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El Desnudo en la Historia del
Arte
El Arte en la Época Clásica
Para los griegos el cuerpo humano era símbolo de perfección y belleza, lo cual se puede apreciar a través de la escultura, en la representación de
los cuerpos desnudos de jóvenes atletas o dioses.
Esculturas Griegas
Esta escultura pertenece al período arcaico y se caracteriza por su rigidez y frontalidad, determinadas por el bloque de piedra donde había sido esculpida. En ella se representa a un joven atleta (Kuros) y se cumplen las siguientes normas:Ley de la frontalidad. Pierna izquierda adelantada (representa movimiento). Brazos pegados al cuerpo y manos un tanto recogidas. Sonrisa arcaica (inexpresiva, estereotipada). Labios cerrados. Ojos mirando de frente. Cabellera larga, con rizos.
La Escultura GriegaEsta obra titulada “El Discóbolo”, del escultor Mirón, pertenece al periodo clásico. En ella se representa un un atleta en el instante fugaz que precede al lanzamiento del disco. Aquí el cuerpo humano se representa en movimiento, lo cual dista respecto de la época arcaica (como los dedos del pie agarrándose al suelo y la tensión muscular en el hombro y las piernas).También desaparece la sonrisa arcaica y los ojos almendrados, ha ganado en realismo al igual que la representación del cabello, pero resulta inexpresivo, pues no refleja en él el momento de máximo esfuerzo por el que está atravesando el atleta.
La Escultura Griega
Esta obra se titula “La Venus del Milo”. A pesar de la ausencia de atributos, el tamaño y la actitud de esta estatua autorizan su identificación como una diosa. El estilo es característico del final de la época helenística, que retoma el interés por los temas clásicos al tiempo que los renueva. Así, la forma como el drapeado se desliza sobre las caderas, ciñéndose a las piernas introduce la figura en un instante. Esconde la unión de los dos bloques de mármol esculpidos aparte, como fue el caso para los brazos y el pie izquierdo, según una técnica muy novedosa.
La Pintura Griega
Corredores durante los Juegos Panatenaicos
Copa Ática decorada con Atletas
Para hablar de la pintura griega es necesario hacer referencia a la cerámica, ya que precisamente en la decoración de ánforas, platos y vasijas, cuya comercialización era un negocio muy productivo en la antigua Grecia, fue donde pudo desarrollarse este arte. En el período arcaico ( siglos VII y VI a. C. ), se incluyó la figura humana, de un grafismo muy estilizado. En medio de las nuevas tendencias naturalistas, ésta cobró mayor importancia al servicio de la representaciones mitológicas.
El Arte en la época Medieval El arte del desnudo en esta época cambia radicalmente con
respecto a la anterior. Bajo la tutela de la iglesia omnipresente, el cuerpo humano es considerado como la sede pecaminosa de la lujuria y la concupiscencia.
Por consiguiente, su figuración se proscribe decididamente, exceptuando los temas de Adán y Eva y las almas que llegan desnudas al cielo o al infierno.
Este tabú sigue aplicándose durante toda la época medieval. En los mosaicos bizantinos se ve la piel de las personas retratadas solamente en los rostros y las manos. En las obras románticas y góticas, el cuerpo humano se cubre con ropajes que forman un laberinto de pliegues.
Habría que esperar al final de esta época al gran pintor gótico holandés “El Bosco”, el cual crea su controvertida pintura llamada "jardín de las Delicias" (El Prado), en donde hay más de cien desnudos; es una dura crítica social y moral.
El Jardín de las Delicias
Esta obra constituye un tríptico excepcional, prodigio de mitos y tradiciones mundanas e
imaginativas, plagado de un clima de fantasía inagotable. Es una pintura que se lee, son
situaciones sucesivas que implican la máxima atención del espectador es su contemplación. Tradicionalmente se denominó "La pintura del
Madroño". En su primera parte se representa la creación del mundo (Adán y Eva), el centro es el "Jardín de la Delicias" y la parte izquierda es el
infierno.
El Jardín de las Delicias
El Arte en el Renacimiento
En el renacimiento cambia el panorama. Con el pretexto de inspirarse en la mitología grecorromana, la belleza del cuerpo desnudo vuelve en gloria y majestad.
