el cuerpo y la culpa bioenergetica

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EL CUERPO Y LA CULPA Guadalupe Rubio Rodríguez Licenciada en psicología, tiene especialidad en Terapia Psicocorporal y estudió la Maestría en Desarrollo Humano. Correo electrónico: [email protected] La bioenergética es un enfoque y una terapia psicológica que nos ayuda a manejar los sentimientos de culpa. Está basada en el análisis y el reconocimiento de nuestro cuerpo, a través del cual podemos ver lo que no vemos o lo que no queremos ver. Ella, visiblemente oscura, afectivamente pesimista, sensiblemente densa, con una clase de pedagogía muy complicada, es difícil de entender ya que tiene su utilidad en nuestro devenir personal, en el desarrollo de la madurez, la responsabilidad y la libertad. Es aliada y enemiga a la vez. Libra luchas con, en y a pesar de nosotros. La rechazamos y la condenamos sin detenernos a aprender de ella lo que nos quiere mostrar. O, en su defecto, la adoptamos como nuestra segunda naturaleza, como piel, o hasta como un ente con vida propia y perniciosa que nos quita la alegría de vivir. La protección y adaptación Hablaré de ella en femenino, en singular y en gerundio. Siendo, sintiéndola, viviéndola, reconociéndola. Lo que es común y plural es lo que la hace tan singular como la persona que la encarna. Sí, la encarna. No se puede hablar en términos ajenos, sino apropiada, en sentido del propio

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como abordar la culpa en psicoterapia corporal

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ELCUERPO Y LA CULPAGuadalupe Rubio Rodrguez

Licenciada en psicologa, tiene especialidad en Terapia Psicocorporal y estudi la Maestra en Desarrollo Humano.Correo electrnico:[email protected] bioenergtica es un enfoque y una terapia psicolgica que nos ayuda a manejar los sentimientos de culpa. Est basada en el anlisis y el reconocimiento de nuestro cuerpo, a travs del cual podemos ver lo que no vemos o lo que no queremos ver.Ella, visiblemente oscura, afectivamente pesimista, sensiblemente densa, con una clase de pedagoga muy complicada, es difcil de entender ya que tiene su utilidad en nuestro devenir personal, en el desarrollo de la madurez, la responsabilidad y la libertad. Es aliada y enemiga a la vez. Libra luchas con, en y a pesar de nosotros. La rechazamos y la condenamos sin detenernos a aprender de ella lo que nos quiere mostrar. O, en su defecto, la adoptamos como nuestra segunda naturaleza, como piel, o hasta como un ente con vida propia y perniciosa que nos quita la alegra de vivir.La proteccin y adaptacinHablar de ella en femenino, en singular y en gerundio. Siendo, sintindola, vivindola, reconocindola. Lo que es comn y plural es lo que la hace tan singular como la persona que la encarna. S, la encarna. No se puede hablar en trminos ajenos, sino apropiada, en sentido del propio cuerpo, receptculo, generador y transformador de la propia historia, vivencias, experiencia, tendencias, pensamiento y fantasas.Todos sabemos cmo algunos insectos desarrollan una colorida proteccin con la cual simulan una apariencia y evitan ser descubiertos, o cambian su tonalidad, se mimetizan, como el camalen segn su hbitat; ese es un mecanismo de adaptacin. No es extrao que el ser humano, como la especie ms desarrollada en la evolucin, haya logrado no slo ajustes en su estructura anatmica que lo protegen orgnica y fisiolgicamente de su medio ambiente, sino que tambin haya producido recursos psicolgicos que lo ayudan a manejar sus tensiones y necesidades emocionales. Actuando sin que el individuo los reconozca conscientemente, estos recursos mentales efectan una adaptacin a las situaciones interiores y a las experiencias.La personalidad consciente de s misma, con su intensa necesidad de seguridad y autoestima, elabora mecanismos de naturaleza protectora en forma instintiva. As como a travs de sus procesos fsicos y bioqumicos el cuerpo se esfuerza por mantener un equilibrio fisiolgico u homeostasis, tambin la personalidad trata de mantener una estabilidad psicolgica a travs de procesos automticos e inconscientes. La personalidad desarrolla defensas especficas para enfrentar la angustia, los impulsos agresivos, las hostilidades, los resentimientos y las frustraciones.Todos hacemos uso constante de mecanismos de defensa, los cuales no necesariamente son patolgicos y tienen la finalidad de proteger la integridad de la persona que los requiere para funcionar, sobrevivir y preservar su salud fsica, squica