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EL DESEO ES LA METONIMIA DEL SER BEATRIZ ELENA MAYA RESTREPO (Trabajo presentado en el Espacio Escuela del Foro de Medellín 5-02-2013) Frase muy sugestiva y cargada de contenido que estrictamente exigiría tener claras las dos puntas que la constituyen, me refiero al deseo y al ser. Pero no es mi objetivo tal pretensión por imposible, solo situar una problemática que se abre con este sintagma de Lacan introducido en el Seminario Seis, El deseo y su interpretación. Desde la primera lección, Lacan se ocupa del deseo; nos ha dicho que este se manifiesta en las formaciones del inconsciente y que se mueve por su energía que es la libido hacia un objeto. Pero es necesario saber de qué clase objeto se trata. Podemos adelantar que, en el seminario 10, La angustia, Lacan dice que es un objeto que causa, es decir que está atrás, no al que se apunta. Un tema para desarrolla por alguno de ustedes, de qué objeto hablamos cuando decimos objeto del deseo. Por ahora, en el Seminario Seis, Lacan sitúa el deseo como una relación del sujeto al significante; es por esto que una producción poética como la de Hamlet le interesa, porque es una articulación significante que le permitirá deducir dicha relación. Por esto no piensa el deseo como la relación del sujeto al objeto, a la manera clásica, tal como corrientemente se la trabajado. Se trata de partir de un principio: el sujeto está capturado en la cadena significante, lo que implica una pérdida de sí. Este seminario Seis se aplica a la construcción del grafo que le permitirá a Lacan situar el punto de la enunciación del que vuoi, qué me quieres, como el primer encuentro con el propio deseo, dado que este está determinado por el deseo del Otro, no hay sujeto deseante sin el paso por el significante, y, viniendo este del Otro, el deseo quedará supeditado al deseo del Otro. El deseo es el deseo del

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EL DESEO ES LA METONIMIA DEL SER

EL DESEO ES LA METONIMIA DEL SER

BEATRIZ ELENA MAYA RESTREPO

(Trabajo presentado en el Espacio Escuela del Foro de Medelln

5-02-2013)

Frase muy sugestiva y cargada de contenido que estrictamente exigira tener claras las dos puntas que la constituyen, me refiero al deseo y al ser. Pero no es mi objetivo tal pretensin por imposible, solo situar una problemtica que se abre con este sintagma de Lacan introducido en el Seminario Seis, El deseo y su interpretacin.

Desde la primera leccin, Lacan se ocupa del deseo; nos ha dicho que este se manifiesta en las formaciones del inconsciente y que se mueve por su energa que es la libido hacia un objeto. Pero es necesario saber de qu clase objeto se trata. Podemos adelantar que, en el seminario 10, La angustia, Lacan dice que es un objeto que causa, es decir que est atrs, no al que se apunta. Un tema para desarrolla por alguno de ustedes, de qu objeto hablamos cuando decimos objeto del deseo. Por ahora, en el Seminario Seis, Lacan sita el deseo como una relacin del sujeto al significante; es por esto que una produccin potica como la de Hamlet le interesa, porque es una articulacin significante que le permitir deducir dicha relacin. Por esto no piensa el deseo como la relacin del sujeto al objeto, a la manera clsica, tal como corrientemente se la trabajado. Se trata de partir de un principio: el sujeto est capturado en la cadena significante, lo que implica una prdida de s.

Este seminario Seis se aplica a la construccin del grafo que le permitir a Lacan situar el punto de la enunciacin del que vuoi, qu me quieres, como el primer encuentro con el propio deseo, dado que este est determinado por el deseo del Otro, no hay sujeto deseante sin el paso por el significante, y, viniendo este del Otro, el deseo quedar supeditado al deseo del Otro. El deseo es el deseo del Otro, otro sintagma que ameritara ser desarrollado en este espacio pero que necesariamente tenemos que relacionar con el que tratamos de dilucidar.Recordemos en este grafo:

