el ecologista nº 46

66
Nº 46 Invierno 2005/2006 - 3,00 € Normativa ambiental descafeinado a la europea POLÍTICA AGRARIA liquidación de la PAC Gripe aviar Alta tensión Mosquito tigre Reforma fiscal Caminos públicos Captura de CO 2

Upload: revista-el-ecologista

Post on 13-Mar-2016

251 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Gripe aviar, Alta tensión, Mosquito tigre, Reforma fiscal, Caminos públicos, Captura de CO2 Nº 46 Invierno 2005/2006

TRANSCRIPT

Page 1: El Ecologista nº 46

Nº 4

6 I

nvie

rno

200

5/20

06 -

3,0

0 €

Normativa ambientaldescafeinado a la europea

POLÍTICA AGRARIA

liquidación de la PAC

Gripe aviarAlta tensiónMosquito tigreReforma fi scalCaminos públicosCaptura de CO2

Normativa ambientalNormativa ambientalNormativa ambientalNormativa ambientalNormativa ambientalNormativa ambientaldescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europeadescafeinado a la europea

POLÍTICA AGRARIA

liquidación liquidación liquidación de la PACde la PAC

liquidación de la PAC

liquidación liquidación de la PAC

liquidación liquidación de la PAC

liquidación de la PAC

liquidación de la PAC

liquidación

Gripe aviarGripe aviarAlta tensiónAlta tensiónMosquito tigreMosquito tigreReforma Reforma fi scalfi scalCaminos públicosCaminos públicosCaptura de COCaptura de CO22

Page 2: El Ecologista nº 46
Page 3: El Ecologista nº 46

nº 46 invierno 2005/2006

ÍNDICE TEMÁTICOPuedes obtener un índice temático

de todos los números de la revista en: www.ecologistasenaccion.org/revista/indice/

SECCIONES FIJAS

4 Editorial 6 En Acción16 Internacional62 Hogar Ecológico: El reciclado de papel63 Libros y revistas65 Tenderete

20

30 24

34 36

50 53

24 Los caminos públicos municipalesHerramientas para defender este patrimonio, por Hilario Villalvilla

27 Mitos inmobiliarios de nuestro tiempo Seis tópicos que sostienen una situación irracional, por José Manuel Naredo

30 Desregulación ambiental en EuropaEspaña es el principal infractor ambiental, por Samuel Martín-Sosa

34 El mosquito tigre Inminente colonización de la Península, por José Ignacio López-Colón

36 La gripe aviar Es necesario volcar los esfuerzos en los países más afectados, por Juan Bárcena

39 Captura y almacenamiento de CO2

Una tecnología que no incide en la raíz del cambio climático, por Paco Ramos

42 El declive de la pesca mediterráneaLa pesca excesiva es el principal problema, por Yayo Herrero

44 Reforma fi scal ambientalUna herramienta para reconducir ambientalmente la economía, por Matthias Seiche

46 Mercados ambientales: oportunidad o responsabilidadUn sector de 80.000 millones de euros anuales en la UE, por Antonio Cano

48 Tácticas y prácticas en los movimientos socialesCarencias organizativas que lastran las posibilidades de transformación social, por Pedro Casas

50 Regeneración forestal de un monte incendiadoExperiencia exitosa en la Sierra de Grazalema, por Juan Clavero

53 La huella civilizadoraDesigual aportación de hombres y mujeres al cuidado de la vida humana, por Anna Bosch, Cristina Carrasco y Elena Grau

56 El ecologismo en CanariasEl movimiento ecologista canario en sus primeros años, por Heriberto Dávila

59 El agua en Castilla-La ManchaAportaciones externas para los acuíferos, por Pedro Padilla

60 Líneas de alta tensiónImpactos de las líneas de transporte eléctrico y de sus campos electromagnéticos, por Pedro Belmonte

POLÍTICA AGRARIA COMUNITARIA

20 PAC, ¿reforma o liquidación? La Política Agraria Comunitaria se supedita a las reglas de la OMC, por José Ferrer

Page 4: El Ecologista nº 46

EDITA: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

EQUIPO DE REDACCIÓN: José Luis García Cano, Alberto Guerrero, Yayo Herrero, Theo

Oberhuber, Paco Segura

PRODUCCIÓN, DISEÑO Y MAQUETACIÓN:

Ecologistas en Acción

COLABORAN EN ESTE NÚMERO:Chan Baos, Iñaki Barcena, Juan Bárcena, Leticia Baselga, Pedro

Belmonte, Isabel Bermejo, Anna Bosch, Antonio Cano, Cristina Carrasco, Pedro Casas, Juan

Clavero, Juan Antonio Conesa, Pablo Cotarelo, Heriberto Dávila, Aroldo Gamper, Elena Grau, José

Ferrer, Yayo Herrero, José Luis León, José Ignacio López-Colón, Samuel Martín-Sosa, José Manuel Naredo, Pedro Padilla, Paco Ramos, Joaquín

Reina, Matthias Seiche, Hilario Villalvilla.

ADMINISTRACIÓN: Noelia Carreras, Esperanza López de

Uralde, Saioa Magunacelaya.

PORTADA: Paisaje agrícola en Murcia.

Foto: Ecologistas en Acción.

IMPRIME: Impresos y Revistas, S.A.

DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA: COEDIS - Avda. de Barcelona, 225,

08750-Molins de Rei Tel. 93 680 03 60

PUBLICIDAD:Paco Segura 91 896 98 05

Esperanza López: 91 531 27 39C/Marqués de Leganés 12

28004 Madrid

SUSCRIPCIONES Y REDACCIÓN: Marqués de Leganés 12

28004 Madrid Tel. 915312739 Fax: 915312611 [email protected]

www.ecologistasenaccion.org

ISSN 1575-2712 Dep. Legal: Z-1169-1979

Ecologistas en Acción agradece la reproducción y divulgación de los

contenidos de esta revista siempre que se cite la fuente.

Esta revista es miembro de ARCE (Asociación de Revistas Culturales Españolas) y de FIRC (Federación

Iberoamericana de Revistas Culturales)

Impresa en papel 100% reciclado, blanqueado sin cloro

Los benefi cios de la venta de esta revista se destinan íntegramente

a Ecologistas en Acción, organización sin ánimo de lucro

declarada de Utilidad Pública (13-6-97)

nº 46 - Invierno 2005/2006

Parte de la edición de esta revista está subvencionada por:

Andalucía: Parque San Jerónimo, s/n, 41015 Sevilla Tel./Fax: 954903984 [email protected]ón: C/ Cantín y Gamboa 26, 50002 Zaragoza Tel./Fax: 976398457 [email protected]: C/ San Ignacio 8 bajo, 33205 Xixón Tel: 985337618 [email protected]: C/ Senador Castillo Olivares 31, 35003 L. P. de Gran Canaria Tel: 928362233 - 922315475 [email protected]: Apartado nº 2, 39080 Santander Tel: 942240217 [email protected] y León: Apartado nº 533, 47080 Valladolid Tel: 983210970 [email protected] Mancha: Apdo. nº 40 - 45516, Puebla de Montalbán (Toledo) Tel: 925751387 [email protected]: Can Basté - Passeig. Fabra i Puig, 274. 08031 Barcelona Tel: 934296518 [email protected] Herria: C/ Pelota 5, 48005 Bilbao Tel: 944790119 [email protected]:C/ Sevilla 63, esc 2 - 5º F, 06200 Almendralejo (Badajoz) Tel: 617246859 [email protected]:Rua Oliva 14, 1º, 36202 Vigo Tel: 986436877La Rioja: C/ Carnicerías 2, 1º, 26001 Logroño Tel./Fax 941245114 [email protected]: C/ Marqués de Leganés 12, 28004 Madrid Tel: 915312389 Fax: 915312611 [email protected]: C/ Colombia 17, 52002 Melilla Tel: 630198380 [email protected] / Nafarroa: C/ San Marcial 25, 31500 Tudela Tel: 948820856-948222988 [email protected]ís Valencià: C/ Tabarca 12 entresuelo, 03012 Alicante Tel: 965255270 [email protected]ón Murciana: C/ José García Martínez 2, 30005 Murcia Tel: 968281532 - 629850658 [email protected]

FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

Page 5: El Ecologista nº 46

Bruselas está rebajando el nivel de exigencia en las políticas ambientales, y en particular en la de residuos. Así lo refl ejan el borrador de la Estrategia Temática de Prevención y Reciclaje de Residuos y la renuncia de la Comisión a legislar sobre los residuos biodegradables.

Esta nueva estrategia de Prevención y Reciclaje abandona la actual política de fi jar objetivos de reciclaje y establece mecanismos como la “evalua-ción del ciclo de vida” o las “normas del producto reciclado”, que se implantarán mediante planes nacionales o regionales. En la práctica, este cambio equivale a interrumpir cualquier intento de recon-ducir la gestión de los residuos hacia el respeto de la jerarquía, todavía vigente, que impone más reciclaje y menos vertedero e incineración.

De hecho, es imposible que la Comisión haga un seguimiento simultáneo en 25 países de los procesos locales de evaluación del ciclo de vida –bastante complejos si se hacen correctamente– que son los que defi nen si es mejor verter, quemar o reciclar cada tipo de residuo.

La política europea de residuos debería contener herramientas realistas y controlables como son unos objetivos comunes de reciclaje. Pero, además, el borrador de esta Estrategia no sólo abandona una política clara a favor del reciclaje sino que fomenta la incineración y no tiene en cuenta los criterios ambientales de ahorro de recursos y energía que suelen conseguirse con la recupera-ción de los residuos ni la importancia de evitar la dispersión de sustancias tóxicas que se producen con la incineración.

En cuanto a los residuos biodegradables, la Comi-sión Europea acaba de confi rmar que abandona la idea de elaborar una directiva específi ca para esta fracción de los residuos. Se limitará a proponer nor-

mas de calidad para el compost y las instalaciones de tratamiento. Esta lamentable decisión hará más difícil cumplir con la Directiva de Vertederos –que obliga a reducir la materia orgánica que llega a es-tas instalaciones– y que hubiera ayudado a tomar las decisiones necesarias para invertir en plantas de tratamiento.

Efectivamente, la Directiva de Vertederos impone desviar la materia orgánica de los vertederos, pero era esencial que la Comisión proporcionara una guía de opciones a tener en cuenta a la hora de diseñar las estrategias nacionales para la gestión de los residuos biodegradables. La fracción composta-ble representa un 47% de los residuos municipales españoles. Unos objetivos armonizados desde Bru-selas para estos residuos hubieran signifi cado un importante impulso a la toma de decisiones sobre las inversiones a largo plazo.

Proponiendo sólo unos objetivos de calidad para el compost y las instalaciones, la Comisión ha cambia-do la política de residuos que seguía hasta ahora, renunciando a dar unos objetivos claros de fl ujos prioritarios de residuos que creaban un ambiente favorable a la inversión y la innovación para el re-ciclaje en toda Europa. Sin esa guía, el tratamiento biológico y el reciclaje de la materia orgánica, es decir, una gestión sostenible de los residuos a largo plazo, va a ser mucho más difícil.

Los residuos biodegradables representan un valio-so recurso para nuestros suelos. Regularlos a escala europea era una necesidad económica y ambiental. Los suelos de nuestro país, como en la mayoría de los países mediterráneos, tienen un bajo contenido en materia orgánica e incluso se ven amenazados por la erosión y la desertifi cación en numerosas zonas, un proceso de degradación que se podría combatir usando enmiendas orgánicas de calidad, que podrían venir de los residuos orgánicos.

La política europea de residuos

Page 6: El Ecologista nº 46

En

Acc

ión

6 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

AHT GELDITU! INPOSAKETARIK EZ!Iñaki Barcena

Castor, adiós compañero

El pasado 3 de septiembre, aún no del todo superada la vorágine festiva de Aste Nagusia, nos dejaba Castor, compañero de siempre en Bizizaleak konpartsa y en el talde ecologista de Barakaldo.

Compartir este dolor con su gente más próxima (su familia, su compañera, su cuadrilla...) nos alivia de nuestra propia pérdida. Retenerle en el recuerdo nos ayudará a seguir transitado los caminos por los que tantas veces nos acompañó.

Ekologistak Martxan, Bizizaleak Konpartsa

Con este lema la coordinadora opositora al Tren de Alta Voracidad en Euskal Herria ha realizado una semana y media de mo-vilizaciones centradas en la colocación de una carpa reivindicativa frente al Gobierno Vasco en Lakua (Gasteiz) para realizar múltiples actividades entre el 13 y 22 de octubre, día en que se celebró una mani-festación en Bilbao donde se movilizaron varios miles de personas. Durante 9 días y noches, jóvenes de gaztetxes y sindicalistas de la industria y el agro vasco-navarro, ecologistas, alcaldes y concejales, mujeres y hombres de diversos movimientos sociales y partidos políticos de la izquierda vasca han realizado deba-tes, encadenamientos, concentraciones, marchas en bici, reparto de material in-formativo, etc., para acabar en Bilbao con un mani festiva y combativa, donde entre

otras cosas se denunció la petición de 3 años de cárcel para 24 miembros de AHT-Gelditu Elkarlana por participar en una protesta pacífi ca. No parece que vaya a remitir a corto plazo la denuncia de la estrategia de la confusión puesta en marcha tanto por el PNV como por el PSOE para intentar desorientar a la opinión pública con simu-lación de hechos consumados e impedir a la sociedad vasca tomar una postura clara sobre el tipo de comunicaciones y de Tren que Euskal Herria debe tener y sobre las graves consecuencias sociales, económicas y ecológicas de la puesta en marcha de un proyecto faraónico como la Y vasca.

Nos seguirán oyendo: EZ, EZ, EZ, AHT-rik EZ!

FOTO

: EKO

LOG

ISTA

K M

AR

TXA

N

Fomento sólo debate con las grandes constructorasEcologistas en Acción ha podido constatar una vez más cómo a las organizaciones sociales les resulta imposible debatir e intercambiar criterios y argumentos con los responsables de Fomento. Efectiva-mente, a pesar de los reiterados intentos, no ha sido posible contar con ningún representante de este Ministerio para debatir sobre el Plan Estratégico de In-fraestructuras y Transporte, PEIT, en las jornadas que la organización ecologista celebró en noviembre en Madrid. A dichas jornadas acudieron relevan-tes expertos en temas de transporte, profesores universitarios especialistas en economía del transporte, WWF/Ade-na, SEO/BirdLife, Greenpeace... Pero, al igual que ha venido ocurriendo con otras actividades de refl exión y debate orga-nizadas por otros colectivos sociales en temas de transporte (sindicatos, etc.) ha sido imposible contar con la presencia de responsables políticos de Fomento. Esta situación no responde sino a una clara censura impuesta por el departa-mento de comunicación de Fomento, que al parecer sólo “autoriza” a sus res-ponsables a acudir a aquellos sitios en los que no van a recibir críticas, esto es, a reuniones con los miembros de Seopan o de la CEOE, con los que parece existir mucha más sintonía que con sindicatos o grupos de defensa de la naturaleza. Esta política no viene de nuevas. Frente a lo que se viene anunciando de transpa-rencia y participación en la elaboración del PEIT, lo cierto es que el documento fi nal presentado en julio pasado no está disponible para su consulta; hay estudios realizados con fondos públicos que per-manecen cerrados en un cajón del Minis-terio porque sus conclusiones no gustan a sus responsables (verbigracia, un estudio de F. López Groh y el Taller de Planifi ca-ción SL sobre los supuestos beneficios socioeconómicos del AVE Madrid-Sevilla en el periodo 2001-2003, que demuestra a las claras que no hay tales benefi cios); también yacen bajo llave los análisis socio-económicos que desaconsejan la mayor parte de las autovías que piensa acometer Fomento en los próximos años ni más ni menos que por no ser rentables ni en términos económicos ni sociales… Ecologistas en Acción lamenta profun-damente esta actitud censora impropia de un Ministerio en un sistema democrático, por lo que continuará denunciando esta situación en tanto no se le ponga fi n.

Page 7: El Ecologista nº 46

En

Acció

n

7el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

La Comunidad de Madrid en OBRASPaco Segura

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

Es difícil hacerse a la idea de lo que está pasando en Madrid en materia de infra-estructuras de transporte en los últimos años. Hay que vivir en la capital o en su área metropolitana para darse cuenta en toda su magnitud de las graves conse-cuencias ambientales –y sobre la calidad de vida de los madrileños– que tiene la desaforada actividad constructora de las diferentes administraciones. Madrid es, hoy por hoy, el área me-tropolitana europea con más kilómetros de autovía y autopista en relación a su población. Y también es una de las zonas que registran mayores y más persistentes atascos de tráfico cada día. El ritmo de construcción de carreteras de alta capacidad es desaforado: en los últimos diez años se ha pasado, gros-so modo, de 500 a 1.000 kilómetros de autovías y autopistas. Lejos de mejorar la situación del tráfico, estas nuevas in-

fraestructuras vienen produciendo un importante efecto llamada que cada

día anima a más gente a desplazarse en automóvil, con lo que la congestión no deja de crecer. Ciertamente también ha habido grandes inversiones en transporte

público, pero al no ir acompañadas de un plan de movilidad sostenible ni de restricciones al coche no han tenido la utilidad que se anunciaba. Así, duran-te 2004 el tráfico de automóviles en la

región se incrementó un 4% frente al 1% de aumento en el uso del transporte público. Lejos de atender a esta situación, el Gobierno de la Comunidad y el del Ayun-tamiento de Madrid se empeñan en rea-lizar nuevas autopistas o en desdoblar y ampliar las ya existentes. Éstas actuacio-nes se realizan, en la mayor parte de los casos, eludiendo la evaluación de impacto ambiental con diversas argucias, que a menudo no son sino fraudes de ley. En la actualidad el Ayuntamiento está ampliando la capacidad de la autovía de circunvalación M-30 –¡con 40 km de túneles!– para que por ella circulen cada día 250.000 coches más. La Comunidad de Madrid pretende continuar en febrero de 2006 el desdoblamiento de la M-501 (la “carretera de los pantanos”) para así dar alas a los desarrollos urbanísticos pre-vistos en la zona oeste de la Comunidad, declarada zona LIC y ZEPA, a pesar de las sucesivas declaraciones de impacto nega-tivas y de un informe contrario del CSIC. También se acaban de presentar los estudios de viabilidad para cerrar la M-50 por el Monte de El Pardo –a través de un doble túnel de 9,5 km– y para construir la Radial-1 –alternativa a la Madrid-Bur-gos– afectando también a la zona LIC del río Jarama. ¿Hasta cuando durará esta locura del hormigón?

Quads: un nuevo problema en aumento

El mercado de quads se ha disparado en España en los últimos años. Hasta agosto en 2005 se habían matriculado más de 23.500 unidades en todo el país, lo cual supone un incremento del 60% respecto a las cifras del año pasado. Antaño, éste era un vehículo destinado a labores agrícolas, como complemento de tractores, y para vigilancia de parajes forestales, debido a su pequeño tamaño y su gran capacidad para atravesar todo tipo de terrenos. Pero, al igual que paso con los todo-terreno, se ha convertido en los últimos años en un vehículo para el ocio, y con ello en un problema para el medio ambiente y la naturaleza. Así lo demuestra el resultado de un control que los Agentes Rurales del De-partamento de Medio Ambiente y los Mossos d’Esquadra realizaron el primer fin de semana de noviembre en el macizo de las Guilleries (Selva): de 39 vehículos inspeccionados (20 quads y 19 motos) se desprendieron 50 infracciones. De éstas, 16 eran por incumplir la ley que regula el acceso motorizado al bosque y 34 por no cumplir normas de tráfico. Muchos de los vehículos no tenían seguro o matrícula, y algunos de sus conductores no llevaban el carnet de conducir. Pero éste no es un caso aislado, en el último año se han incrementado las denuncias y quejas de usuarios, propie-tarios forestales y ayuntamientos sobre el paso de vehículos en zonas prohibidas y protegidas. Estos vehículos, que se pueden condu-cir con los carnets A y B, pueden transitar por cualquier vía de circulación, siempre que alcancen la velocidad mínima re-querida. Es obligatorio el uso del casco, independientemente de la actividad que se realice. Su precio oscila entre los 1.800 y los 12.000 euros.

Con licencia para destruir

Page 8: El Ecologista nº 46

En

Ac c

ión

8 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

El golf somos todosJuan Antonio Conesa

La mayoría de los campos de golf de la Región de Murcia incumplen la declara-ción de impacto ambiental y se riegan de modo ilegal, no usando ninguno de ellos aguas depuradas. En situación de ilegalidad, por citar algunos casos, se encuentran los cam-pos de golf de Baños y Mendigo (Mosa Trayectum), que incumple la Declaración de Impacto Ambiental, que le obligaba a obtener la autorización por parte de la Confederación Hidrográfi ca del Segura, para poder ser regado con las aguas pro-cedentes de la depuradora, que actual-mente se encuentra parada, entre otras cosas porque en la urbanización no vive prácticamente nadie. Mientras, el campo de golf está en pleno rendimiento, regán-dose dos veces al día con agua de un pozo cercano, autorizado para uso agrícola y no recreativo. El campo de golf de El Saladillo en Ma-zarrón, se riega con agua procedente de las zonas del trasvase Tajo-Segura, a través de un complejo sistema de tuberías que de modo ilegal sustraen caudales destinados a la agricultura, acabando fi nalmente en

una balsa a la que también van los cauda-les de la depuradora de la urbanización, en la que apenas viven 5.000 personas por lo que los caudales depurados no alcanza-rían jamás los necesarios para mantener el mencionado campo de golf. Además, como en tantos otros casos, estas insta-laciones empezaron a funcionar mucho antes de que se procediera a someter a estudio el impacto ambiental del mismo. Las instalaciones de Alto Real, en Mo-lina de Segura, se riegan con agua de pozos. Incluso este verano se ha estado regando con agua de la red de abasteci-miento urbano. El golf en nuestra región crece a ritmos desorbitados, con la excusa de que los campos se regarán con agua depurada. Llama poderosamente la atención que en una región con falta de agua, se apueste por un modelo de desarrollo tan depen-diente de un recurso del que carecemos. En la Región de Murcia, existen más de cinco campos de golf, la mayoría de 18 hoyos que tienen una superfi cie de entre 50/60 hectáreas. Esto supone que al año los campos de golf de nuestra región se beben entorno a unos tres millones de metros cúbicos. Este volumen de agua equivale al consumo anual de una ciudad de más de 50.000 habitantes.

El ayuntamiento de Murcia pide el trasvase. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

Otra ribera para el Segura

El Proyecto Nutria y la Confederación Hidrográfi ca del Segura (CHS) fi rmaron este año un Convenio de Cooperación que ha supuesto la restauración de la ve-getación de ribera en un tramo de 500 m lineales de mota y 7.500 m2 de superfi cie en la ribera del río Segura, en el paraje de Candelón (Abarán, Valle de Ricote). Antes su estado era pésimo por la au-sencia de vegetación, la compactación del suelo y la suciedad acumulada en la expla-nada y en la mota (de antigua escollera y gran pendiente). Con esta restauración del bosque de ribera se han respetado los escasos ejemplares autóctonos que subsistían –como juncos e iris– y se han plantado sauces, álamos, almeces, fresnos (en peligro de extinción en la Región), baladres, sauzgatillos y tarays, formando manchas conectadas por caminos de albero y madera. Se ha puesto especial cuidado en que todos los ejemplares plantados sean de origen local y en convocar al vecindario para informarles e incorporar sus suge-rencias. Los trabajos incluyen 1 puente, una rampa para discapacitad@s y 2 pla-taformas de piedra y han costado unos 150.000 €, aportados por la CHS. Con el convenio se trabaja en otros proyectos, como la II fase del Caño, el Jarral y el Co-rredor Ojós-Contraparada, lo cual no sería posible sin la colaboración desinteresada de voluntari@s, expert@s y vecin@s. El Proyecto Nutria es una iniciativa de Ecologistas en Acción de la Región Murcia-na, que cuenta con el apoyo de las funda-ciones La Caixa y Biodiversidad. Pretende conservar la nutria, recuperar los bosques de ribera y promover el ecoturismo y la agricultura ecológica en la cuenca del Segura, mediante la educación ambiental y la participación social.

ILUSTRACIÓN: JAVIER GRIJALBO

Page 9: El Ecologista nº 46

En

Ac ció

n

9el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Una de cal y otra de arenaIsabel Bermejo

En agosto se publicaba una orden del Ministerio de Agricultura anulando la inscripción en el Registro de Varieda-des Comerciales de las variedades de maíz transgénico insecticida Bt 176. Se autorizaban al mismo tiempo 14 nuevas variedades con la modifi cación genética MON 810. Bienvenida sea la retirada de las variedades Bt 176, que Ecologistas en Acción venía reclamando desde su registro en España en 1998. Con ello el Ministerio cumple –con más de un año de retraso– sendas decisiones de las Agencias de Seguridad Alimentaria Europea y Española, que requerían su desaparición a partir de diciembre 2004 debido a los riesgos sanitarios del gen de resistencia a la ampicilina que contienen. Sin embargo, no se entiende la precipitada inclusión en el Registro de 14 nuevas variedades MON 810. La modificación MON 810, auto-rizada en la UE en 1998, deberá someterse a evaluación de nuevo en 2006 y está por ver si cumplirá con los requisitos más estrictos de la actual normativa. Alemania, Aus-tria, Grecia, Hungría y Polonia han prohibido el cultivo de este tipo de variedades, aduciendo entre otras razones falta de información clave en el momento de aprobación del MON 810, así como posibles riesgos para la salud y el medio ambiente. Preocupa, por ejemplo, la similitud de la toxina insecticida produci-da por el MON 810 y la del maíz StarLink, prohibido para consumo humano en EE UU por sus caracte-rísticas potencialmente alergénicas. Pese a ello, el “Plan de Seguimien-to” previsto por el Ministerio de Agricultura ¡no exige seguimiento alguno de los efectos de las 14 va-riedades registradas sobre la salud y el único aspecto ambiental que contempla es el impacto del maíz insecticida en los organismos del suelo de las parcelas cultivadas!

El Cascabelero

En 2004 se fi nalizó el represamiento de la ribera El Cascabelero, en el río Oraque (Huelva). En menos de 4 meses se taponó el curso, con total impunidad y un inau-dito silencio, a pesar de las visitas esporá-dicas de agentes forestales de la Junta de Andalucía y del Seprona. Ecologistas en Acción de Huelva pre-sentó denuncia ante la Confederación Hidrográfi ca del Guadiana y la Delega-ción de Medio Ambiente, pues no sólo ha supuesto un gran destrozo ambiental, sino que además carece de Declaración de Impacto Ambiental, obligatoria por ser una presa de más de 15 m de altura y capacidad superior al 1,5 Hm3. La ribera El Cascabelero tiene una gran diversidad biológica con especies endé-micas por el efecto del aislamiento provo-cado por las riberas de aguas ácidas que le rodean procedentes de las minas de la comarca y a las cuales se une aguas abajo. Además, habitan en la ribera especies pro-

tegidas como nutrias, galápagos leprosos y europeos. Muchos de los peces de este cauce necesitan el restablecimiento del curso fl uvial para sus movimientos natu-rales, como es el caso de barbos, pardillas, colmillejas y cachuelos. El promotor de esta obra es un em-presario de la zona, apoderado de miles de hectáreas de terrenos de una antigua compañía minera, que ha sustituido viejas dehesas de encinar y secano por explo-taciones intensivas de cítricos y olivos en regadío de una forma insostenible. Si añadimos que a unos 15 km de distancia se encuentra el mayor represamiento de la provincia, la presa de El Andévalo (650 Hm3) podremos comprobar como esta obra hidráulica no tiene justifi cación alguna. Ecologistas en Acción exige la restitu-ción del cauce, con la misma celeridad con la que se taponó. El daño está hecho, la presa se está llenando, el cauce está cortado ¿a qué esperan la Confederación Hidrográfica y la Consejería de Medio Ambiente?

Terminar con TerminatorEcologistas en Acción se ha sumado a Terminar con Terminator, una campaña que busca prohibir la tecnología Terminator. Esta tecnología consiste en la modifi cación genética de plantas para producir semillas estériles. Esta práctica ha sido condenada ampliamente por la sociedad civil, los organismos científi cos y muchos gobiernos, por considerarla una aplicación inmoral de la biotecnología. De comercializarse, Terminator evitaría que los agricultores pudieran reutilizar su semilla a partir de sus cosechas, lo que los forzaría a recurrir al mercado de semillas comerciales. La moratoria internacional que existe de facto sobre la tecnología Terminator está siendo atacada en el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB). Por ello, la próxima reunión del Grupo de Trabajo del Convenio, que se celebrará en Granada, Andalucía, del 23 al 27 de enero de 2006, será crucial para una prohibición internacional de esta tecnología.

FOTO

: ECO

LOGI

STAS

EN A

CCIÓ

N DE H

UELV

A

Page 10: El Ecologista nº 46

En

Ac c

ión

10 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

En

Ac c

ión

Un nuevo SOS por Granadilla

La movilización ciudadana contra el Puer-to de Granadilla vivió recientemente un nuevo episodio en la playa de Tejita. Se-gún Ben Magec-Ecologistas en Acción de Tenerife unas 1.500 personas se concen-traron en la playa sureña para formar un gran SOS humano y solicitar ayuda a la Unión Europea para que no se construya un Macro-puerto industrial que destruiría una de las mejores zonas del litoral de la isla. La movilización contrató los servicios de una avioneta para que realizara fotos aéreas que serán remitidas a los diputa-dos y comisarios europeos. Cerrando la edición nos llega la noticia de una nueva manifestación en Santa Cruz de Tenerife contra el puerto, que ha logrado, pese a la oposición de todos los partidos represen-tativos y de casi toda la prensa, sacar a la calle a más de 80.000 ciudadanos.

Impactos de las prospecciones petrolíferasEcologistas en Acción ha denunciado que las campañas de prospección sísmica son altamente dañinas para la fauna que utiliza las aguas del Archipiélago Canario y del Estrecho de Gibraltar como vía de paso en sus rutas migratorias, estando el Gobierno obligado a proteger estas rutas según lo acordado en la Convención sobre el Dere-cho del Mar de Naciones Unidas. La organización ecologista ha elaborado un documento donde se recopilan las carac-terísticas de las actividades de prospección y extracción petrolífera, así como sus repercu-siones sobre los ecosistemas presentes en el Mar de Alborán, Canarias y Asturias. Los métodos sísmicos de prospección se realizarán mediante cañones de aire comprimido Air-guns capaces de generar ondas sonoras que defi nen la estructura del suelo y subsuelo marinos. Estas ondas tienen unos niveles de intensidad (180-250 dB) intolerables para la fauna marina y pue-den ocasionar varamientos de cetáceos.

Además, estos méto-dos sísmicos, pueden ocasionar daños so-bre los recursos pes-queros presentes en las zonas afectadas por las prospeccio-nes, ya que se ha podido observar, en estudios so-bre campañas similares lle-vadas a cabo

en el Mar del Norte, que los peces sufren cambios en el comportamiento y se han descrito lesiones en la vejiga natatoria, ojos, oído interno y línea lateral. Esto conformaría una nueva presión sobre pesquerías bastante mermadas como, por ejemplo, la de la anchoa. En una segunda fase de los proyectos, se realizarían las perforaciones de los pozos. Para ello se emplearían una mezcla de mi-nerales y productos químicos, arrojándose directamente al mar los residuos proce-dentes de la perforación. En la mixtura con las arcillas del fondo se formaría un barro oleoso, el cuál, es mortífero para la fauna del fondo y, además, podría sepultar há-bitats sumergidos, de alto valor ecológico, como las praderas de fanerógamas marinas y los bosques de algas pardas. Esta activi-dad produce efectos devastadores sobre aquello que se encuentra en un radio de 500 metros de la perforación y se pueden observar cambios sustanciales en un área de 20 km2. En la fase de extracción del petróleo se liberan compuestos como metales pesados o hidrocarburos aromáticos que pueden llegar a la cadena trófi ca y por lo tanto al ser humano, provocando daños en la salud. Ecologistas en Acción ha criticado la actitud del Gobierno español autorizando la realización de unos proyectos que po-nen en grave peligro recursos altamente valiosos tanto desde el punto de vista ecológico como económico y cultural.

Informe completo en www.ecologistasenaccion.org/mar

Puerto Deportivo Luis CampomanesEcologistas en Acción del País Valenciano, Greenpeace y WWF/Adena han denun-ciado ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana el incumpli-miento de las medidas ambientales, por parte del promotor Marina Greenwich SA, impuestas por la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) al proyecto de ampliación del Puerto Deportivo Luis Campomanes en Altea (Alicante). La denuncia se centra en la obligatorie-dad de realizar el trasplante de Posidonia oceanica, así como de los ejemplares de Pinna nobilis (molusco conocido como Nacra) afectados por las obras de amplia-ción del puerto. Se trata de 40 hectáreas

de pradera submarina en magnifico estado de

conservación. Las organiza-ciones ecologistas denuncian que las obras han conti-nuado, a pesar de que la DIA impo-ne la condición de que no se iniciaran hasta que no se hu-

biera trasplantado las dos especies citadas.

El transplante no se ha llevado a cabo, y según

los informes de la Univer-sidad de Alicante, no podrá

realizarse nunca.Pinn

a no

bilis

Manifestación 26 nov 2005

Page 11: El Ecologista nº 46

En

Acció

n

11el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Protección de la Alta Montaña

La Comisión Promotora de la Iniciativa Legislativa Popular para la Protección de la Alta Montaña en Aragón, presentó en el mes de septiembre en las Cortes de Ara-gón las 30.000 firmas recogidas entre los ciudadanos mayores de edad y censados en cualquier municipio de las provincias aragonesas. Según los requisitos para la presenta-ción de una ILP eran necesarias 15.000 firmas para que esta iniciativa pudiera ser defendida ante el Parlamento Aragonés, por lo que han sido el doble las conse-guidas a lo largo de los seis meses que se tenía de plazo, desde el 9 de marzo al 8 de septiembre de 2005. En estos momentos se espera la pu-blicación de la proposición de Ley en el Boletín Oficial de las Cortes de Aragón y su remisión al Gobierno de Aragón, al objeto de concretar el día para su defensa en pleno. La Plataforma en Defensa de las mon-tañas de Aragón, impulsora de esta Pro-puesta de Ley, lleva trabajando desde 2003 para que la opinión pública conozca los impactos medioambientales y paisajís-ticos que se están produciendo en el Piri-neo (Formigal, Panticosa, etc.), en el Siste-ma Ibérico (Javalambre, Valdelinares, etc.), y aquellas que están en proyecto cómo Castanesa, Bielsa o Chistau (Pirineos), motivados por las ampliaciones de pistas de esquí y el desmesurado crecimiento urbanístico sin ningún tipo de legislación y control que lo regule.

Las montañas como los chorros de oroChan Baos

La idea de dejar el entorno tan limpio como se ha encontrado es relativamente cercana en el tiempo. Cuando en su día la entonces ERZ realizó las infraestructuras necesarias para el aprovechamiento de gran parte de los ibones naturales del pirineo necesitó, además de las paredes, las tuberías y las minicentrales, muchas pequeñas obras a lo largo del recorrido desde el último acceso con camiones hasta las obras. Así, fue necesario instalar telesillas para poder transportar los mate-riales de construcción, alimentos, etc. Una vez terminadas las obras no se consideró necesario deshacerse de todo aquel montón de torretas (con sus zapatas de hormigón ancladas en tierra o roca), ca-setas o los cientos de kilómetros de sirgas que se emplearon en aquellos años y que desde entonces se encuentran tiradas en el suelo y a la vista de los caminantes, en el mejor caso. En octubre de 2004 el Gobierno arago-nés se comprometió a limpiar los ibones de Ip, Arrieles, Respumoso, Campoplano, Bachimaña, Brazatos, Bramatueros, Azúl, Marboré, Urcieto y Llausiet. Dicho trabajo sería fruto del convenio firmado por el Gobierno de Aragón, la Confederación Hi-drográfica del Ebro, Ibercaja, la Fundación Endesa, Endesa S.A., y los ayuntamientos de Canfranc, Sallent de Gállego, Panticosa, Bielsa y Montanuy. Todo apuntaba que, por una vez, los principales responsables del deterioro del medio ambiente iban a trabajar de

manera conjunta y en buen sentido. Se-gún las declaraciones del presidente de Aragón, D. Marcelino Iglesias, en la firma del convenio, el espacio quedaría “como los chorros del oro”. Nada más lejos de la realidad. El pasa-do 30 de octubre Ecologistas en Acción, bajo el lema de “Ibones y montañas lim-pios” organizó una recogida simbólica de residuos en el camino al ibón de Brazato, consiguiendo unos 300 kg de materiales provenientes de las obras acometidas por ERZ en su momento. Los cerca de 30 miembros de la cuadrilla de limpieza bajaron por sus propios medios este material de una zona supuestamente ya limpia, según el departamento de medio ambiente del Gobierno de Aragón. Al parecer, nadie ha comprobado que esta zona, a escasos cincuenta minutos andan-do del balneario de Panticosa, permanece llena de enrona. El 9 de noviembre Ecologistas en Ac-ción llevó hasta la puerta de la DGA los 300 kg de materiales con intención de presentarlos en el registro del organismo. Como anécdota, señalar que se consiguió pasar por registro una carrucha de unos 5 kg, cuando lo único registrable son documentos. Ecologistas en Acción está haciendo un seguimiento exhaustivo de la limpieza en los ibones y está creando un catálo-go fotográfico para evaluar el trabajo realizado bajo el convenio, que acaba próximamente.

