el fenómeno del asesino serial a través de la historia

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El fenómeno del asesino serial a través de la historia Gabriel Pombo

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"El fenómeno del asesino serial a través de la historia" es una monografía de Gabriel Pombo sobre los asesinos en serie, su tipología (clasificación en visionarios, misioneros, hedonistas y lujuriosos) y la variación del concepto desde tiempos pretéritos hasta nuestros días.

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Page 2: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

ASESINOS SERIALES: EVOLUCION HISTORICA

La palabra "asesinos" deriva de "hashishin" -adictos al

consumo del hachís que mataban bajo la influencia de esa

droga- y refiere a los miembros de una secta musulmana

que perpetraba homicidios por motivaciones religiosas

acatando órdenes de sus jefes y profetas.

En particular, seguían fanáticamente a Hassan Ibn

Sabbah, el cual pasó a la historia como "El Viejo de la

Montaña" -pues encaramado en la cima del macizo Elburz

había fortificado su inexpugnable castillo de Alamut ("Nido

de Aguila")- y fue un líder ismailita que arribó a ese sitio en

el año 1090 al mando de unas menguadas huestes que

cada vez se fueron volviendo más poderosas.

Sin embargo, quienes se han constituido en épocas

actuales en azote de sus semejantes no son aquellos

míticos ejecutores, sino personajes cuyo motivo para

ultimar deviene menos claro.

Y ello es porque, a diferencia de los acólitos del Viejo de la

Montaña, estos individuos saben muy bien que no irán al

paraíso gracias a sus actos fatales. Otra compulsión mucho

más oscura y personal los guía.

Page 3: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

El fundador de la secta de los asesinos:

Hassan Ibn Sabbah

Aunque el fenómeno del crimen en serie no es reciente,

sino que goza de larga y triste data, podemos afirmar sin

titubeos que esta realidad se acentuó de manera alarmante

en nuestra sociedad contemporánea.

¿Cómo define la criminología a un homicida serial o

secuencial?

De acuerdo a una clasificación básica puede sostenerse

que un asesino serial es aquel que comete tres acciones

letales diferentes con intervalos fríos (cool-off).

En cada una de éstas puede producir más de un homicidio.

Habitualmente cada criminal de esta especie posee una

conducta ritualizada que le es propia, y que mantiene sin

modificaciones durante la retahíla de crímenes.

Esto permite dividirlos en dos grandes categorías:

asesinos en serie organizados y asesinos en serie

desorganizados.

Page 4: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Igualmente configura una particularidad inherente al

comportamiento asumido por esta clase de matadores el

hecho de que usualmente observan de manera fiel un

patrón específico en su forma de finiquitar.

Aún cuando pueden operarse algunas variaciones en el

concreto modo de eliminar a una u otra víctima, en lo

esencial se advierte un común denominador delator de que

el crimen fue llevado a cabo por la mano de un mismo

atacante.

La incapacidad para detenerse una vez emprendida la saga

terminal conforma una peculiaridad que los teóricos

resaltan en la actitud del homicida secuencial.

Ninguna consideración de orden moral frena al perpetrador

una vez que se ha lanzado a la realización de su raid

vesánico. Ni siquiera ponderaciones de sentido común, o la

necesidad de obrar con cautela a fin de evitar la

aprehensión inminente determinan que el delincuente se

abstenga de asesinar.

Sólo dejará de matar si lo capturan, se enferma o se

muere, o si un hecho externo ajeno a su voluntad -por

ejemplo, ser apresado en el curso de la comisión de otro

delito- le priva de llevar a término sus violencias.

Su compulsión no se debe a factores aleatorios, pues no

depende tanto de la sociedad en que vive, sino que está

básicamente configurada por su carga genética, según la

opinión predominante de los modernos especialistas en el

fenómeno de la criminalidad seriada.

Page 5: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Se ha sustentado que los finiquitadores en cadena nunca

se suicidan antes de ser aprehendidos, y que rara vez lo

hacen en la cárcel.

Aunque con ecos de la vieja escuela lombrosiana, expertos del prominente calibre de la Dra. Helen

Morrison han enfatizado que el ultimador serial lo es ya en

el vientre de su madre durante el embarazo, que lo es en

estado de feto, y aún desde que el espermatozoide fecunda

al óvulo y establece la composición de un nuevo ser.

