el ecologista nº 65

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Nº 65 Verano 2010 - 3,00 € Predadores Recursos hídricos Energías renovables Declive del petróleo UE: Estrategia 2020 Evaporación de tráfico Cambios de uso del suelo Ecoeficiencia Más allá del ahorro de energía

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Ecoeficiencia, más allá del ahorro de energía. Predadores. Recursos hídricos. Energías renovables. Declive del petróleo. UE: Estartegia 2020. Evaporación del tráfico. Cambios de uso del suelo.

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CLOROFIL A Nº1

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La jardinería, en particular aquella que sigue modelos ajenos a nuestra tradición y nuestro clima, ocasiona graves impactos ambientales, sobre todo debido al uso de especies inadecuadas, al excesivo consumo de agua y a la utilización de productos fitosanitarios.Al mismo tiempo, son indudables los beneficios que reportan los jardines y zonas verdes en las áreas urbanas: efectos positivos para la salud de los ciudadanos, creación de microclimas favorables, uso sostenible del suelo, refugio de especies animales y vegetales...Por otro lado, los cambios urbanísticos que se están produciendo en los últimos años están originando una enorme proliferación de viviendas horizontales, a menudo en forma de chalets individuales o adosados, en los que el jardín ocupa una superficie creciente. A menudo, los modelos de jardín que se eligen para estas viviendas originan un desa forado consumo de recursos, especialmente de agua para el césped, y un empleo masivo de plaguicidas y herbicidas.Como un modo eficaz de atajar la mayor parte de estos impactos, en este libro se aportarán recursos para promover la jardinería ecológica, entendida como una jardinería de bajo impacto, basada en el uso de especies autóctonas, que usa técnicas de la agricultura biológica aplicadas a la jardinería en cuanto a la fertilización y la lucha contra plagas, y que no supone un despilfarro de agua, entre otras cuestiones.

CLOROFIL A Nº1

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Manual de Jardinería Ecológica

Luciano Labajos (coord.)

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La editorial de

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Ecologistas en Acción es una confederación, fruto de la unificación de más de 300 grupos ecologistas. Forma parte del llamado ecologismo social, que entiende que los problemas medioambientales tienen su origen en un modelo de producción y consumo cada vez más globalizado, del que derivan también otros problemas sociales, modelo que es necesario transformar si se quiere evitar la crisis ecológica y la injusticia social. Para ello realiza campañas de sensibilización, denuncias públicas o legales contra aquellas actuaciones que dañan el medio ambiente, a la vez que elabora alternativas concretas y viables en cada uno de los múltiples ámbitos en los que desarrolla su actividad. Pero siempre con criterios de equidad, de modo que la redistribución y el reparto igualitario de la riqueza ocupen un lugar central. Y todo ello a través de la colaboración y el trabajo voluntario de muchas personas.

Libros en Acción nace como el proyecto editorial de Ecologistas en Acción. Un lugar de encuentro y debate, de propuesta de alternativas a los conflictos que se han ido instalando entre la naturaleza y la sociedad actual. Para nosotros, sigue siendo necesario el valor de la palabra impresa, de la capacidad de transmitir ideas que puedan ser capaces de transformar nuestra forma de vivir en el planeta. Y los libros son la forma más hermosa de imaginarlo.

Otros títulos publicados por Libros en Acción:

Claves del ecologismo social es un libro de cabecera, un argumento colectivo, una herramienta útil que busca y expone los nuevos paradigmas a los que nos enfrentamos desde este movimiento social que cree que otro mundo es necesario y posible.

Contrapublicidad una idea de ConsumeHastaMorir. Se trata de un libro ilustrado con parte de los mejores contraanuncios elaborados hasta la fecha, acompañados de jugosos textos.

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Libros en Acción nace como el proyecto editorial de Ecologistas en Acción. Se plantea como un lugar de encuentro y debate, de propuesta de alternativas a los conflictos que han ido surgiendo entre la naturaleza y la sociedad actual. Para Ecologistas en Acción, sigue siendo necesario el valor de la palabra impresa, de la capacidad de transmitir ideas que ayuden a transformar nuestra forma de vivir en el planeta. Y los libros son la forma más hermosa para imaginar el nuevo mundo que queremos crear.

la editorial de

Manual de Jardinería Ecológica un libro en el que se aportan numerosos recursos para promover la jardinería ecológica, basada en las especies autóctonas, que usa técnicas de la agricultura biológica, y que no supone un despilfarro de agua, entre otras cuestiones.

Claves del ecologismo social un libro de cabecera, un argumento colectivo, una herramienta útil que busca y expone los nuevos paradigmas a los que nos enfrentamos desde este movimiento social que cree que otro mundo es necesario y posible.

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nº 65 verano 2010

ÍNDICE TEMÁTICO Puedes obtener un índice temático

de todos los números de la revista en: www.ecologistasenaccion.org/revista/indice/

SECCIONES FIJAS

5 Editorial 6 En Acción16 Internacional17 Consumo: Los barrios molestan62 Conocer para Proteger: Sierra Bermeja (Málaga)63 Libros64 Tenderete

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22 40

25 46

50 53

ECOEFICIENCIA18 Ahorro, eficiencia energética y ecoeficiencia

La ecoeficiencia analiza los consumos energéticos directos e indirectos de todo el ciclo de vida de un producto, por Alfonso Aranda y Antonio Valero

22 Evaporación del tráficoReducir el espacio dedicado a los coches para vivir mejor, por Paco Segura

25 El declive del petróleoSólo cabe decrecer por devoción o por obligación, por Pedro Prieto

28 ¿Decrecimiento en el Sur?Lo determinante es la distribución de los recursos entre la población mundial, por David Llistar

30 Cooperación internacional y sostenibilidadUn replanteamiento a la luz del decrecimiento selectivo y justo, por Florent Marcellesi

32 Mecanismos para un decrecimiento posibleTres ejemplos prácticos de decrecimiento, por David Peña y Carlos Corominas

34 Trabajar poco y vivir mejorReflexiones sobre cuidados, empleos y decrecimiento, por Antonio J. Carretero

38 Green New DealUna visión sindical, por Llorenç Serrano

40 Cambios en la ocupación del suelo en España 1987-2005Hemos urbanizado 3 hectáreas por hora entre 2000 y 2005, por Fernando Prieto, Mónica Campillos, Xavier Fontcuberta

44 La insostenibilidad del urbanismo difusoPor Rafael Yus y Miguel Ángel Torres

46 Las energías renovables en EspañaBalance de la situación actual y perspectivas de estas fuentes energéticas, por Rodrigo Irurzun

50 UE: del Tratado de Lisboa a la Estrategia 2020A favor de los mercados y contra la sostenibilidad ambiental y los derechos sociales, por Luis González, Edith Pérez y Luis Rico

53 Hacia una gestión integral de la predaciónPrácticas ilegales contra los animales carnívoros, por Emilio Martín

58 La huella hidrológica en la Comunidad de MadridUsamos mucha más agua que la que captamos, por Redacción

60 Reducción de recursos hídricos en EspañaFuertes efectos del cambio climático sobre la disponibilidad de agua, por Santiago Martín Barajas

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Edita: Ecologistas En acción

Equipo dE rEdacción: José V. Barcia, Carlos Corominas,

José Luis García, Igor Gómez, Yayo Herrero, Elisa Iglesias, Mariola Olcina,

Paco Segura

producción, disEño y maquEtación: Ecologistas en Acción

colaboran En EstE númEro: Alfonso Aranda, Mónica Campillos,

Antonio J. Carretero, Carlos Corominas, Xavier Fontcuberta, Luis

González, Rodrigo Irurzun, David Llistar, Florent Marcellesi, Emilio Martín, Santiago Martín Barajas,

David Peña, Edith Pérez, Fernando Prieto, Pedro Prieto, Joaquín Reina, Luis Rico, Llorenç Serrano, Miguel

Ángel Torres, Antonio Valero, Rafael Yus.

administración: Noelia Carreras, Alejandra Herrero,

Esperanza López de Uralde.

portada: Coche abandonado

en Palma de Mallorca. Foto: Ecologistas en Acción

imprimE: Impresos y Revistas, S.A.

distribución En España: COEDIS Tel. 93 680 03 60

publicidad: Paco Segura 91 896 98 05

Valentín Ladrero 607 238 267 Esperanza López: 91 531 27 39

C/Marqués de Leganés 12 28004 Madrid

[email protected]

suscripcionEs y rEdacción: Marqués de Leganés 12

28004 Madrid Tel. 915312739 Fax: 915312611 [email protected]

www.ecologistasenaccion.org

ISSN 1575-2712 Dep. Legal: Z-1169-1979

Impresa en papel 100% reciclado postconsumo y blanqueado sin cloro

Los beneficios de la venta de esta revista se destinan íntegramente a

Ecologistas en Acción, organización sin ánimo de lucro declarada de

Utilidad Pública (13-6-97)

nº 65 - verano 2010

Esta revista es miembro de ARCE (Asociación de Revistas Culturales Españolas) y de FIRC (Federación

Iberoamericana de Revistas Culturales)

Esta revista está bajo una licencia Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/es/

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Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y

Bibliotecas del Ministerio de Cultura para su difusion en bibliotecas, centros culturales y universidades de España para la totalidad

de los numeros del año 2010

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5Ecologista, nº 65, verano 2010

Menos petróleo, más riesgos

Cada vez queda menos petróleo. Resulta día a día más evidente, como se argumenta en un artículo* de esta misma revista, que el petróleo fácilmente accesible escasea y que cada vez cuesta más extraer la enorme cantidad de crudo que necesita el metabolismo económico mundial. Esto hace que se recurra progresivamente a la explotación de zonas más

remotas e inaccesibles para tratar de obtener más oro negro. Es lo que ocurría en la plataforma Deepwater Horizon, que extraía petróleo a 7 kilómetros bajo la superficie del mar, en un lugar del Golfo de México con 1,5 kilómetros de profundidad.

Cada vez se corren más riesgos. Es claro que, en la medida que se apuran más los límites de la técnica para llegar a yacimientos remotos, las posibilidades de accidente aumentan. Cuanto más movemos de aquí para allá el petróleo extraído en grandes barcos, los riesgos de siniestro se acrecientan. Pero si, además, la extracción se hace maximizando los beneficios a costa de minimizar las precauciones, la probabilidad de accidente grave se multiplica. Ésta y no otra era la situación de la plataforma petrolífera de BP, que se llevó por delante la vida de once personas al hundirse el pasado 20 de abril, en la que no funcionaron muchos sistemas de seguridad sencillamente porque no existían. En la que no han servido los sistemas de control público porque en muchos casos habían sido eliminados por la Administración Bush –y no exigidos nuevamente en la de Obama– y además estaban gestionados por funcionarios corruptos. En la que se ha puesto de manifiesto que no existía ningún plan para hacer frente a la situación gravísima que se ha generado. Y en la que la fe en la técnica no ha servido hasta ahora más que para ver cómo fallaban los improvisados sistemas para sellar la tubería reventada.

Así que nos encontramos cada vez con más impactos, con más daños a la naturaleza, con más perjuicios a la base de nuestra subsistencia, como muy bien están comprobando los pescadores y empresarios turísticos del Golfo de México. El vertido está fuera de control, y las estimaciones de su magnitud van de los 800.000 litros al día que reconoce la petrolera BP hasta ocho veces esa cifra según otras estimaciones. Pero lo peor es que no se ve clara ninguna solución a corto plazo: una nueva perforación que pudiera permitir sellar la fuga actual tardaría nada menos que tres meses en llevarse a término. Y las soluciones que se están aplicando, como los dispersantes tóxicos que se están vertiendo en ingentes cantidades, no está claro que no supongan un problema aún mayor para el equilibrio ecológico en la zona.

Las características del fuel que sale de la tubería submarina son muy distintas a las del fuelóleo que transportaba el Prestige en su trágico periplo frente a las costas atlánticas ibéricas. Efectivamente, el vertido frente a las costas estadounidenses es de un petróleo mucho más ligero que, mientras está siendo enviado al fondo marino por los dispersantes, no está provocando las imágenes terribles que todos tenemos en nuestro recuerdo en la Costa da Morte, ocasionadas por un crudo mucho más denso.

Está claro. Cada vez urge más cambiar el sistema energético dependiente del petróleo por otro más austero y basado en fuentes limpias y renovables.

(*) Ver El declive del petróleo, página 25

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6 Ecologista, nº 65, verano 2010

Probablemente Miguel Delibes Setién es el escritor y narrador que mejor ha retra-tado un mundo rural que agoniza desde hace décadas. Un mundo rural humillado por la locura pujante de las grandes ur-bes, que va perdiendo irreversiblemente su diversidad de paisajes, su cultura, sus raíces y sus pobladores, a favor de paisajes cada día más homogéneos, inhóspitos y vacuos. Su universo literario está trufado de numerosas manifestaciones de respeto y admiración por la Naturaleza. Ya en su primera novela “La sombra del ciprés es alargada” mostraba su sincera y profunda preocupación por los efectos y conse-cuencias negativas del proceso expansivo de carácter industrial en que estaba su-mergido en aquel entonces el país. Este sentimiento de vínculo espiritual con la Naturaleza lo llega expresar prácti-camente en cada una de las obras que han inmortalizado a este caminante y lector incasable. En 1973, Miguel Delibes es elegido como miembro de la Real Academia. Su discurso es casi con toda seguridad la muestra más evidente de su compromiso ético en la defensa del medio ambiente. Dicho discurso se publicó en el año 1975, con el título “Un mundo que agoniza”. El paso de los años, como él mismo re-conoce, y la realidad social y ambiental le hacen más radical. Llegó a declarar en una ocasión que “si el progreso va contra la na-turaleza y contra el hombre no podemos llamarlo progreso. No pocos personajes de mis libros se niegan a hacerse cómplices de la deshumanización de ese progreso falaz que ha inmolado la naturaleza a la técnica y al dinero”. Tampoco ha faltado en su obra literaria la denuncia social. Siendo capaz, como ningún otro narrador de la vida rural, de

descubrirnos la polaridad de la realidad cotidiana humana, en los miles de pueblos y aldeas dispersas por el Estado español, recrudecida, durante el duro y represivo periodo posterior a la guerra civil provo-cada por una conspiración cívico-militar. Una realidad social, ciertamente paradóji-ca, donde la mayoría los habitantes vivían en cierta manera en un “paraíso natural”, pero sufrían un “infierno social”. Más recientemente, en 2005, Miguel Delibes padre y Miguel Delibes hijo (in-vestigador del CSIC), transcribieron un reflexivo y profundo diálogo que man-tuvieron entre ambos durante el verano de 2004. Fruto de esas conversaciones, con las paradas naturales, como el propio Miguel Delibes padre señala en el prólogo del libro, se elaboró y publico “La tierra herida, ¿qué mundo heredarán nuestros hijos?”, su última aportación literaria don-de vuelve a poner énfasis en la necesidad de reencontrarnos con la Naturaleza y con nosotros mismos. Su obra es insustituible e inmensa, nuestro reconocimiento y gratitud a Mi-guel Delibes también. A partir de ahora los bosques, sus habitantes, los arroyos… se sentirán más acompañados al recibir en su seno a uno de sus mejores defensores.

En recuerdo a un escritor de la naturalezaJoaquín Reina

Lola: Que la tierra de te sea leve

Edgar Wayburn

Edgar Wayburn ingresó en 1939 en el Sierra Club, el grupo de protección de la naturaleza más antiguo de Estados Unidos, fundado en 1892, del que fue presidente en cinco ocasiones. A su muerte, el 5 de marzo en su casa de San Francisco (California), Edgar Wayburn seguía siendo presidente honorario. Tenía 103 años. Definido como “el conservacionista tranquilo”, dedicó más de cinco décadas de su vida a su pasión por la naturaleza. Siempre como voluntario, pues era médico. Nacido el 17 de septiembre de 1906 en Macon (Georgia), estudió Me-dicina en Harvard y pronto se mudó a San Francisco, ciudad de la que quedó maravillado con los alrededores del Golden Gate. No se explicaba cómo en un tiempo de brutal desarrollo urbanístico, aquellos parajes seguían vírgenes. Luchó por protegerlos, y lo consiguió. “Sin Edgar Wayburn no existirían hoy muchos de los bellos lugares de California”, dijo de él el diario San Francisco Chronicle. Así mismo consiguió otros logros, como como por ejemplo la declara-ción de Alaska, en 1980, de interés nacional. En sus últimos años denunció la “excesiva comercialización” del par-que nacional de Yosemite. “Si des-truimos nuestro medio ambiente, nos destruimos a nosotros mismos”, había declarado.

El 28 de febrero falleció, mientras hacía senderismo en la montaña de Gredos, Do-lores Sánchez, Lola, compañera del Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca-Ecologistas en Acción. Un mal paso en una

ladera helada acabó con la vida de

una persona que años atrás y con u n a g r a n intensidad y honestidad,

trabajó por un mundo me-

jor como militante activa del Comité An-tinuclear. Para quienes tuvimos la suerte de compartir con ella luchas, reuniones y cañas en los bares, no es difícil recordarla mientras intervenía con voz suave en aquella sede de Concejo 1, para aportar, sin estridencias, sus puntos de vistas o sus propuestas de actuación. Se fue en la montaña que tanto amaba, que tanto defendió y nos dejó ese amargo sabor de boca al comprobar que hacía demasiado tiempo que sólo la veíamos cuando, muy de tarde en tarde, nos cru-zábamos con ella mientras el muñeco del semáforo parpadeaba en verde.

Foto: Sierra Club. William e. Colby memorial library.

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7Ecologista, nº 65, verano 2010

Las antisociales medidas de ZapateroEl Gobierno de Zapatero anunció las me-didas que va a implantar en España para conseguir la reducción del déficit que impone la Unión Europea. Este paquete incluye, entre otras, la reducción salarial para los funcionarios, recortes a la ayuda al desarrollo, congelación de pensiones, eliminar el cheque-bebé o recortes en la protección social a las personas depen-dientes (y por tanto quienes se ocupan de cuidarlas), etc. Queda nítidamente claro a quien se pretende estrujar para conseguir la reducción del déficit. Personas jubila-das, mujeres que cuidan a dependientes, madres o funcionariado son la carne de cañón para salir de la crisis. Ecologistas en Acción quiere recordar que a dos años de haber explotado la crisis financiera, la Unión Europea y el Gobierno español no han prohibido ni limitado los despropósitos de un sistema económico que se basa en la especulación, que crea una riqueza ficticia que se volatiliza con simples rumores, que se lucra a costa de la destrucción de los ecosistemas de los que depende todo lo vivo (también los seres humanos), que se mantiene gracias a la explotación de las personas empleadas, de la expulsión de muchos al paro y de los trabajos imprescindibles y no recono-cidos que realizan las mujeres al cuidar a mayores, infancia o dependientes. Lejos de ello, se han rearticulado los mercados financieros protegiendo precisamente a quienes causaron el desastre. Los mismos que en el período anterior sobrevaloraron activos, empresas y sol-vencias, contribuyendo a la generación de

enormes burbujas inmobiliarias y bursáti-les y promovieron la codiciosa confianza de los inversores y de las entidades de crédito, hoy son los que obtienen benefi-cio de la propagación del pesimismo y del aumento las primas de riesgo de los pres-tamistas de toda clase. Los que ganaron en la época del crecimiento económico, siguen ganando en la etapa de recesión. Zapatero actúa, dice, obligado por la UE y la presión internacional. Pero, incluso en esa circunstancia, para Ecologistas en Acción el déficit se podría haber reducido de otras formas. El Gobierno podía haber optado por aumentar el ingreso: imple-mentar medidas fiscales que penalicen el patrimonio, los beneficios obscenos, la propiedad privada desmesurada, las rentas excesivas, los bienes de quienes se han forrado especulando, etc. Sin embar-go opta por cargar el peso precisamente en quienes no han tenido arte ni parte en la gestión de este desastre biocida que es el sistema capitalista. Curiosa manera de ser socialista. Para Ecologistas en Acción, el hecho de que las bolsas destilen euforia y los inversores recuperen confianza cuando los gobiernos exprimen a la ciudadanía y ponen sus ahorros, su trabajo y su territo-rio a disposición de la especulación, pone de manifiesto de forma descarnada cómo para la UE y al Gobierno de España, las personas no son una prioridad. La priori-dad para nuestro sistema económico son los beneficios y los negocios que deben crecer a costa de lo que sea. Ante eso, las personas importamos muy poco.

Condena a la UESe ha dado a conocer la sentencia del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) que ha juzgado 27 casos docu-mentados de violaciones de derechos humanos cometidos por multinaciona-les europeas en América Latina con el apoyo de las instituciones y gobiernos de la UE. En el acto celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el presidente del Tribunal, el magistrado español Perfecto Andrés Ibáñez, acompañado de otros miembros del jurado, ha pre-sentado la sentencia. Entre las alega-ciones se pide “a los Estados miembros la adopción de normas nacionales que garanticen el acceso a su jurisdicción nacional civil y penal, por parte de las víctimas de abusos de derechos humanos o contra el medio ambiente, cometidos fuera de la UE por parte de una empresa o una de sus filiales con sede en un Estado miembro”. Según se cita en la sentencia, “a la vista de los casos examinados por el TPP, es posible identificar una estrecha rela-ción de funcionalidad entre las políticas públicas de la UE y los intereses de las empresas transnacionales en sectores estratégicos. Asimismo, se declara que “el derecho a la reparación es la garantía y reconocimiento de los derechos a la verdad y la justicia y no puede enten-derse satisfecho cuando se sustenta en un marco de impunidad y olvido”. Esta sesión del TPP se ha celebrado dentro del programa de la Cumbre Alternativa de los Pueblos.

ecologistasenaccion.org/spip.php?article17567

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8 Ecologista, nº 65, verano 2010

En Melilla el drama del cambio climático

tiene nombres, apellidos y caras

La secretaria de Estado de Cambio Cli-mático, Teresa Ribera, subrayó en nota de prensa el pasado 21 de abril la impor-tancia de cumplir con los compromisos de solidaridad con los más pobres en la lucha contra el cambio climático. En Melilla, Islam, bengalí de Bangla-desh, vive desde hace casi 5 años en el Centro de inmigrantes de la ciudad. Para

llegar a Melilla, tar-dó 2 años, después de ser abandona-do en Mali sin di-nero ni pasaporte. Islam tiene ahora 29 años, desde los 22 no ve a su fami-lia y no ha podido trabajar ni enviar dinero a su casa porque está rete-nido en Melilla. Bangladesh es

el país que con más fuerza sufre el cam-bio climático. Entre la crecida catastrófi-ca del monzón de 1954, y la siguiente de similar efecto, pasaron 20 años, Luego, el intervalo se redujo a 14 años (1988), más tarde a 10 (1998) y posteriormente a 6, en 2004, cuando tuvo lugar la última gran inundación, que causó 600 muertos y 4 millones de desplazados. Además, el huracán Sidr, en 2007, causó 3.000 muertos y 3 millones de desplazados. Demasiado para un país de 150 millones de personas en donde 100 millones son agricultores que viven como mucho a 10 metros sobre el nivel del mar, en el sur del país. “Nosotros no tenemos desarrollo ni infraestructuras. Apenas emitimos ga-ses nocivos para la atmósfera. Así que, mientras los países ricos contaminan y la tierra se calienta, nosotros somos las víctimas”, declaró desde Dacca un por-tavoz del Centro de Estudios Avanzados de Bangladesh, Jandakar Mainudin. Ni el 0,7% que nunca se cumplió, ni las ayudas complementarias que aho-ra se quieren desarrollar por la deuda climática, pueden servir de consuelo a Islam, o al resto de bengalíes que esperan varados en el CETI de Melilla, mientras se prepara la siguiente cumbre internacional para tratar el problema.

melillafronterasur.blogspot.com

Cumbre de los PueblosLas redes, plataformas y organizaciones de Europa y América Latina y el Caribe, reunidas en Madrid del 14 al 18 de mayo, durante la Cumbre de los Pueblos Enlazan-do Alternativas IV, reivindicamos nuestro derecho a plantear alternativas al modelo neoliberal y a los tratados de libre comer-cio, y creemos en nuestra capacidad para construir un diálogo político y social entre los pueblos. Estamos inmersos en una crisis civiliza-toria que afecta a todo el planeta, donde son los grupos sociales más vulnerables y los pueblos del Sur los que están soportan-do la carga más pesada. Mientras millones de trabajadoras y trabajadores han perdi-do su trabajo, sumiéndose en la pobreza y precariedad, el sistema financiero obtiene ganancias multibillonarias con el apoyo de los Estados del Norte. La crisis económica mundial está lejos de ser resuelta y los planes de rescate se han dirigido a defender los intereses del gran capital, como lo demuestran las recientes medidas de ajuste estructural exigidas a Grecia por parte de la UE, y los anuncios en la misma dirección por parte de España y Portugal. La historia de América Latina y el Caribe demuestra el impacto devastador de estas políticas de recorte del gasto público, privatizaciones y desregulación económica. Justo cuando se cumplen dos siglos del inicio de las luchas de independencia en varios países de América Latina y el Caribe, la UE propone una “alianza” estratégica que supone volver al pasado. La creación de una “Zona Euro-Latinoamericana de Asociación Global Interregional”, sustenta-da en la aprobación de una serie de acuer-dos de libre comercio para proteger los intereses de las multinacionales europeas en América Latina y el Caribe y cercenar las posibilidades de una integración regional y birregional sobre nuevas bases. En América Latina y el Caribe han surgi-do varios gobiernos progresistas y de izquierda sensibles a las exigencias de los movimientos populares, que bus-can caminos alternativos de desarro-llo más acordes con sus realidades

locales, y defienden su soberanía nacional. La derecha mundial, al tiempo que intenta desprestigiar y desestabilizar esos gobier-nos, sigue predicando políticas de corte neoliberal que han sido promovidas por multinacionales europeas –en particular españolas dentro de América Latina y el Caribe–, y que cuentan con el apoyo de la UE. Estrategias como la “Europa Global: Competir en el Mundo” y “Europa 2020” van a seguir generando elevados costes sociales y agravando las desigualdades en-tre Estados y en el interior de cada país. En Europa, con el Tratado de Lisboa se ha reforzado un modelo de integración antidemocrático y capitalista. La privati-zación de los servicios públicos junto a la vulneración de los derechos sociales y laborales consolida la Europa Fortaleza, de carácter militar, represivo y excluyente, en detrimento de la Europa Social. Ante estas realidades, la organización, la resistencia, la dignidad, la solidaridad y la movilización social son y serán factores esenciales para sostener los logros en América Latina y el Caribe, impedir una vuelta al pasado, y conquistar nuevos avances tanto en América Latina y el Ca-ribe como en Europa. Nuestra estrategia de lucha y resistencia común se basa en la solidaridad entre nuestros pueblos, para la construcción de una sociedad en la cual los derechos económicos, políticos, laborales, sindicales, sociales, culturales y ambientales sean la prioridad y razón de ser de las políticas gubernamentales.

Declaración final de la Cumbre en:

ecologistasenaccion.org/spip.php?article17635

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9Ecologista, nº 65, verano 2010

PLAN PARA LA GESTIÓN SOSTENIBLEDE LOS RESIDUOS DE ORIGEN DOMICILIARIO EN ASTURIAS

Una alternativa a la incineración

2010 - 2040

Asociación para la Defensa de la Sanidad PúblicaConfederación de Asociaciones de VecinosEcoloxistes n´Aición d´AsturiesUnión de Consumidores de Asturias

Consorcio Cívico

Resolviendo la ecuación: Basura 0 = Incineración 0

Ekologistak Martxan

Tras dos años de trámites, la Conseje-ría de Medio Ambiente del Gobierno Vasco ha otorgado la Autorización Ambiental Integrada para la instala-ción de la incineradora en Zubieta, (Guipuzkoa). Se trata de una exi-gencia, por parte de la UE, para la instalación de empresas que son po-tencialmente contaminantes. Karlos Ormazabal, presidente del Consorcio de Residuos provincial, asegura que así se “garantiza el cumplimiento de los requisitos técnicos y ambientales para minimizar el impacto ambiental sobre el entorno”. No obstante, este trámite aun cuando sea necesario, no es suficiente garantía para asegurar la protección del medio ambiente ni la salud de la población. “Minimizar impactos” no significa acabar con ellos, y la planta, que se pretende poner en marcha para 2013, generará dioxinas y furanos, metales pesados o partículas ultra finas, entre otros, además de contri-buir al cambio climático. Es decir, el

problema no sólo no des-aparece, porque la inci-neración no destruye el

100% de los residuos, sino que se acentúa

dado que la peor basura no es la de mayor volumen. La incineración de residuos, ade-

más, entraña una trampa, que contradi-

ce su razón de ser. Para que la empre-sa pueda funcionar, requiere de una entrada continuada de basura. Pero el objetivo que deberían promover las instituciones públicas es la dismi-nución de la producción de residuos, apostando por la reutilización, el reciclaje y compostaje, prácticas in-compatibles con la incineración. Por ello, los 400 millones de euros que supone el proyecto, bien podrían emplearse en desarrollar alternativas como la experiencia piloto de Usur-bil, que puso en práctica el modelo de “Puerta a Puerta”, a través del cual se consigue reciclar más del 82% de la basura generada y que fue la opción escogida en referéndum por el municipio, al término del año de prueba.

Plan para la gestión sostenible de los residuos en Asturies

La sociedad asturiana vive una gran con-troversia a causa de cómo afrontar a medio plazo la gestión de los residuos de origen domiciliario. Residuos que, en efecto, son un grave problema pero que, sin embargo, cuando se gestionan de forma adecuada se convierten en recursos. Mientras que la apuesta por la incine-ración, tal y como se viene promoviendo por parte de la Consejería de Medio Am-biente, el Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos en Asturias (COGERSA ) y la mayoría de los Ayuntamientos, impli-ca perjudicar las políticas de reducción, reutilización y reciclaje; desanima a que la ciudadanía colabore en la recogida selecti-va; supone elevados riesgos para la salud; perjudica el medio ambiente; contribuye al cambio climático; tiene unos elevados costes económicos para la ciudadanía y los ayuntamientos y representa el pasado de la gestión de los residuos. Por ello, conscientes de que nos en-contramos ante una disyuntiva –gestión sostenible o incineración– que va a de-terminar el tratamiento de los residuos en los próximos 30 años, desde el Consorcio Cívico, constituido por la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, la Con-federación de Asociaciones de Vecinos, Ecoloxistes n’Aición d’Asturies y la Unión de Consumidores, han promovido una Comisión Técnica, para afrontar el reto de

elaborar un Plan para la Gestión Sostenible de los Residuos de Origen Domiciliario en Asturias, prescin-diendo de la incine-ración y partiendo de los dos presupuestos siguientes:

· Cumplir con el principio de legalidad en materia de gestión de residuos domiciliarios.· Proponer modelos de gestión y for-mas de tratamiento de los residuos contrastadas.

Fruto del trabajo de dicha Comisión Técnica es un informe que aborda, en primer lugar, el marco normativo que obliga a las administraciones públicas en materia de residuos. En segundo lugar, se hace un repaso al estado de la gestión de los residuos domiciliarios, para pasar a presentar los contenidos concretos del Plan para la Gestión Sostenible, al tiempo que se analiza la problemática de la reco-gida selectiva y su impulso. Por último, se abordan diferentes aspectos, en particular los relativos al impacto de la incineración sobre la salud y el medio ambiente o lo que piensa la opinión pública sobre esta opción de tratamiento de los residuos.

ecologistasenaccion.org/spip.php?article17221

Vertederos incontrolados en la Región MurcianaEcologistas en Acción ha presentado re-cientemente el informe “Vertederos in-controlados en la Región de Murcia”. Un trabajo en el que desde la federación murciana se denuncia la grave situación en esta materia. Se trata de un problema alimentado de un lado por la nula responsabilidad de las empresas que se deshacen de sus resi-duos a través de este tipo de vertederos, ocasionando graves perjuicios sociales y ambientales al conjunto de los ciudada-nos. Y de otro lado, por la indiferencia de las administraciones públicas a la hora de atajar esta situación. El Informe hace un recorrido por 9 municipios de la Región, documentando hasta un total de 16 vertederos. Una pe-queña muestra de una realidad mucho más extendida. En todos los casos se trata de basureros de gran tamaño, utilizados esencialmente por industrias y empresas del entorno. Varios de los casos denunciados están ubicados en terrenos de ayuntamientos

que permiten este tipo de actividad. También se docu-menta la presencia de verte-deros en zonas protegidas de la Red Natura 2000 o en montes públicos. Circuns-tancias que acentúan los impactos provocados por esta actividad ilegal. Tras la presentación pública del Informe, Ecologistas en Ac-ción, ha solicitado y mantenido reuniones con representantes de los Grupos Parla-mentarios de la Asamblea Regional, y con el Director General de Calidad Ambiental de la Consejería de Agricultura y Agua. En todas ellas se ha demandado medi-das para la prevención y erradicación de estos vertederos, una mayor coordinación entre administraciones, el endurecimiento de sanciones, y la puesta en marcha de un Plan Regional de Control de Vertederos Incontrolados, entre otras.

ecologistasenaccion.org/spip.php?article17087

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10 Ecologista, nº 65, verano 2010

Carcaboso libre de transgénicos

Recuperación para la anguila europea

La anguila europea (Anguilla anguilla) es una especie catalogada como en “peligro crítico” de extinción. Sus po-blaciones se han reducido en Europa en más de un 95% desde la década de los 80. Ello motivó en 2007 la pu-blicación de un reglamento de la UE que obliga a la Junta de Andalucía a presentar un plan de recuperación de la especie. La Junta se comprometió hace un año a presentar dicho plan. Agotado prácticamente el plazo, el plan sigue sin ver la luz. La situación de la especie en An-dalucía es dramática: en el estuario del Guadalquivir, que es donde se han realizado los estudios científicos y donde se encuentra la principal población, ésta se ha reducido en un 98% respecto a 1980. En 1982 se pescaron 40 toneladas de angulas (alevines de la anguila) mientras que en 2008 la pesca fue de 300 kg: una reducción de más del 99%. La pesca de la angula se realiza fundamentalmente en el municipio de Trebujena, donde unas 100 em-barcaciones ilegales y con artes pro-hibidas denominadas “redes mosqui-teras” están provocando un impacto devastador sobre la biodiversidad del Bajo Guadalquivir. Por cada kilo de angulas se destruyen 66,3 kilos de otras especies (ictiofauna), muchas de ellas de carácter comercial que si alcanzaran la talla adulta supondrían unas 23 toneladas. En el Bajo Guadal-quivir viven al menos 134 especies de macrofauna cuyo delicado equilibrio biológico y elevado valor científico, económico y social se ve amenazado por este tipo de pesca. Ante la claridad y gravedad de la situación descrita por los informes científicos, se ha acordado una mora-toria de la pesca de la anguila y de la angula en Andalucía durante 10 años. La decisión se tomó por unanimi-dad en sendas reuniones del Comité de Pesca y del Consejo Andaluz de Biodiversidad. Su aplicación se ha realizado por una doble vía: prohibir la pesca en la orden de vedas de pesca continen- tal y me-diante un de- creto que aún no ha s i d o publicado.

La Plataforma Extremeña Contra los Trans-génicos (PECT), constituida por más de 25 organizaciones tanto de ámbito extreme-ño como estatal, expresa su satisfacción por la aprobación de la Moción por la que se declara el municipio de Carcaboso (Cá-ceres) “Zona Libre de Transgénicos”, en el pleno municipal del 27 de abril y declarado en acto público tres días después coin-cidiendo con la inauguración del Centro Agroecológico Demostrativo de Carcabo-so. La votación contó con el voto favorable de Izquierda Unida y PSOE y el contrario

del Partido Popular. Se trata del comienzo de una campaña que persigue conseguir esta declaración en todos y cada uno de los municipios de la Cáceres y posteriormente en toda Extremadura. “Expresamos hoy una profunda satisfac-ción pues vemos más cercano el deseo de la mayoría de los ciudadanos, que, cons-cientes de los peligros de estos cultivos modificados genéticamente, quieren vivir en un mundo sin transgénicos”, declaró Mireia Llorente, representante en la PECT de Ecologistas en Acción.

