el impacto de las tic en la vida cotidiana de las familias españolas de luis ayuso

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Ponencia: “EL IMPACTO DE LAS TICS EN LA VIDA COTIDIANA DE LAS FAMILIAS ESPAÑOLAS” -Luis Ayuso Sánchez (Profesor de la Universidad de Málaga-CIS) 1. Introducción Las sociedades avanzadas de comienzos del siglo XXI asisten a una progresiva aceleración de los procesos de modernización desarrollados durante el siglo XX. La mayor interdependencia de la sociedad, el carácter globalizador de los cambios o la flexibilización de las estructuras (Bauman, 2001), están dando lugar a nuevas incertidumbres y riesgos, pero también a múltiples oportunidades (Beck, Giddens y Lash, 1994). Uno de los nuevos rasgos que caracterizan a este tiempo, es la mayor integración del hombre con los cambios tecnológicos, cuya relación se ha intensificado en los últimos años y ha convertido a este aspecto en un elemento central del cambio social y clave para entender las sociedades modernas. La familia constituye una institución clave en la transmisión de la cultura y en la integración de la persona en la sociedad. Aunque tradicionalmente se ha considerado una institución cerrada, la familia siempre ha respondido con una importante capacidad de adaptación ante los nuevos retos de la sociedad. En su análisis debe tenerse en cuenta por un lado, el impacto que están teniendo los factores tecnológicos sobre la vida social y por otro los propios cambios del ámbito familiar. Las nuevas tecnologías están transformando la forma que tenemos de relacionarnos y con ello las estructuras que articulan la vida cotidiana. Se asiste al nacimiento de nuevas estructuras sociales virtuales que dan acceso a múltiples posibilidades. El mundo real se entrelaza con el virtual, dando lugar a lo que Kaufmann (2002) ha denominado como el tránsito de la “contigüidad a la conectividad”, es decir, el paso de una relación basada en la proximidad física a la intermediación de ésta por sistemas técnicos.

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Conferencia II: Comunicación familiar.El impacto de las TIC en la vida cotidiana de las familias españolas. Luis Ayuso. Profesor de la Universidad de Málaga-CIS. Más información: http://fad.es/sala_lectura/Congreso2013.htm#programa

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Ponencia:

“EL IMPACTO DE LAS TICS EN LA VIDA COTIDIANA DE LAS FAMILIAS ESPAÑOLAS”

-Luis Ayuso Sánchez (Profesor de la Universidad de Málaga-CIS)

1. Introducción

Las sociedades avanzadas de comienzos del siglo XXI asisten a una progresiva

aceleración de los procesos de modernización desarrollados durante el siglo XX. La

mayor interdependencia de la sociedad, el carácter globalizador de los cambios o la

flexibilización de las estructuras (Bauman, 2001), están dando lugar a nuevas

incertidumbres y riesgos, pero también a múltiples oportunidades (Beck, Giddens y Lash,

1994). Uno de los nuevos rasgos que caracterizan a este tiempo, es la mayor

integración del hombre con los cambios tecnológicos, cuya relación se ha intensificado

en los últimos años y ha convertido a este aspecto en un elemento central del cambio

social y clave para entender las sociedades modernas.

La familia constituye una institución clave en la transmisión de la cultura y en la

integración de la persona en la sociedad. Aunque tradicionalmente se ha considerado

una institución cerrada, la familia siempre ha respondido con una importante capacidad

de adaptación ante los nuevos retos de la sociedad. En su análisis debe tenerse en

cuenta por un lado, el impacto que están teniendo los factores tecnológicos sobre la

vida social y por otro los propios cambios del ámbito familiar. Las nuevas tecnologías

están transformando la forma que tenemos de relacionarnos y con ello las estructuras

que articulan la vida cotidiana. Se asiste al nacimiento de nuevas estructuras sociales

virtuales que dan acceso a múltiples posibilidades. El mundo real se entrelaza con el

virtual, dando lugar a lo que Kaufmann (2002) ha denominado como el tránsito de la

“contigüidad a la conectividad”, es decir, el paso de una relación basada en la proximidad

física a la intermediación de ésta por sistemas técnicos.

  

  

La esfera familiar también se está transformando, se reduce el tamaño de los hogares,

las formas familiares se multiplican, se tienen menos hijos pero más deseados y

planificados, y se demanda mayor movilidad geográfica e información. Aparece lo que

Sennett (2006) ha denominado como “el hombre flexible” dispuesto a cambiar y a

adaptarse rápidamente a los nuevos ámbitos relacionales. Tanto los aspectos

tecnológicos como los familiares deben ser tenidos en cuenta, pero no de forma

paralela, sino interrelacionados, pues de lo contrario es muy complicado poder valorar

efectos y prever nuevos escenarios

En 1985 la revista Marriage and Family Review realizó un monográfico sobre el impacto

que podría tener el ordenador personal en las familias. Se advertía que este nuevo

fenómeno conseguiría una importante repercusión en la vida familiar. Durante la década

de los ochenta se incidía en los efectos de este nuevo aparato en relación con el trabajo

en el hogar, y se vislumbraba las potencialidades del teléfono como canal privilegiado

para el acceso a la información entre los miembros de la familia (Blinn-Pike, 2009).

Muchos de los problemas que se debatían durante esos años siguen hoy presentes, los

problemas sobre la pérdida de control de la esfera familiar, el impacto sobre la

socialización de los hijos o la repetida hipótesis sobre si estas tecnologías sirven para

unir o separar a las familias aún no han tenido una clara respuesta. Ello es debido sobre

todo a la velocidad del cambio, que no permite casi mirar atrás, pero también por la falta

de teorías sociológicas novedosas sobre las familias mediadas por los nuevos sistemas

de comunicación, nuevos conceptos y metodologías que pongan el énfasis en la

dinámica familiar más que en la propia tecnología.

2. El cambio familiar como contexto idóneo para el desarrollo de las TICs

El análisis del impacto de las nuevas tecnologías sobre la familia debe partir de observar

los cambios que se vienen produciendo en éstas. Desde el punto de vista estructural,

aspectos como: el aumento de la esperanza de vida, el descenso de la fecundidad, el

incremento de los divorcios o del número de personas que viven solas, están

transformando la estructura familiar de los países occidentales.

  

  

Todo ello está dando lugar a lo que se conoce como procesos de postmodernización

familiar (Meil, 1999), es decir a los efectos de la individualización en la cultura y

estructura de la familia en las sociedades avanzadas. Las nuevas tecnologías se

introducen en la esfera familiar, cada vez median más las relaciones familiares y se

produce una nueva cultura en el seno de la familia, pero la relación no es de causa

efecto, son como en la mayoría de cambios sociales fenómenos que van de la mano.

Tradicionalmente los estudios ponen el énfasis en las nuevas tecnologías, sin embargo

en este caso vamos a ponerlo en las familias. No son las nuevas tecnologías las que

cambian a la familia, es la familia la que cambia y se vale de las nuevas tecnologías para

desarrollar sus características y adaptarse a un nuevo contexto. Por lo tanto existen

unas características familiares que hacen propicio el desarrollo de las nuevas

tecnologías en el ámbito familiar. Este contexto se caracteriza por:

• Hogares cada vez más reducidos debido a la mayor esperanza de vida, la drástica

reducción de la fecundidad, y en menor medida al aumento de la soltería. Sobresalen

por un perfil sociodemográfico de personas con mayor nivel educativo por término

medio. Según los datos del último Censo de 2011 (Tabla 1) aumentan los hogares

de personas solas y de parejas sin hijos, a la vez que se reducen los hogares con

parejas de dos o más hijos. Esta contracción de las unidades de convivencia, pero

con mayores niveles de estudios constituyen un contexto estructural adecuado para

la inmersión de las nuevas tecnologías, pues aunque físicamente se pueda estar

más solo/a, las nuevas tecnologías permiten mantener el contacto, dando lugar a

estar “solos acompañados” o como ha afirmado el profesor De Singly (2000) libres

ensemble.

