el escultor josÉ mateo larrauri, su etapa gallega

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RESUMEN José Mateo Larrauri fue un asiduo protagonista de la vida cultural de Galicia antes, e incluso después, de su tras- lado a Zaragoza como profesor de la Escuela de Artes y Oficios. Este artículo pretende recuperar su labor y ofre- cer una visión general acerca de su producción en su tierra natal. Palabras clave: escultura, arte público, retrato, arte gallego, siglo XX ABSTRACT José Mateo Larrauri was a central figure in the cultural life of Galicia before and even after he moved to Zaragoza to lecture at the School of Arts and Trades. This study aims to reappraise his work and also provide an overview of his artistic production in his native land. Keywords: sculpture, public art, portrait, Galician art, twentieth century EL ESCULTOR JOSÉ MATEO LARRAURI, SU ETAPA GALLEGA Victoria Martínez Aured Universidad de Zaragoza En junio de 1922 se incorporó al claustro de la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza un escultor de origen gallego, José Mateo Larrauri Marquínez, quien ocupó la plaza de profesor de término de Composición decorativa (escultura) hasta su jubilación en abril de 1955. Excelente docente, minucioso modelador y experto retra- tista, dejó magníficos ejemplos de su quehacer en la capital aragonesa, a pesar de concentrar casi íntegramente su labor en la enseñanza. Pero este santiagués nunca olvidó su origen, como lo demuestran sus frecuentes viajes a Galicia, sus trabajos en esta comunidad años después de su traslado y su participación en exposiciones de artistas gallegos. Merece la pena recuperar la trayectoria de Larrauri en su tierra ya que, si bien no alcanzó la proyección de sus paisanos Asorey, Bonome, Compostela o Eiroa Barral, sí fue un protagonista constante y silencioso de la vida cultural de aquella época. La revisión a grandes rasgos de su produc- ción, que incluye un amplio y variado espectro de piezas, nos revela a un autor versátil, que se inclinó hacia una visión tradicional de la discipli- na, eminentemente realista y académica. Esta tendencia se justifica en aquellos casos que res- pondieron a encargos específicos de ámbitos, como el de la escultura religiosa o retratística, anclados en referentes del pasado y asentados en la imitación fidedigna de la realidad. Sin embargo, y a pesar de hallarse alejado de los nuevos caminos que supusieron la moderniza- ción paulatina de la escultura, imprimió su sello particular y característico, incluso en esos traba- jos que no le permitían gran libertad de acción. Sus figuras comparten unas proporciones estili- zadas, una actitud elegante y pausada, una expresión serena, concentrada especialmente en la mirada, pero al mismo tiempo individuali- zada en cada personaje. Además de ello y como nota constante, demostró un dominio técnico de los diversos materiales, que continuó mani- festando durante su labor docente. Nació el 17 de marzo de 1885 en Santiago de Compostela, donde residían sus padres, Mateo y Juliana, si bien ambos, así como sus QUINTANA Nº8 2009. ISSN 1579-7414. pp. 157-171 Data recepción: 2009-05-12 Data aceptación: 2009-07-22 Contacto autora: [email protected]

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RESUMENJosé Mateo Larrauri fue un asiduo protagonista de la vida cultural de Galicia antes, e incluso después, de su tras-lado a Zaragoza como profesor de la Escuela de Artes y Oficios. Este artículo pretende recuperar su labor y ofre-cer una visión general acerca de su producción en su tierra natal.

Palabras clave: escultura, arte público, retrato, arte gallego, siglo XX

ABSTRACTJosé Mateo Larrauri was a central figure in the cultural life of Galicia before and even after he moved to Zaragozato lecture at the School of Arts and Trades. This study aims to reappraise his work and also provide an overviewof his artistic production in his native land.

Keywords: sculpture, public art, portrait, Galician art, twentieth century

EL ESCULTOR JOSÉ MATEO LARRAURI, SU ETAPA GALLEGA

Victoria Martínez AuredUniversidad de Zaragoza

En junio de 1922 se incorporó al claustro dela Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza unescultor de origen gallego, José Mateo LarrauriMarquínez, quien ocupó la plaza de profesor detérmino de Composición decorativa (escultura)hasta su jubilación en abril de 1955. Excelentedocente, minucioso modelador y experto retra-tista, dejó magníficos ejemplos de su quehaceren la capital aragonesa, a pesar de concentrarcasi íntegramente su labor en la enseñanza.Pero este santiagués nunca olvidó su origen,como lo demuestran sus frecuentes viajes aGalicia, sus trabajos en esta comunidad añosdespués de su traslado y su participación enexposiciones de artistas gallegos. Merece lapena recuperar la trayectoria de Larrauri en sutierra ya que, si bien no alcanzó la proyección desus paisanos Asorey, Bonome, Compostela oEiroa Barral, sí fue un protagonista constante ysilencioso de la vida cultural de aquella época.

La revisión a grandes rasgos de su produc-ción, que incluye un amplio y variado espectrode piezas, nos revela a un autor versátil, que se

inclinó hacia una visión tradicional de la discipli-na, eminentemente realista y académica. Estatendencia se justifica en aquellos casos que res-pondieron a encargos específicos de ámbitos,como el de la escultura religiosa o retratística,anclados en referentes del pasado y asentadosen la imitación fidedigna de la realidad. Sinembargo, y a pesar de hallarse alejado de losnuevos caminos que supusieron la moderniza-ción paulatina de la escultura, imprimió su selloparticular y característico, incluso en esos traba-jos que no le permitían gran libertad de acción.Sus figuras comparten unas proporciones estili-zadas, una actitud elegante y pausada, unaexpresión serena, concentrada especialmenteen la mirada, pero al mismo tiempo individuali-zada en cada personaje. Además de ello y comonota constante, demostró un dominio técnicode los diversos materiales, que continuó mani-festando durante su labor docente.