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

DE A

RAG

ÓN

La montaña esta en peligro. FOTO: EDUARDO VIÑUALES

Page 12: El Ecologista nº 46

En

Acc

ión

12 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Foro por la EducaciónYayo Herrero

Bajo el lema ¿Qué educación para qué sociedad? se celebró, en Córdoba, del 29 de octubre al 1 de noviembre de 2005 el Foro Social Ibérico por la Educación (FSIPE). Se trata de una iniciativa que forma parte del proceso iniciado en el Foro Social Mundial celebrado en Porto Alegre en 2001. Convocado por una treintena de or-ganizaciones sociales, consistió en un espacio de encuentro en el que han par-ticipado organizaciones y movimientos de la sociedad civil de varias zonas del Estado español y de Portugal. Se ha deba-tido, reflexionado, se han intercambiado experiencias, se han hecho propuestas y se han construido alternativas partiendo de una crítica al neoliberalismo. El objetivo final que planteaban las organizaciones convocantes era conso-lidar una Red mundial de lucha contra la mercantilización de la educación y por la democratización efectiva del derecho a la escuela pública de calidad. Se trataba, en definitiva, de construir un lugar de encuentro en el que se partía de la con-vicción de que es posible construir otra educación para un mundo distinto. Los espacios de participación han sido diversos. Por las mañanas tenían lugar conferencias y debates temáticos en el campus Rabanales (Universidad de Córdoba) y por las tardes seminarios, talleres, relatos temáticos y actividades culturales, que se realizaban en distin-tos centros educativos de la ciudad de Córdoba. Ecologistas en Acción ha participado realizando cuatro talleres que tuvieron una buena acogida: “La contrapublici-dad: una herramienta de cambio social”, “El currículum oculto antiecológico en los libros de texto”, “Cambiar las gafas para ver el mundo” y “Agenda 21 y Ciu-dad de los Niños”.

Tercer Curso de Ecología Social

Programa en www.ecologistasenaccion.org

Ecologistas en Acción realizará en Madrid, en la primavera de 2006, la 3ª edición del Curso de Ecología Social. Se trata de un curso donde se trabaja la sostenibilidad a través de temas como la energía, tecno-logía, desarrollo económico, necesidades y escapada virtual, globalización, mujer y exclusión social. Las sesiones son impartidas por miem-bros de la organización ecologista y cola-boradores como José Manuel Naredo. En esta edición se van a introducir algunos cambios, como incluir un tema nuevo, Biodiversidad, e incorporar al equipo de ponentes a Ramón Fernández Durán y

Jorge Riechmann. La metodología es fundamentalmente participativa, basada en la construcción colectiva fruto del debate y las reflexiones compartidas. El curso incluye una segunda parte en la que los alumnos/as realizan un trabajo por grupos aplicando los criterios para la sostenibilidad a un tema específi-co de su interés: agua, transporte, caza, nucleares, transgénicos... El curso dura 50 horas, del 2 de marzo al 6 de abril, martes y jueves de 18´30 a 21´30.

En el artículo publicado en la revista (El Ecologista nº 44 verano 2005) titulado “La Nanotecnología” se aporta una gran cantidad de “mal-información” al lector, pues sólo se describen los aspectos más negativos, algunos de ellos discutibles, de esta nueva disciplina científica, sin entrar a valorar algunos de los muchos aspectos positivos que sin duda aporta y que son gravemente cuestionados. Sirva de ejemplo la comparación que se reali-za entre la toxicidad de los nanotubos –entiendo que son de carbono, aunque pueden ser de muchos más materiales y el polvo de sílice en los pulmones de una rata–. Evidentemente, la toxicidad de uno y otro compuesto no tienen nada que ver puesto que su composición química es completamente diferente, y por supues-to esto no tiene nada de nanotecnología. Sin embargo, los nanotubos de carbono están aportando unos grandes avances

en la eliminación de óxidos de nitrógeno en tubos de escape de automóviles. La nanociencia es el estudio de los fenómenos y manipulación de la materia a escala atómica, molecular y macromo-lecular, donde las propiedades difieren sensiblemente de la gran escala. A partir de esta definición se puede empezar a trabajar en este campo con la intención no sólo de preservar nuestro medio am-biente, sino de intentar recuperar aquel que ya está dañado o sustituir aquellos procesos que lo dañan por otros más benignos o inocuos.

José Rafael Ruiz ArrebolaProfesor Titular del Dto de Química Orgánica (Universidad de Córdoba). Miembro del Grupo de Investigación FQM-346 (Catálisis Orgánica y Materiales Nanoestructurados). Miembro de Ecologistas en Acción.

¿Por qué sólo queremos ver las cosas negativas que aporta el progreso científico-tecnológico?

La opinión del lector

Page 13: El Ecologista nº 46

En

Acció

n

13el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Conocer y conservar los Parques NacionalesGestión de la predaciónJoaquín Reina

La gestión de la predación es uno de los temas más controvertidos y polémicos de cuantos debates ha propiciado la inter-vención del hombre en el medio natural. El llamado de forma eufemística “con-trol de predadores” es una de las prácticas que, secularmente y hasta el día de hoy, ha ido mostrando la incompatibilidad entre caza y conservación de la natura-leza. El constante incremento del número de cazadores y la consiguiente intensi-ficación de la presión cinegética hace que cada vez haya menos caza a repartir. Esta realidad, al menos desde el punto de vista teórico, pretende ser atajada mediante diversas medidas de gestión entre las que destaca la sistemática y continuada eliminación de los predado-res. Este modelo considera a los preda-dores como competidores directos por la caza, basándose en una premisa errónea: “cuantos menos predadores haya, más conejos y perdices habrá y más podrá cazarse, con el beneficio económico que esto supone”. En una gestión integral de la predación es imprescindible comprender mejor los mecanismos que regulan la interacción predador-presa, de modo que el gestor cinegético cuente con técnicas que hagan compatible la caza con la conservación de la naturaleza. Con esta idea en mente, las jornadas de Gestión de la Predación en el Medio Natural, organizadas por Ecologistas en Acción de Andalucía y la Federación An-daluza de Caza. Celebradas en octubre, en Córdoba, sirvieron para debatir inten-samente sobre los numerosos aspectos estrechamente relacionados con el con-trol de predadores. La información compartida en el transcurso de las jornadas evidenció que el control de los depredadores es la medida de gestión cinegética más habi-tual en el Estado español. Asimismo, se constató, que el control de depredado-res, tanto el legal como el ilegal, supone uno de los principales problemas de conservación para determinados grupos faunísticos, siendo la principal causa de extinción o rarefacción de especies em-blemáticas como el lince ibérico, buitre negro, águila imperial, milano real, lobo, etc. Igualmente, se confirmó una vez más, que el uso ilegal de métodos no selectivos de captura, está fundamentalmente ligado a la gestión cinegética y en menor medida a la ganadería de ovino y caprino.

www.ecologistasenaccion.org/parques_nacionales

Ecologistas en Acción pone en marcha, en colaboración con la Fundación Biodi-versidad, un proyecto destinado a dar a conocer la Red de Parques Nacionales y su importancia para la conservación de la naturaleza. Tras las recientes sentencias del Tri-bunal Constitucional sobre la gestión y el Plan Director de Parques Nacionales, Ecologistas en Acción considera de gran importancia la consolidación de una red estatal de parques nacionales bien ges-tionados, la potenciación de la imagen y la proyección exterior de dicha red, así como la creación de un marco de debate entre todos los responsables, afectados e interesados en la conservación de estos parques. Por ello, durante un mínimo de diez meses, Ecologistas en Acción desarrollará múltiples actividades, destacando por su relevancia una campaña divulgativa sobre la importancia de mantener la Red de Parques Nacionales con un modelo de gestión común a todos los parques. La campaña estará dirigida a las administra-ciones locales, entidades sociales interesa-das en la conservación de la naturaleza y a la sociedad en general. Dicha campaña contará con la edición de diverso material informativo, una página Web y un boletín electrónico que incluirá información so-bre todo lo relacionado con los parques nacionales. Para divulgar entre las organizaciones sociales la importancia de la Red y favo-recer su participación, se mantendrán

contactos personales con organizaciones agrarias, sindicales, vecinales y culturales. Además, se organizará un Seminario sobre el modelo de gestión de los parques nacionales en el que participarán repre-sentantes de todas las administraciones implicadas, organizaciones ecologistas y sociales, expertos y partidos políticos. En el Seminario se debatirá sobre el futuro de los parques nacionales, su gestión por las Comunidades Autónomas, y el nuevo Plan Director que se debe elaborar durante 2006. El proyecto incluye también activida-des para fomentar la coordinación entre los representantes ecologistas en los Pa-tronatos, para lo cual se organizará el III Foro Ecologista de Parques Nacionales.

Parque Nacional de GuadarramaEcologistas en Acción ha acusado a la Con-sejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid de falta de transparencia y oscurantismo en relación con el procedimiento de de-claración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. La organización ecologista teme que la ausencia de información y participación se deba a que la Comunidad de Madrid esté

desarrollando una estrategia de marketing verde cuyo objetivo final sea no limitar las actuaciones urbanísticas del piedemonte serrano. De hecho los municipios de la zona de la Sierra están haciendo propues-tas absolutamente descabelladas de reca-lificación de terrenos para urbanizar. Cabe destacar Garganta de los Montes, en el Valle del Lozoya, Soto del Real, Cercedilla, Miraflores...

FOTO

: ECO

LOGI

STAS

EN A

CCIÓ

N DE A

RAGÓ

N

Page 14: El Ecologista nº 46

En

Ac c

ión

14 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Ante el problema ambiental más importante a corto, medio y largo plazo que existe en el planeta, el Cambio Climático, Ecologistas en Acción ha iniciado una Campaña de información, formación y concienciación para ayudar a frenar este gran fenómeno global.

La campaña pretende abarcar largo tiempo y seguir una línea de actuación común para ser más efi ciente en la consecución de sus objetivos.

Ecologistas en Acción sostiene que las soluciones al problema pasan por el ahorro y la efi ciencia energética, la sustitución de las fuentes tradicionales por energías renovables y el cambio del modelo de transporte. Y por ello se han llevado a cabo actividades como: difusión a diferentes públicos de una exposición sobre Cambio Climático, edición y difusión de varios trípticos sobre este tema, seguimiento y participación en las conversaciones para fi jar la Estrategia española para combatirlo, edición y difusión de un Plan de Ahorro y

www.ecologistasenaccion.org/clima

Campaña Cambio ClimáticoEfi ciencia en el Consumo Eléctrico, edición y difusión de una Propuesta de Desarrollo de la Energía Eólica para el horizonte 2010-2012, edición y difusión de un Informe sobre Calidad del Aire en el entorno de las centrales térmicas, y oposición a la construcción de nuevas centrales térmicas.

Por tanto hay que considerar que existe una parte del trabajo ya realizado. La continuación de éste pasa por la difusión a gran escala de los documentos anteriores, la difusión de cuñas de radio y anuncios en prensa escrita, la celebración de un curso sobre Cambio Climático y Energías Renovables para el profesorado, la elaboración de un documento sobre Cambio Climático a partir de la participación de todas las áreas de trabajo de Ecologistas en Acción, la celebración de un acto estatal alusivo al Cambio Climático en primavera, la asistencia a la 11ª Conferencia de las Partes y la 1ª Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto que ha tenido lugar en Montreal (Canadá), la celebración de una

exposición con distintas actividades complementarias, la edición de diversos materiales (camisetas,

gorras, abanicos, pegatinas, imanes...), la celebración de un concurso de logotipos y otro

de foto-denuncia, la impartición de actividades formativas y las

múltiples ideas que vayan surgiendo según se desarrolle la campaña.

Ecologistas en Acción asume la responsabilidad de colaborar en

la difusión de la problemática que trae consigo el Cambio Climático y de intentar que el ciudadano de a pie se sienta afectado, refl exione sobre ello y actúe para evitar que se agrave de manera irreparable. Es, por tanto, una tarea de toda la sociedad unir

sus esfuerzos para que el modelo energético cambie y se convierta en algo racional y sostenible. En

la medida en que un número elevado de personas sientan el Cambio Climático como lo que es, un problema grave que nos afecta a tod@s, la

difi cultad será menor.

Exposición sobre Cambio Climático

Cuadernos e informes sobre energías renovables

Trípticos

Page 15: El Ecologista nº 46

En

Ac ció

n

15el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

En

Ac ció

n

La térmica de Guadaira no se construyeJosé Luis León González

Cementera de Almoguera

El 13 de noviembre, fue una jornada histórica en el valle del Tajuña. Más de 400 per-sonas se manifestaron por las calles de Orusco de Tajuña para oponerse a un proyecto de cementera en Almoguera. Vecinos, agricultores, comer-ciantes, empresarios, ganade-ros y ecologistas, así como a todas las corrientes políticas presentes en los ayuntamien-tos convocantes. La manifestación fue una iniciativa de Ecologistas en Acción del Valle del Tajuña, apoyada por 7 ayuntamientos y por más de 20 asociaciones de diverso tipo que rechazan la construcción de esta indus-tria y reivindican el derecho de los habitantes de la zona a un aire limpio y a un futuro decidido por ellos mismos. Desde 1997, año en que comenzó el proyecto de la cementera, el Gobierno cas-tellano-manchego ha anun-ciado su archivo en diversas ocasiones, pero luego vuelve a resurgir. Por eso, y a pesar de las de-claraciones que se han vuelto a producir en el sentido de “dar carpetazo” a la cementera de Almoguera, existe descon-fi anza y se pide un pronuncia-miento definitivo donde se anuncie que el proyecto de cementera y canteras asocia-das nunca se van a realizar.

El 20 de octubre el Ministerio de Medio Am-biente emitió la primera declaración de impacto ambiental negativa para una central térmica de ciclo combinado (CTCC), dando así la razón a la posición y los argumentos defendidos por Ecologistas en Acción de Sevilla y asumidos por la Plataforma Antitérmica sevillana. La declaración ha sido avalada por informes emitidos por la Secretaría General para la Pre-vención de la Contaminación de la Junta de Andalucía y por Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Éstos indicaban que la central aumentaría la contaminación en un espacio urbano que ya sufre altos niveles de polución por el tráfi co y que las necesidades de agua de la central eran incompatibles con el Plan Hidro-lógico de la cuenca. La CTCC de Guadaira era un proyecto de 390 MW ubicada en torno a un área de expansión urbanística, con zonas residenciales a menos de 1 km, rodeada de centros hospitalarios y situada al sur de la ciudad, junto a la dársena del río Guadal-quivir. Presentaba como mayor inconveniente su emplazamiento al sur de la ciudad, en una zona con vientos predominantes que dispersarían los contaminantes sobre toda la ciudad. Además, las necesidades hídricas de la central (150 l/s) empeoraban seriamente la calidad del agua de la dársena del río Guadalquivir que atraviesa Sevilla, dato reflejado en la incompatibilidad manifestada por la Confederación Hidrográfi ca del Guadalquivir entre la concesión de aguas

necesaria y con los planes de la cuenca. La importancia de esta declaración negativa va más allá del simple hecho de no construir una central térmica. Es el reconocimiento de que a pesar de tratarse de la tecnología más efi ciente para obtener electricidad con la que-ma de combustibles fósiles, no por ello es una tecnología limpia e inocua, libre de restricciones medioambientales. Sin embargo, toda la lluvia de proyectos que inundan el territorio español se están vendiendo –por las eléctricas y algunas administraciones– como una tecnología limpia. En esta lucha hemos participado muchos co-lectivos sociales y partidos políticos, defendiendo la salud de todos. También hemos contado con la simpatía de gran parte de la ciudadanía. Frente a nosotros, tecnócratas y empresarios que veían la oposición a este proyecto como un rechazo a una energía que necesita Sevilla para su desarrollo industrial y por tanto para su progreso. Nuestra arma en esta lucha ha sido utilizar un discurso coherente, con una argumentación fundamentada, basada en tres puntos: no es la mejor alternativa a las necesidades de servi-cios energéticos; puede afectar la salud de los ciudadanos; y que es un proyecto innecesario. Y nuestra estrategia ha sido llegar a tod@s los ciudadanos, acercándonos a contar el problema en todas las esferas: la universidad, la calle, los foros de participación municipal (consejo local de medio ambiente), la prensa, los centros cívi-cos y las asociaciones de vecinos.

FOTO

: ECO

LOGI

STAS

EN A

CCIÓ

N

ecologistasenaccion.org/quimicos

REACHSe comercializan 400 millones de toneladas de 100.000 sustancias químicas diferentes. Del 95% no existe o hay poca información sobre sus efectos.

Para saber más:

Page 16: El Ecologista nº 46

Inte

rna

cio

na

l

el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

¡Llega Terminator!La patente de la controver-tida tecnología Terminator, mediante la cual las plantas que son modifi cadas genéti-camente producen semillas estériles, fue aprobada en Eu-ropa, Canadá y Estados Uni-dos el pasado octubre. Esto permitirá a las corporaciones agrobiotecnológicas contro-lar al 100% la producción de semillas, impidiendo que los campesinos puedan recolectar las semillas de un ciclo agrícola para usarlo en el siguiente, como lo han hecho durante miles de años. Aunque la in-dustria biotecnológica arguye que la tecnología Terminator ayudará a contener la contami-nación transgénica, la realidad es que si las variedades nativas de maíz llegan a cruzarse con variedades Terminator, dejarán de germinar, lo que provocaría una catástrofe genética.

El despilfarro del ‘standby’A principios de noviembre tuvo lugar en Seúl una con-ferencia internacional sobre el consumo energético de los aparatos eléctricos cuando es-tán en standby, es decir, conec-tados a la corriente eléctrica pero no en funcionamiento. Muchos de estos aparatos, como el vídeo o el microon-das, consumirán más energía en su vida útil durante este tiempo que en su funciona-miento. Un estudio realizado en Dinamarca este mismo año reveló que al menos el 10% del consumo eléctrico en los hogares de este país se debe

a los aparatos electrónicos en standby. El objetivo de este tipo de congresos es conseguir que se reduzca el consumo energético de los aparatos en espera por debajo de 1 vatio, lo que reduciría este consumo en standby en un 70%. Esto su-pondría, tan sólo en los países de la OCDE, evitar la emisión de 50 millones de toneladas de CO

2 anuales, equivalente a

eliminar 18 millones de coches de la circulación.

3,9 millones de animales más para experimentaciónEl vicepresidente de la Comi-sión Europea y responsable de Industria y Empresa, Gün-ter Verheugen, aseguró que el nuevo registro europeo de productos químicos (REACH), cuyo objetivo es evaluar los riesgos de las sustancias quí-micas para reducir su impac-to sobre la salud y el medio, obligará a usar 3,9 millones de animales adicionales en experimentos. Tras calificar este incre-mento de “muy dramático” e “inaceptable”, Verheugen se mostró a favor de aprovechar la tramitación del reglamen-to en la Eurocámara y en el Consejo para reducir las exi-gencias de experimentos en animales. Los animales usados en Europa cada año en expe-rimentos o para finalidades científi cas alcanzan la cifra de 11 millones y en torno al 26% de estos tests se derivan de las exigencias normativas para garantizar la seguridad de los productos que se comerciali-zan en la UE.

Misión salvar la AntártidaEntre el 24 de octubre y el 4 de noviembre de 2005, se celebró en Hobart (Tasmania, Austra-lia), la reunión anual de la Co-misión para la Conservación de los recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR por sus siglas en inglés). La reunión congrega a cien-tífi cos y cargos políticos de to-dos los países con intereses de investigación o pesca en las frías aguas de la Antártida. Este año, la reunión se enfrentó una vez más al desafío de frenar el continuo expolio y la destruc-ción que se viene producien-do en la zona, especialmente por la pesca ilegal de la valiosa merluza negra y la inminente expansión de la pesquería de krill antártico, en creciente de-manda por parte de la industria de la acuicultura.

La importancia de los trópicosInvestigadores de la Univer-sitat Autònoma de Barcelo-na y de la Universidad de Durham (Reino Unido) han descubierto que, hace un mi-llón de años, unos cambios en la circulación tropical del Pacífico, similares a los que se producen actualmente entre los episodios del fenómeno de “El Niño”, provocaron cam-bios climáticos globales. En aquella época, los cambios en las corrientes atmosféricas hicieron variar los flujos de humedad y de calor, y condujeron a un gran crecimiento de los hielos en las zonas polares, así como a una reorganización global del clima. El descubrimiento, publi-cado en la revista Geology, muestra por primera vez que los cambios locales en el cli-ma de los trópicos pueden generar cambios climáticos a escala más global, y subraya la hipótesis de que los tró-picos tienen un papel más activo en el control del clima planetario de lo que se pen-saba.

La fl or más deseada

El fármaco que los países ricos están almacenando como pri-mera defensa en caso de pan-demia de gripe aviar, el Tamifl u de los laboratorios Roche, pro-cede de una fl or tan asiática como el virus al que combate. El principio activo del Tamifl u (oseltamivir) se obtiene del áci-do shikímico, y la mejor fuente natural de este compuesto es el anís estrellado, una fl or china. La farmacéutica suiza Roche afi rma haber comprado ya “una gran proporción del anís estrellado disponible en el mundo”.

Escribiendo la historia de los maresNuevos datos sobre la histo-ria del mar revelan que los océanos del mundo están en una grave crisis y podrían no recuperarse. Cientos de his-toriadores y oceanógrafos de todo el mundo han investi-gado durante más de cinco años cómo eran los océanos 150 y hasta 300 años atrás. Recientemente, sus hallaz-gos se presentaron en la con-ferencia Océanos Pasados - Historia de las Poblaciones de Animales Marinos, en Kolding, Noruega. La nueva información sobre la histo-ria de los océanos registra claramente el modelo de pes-ca comercial, que agota una pesquería en una o dos dé-cadas y entonces pasa a otra. Ese patrón resulta evidente en aspectos tan insospechados como la colección de 200.000 menús de restaurantes esta-dounidenses, estudiada des-de 1860 en adelante.

Page 17: El Ecologista nº 46

Inte

rna

cion

al

17el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Inte

rna

cion

al

Más calentamiento global, más problemasEl mayor pantano helado del mundo, una capa de hielo de un millón de kilómetros cua-drados, equivalente a la su-perfi cie de Francia y Alemania juntas, ha comenzado a derre-tirse en Siberia occidental, un acontecimiento insólito desde su formación al fi nal de la últi-ma edad del hielo hace 11.000 años. Los científicos temen que, de derretirse, liberará mi-les de millones de toneladas de metano a la atmósfera, un gas de efecto invernadero 20 veces más potente que el CO

2.

Siberia occidental se está ca-lentando más rápido que cual-quier otro lugar del mundo, al aumentar las temperaturas unos 3ºC en los últimos 40 años.

Biocombustible para Reino UnidoEl 5% del combustible usa-do en Reino Unido será bio-lógico. De acuerdo con esta propuesta de normativa, la gasolina deberá ser mezcla-da con etanol, elaborado a partir de la remolacha o del trigo, y el biodiésel será fru-to de la mezcla de gasóleo con aceite de colza o aceites vegetales reciclados, mezclas que podrán utilizarse directa-mente en los motores. Estos biocombustibles no emiten

CO2 neto cuando se queman

y, reemplazando sólo el 5% de sus combustibles, Reino Unido calcula que se evitará la emisión de un millón de tone-ladas de carbono al año, de las 155 que emite hoy en día. Esta medida se asemeja a la que ya obliga a las compañías eléctri-cas a generar un porcentaje de electricidad a partir de fuentes renovables.

Perfume de Arabia en extinciónEl poderoso aroma del agar, parte fundamental de la tra-dición y el folclore árabes, que defi ne la esencia de un hogar de esta región, está en peligro. El árbol del agar, recientemen-te incluido en el Apéndice II de la Convención sobre Comer-cio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por su sigla en inglés), sigue sin embargo a merced de la demanda mun-dial. La mayoría de las reser-vas naturales están agotadas y las pocas que quedan están en plantaciones protegidas. Los países árabes importan agar de los bosques del su-deste asiático, especialmente de Camboya, Laos y Vietnam. En las casas árabes, el agar es quemado como astillas de ma-dera en un brasero, para que el aroma pueda inundar todas las habitaciones, los muebles e in-cluso las prendas de vestir.

Buscando petróleo en aguas turbulentasPara saciar el voraz apetito de energía de una economía que en 2004 creció oficialmente 9,5% (aunque expertos esti-man que el porcentaje fue ma-yor), China importó el pasado año 2,46 millones de barriles diarios, lo que representa cerca de 40% de la demanda actual. En este contexto, planifica-dores chinos se propusieron diversifi car sus fuentes de energía. Así, decidieron buscar recursos en países con go-biernos acu-

sados de violaciones a los de-rechos humanos. Entre estos últimos se cuenta Sudán, cuyo régimen fue acusado de geno-cidio en la región de Darfur, y es actualmente la mayor base de producción de China en el exterior. En parte, China pagó esta inversión con armas. Otras transacciones polémicas de China tuvieron lugar en Chad, Gabón y Nigeria.

Al rescate del mar de Aral

Aragón, Navarra y el País Vasco. Ésa era, más o menos, la exten-sión del Mar de Aral cuando, hace 40 años, se puso en mar-cha una ambiciosa política de ampliación del área de riego en su cuenca hidrográfi ca. El resultado: la superfi cie del lago es un 25% de lo que era y su volumen el 10%. Peces casi no hay, debido a la elevada con-

centración de sal en sus aguas. Pero, por primera vez desde el arranque de este terrible de-sastre ecológico, económico y sanitario, es posible creer que volverán a poblarlo. El proyec-to Mar de Aral y control del río Sir Dariá fase-I fue aprobado en junio de 2001. Se trata de poner el río Sir Dariá, una de sus dos principales fuentes, en

condiciones de perder menos agua durante su recorrido por salidas incontroladas. Y en la construcción de un dique de 13 km entre las partes norte y sur en las que ha quedado dividido el mar, que permitiría almacenar agua en el norte, donde afl uye el Sir Dariá, y ba-jar así la salinidad, recuperando la vida animal y vegetal.

Suiza: sin transgénicosLos suizos aprobaron en re-feréndum una moratoria de 5 años, hasta el 27 de no-viembre de 2010, para utili-zar transgénicos en su agri-cultura. La moratoria –rechazada por el Ejecutivo y por el Par-lamento–, también prohíbe a los suizos criar animales trans-génicos en sus granjas.

1957 1977 1982 1984 1993 2000 2001

Page 18: El Ecologista nº 46

Po

rtu

ga

l: ta

n ce

r ca,

tan

lejo

s

18 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

El humedal no resisteEl Santuario de la Naturaleza del Río Cruces es un espacio natural de 4.877 hectáreas adscrito por el gobierno de Chile a la Convención Ram-sar sobre humedales de im-portancia global. Pero desde mediados de 2004 sufre un desastre ecológico de gran-des dimensiones. En el lugar donde se mantenía la pobla-ción reproductiva más impor-tante en Sudamérica de cisne de cuello negro (Cygnus me-lancoryphus), su número ha disminuido a menos de 100 ejemplares residentes y no se ha encontrado ningún nido ocupado durante la tempora-da 2004-2005. Todas las inves-tigaciones independientes so-bre el origen de este desastre apuntan a la instalación de la Planta de Celulosa Valdivia de la empresa Celulosa de Arauco y Constitución (CELCO), que desde febrero de 2004 descar-ga sus residuos líquidos a este humedal.

Sed en el paraíso del agua dulceConsiderada la peor de las últimas cinco décadas, la se-quía afecta al corazón de la Amazonia brasileña. Ríos y lagunas prácticamente secos, cientos de toneladas de peces muertos, poblados aislados

que reciben alimentos por he-licóptero y gente que debe ca-minar kilómetros para buscar agua forman el paisaje actual en muchas zonas del sudoeste de la Amazonia. Y lo peor es que los efectos perdurarán por mucho tiempo. La recupera-ción de la población piscícola exigirá años, y el pescado es la base alimentaria de los pobla-dos ribereños. Según algunos investigadores, la sequía se atribuye a que la zona de con-vergencia intertropical, donde se encuentran los vientos del norte y del sur que traen las lluvias, se ha desplazado hacia el norte debido al recalenta-miento del Atlántico Norte. Se trata, al parecer, del mismo factor que ha determinado la intensidad de huracanes como el Katrina que golpeó las costas estadounidenses en septiembre.

Tierras indígenas se tornan desiertosEl 45% del territorio boliviano vive un implacable proceso de desertificación, que pro-voca pérdidas agropecuarias, forestales y de infraestructura por más de 500 millones de dólares anuales y afecta sobre todo a comunidades indíge-nas del Altiplano. La erosión de zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas secas afecta a siete de los nueve departamentos

de este país sudamericano y abarca unos 495.000 kilóme-tros cuadrados del territorio. Estudios realizados por el go-bierno, científi cos y activistas indígenas bolivianos revelan como causas la deforestación, la salinización y compacta-ción de suelos, la expansión de la frontera agrícola, el so-brepastoreo, la explotación agropecuaria no apta y el uso inadecuado de sistemas de riego y drenaje.

Los bosques de Honduras desaparecenHonduras está viendo desapa-recer sus bosques de pinos y caobas por culpa de la tala ilegal y la corrupción política al más alto nivel, tal y como demuestran la Agencia de In-vestigación Ambiental (AIA) y el Centro para Política Inter-nacional (CPI), que advierten que a este ritmo la caoba se extinguirá de este país en 10 o 15 años. Para realizar su infor-me, titulado La Crisis de la Tala Ilegal en Honduras, miembros de la AIA se hicieron pasar por compradores o inversores y llegan incluso a señalar a las principales empresas implica-das en este tráfi co ilegal, entre ellas José Lamas S. de RL, que suministra a grandes empresas estadounidenses de muebles como Home Depot y también a la Unión Europea. Pese a que amenaza ya la Reserva de la Biosfera de Río Plátano, decla-rada Patrimonio de la Humani-dad por la Unesco, el Gobierno hondureño no ha impulsado leyes contra esta práctica, que además hace perder al país más de 15 millones de euros al año en diferentes concep-tos.

Especies invasoras en BrasilDe las 204 especies exóticas terrestres registradas hasta ahora en Brasil, 130 se han convertido en invasoras, al no encontrar depredadores na-turales, destruyendo la biodi-versidad local. Esta conclusión fue presentada por el Instituto

Horus y The Nature Conser-vancy en el primer Simposio Brasileño de Especies Exóticas Invasoras, que del 4 al 7 de oc-tubre reunió a 500 expertos en Brasilia. El mejillón dorado, de origen asiático, que ya invadió varias cuencas hidrográfi cas, el caramujo gigante y un capín procedentes de África, una liebre europea, el jabalí y los pinos son algunos de los inva-sores que más daño provocan al ambiente y la agricultura en Brasil.

Manual de buenas prácticasVarias organizaciones ambien-tales argentinas redactarán un manual de buenas prácti-cas para que la sociedad civil pueda incidir en los acuerdos pactados en las cumbres. La idea surgió a raíz de la insatis-facción que generó el proceso de deliberaciones previo a la IV Cumbre de las Américas, que tuvo lugar los días 4 y 5 de noviembre en Mar del Plata. La idea consiste en señalar las debilidades del proceso, para que la participación tenga sentido. Y no sólo en materia medioambiental, sino en to-dos los temas que afecten a la sociedad civil.

ww

w.a

ccio

np

orl

osc

isn

es.o

rg

Page 19: El Ecologista nº 46

En

Am

érica

19el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

México acelera la retirada de CFCEl 25 de agosto México dejó de fabricar CFC. Tras un proceso de concertación entre el Go-bierno y el Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, la empresa mexicana Quimobá-sicos abandonó su liderazgo como la más importante pro-ductora de CFC en América Latina y el Caribe, con más de 9.000 toneladas anuales. Así, la elaboración de CFC en México cayó a cero, la del continente americano el 60% y la mundial entre el 12 y 13%. La medida obedece a los compromisos que asumió México con el Pro-tocolo de Montreal, convenio internacional que obliga a los países a eliminar, en diversas etapas, la fabricación y el con-sumo de las sustancias que agotan la capa de ozono.

Más leyes antiecológicasRecientemente se ha estado discutiendo en Panamá el Proyecto de Ley 132, que re-gula las concesiones para la inversión turística y enajena-ción de territorio insular para fi nes de aprovechamiento tu-rístico. La norma, promovida por la Dirección de Catastro del Ministerio de Economía y Finanzas pretende, en pocas palabras, quitarle por ley a los dueños actuales y otorgar en concesión a empresarios de la construcción y amigos, hasta el 50% de los terrenos insula-res de algunas de las 753 islas

e islotes en el Pacífi co y 445 en el Atlán-

tico, para el

desarrollo de residencias para extranjeros, sin inventarios ni planes de conservación de los recursos naturales propios de estos refugios de vida silves-tre.

Por fi n, una buena noticiaUna ley recién aprobada en Perú establece que las empre-sas mineras deberán some-terse a rigurosas normas para minimizar los daños ambien-tales y presentar un respaldo fi nanciero para garantizar que al cierre de sus operaciones no dejen una herencia de con-taminación. Además, desde 2006, un sistema de control por satélite evaluará su cum-plimiento. Según el Gobierno, Perú se pone a la vanguardia de América Latina en legisla-ción ambiental minera, aun-que habrá que esperar a ver su capacidad para hacer cumplir esta iniciativa.

Zona Libre de TransgénicosLa Villa de Merlo se ha conver-tido en la tercera localidad de Argentina en declararse Zona Libre de Transgénicos. El 28 de septiembre se aprobó por ma-yoría el proyecto de ordenanza propuesto e impulsado por la Unión Vegetariana Argentina, que ha declarado a la Villa de Merlo como una Zona Libre de Cultivo de Transgénicos. Enclavada a los pies de las sie-rras de los Comechingones, en el valle del Conlara, esta hermosa localidad ha seguido los pasos de San Marcos Sierra, en Córdoba, y El Bolsón, en Río Negro.

Petrobras contaminaLa empresa petrolera estatal del Brasil, Petrobras, está des-cargando aguas de perfora-ción al río Coca en la zona de la comunidad de Huataracu, en Ecuador. El agua de perfora-ción es la que sale junto con el petróleo y contiene altísimos niveles de compuestos tóxi-cos. En dos ocasiones han sido

vistos camiones cisterna de la empresa vertiendo el agua sin ningún reparo y según los po-bladores de Huataracu las des-cargas se producen a diario. El sitio de descarga se encuentra fuera del bloque 18, donde trabaja Petrobras. La zona se encuentra a 7 km del sistema de captación de agua potable de la ciudad del Coca.

Bosques, la guerra de las cifrasMientras las autoridades se-ñalan que la deforestación en México se redujo en casi 100.000 hectáreas desde 1990 y que en 5 años podría de-tenerse, los colectivos ecolo-gistas contestan que de no cambiar la situación, la actual superfi cie de selvas y bosques del país desaparecerá en poco más de un siglo. La FAO avaló los últimos estudios del Gobierno mexi-cano sobre la materia y hasta se adelantó a felicitarlo por sus logros. Las cifras ofi ciales indican que la deforestación cayó de 401.000 hectáreas anuales en el periodo 1990-2000 a 314.000 hectáreas entre 2000 y 2005. Sin embargo, las estadísticas ofi ciales generan suspicacia entre los activis-tas, pues en 2001 el mismo Gobierno mexicano habló de una deforestación anual de 1,1 millones de hectáreas, luego la bajó a 631.000 y más tarde a 600.000.

Ley de aguasLos diputados del Congreso de Guatemala retiraron una iniciativa para elaborar la Ley de Aguas tras varias protestas realizadas por miles de campe-sinos al oeste del país. Según los líderes del movimiento, el Gobierno del presidente Os-car Berger pretende tomar el control del agua. La iniciativa de ley establecía la creación de un Viceministerio de Recursos Hídricos para administrar el uso del agua y el empleo de licencias especiales para su mejor aprovechamiento con fi nes productivos.

Por fi n salió de la cárcel

Felipe Arreaga es un campesi-no ecologista que nunca fue a la escuela y que apenas sabe leer. A sus 56 años y con el premio ambiental Chico Men-des en sus manos, Arreaga, Miembro de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Co-yuca de Catalán (OCESP) del estado mexicano de Guerrero, salió de la cárcel el pasado 15 de septiembre. Tras 10 meses de reclusión, en el proceso judicial finalmente se con-cluyó que no tuvo nada que ver con el asesinato del hijo de un talador de bosques. Sin duda fue un intentó, por suerte vano en este caso, de incriminarle.

Construcción irresponsableVenezuela estudia construir 30.000 viviendas en una zona de 3.500 hectáreas en el norte del Ávila, montaña que separa Caracas del mar Caribe y don-de lluvias y deslaves dejaron miles de muertos en 1999. La ministra de Medio Ambiente admitió que la construcción en faldas de la montaña compor-ta riesgos y difi culta la provi-sión de agua y otros servicios, pero de momento solventa la cuestión con el encargo de un estudio a un comité que dirige Antonio Rivero, jefe de la ofi ci-na gubernamental para desas-tres y protección civil.

FOTO: AMNÍSTIA INTERNACIONAL

Page 20: El Ecologista nº 46

20 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

La Política Agraria Comunitaria se supedita a las reglas de la OMC

PAC, ¿reforma o liquidación? José Ferrer

José Ferrer, analista de la PAC

En los últimos meses y a pesar del no francés y holandés al Tratado por el que se impone una Consti-tución a los ciudadanos europeos (que más tiene que ver con la

defi nición de marco económico neoliberal que con una carta de derechos), se han redoblado los ataques de la Comisión Europea y su presidente Barroso para recortar los logros sociales y ambientales de algunos países europeos y santifi car las leyes impuestas por la OMC. Así el relanzamiento de la llamada Agenda de Lisboa ya ha tenido conse-cuencias como el retorno de la Directiva Bolkestein o el anuncio de la paralización o revisión de más de 70 normas legislativas comunitarias (1) para evitar que se frene el deseado incremento de la productividad de Europa con vistas al mercado mun-dial. Dentro del ámbito de la Política Agraria Comunitaria (PAC) esta ofensiva también tiene su refl ejo. Así, a la reforma de 2003 que introducía drásticas modifi caciones en la política de mercados, le ha sucedido la creación de un Fondo específi co para la política de mercados (FEAGA) y otro para desarrollo rural (FEADER) (2), un Reglamento (aún no publicado) sobre las actuaciones fi nanciables en Desarrollo Ru-ral, con aromas lisboetas (3), y por último una propuesta de Reglamento de Direc-trices Estratégicas de Desarrollo Rural (4) para el periodo 2000-2007, que muestra sin sonrojo sus veleidades mercantilistas. Todo ello viene aliñado de varias ini-ciativas para disminuir el presupuesto

comunitario que tendrá graves conse-cuencias en la PAC (5) y una campaña mediática contra esta política en nombre de la defensa de los consumidores (que ahorrarían impuestos), los agricultores (que así se verían liberados de la esclavitud de las subvenciones para producir lo que el mercado demanda) y los habitantes del Tercer Mundo (que aumentarían su renta al convertirse sus países en exportadores de alimentos). Esta campaña prepara la cumbre de Hong-Kong, donde la OMC pretende la desregulación total de la agri-cultura. El propósito de este artículo es inten-tar ayudar a la comprensión y el debate sobre estos aspectos e intentar plantear algunas dudas de quien considera que la agricultura no debe estar centrada en el benefi cio de las grandes empresas del llamado agrobusiness.

