el jugar cooperativo: un camino rumo a la paz y la transdisciplinariedad

I Congreso Internacional de Innovación Docente:Transdisciplinariedad y Ecoformación Barcelona, 28-30 de marzo de 2007

Formación, ecoformación, medioambiente, inclusión social... nivel infantil, primaria, secundaria...

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El jugar cooperativo

Un camino rumbo a la paz y la transdisciplinariedad Marcos Teodorico Pinheiro de Almeida

[email protected]

“No hay camino para paz, la paz es el camino”

(Mahatma Gandhi)

Introducción

El jugar es un proceso en el camino del aprendizaje, pero un proceso vital y

influenciable, y es en la conducta lúdica del niño que el jugar mantiene su

posición de importancia, pues es en el desarrollo de muchos aspectos

intangibles que el jugar sobresale dentro de cualquier cultura, contextos y

espacios. Actitudes como: la cooperación, la motivación, la perseverancia, la

concentración, la reflexión, la autonomía y lo divertimiento como aprendizajes

son algunos de los valores del jugar que no pueden ser cuantificados dentro de

determinados aspectos tangibles. En la visión de varios teóricos e instituciones

el niño para jugar de modo efectivo necesita de:

1. Compañeros de juegos, espacios o áreas para jugar, materiales para

jugar, y que el jugar sea valorizado por las personas de su entorno;

2. Oportunidades para jugar en pares, en pequeños grupos, solas, cerca

de otras personas, con adultos, etc;

3. Tiempo para explorar, a través del lenguaje, aquello que hicieron y

como ellos pueden describir la experiencia;

4. Tiempo para continuar lo que iniciaron;

5. Experiencias para ampliar y profundizar aquello que ya saben y aquello

que ya consiguen hacer;

6. Estímulo y motivación para hacer y aprender más;

7. Deben tener oportunidades lúdicas dirigidas y espontáneas;

8. Desarrollar una Cultura de Paz y valores que fortalezcan sus

potencialidades humanas y de conocimientos.

Varios investigadores ya confirmaron que la evolución del desarrollo infantil



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varía en la dependencia directa de los contactos de los niños con sus

compañeros, y que muchas de las reglas básicas de la conducta social son

adquiridas por los párvulos en contacto con otros de su edad, por lo tanto es

necesario el estímulo de materiales y actividades lúdicas para garantizar el

desarrollo normal en la infancia. Con eso surgieron estudios variados sobre el

desarrollo, lo lúdico y el niño. Entre los más destacados se tienen los trabajos

de Sigmund Freud, Melanie Klein, Gesell, Thompson, McGraw, Hebb, Elkomin,

Winnicott, entre otros. Los estudios desarrollados por Piaget, Vygotsky, Wallon

y Bruner, vienen despertando muchas reflexiones relacionadas con el

desarrollo y el jugar. A pesar de tener muchas controversias y

posicionamientos diferentes entre los varios estudiosos, existe entre ellos un

punto en común respecto al jugar. Esos investigadores concuerdan que el

lúdico desempeña un papel importante en el desarrollo del niño.

Y las actividades cooperativas, siendo todavía relativamente minoritarias, están

en proceso de difusión. Las razones para este crecimiento pueden ser varias,

pero la primera debería ser la coherencia en nuestra acción educativa. Si

deseamos un mundo más altruista, en que los enfrentamientos sean la

excepción y no la norma, debemos empezar a construirlo desde la escuela.

Para eso debemos potenciar valores positivos: dar, ayudar y compartir.

Debemos enseñar los niños y niñas a trabajar juntos, como debería hacer en la

vida adulta. Y deberíamos enseñarles a compartir no sólo esfuerzos, objetivos

y medios materiales, sino lo más importante: sentimientos.

Desde hace tiempo quería escribir sobre este tema, el jugar cooperativo y su

importancia en la educación y su relación con a la paz y la

transdisciplinariedad. Como alumno de doctorado de la Universidad de

Barcelona, tuve la oportunidad de participar de una asignatura ministrada por

el profesor Saturnino de la Torre, en esta asignatura visualicé una fusión entre

jugar – paz – transdisciplinariedad. Enseñar a aprender a vivir juntos es el

mayor desafío de la educación en el siglo XXI. En este artículo intentaré

compartir ideas y reflexiones sobre el jugar cooperativo como un medio para

ayudar en el proceso de construcción de la paz y en el nacimiento de un nuevo



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hombre (mirar transdisciplinar). Presento en todo el trabajo que el jugar

cooperativo es un eje de contenido curricular de fundamental importancia para

el desarrollo y el aprendizaje educativo.

Los temas abordados en este trabajo pueden ayudar en una reflexión acerca

del: jugar cooperativo, paz y transdisciplinariedad. Actualmente la movilización

de los pueblos y naciones en la busca de la paz es una lucha colectiva y

permanente, a pesar de las oposiciones encontradas en el camino de la paz. El

jugar cooperativo es una forma divertida, creativa y transformadora de

liberación humana y de autonomía colectiva.

Mi propuesta es de presentar argumentos donde el jugar cooperativo es

necesario y fundamental en la educación de niños, jóvenes y adultos. Vamos a

intentar visualizar juntos elementos comunes en los tres ejes abordados en

este artículo dentro de una perspectiva unificada de acciones educativas. Otro

aspecto de este trabajo es de colaborar con propuestas o sugerencias de

líneas y conductas de acciones prácticas en la educación formal y no formal.

