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EL LIBRO DE LOS DIENTES LIMPIOS

este libro es de:

...........................................................

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Copyright ©2010 de Difrax bv, Bilthoven, HolandaIdea y texto: Vivienne van Eijkelenborg, directora de DifraxTexto: Martine van GemertIlustraciones y texto: Inge NouwsCoordinación de Difrax: Caroline van EijkelenborgTexto: Marieke StreefkerkDiseño: 124 Design, AmsterdamImpresión: Kapsenberg van Waesberge, Rotterdam

Está prohibido reproducir y/o publicar cualquier parte de esta publicación mediante impresión, fotocopia, microfilm, Internet o cualquier otro soporte sin autorización previa por escrito por parte del titular de los derechos.

ISBN: XXXXXXXXXXX

EL LIBRO DE LOS DIENTES LIMPIOS•

el libro más limpio para aprender a cepillarse

bien los dientes

Vivienne van EijkelenborgInge Nouws

Martine van Gemert

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Vosotros deseáis lo mejor para vuestro hijo y nosotros que-remos ayudaros.

Por ello, desde hace más de 42 años, Difrax ofrece un catálogo de productos infantiles y para bebés, seguros y bien diseñados.Durante sus primeros años de vida, los niños se desarrollan a grandes pasos. Así, no sólo aprenden a caminar, comer y lavarse, sino también a cepillarse bien los dientes. Si para algunos estas tareas no suponen ningún problema, para otros, se trata de una continua lucha diaria. ¡Este libro os ayudará de tal forma que aprender a lavarse bien los dientes será una experiencia divertida y una verdadera aventura para vuestro hijo!

Crecer y aprender de una manera divertida es el principio que fomentamos mediante los libros de esta colección. Los adultos siempre nos lavamos los dientes, pero ¿cómo podemos enseñar a nuestro hijo a hacerlo correctamente? ¿Cómo podemos trans-mitirle la importancia de una buena higiene dental sin que se aburra? ¡Este libro os ofrece una ayuda práctica y, sobre todo, muy divertida!El libro se compone de dos partes: la última se dirige especial-mente a vosotros, los padres, y contiene información de fondo y consejos sobre los dientes y la higiene dental. La primera parte está destinada tanto a vosotros como a vuestro hijo y su finalidad es hacer que el cepillado de los dientes se convierta en un tema de conversación. De una forma lúdica, vuestro pequeño será cada vez más consciente de que lavarse los dientes es una de las tareas diarias más importantes. El libro incluye quince cuentos protago-nizados por los niños Clara y Carlos y por Didi, el hada del cepil-lado de dientes. Se trata de historias relacionadas con aspectos

que influyen sobre la dentadura de los niños, como la comida o las golosinas, además de la visita al dentista y el cepillado de los dientes. Por otra parte, el libro incluye dos calendarios: uno para el cepillado de la mañana y otro para el de la noche. ¡Cada vez que vuestro hijo se lave correctamente los dientes, ganará un diente adhesivo y por cada cinco buenos cepillados, obtendrá un diente de oro! Como estímulo adicional, Difrax ha diseñado un cepillo especial, con espejo y cronómetro, para que lavarse los dientes sea todavía más divertido. El espejo permite ver cuándo vuestro pequeño ha terminado el cepillado. (Este producto está disponi-ble en los mejores establecimientos comerciales especializados en productos infantiles y también a través de www.difraxshop.com).

Tampoco hemos olvidado la muda de dientes: con el calendario de Blanca, el hada de los dientes, podréis seguir el ritmo del cambio de los dientes de leche a los definitivos.La recompensa es un tema importantísimo del programa. Por este motivo, aparte de los adhesivos, los calendarios y los aplausos abundantes, los pequeños de la casa podrán conseguir el Diploma de los dientes limpios del Cepilla-dientes sobresaliente.De manera plenamente consciente, contaremos con la ayuda de dos hadas distintas. Ellas son Didi, el hada del cepillado de dientes, y Blanca, el hada de los dientes, personaje principal en el momento de la muda de los dientes, porque aparece para recoger el dientecito que está debajo de la almohada.Este libro es un recurso de ayuda en el proceso de aprender a lavarse bien los dientes. Consideradlo como una especie de guía, pero confiad sobre todo en vuestra intuición y actuad siempre de forma creativa con el contenido del manual. Aunque es cierto que utilizar todos los elementos del libro resulta importante, lo

fundamental es seguir el propio ritmo de vuestro hijo. ¡Vosotros sois quienes conocéis mejor al niño y quienes decidís el momento y el ritmo para que lavarse los dientes correctamente sea también una diversión!

A lo largo de este recorrido, deseo agradecer de todo corazón a Martine van Gemert (odontóloga infantil en Ámsterdam en el Academisch Centrum Tandheelkunde Amsterdam/ACTA) por su fantástica aportación a este libro y por el entu-siasmo que muestra en sus actividades profesio-nales. La odontología infantil es un mundo que posee sus propias características y estoy encantada de haber elaborado este bonito libro con tan magnífica experta.

¡Como directora de Difrax y como Didi, el hada del cepillado de dientes, os invito a remitirnos vuestros comentarios, experiencias y sugerencias al sitio web de Difrax (rúbrica contacto; cuéntaselo a Didi, el hada del cepillado de dientes)!¡Os deseo mucho éxito, tanto a vosotros como a vuestro Cepilla-dientes sobresaliente!

Vivienne van EijkelenborgDidi, el hada del cepillado de dientesDirectora de Difrax

www.difrax.com

QUERIDOS MAMA Y PAPA:

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Hola, soy Didi, el hada del cepillado de dientes. ¿Te gusta lavarte los dientes? ¿No? Quizás no lo en-

cuentras divertido porque el cepillo pica.O porque no te gusta el sabor de la pasta de dientes.

Sin embargo, debes saber que los dientes son nece-sarios para morder y masticar, pues sin ellos nunca

podrías comer manzanas ni tampoco golosinas.Así que tenemos que cuidar nuestros dientes

y para poder hacerlo debemos lavárnoslos bien.

Por este motivo, es muy importante que aprendas a cepillarlos correctamente.

Y nadie mejor que yo, Didi, el hada del cepillado de dien-tes, para ayudarte a convertirte en un auténtico Cepilla-dientes sobresaliente. En el libro encontrarás muchísimas aventuras divertidas de Clara y Carlos sobre la limpieza de los dientes, además de los juegos de la Hada, que son muy entretenidos.

¿Tienes ganas de empezar?¡Manos a la obra! Mucha suerte y, sobre todo, a divertirse con el Libro de los dientes limpios.Un besazo de Didi, el hada del cepil-lado de dientes.

morder biengolosinear bien

masticar bien

soy didi el............................hada del cepillado de dientes

LOS DIENTES SANOS P

UEDEN

PICA...PICA

•P

UAJ

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Ésta es Clara. Clara tiene tres años, casi cuatro. Vive en una casa bonita con su padre, su madre y su gato. A Clara le encanta jugar con su mejor amigo, Carlos, y también le gusta hacer muchas otras cosas.Además, sabe hacer casi todo ella solita.

Tan sólo le falta aprender a lavarse los dientes. Pero ella no tiene la culpa. Ni siquiera comprende por qué no lo consigue.Cada vez que quiere lavarse los dientes: o no encuentra el cepillo,

o no queda pasta de dientes

o necesita el cepillo para algo muchísimo más importante que lavarse los dientes…

y...

1 CLARA NO PUEDE ............................................... EVITARLO

LIM

PIARSE

PEINARSE

EL CULITO

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Lavarse los dientes es muy divertido. Y con el Libro de los dientes limpios todavía lo será más. Al final del libro, encontrarás un calendario del cepil-lado de dientes, una hoja con pegatinas y una tarjeta de cambio de dientes. En el calendario del cepillado de dientes aparecen dos bocas con dientes: una para la mañana y otra para la noche. Cada vez que consigas cepillarte bien los dientes, podrás pegar un dientecito. Empieza por el número 1 y pon una pegatina en el calendario cada mañana y cada noche. Al cabo de cin-co días, podrás pegar un diente de oro. ¡Y cuando hayas pegado todos los dientecitos, recibirás un bonito diploma de los dientes limpios! Al hacer-te mayor, tus dientes empezarán a moverse. Es el momento de ponerse manos a la obra con la tarjeta de cambio de dientes. Gracias a ella, podrás recordar qué diente ha sido el primero en cambiar.¡Que os divirtáis con el cepillo y las pegatinas! ¡De que quieras darte cuenta, eres un

el calendario de los dientes limpios

y una hoja con pegatinas

1 ENTONCES VAMOS A...........................................!

AL FINALDEL

LIBRO

ENCONTRARaS:

•CEPILLARSE LOS

DIENTES ES DIVERTIDO!

Y CON EL LIBRO DE LOS

DIENTES LIMPIOS,

TODAViA LO SERa

MaS!

CEPILLA-DIENTES SOBRESALIENTE! Bueno, me voy a buscar otra boca

Scrrr…

Scrrr…

Scrrr…

Scrrr…

Scrrr…

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Clara ya tiene todos los dientes de leche. ¡En total son veinte! Delante, tiene dos magníficos incisivos, que también se llaman paletas. De estos también tiene dos más.Luego, a cada lado tiene un colmillo. Estos dientes son algo puntiagudos.

Y al fondo de la boca, hay cuatro preciosas muelas.

Y todo esto se repite

una vez más en la parte de abajo.

¡Qué suerte!

2 UNA BOCA LLENA DE.....................................HERRAMIENTAS

muela

muela

muela

paleta

paleta

paleta

paleta

paleta

paleta

paleta

paleta

col-millo

col-millo

col-millo

muela

muela

col-millomuela

muela

muela

manzanas

CARAMELOS

BIZCOCHOS

TOFFEES

Porque para las Los

Los Los

y...

ácidas... de azúcar...

pegajosos...las zanahorias

bien gordas

... necesitas algunas herramientas bien

robustas. Y de éstas no le faltan a Clara, pues tiene la boca

llena.

mmm…

mmm…chup …

mmm…

mmm…chup …

ñam…

crunch... crunch...

ñam…

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A Clara le faltan la mitad de sus herramientas. Para comer una manzana tan apetitosa, nece-sita todos sus dientes. Por suerte, tú puedes ayu-darla. En la hoja de pegatinas que está al final del libro, encontrarás todo lo necesario para reparar su dentadura. Cuando hayas terminado, verás que en la boca hay veinte dientes. ¡Inten-ta contarlos! ¿Crees que es demasiado difícil? Pídele entonces a papá o a mamá que te ayu-den un poquito.

¿Qué veo?

2 SOCORRO! A CLARA LE FALTAN SUS............HERRAMIENTAS

!

mmm…

mmm…m

mm

QUe FALTA AQUi? UNA BOCA LIMPIA ES UNA BOCA FELIZ

ji ji jo jo ja ji ?

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Clara está tumbada en la hierba y mordisquea un gran bastón de caramelo rosa. Clara y Carlos contemplan juntos las nubes. “Mira, ésa es exactamente como un tiburón” -ex-clama Carlos. “Me gustaría ser un tiburón. Los tiburones son peligrosos y tienen quinien-tos dientes muy afilados.” Clara mira de reojo a Carlos. “Pues yo me alegro de no ser un tiburón” -dice. “Imagínate... Tendrías que cepillarte todos esos quinientos dientes. ¡Cada día! No, no... Prefiero ser una conejita, porque los conejos son bonitos y muy su-aves.” Clara señala el cielo. Por ahí pasa un precioso conejo de algodón. “Y los enormes incisivos, ¿qué?” -pregunta Carlos. “Además… tendrán que gustarte las zanahorias”.

“Ya lo sé, Clara. Es mejor ser un pez. Los peces no tienen ni un solo diente. Así, nunca más te los tendrás que cepillar. ¡Y entonces, Carlos, el tiburón, te comerá de un bocado!” Car-los incordia a Clara mordiéndole en el brazo. “¡Ay!” -grita Clara. “Me parece que prefiero quedarme siendo simplemente Clara. Por lo menos así puedo comer bastones de caramelo” -dice mientras muerde un trozo de su bastón. “¿Puedo darle un mordisco?” -pide Carlos. “No.” -responde Clara. “¡Ya te has comido un pez!”

realm

ente 500 es mucho

3 SIMPLEMENTE.............................................................CLARA

LISTO...

PFFFF...

Scrrrr... crac crac

crrrrrac Scrrrr...

Scrrrr...

PioPio

Pio

Scrrrr...

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Casi todas las personas tienen dientes: los mayores y los niños. Los únicos que no tienen dientes son los bebés. Y es que los bebés todavía no tienen que masticar, porque lo único que hacen es beber leche. Los conejitos también tienen dientes, porque los necesitan

para roer zanahorias. Los tiburones tienen quinientos dientes. ¡Menuda maquinaria! Y así, pueden partir un bote de un mordisco.

Por suerte, noso-tros no tenemos que morder barquitos, sino, por ejemplo, bastones de caramelo rosa, como Clara. ¿Los peces tienen dientes? ¡Vamos a ver si puedes descubrir quién tiene dientes y quién no!

3 YO TENGO DIENTES................................. ALGUIEN MaS?

?

PioPio

snuf poa

guau

guau

poa

guau guau

snuf

ji ji ja ja ja ja

Pio

¿TIENES TÚ DIENTES?

paparapaaaaaa

¿A ti también te chiflan los

bastones de caramelo rosa?