  

  

Gráfico 1. Evolución de la composición de los hogares españoles (2001-2011)

Fuente: elaboración propia a partir de los Censos 2001 y 2011 (INE: 2013)

• El impacto del proceso de individualización de la vida familiar que debe

interpretarse como un menor peso de las normas sociales y de la tradición a lo hora

de tomar decisiones. En este sentido, las personas tienen más libertad para poder

definir sus propios estilos de vida y reestructurar su vida familiar a lo largo de su

ciclo vital. Este es un aspecto que afecta no sólo a los jóvenes, sino también a todos

los miembros de la familia. La tendencia a la individualización libera a las personas

de las estructuras tradicionales, lo que ha dado lugar a una mayor heterogeneidad

de formas de convivencia, que reivindican su legitimidad en el escenario público

(Tabla 1). A partir del desarrollo del llamado “pacto conyugal” (Roussel, 1989), la

familia asiste a un incremento de la democratización de las relaciones familiares,

tanto desde el punto de vista de la pareja como a nivel intergeneracional. La

búsqueda de la felicidad es el “principio guía” imprescindible entre sus miembros.

 

 

 

12,9

19,4 18,5

22,2

8,17

11,9

19,3

23,1

20,8

15,8

3,3

7,8

10

0

5

10

15

20

25

Persona sola Pareja sinhijos

Pareja con unhijo

Pareja condos hijos

Pareja contres o mas

hijos

Un adulto conhijos

Otro tipo dehogar

2001 2011

  

  

Tabla 1. Conceptualizaciones de relaciones matrimoniales o de pareja y con o sin

hijos*

Nombre Características

Soltería tras

emancipación, divorcio o

cohabitación

Singles Personas solteras que no quieren tener pareja estable sólo relaciones

esporádicas

Solteros/as post-pareja Personas solteras tras la separación o divorcio, viudedad o cohabitación

estable

Parejas o matrimonios

sin convivencia habitual

Long Distance

Relationships

Relaciones a distancia, por internet, virtuales, etc.

Living Apart Together Con pareja pero sin compartir una residencia común (pueden residir en la

misma ciudad)

Parejas de fin de

semana

Parejas estables que por diversas circunstancias viven en diferentes

municipios y sólo hacen vida en común los fines de semana, vacaciones

etc.

Parejas

transnacionales

Parejas estables que pasan temporadas seguidas separados residiendo en

distintos países por la movilidad de uno o ambos miembros

Parejas o matrimonios

con convivencia

habitual

Parejas de doble

carrera y/o doble

ingreso

Ambos miembros de la pareja tienen estudios universitarios y/o ambos

tienen trabajos remunerados fuera de casa

Parejas mixtas Parejas en las que alguno de sus miembros es de distinta nacionalidad,

raza o etnia.

Parejas de hecho Son uniones no reconocidas civilmente, pueden ser hetero u

homosexuales, así como pre o post-matrimoniales

Parejas de

homosexuales

Uniones de personas con el mismo sexo y con reconocimiento civil

Parejas sin hijos Parejas que no pueden o no quieren tener hijos

Parejas en “nido vacío” Parejas que tienen hijos ya emancipados y no residen con ellos en el hogar

Personas con hijos

Monoparentales

procedentes de

ruptura

Persona adulta con un hijo a cargo como consecuencia de separación,

divorcio o viudedad

Madres solas por

elección

Madres con hijo a cargo por decisión propia

Familias reconstituidas Pareja en la que hay algún hijo no común fruto de una relación anterior

Fecundidad tardía Mujeres que tienen su primer hijo por encima de los 30 años

Fuente: Iglesias de Ussel y Ayuso (2012: 369-370)

* Estas conceptualizaciones no son excluyentes, sólo hacen referencia a algunos de los términos

actualmente más utilizados por la Sociología de la familia

  

  

Estas nuevas formas de convivencia conviven con las tradicionales pero suponen

cambios significativos. En algunos casos se rechaza o retrasa la formalización de la

unión, en otros, se pone en duda la convivencia física, e incluso cuando esta se

produce se reivindica la necesidad de proteger la autonomía de todos sus

miembros. Esta pluralidad de formas de vida familiar en algunos casos se pueden

mantener gracias al avance de las nuevas tecnologías que permiten entre otras

cosas, mejorar la comunicación en el seno de la pareja, controlar el proceso de

socialización de los hijos, permitir el teletrabajo o mejorar la conciliación de la vida

laboral y privada gracias a una mejor coordinación entre sus miembros, las llamadas

“familias coordinadas” (Castells, 2006).

• Otra de las consecuencias del proceso de individualización es el desarrollo de la

autonomía de los diversos roles. La tradicional unidad familiar se trasforma,

haciéndose más democrática y permitiendo de desarrollo de todos su miembros. Las

nuevas tecnologías facilitan enormemente este proceso, sobre todo por su poder

para construir identidades. Si se observa con cierto detenimiento lo que está

ocurriendo en los roles domésticos:

- En relación a la mujer, el acceso al mercado laboral ha implicado un cambio no

sólo en la tradicional dependencia o sujeción económica de las mujeres respecto

al varón (el predomino del modelo de varón sustentador), sino que ha tenido un

importante efecto psicológico en relación a sus motivaciones, deseos, metas en

la vida, etc. Las tecnologías de los años sesenta redujeron considerablemente el

tiempo dedicado al hogar afectando sobre todo a la mujer, las nuevas

tecnologías del siglo XXI están permitiendo una mayor autonomía de este

espacio y contribuyen a una mayor igualdad en las relaciones.

- En relación al varón, su rol tradicionalmente se ha asociado con: la fuerza, la

virilidad y la autoridad (Gil Calvo, 1997), sin embargo estos ideales se están

modificando siguiendo las tendencias de la postmodernización familiar. A

diferencia de la mujer, los cambios en el varón se producen de forma mucho más

lenta, moviéndose en unos ámbitos desconocidos y de mayores incertidumbres.

  

  

Las trayectorias vitales de los hombres pierden la linealidad y seguridad

característica del pasado (nacimiento, servicio militar, acceso al mercado de

trabajo, matrimonio, paternidad y envejecimiento) y hace que se enfrenten a

nuevos escenarios donde tienen que adoptar roles e identidades novedosas

como por ejemplo, el rol del hombre cuidador.

- Esta tendencia también afecta a los hijos; en la actualidad, las estrategias de

fecundidad en las parejas posibilitan que los hijos sean más deseados, queridos

y planificados que en el pasado. Se accede a la maternidad y/o paternidad

relativamente tarde, se tienen menos hijos, y se elige el momento más

apropiado para tenerlos; la maternidad se presenta como una forma de

realización personal y de la pareja. A los hijos se les considera como agentes

activos en la construcción de su propio rol, ganando en autonomía y capacidad

de elección a edades cada vez más tempranas. No es casualidad que los jóvenes

sean los que más usan las nuevas tecnologías como símbolo de liberta y

autorrealización personal.

- El proceso de mayor autonomía también se refiere a los abuelos, con el aumento

de la esperanza de vida, la ruptura de la linealidad del pasado y un contexto de

mayores posibilidades, los “nuevos abuelos” adquieren nuevas posibilidades para

desempeñar su rol. Actualmente asisten una pluralización en sus estilos de vida,

se sienten más activos social y económicamente, y con mayores posibilidades de

cambiar sus trayectorias vitales.

Este aumento de la autonomía en todos los roles familiares da mucha importancia a

la comunicación entre sus miembros. Por ello no es sólo que el desarrollo de la

tecnología de lugar a una invasión de la comunicación familiar, sino que es la propia

familia la que demanda esta tecnología para mantenerse “intercomunicada” con

todos sus miembros. La familia se convierte en negociadora (Meil, 2006), en el

sentido de que se respetan las diferentes identidades y la autonomía de todas las

personas que la componen. Las decisiones que les atañen deben tomarse

conjuntamente y todos los miembros deben corresponsabilizarse de las tareas

diarias, siendo este el gran reto.

  

  

• Otra de las caras de este proceso de individualización es la privatización de los

comportamientos familiares, que también contribuye al impulso de las TIC en el

ámbito doméstico. La vida familiar sale de la esfera de lo público para pasar a ser

una cuestión privada que incumbe sólo a sus miembros. Se debilitan por tanto las

normas homogéneas y rígidas que marcaban la cultura familiar de toda la sociedad,

pasando a ser negociadas por los propios miembros de la unidad familiar. Esta pauta

deja espacio a los jóvenes para desarrollar su propia individualidad en el seno

familiar a través de las nuevas tecnologías. En uso de portátil propio o del teléfono

móvil simboliza la importancia de éstas herramientas en su vinculación con la

privatización.