El Parque Natural de la Sierra de Ayllón empieza mal su andadura

El trámite para la declaración de un Par-que Natural en la Sierra de Ayllón, en el norte de Guadalajara ha comenzado su andadura con mal pie. La Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente no ha contado con los grupos ecologistas en la elaboración del borrador del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, documento que sale con varios años de retraso. En este período, además de re-ducirse las propuestas de protección, se han llevado a cabo diversos proyectos que han afectado directamente a los valores ecológicos de la zona. Ecologistas en Acción ha tenido que salir al paso de las declaraciones realizadas por la Consejera, Paula Fernández, quien afirmaba que todos los colectivos afecta-dos han recibido el Borrador definitivo del PORN de la Sierra Norte, desmintiendo tal afirmación y denunciando que ninguno de los grupos ecologistas habían recibido la documentación. Ecologistas en Acción solamente ha participado en una reunión para hacer

sus propuestas en julio de 2009. En ella se trasladaron diversas críticas, ya que no se podía ni solicitar ampliación de zonas con alto valor ecológico, ni se podían retirar otras zonas con escaso valor. Desde en-tonces no se tiene constancia de ninguna información relativa al PORN de la Sierra Norte, ni de si las aportaciones realizadas se tuvieron en cuenta o no. Por todo ello, Ecologistas en Acción considera que la Consejería falta a la ver-dad cuando afirma que se ha contado con el consenso y la participación de todos los actores implicados. De hecho, según se ha podido saber, tampoco ha contado con el consenso de la mayoría de los ayunta-mientos afectados. Ecologistas en Acción ante las deficien-cias en la zonificación y en la participación en el proceso de elaboración del PORN Sierra Norte, estudia si apoyará o no la declaración del Parque Natural y anuncia que presentará alegaciones en tiempo y forma, cuando el documento salga a información pública.

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Biodiversidad canariaEl Parlamento de Canarias, con los votos de Coalición Canarias y Partido Popular y la oposición del PSOE, dio luz verde al nuevo Catálogo Autonómico de Especies Protegi-das, que rebaja la categoría de la mitad de ellas (reduce la protección de 290 especies y desprotege 29), lo que facilita el desblo-queo de macroproyectos urbanísticos. Ecologistas en Acción ha mostrado su rotundo rechazo al nuevo Catálogo de Especies Protegidas ya se trata de una ley hecha de espalda a la ciudadanía y a la co-munidad científica y cuyo único objetivo es la de rebajar la categoría de protección a especies amenazadas, para de esta forma saltarse las trabas legales que impiden la construcción de grandes, e innecesarias, infraestructuras actualmente bloqueadas, como es el caso del Puerto de Granadilla. Mientras existe una creciente concien-cia internacional sobre la necesidad de salvar la biodiversidad del planeta, seria-mente amenazada por la acción humana y se celebra el Año Internacional de la Biodiversidad, el Gobierno canario apunta en la dirección contraria, al rebajar la cate-goría de protección a más de la mitad de las especies actualmente protegidas.

Especial mención merece la nueva categoría “De Interés para los ecosistemas canarios” donde se incluyen a cerca de 200 especies que sólo estarán protegidas si están dentro de un Espacio Protegido, siempre y cuando no haya un proyecto de interés público. La única justificación de esta nueva categoría es la de salvar los obstáculos legales de determinados proyectos, de dudoso interés público, sin tener que salvaguardar la conservación de determinadas especies incluidas en la citada categoría. Sirva de ejemplo, las des-protección de los sebadales para construir el Puerto de Granadilla. Como se ha puesto de manifiesto en los últimos meses, son muchísimas las entidades científicas que han evidenciado su rechazo al Catálogo, desde instituciones de gran prestigio a nivel mundial como la UICN, hasta entidades de ámbito estatal como el Grupo de Ecología y Evolución en Islas del Centro Superior de Investiga-ciones Científicas (CSIC). Pero no sólo son entidades científicas: 13 Ayuntamientos y 4 Cabildos canarios (más de la mitad) han aprobado mociones de rechazo a la propuesta de Ley.

Furtivismo contra el oso en la Cordillera

CantabricaDespués de conocerse que el Seprona había incautado, en enero de 2010, una piel de oso pardo a una persona en la zona de Villablino, Ecologistas en Acción se personó en las diligencias para poder actuar en las mismas. El juzgado solicitó un informe a la Universidad de Oviedo, para conocer las causas de la muerte. El informe, elaborado el 26 de febrero, dice en sus conclusiones:

• El animal recibió dos disparos de postas, uno con posta más fina, a mayor distancia y desde atrás y otro disparo fronto-lateral derecho, con posta más gruesa que impacto en el rostro, pecho y costado derecho del animal a unos 15 m. Posteriormente fue rematado de un disparo en la zona del corazón con una bala de cartucho de escopeta.• Parece poco probable que la piel tu-viese menos de 5 años ni más de 20.• El animal tendría entre dos y tres años de edad, que se corresponde a un ejemplar recién emancipado o desarrolando una vida individual.

A pesar de contradicciones del denun-ciado y de testigos en las diligencias, como las diferencias en la forma en que la piel del oso había llegado a su poder y la antigüedad que le daban a la misma, el Juzgado se ha visto obligado a cerrar el caso por la prescripción del mismo. Según el Código Penal, el caso estaba prescrito por la antigüedad en los restos de la muerte del animal en relación con las penas que pueden imponerse para este tipo de delitos. Además, el Juzgado ha tenido que devolver la piel del oso al denunciado, precisamente también por motivos legales. En todo caso y aunque la subpobla-ción occidental de osos pardos esté en un momento favorable, esto demues-tra, al menos, dos problemas:

• Que no puede bajarse la guardia de la conservación del oso pardo y me-nos en zonas especialmente conflic-tivas de furtivismo tradicional, donde hay que actuar sin ningún tipo de tibiezas y con total contundencia.• Que la Junta de Castilla y León con-tinúa con los mismos problemas de hace 17 años, a pesar de sus Planes, Leyes, Decretos y, sobre todo, de los fondos invertidos.

Oso pardo en el PirineoCon una población menor de 20 ejem-plares, la supervivencia del oso pardo en el Pirineo tiene un negro futuro, tal como apuntan informes y publicaciones de la comunidad científica. Especialmente críti-ca es la situación de la población occiden-tal, formada solamente por tres machos, sin ninguna posibilidad de recuperación si no se realiza un urgente reforzamiento con dos o tres hembras. El Gobierno francés ha realizado dos programas de reforzamiento con la suelta de ejemplares de esta especie. Una vez finalizada la segunda etapa de este pro-grama, el Ministerio de Medio Ambiente de ese país se plantea una tercera. En la vertiente española, las adminis-traciones son meras observadoras de las actuaciones que se vienen desarrollando en el lado francés del Pirineo. El obsoleto Plan de Recuperación de esta especie en Navarra no contempla ninguna medida en este sentido y además no ha sido convenientemente adaptado y revisado, tal como el propio Plan determina. Más grave es todavía que las dos comunidades con mayor responsabilidad, Cataluña y Aragón, no tengan ni siquiera aprobado dicho plan, por lo que carecen de una política conocida de actuación a la hora de gestionar el hábitat y la conservación

de la especie, incumpliendo el mandato legal desde 1991. Ante esta crítica situación, treinta aso-ciaciones de Francia, Andorra y España implantadas en los Pirineos, entre ellas Ecologistas en Acción, han decidido aunar esfuerzos y coordinar actuaciones para la conservación de la especie y su hábitat. Una de las líneas de trabajo será la presión a las administraciones para que actúen de manera coordinada, consiguiendo que el programa de reforzamiento continúe hasta que la población de oso sea viable y se aprueben y coordinen los planes de recu-peración territoriales en todo el Pirineo.

ecologistasenaccion.org/spip.php?article16418

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12 Ecologista, nº 65, verano 2010

Ordenación del territorio en La RiojaEcologistas en Acción de La Rioja en relación con la propuesta de Directri-ces de Ordenación del Territorio de La Rioja, ha presentado las siguientes alegaciones: Especies catalogadas en peligro de extinción. Esta directriz no protege lo suficiente aquellos espacios que co-inciden con el hábitat de las especies catalogadas por el propio Gobierno de La Rioja “En peligro de extinción”, lo cual debe revisarse. Incluyendo a la especie conocida como pez fraile. En el aparta-do referido al sisón, ha de figurar como mayor problema para la conservación de esta especie la destrucción de los ecosis-temas esteparios y la puesta en regadío de terrenos tradicionalmente ocupados por cultivos de secano. Zonas Húmedas. En este apartado deben de estar incluidos todos los espacios contemplados dentro del Inventario Nacional de Zonas Húmedas de España. Áreas de Vegetación Singular del Ebro. Dentro de este apartado se debe-rían incluir todas las riberas del río Ebro.Riberas de Interés Ecológico: solicitamos la inclusión de los ríos Yalde, Ea, Tuerto y Zamaca dentro de esta categoría Áreas de Vegetación Singular. Se deben de incluir en la categoría de pro-tección de Vegetación Singular. Las huertas tradicionales. Debería reflejarse la prohibición de construir casi-llas agrícolas con una superficie superior a 20 m2. Paisajes Agrarios. Es inexplicable que uno de los ecosistemas en mayor peli-gro de La Rioja, las áreas esteparias, no tengan ningún espacio independiente catalogado como tal. Y más inexplicable todavía que dichas áreas esteparias se in-cluyan dentro de la nueva categoría Pai-sajes Agrarios de Interés. Una categoría, que no limita en modo alguno los usos de transformación y destrucción de estos espacios y que no obedece a la necesidad real de proteger estos ecosistemas. A pesar de que Ecologistas en Acción de La Rioja apuesta por las energías renovables, en el desarrollo de las di-rectrices y con motivo de la necesaria protección y ordenación del territorio deberían incluirse planes sectoriales de planificación de dichas instalaciones. También se hace hincapié en la im-portancia de una mayor vigilancia y control sobre este nuevo Plan.

Medio Ambiente supedita las normas de los Parques Naturales a los planes urbanísticos de los Ayuntamientos

La Consejería de Medio Ambiente (CMA) de la Junta de Andalucía ha presentado una nueva redacción del “Proyecto de Decreto por el que se establece el régimen general para la planificación de los usos y actividades en los parques naturales y se aprueban medidas de agilización de procedimientos administrativos”. Bajo el subterfugio de “agilizar los trá-mites administrativos” se pretende dar un giro peligroso a la normativa de los parques naturales, al estipular que los Planes de Or-denación de los Recursos Naturales (PORN) y los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) se supediten a los Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU). El Artículo 2 del Proyecto de Decreto estipula que “Las previsiones urbanísticas relativas a parámetros de edificación y características constructivas contenidas en los PORN y PRUG de los distintos par-ques naturales, no serán de aplicación en aquellos municipios en los que los planes urbanísticos hubiesen sido en su tramitación sometidos a evaluación am-biental”. Teniendo en cuenta que todos los PGOU cuentan por imperativo legal con esta evaluación ambiental, es evidente que los PORN y PRUG se subordinarían a los PGOU, cuando la legislación vigente prescribe todo lo contrario. Además se excluyen a los suelos urbanos y urbaniza-bles de cumplir las normas de los parques

naturales, haciendo de nuevo una peli-grosa dejación de funciones, sobre todo en lo referente a la tipología constructiva tradicional de los núcleos urbanos. Para colmo se estipula que el silencio admi-nistrativo será positivo cuando la CMA no conteste a solicitudes de autorización de edificaciones o infraestructuras. Hay que resaltar que la legislación bási-ca estatal (Ley 42/2007 del Patrimonio Na-tural y de la Biodiversidad) deja claro que “Cuando los instrumentos de ordenación territorial, urbanística, de recursos natu-rales existentes resulten contradictorios con los PORN deberán adaptarse a éstos”. La Junta pretende poner en manos de los Ayuntamientos la planificación de los parques infringiendo la Ley que regula el régimen de protección de estos espacios naturales. Este Proyecto de Decreto no incluye ni una medida para “agilizar los proce-dimientos administrativos”, sino que los complica aumentando la burocracia y bajando la protección. Ecologistas en Acción se opondrá con todos los medios legales a su alcance a este despropósito que pretende poner en manos de los Ayuntamientos y especula-dores urbanísticos la planificación de los parques naturales, y presentará medidas que lleven a una disminución efectiva de la burocracia en los parques naturales.

El urbanismo de la Comunidad de Madrid en jaqueEs un secreto a gritos que el urbanismo en la Comunidad de Madrid es un caos. Los técnicos y políticos con conocimiento de urbanismo han sido sustituidos, poco a poco, por personajes de paja que se limi-tan a obedecer órdenes. De esta forma la arbitrariedad y la falta de criterio se han instalado en la Dirección General de Urba-nismo y Estrategia Territorial. Dependien-do del oportunismo político, se aprueban o no planeamientos y proyectos. Nada escapa al férreo control de la Lideresa. Si las leyes estorban se modifican a la carta del proyecto. Todos los años, en una o dos ocasiones, generalmente aprovechando la aprobación de los presu-puestos, se modifica la Ley del Suelo. Estos cambios no responden a necesidades de mejora de la Ley sino a favorecer proyec-tos muy concretos. Así se han introducido cambios para autorizar un campo de golf en Alcalá de Henares o para transformar en hoteles y restaurantes antiguas ruinas

en suelo protegido. Si de estos cambios normativos se benefician algunas empre-sas o algún Viceconsejero imputado son sólo puras coincidencias. Sin embargo, en los dos últimos años, la política urbanística del Gobierno de Aguirre está en jaque. Ya son cinco sen-tencias las que ha ganado Ecologistas en Acción en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra normas y planeamientos urbanísticos aprobados por el Gobierno regional. El Tribunal anula porque detecta acuerdos que no son conformes al orde-namiento jurídico e incluso desvíos de poder. En un futuro próximo, la situación, puede llegar a ser más escandalosa. Eco-logistas en Acción tiene recurridos una decena de asuntos urbanísticos y sigue sumando. Parece obvio que los políticos deberían reflexionar sobre lo que están haciendo y los ciudadanos sobre a quién están votando.

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13Ecologista, nº 65, verano 2010

Informe de

Aguas de baño

continentales 2009-10Marzo 2010

Fin al proyecto de central térmica en MorataEl Tribunal Supremo ha echado por tierra el proyecto de construir una central tér-mica de ciclo combinado en el municipio madrileño de Morata de Tajuña. El tribunal ha anulado un acuerdo del Consejo de Mi-nistros del 15 de junio de 2007, por el que se declaraba el proyecto bien de utilidad pública. Esta calificación aceleraba los trá-mites y allanaba el camino para construir la central térmica. El Supremo, en dos sentencias, estima los recursos interpuestos por la Comunidad de Madrid y Ecologistas en Acción contra la declaración de utilidad pública. Uno de

los argumentos para la impugnación fue que la térmica estaba situada a 1,7 km del núcleo urbano, cuando la distancia mínima para estas instalaciones es de 2 km. El proyecto para instalar una central térmica en Morata de Tajuña generó una dura protesta en el municipio. Ecologistas en Acción denunciaba que la planta emitiría casi 500 t de CO2 por hora y cerca de 400 kg de óxidos de ni-trógeno, y estaría junto a la cementera de Portland Valderribas, otra planta con una gran emisión de CO2. Además, la zona estaba ambientalmente protegida.

Zonas de bañoEcologistas en Acción ha presentado la Guía 2009-2010 de las Zonas de Baño en ríos, lagos y embalses. A través de esta guía se quiere informar sobre el es-tado en el que se encuentran las zonas de baño y proporcionar los datos de los organismos responsables para poner en marcha las medidas de vigilancia y de conservación de estos ecosistemas acuáticos. La publicación de la guía también tiene el objetivo de reclamar a la admi-nistración pública la mejora del estado de conservación de estos ecosistemas acuáticos, la mejora de su protección y, por lo tanto, la catalogación de un gran número de estas zonas de baño que no están vigiladas ni cuidadas. Durante los últimos años hemos podido constatar cómo los períodos donde más descatalogaciones de zo-nas de baño ha habido son aquellos que coinciden con la implantación de legislación relacionada con la depu-ración de las aguas residuales. Se ha elegido la descatalogación para tapar no sólo las carencias en el tratamiento de aguas residuales sino también para no tener que actuar frente al deterioro de la calidad de agua por la sobre-explotación de aguas superficiales y subterráneas y la contaminación difusa por actividades agrícolas. A pesar de todo esto, los bañistas siguen acudien-do las zonas de baño habituales, estén o no vigiladas y cuidadas. Esta Guía es el resultado de las en-cuestas realizadas durante los tres últi-mos años e incluye listados organiza-dos por provincias con todas aquellas zonas de baño que se utilizan habitual-mente, informando sobre su estado de catalogación o descatalogación, y aquellas zonas de baño habituales que nunca han sido catalogadas.

Rechazo categórico al ATC en ZarraLa candidatura de Zarra al Almacén Tem-poral Centralizado de residuos nucleares (ATC), no sólo debe ser rechazada por criterios ambientales, sociales y técnicos, sino por irregularidades asociadas a los terrenos elegidos, a su situación legal, y a la de los representantes políticos que la promueven. Esa candidatura ha generado una fuerte oposición en las comarcas vecinas de Za-rra, como se demostró en las dos masivas manifestaciones realizadas y en la realiza-da en Valencia el 9 de mayo. Además, las Cortes Valencianas rechazaron la construc-ción de un ATC en esta Comunidad, en una resolución aprobada por unanimidad en 2006. Sin embargo el Gobierno Valenciano no se ha manifestado en ningún sentido. Quizás la explicación de ese silencio cóm-plice resida en que una de las mercantiles propietarias de los terrenos propuestos (Sedesa Urbana SL) es propiedad de un familiar directo del Conseller de Medio Ambiente. Esa mercantil aparece implicada en la trama Gürtel.

La documentación presentada por el Ayuntamiento de Zarra tiene falta de rigor y contiene afirmaciones falsas, ya que se dice que la calificación urbanística de los terre-nos es industrial. Sin embargo el TSJ anuló el PAI “Complejo Medioambiental La Hoya”. Por tanto, la calificación urbanística de los terrenos propuestos es de nuevo suelo rústico, o sea, de suelo no urbanizable. Finalmente, se debe conocer que el Alcalde se encuentra imputado por graves delitos: prevaricación, falsedad cometida por funcionario, fraude fiscal, estafa y delito contra la ordenación del territorio. Otros miembros de Electores por Zarra, que son concejales y votaron a favor de la candidatura de Zarra, también se encuen-tran imputados por hechos similares. No parece muy responsable que se seleccione a Zarra, con una solicitud pre-sentada por unas personas en esa situa-ción procesal, además de que, como se ha demostrado, parte de los datos que se incluyen en la solicitud enviada al Ministe-rio son falsos.

ecologistasenaccion.org/spip.php?article17137

Manifestación contra el proyecto de central térmica, el 9 de junio de 2002. Foto: CHuS blÁzquez

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14 Ecologista, nº 65, verano 2010

El movimiento por el decrecimiento sigue creciendo Toros y fondos europeos

Ecologistas en Acción de Navarra va a presentar una petición ante el Par-lamento Europeo, solicitando que se tomen las medidas y acciones necesa-rias para evitar la utilización de fondos europeos en el fomento y subvención de las corridas de toros. La organización ecologista cree que las modificaciones legislativas abanderadas por la Presi-denta de la Comunidad de Madrid para declarar como “bien de interés cultural” a las corridas de toros, y que ya han teni-do eco en otras comunidades entre ellas Navarra, podría abrir un mayor abanico de posibilidades de financiación de las corridas de toros con ayudas europeas. Dado el carácter de estos actos crueles, su subvención con fondos europeos de forma directa o indirecta, supondría una vulneración del ordenamiento europeo que reconoce y ampara los derechos de los animales. La UE no puede ni debe apoyar económicamente actos como las corridas de toros, que aunque tolerados por razones equivocadas en algunos Estados miembro, no cabe considerarlos como espectáculos culturales, ya que la tortura de un ser vivo no es ni será nunca cultura. Con tal finalidad ha pro-puesto las medidas siguientes: - Un veto formal y expreso a la financia-ción europea de las corridas de toros.- El llamamiento explícito a los gobier-nos de la UE para que controlen e im-posibiliten la utilización de fondos eu-ropeos en la financiación o subvención de las mismas.- La aplicación de sanciones para los casos de incumplimiento.- Una actuación idéntica a la solicitada para todos los actos, ceremonias y cos-tumbres vejatorias para los animales y actualmente toleradas en la UE. Por último, una reconsideración de la tolerancia que existe con los men-cionados actos, para emprender su prohibición e ilegalización y lograr su

desaparición.

Del 26 al 29 de marzo se celebró en Barce-lona la II Conferencia Internacional sobre Decrecimiento Económico para la Soste-nibilidad Ecológica y la Equidad Social, en la que Ecologistes en Acció de Catalunya participó como co-organizadora. Esta con-ferencia tenía como objetivo reunir a la sociedad civil y a la comunidad académica y colectivamente analizar la crisis actual: socio-ambiental y económica y transfor-marla en oportunidades de cambio hacia un modelo de desarrollo humano equi-tativo y próspero dentro de los límites de la biosfera. Decrecer en la riqueza y en la pobreza para salvarnos con el planeta. La Conferencia reunió a más de 400 personas que, venidas de 20 países dis-tintos, participaron tanto en las mesas redondas, así como en la elaboración y difusión de 180 pósters que centraron la atención de los 29 grupos de trabajo. Estos grupos de trabajo, de forma muy participativa analizaron y plantearon al-ternativas, investigaciones y prácticas a llevar a cabo y a difundir frente al falso progreso unilateral y parcial de una minoría

de la humanidad que bajo la premisa del “crecimiento económico” pretende seguir apropiándose de los recursos naturales y humanos de toda la colectividad para beneficiarse y acaparar capital, bienes y servicios, sobrepasando los límites físicos e hipotecando el presente y el futuro de la comunidad mundial. Después de esta Conferencia, en mayo una conferencia en Vancouver daba conti-nuidad al trabajo realizado en Barcelona. Anteriormente fue en Paris en 2008 y, mucho antes por el Club de Roma, cuando en 1972 ya planteaba “los límites del creci-miento”. Y es que el decrecimiento en reali-dad no es una idea nueva, es simplemente una propuesta de gestión democrática de los recursos comunes y limitados del planeta para no convertirlos en mercancía de muy limitada utilidad social. Nuevos eventos se preparan en todo el mundo y la coordinación de redes mundiales para otro modelo social siguen desarrollándose en distintos lugares del planeta.

www.degrowth.eu

Universidad Verde de VeranoTras la rica experiencia del año pasado en Huesca, ya está en marcha la segunda Uni-versidad Verde de Verano, que se celebrará en la localidad de Beire (Navarra), del 29 de julio al 1 de agosto. Se trata ante todo de un encuentro de militantes de base –activistas del movi-miento verde, simpatizantes, ecologistas de todos los horizontes, movimientos so-ciales, ONG, asociaciones, expertos, etc.– orientado hacia la construcción de redes. Entre sesiones plenarias y talleres, la Universidad Verde de Verano es un mo-mento de intercambio, debate, formación e

información sobre todo tipo de cuestiones que interesan a las personas cercanas al movimiento verde y ecologista (economía y New Deal Verde, salud, relaciones Norte-Sur, decrecimiento, políticas energéticas, biodiversidad, agricultura ecológica, eco-feminismo, software libre, etc.). En esta segunda edición el tema central es “La política municipal verde” y, gracias al apoyo de la Fundación Verde Europea, contará con la presencia de numeros@s ponentes e invitad@s de toda Europa.

www.universidadverde.es/

II Conferencia Internacional sobre Decrecimiento. Foto: WWW.degroWtH.eu

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15Ecologista, nº 65, verano 2010

Fiestadels l

i www.ecologistasenaccion.org y 915312739

Sábado, 26 junio 2010Madrid, c/ Embajadores 70 , IES Cervantes,

(metros Embajadores y Lavapies)11 de la mañana hasta las 4 de la madrugada

5 € anticipada (en taquilla 7 €) Menores de 14 años gratis

Por una relación sostenible con el marColectivos como A Ría Non se Vende, Ecolo-gistas en Acción, Galiza Non se Vende, Ver-degaia, WWF o Greenpeace han firmado un manifiesto en el que subrayan la necesidad urgente de abordar un modo radicalmente distinto de relación con el medio marino, donde se tenga en cuenta el entorno natu-ral y la protección a las prácticas pesqueras tradicionales y sostenibles. El manifiesto presentado en Vigo recoge las principales conclusiones del encuentro paralelo al Consejo de Ministros de Pesca de la UE, organizado por la sociedad civil. En el manifiesto, los colectivos firmantes proponen una serie de alternativas que consideran imprescindibles para poder

desarrollar una cultura de la sostenibilidad con el medio marino:• Necesidad urgente de crear planes de gestión a largo plazo del medio marino, que tengan en cuenta elementos como la posibilidad de cogestión de las flotas pesqueras artesanales y marisqueras, un enfoque ecosistémico basado en argumen-tos contrastados científicamente, etc.• La creación de una red de áreas marinas, eficaz, dinámica y que tenga en cuenta a todos los agentes implicados en su crea-ción y sostenimiento.• Acabar con la indefensión del sector pesquero artesanal y marisquero, ante la destrucción de la costa y los vertidos.

Boletín Alidrisia Marina

Con el nombre genérico de Alidrisia Marina la Asociación Septem Nostra-Ecologistas en Acción y la Fundación Museo del Mar de Ceuta desean in-augurar una serie de publicaciones científicas y de conocimiento en general del medio marino. Alidrisia Marina lleva el nombre de uno de los mayores eruditos ceutíes, el cual realizó contribuciones científicas muy relevantes que fueron crucia-les para el en-tendimiento de la geografía de nuestro plane-ta en el mundo antiguo. C o n e s t e primer Bole-tín de Estu-dios S obre Tetrápodos Marinos del N o r o e s t e de África se atiende de manera anual los estudios de la costa africana mencionada con tres objetivos primordiales: • publicar nuestros datos y servir a los intereses medioambientales de la administración autonómica que sufraga los gastos, • divulgar los trabajos desarrollados por investigadores africanos y • servir a los fines de la conservación de estas magníficas especies.

ecologistasenaccion.org/ceuta

Mercurio en los productos pesqueros

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Un nuevo estudio sobre el riesgo de exposición

al metilmercurio concluye que el atún aporta

un tercio del to-tal de la inges-ta de este con-taminante por el consumo de productos pesqueros en EE UU.

Estos resultados fueron publicados

por el Dr. Edward Groth en un informe revisado por expertos, titu-lado “Clasificación de las contribuciones de las variedades comerciales de pescados y mariscos a la exposición de mercurio en Estados Unidos: Implicaciones para la comunicación del riesgo” y publicado por la revista Environmental Research. El atún en conserva es el principal pro-ducto pesquero consumido hoy día en EE UU, algo menos de 1,4 kilogramos al año por persona, mientras que en España se consumen 2,05 kg por persona y año.

El atún contribuye en un 37% del total de mercurio en los productos pesqueros, casi seis veces más que la suma del resto de los cuatro pescados con mayores ni-veles de mercurio: pez espada, tiburón, carite pintado y blanquillo payaso, según el estudio.

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Ecologista, nº 65, verano 2010

European Fish WeekJune 5th-13th 2010

Día de los Océanos

Durante la semana de 5 al 13 de junio, organizaciones de toda Europa celebrarán el día de los Océanos con activida-des en defensa de la pesca sostenible y de un ecosistema marino en equilibrio. Ecologis-tas en Acción forma parte de esta coalición que tiene como objetivo principal la reforma justa de la Política Pesquera Común para revertir la situa-ción actual de sobrepesca del 88% de las especies en nues-tros caladeros. Durante esta semana, llamada European Fish Week, se proyectará el docu-mental The end of the Line, que denuncia la esquilmación de las poblaciones de peces por el sector industrial y las con-secuencias de practicas des-tructivas de los hábitats como el arrastre de fondo. También se celebrarán foros, debates y conferencias sobre problemas y posibles soluciones en la cri-sis del sector pesquero y en la situación de agotamiento de nuestros mares. Además habrá celebraciones a ritmo de tam-bores a pie de playa para que podamos homenajear a nues-tros océanos como fuente de vida desde tiempos remotos.

200 millones de euros por el ErikaEl 13 de diciembre de 1999, el viejo petrolero Erika, de 25 años y pabellón maltés, con el casco corroído, se partía en dos frente a las costas breto-nas en medio de una tormenta y derramaba al mar cerca de 30.000 toneladas de fuel. La marea negra inundó casi 400 km del litoral francés, y afectó a más de 150.000 aves marinas. Un tribunal de París ha confir-mado la sentencia millonaria y ejemplar que en su día puso el Tribunal Correccional y ordena, al armador, el italiano Giuseppe Savarese; a la sociedad italiana de inspección RINA y a la petro-lera Total, que fletó el carguero, a pagar más de 200 millones de euros de indemnizaciones.

Fracasa el veto a la venta de atún rojoEl atún rojo no será una es-pecie protegida y su carne seguirá viajando desde todo el mundo a Japón para ser consumido como sushi. La Convención sobre el Comer-cio Internacional de Especies Amenazadas rechazó las pro-puestas de Mónaco y la UE para restringir drásticamente el comercio internacional. La propuesta europea obtuvo 43 votos a favor, 72 en contra y 14 abstencio-nes. La iniciativa de Mónaco 20 a favor, 68 en contra y 30

abstenciones.

Japón caza la mitad de las ballenas permitidasSegún recogen agencias ja-ponesas, los propios marinos atribuyen a los encontronazos con los barcos de la organiza-ción ecologista Sea Shepherd la falta de rendimiento de la campaña. Las acciones de Sea Shepherd, consistentes en aco-sar e interponerse en la ruta de los balleneros, han supues-to que la temporada tuviera que ser suspendida durante un mes. En los choques ha habido denuncias cruzadas. Las au-toridades japonesas acusan a los activistas de haber arro-jado materiales corrosivos a los barcos, y, por otro lado, los balleneros hundieron en enero el barco ecologista Ady Gil.

Europa autoriza otro cultivo transgénicoLa Comisión Europea ha auto-rizado, por primera vez desde 1998, el cultivo y comercia-lización de un producto ge-néticamente modificado, la

patata Amflora. El almidón de esta creación de la

alemana BASF po-drá emplearse

para fabricar p a p e l y

para alimentación animal. Pese a que la Comisión permitirá a los Estados vetar su comercia-lización, grupos ecologistas protestaron por el riesgo de contaminación de otras cose-chas y alertaron de que Amflo-ra podría provocar resistencia a los antibióticos. Sólo otro transgénico ha-bía sido autorizado por Bruse-las, una variedad de maíz de Monsanto de la que España produce el 80% de la cosecha comunitaria y que se culti-va en otros 5 países de la UE mientras que Alemania, Aus-tria, Francia, Grecia, Hungría y Luxemburgo establecen salva-guardias contra su cultivo. En Polonia está prohibido cultivar transgénicos.

Especulando con CO2

El mercado europeo de com-praventa de CO2 –pensado inicialmente para que las in-dustrias intercambiasen dere-chos de emisión– está copado por bancos, inversores, inter-mediarios y especuladores. En 2009, éstos supusieron un 80% del volumen negociado en el mercado europeo, según el informe anual de Sendeco2, una de las firmas que más vo-lumen de derechos gestiona en la bolsa española de CO2. El informe cifra también en 15 millones de toneladas –equi-valente a unos 180 millones de euros– los derechos que le sobraron a la industria españo-la –salvo a las eléctricas– y que recibieron gratis del Gobierno. El CO2 sigue siendo un buen negocio para las empresas.

Obama nuclearEl Gobierno de EE UU facilitará la construcción de dos nuevos reactores nucleares con la con-cesión de una garantía de prés-tamo a la empresa constructo-ra que deberá obtener ahora los permisos de la Comisión de Regulación Nuclear, lo que se espera para el próximo año. Obama ha aprovechado una ley ratificada por George Bush en 2005, que permite al Gobier-no ofrecer avales de crédito a

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17Ecologista, nº 65, verano 2010

Foto: eCologiStaS en aCCión

Pese a que los estudios de cambio climático destacan como uno de sus impactos las extinciones de especies, exis-ten aún pocas investigaciones que demuestren tal efecto.

De ahí la importancia de un estudio que abarca

todo el mundo y que sitúa a

los lagartos y las lagar-tijas como v í c t i m a s claras del

calenta-

miento. Un 20% de las es-pecies pueden desaparecer en 2080 si no se atenúa el cambio climático. Aunque se tomen medidas para evi-tar un aumento excesivo y rápido de las temperaturas, para el 6% de las especies de lagartos y lagartijas es ya demasiado tarde: se habrán extinguido en 2050. La desaparición de estos saurios puede tener efectos notables ya que, por un lado, son alimento de aves y otros animales, pero ellos mismos son depredadores, por ejem-plo, de los insectos, regulando sus poblaciones y plagas.

Lagartos muertos de calor

los proyectos energéticos que contribuyan de algún modo a la reducción en la emisión de gases contaminantes. Desde entonces, no se había concedi-do un crédito a empresas que gestionaran o proyectaran la construcción de nucleares. En los presupuestos de 2011, el Gobierno ha destinado una partida de 54.500 millones de dólares para esos avales, el tri-ple de lo contemplado por la Administración anterior.

Rusia construirá nucleares en IndiaRusia construirá entre 12 y 16 reactores nucleares en India para impulsar el programa energético del país surasiático. Rusia compite con compañías francesas y estadounidenses por los lucrativos contratos para construir nucleares en la tercera economía de Asia, que necesita incrementar el suministro energético para sostener su rápido crecimien-to. De momento, el carbón aún representa más del 50% del consumo energético, pero las autori-

dades quieren que la contribu-ción total de la energía nuclear pase del actual 3% al 6% en la próxima década.

Una papelera amenaza el lago BaikalEn la ribera sur del lago Baikal, la mayor reserva de agua dul-ce del planeta, la fábrica de papel y celulosa de Baikalsk se dispone a reanudar su con-taminante producción des-pués de que Vladímir Putin, le diera permiso para verter sus residuos al lago. La decisión ha movilizado a ecologistas y ha menguado las simpatías que Putin se ganó en 2006 al alejar del Baikal el trazado del oleoducto de Siberia oriental al océano Pacífico. La fábrica cerró en oc-tubre de 2008 por no haber logrado reciclar el agua utili-zada en la limpieza de la ce-lulosa, como exigía la norma-tiva. Quedaron en paro 1.600

25 años del agujero en la capa de ozonoEn mayo se cumplieron 25 años del descubrimiento del agujero en la capa de ozono sobre el continente antártico. El descubrimiento reali-zado por Joe Farman, Brian Gardiner y Jonathan Shanklin se convirtió en un símbolo de la fragilidad de la Tierra. Dos años después se firmó el Protocolo de Montreal, que prohibió el uso de clorofluoro-carbonados. Pese a la existencia de este protocolo y al conocimiento de que estas sustancias per-

manecen durante años en la atmósfera, su uso está permi-tido en algunos casos. La ofensiva contra estos gases permitió frenar el cre-cimiento del agujero, pero deberán pasar al menos unos 100 años para que se recupere por completo. Para Farman, los gobier-nos no aprendieron la lec-ción: actuar rápidamente y con decisión ante amenazas globales sobre el medio am-biente como es el cambio climático.

