el espaÑol, una lengua afortunada

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Rafael del Moral E E L L E E S S P P A A Ñ Ñ O O L L , , U U N N A A L L E E N N G G U U A A A A F F O O R R T T U U N N A A D D A A GRANDES MOMENTOS DE SU HISTORIA Universidad de Relaciones Internacionales, Moscú, 2007

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Grandes momentos de su historia

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Page 1: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

Rafael del Moral

EELL EESSPPAAÑÑOOLL,,

UUNNAA LLEENNGGUUAA

AAFFOORRTTUUNNAADDAA GRANDES MOMENTOS DE SU HISTORIA

Universidad de Relaciones Internacionales, Moscú, 2007

Page 2: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

2

EELL EESSPPAAÑÑOOLL,, UUNNAA

LLEENNGGUUAA AAFFOORRTTUUNNAADDAA::

GGRRAANNDDEESS MMOOMMEENNTTOOSS

DDEE SSUU HHIISSTTOORRIIAA..

RRaaffaaeell ddeell MMoorraall

Resumen: La lengua española, que empezó

siendo un habla latina en boca de pastores y

campesinos y usada en un rincón del norte de

España, ha llegado al siglo XXI transformada

en una de las cuatro grandes lenguas de la

humanidad. La conferencia explica los mo-

mentos decisivos de su historia, los cambios

que hicieron que la lengua fuera creciendo

cada vez más hasta extenderse por todo el

mundo. La reflexión se concentra en cómo

habría evolucionado de no haber sucedido

uno de los ocho acontecimientos que aquí se

consideran.

Page 3: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

3

Abstrac: The Spanish language, which be-

gan as a Latin-speaking shepherds and far-

mers face and used in a corner of northern

Spain, has reached the XXI century turned

into one of the four major languages of the

word. The lecture explains the decisive mo-

ments of its history, changes that made the

language was growing more and more to

spread around the world. The discussion fo-

cuses on what would have happened if she is

not evolved in one of the eight events consi-

dered in those pages.

Page 4: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

4

Sobre fortuna e infortunio: la valoración

de las lenguas

¿Qué es una lengua afortunada? ¿Por

qué la variedad latina nacida en un rincón del

norte de la península ibérica llegó a conver-

tirse en una de las cuatro grandes lenguas de

la humanidad? ¿Cuáles son las razones que

han multiplicado en el mundo a los hablantes

o estudiosos del español?

Veamos lo que sucede en otros cam-

pos… ¿Es afortunado ese millonario nortea-

mericano que pasará a la historia como el

gran innovador de la informática? ¿Es una

suerte que sus ingresos sean los mas impor-

tantes del mundo solo superados por esas

grandes superficies suecas de muebles que

han revolucionado el mercado y que han lo-

grado que sus propietarios europeos, según

las cifras, superen al norteamericano de la

informática? Las fortunas se cuentan en ci-

fras, y para las lenguas contamos en hablan-

tes… Bien mirado, una lengua como el sue-

co, que ocupa por número de hablantes,

Page 5: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

5

según mis cálculos, el lugar número 81 entre

las lenguas del mundo y que es hablada por

unos ocho millones y medio de personas en

Suecia y en Finlandia, no parece excesiva-

mente afortunada. Si embargo los hablantes

de sueco y sus riquezas en euros serían capa-

ces de neutralizar la pobreza hispanoameri-

cana, tal vez solo con los excedentes de sus

fortunas… ¿Tendría que ser el sueco más

importante que el español, que ocupa el ter-

cer rango, o que el bengalí que ocupa el sex-

to? ¿Son las fortunas ajenas a las lenguas…?

Los suecos, que no son muchos, han tenido

la habilidad de prescindir de su idioma en los

negocios para utilizar otras lenguas, como el

inglés, o el español que le han sido mucho

más eficaces… Recordemos que ya tienen

una decena de grandes superficies en Espa-

ña… ¡y con qué éxito…! Por eso quiero de-

jar claro que cuando hablo de fortuna me re-

fiero a una condición eminentemente lingüís-

tica.

Page 6: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

6

Sobres los permanentes cambios en las

lenguas

Pocos hablantes se sienten poseedores

absolutos de sus lenguas. Constantemente

falta algo. Los cambios son tan rápidos que

en cuanto queremos ajustar la actualidad, se

torna en pasado.

El español hablado en Madrid, que es

el instrumento de comunicación que yo más

utilizo, ya no se modula ni se vocaliza igual

que hace unos años; ya no sirven expresiones

que hasta hace poco estuvieron de moda; han

envejecido los apelativos de invocación o de

contacto; bullen y fluyen en permanente

cambio los pronombres de cortesía y otras

fórmulas de respeto; las exigencias preposi-

cionales parecen mostrarse más permisivas;

formas léxicas que hasta hace poco gozaban

de elegante prestigio se tambalean; formas

gramaticales inaceptables en el lenguaje cui-

dado de hace unos años ganan terreno; la

lengua de los medios de comunicación lan-

guidece, se ajusta como puede con escasos

Page 7: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

7

deseos de innovación, y notamos tantas alte-

raciones que no podemos sino sospechar que

habrá inevitablemente un reajuste. Eso es lo

que sucede cuando las lenguas gozan de dila-

tado uso y prestigio, que continuamente se

mueven, cambian, para reacomodarse y, cu-

riosamente, para rejuvenecerse… Se sienten

ajenas y distantes a las heridas del tiempo

que necesariamente afecta a las personas. Y

cabe pensar que en ese continuo proceso de

adaptación saldremos ganando, de manera

natural, los usuarios.

Se alzan, es verdad, voces críticas con-

tra los medios de comunicación, contra la

oratoria política, contra quienes tienen voz

hacia las masas, es decir, contra todo aquello

que más se difunde. Pero ese estado inestable

que duda de la corrección de un término, ese

estado que se pregunta por la adecuación de

una palabra o una expresión es lo propio de

las lenguas, y lo habitual en todas las épocas

y periodos. Cada hablante tiene su estilo, su

patrimonio léxico, sus preferencias por de-

terminados usos metafóricos, sus lista de

Page 8: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

8

máximas, fórmulas y muletillas, sus modos

de organizar la ironía, su patrimonio expresi-

vo privado. Y en la continua búsqueda de esa

pureza, tan atractivo nos resulta oír al un

orador formado en las normas académicas

como al hablante rural que, sin mirada a las

normas académicas, porque ni las conoce ni

las quiere conocer, cuenta sus cosas con ad-

mirable estilo para entonar y elegir frases y

expresiones capaces de cautivar a cualquier

oyente, aunque vulnere las exigencias teóri-

camente correctas. Tan necesaria es la norma

como la libertad expresiva, tan necesaria es

la intuición e innovación del hablante, pro-

pietario de su lengua, como la conservación

y defensa del patrimonio lingüístico. Por eso

las lenguas vivas necesitan mostrarse en con-

tinuo cambio, en perpetua ebullición, como

tributo a su propia existencia.

Las lenguas no tienen presente, decía-

mos, porque no son estáticas. Y no son está-

ticas porque rara vez se encuentran ancladas,

como los barcos, a la espera de su singladura.