El A mayscula, lugar donde se encuentran la demanda y la cadena significante. Es el lugar donde se inscribe la palabra como deseo y es a esta inscripcin a lo que llamamos verdad. Frente a ese Otro, el sujeto hace una pregunta por su calidad de sujeto, es decir, se plantea en trminos de qu quiero?, pero, por una vuelta Qu quieres?, es como si el ser se definiera por la va del deseo. Es decir, si supiera qu quiero, sabra que soy. Entonces en A est el lugar de la verdad, lo cual quiere decir que esta est asociada con lo que quiero y con lo que soy. Pero el sujeto se dirige ms all de ese A, ms all de la verdad, a lo que constituye el deseo del Otro, al objeto que el Otro desea.Cuando decimos sujeto, no nos referimos a la persona, ni a quien opera sino a un efecto de la cadena significante, nos referimos a lo que un , operacin que ms adelante nos aclarar Lacan, en(representa para un el Seminario Nueve, La Identificacin, implica un borramiento del sujeto, lo que atrs dije, una prdida de s.

Pero ante la pregunta que voui cul es el mensaje que se recibe del Otro? En el esquema eso se escribe((((y se lee significante del Otro en falta, que para Lacan es una incgnita, una X porque el sujeto no sabe cul es la respuesta del Otro, se le presenta como un enigma; si su pregunta es qu me quieres? Es lo mismo que decir qu soy yo? Lo que implica que no obtiene claramente la respuesta con respecto a su ser. Lacan nos aclara que el significante que dara cuenta de las relaciones del sujeto con el significante mismo, es el falo. Por eso en el esquema, la X designa el lugar del falo, ndice de la castracin del Otro, por eso la A est tachada y por eso es el punto donde el sujeto se encuentra con la amenaza de castracin.

La falta de respuesta del Otro a la pregunta por el ser, introduce la ,(((angustia y entonces, aparece como defensa de esta, el fantasma construccin imaginaria que se hace con los objetos parciales oral, anal, escpico; es decir, las pulsiones parciales que determinan un objeto imaginario, dicho objeto sera lo que dara cuenta del ser, o ms bien del falso ser como lo llamar Lacan, despus. Entonces el ser pasa por la relacin del objeto y el deseo, soportado en el fantasma.

Despus de hacer un largo desarrollo sobre lo que es el sujeto, nos lleva a la conclusin que el deseo es lo que se localiza entre las dos lneas del enunciado y la enunciacin, en el encuentro con la castracin del Otro, en la no respuesta a su pregunta qu quieres de m? Es decir, qu quiero. El sujeto se localiza en este intervalo, por eso es sujeto de deseo. Tambin nos sita un cursor del deseo en el objeto a, del fantasma. Me pregunto si ser cursor del deseo implica ser el objeto del deseo? Y respondera que no, que es esto lo que confunde la clnica, lo que la deja en el lugar del objeto de la frustracin, criticado luego por Lacan en el Seminario Doce, Los Problemas Cruciales del Psicoanlisis. Es justamente en el Seminario Diez, La Angustia, donde va a situar el objeto, ya no como cursor sino, como causa.En la experiencia analtica se trata de que, haciendo un recorrido analtico, por el piso superior, como indica Lacan, el sujeto pueda , su fa(((descubrir su ntasma, el lugar de la respuesta a la pregunta que el sujeto sita en el Otro, pero se trata de explorar la cadena inconsciente, no quedarse en el cortocircuito imaginario del fantasma del que Lacan dice:

a, donde $ es((Expreso la estructura general del fantasma en la forma una determinada relacin del sujeto con el significante, el sujeto en (tanto que afectado de forma irreductible por el significante, y donde indica la relacin que dicho sujeto mantiene con una coyuntura esencialmente imaginaria, a, que no es el objeto del deseo, sino el objeto en el deseo.

Es muy clara la explicacin que Lacan da de lo que es la escritura del no es el objeto del deseo sino(fantasma, subrayo la ltima parte, el el objeto en el deseo. Entonces esto es lo que va a explicar Lacan, qu quiere decir el objeto en el deseo.