Nació el 17 de marzo de 1885 en Santiagode Compostela, donde residían sus padres,Mateo y Juliana, si bien ambos, así como sus

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Contacto autora: [email protected]

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respectivas familias, provenían de poblacionesalavesas1. Atraído por la práctica artística, des-arrolló sus primeros pasos en la Escuela de Artese Industrias de su localidad natal, en la que per-maneció desde el curso 1897-1898 hasta 1903y en la que obtuvo buenas calificaciones y pre-mios2. Compaginó estos estudios con la asisten-cia a los talleres de escultores locales, comoMagariños. Transcurridos estos años, prosiguiósu formación en Madrid y asistió a la Escuela deArtes y Oficios, donde consiguió Sobresaliente yPremio en Concepto e Historia del Arte en1906-1907. Ese mismo curso se matriculó en laEscuela Especial de Pintura, Escultura y Graba-do, donde recibió Diploma de segunda clase enla asignatura de Modelado del antiguo y ropa-jes3. En la capital disfrutó del magisterio de dosmaestros4, José Alcoverro y Amorós y AnicetoMarinas. Este último le influyó más intensamen-te, ya que asistió durante cinco años a su taller,en los que colaboró en la realización de variosmonumentos conmemorativos5. Sin duda suafán de perfeccionismo, la fidelidad ante laobservación del natural y el detallismo en sustrabajos, se deben en gran medida al magisteriodel que fue una de las principales figuras de laescultura española de finales del siglo XIX yprincipios del XX.

I. Sus primeras obras y participación enexposiciones

Residía en Madrid en la misma calle de laEscuela de Artes de la Palma a la que acudía,cuando se aventuró a participar en la ExposiciónNacional celebrada en 1906. Su obra El efectono recibió recompensa alguna. Sin embargo, enla siguiente cita de 1908 disfrutó de mayorsuerte con el yeso Madre adoptiva, de un tama-ño ligeramente superior al anterior y por el quefue distinguido con una mención honorífica.

En 1909 Santiago de Compostela acogió laExposición Regional Gallega, que pretendiómostrar los avances desarrollados por la indus-tria, el comercio y las artes. La ciudad se enga-lanó para la ocasión y procuró estar a la alturade un evento de esta proyección, inauguradopor Alfonso XIII el 24 de julio6. La muestra contócon una sección de Bellas Artes en la que parti-ciparon numerosos expositores. Por supuesto,José Mateo Larrauri contribuyó con sus creacio-

nes a la iniciativa desarrollada por su ciudad yfue distinguido, entre otros artistas, con unamedalla de oro de escultura7. Pero su relacióncon la Exposición Regional no finalizó al clausu-rarse, sino que, como se tratará más adelante,participó en el concurso convocado para erigirun monumento al presidente del Comité orga-nizador, Pedro Pais Lapido.

En 1910 prosiguió su participación en loscertámenes oficiales nacionales con Lucha porla vida, grupo datado en 1909 (Fig. 1). Formóparte de un lote donado por el Museo de ArteModerno al Municipal de Bellas Artes de SantaCruz de Tenerife, donde se conserva8. Se insertaen la línea escultórica desarrollada a finales delsiglo XIX y principios del XX, centrada en larepresentación de instantes anecdóticos, habi-tualmente protagonizados por niños pertene-cientes a los estratos humildes de la sociedad9.En este caso se trata de un desnudo, queintenta apartar con su mano izquierda la cabe-za de un perro que se acerca peligrosamente alrecipiente con comida que porta. Pero, en elaltercado, se vuelca ligeramente parte del con-tenido. Con esta obra obtuvo una menciónhonorífica, junto a otros escultores como elzaragozano José Bueno o la hija de su primermaestro, Carmen Alcoverro10. A tenor de losdatos personales recogidos en el catálogo de lamuestra, para esta fecha ya había regresado aSantiago, donde fijó su estudio en la rúa delVillar, 11.

En la Nacional de 1912 se declararon desier-tas dos medallas de segunda clase de la secciónde escultura, que fueron convertidas en cuatrode tercera, valoradas en setecientas cincuentapesetas11. Uno de los beneficiados por esta cir-cunstancia fue José Mateo Larrauri, distinguidopor el grupo en yeso ¡Al fin!... tarde, conserva-do en la Escuela Maestro Mateo de Santiago12

(Fig. 2). En él representó tres marinos en unasituación desesperada, situados en el extremode una barca completamente inclinada, zaran-deada por las embestidas de un mar embraveci-do. El personaje de la izquierda, recostado y conlos ojos entrecerrados, sostiene todavía losremos13, mientras el único que se mantieneconsciente, conforma el vértice de la composi-ción piramidal. Se trata de la figura más poten-te y dinámica, que refleja en su anatomía

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desnuda la tensión de la escena. Ayudado porsu pierna izquierda, que apoya en el lateral de laembarcación, sostiene con sus manos el cuerpoinerte de uno de sus compañeros, mientras girael torso hacia un lateral e inclina la cabeza haciaatrás. Esta posición forzada acentúa la sensa-ción de desequilibrio y esfuerzo y evita al mismotiempo un excesivo estatismo. Recuerda en con-cepto a La Balsa de la Medusa de Géricault,tanto por el dramatismo derivado del aconteci-miento, como por las anatomías musculosas enlas que se concentraron ambos autores en unalarde técnico. Igualmente comparten desenla-ce, ya que como el propio título indica, el ansia-do rescate tiene lugar cuando las consecuenciasya han resultado fatales. En definitiva, este con-junto dinámico y bien dispuesto cumplía losrequisitos valorados por la Academia al estar

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modelado con detalle, incluir un estudio anató-mico y mostrar el riesgo de una profesión, undrama social cotidiano.

