el grial en los pirineos - wordpress.comestán reunidos en la sala para la misteriosa ceremonia;...
TRANSCRIPT
EL GRIAL EN LOS PIRINEOS
Montrealp de Sos.- Grutas situadas debajo del castillo, en ellas se encuentran las pinturas que simbolizan el “Camino del Santo Grial”
Egipto “Templo de Heliópolis”, a orillas del Lago Moeris. * Una amplia sala en el interior de una gran gruta, con su Mesa y sus asientos de piedra alrededor, en semicírculo; el Jefe de la Orden, los Ancianos, los Iniciados, llevando antorchas y palmas. Están reunidos en la sala para la misteriosa ceremonia; oraciones, meditación, palabras sacramentales del Anciano: este último habla de la Copa Sagrada que guarda celosamente el Jefe de la Orden. La copa que no ha visto ninguna otra persona y que sólo debe ser entregada a un Gran Iniciado que manifieste señales seguras de Misión Profética. Un Braman llamado Tera, de la aldea de Ur, tuvo un hijo al que llamo “Hijo de Brama”, Abraham, este recibió esta Copa de Melquisedec bajo las especies del Pan y del Vino; esta Copa, símbolo de la Iniciación Suprema, contenía el Vino de la Viña del Señor, símbolo de la Inspiración Divina. Moisés había bebido en esta Copa con los setenta. El Anciano calla... silencio impresionante durante algunos minutos, oraciones; por fin, lentamente, el Jefe de la Orden se levanta de su asiento aislado, se dirige hacia Jesús y le presenta el Cáliz de Oro, la Copa, diciéndole: Este Cáliz me fue confiado hace mucho, mucho tiempo, yo lo he guardado preciosamente. De Melquisedec a Abraham, de Moisés al centenario que yo soy, jamás las Leyes de la Orden han sido transgredidas. Y la Gran Ley dice: La Copa, el Cáliz de Oro, sólo debe ser confiado a un Maestro, en quien el Jefe de la Orden esté seguro de haber visto señales de Misión Profética. Yo añado, siguiendo la Ley: Nadie puede definir esta Misión a aquél que recibe el Cáliz de Oro, él debe encontrarla por su propia virtud. ¡Jesús, yo te entrego el Cáliz de Oro!
Jesús estaba pálido... estaba triste..., su mirada parecía perdida en el más allá.
Jesús cogió la Copa...
Apuntes sobre Jesus.
A. Gadal (*) (El antiguo lago Moeris fue un lago que ocupó una extensa área de la depresión de Al-Fayum cerca de Memphis en el antiguo Egipto y que actualmente, con una menor presencia, es conocido como el lago Qarum)
A. Gadal. (María de Magdala en Provenza)
Lo que él prefería, por encima de todo, para estudiar y meditar, era la vida de María Magdalena, su llegada a Provenza, su establecimiento con los Taruskos Rodanianos, hermanos de los Taruskos del Sabartez, de los cuales Mateo era un digno descendiente. Allí había un Misterio que él hubiera querido aclarar. Quisiéralo o no, volvía a ver el Cáliz de Oro de Jesús e, inmedia-tamente, la Copa Sagrada no podía separarse, en su cerebro, de María. Y los acontecimientos se sucedían. María, que asistió a la presentación, por Salomé, de la cabeza de Juan Bautista a Herodías; que dio un gran grito: puesto que los ojos, cerrados hasta entonces, se abrieron completamente mirándola... ¡Oh Misterio de Misterios!; María, encontrándose en su cuarto, sacudiendo la ropa, y... estremeciéndose al encontrar sobre la tela gotas de sangre de Juan; María, empujada hacia Magdala por una fuerza desconocida, pidiendo permiso a Herodes para volver a su casa; María, acompañada de Ahmosi, el Misterioso Egipcio, que la sostenía cuando, desfallecida, oía el primer golpe de martillo clavando el primer clavo; Quien, delante de María, la Madre del Jesús, inclinó lentamente su cabeza blanca...