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trabajadores de Baikalsk, una localidad dependiente de una sola industria. La decisión de reabrir la fábrica llegó cuando Baikal-sk se reorientaba hacia otras actividades como el turismo, pero la papelera y el turismo no son compatibles, afirma Andréi Pyluj, responsable de un nego-cio de baños de vapor rusos. Los efluvios de la papelera, dice, espantan a sus clientes.

Presa en el AmazonasEl Gobierno de Brasil adjudi-cará las obras de la que será la tercera mayor presa hidroeléc-trica del mundo, después de la de las Tres Gargantas, en China, y la de Itaipú, en Brasil y Para-guay. Si la fuerte oposición de los grupos indigenistas y ecolo-gistas no logra detener el pro-yecto, la presa de Belo Monte entrará en funcionamiento en 2015, tendrá una capacidad de 11.233 megavatios y generará 18.000 empleos directos. Pero su construcción conlle-vará la inundación de 500 km2 de selva y desplazará a unos 50.000 indios y campesinos que viven en las inmediaciones del río Xingú y en el municipio de Altamira. La protesta de las comu-nidades de 12 regiones indí-genas logró el respaldo de

artistas de renombre como el director del filme Avatar, James Cameron, que visitó la zona donde se construirá la presa en la Amazonia para exigir a Lula que desistiera del plan. El Gobierno alega que Bra-sil está creciendo económi-camente y que va a necesitar más energía y la Amazonia es el corazón de la energía limpia del país. Los críticos sostienen, entre otras razones, que para que las empresas se decidieran a llevar a cabo las obras, el Esta-do les ha tenido que prometer exenciones fiscales valoradas en millones de euros que acabarán pagando los contribuyentes. También señalan que no se han agotado aún los estudios acer-ca de los peligros ambientales que pueden implicar abrir esa herida en la Amazonia.

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18 Ecologista, nº 65, verano 201018

Alfonso Aranda, Dr. Ingeniero Industrial y Director de Eficiencia Energética del

Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos (CIRCE), y Antonio

Valero, director del CIRCE y Catedrático de Energética de la Universidad de Zaragoza.

La eficiencia energética ha sido, es y será una de las claves para me-jorar la competitividad de nuestra economía y alcanzar un alto grado de desarrollo sostenible, tan an-

siado y perseguido por sociedad y clases políticas. Sin embargo históricamente los resultados que se han dado no han sido del todo satisfactorios como se observa en la figura 1. La interpretación de la gráfica es que no hemos sido capaces de aprovechar la incorporación de nuevas tecnologías de producción, de prestación de servicios y de generación de valor para reducir el consu-mo de energía, aunque en los últimos años se aprecia una tendencia a la baja. Existe la incertidumbre sobre si este descenso es debido a un cambio del modelo produc-tivo, a una mayor concienciación social, a una consecuencia de la implementación de las políticas de eficiencia energética, a la crisis económica actual, o a una mezcla de todos ellos. La sostenibilidad energética ha ser

alcanzada desde el ahorro de energía, como consecuencia de un alto grado de eficiencia energética en los procesos y de un correcto uso de la ecoeficiencia en los productos y los servicios que se consu-men.

¿Qué tipo de energía consumimos y dónde?En la figura 2 se aprecia que el mayor consumo energético proviene de produc-tos petrolíferos casi todos ellos destinados al sector transporte y movilidad. Cabe destacar que la electricidad tiene un peso del 21% en el consumo de energía final y sin embargo en términos de energía primaria es más del doble, puesto que la

eficiencia energética global del mix eléctri-co (incluyendo transporte y distribución) no alcanza el 50%. En cuanto a dónde se consume, el sector industrial (34,5%), históricamente el mayor consumidor, ha cedido paso al sector transporte (37,9%) y al residencial, comercial y servicios (27,6%).

¿Qué políticas de eficiencia energética existen en España?La principal política actual es la Estra-tegia Española de Eficiencia Energética 2004-2012 (E4) que fomenta la eficiencia energética mediante la utilización de las energías renovables (incluidos biocom-bustibles), el impulso de centrales de ge-

Alfonso Aranda y Antonio Valero

La mayor parte de las medidas e iniciativas para la disminución del consumo energético se centran en la optimización de los procesos (por ejemplo: coches que consuman menos). Pero a menudo se dejan sin valorar los propios productos (¿cuánta energía cuesta fabricar un coche?) o servicios (¿necesitamos todos un coche, o se puede compartir?) y el consumo energético que llevan implícito. Sin embargo, es precisamente en el enfoque hacia la ecoeficiencia de los productos donde reside el mayor potencial de ahorro de energía.

La ecoeficiencia analiza los consumos energéticos directos e indirectos de todo el ciclo de vida de un producto

Ahorro, eficiencia energética y ecoeficiencia

150

140

130

120

1101980 1985 1990 1995 2000 2005 2008

Figura 1: intEnsidad EnErgética dE España CoCiente: energía Final (tep) / pib (mileS de milloneS de euroS ConStanteS de 2000)

Fuente Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

1

Page 19: El Ecologista nº 65

19Ecologista, nº 65, verano 2010

neración de ciclo combinado de gas para producir electricidad y la promoción del ahorro y la eficiencia energética mediante incentivos económicos. La E4 se articula mediante el Plan de Acción 2005- 2007 (PAE4) y 2008-2012 (PAE), que consta de medidas que afectan a siete sectores: industria, transporte, edi-ficación, servicios públicos, equipamiento residencial y ofimático, agricultura y trans-formación de energía. En la tabla 1 pode-mos encontrar los principales parámetros de la Estrategia. Para poder interpretar estas cifras, decir que los 87,9 millones de toneladas equi-valentes de petróleo (tep) que ahorrará el PAE equivalen al 84% del consumo de energía final en España durante 2008. Los fondos de inversión pública provienen fundamentalmente de aportaciones de la tarifa eléctrica. El coste de cada tonelada de CO2 equivalente (tCO2eq) evitada en el periodo 2008-2012 asciende a 93 euros y el coste de cada kWh de energía final ahorrado a 0,032 euros. Estas cifras económicas hacen pensar que las inver-siones han de ser duraderas en el tiempo (cada euro de inversión debería continuar ahorrando energía durante un periodo que oscila entre 15 y 20 años), puesto que los beneficios que se cuantifican en estos cinco años no son suficientes para que el coste económico justifique esta acción. Para lograr dichos objetivos, las medidas que contempla se basan en la realización de auditorías energéticas en diferentes sectores, sustitución de tecnología, mejora de la gestión de las redes de transporte, renovación del parque automovilístico, sustitución de electrodomésticos, reparto de bombillas de bajo consumo, etc.

¿Ahorro o eficiencia energética?¿Cuáles son los resultados que obtiene la E4? Para ello se calculan dos escenarios de futuro: un escenario base, en el que se realiza una prospectiva al 2012 sin ningún tipo de acción, y un escenario de eficiencia en el que se incluyen los resultados de las medidas planteadas en la estrategia. La

Productos petrolíferos56,6%

Gas16,4%

Electricidad21%

Energías renovables4% Carbón

2%

Fuente Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

Figura 2: consumo dE EnErgía Final En España (2008)

tabla 1: E4 y planEs dE acción. rEsumEn dE objEtivos E invErsionEs y apoyos públicos

E4 (2004-2012) PAE4 (2005-2007) PAE (2008-2012)Inversión (M€) 24.098 7.926 22.190Apoyo público (M€) 2.011 729 2.367Ahorro Energía Primaria (ktep) 69.950 12.006 87.934Ahorro Energía Final (ktep) 41.989 6.862 59.454Emisiones evitadas (MtCO2) 190 32 238

comparación de ambos escenarios, lleva al dato del ahorro potencial. El consumo de energía primaria en este escenario de eficiencia de la E4 superará los 180 millones de tep en 2012, lo que supone un incremento del 39% en el periodo 2000-2012. Si consideramos el periodo 1990-2012, el aumento será del 101% (sin las acciones promovidas por la E4 este incremento sería de un 109%). Por tanto el ahorro de 87,9 ktep anunciado an-teriormente, es en realidad un incremento del consumo energético más suave que el que se obtendría sin acciones de eficiencia. Por lo que son necesarias otras acciones que apoyen las iniciadas en esta Estrategia para conseguir un resultado de ahorro absoluto de energía.

Eficiencia energética y ecoeficienciaY estas nuevas acciones vienen del concep-to ecoeficiencia. El término eco-eficiencia fue acuñado por el World Business Coun-cil for Sustainable Development (WBCSD) en su publicación del año 1992 Changing Course según el cual una empresa se puede considerar ecoeficiente “cuando es capaz de ofertar productos y servicios a un precio competitivo, que satisfacen necesi-dades humanas, incrementando su calidad de vida, reduciendo progresivamente el impacto medioambiental y la intensidad del uso de recursos a lo largo de su ciclo de vida, al menos hasta el nivel de capacidad

de carga del planeta”. Los planes de ahorro y eficiencia de la Administración pública han prestado atención a la eficiencia en energía final. Pero se dejan de lado los consumos indi-rectos de energía embutida en materiales, transporte y agua necesarios para fabricar los productos que consumimos, que sin embargo inducen gran cantidad de consu-mo energético. La ecoeficienca analiza los consumos directos (en uso) y los indirectos en todo el ciclo de vida del producto o servicio. La ecoeficiencia debe estimular la creatividad y la innovación, en la bús-queda de nuevas maneras de hacer las cosas. Las oportunidades de ecoeficiencia pueden salir en cualquier punto a lo largo de todo el ciclo de vida del producto. De hecho, las oportunidades para la ecoeficiencia se pueden encontrar en la reingeniería de los procesos, en la va-lorización de los coproductos (ecología industrial y logística inversa), en el redi-seño de sus productos (herramientas de ecodiseño y análisis de ciclo de vida), y en el replanteamiento de los mercados (funcionalidad de los productos, econo-mía de los servicios…) Para dar muestra del potencial que tienen las herramientas de ecoeficiencia de los productos frente a la eficiencia de los procesos veremos dos ejemplos en otros tantos sectores críticos en la economía española, el transporte y la edificación.

1. Hasta los 15 años no suele ser rentable energéticamente cambiar a un coche más eficiente.2. La construcción de edificios supone un enorme gasto energético si se analiza el ciclo de vida completo. Foto: eCologiStaS en aCCión.

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20 Ecologista, nº 65, verano 2010

¿Es rentable energéticamente cambiar el coche por uno más eficiente?

Si analizamos la evolución de las emisio-nes de CO2 de los distintos sectores de la economía, la figura 3 (izquierda) muestra cómo el sector transporte ha sufrido un incremento espectacular. Haciendo un zoom a dicho sector, la gráfica de la dere-cha muestra que el coche es el que está detrás de esta evolución. Una de las medidas que se usan para disminuir el consumo energético de los vehículos es la renovación del parque de automóviles por nuevas unidades que consuman menos energía por kilómetro recorrido. Desde 1970 a 2007 se ha pa-

1990

1,2

1,1

1

1990=1

0,9

0,8

Transporte

Hogares

Industria

Electricidad

TOTAL

Servicios

1994 1998 2002 1970

400

800

1.200

1.600

2.000

2.400

2.800

3.200

3.600

4.000

1978 1986 1994 2002 2002

CocheAutobúsTrenAviónTranvía/Metro

Figura 3: índicE dE EmisionEs dE co2 uE

Miles de millones de pasajero-km.

Fuente: Eurostat-2004 y FGM-AMOR (Austrian Mobility Research) 2005.

Índice de emisiones de CO2

y = 0.0062x2 + 0.0058x - 0.0311R² = 0.9999

y = 0.0052x2 + 0.0026x - 0.0202R² = 1

0

0,5

1

1,5

2

2,5

3

3,5

4

4,5

0 5 10 15 20 25 30Años

tep

Fabricación y Disposición Final

diesel

gasolina

Pay-back (años)Kilómetros anuales Diesel Gasolina

5.000 30 3310.000 24 2615.000 20 2220.000 17 1825.000 15 1730.000 14 1635.000 13 1440.000 12 1345.000 11 1250.000 10 11

Figura 4: tiEmpo mínimo dE duración dE un vEhículo para quE rEsultE rEntablE sustituirlo por otro dEpEndiEndo dE los km anualEs rEcorridos

El gráfico corresponde a 15.000 km anuales.

tabla 2: consumo EnErgético y EmisionEs En la Fabricación y uso dE un vEhículo

Energía (tep) / Emisiones (tCO2eq) Uso Fabricación y disposición final TOTAL

Gasolina 15 / 45,7 2,73 / 6,3 17,73 / 52Diesel 14,37 / 39,8 2,73 / 6,3 17,1 / 46,1

Fuente: IDEMAT 2001.

sado de 12 litros por cada 100 km a 4,3 litros. Si analizamos un vehículo medio de 10 años de antigüedad, con 1.080 kilogra-mos de peso, una vida útil de 14,2 años y 200.000 kilómetros recorridos (14.000 kilómetros al año), la tabla 2 muestra la energía directa (en uso) e indirecta (en fabricación y materiales necesarios) y las emisiones correspondientes durante su vida útil. Con estos datos de la tabla 2, ¿cuándo es rentable energéticamente sustituir un vehículo nuevo y reciclar el vehículo viejo, es decir, en qué año se alcanza el pay-back (plazo de recuperación) energético del automóvil porque su consumo extra de combustible con respecto a las tecnolo-gías más eficientes que van apareciendo

cada año haya compensado la energía empleada en su fabricación y reciclaje? La figura 4 muestra cómo en ningún caso está justificada la sustitución del vehículo por cuestiones energéticas y medioambientales antes de los 20 años de antigüedad. Como el resultado es sensible al número de kiló-metros recorridos al año por el vehículo se muestra una tabla con los resultados. Existen dos parámetros claves para mejorar el pay-back energético: aumentar el ahorro marginal de combustible mejo-rando las tecnologías en motores o bien disminuir la energía incorporada en los materiales y en la fabricación y disposición final. El primero de los parámetros tiene limitaciones termodinámicas importantes y el segundo de ellos es lineal con el peso del vehículo. Sin embargo el mercado tiende hacia vehículos más grandes y pesados amparándose en argumentos de comodidad y seguridad. La solución pasa por una gestión más eficiente de los vehículos. El 96% del tiempo útil un vehículo esta ocioso, sin utilizarse. Menos materiales y mayor ro-bustez, mejores diseños que permitan adaptar los vehículos a los nuevos avances tecnológicos en seguridad y ergonomía y una mayor racionalidad en el uso de la movilidad tendrían un resultado más contundente en el ahorro de energía de este sector. La economía de los servicios, implementada mediante el carsharing (o alquiler de vehículos), disminuiría los consumos energéticos de este sector.

Sector de la edificaciónOtro de los sectores clave en la economía española, es el sector de la construcción. La edificación tiende a considerarse como un sector difuso, en el que se producen pocas emisiones de forma directa. Sin embargo, desde la óptica del análisis del ciclo de vida, el sector residencial dispara las emisiones directas de otros sectores, especialmente industriales, de transporte y de movilidad. Las principales cifras del sector edificación son:

entre el 33 y el 42% del consumo de fenergía primaria, la mitad para climati-zación.

entre el 35 y el 50% de las emisiones fde GEI.

40% del consumo de recursos mine- frales.

50% de la generación de los residuos fsólidos. Desde 1991 a 2009, la población espa-ñola se ha incrementado un 13%, en tanto que el impacto medioambiental asociado a la edificación lo ha hecho en un 40%. El 25% del parque de viviendas se ha cons-truido en los diez últimos años originando

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21Ecologista, nº 65, verano 2010

El garaje emite más que el coche

Si consideramos una vivienda multifamiliar de planta más 5 alturas con un total de 50 viviendas y con garaje subterráneo (3 plantas sótano con 75 plazas), y

se comparan las emisiones que se generan con garaje y sin garaje, el ahorro en emisiones por plaza de garaje del orden de 1.000 tCO2eq en 50 años, es decir, 20 tCO2eq cada año. Considerando un vehículo turismo medio (160 g de CO2 por kilómetro recorrido), para emitir 20 tCO2eq al año es necesario que recorra 125.000 kilómetros al año (8.850 litros de combustible). Si el uso habitual del vehículo es de 20.000 kilómetros/año el coste energético será de unos 1.500 litros de combustible, es decir, un 15% del consumo energético es debido al uso del vehículo y un 85% debido a su plaza de garaje [2]. Por tanto, ¿cuánto se soluciona sólo con vehículos con motores más eficientes?

Notas1 Según datos del Ministerio de Vivienda el

parque de viviendas principales ascendía en el año 2006 a 23.859.014 viviendas, de las que un 68% (es decir, 16.353.713) son viviendas principales y 7.505.301, el 32%, viviendas no principales.

2 Estas cifras pueden variar, pues dependen de la tipología del edificio y de la forma de construcción. Sin embargo ofrecen una información sobre el orden de magnitud de los consumos energéticos y dónde está el verdadero problema a resolver.

un parque de edificios y viviendas de mala habitabilidad u ociosas (sin uso) [1]. Entre 2001 y 2005 se alcanzan cifras superiores a las 500.000 viviendas nuevas anuales, llegando a 800.000 en los años 2005 y 2006, de las que sólo se ocupan la mitad como hogares permanentes. Existen iniciativas para conseguir dismi-nuir el consumo energético de las vivien-das, como las originadas por la aplicación del Código Técnico de la Edificación desde el año 2006. La figura 5 muestra cómo las mejoras en la construcción y en la tec-nología empleada en el equipamiento de los edificios no son suficientes para frenar el impacto medioambiental del sector en España. Para lograr disminuir este impacto, desde un punto de vista ecoeficiente nos hemos de plantear la siguiente cuestión, ¿cual es la distribución de emisiones a lo largo del ciclo de vida en la construcción y uso de un edificio? Es decir, si se busca obtener ahorro de energía, ¿cuál es la mejor manera de obtenerlo? Para ello es necesario analizar las fases de materiales, construcción, uso y demolición. Depen-diendo de la tipología del edificio, vivienda adosada, unifamiliar o multifamiliar, y de

la zona climática donde se en-cuentre, los resultados pueden variar. Si estimamos una vida útil de 50 años para hacer los cálculos la conclusión que se extrae es que el consumo energético para climatización en los 50 años de uso es si-milar a la energía incorporada en los materiales de construc-ción empleados en el edificio. Por tanto, tiene tanto peso energético el uso como los materiales. El tener una habitación de 12m2 en casa sin usar –porque el espacio del que disponemos es superior al necesario– supone un coste energético anual de 2.350 kWh. Un electrodoméstico de los que usamos comúnmente en la cocina como una lavadora supone un con-sumo anual en su uso de unos 150 kWh. Es mayor el consumo energético anual de la superficie construida necesaria en la vivienda, 192 kWh, que lo que puede con-sumir el propio electrodoméstico. ¿Cuánto supone por tanto en ahorro energético una mejora del 20% en la eficiencia de los electrodomésticos? La economía de

los servicios mediante servicios comunes en el edificio minimizaría este problema.

ConclusionesPrácticamente todas las medidas e iniciati-vas llevadas a cabo por los distintos países para la disminución de consumos energéti-cos se fundamentan en la optimización de los procesos y dejan sin valorar los propios productos o servicios como potencial de mejora. No hay un enfoque hacia la eco-eficiencia de los productos, a pesar de que se ha visto que esta estrategia es mucho más potente en términos de potencial de ahorro de energía que la clásica orientada a la eficiencia en procesos. Para aplicar una política adecuada de ahorro y eficiencia energética enfocada a los productos, deben considerarse pará-metros tales como: durabilidad, fiabilidad, reparación, reutilización, reciclabilidad, desmaterialización, ecoetiquetado, ecota-sas, promoción y publicidad (formación e información), distribución eficiente (opti-mizar y minimizar el transporte) y valori-zación o metabolización energética de los residuos. Es imprescindible un cambio del mo-delo energético para lo que se requiere un cambio en el modelo económico y en los patrones de vida actuales. Para ello es necesaria voluntad, compromiso, creatividad e innovación. Y pensamientos ecoeficientes.

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Superficie de parque existente

Emisiones asociadas al uso de los edificios

Figura 5: Evolución dE la supErFiciE y dE las EmisionEs asociadas dEl parquE rEsidEncial

Fuente: Cuchí y Pagès, 2007

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22 Ecologista, nº 65, verano 2010

Reducir el espacio dedicado a los coches para vivir mejor

Evaporación del tráficoPaco Segura

Del mismo modo que se ha comprobado que las nuevas infraestructuras para los automóviles inducen más tráfico, lo contrario también es cierto. Así, muchos ejemplos muestran que es posible reducir la capacidad de calles y carreteras sin que se incremente el tránsito de coches en los alrededores. Es lo que se conoce como ‘evaporación’ del tráfico, un proceso que trae aparejadas muchas otras ventajas.

Paco Segura, Área de Transporte de Ecologistas en Acción

Durante mucho tiempo desde el movimiento ecologista se defen-dió la idea de que la construc-ción de carreteras generaba más tráfico, en contra de la opinión

de buena parte de los responsables de la gestión del tráfico [1]. Sin embargo, las evidencias y numerosos estudios nos dieron la razón y hoy es un razonamiento generalmente asumido. A pesar de ello, causa perplejidad comprobar una y otra vez cómo estos mensajes no calan aún en los responsables de planificación del Mi-nisterio de Fomento ni en los de la mayor parte de las comunidades autónomas o ayuntamientos. Ahora estamos en la siguiente fase: que se asuma algo que también llevamos tiempo señalando y que cada vez más investigaciones corroboran: que del mismo modo que una carretera nueva induce más tráfico, lo contrario también es cierto. Es decir, que la eliminación de carreteras o

de carriles produce lo que se conoce como evaporación del tráfico –la reducción del tráfico de la zona– y no el caos y el co-lapso de las vías adyacentes, como siguen defendiendo muchos gestores. Este artículo pretende mostrar la con-sistencia de este razonamiento.

Más carreteras, más tráficoEvitar la congestión es el pretexto que se ha venido utilizando una y otra vez para construir o ampliar carreteras y calles. Pero lejos de solucionarse los problemas de saturación, lo que ocurre es que cuantos más carriles y más facilidades damos a los automóviles (como la disponibilidad de aparcamientos) más coches en circu-lación tenemos. De forma muy gráfica, incrementar el viario para luchar contra la congestión “es como curar la obesidad aflojando el cinturón” [2]. Efectivamente, así lo confirma el famo-so estudio de 1994 de SACTRA [3], un grupo de estudio creado por el Gobierno británico, que facilitaba evidencias del impacto de la construcción de carreteras

sobre los niveles de tráfico en un área concreta. Las conclusiones son claras, a más capacidad de las carreteras, más trá-fico en toda la zona, un incremento que evaluaron entre un 10% en el corto plazo hasta un 20% para un lapso medio de tiempo. Es de destacar que 30 años antes otros autores, como el ingeniero escocés Colin Buchanan, ya habían llegado a estas mismas conclusiones [4]. Vistas así las cosas, la creación de nueva infraestructura, lejos de tener las venta-jas ambientales que se le suponen a esta manera convencional de luchar contra la congestión, incrementa el flujo de coches, alienta a la dispersión urbana y anima a rea-lizar trayectos diarios más y más largos [5], además de que tienta a los usuarios de otros medios de transporte a volver al coche. Además, como en muchas de nuestras ciudades ya no hay espacio para ampliar el viario, los gestores del tráfico han venido recurriendo a los pasos elevados –por suer-te, cada vez más en desuso– o al más mo-derno enterramiento de la infraestructura, con un altísimo coste económico… y los mismos contraproducentes resultados. Un ejemplo nos puede ayudar a enten-der cómo funcionan las cosas en ámbitos interurbanos: si gracias a la red de autovías se puede llegar desde el centro peninsular a las estaciones de esquí pirenaicas en me-

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23Ecologista, nº 65, verano 2010

nos de cinco horas, no es difícil que cada fin de semana invernal miles de coches hagan este recorrido en ambos sentidos. Hasta hace pocos años estos desplaza-mientos eran impensables y se optaba por otras alternativas: estancias más largas, opciones de ocio más próximas, etc. En zonas metropolitanas, las dinámicas son parecidas. En Madrid, por ejemplo, cuando se inauguró el segundo anillo de circunvalación, la M-40, los estudios de demanda auguraban una década de tregua hasta la saturación, pero la congestión lle-

gó a los pocos meses. La nueva capaci-dad disponible se rellenó en buena

medida con el tráfico generado por la propia infraestructura. La receta de la ampliación, aplicada una y otra vez, nos ha llevado a la locura de contar en el área metropolitana de Madrid con nada menos que 4 anillos de circunvalación y 12 autovías o autopistas radiales, junto con alguna más en construcción…

sin que se solucionen los pro-blemas de congestión, sino más

bien lo contrario: cada vez hay más coches circulando y recorriendo

mayores distancias. Efectivamente, a corto plazo algunos conductores usan los ahorros de tiempo que supone la nueva infraestructura para desplazarse más lejos (p. ej. a un centro co-mercial). A más largo plazo, las carreteras influyen en decisiones más trascendentes, como el lugar donde vivir. Pero lo que parece claro es que la mayor parte de la gente opta por viajar más lejos en lugar de conformarse con el ahorro de tiempo que se le ofrece. Los ya clásicos estudios de Zahavi con-firman esta dinámica [6]. Zahavi, del De-partamento de Transporte estadounidense, estudió durante décadas los cambios en los patrones de desplazamiento, hallando que la gente no emplea menos tiempo en desplazarse, por lo que todo incremento en las autopistas metropolitanas permite desplazamientos más largos, antes que un ahorro de tiempo. De hecho, el tiempo que emplean los norteamericanos en ir a trabajar permanece constante desde hace décadas, cuando empezó la dispersión en suburbios. En la medida que las autovías aumentan, se viaja más lejos, incrementan-do la dispersión urbana. Además, están cuestiones como la co-nocida Paradoja de Braess. Dietrich Braess, un profesor alemán, demostró cómo en una red que permite un uso egoísta por parte de sus usuarios (como una red de carreteras donde cada conductor tiende a circular por aquella ruta que cree que le

permitirá llegar antes a su destino) añadir capacidad extra a dicha red puede reducir su rendimiento global [7].

EvaporaciónMuchos de los modelos usados por los in-genieros de tráfico parten de una premisa falsa. Asumen que los niveles de tráfico permanecen estables antes y después de la actuación, lo que no es cierto ni cuando se amplia una infraestructura ni cuando se reduce. Así, una de las cuestiones que siempre afloran ante las propuestas de reducción del espacio para el coche es que el tráfico se desplazará a las calles o carreteras más próximas, creando mayores problemas de congestión y contaminación. Pero, como hemos señalado, la experien-cia va en sentido contrario a esta creencia generalizada. El estudio que más se ha referenciado para apoyar la evaporación del tráfico es el realizado en 1998 por varios investiga-

dores británicos [8]. Una actualización de este estudio, realizada en 2002 [9], corroboró los resultados anterio-res, analizando 70 casos de reducción de espacio para los coches en 11 países dife-rentes. Sus tres principales conclusiones se resumen a continuación:

Los problemas que se originan son fmucho menores que los que se predicen. Con pocas excepciones los ingenieros de tráfico pronostican el caos o el colapso de toda la red viaria en la zona, algo que luego no ocurre.

A menudo se producen reducciones fsignificativas del tráfico en toda la zona, no sólo en la vía sobre la que se ha ac-tuado, si bien en los primeros momentos puede haber un periodo de ajuste. De los 62 casos cuantificados, 51 mostraron una reducción notable de tráfico, mientras

3 ejemplos de evaporación del tráfico

En la bibliografía citada [11] es fácil encontrar un gran número de ejemplos de casos en los que estas políticas han sido exitosas, así como problemas que

surgieron y la forma de abordarlos. Un documento relevante en este sentido es el publicado por la Comisión Europea en 2004 bajo el título Reclamando las calles de la ciudad para la gente. Caos o calidad de vida [12].

Vauxhall Cross, Londres. Los planes de reducir la capacidad de algunas arterias fde este barrio de Londres fueron duramente criticados por los ingenieros de tráfico, que con sus modelos preveían que las retenciones aumentarían nada menos que un 267%. No fue así. Los resultados demuestran que se redujeron los periodos punta y la cantidad de atascos en toda la zona.

Otro caso muy conocido es el del cierre del puente de Hammersmith, también fen Londres. Fue reabierto al tráfico a finales de 1999 después de 2 años de repara-ciones, durante los que se prohibió el tráfico de coches, pero se permitió el paso de autobuses, bicicletas y peatones. Paradójicamente, en lugar del caos previsto durante el cierre, se registró un descenso del tráfico del 20% en toda la zona, mien-tras que mejoró mucho el servicio de autobuses.

El centro de Nuremberg (Alemania) tenía importantes problemas de contami- fnación del aire. Las reducciones de viario realizadas en 4 fases entre 1988 y 1993 registraron una importante reducción del tráfico (entre el 20 y 29%), que no se trasladó apenas a rutas próximas, consiguiéndose además una notable mejora en la contaminación.

Puente de Hammersmith

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que sólo 11 tuvieron incrementos (en ocasiones achacables a otras medidas contraproducentes, como la ampliación viaria en zonas próximas). De modo que finalmente se produjo una reducción media del tráfico en las zonas evaluadas del 21,9% [10].

Ante estas actuaciones, los automo- fvilistas responden con una variedad de comportamientos mucho mayor de lo que habitualmente se supone –básicamente, se presume que van a continuar un día tras otro en su automóvil, aguantando atascos en rutas alternativas, asumiendo que “nada puede hacer que la gente deje el coche”–. Estos cambios de comportamiento son más claros cuando se reduce la capacidad de una determinada vía y a la vez resulta patente que no hay ampliación en las adyacentes. Es en este supuesto cuando más cambios se producen en el modo de viajar, se renuncia al desplazamiento, se buscan destinos o medios de transporte alternativos, se reducen las frecuencias de viaje, se agrupan diferentes propósitos para un mismo desplazamiento, etc. Teniendo en cuenta que las reducciones de la infraestructura van en contra de lo que a mucha gente le dicta el sentido común o lo normalmente asumido, junto con la presión de los grupos proautomóvil, ha-cen que a menudo las resistencias a estas actuaciones sean grandes. Es por ello que hay que ser muy cuidadosos a la hora de planificarlas, teniendo en cuenta que las primeras impresiones son fundamentales para el éxito de las medidas. En este sentido, algunos de los asuntos a tener más en cuenta, especialmente al principio, son: organizar y planificar bien las actuaciones; hacer un seguimiento de los temas más polémicos, para poder tener

los datos precisos en cada momento; usar la prensa y la divulgación para destacar que puede haber problemas al principio; poner en marcha los asuntos más polémicos por fases (que puedan ser reversibles), de modo que sean mejor aceptados y se puedan ir visualizando las ventajas de cada etapa, etc. [9]. En definitiva, resulta necesario que se parta de estrategias bien planeadas, combinadas con campañas efectivas de comunicación y debate con la ciudadanía y los medios de comunicación. Desde luego, las medidas de reducción de viario no pueden ir solas. Es necesario que estén coordinadas dentro de una estrategia clara que haga decrecer el uso del coche y mejore la sostenibilidad del transporte: peajes de acceso a los centros urbanos, tasas por aparcar, calmado de tráfico, etc. Del mismo modo, al tiempo que se reduce la capacidad de la red de autovías, es necesario mejorar las alter-nativas de transporte público y del no motorizado.

ConclusionesEl decrecimiento del tráfico tiene claras implicaciones positivas. En el medio ur-bano, reduce la contaminación del aire y el ruido, mejora la habitabilidad de las ciudades y otras cuestiones que, como demuestra cada año el eurobarómetro, son la principal causa del descontento de los ciudadanos europeos con respecto a su entorno. Mientras, en ámbitos interurba-nos permite reducir las emisiones de GEI y los accidentes, evitar la construcción de más infraestructuras, reducir la pérdida de suelo fértil y de biodiversidad, contener el gasto público, etc. También es cierto que no cualquier propuesta de reducir el espacio dedicado a los coches para dárselo al transporte público, a los ciclistas o a los peatones, va a estar libre de problemas. Pero las eviden-cias apuntan a que los gestores deberían ser mucho menos conservadores en estas actuaciones de lo que son. Sin olvidar que aunque la idea de reducir el viario pueda parecer radical a mucha gente, no lo es más que el brutal cambio que han sufrido nuestras ciuda-des durante la segunda mitad del siglo XX para adaptarse al coche, sacrificando buena parte de su esencia y de su calidad de vida. Es necesario desandar lo andado y la evaporación del tráfico nos marca un muy razonable camino a seguir. Desgraciadamente, hoy por hoy la lógi-ca de la evaporación del tráfico es ignorada por nuestros administradores, que insisten en apostar por el asfalto, despilfarrando millones de euros en sus obsoletas y con-traproducentes políticas de tráfico.

Notas y referencias- A muchos de los artículos citados aquí se

puede acceder directamente desde www.onestreet.org/resources-for-increasing-bicycling/

115-traffic-evaporation1 Sin olvidar a las asociaciones de conductores

y de la industria del automóvil y de la construcción de infraestructuras, que siempre ponen el grito en el cielo ante estos planteamientos.

2 Rou Kienitz, del Surgace Transportation Policy Project.

3 SACTRA (Standing Advisory Committee on Trunk Road Assessment): Trunk Roads and the Geneation of Traffic. DETR, London, 1994. Se trata del primer informe de SACTRA, grupo de expertos creado por el Gobierno británico, que analizó el modo en que las nuevas carreteras generaban más tráfico, confirmando la visión que se ha defendido durante muchos años desde posiciones ecologistas.

4 Así lo recogió Antonio Estevan (2006) en su magnífico artículo La Enfermedad del Transporte http://habitat.aq.upm.es/boletin/n38/aaest.html#14 en el que cita algunos de los trabajos de Buchanan. Estevan, por cierto, concluye con la tesis de la mejor forma de luchar contra la congestión del tráfico es la reducción del viario para provocar su evaporación.

5 DaviD owEn: “How Traffic Jams Help the Environment”, The Wall Street Journal, 9-10-2009.

6 Yacov Zahavi, Travel Over Time, Report PL-79-004 (FHWA, U.S. Department of Transportation, 1979) y otros estudios. Una actualización posterior del análisis de Zahavi concluyó que las hipótesis eran correctas y que la gente tiene un presupuesto de tiempo constante dedicado a viajar: Gary Barnes and Gary Davis, Land Use and Travel Choices in the Twin Cities, 1958-1990, Report No. 6 in the series Transportation and Regional Growth (Minneapolis: Center for Transportation Studies, 2001). (Citado por Charles Siegel (2007) en From Induced Demand To Reduced Demand http://www.preservenet.com/freeways/FreewaysInducedReduced.html

7 Se trata de una consecuencia de lo que se conoce como el Equilibrio de Nash. Puede obtenerse más información en http://en.wikipedia.org/wiki/Braess%27_Paradox o en http://supernet.som.umass.edu/facts/braess.html

8 Cairns S., Hass-Klau C. and Goodwin P. B. Traffic Impact of Highway Capacity Reductions; Assessment of the Evidence. Landor Publishing, London, 1998. También ha sido muy relevante el trabajo de MVA. Traffic Impact of Highway Capacity Reductions: Report on Modelling. Landor Publishing, London, 1998.

9 Cairns, S., Atkins, S, Goodwin, P, 2002: “Disappearing traffic? The story so far” en Municipal Enginieer 151, Issue 1, march 2002, pág 13-22. Consultable en http://www.onestreet.org/images/stories/Disappearing_traffic.pdf

10 La mediana (que es una mejor medida de la tendencia general, dada la variabilidad de los resultados) era del 10,6%, lo que quiere decir que en la mitad de los casos, un 11% de los vehículos que circulaban previamente por la zona, se habían evaporado.