Las lenguas fluyen, cambian, mudan de aires,

Page 9: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

9

se ajustan, se renuevan y cuando en alguno

de estos vaivenes caen enfermas, se preparan

para la muerte si una cirugía adecuada, un

cambio social, no lo remedia. Desaparecen,

según el lingüista francés Claude Hagege,

unos centenares de lenguas al año. La escasa

repercusión social de sus hablantes, y el exi-

guo interés que la pérdida de las lenguas sus-

cita entre quienes se inquietan por los movi-

mientos sociales, relega al olvido a todas

esas que fallecen y no son enterradas. Ni si-

quiera una lápida las recuerda. ¿A quién le

interesa el fin del dalmático o del córnico, o

la inminente disipación de los hablantes de

queto, de navajo o de inuí? ¿A quién le inter-

esa la desaparición del labortano o del suleti-

no, últimos dialectos del vasco en su dominio

francés? Los ecologistas se concentran mu-

cho más en la vida animal y vegetal, los his-

toriadores investigan bastante ajenos a la his-

toria de las lenguas, a la mayoría de los polí-

ticos les inspira más la unificación que la di-

versificación, y para los comerciantes, mo-

dernos economistas, solo cuenta la eficacia:

fenicio y latín fueron las grandes lenguas del

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10

comercio, inglés y español, entre otras, son

hoy también grandes lenguas comerciales.

¿Y qué hacemos los lingüistas? Para noso-

tros, y difícilmente podríamos hacer algo dis-

tinto, el interés por las lenguas que no se

transmiten por escrito, que son la mayoría,

no puede ir más allá de cierta mirada etnoló-

gica, de cierto talante nostálgico.

Sobres lenguas y edades. Vidas y muerte

de las lenguas.

Pero volvamos al español. Produce

cierto estupor pensar que, sometido a esa re-

gla universal e ineludible, también va a su-

cumbir. ¿Quién puede imaginar su desapari-

ción en estos momentos?¿Cómo se va a des-

moronar? Sería difícil que cualquier cata-

clismo aniquilara, redujera o desencadenara

su decadencia, pero sabemos que se extin-

guió el latín, que fue, probablemente, la len-

gua más poderosa de occidente. ¿Y dónde

están aquellas lenguas de los grandes impe-

rios que sucumbieron al ritmo que se hundía

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11

el armazón político? ¿Dónde está el sumerio?

¿Dónde está el egipcio?

Las lenguas son instrumentos de co-

municación. Nadie utiliza un destornillador

despuntado o inapropiado, si a su lado tiene

otro que se adapta perfectamente al tornillo

que quiere acoplar o desenroscar. Si el espa-

ñol se ha extendido por el mundo con tanta

elegancia, y nunca, contrariamente a lo que

muchos propugnan, de manera impuesta, ha

sido porque los hablantes de leonés y ara-

gonés, que fueron sus primeros vecinos, y

luego los de catalán, gallego o vasco, prefi-

rieron el instrumento más adecuado, es decir,

la lengua española, para determinados usos

de comunicación. Y también porque tras la

independencia de los países americanos, a lo

largo del siglo XIX, aquellos gobiernos, de

manera natural, eligieron la lengua que más

convenía a sus administrados, y fue oficiali-

zada la que hoy nos une aquí. Las lenguas no

se imponen. Las lenguas están ahí, a disposi-

ción de los hablantes, y una serie de aconte-

cimientos las incitan a desarrollarse, exten-

Page 12: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

12

derse, difundirse, universalizarse, y también

a morir. Todas las grandes lenguas de la

humanidad murieron. La nuestra, no puede

ser una excepción.

La perspectiva en la historia de las

lenguas es todavía muy escasa. Solo algunas

se perpetuaron en textos escritos. Sabemos

que las más longevas no han alcanzado más

de tres mil años de vida, y eso con serios

achaques. El chino actual se parece al de

hace treinta siglos gracias a un tempranísimo

uso literario, mil años anterior a nuestra era,

mucho antes de que supiéramos lo que iba a

ser el griego. La lengua de Aristóteles y

Platón es otra de las más ancianas, o por lo

menos se parecía mucho a la usada en Grecia

antes de las profundas modificaciones a que

se vio sometida a mediados del siglo XX,

casi una cirugía estética. Muy particular es

también la edad del hebreo, lengua bíblica y

mítica que reapareció después de muerta al

servicio del actual estado de Israel. Nuestra

cuarta anciana, el sánscrito, consolidó su po-

der, una vez más, en la cultura. Estas cuatro

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13

lenguas han tenido una vida azarosa, difícil,

combativa, pero han conseguido cumplir esa

edad tan codiciada que no llegaron a alcanzar

lenguas tan influyentes como el sumerio

(unos mil años de vida), el egipcio (unos dos

mil), y ni siquiera el latín (unos mil trescien-

tos años). Otras menos afortunadas murieron

tan jóvenes que ni siquiera llegaron a tener

nombre, y otras que sí lo han tenido, como el

mozárabe en el sur de España, gozó de una

breve existencia de seis siglos. Del guanche,

lengua bereber que se habló en las Islas Ca-

narias, conocemos su desaparición, pero no

tenemos la fecha de nacimiento. Algo pare-

cido sucede actualmente con el eusquera o

vasco: sabemos que está vivo, y que estaba

vivo en el siglo XVI, pero ignoramos todo

sobre su linaje, su infancia y su juventud, y

sabemos mucho, eso sí, de su truculenta ma-

durez. Las lenguas separan a los pueblos de

manera natural, pero también ideológica.

Page 14: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

14

Momentos mágicos en la historia del es-

pañol

Del español tenemos datos muy preci-

sos: lugar de nacimiento, fecha aproximada

de alumbramiento, razones para la acepta-

ción de sus hablantes, inteligentísimo ajuste

al uso escrito logrado por el rey castellano

Alfonso X el Sabio, acierto excepcional, y

casi espeluznante, del uso que de aquella len-

gua hizo Fernando de Rojas en La Celestina,

y una serie de coincidencias, de momentos

claves de su historia, que la elevaron a esa

categoría de grandes lenguas de la humani-

dad que también ocupa, en orden cronológi-

co, el sumerio, el chino, el griego, el latín, el

árabe, el italiano, el francés, el ruso y el

inglés.

¿Y cuáles fueron esos momentos

mágicos de la historia del español que hizo

que aquella lengua de los rudos pastores

cántabros refugiados en las montañas del

norte de España se convirtiera en una de las

más apreciadas por la humanidad?

Page 15: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

15

Veamos, más a modo anecdótico que

riguroso, más de manera caricaturesca que

fotográfica, más en disposición divulgativa

que rigurosamente científica, veamos, digo,

en qué puntos se concentra la grandeza de los

aparentemente insignificantes hechos.

Casi todos los momentos clave en bio-

grafía del español, que de joven se llamó cas-

tellano, estuvieron inspirados en la melancol-

ía, pero también en la rebeldía, en la desobe-

diencia al orden establecido, en decisiones

taciturnas, en talantes románticos, en coinci-

dencias afortunadas, en regalos de las fuerzas

ciegas de la naturaleza. Porque las lenguas

llegan a distanciarse unas de otras como re-

sultado, como decíamos, del azar, de ese to-

que de varita mágica que la convierte en pri-

vilegiada frente a las vecinas. No depende de

su estructura interna, no, ni de la riqueza

léxica, ni siquiera de la facilidad gramatical,

tampoco, en eso no piensa la historia, depen-

de de situaciones tan ajenas a los propios

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hablantes que merece la pena detenerse

románticamente en ellas.

Revisemos, pues, algunos momentos

mágicos de la historia del español que han de

ayudarnos a explicar lo que puede sucederle

en los próximos años, en los siglos lejanos.

Y lo vamos a hacer recordando ocho momen-

tos mágicos. Para una mejor continuidad,

enumerémoslos con la prudente intención de

encaminar esta lección, para que no se pier-

dan quienes lo oyen, para que, si es posible,

nadie se desinterese, nadie se disipe en esta

particular relación de la historia de una len-

gua que tanto ha dado que hablar, en todos

los sentidos, a la humanidad. Estos momen-

tos mágicos y también míticos son los si-

guientes:

Primero - La soberbia de Fernán

González el rebelde, un hombre que le plantó

cara al mismísimo rey. Corrían los años en

que la España visigoda había sido invadida

por los musulmanes. Por entonces Europa

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17

entera podía haber pensado que la lengua del

futuro era… la poderosa lengua árabe.

