el ensayo periodístico

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  • Estudios sobre el Mensaje Periodstico ISSN: 1134-1629Vol. 8 (2002): 293-306

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    El ensayo periodsticoDr. ANTONIO LPEZ HIDALGO

    Profesor de PeriodismoUniversidad de Sevilla

    RESUMEN

    El ensayo periodstico es un gnero de opinin muy poco estudiado. Pese a que suorigen se remonta a la prehistoria del periodismo, hoy en da no es un gnero en boga.Aparece y desaparece de las pginas de las revistas y de los suplementos especializadossin que nadie sepa a fondo por qu razones oscuras sucede as. Todava hoy, muchosautores lo consideran una modalidad del artculo periodstico, cuando tiene caractersticaspropias para considerarlo un gnero autnomo. Este artculo reflexiona sobre algunosaspectos del gnero con el nimo de que su lectura ayude a reavivar su estudio y su lectura,porque el ensayo siempre es un gnero propicio a renovarse incluso en los tiempos menosbenignos.

    PALABRAS CLAVE: Historia del Periodismo, periodismo moderno, gnerosperiodsticos, artculo periodstico, ensayo periodstico.

    ABSTRACT

    The journalistic essay is a very slightly studied genre of opinion. Although its origingoes back to the prehistory of the journalism, it is not a genre in vogue nowadays. Itappears and disappears from the pages of the magazines and of the specialized supplementsand nobody knows for what deep reasons that happens this way. Today many authorsconsider it a modality of the journalistic article, even when it has its own characteristics tobe considered as an autonomous genre. This article deals with some aspects of this genrewith the intention to stimulate and intensify its study and its reading, because the essay isalways a genre ready to be continuously renewing, even at less good times.

    KEY WORDS: History of the Journalism, modern journalism, journalistic genres,journalistic article, journalistic essay.

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    Antonio Lpez Hidalgo El ensayo periodstico

    I. INTRODUCCINEl catedrtico de Literatura Espaola de la Universidad de Zaragoza Jos

    Carlos Mainer ha afirmado que el ensayo actual se crea en la prensa. As lo dijoen un curso de verano organizado por la Universidad Internacional MenndezPelayo (UIMP), titulado Cartografa del ensayo espaol: de Clarn a 1936, ttuloque desde luego no necesitaba explicar que no era una arriesgada metfora, aunqueas lo hizo. En este encuentro con 24 alumnos de filologa, filosofa e historia,analiz el tronco hispano del ensayo contemporneo. Comenz por Clarn, quiencrea la crtica literaria como algo moral; continu con Ortega y Gasset, quientrabaja con mayor conciencia el gnero; cit a Miguel de Unamuno, quien cre alhombre interior; y puso punto final con Azorn quien utiliza a los clsicos comoreferente esttico e incorpora el paisaje al gnero (Ruiz Mantilla, 2001:21).

    Pero el inters de los participantes se suscit en torno a dos cuestiones. Laprimera, sobre la naturaleza terica del gnero. La segunda, sobre el ensayo comognero mixto, como anfibio entre varias especies. Los alumnos apreciaban dentrode la literatura espaola, sobre todo en la novela, que los autores incluan ensayo.Valgan como muestras Sefarad, de Antonio Muoz Molina, o Negra espalda deltiempo, de Javier Maras. Aunque tambin es cierto que el ensayo, a su vez, incluyeejemplos novelescos. Ctese El bucle melanclico, de Jon Juaristi. Pero si es ciertoque el ensayo en ocasiones se encuentra camuflado en la novela, Mainer advierteque donde se halla todos los das vivito y coleando es en los medios decomunicacin. Y aade: El lugar del ensayo es la actualidad. Surge de lacuriosidad inmediata; adems, en los peridicos no se acaban las cosas, no sebuscan conclusiones. A esta afirmacin Mainer une esta otra de que los lectoresacuden al ensayo hoy por necesidad de informacin, porque es cierto que amboshechos se complementan: A la gente le interesa la informacin. Vivimossumergidos en una sopa de informacin (Ibdem:21).

    Posiblemente la razn de ser del ensayo en nuestros das est en la prensadiaria, aunque despus busque mayor amplitud y trascendencia, ms ampliasperspectivas, ms all del cobijo que prestan las pginas del papel prensa. Sparece lgico advertir que en el periodismo encuentre la piedra de toque quedespus desarrolla de manera ms extensa en el libro. Pero tambin es cierto queexiste el ensayo como una modalidad de los gneros periodsticos, como unaposibilidad ms de expresar opiniones propias en un medio de comunicacin. Loes ahora, desde luego, y lo fue en los albores del periodismo moderno y en laprehistoria del periodismo. En este sentido, no cabe duda de que el ensayo fueuno de los primeros gneros periodsticos en los que se sustent la prensa en suorigen.