”Quien cayó de rodillas, oyendo las divinas palabras de Jesús:”
"perdónales porque no saben lo que hacen...";
Y que dijo muy bajo a sus hermanos: "¡Venid!... no tenemos derecho a estar aquí"; Jesús viendo a su madre y, cerca de ella, a Juan, que estaban cerca de su Cruz; dijo a su madre: "Mujer, he aquí a tu Hijo"; después dijo al Discípulo: "He aquí a tu Madre". >> Mateo reconocía en ello una Misión Divina: La mirada que Jesús había posado largamente en ella después de la Misión confiada a Juan, contenía en si otra misión para ella. Juan y María habían comprendido:
Uno, la Iglesia del Espíritu,
La otra, la Copa, el Santo Grial.
Los acontecimientos, entonces, se precipitaron; María Magdalena, Marta, Trófimo, Maximino, en un barco de Ahmosi, fueron conducidos a Roma, después a Masilia, a orillas del Ródano, junto a los Taruskos, de los región del Tiberíades, hermanos de los Taruskos del Sabartez. María yendo a la Montaña, a una gruta, como su Maestro, y haciendo tanto y tan bien en el país de las Galias que, desde los Pirineos al Rhin, las personas acudían al Bálsamo; y la Vía Aureliana estaba constantemente surcada por peregrinos y enviados de las tribus; Mientras tanto el último Pontífice, el Gran Adepto de Tebas, había dejado a María y a su comitiva en Roma.
Ahmosi había vuelto a Egipto para morir allí, al mismo tiempo que los últimos Hierofantes de Hermes. ¡Oh, Egipto! ¡Oh, Egipto!
Salida del templo de la Esfinge, Llanura de Gizeh (Egipto)
Hermes Trismegistos, fue el padre de los grandes misterios de aquel Egipto que se manifestó en el mundo
antiguo, como “una verdadera ciudadela de la ciencia sagrada”, una escuela para los más ilustres profetas, un
refugio de las más nobles tradiciones de la humanidad...'
Poseer el secreto de los dioses, éste era el objetivo de la iniciación en sus escuelas. La escuela del silencio, la
escuela de meditación, la escuela de, misterios, la escuela de los santuarios...
Hallarse solo, ante el cielo infinito, o aislado en las criptas subterráneas, comprender que la materia tiende a
desaparecer en la inmensidad de la piedra cavada, en la soledad de las galerías y de los impresionantes abismos,
es darle al espíritu el gusto de vivir fuera de la materia; es preparar, estando vivo, el triunfo del espíritu sobre la
materia; es preparar el propio camino hacia la Perfección.
Nacer, es morir... en cambio, morir es revivir, comprender las bases de la iniciación hermética para poder circular
con nuestros antiguos perfectos por las galerías, las salas, los abismos de nuestras grutas y cavernas, las Iglesias
del Sabarthez y la Catedral de Lombrives, lugares que han sido testigos de su dura y larga iniciación.
Los santuarios egipcios, guardianes de los misterios, Tebas o Menfis, eran colosales construcciones de grandes
piedras, que cubrían inmensas grutas subterráneas.
Templo de Isis en la Isla Elefantina.- (Egipto)
Largas galerías estaban cerradas por sólidas puertas apoyadas en pilares enormes; pórticos adornados con estelas
y esfinges guardaban amplias salas que conducían a un templo que 'servía de entrada a las criptas subterráneas'.
La puerta estaba oculta por una estatua de Isis, sentada, que sostenía un libro cerrado sobre sus rodillas en
actitud de plegaria, meditación, recogimiento y silencio... El rostro de Isis siempre estaba velado. Bajo la estatua
se podía leer: '¡Ningún mortal ha levantado mi velo!' Era la puerta del Santuario secreto.
