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Momento personal DOMINGO EL Año XV – N° 32 – 05 de julio del 2015 día del Señor «La fe se fortalece dándola» (San Juan Pablo II) Fortaleza ante el fracaso, es muy difícil no sentirse desalentado y “tirar la toa- lla” ante la indiferencia y la frialdad, que es un muro que nos impide hacer llegar el mensaje de Cristo con entusiasmo. En tiempos de nueva evangelización, cuan- do deseamos ser discípulos y misioneros de Jesucristo y, en tal sentido, queremos cumplir con el mandato misionero que el Señor nos dio desde su Ascensión y que cada uno acoge en el bautismo, qué importante es descubrir que este encargo divino es vocación profética. El profeta es quien habla en nombre de otro, en concreto, quien toma la pala- bra para anunciar el mensaje del Señor e intenta vivir según lo que pide Dios para que su testimonio sea integral: pa- labras y compromiso de vida. Esta misión no es siempre fá- cil, pues no todos los hombres están dispuestos a acoger en su existencia el proyecto divi- no. En tal sentido, el aparente “fracaso” puede ser un compo- nente del trabajo apostólico. No siempre el actuar en nom- bre del Señor conduce al éxito humano. El profeta Ezequiel es advertido por Dios, en la pri- mera lectura, que es enviado a un pueblo rebelde. Y es que los destinatarios del mensaje divino no siempre están dispuestos a acoger bien dicho mensaje. El evangelio nos presenta dramáticamente un aparente “fracaso” del mismo Señor Jesús. Jesu- cristo anuncia un mensaje que deja asombrados a quienes le escuchan, realiza milagros que sor- prenden, pero los testigos de ese hablar y actuar se cierran a la revelación del que es la Palabra Encarnada. Se fijan en lo exterior, conocen su origen humano y éste no les convence. No acep- tan la libertad de Dios para revelarse del modo y en la oportunidad que él quiere. Marcos subra- ya la extrañeza de Jesús por la falta de fe de sus conciudada- nos e indica que no pudo hacer allí ningún milagro por la falta de fe del pueblo. En la misión profética hay que contar con un principio de realidad. El anuncio puede ser rechazado. Pero esto no ha de amilanar al profeta pues aún a través de esa aparente debili- dad Dios puede obrar, ya que como indicó el Señor a San Pablo, la fuerza se realiza en la debilidad. A la hora de cumplir con la misión profética es pre- ciso no escandalizarse ante la falta de éxito humano. Y también es preciso pre- guntarnos si tenemos la apertura necesaria para acoger el mensaje divino si éste llega a nosotros de un modo no esperado. Pbro. Pedro Hidalgo Díaz. «Pues ser discípulos y misioneros de Jesucristo y buscar la vida en él, supone estar profundamente enraizados en él. (Aparecida, N° 3) Domingo XIV del tiempo ordinario Ciclo B LA FUERZA SE REALIZA EN LA DEBILIDAD

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Momento personal

DOMINGOEL

Año XV – N° 32 – 05 de julio del 2015

día del Señor

«La fe se fortalece dándola»(San Juan Pablo II)

Fortaleza ante el fracaso, es muy difícil no sentirse desalentado y “tirar la toa-lla” ante la indiferencia y la frialdad, que es un muro que nos impide hacer llegar el mensaje de Cristo con entusiasmo.

En tiempos de nueva evangelización, cuan-do deseamos ser discípulos y misioneros de Jesucristo y, en tal sentido, queremos cumplir con el mandato misionero que el Señor nos dio desde su Ascensión y que cada uno acoge en el bautismo, qué importante es descubrir que este encargo divino es vocación profética. El profeta es quien habla en nombre de otro, en concreto, quien toma la pala-bra para anunciar el mensaje del Señor e intenta vivir según lo que pide Dios para que su testimonio sea integral: pa-labras y compromiso de vida. Esta misión no es siempre fá-cil, pues no todos los hombres están dispuestos a acoger en su existencia el proyecto divi-no. En tal sentido, el aparente “fracaso” puede ser un compo-nente del trabajo apostólico. No siempre el actuar en nom-bre del Señor conduce al éxito humano. El profeta Ezequiel es advertido por Dios, en la pri-mera lectura, que es enviado a un pueblo rebelde. Y es que los destinatarios del mensaje divino no siempre están dispuestos a acoger bien dicho mensaje.