11 Un buen número de experiencias pueden ser vistas en http://www.eltis.org/

12 Se puede consultar en http://www.onestreet.org/images/stories/Reclaiming_City_Streets_for_People.pdf

1. Reducir carriles es un método eficaz para luchar contra la congestión. 2. Las zonas sin coches incrementan la calidad de vida de las ciudades. Foto: eCologiStaS en aCCión

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25Ecologista, nº 65, verano 2010

Ante la coyuntura energética sólo cabe decrecer por devoción o por obligación

El declive del petróleo

Pedro Prieto, editor de crisisenergetica.org

El mito de Prometeo, robando el fuego a los dioses, indica que ya los griegos eran conscientes del problema que representa para el ser humano su afán de conseguir

energía exosomática, ajena a la que el pro-pio cuerpo humano consume y genera en su vida como simple mono desnudo. La ecuación es muy sencilla: si el medio es limitado o finito, la energía que de él se puede extraer para maniobrar es nece-sariamente limitada. Mientras sea inferior la tasa de extracción a la de reposición de un bien renovable, la cosa funcionará. Si llega a ser superior, vendrá el agotamiento. Si se trata de un bien finito y limitado, no renovable, el agotamiento cuenta desde el primer día de su extracción. Claro que recibimos del sol unas

10.000 veces más energía que la que hoy consumimos y que aparentemente hay mucho camino para seguir aumentando el consumo actual. Pero la cuestión no es sólo un asunto de volúmenes disponibles, sino de flujos máximos que se pueden extraer. Y el sol entrega toda esa enorme cantidad de energía, pero de forma muy pausada y uniformemente distribuida por todo el planeta y una enorme parte de ella no está accesible, porque sirve a la dinámica del planeta verde: evaporación, lluvias, vientos, creación de la biomasa, olas, etc.

Del Neolítico a la explotación de los combustibles fósilesLa entrada en el Neolítico, con la domes-ticación de animales y el arranque de la agricultura supuso un salto en el creci-miento posible, por la habilidad adquirida

en apropiarse de más energía con el mínimo gasto ener-gético para ello. Cientos de miles de años en los que el ser humano siempre tuvo suficiente con sólo explotar los recursos de la biosfera; su crecimiento estaba vinculado a la sosteni-bilidad del medio. Si la explotación de los recursos, hasta entonces totalmente reno-vables, se hacía a una velocidad superior a la que la naturaleza los renovaba en el limitado entorno en que vivía una pobla-ción o civilización determinada, venía el colapso civilizatorio y vuelta a empezar en ese limitado entorno. Así pasó con las civilizaciones en Sumer, o con grupos humanos en la isla de Pascua, o con los mayas o aztecas. Pero el verdadero salto del consumo, el disparo cualitativo y cuantitativo del creci-miento en el consumo y en la capacidad de transformar la naturaleza, se produce con la llegada al siglo de las luces, la en-trada en el maquinismo y la invención de máquinas, alimentadas con combustibles fósiles, capaces de multiplicar el esfuerzo humano cientos de veces. Por primera vez el hombre accede a la explotación masiva de la litosfera, de la parte profunda de la corteza terrestre, para extraer grandes cantidades de minerales y sobre todo combustibles fósiles, con los que alimentar la maquinaria reciente-mente inventada. Primero carbón, luego el petróleo y finalmente el gas y hasta el mineral de uranio para alimentar las plantas nucleares. Elementos que la Naturaleza tardó millones de años en crear de la biomasa atrapada en las profundidades de la Tierra, se han extraído y consumido a un ritmo entre medio millón y un millón de veces más rápidamente que lo que la Naturaleza tardó en crearlos. En estos acelerados saltos del llamado progreso humano, vistos con el reloj de la historia, operan y se interrelacionan varios factores. Por un lado, el propio ser humano y la capacidad reproductora exponencial de su población, si el medio se lo permi-te. La energía que es capaz de extraer del medio, que le permite transformar la naturaleza en su favor y multiplicar la propia población, lo que da lugar a su vez a la aceleración exponencial del consumo de energía y recursos. Y el desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología, que le permiten aprovechar al máximo la explo-tación de recursos, siempre finitos, en su favor. Esta combinación de factores ha tenido como consecuencia que la vida huma-

Pedro Prieto

La masiva utilización de los combustibles fósiles, en especial el petróleo, ha permitido a la especie humana incrementar enormemente su población en el último siglo, así como una fortísima e insostenible explotación de los recursos naturales. Pero la producción de petróleo está dando claros signos de decaimiento, lo que nos aboca a una situación de escasez energética, puesto que el reemplazo por otras fuentes de energía difícilmente podrá ser tan rápido como el declinar del petróleo.

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26 Ecologista, nº 65, verano 2010

na se mantuviese estable y fuese muy sostenible durante un par de millones de años con pocos cientos de miles de individuos de la especie sobre e planeta, sin agredirlo ni destrozarlo, cuando era un australopiteco. Que Pro-meteo diese el primer salto y lo colocase hace medio millón de años como Homo erectus con la ayuda del fuego y la espe-cie consiguiera aumentar su población a unos pocos millones de individuos. El Neolítico tiene entre 7 y 9.000 años y la agricultura y ganadería hicieron multi-plicar la población de unos millones a pocos centenares de millones de individuos, cuyo consumo por persona, ade-más, era unas cinco veces mayor que el del australopiteco. Pero, como hemos señalado, el salto verdaderamente mortal lo da el maqui-nismo y el ataque a los combustibles almacenados durante millones de años en la litosfera. Los seres humanos pasan de ser unos cientos de millones a casi siete mil millones en poco más de un siglo y su consumo per cápita se convierte en 22 veces mayor en promedio que el del mono desnudo, con puntas de consumo en los países civilizados de 60 y hasta 120 veces superiores a lo que el metabolismo humano necesita para vivir.

2 toneladas equivalentes de petróleo por habitante y añoEl confort es antiecológico; el PIB conta-mina; el mundo industrial ha destrozado al planeta; la tecnología nos ha hecho creer que el mundo no tiene límites y el univer-so tampoco. Y el capitalismo ha resultado ser la máquina perfecta para acelerar el modo de explotación de los recursos y las apropiaciones ilimitadas de riqueza en un mundo necesariamente limitado. Hoy el ser humano (y unos mucho más que otros) ha conseguido con el llamado progreso, ocupar el 25% de los grandes valles fértiles del planeta con sus embalses para producir electricidad o para regadío. Ocupa el 13% de la superficie de todos los continentes para tareas agrícolas y ahora pretende alimentar con ello no sólo a personas y animales, sino a los estómagos de los motores de explosión. Para ello, utiliza unos 4.000 km3 de agua dulce de los 9.000 km3 que son accesibles al ser humano. Ha desertificado grandes áreas del planeta. Ha ocupado enormes exten-siones con sus sistemas de transporte y sus grandes urbes, donde vive apiñada más de

la mitad de la población humana. Agota y en-

tuba arroyos y ríos, devasta acuíferos

subterráneos a una veloci-dad mucho mayor que la de reposi-

ción natural y, lo peor, se hace depen-d ien te de ellos de for-ma perma-

nente y pro-gresiva. Agota el

suelo fértil, expolia y extingue las especies fluviales, marinas y la

fauna terrestre a una velocidad muy preocupante. Y envenena el aire con

contaminantes que no son sólo el CO2. Todo ello, lo hace gracias a la habilidad de extraer y quemar 12.000 millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep) al año, casi dos toneladas por habitante. De ellas, casi 10.000 millones provienen de la litosfera (4.000 de petróleo, 2.700 de gas natural y 3.300 de carbón). De la energía hidroeléctrica obtiene apenas unos 750 millones de toneladas equivalentes de petróleo en electricidad. Y la energía nuclear aporta menos aún, 620 millones tep. La biomasa, la energía peor contabilizada y que junto con la hidráulica son las únicas que hoy proporciona la biosfera, aporta unos 1.400 millones tep, pero ya no se puede considerar estricta-mente una energía renovable, porque el ritmo de destrucción neta de los bosques del planeta es muy cercano al 1% anual, con lo que han desaparecido la mitad de los bosques existentes. Los últimos 150 años de sociedad in-dustrial y desarrollo capitalista han supues-to una tremenda paradoja. Por un lado, hacer creer al ser humano que no exis-tían límites al crecimiento y a un mayor bienestar material, aunque una gran parte de la población humana no haya podido todavía tener acceso ni remotamente a los niveles que en Occidente se consideran un derecho adquirido sin retorno. Han vuelto a hacer bueno el mito de la Torre de Babel, de autoconfianza en que el ingenio humano podía saltar cualquier barrera y hacer el progreso humano infinito. Y por otra parte, todo ello ocurre mien-tras devastábamos el planeta de forma sin precedentes en todo el devenir humano. Conquistamos (en el sentido de arrasar) todo el planeta y pensamos en conquistar las estrellas. Hicimos bueno el lema del Non Plus Ultra: ya no hay más allá.

1. La energía del petróleo ha permitido una tremenda explotación de la litosfera.2. Presa de las Tres Gargantas, en China, una de las más grandes del mundo.3. Las culturas tradicionales han explotado los recursos naturales ajustándose a los límites biofísicos. Foto: quino miguélez.

4. Es suicida continuar aumentando la demanda de petróleo.

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Fuente: datos tomados del Oilwatch Monthly

de diciembre 2009 de ASPO Holanda.

Fuente: datos tomados del Oilwatch Monthly dic. 2009

de ASPO Holanda.

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Figura 1: producción mundial dE pEtrólEo y combustiblEs líquidos (1938-2008)

Figura 2: producción mundial dE todos los líquidos (2004-2008)

IEA: Agencia Internacional de la Energía EIA: Departamento de Información sobre la Energía (EE UU)

Alguna crisis anterior se resolvió emi-grando a otros entornos aún sin explotar. Ahora ya no hay mundo mínimamente habitable y con recursos por conquistar en la degradada biosfera. Estamos viviendo de extraer el recurso finito y limitado de la litosfera. Un 80% de nuestra energía proviene de ahí.

La disponibilidad de petróleo se reduceY el petróleo comienza a dar signos in-equívocos de fatiga productiva mundial. El gráfico de la figura 1 muestra que hasta la crisis geopolítica (no geológica) de 1973 y la posterior Guerra del Golfo en 1980, el crecimiento de la producción había sido imparable desde que el petróleo comenzó en los años 30 del siglo pasado a sustituir masivamente al carbón, por su mucha ma-yor versatilidad. Se observa, sin embargo, que a partir de esa fecha el nuevo ritmo de crecimiento es más trabajoso y em-pieza a incluir todo tipo de combustibles líquidos de mucha más difícil obtención y menor aporte energético neto, el llamado petróleo no convencional: fundamen-talmente los líquidos combustibles que se obtienen a partir del gas natural, el petróleo polar, los petróleos pesados de arenas y esquistos y los biocombustibles, que han intentado sostener el ritmo de crecimiento de la producción, algo que no han conseguido. Especialmente desde 2005, se observa la llegada a una meseta de la producción, como se muestra en la figura 2. Y ello coin-cide con el gráfico general del agotamiento que viene publicando la Asociación para el Estudio del Cenit del Petróleo y el Gas (ASPO, por sus siglas en inglés), que apa-rece en la figura 3. Tanto si este grupo está en lo cierto, como si lo están los más op-

timistas que prevén que la llegada al ce-nit estará más bien hacia el año 2020, en ambos casos la Humanidad tiene que irse preparando para un cambio sin precedentes. No hay combustible alguno que pueda superar en volumen, funciones y versatilidad al petróleo, que hoy mueve el 95% del transporte mundial. El gas, el segundo combustible fósil en versatilidad, que ya presta cerca del 10% de la produc-ción de líquidos combustibles en apoyo del petróleo, también tiene su propio cenit pocos años más tarde. La llegada al cenit no significa que el petróleo o el gas se vayan a acabar. Significa, nada menos, que el flujo de su producción mundial empezará a caer año tras año, inevitablemente, por agotamiento geológico. Y las tasas de caída de los pozos más significativos del mundo están en torno al 6,7% si uno debe hacer caso a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en sus últimos informes de 2009. Esto sig-nifica que se perderá a cada año que pase, para la sociedad humana y a partir de este momento, una colosal cantidad de energía a la que ahora estábamos acostumbrados. Y que, además, no se podrá crecer, sino decrecer. Su reemplazo, consumiendo la misma energía y suponiendo la remotamente probable situación de que se pueden crear las nuevas infraestructuras alternativas en tan poco tiempo, exigiría crear una capa-cidad de reemplazo (no para crecer, sino sólo para mantener el consumo) de unos 25 millones de barriles diarios para 2030. Puesto en centrales nucleares, supondría la creación (supuesto de que hubiese uranio suficiente) de al menos 1.750 nuevas centrales (en la actualidad hay 439 reactores operativos). Eso sin contar que habría que cambiar en menos de dos décadas todas las infraestructuras que hoy funcionan con petróleo y sus derivados a dispositivos de consumo eléctrico, algo que no sería posible en los casos de la aviación civil, la agricultura mecanizada, el transporte marítimo y la inmensa mayor parte del transporte terrestre o la movili-dad de los ejércitos. Y que eso costaría en esas dos décadas mucha más energía de entrada que la que se iba a recuperar en ese tiempo. En definitiva, sería el decrecimiento por fuerza, en vez de un decrecimiento de buen grado o voluntario, si no nos lo proponemos desde hoy mismo. Será de-crecer por convicción o, de lo contrario, la Naturaleza nos llevará a hacerlo por obligación. Elijan ustedes.

Figura 3: diagrama dE aspo sobrE la producción y prEvisiblE agotamiEnto gradual dEl pEtrólEo. caso básico dE 2007

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28 Ecologista, nº 65, verano 2010

Lo determinante es la distribución de los recursos entre la población mundial

¿Decrecimiento en el Sur?David Llistar

Está claro el discurso sobre la necesidad de decrecimiento en el uso de energía y materiales en los países del Norte Global. Pero para abordar este análisis en todo el planeta, y sobre todo en los países empobrecidos del Sur, no es razonable hacer un análisis por estados-nación, sino por grupos de interés. Lo relevante, en definitiva, es cómo se distribuyen los recursos y su consumo entre los diferentes colectivos humanos para ver cuáles deben decrecer y quiénes pueden incrementar la utilización de estos recursos.

David Llistar, miembro del ODG y autor del libro de la referencia [7]

Los límites físicos de nuestro planeta imponen decrecimiento energéti-co y material a los metabolismos sociales de EE UU, Europa, Japón y el resto de países consumidores

industriales. Consumimos demasiado y demasiado rápido. Se han constituido así metabolismos construidos contemporá-neamente bajo el paradigma de petróleo barato e infinito (civilización petrolera), y organizados alrededor del máximo crecimiento en el menor tiempo posible (turbocapitalismo). Ahora bien, situando nuestra mirada más hacia el Sur: ¿Acaso se puede exigir decrecimiento en Mozambique, Ecuador o Vietnam? ¿Debe también respetarse el dere-cho de los chinos/as o los indios/as a crecer anualmente cerca de un 10% de su PIB? Los/as teóricos/as han ido con cuidado sin profundizar demasiado en esa esquina con-ceptual del decrecimiento. Autores como Gorz o Latouche sugieren que el esquema tiene sentido en los países del Centro (más industrializados) desarrollados, pero también en los países de la Periferia: “la problemática del decrecimiento ofrece la posibilidad de no pasar por la época industrial y acceder directamente a un ‘equilibrio posindustrial’ dentro de un poscapitalismo” [1]. En países como Ecuador, ese posca-pitalismo difícil de visualizar, se debate y pone en marcha en forma de políticas públicas bajo la óptica de que el desarrollo

capitalista les ha perjudicado a lo largo de la historia y les sigue perjudicando [2]. Por ello han recuperado el término suma kawsay del pueblo originario quíchwa, es decir, de “vivir y convivir bien”, sustituyen-do al crecimiento y al mito de desarrollo capitalista por la búsqueda de una “vida en plenitud” como objetivo de la sociedad ecuatoriana.

Grupos de interés y no paísesEn mi opinión, la pregunta planteada más arriba parte de una unidad de análisis –la unidad estatal– cada vez más estrecha e insatisfactoria para comprender nuestro mundo y sacarlo de sus crisis. Se resuelve mucho mejor si se plantea un sistema mundial formado por grupos de interés muy distintos, interfiriendo entre sí y entre los cuales existen asimetrías en términos del poder dependiendo de su ubicación en ese sistema. Una especie de lucha de gru-pos de interés, muy parecida a la lucha de clases planteada por los marxistas. Algunos grupos de interés son locales, otros regio-nales, nacionales o estatales. Pero otros muchos son de carácter transnacional, incluso global, y escapan en su mayoría a la lógica de estados-nación. Por ejemplo, podemos citar el caso de los productores y consumidores eu-ropeos preocupados por su dependencia energética. Esta preocupación les lleva a interferir a miles de kilómetros de distan-cia en la vida de campesinos e indígenas colombianos, indonesios, sudafricanos. Sin saberlo, su necesidad energética implica

que estas poblaciones sean arrancadas de sus ecosistemas vitales al serles impuestos monocultivos energéticos, destinados a suministrar biodiesel a Europa a partir de palma africana.

Mi experiencia china Una vez estuve en China, junto a algunos amigos ecologistas destacados, para dis-cutir asuntos como los conflictos ambien-tales birregionales entre Asia y Europa. En Beijing me sorprendió el emergente poderío económico urbano chino, en for-ma de cientos de modernísimos edificios, cantidades asombrosas de Mercedes Benz y Audi ejecutivos, junto a una turbia y contaminada atmósfera. Vi a miles de consumidores y produc-tores atacados por la misma obsesión productivista y consumista occidental, enamorados de teléfonos móviles de úl-tima generación, de marcas y estética de deportistas globales, generadores de resi-duos y con una capacidad de influencia en el mundo similar a la nuestra. Millones de chinos urbanitas consumidores y propieta-rios enamorados de la globalización, chinos del Norte Global, contribuyendo directa y personalmente al cambio climático global al igual que el europeo medio. Fue con ellos con quienes me encontré. No con campesinos ni con los trabajadoras de las maquiladoras chinas. Algunos de ellos eran representantes de su país en distintos foros internacionales, y defendían a China ante cualquier reproche proveniente de los ecologistas asiáticos y europeos. Con

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ellos tratamos de discutir sobre los males del libre comercio, ante la avalancha de tratados de libre comercio que iban a fir-mar esas clases dirigentes y... fracasamos. En realidad, esa gente tan parecida a nosotros/as, convivía en un mismo país con los otros chinos. Los más de 1.000 mi-llones de chinos entre campesinos, algunos indígenas, mineros de carbón, mujeres y niñas trabajadoras de las zonas francas para la exportación, obreros inmigrados rurales a las grandes ciudades chinas que ocupan los puestos más bajos... chinos del Sur Global. Dos Chinas solapadas, Primer y Tercer mundo interpenetrados territo-rialmente y dependientes unos de otros. Y me recordaron a las dos Indias, la fast development India y la de los adivasi, los tribal expulsados por los megaproyectos productivos, etc. que en realidad son más de dos. Y las dos Américas Latinas de Ecuador, México, Brasil, que también son más de dos... En definitiva, llegué a la conclusión de que una China no puede representar a la otra. Las cargas ambientales sobre el planeta de unos chinos y los otros nada tienen que ver, ni mucho menos pueden ser parecidos sus intereses.

Clases globales (socioecológicamente)Así como los/as ecologistas no solemos aceptar estadísticas demagógicas cuando los países del Norte quieren continuar con-taminando, tampoco deberíamos aceptar que nadie se escondiera bajo la excusa de ser parte de un país todavía pobre escudán-dose en medias aritméticas que ocultan las diferencias internas y las alianzas externas. Ejemplo de ello son los indicadores per cápita, sean estos de renta, contaminación, emisiones, ingesta energética o material. Ni en las negociaciones sobre cambio climáti-

co, ni sobre conservación de biodiversidad, ni sobre responsabilidad ambiental de cualquier índole, ni sobre otros temas de gobernanza ambiental global. En su lugar, debemos entrar a valorar la distribución de los distintos activos y pasivos ambientales entre la población mundial (qué grupos contaminan, cuáles se enferman, quiénes disfrutan de qué, cuáles ganan y quiénes pierden) más allá de los estados a los que pertenecen. La emergente ecología políti-ca, herramienta interpretativa clave para nuevos escenarios de justicia ambiental, nos puede ayudar en eso. Volviendo a nuestra pregunta y desde una perspectiva internacionalista, los ciu-dadanos/as del Sur Global, deberían gri-tarnos a todos los ciudadanos/as del Norte Global un lema conocido: “¡No en nuestro nombre!”. Grito y confrontación no sólo ante los tradicionales ricos sino también ante los nuevos ricos y las oligarquías de países del Sur –algunas poco tienen de nuevas– porque los enriquecidos se han ampliado y dispersado geográficamente. ¡Qué im-porta que el CO2 haya sido generado por una limusina de un apoderado español o la de otro filipino! Las categorías Norte y Sur Globales describen mucho mejor la realidad de todos esos grupos de interés en conflicto, que no la dicotomía Norte/Sur geográficos basada en la comparación entre países. También en los conflictos por la distribución de cargas ambientales. Ejem-plo de ello fue el resultado de la Cumbre de Copenhague en diciembre de 2009 en la que se impuso la voluntad de llegar al mínimo acuerdo posible por parte de un paradójico eje crecimentista EE UU-China-Sector privado petrolero. Existen otras ca-tegorías socioecológicas interesantes como la de clase consumidora mundial a la cual se estimaba que en 2002 pertenecían 1.400 millones de personas distribuidos de forma irregular por todo el mundo, no sólo en el Norte (400 millones de ellos entre China e India, 168 en América Latina y Caribe, y 34 en África Subsahariana) [3].

Conclusión: el decrecimiento se debe exigir en el Sur a los ricos y a las clases mediasPor todo ello, la pregunta inicial se respon-de afirmando primero que quienes deben decrecer y reorganizarse son todos y cada uno de los grupos de interés que confor-man el Norte Global, sean transnacionales, europeos, chinos, rusos, marroquíes, pe-

ruanos, angoleños o apátridas. En segundo lu-gar, el Sur Global no tiene porqué decrecer material y energéticamente. Lo cual no significa que se olvide de los límites de la naturaleza, ni que deba organizarse bajo lógicas de cre-cimiento y desarrollo capitalista, soviético o incluso socialistas del s. XXI. Cosmovi-siones y lógicas organizativas propias de culturas indígenas y campesinas como las asociadas a la “vida en plenitud” andinas [4], plantean el vivir bien en contraposición al vivir mejor occidental (vivir mejor que el prójimo), y definen una relación de reci-procidad y armonía con la naturaleza [5]. Por tanto se encuentran en plena sintonía con las ideas del decrecimiento –con ese equilibrio postindustiral al que se refiere Latouche– incluso las puede inspirar junto

a muchas otras visiones hermanas simi-lares procedentes de la periferia del

sistema. Finalmente y en términos políticos, como apunta Joan Martínez Alier, “los movimien-tos de Justicia Ambiental y del Ecologismo de los Pobres del

Sur son de hecho los mejores aliados del Decrecimiento Soste-

nible del Norte” [6]. Muchas comunidades del Sur Global, sin concebirse a sí mismos como eco-

logistas, luchan contra distintas formas de an-

ticooperación procedente de grupos de interés que presionan para expandirse, para crecer en espacio ajeno, y garantizar sus suministros de materiales y energía [7]. Luchan, aunque a menudo sea por la propia supervivencia de sus comunidades, por el decrecimiento.

Notas y referencias:1 latouchE, S. (2008). La apuesta por el

decrecimiento. Barcelona: Icaria.2 sEnplaDEs (2009). Plan Nacional de Desarrollo

del Buen Vivir. Gobierno del Ecuador.3 worlDwatch institutE (2004). El estado del

mundo. Barcelona: Icaria.4 Suma kawsay en quíchua, suma q’amaña en

aymara5 acosta, A. (2008). “El buen vivir. Una

oportunidad por construir”. Ecuador Debate (disponible en http://www.economiasolidaria.org, visitado 4-5-2010)

6 MartínEZ aliEr, J. (2008). “Decrecimiento Sostenible”. Ecología Política, n. 35. Barcelona: Icaria.

7 llistar, D. (2009). Anticooperación. Interferencias Norte Sur. Los problemas del Sur no se resuelven con más ayuda internacional. Barcelona: Icaria.

1. Los consumos de los diferentes grupos de población chinos son muy dispares. 2. Muchos pueblos se están organizando bajo ópticas diferentes a la capitalista, como la andina del “buen vivir”.3. Los movimientos ecologistas de los pobres son aliados del decrecimiento en el Norte.

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30 Ecologista, nº 65, verano 2010

Revaluar y reconceptualizar

A pesar de la existencia del desarrollo humano sostenible, no se da dentro de la cooperación internacional una reflexión y materialización sistematizada para intro-ducir la crisis ecológica, las interacciones pobreza/medioambiente o derechos hu-manos/medioambiente, la visión trans-generacional o la clara relación entre el bienestar humano y los ecosistemas [3]. Además, en un mundo marcado por la interdependencia ecológica Norte-Sur, el grado de crecimiento que han alcanzado los países del Norte –y su actual mante-nimiento– no habría sido posible sin la explotación del espacio ambiental y recur-sos humanos de los países del Sur. Así, la cooperación centrada en la sostenibilidad y basada en la economía ecológica es tanto una obligación ética como una verdadera necesidad para los países del Norte. En este contexto, la cooperación in-ternacional tiene que girar en torno a un

modelo de contracción y convergencia, donde todos los países se marquen un horizonte común: una producción y un consumo material y energético circunscrito a la capacidad de carga de la biosfera y repar-tido per cápita de manera justa [4]. Eso implica:

Un decrecimiento selectivo y justo (o fajuste estructural) de los países en contrac-ción en el Norte como condición necesaria –pero no suficiente– para ayudar de forma solidaria y sostenible al Sur.

Una evolución socio-ecológicamente feficiente para los países en convergencia, sin pasar por la casilla del mal-desarrollo occidental pero con un derecho al creci-miento donde sea posible y deseable.

Reestructurar la cooperación internacionalAdemás de reciclar y reutilizar la coope-ración Norte-Sur (ver más abajo), es im-portante apostar por la multidireccionalidad de la cooperación. Para descolonizar –sin romanticismos– el imaginario cooperan-te, es imprescindible potenciar de forma estructurada un nuevo flujo de coopera-

ción Sur-Norte (a la inversa) que directa o indirectamente realizan las poblaciones del Sur a las poblaciones del Norte y que puede facilitar a estas últimas otras formas de relacionarse entre sí y con su entorno. En esta senda, son de sumo interés las experiencias como los bancos de semillas en la India, la gestión sostenible de los bienes comunes por las comunidades indígenas [5], los conceptos de buen vi-vir o des-desarrollo que nos llegan desde Ecuador, los conocimientos astronómicos, biológicos y geográficos del campesinado mexicano para sistemas agroecológicos o la representación democrática de la naturaleza y seres vivos en las poblacio-nes autóctonas de América del Norte. La cooperación Sur-Norte puede tomar muchas formas, que quedan en gran parte por explorar: seminarios, capacitaciones, inclusión dentro las organizaciones del Norte de representantes del Sur con voz y voto, etc. Además, esta reestructuración pasa por la aplicación real del principio de coherencia de políticas para que todas las iniciativas de un país vayan en un mismo sentido justo y sostenible. Supone poner fin a la anticooperación [6], es decir, a todas aquellas actuaciones realizadas en y desde el Norte cuyos efectos sean directa o in-directamente perniciosos para el Sur. Hoy día, esta anticooperación es muy superior a los efectos positivos de la cooperación cuyo verdadero sentido, basado en una aportación global positiva del Norte al Sur (y viceversa), tenemos que recuperar.

Redistribuir la deuda ecológicaLos países del Norte han contraído una deuda ecológica y de crecimiento [7] con los países del Sur que supera con creces la deuda externa económica que el Sur debe pagar al Norte. Además de las reivin-dicaciones clásicas (el 0,7, la cancelación de la deuda externa), eso nos obliga a remodelar la financiación de la coopera-ción internacional a través de varias vías complementarias:

No inversión en proyectos de anti- fcooperación por parte de los países del Norte.

Un 20% de la Ayuda Oficial al Desa- frrollo (AOD) para proyectos centrados en la crisis ecológica.

No inversión en proyectos que no fincorporen de forma transversal el factor ecológico.

Un 5% de la AOD para proyectos fSur-Norte.

La puesta en marcha de mecanismos fde compensación de la deuda ecológica diferenciados del 0,7 tradicional [8].

Un replanteamiento a la luz del decrecimiento selectivo y justo

Cooperación internacional y sostenibilidadFlorent Marcellesi

Preservar el planeta y garantizar una justicia ambiental y social hoy y mañana tanto en el Norte como en el Sur, debería ser un objetivo prioritario de la cooperación internacional. Este artículo se propone revisar esta última bajo el prisma del decrecimiento y sus 8Rs: “revaluar, reconceptualizar, reestructurar, redistribuir, relocalizar, reducir, reutilizar, reciclar” [2].

Florent Marcellesi, experto en cooperación internacional y sostenibilidad [1]

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Huella ecológica (hectáreas globales por habitante)

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Unión Europea, Japón

Países emergentes

Países emergentesAmér. Latina y Asia (incluido China)

Países en transición

Países en contracción: decrecimiento y ajuste

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África del Norte y Asia

Países "pobres" África y Asia

Australia, NZDinamarca

EE UU

Un presupuesto para la cooperación fNorte-Norte orientado al ajuste estructural occidental.

Relocalización de la cooperación: Sur-Sur / Norte-NorteLa cooperación Sur-Sur permite pensar y construir una relocalización de los pro-cesos de (pos)desarrollo a través de una cooperación reforzada a nivel regional, entre (ex)periferias autónomas del (ex)centro. Es un camino para recuperar las técnicas y saberes tradicionales, y construir su propio camino sin injerencias del Norte Global. En cuanto a la cooperación Norte-Norte, y puesto que la urgencia pasa por un ajuste estructural en los países indus-trializados, es necesario pensar en: a) una reformulación de la educación al desarrollo hacia una educación al vivir mejor con menos; b) el intercambio cooperativo de iniciati-vas, como el movimiento de transición para pensar en clave post-petróleo.

Reducir la huella ecológica... manteniendo el IDHEn la cooperación domina el índice de de-sarrollo humano (IDH). A pesar de ser más completo que el PIB gracias a que recoge aspectos relevantes como la educación y la esperanza de vida de la población, el IDH no es suficiente porque no tiene en cuenta la problemática ecológica. Por lo cual se plantea un doble reto: que los países del Norte sean capaces de mantener

Fuente: elaboración propia

Notas y referencias:- Este artículo está basado en la ponencia del

mismo autor “La cooperación internacional a la luz del decrecimiento selectivo y justo” presentada en el II Congreso Internacional sobre Decrecimiento en Barcelona 24-26 de marzo 2010.

1 Florent Marcellesi ([email protected]) también es coordinador del centro Ecopolítica http://ecopolitica.org/ y miembro de Bakeaz http://bakeaz.org/

2 latouchE, sErgE (2009): Pequeño tratado del decrecimiento sereno. Barcelona, Icaria.

3 MarcEllEsi, FlorEnt; palacios, igonE (2008): Integración de consideraciones de sostenibilidad en la cooperación para el desarrollo. Bakeaz, Bilbao.

4 Por ejemplo, todas las personas tienen el mismo derecho a emitir CO2 dentro de la capacidad de absorción del planeta: 0,5 tCO2 anual per cápita (emisiones totales en 1990: 3.350 millones de tCO2). Sin embargo, a modo de ejemplo, en 2006 un estadounidense emitió 19 t per cápita, un español 8 t y un mozambiqueño tan solo 0,1 t.

5 Véase los trabajos de Elinor Ostrom, premio Nobel de Economía de 2009.

6 llistar, DaviD (2009): Anticooperación. Interferencias Norte-Sur: los problemas del Sur Global no se resuelven con más ayuda internacional. Icaria, Barcelona.

7 Mosangini, giorgio (2007): La deuda del crecimiento. Col.lectiu d´Estudis sobre Cooperació i Desenvolupament.

8 Cuidado con no confundir con las compensaciones voluntarias de CO2 que en ningún caso pueden compensar emisiones pasadas (véase MarcEllEsi; pérEZ DuEñas. 2010: “Pensar antes de compensar, pequeña guía para el mercado voluntario de emisiones”, en Ecología política, n 39).

9 Según el PNUD, un país con “desarrollo humano alto” tiene que tener un IDH superior a 0,8. Por otro lado, existen solamente 2,1 hectáreas de espacio biológicamente productivo disponible para cada persona en la Tierra. Para ser más exacto, sería necesario también tener en cuenta la biocapacidad de cada zona y región para saber si es deudor o acreedor ecológico. Más información: Informe Planeta Vivo 2008, WWF.

otras cuestiones ho-rizontales clásicas como el enfoque de género o los de-rechos humanos. La transversalidad de la sostenibilidad implica que todos los planes, programas y proyectos (en todos sus ciclos: identificación, formulación, ejecución y evaluación) tengan en cuenta algunos conceptos y principios básicos: re-lación entre bienestar humano y servicios de los ecosistemas, respeto de los límites biofísicos, capacidades de regeneración y asimilación de los ecosistemas, utilización de indicadores adaptados, evaluación de impacto medioambiental, etc.

un índice de desarrollo humano superior a 0,8 con una huella ecológica debajo de 2,1 hectáreas globales por habitante y que los países del Sur consigan aumentar su IDH hasta niveles superiores a 0,8 y mantengan su huella ecológica por debajo de 2,1 hectáreas globales por habitante [9] (véase gráfico 1).

Reutilizar y reciclar la cooperación tradicional Norte-SurTeniendo en cuenta los puntos más arriba explicitados y con el fin de permitir una convergencia desde el Sur, es necesario integrar en las prácticas diarias de la coope-ración Norte-Sur la sostenibilidad, tanto de forma sectorial como horizontal. Desde lo sectorial, la puesta en marcha de proyectos, cuyos principales objetivos sean la lucha contra la crisis ecológica –y su mitigación–, se perfila como un eje estratégico de cualquier política de cooperación internacional adecuada a los retos socio-ecológicos del siglo XXI. Para que esos proyectos adquieran el protagonismo que les corresponde, es de suma importancia que se considere la pro-tección y mejora de los ecosistemas –y de forma más amplia los conflictos ecológico-distributivos– como objetivo en sí mismo de la cooperación internacional. Por otra parte, es preciso asegurar de forma horizontal que la sostenibilidad que-de incluida de manera integral en todos los proyectos de desarrollo. Se trata de dar la misma importancia a la ecología que a

gráFico 1: paísEs En contracción y En convErgEncia sEgún su idh y huElla Ecológica

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Tres ejemplos prácticos de decrecimiento

Mecanismos para un decrecimiento posibleDavid Peña y Carlos Corominas

En ocasiones, el decrecimiento es observado como un marco teórico alejado de la realidad cotidiana y con poca aplicación práctica. Sin embargo, son muchas las personas que a título individual o colectivo han optado por caminos diferentes a los trazados tradicionalmente por la sociedad de consumo; promueven con sus actos otras formas de relacionarse con el entorno para conseguir un menor impacto en el mismo y un mayor grado de satisfacción personal.