No podemos seguir al novicio en su larga iniciación: no obstante, algunas palabras sobre la última parte: '¡Nadie
franquea el umbral de Osiris, sin haber pasado por la muerte y la resurrección!' ¡Frase que sonaba como un
tintineo de campanas en los oídos del futuro iniciado! '¡Vamos a acompañarte a la cripta!'
Se trataba de una sala profundamente excavada en la roca, sostenida por cuatro pilares cuya base eran esfinges.
En un rincón se encontraba un sarcófago abierto, de mármol.
El adepto se acostaba en el sarcófago y permanecía allí toda la noche, en el silencio más absoluto... El frío hiela
sus miembros, la muerte parece traerle sensaciones dolorosas... Su cuerpo, su materia, parece disolverse, pero la
parte etérea de su ser, por el contrario, parece desprenderse...
Entonces comprende, ve la llameante estrella de la esperanza y de la inmortalidad que se dibuja ante sus ojos y
no abandona la tumba en la que se encuentra encerrado... La oruga ha abandonado su cuerpo material; se ha
transformado en crisálida...
Al cabo de tres días, 'el muerto era resucitado por los hierofantes'. Estaba maduro para su santificación en el Seno
de Osiris. ¡Pues el alma debe transformarse en un 'alma perfecta', al igual que la crisálida debe 'transformarse' en
una mariposa perfecta!
Desde los tiempos más remotos, y en todos los países, las grutas naturales han servido de refugio, de estancias y
de lugares donde se celebraban los misterios. Estas iglesias, estas catedrales subterráneas siempre han sido
objeto de una gran veneración y siempre han cumplido perfectamente su tarea de centros de iniciación.
Valle de Ariege, Tarascon al fondo.
El gran itinerario de estos movimientos espirituales llega a Europa por Iberia (España), y a través de los Pirineos
llega hasta el Sabarthez (Alto Ariége), donde las cincuenta y dos grutas y cavernas acogen por igual a creyentes y
proscritos y sirven como centro de iniciación de los perfectos, puros o bonshommes, los sacerdotes cataros.
Más tarde María Magdalena llega a Masilia, ella une el hilo dorado de la pura tradición espiritual de Oriente a la
no menos poderosa tradición de los sabios druidas, de esta unión, emerge 400 años más tarde la misteriosa
“Fraternidad del Santo Grial”
Los antiguos círculos druídicos, que los celtas mezclados con los íberos (los celtíberos) habían instalado en las
planicies pirenaicas, recibieron a los primeros gnósticos. El Sabarthez vio la expansión de numerosas familias
provenientes de la misma rama del Espíritu: los cataros en el valle del Ariége, los rosacruces en el valle de Sem,
los caballeros del templo, en el valle de Vicdessos y el castillo de Montréal de Sos.
Los íberos, celtas, celtiberos, visigodos y más tarde los primeros cristianos, se han sucedido en estas comarcas y,
de esta forma, han preparado el lecho del catarismo, el catarismo pirenaico, el 'maneísmo de Aquitania' de la
antigua Fraternidad Universal: la Gnosis en su pleno florecimiento, la cima más elevada que alcanzaron los
perfectos en el Templo del Espíritu.
En ellos no hay verbo sellado en la Biblia; no hay escrituras encadenadas en el templo; no hay Dios cautivo en el
tabernáculo; no hay sacerdote carcelero de Dios; no hay papa portero del cielo y del infierno; no hay servidumbre
y muerte del Espíritu...
No hay ciudades santas, como Roma, la Meca o Benarés. No hay apariencias de hombres divinizados; no hay altar,
no hay sacrificios, no hay perfume. ¿Los templos? Es la bóveda del cielo, o un techo cualquiera para abrigarse en
caso de lluvia. Una piedra plana, a la intemperie, revestida con un paño de lino puro, para recibir el Evangelio de
Juan, “el evangelio del bien amado”.