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“Tienes los dientes verdes.” -dice Carlos. Clara se sube a una silla y se mira en el espejo. Efectivamente, tiene trocitos de espinacas entre sus dientes. “¡Ah, puaj!” Clara hurga con el dedo en la boca, pero no consigue sacarlos. “Eso hay que limpiarlo” -opina Carlos. “¿Tie-nes un cepillo de dientes?” Clara mira en su vasito vacío. “¿Y un guante de baño? Las es-pinacas están ahí fijas, como un clavo.” Carlos corre hacia la cocina y vuelve cargado de cepillos y esponjas. “Abre la boca” -ordena. Carlos se coloca detrás de Clara. “Bueno. Pri-mero por fuera, luego por dentro y, para acabar, por encima”.

Carlos cepilla y frota, pero no sirve de nada. Entonces Clara da un brinco y se abalanza

por la escalera. “¡Lo encontré!” -grita mientras le saluda con su cepillo de dientes. Y sin más se lo mete en la boca. Carlos se asusta y mira asombrado a su amiga. “Pero Clara, ¿qué haces?” -pre-

gunta tartamudeando. “¡Cepillarme los dien-tes!” -afirma ella. Clara se frota por todas partes.“¿Están ya bonitos?” Clara le enseña los dientes a Carlos y sube orgullosa a la silla para mirarse en el espejo. “¡Socorro!” -chilla.¡Los dientes de Clara son de todos los colores del arco iris: naranja, rojo, azul!Vaya, esto ocurre cuando utilizas el cepillo de dientes para pintar. “Sí, muy bonitos” -se ríe Carlos. “¡Ahora ya no tienes espinacas en la boca, sino una obra de arte!”

4 UNA OBRA DE ARTE EN TU........................................BOCA?

?

UPS

FUERA

DENTRO

ENCIMA

A FROTAR BIEN

ENJUAGAR BIEN

Scrrrr...

Scrrrr...

Scrrrr...

Ji ji ji ji ji ji

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¡Las golosinas están riquísimas! A mi también me encantan los dulces.

Pero, desgraciadamente, el azúcar de los

caramelos no es demasiado bueno para

tu dentadura.

Si no te lavas los dientes, aparecerá un monstruito que se dedica a hacer peque-ños agujeros en los dientes. Para eliminar el monstruo del azúcar, lo único que necesitas es un cepillo de dientes, pasta de dientes y dos minutos.

VER TAMBIeN EL 'PLAN POR PASOS' DE ESTE LIBRO.

4 LECCIoN DE CEPILLADO DE.......... .DIENTES!

CEPILLO DE DIENTESPASTA DE DIENTES

ESPEJITO CON CRONoMETRO

Un buen cepillado dura 2 minutos!

ESTaS PREPARADO?

?

LAVARSE LOS DIENTES 2 VECES AL DiA

¡Entonces, vamos a empezar!

POR LA MAÑANA primero vístete POR LA NOCHE primero desnúdate

PON UN POQUITO DE PASTA

DE DIENTES EN TU CEPILLO

(del tamaño de un guisante, más o menos)

ESPEJITO CON CRONoMETRO

CEPi

LLAT

E

POR

FUER

A

DE IZQUI

ERDA

A DE

RECH

A

CEPiLLATE

POR DENTRO

DE IZQUIERDA

A DERECHA

CEPiLLATE POR ENCIMA

DE IZQUIERDA A DERECHA

arriba y abajo

arriba y abajo

arrib

a y abajo

Scrrr...Scrrr...

Scrrr...

Scrrr...Scrrr...

Scrrr...

Scrrr...Scrrr...

Scrrr...

UN B

UEN C

EPIL

LADO DE D

IENTES SIEMPRE FUNCIONA, INCLUSO SI HAS COMIDO ESPINACAS

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Clara da un mordisco a su polo. ¡Pero bueno! ¿Qué pasa aho-ra? Hace un daño tremendo. “¡Ay!” -grita. “A ver, abre bien la boca” –dice Carlos, que está sentado en un banco junto a ella. Carlos no tiene ningún helado. “Me parece que tienes un aguje-rito” –dice. “¿Dónde?” –pregunta Clara sorprendida. “¡En tu muela!” –exclama Carlos. “¿En mi muela?” Clara mira a Car-los desconcertada. “Como nunca te lavas los dientes,” –explica Carlos, “te salen agujeritos.” Clara corre adentro y se mira en el espejo. Carlos la sigue.

“No veo nada” –dice Clara con alivio. “No.” –admite Carlos. “Eso es porque son tan chiquititos que no los puedes ver. Sólo el dentista puede verlos.” Carlos echa una mi-rada a ese delicioso helado que va derritiéndose lentamente.“¿Y ahora qué?” pregunta Clara. “Mmm” –piensa Carlos. “Todo es culpa de este polo. Los polos son malísimos para tus dientes.” “¿Entonces qué tengo que hacer con el polo?” –pregunta Clara triste. “¿Sabes qué?” –dice Carlos. “Por una vez, como esto es una urgencia y tú eres mi mejor amiguita, soy yo quien se va a comer tu he-lado.” Así, Carlos, con cara seria, se apodera del helado justo a tiempo, pues todavía no se ha derretido del todo.

5 TENER .......................................O NO TENER AGUJERITOS?

?

!•AY!

SEGURO QUE

TIENES

AGUJERI-TOS

nAM... nAM... nAM...NO TENGO

AGUJERITOS.

TENGO FRiO

EN LOS DIENTES.

¿Qué oigo? ¿Agujeritos?

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Plantilla deldado

www.difrax.com

Y colócalos en la boca, sobre 4 dientes o muelas.

Recorta el cepillo de dientes. Tira el dado de los monstruos. Con el cepillo podrás eliminar el monstruo que salga. Tira el dado hasta acabar con los cuatro bichos. ¿Sabes contar? Entonces podrás jugar con un dado de verdad. ¡Empieza desde el principio! Cuenta con el cepillo el número de puntos que salga al tirar el dado e intenta eliminar todos los monstruos lo antes posible.

5 EL JUEGO DE LOS DIENTES..................................LIMPIOS!

!

RECORTA LOS MONSTRUOS

RECORTA EL CEPILLO DE DIENTES.

LIMPIAR BIEN, LIMPIAR BIEN, DE AQUi A ALL•, DE AQUi A

ALL•, F

UER

A, D

EN

TR

O, E

NCIM

A, F

UER

A, D

ENTRO, E

NCIM

A, O

TR

A VEZ, OTRA VEZ. LIMPIAR BIEN, LIMPIAR BIEN, DE AQUi A A

LLa, D

E AQUi A A

LLa, FUERA, DENTR

O,

EN

CIM

A,

FU

ER

A,

DENTRO, ENCIM

A, O

TRA V

EZ, OTRA VEZ.

INICIO

•ERES CAPAZ DE VEN-

CER AL MONSTRUO

DEL AZuCAR Y A LA

BESTIA DE LAS

BACTERIAS?

?

Agujeritos

Agujeritos

VEN AQUi,

ALIMAnA DEL

AZuCAR

Scrrrr...

Puu puuJe je je

Scrrrr...

SocorroGrrr...Grrr...

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Clara abre la puerta del cuarto de invitados. Carlos da un brinco hasta la cama y se pone a saltar arriba y abajo. Los niños oyen a la abue-lita cantar bajo la ducha. “¿A ver ahora si me sienta bien?” Clara se prueba un enorme ves-tido azul. Carlos se echa a reír. “Con eso podría-mos fabricar una tienda de indios.” Carlos se pone las gafas de la abuela. “Dios mío, qué raro se ve todo.” “¡Tus ojos parecen el triple de gran-des!” –dice Clara. “¡Vaya risa!” Clara señala la cara de su amigo.

De repente, Clara se da un susto. En la mesilla de noche hay un vaso con una dentadura dentro. “Oye, esos dientes se parecen mucho a los de la yaya” –exclama Clara aterrada. “Oh, qué pena por tu abuela” –dice Carlos. Los dos amigos examinan el vaso de cerca. “Por suerte, todavía hay muchos” –comenta Carlos. “¡Tengo una idea!” –exclama Clara. “Tenemos que ayudar a la yaya.” Clara corre abajo y vuelve en seguida. La abuelita entra en la habitación con una toalla en la cabeza. “¡Eh! ¿Dónde están mis dientes?” – se pregunta.

“Juraría que estaban aquí, encima de la mesilla de noche.” Justo en ese momento, Clara enseña con orgullo los dientes de la abuela.

6 EL PEGAMENTO EXTRA FUERTE LO PEGA....HASTA LOS DIENTES

PARA UN TIPI-VESTIDO NECESITAS:1 VESTIDO DE ABUELA XXL Y 3 PALOS DE BAMBÚ

PEGAR...

PEGAR...

•••Y

MIS

DIE

NTES??

?...

???

UNTAR BIEN POR ENCIMA Y

POR DEBAJO

DESPUeS DE 30 SEGUNDOS,COLOCAR EN LA BOCA

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La abuela de Clara tiene una dentadura postiza a la que no le salen agujeritos. Sin embargo, ella también tiene que cepillarse sus dientes falsos. La comida que se adhiere a los dientes huele de forma horripilante si no se elimina.

No sólo tienes que cepillarse los dientes para evitar que salgan agujeritos, sino también para sentir frescor en la boca. La comida pegajosa como las chucherías resulta más difícil de limpiar, por lo que puede salir antes algún agujerito en tus dientes o muelas. ¿Ves los dibujos de la página siguiente? Marca con una cruz roja los alimentos que, aunque sean los que más te gusten, no sean demasi-ado buenos para la salud de tu dentadura. Luego marca con un círculo verde los que te parezcan más sanos para tu boca.

6 UNA MANZANA MEJOR QUE...............................UNA CHUCHE!!

Scrrrr...

mmm…

mmm… mmm…

Scrrrr...

Ja ji....Ja...

Scrrrr...

¡ven aquí si te atreves!

¡Quiero bacterias!

Así... Me he lavado

bien los dientes...

Mira qué bonitos

y brillantes son mis

dientes.

Es hora de una siesta

bien merecida... Al ataqueeeeeee

e

Buuu baa beee

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“Mmmm, mmmmmm.” Carlos tararea una

canción. “¿Qué haces?” Clara observa a

su amiguito. Carlos no dice nada y continúa

canturreando sin abrir la boca. “Anda, abre

la boca.” Carlos niega con la cabeza. Enton-

ces Clara se acerca y le empieza a hacer

cosquillas en la tripa. “¡Jajaja!” Carlos se

muere de risa. “¡Basta! ¡Basta!” “¿Cómo

que basta?” –grita Clara. “Hay una

canción en tu boca y quiero escucharla.”“Vale” – dice Carlos.

Carlos coge una bu-ena bocanada de aire

y empieza a cantar con todas sus fuerzas.

Clara escucha atentamente y empieza a

cantar suavemente con él. “¡Eh!” –ex-

clama Carlos de repente. “¿Qué oigo por

ahí?” Carlos salta hasta Clara y la empuja

de un lado a otro. “Me parece que tú tam-

bién tienes una cancioncilla escondida en

la boca.” Clara se ríe a carcajadas. Así, los

dos niños se pasan el rato cantando hasta

dejar sus bocas vacías de canciones.

(Según la tonadilla del “Martinillo”)Limpiar bien, limpiar bien,

De aquí a allá, de aquí a alláFuera, dentro, encima, fuera, dentro, encima,

Otra vez, otra vez.

7 TENGO UNA PEQUEnA CANCIoN........................EN LA BOCA

TIQUI... TIQUI... TIQUI...

NO M

E HAGAS COSQUILLAS

NO, M

aS NOJA JA JI JA

¡Canta la canción del cepillado de dientes!

¡Canta la canción del cepillado de dientes!

¡Canta la canción del cepillado de dientes!

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Pon la pasta de dientes en tu cepillo y canta a todo volumen la canción

del cepillado de dientes.

(primero ensaya bien la melodía del “Martinillo”)Limpiar bien,Limpiar bien,

De aquí a allá,De aquí a allá,

Fuera, dentro, encima,Fuera, dentro, encima,

Otra vez, otra vez.

7 LAVARSE LOS DIENTES ES MaS DIVERTIDO.....CON UNA CANCIoN

PASO 1

PASO 2 PASO 3

RECUERDA

FUERA...

ENCIMA...

DENTRO...

LIMPIAR

LIM

PIAR

LIM

PIA

R

ENJUAGAR... ENJUAGAR... ENJUAGAR

El espejo con cronómetro.

2 minutos de cepillado.

Tralalá Tralalá

Tral

alá

ENSAYAR BIEN LA MELODiA DEL 'MARTINILLO'

CON AGUA

Y UNVASITO

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“Hasta luego” –dice Carlos, mientras cierra la puerta del dentista. Clara se queda ley-endo un libro en la sala de espera. Al principio, reina el silencio. De repente, se empieza a oír un ruido espantoso: “Zzzzzzzz.” Suena horrible. Y enseguida vuelve a oírse de nuevo. ¿Pero qué pasa? ¿Qué oye Clara esta vez? ”¡Jajijijijajaja!” Ahora son las carcajadas de alguien. ¡Qué malvado! El dentista se ríe de Carlos.“¡Zzzzzzzz!” Clara se levanta de un salto. “¡Tengo que salvar a mi amigo!” –piensa con decisión. Clara abre la puerta y... ahí está Carlos tumbado, desternillándose de risa, mientras la enorme silla lo sube y baja. “¡Zzzzzzz, zzzzzz!”

El dentista se gira. “¡Eh, hola!” -saluda. “¿Tú también quieres dar un paseo?” Clara se dirige estupefacta hacia la silla. “Pero antes déjame un momento que

revise tu boca” –dice el dentista. “Primero vamos a ver si tu boquita no corre peligro.” Clara abre la boca

impresionada. El dentista da golpecitos aquí y allá, un poco por toda su dentadura. “Aprobado” –ex-clama seriamente. “Agárrate. ¡Allá vamos!”

