintético (vv.46-48), antitético “se anuncia la suerte de los potentados y de

los humildes (v.52); la de los hambrientos y la de los ricos (v. 53)”20

, el sinónimo, y el

progresivo (cf. 1:46-51; 54-55).21

Por último, tal y como señala Bovon, en los vv. 52-53, “el poeta describe en forma de

quiasmo la elevación social y el milagro económico de los elegidos de Dios.”22

Los

castigados están en el primer y el cuarto hemistiquio, mientras que los liberados aparecen

en el segundo y tercero.

1.3 Origen y composición

El título de Magnificat le viene dado por el comienzo del himno en la versión de la

Vulgata, traduciendo el término griego Μεγαλύνει (“engrandece”). Varias son las

controversias relativas a su origen y composición. En primer lugar, es necesario destacar la

problemática textual acerca de si el cántico fue pronunciado por María o por Elisabet.

Según Reumann, “desde finales del siglo pasado hay eminentes estudiosos que sostienen su

atribución a Isabel; son, sin embargo, minoría.”23

La base textual es, fundamentalmente

latina, y según este autor “podría olvidarse, si no fuese por el principio de que debe

17

Gunkel citado por Brown. Pie de página nº57, p. 370. 18

Brown, p. 378. 19

Ibid, p. 370. 20

Gabriel Cañellas, “El MAgnificat. Origen y mensaje”. Biblia y Fe. Revista de Teología Bíblica. (Madrid: Escuela Bíblica Fermín Caballero, nº 27 vol. IX, septiembre-diciembre 1983), p. 230.

21 Ibid.

22 Bovon, p. 135.

23 J. Reumann, p. 138.

Page 7: El Magnificat

Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.5 de 13

preferirse la lectura más difícil.”24

Es decir, es fácilmente asumible que algún copista

posterior reemplazase Elisabet por María, pero no que lo hiciese en sentido inverso. Bovon

desecha esta posibilidad, y coincide con Reumann en su asignación original a María;

señalando también, además de la prueba de antigüedad textual que, “si Isabel encadenase lo

ya dicho con el himno, sería inútil una fórmula de introducción como la que aquí tenemos

en el v. 46a.”25

Así pues, no parece desacertado afirmar que Lucas puso en boca de María el canto.

Ahora bien, ¿fue realmente pronunciado por María? ¿Se debe a Lucas su composición

original? ¿O quizás lo tomó prestado? En tal caso, ¿a quién debe atribuirse? Y con

independencia de todo ello, ¿cuál es el propósito de su autor y el de la inserción lucana?

En palabras de Brown: “la referencia a Dios como „mi Salvador‟, que es un eco del

himno de Habacuc, fue pronunciada por un portavoz de los judeocristianos que veían ya

cumplido el anhelo de salvación de Habacuc.”26

Por lo tanto, el Evangelista, “pone el

himno en sus labios y le da de ese modo el papel de portavoz de los anawin.”27

En esta

misma línea, Fitzmyer rechaza la autoría original de María, principalmente por la afinidad

del estilo con la versión griega de los LXX. Considera este autor que el único canto

realmente lucano es el Gloria (Lc.2:13-14), el resto “lo más probable es que ya formaran

parte de la tradición anterior.”28

Por lo tanto, “fueron introducidos por el propio Lucas

secundariamente, es decir, después de la primera redacción de sus narraciones de la

infancia.”29

Por su parte, Gabriel Cañellas está de acuerdo con Fitzmyer, aunque cree que su

redacción original fue hecha en arameo, “en el marco litúrgico de una comunidad

judeocristiana palestinense.”30

Y va más allá al atribuir a esta misma fuente el “resto en

24

Ibid. 25

Bovon, p. 129. 26

Brown, p. 372. 27

Ibid. 28

Fitzmyer, p. 136. 29

Ibid. 30

Cañellas, p. 233.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.6 de 13

prosa de Lc. 1-2, si bien con los naturales retoques hechos por la teología lucana en su

texto griego.”31

Igualmente se manifiesta Josef Schmid, quien cree que el himno no pudo

ser un canto independiente judío o cristiano; más bien, tiene que ser considerado “como

procedente, en su estilización, de la mano del autor de la historia de la infancia del

