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Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África
XIII Congreso Internacional de ALADAA Enseñanza del japonés
El lugar de partículas en la oración gramatical y del teniha en la
oración poética de la lengua japonesa
Eliza Atsuko Tashiro Pérez
Sobre la autora
Profesora es licenciada en Letras por la Universidad de Sao Paulo (1991), donde realizó
sus estudios de Maestría (1997) y Doctorado (2003) en Lingüística. Actualmente funge
como Profesora Asociada en esta casa de estudios, donde imparte idioma japonés. Fue
docente en la Universidad Estatal Paulista Julio de Mesquita Filho (1992-2007). Su campo
de investigación es la lingüística japonesa, la lingüística de misioneros y la historia de los
estudios gramaticales. También ha realizado algunos trabajos sobre la enseñanza del
japonés como lengua extranjera.
Resumen
El objetivo de esta ponencia es presentar dos formas de descripción de una clase de las
palabras que se pueden definir así: forma fija o no-autónoma, sin el significado semántico
en estado aislado pero que tiene funciones morfosintácticas y discursivas cuando están
pospuestos a las palabras léxicas (principalmente sustantivo, verbos, adjetivos y también
adverbios). Tales palabras habían sido llamadas teniha para los poetas del waka desde el
siglo el principio del siglo XIV; mientras que los portugueses, los primeros europeos en
elaborar una gramática de la lengua japonesa en la tradición greco-latina, las llamaron
partículas y artículos.
Los documentos analizados habían sido los tratados de la poesía waka, el Teniha taigaishō
(Sumario General del teniha, siglo XIV), y su nota explicativa, Teniha taigaishō no shō
(Notas del Sumario General del Teniha, 1483), y el Arte del Lingoa de Iapam, escrito por
lo misionario jesuita João Rodríguez Tçuzu (1562? - 1633).
El objetivo del análisis era verificar la manera en que los mencionados representantes de
las tradiciones japonesa y europea dividieron la oración en segmentos menores y el modo
en que las clasificaron y explicaron su función morfosintáctica.
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El lugar de partículas en la oración gramatical y del teniha en la
oración poética de la lengua japonesa
Eliza Atsuko Tashiro Pérez
1. Objetivo
El objetivo de este texto es presentar dos formas de descripción de las clases de palabras
llamadas joshi y jodōshi, que pueden ser definidas como una forma presa o no-autónoma,
sin el significado semántico en un estado aislado, pero que tiene funciones morfosintácticas
y discursivas cuando está pospuesta a las palabras léxicas (principalmente sustantivos,
verbos, adjetivos y también adverbios).
Los poetas del poema waka llamaron teniha o teniwoha esta clase de palabras desde el
principio del siglo XIV. También fue nombrada “partículas” y “artículos” por los
portugueses – quienes elaboraron, por primera vez en el contexto europeo, la gramática de
la lengua japonesa en la tradición greco-latina.
Los documentos analizados son tratados de la poesía waka, principalmente Teniha
taigaishō (Resumen General del Teniha, c. siglo XIV)1, y su nota explicativa, Teniha
taigaishō no shō (Notas al Resumen General del Teniha, 1483); de la tradición gramatical
europea occidental, elegimos el Arte da Lingoa de Iapam (1608)2 y el Arte Breve da Lingoa
Iapoa (1620)3 escritas por el misionero jesuita João Rodríguez (1562?-1633).
En primer lugar, nos acercaremos a la visión que los misioneros jesuitas tuvieron de la
lengua japonesa y su descripción de las formas morfosintácticas que hoy se llaman
1
Anónimo. s.d. Teniha taigai shō (Resumen General del Teniha). In: Fukui, Hisazō. 1975 (1938).
Kokugogaku taikei – Teniwoha 1 (Series sobre Lingüística Japonesa – Teniwoha I). Tokio: Kokusho
Kankōkai (Kōseikaku). 2 Rodrigues, João. 1977 (1608). Arte da Lingoa de Iapam. Edición facsimilar. Tokio (Nagasaki): Benseisha
(La Compañía de Jesús). 3 Rodrigues, João. 1993 (1620). Arte Breve da Lingoa Iapoa. Edición con fotocopia e transcripción impresa y
fotocopiado, traducción del japonés y notas Hiroshi Hino. Tokio (Macao): Shin-Jinbutsu-Ōrai-sha Co. Ltd.
(Compañía de Jesús).
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morfemas gramaticales. Más adelante, presentamos el análisis hecho por los críticos de los
poemas de las mismas formas, llamadas teniha o teniwoha.
2. “Partes da oraçam”, “particulas” y “artigos” en las Artes (1608 e 1620) de
Rodríguez
En la documentación de los misioneros jesuitas, encontramos referencias al teniwoha del
japonés, escrito tenifa o tenivofa. Los jesuitas utilizaron el fa en vez de la ha, como hemos
escrito en este trabajo, porque el fonograma は (fa delてにをは teniwofa y del てには
tenifa) tenía la realización de la consonante fricativa bilabial [ɸa] (Doi, 1988).
En el Dictionarium Latino Lusitanicvm, ac Iaponicvm (1595)4, en el verbete de la
Grammatica encontramos equivalencia en portugués (Gramática) y equivalencia en el
japonés (Cotobano tçutayeyô [forma para transmitir la lengua]) y su explicación:
“Grammatica, ae, I, Gramatica, es. Lus. Grámatica. Iap. Cotobano Tçutayeyô, monouo
caqu tenifauo voxiyuru gacumon [Forma para transmitir una lengua, el estudio que enseña
el tenifa para escribir]” (f. 316, nuestro grifo).
