el deben ir institusocial ayuda

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Hacer lo aparentemente imperceptible perceptible; esto es, apelar a las experiencias, los sentidos y al traspaso de conocimiento: contar las experiencias. El deben ir institusocial ayuda. El deben ir institusocial muchas veces hace uso de la pal- abra para anunciar y enunciar el devenir: “Lamento decirle que está muerto” o “Lo siento mucho, ya murió”, entre otros. Si es que se está dentro de una sala de hospital, la máquina de latidos emite dos tipos de sonido, depende del Observar el cuerpo, detallarlo, ver que devino cadáver, no se mueve, no respira, no habla, no parpadea, no late, no está de pie. Observar que el cadáver ahora está dentro de un ataúd y no se va salir de ahí por cuenta propia, observar que su apari- encia no es la misma, no tiene brillo, su tez cogió un tono arenoso, mate. Observar que el ataúd donde yace el cadáver ahora está entrando a un orificio, en la tierra, en un hueco de piedra o en un horno. Observar que tal orificio está siendo tapado por una pared, por ladrillo, una lápida, o un vidrio. Observar que esa pared se puede decorar y hay personas que lo están haciendo en otras, colocándole flores, o fotografías, o figuras, o stickers. Observar las palomas. Observar las moscas que buscan la manera de penetrar el ataúd para encontrarse al cadáver. Observar que no sólo hay una lápida, que no sólo hay un arreglo floral, observar que los hay de varios estilos, observar que algunas flores están más coloridas que otras, más marchitas que otras, entender que eso significa que algunos cadáveres están ahí hace más o menos tiempo que otros. El que antes era cuerpo, al devenir cadáver, involuntaria- mente puede relajar los esfínteres. Si el ser que deviene cadáver muere en una casa, es posible que después de más o menos media hora, el lugar se inunde por un olor similar al vinagre. A veces, las iglesias tienen incienso. Las flores emanan olores, se sienten más en espacios cerrados como las salas de funerarias. caso: uno rítmico palpitante se refiere a los latidos del cuerpo, uno que es constante indica que esos latidos se detuvieron. Las personas alrededor pueden producir gemidos, sollozos, llantos, respiraciones profundas, o palabras como “¡no!”, “¿por qué?”, o “está bien”, o “¿adónde lo vamos a velar?” o “¿y quién se va quedar con la casa?”. Estos pueden reproducir y repetir estos sonidos en cualquiera de los cuatro dispositivos del deben ir institusocial. Sea cual sea el caso, se escucha. Si es posible, tocar al cadáver. Tocar y sentir su rigidez, tocar y sentir que su pecho no sube ni desciende, tocar y sentir la muñeca o el cuello, que no hay palpitar. Si es posible y necesario; pellizcarlo, bien duro, para comprobar que no va a reaccionar. A muchos familiares o cercanos al ser que devino cadáver, se les ofrece tinto, aromática o agua para traer la calma, saborear cualqui- era de los tres. El olor que es similar al vinagre también se puede percibir a través del gusto y así con otros olores que puede emanar. Transmitir lo sentido a través de la comunicación, decir, hablar, hacer señas, contar, chismosear.

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Page 1: El deben ir institusocial ayuda

Hacer lo aparentemente imperceptible perceptible; esto es, apelar a las experiencias, los sentidos y al traspaso de conocimiento: contar las experiencias. El deben ir institusocial ayuda.

El deben ir institusocial muchas veces hace uso de la pal-abra para anunciar y enunciar el devenir: “Lamento decirle que está muerto” o “Lo siento mucho, ya murió”, entre otros. Si es que se está dentro de una sala de hospital, la máquina de latidos emite dos tipos de sonido, depende del

Observar el cuerpo, detallarlo, ver que devino cadáver, no se mueve, no respira, no habla, no parpadea, no late, no está de pie. Observar que el cadáver ahora está dentro de un ataúd y no se va salir de ahí por cuenta propia, observar que su apari-encia no es la misma, no tiene brillo, su tez cogió un tono arenoso, mate. Observar que el ataúd donde yace el cadáver ahora está entrando a un orificio, en la tierra, en un hueco de piedra o en un horno. Observar que tal orificio está siendo tapado por una pared, por ladrillo, una lápida, o un vidrio. Observar que esa pared se puede decorar y hay personas que lo están haciendo en otras, colocándole flores, o fotografías, o figuras, o stickers. Observar las palomas. Observar las moscas que buscan la manera de penetrar el ataúd para encontrarse al cadáver. Observar que no sólo hay una lápida, que no sólo hay un arreglo floral, observar que los hay de varios estilos, observar que algunas flores están más coloridas que otras, más marchitas que otras, entender que eso significa que algunos cadáveres están ahí hace más o menos tiempo que otros.

El que antes era cuerpo, al devenir cadáver, involuntaria-mente puede relajar los esfínteres. Si el ser que deviene cadáver muere en una casa, es posible que después de más o menos media hora, el lugar se inunde por un olor similar al vinagre. A veces, las iglesias tienen incienso. Las flores emanan olores, se sienten más en espacios cerrados como las salas de funerarias.

caso: uno rítmico palpitante se refiere a los latidos del cuerpo, uno que es constante indica que esos latidos se detuvieron. Las personas alrededor pueden producir gemidos, sollozos, llantos, respiraciones profundas, o palabras como “¡no!”, “¿por qué?”, o “está bien”, o “¿adónde lo vamos a velar?” o “¿y quién se va quedar con la casa?”. Estos pueden reproducir y repetir estos sonidos en cualquiera de los cuatro dispositivos del deben ir institusocial. Sea cual sea el caso, se escucha.

Si es posible, tocar al cadáver. Tocar y sentir su rigidez, tocar y sentir que su pecho no sube ni desciende, tocar y sentir la muñeca o el cuello, que no hay palpitar. Si es posible y necesario; pellizcarlo,

bien duro, para comprobar que no va a reaccionar.

A muchos familiares o cercanos al ser que devino cadáver, se les ofrece tinto, aromática o agua para traer la calma, saborear cualqui-era de los tres. El olor que es similar al vinagre también se puede percibir a través del gusto y así con otros olores que puede emanar.

Transmitir lo sentido a través de la comunicación, decir, hablar, hacer señas, contar, chismosear.