el culto cristiano

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7 Iniciamos nuestro curso de liturgia con una breve reflexión sobre la oración. Juan Calvino mencionó que “la alabanza y la acción de gracias deben ir siempre unidas a nuestras oraciones” 1 , de este modo no podemos pensar en el culto cristiano sin pensar inme- diatamente en la oración. De hecho en ocasiones se ha definido el culto como la “asamblea de oración”. Cuando nos reunimos como pueblo para orar estamos adorando, celebrando, pidiendo y dando gracias a Dios, siguiendo a Calvino, cuando juntamos las peticiones y las acciones de gracias a Dios: Le manifestamos nuestros deseos, pidiéndole no solamente lo que se refiere al aumento de su gloria y a ensalzar su nombre, sino también lo que mira a nuestro servicio y prove- cho. Al darle gracias, celebramos con alabanzas sus benefi- cios y mercedes, protestando que todo el bien que tenemos lo hemos recibido de su liberalidad. 2 De este modo, nos damos cuenta que estamos llamados continua- mente a ofrecerle culto a Dios porque no faltan los motivos para agradecerle o bien para clamar a El. Sin embargo, ya desde aquí podemos ver que la oración es también expresión de la historia, de lo que Dios ha hecho, de lo que está haciendo y lo que hará; en consecuencia, el culto tiene una dimensión histórica profun- da, es tiempo de manifestación de Dios como en la llamada de Moisés (Éx 3-4), Isaías (Is 6) o Jeremías (Jer 1) o los demás profetas 1 Juan CALVINO Institución de la religión cristiana. III, xx, 28. 3ed. Trad. Cipriano de VALERA. Países Bajos, Feliré. 1986, p. 696. 2 Idem. LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

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Page 1: El Culto Cristiano

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Iniciamos nuestro curso de liturgia con una breve reflexión sobrela oración. Juan Calvino mencionó que “la alabanza y la acciónde gracias deben ir siempre unidas a nuestras oraciones”1 , de estemodo no podemos pensar en el culto cristiano sin pensar inme-diatamente en la oración. De hecho en ocasiones se ha definido elculto como la “asamblea de oración”. Cuando nos reunimoscomo pueblo para orar estamos adorando, celebrando, pidiendoy dando gracias a Dios, siguiendo a Calvino, cuando juntamoslas peticiones y las acciones de gracias a Dios:

Le manifestamos nuestros deseos, pidiéndole no solamentelo que se refiere al aumento de su gloria y a ensalzar sunombre, sino también lo que mira a nuestro servicio y prove-cho. Al darle gracias, celebramos con alabanzas sus benefi-cios y mercedes, protestando que todo el bien que tenemos lohemos recibido de su liberalidad.2

De este modo, nos damos cuenta que estamos llamados continua-mente a ofrecerle culto a Dios porque no faltan los motivos paraagradecerle o bien para clamar a El. Sin embargo, ya desde aquípodemos ver que la oración es también expresión de la historia,de lo que Dios ha hecho, de lo que está haciendo y lo que hará;en consecuencia, el culto tiene una dimensión histórica profun-da, es tiempo de manifestación de Dios como en la llamada deMoisés (Éx 3-4), Isaías (Is 6) o Jeremías (Jer 1) o los demás profetas

1 Juan CALVINO Institución de la religión cristiana. III, xx, 28. 3ed. Trad. Ciprianode VALERA. Países Bajos, Feliré. 1986, p. 696.2 Idem.

LA IMPORTANCIA

DE LA

ORACIÓN

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en donde se nos dice específicamente el tiempo histórico en quetal manifestación de Dios ocurrió: “En el año en que murió el reyUzias vi yo al Señor…” (Is 6:1). A esta manifestación de Dios hayuna respuesta, un servicio, un movimiento, que les convierte enprofetas, o mensajeros. De este modo, como menciona XabierPikaza:

La oración se vuelve así fuente de futuro. Siendo palabrade Dios y respuesta activa del humano, ella es lugar derealización histórica. Dios no se encuentra en el puromundo, ni en la interioridad extra-mundana, sino en lamisma tarea de la comunidad creyente y orante que trazasu camino de futuro desde la misma Palabra divina.3

La oración histórica se vuelve comunitaria, ya que el orante, alcomunicarse, al unirse con Dios en la oración se vincula con supueblo tornándose así en una comunidad de orantes, ya que laexperiencia del encuentro con Dios se expresa en la oracióncomunitaria en donde “se celebra y se recuerda la presencia deDios tanto en la palabra compartida como en la celebración delmisterio”4 .

Aunque la oración es colectiva en el culto, es dirigida únicamentea Dios, a aquel que nos ha hablado, que nos confronta y en estaconfrontación nos descubrimos “desnudos”, como “hombresque tienen labios inmundos y habitan en pueblo que tiene labiosinmundos”. En esta situación no estamos solos, contamos unoscon otros, “la oración no nos puede alejar de los hombres, nopuede sino unirnos más a ellos porque se trata de una cuestiónque nos concierne a todos”, decía Kalrt Barth5 , pero aún ello esgracias a Dios.

La oración es un Don de Dios, por lo cual, cuando oramos,hacemos uso del ofrecimiento de Dios que nos confronta nueva-mente, al ser una gracia de Dios, el ser humano la toma porque

3 Xabier PIKAZA, El fenómeno religioso. Curso fundamental de religión. Madrid,Trotta. 1999, p. 244.4 Ibid, p. 245.5 Karl BARTH, La oración. Reflexiones sobre el Padrenuestro. Trad. José MÍGUEZ

Bonino. Buenos Aires, La aurora. 1978, p. 18.

LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

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se reconoce como necesitado de dichagracia.

Cuando oramos, nuestra condi-ción humana nos es revelada,sabemos que estamos en angus-tia y en esa esperanza; Dios noscoloca en esa situación, pero almismo tiempo el viene en nues-tra ayuda. La oración es pues larespuesta del hombre cuandocomprende su miseria y sabeque el socorro se aproxima.6

Pero oramos “Padre nuestro”, no “pa-dre mío”. Es decir, es una oracióncomunitaria. Jesús mismo lo indicó,cuando oren, digan “Padre nuestro”.“Esta es una exhortación de cuán fra-terno afecto debemos tener los unospara con los otros, pues todos somoshijos de un mismo Padre, y con elmismo título y derecho de gratuitaliberalidad”7 .

Pero también la oración nos muestraun aspecto central del culto y es que esun diálogo. El que ora, cree, no es unmonólogo, sino que Dios está presen-te, El escucha y responde de algúnmodo. La oración consiste en ese in-tercambio entre el nosotros de losorantes y el tú de Dios. Dios habla,escucha y responde. “Dios habla a loshombres para revelarse; respondecuando el hombre se le dirige. En estecaso Dios es quien habla primero. La

6 Ibid, p. 287 Juan CALVINO, op cit., III,xx,38, p. 707.

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oración es entonces, de alguna manera, una respuesta”8 .

La oración comunitaria es la que más trabajo exige de nosotros,ya que es nuestro tiempo de hablar. Después de escuchar la vozde Dios, nos corresponde dirigirnos a El y esta oración ha de sernuestra palabra, ya D. Bonhoeffer decía:

Nuestra oración por ese día, por nuestro trabajo, pornuestra comunidad, por las miserias y los pecadosparticulares que pesan sobre todos, por las personasque nos están encomendadas. ¿O tal vez no debería-mos pedir nada para nosotros? ¿Sería inadmisible lanecesidad de orar en común y con nuestras propiaspalabras por nosotros? Sea como fuere, es imposibleque cristianos llamados a vivir bajo la autoridad de lapalabra no acaben por dirigir, también unidos, susoraciones personales a Dios. Presentarán a Dios lasmismas preces, la misma gratitud, la misma interce-sión, y deberán hacerlo con alegría y confianza.9

Pero hay que aprender a orar. Los discípulos se acercaron a Jesúsy le pidieron que les enseñara a orar. Nosotros también ahoradebemos ir a Jesucristo. Orar no es sólo desahogar el corazón sinoencontrar a Dios, con el corazón lleno o vacío y la oración encomunidad ha de ser la oración de todos, no la de un individuoque la pronuncia. Al que se le encomienda orar por la comunidades importante que comparta los intereses y preocupaciones de lacomunidad:

Es preciso que comparta la vida diaria de la comunidad,que conozca sus afecciones y necesidades, su alegría ygratitud, sus ruegos y esperanzas. Tampoco debe ignorarsu trabajo y sus problemas que éste acarrea. Ora como unhermano en medio de otros hermanos. El no tomar supropio corazón por el de la comunidad, exige lucidez yvigilancia. Por esta razón será útil que reciba conti-

8 Angel GONZALEZ, La oración en la Biblia. Madrid, Cristiandad. 1968, p. 21.9 Dietrich BONHOEFFER, Vida en comunidad. 5 ed. s/t. Salamanca, Sígueme.

1982. p. 63.

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nuamente ayuda y consejo delos demás y que recuerde en suoración esta necesidad, aquel tra-bajo, a tal persona determinada.De este modo la oración se trans-formará cada vez más en la ora-ción de todos los que forman lacomunidad.10

Es importante notar que la oración esla actividad que nos une como pueblo,que nos permite alzar la voz hacia elSeñor y es además el don por el que elSeñor nos capacita para dialogar conEl. Nuevamente, la oración es unaactividad de comunidad, de pueblo deDios porque la experiencia personalcon Dios está abierta a la experienciaen comunidad con Dios, así es estardispuestos a dar de la propia experien-cia y a recibir de la experiencia de otroscon Dios.

A priori puede ya decirse queDios es Dios de un pueblo y quela experiencia de Dios tiene queser hecho por todo un pueblo. Enlenguaje más sistemático tieneque decirse que no hay ningunaexperiencia personal concretaque agote el misterio de Dios yque entre las experiencias per-sonales concretas de todo el pue-blo de Dios puede ir acercándoseasintóticamente al encuentro conDios en plenitud […] Nadiedebería ser tan timorato que

10 Ibid, p. 64

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pensase no tener nada que ofrecer a otros de su propia fe,y nadie debiera ser tan presuntuoso como para pensar queno puede recibir para su propia fe la de los otros.11

De esta manera podemos decir que nosotros, somos templo deDios, espacio de invocación y presencia que es a la vez acogido porDios mismo como morada, templo “místico” del Señor, es decir,lugar consagrado. Como J. Daniélou afirma:

El templo no es un simple edificio, sino el lugarconsagrado; y si se le considera en sus perfeccionamien-tos sucesivos, lo primero es el templo cósmico, con lapresencia de Dios en el universo; a continuación, eltemplo mosaico, habitación de Dios en el tempo deJerusalén; después el templo crístico, presencia deDios en la persona de Cristo; más tarde, templo místi-co, Dios en el corazón de los cristiano elegidos; yfinalmente, el templo escatológico.12

Cuando oramos como pueblo y rogamos al Dios y Padre celestialen los tiempos de angustia, nos convertimos en espacio deconsuelo y esperanza, pero no por nosotros mismos, sino por loque la cercanía de Dios, un Dios que a veces se oculta y que enmedio de su pueblo, sin embargo, está. Es el Dios de Jesucristo elque responde para sanar al enfermo, para perdonar el pecado,para liberar al oprimido y para levantar al caído. La oración encomún es vital y da sentido a la iglesia, así frente a la búsquedade Dios, la iglesia ha de ser una “iglesia santuario”, como diceRonaldo Muñoz:

Un espacio humano donde el pueblo y cada uno puedeencontrarse con su Dios, una escuela de oración y adora-ción “en espíritu y en verdad”, un camino compartidopara crecer en la fe y el conocimiento del Dios de la vida,

11 Jon SOBRINO, “Espiritualidad y seguimiento de Jesús”, en I. ELLACURIA Y J.SOBRINO, Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales de la teología de la liberación.2 ed. Madrid, Trotta. 1994, T. II, p. 474,12 Citado en Rosino GIBELINI, La teología del siglo XX. Trad. Rufino Velasco. Santander,Sal Terrae. 1998, p. 205.

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del Dios del reino predicado yencarnado por Jesucristo. La ca-pillas y los templos materialespueden ser espacios de acogida ysignos visibles. Pero es la comu-nidad misma, con sus rostros ysu fraternidad concreta, con suoración y sus celebraciones bien“situadas”en la vida, la que tie-ne que constituir para el puebloel”cuerpo” de Cristo” y el “tem-plo del Espíritu”, el espacio hu-mano donde encontrarse con elDios vivo.13

Como podemos apreciar, la liturgianos lleva a un plano colectivo, a unaverdadera relación entre los miembrosde una comunidad, entre el miembro yel cuerpo. Tomamos en nuestro desti-no, el destino de los demás.14 Las ora-ciones arrastran a los presentes comouna ola más allá de ellos mismos y delcírculo familiar hacia la comunidad,aun hacia los ausentes, hacia la ciu-dad, hacia las naciones, hacia los quepadecen y están sufriendo, hacia losque están en peligro, hacia los queagonizan. El culto no se deja centraren una persona, en un individuo, siem-pre es compañerismo. Quizá por ellodijo Jesús “porque donde están dos otres congregados en mi nombre, allíestaré yo en medio de ellos” (Mt 18:20).

