el hombre normal
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1 MARTIN SORIA
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El ser humano ha transformado su verdadera realidad humana en una realidad productiva, ha pasado de ser un hombre vincularmente afectivo natural, a ser un hombre productivo o laboral; de ser humano, ha pasado a ser trabajador. Trabaja para alimentarse, para disponer de una vivienda, de un medio de transporte o comunicación, ya sea el teléfono o el computador, pero su ferviente prioridad actual es el trabajo. Trabaja para conseguir aquello que la naturaleza le ofrece de forma gratuita, pero como la sociedad ha creado en él, exigencias extraordinarias, trabaja para lograr esos excesos, por ejemplo: se puede descansar en el suelo y cubrirse con un saco de dormir, pero la sociedad indica que es mejor tener camas con un colchón de marca. Esa indicación social produce en el individuo la necesidad de trabajar para comprar el colchón de marca. En lugar de descubrir su verdadera naturaleza, observando y analizando lo natural, prefiere disponer de un título universitario o nobiliario, para lo que debe trabajar y trabajar. En lugar de sembrar vegetales comestibles en su jardín, trabaja para comprar la palmera publicitada en las revisas de decoración. El ser humano actual, es mentalmente débil en la superación de tentaciones y cae en ellas una y otra vez. Tentaciones, que en su desarrollo acaban en algunos casos transformándose en adiciones. Se es adicto a las costumbres, aunque no favorezcan en nada la normalización del ser. Adicto a dormir todas las noches, adicto a comer tres veces al día, adicto al futbol, al televisor, al celular, a la bebida, al rechazo del diferente, al reclamo, etc. etc. La condición de ser humano, al ser ignorada, ha quedado en el olvido, se considera un ideal imaginario e imposible. Y se justifica su imposibilidad con el “todos somos distintos” o con el “cada uno tiene su ideal”, como si la naturaleza humana, fuese una suerte de elección particular. Y nos planteamos la pregunta: ¿Qué es lo que nos impide descubrir nuestra naturaleza humana? Al parecer es solo una la razón que justifica esta pregunta: lo que impide al hombre reconocer su verdadera naturaleza, es el eclecticismo en la versatilidad de información incierta, que confunde la conciencia del interesado en descubrirla. Lo que obliga a realizar un verdadero esfuerzo en el análisis de las constantes razones de que está compuesta la naturaleza humana. Ese es nuestro tema en este ensayo. Espero les sirva para aclarar un poco las ideas.
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FUNDAMENTOS DE LO ESENCIAL Por Martin Soria
En la naturaleza de la Creación, existen dos categorías de
aspectos fundamentales: 1-Inmutabilidad y 2-variabilidad. Lo inmutable o incambiable y lo cambiable o variable, se complementan en la unidad. Lo incambiable es constante,
confiable y conectivo; lo variable es inconstante, impreciso y diverso, por lo tanto, lo inmutable es previsible y lo variable es
imprevisible. Lo Incambiable Lo variable
Constante firme inconstante débil Confiable absoluto impreciso relativo
Conectivo conciliador diverso inconciliable Previsible imprevisible
En la naturaleza humana existen razones constantes y razones variables. Todo humano saludable es libre, autónomo y
responsable, crece, tiene la capacidad de reproducirse y ejerce el control o dominio sobre sus decisiones. Se alimenta, respira, huele, oye, ve y camina; siente, comprende y es creativo, estos
son aspectos constantes en la naturaleza humana. Y los aspectos variables son aquellos que tienen que ver con sus opciones, sus
convicciones y sus experiencias; unos crecen más altos o más bajos, más gordos o delgados; se reproducen con más o menos hijos. Y dominan más o menos sus habilidades.
Tanto la inmutabilidad de lo incambiable como la variabilidad de lo cambiable poseen categorías de cantidad y calidad, tienen
un máximo y un mínimo. La libertad puede optar por lo que es válido para uno, por lo que es válido para un grupo, o por lo que es válido para todos. La autonomía puede ligar con la justicia
del criterio personal, del criterio grupal o del criterio natural. La responsabilidad puede cumplir necesidades morales, éticas o
estéticas. Se puede ser responsable del cumplimiento del deber de ser mejor, de cumplir con las responsabilidades familiares o de cumplir con las responsabilidades sociales naturales.
En lo invariable y en lo variable, existe siempre un máximo. El máximo es siempre utópico inalcanzable, pero motivante.
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Hay gente que baila pero Baryshnikov solo hay uno. Hay gente que canta pero María Callas solo hay una.
Gente que toca el piano pero Frederick Chopin solo hay uno. Hay gente que esculpe pero Miguel Ángel solo hay uno
Hay gente que pinta, pero, Antonio López solo hay uno. Caminar hacia el horizonte, pareciera ser utópico porque nunca
se alcanza; el horizonte camina siempre en la distancia y avanza en paralelo con nuestro caminar, pero ese horizonte que nunca
se alcanza es el que nos motiva a caminar. Lo variable es múltiple, se encuentra en la diversidad; es
retornable, ocurre una y otra vez. Es abstracto, solo se establece en fragmentos, no en la totalidad y en ocasiones es absurdo,
paradójico, ilógico o desatinado. Lo invariable es único, se encuentra solo en esa cualidad, en ese momento y en ese lugar. Es concreto, lógico, justo y máximo. Es
la cualidad máxima posible del ser.
Hay gente que quiere bailar, esculpir o pintar por diversión y gente que quiere ser artista, por vocación. La diferencia entre uno y otro, radica en su determinación. Del artista vocacional
surge una fuerza pasional que lo motiva a superarse sin sentir el sacrificio del esfuerzo. Del artista por diversión, surge una
fuerza en cada esfuerzo a superarse que lo priva de divertirse y lo motiva a retirarse. El arte es únicamente para quienes tienen solo una meta: “Lo Supremo” y esa meta, les permite superarse.
Lo supremo es producto del máximo esfuerzo, la máxima concentración, la máxima determinación. Sin esa actitud de
realizar el máximo esfuerzo, la máxima concentración y la máxima determinación no se logra lo supremo. Por lo mismo, no se logra la meta de ser artista.
La frase: “todo cambia” es solo una frase cliché, no es cierta La
frase correcta es: ¡No todo cambia! Cambia lo variable, pero no lo inmutable. La “ciencia” o, mejor dicho, algunos científicos, nos han llenado
la cabeza de frases sin sentido, como esta de que “todo cambia”
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que, por ser mil veces repetida, se tiende a asumir “cierta”, pero no lo es. ¡No todo cambia! Si cambiase todo, las matemáticas o
la geometría no existirían. ¿Cómo justificar una razón matemática o geométrica si cambia? Si todo cambia, la
hipotenusa de un triángulo rectángulo no sería igual al cuadrado de la suma de los catetos, ni la circunferencia sería 3,14 veces su diámetro, ni la tierra giraría alrededor del sol, ni tantas cosas
más, por eso, ¡no todo cambia! Pero si se asume que todo cambia, también se puede asumir que todo es relativo. Una cosa
lleva a la otra. Y, ¿qué es relativo? Si por relativo se entiende que es algo que, es al mismo tiempo y en el mismo lugar bueno y malo, cierto y falso, satisfactorio y frustrante, ¿cómo es eso
posible? Algunos justifican esto con una ingeniosa salida: “es que lo que es bueno para mí, puede no ser bueno para otro”.
¿Por qué digo que es ingenioso? Porque están eliminando el -mismo- de la pregunta. Ahora, lo bueno para mí, aquí, no es bueno para el otro, allí; no ocurre en el –mismo- momento ni en
el -mismo- lugar. Nos ponemos frente a dos apreciadores y claro, a uno puede no parecer bueno lo que al otro le parece.
Pero en ese caso, el valor de lo bueno, no cambió, solo tenemos dos apreciadores distintos. La visión distinta puede hacer que se reconozcan dos cosas diferentes, aun siendo la misma cosa y sin
que esta varíe. Por lo tanto, no es que lo apreciado sea bueno y malo al mismo tiempo y para la misma persona, sino que para
uno es bueno cuando lo aprecia y para el otro es malo cuando lo desprecia. Pero la calificación de cada uno, de lo bueno y lo malo, no varía la propiedad de que el objeto apreciado sea
siempre bueno para todo el que lo aprecia y siempre malo para el que lo desprecie. Esa cualidad de ser, es constante, mientras
que la evaluación de bueno o malo es variable. ¿De dónde surge lo bueno o lo malo? Lo bueno o lo malo, no existe contenido en el objeto apreciado o despreciado, la
calificación de bueno o de malo, es emitida por el juez o sujeto que aprecia o desprecia al objeto. Cuando lo aprecia, indica que
el objeto es bueno y cuando lo desprecia, indica que el objeto es malo, pero el objeto no cambió. Luego, el objeto no varía, ni varia la apreciación o desprecio. El sujeto que aprecia valora o
valida al objeto y el sujeto que desprecia, invalida al objeto. No
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puede validar e invalidar lo mismo, al mismo tiempo, el mismo sujeto. El principio de no contradicción nos dice que un mismo
significado, no puede ser y no ser al mismo tiempo. Además, el principio del tercero excluido, nos dice, que entre el ser y no ser
de un significado, no existe un tercero intermedio. Las medias tintas no existen en la verdad. Toda intención persigue una sola dirección. La solución a cualquier problema es solo una: aquella
que lo resuelve. La conclusión de cualquier proyecto es solo una, aquella que lo cumple. El cumplir, el resolver o el
solucionar siempre vale para solucionar, resolver o satisfacer esa necesidad. Por lo explicado comprendemos que el valor no cambia, siempre
vale, siempre complace, así como el desprecio siempre rechaza. Nadie puede unirse con lo que desprecia, o apreciar
despreciando, ni puede ser satisfecho con lo que odia. El valor siempre complace, nunca cambia. Por lo tanto, ¡no todo cambia!
Podemos cambiar la forma del oro, pero no su oxidación, porque no se oxida. La no posibilidad de oxidarse es su característica
inmutable y lo variable es la forma que podemos darle al oro a nuestro antojo. El valor contiene la dualidad de ser inmutable en tanto a que se
debe establecer y su establecimiento siempre complace, esa cualidad del valor es absoluta, pero es variable en intensidad,
puesto que las cosas complacen mucho o poco o se deben de lograr metas individuales o globales, máximas o mínimas. Pero en ningún caso, se puede justificar que el valor sea relativo, en
el sentido de que posee al mismo tiempo y para la misma persona la cualidad de agradar y desagradar.
Quien dice que todo es relativo y todo cambia, se declara a si mismo imprevisible, porque al ser parte del todo, está afirmándose cambiante. Una razón que se declara cierta y falsa
al mismo tiempo no merece confianza. El intelecto humano no está capacitado para reconocer lo falso,
lo desprecia. ¿Cómo podría entonces alguien, afirmar que una verdad puede ser falsa al mismo tiempo y en el mismo lugar?
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DIVERSIFICACIÓN DE LOS SIGNIFICADOS
El hombre originario, o primeros padres de la humanidad, no
disponían de dos o más nombres para sus significados, cuando calificaban algo o lo nombraban, lo calificaban con una sola
palabra. ¿Para qué complicarse o confundirse con dos o más nombres para la misma cosa? Si una cosa hubiera tenido dos nombres se confundirían en extremo, no podrían comunicarse.
Eso les permitía comprenderse y confiarse con facilidad. Cuando se juntaban sentían una sensación de complacencia, a
esa sensación la denominaban, pongamos por ejemplo: “felicidad”. En ese círculo familiar único en ese entonces, todos entendían que el significado de felicidad era la complacencia o
el sentirse bien. No existía otra palabra para esa sensación, por lo tanto, era fácil entenderse. Y cuando crearon un lugar
habitable, lo llamaron –casa- y eso era comprendido por todos ellos como lugar habitable. Pero, al parecer, estos primeros ancestros humanos, se separaron
y los descendientes comenzaron a llamar las cosas a su modo, lógicamente, distinto al modo de los otros marginados. Y la
historia de las separaciones continuó y continuó, hasta nuestros días. Ahora tenemos tantos nombres para la misma cosa, que nos
resulta imposible comprendernos los unos a los oros. Los españoles llamamos casa a la vivienda, los ingleses la llaman
house, home, dwelling; los alemanes lo llaman: haus. Los checos lo llaman dum. Los franceses maison. Los irlandeses theach. Los islandeses husio. Y podéis comprender la cantidad
de idiomas que existen con nombres distintos para cada cosa. Esta multitud de nombres, impide la comprensión de los
significados, porque el tipo de casa en cada nación también es diferente. Las casas de las planicies, suelen ser de ladrillo o barro o adobe. Las casas de cordillera, suelen ser de piedra con
techo de pizarra, las casas de los bosques suelen ser de madera y allí donde dispongan de madera piedra y barro, son casas que
integran todos esos materiales, por lo mismo, no podemos comprender con precisión, a qué se refiere cada uno con el término casa, entendemos lo esencial del termino: “lugar
habitable”.
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La comprensión de lo fundamental, en un medio ambiente saturado de explicaciones y significados diversos es muy difícil,
por eso, Descartes recomienda la duda y propone un método de análisis para la comprensión del juicio justo.
En la actualidad, los significados de libertad, felicidad, amor, sexo, éxito, talento, educación, salud o enfermedad, son abstractos, sin fundamento que los justifique. Por eso se
establecen las polémicas diferencias de opinión, que finalmente generan reclamos, acusaciones o rupturas y enfrentamientos por
la defensa de las mismas. Quien carece del juicio justo, no dispone de la razón.
Imaginemos ahora el significado de felicidad, si existe la
felicidad, ha de existir una máxima felicidad. Y para eso,
debemos diferenciar las experiencias de felicidad. Existen tres categorías de felicidad. Primero debemos definir la felicidad con un adjetivo más concreto, podemos estar todos de
acuerdo en que se siente la felicidad cuando algo nos complace, pero podemos sentirnos complacidos en tres aspectos
fundamentales: nos complace una sensación, un conocimiento o un bienestar. Si alguien nos atiende, nos complace, si alguien nos entiende, nos complace y si alguien nos respeta, nos
complace, luego existe un tipo de felicidad emocional, un tipo de felicidad intelectual y un tipo de felicidad conductual. La
felicidad es una sensación que se desprende de la conquista de lo esperado. Pero existen esperanzas cotidianas y esperanzas fundamentales; esperanzas intrascendentes y expectativas
trascendentes. No es lo mismo la máxima felicidad infantil que la del
adolescente, la del padre o del abuelo. Pensemos en cual puede ser la máxima felicidad infantil. Podríamos decir, que la máxima necesidad infantil, va a depender de cada niño, pero todos los
niños tienen una misma máxima felicidad infantil. Lo primero que se nos viene a la memoria es el regalo. A los niños les gusta
recibir regalos, juguetes, bicicletas, patines, juegos etc. Pero, ¿sería feliz un niño con juguetes y sin hermanos? ¿Podría jugar sus juegos competitivos sin alguien con quien competir? Un
hermano proporcionaría más felicidad a un niño que un juguete,
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pero, ¿si no tiene padres a quienes contarles que ganó en su juego o quienes le proporcionen los juguetes? No podría jugar
con esos juegos, luego, la felicidad máxima del niño proviene de los padres.
Y ¿Cuál sería la máxima felicidad del adolescente? El adolescente entre los 12 y 18 años compite en sus juegos, pero, además de sentirse feliz con las victorias y logros que sus padres
admiran en él, se siente también gratificado con el reconocimiento de sus amigos y en especial con el aprecio de
sus complementos de género. Y cuando ha elegido su complemento particular, su pareja, lo que más le satisface es el reconocimiento de su pareja, incluso más que el reconocimiento
de sus padres. Por lo tanto, la máxima felicidad del adolescente proviene del reconocimiento afectivo, intelectual y conductual
de su pareja. Y ¿Cuál sería la máxima felicidad de los padres? Si ya han logrado el reconocimiento de sus parejas, más que la
satisfacción del éxito profesional entre sus pares, o la compra de la mansión o del Rolls Royce, lo que produce la máxima
satisfacción a los padres, es el reconocimiento de sus hijos. ¿De qué sirve la mansión sin hijos que la disfruten? Michael Jackson era propietario de Neverland pero esa mansión solo causó la
división entre los padres e hijos que la pretendían, Y ¿los logros laborales sin trascendencia? Muamar el Gadafi consiguió los
máximos logros como líder libio, pero murió asesinado por los mismos libios. Y ¿Cuál sería la máxima felicidad de los abuelos? Los abuelos
se sienten muy felices con los nietos chicos, pero cuando los nietos logran madurar en el afecto por sus abuelos, los abuelos
sienten el máximo de felicidad. No es lo mismo el nieto receptor que el nieto complementario. Cuando el nieto madura en el respeto y cumplimiento de su responsabilidad, cuando madura
en la justicia de la razón que produce confianza y cuando madura en el afecto incondicional en atender, entender y estar
atento a las necesidades familiares naturales, el abuelo se siente feliz con el nieto maduro. Acabamos de ver distintas apreciaciones y significados de
“felicidad”. Lógicamente el adolescente no puede comprender el
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significado de felicidad del abuelo, pero el abuelo maduro si puede comprender la máxima felicidad del adolescente. Luego,
si el adolescente es inteligente, debería escuchar a sus mayores en los significados de lo que no puede comprender por su edad y
falta de experiencia. Eso no significa que el significado de la felicidad cambie, porque en todas las categorías complace, pero las diferentes categorías de desarrollo de los receptores, produce
diferencias en la recognición de la complacencia que establece la felicidad. Pero existe una máxima felicidad insuperable y esa
es el producto del establecimiento del vínculo maduro intrafamiliar. El afecto, la confianza y el respeto entre amigos es complaciente y uno se siente feliz con los amigos; el afecto, la
confianza y el respeto entre hermanos produce complacencia en la confraternización. El afecto, la confianza y el respeto entre
marido y esposa, produce complacencia en la conyugalidad y se siente feliz; el afecto, la confianza y el respeto entre padres e hijos, produce complacencia en la filio-paternidad. La máxima
felicidad, resulta de la sumatoria de todos ellos. El amado, confiado y respetado por los amigos, hermanos, cónyuges y
padres, es quien posee la máxima felicidad. Analicemos el significado de libertad. Libertad es un término
muy usado a la hora de defender un pensamiento, una opinión o una acción. Se pensó, se dijo o se hizo, porque se dispone de
libertad, pero si observamos con cuidado, qué es lo que se pensó, se dijo o se hizo, en todo caso se eligió lo preferido. Llegamos al conocimiento que nos interesa porque lo preferimos
por sobre lo que no nos interesa. Se dijo la palabra que se dijo porque se eligió de entre otras y se prefirió decir esa palabra. O,
se hizo lo que se hizo porque se eligió de lo que se podía hacer lo que se prefirió. Por lo mismo, libertad, no solo es la capacidad de optar, también es la propiedad de elegir lo preferido.
Cuando expongo esta particularidad de la libertad, suelen surgir algunas discrepancias. Algunos dicen que hacen cosas que no
prefieren, o que dicen lo que no quisieron decir o que pensaron lo que no querían pensar, pero: ¿cómo es eso posible? Es lógico que existen actos reflejos que no decidimos conscientemente, y
que son respuestas instintivas, por ejemplo, en las situaciones de
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peligro en las que opera el instinto de protección, pero la decisión en esos casos proviene de la naturaleza que prefiere la
supervivencia por sobre el daño. Tanto la naturaleza de la creación, como la naturaleza humana, disponen de preferencias
en el acomodo de los extremos o carencias. Claro que a eso no se le denomina libertad, se le suele llamar ecología, biología, o procesos naturales. Pero el ser humano que piensa, que se
comunica y que actúa, utiliza su libertad. La respuesta común al significado de libertad es que es “hacer lo
que da la gana”. Y aquí es donde quiero ahondar. ¿Cuándo no se hace lo que da la gana? Y ¿qué significa lo que da la gana? ¿Cuándo la gana de lo que hacemos, decimos o pensamos, no es
lo que se prefiere? Llevo varios años investigando esta pregunta y no logro encontrar ni una sola ocasión en la que se opte por lo
que no es preferido. Algunos dicen que hacen muchas cosas que no quieren hacer, pero cuando se les pregunta, ¿por qué lo hiciste? Responden que porque no tenían otro remedio. No tener
otro remedio significa que no tenían otra opción mejor. ¡No significa que no lo quisieran hacer, porque se hizo!. Pero, ¿por
qué se hizo? Porque no existía otra posibilidad y esa posibilidad determinó la voluntad a hacerlo. Y esa posibilidad era la preferida. No nos gustan muchas cosas, pero cuando las
hacemos, nos determinamos, consciente o inconscientemente a hacerlas. Nadie, en su sano juicio, quiere dañar, mentir o matar a
nadie, pero, cuando se determina la voluntad a agredir, mentir o apretar el gatillo, aunque cabe la posibilidad de que quien recibe el impacto de la bala, muera y antes o después pensemos que no
lo queremos hacer; al disparar estamos optando por esa alternativa por considerarla preferida. Apretar el gatillo es una
opción en la que opera la libertad. Libertad entonces es la capacidad de optar. Podría definirse de este modo: “libertad es la capacidad de optar”. Pero, si cada uno
opta por lo que quiere, se encuentra con muchas contrariedades derivadas de la capacidad de optar de otros por lo que estos
quieren. Optar por lo que se quiere, cuando lo que se quiere no concuerda con lo que se debe, la obstrucción a la justicia penaliza la elección con el castigo del reclamo, acusación o
rechazo del resto, no beneficiado con tu opción. Si se quiere oír
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la radio, porque tocan una canción que nos gusta y al otro no le gusta, nuestra libertad de optar no nos funciona. Entonces, ¿cuál
sería el verdadero significado de libertad? Si defendemos la significación: “libertad es meramente la capacidad de optar, nos
daremos cuenta de que no funciona. Pero si le añadimos algo, seguramente sería una definición más apropiada. Digamos que libertad es la capacidad de optar por lo que es siempre válido
para todo. ¿A quién perjudicaría aquello que es válido para todo? A ¡nadie! Eso es: ¡a nadie! Aquello que es siempre válido
para todo ¡no perjudica nunca a nada! Esa es la verdadera libertad. Así podemos deducir que el significado de libertad es: “Libertad es la capacidad de optar -por lo que es siempre y para
todo- válido”. El camino del desarrollo de la comprensión del todo, comienza cuando abrimos los ojos al exterior, cuando
superamos nuestro egocentrismo y comenzamos a pensar en los grupos familiares, tribales, comunales y sociales.
Vamos a ver ahora cuál es la fuerza más poderosa del
universo. En el universo existen muchas fuerzas y energías y
cualquiera podría opinar una u otra fuerza como la más poderosa, pero debe haber una que todos reconozcan superior, la más importante y poderosa. Unos piensan que es la fuerza de
atracción, otros, que la fuerza centrífuga y si, ¡son potentes las dos! y sería muy difícil precisar cuál de las dos es más poderosa.
Lo importante es darse cuenta de que tanto la fuerza nuclear, como la fuerza de atracción, existen contenidas en la energía
electromagnética que hace posible la acción y la atracción. Supuestamente, acción reacción son equivalentes, pero, ¿qué
motiva el actuar de estas dos fuerzas? La acción es propulsora y la reacción es receptora, una da y la otra responde dando, pero tanto la acción como la reacción, operan por la unidad entre
ambas, luego, la fuerza mayor es la unidad. Y en el caso de las conductas humanas, ¿Cuál es la fuerza mayor? La misma, la
fuerza de la unidad. ¿Qué produce la máxima unidad en la naturaleza humana? Produce la reproducción. ¡La fuerza más poderosa del universo es la fuerza de la reproducción!
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La reproducción de ideas, pensamientos o motivaciones, genera las necesidades, intereses o deseos por realizarlos. El deseo por
la reproducción contiene dos aspectos: el espiritual custodiado por el celo y el físico custodiado por el instinto. El poder, la
inteligencia y la sensibilidad esperan la unidad motivadora y ajustada a la naturaleza de la reproducción. Nos gusta reproducir sensaciones agradables, nos interesa conocer la justa razón de
los significados y nos motiva el bienestar de lo que se declara bien hecho. La humanidad, así como el resto de las especies,
existen para realizar una actividad reproductiva. Reproducen comportamientos constantes, actividades constantes y conductas constantes dentro de la diversidad de sus características
individuales. Este comportamiento, en la especie humana es voluntario, porque dispone de la libertad para construirse o para
destruirse, pero dentro del resto de las especies, que no dispone de esa capacidad para educarse responsablemente, lo realizan mediante el impulso del instinto de protección, conservación y
reproducción. La especie humana dispone del celo emocional, intelectual y conductual supeditado al dominio de la conciencia.
