el despertar de los trabajadores - 1° mayo 2014

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Año 8, N°35, 1° MAYO 2014, Registro de Marca N°814828 / www.mtb-chile.cl / [email protected] A FRENAR A FRENAR A FRENAR A FRENAR LA AGENDA LA AGENDA LA AGENDA LA AGENDA NEOLIBERAL NEOLIBERAL NEOLIBERAL NEOLIBERAL Después de 24 años del retorno a los gobiernos civiles, los alcances del pacto binominal del año ´86, siguen impidiendo a los trabajadores, recuperar las conquistas laborales, sociales y salariales, de las que se beneficiaron hasta el derrocamiento del gobierno del Presidente Salvador Allende, hace ya 41 años. La actual situación laboral y su incidencia en la vida de los trabajadores, se ha vuelto extremadamente grave y peligrosa, pues la actual legislación sigue controlando sin contención alguna, toda la actividad sindical, reduciendo el sindicato a una mera expresión de servicio de bienestar de la empresa, restringiendo las tasas de sindicalización y la capacidad negociadora, e impidiendo que los trabajadores intervengan sobre las decisiones estratégicas de la empresa. Ni hablar de los elementos de control ideológico, como la apatía en la organización y el desinterés por avanzar en lo colectivo, lo que ha mantenido intacto los pilares que sostienen el Código Laboral de la burguesía. Cuotas de responsabilidad, tienen también, los sectores políticos como el Partido Comunista, que habiendo declarado durante mucho tiempo, ser oposición al orden implantado en Chile, decidió finalmente incorporarse sin condiciones a la institucionalidad neoliberal, dejándose cooptar por los dogmas de la gobernabilidad capitalista, renunciando de paso, a la construcción de una verdadera oposición política de izquierda y a la idea de una alternativa democrática, popular y estructuralmente transformadora, para los Trabajadores y los Pueblos de Chile. Como consecuencia de lo anterior, la cúpula de la CUT, ha desplegado una fuerte campaña de propaganda en favor "del gobierno de nuevo tipo" de Bachelet y del " nuevo ciclo" que estaría viviendo el país, sin que haya cambiado un ápice las relaciones de poder entre los trabajadores y el bloque en el poder, manteniéndose a pie firme la dominación, la súper-explotación y el abuso, situación que no podrá corregir las reformas anunciadas en la campaña electoral, pues éstas carecen de un carácter estructural. La finalidad que persigue la dirección de la CUT, es forzar la realidad, haciendo creer que el programa del gobierno coincide con las demandas más urgentes y sentidas de los trabajadores, nada más alejado de la realidad, pues ambos programas son divergentes e irreconciliables, situación que el orden actual no está dispuesto a alterar. Podemos deducir entonces, que la cúpula de la CUT ha vuelto a optar por el camino de la colaboración subordinada y permanente con los gobiernos neoliberales. Ésta conducta facilita el mantenimiento de los lineamientos de dependencia que organismos como el FMI, BID y el BM han establecido para la mayoría de los chilenos que vivimos de un salario, sin que exista de por medio una barrera de contención por parte de los trabajadores. Esto se puede verificar en el carácter des- movilizador de la central; la incorporación de sus dirigentes nacionales al gobierno, la elusión permanente del debate sobre las elecciones universales y la reforma de sus estatutos; la convocatoria a consejos nacionales con contenidos vacilantes e indefinidos y su compromiso de constituirse en plataforma comunicacional de la gestión del gobierno. Una línea de acción para enfrentar este panorama, es volcar el accionar sindical de forma directa al conjunto de los trabajadores del país, logrando evadir el filtro; control; influencia y presión que ejercen los dirigentes sindicales en su rol “operadores políticos” sobre las decisiones de los trabajadores. Este accionar sindical debe contener profundos aspectos democratizadores que permitan por un lado erradicar las prácticas fácticas, burocráticas y sectarias de las organizaciones, y por otro, levantar las demandas que efectivamente permitan un salto a la dignidad en la vida de los trabajadores, como lo son la sindicalización automática; la negociación colectiva obligatoria; el salario no inferior al 50% del Pib per cápita y una previsión social Estatal, solidaria, de aporte tripartito y sin fin de lucro.