    A estas alturas nadie duda de que los textos periodsticos podemos dividirlosen gneros informativos y gneros de opinin. Como consecuencia, existen dostradiciones que tienen una marcada influencia en el surgimiento y la consolidacinde los gneros periodsticos: la latina y la anglosajona. A la primera, obviamente,

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    corresponderan los gneros ms opinativos, as como la crnica, que es denaturaleza hbrida e incluye informacin y opinin; la segunda separa de modoms tajante informacin y opinin. Daz Noci (2000:146) seala que la entrevistaes un gnero que nace para la prensa y que es, adems, uno de los gneros mstardos. Y aade: El periodismo se llevaba practicando como tal al menos desdeprincipios del siglo XVII y se conocan la crtica, el comentario, el ensayo, el artculo,incluso el editorial, dentro de los gneros de opinin, y la noticia y el reportaje dentro delos informativos, cuando apareci la entrevista.

    No slo Daz Noci habla del ensayo como uno de los principales gneros delos que se nutra la prehistoria del periodismo. Otros autores tambin se refierenal respecto. Abril Vargas (1999:51), por ejemplo, escribe: A finales del XVIII, ya seencuentran bastante definidos dos modelos periodsticos del periodismo de opinin:elensayo y la crtica, que ya tenan algn precedente en el siglo anterior. Entre los avisos ynoticias y la correspondencia informativa, de un lado, y el panfleto y la polmica queabogan por una causa, de otro, nace una tercera corriente, que es el ensayo. Los yamencionados ensayistas de The Spectator, Addison y Steele, descubrirn la tcnica deltono igual que consiste en mantener un solo nivel de tono y actitud respecto al pblicolector a lo largo de toda la composicin. En otro momento de su obra Periodismo deopinin (Ib.:52), al hacer referencia a la importancia que tuvo el ensayo en losprimeros momentos del nacimiento del periodismo, sostiene: En Inglaterra, lacalidad alcanzada en las revistas del siglo XVII y el cultivo del ensayo literario de tonofamiliar, en el cual se pueden tocar todos los temas con sentido del humor, propicia laexistencia de un pblico que ms tarde se mostrar como modelo del periodismo decalidad: The Times, que fue fundado en 1785 con el ttulo de Daily Universal Register. En1855 se deca:El pas est gobernado po The Times.

    Como consecuencia de todo lo expuesto, se puede deducir claramente que elorigen del ensayo periodstico se remonta al siglo XVII, es decir, a la prehistoriadel periodismo, cuando el periodismo conoca pocos gneros periodsticos y erams opinativo que informativo. Pese a esta longeva trayectoria, muchos autoresentienden que an no se puede considerar un gnero mayor de edad, y que nocuenta con las caractersticas propias suficientes para estudiarlo aisladamente,sino que todava insisten en considerarlo una modalidad del artculo periodstico.

    II. UN GNERO AUTNOMO?El trmino artculo acoge a todos los textos periodsticos de opinin,

    independientemente de sus funciones, tcnicas y estilos, y al margen, por supuesto,de que estn o no sometidos a la actualidad informativa del da. Todos son textosretricos argumentativos y persuasivos, trabajan sobre ideas y pertenecen a losgneros de opinin.

    Abril Vargas seala que bajo la denominacin de artculo, artculoperiodstico o artculo de opinin se agrupan el editorial, el suelto, elcomentario, la columna -que son los textos ms vinculados con la noticia-, latribuna libre, el ensayo, la crtica, el artculo costumbrista, el artculo de humor y

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    el artculo retrospectivo. A stos, habra que aadir el anlisis, el perfil y lanecrolgica. Unos se insertan en las pginas de opinin, como el editorial, elsuelto o la tribuna libre, y otros se publican en las secciones que se correspondencon la temtica tratada.

    Emy Armaanzas y Javier Daz Noci equiparan la expresin texto deopinin o texto argumentativo con las acepciones genricas de comentarioy artculo. Distinguen entre editorial, suelto, comentario, columna y crtica,que son los textos que denominan de opinin o argumentativos, y el artculoen sus diversas variantes, entre las que destacan la tribuna libre, el ensayo, elartculo costumbrista y el retrospectivo. Considerado, pues, el ensayo periodsticocomo un gnero autnomo o bien como una modalidad del artculo de opinin,tambin denominado artculo de fondo, no cabe duda de que aqul tiene una seriede caractersticas propias que lo diferencian sobremanera de otros tipos deartculos.

    El ensayo periodstico es, segn Natividad Abril, un trabajo de divulgacincientfica, expuesto brevemente y de manera esquemtica, como si fuese un tratadocondensado, y que refleja siempre conclusiones de trabajo elaboradas por su autor.Para Martnez Albertos, y tambin para esta autora, el ensayo es algo radicalmenteopuesto a la noticia. Por un lado, colinda con el tratado, con la didctica. Porotro, con la crtica y el periodismo. La noticia es el relato de algo que ha sucedido;el ensayo es pura elucubracin subjetiva sin ninguna proyeccin exterior.