Valle de Ussat (Sabarthez)
Apuntes sobre la Historia
Alarico, rey de los visigodos, llevó «el tesoro de Salomón», de Roma a Carcassone, en el año 410. Se afirma que
los objetos del tesoro habían pertenecido a Salomón, y habían sido traídos por los romanos desde Jerusalén.
Teodorico transportó una gran parte de ellos a Rávena; Belisario transportó su parte a Bizancio
Había confiado a su hijo, Teodorico II (451 a 466) la custodia de las Marcas de España. Estas Marcas comprendían
las vías de acceso al Montcalm y al puerto de Lartigue, las vías de acceso a los puertos, o pasos, de Siguer, las de
Aston-Andorra, las de Hospitalet; es decir, los valles del Ariége y sus afluentes, todos ellos próximos al curso del
Segre que corre por Urgel, vías de penetración directa de Iberia-España.
En razón de la importancia de la región, después de rechazar a los árabes a España (778), Carlomagno y Luis, su
hijo, fundaron la veguería del Sabartez, para las Marcas de España, y la otorgaron instituciones enteramente
semejantes a las de Andorra.
Los taruskos, taruskonienses de Plinio, independientes antes de la conquista de César, siguieron siendo
independientes después de la sumisión de las Galias y en la Galia de Augusto.
Los Templarios fueron designados para la custodia de las Marcas de España, frente a los árabes. Tuvieron una
mansión de descanso en Capuleyo (Capoulet) cerca de Montréalp de Sos, que mantuvieron inviolada, incluso
después de su condena.
El valle de Vic de Sos y el valle del Alto Ariége eran ricos en recuerdos espirituales: los Druidas también habían
venido a ocupar los bonitos rincones de la naturaleza a los que tanto afecto tenían.
Castillo de Miglos. Vista desde el dolmen de Lapege,
Fortaleza templaría que custodiaba la entrada al valle de Vic-de Sos
Naturalmente, los Cátaros y los Rosacruces, primeramente, y los Templarios, a continuación, se instalaron en los
emplazamientos druídicos, marcados por el dolmen de Sem, las cruces de Edén de los Rosacruces; el dolmen de
Lapége con sus inscripciones; los círculos de Ussat, de Ornolac, de Soulombrié con su menhir de 78 metros
De altura, las vírgenes negras.
Los tres, movimientos gnósticos de la misma fuente, fundadores del Templo del Espíritu se encontraron allí para
animar Occitania con el más puro amor de la Fraternidad Universal.
Dolmen de Lapege, domina el valle del Vic- de -Sos, a lo lejos, enfrente, al otro lado del valle el castillo de Miglos
Se han dicho y se han escrito muchas falsedades sobre los Templarios y los Cátaros: hermanos en la Gnosis, junto
a los Caballeros de San Juan de Jerusalén, protectores de los Cátaros, que atrajeron las iras de Jacques Fournier,
obispo de Pamiers.
Pero, desde hacía mucho tiempo, los valles del Ariége y del Sos se comunicaban entre ellos a voluntad: las grutas
de Lombrives y de Niaux atravesaban toda la montaña de separación.
De manera que, con total seguridad, secretamente, Cátaros, Rosacruces y Templarios, tenían una vía de
comunicación entre ellos. ¡Posiblemente existan vías aún escondidas en las entrañas del Sabartez!
El Ariége recibe en Tarascón un rio, el Vic de Sos, nombre derivado del antiguo oppidum de los sodates llamado
Vicus Sotiatum.
Este rio atraviesa una aldea muy bonita, llamada también Vic de Sos.
Rodeada por altas montañas, cuya parte Sur forman el Macizo del Montcalm, uno de los gigantes de los Pirineos
(3.141 m), Vic de Sos está dominado al Este por una inmensa roca cortada a pico, gigantesca quilla encaramada al
borde de la aldea y del rio.
Este macizo soportaba uno de los castillos más poderosos del país de los taruskos, más tarde el Sabartez.
Este castillo, Montréalp de Sos, ya no posee más que ruinas. Richelieu lo hizo desmantelar; el tiempo y los
hombres han hecho el resto.
