El lenguaje corporal y el uso del cuerpo en la vida cotidiana

Yamila Stein

Al referirnos al cuerpo y su expresión como un LENGUAJE, y al compararlo con el lenguaje verbal , decimos que lo podemos articular, modular y sobre todo adecuar a las circunstancias.

Frecuentemente mantenemos un tono muscular alto, de alerta o tenso, aunque las circunstancias no lo requieran; o bien un tono bajo, flojo, cuando es necesaria cierta firmeza en determinados grupos musculares. También mantenemos fijas algunas áreas articulares, que podríamos aprovechar en el uso cotidiano. Todo esto por no ser conscientes del cuerpo como un lenguaje sobre el que podemos operar, elegir, decidir, según nos convenga.

Hablar del uso cotidiano del cuerpo es referirnos a los hábitos, que como tales, podemos crear, reemplazar, detectar o eliminar, de acuerdo también a la determinación de seleccionar e incorporar los hábitos más saludables.

Es muy beneficioso, por ejemplo, comenzar el día realizando una serie de tensiones y relajaciones generales, de toda la musculatura al mismo tiempo, de pocos segundos de duración y aún acostados en la cama. Durante el día no deberíamos evitar el bostezo y los desperezos, ya que responden a un reflejo de estiramiento involuntario debido a que el cuerpo necesita oxígeno.

En la actualidad, la mayoría de las personas llevan una vida sedentaria, con los hábitos motores que nos impone la vida escolar y luego la vida profesional. El cuerpo experimenta períodos de inacción cada vez más prolongados. El ejercicio físico es indicado y recomendado ¿Reducimos la actividad física saludable a esa hora semanal? A continuación se señalan algunas recomendaciones para que esto no sea así, y podamos adquirir en lo cotidiano hábitos de movimiento saludables.

• El mejor momento para comenzar la rutina de ejercicios no es " cuando me den los horarios con el gimnasio más cercano", ni " cuando tenga tiempo de conseguir la ropa cómoda o los implementos necesarios", el mejor momento es ahora: reviso mi postura, si estoy aplicando alguna fuerza innecesaria, o alguna tensión involuntaria. En los momentos de espera, ya sea parado o sentado, en el momento de caminar, ordenar, realizar acciones cotidianas, puedo hacerlo mas conciente de cómo está mi cuerpo, cómo hago uso de este instrumento. En las accionones cotidianas, en general, podría usar mas mis piernas que mi espalda (al agacharme por ejemplo), o mas mis dorsales , brazos y abdominales, que mis hombors y cuello.

• Por la noche, antes de irse a dormir, tal como se hace rutina el aseo corporal, podemos hacer ciertos estiramientos sabiendo que estamos oxigenando los tegidos y lubricando articulaciones antes de darle el descanso y reparación que necesita. Lo mismo al despertarse, tomarse un momento para desperezarse y devolverle al cuerpo la elasticidad que perdió luego de varias horas estático durante el sueño.

• Otro punto a considerar es la utilización equilibrada del lado derecho e izquierdo del cuerpo. Para los diestros hay una sobrecarga en el uso del lado derecho del cuerpo que podría aliviarse estando atentos a ciertas acciones que podríamos hacer con el lado izquierdo