El 5 de agosto de 1912 se inauguró unaexposición de Arte en La Coruña. Organizadapor Paco Llorens y costeada por La Liga de Ami-gos, se ubicó en dos salas del Ayuntamiento yen otras dos del Grupo Escolar da Guarda. Nose otorgaron recompensas, ya que se concibiócon el fin de divulgar y otorgar una salidacomercial al arte regional y con la intención decrear una Escuela de pintura gallega. Sin embar-go, la participación no se limitó a artistas regio-nales. De hecho, junto a Brocos, Larrauri yMadariaga, participaron otros escultores comoel madrileño Ángel Ferrant y el aragonés Ricar-do Pascual Temprado14. Este último, profesorauxiliar numerario de Modelado y Vaciado en la

Fig. 1. José Mateo Larrauri, Lucha por la vida, 1909. Museode Arte Moderno Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz deTenerife.

Fig. 2. José Mateo Larrauri, ¡Al fin!... tarde, 1912. Escuela deArtes Maestro Mateo, Santiago de Compostela.

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Fig. 3. José Mateo Larrauri, marco de la orla de Derecho Civil,1917. Colección particular.

Fig. 4. Alegoría de la Justicia, detalle del marco de la orla deDerecho Civil, 1917.

Fig. 5. José Mateo Larrauri, San José con el Niño, 1917.Iglesia de Santiago do Deán, Pobra do Caramiñal (A Coruña).

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la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza comoprofesor de término de Composición decorativa(escultura), tras la permuta de la plaza obtenidapara la de Valladolid21.

Tal y como se revisará a continuación, elescultor no cesó de trabajar en obras de diversanaturaleza, como un marco tallado en maderapara la orla de los alumnos de Derecho Civil de1917 (Fig. 3). En él combinó motivos vegetalesmodernistas con dos relieves en madera decerezo. En uno de ellos destaca la alegoría de lajusticia, personificada a través de una mujer quesujeta una espada de enormes proporciones yseñala un libro abierto, tras la cual se distinguela balanza de la justicia y, en un segundo plano,un león de perfil (Fig. 4). El relieve de la parteinferior reproduce una clase magistral, con losalumnos sentados en tres filas de bancos corri-dos22.

a) Escultura religiosaExisten referencias sobre su trabajo como

escultor de imaginería religiosa, una labor a laque se dedicó con frecuencia en su taller, encolaboración con su discípulo José Juan Gonzá-lez23, quien más adelante prosiguió con estalabor en solitario24. Suyas son, por ejemplo, laimagen de San Ambrosio en la catedral de San-tiago o la Virgen de los Remedios en la capillade la universidad25. En junio de 1912 se pudocontemplar en un escaparate de Santiago unaInmaculada Concepción. La prensa local elogiótanto al autor, por su perseverancia y crecientevocación, como a la obra, que describió como“una prudente y acertada novedad en el difícilramo de la escultura religiosa”, alejada de losmodelos habituales26. Y es que Larrauri, lejos delimitarse a imitar referentes del pasado, impri-mió un estilo personal a este tipo de piezas,caracterizado por un canon estilizado, granexpresividad en los rostros, unas formas simpli-ficadas, una cuidada policromía y delicadosdetalles, como la azucena que portaba en lasmanos esta Virgen.

En la localidad de Pobra do Caramiñal seconservan varias muestras de su trabajo a esterespecto. De 1917 data un San José con el Niñoen madera policromada (Fig. 5) y el paso deSemana Santa ¿A qué has venido?, en el que se

Escuela de Industrias y Bellas Artes de La Coru-ña, ya había compartido espacio expositivo conLarrauri en la Regional Gallega de 1909 y fue,años más tarde, su compañero en la de Artes yOficios de Zaragoza.

Durante las fiestas del Apóstol de 1915 denuevo la Liga de Amigos de Santiago organizóun Certamen de Arte, Virtud y Trabajo, queincluyó secciones de Pintura, Poesía, Música,Industria Artística y Escultura. En cuanto a estaúltima, las bases establecieron dos vertientes. Laprimera, referente al modelado en yeso o barrococido de un grupo alegórico del Trabajo, sepremiaría con 250 pesetas y Diploma de Honorpor el Casino de Santiago. La segunda, ungrupo alegórico de la Virtud en los mismosmateriales, recibiría idéntica recompensa porparte del Círculo de la Juventud Conservadora15.La participación no fue numerosa, tan sólo sepresentaron tres obras y Larrauri ganó con sufigura alegórica al trabajo16.

Su producción incluso traspasó nuestrasfronteras y viajó hasta Buenos Aires con la Expo-sición de Arte Gallego que se inauguró en esaciudad en septiembre de 1919. Resultó un éxitode público y ventas17 y entre las obras adquiridasse encontró Ti sei que toleas, la aportación deLarrauri. Ramón Rodríguez pagó por este bron-ce de “género anecdótico” 1.500 pts.18. Unadécada más tarde, en agosto de 1929, participócon otro bronce, Lonxe d’a terriña, en unamuestra de similares características en la mismaciudad19. Un trabajo que bien podría aludir,tanto a los emigrantes gallegos residentes enArgentina, como a su propia situación personal.

II. Revisión de su producciónEn 1914 barajó la posibilidad de dedicarse a

la docencia y se presentó a las oposiciones parala asignatura de Composición decorativa (escul-tura) en la Escuela de Artes y Oficios de Santia-go, en las que obtuvo un voto como apoyo. En1918, optó al puesto de profesor de esculturaanatómica de la Facultad de Medicina de la Uni-versidad de esa misma localidad. Pero lo consi-guió Francisco Asorey, quien se perfilaba comoel principal representante de la renovaciónescultórica gallega20. Finalmente se publicó enLa Gaceta de junio de 1922 su incorporación a

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inmortalizó el beso de Judas (Fig. 6). Tallado enel mismo material, se encuentra firmado en labase y fechado en 1922. En ambos es percepti-ble la estilización de las proporciones, acentua-da en el paso debido a los pliegues de la túnicablanca de Cristo, que cae hasta sus pies y queconforma un volumen neto.