    En su Diccionario del Periodismo, Antonio Lpez de Zuazo (1978:76)considera que en Redaccin Periodstica el ensayo es un subgnero del artculo,en el que un autor expone unas ideas filosficas, cientficas, religiosas o culturales.Entiende asimismo que una modalidad muy periodstica del ensayo es ladivulgacin de los descubrimientos cientficos. Para Martn Vivaldi (1993:344),por el contrario, el ensayo no es un subgnero del artculo, sino un gnero literarioy periodstico en el que se estudia, didcticamente, un tema cultural, sin agotarlo,sin llegar al tratado exhaustivo. Y aade: Escrito que expone un problema cualquiera,con intencin didctica, desarrollo personal y fragmentario, en ocasiones ms intuitivoque erudito, ms sugeridor que definitorio.

    Para Calvo Hernando (1997:162), citando a Sender, el ensayo es una especiede monlogo documentado, que no debe comunicar solamente una idea nigeneralizar una nocin, sino establecer la comunicacin humana del autor con ellector en el plano afectivo, intelectual y espiritual, adems de la necesaria emocinesttica. Tambin lex Gijelmo (1997:140) entiende que el ensayo es otramodalidad del artculo que viene dada por el gnero mediante el cual se investigaen las ideas y se razona sobre determinados aspectos de la filosofa o las cienciassociales. Despus de todo, aade, se trata de artculos de fondo en el estrictosignificado de la expresin: Los peridicos publican a veces pequeos ensayos deprestigiosos autores que versan sobre el amor, la amistad, el humanismo, la religin, las

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    relaciones internacionales, la poesa... Normalmente se acude en ellos a citas de autoridady a entronques con la historia del conocimiento. No deben estar conectados necesariamentecon la actualidad.

    Ciertamente, el ensayismo lo podemos encontrar en el diario, como afirmaGrijelmo, pero suele ser gnero ms propio de revistas que de peridicos, comosugiere Vivaldi. Horacio Guajardo (1988:55) seala que el ensayo es un estudio omonografa que se publica tanto en diarios como en revistas, si bien sus incursionesen radio, cine y televisin son mnimas. Y aade: Muchas publicaciones acostumbran-y esta costumbre es reciente- incluir en sus pginas escritos de mayor extensin, a vecesen forma seriada o de una sola vez, como documental. Este autor no se debate entre siel ensayo es un gnero autnomo o una variedad del artculo, si bien advierte queaqul linda con ste ltimo desde el punto de vista formal. Por lo dems, elsignificado de ensayo lo explica claramente su nombre: ensayar ideas, conceptosy realidades. En rigor, reconoce, el periodismo importa el ensayo de la ciencia yde la literatura (Ib.:55).

    Martnez Albertos (1991:380) tambin se ha detenido a definir el ensayoperiodstico. En este sentido ha escrito: Ensayo es un trabajo de divulgacin cientfica-Letras, Arte, Ciencias, Tcnica...- expuesto brevemente y de manera esquemtica. Escomo un tratado condensado. El ensayo refleja siempre conclusiones de trabajo elaboradaspor el autor: ideas, hallazgos, hiptesis... Es algo radicalmente opuesto a la noticia. Lanoticia es el relato de una cosa que ha sucedido ya en el mundo exterior. El ensayo es unapura elucubracin subjetiva sin ninguna proyeccin exterior, por lo menos hasta elmomento de publicarlo.

    Jos Javier Muoz (1994:152) se ubica dentro de este grupo de autores queconsidera el ensayo una modalidad de artculo que se caracteriza por su contenido,tratamiento y extensin. En primer lugar, entiende que se ocupa de ideas yconocimientos cientficos (filosofa, poltica, comunicacin, etctera) y que esespecialmente idneo para la divulgacin de innovaciones cientficas. En segundolugar, el tratamiento del texto es en profundidad, con anlisis, explicacin,comparaciones y apreciaciones personales del ensayista. En tercer lugar, laextensin del ensayo es mayor que la del comentario convencional y tiene cabidaen las secciones especficas de los diarios y en las publicaciones especializadas.

    Cuesta pensar, no obstante, por qu no se le concede al ensayo la autonomaque por derecho tiene para considerarlo un gnero propio y no una modalidad delartculo periodstico. Esta cuestin es todava ms grave si tenemos en cuenta,como se ha dicho, que este gnero ya se cultivaba en los albores del periodismo,cuando muchos otros gneros periodsticos an no se conocan. En todo caso, elensayo tiene puntos en comn con el artculo, en el sentido de que son plurigneros,que son libres en su titulacin y en su estructura, en sus temas a tratar. Peromantienen diferencias razonables. El ensayo es ms extenso que el artculo; y

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    ms profundo, en el sentido de que sus conclusiones son fruto de investigacionesy de especializaciones en el tema del que se trata.