13 Ronaldo MUÑOZ, “Experiencia popular de Dios y de la iglesia” en J. COMBLIN, etal (comps.), Cambio social y pensamiento cristiano en América Latina. Madrid, Trotta.1993, p. 169.14 Cf. Paul EVDOKIMOV, Ortodoxia. Trad. Enrique PRADES. Barcelona, Peninsula.

1968, p. 263.

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LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

LA ALABANZA Y LA ACCIÓN DE GRACIAS DEBEN IRSIEMPRE UNIDAS A NUESTRAS ORACIONES.

No podemos pensar en el culto cristiano sin pensarinmediatamente en la oración.

Estamos llamados continuamente a ofrecerle cultoa Dios porque no faltan los motivos para agradecerleo bien para clamar a El.

LA ORACIÓN ES TAMBIÉN EXPRESIÓN DE LA HISTORIA

El culto tiene una dimensión histórica profunda, es tiempode manifestación de Dios como en la llamada deMoisés (Éx. 3-4), Isaías (Is. 6) o Jeremías (Jer. 1).

La oración es pues la respuesta del hombre cuandocomprende su miseria y sabe que el socorro se aproxima

La oración histórica se vuelve comunitaria: oramos“Padre nuestro”, no padre mío”: Somos hijos deun mismo Padre.

LA IMPORTANCIA

DE LA

ORACIÓN

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PERO TAMBIÉN LA ORACIÓN NOS MUESTRA UNASPECTO CENTRAL DEL CULTO Y ES QUE ES UNDIÁLOGO.

La oración consiste en ese intercambio entre el nosotrosde los orantes y el tú de Dios. Dios habla, escuchay responde.

La misma intercesión será con alegría y confianza.

PERO HAY QUE APRENDER A ORAR.

Orar no es solo desahogar el corazón sino encontrar aDios.

La oración al ser comunitaria, es también espaciopara dar y recibir.

NOSOTROS SOMOS TEMPLO DE DIOS.

Somos espacio de invocación y presencia que es ala vez acogido por Dios mismo como morada,templo “místico” del Señor, es decir, lugar consagrado.

Nos convertimos en espacio de consuelo y esperanza,pero no por nosotros mismos, sino por lo que la cercaníade Dios

Debemos ser una “iglesia santuario”.

La liturgia nos lleva a un plano colectivo,siempre es compañerismo.

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JUSTIFICACIÓN

NECESIDAD DEL

CULTO

En hebreos 10:23-25 leemos:

Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe queprofesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho.Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amory a hacer el bien. No dejemos de asistir a nuestras reuniones, comohacen algunos, sino démonos ánimos unos a otros; y tanto más cuantoque vemos que el día del señor se acerca.

Hay en verdad una necesidad del culto, pero se nos muestra que elcelebrarlo es un mandato. Cuando la iglesia celebra el culto, noinventa nada, simplemente obedece. Y obedece al mandato de Jesús:“hagan esto en memoria de mí” (Lc 22:19). El culto es instituido porCristo, pero hay que observar que no es un culto de predicaciónsolamente, sino un culto de comunión (eucarístico); esto lo veremos másadelante, pero cabe recalcar que el culto es un mandato del Señor enprimer lugar, así: “el culto es necesario por estar instituido por Cristo,y ordenado por él”1 .

Y auque es cierto que el culto nos ayuda renovar y reforzar micomunión con Dios, es un espacio para oír la Palabra de Dios, que esun medio que Dios usa para transformarnos, que en el culto podemos“disfrutar” de la comunión de unos con otros y otras cosas más,2 locierto es que, como bien señala Alfred Küen, el objetivo principal delculto es adorar a Dios:

1 J.J. Von ALLMEN, El culto cristiano. Su esencia y celebración. Trad. A.CHAPARRO Y L. BITINI. Salamanca, sígueme. 1968, p. 114.2 Cf. Alfred KÜEN, El culto en la Biblia y en la historia. Trad. Eva BARCENA.

Terrassa, CLIE. 1995, pp 24-28.

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JUSTIFICACIÓN NECESIDAD DE CULTO

La clave del culto es que es para Dios […] Nunca más saldrédecepcionado si el sermón no me ha gustado, si “no he recibido nada”,si no he encontrado la relación que deseada con los hermanos y lashermanas, ni he “sentido la presencia del Señor. Si por el contrario,he podido alabar y adorar a Dios a través de mis cánticos, misoraciones y mi ofrenda, mi culto habrá cumplido su objetivo principal.Si buscamos “primeramente” responder a este objetivo, todas lasdemás bendiciones que hemos enumerado anteriormente “nos seránañadidas”.3

Por otro lado, el culto necesario por estar suscitado por el EspírituSanto. Negarse a celebrar el culto, es negar la obra del Espíritu Santo,“es negar lo propio del Espíritu, que es dar a los hombres las prendasdel mundo venidero (2 Cor 1,22; 5,5), trasplantarlos al reino futuro,que será una inagotable asamblea litúrgica”.4 El gozo y la alegría dela salvación en Jesucristo, así como la acción de gracias de los creyentes,es provocado por el Espíritu Santo de Dios. Además, nadie puede decirque Cristo es el Señor sin la ayuda del Espíritu Santo (1 Cor 12:3). Y sólopor el Espíritu podemos clamar a Dios “Padre” (Gal 4:6 y Rom 8:15).

El culto es necesario porque es una de las formas de realizar la historiade la salvación, ya que es Dios el que obra en el culto, por su palabray por los sacramentos. Si se desecha el culto, se declara con ello que noes Dios el que obra en él.5 La evangelización no es una meta del culto,pero puede ser una consecuencia (Sal 40:3).

Pero hay otras cosas que suceden cuando celebramos el culto.Proclamamos el señorío de Cristo, ya que celebramos su resurreccióny le llamamos “Señor” nuestro y del mundo. Testificamos a otroscreyentes y nos edificamos por nuestra presencia, por nuestraparticipación, por nuestros cánticos y palabras, por nuestraparticipación en la Santa Cena, por la oración, por el testimonio de loshermanos, por nuestro saludo y nuestro compartir la fe y la esperanza.

Cuando celebramos el culto, luchamos de una manera eficaz contraSatán y las fuerzas idolátricas del mundo J. J. Von Allmen expone:

3 Ibid, p. 28.4 J.J. Von ALLMEN, op cit, p. 116.

5 Ibid, p. 117.

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JUSTIFICACIÓN NECESIDAD DE CULTO

PPPPPARAARAARAARAARA TESTESTESTESTESTIFICTIFICTIFICTIFICTIFICARARARARAR ANTEANTEANTEANTEANTEELELELELEL MUNDO MUNDO MUNDO MUNDO MUNDO YYYYY QUE SEA QUE SEA QUE SEA QUE SEA QUE SEA SAL SAL SAL SAL SALVVVVVO.O.O.O.O.

La evangelización no es la metadel culto, pero puede ser unresultado. David pensaba así

cuando decía que “Dios puso luego enmi boca cántico nuevo, alabanza anuestro Dios, verán esto muchos ytemerán, y confiarán en Jehová” (Sal40:3). Cuando exhortaba a “cantar yproclamar la gloria de Dios entre lasnaciones” (Sal 96:3; cf. 98:1-2; 105:1-3) con la finalidad de que lleguen alconocimiento de Dios.“La única esperanza del mundo, es laIglesia, y la única esperanza de la Iglesiaes el retorneo a la práctica del culto”(W. Wierbe, 86, p. 160). El arzobispoanglicano William Temple llegó a de-cir: “Sólo una cosa puede salvar almundo del caos político y de la ruina:el culto” (citado por G. Kennedy:reader´s Notebook (Harper, NewYork 53, p. 324).Vivimos en un contexto consciente yvoluntariamente ateo. En 1828,Ludwing Feuerebach expresaba así elpropósito de su vida y de su obra: “Miobjetivo ha sido transformar a mislectores de amigos de Dios en amigosdel hombre, de creyentes en pensado-res, de devotos en trabajadores, decandidatos de un mundo futuro enstudiantes de nuestro mundo presente,de cristianos cuyas creencias hacen deellos personas simples y medio angeli-cales en hombres que sean plenamentehombres”. Su deseo se ha cumplido: el

hombre de hoy en día no se parece ennada al creyente devoto del siglo XIX,que pasaba aquí esperando un mundomejor –lo que, en el fondo, no es malo-. Pero creyó que para ser plenamentehombre se debía rechazar la idea decreer en Dios y que, por el contrario,se debía proclamar que no se tenía “niDios, ni señor”.La consecuencia es que el hombre haperdido el sentido de su dignidad. Si elhombre ya no es una criatura a laimagen de Dios, sino simplemente unanimal más evolucionado que los de-más, puede ser manipulado, utilizadoo suprimido a voluntad: los 6 millonesde judíos aniquilados por Hitler, lasdecenas de millones de abortos, sóloson dos testimonios de la pérdida delsentido del valor y la dignidad delhombre. “Habiendo perdido en nues-tro tiempo el sentido del culto, hemosperdido algo realmente importante: elsentido de la vida” (D. McKee 71, p.10).Dag Hammarskjöld, antiguo secreta-rio general de la Naciones Unidas,escribía: “Dios no muere el día quedejamos de creer en un dios personal,sino que somos nosotros los quemorimos ese día en el cual nuestrasvidas dejan de estar iluminada por laluz constante, renovada día a día, deuna maravilla que tiene su origen másallá de toda razón”.¿Qué puede dar sentido a la vida si Dios

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Por el culto, el campo quitado por el Espíritu Santo al dominio delmaligno queda ocupado y protegido; así sabe el mundo que, si estácondenado por la presencia de la Iglesia, aún no está perdido, sinollamado a cambiar de dueño, y a reconocer como señor a quien es susalvador. Así, pues, la Iglesia mantiene abierta, no exclusivamente,sino también por su culto, la herida que la resurrección de Cristo y laefusión del Espíritu santo han producido en la autojustificación delmundo, y en este sentido prosigue la historia de la salvación.6

Cuando nos reunimos en el culto, realmente enfrentamos el mundode las tinieblas ya que damos adoración al único y verdadero Dios, noa los ídolos; mediante nuestra oración resistimos al diablo (Stgo. 4:7),condenamos la obras de las tinieblas, y el Dios nos reviste de poderde lo Alto para luchar contra el enemigo (Ef 1:11, Col 1:13).7

Pero un queda una razón más para apuntar la necesidad del culto hoy,y es que el reino de Dios no está plenamente aún con todo su poder.Aunque ya está el reino como “levadura que leuda toda la masa”, aunno está totalmente. La Iglesia demuestra por el culto que Dios havisitado el mundo en Jesucristo y aún lo sigue haciendo, que noestamos solos, perdidos, sino que Dios tiene un lugar para que nosentreguemos a El y El a nosotros. Pero este presentarnos delante de

ya no existe? “No creer en Dios escreer en uno mismo” decía K. Barth.¿Es éste el único sentido de la vida?“Comamos y bebamos que mañanamoriremos” […]Es también el culto donde nos prepa-ramos para el testimonio. La iglesiaprimitiva sacaba las fuerzas para testi-ficas de las reuniones de culto “en eltemplo y en los hogares” (Hec. 2:46).“Un culto que es un encuentro con elDios vivo, amoroso, sufriente siemprenos enviará al mundo para ser más ymás como él… Es nuestro amor hacia

él lo que nos inspirará amor hacia losdemás; es su señorío sobre nuestrasvidas el único poder que ha podidovencer al mundo y a sus dioses” (G.Kendrik, 85, p. 39).La evangelización también tiene comoobjeto el culto: es un llamamiento adejar los cultos falsos y a volver al cultodel Dios vivo y verdadero” (1 Tes 1:9).

Alfred kÜEN, op cit, pp. 40-43.

6 Ibid, p. 119.7 Cf. A. KÜEN, op cit, pp. 43-44.

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LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

él hace algo extraordinario, nos permitepresentarnos ante El “como éramos antesde la caída y como seremos después de laparusía”.8

Finalmente, aunque no es lo másimportante, el culto es “útil”, al menos entres formas: pedagógica, ya que en elculto se nos enseña a ser cristianos, aencontrar a Dios, a encontrar al mundo,a encontrar al prójimo, se aprende la fe,la esperanza y el amor; tiene una utilidadsociológica en cuanto reúne a loshermanos y les da una cohesión másprofunda y solidaria más esencial que laque se puede tener en el mundo;finalmente tiene una utilidad psicológicaen tanto es espacio de refugio de paz y dealegría; es oportunidad de decirle al Señorque le queremos servir, ponernos a sudisposición y decirle que le amamos.9

A P U N T E S

ELELELELEL FRUT FRUT FRUT FRUT FRUTO DE LO DE LO DE LO DE LO DE LAAAAA ADORAADORAADORAADORAADORACIÓN.CIÓN.CIÓN.CIÓN.CIÓN.