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Año 8, N°35, 1° MAYO 2014, Registro de Marca N°814828 / www.mtb-chile.cl / [email protected]

A FRENAR A FRENAR A FRENAR A FRENAR

LA AGENDA LA AGENDA LA AGENDA LA AGENDA

NEOLIBERALNEOLIBERALNEOLIBERALNEOLIBERAL Después de 24 años del retorno a los gobiernos civiles, los alcances del pacto binominal del año ´86, siguen impidiendo a los trabajadores, recuperar las conquistas laborales, sociales y salariales, de las que se beneficiaron hasta el derrocamiento del gobierno del Presidente Salvador Allende, hace ya 41 años. La actual situación laboral y su incidencia en la vida de los trabajadores, se ha vuelto extremadamente grave y peligrosa, pues la actual legislación sigue controlando sin contención alguna, toda la actividad sindical, reduciendo el sindicato a una mera expresión de servicio de bienestar de la empresa, restringiendo las tasas de sindicalización y la capacidad negociadora, e impidiendo que los trabajadores intervengan sobre las decisiones estratégicas de la empresa. Ni hablar de los elementos de control ideológico, como la apatía en la organización y el desinterés por avanzar en lo colectivo, lo que ha mantenido intacto los pilares que sostienen el Código Laboral de la burguesía. Cuotas de responsabilidad, tienen también, los sectores políticos como el Partido Comunista, que habiendo declarado durante mucho tiempo, ser oposición al orden implantado en Chile, decidió finalmente incorporarse sin condiciones a la institucionalidad neoliberal, dejándose cooptar por los dogmas de la gobernabilidad capitalista, renunciando de paso, a la construcción de una verdadera oposición política de izquierda y a la idea de una alternativa democrática, popular y estructuralmente transformadora, para los Trabajadores y los Pueblos de Chile. Como consecuencia de lo anterior, la cúpula de la CUT, ha desplegado una fuerte campaña de propaganda en

favor "del gobierno de nuevo tipo" de Bachelet y del " nuevo ciclo" que estaría viviendo el país, sin que haya cambiado un ápice las relaciones de poder entre los trabajadores y el bloque en el poder, manteniéndose a pie firme la dominación, la súper-explotación y el abuso, situación que no podrá corregir las reformas anunciadas en la campaña electoral, pues éstas carecen de un carácter estructural. La finalidad que persigue la dirección de la CUT, es forzar la realidad, haciendo creer que el programa del gobierno coincide con las demandas más urgentes y sentidas de los trabajadores, nada más alejado de la realidad, pues ambos programas son divergentes e irreconciliables, situación que el orden actual no está dispuesto a alterar. Podemos deducir entonces, que la cúpula de la CUT ha vuelto a optar por el camino de la colaboración subordinada y permanente con los gobiernos neoliberales. Ésta conducta facilita el mantenimiento de los lineamientos de dependencia que organismos como el FMI, BID y el BM han establecido para la mayoría de los chilenos que vivimos de un salario, sin que exista de por medio una barrera de contención por parte de los trabajadores. Esto se puede verificar en el carácter des-movilizador de la central; la incorporación de sus dirigentes nacionales al gobierno, la elusión permanente del debate sobre las elecciones universales y la reforma de sus estatutos; la convocatoria a consejos nacionales con contenidos vacilantes e indefinidos y su compromiso de constituirse en plataforma comunicacional de la gestión del gobierno. Una línea de acción para enfrentar este panorama, es volcar el accionar sindical de forma directa al conjunto de los trabajadores del país, logrando evadir el filtro; control; influencia y presión que ejercen los dirigentes sindicales en su rol “operadores políticos” sobre las decisiones de los trabajadores. Este accionar sindical debe contener profundos aspectos democratizadores que permitan por un lado erradicar las prácticas fácticas, burocráticas y sectarias de las organizaciones, y por otro, levantar las demandas que efectivamente permitan un salto a la dignidad en la vida de los trabajadores, como lo son la sindicalización automática; la negociación colectiva obligatoria; el salario no inferior al 50% del Pib per cápita y una previsión social Estatal, solidaria, de aporte tripartito y sin fin de lucro.