David de Miguel Ángel
(El Nacimiento de Venus de Boticelli)
La Venus dormida de Giorgione
El Manierismo
El renacimiento desemboca en el Manierismo, movimiento en el cual hombres y mujeres son
mostrados en atrevidos escorzos y poses retorcidas. Estos se manifiesta en varias obras tardías de Miguel Ángel (“La Pieta”, Roma), en las esculturas serpentinadas de Giambologna
(Florencia) y en los protagonistas de la “Resurrección de Cristo” del Greco (Madrid).
La Pieta
El Rapto de la Sabina de Giambologna
La Resurrección de Cristo
El Arte Barroco
Posteriormente, el barroco celebra el físico humano mediante formas anatómicas
generosas que reflejan la exuberancia y la sensualidad característica de la época. Sirvan
de ilustración el “Rapto de las Hijas de Leucipo” (Munich) y las ninfas acuáticas en la obra
“Desembarco de María de Médici” (Louvre), ambas de Rubens.
El Rapto de las Hijas de Leucipo
Desembarco de María de Médici
El Neoclasicismo
El Neoclasicismo pretende retomar la línea renacentista. Sin embargo, los hombres y
las mujeres de Ingres (“Bañista” en el Louvre) y de Jacques-louis David (“Las Sabinas”, también el Louvre) son tan
idealizadas e irreales que sus cuerpos no dejan ver ni vello ni arruga alguna.
La gran bañista de Valpinçon
Las Sabinas interponiéndose entre Romanos y Sabinos
Muy distinta es la actitud de los más grandes maestros de todos los tiempos
que son Rembrandt (“Danae” en el Eremitage, San Petersburgo) y Velásquez (“Venus con el Espejo” en Londres). Ellos
quieren pintar, cada uno a su manera, mujeres de verdad, que viven y respiran, y
no sólo cuerpos de muñecas frías y perfectas.
Danae
Venus del Espejo
De la ola romántica, la tela más comentada o rodeada de anécdotas es la “Maja Desnuda” (Madrid) de Goya.
El Arte Moderno
Cabe destacar aquí la obra de Manet titulada “Olympia”, la que suscita un gran escándalo no sólo por la mirada desafiante de una cortesana desnuda, sino también por la manera inusitada
de pintar. Este cuadro de las vísperas del impresionismo propiamente tal, es un eslabón
en la cadena temática del desnudo yacente que empezó Giogione y que continuó con Ticiano y
Goya, entre varios otros.
Olympia
Mientras que para el impresionismo un cuerpo de carne y hueso no es más que un paisaje natural, vale
decir, un momento de luz y color, los post impresionistas ya buscan la
estructura formal y el contorno sólido (“Bañistas” de Cézanne y “El Oro de
sus Cuerpos” de Gauguin).
Las Grandes Bañistas
El Oro de sus Cuerpos
Luego el Expresionismo y el Fauvismo acentúan y hasta exageran contornos y colores en pos de una emotividad.
Véanse los ejemplos: “Odalisca” (Nueva York) de Matisse; “Desnudo
Sentado” (Londres) de Modigliani; “Día Cristalino” (Berlín) de Heckel; o
Madres e Hijo” (Londres) de Moore.
Odalisca
Desnudo Sentado
Día Cristalino
Madre e Hijo
PiCASSO Picasso en sus pinturas,
esculturas, dibujos y grabados con desnudos, recorre casi toda la gama de enfoques posibles. El fue uno de los primeros que se inspiró en las tallas de madera africana. Esas figuras del arte negro para el gusto convencional son muy feas, pero sumamente expresivas, y de ellas viene el primer paso picassiano hacia el Cubismo en la tela “Las Señoritas de Aviñon”.
El Pop y el Hiperrealismo
En estos estilos plásticos, el cuerpo humano todavía motiva a algunos artistas, pero no
celebran su esplendor como hemos visto que ocurría en algunos períodos anteriores. Lo miran
y tratan como a un objeto, o sea, lo cosifican. Muestras de lo anterior son el cuadro “La
Pareja”, del hiperrealista norteamericano Philip Pearlstein y la serie de su compatriota
Wesselman, cuyo título global es “El Gran Desnudo Americano” (arte pop).
Two Models on a Kilim Rug with Mirror de Philip Pearlstein
Con el advenimiento de la fotografía y las ramas derivadas de ella (cine y video), ha
aumentado en proporción inconmensurable la cantidad de imágenes de desnudos.
Por último, cabe mencionar que, finalmente, el arte abstracto hace desaparecer
temporalmente la representación de la figura humana, además de todo lo reconocible de nuestro entorno.