El evangelio nos presenta dramáticamente un aparente “fracaso” del mismo Señor Jesús. Jesu-

cristo anuncia un mensaje que deja asombrados a quienes le escuchan, realiza milagros que sor-prenden, pero los testigos de ese hablar y actuar se cierran a la revelación del que es la Palabra Encarnada. Se fijan en lo exterior, conocen su origen humano y éste no les convence. No acep-tan la libertad de Dios para revelarse del modo y en la oportunidad que él quiere. Marcos subra-

ya la extrañeza de Jesús por la falta de fe de sus conciudada-nos e indica que no pudo hacer allí ningún milagro por la falta de fe del pueblo.

En la misión profética hay que contar con un principio de realidad. El anuncio puede ser rechazado. Pero esto no ha de amilanar al profeta pues aún a través de esa aparente debili-dad Dios puede obrar, ya que como indicó el Señor a San Pablo, la fuerza se realiza en la debilidad. A la hora de cumplir con la misión profética es pre-ciso no escandalizarse ante la

falta de éxito humano. Y también es preciso pre-guntarnos si tenemos la apertura necesaria para acoger el mensaje divino si éste llega a nosotros de un modo no esperado.

Pbro. Pedro Hidalgo Díaz.

«Pues ser discípulos y misioneros de Jesucristo y buscar la vida en él, supone estar profundamente enraizados en él.

(Aparecida, N° 3)

Domingo XIV del tiempo ordinario

Ciclo B

LA FUERZA SE REALIZA EN LA DEBILIDAD

Hermanos y hermanas: Jesús no sólo nació en un establo; también se ganó la vida como simple carpintero, por ello sus paisanos no lograron ver, en su sencillez, al enviado de Dios que traía la salvación. También ahora nos cuesta ver, por ello nos sigue enviando “profetas”, sacerdotes, religiosos/as y laicos, anunciadores y testigos del mensaje de su amor misericordioso. Todos los seguidores de Jesús somos “profetas”: anunciadores y testigos del amor de Dios con la palabra y el ejemplo. ¡Querido Jesús, ayúdame a ser testigo de tu amor!

XIV Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Verde

I. RITO DE ENTRADA

Antífona de entrada Sal (47) ,10-11Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo; como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia.

Acto penitencialS. Porque no escuchamos tu palabra con la atención debida; Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.S. Porque no nos fiamos de tu palabra; Cristo, ten piedad. R. Cristo, ten piedad.S. Porque rehusamos tu palabra, la única que salva; Señor, ten piedad. R. Señor, ten piedad.

GLORIA

Oración colectaOh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles la verdadera alegría, para que quienes han sido liberados de la esclavi-tud del pecado, alcancen también la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

1a lecturaEzequiel nos ofrece una lectura de fe de su propia historia, donde él es colocado como profeta aún bajo el riesgo de no ser acogido.

Lectura de la profecía de Ezequiel 2, 2-5

En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía: «Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebel-de que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el día de hoy. También los hijos son testarudos y obstina-dos; a ellos te envío para que les digas: “Esto dice el Señor:” Te hagan caso o no, pues

son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal (122)R. Misericordia, Señor, misericordia.– A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores. / R.– Como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su mise-ricordia./ R. – Misericordia, Señor, misericordia, que esta-mos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. / R.

2a lecturaPablo nos transmite su experiencia de fe en Cristo, la cual no lo deja escapar de su realidad humana, al contrario, le da perspectiva con el poder de su gracia.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 7b-10

Hermanos: Para que no tenga soberbia, me han clavado una espina en la carne: un án-gel de Satanás que me abofetea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se manifiesta en la debilidad». Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificulta-des sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Aclamación antes del Evangelio Lc 4, 18

Aleluya, aleluya. El Espíritu del Señor está so-bre mí; me ha enviado para anunciar el Evan-gelio a los pobres. R. Aleluya.