Ruinas del castillo del GriaL en Montrealp de Sos
Solo quedan algunos paneles de muro, y una gruta de doble salida, una pequeña gruta de iniciación. Son los
objetos sagrados de los que nos habla Perceval el galo, de Chrestien, que están representados en tres colores en
esta gruta.
Único en el mundo, este panel del Santo Grial sirve para comprobar para qué estaba destinado el castillo y porqué
los Templarios habían establecido una mansión justo al lado, en Junat, Capoulet-Junat: guardianes de las Marcas
del Montcalm y de Siguer, guardianes del Santo Grial, eran al mismo tiempo los doce Puros encargados del castillo
del Grial, el Gralsburg, es decir, de Montréalp, la Montaña de los Reyes.
Allí se ve, sobre la pared rocosa, de bello trazo, pero ligeramente deteriorados por la intemperie: unas cruces
rojas, una espada rota, una lanza, un taillover decorado que lleva cinco gotas de sangre, y, en el centro, el Grial en
forma de sol resplandeciente.
Dibujo único en el mundo: ¡una sola mirada, y todo el libro de Perceval desfila instantáneamente ante nosotros!
Helo aquí:
Pinturas del Grial ubicadas en una pequeña gruta situada debajo del castillo
La Leyenda
«En esta sala, había tan gran luz de fuego, de velas, de antorchas y de teas, que parecía verdaderamente que las
estrellas, que yerran por los cielos, producían tan gran claridad.»
La lanza
«Mientras que unos y otros platicaban juntos de diversos propósitos, un caballero salió de una estancia llevando
una lanza blanca en su mano. Era de madera [...] de hierro. El hierro es blanco como la nieve. Del hierro de la
lanza salía una gota de sangre que se deslizaba hasta la mano del caballero que la llevaba. Después, en la sala
entraron dos escuderos llevando cada uno en su mano un bellísimo candelabro de oro. Estos escuderos estaban
ricamente engalanados. Sobre cada candelabro había al menos diez velas.»
El Grial
«Después entró una bellísima doncella, siguiendo a los dos escuderos, la cual, entre sus manos, llevaba un Grial. Y
cuando ella en la sala entró, del Grial se manifestó una claridad tan grande que ya no se percibía la claridad de las
antorchas o de las velas encendidas, ni tampoco la de las estrellas, o del Sol o de la Luna cuando resplandecen.
Alrededor del Grial había piedras preciosas muy valiosas, de varias clases y de diversas naturalezas, las cuales
sobrepasaban en valor a todas las demás piedras del mar o de la tierra.»
El taillover
«Tras ella, entró también otra doncella que la seguía, llevando un taillover de plata en su mano». (Taillover,
palabra antigua que designa una bandeja). Cinco gotas de sangre habían caído sobre el taillover. Señales,
símbolos, que se refieren a Cristo.
La espada rota
Gauvain es un brillante señor, que cree haber culminado la búsqueda del Grial, es decir el camino del bien, de tal
manera que pueda ser reconocido como "perfecto caballero", digno de recibir el Santo Grial. Ante él desfilan las
diversas partes de las que se compone el Grial.
La puerta de una estancia se abre. El señor entró llevando en las manos una espada forjada y templada de fino
acero. Era la espada de un caballero que yacía en el ataúd.»
En el cuarto de al lado: El rey hace levantar a Gauvain y lo conduce junto al ataúd. Saca la espada de la vaina.
Estaba rota y no tenía más que la mitad; la otra mitad estaba sobre el muerto. «Buen sire caballero», dice el rey,
«esta espada, si a Dios place, será soldada por vos. Si los dos trozos se sueldan, tened por seguro y cierto, y no
hay que dudar para nada de ello, que sois el mejor Caballero del Mundo.» Gauvain saca la espada - la espada no
se suelda.