Vamos a analizar el celo. Esta es otra palabra que todos creemos conocer pero, no todos lo conocemos a fondo.
La mayoría entiende que el celo es esa fuerza que surge cuando pensamos que vamos a perder a un ser querido, ya sea porque
otra persona la está seduciendo o porque se nos va sin saber por qué. Pero lo que no saben todos, es que el celo es un servidor custodio de la unidad. El celo advierte de la posibilidad de
perder la unidad, pero también opera para establecerla. Y no solo de la unidad en el afecto, también opera en la unidad del
pensamiento y de las conductas. Existe un tipo de celo emocional que nos obliga a ligar y a proteger lo ligado. Existe otro celo intelectual que nos obliga a reconocer lo verdadero y a
protegerlo y existe un tercer celo, el conductual que nos obliga a hacer las cosas bien y a proteger nuestros bienes. Lógicamente
es el mismo celo, pero actúa en esas tres áreas, en la sensible, en la inteligente y en la creativa. Por ejemplo: cuando se ha creado algo bueno y viene alguien y lo desprecia, surge una fuerza
extraordinaria dirigida a evitar esa descalificación o a defender
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la validez de lo creado. Esa fuerza es el celo. Cuando se tiene una idea considerada cierta y se nos desacredita, surge de nuevo
esa fuerza extraordinaria para reafirmar lo que se considera cierto o para deshacerse del contrario. El celo instintivo de los
animales es el servidor custodio de su unidad, es una poderosa fuerza inevitable que los une con su naturaleza. A nadie se le ocurriría pensar que cuando los perros entran en celo están
obrando mal. Pero el celo humano es diferente porque opera en base a la libre opción de la conciencia humana y el individuo
puede extremarse en el celo o reprimirlo a voluntad. En ambos casos el celo extremo se transforma en recelo. El recelo, es el causal de los mayores trastornos de personalidad,
porque provoca excesos o carencias. Por ejemplo: una madre celosa de sus hijos en extremo, recela porque teme la posibilidad
de perderlos, de que la contraríen o de que se separen de ella y termina ejerciendo una sobreprotección extrema, convirtiéndose, de este modo en madre sobreprotectora. La sobreprotección, es
un grave trastorno de personalidad que provoca mucho daño porque se origina en algo falso, en el miedo. El miedo no es real.
Es distinto el sentido de protección del instinto que mueve el cuerpo frente al puñetazo del contrario para esquivarlo, que el miedo a enfrentarse al contrario, porque se piensa que le va a
golpear. Le puede golpear o no, esas son solamente posibilidades, no realidades, por lo tanto el miedo es falso y eso,
hace que el afectado por el temeroso reaccione de forma anormal. La arrogancia es otro extremo intelectual receloso que surge en
la defensa del conocedor. Curiosamente el arrogante no defiende la razón, defiende su persona. Ante la posibilidad de que le
consideren un ignorante y se menosprecie su persona, arroga del conocimiento, eso es un trastorno de personalidad. Se teme perder la integridad natural, porque se teme, se arroga.
La agresividad por la defensa del poseedor de las pertenencias, es otro grave trastorno producido por el descontrol del celo.
Quiero que les quede claro que el recelo es producido por el miedo, pero no por el miedo a perder al otro, a la razón o a lo otro, sino por miedo a perder la integridad. Los trastornos de
personalidad son una evidencia de la persona inmadura, insegura
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e insensible a las necesidades máximas globales. Para el insensible, los demás son adversarios, para el inseguro los
demás son una amenaza y para el inmaduro los demás son inexpertos.
El celo extremo o recelo es el causal de la mayor parte de los delitos. Desde el celo por el ideal religioso, político o
económico, hasta el celo por la integridad humana. Pero no debemos confundir el celo con los instintos, aunque funcionen
en modo similar. El celo es comparable al termostato que frente a una situación alarmante, se activa para proteger. Protección contiene dos
aspectos importantes de conocer: uno, el de mejorar las condiciones para evitar una agresión y dos, mostrar al otro la
defensa de uno mismo. Cuando se reúnen los recursos para evitar la agresión, el peligro o el dolor, el otro, en este caso el enemigo, no se siente amenazado, porque no conoce los
recursos. Pero cuando el enemigo reconoce los recursos defensivos, se siente agredido por ello y surge en él la necesidad
de defenderse. En ese caso, la defensa protectora del primero agrede la seguridad del segundo. Este fundamento ocurre en todo caso. Por ejemplo el sobreprotector que teme perder algo y
hace alarde de su protección agrede al protegido. El arrogante que teme perder la razón y se impone ante el otro, lo agrede. El
violento que amenaza con su fuera al contrario lo agrede. Las guerras surgen por el desconocimiento de este fundamento. La protección ha de realizarse en silencio, sin que nadie lo sepa.
Veamos que son los instintos. Instinto es otro servidor
custodio, pero en este caso, de los procesos vitales. Mientras que el celo es el protector custodio de la unidad emocional, intelectual y motivacional, el instinto es el protector de los
procesos vitales. Existe el instinto de protección, el instinto de supervivencia y el instinto reproductor. El instinto de protección
alerta del peligro con una dosis de ansiedad o de angustia, dependiendo de, si se encuentra ante el peligro o dentro del peligro. Ante una situación peligrosa surgen –ganas- de
protegerse, ya sea saliendo corriendo, espantándonos o gritando,
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esa fuerza se reconoce con el nombre de ansiedad. Pero cuando el peligro invade y nos encierra en él, se siente otra sensación
distinta a la ansiedad, esa sensación es la angustia. Se ansia tener plata, cuando la cuenta bancaria está a punto de traspasar los
números rojos, pero, cuando se está en la línea de sobregiro, se siente angustia por no saber cómo pagar la deuda. El instinto de protección alerta del peligro, pero se debe distinguir entre
peligro y riesgo. El riesgo es previo al peligro. Diariamente se corren riesgos al trasladarse en el auto, o al pasear por sitios
peligrosos y en esos riesgos, no surge la ansiedad en una escala de protección extrema. Surge y nos alerta, pero no con la intensidad que aparece cuando se nos viene encima un auto o
cuando vemos la pistola del que nos quiere agredir. Por lo mismo, podríamos decir que riesgo es el indicio de un peligro.
El instinto de supervivencia, nos indica cuando debemos alimentarnos, descansar o ejercitarnos. El cansancio despierta el instinto de mantenimiento o supervivencia y nos pide que
descansemos. Lo mismo hace cuando estamos descansados y nos motiva a salir corriendo o a nadar en el verano frente a las
altas temperaturas. El instinto de reproducción nos motiva al encuentro con los complementos de género. El exceso o carencia en el acomodo de
estos tres instintos produce trastornos. El instinto de protección excesivo puede desarrollar fobias, y la carencia del instinto de
protección genera accidentes por imprudencia. El exceso del instinto de mantenimiento o de supervivencia en la alimentación puede producir bulimia u obesidad y la carencia, anorexia. Así
como el descanso extremo deriva en la flojera y el ejercicio extremo en trastornos cardiovasculares. El instinto reproductor
sin control, provoca la frivolidad, la lujuria, o la deslealtad e infidelidad a la pareja. Y la castidad impide la generación de la descendencia. Por lo tanto, los instintos, así como el celo, deben
ser controlados por la conciencia.
Y ¿qué es la conciencia? La conciencia, distinta de la consciencia, que es: reconocer o estar en conocimiento de lo que se observa; conciencia es el rector custodio de la normalización
humana. La conciencia se tiene y se desarrolla. Tenemos
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conciencia del afecto materno o paterno, pero se desarrolla el afecto paternal o maternal en el individuo con el paso de los
años y la sensibilidad, conocimiento y experiencias establecidas. Un niño no tiene conciencia del máximo valor hasta no madurar
en él. Pero si tiene el potencial de madurar. La conciencia de cada individuo tiene dos aspectos: la absorción de lo inmutable y la absorción de lo variable. Hay personas interesadas en lo
inmutable y personas interesadas en lo variable, así como hay personas interesadas en lo universal trascendente y otras en lo
personal intrascendente. El desarrollo de la maduración de la conciencia, va a depender mucho de la actitud de cada uno. Todo humano nace con el potencial de madurar, pero no todos
maduran. Hay personas que maduran rápidamente y personas que maduran lentamente, todo va a depender de la actitud de
cada uno. Se tiene conciencia del ser, conciencia del ambiente, conciencia social. Esa conciencia trinitaria del ser, de lo social y del ambiente es lo que se denomina sentido común. El sentido
común de las personas es lo que les dice qué deben pensar, qué deben decir, que deben hacer, o qué tipo de comportamiento,
pensamientos o conductas deben respetarse en la sociedad o cómo se debe mantener el equilibrio ecológico o medio ambiental. La conciencia es como el juez, que en base al
conocimiento de las personas, juzga las cosas de un modo u otro. Pero el juez se debe a la ley y el individuo, cuya
comprensión de las normas es deficiente, juzgará de modo equivocado, por eso, es muy importante que el ser humano descubra y comprenda las normas de la creación y la naturaleza
humana, para que en consecuencia juzgue de manera acertada. Luego, la educación fundamental debería abogar por el
conocimiento de las normas de la creación y de la naturaleza humana, por sobre el aprendizaje de tradiciones partidarias o conocimientos técnicos de matemáticas. La actitud del individuo
ha de orientarse en el descubrimiento de las normas de la naturaleza, para crear una conciencia coincidente con la
normalidad. Cuando se descubren los fundamentos de la totalidad, se puede juzgar la ubicación y función de cada porción de la que se compone. Cuando se conoce como está ordenado un
puzle, se sabe dónde va cada pieza. La conciencia ha de ser
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consciente del orden global. Y para descubrirlo debe tener la actitud de comprenderlo.
Y ¿qué es la actitud? La actitud es una disposición a atender,
entender o estar atento al descubrimiento, al conocimiento o a la responsabilidad que se ha de cumplir. Se tiene la actitud en función de las preferencias de cada uno, pero como antes
dijimos, libertad es la capacidad de optar por lo que es siempre valido para todo y la verdadera actitud sería aquella que
responde al beneficio de la totalidad. Aquello que es bueno, cierto y valido para todo, no perjudica nunca a nada. Luego, la actitud ha de ser siempre la de beneficiar a la totalidad de las
especies. La actitud, como la conciencia, contiene dos propiedades, puede generar y ser generada. De la que genera se
tiene control pero la que es generada cuesta más de controlar. Por ejemplo, la actitud de dar una patada al contrario del equipo rival es determinada por el autor conscientemente, pero la
intención de protegerse de la patada generada por el agresor provoca una actitud mezcla de instinto de protección y
voluntad defensiva. La actitud de atender puede ser voluntaria o provocada por una necesidad exterior. La actitud de entender puede ser originada por el interés o por la razón. La actitud de
estar atento puede ser originada por una intención personal o por la situación exterior, por ejemplo una explosión o un temblor.
La actitud es una disposición voluntaria, activada por una decisión personal o por la fuerza de las circunstancias. El ánimo depende de la actitud del individuo. Si la actitud es
motivada por una necesidad, un interés, o un deseo, anima a conseguirlo. Nos animamos a comer cuando tenemos hambre, a
buscar amigos cuando nos sentimos solos, o a apagar el fuego cuando se nos quema el aceite de la sartén. La actitud anima.
¿Cuáles son las normas de la creación? Hemos mencionado que existen normas de la creación y normas de la naturaleza
humana, pero en realidad, son la misma cosa. En la creación existe un fundamento esencial que se da en todo. Todo existe en una totalidad a la que denominamos –cosmos-. El cosmos es un
orden y para que se establezca cualquier orden se necesita
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conectividad. (1) La conectividad es la regla fundamental del universo. Todo existe conectado. Si todo está compuesto por
parcialidades conectadas en él, la lógica nos indica que todo acto que sea contrario a la conectividad, es un acto también contrario
a la totalidad de la creación. El resentimiento, el rebatir o el rencoroso rechazo, son conductas anti conectivas. Todo aquello que interfiere en la unidad entre lo particular con la totalidad, es
antinatural. La conectividad es el centro motor de la industria cósmica. Pero para que se establezca la unidad o la conectividad
es preciso de dos que se entregan a la unidad. A esos dos, se les denomina (2) dualidad interconectiva. La segunda norma de la naturaleza es que existe en dualidad conectiva.
El valor se compone del deber de conseguirlo y del derecho a disfrutar de la conquista. La humanidad, junto con el resto de las
especies se compone, de la dualidad masculina y femenina; los átomos, están compuestos por la dualidad positivo, negativa. La dualidad que facilita la unidad existe en todo lo creado, frente
atrás, arriba abajo, izquierda derecha, momentos en el tiempo, lugares en el espacio, todo exige de la unidad entre dos.
¿Qué nos indica esto? Que se debe respetar la dualidad natural y que se deben considerar siempre a ambos en toda evaluación. No se pueden exigir los derechos de los trabajadores, sin
considerar también el beneficio de los emprendedores. No se pueden considerar los beneficios económicos sin considerar al
mismo tiempo los beneficios de los trabajadores. Las respuestas necesitan siempre de preguntas. La dualidad obliga a considerar en igualdad de condiciones a los beneficios de las especies, así
como los beneficios de la naturaleza. Uno y todo han de ser siempre beneficiados.
Curiosamente, la dualidad interconectiva obliga al centro que los une, por lo mismo, el (3) dominio sobre el centro es una norma constante e inmanente en toda relación. El activo retributivo se
establece en base a la intención que espera ser satisfecha en toda acción. El centro del actuar es el valor. Toda actividad se
justifica en la razón que la declara necesaria: justificación, satisfacción o beneficio, son el centro de la actividad. De donde se deduce que, todo actuar es motivado por el valor. En las
relaciones humanas, de igual modo, deberían centrarse todas las
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relaciones que se establecen, en la conquista del valor. Pero el domino sobre el centro impreso en la actividad, obliga a
rechazar aquello que no vale. Esto demuestra la existencia de una norma en la actividad, la de la repulsión a lo que no es
considerado valido. (4) La norma de repulsión no significa que se rechace algo por agresión, no. Se rechaza porque solo motiva lo que vale. ¿Qué aprendemos de esta norma? Pues que se debe
dejar a un lado aquello que no beneficia a todo. Otra norma que se encuentra en la naturaleza, es que las cosas no nacen
maduras, el átomo es una sucesión de fuerzas, las piedras son asociaciones de átomos, las sustancias son una acumulación de moléculas, los cuerpos son compuestos de órganos y los cuerpos
maduran a lo largo de procesos de tiempo y estructuras en el espacio. Esta norma del proceso de desarrollo, opera en tres
etapas: etapa inicial, etapa intermedia y etapa final. Todo proceso implica inicio, medio y término. Lo que nos indica que en todo actuar existe implícita la norma del (5) proceso de
desarrollo en tres etapas. De donde se deduce, que nada nace perfecto, y que todo proceso implica tres etapas, una de
formación, otra de crecimiento, y maduración; por lo mismo, se deben respetar los procesos de desarrollo sin exigencias. Pero en cada proceso existen seis actitudes naturales. Antes de iniciarse
cualquier proceso, se establece la separación entre lo estático y la actividad; pero para iniciar algo es necesario tener fe en su
consecución. Para lograr cualquier conquista, es necesario establecer la unidad con esa pretensión, pero no basta con eso, también es necesario que se establezca la repartición entre lo
activo y lo pasivo, o la división entre el sujeto y el objeto a conseguir. Y mientras se instituye la conquista, se establece
cierta cautividad en el proceso de consecución. Y finalmente se produce una preparación para la unidad. A esta norma se la denomina (6) norma del número seis. De esta norma se
desprenden los periodos de la historia de cada conquista. La naturaleza cumple de manera constante y continua, siempre
del mismo modo y porque cumple, decimos que responde a las necesidades máximas. Por lo tanto, la última de las normas de la naturaleza, es la norma de la responsabilidad. La (7) norma de
la responsabilidad se establece en todo lo creado.
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Una vez descubiertas y reconocidas las siete leyes fundamentales de la naturaleza de la creación, debemos
asumirlas y cumplirlas todos los humanos, para establecer la normalidad de la sociedad. Hemos descubierto que la naturaleza
opera en función de ciertas normas. Normas contenidas en el valor.
¿Qué es valor? Valor no solo es una cualidad contenida en el objeto que satisface al sujeto que lo aprecia, el valor es un
sistema operativo. Es una especie de máquina auto regenerativa. Valor no es solo una cosa, son muchas en una. Es un sistema operativo, cuya finalidad es la unidad. El valor contiene en sí
mismo, la unidad conectiva, la dualidad en deber y derecho, el dominio sobre el centro o equilibrio entre el deber y el derecho.
Contiene repulsión de lo que no es válido; proceso de consecución del cumplimiento del deber. Actitud en seis estados y responsabilidad. Estas siete normas existen contenidas en el
valor y son el fundamento del funcionamiento natural. Porque se debe, se realiza su conquista y cuando se establece esa
conquista, se disfruta del beneficio de lo conseguido. La naturaleza es responsable, solo cumple lo que se debe, esa es la gran enseñanza que se nos da. ¡Cumplir con el máximo deber
valido para todo! La humanidad debe aprender de las normas naturales y cumplirlas por completo. La norma más importante
es la de responder siempre y en todo al cumplimiento del máximo deber valido para todo. Solo de ese modo se puede superar el egoísmo actual y establecer la conquista de la
verdadera humanidad filantrópicamente madura.
El estudio del valor se llama axiología. Y, a lo largo de la historia, se ha asociado el valor con el deber ser, que tiene como características el deber de sentir lo necesario, el deber de
reconocer lo verdadero o saber la justa razón y el deber de realizarse naturalmente normado o normal. El valor es un deber,
pero también es un gozar del beneficio de lo que se ha cumplido. Cumplir da derecho, el derecho a la autoría que produce autoridad. La autoridad es una palabra que se ha desconectado
de su verdadero sentido “autor”. En la actualidad, autoridad se
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asocia con el delegado responsable de ciertos cumplimientos sociales, pero cuando ese delegado cumple, se genera en él, el
derecho a autoridad por ser autor del cumplimiento. La autoridad del padre se establece cuando cumple con las premisas
del paternazgo. De ese modo se apodera de la posición de autor y se le denomina apoderado. El poder sobre algo se establece al construirlo o realizarlo.
Valor es un dinamismo dual, se debe establecer y se goza del beneficio establecido. Así, quienes han viajado y conocido
muchos lugares y aprendido muchos idiomas, adquieren el beneficio de poder comunicarse más fácilmente que quienes no los aprendieron. Eso genera cierta autoridad. Autoridad es un
sentimiento de respeto por el mérito del personaje. Y ese mérito, amerita al conseguirlo. Todo logro posibilita gozar del beneficio
de su conquista. Esta dualidad logro-beneficio, contiene un atractivo magnetismo también dual. Por la expectativa del deber y por la expectativa del derecho. El deber se espera y el derecho
al beneficio, también. Ambas expectativas son las que motivan el actuar. La expectativa despierta del beneficio y el beneficio,
es derivado del cumplimiento de la expectativa. Expectativa y beneficio son dos fuerzas motivantes poderosas. La expectativa y el beneficio motivan a conseguirlos.
Intencionalidad y expectativa son términos con una significación diferente pero con un elemento en común. La expectativa espera
y la intencionalidad propone. Pretender y proponer son dos aspectos que comparten la finalidad de ser satisfechos. Toda pretensión espera ser satisfecha y toda proposición espera ser
satisfecha, por lo mismo, la satisfacción contiene la posibilidad de satisfacer, realizar o justificar.
Intencionalidad – acción- propone- se debe – se realiza Expectativa - reacción – pretende – se disfruta - beneficia
Intencionalidad y expectativa van de la mano, lo mismo que
acción reacción, o pretender y proponer y el deber y derecho, así como la realización y el beneficio. No se pueden desligar.
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¿De dónde surgen la intencionalidad o la expectativa? Surgen de la conciencia del valor. La conciencia necesita ser consciente
para realizarse y adquiere la consciencia mediante el establecimiento del valor. Por eso intenciona y pretende el
establecimiento del valor. Se propone porque se pretende un beneficio y porque se pretende un beneficio se propone. Todo acto validado desarrolla la consciencia de la conciencia. El
inconsciente no dispone de conciencia del valor. Sin una razón justificativa no se dispone de consciencia, esa es la razón que
justifica al logos (conocimiento) como facultad de ser consciente. Pero también se es consciente del dolor, o del gozo, sin comprenderlo. O somos conscientes también de lo cumplido.
Estas tres áreas de la consciencia han de estar interconectadas en todo momento y propósito. Si se es consciente del dolor, pero no
se reconoce el causal del daño, no se puede curar o restituir. Así como si se conoce la causa del dolor, sin la experiencia de haberlo sufrido, tampoco se puede comprender al que lo padece.
Por eso al adolescente le resulta imposible comprender la madurez.
¿Qué es Adolescente? Es quien carece (adolece) de madurez. Así como no se puede medir o evaluar el arte clásico con los
criterios de la abstracción, tampoco se puede evaluar la madurez con el criterio del adolescente. El vocablo –abstracto- proviene
del término “obstar” que significa “carecer”. Lo abstracto es aquello que “carece de”. Adolescente proviene de adolecer que también significa “carecer de”. En el caso del adolescente
humano, se sobreentiende que carece del reconocimiento de lo que significa ser maduro, por no tener aun la experiencia de
serlo. Ser maduro implica ser capaz de controlar las virtudes de la prudencia, firmeza y templanza; ser capaz de controlar los
extremos del celo emocional, intelectual y conductual. Ser capaz de controlar los instintos de protección, conservación y
reproducción. Y reconocer las normas de la Naturaleza y su aplicación en la vida diaria para establecer la naturaleza humana, respetando siempre el cumplimiento del máximo deber
necesario para el beneficio de todo. Esa incondicionalidad en la
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disposición de entregarse voluntariamente al cumplimiento del máximo deber necesario, no la tiene el adolescente y por eso
adolece de madurez. El padre hace lo que sea necesario para salvar a sus hijos. Esa
actitud de hacer lo que sea necesario es la actitud del maduro. Pero no solo lo que sea necesario para uno, sino que se debe disponer de esa actitud siempre y en todo. Responder siempre a
lo que sea necesario es la disposición madura, de la cual carece el adolescente. Por eso, puede ser adolescente, aquel padre que
esté dispuesto a hacer todo lo que sea necesario por sus hijos, pero que no esté dispuesto a hacer todo lo que sea necesario por los demás, o por todo. Maduro es quien empatiza en sus
sentimientos con el sentir del grupo en el que está, quien siente como se siente el grupo y comparte su sentir. Maduro es quien
piensa en el ordenamiento y beneficio grupal; quien piensa en todos y quien responde al cumplimiento de las necesidades sociales. Ser digno de ser persona es una categoría que se logra
al ser maduro. El maduro es modesto, sincero y decente. Cuando se dispone de la caracterización completa de la
totalidad, los fragmentos ajenos a la normativa de la totalidad, “pierden” su “dignidad”. Por ejemplo: se puede decir que ofender es indigno, pero contrariar puede tomarse como ofensa
y la verdad es contraria a la mentira; la responsabilidad también contraria a la irresponsabilidad, y la inmadurez también es
contraria a la madurez. Podemos decir que caricaturizar a un líder es ofensivo para sus adeptos, pero, supongamos que ese líder es corrupto. ¿Descalificar a ese líder corrupto, sería agredir
su integridad? No, porque nadie es digno de mentir, de corromper o de desordenar. Un mal comportamiento no se
puede decir que sea digno. Digno es aquello que vale, no aquello que no vale. Se dice que se debe respetar la dignidad de las personas, pero si la persona no es normada, o madura, no puede
atribuirse la dignidad de una persona madura. ¿Sería indignante corregir a un errado en su ideal porque el ideal humano natural
contraría su ideal individual? o, ¿Sería indignante corregir un pensamiento falso, cuando ese pensamiento no corresponde con la verdad? O ¿sería indignante rectificar una conducta cuando
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esa conducta no es la apropiada? Tenemos que ser prudentes a la hora de juzgar las cosas para no caer en falsos testimonios.