En el Vocabulario da Lingoa de Iapam (1603)5, un diccionario japonés-portugués, por
otra parte, hay solamente una entrada para tenifa, donde se dice: “Tenifa. Modo de falar
conforme, ou contra as leis da grammatica” (f. 254v).
En general, en ambos diccionarios podemos entender tenifa como la regla para escribir o
para decir y, por lo tanto, un tema del dominio de la gramática.
João Rodríguez, en sus Artes (1608 y 1620), utilizó las palabras tenifa y tenivofa para
mencionar dos aspectos de la lengua japonesa:
1. como “ornato da oraçam”
2. como “parte da oraçam”.
4 Anónimo. 1595. Dictionarium Latino Lusitanicvm, ac Iaponicvm. Amacusa: Compañia de Jesús.
5 Anónimo. 1603. Vocabulario da Lingoa de Iapam. Nagasaki: Compañía de Jesús.
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Cuando el sacerdote Rodríguez mencionó teniwoha como el “ornato da oraçam” en el
Arte da Lingoa de Iapam (1608), utilizó el tenifa y no el tenivofa (los subrayados son
nuestros):
“A particula Caxi, muytas vezes na escritura não he Optativo, mas so boa
cadencia & ornato da oraçao, a que chamão os Iapões Tenifa, mayormente nas
vtas. Vt, Inochiuo tçudzuquexizo caxi. Vqui yorocobi cocoroni vasurenu coto
tada tenno von atayezocaxi. Sumaimo canai gataqute yoni fureôzo caxi. E como
se vè, vay junto com Zo. ” (p. 44 [f. 15v])
“Outra particula, Nan, ha que somente he ornato, ou tenifa da oração. Vt,
Naqunaqunan varaini queru. Foxxinju. Cacaru cocorouqui vazauonan mi
famberiqui. Ibidem. ” (p. 94 [f. 40v])
“[a particula Ga] Posposta aos verbos em orações que se continuam avante,
he Tenifa, ou ornato da oraçam, ou tem certo modo de sospender o que se diz,
ou outra energia que destes exemplos abaixo se podera tirar: & posto que nas
conjugações no modo conjuntivo de, Domo, se notam que he particula
adversativa que significa, Domo, realmente nem sempre tem tal sentido.
Caxirauo voroxi, xoxo xuguiŏ xiqueruga, nochiua Asucaderano fotorini iuoriuo
musubi queru. I, Xuguiŏ xiqueru. Foxxinju. ” (p. 306 [f. 151v])
En las dos Artes, Rodríguez escribió brevemente la forma mientras que el japonés de su
tiempo clasificó las palabras. En estas partes, notamos que Rodríguez hace uso de tenifa o
de tenivofa como términos técnicos de la gramática. Eso es lo que se puede verificar abajo
en los términos transcritos:
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“Das partes da oração Iapoa. Os Iapões dividem as partes da oração em
tres, de bayxo das quais comprendem as de mais, convem a saber6, Verbo;
Tenifa, I. Teniuofa, I. Sutegana, I. Voquiji, de baixo da qual comprendem, os
artigos dos nomes, & todo o genero de particulas assi dos tempos & modos dos
verbos, como todas as demais” (Arte da Lingoa de Iapam, p. 127 [f. 58], grifos
nossos)
“Os Iapoens comprendem todas as partes da oraçam da sua lingoa de baixo
de tres palauras: a primeira he, Na, que sinifica nome; de baixo do qual
comprendem todos os nomes substantiuos, as conjunçoens, interjeiçoens,
preposiçoens, ou posposiçoens, & quaes quer outros vocabulos, que tem propria
letra, que nam sam verbos. A segunda he, Cotoba, que sinifica, verbo (naõ
fallando lato modo, em quanto quer dizer palaura, mas propriamente) de baixo
da qual se comprende toda a sorte de verbos assi substantiuos, como todos os de
mais, & os verbos adiectiuos. A terceira he, Te, Ni, Fa, ou Te, Ni, Vo, Fa, ou
Sutegana, ou Vokiji 7, de baixo da qual comprendem os artigos dos casos dos
nomes, como sam, Va, Ni, Vo, Voba, & todo o genero de particulas, assi dos
tempos, como todas as demais de qual quer sorte, que sejam, que nam tem letra
propria, mas sam da lingoa Iapoa natural. Vt, Mo, Nimo, De, Nite, &c.” (Arte
Breve da Lingoa Iapoa, p. 175 [f. 52-52v], grifos nossos).
Por otra parte, al definir ‘partículas’, una de las diez ‘partes da orçam’ que Rodríguez
estableció para la lengua japonesa, el misionero portugués también dijo que los japoneses
llamaron tenifa y tenivofa las siguientes estructuras (los subrayados son nuestros):
6 Perdió el 'nombre' o 'na', como se verá en la cita tras retirada de Arte Breve.
7 En el Arte Grande, la ortografía fue 'voquiji'. Esto es porque en Arte Breve el padre Rodríguez tiene algunos
cambios en el sistema de transcripción utilizado anteriormente. La ortografía "qui' siempre se lee como una
sílaba, luego se pasó a utilizar 'ki'.
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“A particula da lingoa de Iapam se comprende de bayxo de Tenifa, I,
teniuofa, Voquiji, Sutegana: & em usar bem, ou mal dellas esta o falar certo, &
direyto, ou barbaro.” (Arte da Lingoa de Iapam, p. 165 [f. 77])
“Comprendem os Iapoens a particula de baixo destas palauras, Te, Ni, Fa, ou
Te, Ni, Vo, Fa. Em vsar bem, ou mal dellas consiste o certo, direito, & elegante
fallar, & no contrario o barbaro, & improprio.” (Arte Breve da Lingoa Iapoa, p.