En uno de los más grandes pasajes de la literatura universal, el escritoralemán Goethe, pone las siguientes palabras en la boca de uno de suspersonajes: “Existe una cosa la cual ningún hombre trae consigo al mundo

y sin embargo, de ella depende todo para hacer de él un hombre en todo elsentido de la palabra, esta cosa es reverencia”.Esta reverencia que impulsa a mirar hacia arriba, es la fuente de las otrasreverencias, a saber, reverencia por lo que está alrededor de él y reverencia porlo que está debajo de él.Lo que quería decir el gran humanista aunque no lo expresara concretamenteera esto: El logro de la verdadera humanidad, digna de ese nombre, es fruto dela adoración religiosa. Para ser, en el más puro sentido del término, un hombrepara el hombre, esto es, uno que siente simpatía e interés por el prójimo y estápreocupado con pasión por los menos afortunados que él, para lograr ese

8 J. J. Von ALLMEN, op cit, p 120.9 Cf. Ibid., pp. 120-122.

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LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

sentido de los humano, el hombre debe alzar sus ojos a los montes, es decir,debe adorar a Dios.Empero ¿qué significa adorad a Dios en un sentido cristiano? En esa mirada haciaarriba que caracteriza a la verdadera adoración, debe haber una concienciasensible acerca de Dios, un conocimiento verdadero de Dios y una sinceraaspiración hacia Dios. La verdadera adoración debe ir acompañada de unsentido del deber expresado en obediencia a Dios. Esta obediencia debe seralgo completamente diferente a la práctica de ejercicios religiosos, ya sean éstossimples o complejos o bien a la observancia de una conducta moralista.[…] El verdadero significado de la adoración cristiana ha sido expresada en lafrase “servicio divino”. Cualquiera que sean los elementos acompañantes de laadoración, siempre deberá ser ésta una expresión reverente y obediente denuestro amor a Dios, junto con un servicio de amor a nuestro prójimo, a quiendebemos considerar como un hijo de Dios.

JUAN A. MACKAY. El Sentido Presbiteriano de la vida. Lo que significa viviry adorar como presbiteriano. Tra. Abel CLEMENTE. México, El Faro. 1970,pp. 203-204.

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ADORAR

Y

ALABAR

1 Cf. H. SCHÖNWEISS, “ Oración”, en L. COENEN, et al, Diccionario teológico delNuevo Testamento. V. III. Trad. M. BALASCH, et al. Salamanca, Sígueme. 1980, p.222.2 Idem.

En el diálogo de Jesús con la samaritana, ante la pregunta de ellasobre el mejor lugar para adorar a Dios, Jesús responde:

Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que deveras adoran al Padre lo harán en un modo verdadero,conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que asílo hagan los que lo adoran. Dios es Espíritu, y los que loadoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme alEspíritu de Dios (Juan 4:23-24).

La palabra adorar (proskynéo) significa fundamentalmente “be-sar”. En las esculturas egipcias se encuentran personas adorandocon la mano extendida lanzando un beso a la divinidad. Entre losgriegos, adorar es una palabra que se usaba para designar laadoración a los dioses y tiene el significado de “caer de rodillas”1 .

En el A.T. el verbo adorar (hichtaHawah), aparece más de 170 vecesy también hace referencia al gesto de inclinarse, encorvarse, haceruna reverencia. Este semitismo delimita la adoración de Jehová detoda adoración pagana, es decir, adorad a Dios es reconocer susuperioridad, es levantar el rostro darse cuenta de su santidad yde la perfección de Dios.2

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Según el A.T. Israel se encontró en diversas ocasiones tentado aseguir otros cultos paganos, y los profetas continuamente lucha-ron contra ello. Los cultos paganos les eran atractivos al puebloen parte porque no demandaba mucho del adorador, simplemen-te debía guardar ciertas “reglas rituales”, y en cuanto a su vidacada quién podría hacer lo que le pareciera. En cambio laadoración a Jehová implicaba que tanto los gestos externos,actitudes y palabras debían coincidir con una obediencia a la leyde Dios.3

En el N.T. adorar aparece en 59 ocasiones y sólo se utiliza enrelación con Dios o con Jesucristo. La adoración debe darse sóloa Dios, no a los hombres ni a tampoco a los ángeles (Hech 10:25,Ap 19:10; 22:8). En Mt 4:9, cuando el Diablo pide a Jesús que sepostre ante él y le adore, así demuestra claramente que él es el granadversario de Dios. Jesús le responde que sólo a Dios le pertenecela adoración (Mt 4:10). Así la actitud de adoración muestra quiénes el Dios al que se adora:

Pues la relación del hombre con Dios se expresa de unmodo especial en la adoración, sobre todo en la oración. Deaquí que el llamado al arrepentimiento pueda adoptar laforma de un “adorad a Dios”, es decir, reconocer su podercreador y su majestad como juez, su soberanía excelsa ysu exigencia (Ap 14:7).4

En Apocalípsis aparecen bien delineadas las características de laadoración: 1) Fijan la atención en el mismo Dios o en Jesucristoy lo que hace a nivel universal (Ap 4:8-11: creación; 15:3-6; 16:5-7: gobierno; 5:8-10: salvación; 11:8-10: consumación). 2) Expre-san lo que es Dios para ellos y le atribuyen las cualidades máselevadas (eternidad , omnipotencia, gloria, sabiduría, santidad,poder, etc). 3) Se le aclama como a un rey (“digno eres”, “Salud”:Ap 4:11; 5:9-12; 7:10). 4) Llamamientos a la oración (aleluya,amén 7:12; 19:1,3-4). 5) Cesa toda súplica y acción de graciasmeramente humana.5 Como vemos la adoración a Dios va más

3 Cf, A. KÜEN, op cit, pp. 60-62.4 H. SCHÖNWEISS, op cit, p. 223.5 Idem.

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6 J. CALVINO, op cit, II, viii, 16, p. 273.7 A. KÜEN, op cit, pp.72-72.

allá de una expresión ritual, es comodice Juan Calvino: “la veneración yculto que cada uno de nosotros le dacuando se somete a su grandeza”.6

Por otro lado, se pueden mencionaralgunas condiciones de aquel que quie-re adorar a Dios para que esta sea enespíritu y en verdad:

Debe acercarse a él (He 4:16;10:22; Stg 4:8) con fe (He 10:22;11:6,17, 28), con el corazón puro(He 9:14; 10:22), estando recon-ciliado con Dios (Ro 5:10; 2 Co5:18) y habiendo sido hecho hijode Dios (Ro 8:14; Gá 4:6) ha-biendo comprobado que Dioses bueno (Col 1:9,12). Debe acer-carse confiadamente (He 4:15),sabiendo que ya no hay conde-nación para aquellos que estánen Jesucristo (Ro 8:1) y que “sihemos pecado, abogado tene-mos para con el Padre” (1 Jn2:1). No se gloría nunca de loque ha hecho (1 Co 1:29), sinode lo que Cristo ha hecho por él(Fil 3:3). El Dios a quien adora-mos es el Dios vivo (Hch 14:13;1 Ts 1:9; He 9:14; 10:31; 11:6), elSeñor soberano (Hch 4:24, Fil2:9-11, Ap 23:3) el Creador (Hch4:24, Jn 2:24, 6:70; Ro 8:27), quese acerca a quien se acerca a él(Stg 4:8; Rom 10:12; 14:1-3; 15:7).Es el Dios que no cambia jamás(Mal 3:6, Sal 102:27; He 1:12;13:8).7

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Vivientes y Ancianos forman losdos coros de una sinfonía dealabanza. Representan el

conjunto de la creación que acoge eldon de Dios y canta su grandeza. Elprincipio de los tiempos no es batallaentre dioses (teomaquía), ni generacióncósmica (teogonía), sino creación (obrade Dios) y liturgia de alabanza (de lascriaturas). Juan ha distinguido yvinculado aquí a Vivientes (4,8b-9) yancianos (4,9-11). Los primeros alabana Dios por lo que es, los segundos porlo que hace.Los vivientes, signo de la naturalezaque exalta a Dios , son espíritus delcosmos, ángeles excelsos que cantansin sueño la gloria de Dios . Repiten el Trisagio (= Tres vecesSanto) de Is 6,3, que forma la base dela Qedusa (Qados, Santo), oraciónfundamental de la liturgia judía,adaptada por los cristianos en elSanctus de su eucaristía. Es muyprobable que Juan utilice en 4, 8b unmodelo judío, traduciendo Sebaot (delos ejércitos) por Todopoderoso(Pantockator: cf. 15,3 16,7 19,621,22). Así interpreta la Santidad deDios como Poder que culminará en lanueva creación.Llaman a Dios el que Era, Es, y EstáViniendo ( 4,8c), como vimos en 1,4.

La novedad está en que ahora el Venirfinal se entiende como expresión deOmnipotencia: Dios es Todopoderosoen la medida en que Está Viniendo pararealizar su acción en Cristo. Los que viven aclaman al Dios Viviente(4,9). Las figuras cósmicas (toro, león,águila, humano) son seres que viven(dsóa, animales) porque reconocen ycantan a Dios como único Viviente (hoDsón) haciendo vivir (irradiando vida)a los Vivientes. Por eso ellos le cantanofreciéndole gloria y honor(reconociéndole) y eucaristía(agradeciendo lo que ha hecho).Ésta es una liturgia judía, pero en sufondo se expresa la novedad delevangelio: el Poder de Dios que Vienese identifica con el Cristo, a quienveremos en Ap 5 como Corderodegollado, en gesto que se puede llamareucaristía (acción de gracias por laacción de Dios en Cristo). Por ahora predomina el aspecto de lacreación: Es una liturgia cósmica y losAncianos, representantes de lahumanidad, responden con su gesto yalabanza ( 4,10-11), unidos al cosmosen adoración (proskínesis: inclinadoshasta el suelo ) y reverencia ( ponen suscoronas ante el Trono), diciendo:¡Digno eres...! (Axiología: 4,11ª).Reconocen justa la alabanza de los

LITURGIACELESTE(4,8b – 11)

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Adorar a Dios como lo describe Jesús,implica una proximidad novedosa deladorador hacia Dios mismo, es dirigir-se “al Padre”, y el énfasis se hace en queésta adoración ha de ser en “Espíritu yverdad”. Aquí debemos tener cuidadode no hacer una interpretación “espi-ritualista”, que es lo más común y porello se ha eliminado el arte, elsimbolismo, los gestos y aun la movi-lidad en los cultos, radicalizándose auna mera abstracción del culto per-diendo así mucha de la riquezalitúrgica. Jesús no está contraponien-do el culto externo por un culto inter-no en el espíritu del hombre, aunque síes claro en la teología de Juan que losque adoran en espíritu y verdad sóloson los que han nacido de nuevo (Jn3:3-8), ya que de otra forma el hombreno tiene acceso a Dios y a su reino. Asípara la adoración en el espíritu, esnecesario que el ser humano venga aDios colmado del Espíritu de Dios(puesto que ha sido engendrado “de loalto”por el Espíritu de Dios) y en ver-dadera unión con Cristo, que su mis-mo cuerpo glorioso es templo santo de

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Vivientes (cf. 4,9) y ofrecen a Dios gloria y honor, introduciendo poder(dynamis), como manifestación de Dios y de su obra salvadora en vez deeucaristía.¡Porque has creado todas las cosas...! (Fundamentación: 4,11b). Como buenjudío, Juan ha destacado la continuidad entre el Dios creador y culminador.Frente a toda gnosis, que comienza negando la creación, Juan la valora: allí dondese reconoce a Dios por su acción buena en el mundo, puede hablarse deculminación o recreación escatológica. Juan nos ha llevado al cielo para ver aDios. Allí se funda todo lo que sigue.

PIKAZA, Javier. Apocalipsis. Navarra, Verbo Divino, 1999, pp.81-82.

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Dios (2:21) y en él tiene lugar el verdadero culto, así, el verdaderoadorador no es individualista, sino que es parte de la grey delSeñor. La verdad, por su parte, se refiere a la verdad revelada porJesús, en la cual tiene participación los creyentes.8 Podemosmencionar entonces que:

La adoración es la experiencia más espiritual, creadora,renovada, gozosa, importante e influyente en la vida delindividuo, su iglesia y la comunidad. Los asistentes en elculto desarrollan una relación especial y dinámica contodos los otros feligreses y con Dios9 .

En cuanto a la alabanza, el A.T. usa el término hillel en más de 50ocasiones en los Salmos y el N.T. usa la palabra aínos exclusiva-mente para la alabanza a Dios. La alabanza es la expresión oralde la adoración.10 La alabanza es una profunda admiración quese expresa en cantos dirigidos a la persona que ha suscitado estesentimiento. Tanto el término hillel como el de aínos, significan enprimer lugar lanzar un grito de admiración.