No se viola la dignidad de un delincuente al contrariar su delito porque ningún delito es digno de ser cometido. Una cosa es
viola la dignidad de lo normado, en cuyo caso la norma siempre es digna y otra muy distinta violar la dignidad de lo indigno, en cuyo caso no sería una violación de la dignidad, sino un
correctivo. Negar la conducta anormal de una persona no viola su dignidad. Ofenderle o agredirle, si la viola.
Si se corrige la conducta adolescente, porque carece del conocimiento o del funcionar responsable, no se está violando su dignidad en ese correctivo, a pesar de contrariar el criterio o
comportamiento adolescente. Adolecer del ideal maduro o del conocimiento de las normas
naturales o del cumplimiento responsable, garantiza la indignación del maduro que reconoce ser indigna esa conciencia inmadura, o ese criterio injusto o ese comportamiento
irresponsable. El orientar, resolver o corregir no viola la dignidad del inmaduro, porque su comportamiento irresponsable
no es digno de un ser maduro. ¿Cuál es el modelo de ser maduro? Desgraciadamente, la
tradición humana no nos ofrece ningún modelo de hombre naturalmente maduro porque nadie descubrió las normas de la
naturaleza y por esta razón, al ignorar las normas, nadie pudo normalizarse en ellas y se creó una ilusión idílica de madurez a la que se le denominó “dios”. Dios es un vocablo cuya
significación abarca dos grandes áreas fundamentalmente diferenciadas: la concreta y la abstracta, en otros términos, la
descifrable y la indescifrable. Unos creen en un “misterio” y otros en un “principio fundamental”. La tradición del misterio, ha generado diversos ritos o costumbres para ligarse con el
misterio y pensar que se logra algún beneficio de ese rito. Como por ejemplo: hacerse la señal de la cruz, los sacramentos o las
ofrendas. Años atrás se consideraba un misterio la luz y la oscuridad y se adoraban al sol y la luna como generadores de esa dualidad. Cinco mil años atrás se adoraba al sol y a la luna
en Stonehenge, mil años después seguían adorando al sol en
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Egipto. Los Mayas y los Aztecas también adoraban al sol y a la luna cuatro mil años después. Durante milenios se adoraron
misterios desconocidos. Jesús nos ofrece un Dios distinto, un Dios diferente del funcionar biológico o fisiológico, Él nos
habla de un Dios espiritual. Nos indica un modelo de plenitud, justicia y responsabilidad. Con esta orientación nos invita a conocer un modelo concreto de maduración, que pocos han
comprendido, pero que si lo analizamos, podemos llegar a la conclusión de que es una posibilidad real. Se trata de un modelo
de perfeccionamiento humano. Nos dice que el humano ha de cambiar su conducta egoísta por una conducta altruista al servicio del bien común. “amarás a Dios sobre todas las cosas y
al prójimo como a ti mismo” es una frase contundente al entendimiento de las normas naturales. Nos dice que por sobre
todas las cosas, es necesario ligarse con la totalidad normada, es decir, con el “Dios” símbolo de la normativa natural, con esa naturaleza plena, justa y completa que garantiza el orden
cósmico. Lo que obliga a tener una conducta, un criterio y una sensibilidad universal. Claro que también obliga a negarse a sí
mismo, por el bien común. Eso es concreto. Si todos los humanos responden al cumplimiento del máximo deber necesario, al cumplir con lo que beneficia a todo, no se perjudica
a nada. Ese funcionar es el ideal esperado por el ideario humano. Las ideas que benefician a la totalidad de las especies,
garantizan la normalización del que las idea. Dios, ha pasado de ser un misterio físico, a ser una imperante necesidad funcional, pasando por ser un criterio ideológico. El antiguo Testamento,
dio paso al Nuevo Testamento para establecer finalmente el Testamento Completo. ¡El misterio ha sido finalmente revelado!
¿Por qué razón no se logra establecer el ideal humano? Porque no se han reconocido los trastornos de personalidad. La
psicología ha descubierto anormalidades complejas en determinados caracteres, pero se ha orientado en el
descubrimiento de las diferencias y no de las afinidades, por eso, la cantidad de trastornos de personalidad son innumerables. El estudio de la diversidad, acabó transformando a la conciencia en
diversa, perdiendo de este modo, el sentido común.
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Cuando se descubre y reconoce la naturaleza humana, podemos apreciar en los humanos tres condiciones fundamentales del
carácter: la sensibilidad, el raciocinio y la voluntad. Estos tres aspectos comunes en cada humano, deberían operar al unísono,
en consecuencia, es decir, se siente una necesidad, se reconoce su justificación de ser satisfecha y se cumple con el deber de resolverla. Actualmente la condición humana no funciona así, o
solo opera así en algunos casos pero no en todo. De esta falta de coordinación, se derivan los trastornos de personalidad. Por esta
razón, el humano busca al coordinado respetuoso de lo necesario, y responsable de conquistarlo; busca al confiable cuyo raciocinio sea justo y busca al sensato que capta lo
necesario. Si preguntamos, tanto al hombre como a la mujer, ¿qué esperas de tu pareja? Absolutamente todos, de una u otra
manera esperan lo mismo, al ser responsable, confiable y amable. Esa es la caracterización normal de un individuo. El problema, es que no siempre y en todo caso se es amable,
confiable y responsable y esa es la conducta anormal. El individuo sin dominio de la actitud, se extrema o no cumple con
suma facilidad. El afecto o la amabilidad extrema o carente produce trastornos emocionales. Un hijo carente de afecto puede deprimirse o
revelarse y en ambos casos provoca trastornos al resto. La carencia de afecto o la sobreprotección son muy dañinas para la
conciencia humana. Relega al individuo a la ansiedad por lo que no tiene o a la angustia por lo que perdió. La sobreprotección o carencia de afecto perturban la autoestima. Y quien los sufre, o
se exige en demasía, buscando ser el centro de atención, que sacie su carencia, o no tolera frustración alguna por sentirse
victima e insuficiente, por sentirse en menos ante su sobreprotector. La sobreprotección y la indiferencia son trastornos de personalidad. Son un exceso o carencia de afecto.
A nivel afectivo, estos dos extremos producen desviaciones en la conducta y en el comportamiento humano. La sobreprotección
surge del temor a perder al ser querido o, a lo querido, porque también existe la sobreprotección por las cosas y eso afecta tanto como la sobreprotección afectiva. El nuevo rico, cuando se
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excede en hacer gala de sus pertenencias, es un sobreprotector que busca cuidar en exceso su auto, su casa, su éxito laboral, etc.
O el indiferente ante los logros del contrario también es una manifestación extendida del indiferente afectivo. Los trastornos
de personalidad no se limitan a las personas, se extienden al ambiente. La caracterización sobreprotectora se origina en el temor a
perder. El miedo es una sensación de ansiedad extrema o de angustia. Se teme lo desconocido, lo peligroso, aquello que
puede producir dolor o daño. Las personas que han sufrido ese dolor o ese daño, lógicamente tienden a proteger a sus seres queridos de esa posibilidad y ese temor los motiva a
sobreprotegerlos. Unos padres que fueron agredidos o vieron como agredían a alguien y temen que eso les suceda a sus seres
queridos, adquieren la conducta sobreprotectora. Lo mismo ocurre con quienes temen perder a ese ser. Son muchas las causas que generan y derivan en la actitud de miedo.
Ante todo, debemos comprender que el miedo no tiene razón de ser, no existe. Se tiene miedo, o antes del peligro o después del
peligro, por eso no existe, porque se trata únicamente de una suposición alarmante. Se supone que en la oscuridad puede ocurrir algo, pero, no ocurre por la oscuridad. Se supone que el
animal venenoso nos va a morder, pero eso solo ocurre en casos extremos, ya sea sobre la provocación o por la falta de
protección. Debemos diferenciar entre el miedo y el instinto de protección y entre el riesgo y el peligro. El instinto de protección es una reacción automática que nos protege del
peligro y el miedo es una actitud humana voluntaria. El riesgo existe en todo lo que emprendemos, ya sea el riesgo al fracaso
en la conquista o el riesgo a perder lo conquistado. Y el peligro es una situación capaz de provocar un daño o dolor. El sobreprotector teme y debe superar ese temor. Solo cuando
comprende que el miedo es fruto de una actitud personal extrema a protegerse, y cuando comprende que no siempre
ocurre lo que se teme, el individuo que padece de sobreprotección, podrá superarse y perder el temor. El indiferente teme también pero en este caso, teme perderse a sí
mismo. Teme perder su “integridad” su convicción, su conducta.
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El indiferente anula al otro para preferirse a sí mismo porque siente que el otro no es tan importante como él. Al indiferente,
el otro o lo otro le da igual, no le importa. El indiferente se encierra en su burbuja de cristal y prepondera su actuar, su
criterio o sus sensaciones por sobre el cómo se sientan los demás, qué piensen los demás o qué hagan los demás. Es un activo pasivo, que provoca la carencia de afecto en el otro. Deja
que las cosas sucedan sin participar en ellas. Suele ser adicto a sus propias convicciones, adicto a sus costumbres y adicto a sus
nociones de lo importante. El indiferente se origina por varias razones, una de ellas es precisamente la de tener padres, maestros o jefes sobreprotectores, o indiferentes, porque puede
crearse por imitación o subordinación. Pero también se originan en personas que no toleran frustraciones. Personas a quienes la
superación les parece una necesidad para los otros pero no para ellos. La responsabilidad ha de cumplirla el otro no él, o ella. La cooperación o participación es del otro, no de ellos.
Tanto el modelo de indiferencia afectiva, como de sobreprotección, provocan la agresividad en el contrario.
Derivan en el reclamo, la acusación y el rechazo del inmediato. Por eso se consideran trastornos de personalidad. Los trastornos generalmente, no son percibidos por las personas
que los padecen, son acusados por quienes conviven con ellos. Esa es la razón por la que cuesta mucho corregirlos. Existen
caracteres que necesitan del sobreprotector y en esos casos, con esas personas no sufren la evidencia del trastorno. Por eso hay personas sobreprotectoras ideales para sus parejas pero
imposibles para sus jefes o compañeros de trabajo. Lo mismo ocurre con los indiferentes ante otros indiferentes. Los
indiferentes son enemigos de la responsabilidad, son desconfiados y despegados, suelen tener pocos amigos y muchos enemigos. Los sobreprotectores son más sociables y respetuosos
de sus responsabilidades, más confiados y confiables, pero, temerosos de los rivales afectivos. El sobreprotector se inicia
protegiendo sus pertenencias, continúa protegiendo sus amistades, y termina sobreprotegiendo a sus hijos. Existen momentos de extrema manifestación sobreprotectora, por
ejemplo: Cuando los padres dejan por primera vez a los hijos en
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el jardín infantil, o cuando dejan a los niños en casa de los amigos, pero, el máximo extremo se manifiesta frente al
matrimonio de los hijos. En ese momento, el sobreprotector teme perder la potestad sobre los hijos y se inician sistemas
sutiles de vigilancia para no perder al ser querido, que pueden trastornar las relaciones familiares. Otro trastorno de la personalidad es el que tiene que ver con el
mal uso del intelecto. La arrogancia y la ignorancia, derivados del extremo o carencia intelectual. La inteligencia es esa
caracterización humana de resolver problemas y de ajustarse a la razón, pero, en sus extremos, cuando se defiende la razón por la defensa del individuo y no de la razón, se cae en el defecto de la
arrogancia. Arrogar es poner la razón a un lado para defender a quien la defiende. Ese: “te digo que es verdad” cuando no se es
capaz de convencer con raciocinio, es un ejemplo de arrogancia. La arrogancia suele estar ligada a la falta de recursos para explicar así como también a la ignorancia de las razones en un
medio en donde se supone que se deben conocer. El arrogante teme que le descubran su ignorancia, por eso asume el escudo de
arrogar para intimidar al posible “superior”. El arrogante agrede al otro al informar de algo sin fundamento o justificación. El ignorante agrede al otro al carecer de justificación, en ambos
casos se hace necesario comprender las razones fundamentales de la naturaleza. Ignorar razones específicas sobre matemáticas
o historia no modifica el ordenamiento natural y por lo tanto, no son trascendentes, pero ignorar el ciclo menstrual de la mujer puede causar graves trastornos familiares. La ignorancia de lo
fundamental es lo que se acusa como trastorno. Ignorar la jerarquía de valores puede producir el desajuste de las relaciones
y eso daña la sana convivencia. Ignorar el significado de libertad o de responsabilidad también genera trastornos, pero ignorar el nombre del balón de oro de la temporada 2015 no genera
absolutamente nada. Se tiende a pensar que el culto es quien conoce esas banalidades, pero el verdadero culto, es quien
reconoce lo fundamental, no lo superficial. Otro trastorno es el de la violencia e inoperancia, estos trastornos tienen que ver con el exceso o carencia de voluntad.
El agresivo en sus conductas, así como el inactivo irresponsable
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dañan al otro y trastornan la sana convivencia. La agresividad o
violencia así como la irresponsabilidad o inoperancia son
derivados del miedo. Todos los trastornos de personalidad tienen un elemento en común, el recelo. Recelo es un celo extremo que
busca protección. Se busca protección al sentirse inseguro. La inseguridad es un temor. El agresivo teme que le agredan y el irresponsable o inactivo teme que lo que deba hacer no sea lo
correcto, o que no le aprueben su actuar. Todo trastorno depende de otro real o imaginario que lo evalúa y determina ser agredido.
Cada una de estas tendencias a repetir la sobreprotección, o la indiferencia, la arrogancia o la ignorancia y la violencia o falta de respeto, son las caracterizaciones de los trastornos de
personalidad. Después están los trastornos fisiológicos derivados de
malformaciones neuronales, cerebrales o genéticas que requieren de terapias químicas o fisiológicas. Los trastornos de personalidad requieren de terapia sicológica, pero de un
terapeuta maduro en el entendimiento de las normas naturales. De poco sirve un terapeuta que ignore los fundamentos de la
naturaleza humana. ¿Qué podría corregir si desconoce los fundamentos de la norma natural humana? Y ¿Quién puede corregir la sobreprotección o indiferencia, la arrogancia o
ignorancia y la violencia o inoperancia en la persona? Lógicamente, solo esa persona.
El amor es una fuerza que une y el miedo es una fuerza que desune. El amor motiva al ejercicio, el miedo paraliza o expulsa.
El amor es motivado por una sensación de complacencia; el miedo es motivado por una sensación de incomodo o
displicencia. Ambas fuerzas son poderosísimas, más incluso que la vida. Por amor o por miedo se cometen asesinatos y suicidios. Un individuo normal es libre, autónomo y responsable, es decir,
es un ser independiente con una individualidad e identidad propia, sin adoctrinamientos, ni fanatismos, ni costumbres
ajenas a su propia identidad natural. Cuando el individuo se encuentra sometido a la sobreprotección de un alguacil de prisión, que lo agrede, lo abandona en soledad,
o le arroga con sus juicios personales y lo vigila durante un
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tiempo, el individuo que padece esta tortura, es obligado a depender del alguacil, a someterse a sus deseos y a perder la
seguridad en sí mismo. Se convierte en dependiente, inseguro y sometido.
NORMAL Libre capta por si solo Sobreprotector
Indiferente Autónomo reconoce por si solo IMPIDEN Arrogante
Ignorante Responsable responde por si solo Agresivo Inoperante
DEPENDIENTE
INSEGURO SOMETIDO
El miedo es el causal de los trastornos de personalidad. El instinto de protección provoca una fuerza intencional
necesaria para la protección del ser, en un momento o lugar determinado por las circunstancias de ese peligro, pero el miedo, no se circunvala en esa escena peligrosa, se origina en la
excentricidad de una posibilidad. Libertad es la capacidad de optar por lo que es válido y el miedo es la incapacidad de optar
por presentir, prejuzgar, o pretender que la alternativa es mala, injusta o peligrosa. Tanto los excesos como las carencias producen una fuerza
intencional necesaria para ajustar o equilibrar dichos extremos. Fuerza que tiende a reducir el exceso a completar la carencia.
Esta fuerza surge de la norma natural a la conectividad. EXCESO produce fuerza para reducir el exceso.
NORMA en función de la conectividad.
CARENCIA produce fuerza para completar la carencia.
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El ser humano debe conectarse con lo absoluto de su
naturaleza. La humanidad existe inserta en una serie de
conectividades competitivas, comunicativas y cooperativas que facilitan la elección de lo mejor, el entendimiento de la razón y
la conquista de lo máximo. Esta triple necesidad conectiva es manifiesta en la sociedad mediante juegos competitivos, la competitividad laboral, económica y de jerarquías de poder.
Competir es un modo de explicar que existe un mejor, un mayor, un más fuerte, más grande o más inteligente. La búsqueda del
más y del mejor es una constante en todo lo creado, ¿Cuál es la razón que justifica la competitividad? La existencia de lo absoluto. Lo absoluto es pleno, justo y máximo. La
competitividad, la comunicación y la cooperación son medios para el establecimiento, comprensión y comunión con lo
absoluto. En la actualidad, la religión, la filosofía y la ciencia están basadas en complejos y relativos planteamientos o ideas sin
fundamento de lo absoluto y no convencen al interés de la inteligencia emocional responsable del humano maduro.
El criterio maduro, no se satisface con una razón parcial e insuficiente; un juez no puede fundar su veredicto en base a convicciones parciales e injustificadas, debe encontrar la justa
razón. La verdadera razón que justifica la competitividad, la comunicación y la cooperación es la conectividad con lo
absoluto. Nos comunicamos esperando del otro la verdad absoluta, si no, no confiamos. Cooperamos con otro por establecer un bien, de
no ser considerado bueno, no se coopera, saber que se va hacer algo que no beneficia no motiva a cooperar. El máximo bien es
el que más nos motiva. Y competimos por la superación y lo supremo es lo absoluto, lo máximo, lo justo. La especie humana es en eso coincidente con el resto de las especies, todas ellas
operan mediante la selección natural por lo mejor. La selección natural no es un proceso evolutivo, es el proceso de la naturaleza
de lo absoluto. El cosmos es un ordenamiento absoluto, no un proceso evolutivo sin una finalidad definida. La evolución es un error. Las especies se desarrollan para cumplir su función dentro
del ordenamiento cósmico, no evolucionan de una especie a
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otra, supuesta mejor, para justificar un sin razón. Eso es falso. Todo acto responde a la razón que lo justifica necesario. El azar
es un vocablo, sin razón que lo justifique. Azar, misterio, casualidad, contingencia, suerte, magia, milagro, son vocablos
para designar una incógnita, no tienen razón alguna que los justifique.
Emoción, intelecto y voluntad. Estos tres aspectos de la naturaleza humana son distintos en su dimensión al del resto de
las especies. Toda especie contiene intencionalidad, selectividad y poder. Toda especie dispone de cierta intención frente a las posibilidades del exterior. Los electrones van y vienen de una
dimensión a otra y de un elemento a otro, las moléculas responden a ciertos estímulos o valencias, las sustancias se ligan
o no se ligan, las células responden ante sustancias químicas de una u otra forma, los animales intencionan sus respuestas, así como nosotros disponemos de la misma cualidad intencional.
Pero el ser humano capta la máxima necesidad, la necesidad global, y el resto de las especies carece de esta capacidad.
Emoción es la capacidad sensible que nos permite captar lo necesario. El ser humano capta lo máximo necesario para el bien
de todo. Nuestra mentalidad globalitaria es universal. Nuestra sensibilidad capta del pasado y se proyecta hacia el futuro, es
una capacidad atemporal y más allá del lugar. Podemos sentir pena por el hambre de los etíopes, rabia por la dictadura comunista de Corea del Norte, desconfianza por las
contradicciones de la presidenta de Argentina y satisfacción por las jugadas de Ronaldinho en el partido de hace años en
Barcelona. Nuestra sensibilidad es universal. La emoción capta sensaciones. Sensación es un exceso o carencia de la normalidad. Sentimos sensaciones de miedo
cuando se carece de seguridad, sensaciones de hambre cuando se carece de alimentos, sensaciones de fatiga cuando se excede
en ejercicio, etc. la sensación es una reacción a los excesos o carencias. El sentimiento es la intelectualización de una sensación. Se emite el conocimiento de una sensación y si el
receptor la reconoce, lo adquiere, pero si no lo reconoce no lo
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puede admitir, por ejemplo: la experiencia de un terremoto puede ser compartida con aquel que tuvo la sensación del
terremoto, pero quien no lo ha experimentado no lo puede comprender. Puede eso si imaginarlo, pero no siempre
corresponde la imaginación con la realidad. Emoción es una capacidad, no es una sensación, no se trasmiten emociones, se transmiten sensaciones. Emoción es la capacidad
de percibir sensaciones. Emoción es la capacidad sensible que nos permite captar lo necesario. Lo no necesario se rechaza, no
se admite. ¿Cómo se desarrolla la sensibilidad emocional? La única
manera de desarrollar la sensibilidad emocional es captando la máxima necesidad válida para todo. Cuando vamos a la cocina y
vemos un plato de frutillas, o cerezas, inconscientemente sacamos la más grande y más madura, a nadie se le ocurriría preferir la más pequeña y descompuesta. Nuestra sensibilidad
obliga a captar la máxima necesidad valida, cuando esa validez es solo válida para uno, al repetir esa conducta, el individuo se
transforma en egoísta, cuando esa validez es compartida y beneficia a todo, ese individuo es declarado responsable. Por lo tanto, emoción es la capacidad sensible que nos permite captar
la máxima necesidad válida para todo y ese es el proceso de desarrollo de la sensibilidad humana. Sensible y sensiblero son
dos cosas distintas, el sensible capta necesidades, el sensiblero es un ñoño que no controla sus sensaciones. Newton era sensible a las razones de la gravedad; Picasso era sensible a las
necesidades sociales del arte contemporáneo. Alejandro Magno era sensible a las necesidades de las conquistas.
El desarrollo de la sensibilidad obliga a captar las máximas necesidades del momento y lugar.
¿Qué es el Intelecto? Intelecto es la capacidad que tiene el humano de reconocer la razón que justifica una existencia. ¿El
resto de las especies tienen intelecto? No, no tienen esa capacidad de reconocer la justa razón de una realidad, lo que no quita que sepan cómo utilizar los medios para conseguir lo que
quieren pero no por su intelecto, sino por su instinto. El instinto
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de conservación posee cierta dosis de selectividad y esa selectividad puede ser educada por imitación. Por eso un perro
puede, si se le repite la rutina, conducir un patinete o saltar por un aro, o un chimpancé puede por imitación sacar las hormigas
del hoyo con una pajita, incluso un cuervo puede lanzar nueces a la carretera para que los automóviles rompan la cáscara, pero eso no pertenece al domino del intelecto, sino al instinto de
conservación. Intelecto es la capacidad humana de reconocer el juicio justo de
una razón y para eso dispone del potencial de resolver problemas concretos o abstractos.
¿Cómo se desarrolla el intelecto? El intelecto se desarrolla descubriendo y reconociendo la razón que justifica un hecho. Si
el individuo dispone de las razones que justifican una realidad, su memoria solo dispondría de inteligencia pura y recordaría fácilmente sus pensamientos. Cuando se llena el intelecto de
razones injustificadas, se pierde la memoria, porque no se dispone de inteligencia. Cuando no se está seguro de lo que se
sabe, no se puede confiar de la memoria y esta es una de las razones del porqué algunas personas pierden fácilmente su memoria. El intelecto se desarrolla conociendo la verdad sobre
las cosas. El intelectual inteligente es quien no cede hasta encontrar las razones que justifican lo que sabe. De ese modo
puede explicar su conocimiento con suma facilidad. ¿Qué es la voluntad? Voluntad es la disposición independiente
de que dispone el ser humano para hacer. Ya hemos explicado el significado de libertad y dijimos que es la capacidad de optar
por lo que es válido para todos. Ese es el verdadero deber que dictamina la libertad. Consecuentemente la voluntad es la capacidad humana de cumplir con el máximo deber válido para
todo. La voluntad se motiva en el cumplimiento del máximo deber. Cuando en un partido de tenis, se gana un punto, el
ganador espera motivado a ganar su siguiente punto, y por el contrario desmotiva al que lo pierde. Por supuesto que quien pierde, ha de motivarse voluntariamente para superarse. La
voluntad es una actitud que motiva al cumplimiento de un deber.
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La capacidad de responder al cumplimiento del máximo deber necesario se denomina voluntad.
¿Cómo se desarrolla la voluntad? Puesto que es una
disposición humana a responder voluntariamente al cumplimiento del deber, se desarrolla descubriendo y respondiendo al cumplimiento de lo máximo necesario.