191 [f. 59v])
En la definición de las Artes, los “artigos” serían ciertas “partículas” pospuestas a los
nombres, que corresponderían a sus casos, como fue observado en los nombre del latín.
“Os nomes substantiuos & pronomes da lingoa Iapoa assi Coye, como
Yomi, não se declinão por casos como os Latino, mas são indelcinaueys, & tem
certas particulas, ou artigos, os quaes pospostos aos nomes respondem aos
casos Latinos, & a mesma voz serue de singular & de plural, ou se supre com
outras particulas, como se ve na declinação posta (Rodríguez 1977[1608]: 15)
“Nesta lingoa os nomes substantiuos, & pronomes sam indeclinaueis,
seruindo a mesma voz ao numero singular, & plural; & pera distinçam dos
casos, & numeros pospoem aos nomes certas particulas, ou artigos, q
responde(m) aos casos Latinos, Portugueses, & Castelhanos, como se vera na
declinaçam posta. (Rodríguez 1993[1620]: 58 [f.13])
El padre Rodríguez buscó, así como los jesuitas que lo precedieron8, en la lengua
japonesa, el proceso que abarcó las diversas funciones en la oración, que en el latín fueron
representados por los casos del nominativo, del genitivo, etc.
8 Tomamos nota de que este modo de buscar el equivalente funcional del latín en el idioma japonés fue el
pionero en De Institututione Libri Tres (1594), como Matsuoka (1991) para el caso de los "artigos".
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Fue por medio de este proceso que Rodríguez “descubrió” algunas formas cortas a que
llamó “partículas”. Se escribieron estas “partículas” en “cana” y no en “letras sínicas” o
“figuras”, es decir, éstas fueron escritas en fonogramas silábicos kana y no en ideogramas
chinos. Los jesuitas y el padre Rodríguez también tomaron conocimiento de que estas
“partículas” habían sido denominadas teniha o teniwoha en Japón.
Los “artigos”, que venían acoplados a los nombres para cada caso, igual en las dos
Artes, eran:
- para el caso nominativo: ga, no, yori, va, 9;
- para el caso genitivo: ga, no;
- para el caso dativo: ni, ye;
- para el caso acusativo: vo, voba, va;
- para el caso vocativo: Icani,
- para el caso ablativo: yori, cara, ni.
El cuadro abajo representa lo que calificaron como declinación de los nombres
japoneses en el De Institutione Grammatica Libri Tres y en las Artes de João Rodríguez.
Quadro 1: Declinación de los nombres japoneses con “artigos” en De Institutione
Grammatica Libri Tres (1594), Arte da Lingoa de Iapam (1608) y Arte Breve da Lingua
Iapoa (1620)
De Institutione Grammatica
Libri Tres
Arte da Lingoa de Iapam Arte Breve da Lingoa Iapoa
Sing. NVMERO SINGVLAR.
9 Significa que si se puede omitir el "artigo (artículo)".
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N
G
D
A
c
V
A
b
Dominus,
Domini,
Domino,
Dominum,
ô
Domine,
à
Domino.
Aruji, aruiua,
arujiua, ga, no,
yori..
Arujini, ye.
Arujini, ye.
Arujiuo.
Aruji, A,
icani, aruji.
Aruji yori,
cara, ni
Aruji, I, Arujiua, ga, no,
yori, Senhor, ou dono.
Arujino, ga
Arujini, ye.
Arujiuo, uoba, ua, ga.
Aruji, icani aruji
Arujiyori, cara, ni
Fito, I, Fitoua, fitoga.
Fitono, I, fitoga.
Fitoni, I, fitoye.
Fitouo, I, fitouoba
Fito, I, icanifito
Fitoyori, fitocara,
fitoni
Homem,
o
homem.
Do
homem
Ao
home, pera o
home.
O
homem.
ó
homem.
Do
homem.
Plur. NVMERO PLVRAL NVMERO PLVRAL.
N
G
D
A
c
V
A
b
Domini,
Dominorum,
Dominis,
Dominos,
ô
Domini,
à
Dominis,
Aruji tachi,
A, aruji tachi ua,
ga, &c.
Aruji tachino,
ga.
Arujitachini,
ye.
Aruji tachi
uo.
Aruji tachi,
A, icani aruji
tachi.
Aruji tachi
yori, cara, ni.
Aruji, I, Arujitachi, xu,
domo, ra.
Arujitachino, ga.
Arujitachini, ye.
Arujitachiuo, uoba, ua, ga
Arujitachi, I,
icani arujitachi.
arujitachi yori, cara, ni
Fito, fitoua, fitobito,
fitotachiua, fitodomo.
Fitono, I, fito tachino.
Fitoni, I, fito tachini, I, ye.
Fitouo, I, fito tachiuo, I,
uoba.
Fito, I, fitobito, icani fito,
I, icani fito tachi.
Fito yori, I, fitotachi yori,
fitotachi cara, I, ni.
Homes.
os homes.
Dos
homens.
Aos
homes, pera
homes.
Os
homens.
ò
homens.
Dos
homes.
Aunque anteriormente habían reconocido que en la lengua japonesa los nombres no
varían en número y género, Rodríguez y los jesuitas que publicaron De Institutione
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Grammatica Libri Tres (1594) explicaron la existencia de las “partículas numeraes” y
“partículas” de masculino y de femenino, éstos para los nombres en los cuales no se podía
reconocer semánticamente su género. Las “partículas numeraes” serían tachi, xû, domo y
ra; las “partículas” de masculino y femenino serían uo y me.