    Pero si hoy las confusiones sobre la autonoma del gnero dividen a losautores, no siempre fue as. Emil Dovifat (1964:130/134) escribi con anterioridada todos estos autores que, en efecto, el artculo de fondo no debe ser ningnensayo de fondo ni mucho menos un tratado, en el sentido, afirma, de que untratado no tiene nada que hacer en un peridico: Se trata de una caja de seguridad paralos tesoros del pensamiento, ordenados cientficamente, es decir, de la forma apropiadapara la conservacin de los resultados del trabajo cientfico. El ensayo tiene un ritmoalgo ms rpido, pero es de todos modos algo as como una corriente tranquila, quelleva a todos sus barcos a puerto seguro y est siempre dispuesta a llevarlos de nuevo.Pero el artculo es muy diferente. Al ensayo se le puede denominar pico; el artculotiene un sello dramtico (Schultze-Pflzer). Aqu todo est subordinado al fin publicstico.Lo que sirve para ste se destaca, se subraya, se pone ante los ojos. No hay aqu rodeosni divagaciones, ni sofocante plenitud de mil cosas distintas, a no ser que encajen dentrodel objetivo espiritual del peridico. El artculo de fondo no piensa ni pondera mucho:antes obra. A veces puede considerrsele una accin

    En cualquier caso, el ensayo periodstico, como gnero autnomo o comomodalidad del artculo periodstico, est poco estudiado. Los manuales deRedaccin Periodstica le prestan poco inters y los diarios apenas le concedenespacio en sus pginas. Es ms comn su presencia en suplementos dominicalesy en otros suplementos de los diarios, as como en revistas especializadas. Endeterminados momentos su presencia en la prensa desaparece y vuelve a reaparecer,como si del Guadiana se tratara, por alguna razn que desconocemos o que nonos hemos parado a estudiar con la suficiente paciencia y atencin.

    Algunos argumentos podemos esbozar para alcanzar a entender esta vida dedesigual presencia en los medios. De una parte, quiero entender que el inters porel ensayo ha ido creciendo con los aos y que de ninguna manera es un gneroinaccesible o elitista, sino ms bien es un gnero abierto a un pblico heterogneo,aunque ciertamente tampoco es un gnero familiarizado con la mayora de loslectores. Entendido desde este punto de vista, el ensayo se convierte, como diraMnica Liberman (1994:2), en un vehculo de comunicacin y difusin cada vezms importante.

    De otra parte, algunos autores no comparten el adjetivo ligero con el quealgunos autores quieren etiquetar a este gnero. ste sera el segundo argumentoque quisiera exponer. Liberman dice que este concepto de ligero choca con laexhaustividad de muchos trabajos. Abril Vargas tambin entiende que una de lascrticas que se hace al ensayo periodstico es su excesiva ligereza, ya que laslimitaciones del espacio en los peridicos impide, a veces, que se profundice enlos temas y se caiga en la superficialidad. En cualquier caso, no comparto en sutotalidad la afirmacin de Abril Vargas, pues no siempre la extensin de un textotiene que ser incompatible con su profundidad y calidad. Es, en cualquier caso,

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    una limitacin, pero no un defecto. Seran muchos los ejemplos que nos ayudarana refutar estas afirmaciones.

    S me gustara compartir con Abril Vargas el principio de que el ensayo cobracada da mayor presencia, importancia y dedicacin en la prensa diaria. Aspiracinque tambin comparte Liberman cuando afirma que el ensayo en general, comognero abierto y en constante renovacin, con voluntad de acercarse al pblico,goza de excelente salud. En cualquier caso, aunque el gnero nunca hayadesaparecido totalmente de la prensa, tambin es cierto que su presencia en estosmomentos no es toda la que debera ser.

    Deca Mainer que el ensayo naca en la prensa y que el lector acuda a l pornecesidad de informacin. Sin duda, Alberto Hernando (1994:2) comparte estasafirmaciones hasta el punto de sealar que el ensayo es hoy objetivamentenecesario para aprender y modificar una realidad confusa. Y que ste, en ocasiones,propicia una reflexin sobre la vida y la sociedad. Dice que este gnero, en unmomento dado, entr en crisis. Pero es cierto que hoy el ensayo ha resurgido, yeste autor no sabe si existe una relacin entre la revitalizacin del ensayo y unasociedad desconcertada y frustrada que necesita una nueva orientacin. Por estarazn en las postrimeras del franquismo y en los primeros aos de la transicin,el ensayo poltico, la filosofa, la historia y la sociologa gozaban de un elevadoprestigio. Y aade: En la transicin se intentaba recuperar el curso histrico que elfranquismo, como excepcin impuesta, haba suspendido. La hambruna de ideologashizo que stas se deglutieran vertiginosamente, pasasen por el sistema digestivo intelectualdel cuerpo social y se defecasen casi intactas sin apenas rastros nutrientes. La euforiapor el ensayo si disip por saturacin, por aburrimiento y, sobre todo, por el cambio delas lgicas sociales. La crisis general de las ideologas en Occidente favoreci ese proceso:el escepticismo, el desencanto, la inmunodeficiencia crtica y la instalacin confortableen los nuevos aparatos del Estado, como intelectuales orgnicos, de una importantefranja de la inteligencia antao opositora, erosion el precario humus en que se asentabael ensayo. La novela negra, el esoterismo y la evasin ocuparon ese vaco ensaystico.