y a veces hasta la vida.As, pues, en la formacin de la personalidad, se originan impulsos que estimulan la aparicin de angustia o de un miedo persistente a factores amenazantes de la vida mental. Esto causa sentimientos neurticos de culpa al tratar de conciliar los deseos discordantes y las necesidades psicolgicas conflictivas con el manejar las tendencias incompatibles para reaccionar de una manera aceptable. El sistema de creencias, los valores morales, la realidad social y cultural, y las tendencias emocionales se hacen sentir, pero los presentamos como mecanismos mentales.Desde el punto de vista del anlisis bioenergtico, estos distintos tipos de defensas tienen el ttulo comn de estructuras de carcter, el cual se define como un patrn de conducta fijo.En una primera capa exterior, la defensa psquica del ego es la imagen que cuidamos y que deseamos proyectar, y est all, enterrada en el inconsciente y grabada en el cuerpo, en el cerebro, registrada en las clulas y manifestada en la estructura corporal, en las posturas, en las formas de ser, de moverse, de caminar y de hablar. Aunque est suprimido voluntariamente, es evidenciada en el cuerpo que habla en ese lenguaje polglota, gestual y no verbal.La segunda capa, como las partes de una cebolla (como la describe el Dr. Alexander Lowen), es la defensa de las tensiones musculares crnicas, que apoyan y justifican las defensas del ego y, al mismo tiempo, protegen al individuo contra la capa interior de sentimientos reprimidos que no se atreve a expresar.La tercera capa es la emocional, la de los sentimientos y las emociones reprimidas. Si nos protegemos es porque somos vulnerables y existen muchas formas de hacerlo, ah se activan las defensas. Emergen los miedos, la inseguridad, la desesperacin, la hostilidad, la clera. Por medio de la represin se eliminan de la conciencia los motivos no reconocidos, las ideas y los recuerdos que pueden tener una tendencia a promover o remover una angustia dolorosa; no queremos, de manera inconsciente, volver a sufrir por aquello. Conocemos los trabajos del Dr. Pablov en perros, en los que puede verse cmo se produce la ansiedad, combinando el estmulo doloroso con otro placentero en una situacin dada.En la ltima capa, el corazn es el rgano ms sensible del cuerpo. Cuando se perturba, deja de latir o se apresura, experimentamos una ansiedad que llega hasta lo mas profundo de nuestro ser. Est protegido, enjaulado, endurecido, congelado; lo que hacen las capas es formar una coraza, un escudo protector. No fue as siempre. Incluso desde el vientre materno ha experimentado esta ansiedad y ha creado numerosas defensas en su desarrollo. Y los progenitores y cuidadores quedamos asociados no slo como satisfactores de necesidades bsicas, sino tambin de placer y de frustracin. Se levantan las defensas para reducir la ansiedad, disminuir el dolor, manejar la inquietud que causa la bsqueda del placer. No queremos perder el amor ni nuestra capacidad de amar. Nos adaptamos, nos protegemos, nos traicionamos, se estructuran las defensas en la capa muscular crnicamente y se evita el flujo de la energa, se bloquean o limitan los impulsos hacia fuera.Las reas dbiles resultan ms afectadas, por su propia constitucin, porque haba cierta predisposicin gentica o por el mecanismo de mimetizacin del nio. Puede verse en las principales reas de contacto con el mundo exterior. En la cabeza, la cara con los rganos sensoriales, las manos como canales de expresin y recepcin del corazn, el aparato genital tan lleno de sensaciones, de energa, de reacciones y a la vez de emociones intensas en conflicto con tabes y patrones defensivos. Y los pies, en contacto con la realidad, ostentan nuestra manera de pararnos y desplazarnos en la vida, de arraigados a la madre tierra.La culpa en el cuerpoElla en l, se siente. Necesariamente est implicado, porque el cuerpo, como realidad aprehensible, somos nosotros mismos. Ella sin l, es amorfa, traslcida, etrea como sombra agazapada, desdibujada, camalenica. Realidad subjetiva, intangible, incolora, incorprea, esquiva, huidiza y fantasmal.Con el cuerpo no slo se describe, se ve y se siente la culpa sino tambin hace evidente, lo que a pesar de ser obvio, no podemos ver.Cuando se presenta hace el hielo en el ambiente, apaga la alegra y hasta el sentido de vivir. Lleva a la persona a apartarse, a aislarse, o la deja pensativa, ensimismada. En el cuerpo, se siente por el ritmo cardiaco acelerado, la taquicardia o, por el contrario, por estar tan apagado como