Puntos de partida y llegada de la PACEn este artículo nos valdremos de un cuadro resumen que pretende ayudar a los lectores a comprender el laberinto de la PAC. En este cuadro se intenta resumir cronológicamente algunos de los hechos fundamentales que se han producido den-tro de la PAC o que han podido infl uir en sus reformas. Evidentemente esto conlleva una simplifi cación, pero que resulta nece-saria: los cientos de disposiciones normati-vas de la PAC, sus relaciones con otras po-líticas comunitarias (Desarrollo Regional, Medio Ambiente, etc.) y su aplicación sui generis en el Estado español, han llevado a hacer de la PAC algo ilegible que ni siquie-ra los más expertos pueden dominar. La

consecuencia práctica de este entramado es la situación de indefensión jurídica en que se hayan agricultores, consumidores y ambientalistas a la hora de defender sus derechos y reivindicaciones. Iniciando este breve repaso, la PAC na-ció junto al tratado de Roma (fundacional de la CEE) en 1957, tras la fase de apoyo norteamericano a la Europa no sometida a la infl uencia de la URSS tras la II Guerra Mundial (Plan Marshall) (6). Ofi cialmen-te tenía como objetivos: incrementar la productividad agraria en la CEE; asegurar el abastecimiento a los consumidores a precios razonables; dotar a los agriculto-res de un nivel de vida equiparable al de los habitantes de las ciudades; y crear un mercado de alimentos estable dentro del principio de “preferencia comunitaria”. El éxito de la PAC a corto plazo fue enorme. En pocos años se logró en la CEE abundancia de alimentos a precios asequibles para los consumidores, y los agricultores estaban más que razonable-mente satisfechos con su bienestar (7). Las diferencias con el caso español, que durante los 50 y 60 contempló el empo-brecimiento más absoluto de su campo y la migración masiva hacia las ciudades y otros países, siguiendo el modelo de los países no desarrollados, son evidentes. Sin embargo, merece la pena resaltar dos aspectos de los mecanismos iniciales de la PAC. El primero es que el centro de esta primera PAC era una política de apoyo a los precios, que si bien benefi ciaba a los agricultores pronto pasó a benefi ciar relativamente mucho más a las grandes empresas (almacenamiento de productos, industrias transformadoras, productores de

La Política Agraria Comunitaria, PAC, ha tenido y tiene una enorme trascendencia sobre nuestro medio rural y sobre la calidad de los alimentos que llegan a nuestra mesa. Las reformas que se están acometiendo, lejos de favorecer a los pequeños agricultores o a los que quieren consumir productos sanos, están más centradas en el sacrifi cio de la agricultura a las leyes del mercado impuestas por la Organización Mundial del Comercio, OMC. Desentrañar este complejo panorama es el objetivo de este artículo.FO

TO: E

CO

LOG

ISTA

S EN

AC

CIÓ

N.

En los últimos meses y a pesar del nopor el que se impone una Consti-tución a los ciudadanos europeos (que más tiene que ver con la

defi nición de marco económico neoliberal

Page 21: El Ecologista nº 46

21el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

maquinaria y agroquímicos, y sobre todo a los prestidigitadores de las restituciones a la exportación y los montantes reguladores, prelevements). Todos estos beneficiarios secundarios de la PAC pronto pasaron a ser los actores principales, mediante la constitución de lobbies muy influyentes. En segundo lugar, el estímulo de esta orientación productivista pronto derivó en una agricultura industrializada, que atrajo la crítica de sectores minoritarios del campesinado, normalmente ligado a movimientos cristianos. Estos sectores co-menzaron a dar la voz de alarma sobre las consecuencias ambientales y sobre la sa-lubridad de los alimentos producidos con estos métodos y propugnaron la vuelta a las explotaciones familiares. Este núcleo de crítica es desarrollado en la actualidad por organizaciones más abiertamente críticas con los intereses mercantilistas asociados a la agricultura (8). Tras haber descrito sucintamente la PAC original, podemos dar un salto en el tiempo y pasar a describir los actuales objetivos de la PAC y los nuevos meca-nismos acordados para llevarlos adelante, para pasar a desarrollar un poco la futura política de Desarrollo Rural. Respecto a los objetivos, se ha pasado de la situación antes descrita (objetivos cla-ramente marcados y ajustados a la época en que se concibieron), a una situación en que los objetivos se dejan al albur del mercado. Se habla de “una nueva PAC orientada al mercado”, o de “mejorar la competitividad de la actividad agraria”. Actualmente, el fomento de la produc-ción ha sido sustituido por “una orienta-ción decidida hacia los mercados europeos y mundiales”, donde, al parecer, los con-sumidores esperan de Europa una oferta muy “diversificada y de calidad”. Otro ejemplo del cambio habido: el mundo rural no aspira a tener un nivel de vida equivalente al de las ciudades (cosa en la que no se ha avanzado en los casi 50 años de PAC, al menos en países como Irlanda, Reino Unido o España), sino a ser un sitio idóneo para vivir e… invertir. Respecto a las herramientas de esta nueva PAC, ya no existe en exclusiva una política de precios. Desde hace tiempo se habla de dos pilares: la política de mer-cados y la política de desarrollo rural. La primera, la más continuista con la primera PAC, pasará a ser financiada por un fondo denominado FEAGA a partir de 2007. Los precios garantizados han sido sustituidos, o están en trance de serlo, por pagos únicos anuales a cada explotación que se basan en el histórico de ayudas recibidos por la misma en el periodo 2000-2002 (9). Es decir pagos basados en unos dere-

Cronología de la PACSeptiembre-1945: Fin de la II Guerra Mundial1947-1952: Plan Marshall. Se crea el GATT, que no abarca a los países del bloque controlado por la URSS. No abarca

el ámbito del comercio de productos agrarios.Marzo-1957: Tratado de Roma. Se crea la CEE.Años 60: Se desarrolla la PAC. Sus fines son: incrementar la productividad agraria, asegurar un nivel de vida para la

población agraria análogo a la del resto de ciudadanos, estabilizar los mercados de alimentos, la seguridad del abastecimiento de alimentos, y la garantía de unos precios razonables a los consumidores. La PAC se convierte en la primera fuente jurídica comunitaria.

Para alcanzar sus fines, la PAC se concibe como un mecanismo de precios: precios de garantía para los agricultores, subvenciones a la exportación, precios mínimos de entrada de productos extracomunitarios, ayudas al almacena-miento, a la transformación de productos, etc.

Comienzo de la Revolución Verde.1968: Los campesinos franceses toman partido decididamente por De Gaulle en la crisis revolucionaria.Años 70: Recesión económica. Crisis del Petróleo. Comienzos de los 80: Excedentes estructurales en cereales, vacuno, lácteos, azúcar. La PAC alcanza el 70% del pre-

supuesto comunitario. Se bajan los precios garantizados, se endurecen las condiciones de entrega a los organismos de intervención, se imponen cuotas nacionales de producción de determinados productos.

Mediados de los 80: Comienzan los pasos hacia la estabilidad presupuestaria. Primeras alertas sobre los efectos ambientales de una política agraria productivista.

1989: Derrumbe del muro de Berlín.1992: Primera reforma para evitar excedentes agrícolas. Comienzo de la sustitución del mantenimiento de precios

agrarios por ayudas directas a los productores (por hectárea de cultivo o cabeza de ganado). Es decir, se desligan las ayudas de los precios del mercado y de las producciones. Explosión de un modelo agrícola capitalista, las restituciones llegan a alcanzar el 30% de los gastos agrarios comunitarios.

1994: Conferencia de Marrakech: se crea la OMC. Se acaba con la excepción agraria (el Acuerdo de Marrakech finalizó su vigencia en 2004).

1995: Segunda reforma (Agenda 2000) profundizando en los principios de la primera. Se crea el segundo pilar de la PAC (política de Desarrollo Rural, que complementa al primer pilar: política de mercados). El FEOGA-Orientación junto al FEDER y el FSE, comienza a actuar en las zonas con menos desarrollo económico. Este segundo pilar apenas supera el 8% de los gastos de la PAC en 2002.

Finales de los 90: Crisis de las vacas locas.2000: Consejo de Lisboa. Se considera que como objetivo estratégico la economía de la UE ha de convertirse en “la

más competitiva y dinámica del mundo”. Se adopta el neoliberalismo y las privatizaciones de los servicios como componente ideológico de la UE.

2001: Consejo de Gotemburgo. Se concede un débil matiz hacia la “sostenibilidad” a la estrategia nacida en Lisboa.2003: Nueva reforma de la PAC. Se decreta la congelación del presupuesto comunitario a los niveles de 2006, para la

política de mercados y además repartiendo el total entre 25 países en vez de 15. Las ayudas a agricultores se basaran en un histórico de lo que percibieron en 2000-2002. Se crea un mercado de ayudas. Pagos únicos por explotación, no por superficies, ni por producción. “Libertad” de producción, incluida la “no producción”. Se introduce el concepto de “condicionalidad” de estos pagos (preservación del medio ambiente y del bienestar de los animales, y medidas para garantizar la salubridad y calidad de los alimentos). Paso de fondos del primer al segundo pilar (modulación). “Flexibilidad” para los Estados miembros (renacionalización parcial de la PAC): fecha de entrada en vigor del pago único por explotación, aplicación a la carta de la disociación de las ayudas, libertad a la hora de escoger como repartir los fondos de la modulación, etc.

2005: Publicación de un nuevo Reglamento sobre financiación de la PAC. Se crean dos fondos FEAGA (para la política de mercados) y FEADER (para la política de desarrollo rural). Blair bloquea las perspectivas financieras para el periodo 2007-2013; como consecuencia se encuentra bloqueado el Reglamento que ha de regir la actividad del FEADER.

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

.

Page 22: El Ecologista nº 46

22 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

chos de ayuda (que se pueden vender y comprar) que tiene como criterios una situación de la que sabemos que el 83% de los agricultores reciben menos de 10.000 €/año (31% de las ayudas PAC), mientras que el 1,6% de los agricultores (o mejor productores) reciben más de 50.000 €/año (24% de las ayudas PAC). Ahora bien, en función de la “libertad de producción” los agricultores pueden culti-var “lo que demanden los consumidores” o incluso no cultivar y seguir recibiendo esta ayuda. A este mecanismo se le ha denominado “desacoplamiento” o “desvin-culación” de las ayudas de la producción. Estos pagos únicos vienen supeditados al cumplimiento de la “condicionalidad” y son su base legal. Es decir, se supone que para obtener estas ayudas hay que respectar 18 Directivas o Reglamentos relacionados con el medio ambiente, el bienestar de los animales, la sanidad ani-mal y vegetal, etc. Además, por el principio de flexibilidad (10) los Estados miembros tendrán que exigir unas buenas condicio-nes agrarias y ambientales (11). Por último, parte del volumen de estas ayudas de la política de mercados (3% en 2005, que será aumentado en los próximos años) pasarán a financiar la Política de Desarrollo Rural. Esta segunda política, la de Desarrollo Rural, estará financiada, a partir de 2007, por el FEADER, y tendrá cuatro ejes prio-ritarios: mejora de la competitividad de los sectores agrario y rural; mejora del medio ambiente y del entorno natural; y mejora de la calidad de vida en las zonas rurales y fomento de la diversificación económica. Un cuarto eje acogerá las actuaciones de los tres primeros pero dentro de un enfo-que local. Enseguida surgen interrogantes y con-tradicciones sobre lo ya expuesto: ¿cómo es posible hablar de sostenibilidad cuando el centro de la filosofía de la nueva PAC es la orientación al comercio en el merca-do mundial, con lo que eso conlleva de gasto energético en transportes o reglas de normalización de alimentos que reducen la biodiversidad alimentaria?, ¿por qué es necesario bajar los presupuestos de la PAC (0,6-0,7% del PIB europeo)?, ¿por qué los consumidores no van a estar dispuestos a pagar una PAC que les asegure productos sanos a precios razonables y mantenga el medio rural en una buena situación ambiental?, ¿por qué hemos de adaptar nuestros hábitos a lo que el mercado mun-dial nos impone con sus simplificadoras reglas normalizadoras de calidad y calibre? Es necesario reconocer que habrá un sector beneficiado, el de los sibaritas que les gusta comer albaricoques sudafricanos

en Navidad, pero… ¿necesitamos comer albaricoques en Navidad? Otra cuestión es si realmente se está cumpliendo la condicionalidad o si por el contrario todo es una puesta en escena para seguir subvencionado con precios bajos en origen a los grandes propietarios, grandes industrias y cadenas de comercialización. Respecto a la supuesta bonanza que aportaremos al Tercer Mundo la respuesta más clara la aporta un remitente de las cartas al director de El País: “Malí es uno de los primeros exportadores de algodón y arroz y tiene el 29% de la población subnutrida; Eritrea está en un meritorio 12º puesto como exportador de harinas de cereales, pero el 73% de la población sufre desnutrición […] en Kenia, el magni-fico líder en exportación de té y el 11º en harina de maíz, uno de cada tres habitantes tiene hambre”. Por lo que respecta a liberar a los agricultores de la esclavitud de las subven-ciones que les atan a una determinada pro-ducción, sólo decir que parecería un chiste si no fuera por los miles de personas que van a abandonar el campo en las próximas décadas si se consolida esta orientación. ¿De dónde sale tanto interrogante, tanta contradicción? Se trata de llegar a un Acuerdo sobre Agricultura de la OMC a finales de año. Las presiones de EE UU y Reino Unido para imponer otro acuerdo más ligado al acuerdo general sobre subsidios y medidas compensatorias (prohibición total de las subvenciones a la exportación, desplazamiento de las ayudas de la política de mercados hacia las ayudas disfrazadas de ambientales de la caja verde, etc.). Dentro de poco, en la cumbre de Hong-Kong, sabremos si la reforma de la PAC de 2003 se mantendrá, o habrá una liquidación casi total de la misma. También sabremos si se mantiene la ayuda alimen-taria americana (subvencionada) que este año ha llegado tarde a Níger, justo cuando se iban a recoger las cosechas (como siem-pre). Mientras, los contactos de alto nivel permanecen en la oscuridad casi total.

La nueva Política de Desarrollo RuralSigamos la propuesta de Reglamento de Directrices Estratégicas que en este momento se discute y que habrá de ser la base de los Programas de Desarrollo Rural que comenzarán en 2007. Sus redactores no han derrochado imaginación, han transpuesto casi punto a punto la ya citada Estrategia de Lisboa. La Directriz del primer eje nos informa de que los consumidores europeos y los mercados mundiales demandan productos de gran calidad y con un gran valor añadi-

1. El presidente de la Comisión en un seminario sobre la Agenda de Lisboa, que impulsa el neoliberalismo en Europa. 2. Protesta contra la OMC en Dinamarca. 3 y 4. La PAC ha propiciado una agricultura industrial, que genera fuertes impactos. 5. Desde el principio, los fondos de la PAC han beneficiado a las grandes empresas del agronegocio.6. Conseguir una alimentación sana debería ser un objetivo básico de la PAC. FOTO: IFAS.

1

2

3

4

Page 23: El Ecologista nº 46

23el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Notas y referecias1 Fundamentalmente en materia de medio ambiente y condiciones de trabajo.2 Reglamento 1290/2005 del Consejo sobre financiación de la PAC:http://europa.eu.int/eur-lex/lex/LexUriServ/site/es/oj/2005/l_209/l_20920050811es00010025.pdf3 Propuesta de Reglamento sobre Desarrollo Rural:http://europa.eu.int/comm/agriculture/capreform/rurdevprop_fr.pdf4 http://europa.eu.int/comm/agriculture/capreform/rdguidelines/index_en.htm.5 Sobre todo si se tiene en cuenta el previsible aumento de gastos en las políticas de Seguridad y

“Exteriores” y las próximas ampliaciones a Rumania y Bulgaria.6 Chomsky considera que los fondos del Plan Marshall fueron usados fundamentalmente para

la sustitución del carbón por el petróleo como principal fuente energética en Europa y la recomposición del papel de las metrópolis europeas en sus dominios coloniales.

7 Hasta el punto de que en el Mayo francés bloquearon las carreteras con sus tractores para evitar las comunicaciones directas entre los partidarios del movimiento revolucionario francés.

8 http://www.confederationpaysanne.fr/ o http://www.cpefarmers.org/ 9 Estas ayudas a no tomaban la forma de precios subvencionados sino ayudas por superficie de

determinados cultivos o cabezas de ganado como consecuencia de la Reforma del 92.10 Vocablo que evoca la Renacionalización 11 La adaptación española de la condicionalidad fomenta las técnicas de uso de herbicidas no

selectivos beneficiando los intereses de las multinacionales o la puesta a disposición de la ganadería intensiva de tierras no cultivadas (pero subvencionadas) para eliminar sus excesos de estiércoles y purines.

12 Las industrias también son subvencionadas a través de actuaciones de la política de mercados.13 En las Directrices Estratégicas no se cita la Red Natura 2000, que sí es citada en el proyecto de

Reglamento de actuaciones de Desarrollo Rural.14 Últimamente se ha aprobado el cultivo de colza transgénica resistente a glifosatos.15 El País. 18-10-2005, pág. 48.

do (¿se referirán al pollo asado Pimpollo?). Para conseguir cubrir este objetivo es necesario un sector agroalimentario (12) europeo fuerte, dinámico y con gran “pro-ductividad” por lo que los fondos tendrán que ir a parar a transferencias de conoci-miento e innovaciones en las cadenas de producción de alimentos, así como en la inversión en capital físico y humano. Ejem-plos de actuaciones: mucha I+D+i para las empresas agroalimentarias, integración de agricultores y empresas en el diseño de las cadenas de producción agroalimen-tarias, mucha Tecnología de Información y Comunicación (TIC) con comercio electrónico y que no falte espíritu empre-sarial dinámico y reestructuraciones. En realidad, todo huele a reestructuraciones, deslocalizaciones y concentraciones para aumentar la productividad de agricultores y trabajadores de las industrias, siguiendo el ejemplo de las grandes industrias de otros sectores. La directriz para el segundo eje aclara que hay que proteger y mejorar los recur-sos naturales y los paisajes de las zonas rurales y todo ello a través de tres ámbitos: biodiversidad ligada a sistemas agrarios de gran valor ambiental, agua y (lucha contra el) cambio climático. Ejemplos de cómo hacerlo: fomentar servicios ambientales que el mercado no puede abastecer por sí mismo (sic) sobre todo en suelo y agua, proteger paisajes (¿quién dice cuales son los paisajes a proteger y sus característi-cas?). Como ya dijimos, algunas de las medi-das contempladas se han venido repitien-do desde el comienzo de la existencia del segundo pilar con relativo poco éxito en países como España. Las principales nove-dades son los gastos previsibles en las TIC, la integración “armoniosa” de agricultores y agroindustria para la I+D+i y la creación de cadenas de producción de alimentos productivas y eficaces, el previsible paso de grandes superficies agrícolas a ser fuente de fuentes renovables de energía (dentro del mercado mundial) y el énfasis en la creación de infraestructura de telecomuni-caciones, transportes, energía y agua para el mundo rural (13). También surgen muchas interrogantes de todo lo anterior: ¿dónde están las demostraciones de que las sustanciosas subvenciones recibidas por las industrias agrarias hayan sido motor de un desarrollo rural eficaz?, ¿se han realizado estudios sobre los efectos de un hipotético co-mercio internacional de materias primas para biodiesel o bioetanol sobre las zonas rurales (14)?, ¿porqué no hay casi ninguna mención a las zonas despobladas?, ¿se ha demostrado la eficacia del enfoque local

LEADER? Pero lo que más destaca es: ¿cómo atender a tantos fines con un pre-supuesto que, como ya dijimos, se anuncia exiguo?

A modo de recapitulaciónLa PAC instaurada en 2003 a instancias de Reino Unido (con vistas a introducir los subsidios agrícolas en la caja verde de la OMC) basa su legitimidad en los pagos únicos anuales ligados a la condicionalidad y en el trasvase limitado de fondos del primer al segundo pilar para conseguir un medio rural más ligado a fines ambientales y con mayor nivel de vida. Ha bastado poco más de un año para que sus mis-mos impulsores paralicen el presupuesto comunitario 2000-2007 y pidan cambios más profundos, sin que la sociedad haya percibida mejoras palpables (en España ni siquiera discursos acerca de las mismas). A la vez, los pequeños agricultores del Primer y Tercer Mundo continúan des-apareciendo para dar lugar a una mayor concentración de la propiedad, y gracias a ello la agricultura se industrializa. No hay salida por este camino. La soberanía alimentaria, con precios adecuados en origen condicionados al res-peto a condiciones ambientales, sanitarias y sociales, es el camino para asegurar la satisfacción de consumidores, agriculto-res y ambientalistas. Hay que reformar la PAC, pero para salvarla. Esto pasa ineludiblemente por sacar a la agricultura de los acuerdos de la OMC y hacer que sus fondos no vayan a parar a unos pocos bolsillos. Si se sigue cediendo a la OMC no cabe duda que lo que dice el Comisario de

Comercio, que “la agricultura debe sacri-ficarse a la industria” (15), será un hecho, pero no sólo en Europa, sino en todo el mundo. Una alimentación adaptada a cada región geográfica es un derecho a defen-der, tan importante como la educación o la sanidad.

5

6

Page 24: El Ecologista nº 46

24 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Herramientas para la defensa de este patrimonio

Los caminos públicos municipales

Hilario Villalvilla Asenjo

Ecologistas en Acción lleva años trabajando en la temática caminera. Gran parte de los esfuerzos se han centrado en la defensa de caminos públicos singulares como son las vías pecuarias. Sin embargo, también se ha incidido en la defensa de los caminos públicos competencia de los municipios. Los trabajos desarrollados en Córdoba y Puertollano son algunos de los más signifi cativos. Este artículo tiene como objetivo ofrecer a todos los interesados información acerca de la normativa y de las herramientas estratégicas para la defensa de los caminos públicos municipales.

Hilario Villalvilla, Ecologistas en Acción Una versión más amplia de este artículo, con

numerosas referencias a la normativa legal vigente sobre caminos, puede consultarse en

www.ecologistasenaccion.org/article.php3?id_article=3315

A la hora de defender un camino público resulta fundamental co-nocer de quién es la competencia con el fi n de acotar el ente admi-nistrativo con el que nos vamos

a tener que ver las caras. Hay que señalar que la mayor parte de los estatutos de au-tonomía de las Comunidades y Ciudades Autónomas del Estado, en el título relativo a las competencias, hacen mención expre-sa a los caminos públicos, estableciendo que esta materia es competencia exclusiva de cada Comunidad Autónoma siempre y cuando el itinerario de los mismos discurra de forma íntegra por su territorio. En segundo lugar advertir que el Estado español puede ser titular de algunos cami-nos públicos. Son muy pocos. Se trata de aquellos que existan en el dominio público marítimo-terrestre, los que se encuentren en manos del Patrimonio del Estado y los que forman parte del Patrimonio Nacional.

Estos últimos constituyen, junto con otros inmuebles, bienes de titularidad del Estado afectados al uso y servicio del Rey y de los miembros de la Real Familia. En tercer lugar, algunos estatutos de autonomía establecen la posibilidad de transferir competencias en materia de caminos a los Entes Locales de su ám-bito territorial (Diputaciones, Consells, Cabildos Insulares, etc.). En ocasiones, las Comunidades Autónomas aprueban normas específi cas de caminos públicos, como por ejemplo Extremadura que en su Ley 12/2001 reparte su titularidad entre Diputaciones Provinciales (red primaria), Ayuntamientos (red secundaria) o la pro-pia Comunidad (red de pistas forestales). Además, las leyes reguladoras de carreteras de algunas Comunidades Autónomas con-tienen defi nición en positivo del concepto camino (establecen la diferencia entre carreteras y caminos), como sucede en el caso de Asturies, Castilla-La Mancha, País Valenciano, Aragón, Extremadura y Navarra. Sin embargo, aunque algunas Comuni-dades Autónomas puedan tener normas de régimen local propias, la inmensa mayoría de los caminos públicos son

competencia de las corporaciones locales y, según la Ley de Bases de Régimen Local, los municipios ejercerán competencias sobre “conservación de caminos y vías públicas”. El concepto conservación, en este marco legal, tiene un sentido amplio y supone la creación, inventario, afectación y desafectación, deslinde, ampliación, señalización, conservación, regulación de usos, vigilancia, disciplina y recuperación, de modo que se garantice el uso o servicio público del camino. Queda en manos de los Entes Locales de rango superior la po-sibilidad de llevar a cabo planes de obras y servicios para la mejora de los caminos locales de los Ayuntamientos. También las autoridades autonómicas en materia de agricultura, ganadería y desarrollo rural, establecen convenios de colaboración con los Ayuntamientos para mejorar sus caminos. Los caminos públicos de los Ayunta-mientos pueden ser de varios tipos: de dominio público, patrimoniales afectos a un uso o servicio público, patrimoniales no afectos a un uso o servicio público y servidumbres públicas de paso. El primer tipo goza del triple blindaje del dominio

1

Ala hora de defender un camino público resulta fundamental co-nocer de quién es la competencia con el fi n de acotar el ente admi-nistrativo con el que nos vamos

a tener que ver las caras. Hay que señalar

Page 25: El Ecologista nº 46

25el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

público (imprescriptibles, inembargables e inalienables), los del segundo tipo tan sólo gozan del blindaje de la inembargabilidad y las otras dos tipologías carecen de blin-daje alguno.

Herramientas estratégicasLos caminos públicos de los Ayuntamien-tos son objeto de asaltos, saqueos y cortes por toda una legión de ladronzuelos, por lo que es importante conocer los meca-nismos a través de los cuales los munici-pios pueden gestionar adecuadamente su sistema de caminos públicos y recuperar los usurpados. Existen varias herramientas de carácter estratégico, como son el Inventario de Caminos, el deslinde o la regulación en el instrumento de planeamiento general y Ordenanzas de Caminos. Además, la inclusión de los caminos competencia del municipio en el Registro de la Propiedad y Catastro Inmobiliario, constituyen dos potentes herramientas que facilitan la prueba de la titularidad municipal de los caminos públicos. Vamos a revisar brevemente cada una de estas herramientas. El Inventario de Caminos. Es una de las herramientas clave para la defensa de los caminos. Por tanto, una primera tarea urgente es pedir a los Ayuntamientos que elaboren los inventarios de caminos públi-cos (de dominio público y patrimoniales) y servidumbres de paso (derechos reales), ya que en algunas ocasiones los municipios crean caminos de uso o servicio público sobre terrenos privados (servidumbres de paso). Deslinde. Una segunda tarea a desa-rrollar es la ejecución de los deslindes de los caminos previamente inventariados. El deslinde consiste en establecer la se-paración entre los caminos municipales y las propiedades colindantes (públicas y privadas) y forma parte de la potestad municipal de defensa y conservación de los caminos públicos, aplicándose tanto a los de carácter demanial –de dominio público– como a los patrimoniales. Registro de la Propiedad. Los bienes de dominio público, tal y como son los cami-nos de dominio público, tienen el privilegio de publicidad posesoria. Esto significa que el titular del bien demanial no necesita utilizar el sistema de garantías inherentes al Registro de la Propiedad, ya que se halla protegido por el hecho de ser un bien de dominio público. Sin embargo, la práctica ha demostrado que lo que era un privilegio se ha conver-tido en un peligro para la integridad de los caminos públicos, ya que existe un gran número de expertos en robar la propiedad

Normas relativas a caminos públicosNormas específicas de regulación de caminos - Ley 12/2001, de 15 de noviembre de caminos públicos de Extremadura

Normas reguladoras de carreteras- Ver leyes reguladoras de carreteras que contienen definición y competencias en materia de caminos rurales de Asturias (Disposición adicional primera de la Ley/1986, de 28 de noviembre, de Ordenación y Defensa de las Carreteras); Castilla-La Mancha (Artículo 1 Ley 9//1990, de 28 de diciembre de Carreteras y Caminos); País Valenciano (Ley 6/1991, de 27 de marzo, de Carreteras); Aragón (Ley 8/1998, de 17 de diciembre, de Carreteras); Extremadura (Ley 7/1995, de 27 de abril de Carreteras) y Navarra (Ley Foral 11/1986, de 10 de octubre, de Defensa de las Carreteras)

Normas específicas de protección de un tipo de camino - Ley 13/2000, de 21 de diciembre, del Camí de Cavalls de Menorca

Normativas relativas a la circulación y práctica de deportes con vehículos a motor en terrenos forestales y áreas de interés natural

- Normas autonómicas que establecen regulaciones en relación al uso de caminos de todo tipo por parte de la circulación motorizada

Caminos y terrenos cinegéticos- Decreto 162/95 de 24 de octubre (Castilla-La Mancha) sobre la libre utilización de los ca-minos y vías de uso público en terrenos sometidos a régimen cinegético especial

Normas de Ordenación del Territorio y Urbanismo- Las normas de ordenación del territorio de algunas Comunidades Autónomas contienen directrices de protección de los caminos

Normas relativas a la protección del patrimonio histórico-cultural- En donde se suelen establecer criterios de protección de caminos históricos (Camino de Santiago, por ejemplo). Ver normas en cada CC AA.

Normas relativas al turismo- Decreto 20/2002, de 29 de enero, de Turismo en el Medio Rural y Turismo Activo de Andalucía

1. Camino del cementerio, Pedraza, Segovia2. Es camí Vell de Lluc (Mallorca), un camino empedrado, rehabilitado.3. Un camino de los Paseos Arbolados del Real Sitio de Aranjuez, Madrid.4. Los privados también hacen ostentación del dominio de sus caminos.FOTOS: AUTOR.

2

4

3

Page 26: El Ecologista nº 46

26 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Bibliografía recomendada• FERRIS GIL, CARLOS (2004): Los caminos de las

montañas. Bases jurídicas y sociales del patrimonio viario. Manuales PRAMES. Zaragoza, 148 p.

• PONCE SOLÉ, JULI (2003): Régimen jurídico de los caminos y derecho del acceso al medio natural. Marcial Pons. Barcelona, 251 p.

• MARTÍNEZ-CARRASCO PIGNATELLI, CONCEPCIÓN (2003): “Competencias sobre la conservación de vías públicas locales, caminos vecinales, otras vías rurales y vías pecuarias”. Cuadernos de Derecho Local nº 2. Fundación Democracia y Gobierno Local. 128-180 pp.

• SIBINA TOMÁS, DOMÉNECH (2003): “Las ordenanzas de conservación y policía de los caminos municipales de uso público”. Cuadernos de Derecho Local nº 2. Fundación Democracia y Gobierno Local. 181-195 pp.

• VILLALVILLA ASENJO, HILARIO (2000): Manual para la defensa de los caminos tradicionales. Ediciones Talasa. Madrid, 192 p.

pública del suelo, sobre todo cuando el artículo 38 de la Ley Hipotecaria establece que quien tenga inscrito el dominio de los inmuebles (un camino es un inmueble) o derechos reales (servidumbre de paso), tiene la posesión del mismo. Por ello, es fundamental inscribir los caminos públicos en el Registro de la Pro-piedad, que es el único que tiene efectos de fe pública respecto de la titularidad y derechos reales sobre bienes inmuebles, acreditando la posesión pública de un ca-mino. La inscripción se ve favorecida por la nueva redacción dada al artículo 5 del Reglamento Hipotecario (RD 1867/1998, de 4 de septiembre), en donde se esta-blece que “los bienes de dominio público también podrán ser objeto de inscripción, conforme a su legislación especial”. Catastro Inmobiliario. El Catastro In-mobiliario permite comprobar si un ca-mino es de un municipio. Es un registro administrativo de bienes inmuebles que depende del Ministerio de Hacienda, salvo el caso de Navarra y País Vasco que poseen competencias en esta materia y, por tanto, catastros propios. En el Catastro Inmobiliario se describen los bienes inmuebles, en nuestro caso los caminos, a partir de sus características físicas, económicas y jurídicas (localización y referencia catastral, superficie, represen-tación gráfica o el titular catastral). Los Ayuntamientos tienen el deber de colaborar

con el Catastro Inmobiliario, suministrando cuantos datos, informes o antecedentes resulten precisos para su gestión. Además, la incorporación de los bienes inmuebles en el Catastro Inmobiliario es obligatoria, así como la modificación de todos los datos necesarios para que la descripción catastral concuerde con la realidad. Por tanto, una vez que un Ayuntamiento tenga aprobado el Inventario de Caminos (y si se encuentran deslindados mejor), es fundamental que lo haga llegar a la Geren-cia Territorial del Catastro de su provincia. No obstante, las Gerencias Territoriales del Catastro, cuando proceden a renovar el mismo, solicitan a las municipalidades información gráfica y documental de sus bienes, entre ellos los caminos. Los datos contenidos en el Catastro Inmobiliario, salvo prueba de lo contrario, y teniendo en cuenta que prevalece lo que diga el Registro de la Propiedad, se presumen ciertos. Ade-más, el Catastro posee series históricas de cartografía y datos que nos pueden ayudar a demostrar la titularidad municipal de los caminos. El instrumento de planeamiento general. Los instrumentos de planeamiento gene-rales (Plan General o equivalente) pueden actuar como prueba de la titularidad públi-ca de los caminos. Para ello, es necesario que éstos aparezcan en el instrumento de planeamiento con alguna categoría de clasificación, ya sea como suelo no urba-

nizable, protección o sistema general, y su correspondiente normativa reguladora. Si el Ayuntamiento posee Inventario de Caminos, y éstos se incorporan a la clasificación del suelo del instrumento de planeamiento, la prueba de la titularidad se encuentra reforzada. Así, se puede apro-vechar esta herramienta urbanística para regular los caminos situados en propiedad privada. Ordenanzas Municipales. Una última y potente arma de conservación de los caminos públicos la constituyen las Or-denanzas Municipales. En la práctica, no todos los municipios poseen Ordenanzas Municipales de Caminos y los que las tienen se centran en aspectos específicos que no atienden a la totalidad del tema. Lo deseable es que nuestro municipio posea una ordenanza integral que abarque a los caminos públicos y privados. Esta ordenanza debe regular toda la casuística posible. En el caso de los caminos públicos, las ordenanzas deben abarcar la planificación, construcción, conservación, financiación, explotación, defensa, protección, garantía de uso pú-blico, regulación de usos (especialmente por vehículos a motor), derechos de uso y edificación de los propietarios colindantes con los caminos públicos, al objeto de garantizar la anchura y delimitación de los caminos, etc. Para los privados, se de-berá contemplar la apertura de caminos, ampliación, adecuación o modificación, mantenimiento y limpieza de caminos, control de propaganda visible desde la vía pública, etc. Terminamos así una somera revisión de las posibles herramientas de las que se dis-pone para defender ese patrimonio común que son los caminos públicos.

1. Camino señalizado, en Mallorca.2. Señalización de camino en Chiloeches, Guadalajara.3. La fotografía aérea es una herramienta de primera magnitud para la defensa de los caminosFOTOS 1 Y 2: AUTOR.

1

2

3

Page 27: El Ecologista nº 46

27el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Seis tópicos que sostienen una situación irracional

Mitos inmobiliarios de nuestro tiempo

José Manuel Naredo, economista y estadístico, Premio

Nacional de Medio Ambiente 2000. Una versión reducida de este texto

se publicó en el suplemento económico de La Vanguardia el 20-11-2005.

La interpretación del panorama inmobiliario español está viciada por la pervivencia de una serie de mitos acordes con el negocio in-mobiliario imperante que, a fuerza

de repetirse, acabaron arraigando entre la población e infl uyendo en su comporta-miento. Vamos a enumerar estos mitos y a revisar su fundamento.

El primero de ellos viene a decir así: “En España no hay cultura de alquiler: los españoles quieren vivienda en propiedad casi desde el neolítico”. Esta creencia es falsa, ya que en 1950 la situa-ción era justo la contraria: las viviendas ocupadas por sus propietarios suponían solo el 46% del total y eran mucho más minoritarias en las grandes ciudades. Por ejemplo, en Barcelona solo el 5% de las viviendas estaba ocupado por sus propie-tarios, en Madrid el 6%, en Sevilla el 10%, en Bilbao el 12%... La creación franquista de un Ministerio de Vivienda apuntó, entre otras cosas, a promover la vivienda en propiedad como

vacuna preventiva frente a la inestabilidad social: con la retórica falangista del mo-mento se decía que para hacer “gente de orden”, para asegurar el conformismo de la población, había que facilitar su acceso a la propiedad de la vivienda y atarla para ello a responsabilidades de pagos impor-tantes. El éxito de esta política vino a culminar medio siglo después de haberse iniciado y un cuarto de siglo después de muerto Franco. Solamente un continuismo digno de mejor causa, en lo que concierne a esta política, permitió cambiar la cultura del alquiler en favor de la propiedad y otorgar a España el récord europeo en este campo. Es evidente que si la situación se forzó en un sentido también podría reorientarse en sentido contrario. ¿Habrá resucitado el Ministerio de Vivienda para invertir la situación en este campo? ¿Podrá movilizar en favor del alquiler a ese tercio de viviendas secundarias y desocupadas la nueva Agencia creada para ello?