Clara vuela arriba y abajo en la silla, riendo a carcajadas. Cuando ya está en el suelo, se lamenta: “Qué pena que tengamos que esperar seis meses. ¡Esto es más divertido que la feria!”

8 LA SILLA DEL.......................................................DENTISTA

¡La fruta

me encanta!

¿Y a ti?

ÚSAME CON FRECUENCIA Y AHORRARÁS MUCHO TRABAJO AL DENTISTA

Zzzzzzz

JI...JIJIJIJIJI

TRRRRRR

REVIS

AR U

N RATITO...

Espejito, espejito

En mi boca, los dientes

están sanos

incluso por detrás.

Ji ji ji....

Ji ji ji....Ji ji ji....

Ji ji ji....

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Estoy en el dentista. ¿Te has sentado al-guna vez en la silla? ¿Y te pareció diver-tido? Quizás también te hayas fijado en que el dentista tiene toda clase de her-ramientas.

A veces, el dentista te dará una pastilla de colori-nes para que la muerdas. Las manchas de color que aparezcan en tus dientes revelarán que no están del todo limpios. Mi dentista ha dejado por ahí tirados un montón de chismes diferentes y no encuentra nada. ¿Podrías señalar lo que necesita?Un espejito para que pueda ver tus dien-

tes por detrás.Y también martillitos y taladritos.Además de un pequeño gancho con el que elimina la suciedad rascando.

8 PEQUEnA VISITA AL..............................................DENTISTA Ji ji ji....

Zzzzzzz

JI...JIJIJIJIJI

TRRRRRR

ESPEJITO ESPEJITOEN MI BOCA, ¿LOS DIENTES

ESTÁN BLANCOS Y SANOS?

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“Mira Clara” –dice Carlos. “Tengo un diploma de los dientes limpios.” Carlos le enseña una bonita hoja de papel y Clara la observa. “¿Qué es un diploma?” -pregunta. “Cuando eres muy bueno en algo, en-tonces recibes un diploma” –explica Carlos. “Como yo en el cepillado de dientes. Mira, mira.” Su nombre aparece en el papel, junto a una foto de Didi, el hada del cepillado de dientes. “¿Vienes esta tarde a comer algo rico?” –pregunta Carlos mientras dirige una mirada a Clara, que asiente con la cabeza. “¡Pues hasta luego!” Carlos se despide y se va.

Pues sí. Clara también quiere un diploma. Pero antes tiene que lavarse bien los dientes. Como ya es la hora, Clara va a casa de Carlos, “¿Qué llevas en la bolsa?” – le pregunta su mamá. “Oh nada, una tontería” – responde Clara. “Es un dibujo para Carlos.” “¡Qué amable por tu parte!” – le dice su mamá, acariciándole la cabeza.

Una vez en casa de Carlos, de golpe y por-razo, Clara saca el dibujo de su bolsa. “Yo también tengo un diploma de los dientes limpios.” -dice. Clara desenrolla el papel y enseña el diploma que ha hecho ella misma. Su mamá se muere de risa.

Diploma muy especial. Un diploma que te has ganado de verdad. Te daré un DIPLOMA DE LA BROMA. Porque cuando eres muy bueno en algo, recibes un diploma. Y gastando bromas, realmente eres la mejor.

9 EL DIPLOMA..................................... ......DE LA BROMA!

!

OH, CLARA, CUANDO VOLVAMOS A CASA TE DARa UN...

¡Soy l

a mejor bromista!

BAH, YO TAMBIÉN

QUIERO

UN DIPLOMA

DE LOS DIENTES

LIMPIOS

Pío... miau...

Pío...

miau...Pío... miau...

a la fiestadel diploma

de los dientes

limpios 2,3

a casa de Carlos 2,3

a casaatravesando el parque 2,3

a casa de la yaya 4,0

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¡Guau! ¿Qué es lo que brilla tanto? ¿Será mi anillo el que da esos destellos? O… ¿son tus dientes que resplandecen?Ya veo. Tu calendario está casi completo.

Con esa boca tan bonita, te mereces un auténtico diploma de los dientes limpios y no un diploma de la broma como Clara. ¿Se lo enseñarás al dentista? Así podrá firmarlo.

Recortar y mostrar orgulloso a todo el mundo

9 EL DIPLOMA DE LOS DIENTES LIMPIOS!

!

FANTaSTICO

FELICIDADES

Es hora de mudarse

¡GUAU!

¿QUÉ ES LO

QUE BRILLA

TANTO?

Bueno, me voy a buscar otra boca

Scrrr....

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Carlos tiene un diente suelto, que se mueve así y asá. “Un poquito más y se caerá” –dice Carlos, orgulloso. “Entonces lo pondré debajo de la almohada y reci-biré un regalito de Blanca, el hada de los dientes.” Clara y su abuela están sentadas en el banco y miran el diente danzante de la boca de Carlos. Clara in-tenta mover sus dientes, pero están firmes como una roca. “¿Crees que mis dientes también se caerán?” –le pregunta a su abuelita. “Pues claro” –contesta. “Naturalmente. Cuando seas mayor.” “¿Y tus dientes, yaya?” –pregunta Clara. La abuelita se echa a reír. “Yo tengo dientes embrujados.”

Pero eso ya lo sabes tú, ¿no? La yaya puede sacarse los dientes de la boca y meterlos en un vasito.” Esa noche, en la cama, Clara no deja de pensar en el hada de los dientes y en el diente suelto de Carlos. ¡Quiero un rega-lito ahora! ¡No cuando sea más mayor!A Clara le sale el humo por la cabeza de tanto pensar y de repente… salta de la cama. Con mucho cuidado, entra de puntillas en la habitación de invitados, llega a la mesilla de noche y vuelve a su habitación sin hacer ningún ruido. “Hala… seguro que me los deja” –piensa Clara y, en un abrir y cerrar de ojos, coloca la dentadura de la abuelita debajo de la almohada. Durante toda la noche, Clara sueña con hadas y regalitos maravillosos. Y eso es gracias a los dientes embrujados de la yaya.

10 •LOS DIENTES...............................................EMBRUJADOS!

!

Ji ji....

Ja ja....

SUEn

A....

SUEnA

•FIRMES COMO UNA ROCA!

DIE

NTES EMBRUJADOS

!

SE M

UEVE SE MUEVE

TENGO UN DIENTE SUEL

TO!

!

SE MUEVE SE MUEVE

TENGO UN DIENTE SUELTO!!

De un lado a otro....de un lado a otro....

¡Regalitos...!

¡Reg

alito

s...!

¡Regalitos...!

¡Regalitos...!

De un lado a otro....de un lado a otro....

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¿Ya está? ¿Ya se te ha caído el primer diente? ¿Te has acostumbrado a ese agujero que tienes ahora en tu boca? Por suerte, eso no va a durar mucho. En menos que canta un gallo, aparecerá un diente grande como los de los mayores. Rápido, si colocas tu diente de leche debajo de la almohada, quizás me tumbaré a tu lado.

10 •BLANCA EL.....................................HADA DE LOS DIENTES!

!

HOLA!

SOY BLANCA, EL HADA DE LOS DIENTES,

Y TE CAMBIO EL DIENTE

!

¡BLANCA ME CAMBIA

EL DIENTE!

¡DOBLA HACIA

ARRIBA EL DIENTE QUE

SE TE HA CAÍDO Y ES-

CRIBE LA FECHA EN EL

DORSO!

Y... ¡RECUERDA QUE

TAMBIÉN TIENES QUE

CEPILLARTE LOS DIENTES

DEFINITIVOS!

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Esta parte del Libro de los dientes limpios se dirige a vosotros, los padres. Con este manual, Difrax desea proporcionar información de fondo a los padres sobre el cuidado de la boca de sus hijos. El objetivo

del libro es aconsejar, por lo que no contiene ninguna regla obligatoria. Más bien pretende servir como guía de recomendaciones o proponer algunas soluciones para los posibles problemas que la higiene dental de vuestro hijo plantea. Aconsejamos siempre a los padres que sigan su propia intuición. Como mamá o papá, tú eres quien mejor conoce a tu hijo, y, además, no existen dos niños iguales. Aprovecha la información del libro que creas que te será más útil. ¡Que disfrutes mucho con la lectura más limpia!Este librito lo pueden leer todos los niños: donde aparece ‘él’ puede cambiarse a ‘ella’. iNDICE

nota preliminar 48

introducción 48

desarrollo dentario 50

cuidado de la boca 52

materiales 54

lo que debéis saber como padres (con plan por pasos) 55

hacer & no hacer (las mayores trampas) 59

el dentista 61

el chupete y el dedo 63

primeros auxilios para lesiones bucales

y otros problemas dentales 64

mitos 67

didi, el hada del cepillado de dientes

y blanca, el hada de los dientes 68

información y direcciones útiles 69

epílogo 70

El cuidado de la boca no empieza cuando nace el bebé.

Ahora bien, a partir del momento en el que brota el primer diente, ya

puedes empezar con lo más importante: el cepillado de dientes. Obvi-

amente, hay que tener un poco de paciencia porque las encías todavía

pueden estar muy sensibles. Espera unos días. Para lavar los dientes

de una forma divertida a tu bebé, puedes utilizar un cepillo de dien-

tes tradicional, o bien optar por uno de silicona digital. Cuanto antes

se acostumbre al procedimiento y a los materiales habituales, más

normal encontrará esta tarea.

Cuando aparezcan las primeras muelas, cepilla los dientes dos veces

al día, si antes no lo hacías. Primero, por la mañana, durante el ritual

de vestirse – lo ideal es antes del desayuno. Así, los dientes del peque-

ño estarán limpios y preparados para neutralizar los ataques de ácido

que causa la comida. Si prefieres lavárselos después de desayunar,

espera media hora como mínimo. Los dientes necesitan esos minutos

para que, de forma natural, se restablezcan de la acción negativa de

los ácidos. [ver la explicación adicional de Martine] El segundo cepil-

lado se realiza después de la última comida del día, con el fin de que,

durante la noche, los restos de comida no puedan agredir el esmalte

dental de tu hijo.

Los dientes de los niños son un tema serio y cuanto más conscientes

de ello sean los padres, mejor. Podemos hablar largo y tendido de este

asunto o bien resumirlo en pocas palabras: la mayoría de los niños no

tienen ningún interés en lavarse los dientes. Ni tampoco en cortarse

las uñas, limpiarse las orejas o lavarse el pelo. A veces, este desinterés

se debe a que los pequeños de la casa no saben bien qué sucede. Sea

cual sea la edad de tu hijo, explícale siempre lo que estás haciendo y

cuánto va a durar. Para ello, un buen recurso puede ser cantar con

él una canción o un estribillo sobre el cepillado de dientes y así, el

momento de lavarse los dientes se le pasará volando. Lo más impor-

tante que tú, como padre o madre, puedes aportar a las actividades

de higiene, es explicar bien a tu pequeño que cepillarse los dientes

es una tarea cotidiana totalmente normal. Y ya está. Porque, sea o no

divertido, hay que lavarse los dientes.

Para ayudarte, te ofrecemos un “Plan por pasos para enseñar a lavarse

los dientes”. Se trata de un recurso de ayuda que, junto a los calenda-

rios y a las pegatinas de recompensa, hará que el cepillado de dientes

se convierta en una tarea divertida para tu hijo.

INTRODUCCIoN

48 49

martine van gemert

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desarrollo dentario

¡hurra! ¡un puntito blanco!

Normalmente, la aparición de un puntito blanco en la mandíbula

inferior de tu pequeño es el primer signo de que sus dientes están

a punto de aparecer. Se trata de un gran momento en la vida de tu

hijo y suele suceder hacia los seis meses. Ese puntito blanco cuenta

ya con una larga historia a sus espaldas, pues el desarrollo de los

dientes de leche comienza desde la sexta semana de embarazo. En

ese momento, se forman las primeras células (germen dentario), de

donde, más tarde, nacerán los dientes y muelas de leche. A partir del

octavo mes de embarazo, empieza a crecer el germen de la primera

muela definitiva.

y ahí está el número dos…

En líneas generales, el orden de salida de los dientes y muelas es el

mismo. Primero aparecen los dos incisivos centrales inferiores y, a

continuación, los dos incisivos centrales superiores (ver imagen).

A veces, hay variaciones en ese orden de salida y, además, el momento

de aparición de los dientes no es igual para todos los niños. Es decir,

si algunos bebés ya tienen dientes o muelas 3 o 4 meses antes de la

media, otros han de esperar hasta 20 meses más. Este margen en el

período de dentición se considera como “normal”. Así pues, no te

preocupes si tu hijo de año y medio va creciendo contento y feliz pero

sin dientes; ya que lo único que puedes hacer es esperar. Por regla

general, el proceso de la dentición de leche (que suele iniciarse hacia

los 6 meses) finaliza hacia los 20 meses. Las últimas muelas, concre-

tamente los segundos molares de leche, suelen aparecer entre los

24 y 30 meses. En la primera visita de tu bebé al médico, los padres

reciben un “Libro de salud” para su hijo, donde también se describe

el desarrollo dentario de los niños. Una boca sana influye en la salud

general y el bienestar de tu hijo. Por esta razón, es importante que

tú, como padre o madre, insistas en que tus hijos se interesen por los

dientes y en la manera de mantenerlos sanos y comprobarás como

ese esfuerzo se verá del todo recompensado.

¡ay! ¡eso duele!