Lo que distinguió las Artes de Rodríguez del De Institutione Grammatica Libri Tres
(1594) en el tratamiento de las “partículas a articular” y de las “partículas numeraes” fue la
preocupación con el uso de las formas de respeto y humildad. El “artigo” nominativo, no,
según Rodríguez, era utilizado para expresar respeto a “segundas & terceiras honradas”
mientras que ga, “serve pera terceiras pessoas baixas & pera primeiras” (Rodríguez
1993[1620]: 58[f. 13]). En el caso de “partículas numeraes”, encontramos tachi, xû, domo y
ra (las presentamos en un orden decreciente de respeto).
3. Las “partículas” en las Artes (1608 y 1620) de Rodríguez
Más allá de las ocho “partes de la oraçam” que existieron en el latín, Rodríguez
consideraba los “artigos” y las “partículas” como siendo, respectivamente, las novenas y las
décimas partes de la oración. En el Arte da Lingoa de Iapam, Rodríguez intentó colocar las
“partículas” en un tipología, ya que definirlas se reveló una tarea imposible, como vemos
en este fragmento: “he a que mais se estende que todas as demais, por que a todas pertence,
& com todas se ajunta”:
Esta parte da oraçam, he a que mais se estende que todas as demais, por que
a todas pertence, & com todas se ajunta. E como ja se tem dito os Iapoens de
baixo deste vocabulo, Tenifa, I, Tenivofa, comprehendem toda a sorte de
particulas, os casos, ou artigos dos nomes, as terminaçoens dos verbos de todos
os modos, & tempos, &c. Porque em seu modo de escrever, escrevem huma
letra, ou figura que significa hum nome, ou verbo, & pera mostrar o caso, em
que esta o tal nome, ou o tempo, ou modo em que esta o verbo, escrevem junto
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da quella letra com Catacana, ou Cana, se he home, os artigos, ...., &c. & se he
verbo, escrevem as syllabas, ou terminaçoens do verbo, s. ... &c. E assi das de
mais particulas. (Rodríguez 1977 [1608]: 301 [149]).
Por lo tanto, las “partículas” podrían ser (conf. cita anterior y Rodríguez 1608: folio 77):
a) partículas “articulares que constituem casos, & se pospoem aos nomes
immediatamente.”
va, ga, no, yori (nominativo); no, ga (genitivo); ni, ye (dativo);
vo, voba, va, ga (acusativo); icani (vocativo); yori, cara, ni (ablativo)
b) partículas que “fazem numero plural, e se antepoem às articulares”
tachi, xu, domo, ra
c) partículas “que separadas ou sam adverbios, ou conjunções, ou nomes que
tem força de verbo”.
d) partículas “de honra” e “pera abater”:
b.1) que están acopladas a los nombres:
Guio, go, von, vo, mi, (AB: +Ghio, son, ki)
Sama, vye, dono, tono
cô, quiô
Rŏ, qui, son, fŏ
yei, chocu
tachi, xŭ
domo, ra, me
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b.2) que están acopladas a los verbos:
Rare, ruru; Re, ruru; Ari, aru (Com Von, I, Vo. Ari, ru)
Saserare, ruru. Xerare, ruru. Nasare, ruru.
Tamai, ŏ. Saxetamai, ŏ. Xetamai, ŏ.
Mairaxe, suru. Mŏxi, su. Tatemaatçuri, ru
Saburŏ. Famberu. Sŏrŏ, soro. Nari.
Tçuxxinde mŏsu. gonjô. Vyamatte mŏsu.
Gonjŏ. Mŏxiague. Queijŏ xexime. Quei xexime.
Mŏxi ire. Mŏsaxime. Mŏxi soro.
e) partículas “para dar mais força, & energia ao verbo ou que variam a
significação do verbo”
f) partículas “que constituem tempos, & modos juntos aos verbos”
ba [naraba, motomeba; modo condicional],
majij/mai [motomurumajij, mai: futuro negativo do modo indicativo],
domo [modo conjuntivo, f. 21],
coto e to [modo infinitivo]
(te) mo [adversativo]
g) partículas “que servem ao negatiuo”,
e.1) que sirven en el Coye:
mu, bu, naxi;
fu, zu, zaru, narazaru;
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mi, bi, imada, zu; fi;
macu, bacu;
mot; cŭ; mu;
e.2) que sirven en el Yomi:
zu, zaru, narazu, nu, inaya, ji, majii, mai, nai;
arazu, nacare, na, imada, zu, zaru;
nai, naxi, naqu, nŏte, nŏ
Fu (no Coye); Narazu, Nu, Zu, Zaru (no Yomi) [particula negativa]
g) otros: particulas numeraes (tachi, xû, domo, ra) (AB: 67[16v])
Los primeros registros de los dialectos y de las variantes socio lectales se encuentran en
la literatura autóctona japonesa desde el siglo XI, en notas explicativas de libros literarios
como Kojiki (Registro de las Viejas Cosas, 712) y Nihon Shoki (Historia de Japón, 720).
En ellos, el significante zokugo (lengua vulgar) indicó los dialectos que no pertenecieron a
la región de la capital, Kioto. El estigma de inferioridad de estos dialectos regionales
resistió por siglos, atestiguado en algunas obras narrativas como Genji Monogatari (Las
Narrativas de Genji, c. 1007).
Fue solamente en el siglo XVII, cuando el país alcanzó la paz, que se verificó, en esta
tradición, el interés por el estudio de estas variedades. En Katakoto (Palabras Truncadas,
1650), el poeta de haikai Sadamuro Yasuhara (1610-1673) recogió y explicó los vocablos
de las zonas agrícolas, los vocablos vulgares, los vocablos “equivocados”, oponiéndolas al
dialecto de Kioto, todavía considerado el estándar de la lengua.