El individuo que espera construir su cuerpo y desarrollar sus músculos, motivado por el beneficio que le reporta el mostrar su
cuerpo musculoso, se determina voluntariamente a la repetición constante de los ejercicios. El artista que, motivado por el beneficio que genera una exposición, se motiva voluntariamente
a realizar una serie de cuadros. La voluntad siempre se determina en la expectación de un beneficio. Para desarrollar la
voluntad es necesario reconocer el beneficio que se deriva del cumplimiento del deber. Y el cumplimiento del máximo deber necesario, que por ser válido para todo, no perjudica a nadie,
desarrolla al máximo la voluntad. Rafael Nadal, Lionel Messi, Michael Schumacher, Usain Bolt, son ejemplos de una voluntad
extrema para la conquista de lo máximo. Todos ellos se fijaron en el proceso de su desarrollo metas cada vez más grandes. El cumplimiento del máximo deber, desarrolla al máximo la
voluntad.
Educar y educarse
La educación es distinta de la instrucción o adoctrinamiento del pensamiento academicista. En el colegio, se instruye en
conocimientos técnicos que sirven para superar una evaluación académica, pero, eso no significa que por ser puntaje nacional
esté garantizada la felicidad del individuo. El individuo bien educado es prudente frente a las alternativas, firme en la determinación de sus decisiones y templado frente a las
diferencias que pudieran frustrarlo. Es capaz de controlar el celo extremo sobreprotector o indiferente; la arrogancia y la
ignorancia y la agresividad e inoperancia. El ser maduro y bien educado controla y domina el instinto de protección, superando la ansiedad y la angustia, supera el instinto de conservación
alimentándose a sus horas, siendo puntual en sus disciplinas y
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descansando y ejercitándose en lo adecuado para mantenerse saludable. Y por último, el educado, controla el instinto
reproductor hasta disponer de los recursos de maduración y nutrición, protección económica y moral, necesarios para el
desarrollo saludable de toda su familia; disponiendo del conocimiento de la naturaleza humana normal y del propósito en la vida para lograr la felicidad mediante el establecimiento
vincular intrafamiliar completo, vincular, en confianza y respeto, entre padres e hijos y entre hermanos y cónyuges.
Los fundamentos de la educación son tres: (1) la similitud entre docente y alumno en el entendimiento de los significados. (2) el tiempo necesario para ejercer los procesos de entendimiento o
disciplinas de consecución. (3) El valor establecido mediante el cumplimiento de deberes que satisfacen el desarrollo educativo.
Educar es criar. Criar es madurar al individuo en lo normal hasta que este se considera normado. El puntaje académico no tiene nada que ver con educar. Eso no garantiza la felicidad del
estudiante, solo se trata de la conquista de una meta impuesta por los gobernantes de turno para justificar la validez de ciertos
procesos, pero no transforman al individuo en normal. El planteamiento educativo ha de orientarse en el desarrollo de las capacidades sensibles, cognitivas y productivas para el bien
común. Ejercitándose es captar las máximas necesidades, las razones justas y el comportamiento responsable con el deber de
beneficiar siempre a todo. Quien beneficia siempre a todo, no perjudica nunca a nada. Ese ha de ser el lema de la educación.
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CARACTERIZACIÓN DE LOS ROLES MASCULINO-
FEMENINOS
1-¿Qué espera el hombre de una mujer y que espera la
mujer de un hombre?
2-Para descubrir y comprender cuál es el rol masculino o
femenino, debemos dejar a un lado las costumbres o
tradiciones sociales y fijar nuestra atención en el
descubrimiento de la Naturaleza Humana.
3- La Naturaleza Humana es dual: Masculina y Femenina.
4-NATURALEZA HUMANA MASCULINA (predominios
fundamentales)
1-INMUTABILIDAD IDEALISTA - (invariabilidad)
2-EMPRENDIMIENTO Y LIDERAZGO –
3-INCONDICIONALIDAD AFECTIVA-
4-AUTORIDAD RESPONSABLE Y RESPETABLE-
5-NATURALEZA HUMANA FEMENINA (predominios
fundamentales)
1-VARIABILIDAD EN IDEAS-
2- EMPRENDIMIENTO Y LIDERAZGO-
3-INCONDICIONALIDAD AFECTIVA-
4-AUTORIDAD RESPONSABLE Y RESPETABLE-
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1-¿Qué espera el hombre de una mujer y la mujer de un
hombre?
Respuestas a esta pregunta hay muchas y diferentes. En este
cúmulo de posibilidades, existen respuestas aleatorias y una sola
respuesta principal y de eso nos vamos a encargar en este
análisis. Vamos a analizar la respuesta que justifica dicha
necesidad. La necesidad de compartir el uno con el otro parece
ser una realidad inexcusable, pero ¿qué es lo que cada uno
espera del otro?
Por sobre todas las cosas ambos buscan y esperan protección
cooperación y reproducción. Estas tres palabras tienen un
profundo significado.
Protección.- Tanto el hombre como la mujer esperan y generan
protección en el vínculo afectivo. El hombre y la mujer
defienden lo que quieren y el más querido es el más protegido.
Cooperación.- Tanto el hombre como la mujer buscan y esperan
cooperación vincular. Para la vinculación se necesita a dos; para
el entendimiento y la confianza se necesitan dos; para el
beneficio se necesita a dos.
Reproducción.- Aunque este sea un tema difícil de aceptar por la
cantidad de propaganda contraria que se ha manifestado, la
realidad es que ambos esperan realizar la función reproductiva,
por sobre todas las cosas. El peso de la reproducción es enorme.
El ser humano es creativo por naturaleza, pero su máxima
creación es el hijo. Incluso aquellos que no quieren asumir la
responsabilidad de madurar un hijo, cumplen la función que
lleva a generarlo. Y curiosamente, cuando se realiza el ejercicio
y no se asume la responsabilidad conyugal, la mujer reclama,
acusa o rechaza al hombre con un: ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué
me utilizaste? Lo que demuestra que la necesidad fundamental
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no era pasar un buen rato y nada más. La responsabilidad era
cumplir con la normativa que justifica la necesidad reproductiva.
Estas preguntas no suelen salir por la boca del hombre, porque
el responsable es él y no ella. Él es quien siembra y ella cultiva,
el responsable del fruto sembrado es el sembrador.
Los hombres esperan un depositario de su propia identidad y la
mujer espera la recepción de esa identidad masculina que la
completa y realiza madre.
Ambos esperan un ideal compartido, el ideal natural de la
creación, el ideal que los realiza humanos naturalmente
normados. Cuando hablamos de lo normal, debemos
comprender que se refiere a lo normado, al ser legítimo, legal,
justo en su naturaleza. Ambos esperan el ideal, porque en ambas
conciencias existe el ideal para ser descubierto y reconocido y
ambos esperan al otro que se ha madurado y cumplido en él.
Se busca al ideal, al justo y al responsable. Ideal es quien
atiende, entiende y está siempre atento al cumplimiento del
máximo deber necesario que beneficia a todo. No es una utopía,
hacemos del ideal una utopía, pero es la idea que nos originó.
La idea de ser humano es la de ser responsables y respetuosos
del máximo deber, ser justos en la razón que justifica toda
realidad y ser sensibles a la captación de las máximas
necesidades, válidas para todo. ¿Qué ocurre cuando vemos que
alguien no captó lo necesario? Lo reclamamos, acusamos o
rechazamos. ¿Qué ocurre cuando nos mienten? Lo reclamamos,
lo acusamos o rechazamos y ¿Qué ocurre cuando alguien no
cumple lo que debe hacer? Lo reclamamos, lo acusamos o
rechazamos. ¿Qué nos dice este comportamiento? Que lo normal
es ser responsable, certero en la razón y sensible a las máximas
necesidades.
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42 MARTIN SORIA
2-Para descubrir y comprender cuál es el rol masculino o
femenino, debemos dejar a un lado las costumbres o
tradiciones sociales y fijar nuestra atención en el dictamen
de la Naturaleza Humana.
Vemos notorias diferencias conductuales entre un japonés y un
inglés o entre una latinoamericana y una alemana, pero esas
diferencias tradicionales, en el comportamiento, criterio, y
tendencia social, no se pueden tomar por modelos de “conducta
natural”. Ni el comportamiento japonés ni el latinoamericano, se
pueden decir que sean modelo de identidad natural humana.
Variables tradicionales o culturales hay muchas, cada grupo
humano tiende a repetirlas, pero una cosa es el hábito de
conducta que genera una determinada tradición y otra muy
distinta, la función que dictamina la naturaleza masculina o
femenina.
Algunos intelectuales piensan todavía que los roles son
únicamente antojos circunstanciales propuestos por la voluntad
popular de una determinada cultura. Pero los roles existen, no
por la decisión de un determinado orientador que ofrece una
teoría para justificarlos, sino por una finalidad providencial
ontológica y antropológica, que dictamina y decreta su función,
sin exclusión alguna. El rol se debe a la finalidad que ha de
cumplir, que por dictamen, obliga a su conquista. Cuando se
ignora la finalidad de un determinado proceso, los recursos del
proceso pierden su justificación.
La confusión que se establece en torno a la definición de los
roles, proviene de la ignorancia del sentido común absoluto. Al
ignorar la finalidad de la especie humana, se ignora en ello la
función que cada rol ha de cumplir. El rol lo dictamina la
naturaleza de la función.
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43 MARTIN SORIA
Así como existen roles masculino y femenino, también existe el
rol de abuelo, padre, e hijo. Y el de suegro, esposo y nieto. Se
deben descubrir estos dictámenes de la naturaleza humana y
revelarlos.
Aquel acostumbrado a pensar que todo es malo, no puede
beneficiarse de las cosas porque las considera malas. Va a
encontrar siempre el lado negativo o catastrófico de la situación.
Aquel acostumbrado a temer al ajeno, no puede unirse nunca
con nadie porque lo teme o piensa que lo va a dañar, maltratar u
odiar. Y aquel que por costumbre duda de toda razón o verdad y
no confía en su criterio, o carece de sentido común y piensa que
todo es relativo, jamás desarrollará la inteligencia porque duda
y así no puede admitir las razones que justifican una realidad.
Sin respeto, confianza y conexión con la verdad, no hay
comprensión posible.
La Naturaleza es conectiva en su base fundamental. La
naturaleza es un ordenamiento cósmico completo. Ninguna de
las especies creadas es incompleta o imperfecta. A ningún
animal de ninguna especie le falta o le sobra algo. Toda especie
crece, se multiplica y asume el dominio de ciertas facultades a
cumplir, ya sea por instinto (Naturaleza Directiva Inherente) o
como en el caso de los humanos, que por ser libres, han de ser
responsables y responder haciendo uso de su libre voluntad.
Todas las especies están compuestas de inmutabilidad y
variabilidad.
Esta dualidad absoluta y por todo compartida, es una facultad de
la Naturaleza. Toda especie satisface una necesidad, la que lo
justifica necesario y cada individuo de dicha especie, varía en su
individualidad y decisión, frente al cumplimiento de su dictamen
natural. La Naturaleza, además de conectiva y dual existe
dominada por un centro que valida cada alternativa. Libertad es
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44 MARTIN SORIA
la capacidad de optar por lo que es naturalmente válido y el
valor es el centro motor de toda actividad.
Si se asume que la Naturaleza es conectiva, dual y dominada por
el valor, debemos comprender que cada singularidad de la
dualidad ha de funcionar en la justicia del valor. La Naturaleza
Directiva Inherente en las especies, responde a la razón que
justifica necesario el comportamiento natural de la
individualidad masculina o femenina, emisora o receptora de los
elementos de que se compone.
El macho insemina y la hembra fertiliza. Sin siembra no hay
cultivo y sin cultivo la siembra no madura. La permanencia de
las especies depende enteramente del funcionamiento natural de
esta dualidad. Luego, la función del activo es diferente y
complementaria de la función del receptivo. Acción reacción
son complementos, no opuestos. Toda reacción es proporcional
a la acción que la genera.
Generar una reacción física, dependerá de la acción física que se
le aplique, y una reacción psicológica también se genera en la
intención que la provoca.
Cuando se comprende que la Naturaleza Humana es
responsable, justa y satisfecha en su estado normal, se debe
comprender como lograr ser responsable, justo y satisfecho en la
naturaleza humana.
3-La Naturaleza Humana es dual: Masculina y Femenina.
Existen dos aspectos a considerar en la determinación de roles
masculinos y femeninos: Uno es la satisfacción de la necesidad
biológica natural y otro, la satisfacción de la necesidad afectiva
natural.
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45 MARTIN SORIA
El ser humano natural está compuesto de mente y cuerpo, o
finalidad y estructura a lo que se denominan espíritu y materia.
Es libre, autónomo y responsable, dispone de capacidades
sensibles que le permiten captar lo necesario (emoción) y optar
por la mejor alternativa, dispone de inteligencia (intelecto) para
reconocer la razón que más se ajusta a la naturaleza de las cosas
y dispone de altruismo incondicional frente a la creatividad de lo
que considera que se debe cumplir (voluntad) . También dispone
de un aparato de protección, conservación y reproducción
compuesto por tres custodios, a los que denominamos instintos:
Instinto de protección, conservación y reproducción de su
naturaleza.
La emoción, el intelecto y la voluntad responden al criterio de
una conciencia consciente y los instintos responden a una
función automática, pero que puede ser controlada por la
consciencia del criterio de cada uno.
Al disponer de una sola finalidad dual, la de ser feliz en el
establecimiento responsable de la unidad, vertical y horizontal
(unión entre causa y consecuencia y entre emisor y receptor), el
ser humano debe descubrir su finalidad y cumplirla.
La felicidad es un estado vincular intrafamiliar completo.
Felicidad es el producto de lo conseguido, de lo cumplido o de
lo establecido.
Para establecer la felicidad emocional es necesario haber
cumplido con satisfacer la máxima necesidad vincular humana.
La máxima necesidad vincular humana es producto de
atendender al otro. Atenderlo con amabilidad y simpatía, con la
actitud de satisfacer al prójimo. Para establecer la felicidad
intelectual es necesario descubrir y reconocer la máxima razón
justa de la naturaleza humana. Esto quiere decir que es preciso y
obligatorio ser honesto, ser sincero, no mentir nunca. Y para
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establecer la felicidad creativa, es necesario haber cumplido con
el máximo deber necesario para la realización del verdadero ser
humano, lo que exige beneficiar al prójimo para beneficiar a la
naturaleza humana. Beneficiar al otro sin que ese beneficie se
justifique natural no sirve para unir al otro con su naturaleza.
Para poder lograr el cumplimiento del deber de ser humano, la
naturaleza humana ha dispuesto dos funciones, la masculina y la
femenina, caracterizadas por sus correspondientes roles
complementarios. Una no es mejor o peor que la otra; en valor
son las dos complementarias y no pueden existir aisladas o
independientemente la una de la otra, pero cumplen finalidades
distintas. Pensar en cual es más importante o valiosa, si la
avispa de los higos o los higos es una lógica aberrante porque
una sin la otra no podrían existir. Pero la avispa cumple una
función la de polinizar al higo y el higo otra, la de servir de nido
para la fecundación de la avispa. Del mismo modo, el hombre
cumple con la función inseminal y la mujer cumple con el
cultivo de su inseminación.
La naturaleza es dual no singular. El valor es singular pero se
establece mediante la unión. Sin unión no hay unidad.
Toda necesidad se justifica en la razón que satisface.
Toda razón se justifica en el cumplimiento de la necesidad que la valida. Todo deber se justifica en el cumplimiento de la necesidad que
lo determina.
Todo acto contiene intencionalidad, selectividad y poder en
función del cumplimiento del propósito que lo pretende porque
lo determina válido. La finalidad justifica esa función y toda
función es dual. Contiene dirección y recorrido. La finalidad es
asumida por el dirigido y el recorrido es establecido por su
dirección. Es importante comprender esto, sin contaminarlo con
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aspectos de valor porque en valor valen los dos lo mismo. Quien
se dirige, sin recorrer la dirección no puede conseguir su meta y
el recorrido no se establece sin lo dirigido en una dirección.
La finalidad y función reproductiva son determinadas por la
naturaleza masculina, que voluntariamente admite la decisión y
determinación a sembrar. Ningún hombre puede ser violado por
ninguna mujer hasta que el hombre, voluntariamente haya
admitido, asumido y aceptado la decisión de eyacular. Eso nos
dice, declara y demuestra, que sobre la naturaleza masculina
recae la responsabilidad del sembrado.
La naturaleza humana dictamina una finalidad y el
cumplimiento del deber de establecerla. La finalidad humana es
la felicidad. Y la responsabilidad del ser humano es la de
descubrirla y realizarse en ella.
El humano maduro reconoce que la felicidad máxima se
desprende del establecimiento vincular máximo en el respeto y
responsabilidad, en la confianza y juicio justo de la máxima
razón y en la satisfacción de las máximas necesidades
fundamentales.
Necesidades fundamentales humanas son: el respeto, la
confianza y la incondicionalidad ante las necesidades filio-
paternales, fraterno-conyugales y paterno-filiales. Sin este
cumplimiento vincular el ser humano pierde la posibilidad de
experimentar la satisfacción fundamental de su responsabilidad
y pierde el respeto vincular de sus familiares.
Una familia unida en el criterio, en el comportamiento y en la
orientación humana, es una familia saludable y vinculada en el
respeto por la naturaleza humana.
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48 MARTIN SORIA
Para establecer ese núcleo gestor natural, es necesario que cada
uno de los miembros de que se compone la familia, reconozca y
compartan la razón que los justifica naturales.
La Naturaleza humana dispone de servidores custodios naturales
que procuran, la prudencia en la elección de alternativas válidas,
firmeza en la determinación al cumplimiento del deber y
templanza para establecer el equilibrio de las diferencias.
Masculino y femenino son aspectos diferentes complementarios,
pero son distintos. Cada uno de ellos ha de ser satisfecho y en
eso cada uno, ha de cumplir una determinada función natural.
La función biológica masculina predominante para la Naturaleza
Humana es la inseminal. Si el primer hombre no hubiera
inseminado a la primera mujer, la humanidad no habría existido.
Bajo el punto de vista de la naturaleza humana la tarea
fundamental del primer hombre era la inseminación de la mujer
para el mantenimiento de la especie humana. En esta tarea
dictaminada por la naturaleza de la creación, la naturaleza
masculina ha de cumplir un rol distinto al de la naturaleza
femenina.
El hombre siembra y la mujer cultiva. El sembrador ha de
descubrir cómo, cuándo y con quien cultivar.
¿Cómo? Madurando en el control del celo emocional, intelectual
y motivacional. Y sobre el dominio del instinto de protección,
conservación y reproducción. Vamos a explicar esto.
Celo es el servidor custodio de la unidad. Sentimos celo de
nuestras pertenencias y eso es válido, guardamos celosamente a
los que nos pertenecen o nos aman y ese sentido de protección
es válido, pero cuando nos extremamos en esa protección, la
sobreprotección controla y se impone, subordinando al
protegido, quien al sentirse sometido se desprende del
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49 MARTIN SORIA
sobreprotector; en ese caso, el celo se transforma en recelo. El
celo une y el recelo desune.
El exceso de protección imprime en el protegido la sensación de
limitarlo o reducirlo al someterse al excesivo protector. Pero el
carente de protección, el indiferente ante la protección de lo que
posee, lo pierde. Ambos casos generan trastornos. Por lo tanto,
la sobreprotección y la indiferencia deben ser controlados por la
conciencia del deber de proteger. Esa labor custodia es llevada a
cabo por el celo.
El exceso de énfasis en la defensa de una razón, comparte con el
contrario la sensación de inseguridad que motiva su defensa y
provoca el reclamo, la acusación o el rechazo. Pero la carencia
del conocimiento de la razón, también termina con el interés del
que espera conocimiento. Por lo mismo, se debe controlar el
celo intelectual y orientarlo en descubrir siempre la razón.
El exceso de poder también imprime en su violencia la respuesta
agresiva. Quien se impone, obliga o exige en forma agresiva,
limita la libertad, autonomía y motivación del contrario, quien le
pierde el respeto. Y quien carece de respeto, no responde al
cumplimiento del deber. Consecuentemente decimos que la
sobreprotección e indiferencia, la arrogancia e ignorancia y la
imposición agresiva y la inoperancia, son trastornos de
personalidad originados en la falta de control del celo, que debe
ser controlado por la conciencia para evitar transformarlo en
recelo. El celo une el recelo desune.
Existe un tipo de tensión emocional, intelectual y motivacional
alarmante que se activa frente a las amenazas, a la seguridad
(inseguridad), al daño a la integridad (desintegración de la
integridad) o al estado de normalización pacifica, originando un
desconsuelo o desacomodo, a esa sensación se le denomina celo.
El celo, es previo a la sensación de daño o dolor y posterior a la
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sensación o sentimiento de ser amenazado. El celo surge como
respuesta a la amenaza y posteriormente se percibe el resultado
del actuar celoso o receloso.
Yo amenaza celo recelo sensación
4-NATURALEZA HUMANA MASCULINA (predominios
fundamentales)
1-INMUTABILIDAD IDEALISTA - (invariabilidad)
La naturaleza masculina es predominantemente Idealista,
inmutable, con un amplio sentido de justicia social en su
criterio, y respetuoso del cumplimiento de las responsabilidades
globales.
La naturaleza femenina es predominantemente pragmática,
variable, con un gran sentido de justicia particular en su criterio,
y respetuosa de las responsabilidades particulares.
La naturaleza humana masculina espera y disfruta con la
variabilidad, análisis y particularidad femenina.
La naturaleza humana femenina espera y disfruta de la
inmutabilidad y firmeza masculina, con el amplio sentido de
justicia social masculino y con el cumplimiento de las grandes
responsabilidades sociales cumplidas por el hombre.
Estas diferencias han de ajustarse al dictamen de la Naturaleza
Humana. Los extremos, tanto en idealismo como en
pragmatismo, o en sentido de justicia social o particular o en la
actitud de respeto o responsabilidad, originan trastornos.
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51 MARTIN SORIA
La naturaleza humana masculina es conquistadora y para
conquistar necesita fijar la atención en lo que espera conseguir.
Por eso, idealiza su conquista, justifica que esa conquista
garantiza la admiración del resto para llevarla a cabo y
determina firmemente su motivación a conseguirla.
Por el contrario, la naturaleza femenina es evaluativa e
investigativa, puesto que debe ser conquistada y para entregarse
al conquistador, ha de evaluar si este garantiza su protección,
confianza y estabilidad.
La Naturaleza Humana Femenina, autoriza, califica o descalifica
la inmutabilidad o firmeza del varón en el cumplimiento del
Ideal Humano Natural.
Una de las cualidades que la naturaleza femenina exige en el
hombre es la fidelidad y la fidelidad es producto de una
conducta inmutable o invariable. La mujer, al pedir al hombre
que sea fiel le está diciendo que no cambie en su elección. Otra
de las cualidades que la mujer busca en el hombre es protección
y eso exige firmeza y determinación. Ni la firmeza, ni la
determinación, admiten la variabilidad, por lo mismo, la
naturaleza femenina exige al inmutable. La mujer pide
franqueza y sinceridad y para ser sincero el hombre ha de ser
inmutable. También exige respeto y responsabilidad y para
cumplir, no se puede dejar a medias lo que se debe. Esa
necesidad femenina por la inmutabilidad masculina es un
dictamen natural.
Decisión e indecisión son frecuentes tanto en el hombre como
en la mujer, pero la naturaleza masculina tiende a ser más firme
en su determinación que la naturaleza femenina. La indecisión
del hombre, la variabilidad o la indisciplina, producen
desconfianza en la naturaleza femenina.
HOMBRE NORMAL
52 MARTIN SORIA
La naturaleza femenina tienta y provoca para atraer al hombre,
pero si el hombre no es firme después de ser atraído y tentado,
asumiendo el hecho conyugal, es declarado cobarde, mentiroso e
irresponsable por la mujer. La tentación es siempre inocente,
caer en la tentación sin asumir la responsabilidad, declara
culpable al que cae en ella.
La naturaleza humana masculina persigue la inmutabilidad,
fidelidad y determinación completa en el cumplimiento de su
deber de ser responsable, confiable y admirable. El dictamen
natural nos indica que esta finalidad es invariable. La Naturaleza
humana Masculina es inmutable, confiable y admirable. Ante
esa naturaleza, se complementa la naturaleza femenina
evaluativa, analítica y cuidadosa.