David Peña y Carlos Corominas, miembros de Periodistas en Acción

Como teoría, el decrecimiento se sustenta en unas bases definidas. No obstante, sus manifestaciones prácticas y concretas son muy variadas. Personas muy diferentes

y con inquietudes diversas han decidido cambiar su forma de actuar en beneficio propio y del planeta. Debido a la situa-ción de colapso actual en la que vivimos, han aplicado medidas decrecentistas por una cuestión de sentido común. Lo que demuestra que no es necesario tener un conocimiento profundo de las teorías del decrecimiento para llegar a la misma conclusión a través de la práctica. Dado que el decrecimiento es una teoría integradora de carácter general, las realidades en las que se pueden aplicar procesos decrecentistas son muy diversas. En este sentido, se pueden observar expe-riencias en ámbitos muy alejados entre sí, como la actividad empresarial, el activismo o la búsqueda de un cambio personal.

Una alternativa de producciónLa producción de alimentos no está re-ñida con el respeto al medioambiente.

Un ejemplo es El Cantero de Letur, una quesería ecológica de Albacete que basa su proceso de producción en criterios de sostenibilidad y no agresión a la naturaleza. Antonio Lucena, trabajador en la finca, tiene claras sus intenciones: “lo hacemos por ahorro de energía y ecologismo”. To-dos los procesos de la finca se sustentan bajo parámetros de ahorro energético y reciclaje. Desde hace cinco años han ido introdu-ciendo placas solares para obtener energía fotovoltaica y térmica para los procesos de producción. Lucena destaca el ahorro que supone la energía solar térmica a la hora de calentar el agua para esterilizar las herramientas. “En una quesería eco-lógica parece coherente instalar este tipo de mecanismos” señala. De esta manera, al tiempo que reducen las emisiones de CO2, ahorran en la factura de la luz. Otra de las líneas de actuación en esta finca pasa por el reciclaje de agua y de residuos. A través de una balsa de lluvia recogen toda el agua que necesitan para la limpieza de materiales. Una vez utilizada, la mezclan con restos de estiércol para regar los pastos. “Hacer queso y hacer yogur representa obtener mucho suero que puede provocar la eutrofización de

la zona” señala Lucena y añade: “lo he-mos reciclado para darlo como alimento al ganado y no tirarlo libremente como se hacía en un principio”. Así mismo, el estiércol sobrante lo utilizan para abonar los campos o regalarlo y evitar así procesos de eutrofización. Antonio Lucena no duda acerca del es-cenario ideal para la agricultura y la gana-dería: “se debe ir hacia esto necesariamen-te: reducimos el consumo de agroquímicos y el impacto sobre el medioambiente”. Para Lucena, otras granjas deben tener cuidado con los residuos que producen y encaminarse a modos de producción que respeten el entorno. Así mismo, destaca la importancia de una producción y un consumo local que permitan reducir la huella ecológica.

Movimiento de transición: hacia un decrecimiento colectivoEl movimiento de transición constituye una corriente que va calando cada vez más en personas que entienden que es necesaria otra forma de relacionarse en comunidad. Aunque con principios y ob-jetivos similares, las formas que adoptan estos grupos son muy variadas, dadas las diferentes realidades en las que se mue-ven. Una de estas iniciativas de transición, se está llevando a cabo desde hace más de un año en Vilanova i la Geltrú, Transición VNG, y bebe de las experiencias de otros lugares como Totnes (Gran Bretaña). “Tras un primer encuentro, empezamos a barruntar si podíamos hacer algún tra-bajo práctico de transición hacia nuevos modelos de sociedad, de comunidad o de barrio dentro de nuestra ciudad” señala Al-fons Pérez, miembro de Transición VNG. En este sentido, es muy importante el trabajo de psicología del cambio personal para adaptar la mirada hacia nuevas posibi-lidades y permitir así el cambio colectivo. El aprendizaje de lo ya realizado en Gran Bretaña es muy importante para fijar cami-nos, aunque con las adaptaciones necesar ia s a cada realidad concreta. De esta manera, el grupo Tran-s i c ión VNG ha omitido una parte del proceso que consiste en un periodo de reflexión de un año de duración para adaptar la transición al

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pueblo. “Nosotros teníamos una cierta impaciencia por hacer cosas prácticas y empezamos a montar grupos de trabajo” afirma Alfons. Como primer paso se formó un grupo impulsor, que se centra en una labor de reflexión y coordinación para el resto de grupos. Otro grupo es el de rumiadores y rumiadoras, que analizan iniciativas de otros lugares y su adaptación a la realidad de Vilanova i la Geltrú. El grupo de Transición VNG en-tiende que una labor fundamental es la de servir de red para que diferentes experiencias se puedan poner en común y complementarse. Por ello, tratan de acercar a personas que se puedan unir para compatibilizar esfuerzos, como por ejemplo presentar a agricultores ecoló-gicos a personas de las cooperativas de consumo. “Una persona tiene un huerto que no está utilizando y otra persona quiere trabajarlo ¿por qué no unirlos?” se pregunta Alfons y añade: “aunque pa-rezca mentira, en una ciudad de 50.000 habitantes la gente no se relaciona: es importante que la gente se conozca y se vincule en proyectos comunes”. Uno de los trabajos prácticos que ya se está desarrollando consiste en el uso compar-tido de un huerto de 1.000 m² para su mantenimiento y explotación según los parámetros de la permacultura y con el compromiso de compartir gastos, expe-riencias y habilidades. Aunque el movimiento de transición está en una fase inicial en España, puede llegar a tener un impacto real debido al interés de las personas en crear nuevas formas de relacionarse en comunidad y con el entorno. “Si las iniciativas en transición consiguen ofrecer experiencias prácticas para la gente, pueden crear masa crítica; sin embargo, existe el peligro de que se quede en un marco teórico que no consiga implicar a nadie” afirma Alfons y continúa: “este movimiento se perfila como una experiencia práctica dentro del decrecimiento”. La implicación personal y la cooperación entre los miembros son fundamentales para lograr el éxito de estas iniciativas. De forma que el movimiento de transición se consolide como una alter-nativa real.

Vivir el cambio Antonio Conejos y Marisol Vázquez eran dos economistas; ella trabajaba de di-rectora en una sucursal de una entidad financiera y él era operador de un broker de mercados monetarios. “Había algo que no encajaba: encontraba un ambiente hostil, muy agresivo y a veces humillante por parte de los jefes pero también de algunos compañeros” cuenta Antonio y

añade: “la situación para mí era cada vez más límite y tenía claro que esto tenía poco que ver conmigo”. El acontecimiento que desencadenó el cambio fue el naci-miento de su primer hijo, ya que le hizo plantearse las cosas desde otra perspectiva. Pidió una excedencia paternal, lo que le supuso el descontento de sus jefes que llegaron a amenazarle con despedirle. En ese momento decidió que no quería seguir trabajando en esa empresa: “era una contradicción con lo que estaba pasando en mi vida”. Tras acordar el despido, Antonio se decanta por la idea de trabajar con las manos. Así comenzó su andadura como carpintero, aprendió el oficio y sus amigos le empezaron a ofrecer encargos. “En un momento determinado empecé a buscar un toque diferente, de respeto por la naturaleza y a aplicar tratamientos eco-lógicos a la madera” señala Antonio. Fue el nacimiento de su segundo hijo lo que hizo que Antonio y Marisol empezaran a contemplar otros aspectos menos visibles de la realidad. Actualmente, Antonio ha derivado su actividad profesional hacia las terapias energéticas y la sanación. Paralelamente, Marisol dejó su trabajo como directora de una sucursal bancaria para recuperar su vocación perdida en el ámbito de la psicología y dedicarse por entero a la psicoterapia. “En casa nos hemos apoyado mutuamente, no podía-mos vendernos a una idea económica: ir a un sitio sólo por dinero a costa de tu salud no tiene sentido” señala Antonio sobre su relación. En un principio, algunas de las personas cercanas mostraron su discordancia aunque la mayoría les han apoyado y comprendido. En este sentido, el cambio de mentalidad también vino acompañado por un cambio de lugar de residencia: “nos mudamos de Alcobendas a Villanueva del Pardillo y más adelante a Zarzalejo”. Es en este último pueblo de la sierra donde han encontrado un hogar para desarrollar su proyecto de vida. Y allí han encontrado vecinos que comparten visiones similares, lo que permite que se haya creado una red de apoyo mutuo de manera natural. No obstante, Antonio valora su etapa como broker ya que le permitió “darse cuenta de sus debilidades y en la que se despertaban los miedos de no poder afron-tar la realidad como él quería”. Antonio ha comprendido que el hecho de que su empresa fuera tan agresiva ha sido lo que le ha impulsado a llevar a cabo este cambio. “Si te centras en lo que realmente sientes, conectas con tu corazón, la vida se te abre, te lo muestra, te lo ofrece y es realmente satisfactorio”.

Transformar desde la acción

Mediante los actos individuales y co-lectivos las personas definen lo que son y lo que quieren llegar a ser. A través de la experiencia práctica, se puede observar que el decrecimiento tiene una aplicación más concreta de la que en ocasiones se cree. Por eso, el nexo entre la teoría y la práctica es lo que hace que esta corriente posea la suficiente fuerza como para conseguir transformaciones reales. Es en el carácter integrador del decrecimiento donde experiencias que parecen aisladas cobran una nueva di-mensión. Se interrelacionan para crear una base común desde la que inventar nuevos horizontes de convivencia en armonía con el planeta.

1. Grupo impulsor de la Iniciativa de Transición de Vilanova i la Geltrú2. Antonio Lucena lleva una vida militante en el ecologismo. Foto: guadalupe CaStro.

3. Cabras de la quesería de Letur. 4. Aspecto de la quesería. FotoS 3 y 4: el Cantero de letur.

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Reflexiones sobre cuidados, empleos y decrecimiento

Trabajar poco y vivir mejorAntonio J. Carretero

En una sociedad decreciente y decrecentista, todo está por hacer, por cuidar, por reconvertir, por inventar, por recuperar. En este sentido, el problema no será el empleo, ni siquiera en supuestos momentos transitorios. El problema, por desgracia, será el poder y los poderosos, que querrán gestionar el decrecimiento para perpetuar su dominio a costa de mayores cuotas de desigualdad, pobreza, opresión y exclusión.

Antonio J. Carretero, miembro de CGT y Director de Rojo y Negro

Con el presente artículo se me propone que hable apologética-mente de que el decrecimiento en ningún caso supone pérdida de empleos, sino al contrario.

Pero dicho así, que el decrecimiento crea empleo en vez de destruirlo, es una frase políticamente demagógica, quizás política-mente correcta, pero no tengo claro que sea del todo veraz. Por decrecimiento entiendo algo tan simple como la oposición consciente, voluntaria y socialmente autoorganizada al capitalismo y a su lógica del crecimiento desmedido. Capitalismo que, en su fase actual y globalizada, apuesta por salir de su propia crisis a base de reactivar la competitividad, la tasa de beneficios, la acumulación y reproducción del capital (único lenguaje que entiende) mediante el crecimiento constante e insostenible de productos, bienes y servicios, apoyado en su creencia mágica en el desarrollo tecnocientífico, en las arcas públicas de los

estados, en la privatización de los servicios, en el expolio continuado del planeta y en la explotación de unos poquísimos sobre la mayoría de las poblaciones humanas. El decrecimiento, pues, es la necesidad de generar un movimiento social crítico y combativo, contra los dramáticos de-signios, humanos y medioambientales, que nos depara el capitalismo realmente existente. En cuanto al empleo, me sirve la defi-nición del Instituto Nacional de Estadística (INE): “Conjunto de tareas que constitu-yen un puesto de trabajo o que se supone serán cumplidas por una misma persona”. Esta definición tiene dos virtudes: que em-pleo es sinónimo de puesto de trabajo; y que el conjunto de tareas que lo constituye se puede suponer que las cumplirá la mis-ma persona. Que el empleo equivalga a puesto de trabajo, es oportuno, por cuanto no dice explícitamente que dicho puesto de trabajo sea necesariamente salarizado, aunque lo normal es que supongamos que sea así. Tengo un amigo de casi cincuenta años, que lleva unos quince años de su vida dedicado exclusivamente al cuidado

de sus padres mayores, ahora ya muy ma-yores. Y por supuesto, conozco a muchas más mujeres que atienden a sus mayores, a su hijos, a la casa y al cuidado en general de quienes les rodean, además de cumplir un horario en un puesto de trabajo salari-zado. Lo de qué tareas constituyen un em-pleo es igualmente interesante, porque nos coloca en la tesitura de saber quién define la tareas relacionadas con un puesto dado, una batalla dada por perdida de antemano por el sindicalismo, que ha entregado esa prerrogativa al patrón, al empresario, al jefe de turno o, en su defecto, al legislador profesional.

Salarios, cuidados y tareasHay tres elementos esbozados, como son salario, cuidados y tareas, que tienen que ver mucho en la reflexión que podemos hacer sobre empleo y decrecimiento. El maldito salario, es lo que nos permite no sólo sobrevivir en la sociedad capitalis-ta, sino alcanzar los estándares sociales de satisfacción de otras necesidades materia-les y simbólicas que asumimos como da-das, aunque sean generalmente inducidas, culturalmente legitimadas y socialmente validadas. El salario, ese valor de cambio que nos dan en función de un trabajo y según las condiciones previstas en un con-trato, es una convención humana versátil y elástica, en el que entra no sólo lo que cada cual puede comprar, sino el estatus social alcanzado. Los cuidados representan esa base de la pirámide que muy recientemente, gracias a la economía feminista, nos hemos dado cuenta que no sólo es el sostén básico de la vida reproductiva, sino y fundamental-mente es la red invisible de intercambios y trabajos, remunerados y no remunerados, que conforman una auténtica economía subterránea, mayoritaria y tradicionalmen-te protagonizada por las mujeres, sobre la que se asienta la economía real capitalista. Sin los cuidados y sus tareas, sin sus de-dicaciones y tiempos, sin sus productos tangibles e intangibles (afectos, emociones, relaciones, etc.), sin su desvalorización y sin su plusvalor incuantificado, ni el ca-pitalismo, el desarrollo tecnocientífico, la cultura, la política, ni hasta la revolución –si algún día conseguimos que se produz-ca– podrían existir. Por último las tareas, las labores, la eje-cución de cualquier trabajo, de cualquier operación, son relevantes en tanto que en su cotidianidad, sea ésta la del espacio doméstico o la de una oficina o una fábri-ca, se manifiesta de forma determinante la domesticación de los seres humanos por otros humanos, es decir, las relaciones de poder internas a cada relación social

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mantenida. Y lo son también, porque en la medida en que asumamos su gestión, su gestación y su operatividad, de forma individual y colectiva, estamos reconquis-tando espacios de decisión y poder entre iguales, es decir, de libertad.

¿Y el decrecimiento? Decrecer no puede significar otra cosa que plantar cara al proceso continuo de acumulación capitalista, desde la insoslaya-ble urgencia ética de barrer de la historia humana el dominio y la explotación de las personas por otros seres humanos. Y este plantar cara es sin duda una tarea ingente, que por urgente no es menos compleja, y seguramente siempre será incompleta. Porque estamos hablando de lucha anti-capitalista, de trastocar las relaciones de poder, de transformar la sociedad. En otro artículo [1] señalaba que los valores ecosociales del proyecto libertario pasaban por tres ejes de acción:

La austeridad como modo de vida f . Consu-mir menos, tener menos objetos de uso y menos bienes inútiles, alargar la vida de los que tenemos, compartirlos y reutilizarlos, cambiarlos por otros, socializar los bienes culturales. Disfrutar de la vida y buscar el placer en uno mismo y con los demás, des-alineándonos de las necesidades inducidas por el marketing y la publicidad.

La sostenibilidad como camino f . Entender que todo proceso productivo y de genera-ción de bienes y servicios se sustenta en un flujo de materia y energía finito y escaso, que afecta negativamente al equilibrio ecológico del territorio y del planeta en su conjunto. Promover servicios colecti-vos y gratuitos de transporte, restaurante, guarderías, etc.; hacer que los cuidados sean responsabilidad social y cooperativa; repartir el trabajo y trabajar menos…

El decrecimiento como meta f . La acumula-ción capitalista y el crecimiento constantes implican el dominio de la lógica del mer-cado contra la lógica de la vida y de su sostenibilidad. Crítica radical del sistema capitalista, de los límites del crecimiento industrial y especulativo; elaborar alter-nativas de reconversión de las industrias contaminantes y despilfarradoras de ma-teria y energía. Promover procesos coope-rativos y autogestionarios, exigir la justa redistribución de la riqueza, potenciando la creación de bienes sociales, relacionales y ecológicos… ¿Por qué colocar el decrecimiento como meta en vez de como medio, en lugar de la sostenibilidad?, me preguntará quien sea perspicaz. Si hablamos de valores prácticos, de acción, que orienten nuestras decisiones aquí y ahora, que ejemplifiquen lo que queremos transmitir con el decre-

cimiento, no podemos contentarnos con partir del decrecimiento mismo, término por otro lado adusto y complejo de expli-car. Necesitamos ejemplificar una sociedad nueva, distinta y actuar en consecuencia, aquí y ahora. La austeridad voluntaria posibilita la denuncia del despilfarro, la ostentación, la riqueza y el consumismo. La sostenibilidad permite repensar todos los aspectos económicos y sociales en función de valores comunitarios, de los cuales nadie puede ser excluido, de trabajar menos para trabajar todos, pero también de poner en el centro del mundo del trabajo la libertad individual y colec-tivamente considerada, autogestionaria,

priorizando el dere-cho a la flexibilidad de las personas a la hora de elegir ocu-pación, cambiar de empleo, de lugar, de negociar entre todos los implicados tiempos, jornadas, descansos y servicios, pero también qué, cuánto y cómo producir, distribuir, inter-cambiar. El decrecimiento sólo puede ser la meta, por cuanto no lo concibo sin la parti-cipación efectiva y consciente de la pobla-ción en su conjunto, sin una revolución de las mentalidades y sin una coordinación de

1. Es importante reconquistar espacios de decisión y poder entre iguales, es decir, de libertad.2. Trabajo comunitario en una ecoaldea, en Ithaca, Georgia (EE UU).3. Los empleos tal y como ahora se entienden deben cambiar mucho en un escenario de sostenibilidad y decrecimiento.

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Notas:1 Antonio J. Carretero: “Hacia un sindicalismo

ecosocial y libertario”. Libre Pensamiento nº 61, primavera 2009, descargable en http://librepensamiento.org/descarga.php?ver.38

iniciativas y luchas para su consecución. Y para que esto pueda desarrollarse quizás no venga de más pensar y actuar siguiendo valores de austeridad y sostenibilidad.

Nuevos empleos, nuevas ocupaciones, nuevos cuidadosDe austeridad y sostenibilidad saben mu-cho las mujeres en general, y las mujeres empobrecidas especialmente, las muje-res indígenas, las mujeres migrantes, las mujeres de los países expoliados por las naciones centrales del libre mercado y de la libertad vigilada. Son las mujeres, en tan-

Pero también pensar a pequeña escala: deliberar, debatir y decidir cómo hacer las cosas, cómo satisfacer necesidades, cómo atender los cuidados de todas y todos; relacionarse, hablar, formarse, crear cultura compartida, emparejarse y desem-parejarse, tener hijos, atender a la salud, a la educación, al transporte colectivo… también necesitarán mucha mano de obra y apoyo mutuo. Pero eso sí, tampoco habrá pleno empleo, porque simplemente no tendrá sentido. Habrá empleo para todo aquel que lo quiera, lo necesite y lo ofrezca como bien social. Y el empleo, sobre todo y ante todo, supondrá apenas unas horas diarias, un tiempo escaso, ridículo compa-rado con las jornadas actuales repletas de horas extras y exceso de productividad, porque no se producirá más que lo que se considere adecuado para lo que se piense necesario. Sí, es cierto, ésta es la utopía. Pues no, porque no será tan sencillo, porque serán muchos los conflictos por resolver, los problemas que solventar, las luchas por entablar. Pero sí, es cierto, ésta es la utopía necesaria. Y en el camino, austeridad y sostenibilidad de la vida serán claves a la hora de afrontar los retos. Porque si no hablamos de una sociedad justa en medio del decrecimiento necesario, estaremos hablando de otra cosa, de otro mundo quizás más cruel y desigual que el que ahora mismo vivimos. El problema no será el empleo, ni si-quiera en supuestos momentos transitorios, el problema por desgracia será el poder y los poderosos, que querrán gestionar el decrecimiento para perpetuar su dominio a costa de mayores cuotas de desigualdad, pobreza, opresión y exclusión. En nosotros está que no sea así. Debemos, pues, sub-vertir valores y transmutar conciencias, y crear un movimiento tan amplio, solidario y extenso como el aire que respiramos.

to que explo-tadas porta-doras de los cuidados de la vida, y cla-ro que junto a los hombres en coopera-ción no sexis-ta, quienes nos pueden ense-ñar lo mucho que hay que hacer en un escenario de decrecimien-to y no creci-miento, pero de desarrollo libre y de au-torrealización, del buen vi-vir y de vivir mejor, con los demás, con el entorno y con uno mismo. Sólo en el capitalismo se produce un d e s e m p l e o e s t ruc tu ra l , siempre ne-cesario como elemento de presión y dis-ciplinamiento de las clases

trabajadoras. En una sociedad decreciente y decrecentista, todo está por hacer, por cuidar, por reconvertir, por inventar, por recuperar. Deconstruir las megalópolis y macrociudades actuales, reconvertir el industrialismo contaminante en otro no le-sivo con el agua que bebemos y con el aire que respiramos, priorizar la agroecología, las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas y ganaderas, la distribución de proximidad, el comercio entre iguales, re-construir la naturaleza y parar la extinción creciente de su biodiversidad... necesitan mucha mano de obra y apoyo mutuo.

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Los barrios molestanConsumeHastaMorir

El Cabanyal, un popular barrio de pescadores en Valencia, molesta. Es un impedimento para los planes urbanísticos de lo que se ha venido a llamar ciudad-marca, un modelo basado en obras faraónicas que atraigan el turismo al precio que sea. Mientras, la ciudad con barrios vivos, muere. ¿Cómo hemos llegado a esto?

Con la clase media consumidora a mediados de siglo XX llega un nuevo escenario en la lingüística de los productos y servi-cios. Las décadas de los 60 y 70 supondrán el asentamiento del consumo por imitación, donde los múltiples electrodo-mésticos, el coche o la segunda residencia en el campo, se entienden como elementos indispensables para pasar a formar parte de una clase consumidora que hoy cuenta con casi 2.000 millones de personas en todo el mundo.

Y para ello, nada mejor que un nuevo modelo de estableci-miento minorista, el centro comercial, supuesta materia-lización de la compra libre y de la gran variedad de oferta que el nuevo consumidor necesita, haciéndole creer un individuo independiente y con criterio, cuando justamente lo que representa es la nueva mercadotecnia, la de un cliente cada vez más hedonista que compra por impulsos y atiende a una publicidad cada vez más sentimental.

Pero las grandes superficies y los centros comerciales no vinieron solos. Aparecieron con buena parte de las políticas de reordenación de la ciudad que hemos sufrido en las últimas décadas. Localizados normalmente en las periferias de las ciudades, son parte esencial del fenó-meno de dispersión urbana anglosajona que tan rápida-mente se ha globalizado. Así, frente a la ciudad densa y con una gran diversidad de actividades, planificada en la Europa del siglo XIX, tendemos cada vez más a ciudades con un denso centro de negocios rodeado por enormes extensiones de viviendas residenciales unifamiliares. Y como guinda final, los centros comerciales ubicados en los principales accesos.

Con este modelo se encarece enormemente el gasto públi-co (en infraestructuras, gestión de recursos, transporte público...) y se dificulta la planificación de la ciudad (por

ejemplo, el aumento de viajes en coches particulares ya hacen casi impracticables los accesos más importantes a la ciudad).

Pero además, esto sentencia a muerte el modelo de pequeño comercio de barrio, mucho más redistributivo y socialmente beneficioso. Con su cierre se pierde trabajo (por cada trabajador de una gran superficie se eliminan entre 5 y 7 puestos de trabajo en el pequeño comercio) pero también sus actividades complementarias locales y de pequeña escala, e incluso factores tan importantes como la interrelación, que mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos.

Sin duda, este modelo comercial pero también urbano está en crisis, y ahora aparecen nuevos gestores que dicen venir con la pretensión de salvar el barrio. No es casual que entre ellos se encuentren empresarios íntima-mente ligados al otro modelo, el de la ciudad dispersa y sus centros comerciales, porque justamente la doctrina es la misma, pero sobre otro terreno: concentración y uniformidad.

Así, pretenden un barrio que imita el no-lugar que repre-senta el centro comercial: espacios comerciales casi indistinguibles de una ciudad a otra, decorados para aparentar diversidad de actividades, idílicos espacios de encuentro y sofisticados espacios verdes. Es decir, una ciudad reconstruida a base de locales de fast food y franquicias de moda juvenil que recrea artificialmente las características mitificadas del barrio clásico denso y diverso al que sustituye.

El modelo de ciudad marca y sin barrios crece cada día en miles de puntos del Estado. La Plataforma Salvem el Cabanyal, un movimiento ciudadano para la defensa de uno de los barrios más populares de Valencia, denuncia la actuación policial contra los vecinos del barrio y la dicta-dura que ejerce el Partido Popular de Valencia con tal de conseguir sus proyectos faraónicos de ciudad-marca.

El no-barrio sigue creciendo.

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Una visión sindical de este necesario y urgente acuerdo global

Green New DealLlorenç Serrano i Giménez

Hace falta un Nuevo Acuerdo Verde Global para cambiar nuestra forma de producir bienes y servicios, haciéndola más sostenible. Necesitamos nuevos empleos verdes y modificar los actuales para hacerlos compatibles con una economía baja en carbono y la preservación de los recursos y sistemas naturales. Y todo ello con una transición justa desde el punto de vista social.

Llorenç Serrano i Giménez, Secretario de Medio Ambiente

de la Confederación Sindical de CC OO

Economía verde, economía soste-nible, empleos verdes son pala-bras clave en las respuestas que, desde una perspectiva ambiental, se han dado a la actual crisis. En

la medida en que estemos de acuerdo en que ésta no es sólo una crisis financiera sino también y básicamente un crisis de agotamiento del modelo, daremos mayor presencia en nuestro discurso a una visión verde para salir de ella. Creo que los activos financieros de baja calidad no se explican sin los enormes ex-cedentes de liquidez que el actual modelo generó, basándose en las posibilidades tecnológicas que permiten la globalización de la economía, pero sobre todo en el ac-ceso a los recursos naturales en cantidad y precio como si se tratase de recursos ilimi-tados, en la externalización diferida de los costos de su uso y en el aprovechamiento de las enormes diferencias de renta –sala-rial y social– entre trabajadores de países de economías maduras y emergentes. Al mismo tiempo, cada vez más autores

sitúan en el aumento del precio del petró-leo por encima de los 100 US$ el barril, el desencadenante de la ralentización econó-mica que –al no poder mantener las ex-pectativas de constante crecimiento– llevó a la crisis financiera. De la comprensión del origen de esta crisis deben surgir las rece-tas para superarla. Las inercias son muy fuertes, y los intereses creados también, tanto como para que, aunque el mismo G-20 declare en Pittsburg que deben darse respuestas comunes a la crisis del empleo y la ambiental, hasta la fecha no se estén afrontando las causas profundas que nos llevaron hasta aquí.

Nuevo Acuerdo Verde GlobalCuando el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, lanza en su Infor-me de Política la idea del Nuevo Acuerdo Verde Global, lo hace con carácter previo a la Cumbre de Copenhague y antes de que el G-20 se reúna para hacer frente a la crisis. Es el Secretario General de Naciones Unidas quien encabeza el discurso sobre el New Green Deal. Idea que desde Comi-siones Obreras compartimos, a pesar del poco éxito cosechado hasta la fecha. En primer lugar, el nombre no es gra-

tuito. La llamada al New Deal nos remite a la salida keynesiana de la Gran Depre-sión, es decir a una gran acción pública de estímulo de la economía, basada no sólo en inversión en infraestructuras sino en un importante desarrollo de lo que denominamos estado de bienestar. New Deal conlleva en sí mismo el desarrollo de políticas de derechos de ciudadanía y la mejora de las condiciones de trabajo de la gente trabajadora como forma de configurar una amplia demanda de bienes y servicios. Entre las respuestas dadas a la crisis, incluso los gobiernos más conservadores han adoptado medidas de estímulo fiscal –apoyo al consumo e inversión en infraes-tructuras–. Las reducciones de impuestos –clásica respuesta neocon para las crisis precedentes desde los 70– no han sido relevantes. Por tanto, es el contenido de derechos sociales lo que da un carácter más o menos progresista a esas medidas y la evidente remisión al New Deal original indica que la respuesta debe incorporar esta dimensión. Pero claro, una respuesta keynesiana clásica no responde a las causas de esta crisis ni a los retos que hoy enfrentamos –conviene recordar también que la inter-nacionalización de la economía actual, no tiene nada que ver con la de los 30–. Por tanto, debemos saber a qué aplicamos ese esfuerzo fiscal. El adjetivo verde que incluye la propuesta incorpora la visión adecuada. Debemos cambiar sustancial-mente nuestra forma de producir bienes y servicios, so pena de recaer en una crisis mayor y más grave en el futuro si ahora nos limitamos a reforzar artificialmente el modelo que nos ha traído hasta aquí. Que una organización tan poco alterna-tiva como Naciones Unidas defienda esta senda para salir de la crisis viene dado por

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la comprensión del riesgo que supone el calentamiento global –y por tanto de la im-periosa necesidad de dirigirnos, ya, hacia una economía baja en carbono– así cómo por la poderosa propuesta de desarrollo limpio que bosqueja el informe “Empleos Verdes: hacia un trabajo decente en un mundo sostenible”. Que los gobiernos, con el mismo grado de información que Naciones Unidas no actúen en la dirección sugerida debe achacarse a las dificultades que tienen para sustraerse de la maraña de intereses, unos legítimos, muchos no, que les lleva a aceptar el diagnóstico pero no las elementales consecuencias de éste. Con el Green New Deal se pretende reactivar la economía mundial mediante la creación de nuevos empleos verdes, la preservación –enverdeciéndolos– de los existentes y proteger a los y las más vul-nerables. Hacerlo mediante el desarrollo sostenible y alcanzando los Objetivos del Milenio –fundamentalmente acabar con la pobreza extrema– y –en último término, pero no menos importante– avanzar hasta una economía baja en carbono, al tiempo que se preservan los recursos y sistemas naturales. Después de Copenhague y cuando algunos gobiernos ya están planteándose la fecha adecuada para retirar las políticas de estímulo fiscal, podría decirse que los objetivos de la propuesta de Green New Deal no se han tomado en consideración. Quizá el término de Green New Deal –referencia explícita a Roosvelt– no hu-biese surgido de no ser por el gran caudal de ilusión y expectativa que despertó en todo el mundo el cambio de presidencia

en Estados Unidos. El evidente desgaste de esta expectativa quizá conlleve que la etiqueta Green New Deal, dotada de tanta de fuerza comunicadora, caiga en desuso. Sin em-bargo, pese a las dificultades, los objetivos seguirán vigentes. Los problemas estruc-turales del presente modo de producción se agudizarán y la agenda del Green New Deal recuperará o mantendrá su vigencia con éste u otro nombre. Es evidente que buena parte del diag-nostico ha sido asumido en los discursos y que una parte de las inversiones se han dirigido hacia planes verdes, fundamental-mente de desarrollo de fuentes de energía renovables. En el futuro, deberán afrontar-se los retos para mitigar y adaptarnos al calentamiento global –todo parece indicar que en el próximo informe la comunidad científica demandará mayores esfuerzos–. En Copenhague, los grandes emisores han ganado tiempo, pero a la vez se están dotando de instrumentos para llevar a término una reducción de emisiones en el futuro. Los retos siguen ahí, y deberemos afrontarlos más pronto que tarde.

Transición justaEn el sindicalismo internacional persegui-mos que las políticas para el inevitable cambio de modelo no se hagan a costa de los trabajadores. Cualquier cambio genera vulnerabilidad, la gente trabajadora puede quedar expuesta a consecuen-

cias negativas. Por eso los sindicatos hemos puesto en pie el concepto de transición justa. La transición justa no es sólo protección ante la reconversión pro-

ductiva. Por supuesto estamos hablado de protección social, pero también de bene-ficiarnos de las oportunidades, de generar nuevos empleos verdes, sostenibles y de calidad, de enverdecer los actuales sin re-nunciar, de antemano, a ningún sector de actividad económica. Debe ser el conjunto de nuestras sociedades quien se beneficie de la apuesta por el conocimiento que debemos hacer, los trabajadores y traba-jadoras debemos tener la oportunidad de adquirir las nuevas capacidades necesarias para mantener nuestras expectativas. Esta transición justa es para nosotros la bisagra que une la agenda de lucha contra el cambio climático y preservación de la naturaleza con los objetivos sindicales de siempre. El Green New Deal es otro concepto orientado a los mismos objetivos con una gran fuerza que remite a una experiencia social y económicamente exi-tosa. Es un concepto que permite elaborar amplias alianzas por el cambio productivo y la transformación social, que identifica el cambio hacia la sostenibilidad con mejor empleo y más derechos de ciudadanía. Por ello auguro que, pese a las dificultades, esta propuesta perdurará y servirá de guía para las políticas inaplazables de deberán llevarse a término.

1 y 2. Hay una importante demanda social de empleos verdes. 3. Protesta de Greenpeace en Luxemburgo para exigir un Green New Deal.4. Una publicación del PNUMA, como parte de su “Iniciativa Economía Verde”.5. El presidente Roosevelt firmando la legislación que apoyaba el New Deal en los años 30.6. El desarrollo de las energías renovables es una gran fuente de empleo.

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Super�ciesarti�ciales

Super�ciesde agua

Zonasagrícolas

Zonashúmedas

Zonasforestales

y áreas seminaturales

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-10.000

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10.000

20.000

30.0001987-20002000-2005

Hemos urbanizado a un ritmo de 3 hectáreas por hora entre 2000 y 2005

Cambios en la ocupación del suelo en España 1987-2005

Fernando Prieto, Mónica Campillos Llanos, Xavier Fontcuberta

El análisis de los datos de cambio de uso del suelo en España en los periodos 1987-2000 y 2000-2005 arroja resultados estremecedores. Uno de ellos es el enorme incremento de las zonas urbanizadas, superior al 50% en esos 19 años. La urbanización dispersa, la ocupación del litoral y la construcción de infraestructuras son las principales responsables de esta artificialización del territorio. También destaca el gran aumento del regadío, a pesar del escenario de creciente escasez de recursos hídricos por el cambio climático.

Fernando Prieto <[email protected]>, Mónica Campillos <[email protected]>

Acaban de publicarse los datos de los cambios de uso del suelo entre los años 2000 y 2005 en España. Han sido elaborados por el Instituto Geográfico Nacional,

del Ministerio de Fomento, que ha tardado unos 25 años en diseñar, planificar y rea-lizar el Corine Land Cover (CLC) 1990, el CLC-2000 y finalmente el CLC-2006, publicado en abril de 2010. Este proyecto describe, analiza y cuantifica los principales cambios habidos en España entre los años 1987, 2000 y 2005. Aunque el proyecto Corine Land Cover no tiene un gran de-talle, es la mejor y única herramienta que permite saber de dónde venimos y en qué situación estamos. En un primer análisis, se puede afirmar que el periodo analizado ha sido en el que más se ha transformado el país, un periodo que coincide con la entrada de España en la UE y acaba con la gran crisis en la que nos encontramos en la actualidad. Para darse cuenta de la rápida evolución del proceso sirva decir que si en toda la historia del país se había urbanizado hasta 2005 un 100%, lo urbano hasta 1987 equivalía a un 66% y entre 2000 y 2005

a un 15% del total [1] (ver figura 1). Algo especialmente grave por la irreversibilidad del proceso. En lo que sigue, aunque en ocasiones aludiremos a las transformaciones durante 1987-2000 y a lo largo de 2000-2005, normalmente se hará referencia a los cambios ocurridos en el último de los periodos.