El jugar cooperativo en la educación Crear nuevos espacios lúdicos para que los niños jueguen, en una época en

que la urbanización creciente pone al ser humano en un universo espacial

pequeño y restringido es fundamental. Esta problemática se vuelve más grave

para los niños, jóvenes y adultos que tienen dificultad de encontrar espacios,

medios, profesionales y compañeros con iguales intereses para cumplir sus

objetivos lúdicos. El niño hoy está frente a una sociedad multicultural

generadora de contradicciones y conflictos, frente a una sociedad industrial

informatizada y electrónica, donde el mundo del juego y juguete se vuelve cada

vez más sofisticado y caro, en fin una sociedad individualista, urgente y

materialista, orientada por la competencia.

Los cambios sociales, educacionales, económicos y políticos ocurridos en las

décadas de los 80 hasta hoy alteraron significativamente la estructura de vida



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familiar. Los hábitos cotidianos en la vida del niño cambiaron radicalmente los

ritmos y las rutinas de su día-día. Jugar en la calle es en muchas ciudades del

mundo una especie en vías de extinción. El tiempo espontáneo e imprevisible,

de la aventura, del riesgo, de la confrontación con el espacio físico natural, dio

lugar al tiempo organizado, planeado, uniformado y sincronizado. Del estímulo

ocasional se pasó a una hegemonía del estímulo organizado, teniendo como

consecuencia la disminución del nivel de autonomía de los niños, con

implicaciones graves en la esfera del desarrollo motriz, emocional y social. Sin

la inmunidad que le es conferida por el jugar espontáneo, por el encuentro con

otros niños en un espacio libre, donde se juega con la tierra, se inventan

juegos y juguetes, se viven aventuras emocionantes, el niño va hoy teniendo

menos capacidad de defensa y adaptabilidad a las nuevas circunstancias del

mundo cotidiano por lo que respecta a lo lúdico.

Hoy las posibilidades de acción lúdica del niño disminuyen drásticamente como

consecuencia de un estilo de vida estandarizado. La calle no es sólo un

espacio donde circulan coches y gente anónima y con prisa, sino también un

espacio de encuentro, de convivencia, de descubrimiento y hasta de desorden.

Todo eso es importante para crecer y evolucionar. El estimulo lúdico en la vida

de la ciudad, debería constituirse como uno de los elementos decisivos de

calidad de vida. Los estudios desarrollados sobre el jugar, motricidad y

espacio, necesitan ser reactivados, mejorando los métodos naturalistas de

observación e investigación y siempre con una mirada atenta a la diversidad de

los contextos de la acción, en el sentido, de analizar los obstáculos que surgen

en la práctica del jugar espontáneo en la infancia.

Estudios realizados sobre el niño en las tres últimas décadas por la UNESCO,

ONU y la UNICEF, presentaron algunos resultados negativos, que de acuerdo

con estas instituciones habían sido provocados por factores económicos,

educacionales, sociales y políticos, entre otros, y que afectan directamente la

vida del niño como un todo. Para la UNICEF, estos impactos negativos en la

vida del niño pueden ser minimizados con la vivencia de manifestaciones



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lúdicas en espacios estructurados para jugar, donde ellos puedan expresar su

creatividad, su autonomía, su alegría con seguridad y placer.

Los resultados negativos de este estudio son:

• La indiferencia de la sociedad para con el derecho a jugar;

• La gran valorización de los estudios teóricos y académicos en las

escuelas;

• El aumento del número de niños que viven sin las condiciones mínimas

para que se desarrollen;

• Planificación ambiental inadecuada, patente en la proporción

deshumanizada de las construcciones, formas de viviendas impropias y

mala gestión del tráfico;

• La creciente exploración comercial de los niños a través de los medios

de comunicación social y de producción en serie que conducen a un

deterioro de los valores morales y de las tradiciones culturales;

• La falta de acceso de las mujeres en países del “tercer mundo” a una

formación básica sobre el cuidado de los hijos y sobre su desarrollo;

• La preparación inadecuada de los niños para que enfrenten con éxito

una sociedad en constante cambio;

• La creciente segregación de los niños por la comunidad;

• El número creciente de niños que trabajan y las inaceptables

condiciones de ese trabajo;

• La exposición constante de los niños a la guerra, a la violencia, a la

exploración y a la destrucción;

• La valorización de la hipercompetición y del ganar a toda costa en el

deporte infantil.

Considerando otra visión, en una perspectiva más positiva, Neto (1997) apunta

que los estudios e investigaciones sobre el jugar, están llegando a merecer en

las últimas décadas un interés creciente en la comunidad científica y una

movilización internacional sobre la defensa del derecho del niño al jugar

materializada en múltiples proyectos de intervención. Para este estudioso, se

pueden presentar otras razones:



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• La aparición de periódicos e informes especializados sobre el juego,

libros temáticos y medios de divulgación e información sobre

experiencias realizadas en varios locales y regiones esparcidas por el

mundo;

• La realización periódica de seminarios, encuentros, congresos y

conferencias relacionadas con el papel que lo juego y juguete puede

desempeñar en el desarrollo humano;

• La integración creciente del conocimiento disponible sobre el juego en el

comportamiento evolutivo de los hombres y animales como área

fundamental de formación de profesores y otros técnicos conectados

con el niño en cursos de formación en graduación y postgrado;

• La creación de centros de investigación y estudio de la actividad lúdica

relacionada a proyectos sobre concepción de equipamientos y

materiales de juego, lista de comportamientos lúdicos en contextos

diversificados e impacto del juego en la educación y la ludo-terapia en

poblaciones especiales;

• Creación de museos dedicados al juguete, juegos tradicionales y otras

iniciativas relacionada al patrimonio lúdico-cultural en su dimensión

histórica y antropológica;

• El desarrollo de servicios y estructuras comunitarias, escolares y de

asistencia social, dedicadas al desarrollo de equipamientos lúdicos,

creación de espacios verdes, espacios de ocio y espacios de juego para

niños;

• La aparición del fenómeno de la industria relacionada con la fabricación

de juguetes y equipamientos de juego (niños consumidores), se ha

vuelto uno de los fenómenos comerciales más singulares de este fin de

siglo, considerando su concepción, producción, comercialización,

consumo y seguridad;

• Los cambios progresivos de los estilos de vida familiar y la alteración de

las rutinas de vida cuotidiana de los hijos en la gestión del espacio y

tiempo libre, asociada a los constreñimientos y disminución de

autonomía y independencia de movilidad en el contexto social

(inseguridad, intensidad de tráfico y ausencia de espacios de juego).