    Por estas razones, revistas como Triunfo o El Viejo Topo tuvieron que dejarde publicarse, pero Hernando (Ib.:2) entiende que no importa que se incrementela edicin de ensayos (cantidad), sino que se reactive el papel del intelectual enrelacin a la sociedad y el Estado (calidad). Y es tajante en estas afirmaciones:Hoy el pensador se subordina a la trinidad informacin-comunicacin-tcnica. Lalegitimacin que antes reciba el poder de los libros o el aliento que de stos esperaba lasociedad, en la actualidad se ha transferido a los medios de comunicacin. Lo visiblesustituye a lo legible. Esto crea un nuevo tipo de intelectual cuya voz influye en la sociedad.Su vala no depende tanto de lo que diga, sino de la persuasin eficaz de su mensaje.Incluso si el fin de ese mensaje es la porfa en que toda la sociedad civil se convierta enunos descerebrados. Jess Hermida sera el paradigma de estos nuevos pensadores. Yel ensayo?:vicio solitario de irreductibles o fetichistas.

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    III. EL NACIMIENTO DEL ENSAYOAlfredo Bryce Echenique (1993:5), en cualquier caso, sostiene que no hay

    gnero ms impreciso que el ensayo: La gente se ha puesto de acuerdo en aceptar quefue Montaigne quien lo invent y tambin en aquello que el ensayo no es, pero no en loque es. Montaigne lo defini como una alternativa a la prosa cientfica y lo convirti engnero literario, pero nada qued definitivamente establecido acerca de sus rasgos,estructuras o procedimientos.

    En efecto, Michel de Montaigne es el precursor del ensayo moderno con suobra titulada Essais, publicada en 1580. Su principal contribucin al ensayo fuedarle un aire personal y un estilo fcil, sin rigor sistemtico. Fray Benito Jernimode Feijoo (1676-1764) est considerado el primer ensayista espaol, segn laacepcin actual del trmino.

    Los escritores ingleses de los siglos XVIII y XIX definieron el ensayo comouna pieza ms bien corta sobre un tema, una situacin, un personaje, sobre loscuales se desarrolla libremente una serie de reflexiones (Ib.:5).

    A lo largo de su breve e intensa historia, el ensayo ha ido mudando la pielhasta cambiar su naturaleza y su carcter. Si en el siglo XVII era personal, moralistay reflexivo, como seala Abril Vargas, el del siglo XVIII ser sociolgico, didcticoy crtico. El ensayo de los siglos XIX y XX, por el contrario, incluye ambastendencias. El nuevo tipo de ensayo se caracteriza, pues, por una mayor variedadde temas, mayor longitud y un toque literario ms cuidadoso (Abril Vargas,1999:156). Martn Duque y Fernndez Cuesta (1973) aaden al respecto que elensayo adquiere tambin individualidad estilstica al aumentar la nota personal.

    Hasta tal punto es as que Jos Mara Guelbenzu (1993:5) sostiene que deentre todos los ensayistas que llevan el gnero a su cumbre el mejor es aquel que,con su escritura, obliga al lector a detenerse a menudo, tanto para asentir como paradisentir; es decir, que el lector, en uno u otro caso, no puede contentarse con el merotexto, sino que, por el contrario, est a favor o en contra, debe detenerse a discutir con lpara poder continuar leyendo. Esta manera de escribir es singularmente creativa, sueleir asociada a un notable estilo, del que extraen calidades decididamente literarias y seresuelve en una apasionada vibracin expresiva. Pero Guelbenzu matiza: La escrituraapasionada, la escritura como forma de vida, es en extremo partidista por obsesiva. Ve loque le interesa y desdea lo que no casa con su necesidad absorbente; el autor queda,por as decirlo, obligado a poner todo aquello en que se posan sus ojos al servicio de supasin.

    Bryce Echenique (1993:5) considera a Simmel el fundador del ensayocontemporneo: Escribi, por ejemplo sobre La puerta y el puente. Dnde hubierapodido caber ese tema? Ni en la novela ni en la filosofa. Haba, pues, que inventar ungnero, y as fue como despus Adorno escribi sobre la ventana. Pero, tambin para

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    muchos, son los grandes novelistas los que marcan el carcter de una poca: Proust,Mann, Musil... Y pginas enteras de Proust, Mann, Musil, Hugo y Tolstoi son autnticosensayos. En el caso de Ernesto Sabato, cuyas novelas son verdaderas prolongaciones deEl uno y el universo, el ensayo es como un intruso que se le fue metiendo en sus ficciones.

    Pero cundo naci el ensayo periodstico? Es un gnero de nuestros das oya tiene tras de s una larga historia en la que lo podamos cobijar? Ciertamentemuchos autores destacan a Mariano Jos de Larra como uno de los ms destacadosensayistas del siglo XIX, junto con Juan Donoso Corts y Leopoldo Alas Clarn.Y eso que Larra no public libros, pues todos sus escritos fueron difundidos enrevistas y peridicos de la poca.

