el grial ¿mito o realidad? · encontrar por un razonamiento adulto la verdadera naturaleza del...

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los Templarios de Compostela 1 EL GRIAL ¿mito o realidad?... Si se tenía que Callar antes de este siglo XX, hoy las Claves deben estar expuestas de manera objetiva, en una Toma de Con- ciencia ampliada. Es el Tiempo de desocul- tar lo oculto. Reinar por los dogmas, los tabúes, la astu- cia o el oscurantismo, ya está acabando en las Arquitecturas. Le toca a la Luz desnuda de Gobernar sobre las puerilidades. ¡Es la hora, en todas partes, de guardar la Letra y reencontrar al Espíritu… como lo quiere el Paracleto! En lo sucesivo, cual sea la Propuesta Esoté- rica, ésta ha de ser Descubierta y Expuesta por Vía Seca, la única capaz, a partir de ahora, de Conducirnos objetivamente a la Gloria Espiritual donde seremos Salvados. Antiguamente por Sabiduría, ya que la Ho- ra aún no había llegado, el Conocimiento se Transmitía “bajo el manto”, clandesti- namente, con narraciones de florido len- guaje. Pero, no estamos más en el Medioe- vo y el Colectivo humano aunque hoy se encuentre en una Decadencia, por tanto éste siguió el movimiento inherente e ine- ludible de la Evolución: una marcha hacia adelante. En efecto, la Lucidez progresó en los Pueblos por todos lados del Planeta y la Masa, alquimiada por estas fuerzas de vi- da, creció en madurez; siguiendo liberán- dose, prueba de su mutación. Así que, si antaño las leyendas, los mitos y las cantares de gesta contenían una parcela del Mensaje, no podemos continuar a con- tar patrañas. El Hombre ha de Pensar en Adulto. Que las historias de la Mesa Redonda rela- cionadas al Grial, en el mito Artúrico, fue- ran escritas en el siglo XII por los poetas Robert de Boron, Chrétien de Troyes o Wólfram von Eschenbach, no son más que cuentos adaptados a la madurez, la espiri- tualidad, quizá al analfabetismo de la so- ciedad de la época. ¿Es el Grial un objeto sagrado, un lugar o un estado?... Según lo que fue contado por todos, el Grial evoca una copa que Jesus+Cristo habría utilizado en la última Cena para la institución de la Eucaristía, o un cáliz con el cual José de Arimatea habría recogido la sangre y el agua emanadas de la herida abierta por la lanza del centurión, en el costado de Cristo; otras veces, aparece co- mo un vaso, un plato hondo, une piedra esmeralda o filosofal, una piedra de fuego, incluso un pescado… que puede de ser de diferentes sustancias: de metal precioso, de piedra, de sangre, de hueso, de esmeralda, como al contrario, un humilde recipiente de madera, o quizá un castillo… Esta cautivadora palabra que siempre en- gendra fascinación, lo que es normal por ser inscrita en el inconsciente adánico, apa- reció por la primera vez en la literatura mitológica cristiana del medieval. Desde siempre ha inspirado novelas, películas, operas, sueños, tan como las vidas mismas

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l o s T e m p l a r i o s d e C o m p o s t e l a

1

EL GRIAL ¿mito o realidad?...

Si se tenía que Callar antes de este siglo

XX, hoy las Claves deben estar expuestas

de manera objetiva, en una Toma de Con-

ciencia ampliada. Es el Tiempo de desocul-

tar lo oculto.

Reinar por los dogmas, los tabúes, la astu-

cia o el oscurantismo, ya está acabando en

las Arquitecturas. Le toca a la Luz desnuda

de Gobernar sobre las puerilidades. ¡Es la

hora, en todas partes, de guardar la Letra y

reencontrar al Espíritu… como lo quiere el

Paracleto!

En lo sucesivo, cual sea la Propuesta Esoté-

rica, ésta ha de ser Descubierta y Expuesta

por Vía Seca, la única capaz, a partir de

ahora, de Conducirnos objetivamente a la

Gloria Espiritual donde seremos Salvados.

Antiguamente por Sabiduría, ya que la Ho-

ra aún no había llegado, el Conocimiento

se Transmitía “bajo el manto”, clandesti-

namente, con narraciones de florido len-

guaje. Pero, no estamos más en el Medioe-

vo y el Colectivo humano aunque hoy se

encuentre en una Decadencia, por tanto

éste siguió el movimiento inherente e ine-

ludible de la Evolución: una marcha hacia

adelante. En efecto, la Lucidez progresó en

los Pueblos por todos lados del Planeta y la

Masa, alquimiada por estas fuerzas de vi-

da, creció en madurez; siguiendo liberán-

dose, prueba de su mutación.

