el legado del gozo soberano - john piper

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  a gracia triunfante de  io s en las vidas d e Agustín Lutero  alvino

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La gracia triunfante de Dios en las vidas de Agustín, Lutero y Calvino

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La gracia triunfantede Dios en las vidas deAgustn, Lutero y(alvinoLeemossuslibros, suscomentarios, sus sermones, ylos admiramosporsugrandeza. Los miramos comounos gigantes de la fecasi perfectos,encerradospacficamente dentro de suestudio, escribiendo sin descanso, sin que losmolestaran, quedisfrutabande unauninmsticaconDios quesoloellospodan conocer.Sinembargo, John Piperrecoge la verdad: Suexperienciadelamajestad ylagracia de Dios en su debilidad, y frente a una cantidad incontable de injusticiasyadversidades, fue laquelocambitodoensus vidas. FuelaquellevaAgustn a abandonar los frvolos gozos del mundo, a Lutero al estudio continuode la Palabra, ya Calvino, nosoloaunapredicacinbblica infatigable, sinotambina proclamar: Preferiramorir cienveces, asometer a Cristo a...asquerosas burlas. Y puede tener ese mismo efecto en la vida de usted.Si alguna vez se comienza a sentir satisfecho con el pecado, si alguna vez pierdeel gozo de Cristo, si alguna vez loembotan lasinfluencias del mundo, la vidade estos hombres lo puede ayudar a captar denuevo las maravillas deDios. Yporeso, JohnPiperlollevahastalostiemposde Agustn, Lutero yCalvino,invitndoloa observar susimperfecciones,leeracercade su transformacin ycontemplar el reflejo de Dios en su vida, para que la suya se sienta inspirada auna pasin mayor por la gloria de Dios.]OHN PIPER hasidopastorprincipal delaIglesiaBautistaBethlehemenMinneapolisdesde1980.Ha escritonumerososlibrosquellaman al lector apropagar la pasin por la supremaca de Dios en todas las cosas, para gozo detodos lospueblos. Entresusobrasseencuentran Nodesperdicie suvida y Lapasin de Jesucristo. Otrode sus libros, La pasin de Dios por su gloria, ganen 1999 la Medalla de Oro en Teologa y Doctrina de la Asociacin Evanglicade Editoriales Cristianas.ISBN 0-7899-1446-8~ ~ l ~ IJ/liPRIMER LIBROEl Legado delGOZOsoberanoLa gracia triunfantede Dios enlas vidas deAgustn, Lutero y(alvino]OHNPIPERPublicado porEditorial UnilitMiami,FI. 33172Derechos reservados. 2008 Editorial Unilit (Spanish translation)Primera edicin 2008Traducido con permiso de Good News Publishers. Todos los derechos reservados.(This edition published by arrangement with Good News Publishers.All rights reserved.) 2000 por John PiperOriginalmente publicado en ingls con el ttulo:The Legacy ofSovereignJoypor Crossway Books, una divisin deGood News Publishers, Wheaton, Illinois 60187, U.5.A.Todos los derechos reservados.Reservados todos los derechos.Ninguna porcin ni parte de esta obra se puedereproducir, ni guardar en un sistema de almacenamiento de informacin,ni transmitir en ninguna forma por ningn medio (electrnico, mecnico,de fotocopias, grabacin, etc.) sin el permiso previo de los editores.Traduccin: Dr. Andrs CarrodeguasFotografa de la portada: ShutterstocklTischenko IrinaLas citas bblicas sealadas con Rv-60 se tomaron de la Santa Biblia,Versin Reina Valera 1960.1960 por la Sociedad Bblica en Amrica Latina.Usadas con permiso.Producto 495472ISBN 0-7899-1446-8ISBN 978-0-7899-1446-0\Impreso en ColombiaPrinted in ColombiaCategora: Inspiracin/Motivacin/BiografaCategory: Inspiration/Motivation/BiographyAJonBloom,cuyo corazn y cuyas manossostienen el cantoen la Conferencia para Pastores de Bethlehemy en Desiring God Ministries.CONTENIDO~PrefacioReconocimientosINTRODUCCINSaborear la soberana de la graciaen las vidas de santos imperfectosPRIMER CAPTULOEl gozo soberanoElpoder liberador del placer santoen la viday elpensamiento de San AgustnSEGUNDO CAPTULOEl estudio sagradoMartn Lutero y la Palabra externaTERCER CAPTULOLa majestaddivina de la PalabraJuanCalvino: El hombre y su predicacinCONCLUSINCuatro lecciones sacadas de las vidas de santos imperfectosUNA NOTA SOBRE LOS RECURSOSDesiring GodMinistriesndice de citas bblicasndice de personasndice de temas915194789129161169171173175La suma de todos nuestros bienes,y nuestro bien perfecto,es Dios.No debemos quedarnos sin alcanzarlo,ni buscar nada ms all de l;lo primero es peligroso,ylo segundo, imposible.SAN AGUSTNMORALS OF THECATHOLIC CHURCH, VIII, 13PREFACIO~A la edad de setenta y un aos, cuatro aos antes de morir el 28 deagosto del ao 430, Aurelio Agustn le transfiri los deberes admi-nistrativos de la iglesia de Hipona, en la costa norte de frica, asu asistente Eraclio. Ya en sus tiempos, Agustn era un gigante delmundocristiano. En la ceremonia, Eraclio se levanta predicar,mientras el anciano Agustn permaneca sentado en su silla epis-copal detrs de l. Abrumado por lo inadecuado que se senta enla presencia de Agustn, Eraclio dijo: El grillo chirra, mientras elcisne guarda silencio].Si Eracliohubiera podidomirardiecisissiglosmsadelan-te para ver la enormeinfluencia de Agustn, habra comprendi-do por qu la serie de libros que comienzan con E/legado del gozosoberanotieneel ttulodeLos cisnesno guardansilencio. Duran-temilseiscientosaos, Agustnnoha permanecidocallado. Enel siglo XVI, su voz se levantcon unapremiantecrescendoenlos odos de Martn Lutero y Juan Calvino.Lutero era un monjeagustino, y Calvino citaba a Agustn ms que a ningn otro padredelaiglesia. Lainfluencia de AgustnsobrelaReformaProtes-tante fue extraordinaria. Mil aosno haban podido silenciar sucntico jubilosode gracia. Msdeun historiador ha dicho: LaReforma presenciel triunfo definitivode la doctrina agustinia-na de la gracia sobre el legadodelconceptopelagiano del ham-bre2, el concepto de que el ser humano es capaz de triunfar sobresu propia esclavitud al pecado.10 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOEl cisne cant tambin con la voz de Martn Lutero en ms deunsentido. Portoda Alemaniaseencuentrancisnesenlastorresdelasiglesias, ydurantesiglosseharepresentadoa Luteroenlasobras de arte con un cisne a sus pies. A qu se debe esto? La raznseremonta a unsigloantesdeLutero. JuanHus, quienmurien1415, cien aos antes que Lutero clavara sus 95 Tesis a la puerta dela capilla de Wittenberg (1517), fueprofesor primero, y ms tardepresidente de la Universidad de Praga. Haba nacido en una familiacampesina y predicaba en el lenguaje del pueblo en lugar de hacer-lo en latn. Tradujo el Nuevo Testamento al checo y se expres libre-mente contra los abusos que haba en la Iglesia Catlica.En1412fueproclamada unabula papalcontra Husysusseguidores. Cualquiera poda matar al reformador checo cuandolo viera, y los que le dieran comida o albergue correran la mismasuerte. Cuando tres de sus seguidores hablaron en pblico contrala prctica de vender indulgencias, fueron capturados y decapita-dos3. En diciembre de1414, el propio Hus fue arrestado y rete-nido en prisin hasta marzo de 1415. Se le mantuvo encadenadoy se letorturbrutalmente por susideas, que seadelantaron enun centenar de aos a la Reforma.El 6 de julio de1415 fuequemado en la hoguera, junto consus libros. Una tradicin afirma que en su celda, inmediatamen-te antes de su muerte,escribi:Hoy ustedes van a quemar a unganso[el significadodelapalabra "hus" encheco]; sinembar-go, dentro de cien aos, van a poder or el canto de un cisne, nolo van a quemar, y lo van a tener que escuchar4. Martn Luteroestaba firmementeconvencidode que l era el cumplimiento deesta profeca,yescribien1531: JuanHusprofetiz acerca dem cuando escribi desde su prisin en Bohemia: Ahora van a asarunganso(porque"hus"significa "ganso"), perodespusde cienPrefacio 11aos, van a or cantar a un cisne, y a ese cisne lo van a tener quetolerar. Y as continuar todo, si a Dios le place5.yas hacontinuado. Las grandesvoces delagraciasiguencantandohoy. Y param esungrangozoescucharsucantoyhacerme eco de l en