También la alabanza se expresa por medio de expresiones gozo-sas (1 Cr 23:5; 2 Cr 5:13; 7:6; Esd 3:11), por gritos lanzados paraanimar a los demás a unirse a la alabanza (aleluya) y sobre todopor medio de cánticos, a menudo acompañados por una orquestay un coro (1 Cr 15:16; 2 Cr 5:12; Neh 12:27; Sal 149; 150) […] Aveces, la alabanza se expresaba con todo el cuerpo en la danza (Ex15:20; 2 Sam 6:14).11

Con lo anterior y teniendo en cuenta que la alabanza no surgepor naturaleza en el corazón del ser humano, sino que es elEspíritu Santo el que la suscita, podemos decir que “la alabanzaverdadera es ante todo afectiva: nace de un sentimiento interno,

8 Cf. Rudolf SCHNACKENBURG, El evangelio de Juan. Versión y comentario. T. I.Trad. Alejandro e. LATOR. Barcelona, Herder. 1980, pp. 506-510.9 M. T. CARTY y J. W. CARTY, “La adoración de Dios”, en M T. CARTY (ed),Comunicación y proclamación del evangelio hacia el siglo XXI. Múltiples ideas para lacomunicación contemporánea de la Palabra de Dios. México, CUPSA. 1984, p. 75.10 A. KÜEN, op cit, p. 74.11 Ibid, p. 74-75.

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de un gozo y una alegría que surgendel corazón (Sal 4:8; 33:21; 103:1; Lc1:46)”.12

Pero la alabanza que va dirigida aDios, ha de expresar ese mysteriumtremendum. Por muy bellos que seanalgunos cantos, y que manifiesten unagran admiración ante Dios, no hayque olvidar que los ángeles según losdescribe Isaías (Is 6), sólo alcanzaron adecir unas pocas palabras ante tal pas-mo de estar en presencia del Dios san-to, como menciona Rudolf Otto, sedirigen a Dios en tercera persona y nocomo a un tú.

De hecho no siempre se puede tutear alAltísimo y en general nunca. SantaTeresa trata a Dios de “Eterna Majes-tad”, y los franceses de vous. Goethe seacerca al tremendum mysterium de loluminoso cuando dice a Eckermann(el 31de diciembre de 1823): “Las gen-tes tratan el nombre de Dios como si elSumo Ser fuera un igual suyo. De otromodo no dirían: el señor Dios, el ama-do Dios, el buen Dios. Si estuviesenpenetrados de su grandeza quedaríanmudos y no podrían nombrarlo depura veneración.13

La alabanza y la adoración a Dios esuna de las experiencias más impresio-nantes para el ser humano, que le

12 J.C. LAMBERT, Iseb iv, p. 2429.13 Rudolf OTTO, Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios. Trad.

Fernanado VELA. Madrid, Alianza. 1980, p. 48, nota 2.

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pueden hacer permanecer por encima de cualquier situación, yaque le llena de esperanza y gozo, pero también le equipa para lavida. Emilio Castro daba un testimonio de lo que puede significarla adoración y la alabanza a Dios.

En Rusia el soviet estableció una disposición constitucio-nal por la cual existe libertad de cultos y existe libertadde propaganda religiosa, pero la iglesia está reducida alculto o a la misa. Nada más. No se pueden tener activida-des con niños, con jóvenes ni con ninguna otra cosa queno sea estrictamente la liturgia. Nuestros amigos comu-nistas creían que siendo el culto una manifestación delopio de la religión iba a desaparecer paulatinamente alperder los apoyos sociales en una sociedad socialista. Sinembargo, una de las experiencias más impresionantesque uno puede tener es participar en una misa de laiglesia ortodoxia rusa, en la cual los fieles permanecentres horas de pie (no hay un solo banco en las iglesias),apiñados uno contra el otro, participando con sus cantosen una alabanza que revela la potencia de la adoraciónpara mantener viva la llama de la fe, la llama de laafirmación de la libertad del ser humano para religarsecon lo eterno que difícilmente puede ser quebrantada.14

¡Ningún error más fatal que pensar que la adoración es un placenteropasatiempo espiritual para el deleite sublime del alma! El Apocalipsis nosenseña la asombrosa seriedad, las solemnidad y la peligrosidad de la

verdadera adoración. En las categorías de Soren Kierkegaard, la “adoración”a un nivel meramente estético, por bella que sea, no es más que una blasfemiay abominación delante del Señor. La verdadera adoración tiene que llevarnosal nivel ético y existencial. Estar delante del Señor de la historia, que está sentadoen el trono, significa tener que comprometernos históricamente con su voluntad.Cuando nos hallamos frente al ocupante del trono, cuando nos hemos arrodilladodelante del Señor del universo, se nos transforma nuestra visión de todas lascosas. Es imposible adorar verdaderamente sin comprometernos en el actocon los valores del Reino y la voluntad de aquél que está sentado en el Trono.De lo contrario, no es adoración sino hipocresía. Nuestro Dios es el Señor del

¡LA ADORACIÓN PUEDE SERPELIGROSA!

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universo, de la historia y de todas las naciones: adorarlo es ponernosincondicionalmente a su disposición hasta las últimas consecuencias para sercolaboradores con él en sus propósitos. La adoración y la oración son los actosmás revolucionarios que podemos realizar.La adoración verdadera nunca puede ser históricamente escapista nipolíticamente neutral. En las doxologías de estos capítulos [Ap 4-5], como entodo su libro, Juan de Patmos declara explícitamente y sin titubeos sus opcionesideológicas. Entre alabanza y alabanza van fuertes denuncias de la idolatría delsistema imperialista, y no por eso hay menos adoración sino todo lo contrario,una adoración auténtica. Una adoración espiritualoide y etérea, por muypiadosa que parezca, no tiene nada que ver con aquél que está sentado en el tronoy con su Reino de justicia. Aunque se hallaba prisionero por su fe, Juan de Patmos no tenía miedo, en suadoración como en todo su libro, de declarar su compromiso con el Señor deseñores y de denunciar las idolatrías, injusticias y opresiones de su época. Suadoración era un auténtico acto de fe y compromiso a los pies del Señor de lahistoria. Una adoración de este tipo siempre parecerá subversiva y serápeligrosa. En todo su libro Juan está llamando a los fieles a ser consecuentes consu fe y su adoración, aun cuando para unos significaría una muerte segura.

STAM, Juan, Comentario bíblico iberoamericano. Apocalipsis. T.1. BuenosAires, Kairos, p. 195.

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1 K. HESS, “Servicio, en L. COENEN, et al, op cit, T IV, pp 216-217.2 Idem.

El culto en la Biblia se entiende como servicio. En el Judaísmo aligual que en el A.T. la relación del ser humano con Dios se dá entérminos de servicio, en donde el hombre es el servidor o el siervode Dios. En el A.T. la palabra ́ abad, se traduce como servicio, peroespecíficamente como servicio a Dios. Por ejemplo en Ex 4;23;7:26; 8:16; 9:1 en donde Moisés exige que el pueblo pueda ir a“servir a Dios”, se refiere sobre todo al culto.1 En el N.T. lapalabra latreoú, se utiliza en sentido de culto religioso (Hech24:14; Lc 1:74; 2:37). Pero en Hech 24:14, específicamente se refiereal culto interior, del corazón: la fe y la oración. Según Rom 12:1que usa la palabra latreía, y junto a Rom 9:1 y Fil 3:3, el serhumano en tanto es tomado por el Espíritu Santo para el serviciodel evangelio y llega a esa entrega total de la propia vida, es hastaentonces que practica el culto auténtico.2

Debemos tener en cuenta por otro lado, que el culto tiene unarelación con la cultura, o al menos, así debería ser. “La culturaincluye todo lo que el ser humano realiza en términos de valoresmorales, espirituales, estéticos, intelectuales y políticos”.3 Elculto se dá en medio de una comunidad, la cual pertenece a unacultura determinada y por lo tanto con una visión y un cuadrode valores específicos hacia los cuales el culto se dirige. La culturaes importante para el culto, ya que éste se vale de aquella para serentendible y coherente: la lectura de la Biblia en lengua vernácula,la predicación en lengua vernácula también, los instrumentos yritmos musicales específicos de una cultura, etc. “Los vocablos

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3 Carmelo E. ALVAREZ, El protestantismo latinoamericano. Entre la crisis y eldesafío. México, CUPSA. 1981, p. 70.4 Edwin MORA GUEVARA, “Pastoral protestante en el contexto cultural

latinoamericano”, en E. MORA G, Liturgia 1: Celebración. Curso de lectura. San José,UBL, 2000, p. 15.5 Carmelo E. ALVAREZ, op cit, p. 72.

culto y cultura nacen de una misma raíz latina (del verbo colere)que quiere decir, cuidar, ennoblecer, mejorar”.4

Pero la relación entre culto y cultura va más allá, nos presentaretos como el de crear una liturgia que “nazca de la tierra”(cultural), celebrar nuestra fe con nuestra propia cultura, enmedida de ello, nuestra liturgia será cristiana, como mencionaCarmelo E. Alvarez, “al celebrar a Cristo en nuestra culturaafirmamos nuestra autenticidad: toda liturgia es cristiana preci-samente por ser encarnada culturalmente”.5 Lo anterior esporque el presupuesto básico de la redención en Cristo está en queél se encarnó (Jn 1), pero no se encarnó en abstracto, sino en unacultura determinada: judía. Dios mismo asumió el “rostro huma-no” y el “rostro de la cultura humana” en Jesús, quien asumió,pero también criticó la cultura en que vivía.

Desde luego, que hay elementos culturales que no son acordes alos valores del reino, por lo que se demanda hacer una valoracióncrítica de la cultura, en especial con los aspectos alienantes(machismo, clasismo, racismo, etc).

Una cultura alienante: que es una cultura de la clasedominante que pretende imponerse sobre las clases do-minadas para hacerlas pensar, sentir y vivir como ellas.Expresa los antivalores de la sociedad de consumo, con-vierte la vida en mercancía que se puede comprar yvender; adormece al pueblo haciéndole vivir según mol-des extranjeros, y niega el cambio porque inyecta unconformismo con todo lo establecido. [… por otro lado]Una cultura del pueblo: que es ambigua, contiene ele-mentos de resistencia e identidad, pero que están mezcla-dos con elementos de dominación. Expresa algunasconcepciones equivocadas como el machismo, la confian-za en los milagros, la resignación, el conformismo; pero

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a la vez tiene presentes las es-peranzas, alegrías, tristezas,visión del mundo que tienenuestro pueblo.6

Sobre el sentido del culto cristiano, loveremos en la próxima lección, sola-mente adelantaremos que el culto cris-tiano es la recapitulación de la historiade la salvación.

Otro término importante es el de litur-gia. En Heb 8:2, aparece Cristo como elgran liturgo (leitourgós), y puesto quees el verdadero sumo sacerdote, harealizado una liturgia (leitourgía) muydiferente (8:6), que es su sacrificio úni-co y válido de una vez y para siempre(Heb 10:10). En Rom 15:16, Pablo serefiere así mismo como un liturgo deCristo (celebrante). En Hech 13:2 “undia, mientras estaban celebrando elculto al Señor y ayunando, el EspírituSanto dijo…” se aplica la palabraleitourgéo, para expresar la oración co-munitaria. También es liturgia el ayu-dar con bienes materiales a otros (Rom15:27, y 2 Cor 9:12).7

Por otro lado, liturgia significa “obradel pueblo”. La palabra leitourgia pro-viene del griego clásico y está com-puesta por dos raíces: leitos (del gr.laos: pueblo), y ergon: acción, obra. Asíliturgia es obra del pueblo. De este

6 Edwin MORA GUEVARA, “La recuperación crítica de nuestra cultura”, en E.MORA G, op cit, p 15.7 K. HESS, op cit, p. 219.

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modo, la liturgia es más de lo que hacemos en un culto en unedificio. La liturgia tiene que ver con lo que hacemos y vivimosen la cotidianidad, celebrando y proclamando el reino de Dios.Sin embargo, también se entiende por liturgia “todo lo que se dicey se hace dentro de un culto”. Pero sobre todo, debemos tener encuenta que la meta última de la liturgia no es el hombre, sinoDios, en especial, la glorificación de Dios. La liturgia es encuentroo contacto entre Dios y el ser humano: “Sólo que aquí no se tratatodavía de un encuentro completamente inmediato, sin interme-diario, sino de un encuentro que se lleva a cabo en Cristo comopunto de cita”8 .

Queremos concluir esta lección uniendo los términos de culto yliturgia por medio de la siguiente definición que nos da NelsonKirst:

CULTO es el encuentro de la comunidad con Dios.LITURGIA es el conjunto de elementos y formas a travésde los cuales se realiza ese encuentro […] El encuentro enel culto sólo es posible porque Dios lo permite y porqueDios lo ordenó.9

8 A. VERHEUL, Introducción a la liturgia. Para una teología del culto. Trad.Alejandro E. LATOR. Barcelona, Herder. 1967, p. 17.9 Nelson KIRTS, El culto cristiano. Historia, teología y formas. Ecuador, CLAI, 2000,

pp.1-3.

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EL CULTO Y LA ETICA EN EL A.T.