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En la organización actual de la sociedad, la familia y en especial los niños no

tienen posibilidades directas de crear espacios para jugar, a no ser que esta

idea forme parte de un programa de políticas públicas. En realidad percibimos

que este tipo de acción acontece cuando las elecciones se aproximan, eso

cuando algún candidato en su plano de gobierno contempla el jugar como un

derecho del ciudadano.

Para Borja (1992), actualmente la preocupación con el tema lúdico en el

contexto político, social y económico, ya forma parte de la preocupación de la

sociedad. Las familias empiezan a preocuparse por la importancia del jugar en

la vida de cada uno, lógico que este hecho ocurre con mayor intensidad en una

determinada comunidad que en otra, aunque sea de forma dispersa y

desorganizada. Pero el hecho es que en todos los países desde el más

desarrollado hasta el menos desarrollado el juego y el juguete han pasado a

ser un fenómeno importante y que merece ser valorizado y estudiado.

Según Borja (1992) un país que se preocupa con el Derecho de Jugar, debe

tener en cuenta en sus Políticas Públicas acciones específicas en tres ejes

básicos:

1. Creación de espacios lúdicos estructurados para juegos y juguetes;

2. Organización sistemática de acciones de formación lúdica de recursos

humanos en diferentes niveles;

3. Creación de centros de investigación, de documentación y asesoría

sobre juegos y juguetes y otros materiales lúdicos.

Para ella son necesarias políticas públicas y privadas de creación de espacios

para jugar, espacios esos, con diversos materiales lúdicos, con animadores

lúdicos etc., visando así cumplir uno de los principios básicos de la educación

humana, que es el desarrollo integral del niño y la integración niño, familia y

sociedad dentro de una perspectiva holística. Un espacio estructurado para el

jugar puede ser un ambiente rico para conocer, aprender, vivir y convivir los

aprendizajes y para el desarrollo. Además del espacio estructurado,



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entendemos el jugar mientras un medio pedagógico holístico, que viabiliza su

existencia independiente del espacio estructurado por sí sólo, pero

fundamentalmente por la relación existente entre, a través y más allá 1 de los

abordajes y campos educativos.

Reforzando este pensamiento, Moraes (2007) comenta,

“Es necesario ir más allá del conocimiento lineal,

superficial, fragmentado y ordenado, si realmente

pretendemos conocer verdaderamente alguna cosa

en este mundo, pues los fenómenos complejos son

multidimensionales, tal como es el ser humano en

su proceso de conocer, aprender, vivir y convivir.”

Creo que propuestas transformadoras e innovadoras2 deben ser compartidas y

vividas con todos, y en especial, con nuestros niños. Por ello, el jugar

cooperativo es una herramienta de gran valor educativo en la formación y en el

desarrollo. Jugar cooperando en la educación significa estar junto, vivir, ceder,

descubrir, construir, actuar, re-crear y humanizar dentro de una relación

dinámica y transformadora. Entender la visión del otro o hacer una lectura

previa de los deseos, necesidades y expectativas de los envueltos en el jugar,

puede ser un excelente instrumento de prevención de errores. Nunca debemos

olvidar que los niños perciben el jugar de una manera y los adultos o

profesores de otra. Buscar un punto de equilibrio sería una buena solución.

Garantizar el espacio del jugar en la educación puede ser un elemento

importante para ampliar el repertorio de vida y de conocimiento del alumno.

Garantizando este espacio es fortalecer su autonomía, su capacidad creadora,

su conciencia colectiva, su solidaridad y su cooperación. Jugar y aprender o

jugando y aprendiendo de forma cooperativa puede acrecentar en la 1 Elementos que forman parte de la estructura del concepto de transdisciplinariedad que iremos a hablar más adelante. 2 Un cambio educativo sin cambio en la mejoría y de la calidad de la enseñanza, del aprendizaje, en la cultura de los envueltos y de las instituciones formales y no formales “es un texto muerto”. Como dice el profesor Saturnino de la Torre, que lo más importante no es los cambios externos y sí los cambios internos. Para él son cambios internos que producen actitudes en los comportamientos de las personas.



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protuberancia de la formación humana experiencias ricas, creativas, impares y

libertadoras. Y sobre todo construyendo valores sólidos y consistentes que

servirán para fortalecer sus relaciones consigo mismo, como los otros y con el

medio micro y macro.

Jugar cooperativo y la cultura de la paz

“La paz está dentro de cada uno de nosotros” (Pierre Weil, 2005)

Nuestra primera motivación para escribir sobre ese tema surgió de una simple

pregunta: “¿como podemos construir un mundo mejor a través del jugar

cooperativo?”. Buscando respuestas a esta pregunta, encontramos varias

experiencias ya realizadas y defendidas por diversos estudiosos e

investigadores como Robert Muller él recibió un premio de la UNESCO de

Educación para Paz en 1989, Boff (1993 y 1999), Maldonado (1997),

Abramovay (2001), Jarés (2002), Pierre Weil3 actualmente rector de la

Universidad Holística Internacional – UNIPAZ, entre otros, que iluminó mías

reflexiones sobre la cultura de la paz. Un otro colaborador importante es Carlos

Velázquez Calllado, Coordinador Del Colectivo de Innovación Educativa y

Pedagógica – La Peonza, él presenta en uno de los sus trabajos una

propuesta de una Educación Física para Paz: una propuesta posible. Esta

experiencia propuesta por él va a orientar algunas ideas que serán

compartidas en este trabajo.