este pequeo libroy, con el favor de Dios,en los que le seguirn.Aunque estoscaptulosacerca de Agustn, Lutero yCalvinofueronpresentados originalmente comomensajesbiogrficosenla Conferencia anual para pasrores de Bethlehem (que usted pue-de conseguir en casete de audio en ingls; vea la pgina 169), hayunarazn porla queloshereunidoaqupara unpblicomsamplio que incluye personas laicas. Sus mensajes combinados sonprofundamenterelevantespara este mundomoderno, alprinci-pio de un nuevo milenio. R. C.Sproul tiene razn cuandodice:Necesitamosqueun AgustnounLuteronoshabledenuevo,para que la gracia de Dios no quede no solo eclipsada, sino anula-da en nuestros tiempos6. S, y tal vez lo mejor que un grillo pue-de hacer es dejar que canten los cisnes.El cnticodegracia de Agustnnotieneparecidoconnadade cuanto usted vaya a leer en casi todos los libros modernos quehablendelagracia. Para Agustn, laomnipotencia delagraciaes el poder del gozo soberano. Solo esto lo pudo librar de todauna vida deesclavitud a losapetitossexuales y alorgullofilos-fico. El descubrimientodequebajolajactanciadelospoderesde la voluntadhumanasehallauncultivodeapetitosquenosmantienencautivosdeunasdecisionesirracionales, nosabreelcamino para que veamos la gracia como el triunfo del gozo sobe-rano. Cunto necesitamos quelaantiguacomprensinbbli-cadeAgustnnos libredelaplacenteraesclavitudquefrustra12 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOel cumplimiento delGranMandamiento y la terminacinde laGran Comisin.No estoy seguro de que Martn Lutero y Juan Calvino hayanvistola victoriosa gracia del gozo soberanocontanta claridadcomo Agustn. Sin embargo, lo que ellos vieron con mayor clari-dad aun, fue la supremaca de la Palabra de Dios sobre la iglesia,y la imperiosa necesidad delestudiosagrado en elmanantial dela verdad. Lutero hall el camino al paraso a travs de la puertadel griegodel Nuevo Testamento, y Calvino nosdejun legadode quinientos aos de predicacin extasiada en Dios, porque susojos fueron abiertos para que viera la divina majestad de la Pala-bra. Al escribir este libro, oro para pedirle a Dios que, una vez quetengamos la visin de Agustn de la gracia como gozo soberano,las lecciones del estudio de Lutero la fortalezcan con la Palabra deDios, y lasleccionesdela predicacindeCalvino la propaguenhasta los confines de la tierra. Este es El legado del gozo soberano.Agustnnunca escribiloquesepodra llamar untratadosobre la oracim/. En lugar de esto, lo que sucede es que sus escri-tos entran y salen del ambiente de la oracin. Esto se debe a que,para l, toda la vida de un buen cristiano es un santo anhelo8.yeste anhelo va dirigido a Dios, sobre todas las cosas y en todasella.Este es el anhelo que trato de despertar y mantener al escri-bir. yportanto, orocon Agustnpor m ytambinporusted,estimado lector:No vuelvas de m tu rostro,para que pueda hallar lo que bus-co. No te apartes airado de tu siervo, no vaya a ser que al bus-carte a ti corra hacia alguna otra cosa... S mi ayudador. Nome dejes ni me desprecies, oh Dios, mi Salvador. No desdeesque un mortal quiera buscar al Etern09NOTAS~1 Peter Brown, Augustine ofHippo(University of California Press, Berke-ley, CA, 1969), p. 408.2 R.C.Sproul, Augustine and Pelagius, enTbletalk, junio de1996, p.11. Vea la Introduccin de este libro (nota 24), donde hallar una afirmacinsimilar de Benjamin Warfield. Vea en el Captulo1 el significado del pelagia-nismo.3 Erwin Weber, Luther with the Swan, !he Lutheran Journal, vol. 65, n.2, 1996, p. 10.4 Ibd.5 Citadopor EwaldM. PlassenWhat Luther Says, An Anthology, vol. 3(Concordia Publishing House,Sto Louis, 1959), p. 1175.6 RC. Sproul, Y;La Tri-nidad, que le dio a la doctrina de la Trinidad su formulacin defi-nitiva; y La ciudad de Dios, que fue su respuesta al desplome delimperio, y su intento por mostrar el significado de la historia.La brevedad de nuestro recorrido por estos Alpes se halla drsti-camente fuera de proporcin