Evangelio de Lucas.”32

Así pues, existe cierta unanimidad a la hora de considerar que el

himno no procede originalmente de Lucas, aunque posiblemente el Evangelista lo retocó y

adaptó en su prosa y su teología. Lo más probable es que, “el Magnificat fue un himno de

oración en las primitivas comunidades cristianas, que resalta con énfasis la gratitud de la

salvación.”33

Lucas quiso que fuese María la que pronunciase el canto, algo nada extraño

dado que “ya el AT tenía por práctica poner cánticos en boca de personajes bien conocidos,

para hacerles articular apropiados sentimientos de alabanza.”34

Respecto a si fue Lucas o

no su autor, tal y como confiesa Reumann: “buenos argumento apoyan una y otra posición;

pero los indicios antes señalados, de que el Magnificat no cuadra del todo en labios de

María, favorece la adopción más que la composición original lucana.”35

Lucas considera a María como el primer discípulo cristiano y por ello, pone el himno

en sus labios destacando la poderosa salvación en Jesús, verdad que ya le ha sido revelada.

“Lucas ha asociado la salvación (antes unida a la muerte y resurrección) con el nacimiento

de Jesús (1:69;2:11, 30)”. Y todo ello conduce al análisis de su contenido.

2. Análisis del contenido

2.1 Contexto inmediato

Tras el prólogo de Lucas al Evangelio (1:1-4), el resto del capítulo aparece como un

retablo caracterizado por dos acontecimientos, dos cuadros relacionados estrechamente

31

Ibid. 32

Schmid, p. 78. 33

Andrés Manrique, “El poderoso ha hecho maravillas”. Biblia y Fe. Revista de Teología Bíblica. (Madrid: Escuela Bíblica Fermín Caballero, nº 27 vol. IX, septiembre-diciembre 1983), p. 264.

34 Reumann, p. 139.

35 Ibid.

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entre sí. Por un lado, se anuncia el nacimiento de Juan el Bautista (1:5-25); y por otro, el de

Jesús (1:26-37).

Entre ambas escenas se dan ciertos paralelismos como la angélica anunciación de

los nacimientos (1:8-17, 26-33), el “No temáis” de los ángeles (1:13, 30), las objeciones de

Zacarías y María (1:18, 34), y la respuesta de los ángeles a estas objeciones (1:19-20, 35-

37). Ambos pasajes se distinguen por el contraste entre la incredulidad de Zacarías (1:18)

y la creencia de María (1:38). Por otra parte, se evidencia la superioridad de Jesús sobre

Juan en el hecho de que el nacimiento de una virgen es mucho más milagroso que el

proveniente de padres ancianos.

El Magnificat se ubica después del encuentro de María con Elisabet, en el cual, ésta

reconoce a María como “la madre de mi Señor” (1:43), y se da como respuesta a tal

encuentro. “Todo el pasaje [1:39-56] es un estallido de alabanzas: Isabel alaba a María y

María proclama la grandeza de Dios.”36

Tras las felicitaciones y elogios de Elisabet (1:42-

45), María articula su respuesta, “estallando en un cántico de alabanza a la maravillosa

actuación de Dios: el Magnificat (vv. 46-55).”37

2.2 Antecedentes veterotestamentarios

Todos los autores consultados coinciden al afirmar que el Magnificat está

claramente inspirado en el cántico de Ana, la madre de Samuel (1 Sam. 2:1-10). Según

Brown, “el paralelismo María/Ana se continúa en el cap.2 cuando María lleva a Jesús al

templo, lo mismo que Ana llevó a Samuel al templo de Silo.”38

Además, este biblista

observa en el vocabulario empleado por Lucas (especialmente en el v.48), un evidente

antecedente “con la imagen de mujeres que entonaron himnos, inspirada en Ana y Judit, y

con la imagen de las madres patriarcales que responde a concepciones salvíficas (sobre

todo, Lía, mujer de Jacob/Israel).”39

Otros especialistas, como Isidro Gomá,40

concuerdan

36

Fitzmyer, p. 134. 37

Ibid, p. 136. 38

Brown, p. 372. 39

Ibid, p. 375.