Las cinco gotas de sangre
Corresponden a las cinco heridas recibidas por Cristo: una gota por cada herida. Corresponden a los cinco estados
de perfección, indispensables para alcanzar, si ello fuera posible, la perfección de Cristo.
Las cruces rojas
Las cruces rojas, que bordean el dibujo, seis a la derecha y seis a la izquierda, se refieren a los doce guardianes del
Santo Grial. En el centro, una decimotercera cruz está reservada al Cristo, siempre ausente, pero siempre
presidiendo las asambleas sagradas.
Perceval, como Gauvain, había fracasado una primera vez, al ser incompleta su búsqueda, es decir, no había
alcanzado aún la perfección, i El camino del Santo Grial, de la perfección, es tan largo y duro de recorrer!
En su segunda búsqueda, después de transcurridos otros cinco años empleados en perfeccionarse, Perceval, al
regresar al castillo del rey Pescador (el Gralsburg), tiene la feliz ¡dea de volver a ver al ermitaño Trévrizent.
Nosotros ya lo hemos visto, en su celda, Perfecto, piadoso anacoreta ocupado en la gruta de Fontane la Salvatge y
en una segunda gruta, la gruta mágica de Hércules. Los sabios consejos de Trévrizent, sus bellas charlas,
profundas, vivas, terminaron de allanar, para Perceval, el último tramo de su búsqueda.
Él combatía el poder del diablo padeciendo la penalidad del ayuno.
Dios le había dado tales sentimientos que solo vivía para preparar
El momento en el que planearía por el cielo.
Él vuelve al castillo del rey Pescador. La procesión del Santo Grial pasa de nuevo ante él. Una doncella, más blanca
que la flor de lis, de una estancia salió, llevando el Santo Grial en la mano, y pasó. Otra doncella vino después,
vestida de un purpura muy fino, llevando la lanza cuyo hierro sangra gota a gota.
Y después vino un escudero el cual en sus manos tenía una espada rota por la mitad, la cual tendió sobre la mesa
al lado del rey. Este último invitó a Perceval a intentar un sublime esfuerzo. Perceval toma la espada que se
suelda. Es el Caballero perfecto, el mejor Caballero del mundo.
Antes de retirarse para un reposo bien merecido, antes de instalarse Perceval en su lugar, el rey Pescador le da a
Perceval las explicaciones que siguen: «Cuando Jesús fue en la cruz, gloriosamente colgado, donde su precioso
costado fue perforado, después de que la lanza se sacara, la sangre hasta sus pies corrió, y José de Arimatea, que
era de los discípulos de Cristo, asistió a su pasión, considerando por inspiración este tan divino misterio.
Para reverencia de nuestro Dios, recogió en un vaso esta sangre sagrada. La sangre cayó en este vaso. El tailloir
fue lo que recubrió el Santo Grial cuando la sagrada sangre allí cayó. Y de eso estoy bien seguro.
La espada que habéis soldado es la del rey Gondesert, mi hermano. Él fue sitiado en el castillo de Quinqueneau
por Espinégres. En la cabeza de mi hermano, dio un gran golpe que le desgarró hasta el arzón de la silla. La espada
se partió en dos. El felón, es Pertinans, o Pertinel, señor de la Roja Torre. Pertinel, más tarde, es vencido por
Perceval quien lleva su cabeza al rey Pescador. Ha vencido al mal.
Entre las preguntas planteadas por Perceval al rey Pescador se encuentra esta: « ¿Cómo, a esta comarca, el Santo
Grial llegó? A lo que el rey responde: «Cuando Jesús fue colgado en la cruz, José de Arimatea lo bajó de esta cruz
acompañado por Nicodemo. Por esta razón, José fue encerrado por los judíos en una celda oscura, donde querían
dejarle morir de hambre y de otras penurias. Él estuvo, durante cuarenta años, sin beber ni comer.