• La postmodernización familiar potencia la identificación de la familia como una

unidad principalmente emocional. Por encima de la estructura familiar en la que se

conviva y de las importantes funciones instrumentales que mantiene, se tiende a

destacar la familia sobre todo por su finalidad, que no es otra que la búsqueda de la

felicidad. Todo ello hace que se valoren los aspectos sentimentales y emotivos en la

construcción social de la familia muy presentes en el discurso público. Los padres no

sólo tienen el deber de cuidar, educar y querer a sus hijos, sino que también deben

de demostrárselo día a día. Las nuevas tecnologías permiten una mayor fluidez en la

comunicación entre padres hijos facilitando poder expresar estos sentimientos

(sentirse cuidado, querido, protegido o simplemente en comunicación).

• El aumento de las demandas de movilidad geográfica. El espacio tiende a perder

relevancia en favor del tiempo. La presencia física no implica que se esté por entero

ahí, pues se puede estar en más de un lugar a la vez (en familia y con amigos a la

vez) (Tully y Alfaraz, 2012). Las sociedades avanzadas se caracterizan por la mayor

movilidad no sólo laboral sino también cotidiana en diversas actividades. Esta

movilidad se relaciona con la demanda de velocidad flexibiliza en las estructuras y

comportamientos familiares. Los efectos sobre la vida familiar son importantes,

sobre todo para la fecundidad, pero también para la organización interna (Sneider y

Meil, 2008). Este tipo de demandas también hacen propicio el desarrollo de las

nuevas tecnologías, ya que estas facilitan la movilidad geográfica, relativizando los

impactos de esta en la esfera familiar.

  

  

• Por último, y a pesar de la crisis económica actual, los datos procedentes de INE

(2013) muestran cómo las familias cada vez están mejor equipadas (Gráfico 2). En

los hogares españoles es prácticamente universal el televisor (99%) y el teléfono

móvil (96%), que incrementa considerablemente su presencia respecto a 2004

(77%). Este aumento está trayendo consigo una disminución del teléfono fijo (80%

frente al 90% en 2004). De igual forma, el uso de Internet también ha crecido de

forma meteórica en los últimos años, pasando a estar presente en dos de cada tres

hogares en España (67%). A ello debe sumarse el boom de los smartphones o

teléfonos inteligentes donde nuestro país lidera las primeras posiciones en la Unión

Europea. El rápido crecimiento de estas tecnologías muestra por un lado los

importantes niveles de bienestar que mantiene nuestro país, la indispensabilidad de

muchos de ellos, así como la rápida adaptación con la que están siendo acogidos por

parte de las familias españolas (domesticación familiar de las nuevas tecnologías).

Gráfico 2: Evolución de los equipamientos de nuevas tecnologías en los hogares españoles 2004-2012 (%)

 

Fuente: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre equipamientos y uso de las TICs en los hogares (INE: 2013).

10090

77

31

99

80

96

67

0

20

40

60

80

100

120

Televisión Teléfono fijo Teléfono móvil Internet

2004 2012

  

  

3. La inserción de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana

El análisis de las familias españolas muestra el contexto idóneo para el desarrollo de las

nuevas tecnologías. Este se está produciendo de forma muy rápida, empezando sobre

todo por los jóvenes pero paulatinamente afectando a todas las generaciones. En este

aportado se pretende repasar muy brevemente algunos datos sobre cómo están

insertándose estas tecnologías en la vida cotidiana de los españoles y sus familias. Para

ello se analiza la evolución de algunos equipamientos, el uso y su impacto en la

distribución del tiempo, y algunas opiniones de los españoles sobre lo que ha supuesto

este cambio en sus vidas. Para ello se utilizan datos procedentes del INE, sobre todo

procedentes de la Encuesta sobre equipamientos y uso de las TICs en los hogares, la

Encuesta sobre los Usos del tiempo (2009-2010), y dos Barómetros del CIS dedicados a

nuevas tecnologías realizados en 2011 y 2012 (Estudio 2.889 (CIS: 2011), y Estudio

2.948 (CIS: 2012)).

Desgraciadamente y desde la sociología de la familia, enfrentarse a este fenómeno es

especialmente frustrante ante la falta de herramientas apropiadas para su análisis. En

gran medida supone como “ir a pescar” con redes muy grandes que no son capaces de

detectar comportamientos a priori pequeños pero cada vez más significativos. Muchos

de los datos existentes hacen referencia en algunos casos, a la existencia de diversos

aparatos tecnológicos en los hogares y en algunos de sus usos, y en otros casos a

opiniones de la población general sobre el desarrollo de estas tecnologías. Sin embargo,

faltan estudios que se centren en las relaciones entre las nuevas tecnologías y su

relación con las familias (por ejemplo, entre relaciones cara a cara y relaciones virtuales).

Es muy importante tener en cuenta que no todas las familias son iguales, las

peculiaridades de cada una de las tecnologías y sus usos1, el tipo de relaciones

familiares y los factores externos que también afectan a la familia. Como defiende

Lanigan (2009), lo apropiado sería aplicar el modelo socio-technological family, que

tiene en cuenta tanto factores técnicos, como individuales, familiares y extra-familiares.

                                                            1 Es clave conocer cómo se están incorporando estas tecnologías a la vida familiar, no es lo mismo hacerlo para trabajar en casa, comunicarse con miembros que están fuera, mejorar la educación, o para jugar o tener sexo virtual.

  

  

En general, no se trata tanto de estudiar la tecnología en sí sino el contexto de ésta y

su interacción con la vida familiar.

Los datos disponibles a nivel general en relación a nuestro país muestran, como se ha

señalado anteriormente, una rápida penetración de las nuevas tecnologías en todos los

ámbitos de la vida cotidiana. Los datos del INE (2012) señalan como el uso de Internet

está cada vez más presente en todos los hogares españoles; el número de personas que

usa Internet sigue creciendo y el número de españoles que nunca ha utilizado Internet

sigue bajando (un 29%) (Gráfico 3). El 48% de la población afirma utilizarlo a diario. En

este sentido, no existen importantes diferencias por género pero si en relación a la edad

y al nivel de estudios; nueve de cada diez jóvenes de 16 a 24 años utiliza Internet al

menos una vez por semana, mientras que sólo el 40% de las personas que tienen entre

55 y 74 años. Del mismo modo, el porcentaje de personas con estudios superiores que

se conecta a Internet supera en algo más del doble al de las personas con educación

obligatoria.

Por tanto, hogares de personas jóvenes, con niveles educativos superiores tienen más

probabilidades de haberse integrado a las nuevas tecnologías. Este es un fenómeno que

está afectando principalmente a las nuevas generaciones, la existencia de niños

correlaciona positivamente con el acceso a Internet y a la banda ancha (81% frente al

62%). El 87% de los españoles entre los 10 y 15 años ha utilizado Internet en 2011. A

esta expansión debe sumarse el impacto de los móviles con acceso a Internet, el 56%

de los usuarios de Internet en los últimos tres meses ha utilizado algún tipo de

dispositivo móvil para acceder a Internet fuera de la vivienda habitual o centro de

trabajo en ese periodo. Esta cifra representa al 39% de la población, pero la tendencia

es que siga subiendo (INE: 2013).

  

  

Gráfico 3. Internet en los hogares españoles

Fuente: Cifras INE 2012

¿Cuál es el uso principal de esta nueva tecnología en los hogares españoles? En relación

a Internet, el 52% de los usuarios afirma haber participado en los últimos tres meses en

redes sociales de carácter general como Facebook y Twitter, creando el perfil de usuario

o enviando mensajes u otras contribuciones. Nueve de cada diez internautas envían

correos electrónicos sin importar la edad de los mismos. La edad es una variable

importante en el uso de las TIC, aunque los más mayores presentan un menor uso, su

utilización también está creciendo de forma muy significativa en los últimos años, entre

  

  

2004 y 2012 ha aumentado más de 15 puntos; y por ejemplo, en el uso de la telefonía

móvil su porcentaje asciende ya al 76% de esta población. La comparación entre el uso

que hacen los mayores en relación con la media nacional muestra en general valores

muy semejantes (Gráfico 4). Los mayores al igual que el resto de españoles utiliza

Internet para recibir o enviar correos electrónicos (84%), buscar información sobre

bienes y servicios (75%) y leer o descargar noticias (74%). Donde más se distancian de

la media es en la utilización de redes sociales (29% frente al 61%) y en escuchar la radio

o ver la televisión por Internet (28% frente a 51%).