Fortísimo aumento de la urbanización y las infraestructurasEl cambio más relevante ha sido el gran in-cremento de zonas artificiales (aumento de urbanización e infraestructuras) superiores a un 50% en todo el periodo (es más que probable que creciera todavía más hasta 2007, cuando se inició la crisis) tanto en

el interior como en la franja litoral. Entre los años 2000 y 2005 se transfor-maron 27.666 hectáreas anuales en super-ficie artificial, lo que implica un cambio de unas 3 hectáreas a la hora. Ésta es la tasa más rápida de transformación que nunca ha habido en España. Dentro de la superficie artificial ha au-mentado de una forma espectacular la de-dicada a infraestructuras y a la creación de superficies urbanizadas de baja densidad o urbanizaciones difusas. El crecimiento fue del 15,4% de las superficies artificiales entre 2000 y 2005, mientras entre 1987-2000 fue de un 25%. La tasa anual pasó de 13.000 ha entre 1987-2000 a más del doble, las 27.666 ha mencionadas, en 2000-2005 (ver figura 2). Es destacable durante 2000-2005 el

Figura 1: mEdia anual dE hEctárEas transFormadas En los dos pEriodos (en hectáreas)

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la referencia [6]

1

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41Ecologista, nº 65, verano 2010

-5% 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35%

Tejido urbano continuo

Tejido urbano discontinuo

Zonas industriales, comerciales y de transporte

Redes viarias, ferroviarias y terrenos asociados

Zonas portuarias

Aeropuertos

Zonas de extracción minera

Escombreras y vertederos

Zonas en construcción

Zonas verdes urbanas

Instalaciones deportivas y recreativas

1987-20002000-2005

aumento detectado en urbanizaciones dispersas (9%), zonas industriales y co-merciales (19%) e infraestructuras –redes viarias, ferroviarias y terrenos asociados (166%)–. Este elevado porcentaje tiene que ver con la implementación del PIT, Plan de Infraestructuras de Transporte del anterior gobierno del partido popular, los planes de carreteras autonómicos y otros similares. Las zonas en construcción también han aumentado de una forma sustancial (173%). La ciudad compacta solo ha aumentado un 3%, indicando que la gran transforma-ción ha correspondido a la ciudad difusa o dispersa. Este proceso ya se había ini-ciado hace unas décadas y se ha seguido detectando en este periodo. Son evidentes las mayores necesidades del urbanismo disperso en cuanto a infraestructuras y ne-cesidad de transporte motorizado, además de los mayores consumos de agua, necesi-dades de calefacción, consumo energético, producción de residuos, ocupación de suelo, banalización de paisajes, etc. Pero también está demostrada la dificultad de dotar de servicios (sanitarios, educativos, instalaciones deportivas, centros sociales) a esta ocupación de suelo. Del mismo modo, la cohesión social u otras variables como la integración, son complicadas de

gestionar en estas urbanizaciones difusas. La superficie ocupada por aeropuertos también ha aumentado, probablemente por las ampliaciones de El Prat o Barajas, pero también por la construcción de otros nuevos. Y como único mensaje positivo en estos cambios entre 2000 y 2005 se pue-de señalar la reducción de las escombreras y vertederos (un 22%). Estos resultados coinciden en lo sus-tancial con otros trabajos publicados en estos últimos años. Por ejemplo, el informe coordinado por José Manuel Naredo, reali-zado en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid siguiendo otra metodología, revela también los increíbles incrementos

tabla 1: Evolución dE la ocupación dE suElo por usos urbano-industrialEs dirEctos E indirEctos En la comunidad dE madrid.

Municipio de Madrid (hectáreas)

Comunidad de Madrid (hectáreas) índice 1956=100

1956 14.815 25.969 100 1001980 26.349 94.236 178 3632005 36.411 156.580 246 603

Fuente: Naredo, J.M [2].

Figura 2: tasas dE cambios dE ocupación dEl suElo, ComparaCión 1987-2000 y 2000-2005

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la referencia [6]

de superficie artificial en la Comunidad de Madrid, que se multiplica por 6 en entre 1956 y 2005. En el caso del municipio de Madrid la superficie de usos urbano-industriales se habría multiplicado por casi 2,5 en el mismo periodo (ver tabla 1). Probablemente los cambios de ocupa-ción del suelo en la Comunidad de Madrid son los mayores que se han producido en toda España y suponen un buen ejemplo de los bucles de retroalimentación positiva que generan la creación de nuevas infraes-tructuras –M-30, M-40, M-50, radiales ya realizadas (R-2, R-3, R-4, R-5) y en ejecu-ción (R-1)– con el aumento de ocupación del suelo por superficies, centros comercia-les, aeropuertos, superficies logísticas, etc. La superficie de la Comunidad de Madrid es de unas 800.000 hectáreas y lo artificial supone ya casi un 20%, es decir 1 de cada 5 hectáreas. Los análisis realizados en la cuenca hidrográfica del Segura y del Júcar por el Ministerio de Medio Ambiente (2007) también revelan las fuertes tasas de artifi-cialización experimentadas en estas zonas. Alicante ya tendría un 12% de la super-ficie de la provincia urbanizado, Valencia un 6% y Castellón y Murcia un 5%. Se producen unos fuertes crecimientos entre 2000 y 2005 tanto en las provincias del litoral como en las del interior. El aumento de la urbanización en las provincias costeras se ha producido alrede-dor de zonas ya urbanizadas, lo que impli-ca una ocupación, en general, sobre zonas agrícolas de regadío. Esto coincide con el aumento observado en la altitud de las zonas de regadío, en áreas como Murcia y el Levante, donde al urbanizarse las zonas de la costa –mas bajas– los regadíos suben de altitud ocupando espacios menos aptos para la agricultura y en muchas ocasiones de mayor valor ecológico. El caso de la costa quizás sea el más claro en cuanto a pérdida de bienes y servicios ambientales y de recursos escasos gastados en tan sólo una o dos genera-ciones. Según estimaciones financiadas

1. La destrucción de buena parte del litoral mediterráneo ha sido masiva. Foto: roger CremadeS.

2. El porcentaje de suelo artificializado por la construcción de infraestructuras de transporte es muy alto. Obras de la A-8 (La Coruña-Oviedo) a la altura de Villalba.

2

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42 Ecologista, nº 65, verano 2010

Alicante Málaga

Tarragona Murcia

Almería Castellón Valencia

Illes Balears Girona

Barcelona Huelva

Cantabria Granada

Cádiz Vizcaya

Pontevedra Guipúzcoa

-5% 0% 5% 10% 15% 20% 25%

A coruña Lugo

Asturias

Incremento 1996-2001Incremento 2001-2006

0

10

20

30

40

50

60

1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007

2007

2009

por el Observatorio de la Sostenibilidad de España, el incremento de superficie artificial en los dos primeros kilómetros de la franja litoral entre 2000 y 2005 puede ser de un 25%. Del mismo modo, es patente el fuerte aumento de la población censada en los municipios litorales (que lindan con el mar), un proceso acelerado en el último periodo de tiempo especialmente en el Mediterráneo (ver figura 3). Estas elevadas tasas de artificialización coinciden con lo observado en otros indicadores tales como el consumo de cemento. Se comprueba el fuerte incre-mento desde el año 1987 hasta su punto máximo en 2007 y el fuerte desplome hasta la actualidad (ver figura 4). A partir de esta figura es fácil colegir que el ritmo de transformación de suelo, muy proba-

blemente aumentó hasta el año 2007, reduciéndose bruscamente a partir de ese momento.

Aumento de regadíos en un escenario de cambio climáticoTambién es notorio el fuerte intercambio dentro de clases en la superficie agrícola entre los años 2000 y 2005 con el au-mento de regadíos en 41.459 hectáreas –arrozales (6%), transformación de secano en regadío (5%)–, la plantación de olivares en zonas agrícolas (6%) y el abandono de otras zonas, lo que implica una intensifica-ción en la ocupación agrícola y una dismi-nución en general de zonas de secano. El aumento detectado de viñedos, en general de regadíos, y el aumento de superficie de olivares –de unas 50.000 hectáreas– y de frutales implica un au-mento de leñosos que necesitan un escaso volumen de agua pero de una elevada garantía, por oposición a los cultivos her-báceos que necesitan mayores caudales pero de carácter anual. Esto implica que los nuevos cultivos leñosos necesitan una mayor estabilidad en los aportes de agua. También se aprecia el incremento de la altitud en las zonas de regadíos, ya mencionado. Parte de estos regadíos se han desarrollado en zonas con escasos recursos hídricos, por lo que en un escenario de cambio climático pueden ser in-sostenibles. Lo mismo ocurre con desarrollos urbanísticos realizados en zonas con escasez de agua.

Menos bosques, más matorralesEn los sistemas forestales destacan importantes transformaciones internas: por una parte aumenta por regeneración en zonas incendiadas, colonización o por nuevas reforestaciones y por otra parte disminuye la superficie forestal por in-cendios (3,2 millones de hectáreas entre

1987-2005 o 860.000 ha entre 2000-2005 según las estadísticas del MARM), talas o por urbanizaciones. En resumen la superficie forestal ha experimentado una ligera disminución, confirmando lo ya detectado entre 1987-2000 y en clara contradicción con lo que dicen otras fuen-tes de información como los inventarios forestales nacionales [3]. El proyecto CLC-2006 ha detectado importantes cambios por “talas/degeneración de bosques”, del orden de un 10%. En todo caso, el tema clave no es el au-mento o disminución de la superficie, sino la calidad de los ecosistemas forestales. Hay que tener en cuenta que los que se queman suelen ser ecosistemas con cierto grado de complejidad, estructura, tamaño, resiliencia o diversidad, características de las que carecen inicialmente los que se regeneran. La disminución de pastizales naturales seguramente esta relacionada con el au-mento de matorrales y la matorralización general por la falta de pastoreo extensivo, confirmándose la tendencia observada en el periodo anterior, en buena medida ocasionada por el abandono de los usos del monte, relacionado con el envejeci-miento y el despoblamiento rural. La explotación sostenible de estos recursos del monte tendría una reper-

cusión económica positiva y supondría una disminución de la magnitud y de la frecuencia e intensidad de los incendios fo-

restales. Además de disminuir la biomasa y ne-

cromasa inestable, los incendios fo-restales serían más fáciles de apagar. Más prevención implicaría menores

gastos en extinción y generación de trabajo estable en el medio rural. Por su parte, las zonas húmedas naturales han disminuido un 0,24% y las marismas un 0,76%. Las salinas sin embargo aumentaron un 0,5%. En el anterior periodo las zonas húmedas naturales se redujeron un

3%, es decir que se ha ralentizado la pérdida de superficies húmedas naturales. El aumento de láminas de agua se cifra en casi un 3%.

Menos ricos, más inseguros: perdemos bienes y servicios ambientales

Las dinámicas entre los procesos socioeconómicos y de ocupa-ción del suelo han provocado una destrucción o degradación Fuente: OFICEMEN. Datos de 2009 provisionales. Datos en toneladas

Figura 3: cambios dE población En los municipios litoralEs quE lindan con El mar

Fuente: Mónica G. Campillo, datos no publicados, elaboración propia.

Figura 4: consumo aparEntE dE cEmEnto En España

1

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43Ecologista, nº 65, verano 2010

Cambios que son pérdidas

Los notables cambios en el uso del suelo han tenido importantes y negativas implicaciones sobre la sostenibilidad [5].Sobre el medio ambiente: f mayores emisiones de gases de efecto invernadero

por aumento de urbanizaciones difusas, incremento de los cultivos de regadío en zonas con escasas potencialidades naturales, pérdida de madurez de los ecosiste-mas forestales por la gran superficie quemada, disminución de superficies de zonas húmedas naturales, pérdida de calidad ambiental y valor de los ecosistemas por construcciones en los primeros kilómetros de costa con significativos impactos paisajísticos, crecimiento de los requerimientos hídricos actuales, mayor generación de residuos, fragmentación del territorio, degradación del paisaje.

Sobre sectores productivos: f el sector de la construcción por su enorme contri-bución al PIB y su impacto sobre zonas frágiles y escasas ha colapsado otros sectores a largo plazo como el del turismo que prefiere zonas de mayor calidad. También lo ha hecho la construcción de infraestructuras y el desarrollo de urbanizaciones sobre zonas agrícolas productivas de huerta.

Sobre la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras: f congestión, contaminación, problemas de salud asociados a la calidad del aire por el trans-porte privado, falta de cohesión social, falta de equipamientos en nuevas zonas urbanizadas, uso de un recurso en una o dos generaciones como la construcción en la costa…

Notas y referencias 1 Los datos reales de superficie artificial

son probablemente mayores que los aquí registrados por dos razones: la propia metodología del CLC, con una resolución de 25 hectáreas; y que son datos del año 2005, antes del inicio de la crisis en 2007. El nuevo proyecto SIOSE proporcionará datos más reales de la actualidad y seguro que mucho más elevados que los aquí presentados.

2 Presentados en la jornada sobre “La evolución de los usos del suelo en Madrid”, Sesión de Clausura del COTma, 27-6-2008. Cambios y tendencias de la ocupación del suelo en la Comunidad de Madrid (1956-1980-2005).

3 Los inventarios forestales sostienen que han aumentado los volúmenes de madera de las especies forestales y que han aumentado las superficies. Los Inventarios II y III se realizaron con diferente metodología y no son comparables en cuanto a superficies ocupadas. Será necesario investigar la relación entre estas dos fuentes de información y en cualquier caso establecer una pasarela entre los dos sistemas de recogida de datos.

4 J. roDríguEZ “La recesión del mercado de la vivienda”. El País 14-2-2010.

5 Zhao, B, et al. (2004) “An ecosystem service value assessment of land use change on Chongming Island China”. Land use Policy 21, 139-148.

6 Los datos de los estudios Corine Land Cover CLC-1990, CLC-2000 y CLC-2006 proceden de la Subdirección General de Observación del Territorio. Servicio de Ocupación del Suelo. IGN, Ministerio de Fomento.

de importantes activos naturales y socia-les, a la vez que originan fuertes presio-nes a corto y, sobre todo, a largo plazo, sobre el medio ambiente y sus recursos. Un ejemplo de este proceso es la des-trucción de la base física por exceso de construcción en el litoral, que hace que el sector turístico, clave en la economía española, se esté viendo afectado por la ineficiencia, la pérdida de calidad ambiental y falta de competitividad. Las elevadas tasas de paro actuales en algunas comunidades autónomas tienen mucho que ver con el monocultivo de cemento y construcción desarrollado y que ocasionó las importantes trans-formaciones en el suelo que hemos repasado. El crecimiento económico de España se ha producido en este periodo a costa, entre otros elementos, de la destrucción del territorio, observándose un fuerte aco-plamiento o asociación entre el aumento del PIB y la destrucción de una parte del territorio. Por ejemplo y siguiendo a J. Ro-dríguez, “el fuerte retroceso del empleo ha afectado de forma negativa a la demanda de vivienda. Entre el cuarto trimestre de 2007 y el mismo periodo de 2009 el empleo EPA total descendió en España en 1.831.000 ocupados, casi el 9% del total. El sector de la construcción explico el 53% de ese retroceso” [4]. En 2010 algunas de estas tendencias, como la construcción en la costa o la realización de grandes urbanizaciones, se han parado radicalmente, pero las grandes bolsas de suelo recalificadas en muchos municipios suponen un grave riesgo para el futuro y para una economía sostenible.

Ahora es evidente que el mantenimien-to de estas tendencias en el tiempo ha derivado en un escenario de creciente insostenibilidad desde el punto de vista económico, ineficiente desde el punto de vista productivo y con graves impactos ambientales. Además, aunque no se cuantifique en este artículo, se constata una disminución de la calidad de los ecosistemas por pérdi-da de sus funciones y servicios vitales. Algo que se traduce en una pérdida de capital natural que afecta ya a las generaciones actuales y afectará a las futuras.

Necesidad de un cambio de rumbo radical La falta de información, unida a la falta de visión a medio y largo plazo, han permitido estos cambios insostenibles. Es evidente la necesidad de cambiar de rumbo radicalmente si se pretende tender hacia un escenario más seguro y sostenible para todos. Un cambio en el modelo productivo y un cambio hacia una economía sostenible implican que nunca más vuelvan a suceder cambios tan rápidos y tan insostenibles como los reflejados en este artículo. Más cemento y regadíos indican una ocupación del suelo más intensiva y, por oposición, menos bosques y zonas húmedas implican una menor sostenibilidad, especialmente en un escenario de cambio climático. A partir de ahora, y para no incurrir en los errores cometidos en el pasado reciente, debemos valorar el suelo como un recurso valioso e insustituible, que hay que gestionar sin despilfarro y con mucha prudencia e inteligencia.

1. Las superficies industriales y comerciales han crecido un 19% entre 2000 y 2005.2. Los viñedos de regadío han aumentado mucho. Vides en regadío en La Mancha.3. 8.600 km2 se han quemado (2000-2005). Cerro Muriano tras el fuego. Foto Joaquín reina.

2

3

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44 Ecologista, nº 65, verano 2010

Rafael Yus Ramos y Miguel Ángel Torres Delgado

El fenómeno de la vivienda unifamiliar en zonas rurales ha sido largamente ignorado como problemática en todo el mundo, llegando incluso a contemplarse como un factor de calidad de vida por parte de la sociedad. Sin embargo, sus impactos ambientales, sociales y económicos son brutales y, por paradójico que pueda parecer, es tolerado o incentivado a pesar de la existencia de unas leyes que previenen contra este tipo de dinámicas.

Rafael Yus y Miguel Ángel Torres, Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía (GENA-Ecologistas en Acción)

En el entorno de las grandes aglo-meraciones urbanas de muchos países se ha ido produciendo un urbanismo exurbano y periurbano con características y motivaciones

muy diferentes. Su denominador común es la dispersión (de residentes) y la difusión (de viviendas), fenómeno que pone en pe-ligro la sostenibilidad de los asentamientos humanos. El sector beneficiado de esta dinámica es, sin duda, el de la construcción. Mien-tras la burbuja inmobiliaria ha estado funcionando, el Estado, preocupado úni-camente por el PIB, y la propia ciudadanía han ignorado los efectos ambientales del crecimiento urbanístico sobre los recursos naturales y la calidad ambiental, pilares de la sostenibilidad. Posiblemente por estas razones ningún partido político ha querido detener una dinámica que daba réditos económicos y políticos a corto

plazo. Y amplios sectores de la ciudadanía, igualmente embriagada de esta perspectiva de aparente prosperidad cortoplacista, ha refrendado con su silencio y su voto una dinámica que sólo la crisis financiera del otoño de 2008 ha logrado detener. Sin embargo, desde algunas instituciones y sectores críticos de la sociedad se ha ve-nido alertando sobre la problemática de esa ciudad difusa en los entornos metro-politanos de grandes ciudades y destinos turísticos. Los autores de este artículo han realizado recientemente un estudio de este fenómeno en la provincia de Málaga, donde el urbanismo difuso y disperso empezó a tomar cuerpo desde hace pocas dé-cadas, desarrollándose ante la demanda de viviendas unifa-miliares tipo mansiones o cha-lés, como unidad de inversión y especulación. Un fenóme-no que, sorprendentemente, ha sido tolerado, cuando no

incentivado, desde instancias guberna-mentales, aceptándose como una errónea modalidad de turismo (turismo residencial, turismo rural, etc.), cuyo éxito tiene mucho que ver con la sinergia entre el declive de la actividad agraria y la expectativa del rentismo y la especulación inmobiliaria tanto para los segundos residentes nacio-nales como para los inmigrantes climáticos centroeuropeos.

Causas de la urbanización difusaEl fenómeno de la urbanización difusa en el territorio exurbano o rústico se ha dispa-rado en el arco mediterráneo por una serie de factores que suelen repetirse, como es el hecho de que se produzca en zonas de atractivo paisajístico y bien comunicadas. Sin embargo, hay cierta singularidad en cada zona según la estructura del territorio, cultura, relaciones de poder, etc. En los destinos turísticos del arco mediterráneo (figura 1), la urbanización difusa suele estar muy ligada a una estructura de la propiedad del suelo de tipo minifundista, puesto que la legislación excepciona la edificación en suelo rústico sobre la base de su relación con la explotación agrícola, aunque en la práctica esto sea más una burda excusa que una realidad. Al mismo tiempo, y precisamente por esta estructura de la propiedad, el negocio especulativo se socializa, se hace extensivo a todos los propietarios de un municipio, lo que a su vez genera negocio a corto plazo a otras empresas del sector servicios, elevando así el grado de satisfacción en la población, el agradecimiento a los po-líticos locales que lo permiten o alientan, y por tanto alcanzando lo que llamamos socialización de la corrupción. En este con-texto, ninguna actividad económica puede competir con la euforia que despierta un enriquecimiento tan rápido en poblaciones que han vivido tradicionalmente en una economía de supervivencia. Por otra parte, este fenómeno aparece con mayor fuerza en municipios peque-ños, con procesos de despoblación y en-

Un paradójico ‘acercamiento’ a la naturaleza, que no hace sino provocar su deterioro

La insostenibilidad del urbanismo difuso

FACTORES de la urbanización

difusa

Población pequeña

Atractivo especulativo

Imagen de progreso

Laxitud en los controles

Ambigüedad jurídica

Estructura minifundista

Crisis agropecuaria

Valor turístico

Figura 1: causas dE la urbanización diFusa

Foto

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tore

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Page 45: El Ecologista nº 65

45Ecologista, nº 65, verano 2010

SueloAgua

Energía

Aumento del precio de la

vivienda

Mayor consumo de

recursos

Sectorización monopolística de

la economía

Alejamiento de los

servicios

Aumento de costes por

desplazamientos

Aumento de los proglemas

jurídicos

Destrucción de empresas

turísticas

ObesidadEstrés

DepresiónSiniestralidad

Otros

CorrupciónInteracciónIdentidadDesapegoCulturales

DeslegitimaciónVivienda

Deterioro de la calidad ambiental

COSTES

Mayores riesgos

naturales

Mayores impactos globales

Sanitarios

Ambientales

Económicos

Sociales

Cambio climáticoDesertización

InertizaciónContaminación

PaisajeBiodiversidad

IncendiosTerremotos

InundacionesLaderas

Yus Ramos, R. y Torres Delgado, M.A. (2010), Urbanismo difuso en suelo rústico. Deterioro

ambiental y corrupción en la provincia de Málaga (El caso de la Axarquía). GENA-Ecologistas en Acción, Vélez-Málaga

(tel. 952508206)

vejecimiento. En estas circunstancias hay problemas para el reemplazo generacional en los usos tradicionales del suelo rústico y las corporaciones municipales ven en el negocio inmobiliario la oportunidad de incrementar los ingresos en los ayunta-mientos, mejorar el nivel de vida de los pequeños propietarios, atraer nuevos y segundos residentes, y con ello elevar las cotas de poder y legitimación políticas, lo que explica que en estos lugares la co-rrupción alcance carácter de normalidad y nunca sea denunciada. Además de estos cuatro pilares, otros factores coadyuvan para alentar la exten-sión del fenómeno de la urbanización difusa en suelo rústico. Entre ellos destaca la ambigüedad jurídica, ya que aunque la legislación urbanística deja bien clara la delimitación entre suelo urbano, urbani-zable y no urbanizable, la tolerancia por las edificaciones excepcionales por su interés social son malversadas y utilizadas de forma fraudulenta, bajo el amparo de la autonomía competencial de los ayun-tamientos. Esto se complementa con una extraordinaria laxitud en los controles ad-ministrativos y policiales hasta que estallan los escándalos. Tal pareciera que hubiera habido un pacto no escrito de silencio por parte del poder político de todas las administraciones para no entorpecer, o in-cluso alentar, un crecimiento insostenible de las zonas rurales, a falta de una mejor respuesta institucional y empresarial a la crisis económica de estos lugares. A la vez, estos lugares representan un importante atractivo inversor, para especu-lar o bien para blanquear dinero negro. En la clase media española y europea aparece un horizonte idílico de inversión de aho-rros en ladrillos que, hasta la llegada de la crisis crediticia, ha tenido rendimientos sin precedentes, no sólo por la escalada en la subida de precios, sino también por la falta de controles fiscales.

Consecuencias de la urbanización difusaLos costes del urbanismo de baja densidad pueden ser agrupados en cuatro catego-rías: ambientales, sanitarios, económicos y sociales (figura 2). Todos los problemas de la urbanización difusa tienen un denomi-nador común: el aumento de las distancias entre las unidades residenciales y los cen-tros de trabajo y los servicios. Así, desde el punto de vista ambiental, este modelo horizontal es altamente consumidor de suelo, contribuyendo a su inertización, desertización, destrucción de paisajes rurales y biodiversidad, y van asociados a estilos de vida altamente consumidores de agua y energía.

Paradójicamente, su mayor acerca-miento a la naturaleza le sitúa en una posición de mayor vulnerabilidad ante desastres naturales, y la dependencia del automóvil se traduce en mayores tasas de contaminación atmosférica y mayor contribución al cambio climático. Su dis-persión impide, así mismo, un adecuado sistema de saneamiento, contribuyendo a la contaminación de aguas superficiales y subterráneas. Adicionalmente aparecen problemas de salud (p. ej. obesidad, estrés, siniestralidad, etc.) y sociales (desapego y pérdida de identidad de la población a autóctona, deslegitimación política, etc.). Pero, por paradójico que pueda pa-recer, esta dinámica, también provoca reveses económicos que ensombrecen el enriquecimiento rápido y sumergido de estos pueblos. En primer lugar, la espe-culación del suelo incrementa el precio de la vivienda hasta cotas inalcanzables para la población residente. Por otra parte, la monopolización del sector de la construcción obliga a una dinámica infinita de actividad inmobiliaria, sin posibilidad alguna de supervivencia en caso de desplome del sector, como ha sucedido recientemente. El modelo disperso aleja a la población de los servicios de las ciudades o pueblos, derivándolas a las grandes superficies, eli-minando así una de las pocas fuentes de supervivencia de la población autóctona de los pueblos. Para los residentes en la ciudad difusa, los costes por desplazamien-tos acaban ocupando los primeros puestos de la factura doméstica. Finalmente, esta forma de canalizar la presencia extranjera

en un destino turístico supone una for-tísima competencia frente a la empresa turística reglada (p. ej. hoteles), puesto que el nuevo turista deja de usar los servicios turísticos para convertirse en un residente más, con una tasa de gasto muy inferior a un turista convencional. En conclusión, la urbanización difusa crea riquezas inmediatas a la trama in-mobiliaria (de la que participan empresas extranjeras), pero a medio y largo plazo no es más que una ilusión óptica, es un crecimiento sin desarrollo, creando adicio-nalmente un panorama que se convierte en una bomba de relojería para las arcas municipales, que se ven sometidas a todo tipo de demandas de servicios por los nuevos residentes.

Figura 2: consEcuEncias dE la urbanización diFusa

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46 Ecologista, nº 65, verano 2010

Rodrigo Irurzun

El mar de las renovables anda revuelto. Los cupos, el registro de preasignación, el déficit de tarifa, la nuclear y el carbón, los debates en el Parlamento, las declaraciones del Ministro Sebastián. Soplan vientos de cambio, y cada cual arrima el ascua a su sardina. Pero, ¿cuál es la situación real de cada tecnología? ¿Cuáles son los retos y las principales trabas de las energías renovables? ¿Es verdad que encarecen la factura eléctrica?

Balance de la situación actual y perspectivas de estas fuentes energéticas

Las energías renovables en España

Rodrigo Irurzun, Área de Energía de Ecologistas en Acción

Más de la mitad de la elec-tricidad consumida en los primeros meses de 2010 fue producida por renovables. En ocasiones únicamente con la

aportación de la eólica, que cada mes que pasa alcanza nuevos máximos históricos. Sin embargo no faltan voces, a menudo interesadas, que aseguran que las renova-bles son insuficientes e imprevisibles y que hay que apostar decididamente por otras fuentes, como la nuclear. Es cierto que debido al descenso de la demanda en los dos últimos años, a las lluvias y al auge de los huertos solares, en momentos puntuales una buena parte de la electricidad proviene de fuentes

renovables. Pero no debemos olvidar que esto no sucede durante todo el año, que la situación puede ser puramente coyuntural, y sobre todo, que la electricidad represen-ta sólo la quinta parte de la energía que consumimos. Así, restringir el análisis a la generación de electricidad resulta muy insuficiente, aunque gran parte de la dis-cusión actual se centra en ese terreno. Las centrales de gas en ciclo combinado siguen siendo líderes en generación eléc-

trica, seguidas por las nucleares. Incluso el carbón generó en 2009 más electricidad que la eólica [1]. Debemos cambiar el modelo de generación eléctrica, pero también el de consumo. Las renovables presentan un amplio abanico de posibilida-des (ver tabla 1), pero cada tecnología de generación y los usos finales de la energía tienen impactos asociados que hay que evaluar de la forma más objetiva posible. Las infraestructuras energéticas deberían estar sujetas a una planificación que tuvie-ra en cuenta esos impactos, potenciando las tecnologías más limpias y eficientes, e incentivando el ahorro energético, pero esto no siempre es así.

Evolución y estado actual de las renovables En 1998 un 6,3% de la energía prima-ria que consumíamos en España era de origen renovable [2]. Durante los diez años siguientes esta cifra se mantuvo prácticamente constante, pese al fuerte crecimiento de algunos sectores como el eólico, debido al continuo aumento de la demanda de energía. Los dos últimos años, sin embargo, han estado marcados por un acusado descenso en la demanda, producto de la crisis económica, y a un ligero aumento de la aportación de las re-novables, de forma que en 2009 llegaban a suponer el 9,3% de la energía primaria (figura 1). Pero esta situación es coyuntural y si la demanda repunta, como está suce-diendo en los primeros meses de 2010, la aportación proporcional de las renovables volverá a descender. El sector eléctrico es en el que más aportación suman las renovables, con un rápido crecimiento hasta el 35% en 2009, según el IDAE. La fotovoltaica ya ha su-perado los objetivos del Plan de Energías Renovables (PER) para 2010 y otras tec-nologías llevan camino de hacerlo, como la eólica o la termosolar, que además tiene previsto multiplicarlo por cuatro en 2013. Sin embargo, como ya se ha mencio-nado, la electricidad supone poco más del 20% de la energía que consumimos en España, mientras que alrededor del 80% de la energía primaria proviene de combustibles fósiles, fundamentalmente productos petrolíferos y gas natural (figura

tabla 1. diFErEntEs tipos y aplicacionEs dE las EnErgías rEnovablEs

Producción de electricidad

Hidráulica, eólica, fotovoltaica, solar termoeléctrica, biomasa, biogás, biofuel, geotérmica, mareomotriz...

Usos térmicos Biomasa, biogás, biofuel, solar térmica de baja temperatura, cocinas solares, geotérmica, calor residual de la solar termoeléctrica...

Usos mecánicos Hidráulica o eólica (los molinos pueden ser acoplados a todo tipo de sistemas mecánicos o bombeo de agua), solar (motor Stirling)...

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Page 47: El Ecologista nº 65

47Ecologista, nº 65, verano 2010

0

40

80

120

180

2000 2002 2004 2006 2008

Consumo Energía Primaria (Mtep)

Renovables (Mtep)

Renovables, 9,3%

Carbón 8,1%

Petróleo 48,5%

Gas Natural 23,6%

Nuclear 10,5%

Otras 1,8%

Biomasa 3,3%

- Biogás 0,2%- Biocarburantes 0,8%- Geotermia 0,01%- Fotovoltaica 0,4%- Solar termoeléct. 0,03%- Solar térmica 0,12%- RSU* 0,3%

Eólica 2,4%

Hidráulica 1,7%

2) destinados a usos térmicos, industria-les y transporte. En 2008 destinamos al transporte en España casi un 38% (39.927 ktep) de la energía. De ésta, únicamente el 1,5% (601 ktep) provenía de fuentes renovables, fundamentalmente biocarbu-rantes. Para usos térmicos la biomasa es la fuente más utilizada de entre las reno-vables, pero en términos generales re-presenta poco más del 3% de la energía que consumimos. Además contamos con una pequeña aportación de geotérmica, biogás y solar térmica de baja temperatura. Excepto esta última, las demás fuentes energéticas no han evolucionado significa-tivamente en los últimos años. Y eso que la biomasa era la gran apuesta del PER, que en 2010 preveía un consumo de 9.200 ktep, pero la evolución es muy lenta y la situación actual está muy lejos de alcanzar dichos objetivos [3] (tabla 2). La solar térmica de baja temperatura es utilizada principalmente para calentar agua (ACS, piscinas). Ha experimentado un crecimiento considerable desde 2005, triplicando la superficie instalada hasta su-perar los 2.100.000 m2 de captadores. Esto se ha logrado gracias a la obligatoriedad de su uso en viviendas (nueva construcción y reforma) [4], pero aún quedan muy lejos los 4 millones de metros cuadrados que se planificaron para 2010. Bien diseñada, es una fórmula de aprovechamiento muy eficaz y eficiente, distribuido, autosufi-ciente y que genera un buen número de puestos de trabajo. Pero muchas veces los controles no garantizan la calidad ni la propia existencia de las instalaciones, lo que supone un fuerte descrédito al sector y el hecho de que abunden instalaciones infradimensionadas, que obligan a un uso masivo de sistemas de apoyo (gas o elec-tricidad).

El boom de los huertos solares y la guerra de cuposEn generación eléctrica, la aportación de las renovables crecía progresivamente hasta 2007, impulsada fundamentalmente por el despliegue de parques eólicos, que se sumaban a la gran hidráulica tradicional. Aún así, excepto la eólica y el biogás, el resto de tecnologías crecían más lentamen-te de lo planificado (figuras 3 y 4). En 2006 cambió el marco retributivo del régimen especial [5], haciendo muy rentables las instalaciones fotovoltaicas. La fiebre de los huertos solares alcanzó a unos inversores que veían peligrar el ladrillo, y en poco tiempo España se cubrió de paneles fotovoltaicos. Las altas rentabilida-des derivadas de la venta de electricidad hicieron que en un año se alcanzara casi

10 veces lo previsto para 2010 (casi 3.500 MW instalados). Pero estas altas rentabilidades se extraen del bolsillo del consumidor vía primas al régimen especial, a través de los costes de acceso [6]. El gobierno ha mantenido las tarifas de acceso demasiado bajas para pagar los costes (especialmente las de los grandes consumidores industriales), lo que ha provocado la acumulación de más de 15.000 millones de euros de déficit. El boom de los huertos solares puso aún más en evidencia el desequilibrio del sistema y el gobierno optó por reformar la normativa fotovoltaica mediante el RD

tabla 2. grado dE consEcución dE objEtivos dEl pEr para 2010 por FuEntEs y usos

Usos Fuente Objetivo 2010 (ktep)

Energía consumida en 2009 (ktep)

% sobre objetivo

Térmicos

Biomasa 4.070 3.496 85,9%Biogás * 27 -Solar baja temp. 376 156 41,5%Geotermia * 9 -

Eléctricos

Hidráulica 3.111 2.257 72,5%Biomasa 5.138 887 17,3%Eólica 3.914 3.149 80,5%Fotovoltaica 52 520 1.000,0%Biogás 455 188 41,3%Solar termoeléctrica 509 39 7,7%

Transporte Biocarburantes 2.200 1.058 48,1%

Fuente: MITYC-IDAE. (*) El PER no preveía objetivos para estas tecnologías.