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con Brown al identificar los ecos del canto de Judit (Jt.16:1-17) en la elaboración del

Magnificat. Más aún, cuando con toda probabilidad sus autores bebían de la Septuaginta.

Por su parte, Gabriel Cañellas apunta la existencia de claras reminiscencias

procedentes “del himno en el que Miriam (=María), la hermana de Moisés y de Aarón,

canta alternativamente con el pueblo la gozosa liberación de la cual ha sido objeto Israel

por parte de Dios (Ex.15:2 ss).”41

En cualquier caso, parece más que evidente la influencia

del cántico de Ana, aspecto notable cuando se comparan ambos pasajes frase a frase. Así lo

expresa Fitzmyer:

La mejor manera de verificar el grado de dependencia del

Magnificat con relación al Antiguo Testamento es comparar verso

por verso – naturalmente, en su versión original – con la

formulación griega de los respectivos pasajes del Antiguo

testamento y, en particular, con el cántico de Ana (1 Sm. 2:1-10),

en el que fundamentalmente parece inspirarse.42

El ejercicio propuesto por Fitzmyer arroja toda una relación de referencias

veterotestamentarias ligadas al himno lucano. Como afirma Bovon: “no se inspira

solamente en esta fuente [el himno de Ana]; al contrario, escribe un poema como si tratara

de un mosaico de diversos elementos prestados. Cada una de las palabras podemos decir

que tiene su paralelo en el antiguo testamento.”43

De esta forma, siguiendo diversas

fuentes,44

es posible presentar el siguiente cuadro esquemático de referencias existentes

entre el Magnificat y el AT:

40

Isidro Gomá Civil, El Magnificat. Cántico de la salvación (Madrid: Biblioteca de autores cristianos, 1982), pp.35-36.

41 Cañellas, p. 231.

42 Fitzmyer, pp. 136-137.

43 Bovon, p. 122.

44 Compendio de referencias extraídas de Raymond E.. Brown (pp. 373-375), Fitzmyer (pp.

144-150), y Gabriel Cañellas (pp. 230-231).

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Texto del Magnificat Referencia del AT

Lc. 1:46b-47

Salmo 35:9

1 Sam. 2:1-2

Hab. 3:18

Lc. 1:48a 1 Sam. 1:11

Gen. 29:32

Lc. 1:48b Gn. 30:13

Lc. 1:49

Is. 57:15

Dt. 10:21

Sof. 3:17

Lc. 1:49b Salmos 111:9

Lc. 1:50 Salmos 103:17

Lc. 1:51a Salmos 89:11b

1 Sam. 2:7-8

Lc. 1:52

Salmos 147:6

Job 12:19

Ez. 21:31

Lc. 1:53 1 Sam 2:5

Lc. 1:54

Salmos 98:3

Is. 41:8-9

2 Sam. 22:51

Lc. 1:55 Miq. 7:20

2.3 Temas Teológicos

Salvación.- María se goza, se regocija en el Señor, “mi Salvador” (Lc. 1:47); el

cual es Aquel que ha libertado y redimido a su pueblo desde el principio. Como destaca

Schmid, a través de su salvación, Dios “ha revelado su grandeza”.45

Desde antiguo se ha

dado ha conocer, y ahora, el Kyrios se ha manifestado con el apelativo Soler, “uno de los

más característicos de la concepción lucana de Jesús.”46

El Evangelista aplicará este título a

Jesús, especialmente después de su resurrección. Sin embargo, “ya queda introducido el

45

Schmid, p. 79. 46

Joseph A. Fitzmyer, El Evangelio Según San Lucas. Tomo I. Introducción General (Madrid: Ediciones Critiandad, 1986), p. 342.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.10 de 13

gran tema lucano de la „salvación‟.”47

Y por lo tanto, el escritor del Evangelio observa el

nacimiento de una nueva era, “inaugurada por la actuación de Dios en Jesucristo.”48

Así lo concebían aquellos primeros lectores quienes identificaban a Jesús como el

Mesías, plenitud de la esperanza de Israel y cumplimiento de la salvación de Yahvé.