La interacción entre el culto yética, cima de toda espiritualidad

Si el culto es el momento central de lavida de Israel, no es sin embargo elúnico. Está además toda la vida profa-na, sobre todo la vida social en elinterior de la comunidad.A está parte, la más extensa de la vida,le ha reservado una especial atenciónla tradición sacerdotal. Pero a su ma-nera, vinculándola estrechamente conla actividad culturalLo mismo que los seis días de la crea-ción terminan en el día séptimo y sonllevados a cumplimiento por él, reci-biendo de él su sentido y su función, ylo mismo que los seis días de trabajodel hombre encuentran en el culto, talcomo lo concibe el sacerdotal, su ra-zón de ser y su modalidad. Los seis díasde la semana prepararan para el cultoy son regulados por el culto. La emana-ción sacramental y ética se convierteen propedéutica para el culto. Comotal, la tradición sacerdotal lo haceobjeto de normas concretas de com-portamiento, que podemos encontraren las llamadas “ley de pureza” (Lev11-16) y “ley de santidad” (Lev 17-26).La primera recoge ciertas prescrip-ciones que atienden apartar de la vidacotidiana todo lo que hace “impuro”,

lo que aleja de Dios e impide acercarsea él de la manera más convincente en elculto. En este lugar se traza la lista delos animales que se pueden comer y delos que hay que evitar, de las enferme-dades que se consideran infecciosas ypor tanto contaminantes, de las enfer-medades venéreas. No es difícil com-prender que en muchas de estasprescripciones se guarda el recuerdode arcaicas preocupaciones higiéni-cas o de concepciones ancestrales detipo mágico. Para el sacerdotal la ra-zón tiene que encontrarse en exigenciade santidad del pueblo de Yahvé. “Asípues santificaos y sed santos, porqueyo soy santo; no contaminéis personascon ninguno de estos animales.” (Lev12-44).La segunda ley, por el contrario, pres-cribe todo lo que necesita para seridóneos en el culto, para ser puros o,como se dice más ordinariamente, paraser “santos”. Esto quiere decir que“santo” en el lenguaje Bíblico no con-nota inmediatamente la vida moralcorrecta y virtuosa, sino la relacióncon el culto; también la santidad seentiende como separación de lo profa-no, como sacralidad. Es santo lo que essagrado pero también es santo lo queestá en conformidad con la ley del Señor.En este último caso equivale a justo.

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Para alcanzar la santidad como justiciase dan en el Levítico las prescripcionesde los capítulos 18 y 19.En el primero se prohíben las prácticasincestuosas y otras prácticas sexualesgraves. La prescripción de estas prác-ticas procede de una época muy remo-ta, la de los clanes nómadas israelitas.En aquel contexto atendían a la salva-guardia de la integridad de la sangremientras que el contexto actual se pre-senta como normas impuestas por Dios.En el capítulo 19 es más rico desde elpunto de vista ético. Recoge práctica-mente todos los preceptos sociales deldecálogo elohísta ( Ex 20,12-17) y nopocos preceptos del códigodeuterenómico; contiene, entre otrascosas, la norma del amor al prójimosegún la medida del amor a sí mismo(Lev 19-18), que hay que demostrarno sólo con los miembros de la propiacomunidad “los prójimos”, sino tam-bién con el forastero domiciliado (Lev19-43).Los otros capítulos se refieren a laidoneidad cultural de los sacerdotes(Lev 23), a otras prescripciones delculto (Lev 24 ), al año sabático y al añojubilar ( Lev 25 ), a las sanciones através de las bendiciones y las maldi-ciones (Lev 26 ).En la ley de pureza y santidad, especial-mente en los capítulos 18 y 19, aparecea menudo la formula (Yo soy el Señor)“aní Yahvé “. Con ella se abre y secierra la lista de las normas ( Lev 18 );además, está presente después de cadaprecepto (Lev 19 3.4.10; etc.). Es cla-ramente una forma de autopresentaciónde Dios a través de su nombre. Puesto

que ésta formula en un puesto sacerdo-tal es pronunciada por Dios ante Moi-sés, pero se propone además comofórmula que ha de repetir Moisés, a losesclavos de Egipto (cf.Ex 6, 2-8 ), algu-nos piensan que los sacerdotes la utili-zan en el culto a imitación de Moisés.En el culto tenía un valor teofánico. Enla proclamación del nombre de Yahvepor parte de los sacerdotes, Dios serevelaba a la comunidad reunida enasamblea.Pero, ¿qué sentido tenía la proclama-ción de este nombre? a la fórmula se lesolía añadir una continuación de estetipo: “Yo soy Yahvé, vuestro Dios”,que os hice salir del país de Egipto” (Lev 19-36 ); “ sed santos, porqué yo,Yahvé, soy santo” (Lev 19,2b). El nom-bre de Yahvé expresa la identidad deDios y la identidad de Yahvé se indicaen el hecho de que él es el Dios deIsrael, el Dios de su salvación, el Diosde la santidad o de la trascendencia.Se comprende ahora cuál era la moti-vación profunda de las normassacerdotales. Han sido dadas por aquélDios que adquirió el derecho a impo-nerlas en virtud de la historia que élrealizó a favor de Israel. En su calidadde Dios de su liberación, Yahvé puedeexigirle a Israel que se muestre depen-diente de su voluntad. En está perspec-tiva la tradición sacerdotal vuelve acopiar la línea de las otras tradicionesque fundamentan el derecho de Diosen sus intervenciones en la historia (cf.Ex 19; 4;20,2,34,10).Pero el sacerdotal recurre más habi-tualmente a otra dimensión de Yahvé:su santidad o su trascendencia, tal como

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se revela en el culto. Dios es el distinto,aquél que abomina el pecado, de lainjusticia o el abuso cometido contralos demás del deshonor que se le hahecho al prójimo. No es posible acer-carse a él sin ser santos a su imagen eimitación (Lev 19,2 ) por consiguiente,hay que vivir la vida de cada día comoun compromiso por reproducir la san-tidad de Dios, las relaciones con losdemás hombres como un momento dela revelación del amor con que Dios losama. De aquí las normas que se refie-ren al prójimo: desde la prohibición derobar o engañar al otro hasta la dejurar en falso, a la opresión del próji-mo, a la retención injusta del salario, aldesprecio a los sordos, a la injusticia enlos juicios, etc. (Lev 19,11,16 ). Deaquí la norma que es como la cima detoda ética del autor sacerdotal: el amoral prójimo (Lev. 19,18). Todas lasnormas precedentes son negativas,prohíben obrar mal contra los demáshombres. En Lev 19,17 se prohíbe elodio, la venganza, el rencor, pero se daa comprender enseguida que estossentimientos negativos tienen que ver-se superados por el amor positivo ypráctico, tan generoso y tan ampliocomo el de cada uno reserva para sí(Lev 19,18 ).Del culto a Dios al amor al prójimo. Tales el círculo esencial de la comunidadjudía, tal como la concibe y nos lapresenta el sacerdotal en el Sinaí. Si seentra en contacto con el Dios santo nocabe más remedio que ser santos: “ Yosoy el Señor que os santifica” ( Ex31,13; Lev 20,8). Y Dios santifica, esdecir, hace suyos, cuando los hombres

se muestran atentos a sus mandamien-tos y los cumplen. Es éste precisamenteel contexto en que aparece la fórmula(cf. También Lev 2, 23; 22, 2.16).En consecuencia, un culto es auténticocuando se vé verificado por la vida. Lavida puede con toda justicia llamarseplena cuando del servicio a los herma-nos se pasa al de Dios. Dios y los demásen la propia vida: es éste el programay la espiritualidad de la tradición bíbli-ca más reciente del Pentateuco.

A. FANULI. “La espiritualidad de laTorá”, enBONORA, Antonio, Espiritualidad delantiguo testamento.Tra.A. ORTIZ G. Salamanca, Sígueme.1994, pp. 101-104.

CULTO Y LITURGIA

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CULTO Y LITURGIA

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Después de haber visto que Cristo ofreció el culto perfecto a Dios y queJesucristo está presente como Señor en el culto que celebra la iglesia,vamos a ver que, el culto recapitula, es decir, resume, confirma o bien,repite la historia de la salvación. Pero el culto recapitula la historia dela salvación en dos sentidos: cronológico y teológico.

Cronológico porque la historia de la salvación se rige por la obraredentora de Jesucristo en su muerte y resurrección. La historia de lasalvación por otro lado la encontramos en la Biblia de la siguienteforma:

ANTIGUO TESTAMENTO.

Creación (del mundo y el ser humano)Caída (la muerte entró al mundo por un hombre: Adán)Promesa (Dios promete la vida por medio de un Salvador)

NUEVO TESTAMENTO.

Cumplimiento de la promesa (Nacimiento del Salvador)Muerte (Muerte salvífica de Cristo para darnos vida)Resurrección (Resurrección de Cristo y promesa de salvaciónpara todos: por un hombre entró la salvación al mundo: Cristo).

EL CULTO RECAPITULA LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN

1 Las bases de esta lección se deben a J.J. Von Allmen, op cit, pp 31-40.

EL CULTO

RECAPITULA LA HISTORIA

DE LA SALVACIÓN1

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2 Ramón GARCÍA-PELAYO, Pequeño larousse ilustrado, 1991. Marsella,Larousse, 1991, p.935.

El culto cristiano es una anámnesis (memorial) de la obra realizada enCristo (La Santa Cena se celebra en memoria de él). Este memorial noes sólo un “recordatorio”, sino la reactualización de la obra de lasalvación y sobre todo un compromiso con esta historia. Es actualizarla historia bíblica donde el pasado y el presente se confunden, y aligual que en Ex 12:14, el culto es memoria histórica de compromiso.Pero el culto no se queda sólo en los acontecimientos del pasado, sinoque apunta al futuro también, porque la historia de la salvación espasado, presente y futuro. Pero es en el culto donde todo se junta. Esla anticipación de la venida del Señor y de su reino (Mt 26:29).

Ahora bien, ¿quién hace posible esto? Es sólo obra del Espíritu Santo.El permite que de alguna forma “comprendamos” el sentido del cultoy vivamos esa historia de la salvación en el sentido de que reactualizael pasado, anticipa el futuro y glorifica el presente donde Cristo estápresente.

Así el culto cristiano “es un fenómeno de gloria”. Es alegría por sobretodas las cosas (Hech 2:46; 16:34; 1 Pe 4:13; Jds 24), el culto es fiesta. Yaunque se proclama la muerte del Señor (1 Cor 11:26), se celebra suvictoria (Fil 2:9-11). Esto debería dar sus frutos en la liturgia y en lacelebración de nuestros cultos en nuestra tradición protestante: másque un duelo es una acción de gracias.

Aquí cabe a propósito una nota. Cuando decimos que el culto debe ser“solemne”, por lo regular pensamos que el culto debe ser frío, sin gozo,estructurado, “serio”, etc. Sin embargo, la palabra “solemne” tieneotro sentido, solemne es “una fiesta hecho con extraordinaria pom-pa”2 . Lo solemne implica una celebración “bien hecha”, por otro lado,la palabra “solemne” en la Biblia, va acompañado del término “fiesta”(Ex 14:12; Dt 16:8).

Regresando al tema del culto como recapitulación de la historia de lasalvación, podemos decir que el culto también es ese culto “paradi-síaco” que Dios esperaba de su relación con el ser humano. Dios creóal ser humano para que éste se encargara de ser el “gran litúrgo” dela creación, es decir, llevar al mundo entero a la creación”. “¿Cuál esel fin principal del hombre? Glorificar a Dios y gozar de él para

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siempre” nos enseña la primera pregun-ta del catecismo menor de Westminster.

Desde luego que ese diálogo abierto yveraz del ser humano con Dios se perdióen el momento de la caída, pero cuandocelebramos el culto “saboreamos” porun momento ese diálogo con Dios, de estaforma el culto es la vanguardia de esaadoración cósmica de la que Pablo hablaen Rom 8:18 y que apunta a la restaura-ción total.

Hasta aquí la exposición del primer pun-to. El segundo punto es hacer notar que elculto cristiano es recapitulación de lahistoria de la salvación en un sentidoteológico. La salvación se divide en trespuntos principales teológicamente: se dala voluntad salvífica de Dios, es decir sudeseo expreso de salvar al ser humano(desde génesis, pasando por los profe-tas), en segundo lugar se da la reconcilia-ción que hace posible esa voluntadsalvífica de Dios y por último Dios mismoprotege y defiende la eficacia de esa sal-vación.

Pues bien, en Cristo se resumen estos tresaspectos de la salvación por medio detras ministerios como profeta (proclamala voluntad salvífica de Dios), sacerdote(se ofrece en sacrificio por la redención denuestros pecados) y rey (él mismo esquien defiende nuestra salvación, es so-berano).

Así el culto cristiano es profético (procla-mar la voluntad de Dios); sacerdotal(ministración de la Santa Cena) y real

A P U N T E S

EL CULTO RECAPITULA LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN

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(donde los que participan son “libres” por su Señor para que con gozole adoren).