con la grandeza del tema y su impor-tancia para nuestros das. Tiene relevancia para nuestro ministerio,tanto si somos llamados por vocacin al ministerio, como si somoslaicos, yenespecial para el avancedelafebblicareformadaennuestrosdas. ElttulodeestecaptuloesEl gozosoberano: Elpoder liberador del placer santo en la vida y el pensamiento de SanAgustn. Otro subttulo habra podido ser El lugar del placer enla exposicin y defensa de las creencias evanglicas, obien, Lasraces agustinianas del hedonismo cristiano18.Visin general de la vida de AgustnAgustn naci en Tagaste, cerca de Hipona, en el territorio que esactualmente Argelia,el 13denoviembre del ao354. Su padre,Patricio, campesino de clase media, no era creyente. Trabaj muyfuerteparadarlea Agustnlamejoreducacinquepudoenlaretrica, primero en Madaura, a unostreinta kilmetrosdedis-tancia, desdelosoncehastalosquinceaos, ymstarde, des-pus de pasar un ao en su casa, en Cartago, desde los diecisieteaos hasta los veinte. Su padre se convirti en el ao 370, un aoantesdemorir, teniendo Agustndiecisisaos. Solomencionala muerte de su padre de pasada en una ocasin dentrode todossus abundantes escritos.Esto es ms sorprendente aun cuando se52 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOtienenencuentalasnumerosaspginasquededical dolordeperder a sus amigos.Cuandome hice hombre}}, escribe, me sentinflamadodeafn por saciarme conlosplaceres delinfierno... Mifamilia nohizoesfuerzoalgunopor salvarmedemi cada, casndome. Sunicapreocupacineraqueaprendieraahacer buenosdiscur-sos, ya persuadir a los dems con mispalabras}}19. En particular,dice que su padre no se tomtrabajo alguno en ver cmo esta-ba yo creciendo delante de ti [oh Dios], o si yo era casto o no loera. Lonicoque le interesaba es que yo tuviera una lengua fr-ti120. La profunda desilusin por la falta de cuidado de su padrehacia Agustn haba silenciado su lengua con respecto a l para elresto de su vida.Antes desalir paraCartago, dondeestudiaradurantetresaos, sumadreleadvirtiardientementequenofornicaray,sobre todo, que no sedujera a la mujer de ningn otro hombre21.Fui aCartago, dondemeencontrenmediodeunverdade-roherviderodelujuria[... ]Al querealmentenecesitabaeraati, Diosmo, queereselalimentodemi alma. Noestaba cons-ciente de esa hambre22. Estaba dispuestoa robar, y rob, aun-que no me senta obligado por la falta denada23. Estaba entrelos mejores alumnos en la escuela de retrica. Me senta compla-cido por mi posicin superior, e hinchado en mi engreimiento...Mi ambicin era convertirme en un buen orador, con el profanoy fatuo propsito de complacer mi vanidad humana24. En Carta-go se busc una concubina y vivi con esta misma mujer durantequince aos, teniendo un hijo con ella, al que llam Adeodato.Seconvirtienmaestro de escuelatradicional, enseandoretrica durante los once aos siguientes de su vida, desde los die-cinueve hasta lostreinta, y despusse pas losltimoscuarentaEl gozo soberano 53y cuatro aos de su vida como monje clibe y obispo. Otra for-ma de decir esto sera que fue libertino hasta los treinta y un aos,y clibe hasta los setenta y cinco. Pero su conversinno fuetanrepentina como se suele pensar.Cuandotenadiecinueveaos, enel herviderodeCarta-go, hinchadode vanagloria y totalmenteentregadoa losplace-res sexuales, ley el Hortensio de Cicern, que por vez primera loatrajo por su contenido, y no por su forma retrica. El Hortensioexaltaba la bsqueda de la sabidura y la verdad por encima delsimple deleite fsico.Altermimanera de ver la vida. Cambimisoracionesa ti,Seor, y me proporcion nuevas esperanzas y aspiraciones. Derepente, todosmisvacossueosperdieronsuencanto, ymicorazn comenz a palpitar con una desconcertante pasin porla sabidura de la verdad eterna. Comenc a salir de las profun-didades donde me haba hundido, a fin de volver a ti [... ] Diosmo, cmoardaendeseosdeteneralasquemellevarandevuelta a ti, lejos de todas las cosas terrenales, aunque no tenaidea de lo