cuando la vida se lleva sin aliento, a cuestas como una carga.En el cuerpo se puede ver en una espalda encorvada, apesadumbrada, en una actitud de sometimiento como la de un perrito asustado que esconde la cola entre las patas.Los condicionantes en el desarrollo hasta provocan una deformacin de la estructura corporal. La morfologa se ve determinada por otros elementos (no slo los genticos) como los ambientales, los sociales y culturales. Patrones y paradigmas en el manejo de las emociones y su expresin; presiones y determinaciones sociales, morales y culturales bajo las que se est incorporado pueden provocar turbulencia interior de diversa intensidad cuando nuestros deseos, acciones y crecimiento buscan salir de los caminos previstos. Se ve y se siente como inquietud y desosiego corporal, se libra un conflicto entre lo inaceptable y la amenaza de un castigo inminente, merecido o no, externo o interno. Quin sabe a ciencia cierta dnde habita? Con qu evidencias se puede comprobar su existencia, permanencia o trnsito?El miedo a nosotros mismos y a lo que somos capaces de ser, a la consecuencia del castigo o el deseo de redencin, provocan toda gama de reacciones, fsicas, mentales y hasta espirituales. Vivimos nuestro propio infierno, que es este estado pernicioso. Nos acompaan nuestros demonios, nos persiguen nuestros fantasmas, nos castigan nuestros propios miedos. Lo reprimido en la inconciencia se abre paso hacia la luz, la verdad, la verdadera naturaleza imperfecta se asoma ante nuestros ojos, irrumpe insoportable y se devela ante los ms duros jueces, los castigadores, nuestros propios esquemas.Existen rasgos de carcter de quien es una persona propensa a padecer sentimientos de culpa. En ocasiones estos se presentan como condicin en lo que se conoce popularmente como los complejos de culpa y de inferioridad. Son personas con alta carga emocional que viven situaciones de afecto con sobrerreaccin ante algn evento o que por alguna tendencia pueden inducir a padecerlos o a prolongar su manifestacin, incluso a somatizarla, por ejemplo en el estmago con toda clase de problemas digestivos, malestares, afecciones y padecimientos.No merecer el perdn, ese sentido de indignidad, nos lleva al ensimismamiento, la melancola, la depresin, la fatiga crnica, la apata y hasta creer que merecemos la muerte.Nos ahogamos en sufrimiento y recurrimos a drogas, a alcohol o a formas destructivas de relaciones interpersonales y adictivas. Nos mueve la culpa, agradecemos lo inmerecido y nos apegamos en la relacin de te quiero por deber, te odio sin querer. Nos sentimos culpables si queremos romper ese vnculo o no queremos hacer sentir culpable al otro en cuestin. Nos sometemos para no desilusionar, para evitar el conflicto, y entramos en un agrado sin sentir, manipulando los sentimientos, traicionando los deseos y caemos en una situacin de perdonar sin olvidar. Sobreviene la situacin de pecado, y de ah, por la carga, el dolor y la insatisfaccin surge el resentimiento, la envidia, y por sentir eso,la culpa.La educacin tiene mucho que ver con cmo se vive. Nos han sealado el error, la falta, la falla, la imperfeccin, la limitacin y la carencia. No es habitual hablar del reconocimiento, el nimo ante nuestras dificultades, el mrito personal ante el esfuerzo realizado, el valor de nuestras acciones. Nuestra atencin va ms hacia el xito y la satisfaccin, a la evaluacin de resultados que si no es la ideal, se traduce como fracaso y se totaliza el evento.La peor de todas las culpas es la de la propia insatisfaccin. No slo el fallarle a otros sino lo que ellos han fallado sin poderlo aceptar, es boleto de ida y vuelta. Y el castigo funciona como forma de destruccin, pero tambin para cobrar ese mal haciendo a otros aquello que daa. Se trata a los dems bajo la vara ms inflexible y no se perdona porque no lo hace a s mismo. De vctima a verdugo, de oprimido a opresor, de impotencia a omnipotencia, superioridad y poder. La distorsin ahora es hacia los dems y se magnifica el tamao de la ofensa.El rechazo es a la imperfeccin, lo perfectible. Negamos lo falible y lo limitado, lo finito. No aceptamos nuestra condicin de humanos, humildes, que procedemos delhumus, de la tierra fecunda. Queremos ser dioses, divinos, omnipotentes. Esta lucha, es origen y fin del carcter neurtico en diversos grados, de los patrones defensivos de nuestra personalidad.La bioenergtica ayuda ante la culpaLa invitacin que nos hace la bioenergtica en el manejo constructivo de la culpa es primeramente a no negar lo