El segundo nos dice “Pagando alquiler se tira el dinero: compre una vivienda y conviértase en propietario”. Este es un buen eslogan publicitario para promover la venta de viviendas, pero esconde la verdadera disyuntiva a la que se enfrenta quien quiere habitar una vivienda pero carece del patrimonio necesario para

comprarla. La decisión oscila entre pagar una renta al propietario de una vivienda en concepto de alquiler, o pagar una renta a una entidad fi nanciera para que le preste dinero para comprarla. En ninguno de los dos casos se tira el dinero, sino que se paga por un servicio. El engaño también procede de ignorar que el titular no es propietario pleno de la vivienda hipotecada, ya que en caso de impago el prestamista pasaría a ser el propietario, desahuciando al titular de la misma. Sólo si el comprador paga religiosamente los intereses del crédito y devuelve el principal, acabará adquiriendo al fi n la propiedad –libre de cargas– del inmueble. Y con los plazos tan dilatados que hoy se establecen para posibilitar los pagos, esto podría ocurrir dentro de treinta o cuarenta años, benefi ciando con la plena propiedad del piso, más que al adulto que empezó a pagarlo, a los posibles herederos y al prestamista, que habría cobrado en forma de intereses cantidades que proba-blemente superen el importe mismo del piso. Son las previsiones de evolución del tipo de interés y del precio y el alquiler de la vivienda las que determinan si saldrán mejor parados los que alquilan o los que compran, además de las desgravaciones o apoyos que la fi scalidad otorgue en uno u otro sentido. Con previsiones de tipos de

José Manuel Naredo

No cabe duda de que uno de los principales problemas ambientales en España es el causado por un excesivo crecimiento urbanístico, fuera de toda mesura. A menudo, las reivindicaciones ecologistas exigiendo racionalidad topan con mitos y lugares comunes muy arraigados, que impiden que sean atendidas sus razones. Precisamente algunos de estos mitos son los que se desenmascaran y desmontan en este artículo. La conclusión apunta a que, a pesar de lo que se diga, en nuestro país hay ‘burbuja inmobiliaria’, empujada por la espiral de compras especulativas y créditos baratos.

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

.

La interpretación del panorama inmobiliario español está viciada por la pervivencia de una serie de mitos acordes con el negocio in-mobiliario imperante que, a fuerza

de repetirse, acabaron arraigando entre la

Page 28: El Ecologista nº 46

28 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

interés al alza y de precios de la vivienda a la baja, el alquiler sería más recomendable que la compra y viceversa. De ahí que el afán de comprar venga avalado por el siguiente mito a comentar.

Tercero: “Los precios de la vivienda nunca han bajado ni bajarán”. La ex-periencia indica, por el contrario, que los precios bajaron en el pasado y, con mayor razón, podrán hacerlo en el futuro. Sin ir

más lejos, el índice general de precios de la vivienda, elaborado por el antiguo Mi-nisterio de Fomento, registró caídas para la media nacional cuando la anterior burbuja inmobiliaria, que se desinfló tras los festejos de 1992. En efecto, este índice cayó para la vivienda nueva durante 1992 y 1993 y para la vivienda usada durante 1992. Y hay que advertir que en el caso de la vivienda usada este índice tiene aversión a la baja, pues no se apoya en verdaderos precios de mercado sino de tasación que, al igual que los precios de los anuncios, acusan una inercia importante: cuando decae un perío-do de auge aumenta el período de venta y los más necesitados de liquidez acaban vendiendo por debajo de los precios ini-cialmente demandados en los anuncios o atribuidos en las tasaciones. En período de declive los precios de mercado tienden a caer más que los de tasación, tal y como confirma la expe-riencia del ciclo anterior, en el que los precios de las nuevas promociones –más acordes con los precios de mercado– ca-yeron mucho más que los de tasación de la vivienda usada. En cualquier caso el declive anterior fue corto, al igual que la memoria que se tiene de él. El hecho de que no tengamos experiencias de caídas estrepitosas y prolongadas de los precios de la vivienda, como las ocurridas en otros países, permite mantener impunemente el mito de la irreversibilidad a la baja de los precios de la vivienda, pese a que los espectaculares niveles alcanzados hacen mucho más previsibles que nunca correc-ciones a la baja. Sobre todo cuando las promociones nuevas están inundando el mercado, que ya cuenta con un importan-te stock de viviendas en venta.

Cuarto: “Hay que forzar la construc-ción de vivienda nueva para cubrir el déficit existente”. Cuando España enca-beza a la Unión Europea en número de viviendas por cada mil habitantes no cabe seguir hablando de déficit de viviendas. Sin embargo España ocupa un lugar bastante modesto en número de viviendas princi-pales por mil habitantes. La espectacular disociación que separa la dotación de viviendas totales y de viviendas principa-les se explica porque España también es líder europeo en viviendas secundarias y desocupadas por mil habitantes. Pues en el último boom inmobiliario han comprado y acumulado viviendas –como inversión más o menos compartida con el uso– quie-nes podían pagarlas, no quienes más las necesitaban para vivir en ellas. De ahí que la masiva construcción de los últimos años haya sobredimensionado el stock de viviendas sin que con ello se haya satisfe-

1

1. Los inmigrantes-trabajadores no son solventes como para tener responsabilidad en el auge del mercado inmobiliario. FOTO: CGT.

2. Los inmigrantes-inversores sí han inflado sensiblemente la demanda de viviendas en los territorios insulares y del litoral mediterráneo. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

2

Page 29: El Ecologista nº 46

29el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

guelaya

MELILLA

Subvencionado por:

cho la falta viviendas de la población más necesitada, habida cuenta el desplome de la vivienda social.

Quinto: “Los emigrantes son los gran-des compradores de vivienda que compensan el declive de la demografía interna” o, también, “la demanda de viviendas se mantiene fuerte por la entrada de emigrantes”. En los últimos años el número de viviendas construidas alcanzó máximos históricos a la vez que la baja natalidad, que se viene observando desde hace treinta años, acentuó el enveje-cimiento de la población y redujo a míni-mos históricos el crecimiento natural de la misma. Así, cuando el estancamiento y la previsible disminución de la demografía in-terna no reclaman para el uso las enormes cantidades de vivienda nueva que se están construyendo, se recurre a la justifi cación de los inmigrantes, confundiendo dos co-sas bien distintas: necesidades de alojamiento y demanda solvente de vivienda. Todo ello con tal de no reconocer que lo que mueve tan desmedidos afanes constructivos no es ningún empeño de sa-tisfacer necesidades de alojamiento, sino el pingüe negocio de las plusvalías derivadas de las recalifi caciones de suelo, siendo la construcción el medio colaborador nece-sario para posibilitar la transformación de los terrenos rústicos en suelo edifi cado, añadiendo como poco tres ceros a su valor. Con todo, hay que matizar que, por contraposición a los inmigrantes-traba-jadores, están los inmigrantes-inversores (turistas o jubilados) que sí han infl ado sensiblemente la demanda de viviendas de uso más o menos estacional en los territo-

rios insulares y del litoral mediterráneo.

Sexto: “No hay burbuja inmobiliaria: la escasez de suelo es la culpable del alto precio de la vivienda:”. Esta idea queda sin respaldo cuando se observa que la expansión del suelo urbanizable ha venido superando ampliamente las necesidades de edifi cación. El precio del suelo urbanizable se calcula como saldo tras descontar del precio de venta (de los metros cuadrados construidos que admite) todos los gastos de promoción y construcción. El precio así obtenido sirve para estimar el valor del stock total de suelo urbanizable, que sólo en escasa medida se moviliza y construye. Vemos, por tanto, que el precio de ese producto fi nal que es la vivienda atribuye valor al precio del suelo y no sólo al revés. De hecho ambos pre-cios se ligan de forma indisoluble, ya que el precio de los solares que puede comprar un promotor se estima como saldo de la manera indicada y pesa inevitablemente sobre el coste de la vivienda. La sobredimensión del suelo que se recalifi ca anualmente como urbanizable denota que este suelo se valora más por las expectativas que ofrece que como materia prima para construir ya mismo los muchos millones de viviendas o locales que cabrían en él y que sobrepasarían ampliamente las exigencias de uso y la demanda solvente. Y es que el suelo no es una materia pri-ma como los ladrillos o el cemento, ni tampoco un salario. Ni la vivienda es un producto como los tomates u otros bienes de consumo. Ambos son bienes raíces que la gente valora y atesora por sí mismos. La confusión arranca de ignorar el carácter patrimonial del suelo (y de la

vivienda) y de razonar sobre sus mercados como si de cualquier otra mercancía-fl ujo se tratara. En el caso de mercancías que son producidas para ser vendidas y con-sumidas, no acumuladas, el precio es muy sensible a los fl ujos de producción y con-sumo. Pero no ocurre lo mismo cuando se trata de stocks que no son producidos para ser vendidos y consumidos –como el suelo, el dinero, las acciones… o las obras de arte– sino que se atesoran por sí mis-mos como inversión. En este caso su valor de mercado responde sólo a la pequeña fracción de dichos stocks que cambia de mano y se revela poco sensible al coste y a la producción del bien patrimonial en cuestión, dependiendo sobre todo de con-sideraciones y expectativas ajenas a éstos y de su comparación con el tipo de interés, que marca la retribución alternativa del dinero. De ahí que sus precios se hayan vis-to impulsados al alza cuando la caída conjunta de la bolsa y el tipo de interés desincentivó las alternativas de inversión, induciendo a la gente a adquirir y conser-var la propiedad de un amplio stock de suelo urbanizable y de viviendas como inversión más o menos encubierta. Y la mayor demanda de terrenos y viviendas acarreó subidas de precios que atrajeron nuevas oleadas de compras y nuevas pers-pectivas de revalorización, originando esa espiral de revalorización y compra especu-lativa (apalancada con créditos) que suele llamarse burbuja inmobiliaria. Como hemos indicado, la mitología al uso se empeña en decir, en contra de toda evidencia, que “no hay burbuja inmobiliaria”, sino subidas nor-males de precios derivadas de la escasez de suelo.

Page 30: El Ecologista nº 46

30 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

El Estado español está a la cabeza de las infracciones ambientales de la UE

Desregulación ambiental en EuropaSamuel Martín-Sosa Rodríguez

La Unión Europea está llevando a cabo un proceso de ‘simplifi cación’ de la legislación ambiental, eufemismo que en realidad encubre un fuerte proceso de desregulación: las normas que han aparecido recientemente no protegen

adecuadamente ni el medio ambiente ni nuestra salud. Del mismo modo, cada vez se difi culta más la acción de control de los grupos ecologistas, sobre todo por el debilitamiento planifi cado del sistema de quejas.

Samuel Martín-Sosa Rodríguez, responsable de Internacional, Ecologistas en Acción

La legislación ambiental europea comenzó a desarrollarse en 1973 con el objetivo de responder a las preocupacio-nes sobre los límites del crecimiento que afl oraban en los foros internacionales. Desde que el Estado español ingresó en la Comunidad Económica Europea en 1986, no han

cesado de incorporarse a nuestra legislación numerosas norma-tivas ambientales cada vez más exigentes. Aproximadamente el 80% de las leyes ambientales de cada país de la Unión Europea (UE), proviene de legislación comunitaria (1). Sin embargo, según diversos informes, los indicadores am-bientales demuestran un deterioro continuo casi generalizado del medio ambiente. Así, la Tercera Evaluación del Medio Ambiente en Europa, de la Agencia Europea de Medio Ambiente (2), con-fi rma lo ya anunciado por las conclusiones de la anterior evalua-ción, que señalaba que las medidas políticas emprendidas para atajar la situación ambiental no habían producido, salvo algunos avances en ámbitos concretos, una mejora sustancial del estado general del medio ambiente. En el caso español, el recientemente aparecido Informe del Observatorio de la Sostenibilidad indica que la destrucción medioambiental en nuestro país crece más que la economía, y que cada vez hay una contribución mayor del Estado español a los impactos globales (3).

Somos los primerosEn el marco de la UE, nuestro país es el mayor infractor de la legislación ambiental. Así queda refl ejado en el informe que la Comisión Europea elabora anualmente sobre el grado de cum-plimiento de dicha legislación por parte de cada Estado miembro. En 2004 la Comisión constató 54 infracciones ambientales en nuestro país, lo que supone el 20% de todas las cometidas en la

UE (ver gráfi co 1). Esta situación, lejos de ser algo excepcional, confi rma una tendencia arrastrada, ya que durante los últimos años siempre hemos sido de los cinco Estados más infractores. En 2001 el número de infracciones de nuestro país fue de 7, es decir, un 6% del total, lo que le colocaba en cuarto lugar por detrás de Francia, Portugal y Grecia. En 2002, empataba en la segunda posición con varios países acaparando el 9% de las infracciones, porcentaje que prácticamente se mantuvo durante 2003 (4, 5, 6 y 7). Las razones de este triste récord son diversas. El 40% de las infracciones detectadas en 2004 son relativas a las Directivas de Aves y Hábitats. A nadie se le escapa que el Estado español es el principal contribuyente a la red Natura 2000. El 33% de las zonas ZEPA están en nuestro país. En cuanto a los LIC, el Estado espa-ñol contribuye con cerca del 28% de toda la superfi cie abarcada por esta fi gura de protección en la UE (8). Podría estarse dando por tanto la circunstancia de que, al poseer mayor biodiversidad protegida, se infringe más. Sin embargo, también es evidente que existe una tradición de menosprecio hacia el medio ambiente en nuestro país. El medio ambiente se ha incorporado al discurso político más como un elemento decorativo y de corrección política que como una preocupación real. En general, las Administraciones regionales y locales ven en la legislación ambiental un obstáculo a salvar a la hora de llevar a cabo sus proyectos. En otros países del centro y norte de Europa, la sensibilización hacia estos temas parece ser mayor y también hay una incorporación más real del medio ambiente entre las prioridades políticas. Por otro lado, mientras gran parte de las competencias en mate-ria de medio ambiente pertenecen a las Comunidades Autónomas, el responsable ante el ejecutivo comunitario es el Estado miembro. Esto coloca al Gobierno central en un hipotético enfrentamiento con las Administraciones regionales que a menudo es más cómo-do evitar. Además, se carece de los mecanismos de inspección y

��

��

��

��

�� �� �� �� �� �� �� �� �� �� �� �� �� �� ��

������

GRÁFICO 1. INFRACCIONES CONSTATADAS POR LA COMISIÓN EUROPEA EN 2004 (%, por países)

Elaboración propia a partir de (4)

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

.

La legislación ambiental europea comenzó a desarrollarse en 1973 con el objetivo de responder a las preocupacio-nes sobre los foros internacionales. Desde que el Estado español ingresó en la Comunidad Económica Europea en 1986, no han

cesado de incorporarse a nuestra legislación numerosas norma-

Page 31: El Ecologista nº 46

31el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

control adecuados para vigilar el cumplimiento de la legislación ambiental por parte de dichas administraciones. Merece la pena señalar el gran défi cit de formación de los jueces españoles en ma-teria de legislación ambiental comunitaria (9). También el número de cuestiones prejudiciales planteadas por juzgados españoles ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, solicitando interpretación del derecho comunitario es notablemente bajo. Es decir, parece que la legislación ambiental europea apenas se conoce o utiliza en los juzgados de nuestro país.

Cómo se detecta una infracciónLa Comisión Europea es, en virtud del artículo 211 del Tratado de la Comunidad Europea, la guardiana del cumplimiento de la legislación (10). Las formas en que la Comisión puede enterarse de que una norma ambiental europea está siendo incumplida son básicamente dos: los casos abiertos de ofi cio y las quejas ante la Comisión.

Casos abiertos de ofi cio. La Comisión puede enterarse de un incumplimiento como resultado de su propia actividad de segui-miento de las medidas adoptadas en los Estados miembros, o a través del Parlamento Europeo. • No-comunicación o no-conformidad de las medidas co-municadas. Cuando se adopta una directiva europea, los Estados miembros tienen un plazo para trasponerla al derecho nacional y tienen obligación de comunicar a la Comisión cómo se va a llevar a cabo esa transposición. Si la Comisión no recibe informa-ción sobre las medidas adoptadas, o si las medidas comunicadas para ajustarse al derecho comunitario no son satisfactorias, puede abrir, de ofi cio, un procedimiento de infracción contra el Estado miembro. • Preguntas parlamentarias o Comisión de Peticiones. Los eurodi-putados pueden plantear preguntas orales o escritas a la Comisión Eu-ropea sobre proyectos desarrollados en los Estados miembros y sobre su grado de ajuste a la legislación ambiental europea. Asimismo, el Parlamento Europeo dispone de una Comisión de Peticiones que investiga peticiones enviadas por los ciudadanos europeos. Si dicha petición implica un incumplimiento de la legis-lación, la Comisión Euro-pea debe tomar car-tas en el asunto y abrir, de ofi cio, un procedi-miento de

infracción. En esta vía, los ciudadanos juegan un papel funda-mental, ya que son ellos generalmente quienes alertan a los europarlamentarios sobre la infracción y ejercen presión para que se interesen por ella.

Quejas ante la Comisión Europea. Este sistema es utilizado fun-damentalmente por las organizaciones ecologistas para denunciar incumplimientos. La Comisión Europea se entera mediante la queja de la posible existencia de una infracción, investiga, esta-blece contactos con el país presuntamente infractor y, si lo estima oportuno, abre un procedimiento de infracción con el objetivo de

que dicho Estado miembro modifi que su comportamiento y se ajuste al derecho comunitario. Esta vía es fundamental

para la detección de infracciones. Entre el 40-60 % de los procedimientos de infracción abiertos por la Co-misión tienen su origen en una queja (ver gráfi co 2). Al igual que en el caso anterior, esta vía depende casi exclusivamente de la actividad ciudadana. La primera conclusión que se deduce de estas cifras es

que la Comisión Europea, a pesar de ser la guardiana del tratado, carece de capacidad real de vigilancia in situ

y para velar por el cumplimiento de la legislación am-biental. La segunda, es que las organizaciones ecologistas

están funcionando como auténticos vigilantes del medio ambiente.

Es importante señalar que, además de ser el español el Estado miembro que más infrin-

ge, también es sobre el que más se quejas se reciben. La actividad denunciante de las organizaciones ecologistas del Estado español es muy superior a la

de cualquier otro país de la UE. En 2004, más del 20% de las quejas que la Comisión Europea mantenía abiertas por supuestas infracciones de la legislación ambiental europea provenían del Estado español (12). Ecologistas en Acción es responsa-ble de más de la mitad de dichas quejas. De todos los casos españoles que la Comisión Europea man-

tenía abiertos en 2004, el 2% se debían a ausencia de comunicación de medidas de transposición, el 4% a medidas de transposición defectuosas

��

��

��

��

��

��

���� ���� ���� ���� ���� ���� ���� ����

GRÁFICO 2. PORCENTAJE DE INFRACCIONES DETECTADAS POR PRESENTACIÓN DE QUEJAS

Elaboración propia a partir de (11)

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

.

Page 32: El Ecologista nº 46

32 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

��

40

��

��

���

���� ���� ���� ����������������������

Elaboración propia a partir de (15)

GRÁFICO 3. NÚMERO DE CASOS DE INFRACCIONES AMBIENTALES DEL ESTADO ESPAÑOL TRATADOS POR LA COMISIÓN EUROPEA

(2002=100%)

(es decir, aun habiéndose realizado la transposición, ésta no se ajustaba a lo exigido por la Directiva), y el 94% a una “mala aplicación” del derecho comunitario, es decir, a una violación de las directivas ambientales. Se podría decir por tanto, que el Estado español se dota del cuerpo legislativo necesario, que dicho cuerpo legislativo es en general de buena calidad (de acuerdo a los patrones europeos), pero que posteriormente lo incumple de forma generalizada.

Debilitamiento del sistema de quejasLa propia Comisión Europea reconoce a las organizaciones ecologistas su papel fundamental en la detección de infracciones mediante el uso que hacen del sistema de quejas (12). Al mismo tiempo, la Comisión reconoce que este sistema se encuentra totalmente saturado. Actualmente todas las quejas del Estado español son atendidas por solamente tres técnicos juristas, con lo que la atención y dedicación que recibe cada una es absolu-tamente insufi ciente. Sin embargo, en lugar de poner medios para mejorar y forta-lecer este mecanismo –dada la relevancia que parece tener en la detección de infracciones–, el camino que ha emprendido la Comisión Europea es exactamente el contrario: se ha optado por debilitar el sistema y hacerlo aún menos efi ciente. Lejos de dotar a la Unidad Legal de la Dirección General de Medio Ambiente de los medios apropiados para un correcto funcionamiento, la Comisión está adaptando la carga de trabajo a los medios existentes. Para ello está siendo mucho más selectiva a la hora de elegir qué quejas son importantes y cuáles no. La práctica que parece estar imponiéndose es la de registrar cada vez menos quejas por un lado, y cerrar el mayor número posible de las ya abiertas por otro. Esta práctica tiene su refl ejo patente en las cifras: en 2003 la Comisión trataba 450 casos españoles de infracciones medioambientales. En octubre de 2005 este número se había reducido a 180, es decir, un 60% menos en apenas año y medio (ver gráfi co 3). En virtud de lo establecido por la propia Comisión Europea, cualquier queja recibida “deberá ser registrada sin selección al-guna” (13, 14). En este sentido, el Ejecutivo comunitario estaría incurriendo en una “mala administración” por dejación de sus funciones. Recientemente, el antiguo Jefe de la Unidad Legal de Dirección de General de Medio Ambiente, Ludwig Kramer, denunció en un Taller de Quejas ante la UE organizado por Ecologistas en Acción, que el sistema de promoción de los fun-cionarios de la Comisión incentiva a aquellos que no registran las quejas (15). De hecho, cuando un funcionario propone comenzar un procedimiento de infracción contra un Estado miembro, la propuesta se somete a un escrupuloso control administrativo, jurídico y político. Sin embargo, no existe control alguno sobre el funcionario que no registra una queja. Esta situación contrasta mucho con los propósitos de buena gobernanza que hace la Co-misión, basados en la apertura, la participación, la responsabilidad, la efi cacia, y la coherencia (16). La voluntad de la Comisión parece ser claramente la de perma-necer lo más ciega posible ante las infracciones cometidas por los Estados miembros y sólo intervenir en casos muy extremos. Otra prueba de ello es que, a pesar de no tener una amplia capacidad real de vigilancia sobre el terreno, sin embargo sí existe una teórica cierta capacidad de inspección cuando hay sospecha de infracción, que está absolutamente infrautilizada. La Comisión puede, motu proprio, decidir visitar in situ un proyecto que se esté llevando a cabo en un Estado miembro, aunque éste puede negarse a auto-rizar la visita. Actualmente estas visitas rara vez se producen, y si tienen lugar siempre media una invitación del Estado miembro, lo que indica la falta de voluntad de la Comisión de comprobar los argumentos expuestos por las organizaciones ecologistas.

1. El sistema de quejas resulta inefi caz en la mayor parte de los casos denunciados. Aterramiento del río Manzanares, para ampliar la M-30, objeto de queja ante la Comisión. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

2. Los LIC declarados en España suponen cerca del 28% de toda la superfi cie abarcada por esta fi gura en la UE.3. La Comisión Europea, presidida por Durão Barroso, está descafeinando la legislación ambiental. 4. Taller de Infracciones Ambientales y Quejas ante la UE, organizado por Ecologistas en Acción en octubre de 2005.

1

2

3

Page 33: El Ecologista nº 46

33el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Notas y referencias1. BEE, 2005: EU Environmental Policy Handbook. A Critical Análisis of EU

Environmental Legislation. Making it accesible for practitioners and decission makers.

2. AGENCIA EUROPEA DE MEDIO AMBIENTE, 2004: Medio Ambiente en Europa. Tercera Evaluación (http://reports.eea.eu.int/environmental_assessment_report_2003_10 sum/es/kiev_sum_es.pdf).

3. OBSERVATORIO DE LA SOSTENIBILIDAD EN ESPAÑA, 2005: Informe de Sostenibilidad en España. www.sostenibilidad-es.org/pdf/informe2005.pdf

4. COMISIÓN EUROPEA, 2005: Sixth annual survey on the implementation and enforcement of community environmental law for the year 2004. http://europa.eu.int/comm/environment/law/pdf/6th_en.pdf

5. COMISIÓN EUROPEA, 2002: Third annual survey on the implementation and enforcement of community environmental law for the year 2001. SEC (2002) 1041.

6. COMISIÓN EUROPEA, 2003: Fourth annual survey on the implementation and enforcement of community environmental law for the year 2002. SEC (2003) 804/1

7. COMISIÓN EUROPEA, 2004: Fifth annual survey on the implementation and enforcement of community environmental law for the year 2003. SEC (2004) 1025/1

8. SECRETARÍA GENERAL PARA EL TERRITORIO Y LA BIODIVERSIDAD, 2005: La Red Natura 2000 en España. Ministerio de Medio Ambiente.

9. BELÉN LÓPEZ PRECIOSO (IPAE), 2005: Infracciones relativas a las Directivas de Aves y Hábitats. Taller de Infracciones Ambientales y Quejas ante la UE. Madrid.

10. XXI Report on monitoring the application of Community law, 2003. Annex The detection of infrindgments. http://europa.eu.int/comm/secretariat_general/sgb/droit_com/pdf/XXI_rapport_annuel/annexe1_fr.pdf

11. Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea. http://europa.eu.int/eur-lex/lex/es/treaties/dat/12002E/htm/12002E.html

12. JULIO GARCÍA BURGUÉS, 2005. Perspectiva del Procedimiento de quejas desde la Comisión Europea. Taller citado en (9)

13. Comunicación de la Comisión sobre las Relaciones con el Denunciante en Materia de Infracciones del Derecho Comunitario COM (2002) 141, Bruselas, 2002.

14. Comunicación de la Comisión sobre la mejora del Control de la Aplicación del derecho Comunitario COM (2002) 725, Bruselas, 2002.

15. LUDWIG KRÄMER, 2005. España y la aplicación de la legislación medioambiental europea. Taller citado en (9)

16. La Gobernanza Europea. Un Libro Blanco. COM (2001) 428. http://europa.eu.int/eur-lex/pri/es/oj/dat/2001/c_287/c_28720011012es00010029.pdf

17. EC complaints procedure: EEB’s seven key recommendations for a change. Position Paper, Bruselas, diciembre 2002 http://www.eeb.org/activities/Enforcement/EEB-Complaints-Procedure-final.pdf

18. AMPARO RAMBLA, 2005. Secretaría General Técnica del Ministerio de Medio Ambiente. Perspectiva del procedimiento de quejas desde el Ministerio de Medio Ambiente. Taller citado en (9).

La Comisión ha dado señales recientemente de que su aten-ción va ser prioritaria para aquellas quejas que denuncien falta de transposición o transposición defectuosa, casos estructurales de mala aplicación, o incumplimientos de obligaciones “esenciales”, como por ejemplo las designaciones. El pasado octubre, por ejemplo, se ha hecho pública la decisión de la Comisión de llevar al Estado español ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por no designar las demarcaciones hidrográficas, como obliga la Directiva Marco de Agua. Para el resto de casos, la Comisión recomienda hacer un uso menos sistemático del pro-cedimiento de quejas, y en caso de recurrir al mismo, proceder a una “sectorialización”, es decir, agrupar los diferentes casos en quejas “paquete” horizontales (12). El fortalecimiento del sistema de quejas es una reivindicación ya histórica de movimiento ecologista europeo (mayor informa-ción, plazos más cortos y estrictos, más personal...) (17). Sin em-bargo, de forma paralela a esta justa demanda, parece necesario trabajar en otros frentes. El Ministerio de Medio Ambiente ha señalado recientemente que su objetivo principal es reducir el número de casos abiertos contra el Estado español (18). Aunque del total de casos, menos del 10% son competencia exclusiva del ministerio de Medio Ambiente (el 35% son competencias compartidas con Administraciones locales o regionales), el que responde frente a Europa es el Estado miembro, por lo que el interés del Ministerio en solucionar el conflicto es alto. Por ello puede resultar interesante estudiar, junto con este Ministerio, posibles mecanismos de solución de las posibles infracciones de forma preventiva, antes de llegar a presentar la denuncia.

El marco global europeoLa UE está caminando en los últimos tiempos hacia una desre-gulación ambiental cada vez mayor. La saturación del sistema de quejas está siendo utilizada como un argumento más a favor de este proceso. La lógica es aplastante: “si la legislación ambiental provoca saturación del sistema de quejas porque se infringe mucho dicha legislación, eliminemos la legislación ambiental, y desvirtuemos el sistema de quejas, con lo que cada vez tendre-mos menos infracciones y cada vez será más difícil quejarse de las infracciones que aún puedan existir”. En castizo, ojos que no ven, corazón que no siente. Y este proceso no ha hecho más que comenzar. La UE está supuestamente llevando a cabo un proceso de simplificación de la legislación existente y venidera que bajo el lema “legislar mejor” está sirviendo claramente de tapadera para una desregulación ambiental. Las siete Estrategias Temáticas que, en función del 6º Programa de Acción Medioambiental, deberían ver la luz antes de final de 2005, están siendo totalmente desnaturalizadas. Las que ya han aparecido (Calidad del Aire, Marina...) lo han hecho con unos resultados mucho más pobres de lo marcado inicialmente. En los términos actuales, las Estrategias Temáticas y su normativa acompañante están lejos de asegurar la protección del medio ambiente y la salud. La mejor y más simple legislación es aquella que establece objetivos cuantificables y calendarios concretos. Sin embargo, la tendencia actual es ir hacia objetivos orientativos, confiar la consecución de dichos objetivos a acuerdos voluntarios, o relegar las decisiones concretas (y esenciales) a los ámbitos estatales o regionales. Como parte de este proceso de simplificación de la legislación, la Comisión anunció el pasado octubre un plan de tres años durante los que se eliminarán, reformarán, refundirán hasta 200 piezas legislativas. Entre la normativa ambiental afec-tada se encuentran directivas y reglamentos relativos a residuos, contaminación atmosférica, control de la contaminación industrial (Directiva IPPC)... Para echarse a temblar.

4

Page 34: El Ecologista nº 46

34 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Inminente colonización de la Península Ibérica por este insecto

El mosquito tigreJosé Ignacio López-Colón

Esta nueva especie invasora es un insecto muy molesto y potencialmente peligroso debido a las graves enfermedades tropicales que puede llegar a transmitir.

José Ignacio López-Colón, Ecologistas en Acción

Un mosquito originario del sureste asiático, Aedes albopictus, denomi-nado vulgarmente “mosquito tigre” debido a las llamativas manchas y bandas blancas con las que se

adorna, se está extendiendo por todo el mun-do y está disparando las alarmas sanitarias en Europa. Amparado por el transporte de neumáticos usados que propicia el comercio internacional –las cubiertas encharcadas proveen un medio idóneo para su repro-ducción–, se ha instalado ya en numerosos países del continente, incluido España, y su área de distribución continúa en incesante expansión. En realidad, este caso no es sino una muestra más de los problemas que causan las especies invasoras (1). Es, también, un ejemplo de cómo la locura que nos hace de mover productos de un lado a otro del planeta sin el menor control y previsión, que nuestra sociedad moderna está propiciando con unos objetivos comerciales tan afanosos que nunca son capaces de mirar más allá del lucro inmediato, suele tener consecuencias –a veces sorprendentes, casi siempre imprevi-sibles– en múltiples ámbitos. Consecuencias ecológicas –desestabilizando los ecosistemas originales–, económicas –provocando graves plagas–, sanitarias –transmitiendo enfermedades a humanos o a los animales domésticos– e incluso, es el caso tratado, sociológicas. Este pequeño insecto, cuyo há-bitat natural son las selvas húmedas asiáticas, tiene un aspecto carac-terístico y una picadura dolorosa, que se infl ama y persiste mucho más que las que provocan los mos-quitos autóctonos (Aedes albopictus es capaz de atravesar la ropa). A diferencia de aquéllos, el mosquito tigre tiene hábitos diurnos y es extraordinariamente agresivo con nuestra especie, tanto que puede atacar en pequeños grupos. Una vez se ha introducido en una zona, es capaz de sacar adelante su progenie en cualquier superficie que contenga agua estancada, por pequeño que sea su tamaño. De esa manera, deposita sus huevos en el agua contenida en latas y recipientes domésticos abandonados, neumáti-cos, abrevaderos, charcas tempora-les, etc. En realidad, ni siquiera la falta de agua o el frío son obstáculos serios para esta especie, ya que los huevos resisten la desecación y son capaces de resistir varios meses aletargados (en estado de diapausa). Cada hembra pone entre 40 y 80 huevos. Estos insectos pueden completar

una generación entre diez y veinte días si la temperatura es benévola.

Globalización biológicaComo ya se ha comentado, nos hallamos simple y llanamente ante un nuevo caso de invasión por una especie foránea. Desafor-tunadamente, estos casos son cada vez más frecuentes a causa del transporte humano, en esta ocasión involuntario, aunque no siempre sea así. Cada vez son más las espe-cies animales y vegetales introducidas con fi nes cinegéticos, para su explotación en la industria peletera o en la alimentaria, con fi nes ornamentales o simplemente como mascotas, sin reparar en las consecuencias a menudo catastrófi cas que se producen en los ecosistemas autóctonos cuando se liberan o escapan y se aclimatan. Los primeros individuos del pernicioso mosquito fueron localizados en el continente europeo en Albania, en 1979, procedentes de China. Actualmente se encuentra ya re-partido por los Balcanes, Hungría, Italia, Ale-mania, Suiza, Bélgica, Francia y España (2). En el resto del mundo también avanza con paso fi rme y rápido: se ha instalado en América del Norte (Texas, California, y hasta 26 esta-dos de EE UU; México), todo Centroamérica,

América del Sur (Colombia, Bolivia, Brasil, Argentina) y en Oriente Medio (Israel). Curiosamente, este díptero apenas puede desplazarse por si solo más allá del centenar de metros (su vuelo tiene un radio de acción de 100 a 150 metros), y necesita de la ayuda humana para expandirse: en Europa, como ya se ha indicado, gracias al trasiego de neu-máticos usados; en Estados Unidos, por la comercialización de una planta ornamental, llamada “bambú de la suerte” (Dracaena sp.), que llegó de China en pequeños recipientes con agua. En nuestro país se encontró por primera vez en San Cugat del Vallés, en agosto de 2004, habiéndose extendido por diversos municipios de la zona, incluida la capital catalana (3). Las previsiones de los expertos (médicos, entomólogos, biólogos) no dejan lugar a la duda: en pocos años se extenderá

Larva

Pupa

Un mosquito originario del sureste asiático, nado vulgarmente “mosquito tigre” debido a las llamativas manchas y bandas blancas con las que se

adorna, se está extendiendo por todo el mun-

Page 35: El Ecologista nº 46

35el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Inminente colonización de la Península Ibérica por este insecto

El mosquito tigreJosé Ignacio López-Colón

Esta nueva especie invasora es un insecto muy molesto y potencialmente peligroso debido a las graves enfermedades tropicales que puede llegar a transmitir.

Notas y referencias1. Especies invasoras. El ecologista, 33 (noviembre-

2002), pp. 58-63.2. DAVID SEGARRA: “Llega el mosquito tigre”, El

País, 18 de septiembre de 2005 (página 36).3. Asentado especialmente en la zona del Baix

Llobregat. A fecha de hoy, se ha registrado en los municipios de San Cugat, Cerdanyola, Rubí, Molins de Rei, Ripollet, Terrassa, Sant Quirze del Vallés, Barberá del Vallés y, en la capital catalana, en el barrio de Can Baró, en el barcelonés distrito de Horta-Guinardó.

4. El peligro es hipotético –o como gustan denominar algunos expertos, “teórico”–, pero no deja de estar presente como tal. De hecho, se han censado hasta 23 enfermedades distintas de las cuales el mosquito tigre es vector, y se sospecha que pueda serlo de algunas más (6); en las zonas tropicales aloja otros tantos virus patógenos de los grupos fl avivirus, bunyavirus y alfavirus, además de dos fi larias: Dirofi laria immitis y D. repens, unos gusanos parásitos –nematodos– que viven en el tejido conjuntivo y los vasos sanguíneos del organismo humano.

Para argumentar las opiniones que se alejan del alarmismo se manejan comparaciones con otros casos que se podrían considerar similares. Y si bien es cierto que en España son frecuentes los mosquitos Anopheles maculipennis y otras especies del género, que son vectores de la malaria, y sin embargo no comportan peligro alguno en este sentido (esta enfermedad fue erradicada en nuestro país hace tiempo), no se debe olvidar que, durante los siglos XVIII y XIX, ya sufrimos varias epidemias de graves consecuencias, de dengue y fi ebre amarilla, transmitidas por otro mosquito, Aedes aegypti (hoy día extinguido en la Península Ibérica), que llegó en barcos desde el Caribe.

5. Se recomienda cubrir con mosquiteras los estanques y depósitos de agua, evitar la que se acumula en las instalaciones de drenaje y vaciar regularmente cualquier tipo de recipiente que acopie el líquido elemento; también es conveniente tapar los huecos de los árboles que puedan almacenarla. Por el contrario, está totalmente desaconsejado el tratamiento con plaguicidas, que no resuelven el problema y crean otros añadidos, a menudo más graves que los que pretenden solucionar.

6. S. SANTOLAMAZZA, R. ERITJA, C. ARANDA, J. LUCIENTES, D. ROIZ Y R. MOLINA: “Ecología del mosquito tigre”, Quercus, 235 (septiembre de 2005), pp. 20-26.

por buena parte de la Península Ibérica.

Transmisor de enfermedadesPor el momento, bajo la más estricta lógica (extremo que ya se han encargado de difun-dir repetidamente las autoridades sanitarias en previsión de que se extienda la alarma so-cial), este nuevo mosquito sólo será potencial transmisor de las mismas enfermedades que inoculan los mosquitos locales. Pero la simple mención de algunas de las enfermedades tro-picales que transmite en sus lugares de origen: dengue, fi ebre amarilla o encefalitis, pone los pelos de punta (4). Y es que el mosquito tigre viene precedido por su leyenda, una leyenda negra donde las haya, aunque lo cierto es que el insecto es un mero transmisor (vector) y en Europa no hay casos registrados de enfermos con tales males, por lo que difícilmente puede transmitir esas enfermedades.

Si es verdad que en Europa el riesgo de contagio al ser humano de las mentadas enfermedades es mínimo, no

habiéndose registrado ningún caso hasta el momento, no lo

es menos que también trans-mite enfermedades víricas

a los animales, ya que el hombre no es su único

huésped. Y es que este mosquito está tan adaptado para sobrevivir en cualquier medio, que no sólo pica a los mamíferos, sino que también lo hace a las aves, reptiles e incluso a los anfi bios.