Gráfico 4. Principales usos de Internet en población española según edad

(2012)*

Fuente: elaboración propia a partir de INE (2013).

* Porcentaje de personas que han utilizado alguno de estos servicios dentro de los que se han conectado a

Internet en los últimos tres meses

50,6

58

61,2

75,8

86,8

88,5

28

49,1

28,7

74,3

75,3

84

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Escuchar la radio o ver latelevisión emitida por

internet

Utilizar serviciosrelacionados con viajes y

alojamientos

Envío de mensajes achats, redes sociales,

blog, foros, etc.

Leer o descargar noticias,periódicos o revistas

Buscar información sobrebienes y servicios

Recibir o enviar correoselectrónicos

Media población nacional (16-74) Población de 65 a 74 años

  

  

La mayor presencia de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana de las familias

españolas, también puede corroborarse a partir de los resultados de la Encuesta de

empleo del tiempo 2009-2010 (INE: 2011) (Gráfico 5). En los últimos siete años se ha

producido un importante trasvase desde la participación de las actividades de vida

social y diversión, a las de aficiones e informática. Mientras que en 2002-2003 el 66,8%

de las personas de 10 y más años realizaba actividades de socialización, en 2009-2010

este porcentaje ha disminuido nueve puntos. Por el contrario, las actividades

relacionadas con aficiones e informática, cuya participación en 2002-2003 se situaba

en torno al 18%, han aumentado entre la población en casi 12 puntos hasta alcanzar el

29,7% de personas que han declarado realizar tales actividades en un día concreto de la

semana. Este cambio de participación en actividades de vida social ha sido acompañado

de una disminución en la dedicación diaria a estos menesteres (25 minutos menos en

2010 que en 2003).

Gráfico 5. Porcentaje de personas que realizan la actividad en el transcurso del día y duración media diaria dedicada a la actividad por dichas personas, según los resultados de 2002-2003 y 2009-2010

Fuente: Encuesta de empleo del tiempo 2009-2010 (INE: 2011)

  

  

Un análisis más profundo de las personas y el tiempo dedicado a esta actividad puede

consultarse en la Tabla 2. Los hogares donde hay hijos en casa son los que mayores

porcentajes presentan de dedicación a actividades de aficiones e informática (33% en

relación a parejas con hijos y 32% en hogares monoparentales), en contraste con los

hogares unipersonales (21%). Tal y como se ha señalado anteriormente, el hecho de que

existan hijos en el hogar es un elemento importante en la inserción de las nuevas

tecnologías, sin embargo es necesario realizar análisis más profundos sobre todo en

referencia a un hogar unipersonal, donde a pesar de la subida (recuérdese que en 2003

de media se llegaba al 18% y actualmente en hogares unipersonales se asciende al

21%), se debería de matizar si ese hogar está encabezado por una persona mayor y una

joven. Pues tal y como muestran los resultados por estado civil, solteros (46%) y

personas separadas o divorciadas (29,5%) se corresponden con los grupos de población

prioritarios. El porcentaje de personas que realizan estas actividades viene acompañado

de un incremento en el tiempo medio diario empleado en su realización, donde tanto en

el caso de los hogares unipersonales como de las personas solteras se sobrepasa las dos

horas.

Tabla 2. Porcentaje de personas en España que realizan actividades relacionadas con aficiones e informática en el trascurso del día y duración media diaria, según tipo de hogar y estado civil % de personas Duración media diaria

TOTAL 29,7 1:52

Tipo de hogar en el que vive

Hogar unipersonal 20,9 2:07

Pareja sola 27,6 1:59

Pareja con hijos 32,7 1:48

Padre o madre sólo con algún hijo 31,8 1:54

Otro tipo de hogar 24.4 1:52

Estado civil

Soltero/a 46,3 2:01

Casado/a 22,2 1:41

Viudo/a 11,2 1:56

Separado/a o divorciado/a 29,5 1:48

Fuente: elaboración propia a partir de Encuesta de empleo del tiempo 2009-2010.

  

  

Por último, también es interesante conocer la opinión de los españoles sobre la

inserción de estas nuevas tecnologías en su actividad cotidiana para saber si son

conscientes de este cambio o no. El Gráfico 6 muestra como las personas perciben un

mayor cambio a nivel general que de forma particular en su vida diaria (62% frente a

33% se muestra muy de acuerdo). Ambos cambios se están produciendo a un ritmo

semejante, pero tradicionalmente se suele mirar hacia fuera más que hacia uno mismo.

No obstante, esto desvela la forma silenciosa en la que se está transformando la

realidad social. De forma particular y en relación a su vida cotidiana, las personas

solteras (80% muy o bastante de acuerdo) y las separadas y divorciadas (75,5%) son las

que más afirman tener esta sensación. En el caso de las solteras, se engloban a los

jóvenes, más en contacto con las nuevas tecnologías y que perciben de primera mano la

velocidad de los cambios. Este sesgo por edad también están presente en separados/as

y divorciados/as a los que debe añadirse que el propio cambio en su situación de pareja

contribuye a esta percepción.

Gráfico 6. Opinión de los españoles sobre el cambio que han supuesto las nuevas tecnologías en la sociedad y en su vida cotidiana según estado civil

Fuente: elaboración propia a partir del Estudio 2.948 (CIS: 2012)

61,9

32,7 28,742,4

17,4

38,5

32,3

34,434,5

37,9

16,9

37,0

3,6

20,8 24,1

13,9

31,3

14,1

0,610,8 11,6

5,0

30,8

8,11,7 1,3 1,1 0,9 3,6 2,2

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

En la sociedad En su vidacotidiana

Casado/a Soltero/a Viudo/a Separado/a odivorciado/a

Impacto nuevas tecnologías Impacto nuevas tecnologías en la vida cotidiana según estadocivil

Mucho Bastante Poco Nada NS/NC

  

  

Esta percepción de cambio es por tanto generalizada en toda la sociedad española, a

ella han contribuido decisivamente, a nivel general la conexión a Internet (44,5%), y a

nivel particular sobre todo el teléfono móvil (45%) (Tabla 3). Ambas tecnologías están

relacionadas, Internet se convierte en la gran ventana del mundo que permite

interactuar en múltiples niveles y aplicarse a ámbitos muy diversos, mientras que el

teléfono móvil tiene una influencia directa a nivel micro al permitir una mayor

frecuencia en la comunicación con la red más próxima, sobre todo la familiar. El análisis

por grupos de edad muestra como los más jóvenes dan sobre todo importancia a la

conexión a Internet (40%), elemento cada vez más importante en su proceso de

socialización, así como a las redes sociales (8%); ambos aspectos son menos señalados a

medida que aumenta la edad. Mientras que a partir de los 35 años para prácticamente la

mitad de los encuestados el instrumento clave ha sido el teléfono móvil, el cual en

muchos casos incorpora acceso a Internet. Los análisis en relación al estado civil no

muestran importantes novedades a este respecto, todos dan la mayor importancia al

móvil sobre todo los casados (48%) y los separados y divorciados (50%), solo en el caso

de los solteros, la opción de Internet es muy relevante (34%).