EL CULTO RECAPITULA LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN

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¿Dónde está la iglesia? Donde se predica la Palabra, se adminis-tran correctamente los sacramentos (bautismo y Santa Cena) ydonde se aplica la disciplina. Esta fue la respuesta de losreformadores y prácticamente se refieren al culto. En el cultosucede la epifanía (manifestación divina) de la iglesia, por lo tantosi queremos saber algo de la iglesia veamos su culto.

En primer lugar, cuando la iglesia celebra el culto se convierte enuna asamblea litúrgica. Por medio del culto se hace ella misma yse confiesa a sí misma, sobre todo se convierte en lo que en elAntiguo Testamento se denominaba la qâhâl Yahvé. Esta qâhâlYahvé, es la asamblea de pueblo salvado de Egipto y confirmadocomo pueblo santo en el Sinaí (Dt 4:10).

El “día de la asamblea” se conocía como el iôm haqâhâl (Dt 9:10;18:16). Así se designa a Israel en varios momento de su historiay que son momentos importantes: después de la toma de Haai (Jos8:30), la dedicación del templo de Salomón (1 Re 8); cuando Moaby Amón amenazaban a Israel (2 Cro 20:5)y en las reformas deIsrael (2 Cro 29-30); pero sobre todo en los grandes acontecimien-tos de la historia de Israel.

Cuando el pueblo de Israel toma conciencia de sí mismo y conllevala presencia y la bendición de Dios junto con su palabra ysacrificios ese momento el pueblo de Israel se manifestaba comoqâhâl Yahvé.

EN EL CULTO

SE MANIFIESTA LO QUE

LA IGLESIA ES1

1 Las bases de esta lección se deben a J.J. Von Allmen, op cit, pp 41-56.

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EN EL CULTO SE MANIFIESTA LO QUE LA IGLESIA ES

Cuando la el A.T. se tradujo al griego (la septuaginta, LXX),cuando aparece el término qâhâl Yahvé en hebreo, se traducía lagriego por el término ekklesia, es decir iglesia. Así cuando ahorala iglesia celebra el culto, se manifiesta como la antigua qâhâlYahvé, asamblea de Dios que ha sido liberada de la esclavitud.Cuando en al A.T. el pueblo de Israel se reunía para escuchar lavoz de Dios, cuando el Señor tenía un mensaje especial para elpueblo, le de decía a Moisés reúneme a la asamblea (qâhâl Yahvé)(Dt 4:10). De este modo, ante que un término jurídico, o socioló-gico, la iglesia es un término litúrgico.

Para poder conocer la iglesia hay que vivir su culto, más aún quelos credos o confesiones de fe, el culto revela a la Iglesia ya que porel culto ella misma da testimonio de su fidelidad.

En primer lugar diremos que la iglesia aparece en al culto comouna comunidad bautismal, muestra que no pertenece al mundo,sino que los que participan de el culto han muerto al mundo yahora son de Cristo (Rom 6:3-11). El pueblo de Israel fue consti-tuido pueblo de Dios solo después que cruzó el Mar Rojo ybautizado en él (1 Cor 10:1-4).

La Iglesia aparece en el culto también como una comunidadnupcial, al declararse como la fiel esposa de Cristo. Cristo muriópor ella para presentársela a sí mismo en fidelidad (Ef 5:25-27). Enel culto la iglesia declara “si” a la palabra de su Señor, a sullamado. La Iglesia se da en fidelidad y no honra a otros dioses,ni a ella misma. Pero se presenta como esposa que obra en gozo,justicia, fidelidad y santidad (Ap 19:7-8).

En el culto la iglesia aparece también como una comunidaduniversal (católica). Porque en el culto se rompen la barrerassociales y antropológicas, es decir, la Iglesia en el culto seconvierte en un lugar de acogida para todos, como la posada endonde el buen samaritano dejó al herido (Lc 10:34). Es ir a lapresencia de Jesús quien invita a todo aquel que está trabajo ycansado. El culto une lo que el mundo separa o confunde, en unculto pueden estar ricos y pobres juntos; blancos, negros e

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EN EL CULTO SE MANIFIESTA LO QUE LA IGLESIA ES

indígenas; niños, jóvenes y ancianos;mujeres y hombres. Todos tienen lamisma oportunidad y el llamado depredicar y presidir el culto, somos“sacerdocio universal” (Gal 3:28; 1 Pe2:9).

Pero la iglesia aparece como universal(católica) también en el sentido de quetraspasa el tiempo y el espacio. El cultoune los siglos, nos recuerda lo que hapasado en la historia de la salvación ymantiene en memoria lo prometidopor Dios desde la creación hasta el findel mundo. Por otro lado tenemoscomunión también con la iglesia delpasado, es decir, nuestro culto, no essolamente el culto de una comunidadespecifica en el tiempo y en un áreageográfica determinada, sino que jun-to con la iglesia del pasado y aun deotro lado del mundo, compartimos lafe de los que ya vivieron (y siguenvivos por la fe en Jesucristo) y los quevivirán en cualquier parte del mundo.El culto nos une en muchos sentidos,de ahí que no podamos hablar de unaiglesia “puramente cristiana o exclusi-vamente cristiana” sino que cualquieriglesia, del tipo que sea, comparte conotras iglesias algo de la fe. Así, hablarde una “iglesia sin denominación” essolo una ilusión, ya que tendrá queidentificarse con la fe de la iglesia “uni-versal”. Pero eso también vale paraenfermizo “orgullo denominacional”,iglesia solo es la de Jesucristo y es unasola: la iglesia universal.

A P U N T E S

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EN EL CULTO SE MANIFIESTA LO QUE LA IGLESIA ES

En el culto la iglesia también toma conciencia de ser unacomunidad diaconal, es decir una iglesia que está llamada aservir, no así misma, sino servir para Dios y para los sereshumanos. El culto hace de la iglesia un cuerpo con unadiversidad de miembros en donde se ayudan mutuamente parael la obra de la salvación.

Finalmente mencionaremos que el culto hace aparecer a laiglesia como una comunidad misionera. Es decir, el culto esllamamiento a la adoración, pero también es envío, es comi-sión, es el lugar en donde se nos recuerda el encargo de Jesús(Lc 24:46-53). De hecho el término “misa” viene del latín“enviar”, así es como ha de entenderse el sentido de misa, y noen el sentido de sacrificio sacramental (como en la tradiciónromana).

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Hemos visto que el culto hace de la iglesia una comunidadbautismal, es decir, una comunidad que ha muerto al mundo yha resucitado en Cristo. Por ello el culto hace una distinción entrelo común y lo que es específico del Señor. Es decir, el cultomantiene una división entre los “sagrado” y lo “profano”.

Esto se debe a que el culto le da su lugar a los sacramentos, altiempo y a la esperanza de la nueva era inaugurada por Jesucristopara no confundirlos con lo común ya que esto es una gracia. Esnecesario que la Iglesia recuerde que aun está el mal en el mundo,para no llegar a santificarlo todo (aun el mal, las injusticias, lasdiferencias, los Estados perversos).

La iglesia no debe olvidar ser la “alteridad del mundo”, no debeperder de vista su carácter sagrado. La Iglesia ha de aparecer anteel mundo como pueblo profético, sacerdotal y real.

¿En qué sentido se dice que el culto es amenaza para el mundo?En primer lugar porque el culto es la negación de laautojustificación del mundo, dice “no” a las pretensiones depoder y gloria del mundo, los niega con la gran confesión“Jesucristo es el Señor”.

El culto recuerda que el cuerpo y la sangre de Cristo fueronofrecidos para salvar al mundo, y que es necesario que este

EL CULTO,FIN Y FUTURO

DEL MUNDO

1 Las bases de esta lección se deben a J.J. Von Allmen, op cit, pp 41-56.

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mundo muera para que tenga un sentido: sólo adquiere sentidomás allá de la muerte, en la resurrección de Cristo. Así el culto esla peor negativa a las pretensiones de poder y gloria del mundo.El culto es además eminentemente político: recuerda al Estado sucarácter limitado y provisional de su poder. La gloria y el podersólo son de Dios y no de ningún rey o gobernante.

Por otro lado el culto reúne a los que han sufrido el juicio finalen el sacramento (bautismo) y han sido transplantados al reinode Dios (Col 1:13). Es decir, quien ha sido bautizada ya ha“muerto con Cristo” y “ha resucitado con él” (Rom 6). De estaforma quienes participan del culto y han sido bautizados nieganlas pretensiones del mundo de vida y gloria. Pero también paralos que participan en el culto, este es una amenaza, ya que si sonsantos, han de serlo en verdad.

El culto también es amenaza para el mundo al anunciar el juiciode Dios y la necesidad de arrepentimiento. En la predicación, seexhorta a renuncia a sí mismos. Es un “exorcismo” en el sentidode que se devuelve a Dios lo que le pertenece. En la Santa Cena,al ser una prefiguración del futuro se manifiesta que a la mesa delseñor se llega por medio de un juicio divino, Mt 22:11, 1 Cor11:28; 16:22. Finalmente en la oración también se manifiesta eljuicio de Dios, ya que se invoca al juez y se pide ser juzgado:“venga tu reino”.

El culo cristiano también es una protesta contra los cultos nocristianos. El culto cristiano desenmascara la vanidad y laperversión de los cultos imaginados en este siglo. Sobre todo loscultos totalitarios y pervertidos (Rom 1:24-32). En el cultocristiano se provoca a los no cristianos porque se declara elseñorío de Cristo y la derrota de Satanás.

Es necesario decir que el culto no solo es “fin”, sino también“futuro” del mundo, ya que en el culto se adora al Dios de la viday al Jesucristo, esperanza del mundo (Tim 1:1, Col 1:27), él nosolo condena, sino que perdona y hace vivir. La Iglesia en el culto

EL CULTO, FIN Y FUTURO DEL MUNDO

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hace lo que el mundo no puede: adorara Dios.

La finalidad de dios era crear al mundopara que conducido por el ser humanoencontrase la plenitud y celebrara aDios (Gn 1-2:4). Jesús devuelve la paza toda la creación (Mc 1:13, Mt 10:29;8:23; 14:13-15). Pero también la iglesiacuando celebra el culto, hace la obra de“intercesión” por el mundo, un mun-do caído, en muerte y sin esperanza,un mundo en pecado y en tinieblas. Laiglesia al celebrar el culto cumple con elministerio de intercesión de Abrahampor Sodoma y Gomorra.

Por otro lado, el culto manifiesta unfuturo de esperanza, es el culto y noHiroshima lo que nos proporcionauna imagen más precisa del futuro delmundo. El culto no es solo esperanza,sino que a sus participantes les envía aproclamar la esperanza.

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1. Necesidad y límites de las formas litúrgicas.

El culto al recapitular la historia de la salvación, debe testimoniarde la historia de Jesús, de ahí que por ejemplo en ciertas fechas delaño la iglesia recuerda aspectos importantes de la historia de lasalvación como son navidad, pasión, resurrección de Jesús asícomo el día de Pentecostés, etc. Esta historia radica principalmen-te en la encarnación, Dios se encarnó y tomó “forma” (Fil 2). Peroesta forma solo es visible para el que tiene fe: al encarnarse leoímos, le vimos y le entendimos (Jn 1).

Hay que hacer ahora la diferencia entre buenas y malas formaslitúrgicas. Para distinguirlas debemos guiarnos por un criterioteológico y no estético. Las formas litúrgicas tienen por limite elsegundo mandamiento (Ex 20:4). O sea, que la formulación ha decoincidir con el límite de la revelación. (Esto implica el noimaginar al Dios verdadero, sino aceptarle como él se nos revela:Jesucristo (2 Cor 4; Col 1:15).

Otro límite de las formas litúrgicas es su autojustificación. Estasdejan de ser válidas cuando no reflejan esa historia de la encarna-ción, cuando se convierten en un fin, en una pretensión desalvación en lugar de reflejarla, pero por otro lado, el culto, alestar precedido por el Espíritu Santo, ha de mostrar a ese Espíritu

LAS

FORMAS

LITÚRGICAS

1 Las bases de esta lección se deben a J.J. Von Allmen, op cit, pp 41-56.

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que no es de caos, sino que trasforma todo y lo ordena (2 Cor 3:8,Gen 1:1,1Cor 14:32-40).

Los campos de la expresión litúrgica son básicamente cuatro:

a) El campo lógico, en donde lo que se expresa en el culto ha detener un sentido lógico (1Cor 14:32-40). Debe ser comprensible.Esto contra la glosolalia (lengua extraña). En ocasiones se apelaal milagro de Pentecostés para justificar el hablar en lenguas” sinembargo lo que se da es la xenoglosia (multitud de lenguas) Hec2:4,6,11). Es decir, el milagro de Pentecostés al manifestarse laslenguas es más una muestra de entendimiento y misión. Deentendimiento ya que, contrario a lo ocurrido en Babel (Gn 11),se da la compresión de “las maravillas del Señor” (Hec 2:7-12).Por otro lado, la verdadera lengua de la Iglesia no es un idioma,sino ese lenguaje que permite decir la confesión, la doxología(alabanza a Dios), que canta la esperanza, y eleva la oración.

b) El campo acústico. La Palabra hablada, la Palabra cantada y elsilencio.

