el hombre de la gota de agua copy

3
EL HOMBRE DE LA GOTA DE AGUA Un campesino que vivía en una humilde choza a las afueras del pueblo, iba todas las mañanas al arroyo a recolectar agua para los animales de su granja. Pero un día se encontró con la sorpresa de que el arroyo se había secado, estaba tan seco el lecho que las plantas a su alrededor se habían marchitado y los animales huían ante sus ojos. El hombre se lamentaba por su desgracia y dando la vuelta regresó a su casa con la mala noticia, al llegar, le contó a su mujer lo que le había ocurrido. Ambos se miraron, y una enorme desesperación se apoderó de sus mentes. Por varios días el hombre fue al arroyo como de costumbre, pero nada había cambiado. Una mañana, el desafortunado hombre llegó al lecho con una pica y una pala y decidido empezó a cavar. Cavó por días, meses y años, cavó como nunca lo había echo, tirando una y otra vez la pica que se introducía en el duro suelo, tal fue su ambición por cavar que el pozo era enormemente grande y hondo, pero a pesar de su esfuerzo, no logró encontrar agua por ningún lado. Al regresar a su casa, su mujer hacía meses que había muerto, en medio de una

Upload: rafael-puello-babilonia

Post on 08-Jul-2016

220 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

CUENTO

TRANSCRIPT

Page 1: El Hombre de La Gota de Agua Copy

EL HOMBRE DE LA GOTA DE AGUA

Un campesino que vivía en una humilde choza a las afueras del

pueblo, iba todas las mañanas al arroyo a recolectar agua para los

animales de su granja. Pero un día se encontró con la sorpresa de

que el arroyo se había secado, estaba tan seco el lecho que las

plantas a su alrededor se habían marchitado y los animales huían

ante sus ojos.

El hombre se lamentaba por su desgracia y dando la vuelta regresó

a su casa con la mala noticia, al llegar, le contó a su mujer lo que le

había ocurrido. Ambos se miraron, y una enorme desesperación se

apoderó de sus mentes. Por varios días el hombre fue al arroyo

como de costumbre, pero nada había cambiado.

Una mañana, el desafortunado hombre llegó al lecho con una pica y

una pala y decidido empezó a cavar. Cavó por días, meses y años,

cavó como nunca lo había echo, tirando una y otra vez la pica que

se introducía en el duro suelo, tal fue su ambición por cavar que el

pozo era enormemente grande y hondo, pero a pesar de su

esfuerzo, no logró encontrar agua por ningún lado. Al regresar a su

casa, su mujer hacía meses que había muerto, en medio de una

Page 2: El Hombre de La Gota de Agua Copy

semana de hambre y sed que asoló el caserío y los animales de su

granja perecieron con ella, la choza decaída ya no existía y en el

pueblo nadie sabía nada. El infeliz hombre decidió entonces

regresar otra vez al arroyo, y esta vez para su sorpresa, vio en el

fondo del hueco un charquito de agua en forma de lágrima que

cabía en el pétalo de una rosa.

El hombre se lanzó al pozo, sucio y embarrado recogió la gota de

agua en una pequeña hoja que arrancó de los matorrales marchitos.

Al llegar al caserío recordó que ya no tenia casa, ni mujer, ni

animales que alimentar y empezó a recorrer los pueblos vecinos, en

estos encontraba abundancia y riquezas, pero las personas de esos

lugares eran tan avaras que el hombre continuaba su marcha.

Caminó, caminó y caminó, hasta que se hizo viejo, sus piernas ya

no le servían de apoyo a su cuerpo, sus manos estaban arrugadas

y secas por el trajín de los años, pero la gota de agua mágicamente

seguía allí, intacta, casi que sin ser tocada.

Llegó al fina una humilde choza ubicada en las afueras de un

pequeño pueblo, en esta choza vivía una anciana ciega que había

perdido recientemente a su esposo cuando este fue al arroyo

cercano a buscar agua y leña para cocinar los alimentos, al entrar

notó que en los huacales, gallinas, pavos, cerdos, conejos y vacas

Page 3: El Hombre de La Gota de Agua Copy

comían tranquilamente las reservas de hierbas, granos y agua que

almacenaban en el pequeño cobertizo. El hombre vio también en

esa casa, la maltratada cama igual a la suya, el armario y las botas

de montaña que todos los días usaba para cazar, la mujer sirvió

comida y le dio alojo por esa noche.

A la mañana siguiente, el campesino fue hasta el arroyo, caminaba

tranquilamente como si conociera el recorrido, al llegar, notó que se

había secado, entonces se deslizó en medio de los barrancos y en

el fondo arenoso del lecho, depositó la pequeña gota de agua que

lo acompañaba por años y al hacerlo, el arroyo nuevamente

empezó a correr, cada vez más caudaloso y limpio, al regresar al

rancho, ya no estaba la anciana de la posada sino su esposa, que

le preparaba un pavo ahumado, esta al ver a su esposo, lo abrazó

como nunca, como si tratara de asfixiarlo, el hombre, sin medir

palabras, corrió hasta el patio y vio a los animales de su granja

recogidos en los huacales, estaban en el mismo estado en el que

los había dejado, todo era igual, nada había cambiado, alegremente

partió al pueblo, al llegar, observó a un campesino que desesperado

caminaba de un lugar a otro con una gota de agua recogida en una

concha de coco, pensó en acercársele y hablarle, pero como era

demasiado tarde regresó a su casa.