Tabla 3. Opinión de los españoles sobre las nuevas tecnologías que más han cambiado la sociedad española en los últimos años según edad y estado civil (% en filas)

Teléfono

móvil

Ordenador

personal

Conexión

Internet

TV

cable

Correo

electrónico

Redes

sociales Otro Ninguno NS/NC

A nivel social 33,0 10,4 44,5 1 0,6 5,8 0,4 0,3 4

Su vida cotidiana 45,4 9,1 24 1,3 1 2,6 0,5 13,4 2,8

Cambio en concreto de su vida cotidiana según edad

18-24 36,4 8,2 40,2 1,3 0,4 8,2 0,4 3,5 1,3

25-34 41,3 9,6 35,2 1 1,3 5,2 0,2 4,8 1,2

35-49 47,8 11,1 28 0,8 1,2 1,9 0,4 7,7 1,1

50-64 48,1 9,1 19,1 1,3 1,7 0,9 0,7 16,3 3

65-74 51,4 8,3 8,7 1,8 0 0,4 0,4 25,5 3,6

75 y más 41,7 3,1 1,3 3,1 0 0,4 0,4 38,6 11,2

Cambio en concreto de su vida cotidiana según estado civil

Casado/a 48,4 9,2 20,8 1,5 1,3 1,2 0,5 14,6 2,5

  

  

Soltero/a 40,0 9,9 34,3 1,3 0,6 5,7 0,2 6,2 1,7

Viudo/a 44,6 5,6 4,6 1,5 0,5 1 0,5 33,8 7,7

Separado/a

o divorciado/a 50,4 7,4 24,4 0,0 0,7 1,5 0,0 12,6 3,0

Fuente: elaboración propia a partir del Estudio 2.948 (CIS: 2012)

4. Los efectos de las nuevas tecnologías sobre las familias españolas

Las tecnologías siguen avanzando dando lugar a nuevas oportunidades y desafíos. Las

familias también se transforman interactuando cambios familiares y tecnológicos. Estos

cambios aunque actualmente parecen muy novedosos, su influencia ya llamó la

atención de sociólogos a principios del siglo XX, por ejemplo, Ernest Burguess

perteneciente a la Escuela de Chicago, advirtió cómo “la familia americana durante los

últimos 25 años se ha introducido en un nuevo mundo debido a los rápidos cambios”

(1928: 415). En aquellos años se debatía con argumentos contradictorios las

repercusiones que podían tener para la familia la introducción del teléfono o del

automóvil. Del primero se decía que su difusión rompería la vieja práctica de ir a visitar a

los familiares y amigos, mientras que del automóvil se le achacaba que promovía la

promiscuidad y el desentendimiento de la familia (Hughes y Hans, 2004).

Casi un siglo después el impacto de las tecnologías sobre la vida familiar sigue

despertando argumentos a favor y en contra, por un lado se destacan las consecuencias

positivas para la educación de los hijos, su acceso a información, la posibilidad de

complementar el apoyo social, desarrollar la propia individualidad o su significativo

papel en relación a las personas mayores y a en el ámbito de la salud. Sin embargo,

también se señalan aspectos negativos, la pérdida de control sobre la educación de los

hijos, pudiendo exponerlos a informaciones nocivas para su formación, la reducción del

tiempo en familia, el aislamiento social, amenazas contra la propia privacidad, la pérdida

de tiempo o la dependencia o adicción. (Mesch, 2006; Espinar y López, 2009). Una

cuestión sí que parece clara y es que las nuevas tecnologías aumentan el potencial

comunicador lo cual supone un cambio cualitativo muy importante en la cotidianidad de

las familias y un nuevo riesgo que hay que saber gestionar.

  

  

Las nuevas tecnologías han diversificado de forma exponencial su potencial

comunicador en todos los ámbitos, también en el familiar. Su impacto da lugar a una

domesticación tecnológica de los hogares, que como afirma Mesch (2006) supone un

motor de cambio que repercute en la diferenciación y especialización de los roles

familiares. Las nuevas tecnologías permiten comunicarse instantáneamente en

contextos cada vez más amplios (por ejemplo, en el trabajo para cuestiones familiares2).

El cambio de conectarse eventualmente a estar conectados continuamente es

importante pues se reducen los límites entre la esfera pública y la privada (el tiempo

dedicado al trabajo y a la familia). El impacto de las nuevas tecnologías de la

comunicación sobre la familia es muy significativo:

1. En relación al teléfono móvil, su uso se ha extendido entre todas las edades,

siendo casi universal entre los jóvenes de 15 a 29 años, los cuales utilizan cada

vez menos la voz y más la mensajería de datos y texto. Su uso se ha

generalizado entre los jóvenes al darles sensación de libertad e independencia, y

la posibilidad de estar permanentemente conectados (INJUVE, 2012). La

existencia del teléfono móvil aumenta la frecuencia en la comunicación entre los

miembros de la familia, por ejemplo permite comunicarse durante los tiempos de

espera o cuando se está en movimiento. El teléfono permite a los miembros de

la familia micro-coordinar sus actividades, comunicando en tiempo real las

estrategias familiares, así como, se convierte en un instrumento de apoyo de la

red familiar, un “cordón umbilical” entre generaciones. No obstante, la

comunicación cara a cara sigue siendo muy importe en estas relaciones, y al

mimo tiempo que facilita el control de los padres sobre los hijos, también puede

excluir a los padres de ciertas comunicaciones e incluso, la accesibilidad puede

ser un problema si los miembros de la familia están conectados con gente de

fuera en presencia de miembros de la familia (Lanigan, 2009).

2. En relación a Internet, el impacto sobre la vida familiar no es muy claro, algunos

estudios enfatizan que su uso aísla y reduce la comunicación, otros detectan

                                                            2 En Estados Unidos en 2004 un 66% afirmaba usar Internet para cuestiones domésticas mientras trabajaba (Hughes y Hans, 2004)

  

  

pequeños efectos sobre la comunicación familiar; e incluso cada vez son más los

trabajos que afirman que estas relaciones se identifican (Lanigan, 2009). En

este sentido, se depende mucho de las particulares características de

individuales y familiares de sus usuarios, así como de los usos que se haga a

través de esta herramienta; por ejemplo, las relaciones a través del email son de

tipo diádico más que de grupo. “Lo que mayoritariamente sustituye el uso de

Internet es el tiempo más vacío, el de actividades prototípicas relacionadas con

la mayor actividad y que se reconfigura en otras posibilidades que incluyen,

sobre todo, nuevas maneras, espacios y tiempos de conexión interpersonal”

(INJUVE, 2012: 296)

3. En cuanto a las redes sociales virtuales, su uso se ha generalizado entre los

jóvenes en muy poco tiempo (el 90% de los jóvenes tenía al menos una red

social en 2011), siendo lo más habitual es pertenecer a más de una. Su uso

facilita la pertenencia a múltiples grupos de contacto y amistades, siguiendo la

dinámica de otros rituales sociales de generaciones anteriores, por ejemplo el

fenómeno del “botellón” de finales de la década de los noventa. Estas redes

ayudan a los jóvenes en su transición a la vida adulta pues permiten expresar y

construir su personalidad. En este sentido, también pueden suponer un potencial

desarrollo de valores contrarios a los de los padres e incluso atentar contra la

privacidad familiar, sobre todo cuando muchos padres apenas conocen el

funcionamiento de estas redes

4. Por último y aunque existe un menor conocimiento, los mensajes de texto a

través del email o del teléfono. El estudio de Pettigrew (2009) realiza un análisis

de los mismos y muestra cómo estos se suelen realizar entre personas cercanas,

sobre todo buscando tener un contacto más próximo, que permita una alta

intimidad y un sentimiento de estar conectados. Razones muy frecuentes en al

comienzo de las relaciones de pareja.

  

  

A nivel general estos son algunos de los efectos que tienen las tecnologías sobre la vida

familiar, sin embargo, el impacto de estas nuevas formas de comunicación tienen

repercusiones en tres ámbitos importes que vamos a estudiar con mayor detenimiento:

su impacto sobre el mercado de emparejamientos, sobre el proceso de socialización y las

relaciones padres e hijos, y sobre las redes familiares de apoyo y solidaridad.

A) Los efectos sobre el mercado de emparejamientos

El establecimiento de nuevas parejas es un proceso que viene marcado por las normas

sociales de cada sociedad. Tradicionalmente, han tenido mucha importancia los factores

económicos, por el que las familias controlaban el proceso de formación de la pareja al

ser este un mecanismo de movilidad social. La nueva familia representaba la unión

indisoluble de dos personas, pero también de dos linajes y dos patrimonios. Sin

embargo, los procesos de modernización social durante el siglo XX desarrollan el modelo

de emparejamientos “por amor”, donde el control de las familias sobre la elección de

pareja se flexibiliza (Coontz, 2006). En este nuevo contexto, se establecen diferentes

espacios sociales libres donde crear lazos a través de encuentros e interacciones cara a

cara. Los espacios de sociabilidad como ir al cine, tomar café, ir a una fiesta, era la forma

tradicional de acceder a este “mercado de emparejamientos”. Sin embargo, este proceso

actualmente se modifica al introducirse nuevas formas de comunicación y el

establecimiento de redes sociales virtuales. Los procesos de interacción cambian, se

accede a un “mercado” potencial más amplio, se requieren nuevas habilidades

comunicativas, etc. Por tanto, cambio en el contexto de emparejamientos y también en

la articulación y ethos de las mismas.