La dentición comporta muchas molestias tanto para el bebé como

también un poco para sus padres. La señal más importante de

la salida de los dientes es que tu hijo quiere morder todo lo que

encuentra a su paso. La encía está tensa y morder puede atenuarle

el dolor momentáneamente. Lo mejor que puedes hacer es darle un

anillo de dentición, que previamente habrás puesto a enfriar en la

nevera. Seguro que por la noche le proporcionarás un gran alivio. Y

a ti también, porque, naturalmente, para la mayoría de padres las

noches en vela no son ninguna alegría. Además, cuando los dientes

están a punto de salir, los bebés pueden llorar con más frecuencia,

comer peor y mostrarse apáticos o, a veces, incluso tener fiebre.

En estos casos, no puedes hacer nada. Sin embargo, es fundamental

que tu hijo duerma bien. Los lloros o la fiebre pueden desvelarlo. Si

así fuera, es recomendable darle un poco de paracetamol porque si

el bebé no puede seguir su ritmo de sueño, fácilmente puede caer en

un círculo vicioso de agotamiento, más lloros y vuelta a empezar otra

vez. Por lo tanto, hay que procurar intentar que duerma. A menudo,

aparte de esas molestias, el brote de un diente o de una muela viene

precedido o acompañado de un cambio en la defecación. Más deposi-

ciones de lo habitual y el culito irritado exigen una higiene adecuada

y un cuidado suave.

También puedes recurrir a las gotitas especiales, sobre todo, homeo-

páticas, que pueden servir para aliviar el dolor de la dentición. Aun-

que su eficacia todavía no se haya comprobado de manera científica,

no significa que estas gotas no sirvan para

nada. ¡¡Quien no arriesga no gana!!

más fiesta: el primer diente que cambia

En general, un diente que se mueve es señal de que tu hijo va a cam-

biar su dentadura. Es decir, los dientes de leche van a dejar paso a

los definitivos. En general, los primeros en cambiar son los incisivos

centrales inferiores, seguidos por los incisivos superiores. Las prime-

ras muelas “adultas” nacen detrás de los últimos molares de leche.

Como ocurre con la dentición de leche, en la dentición definitiva el

orden y el período de salida también dependen de cada niño.

Normalmente, los niños tienen menos molestias en el cambio de

dientes que en su primera aparición cuando son bebés. El diente

que se mueve puede suponer a veces alguna incomodidad al comer

ciertos alimentos, pero en la mayoría de casos, el dolor no es grave. Si

tu hijo no acepta el cambio de dientes con facilidad o lo encuentra

incluso horrible, tenlo en cuenta en el momento del cepillado de

dientes. Por otra parte, la herencia desempeña un papel crucial en

el desarrollo dentario. ¿Tienes piezas (otro nombre para los dientes

y las muelas) en una mandíbula (demasiado) pequeña? Entonces

existen grandes posibilidades de que tus hijos lo hereden. Si algunos

de tus dientes o muelas no brotaron o tienes alguno de más, a tus

niños les espera lo mismo. No olvides informar a tu dentista sobre

estos detalles. Por supuesto, el odontólogo no puede hacer nada

para cambiarlo, pero, en todo caso, puede tranquilizarte y comentar

contigo las posibles consecuencias.

Sea cual sea el desarrollo de los dientes de tu hijo, como padre o

madre, debes atender sobre todo a su cuidado diario. ¡Así, habrá

beneficio seguro!

50 51

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52 53

CUIDADO DE LA BOCA

ser consciente

Los dientes de los niños son un tema serio y cuanto más conscien-

tes de ello sean los padres, mejor. Si conoces las consecuencias que

puede conllevar dejar un “inocente” biberón de leche o de zumo en

la cama, podrás optar conscientemente por otra alternativa, como un

biberón de agua. Lo mismo sucede con la comida. Lo ideal es comer

cinco veces al día: tres comidas y dos tentempiés. Cuando el niño sea

más mayor, puedes aumentar el número de comidas hasta siete, que

debería ser el máximo, tanto para los mayores como para los más

pequeños. Si estableces un número fijo de comidas al día, no sólo

mantienes el equilibrio del balance energético (adquirir el número

de calorías que consumes), sino que le ofreces a tus dientes la posibi-

lidad de que se recuperen del ataque de ácido de forma natural entre

dos comidas. En efecto, cada trago o bocado que ingieres provoca un

‘atentado’ contra tus dientes, un ataque del que tus dientes pueden

salir victoriosos por sí mismos. Si comes y bebes durante todo el día,

tus dientes no tienen tiempo para restablecerse y, a la larga, aparecen

caries (ver: Ataques de ácido).

lo que se aprende de joven…

El cuidado de la boca no empieza cuando nace el bebé, sino cuando

aparece el primer diente. En principio, en los dos primeros años

de vida de tu hijo no hay cambios. Primero, lávale los dientes una

vez al día con un cepillo suave y enseguida pasa a hacerlo dos veces.

Comienza utilizando una pasta de dientes para bebés y, según vaya

creciendo, pásate a la infantil. En la mayoría de casos, la edad reco-

mendada aparece indicada en el tubo. Controla siempre este dato, ya

que puede variar de un fabricante a otro. También puedes hablar con

tu dentista sobre el uso del dentrífico más adecuado.

Por otro lado, elige una pasta infantil cuyo sabor sea lo más neutro

posible. Los niños se habitúan rápido a los sabores dulces y si su den-

trífico es de este tipo, más adelante tendrá dificultades para utilizar

los productos de higiene dental para adultos, que suelen tener un

sabor a menta bastante pronunciado.

Tal vez tu hijo encuentra divertido escuchar una misma canción o

estribillo cada vez que se cepilla los dientes. Así, la higiene dental se

convertirá en una tarea clara y reconocible (ver Canciones y estribil-

los sobre el cepillado de dientes).

hacerlo uno mismo

A partir de los 3 o 4 años, a los niños les encanta lavarse los dientes

solos. Anímale, pero cepíllaselos tú también, sea antes o después.

Entre los 5 y 6 años, los niños se interesan por los cepillos especiales,

con lucecitas y/o ruidos. Si esto ayuda a que tu hijo siga interesán-

dose por el cepillado de dientes, excelente. Verifica tan sólo que el

cepillo sea suficientemente suave y tenga el tamaño adecuado. El

hilo dental, los palillos interdentales y los enjuagues bucales todavía

no son necesarios. Es importante que cambies su cepillo de dientes

con regularidad. Si las cerdas están curvadas debido a los mordiscos

de tu hijo, ¡es el momento justo para comprar uno nuevo!

¿cómo cepillarse los dientes?

Cepillar los dientes parece fácil, pero cuando tienes que hacérselo

a tu propio hijo, la cosa se complica de forma insospechada y más

bien se convierte en un verdadero arte. El procedimiento es difícil de

describir, pero vamos a hacerlo lo mejor posible:

Coloca el cepillo de dientes suavemente, un poquito inclinado en el

borde de la encía, y realiza un movimiento ligero de frotación. No

de arriba a abajo, sino de atrás hacia adelante. Este movimiento de

vaivén ha de repetirse para cada serie de cuatro dientes y, preferen-

temente, siempre en un orden fijo. Por ejemplo: primero por la izqui-

erda arriba y abajo, luego por la derecha arriba y abajo. Para acor-

darse, resulta práctico recurrir a la canción del Martinillo, versión

cepillado: Fuera, dentro, encima. Eso significa que primero cepillas

la cara externa de la serie de dientes (hacia tu mejilla), después la cara

interna (hacia tu lengua y paladar) y, finalmente, la cara superior

o masticadora. Con todo eso, ya te has pasado 2 minutos en plena

acción. Por supuesto, para los más chiquitines, ese proceso puede ser

más corto (pero debe seguir siendo divertido).

cepillar el diente

A partir de la aparición del primer diente, ya puedes empezar con lo

más importante de la higiene bucal: el cepillado de los dientes.

Por supuesto, hay que tener un poco de paciencia, porque la encía

aún puede estar muy sensible. Espera unos días. En cuanto aparezca

el diente, las bacterias empezarán a adherirse al esmalte; éstas deben

eliminarse de forma regular, con el fin de impedir que tengan vía

libre para hacer agujeritos.

Para lavar los dientes de forma lúdica a tu bebé, puedes recurrir al

cepillo de dientes tradicional, o bien optar por uno de silicona digital.

Cuanto antes se acostumbre al procedimiento y materiales habi-

tuales, más normal encontrará esta tarea. En un primer período, la

forma de cepillar los dientes se parece a una especie de caricia, pero

no importa. En este estadio, en realidad se trata de que tanto tú

como tu hijo os habituéis a esta rutina cotidiana. Para esa dentadura

escasa, una vez al día es suficiente, aunque si son dos, mucho mejor.

El momento y lugar ideales (tu hijo tumbado en el cambiador o

sentado en el lavabo) quedan a tu elección. El uso de pasta de dientes

todavía no es necesario, pero, si se opta por ello, se recomienda utili-

zar pasta de dientes para bebés.

lavarse los dientes dos veces al día

Cuando se anuncian los primeros molares, cepíllale los dientes dos

veces al día, si no lo hacías antes. La primera vez durante el ritual de

vestirse (mañana) – lo ideal es antes del desayuno. Así, los dientes del

pequeño estarán limpios y preparados para neutralizar los ataques

de ácido que causa la comida. Si prefieres lavárselos después de

desayunar, espera media hora, como mínimo. Los dientes necesitan

esos minutos para que, de forma natural, se restablezcan de la acción

negativa de los ácidos. (ver cuadro). El segundo cepillado se realiza

después de la última comida del día, justo antes de dormir, con el fin

de que, durante la noche, los restos de comida no tengan ocasión de

agredir el esmalte dental de tu hijo. Como por la noche se produce

menos saliva, la defensa natural contra los ataques de ácido resulta

insuficiente. Por este motivo, debes evitar a toda costa ofrecer al niño

un biberón de leche o de zumo durante la noche. Desde el punto de

vista del desarrollo, una vez que tu hijo ya haya empezado a comer

sólido, las tomas nocturnas ya no serán necesarias, así que darle un

biberón para dormir tampoco es recomendable. Si tu pequeño se

despierta porque tiene sed, por supuesto, puedes darle de beber. Un

poquito de agua es lo mejor para calmar la sed.

ataques de ácido

La comida y la bebida se componen de azúcares e hidratos de carbono

que las bacterias de los dientes transforman en ácidos. Es lo que se

denomina ataque de ácido. Cada ataque de ácido deteriora la estruc-

tura del esmalte dental. La neutralización del ataque de ácido, por

efecto de la saliva, suele durar treinta minutos. Por ello, se aconseja

no lavarse los dientes inmediatamente después de comer, pues

sería como si lijaras tu esmalte “reblandecido”. Así pues, lo mejor es

esperar media hora.

Tras la neutralización del ataque de ácido, el esmalte recupera

su “dureza” en tres horas, aproximadamente. Se trata de ofrecer al

esmalte esa oportunidad. Cuando un niño come o bebe algo con

demasiada frecuencia, los ataques de ácido se suceden también muy

rápido y el esmalte de los dientes no dispone del tiempo necesario

para restablecerse. Entonces es cuando pueden aparecer caries.

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54 55

lo que debeis saber como padres (con plan por pasos)

MATERIALES

considera como tentempié. Así, por ejemplo, si te tomas un zumo/

leche/té con una galleta/golosina o cualquier otra cosa, estarás con-

centrando 2 tentempiés en 1 solo momento, mientras que si tomas la

bebida primero y tardas media hora en comerte la galleta, se tratará

de 2 tentempiés, lo cual provoca ataques de ácido en 2 momentos.

Consulta de nuevo el cuadro de los ataques de ácido que figura en la

página 52.

A los niños mayores les gusta mascar chicle (sin azúcar). Éstos suelen

estar edulcorados con xilitol, que ejerce una leve acción protectora.

Esto no significa que sea bueno para tus dientes mascar chicle

durante todo el día. En primer lugar, mascar chicle no beneficia nada

a tus músculos masticatorios, sino todo lo contrario. Mascar xilitol

puede ser una alternativa puntual si tu hijo no tiene ocasión de

lavarse los dientes después de la comida, por ejemplo en el colegio...

¡Por supuesto, no debe convertirse en un sustituto del cepillo! Si tu

hijo tiene mal aliento, entre otras causas, puede deberse a bacte-

rias que se hallan en la lengua durante mucho tiempo. Tal vez sea

conveniente utilizar un limpiador lingual, pero sé prudente porque

muchos niños lo encuentran sumamente desagradable, sobre todo

cuando se trata de limpiar el fondo de la boca. Pide siempre consejo a

tu dentista o higienista.

hay que lavarse los dientes

Podemos hablar largo y tendido de este asunto o bien resumirlo en

pocas palabras: la mayoría de los niños no muestran ningún interés

en lavarse los dientes. Ni tampoco en cortarse las uñas, limpiarse

las orejas o lavarse el pelo. A veces, ello se debe a que los pequeñines

no saben bien qué sucede. Sea cual sea la edad de tu hijo, explícale

siempre lo que estás haciendo y cuánto va a durar. Para ello, un buen

recurso es cantar una canción o un estribillo sobre el cepillado de

dientes y así, el momento de lavarse los dientes se le pasará volando.