No por casualidad, cuando llegaron a Japón a mediados del siglo XVI los comerciantes
ibéricos y sus socios espirituales, los misioneros jesuitas, les sorprendieron no sólo con la
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sofisticación de la cultura japonesa, sino también con la diversidad lingüística y el
belicosidad de los señores feudales que estaban en la guerra incesante para la unificación y
la dominación del país.
Quizás, por lo tanto, diferentemente de lo que se pasó en la América portuguesa, el Arte
da Lingoa de Iapam (1608) no sólo describió la variedad de la lengua japonesa escrita y
dicha en la región de Kioto, sino también hizo las referencias constantes a las variedades
usadas en algunos “feudos”, notando las diferencias entre ellas, en la pronunciación y en el
uso de algunos morfemas gramaticales y léxicos.
Las dos Artes del padre João Rodríguez hacen mención a las variantes sociolectales del
japonés y también opusieron la variedad privilegiada de los kuges (nobles) a la variedad
hablada por la “gente baja”. Pero, así como la tradición autóctona, las Artes también
privilegiaron la variedad de la capital, Kioto, usada por los kuges, reiterando que ésta
tendría que ser la variedad a enseñar y aprender. El modo de decir de la “gente baja” y las
variedades dialectales que contuvieron “abusos no falar e pronunciar” fueron colocadas
para ser reconocidas solamente como tal por los misioneros. Los religiosos no tendrían que
reproducirlos, sino entenderlos, a la medida de las necesidades prácticas de la confesión.
En el Vocabulario da Lingoa de Iapam las sensibilidades a las variedades están
traducidas en los comentarios como “no Cami fala-se” o “no Ximo fala-se” o indicativos
como “B. (=de ‘gente baixa’)”. Sin embargo, aunque es el léxico llano el lugar preferencial
del registro de las variedades lingüísticas, no se ve una actitud normalizadora.
La motivación misionera, pedagógica y pionera de la descripción del japonés en la
tradición europea favoreció el registro de – solamente - una de las variedades observadas,
en el caso aquella que consideraba la lengua culta. Esto no quiere decir que los dialectos o,
aun, los sociolectos no eran percibidos. Como vimos, en algunos lugares de las Artes, era
posible discriminar algunas de las diferencias en la pronunciación, en la morfosintaxis o en
el léxico de la variedad descrita. Análogo, el Vocabulario da Lingoa de Iapam no sólo
coloca una forma de uso, sino también las variedades de los dialectos, de los tratamientos,
de los géneros, de la clase social, y entre la lengua hablada y escrita.
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El registro, sin embargo prolijo, abundante y sistemático, de las formas y de las
expresiones de tratamiento en las Artes, corrobora la actitud normalizadora de la gramática
misionera. Es así una prueba de que la elegancia y el honor fueron considerados como
características de estas expresiones, que eran asociados a la lengua cultivada.
4. La lengua poética en Japón – kago o uta kotoba
Por juntar los poemas de autores pertenecientes a las clases sociales diversas, se cree,
muchas veces, que la compilación de poemas waka, Man’yōshū (Compilación de las Diez
Mil Hojas, c. a. 759), contienen poemas en lengua espontánea. Sin embargo, de ninguna
manera las composiciones hicieron uso de una lengua natural dicha en el cotidiano. Al
contrario, se nota la intención deliberada de los autores del poema (o del recopilador de la
antología) de refinar la lengua expresa en el poema.
Por ejemplo, tenemos el uso de la palabra tazu en vez de tsuru, para designar la
“cigüeña”; o kawazu en el lugar de kaeru, para la rana. En el período Heian, este
refinamiento se acentuó en el uso de koma (potra) por uma (caballo). Más allá de esta
elección en el nivel del léxico, las viejas palabras adquirieron una sensibilidad nueva en los
poemas, como es el caso de utsurō.
En la Poética de waka, en las Eras Antigua y Medieval, se creó la palabra kotoba
(‘palabra’) opuesta a kokoro (corazón) y sama (aspecto), que adquirió significados de
naturaleza lingüística diversa: expresión, frase o palabra.
Después de la publicación de “Kanajō” (Prefacio de kana) en la compilación
Kokinwakashū (Compilación de Poemas de Ayer y Hoy, C. 905), se elaboraron diversos
tratados en la teoría de este kotoba. Pero, a finales del período de Heian, el término kotoba
comenzó a designar solamente a las expresiones y palabras que dieron efecto poético al
waka. Esta preocupación por las palabras que eran propias de la poesía waka persistió y
pasó por una regulación, que incluyó la reunión de las palabras y de las expresiones usadas
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por los poetas de tres antologías hechas bajo el control imperial, el citado Kokinwakashū),
Gosenshū (Compilación Posterior, c.953) y Shūishū (Compilaciones Varias, c.1003).
En este proceso, se desecharon las palabras del chino, de origen budista y de la lengua
popular, así como las formas que sufrieron eufonía, productos del uso verbal de la lengua.
El fortalecimiento de la tradición en la poética de waka causó, por lo tanto, la institución de
un vocabulario formado por expresiones famosas del poema, y al que se llamó sei-no
kotoba.
Teika Fujiwara, en su tratado sobre el waka, Eika Taigai (Reglas Generales para la
Composición del Waka, 1216), aconsejó el uso de las palabras antiguas para la creación
poética y, de ser posible, sacadas de poemas de estas tres antologías imperiales.
Los misioneros europeos, como vimos, en sus manuales pedagógicos, eligieron la
variedad considerada por los kuges en Miyako (la capital, Kioto) como estándar y
efectuaron su descripción, pero la relacionaron con otros dialectos y variantes sociolectales
y también dieron prominencia a la lengua escrita del Japón del siglo XVI.