Así que, si antaño las leyendas, los mitos y

las cantares de gesta contenían una parcela

del Mensaje, no podemos continuar a con-

tar patrañas. El Hombre ha de Pensar en

Adulto.

Que las historias de la Mesa Redonda rela-

cionadas al Grial, en el mito Artúrico, fue-

ran escritas en el siglo XII por los poetas

Robert de Boron, Chrétien de Troyes o

Wólfram von Eschenbach, no son más que

cuentos adaptados a la madurez, la espiri-

tualidad, quizá al analfabetismo de la so-

ciedad de la época.

¿Es el Grial un objeto sagrado, un lugar

o un estado?...

Según lo que fue contado por todos, el

Grial evoca una copa que Jesus+Cristo

habría utilizado en la última Cena para la

institución de la Eucaristía, o un cáliz con

el cual José de Arimatea habría recogido la

sangre y el agua emanadas de la herida

abierta por la lanza del centurión, en el

costado de Cristo; otras veces, aparece co-

mo un vaso, un plato hondo, une piedra

esmeralda o filosofal, una piedra de fuego,

incluso un pescado… que puede de ser de

diferentes sustancias: de metal precioso, de

piedra, de sangre, de hueso, de esmeralda,

como al contrario, un humilde recipiente de

madera, o quizá un castillo…

Esta cautivadora palabra que siempre en-

gendra fascinación, lo que es normal por

ser inscrita en el inconsciente adánico, apa-

reció por la primera vez en la literatura

mitológica cristiana del medieval. Desde

siempre ha inspirado novelas, películas,

operas, sueños, tan como las vidas mismas

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de miríadas de personas en busca del secre-

to de la vida eterna.

Constatación: su objeto único es su Bús-

queda.

Etimológicamente, sea en francés antiguo,

en galaico-portugués, en ingles medio, o en

provenzal, en catalán, en latino… siempre

implica la idea de un santo recipiente y la

interpretación esotérica de una Sangre

Real, la del Cristo.

Este símbolo de un recipiente sagrado y

mágico, de copa de vida, o aun de arco de

eternidad que procura numerosas virtudes,

tal como regeneración, resurrección, in-

mortalidad y unos cuantos poderes mila-

grosos, hacia la muerte para los «débi-

les»… no es cosa de la Edad Media, sino

de los tiempos los más antiguos; hace parte

de la “Materia del Mundo”, de un Corpus

esotérico fundamental. Es un arquetipo

universal que simboliza un recipiente

abierto conteniendo una Ofrenda a la Di-

vinidad, interpretado bajo diferentes formas

por los iniciados, dependiente del lugar y

de la época.

De hecho, se encuentran muchas referen-

cias precristianas a recipientes mágicos,

como el cuerno de la abundancia, los calde-

ros babilónicos o los de la tradición céltica:

el Caldero del Dagda, de Gundestrup, de

Keridwen, de Bran…

Igualmente, el Grial puede ser objeto de

una pesca o de una caza, de una verdadera

y encantada búsqueda, «algo» que héroes

se deben de perseguir frente a numerosas

pruebas peligrosas y fraguas, y continua-

mente concierne Caballeros, es decir, seres

Distinguidos, la flor y nata de la época…

Otra constante simbólica del Grial, es su

calidad intrínseca femenina, asociada a la

Virgen, como receptáculo o matriz que

engendra. Así, para los Caballeros que

«buscan», el Grial representa el Amor cor-

tes, platónico y místico por una Dama. Un

ágape espiritual para una «mujer» que

queda virgen.

¿No se trataría aquí de Nuestra Señora, la

que nos Engendró directamente en sus pro-

pios Flancos y que, a través del Remonte

de los 3 Reinos, nos Produjo, nosotros se-

res humanos, dotados de Razonamiento y

de Conciencia, al Cenit de su Evolución?...

Encontrar por un razonamiento adulto la

verdadera naturaleza del Grial, esta Palabra

Fuerza, exige recurrir a un poco de metafí-

sica para descodificar el cuento encantado,

interpretar y ligar los significados de los

símbolos; en definitivo, a desenmascarar el

mito escondido detrás de la Letra y de los

textos sagrados, puesto que, ante todo, se

trata de un mensaje esotérico y no de un

objeto concreto, tal como es para el tesoro

templario, aunque exista monedas de oro y

otras reliquias de valor terrestres…

Ahora, después de este rápido recordatorio,

entremos en el Mundo de la Metafísica.