Según Velázquez (1991) cuando hablamos sobre PAZ soñamos con una

cultura de la paz para referirse a una nueva forma de entender el mundo en

que vivimos, esa cultura de la paz tiene como referencia la Declaración

Universal de los Derechos Humanos, que se “caracteriza por el respeto la vida

y la dignidad de cada persona, desprecia la violencia en todas sus formas, en

la defensa a un conjunto de valores como la libertad, el respeto, la

3 Él dice que “para crear un mundo más justo y feliz, la receta es: educar para la paz” en su libro El arte de vivir la vida. Sobre el pensamiento de Pierre Weil visite la web: www.pierreweil.pro.br y sobre la UNIPAZ visite la web: www.unipaz.org.



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cooperación, la comunicación y lo dialogo y rechaza activamente otros valores

como la injusticia, la intolerancia, la competición, el racismo y lo fanatismo de

cualquier especie”. Velázquez (1991) cree y apuesta “por una diversidad

cultura y el interculturalismo como medio de enriquecimiento común, además,

la cultura de la paz desea un desarrollo que tenga en cuenta a la importancia

de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del

planeta”. Para él “lo más importante es buscar colectivamente un modo de vivir

y de relacionarse que contribuya en la construcción de un mundo más justo,

solidario y mejor en beneficio de toda la humanidad”.

Actualmente la cultura de la paz viene siendo reflejada dentro de una

perspectiva educativa de una propuesta de Educación Para la Paz. Velázquez

(1991) definí educación para la paz.

“Como un proceso continúo de concienciación de

las personas y de la sociedad, esta tomada de

conciencia tiene inicio en la concepción positiva de

la paz y de las formas adecuadas y creativas en el

tratamiento de los conflictos, es en esta perspectiva

que nueva cultura de la paz empieza a nacer, esa

nueva cultura tendrá como eje orientador el

equilibrio entre tres elementos fundamentales”.

Para mí la educación para la paz parte del análisis de la realidad entendida

como un conjunto de relaciones que el ser humano puede establecer, consigo

mismo, con los otros y con instituciones por ellos creadas, y con la naturaleza y

lo medio ambiente en que transcurre la vida. En este sentido la educación para

la paz trabaja dentro de una perspectiva integradora del conjunto de estas

relaciones orientada para favorecer procesos de desarrollos igualitarios que

seamos compatibles como el desarrollo personal, social y del medio ambiente

(buscar una la armonización entre estos elementos).

Para hacer el equilibrio entre estos elementos, voy a utilizar algunos principios



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del jugar cooperativo que juzgo importantes dentro de las diversas áreas del

conocimiento humano y buscar integrar los elementos básicos de estas áreas

que podrían tener una interacción con las concepciones globales de la

educación para la paz y transdiciplinariedad. Intentaré a largo del artículo

incorporar tanto la definición de la educación para paz como los tres ejes de

intervención originados por ella con los elementos de la transdiciplinariedad el

entre, a través y el más allá. Mi idea es de intentar hacer que nuestras

prácticas y teorías puedan ser orientadas por sus propios principios y por sus

propias convicciones con autonomía y criticidad. Presentaré abajo los

principios4 del jugar cooperativo que pueden orientar a nuestro entendimiento

educativo.

1. Del Regionalismo – el jugar cooperativo rescata el conocimiento y las

experiencias del grupo de participantes, proponiendo la recreación de

las diferentes actividades. También asocia y re-integra lo que es

regional al “UNÍ-VERSAL”, manifestando la conciencia de que hay

muchas partes pero un solo TODO.

2. De la Co-educación – en el jugar cooperativo los profesores de

educación física, los mediadores lúdicos, los padres tiene el papel de

interlocutores, incentivando la construcción conjunta de las reglas y

estructuras de los juegos y juguetes cooperativos. Además, niños,

adolescentes, adultos y tercera edad cambian informaciones que

auxilian en el proceso de autoconocimiento, transformación e

integración social.

3. De la Emancipación - cada ser humano envuelto con el jugar

cooperativo es motivado a expresarse con espontaneidad, libertad y

responsabilidad. El ejercicio de la autonomía es promovido por la

tomada de conciencia y acción creativa que, transforman el juego y los

juguetes y las actitudes en ellos representadas.

4. De la Participación – en el jugar cooperativo todos participan siendo

respetados en sus individualidades. Las diferencias de habilidad, sexo,

raza, cultura, religión, posición social etc., son considerados como

4 Estos principios habían sido adaptados de la nueva propuesta del deporte educacional del Instituto Nacional de Desarrollo del Deporte/INDESP.



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pequeñas puentes que sirven para conectar y re-unir unos con los otros.

Todos son estimulados a sean individuos creativos y transformadores.

5. De la Totalidad – el jugar cooperativo busca despertar y rescatar la

cooperación en tres niveles interdependientes: consigo mismo – con los

otros – con el ambiente. En este sentido, el jugar cooperativo es un

proceso dinámico de percepción y vivencia de la íntima relación entre

parte-todo, micro-macro e individual-grupal. (Almeida, 2000, 2003, 2004

y 2006)

Vivimos en una sociedad que nos enseña desde niño valorizar

comportamientos constructivos y destructivos. Siempre recibimos estímulos y

refuerzos para hacer o no hacer ciertas cosas. Nosotros seres humanos

podemos optar o asumir los distintos comportamientos. Tenemos la posibilidad

de enriquecer o destruir, no sólo a sí mismo, como el otro y también el

ambiente en que se encuentra. Podemos ser agresivos o no, podemos ser

competitivos o cooperativos sin dejar de seamos competente, podemos ser

felices o tristes, optimistas o pesimistas, amar u odiar etc. El comportamiento

que cada uno de nosotros vamos a asumir en la vida va esta directamente

ligado la base cultural de valores establecidas por cada sociedad, comunidad o

familia. Según la antropóloga Margaret Mead (1932,1959 y 1964) los individuos

no son competitivos por naturaleza o no nacen competitivos, ellos aprenden

socialmente o son determinadas socialmente, comportamientos competitivos y

cooperativos o constructivos o destructivos.