Para los autores de los tratados de poética, la tradición era de gran importancia, una
herencia de una época donde la poesía japonesa se había afirmado como el arte poético
genuinamente japonés en contraposición con la poesía china. Así, la poesía rescató la
lengua antigua; mientras las enseñanzas de esta creación poética se mantenían en el ámbito
de lo privado.
En efecto, su circulación se limitó a los poetas de la misma escuela. Dadas las
características de la producción y de la recepción de los tratados poéticos, no apareció
como tarea para el poeta-crítico de la Edad Media describir el kago (lengua de la poesía)
para crear los poemas. Si hubiera habido esa necesidad, habrían buscado modelos en los
poemas escritos por los antiguos, como en las antologías ya mencionadas.
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5. La poesía waka y los procedimientos de la asamblea poética
5.1. Segmentación de la frase poética: tomari (kakari musubi)
El término tomari10
, según el diccionario de Iwanami Kogo Jiten (Ōno, Satake y Maeda
1988 [1974]: 925), se utiliza en la poética del renga (poemas encadenados) y se relaciona
con el teniwoha en la posición final de las estrofas, que forma un determinado teniwoha
dentro de una misma estrofa.
El musubi11
, que explicaremos abajo, también es un tipo de tomari; y el teniwoha
presente en el interior de la estrofa se llama kakari. En el siglo XIV, sin embargo, el
término fue utilizado también en la poesía waka y aparece en nuestra documentación.
La lengua japonesa de la Era Antigua tenía un recurso lingüístico conocido hoy como
kakari musubi no hōsoku (regla del kakari y musubi). Este aspecto, en la Edad Media, fue
percibido, de una cierta forma, y descrito, exactamente porque, si no había desaparecido
totalmente o ya no lo utilizaban de forma regular. Los tratados de waka y renga del siglo
XIV fueron uno de los primeros documentos que colocaron tal recurso y intentaron
transformarlo en reglas. Como dijimos arriba, el comentario de la lengua antigua para su
uso en la creación poética posibilitó a los poetas-críticos que notaran la diferencia que
existió entre la lengua del pasado y la contemporánea.
Hoy por hoy, el estudio de la lengua clásica japonesa obliga al conocimiento del kakari
musubi no hōsoku. Las “partículas zo, el namu, el ya y el ka, llamadas kakarijoshi en la
gramática japonesa, se determinan en las palabras que se doblan, localizadas al final de la
oración. La flexión no es terminativa, pues sería normal. En esta regla, las “partículas” se
llaman kakari y las palabras que de ellas reciben la determinación de la forma, musubi. Más
allá de ser los elementos que determinan la forma, estas “partículas” agregan significados a
la oración.
10
Numa tradução literal, seria parada, interrupção. 11
Literalmente, amarração ou nó.
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No se sabe con certidumbre las razones del brote de este recurso. Sólo se sabe con la
investigación de la historia de la lengua japonesa que en los períodos Nara y Heian, la regla
anterior fue respetada y cuando los verbos eran musubi. La partícula koso, sin embargo, en
el período Nara, determinó la terminación rentaikei (adjetiva), y no izenkei (condicional) en
musubi cuando éstos eran adjetivos. En la Edad Media, las flexiones de los verbos pasaron
a las transformaciones morfológicas y la flexión del adjetivo sustituyó la flexión
terminativa. Una misma forma comenzó a ser utilizada con diversas funciones. Era este
contexto de cambio de la lengua que permitió percibir la existencia del kakari musubi no
hōsoku en la lengua de los períodos Nara y Heian (Nitta 1984).
5.2. Teniha como tomari en la poética clásica japonesa
El Teniha Taigaishō es un tratado poético que contiene un texto corto de cerca de 640
ideogramas y es el documento que inauguró la tradición del Teniwoha Kenkyū
(Investigación sobre teniwoha) en el campo de los estudios de la lengua en Japón. De esa
manera, fue el primer tratado que presentó explicaciones lingüísticas, y no exclusivamente
poéticas. Sin embargo, el Teniha Taigaishō también fue un tratado de poética, así que los
temas centrales fueron el kire (corte), tomari (parada) y tsuzuki (continuación) en el poema
waka. El teniwoha trasplantó exactamente su función importante a estos kire, tomari y
tsuzuki.
Analizamos en las referencias el tomari que se hicieron en el Teniha Taigaishō, las
formas gramaticales que fueron llamadas teniwoha o “partículas”.
Los teniwoha citados en el tratado, kakari de acuerdo con la terminología actual. son: zo,
koso, no y ya. Con relación a este tratado, a estos kakari correspondió un sistema de letras y
sílabas que integraron las palabras con las cuales hacen “par”, es decir, eran musubi. En el
Teniha Taigaishō se dice que las “partículas” no y el ya son iguales al zo o los sustituyen.
Presentamos, abajo, los kakari zo, el koso, el no y el ya, con las respectivas terminaciones.
Después de Shō-no shō, están los ejemplos que se citaron en Teniha Taigaishō-no Shō.
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ZO - u, ku, su, tsu, nu NO, YA – u, ku, su, tsu, nu
Shô-no shô: Kaze-zo kototou; Shô-no shô: Ugu’isu-no naku.
Hana-zo saku; Tsuma-ya komoreru.
Tama-zo nasu;
Kasumi-zo tatsu;
Mi-wo-zo tanomu;
Fune-zo miyu;
Hito-zo konu;
Ame-zo furu.
KOSO – e, ke, se, te
Shô-no shô: Hito-mo-koso kike;
Kô-wo-koso utsuse;
Kasumi-koso tate;
E-koso iwane;
Hito-wo-koso omoe;
Kaze-koso fukame;
Mi koso tsurakere.