Incluso a nivel hormonal la diferencia es notable, la naturaleza
femenina varía cada 28 días, la naturaleza masculina no sufre
cambios.
2-EMPRENDIMIENTO Y LIDERAZGO –
La naturaleza masculina gusta de competir por la supremacía
social en sus capacidades y habilidades. El reconocimiento
social del héroe, del campeón, del virtuoso etc. es una
caracterización de la naturaleza humana masculina. El hombre
disfruta al ser admirado, reconocido o valorado. La naturaleza
femenina se siente atraída por el virtuoso, poderoso, razonable o
sensible ante las expectativas sociales. La mujer gusta del líder
social, del maestro de maestros y del maduro admirado.
Existen numerosos ejemplos heroicos de hombres que dan sus
vidas por sus ideales religiosos, políticos o nacionales. Por
supuesto existen también ejemplos de mujeres que también han
dado sus vidas por ideales, como por ejemplo, Juana de Arco o
HOMBRE NORMAL
53 MARTIN SORIA
Agustina de Aragón, pero estamos caracterizando estadísticas
mayoritarias.
En EEUU democracia que contaba con igualdad de
posibilidades, en la Segunda Guerra Mundial se ofrecieron
muchísimos más hombres voluntarios para ir a la guerra que
mujeres, pero estas se ofrecieron voluntarias para producir
armamento y recursos necesarios para la guerra. Suponemos que
la disposición natural del hombre es la de protector de la mujer y
no al contrario. Por algo la naturaleza ha dotado a los hombres
con un sistema óseo y muscular más poderoso.
Uno de los reclamos más frecuentes en la naturaleza femenina
es debido al estancamiento, a la rutina: “Todo lo tengo que
proponer yo, tu nunca propones nada” es una frase conocida por
los maridos.
La motivación de la naturaleza masculina a la postulación a
altos cargos sociales se basa generalmente en las ideas, mientras
que la motivación de la naturaleza femenina a ocupar los
mismos cargos, generalmente, son motivados por los grandes
beneficios que de ellos se derivan.
Por ideas los hombres son capaces de dar su vida, mientras que
en la naturaleza femenina, no es tan común esa defensa de sus
ideales. Si es común la defensa de sus ideas, pero no la de los
ideales. Un ideal es un planteamiento globalitario en el que se
ordena a la totalidad. Esa necesidad por ordenar a la totalidad
suele ser manifiesta con más frecuencia en la naturaleza
masculina que en la femenina. De ahí se debe que en las
conversaciones entre hombres surja el tema de la política, de la
religión o de las competencias deportivas, mientras que los
temas predominantes en las conversaciones femeninas, se
orientan en la evaluación de los precios, en la evaluación de las
conductas o comportamientos y en los procesos de consecución.
HOMBRE NORMAL
54 MARTIN SORIA
La mujer se acomoda mejor con un esposo líder que un hombre frente a una esposa líder y no es solo una cuestión cultural o
social, incluso a nivel de bajo perfil, la mujer se siente digna de responder a un hombre que lidera al grupo familiar, por sobre el
hombre subordinado al liderazgo de su esposa. Por eso suelen reclamar al marido empleado con el ejemplo del emprendedor que lidera la compañía: “Mira la casa de tu jefe y mira donde
estamos nosotros, ¡podrías imitarle un poco!”.
3-INCONDICIONALIDAD AFECTIVA-
La naturaleza humana masculina es incondicional frente a la
creación porque la observa desde la perspectiva del autor. Es él
quien la va a trasformar en realidad y por eso, asume su
responsabilidad creativa. Lo único que espera es que su creación
responda a su propósito. La naturaleza masculina, cuando se
determina y asume el compromiso conyugal, no se cuestiona su
decisión frente a lo que se determina porque se enfoca en la
finalidad y asume que su conquista depende de su
comportamiento y su criterio. Y si de verdad está determinado
es porque está convencido de ello.
La naturaleza de lo creado es en todo caso diferente del creador
hasta su conquista completa y es condicionada por lo que el
creador realice con ella.
En la relación hombre mujer, el hombre se fija en aquello que
estimula su atracción y generalmente es la belleza. Un hombre
es feliz con una mujer bella, que le respete (responda a sus
necesidades) y le cocine. No necesita nada más, el resto lo busca
y procura él.
La mujer busca otras cosas en él. Busca al atractivo
emprendedor que la proteja, la mime, la escuche y la admire. La
naturaleza femenina espera todo del hombre, espera al
HOMBRE NORMAL
55 MARTIN SORIA
responsable, inteligente y sensible. Al ser libre, autónomo y
responsable que cumpla su rol de abuelo, padre y esposo.
En un matrimonio, es natural que la naturaleza masculina se
queje de la falta de respeto de su esposa así como también es
natural que la esposa se queje de la falta de responsabilidad del
marido.
Biológicamente hablando, la morfología masculina muestra en
su anatomía, recursos de poder y fuerza superiores a los recursos
de poder y fuerza contenidos en la naturaleza femenina. Estos
recursos permiten la conquista de la supremacía y del respeto
que la naturaleza humana dictamina. Cuando hablo de
supremacía, no me refiero a ser superior, sino al cumplimiento
de su responsabilidad. Cualquier mujer se siente motivada,
confiada y atraída por un hombre responsable, juicioso y
sensible al cumplimiento de las necesidades familiares y
sociales naturales.
4-AUTORIDAD RESPONSABLE Y RESPETABLE-
Autoridad (de autoría) y respeto (de respuesta al autor) son dos
aspectos complementarios fundamentales en la naturaleza
creativa.
La naturaleza masculina gusta de proponer y la naturaleza
femenina gusta conservar. Ejemplo: la naturaleza masculina en
una guerra gusta eliminar al contrario, la naturaleza femenina,
en una disputa, gusta mantener al contrario para hacerle la
guerra. La naturaleza masculina gusta en la creación de obras;
la naturaleza femenina gusta en la conservación de las obras.
Los grandes modistos crean modas que las mujeres imitan. La
imitación y la conservación son características
predominantemente femeninas. La innovación y la rebelión son
características predominantemente masculinas.
HOMBRE NORMAL
56 MARTIN SORIA
La naturaleza masculina tiene una menor tendencia cotidiana al
enfrentamiento porque considera que en la contienda puede ser
eliminado, mientras que la naturaleza femenina, al no considerar
la posibilidad de ser eliminada, posee una mayor disposición al
enfrentamiento, predominantemente verbal o psicológico. El
enfrentamiento masculino, por naturaleza tiende a ser físico. El
enfrentamiento femenino tiende por naturaleza a ser psicológico.
La autoría del cumplimiento del deber de vincular a los
miembros de la familia recae sobre la naturaleza masculina. El
hombre debe seducir con afecto a la mujer, para que esta
responda y se enamore. Ninguna mujer se enamora de un odioso
despreciable, se enamora del buen humor del hombre, de su
sensibilidad para descubrir lo que ella necesita. La mujer no se
enamora del indiferente, ni del celoso sobreprotector que la
vigila y limita su libertad, se enamora del amante cariñoso que
la seduce con los detalles. Esa labor, la de ser afectuoso en la
oferta incondicional de los detalles que enamoran es
enteramente de la naturaleza masculina. El hombre agradece el
respeto a su entrega, eso lo enamora.
Cuando el hombre se enfrenta a una mujer fácil y tentadora que
lo seduce, generalmente se aprovecha de ella, pero no la asume
conquistada porque no es autor de la conquista, y la relación se
desajusta y divide. La mujer que evalúa esta situación, descubre
a un sometido, no a un autor y pierde su respeto por carencia de
autoridad en el hombre.
5-NATURALEZA HUMANA FEMENINA (predominios
fundamentales)
1-VARIABILIDAD EN IDEAS-
HOMBRE NORMAL
57 MARTIN SORIA
La naturaleza femenina es variable, tiende a particularizar y a
evaluar posibilidades antes de decidirse por una de ellas.
Evaluar toma tiempo y capacidad de juicio. El juicio justo que
justifica el establecimiento vincular conyugal reside en el
marido. Él es quien determina su decisión y determinación a
sembrar. Él es quien determina si se entrega o no al cultivo. Ya
sea consciente o inconscientemente el hombre es el que se
determina a inseminar y gestar la conyugalidad, por lo mismo, él
es el que reconoce la razón que justifica su actuar. La esposa no
tiene como saber si la determinación del hombre es o no sincera
en la determinación de establecer un vínculo intrafamiliar. Solo
el tiempo y las obras del marido demostrarán si es o no es
responsable y consecuente con la determinación de vincularse
con ella y con su descendencia. Esta circunstancia obliga a la
mujer a dudar de la determinación del marido que actúa de
modo irresponsable frente a la vinculación. Por eso reclama
cuando el hombre se distancia de ella, la miente o carece de
amabilidad.
El ideal de establecer una familia ideal, recae sobre el
responsable en la determinación a cumplirlo y ese responsable
es quien decide plantar su semilla. Así como el responsable del
disparo que asesina a una víctima es aquel que jala el gatillo y
no quien lo provoca con sus insultos, el responsable de
embarazar a una mujer, es quien deposita en ella la semilla, no
quien lo tienta a sembrar. La tentación no es responsable de la
caída, el responsable es el que cae en ella.
El ideal de la creación se encuentra en el creador, no en su
creación, El ideal familiar existe en quien se determina a
originar la familia y quien origina la familia es quien insemina el
vientre para que dé fruto. La inseminación es un producto
resultante de la voluntaria determinación del hombre. Al hombre
no se le puede violar, porque la erección es producto de la
HOMBRE NORMAL
58 MARTIN SORIA
determinación y la determinación es el resultado de una decisión
voluntaria.
Se tiende a suponer que porque existe la eyaculación precoz, esa
eyaculación es involuntaria y no nos damos cuenta de que para
que se establezca la erección previa a la eyaculación, es
necesaria la determinación voluntaria al apetito intergenital. Los
apetitos del instinto son todos controlados por la conciencia que
los supera o se entrega voluntariamente a ellos.
La intimidad masculina es diferente a la femenina y eso hace
que sea difícil comprenderse. El hombre en su determinación a
establecer una relación copulativa, adquiere la responsabilidad
de su autoría. De cumplir el ideal de establecer una familia
vinculada en la confianza y respeto, adquiere la autoridad. Si no
logra ganarse el respeto y la confianza de su familia, no califica
autor de su familia y pierde su posición y función de autor. Al
no cumplir su función, defunciona originando de ese modo una
familia disfuncional.
2- EMPRENDIMIENTO Y LIDERAZGO-
La naturaleza femenina gusta competir en el desarrollo de su
atractivo para conquistar al hombre y lo consigue mediante el
respeto y agradecimiento, que son conductas receptivas.
La naturaleza femenina gusta de protección, interés y atención.
Sus reclamos más comunes son: “no eres atento conmigo” “no
me entiendes” “la plata no nos da para cubrir los gastos”. Los
reclamos denotan la insuficiencia en atender, entender y estar
atento a las necesidades fundamentales de la naturaleza
femenina.
Biológicamente hablando existen dos funciones
complementarias en la reproducción: la del emisor y la del
receptor del contenido reproductivo. La naturaleza masculina
HOMBRE NORMAL
59 MARTIN SORIA
emite una descarga genital y la naturaleza femenina recibe dicha
carga para fertilizarla. La fecundación es una labor cooperativa
entre la emisión de un sembrador y la fertilización de la semilla
por un campo de cultivo. El campo de cultivo es generado por la
naturaleza femenina y la emisión inseminal corresponde a la
naturaleza masculina. En la función reproductiva, la
inseminación es activo emisora y la fertilización es activo
receptiva. Por lo mismo, la naturaleza femenina espera recibir y
la naturaleza masculina espera emitir.
La naturaleza femenina emprende y lidera la tarea de atraer al
emisor, para eso se decora, se instruye y se prepara. La
variabilidad natural y su atención por los detalles la motivan a
los cambios en el vestir, en el responder con atención,
entendimiento y cuidados. Los cuidados naturalmente femeninos
tienden a procurar la atención, el interés y respeto del marido. El
entendimiento natural femenino tiende a reconocer las
particularidades de la familia. La atención naturalmente
femenina tiende a captar las necesidades particulares de la
familia.
La naturaleza biológica masculina está dotada de una mayor
fortaleza ósea y resistencia muscular, lo que produce en la mujer
el atractivo de sentirse protegida. Mientras que la consistencia
ósea femenina, es más pequeña y delgada, así como sus
músculos son más blandos y su cuerpo redondo produce en el
hombre la sensación de belleza compasiva que motiva a
protegerla.
El instinto de protección responde a las necesidades en donde
surgen riesgos de peligro. La constitución física femenina es
por naturaleza más frágil que la naturaleza masculina, lo que
imprime en ella la necesidad de protegerse.
HOMBRE NORMAL
60 MARTIN SORIA
Afectuosamente hablando, la norma indica que se debe
compartir el atenderse mutuamente, el entenderse y estar atentos
el uno a las necesidades del otro. En este dinamismo, se pueden
comunicar en libertad y respeto.
La naturaleza femenina espera del hombre protección, interés y
atención. Las frases como: “No piensas en mi” “eres un terco
que no me entiende” o “no me siento segura contigo”, son
tipificaciones femeninas. Que indican y declaran la insuficiencia
del hombre en el cumplimiento de su deber de ser autor de su
obra vincular.
La naturaleza masculina espera la belleza, confianza en el
entendimiento y respeto de la mujer. La belleza es una respuesta
al afecto, la confianza en el entendimiento es una respuesta al
comentario interesante (juicio justo) y el respeto es una
respuesta al deber cumplido.
La naturaleza femenina es más expresiva que la naturaleza
masculina, dispone de memoria del detalle superior a la
naturaleza masculina y eso genera el interés de la naturaleza
masculina. La naturaleza masculina tiende a ser más parco,
estadístico y globalizado; tiende a generalizar, mientras que la
naturaleza femenina tiende a particularizar. En ese sentido son
complementarias.
La naturaleza femenina lidera en lo administrativo, es capaz de
retener fechas, cantidades, sabores, olores y texturas que en la
naturaleza masculina pasan desapercibidas. La naturaleza
femenina es sensible al tacto al olor corporal, a la temperatura
del otro, al estado de ánimo, etc, en eso lidera al hombre. La
naturaleza masculina, si se decide a sensibilizarse en el sabor,
por ejemplo, puede lograr ser un destacado enólogo, pero eso
ocurre cuando se determina a profundizar en los sabores, pero en
general, los sabores, los olores, la textura o temperatura del otro
HOMBRE NORMAL
61 MARTIN SORIA
no son objetos de interés en la naturaleza masculina, por eso
pueden entrar en un ambiente asqueroso y limpiar pocilgas de
cerdos o insertarse en las profundidades de una cueva sin
percibir la humedad o el gas metano del lugar.
La naturaleza perceptiva femenina es mejor dotada que la del
hombre por su función natural de ser madre y para eso ha de
captar el olor corporal del niño, su temperatura, su degustación,
etc etc.
3-INCONDICIONALIDAD AFECTIVA-
La naturaleza femenina es incondicional frente a los hijos y
condicionada frente al marido. Responde y respeta al marido
responsable y respetuoso, pero rechaza al irresponsable, confía
en el marido sincero pero desconfía del mentiroso y acepta al
que es fiel y rechaza al infiel. Esta conducta es compartida con
la naturaleza masculina, pero de formas diferentes. La naturaleza
masculina asume la protección de la mujer para que no pueda
ser infiel. Si la esposa no es sincera, o no es inteligente, asume
la responsabilidad de educarla y si no responde al cumplimiento
del deber la naturaleza masculina asume el rol de ser ejemplar
para motivarla. En ese aspecto, la naturaleza femenina
condiciona al hombre al cumplimiento de su deber, para
entregarse y responderle con respeto.
La naturaleza femenina no puede motivar al hombre a ser la
protectora porque no dispone de los recursos de poder para
defenderlo de los animales, de las inclemencias del tiempo o de
los enemigos. Y si en alguna ocasión lo realiza, le falta la
naturaleza constante en la defensa y protección del hombre.
La incondicionalidad afectiva de entregarse, responder y
respetar es una caracterización de la naturaleza femenina. La
mujer se siente bien ante la responsabilidad del hombre, lo
HOMBRE NORMAL
62 MARTIN SORIA
respeta. Pero si asume la responsabilidad de proteger al hombre,
este se siente desplazado en su responsabilidad, puesto que su
naturaleza masculina, lo dictamina autor del núcleo familiar. Si
él es quien decide y se determina a iniciar el proceso de
reproducción, es lógico también que lo termine y lo establezca.
4-AUTORIDAD RESPONSABLE Y RESPETABLE-
La naturaleza femenina es atraída por la autoridad a la que
responde con respeto, mientras que la naturaleza masculina
tiende a conquistar por sobre respetar.
Si se le pregunta a una mujer cual es la principal cualidad que
destacaría de un hombre, seguramente respondería: “son
muchas, no es solo una” Destacaría la amabilidad, sentido del
humor, fidelidad, honradez empatía, solidaridad etc. etc. Si se le
hace la misma pregunta a un hombre, la mayoría responden:
“que sea bella”.
A la naturaleza masculina le cuesta menos sintetizar que a la
femenina. En la elección de una prenda, el hombre ve una que le
gusta y la compra, la mujer debe verlas todas antes de decidir
cuál es la que va a comprar. ¿Por qué? Porque la naturaleza
femenina es evaluativa, debe evaluar la conducta, el criterio y la
sensibilidad del hombre para saber si es él o si ha de encontrar a
otro mejor, antes de entregarse. La mujer se entrega, el hombre
conquista.
La selección natural de la especie es siempre por el más dotado.
La dote que la naturaleza femenina espera, después de la
fertilidad y fidelidad, son: el poder, la inteligencia y el afecto.
La dote que la naturaleza masculina espera, después de la
fertilidad y la fidelidad son, la belleza, la confianza y el respeto.
La naturaleza femenina es atraída por un compañero de perfil
público y respetable que la dignifique, rehúsa el complemento
HOMBRE NORMAL
63 MARTIN SORIA
masculino de bajo perfil o sometido. La naturaleza femenina
gusta del hombre libre, autónomo y responsable y rechaza al que
no responde al cumplimiento del máximo deber necesario, al
ignorante de la razón y al sometido a la imposición o
dependencia de otros.
Es común que la naturaleza femenina responda al cantante que
habla del amor y que la naturaleza masculina responda al héroe
o campeón que ganó la guerra o el campeonato. Hoy vemos a
los chicos skater, biker y en lomboard, porque disfrutan con el
riesgo de la conquista, y a las chicas utilizando su webcam para
comunicarse con sus amistades, porque disfrutan evaluándolas.
La naturaleza femenina es atraída por la creatividad del hombre.
El hombre que cumple denota que puede. Quien puede y
cumple, sabe cómo lo hizo y su sabiduría y poder interesan y
motivan respeto.
La naturaleza masculina no suele decir “no piensas en mí”
porque asume que el varón es quien debe pensar en lo que la
mujer necesita. Tampoco suele exclamar a la mujer que no le
entiende, porque suele pensar que ha de ser él quien la explique
y mucho menos va a decirle que se siente inseguro con ella,
porque supone que eso es lo que él debe crear.
Como vemos, la generalidad de la naturaleza masculina es a
ofrecer y la de la naturaleza femenina es a responder. Autoridad
y respeto son dos aspectos complementarios de la naturaleza.
Sin responsabilidad no hay respeto y sin respeto no existe
autoridad. Cuando hablo de autoridad, no me refiero a
impositor, ni a quien obliga, sino al autor que por su
construcción establece su autoría.
La fortaleza de la naturaleza masculina existe para cumplir la
misión de apreciar la belleza de la naturaleza femenina, así
HOMBRE NORMAL
64 MARTIN SORIA
como la belleza masculina existe para ser apreciada por la
naturaleza femenina. En la apreciación agradecida y compartida
se halla la satisfacción de ambos.
En una relación normal, el propósito de la relación ha de ser por
ambos compartido, sin esa premisa es imposible establecer la
relación. El emisor que propone la relación, basada en el
beneficio de un propósito compartido, ha de seducir con afecto,
(amabilidad), persuadir con verdad (en justicia) y motivar con el
ejemplo (de lo bien hecho) al receptor, sea este un hombre o una
mujer. Si atiende, entiende y está atento a la necesidad del otro/a
y lo o la satisface, lo o la convence y lo o la motiva a responder,
la relación se establece y comparten el beneficio de lo
pretendido o propuesto. No existe posibilidad alguna de
insatisfacción, inseguridad o desconfianza o rechazo; ¡no existe
posibilidad alguna! Este es el secreto para establecer una
satisfactoria, correcta y perfecta relación interhumana.
En este tipo de relaciones, ni el uno impone o somete, ni
ajusticia ni miente, ni rechaza o rehúsa al otro.
Tanto el hombre como la mujer contienen sensibilidad,
inteligencia y motivación, pero la emoción el intelecto y la
voluntad de ambos es distinta en cada caso.
La sensibilidad masculina persigue y capta con facilidad la
máxima necesidad, por eso son más propensos a generalizar, a
crear imperios, religiones y filosofías, porque deben descubrir el
ideal humano. Esa es su responsabilidad. Y deben realizar a su
familia en el cumplimiento del ideal humano. El Ideal humano
no es el ideal de un hombre en particular, es la Idea que justifica
la naturaleza humana.
La sensibilidad femenina persigue y capta con facilidad los
detalles y las particularidades, por eso son más propensas a la
HOMBRE NORMAL
65 MARTIN SORIA
defensa de aspectos parciales, porque deben evaluar los
pormenores de la masculinidad.
La inteligencia masculina es abstracta, matemática, física,
química, antropológica, ontológica, axiológica, epistemológica,
porque debe descubrir y reconocer los principios de la creación
y las normas de la naturaleza. Es una inteligencia emocional.
La inteligencia femenina es concreta, pragmática, analítica,
porque debe evaluar los procesos, y facultades masculinas que
garanticen su realización como esposa y madre.
La voluntad masculina es heroica, altruista y filantrópica,
porque debe cumplir con el máximo deber de entregarse por el
bien de todo.
La voluntad femenina es respetuosa de las normas, tradiciones y
propuestas que garanticen el bien común. La naturaleza
femenina se adapta con más facilidad a la orientación y
dirección de un director, que la naturaleza masculina.
ROLES DE ABUELOS PADRES E HIJOS.
Una familia necesita para ser establecida de la unión, confianza
y respeto entre tres generaciones. Abuelos, padres e hijos han de
establecerse vinculados, confiados y respetados. ¿Cómo se logra
esto? Cumpliendo sus roles naturales fundamentales.
El rol de los hijos.- Los hijos son creados y criados por los
padres y gracias a los abuelos, que alimentaron, protegieron y
garantizaron la vida a sus hijos, por lo mismo, se deben a ellos
en todo su proceso de desarrollo.
Cuando un adulto es salvado de morir por una persona, siente
que le debe todo. Ese sentimiento de respeto y agradecimiento
HOMBRE NORMAL
66 MARTIN SORIA
por quien te salvó la vida es el mismo que se debe mantener
sobre los padres durante toda la vida.
Los hijos deben reconocer que sus padres les salvaron la vida
durante su infancia. Cada comida, cada aseo, casa visita al
doctor, cada mesada para compartir con los amigos, fueron
momentos en los que los padres salvaron la vida de los hijos, por
lo mismo, los hijos viven gracias al cuidado, entendimiento y
cariño de sus padres. Los hijos deben su vida a los padres. El
respeto por los padres ha de ser siempre demostrado por los
hijos. Los padres pueden equivocarse, pero quien puede juzgar
que se equivocan, es porque está vivo y eso se lo debe a sus
padres. Ignorar lo que los hijos saben no transforma en
ignorantes a los padres; supieron educar al hijo para logar el
entendimiento que ellos no tienen. Si los padres se comportan
diferentes a los hijos, eso no los transforma en torpes o ridículos,
puesto que lograron la correcta conducta de madurar al hijo. El
rol de los hijos es el del respeto absoluto hacia los padres. Vida
es el conjunto de fuerzas que permiten la realización de un
propósito, la finalidad es el cumplimiento del propósito, no la
vida, la vida es un medio para establecer la máxima
conectividad vincular en la confianza y respeto mutuo.
El rol de los padres.- Los padres son los responsables de los
hijos, por lo mismo, tienen potestad sobre ellos y deben
apoderarse de su completo desarrollo. Los padres deben
vincular, confiar y respetar en las normas naturales a los hijos.