Segundo - El trueque de Alfonso X, un

rey apodado el sabio que prefiere las letras a

la guerra, la cultura a las armas, los libros a

los ejércitos, y eleva al español, que por en-

tonces ni siquiera se llamaba castellano sino

lengua romance, aunque era la lengua de

Castilla, a la categoría de lengua escrita.

Tercero - Una boda clandestina, sí.

Una boda clandestina influyó radicalmente

en el destino del español. Creo que de no

haberse producido, nunca habríamos llegado

a la dimensión actual de la lengua. El novio

se llamaba Fernando, la novia, mayor que él,

Isabel… Los padres ni estaban de acuerdo ni

conocían la estrategia de los esposos, que se

conocieron poco antes de la ceremonia.

Cuarto - Un inesperado éxito militar

en una ciudad mítica: Granada. Los musul-

manes desaparecen de España. La supremac-

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18

ía castellana coincide con el declive del po-

der musulmán. Corría el final del siglo XV.

Quinto - La milagrosa aventura de un

loco y su final feliz. El iluminado se llama

Cristóbal y ha sido premiado por su perseve-

rancia con tres barquitos más parecidos a una

cáscara de nuez que a cualquier navío mo-

derno. Seguimos en finales del quince. Mila-

grosamente el aventurero regresa. Por fortu-

na puede asegurar que ha llegado a algún si-

tio. Muere sin saber que se trata de un nuevo

continente.

Sexto - Un fracaso, una tragedia, la

muerte de un tal Felipe, de gran belleza, se

convierte en éxito, en cambio favorable de

rumbo. Acaba de iniciarse el siglo XVI. La

extensión de aquella lengua, que ya se cono-

ce como el español, parece imparable.

Séptimo - La impericia de un rey de

escasa inteligencia, Fernando VII, y la inevi-

table fuerza de una lengua ya consolidada

para esparcirse por América. Nunca antes

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19

había llegado al continente de manera tan

firme.

Octavo - El mimo y la generosidad de

sus hablantes le ha puesto el último galardón.

Son grandes las voluntades y útiles los

acuerdos de los últimos años. Es la época del

éxito, y de los maridajes.

Hablemos de cada uno de estos ocho

momentos.

1

El primero de ellos, ese primer mo-

mento especial sin el que no habría llegado a

la madurez de hoy, ese período de la concep-

ción, se cobijó en la rebeldía de un hombre

llamado Fernán González. Era el re-

volucionario caballero un leonés inquieto y

aguerrido, conde y señor de Castilla, uno de

los territorios de aquel reino de León, uno de

los primeros formados por los cristianos que

lucharon contra la invasión árabe.

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De Fernán González, primer contribu-

yente para la historia de nuestra lengua, sabe-

mos que murió en el año 970, y también que,

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21

después de mostrar su intrepidez y arrojo en

defensa del monarca leonés, Ramiro II, des-

veló sus deseos de independencia para Casti-

lla. Y para evitarlo, Ramiro II lo encarceló. A

la muerte del rey, en 951, y aprovechando a

la crisis interna del reino leonés, Fernán

González consolidó su poder y consiguió

vincular Castilla a su familia, una decisión

tan patriótica para los castellanos como insu-

bordinada para los leoneses. Por entonces la

lengua leonesa y la lengua castellana no se

diferenciaban, o si lo hacían era en tan ínfima

medida que sus hablantes apenas apreciaban

las distancias.

El condado castellano pasó a la muerte

de Fernán González y por herencia, a su hijo

García I Fernández. Quedó así consolidada la

cuna del castellano.

Hoy recordamos aquellos hechos, in-

significantes en la densidad de la historia, en

la multitud de nombres y apellidos que con

estas raíces: Ramírez, Fernández, Martinez,

González, García… Estos antropónimos se

multiplican por el territorio de las dos Casti-

llas y otros aledaños, y en el olvido de la

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22

mayoría de los hablantes que ya recuerdan

poco de sus antecesores. El castellano avanzó

hacia el sur, al mismo ritmo que avanzaba la

conquista de territorios ocupados por los ára-

bes. De no haber avanzado, la lengua habría

quedado estancada. Eso le sucedió al leonés,

que no era sino el resultado del latín hablado

en el reino de león y tan cercano del castella-

no en léxico y fonética. Ambas lenguas se

llamaron romance en sus orígenes. El leonés

no dio ni un paso más. El castellano siguió

avanzando, pero al castellano nadie le dio la

menor importancia, nadie le adjudicó identi-

dad alguna, nadie le atribuyó el menor in-

terés futuro, nadie experimentó la menor in-

quietud o aprecio por aquel dialecto rústico y

aldeano frente al refinado latín, nadie sos-

pechó por entonces que había de convertirse

en una lengua hablada y estudiada, diez si-

glos después, en los cinco continentes.

Page 23: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

23

2

El segundo momento mágico, el se-

gundo paso de la vida de aquella lengua, una

de las muchas en que se había fragmentado

el latín, acontece porque un sucesor de la es-

tirpe iniciada por el guerrero rebelde Fernán

González, conocido como Alfonso X, que

vivió en el siglo XIII, agrandado ya el reino

de Castilla hacia territorios del sur, tomó la

decisión, también rebelde y cuestionada, de

huir del latín para la redacción de las leyes y

otros asuntos, y utilizar una lengua sin pres-

tigio en boca de gentes humildes. Por enton-

ces las otras lenguas del territorio que había

sido la Hispania visigoda eran el gallego, el

aragonés y el catalán.

Aquel gesto le hizo merecer a Alfonso

X el sobrenombre de el sabio. Pero si quere-

mos concederle su exacto valor como ins-

trumento útil, como vehículo de comunica-

ción, hemos de recordar también que el rey

Alfonso no utilizó el castellano, sino el ga-

llego, por entonces lengua de más rango, en

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24

su obra poética personal. Difícilmente podr-

íamos estar en una consideración más justa

de los hechos: reconozco, viene a decir el

rey, que la lengua de mi reino es el castella-

no, no cabe duda, y esa es la lengua más útil

para la comunicación. Pero al mismo tiempo

reconozco también que la lengua más avan-

zada en capacidad expresiva, en riqueza lite-

raria, es el gallego, y por eso la utilizo para

mi poesía personal.

Los colaboradores del rey Alfonso X,

puestos por él mismo al servicio de la lengua,

Page 25: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

25

alcanzan una insospechada dignidad en sus

expresiones, una acomodadísima sintaxis y

un léxico que nos enternece. Aquel modo de

redactar solo podía ser consecuencia de un

clarividente y plácido sentimiento de respeto

y consideración hacia una lengua, el castella-

no, que empieza a dar sus primeros pasos

serios. Todavía está muy lejos de convertirse

en la primera en importancia de las herederas

del latín. Además de los gallegos, los poetas

provenzales han desarrollado una literatura

de la que el castellano se encuentra aún muy

distante.

3.

Y llegamos al tercer momento mágico,

el más significado en la historia del español.

Le ocurrió por entonces a nuestra len-

gua, y durante un periodo de unos cincuenta

años, algo parecido a lo que le sucede ahora,

Page 26: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

26

desde hace solo unas décadas. El año de

1469 se parece mucho al de 1978. En aquel

entonces, una boda clandestina. En la fecha

reciente, un cambio social.