    El ensayo periodstico, sin embargo, es anterior a Larra y coetneo en elsiglo de las obras de Melchor de Jovellanos y Jos Cadalso, junto al ya mencionadoFeijoo. El perfil del ensayo periodstico lo traz ya El Censor, peridico madrileodel siglo XVIII, del que deca que deba tener un molde gil, atractivo, sinconcesiones a los alardes eruditos, variado, aparentemente informal, teido desubjetivismo, condensando los temas y, de algn modo, sorprendiendo al lector.Y sealaba textualmente: Quirese que se le oculte toda la lectura, todo el trabajoque ha sido preciso para componerle.... Manuel Calvo Hernando (1997:162)sostiene que algunos peridicos del siglo XVIII se caracterizaban precisamentepor la presencia del ensayo, y uno de ellos, El Pensador (1762-1767), ha sidocalificado como cima del ensayismo de la poca (lvarez Barrientos et alt., 1995).

    Aunque haya quien piensa que es una contradiccin, el ensayo periodsticono suele o no debe estar conectado con la actualidad aunque es cierto, como diceMainer, que se nutran de la actualidad para adquirir seas de identidad. Albertosy Grijelmo resaltan este aspecto del gnero. Ciertamente, no es el nico textoopinativo que rehuye la realidad ms inmediata. Tambin lo suelen hacer el artculode autor o la columna. Sin embargo, navegan llevados por la corriente de laactualidad el editorial y el comentario, la crtica y la necrolgica, el suelto y encierto modo tambin el perfil.

    IV. CARACTERSTICAS FORMALESConsiderado o no como gnero autnomo, el ensayo periodstico ciertamente

    comparte la estructura general de los artculos. El ensayo es un texto de opinincuya extensin es relativamente breve, aunque completo. Pese a estar expuestode modo sinttico, el ensayo suele ser ms extenso que el artculo y otros gnerosperiodsticos de opinin. Su estructura, en cierto modo, se repite con asiduidad, yno se aleja demasiado del planteamiento general que se maneja para el editorial,el anlisis o la tribuna libre. En este sentido, se subdivide en tres partes:introduccin, desarrollo y conclusin.

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    Abril Vargas (1999:157/158) observa que su tono puede ser profundo, potico,retrico, satrico, humorstico, etctera. Al igual que el anlisis o la crnica, elensayo es un gnero especializado, cuyo autor, adems de ser un experto en eltema que trata, debe dominar el lenguaje con vistas a hacer ameno el texto. Estamisma investigadora, al estudiar el anlisis del ensayo, advierte que convieneseguir estos pasos: a) delimitar la tesis central; descubrir el mtodo: exposicinargumentativa, ilustracin a base de hechos histricos, ancdotas, leyendas, mitos;descripciones, uso del dilogo; lnea lgica o llena de digresiones; c) observarlas ideas secundarias y su contribucin al desarrollo de la idea central; d) ver elparticular sentir del escritor o escritora, captar su personalidad; e) determinar elvalor del asunto, por el mismo asunto o por el tratamiento; f) observar el estiloanalizando los prrafos, las oraciones, el vocabulario, las imgenes, smiles,metforas, alusiones, etctera; g) convencerse de que se ha captado correctamenteel mensaje y se ha comprendido su estructura formal.

    Se ha dicho que el ensayo sea un texto de opinin completo. Bryce Echenique(1993:5) entiende que el ensayo se caracteriza ms bien por su carcterfragmentario, rapsdico, incompleto. Pero sobre todo, por su carcter muypersonal. Advierte sin embargo que si Montaigne destac ante todo la subjetividaddel ensayo, Bacon hizo lo mismo con su objetividad. La contradiccin parece,desde luego, insalvable. El ensayo es hoy sntesis y mezcolanza, escribe. Peroadvierte el escritor peruano que slo podemos salir de esta contradiccin sipensamos en los vehculos del ensayo. Y se pregunta: Dnde se escriben hoyensayos?. Acaso el ensayo busque la objetividad, pero probablemente necesita dela subjetividad para alcanzar tal fin.

    Su tono, no obstante, s debe ser subjetivo, en el sentido de que debe serpersonal. Puede ser personal, pero tambin e inseparablemente profundo, potico,retrico, satrico, humorstico. Como consecuencia, el estilo ser cuidadoso yelegante, pero no afectado ni grandilocuente, pues importa ms la amenidad de laexposicin que el rigor sistemtico. En el anlisis del lenguaje del ensayoperiodstico, Abril Vargas (1999:157/158) seala que se deben tener en cuenta:a)el lxico. Cultismos, arcasmos, vulgarismos, anglicismos, prstamos, palabrassimples, nombres derivados, tecnicismos; b) lenguaje figurado: imgenes y demsrecursos de expresin: metforas, comparaciones, paradojas, anttesis...; c) tono:serio, humorstico, satrico...; d) tcnicas: si se han utilizado tcnicas dramticaso novelescas en su estructura.