Para eso han de atender, entender y estar atentos a las
necesidades fundamentales de los hijos de madurar en su
integridad natural normada. Corrigiendo los excesos y carencias
emocionales, intelectuales y conductuales.
El rol del padre.- El padre, asume esta caracterización en el
momento en el que decide y se determina a sembrar, o inseminar
a la esposa. En ese momento, asume su responsabilidad paterna
HOMBRE NORMAL
67 MARTIN SORIA
y conyugal. El padre ha de mostrar a los hijos su caracterización
masculina responsable, protectora, razonable y sensible en la
captación de lo necesario y la respuesta a su realización. El
padre ha de descubrir y responder a las máximas necesidades
sociales tribales y familiares. Ha de ser leal al Ideal de la
Naturaleza Humana y responsable de su cumplimiento. Ha de
atender, entender y estar dispuesto siempre al cumplimiento del
máximo deber necesario. Para eso ha de ser capaz de controlar y
dominar las virtudes, el celo y los instintos.
El rol del marido,- Como gestor sembrador del gen, el marido
asume su responsabilidad conyugal. Debe ser leal al
cumplimiento del máximo deber conyugal, siendo leal al ideal
de la naturaleza humana conectiva. El marido debe atender,
entender y estar dispuesto siempre al cumplimiento del deber de
vincular, confiar y respetar la naturaleza humana femenina y
complementarla de su masculinidad, orientando, convenciendo y
corrigiendo los extremos o carencias de la esposa. Sobre él recae
la responsabilidad de establecer la unidad vincular afectiva. Él
es el sujeto que deposita la semilla y como sembrador maduro,
ha de disponer de los recursos emocionales, intelectuales y
motivacionales exigidos para el establecimiento de la unidad.
Antes de depositar su gene, el marido debe disponer de su
completa maduración en el dominio de las virtudes de ser
prudente, firme y templado y estar maduro en el control de los
extremos emocionales, intelectuales y motivacionales, así como
ha debido demostrar a sus padres el control y dominio de los
instintos de protección, conservación y reproducción. Si el
control de las virtudes, del celo y los instintos no califica
humano maduro capaz de criar, educar y madurar hijos
naturalmente saludables en lo espiritual y en lo físico. El marido
ideal es un hombre maduro en el control del celo y los instintos
que responde siempre voluntariamente al cumplimiento del
máximo deber valido para todo.
HOMBRE NORMAL
68 MARTIN SORIA
El rol de la madre.-La madre, al responder asumiendo
voluntariamente la responsabilidad del cultivo, ha de cumplir su
rol de proteger la salud mental y física de los hijos, educarlos en
el respeto paterno y madurar la actitud, conocimiento y afecto
vincular del hijo hacia su padre, de este modo el padre, al
reconocer la función correcta de la madre y respetarla, hará que
los hijos también la respeten, confíen en ella y se vinculen con
ella. Esta función no se ha conocido en la historia humana, por
eso los hijos pierden el respeto de los padres. Se ha pensado que
el respeto se logra mediante la autoridad impositiva y eso no es
así. El respeto se logra mediante el reconocimiento y validación
del padre por la madre. Para eso el padre ha de ser un verdadero
humano. La madre y esposa ideal es aquella que controla y
domina el celo y los instintos y que responde siempre
voluntariamente al cumplimiento del máximo deber valido para
todo.
El rol de la esposa.- la esposa, al responder asumiendo la
responsabilidad del cultivo, ha de cumplir su rol conyugal
siendo leal al ideal de la naturaleza humana, protegiendo,
corrigiendo y orientando a su marido en el cumplimiento de las
funciones naturales. Para eso, ha debido madurar en el control y
dominio de las virtudes de la prudencia, firmeza y templanza y
ha debido antes, madurar en el control del celo emocional,
intelectual y conductual, así como también ha debido madurar
en el control y dominio de los instintos de protección,
conservación y reproducción.
El hombre y la mujer sin control de los extremos emocionales,
intelectuales y conductuales y sin dominio sobre los instintos
son seres desvinculables, impredecibles e irresponsables. Por lo
mismo, no se hacen dignos del respeto, ni de la confianza ni del
afecto. La esposa no se debe al marido, ni a los hijos, se debe a
la naturaleza humana femenina. En la naturaleza humana se
HOMBRE NORMAL
69 MARTIN SORIA
justifican los cuidados, orientación y conducción de cada
miembro de la familia. Por sobre todo es necesario ser normal,
eso facilita todo lo demás.
PARAMETROS ACTUALES DE NORMALIZACIÓN
La tradición democrática contemporánea acarrea una enorme
colección de facultades extraordinarias contrarias a las normas
de la naturaleza humana, que obstaculizan o impiden el
desarrollo de la normalización. Cargamos todos con el peso de
una historia, cuya tradición se basa en la arbitrariedad de
postulados. Actualmente no se define valida ninguna verdad
sobre la idea del ser humano. Se piensa que todo ideal humano
es relativo o que el ser humano no es producto de idea alguna y
por lo tanto, no tiene ideal que cumplir, o se piensa que el ideal
es una utopía. Lo que impulsa a considerar que el ideal de cada
uno es lo normal.
El sentido de libertad actual es el de optar por lo que se quiera,
en lugar de optar por lo que se debe hacer para mejorar a la
totalidad. De este modo no existe posibilidad de respeto a la
mayoría, ni al más maduro, experto o importante. Esto nos pone
en la situación de pensar que es normal hacer lo que cada uno
quiera. Si cada uno prefiere hacer lo que quiere por sobre lo
necesario, que por ser necesario se debe hacer, se establece un
escenario de irresponsables, en donde todos se ven obligados a
reclamar, acusar y rechazar al otro.
Democracia en la actualidad no solo indica elegir en libertad,
sino también dejar de elegir, obrando de ese modo en forma
irresponsable. Este término democracia se ha llevado al extremo
de ser igual a tolerar cualquier cosa, por eso existen dentro de
las democracias partidos políticos y religiones totalmente
opuestas al ideal democrático del respeto por la libertad.
Partidos estos que mientras no logren una mayoría, no pueden
HOMBRE NORMAL
70 MARTIN SORIA
impedir la libre elección, pero en el momento en el que asumen
la mayoría, operan contra las libertades democráticas. Esta
tendencia nos indica que dentro de una democracia es normal
que exista un partido comunista o una religión islámica, por
ejemplo. Si se aceptan postulados autoritarios contrarios a la
naturaleza humana, estos postulados terminarán con las
libertades democráticas. La democracia sin límites se transforma
en demagogia.
En la actualidad, el amor es sinónimo de ambigüedad, lo mismo
pasa con el significado de sexo. En ninguno de estos dos casos
se define de una forma justa sus significados, por lo mismo, se
puede hacer el amor sin sexo o el sexo sin amor, porque no
existe un acuerdo generalizado en sus significados. De este
modo hacer el amor es cualquier cosa afectuosa y tener sexo por
cualquier sitio distinto al genital es algo normal. Cuando la
finalidad del amor no es la unidad, ni la unión, el amor pasa a
ser solo un apetito y cuando el sexo se olvida de su finalidad
intergenital, se transforma en masturbación asistida.
La educación actual se enfoca en la excelencia académica en
lugar de en la maduración del individuo, por eso nos parece
normal que los niños sufran trastornos de personalidad, es lo
común. En lugar de criar a los hijos, se les ceba como a cerdos
con lo primero de que se dispone. Se considera más importante
una ración de matemáticas que una ración de ontología. Se
piensa que ser ingeniero, médico o abogado es la finalidad de la
educación y se olvidan los fundamentos de la naturaleza
humana. Por eso participamos todos de la generación perdida.
Nos hemos acostumbrado a la idea del divorcio, y del aborto
voluntario, como si eso fuese la mejor opción para la sociedad,
por desconocer la naturaleza humana. Lo que conlleva los
derivados trastornos de familias disfuncionales, monoparentales
la poligamia secuenciada o asociaciones entre personas del
HOMBRE NORMAL
71 MARTIN SORIA
mismo género, a eso se le denomina normal por ser común, pero
no es lo normado en consecuencia con las normas de la
naturaleza humana original.
Se considera que el delito debe ser castigado con la privación de
libertad, sin darse cuenta de que ese modo no se restituye, ni el
delito ni al delincuente. Pero la mayoría cree que con la cárcel o
con la pena de muerte, se paga lo que se debe. Estas ideas son
dignas del inocente, e indignas ante la mentalidad del maduro en
la conciencia natural. Considerar que el castigo orienta al que lo
sufre, es como pensar que el error construye maravillas. Quien
no conoce la frase: ¡con el error se aprende! Con el error se
aprende que hay que evitarlo, eso es lo que se aprende, pero no
construye, ni demuestra nada más que eso, que es un error.
En un ambiente sin orden, sin justicia y sin orientación, es
lógico que todos sufran trastornos mentales y somaticen las
consecuencias de los mismos. La realidad obliga a una tremenda
confrontación entre los bandos más conservadores de la norma y
los no conservadores de la misma. Ese enfrentamiento es
inevitable. El cómo, cuándo y dónde se iniciará y se terminará,
solo el tiempo lo sabe. Pero su inevitabilidad es absoluta. La
humanidad está muy confundida y en esa confusión, es fácil
enfrentarse de un modo inadecuado. La historia de las
trasformaciones ha trasformado al hombre en transformista y la
naturaleza humana es una sola, que obliga a convertir en natural
al que pretenda madurar y ser persona.
Persona no es todo aquel que nace, persona es solo el que se
hizo. Ser persona es un grado que solo quienes captan las
máximas necesidades válidas para todo, reconocen la justa razón
de las cosas y responden al cumplimiento del máximo deber
valido paras todo.
HOMBRE NORMAL
72 MARTIN SORIA
Persona es el título de un estado emocional, intelectual y
conductual establecido.
COMO UBICARSE EN UNA RELACIÓN
Las relaciones humanas o interpersonales se establecen en base
a una pretensión o propósito. Frente a la pretensión o propósito
se establecen posiciones de emisor y de receptor. Al emisor, que
es quien pretende o propone le vamos a llamar sujeto y a quien
responde le vamos a llamar objeto (no por considerarlo objeto o
cosa, sino por denominarlo activo receptor) El sujeto es quien
pretende o propone y el objeto es quien responde a la pretensión.
Para que una relación se establezca, el sujeto ha de atender,
entender y estar atento a las necesidades del receptor (objeto). Si
el sujeto seduce con afecto, persuade con la razón y motiva con
el ejemplo de lo adecuado, el objeto o receptor, responderá
motivado, confiado y seducido (atraído por el sujeto). De este
modo se establece la respuesta adecuada a la emisión. Cuando el
objeto no se satisface o no confía o no responde motivado, el
sujeto ha de atenderle más, entenderle más, o estar más atento a
sus necesidades, intereses o deseos. Solo de ese modo se
consigue establecer una correcta relación interpersonal.
El saberse ubicar, va a depender, de si se emite o se responde.
Se debe reconocer si soy yo quien pretendo o propongo o de si
soy yo quien ha de responder. En una conversación, esas
posiciones van intercambiándose, en tanto quien habla es el
emisor y quien contesta es el receptor, pero la intención de la
comunicación, determina al emisor y al receptor. Claro que
existen posiciones de jerarquía por conocimiento o experiencia
que determinan la posición de emisor o receptor, por ejemplo:
En una conversación intrascendente con el jefe de la oficina, se
pueden alterar las posiciones, pero en definitiva el jefe es el jefe
y si la conversación se extrema en algunos significados la lógica
nos dice que se debe uno ubicar en la posición de receptor ante
HOMBRE NORMAL
73 MARTIN SORIA
el jefe, o de lo contrario se puede perder el trabajo. Lo mismo
frente a los padres, abuelos o tíos de mayor edad o experiencia.
Si se entiende el mecanismo de la relación, es muy fácil ubicarse
en ella. Los problemas surgen cuando se ignora este mecanismo
y se cae en ser desubicado.
Cuando ambos en una relación reconocen y se ubican en sus
posiciones de sujeto o de objeto, la relación produce atracción,
confianza y respeto motivante a seguir en esa relación.
Pero se debe comprender qué es la atracción interpersonal, qué
es la confianza y qué es el respeto motivante.
Pongamos un ejemplo: en una máquina no se confía, o funciona
o no funciona, la máquina no dispone de libertad para funcionar
un día y otro no, aunque a veces pase, porque está suelto un
cable u otra causa que lo provoque, pero en las máquinas no se
confía. Tampoco atraen, más allá de la necesidad que nos mueve
a comprarlas o tenerlas y no se las respeta, aunque se crea que se
les tiene respeto por lo que puedan producir.
La atracción interhumana es voluntaria, contiene una dosis de
libertad. Atraen aspectos sensibles, cognoscitivos o motivantes.
Aspectos estos indescriptibles, irreconocibles o inexplicables.
¿Qué es lo que nos atrae en una mujer o en un hombre? ¿Sus
ojos, sus proporciones, su pelo, su plata? Ninguna de estas cosas
en exclusiva y todas ellas conforman un poder al que
denominamos atracción. ¿Nos atraen las condiciones internas o
las externas? Generalmente ambas y no podemos desligarlas,
luego, ¿qué origina la atracción? La atracción la origina la
sumatoria entre necesidad, interés o deseo más la expectativa de
la satisfacción, confianza y respeto. Podríamos decir que la
expectativa de un beneficio es la que origina el poder de la
atracción.
HOMBRE NORMAL
74 MARTIN SORIA
¿Qué origina la confianza? Confiar proviene de fiar algo en
común, uno le fía algo a otro que le fía algo a uno. Esa es la base
epistemológica de la confiabilidad, pero ¿qué es lo que produce
la confianza? Precisamente eso, el fiarse mutuamente. Si me fio
de ti y te fías de mí, se establece la confianza.
¿Qué origina el respeto o la motivación a realizar algo? La
motivación y el respeto se desprenden de la pretensión de un
beneficio. La expectativa de un posible beneficio motiva a
conseguirlo.
Tanto la motivación, como la confianza o la atracción, son
derivados del beneficio pretendido. En el caso de la atracción,
confianza o motivación a beneficiar al otro humano, estas tres
categorías dependen de la libertad de optar. Uno puede sentirse
atraído por la belleza de otra persona, pero eso no significa que
la otra persona se sienta igualmente atraído por uno. La
atracción de uno puede encontrar resistencia en el otro. La
confianza de uno puede no ser confiada por el otro y la
motivación de uno puede desmotivar al otro.
Para que se establezca la atracción mutua, ambos han de sentirse
cautivados por algún bien pretendido o compartido. Lo mismo
ocurre con la confianza. Para que se establezca, ambos deben
reconocer la misma razón o coincidir en algo compartido. De
igual modo se motivan mutuamente dos personas cuando
pretenden un beneficio compartido.
No es fácil ubicarse frente a las necesidades, porque se está
habituado a “originar” las necesidades. Las necesidades no se
originan, las necesidades se establecen y el necesitado responde.
En el arte, el arte es el que “obliga” y el artista es quien se debe
a la naturaleza del arte. Cuando el artista niega la naturaleza del
arte y hace algo distinto a lo que denomina arte, lógicamente
HOMBRE NORMAL
75 MARTIN SORIA
está tergiversando la naturaleza del arte. El artista se debe a la
naturaleza del arte y no la naturaleza del arte a la voluntad del
artista.
Lo mismo ocurre con el hombre. El individuo que no se entrega
al cumplimiento de la naturaleza humana, se deshumaniza. Se
puede decir responsable, se puede decir intelectual, se puede
decir amable, pero si no cumple con el deber de controlar los
instintos y el celo, no ha logrado la categoría de ser humano. Si
ignora la naturaleza de las relaciones interpersonales, no puede
decirse maduro en la sociedad. Si ignora su realidad conectiva,
se desconecta de su naturaleza. Cuando se reclama, se acusa o se
rechaza al otro por las diferencias que sean, se está obrando
contra natura. El ser que no conoce la razón justa de una
realidad, miente. El ser que no sabe que el afecto es atender,
entender y estar atento a las máximas necesidades del bien
común, comete el delito de trastornar al inmediato. Si se
desconoce la naturaleza de los trastornos de personalidad, no se
puede restaurar en la moderación y en el equilibrio moral, ético
o estético. Se defunciona.
El hombre es diferente del resto de las especies en el dominio
del celo y los instintos. Dominar los instintos no es fácil. Se
pueden dominar una u otra vez, pero el verdadero humano los
domina siempre. El dominio del miedo, del apetito, del deseo no
es tarea simple, se precisa de mucho entrenamiento constante.
Esa determinación existe en cada uno, pero solo aquellos que se
determinan a su realización, se establecen maduros. El resto
sigue siendo adolescente aun en la vejez de sus cuerpos. No se
es maduro por ser viejo, se es maduro cuando se dominan los
instintos y el celo.
EJERCICIOS
HOMBRE NORMAL
76 MARTIN SORIA
Qué se puede hacer para que un individuo, con tradiciones,
costumbres, comportamiento, criterio y actitud trastornada,
pueda restaurar su condición a la de ser maduro? Ejercicios.
¿Qué tipo de ejercicios? Ejercicios de desarrollo de las virtudes.
Ejercitar la prudencia en la elección de alternativas válidas para
todo. Ejercitar la templanza frente a las diferencias del otro o de
lo otro. Ejercitar la firmeza en terminar o cumplir aquel deber
máximo en importancia.
Ejercita las virtudes de la prudencia, firmeza y templanza.
Ante cualquier alternativa que debas tomar, evalúa si es la
máxima en importancia y si beneficia a todo. Piensa en lo que
vas a hacer y piensa si es lo que debes hacer. Si es lo que debes
hacer porque es lo adecuado, toma esa decisión y cumple con lo
que sea necesario para establecerlo. No lo dejes a medias,
termínalo. Determina jerarquías de prioridad, examina si es
realmente lo más necesario o lo más importante, o lo más
urgente. No hagas nada sin evaluarlo antes. Por ejemplo: Te
gusta una pareja, motivado por el instinto te atrae. No dejes que
el instinto te obligue a hacer lo que no debes. Piensa en la
familia de la pareja y en la tuya y determina si es lo adecuado.
Piensa si deberías conocer a su familia antes de entregarte a una
relación prematura o si es suficiente con conocer a la pareja
aislada de su entorno, de su pasado, de sus costumbres y
experiencias. Analiza la situación, porque el producto de una
decisión sin fundamento puede establecer una familia
disfuncional que afectaría el convivir de dos familias enteras.
Piensa y examina, analiza todas las posibilidades antes de tomar
una decisión importante. Prevé las consecuencias antes de
iniciar cualquier opción. Esa es la caracterización de un ser
maduro. Puede que te equivoques, pero lo que no puedes es
decirte maduro sin haber analizado antes las consecuencias.
HOMBRE NORMAL
77 MARTIN SORIA
Se templado. Toda relación produce diferencias, el sujeto es
diferente al objeto, el emisor es diferente al receptor. Quien
pretende es distinto al pretendido, quien propone encuentra en el
desarrollo de lo que crea, diferencias lógicas del proceso.
Témplate frente a las diferencias. Templarse no es tolerar,
templarse es detenerse a ver cómo asumir las diferencias sin
perder la finalidad conectiva. Repito templarse no es tolerar. Es
solo darte tiempo necesario para entender la diferencia y
atenderla con lo adecuado. En una conversación surgen
diferencias en criterio, en convicciones, en significados, esas
diferencias no son para anularlas o contrariarlas, son meras
diferencias de opinión o convicción y seguramente existe una
razón que las justifica. Descubre esa razón y entiende porqué se
muestran distintas a las tuyas. No te opongas, contradigas o
descalifiques las diferencias que encuentres, analízalas antes y
busca la justa razón. Puede que la justa razón no sea la tuya y el
diferente seas tú, o puede ser que la razón no la tenga ninguno
de los dos. Pero la razón justa es la que se ajusta y es la que se
debe proponer persuadiendo al otro con esa razón.
Persuadiendo, no obligando, ni imponiendo.
Se templado en la construcción de tus proyectos. El error es solo
un accidente que te indica que por ahí, no se debe continuar, o
que eso no se debe hacer. Del error no se aprende, se aprende
que no se debe hacer, solo eso. El error es solo un error.
Se Firme. Firme no es el duro que se impone en las situaciones,
firme es quien termina lo que inicia. Se firme en tus conductas.
Aquello que comiences, termínalo por completo. Si inicias un
trabajo termínalo, si pretendes una conquista, conquístala. Si
cocinas, lava los platos. Piensa que aquello que dejas a medias
ha de termínalo otro y a ese otro lo “obligas” a cumplir un deber
que no pretende o no corresponde. Se puntual, no hagas perder
el tiempo al otro. Se certero, no dejes al otro interesado en tus
HOMBRE NORMAL
78 MARTIN SORIA
convicciones, explícale por completo hasta que reconozca lo que
dices. Si tienes una buena idea, transfórmala en imagen.
Estos ejercicios crearán en ti el dominio sobre las virtudes y te
harán virtuoso.
Ejercita el control y dominio del celo.
Celo es el servidor custodio de la unidad afectiva, cognoscitiva y
constructiva. El celo espera el bienestar, el beneficio, la
confianza y el respeto responsable. Pero el celo extremo,
sobreprotege o se muestra indiferente, arroga del conocimiento o
ignora el conocimiento y agrede o se muestra inoperante. Estas
seis categorías trastornan al otro.
El celo extremo se denomina recelo. El recelo provoca tensión
extraordinaria. Esa tensión, comienza siendo una mera alarma
del posible trastorno. En ese instante en el que se siente esa
alarma tensional es necesario detenerse y controlarla. Se siente
tensión cuando la pareja pone en duda tu posición de
compañero. Esa duda puede ser provocada por alguna dosis de
inseguridad en ella, pero esa duda, agrede tu integridad. En ese
instante es mejor no responder y analizar antes qué es lo que
provocó esa inseguridad.
En una conversación, una opinión contraria te contraría y te
tensa, detente en ese instante y analiza porqué. No reacciones a
otra reacción, eso provoca más tensión. El celo te alarma de que
existe un extremo que se debe adecuar, no extremarlo más.
Recuerda que la moderación es la conducta adecuada en toda
relación. El celo es un protector custodio, pero el recelo es
vengativo, castigador, es violento y agresivo. El recelo surge
cuando el celo se extrema. Si alguien se acerca a tu pareja con la
intención de enamorarla, el celo te advierte del problema, pero
es el recelo el que te obliga a castigar o a agredir al otro, o la
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79 MARTIN SORIA
pareja. No agredas. Analiza la razón que justifica tal problema y
lo resuelves, no lo intensifiques. El hombre se define humano
sobre el control y dominio del celo emocional, intelectual y
motivacional.
Ejercita el control y dominio sobre los instintos.
Existen tres tipos de instintos, el de protección, el de
conservación y el de reproducción.
El instinto de protección alarma de un peligro. Peligro es
diferente de riesgo. El riesgo no produce daño o dolor, el peligro
sí. Se está en una situación de peligro cuando el riesgo al daño
es inminente. Dentro del riesgo existen diferencias entre el
riesgo mayor y menor, cuando el riesgo es extremo podemos
decir que entramos en la zona de peligro. La reacción al peligro
es involuntaria y provocada por el instinto de protección. La
actitud de miedo frente al riesgo es una actitud voluntaria y
producida por la conciencia del individuo. Cuando el individuo
e capaz de controlar el miedo y tener una actitud valiente de
enfrentar el riesgo, se califica maduro. Deja que se encargue el
instinto de protección de protegerte del peligro. Siempre lo hace,
no falla nunca. Pero sentir miedo por un riesgo es un signo de
cobardía.
El instinto de conservación se encarga de alarmarte frente a las
necesidades biológicas alimenticias, de descanso o de ejercicio.
Todo individuo crece y en ese desarrollo ha de alimentarse,
ejercitare y descansar. La alimentación ha de ser la suficiente,
sin excesos o carencias. El mismo instinto te indica lo que
necesitas en cada momento. Te pide café o chocolate en el
invierno o cítricos en el verano. Déjate llevar por el apetito de lo
que el instinto de conservación te dice que comas. Hay personas
que no quieren mariscos porque su cuerpo dispone de yodo
suficiente o que no les gustan las lentejas porque su cuerpo tiene
HOMBRE NORMAL
80 MARTIN SORIA
demasiado hierro, pero también existen quienes desprecian los
alimentos que realmente necesitan, pero que no los quieren
porque se acostumbraron a pensar que esos alimentos no les
gustan. Esas mañas deben corregirse. Si después de analizar la
composición química de tu cuerpo descubren en ti falta de
hierro, pues tendrás que comer las lentejas aunque no te gusten.