Pero nuestro Señor le enviaba el Santo Grial para servirle, dos o tres veces al día; le servía un alimento más dulce
que el maná del cielo. Y mientras que José permaneció encerrado, no padeció ningún dolor, ni penuria alguna, a
causa de la visita del Graal y de la santidad de éste. Cuando Tito y Vespasiano vinieron al país de Judea, sacaron
de la celda a José y se lo llevaron con ellos a Roma. José llevó la preciosa lanza, y después el Santo Grial regresó
por permiso de Dios.
Algún tiempo después, cuando los discípulos de Jesús se dispersaron, José vino a esta tierra. Edificó esta casa
solariega y devino rey del país; yo soy de su progenie y de su linaje. Cuando entregó su alma a Dios, las preciosas
reliquias, el tailloir, el Grial y la lanza fueron conservados; después ya no se han ¡do, y, con ayuda de Dios, no se
irán jamás».
El Rey Pescador muere. Perceval llega a hacerse coronar en su lugar.
El rey Arturo asistió a las fiestas de la coronación.
Era el Santo Grial quien servía: «Ellos vieron por una puerta el Santo Grial, al descubierto, que una doncella
llevaba, y que dio tres vueltas ante las mesas. Las mesas fueron entonces provistas de manjares preciados y
deleitables.»
Grial de piedra encontrado por Antonin Gadal en la gruta de Belén, porta en el centro una piedra sideral (Lapix
Excoelis), que simboliza la pura radiación crística, o dicho de otra manera, la sangre de Cristo.
Perceval se quedó allí siete años, y después fue a terminar sus días con un ermitaño. El Grial, la santa lanza,
divinamente, le siguieron, con el santo tailloir de plata. Al cabo de cinco años, el ermitaño con quien vivía
Perceval, le ordenó sacerdote el día de la natividad de Juan. Perceval vivió aún diez años, durante los cuales no
bebió ni comió.
Mount Salvatge (Monte Salvaje), era el castillo del Grial, el Gralsburg de Wagner. Los Templarios velaban la
preciosa reliquia; el símbolo de estos Caballeros del Templo era la lanza, símbolo de la preparación para el
combate.
Porque estaba bien velada y vigilada por unos caballeros, esta comarca;
de manera que jamás se pudo atravesar el bosque por engaño y
artificio.
Comarca áspera y salvaje, sí; en cuanto al castillo mismo:
Solo, un castillo se levanta arrogante: suprema recompensa del
deseo terrestre.
Quienquiera que, con prudencia y celo, lo quiera buscar, ¡ay! no lo
encontrará jamás.
Wolfram pasea a Parsifal por rincones y recovecos perdidos en la montaña y los bosques, de los que ha retenido
bien los nombres, y que parece haber visitado, ya que los detalles aparecen minuciosamente, con una exactitud
sorprendente:
A la Fontane de la Salvatge se fue a un lugar solitario perdido en las
rocas, que Trévrizent había elegido por residencia.
Junto a él, Parsifal aprende nuevos secretos del Grial.
A una gruta, al huésped condujo.
Existen también numerosas relaciones entre La canción de Esclarmonde, ciclo de Huon, y los poemas del Grial:
corona, lanza, copa mágica, el bosque, el pescador, el lago, el castillo. Ahora bien, el autor de la canción nos dice:
«Señor, esta ciudad, Terrascone tiene por nombre».
Terrascone, Tarascón, la vieja Tarusko de la época de los romanos, guardiana de los valles del Santo Grial: ruta de
Montréalp de Sos, ruta de las grutas de Ussat-Ornolac (las Tres Iglesias, la Catedral de los Albigenses, Fontane la
Salvatge, Belén).