Empieza por recordarnos que el sujeto, al estar en contacto con el significante, pierde algo de su propia vida, muy valioso, esta privacin es de un significante, ante esto aparece un objeto que se convierte en . Este objeto del deseo no se puede(((objeto de deseo, esto es confundir con el objeto de la necesidad, el objeto del deseo sustituye a algo de s mismo perdido como dijimos antes, es algo oculto, desconocido para el sujeto, es la libra de carne de la que hace metfora en su obra el mercader de Venecia, el mismo Shakespeare. De lo anterior deducimos la importancia de aclarar la diferencia entre necesidad, demanda y deseo.

El Seminario Seis tiene un estilo de ida y vuelta, as es que en la leccin 21 Lacan nos explica, de manera ms detallada, por qu surge el fantasma y cmo. Quiero retener que el enunciado introducido desde el Seminario Cinco, pero que aqu desarrolla es: no hay Otro del Otro que lo que implica que el sujeto((((se escribe justamente con esta sigla queda suspendido en su pregunta, queda marcado, dividido por la palabra, sin encontrar lo que responda por su ser. Ante esto surge la angustia, como decamos atrs, y lo que ocurre es que por parte del sujeto se produce algo, en la medida en que l est enganchado a la ,(relacin imaginaria al Otro, con una parte de s mismo produce el cito lo que sigue por su importancia:

a, en tanto que es el objeto, el objeto del deseo, sin duda, y no en tanto que este objeto del deseo se coaptara directamente por relacin al deseo, sino porque este objeto entra en juego en un complejo que nosotros llamamos fantasma, el fantasma como tal, es decir, en tanto que ese objeto es el soporte alrededor del cual, en el movimiento donde el sujeto se desvanece (s'evanouit), ante la carencia significante que responde de su lugar al nivel del Otro, encuentra su soporte en este objeto.

Como vemos es el primer seminario donde Lacan va a hablar del surgimiento del fantasma y su papel de soporte del deseo, por eso est en el grafo frente a la d que indica el deseo. Otro tema que queda apenas insinuado: El fantasma como soporte del deseo. Seguramente el Seminario 14 La lgica del fantasma lo aclare ms.

es el suplente del significante faltante, as el sujeto(El objeto queda tomado en la cadena por el sesgo imaginario, pero l se desconoce ah e intenta nombrarse en la cadena significante, venida del Otro; no lo logra y solo aparece en los intervalos de dicha cadena. Ah coincide con el objeto que tambin es corte porque est referido a los pregenitales que son el oral y el anal, algo que intenta recortar del Otro y que se le recorta a l mismo.

As mismo, a partir de los ritos de iniciacin que implican un corte, Lacan va a hablar del falo como significante de la castracin, como lo que nombra una marca dejada por un corte, por eso el falo sera lo que permite la realizacin del ser en el sujeto. Por ltimo est la voz tal como se aprecia en la psicosis marcando escansiones a la espera del sentido.

Todo esto le permite a Lacan decir que: El sujeto est como siendo en el intervalo, como siendo lo que es en el intervalo del discurso inconsciente, como siendo, propiamente hablando, la metonimia de este ser que se expresa en la cadena inconsciente. . Ahora podemos entender ms claramente lo que la frase inicial nos dice. El ser est atrapado en estas formas que son cortes que nunca se podrn alcanzar en el orden significante.

El fantasma es pues lo que define el ser del sujeto como aquello del corte que Lacan llama desde este Seminario Seis, real, que no puede pasar a la simbolizacin, esto le permite decir que : Por eso, en otro momento pude definir esa funcin cumplida por el fantasma como una metonimia del ser, e identificar, como tal, a ese nivel, el deseo

Que el fantasma soporte el deseo podemos entenderlo como la va de articulacin del deseo del Otro, lo que implica la existencia del sujeto, entonces implica su ser, as deseo y ser, quedan emparentados por la va imaginaria sin que el sujeto pueda alcanzar su ser ms que en esta metonimia del ser en el sujeto que es el deseo .