    En lo que se refiere a la titulacin del ensayo periodstico, nada o poco se haescrito al respecto. Como en el artculo y otros gneros de opinin, el autor gozade total de libertad a la hora de encabezar el gnero. El ttulo del ensayo puedecontener algn otro elemento de la titulacin, como epgrafe, entradilla o sumarios.El epgrafe sencillamente ayuda a enmarcar el gnero. La entradilla destaca algndetalle sobre el contenido del texto o sobre algunos aspectos que debemos conocer

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    del autor. Algunos suplementos dominicales o revistas especializadas incluyenadems unas notas biogrficas del mismo.

    V. EL ENSAYO Y SUS MODALIDADESBryce Echenique (1993:5) ya deca que no hay nada ms impreciso que el

    ensayo y que la gente se ha quedado de acuerdo en aceptar lo que el ensayo no es,pero no en lo que es. En este sentido, asegura que no es ni poema ni narracin niobra de teatro y que es un gnero fluctuante y oblicuo que puede tomar elementosde la imaginera o de la metfora, y que se presenta como algo sinuoso que tomaelementos de todos los dems gneros y que en ocasiones se sita tambin entodos los dems. Por esta razn, aade, la ambigedad es su caracterstica esencial.Advierte que la filosofa lo considera poco riguroso y desde el arte se le ve comoalgo demasiado intelectual. Por eso, dice, no es casual que el ensayo naciera conMontaigne y en el siglo XVI, cuando se desmorona la concepcin sistemtica dela Edad Media y no ha nacido la concepcin sistemtica de la Edad Moderna.

    Pese a todas estas divagaciones, se puede afirmar que el ensayo periodsticono slo goza de plena autonoma, sino que, adems, podemos establecer distintasmodalidades en el gnero atendiendo a su contenido y a su forma. Entre otraspodemos destacar las siguientes:

    1. El ensayo doctrinal. As se denomina cuando se refiere a cuestionesrelacionadas con las Ciencias del Espritu, escribe Martnez Albertos. En estesentido, el ensayo doctrinal trata de cuestiones filosficas, culturales, polticas,artsticas, literarias, es decir, cuestiones ideolgicas. Martnez Albertos(1991:380) seala en este sentido: En lneas generales puede decirse que losescritores y pensadores que cultivan el ensayo doctrinal se proponen abordarproblemas de interpretacin de una determinada realidad social y el anlisisde la situacin actual en el mundo. Este mismo autor insiste en que el caldode cultivo ms adecuado para los ensayos doctrinales son las revistas culturalesy recuerda a Florentino Prez Embid (1958:2-44) cuando escriba que en losaos posteriores a la guerra civil el ensayo doctrinal ha sido cultivado enEspaa por un amplsimo grupo de escritores que, por su rigor intelectual,por la altura de los planteamientos y lo cuidado del lenguaje, han creado eneste campo de la cultura una situacin de verdadera cumbre en la vidaespaola contempornea. Abril Vargas (1991:155) tambin menciona estamodalidad de ensayo, que es la que ms se publica en los diarios, aunquereconoce que su hbitat ms frecuente son las revistas de corte cultural ofilosfico. Y aade: En ellos se abordan problemas de anlisis e interpretacinde una determinada realidad social y de los hechos culturales.

    2. El ensayo cientfico. En ocasiones el ensayo se refiere a temas de divulgacinrelacionados con el mundo de la Naturaleza. Albertos (1991:380) entiendeque esta modalidad est relegada normalmente a revistas especializadas y su

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    presencia en los peridicos diarios no es ni muy frecuente ni, en el casoespaol, de extraordinaria calidad intelectual. El mismo punto de vistamantiene Abril Vargas, si bien considera que cada da resulta ms habitual supresencia en las pginas de los peridicos.

    3. Ensayo personal y ensayo formal. En la anterior clasificacin sobre los tiposde ensayos hemos atendido a las diferencias de contenido. Abril Vargas(1991:156) entiende que los ensayos se pueden dividir tambin en ensayospersonales y formales. El primero, como su nombre indica, es de carcterpersonal, casi confesional, tal como lo concibe Michel de Montaigne. El ensayoformal, por el contrario, es ms extenso y ambicioso. Tanto en el primerocomo en el segundo, interesa ms el punto de vista personal del autor que losmateriales que elabore o el fondo de erudicin.