que haras conmigo. Porque tuya es la sabidura. Engriegola palabrafilosofasignificaamora lasabidura, ycon ese amor fue con el que el Hortensio me hizo arde25.Aquello tuvo lugar nueve aos antes de su conversin a Cris-to, pero tuvo una importancia extrema en cuanto a dirigir su lec-tura y su pensamiento ms hacia la verdad que hacia el estilo, locual no es un mal cambio, a cualquier edad en que se produzca.Durante los nueve aos siguientes,se sinti cautivado por laenseanza dualista llamada maniquesmo, hasta que se desilusio-n con uno de sus lderes, a los veintiocho aos de edad26 A losveintinueveaos setrasladdeCartagoaRomaparaensear,pero se sinti tan hastiado con la conducta de los estudiantes, que54 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOpasa enseara Milnenelao384. Estofueprovidencial envarios sentidos. All descubrira a los platnicos, y all conocera algran obispo Ambrosio. Ya tena treinta aos, y an tena a su hijoy a su concubina, una mujer trgica y olvidada cuyo nombre noda ni una sola vez en todos sus escritos.Aprincipiosdelveranodel ao386, descubrilosescritosdePlotino, neoplatnic027quehabamuertoenel 270. Aque-lla fue la segunda conversin de Agustn, despus de la lectura deCicern once aos antes. Absorbi la visin platnica de la reali-dad con emocin. Este encuentro, dice Peter Brown, sirvi nadamenosque para cambiar elcentro de gravedad de la vida espiri-tualde Agustn. Yanoseidentificaba con suDios(comoenelmaniquesmo]: Este Dios era totalmente trascendente28.Pero segua estandoen la oscuridad. Se puede or la influen-cia de su platonismoen su formade evaluar esosdas: Leesta-ba dando la espalda a la luz, y tena el rostro vuelto hacia las cosasqueella iluminaba, detal modoquemisojos, conlosque vealas cosas que estaban en la luz,estaban ellos mismos en las tinie-blas29.Haballegadoel momentodel pasodefinitivo, el pasodelplatonismoal apstol Pablo, atravs del profundoimpactodeAmbrosio, quientenacatorceaos deedadms que Agustn.En Miln hall a tu consagrado siervo, el obispo Ambrosio... Enaquellosmomentos, subiendotada lengua nunca secansaba dedispensar las riquezasde tu trigo, el gozode tu aceite y la sobriaembriaguez de tu vino. Sin yo saberlo, fuiste t quien me llevastea l, para que sabindolo, l me llevara a th>30.El platonismodeAgustnseescandalizantelaenseanzabblica de queel Verbo se hizo carne. Sin embargo, una sema-na tras otra, escuchaba predicar a Ambrosio. Lo escuchabaEl gozo soberano55atentamente paraapropiarme de suelocuencia, pero tambincomencasentirlaverdaddeloqueestabadiciendo, aunquesolode formagradua131 Me emocionaban por igual el amor yel temor. Me daba cuenta de que estaba muy lejos de ti. .. y, desdemuy lejos, o tu voz que me deca: "Yo soy el Dios que ES". Escu-ch tu voz, como omos las voces que nos hablan al corazn, y deinmediato dej de tener motivos para dudar32.Sinembargo, esta experiencianofueuna verdadera conver-sin. Estaba atnito porque, aunque ahora te amaba... noper-sista en el disfrute de mi Dios. Tu belleza me atraa hacia ti, peromuy pronto era arrastrado lejos de ti por mi propio peso, y en midesaliento, mehundadenuevoenlascosasdeestemundo...como si hubiera sentido el aroma de losalimentos, pero annopudiera comer de ellos33.Observe que aqu surge la frase el disfrute de mi Dios. Ya enesosmomentos, Agustnconceba la bsqueda desu vida comola de un disfrute firme e inquebrantable del Dios verdadero. Estodeterminara por completo su pensamiento con respectoa todo;en especial, en sus grandesbatallas contra el pelagianismo,haciael final de su vida, cuarenta aos ms tarde.Saba que ahora ya no lo retena nada de tipo intelectual, sinola lujuria del sexo:An estaba firmemente atrapado en los lazosdel amor a la mujer34. Por consiguiente, el resultado de la bata-lla sera decididopor eltipodeplacer quetriunfara en su vida.Comenc a buscar un medio de adquirir la fortaleza que necesi-taba para gozar de ti [observe cul es el frente de batalla:Cmopuedo