que sentimos. Al contrario, a expresarlo con toda su intensidad en un ambiente protegido y seguro; puedes, por ejemplo, tomar una toalla y torcerla hasta que el esfuerzo te haga sentir descansado. Incluso pensar o decir palabras y expresiones de rabia e impotencia, retorcer hasta el cansancio soltando as lo que no hemos podido expresar ante la impotencia y el enojo. Puedes golpear con los puos una almohada o un colchn expresando en palabras o gritos el reclamo hacia ti o a quienes te fallaron. As como patalear en el colchn diciendo la pregunta por qu, no quiero, ya basta, o todo aquello que te haga poder decir lo que no has podido, liberar el cuerpo de su atadura y las emociones de su represin. Puedes escribir con letra muy grande y sin ningn orden todo lo que venga a tu mente usando para ello tantas hojas de papel como expresiones necesites y despus las rompas con furor, las hagas bola y las lances lo ms lejos que puedas, las quemes y destruyas para no dejar evidencia alguna de tu desahogo, que slo es eso. Ninguna intencin de herirte ni mucho menos hacerlo con los dems. Una vez quemada la plvora no explotar y con quien lo desees podrs expresar de manera asertiva lo que realmente te afecta sin tanta carga por lo que has guardado.Segn sabemos, la humanidad de Jess es un ejemplo de asertividad en sus respuestas. l hace lo que tiene que hacer, como cuando lo presentaron entre los doctores de la ley en Jerusaln, y respondi que cuando llevaba tres das perdido estaba haciendo las cosas de su Padre. Contest que quin es su madre y sus hermanos?, respuesta que a quien la oy le pareci dura, a quien la pronunci se le identific con la dureza. Y tambin dijo: qu nos va a ti y a m; hombres de poca fe; hasta cuando..., que parecen mostrar impaciencia. No seal a la mujer condenando su conducta, la acogi en su muestra de amor, no la culpabiliz ni a quienes escandalizados s lo hacan. Y comprendi amorosamente a Pedro, el pescador impulsivo; a Judas, a quien no llam traidor, y a Toms, el incrdulo.Jess no se limita a amar slo a los buenos [...] sino que extiende su amor a los malos. Su esquema mental va en todas las direcciones donde se encuentra la realidad limitada. El encuentro con Jess no provoca sentido de culpa. La forma de tratar la realidad de Jess sintoniza con la paz: los culpables lo oyen decir Vete en paz (Lc. 7, 50). La forma de conocimiento de Jess concede a la realidad su importancia, aunque a veces resulte insignificante. Cmo se llega a esta forma de trato? Slo viviendo desde la conciencia orientada desde la limitacin. Jess se mueve dentro de las limitaciones del hombre. Dialoga con su indigencia. No la sacrifica.Aceptar la limitacin de la condicin humanaTherapeyeines la compasin, es la respuesta a la indigencia y la indulgencia hacia el error.La demanda de la perfeccin es propia de quien est ciego a todo lo humano; de quien se resiste y rechaza los fundamentos de la propia existencia. Pues ahora, lo humano, que aparece en el confn del lmite, no debe temer ser visto. Jess deja intacto lo humano. Lo humano es el lugar donde nace la compasin.El lmite era el culpable, la causa del error, la fuente de las tinieblas. La realidad limitada del hombre pareca desamparada. Eran el obstculo para encontrar la luz, para resolver la tragedia o para alcanzar la gracia de Dios.El error, en ninguna de sus versiones, es un tropiezo definitivo a los ojos de Jess. Del pasado desatinado puede surgir una nueva vivencia. No hay aspecto negativo, que no puede alcanzar una metamorfosis. La falta, lo errneo, lo incorrecto no son un destino sino una perspectiva de cambio1.Hay que reconocernos amados, criaturas, dignos de ser amados no por nuestros mritos y bondades sino porque somos, porque existimos. Dejarnos amar. Vernos con ojos de misericordia, clemencia, compasin, y piedad, con el corazn liberado de su coraza, permeable, y s, vulnerable. Devolver la vista a nuestros duros ojos bloqueados, vendar las heridas de amor traicionado. Creamos en el anuncio de la buena nueva, como dice Isaas, y por el amor transformante cambiemos el sayal por vestido de fiesta. Convena celebrar una fiesta y alegrarse (Lc. 15, 32).Preguntas para la reflexinQu me dificulta perdonar mis errores?En mi infancia favorecieron que me fijara en lo negativo de mi persona y de mi vida?El Dios en el que creo, me ayuda o me estorba para manejar la culpa?Bibliografa recomendadaNoyes y Kolb, (1992).Psiquiatra clnica moderna, Mxico: La Prensa Mdica.Lowen, Alexander (1997).Bioenergtica, Mxico, D. F. Diana.