“Cuando el definitivo redactor del Evangelio de la infancia incluyó en él el Magnificat

como cántico principal, entendió sin duda las palabras de „Dios mi Salvador‟ bajo la luz de

la soteriología cristiana.”49

Mujeres.- María y Elisabet aparecen como los personajes centrales de la narración

lucana. En el texto, María reconoce que “desde ahora me dirán bienaventurada todas las

generaciones.” (1:48). Ambas son las encargadas de anunciar buenas nuevas y,

concretamente María, “es la primera discípula cristiana, primera en reunir las cualidades

exigidas por la familia escatológica de Jesús (8, 21), ella proclama ahora por anticipado el

evangelio.”50

Lucas presenta el papel relevante que desarrollaron las mujeres en el

ministerio de Jesús: una mujer pecadora ungió sus pies (Lc. 7:36-50), con Él viajaban un

grupo de mujeres (Lc.8:1-3), manifiesta una profunda amistad con Marta y María

(Lc.10:38-42), sanó a una mujer encorvada (Lc. 13:10-17), las mujeres lloraron al seguir al

Señor en su camino a la cruz (Lc.23:27-31). Es evidente la sensibilidad especial que Lucas

manifiesta hacia las mujeres. Como una consecuencia más de esta realidad, Lucas decide

poner en boca de una mujer, María, la alabanza por “el cumplimiento de la alianza davídica

por medio de la concepción del Mesías.”51

Los pobres y los ricos.- La segunda parte del himno se caracteriza por el abandono

del uso de la primera persona. Ahora es un colectivo de pobres, humildes, y hambrientos

(1:51-53) objeto de la liberación salvífica de Dios. “El hecho de que en la primera parte del

Magnificat se presente una individualidad (=María) y en la segunda parte se pase a la

47

Fitzmyer, Tomo II, p. 151. 48

Ibid, p. 152. 49

Isidro Gomá, p. 71. 50

J. Reumann, p. 141. 51

Brown, p. 372.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.11 de 13

comunidad (=Israel), apunta claramente a la idea de la identificación que en el cántico se

establece entre María y el resto de Israel.”52

Ya se ha comentado anteriormente la asignación que Brown hace respecto a María

como portavoz de este colectivo de anawin (pobres de Yahvé). El concepto de los anawin

ocupa un lugar preferente en el AT y experimentó un desarrollo progresivo en su

significación. La pobreza, inicialmente relacionada con la carencia material, fue

espiritualizándose con el paso del tiempo. La investigación veterotestamentaria no se ha

puesto de acuerdo respecto a la cuestión de quiénes eran estos pobres. Hans-Joachim Kraus

concluye que el pobre “es el perseguido, el calumniado y el acusado que es totalmente

incapaz de defenderse del poder omnímodo de sus enemigos. El busca cobijo en Yahvé y,

en el santuario, encomienda su causa perdida a Dios como juez justo.”53

Por lo tanto, los

anawin dependen completamente de la protección jurídica y de la compasión de Yahvé.

Ellos son los desamparados, miserables, oprimidos, débiles pequeños e impotentes.

Los enemigos de los pobres eran los arrogantes, los orgullosos que despreciaban y

menospreciaban a su prójimo.54

El Magnificat anuncia que la salvación de Dios implica el

cumplimiento de la promesa dada a Abraham (1:55) y realizada en Cristo: “Lucas

interpreta la concepción de Jesús a la luz no sólo de la cristología pospascual, sino también

de la soteriología pospascual de la Iglesia, sobre todo la de los anawin judeocristianos de

Jerusalén, tal como se describe en Hechos.”55

Estos pobres de la iglesia primitiva, lo eran

también materialmente: “la pobreza y el hambre de los oprimidos son, en el Magnificat,

ante todo espirituales, pero no debemos olvidar las realidades físicas con que se

enfrentaban los primitivos cristianos.”56

Y, en este sentido, Lucas está subrayando la característica de renuncia que distingue

al verdadero discípulo: “Si, para Lucas, María es el primer discípulo cristiano, se explica

52

Cañellas, p. 234. 53

Hans-Joachim Kraus, Teología de los Salmos (Salamanca: Sígueme, 1996), p. 203. 54