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Dios es una Abstracción, la Creación una

concretización. Concretización de la Luz

original o Espíritu divino que, por Juegos

de Rebotes o de Revueltas impulsados y de

Oscurecimientos otorgados y queridos,

engendra la Materia: de los Universos Ma-

crocósmicos hacia el infinito pequeño.

Allí, Dios cree en un Gran Movimiento

doble de expiración y de aspiración, Solve

y Coagula: Bajada creadora y Remonte a la

Unidad Original.

Cuando se trata del tema metafísico, si se

saca una teja se cae todo el techo…

Así, probar de aclarar la definición del

Grial para comprender su natura profunda

no se puede hacer sin volver a la Metafísica

del origen del Origen, a las Arquitecturas

de la Manifestación, a la Virgen Universal,

a nuestra Señora, al Peregrinaje de Adán en

nuestro Planeta, al Macrocosmos y Micro-

cosmos, al Ser humano y su Supervivencia,

a la Jerusalén Celeste, a los tres Peldaños

de la Creación, al Ω. Finalmente, a desco-

dificar las leyendas, a interpretar y ligar los

significados de los símbolos. En definitiva,

a desocultar lo oculto detrás de la Letra.

La Creación es: Unidad, Dualidad, y Re-

greso a la Unidad, –nuestro Creador– por

un proceso alquímico.

Este Proceso de Remonte es un camino de

transformación, de evolución, de metamor-

fosis, de selección natural, de rectificación,

de consciencialización, de bonificación, de

aligeramiento, de elevación, de búsqueda

de transparencia, de adquisición de densi-

dad, de encarnación del espíritu en la vida,

de liberación de las tinieblas circundantes,

de concentración de esencia –esta luz inte-

rior–, de sacrificio, de redención, finalmen-

te de participación a la Vida Ardiente de la

Unidad, adoptando y aplicándose la Ley de

Creación, y por afinidad, a divinizarse.

Para nosotros, Criaturas divinas, por el Éter

recibido, encontrándonos en la Materia, es

decir, en la Dualidad, el Remonte pasa por

recrear la Unidad en todo, reconstituir el

Andrógino Primordial, fusionando en sí las

fuerzas complementarias descuartizadas. Y

eso, pasa por el Eje del Remonte, el Centro,

el Alma, el Corazón, el Cristo. “... Trampo-

lín de Asunción para los tres Reinos de la

Naturaleza (que Ascenderán a Dios desde

tu productivo Umbral), ¡sé pues, oh fabulo-

sa «Arcilla», este Anillo de Perdón, que

obtenga la Salvación de todo un Mundo

pecador!”

Así que, en este Gran Destino de los Ma-

crocosmos, «en algún lugar, en el interior

de las Espirales de los Mundos siderales,

he aquí, engastada en un Sistema Solar

Nuestra Señora la Tierra… ¡un día, aquí,

la Virgen Universal dejó caer una Gota! —

Lloró un poco de su Vida Voluptuosa…

¡concentrando, en ese lugar, su Naturaleza

Espiritual! — ¡Así origina un Nódulo, o

Pigmento, Burbuja Cristalina de Infancia

Inmaterial al estar compuesta esencialmen-

te de Espíritu Divino Saturado! … ¡Sí, así

es como nació (primero Etérica) la «Cate-

dral» de la que surgimos, y que nos sostu-

vo!

— ¡«Aquí... Grial... ábrete a Placer por una

«nueva Alianza»! … y dime pues ¿cuál es

tu Maravilloso Destino?»

— «¡Mi Maravilloso Destino es una terri-

ble Cruz! — ¡Debo Agacharme tendién-

doos los Brazos para que así Ascendáis

hasta fundiros en Dios y a través de mí!»1

1 In TIERRA-OMEGA de Jacques Breyer, publicado en

2015 por la Editorial BIBLIOPHORE, ISBN: 979-10-93717-03-6.

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Así que, como ¡Todo lo que nace, vive y

muere!… –sólo es cuestión de Tiempo–,

Nuestra Señora conocerá armoniosamente,

a su plano y dentro de sus Arquitecturas, el

mismo Movimiento de Aliento : una Vuelta

a su Genitor, una vez que haya plenamente

acumulado una semejante Cualidad Fra-

guada, quizás Multiplicada, dentro de sus

Arcos.