Por qu metonimia? Desde la primera leccin nos da la respuesta, cuando nos introduce el surgimiento del sujeto por efecto de la palabra o del significante, es decir por un fenmeno del lenguaje. Lacan nos presenta los principios bajo los cuales se estructura el sujeto. El primero es el principio de sucesin, es decir la cadena significante entendida como una sucesin de significantes, el segundo principio es el principio de conmutatividad, es decir de sustitucin. Este segundo introduce otro principio y es que entre significante y significado hay una barra que hace impenetrable el uno sobre el otro, es decir, que no hay correspondencia biunvoca. Sucesin y conmutatividad que podemos leer como desplazamiento o metonimia para sucesin y condensacin o metfora para la conmutatividad.

Pero tambin hablamos de metonimia porque se trata del desplazamiento que traza la bsqueda del objeto, tanto perdido como prohibido, una bsqueda que no cesa y que hace decir a Lacan en el siguiente seminario, La Etica, que no hay bien soberano. Igualmente en el Cinco, Las Formaciones del Inconsciente, nos ha enseado que

el objeto del deseo es el objeto del deseo del Otro, y el deseo siempre deseo de otra cosa, muy precisamente de lo que falta al objeto primordialmente perdido, en tanto que Freud nos lo muestra como siendo siempre a rehallar. Del mismo modo, no hay sentido, sino metafrico, o sentido que slo surge de la sustitucin de un significante a un significante en la cadena simblica.

As mismo, el ser que se espera como respuesta del Otro, falta porque en ese Otro falta el significante que pueda dar cuenta de l.

Para Lacan el inconsciente separa al sujeto del ser, no son la misma cosa, mientras el sujeto est del lado del significante que representa para otro significante, el ser est del lado del deseo y de la hiancia y este se atrapa o ms bien se desliza en la metonimia; es decir, el sujeto se intenta representar en el proceso metafrico mientras que el ser es lo que se desliza sin posibilidad de representacin. Si la metonimia es un eterno deslizamiento y el deseo es definido como la metonimia del ser, podemos preguntarnos de qu manera se alcanza dicho ser? En qu momento se alcanza? Y qu relacin tiene esto con la famosa falta en ser que nos constituye de la que habla el psicoanlisis?El sintagma que analizamos aparece nuevamente en el Seminario Siete, ha dicho:

No hay otro bien ms que el que puede servir para pagar el precio del acceso al deseo, en la medida en que el deseo lo hemos definido en otro lado como la metonimia de nuestro ser. El arroyuelo donde se sita el deseo no es solamente la modulacin de la cadena significante, sino lo que corre por debajo de ella, que es hablando estrictamente lo que somos y tambin lo que no somos, nuestro ser y nuestro no-ser, lo que en el acto es significado, pasa de un significante a otro en la cadena, bajo todas las significaciones.

Esto lo encontramos en Las paradojas de la tica, el penltimo captulo del Seminario Siete en el que Lacan nos ha dado tres proposiciones que orientan la tica analtica e introduce esta cuarta que es una paradoja del deseo puesto que para poder acceder a l hay que perder algo, la libra de carne la llama, prdida que asimila al no ser en este caso, pudiramos decir, a la falta en ser.

En este asunto del deseo del neurtico se pone en juego el tiempo del Otro, puesto que si el deseo es el deseo del Otro tambin lo ser su tiempo. Pero Lacan aclara que es un espejismo del neurtico porque no hay Otro del Otro. No hay nada en la cadena significante, venida del Otro, que responda por su verdad, es esto lo que esta frase quiere decir .((((y es lo que se escribe

Buena parte del seminario Seis Lacan hace un desciframiento de Hamlet y afirma que lo que distingue a la tragedia "Hamlet, prncipe de Dinamarca" es, esencialmente, ser la tragedia del deseo. Por qu la expresin: tragedia del deseo? Se refiere slo a Hamlet o a la generalidad que l representa?, es decir, el deseo siempre es trgico?