Cambios en el comportamiento de las personasEstudios sociológicos y antropológicos efec-tuados en Italia, donde se lleva más años sufriendo el problema (se detectó por vez primera en 1991, en Pádova, y en 2004 ya se había extendido por todo el país), revelan que en algunas zonas han llegado a cambiar los hábitos de la gente. Las personas han suprimido ciertas actividades al aire libre: no es agradable recibir, en pocos minutos, numerosas picaduras dolorosas –se dice que similares a las que producen los tábanos– en pleno día. Las zonas periurbanas y urbanas son ideales para su instalación, y concre-tamente en Roma y su entorno se halla el contingente que más preocupa y afecta en el país transalpino.

Dichos estudios también indican que el mosquito tigre encuentra un ecosistema idóneo en las urbanizaciones, ya que dispo-ne de abundancia de jardines y el insecto aprovecha cualquier recipiente con agua abandonado a su suerte, para reproducir-se, por no hablar del paraíso que supone para este mosquito cualquier estanque o fuente ornamental (5). Un simple cenicero o juguete, cualquier cubo, jarrón o plato de maceta sobre los que caiga agua de lluvia o de riego, ofrecen una oportunidad que no desaprovecha esta molesta especie invasora. Una especie que se está convirtiendo en pa-radigma de lo que ya se viene denominando Globalización biológica.

Hembra de mosquito tigre cebándose de sangre humana

Page 36: El Ecologista nº 46

36 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Los esfuerzos de prevención y control deberían volcarse en los países más expuestos para reducir la amenaza de pandemia

La gripe aviarJuan Bárcena

El aumento exponencial de los casos de infección por gripe aviar en humanos durante la última década está relacionado con el fuerte incremento del tamaño y la densidad de las poblaciones de pollos y cerdos, su proximidad a los asentamientos humanos y el movimiento de animales a través de circuitos comerciales, que a su vez es un refl ejo de la rápida expansión y creciente movilidad de la población mundial. Afortunadamente, los casos de gripe aviar en humanos no han implicado hasta ahora la transmisión del virus entre personas. Sin embargo, los expertos coinciden en que el surgimiento de una nueva pandemia de gripe es sólo una cuestión de tiempo y urgen a tomar medidas para estar preparados para afrontarla.

Juan Bárcena, investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal del

INIA y miembro de Ecologistas en Acción

El virus de la gripe se caracteriza por su gran capacidad para generar variantes antigénicos, es decir ce-pas virales con mutaciones en sus proteínas de superfi cie, la hema-

glutinina (HA) y la neuraminidasa (NA). Existen 16 subtipos serológicos distintos de la proteína HA y 9 de la proteína NA. Esto signifi ca que la respuesta inmune del organismo infectado por un virus de un subtipo no protege frente a los virus de otros subtipos. En las aves acuáticas, los hospedadores naturales del virus, cir-culan cepas virales de todos los subtipos conocidos, mientras que en mamíferos y aves de corral sólo se encuentran virus de ciertos subtipos. Los virus de la gripe humanos están restringidos a 3 subtipos de HA y 2 de NA. Así, las cepas del virus de la gripe aisladas

en humanos en el último siglo se clasifi can como H1N1, H2N2 y H3N2. En cerdos circulan virus estrechamente emparen-tados con los humanos, encuadrados en los subtipos H1N1 y H3N2. En caballos encontramos virus de los subtipos H7N7 y H3N8. En las aves de corral circulan virus de diversos subtipos, los más problemá-ticos por su peligrosidad para el hombre son los encuadrados en los subtipos H5, H7 y H9. Los virus causantes de la actual situación de alarma son H5N1. Dos mecanismos dan cuenta de la gran variabilidad antigénica del virus. En primer lugar el virus de la gripe presenta una alta tasa de mutación durante su replicación, que se traduce en la acu-mulación gradual de mu-taciones en las proteínas HA y NA. Este fenómeno se conoce como deriva an-tigénica y es el responsable de

las epidemias anuales del virus de la gripe. La con-secuencia es que las cepas circulantes cada temporada son ligeramente distintas de las de la temporada anterior (aunque pertenecen al mis-mo subtipo), permitiendo a los virus evadir la respuesta inmune inducida en la pobla-ción por las cepas anteriores,

y haciendo necesaria la reformulación de las vacunas todos los años. Un tipo de cambio más drástico ocurre cuando se produce la transmisión directa de una cepa no humana del virus de la gripe al hombre, o bien cuando surge una nueva variante viral a partir del intercam-bio de genes entre dos virus distintos (por ejemplo uno humano y otro aviar) que han infectado una misma célula. Si los nuevos virus incorporan genes de HA o NA de subtipos distintos a los circulantes hasta entonces y presentan una elevada virulencia, podrán propagarse sin control en una población inmunológicamente virgen, provocando pandemias de gran impacto.

Ecología del virus de la gripeEl virus de la gripe se encuentra en equili-brio evolutivo con las aves acuáticas (patos, aves litorales, gaviotas, etc.), es decir, se propaga en las mismas sin causar enfer-medad. La adaptación del virus a aves que realizan migraciones a grandes distancias es una estrategia evolutiva que le permite una amplia diseminación sin coste para su hospedador. Sólo tras la transmisión y adaptación a mamíferos o aves de corral el virus se convierte en un patógeno causante de enfermedades. En las aves acuáticas el virus de la gripe replica sobre todo en el intestino, dando lugar a la excreción de gran cantidad de virus en las heces. Por lo tanto, entre las aves acuáticas la vía más común de transmisión es mediante agua contaminada por las heces. La transmisión inicial de la gripe aviar a mamíferos y aves domésticas probablemente ocurre también por este procedimiento. Otra vía de transmisión puede ser la

alimentación de cerdos con des-hechos no tratados o restos de aves muertas. Una vez

producida la transmisión a otras especies la pro-pagación del virus de la gripe es principalmente por vía respiratoria. El

cerdo juega un papel im-portante en la transmisión

del virus de la gripe entre especies, ya que es suscepti-

1

2

El virus de la gripe se caracteriza por su gran capacidad para generar variantes antigénicos, es decir ce-pas virales con mutaciones en sus proteínas de superfi cie, la hema-

glutinina (HA) y la neuraminidasa (NA).

Page 37: El Ecologista nº 46

37el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006 37el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

�����������

�����������������

����������

�����������

�����������

�������ble a los virus aviares y a los humanos, lo

que facilita las infecciones mixtas y la apa-rición de nuevos virus por reorganización genética, que puedan luego propagarse entre humanos. Sin embargo, los casos de transmisión directa entre el pollo y el hombre que vienen sucediendo desde 1997 indican que no es indispensable la adaptación previa al cerdo para el paso de la gripe aviar a humanos.

PandemiasDurante el siglo XX se produjeron cuatro pandemias de gripe. La más devastadora fue la conocida como gripe española del año 1918. Más de 40 millones de personas murieron en pocos meses por efecto del virus, más que en la Primera Guerra Mun-dial. Este episodio está considerado como uno de los mayores desastres de la historia de la humanidad y es la enfermedad in-fecciosa que más víctimas ha causado en un período de tiempo tan corto. A pesar de su nombre, el virus probablemente se originó en China. La enfermedad se pro-pagó simultáneamente por Asia, Europa y Norte América. El nombre probablemente se deba a que la prensa en España (no implicada en la Primera Guerra Mundial), refl ejó sin censuras los estragos causados por la enfermedad. Los estudios fi logenéticos y seroar-queológicos indican que se trataba de un virus H1N1 de origen aviar. No se conocen bien las causas de su gran virulencia, aunque se sabe que el virus tenía la capacidad de infectar una mayor variedad de tipos celulares, facilitando su diseminación por el orga-nismo. Recientemente se ha obtenido la secuencia del genoma viral a partir de muestras conservadas en parafi na u obte-nidas a partir de víctimas enterradas en el permafrost de Alaska. Esto ha permitido la reconstrucción del virus de la gripe de 1918 mediante técnicas de manipulación genética. Naturalmente, la polémica está servida: la manipulación del virus en el laboratorio puede ser la única forma de comprender las causas de su gran pato-genicidad (que guarda paralelismos con los virus H5N1 actuales) abriendo una vía efi caz para el desarrollo de vacunas y

antivirales, pero al mismo tiem-po presenta evidentes riesgos potenciales. Los virus H1N1 continua-ron circulando hasta los años 50. El impacto sobre la salud pública se redujo drásticamente debido a su menor virulencia y a la generalización de la inmunidad frente al virus en la po-blación humana. En el año 1957 irrumpió la gripe asiática, de subtipo H2N2, que continuó circulando hasta la aparición del siguiente virus pandémico en 1968 en Hong Kong (subtipo H3N2). Los estudios indican que ambos virus pandémicos se originaron por reorganización genética entre virus aviares y humanos, que pudo producirse en cerdos. Afortunadamente, los virus causantes de ambas pandemias no eran especialmente virulentos, si bien produjeron un incremento de mortalidad (entorno a 4 millones de muertes frente a la media cercana a 1 millón que causan las epidemias anuales normales) debido a la ausencia de inmunidad previa frente a los nuevos subtipos en la población mun-dial. Finalmente, en 1977 apareció la gripe rusa. Se trataba de un virus H1N1 muy simi-

lar a los de fi nales de los años 50. Su origen más probable sería una infección accidental con un virus mantenido congelado en laboratorio durante dos décadas. Los efectos de este virus fueron menores debido a la presencia de inmunidad en las personas mayores de 20 años. Desde entonces circulan en la población humana virus de los subtipos H3N2 y H1N1.

El virus H5N1Las primeras infecciones en humanos del virus de la gripe aviar H5N1 ocurrieron en 1997 en Hong Kong, enclave situado en una encrucijada de rutas comerciales entre Oriente y Occidente, idóneo para la aparición y diseminación global de nuevas enfermedades infecciosas (1968 gripe; 1997- 2003 gripe aviar; 2003 SARS). Además, los cambios socio-económicos operados en China en los últimos años han propiciado un gran aumento del consumo de carne, que se ha traducido en un incremento exponencial de las poblaciones de aves domésticas y cerdos, aumentando paralelamente el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas. Algunas prácticas tradicionales, como la

cría de patos domésticos en arrozales para el control de insectos y la elimi-

nación de restos vegetales, facilitan la transmisión del virus entre aves silvestres y domésticas. El virus H5N1 de 1997 provo-có una alta mortalidad en pollos y humanos (6 de 18 personas infectadas). Los brotes afectaron a granjas y mercados de aves vivas donde personas, aves de corral, patos domésticos y cerdos están en estrecho contacto. El virus causante de los brotes esta-ba emparentado con un aislado

obtenido un año antes de un ganso doméstico en Guangdong (sureste

de China), que murió por otra causa. Para evitar el riesgo de una pandemia

se sacrifi caron todas las aves domésticas de Hong Kong. Sin embargo, cepas em-

parentadas continuaron circulando entre los gansos domésticos del sureste de China sin causar síntomas. En el año 2000 reaparecieron en Hong Kong nuevos variantes del virus H5N1 al-tamente patógenos para los pollos pero que seguían siendo inocuos en patos. El virus

volvió a ser erradicado mediante el sacri-fi cio de las aves domésti-

cas, pero volvió a aparecer en

1. Desde 2003 el virus H5N1 ha provocado el sacrifi cio de 150 millones de pollos.2. Esquema de una partícula del virus de la gripe.3. Mecanismos de aparición de nuevos virus de la gripe que infectan a humanos.4. Muchas aves acuáticas, como los gansos, pueden ser portadoras del variantes del virus H5N1 sin manifestar la enfermedad.

3

4

Page 38: El Ecologista nº 46

38 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Hong Kong en 2002, en forma de nuevos variantes que esta vez mostraban una alta patogenicidad en patos y otras aves acuáti-cas, una característica inusual. Desde 2003 se vienen produciendo brotes en distintos países del sureste asiático afectando tanto a aves domésticas como a personas. En 2005 se han localizado casos en aves domésticas en países europeos como Turquía, Rumanía o Croacia, y se ha detectado también mor-tandad asociada al virus en aves migratorias en China, planteando la posibilidad de una diseminación a gran escala del virus. En conjunto, desde 2003 el virus H5N1 ha matado a 67 de 130 personas infectadas y ha provocado el sacrificio de 150 millones de pollos. Hasta el momento el virus ha demostrado ser ineficaz en su capacidad para infectar a humanos (el número de infectados es bajo comparado con los miles de personas que han estado expuestas al virus), y no hay evidencia de transmisión entre personas. Esto indica que al virus todavía le queda un trecho por recorrer para adaptarse al hombre. Por otro lado, la constatación de que el virus es ya endémico en aves domésticas y silvestres del sureste asiático y lleva casi una década evolucio-nando, hace temer que el surgimiento de un variante capaz de transmitirse al ser humano sea sólo cuestión de tiempo. Para completar este sombrío panorama conviene recordar que aunque actualmen-te la atención está centrada en el virus H5N1, la sorpresa podría venir de otro vi-rus. Baste recordar el episodio provocado por un virus H7N7 en Holanda en 2003.

Se produjeron brotes en diversas explo-taciones avícolas, que además afectaron a un total de 82 personas, provocando la muerte de un veterinario. Se constató cierto grado de transmisibilidad entre hu-manos y hubo evidencias serológicas de infección en cerdos.

¿Estamos preparados?La respuesta es no. Así lo reconoce la OMS en el plan mundial de preparación ante una pandemia de gripe editado en 2005. El organismo mundial hace un pro-nóstico pesimista de la situación. A pesar de notables avances científico-técnicos, la mayor parte de la población mundial sería ahora igual o más vulnerable que en 1918, puesto que la mejora de los sistemas sanitarios no se ha generalizado, mientras que la gran movilidad actual favorece la propagación inmediata de las enfermeda-des infecciosas a escala global. Actualmente los esfuerzos se centran en tratar de evitar la aparición del virus pan-démico, evitando el contacto entre las aves acuáticas silvestres y las aves domésticas. Asimismo, se intensifica la vigilancia sobre las aves domésticas para tratar de detectar y atajar lo antes posible cualquier brote. En Europa las alarmas han saltado al detectarse la presencia del virus H5N1 en varios paí-ses. Sin embargo, esto añade poco riesgo a la situación anterior. Lo que parece más probable es que la próxima pandemia se origine en Asia, y que el virus se transmita a la población europea no a partir de un ave migratoria sino del pasajero de un avión. Las vacunas se consideran la primera línea de defensa para reducir los efectos de una pandemia y limitar la propagación del virus. El problema principal es que hoy por hoy no existe una vacuna adecuada, porque tampoco existe el virus frente al cual vacunar. Los métodos convencionales de producción de vacunas frente a la gripe requieren el aislamiento previo del virus, y se necesitan entre 3 y 6 meses para que pueda comenzar su producción a gran escala. Esto es mucho tiempo para un virus pandémico frente al cual no existe inmunidad en la población. Otro problema es la limitada capacidad mundial de producción de vacunas para la gripe, que además se concentra casi ex-clusivamente en Europa y Norte América. Actualmente se producen 300 millones de dosis por año, cantidad muy insuficiente para un virus pandémico (menos del 5% de la población mundial). La producción es limitada por razones económicas, ya que se ajusta a la demanda previsible que básicamente es la que fijan los sistemas sanitarios de los países desarrollados (los llamados grupos de riesgo). En 2003 nue-

Más información• Sitio de la OMS sobre gripe aviar:

www.who.int/topics/avian_influenza/es/• Plan mundial de la OMS de preparación

para una pandemia de gripe: www.paho.org/spanish/ad/dpc/cd/vir-flu-plan-mundial-oms.htm

• Organización Internacional de Epizootias (OIE) con información sobre los brotes de gripe aviar en animales: www.oie.int/downld/AVIAN%20INFLUENZA/e_AI-Asia.htm

• FAO sobre gripe aviar: www.fao.org/ag/againfo/subjects/es/health/diseases-cards/avian_bg.html

• Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta (EE UU): www.cdc.gov/flu/avian/

• Comisión de Seguimiento e Información sobre la Evolución de la Gripe Aviar: www.gripeaviar.es/esp/index.html

ve países encabezados por Japón y EE UU emplearon el 62% de las vacunas. Problemas similares se dan con los anti-virales. El oseltamivir, comercializado como Tamiflu por una única compañía (Roche), puede paliar la severidad de la enfermedad si se suministra en las primeras 48 horas. Estudios basados en modelos matemáticos sugieren que podría contribuir a frenar la propagación del virus en los inicios del brote pandémico, lo que permitiría ganar tiempo para el desarrollo de las vacunas. El éxito de esta estrategia dependería de la disponibilidad de importantes medios logísticos y de vigilancia epidemiológica en las áreas inicialmente afectadas. Sin em-bargo, en este momento la capacidad de producción mundial de antivirales es muy reducida, al ritmo actual se necesitaría una década para producir las dosis suficientes para tratar a un 20% de la población mun-dial, y ante la alarma generada los países desarrollados se aprestan a acaparar los pedidos. Además, su precio actual resulta prohibitivo para la mayoría de los países. Los antivirales y vacunas se requeri-rían prioritariamente en los países más expuestos como Vietnam o Tailandia. Si ante la emergencia de un virus pandé-mico los países desarrollados acapararan las reservas mundiales, dejando circular libremente al virus por el sureste asiático, estarían facilitando la propagación global de la enfermedad. Por este motivo todos los expertos coinciden en la necesidad de aumentar la capacidad de producción mundial de antivirales y vacunas, y sobre todo de establecer mecanismos eficaces para hacerlos llegar a precios razonables a los países más expuestos. Sin embargo, como viene alertando la OMS, si las cosas se mantienen como hasta ahora, la mayor parte de los países en desarrollo no tendrán acceso a las vacunas y antivirales en los inicios de la pandemia y puede que no llegaran a tenerlo en toda su duración.

1. La gripe española de 1918 provocó la muerte de más de 40 millones de personas.2. Hong Kong, encrucijada de rutas comerciales, es un lugar idóneo para la aparición y diseminación global de nuevas enfermedades infecciosas.

1

2

Page 39: El Ecologista nº 46

39el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Una tecnología que todavía no resulta viable y que no incide en la raíz del cambio climático

Captura y almacenamiento de CO

2Paco Ramos

L a c a p t u r a y almacenamiento de

dióxido de carbono (CO2) es un proceso

que consiste en separar dicho compuesto de fuentes industriales y energéticas, transportarlo a una localización en la que será almacenado, y

aislarlo a largo plazo. A pesar de las apariencias por las noticias

recientemente aparecidas, se trata de una tecnología con muchas cuestiones por

resolver para ser viable, tanto desde el punto de vista económico como ambiental. Por otro lado, sólo se

puede considerar como paliativa, en el sentido de que no pretende reducir nuestra producción de CO2.

El conocimiento de las implica-ciones que puede tener el cam-bio climático generado por las actividades humanas ha crecido durante los últimos años. Este

conocimiento ha supuesto un empuje a la investigación en la búsqueda de opciones para mitigar sus probables impactos. La captura y almacenamiento de dióxi-do de carbono se presenta como una opción más en la lista de acciones para reducir o estabilizar el aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero. Otras opciones incluyen las mejoras del rendimiento energético, el cambio a combustibles menos intensivos en carbono, el uso de fuentes de energía renovable, incrementar los sumideros biológicos, la reducción de las emisiones del resto de gases de efecto invernadero, etc. Un ejemplo de esta actividad inves-tigadora y de recopilación de informa-ción, ha sido la octava sesión del grupo

de trabajo III del Panel Interguberna-mental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que se ha llevado a cabo en Montreal en septiembre de 2005 (1). Este grupo de trabajo, como parte del IPCC, se encarga de evaluar la información disponible sobre el cambio climático. Sus actividades se centran en los aspectos científicos, técnicos, ambientales y en los aspectos económicos y sociales de la mitigación del cambio climático.

Muchos problemasEl informe presentado en esta sesión expone los problemas que puede generar la captura y almacenamiento del CO2. Al contrario de lo que esperaba la industria, especialmente la del carbón, el informe indica que la disponibilidad de esta tecno-logía no puede ser utilizada como excusa para seguir quemando combustibles fósiles y confi rma que no estará disponible en años, ya que aún hay importantes cuestio-nes que resolver, tanto de tipo económico como ambiental. Además, se da la para-doja de que el informe reconoce que esta tecnología únicamente comenzará a ser rentable cuando los precios de los permisos de emisión sean lo sufi cientemente altos. El informe está disponible en el sitio web del IPCC (2). Sin embargo, a pesar de estos incon-venientes, la captura y almacenamiento del CO2 se sigue presentado como una opción con gran potencial para conseguir una reducción de los costes totales de la contención de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se plantea que la extensión de su uso dependerá de la madurez técnica, de los costes, del po-tencial total, de la difusión y transferencia de la tecnología a los países en vías de desarrollo, de aspectos legales y de las condiciones ambientales. Lo que sí resulta obvio es que su uso dependerá mucho de la opinión pública, por lo que cada vez aparece con más frecuencia en los medios de comunicación como si fuese una tecnología de uso corriente en la que todos los problemas estuviesen resueltos. Sin embargo, se está aún muy lejos de esta situación. Sin afán de exhaustividad y a modo de ejemplo, algunos de los problemas de las distintas tecnologías de almacenamiento (ver cuadro) están lejos de solucionarse. Así, el vertido directo de CO2 al mar puede provocar una disminución del pH de grandes zonas. El aumento de la acidificación sería muy grave para los organismos e incluso para ecosistemas en-teros. Además, en los yacimientos salinos

Paco Ramos, Ecoloxistes n’Aición d’Asturies

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

.

El conocimiento de las implica-ciones que puede tener el cam-bio climático generado por las actividades humanas ha crecido durante los últimos años. Este

conocimiento ha supuesto un empuje a la

Page 40: El Ecologista nº 46

40 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

se pueden producirse fugas a través de grietas producidas por el agua. A su vez, la inyección de CO2 en las vetas de carbón de minas abandonadas puede producir grietas a través de las cuales liberarían tanto el CO2 como el metano, etc. (3). No hay que olvidar que para usar una mina, ésta tiene que tener carbón. Es decir, no se trata de llenar huecos, sino de que se produzca una adsorción en el mineral. Es cierto que desde hace mucho se vienen utilizando técnicas para separar y capturar rutinariamente el CO2 como subproducto de procesos industriales. Ahí están la producción sintética del amoníaco, la producción de hidrógeno, la calcinación de la piedra caliza, la cap-tura en el agua para dar efervescencia a

las bebidas carbonatadas, o su empleo como agente extractante en la obtención de la cafeína. Sin embargo, son procesos muy diferentes a los de captura y alma-cenamiento en el sector energético para intentar paliar los efectos del cambio climático. En efecto, para que el CO2 se pueda capturar de las centrales termo-eléctricas y otras fuentes puntuales, el gas debe estar en estado relativamente puro y, en este caso, las tecnologías existentes no son rentables. Debido a la gran cantidad de aire que se añade a la combustión, las emisiones de CO2 aparecen muy diluidas en nitrógeno. Por ejemplo, en el caso de las emisiones de las centrales eléctricas de carbón, el CO2 supone únicamente un 10-12% en volu-

men (4) y para conseguir un secuestro efi caz en estos gases de escape el CO2 ha de ser separado y concentrado.

Un secuestro caroCon estas premisas, y usando la actual tecnología, las estimaciones de los costes del secuestro están en la gama de 100 a 300 dólares por tonelada de emisiones de carbono evitadas. El objetivo de redu-cir el coste del secuestro a los 10 dólares por tonelada no se prevé alcanzar hasta 2015. Además, según las estimaciones realizadas, la captura del CO2 supone sólo las tres cuartas partes del coste total. Debe añadirse el almacenamiento, trans-porte y sistema de secuestro. Todo esto supone, además, un consumo energético adicional importante, con el consiguien-te incremento de emisiones de CO2. Por otro lado, según diversos aná-lisis realizados, añadir las tecnologías existentes para la captura del CO2 a un proceso de producción eléctrica podría suponer un aumento en el coste de electricidad entre 2,5 y 4 centavos de dólar por kWh, dependiendo del tipo de proceso. Debemos tener en cuenta que el coste actual de producción de la electricidad para una central de gas de ciclo combinado nueva está entre los 3 y 5 centavos de dólar por kWh, mientras que oscila entre los 4 y 5 centavos para una central nueva de carbón pulverizado de tipo supercrítico. Existe un número importante de proyectos de investigación que abarcan todas las fases del proceso; proyectos tanto de la Unión Europea (5), como de la Agencia Internacional de la Energía (6), del Departamento de Energía de EE UU (7), sin olvidar aquellos promocio-nados principalmente por empresas del sector energético (8). Algunos de estos proyectos son es-perados con gran expectación en lu-gares como Asturias, donde la crisis permanente de los sectores industriales y del carbón les hace más proclives a cualquier posibilidad de limitar el efecto que sobre estos sectores pueda tener la firma del protocolo de Kioto. Por ejemplo, el ARC Enhanced Coal-Bed Methane Recovery Project, proyecto desarrollado entre EE UU, Canadá y Reino Unido –y similar al presentado por el Centro de Investigaciones Energé-ticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat)–, trata de evaluar “los criterios económicos y ambientales de un pro-ceso de inyección del CO2 en vetas de carbón, para su captura, al tiempo que se consigue la liberación y captación del metano contenido en las vetas”.

Mina de carbón. Las expectativas sobre las posibilidades del almacenamiento de CO2 en minas de carbón son mayores cuanto menos rentables resultan.

Page 41: El Ecologista nº 46

41el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Tecnologías existentes

Tecnologías para la captura- Postcombustión: se considera como un primer paso para la captura a gran escala del CO

2. Éste se extrae del fl ujo de gases de escape después de la

combustión. Esta tecnología se puede aplicar a las instalaciones existentes.- Precombustión: por la conversión del gas natural en hidrógeno y CO

2

(descarbonización). El CO2 se comprime para su almacenamiento y el hidrógeno

se mezcla con aire para la combustión, por lo que se emite sólo nitrógeno y agua.- Oxyfuel: el oxígeno se separa del aire y después se quema con los hidrocarburos, lo que produce unos gases de escape con alta concentración de CO

2.

Mecanismos geológicos de almacenamiento- Almacenamiento geológico: algunas opciones proporcionan energía adicional. - Almacenamiento en formaciones salinas. - Desplazamiento del metano en vetas de carbón. - Almacenamiento en yacimientos agotados de gas o petróleo. - Desplazamiento del petróleo.- Almacenamiento oceánico- Inyección y disolución del CO2 en la columna de agua (normalmente por debajo de los 1.000 m) por medio de un gasoducto o utilizando barcos.- Deposición del CO2, por medio de gasoductos fi jos o plataformas, en el fondo de los océanos a profundidades superiores a los 3.000 m, donde el CO

2 es más

denso que el agua y se supone formaría un lago que podría retrasar su disolución en el medio que lo rodea.

Referencias1. www.ipcc.ch/meet/session24.htm2. www.ipcc.ch/activity/srccs/index.htm3. GREENPEACE RESEARCH LABORATORIES

www.greenpeace.to/publications.htm • P. JOHNSTON, D. SANTILLO, 2003. Carbon

Capture and Sequestration: Potential Environmental Impacts. Proceedings of IPCC Workshop on Carbon Dioxide Capture and Storage; • JOHNSTON, D. SANTILLO Y OTROS, 1999. Ocean disposal/sequestration of carbon dioxide from fossil fuel production and use: an overview of rationale, techniques and implications.

4. A pesar de este bajo porcentaje las emisiones anuales son muy importantes y suponen para una Central Térmica de carbón como la de Aboño 7,46 millones de toneladas en 2001.

5. Programa de investigación sobre captura y almacenamiento de carbono de la UEhttp://europa.eu.int/comm/research/energy/nn/nn_rt/nn_rt_co/article_1150_en.htm

6. Captura y almacenamiento de CO2 de la Agencia Internacional de la Energíawww.co2captureandstorage.info/

7. Captura y secuestro de carbono del Departamento de Energía de EE UU.www.fe.doe.gov/programs/sequestration/index.html

8. www.co2captureproject.org

Con la inyección del CO2 en las vetas de carbón, que suelen contener grandes cantidades de gas rico en metano, se trata de lograr su liberación y capta-ción. Hemos de decir que las pruebas demuestran que la tasa de la adsorción para el CO2 es, aproximadamente, el doble que la del metano, por lo que realmente es posible desplazar efi cien-temente el metano y poder capturarlo de las vetas. En la práctica, esto se ha

demostrado únicamente en pruebas so-bre el terreno muy limitadas, por lo que, incluso quienes las apoyan, reconocen que es necesario mucho más trabajo para poder entender y optimizar este proceso. Además, desde el punto de vista ambiental, existe un grave proble-ma añadido: la efi ciencia en la captura del metano liberado. Efectivamente, no podemos olvidar que el potencial de efecto invernadero de este gas es muy

superior al del CO2, del orden de 20 veces, por lo que si una mínima parte del metano liberado no es capturado, las ventajas potenciales de reducción emisión de CO2 quedarían eliminadas. Nos encontramos, por tanto, muy lejos de que las técnicas y prácticas de secuestro de carbono tengan éxito. Aún falta mucho para que se puedan cumplir los requisitos que se le exigen, tanto en capacidad de almacenamien-to, en estabilidad a largo plazo o en viabilidad económica (determinada por el coste unitario del secuestro de CO2 contra el valor de los permisos de emi-sión que podría generar la reducción de emisiones). Pero es que, además, ni siquiera es un proceso ambientalmente aceptable. Desde el movimiento ecologista, la oposición a los proyectos de capturar el dióxido de carbono y almacenarlo está clara. Pensamos que este tipo de opciones no son más que parches con los que se trata de barrer bajo la alfom-bra. Suponen aceptar propuestas que únicamente tratan de esconder el pro-blema, sin garantía alguna de resolverlo definitivamente, y dejando a las genera-ciones futuras una hipoteca ambiental más, esperando que sean ellas las que encuentren la solución adecuada. En definitiva, hoy por hoy lo razonable pasa por buscar y adoptar soluciones que impliquen una menor generación de gases de efecto invernadero.

Page 42: El Ecologista nº 46

42 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

La pesca excesiva es el principal problema para el mantenimiento de esta actividad

El declive de la pesca mediterránea Yayo Herrero

Yayo Herrero, Ecologistas en Acción

El mar y la pesca han modelado la cultura mediterránea desde hace miles de años. La belleza y la calma azul de los lugares que per-manecen menos castigados por el

cáncer del urbanismo y la especulación, podrían llegar a hacer creer que los siglos de historia humana no han impedido que aún existan lugares inalterados en el Me-diterráneo. Otra vez, la apariencia es puro simulacro y lo cierto es que el mar Medi-terráneo y sus tradiciones pesqueras han sufrido profundos cambios y ya se topan, como tantas otras actividades humanas, con los límites de la Naturaleza. En efecto, las pesquerías mediterráneas están enfermas. Las capturas de muchas especies de peces mediterráneos lle-garon a su punto máximo a fi nales de los años 80 y principios de los 90, momento a partir del cual se ha pro-ducido una paulatina disminución de las poblaciones de las especies más deseadas por el mercado. Este descenso afecta, sobre todo, a las especies que habitan en el fondo marino. Un caso emblemático es el de la merluza cuyas capturas, que

sobrepasaron en 1990 las 52.000 tonela-das, cayeron a la mitad en 2002. Según la FAO, además, el atún rojo, el bonito, el pez espada, el mújol y el besugo engrosan las listas de especies amenazadas. El caso del atún rojo es especialmente preocupante. Según WWF/Adena, aproxi-madamente el 83% del atún que procede del Mediterráneo está por debajo del

límite de tamaño mínimo. El problema para esta especie

se agrava con la captura

de ejem-plares que se

encierran en cria-deros y se engordan con técnicas de acuicultura para su posterior comercia-lización. La FAO estima que actualmente la producción de atún rojo mediante el engorde en granjas es de unas 25.000 to-neladas, frente a las 10.000 de hace cinco años. Los países que se lucran con esta actividad son fundamentalmente Croacia, Malta, España y Turquía. Esta práctica su-

pone un incremento de la presión sobre una población que ya se encuentra en condiciones precarias debido a la sobre-explotación. La contaminación también afecta a la pesca en el Mediterráneo. Se calcula que alrededor del 30% de producción mundial de petróleo circula por el Mediterráneo y las pérdidas de crudo, las limpiezas de tanques y los accidentes, suponen unas

600.000 toneladas de vertidos de hidrocarburos al año. Por

si fuese poco, cada año

s e

vierten en el Me-diterráneo unos 400 millones de tone-ladas de residuos sólidos que, añadidos a las aguas fecales y a los fertilizantes de origen agrícola, contribuyen al proceso de eutrofi zación. Para completar esta relación, los barcos militares que surcan el Medi-terráneo expulsan 650.000 toneladas de residuos tóxicos.

A pesar de los graves problemas ambientales que encara la cuenca

mediterránea, como los vertidos contaminantes y una ocupación abusiva

del litoral, el principal causante de la reducción de la pesca no es otro que la

sobreexplotación de los bancos de peces. Por más que se quiera obviar este asunto,

hasta que no se acometa un ajuste de la capacidad pesquera a la productividad de

los ecosistemas marinos, la situación no hará más que empeorar.

1

2

El mar y la pesca han modelado la cultura mediterránea desde hace miles de años. La belleza y la calma azul de los lugares que per-manecen menos castigados por el

cáncer del urbanismo y la especulación,

Page 43: El Ecologista nº 46

43el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

El problema es la sobrepesca

Sin embargo, sin restarle importancia a los problemas enumerados, el gran problema de la pesca en el Mediterráneo es una sobreexplotación que no respeta los ciclos naturales de la vida marina. La superación de los límites de renovación de las pobla-ciones de peces también se constata en la disminución de la cantidad de pesca por unidad de esfuerzo pesquero, criterio que mide la cantidad de pescado que se obtie-ne con relación a la actividad desempeña-da para capturarlo, y que sirve de indicador de la situación del sistema íctico. Hasta el momento, la solución aplicada al problema del descenso en la rentabi-lidad de la actividad pesquera, es más medicina de la misma que lo originó: más tecnología, más potencia propulsora instalada sobre todo en los arrastreros, más consumo de combustible para aumentar las capturas, más incumplimiento de las normativas aprobadas... El sector pesquero industrial se empeña en ignorar el asunto central, el agotamiento de los recursos que explota, y pretende mantener sus beneficios exigiendo más subvenciones y protestando por las tallas mínimas, las mallas legales, los fondos de pesca, las vedas o el precio del carburante. Un ejemplo de esta cortedad de miras, fue el bloqueo de los puertos el pasado mes de octubre. Las flotas de pesca de-mandaban una mayor subvención del combustible que utilizan en su actividad. El conflicto se saldó con el compromiso de una reducción de 10 céntimos en el precio que pagan por cada litro de gasóleo. Esta medida beneficia sobre todo a la flota de arrastre, cuyas embarcaciones están pro-pulsadas, en muchos casos, por motores de más de 1.000 CV que en ocasiones pueden llegar incluso a los 3.000 CV. Estos motores consumen diariamente más de un litro de gasóleo por CV y, aunque podrían ponerse en práctica sistemas para limitar estas potencias, al igual que sucede con la velocidad de los coches, no se hace. Obviamente un arrastrero con 1.500 CV consigue unas capturas muy superiores a las de uno de 500. Por más vueltas que se le quiera dar, el verdadero problema de la pesca es la excesiva capacidad pesquera y la paula-tina y creciente escasez de recurso a su disposición. Si no se reduce la actividad, la situación será cada vez más crítica y llegará un momento en el que, aunque el combus-tible se regale, la pesca no será rentable. La sostenibilidad de la pesca sólo se puede conseguir manteniendo en el mar una población de peces suficiente para generar excedentes de biomasa, que son

los que se podrían explotar. Si se supera ese límite, las capturas y los beneficios disminuyen y la pesca sólo resulta rentable a corto plazo con una inversión creciente en tecnología y potencia acompañadas del engaño de la externalización de los costes asociados al deterioro ecológico, social y económico que se produce.

Necesidad de reducir la actividad pesquera¿Se puede conseguir que la pesca y la obtención de alimentos del mar sigan ocupando un lugar central en las culturas mediterráneas? El camino no puede ser otro que re-ducir la capacidad pesquera de las flotas. El Mediterráneo representa el 1% de la superficie marina del mundo y en él vive aproximadamente el 9% de la biodiversi-dad marina de todo el planeta. Por ello, aunque nadie pueda tener la certeza de que la reducción de la capacidad pesquera conduzca a una recuperación de las po-blaciones marinas, se estima como muy probable que la riqueza en biodiversidad

confiera una gran capacidad de adaptación y de posibilidades de superar la situación de crisis. La sostenibilidad de la pesca pasa por la articulación de los planes en torno a la reducción de la capacidad pesquera, por posibilitar la recuperación de las poblacio-nes de peces y racionalizar los canales de comercialización, sin olvidar los aspectos relacionados con las condiciones laborales de los que trabajan a bordo. En este ámbi-to sí tendrían sentido las ayudas públicas porque sin duda irían en la dirección de hacer sostenible la actividad de un impor-tante sector productivo, tanto desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, como de la organización social de las co-munidades costeras y del mantenimiento de la biodiversidad mediterránea. La consideración de un recurso natural renovable como una simple mercancía no funciona. La explotación de los recursos renovables, ya sea pescado, agua potable o madera, no puede crecer indefinidamente. No es el mercado quien marca los limites de un recurso natural, es la naturaleza.

1. Puerto de Sant Carles de la Ràpita (Tarragona). FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

2. Las diversas especies de atún, como esta albácora, sufren un declive muy acusado.3 y 4. Cada vez se pesca menos, y con más esfuerzo, en el Mediterráneo. FOTO 3: TEOBALDO DIOSES, FOTO 4: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

3

4

Page 44: El Ecologista nº 46

44 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Una herramienta efi ciente para reconducir ambientalmente nuestra economía

Reforma fi scal ambiental

Matthias Seiche

Algunos países de nuestro entorno están llevando a cabo importantes reformas ecológicas de su fi scalidad, lo que permite que, por ejemplo, se potencien aquellas

actividades y procesos más efi cientes en el uso de la energía. Esta reforma fi scal es para España otra más de sus numerosas asignaturas ambientales pendientes.