En una investigación desarrollada por Erich Fromm en 1973, analizó treinta

culturas primitivas y las clasificó con base en la agresividad y en el pacifismo.

En ese estudio, el autor identificó 2 conjuntos de culturas distintas.

1. Sociedad orientada para la vida,

2. Sociedad más destructiva

Para lo psicólogo social Erich Fromm (1973) existen sociedades pacificas y

cooperativas y también existen sociedades destructivas y competitivas. No

podemos inferir que existe una naturaleza humana posible, pero podemos

intentar decir que existen posibilidades humanas. Nosotros tanto podemos



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cooperar o competir eso va a depender de nuestra naturaleza de posibilidades.

Creemos que estas dos naturalezas coexisten dentro de cada uno de nosotros,

y la influencia de una sobre a otra va a depender de nuestras ganas,

discernimiento, actitud personal y colectiva y de asumamos nuestra elección,

aunque ella sea:

a) No elegir o;

b) dejar elegirse por otros.

El jugar cooperativo es un conjunto de experiencias lúdicas que posibilita todos

los envueltos de evaluar, compartir, reflejar sobre nuestra relación con

nosotros mismos y con los otros. La idea básica de la propuesta del jugar

cooperativo es de permitir un cambio de sentimientos y de entremos en

contacto íntimo con nuestras emociones para potenciar las Habilidades

Humanas Básicas como: el amor, la alegría, la creatividad, la confianza, el

respeto, la responsabilidad, la libertad, la autonomía, la paciencia, la humildad

etc.(Almeida, 2004 y 2004)

El jugar cooperativo tiene también como propuesta intentar disminuir las

manifestaciones de agresividad en los juegos, estimulando actitudes de

sensibilización, cooperación, comunicación y solidaridad. Los juegos

cooperativos buscan facilitar el encuentro consigo mismo, con los otros y con

la naturaleza en el intento de promover la integración del todo, donde siempre

a meta colectiva prevalecerá sobre la meta individual. En el jugar cooperativo

los participantes echan con los otros y no contra los otros, echan para superar

los desafíos, los conflictos y los obstáculos encontrados y no superar el otro

individuo o colectivo. La inclusión del jugar cooperativo en la educación para

promover la paz debe buscar la participación de todos sin excluir nadie,

independiente de su raza, clase social, religión, competencias motrices,

habilidades personales etc. Las clases deben siempre ser realizadas dentro de

un clima placentero, cordial, amigo y feliz donde las metas del profesor y de los

alumnos estarán centradas en la unión de la suma de sus competencias

individuales en busca de resultados que traigan beneficios para todos.



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En esta propuesta visamos a la participación de todos para alcanzar un

objetivo común, donde la motivación no es el ganar o el perder, la motivación

está centrada en la participación. En este sentido, la propuesta educativa tiene

como interés principal el proceso y no el resultado. Cuando la propuesta es

centrada en el proceso, permití al profesor y a los alumnos perciban los

aspectos individuales y colectivos utilizados para alcanzarse las metas que son

realizadas con la contribución de todos. Para existir educación para la paz es

necesaria la integración entre tres elementos fundamentales como muestra la

figura 2. (Almeida, 2006)

Figura 2

Los cincos principios que nortean la educación para la paz son:

1. Proceso continúo y permanente;

2. Educación en valores;

3. Con dimensión transversal;

4. Con fines y medios de acuerdo;

5. Para acción.

¡El respeto a las diferencias: un camino rumbo a la paz!

Hay que comprender que diferentes culturas poseen lenguajes, valores,

símbolos y estilos de comportamientos diferentes, que tienen que ser

comprendidos en su originalidad. Lo que necesita ser cambiado no es la

Yo

El otro La naturaleza



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cultura del alumno pero la cultura de la escuela. La cultura, y ahí contenida la

cultura escolar, se inscribe en relaciones desiguales de fuerza, creando

sociabilidades y una estructura de organización que origina diversidades

culturales y, también, desigualdades sociales, haciendo con que convivan en la

escuela conflictos de intereses y disputas de poder, para los cuales la creación

y la transmisión de códigos y patrones culturales se vuelven un campo de

contradicciones, tensiones y embates, sea por la imposición o por la

hegemonía de significaciones culturales específicas.

¿Como negociar las diferencias?

¿Como admirarlas en su plenitud y complejidad?

La paz, o todavía, la armoniosa convivencia entre los individuos se muestra

mucho más natural y viable, si las diferencias, que en muchas circunstancias

mueven y nutren los conflictos, fueren consideradas como los complementarios

elementos de composición de un inmenso y fabuloso mosaico, que sólo revela

su mensaje en la interdependencia de contrastes, colores, armonías, sombras

y yuxtaposiciones. La cultura de paz está íntimamente asociada a los ideales

de la democracia, de la participación universal en prerrogativas y deberes, bien

como en la tomada de decisiones colectivas. Por lo tanto, no nos basta reposar

en la comodidad de las apariencias del actual estado democrático, que pueden

darnos la sensación de conciencia tranquila pero, no nos aseguran una vida

estable y pacífica.