Debieron quedar satisfechos con los resulta-dos en Pobra do Caramiñal, ya que años mástarde, cuando residía en Zaragoza, requirieronde nuevo de sus servicios para la confección deun nuevo grupo procesional, La sentencia dePilatos27. Dispuesto para que participara en laSemana Santa de 1932, el conjunto lo compo-nen tres figuras. Pilatos, con túnica clara, repo-

sa en un sitial, mientras señala la figura de Cris-to, maniatado, con el torso descubierto con lasheridas de latigazos, tocado con la corona deespinas, manto y cetro (Fig. 7). Frente a él, unmiembro de la guardia pretoriana eleva un puñoen gesto amenazante. A pesar de que la poli-cromía actual desluce la calidad de la talla, toda-vía es perceptible la destreza del escultor quien,fiel a los estereotipos de este tipo de imágenes,individualizó a cada personaje a través del len-guaje gestual de sus cuerpos y la expresión desus rostros.

Carballiño es otra localidad que atesoraobra diversa de Larrauri, como la Virgen de losDesamparados, que ocupa el segundo piso del

Fig. 6. José Mateo Larrauri, ¿A qué has venido?, 1922. Iglesiade Santiago do Deán, Pobra do Caramiñal (A Coruña).

Fig. 7. José Mateo Larrauri, detalle de la figura de Cristo delPaso La sentencia de Pilatos, 1932. Iglesia de Santiago doDeán, Pobra do Caramiñal (A Coruña).

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cuerpo central de un retablo neogótico en lacapilla del asilo construido gracias a los genero-sos donativos de los hermanos Prieto Pereira(Fig. 8). Sobre un pedestal rodeado de nubes, laVirgen sostiene al Niño, quien aparta el extremoizquierdo del manto de su madre, al igual queésta hace lo propio al lado contrario para darcobijo a una pareja de edad avanzada arrodilla-da a sus pies, que constituye la parte más inte-resante y novedosa del conjunto. El hombrepresenta un ojo vendado y ambos elevan sumirada implorando auxilio. Sus vestimentasremendadas, de tonalidades oscuras, contrastancon la luminosidad y los ricos bordados de lasfiguras celestiales28. Este tipo de personajeshumildes, imbuidos en un ambiente melancóli-co, protagonizaban los trabajos también enmadera de otros escultores gallegos contempo-ráneos, como Bonome, aunque tallados conmayor expresividad. En este caso, su elección

responde a la especificidad de su ubicación, enla que ya debió encontrarse en la inauguraciónoficial del edificio en julio de 1921.

b) El género del retratoDesde el inicio y durante toda su trayectoria

resolvió con acierto estos trabajos. El 4 de octu-bre de 1912, el presidente del Senado EugenioMontero Ríos y su esposa Avelina Villogas cele-braron sus bodas de oro, acontecimiento querecibió numerosas adhesiones. Por su parte, elAyuntamiento de Santiago les entregó un per-gamino y un medallón fundido en oro con susbustos como recuerdo de esa fecha. Larrauri seencargó del modelado de la medalla, en la querepresentó en bajorrelieve sus retratos de perfil,con la leyenda: “MDCCCLXII- MCMXII”, demos-trando su desenvoltura tanto en el retrato, comoen la resolución del bajorrelieve, manifiesta enotras obras como la lápida en honor al Dr. Lite,

Fig. 8. José Mateo Larrauri, Virgen de los Desamparados, c.1921. Capilla de la Residencia Hermanos Prieto, Carballiño(Ourense).

Fig. 9. José Mateo Larrauri, Busto de Victoriano García Martí,1918. Liceo Pueblense de Carballiño (Ourense).

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El escultor José Mateo Larrauri, su etapa gallega164Victoria Martínez Aured encargada por la Diputación Provincial de Zara-

goza en 192729.En noviembre de 1918 modeló el busto de

Victoriano García Martí, con quien le unía unaestrecha amistad (Fig. 9). Es probable que gra-cias a él comenzara esa vinculación artística conPobra do Caramiñal, ya que este escritor eraoriundo de allí. No se trata únicamente de unarepresentación naturalista, sino humanizada, deun personaje al que apreciaba, que transmiteuna sensación de serenidad y de concentraciónpropia de la labor intelectual que desempeñaba.En origen, se hallaba dispuesto sobre una basecúbica y estaba realizado en escayola30, peropara preservarlo fue fundido en bronce por Sán-chez Mendizábal. Hace unas décadas sirvió demodelo para un monumento en su memoriaque, a iniciativa de la Diputación y el Ayunta-miento, se colocó en la plaza de su mismo nom-bre. En esta versión en piedra, la cabeza surgede un bloque de piedra apenas desbastado.

En febrero de 1919 se contempló en el esca-parate del comercio santiagués regentado porSaturnino Luengo otro busto, en este caso, deldoctor Joaquín Vaamonde. La crítica destacó elparecido con el retratado y no dudó en felicitaral artista31. Ese mismo mes una nefasta noticiaconvulsionó el panorama artístico español: elescultor tarraconense Julio Antonio había falleci-do en la plenitud de su carrera. El pintor JuanLuis López propuso, a través de una carta abier-ta a la prensa local, organizar una velada necro-lógica en su honor32. Tres días más tarde sepublicó en El Eco de Santiago la adhesión deJosé Mateo Larrauri a la iniciativa, ya que confe-saba admirar la obra del artista33. Se procuró queno se convirtiera en un acto académico, oficial,sino que resultase un recuerdo sincero. Se cele-bró el 21 de marzo en el Teatro Principal de San-tiago y en él intervinieron, entre otros, GarcíaMartí, Valle Inclán y Pan de Soraluce. Larrauriformó parte de la presidencia y fue el autor delbusto del homenajeado, que se colocó en unpedestal sobre el escenario34 (Fig. 10). En él sacri-ficó su concepción habitual del retrato comorepresentación fiel de la realidad en aras de unainterpretación idealizada de la misma. La obraemanaba claras reminiscencias clásicas, evoca-doras de la propia producción del fallecido, quequedaba de esta manera inmortalizado en plena

juventud, con la mirada firme y su torso desnu-do parcialmente cubierto por una toga35.