Respecto al tema de los enemigos, ver Kraus, pp. 167-182. 55

Brown, p. 378. 56

Ibid.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Pág.12 de 13

que ponga en sus labios unos sentimientos que Jesús propondrá como distintivo del

discípulo en el cuerpo del Evangelio (Lc.14:27).”57

A lo largo de toda su obra, se evidencia

la preocupación del autor evangélico por la oposición fundamental entre ricos y pobres; así

como la actitud del discípulo de Cristo frente a las posesiones. Tal y como destaca

Fitzmyer: “la peculiaridad de Lucas queda específicamente consignada en la desnuda

contraposición entre „pobres‟ y „ricos‟. No cabe duda que estos apelativos se refieren a dos

estratos bien concretos de la realidad económica y social contemporánea.”58

Es precisamente aquí, en el Magnificat, donde Lucas enuncia por vez primera este

tema. No duda en tomar un concepto veterotestamentario espiritualizado, y enfocarlo en la

nueva realidad de la comunidad cristiana. Aunque, probablemente tal como ya se ha visto,

no fuese composición original suya; Lucas inserta intencionalmente un tema de relevancia

máxima para el discipulado cristiano, fruto de la acción salvífica de Cristo.

57

Ibid, p. 379. 58

Fitzmyer, Tomo I, p. 419.

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Conclusión

Cuando descubrimos que, probablemente, el Magnificat era entonado por la

comunidad primitiva cristiana podemos identificarnos plenamente con aquellos que lo

cantaban. Nos sentimos, como ellos, pobres y humildes; y como ellos, elevamos las más

altas notas musicales proclamando la salvación de Dios, reconociendo su liberación y sus

hechos prodigiosos.

Lucas decidió poner en la boca de María este hermoso himno; y todos supieron que

sus palabras no eran una expresión individual, sino eco sólido del sentimiento de la

comunidad de redimidos. Aquel Dios poderoso manifestado en la historia de la salvación,

ahora se encarnaba y consumaba su acción. Y en su actuación no abandonaba la esperanza

escatológica de su intervención, ahora enfocada sobre el Israel Espiritual, la nueva

comunidad de creyentes.

Confieso que me acerqué al estudio de este pasaje con reservas, considerando que el

estudio exegético poco podría aportar a lo ya sabido. Sin embargo, a medida que

profundizaba en los diferentes temas y leía los diversos autores me sentía más y más

cautivado por la profundidad de su pensamiento, la hermosura de su composición, el

énfasis de su contenido. Sin duda, el trabajo de adaptación y estilización realizado por

Lucas puede considerarse como una obra maestra.

El salmo neotestamentario del Magnificat es pues, un canto de salvación con el que

nos sentimos identificados aquellos que hemos sido redimidos por Cristo, y que entonamos

con mucha más firmeza tras conocer el propósito de su elaboración, las raíces en las que se

asienta y, la trascendencia de su pensamiento. En este sentido, María es también nuestro

portavoz, proclamando un nuevo canto de liberación en el Salvador.

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Exégesis Lucas El Magnificat: Canto individual de alabanza Bibliografía

Bibliografía

1. Libros

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Kraus, Hans-Joachim. Teología de los Salmos. Salamanca: Sígueme, 1996.

Reumann, J. y otros autores. María en el Nuevo Testamento. Salamanca: Sígueme,

1982.

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2. Revistas

Cañellas, Gabriel. “El Magnificat. Origen y mensaje” Biblia y Fe. Revista de

Teología Bíblica, nº 27 vol. IX, septiembre-diciembre 1983. Madrid: Escuela

Bíblica Fermín Caballero.

Manrique, Andrés. “El poderoso ha hecho maravillas” Biblia y Fe. Revista de

Teología Bíblica, nº 27 vol. IX, septiembre-diciembre 1983. Madrid: Escuela

Bíblica Fermín Caballero.

Pikaza, Xavier. “Engrandece mi alma al Señor” Biblia y Fe. Revista de

Teología Bíblica, nº 27 vol. IX, septiembre-diciembre 1983. Madrid: Escuela

Bíblica Fermín Caballero.