La Palabra hablada (lectura, predicación y recitaciones) en cadauna de las expresiones la voz debe llevar su ritmo y su volumenadecuados.

La palabra cantada (por la asamblea, por individuos, y la que escon ayuda de instrumentos). La música que acompaña el cantoexpresa la emoción de la letra, es un vehículo de lo que se dice yse proclama.

El silencio litúrgico. Es importante el silencio. Es uno de losmisterios de la fe cristiana. El recogimiento ante la paz de Dios yel silencio de Dios que viene (Sal 37:7, Lam 3:26; Hab 2:20, Sof 1:7;Mc 4:39, Ap 8:1). Esa es la voz con la que se dice a Dios lo que sóloél debe oir.

c) El campo óptico. Símbolos de la fe y elementos sacramentales.(Dios no solamente quiere hacerse oír, sino que quiere hacerse

LAS FORMAS LITÚRGICAS

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ver: Mc 16:14; Lc 2:26; 19:3; 23:8; Jn6:40; 12:21,45; 14:9, 1 Jn 1:1).

d) El campo cinético. Las actitudes, losgestos y los movimientos. “Adorar aDios con el cuerpo”. De pie, sentadoso de rodillas.

De pie para invocar al Señor, oír elevangelio, confesar la fe, saludos, laSanta Cena, cantar. Sentados para lec-turas y la predicación. De rodillas paralas oraciones y la bendición. Los ges-tos litúrgicos: tomados de las manos,elevar las manos al orar, elevación delos elementos de la Santa Cena. Movi-mientos: procesionales, ir al frente aorar, impartir la Santa Cena, ir alfrente a dejar los diezmos u ofrendas,la postura antes de iniciar o al termi-nar el culto.

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LAS FORMAS LITÚRGICAS

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LOS ELEMENTOS

DEL

CULTO

Unos de los catecismos de la Iglesia Reformada responde sobre lanecesidad del cristiano de asistir a las reuniones de la iglesia en eldía domingo de la siguiente manera:

Para oír la palabra de Dios y para participar en los santossacramentos, para invocar públicamente al Señor y para contri-buir cristianamente a la asistencia de los pobres. Esta es lapregunta número 103 del catecismo de Heidelberg. Si nos damoscuenta en esta respuesta se encuentran implícitos algunos de loselementos del culto: la Palabra de Dios, los sacramentos, lasoraciones y los testimonios. El libro de los hecho nos testimoniade esto también el el capitulo 2:42. No es que sean lo únicoselementos pero en definitiva son los esenciales. Veamos esto porseparado.

La palabra de Dios. Todo culto cristiano ha de ser guiado por laPalabra de Dios, que en el culto aparece de varias formas. Enespecial de tres maneras: la lectura bíblica, la proclamación“litúrgica” de la Palabra y la proclamación profética.

La lectura de la Palabra es una costumbre que la iglesia heredó deljudaísmo (Lc 4:16), al igual que los judíos en las sinagogas, loscristianos hacían lectura de la Biblia en los cultos (Col 4:16; 1 Tim4:13). Es importante subrayar que la lectura de la Palabra no eraun “simple trampolín” para la predicación, sino que se seguía de

1 Las bases de esta lección se deben a J.J. Von Allmen, op cit, pp 41-56.

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hecho un orden para la lectura seriada de diversos libros de laBiblia, en especial los salmos y los evangelio que en muchos casosse debían leer al menos una vez al año.

La proclamación litúrgica de la Palabra de Dios se encuentra enel saludo, la promesa del perdón de nuestros pecados, la bendi-ción, etc.

La proclamación profética de la palabra de Dios se da en lapredicación que no es un “elemento más” del culto, sino que esun elemento constitutivo e indispensable, no es el elementoculminante, sino que es preparación para la santa cena. DecíaMartín Lutero: “Donde no se predica la Palabra de Dios, espreferible no cantar, ni leer, ni reunirse”, esto es cierto, peroconsideramos que solo en medida que pensemos en el cultodominical.

Como un segundo elemento central en la liturgia está la santacena (Hech 2:42; 20:7). Podemos señalar aquí que las reunionesde los cristianos eran reuniones eucarísticas, es decir que lasreuniones de los cristianos en el culto dominical giraban entornoa la mesa del Señor. Es necesario celebrar la santa cena principal-mente porque Cristo la instituyó,

En cuanto a la oración como elemento del culto diremos que seencuentra testificada en el N.T. en Lc 18:1-8. La oración es un actode esperanza por medio de la cual la iglesia “apresura la venidael Señor” (1 Pe 3:12). Los tipos de oración que se hacen el cultose pueden establecer a partir de 1 Tim 2:1: rogativas (oraciones dedeseo ante el Señor), colectas (oración breve que recoge lasnecesidades de la Iglesia y del mundo y las lleva al Señor), letanías(intercesiones a favor de la iglesia, los pobre y enfermos, elmundo), acciones de gracias (oraciones de adoración).

Entre las oraciones, aunque no lo parezca, aparecen los himnosy las alabanzas. Los cánticos de la iglesia bien pueden tener laclasificación anterior (rogativas, pericones intercesiones y accio-nes de gracias), pero sobre todo, señalan la esperanza cristiana

LOS ELEMENTOS DEL CULTO

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(Amén, Aleluya, Kyrie, sanctus, agnusDei, gloria, etc.) Los cantos de la Iglesiatambién hablan de la comunidad queforma la iglesia, se dirigen al Señor ensu lengua, en sus ritmos y con lariqueza musical de cada cultura y épo-ca que defina a la comunidad cristianaespecífica que adora al Señor.

Otro elemento del culto son los testi-monios litúrgicos (comunión fraterna,en Hech 2:42). Aquí entra lo que laIglesia está haciendo, lo que está vi-viendo, es fraternidad y comunión,pero ello implica también solidaridaden el más amplio sentido de la palabra.De ahí que se especifique como testi-monio las ofrendas, el compartir loque Dios ha hecho en la vida de loshermanos y en medio de la comunidadcristiana, el compromiso de ayuda losnecesitados, los estímulos de mutuaayuda espiritual, de acompañamien-to, de exhortación, aun los avisos tie-ne su lugar en medio del culto, ya queson testimonios del moverse y del ha-cer de la Iglesia, la proclamación públi-ca de la misión que la comunidadcristiana está llevando a cabo.

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LOS ELEMENTOS DEL CULTO

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EL CULTO

EN EL

ANTIGUO TESTAMENTO

Aunque el A.T. nos habla de la importancia del culto a Jehová ylo que esto significaba para la vida en el antiguo Israel y aunquetenemos algunos rasgos de la forma que en que se debía ofrecersacrificios (Lev 7-6), lo cierto es que no tenemos ningún ordenlitúrgico completo (con oraciones, lecturas y cánticos) que nosdescriban el culto a Dios.

Por lo pronto no estrategos en el análisis de las diferentesliturgias que nos plantea el culto en el tabernáculo, ni en eltemplo, ni en la sinagoga, esto lo haremos después. Por lo prontosolo veremos dos tipos de liturgias que aparecen en lo general enel A.T. a saber la liturgia oral, en especial lo salmos y la liturgiaritual, en especial lo sacrificios.

En cuanto a la liturgia ceremonial es importante señalar que elaño litúrgico de Israel estaba dividido por tres grandes fiestas: Lapascua, el Pentecostés y los tabernáculos.

La pascual (o fiesta solemne de los panes sin levadura) secelebraba desde el 14 hasta el 21 de nisán (primer mes de primaverada cada año), se celebraba para ofrecer las primicias a Dios en laagricultura (Lev 23:10s) y la liberación de Egipto (Ex 12:17).

1 Esta lección esta basada en el trabajo de J. B. TAYLOR, “El Antiguo Testamento comotrasfondo” en Rodolfo G. TURNBULL (ed) Diccionario de la teología práctica. Elculto. Trad. Norberto Wolf. Grand Rapids, SLCIR. 1977, pp. 18-24.

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El Pentecostés se celebraba siete sema-nas después de la pascua (Lv 23:15) alcompletarse la cosecha del trigo y lacebada (también se le llamó la fiesta delas semanas) y se recordaba también elpacto de Dios con su pueblo en elSINAB, aunque nos hay indicacionesde esto en la Escrituras, era parte de latradición Judía.

La fiesta de los Tabernáculos era unafestividad celebrada en el mes séptimo(Tisri 15 al 21). Era la época de lacosecha de la uva y del olivo, recorda-ba la travesía del pueblo por el desiertoy se hacía con gran alegría (Lv 23:42s).

Otros días importantes para los judíosson el día de la expiación Lev 23:26-31(Tisri 10) y el día de la aclamaciónNúm 29:1-6. (Tisri 1), el festival dePurim (Est 9) y de la Dedicación (1 Mac4:52, Jn 10:22). También había la cele-bración de las lunas nuevas, de lossábados y de las ofrendas diarias (Núm28 y 29).

Dentro de la liturgia ceremonial estántambién los sacrificios. Los diferentestipos de sacrificios representaban dife-rentes aspectos de la relación con Dios.Los holocaustos (olâh) eran de adora-ción ya que eran “olor grato a Jehová”.Las ofrendas vegetales (minhâh) ofren-da de harina, torta o grano (Lev 2:1-6)era prueba de buena fe al Señor yayudaban al sostén de los sacerdotes.Los sacrificio de paz (selâmîm) sacrifi-

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EL CULTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

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cio de comunión y amistad con Dios (Lv 7:12,16). Aunque todoslos demás implican la expiación, estaba estaban los sacrificiospara el perdón de los pecados cometidos intencional o no (asâm,hatta‘t).

Los sacrificios eran gozosos y eran acompañados por cánticos,danzas, música y alabanzas, sonidos de trompeta y expresionesde jubilo (Sal 66, 92, 98, 99, 100, 104, 107, 115, 117, 136, 148-150).

En cuanto a la liturgia oral, nos encontramos sobre todo con lossalmos. La investigación reciente nos permite clasificar práctica-mente todos los salmos en cada una de las festividades del pueblo.Están las liturgias del arca de la alianza (Sal 24, 68 y 132, etc)Cánticos de Sión (Sal 46, 48, 76, 87, etc) Cánticos de peregrinación(Sal 84, 122), salmos reales en los que la figura del rey figura enforma prominente (Sal 2, 20, 21, 101, 110, 132), oraciones por lossacrificios (Sal 30, 67, 116, 124) y salmos de arrepentimiento (Sal.51, 70, 80).

EL CULTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

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Ha sido muy común el “espiritualizar” la adoración a Dios, sinembargo la Biblia nos plantea aspectos muy concretos sobre laadoración a Dios, los cuales van desde “adorar a Dios sobre todaslas cosas y al prójimo como a uno mismo”1 , hasta el “adorar aDios en Espíritu y en verdad”.

Con respecto al cuerpo hay varios pasajes en la Escritura dondese habla de la importancia del cuerpo en la adoración, por ejemploen 1 Corintios 6 leemos: “El cuerpo no es para la fornicación, sinopara el Señor, y el Señor para el cuerpo” (v. 13); “¿No sabéis quevuestros cuerpos son miembros de Cristo?” (v. 15); “¿O ignoráisque vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?” (v. 19). Porotro lado podemos recordar lo que Pablo ruega que presentemos“nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios quees vuestro culto racional” (Rom 12:1). Además, es importantesubrayar la importancia que Jesús le dio al cuerpo desde su“encarnación” hasta las múltiples sanidades de enfermos y laforma en que lo hacía, en especial “tocando” a la gente.

Una de las cosas que más nos han hecho olvidar la importanciadel cuerpo es la introducción ajena al cristianismo de la doctrinade la “inmortalidad del alma”, esto ha llegado a tal grado que nosolvidamos de que precisamente, nuestra esperanza no es lainmortalidad del alma, sino la resurrección del cuerpo, baste

1 Para un estudio sobre la espiritualidad a partir de estos dos mandamientos ver el artículode Mariano AVILA, “A biblical perspective on spirituality”, en Forum, Vol 9, Num 2,spring 2002. pp.7-8

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mencionar solo algunas cosas: “Si Cristo no resucitó, vana esentonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Cor15:14), lo que confesamos en el credo de los apóstoles nada tieneque ver con el alma, sino con el cuerpo “creo en la resurrecciónde la carne”, la primera pregunta del catecismo de Heidelberg dice:“¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte?”La primera parte de la respuesta es: “Que yo con cuerpo y alma,tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mí mismo,sino a mi fiel Salvador Jesucristo…”2 .

La liturgia debe retomar la importancia del cuerpo, de losmovimientos, de las expresiones corporales, y con ello, porsupuesto, los gestos culturales de reverencia, alegría y gozo. Loanterior lo exploraremos cuando analicemos precisamente larelación del culto con la cultura. Lo que haremos es explorar enel Antiguo y en el Nuevo Testamento, algunas partes del cuerpoque tiene que ver con la liturgia, en esta lección solo veremos losque tienen que ver con el A.T. que está basado en su mayor parteen el estudio de ans Walter Wolf,3 la siguiente lección será sobreel N.T.