c) La escultura monumentalLa tendencia de conmemorar acontecimien-

tos históricos y recordar personajes o figurasdestacadas de la historia reciente o pretérita dela ciudad, amplió las posibilidades de trabajo delos escultores. Si bien una parte de los encargosse encomendaron a artífices de renombre alsuponer la apuesta por un valor seguro quederivaba en prestigio para la localidad, en otrasocasiones se convocaron concursos a los queconcurrieron escultores con sus propuestas.Lamentablemente, en estos casos los partici-pantes permanecían en el anonimato, a excep-ción del escogido por el jurado, ya que sólo seprocedía a la apertura de la plica del antepro-yecto ganador.

Esto sucede, por ejemplo, con la iniciativapara erigir un recuerdo a Rosalía de Castro enSantiago de Compostela. Al finalizar el plazo deadmisión de bocetos el 31 de enero de 1914, seexpusieron en la Escuela Normal los diecinueverecibidos36. A juzgar por las fotografías de diezde ellos publicadas en Vida Gallega, su diversi-dad abarcó desde los presupuestos decimonóni-cos —Cariña de rosa— hasta la apuesta porlíneas innovadoras —Craras Fontiñas—. Aun-que, a juzgar por la valoración de un grupo dejóvenes artistas que se opusieron a que, ante laausencia de literatos gallegos, el tribunal lo inte-graran personalidades locales defensoras de unquehacer excesivamente tradicional, predominóel arte de “repostería”37. En general, casi todosoptaron por el desarrollo vertical y por incorpo-rar la efigie de la ilustre escritora como protago-nista principal, de pie o sedente, acompañada defiguras alegóricas complementarias38. Las dimen-siones se vieron condicionadas por lo limitadodel presupuesto que no debía superar las treintamil pesetas. El jurado otorgó por unanimidad elpremio al lema Follas Novas, obra conjunta delarquitecto Isidro de Benito y el escultor FranciscoClivilles, mientras galardonó a otros de los quese desconoce su autoría, con diplomas de honory de colaboración. El monumento no se inaugu-ró en el Paseo de la Herradura hasta julio de1917 debido a la escasez de fondos39. Junto aconcurrentes como Mateo Inurria, Lorenzo Cou-

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llaut Valera o Francisco Asorey, probablementeacudiría José Mateo Larrauri, ya que como parti-cipante habitual de los acontecimientos de suciudad, no podía permanecer ajeno a esta opor-tunidad. Lamentablemente, resulta complicadoaventurar con qué anteproyecto probó suerte,debido a que no se publicó la totalidad de losmismos y la calidad de algunas de las imágenesdivulgadas es escasa. Este mismo inconvenienteafecta a otras iniciativas conmemorativas de lacomunidad, como el monumento erigido a Con-cepción Arenal en La Coruña, en las que el escultorsantiagués pudo participar y no ser seleccionado.

A raíz de la Exposición Regional Gallega cele-brada en Santiago en 1909, surgió la intenciónde agradecer con un monumento el esfuerzo ydedicación de uno de los principales responsa-bles de su éxito, el Presidente de su Junta Cen-tral y ex senador, Pedro Pais Lapido. Al mostrarsereacio al homenaje en vida40, se retomó la ideatras su fallecimiento en febrero de 1917, para locual se abrió una suscripción popular y se con-vocó un concurso entre artistas gallegos o resi-dentes en Galicia, con un plazo de entregabastante precipitado, apenas veinte días y al queconcurrieron nueve maquetas. Las bases concre-taron gran cantidad de aspectos, como el perfilarquitectónico, que debía constar de una estruc-tura —columna, pedestal u obelisco— que iríarodeada de una verja, coronada por un busto delpatricio a tamaño mayor del natural y una ins-cripción determinada en lugar visible. A eleccióndel artista quedaban las proporciones, alegoríasy ornamentación. En cuanto a los materiales,podían escoger entre bronce, hierro, piedra omármol, siempre que el coste total no excedierade diez mil pesetas41. Las obras habrían de ini-ciarse de manera inmediata y finalizarse en julio,para entregarlo al Ayuntamiento de la ciudaddurante las fiestas del Apóstol. A pesar de la pre-mura no se inauguró en el Paseo de la Bóvedahasta julio de 1918.

El jurado destacó la calidad de Testimonio,Bizancio y Homenaje. Bizancio, de FranciscoAsorey, recibió un premio42, pero fue Testimonioel elegido, del que se valoró “la riqueza de lacomposición, el sabor compostelano de su esti-lo, las dimensiones totales (4’50 metros) y lasuntuosidad y grandeza del conjunto”43. Resul-tó igualmente determinante la calidad del busto,

Fig. 10. José Mateo Larrauri, Busto de Julio Antonio colocadoen el escenario del Teatro Principal durante la velada necroló-gica, 1919. “Miscelánea gráfica”, Mundo Gráfico, 18 dejunio de 1919, nº 399, p. 9.

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que estimaron superior al resto. Detrás de esteproyecto se encontraba Larrauri, que por fin veíareconocida su labor y conseguía dejar su huellaen el espacio urbano de su ciudad.