Aliméntate únicamente en las horas de alimentarse, no comas
fuera de hora. Bebe por lo menos un litro de agua diario para
hidratarte. Comer verduras o comer carne, dependerá del apetito
del individuo. De ningún modo se restringe el qué comer. Si
viajas alrededor del mundo, en cada lugar se comen cosas
distintas y lo que para unos es un asco, para otros es una
delicatesen.
Duerme solo lo justo y necesario. El dormir es necesario solo
para descansar. Tampoco es una norma natural el dormir por las
noches y despertar por el día. Si tienes algo importante que
hacer, puedes restringir el descanso a lo necesario para
descansar. Hay personas emprendedoras que solo duermen 2 o
tres horas diarias y disponen de una salud y fortaleza
extraordinarias. La tradición nos ha metido en la cabeza
costumbres que poco o nada tienen que ver con la naturaleza
humana, como la de dormir 8 horas. Pierdes un tercio de tu vida.
El ejercicio diario es algo que se debe tener en cuenta.
Dormimos largas horas, porque mentalmente estamos agotados.
La agotación mental es en muchos casos producida por el estrés,
por la falta de control de la ansiedad, o de la angustia. Si
controlas estas dos tensiones, puedes descansar con menos
tiempo. Cuando tienes un buen proyecto o un ideal, el descanso
cansa. Piensa en qué haces cuando te llama tu pareja, que vuelve
de otro país y quiere que la vayas a buscar a las 4 de la
madrugada al aeropuerto. ¿Cuesta en ese caso dormir un par de
horas, o no cuesta?
HOMBRE NORMAL
81 MARTIN SORIA
El instinto reproductor motiva a la permanencia de la especie.
Somos libres de construirnos o de destruirnos, de funcionar o ser
disfuncional, de reproducirnos o de eliminar nuestra
descendencia, somos libres de hacer lo que consideremos válido,
pero existe lo valido para uno y lo válido para la naturaleza
humana. Bajo mi punto de vista, podría pensar que es mejor ser
célibe y dedicarme a la contemplación, pero bajo el punto de
vista de la naturaleza humana, estaría negando la propiedad de
trascender, de dejar un legado, de dejar descendientes que
aprecien mi valentía, porque hay que ser valiente para asumir la
responsabilidad de reproducirse de una forma madura.
El instinto reproductor alarma de la posibilidad reproductiva,
mediante el atractivo de la pareja. La pareja dispone del
complemento genital que cada uno necesita. ¿Por qué se
necesita del complemento genital? Por varias razones. La
madurez del individuo implica que asume la responsabilidad de
la naturaleza masculina como la de la naturaleza femenina. Ya
estudiamos los roles de cada uno y la variabilidad e
invariabilidad son complementos de la conectividad. El
individuo que carece de la experiencia del complemento se
siente inseguro de lo desconocido y el maduro lo percibe como
adolescente. Si os dais cuenta, la diferencia entre solteros y
casados es enorme. Las sensaciones de un soltero frente a una
mujer es muy distinta de las sensaciones de un casado frente a la
misma mujer. La opinión de un padre con hijos, cuando habla
sobre la infancia es muy distinta a la opinión de un soltero sin
hijos frente al tema de la infancia. El padre adquiere una actitud
de atender, entender y estar atento a las necesidades del otro
porque tiene esa experiencia con sus hijos, el soltero no tiene esa
experiencia, conocimiento o aptitud. El matrimonio es el medio
de hacer madre a la que adolece de descendencia y al hacer
madre a la adolescente, califica al padre. El hombre necesita a
la mujer para madurar y la mujer necesita al hombre para
HOMBRE NORMAL
82 MARTIN SORIA
madurar. Pero no se madura solo con tener hijos, sino con
hacerlos naturalmente maduros. ¿Por qué explico esto? Porque
sin esta comprensión no se puede controlar el instinto
reproductor. El instinto reproductor contiene dos genitales
complementarios, uno masculino y otro femenino. Genital
proviene de generar, genera otro ser. Esto no quiere decir que
solo se deban tener relaciones reproductivas, sino que se debe
utilizar el instinto reproductor para que cumpla su función. Si no
reproduce, ese es otro tema, pero la copula, ha de ser asumida
con la responsabilidad de asumir las consecuencias de lo que se
realiza.
Caer en la tentación del apetito intergenital prematuro, desgracia
a la pareja, a las familias de la pareja, a las dos.
¿Cuándo es prematura una relación intergenital? Cuando los que
la establecen no han madurado en el control y dominio de las
virtudes, del celo y de los instintos y cuando desconocen o
ignoran los fundamentos de la naturaleza humana. Sin ese
recurso, ni pueden convivir en paz, confianza y unidad, ni
pueden educar al descendiente, ni pueden constituirse maduros.
El apetito intergenital ha de ser controlado y dominado para
ponerlo al servicio del bienestar global. Ha de beneficiar a todo,
debe beneficiar a la naturaleza humana, a las familias y a los
individuos que establecen la copula. Por este orden, primero se
debe estar seguro de estar maduro, segundo se debe disponer de
la aceptación familiar por ambos lados y tercero, una vez
cumplidos estos dos requisitos, se puede establecer la relación
sin que nadie reclame acuse o disponga de razón alguna para
rechazar a la pareja.
El hombre ha de conquistar la cima del dominio sobre las
virtudes, los instintos y el celo para establecer la tarea de
vincular en el afecto, en la confianza y en las conductas
HOMBRE NORMAL
83 MARTIN SORIA
naturales, responsables que ameritan respeto a todos los
miembros de su tribu. De este modo califica maduro y consigue
la tan esperada felicidad vincular. Sin ese establecimiento, la
familia sería disfuncional, los descendientes padecerían
trastornos de personalidad y la misión del hombre quedaría
truncada y reducida a la desgracia de la soledad.
El enemigo número uno de la humanidad es el egoísmo. Entre el
egoísta y el valiente existe solo una diferencia, la actitud. El ser
humano ha de controlar la actitud y ponerla al servicio de la
naturaleza humana.
LA NATURALEZA HUMANA
La naturaleza humana es fundamentalmente conectiva.
Es dual, masculina femenina, mente y cuerpo, invariable y
variable. Y está dominada por el centro. Está dominada por un
centro común a todos los humanos, esperado por todos los
humanos y compartido por todos los humanos, me refiero al
valor. El valor de lo pleno, lo justo y lo completo es el centro
motor de toda actividad humana. Nos llena sentirnos plenos, nos
llena saber la justa razón de las cosas, nos llena cuando
cumplimos con el deber necesario. Todo lo que hacemos lo
hacemos porque lo decidimos hacer y en esa decisión existe una
libertad intencional que siempre y en todo elige lo preferido. Y
eso que prefiere, lo prefiere porque es válido para su bienestar,
para su seguridad o para su sensibilidad. Por lo mismo la
dualidad entre sujeto objeto, o entre hombre y mujer, existe
supeditada al dominio de un centro al que denominamos valor.
El valor contiene deber y derecho, el deber de establecerse y el
derecho a disfrutar del beneficio de lo realizado.
La Naturaleza humana repudia o rechaza aquello que no
contiene valor. Libertad es la capacidad de optar por lo
HOMBRE NORMAL
84 MARTIN SORIA
preferido, es decir, por lo que es válido. Por lo mismo, la
libertad impide o rechaza lo no preferido.
La naturaleza humana progresa, crece, madura en etapas de
inicio, medio y término. Cada una de estas etapas, necesita
cumplirse en sus necesidades fundamentales. La infancia es el
momento en donde construir el respeto y la responsabilidad. La
adolescencia es el momento en donde construir la confianza y la
adultez es el momento en donde construir los vínculos afectivos
que producen la felicidad. Cada etapa ha de ser cumplida y
satisfecha para madurar. Pensar que ser maduro es cumplir los
21 es una estupidez.
La naturaleza humana procesa cada determinación en seis
actitudes fundamentales. Al hacer algo es necesario separase de
lo que se estaba haciendo, tener fe en lo pretendido, unirse en
mente y cuerpo con lo pretendido, separarse en activo
retributivo, en emisor y receptor de lo que se pretende o
propone, cautivarse en el proyecto y prepararse para la unidad
con la consecuencia realizada o conseguida. Estos 6 aspectos:
separación, fe unidad división, cautividad y preparación para la
unidad son las normas fundamentales de la historia que
estudiaremos posteriormente.
La naturaleza humana es responsable. El resto de las especies no
dispone del dominio sobre las especies, ni de dominio sobre el
celo o los instintos, ni dispone de libertad, el ser humano sí.
Nuestra sensibilidad capta la máxima necesidad, no solo la
máxima necesidad de nuestra manada o de nuestra especie,
capta la máxima necesidad ecológica y universal. Nuestro
intelecto no solo reconoce la razón humana, reconoce razones
universales y abstractas, razones presentes, pasadas y futuras.
Razones legales e ilegales. Nuestro intelecto es capaz de
reconocer la justa razón fundamental de la naturaleza entera. No
existe intelecto superior en ese sentido, ninguna inteligencia es
HOMBRE NORMAL
85 MARTIN SORIA
capaz de reconocer una verdad superior a la justa razón. Y
nuestra voluntad, unida a la voluntad de otros, es capaz de
realizar las más grandes transformaciones, megaconstrucciones
o la destrucción de la especie. Tenemos en nuestras manos el
poder de construirnos o de destruirnos. Porque debemos cumplir
una misión voluntariamente se nos ha dotado con
responsabilidad. La construcción de una naturaleza humana
madura, depende de cada uno de nosotros. Si todos hacemos el
esfuerzo voluntariamente en restaurar nuestros trastornos de
personalidad, podremos construir el futuro. Si no lo hacemos,
padeceremos la desgracia de nuestros errores.
Recordemos que el mayor enemigo de la naturaleza humana es
el egoísmo. Si logramos vencerlo, dispondremos de todos los
beneficios humanos.
El egoísmo se origina en el temor, el miedo impide la
conectividad. Las fuerzas del amor y del miedo son similares en
su poder, el temor cusa trastornos. Cuando conoces a un
individuo egoísta, debes reconocer que la causa de su egoísmo
ha sido originada por el miedo. Miedo a perder lo que tiene, o
miedo a perder su integridad, o miedo a ser agredido, ofendido o
amenazado.
En ocasiones pensamos que el temor a la justicia realiza al justo
pero no siempre es así. El temor a la justicia también realiza al
delincuente. El temor a la verdad realiza al sincero, pero
también realiza al mentiroso. El temor al amor, realiza al
conectivo, pero también realiza al desconectado. El temor a
multitudes, realiza al insociable. El temor al deber realiza al
irresponsable. El temor a la política realiza al anarquista. El
temor a la opresión realiza al rebelde. El temor a la venganza
realiza al justiciero. El temor a la amenaza realiza al agresor. El
temor al conservadurismo realiza al imprevisible. El temor a la
vulgaridad realiza al excéntrico.
HOMBRE NORMAL
86 MARTIN SORIA
Vemos como el temor puede beneficiar o perjudicar según se
oriente. El temor a la pobreza realiza al rico. El temor a la
cobardía realiza al valiente. El temor a perder realiza al ganador.
El temor a la subordinación realiza al líder.
La actitud es la que orienta las sensaciones en una u otra
dirección. Por eso es necesario controlar la actitud. El temor a la
mediocridad realiza al artista. El artista persigue lo pleno, lo
justo, lo máximo. ¿Por qué busca estos valores máximos?
Porque reconoce que lo contrario no le gusta. No le gusta ser un
insatisfecho, un desajustado o un insuficiente. El negar lo
insuficiente, lo desajustado y lo insatisfactorio lo motiva a
buscar lo máximo, lo justo y lo pleno. La pasión no es ni más ni
menos que una fuerza motivante extrema, debida o provocada
por las carencias, por las desgracias.. Por eso es muy común
encontrar en la biografía del artista, algún tipo de sufrimiento
extremo. Sufrimiento, por ejemplo, por ser socialmente
rechazado o por ser diferente, o por cualquier otra razón. La
conectividad exige de compensación y cuando se extrema en un
aspecto provoca la compensación del contrario. Si no se tienen
necesidades, lógicamente se realiza al insensible. Por eso es
fácil, por ejemplo, que una persona que no ha necesitado nunca
hacer dinero, porque siempre lo tuvo; esa persona no pueda
comprender el esfuerzo que realiza su empleado para ganarse la
vida. O a la inversa, que comprenda el que nunca tuvo al que
siempre lo tuvo. Sufrir no es malo, cuando se entiende que de
ese sufrimiento surge la necesidad por superarlo. Esa es la
norma de la compensación que nos permite el desarrollo de la
sensibilidad.
La inteligencia es la capacidad de resolver problemas, pero no
solo eso, también es la capacidad de reconocer verdades o
razones. Reconocer es volver a conocer, es decir que para
reconocer algo, algo debes tener dentro que coincida con lo
HOMBRE NORMAL
87 MARTIN SORIA
conocido, a ese algo, lo llamó Kant “conocimiento a priori”.
Curiosamente cuando le dices a alguien que el amor es la fuerza
que une, les parece lógico y lo determinan cierto. ¿A qué se
debe esto? Esto se debe a que en la conciencia existe ya una
noción de prototipo. Nuestra conciencia contiene la naturaleza
humana en “noción” (sentido común) y todo aquello que es
humanamente conocido por el ser humano lo reconoce. Si
decimos que existen 4 géneros humanos, el masculino el
femenino, el homosexual y el lésbico, la conciencia de la
naturaleza humana lo rechaza porque no existe en “noción” y
determina que el homosexualismo o el lesbianismo son meras
masturbaciones asistidas, porque en ellas no interviene la
relación intergenital.
El intelecto humano necesita de la “noción de prototipo” para
poder reconocer. Pero podemos crear “nociones adquiridas” no
naturales, que cumplen la función de establecer el
reconocimiento. Por ejemplo: adquirimos la noción de que todo
es relativo y cuando alguien nos dice que la belleza es relativa,
la aceptamos porque asumimos previamente que todo es relativo
y la belleza es una porción del todo, luego es lógico pensar que
la belleza es relativa. Esta conciencia adquirida origina muchos
problemas en el aprendizaje y desarrollo del intelecto o de la
inteligencia. La conciencia de la naturaleza nos dice que no todo
es relativo, y que la belleza siempre agrada o complace, pero la
noción adquirida de que todo es relativo nos confunde, porque
se pensó que era cierta. Ante esa confusión, hay quienes son
sensibles al sentido común y piensan que se equivocaron al
admitir que todo es relativo y quienes son insensibles al sentido
común y continúan defendiendo que la belleza es relativa. Hasta
que comprenden que la belleza siempre complace y no displace
nunca, por lo mismo, la belleza es absoluta, no relativa. Lo
relativo o variable es el deseo del apreciador de considerar o no
considerar bello lo que observa.
HOMBRE NORMAL
88 MARTIN SORIA
El intelecto humano exige de la razón justa. El exigente en
comprender la justa razón se realiza inteligente.
La voluntad humana cumple con el deber, obligado por su
libertad. Libertad es la capacidad de optar por lo que es válido
para la naturaleza. Aquello que beneficia siempre a todo, no
perjudica nunca a nadie. La libertad “obliga” a optar por lo
valido para todo, por lo que es justo y por lo completo. La
voluntad humana es responsable, por lo mismo, debe optar por
cumplir el máximo deber valido para todo. El máximo por sobre
el mínimo, el deber, por sobre el deseo, la necesidad por sobre
el gusto. Seamos maduros y responsables, controlemos el
egoísmo hasta anularlo por completo. Somos productos sociales.
Nacemos en una familia, no nacemos solos. Todo nacido tiene
un padre y una madre y cuatro abuelos, como mínimo. Si para
originarnos hubo de ser necesario de esas seis personas con
nosotros, podemos afirmar que somos seres sociales, no
independientes o singulares. Por lo tanto nos debemos a esas
seis personas involucradas en nuestro nacimiento y nuestro
comportamiento afectará siempre a esas seis personas. Luego,
debemos ser conscientes del bienestar de los siete. Toda opción,
al menos debería beneficiar a los siete miembros de la familia
básica. Sin considerarlos nos transformamos en desconsiderados
y lógicamente nos reclamarán, acusarán o rechazarán.
La relación intergenital la realizan dos personas, pero afecta a
siete. Afecta al marido, a la esposa, al abuelo y a la abuela del
esposo al abuelo y a la abuela de la esposa y al no nato. Todos
ellos esperan tener hijos responsables, justos y satisfechos y
todos ellos esperan tener nietos responsables, justos y
satisfechos. ¿Con qué derecho creemos que podemos
desgraciarlos? Piensa en ti, ¿te gustaría tener hijos insatisfechos,
inseguros e irresponsables? ¿Te gustaría tener hijos
imprudentes, destemplados y flojos o desgraciados? Si nuestra
HOMBRE NORMAL
89 MARTIN SORIA
conciencia nos dice que deberían ser satisfechos, seguros y
maduros, dispón tu voluntad en la dirección de construirlo.
¿Cuánta gente hace ejercicios espirituales, yoga, pilates, o
siguen una determinada religión o filosofía de desarrollo
humano y no logran tener una familia vinculada, confiada y
madura? Son muchos los interesados en madurar, el problema es
que no saben cómo. Ahora tú lo sabes. Ya sabes cómo
desarrollarte y madurar, sabes que la felicidad se desprende de la
creación del núcleo familiar maduro en la vinculación, en la
confianza y en el respeto mutuo. Trabaja por construirlo. Ese es
el camino de la realización, ese es el camino0 de la felicidad.
No te decepciones por el cómo está el mundo, haz tu mundo
desde la base del conocimiento de la naturaleza humana y poco
a poco seremos mayoría. Solo necesitas estudiar una hora diaria
y compartir el estudio con tu inmediato. Busca alguien a quien
orientar y cuando ese alguien se oriente, que busque a otro a
quien orientar y veremos pronto al ser humano maduro. El cielo
está siempre con aquellos que se atreven a cambiar.
CONDUCTA ORDINARIA Y EXTRAORDINARIA
La conducta ordinaria del humano, espera al ser extraordinario
que capta y descubre las máximas necesidades humanas y las
resuelve, o realiza por completo. Ese hombre extraordinario no
es otro que tú mismo. En ti, existen las posibilidades de ser un
ordinario o ser extraordinario. El ordinario capta necesidades
grupales o individuales. El extraordinario capta las necesidades
universales naturales. El ordinario vive por la vida; come,
trabaja, alimenta a sus hijos y cumple el rol de ser miembro de
un determinado partido. El extraordinario vive por la naturaleza
humana entera; descubre su naturaleza y su rol masculino o
femenino, domina las virtudes de la prudencia, firmeza o
templanza. Controla y domina los instintos y el celo. Atiende,
entiende y está siempre atento al cumplimiento del máximo
HOMBRE NORMAL
90 MARTIN SORIA
deber valido para todo. Es un ferviente seguidor de lo entero, no
de un partido. Por ser perseguidor de lo entero, madura en su
integridad y se realiza. El ordinario solo crece, engorda y
envejece, no madura. Frente al ordinario existe siempre la
alternativa de transformarse en extraordinario. El extraordinario
no tiene la más mínima posibilidad de transformarse en
ordinario porque la diferencia entre lo que experimenta con la
experiencia del ordinario, es demasiado grande. ¿Qué rico
millonario que ha experimentado disponer de libertad y recursos
económicos, podría sentirse atraído por esclavizarse a las
carencias? Lo mismo pasa con el extraordinario, que descubre,
que captando las máximas necesidades y resolviéndolas
adquiere el respeto la confianza y el afecto de los demás. ¡Jamás
volverá atrás!
El ordinario vigila y cuida sus cosas, el extraordinario vigila y
cuida sus logros naturales. El ordinario es campeón del torneo
de futbol, tenis, natación. El extraordinario es campeón del
respeto, del interés y del vínculo. El extraordinario es héroe en
el valor, genio en el conocimiento y padre espiritual. El
ordinario es un cobarde, inseguro y egoísta. ¿Comprendéis la
diferencia? El líder extraordinario se preocupa de entregar,
atender, entender y estar atento a las necesidades naturales de
todos y cada uno de sus seguidores. El líder ordinario espera
aumentar el número de sus seguidores para recibir el mayor
beneficio posible de ellos.
¿Cómo un ser ordinario puede convertirse en extraordinario? No
es tarea fácil. Debe anular el ego, eliminarlo, pero no por la
fuerza de la opresión, o represión mística, ni por medio de la
rebeldía, sino por la actitud de conectarse con las necesidades
globales y su determinación consciente a resolverlas o
solucionarlas. La actitud altruista responsable por el beneficio de
todo, es la única capaz de eliminar el ego.
HOMBRE NORMAL
91 MARTIN SORIA
El ser ordinario ejerce una lógica en la adquisición de juicios y
en la evaluación de pensamientos que no necesariamente es la
correcta en proporcionar la verdad.
Razón es el producto derivado de la concordia entre una noción
y un significado.
Verdad es el producto derivado de la concordia entre una noción
y su significado.
Todo lo pensado se debe a una razón (Leibniz) y toda razón, se
justifica en el valor que la declara justa. Pero la declaración de
ser justa puede provenir de un experto maduro o de un inexperto
inmaduro. Lo que es razonable para el inexperto inmaduro
puede no ser razonable para el experto maduro. Por ejemplo: Es
razonable que al niño le guste investigar y motivado por ese
deseo de conocer quiera meter sus dedos en el enchufe. Pero, el
experto maduro tratará de evitar que eso suceda. ¿A qué se debe
esa actitud limitante del adulo? Se debe a la lógica del
pensamiento.
¿Qué es la lógica?
Lógica es la facultad de proyectar una deducción o inferencia.
Todo tipo de pensamiento lógico se determina por inducción o
deducción. Se inducen conclusiones generales a partir del
estudio de particularidades, por ejemplo: Juan tiene un auto
amarillo, una moto amarilla y una bicicleta amarilla, luego,
todos los medios de trasporte de Juan son amarillos.
Por deducción se determinan las particularidades en base a una
generalidad, por ejemplo: los medios de transporte te trasladan,
luego, la bici, la moto o el auto, son medios de transporte.
En el pensamiento lógico existen tres posibilidades:
HOMBRE NORMAL
92 MARTIN SORIA
1-Que A sea igual a A . ej: todo hombre es humano.
Por Identidad.
2-Que A no sea A. ej: Un insecto no es humano.
Por Contradicción.
3-Que A es B o no es B. El insecto, o vuela o no vuela.
Por Exclusión.
Cuando el individuo que juzga lógico o no lógico un
pensamiento, dispone del máximo sentido común, se puede
pensar que su juicio es adecuado. Pero cuando el individuo
carece de la norma, su juicio será injusto, aun siendo lógico o
razonable. Ni la lógica ni la razón, acreditan por si solas la
verdad, aun siendo facultades para su encuentro. Es lógico que
todo aquel que juega tiene más probabilidades de ganar, pero no
todos los que juegan ganan. Y es razonable que quien ha perdido
todo en un aluvión, tome de su vecino algo que necesite, pero no
es legal. El uso de estas facultades de la razón o la lógica
innatural, produce muchos trastornos.
CUAL ES LA CAUSA DE LOS TRASTORNOS DE
PERSONALIDAD
Si comprendemos cómo debe ser un individuo natural, la lógica
nos dice que nuestros antepasados ignoraron la naturaleza
humana y por esa razón, al reproducirse, no supieron cómo
madurar a sus descendientes.
Uno se casa sin tener claro cómo debe educar a sus hijos. Lo
ordinario es pensar que se aprende con los años o con las
experiencias paterno filiales, pero en realidad, no es así. No, por
HOMBRE NORMAL
93 MARTIN SORIA
tener descendientes o por vivir muchos años, se descubre la
naturaleza humana. Lo común es pensar que los hijos se educan
en la escuela y que si van a una “buena” Universidad, serán
exitosos. Quizá logren el éxito, pero eso no garantiza su
felicidad. Es común pensar que si se les educa en la moral de
una determinada tendencia preferida por la familia, los hijos se
educarán. Pero, tendencias de moral hay muchas y lo que
necesitan es la moral natural humana, esa solo es una. El
humano ha de hacerse humano, no budista, confucionista,
cristiano o socialista. Religar es un proceso, la conquista es ser
conectivo. El partido no es entero, es sólo eso un partido. Para
realizarse entero, es decir integro, es necesario comprender la
naturaleza humana y realizarse en ella.