En aquel 1469, en la mañana del 19 de

octubre, una princesa castellana que contaba

entonces dieciocho años, contrajo matrimo-

nio con un joven aragonés, príncipe tam-

bién, un año menor que ella. Los contrayen-

tes se habían conocido cuatro días antes de la

ceremonia, y una y otro, Isabel y Fernando,

eran herederos de sus respectivos reinos. Y

una vez heredero del reino de Aragón, al que

también pertenecía Cataluña y las Islas Ba-

leares, Fernando I, casado con Isabel I, here-

dera del reino de Castilla, al que también per-

tenecía ya el de León, se hicieron cargo, por

igual, de dos reinos en los que convivían cin-

co lenguas que de este a oeste eran las si-

guientes: el gallego, cultivado por poetas y

hablado vivamente por el pueblo, el leonés o

astur-leonés, confundido profundamente con

su lengua vecina el castellano, que ha corrido

mejor suerte; el propio castellano, que es la

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27

lengua de la reina Isabel, el aragonés, que

también se confunde con el castellano, y el

catalán, que tiene sus propias raíces, su difu-

sión escrita y literaria y cuyos hablantes no

sienten, por entonces, necesidad alguna de

acercarse al castellano, ni nadie se lo pide.

Aquel fue el primero de una larga y

afortunada serie de acontecimientos, bastante

seguidos, que catapultaron al castellano hacia

la condición de lengua privilegiada. Por en-

tonces pasó a llamarse español. ¿Y qué había

Page 28: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

28

sucedido en 1469? Pues sencillamente una

conspiración, otra vez un acto de rebeldía, de

desafío de los poderes establecidos porque ni

el monarca de Aragón, Juan II, ni el de Casti-

lla, Enrique IV, su hermano, tuvieron noticia

de aquel matrimonio hasta después de con-

sumado. Había sido una nueva insubordina-

ción de la nobleza, como aquella del conde

Fernán González, frente a los poderes esta-

blecidos.

Pero cuando las revoluciones triunfan,

no se buscan culpables. El problema solo

existe cuando fracasan.

4.

Pasemos al cuarto momento. La fortu-

na, que de manera tan desigual se reparte en

tantas circunstancias, acompañó a Isabel de

Castilla y Fernando de Aragón desde el prin-

cipio. Sus decisiones, tan cuestionadas, resul-

taron políticamente acertadas. Incluso los

aparentes fracasos, se tornaron inexplicable-

Page 29: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

29

mente en éxitos. ¿Y cuáles fueron aquellos

éxitos? Sin duda alguna los dos más impor-

tantes sucedieron el mismo año, probable-

mente el año decisivo para la historia del es-

pañol, el de 1492. Aquel año apareció la

primera gramática en lengua castellana, la

que escribió el humanista sevillano Antonio

de Nebrija. Pero eso no tuvo ninguna impor-

tancia para la expansión del castellano. Si la

tuvo, y mucho más, la guerra sin batalla que

los príncipes Isabel y Fernando, ahora con-

vertidos en Reyes y posteriormente identifi-

cados como Reyes Católicos, lograron some-

ter al último vestigio de la presencia mu-

sulmana en España, la del reino de Grana-

da. Conquistado aquel reducto musulmán,

muchos herederos de los invasores huyeron,

otros, los menos, se acomodaron a la nueva

vida de los católicos, y los nuevos poblado-

res de aquellos territorios, castellanos y leo-

neses, llevaron allí el castellano y desplaza-

ron a la lengua románica hablada en aquellos

territorios, el mozárabe, que por aquel enton-

ces desapareció. Lo que era un éxito para el

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30

castellano, actuaba, no lo olvidemos, en de-

mérito de otras lenguas, que es lo que suele

suceder con la historia. Unos siglos antes el

latín había desplazado al íbero.

La política unificadora de los Reyes

Católicos utilizaba la lengua, la religión y el

poder como signos de cohesión. Recordemos

que desde el punto de vista lingüístico, y solo

desde este, la expulsión de los judíos, que

contribuyó a la unidad religiosa, se recuerda

hoy en la variedad del castellano, el sefardí,

Page 31: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

31

que los herederos de aquellos siguen hablan-

do en muchos rincones del mundo.

5.

Y entre todas aquellas medidas que

tanto contribuyeron a la unidad del país,

hubo otra, continuadora de la euforia de vic-

torias y éxitos de los reyes. Otra que también

tuvo lugar el mismo memorable año de 1492,

la de concederle tres barcos a un maniático

aventurero que no cesaba de importunar a

monarcas. Es la quinta coincidencia.

Page 32: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

32

A medida que conocemos la vida de

Cristóbal Colon, cuando leemos su diario del

viaje hacia las Indias, hoy América, cuando

entramos en su personalidad, descubrimos un

mundo místico, intelectual, íntimo y aventu-

rero… El mismo que inspiraría después a

tantos conquistadores españoles viajeros del

continente americano. Pero como estamos en

la historia del azar, podemos añadir que tam-

bién el rey de Portugal estaba cansado de oír

las demandas de Colón, y que la reina Isabel,

porque fue ella quien tomó la generosa deci-

sión, no le habría prestado ayuda alguna si

no hubiera tenido aquel mismo año de 1492,

el 6 de enero, aquella grandiosa y decisiva

victoria sobre los musulmanes. Inspirada en

aquellos éxitos accedió a regalarle tres cásca-

ras de nuez, tres insignificantes calaveras,

tres grandes trozos de madera flotante, aun-

que las llamemos barcos, para descubrir las

rutas occidentales hacia oriente. Y tuvo una

intuición de éxito, porque el 12 de octubre de

Page 33: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

33

aquel mismo año el marinero genovés divisó

un nuevo continente. Pero lo difícil quedaba

aún pendiente, había que regresar. Y se pro-

dujo el milagro. Colón atrapó las costas pe-

ninsulares portuguesas con solo dos de sus

tres barcos después de sobrevivir a una difí-

cil tormenta. El otro, incluida su tripulación,

desapareció en América.

Para la reina no fue sino una más en la

amplia lista de decisiones en la que casi na-

die confiaba. Lo difícil para aquel excéntrico

marino, inquieto y trotamundos, que tenía

nombre de iluminado, y origen forzadamente

desconocido, quedaba todavía pendiente:

mostrar que había ido. Poco a poco se lo fue-

ron creyendo, y con la incertidumbre, y la

seguridad de lo que aparecía a la vista, de lo

que allí había, empezó a inflarse el reino.

Responsables de aquella extensión fueron los

conquistadores, gentes tan aventurera como

Colón que con sus propios medios y un con-

trato real se lanzaban al continente America-

no en busca de tierras con que engrandecer la

corona castellano-aragonesa. Los conquista-

Page 34: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

34

dores Francisco Pizarro y Hernán Cortés lo-

graron sus mayores éxitos al adentrarse en el

Imperio Inca y en el Imperio Azteca respec-

tivamente. No entraremos en las críticas que

aquellos acontecimientos suscitaron y susci-

tan en nuestros días. Por muy interesantes

que sean, que no son, nos desviarían de nues-

tro estudio.

6.

El sexto momento mágico en la histo-

ria del castellano es una muerte. ¡Cuántas

veces la muerte de algo da vida a otro ser o

acontecimiento! El repentinamente desapa-

recido es un príncipe alemán. ¿Y qué hace

aquí este hombre de sangre azul? ¿Por qué

una muerte favorece la expansión de la len-

gua? Pues muy sencillo, otra vez la política

matrimonial. El hijo del príncipe alemán lo

es también de la princesa de España. Y lle-

gamos a un momento turbio de la historia

que debemos aclarar.

Page 35: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

35

Muchos fueron los reyes que dividie-

ron sus territorios para repartirlo entre sus

hijos. Así, por ejemplo, se escindió el territo-

rio de Galicia y Portugal, y hoy, unos y otros,

consideran dos las lenguas que estaban desti-

nadas a ser una. Los Reyes Católicos, que

tantos éxitos habían obtenido con su unión,

desearon que sus descendientes hubieran

contribuido a la expansión, especialmente

con Portugal. Y a ello dedicaron grandes es-

fuerzos. Todos ellos fracasaron por motivos

que no viene al caso aclarar para no extender

innecesariamente estos razonamientos. El

Page 36: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

36

hecho es que a la muerte de Fernando, en

1516 (Isabel había desaparecido en 1504), la

heredera legítima de ambos es la hija Juana.