Si se contempla la fotografía del boceto ori-ginal, se distinguen mínimas diferencias con res-pecto al resultado final44 (Figs. 11 y 12). Laestructura arquitectónica presentaba un desa-rrollo semejante pero, por su tonalidad, tambiénse iba a fundir en bronce la alegoría sedente deGalicia. Precisamente en esta figura se observanmayores variaciones, en cuando al modo en quesostiene la placa conmemorativa de la Exposi-ción, así como en su indumentaria, calzada conzuecos en el proyecto y más elaborada en la ver-sión definitiva, tanto en el tocado como en los

detalles de la falda. Asimismo los elementos dis-puestos a sus pies, como la maza y los engrana-jes, disminuyeron su tamaño y protagonismo.En la parte superior del pilar se ubicó el busto,que responde al prototipo academicista, basadoen fotografías del homenajeado. A pesar de lasdimensiones humildes impuestas por el escasopresupuesto, el conjunto destaca por sus pro-porciones armoniosas y por su perfecta integra-ción en el ambiente natural. Pero, ante todo,sobresale la resolución de la figura femeninacomo una representación de la singularidadregional, una intención frecuente en la plásticade la época, que se preocupó por ensalzar y rei-vindicar aquello característico y propio de cadaterritorio. Una línea de acción de la que tomó

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El escultor José Mateo Larrauri, su etapa gallega166Victoria Martínez Aured

Fig. 11. José Mateo Larrauri, Boceto del Monumento a PedroPais Lapido, 1917. Archivo Histórico Universitario de Santiago,Obras Municipais (Libros). 1893-1923. Paseos e Arboladovarios. Expediente 13, 1917.

Fig. 12. José Mateo Larrauri, Monumento a Pedro Pais Lapido,1918. Paseo de la Herradura, Santiago de Compostela.

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parte Larrauri con este magnífico ejemplo dis-tinguido por su particular delicadeza y bellezaserena (Fig. 13).

Existe constancia de su participación enotros concursos para monumentos, como elconvocado en Madrid en 1924 para erigir uno aEmilia Pardo Bazán45 o el abierto en Zaragoza en192846 para otro a Goya. Pero exceden de loslímites cronológicos y geográficos de este estu-dio, en el que sí se inserta otro proyecto desti-nado a perpetuar el recuerdo a los hermanosPrieto y Pereira en Carballiño, que llegó a mate-rializarse aunque con ciertas dificultades. Ya seha aludido al loable gesto de Adelaida, FrayJuan, Leandro y Severino Prieto, que donaronparte de su fortuna para favorecer a la pobla-ción sin recursos del partido a través de unaCasa-Asilo regentada por las Hermanitas deAncianos Desamparados47. Gracias a ellos seconstruyó un nuevo edificio, obra del arquitecto

santiagués López de Rego, a quien se encargóen 1918 un proyecto de monumento, presenta-do al año siguiente48. Del boceto, proyecto yplano, se encargó Larrauri y fue aprobado conagrado49. Igualmente se conservan en el archivode la villa dos propuestas para la verja que lorodeaba, diseñadas por él, aunque se descono-ce si pertenece a este primer momento o a unafase posterior.

Consta de un pilar octogonal con un anillocon ornamentación vegetal en la parte superiory cuatro pilares decorativos adosados que seprologan como nexo de unión con la base cir-cular y de los que parten cuatro pilastras sobrelas que se colocaron los bustos fundidos enbronce de los hermanos Prieto. Éstos, de granparecido físico con las fotografías que se con-servan, aparecen firmados y fechados en 1933en los respectivos laterales. El conjunto quedapresidido por la Caridad, tallada en mármol y

Fig. 13. José Mateo Larrauri, detalle de la alegoría de Galicia.Monumento a Pedro Pais Lapido.

Fig. 14. José Mateo Larrauri, Monumento a los hermanosPrieto Pereira, 1918-1935. Parque Municipal, Carballiño(Ourense).

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personificada a través de una hermana delAsilo, que conducía de la mano a un niño,mientras a su izquierda se hallaba un anciano,en una posición semejante a la del personajemasculino de la Virgen de los Desamparados.Finalmente varió la concepción de esta últimafigura que se apoya en un bastón, mientras laCaridad descansa la mano sobre su hombro(Fig. 15).

El escultor firmó el 31 de octubre de 1919un contrato con la Comisión por un total de35.000 ptas, de las que 12.000 se destinaban ala construcción del pedestal, y las restantes sedividían en 2.000 para cada uno de los bustos y15.000 para el grupo principal, en piedra blan-ca Amorquí. A pesar de que la intención inicialera inaugurarlo a la vez que el Asilo, cuandollegó el momento en julio de 1921, tan sólo se

Fig. 15. José Mateo Larrauri, detalle de La Caridad, Monumento a los Hermanos Prieto Pereira,1933.

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procedió a la colocación de la primera piedra50.El pliego de condiciones no se firmó hastamarzo de 1922, justo cuando se recibió unaplaca en bronce enviada por hijos de Carballiñoresidentes en Buenos Aires. Ésta se colocó unavez concluido el basamento en la Plaza Mayor yconstituyó la única decoración del mismodurante años, al quedar paralizadas de nuevolas obras debido a la escasez de fondos y a otrascircunstancias desfavorables51.