    4. Ensayos puro, potico y crtico. No obstante, advierte Abril Vargas (Ibi.:157),que entre estos dos ltimos modelos de ensayo, se encuentran toda una seriede modalidades interpuestas. En primer lugar, seala el ensayo puro, que tratade asuntos filosficos, histricos o literarios. Entre otros autores, cita aUnamuno, Maeztu, y Ortega y Gasset. La segunda modalidad es el ensayocrtico, que es aquel que responde a deducciones o conclusiones de trabajoscientficos o de investigacin. En tercer lugar, encontramos el ensayo potico,en el que esta caracterstica de lo potico prevalece sobre lo conceptual. Ycita a Azorn y Juan Ramn Jimnez. El ensayo potico, tambin denominadoensayo literario, ha sido primordial en la prensa de nuestro pas, si bien ahorano conserva la importancia de antao, aunque Armaanzas y Daz Noci(1996:109/110) reconocen que hay autores jvenes que mantienen la tradicin.Algunas revistas, como Letras Libres, dirigida por Enrique Krauze, lo cultivacon mucha dignidad y cuenta con firmas del prestigio de Mario Vargas Llosa,Jorge Edwards, Fernando Savater, Juan Goyitisolo o Guillermo CabreraInfante. Como hemos visto con anterioridad, el propio Guelbenzu hablaba deaquel ensayo que, con su escritura, obliga al lector a detenerse a menudo. Yaade que esta cualidad se da entre filsofos, pero es ms comn entrecreadores, entre artistas.

    5. Ensayos segn su contenido. Abril Vargas propone una ltima clasificacinen base tanto a los contenidos como al propsito del ensayo. En este sentido,podemos distinguir tres tipos. El primero sera el ensayo de exposicin deideas, que sera aquel que trata de transmitir unas ideas ya sean polticas,filosficas o religiosas. El segundo sera el ensayo de crtica, aquel queanaliza y enjuicia cualquier obra humana, ya sea arte, literatura, etctera. Y eltercero sera el ensayo de creacin, que sera aquel que crea mundos ficticiosque sirven de envoltura potica a la idea del autor, segn recoge de MartnDuque y Fernndez Cuesta (1973).

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    VI. CONCLUSINEl ensayo periodstico es uno de los principales gneros de los que se nutra

    el periodismo ya en el siglo XVII, junto con otros textos de opinin. Pese a losaos transcurridos, la mayor parte de los autores lo considera una modalidad delartculo periodstico, pero no le conceden la autonoma que por derecho lecorresponde. Ciertamente, comparte con el artculo periodstico puntos en comn,pero tambin es cierto que mantiene diferencias notables. En cualquier caso, elensayo periodstico ha sido un gnero muy poco estudiado.

    Su presencia es ms comn en revistas y suplementos especializados que enlas pginas de los diarios. Desde luego, sus incursiones en radio, cine y televisinson mnimas. Y an es pronto para saber el papel que le tienen encomendado losmedios en red. El ensayo habra que clasificarlo dentro de los gneros de opinin,como un texto retrico argumentativo y persuasivo, que trabaja sobre ideas. Abordaun tema con profundidad, pero no lo agota. Generalmente, no mantiene contactoscon la actualidad, aunque muchos estn motivados por las propias noticias queemanan de los medios de comunicacin y que les sirven de espoleta para analizary estudiar la realidad ms reciente.

    El ensayo viene al periodismo importado de la ciencia y de la literatura, peroen este mundo adquiere caractersticas propias. Aunque mantiene, desde un puntode vista formal, puntos comunes con el artculo, aqul sin embargo es ms extensoy trabaja sobre conclusiones elaboradas por el autor. Si bien es cierto que es suextensin, como texto periodstico, es limitada, no se le puede acusar, por estarazn, de ligero. Es, en todo caso, una especie de tratado condensado en el que laprofundidad y el anlisis, la explicacin y la contextualizacin son pautasimprescindibles. Como el artculo, tambin es libre en la titulacin y en los temasa tratar.

    El ensayo parte de la realidad, pero tambin, o por esa misma razn, es piezaimprescindible para cambiarla. Como el editorial o el artculo, debe exponerse demodo sinttico. El tono es personal. Su estructura, como otros textos de opinin,se repite con asiduidad:introduccin, desarrollo y conclusin. Pero es cierto queel ensayo ms potico o literario rompe con fortuna esta estructura para enriquecerel discurso. Es un texto profundo porque es un gnero especializado. Pero tambindebe tener un carcter marcadamente personal y subjetivo. Pero, sobre todo, ellenguaje debe ser ameno sin que pierda elegancia, individualista pero asequible.Y, desde luego, rico, en el que la calidad literaria sea una herramienta que lo hagams digestivo y no un grumo que entorpezca su lectura.

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    VII. BIBLIOGRAFA Y HEMEROGRAFAABRIL VARGAS, Natividad (1999): Periodismo de opinin. Madrid, Sntesis.LVAREZ BARRIENTOS, Joaqun; LPEZ, Franois y URZAINQUI, Inmaculada

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    Literatura y las Artes en la Espaa actual. Madrid, Coleccin Espaa es as.RUIZ MANTILLA, Jess (2001): Mainer afirma que el ensayo actual se crea en

    la prensa en Revista, suplemento de El Pas. Madrid, 18 de agosto.

    (Artculo recibido el 11 de abril de 2002. Aceptado el 10 de mayo de 2002)