Los genes originarían un cerebro trastornado y enfermo

con tendencia a generar un asesino en serie (cfe: Morrison,

Helen, Mi vida con los asesinos en serie, traducción de

Gema Deza Guil, editorial Océano, Barcelona, España,

pag. 305)

La lista de matadores secuenciales modernos es muy

extensa, y no se avizora que se vaya a detener en un futuro

próximo. En la Edad Media esta incapacidad para

comprender los crímenes en serie hizo que éstos se

atribuyeran a hombres lobos o a vampiros.

Antes de la era freudiana las causas sobrenaturales

constituían la única explicación para los asesinatos

extremadamente violentos que incluían desangramientos y

otras monstruosidades semejantes. El pueblo creía que

tales desmanes únicamente se justificaban merced a la

presencia de elementos demoníacos y a la intervención de

entidades malignas.

Pese a que ya en la antigua Roma hubo criminales en

cadena, el paradigmático caso de Jack el Destripador en

la Inglaterra victoriana de postrimerías del siglo XIX suele

tomarse como el primer caso que gozó de fuerte

resonancia mediática.

Page 6: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

En varios de los más espectaculares episodios la lúgubre

trascendencia de los mismos fue causada por la brutal

crueldad empleada por el agresor.

Ha habido otras situaciones, en cambio, donde lo que

primó consistió en la cantidad desproporcionada de

muertes cobradas en la emergencia.

En algunos victimarios seriales prevalece la psicopatía,

mientras que en otros la razón de sus delitos descansa en

el impulso sexual. Hay asesinos en serie que buscan

ejercer dominio sobre la víctima, pero también hay aquellos

que sólo se interesan por el cadáver, y que matan

procurando ocasionar el menor dolor o terror posible sobre

sus presas humanas.

Luís Alfredo Garavito:

uno de los más prolíficos homicidas secuenciales

La mayoría de los homicidas secuenciales actúan en solitario. Por caso: Luís Alfredo Garavito, Ed Gein,Ted

Bundy, Peter Sutcliffe, Henri Landrú, John Wayne

Gacy, Andrei Chikatilo, y muchos otros más.

Page 7: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Pero, igualmente, existen oportunidades donde se trata de

un grupo que comete los crímenes seriales. Ejemplo típico

de asesinatos perpetrados por un grupo resultaron los

homicidios del clan de hippies liderado por el lunático Charles Manson conocido con el mote de "La

Familia Manson".

Asesinos grupales: Miembros de la "Familia Manson"

Dentro de las múltiples formas de clasificar a los criminales

seriales destaca está aquella que analiza la razón por la

cual matan, es decir: la que atiende a los móviles que guían

su conducta homicida.

Lo habitual es que tales razones -o falta de ellas- se sepan

recién cuando los ejecutores son capturados, y tras

entrevistas y exámenes que los psicólogos, los psiquiatras

forenses y otros peritos les realizan en la cárcel.

El modus operandi utilizado sirve, asimismo, para

determinar esos motivos propulsores de las matanzas en

cadena. Tales estudios han permitido sub clasificar a los

asesinos en serie en varias categorías o tipologías.

Page 8: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Siguiendo una tradicional proposición criminológica, los

homicidas secuenciales pueden catalogarse dentro de

cuatro perfiles o tipos esenciales, a saber:

EL ASESINO VISIONARIO

Resulta tal aquel homicida que llega al crimen luego de

creer oír voces en su interior, o imagina visiones que lo

impelen a cometer sus fatídicos actos.

En algunos casos estos fenómenos que experimenta se

deben a graves cuadros de esquizofrenia. Esta clase de

perturbado es capaz, no obstante, de separar su vida

habitual de sus crímenes, dado que no se siente en

absoluto responsable de ellos.

Un ejemplo de tal psicopatía lo representa David

Berkowitz, quien alcanzara oscura celebridad bajo el alias

de "El Hijo de Sam".

Este abominable matador en serie aterrorizó a la población

de Estados Unidos durante la década de los años setenta

de la pasada centuria.

Ultimaba fríamente a balazos a desprevenidas parejas de

enamorados que se abrazaban en sus coches a la salida

de cines o de reuniones bailables.

Los homicidios los llevaba a cabo cumpliendo -según

adujo- los dictados impartidos por un demonio milenario

que había llegado a gobernar su mente y a quien reconocía

cómo "Sam", el cual le transmitía, por intermedio del perro

de un vecino, las órdenes de salir a las calles a asesinar.

Page 9: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

El "Hijo de Sam",

ejemplo de asesino visionario

El asesino visionario perpetra sus atrocidades poseído por

un estado de trance. Pero una vez atravesada esa mórbida

etapa literalmente se "despierta", y puede luego regresar a

atender sus ocupaciones e intereses habituales. Las voces

y-o visiones que percibe se recrudecen después de inferir

cada desmán. Por más que el sujeto afectado se resista

termina por sucumbir, y obedece el "mandato" implacable

que recibe.