El japonés de ese tiempo había percibido que la presencia de determinados teniwoha en
el poema ejercía una cierta influencia en su partición final; incluso, la entendía como
recurso de la creación poética, y no como hecho de la lengua. Se justifica: el lenguaje de
comunicación, en ese tiempo, era muy diferente de la lengua de la poesía. No obstante,
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como afirman los lingüistas japoneses (Nitta 1984), este “descubrimiento” no se
constituyó como regularidad.
6. Consideraciones finales
Las partículas joshi y jodōshi en la lingüística japonesa ha sido objeto de mi
investigación hace más de diez años. He investigado los manuales gramaticales del padre
João Rodríguez (1561-1633) durante todo este período.
La docencia en la lengua japonesa en la universidad, que da lugar a raros momentos de
consideraciones colectivas referentes a la lingüística japonesa, motivaron, en gran parte,
esta investigación.
La motivación se originó, también, de factores externos a la lingüística, como el choque
de los nacionalistas y de los reformistas en la cuestión de la unificación lingüística antes de
la Segunda Guerra Mundial, la institución del Kokugo Kenkyūshitsu (Laboratorio de los
Estudios de la Lengua de Nacional) en la Universidad Imperial de Tokio, las teorías
gramaticales de Yoshio Yamada, Shinkichi Hashimoto y Motoki Tokieda que sobresalieron
excesivamente y que contenían teorías básicas convertidas en la citación obligatoria para la
investigación sobre la gramática japonesa en Japón.
Las gramáticas pedagógicas de la educación oficial en Japón siguen heredando hoy en
día, de manera exacta, la teoría de Hashimoto. Tanto Yamada y Tokieda, que buscaron en
la tradición japonesa los fundamentos de sus teorías, como Hashimoto, que adoptó el
criterio de la forma prosódica para establecer las unidades gramaticales “palabra” (tango) y
“oración” (bun), instituyeron las partículas joshi y el jodōshi también como “palabras” (el
go o el tango) o como “clases taxonómicas” (hinshi), atribuyéndoles el peso extremo como
unidades gramaticales y no considerándolas tanto como integrantes de los segmentos
nombre +joshi, el “verbo” +jodōshi, por ejemplo.
La docencia en la universidad, de cierta forma, me obligó a investigar mejor las teorías
de los tres lingüistas citados porque se creía que en las partículas joshi y el jodôshi estaban,
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como afirman muchos lingüistas japoneses, como por ejemplo, Sakakura 12
, especificidades
de la lengua japonesa.
Cito tres afirmaciones que consideran las partículas joshi y jodōshi especificidades de la
morfosintaxis del japonés.
La primera, de Sakakura (Op. Cit.) y Kyōgoku13
, entre otros, es que las partículas joshi y
el jodōshi son las especificidades de la lengua japonesa en lo que se refiere a otros,
principalmente al europeo.
La segunda afirmación, citada por Tsukishima 14
y otros, dice indirectamente la misma
cosa: Fumihiko Ōtsuki (1847-1928) obtuvo éxito al describir la gramática de la lengua
japonesa que conciliaba la tradición autóctona japonesa y la europea-occidental. Una de las
diferencias entre Tsurumine (1788-1859), por ejemplo, y Ōtsuki al describir la gramática
japonesa es que el primero siguió la gramática europea que entró a través de los holandeses,
clasificando las palabras en ocho tipos y, por lo tanto, incluyendo las partículas joshi en los
“nombres” y el jodōshi en los “verbos”. Sobre los años cincuenta, Ōtsuki elaboró las notas
en la gramática del diccionario de Genkai (Océano de Palabras, 1889). Más adelante, en el
manual Kō Nihon Bunten (1a. edición: 1896), las partículas joshi y el jodōshi comenzaron a
constituir una clase de palabras distinta, que dio autonomía y una función importante a la
morfosintaxis del japonés. Para tener las partículas joshi y jodōshi establecidas como hinshi
(denominación japonesa para las partes de la oración o de las clases de palabras), Ōtsuki
volvió a tomar o mantuvo la importancia de ellas en la tradición de los estudios de la
morfosintaxis del japonés. No sólo las teorías gramaticales de Hashimoto y de Tokieda,
entre otros lingüistas-gramáticos, sino también la investigación voluminosa, que apareció
12
Sakakura, Atsuyoshi. 1973. Nihon bunpō-ni okeru hinshi (Los 'tipos de palabras' en la gramática japonesa).
En Suzuki, Katsuhiko e Hayashi, Ôki (org.). Hinshi-betsu Nihon bunpō kōsa I: Hinshi sōron (Curso de
gramática japonesa por 'clases de palabras': Generalidades de las 'clases de palabras'). Tokio: Meiji shoin,
pp. 7-22.
13 Kyōgoku, Okikazu. 1973. Joshi-towa nani-la – Kenkyūshi-no tenbō (¿Qué es la partícula 'joshi'?:
Perspectivas de la historiografía). In Suzuki, Kazuhiko e Hayashi, Ōki (org.). Hinshibetsu nihon bunpō kōza 9
– Joshi (Curso de gramática japonesa por ‘clases de palabras’ – Generalidades de las ‘clases de palabras’ 9
– Partículas joshi). Tokio: Meiji shoin, pp. 25-68.
14 Tsukishima, Hiroshi. 1988 [1980]. Ōtsuki Fumihiko. In Kokugogakkai (org.). Kokugogaku daijiten (Gran
Enciclopedia de estudios sobre la lengua nacional). 6a. edición. Tokio: Tōkyōdō shuppan, p. 86.
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después de la Segunda Guerra Mundial, sobre las partículas joshi y el jodōshi certifican su
importancia para los investigadores (cf. el periódico Kokugogaku vol. 200).