hallar fortaleza para disfrutar de Dios ms que del sexo?],peronopudehallaresemediohastaqueacepta Jesucristo, elmediador entre Dios y los hombres35.56 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOMnica, sumadre, quehabaoradoporldurantetoda suvida, haba llegadoa Milnen la primavera del 385,Ylehabacomenzadoaarreglar unmatrimonioadecuadoconunafami-lia cristiana pudiente de aquella ciudad. Esto puso a Agustn enuna descorazonadora crisisy preparelescenariopara unpeca-doms profundo aun, a pesar de que su conversin se asomabaya en el horizonte.Envi a su concubina de quince aos de vuel-ta al frica, y nunca volvi a vivir con elb. La mujer con la quehaba estado viviendo me fue arrancada de mi lado como un obs-tculoa mimatrimonio, y aquellofueun golpe que medestro-z el corazn hasta hacerlo sangrar, porque la amaba fuertemente.Ella regres al frica, jurando no entregarse nunca a ningn otrOhombre[... ]Peroyoestaba demasiadotriste y demasiadodbilparaimitaresteejemploquemeestabadandounamujer [... ]Tom otra amante, sin la bendicin del matrimonio36.La histrica conversinEntonces lleg uno de los das ms importantes en la historia de laIglesia. Oh Seor, mi Ayudador y mi Redentor, ahora dir y con-fesarpara la gloria de tu nombre cmo roe libertaste de los gri-lletes de la lujuria que me mantenan tan fuertementeesposado,y de mi esclavitud a las cosas de este mundo37. Este es el coraznmismo de su libro las Confesiones, y es tambin una de las grandesobrasdela gracia en la historia, y constituyuna fuertebatalla.Pero escuche atentamente a la forma en que fue ganada. (Se hallaescrita con ms detalle en el libro VIII de lasConfesiones).Aun este mismo da fue ms complejo de lo que se suele con-tar, pero a fin de ir al centro mismo de la batalla, vamos a centrar-nosen la crisis final. Sucedi a finesde agostodel 386. AgustnEl gozo soberano 57tena casi treinta y dos aos de edad. Estaba conversando con Ali-pio, su mejor amigo,acerca del sacrificio y la santidad tan nota-blesde Antonio, unmonjeegipcio.Agustnse senta hostigadopor su propia esclavitud bestial a la lujuria, mientrasotroseranlibres y santos en Cristo.Haba un pequeo jardn adosado a la casa donde nos alojba-mos[... ] Ahorame vi llevadopor el tumultoquetena enelpecho a buscar refugioen ese jardn, donde nadie poda inte-rrumpir esa ferozlucha en la cual yo era mi propiooponente[... ] Estaba fuera de m mismo con una locura que me traerala cordura. Me estaba muriendo con una muerte que me trae-rala vida[... ]Estaba frentico, dominadoporuna violentaira conmigo mismo por noaceptar tu voluntad y entrar en tupacto [... ] Me arrancaba el cabello y me golpeaba la frente conlos puos;entonces entrelac los dedos y rode con los brazosmis rodillas38Perocomenzaver conms claridadquelagananciaeramucho mayor que laprdida, ypor unmilagrodelagracia,comenza vertambinlabelleza delacastidad enla presenciade Cristo.Meretenanunas simplesinsignificancias[... ] Metiraban demi vestimenta de carne ym ~ susurraban: Nos vas a despedir?Desdeestemomentoenadelante, nuncamsvamos aestarcontigo, por siempre y para siempre. Ymientras estaba paradotemblando en la barrera, al otro lado poda ver la casta bellezade la Continencia en todo su gozo sereno e impoluto, que mellamaba modestamente a cruzar hacia ella y no seguir titubean-do ms. Estaba extendindome unos amorosos brazos para dar-me la bienvenida y abrazarme3958 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOAsqueahora labatalla sehabareducidoa labelleza delaContinencia y a sus propuestas amorosas, contra las insignifican-cias que tiraban de su carne.Me lanc al suelo debajo de una higuera y di rienda suelta a laslgrimasqueahora corrandemisojos [... ]Enmiafliccin,seguaclamando: Porcuntotiempo vayaseguirdiciendo'maana, maana? Por qu no ahora? Por qu no acabar conmis repugnantes pecados en este mismo instante? [...] En esemismo momento, o que un nio canturreaba en una casa cer-cana. Nopuedodecir