Parte de la esencia del ser humano en el A.T. se descubre en ciertaspartes del cuerpo humano, de hecho el cuerpo es elementoesencial del ser humano en el A.T. “todas las manifestaciones delser humano, aun la espirituales son manifestaciones corporales”:

Pareja valoración del cuerpo influyó sobre las respuestas del A.T.a muchas cuestiones de la vida. La alta estima de la vida terrena,señaladamente la salud, el número de hijos y de la larga vida (Sal127; Prov 3:16; Ecl 9:4) puede entenderse mejor desde este puntode vista. De ahí que, en el fondo no se conocía lo que luego sedesignó como negación propia o ascesis. El A.T. juzga positiva-

2 Sobre este tema, ver Oscar CULLMANN, “¿Inmortalidad del alma o resurrección delos muertos?” en su Del evangelio a la formación de la teología cristiana. Trad. RafaelSILVA C. Salamanca, Sígueme, 1872, pp. 233-268. Cf. Antonio A. HOEKEMA, LaBiblia y el futuro. Trad. Norberto E. Wolf. Grand Rapids, SLC, 1984 250 pp. Juan-JoséTAMAYO-ACOSTA, Para comprender la escatología cristiana. Estella, Verbo Divino.1993, 327 pp. Entre otros.3 Cf. Hans WALTER WOLFF, Antropología del Antiguo Testamento. Trad. Severiano

TALAVERO T. Salamanca, Sígueme. 1975, pp. 19-114.

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mente los instintos corporales y exigeque se satisfagan. De la valoración delcuerpo recibió igualmente importan-tes impulsos el sentimiento de solida-ridad del individuo tonel parentescode la sangre, la familia, la tribu y elpueblo. Las listas de familias aquí noeran meras genealogías, sino que da-ban derecho a la felicidad y la salud, ohacían más comprensible la desgracia.Sin la participación del cuerpo no po-día el particular dar culto a Dios niexistía la liturgia. También existía im-portante conexión entre el cuerpo y elpecado. Este no tenía, ciertamente suasiento en el cuerpo del hombre, sinoen el corazón, pero se cometía tambiéncon el cuerpo y dejaba en él rastro desus efectos. De ahí la que las enferme-dades no tanto se explicabanmédicamente, sino teológicamente, yel único verdadero médico era Diosmisericordioso (2 Re20:2,5)4 .

Veamos ahora algunos algunas partesdel cuerpo que se describen en el A.T.y que tiene que ver directamente con laadoración a Dios. Mucho más impor-tante que la “cabeza” en el A.T. es el“rostro” del hombre, que siempre apa-rece en plural, pânîm, lo que recuerdala variada relación del hombre con suentorno. En los pânîm, están reunidoslos órganos de comunión de unos conotros y con Dios: ojos, boca y oídos(Sal 115:4-8).

4 W. PESCH, “Cuerpo”, en J. B. BAUER (dir), Diccionario de teología bíblica. Trad.Daniel RUIZ B. Barcelona, Herder. 1985, p. 236-237.

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Ver y oír. En Sal 38:13-15. Lo que constituye al hombre es oír.Igual que en Prov 15:32, donde por el oír se descubre el verdaderoser del hombre (Cf. Dt 6:4 “Escucha Israel”).

Se mencionan juntos el ojo y el oído en Prov 20:12 para percibirlas acciones de Jehová. El abrir los ojos se debe a la palabra de Dios(Ex 14:13; Is 43:8-13; 30:20). Es decir, con los ojos y la boca seestablece un lazo de unión hacia Dios.

En cuanto a la boca, de lo que se oye y se ve, se espera unarespuesta. Israel prueba que es pueblo de Dios declarando queestá dispuesto a escuchar (Ex 19:7). Si a la llamada no hayrespuesta alguna, sigue el juicio (Is 65:12). El privilegio del serhumano consiste en que pueda responder (Gén 2,18-23). Alhablar, primero da un nombre a las criaturas y luego se alegra enla ley de Dios, “Mi lengua pregona tu justicia todo el día”.

La boca expresa lo que percibieron el ojo y el oído, se hace elórgano que distingue a todas las demás criaturas. Por la boca sesiente la sed, pero con ella se bebe para saciar la sed. Con lagarganta, los labios y la lengua, se habla, dice, llama, ordena,acusa, enseña, bendice, canta, confiesa, grita, queja, alaba, ora,da gracias a Dios por la vida.

Pero según el A.T. el ser humano es un ser necesitado. Gén 1:26-27. Encontramos la palabra hebrea napas, que se traduce tradicio-nalmente como “alma”. Pero en Gén 2:7, leemos “napas viviente”,así el hombre no tiene un napas sino que es napas. Otros pasajesse pueden mencionar: según Hab 2:5: “Como el Seol su napas”.En Dt 23:25 “según tu napas”, Sal 42:2 “tiene se el napas” lo queequivale al anhelante deseo que tiene de Dios el que se lamenta.Dt 6,5 ”Amar a Jehová con todo el napas” con todo su anheloardiente.

El Sal 103,1 “Bendice napas mía a Jehová” El diálogo con Dios esa través del napas. Sal 42,11 “abatida napas mía”. El ser humanoen el A.T. se reconoce ante Jehová no sólo como napas en sunecesidad, sino que también conduce su yo a la esperanza y a laalabanza.

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El ruah por su parte, describe unafuerza natural, el viento (113 veces) yse atribuye más a Dios (136) y muypocas veces a los hombre, animales oídolos (129). En Gén 1:2 “sopla el ruahsobre la aguas”, Gen 3:6 la brisavivificante después de un día caluroso.El es la “fuerza que produce cambios”.Ex 10:13 trae langostas, Ex 14:21 secael Mar Rojo. En todos es un instru-mento de Jehová. En Hab 2:19; Jer1014, es aliento sólo cuando Jehovámete ruah como aliento en los nervios,huesos, carne, se vivifican los cuerposSal 46:4 “sale su ruah”. En fin, el ruah seentiende de diversas formas en el A.T.como ya vimos es viento, es el alientodel ser humano (Job 19:17), es fuerzavital (Sal 33:6), es Espíritu (2 Re 19:17;Núm 11:25-28).

Otro término que describe al ser hu-mano es desama, que se traduce comoaliento y tiene relación parelela con losoplo de Dios (ruah) como lo muestraJob 27:3: “aun está mi aliento (nismati)en mí, y el soplo de Dios (ruah) en minariz”. Este término tiene que ver conla respiración y en cuanto s u relacióncon Dios “todo hombre es terreno,aunque lo ha formado Yahvé mismo,pero en cuanto ser vivo el hombre sedebe a que Yahvé le inspiróel aliento”5

(Cf. Prov 20:27; Job 34;14; 32:8).

5 Hans WALTER WOLFF, op cit, p. 88.

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Otro término importante para establecer la relación del serhumano con Dios en cuanto a lo corporal es la sangre (daman):“la vida de toda carne es su sangre” (Lev 1714; Dt 12:23) por ellose prohibía el comer la carne junto con la sangre (Gén 9:4;Lev3:17;Dt 12:16-23).

Todo cuanto se dice sobre el aliento y la sangre conduce en laantropología del antiguo testamento a un respeto profundo antela vida. Pero este respeto no se funda en las realidades de la vidamisma, sino en que aliento y sangre están ordenados a Yahvé, porlo que no es propiamente vida la que no tenga una constanteunión con él ni tenga en él su meta última6 .

6 Ibid, p. 91.

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En la lección anterior revisamos algunos términos del A.T. que tienenque ver con el cuerpo y la esencia del ser humano, en esta lecciónharemos un acercamiento a la antropología del Nuevo Testamento ysu relación con Dios. Vamos a ver tres conceptos que por lo regular nosconfunden. Carne, cuerpo y espíritu.

El vocablo para carne que se ofrece en el Nuevo Testamento, tienediversos sentidos. La palabra hebrea basar, es traducida en griegotanto por sarx (carne) como por soma (cuerpo).

El término carne designa en primer lugar la sustancia de que estánhechos los seres humanos, su totalidad. Pablo va a decir “mi carne”como su propia persona “se me dio una espina en mi carne...” (2 cor12:7; Gál 4:14) También respecto a otras personas (1 Cor 7:28; Ef 5:28).Onésimo es considerado hermano “tanto en la carne como en el Señor”(Flm 16), es decir, tanto como ser humano como cristiano. Así todo elhombre es carne. En la mentalidad semíta, la carne es el elemento desolidaridad humana, lazo terreno, ser de la misma carne es pertenecera la misma raza.

1.También la carne es débil. Carne expresa también aspectos dedebilidad y de moralidad que marcan una cierta distinción respectoa Dios. Es decir, el ser humano es débil y mortal (Rom 6:19; 2 cor 1:17;4:11; Gál 4:13). Pablo piensa obrar contra los que andan según la carne(2 Cor 10:2; 2:17). La debilidad de la carne, es lo que hace que el serhumano sea presa del pecado y afecta a todo el ser humano. Es unapotencia de muerte. Pablo liga la carne al pecado, a la ley y a la muerte.

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La carne surge como una fuerza del mal (Rom 8:5,8) la carne es fuerzade pecado. Estar en la carne es lo que se opone a «estar en Cristo» (Rom8,1) o «en el Espíritu» (Rom 8,9).

El domino de la carne es un mundo de rechazo a Dios, y de su voluntaden nuestras vidas (Rom 8,7; Gál 5,19-21). Las obras de la carne no selimitan al aspecto físico del ser humano, sino también a sus acciones.El caminar según la carne conduce a la muerte (Rom 8,6), es negarseal amor y a la vida. En las obras de la carne, finalmente, hay unaidolatría (Gál 5,20).

2. El espíritu de vida. El término pneuma, evoca dinamismo (viento,respiración de los seres vivos). El espíritu es vida (Rom 8,10), elespíritu humano. En muchos textos de Pablo, espíritu designa lapersona humana, no una parte de ella sino su totalidad (1 Cor 16,18;2 Tim 4,22; 2 Cor 2,13; 1 Cor 5,3; Col 2,5). Se trata del ser humanointegro, visto desde el soplo que mueve su conducta.

El ser humano bajo la gracia. La vida del espíritu en el ser humano esacentuada cuando se ve a este desde la perspectiva de que es objetode la gracia de Dios. El espíritu aparece como el sujeto de le recepciónde los dones de Dios (Gál 6,18; Flp 4,23). El caminar según el espíritu(Rom 8,4; Gál 5,16.25), es vida.

3. El cuerpo (soma) de la resurrección. El cuerpo designa al serhumano en primer lugar en su aspecto exterior (1 Cor 13,3; Rom 6,12),también está el «cuerpo de carne» (Col 1,22 y 2 11) susceptible de morir(Rom 6,12; 2 Cor 4,10-11). El cuerpo no es algo que la persona tiene sinoque es. El pecado contra el cuerpo (1 Cor 6,18) es el pecado contra todala persona humana. También se habla del «cuerpo de pecado» (Rom6,6) que conduce a la muerte (Rom 7,24).

El cuerpo resulta ser más bien el campo en que actúan la fuerza de lamuerta, la carne; y al mismo tiempo la fuerza de la vida, el espíritu.Por ello Pablo establecerá una lista de pecados «según la carne» perono según el cuerpo (Gál 5:19-21). Pero el cuerpo tiene la posibilidad devivir según el espíritu. Así se puede hablar de un cuerpo espiritual.El cuerpo puede ser espiritual (1 Cor 15,44) «El cuerpo no es para la

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fornicación sino para el Señor y el Señor para el cuerpo» (6,13) porqueel Señor lo va a resucitar con su poder (6,14). El cuerpo para el Señorno es algo que será después, sino que es una realidad presente (Rom6,4; Flp 1,20).

Cuerpo espiritual es la designación para el que camina según el Señor,pero que no elude su materia. Esto permite a Pablo decir que el «cuerpoes templo del Espíritu Santo» (1 Cor 6,19).

Así el cuerpo puede ser cuerpo de pecado en cuanto está sometido aéste, pero también, de forma análoga, puede ser cuerpo espiritualcuando camina en la vida. Así nos es dado estar bajo el Espíritu quees vida, gracia y libertad. El cuerpo liberado de las fuerzas de la muertelleva en él la vida en el Espíritu.

Estos conceptos son importantes aun para el sentido litúrgico, ya queen muchas ocasiones, la liturgia se vuelve incorporea, es decir, todaexpresión litúrgica que mueva al cuerpo y sus sentidos (ver, oír,símbolos, ritmos, estar de pie, palmear, estar de rodillas, etc.) se tiendea ver en ocasiones muy “carnal” para un acto litúrgico, sin embargoeso no nos lleva más que a perder la riqueza de que puede estar llenala liturgia, como expresión directa a los sentidos y desde luego que estonos permitirá también enriquecer nuestras liturgias con lo que lamisma cultura nos ofrece, esto lo veremos en la siguiente lección.

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