Juana se ha casado con un príncipe alemán,

Felipe, apodado el hermoso, y ella se ha

enamorado locamente, él, parece ser que mu-

cho menos. Pero Felipe ha muerto inespera-

damente al beber un vaso de agua fría tras

una partida de pelota, según cuenta la leyen-

da. La heredera de tan vasto imperio es Jua-

na. Pero la princesa ha llevado su tristeza por

la desaparición de su amadísimo Felipe a tal

extremo, ha manifestado en público tantas

lamentaciones y llantos, ha seguido tan de

cerca al cadáver de su marido que primero

unos pocos y luego muchos más empiezan a

considerarla loca. Las cortes del reino, el par-

lamento de entonces, toma en consideración

su comportamiento y debe considerar si goza

o no de suficiente lucidez para el gobierno.

Deciden que no, que en ese estado de enaje-

nación no puede reinar. Ella pasará a la histo-

ria con el sobrenombre de la loca, Juana la

loca, y él como Felipe el hermoso. Se hará

cargo del reino, y aún más, del imperio, el

Page 37: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

37

hijo de ambos, Carlos de Austria. Carlos es

nieto de los Reyes Católicos, y heredero por

tanto del reino de España y sus territorios

coloniales, y también es nieto del emperador

Maximiliano de Austria, de quien recibe las

posesiones centroeuropeas. Carlos I es,

digámoslo con toda audacia, el gran monarca

de la lengua española, conocido también por

ser el primer rey de Europa y nombrado Car-

los V el Emperador, y lo fue también de mu-

chos territorios más que dilataban el imperio,

que extendían el señorío, que unificaban te-

rritorios tanto en Europa como en América, y

como acompañante de aquella parafernalia,

la lengua. El español, la lengua del Imperio,

alcanzó por entonces un prestigio muy pare-

cido al que hoy detenta el inglés, o al que

años antes había tenido el latín. Fue la lengua

de moda, la lengua de referencia, la lengua

de los viajes, la lengua de la formación, de la

cultura, de la clase, de la fineza, de la expre-

sión distinguida, del señorío… Todo occi-

dental que se preciara tenía la obligación de

pasar por el español. Y así fue hasta que el

francés, en el siglo XVIII fue raspando prota-

Page 38: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

38

gonismo a la lengua española en Europa, y

en buena parte del mundo, pero no en el con-

tinente americano.

7.

En séptimo lugar llegamos al aconte-

cimiento menos rebelde de todos, al más in-

esperado, al más teñido de magia. El número

de hablantes que hoy tiene nuestra lengua se

concentra en un continente donde no nació.

Un continente que, para mucha gente, recibió

a los colonizadores españoles que en su con-

quista arrasaron con aquella civilización y,

según muchas torcidas interpretaciones, im-

pusieron su lengua. Hoy sabemos que aque-

llo no fue así, que ninguna de las medidas

que Felipe II, Felipe III, Felipe IV y, Carlos

II, reyes herederos del Imperio de Carlos I y

administradores con mayor o menor fortuna,

tuvieron como objetivo desplazar o anular a

las lenguas del continente americano. Las

lenguas, al parecer de muchos especialistas

en sociolingüística, no se imponen. Ni se han

Page 39: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

39

impuesto nunca. Y cuando un imperio ha in-

tentado hacerlo, ha tenido los resultados

opuestos.

Tampoco Felipe V, el primer rey

Borbón, ni Fernando VI, tal vez el mejor rey

de España, ni Carlos III, el mejor alcalde de

Madrid, y Carlos IV, que sencillamente ol-

vidó que era rey y se desentendió de su lega-

do, adoptaron decisión alguna contraria a las

lenguas americanas. Muchas veces fueron los

españoles quienes aprendieron las lenguas

Page 40: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

40

amerindias, y las primeras universidades

fundadas en América utilizaron, a igual que

en España, la lengua latina. Ninguna de las

decisiones tomadas por los virreyes de Espa-

ña en América pudo contribuir a la exten-

sión, expansión y divulgación masiva del

español en el continente americano. Ahí

están los estudios de Rafael Lapesa, de Ma-

nuel Alvar, de Antonio Quilis y de tantos

otros que tan minuciosamente lo explican.

Una vez más el acto más inesperado, la ac-

ción que aparentemente debía contribuir en

menor grado a la difusión del español en

América, milagrosamente, fue la que despa-

rramó a los hablantes. La gran explosión del

español en el continente americano fue la que

los propios gobernantes de allí llevaron a ca-

bo una vez independientes, y no antes, una

vez organizados los estados, y con el único

fin natural de disponer de un instrumento de

comunicación útil entre los administrados. El

español fue declarado lengua oficial en los

países a medida que iban declarando su

independencia. Así fue como el español

trepó, se alzó, conquistó sin colonizadores el

Page 41: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

41

continente americano. Y así es como se ex-

tienden las lenguas: de manera natural, sin

imposiciones, con la necesidad de convertir-

se en instrumentos útiles de comunicación,

con la llaneza con que elegimos un destorni-

llador, y no otro, para ser eficaces en nuestro

trabajo.

8.

Envueltos en esta aureola histórica,

conscientes de haber llegado a la expansión

Page 42: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

42

sin que nadie hubiera podrido programarlo,

satisfechos de que sea así y no de otra mane-

ra, hablemos ahora, en este octavo y último

momento mágico, en lo que podemos llamar

el mimo y generosidad de sus hablantes, la

historia reciente de los grandes acuerdos, los

éxitos y maridajes de los últimos años.

Podríamos decir que en los orígenes

estaban nuestros vecinos del norte, los fran-

ceses. El rey que en el siglo XVIII sucedió a

Carlos II de Austria, fue Felipe V de Borbón,

antecesor de nuestro actual Juan Carlos I,

también de Borbón. Carlos II de Austria hab-

ía muerto sin descendencia a finales del siglo

XVII. Media España quería como descen-

diente a otro rey de su familia, aunque fuera

de otra rama, y la otra media prefería a un

rey de la familia francesa de los borbones.

¡Hemos estado tantas veces divididos los es-

pañoles…! Una pequeña guerra, nada que

ver con las de ahora, convirtió en perdedores

a los partidarios del rey de la casa de Austria,

y el rey francés sentó sus reales aposentos en

el trono de la España Imperial con el nombre

Page 43: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

43

de Felipe V. Con independencia de su labor

política, diremos que una de sus primeras

decisiones fue la fundación, según el modelo

francés, de la Real Academia de la Lengua…

Y su labor pulidora de estilo se inició de in-

mediato. Perdimos desarrollo literario porque

durante el siglo XVIII España fue una nación

traducida, pero ganamos en rigor lingüístico.

Resultado de aquella exquisita tradición son

tres obras de gran clase y estilo, tres obras

extraordinariamente unificadoras, la orto-

grafía, el diccionario y la gramática. Las tres

definen un estilo, señalan una norma, marcan

un comportamiento, indican un camino para

todos los hablantes de español del mundo.

La ortografía apenas ha cumplido ocho

años de vida. Las 22 academias de la lengua

española que existen en el mundo se han

puesto de acuerdo para su redacción y ahora

podemos escribir el español sin dudas en

cuanto a los normas escritas para todos los

rincones del mundo.

Page 44: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

44

La misma suerte ha corrido el léxico.