si setrataba dela voz deunnioodeuna nia, pero repeta una y otra vez el estribillo Toma y lee,tomaylee. Entonces, levantlamirada, tratandoderecor-dar si haba algn tipo de juego en el cual los nios solan can-taralgnestribillocomose, peronopoda recordarhaberloodonunca antes. Dejdellorar ymelevant, dicindomeam mismo que esto solo poda ser una orden de Dios para queabriera las Escrituras y leyera el primer pasaje en el cual se fija-ran mis ojos40.As quemeapresura volver al lugardondeestabasentadoAlipio [... ] lotom [el librodelasepstolasdePablo] yloabr, y leensilencioelprimer pasajeenel quecayeronmisojos: Andemoscomodeda, honestamente; noenglotone-rasyborracheras, noenlujurias ylascivias, noencontien-das y envidia, sino vestos del Seor Jesucristo, y noproveispara losdeseos delacarne(Romanos 13:13-14). Noquiseleer ms, y tampoco necesitaba hacerlo. Por un instante, allle-gar al finalde aquellas palabras, fuecomo si la luz de la segu-ridad inundara mi corazn, y se dispersaran todas las tinieblasde la duda41.El gozo soberanoEl lugar no escogido y laprovidencia de Dios59La experiencia de la gracia deDiosen su propia conversinfijlatrayectoria para suteologa delagracia, quelollevaentraren conflicto con Pelagio e hizo de l la fuente de la Reforma milaos ms tarde. Y esta teologa de la gracia soberana era una teo-loga muy consciente del triunfo del gozo en Dios, por experien-cia propia.Ambrosio lo bautiz en Miln el domingo de Pascua de Resu-rreccinsiguiente, enel ao387. Sumadrefalleciduranteelotoo, muy feliz, porqueelhijodetantaslgrimasestaba segu-ro en Cristo. En el 388 (con casi treinta y cuatro aos), regres alfrica con la idea de establecer una especie de monasterio para smismo y para sus amigos, a los cuales llamaba siervos de Dios.Haba abandonado los planes de matrimonio y se haba consagra-do al celibato y a la pobreza; es decir, a la vida comn con otrosen la comunidad42 Tena la esperanza de llevar una vida de filos-fica tranquilidad al estilo monstico.PeroDiostenaotrosplanes. Adeodato, elhijode Agustn,muri en el 389. Los sueos de regresar a su ciudad natal de Tagas-te para llevar una vida tranquila se evaporaron a la luz de la eter-nidad. Vio que sera ms estratgico que trasladara su comunidadmonstica a Hipona, que era una ciudad mayor. Escogi Hipona,porque ya tena obispo, demanera quehaba menosposibilida-des de que lo presionaran para que desempeara ese cargo. Perohaba calculadomal, como le pasara a Calvinoms de mil aosdespus. La iglesia acudi a Agustn, y esencialmente lo forz a sersacerdote, y despus obispo de Hipona, donde permaneci por elresto de su vida.Mucho ms tarde, Agustn le dira a su pueblo en un sermn:Un esclavo no puede contradecir a su Seor. Vine a esta ciudad60 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOa ver a un amigo, al que pensaba que ganara para Dios,a fin deque viviera con nosotros en el monasterio. Me senta seguro, por-que el lugar ya tena un obispo. Me tomaron, me hicieron sacer-dote... y despus, me convert en vuestro obispo43.yas, comotantosotrosenla historia dela iglesia que hansentido una seal duradera, l fue sacado (a los treinta y seis aos)deunavidadecontemplacinparaserlanzadoaunavidadeaccin. El papel de obispoinclua el deber de zanjar las disputaslegalesentrelosmiembrosde la iglesia yeldemanejar muchosasuntos civiles. Visitaba las crceles para proteger a los prisione-ros de los malos tratos; intervena... para salvar a los criminales delas torturas de los jueces y de la ejecucin; y sobre todo, se espe-raba del que mantuviera la paz dentrode su 'familia'actuandocomo rbitro en sus pleitos legales4.Agustn estableci un monasterio en los terrenos de la iglesia,y durante casi cuarenta aos form un grupo de sacerdotes yobis-pos saturados deBiblia que fueronsituados entodoel norte defrica, llevando la renovacin a las iglesias.l se vea a s mismocomo parte del monasterio, y segua la estricta dieta vegetariana ylos principios de pobreza