EL GLOBO Y EL CONTINENTE

JEAN FAVVIER

• Los pueblos en movimiento• Conquistadores• Mercaderes

¿Qué saben de ese mundo que cruzan?¿Cómo se representan el espacio?¿Cómo ven su territorio, y sus límites?

• Para hacerse una idea, tienen el cielo y la tierra.

• Existe ese universo estelar que cambia hora por hora

Los observadores del cielo comprendieron que podían encontrar en él la imagen de su planeta, incluso su medida

Todo eso llevaba a una astronomía más o menos capaz de aprehender la tierra más allá de los límites de una observación inmediata.

• Hasta Galileo, nada permitía socorrer a la vista. Lo que se medía con más o menos precisión eran los ángulos especialmente las alturas sobre el horizonte, hacían falta además algunos instrumentos para limitar los errores de apreciación y medición

LA MEDIDA DEL TIEMPO

La medida del espacio depende de la medida del tiempo

• El cuadrante solar• La clepsidra• El reloj de rueda hidráulica • El reloj de arena

• Es la figuración de las sombras proyectadas a intervalos convencionales, las horas.

• La proyección sobre una superficie del recorrido aparente del Sol en un día

El cuadrante solar

Pero las horas son desiguales de una estación a otra, de un día a otro. Y la lectura es de una imprecisión

No es de importancia para el artesano pero que impide al astrónomo todo cálculo que no sea aproximado.

La clepsidra

• El reloj de agua, conocida desde la Antigüedad tanto en China como en el mundo griego• El desagüe de un volumen

dado de agua da la medida de un espacio de tiempo (es el principio, del reloj de arena pero con fluidos)

El matemático grigo Ctesibius de Alejandría ya pensaba en una clepsidra mejorada con un mecanismo complejo hecho de un flotador y de una aguja para medir las horas

Organizada para un periodo de 365 días, lo cual le permite medir horas desiguales según las estaciones: 12 de día y 12 de noche, sea cual sea la longitud del día

El reloj astronómico de rueda hidráulica • El reloj de rueda hidráulica

construido en 1094 para el emperador de China por un equipo que dirige el diplomático Su Song mide los tiempos por intervalos de 24 segundos• Una máquina de 6 metros de

altura, funcionaba a partir de un chorro de agua constante que caía sobre una rueda, la cual accionaba diversos mecanismos que no solo hacían aparecer figuras que señalaban las horas, sino que movían una esfera con las estrellas y las constelaciones.

El reloj de arena

• Equivalente al reloj de agua: dos ampollas opuestas, que se vuelven del revés cuando acaban de verterse. Así se mide el tiempo

LA ALTURA DE LOS ASTROS

• Es más fácil medir la altura de los astros, es decir, comparar ángulos. El primer instrumento de la comparación de los ángulos es el más simple: es la sombra proyectada por una punta.

El mejor de los instrumentos es aquí el gnomon constituido por un obelisco, monumento lo bastante alto y afilado para que se pueda calcular, según su sombra

• El gnomon por desgracia no tiene ninguna utilidad para medir las alturas y los ángulos de los otros astros que no sean el Sol. Para eso se necesita: el astrolabio.

La observación y la medida de los ángulos son posibles gracias a un disco de bronce relativamente manejable, sobre cuya cara gira una alidada, una regla provista de un mecanismo para mirar

La otra cara es más compleja gira un anillo donde están figuradas las constelaciones del zodiaco

• Los cálculos precisos vendrán más tarde, cuando al cuadrante y a su derivado el sextante

Se les provea de una lente óptica que favorece la mira precisa de un astro y la determinación inmediata de su altura angular sobre el horizonte.

VIAJEROS Y GEOGRAFOS

A pesar de la insuficiencia de los instrumentos de localización astral, el hombre antiguo se hace una idea del mundo multiplicando las medidas del Sol y las observaciones descriptivas de los países y de los itinerarios

Las memorias como en los relatos, y la crítica del testimonio no es la primera virtud de esos viajeros -marinos, soldados, comerciantes- inclinados demasiado, por la pereza

El espíritu práctico se impone la mayoría de las veces, y el viajero anota sobre todo las distancias entre los puntos de referencia notables de su itinerario

Los innumerables viajeros que relatan a su regreso son también geógrafos que describen. Cada uno, sin duda, añade su experiencia a la de los otros

LA ESFERA Que la Tierra es redonda es cosa que nadie duda. Para todos los observadores de la sombra proyectada por el Sol, la esfericidad del planeta es cosa evidente. Como dirá en el siglo 1 Estrabón. “Tendencia de los cuerpos hacia el centro“, “La inflexión de cada cuerpo hacia su propio centro de gravedad”

Anaximandro de Mileto, en el siglo VIII constata la curva del meridiano e imagina un cilindro, incluso una esfera. Todo eso se compagina mal con una Tierra plana. De ahí en adelante la esfera es aceptada por todos, y por Platón lo mismo que por Aristóteles

Es entonces cuando el matemático y filósofo Eudoxic de Gnido perfecciona la teoría de las dos esferas encajadas: la de la tierra y la del cielo. “La cosmografía de Eudoxio” la Tierra, que aparece aquí como el centro del universo, es ciertamente una esfera entre las esferas.

LA TIERRA EMERGIDA

Las cosas marchan menos bien cuando se trata de saber lo que hay en la superficie del globo. ¿Uno o varios continentes? ¿Uno o varios océanos?

La observación del cielo no responde para nada a esa interrogación, y los viajeros tienen que contentarse con lo que han visto, con lo que han alcanzado.

Se impone, pues, la imagen de un continente único, visto al principio como circular por los primeros geógrafos griegos, luego como una masa alargada de este a oeste

Sobre ese rectángulo de contornos redondeados, todo el mundo está de acuerdo desde el siglo V Heródoto ironiza sobre la idea de un continente circular. Y Eratóstenes : todo esta en el hemisferio norte. El otro debe estar cubierto de agua.

Los geógrafos, por lo demás, son muy conscientes de su incapacidad para estimar con precisión la dimensión de tierras o de mares de los que no tienen en verdad una visión parcial

Entre todos los que intentan concebir, medir y representar el globo, un espíritu original se subleva contra esa visión de una masa de tierras alargada al norte del ecuador

El problema no tiene ya nada de científico. Atañe a los navegantes y a su audacia.