Vemos a Lacan aislar un elemento en la obra y localizarlo como el eje, es decir, alrededor de lo cual gira todo el asunto, ese elemento es la muerte, articulada a un significante que le da entrada y salida en la obra, principio y fin, dicho significante es one (uno). Anticipemos que no se trata de la muerte del personaje, ni de las muertes que ocurren, ni del Ghost que la personifica, ellas no son ms que apoyo en la ficcin de lo que realmente nombra la muerte: se trata del ser del sujeto que en el otro no encuentra un significante que lo represente. As nos articula tres elementos: muerte, tiempo y deseo unidos en la accin. Tenemos pues el deseo articulado con la muerte. Ahora bien, cmo muerte y ser se articulan? La relacin emerge all donde, haciendo depender el ser, del deseo con la afirmacin que analizamos, recordmosla: el deseo es la metonimia del ser en el sujeto, aunado a lo que en la primera leccin nos ha dicho, que el ser se alcanza por el deseo, y estando estrictamente articulado el deseo con la muerte, entonces ser y muerte se vinculan. No es muy claro en el Seminario Seis, pero en el que sigue se aclara.

Por esto es que en el Seminario Siete, hablando de lo que sera la realizacin del deseo, nos plantea que es posible al final, cuando hay una intrusin de la muerte sobre la vida; llevndonos a Parmnides nos dice: nada es de lo que no naci y todo lo que existe slo vive en la falta en ser Es decir que hay un arco que se tiende entre la vida y la muerte, la segunda muerte que, en este seminario, nos ha dicho tiene que ver con el deseo hecho visible por un significante que a la vez indica el lugar del deseo en tanto que deseo de nada, relacin del hombre con su falla en ser, e impide verlo . Claramente deseo como nada y ser se articulan, lo que nos devuelve a la frase: el deseo es la metonimia del ser en el sujeto. Al mismo tiempo nos responde la pregunta enunciada atrs sobre la tragedia del deseo.Entonces nos lleva en la clnica, de la mano del grafo que es el del deseo, pero tambin el que permite articular el sujeto del que habla para el psicoanlisis. Se trata de un sujeto distinto al de la filosofa, no se trata tanto del sujeto que habla cuanto del que es hablado, que se articula a partir de los significantes, se trata entonces del sujeto del deseo.

As mismo en el seminario 20 Aun en la leccin 10 encontramos esto:

Por qu hice intervenir otrora el nudo borromeo? Era para traducir la frmula te pido qu?rechazar qu?lo que te ofrezco por qu?porque no es eso eso, saben qu es: es el objeto a. El objeto a no es ningn ser. El objeto a es lo que supone de vaco una demanda, la cual, slo situada mediante la metonimia, esto es, la pura continuidad asegurada de comienzo a fin de la frase, permite imaginar lo que puede ser de un deseo del que ningn ser es soporte. Un deseo sin otra sustancia que la que se asegura con los propios nudos.

Aqu, me parece, la frmula cambia, ya no es el deseo el soporte del ser, el marco de este prrafo es el seminario veinte y ah, creo, que Lacan asocia el ser ya con el significante que marca el cuerpo como sustancia gozante, es decir el ser est asociado al goce y no al deseo. Pero esto es otro desarrollo que alguien puede hacer. Aqu se trata del hablanteser.

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[1] Lacan J., Seminario Seis. El deseo y su interpretacin. Leccin del 22 de abril de 1959. No publicado.[2] Ibid., Leccin del 20 de mayo de 1959[3] Ibid., [4] Ibid., Leccin del 27 de mayo de 1959[5] Ibid., Leccin del 12 de noviembre de 1959[6] Lacan J., Seminario Cinco, Las Formaciones del Inconsciente. Editorial Paids, 1998,Pg 15[7] Lacan J., Seminario Siete, La Etica. Editorial Paids, 2011,Pg 382[8] Lacan J., Seminario Seis. El deseo y su interpretacin. Leccin del 11 de marzo de 1959. No publicado[9] Lacan J., Seminario Siete, La Etica. Editorial Paids, 2011,Pg 351[10] Ibid., pg 355

[11] Lacan J., Seminario Veinte, Aun. Editorial Paids, 1981,Pg 152