Por consiguiente, nuestro Planeta tiene su

propio Destino en sus propios límites. Es

un Ser vivo, Macrocósmico, dotado con

alma e inteligencia; es el Macrocosmos

más lindante, fronterizo y acercado para

nosotros, Microcosmos. Es el Gran Destino

de los Macrocosmos como de los Micro-

cosmos: Liberarse de las Tinieblas circun-

dantes y participar a la Gran Obra Divina.

Al final del final, comulgando con Dios,

por medio de Vibraciones, y fundiéndose

en Él, disfrutando así, en un instante perpe-

tuo, de su parte de Eternidad.

Jacques Breyer lo “canta” en su “Oración a

los Señores del Fuego”: Así, participando

(en sus Dimensiones) en la Vida Ardiente

de la Unidad, cada uno de estos Mundos

Portadores (cada una de estas Fuerzas) se

Trasladan a su Omega, donde se puede

Disfrutar, Liberado de las tinieblas del

Camino, mezclado en Dios, su parte de

Eternidad.

En este regreso, Desapareciendo por lo

Alto, en la Unidad. “Bebidos” por la Boca

del Padre –“Oubah el Phoumet” dicen los

Maestros musulmanes: “Este Pantagruel”…

Gargantúa y Pantagruel del Humanista

francés: François Rabelais que, bajo la

forma de una novela de caballería, narra la

historia de dos gigantes: un padre, Gargan-

túa, gigante de los gigantes, y su hijo: Pan-

tagruel. ¿No sería un guiño acerca de las

relaciones entre Macrocosmos y Micro-

cosmos ?…

En la misma Oración a los Señores del

Fuego se encuentra también: “una Proyec-

ción Creadora” que deseó nuestro Planeta

en algún parte del Universo, y la hizo, De-

positando en ella la Ley. Es por eso que, en

el Universo de los Mundos creados y crea-

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dores, nuestro Planeta es auténticamente un

Planeta Elegida por haber podido engen-

drar el Hombre: un Acabamiento, su Con-

ciencia, su Alma. Y, por supuesto, como

nos Engendró, es «nuestra madre», nuestro

Portador, representando nuestro «Dios», el

Dios más inmediato, lo más cercano, para

nuestra relatividad adánica, al Tener la

Ley de Creación en sí misma, bajo una

cierta Frecuencia.

Recibir la Ley, pues de Creación, es recibir

el Poder de ser Creador a su vez. Es recibir

un Impulso que encierra la potencialidad

Divina, con todos sus Dones, Cualidades y

Virtudes, tal como la Determinación a re-

petir el Gesto Creador, en su propio seno.

Habiendo recibido la Inteligencia, el Dis-

cernimiento, la Razón ¿no somos los Depo-

sitarios de la Ley en esta Tierra?

De hecho, siendo a su Plano de Macrocos-

mos sujetada a la Relatividad, «Nuestra

Señora» se encuentra sometida a la Ley de

Regreso a Dios, del mismo modo que los

Seres humanos Elegidos, que serán Reco-

gidos por su propio Genitor.

Por añadidura, deteniendo un Éter Divino

Saturado, así que la Ley, al igual que cual-

quiera Creación en el Universo, sin duda

alguna nuestro Planeta posee igualmente 3

Peldaños, Expresión de la Ley: un cuerpo

físico, un alma: su Astral [anima Mundi], y

un espíritu [Mundi]: una Presencia Etérica

pura, divina, por consiguiente, virgen. Re-

presentando el Principio del Hijo Micro-

cósmico.

De ahí su Virginidad de Madre…2

2 La idea se originó con Platón, los estoicos, y tam-

bién está presente en doctrinas orientales como el Brahman (Dios) y el Atman (alma) en el hinduismo. Similares conceptos fueron sostenidos por filósofos tales como Paracelso (1493-1541), Baruch Spinoza (1632-1677), Gottfried Leibniz (1646-1716) y Frie-drich Schelling (1775-1854). Desde los años sesen-ta, esta idea ha sido recobrada por defensores de la hipótesis de Gaia, por James Lovelock.

No es porque el Planeta es un Ser viviente

redondo que por lo tanto no sea una enti-

dad tangible y que no tenga un Cuerpo

Sutil, subyacente en toda la naturaleza.