EvangelioLa experiencia de Jesús frente a su propio pueblo y compatriotas se vuelve criterio de discernimiento frente al actuar de su Iglesia, que muchas veces busca ser validada por él.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 1-6

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Si-món? Y sus hermanos ¿no viven con nosotros aquí?» Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.Profesión de feCreo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y se-pultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la re-surrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Plegaria universalNosotros sabemos que nuestro Dios es un Dios que ayuda, que salva, que responde. Por eso traemos a su presencia nuestras peticiones con la seguridad de que serán escuchadas. Y respondemos:R. ¡Atiende nuestras súplicas, Señor!– Por la Iglesia portadora del mensaje de salva-ción; y por el Papa Francisco, para que no se canse de llevar a todos los confines de la tierra la Palabra de Dios. Roguemos al Señor./R.– Por los obispos, sacerdotes y diáconos de todo el mundo; para que tengan la valentía de

LA PALABRA en la semana

XIV Tiempo Ordinario - 2° del salterio

XIV Tiempo Ordinario - Ciclo B - Color: Verde

son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos». Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal (122)R. Misericordia, Señor, misericordia.– A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores. / R.– Como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su mise-ricordia./ R. – Misericordia, Señor, misericordia, que esta-mos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. / R.

2a lecturaPablo nos transmite su experiencia de fe en Cristo, la cual no lo deja escapar de su realidad humana, al contrario, le da perspectiva con el poder de su gracia.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 7b-10

Hermanos: Para que no tenga soberbia, me han clavado una espina en la carne: un án-gel de Satanás que me abofetea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se manifiesta en la debilidad». Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificulta-des sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Aclamación antes del Evangelio Lc 4, 18

Aleluya, aleluya. El Espíritu del Señor está so-bre mí; me ha enviado para anunciar el Evan-gelio a los pobres. R. Aleluya.

EvangelioLa experiencia de Jesús frente a su propio pueblo y compatriotas se vuelve criterio de discernimiento frente al actuar de su Iglesia, que muchas veces busca ser validada por él.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 1-6

R. Gloria a ti, Señor.En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Si-món? Y sus hermanos ¿no viven con nosotros aquí?» Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando. Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.Profesión de feCreo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y se-pultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la re-surrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Plegaria universalNosotros sabemos que nuestro Dios es un Dios que ayuda, que salva, que responde. Por eso traemos a su presencia nuestras peticiones con la seguridad de que serán escuchadas. Y respondemos:R. ¡Atiende nuestras súplicas, Señor!– Por la Iglesia portadora del mensaje de salva-ción; y por el Papa Francisco, para que no se canse de llevar a todos los confines de la tierra la Palabra de Dios. Roguemos al Señor./R.– Por los obispos, sacerdotes y diáconos de todo el mundo; para que tengan la valentía de

ser profetas, aunque eso les cree problemas. Roguemos al Señor./R.– Por todas las personas que no tienen acceso a escuchar la Palabra; para que el Señor man-de hombres generosos a llevar tan preciado don. Roguemos al Señor./R.–Por todos los que escuchamos la Palabra; para que la oigamos con el corazón y no nos quedemos indiferentes ante su mensaje. Roguemos al Señor./R.

(Pueden añadirse peticiones particulares)

Todas estas peticiones las ponemos en manos del Padre por mediación de Jesucristo, su Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

III. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Oración sobre las ofrendas La oblación que te ofrecemos, Señor, nos pu-rifique, y cada día nos haga participar con mayor plenitud de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo nuestro Señor.

Antífona de comunión Sal (33),9Gusten y vean qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a él.

Oración después de la comunión Alimentados, Señor, con un sacramento tan admirable, concédenos sus frutos de salva-ción y haz que perseveremos siempre cantan-do tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor.

06 L Santa María Goretti (ML)- Gn 28,10-22; Sal (90), 1-4.14-.15; Mt 9, 18-26.

07 M Feria - Gn 32, 23-33; Sal (16), 1-3. 6-8; Mt 9, 32-3808 M Feria - Gn 41,55-57; 42, 5-7. 17-24a; Sal (32),

2-3.10-11. 18-19; Mt 10, 1-7.09 J Feria - Gn 44,18-21.23-29; 45,1-5; Sal (104),

16-21; Mt 10, 7-1510 V Feria - Gn 46,1-7. 28-30; Sal (36), 3-4. 18-19.