Las paredes de las grutas de Tarascón y de Montréalp de Sos, son como las páginas de un libro santo donde los
Iniciados podían leer allí su doctrina. Iberos, euskes, bebrykes, sociates, taruskonienses, visigodos, han constituido
el lecho del Sabartez. Mito solar, mito de la gran Diosa Madre, mito de Ram y del Aum, Cristianismo primitivo,
Catarismo pirenaico, imperio del amor, caballería, han dejado, en mayor o menor medida, huellas de su paso a
través de los siglos: sol circundado de rojo, luna creciente, serpientes blancas, animales rojos o grabados, diosa
amarilla, inscripciones mágicas, diosas grabadas, objetos sagrados de los misterios egipcios, tortuga-sirena de los
egeos, teología de los Puros grabada.
Los milenios han pasado, los siglos han proseguido su ronda vertiginosa en el tiempo. La Biblia de la humanidad
ha permanecido completamente abierta para el buscador. El Espíritu alienta sobre la materia que se anima y
canta la gloria de su Creador.
«Es de los lugares donde alienta el Espíritu», ha podido escribir Maurice Barrés. «Se puede designar a Ussat, el
valle de Vic de Sos, y toda la zona del Sabarthez, con sus dólmenes y menhires, como elevados lugares donde el
Espíritu ha alentado desde hace numerosos milenios.
Apuntes sobre las leyendas del Santo Grial.
Las leyendas sobre El Grial, el más misterioso secreto de la Edad Media, nos llega desde diversos lugares de Europa,
Igualmente se le encuentran en los Pirineos, en el Languedoc y en el Norte de España.
Las más antiguas versiones de la leyenda son: Pârsîvalnâmä, (Canción de la Piedad), muy poco conocido, Perceval le Gallois,
de Chrestien de Troyes (1150-1191), Parzival y Tituriel, de Wolfram von Eschenbach (1170-1220), La muerte de Arturo, de
Tomas Mallory, y Los idilios del Rey, de Alfred Tennyson.
Wagner se inspiró en la leyenda de Parsifal de Eschenbach, su obra difiere enormemente de las narraciones sobre Galaad,
que aportaron Mallory y Tennyson.
Eschenbach nos dice que él se ha basado en la obra de Troyes, pero que Chrestien habría hecho una adaptación muy
libre del más antiguo Perceval. Este «antiguo» Perceval, tal como lo llama Wolfram, era obra de un poeta trovador
llamado Kyot o Guyot.
Guyot vivió en la corte de Matilde de Anjou, pues era angevino. Guyot, apodado de Provins, era habitual de las cortes de
Champagne (en Provins), de las cortes de Foix y de Aragón. Es en la corte de Champagne, donde Chrestien tomaba su
inspiración.
Fue en estos tiempos cuando la herejía cátara, llamada albigense, estaba en completa expansión en el Languedoc, en la
Provenza y sobre todo en los Pirineos. Por estas fechas aparece por vez primera el rey Arturo, al mismo tiempo en
Francia y en Inglaterra.
(Chrestien de Troyes escribe hacia finales del siglo XII, el Parsifal de Kyot, precede a la muerte de Chrestien, en 1191).
¿Qué tenemos que pensar al respecto?, puede que tantas leyendas de tantos lugares diferentes porten un mismo
mensaje aunque velado para la mayoría, el Grial, el recipiente que puede contener la sangre del Cristo, no es un
objeto material, sino que es el hombre mismo el que lo porta y que las citadas leyendas, hacen referencia a un
proceso iniciático, por el cual se activaría en el candidato, el acceso al “Santo Grial”.
Castillo de Puivert.- Punto de encuentro de poetas y trovadores, se supone que fue aquí donde Chrestien de Troyes hizo pública su obra “Perceval le Gallois”
Dolmen de Sem, al frente a la izquierda el Castillo del Grial (Montrealp de Sos)
Castillo de Montrealp de Sos, Gruta de las pinturas
Cruz templaría situada en la base del castillo
Pintura hallada en una de las paredes de acceso al castillo, guarda cierta similitud con la llave de la vida
egipcia.
Grutas de las pinturas
Custodiando la entrada al valle de Vic de Sos, el castillo de Miglos
Ruinas del castillo del Grial desde el dolmen de Sem