Esta nueva potencialidad en el ámbito de las relaciones de pareja, se ve favorecido por

los nuevos tipos de amor. En las sociedades avanzadas los nuevos modelos de

emparejamiento se basan en relaciones más débiles, flexibles y libres, el llamado “amor

líquido” (Bauman, 2005), el cual constituye un contexto privilegiado para la inserción de

las nuevas tecnologías. Siguiendo los principios del “amor líquido”, “el amor fue y sigue

siendo amor imaginado. Tiene lugar en la cabeza y lo sabemos.

  

  

Lo peculiar del amor a través de Internet radica en que sólo tiene lugar en la cabeza.

Internet modifica la condición grupal del amor. Hace posible, en primer lugar, la no

presencia de los implicados, en segundo lugar, el anonimato de su contacto. Con ello, en

tercer lugar, libera la imaginación. Y para terminar, puede poner el imperativo de la

optimización: “antes de atarte para la eternidad, comprueba que no hay algo mejor””.

(Beck y Beck-Gernsheim, 2012:70).

Junto con los nuevos tipos de amor un elemento fundamental es el acceso a nuevos

espacios de sociabilidad y la alteración de los tradicionales mercados de

emparejamientos. En 1995 en el Estudio (2.157) que realizó el CIS sobre la formación de

la pareja en España mostraba que ésta era una opción que apenas se contemplaba, sin

embargo, en la actualidad Internet abre la ventana a nuevas posibilidades a través de

esta vía, y al menos un 10% de jóvenes afirman directamente utilizar las redes sociales

virtuales para buscar pareja (INJUVE, 2012). Por su parte en Estados Unidos donde se

dispone de más datos, los estudios señalan que el número de “citas” de personas que se

conocieron por Internet ha crecido desde el desarrollo de esta tecnología. Lo cual

explican sobre todo porque este medio se presenta como un elemento importante para

el inicio de las relaciones, reduciendo barreras como la distancia geográfica o la clase

social, así como permitiendo importantes niveles de privacidad e intimidad (Sprecher,

2009; Subrahmanyam y Smahel, 2012). Internet es además un medio efectivo para la

búsqueda de pareja pues permite conocer información sobre la persona, así como

facilitar el mantenimiento de las relaciones a distancia como los Living Apart Together

(Ayuso, 2012). El riesgo en este sentido, es el desarrollo de relaciones extra-

matrimoniales que también ha aumentado con el acceso a estos espacios de

sociabilidad.

En España este no ha sido un asunto que se haya estudiado con profundidad, los datos

existentes proceden de investigaciones no realizados con este fin y/o trabajos con

deficiencias metodológicas. Los estudios del CIS muestran como Internet se convierte

en un nuevo espacio de sociabilidad, al que acceden los jóvenes sobre todo en la

intimidad de su propia habitación (68%), sobre todo para acceder a foros y chats

  

  

(60,5%), así como a redes sociales virtuales (73%), lo cual suelen hacerlo con bastante

frecuencia (71% al menos una vez al día)3. Según el INJUVE (2012) el 90% de los

jóvenes de entre 15 y 29 años utiliza las redes sociales en España para relaciones de

amistad y según el CIS un 11% para conocer gente nueva, buscar pareja o ligar. Algo

más de uno de cada cuatro jóvenes afirma poder llegar a quedar con alguien que ha

conocido por Internet.

Gráfico 7. Opiniones de los jóvenes españoles de 15 a 29 años sobre Internet

como nuevo espacio de sociabilidad

Fuente: elaboración propia a partir del Estudio 2.889 (CIS: 2011).

                                                            3 Los jóvenes consideran que tienen por término medio 249 contactos agregados en sus redes sociales de las cuales 42 pueden considerarse como “relaciones de amistad consolidada” (CIS, 2011).

27,9

4,1

7

75,1

71,2

73

60,5

29,2

68,3

0 10 20 30 40 50 60 70 80

Muy o bastante probable de poder llegar a quedar conalguien que ha conocido en internet

Para buscar pareja o ligar

Utiliza las redes sociales para hacer nuevosamigos/as

Utiliza las redes sociales en internet al menos una vezal día

Ultima vez que ha accedido a una red social: ayer

Utiliza internet para redes sociales virtuales

Utiliza internet para foros, chats y mensajería

Accede a internet en cualquier sitio con su móvil

Accede a internet desde su propia habitación

  

  

En el año 2004 la plataforma Meta Score, utilizó el panel del Estudio General de Medios

para realizar una encuesta por Internet a 3.395 internautas mayores de 16 años, sobre

las relaciones de pareja por Internet. Los resultados presentan rasgos interesantes

aunque algo anticuado, los cuales señalan que un 16,8% de los internautas habían

mantenido alguna relación de pareja o noviazgo por Internet. Un 59,7% consideraba que

Internet era un medio como cualquier otro para conocer nuevas personas, y el 56%

señalaba que se podía mantener una relación a través de Internet sin conocer

físicamente a la otra persona. En relación a los encuentros cara a cara, los internautas

valoraban sobre todo que Internet permitía una mayor comunicación e intimidad, pero

que las relaciones que se podían mantener a través de este medio no tendían a

caracterizarse ni por su mayor compromiso o fidelidad (Gráfico 8).

Gráfico 8. Valoración media de sobre las relaciones personales por Internet

frente a las relaciones cara a cara*

Fuente: Estudio “Las relaciones personales a través de Internet” (Ya.com Interent Factory, 2004)

* Valoración media en una escala donde 1 equivalía a nada de acuerdo y 5 a totalmente de acuerdo.

2,06

1,65

1,98

2,83

2,26

1,96

3,05

1,76

0

0,5

1

1,5

2

2,5

3

3,5

Más confianza Máscompromiso

Mássinceridad

Más intimidad Más seguridad Más afecto Máscomunicación

Más f idelidad

  

  

En la actualidad, las redes virtuales juegan un papel cada vez más importante en la

formación de las nuevas parejas en los jóvenes, tanto por servir de plataforma para

conocerse como para el mantenimiento de estas relaciones. Sin embargo, en el futuro la

importancia de estas nuevas tecnologías se percibe como más importante, sobre todo

por su mayor expansión en relación a las segundas uniones y a las personas mayores.

En este último caso, las redes virtuales pueden jugar un papel significativo sobre todo

para el acceso a un mercado de emparejamiento nuevo, elemento cada vez más

demandado entre la población viuda (Ayuso, 2011). Tradicionalmente las escasas

investigaciones se han centrado en el papel de las tecnologías en el inicio de estas

uniones, siendo cada vez más importante estudiar también su mantenimiento y final a

todas las edades.

B) Los efectos sobre el proceso de socialización y las relaciones entre padres e

hijos

Una de las funciones más importantes que tradicionalmente ha desempeñado la

institución familiar ha sido la de controlar el proceso de socialización de sus hijos, es

decir la forma en la que se transmite la cultura, los valores y normas de una generación

a otra. Habitualmente, la socialización se llevaba a cabo en un círculo familiar muy

cerrado desde dentro hacia fuera de la familia, es decir, desde los padres y familiares

más cercanos hacia el grupo de iguales y la sociedad en general; sin embargo, con el

desarrollo de las nuevas tecnologías, este proceso se ve alterado existiendo múltiples

agentes y actores que participan de forma paralela con la familia. Todo ello da lugar al

desarrollo de nuevos riesgos sociales. El impacto de las nuevas tecnologías afecta

directamente a dos funciones claves del proceso de socialización, la privacidad de la

familia y la construcción de la identidad de los hijos, ambos fenómenos relacionados con

el control que tradicionalmente ha ejercido la familia sobre sus miembros.

En relación a la privacidad, el impacto de internet da lugar a una apertura del sistema

familiar hacia el exterior, lo cual supone una importante pérdida de control sobre el

proceso de socialización que ejercían los padres sobre los hijos.

  

  

El funcionamiento de la familia se ha apoyado tradicionalmente en esta privacidad, la

cual es clave para el aprendizaje de las funciones familiares y la transmisión de

diferentes normas y valores; sobre ella se toma conciencia de las diferencias entre lo

público y lo privado, y se desarrollan las explicaciones del mundo en relación con los de

fuera. El desarrollo del teléfono móvil o de internet supone una apertura a múltiples

influencias y actividades que escapan del control familiar, lo cual puede dar lugar a que

los hijos reciban mensajes contradictorios, tengan acceso a valores contrarios a los de

los padres o cuestionen la autoridad y organización familiar.