A la vigésimo segunda edición del dicciona-

rio de la Real Academia Española, que había

incluido más de veinte mil términos usados

solo en América, le ha seguido una obra sin-

gular: el Diccionario Panhispánico. De él

podemos servirnos para resolver las dudas de

aquellos términos que no coinciden en el

continente americano y en el nuestro.

Y la tercera publicación unificadora

aún no ha aparecido, pero lo va a hacer uno

de estos días. Se trata de la Gramática de la

lengua española aprobada, una vez más, por

todas las academias de la lengua.

Envueltos en esta aureola histórica,

podemos decir que los hechos que más han

contribuido a la difusión y extensión del es-

pañol son, dicho de manera grata y sin aris-

tas, los siguientes:

Page 45: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

45

- La rebelión sediciosa de aquel jo-

ven aguerrido que independiza al

condado de Castilla de su monarca.

- La boda clandestina de los herede-

ros de dos reinos.

- La capacidad de seducción de un

marinero errante que se atrevió a

persuadir a una reina.

- La supresión de los derechos a la

reina Juana, convertida en loca, sin

que nunca supiéramos, aunque si

sospechamos, en qué consistió

exactamente su demencia.

- Y la aceptación y beneplácito del

español en América en el momento

más inesperado, en la independen-

cia de los estados americanos.

Ninguno de ellos son motivos estric-

tamente lingüísticos. Las lenguas se ajustan

al perfil de la sociedad que las sustenta; las

lenguas fluyen y cambian muy a pesar de sus

hablantes, las lenguas se escabullen como

hábiles serpientes, como escurridizas culebri-

llas, sin que el poder político tenga en sus

Page 46: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

46

manos su control, aunque sí puede hacer mu-

cho por su protección.

El español, condicionado por fases y

transformaciones, escapa de la estricta volun-

tad de sus hablantes. Y sin entrar a conside-

rar más asuntos que prolonguen inútilmente

los razonamientos, diremos que nadie hubie-

ra aventurado la expansión del español por

América precisamente en el momento en que

menos influencia política tenía en el Nuevo

Mundo. Algo parecido le sucede también al

inglés: su aprendizaje se realiza hoy al mar-

gen de los países, europeos o americanos que

dieron luz a la lengua, con independencia del

afecto o desafecto que se manifieste por

aquel pueblo que la originó.

El español y otras lenguas en las últimas

décadas

Desde hace algo más de un siglo y

medio las cosas le han ido muy bien al espa-

ñol. Luego pasó unos años estabilizado, y en

Page 47: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

47

las últimas décadas la fortuna parece acom-

pañarlo de la misma manera: en gratas coin-

cidencias, en elegantes posturas ante el mun-

do, en capacidad difusora, en atracción esté-

tica, en gusto por su estudio, aprendizaje y

uso. Los extraordinarios progresos sociopolí-

ticos del territorio que fue cuna del español

han catapultado su reputación, y con ella su

atractivo y su difusión. A su afianzamiento

como lengua vehicular en el mundo contri-

buyen otros factores que hemos de enumerar

con prudencia, pero sin recelos, con respeto,

pero sin remilgada educación.

Las lenguas del mundo que viven du-

rante tiempo deportadas, proscritas, eclipsa-

das u oprimidas por la lengua que elige el

poder como única son numerosas. Y no por

ello estas lenguas en inferioridad desapare-

cen. Es el caso de los centenares de idiomas

hablados en la India, y la imposibilidad de

unificarlas con el poder del hindi y del

inglés. Pero, desde el otro lado de la obser-

vación, tampoco los esfuerzos de lenguas

que pretenden recuperar su identidad con

Page 48: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

48

medidas legales consiguen afianzar su uso

como a los poderes públicos les gustaría que

fuera. En las calles de Riga (Letonia), como

en las de Barcelona (España), la inmensa

mayoría de periódicos y libros que ocupan

las estanterías de los kioscos, librerías y bi-

bliotecas están escritos en ruso y en español,

respectivamente, y no en letón y en catalán

como preferirían las autoridades locales. So-

lo unas cuantas publicaciones, con financia-

ción pública, atestiguan la presencia de aque-

llas interesantísimas lenguas no elegidas en

la difusión de noticias, literatura o divulga-

ción científica.

Veamos, a modo de ejemplo, la expan-

sión del francés por el mundo y sus modos

de arraigo, comparados con los del español.

Hasta épocas recientes el francés ocupaba un

lugar muy destacado en Europa y en el mun-

do. Hoy, eclipsado por la fuerza arrolladora

del inglés, pierde impulso. Pero también por-

que la expansión del francés por el mundo

nunca entró de lleno en el lugar donde se

cuecen las lenguas para que se perpetúen, en

Page 49: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

49

la cocina de las casas. El espacio que ganó el

francés en aquellos países casi nunca fue

comparable al del español en América. Los

castellanos y las criollas formaron parejas

felices, crearon familias bilingües en cuyos

dormitorios convivieron la lengua amerindia

y el castellano. Una generación tras otra ganó

terreno el instrumento de comunicación más

útil, el que más convino en cada momento.

De aquella misma manera se introdujo el

latín en la península Ibérica y desplazó al

íbero y a otras lenguas celtas. Suponemos

que todo aquello empezó cuando un soldado

del imperio le dijo a una íbera en latín colo-

quial: “Tía, estoy por ti.” Y a los pocos años

ya tenían cuatro vástagos bilingües. Luego,

también de manera natural, el latín ganó te-

rreno y echó raíces en las cocinas. El francés

de la colonización alcanzó grandes cotas en-

tre intelectuales locales, pero nunca se armó

con la fuerza de la lengua en la que los pa-

dres les regañan a los hijos, de la lengua en la

que hablan dos vecinas, en la lengua de la

fiesta, de la broma… Los franceses viajaban

en pareja, los aventureros romanos y caste-

Page 50: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

50

llanos iban solos a la aventura… las mujeres

esperaban al final del viaje.

Y todo esto sucede porque la naturali-

dad en el uso, el suave y práctico manejo de

los instrumentos, preside la vida y perviven-

cia de las lenguas. ¿Y qué situación ocupa el

español en esta elección práctica de los

hablantes?

El mundo de la cultura se interesa cada

vez más por las lenguas. Los planes de ense-

ñanza incluyen más de una en la formación

de los estudiantes. La condición de bilingüe,

incluso trilingüe, es hoy inevitable en la for-

mación de una persona, con independencia

de su especialidad. El mayor porcentaje de

hablantes monolingües del planeta se en-

cuentra en los países anglófonos. De manera

más generalizada que en otros países, sus

usuarios, conscientes de la difusión de su

lengua, prescinden de añadir otra a sus cono-

cimientos, o si lo hacen la tienen en escasa

consideración y destreza. En otras muchas

partes del mundo, en especial en las regiones

Page 51: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

51

más abandonadas por la fortuna, se concen-

tran gran cantidad de políglotas, también en

mayor o menor grado de habilidad. La ma-

yoría de los inmigrantes procedentes de Áfri-

ca central hablan la lengua de sus padres, la

lengua de su ciudad, que con frecuencia no

coincide con la materna, la lengua vehicular

comercial más extendida en su región (suahi-

li, volofo, sango…) y el inglés o el francés,

lenguas obligatorias en la formación que les

permite arrojarse a la aventura europea. La

lengua del país de destino (español, francés,

italiano…) la añaden poco a poco, a veces no

tan rápido como cabría esperar. No entrare-

mos en la consideración de la destreza, con-

textos y fines con que se usan tales lenguas,

pero sí diremos que cumplen perfectamente

con la función para la que han sido aprendi-

das. Y diremos también que han sido apren-

didas sin esfuerzo, es decir, con la naturali-

dad que aprendemos, pongamos por caso, a

conducir bien, a comportarnos en público o a

montar en bicicleta.