27-28. 39-40; Mt 10, 16-23.11 S San Benito Abad (MO) - Gn 49, 29-32; 50, 15-26;

Sal(104) 1-4. 6-7; Mt 10,24-33

el DOMINGO - Director: P. Luis Neira R. ssp. Coordinación: Milagro Bronttis de Quispe. Con licencia eclesiástica / Marc. reg. Resol. Indecopi N° 006852-1999, Certif. N° 0055702Edita: SAN PABLO, Av. Armendáriz 527 - MIRAFLORES. Lima (Perú) / Telfax: (01) 446 0017 / [email protected] Redacción: Pbro. Antonio Díaz M., igs.; Pbro. Pedro Hidalgo Díaz; Diagramación: Bruno Cárdenas SalazarImprime: Editorial Roel S.A.C. / Para envíos y suscripciones: [email protected] / Telfax: (01) 446 0017

• Los textos litúrgicos corresponden a los aprobados por la Conferencia Episcopal Peruana. / Este subsidio no sustituye el uso de los Libros Litúrgicos.

www.sanpabloperu.com.pe

Los catequistas, por muchos años han desarrollado una labor imprescindible en el anuncio de la Buena Nueva, colocándose en la línea de evangelización con los obis-pos, sacerdotes y misioneros.En muchos casos esta labor se ha sostenido en la dispo-nibilidad y buenas intenciones de los agentes pastora-les, cuya meta ha sido el depósito de la fe en quienes se inician en la vida cristiana.Durante la Semana de Catequistas 2015, celebrada en Lima del 2 al 6 de febrero se abordaron diferentes po-nencias que se orientaban a dar nuevos elementos de formación a los más de 560 catequistas venidos de to-das partes del Perú.El objetivo, que la catequesis de un salto cualitativo en la iniciación cristiana. Pasar de una catequesis sa-cramental a aquella que forma cristianos para la vida.Hoy, cuando se presenta un variado panorama con nuevos escenarios de evangelización, más que nunca se requiere que los agentes pastorales y catequistas es-tén sólidamente formados y además sean capaces de sacar de su propia vida e identidad cristiana, aquellos elementos imprescindibles como el testimonio y la cre-dibilidad del anuncio.La labor del catequista es agridulce, con muchas satis-facciones pero también con muchos sinsabores. Lo que mejor refleja este compromiso de evangeli-zación son, precisamente, las bienaventuranzas que acompañan el quehacer cotidiano de tan-tos catequistas de todas las latitudes de la costa, sierra y selva peruana.Felices los catequistas limpios de corazón, porque la gente descubrirá en ellos, en su testimonio, el verdadero rostro de Dios.Felices los catequistas que viven con aus-teridad y dan testimonio de desapego.Felices los catequistas que tienen pa-ciencia y saben esperar.Felices los catequistas que dejan resonar en su corazón los dolores de la humani-dad; por eso trabajan por la justicia, por la paz, por la solidaridad.Felices los catequistas que no guardan rencor, porque se saben perdonados por el Señor; por eso perdonan siempre.

Felices los catequistas que son transparentes en su per-sona y en su palabra: no andan con dobleces ni con falsedades.Felices los catequistas que son honestos, cabales, fie-les a su vocación.Felices los catequistas que son constructores de paz, siempre favorecen la unión: subrayan siempre lo posi-tivo y corrigen con paciencia lo negativo.Felices los catequistas que se han dejado encontrar por Jesús y viven intensamente su identidad de discípulos/as y misioneros/as: desde su experiencia y testimonio acom-pañan a los catequizandos en su proceso de fe.Alégrense por todo esto y vivan la alegría de evangelizar, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo, pero lo empezarán a gustar ya en esta tierra.

P. Luis Neira., ssp

“El apostolado del catequista, es el más grande de los apostolados hoy día”.(San Pío X)

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