Finalmente, tenemos la afirmación de Tadao Doi (1900-1995), un filólogo japonés que
se dedicó a la investigación de la documentación misionera de la lengua japonesa del siglo
XVI y a la autoridad en el estudio de las Artes del padre Rodríguez. Según Tadao Doi, el
padre Rodríguez fue afortunado al describir la gramática de la lengua japonesa destacando
las partículas joshi y jodōshi como las especificidades de esta lengua (Fukushima 1992
[1977]). ¿A qué se debe este acierto? A las “partes de oraçam” de “artículos” y de
“partículas” que el padre Rodríguez estableció, y en las cuales separó las partículas joshi y
jodōshi, respectivamente.
Antes de continuar, vale la pena recordar que la influencia de la tradición autóctona, de
los estudios del teniwoha en la poética de waka, en la descripción del japonés por el padre
Rodríguez es más evidente que verdadero. Es un hecho que el padre Rodríguez tuvo
conocimiento de tales estudios y los cita en sus Artes:
Ha huma particula Zo, I, Zocaxi, que he ornato soomente da oraçam, a qual
particula nam tem sentido, & se lhe segue na oraçam o verbo acabado em,
Queru, & assi dizemos, Zo, Queru, Mo, Queri, Coso, Quere. / Cono acatçuqui
vxetamainutozo iyqueru. Foxxinju. / Yagate idzuchitomo naqu cacureni
queritozo. i. Mǒxi queru. Nanigotozo? Ya fodozo, Nanzo? &c.
(Rodríguez, 1976 [1608]: p.268 [f. 130 v])
Este, Ya, na poesia tem muytos, & elegantes usos, & sentidos, os quais
podera aprender quem se quiser dar à poesia. / Primeiro: Cuchiainoya.
Itçumonjino nacani voqui fotouo mǒxiqueru. Vt, Yuquiya fana. / Tçuquiya fana,
yoru miru irono fucamicusa. / Segundo: Quiru ya. Vt, Chiru fanaya, araixni
tçurete mayǒran. / Terceiro: Nacano ya. Vt, Toricayeru cumoya casumini fiua
irite. / Quarto: Sute, I, sutçuruya. Vt, Quimiua xirazuya, vomouazuya. Vt,
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Cacuxitemo, mino arubexito vomoiquiya. / Quinto: Fanaya, I, vanoya. Vt,
Sumiyoxiya, vǒsacaya. Vt, Yamaua faya touajito tçuquini tori naquite. / Sesto:
Vtagaino ya. Vt, Tadzune naqu coyoino soraya fuquenururan. Vt, Vomoyebaya,
carasu naqumade todomuran. / Setimo: Sumino ya. Vt, Vomǒyato, vǒyomu
fitouo vtagaite.
(Rodríguez, 1976[1608]: p.266 [f.129v])
Citamos solamente dos casos, pero hay otros en el libro. Sin embargo, ninguno es
influenciado básicamente en su forma para describir la morfosintaxis del japonés. Aun
cuando la institución de “artículos” y de “partículas” como “partes da oraçam” es
discutible, el padre Rodríguez afirma que “esta parte da oraçam, he a que mais se estende
que todas as demais, por que a todas pertence, & com todas se ajunta” (1976[1608]: p.301
[f. 149]), es decir, la descripción de todas las “partes de oraçam” también implicó la
descripción de “partículas”.
Por otro lado, el padre Rodríguez no parece tener seguridad, como plantean los
lingüistas japoneses, sobre el hecho de si las partículas joshi y jodōshi tienen el mismo
estatus que un “nombre” o de un “verbo”, y si tienen autonomía como una “palabra”. A
semejanza de otros misioneros jesuitas transcribe la lengua japonesa por medio del alfabeto
latino y acopla las partículas joshi y jodōshi a otras palabras: “Quiyomorino
mexitçucauaruru caburotosaye iyeba, michiuo suguru vma, curumauo yoquete touosu. i. Sò
com se dizer que eram criados de Quiyomori, se afastavam logo os carros, & cavalos, do
caminho, & os deixavam passar. Ibidem.”(Rodríguez 1976 [1608]: f. 119 (p.245). Este
hecho parece indicar también, aunque no explícitamente, que las partículas joshi y el
jodōshi serían parte de otras palabras y no independientes.
Volvámonos a las afirmaciones de que las partículas joshi y jodōshi son especificidades
de la lengua japonesa. Las partículas joshi y jodōshi, más allá de otras formas cortas, fueron
separadas en la Antigüedad, en contraste con la gramática china que no posee formas
distintivas morfosintácticas. La necesidad de leer documentos en chino desarrolla la técnica
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llamada okototen, es decir, que pone partículas en las oraciones chinas “para traducir” el
japonés. Los teniwoha comenzaron a merecer estudio específico en la poética del waka a
partir del siglo XIV, aproximadamente la época en que Japón intentó una especie de
neoclasicismo en el arte de la poesía. Fue necesario estudiar los poemas cuyas técnicas y
lengua eran ya cosas del pasado. Estas circunstancias favorecieron el nacimiento de los
tratados de teniwoha, que los lingüistas japoneses consideran como el comienzo de los
estudios gramaticales japoneses.
Desde las primeras formas de caracterización de las palabras, el teniwoha tenía su lugar
de prominencia junto a otros tipos de palabras léxicas. La importancia que habían conferido
a las partículas en los estudios de la lengua japonesa en Japón persistió a lo largo de los
siglos hasta que los lingüistas del siglo XX afirmaron que estas partículas son
especificidades de la lengua japonesa.
Lo que propuse alcanzar con esta investigación, en el caso de los estudios en la
gramática japonesa, no fue ver la manera de la descripción, sino verificar la manera de
describir, que se hizo creer que las partículas joshi y el jodōshi eran especificidades de la
lengua japonesa.