Estas tecnologías afectan también a la construcción de la identidad de los hijos,

aspecto muy vinculado con el elemento anterior. La transición a la vida adulta supone

separarse del grupo primario de socialización para desarrollar la propia identidad

diferente a la familiar. En este proceso siempre ha sido muy influyente el grupo de

iguales, así como elementos simbólicos que contribuían en este proceso; por ejemplo, en

generaciones pasadas fue muy importante la moto, la bicicleta, la radio, o el walkman,

elementos que ahora se ven sustituidos por los teléfonos móviles, las consolas o

Internet. Las nuevas tecnologías suponen escenarios propicios para la autoexpresión, al

constituirse como nuevos espacios de comunicación sin apenas normas, lo cual supone

unas magníficas oportunidades para poder desarrollar su propia autonomía, tanto en la

forma de relacionarse con los demás, como con los distintos miembros de la familia.

Tecnologías como las redes sociales se convierten en un “tribunal virtual” en el que cada

uno se expresa y es potencialmente juzgado por otras personas que van moldeando

preferencias y formando la propia identidad, aspecto clave sobre todo en la

adolescencia (Tully y Alfaraz, 2012).

A pesar de estos dos factores y de esta pérdida de control, las relaciones entre padres e

hijos en relación con las nuevas tecnologías suele subrayar los aspectos más optimistas.

Mesch (2006) afirma que la mayoría de las encuestas muestran cómo los padres

observan de forma positiva el impacto de Internet en la vida de sus hijos, sobre todo por

motivos educativos. Frente a quienes apuntan que el desarrollo de estas tecnologías

reducen el tiempo dedicado a la familia, recientes estudios muestran que es necesario

  

  

matizar esta hipótesis y tener en cuenta diversos elementos en esta relación, por

ejemplo, si padres e hijos utilizan Internet conjuntamente (juegan juntos, interactúan en

la misma red, etc.), los efectos son positivos pues contribuyen a la cohesión familiar

(Subrahmanyam y Smahel, 2012).

Sin embargo, también existen riesgos en relación al uso de las nuevas tecnologías por

parte de los hijos; no todos los jóvenes las utilizan para este fin sino que le dan

múltiples usos, por ejemplo, cuando se utiliza como entretenimiento aumenta el

conflicto entre padres e hijos. En los casos en los que los padres no entienden las

nuevas tecnologías, éstas tienden a separarlas respecto a sus hijos. En el caso de

España, la diferencia en el uso de estas tecnologías entre padres e hijos muestra como

son los más jóvenes los que están enseñando a las generaciones de sus padres (Gráfico

9). Sólo un 9% de los jóvenes ha tenido que pedir ayuda a sus padres frente al 34% que

afirma que ha recibido demandas de ayuda por parte de su padre y un 36% de su madre.

Gráfico 9. Opinión de los jóvenes españoles (15-29 años) sobre las ayudas

prestadas relacionadas con Internet

Fuente: elaboración propia a partir del Estudio 2.889 (CIS: 2011).

8,9

34,236

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Jóvenes que han tenido quepedir ayuda a sus padres poralguna situación surgida por

internet

Su PADRE le ha solicitadoayuda por alguna situación

surgida por Internet

Su MADRE le ha solicitadoayuda por alguna situación

surgida por Internet

  

  

Por otro lado, algunos estudios también han señalado los peligros del uso de estas

tecnologías dentro de la familia relacionados con este desconocimiento; por ejemplo:

existen pocos padres que sean conscientes del uso que hacen sus hijos de las nuevas

tecnologías. Los padres dicen que controlan a sus hijos, pero su opinión es diferente a la

que tienen estos (Tezanos, 2008). Aspectos como el aislamiento familiar o el desarrollo

de conductas violentas pueden ser consecuencia del excesivo e inapropiado uso de

estas nuevas tecnologías. No obstante, en relación al aislamiento, muchos estudios son

contradictorios, y en cuanto a las conductas violentas, existen trabajos que subrayan

que dependen mucho del contexto familiar en el que se desarrolla el niño. De una forma

u otra, en todos los casos debe tenerse en cuenta no solo la variable tecnológica, sino

también los diferentes tipos de familias, y dentro de éstas las diversas formas de

interacción entre sus miembros y las nuevas tecnologías.

C) El impacto sobre la red familiar (solidaridad familiar)

Junto con los efectos sobre el mercado de emparejamientos y el proceso de socialización

familiar, las nuevas tecnologías afectan también a la solidaridad familiar y configuración

de las redes de sociabilidad en España. Este es un elemento clave básico en nuestro

sistema de bienestar. A pesar de la importancia emocional de la familia en el imaginario

cultural de las nuevas generaciones, ésta sigue cumpliendo funciones instrumentales

muy significativas. A partir del fomento de las redes de solidaridad familiar, los

españoles tienen acceso a una serie de recursos que actúan con flexibilidad, sin apenas

condiciones, y que siguen los principios de la donación y no del intercambio. Recientes

trabajos muestran el papel fundamental que estas redes sociales presenciales juegan

en el mantenimiento del bienestar social en España (Requena, 2011 y Meil, 2011).

Nuevos espacios de comunicación y de sociabilidad son muy importantes en este

sentido. El impacto de las nuevas tecnologías en esta esfera puede ser múltiple y muy

importante, sobre todo por su efecto sobre la distribución del tiempo familiar y de la

cohesión familiar.

  

  

Cada vez se tiene más información sobre lo que ocurre en el interior de la familia, a

través de diferentes encuestas. Sin embargo, y a pesar de la mayor presencia de las

nuevas tecnologías, se conoce poco sobre los efectos de éstas en las nuevas dinámicas

familiares. Aspectos como la distribución del tiempo de ocio o el grado de comunicación

entre los miembros de la pareja se ven afectados por estas nuevas tecnologías, las

cuales pueden incidir en un mayor grado de individualización de la pareja tal y como

defienden algunos autores (Beck Germstein, 2003) o por el contrario mejorar estas

relaciones (Castells, 2001). El estudio tradicional de Putman (2000) sobre el impacto de

la televisión en las redes familiares, concluyó que la televisión había contribuido a

“nuclearizar las relaciones familiares” es decir a circunscribirlas a las redes primarias.

Antes de la difusión de la televisión, las personas tenían una vida social más rica con

miembros de su familia extensa y sus vecinos en su tiempo de ocio, sin embargo la

televisión disminuyó estas relaciones.

Los escasos datos disponibles para el caso de España nos permiten detenernos en

algunas de las opiniones de los españoles sobre los efectos de estas tecnologías en

relación al uso del tiempo (Gráfico 10) y su impacto sobre la sociabilidad (Gráfico 11).

Tradicionalmente, los estudios clásicos señalaban que quienes dedicaban más tiempo a

Internet empleaban menos en participar en otras actividades sociales y olvidaban a sus

amigos más cercanos, trabajos posteriores mostraban que esta hipótesis se cumplía en

un primer momento, pero que cuando pasaba el tiempo se volvía a los niveles iniciales.

El Gráfico 10 muestra como el impacto de internet en los hogares españoles ha

afectado sobre todo a disminuir el tiempo que se dedicaba a “no hacer nada” (27%), ver

la televisión (26,5%), leer (15%) y buscar información en la biblioteca (14%) o practicar

algún deporte (11%). Por tanto, no tendría un efecto muy significativo sobre la esfera

familiar. Prácticamente la mitad de la población afirma que estas tecnologías no han

tenido ningún efecto en la disminución del tiempo empleado a otras tareas. Estos

resultados coinciden con los de trabajos estadounidenses los cuales afirman que

aunque las nuevas tecnologías han aumentado el tiempo que las personas dedican al

trabajo dentro o fuera de casa, la mayoría no consideran que esto haya supuesto un

impacto en la integración familiar (Kemedy et al., 2008).

  

  

Gráfico 10. Impacto de Internet sobre el tiempo habitual dedicado a actividades

cotidianas (disminución del tiempo)

Fuente: elaboración propia a partir del Estudio 2.948 (CIS: 2012)

Por tanto, no existe una alta percepción de que las nuevas tecnologías estén

impactando de forma significativa en la distribución del tiempo familiar, sin embargo es

fácil observar cómo si están cambiando las formas de sociabilidad. En este sentido, la

mayoría de trabajos tienden a señalar los aspectos positivos para la esfera familiar

sobre todo por su contribución al mantenimiento de vínculos. La principal razón es que

la gente envía y recibe mensajes para mantener el contacto y las relaciones

interpersonales. En Estados Unidos, el 70% de las parejas con teléfono afirman hablar al

menos una vez al día (Kemedy et al, 2008). Por lo que más que reemplazar las

relaciones cara a cara estas tecnologías promueven nuevas oportunidades para

desarrollarse en comunidad (Hughes y Hans, 2004).