Figura 1. Evolución dE las EnErgías rEnovablEs y EnErgía primaria

Fuen

te: M

ITYC

Figura 2. consumo dE EnErgía primaria En 2009

Fuente: IDAE (*) que incluye los residuos sólidos urbanos, RSU, pese a no ser necesariamente de origen renovable.

1578/2008. Tenía que hacerlo una vez superado el 85% del objetivo fijado, pero no sólo redujo la prima (un 25%) sino que también limitó la potencia a instalar a 500 MW al año, estableció avales e hizo nece-sario inscribirse en un nuevo registro de preasignación. La limitación de la potencia a instalar y el aumento de los trámites ha supuesto un importante varapalo para el sector, la destrucción de más de 27.000 empleos en un año [7], la instalación de menos de 100 MW en 2009 frente a los 2.600 de 2008, y la huida de inversiones y esfuerzo industrial al extranjero. Poco después, el RDL 6/2009 incluyó

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48 Ecologista, nº 65, verano 2010

0

10.000

20.000

30.000

40.000

50.000

60.000

70.000

80.000

1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008

Ener

gía

prod

ucid

a (G

Wh)

Hidráulica R.O.BiomasaHidráulica R.E.SolarEólica

Total Renovables

0%

20%

40%

1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008

la inscripción en el registro de preasig-nación para el resto del régimen espe-cial, hasta que se cubriesen los objetivos marcados en el PER. Se daba un mes de margen para apuntarse aun superando el objetivo, lo que hicieron las plantas solar-termoeléctricas y eólicas en construcción. Ahora hay inscritos 54 proyectos termo-solares que suman alrededor de 2.300 MW (el objetivo del PER eran 500 MW) y unos 270 eólicos (6.000 MW). En una nueva vuelta de tuerca, el Consejo de Ministros aprobó un calen-dario que limita la puesta en marcha de instalaciones a 1.700 MW eólicos (en 2009 se instalaron 2.500 MW) y 500 MW termosolares al año hasta 2013. Con estos números al finalizar 2010 se cubrirá el objetivo del PER para la eólica (20.155 MW) y se superará ligeramente el de la termosolar (se prevén 861 MW frente al objetivo original de 500 MW). La consecuencia de los cupos es que multitud de proyectos con los permisos, licencias, avales y financiación, esperan durante meses o años para ponerse en

funcionamiento y producir electricidad renovable. La Asociación Empresarial Eó-lica (AEE) estima una pérdida de 18.000 empleos [8]. Y el gobierno aún pretende bajar más las primas para la fotovoltaica sin un aumento de cupos. Se culpabiliza a las renovables del aumento de costes de la energía eléctrica, pero hay que tener en cuenta que un tercio de las primas del régimen especial corresponden a residuos sólidos urbanos y cogeneración [9] –que no son ni reno-vables ni limpios– y que sólo la tercera parte de los costes de acceso corresponden a estas primas. Por otro lado, los mecanis-mos del mercado hacen que mientras se genera este déficit que agujerea el bolsillo de los consumidores las eléctricas obtienen beneficios muy superiores: en el primer semestre de 2008 fueron de 8.737 millo-nes de euros, y en el mismo periodo de 2009 sólo alcanzaron los 4.505 millones [10] (frente a un déficit de cerca de 5.000 millones en 2008 y menos de 4.000 mi-llones en 2009). Además, la AEE lleva tiempo diciendo

que la eólica, lejos de suponer un coste para el sistema, tiene retornos positivos para la sociedad, pues gracias al sistema de subasta disminuye el precio del pool eléctrico al entrar a precio cero (al igual que el resto del régimen especial y la nuclear), reduce la necesidad de importaciones de hidrocarbu-ros, carbón o uranio, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y genera miles de puestos de trabajo. También hay estudios que establecen 2015 como el ho-rizonte en el que la fotovoltaica alcanzará la paridad de red [11] y 2020 como año para que la termosolar rompa la barrera de costes con los combustibles fósiles [12]. Lo razonable sería, pues, ajustar las primas a los costes y eliminar los cupos, sobre todo para las pequeñas instalaciones y en territorios extrapeninsulares. También es necesario eliminar las barreras que su-ponen la financiación y los trámites buro-cráticos para las pequeñas instalaciones.

Perspectivas de futuroEl petróleo barato se agota, y tras él, el gas y el carbón. Las reservas reconocidas de uranio tampoco son suficientes para abas-tecer de energía a la población mundial [13]. Las renovables parecen ser las únicas fuentes disponibles y viables a medio plazo. Gobiernos y empresarios se visten de verde, pero la apuesta es claramente insuficiente, en buena medida debido a que enfrentan varios retos:

Tienen que competir con tecnologías fcontaminantes que externalizan sus cos-tes sociales y ambientales. Si estos costes se incluyeran en el precio muchas de las renovables serían competitivas sin sub-venciones.

El viento y el sol presentan una gran fvariabilidad e impredicibilidad. Es nece-sario desarrollar sistemas eficientes de almacenamiento de energía (el coche eléctrico no es la solución más viable). La apuesta actual se centra en el bombeo de agua en presas reversibles y en un futuro quizás la generación de hidrógeno como vector energético. Además las centrales termosolares almacenan energía térmica mediante depósitos de sales fundidas para funcionar durante horas de baja o nula irradiancia.

La electrificación del transporte por fcarretera es inviable con las dimensiones y crecimientos actuales, pero en lugar de abordar la planificación del transporte con criterios de sostenibilidad se bom-bardea a la ciudadanía con la promesa del coche eléctrico, ocultando toda su problemática.

Las nucleares españolas no pueden fregular su potencia, por lo que limitan la entrada de energía eólica en el sistema du-

Figura 4. Evolución dEl porcEntajE dE rEnovablEs En gEnEración dE ElEctricidad sobrE la dEmanda

Figura 3. Evolución dE la EnErgía gEnErada por tEcnologías rEnovablEs en régimen eSpeCial (r.e) de generaCión de eleCtriCidad y de HidrÁuliCa en régimen ordinario (r.o.) en eSpaña

Elaboración propia a partir de datos de la CNE.

Elaboración propia a partir de datos de la CNE.

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49Ecologista, nº 65, verano 2010

Notas y referencias1 REE: Avance del informe 2009. El sistema

eléctrico español. 2 Ministerio de Industria y Energía, 1999: Plan

de Fomento de las Energías Renovables 1999-2010.

3 MITYC: La energía en España 2008. IDAE. Febrero 2010: Evolución del consumo y la intensidad energética.

4 Código Técnico de la Edificación y ordenanzas solares municipales.

5 El régimen especial de generación eléctrica agrupa instalaciones que cobran una prima o tarifa sobre el precio de venta en el mercado libre.

6 Aproximadamente un tercio de los costes de acceso corresponden a las primas del régimen especial.

7 Asociación de la Industria Fotovoltaica: Informe Anual 2009.

8 “El sector eólico achaca a Industria la pérdida de 18.000 empleos”. El País. 8-2-2010

9 Aprovechamiento de la energía residual de un proceso industrial para generación de electricidad.

10 “Las eléctricas españolas recortan casi a la mitad las ganancias semestrales”. Europa Press, 2-8-2009

11 Informe de KPGM para ASIF: Informe estratégico para el sector fotovoltaico en España: acercándonos a la paridad de red. La paridad de red es el punto en que el coste de la generación es igual a la tarifa eléctrica.

12 DLR (Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt): MED-CSP. Concentrating Solar Power for the Mediterranean Region.

13 MarcEl coDErch, 2006. El espejismo nuclear a la luz de la situación energética mundial. Real Instituto Elcano.

14 Aunque aún está en proceso de elaboración, se ha presentado un avance a la Comisión Europea.

rante muchas noches (se han desconecta-do molinos al menos 9 veces en el primer trimestre de 2010) y cada vez lo harán más. Por otra parte, una vez amortizados los costes de instalación, reportan grandes beneficios ya que los costes de operación son muy bajos. La industria nuclear es uno de los enemigos de la apuesta por las renovables.

Las centrales de gas en ciclo combinado fque se han construido en los últimos años están por amortizarse, por lo que la indus-tria intenta frenar el ritmo de implantación de las renovables, que son su principal competidor.

Las redes actuales de transporte y dis- ftribución eléctrica están preparadas para una generación centralizada y deben ser rediseñadas en forma de redes inteligentes capaces de adaptarse a una generación distribuida y variable.

Las renovables también tienen impac- ftos: las centrales térmicas de biomasa o termosolares requieren grandes cantidades de agua, las grandes instalaciones tienen impactos paisajísticos o de ocupación de suelo, a veces muy fértil o de alto valor ecológico. Se deben realizar las oportu-nas evaluaciones de impacto ambiental y, llegado el caso, desestimar algunos proyectos. El autoconsumo y la generación dis-tribuida evitan pérdidas en el transporte, y sirve para concienciar al consumidor sobre los impactos de cada tecnología y la necesidad de ahorro. Sin embargo, se toma la opción fácil de apostar por las grandes instalaciones que benefician a los grandes capitales. Pero incluso si se redujese significativamente el consumo de energía, la urgencia de la lucha contra el cambio climático y los demás efectos negativos de las energías fósiles, hace nece-sario un cambio de tal magnitud que sólo parece posible con la participación de estas grandes instalaciones. La inversión pública podría ser una solución, pero la apuesta se traspasa indefectiblemente hacia el capital privado. La reducción en el consumo de energía daría la posibilidad de que gran parte de la energía fuera obtenida de fuentes renova-

bles, como lo demuestra el aumento por-centual logrado en los dos últimos años. Pero esta reducción del consumo no es estructural y se debe a una situación más o menos coyuntural. Los planes del go-bierno siguen siendo de un desarrollismo sin límites. En el sector del transporte es fundamental reducir los desplazamientos manteniendo la accesibilidad a los bienes y servicios básicos. La electrificación del ferrocarril y su utilización para mercancías son opciones muy viables. La parte del transporte que no se pudiera electrificar podría optar por los biocarburantes, pero hay que tener sumo cuidado para que cuenten con parámetros de sostenibilidad, cosa que hoy en día no se está haciendo. De todos los obstáculos al desarrollo de las renovables, el encarecimiento de la energía parece ser el mayor temor del gobierno. Los últimos 150 años de la humanidad han estado marcados por la extracción y quema de los recursos fósiles que el planeta llevaba almacenando duran-te millones de años. La fácil disponibilidad de petróleo y su alta densidad energética han propiciado que cada vez consuma-mos más energía, y pocas personas están dispuestas a cambiar sus hábitos de vida. Pero seguir obviando sus costes sociales y ambientales sólo supondrá el aumento de una deuda que recaerá sobre las genera-ciones futuras. Un precio más realista de la energía impondría mecanismos de ahorro y eficiencia. Habría que articular medidas para que los sectores más desfavorecidos no vieran aún más mermada su calidad de vida y replantearse los grandes beneficios que se llevan algunos productores. El nuevo PER 2011-2020 [14], que se está tramitando sin participación de la so-ciedad civil, será una apuesta de mínimos, superando por muy poco el obligado 20% en energía primaria y el 40% en genera-ción de electricidad que marca la Directiva 2009/28/CE. Se sigue apostando por la nuclear, el carbón y el gas, y se planifica incluso un aumento del consumo en el ya sobredimensionado sector del transporte. En generación eléctrica se ha estado supe-rando ya el objetivo en los primeros meses de 2010, luego es absurdo no plantearse

otras metas mucho más ambiciosas. La urgencia de luchar contra el cambio climático hace necesaria una apuesta clara por las renovables. Sus ventajas son mu-chas: inagotabilidad y menores impactos que las tecnologías contaminantes, incluso en grandes instalaciones. Además hay que eliminar el carbón y el petróleo en 2020, proceder al cierre ordenado de las cen-trales nucleares, limitar las plantas de gas en ciclo combinado y fomentar el ahorro energético, en lugar de la actual apuesta por el crecimiento continuo, claramente insostenible e inviable.

Biogás Solar térmica Solar termoeléctrica

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50 Ecologista, nº 65, verano 2010

El Tratado de Lisboa (o cómo pasarse la democracia por el forro)

El año pasado se aprobó definitivamente el Tratado de Lisboa, hijo de la malograda Constitución Europea, que no logró apro-barse por la negativa, vía referéndum, de países como Francia u Holanda. Por ello, en esta ocasión se evitaron las consultas, no fuera ser que algun@s se equivocaran de nuevo al votar. En Irlanda, donde por razones legislativas el referéndum fue inevitable, se repitió la votación hasta que el resultado fue el deseado. Con todo, la UE consiguió por fin sacar adelante el Tra-tado de Lisboa, que perseguía los mismos objetivos que la Constitución:

Blindar una UE neoliberal. Marca el fcrecimiento económico, el libre mercado y la competitividad como sus grandes objetivos, y no así los derechos de las personas. El crecimiento es un objetivo explícito, y la competitividad implícito, ya que, aunque por motivos de maquillaje político se quitara de la redacción de los objetivos de la Constitución, sigue estando de manera recurrente a lo largo de todo el Tratado de Lisboa [2]. En la misma línea, la ampliación de competencias contemplada en el Tratado permite profundizar aún más el modelo neoliberal, reduciendo posibles trabas de los estados al mercado en temas tan cruciales como la energía o el transporte.

Una toma de decisiones más ágil. Los fpaíses más ricos (Alemania, Francia y Reino Unido) tendrán más peso en las decisiones mediante el nuevo sistema de votación. Se reducen las áreas donde exis-ten posibilidades de veto. Se profundiza la UE a varias velocidades, donde los menos

Un proyecto a favor de los mercados, a costa de la insostenibilidad ambiental y del recorte de los derechos sociales

UE: del Tratado de Lisboa a la Estrategia 2020Luis González Reyes, Edith Pérez Alonso y Luis Rico

La UE es, más allá de la retórica, un proyecto económico surgido para crear un mercado a escala europea que permita ganar competitividad económica a su capital [1], lo que sólo puede llevarse a cabo a través de una autoridad unificada, dotada de poderes administrativos, legislativos y judiciales, así como policiales y militares. La trayectoria de la UE desde el Tratado de Lisboa hasta la actualidad, que repasamos a continuación, justifica esta afirmación.

Luis González Reyes, Edith Pérez Alonso y Luis Rico, Ecologistas en Acción

ricos tendrán cada vez menos capacidad de decisión.

Poder militar para respaldar el euro fcomo moneda mundial. Se aumentan los gastos militares. Se crea una Agencia de Armamento. Se potencian los euroejérci-tos y la pertenencia a la OTAN. Con estos tres aspectos se sitúa la maximización del beneficio capitalista en el centro de de la UE y no el bienestar de las personas o el respeto del entorno [3].

La Agenda de Lisboa y más (o cómo querer ser el más fuerte a costa de lo que sea)El Tratado de Lisboa era un paso más para cumplir el gran objetivo que perseguía la Agenda (o Estrategia) de Lisboa: convertir a la UE en la economía más competitiva del mundo en 2010. Para ello se siguió una política económica basada en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, una mayor presencia internacional y una apuesta por la economía financiera. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento persigue el control de la inflación, del dé-ficit presupuestario y la deuda pública, lo que encorseta necesariamente los gastos sociales. A su vez, al no ser posible apelar a la devaluación de la moneda, el incre-mento de la explotación y la precariedad laboral, según la lógica dominante, se convierten en los principales elementos que deben dotar a la economía de mayor competitividad. La presencia global de la UE se mate-rializa en una agresiva política comercial que le permite obtener los recursos natu-rales que necesita en el extranjero y en la

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proyección de sus transnacionales por el globo. Por ello la UE se ha erigido en uno de los principales actores que fomentan la globalización económica, como queda reflejado en el Tratado de Lisboa [4] y en las estrategias de 2006 “Europa global: Competir en el mundo” y 2008 “Una Eu-ropa global: una Cooperación Reforzada para facilitar a los Exportadores Europeos el Acceso a los Mercados”. Políticas en-caminadas a desmantelar las barreras comerciales en otros países y crear “nuevas oportunidades de exportación”, las cua-les están teniendo éxito. A los Tratados de Libre Comercio (TLC), ya firmados con México o Chile, es probable que se sumen en breve los de Perú, Colombia, Centroamérica o los denominados países ACP (países empobrecidos de África, Centroamérica y Pacífico). Respecto a la economía financiera, ac-tualmente la UE posee una moneda que rivaliza con el dólar en los mercados espe-culativos, contiene paraísos fiscales claves [5] y está dotada de un sistema legislativo que da manga ancha a la especulación más descarnada. No en vano en su seno operan los segundos mercados financieros del planeta. Con ello, el capital europeo ha conse-guido comprar multitud de empresas en el extranjero, atraer el ahorro de las economías emergentes y mantener insostenibles niveles de consumo de su clase media. El captar ahorro (atraer capitales internacionales) permite equilibrar las balanzas comerciales negativas que tienen muchos países de la UE (como España, Italia o Reino Unido) y aumenta su capacidad de compra sin hacer nada más que ofrecer el soporte para ahorrar. Esto, junto con la especialización en productos tecnológicos, produce un intercambio desigual y deuda ecológica, ya que se importa materia y energía de los países empobrecidos (de bajo precio y alto impacto ambiental) y a cambio se ofrece entelequia financiera y tecnología de los sobredesarrollados (con alto precio y menor impacto ambiental), en lo que se ha denominado la regla del notario [6]. Así, la UE es corresponsable de un siste-ma económico mundial que mantiene una especialización en la producción forzada de materias primas por los países más em-pobrecidos a precios baratos, el yugo de la deuda externa y la necesidad de divisas internacionales en estas mismas regiones. Esto, junto con un sistema comercial cada vez más liberalizado (consecuencia de los TLC y de los acuerdos en la OMC), resulta en una explotación masiva de los recursos naturales del Sur para su exportación al Norte. Pero, en nombre de la competitividad,

estas estrategias promueven también una mayor desregulación laboral, social y medioambiental en la propia UE. Buenos ejemplos de ello son la flexiseguridad, que busca flexibilizar el mercado de trabajo; la Directiva de Servicios (Bolkenstein), que avanza en la liberalización de este suculento pastel; o una mayor tolerancia con los niveles de contaminación del aire admisibles en las ciudades [7]. El aumento de la precariedad, la destrucción de ecosis-temas o la reducción del gasto público en sanidad o educación son su resultado, lo que perjudica sobre todo la realización de tareas de cuidados de la vida y a quienes las realizan (principalmente mujeres) [8], amén de poner en riesgo nuestra capaci-dad de supervivencia en el planeta.

La crisis (o cómo refundar el capitalismo con más de lo mismo)Al llegar la actual crisis económica el Pacto de Estabilidad y Crecimiento se ha flexibili-zado, pero sólo para permitir a los estados tomar medidas “anticíclicas” (curioso eu-femismo para denominar el bombeo de riqueza hacia las clases más pudientes, una especie de socialismo para ricos). Se ha producido lo que Díaz Ferrán (presidente

de la CEOE) denomina “paréntesis en el mercado”. De esta forma se ha hecho la vista gorda al incremento del déficit de muchos países, fomentando ayudas de hasta 500.000 € por empresa (principal-mente de sectores como el automovilístico y la construcción) y una cantidad mucho mayor a la banca. Sin embargo, en diciembre de 2009, la Comisión Europea fijó de nuevo como fecha límite 2013 para conseguir cumplir de forma estricta el Pacto en la zona euro, lo que supone una nueva vuelta de tuerca neoliberal acentuada tras la deba-cle de Grecia. Así, la implementación de reformas estructurales y presupuestarias encaminadas a recortar del gasto público, al amparo del Fondo Monetario Interna-cional y del Banco Central Europeo, van tomando forma. Ejemplos de ello están en las duras medidas de ajuste impuestas a Grecia, acompañadas de fuertes moviliza-ciones en contra, o el incremento del IVA y toda la batería de medidas de recorte social anunciadas a mitad de mayo por el Presidente del Gobierno español. Y, por supuesto, la apertura del debate sobre una nueva reforma del mercado laboral. Para controlar el capital financiero, la UE ha puesto en marcha las Autoridades

1. Carteles en Irlanda a favor y en contra del Tratado de Lisboa, en uno de los referendos. 2. Protestas en Atenas (Grecia) por los recortes sociales en marzo 2010.3. Uno de los principales mercados financieros del mundo está en la City, de Londres.

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52 Ecologista, nº 65, verano 2010

de Supervisión Europeas y una Junta Eu-ropea de Riesgo Sistémico. Sin embargo, en contraposición con las medidas descri-tas en el párrafo anterior, éstas carecen de concreción y no suponen un control real que impida a la economía financiera seguir campando a sus anchas y con los pocos escrúpulos de siempre, como lo demuestran los ataques especulativos a la economía griega o española. Están más bien diseñadas para vigilar el surgimiento de nuevas burbujas especulativas que hagan tambalear el sistema de nuevo. Y, por si quedase alguna duda, el artículo 63 del Tratado de Lisboa dice: “quedan prohibidas todas las restricciones a los movimientos de capitales entre Estados miembros y entre Estados miembros y terceros países”. Así, mientras que al iniciarse la crisis se habló de “refundar el capitalismo” y controlar la economía financiera, todo ha pasado a la necesidad de controlar el gasto público y reformar el mercado laboral.

La Estrategia 2020 (o cómo apañarlo todo con un poco de tecnología)La Estrategia UE 2020 es la continuación de la Agenda de Lisboa. Está prevista su aprobación en el Consejo Europeo de

Notas y referencias1 raMón FErnánDEZ Durán, 2005. La compleja

construcción de la Europa superpotencia. Virus.2 Por ejemplo, el artículo 105 reza: “el

principio de una economía de mercado abierta donde la competencia es libre”. Además este principio sigue siendo el núcleo de la mayoría de los actos legislativos europeos, en particular los de liberalización de los servicios públicos.

3 De hecho, para aprobar el Tratado de Lisboa, se hicieron excepciones a la famosa Carta de los Derechos Fundamentales que a bombo y platillo difunde la UE, dejando claro que lo importante era aprobar un tratado comercial por encima de todo.

4 Donde se fija como objetivo “fomentar la integración de todos los países en la economía mundial, incluyendo la supresión progresiva de los obstáculos al comercio internacional”.

5 Como Luxemburgo, aunque también podrían calificarse así Holanda o la City de Londres, por no hablar de Suiza, Mónaco o Andorra.

6 José M. narEDo y antonio valEro, 1999. Desarrollo económico y deterioro ecológico. Fund. Argentaria.

7 En la última reforma de la directiva de calidad del aire se ha renunciado a exigir objetivos de reducción de la contaminación marcados por la OMS, como sí lo hacía la directiva previa.

8 Para una descripción detallada de cómo afectan las políticas de la UE a las mujeres y a las tareas de cuidados: Julia wEingärtnEr y Marta MonastErio Martín, 2010. Poner la vida en el centro. Respuestas del ecofeminismo y del decrecimiento a la UE. www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article16371

9 Un análisis más pormenorizado de los mitos de desacoplamiento y desmaterialización en la UE se puede ver en: luis gonZálEZ rEYEs. “UE 2020: una estrategia imposible para la insostenibilidad y la desigualdad”. Revista Pueblos, nº 42, junio 2010.

10 Este fenómeno, conocido como el efecto Jevons, que describe como el incremento de la eficiencia suele ir apareado con un aumento del consumo total, es un clásico de la economía capitalista. A modo de ejemplo los coches son cada vez más eficientes, pero el consumo de petróleo para automóviles no cesa de aumentar.

11 stEvEn J. Davis, KEn calDEira. Consumption-based accounting of CO2 emissions. PNAS. 9-3-2010.

junio, y una vez más, pese a la retórica de una nueva economía verde, sigue centrándose en mantener el crecimiento por encima de cualquier cosa. Todo ello sin poner en duda la internacionalización de la economía o el Pacto de Estabilidad, más bien al contrario. Sin aprender de la crisis económica, pero sobre todo social y ecológica, la UE quiere seguir creciendo, como si viviésemos en un planeta de re-cursos y sumideros infinitos. Para conseguirlo se marca varios obje-tivos:

75% de la población empleada. Este fobjetivo busca introducir más gente en el mercado laboral, basándose en la flexise-guridad, provocando aún mayor precari-zación y ahondamiento en la crisis de los cuidados [8].

3% del PIB en I+D. Con ello se coloca fa la tecnología como una de las bases del crecimiento continuado de la UE.

Objetivo 20/20/20: 20% de reducción fde emisiones de gases de efecto inverna-dero, con el 20% de renovables y un 20% más de eficiencia energética. La búsqueda del crecimiento continuo es inviable, porque se basa en una serie de mitos como la desmaterialización (cre-cimiento de la economía reduciendo el consumo material) o el desacoplamiento (crecimiento del PIB sin aumentar el gasto energético). Los datos de la UE demues-tran que el crecimiento requiere cada vez de más materiales y energía [9] y que la eficiencia y las renovables han servido para sostener una demanda creciente, más que para reducir el consumo [10]. La apuesta por las renovables se enmarca en un contexto en el que la UE importa el 75% del petróleo y el 50% del gas que consume, porcentajes en aumento conti-nuo. Además, como la propia Estrategia resalta, esto se produce en un marco de creciente competencia por estos recursos clave. Parece que la apuesta por la eficien-cia energética y las renovables es más por necesidad que por virtud. Pero, además, hay que señalar que esta especialización cada vez mayor en la tecnología se hace a costa de desviar una cantidad creciente de los impactos ambientales a los países del Sur (por la regla del notario ya citada). Por su parte, la propuesta de reducción de las emi-siones un 20% es hipócrita, porque no contabiliza las emisiones de bienes pro-ducidos fuera de las fronteras de la UE, pero que son consumidos aquí, lo que incrementaría en un tercio las emisiones de la Unión [11]. Y por si fuera poco, se trata de una propuesta insuficiente, ya que el IPCC sitúa en un 40% (sin mecanismos de

flexibilidad) el margen de seguridad para minimizar la probabilidad de que el cam-bio climático se dispare. La estrategia es, a fin de cuentas, una suicida salida hacia adelante intentando resolver los graves problemas de esta crisis ambiental, social y económica sólo mediante la tecnología, pero no realizando los imprescindibles cambios de fondo hacia una economía social que gestione sociedades equitativas y solida-rias que tengan en cuenta los límites del planeta.

1. Díaz Ferrán (presidente de la CEOE) pidió sin rubor un “paréntesis en el mercado”, que se produjo para canalizar gran cantidad de fondos públicos a las entidades financieras.2. Zapatero ha aplicado los fuertes recortes sociales al dictado de la Comisión Europea y bajo la presión de los mercados especulativos.

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53Ecologista, nº 65, verano 2010

Persisten muchas prácticas ilegales contra los animales carnívoros

Hacia una gestión integral de la predaciónEmilio Martín Estudillo

La gestión de los predadores debe partir de una visión amplia que tenga como centro la salud ambiental de los espacios donde se practica la caza y no únicamente la conservación y multiplicación a ultranza de determinadas especies, como ocurre a menudo. Pero más importante aún, es el control de la propia caza para que esta actividad no merme la biodiversidad ni perjudique a la conservación de los ecosistemas.

Emilio Martín Estudillo, miembro de Ecologistes en Acció y Técnico Superior

en Gestión y Ordenación de los Recursos Naturales y Paisajísticos

El control de los depredadores en el medio natural es uno de los temas más controvertidos de la gestión de los espacios naturales (ya sean cotos de caza, áreas provistas de

alguna forma de protección, o ambas cosas a la vez). Fuera de los ámbitos estrictamen-te técnicos, científicos o cinegéticos –y no especialmente desde un punto de vista

ecologista radical– se percibe con estupor el que buena parte de nuestros montes acojan un número nada desdeñable de lazos y trampas destinados a la captura y posterior muerte de especies tan dispares como zorros, ginetas o garduñas… con el beneplácito de la administración medio-ambiental de turno. Con frecuencia se confunden los tér-minos control y gestión, y en más oca-siones aún se identifican ambos con la

práctica del exterminio local de una especie

determinada ante

la apreciación subjetiva de un colectivo reducido de personas. En lo que concierne a este artículo entenderemos por control la eliminación directa de un depredador cap-turado por medios legalmente admitidos. Nos referiremos a gestión ante un manejo de la fauna basado en estudios científicos y desarrollado por personal técnico y que puede contemplar –o no– el control de depredadores. Por último, hablaremos de campañas de exterminio o erradicación cuando se dé la circunstancia de que se realiza un modelo de manejo de fauna ba-sado en la eliminación directa de cualquier depredador, sin estudio científico o técnico previo y por medios legales e ilegales.

Un apunte éticoSi bien la práctica cinegética bien gestio-nada y sujeta a los controles necesarios puede contribuir al desarrollo de áreas rurales deprimidas y a la mejora de la biodiversidad, no hemos de olvidar que se trata, simplemente, de una actividad deportiva, tan ligada a los ancestrales orígenes del ser humano como lo puede estar el atletismo. Partiendo de esta consi-deración, nos parece cuestionable que en aras de una concepción determinada de la práctica de un deporte se incida tanto, tan profundamente y tan a la ligera, sobre par-te de la fauna (los carnívoros) que habita en nuestros montes y sobre las estructuras ecológicas preexistentes (densidad de predadores, relaciones depredador-presa, relaciones interespecíficas entre los preda-dores naturales, etc.).

Las alimañasEn 1953, Rafael Cavestany y de Andua-ga, a la sazón Ministro de Agricultura del Gobierno de Francisco Franco, publicaba en el BOE el Decreto por el cual se decla-raba obligatoria la organización de Juntas Provinciales de Extinción de Animales Dañinos y Protección a la Caza, o dicho de otro modo, se daba vía libre –y se subven-cionaba– el exterminio de la fauna carní-vora: las alimañas. Cuatro años antes, Luis

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FotoS de “alimañaS”: CarloS Sanz

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Pardo, licenciado en ciencias naturales y Secretario de la Federación Española de Caza, definía en un capítulo de su libro Zoología Cinegética Española qué eran las alimañas: “Conjuntamente son denomina-das así una serie de fierecillas de medianas, pequeñas y aún diminutas dimensiones, verdadero azote de la caza menor y de los corrales de cortijos y masías”. [1] El libro de Luis Pardo incluye entre las alimañas a todos los mustélidos, a la gineta y al meloncillo (que son un vivérrido y herpéstido respectivamente) y no duda en referirse a estos animales como “bichos” o “animalejos”. La lista de alimañas, sin embargo, se queda corta, a tenor de los documentos conservados en los que la administración de la época proporciona un precio determinado a cada alimaña que se demostrara haber cazado para bien de las especies cinegéticas. Así, el listado de alimañas completo, además de los mustélidos, incluía a otros mamíferos como el lobo, nutria, zorro o gato montés, a aves como el cuervo, graja, urraca o las rapaces diurnas, y también a los ofidios y a los lacértidos. De 1973 en adelante, con la aprobación de la Ley de Caza y otras normativas tanto nacionales como europeas y autonómicas, el panorama en el plano legislativo cambia radicalmente para algunos de los grupos faunísticos englobados bajo el rubro de las alimañas, bien otorgándoles una pro-tección total (caso de las rapaces, reptiles o la nutria), bien regulando su caza (lobo, zorro, córvidos…).

Limbo legislativo y desprotecciónSin embargo, algunas especies han que-dado en un confuso limbo en el cual, dependiendo de la comunidad autónoma en la que se desarrolle su vida, podrá ser legalmente capturada y eliminada o bien será objeto de protección. Esta es la situación, por ejemplo, de la garduña, que goza de protección en la Comuni-tat Valenciana y en Aragón, donde su caza está prohibida, mientras que en Catalunya –comunidad lindante con las anteriores– está considerada una especie no-protegida/no-cinegética, es decir, que puede estar sometida a un eventual con-trol de predadores previamente autorizado por la administración. Una situación similar ocurre con la gineta. Aún en el caso de que estemos tratan-do de especies estrictamente protegidas (como el gato montés o el meloncillo), el control de predadores, tal y como hoy en día se realiza, parece no garantizar la supervivencia de los carnívoros protegi-dos que caen en los medios de captura destinados, teóricamente, al control de

predadores no protegidos y considerados dañinos. Un estudio realizado en 2001 por el Departamento de Biología Animal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga [2] mostraba unos resultados desoladores respecto a la validez y se-lectividad de los medios de control de depredadores. Los autores realizaron un seguimiento de una campaña de control de depredadores realizada en un coto de caza menor malagueño de 900 hectáreas y comprobaron que las especies capturadas con mayor frecuencia estaban legalmente protegidas y que al menos la mitad de ellas eran eliminadas de forma activa (matándolas) o pasiva (dejándolas morir dentro de las jaulas). Nuestra experiencia profesional nos ha permitido comprobar que este modo de actuación también se da con frecuencia en las sierras del interior de la Comunitat Valenciana, incluso si están incluidas en espacios protegidos. Así, los gestores de los cotos de caza colocan cajas trampa o lazos con tope –medios que pue-den estar autorizados por los preceptivos planes de ordenación cinegética– pero no comprueban con la regularidad debida las capturas realizadas, con la agravante de que el control de las trampas se realiza por el personal del coto, que decide, autóno-mamente y a capricho, la muerte o suelta del animal capturado, sea protegido o no.

Daños a la caza menorEn la mayoría de las ocasiones el control de depredadores se realiza sin ningún tipo de estudio que lo avale. Se tiende a colocar los medios de captura sin saber a qué densidad de depredadores se está haciendo frente, si existen en la zona especies pro-tegidas que pudieran caer en las trampas y si los medios utilizados realmente reducen el problema (el impacto de la predación so-bre una especie de interés económico para el gestor) o bien contribuyen a agravarlo, al incidir en mayor medida sobre carnívoros especialistas frente a los más generalistas –entre los que se incluyen mamíferos an-tropófilos (perros y gatos domésticos), que rara vez caen en trampas–. Por supuesto, no se realizan es-tudios previos sobre la dieta de los depredadores de la zona en la que se implementa el control, pese a que a existen numero-sos trabajos que muestran una enorme variabilidad de las presas consumidas por los depredadores

FotoS de “alimañaS”:

CarloS Sanz

Halcón peregrino

Gato montés

Culebra bastarda

Nutria

Cuervo

Garduña

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dependiendo de la localidad en la que ha-biten. Así, estudios realizados sobre la dieta de la gineta [3] reflejan que poblaciones madrileñas de este vivérrido consumen un porcentaje moderadamente alto de lagomorfos (conejos y liebres, 23,6%) mientras que este porcentaje es nulo en el norte de Galicia y casi testimonial (6,8%) en el centro occidental de la Península. Por otro lado, no se realiza una evalua-ción de los resultados del control sobre las especies de depredadores, consiguiéndose, en muchas ocasiones, resultados contra-rios a los deseados por los gestores. Así, el impacto del control de zorros ha sido analizado en diferentes zonas de Inglaterra con distintas presiones de control [4]; las conclusiones de estos estudios asocian el éxito del control a la escala geográfica, siendo realmente eficiente cuando se reali-za a escala regional y de forma coordinada entre todas las zonas. En estudios realiza-dos en Catalunya [5] y, a nuestro parecer, extensibles a la Comunitat Valenciana y otras regiones ibéricas, se ha comprobado que los cotos de caza actúan de forma independiente, sin ninguna coordinación entre ellos, circunstancia que da como resultado que las poblaciones de zorro no muestren una tendencia clara a reducir sus densidades o abundancia.

Uso de venenosEn las últimas dos décadas se ha produ-cido un preocupante repunte del uso de venenos para el control de depredadores. La falta de medios de vigilancia ambiental y la pasividad de la mayor parte de las administraciones están contribuyendo de manera decisiva a que este sistema de con-trol de predadores se esté generalizando pese a los estragos que produce sobre la fauna protegida. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, entre 1990 y 2001 se registra-ron 5.623 casos de envenenamiento de los cuales un 42,5% afectaron a especies incluidas en el Catálogo Nacional de Espe-cies Amenazadas. Según un informe rea-lizado por Ecologistas en Acción en 2009 [6], se estima que el número de animales protegidos muertos por envenenamiento en los últimos 15 años puede superar los 70.000 ejemplares.