En varias ocasiones se planteó revitalizar larecaudación, pero no se retomó con verdaderoimpulso hasta abril de 1932, año en que los pro-pios vecinos se movilizaron ante la deuda queconsideraban tenía contraída la villa con susbenefactores. Se creó entonces una nuevaComisión que retomó las gestiones y catorceaños después de la concepción del boceto, con-tactaron con su autor, pero para solicitarle querenunciase a su realización. Y es que, a pesar dela cláusula que impedía que se encomendase laobra a otro escultor, la Comisión consultó pre-supuesto con Francisco Asorey, que se ofreciópara hacerse cargo de la parte artística por22.000 ptas52. Larrauri rehusó la rescisión delcontrato, puesto que tras el tiempo y el trabajoinvertidos, supondría una pérdida de dinero.Además, por el vínculo regional existente, dese-aba ver finalizado el proyecto53. No obstante, ypese a admitir que su situación económica noera boyante, se ofreció a ejecutar los modelosde los bustos y el grupo a tamaño definitivo porun precio fijo de 6.500 pesetas. Cantidad que,sumada a los presupuestos de fundición y tallaque adjuntó, distaba mucho del total al queascendía el primer contrato, sin contar con elaumento de precio derivado de los años trans-curridos. Las circunstancias no podían ser máspropicias para la Comisión, pero ésta, amparadaen la escasez de recursos que ciertamente sufriósin cesar, regateó de nuevo y ofreció una últimapropuesta, por la que el escultor cobraría única-mente cinco mil pesetas, además de confiarleen exclusiva las gestiones con las empresas quepasarían los modelos a materia definitiva. Noobstante, y a pesar de las ventajosas condicio-nes que les brindaba el contrato, en Carballiñono confiaban plenamente en la profesionalidadde Larrauri. Por lo menos, esto se deduce de la

solicitud de referencias que requirieron sobre él.Pero, tras los informes positivos recibidos que loalababan tanto profesional como personalmen-te54, y la aceptación del escultor, se retomó porfin la empresa.

Sin duda se puede afirmar que esta obra lereportó a Larrauri más esfuerzo y preocupacio-nes que beneficios económicos. La abundanterelación epistolar mantenida con la Comisión,con la madrileña Casa Codina Hermanos y laCasa Altuna de Bilbao, encargadas de la fundi-ción y talla de las piezas, prueba una gravosadedicación. A ello se sumó, por supuesto, lapropia labor en el taller. Finalizó el modelado delos bustos en tamaño mayor que el natural enabril de 1933 y en agosto del mismo año yahabía ultimado el grupo del remate en yeso, deunos dos metros de altura. En un principio, sedudó si fundirlo también en bronce, aunquefinalmente se optó por el mármol de Carrara,pese a su mayor coste. Se retrasó su labra pordiversas huelgas y no se concluyó hasta final deseptiembre de 1934, por lo que se pospuso lainauguración que se había planificado para esemes. Sin embargo, en mayo del año siguientetodavía no se había celebrado e incluso surgie-ron discrepancias en el seno de la Comisiónacerca de la ubicación del monumento. Mien-tras unos optaban por mantener la original,otros propusieron su traslado al parque deMesego. Finalmente se decidió esta localiza-ción, actual parque municipal de la localidad,donde se encuentra todavía la obra más monu-mental y costosa de José Mateo Larrauri.

Larrauri demostró un conocimiento de lastendencias escultóricas en auge, sobre todo enla producción desarrollada durante sus años dejuventud. Más tarde y debido al tipo de encar-gos asumidos por su taller, sus obras respondie-ron a un lenguaje más clasicista, aunque no porello exento de detalles y notas característicasque lo alejaron del tratamiento convencionalque solían recibir esas tipologías. Por ello y porsu participación constante en los acontecimien-tos artísticos de la época, es necesario tener encuenta la labor de este escultor gallego, quedejó en su región interesantes muestras de sutrabajo, tanto antes como después de que razo-nes profesionales le alejaran de ella.

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NOTAS

1 Así se especifica en su partida

de nacimiento. Registro Civil de San-

tiago de Compostela. Tomo 42, Sec-

ción 1ª, nº 161.2 Consta en su expediente, que se

conserva en el Archivo de la Escuela de

Artes y Oficios de Zaragoza.3 Archivo de la Escuela Especial de

Pintura, Escultura y Grabado de

Madrid. Caja 199-1, folio 23.4 Así aparece referido en los catá-

logos de las Exposiciones Nacionales

de 1906, 1910, 1912 y 1926. En el

primero se especifica que es discípulo

de José Alcoverro y en el resto, de Ani-

ceto Marinas.5 SINUÉS URBIOLA, José, “José

Mateo Larrauri”, El Noticiero, Zarago-za, 3-11-1923, p. 3.

6 FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, Xosé,

“La Exposición Regional Gallega de

Santiago de 1909”. En Abrente: revis-ta de la Real Academia de Bellas Artesde Nuestra Señora del Rosario, A

Coruña, nº 26, 1994, pp. 127-144.7 “Exposición Regional Gallega de

1909”, El Eco de Santiago, Santiago,6-12-1909, p. 2.

8 TARQUIS RODRÍGUEZ, Pedro,

Desarrollo del Museo Municipal deBellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.Ayuntamiento de Santa Cruz de Teneri-

fe, Santa Cruz de Tenerife, 2001, p. 72.9 Entre la producción de su maes-

tro, Aniceto Marinas, existen varias

muestras de este tipo de obras como

El descanso del modelo o Los pesca-dores pescados.

10 “De Arte. La Exposición”, LaCorrespondencia de España, Madrid,

15-10-1910, p. 4.11 “Informaciones”, La Época,

Madrid, 17-6-1912, p. 1.12 LÓPEZ VÁZQUEZ José Manuel,

y SEARA Iago, Galicia. Arte. Tomo XV:Arte Contemporáneo. A Coruña, Hér-

cules Ediciones, 1993, p. 250.13 La parte que correspondía a la

parte inferior de la escultura no se

conserva, ya que fue mutilada durante

su traslado a la nueva sede de la

Escuela.14 “Nuestras fiestas”, La Voz de

Galicia, La Coruña, 6-8-1912, p. 1.15 Archivo Histórico Universitario

de Santiago [A.H.U.S.], 1347, Fiestas

Patronales. 1910-1915.16 “Los premios del Certamen”, El

Eco de Santiago, Santiago, 28-7-

1915, p. 3.17 “La exposición de Arte Gallego.