EL ASESINO MISIONERO

En esta hipótesis, el criminal secuencial se siente

embargado por la creencia de que debe hacer algo en favor

de la sociedad.

Se considera un elegido, y está persuadido de que sus

víctimas merecen la muerte. Su creencia de estar

embarcado en una misión de saneamiento moral que lo

trasciende determina que su autoestima crezca.

Page 10: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Aunque podría ser discutible, el casi mítico Jack el

Destripador cabría que fuera catalogado de asesino

misionero. Al menos esta fue una de las primeras

conjeturas que se elaboraron para explicar las

motivaciones de sus crueles asesinatos con mutilación

sobre prostitutas, a quienes tal vez consideraba lacras

sociales que debían desaparecer bajo su mano vengadora.

"Jack the Ripper",

tal vez fue un asesino misionero

El victimario serial misionero a veces ataca a miembros de

cierto grupo etáreo o racial, basándose en traumas de su

infancia donde se vio amenazado por integrantes de ese

colectivo sobre el cual -ahora que es adulto- descarga su

venganza.

Usualmente exagera la importancia de las ofensas

recibidas, si es que las mismas en verdad existieron.

Se puede incluir dentro de este elenco a los llamados "asesinos satánicos", que se ven imbuidos por

la obligación de asesinar para, de tal suerte, obtener una

alta recompensa por cuenta de entidades demoníacas o de

carácter supra natural.

Page 11: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Muchos ejemplos hay de asesinos que podrían

conceptuarse satánicos, aunque cabe resaltar que estos

psicópatas generalmente presentan también rasgos

inherentes a otras categorías.

Por caso, Richard Ramírez. Este perturbado fue un

ultimador en cadena que se proclamó servidor de Satán,

aun cuando su comportamiento sádico de recreación en el

tormento infligido a sus víctimas lo encuadra igualmente

dentro del sub grupo de los homicidas hedonistas.

EL ASESINO HEDONISTA

Este tipo de homicida serial innova con cada asesinato

puesto que le excitan los desafíos.

El homicidio representa para él una fuente de goce que se

torna adictivo, en tanto necesita repetir la satisfacción

alcanzada, viéndose compelido a buscar regularmente

nuevas personas a quienes agredir.

Se recrea percibiendo la agonía que hace sufrir al objeto de

su crimen, y alarga el momento del deceso de éste con el

fin de regodearse en su tortura.

Es corriente que introduzca elementos místicos o rituales

durante la consumación de sus fechorías, pudiendo hurtar

prendas usadas por sus víctimas, e incluso extraer órganos

a los cadáveres, a manera de trofeos con los cuales busca

reproducir el placer sentido en el acto de matar.

Page 12: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Richard Ramírez puede ser

conceptuado de asesino hedonista o de asesino satánico -subespecie

dentro de los asesinos misioneros-, pues exhibió rasgos inherentes a ambos

tipos

EL ASESINO LUJURIOSO

Este elenco criminal abarca a los asesinos sexuales.

Estos homicidas acostumbran vejar y violar a sus presas

mientras permanecen con vida, y también, tras el

fallecimiento de éstas, practican sobre los cadáveres

lúgubres actos de necrofilia y de profanación.

Tal vez el paradigma del asesino sexual de tiempos

modernos lo haya constituido el norteamericano Theodore

"Ted" Bundy.

Dicho criminal resultó fue ejecutado, tras serle impuesta la

pena máxima tras imputársele la comisión de catorce

sádicos feminicidios precedidos de violación.

Page 13: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Theodore "Ted" Bundy,

prototípico asesino sexual clasificable dentro del grupo de los asesinos

lujuriosos

Los victimarios en serie lujuriosos devienen individuos

incapaces de concretar una relación carnal normal y de

mantener vínculos estables, y -al igual que los homicidas

hedonistas- se solazan con el suplicio al cual someten a los

objetos de su agresión, y pugnan por conseguir la mayor

satisfacción posible a través del dolor y del terror que

provocan.

Al matador serial lujurioso también se lo conoce

como "controlador", en tanto su disfrute lo obtiene a raíz de

la malsana sensación de dominio sobre sus presas

humanas, cuya sumisión y sojuzgamiento absoluto procura

ejercer.

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Page 14: El fenómeno del asesino serial a través de la historia

Fotografía del autor: Gabriel Pombo