y castidad. A las mujeres les estaba abso-lutamenteprohibidovisitarlo. Erademasiadoloqueestabaenjuego, y l conoca su debilidad. Nunca se cas. Cuando muri,no hubo testamento, porque todas sus posesiones eran de la ordencomn. Su legado consista en sus escritos,el clero que prepar ysu monasterio.El triunfo de la gracia como gozo soberanoVolvamos ahoraal triunfodelagraciaenlavidaylateologade Agustn. l experimentesta gracia, y ladesarrollocontodaEl gozo soberano 61conciencia de loque haca comouna teologa delgozo sobera-no. R. C.Sproul dice que la iglesia de hoy se halla en gran par-tebajoel cautiveriodelpelagianism045. Tal vez la receta para lacuracin es que la iglesia, y en especial los que aman la soberanade Dios, recupere una saludable dosisde la doctrina de Agustnsobre el gozo soberano. Es demasiado lo que los cristianos pien-san y predican en nuestros das (yen esto estn incluidos el pen-samiento y la predicacin reformados) que no ha penetrado hastala raz de la forma en que la gracia triunfa realmente; esto es, pormediodel gozo, yportanto, soloesmedioagustiniano, mediobblico y medio hermoso.La vida y el pensamiento de Agustn nos traen de vuelta a estaraz del g ~ ) Z o . Pelagio era unmonje inglsque viva en Roma entiempos de Agustn, y enseaba que aunque la gracia puede facili-tar el logro de la justicia, no es necesaria para llegar a ella46. Nega-baladoctrinadel pecadooriginal yafirmabaquelanaturalezahumana es bsicamente buena y capaz de hacer todo lo quese leordena hacer. Por eso, se escandaliz cuando ley en las Confesionesde Agustn: [Seor,] dame la gracia de hacer lo que t me orde-nes, y ordname hacer lo que t quieras[...] Oh Dios santo[... ]cuando tus mandatos son obedecidos, es de ti de quien recibimosel poder para obedecerlos47. Pelagio vio esto como un ataque a labondad, la libertad y la responsabilidad del ser humano; si Diosnos tiene que dar lo que nos ordena, entonces no somos capaces dehacer lo que ordena, y no tenemos la responsabilidad de hacer esoque nos ordena, de manera que la ley moral se deshace.Agustn nohaba llegadoconrapideza esta posicin. Ensulibro El libre albedro, escritoentre los aos 388 y 391, defiendela libertad de la voluntad de una forma que hace que Pelagio citecontra l su propiolibroms tard8 Pero ya para el tiempoen62 EL LEGADO DEL GOZO SOBERANOqueescribilas Confesones, diezaosdespus, lacuestinesta-ba decidida. He aqu loque escribi(esposible que este prrafose encuentre entre losms importantes para comprender el cen-tro del pensamiento de Agustn y la esencia misma del agustinia-nismo):Durantetodosaquellosaos [de rebelin], dnde estaba milibre albedro? Cul era el lugar secreto y escondido desdeelcual era convocado en un instante, para que yo pudiera incli-nar el cuello ante tu fcil yugo?[...] Qu dulce fuede repen-te para m verme libre deesos gozos estriles que una vez habatemido perder! [... ]T los sacaste de m, t que eres elgozo sobe-rano y verdadero. [He aqu las palabras clave y la realidad cla-ve para comprender el corazn del agustinianismo]. Los sacastedem y ocupaste su lugar, t que eresms dulce que todoslosplaceres, aunque no para la carne ni la sangre;t que resplan-decesmsquetodaslas luces, y con todoestsescondidoennuestro corazn ms profundamente que todos los secretos; tque sobrepasas todos los honores, aunque no ante los ojos delos hombres que ven todos los honores en ellos mismos [...] OhSeor, Dios mo, mi Luz, mi Riqueza y mi Salvacin49Esta es la forma en que Agustn comprende la gracia. La gra-caconsste enque Dosnos daun gozosoberano en l que trun-fasobre el gozo que hay en el pecado. En otras palabras, Dios obraen lo ms profundo del corazn humano a fin de transformar lasfuentes del gozo, de manera que lo amemos a l ms que al sexo,oaninguna otra cosa. Enla mentede Agustn, el amor aDiosnunca se reduce a unas obras movidas por la obediencia, o a unaactuacindel poderdelavoluntad. Nuncacometeel errordecitar Juan14:15 (