Nuestros artistas alcanzan un triunfo

soberbio”, Revista del Centro Gallego.Órgano de la colectividad gallega en elUruguay, 12 de octubre de 1919, nº34, p. 15.

18 1ª Exposición de Arte Gallegoen Buenos Aires. Buenos Aires, Tall.

Gráf. De Caras y Caretas, 1921.19 Exposición de Arte Gallego.

Agosto 1929. Buenos Aires, Amigos

del Arte.20 FILGUEIRA VALVERDE, J. (ed.),

La escultura gallega, el centenario deFrancisco Asorey. Santiago de Com-

postela, Fundación Alfredo Brañas,

1991, p. 86.21 La Gaceta, Madrid, 30-6-1922,

p. 4.22 SOUSA JIMÉNEZ, Historia de la

escuela de artes y oficios de Santiagode Compostela. Santiago de Compos-

tela, Diputación Provincial de A Coru-

ña, 1988, p. 34.23 En los catálogos de las Exposi-

ciones Nacionales de 1943 y 1948

admite a Larrauri como su maestro.24 RAMÓN TEIJELO, Regina y

SILVA SUÁREZ, Manuel, “Homenaje

en su centenario al paso de la Con-

ducción del Redentor al Sepulcro”,

Cuadernos del Santo Entierro, nº 1.25 LÓPEZ VÁZQUEZ José Manuel,

y SEARA Iago, Galicia. Arte…, p. 251.26 “J. Mateo Larrauri”, El Eco de

Santiago, Santiago, 5-6-1912, p. 1.27 ALBAREDA, Hermanos, “Notas

de arte”, El Noticiero, Zaragoza, 25-2-1932, p. 8.

28 Aunque probablemente la

decoración dorada de la túnica de la

Virgen se debe a una restauración

posterior, ya que no aparecía en las

fotografías de la época: Vida Gallega,10-9-1921, nº 179, p. 9.

29 CALVO RUATA, José Ignacio,

Patrimonio Cultural de la Diputaciónde Zaragoza. Pintura, escultura, reta-blos. Zaragoza, Diputación de Zarago-

za, 1991, p. 370.30 Vida gallega, 30-12-1918,

nº119, p. 12.31 “Santiago”, La Voz de Galicia,

La Coruña, 4-2-1919, p. 2.32 “En honor de Julio Antonio”, El

Eco de Santiago, Santiago, 19-2-

1919, p. 1.33 “En honor de Julio Antonio”, El

Eco de Santiago, Santiago, 22-2-

1919, pp. 2-3.34 “Hoy en el teatro. Homenaje a

Julio Antonio”, El Eco de Santiago, 21-3-1919, p. 2.

35 KSADO, “Notas santiaguesas”,

Vida gallega, 30-6-1919, nº 128, p.12; SINUÉS URBIOLA, José, “José

Mateo Larrauri”, El Noticiero, Zarago-za, 3-11-1923, p. 3.

36 “Monumento a Rosalía”, El Ecode Santiago, Santiago, 2-3-1914, p. 2.El listado completo de los mismos apa-

reció en “Monumento a Rosalía Cas-

tro”, El Eco de Santiago, Santiago,2-2-1914, p. 3.

37 “El monumento a Rosalía de

Castro”, La Voz de Galicia, La Coruña,

16-2-1914, p. 1.38 “Monumento a Rosalía de Cas-

tro. Algunos de los proyectos presen-

tados”, Vida Gallega, 25-2-1914, nº25, p. 14.

39 “Galicia paga una deuda de

amor y admiración. En Santiago se

inaugura hoy la estatua de Rosalía”,

La Voz de Galicia, A Coruña, 30-7-

1917, p. 1.40 “Homenaje al Sr. Pais Lapido”,

El Eco de Santiago, Santiago, 3-12-1909, p. 2.

41 “Para un monumento. Un con-

curso artístico”, El Eco de Santiago,Santiago, 28-4-1917, p. 1.

42 “Notas compostelanas”, VidaGallega, 10-7-1917, nº 89, p. 15.

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43 “Homenaje al Sr. Pais Lapido”,El Eco de Santiago, Santiago, 26-5-1917, p. 2.

44 A.H.U.S., Obras Municipais(Libros). 1893-1923. Paseos e Arbola-do varios. Expediente 13, 1917.

45 “Madrid, para el monumento aDoña Emilia Pardo Bazán”, ABC,Madrid, 22-2-1924, p. 5.

46 “El concurso de proyectos paraun monumento a Goya, abierto por elPatronato Villahermosa-Guaqui”, ElNoticiero, Zaragoza, 9-6-1928, p. 2.

47 Primer Centenario Residencia

Hermanos Prieto, 1901-2001. Herma-

nitas de los Ancianos Desamparados.

Ourense, Diputación Provincial de

Ourense, 2001.48 “Asuntos varios de provincias”,

Mundo Gráfico, Madrid, 29-10-1919,

nº 418, p. 20.49 Archivo Municipal de Carballi-

ño [A.M.C], Legajo 25, Expediente 1,

Monumento a los hermanos Prieto.50 “Los actos de hoy en Carballi-

no. El nuevo asilo de los hermanos

Prieto”, El Noroeste, A Coruña, 24-7-

1921, p. 1.

51 [A.M.C.], Legajo 25, Expedien-

te 1, Actas del nuevo Comité, 25-4-

1932: “un Gobernador de Primo de

Rivera pretextando legalismos impide

que se lleve a cabo la construcción del

monumento […]”.52 [A.M.C.], Legajo 25, Expedien-

te 1, Acta del Ayuntamiento del 8-10-

1932.53 [A.M.C.], Legajo 25, Expedien-

te 1, carta fechada el 22-9-1932.54 [A. M. C.], Legajo 25, Expe-

diente 1, carta del abogado Manuel

Albareda, 18-1-1932.