Lo más importante que tú, como padre o madre, puedes aportar a

las actividades de higiene, es explicar bien a tu hijo que cepillarse los

dientes es una tarea cotidiana totalmente normal. Y ya está. Porque,

sea o no divertido, hay que lavarse los dientes.

educar es enseñar

Hay que lavarse los dientes. Y naturalmente, esto se aplica también

a los padres. De modo que da un buen ejemplo y lávate los dientes

mientras tu(s) hijo(s) esté(n) contigo. Así le(s) enseñas que se trata

de algo totalmente normal y que no hace ningún daño. Si ves que

tu pequeño se resiste cuando le cepillas los dientes, adáptate como

puedas. Por su bien, debes ser persistente. Esa oposición o resisten-

cia suele estar relacionada con una fase determinada del desarrollo

e irá desapareciendo poco a poco. Si te rindes o abres las puertas

a negociaciones, tu hijo dominará rápidamente la situación y el

cepillado de dientes será más difícil. Los niños son muy avispados y

cazan al vuelo cualquier oportunidad de salirse con la suya. No hay

que darse por vencido y así, en un momento determinado, tu hijo

acabará admitiendo que no tiene sentido rebelarse y que resulta más

divertido cooperar. Como el cepillado de dientes ha de ser una de las

actividades habituales de la higiene diaria, no se recomienda recurrir

a las recompensas. Piensa que, cuando se lava las manos, no sueles

exagerar en elogios. ¡Ahora bien, lo que sí puedes hacer, por ejemplo,

es mantener un calendario especial del cepillado de dientes o decidir

una señal que le recuerde que aún tiene que lavarse los dientes o que

lo ha conseguido hacer perfectamente! Tranquilízate, ya que si man-

¿QUÉ NECESITAS DE TODOS MODOS?

En realidad, para garantizar una buena higiene dental, no necesitas

gran cosa. Para los bebés, un anillo de dentición es bastante práctico.

En el momento en el que tu hijo anuncia la salida de los primeros

dientes, coloca el anillo en la nevera. A tu chiquitín le gustará mor-

derlo. También puedes comprar un cepillo dental para bebés. Cuanto

antes comprenda tu hijo para qué sirve el cepillo, mejor. Asimismo,

en esta primerísima etapa, puedes utilizar un cepillo digital para

hacer pequeños masajes a la encía y aliviar un poco el dolor. No

se recomienda utilizar cepillos eléctricos para los niños pequeños.

Sobre todo, porque normalmente hacen un ruido desagradable

y les puede causar miedo. Debes evitar que tu hijo – debido a ese

ruido adicional - sienta el cepillado de dientes como algo molesto o

temible. Además, lo importante es que el aprendizaje de la rutina del

cepillado se realice mediante un contacto sencillo y agradable, cosa

difícil cuando se utiliza un cepillo eléctrico. Lo importante es sentir

lo que estás haciendo. ¡Y tus manos son el mejor recurso! A los 5 o 6

años, el cepillo eléctrico puede convertirse en un aliado: a esa edad,

los niños quieren estímulos extra y todo lo que hace ruido o brilla les

encanta. Por supuesto, se trata de una opción personal. Si a tu hijo

no le interesan esos cepillos, no se los impongas. El hilo dental y los

palillos interdentales no son necesarios a esa edad. Utilízalos única-

mente en el caso de que tu pequeño tenga un resto entre los dientes

que no se pueda eliminar con el simple cepillado.

¿Y QUÉ MÁS?

Naturalmente, necesitas una buena pasta dentífrica con flúor. A

partir de ahí, dependerá de tus propias preferencias. Para tu hijo,

lo único que importa es que el sabor sea lo más neutro posible y la

composición (contenido en flúor) sea adecuada para su edad. Así pues,

cuando tu hijo sea pequeñito, utiliza pasta de dientes para bebés y

cuando tenga entre 5 y 9 años, pásate a la pasta dentífrica infantil,

etcétera. Cada fabricante posee su propia nomenclatura, por lo que

es importante fijarse bien en la etiqueta y leer la composición. El uso

casero de complementos de flúor en pastillas o similar no es necesa-

rio a esa edad, así como tampoco el enjuague bucal. Ocasionalmente,

el dentista puede administrar un complemento de flúor en los con-

troles a tu hijo, si considera que es propenso a las caries. Además, por

esa misma razón, el odontólogo puede creer conveniente empastar

las primeras muelas definitivas. De este modo, se aporta una protec-

ción extra contra la aparición de caries. Para fortalecer la conciencia-

ción de tu hijo de 5 o 6 años, puedes darle pastillas colorantes una vez.

Estas pastillas, que se eliminan tras el cepillado, muestran de forma

implacable si se ha lavado los dientes correctamente. En efecto, esas

pastillas tiñen de color rojo el lugar donde se alojan las bacterias (in-

visibles) que, a la larga, generan caries. ¡Normalmente, este resultado

de color rojo basta para despertar el interés por el cepillado durante

algunas semanas!

Un recurso de ayuda adicional puede ser el espejo con cronómetro,

que es fácil de agarrar y permite al niño mirar su boquita mien-

tras se lava los dientes. En el marco del espejo hay lucecitas que se

encienden cada 2 minutos. Empieza limpiando la cara externa de los

dientes (arriba y abajo), continúa por la cara interna (arriba y abajo) y,

finalmente, la cara masticadora (arriba y abajo). Cepilla la superficie

durante 20 segundos, hasta que se encienda la lucecita siguiente. El

cepillo de dientes especial incluye un divertido sonajero que te dirá si

te has lavado bien los dientes o no. (Este juego está disponible en los

mejores establecimientos comerciales especializados en productos

infantiles y a través de www.difraxshop.com).

PUEDES COMER CHUCHERÍAS – PERO NO TODO EL DÍA

Se trata de limitar tus momentos de comidas: de 5 a 7 al día como

máximo. Si partimos de tres comidas principales, todavía queda

espacio para entre 2 y, como máximo, 4 tentempiés, que bien puedes

aprovechar para comerte una golosina... ¡o todas de golpe!, ya que

es mejor comer todas las golosinas de una vez que con una pausa

entre sí. Recuerda que los tentempiés salados tienen el mismo efecto

que las chucherías. Además, cualquier bebida que no sea agua se

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Limpiar todo de nuevo;

Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;

Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;

Repetir la misma operación por la noche;

DIENTE DE ORO adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar

un diente de oro en el calendario de los dientes limpios.

Sexto día

Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de

pasta de dientes en el cepillo;

Deja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,

una por una, siguiendo el orden del estribillo de la canción del

cepillado;

Intenta que sea tu hijo quien controle el tiempo, que debe durar

como mínimo 2 minutos. Utiliza una canción o estribillo;

Limpiar todo de nuevo;

Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;

Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;

Repetir la misma operación por la noche;

DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente

en el calendario de los dientes limpios.

Séptimo día: Diploma de los dientes limpios

Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de

pasta de dientes en el cepillo;

Deja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,

una por una, siguiendo el orden del estribillo de la canción del

cepillado – como último repaso para la entrega del Diploma de esa

noche;

Controlar el tiempo de manera conjunta, que debe durar como

mínimo 2 minutos. Utilizar de nuevo de una canción o estribillo;

Limpiar todo de nuevo;

Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;

Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;

Repetir la misma operación por la noche para la entrega del Di-

ploma de los dientes limpios;

DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente

en el calendario de los dientes limpios. Repetir los pasos de este

último día hasta que se hayan pegado los 20 dientes de la mañana

y de la noche.

Y después, ¡fiesta en el lavabo: se ha ganado el Diploma de los dientes

limpios!

Al final del libro, encontrarás el diploma. La próxima vez que visites a

tu dentista, pídele que firme en el diploma…

Es recomendable que estés siempre junto a tu hijo mientras se lava

los dientes, hasta la edad de 9-10 años. Los niños tienen tendencia a

sobrevalorar su autonomía y, a veces, los adultos nos aprovechamos

de ello. No te dejes engañar por esa temprana ‘delegación de tareas’,

ya que a esa edad, el sistema motor y la meticulosidad de los peque-

ños dejan bastante que desear.

tienes la calma y le cepillas los dientes a tu hijo un par de veces al día

con toda suavidad, en una semana habrás creado un buen hábito.

Si tu hijo está en pleno aprendizaje, a continuación te ofrecemos

algunos consejos:

plan por pasos para enseñar a cepillarse los dientes

(edad +/- 3 años) Primer día

Por la mañana, examinar con atención el cepillo y la pasta de

dientes;

Poner un poquito (del tamaño de un guisante) de pasta de dientes

en el cepillo;

Deja que tu hijo se cepille la cara masticadora de cada serie de

cuatro dientes;

Limpiar la cara interna y externa de los dientes;

Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;

Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;

Repetir la misma operación por la noche;

DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente

en el calendario de los dientes limpios.

Segundo día

Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de

pasta de dientes en el cepillo;

Deja que tu hijo se cepille la cara externa de cada serie de cuatro

dientes;

Limpiar la cara interna y masticadora de los dientes;

Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;

Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;

Repetir la misma operación por la noche;

DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente

en el calendario de los dientes limpios.

Tercer día

Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de

pasta de dientes en el cepillo;

Deja que tu hijo se cepille la cara interna de cada serie de cuatro

dientes;

Limpiar la cara externa y masticadora de los dientes;

Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;

Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;

Repetir la misma operación por la noche;

DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente

en el calendario de los dientes limpios.

Cuarto día

Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de

pasta de dientes en el cepillo;

Deja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,

una por una;

Que se cepille según recita la canción del Martinillo versión

cepillado: fuera, dentro, encima. Es decir: primero la cara externa,

luego la interna y, finalmente, la cara masticadora de los dientes;

Limpiar todo de nuevo;

Al acabar, déjale beber un traguito de agua, no enjuagar;

Ordenar el cepillo de dientes, una vez limpio;

Repetir la misma operación por la noche;

DIENTE adhesivo: Por la mañana o por la noche, pegar un diente

en el calendario de los dientes limpios.

Quinto día

Por la mañana, poner un poquito (del tamaño de un guisante) de

pasta de dientes en el cepillo;

Deja que tu hijo se cepille todos los dientes en series de cuatro,

una por una, siguiendo el orden del estribillo de la canción del

cepillado;

Controlar el tiempo, que debe durar como mínimo 2 minutos

(para ello, utiliza una canción o estribillo sobre el cepillado de

dientes);

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HACER Y NO HACER LAS PEORES TRAMPAS

¿Qué haces bien actualmente y qué podrías mejorar respecto al

cepillado de los dientes? A continuación, te ofrecemos una lista de

consejos prácticos para adquirir hábitos de alimentación sana.

No hacer:Ofrecer a tu hijo zumo/limonada o refrescos durante todo el día.

¡Tampoco las versiones ecológicas o light!

Hacer:Dar una o dos veces al día zumo o limonada. El resto del día, mejor

darle agua. Durante las comidas, opta por ofrecerle leche o agua.

Por qué: Cinco momentos de comida al día es una buena pauta, inc-

luidas las bebidas. Tanto la limonada como el zumo son buenos, sin

embargo lo que no es muy sano es beberlos durante todo el día. Esta

recomendación es aplicable a los adultos, pero también a los niños.

Los dientes necesitan tiempo para restablecerse de los ataques de

ácido entre un momento y otro de comida/bebida. Cuantas menos

oportunidades tengan, más posibilidad habrá de que aparezcan ca-

ries. El agua es la mejor alternativa. Dale un buen ejemplo y no bebas

ningún refresco mientras comes; es mejor que coloques en la mesa

una gran jarra de agua. Ciertamente, las bebidas gaseosas hinchan el

estómago, pero no consiguen saciar la sed, por lo que ¡tu hijo se sen-

tirá lleno antes de ponerse a comer! (Por lo tanto, los niños menores

de 4 años no deberían tomar refrescos). También es recomendable

dejar que tu pequeño se beba el vaso de un tirón. Cada trago de

limonada representa un nuevo ataque contra sus dientes, mientras

que si se la bebe de una vez, se evita ese riesgo. Finalmente, llévate

siempre una botella de agua para calmar la sed. ¿Tu hijo pasa el día

fuera de casa? Advierte en la escuela, en la guardería o a los abuelos

sobre el tema de la bebida. En definitiva, para preservar la salud de

los dientes del niño, es necesaria la colaboración de muchas personas.

momentos para comer y beber

(1) Desayuno: zumo natural y/o un vaso de leche

(2) Tentempié (por ejemplo: una rebanada de pan de especias y una

bebida)

(3) Comida: vaso de leche

(4) Tentempié (por ejemplo: una bebida y una galleta/golosina/

chips)

(5) Cena: vaso de leche o de agua y un producto lácteo para postre

No hacer:Darle una pequeña chuchería con frecuencia.

Hacer:Intercalar un momento fijo para la golosina, una vez al día.

Por qué: Para los dulces rige la misma norma que para el zumo/refres-

co: puede comer golosinas, pero no muchas y, por supuesto, no muy

a menudo. Los dientes han de poder recuperarse del ataque de ácido

que causa la ingestión de golosinas. Así pues, si permites a tu hijo

comer chucherías, es mejor que sea una vez al día, en lugar de darle

todo el día pequeñas cantidades. Por otra parte, no existe ninguna

golosina sana, por eso es muy importante limitar su consumo a una

vez al día. Si no guardas ninguna golosina en casa, no caerá en la

tentación. Procura evitar juntar la golosina con fruta o con cualquier

otro alimento que tu hijo se resista a comer, por ejemplo: “Cuando te

comas la manzana, te daré una chuchería’. Una golosina no debe ser

una recompensa por comer fruta. Obviamente, hay que comer fruta,

por lo que es preferible que se la ofrezcas en un momento preciso o

durante el desayuno (zumo) o la comida (manzana). De todos modos,

los pequeñines suelen tener un momento especial para la fruta.

No hacer:Dejar que sea el niño quien decida lo que va a comer (limitándote a

su plato favorito, por ejemplo).

al compás de las canciones del cepillado de dientes

(Según la melodía de “Don Melitón y sus gatos”)Don Melitón tenía tres dientes,

Que los limpiaba justo al levantarse,

Y por la noche al irse a acostar.