Por lo tanto, proclamar una cultura de paz es lo mismo que proclamar la

reducción de los extremos de pobreza y riqueza, la inversión del monopolio del

saber y del poder a él inherente, la reintroducción de los conocimientos

excluidos en una perspectiva de educación inter/multicultural, lo mismo que

proclamar la adopción de políticas públicas de ecualización en el acceso y

ejercicio de directos sociales y civiles básicos para aquellos grupos hoy

considerados minoritarios. Proclamar una cultura de paz implica en admitir que

cada grupo humano constituido tiene su propia cultura y formas de preservar,

promover y difundir la paz y todos deben beneficiarse por el contacto con esas



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diferentes formas de ver y actuar. Esto se hará sin pre-establecer para las

poblaciones excluidas con base en una visión colonialista y heterónoma, de

que paz se habla, les imponiendo las formas por las cuales deben,

correctamente, ver y portearse y transigir los diferentes pueblos.

“La paz no puede ser mantenida a la fuerza.

Solamente puede ser alcanzada por el

entendimiento”. (Albert Einstein)

El jugar cooperativo y la transdisciplinariedad En las últimas décadas emergieron nuevos modos de percepción y de

comprensión de la vida, de las relaciones entre los seres humanos consigo

mismo y con todo (el otro) el cosmos en el nacimiento de una nueva

conciencia5. Una conciencia en los valores de la inclusividad, de la

amorosidad, del respeto a la diversidad, de la interdependencia, de la

tolerancia, de la ética de la solidaridad. Para B. Nicolescu (1999) la palabra

transdisciplinaridad fue dicha por primera vez, por Jean Piaget en un coloquio

de 1970 cuando él habló:

“...en fin, en la práctica de las relaciones

interdisciplinarias, podemos esperar la aparición de

prácticas superior que sería 'transdisciplinar', que

no se contentaría en alcanzar las interacciones o

reciprocidades entre investigaciones

especializadas, pero situaría esas llamadas en el

interior de un sistema total sin fracturas estables

entre las asignaturas” (Apud Weill, 1993:30).

La transdisciplinaridad se nutre de la investigación disciplinar, de su ampliación

5 Esa “nueva conciencia” se sedimenta en los aprendizajes construidos en nuestra historia, en las descubiertas de las últimas décadas e se inspira en las sabidurías dejadas por diversas tradiciones culturales de la humanidad.



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con la interdisciplinaridad, y busca sobrepasar ambas desbordando sus límites,

transponiendo las fracturas del paradigma de la disciplinaridad.

Según Araújo (2000) la transdisciplinaridad está entre, a través y más allá de

las asignaturas, de las fronteras de las mismas, vislumbrando la unidad del

conocimiento mediante los trazos de su diversidad, buscado así a no división,

las interconexiones micro y macro que constituyen la integridad de los

fenómenos de la cultura, de la vida. Avienta un conocimiento abierto y

multirreferencial que comprende los diferentes niveles de percepción y de

realidad como elementos que se entrecruzan, se amplían y se enriquecen en la

busca de la comprensión del ser en suya unidiversidad. En este sentido el

jugar cooperativo coincide con los principios que nortean el concepto arriba

citado.

El abordaje transdisciplinar incide en la construcción de puentes y el jugar

cooperativo también, puentes que entrelazan dialogicamente las diferentes

culturas y modos de conocimiento, afirmando la importancia de sus

peculiaridades, pero apuntando para sus nexos de complementariedad. La

educación inspirada en el abordaje transdisciplinar busca cuidar con empeño

de los procesos de conducción, del modo y de la manera de caminar que se

revelan en el cultivo de la sabiduría del como trazar los pasos de cada

caminada, donde el aprender a aprender se vuelve propósito fundamental no

sólo del abordaje cooperativa más del abordaje transdisciplinar. Araújo (2000)

pone que es necesario aprender a absorber el saber universal por los sentidos:

sabores, olores, sonidos y colores en la busca del saber ser mejor de cada uno

para consigo mismo, para con los otros y para el medio.

Aprender a ser6 es un proceso permanente de construcción de nuestras

potencialidades más preciosas que sólo ocurre mediante la relaciones con los

otros seres humanos. Como afirma lo físico Basarab Nicolescu (1999:136): “La

6 Podemos constatar este aprender en los estudios realizados por Jacques Delors (UNESCO, 1996) sobre los cuatro piles de la educación que sirven como referencia para varias reflexiones acerca de la educación y de la paz, estos pilares son: aprender a saber; aprender a hacer; aprender a vivir juntos y aprender a ser.



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construcción de una persona pasa inevitablemente por una dimensión

transpersonal”. La conexión abierta y desnuda con el otro, en cualesquiera

instancias de relaciones intersubjetivas, nos proporciona la descubierta más

intensa de nosotros mismos, de nuestros límites y posibilidades. Lo aprender la

ser, por lo tanto, es tejido en la hilandería de las interrelaciones colectivas,

donde, a través de procesos dialógicos interactivos nos reconocemos y

reconocemos los otros.

“Cómo se puede cuestionar el hecho de adquirir el

poseer, cuando lo único necesario para el hombre

es conseguir “llegar a ser” y morir en la plenitud de

su existencia”. (Antoine de Saint Exupery)

Podemos organizar abordaje transdisciplinar alrededor de tres ejes:

1. La Actitud: busca la comprensión de la complejidad de nuestro

universo, de la complejidad de las relaciones entre sujetos, de los

sujetos consigo mismos y con los objetos que los circundan, a fin de

recobrar el sentido de la relación enigmática del ser humano con la

Realidad – aquello que puede ser concebido por la conciencia humana

– y el Real – como referencia absoluta y siempre velada. Para eso,

propone la articulación de los conocimientos de las ciencias, de las

artes, de la filosofía, de las tradiciones intelectuales y de la experiencia,

que son diferentes modos de percepción y descripción de la Realidad y

de la relación entre la Realidad y lo Real.