Page 52: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

52

Si exceptuamos estos dos extremos de

monolingües y políglotas, la mayor parte de

los europeos, incluidos los países eslavos,

buena parte del este asiático y toda América,

añaden a su formación una o más lenguas a

la propia. No hace falta insistir en citar o re-

cordar a las que tradicionalmente se han al-

zado a ese privilegiado lugar.

El español del futuro

Mientras las cosas no se tuerzan, que

no parece que vayan a torcerse, el español

goza hoy de uno de los mayores privilegios

que la historia concede a las lenguas. Con la

universalización de su literatura, atraviesa

uno de los momentos mágicos, semejante al

que vivió el latín en el siglo I, el griego en el

siglo V anterior a nuestra era o el francés en

el siglo XVIII y en la francofonía. Ya nadie

lo considera patrimonio de los españoles,

sino de la humanidad, que es el mayor ga-

lardón que se le pueden ofrecer a una lengua.

Las miradas de quieres la estudian, la practi-

Page 53: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

53

can o simplemente la admiran no se dirigen

hacia Madrid, sino hacia tantos puntos a la

vez que no encuentran referencia única. El

español es la lengua del argentino Jorge Luis

Borges, del mexicano Octavio Paz, del chile-

no Pablo Neruda o del colombiano Gabriel

García Márquez, aunque también del gallego

Camilo José Cela, del catalán Eduardo Men-

doza, y de tantos otros con tantas y tan varia-

das nacionalidades y orígenes, vivencias y

convivencias, que las miradas del mundo

hacia el español se pierden entre los confines

de los continentes. Los que hemos pasado

por esta universidad sabemos que aquí, en

Moscú, en la MGIMO, lo hablamos como en

nuestra casa.

Pero se someterá, estamos seguros, a

algunos cambios.

El sistema de cinco vocales nos sitúa

entre la monotonía de las lenguas que solo

tienen tres, como el árabe, y la confusión de

las que utilizan más de una docena como el

inglés o el francés. El inglés muestra tal in-

Page 54: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

54

consistencia vocálica que frecuentemente los

interlocutores exigen una mayor precisión

para comprenderse. Parece que las cinco

trasparentes vocales del español van a per-

manecer más o menos estables, y eso a pesar

de que el habla relajada sureña tiende a abrir

unas y cerrar otras para señalar la pérdida de

una consonante de difícil articulación en po-

siciones finales de sílaba. Es difícil augurar

soluciones, pero lo que parece más probable,

tras una mirada histórica, es que el fenómeno

no supere el ámbito regional.

Más evidente parece la tendencia con-

sonántica. Cada vez son menos los hablantes

de diecinueve consonantes, es decir los que

distinguen casa de caza y los que distinguen

poyo de pollo. Si exceptuamos el yeísmo re-

hilado de los argentinos, la mayoría de los

hablantes utilizan diecisiete consonantes. Si

tenemos en cuenta la permanente extensión

del yeísmo, parece clara la pronta desapari-

ción de la consonante lateral palatal sonora,

uso prácticamente relegado al norte de Espa-

ña, en especial en las zonas rurales. Menos

Page 55: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

55

evidente resulta la extensión del seseo. Aun-

que los hablantes de español que no usan la

fricativa interdental de Zaragoza son mayor-

ía, los libros normativos del español en el

mundo enseñan el habla minoritaria de Ma-

drid, y no la de México. Es también difícil

aventurar el futuro, sobre todo para un fenó-

meno que considera más normativo lo que

es una excepción entre sus hablantes.

El caudal léxico, ancho y extenso,

comparte un uso común en todo el vocabula-

rio elemental y diario, al que se añaden las

especificidades de cada región: así hablamos

del léxico andaluz, murciano, canario, cuba-

no, mexicano, panameño, ecuatoriano, boli-

viano, rioplatense, chileno… El sistema per-

mite la creación de todo tipo de terminolog-

ías, en cualquier campo, y si se muestra per-

meable y receptivo a los neologismos ingle-

ses, no es sino por esa dimensión útil, prácti-

ca y generosamente suave en sus transaccio-

nes que deben tener las lenguas que se mues-

tra hábiles, y no rígidas o exigentes. No apa-

rece ningún peligro en el acercamiento del

Page 56: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

56

español al léxico inglés. Todas las lenguas

han nutrido su vocabulario con el de otras.

Incluso el inglés está plagado de términos

griegos y latinos que hoy, introducidos y

ajustados a los hábitos fónicos ingleses, solo

los expertos identifican. El patrimonio léxico

tradicional se concentra el las palabras más

frecuentes, mientras el importado se especia-

liza en significados que matizan y amplían

los campos de significado. Si el corpus léxi-

co de la Real Academia Española recoge más

de un millón de palabras que alguna vez fue-

ron utilizadas en la historia del español, y el

actual diccionario recoge unas ciento veinte

mil, nuestro léxico seguirá ampliándose y

especializándose, y unas palabras darán paso

a otras, y se mantendrán estables aquellas

que ocupan las frecuencias máximas.

Las exigencias gramaticales en cuanto

al orden de las palabras son hoy de una gene-

rosa fluidez en usos, y permite una gran am-

plitud de posibilidades con pocos elementos

y reglas. La tendencia parece aún más permi-

siva.

Page 57: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

57

Alguna solución debe buscar para el

equilibrio de las formas pronominales. El

desequilibrio de los adjetivos y pronombres

posesivos de tercera persona, su y sus, ha de

buscar un acomodo en las formas. Tal vez la

imparable tendencia a reducir el uso las

fórmulas de respeto usted y ustedes no sea

más que la voluntad de suprimir el polivalen-

te uso de sus correspondientes su, sus, que

tanto han afeado a nuestra lengua en la ex-

presión elegante. Mucho más atractiva era la

fórmula vos – vuestras, desviadas hacia la

más elegante de vuestra merced y luego con-

vertida en ese usted – ustedes que, según to-

dos los indicios, parece mostrarse inelegante,

si observamos el camino emprendido por

nuestra lengua.

El español actual parece estar abierto

también a una simplificación de las formas

verbales. Algunos tiempos de subjuntivo,

como los de futuro, han desaparecido en el

último siglo. Las formas de futuro de indica-

tivo también están en decadencia. Hoy pare-

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58

ce más frecuente oír voy a estudiar matemá-

ticas que estudiaré matemáticas. Algo pare-

cido le sucedió al inglés.

En general los usuarios futuros asis-

tirán a una simplificación de las formas ver-

bales, que es la tendencia de todas las len-

guas que se tiñen de las características de las

vehiculares.

Tiene el español una inmerecida fama

de no disponer de la riqueza en variedades

de entonación, de la emoción altisonante del

italiano, y en otros casos del francés. Olvi-

damos que si eso es cierto para el habla de

Madrid, no lo es para algunas variedades del

español como la andaluza, la canaria, o la

mexicana, capaces de envolverse en una dul-

zura expresiva envidiable, de un ingenio ex-

cepcional, de una viveza incomparable. Su

flexibilidad para el humor, para la broma

rápida, para la distensión, para una entona-

ción que suaviza los enfrentamientos en las

conversaciones, parece mucho más lograda

Page 59: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

59

que las rígidas exigencias de otras lenguas de

su categoría y difusión.