Matthias Seiche, economista, trabaja para BUND/Amigos de la Tierra, Alemania.

Traducido por Elena Valdehita Viejo

Los propietarios de vehículos están muy molestos con las continuas subidas del precio de la gasolina en toda Europa. Al mismo tiempo, la catástrofe del huracán Katrina, que

arrasó la bella ciudad de Nueva Orleans, ha puesto de manifi esto lo vulnerables que somos incluso los países industriali-zados si no protegemos nuestro clima ni ahorramos energía. El Katrina nos trae, pues, un doble mensaje: en primer lugar, el cambio cli-mático no es sólo un pronóstico, sino algo que ya está sucediendo. Tenemos que re-ducir el consumo de combustibles fósiles ahora y de forma drástica si queremos que las consecuencias del cambio climá-tico se mantengan en un nivel tolerable. En segundo lugar, la efi ciencia energética no es sólo una cuestión de concienciación ambiental sino también de racionalidad económica. La galopante demanda de energía en China supone tal presión sobre el mercado de los combustibles y el de otras materias primas que nunca volverán los bajos niveles de precios del pasado. En estas condiciones, la reforma fi scal ambiental (RFA) es la herramienta política más efi ciente y racional para reducir la de-pendencia de las importaciones de crudo. El principio sobre el que se basa la RFA es muy sencillo: aumentos moderados pero continuos de impuestos sobre la energía y otros recursos naturales, al mismo tiempo que se reducen los impuestos sobre la renta/trabajo o las contribuciones a la seguridad social. Esta combinación ga-rantiza un doble dividendo: el consumo de energía se reduce y al mismo tiempo

se crean puestos de trabajo gracias a que bajan los costes de mano de obra. Muchos países del oeste de Europa y escandinavos han introducido reformas ambientales sobre la fi scalidad: Suecia, Dinamarca, Noruega y Países Bajos fue-ron los pioneros en la década de los 90. Estos países han aumentado los impuestos ambientales no sólo sobre la energía, sino también sobre los pesticidas, las pilas y el nitrógeno utilizado en la agricultura. Reino Unido y Alemania han aumentado considerablemente sus impuestos sobre combustibles y actualmente tienen los más elevados de Europa. En muchos países que han introducido una RFA ha habido una fuerte oposición política a dicha reforma. En el debate contra la RFA se utilizan infi nidad de ar-gumentos falsos que parecen convincentes a primera vista, pero que de hecho son incorrectos. Repasemos algunos de ellos.

Los impuestos ambientales suponen desventajas para la economía en lo que se refi ere a la competencia internacio-nal. Este argumento no tiene en cuenta que el aumento gradual del precio de la energía es un factor muy importante de innovación en la economía. Las inversio-nes en efi ciencia energética aumentan la productividad general de las empresas. Los pioneros en efi ciencia energética serán los mejor preparados para esta-blecer sus tecnologías en los mercados globales. Los bajos precios de la energía sólo benefi cian a los viejos sectores in-dustriales. Es más, la RFA no signifi ca un aumento general de los impuestos sino sólo un cambio en la estructura de la fi scalidad. Muchos estudios han demos-trado que los efectos de la RFA sobre el empleo son positivos para la economía en general.

Las tasas ambientales afectan más a los hogares de bajos ingresos que a los de al-tos ingresos. Hasta cierto punto puede que sea verdad, porque los hogares de bajos ingresos tienen que gastar una proporción mayor de su renta en energía. Este hecho adquiere mayor relevancia en países del Norte en los que los gastos en calefacción son mayores y las casas no están adecua-damente aisladas, como por ejemplo en Reino Unido. Pero, a diferencia del IVA, casi todos los hogares pueden evitar los impuestos ambientales: por ejemplo con vehículos de alta efi ciencia en el uso de combustible o cambiando ciertos hábitos de conducción, o apagando aparatos elec-trónicos en vez de dejarlos en el modo de espera. El Gobierno debería compensar a los hogares realmente necesitados: la asis-tencia social debería ajustarse a los costes más altos de la energía.

Los impuestos ambientales perjudican a la base imponible si surten el efecto ambien-tal deseado. Este argumento es absurdo, y sin embargo es defendido a menudo inclu-so por economistas. Con ecotasas estáticas sí sería cierto: al disminuir el consumo de combustible disminuirían los ingresos tributarios. Pero los impuestos ambientales deberían subir paulatinamente, con lo que la base imponible se mantendría, la efi cien-cia energética mejoraría constantemente y los costes de la mano de obra se podrían reducir aún más.

¿Para qué hacen falta los impuestos ambientales si ya tenemos el intercam-bio de emisiones? Hasta cierto punto esta pregunta tiene justifi cación: Existen grandes centrales eléctricas e instalaciones industriales que queman combustibles fósiles y están sujetas al intercambio de emisiones desde principios de 2005.

1

Los propietarios de vehículos están muy molestos con las continuas subidas del precio de la gasolina en toda Europa. Al mismo tiempo, la catástrofe del huracán Katrina, que

arrasó la bella ciudad de Nueva Orleans,

Page 45: El Ecologista nº 46

45el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Pero para el transporte por carretera, la calefacción y el consumo de electricidad, los impuestos sobre la energía son el instrumento más apropiado basado en el mercado: el intercambio de emisiones sería muy complicado, ya que partici-parían millones de hogares. Es más, el intercambio de emisiones no aporta la ventaja adicional de reducir los impuestos sobre la mano de obra si a las empresas se les concede gratuitamente el derecho a producir emisiones.

La Unión Europea debería armonizar los impuestos sobre la energía en vez de dejar que cada Estado miembro in-troduzca su propia RFA. Desde luego, lo ideal sería que los impuestos sobre la energía estuviesen armonizados dentro de la UE. Entre 1992 y 2003 los ministros de Hacienda mantuvieron negociaciones para acordar la directiva de la UE sobre el régimen fi scal aplicable a los productos energéticos. El resultado fi nal fue bastante decepcionante desde el punto de vista ambiental. Países como España, Grecia, Irlanda y Portugal utilizaron su derecho de veto para bloquear un acuerdo más sustancial. No obstante, hay países, como es el caso de Suecia, que continúan con su reforma.

La RFA puede ser un instrumento con un gran impacto sobre la política ambien-tal. Sin duda España saldría ganando en lo que se refi ere tanto al medio ambiente como a la economía si se embarcara en la reforma. Pero quizá debería tener en cuenta ciertas lecciones de otros países: • La RFA necesita un fuerte impulso por parte de la sociedad civil. En Alemania se formó una amplia coalición entre ONG ecologistas, sindicatos obreros y empresa-rios progresistas que prepararon el camino para la RFA. • El despilfarro de energía en la mayo-ría de los sectores de la economía debería ser objeto de escándalo. Las reformas fi sca-les de por sí no suelen ser bien recibidas, así que su única oportunidad de éxito es concienciar al público del problema (el cambio climático) y conseguir que haya una voluntad generalizada de buscar so-luciones (acabar con el despilfarro de energía). • La RFA no abarca sólo los impuestos sobre combustibles. Habría que incluir también la electricidad, la calefacción y quizá otros elementos, aunque no dema-siados. • La RFA debería basarse en una ley que regule las próximas subidas de los impuestos con cinco años de antelación como mínimo. El Gobierno debería man-

Más información (en inglés):• Ofi cina Europea del Medio Ambiente:

www.eeb.org/activities/env_fi scal_reform/Index.htm• Green Budget Germany: www.eco-tax.info/• Base de datos sobre instrumentos e

impuestos ambientales de la OCDE: www2.oecd.org/ecoinst/queries/index.htm

tenerse fi rme en las medidas fi scales que decida tomar aunque se enfrente a una fuerte oposición. • El concepto de reducción de los cos-tes de la mano de obra podría combinarse con el uso de parte de las ecotasas para fi nes ambientales.

1. Los impuestos ambientales deberían penalizar el uso de todo-terrenos, muy despilfarradores de combustible.

2. El despilfarro de energía debería ser objeto de escándalo. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

3. La RFA se ha puesto en marcha en algunos lugares gravando los combustibles. FOTO: CENTRAL AUDIOVISUAL LIBRARY (CE)

4. El uso de pesticidas puede ser otro aspecto a gravar en una RFA. FOTO: USDA

2

3

4

Page 46: El Ecologista nº 46

46 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

El sector medioambiental mueve en la UE 80.000 millones de euros anuales

Mercados ambientales: oportunidad o responsabilidad

Antonio Cano Orellana

Antonio Cano Orellana, profesor de la Facultad de Económicas, Univ. de Sevilla

La creciente sensibilidad social hacia los efectos indeseables de la acti-vidad humana sobre la biosfera, especialmente de la actividad eco-nómica, hace que hoy día tenga

sentido hablar de mercados ambientales. La proliferación de eventos institucio-nales, a escala planetaria, centrados en di-ferentes aspectos ambientales, que se han venido sucediendo desde la Conferencia de Medio Ambiente Humano (Estocolmo, 1972), que abrió un debate en el seno del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) en torno a las políticas de protección ambiental y su posible incidencia negativa en el comercio internacional, ha ido acompañada de un desarrollo considerable de lo que se ha dado en llamar industria ambiental. Como tal la OCDE considera al “conjunto de actividades de producción de bienes y ser-vicios destinados a medir, prevenir, limitar y minimizar o remediar los daños ambien-tales provocados al agua, aire o suelo, así como los problemas relacionados con los desechos, el ruido y los ecosistemas”.

Un sector en augeLas fi rmas fi nancieras ABN AMRO y Ci-tigroup presentaron a fi nales de marzo de 2005 la primera plataforma de informa-ción en línea para el “mercado internacio-nal de servicios de ecosistemas, Ecosystem Marketplace”, con la que pretenden liderar el mercado de ecosistemas (agua, carbo-no, biodiversidad…). De acuerdo con el informe de Internacional Emissions Trade

Association Situación y tendencias del mer-cado de carbono, de 2005, las transacciones en el mercado de derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2) han crecido exponencialmente a una tasa anual que ha elevado los algo más de 13 millones de toneladas de CO2 en 2001 a más de 77 millones en 2003, con un precio medio de 10 euros por tonelada. De enero a octubre de 2005 esta cifra se eleva ya a los 97 millones de toneladas y su precio asciende a 21 euros por tonelada (Carbon Finance Magazine, octubre 2005). Para 2012 se estima que el mercado europeo de carbono ascienda a los 45.000 millones de euros. En la actualidad, el sector medio-ambiental mueve en la UE alrededor de 80.000 millones de euros anuales. En concreto, en España, a pesar de no existir aún una estadística global del sector y un vacío respecto a la propia defi nición de industria y servicios medioambientales, según el Informe de Coyuntura Económica del Sector Medioambiental, 2003, del Mi-nisterio de Medio Ambiente, el sector representaba en 2003 una facturación de unos 9.800 millones de euros (el 2,8% del mercado mundial y un 8,9% del europeo) y algo más de 208.000 empleos. Al mismo tiempo, el aumento de la competencia y la existencia de mercados extraordinariamente saturados, asociado a esa mayor sensibilidad social, y me atre-vería a decir institucional, ha favorecido que algunas corporaciones empresariales hayan observado en el medio ambiente una oportunidad de negocio, un nicho de mercado (como suele decirse en el argot económico) ante una demanda muy seg-mentada.

Además, se ofrece como una vía para evitar que el requerido crecimiento eco-nómico para los países más pobres pueda traducirse en daños ambientales no desea-dos. De hecho, una parte importante de iniciativas verdes tienen su punto de mira en los que Naciones Unidas denomina países en desarrollo, e incluso para los tam-bién denominados países menos adelantados. No obstante, el documento El comercio y el medio ambiente, de abril de 2004, de la Organización Mundial del Comercio (OMC) hace referencia a lo comentado en estos términos: “Desde el punto de vista de los países en desarrollo, donde la pobreza es la preocupación política número uno y el obstáculo más importante para la protección ambiental, la apertura de los mercados mundiales a sus exportaciones es esencial... Eso signifi ca que las normas ambientales aplicadas por algunos países podrían ser inapropiadas y tener un costo económico y social injustifi cables para otros países, especialmente para los países en desarrollo. Las pequeñas y medianas empresas (PYME) son especialmente vulnerables a este respecto” La discusión abierta en 1971 en el GATT, predecesor de la OMC, a pesar de los años transcu-rridos, sigue viva. La estrategia BIOTRADE, promovida por UNCTAD, o el Pago por los Servicios Ambientales (PSA) (1), cuyo propósito es crear un mercado para un bien ambiental que habitualmente no tiene asignada una valoración monetaria precisa, así como las acciones derivadas de la aplicación del Pro-tocolo de Kioto entran a formar parte del tipo de iniciativas a las que anteriormente hacía referencia.

1

La creciente sensibilidad social hacia los efectos indeseables de la acti-vidad humana sobre la biosfera, especialmente de la actividad eco-nómica, hace que hoy día tenga

sentido hablar de mercados ambientales.

Page 47: El Ecologista nº 46

47el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

La revista Forum, de comercio interna-cional, relata: “Apenas conocido por el gran público, el sector de las tecnologías, pro-ductos y servicios ambientales ha alcanzado en 20 años un tamaño comparable al de las industrias aeroespacial y farmacéutica, con una cifra de negocios de unos 450.000 millones de dólares en el año 2000. En el 2010, dicha cifra debería ser de 640.000 millones. De ese total, más del 15% co-rresponderá a los países en desarrollo y emergentes”. Según estimaciones de la Joint Markets Unit de Reino Unido estos últimos países ampliarán su mercado en este siglo y podrán llegar a una cifra de negocios anual de 178.000 millones de dólares.

Función social del mercadoSea como fuere hay un par de aspectos sobre los que quisiera llamar la atención. Los mercados ambientales están, gene-ralmente, asociados a una visión rectal de los procesos económicos. Se orientan hacia las consecuencias de una economía que deja los ciclos de materiales abiertos, favoreciendo una dinámica de creciente acumulación de desechos. No incorporan, pues, la necesidad de cerrar los ciclos asu-miendo la idea de “la cuna a la cuna (cradle to cradle)” característica de las sociedades premodernas. Estamos extremadamente preocupados por las consecuencias de los acontecimien-tos, incluso en aquellos casos en los que existe una intervención humana directa, pero descuidamos los antecedentes, las cau-sas que los originan. Y enlazo esta reflexión con la segunda de las observaciones a las que quería hacer referencia: la idea de mer-cado y su función institucional y social. Decía el Nobel de Economía Ronald H. Coase que “cuando los economistas [y, particularmente, pienso que el común de los mortales] hablan de estructura de mercado no se refieren al mercado como institución, sino al número de empresas, diferenciación de productos... e ignoran por completo la influencia de las institucio-nes sociales que facilitan el intercambio”. Esta noción de mercado se encuentra en estrecha relación con su idea de economía como ciencia de las elecciones humanas. Es más, el mercado, si huimos de la tentación de formulaciones abstractas, es –como sugiere el profesor Aguilera Klink– un sistema institucionalizado que funciona gracias a unas reglas del juego claras y precisas. Es posible su existencia, por tanto, gracias a la existencia de un marco institucional que lo hace posible. El problema, pues, no es tanto discutir su existencia o los supuestos intereses oscuros que los impulsan. Sino si verdade-ramente satisfacen funciones económicas,

institucionales, sociales y ambientales orientadas a alcanzar el bienestar general, o bien dirigidas a favorecer la reducción o eliminación de aquellos efectos que la sociedad considera inaceptables. En el terreno ambiental, como en otros muchos, los seres humanos tomamos deci-siones, con mayor o menor capacidad de elección autónoma. La existencia, por otra parte, de valores y normas compartidas no universales y de intereses contrapuestos hace que el conflicto ocupe un lugar des-tacado en los procesos de elección. La complejidad de los fenómenos ambientales asociados a las prácticas hu-manas y la multitud de intereses y valores enfrentados requieren el establecimiento de normas, reglas de juego compartidas y respetadas, tanto en el ámbito local como a escala global. Se precisan, también, me-canismos señaladores, y, en consecuencia, señales, que permitan trazar una ruta para establecer relaciones armoniosas y amigables con el resto de los ecosistemas terrestres, o advertir de los peligros que determinadas actividades económicas ori-ginan y que pueden poner en grave riesgo la seguridad misma de las personas. Determinados mercados denomina-dos ambientales pueden satisfacer esa función. Para ello, es preciso que estén bien diseñados, que dispongan de una regulación totalmente especificada, que posean suficiente transparencia, que se inscriban en un marco de valores y normas compartidos y que se doten de un sistema de autoridad que garantice los acuerdos institucionales y evite la reiteración de resultados contrarios a los intereses de la sociedad y, especialmente, de los sectores sociales más desprotegidos.

Notas1. El PSA forma parte de los mecanismos

que persiguen hacer frente a las llamadas externalidades negativas. A diferencia del principio de responsabilidad que pretende hacer valer el precepto de quien contamina paga, el pago por los servicios ambientales se basa en el principio de reciprocidad y se formula en términos de que quien se beneficia paga. Por ejemplo, los PSA de las cuencas hidrográficas normalmente consideran la implantación de mecanismos de mercado para la compensación a los propietarios de terrenos aguas arriba con el fin de mantener o modificar un uso particular del suelo que afecte a la disponibilidad y/o la calidad del recurso hídrico. Se trata de dar respuesta a preguntas como ¿cuánto aumentaría (disminuiría) el flujo de servicios ambientales con la preservación (destrucción) de una hectárea de bosque tropical? La principal dificultad estriba en qué criterio de valoración seguir para cuantificar los servicios naturales y la determinación de éstos.

Son muchos los sectores ambientales que se han convertido en un nicho de mercado para numerosas empresas, por ejemplo: 1. gestión de residuos (FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN);

2. depuración y tratamiento de aguas (FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN);

3. gestión de espacios naturales (FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN);

4. gestión forestal (FOTO USDA)

2

3

4

Page 48: El Ecologista nº 46

48 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Carencias organizativas que lastran las posibilidades de transformación social

Tácticas y prácticas en los movimientos sociales

Pedro Casas

Las grandes movilizaciones de la última década no están suponiendo un claro avance de las propuestas transformadoras. ¿Por qué? El autor analiza las carencias de carácter organizativo y práctico de las que adolecen muchos movimientos

sociales, y que están en la base de esta situación.

En los últimos años estamos vivien-do un cierto resurgir de los movi-mientos sociales, ayudado quizás por las movilizaciones del llamado movimiento antiglobalización que

han hecho recuperar la esperanza de que el otro mundo necesario es posible. Pero este leve optimismo se produce en un momento de enorme debilidad organizativa e ideológica del movimiento anticapitalista mundial, que, con la caída del muro de Berlín, mostró la magnitud de sus carencias. En esta situación el idea-lismo y ciertas corrientes humanitaristas son claramente insufi cientes para dotar de estrategias y organización a un movimiento que no se puede limitar a criticar a los po-derosos, sino que debe aspirar a eliminar las condiciones de explotación y miseria que sufre la mayor parte de la humanidad. Junto a las carencias de tipo ideológico, los movimiento sociales, particularmente en Madrid, presentan otras de tipo organiza-tivo y práctico, no menos importantes, a las que me quiero referir en estas líneas.

Desilusión, desinterés y rutina se han apoderado de muchos dirigentes y movimientosHay una falta de convicción en los ob-jetivos del grupo por parte de muchos dirigentes que, lejos de tomarse un descanso para oxigenarse, convierten a la asociación en una estructura burocrática en la que

ellos son su principal obstáculo. Con esta actitud no son extrañas negociaciones que no son tales, sino simples traiciones de los representantes sindicales o vecinales, que ya ni intentan movilizar para conseguir acuerdos mejores. El motor de los cambios son los ex-plotados concienciados y organizados; si no se confía en ellos, y si no se tiene una tremenda convicción en lo que se pretende conseguir, es imposible crear un movimiento potente y transformador.

Informar, concienciar y organizar para vencer“La gente ya no se mueve por nada” es la frase mágica que casi todo lo justifi ca. Es verdad que el desarrollo del capitalismo y sus poderosos medios de comunicación y alienación basados en el individualismo explotador difi cultan cada vez más las po-sibilidades de organización y movilización en torno a propuestas emancipatorias, basadas en la solidaridad. Pero no es me-nos verdad que este desarrollo salvaje del capitalismo, sobre todo tras la caída del muro de Berlín, agrava los problemas, no sólo de las 2/3 partes de la humanidad, en los países dependientes, sino también de capas cada vez más extensas de población de los países dominantes, creando las con-diciones objetivas para la movilización. El capitalismo moderno está extendien-do la precariedad, y reforzando sus meca-

nismos de control ideológicos, económicos y coercitivos, lo que se traduce en mayores difi cultades para la concienciación y orga-nización de los explotados. Y no debemos olvidar tampoco que el fascismo ganó una guerra de tres años en nuestro país, y que, a su término, exterminó a la mayoría de los dirigentes revolucionarios que habían sobrevivido. Los 40 años de dictadura han dejado un poso de apoliticismo, individua-lismo y desorganización muy fuerte en la población, dándose la extraña situación de que, mientras las organizaciones llamadas mayoritarias están en pleno proceso de institucionalización y de renuncia a ir más allá de esta injusta y pobre democracia, todavía hay muchos trabajadores que to-davía las ven con recelo por considerarlas extremistas o politizadas. Quien aspire a transformar esta so-ciedad debe afrontar en profundidad una tarea informativa y concienciadora de gran calado, con especial atención a los más jóvenes. Qué pocos activistas se ven repartiendo folletos en la calle, en los lugares de trabajo, en los centros educati-vos, en los barrios, saliendo con megáfono por las calles, organizando charlas para no iniciados, actuando para que a la población le lleguen mensajes diferentes, y por los canales que realmente podemos controlar nosotros. Y además de divulgar, hay que preparar y organizar a los nuevos dirigen-tes de hoy y de mañana.FO

TO: E

CO

LOG

ISTA

S EN

AC

CIÓ

N.

En los últimos años estamos vivien-do un cierto resurgir de los movi-mientos sociales, ayudado quizás por las movilizaciones del llamado movimiento antiglobalización que

han hecho recuperar la esperanza de que

Page 49: El Ecologista nº 46

49el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Pedro Casas, participa en Madrid en movimientos vecinales, educativos...

Conocer la fuerza del enemigo no es suficiente: para poder triunfar, hay que conocer también sus debilidades y nuestras capacidadesDedicarse sólo a magnificar al enemigo, a crear un discurso catastrofista, no sólo es insuficiente, sino contraproducente, pues en vez de movilizar lo que se hace es co-hibir, atemorizar. Si tan malo y poderoso es, ¿cómo vamos a derrotarlo? Un buen dirigente es quien, además de denunciar el carácter negativo del capitalismo, nos enseña sus debilidades y el camino y los medios para su superación. Debemos conocer y analizar bien nues-tras limitaciones, nuestras contradicciones, nuestras mezquindades, para superarlas; pero tan importante o más que eso es co-nocer, además, nuestras capacidades, que son más de las que pensamos. El enemigo nos teme, y por algo será. Nos teme por-que somos muchos los perjudicados por sus intereses. Nos teme porque el pueblo, con democracia o si ella, es la fuente de todo poder, y así se ha demostrado en las crisis políticas pasadas y recientes. Tiene miedo del desorden político que podemos ocasionar con nuestra desobediencia; de que sus fuerzas represoras, en un momen-to determinado, se vuelvan contra ellos, pues del pueblo han salido.

La preparación de las movilizacionesPara que una movilización tenga posibili-dades de éxito tiene que reunir, al menos, las siguientes condiciones: que el problema a reivindicar sea conocido, sentido y su-frido; que haya esperanza en que pueda ser superado, solucionado; que la acción propuesta sea proporcional a la enver-gadura y urgencia del problema (unas veces se requieren acciones tranquilas, y en otras sólo tienen sentido las radicales); que la convocatoria sea bien conocida por los potenciales participantes, buscan-do también el momento más adecuado; y que haya confianza en las personas y colectivos convocantes. Además, hay que tener en cuenta que muchas luchas son

prolongadas en el tiempo, y que hay que hacer frente en unos casos a la represión, y en otros a la indiferencia, que a veces es más cruel. Por ello se debe planificar una movilización gradual, y con mucha imaginación, para no perder la capacidad movilizadora, y lograr ejercer una presión creciente. Si hay un ejemplo reciente es el de SINTEL, y no sólo su acampada. Basta analizar un poquito la cantidad de frustrantes movilizaciones que se convocan periódicamente para darse cuenta de las carencias organizativas que arrastran. Si no hay condiciones organizativas o materiales para realizar con éxito una movilización, es mejor no convocarla. De la misma manera que el movimiento obrero sabe que no se puede convocar una huelga sin tener condiciones ciertas de éxito, pues lo contrario sería poner en bandeja al patrón las cabezas de los líderes y acabar con el movimiento, tampoco se debe convocar una manifestación sin unas garantías de éxito, pues desprestigia y desmoviliza al movimiento. Hay que hacer daño, no el ridículo.

Contra el sectarismo imperante, se debe trabajar por la unidad creando alianzas, no excluyendoHay que distinguir en cada momento cuál es la contradicción principal y cuáles son las secundarias. Si dejamos que éstas se coloquen en primer plano, nunca avan-zaremos. Existen movilizaciones que no son estrictamente anticapitalistas, pero que contribuyen a dicho fin. En ellas pueden y deben participar grupos, colectivos y personas que no tienen por qué coinci-dir en el objetivo final. La movilización es un buen criterio de realidad frente a las discusiones estériles de despacho, de asambleas interminables e inútiles. En la calle cada cual se retrata, cada persona y colectivo da la medida de su capacidad, de su voluntad, de sus posibilidades, y cada uno es colocado en su sitio. La hegemonía se conquista en la lucha, demostrando con

hechos, y no sólo con palabras o manifies-tos, lo justo de los argumentos. Es necesario erradicar el sectarismo, la prepotencia, las mentes iluminadas, el con-migo o contra mí, que desgraciadamente también practican muchos nefastos líderes de la izquierda social. Tejer redes alterna-tivas y estables, generar confianza, actuar con generosidad, es imprescindible para que el movimiento avance en su conjunto y abandone la permanente confrontación que lo tiene paralizado. Realmente uno duda de que tanto navajazo sea producto sólo de la torpeza de algunos dirigentes.

Pasar del lamento a la exigencia y la imposiciónHemos perdido la perspectiva estratégica, tras el derrumbe de experiencias históricas que encarnaban las ilusiones de millones de trabajadores. Nos hemos instalado en la cultura del lamento. Criticamos lo que se hace (o no se hace) con nuestros dineros públicos, las decisiones injustas, los abusos del patrón, etc. olvidando que está en nuestra mano el que esas cosas no ocurran. Luchar por la transformación real de las relaciones de poder requiere de mucha organización, mucho coraje, y no menos esfuerzo y dedicación; y quizá por ahí ven-gan algunos de los problemas. En los países desarrollados, donde la explotación no se sufre en toda su crudeza, el individualismo comodón es muy frecuente, y por ello es más difícil encontrar activistas dispuestos a dedicar su vida, con generosidad, a la noble actividad de la transformación social al servicio de los intereses colectivos. Vamos a salir de la mediocridad en la que a menudo estamos instalados, con-venciéndonos de nuestra capacidad. No nos conformemos con hacerle cosquillas al poder, sino que luchemos resueltos por vencer, con sensatez y construyendo la casa por los cimientos.

Page 50: El Ecologista nº 46

50 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Miles de voluntarios participan en un proyecto en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema

Regeneración forestal de un monte incendiado

Juan Clavero, miembro de Ecologistas en Acción de Cádiz y Coordinador de este

proyecto. Fue el primer director del Parque Natural de la Sierra de Grazalema.

Los incendios forestales se han convertido en una auténtica plaga en nuestro país. La mejora de los medios técnicos y humanos, y el aumento de la efi cacia del

Plan INFOCA –Plan de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales de Andalucía– han frenado el aumento de los incendios en Andalucía, aunque con rebrotes importantes como los ocurridos en los veranos de 2004 y 2005. Así, se ha pasado de una media anual de 280 incen-dios forestales en la década de los 70, a los 1.219 en los 90, para disminuir levemente a los 1.116 de media anual en el primer lustro de este siglo (Tabla 1). La superfi cie incendiada se disparó en la década de los 80, reduciéndose progresivamente en las décadas siguientes. Los presupuestos de este Plan aumentaron desde los poco más de 100 millones de pesetas de 1970, a los cerca de 8.000 millones anuales en los años 90, dedicándose mucho más en extinción que en prevención, creándose

así una peligrosa economía del fuego. En los últimos años se han equilibrado las inversiones de prevención y extinción, de forma que en 2005 el presupuesto del Plan INFOCA ha ascendido a 209 millones €, distribuidos prácticamente al 50% entre prevención y extinción. Es cada vez más evidente que para reducir de forma signifi cativa y constante el número y amplitud de los incendios forestales es necesario implicar a toda la sociedad, tanto en la prevención y lucha contra los incendios, como en la conser-vación y regeneración de los montes. Pero estos actos no deben quedarse en hechos aislados, sino que deben consolidar el compromiso de las entidades sociales y de las distintas administraciones para poner en marcha planes de participación ciuda-dana en la conservación, regeneración y defensa de nuestros montes.

Vegetación de Monte PrietoLa Sierra del Pinar conforma el núcleo más destacado de la serranía de Grazalema. Con una dirección este-oeste, tiene su máxima altura en el Torreón, con 1.648 metros de altura. En su extremo oriental se encuentra el Puerto de las Palomas,

que sirve de enlace con Monte Prieto, con una cota máxima de 1.331 m. Esta zona está enclavada dentro del ámbito del clima mediterráneo, destacando como elemento diferenciador su alta pluviosidad, que supera los 2.000 l/m2 de media anual, existiendo una fuerte y prolongada sequía estival que infl uye de forma determinante en la vegetación de la zona. Geológica-mente todas estas serranías pertenecen al Subbético Medio de las Cordilleras Béticas, con calizas y dolomías del Jurásico como rocas dominantes. En estas condiciones ambientales se desarrolla una vegetación esclerófi la y ba-sófi la dominada por la encina, apareciendo algunos elementos de hojas marcescentes, como el quejigo, y caducifolios, como arces y serbales. Se distinguen dos pisos bioclimáticos cuyos límites se localizan en torno a los 800-900 metros sobre el nivel del mar (m.s.m.): termomediterráneo y mesomediterráneo, con sus formaciones vegetales características. En 1930 Ceba-llos y Martín Bolaños señalaron (1) que la asociación del pinsapo se extendía a la parte occidental de Monte Prieto. El área escogida para el proyecto de reforestación es una parcela de 35 hectáreas situada

Juan Clavero

En septiembre de 1992 un desolador incendio forestal arrasó 824 hectáreas en Monte Prieto –monte público situado en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, entre los términos municipales de Grazalema y Zahara de la Sierra, provincia de Cádiz– provocando un gran desastre ecológico y una irreparable pérdida de vidas humanas, pues murieron calcinados cinco trabajadores de los retenes contraincendios. En la zona incendiada ha venido realizándose una pionera actividad de regeneración forestal, con la participación de miles de voluntarios, que arroja resultados muy positivos tanto en lo referido a la regeneración de la cubierta vegetal como en la participación pública.

Los incendios forestales se han convertido en una auténtica plaga en nuestro país. La mejora de los medios técnicos y humanos, y el aumento de la efi cacia del

Plan INFOCA –Plan de Prevención y

Page 51: El Ecologista nº 46

51el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

TABLA 1. EVOLUCIÓN DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN ANDALUCÍA

PeriodoNúmero incendios

forestales (media anual)Superfi cie incendiada(media anual, hectáreas)

Presupuesto Plan INFOCA extinción

(millones €)1970-1979 280 17.908 0,61980-1989 832 27.545 31990-1999 1.219 17.534 482000-2004 1.116 13.770 100

Fuente: Informes anuales de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Presupuestos de la Comunidad Autónoma y elaboración propia.

entre los 700 y 900 m.s.m. Esta zona se encuentra en la banda de transición entre los citados pisos, aumentando así su interés por permitir una mayor biodiversidad. No se puede olvidar que en el paisaje actual, además de los condicionantes natu-rales, ha intervenido el hombre de forma decisiva. El uso más importante en esta zona ha sido el ganadero. El hombre ha utilizado el fuego para eliminar o reducir el matorral y favorecer el pasto y los re-brotes, de forma que ha tenido lugar una regresión en estos ecosistemas hacia etapas subseriales más productivas a corto plazo, pero que ha supuesto una fuerte defores-tación con pérdida de recursos a medio y largo plazo. El sobrepastoreo, además, ha retrasado, y en ocasiones imposibilitado, la regeneración natural de la vegetación arbórea y arbustiva. Monte Prieto se en-contraba muy deforestado, y con escasos recursos alimenticios para el ganado y la fauna silvestre. De esta utilización ya da-ban cuenta las Ordenanzas de Zahara en el siglo XVI (2), asegurando, en su título 4, que “los montes de esta villa están muy pastados, quemados y talados”.

La regeneración del monte mediterráneoExiste la creencia de que para recuperar un bosque tras un incendio hay que re-poblarlo. En los bosques mediterráneos esto no siempre es así, pues la mayoría de las especies de árboles y arbustos de estos ecosistemas rebrotan de cepa tras el incendio al mantener vivos sus raíces y órganos de resistencia subterráneos. Tras el incendio de 1992 se desarrollaron pastizales con predominio de gramíneas rizomatosas invasoras como el lastón (Festuca scariosa), especies que fueron sustituidas con gran rapidez por un matorral pirófi to compues-to por aulagas (Ulex baeticus), jaras blanca o ardiviejas (Cistus albidus) y matagallos (Phlomis purpurea). Las especies de monte y matorral mediterráneo rebrotaron de cepa en su mayoría, existiendo una am-plia regeneración de encinas, acebuches, algarrobos, lentiscos, majoletos, coscojas, cornicabras, retamas, palmitos... Las campañas de voluntariado que se

suelen realizar –tanto por las adminis-traciones como por las organizaciones ecologistas– tienden a primar las repobla-ciones sobre los tratamientos selvícolas de regeneración, y adolecen de una falta de seguimiento de los trabajos necesarios para conseguir una efi caz regeneración de los montes incendiados; se difunde así la falsa creencia de que tan sólo plantando árboles se recupera un bosque. Además, las repoblaciones suelen ser monoespe-cífi cas y casi exclusivamente con especies arbóreas. Por tanto, antes de iniciar una campaña de regeneración de un bosque incendiado, hay que realizar un estudio ecológico para conocer las especies que deberían conformar el bosque original y su distribución, determinada tanto por las diferencias de altitud como por las variaciones del hábitat que determina la topografía. El proyecto Campaña de Participación Ciudadana en la Regeneración Forestal de Monte Prieto fue aprobado por unanimi-

dad de la Junta Rectora del Parque Natural de la Sierra de Grazalema en 1994, con una duración prevista de 12 años. Los objetivos de este proyecto son: • concienciar a la población sobre la ne-cesidad de colaborar en la conservación, defensa y regeneración de las masas fores-tales; • conseguir regenerar una zona incendia-da, de forma que quede como símbolo patente del compromiso de los ciudadanos en defensa de sus montes; • confi gurar un paisaje semejante al de las masas forestales espontáneas más cercanas al óptimo climácico, y formación de un hábitat óptimo para la fauna; y • divulgar entre la población las actuacio-nes que son necesarias para conseguir la regeneración forestal de una zona incendia-da, manteniendo la diversidad ecológica y alternando la regeneración natural con las de repoblación de especies autóctonas. Los trabajos realizados tienen como objetivo, por tanto, regenerar lo más rápi-damente posible la vegetación arbórea y arbustiva autóctona en Monte Prieto, por medio de las siguientes actuaciones: • Parcelas en las que se trabaja por pri-mera vez:

- Regeneración de especies autócto-nas: los trabajos selvícolas tienen como objetivo acelerar la regeneración natu-ral. Para ello, a los árboles y arbustos se les tiene que eliminar el matorral invasor y competidor por medio de rozas. En las especies arbóreas se cortan

Diversos aspectos de los trabajos para la regeneración del bosque en MontePrieto. FOTOS: AUTOR.

Page 52: El Ecologista nº 46

52 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

los rebrotes –llamados chirpiales o renue-vos– menos vigorosos para favorecer los pies más desarrollados –a este trabajo se le llama resalveo–. Los arbustos se deja que se conformen de forma natu-ral.- Repoblación con plantones: en las zonas de escasa regeneración natural hay que plantar las especies caracterís-ticas de cada zona. Es muy importante realizar las plantaciones correctamente, tanto por la especie escogida para cada zona como por la forma de plantación. Hay especies que prefi eren la umbría y la humedad, otras prefi eren áreas más soleadas y secas, y algunas son menos exigentes y se adaptan a todas las zo-nas. La plantación tiene que realizarse de forma que el plantón tenga tierra mullida para desarrollar sus raíces y un hoyo –alcorque– que favorezca la infi ltración del agua.

• Parcelas en las que se han realizado trabajos en campañas anteriores:

- Limpieza y remoción superfi cial de los alcorques para facilitar la infi ltración del agua y eliminar plantas competido-ras.- Reposición de marras, esto es, repo-ner los plantones que se han perdido.- Proseguir la selección de rebrotes en los árboles. Realizar las podas de formación.

Además, hay que abrir senderos y cortafuegos y mantener las herramientas y demás material de trabajo en buen es-tado.

Desarrollo del proyectoLas distintas campañas se han desarrollado en dos fases: actividades de preparación y de formación de monitores, y trabajos de reforestación. En las primeras campañas la mayoría de los voluntarios ha pertenecido a centros escolares de distintas localidades de la provincia de Cádiz, que se inscribían con un compromiso de continuidad. Pero la movilidad del profesorado y la difi cultad de desarrollar los trabajos selvícolas más especializados por parte de los escolares, nos llevó a realizar una profunda evalua-ción del proyecto y la revisión del mismo a partir de la campaña 2001/2002. A partir de esa campaña el proyecto se ha dirigido a voluntarios adultos. Este arriesgado cam-bio supuso un salto cualitativo, pues si bien el número total de voluntarios disminuyó levemente, los resultados de los trabajos selvícolas mejoraron ostensiblemente, con-siguiéndose un sólido grupo de voluntarios entre un sector de la población difícil de movilizar en este tipo de campañas de voluntariado ambiental. Otro cambio importante fue el de dar

Agradecimientos A Teodoro Marañón, del Instituto de

Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (CSIC), por sus aportaciones, y a todos y cada uno de los 5.783 voluntarios y voluntarias que están haciendo posible la recuperación forestal de Monte Prieto.