Así que, considerando que los seres huma-

nos tienen la posibilidad de acceder a una

Supervivencia Espiritual por la Densifica-

ción adquirida durante la encarnación,

¿Dónde se situaría su Paraíso?

¿Dónde podría ubicarse este Plano de Su-

pervivencia para los propios «hijos» del

Planeta, sino en su parte sutil: el astral de

Nuestra Señora… el Lugar Sagrado de las

Bodas con su Creador… ésta Dimensión

invisible donde los Elegidos Comulgan con

«Dios»… la famosa Jerusalén Celeste?…

¿No somos la Cosecha del Planeta?

¿Su Consciencia, lograda, acabada, alqui-

miada, multiplicada, madurada, entonces

almacenada en sus “arcos”, lógicamente

recogida, y por fin Oferta?

¿No habría finalmente una Razón Suprema

a esta Agricultura Celeste?

¿Consecuencia lógica, Nuestra Señora no

sería simbológicamente una «copa» oferta

a Dios, y sus «hijos», Elegidos por una

dura Selección espiritual, la Ofrenda Ma-

crocósmica?

¿En este Gran Movimiento de Retorno a

Dios, Nuestra Señora no sería una Copa en

la cual se hallaría el Mejor del Mundo ofer-

to, remitiendo así su Acabamiento Fragua-

do y Multiplicado, bajo la «forma» de una

libación que sería «bebida», –la famosa

ambrosia de los dios, su «alimento» celes-

te– que procuraría Embriaguez Divina?

¿No sería esta Dimensión Astral de Ofren-

da Macrocósmica que, a la vez, abrigaría:

el estado de Supervivencia por las criatu-

ras, la Presencia Divina a nuestra Medida,

y la posible Comunión con nuestro Crea-

dor?

Escuchemos una parte muy elocuente de

esta oración a los Señores del Fuego3 : «Tu,

3 In VENCER LA SEGUNDA MUERTE, Jacques Bre-

yer, de próxima publicación por la Editorial LE BIBLIOPHORE.

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Proyección Creadora, que quisiste nuestro

Planeta en algún parte del Universo, Tu,

que la hiciste, Depositando en ella la Ley,

Tu eres el Arco de Nuestra Dama la Tierra.

Y este Planeta, es nuestro Dios, nuestro

Grial, a los Limites de la cual se inscriben:

nuestra Supervivencia – nuestra Libera-

ción – en fin, nuestra Comunión irreversi-

ble con el Espíritu de Dios que nos Con-

sumirá Divinamente en esta Copa, en el

último Día de nuestro Paraíso.»

Ahora, vemos como todo cae lógicamente.

El Grial aparece representar la Dimensión

espiritual de la Supervivencia de los seres

humanos, prolongados un cierto tiempo en

una especie de Inmortalidad Relativa, y el

Lugar encantado de las Bodas con su

Creador.

Es un Mundo invisible, el famoso Paraíso

re-encontrado donde los Elegidos pueden

disfrutar de todas las Beatitudes y contem-

plar la Divinidad; es un Lugar de donde se

puede volver en la encarnación para buscar

una nueva Aumentación. Nacido de nuevo,

el ser se vuelve a encontrar la juventud,

regenerado para un nuevo peregrinaje. Éste

ha re-nacido del Grial, de la Matriz divina.

Es bien Copa de Vida.

Así que el aura del Planeta es nuestro Grial,

nuestra Celeste Patria, una Tierra Nueva

que Abriga nuestras materializaciones es-

pirituales, concretizaciones de nuestras

esencias personales en la Esencia Divina.

Es la Iglesia invisible4.

A todas luces es lógico que la Leyenda

figure un recipiente cóncavo que contiene

el Elixir de la humanidad, la «crema» de

los Elegidos, los seres Distinguidos que

constituyen la Mesa Redonda o Mesa del

Grial de José de Arimatea donde se senta-

ban los caballeros.

4 La Iglesia siempre está representada por una

copa… la famosa Jerusalén Celeste, el Castillo del Grial.

¿No nos dice también la Tradición que el

Iniciado, de Convexo que era, ha de Abrir-

se, de hacerse Cóncavo al Cielo, visto que,

al principio, la Luz se encuentra «debajo

del Almud»?...