2. La Investigación: presupone una pluralidad epistemológica. Requiere

la integración de procesos dialécticos y dialógicos que emergen de la

investigación y mantiene el conocimiento como sistema abierto;

3. La Acción: propone la articulación de la formación del ser humano en

su relación con el mundo (ecoformación), con los otros (hetero y co-

formación), consigo mismo (autoformación), con el ser (ontoformación),

y, también, con el conocimiento formal y lo no formal. Busca una

mediación de los conflictos que emergen en el contexto local y global,

visando la paz y la colaboración entre las personas y entre las culturas,



19

pero sin desconsiderar los contradictorios y la apreciación de su

expresión. (II Congreso Mundial de Transdisciplinaridad en Villa

Vieja/Victoria, Espirito Santo, Brasil – setiembre, 2005)

Conductas y líneas de actuación para una fusión Cambiar la lectura que la sociedad tiene del JUGAR es una misión de todos:

sociedad, escuela, educadores y la familia. El principal objetivo de esta

propuesta es intentar hacer una fusión entre los principios de la educación para

paz traer las contribuciones del jugar a un proyecto común dentro de visión

transdiciplinar.

La propuesta tiene diferentes ejes de intervenciones con un conjunto de

contenidos prioritarios que juzgo importante y necesario para favorecer el:

desarrollo personal, social, natural y motriz de nuestros alumnos. Presento en

el cuadro 1 un esquema de la propuesta.

Cuadro 1

CONDUCTAS Y LÍNEAS DE ACTUACIÓN DEL JUGAR COOPERATIVO, CULTURA DE LA PAZ DENTRO DE UN ABORDAJE TRANSDISCIPLINAR

EJE CONTENIDOS Y PROGRAMA DE ACCIÓN

PROPUESTAS DE ACTIVIDADES

Mejorar la autoestima: objetivo es favorecer que el alumno desde el primer momento perciba por sí mismo los aspectos positivos de personalidad, sus capacidades, sus potencialidades y sobre todo que perciba que sus virtudes son mayores en: número y calidad que los aspectos negativos.

-Hacer que el alumno perciba sus conquistas; -Emplear el refuerzo positivo; -Fomentar los comentarios positivos entre los alumnos; -Compartir el protagonismo en las clases; -Introducir juegos y dinámicas específicas.

Conocimiento y aceptación de sí mismo: nuestra idea es que el alumno haga una reflexión sobre sus actos, intentar entender porque reacciona de una determinada manera las determinadas situaciones, un otro aspecto es de ofrecer instrumentos para que perciba sus habilidades y limitaciones e intente superar sus dificultades y sobre todo aceptarse como es.

-Trabajar siempre que posible con una propuesta de actividad lúdica abierta; -Introducir propuestas lúdicas planeadas por los propios alumnos; -Permitir al alumno la selección libre del nivel de la actividad lúdica; -Planear actividades grupales cooperativas con diferentes funciones.

PERSONAL

Autonomía para tomar decisiones y asumir las decisiones tomadas: se trata de discutir entre los alumnos la responsabilidad en sus acciones. Para

-Absoluta libertad para participar o no de las actividades propuestas en la clase;



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eso es fundamental que el(s) alumno(s): en primero lugar, confiar en él(s) y en suya(s) posibilidad(es) y en segundo lugar, planear una serie de acciones orientadas para que sea el propio alumno o el grupo que se encargue de tomar las decisiones y que se responsabilice por sus decisiones tomadas. Sólo podremos favorecer la autonomía y la responsabilidad cuando el profesor reconocer que las clases completamente dirigidas donde los alumnos siempre hacen lo que el profesor manda, como dice el profesor y cuando dice el profesor, queda muy difícil.

-Delegar al alumno una serie de tareas o funciones; -Establecer con los alumnos reglas básicas de convivencia en las clases.

Perfeccionar las relaciones interpersonales: en nuestra visión la relación interpersonal establecidos entre los alumnos (niñas y niños) condiciona el aprendizaje tanto o más que otros aspectos en el cual establecemos con fundamentales como la didáctica, los contenidos, las metodologías aplicadas etc. Se queremos que nuestros alumnos desarrollen el máximo sus potencialidades, es fundamental que en las clases de educación física se cree un clima agradable para todos. -Estimular la expresión de sentimientos y los contactos interpersonales;

-Estimular la expresión de sentimientos y los contactos interpersonales; -Introducir actividades motrices que implique en el cambio constante de compañeros; -Favorecer la formación de grupos distintos; -Potenciar la práctica de juegos cooperativos de tableros, motrices, etc; -Utilizar recompensas grupales.

Aceptación del otro: tan importante de ser aceptado dentro de un grupo es aceptar los demás o el otro independiente de su raza, sexo, clase social, religión etc. Uno de los objetivos prioritarios en nuestras clases de educación física es de eliminar de cualquier manera la discriminación que exista o pueda existir dentro del grupo. Usaremos como estrategias tres aspectos: las relaciones entre niñas y niños, las relaciones entre alumnos de culturas minoritarias y lo de cultura predominante, y las relaciones entre los grupos de niñas y niños que presentan alguna deficiencia motriz, mental etc.

-Introducir en las clases elementos lúdicos de las culturas minoritarias; -Reforzar positivamente los grupos mixtos; -Emplear un lenguaje no sexista; -Adaptar las actividades al alumno deficiente.

SOCIAL

Resolución de conflictos por vías no violentas: se parte de la idea de que el conflicto es algo natural y que, por se mismo, no es negativo si bien orientado. El negativo es recorrer la violencia sea cuál fuere ella, para imponer nuestro propio criterio. Una resolución no violenta de conflictos requiere una exposición de nuestro punto de sobre el problema, escuchar la visión del otra persona y alcanzar un acuerdo que sea bueno para ambos o para un colectivo.