Bibliografía:1. Ceballos, L. y Martín Bolaños, M. (1930).

Estudio de la vegetación forestal de la provincia de Cádiz. Instituto Forestal de Investigaciones y Experiencias. Madrid.

2. Bru Madroñal, A. (2003). Las Ordenanzas de la Villa de Zahara. Ayuntamiento de Zahara. Cádiz.

prioridad a los trabajos de regeneración del bosque y matorral mediterráneo sobre los de repoblación. Del análisis de las primeras campañas se dedujo que las pérdidas de marras eran muy altas, sin embargo el resultado de los trabajos de regeneración de árboles y arbustos ha sido de lo más satisfactorio, por lo que en las últimas campañas se han realizado más resalveos, ruedos y podas, que nuevas plantaciones, que se han reducido a las pocas zonas donde no existe regeneración natural. En las primeras campañas fue imposi-ble contar para las repoblaciones con la diversidad de árboles y arbustos prevista, debido a la inexistencia de muchas de estas especies en los viveros forestales de la Jun-ta de Andalucía. Subsanado este problema, en las últimas campañas la Consejería de Medio Ambiente facilitó una amplia va-riedad de árboles y arbustos. Las especies que se han utilizado en las repoblaciones han sido: encina (Quercus rotundifolia), al-garrobo (Ceratonia siliqua), acebuche (Olea europaea sylvestris), pinsapo (Abies pinsapo), quejigo (Quercus faginea), sabina (Juniperus phoenicea subsp. phoenicea), enebro (Junipe-rus oxycedrus subsp. oxycedrus), arce (Acer monspessulanum), serbal (Sorbus aria), cos-coja (Quercus coccifera), escobón (Cytisus grandifl orus y C. baeticus), retama (Retama sphaerocarpa), agracejo (Phillyrea latifolia), lentisco (Pistacia lentiscus), cornicabra (Pis-tacia terebinthus), espino negro (Rhamnus lycioides), madroño (Erica arborea), rosal silvestre (Rosa pouzinii), endrino (Prunus spinosa), majoleto (Crataegus monogyna) Los voluntarios se han organizado en 10 grupos de 50 personas en cada cam-paña, que realizaron sus trabajos en días distintos, para evitar aglomeraciones y optimizar el material existente. Cada grupo ha contado con sus propios monitores. La zona se ha dividido en parcelas para facilitar un mayor control de los trabajos realizados, adscribiéndose cada parcela a un grupo determinado que ha realizado el seguimiento de los trabajos en las dis-tintas campañas. Se ha dejado una parcela control “0”, que no fue afectada por el incendio. Especial hincapié se ha puesto en las medidas de seguridad, de forma que no ha habido que lamentar ni un solo incidente serio, a pesar de la cantidad de personal que se ha movilizado, y que muchos de ellos no tenían experiencia en trabajos forestales.

5.783 voluntariosEn las diez campañas que se han desarro-llado han participado un total de 5.783 vo-luntarios, se han plantado más de 15.864 árboles y arbustos y se han regenerado 3.481 pies de plantas autóctonas. Los

resultados de los trabajos realizados son ya evidentes, sobre todo en la potente re-generación natural, existiendo ya una alta tasa de cobertura de vegetación y cientos de ejemplares de árboles que superan ya los dos y tres metros de altura. En 2003 las encinas y quejigos dieron sus primeras bellotas. El Plan de Uso Público del Parque Na-tural ha incluido esta zona dentro de los elementos de interés para la interpretación de las consecuencias de los incendios forestales y las técnicas para su regenera-ción. Tras las diez campañas realizadas, los representantes de Ecologistas en Acción han presentado en la Junta Rectora del Parque la Memoria fi nal de este proyecto, proponiendo que se adecuen los senderos existentes para convertir este monte en un monumento vivo al compromiso social en defensa de los bosques, y se utilice como escuela al aire libre para divulgar los tra-bajos necesarios para la regeneración de los bosques mediterráneos.

El autor, junto a una de las encinas regeneradas.

Page 53: El Ecologista nº 46

53el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Un modo de hacer visible la desigual aportación de hombres y mujeres al cuidado de la vida humana

La huella civilizadoraAnna Bosch, Cristina Carrasco y Elena Grau

Del mismo modo que la huella y el défi cit ecológicos son índices que nos permiten conocer la mayor o menor sostenibilidad de nuestras sociedades, la huella civilizadora –y el défi cit civilizador– hacen referencia a la sostenibilidad de la vida no ya en términos ecológicos sino en condiciones de humanidad en la red de relaciones que hace posible la vida. Es decir, mide el tiempo, el afecto y las energías amorosas necesarias para obtener la calidad de vida o la seguridad emocional necesaria para la continuidad de una población. Se hace así patente la desigual aportación y recepción de energías cuidadoras y amorosas entre hombres y mujeres.

Anna Bosch, Cristina Carrasco y Elena Grau, participan en el grupo

Dones i Treball de Ca la Dona

Con la voluntad de hacer nuevas aportaciones al diálogo verde-vio-leta (1), queremos refl exionar aquí sobre la supuesta autonomía del sistema económico. Desde la pers-

pectiva ecológica, mantener una relación de dependencia sostenible –respetando los ciclos naturales– con la naturaleza es factible. Sin embargo, la utilización depre-dadora de los recursos y la dependencia productiva de determinadas fuentes ener-géticas no renovables revelan una situación falsamente sustentable del sistema econó-mico y una dependencia absoluta de su forma de violentar la naturaleza. Entre los indicadores que ha desarrolla-do la ecología para representar la situación de insostenibilidad se encuentran los lla-mados huella ecológica y défi cit ecológico. Por huella ecológica se entiende “el área de territorio productivo o ecosistema acuático necesario para producir los recursos utiliza-dos y para asimilar los residuos producidos

por una población defi nida con un nivel de vida específi co donde sea que se en-cuentre esta área”, y por défi cit ecológico, la diferencia entre la huella ecológica y el área que realmente ocupa dicha población o economía (y défi cit ecológico per cápita sería el défi cit ecológico dividido por el número de personas consideradas) (2). La idea es dar contenido cuantitativo al problema que se presenta en muchas regiones que para vivir precisan de un es-pacio mucho más grande del que ocupan; espacio del que proceden sus recursos naturales y al que expulsan sus residuos. Los indicadores señalados dan así una me-dida del défi cit ecológico de los distintos países, de la desigualdad entre ellos y de la brecha en la sustentabilidad global. Na-turalmente que no es sostenible que todas las regiones del planeta presenten défi cit ecológico. Actualmente, las economías más industrializadas estarían acumulando un défi cit ecológico masivo con el resto del planeta. Sus formas de vida no pueden ser extrapolables a todo el mundo porque entonces no existiría sufi ciente espacio disponible (3).

Falsa autonomíaDesde el pensamiento feminista, se des-vela que la falsa idea de autonomía del sistema económico se acompaña con la también falsa autonomía del sector mas-culino de la población: haber dejado en manos de las mujeres la responsabilidad de la subsistencia y el cuidado de la vida, ha permitido desarrollar un mundo público aparentemente autónomo, ciego a la ne-cesaria dependencia de las criaturas huma-nas, basado en la falsa premisa de libertad; un mundo incorpóreo, sin necesidades que satisfacer; un mundo constituido por personas inagotables, siempre sanas, ni demasiado jóvenes ni demasiado adultas, autoliberadas de las tareas de cuidados, en resumen, lo que se ha venido a denominar el hombre económico (o el hombre racional o el hombre político). Sin embargo, tanto este personaje como el sistema económico ofi cial, sólo pueden existir porque sus necesidades básicas –individuales y sociales, físicas y emocio-nales– quedan cubiertas con la actividad no retribuida de las mujeres. De esta ma-nera, la economía del cuidado sostiene el entramado de la vida social humana, ajusta las tensiones entre los diversos sectores de la economía y, como resultado, se cons-tituye en la base del edifi cio económico. En particular, las mujeres actúan como variable de ajuste para proporcionar la calidad de vida a las personas del hogar, siendo seguramente su propia percepción la mejor medida de la calidad de vida de dichas personas. El reconocimiento de las necesidades humanas es imprescindible para adquirir una visión real de nuestra especie y poder ubicarla adecuadamente en el mundo natural y social. El ideal fi losófi co que propugna superar el reino de la necesidad para ganar el reino de la libertad, es una falacia que niega la dependencia material de la humanidad y nos encamina hacia una libertad abstracta, falsa e inalcanzable para la gran mayoría de seres humanos. La verdadera libertad es aquella que se ejerce dentro de los propios límites. Se trata de una libertad enmarcada en la realidad material que consiste precisamente en decidir y experimentar cómo se juegan las relaciones entre la vida natural y la vida social. Por decirlo de otra manera, no existe un reino de la libertad opuesto a un reino de la necesidad. Este dualismo es falaz y escinde a la humanidad de su base natural. Necesidad y libertad no son excluyen-tes sino que ambas concurren en la vida humana de forma interrelacionada, dando lugar a lo que Max-Neef (4) denomina “tensión entre carencia y potencia”. Una

FOTO

: UM

NS,

PA

UL J

EFFR

EY/A

CT

Con la voluntad de hacer nuevas aportaciones al diálogo verde-vio-leta (1), queremos refl exionar aquí sobre la supuesta autonomía del sistema económico. Desde la pers-

pectiva ecológica, mantener una relación

Page 54: El Ecologista nº 46

54 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

tensión que no puede superarse negándo-la, sino viviéndola con plena conciencia en un ejercicio de verdadera libertad. Se trataría, pues, de vivir esta libertad a partir de las necesidades y dependencias huma-nas. Entonces su práctica sería extensible a toda la humanidad. Las consecuencias del pensamiento dual y la falsa idea de libertad se traducen, tanto en el ámbito simbólico como en el ámbito social, de manera preocupante. No se trata sólo de que los hombres gocen de una autonomía ficticia; sino de que para mantenerla establecen, y tratan de perpetuar, relaciones de poder entre las personas (económicas, laborales, políticas o amorosas). Relaciones que devalúan y minorizan a otras y otros y, por tanto, generan injusticia, desigualdad y violencia; y desarrollan un tipo de actividades, que en el escenario de las relaciones de poder, suponen destrucción (violencia cotidiana, degradación ambiental, guerras, etc.). Así, la vida y la actividad del hombre económico necesita de una organización del tiem-po que subordine y desvalorice todo lo que no sea trabajo mercantilizado, y una orientación de todo comportamiento y actividad a un fin productivo y no a la relación por ella misma. Pero esta forma de vida, este compor-tamiento destructivo basado en relaciones de poder es imposible de sostener si no existe simultáneamente alguna actividad amorosa y cuidadora reparadora de lo humano en algún espacio de relación. No hay duda de que toda vida en condiciones de humanidad necesita del amor y del cuidado. Sin embargo, la falsa dicotomía que desvaloriza lo emocional (femenino) a favor de lo racional mercantil (masculino), tiene como consecuencia una diferencia crucial entre mujeres y hombres: mientras las primeras valoran, reconocen y practican actividades de cuidado y afectivas; ellos no les otorgan valor, más bien las ignoran, realizándolas muy minoritariamente y no como algo vitalmente esencial. (5) Pero, además, está la necesaria crea-ción y recreación de la vida en nuevas generaciones de niñas y niños. Para que la nueva vida sea sostenible en condi-ciones de humanidad hace falta dedicar –además de trabajo material y tiem-po– energías amorosas y cuidadoras de forma gratuita. De nuevo estas energías proceden mucho más de las mujeres que de los hombres. Mujeres que, como ya dijimos, desde el momento del embarazo colaboran con la naturaleza para hacer crecer una criatura viva que llegue a ser autónoma y madura. De nuevo la vida de estas nuevas criaturas sería inviable si todas las personas adultas –masculinas

y femeninas– practicaran las formas de vida, de relación y de consumo del mo-delo masculino.

Donadoras de tiempoPor lo que al tiempo respecta, la naturaleza tiene un ritmo de reproducción biológico, un tiempo ecológico, muy diferente del tiempo homogéneo conceptualizado por la economía. Los seres vivos y los recur-sos naturales se caracterizan por tener determinados períodos de reproducción que están directamente relacionados con el equilibrio ecológico. Si se respetaran los ritmos naturales de reproducción no existirían problemas ni de agotamiento ni de escasez de los recursos renovables. Se trataría por tanto de consumirlos a un ritmo inferior a su tasa de reproducción. Sin embargo, la producción industrial, con su tiempo reloj de producción, no respeta dichos ritmos naturales. Ejemplo claro es el consumo de petróleo: se extrae a ritmo vertiginoso, aunque tardó millones de años en producirse. Por otra parte, podemos hablar de un tiempo biológico o de un tiempo del cuerpo, que en ningún caso puede someterse a tiempos cronometrables, a tiempo reloj. Las necesidades de las personas no son las mismas a lo largo de la vida, existiendo periodos críticos de demanda de cuidados tanto por razones de edad como por razones de salud. Pero además de las ne-cesidades más relacionadas con la biología del cuerpo, las personas también tienen necesidades emocionales, más subjetivas, que se cubren con lo que podríamos denominar un tiempo experiencia. Éste es un tiempo de relación, de aprendizaje, de acompañamiento psicoafectivo; que puede manifestarse con distinta intensidad o calidad, nunca se repite ni es igual a sí mismo ya que la subjetividad le da inten-sidad y cualidad. Presenta analogías con el tiempo de la naturaleza en el sentido de desarrollar ciclos repetitivos pero nunca idénticos, relacionados con cada lugar concreto pero de manera diferente. En consecuencia, un tiempo absolutamente imposible de medir con el reloj. Las mujeres, como cuidadoras univer-sales serán también donantes de tiempo y tendrán por tanto periodos muy diferentes en relación a su intensidad de trabajo a lo largo de su ciclo de vida. Además, al estar atentas a los tiempos biológicos y de la experiencia de otras y otros, se mostrarán continuamente disponibles (lo que actualmente la empresa denomina el trabajo on call) para ajustar y gestionar los distintos tiempos, aún a costa de negarse a sí mismas un tiempo propio. Estos tiempos generadores de reproducción

La mayor parte del tiempo y de las energías amorosas necesarias para el mantenimiento de la población, son aportadas por las mujeres.

Page 55: El Ecologista nº 46

55el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

y de vida, realizados básicamente por las mujeres, caen fuera de la hegemonía del tiempo mercantilizado y del tiempo reloj –y, al contrario de éste, que es tiempo medido y pagado– son tiempo vivido, donado y generado, con un componente difícilmente cuantificable y, por tanto, no traducible en dinero. (6) Es un tiempo vinculado a sentimientos de relación, relación entre dos (yo en el mundo, y no yo contra el mundo), que forman parte de la experiencia femeni-na. Este tiempo creado por las mujeres y donado a los varones, posibilita a éstos el actuar libremente en el mundo público porque ellas están asumiendo el cuida-do de toda la vida humana incluida la de los hombres adultos.

Huella y déficit civilizadorEsta constatación de la dependencia masculina en relación a las mujeres nos ha llevado a acuñar conceptos análogos a los de huella ecológica y déficit ecológico desarrollados por la economía ecológica y que denominaremos huella civilizadora y déficit civilizador (7). Definimos huella civilizadora de forma análoga a huella ecológica, como el tiempo, el afecto y las energías amoro-sas necesarias para obtener la calidad de vida, la seguridad emocional y el equili-brio psicoafectivo imprescindibles para que una población definida con un nivel de vida específico tenga garantizada su continuidad generacional. Para cada subconjunto de población podemos definir también el déficit civilizador como la diferencia entre la huella civilizadora (tiempos y energías que dicho grupo requiere) y los tiempos y energías que aporta. No sería sostenible naturalmente que todos los sectores de la población presentaran déficit civilizador: ¿quién cuidaría de la vida humana? Al igual que en términos ecológicos, si determi-nados grupos de población presentan déficit, será a costa de otros. De esta manera, el déficit civilizador da una idea de la desigualdad entre distintos grupos humanos en relación a su participación en la sostenibilidad humana y social. El concepto de huella civilizadora se hace más claro si lo individualizamos, es decir si representamos la huella per cápita, o sea, el tiempo, el afecto y las energías amorosas necesarias a lo largo de toda la vida de un ser humano. Y, el déficit per cápita, correspondería a la diferencia entre la huella per cápita y lo que dicho ser humano aporta al conjunto de la población a lo largo de su vida. En la actual forma de relación en-

tre mujeres y hombres, sea cuál sea el ámbito geográfico y cultural de su comunidad, éstos últimos consumen más energías amorosas y cuidadoras para sostener su forma de vida que las que aportan (8). Estas energías necesarias para sostener la forma de vida de los hombres proceden de las mujeres, que no reciben energías afectivas y cuidadoras equivalentes a cambio, por lo menos no en la misma proporción. Pero, además, teniendo en cuenta el plus de dependencia humana por edad o estado de salud, la huella civilizadora va más allá: se genera tanto en el cuidado de las mujeres hacia los hombres como en la parte de cuidado del resto de las personas dependientes que correspondería realizar a los hom-bres (en un mundo equitativo) pero que traspasan a las mujeres. Así pues, para que pudiéramos ha-blar de sostenibilidad –en los términos en que hemos definido sostenibilidad, como calidad de vida para todas y todos– cada cuál debería aportar y recibir de la relación en las redes de sostén, flujos equivalentes de tiempo, afecto y cuidado que serían diferentes en los distintos momentos del ciclo de vida. La presencia de déficit civilizador en nuestra actual forma de vida estaría expresando la dependencia desigual de los hombres sobre las mujeres. Somos conscientes de que ambos conceptos –huella y déficit civilizado-res– son difícilmente cuantificables en su conjunto pues, como ya hemos dicho, las relaciones que están en la base del cuidado de la vida no son cuan-tificables. Aún así podríamos calcular el tiempo dedicado a estos trabajos (9) y algunos otros aspectos cualitativos, pero no estamos buscando un indicador de este tipo; si hacemos el paralelismo con la huella y el déficit ecológicos es bási-camente por su analogía simbólica. En definitiva y resumiendo, la huella y el déficit ecológicos hacen referencia a la sostenibilidad de la vida humana en el planeta, haciendo visible el reparto-consumo desigual de los recursos; y la huella y el déficit civilizadores harían referencia a la sostenibilidad de la vida en condiciones de humanidad en la red de relaciones que la hace posible, haciendo visible la aportación-recep-ción desigual de energías amorosas y cuidadoras entre mujeres y hombres. Si el patriarcado capitalista ignora la existencia de ambas, es porque niega la dependencia humana, ya sea de-pendencia de las relaciones afectivas o dependencia de la naturaleza.

Notas y referencias

Este artículo se basa en una parte del Epílogo escrito por las autoras al libro de ENRIC TELLO La historia cuenta, Barcelona, El Viejo Topo, 2005.

1 Ver “Por un diálogo verde-violeta” de las mismas autoras, en Ecologista 43, primavera 2005, pp 51-53.

2 REES, W., y WACKERNAGEL, M, “La huella ecológica población y riqueza”, en Ecología Política, nº 12 (1996) pp 27-50.

3 MARTÍNEZ ALIER, J. y ROCA JUSMET, J. Economía ecológica y política ambiental, Fondo de cultura económica, México (2001). Ver también TELLO, E. “¿Globalización del comunismo? Huellas y deudas ecológicas”, en Mientrastanto, nº 80, 2001, pp 83-93.

4 MAX-NEEF, M., Desarrollo a escala humana. Conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones, Barcelona, Icaria, 1994.

5 Recordemos como ejemplo las fotografías de la cobertura mediática de la posguerra de Iraq. Sólo se ven hombres: reunidos, manifestándose, rezando… ¿Y las mujeres? ¿dónde están? ¿es que no existen? Seguramente están en los hospitales cuidando las heridas de guerra, haciendo colas para conseguir alimentos, en casa intentando recuperar las relaciones… En fin, reconstruyendo en lo posible los afectos y la vida humana. O sea, las mujeres están dedicándose a las actividades fundamentales, aquellas que tienen relación directa con la vida humana; pero la visión periodística occidental de nuestros reporteros no las ve.

6 ADAM, B., “Cuando el tiempo es dinero”, en Sociología del trabajo, nueva época, 1999, nº 37.

7 El término civilizadora lo hemos tomado prestado de las mujeres italianas (LIBRERÍA DE MUJERES DE MILÁN, El final del patriarcado (Ha ocurrido y no por casualidad), Barcelona, Llibreria Pròleg, 1996. Nos ha parecido que reflejaba bien la tarea de las mujeres –como algo positivo– construyendo humanidad o civilización. Anteriormente habíamos pensado llamarla huella patriarcal, pero observamos que el término no se correspondía con nuestra idea: patriarcal es un término con connotación negativa, refleja poder masculino; por tanto, el propio término ya sería contradictorio con la posible inexistencia de tal huella. Sin embargo, en un debate con compañeras de Ca la Dona, Encarna Sanahuja nos hizo ver que el término de civilizadora también es un término muy contaminado, ya que cuando se inició la civilización que en teoría sustituyó a la barbarie, de hecho comenzaron las grandes conquistas y barbaries. En cualquier caso, para nosotras lo importante de esta reflexión es que nos hizo patente la falta de palabras que existe para nombrar la experiencia femenina.

8 Recuperamos con este término la idea de Carmen Magallón, La plusvalía afectiva, en En Pie de Paz, nº 17, pp 10 (1990) de la plusvalía afectiva, entendida como el plus afectivo que las mujeres donamos a los hombres y que no recibimos de ellos, a costa de un gran desgaste de la energía femenina. En una línea de reflexión coincidente, Hortensia Fernández está desarrollando el concepto deuda femenina (paralelo al concepto déficit ecológico) para nombrar la deuda que el patriarcado tiene contraída con las mujeres de todo el mundo por el trabajo no remunerado que realizan gratuitamente.

9 Como pequeño ejemplo de lo que podría ser una huella civilizadora, una mujer italiana calculó que un hombre por casarse y permanecer casado ahorra cinco años de tiempo a lo largo de su vida (SARRACENO, CH., “División of the Family Labour and Gender Identity”, en SASOON, A., ed. Women and the State. The Shifting Boundaries of Public and Private, Londres, Routledge, 1987.

Page 56: El Ecologista nº 46

56 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Una aproximación a la historia del movimiento ecologista canario en sus primeros años

El ecologismo en Canarias

Heriberto Dávila, es historiador y Responsable de Organización de Ben

Magec-Ecologistas en Acción de Canarias.

La crisis ecológica mundial generada por la expansión de los sistemas socioeconómicos humanos casi hasta los últimos límites de lo conocido –caracterizada por la

globalidad y la creciente irreversibilidad de los daños causados, por la modifi cación de los equilibrios del planeta y la extensión de contaminaciones ya no circunscritas a ecosistemas o regiones determinadas– se hace evidente y palpable a partir de la segunda mitad de la década de los sesenta. Esta lenta pero creciente constatación de la crisis se combina en nuestro archipiélago con un incremento en la percepción del gran cambio acaecido en Canarias con la llegada del desarrollo turístico y las con-secuencias que el mismo genera en todas las áreas: infraestructuras, urbanización de la vida cotidiana o pérdida de valores tradicionales.

Un territorio limitado y frágilEn nuestro archipiélago también se dan algunas circunstancias importantes que determinan el tipo de ecologismo que hemos vivido. Algunas de éstas se po-drían resumir en la fragilidad y limitación del territorio, y por ende de los recursos,

así como de la lucha que se ha desatado desde tiempos pretéritos por su control. Esta limitación del territorio provoca una marcada topofi lia que se ve incrementada a medida que el proceso de desarrollo se profundiza y se hace más evidente. Además, la falta de libertad que genera el franquismo impide encontrar posibles salidas o soluciones a esta época de cam-bios y confl ictos de fi nales de los años 60 y principios de los 70. En este contexto se va generando en Canarias la toma de conciencia sobre nuestra situación medio ambiental, y a grandes rasgos aparece poco a poco lo que deno-minaremos aquí movimiento ecologista. La acción colectiva, las ideas y los dis-cursos que se agrupan bajo el nombre ge-nérico de ecologismo son tan diversos en Canarias –y en el resto de occidente– que hacen dudar sobre la misma idea de un movimiento. Pero como afi rma Castells (1), “es precisamente esta diversidad de teorías y prácticas lo que caracteriza al ecologismo como una nueva forma de movimiento descentralizado, multiforme, articulado en red y omnipresente”. Antes de comenzar a desgranar la historia del movimiento en Canarias, querríamos hacer referencia a algunas peculiaridades propias que caracterizan al mismo en nuestro archipiélago, que no por evidentes dejan de tener una gran im-

portancia. Una de ellas es la fragmentación insular, que complica sobremanera no sólo la coordinación entre los colectivos de distintas islas, sino también la coordinación con el resto del movimiento ecologista a escala estatal. La geografía también cobra una gran importancia con la fragilidad y limitación del territorio, que hace el deterioro del medio mucho más visible. De esta forma, los hitos del proceso de desarrollo (centrales, incineradoras, carreteras, etc.) son im-posibles de ocultar. Ninguna instalación importante queda a más de uno o dos ki-lómetros de distancia de alguna población, por lo que suelen tener una incidencia directa sobre la misma. Precisamente es esta visibilidad del deterioro y cercanía de los afectados la que hace al movimiento ecologista en Canarias tener una conexión muy importante con las preocupaciones cotidianas de la ciudadanía. Además, la importante apuesta del Estado en la milita-rización del archipiélago (lanzaderas, rada-res, legión, campos de tiro, etc.), así como un creciente respaldo social al pacifi smo, hacen del antimilitarismo y de la defensa del territorio contra los intereses militares –donde Fuerteventura y El Hierro se lle-van la palma–, un aspecto fundamental de la historia del ecologismo canario.

Los pioneros, ASCANLas primeras señales de este movimiento amplio se aglutinan en ideas e inquietu-des que empiezan a surgir hacia 1966 en torno a lo que posteriormente fue la Asociación Canaria de Amigos de la Na-turaleza (ASCAN) (2) en la isla de Gran Canaria. Este colectivo, que se legaliza de una forma clara en 1970 (3), no sólo es importante para nuestra comunidad, sino que también tiene trascendencia dentro de la historia del movimiento ecologista en general, ya que es una de las primeras asociaciones de este tipo en todo el Estado español. Establecer una tipología de este variado movimiento ecologista canario se mues-tra como una tarea bastante compleja, no sólo por la complicación de etiquetar a cada uno de los colectivos o formas organizativas que se han ido gestando desde sus comienzos, sino también por la propia evolución que cada colectivo ha ido teniendo en estas décadas a partir de la transición democrática. De todas formas, nos atreveríamos a comentar que durante estos años 70 y 80, la gran mayoría de los colectivos o luchas de carácter ambiental han tenido un origen marcado por su ca-rácter conservacionista (4) o por la defensa de derechos básicos ciudadanos o de su propio espacio (5). Lógicamente, esto no

Heriberto Dávila

Varias características peculiares del archipiélago canario, como lo limitado del territorio, su fragilidad, su carácter insular y la proximidad de las fuentes de impacto a las diversas poblaciones, han condicionado mucho la idiosincrasia del movimiento ecologista canario. Se repasa aquí el surgimiento de este movimiento social, centrándose en la década de los años 70.

1

La crisis ecológica mundial generada por la expansión de los sistemas socioeconómicos humanos casi hasta los últimos límites de lo conocido –caracterizada por la

globalidad y la creciente irreversibilidad de

Page 57: El Ecologista nº 46

57el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

quiere decir que estas características se mantengan eternamente y por otra parte deberíamos decir que en realidad lo que se produce es una convivencia de todas las tipologías durante estas décadas. Por cuestiones de método, y porque lo creemos más interesante para comprender el fenómeno ecologista vamos a caracteri-zar estas dos primeras décadas, claves en el desarrollo de este movimiento social en Canarias, en varias etapas. En cada una de ellas conviven distintas características, ideas y luchas, pero la centralidad la ten-drá una fórmula concreta de abordar la problemática ambiental.

Etapa conservacionistaDe esta forma, podríamos caracterizar la primera etapa como fundamentalmente conservacionista. Esta etapa comienza, como hemos dicho antes, a fi nales de los sesenta y empieza a mutarse en los últimos años 70. Son años de honda preocupación por la fauna, las plantas o los espacios naturales. Este período se caracteriza por la importancia de colectivos como AS-CAN y ATAN (Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza), pero también de pequeños colectivos que comienzan a nacer a mediados de los setenta y transfor-man poco a poco el panorama asociativo ecologista. Estos dos colectivos, ASCAN y ATAN, tenían características muy parecidas. Los dos comienzan su andadura en los mismos años y con temáticas parecidas, y los dos están conformados mayoritariamente por técnicos y sectores universitarios. Destacaron estas organizaciones por sus informes sobre aves y plantas en peligro de extinción, por su preocupación en torno a la problemática de los espacios naturales (6), y por desarrollar la primera propuesta

para la declaración de parques marinos en las Canarias Orientales. Estas campañas lógicamente sembraron una semilla que muchos jóvenes comenzaron a recoger.

Periodo ambientalistaAunque en esta década persiste la te-mática de la defensa del medio natural y el paisaje, con los tímidos inicios de las libertades políticas, a partir de 1976, surgen asociaciones de diversa índole, pre-ocupadas por temas de mayor contenido social, como el impacto del turismo o los residuos y la contaminación. Comienza una respuesta ciudadana que predominará en los siguientes años. Es la respuesta que inicia la etapa medioambientalista (7), una fase donde las clases medias urbanas tienen un gran protagonismo en la crítica a un modelo que cada día se desen-mascara de una forma más evidente. Se desmorona la utopía urbana mientras estos sectores sociales son infl uidos, además, por las nuevas ideas que se respiran en estos años, el pacifi smo, el nacionalismo y los valores identitarios se mezclan con las ideas ambientalistas, lo que transforma de una manera rápida el naciente movi-miento ecologista. Así en estos años nacen colectivos en Gran Canaria como Magec (1976) o Azuaje (1977), (8) muy infl uenciados, so-bre todo este último grupo, por esta visión más amplia de la lucha ecológica. Magec y Azuaje fue-ron colecti-vos con un marcado ca-rácter ecopa-cifi sta, de un env id iab le dinamismo, que organiza-

ron actividades y luchas variadas, como por ejemplo campañas de limpieza de playas, contra los juguetes sexistas, a favor de los carriles bicis o contra la OTAN. En su discurso teórico, colectivos como Magec comienzan ya a separarse clara-mente de otras visiones que ellos mismos denominan conservacionistas (9) y hay un marcado debate sobre las teorías de Barry Commoner o temas claramente políticos, como el marxismo. A mediados de los años setenta nace también el colectivo Au-laga en Fuerteventura, que con una base social primigenia de maestros y profesores (10), comienza la lucha en defensa de las dunas de Corralejo y extiende sus labores al pacifi smo y el antimilitarismo. Entre tanto en Tenerife, nacían varios colectivos a fi nales de los setenta y prin-cipios de los ochenta que combinaban los contenidos conservacionistas con la ecolo-gía social. El más importante de ellos fue el Movimiento Ecologista del Valle de la Orotava (MEVO). Este colectivo del norte de Tenerife nace en 1979, aglutinando diversos sectores sociales (como maestros, estudiantes universitarios, trabajadores de hostelería, etc.) bajo una honda preocu-pación por el deterioro urbanístico que se vive en la zona de La Orotava. Este colec-tivo, que tiene una incidencia que supera lo local, destaca por su preocupación por la legislación

referente a los parques na-cionales o la problemática de los resi-duos. Dos asuntos,

1. El antimilitarismo ha estado muy ligado al movimiento ecologista canario desde sus orígenes.2. Una manifestación en los primeros años del ecologismo canario.3. Algunas de las publicaciones del movimiento ecologista en sus primeros años.2

3

Page 58: El Ecologista nº 46

58 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Notas y referencias1. CASTELLS, M. (1997) La era de la información. Vol. 2, El poder de la identidad,

Alianza Editorial, Madrid.2. El primer nombre fue Asociación Canaria para la Defensa de la Naturaleza,

pero su conexión con una iniciativa estatal como Amigos de la Tierra hace transformar su nombre por el que todavía hoy conserva.

3. Algunos de los primeros nombres en la Historia particular de ASCAN son, entre otros, Luis García Correa, Manuel Torres, Antonio Cardona Sosa, Jesús Cantero o el asesor científico alemán G. Kunkel.

4. Las definiciones de las organizaciones denominadas bajo este término son variadas según autores. Recogemos aquí una de Castells: “Se definen como amantes de la naturaleza y apelan a ese sentimiento en todos nosotros, prescindiendo de las diferencias sociales. Operan mediante las instituciones y utilizan a menudo la influencia política con gran destreza y determinación. Se basan en un amplio apoyo popular, así como en las donaciones de las elites acomodadas de buena voluntad y de las empresas [...] desconfiando de ideologías radicales y la acción espectacular que está en desacuerdo con la mayoría de la opinión pública” (Castells, 1997).

5. Es lo que algunos autores como Ramón Folch o Jorge Riechmann llaman ambientalismo: “que luchan por un mejor ambiente y una mejor calidad de vida para los seres humanos, desde un punto de vista antropocéntrico”. FOLCH, R. (1977): Sobre ecologismo y ecología aplicada, Ed. Ketres, Barcelona y RIECHMANN, J Y FERNÁNDEZ BUEY, F. (1994): Redes que dan libertad, Paidos, Barcelona.

Otros autores como Castells lo denominan como la movilización de las comunidades locales en defensa de su espacio, que “constituye la forma de acción ecologista de desarrollo más rápido y la que quizás enlaza de forma más directa las preocupaciones inmediatas de la gente con los temas más

amplios del deterioro ambiental” (Castells, 1997).6. En cuanto a los espacios naturales, es importante resaltar que ASCAN y

el científico Kunkel realizaron una de las primeras propuestas de espacios naturales y zonas de protección en Gran Canaria. Realizaban una división entre Parques Nacionales, Parques Insulares, Zonas de protección, Reservas Naturales y Parques Marinos o Parques integrales (consultable en Archivo de Azuaje, Propuesta de Espacios Naturales, sede de Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción, Las Palmas de GC).

7. Podría compararse a lo que Castells nombra que son “con frecuencia etiquetados, con cierta malicia, como el movimiento en mi patio trasero, no [...] suele afirmar el derecho de los residentes a la calidad de vida en oposición a los intereses de las empresas o burocracias [...] Así pues, los ciudadanos demandan la extensión de la democracia local, una planificación urbana responsable” (Castells, 1997).

8. Azuaje es un colectivo que nace prácticamente como escisión de Magec, por problemas ideológicos y personales entre miembros de los mismos. Entrevista a Eugenio Reyes, en Las Palmas de GC, enero de 2002.

9. Ver COMISIÓN DE PRENSA DE MAGEC (1980): El Farión, nº 3, Ed. Magec. Las Palmas de GC. Este boletín, El Farión, destacó por su calidad y tratamiento diverso de temas, para las carencias de la época.

10. Entrevista a José de León, en Las Palmas de GC, enero de 2002.11. La labor del MEVO en este tema de los espacios naturales fue de tanta

relevancia que el Cabildo de Fuerteventura le pidió a este colectivo que le ayudase en la catalogación de los espacios a proteger en la isla oriental. (Entrevista a Juan Pedro Hernández, en La Orotava, julio de 2002).

12. Gran importancia tuvieron las I Jornadas Ecológicas de Canarias, en 1981, donde se invita a catedráticos y técnicos de prestigio a escala estatal (entrevista a Juan Pedro Hernández, en La Orotava, julio de 2002).

Este colectivo vive una crisis interna en 1982 que lo hace desaparecer como tal, aunque muchos de sus componentes van a seguir vinculados al ecologismo activo. En esta misma época tiene importancia el colectivo palmero Junonia Mayor, también muy activo en la defensa de los espacios naturales. De todas formas, una puntualización necesaria debe confirmar que siempre existió en todo este período una relación estrecha entre los conservacionistas y el resto de los ecologistas, ya que las ideas tienden a ocupar una importancia menor en su preocupación compartida por la situación galopante de deterioro del territorio canario, pese a los agudos y conflictivos debates dentro de este amplio movimiento. Además, en esta época hay también una militancia compartida de muchos ecologistas en distintos proyectos de la izquierda política, lo que en ocasiones pone puentes o dificulta el entendimiento, según el caso, entre distintos colectivos y personas. En torno a 1980 algunos colectivos canarios comienzan a tener la necesidad de coordinarse con las experiencias eco-logistas a escala estatal. Algunos de estos colectivos eran Magec, MEVO y ATAN, pero no será hasta mucho después cuando esta coordinación estatal se traduzca en algo estable y más duradero, como será el caso de la Federación Ben Magec. Se hace patente, pues, la relevancia que los hechos descritos han tenido en la evolu-ción posterior del movimiento ecologista canario.

1. El pequeño tamaño de las islas marca una tendencia a la topofilia. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

2. El desarrollismo ligado al turismo de masas hizo crecer la conciencia ecologista. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

la clasificación de los espacios naturales de Tenerife (11) (que se realiza junto a Cabildos, distintos técnicos, y otros

grupos ecologistas) y la organización de Jornadas de debate y concienciación, les ocupa una gran parte de su tiempo (12).