La opinión de los españoles en este sentido es que muchas de las nuevas tecnologías

suponen un importante elemento de distracción (Gráfico 11). Tendiendo a aumentar el

aislamiento (81%), facilitando la realización de diversas actividades y por tanto

desarrollando actitudes más perezosas (75,7%) y/o desaprovechando su tiempo (66%).

26,7

10,4 11,1

26,5

8,9 9,6

14,6

5,6

2

11,1

14,4

46,4

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

Estar sinhacer nada

Dormir Pasear, salircon

amigos/as,estar con la

pareja

Ver latelevisión

Oir la radio Ir al cine Leer Estudiar Trabajar Practicaralgún

deporte

Buscarinformación

en labiblioteca

Ninguna

  

  

Se observa también su impacto en la eficiencia (45%) y la mayor facilidad para hacer

nuevas amistades (52%). Sin embargo no consideran que estas tecnologías contribuyan

a que la gente se relacione mas con su familia y sus amigos de siempre (27%), esta

percepción esconde sobre todo una menor valoración pues se tiende a considerar un

grado de relación muy alta con los familiares y amigos más cercanos. No obstante,

existen diferencias significativas según señala un análisis de segmentación (Gráfico

12).

Gráfico 11. Efectos de las nuevas tecnologías sobre la sociabilidad

Fuente: elaboración propia a partir del Estudio 2.948 (CIS: 2012)

75,781,1

66,1

45,4

27,2

51,9

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

La gente sevuelve másperezosa

La gente se aislamás

La gentedesaprovecha

más su tiempo

La gente es máseficiente

La gente serelaciona mas

con su familia yamigos desiempre

Es más facilhacer nuevas

amistades

  

  

Gráfico 12. Análisis de segmentación sobre el impacto de las nuevas tecnologías

en el aumento de las relaciones con su familia y amigos de siempre

Fuente: elaboración propia a partir del Estudio 2.948 (CIS: 2012)

Nota: se introducen en el análisis las variables de sexo, edad, nivel educativo, estado civil,

frecuencia de uso de Internet, tamaño del hábitat y estatus socioeconómico.

  

  

Sólo un 27% de los españoles considera que las nuevas tecnologías contribuyen a una

mayor relación con la familia y amigos; sin embargos existen importantes diferencias en

función de la edad. Para los mayores de 65 años el impacto de las nuevas tecnologías

sobre esta sociabilidad es muy bajo, aunque para un 20% sí han contribuido a mejorar

estas relaciones. En el grupo de 35 a 64 años, se depende de la frecuencia con la que

se utiliza internet, a mayor frecuencia mayor percepción de haber contribuido a mejorar

las comunicaciones dentro de la familia (30% los que se conectan varias veces al día).

Esta tendencia se mantiene también en los más jóvenes (40%), aunque en este caso

también es muy importante el tamaño del lugar de residencia.

Los resultados tienden a mostrar en todo caso un aumento de las relaciones familiares

más que su deterioro. El estudio llevado a cabo por Meil en 2011 sobre el impacto de la

individualización en la solidaridad familiar mostraba como en relación al uso del teléfono

“el contacto telefónico es más frecuente que el contacto personal, como es fácilmente

imaginable, y presenta la misma pauta de mayor frecuencia de contacto con los hijos

emancipados (93% señala hablar al menos una vez por semana con ellos) que con los

padres (83%), y más frecuente con estos que con los hermanos (66%). Contacto

personas y contacto telefónico tienden a reforzarse mutuamente, sobre todo en las

relaciones entre hermanos” (Meil, 2011:69).

Por tanto, las nuevas tecnologías ofrecen nuevas posibilidades de sociabilidad, lo cual

tiene efectos positivos sobre la vida familiar. “La familia que realiza cosas juntas

permanece unida”, y a través de estos medios, las familias contribuyen a mejorar la

interacción y comunicación entre sus miembros, a fomentar la memoria de que la familia

es única y está unida. Del mismo modo estas tecnologías tienen su impacto sobre los

diferente roles y situaciones familiares, pues puede contribuir a que mejore la

comunicación intergeneracional entre hijos, abuelos y nietos, puede ayudar al

mantenimiento de las relaciones intergeneracionales post-divorcio o con miembros de la

familia distante, y puede ser un magnífico recurso para combatir la soledad en las

personas mayores.

  

  

5. Conclusiones

El análisis histórico de la evolución del desarrollo tecnológico y de sus diagnósticos

señala que es fácil encontrar múltiples predicciones sobre sus efectos y múltiples

errores sobre estas predicciones, por ello el análisis de su impacto debe realizarse con

cautela. Durante los años 80 algunos investigadores señalaban múltiple bondades de

las nuevas tecnologías mientras que para otros éstas contribuían a convertir a los

hombres en máquinas. Ningún extremo ha ocurrido, aunque se pueden advertir

tendencias positivas y negativas en relación con la familia.

En general desde la sociología de la familia no se ha puesto énfasis en el impacto de

muchos adelantos tecnológicos que han sido importantes para la vida familiar (el

microondas, la lavadora, la olla exprés, pero también el teléfono Internet y aunque en

menor medida la televisión o los videojuegos). No se han considerado temas

suficientemente relevantes. Sin embargo, han influido directamente sobre la vida

cotidiana y han mediado en la relación entre los miembros de la familia. No se pueden

estudiar estos cambios tecnológicos sin tener en cuenta las nuevas tendencias en las

familias, ambas cuestiones se encuentran fuertemente interrelacionadas. Por un lado no

se pueden olvidar las características básicas de estas relaciones, los jóvenes hacen a

través de las nuevas tecnologías las mismas cosas que hicieron generaciones

precedentes, es decir entretenerse, relacionarse con los demás y sobre todo encontrar

información (Méndez y Rodriguez, 2011).

Por otro lado, tampoco se debe pude obviar las novedades que estas tecnologías

incorporan. La familia mantiene su finalidad de ayuda y apoyo entre sus miembros, pero

de forma más intercomunicada. Se hablan más a lo largo del día, incluso aunque estén

trabajando (Kemedy et al, 2008), disminuyendo las distancias entre el espacio público y

el privado. Las tecnologías actúan como elemento mediador de actividades cotidianas

pero también mediatizador modificando pautas y maneras de realizar estas actividades

(Lasen, 2010).

  

  

Ello supone que asistamos a nuevos escenarios donde aparece: la “ubicuidad nómada”

(nuevos espacios de encuentro e intercambio), la multi identidad, al moverse en

diversos espacios, oportunidades y condiciones; y la inteligencia colectiva y universal

(suma de inteligencias individuales) (Méndez y Rodriguez, 2011).

Todo ello tampoco debe hacernos olvidar la aparición de nuevos riesgos sobre la esfera

familiar, el riesgo de pérdida de control sobre el proceso de socialización familiar, el

cumplimiento de funciones por parte de las nuevas tecnologías que antes eran

exclusivas de la familia, y consecuencias no previstas del intercambio de comunicación e

información (el bulling, robo de identidad, el abuso sexual, la necesidad de proteger la

intimidad, etc.). Por todo ello, la demanda de mayores estudios sobre estos aspectos es

clave para poder intervenir en estos ámbitos y sobre todo para entender no sólo el

impacto de las tecnologías en la familia, sino sobre todo los comportamientos de las

nuevas familias.

Tal y como ha afirmado Aponte (2009), lo único que parece claro a partir del estudio del

impacto de las nuevas tecnologías sobre la familia es que: sabemos que el impacto es

muy significativo y probablemente para mejor, que el fenómeno está comenzando y

tiene muchas manifestaciones que aún están por llegar, así como sabemos que no hay

vuelta atrás. Por tanto, no se puede decir que estos cambios sean buenos o malos

respecto al pasado, lo único sobre lo que existe certeza es que introducen un contexto

muy diferente al que se desenvolvieron nuestros padres y abuelos.

  

  

6. Referencias

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