Por lo tanto, si Dios es Amor y Misericor-

dia, el Rigor estructura su Creación, le da

su Orden frente al Caos, y por falta de Rea-

lización, de Acabamiento, el Grial puede

procurar la Muerte espiritual de los «débi-

les», por falta de Densidad espiritual, Re-

fundiendo su «persona» en un Infierno

humano. La disolución de su Individuali-

dad consciente.

Entonces, el símbolo del Grial es de doble

filo. De una parte, la sangre que corre nos

remite a la copa del Sacrificio y de la Cruz:

la encarnación humana. Es por eso que el

destino del ser humano es Cristico y que,

por amor de Dios, debe sacrificar sus pro-

pias Tinieblas, conocer una forma de Gól-

gota, Mejorándose por un proceso alquími-

co iniciático que le conduce a vivir, en la

vida, una pequeña muerte, no física, sino

alquímica, simbólica. Pues, cualquier sa-

crificio implica un renunciamiento (a la

vida terrestre, a sus facilidades, a sus pro-

pias tinieblas…) y una privación volunta-

ria, con objeto religioso.

El Ego debe perder y durar, para Perdu-

rar; Prolongarse, Permanecer en la Esen-

cia, Subsistir en el aura del Planeta, Seguir

el Juego, Mantenerse en la Corriente. Es

un Camino hecho de trampas, de obstácu-

los y de reflejos: la Fragua, donde el Ini-

ciado está puesto a prueba de Fuego; siem-

pre al riesgo de Perderse.

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La sangre del sacrificio corresponde natu-

ralmente al corazón, por consiguiente al

Plano del Alma, esta famosa cosecha de la

vida que consagra y procura la Superviven-

cia. Y su objetivo es entonces “¡sanguina-

rio!” visto que tiende a una “rubificación”,

de color purpura.

Y, de otra parte, este símbolo nos remite

también al Plano del Alma que consagrará

la Unión beatifica de todas las almas elegi-

das con “Dios”, nuestro “Dios” lo más cer-

cano, nuestro “Dios” del Planeta, el Hijo

Microcósmico… –es por eso que la Tradi-

ción dice que se Remonta a Dios por su

Hijo– mesclando el corazón humano con

el Corazón Divino, como Dulce Eucaristía.

De hecho, Cristo está lógicamente asociado

al Grial, tal como al ciervo blanco que hay

que Cazar en el Bosque Encantado.

Descodificando los símbolos contenidos en

la literatura del Grial, vemos como los Ca-

balleros de la Búsqueda del Grial pueden

estar sustituidos por los discípulos que se

lanzan en un camino Iniciático.

Verdadera Matriz, el Grial aparece en el

Astral del Planeta como el Receptáculo que

encierra la Cosecha espiritual del mejor de

la Humanidad en un estado Glorioso y el

Alto-Lugar de todas las Beatitudes y de la

Unión posible entre lo humano y lo divino.

Lo que la Tradición llama también la Jeru-

salén Celeste. He aquí Isis, la Matriz griali-

ca de la Virgen, nuestra Madre Tierra, cuyo

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símbolo se encuentra en todas las creencias

desde los tiempos los más antiguos, y no

solamente desde el Medievo en la Francia

del siglo XII.

El “País” del Grial es en realidad él del

Alma del Planeta, constituida por la Fami-

lia del Grial, una Fraternidad Universal, es

decir, constituida por todos los Elegidos,

los Eones, los caballeros del Grial como

Galaad o Parsifal, que son las “Luces” de la

humanidad salvada.

Este Grial es a imagen de un castillo, a

imagen entonces de un Enclave celeste, en

donde la Criatura puede Contemplar a

“Dios”, nuestro Cristo Planetario, en su

Cara Abstracta. Cuando el Dios del Origen

queda para el ser humano un Ser demasia-

do Abstracto e inaccesible para nuestras

medidas.

Así, estamos en la Unidad reencontrada o

reconstituida por comunión con “Dios”, en

la “persona” de Cristo, a través del Ágape,

el Amor divino del hombre por “Dios” y de

“Dios” por el hombre. Aquí, en el Grial,

nos encontramos en el Lugar del Encuen-

tro, la Dimensión de Unión de “Dios” y de

su Creación. Este Punto de Conexión entre

lo Divino y lo Humano es el Centro, el

Mundo, el Eje que constituye la Copa del

Grial. Aquí, la sustancia de la humanidad

se encuentra con la de la Divinidad.

Símbolo perfecto de una Ofrenda, el Grial

es una Realidad espiritual central en la

Creación, es entonces la verdadera Llave

del Mundo, que Da, Recoge y Une.