el enigma de los raptoresecat.server.grupo-sm.com/ecat_documentos/es113587_000726.pdfpaciales...

12
EL ENIGMA DE LOS RAPTORES Steve Cole Ilustraciones de Charlie Fowkes Traducción de Miguel Azaola

Upload: doankien

Post on 25-Sep-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

EL ENIGMADE LOS RAPTORES

Steve ColeIlustraciones de Charlie Fowkes

Traducción de Miguel Azaola

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:57 Página 3

Capítulo 1

COMIENZA LA AVENTURA

El espacio. Extendiéndose hasta el infi-nito.

Las estrellas lejanas parpadeaban. Los come-tas exhibían con orgullo sus colas centelleantes.Extraños planetas parecían colgados como lu-minosas bombillas en el cielo negro.

Diego Megastego contemplaba todo aquelloextasiado. Estaba en pie sobre la cubierta supe-

17

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:57 Página 17

rior de una enorme estación espacial: el CentroGeneral de Operaciones del Servicio EspacialDinosáurico.

«Por fin», pensó. «Después de años de entre-namiento, lo he conseguido. ¡Soy un astrosau-rus!». Frunció el ceño. «¿Pero por qué me hanllamado al Centro de Operaciones a mí solo?¡Espero no haber metido la pata!».

En ese mismo momento, un pequeño ptero-saurio aleteó ruidosamente por el corredor di-rigiéndose hacia él.

18

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:57 Página 18

–El almirante Rosso va a recibirle ahora mis-mo –graznó–. ¡Sígame! ¡Sígame!

Diego tragó saliva y, sobre sus cuatro maci-zas y escamosas patas, siguió torpemente al rep-til volador. Diego era un estegosaurio de muybuen ver, de color pardo anaranjado y de ochometros de largo desde el extremo del morro picudo hasta la espinosa punta de la cola.Una docena de placas acorazadas recorría sulomo escamoso como una hilera de pequeñasvelas.

El pterosaurio se posó justo delante del des-pacho del almirante.

–¡Pase! –graznó–. ¡Pase!Diego se abrió paso entre las pesadas lianas

selváticas que colgaban sobre el hueco de la puer-ta. El suelo aparecía espeso de musgo húmedoy las paredes estaban cubiertas de frutas y flo-res de brillante colorido. Aquí y allá, gruesostroncos de árboles se estiraban hasta el alto te-cho cubierto de hierba. Los astrosaurus siemprese rodeaban de multitud de plantas, y no soloporque eran buenas para comer. Sus naves es-

19

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:57 Página 19

paciales funcionaban con estiércol, de forma quecada comida suponía un poco más de combus-tible para los propulsores.

–¡Vaya! ¡El joven Megastego! –tronó, detrásde su enorme mesa de madera, el almiranteRosso, el curtido y veterano barosaurio al mandodel Servicio Espacial Dinosáurico–. Gracias porvenir.

Diego alzó con cuidado sus patas delanteras,en el saludo dinosáurico de rigor.

–¿Quería verme, señor?–Quería felicitarle –sonrió el almirante, y su

cabeza escamosa se bamboleó al final de un cue-llo tan largo como una manguera de incendios,solo que diez veces más ancho–. Ha superadosus pruebas finales para el Servicio Espacial conuna puntuación récord. Es usted, sin duda al-guna, el más valiente, el más osado y el más ham-briento de los astrosaurus que se han prepara-do aquí.

Diego se ruborizó y tragó rápidamente el bocado de helechos que había arrancado del suelo.

20

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:57 Página 20

21

–Gracias, señor. Y… per-done que me esté co-

miendo su despacho, se-ñor.

–Un buen apetitono tiene nada de malo–rió sofocadamente elalmirante–. Pero pien-

so que de lo que tieneusted hambre de verdad

es de aventura.Diego esbozó una sonrisa.

–¡La tripa me hace ruido solo de pen-sarlo!

–Por eso mismo le he puesto al mando de supropia nave espacial –dijo el almirante–. ¡Lenombro a usted capitán!

–¿Capitán? ¿Con mi propia nave espacial?–Diego se quedó con las fauces abiertas, estu-pefacto: ¡un sueño que se hacía realidad!