Que vivan los dientes de Don Melitón.

Cuatro dientitos

Tiene tu boca.

Cuatro dientitos,

Cepillas ahora.

al compás (canciones)

(Según la melodía de la canción “Martinillo”)Limpiar bien, limpiar bien,

De aquí a allá, de aquí a allá

Fuera, dentro, encima, fuera, dentro, encima,

Otra vez, otra vez.

Limpia los dientes, limpia los dientes,

De aquí a allá, así y asá,

Lava tus lindos dientes, lava tus lindos dientes,

Requetebién, requetebién.

Limpia los dientes, limpia los dientes,

De aquí a allá, así y asá,

Mira qué lindos dientes, mira qué lindos dientes,

Otra vez, y ya no más.

(Según la melodía de la canción “Cucú”)Cucú, cucú, cepilla tus dientes,

Cucú, cucú, con mucho esmero,

Cucú, cucú, arriba y abajo,

Cucú, cucú, con mucho salero,

Cucú, cucú, ¡después de comer!

(Según la melodía de la canción “Corro de la patata”)Al corro de los dientes,

Acude toda la gente,

Con cepillo y con pasta,

Por la noche y la mañana.

Achupé, achupé,

¡¡¡¡¡Fuera, dentro, encima y ven!!!!!

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EL DENTISTA

el primer control semestral

Hasta hace poco, se aconsejaba llevar a los niños al dentista a partir

de dos años. No obstante, deberíamos realizar esa primera visita a

una edad más temprana. En efecto, a los dos años, suele ocurrir que

ya exista un problema y cuando se acude al dentista, es demasiado

tarde. Por otra parte, a partir de los dos años, tu hijo puede compren-

der lo que se espera de él. Además, lo importante es que tú, como

padre o madre, estés perfectamente informado sobre la higiene

bucodental, en particular de todo lo relacionado con el niño. Cuanto

antes conviertas la visita al dentista en algo sin importancia, mejor.

Consulta a tu dentista cuándo es el mejor momento para la primera

visita a tu hijo.

servicio de información

El dentista debería informar a las futuras madres sobre el desarrollo

dentario de los niños. La experiencia enseña que las mujeres emba-

razadas tienen un gran interés sobre la salud y el bienestar de su hijo

que todavía ha de nacer. Una vez el bebé nacido, la vida de los padres

primerizos es a menudo tan agitada, que la valiosa información

sobre los dientes de los niños tiende a pasar a un segundo plano, en

favor de otras informaciones que, en ese preciso momento, parecen

más importantes, como el sueño, los lloros, el paso de la leche mater-

na al biberón, etcétera. Sin embargo, resulta imprescindible que los

padres sepan con antelación lo que pueden hacer para mantener los

dientes de su hijo en perfecto estado. ¡Por término medio, el primer

dientecito aparece alrededor de los 6 meses! Para obtener informa-

ción más detallada, dirígete a tu dentista y al consultorio.

la silla

Para los niños, el hecho de sentarse por primera vez en la silla del

dentista es un auténtico hito. Al principio, es mejor que esta hazaña

se realice de manera lúdica. Por supuesto, nadie espera que tus pe-

queñines se sometan estoicamente a las herramientas de exploración

y tratamiento del odontólogo. ¿Tu pequeño no quiere sentarse en la

silla? Entonces, por una vez, pásalo por alto. En todo caso, es mejor

no utilizar la coerción. Puedes llevar a tu hijo al dentista para que

esté presente en tus propios controles. Sin embargo, si tuvieras que

eliminar el sarro, empastar una pieza o arrancar una muela, sería

preferible que dejaras a tu hijo en casa. Aparte de que para tu hijo es

demasiado pronto, esos tratamientos que papá o mamá padecen (ma-

teriales, instrumentos, ruido y, ocasionalmente, tu miedo) pueden

impresionarle muchísimo.

de una manera lúdica

Seguramente, a partir de los 3 o 4 años, tu hijo se sentará en la silla

del dentista sin ningún problema. Efectivamente, el niño sabe

perfectamente lo que va a pasar. Aunque puedes estar presente en la

visita, no es obligatorio. El dentista te indicará cuáles son las reglas

de su consulta y su modo de trabajo. Se desaconseja que seas tú quien

te sientes en la silla del odontólogo con tu hijo en los brazos. Además

del hecho de que eso no facilitaría el trabajo del dentista, después

sería bastante difícil convencer al niño de que se sentara solo. Por lo

tanto, es mejor que tu hijo se tumbe en la silla desde el principio. Si

en ese primer momento se utiliza una manera lúdica (mira cómo el

dentista sube y baja la silla), más tarde recogerás los frutos.

sólo la calma es buena compañera

La visita al dentista debe desarrollarse bajo un clima de total calma

y confianza. Tanto tú, como padre o madre, como el propio den-

tista debéis tenerlo en cuenta. Así, el odontólogo trata de establecer

contacto con tu hijo poquito a poco y tú debes dejarle el espacio

suficiente. La confianza del niño tan sólo aparecerá si el dentista se

aproxima de forma amigable. Esa confianza es absolutamente nece-

saria para que tu hijo se someta a los controles y, en una fase poste-

rior, a los tratamientos oportunos. Con miedo no se logra casi nada,

y la cabina del dentista es una prueba de ello. Tú puedes transmitir

a tu hijo, con frecuencia de manera inconsciente, el sentimiento

negativo o temeroso respecto al dentista. Los pequeños poseen una

Hacer:Elabora platos lo más nutritivos y variados que puedas.

Por qué: Al ofrecer un plan de tres comidas y un número limitado de

tentempiés, estarás dando una estructura a tu hijo. Si las comidas

tienen un contenido nutritivo suficiente, tu pequeño pasará los

períodos entre comidas sin hambre, es decir, sin tener que recurrir a

una galleta o dar un bocado a cualquier cosa para llenar el estómago.

Existen numerosos consejos para una alimentación sana que no es

necesario enumerar aquí. Lo que no queremos dejar de advertir es

que hay que poner atención en el consumo de los productos llama-

dos “light”. Tampoco éstos consiguen saciar del todo, por lo que tu

hijo tendrá hambre entre las comidas. Además, los efectos de los

edulcorantes sobre los niños todavía no se han investigado de forma

concluyente. Lo mejor es ofrecer a tu pequeño té o yogur sin azúcar y

dejar los edulcorantes en el cajón.

No hacer:Considerar el cepillado de dientes como algo particular.

Hacer:Incluir el cepillado de dientes en los demás rituales diarios.

Por qué: Por la mañana, antes de ir al colegio, te lavas la cara y te pei-

nas; antes de comer, te lavas las manos… Cepillarse los dientes tam-

bién pertenece a esa clase de tareas caseras. Cuanto antes hagas que

el cepillado de dientes forme parte de los rituales fijos de tu familia,

mejor. Ya verás que, a menudo, tu hijo será quien te recuerde que

has de lavarte los dientes o que te has olvidado de hacerlo. Elige un

momento para el cepillado de los dientes que resulte cómodo y na-

tural para tu familia. Aunque no existe ningún patrón estándar, ese

momento deberá encajar en vuestras reglas caseras. Y ¿por qué no?,

un poco de humor nunca está de más: deja que tus hijos controlen

la calidad de tu cepillado (pueden meter un espejito en tu boca para

observarla) o ten preparada una canción o estribillo gracioso para el

ritual del cepillado de dientes.

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EL CHUPETE Y EL DEDO

movimiento de la boca

Los bebés, unos más que otros, tienen una necesidad imperiosa de

succionar. Para aquellos cuya necesidad de succión sea muy pronun-

ciada, una solución puede ser un chupete. Entre las comidas, el bebé

se contenta con utilizar el chupete, pues su necesidad de succión se

ve satisfecha. Además, el chupete es un consuelo, de modo que en

momentos difíciles, el niño se tranquiliza y gana confianza. Ahora

bien, piensa que algún día deberá abandonar este comportamiento

adquirido. Al cumplir 1 año, la necesidad de succión de tu hijo habrá

desaparecido y, de hecho, el chupete será innecesario. Si tu hijo tiene

4 años o más y aún lo usa, es recomendable animarle a que lo deje.

sú sú, el hada de los chupetes

Si antes de los 2 años tu hijo ‘se corta la coleta’ y abandona el chupete,

en general no habrá ningún perjuicio para su boca. Sin embargo, en-

tre los 2 y los 4 años, se corren más riesgos y si el pequeño todavía usa

el chupete pasados los 4 años, pueden presentarse algunos cambios

en la posición de los dientes o perjudicar el crecimiento de la mandí-

bula. En ese caso, podrían aparecer secuelas visibles en los dientes

definitivos. Además, también es posible que surjan desórdenes en la

deglución y el habla.

Ten en cuenta que el chupete adquiere una función muy distinta

según la edad del pequeño. Si quieres ponerte manos a la obra,

puedes leer, por ejemplo, El Libro para dejar el chupete, de Difrax

(puedes descargarlo a través de www.difrax.com). Este librito des-

cribe en detalle un método para dejar el chupete de forma lúdica. Si

tu hijo presenta una necesidad poderosa de succión, opta siempre

por el chupete y no por “el dedo”. En la práctica, dejar de chuparse el

dedo resulta mucho más complicado. Por otra parte, requiere mucha

disciplina y ayuda de la parte de los abuelos, la guardería, la escuela o

los responsables de actividades extraescolares.

antena ultrasensible para captar lo que sientes y emanas. Por lo tanto,

tranquilízate antes de hablar con él. Procura que tu información sea

lo más objetiva posible y no le cuentes ningún cuento. Por ejemplo,

la frase: ‘El dentista va a hacer que tus dientes estén mejor’ sugiere

que los dientes de tu hijo están en mal estado… Eso es dar una infor-

mación confusa, pues tu pequeño se siente bien.

Lo mejor es ceñirse a los hechos y decir: ‘El dentista va a mirar tus

dientes y muelas con un espejito’. Comentarios evocadores como

‘no te va a hacer daño’, ‘no has de tener ningún miedo’ o ‘el dentista

no hace nada’ representan una amenaza para el pequeño. Así que,

evítalos. A menudo, esas observaciones se relacionan con tus propias

experiencias negativas. Además, ten en cuenta de que si para ti no es

‘nada’ que el dentista te mire la boca con un espejito o te limpie los

dientes, para tu hijo puede tratarse de una toda una proeza.

un buen comienzo…

… es la mitad del trabajo. Un niño suele asociar el dentista con el

dolor o el miedo. Por lo tanto, el control semestral debe ser divertido

y didáctico. Tu hijo todavía tiene una mentalidad completamente

abierta. Prepárate bien y aparta el concepto de “angustia”. Si, con el

paso del tiempo, el niño siente un miedo que (ya) no sea lógico a su

edad, todavía estás a tiempo para corregirlo – esto es: nunca de forma

precipitada. En realidad, la visita al dentista debería compararse con

ir al peluquero. ¡Tu hijo también ha de acostumbrarse a esta rutina!

¡ninguna caries!

Nada mejor que disfrutar de unos buenos dientes. Dentista feliz,

niño feliz, padres felices. Si la (1ª) visita al dentista va bien, el niño se

merece algo. A todos los niños les gusta recibir un halago. Explicita

claramente lo que ha ido bien (‘has estado muy quietecito en la silla,

¡eres un fenómeno!’) o discute con tu hijo sobre algún detalle (‘oye,

¿has visto qué espejito tan bonito tenía el dentista? Así ha podido

ver bien todos tus dientes y muelas.’). Ahora bien, no le des ningún

regalito a modo de recompensa por su buen comportamiento. Ello

se desviaría del objetivo de la visita (el control de los dientes debe ser

algo rutinario y normal), además de poder plantear algún problema

al odontólogo. En cambio, si la (1ª) visita al dentista no ha funcio-

nado tan bien, no castigues a tu hijo. Intenta destacar los aspectos

positivos y hazle alguna alabanza (‘has entrado en la cabina muy

bien’, ‘te has sentado perfectamente en la silla’). Comenta con el

dentista cuál va ser la próxima etapa y, sobre todo, intenta no armar

mucho revuelo. Un comportamiento relajado, seguro y tolerante

siempre beneficiará a tu pequeño.

el segundo semestre

¿Ya toca otra vez? Pues sí, el segundo control está a la vuelta de la

esquina. ¡Qué rápido pasa el tiempo y cuántos dientes y muelas han

salido! Escucha bien los consejos e indicaciones del dentista, pues

siempre prepara los controles siguientes y tú, como padre o madre,

eres quien se lo comunica al niño. Utiliza por ejemplo las mismas

palabras y nociones que el dentista y pregunta con confianza qué

va a ocurrir en el próximo control. El odontólogo y tú debéis actuar

como si fuerais un auténtico equipo.

ponte en el lugar de tu hijo

Repetimos: mirar con un espejito es mirar con un espejito. Si para ti

no es nada (no tienes caries y no has tenido que reparar tus dientes),

para tu hijo quizás el hecho de que alguien examine con un espejito

su boca signifique algo bien distinto. Intenta ponerte en su lugar. A

menudo, esto resulta algo más difícil a los padres que sienten miedo

ante el dentista. Da importancia a las experiencias de tu hijo con

el odontólogo y pon algún remedio a tu inseguridad. Si no logras

adquirir la entereza necesaria, delega a tu pareja o a los abuelos la

misión de llevar a tu hijo al dentista. Cargar de forma innecesaria a

tu hijo con tus propias angustias es una fuente segura de disgustos.