1

2

Page 59: El Ecologista nº 46

59el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Aportaciones externas para paliar la sobreexplotación de los acuíferos

El agua en Castilla-La ManchaPedro Padilla Zagalaz, Ecologistas en Acción de Ciudad Real

Desde que en los años setenta se inició la sobreexplotación de los acuíferos manchegos, la actitud de las administraciones públicas frente al más grave problema

ambiental, económico y social de la región ha sido la de una continua e irrefl exiva huida hacia adelante. En todo momento se ha querido evitar, por un lado, en-frentarse al fuerte grupo de presión que constituyen las organizaciones sindicales agrarias, concretamente ASAJA, y, por otro, adoptar medidas que incidan en el fondo del problema. De este modo, durante años, nuestros gobernantes (en Toledo y Madrid), se han instalado en una especie de esquizofrenia permanente que les lleva a defender al mismo tiempo posturas o planteamientos diametralmente opuestos, atentos siempre al exquisito cumplimiento del conservador laissez faire y al populismo a ultranza, con-vertido en práctica habitual del quehacer político por el anterior presidente regional, José Bono. Durante años, la expansión del regadío ha constituido la principal, por no decir la única propuesta electoral que el Gobierno regional ha sabido hacer a los agricultores manchegos, lo que nos ha conducido a la crítica situación en que actualmente nos encontramos. El descontrol y total ausencia de pla-nifi cación u ordenación de la actividad agraria, ha traído consigo la sobreexplota-ción y el deterioro de los escasos –aunque inicialmente sufi cientes– recursos hídricos de que disponíamos. Con ello, la zona húmeda manchega y el enorme potencial económico y científi co que posee ha visto reducirse su superfi cie año tras año, mien-

tras se producían miles de toneladas de excedentes cuyo mantenimiento generaba a su vez un ingente gasto público. Los intentos de solución aplicados han supuesto, a menudo, la adopción de me-didas contradictorias. A aquéllas dirigidas a la reducción del regadío, como el Plan de Compensación de Rentas, siguen más ampliaciones de las superfi cies a regar, el enorme incremento del viñedo en es-paldera o, últimamente, la promoción de proyectos de campos de golf, ligados a la especulación urbanística, a los que alegre-mente se declara de interés singular. Desde esta postura irresponsable y demagógica, torpe y populista, la Junta de Comunidades, que con toda justicia se opone al trasvase Tajo-Segura, promueve, apoya y reclama un nuevo trasvase desde éste a la llanura manchega con el falso pretexto de atender las necesidades de abastecimiento de las poblaciones, pero dejando caer bajo cuerda que el mismo solucionará los problemas de sequía de los agricultores, quienes ante esta buena nueva y animados por sus sindicatos, no quieren saber nada de reordenación o reconver-siones; tan sólo quieren más agua para seguir adelante en una carrera perdida de antemano y mantenida a costa del erario público. El último episodio de esta esperpéntica aventura que nos conduce a la ruina, lo encontramos en el rechazo suscitado por algunas sentencias de cierre de pozos ilegales, encabezada por las centrales agra-rias –en parte responsables del problema al animar a sus asociados a “tirar para adelante que aquí no pasa nada”– y, para colmo del absurdo, del propio Gobierno regional, que exige, ni más ni menos,

que no se cumplan sentencias judiciales, y pide la dimisión de funcionarios de los que se pretende que incurran en delito de prevaricación. Ahora todo se cifra en la redacción y aprobación del Plan Especial del Alto Gua-diana, el cual mucho nos tememos que, lejos de constituir una verdadera ordena-ción de los usos del agua en nuestra región y, por consiguiente, del sector agrario, se quiere convertir en más de lo mismo, pues en ningún momento se habla de reducir consumos y sí de traer agua de fuera. ¿Qué clase de ordenación se pretende, si no se acepta siquiera que habría que empezar por cerrar los miles de pozos ilegales exis-tentes, si se parte de la premisa de que hay que buscar nuevos abastecimientos fuera de la cuenca, contradiciendo con ello lo establecido en la Directiva Marco del Agua, y reconociendo implícitamente nuestra incapacidad de autorregulación y autonomía? Mientras nuestros responsables políti-cos y sindicales contemplen el problema hídrico de nuestra región exclusivamente en clave electoral o de mantenimien-to de prerrogativas, este problema no tendrá solución. Los mismos gobernan-tes y dirigentes agrarios que hace años crearon el problema son los que hoy en día continúan manejando el destino de la agricultura y del agua en nuestra tierra. Personas concretas, con nombres y apellidos, que nunca tendrán que asumir responsabilidades políticas, ni mucho menos económicas, por el desaguisado que crearon, y que se niegan a afrontar seriamente el problema si ello hace peli-grar su situación de privilegio personal o de grupo.

Reg

adío

jun

to a

las

Tab

las

de

Dai

mie

l. FO

TO: E

CO

LOG

ISTA

S EN

AC

CIÓ

N.

Desde que en los años setenta se inició la sobreexplotación de los acuíferos manchegos, la actitud de las administraciones públicas frente al más grave problema

ambiental, económico y social de la región

Page 60: El Ecologista nº 46

60 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Impactos de las líneas de transporte eléctrico y de sus campos electromagnéticos

Líneas de alta tensiónPedro Belmonte

Aunque últimamente se ha dado más relevancia a la contaminación electromagnética ligada al despliegue de la telefonía móvil, las líneas de alta tensión y otras infraestructuras eléctricas siguen provocando importantes daños en nuestra salud, sin que se aplique el principio de precaución de forma generalizada.

Pedro Belmonte, Ecologistas en Acción

Un reciente Auto del Tribunal Su-premo ha confi rmado la senten-cia que condenaba a una empre-sa eléctrica por la contaminación electromagnética causada por

un transformador en Murcia. Esta senten-cia se une a la que emitió la Audiencia Provincial de Castellón (1), que obligaba a la retirada de otro transformador en la localidad de Burriana, al considerar que existían indicios razonables para suponer que el nivel de exposición al que estaban sometidas las viviendas era un factor de riesgo de padecer cáncer. Ambas sentencias constituyen un logro en la larga lucha contra los impactos am-bientales y sobre la salud pública, que se producen ante la exposición continua a los campos electromagnéticos de baja fre-cuencia producidos por las líneas de alta y media tensión, subestaciones, transforma-dores y otras infraestructuras eléctricas. Las movilizaciones vecinales y ecolo-gistas contra los proyectos de instalación de sendas subestaciones eléctricas en el barrio de Patraix (Valencia) y Santa María de Grado (Asturias), las luchas contra el trazado de las líneas Lada-Velilla (Astu-rias- León) o las resistencias al proyecto de interconexión de alta tensión entre Francia y Cataluña, son claros ejemplos del aumento de la sensibilidad ante los impactos derivados de la proliferación descontrolada y caótica de los tendidos en los medios rural y urbano.

Impactos ambientales Las líneas de alta tensión generan im-pactos ambientales significativos. Por una parte se produce una segmentación y fragmentación del territorio, que im-pacta en los suelos y la masa vegetal (2) y arbórea. La eliminación sistemática de vegetación debajo de las líneas de alta tensión provoca la proliferación de especies herbáceas, que, a causa de la sequía, resultan altamente pirófi las, in-

crementando el riesgo de incendios. Además, existen impor-tantes impactos sobre la avifauna. Según las esti-maciones realizadas por distintas asociaciones eco-logistas, cada año más de 30.000 aves mueren por colisión o por electrocu-ción con cables de alta y baja tensión en el Estado español. En muchos casos se trata de especies ame-nazadas, como sucede en el caso de las águilas real y perdicera, búho real, avu-tarda o alimoche (3). Los estudios elaborados por el Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona también confi rman estos datos: sus investigaciones demuestran que, por ejemplo, la electrocución en líneas eléc-tricas es, en un 50%, la causa de muerte no natural del águila perdicera. En segundo lugar, las líneas de alta tensión producen la ionización del aire situado alrededor del cable de la línea. Este fenómeno se denomina efecto corona. Au-menta con la humedad y tiene múltiples consecuencias: emisión de ruido, interfe-rencias de radiofrecuencia o la generación de ozono troposférico. Además, el efecto corona provoca la atracción y concentra-ción de aerosoles contaminantes y gas radón, sobre todo en las inmediaciones de zonas industriales. Las mediciones llevadas a cabo en líneas de alta tensión de 132 kilovoltios señalan que, a 1,80 m. de altura, hay un 20% de aerosoles contaminantes que están cargados o llevan exceso de car-ga. Como media, este efecto se extiende a unos 200 m de la línea en dirección del viento y en líneas de 275 kV, hasta 500 m (4). Por último, podemos añadir que otros impactos signifi cativos vienen derivados del uso en las subestaciones de aceites o de gases que contribuyen a aumentar

el efecto invernadero o resultan muy tóxicos, como los PCB o el hexafl uoruro de azufre (SF6). Todos estos compuestos pueden generar gases y substancias tóxicas ante un eventual incendio, algo que no es precisamente muy raro que ocurra.

Efectos sobre la saludLos valores límite de exposición a campos electromagnéticos planteados en el Real Decreto 1006/2001 están marcados por la transposición de la norma provisional UNE - 16501 y por las antiguas recomen-daciones de la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ioni-zante. El límite, fi jado en 100 microteslas (µT), es tremendamente tolerante, ya que no respeta los principios de precaución, no garantiza unos mínimos de seguridad, ni cumple los criterios de mínima emisión técnicamente posible. La Agencia Internacional de Investiga-ción sobre el Cáncer (IARC) ha incluido los campos electromagnéticos de baja frecuencia –los generados por los tendi-dos eléctricos e infraestructuras asocia-das– como posible agente cancerígeno (categoría 2B). Pero, además, los estudios del Instituto Karolinska de Estocolmo advierten de un aumento del riesgo de leucemias en niños en las proximidades de

1

Un reciente Auto del Tribunal Su-premo ha confi rmado la senten-cia que condenaba a una empre-sa eléctrica por la contaminación electromagnética causada por

un transformador en Murcia. Esta senten-

Page 61: El Ecologista nº 46

61el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

estos campos electromagnéticos. Investiga-dores del Departamento de los Servicios de Salud de California realizaron en 2002 una revisión sobre posibles problemas para la salud de los campos eléctricos y magnéticos, concluyendo que la evidencia sobre la leucemia infantil justifica el cam-bio de clasificación como posible agente cancerígeno a la de cancerígeno (categoría 1), según el criterio de clasificación de la IARC. También en 2005, el Grupo de Investi-gación sobre Cáncer Infantil de la Univer-sidad de Oxford realizó un estudio sobre 29.081 niños/as con cáncer (incluidos 9.700 con leucemia). El resultado de la investigación señaló un aumento signifi-cativo del riesgo de cánceres en relación a la distancia de líneas eléctricas (5). Otras investigaciones biomédicas han señalado efectos de los campos electromagnéticos de baja frecuencia sobre la glándula pineal, la melatonina, cefaleas, alteraciones de los ritmos circardianos de sueño y vigilia, etc. Las entidades científicas anteriormente señaladas y la normativa de varios países europeos y anglosajones establecen 0,2 µT como valor límite de inmisión de los campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja. La legislación de países de nuestro entorno, ha disminuido sensiblemente sus valores de exposición a estos campos. Suiza ya adoptó en 1999 un valor límite de 1 µT para las nuevas instalaciones eléctricas. En su Ordenanza para la protección contra las Radiaciones No Ionizantes (7), el parlamento italiano aprobó la denominada Ley Marco sobre a Contaminación Electromagnética (8) que se plantea el establecimiento del valor máximo de 0,2 µT de campo electromag-nético, esto es, 500 veces menos que el admitido en España. También, las regiones de Toscana, Emilia- Romagna y Veneto han adoptado como valor límite para nuevas instalaciones 0,2 µT para campo magnéti-co y 0,5 kVm de campo eléctrico A la luz de estos datos, la Federación Española de Municipios y Provincias y el Ministerio de Sanidad recomendaron que “deben fomentarse estudios epidemiológi-cos en poblaciones expuestas por encima de 0,4 µT” (6), sin que hasta la fecha se haya llevado a cabo estudio epidemioló-gico alguno. En España, el Reglamento de Líneas de Alta Tensión, en su artículo 25, establece unas distancias límite a todas luces insufi-cientes para evitar las posibles afecciones sanitarias derivadas de una exposición con-tinua a campos electromagnéticos de baja frecuencia. Por ello, en 2001, la Federación Española de Municipios y Provincias reco-mendó que se redefiniese dicho artículo

25 del Reglamento aplicando el principio de precaución (9). También, en los años 2001 y 2003, el Ministerio de Sanidad y Consumo planteó la necesidad de reformar el Reglamento para “redefinir unas distancias mínimas de seguridad desde las líneas de alta tensión a edificios, viviendas o instalaciones de uso público y privado” y de “actualizar la fórmula de referencia para la distancia de seguridad a líneas de alta tensión” (10). En este sentido, algunos ayuntamientos pioneros, como el de Jumilla (Murcia), han establecido un criterio mayor de seguridad (1 metro de distancia a edificios por cada kilovoltio de tensión nominal de la línea). Esta decisión respeta las recomendaciones que se habían señalado desde diversas instancias investigadoras (11). La Ley 54/97 del Sector Eléctrico, hecha en función de los intereses de las empresas eléctricas, no ha resuelto los problemas de la proliferación de infraes-tructuras eléctricas con los consiguientes impactos ambientales y exposición con-tinua a campos electromagnéticos en nuestras ciudades. Es necesario y urgente un cambio en la normativa estatal y en los reglamentos de líneas de alta tensión, subestaciones y transformadores que considere el principio de precaución, minimicen las emisiones electromagnéticas, aumenten las distancias de seguridad y el blindaje electromagnéti-co. Nuestra salud está en juego.

Referencias1. Auto de Casación del recurso 2827 /2001

de la Sala Civil del Tribunal Supremo, Madrid, 28/9/2005. Sentencia 80/2001 de la Sección 1ª de la Audiencia Provincial de 13/2/2001 que establece que el valor límite de inmisión del campo electromagnético procedente del transformador el interior de vivienda debe ser nulo (0,0 µT). Y sentencia 204/2005 de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Castellón. 5/5/2005

2. SOJA, G.: Effects of EMF on plants. Proceedings of International Seminar of Effects of Electromagnetic Fields on the Living Environment. ICNIRP Ismaning (Germany). 4-5 October 1999: 79-83

3. BEVANGER K.: Biological and conservation aspects of bird mortality caused by electricity power lines: a review. Biol Cons. 86.1988: 67-76. FERNÁNDEZ PARREÑO, F. Impactos de los tendidos eléctricos en la avifauna. Ferrer, M. y Janss, G.F.E, (coordinad.).: Aves y líneas eléctricas: colisión, electrocución y nidificación. Quercus. Madrid 1999. NEGRO BALMASEDA, J.: Adaptación de los tendidos eléctricos al entorno. ALYTES monografía 1, 1987. NEGRO J.J., FERRER, M., et al..: Eficacia de dos métodos para prevenir electrocuciones de aves en tendidos eléctricos. Ardeola 36 (2). 1989. pp. 201-206.

4. A.P. FEWS et al: Increased exposure to pollutant aerosols near powerlines by the

actions of corona ions. International Journal of Radiation Biology. Vol. 75, nº 12 pp. 1523-1531, y Increased exposure to pollutant aerosols under high voltage powerlines. IJRB.Vol. 75, nº 12 pp. 1505-1521.

5. G. DRAPER, et al: Childhood Cancer in relation to distance from high voltage power lines in England and Wales: a case-control study. British Medical J. 1290: 4 June 2005.

6. Circular relativa a las condiciones del dominio público radioeléctrico; elaborada por la Comisión de Urbanismo y Patrimonio Histórico-Cultural de la FEMP, 23/10/2001, Secretaría General/ Dirección de Programas. Recomendación 4ª del Informe Técnico elaborado por el Comité de Expertos: Campos Electromagnéticos y Salud Pública. Dirección General de Salud Pública. Ministerio de Sanidad y Consumo, Madrid, 2001.

7. Confederation Helvetique: Ordonnance sur la protection contre le rayonement non ionisant. ORNI. 23/12/99). du 23/12/1999 (Etat le 1º février 2000). RO 2000,213.

8. Legge Quadro sulle inquinamento elletromagnetico, n.º 36 de 22/2/2001.

9. Recomendaciones de la Circular citada en (6)10. Recomendación 11ª del Informe Técnico

citado en (6)11. Normas urbanísticas del Plan General

Municipal de Ordenación de Jumilla. BORM. Murcia. 18/3/2005, p. 6760.

1. Los tendidos de alta tensión son uno de los más evidentes focos de contaminación, pero no los únicos. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

2. Rapaces electrocutadas junto a un tendido eléctrico. FOTO: ECOLOGISTAS EN ACCIÓN.

3. Protesta en la Torre Eiffel por el proyecto de línea eléctrica transpirenaica.

3

2

Page 62: El Ecologista nº 46

62 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Ho

ga

r e

coló

gic

o

El reciclaje del papel

El papel es un material que tradi-cionalmente se recicla. En España producimos unos 14 kg de este tipo de residuo por habitante y año.

Somos muchos los que nos creemos eso de que “Tu papel es importante” y utilizamos los contenedores azules, aunque a veces su estrecha ventanilla nos resulte incómoda. Pero ¡ojo! no todo el papel se puede reciclar y su reciclaje depende de cómo y en qué condiciones se deposite, pues como ocurre con muchas cosas en nuestra sociedad de mercado, son las empresas papeleras las que imponen el precio y las características que debe cumplir cada clase de papel/cartón. El papel es un material delicado que se estropea con la intemperie. Necesita puntos de recogida protegidos y una clasifi cación rigurosa para su reciclaje. Los recicladores tienen que separar el papel del cartón, que deben estar siempre libres de grasa o hume-dad. Para ayudarles, puedes atar las distintas clases de papel con una cuerda.

Categorías de papel reciclable- Blanco 1ª: primera calidad, papel blanco total por ambas caras, papel couché. Suele venir de imprentas (no incluye la cartulina gris pintada y estucada en blanco)- Blanco 2ª: el mismo papel ligeramente manchado.- Ofi cina o Archivo: papel de escribir blanco, escrito o impreso por una cara en letra fi na, viñetas o barras de trama fi na (no incluye el papel con rótulos gruesos, barras o negro macizo).- Archivo color: papel de facturas, papeles autocopiativos y de color, papel blanco con letra gruesa, barras negras e imágenes de fotocopia, etc.- Periódicos- Revistas, folletos, carteles, catálogos, etc.: cualquier papel couché impreso, alisado, libros...- Otros: en fábrica, todavía existe una larga lista de claves y abreviaturas para identifi car las clases de papel y sus mezclas.

Tipos de cartónSe seleccionan tres clases de cartón:- Cartón gris- Cartón paja: de color marrón o beige, el que más abunda.- Cartón kraft: especialmente fuerte, de 5-7 pliegos ondulados, con el que se fabrican las cajas-cuna para frutas y hortalizas.

Haz tu propio papel recicladoNecesitas: un molde hecho con una malla metálica fi na y un marco de madera, una batidora, una palangana en la que quepa el molde y muchos periódicos viejos.1. Coge los periódicos, rómpelos en trozos del tamaño de un sello y ponlos a remojo en agua (mín. 2 horas).2. Mézclalo todo bien con una cuchara de madera hasta que consigas una mezcla homogénea. Pásala por la batidora.3. A continuación, sumerge el molde en la palangana hasta que esté completamente cubierto por el líquido.4. Mantén el molde horizontal y sácalo de la palangana, agitándolo hacia adelante y hacia atrás para que se escurra toda el agua. Es el momento de añadir elementos deco-rativos como fl ores prensadas, hilos de colores, tinta, acuarelas...5. Vierte la hoja de papel que se ha formado sobre una capa fi na de trapos de cocina húmedos y cúbrela con otro trapo.6. Haz un montón con tantas hojas como quieras.7. Pon la pila debajo de una prensa o simplemente debajo de unos libros pesados.8. Cuando se haya secado, separa el papel de los trapos.

¡Ya tienes tu papel reciclado! Úsalo para hacer tarjetas, pantallas de lámparas, forrar cajitas, marcos para fotos, sobres, etc.

FOTO

: CA

SA D

E LA

EC

OLO

GÍA

Aroldo Gamper y Leticia Baselga

FOTO

: EC

OLO

GIS

TAS E

N A

CC

IÓN

.

FOTO

: CH

US B

LÁZQ

UEZ

.

Page 63: El Ecologista nº 46

Lib

ros

y r

ev

ista

s

63el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Gran Superfi cieConsumeHastaMorir. DVD PAL, 60 minu-tos, 2005

Los habitantes de las grandes ciudades reciben una media de 3.000 impactos publicitarios cada día. Éste es el punto de partida que ha utilizado ConsumeHasta-Morir en el documental Gran Superfi cie

para, tirando de este hilo, estudiar los impactos sociales y ecológicos del sistema consumista en el que vivimos. Mediante una dinámica sucesión de entrevistas y repor-tajes, se analiza la infl uencia de la publicidad sobre los medios de comunicación, la estética, la alimentación y la educación. A continuación, se aborda el problema del mo-delo de consumo que estamos generando y se explica cómo el centro comercial representa el paradigma de todo este sistema: se potencia el uso del transporte privado, se mo-netarizan todas las actividades humanas de ocio y diversión, se sustituye la plaza pública por la gran superfi cie como espacio de reunión, se va eliminando el pequeño comercio, se concentra en unas pocas manos el benefi cio económico... Y no sólo es que el modelo sea insostenible ecológica y socialmente, sino que hace que, posiblemente, vivamos en una de las sociedades más infelices del planeta.

María González Reyes

La Deuda Ecológica de Euskadi. ¿Quién debe a quién? Nuestro modelo

energético y la Amazonia Ecuatoriana

Ekologistak Martxan. Bilbao, 2005, 24 p. (edición bilingüe

euskera-castellano)

Sostenibilidad en España 2005. Informe de PrimaveraObservatorio de la Sostenibilidad en España. Madrid: Mundi-Prensa, 2005. 290 p.

Costes externos del transporte en la

Comunidad Autónoma del País

VascoIHOBE. Vitoria, 2005.

66 p. (edición bilingüe euskera-castellano)

El Observador. Revista de culturas urbanasnº 48, 2005: Monográfi co sobre la situación del agua en Málaga.(www.revistaelobservador.com)

CD Sin ruido se vive mejorEcologistas en Acción de

la Región Murciana.

Una animación en Flash para mostrar los impactos del ruido y

de la ampliación del aeropuerto de San Javier.

Protejamos la montañaEcoloxistes n’Aición

d’Asturies. Asturias, 2005, 28 p.

Memoria Varamientos: cetáceos y tortugas

marinas y acciones en el mar. Costa de

Almería 2004.Ecologistas en Acción de

Almería. PROMAR, 31 p.

Salvar el Cotillo, salvar FuerteventuraPlataforma Ciudadana

Salvar el Cotillo. Fuerteventura: Ed. La

Marea, 2004, 68 p.

Textos y poesías de varios autores, entre los que se

cuenta José Saramago, en defensa de este enclave

canario. Incluye también un CD con canciones.

Por un modelo público de agua. Triunfos, luchas

y sueños.El Viejo Topo, 2005.

Page 64: El Ecologista nº 46

Simbiosis

64 el ecologista, nº 46, invierno 2005/2006

Conoceráslas posibilidades de la Tecnología Solar

a Fondo

91 517 90 25c/ Melilla, 49 28005 MADRID

www. .org

Alosa, sons de la natura

Ilustr

ació

n: E

duar

do S

áiz

Los CDs que te llevan el sonido de la naturaleza allí donde estés:

guías de identifi caciónpaisajes sonoros

[email protected]. sonidosdelanaturaleza.com tel: 934 241 965

ECO-CONSTRUCCIONES REHABILITACIONES

JIMÉNEZNos hemos propuesto hacer el mejor trabajo

con las máximas garantías y el menor costo posible

ECO-CONSTRUCCIONES

CÁCERES: Tel 600717998, C/ José Mª Pérez Lozano, 6, Apdo 337, 10300 Navalmoral de la MataMADRID: Tel-fax 915017102 C/ California 19 bajo centro, 28007 [email protected]

: Tel 600717998, C/ José Mª Pérez Lozano, 6,

CADA DOS JUEVESSALIMOS A LA CALLEWWW.DIAGONALPERIODICO.NET

¿PARA QUÉ QUERRÁNOTRO PERIÓDICO?

ecologista.qxd 04/05/2005 20:07 PÆgina 1

Ecologistas en Acción dispone de varias exposiciones (tamaño paneles 70x100 cm) que se pueden solicitar para la realización de actividades educativas. Algunas están disponibles en catalán.

- El cambio climático (13 paneles, actualizada 2005)

- Transporte y medio ambiente (13 paneles)

- Agricultura, alimentación y medio ambiente (9 paneles)

- Calidad del Aire en la Comunidad de Madrid (5 paneles)

- Constitución Europea (5 paneles)

Pedidos: 915312389

EXPOSICIONES DISPONIBLES

Modelo urbano: Can O’Worms 120 €

Modelo 410: 76 €

(+ 11 € de gastos de envío, por mensajero

en 48 horas)

COMPOSTADORES

Pedidos: rellenar boletín en la siguiente página

Page 65: El Ecologista nº 46

EL Tenderete

Solicitud de envio

Nombre: ______________________________

Apellidos: _____________________________

Domicilio: _____________________________

Población: ____________________ C.P.: ______

Provincia: ______________________________

Teléfono: ______________________________

Correo electrónico: ________________________

Artículo precio unidades precio total

____________________________________________________________________________

____________________________________________________________________________

____________________________________________________________________________

____________________________________________________________________________

____________________________________________________________________________

____________________________________________________________________________

Forma de pago Giro postal (adjuntar fotocopia del resguardo) Talón (a nombre de Ecologistas en Acción-Coda) Contrareembolso.

Deseo recibir contrareembolso de su importe, más gastos de envio, los artículos que indico a con ti nua ción (Gastos de envío mínimo: 5,35 €, tarifas de Correos 2005). Me reservo el de re cho a devolver los artículos, si éstos no son de mi agrado, en un plazo in fe rior a 15 días a partir de la fecha de re cep ción del pedido, re cu pe ran do el importe del mismo. (Firma titular)

46+ 5,35 €

Para realizar pedidos envía esta solicitud a Ecologistas en Acción, Marqués de Leganés 12, 28004 Madrid 91 531 27 39

Todo esto y mucho más en: www.ecologistasenaccion.org/tenderete

CAMISETAS/TEXTIL• Camiseta algodón blanca, “Ecología y solidaridad” (M, L y XL) 7,20€. • Camiseta algodón negra, “Antinuclear”, (tallas M, L, XL) 10€• Camiseta algodón negra, “Antinuclear” manga larga (tallas M, L, XL) 12€• Chubasquero azul marino, “Logo Ecologistas en Acción”, (tallas M, L, XL y XXL), 18€• Bolsa asas algodón, “Consume con cabeza”, 3€• Sudadera azul marino logo Ecologistas en Accion (tallas XL,L,M) 15€• Bufanda-braga (verde oscuro) 4€• Forro polar (tallas S, L, XL) 20€Camisetas con el Sol de Ecologistas en Acción:

• Camisetas manga larga chica bicolor(tallas S,M, L) 13€. Colores: bur-deos manga/gris cuerpo; verde manga/naranja cuerpo.• Camisetas manga corta chico 13€: Azul (logos y cuello amarillo, L, XL) y Roja (logos y cuello azul, M, L, XL) • Camiseta naranja (de algodón biológico y comercio justo): 13€ (S, M, L, XL)• Camiseta verde chica (de algodón biológico y comercio justo): 13€ (M, L, XL)• Camisetas de tirantes anchos: Logo con libélulas 10€: colores blanco y beige (S, M, L y XL), logo liso 9€: colores verde oliva (S y XL) y beige (S y M).

Camiseta manga larga chica bicolor, 13€

Camisetas manga corta chico 13€

• Camiseta algodón negra, Antinuclear, 10 €

Bolsa asas algodón, 3€

REVISTA ECOLOGISTA• Números atrasados, 3€• Colección completa: - nº 1 al 20: 30€ - nº 21 al 41: 40€ - últimos núm: 3€

OTROS MATERIALES• Mapa de la Senda Real GR 124, 3,60€• Mapa Senda de las Merinas, 3,60€• Video sobre residuos “Basuras: tú eliges”, 6€• Vídeo sobre “Agrotóxicos”, 6€• DVD Mi último valle 10€• CD Catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de La Rioja, 6€ • Juego árboles y arbustos: (Cartas + fi chas + cuad. botánico), 10€• Insignias ("pins") 1,20€• Chapa antitaurina 1€• Colgante 5€

Camiseta : 13€ Camiseta chica: 13€

Forro polar 20,00€

Sudadera clásica azul marino 15 €

Ropa de algodón biológico y Comercio Justo

• Camiseta algodón negra manga larga, Antinuclear, 12 €

Compostadores: ver precios en anuncio de página anterior

¡NUEVO!

¡NUEVO!

Page 66: El Ecologista nº 46

També en

català

Datos personales

Nombre: ______________________________Apellidos: _____________________________Domicilio: _____________________________Población: _____________________________Provincia: ________________C.P: ___________Teléfono: ______________________________Correo electrónico: ________________________

Asóciate a Ecologistas en Acción (la cuota de socio incluye la suscripción a la revista) 84 € /año Recibo(*): semestral 144 € /año anual ......................... /año (otra cantidad superior)

42 € /año (personas con pocos recursos)(*) Para evitar gastos bancarios agradecemos recibo anual.

Sólo suscripción a la revista 12 números .............................................................. 30 € Unión Europea (12 números) ....................................45 € Extranjero (12 números) ...........................................50 € Anual para Instituciones y de Apoyo ........................ 30 €

Forma de pago Talón (a nombre de Coda-Ecologistas en Acción) VISA (rellenar al lado): Titular:___________________

EXTRANJERO: sólo con VISA Domiciliación bancaria, rellenar abajo:

Domiciliación bancaria

Nombre (titular): _____________________________Apellidos (titular): ____________________________D.N.I. (titular): _______________________________

Codigo cuenta cliente:

Entidad Sucursal D.C. Nº de cuenta

Ruego se sirva cargar en mi cuen ta co rrien te/libreta y hasta nue vo avi so, los recibos que le sean pre sen ta dos por Coda-Eco lo gis tas en Ac ción, en con cep to de:

Cuota de socio/a Sólo suscripción a la revista (desde el nº ___ incluido)

46

(Firma del titular)

Para asociarte o suscribirte a la revista, envia estos datos a Ecologistas en Acción, Marqués de Leganés 12, 28004 Madrid 91 531 27 39

nºVISA

Caducidad:

Todo esto y mucho más en: www.ecologistasenaccion.org/tenderete

INFORMES• Plan de ahorro y efi ciencia en el consumo eléctrico. Horizonte 2015. 2005, 24 p, 3€• Propuesta de desarrollo de la energía eólica en España. Horizonte 2010-2012. 2005, 16 p, 3€• Incendios forestales, causas y prevención. 2001. p.36, 6€• Ley de Caza de la Comunidad de Madrid: propuestas para su elaboración. 2000. p.24, 2,40€• Uso sostenible del agua en la Cuenca del Medite-rráneo: una alternativa al trasvase del Ebro. 2000. p. 24, 2,40€• La recuperación de la materia orgánica de la basura en la Comunidad de Madrid. 1999. p.10, 1,20€• Las diferentes instalaciones para el tratamiento y la gestión de los Residuos Urbanos. 1998. p.12, 1,20€• Propuesta de tratamiento de la Materia Orgánica de los RSU de la Comunidad de Madrid. 1998. p.14, 1,20€• Incidencia de la actividad urbanística e inmobiliaria en la Comunidad de Madrid. 4€• Introducción de especies y consecuencias ambien-tales. 1998. p.20, 1,80€

LIBROSAGUA

• Agua, regadío y sostenibilidad en el Sudeste ibé-rico. Julia Martínez, Miguel Á. Estevez. Bakeaz, 2002, 14€• Los mercados del agua en Tenerife. Federico Aguilera Klink. Bakeaz, 2002, 9€• El Plan Hidrológico a debate. P. Arrojo. Bakeaz 2001, 24,04€ • Gestión alternativa del agua en la cuenca del Segura. Julia Martínez Fernández, 2000, 9,02€• La efi ciencia del agua en las ciudades. A. Estevan y V. Viñuales. Bakeaz, 2000, 15,03€• Delta Ebro, sistema amenazado. Bakeaz,1999, 7,21€• De la noria a la bomba. J. Cruces, J.M. Hernández, G. López Sanz y J. Rosell. Ed Bakeaz, 1998, 15,03€• El embalse de Itoiz, la razón o el poder. Mª J.y J.L. Beaumont, P. Arrojo y E. Bernal. Bakeaz, 1997, 13,82€• El Genal Apresado; Agua y Planifi cación. Mª Luisa Gómez. Bakeaz, 12,62€• La nueva cultura del agua. F.J.Martinez. Bakeaz, 1997, 7,21€ • Gestión del Agua en España y California. P. Arrojo y J.M. Naredo 1997, 10,82€• Reparto del agua: seguridad alimentaria, salud de los ecosistemas y nueva política de la escasez. S. Postel.

CUADERNILLOS• Jardinería con menos agua. 3€• Energías renovables en la educación. 2001. p. 96, 3€• Cuadernillos de Energías Renovables. p. 32, 1,80€ (versiones en castellano y catalán)• Manual del árbol en la ciudad. p. 40, 3€• Cuento infantil: Romance del árbol. p. 16, 1,20€• Manual del Plantabosques. p.14, 1,20€• La calidad del aire en la ciudad. Guía para organizaciones ciudadanas. 3€• Acceso a la información ambiental. 2003, 3€• Los delitos ecológicos. Guía Práctica. 2002, 3€• Cuadernillos: Transporte y medio ambiente. 2001. p.40, 3€• La contaminación por ozono 3€• En defensa de las vías pecuarias. Madrid. p.32, 3€

Bakeaz, 1997, 5,41€• El abandono de los océanos: políticas para su recuperación. Peter Weber. Bakeaz, 1996, 5,41€• Pérdidas netas: pesca, empleo y medio ambiente marino. P. Weber. Bakeaz, 1995, 5,41€

ESPACIOS y ESPECIES • La regeneración natural del bosque mediterráneo en la Península Ibérica.J Charco, ARBA, 15€ • Deporte y naturaleza. Talasa, 2001, 12,7€• El libro del Tejo. Un proyecto para su con-servación. S. Cortés, F. Vasco y E. Blanco, ARBA 2000, 15€ • Manual para defensa de los caminos tradicionales. H. Villalvilla. Talasa, 2000, 12,7€• Propagación de especies autóctonas y restauración de la vegetación natural, 1988, 2,40€• Aves Carroñeras: actas II Congreso Internac. 1997, 9,02€• Vallados cinegéticos. Coda, 1994, 3,01€

MONTAÑA y EXCURSIONES• Excursiones para niños por la Sierra de Madrid. Javier Zarzuela. La Librería, 2003. 17,50€• El territorio del leopardo. Eduardo Martínez de Pisón. Desnivel, 2000, 12,70€ • Lugares poco recomendables. Javier Pérez de Albe-niz, Desnivel, 1998, 9,80€ • El País frágil. La montañas deben sobrevivir. Rosa Fernández, Desnivel, 1996, 9€• La conservación de los ecosistemas y culturas de montaña. D. Denniston. Bakeaz, 1996, 5,41€

• Excursiones para los colegios por la provincia de Madrid. Domingo Pliego, Desnivel, 1991, 9,90€

VARIOS• La La compleja construcción de la superpotencia Europa. Ramón Fdez Durán, Virus 2005, 11€ • La situación en el Mundo, 2005. Worldwatch Inst.

Icaria 23€ • ¿Vuelven las nucleares? El debate sobre la energía nuclear. Francisco Castejón, Talasa, 2004. 10€ • Vamos a hacer un huerto. Manual práctico para el huerto escolar ecológico. Jesús Mª Cantero, José Manuel Gutiérrez. Luna, 2004. 12€• Capitalismo (fi nanciero) global y guerra permanente. Ramón Fdez. Durán, Virus,

2003. 11€• Manual de Jardinería Ecológica. Luciano Labajos, Ecologistas en Acción, 2003. 10€ • Con la comida no se juega. Alternativas autoges-tionadas a la glob. capitalista desde la agroecología y el consumo. D. López y J. Á. López, Traficantes Sueños, 2003, 12€ • Consumo responsable. Antonio Lucena, Talasa, 2003. 11,8€• Cuidar la T(t)ierra. Politicas agrarias y alimentarias sostenibles para entra en el Siglo XXI. Jorge Riechmann, Icaria, 2003, 22€• El sentido de las caracolas. Un viaje de mirada urgente al desastre del Prestige. J.V. Barcia, fotos Juan Yuste. Lobohombre, 2003, 8€ (Oferta especial)• Incidencia ambiental empleo de la biomasa con fi nes energéticos. Ekologistak Martxan Iruña, 2003. 6€

• La ciudad y los derechos humanos. Rosario del Caz, Pablo Gigosos, Manuel Saravia. Talasa, 2002. 9,6€ • Globalización capitalista: luchas y resistencias. Virus, 2001, 9,02€• Hacia un desarrollo rural sostenible: desarrollo rural 2001. Asociación Ecos para el desarrollo sostenible. Oviedo: Asociación Cambalache, 2001, 14,40€• Economía sostenible. Principios, conceptos e instrumentos. Roberto Bermejo. Bakeaz. 2001, 21,04€• Instrumentos económicos para la prevención y el reciclaje de los residuos urbanos. Dolores Romano y Pablo Barrenechea. Bakeaz, 2001. 13,22€• El medio ambiente en Madrid: análisis y alternativas ecologistas. Ecologistas en Acción, 1999, 6,01€• Bilbo: refl exiones para un atlas medioambiental del Bilbao metropolitano. Coord. Iñaki Bárcena, 1998, 6,01€• Guia europea para la planifi cación de Agendas 21 locales Nicola Hewitt. Bakeaz 1998, 12,62€• Energías alternativas y tradicionales: sus problemas ambientales. Antonio Lucena. Talasa, 1998, 10,30€• Presupuestos para el desarme. M. Renner. Bakeaz, 1996, 5,41€• Red global: los ordenadores en una sociedad sostenible. John E. Young. Bakeaz, 1996, 5,41€• La hora de la partida. Halkane. Bakeaz, 1995, 5,41€• Rutas del cielo (guía celeste). Miguel Díaz, Desnivel, 13,90€• 10.000 km a través de África. Javier Pérez de Albé-niz, Desnivel, 1990, 12,70€• Revolución en la construcción. Como infl uyen la salud y la ecología. D.M. Roodman, N. Lerssen. Bakeaz, 5,41€