-Favorecer con que el alumno regule sus propios conflictos; -Reservar un espacio para la regulación de los conflictos; -Reforzar positivamente la regulación no violenta de conflictos por parte del alumno.



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Conocimiento y apreciación de otras culturas: en un proceso de convivencia sin violencia requiere aceptar otros puntos de vista, porque existen otras formas de ver las cosas. En este sentido es importante conozcamos nuestra propia historia y cultura para valorizar nuestro patrimonio cultural. Pero eso no será disculpa para caer en el etnocentrismo y pensar que nuestra cultura es la mejor y la única posible. Cuando compartimos informaciones sobre otras culturas, percibimos con nuestros alumnos que las semejanzas entre las diversas culturas son mayores que sus diferencias. Polvo eso debemos ofrecer condiciones y oportunidades que los alumnos puedan comparar y buscar puntos de coincidencias en nuestra propia cultura y en otras culturas (pueblos, naciones, etc).

-Emplear canciones de otras culturas; -Introducir actividades lúdicas de otros pueblos y culturas (juegos y juguetes multiculturales); - Creación del Museo de juegos y juguetes; -Danzas, rondas y corras del mundo; -Cuentos, leyendas y mitos.

NATURAL

Respeto y preservación de la naturaleza: la educación para paz no se resume solamente en las relaciones humanas, pero también en la relación del hombre con el medioambiente en que nosotros vivimos y nos desarrollamos. Es dentro de la familia, en la sociedad y en la escuela que debemos proporcionar a nuestros alumnos e hijos una serie de experiencias e informaciones acerca del medio ambiente y su importancia para la supervivencia de todos los seres. Nuestros alumnos tienen que entender que preservar del medio ambiente es preservar la especie humana.

-Organización de paseos ecológicos; -Práctica de campamento y acantonamiento recreativo; -Actividades junto a la naturaleza donde participen personas de todas las edades, sexo, clases sociales, religiones, etc.; -Desarrollo de actividades utilizando elementos naturales (agua, tierra, viento, hojas, etc); -Talleres lúdicos de creación de juegos y juguetes con materiales alternativos y naturales. -Organización de trillas lúdicas, etc.

Compartir el conocimiento con la escuela, con la comunidad y con el mundo es una de las características que define esta fusión entre el jugar, educación para la paz y la abordaje transdisciplinar es de ser una propuesta de acción-reflexión-acción. Es una educación de acción porque este presente el posicionamiento critico del profesor, su posición delante de la construcción del conocimiento y sus valores personales que orientan un modelo de comportamiento, un otro aspecto es la educación para la acción porque busca una continuidad de las propuestas trabajadas dentro de la escuela y sus efectos en la vida del alumno y de la sociedad.

Consideraciones finales y sugerencias del autor Mis sugerencias van de encuentro con el informe desarrollado por los

participantes del II Congreso Mundial de Transdisciplinaridad en Villa

Vieja/Victoria, Espirito Santo, Brasil – 6 a 12 de septiembre de 2005. Crear un



22

modelo acciones donde los elementos pertenecientes al jugar cooperativo, la

cultura de la paz y el abordaje transdisciplinar seamos todos contemplados.

1. Buscar responder a las necesidades provenientes de la compleja

interacción de los múltiplos conocimientos, concepciones, valores,

experiencias y prácticas que caracterizan el mundo de hoy;

2. Visa permear todos los niveles de la educación formal y no formal,

articulando los diferentes conocimientos y los diferentes niveles del ser

humano;

3. Incentivar la profundidad de los aspectos formales de los tres ejes en las

áreas de la Ciencia, de la Filosofía y de las Humanidades;

4. Abre la discusión sobre el aspecto transreligioso del sagrado y sobre su

integración y articulación con otros aspectos de la transdisciplinaridad;

5. Busca evitar el riesgo de institucionalizarse como un campo

epistemológico rígido, a fin de preservar su capacidad de investigación

abierta, autocrítica y crítica;

6. Pretende permear las instituciones, crear espacios y acciones en el

interior de ellas, pero sin institucionalizarse de manera rígida y sin

limitarse a los espacios institucionales y formales;

7. Propone promover la salud individual y colectiva y el bienestar del ser

humano en la suya multidimensionalidad, articulando sus niveles físico,

emocional, mental y espiritual;

8. Reconocer diferentes modos y niveles de expresión que asocian el Arte

a valores estéticos y simbólicos, que promueven la conexión entre el

sentir y la imaginación, permitiendo que los seres humanos se eleven a

horizontes nuevos y más ricos de sentidos.

Este artículo no pretende considerar toda y cualquier investigación sobre el

jugar como algo validado o concluido, porque el jugar y en especial el jugar

cooperativo, no puede ser fácilmente comprobado en investigaciones, sean

ellas cualitativas o cuantitativas. Parece que existen varias contradicciones

alrededor del juego y del juguete, y este concepto es fortalecido con

investigaciones sobre el lúdico que usan excesivos métodos de investigación

unidireccional. Sin embargo, parece ser más importante estudiar el lúdico y los



23

espacios para jugar bajo varias perspectivas (multidimensional) aplicando

varios métodos de investigación. Es importante que en estudios sobre el jugar,

cultura de la paz, transdisciplinaridad, espacios lúdicos, comportamiento y

calidad lúdica el investigador use una perspectiva sintética más que un

abordaje analítica. Acredito que la fusión entre el jugar, la paz y

transdisciplinariedad podrá facilitar y promover la conciencia en la humanidad y

ayudar a preparar la civilización para el nacimiento de un nuevo hombre, un

hombre capaz de re-aprender, de re-encantarse y re-conectarse con la vida y

el mundo. Verdaderamente espero que la humanidad aprenda a utilizar mejor

el amor en la construcción colectiva para la PAZ.



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