Los antepasados de la humanidad ignoraron los fundamentos de
la naturaleza humana y la especie humana permanece
adolescente. Los humanos contemporáneos adolecen de su
naturaleza humana, aun siendo viejos. Se cree por fe en un
origen misterioso al que le denominan “dios” Pero, ese misterio
es incomprendido e inexplicable. Si por ideal se tiene un
misterio inexplicable, ¿cómo se puede uno realizar en él?
El patrón del origen de los trastornos permanece repitiéndose,
desde el origen de la historia hasta nuestros días. El joven
adolescente que, por su naturaleza, crece hasta disponer del
apetito intergenital, tiende a dejarse llevar por el apetito del
instinto, sin lograr controlarlo, hasta descubrir y disponer del
conocimiento de su función normal. Es común que a esa edad,
entre los 10 y 18 años, el poder de la fuerza del instinto supere a
la razón desconocida del verdadero amor. ¿Cómo no va a ser
superior la fuerza del instinto que la justa razón del intercambio
genital, cuando se ignora cuál es su función natural, si se ignora
esa razón? Esto es similar al ¿cómo no va a ser superior la
fuerza del hambre que la costumbre de esperar hasta que
HOMBRE NORMAL
94 MARTIN SORIA
comience el anfitrión, si no se sabe que el anfitrión es el primero
en comer en un ambiente educado? O ¿cómo no va a ser
superior la fuerza del celo a trasladarse, en quien desconoce que
debe guardar la fila? La fuerza del instinto es superior a la fuerza
de la conciencia cuando la conciencia es inmadura, pero cuando
la conciencia es madura, la fuerza de la conciencia es superior a
la fuerza del instinto. En el adolescente ignorante de la
naturaleza humana, el poder del apetito intergenital es superior a
la conciencia de la concepción natural, que por beneficiar a todo
no perjudica a nadie. Si el adolescente comprendiese que, antes
de reproducirse, debe descubrir las normas de la naturaleza
humana, para realizarse responsable, autónomo (uno con la ley)
y de ese modo liberarse del reclamo, acusación o rechazo de sus
inmediatos, estableciéndose maduro en el dominio de las
virtudes, del celo y los instintos. Y siendo respetado, confiado y
ligado a los miembros de las dos familias que se conectan en el
afecto en esa relación conyugal que va a establecer, evitaría
trastornar en el afecto, en la confianza y en el respeto a todos
ellos. Pero todos ellos deberían estar maduros en el
entendimiento de la naturaleza humana. Eso, no existe todavía.
Y por eso, las relaciones conyugales provocan trastornos
afectivos, intelectuales y conductuales. Provoca sobreprotección
extrema o indiferencia extrema, arrogancia o ignorancia y
agresividad o inoperancia. Cuando se ignora que el amor es una
relación afectiva en donde ambos deben atender, entender y
estar atentos a las necesidades fundamentales del otro, el amor
se transforma en egoísmo. Cuando se ignora que el hombre
maduro es quien controla las virtudes, el celo y los instintos, el
individuo se transforma en imprudente, destemplado e
irresponsable. Con estas actitudes es imposible que controle el
celo emocional, intelectual o motivacional y se establece
imprevisible, y por lo tanto, es imposible confiar en él. Y si
ignora que debe controlar los instintos de protección,
HOMBRE NORMAL
95 MARTIN SORIA
conservación y reproducción, sus conductas serán o temerosas
hasta el extremo de llegar a las fobias, en bulímico o anoréxico,
con trastornos del sueño y libertino en sus conductas
reproductivas, originando bastardos. En ese individuo desleal a
la norma, no se puede confiar. Al no confiarse en él, es
imposible establecer la conexión en el vínculo afectivo y se le
pierde el respeto.
La causa más importante de los trastornos de personalidad es el
caer en la tentación del apetito intergenital prematuro. Ustedes
comprenderán en qué consiste el apetito intergenital prematuro.
Si no se dispone del conocimiento de la naturaleza humana, no
se dispone de elementos de juicio para educar al descendiente y
este, debe realizar un doble esfuerzo para madurar; el esfuerzo
de limpiar sus hábitos anormales y madurar en la normalidad.
El hijo, no es una suerte de regalo, es una responsabilidad
inmensa. Su mente es un poderoso contenedor de memoria en el
que los recuerdos son utilizados para evaluar conocimiento.
Cuando los recuerdos son traumáticos, la evaluación de un
juicio puede ser injusta. Quien tuvo la experiencia de sufrir un
accidente en aviación, suele temer subirse en otro, aun sin que
este presuponga peligro alguno. Quien ha sido robado tiende a
sobreproteger sus cosas, agrediendo con esa actitud a los
legítimos compañeros. Quien ha sufrido la falta de respeto suele
temer asociarse libremente con los respetuosos.
El originar descendencia sin el conocimiento de las normas
naturales, defunciona al descendiente. Todos creemos ser
suficientemente maduros a los 30 años como para tener hijos,
pero, ¿Quién es capaz de reconocer las normas de la naturaleza y
los roles naturales en la relación filio paternal, fraterno conyugal
o paterno filial, que garantice la reciprocidad en el respeto, la
concordia y en la unidad que certifique la felicidad de la
familia?
HOMBRE NORMAL
96 MARTIN SORIA
El 4 de julio de 1776, en la Declaración de Independencia de los
Estados Unidos de América, se declaró una norma jurídica que
decía: “Todos los hombres tienen derechos inalienables, entre
los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad”. Esta declaración, produce la actitud a exigir el
derecho al beneficio de lo que se ignora cómo cumplir. ¿Con
qué razón se justifica el derecho a la vida, si se ignora la razón
que justifica vivir? El derecho a la vida se obtiene como
resultado de nacer sano. ¿De qué sirve exigir el derecho a la vida
a quien hereda una enfermedad mortal? Vivir no solo es estar
activo, vivir es un proceso para cumplir una razón, la razón de
madurar en la naturaleza humana. Si se ignora cómo madurar, el
proceso no se realiza y el humano se deshumaniza.
Exigir el derecho a la libertad sin comprender, que solo te libera
aquello que te exime de culpa, de acusación, de reclamo y de
rechazo, es una exigencia en vano. Y solo nos liberamos de ser
culpables del reclamo, de la acusación y del rechazo, cuando
optamos por lo que beneficia siempre a todo. Por lo tanto,
libertad es la capacidad de optar siempre por lo que es válido
para todo. Lo que obliga a descubrir y reconocer los
fundamentos esenciales del Todo, es decir, las normas de la
Naturaleza. Una vez comprendidas y aplicadas estas normas en
la conducta de los individuos, pueden todos beneficiarse del
derecho a la libertad. El derecho a la libertad se deriva del
cumplimiento del máximo deber necesario, que por ser válido
para todo, no perjudica nunca a nadie. ¿De qué sirve exigir el
derecho a la libertad de un individuo que nace en un sistema
opresor como el de Corea del Norte?
El derecho a buscar la felicidad se deriva del cumplimiento del
deber interesarse por encontrarla. Sin interés en buscar no se
puede exigir el derecho al encuentro. Cuando se ignora el
significado de la felicidad, es imposible reconocerla. Si se
HOMBRE NORMAL
97 MARTIN SORIA
considera que la felicidad es cualquier estado de complacencia,
la felicidad se encuentra en cualquiera de esos estados. Por
ejemplo al comer, al dormir, al reírse, al viajar, al conocer algo
nuevo, etc etc. Pero cuando se comprende la razón que justifica
la máxima felicidad, la orientación de la búsqueda se define en
la dirección adecuada. Buscar la felicidad de un individuo sin
establecer la felicidad del resto, no garantiza felicidad alguna en
ese grupo social. La felicidad solo se desprende del
establecimiento intravincular en el respeto y en la máxima
confianza en las normas naturales. Solo se puede determinar que
se es legítimo en el cumplimiento de las normas naturales. La
jurisdicción de un país no garantiza la felicidad de las personas,
porque solo sirven para regular el orden del país. Pero al ser
estas distintas a las del país vecino, el individuo que viaja, sufre
el producto de las diferencias y pierde su derecho a ser feliz. Por
ejemplo, el empresario estadounidense que emprende su negocio
en Venezuela, cuya legislación nacionaliza a las grandes
empresas, no puede ampliar su negocio porque se lo quitará ese
gobierno, por lo tanto, puede lograr sus metas en su nación pero
no en la otra. Luego, la jurisdicción de una nación, no garantiza
la felicidad. Por eso es necesario que la jurisdicción no sea
limitada a los países, sino que estén basadas las de todos los
países en el cumplimiento de las normas naturales.
Las normas naturales, garantizan la felicidad del individuo, de
la familia, de la nación y de la sociedad en su totalidad. El
derecho a la felicidad se desprende del máximo cumplimiento
del deber ser natural.
El deber ser natural elimina los trastornos de personalidad. El
ser natural es altruista en su actitud y la pone siempre al servicio
del cumplimiento del máximo deber necesario, que beneficia a
Todo. Siempre y Todo, son aspectos de tiempo y espacio
generados para el responsable. El responsable que no siempre
HOMBRE NORMAL
98 MARTIN SORIA
responde o que no cumple todo, no acredita la certificación de
responsable. El individuo egoísta no puede comprender la
significación del Siempre ni del Todo, porque fragmenta el
tiempo a momentos y el Todo a sus espacios. Se tiende a pensar
que el individuo que cuida su casa y su familia es responsable,
porque responde a las necesidades de su hogar, pero eso no
califica responsable al indiferente ante el vecino. La máxima
responsabilidad se deriva de responder al máximo cumplimiento
del deber, que por incluir en él al mínimo, satisface a todo. Jesús
lo describió de una manera sabia: “Ama a Dios (Todo) por sobre
todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. Quien se une
con las normas naturales (porque amor es la fuerza que une) y
trata al prójimo como ser natural, unido con la naturaleza, se
realiza humano. Estas sabias palabras, interpretadas por la
mentalidad inconsciente de las normas naturales, derivaron en
significados imaginarios que resultaron en convicciones ajenas a
la naturaleza de las mismas. El autor de esta frase debe sentirse
frustrado al ver que nadie la comprendió.
El hombre natural es moderado en su actitud prudente, templada
y firme en la determinación altruista a ser normal, en el
cumplimiento de las normas de la naturaleza, que lo realizan
natural. Es voluntariamente firme en el dominio del celo y los
instintos, satisfaciendo las carencias y controlando los extremos.
Y por sobre todas las cosas, es altruista en la determinación a
cumplir con lo que es válido para todo. La sociedad
contemporánea está muy lejos de ser normal. Muy lejos de
restituir los trastornos de personalidad, porque los ignora.
Conoce su existencia, pero no comprende dónde y cómo se
originan. La pérdida del altruismo, de la incondicionalidad y de
la filantropía ha trasformado al hombre en egoísta. La
superación del egoísmo, del dolor y del daño, solo puede ser
posible al encontrar, reconocer y comprender la naturaleza
HOMBRE NORMAL
99 MARTIN SORIA
humana. Solo de ese modo puede realizarse verdaderamente
humano.
La sociedad contemporánea, padece de dos grandes tensiones: la
ansiedad por no saber ser y la angustia al saberse no realizado.
La lesión de estas dos graves tensiones, solo puede eliminarse en
el descubrimiento de la verdadera realización humana.
La pareja.
La verdadera maduración humana es una tarea de a dos. Del
hombre y de la mujer. El hombre no adquiere la categoría de
padre, maestro y líder ejemplar a no ser que lo califique alguien.
Ese “alguien” que califica al padre es su hijo y ese “alguien” que
califica al marido es su esposa. La esposa califica al marido
verdaderamente maduro, cuando este, logra realizar a la esposa
madre madura y el marido califica verdaderamente madura a la
esposa, cuando esta, logra realizar al marido padre maduro. Los
padres se establecen maduros cuando son calificados por sus
hijos, verdaderos padres. Verdadero padre maduro es aquel que
logra que sus hijos lo respeten completamente; que se confíen
completamente y que se vinculen completamente. El hijo es al
padre, como el padre es al hijo, de no lograrse la completa
conectividad, la completa confianza el completo respeto mutuo,
los padres no califican verdaderamente maduros. Ese es el
estándar de la realización normal humana. Porque se cree difícil,
pocos se determinan a realizarla, pero solo quien lo consigue
califica.
Identidad y Cultura.
La identidad humana es solo una, la humana. La de ser libre,
autónomo y responsable.
Libre de optar por construirse o por destruirse.
HOMBRE NORMAL
100 MARTIN SORIA
Construirse, optando siempre por el cumplimiento del máximo
deber natural, valido para todo, o destruirse, optando siempre
por el cumplimiento de la necesidad particular de un grupo, o de
un individuo.
Autónomo, es una palabra compuesta de auto (uno mismo) y
nomo (ley) autónomo significa ser uno con la ley, ser licito, o
normado. El humano construye su identidad humana, siendo
normado en la naturaleza, o concordando con las normas de la
naturaleza del ser:
1- Siendo socialmente conectivo.
2- Respetuoso de las diferencias por saberse dual.
3- Siendo siempre dominado por los valores absolutos de
plenitud, justicia y cumplimiento del máximo deber.
4- Siendo ajeno a lo contrario de lo absoluto.
5- Siendo conscientemente concentrado, firme y
determinado a cumplir constantemente, el máximo deber
necesario, en cada etapa del proceso de realización de su
propia identidad.
6- Con la actitud de separarse de lo que ha cumplido,
manteniendo la fe en lo que va a cumplir, uniéndose con
lealtad absoluta a su nueva propuesta, repartiendo
equitativamente las funciones entre idea e imagen,
cautivándose de su conquista y preparándose para el
establecimiento de la unidad con su propósito
pretendido.
7- Respetando siempre el cumplimiento responsable del
máximo deber a cumplir. Siempre con el criterio de un
imaginario padre maduro en la naturaleza humana. Con
la norma o justicia siempre por encima de la razón.
Recordemos que la norma es incambiable, por ejemplo:
“somos conectivos”. La razón es variable. “Podemos
conectarnos con cualquier cosa”.
HOMBRE NORMAL
101 MARTIN SORIA
El ser humano es responsable.
La identidad humana es responsable del control y dominio
de su actitud. Del control y dominio de las virtudes de la
prudencia, firmeza y templanza. Del celo emocional,
intelectual y motivacional, para evitar que se transforme en
recelo sobreprotector o indiferente; en arrogancia o
ignorancia, y en violencia agresiva o inoperancia.
La identidad humana es responsable del control y dominio
del reclamo, la acusación o el rechazo. Del control y
dominio sobre los instintos de protección; controlando el
miedo, la ansiedad y la angustia. Del instinto de
conservación, regulando su alimentación, ejercicio y
descanso saludables. Y es responsable del control y dominio
sobre el instinto reproductor, superando la tentación del
apetito intergenital prematuro, hasta saberse calificado
maduro, en el dominio de sus facultades humanas.
La identidad humana es totalmente altruista e incondicional
ante los valores absolutos. Todos los buscamos, incluso sin
ser conscientes de su existencia.
Cultura
Cultura es la sumatoria de sensibilidad, conocimiento y
costumbres de una asociación humana.
La humanidad no se limita a regiones, naciones o
continentes, ni a razas, etnias o pueblos, la humanidad es
solo una, y por lo mismo, la cultura humana es solo aquella
que conserva y practica la libertad, autonomía y
responsabilidad, normadas en consecuencia con la naturaleza
humana.
HOMBRE NORMAL
102 MARTIN SORIA
La cultura ha de ser conectora del presente con el pasado y
el futuro. Conectora de las funciones y roles masculinos
femeninos, con sus respectivas naturalezas masculinas y
femeninas.
La costumbre conectiva en los valores máximos de plenitud,
justicia y cumplimiento del deber, construye a la cultura
respetable, confiable y vinculable.
La costumbre a lo pleno, desarrolla la máxima expresión
artística. La costumbre a lo justo, desarrolla al máximo la
justicia de la ciencia. Y la costumbre al cumplimiento del
máximo deber, desarrolla la motivación creativa al máximo.
La cultura vincular, responsable con las normas de la
naturaleza, se puede afirmar sin temor a equivocarse, que es
humana.
Cuando la sensibilidad de una cultura, capta y responde, al
cumplimiento de las máximas necesidades sociales, la
plenitud de esta cultura, genera en cada individuo, la libertad
necesaria para compartir sus pretensiones o propósitos
individuales.
El criterio de la cultura, que se ajusta al sentido de justicia
intelectual, natural humana (sentido común) genera la
confianza social, que garantiza la autonomía de cada uno de
sus miembros.
En una sociedad en donde la mayoría de su población (3/4)
responde siempre al cumplimiento de los máximos deberes
sociales en importancia, se puede decir evidentemente, que
es una cultura responsable.
La identidad y la cultura han de ser normadas en las normas
de la naturaleza, para así lograr ser realizadas.
HOMBRE NORMAL
103 MARTIN SORIA
Sobre el autor
Martin Soria nace en una familia campesina de clase media, en
Muñana, provincia de Ávila (España) el 25 de noviembre del
año 1955. Pocos años después, se traslada junto con su familia a
Madrid. Su padre trabaja de cuidador en la hacienda de un
abogado y Martín vive sus primeros años rodeado de vacas,
caballos y galgos, de los que adquiere la noción de un
comportamiento natural instintivo sin extremos. Al ingresar en
el colegio y comparar el comportamiento de los niños, con el
comportamiento de los animales, sufre, al no entender cómo es
posible que los niños se comporten de un modo tan diferente al
de sus animales. Entre los animales respiraba confianza y
acomodo a las situaciones, pero entre los niños, sentía el
desacomodo de las diferencias y eso le motivó a buscar la razón
que justificaba tal desacomodo social. A los 8 años de edad, se
rompe los nudillos del puño al golpear desesperado los azulejos
de su cocina, pidiendo a Dios que se manifieste. En ese
momento comprendió que la totalidad solo puede ser manifiesta
a quien la descubre. A partir de ese momento, Martín inicia su
labor investigativa. Leía biografías de Teresa de Jesús, Juan de
la Cruz y Francisco de Asís, entre otros, pero algo le decía que
eran insuficientes para resolver los trastornos de personalidad a
nivel global. Buscó en la filosofía y se sintió muy motivado con
el método socrático investigativo y con la duda descartiana.
Estos dos métodos de comprensión forjaron su desarrollo.
Martín Soria dudaba de todo lo que no se justificara con una
razón clara y se preguntaba el porqué de lo escuchado, hasta
lograr descubrir el fundamento o la ignorancia del emisor.
A los 14 años de edad dejó su familia y se puso a trabajar en
una pastelería. Compartía un departamento con un japonés, un
americano, un iraní y un español, de quienes tuvo la oportunidad
de aprender mucho. El japonés era sintoísta, el americano,
HOMBRE NORMAL
104 MARTIN SORIA
protestante, el iraní islámico y el español católico. La
experiencia con estos compañeros de “hogar” le hizo pensar en
la unidad de las culturas. En ese pequeño departamento vivían
juntas 5 culturas y su interrogante era: ¿Por qué no pueden en el
gran departamento de la sociedad, compartir juntas esas mismas
culturas? Comprendió que a los cinco les unía algo en común y
que las culturas carecen del común que los una.
Martín Soria indagó visitando y conociendo movimientos
religables que existían en aquél momento. Todos y cada uno de
ellos defendían sus diferencias, pero ninguno abogaba por
entregarse al común que los una a todos. Existían movimientos
ecuménicos que buscaban ligar a otros en su ecumenismo, pero
sin que su visión fuera lo suficientemente globalitaria como
para eliminar los trastornos de la humanidad. Martín exigía el
conocimiento del biotipo humano natural, no podía ligarse a
grupos de tendencia partidista, no buscaba un partido, necesitaba
del entero. Y el entero no existía. Ingresó en la Escuela de
Bellas Artes de Madrid motivado por el encuentro de los
grandes valores. El arte es sinónimo de lo supremo y quizá los
supremos artistas conocerían lo que él buscaba. Pero no lo
encontró. Fue llamado por el ejército español para cumplir su
servicio y destinado a la base del Copero, un helipuerto militar
de las FAMET en Sevilla. Sirvió como asistente de controlador
de vuelo. En su servicio pudo sentir la esclavitud militar y
comprendió que nadie es libre en una sociedad amenazada, que
se protege para defenderse. La sociedad actual carece de
integridad. En cualquier lugar se puede perder la vida en una
sociedad que no controla y elimina las amenazas.
Después viajó por España y fue a Inglaterra cuya cultura
protestante mostró un sentido de responsabilidad distinto al
experimentado. La sumisión católica a la voluntad jerárquica del
de arriba no existía entre los protestantes ingleses. Cualquiera
HOMBRE NORMAL
105 MARTIN SORIA
podía asumir el liderazgo, nombrarse pastor y orientar a un
grupo en la dirección de su propia convicción. En España se
escuchaba la biblia de las bocas de los de arriba, en Inglaterra la
boca del que estudiaba la Biblia la interpretaba según su modo
de comprenderla.
Años después se instaló en los Estados Unidos y se encontró con
una libertad para la interpretación y expresión de convicciones
que rozaba lo libertino, allí la biblia no solo podía acercarnos a
Dios, sino también a su opuesto, Satanás. Era algo en extremo
incomprensible. Martín Soria comprendió que una sociedad
“democrática”, no garantiza la libertad de sus miembros hasta
no definir los límites de la libertad. Y los límites no provienen
de regulaciones jurídicas, provienen del entendimiento de la
naturaleza. En la actualidad existen regulaciones jurídicas de
todo tipo, pero la sociedad, no sabe cómo impedir el terrorismo.
La amenaza del terrorista no se elimina con regulaciones
jurídicas, se elimina con la comprensión completa de la
naturaleza y sus normas. Hasta no disponer de una sociedad
educada en las normas naturales no se podrá eliminar el
terrorismo, porque este, es motivado por la voluntad íntima de
un individuo. Y en lo más íntimo de la voluntad, no existe otra
limitación que la de su conciencia. Solo se puede limitar la
voluntad agresiva de una conciencia inmadura, madurando esa
conciencia. La conciencia madura es consciente de la naturaleza
y no la viola, porque reconoce y comprende el daño que
establece.
Martin Soria ha dedicado 40 años de su vida al estudio de las
razones constantes e inmanentes, que garanticen la
normalización humana. El humano maduro, no necesita unirse a
un determinado grupo, porque ha de unirse con su naturaleza.
Cada uno es responsable de descubrir, conocer y comprender la
naturaleza de la creación y la naturaleza humana, para realizarse
HOMBRE NORMAL
106 MARTIN SORIA
en ella. En esa realización solo interviene la determinación de
cada uno. Ser devoto seguidor de los demás, no realiza al
individuo que se olvida de afrontar sus propios trastornos. La
naturaleza no nos va a realizar por creer en ella, ni por
asociarnos con el que se ha realizado, eso no realiza. Lo que
realiza es el establecimiento de la experiencia de ser maduro.
El inmaduro debe descubrir por si solo y desde su inmadurez,
las normas para madurar. De no ser así, no tendría sentido
madurar. Que madure uno solo no es suficiente en una sociedad
de inmaduros. Para que en un colegio maduren los alumnos, es
necesario que la mayoría de los asistentes sean maduros. Los
colegios actuales no educan en el crecimiento de la normalidad
humana, solo enseñan tecnicismos que no producen felicidad.
Para Martin Soria existen dos orientaciones educativas, la
academicista o de conocimientos técnicos, que es útil para el
ejercicio de una determinada profesión y la orientación humana
que es propia del desarrollo de la realización integra de la
persona. En la actualidad se han disgregado, incluso hasta el
extremo de olvidarse la una de la otra. La intención de estos
análisis de Martín Soria, es la de ofrecer sus pensamientos a
quienes deseen encontrarse con su realidad interna. No todos se
interesan en el descubrimiento de sí mismos o, no todos se
interesan en ello en todo momento, pero, si estos pensamientos
pueden ayudar a mejorar en algo los trastornos humanos, creo
que se habría satisfecho la labor de este ensayo.
Martín Soria ha escrito numerosos artículos y ensayos sobre
diversos temas de interés, algunos de ellos están en internet. Si
consideras que este ensayo puede beneficiar a alguien cercano,
no dudes en recomendárselo o en estudiarlo juntos. Recuerda
que el mejor modo de aprender, es enseñando.
HOMBRE NORMAL
107 MARTIN SORIA