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Existe un mito que asegura que los niños pueden contraer fluorosis

si utilizan pasta dentífrica para adultos, lo cual no es cierto. Natu-

ralmente, procura que tu hijo no ingiera demasiada pasta de dientes,

pues no es nada conveniente para él. Y tranquilízate: con el ritual

diario del cepillado de dientes, la posibilidad de tener fluorosis es del

todo insignificante.

dolor de muelas

Normalmente, los niños no indican de modo evidente que tienen do-

lor de muelas. Sin embargo, si presentan señales inequívocas de que

algo no va bien, no descartes un posible un dolor de muelas. Presta

mucha atención a tu hijo. Algunas de esas señales son, por ejemplo,

si cambia su forma de comer (no se acaba alimentos que antes le

gustaban), si siente dolor cuando come, si le duele la boca con el frío

y el calor, si se toca continuamente la mejilla, si se queja de dolor en

los oídos, si duerme mal, etc. Como padre o madre has de observar

bien a tu hijo, pero también preguntar. Ante cualquier tipo de duda,

ponte en contacto con el dentista.

llagas

A menudo, los puntitos blancos y desagradables que aparecen en la

encía y en la cara interna de la mejilla hacen un daño terrible. A veces,

las llagas son hereditarias, y otras, son fruto de una falta de defensas.

Las llagas aparecen también cuando los niños son mayores. En el

mercado, existen soluciones medicinales específicas (de origen natu-

ral) para aplicar sobre las llagas dolorosas, disponibles en droguerías

y farmacias (Pyralvex Berna, Kamillosan). Ésta es una opción válida

contra las llagas de mayor tamaño que corren el riesgo de inflamarse.

Para las llagas pequeñitas, basta un enjuague de agua con sal. Y se

pasa enseguida.

alteraciones en el desarrollo

Cabe la posibilidad de que, desde su salida, los dientes o muelas de

tu hijo no se presenten de manera uniforme. Así, tal vez sean algo

amarillentos, tengan zonas quebradizas o sean sensibles al lavarlos o

al comer alimentos fríos o calientes. Puede tratarse de una alteración

en el desarrollo del esmalte. En ese caso, el esmalte es débil, poroso

o, en ocasiones, falta. Otras veces la causa es genética, aunque no

siempre es así. Un ejemplo frecuente es la hipomineralización: una

alteración del esmalte que se da sobre todo en los primeros molares

permanentes. Existen todas clases y medidas de alteraciones en el

desarrollo dentario. Tu dentista las detectará y comentará contigo

las posibles opciones de tratamiento, desde el simple no hacer nada,

pasando por una corrección de tipo estético o reparar defectos im-

portantes, hasta la extracción (arrancar) de molares tan dañados que

originan una hipersensibilidad continua. Con frecuencia, tu dentista

te enviará a un odontólogo infantil para llevar a cabo el tratamiento.

Aunque no sufras de alteraciones de esmalte, si tu hijo sí las tiene,

estudia con tu dentista las medidas preventivas adicionales que

puedes utilizar (por ejemplo, otro dentífrico o un tratamiento con

flúor más frecuente).

erosión dental

La erosión dental consiste en el desgaste o erosión del esmalte de tus

dientes y muelas, principalmente por la acción del ácido. Ese ácido

procede de tu alimentación, es decir, de lo

que comes y bebes. Un ejemplo es el ácido del

zumo de naranja. Se trata de un ácido muy

agresivo para nuestro esmalte. Para prevenir

la erosión dental, debes moderar el consumo

de bebidas ácidas como los zumos de fruta y las

bebidas energéticas o gaseosas. Rebájalas con agua

o toma un vaso de agua justo después para neutra-

lizar su acción. Por otro lado, lo ideal sería que te

cepillaras los dientes media hora después de comer

y beber. De este modo, el esmalte se restablecerá

naturalmente del ataque de ácido y recuperará una

dureza suficiente para resistir los movimientos del

PRIMEROS AUXILIOS PARA LESIONES BUCALESY OTROS PROBLEMAS DENTALES

calma

El riesgo de tener un accidente se encuentra en cada rincón de la casa.

Antes de que te des cuenta, tu hijo se habrá mordido el labio o la me-

jilla. Lo primero que has de hacer es mantener la calma siempre. Esto

supone una gran ventaja para el pequeño. El miedo o el pánico de

un padre o madre se traduce en más pánico para el niño. Y, después,

¿qué es lo mejor que puedes hacer si…?

labio mordido

¿Quién no lo conoce? Tu hijo tropieza y se cae golpeándose el labio;

resultado: un niño llorando a moco tendido y mucha sangre. Consu-

ela a tu hijo y tranquilízalo. A continuación, limpia el labio con una

gasa o un paño húmedo. Verifica si el diente se ha roto y, en ese caso,

busca el trocito que se haya desprendido. Si no lo encontraras, llama

al dentista cuando la situación esté más calmada. No hay que elimi-

nar la posibilidad de que haya quedado algún trozo de diente en el

labio. Examina el labio. Si hubiera un corte importante y no dejara

de sangrar, dirígete al Servicio de Urgencias, ya que tal vez conviene

hacer una sutura. En la mayoría de casos, la sangre brota de una

herida relativamente pequeña y el dolor desaparece con rapidez. Des-

graciadamente, la mayor parte de las caídas son inevitables. Ahora

bien, si tu hijo va a hacer deporte, es conveniente que disponga de

un buen protector dental, sobre todo si practica actividades como

el hockey y el rugby, aunque también es útil para otros deportes de

contacto, como por ejemplo el judo.

diente de leche que se cae

Si el diente se ha caído a causa de un golpe, llama al dentista. Él te

preguntará si el diente se ha caído completamente, si se ha roto o

si se ha hundido. El estado de pánico no hará más que entorpecer

la labor del odontólogo. Resulta imposible pegar o volver a colocar

un diente de leche. Por lo tanto, antes de visitar al dentista con tu

hijo, espera que vuelva la calma. Después de la tranquilidad, lo más

importante es una buena higiene bucodental. Una caída/golpe o

choque fuerte puede provocar que el diente se tiña, en general, de

un tono grisáceo. Ese color no desaparecerá, pero en sí mismo no

representa ningún daño. Puedes compararlo con un morado. Si por

encima del diente surge un bulto o una marca blanca en la encía,

acude al dentista. Seguramente, se tratará de una infección, por lo

que el dentista tendrá que arrancar el diente.

diente definitivo que se cae

Cuando, debido a una herida, se cae un diente definitivo, enton-

ces nos encontramos ante otro caso. Si tu hijo tiene 6 años o más,

deberás acudir al dentista en seguida. Tratándose de un diente defi-

nitivo, si se cayera (o se rompiera), consérvalo (o el trocito despren-

dido) sumergido en leche. Alrededor del diente hay una membrana

extremadamente delicada. Si conservas el diente sumergido en leche,

la membrana se mantendrá prácticamente intacta, por lo que la

reposición tiene más probabilidad de éxito. Incluso se recomienda no

enjuagarlo. El dentista te dará las instrucciones necesarias sobre lo

que debes (y no debes) hacer.

encías inflamadas

No sólo te cepillas para mantener bonitos y frescos tus dientes, sino

también tus encías. Una higiene dental insuficiente puede com-

portar la inflamación de las encías. Y unas encías inflamadas son

sensibles y sangran con facilidad. En ese supuesto, el niño se negará

a limpiarse la zona inflamada, caso de que quiera lavarse los dientes.

Sin embargo, debes limpiarle bien los dientes, ya que de lo contrario

la inflamación seguirá presente y caerás en un círculo vicioso.

fluorosis

Si tu hijo presenta manchas blancas o pardas en los dientes, pu-

ede deberse a un consumo excesivo de flúor. Los niños que hayan

ingerido agua potable fluorada, suministrada en algunos lugares

durante mucho tiempo, suelen contraer la fluorosis. En este caso, no

se puede hacer nada, sino corregirlo desde un punto de vista estético.

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mitos

los dientes malos se heredan

FalsoLos dientes malos no se heredan, ¡pero los malos hábitos de higiene

dental sí!

Si tú no te lavas los dientes o lo haces sólo de vez en cuando, no

estarás dando un buen ejemplo a tus hijos. De este modo, habrá más

probabilidad de aparición de caries y de otros problemas dentarios.

Ahora bien, lo que sí es hereditario es la tendencia a tener caries. El

cepillado correcto y una alimentación sana garantizan que los niños

propensos a tener caries no las sufran más que los demás niños… Por

otra parte, los molares con huecos importantes pueden protegerse

de forma adicional empastándolos. En efecto, el empaste aporta una

capa protectora.

si tienes caries en los dientes de leche, también las

tendrás en los dientes definitivos

FalsoLas caries de los dientes definitivos tan sólo aparecen debido a un

cepillado insuficiente y a los malos hábitos alimenticios, como comer

muchas golosinas o beber demasiados refrescos. Ciertamente, un

agujerito en los dientes de leche que no se haya tratado generará una

inflamación que puede alterar el desarrollo de los dientes definiti-

vos. Por este motivo, las caries que aparezcan en los dientes de leche

deberán someterse al tratamiento oportuno.

si comes salado no tendrás caries

FalsoLas caries no sólo aparecen a causa de los dulces. Los alimentos sala-

dos también provocan un ataque de ácido contra tus dientes. Además,

un factor fundamental es la frecuencia con la que comes. Cinco

momentos al día para comer son suficientes para un niño pequeño.

Esos cinco momentos se componen de 3 comidas y 2 tentempiés.

después de comer muchas golosinas, tienes que la-

varte los dientes enseguida

FalsoDespués de comer dulces (muchos o pocos), los dientes han de

resistir contra un ataque de ácido. De forma natural, son capaces

de recuperarse, pero necesitan algo de tiempo. El ácido fragiliza el

esmalte dental y si lo cepillas inmediatamente, es como si lo lijaras.

En consecuencia, después de comer chucherías, lo mejor es esperar

media hora antes de lavarte los dientes. De este modo, tu esmalte

habrá recuperado la dureza suficiente.

los antibióticos amarillean los dientes

FalsoSi en el desarrollo dentario hubiera alguna carencia, los dientes

serían amarillos. Sin embargo, no se ha demostrado que dicha caren-

cia sea consecuencia de la ingestión frecuente de antibióticos. En

todo caso, nunca ha podido probarse una relación directa.

por mamar salen dientes de conejo

FalsoÉste es un auténtico mito, tan arraigado como falso. La lactancia no

perjudica en absoluto los dientes de tu hijo. Sin embargo, tanto dar

el pecho como el biberón durante la noche representan un mayor

riesgo para la aparición de caries. Efectivamente, las tomas de leche

por la noche ocasionan ataques de ácido contra los dientes. Como tu

hijo se duerme de inmediato, no puedes tomar las medidas necesari-

as para una buena higiene bucal, con todas las consecuencias que ello

implica. Desde el punto de vista del cuidado de la boca, tan pronto

como el niño tenga dientes, se recomienda cesar las tomas nocturnas.

El desarrollo de la mayoría de bebés permite que, tras una toma tar-

día, puedan dormir la noche entera a partir de la octava semana de

vida. Desde el punto de vista técnico del desarrollo, esto no significa

que tu bebé lo haga en la práctica. Por otra parte, la caries también

puede tener su origen en el biberón que los niños se llevan a la cama

cepillado. Si tu hijo vomita con frecuencia, mantente alerta, pues pu-

ede aparecer erosión dental. El ácido gástrico tiene el mismo efecto

que el ácido de la fruta…

desgaste

Algunos niños rechinan los dientes o las muelas o ambos. Esto puede

venir provocado por nerviosismo o por una mala posición bucal

(cuando está cerrada). En este caso, poco puedes hacer, ya que a un

niño que duerme no se le puede corregir. Ahora bien, a partir de los

diez años, los niños aceptan dormir con una funda protectora.

Aunque de este modo no evitas que rechine, el daño se ve ligera-

mente reducido. Si tu hijo siente dolor a causa del desgaste, visita al

dentista. A pesar de que no implica dolor de dientes por definición, el

rechinar de dientes puede originar dolores de cabeza y de mandíbula.

Si tu hijo es un “rechinador” extremo, también puedes recurrir a la

ayuda de un psicólogo.

caries

El terror de todos los padres: agujeritos en los dientes de sus hijos.

O dicho con una palabra más bonita: caries. Desgraciadamente,

TODOS LOS NIÑOS pueden tener caries. Para muchos padres, esto

es una revelación. El principio fundamental para tener una boca

sana es limpiarse bien los dientes y comer sano. Sin embargo, aún

respetándolo, pueden aparecer agujeritos. Por supuesto, si no te lavas

los dientes y comes muchos dulces, la caries llamará antes a tu pu-

erta. Claro está, los agujeritos que aparezcan en los dientes de leche

han de tratarse. Dicho tratamiento puede consistir en una limpieza

bajo seguimiento profesional, en rellenar el agujerito o, si el orificio

fuera demasiado grande y el diente o muela presentara signos de

inflamación, en la extracción de la pieza.

Si tu propio dentista no tiene la costumbre de efectuar este tipo de

tratamientos en niños, te enviará a un odontólogo infantil. No es

cierto que esos tratamientos sean innecesarios porque se trata de

dientes de leche y ‘van a cambiar’ o ‘no duelen’. Los dientes y muelas

de leche son tan sensibles como las piezas adultas que van a susti-

tuirles y a los niños que cambian las muelas entre los 9 y 11 años, es

evidente que no se les puede dejar con agujeritos desde los 5 años,

por ejemplo.

para terminar: ¿cuándo activar la alarma?