El sistema ortográfico, aunque con

dificultades, supera en utilidad a las enreve-

sadas, alambicadas y casi diabólicas orto-

grafías del inglés y del francés, sin duda una

dificultad añadida. Tienen a bien los usuarios

del francés y de inglés defender su ortografía

por el arraigo tradicional y el elegante uso,

pero muestran ambas lenguas serias dificul-

tades como sistema práctico de comunica-

ción y aprendizaje. Esta extraña complacen-

cia en la dificultad, en las trabas, está seria-

mente arraigada como un elemento de clase,

de estilo, de categoría. Recientemente algu-

nas lenguas africanas han sido dotadas de un

sistema de escritura. La razón impone la

lógica en la relación fonema-grafía. Pero se

quejaban algunos usuarios de estas nuevas

lenguas escritas de que su ortografía no tu-

viera las trabas del inglés y del francés, en

una torcida interpretación del uso práctico

que han de tener las lenguas. En los últimos

Page 60: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

60

años las variedades geográficas y sociales del

español se han puesto de acuerdo en todo el

mundo para unificar la ortografía, para hacer

de ella un uso común. Tal esfuerzo unifica-

dor no se ha conseguido para ninguna otra

lengua tan universalizada como la nuestra.

La influencia del inglés es algo

común a las lenguas del mundo. Para los

hablantes de planeta el aprendizaje del inglés

sigue de cerca al aprendizaje de la lengua

materna; para los hablantes de lenguas con

un número reducido de hablantes (las len-

guas septentrionales de Europa, por ejem-

plo), el aprendizaje y el posterior uso del

inglés es inevitable en la comunicación con

otros países, en cualquier ámbito, en cual-

quier actividad. Sabemos que no se trata sólo

de una influencia lingüística, sino de una in-

fluencia que, en determinados campos, ad-

quiere el valor de modelo de referencia.

Francia ha tomado una postura clara,

al menos institucionalmente, que tiende al

Page 61: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

61

rechazo del préstamo del inglés, que sancio-

na la rotulación pública en esa lengua, etc.

La investigación del peso del inglés en

las lenguas europeas está en marcha y ha da-

do frutos de mucho valor. Son frecuentes los

encuentros organizados para debatir esta

cuestión Las posturas son tan encontradas

que el fenómeno del anglicismo en el español

está muy presente en la Red.

Lo que parece claro es que, para el ca-

so del español, la influencia del inglés es no-

toria de preferencia en los préstamos léxicos.

Y a este respecto conviene advertir que una

proporción elevada de anglicismos léxicos

tiene un étimo procedente de una de las dos

lenguas clásicas de prestigio (griego, latín),

una de las cuales, la latina, es la base del

“léxico patrimonial” del español. Si esto es

cierto, todavía lo es más que los hablantes de

español no tardan en dar a estas palabras una

nueva forma, si la suya de origen difiere de

lo que establecen los cánones formales del

sistema lingüístico del español, tanto por lo

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62

que respecta a su fonética como a su repre-

sentación gráfica. Se tiende a la españoliza-

ción de la pronunciación.

Esta influencia del léxico inglés se da

sobre el español de España y sobre el español

de los países hispanoamericanos. Posible-

mente sea más perceptible en el español del

país que tiene frontera con Estados Unidos,

México, o en el español de países, como Pa-

namá, que han mantenido con los Estados

Unidos estrechas relaciones económicas y

políticas. Por otra parte, la frontera mexicana

del norte ha sido lugar de paso de un flujo

incesante de emigración. El ritmo de creci-

miento de la población hispánica en los

EEUU es tal que, por una parte, lo “latino”

ejerce un peso en las culturas musical, cine-

matográfica o gastronómica; por otra, lo

“hispano” requiere de los políticos estadou-

nidenses una atención hacia la lengua espa-

ñola; por otra más, una variedad de mezcla,

el spanglish, que surge y es adoptado por

unos como bandera de identidad creativa y

por otros como elemento distanciador.

Page 63: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

63

Riesgo de fragmentación

Hoy por hoy el español se coloca entre

los instrumentos de comunicación más

prácticos y dispuestos para su uso por el

mundo. El español de Madrid ha dejado de

ser el modelo, mientras nuevos y variados

núcleos y tendencias la independizan, abren

nuevos rumbos dentro de la unidad. Hoy el

español no puede desaparecer como el latín

porque no es la lengua de un imperio, sino de

muchas de comunidades lingüísticas. El

arraigo en la humanidad es tan grande y va-

riado que no tiene peligro alguno de morir

por la desaparición de sus hablantes. El ries-

go de fragmentación es mínimo. Aunque el

léxico aleja a las distintas variedades y algu-

nas consonantes también, las diferencias son

insignificantes si las comparamos con la uni-

dad del resto de los fonemas, con la coinci-

dencia en las formas de los artículos, de los

demostrativos, de los números, de los pro-

nombres, del léxico básico, del que está entre

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64

las frecuencias máximas como los nombres

de los objetos de la vida diaria, de parentes-

co, etc., También existe una coherente uni-

dad en las exigencias gramaticales como la

concordancia, el uso de las formas verbales y

el orden de la oración. Las divergencias son

insignificantes frente a la unidad.

Los hablantes de español no dispone-

mos de tres grandes países que expanden su

influencia y su cultura, ni tampoco de una

colección de países que admiran la sabiduría

y la cultura a través de una lengua europea,

ni nuestros hablantes se concentran en una

gran nación o en una nación muy poblada

donde sus habitantes se multiplican. El espa-

ñol se distribuye por el mundo en amplio es-

pectro. No enumeraré los países que lo in-

cluyen en sus planes de estudio para no can-

sar con una larga lista, pero sabemos que se

admira sin condiciones, con naturalidad, en

cualquier lugar del planeta. Las posibilidades

de que un cataclismo social la conduzca a la

situación de peligro que viven hoy más de

cuatro mil lenguas en los próximos tiempos

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65

es impensable. El español está llamado a

perpetuarse, a extenderse, a recordarse y a

instalarse en la conciencia de todos los

hablantes del planeta como una de las len-

guas más codiciadas por la humanidad.

Conclusiones

Por eso los estudiantes de español, que

son muy numerosos en todo el mundo aun-

que, como sucede siempre, en diversos gra-

dos de destreza, se muestran felices en los

primeros pasos porque el sistema fónico

permite que se dejen entender rápidamente,

porque el caudal léxico, en los niveles esen-

ciales, se presenta claro y accesible, porque

la frase elemental no es rígida y exigente. Si

a esto añadimos el peso de la tradición litera-

ria, una de las más ricas de todas las lenguas,

nos encontramos ante una lengua que reúne

todas las características para perpetuarse en

la humanidad durante siglos, y mantenerse

como uno de los instrumentos de comunica-

Page 66: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

66

ción más eficaces que nunca existieron sobre

el planeta.

Enhorabuena a todos los que me oyen

y me entienden por haber elegido al español

como lengua añadida a la legendaria e ilustre

lengua rusa. Enhorabuena por disponer de

uno de los elementos de comunicación que

más puede contribuir al acercamiento entre

los pueblos. Enhorabuena, también, por mos-

trar en su uso esa habilidad que tantos

hablantes de español en el mundo desearían

tener. Sois un verdadero ejemplo de estudio

y logros.

Muchas gracias.

Moscú, 29 de octubre de 2007

Page 67: EL ESPAÑOL, UNA LENGUA AFORTUNADA

67

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(MGIMO, Moscú, octubre de 2007)

(Guía para la orientación)

Sobre fortuna e infortunio: la valoración de las len-

guas

Sobres los permanentes cambios

Sobres lenguas y edades. Vidas y muerte de las len-

guas.

Momentos mágicos en la historia del español

1. Fernán González

2. Alfonso X, el sabio

3. Boda de Isabel y Fernando

4. Unificación territorial

5. Conquista de América

6. Muerte de Felipe el hermoso

7. Independencia de los países americanos

8. Acuerdos entre los hablantes

El español y otras lenguas en las últimas décadas

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71

El español del futuro

El sistema de cinco vocales

La tendencia consonántica

El caudal léxico

El raro equilibrio de las formas pronominales

La simplificación de las formas verbales

La riqueza o parquedad en variedades de ento-

nación

El sistema ortográfico

La influencia del inglés

Riesgo de fragmentación

Conclusiones