El almirante descorrió una cortina de plan-tas trepadoras selváticas que cubría una venta-na. A través de ella, Diego pudo ver una impre-

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:57 Página 21

22

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:57 Página 22

sionante nave espacial. Tenía la forma de unenorme huevo del que sobresalían seis gruesaspuntas. En el extremo de cada punta había otrohuevo más pequeño. Diego supuso que esos se-rían los transbordadores.

La impresión le hizo dar un silbido.–¿Es esa mi nave?–Esa es –dijo emocionado el almirante–.

El Saurópodo, la mejor nave de todo el Servi-cio Espacial Dinosáurico. Esa nave y usted, ca-pitán Megastego, han sido elegidos para unamisión muy importante –y desenrolló con sularga cola unas cartas estelares–. ¿Reconoceesto?

–Es el Cuadrante Jurásico –dijo Diego–. Laparte del espacio que consideramos nuestra casa–señaló una de las mitades con una púa de sucola–. Estos planetas verdes están en el SectorVegetariano. En los rojos es donde viven los car-nívoros.

–Sí, esos viles devoradores de carne –dijo elalmirante–. Todos hemos hecho un largo viajedesde nuestra querida Tierra. Lástima que aque-

23

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:58 Página 23

lla maldita roca del espacio chocara contra ella.

–Sí, señor –Diego se estremeció. ¡Si los dino-saurios no hubieran descubierto los viajes espa-ciales antes de que se estrellara el gran meteo-rito, hubieran sido aniquilados hasta el último!–.¿Cree que alguna vez volverá a vivir alguien enla Tierra, señor?

–Quién sabe –suspiró el almirante–. Pero anosotros, los dinosaurios, nos ha ido muy bienen el espacio exterior. ¡La Tierra no es más queuna mota minúscula comparada con la inmen-sidad del Cuadrante Jurásico!

Diego asintió vivamente con la cabeza.–¡Y queda tanto de él por explorar aún!–Aquí es donde entra usted en escena –dijo

el almirante–. Su misión es explorar el espacioen el Saurópodo. Ir en son de paz… Difundir elmensaje de los comedores de plantas… No per-der de vista a esos feroces devoradores de car-ne… y proteger a nuestras gentes, dondequieraque se encuentren.

Diego asintió con más viveza todavía.

24

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:58 Página 24

–Necesitaré una tripulación–dijo.

–Ya se la he buscado.El almirante apretó con su

cola un botón de la pared yla ventana se convirtió en unapantalla de detección. Mos-traba la imagen de un trice-ratops verde con tres orgullosos cuernos y unpico parecido al de un loro.

–Este es Mauro Rinotauro –dijo el almiran-te–. Es un astrosaurio muy respetado. Será suprimer oficial.

Diego sonrió. Luego la imagen cambió y apa-reció una bonita dinosauria rayada con hocico

en forma de pico depato.

–Esta es Lauri La-sauri, su oficial de co-municaciones. Por suhocico podrá ver quees una hadrosauria.Tiene una mente tan

25

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:58 Página 25

aguda como la garra de un raptor y le entu-siasman los desafíos –sonrió–. ¡Por eso la hedestinado a su nave!

–Encantado de tenerla a bordo –dijo Diego.La imagen volvió a cambiar. Esta vez mos-

traba a un robusto iguanodonte sobre sus patas traseras. Sus brazos parecían gruesos yfuertes.

–Y este es Rocco Diplococco –dijo el almi-rante–. Un ingeniero de primera. Puede conver-tir un puñado de chatarra en un propulsor es-pacial en menos que se dice ornitomimosaurio.

Diego tragó saliva. No estaba nada seguro depoder pronunciar se-mejante cosa.

–También es muybueno en combate–añadió el almirante–.¡Si alguna vez se en-cuentra en apuros, bus-que a Rocco!

–Lo haré –dijo Die-go con gravedad–. En-

26

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:58 Página 26

tonces, ¿cuándo empiezo mi emocionante mi-sión?

–Oh, pronto, muy pronto –el almirante ca-rraspeó–. Pero antes necesito que me haga usteduna cosilla…

27

113587_El enigma raptores 26/3/07 17:58 Página 27