Un niño con dientes normales necesita poca asistencia médica. No

obstante, en determinadas situaciones, la ayuda del dentista, del

odontólogo infantil o del asistente social resulta imprescindible.

- Dolor de muelas agudo: Como hemos comentado anteriormente, los

niños no suelen saber llamarlo así y señalan la mandíbula, la gar-

ganta o la cabeza cuando sienten mucho dolor. El dolor de muelas

puede extenderse fácilmente a otras zonas, así que no te extrañes. En

todo caso, debes ir al dentista para descubrir el origen del dolor y

remediarlo.

- Traumatismo: Si tu hijo se ha caído o, por ejemplo, el balón le ha

golpeado en los dientes mientras estaba haciendo deporte, suele ser

recomendable ponerse en contacto con el dentista lo antes posible.

- Además, ponte alerta si los dientes de tu pequeñín tardan demasi-

ado en salir. Normalmente, el pediatra de tu hijo ya seguirá su ritmo

de crecimiento, aunque no dudes en tomar la iniciativa.

- Pide asistencia si tu hijo se niega sistemáticamente a lavarse (o a

dejarse lavar) los dientes, a pesar de tus intentos persistentes. ¡Hay

que cuidarse los dientes –no lo dejes de lado!

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información

www.odontologiapediatrica.com

www.seoii.com

www.sepeap.es

www.aeped.es

www.difrax.com

(P.ej. para descargar el libro, calendarios extra, etc.)

DIDI, EL HADA DEL CEPILLADO DE DIENTES Y EL HADA DE LOS DIENTES

con frecuencia, incluso cuando son mayores. Si tu hijo

tiene sed por la noche, un biberón de agua es una solución

excelente. Así que no le des zumo o leche a la hora de acostarse.

el jarabe para la tos es malo para los dientes

Verdadero y falsoPor definición, el jarabe para la tos no es perjudicial para los dientes,

pero, a menudo, el momento en el que se ingiere sí. Si das ese jarabe

tan dulzón a tu pequeño cuando ya está en pijama, listo para ir a

dormir, y se acuesta inmediatamente después, estarás brindándole al

brebaje azucarado la ocasión de atacar sus dientes. Tomar jarabe para

la tos antes de lavarse los dientes es una solución, pero también lo es

optar por medicamentos sin azúcar.

Por supuesto, siempre que tu hijo necesite medicación, consúltalo a

tu farmacéutico.

las radiografías perjudican a los niños

FalsoEn cualquier caso, no más que a los adultos. Por fortuna,

existen unas prendas especiales (normalmente, un

delantal) que protegen contra la radiación tanto a pe-

queños como a mayores. A partir de los cinco años, tu

hijo posee bastante espacio en la boca para que se le

puedan realizar radiografías dentales. Si estás em-

barazada, no olvides comunicárselo a tu dentista

de antemano. En ese caso, el dentista podrá

aplicar las medidas de protección adecuadas.

familia lejana

Didi, el hada del cepillado de dientes, puede ayudarte a convertir el

cepillado de dientes en un ritual fijo para tu familia. Esta hada es

pariente lejana, muy lejana, lejanísima, de otra hada, el hada de los

dientes. El hada de los dientes tan sólo aparece por la noche, cuando

has colocado debajo de la almohada el diente o muela que se te ha

caído, y entonces, con pies de algodón, el hada se lo lleva y te deja

un regalito en su lugar... Puedes recuperar esta tradición milenaria

en tu propia familia. Eso es algo que debes decidir tú con tu pareja.

Ten en cuenta que las dos hadas y sus tareas respectivas han de estar

claramente diferenciadas. Los niños suelen tomarse todo al pie de la

letra y pueden creer que las dos hadas existen de verdad. Explícale

entonces que puede acostarse tranquilo: la verdadera Didi, el hada

del cepillado de dientes, no hace nada a los invitados.

INFORMACIoN Y DIRECCIONES uTILES

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Otros libros publicados en esta colección:El Libro para dejar el chupete (ISBN: 978-90-8715-016-7)El Libro de toma un bocado – Traga - Listo (ISBN: 978-90-8715-020-4)El Libro de los pantalones secos

El*

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Para*D

ejar*E

l*C

hupete

Dejar de usar el familiar chupete es realmente difícil.Difrax pone todo su empeño en sacar al mercado chupetes de diseño responsable pero, con este libro también piensa en el modo en que el niño puede aprender a dejar de usar el chupete.El plan de 15 días ha sido diseñado cuidadosamente y ofrece todos los días un relato y un juego o un trabajo.Entre una cosa y otra, Sú Sú el hada de los chupetes da algunos consejos a los padres, explicando claramente el programa.Este libro se ha creado con el asesoramiento de un dentista infantil y de una logopeda infantil, y es un libro responsable, instructivo y divertido, tanto para los padres como para los hijos.

El día 15 puedes enviar el último chupete a Sú Sú el hada de los chupetes, quien enviará a tu hijo al Ratoncito Mimo, el ratón de consuelo (el cual también tiene un papel en el relato).

Idea y texto de Vivienne van EijkelenborgIlustraciones y texto de Inge Nouws

Apto para niños a partir de los 3 años con algo de ayuda de sus padres.

www.difrax.comAnteriormente publicado en esta serie:Toma un Bocado Traga ListoEl Libro de los Pantalones Secos

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jugar y hacer manualidades para niños chupetones

Con los CONSEJOS de SÚ SÚ, el hada

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Como eres pequeñito, tienes que aprender un montón de cosas en los primeros años de vida. Esto sucede a grandes pasos y de forma adecuada. Así, un niño aprende no sólo a gatear, a sentarse, a estar de pie y a andar, sino también a hacer pipí y caca en el orinal o en el wc. Si para algunos es como coser y can-tar, para otros no resulta tan fácil hacer pipí sin los pañales de siempre. ¡Este libro os ofrece ayuda para que aprender a ir solo al baño sea una experiencia divertida y una verdadera expedición para tu hijo!

El Libro de los pantalones secos presenta cuentos divertidos, pequeñas misio-nes, calendarios para señalar los pantalones secos, pegatinas de recompensa y, para el final, ¡un bonito diploma! Divertiros aprendiendo a hacer pipí y caca en el orinal o en el wc con las aventuras de Clara y Carlos y los consejos de Pipi, el hada del wc.El libro contiene una segunda parte informativa, especialmente destinada a los padres. Aquí, los expertos en el tema Marianne Vijverberg (Wilhelmina Kinderziekenhuis / Universitair Medisch Centrum) y Marc Benninga (Aca-demisch Medisch Centrum) comparten sus experiencias sobre el proceso de hacer sus necesidades en el baño. Los cuentos de Clara y Carlos y los consejos de Pipi, el hada del wc, coinciden plenamente con las recomendaciones de esos expertos. Junto a las caquitas y pipís en 3D y el Spray Anti-monstruos, am-bos de Difrax (disponibles a través de www.difraxshop.com), el programa está completo y aprender a mantenerse seco será algo del todo normal.

Idea y texto: Vivienne van EijkelenborgIllustraciones y texto: Inge NouwsInformación experta: Marianne Vijverberg y Marc Benninga

Para niños a partir de 3 años (acompañados de sus padres)

www.difrax.com

Otros libros publicados en esta serie:• El Libro para dejar el chupete• El Libro de Toma un bocado –

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El Libro de los pantalones secos

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secosLecciones para

aprender a ir al

baño destinadas

al pequeño de la

casa

Con losconsejosde Pipi,el hadadel wc

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Als kind moet je veel leren in je eerste levensjaren.Leren zitten, staan, en lopen maar ook eten en drinken. Bij de één gaat dit vanzelf goed, bij de ander is iets lusten minder vanzelfsprekend. Dit boek biedt u ondersteuning zodat leren eten en leren lusten een leuke ervaring en een ontdekkingreis kunnen zijn voor uw kind!Het Hap-Slik-Weg-Boek bevat leuke voorleesverhalen, opdrachten, een proefplan overzicht, beloningsstickers en nog een leuke verrassing!Leren eten en leren lusten wordt leuk met behulp van de avonturen van Kaat en Ko en met de tips van eetfee MiMi! Monique Thomas-Holtus deelt haar ervaringen als expert vanuit haar vakgebied als eetconsulent met het door haar geschreven gedeelte voor de ouders. Het kinder- fee gedeelte sluit naadloos aan bij de adviezen van Monique Thomas-Holtus. Samen met de speciale tovereetset (o.a. verkrijgbaar via www.difraxshop.com) is het totaal plan compleet en wordt eten inderdaad:Hap–slik–weg!

Idee en tekst: Vivienne van EijkelenborgTekst: Monique Thomas-HoltusIllustraties en tekst: Inge Nouws

Geschikt voor kinderen vanaf 3 jaar met enige hulp van de ouders

www.difrax.comin deze serie verscheen eerder: Het Stoppen met Foppen Boek Het Droge Broeken Boek

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T•H

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A child has a lot to learn in the first few years. He has to learn to sit, stand and walk, but also to learn to eat and drink. With some children this all comes naturally, for others it comes less naturally. This book offers you support, so that learning to eat and learning to enjoy food can be a pleasant experience and a journey of discovery for your child!The Take A Bite-Swallow-Gone book contains fun stories for reading aloud, activities, a taste-something-new plan, reward stickers and one more lovely surprise! Learning to eat and learning to enjoy food is made fun with the help of the adventures of Kate and Kevin and with tips from MiMi the food fairy!

Monique Thomas-Holtus shares her experiences and expertise as an ea-ting counsellor in the section for parents which she wrote. The fairy story part of the book blends seamlessly with Monique’s advice. The whole plan is made complete with the special magic dinner set (obtainable from www.difraxshop.com and from specialist baby shops), so that eating really does become: Take a bite–swallow–gone!

Idea and text: Vivienne van EijkelenborgText: Monique Thomas-HoltusIllustrations & text: Inge Nouws

Suitable for children from the age of three with some help from their parents.

www.difrax.comPreviously published in this series:The Giving Up Your Soother BookHet Droge Broeken Boek

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In seinen ersten Lebensjahren muss ein Kind viel lernen. Es lernt zu sit-zen, zu stehen und zu laufen – aber auch zu essen und zu trinken. Bei manchen Kindern geht das wie von selbst, bei anderen verläuft es weniger selbstverständlich. Dieses Buch bietet Ihnen Unterstützung an, damit das Essenlernen und das Essen-Mögenlernen eine angenehme Erfahrung und aufregende Entdeckungsreise für Ihr Kind wird!

Das Ham-Schluck-Weg-Buch enthält lustige Vorlesegeschichten, Aktivitäten, einen Probierplan, Belohnungssticker und andere schöne Überraschungen! Das Essenlernen und Essen-Mögenlernen wird zu einer fröhlichen Sache – mit Hilfe der Abenteuer von Klara und Kai und den Tipps der Essensfee MiMi!

Monique Thomas-Holtus lässt Sie in dem von ihr geschrieben Teil an ihren Erfahrungen und Sachkenntnissen als Essberaterin teilhaben. Die Kinder- und Feenteile des Buchs fügen sich nahtlos in die Ratschläge von Monique ein. Vervollständigt wird der Plan durch ein spezielles Zauber-Essensset (erhältlich von www.difraxshop.com und Babyfachgeschäften), damit das Essen so einfach wird wie:Ham–schluck–weg!

Idee und Text: Vivienne van EijkelenborgText: Monique Thomas-HoltusIllustrationen & Text: Inge Nouws

Geeignet für Kinder ab 3 Jahren mit etwas Hilfe ihrer Eltern

Früher in dieser Serie erschienen:Das Tschüss-Schnuller-BuchHet Droge Broeken Boek

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En los primeros años de vida, el niño tiene muchas cosas que aprender. Los niños no aprenden a sentarse, mantenerse de pie y caminar únicamente: también aprenden a comer y a beber. En algunos casos, estos sucede de forma natural, pero en otros, les cuesta un poco más ¡Este libro le sirve de apoyo para que el proceso de aprender a comer y a disfrutar con la comida se convierta en una agradable experiencia y un viaje de descubri-miento por parte de su hijo.

El libro “Toma un bocado–Traga–Listo” incluye divertidas historias para leer en voz alta, actividades, un plan para saborear nuevas comidas, pe-gatinas de recompensa, y ¡una sorpresa encantadora! ¡Aprender a comer y a disfrutar con la comida se convierte en algo divertido con la ayuda de las aventuras de Marisa y de Marcos, y con los consejos de MiMi, el hada de las comidas!

Monique Thomas-Holtus comparte sus experiencias y conocimientos como asesora alimenticia en la parte dedicada a los padres, redactada por ella. La divertida historia que forma parte del libro se combina a la perfección con los consejos de Monique. Se completa el plan con el servicio de mesa especial (disponible en www.difraxshop.com, y en tiendas de bebés especi-alizadas), para que la comida se convierta en:¡Toma un bocado–traga–listo!

Idea y texto: Vivienne van EijkelenborgTexto: Monique Thomas-HoltusIlustraciones y texto: Inge Nouws

Apto para niños a partir de tres años, con ayuda de sus padres.

Anteriormente publicado en esta serie:El Libro para Dejar el ChupeteEl Libro de los Pantalones Secos

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DIPLOMA DE LOS DIENTES LIMPIOS

DELCepilla-dientes Sobresaliente

................

¡Un besazo limpio

y brillante para el

campeón

cepilla-dientes

sobresaliente!

Didi está orgullosa y....

el dentista también....

FECHA................Un día inolvidable

DENTISTA................Por tu superhazaña... una bonita firma

FELICIDADES

El Diploma de los dientes limpios puede descargarse de forma gratuita en www.difrax.com

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