La especie depredadora más efectivaCuando se habla de control de la preda-ción pocas veces –o ninguna– se tiene en cuenta que el depredador más efectivo presente en los cotos de caza es, preci-samente, el cazador. Su efectividad a la hora de obtener una presa supera a la de cualquier depredador no humano (que

cuentan con una efectividad media del 20%) ya que no caza para su propia super-vivencia y puede emplear grandes dosis de energía y tiempo hasta que consigue el tro-feo deseado, debido a que su insumo de energía está asegurado por otros medios. El cazador caza de manera directa (armas) o indirecta (trampas, venenos), con lo cual multiplica su éxito e igualmente realiza la actividad cinegética casi en cualquier época del año (por medio del furtivismo o bien a través de concesiones legales como la media veda). Es, por así decirlo, un depredador abusivo. A nuestro modesto entender el control de la depredación debe empezar por el control real y efectivo de la actividad cine-gética, con la presencia en el monte de un número realista de personal debidamente preparado que supervise las acciones y omisiones del colectivo cazador, debido, principalmente, a la evidente incidencia que produce su actividad deportiva y la gestión de la misma sobre la fauna de los espacios naturales y, por extensión, sobre los ecosistemas en general. Igualmente sería recomendable un autocontrol responsable de los deportistas cinegéticos sobre su práctica, potenciando la implementación voluntaria de periodos de veda más largos cuando las especies cinegéticas estén afectadas –o puedan verse afectadas– por circunstancias cli-matológicas adversas (como sequías) o enfermedades.

Hacia la gestión integral de la predación La gestión de la predación debiera partir de una visión amplia que tuviera como centro la salud ambiental de los espacios donde se practica la caza y no únicamente la conservación y multiplicación a ultranza de determinadas especies. El fomento industrial de piezas de caza menor en zonas muy localizadas produce evidentes cambios en la estructura faunística del espacio afectado, por lo que antes de acometer este tipo de acciones se ha de controlar hasta qué punto son positivas para el medio; si son los propios gestores los que crean desequilibrios, la solución no debería pasar por la eliminación a la ligera de especies contempladas como competidoras, ya que, en muchos casos, son elementos fundamentales de hábitats determinados. Además de la presión selec-tiva que realizan sobre las piezas de caza y el control que ejercen sobre otros animales quizá poco deseados (múridos), no debe-mos olvidar que los pequeños carnívoros actúan como dispersadores de semillas durante los meses otoñales e invernales, actuando como auténticos gestores del

Referencias y bibliografía: 1 parDo, L., Zoología cinegética española. Tomo

I: Mamíferos (Fauna de caza de pelo), Librería Internacional de Romo, Madrid, 1949.

2 DuartE, J., y vargas, J.M., “¿Son selectivos los controles de predadores en los cotos de caza?” Galemys nº13 (nº especial), 2001.

3 pérEZ garcía, J.M., “Apuntes sobre la dieta de la gineta Genetta genetta (L.) en el Valle del Henares (Madrid)”, Galemys nº 19 (1), 2007.

4 hEYDon, M.J., y rEYnolDs, J.C., "Demography or rural foxes (Vulpes vulpes) in relation to cull intensity in three contrasting regions of Britain", Journal of Zoology nº 251. Cambridge University Press, London, 2000.

5 lópEZ Martín, J.M.,Mañas, s. Y lòpEZ-claEssEns, S. “Parámetros reproductivos y estructura de edad del zorro Vulpes vulpes (L. 1758) en el NE de España: efectos del control de sus poblaciones”, Galemys nº 19 (Número especial), 2007.

6 VVAA, Casos graves de envenenamiento de fauna silvestre en España (enero de 2006-abril de 2009), Ed. Área de Conservación de la Naturaleza, Ecologistas en Acción, 2009. Consultable en: http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article14537

7 roDríguEZ DE la FuEntE, F., (1970), El arte de la cetrería, Librería Noriega, México, 1986.

- carvalho, J.C y goMEs, P. “Food habits and trophic niche overlap of the red fox, european wild cat and common genet in the Pereda –Gerês National Park”, Galemys nº 13 (2), 2001.

- góMEZ MaZanEquE, F. (COORD.) (1997), Los bosques ibéricos. Una interpretación geobotánica. Planeta, Barcelona, 2005.

- purroY, F.J Y varEla J.M., Mamíferos de España. Lynx, Barcelona, 2005.

matorral y los bosques. Aunque ya se ha citado en otros luga-res, no podemos dejar de traer a colación, a modo de conclusión de este artículo, un fragmento escrito por uno de los cazadores más sensibles e ilustrados de la España del siglo XX: Félix Rodríguez de la Fuente. En su libro El Arte de la Cetrería [7] el conoci-do naturalista y cetrero escribía así sobre la persecución a la que se ven sometidas las aves rapaces y, por extensión, los animales carnívoros: “El día que España se haya transfor-mado en inmenso criadero de perdices y hayan desaparecido los azores, los hal-cones, las águilas y todos los hermosos y necesarios animales carniceros; el día que hayamos conseguido una fauna mutilada, chata y unilateral; el día que podamos ufanarnos de matar miles de perdices en todos nuestros ojeos, habrá llegado el principio del fin: las enfermedades degenerativas e infecciosas y la falta de estímulo vital, derivados de la supresión de la competencia y de la selección natural, acabarán en algunos años con las perdices, como la mixomatosis ha terminado con los conejos”.

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Dominando la Costa del Sol, al suroeste de la provincia de Málaga, se encuentra el cordón montañoso que con-

forma el flanco suroeste de la Serranía de Ronda. Se trata de Sierra Bermeja, un gran macizo de rocas peridotíticas que tiene una de sus mejores y más exten-sas manifestaciones mundiales en esta comarca. Sierra Bermeja se extiende a lo largo de unos 60 kilómetros –di-rección noreste/suroeste–, desde el puerto de Los Guardas, al norte del pueblo de Casares, hasta las inmediaciones del monte Cas-cajares (Igualeja), formando un murallón de unos 25 kilómetros que sirve de límite al Valle del

Autor: Federación Provincial de Ecologistas en Acción de Málaga

Sierra Bermeja (Málaga)

Únicos macizos peridotíticos de España

Genal con la costa occidental malagueña.

Impresionante geodiversidad El macizo más occidental es el objeto fundamental de la pro-tección que proponemos desde Ecologistas en Acción, la de Par-que Nacional. El gran pliegue que constituye Sierra Bermeja se eleva en conjunto a más de mil metros y tiene una superficie de unos 350 km2, ocupando los términos de Casares, Estepona, Genalguacil, Jubrique, Benahavís, Júzcar, Pujerra, Igualeja, Marbe-lla y Ojén. A pesar de la relativa cercanía de alguno de estos pue-blos, estamos en presencia de un vasto desierto humano en el que, debido a la masividad y toxicidad del substrato, no existen zonas de cultivo ni núcleos de población.

Sierra Bermeja hace una de las mayores aportaciones a la geodiversidad de España al estar constituida por peridotitas, rocas plutónicas de origen profundo provenientes del manto supe-rior de la Tierra, y representa la segunda intrusión ultramáfica de alta temperatura mayor del mundo y la mejor expuesta del planeta. En general, el paisaje, lejos de ser monótono como co-rrespondería al dominio de las formas estructurales que acusa esta montaña, presenta espec-taculares vallonadas que se abren como abanicos hacia el Medite-rráneo y hacia el Valle del Genal.

Riqueza florísticaEn este macizo encuentran re-fugio un buen número de en-demismos vegetales exclusivos. Por poner un ejemplo, para hallar

más rarezas florísticas en el Esta-do español habría que trasladar-se al Parque Nacional de Sierra Nevada. Es más, Sierra Bermeja atesora tal riqueza y variedad botánica, que incluso, en su rela-tivamente corta extensión, posee más endemismos que los que suman muchos países europeos juntos. Entre los elementos más destacados destacan el pinsapo (Abies pinsapo) y la gran joya de la botánica en la provincia de Málaga, el famoso pinsapar de Los Reales, el único del planeta sobre sustrato de serpentinas. Otra singularidad, el pino ne-gral (Pinus pinaster subsp. acu-tisquama), subespecie propia y exclusiva de Sierra Bermeja, que constituye el pinar más extenso de Andalucía tras el del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. La aparición de numerosos endemismos ve-getales se debe a los efectos de la serpentinomorfosis –cambios morfológicos en las plantas como resultado de la condición ultra-básica de las serpentinas– sobre las plantas que viven sobre estas peridotitas. Asimismo, destaca la presen-cia de seis edafoendemismos serpentinícolas y exclusivos en el futuro Parque Nacional: Allium rouyii, Armeria colorata, Centaurea lainzii, Silene fernandezxii, Centau-rea haenseleri subsp. haenseleri y Peucedamum hispanicum var. carratracensis. Sus cumbres albergan los manantiales que dan vida a un buen número de inmaculados cursos de agua, como los ríos Verde, Guadaiza, Guadalmina, Guadalmansa, Padrón, Castor y Velerín, que llevan sus aguas al mar Mediterráneo, contorneados, en ciertas zonas, de alcornoques,

1

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quejigos, encinas, coscojas y hasta re-bollos –Quercus pyrenaica–, raros en estas latitudes; o los ríos Monardilla, Almarchar y las gargantas bermejenses que fluyen al río Genal, constituyendo en estos últimos casos y en la zona de confluencia con las tierras silíceas, el hábitat propio para la rara vegetación de laurisilva. Por otra parte, este macizo mon-tañoso presenta una fauna propia del monte mediterráneo. En los ríos es dueña y señora la nutria, presente en el río Genal, siendo esta población la más numerosa y en mejor condición de esta especie en la provincia de Má-laga. La nutria está al acecho de bogas, barbos, cachos, truchas y bordallos. De la fauna ictícola cabe destacar la pre-sencia del bordallo del Genal (Squalius malacitanus), pez exclusivo de los ríos de Sierra Bermeja. Las aves cobran un especial prota-gonismo, ya que Sierra Bermeja es paso obligado en los flujos migratorios entre los continentes africano y europeo, con-virtiéndose en un excelente observato-rio al aire libre. Las más importantes y representativas son las rapaces, como el águila real, culebrera, ratonero común, halcón peregrino y azor.

Un Parque Nacional más que justificadoDe todo el territorio de Sierra Bermeja tan sólo se ubican en terreno protegido los cerros Aranda, Corona y Abanto, dentro de los límites del Parque Natural Sierra de las Nieves, y Los Reales de Sie-rra Bermeja, en este caso bajo la figura de Paraje Natural. Los límites de Sierra Bermeja ya cuentan con protección comunitaria y estatal (LIC) y de la Junta de Andalucía por otro. De hecho, la zona ZEC (Zona de Especial Conservación) constituye la base del futuro Parque Nacional en cuanto a límites y extensión, por lo que la declaración como tal Parque Nacional vendría avalada también al más alto nivel europeo. Del mismo modo, los hábitats recogidos en la Directiva 92/43 (de “Hábitats”) y que están presentes en el futuro parque constituyen un número realmente impresionante para el pequeño territorio del que estamos hablando. Por todo lo comentado, Sierra Bermeja goza de un valor científico dado el enorme interés creado entre la comunidad científica a lo largo de los tiempos. Sin duda, el afloramiento bermejo constituye uno de los rasgos más singulares de la geología ibérica.

La solicitud cubre el objetivo de la Ley de Biodiviersidad en lo relativo a los Parques Nacionales, que deben re-presentar grandes ecosistemas típicos del Estado español sin reiteración y con buen grado de conservación. En este caso, el futuro Parque Nacional de Sie-rra Bermeja es único, no sólo en España sino en toda Europa y el Mediterráneo, por lo que se representa a sí mismo y se encuentra bien conservado debido al efecto rechazo que las peridotitas vie-nen ejerciendo sobre los usos humanos. De esta manera, este macizo peridotíti-co es un auténtico desierto poblacional, compuesto por formaciones naturales sin explotaciones agrícolas, forestales o hidráulicas. Se trata de un territorio repulsivo para la presencia humana, al menos en lo que respecta a una presencia constante, y para la mayoría de los cultivos. Estas dificultades han sido pre-cisamente las garantes de una conser-vación más que notable. El aislamiento, la inaccesibilidad y la pobreza de los suelos han sido las tres premisas para preservar esta montaña, que de forma milagrosa también ha escapado a la expansión del ladrillo. Este paisaje de media montaña ejerce de telón de fondo de una de las zonas de mayor desarrollo turístico del país. Dado su alto valor natural y estético, no sólo resulta incuestionable su conservación, sino que además es necesaria una consideración paisajística restrictiva en todas las actuaciones que se prevén llevar a cabo en él: cableado de alta tensión, embalses o carreteras, entre otras actuaciones. La Federación Provincial de Ecolo-gistas en Acción de Málaga quiere pre-servar este valor y para ello ha puesto en marcha –junto con otros colectivos asociados– una campaña de recogida de firmas para lograr la declaración de Sierra Bermeja como Parque Nacional. En la actualidad, la iniciativa para lograr la declaración de las sierras ber-mejas de Málaga como Parque Nacio-nal cuenta con el apoyo de muchos miembros de la comunidad científica nacional y, desde hace poco, con el apoyo de la Universidad de Califor-nia. Asimismo, el Ayuntamiento de Estepona en el pleno del mes de abril aprobó por unanimidad la adhesión al proyecto “Parque Nacional de las Sierras Bermejas Malagueñas”, presentado por la plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional, en la que trabaja activamente la Federación Provincial de Ecologistas en Acción de Málaga.

1. Vista de Sierra Bermeja y logo de la campaña2. Pinsapar. Foto: F. romÁn.

3. Centaurea haensleri. 4. Apteromantis aptera. Foto: andréS nogaleS

5. Blenio en el río Guadaiza.

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La huella hidrológica en la Comunidad de MadridRedacción de la revista Ecologista

Los enfoques sectoriales que se utilizan para orientar la gestión del agua sólo atienden al agua de calidad susceptible de ser captada, regulada, transportada, distribuida y facturada. Pero se olvidan del conjunto del agua libre y la ligada a los suelos y organismos, así como a la producción de los productos que consumimos. El trabajo que se resume en este artículo, sin embargo, cuantifica también estos flujos, presentando la primera estimación del agua virtual y de la huella hidrológica de la Comunidad de Madrid. Los resultados son sorprendentes: cada madrileño usa 4.566 litros de agua por persona y día, de los que sólo 523 son captados en la Comunidad.

Este artículo es un resumen del estudio: [1]

De forma general, se define el agua virtual de un determinado pro-ducto como el volumen de agua dulce utilizada para obtenerlo y que finalmente no forma parte

de dicho producto. Por ejemplo, un vaso de zumo de naranja supone nada menos que 170 litros de agua virtual. Por su par-te, la huella hidrológica de una persona, empresa o territorio, es el volumen total de agua usada para producir los bienes y servicios consumidos por dicha persona, empresa o territorio.

La virtualidad se refiere al hecho de que, aunque el agua resulta necesaria para la fabricación de ciertas mercancías, no acaba formando parte de ellas. El carácter virtual reside además en que gran parte de esta agua no es sólo agua libre sino que también es agua ligada al suelo y a la vegetación o utilizada previamente en los procesos de elaboración de esos bienes o servicios. Una estimación solvente del agua vir-tual y/o la huella hidrológica exige, pues, conocer en el territorio objeto de estudio, no sólo el agua libre (o azul), sino también el agua ligada (o verde). Por esta razón, se debe cuantificar la derivación del agua que

recibe el territorio, mediante precipitación o aportaciones externas –hacia agua azul o hacia agua verde–, así como el gasto por evapotranspiración atribuible a las tierras de cultivo o con vegetación natural. Igualmente se pone de relieve el mon-tante de agua azul y sus destinos, identi-ficando la destinada a procesos agrarios e industriales que operan en el territorio y al consumo de su población. La estimación del agua virtual y de la huella hidrológica establece, así, los requerimientos de agua de los productos consumidos, fabricados, importados y exportados en el territorio estudiado, entrando de lleno en el análisis de los procesos y de los flujos físicos que integran su metabolismo económico.

Unos consumos sorprendentesCon las premisas señaladas, la huella hidrológica de la Comunidad de Madrid en 2005 ascendió a 9.705 hectómetros cúbicos, lo que supone 1.667 metros cúbicos por habitante y año. Este volu-men por habitante se descompone a su vez en 191 m3 de agua utilizada en la Comunidad y 1.476 m3 de agua virtual adscrita a la obtención de los productos importados menos la correspondiente a los productos exportados (ver figura 1). Si transformamos estas cantidades anuales en términos per cápita diarios, tenemos una huella total de 4.566 litros por habitante y día (523 litros por habitante y día utili-zados en el territorio y 4.043 adscritos a la importación neta de productos de fuera de la Comunidad de Madrid). Hay que tener en cuenta que las im-portaciones brutas de 13.193 hectómetros cúbicos de agua virtual multiplican por 12 veces el agua procedente del propio territorio de la Comunidad –con su co-

Figura 1: huElla hidrológica dE la comunidad dE madrid En un año mEdio

(y por habitantE En 2005)

El volumen de agua virtual importada triplica a la que cae en forma de precipitación

Agua interna utilizada: 1.114 hm3

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(191 m3 por habitante)

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(1.476 m3 por habitante)

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Fuente: [1]. Las áreas son proporcionales a las magnitudes

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59Ecologista, nº 65, verano 2010

Importación agua virtual: 13.193 hm3

Agua virtual añadida: 1.114 hm3

Agua virtual vendida CM: 14.307 hm3

Exportación agua virtual: 4.601hm3

Gasto final aparente de agua virtual:

9.706 hm3

Agua verde CM

Agua azul y

rrespondiente parte virtual– y estimada en este trabajo en 1.114 hectómetros cúbicos (sumando el componente urbano –en sen-tido amplio–, el industrial y el agrario) (ver figura 2). En efecto, el agua virtual añadida por los bienes y servicios generados en la propia Comunidad es relativamente mo-desta con relación a la importada, lo que lleva a que la importación de agua virtual destinada a Madrid multiplique por más de 10 a la generada en el propio territorio. Por último, al combinar estas cifras con el montante de agua virtual asociada a las exportaciones de la Comunidad (4.601 hectómetros cúbicos), se obtiene un consumo final de agua total, o huella hidrológica, que asciende a 9.705 hectó-metros cúbicos, esto es, casi 8 veces el agua utilizada en el interior del territorio. De esta cantidad, 9.217 hectómetros cú-bicos podríamos calificarlos como huella hidrológica de origen agrario, 64 de origen industrial, y 423 procedentes del ámbito urbano y de servicios (tabla 1). El gran peso unitario que tiene el agua virtual en la agricultura y la alimentación, unido a la fuerte dependencia alimentaria de la Comunidad de Madrid, es clave a la hora de explicar los órdenes de magnitud comentados. Los volúmenes de agua virtual que mueve Madrid son, por tanto, muy supe-riores a los del agua incorporada realmente en las mercancías consumidas, o captada y extraída en el propio territorio. Por ejem-plo, en este sentido, el volumen de agua virtual importada multiplica por tres al agua recibida en forma de precipitación y por catorce a la derivada para riego y abaste-cimiento. Bien es cierto que casi la tercera parte de estas importaciones no tienen por destino último la Comunidad, sino que son reexportadas hacia otros territorios. Así, otra conclusión importante es la que destaca el lugar que ocupa la Madrid como enclave logístico redistribuidor de mercan-cías hacia otros territorios, que pasan por la industria y los servicios madrileños donde se les aportan dosis variables de elabora-ción, comercialización y transporte. Desde un punto de vista temporal, y gracias a estimaciones previas sobre el me-tabolismo de la Comunidad a mediados de la década de los años ochenta, se ob-serva un incremento notable tanto en las importaciones como en las exportaciones de agua virtual: las entradas (importacio-nes) se han incrementado en 2,2 veces, pasando de 5.806 hectómetros cúbicos en

Figura 2: volúmEnEs implicados En la huElla hidrológica dE la comunidad dE madrid En un año mEdio

tabla 1: dEsglosE dE la huElla hidrológica dE la comunidad dE madrid, 2005

Referencia:1. José ManuEl narEDo (Coordinador),

óscar carpintEro, José Frías, antonio saa y José María gascó: El agua virtual y la huella hidrológica en la Comunidad de Madrid. Dirección del estudio: Francisco Cubillo. Canal de Isabel II, Madrid, 2009.

Fuente: [1]. Las áreas (con excepción de las del agua verde y azul) son proporcionales a las magnitudes

1984 a 13.193 en 2005; mientras que las salidas (exportaciones) se han triplicado, pasando de 1.465 a 4.601. Este aspecto se explica, en parte, por la doble conjunción que se da de poseer una potente industria agroalimentaria y representar un notable centro logístico de redistribución hacia el resto de territorios.

hm3 m3/habitante litros/habitante/díaAgrícola 9.217 1.583 4.336Industrial 64 11 30Urbana y comercial 423 73 200TOTAL 9.704 1.667 4.566Importaciones de agua virtual 13.193 2.266 6.208Exportaciones de agua virtual 4.601 790 2.163

Fuente: [1]

1. Presa de El Atance. Foto: eCologiStaS en aCCión.

2. Una parte importante de la huella hidrológica viene por los productos agrícolas. Foto: eCologiStaS en aCCión.

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60 Ecologista, nº 65, verano 2010

Fuertes efectos del cambio climático sobre la disponibilidad de agua

Reducción de recursos hídricos en España

Santiago Martín Barajas

En los últimos años se ha reducido mucho la aportación de agua a los cauces españoles. La principal causa parece ser el aumento de las temperaturas que está teniendo lugar a consecuencia del cambio climático. Sin embargo, la planificación que se está realizando en las diferentes cuencas está subestimando esta disminución de los recursos hídricos, lo que nos aboca a una situación de insostenibilidad aún mayor y más complicada de gestionar.

Santiago Martín Barajas, Área de Agua de Ecologistas en Acción

Para poder realizar una adecua-da planificación hidrológica es necesario tener en cuenta dos aspectos fundamentales: la cuan-tificación de los recursos hídricos

disponibles, especialmente los renovables, y la estimación de las demandas de los diferentes sectores consumidores de agua, tanto actuales como futuras. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino está elaborado actualmente los planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas, que son los documentos en los que se determina el reparto de los recursos hídricos entre los diferentes usos para los próximos años (abastecimiento ur-bano, agricultura, industria, etc.), para cuya

correcta elaboración resultan esenciales los dos componentes, recursos disponibles y demanda, mencionados.

Menos recursos disponiblesSi nos centramos en el primero de ellos, los recursos hídricos disponibles, nos encontramos con que, según los datos procedentes del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que se indican en la tabla 1, las aportaciones a los cauces se han reducido entre 1996 y 2005 más de un 14% con respecto a los valores medios obtenidos en el periodo 1940-1995. La reducción de las aportaciones a los cauces se ha producido de manera desigual, tanto por cuencas como dentro de la misma cuenca. No obstante, todas han visto mermados de manera impor-

tante sus recursos. La reducción ha sido especialmente importante en la cuenca del Segura, próxima al 40%, y también en las del Guadiana, sobre todo en su cabecera, y en la del Ebro y las Cuencas Internas de Cataluña, que han perdido en tan sólo 10 años del orden de una quinta parte de sus aportaciones. Se podría argumentar que un periodo de 10 años resulta relativamente corto para este análisis. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dentro del periodo 1996-2005 tan sólo hubo dos años consi-derados de sequía, mientras que en varios de ellos, las precipitaciones se situaron bastante por encima de la media. Por el contrario, el periodo 1940-1995 incluye las dos sequías más importantes sufridas en nuestro país durante el siglo XX, las de 1940-1945 y 1990-1995. En definiti-va, entre 1996 y 2005, para un nivel de precipitaciones que podemos considerar como normal, incluso ligeramente superior al obtenido de media a lo largo del siglo XX, nos encontramos con que las aporta-ciones a los cauces en ese periodo se han visto reducidas de manera importante. De esta manera, debemos descartar de entrada a la falta de precipitaciones como causante de esa importante reducción de las aportaciones.

Causas de la disminuciónEn definitiva, para un nivel de lluvias que podemos considerar normal, en un perio-do de 10 años se han reducido las apor-taciones de recursos hídricos a los cauces en más de un 14%. Una vez descartada la reducción de las precipitaciones como causa de la disminución de los aportes, se están barajando otras causas, siendo muy posible que el origen se encuentre en una confluencia de varias. Su apunta como una posible causa a la sobreexplotación de los acuíferos que se está produciendo en amplias zonas de nuestro país, lo que detraería agua de los cauces. Sin embargo, en una buena parte de los acuíferos la conexión con los cau-ces no es tan rápida y directa como para que se haya producido una reducción tan importante. Además, la reducción de las aportaciones se ha producido práctica-mente de igual manera en cuencas y sub-cuencas donde apenas existen acuíferos, o estos son de muy escasa entidad. Otro posible motivo barajado sería el desarrollo de la masa forestal que, al retener las gotas de agua de lluvia en sus hojas (coeficiente de intercepción) favorece la evaporación posterior, y de esta manera se reduciría la escorrentía. Sin embargo, si bien es cierto que la masa forestal está incrementándose en España

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61Ecologista, nº 65, verano 2010

tabla 1: aportacionEs mEdias anualEs (hm3/año) En diFErEntEs dEmarcacionEs hidrográFicas

DemarcaciónAportación media Reducción 1996-2005 con

respecto a 1940-19951940-1995 1996-2005Norte 43.494 38.573 -11,3%Duero 13.861 11.729 -15,4%Tajo 10.533 9.012 -14,4%Guadiana 5.464 4.391 -19,6%Guadalquivir 8.770 8.113 -7,5%Cuenca Mediterránea Andaluza 2.446 2.101 -14,1%Segura 817 505 -38,2%Júcar 3.493 3.057 -12,5%Ebro 17.189 13.555 -21,1%Cuencas Internas de Cataluña 2.742 2.196 -19,9%Total 108.809 93.232 -14,3%

Fuente: Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino.

tabla 2: incrEmEntos anualEs y EstacionalEs dE las tEmpEraturas diarias. pEriodo 1973-2005 (En ºc/década)

Periodos Temp. máximas diarias Temp. mínimas diarias Temp. medias diariasInvierno 0,35 0,06 0,27Primavera 0,82 0,66 0,77Verano 0,73 0,62 0,67Otoño 0,13 0,43 0,29Anual 0,51 0,47 0,48

Fuente: Agencia Estatal de Meteorología

en las últimas décadas como consecuencia del progresivo abandono de una parte de las tierras cultivadas, lo cierto es que este aumento del arbolado se está producien-do de forma lenta, lo que contrasta con la rápida reducción de las aportaciones. Además, al igual que en el caso anterior, en aquellas cuencas y subcuencas donde el incremento de la masa forestal está siendo muy reducido o incluso prácticamente inexistente, se ha producido una reducción de aportaciones a los cauces similar a la del resto de cuencas y subcuencas. La tercera posible causa sería el incre-mento de las temperaturas que se está produciendo en la Península Ibérica y que trae consigo una mayor evaporación directa del agua, especialmente antes de alcanzar los cauces, así como un mayor consumo y evapotranspiración por parte de las plantas. De acuerdo con lo indicado por la Agencia Estatal de Meteorología, durante el periodo 1973-2005 tanto las tempera-turas medias como las máximas y mínimas han sufrido un incremento considerable (ver tabla 2). Para el periodo 1980-2006, se ha elaborado en el Servicio de Desarrollos Climatológicos de la Agencia Estatal de Meteorología una serie de temperatura media anual de la España Peninsular y Baleares (a partir de los datos de unas

40 estaciones). Esta serie muestra una tendencia creciente de 3,7ºC/100 años. Los cinco años más cálidos han sido, con la temperatura media estimada entre pa-réntesis: 2006 (15,87ºC), 1995 (15,81ºC), 1997 (15,75 ºC), 2003 (15,73ºC) y 1989 (15,65ºC). Es decir, el incremento de temperaturas experimentado en las últimas décadas resulta más que evidente. Además, tal y como se indica en la tabla 2, los mayores

incrementos se están produciendo durante los meses de primavera, época del año en la que se concentra una parte importante de las precipitaciones anuales que recibe nuestro territorio, y además es el periodo en el que es mayor el consumo de agua por buena parte de las plantas. De esta manera, el aumento de las pérdidas por el incremento de la evaporación y la eva-potranspiración es previsible que sea más importante que en otras épocas del año. Resulta evidente, pues, que el incre-mento de la temperatura que se está pro-duciendo en España en los últimos años, está suponiendo un aumento importante en los coeficientes de evaporación directa y evapotranspiración, lo que conlleva necesariamente una reducción en el co-eficiente de escorrentía. En definitiva, podemos concluir en que la importante reducción de las aportacio-nes a los cauces que se está produciendo en los últimos años en nuestro país tiene su principal causa en la subida de las tem-peraturas que está teniendo lugar como consecuencia del cambio climático, aun-que otros factores ya señalados puedan tener también su relevancia. Además, dada la tendencia establecida, es previsible que en esa reducción del 14,3% obtenida en el periodo 1996-2005 con respecto a 1940-1995 se incremente de manera importante en las próximas décadas.

Mayor consumoSin embargo, y a pesar de estas reduccio-nes en los recursos hídricos disponibles, el consumo de agua en España sigue incre-mentándose. El regadío sigue creciendo de manera importante en las cuencas del Ebro, con cultivos altamente consumido-res, y en la del Guadalquivir, como conse-

dEmarcacionEs hidrográFicas

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62 Ecologista, nº 65, verano 2010

cuencia, sobre todo, de la puesta en riego de decenas de miles de hectáreas de olivar y viñedo. También continúa creciendo en las cuencas del Duero, Tajo, Guadiana e incluso Júcar, en estas dos últimas cuencas debido también mayormente a la puesta en regadío de los viñedos. En lo que al consumo para abasteci-miento urbano se refiere, éste se ha incre-mentado de manera notable en todas las cuencas, siendo especialmente importante en las mediterráneas. Además, en esas cuencas el crecimiento urbano se carac-teriza por ser de carácter turístico, con abundancia de piscinas, jardines y cam-pos de golf, con un retorno muy inferior (menos del 50%), al del abastecimiento urbano convencional (80%), lo que in-crementa notablemente su incidencia sobre el volumen final de recursos hídricos disponibles. Con unos recursos hídricos cada vez más mermados y un consumo que crece año tras año, todo apunta a una situación de cada vez mayor insostenibilidad hídrica y, por tanto, también de creciente insos-tenibilidad ambiental. Así, mientras en

1990 se afirmaba que existía una única cuenca con déficit estructural (esto es, que el conjunto de las demandas supera a las aportaciones naturales), que era la del Segura, es previsible que en breve pasen a esta situación las del Júcar, Guadalquivir, Cuencas Internas de Cataluña, y parte del Guadiana y la Cuenca Mediterránea Andaluza, es decir, más de un tercio de la superficie peninsular. Todo ello conduce necesariamente a una situación de com-pleta insostenibilidad y de colapso hídrico y ambiental en pocos años en una buena parte del territorio.

Una planificación incorrectaComo ya se indicó anteriormente, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, a través de las confedera-ciones hidrográficas, está elaborando los planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas. En dichos documentos están contando con una reducción de un 7% de los recursos hídricos disponibles con respecto a los teóricamente existentes a principios de los años 90, es decir, una cifra de reducción que es muy inferior a

la real. Dado que se trata de documen-tos de planificación hidrológica para los próximos años, desde Ecologistas en Ac-ción consideramos que no sólo deberían contemplarse las reducciones medias del 14,3% ya constatadas, sino también las que previsiblemente van a producirse en los próximos años, según manifiesta la actual tendencia. En caso contrario, mucho nos tememos que las demandas que se establezcan en dichos documentos de planificación no podrán ser satisfechas con los recursos hídricos que realmente habrá disponibles, con los consiguientes perjuicios de carácter ambiental, social y económico. Desde la óptica del ecologismo social, la única solución al problema pasa por la adopción de todas las medidas necesa-rias para recuperar el equilibrio hídrico perdido en cada cuenca y subcuenca. En concreto, mediante el incremento de la eficiencia en la utilización del agua allí donde se pueda, y reduciendo las deman-das de aquellas actividades productivas más consumidoras. Para ello, se considera necesario frenar totalmente el desarrollo de nuevos regadíos, así como proceder a la progresiva eliminación de una parte del regadío existente, del orden de varios cientos de miles de hectáreas, estable-ciéndose un tope máximo de superficie regada para España de tres millones de hectáreas. Asimismo, debería suspenderse de inmediato, salvo para abastecimiento urbano y cuando no haya otra alternativa, la extracción de agua de aquellos acuíferos que soporten algún nivel de sobreexplo-tación. También sería necesario establecer medidas restrictivas sobre el incremento del consumo en el sector urbanístico y turístico en la costa mediterránea, que aun-que se ha visto recientemente frenado en su desarrollo por crisis inmobiliaria, sigue siendo un gran consumidor y destructor de los recursos naturales, entre los que se encuentra el agua. La reducción de las aportaciones hí-dricas a los cauces en la Península Ibérica se trata de un problema medioambiental muy grave, que tiene su origen funda-mentalmente en el cambio climático, y por tanto en la acción humana, y que conlleva graves consecuencias ambien-tales, sociales y económicas. Por ello, las administraciones responsables deberían actuar de inmediato. Por una parte, to-mando las medidas necesarias para frenar el cambio climático, y por otra, ajustando las demandas actuales y futuras a los re-cursos hídricos disponibles que, según la tendencia actual, van a ser cada vez más escasos.

1. Campo de Golf en Fuerteventura, una isla con escasos recursos hídricos. Foto: eCologiStaS en aCCión.

2. La puesta en regadío de viñedos está aumentando mucho en varias cuencas.

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Page 63: El Ecologista nº 65

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dera «realidad virtual». Esta transformación se produce en el marco de

la expansión del capitalismo a escala global, posibilitada y enor me men te

reforzada por la creación de la llamada «Tercera Piel» o infoes fe ra

(ra dio, televisión, Internet...). El desarrollo de la Ter cera Piel fa vorece

el desplazamiento de las preocupaciones humanas hacia el espacio

de lo virtual, ocultando el deterioro del espacio real, la Segunda Piel,

donde residimos físicamente, y tras to cando la comprensión del funcio -

namiento de la sociedad en la que habitamos. La televisión llega hoy en día a más del 80% de la población mundial,

ayudando a configurar una verdadera «Aldea Global». Allí donde en

muchas ocasiones no llega el agua, llega la tele. La irrupción de los

medios de comunicación de masas, y sobre todo de la televisión, ha

impulsado el desarrollo de la Sociedad de Consumo (mediante la cons -

tante generación de nuevas y falsas necesidades) y, además, ha per mi -

tido crear las condiciones para proyectar fuera de los es pa cios cen -

trales los valores urbano-metropolitanos, propiciando una capacidad

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nantes de Occidente.Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC)

asimismo han posibilitado la creación de un capitalismo mundial cada

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dimensión monetario-financiera, que opera non-stop, veinticuatro ho ras

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puede entender este libro. Han sido estas nuevas tecnologías las que han posibilitado y auspiciado la creación de un capitalismo mun-dial corporativo, de una dictadura monetario-financiera a través de las imágenes, desde esa Tercera Piel que se acomoda, ahora, en la realidad virtual. Allí en donde muchas ocasiones no llega el agua, llega la televisión. Y Ra-món, con sabiduría, nos lo recuerda.

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